PERIÓDICO ALMA MATER N 598, MAYO 2011

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Nº 598 Medellín, mayo de 2011

SISTEMA DE COMUNICACIONES • http://almamater.udea.edu.co • almamater@udea.edu.co • ISSN 1657-4303

Debate al proyecto del Gobierno sobre nueva Ley de Educación Superior

Universidades colombianas exponen al país sus preocupaciones

Reconocimiento mundial Una propuesta investigativa del profesor de la Universidad de Antioquia, Neil Guerrero González, fue distinguida en el certamen más importante en el mundo para un estudiante de doctorado que trabaje con comunicaciones basadas en fibra óptica.

Foto Luis Javier Londoño Balbín

El Gobierno explica cómo espera lograr los objetivos de la nueva ley Páginas 12 a 15 Daniel Pécaut En Colombia sirven para inventar fronteras dentro de la población donde no las había

Página 20

Páginas 22 y 23

Páginas 6 y 7

En junio comienza la construcción

Desafíos, tensiones y perspectivas de la autoevaluación universitaria Páginas 16 y 17

Páginas 18 y 19

El colombiano que supo darle uitilidad científica y solidaria al dinero privado

Herramientas tecnológicas para la atención integral a víctimas de minas antipersonal y munición sin explotar

Páginas 2 y 3 Páginas 26 y 27

Un Parque para la VIDA en el Área de la Salud Página 21


P a n o ra m a

Por el rigor de los jurados encargados de adjudicarlos y por la idoneidad y calidad de quienes los han recibido, los Premios Alejandro Ángel Escobar son considerados el más prestigioso galardón científico y de apoyo a la labor solidaria y comunitaria que se concede en Colombia. De nuevo, la convocatoria del presente año recibió una masiva respuesta. En julio próximo se conocerán los ganadores y en agosto se cumplirá la ceremonia de premiación en Bogotá. También se anunciarán los ganadores de las Becas del Fondo Colombia Biodiversa.

Como Directora de la Fundación desde 1990, he querido no solamente continuar con la idea inicial de sus creadores –Alejandro Ángel Escobar y María Restrepo Mejía–, sino imprimirle un sello más académico y una dinámica más contemporánea. Por lo tanto, aparte de la tradición de otorgar los premios de Ