MARZO MEDELLÍN 2020
EL MENSAJE «OCULTO» DE LAS ACCIONES DEL ELN
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PENALIZACIÓN PLENA DEL ABORTO, DE NUEVO AL DEBATE
P. 5
LA RECONCILIACIÓN SE DEFINE EN LO COLECTIVO: DANIEL PÉCAUT
P. 16-17
ABEJORRAL Y LAS PARADOJAS DEL PATRIMONIO MATERIAL
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DIRECCIÓN DE COMUNICACIONES
ALMAMATER@UDEA.EDU.CO
@UNIVERSIDADDEANTIOQUIA
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VIGILADA MINEDUCACIÓN
ISSN 1657-4303
N.º 694
Aclimatarse para sobrevivir ¿Sobrevivirán los árboles andinos en un planeta más caliente? Investigadores indagan si es posible la aclimatación de especies como el sietecueros, el guamo o el roble, tan propios de los paisajes colombianos. Como un incierto trasplante de órganos, algunos de estos árboles se están poniendo a prueba en zonas más bajas. Los hallazgos, hasta ahora, sugieren que, aunque algunos podrían resistir, su adaptación implicaría cambios en los ecosistemas que los rodean. P. 12
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N.º 694 · marzo de 2020 · Universidad de Antioquia
Durante los últimos años el ELN ha fortalecido su accionar y sus tropas vienen creciendo: datos del Ministerio de Defensa advierten que en 2019 este grupo sumó más de 4000 integrantes. Aquí, posibles explicaciones a lo que está pasando con esta organización guerrillera.
YÉNIFER ARISTIZÁBAL GRAJALES Periodista jennifer.aristizabal@udea.edu.co
#ANÁLISISACADÉMICO
El mensaje «oculto» de las acciones del ELN Después del acuerdo de paz con las Farc, el ELN se conso-
guerra —en Colombia —, y hemos mostrado efectividad en las negociaciones de paz. Hasta el momento se han desmovilizado, mínimo, 10 grupos armados, y no se ha vencido a ninguno». Para el abogado y doctor en Derechos Humanos, Pablo Emilio Angarita Cañas, la forma como el ELN está actuando y sus estrategias bélicas —como el paro armado nacional que promulgó del 14 al 17 de febrero del presente año— son contradictorias. Según dijo, el grupo guerrillero insiste en la necesidad de que la sociedad civil sea quien negocie con el Estado, alejándose así del modelo de negociación de las Farc, que se concentró en la cúpula de esta guerrilla, con participación restringida. El ELN sugeriría, entonces, que sea el pueblo quien decida y negocie, pese a que un diálogo tan abierto tiene grandes impedimentos logísticos, por la diversidad y amplitud de los actores que estarían involucrados. «El discurso de negociación
lidó como el grupo guerrillero más antiguo de América Latina, afianzó su presencia en zonas donde las Farc habían dominado, heredó algunas rentas criminales y, actualmente, sus acciones tienen un alcance binacional por cuenta de la «influencia consolidada en Venezuela», donde este grupo armado «controla zonas claves para la extracción de recursos naturales», según lo expresa un informe reciente de la Fundación Ideas para la Paz —FIP—. Germán Valencia Agudelo, coordinador de la línea Conflicto armado, paz negociada y posconflicto, del grupo de investigación Hegemonía, guerra y conflictos —de la Universidad de Antioquia—, explicó que hasta hace unos tres años el ELN era considerado un grupo de segunda. Hoy, dijo, no solo es la guerrilla más antigua del país sino también del continente. «Así que tratará de aprovechar ese privilegio e insistirá en la negociación política». La salida negociada al conflicto está en el centro simbólico y político del accionar bélico del ELN. Desde el Gobierno Santos se venía cocinando un diálogo con esta guerrilla, pero el presidente Iván Duque lo suspendió tras el atentado a la Escuela de Cadetes de Policía General Francisco de Paula Santander —Ecsan—, el pasado 17 de enero de 2019. Esta guerrilla, con 55 años de existencia, buscaría un reconocimiento político que le dé el estatus necesario para una salida negociada del conflicto. Para Valencia —docente del Instituto de Estudios Políticos—, esta sería una salida recomendable. «En el El 2 de febrero de 2020 fue derribada una torre de energía en el sector de La Cruz, nororiente de Medellín. Los responsables del hecho dejaron una bandera roja y negra con las letras del ELN. Foto: cortesía El Colombiano/Julio Herrera. siglo XX no ganamos ninguna
Rector John Jairo Arboleda Céspedes Comité editorial:
N.º 694 MARZO MEDELLÍN 2020
ISSN 1657-4303
Elmer Gaviria Rivera · Vicerrector General Clemencia Uribe Restrepo · Secretaria General Patricia Nieto Nieto · Profesora de la Facultad de Comunicaciones Fabio Humberto Giraldo Jiménez · Profesor del Instituto de Estudios Políticos Álvaro Sanín Posada · Profesor de la Facultad de Medicina Luis Fernando Echeverri Delgado · Profesor de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales ALMAMATER@UDEA.EDU.CO
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Carlos Mario Guisao Bustamante Director de Comunicaciones Luz Adriana Ruiz Marín Jefa División de Contenidos, Medios y Eventos Pedro León Correa Ochoa Coordinación de edición John S. Otálvaro Pérez Corrección de texto Víctor Aristizábal Giraldo Diseño y diagramación
Portada Atardecer y bosque andino colombiano. Foto: cortesía Danilov Villegas/Flickr. Impresión Editorial La Patria S. A.
Las opiniones expresadas en ALMA MATER son responsabilidad de los autores y solo a ellos compete.
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N.º 694 · marzo de 2020 · Universidad de Antioquia
ANDRÉS RESTREPO GIL Filósofo egresado del Instituto de Filosofía andres.restrepo28@udea.edu.co
#UDEAOPINIÓN
del ELN suena como una utopía socialista, casi anarquista; pero en la práctica un paro armado, como toda acción armada, es la expresión máxima del autoritarismo», expresó Angarita Cañas.
Amenaza en las ciudades
Esta guerrilla está presente en zonas rurales de regiones como el Bajo Cauca y el Norte de Antioquia; también en los departamentos de Chocó, Nariño, Arauca, Norte de Santander, Casanare, Vichada, Cauca, Bolívar, Risaralda, Cesar y La Guajira. En algunos de estos territorios su presencia viene de décadas atrás y en otros su fortalecimiento se ha dado tras la salida de las Farc, enfrentando a grupos como el Clan del Golfo para dominar las rentas ilegales como el secuestro, la extorsión, el narcotráfico, la minería ilegal y el contrabando. El propósito de evidenciar su poderío también ha llevado al ELN a ejecutar atentados en tres grandes ciudades. El 27 de enero de 2018 atentó contra la estación de Policía de San José, en Barraquilla —6 policías muertos y 42 heridos—. El 17 de enero de 2019, como se referenció antes, hizo explotar un carro bomba al interior de la Escuela de Cadetes, en Bogotá —99 víctimas, entre esas 22 cadetes muertos—. Y el pasado 7 de febrero, tras la voladura de una torre de energía en Medellín, en el barrio La Cruz, se encontró una bandera de esa guerrilla. El profesor Valencia Agudelo explicó que, aunque la guerra históricamente se ha dado en los lugares más apartados del país, «ellos —ELN— saben muy bien que, estratégicamente, si se mantienen en esos territorios serán poco escuchados; por lo tanto, la ciudad se convierte en un escenario para que sean atendidos». Valencia Agudelo agregó que en las ciudades no solo está concentrada la población del país —77 % según el Dane—, sino también la riqueza generada por las grandes industrias. Eso hace que las zonas urbanas sean escenarios más atractivos a la hora de generar afectaciones, presionar políticamente, «mojar prensa» y, de esta manera, «visibilizar el conflicto».
Territorios descuidados
Para Pablo Emilio Angarita, el recrudecimiento del conflicto en el que se ubica el fortalecimiento y accionar del ELN no debe tomar por sorpresa al país. Referentes internacionales muestran que después de un acuerdo y desmovilización de una guerrilla de las dimensiones de las Farc, se presenta una reorganización de fuerzas y se reactivan conflictos históricos. El investigador advirtió «torpeza» por parte del Gobierno colombiano a la hora de propiciar acciones para que los territorios no volvieran a ser escenarios de guerra: «No implementar los acuerdos de paz, que incluye copar los territorios donde antes hacían presencia los grupos armados, lleva a que grupos como el ELN se fortalezcan. Están dadas todas las condiciones para que las disidencias ganen adeptos». Angarita enfatizó en que el Estado colombiano falla actualmente en aspectos centrales como la implementación efectiva de los acuerdos de paz, la ocupación institucional — más allá de la Fuerza Pública— de territorios históricamente marginados y donde hacen presencia los grupos armados, así como falla también en la protección de la vida de quienes optaron por devolver las armas. Por esto, según él, Colombia entrará a «otros ciclos de violencia» con refuerzos militares de parte del Estado y también de grupos armados ilegales.
El carnaval de la tristeza «Estamos en El Salado ¡no joda! Salgan, partida de guerrilleros,
que todo el mundo se muere hoy», gritó uno de los paramilitares al entrar al corregimiento de El Salado, en el departamento de Bolívar. Imagino, por lo que sucedería horas después, que el paramilitar pronunció aquellas palabras con un tono alegre y entusiasta. Al final de la incursión paramilitar, 60 personas fueron despojadas de sus vidas y 4000 individuos se vieron obligados a abandonar el corregimiento. Luego de la masacre —que precisamente este mes de febrero cumplió 20 años de perpetrada—, el bullicio apasionado y natural de los costeños de El Salado contrastaría notablemente con aquel pueblo fantasma, arrasado por la violencia y el silencio de un lugar con pocos habitantes. ¿Cómo lograron los paramilitares minar la auténtica alegría que caracterizaba las calles de El Salado y, a su vez, amenazar el regocijo de su gente y de su pueblo? La respuesta es, según mi punto de vista, bastante paradójica. La manera según la cual este corregimiento pierde el júbilo que le era propio fue mediante una fiesta macabra de sangre, gaitas y tambores. En otras palabras, este caserío fue despojado de su entusiasmo natural, curiosa y paradójicamente, por medio de un carnaval en el que se celebró la muerte, la tortura y el dolor. Luego de la toma del corregimiento, algunos paramilitares entran en la casa de la cultura de El Salado, mientras se apropian de los instrumentos musicales con la intención de, posteriormente, celebrar la defunción de sus habitantes. Lo que ocurrió en El Salado resulta sumamente grave, pues los victimarios vivieron la masacre no como un acto violento, mediante el cual se les despoja de sus vidas a un grupo de seres humanos indefensos, sino como una ceremonia muy similar a un carnaval. La naturalidad con la que se golpearon los tambores mientras desmembraban personas o la alegría con la que se tocaban las gaitas y los acordeones cada que un corazón dejaba de latir, nos debe inducir a pensar que hay algo dentro de nuestras almas que está profundamente enfermo. Al hacer de la masacre un espectáculo sonoro, los paramilitares no solo arremetieron contra los habitantes del lugar, sino también contra su identidad cultural y, más específicamente, su identidad musical. Las consecuencias de esta masacre no solo costaron vidas y desplazamientos, sino que también lograron apagar la alegría que los pobladores de El Salado encontraban en la música, adjudicándoles oscuros recuerdos y, naturalmente, tristeza: «Ellos —los paramilitares— se valieron de su perversidad para vulnerar esa esencia de la música. Ellos sí sabían que pegarle al corazón del pueblo iba a ser más doloroso, más contundente ese recuerdo y esa memoria de cuando escucharan un tambor», aseguró Soraya Bayuelo, víctima del conflicto armado. La guerra no solo destruye vidas y desplaza comunidades, sino que también puede llegar a arruinar identidades y a amenazar el agrado que un pueblo puede encontrar en algo tan autóctono, sano y natural como su música. Así, podemos constatar, mediante la experiencia de El Salado, que los alcances o los efectos que devienen de la guerra parecen no tener límites. El lamentable acto de silenciar la vida humana deja detrás de sí un sinnúmero de secuelas sobre todas y cada una de las aristas que componen lo humano.
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La bipolaridad, la depresión y la ansiedad —enfermedades y trastornos mentales— se manifiestan cada vez más en Colombia. En Medellín, por ejemplo, se planteó recientemente la necesidad de un hospital para la salud mental. La Universidad de Antioquia también habilitó una línea de atención 24/7 dirigida a sus estudiantes.
OMAIRA BUSTAMANTE RESTREPO Periodista de la Facultad de Medicina boletinesmedicina@udea.edu.co
#SALUDMENTAL
Bipolaridad,
¿Necesitas conocer más sobre bipolaridad?
un trastorno con manejo y tratamiento
Ilustración: Yeimy Valencia.
«¡Usted tan bipolar!». Esa expresión se ha
vuelto una charla cotidiana que desconoce una problemática de salud mental cada vez más visible. A sus 17 años Melisa Vásquez, por ejemplo, presenta anormales y persistentes cambios de humor: de sentirse feliz pasa al enojo o a la impulsividad. Por épocas, solo quiere dormir y pierde todo interés por asuntos cotidianos, incluso, ha abandonado sus estudios. En su EPS le diagnosticaron trastorno afectivo bipolar, pero el reto ha sido la adherencia al tratamiento y que quienes la rodean comprendan que lo que le sucede obedece también a factores genéticos. Según Cristian Vargas Upegui, docente del Departamento de Psiquiatría de la Facultad de Medicina e integrante del Grupo de Investigación en Psiquiatría de la Universidad de Antioquia —Gipsi—, «el trastorno afectivo bipolar previamente conocido como enfermedad maniacodepresiva, es un problema de salud mental tratable que causa cambios extremos en el humor, el pensamiento, la energía y el comportamiento de las personas. No es una falla en el carácter o un signo de debilidad personal». Vargas Upegui explicó que en los hombres el trastorno tiende a iniciar con un episodio de manía, que podría evidenciarse en euforia o impulsividad, asumir riesgos, dificultad para el manejo del dinero y establecer mayor contacto
físico con personas; en algunos casos también se presenta consumo de sustancias psicoactivas. En las mujeres se presenta, comúnmente, con depresión y conductas de llanto, aislamiento, irritabilidad y lentitud en los movimientos y forma de hablar. Entre el 1 y el 3 % de la población mundial padece este trastorno que afecta a hombres y mujeres. Según la Organización Mundial de la Salud — OMS—, se ubica en el puesto 46 entre las principales 291 enfermedades y causas de lesiones que generan discapacidad y mortalidad, por delante del cáncer de mama y el alzhéimer. «Puede llevar a una persona a tener dificultades en el trabajo o el estudio, en las relaciones con los amigos o la familia, e incluso incrementa el riesgo de suicidio si no es tratado o es tratado de forma incorrecta», dijo Carlos López Jaramillo, coordinador de Gipsi. «El riesgo de suicidio es mayor en las personas con trastorno bipolar en comparación con otros trastornos mentales —incluyendo la depresión—. El suicidio a menudo es el resultado de sentimientos de desesperanza y es más probable en personas con síntomas graves, quienes deben ser hospitalizadas. Si un familiar o amigo menciona el suicidio, se debe considerar una seria amenaza y contactar inmediatamente a un profesional». Recientemente la Personería de Medellín invocó a la institucionalidad para que trabaje articuladamente en la prevención del suicidio. En 2018, por ejemplo, 161 personas se quitaron la vida. Los siete casos presentados en los dos primeros días de febrero de 2020 hicieron que la Alcaldía de Medellín, incluso, planteara la necesidad de construir un hospital enfocado en la salud mental. También la Universidad de Antioquia — desde Bienestar Universitario y el LivingLab Telesalud de la Facultad de Medicina—, habilitó
Escanea con tu teléfono inteligente el código para conocer la Cartilla para pacientes y familias.
24/7 la línea gratuita de atención en salud mental 018000521021, por ahora dirigida a estudiantes.
Bipolaridad: desequilibrio químico
La causa de la bipolaridad no está clara. «Podría estar relacionada con un desequilibrio de los químicos en el cerebro. Estos permiten que las células se comuniquen entre ellas y jueguen un papel esencial en las funciones del cerebro incluyendo el movimiento, la sensibilidad, la memoria y las emociones», aseguró Ana María Díaz, médica, integrante de Gipsi y estudiante del doctorado en Neurociencias. «Más de dos tercios de las personas con trastorno bipolar —agregó— tienen al menos un familiar cercano con la enfermedad o con depresión mayor unipolar». Los expertos sugieren que la estructura y la función del cerebro de las personas con trastorno afectivo bipolar son diferentes a las de las personas sanas o que viven con otros trastornos mentales. El aprendizaje acerca de la naturaleza de estos cambios cerebrales ayudará a los médicos a entender mejor este trastorno que no tiene cura, pero es tratable. Entre los tratamientos están medicamentos como el litio, el ácido valproico y los antipsicóticos y antidepresivos para la manía o la depresión. El litio, por ejemplo, sirve para ambos y puede disminuir el riesgo de suicidio o de autolesiones —herirse a sí mismo incluso sin la intención de suicidarse—, pues estabiliza las emociones del paciente. También es de ayuda la terapia psicológica. «Puede incluir terapia individual, de pareja, familiar, educación o tratamiento para el abuso de alcohol o de drogas. Ayuda a una persona a ser más adherente con sus medicinas, lo cual disminuye recaídas y la necesidad de hospitalización», dijo López Jaramillo.
Busca orientación aquí Grupo de Investigación en Psiquiatría Gipsi / carloslopezjaramillo@gmail.com Línea amiga saludable para prevención de conductas suicidas / Teléfono (4) 4444448 Asociación Colombiana de Trastornos del Ánimo / Teléfono (4) 3154300
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El debate por la despenalización del aborto volvió con fuerza en Colombia. La Corte Constitucional está por fallar una demanda por inconstitucionalidad de la Sentencia C355, emitida en 2006 y que consagró como derecho fundamental la interrupción voluntaria del embarazo en tres situaciones específicas.
JULIÁN DAVID OSPINA SÁNCHEZ Periodista julian.ospinas@udea.edu.co
#DEBATENACIONAL
Penalización plena del aborto,
de nuevo al debate Después de
12 años de lucha —desde la primera demanda que buscó derogar la criminalización del aborto en el año 1994—, la Corte Constitucional decidió en 2006 que no podían ser penalizadas las mujeres que interrumpieran su embarazo para proteger su salud física o mental, en caso de que el feto tuviera malformaciones que pusieran en peligro su vida o que el embarazo fuera producto de una violación.
El pañuelo verde es ícono latinoamericano de este debate. En México (foto), además de aborto legal, libre, seguro y gratuito, reclaman prevención. En Uruguay no es penalizado si se da dentro de las 12 primeras semanas de gestación. Foto: cortesía Santi Ochoa/Flickr.
La discusión pública sobre este tema se reavivó con fuerza, producto de dos demandas de inconstitucionalidad promovidas por Natalia Bernal Cano —abogada y doctora en Derecho de la Universidad de París Sorbona—. Como antesala al fallo que emitiría la Corte Constitucional en las próximas semanas dando respuesta a esas demandas, se ha generado un encendido debate en el que, incluso, se plantea la posibilidad de que las mujeres puedan interrumpir su embarazo libremente, sin ninguna causal. En el cruce de argumentos han tenido un especial protagonismo tanto las organizaciones
aparecen los riesgos clínicos, «porque el 25 % de las gestantes que recurren a procedimientos clandestinos terminan con graves problemas o mueren en dichas intervenciones. Este panorama refleja una profunda inequidad, porque se complican o mueren las mujeres de menos recursos, las que tiene dinero buscan los medios necesarios y nadie se entera», explicó el ginecobstetra.
Los efectos de la penalización
El profesor González Zapata cuestionó el papel de los hombres en este debate: «Deberíamos callarnos en este tipo de temas». Para él, la discusión sobre la penalización o despenalización debe partir de un asunto elemental: «Estamos hablando de los derechos reproductivos de más de la mitad de la población. Mientras a los miembros de esa mayoría no se les trate como sujetos autónomos, capaces de tomar decisiones, seguiremos perpetuando un patriarcado». El penalista, sin embargo, resaltó que lo alienta que las mujeres hayan ido ganando espacio en temas como este, «lo que nos guía hacia una verdadera sociedad igualitaria». Pero, advirtió también las consecuencias que sobre ellas traería un fallo que penalice el aborto: «La penalización traería mujeres solas, en condiciones económicas precarias y además tildadas de criminales». A lo que se suman, dijo González, los costos personales y económicos que debe pagar una mujer al ingresar al sistema penal. «Se somete al ser humano a más empobrecimiento y al señalamiento; por no haberle dicho en su momento cómo funcionaba su cuerpo».
en contra del aborto —civiles, de orden religioso y provida—, como aquellas que defienden el aborto legal y seguro como garantía de los derechos de las mujeres. Tampoco dejaron de causar resonancias y generar molestias las posturas de instituciones como el ICBF y Profamilia, las cuales se han pronunciado para respaldar lo ya sentenciado por la Corte hace 14 años. De acuerdo con Julio González Zapata, abogado penalista y profesor de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia, es necesaria una discusión seria, sin prejuicios religiosos, porque, según advirtió, los principios morales de un grupo no son universales y no se puede utilizar el derecho para imponerlos. «Una sociedad democrática no se acogerá a una moral en particular, porque estamos reivindicando el valor de la pluralidad». Por su parte, para el médico ginecobstetra y magíster en Salud Pública, Joaquín Gómez Dávila, «este tema no es una puja de poderes, porque hay una serie de interpretaciones lejanas de la realidad frente al aborto, que buscan un retroceso enorme, que vuelva su penalización total». Según 372 000 abortos clandestinos al año en Colombia. Gómez Dávila, las mujeres en Colombia ya tienen suficien70 muertes, la mayoría de ellas de mujeres de bajos tes barreras para interrumpir recursos. un embarazo no deseado, 10 % de las interrupciones de los embarazos se hacomo para pensar también en cen, solamente, de forma segura. una penalización. Hoy, explicó, no solo tienen dificultades Según Profamilia, entidad que consolidó estos datos, para acceder a una atención en la mayoría de los casos las mujeres desconocen el médica oportuna, sino derecho fundamental consagrado en la Sentencia C355 también para enfrentar los de la Corte Constitucional. estigmas e investigaciones. Sin embargo, para Gómez Dávila «hay cifras evidentes Escuche el análisis académico sobre el tema en Alma que demuestran que ninguna Mater a fondo | Jueves 5 de marzo, 8:30 p. m. | Emisora traba que se le ponga a la muCultural UdeA | 1.410 AM | En el FM de las distintas estajer impedirá su decisión de ciones regionales. interrumpir un embarazo no deseado». Allí, dijo, es donde
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Bajo la superficie de Encélado existe un océano de agua líquida. La astrobióloga de la Universidad de Antioquia, Laura Isabel Tenelanda, ha enfocado su trabajo investigativo sobre los hallazgos de moléculas similares a las producidas por la vida en la Tierra que se han dado en esta luna de Saturno.
NATALIA PIEDRAHITA TAMAYO Periodista natalia.piedrahita@udea.edu.co
#INVESTIGACIÓNUDEA
Géiseres en un satélite de hielo En la
órbita de Saturno existe una luna con un océano similar al de la Tierra: Encélado, un mundo congelado en el que abundan los géiseres, manantiales que permiten la salida de emisiones de compuestos orgánicos que viajan desde el núcleo de esta luna y caen en su superficie, a 200 °C bajo cero. En esas aguas se mueven los mismos principios de la vida: aminoácidos, nitrógeno y metano, entre otros. La sonda Cassini-Huygens —que orbitó a Saturno y a sus satélites naturales durante once años— no solo tomó fotografías, también pudo oler las profundidades y superficies de este satélite. Con herramientas como el analizador de polvo cósmico y el espectrómetro de masa iónico y neutral, detectó moléculas orgánicas como nitrógeno, amoniaco, CO2; y también fuentes de carbono como sílice, sal, arenas e hidrocarburos pesados, todos factores de gran interés biológico. Ante las preguntas suscitadas por esos hallazgos, Laura Isabel Tenelanda Osorio, joven astrobióloga de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Antioquia, desarrolló una investigación que analizó las posibilidades de los procesos químicos que allí se dan, muy parecidos a los que se dan en las hidrotermas terrestres. «Esta luna tiene condiciones similares a las de la Tierra, pero está en otro lugar del universo. Que en ella se hayan detectado los aminoácidos específicos para la vida que conocemos avisa que es un lugar interesante y que debe ser observado. Aunque no sabemos si estos compuestos se han complejizado como sí
Sonda Cassini-Huygens en la órbita de Encélado. Foto: JPL NASA.
sucede en nuestro planeta, tenemos un abanico de datos que pueden dar pistas sobre este mundo helado», explicó. Su investigación se centró en la posibilidad de que el hidrógeno de Encélado sea producido por arqueas. El análisis de cuántos microorganismos podrían existir en esta luna —desde una aproximación basada en las cantidades de hidrógeno que se dan en la Tierra— y cómo sería su hábitat ideal, no solo genera una hipótesis sobre las probabilidades de vida, sino también sobre lo que puede existir allí. «Aunque las cosas en el universo —advirtió— no tienen que ser las mismas que conocemos acá».
¿Quién se robó el hidrógeno?
En la Tierra, algunos lugares marinos como las profundidades abisales son aún enigma para la ciencia. Sobre la vida observada en estas, se destacan arqueas metanógenas —organismos unicelulares— que viven en fumarolas cerca de las dorsales terrestres. «¿Si estos viven en las hidrotermas de acá, por qué
Astrobiología: área de investigación interdisciplinar que estudia la vida en el universo. Nasa Ames es el centro de investigación de la proyección de la vida en la Tierra y cómo podría ser en otros lugares del universo.
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Composición de Encélado y sus géiseres. Imagen sin escala. Ilustración: cortesía Eliana Calvachi Hernández.
Superficie de Encélado. Foto: NASA.
no en las de Encélado?», se preguntó el profesor Pablo Cuartas Restrepo, astrónomo y asesor de esta investigación. Al extrapolar las condiciones de estos organismos metanógenos —de los géneros metanococo, metanobacteria y metanomicrobio— se calculó la cantidad de su producción de hidrógeno en el núcleo de Encélado. Al observar que solo la mitad de esta llega a la superficie, se concluyó que «algo» se está comiendo la otra mitad. Y ese «algo», según las evidencias de hidrotermas en la luna saturnina, proporcionadas por la sonda Cassini, podrían ser arqueas. Este análisis podría proyectar allí una vida desorganizada o improbable en la Tierra, por la presencia de los mismos principios de la vida: aminoácidos, nitrógeno y metano. Sin embargo, «los científicos solo podemos hablar sobre la evidencia —afirmó Cuartas Restrepo—, no
podemos emocionarnos con fantasías. Y lo que sí es evidente es que este satélite reúne todas las condiciones para que en ese azar se formen cosas interesantes». Algunas publicaciones científicas sugieren la existencia de bacterias en Encélado, sin embargo, este estudio es más prudente en sus respuestas, ya que la temperatura de la superficie en esta luna es bajísima y la única fuente de energía que tiene es su núcleo. Ante este panorama, Tenelanda explicó que «los aminoácidos hacen proteínas y las proteínas son el factor que nos mantiene vivos. Decir que hay otros lugares en los que pueden ocurrir procesos químicos que generen aminoácidos es demasiado».
Relaciones complejas
La composición del océano de Encélado es la misma que el de la Tierra; agua líquida y salada.
Como es subterráneo, su conexión con la superficie se da a través de fuentes hidrotermales de las que emergen plumas o penachos, hasta la superficie. «Este es el único satélite en el que se presentan estas estructuras. En las otras lunas de las que se tienen muestras —Titán, Ío, Calisto, Europa y Ganímedes—, no se da el fenómeno de plumas», explicó Cuartas Restrepo. Sin embargo, las evidencias de Cassini dejaron más preguntas que respuestas. Sobre todo si se observa la interacción que este satélite ha establecido con Saturno, es el productor de su anillo E, el más exterior y ancho del planeta. Los chorros de vapor de agua, que no caen sobre la superficie planetaria en forma de nieve, suministran gran parte del material que constituye el anillo exterior de Saturno. Ante estos hallazgos, Tenelanda afirmó que la búsqueda debe trascender la mera pregunta por las probabilidades de encontrar organismos vivos, ya que en siglos pasados muchos estudios llegaron a conclusiones erróneas por la ansiedad de encontrar algo similar a lo que conocemos como vida: «Quizá debemos hacernos otras preguntas sobre la vida y no estar buscando lo mismo que somos». Tras el «suicidio programado» de esta misión, a través del cual la Nasa estrelló la sonda contra la atmósfera de Saturno para proteger a sus satélites de contaminación terrícola que pudiera estar adherida a los dispositivos, es necesaria una nueva visita con dispositivos de mejor resolución.
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Corrupción, baja calidad de los servicios y desconfianza en el sistema, son quejas reiteradas frente al sistema judicial. La Universidad de Antioquia fue anfitriona de la consulta ciudadana impulsada por la Procuraduría General para presentar un proyecto de reforma a la justicia.
LEONARDO ÁLVAREZ ARANGO Periodista Facultad de Derecho y Ciencias Políticas boletinalderecho@udea.edu.co
#UDEAANFITRIONA
Peticiones ciudadanas para mejorar la justicia
Agilizar la justicia y hacerla más eficien-
te, son dos de los principales saldos en rojo del sistema judicial colombiano. Así lo señaló la viceministra de Promoción de la Justicia, Juanita María López Patrón, durante su participación en el último encuentro territorial Voz por la Justicia —realizado en la Universidad de Antioquia el 13 de febrero—, organizado por la Procuraduría para escuchar a sectores sociales e incluir sus percepciones en una propuesta de reforma a la justicia. En el encuentro participaron 650 representantes de distintas instituciones públicas, de la rama judicial, los sindicatos y la ciudadanía. La consulta hace parte de la estrategia conjunta entre el Gobierno nacional, la rama judicial, la Procuraduría y otras organizaciones, para preguntarle a la gente sobre las falencias del sistema, puesto que el Ejecutivo planea presentar, en marzo, un nuevo intento de reforma a la justicia del que ya se conoció un primer borrador del proyecto de acto legislativo. Para el Ministerio Público el sistema de justicia del país requiere una mejora que permita la materialización de los fines del Estado social de derecho, relacionados con la promoción de la prosperidad general, la efectividad de los principios y garantías constitucionales, la protección de los derechos, el cumplimiento de los deberes consagrados en el ordenamiento jurídico y la vigencia de un orden social justo. La reforma se centra, primordialmente, en los requisitos y facultades de los magistrados
de alta corte, así como en inhabilidades que tendrían quienes están en altos cargos para presentarse a cargos de elección popular. Según el borrador presentado por el Gobierno nacional, se establecerá que la edad mínima para llegar a ser magistrados de la Corte Suprema, la Constitucional o el Consejo de Estado sea de 50 años, y tendrán que haber ejercido en la rama judicial o el Ministerio Público por al menos 25 años, diez más de los exigidos hoy. De igual manera se requiere una inversión mayor de la administración de justicia, según dijo la viceministra López; así como «trabajar en la transparencia y la actualización tecnológica, y hacer unos ajustes a los códigos para que sean más agiles». Además, habló de fortalecer a los operadores de justicia territoriales, como los jueces de paz, las comisarías de familia y las inspecciones de policía, para que se realicen filtros que permitan la descongestión del sistema.
Mejorar el acceso, prioridad para la ciudadanía
Las voces ciudadanas que participaron en el encuentro Voz por la Justicia —del cual fue anfitriona la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas—, manifestaron que la prioridad debe ser el acceso. El Procurador delegado para Asuntos Civiles y Laborales, Gilberto Blanco Zúñiga, indicó que la gente no está tan interesada en cuáles son los requisitos, ni los periodos de los jueces, ni su órgano de gobierno. Su
necesidad es que le resuelvan sus problemas cotidianos con eficacia y eficiencia. Los datos de la consulta en Medellín arrojaron que el 97 % de las personas piensan que los procesos judiciales son demorados y que esto se debe a la falta de jueces y funcionarios en la rama judicial para atender la cantidad de trabajo, sumados a la mala capacitación del personal y la falta de la tecnología. El directivo en Antioquía de la Asociación Nacional de Funcionarios y Empleados de la Rama Judicial —Asonal Judicial—, y funcionario de la Procuraduría, Eduardo Benavides, consideró la consulta como «un ejercicio valioso pero un poco inútil», pues la justicia está «sobrediagnosticada» y las reformas que ahora ofrece el Gobierno, no son soluciones para la justicia. «El problema de la justicia es que no responde las demandas del ciudadano», contó Benavides, quien no está lejos del sentir de la consulta, que además se refleja en la mala calificación que se le dio en la medición de la confianza en el sistema —3.8 sobre 10—. Las bandas criminales, la delincuencia común, la impunidad y el conflicto armado, también preocupan a más del 40 % de los colombianos en los temas relacionados a la justicia. La viceministra anunció que se vienen un par de reformas: la primera de carácter constitucional, que recoge los intentos reformistas de años atrás y que se presentará el 18 de marzo. Luego, la ley estatutaria de la administración a la justicia, programada para junio.
En el coliseo de la Universidad de Antioquia, con el apoyo de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas, se realizó el último de los encuentros territoriales Voz por la Justicia, en el que participaron cerca de 650 asistentes. Foto: cortesía Procuraduría Delegada Asuntos Civiles.
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Aunque la convalidación de títulos en Colombia es igual para cualquier inmigrante, el fenómeno migratorio venezolano no solo ha representado retos para este proceso, sino que también ha dejado en evidencia las inequidades que debe sortear esta población para hacer valer su experiencia académica.
NATALIA PIEDRAHITA TAMAYO Periodista natalia.piedrahita@udea.edu.co
#MIGRACIÓNVENEZONALA
La dura carrera de los venezolanos para convalidar sus títulos Toni Vitola Jiménez, venezolano que vive hace tres años en Colombia, radicó la petición de convalidación de su título académico ante el Ministerio de Educación Nacional hace seis meses. Desde entonces, no ha recibido respuesta. Sabe que su solicitud es una entre más de 10 000 que están pendientes, y que en su mayoría son de profesionales de la salud. Vitola es economista de la Universidad Central de Venezuela y lidera proyectos como Voluntad Popular y Colvenz —Colonia de Venezolanos—. Allí ha conocido casos de profesionales que optaron por los oficios domésticos para sobrevivir, ya que el pago de la apostilla —mecanismo de legalización de documentos académicos— es sumamente costoso para los habitantes de su país: cerca de 30 salarios mínimos mensuales legales vigentes. «Si un migrante venezolano tuviera 300 dólares —costo aproximado de la apostilla— quizá no tendría que venir a buscar otra vida a Colombia. La convalidación es la principal barrera para el proceso de integración profesional del migrante», aseguró Daniel Carvajal Suárez, abogado, colombovenezolano e investigador de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia, quien hasta hoy ha indagado cerca de 2000 casos de convalidación de migrantes en Colombia. Los títulos profesionales son el principal capital cultural de un migrante, pero en la práctica hay un proceso de devaluación que se plantea por desconocimiento de algunas instituciones educativas. Incluso, quienes logran convalidar enfrentan desconfianza sobre sus capacidades profesionales. «Hay una diferencia en el trato: si eres un europeo o un canadiense o un venezolano. Más que por la nacionalidad, es evidente una fobia, en la que media la clase social», aseguró Vitola Jiménez. Las leyes no diferencian la nacionalidad de un solicitante. Sin embargo, la aparente igualdad tiene efectos diferenciados. «Hay un divorcio entre el derecho y la realidad social —aseguró Carvajal Suárez—, el Gobierno colombiano sabe que algunas comunidades migrantes, como los venezolanos, no estamos en una normalidad sino en una situación de emergencia. Sin embargo, no eliminan las barreras innecesarias». El pago de la apostilla es un requisito para todos los migrantes, sin importar su nacionalidad. Sin embargo, el salario mínimo mensual de un venezolano es de 4 dólares —cerca de 14 000 pesos colombianos—. La convalidación cuesta cerca de 600 000 para pregrado y 700 000 para posgrado. Para Carvajal Suárez esas limitaciones finalmente perjudican es a Colombia, porque los migrantes no podrán entrar en el régimen contributivo, ya que usualmente se dedican al mercado informal. Las barreras innecesarias y los prejuicios no dejan ganancias a un lado ni al otro. Si todas las personas tienen la posibilidad de desarrollar su proyecto de vida, afirmó, se reducen las posibilidades de delincuencia y desacuerdos.
Debido a los requisitos y demoras para la convalidación de sus títulos, algunos venezolanos han desistido de ejercer en Colombia su profesión. Foto: archivo Cultura Centro/Universidad de Antioquia.
Evolución del marco legal de convalidación
La convalidación es el reconocimiento que el Ministerio de Educación Nacional —MEN— le da a un título de educación superior otorgado por una institución legalmente autorizada en el país de origen. 2005 | La Resolución 0547 del Ministerio de Educación Nacional exigía documentos impresos que debían llevarse hasta su sede, en Bogotá. 2015 | La Resolución 6950 estableció tres casos para solicitud de convalidaciones: acreditación de institución por alta calidad, caso similar y evaluación académica. La ley establecía hasta cuatro meses para la respuesta, pero en la práctica duraba más de un año. Para los venezolanos, recién llegados al país, sin contactos y con situaciones económicas difíciles, derivó en que muchos abandonaran el proceso para dedicarse a sobrevivir en labores que no les exigieran un título académico. 2016-2018 | Hizo eco en el país la noticia de irregularidades en la documentación presentada por un grupo de cirujanos procedentes de Brasil para la validación de sus títulos. Para Carvajal, hechos como ese provocaron un endurecimiento de las normas, ya no desde «la buena voluntad del migrante, sino desde la sospecha, desde premisas falsas». 2019 | En octubre se emitió la Resolución 010687, que es explícita al decir que la convalidación de títulos de Venezuela se adelantará en un término máximo de 120 días calendario. El Ministerio de Educación viene haciendo grandes esfuerzos para descongestionar este panorama. En octubre lanzó la Estrategia Integral de Servicio al Ciudadano, con el propósito de simplificar los trámites y reducir en al menos un 50 % el tiempo del trámite. Se anunció, incluso, que para los venezolanos se aceptaría el permiso especial de permanencia. El reto para el MEN no es menor, pues el 28 % de títulos sometidos a convalidación, vienen de esta población.
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Las conquistas independentistas en Latinoamérica tuvieron un gran impulso femenino. Las figuras de los próceres no relumbrarían a través de la historia sin las ideas y acciones de las mujeres que, simultáneamente, engendraron reivindicaciones sociales y, con ellas, gritos libertarios.
NATALIA PIEDRAHITA TAMAYO Periodista natalia.piedrahita@udea.edu.co
#ESPECIALIBERTARIAS
Libert Bolívar y sus tropas tienen en la historia patria un fulgurante protagonismo. Las idealizaciones y adaptaciones sobre sus causas pululan en los libros de la historia de la Nueva Granada e, incluso, fueron representadas en valiosas obras de arte. Los hombres aliados no solamente fueron retratados en la literatura, también se les puede ven en billetes, monedas, cartas y sellos postales. Eran épocas en las que la idea de territorio se cocinaba a partir de la victoria y la derrota, de las conquistas que se relatan en los cuentos. Pero otras figuras impulsaron también esas conquistas: guardianas de los ideales de la lucha por la Independencia, las mujeres que la historia registró sin tanta gloria, también respaldaron el germen de la revolución. En sus biografías convergen las voces de otras mujeres desterradas, confinadas, perseguidas en nombre de la libertad, de las que todos somos hijos. Estas son algunas de las que participaron en las comitivas de la Independencia, algunas de ellas invisibilizadas por el machismo de su época.
La libertad desde las letras Agripina Samper Agudelo (Honda, 1833-1892)
La libertad como convicción Manuela Sáenz Aispurú (Quito, 1797-1856).
En su correspondencia con el Libertador quedó grabada su faceta de amante y compañera, que sublimó con aquel suceso que salvó a Simón Bolívar de la muerte: tras la entrada al Palacio Presidencial de artilleros de la conspiración septembrina, comandados por Pedro Carujo y Agustín Horment, lo ayudó a escapar por la ventana y engañó a las tropas que averiguaban su paradero. Tras estos acontecimientos se disolvió la Gran Colombia. Pero algunos aspectos de su vida, que están desligados de la vida de Bolívar, no son tan recordados. Desde mucho antes de conocerlo se había unido a la causa libertaria y había declarado su autonomía como mujer, fugándose del convento de Santa Clara de Siena, en Quito, en el que estudió; también abandonó a su primer esposo, el médico James Thorne; y, además, fue emisaria y cuidó de los soldados enfermos en batallas. Fue una librepensadora que rompió las ataduras sociales de su época.
Imágenes: cortesía Archivo Banco de la República.
En la prensa bogotana de 1860 quedaron las letras de Pía Rigán, escritora y poetisa que dejó constancia de la defensa de la mujer y la escritura femenina, en épocas del proyecto de ultraderecha de la Regeneración de Colombia, en las que pocas mujeres se aventuraron en esa comisión. Ante la instancia de José María Vergara y Vergara, intelectual reconocido de la época, de prohibir la lectura de la periodista y revolucionaria francesa George Sand según las indicaciones de Pío IX, Agripina asumió públicamente en artículos la defensa de esta obra. Pía reivindicó la necesidad de mirar los valores literarios desentendiéndose de los juicios morales, que en la época apuntaban a la domesticidad femenina, e invitó a sus lectores a bajar la vigilancia moralista del cuerpo femenino y de la escritura de las mujeres.
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tarias La esperanza del pueblo Manuela Beltrán (Socorro, 1724-¿? )
En la región de Guanentá, ahora Santander, se desencadenó el levantamiento de un grupo de más de 2000 comuneros, que organizados por Beltrán, rechazaban la injusticia del virreinato de la Nueva Granada. El acto simbólico lo protagonizó una mujer que enfrentó al poder español rompiendo el edicto del Ayuntamiento de El Socorro, que anunciaba un alza de impuestos de la Armada y Barlovento. Este acto fue el aviso de una lucha por la anhelada independencia de los reinos españoles, la reclamación de la dignidad de los criollos. El valor de este acto reside en el significado que tenía una reclamación femenina para la sociedad de la época, en nuestros días sería un acto, incluso, criticado, pero en el siglo XVI era suicida.
Las joyas por la libertad Petronila Germán Ribón (Mompox, ¿?-1827)
Crecer en una de las familias que lideraban el comercio y la política de la época le formó las cualidades necesarias para encargarse de los negocios de toda su familia y establecer relaciones con casas americanas y europeas. Desde que su hermano Pantaleón fue alcalde de Mompox, en 1810, hasta que quedó viuda, estuvo encargada de llevar las finanzas de sus allegados. Su casa fue escondite y hogar de Bolívar. Pero la hazaña que fijó su apoyo a las causas libertarias fue la venta de sus joyas en un momento de escasez en el que se necesitaban municiones para la defensa, a cambio de estas le entregaron las balas de cañones con las que se libraron batallas por la Independencia. A partir de 1815 tuvo que huir a Jamaica con sus hijos, tras la persecución del ejército español.
Al lado de estos nombres femeninos, que por fortuna quedaron anotados en las páginas de la historia de Colombia, está la pregunta por aquellas mujeres que no figuran en los libros: «Fueron muchas las mujeres que educaron libertarios, atendieron heridos, alentaron desconsolados, y que nunca han sido mencionadas en los anecdotarios de los historiadores. Algunos de los pocos registros que muestran a estas anónimas en combate están en el arte,
Anfitrionas del debate
María Manuela Santamaría Ricaurte (Santafé, 1786-1837) Santafé —germen de lo que ahora es Bogotá— era en 1801 el epicentro cultural y literario de la Nueva Granada. Vivió allí una mujer que pasó a la historia como sabia, ya que tenía vastos conocimientos sobre idiomas y ciencias naturales. Además de haber sido impulsora del proyecto de la Expedición Botánica, su gran aporte fue la apertura de un espacio de conversación y divergencia: la Tertulia del Buen Gusto. En este espacio, en el que se ofrecían viandas y vinos, se reunieron los ilustrados de la época a conversar sobre naturalismo, cultura y política. Mujeres como su hija Tomasa, Josefa Ballén de Guzmán, Josefa Antonia Baraya y otras intelectuales de la época tuvieron en esa sede un espacio de debate y toma de decisiones importantes para América, como la Expedición Pacificadora.
sobre todo en el legado de José María Espinosa, quien las retrató en sus pinturas», aseguró Alba Inés David Bravo, profesora e investigadora del Departamento de Historia de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, de la Universidad de Antioquia, cuyo foco de interés son las mujeres de los sectores populares en los siglos pasados. La profesora David Bravo asesoró la selección de mujeres aquí presentadas.
En la Biblioteca Carlos Gaviria Díaz de la Universidad de Antioquia residen artículos de revistas y libros que abordan la vida y obra de estas y otras mujeres latinoamericanas, que han dado gritos libertarios en diferentes ámbitos. Uno de estos libros es Las mujeres de la independencia, publicado por Elio Fabio Echeverri en 1930.
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Científicos de la Universidad de Antioquia adelantan un estudio que empieza a mostrar los efectos del incremento de las temperaturas en el bosque andino, que se extiende desde Perú y Bolivia hasta Venezuela. La aclimatación es la clave de este fenómeno global.
CARLOS OLIMPO RESTREPO S. Periodista olimpo.restrepo@udea.edu.co
#CRISISCLIMÁTICA
Aclimatarse, clave de la supervivencia de los árboles andinos Guamos, sietecueros, nigüitos y otras 11 especies de árboles andinos son monitoreados en esta investigación. Foto: cortesía Danilov Villegas/Flickr.
Bosques de guama. Ese puede ser el esce-
nario dominante a finales de este siglo en las montañas andinas por encima de los 2400 metros de altura sobre el nivel del mar, si la temperatura en los Andes tropicales es superior en 5 °C a la actual, como se prevé con el ritmo acelerado del actual periodo de calentamiento terrestre, que no le da tiempo de aclimatarse —y menos de adaptarse— a algunas especies vegetales de esta región del planeta. Este es uno de los primeros resultados que se desprenden de un estudio a mediano plazo propuesto por la ingeniera forestal Zorayda Restrepo, doctoranda de la Escuela Ambiental de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Antioquia, quien cuenta también con el acompañamiento científico de la Universidad de Exeter, Reino Unido. «Pensamos que era importante trabajar un programa de aclimatación, porque los bosques andinos deben responder de alguna manera a los incrementos de la temperatura», explicó Restrepo. «Si estas 14 especies se afectan —con el cambio de temperatura—, eso va a afectar todo el bosque tropical. El experimento lo que pretende es predecir lo que va a pasar con el bosque», añadió.
Este proyecto, planteado en 2016, empezó su marcha en noviembre de 2018. Partió de la selección de 14 de las especies vegetales dominantes del bosque andino: guamo (tres diferentes), chagualo (dos diferentes), sietecueros, nigüito, chiriguaco o cardagua, encenillo, cucharo, carguero, cardenillo, candelo y roble. La investigadora y su grupo de trabajo tomaron semillas en Caramanta, a 2450 msnm y una temperatura media de 14.5 °C. Un grupo
las sembraron en San Pablo, Támesis, a 1300 msnm y temperatura de 20 °C, y otro en Puente Iglesias, Fredonia, a 671 msnm y temperatura de 25 °C. El cultivo se hizo en sitios con topografía similar, en condiciones de pendiente y posición del sol lo más parecido al sitio de procedencia. «Para el suelo, como es tan variable, lo que hicimos fue tomarlo de Caramanta y llevarlo al sitio de cultivo. Cambiamos más o menos un
Ante el incremento de las temperaturas en el planeta, las diferentes especies se enfrentan a cuatro posibilidades: Migrar: moverse del sitio donde hoy se encuentran. Por lo general, se da hacia lugares más altos, donde la competencia por el espacio se hace cada vez más dura. Aclimatarse: cambio fenotípico (de forma, comportamiento y otros rasgos) gracias al cual siguen haciendo sus funciones para establecerse, crecer y reproducirse en una nueva condición de temperatura. No implica cambio genético y se puede dar en corto tiempo. Adaptarse: presentan cambios genéticos, los cuales se producen a lo largo de siglos y milenios y no son reversibles, es decir, hay una evolución. Extinguirse: Es la desaparición total de una especie, lo cual trae consecuencias para otras y el entorno. Se produce cuando no puede moverse, aclimatarse y , mucho menos, adaptarse.
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metro cúbico de tierra por cada árbol y ahí sembramos, para no alterar la fertilidad. También les proporcionamos agua para que el régimen hídrico fuera el mismo que en el bosque madre». En resumen, el único cambio al que buscan someter a estos árboles es al de calor, para observar su comportamiento en temperaturas superiores a 5 y 10 °C con respecto al lugar de procedencia, y deducir así cómo puede ser su comportamiento en el escenario del calentamiento global en las próximas décadas. Las previsiones científicas más pesimistas estiman que en los próximos 50 años puede haber un incremento máximo de 5 °C en la temperatura de la Tierra. En cada uno de los sitios seleccionados —incluido el bosque «madre» en Caramanta—, se adecuaron cuatro parcelas de unos 1600 metros cuadrados para la siembra, y en cada una de ellas se sembraron 24 individuos, es decir, 336 en cada lugar, para un total de 1008 individuos observados.
Los investigadores les hacen mediciones permanentes a los árboles transplantados en los municipios de Támesis y Fredonia. Fotos: cortesía Zorayda Restrepo Correa.
«Lo primero que miramos es si crecen, y vemos que sí lo están haciendo, pero ¿se van a reproducir? Para eso necesitan que sus bichos polinizadores o los que las dispersan también se muevan. Los individuos están empezando a dar flores. Con el tiempo queremos evaluar si los bichos también se van a mover», indicó Zorayda Restrepo. De las observaciones realizadas en 2019 se deduce que «a los guamos santafereño y macheto les va mejor en la zona baja (temperatura alta), a otras especies les va bien en la zona media —no están supremamente felices, pero podrían aclimatarse a una temperatura superior a 5 °C —; al cardenillo abajo no le fue bien, el encenillo está más acondicionado a la zona alta, las temperaturas altas parece que no lo van a favorecer. El roble es interesante: tiene una tendencia a crecer en temperaturas más bajas, pero en las zonas medias le va bien», explica la experta. «Lo que sabemos hasta ahora —agregó Juan Camilo Villegas, asesor de este proyecto—, es que esto implica cambios en la manera como el bosque está compuesto y como funciona. ¿Esos cambios son benéficos o nocivos para la gente? Depende. Muchas de estas especies que a lo mejor no logran sobrevivir a las altas temperaturas tienen asociación muy importante con microorganismos del suelo. Si ellas no lo logran, esos microorganismos también se pierden y la descomposición y fertilización se ve afectada. Entonces las aves y los insectos especialistas en polinizar algunas de estas también van a sufrir».
El largo viaje de las especies
En cada hectárea de bosque Andino se encuentran, en promedio, unas 150 especies de árboles, 40 de las cuales se pueden llamar dominantes y de estas se tomaron las 14 para el estudio, por ser las que representan el 90 % de la biomasa de este ecosistema. Algunas son nativas —sietecueros, nigüito—, pero otras caminaron miles de kilómetros para subirse a las montañas tropicales que se extienden desde Bolivia y Perú hasta Venezuela. El ingeniero ambiental y doctor en Recursos Naturales, Juan Camilo Villegas, explicó que «la colonización vegetal de los Andes se ha dado por etapas: Cuando ha habido glaciaciones en el norte de la Tierra, que duran mucho tiempo, cientos de miles de años, las especies tienen tiempo de migrar. Con las glaciaciones los robles empezaron a caminar al sur, pero las tierras bajas del istmo de Panamá son muy calientes para ellos y entonces se treparon a los Andes. Las que vienen del sur, lo hacen sobre todo porque allá hay tan poco espacio, tanta competencia entre especies, que algunas buscan vivir más arriba. Esa historia migratoria les juega a favor o en contra en el pedazo de la zona montañosa que ocupan hoy en los Andes. Las que vienen del Amazonas —como los Inga (guamas)— se «acuerdan» genéticamente que pueden vivir en clima caliente, pero los que tienen memoria de clima más frío —los Quercus humboldtii (robles)—, no saben qué hacer en tan corto tiempo con el actual cambio climático».
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La mediatización de casos trágicos relacionados con errores en la administración de medicamentos deja en evidencia también un alto número de subregistros. Desde la academia y la Asociación Colombiana de Farmacología se sugieren transformaciones que competen a todos los actores del sistema.
JULIÁN DAVID OSPINA SÁNCHEZ Periodista julian.ospinas@udea.edu.co
#BIENESTAR
«Cinco correctos» para no errar con los medicamentos
Según los expertos, el manejo de medicamentos debe partir de lo que se conoce como los cinco correctos: medicamento, correcto, paciente correcto, hora correcta, dosis correcta y preparación correcta. Foto: cortesía Laurynas Mereckas/Unsplash.
Los errores en el suministro de medicamentos a los pacientes no son un problema menor en Colombia. Lo sucedido en Bogotá, a finales de enero, es solo la punta del iceberg. El lamentable caso fue ampliablemente mencionado en los medios de comunicación: por la administración equivocada de un medicamento, murieron dos niños de siete y diez años. La madre acudió a la droguería de su EPS por un purgante y, por error, le entregaron Tramadol, un analgésico para dolores severos. El final fue fatal para los dos menores y penoso para la funcionaria de la farmacia, que quedó señalada como culpable. Según Ángela Caro Rojas, presidenta de la Asociación Colombiana de Farmacovigilancia, la principal dificultad es que este tipo de errores no se reportan y solo salen a la luz pública cuando las consecuencias para los pacientes son fatales. Incluso, en muchas ocasiones el error se camufla con la patología del enfermo y nunca se sabe que su muerte o complicación fue producto de un medicamento mal suministrado.
«Este tipo de errores se pueden presentar por un cambio de turno, por mala sistematización, por las dificultades personales que tengan los profesionales de la salud un día determinado, por no hacerle caso al proveedor, por una mala preparación del medicamento, por la entrada de personal nuevo y muchos otros factores», explicó la especialista, invitada al evento académico Errores de medicación: ¿cómo abordarlos desde una perspectiva de sistema?, convocado por la Facultad Nacional de Salud Pública —FNSP—, de la Universidad de Antioquia, el 20 de febrero del presente año. Por esa multiplicidad de causas que lista Caro Rojas, su planteamiento es que las soluciones frente a este tipo de errores deben incluir a todo el sistema de salud en todos sus niveles, teniendo en cuenta que sus profesionales son humanos y se equivocan, pero que se puede minimizar el riesgo.
Prevenir: de lo técnico a lo emocional
De acuerdo con los expertos, para evitar errores de este tipo es vital asegurar lo que en
medicina se conoce como los cinco correctos: medicamento correcto, paciente correcto, hora correcta, dosis correcta y preparación correcta. «Es necesario que se genere la cultura de seguridad de paciente, en la que todos los trabajadores de la salud sepan lo que pasa con cada enfermo, sin importar si está a su cargo o no. Se entiende que es un nivel de compromiso muy alto, pero se va alcanzando progresivamente», señaló Caro Rojas. Para llegar a este punto óptimo de corresponsabilidad es necesario que las instituciones cuenten con medicamentos óptimos y que los formatos, la sistematización y todo lo técnico en general funcione de manera adecuada. Sin embargo, esto no es suficiente. «Se necesita un liderazgo que comprometa a cada uno de los involucrados con la mejoría del paciente. Un lugar de trabajo en el que se estimule el bienestar de los empleados, en el que se comprendan los problemas que se pueden presentar en la cotidianidad de cada miembro de la comunidad hospitalaria, es decir, un ambiente laboral que empuje a la consecución de metas vitales, como la correcta administración de los medicamentos», explicó la presidenta de la Asociación Colombiana de Farmacovigilancia.
Ergonomía, factor clave
¿Ergonomía? Sí, se trata de un conjunto de conocimientos de múltiples disciplinas aplicado para la adecuación de productos y sistemas. En resumen, la ergonomía se encarga de elaborar o mejorar artículos y sistemas para que el humano no se equivoque en su uso. «Por eso para la Organización Mundial de la Salud —OMS—, hace más de una década, la ergonomía es fundamental para evitar el suministro erróneo de medicamentos, aunque en Colombia esto no sea tenido en cuenta. Hoy en el Reino Unido la ergonomía es uno de los fundamentos para garantizar la seguridad integral del paciente en los diferentes centros hospitalarios», argumentó Yordan Rodríguez, profesor de la Facultad Nacional de Salud Pública, de la Universidad de Antioquia, y
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ELVIA MARÍA GONZÁLEZ AGUDELO Profesora de la Facultad de Educación elvia.gonzalez@udea.edu.co
#UDEAOPINIÓN
Tu seguridad, un hábito
La Clínica Mayo —en inglés: Mayo Clinic—, reconocida entidad norteamericana que dispone de un completo sitio web dedicado a brindar información sobre salud a personas de todo el mundo, sugiere hábitos que también ayudan a evitar errores al consumir la medicación: Llevar una lista actualizada de los medicamentos que se consumen, incluso los de venta libre y los suplementos. Guardar los medicamentos en envases originales con la etiqueta. Mantener los medicamentos organizados en un pastillero. Guardar los plegables informativos que vienen con los medicamentos. En lo posible, usar la misma farmacia. Cuando se compran los medicamentos, verifica que sean la que ordenó el médico. No des tus medicamentos con receta a otras personas ni tomes los de otras personas.
doctorado en Ciencias Técnicas con énfasis en Ergonomía, quien además es magíster en Prevención de Riesgos Laborales. «Para la ergonomía las personas no son las culpables de las equivocaciones, porque los humanos son falibles. Los responsables son los sistemas o artículos que tienen algún error en su diseño y que no previeron lo que podría pasar», dijo Rodríguez. «La ergonomía está relacionada con todo, desde lo micro hasta lo macro. Por ejemplo, en el sistema de salud hay responsabilidad en cómo organizamos los turnos para que los trabajadores no se cansen, cómo diseñamos los formatos para que la información quede consignada correctamente, cómo identificamos los empaques de las diferentes medicinas para evitar confusiones, cómo diseñamos una planilla de suministro de medicamentos y muchas cosas más», sustentó el profesor de la FNSP. Queda claro que los errores en el suministro de medicamentos tienen consecuencias graves, en la mayoría de las ocasiones sin registro, y van más allá del caso de un trabajador de la salud que se equivocó de pastilla, su despido y las consecuencias legales.
Sobre la autonomía universitaria y sus espacios para el aprendizaje En la historia de la humanidad grupos de personas han dedicado su vida a la intelectualidad, a pensar. Su intencionalidad ha sido el saber. Se congregaban espontáneamente en espacios para conversar. En la Edad Antigua se llamaron gimnasio, academia y liceo; en la Edad Media talleres, estudios, colegios y universidades. En la Edad Antigua la congregación estaba dirigida por un filósofo y su forma de conversar sobre el saber: en el gimnasio, Sócrates y su mayéutica; en la academia, Platón y su dialéctica; y en el liceo, Aristóteles y su lógica. En la Edad Media el oficio de pensar se complejizó, mientras el poder político y económico se concentró en la iglesia y en la monarquía —con sus respectivos ejércitos—, emergió un diálogo espontáneo en la sociedad civil para asociarse alrededor del saber, un nuevo poder. En las catedrales y en las cortes se fue constituyendo un espacio denominado scholé, donde se concentraban los jóvenes que deseaban ser clérigos o la aristocracia que aspiraba a una vida cortesana; en las demás clases sociales fue surgiendo naturalmente un deseo de asociación para aprender. Así fue como en el siglo XII los maestros y estudiantes se encontraban espontáneamente en el studium, un espacio que los acogía y protegía, bajo el poder de enseñar y aprender libremente. La palabra studium fue adquiriendo la connotación de lo que allí se hacía: trabajo intelectual con afecto y dedicación al saber, es decir, estudiar. Al estudio empezaron a llegar personas que provenían de varias naciones y tomó el nombre de studium general, cada nación se concentraba en tanto grupo sociológico que compartía su lengua y cultura; estos se diferenciaban de studium particulare, donde la procedencia de las personas era local. También surgieron colleges, albergues privados, semirrurales, para esos estudiantes que provenían de otras naciones; todos dedicados al saber, al encuentro entre culturas, al diálogo de saberes, independientes la monarquía y el clérigo. Luego, se generalizó la expresión universitis como ese grupo más numeroso de personas interesadas en enseñar y aprender. Universitis significa la unidad en la diversidad; unidad, en tanto el grupo de personas interesadas en el saber, y diversidad, en cuanto los diferentes saberes por los cuáles se interesaban los allí congregados. Para la época los saberes estaban clasificados en las artes liberales, serviles y superiores, que también se concebían según las clases sociales. A las artes serviles se dedicaron los mecánicos, artesanos y comerciantes asociados en talleres gremiales, su saber era práctico y configuraron hermandades impenetrables que protegían los secretos de sus oficios, lo que les otorgaba un poder independiente de la monarquía y la iglesia. A las artes liberales se dedicaron los clérigos y nobles. Ellas se clasificaron en trivium (gramática, retórica y dialéctica) y quadrivium (aritmética, geometría, astronomía y música). Esta clasificación va bifurcándose, las escuelas catedralicias se inclinaron a los estudios del trivium mientras las sociedades espontáneas como el taller, studium, colleges y universitis, se inclinaron al quatrivium. Las artes superiores fueron la teología, el derecho y la medicina. La teología y el derecho eran apoyados por obispos y monarcas, ambos poderes necesitaban legislar en lo canónico y en lo civil para perpetuarse en el poder. La medicina, en cambio, se iba construyendo desde la física y desde la práctica. El derecho y la medicina se fueron configurando como las profesiones seculares, mientras la teología era solo para religiosos. El carácter espontáneo de estas asociaciones de personas, de cualquier procedencia y condición, en torno a cualquier tipo de saber secular y en espacios denominados talleres, estudios, colegios o universidades, espacios de recogimiento e intelectualidad, protectores de las ideas, es en esencia social; son portadores de un espíritu corporativo con el propósito de defender los intereses comunes alrededor de los saberes indispensables para el progreso de la sociedad. Nacieron al margen de la monarquía y de la iglesia. He ahí el carácter institucional, autónomo y libre de la Universidad y así se debe conservar. Este escrito es mi libre interpretación del texto titulado Simposio Permanente sobre la Universidad, de Borrero, A. (1981) s.p.i.
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Daniel Pécaut es uno de los académicos que más conoce sobre la historia política colombiana y las transformaciones del conflicto armado. Su mirada de la Colombia del posconflicto, esboza un análisis profundo de los retos que tiene hoy el país.
EQUIPO PERIODÍSTICO Proyecto Hacemos Memoria Universidad de Antioquia proyectohacemosmemoria@udea.edu.co
#UDEACONSTRUYEPAZ
La reconciliación se define en lo colectivo:
Daniel Pécaut Para Daniel Pécaut, un problema del acuerdo de paz es que se firmó en un país que no
tiene conciencia de nación: «Es un país que nunca ha tenido ideologías, métodos, visiones de progreso». A sus 84 años, el sociólogo francés insiste también en la necesidad de analizar la abstención como un síntoma más grave que el triunfo del «no», considerar el miedo como un factor decisivo en el fracaso del acuerdo y de esbozar narrativas así sean provisionales. Estas ideas las planteó en una entrevista que concedió a Hacemos Memoria al término de su intervención en el II Simposio Internacional: Memoria y Construcción de Paz en Colombia, que se realizó en la Universidad Johann Wolfgang Goethe de Frankfurt, Alemania, el pasado mes de noviembre.
En el país se ha discutido mucho sobre los orígenes del conflicto armado: algunos lo ubican en la violencia bipartidista. ¿Piensa que esa violencia de los años cincuenta tuvo continuidad en el conflicto actual?
Pécaut fue uno de los expertos que participó en la redacción del Informe de la Comisión Histórica del Conflicto Armado y sus Víctimas en Colombia, en el marco de los diálogos entre el Estado y las Farc en La Habana. Es también autor de libros como Violencia Política. Ensayos sobre el conflicto colombiano y Crónica de cuatro décadas de política colombiana. Foto: proyecto Hacemos Memoria.
Hay algo de continuidad. Es decir, es cierta la historia de las Farc, de las organizaciones campesinas, pero es una continuidad muy reducida. Las guerrillas de los años sesenta: las Farc, el ELN, el EPL, fracasaron. Y fracasaron, entre otras razones, porque no tuvieron mucho apoyo. Cuando el ELN llegó a Simacota la población les preguntaba: «Pero ¿ustedes son liberales o conservadores?». Eso, sin hablar de la derrota militar en 1973. Las Farc no tenían un proyecto militar, porque realmente lo que al partido le interesaba era tener a concejales en los municipios y todo el tiempo lo dedicaban a esa lucha partidista. Entre los años 1960 y 1975, las Farc hacían en promedio una emboscada al año. Con el narcotráfico se dio un corte, la guerrilla cambió, es decir, fue el momento en que las Farc decidieron que sí podían tener un plan estratégico: Jacobo Arenas, en 1982, pensó en tomarse el poder en ocho años. El ELN, por su parte, renació de sus cenizas gracias a la plata del petróleo, es decir, se fue creando una coyuntura totalmente nueva. Cuando Virgilio Barco llegó al poder —en 1986— se vio cómo se habían debilitado mucho las instituciones. Y fue creciendo la corrupción en todo el sistema, surgieron todas esas redes políticas locales, a veces aliadas con los paramilitares gracias al narcotráfico. En eso sí hay un cambio sumamente fuerte: las violencias —de los años cincuenta— terminaron con dos partidos que tenían presencia en todos los municipios, en el campo; pero luego, el conflicto político avanzó con los partidos en crisis, la constituyente de 1991, los esfuerzos financieros de los actores armados y la corrupción, que llevaron a la división de todo el sistema.
Usted decía que el conflicto había fortalecido a las élites…
Lo dije para La Violencia de los años 50; es obvio, es que salieron triunfantes, imponiendo sus maneras, y con esa visión tan
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También dijo que las marchas están uniendo intereses de muchos sectores, pero luego se van a fragmentar, la polarización va a volver.
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Yo no alcanzo a creer en ese surgimiento, de un momento a otro, de un pueblo unido alrededor de la misma idea, combatiendo. No. Yo creo que cada uno tiene sus reclamos y que los motivos de protesta son muchos. Mi diagnóstico, hasta hace poco, era que la razón por la cual muchos sectores criticaban el acuerdo era el miedo a los cambios, a los movimientos sociales, a que las Farc, las ex Farc se metieran en los movimientos sociales, en la instalación de los movimientos indígenas, etc. Me sorprendería que los factores de miedo hubieran desaparecido por negarlo. Estamos viviendo un momento muy excepcional; pero la famosa polarización política de la cual se hablaba hace unos meses, no veo por qué hubiera desaparecido.
¿Cuál es esa narrativa que necesitamos hoy y que usted dice que le falta al conflicto armado? jerarquizada, el desprecio hacia esas masas que se habían matado entre sí, la barbarie. El problema es que muchos se beneficiaron de ese conflicto. El crecimiento de Colombia se mantuvo, en comparación con otros países, es decir que muchos sectores no padecieron. En las élites figuraron muchos que realmente salieron de la nada, que hicieron su poder económico y político en los últimos treinta años. Por eso digo, es una mezcla, las élites manejaron a los que tienen más influencia política y económica, volviéndose mucho más diversas que antes.
De esto último, ¿piensa usted que los asesinatos de líderes sociales están relacionados con el favorecimiento de ciertos proyectos en algunas zonas del país? Yo, hasta el momento, no creo que haya una cosa tan coordinada. Hay un montón de actores metidos en eso: los que asesinan a los líderes locales que están en sustitución de cultivos, los que están en contra de la restitución de tierras, los que están a favor de la autonomía para las comunidades, el ELN que está más metido que nunca en el narcotráfico. Hay una multiplicidad de personas interesadas en acabar con los líderes sociales. Y esa fue una experiencia que vivió Colombia durante todos los años del conflicto armado: acabar con los líderes sociales.
El asesinato de líderes se incrementó tras la firma del Acuerdo de Paz que, creímos, iba a ser un articulador de los intereses de la nación, pero no fue así. ¿Por qué?
Yo también lo esperaba. El problema es que Colombia nunca ha tenido una visión de nación, no sabe que existe como nación, no ha tenido las pruebas que hacen, que ayudan a fortalecer el sentido de nación, no ha tenido guerras con otros países; los militares no han tenido el papel fundador que tuvieron en los años 30 en muchos países de América Latina. Colombia es civilista, más civilista de lo que se dice. Pero también es un país que nunca ha tenido ideologías, métodos, visiones de progreso. Por eso, cuando se logró el acuerdo de La Habana, que me parece un éxito increíble, se descubrió que no había capacidad para tener una movilización en términos de nación. Y creo que lo más sintomático no fue que el «no» hubiera ganado —en la votación del plebiscito—, sino que la participación fuera del 30 por ciento, es decir, la gente no votó. En las dos circunstancias en las cuales se decidieron cosas fundamentales para Colombia, para pensar el país: la Constituyente del 91 y los acuerdos de La Habana, la abstención fue la misma. Eso plantea muchos problemas.
La violencia no es la narrativa, por eso la violencia se quedó como un trauma. En el momento es fundamental esbozar algunas narrativas. Esa es la tarea de la Comisión de la Verdad. Es muy difícil hacer la narrativa, es decir, solo pueden ser provisionales. Sabemos que dentro de cincuenta años se van a producir otras narrativas con un poco más de conocimiento. Para referirme a la experiencia mía, me tocó escribir un informe para la comisión de La Habana y decir lo que pensaba sobre el Frente Nacional, sobre el fracaso de las guerrillas en los años sesenta y setenta, sobre la violencia y la cuestión armada. Era una cosa muy mal recibida y lo decía de manera muy cautelosa. Sin hablar del papel del narcotráfico en el conflicto armado, tema que hasta el momento rechazó la izquierda. No hay que olvidar que la izquierda no empezó a hablar de los secuestros sino a partir del año 2008, antes había silencio y a quien hablaba de la práctica del secuestro lo tildaban de derechista. Ahora se empieza a liberar la palabra sobre las atrocidades de las Farc, pero es algo nuevo, entonces todavía estamos en diez casos: Bojayá, los diputados del Valle, etc. No es nada en comparación con lo que fue. Es decir, hablar que en el Caquetá las matanzas del personal político liberal fueron tan importantes como la matanza de la UP sería extraordinario. Yo me temo mucho que se busque la reconciliación rápida, que todos se den la mano, paramilitares y guerrilleros. Creo que con eso no se alcanza realmente a reconstruir; sabiendo que es un proceso muy largo, que se define a través de condiciones colectivas, es decir, hay que tener proyectos para el Cauca, para Nariño. El Gobierno tiene que, con apoyo de la comunidad internacional, privilegiar algunos proyectos con apoyo de todos los que quieren meterse, por supuesto los exguerrilleros, todos, y las disidencias, si aceptan meterse.
¿Y el relato de la desmovilización de los paramilitares? Ese relato se está haciendo desde 2005, ¿usted cómo ha visto lo que se publica, lo que está en las audiencias?
A pesar de que hicieron cosas monstruosas y todavía más numerosas que las de la guerrilla, eso de que hubieran hablado con esta Ley de Justicia y Paz hizo que la gente se olvidara de lo que hicieron. En el momento la gente critica a las guerrillas y se le olvida lo que hicieron los paramilitares. Yo creo que contribuye mucho el hecho de que piensen que los paramilitares confesaron o aceptaron, o fueron extraditados y ya pagaron sus diez o quince años de cárcel, que no hubo tanta impunidad como dicen que hay en relación con las Farc, lo que es muy discutible. Yo estoy a favor del acuerdo de La Habana y por eso acepto que a la JEP le convenga condenar a penas de ocho años a los criminales de las Farc.
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Parte del casco urbano de Abejorral —municipio del Oriente antioqueño— fue declarado bien de interés cultural en el año 2002. Desde entonces, habitantes e instituciones locales conviven con las paradojas para su protección. Su experiencia refleja los retos que la sostenibilidad patrimonial les plantea a muchos otros territorios del país.
YÉNIFER ARISTIZÁBAL GRAJALES Periodista jennifer.aristizabal@udea.edu.co
#CULTURAYPATRIMONIO
Abejorral y las paradojas del patrimonio material A 84 kilómetros de Medellín se encuentra un pueblo colorido, donde el sol brilla a pesar del frío y algunas ruinas conviven con generosas casas que tienen la impronta —en cada baldosa, cada fachada, cada rincón— del paso de la Colonización Antioqueña. El centro histórico de este pueblo es, desde el 2002, bien de interés cultural de carácter nacional, una etiqueta que reconoce su valor patrimonial, entre otros aspectos, por su planimetría, homogeneidad en las construcciones, valor artesanal y distribución del espacio. El proceso de esta declaratoria empezó en 1997, cuando Mónica Pabón Carvajal y Catalina Lema Ortega —entonces estudiantes de Arquitectura de la Universidad Nacional Sede Medellín—, realizaron un estudio acerca de la arquitectura tradicional antioqueña y de la colonización. El trabajo indagó por el valor patrimonial de las casas del centro histórico del municipio y, con base en él, el Ministerio de Cultura expidió la Resolución 0619 de 2002. En esta resolución quedó claro el valor estético, histórico, de autenticidad, de originalidad y la representatividad cultural de los 579 bienes inmuebles que expresan este modelo de construcción popular. El Ministerio resaltó su representatividad cultural en tanto «el desarrollo social que vivió Abejorral en su época de esplendor permitió el arraigo del espíritu comercial en el interior de sus habitantes, característica de esta región del país y que ha sido su motor de desarrollo». Desde entonces, Abejorral ha vivido un proceso de apropiación de su patrimonio y de la conservación necesaria de los diferentes bienes. Al igual que la mitad de los centros históricos declarados en el país, este municipio cuenta hoy con un Plan Especial de Manejo y Protección —PEMP—, cuya duración es de 12 años.
en quien recae la responsabilidad de la protección, exigida por el Gobierno nacional. «El Estado se escuda en que no puede invertir en bienes privados», dijo, mientras que los propietarios se quedan sin cómo realizar inversiones en estos por su nivel de protección e intervención mínima y porque ante entidades financieras, por ejemplo, la gestión de recursos resulta completamente limitada. Al mismo tiempo, el exfuncionario señala que los beneficios fiscales a los que estos tendrían derecho en su declaración de renta no son lo suficientemente claros y que los dueños no cuentan con capacitaciones al respecto. A esto se suma que parte del mantenimiento de los bienes requiere materiales que no son populares ahora, como el bahareque —muy usado en la época de construcción—. Hoy en día, su utilización se percibe como un atentado contra el medio ambiente: «Estas casas fueron construidas con las maderas de la región y ya no podemos cortar esos árboles porque las entidades ambientales no lo permiten», resaltó Jaramillo Acevedo. Ante este panorama, que a veces se torna conflictivo, el gestor señaló la peligrosidad no solo de una visión del desarrollo asociada a la construcción, donde «solo ve en su demolición una salida», sino también en aquella «visión romántica del patrimonio que no se debe tocar y donde cada mínima intervención se toma como ofensa». Otra paradoja tiene que ver con la norma, que aunque está clara, la aplicación de esta no lo es y «son muy pocos los casos
Las paradojas
Nadie duda de la importancia de conservar este y otros cascos urbanos declarados patrimonio, en condiciones apropiadas para observar, reconocer, proteger y apropiarse de todos los valores culturales que le son pertinentes. Sin embargo, los propietarios y las administraciones locales son testigos directos de una serie de paradojas en cuanto a la protección del patrimonio material, no solo en este municipio del Oriente de Antioquia sino también en otros del país. Camilo Jaramillo Acevedo —periodista, magíster en Gestión Cultural de la Universidad de Antioquia y quien estuvo al frente de la gerencia del PEMP en Abejorral—, consideró que la primera paradoja asociada a la protección de este patrimonio es que, aunque la norma sea muy clara, «es muy engorroso y costoso para el propietario hacerla cumplir». Jaramillo explicó que es en este
Los rasgos arquitectónicos dejados por la tradicionalidad antioqueña y de la colonización, están impresos en buena parte de los 579 bienes inmuebles declarados de interés cultura en Abejorral. Foto: cortesía Armando Correa.
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LINA MARÍA CARRILLO BONILLA lina.carrillo@udea.edu.co MARIA ROCÍO BEDOYA BEDOYA maria.bedoya@udea.edu.co Docentes*
#UDEAOPINIÓN
Congreso Nacional en Defensa de la Educación Superior Pública
Iglesia Nuestra Señora del Carmen, en el parque principal de Abejorral. Foto: cortesía Edison Stiven Suarez/@suarezs1331.
donde se hacen efectivas las sanciones» ante cualquier intervención no autorizada por el Ministerio. El antropólogo Emilio Piazzini Suárez, investigador del Instituto de Estudios Regionales de la Universidad de Antioquia —Iner—, coincidió con Jaramillo en que no se presenta aún una adecuada articulación entre las políticas nacionales y las realidades locales. Explicó que en el tiempo de la declaratoria en Abejorral —en el 2002— aún no había mucha madurez en el manejo de la relación previa con la comunidad, lo que puede generar —o ha generado en este caso— dificultades para la sostenibilidad del patrimonio.
La aspiración de un patrimonio sostenible
Esta sostenibilidad también pasa por un aspecto económico que en muchas ocasiones se proyectaba en el turismo. Sin embargo, para Piazzini, este no fue el renglón económico que permitió que Abejorral prosperara y así los bienes pudieran generar recursos. «La promesa de que lo importante del patrimonio es el turismo no se cumplió, y no debe cumplirse siempre, porque este también puede traer graves afectaciones sobre el patrimonio». Para el doctor en Historia, algo que va más allá de los réditos económicos relacionados con el patrimonio tendría que ser «la posibilidad de tener un repertorio cultural propio, que ayude a resignificar la historia local, las identidades culturales y que promueva la función social del patrimonio cultural». Es decir, enmarcar la riqueza patrimonial dentro de políticas públicas de educación que promuevan el conocimiento propio del territorio. Por su parte, Camilo Jaramillo Acevedo contempló entre las soluciones y una aspiración de sostenibilidad patrimonial, una relación más cercana entre los propietarios y el Ministerio de Cultura, pues los primeros «no rechazan el patrimonio, solo quieren adaptarlo a su estilo de vida», señaló. Para esto requieren que se reconozcan las particularidades de cada territorio y que la norma no insista en una homogenización a la hora de proteger el patrimonio material.
El V Encuentro de la Mesa Amplia de Profesores(as) de Universidades Públicas —Manpup— en noviembre de 2019, convocó la realización de un Congreso Nacional de Educación Superior para este segundo semestre. Esta convocatoria recoge los logros de la gran movilización estudiantil y profesoral por la educación superior pública y los avances en la identificación de la problemática de la educación pública, como: un nuevo sistema de educación superior articulado al sistema de ciencia y tecnología, y orientado al enfoque del conocimiento como bien común para el goce del conjunto de la sociedad y no para la acumulación de riqueza en manos de unos pocos; un nuevo modelo de financiación que precisa reformar los artículos 86 y 87 de la Ley 30 de 1992; la formalización laboral del profesorado; la reforma del Icetex; la valoración de las revistas científicas; la reforma al sistema general de regalías; el respeto a la movilización y a la autonomía universitaria y las garantías plenas de los derechos humanos. La Manpup agrupa a diferentes profesores(as) de más de 15 universidades públicas del país en el Decálogo para un pacto por la educación superior pública, el cual en forma resumida expresa: 1) Que la educación superior no es una mercancía ni un bien de uso privado. Es un derecho humano y social universal que permite el acceso al bien común del conocimiento. 2) Y debe estar al alcance de cualquier ciudadano o ciudadana sin condición alguna, como política de Estado. 3) Para lograr el acceso universal a la educación superior es mejor financiar la oferta con base en impuestos, que financiar la demanda con base en crédito educativo. 4) Sabemos que se requieren cerca de 18.2 billones de pesos, según el presidente del SUE, para superar el déficit acumulado en las universidades públicas. Y un tanto más para ampliar el acceso a la educación superior de quienes hoy son excluidos de ella. 5) Afirmamos que los recursos necesarios deben ir a la oferta de las instituciones públicas para cubrir los costos de una educación de calidad, esto es: a. Ampliación de la planta docente y administrativa; b. Infraestructura y dotación adecuadas; c. Bienestar universitario; d. Investigación y extensión solidaria estratégicas según las necesidades regionales y nacionales. 6) Los recursos públicos deben provenir de impuestos generales progresivos con destinación específica, basados en un pacto social y político, a través de mecanismos como: a. Derogación de beneficios tributarios a grandes capitales o empresas; b. Impuesto a la riqueza; c. Impuesto a los dividendos; d. Impuesto al sector financiero. 7) El país necesita un sistema de educación superior estatal —SUE— regionalizado y adecuado para las necesidades diversas de las regiones, basado en trabajo complementario, interinstitucional y solidario en red entre instituciones universitarias nacionales y regionales, y entre instituciones universitarias e instituciones de formación técnica y tecnológica, articulado al Servicio Nacional de Aprendizaje —Sena—. 8) Requerimos un sistema de ciencia, tecnología e innovación bien financiado, como política de Estado, en diálogo estratégico con el sistema de educación superior y con las necesidades nacionales y regionales, con articulaciones solidarias entre las instituciones y sin competencia entre ellas por convocatorias. 9) Creemos en universidades e instituciones públicas democráticas y autónomas, capaces de definir su rumbo y de elegir sus autoridades. Finalmente, 10) Queremos una sociedad más justa y en paz, que priorice la educación y el conocimiento sobre la guerra, y creemos que es posible construirlo desde la sociedad toda. El propósito del Congreso es profundizar en estos temas y construir juntos una propuesta consensuada para aportar lineamientos de una nueva política pública de educación superior en Colombia, garantizando la participación de profesores, estudiantes y expertos en educación superior con invitados internacionales y nacionales. * Docentes de las facultades de Ciencias Agrarias y Derecho y Ciencias Políticas, respectivamente.
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En 1992 apareció el primer número de Leer y reeler. Ahora, las 90 ediciones de esa exquisita selección de textos e ilustraciones inspiran el libro 21 ensayos. Una selección de Leer y Releer. Un regalo del Sistema de Bibliotecas que exalta, a través de la lectura, la lectura misma.
LUIS GERMÁN SIERRA J. Coordinador Cultural del Sistema de Bibliotecas UdeA german.sierra@udea.edu.co
#LECTURARECOMENDADA
Un libro sobre la lectura en la biblioteca 21 ensayos. Una selección de Leer y releer,
reeditado por el Sistema de Bibliotecas en 2019, es un libro que reúne, como su nombre lo indica, veintiún ensayos tomados del folleto Leer y Releer que se publica en el Sistema de Bibliotecas de la Universidad de Antioquia, y que en estos momento va por el número noventa, con ensayos literarios de autores de todo el mundo y de todas las épocas, desde Miguel de Cervantes Saavedra en 1615, hasta Ida Vitale en 2019; desde Stefan Zweig en 1890, hasta Chantal Maillard en 2015; desde Virginia Woolf en 1920, hasta Piedad Bonnett en 2014; desde Luis Tejada en 1924, hasta Germán Espinosa en 2000. Una selección de textos con el tema único de la lectura —y, por lo tanto, del libro y las bibliotecas— ya que Leer y Releer viene con ensayos literarios y culturales en general, y con ensayos sobre la lectura y los libros en particular. Autores como George Steiner, Pablo Montoya, Michel de Montaigne, Juan Manuel Roca, Stefan Zweig, Héctor Abad Faciolince, Herman Hesse, Eduardo Escobar, Jorge Volpi, Darío Jaramillo Agudelo, entre otros importantes escritores; con ensayos como «Dulzuras y amarguras del devorador de libros», «Soy un lector», «El placer que no tiene fin», «Defensa del lector», «El ocioso trabajo de escribir», «Lectores perversos», «Epístola sobre los libros y los viajes», «Agradecimiento a los libros», «Sobre la lectura» o «El café y la cultura». Cada uno de los noventa números publicados hasta el momento de Leer y Releer
está originalmente ilustrado, además, por un artista —casi todos, hasta el momento, han sido de la Universidad de Antioquia— que muestra cerca de doce obras, que bien pueden ser fotografías o grabados o pinturas o dibujos o registro de instalaciones. Son, pues, dos lecturas: por un lado, los ensayos literarios y, por otro lado, las obras de arte. En el libro 21 ensayos. Una selección de Leer y Releer también hay ilustraciones. En la primera edición de 2015 —cuando la biblioteca cumplió 80 años— la ilustradora fue Sara Roldán, en ese momento estudiante de Artes Plásticas de la Universidad —ahora es maestra en esa disciplina—, con algunos de sus dibujos autorretratos. Y en la actual edición de 2019 el ilustrador es Kike Aguilar, profesor de la Facultad de Artes, con dibujos y pinturas. La recomendación es «leer y releer» estas reflexiones que tienen, todas, la gran fortuna de ser tratadas bajo el género del ensayo literario de la manera maestra como lo tratan quienes son, ante todo, creadores de literatura en poesía, en cuento y en novela. El ensayo literario en manos de grandes creadores de literatura, que son, siempre, las mejores manos en que puede estar el ensayo literario.
Estas son algunas de las portadas de las noventa ediciones que hasta hoy tiene Leer y releer.
Escanee con su teléfono el código para acceder a la versión PDF de los veintiún ensayos sobre la lectura, tratados por veintiún escritores de remarcada importancia.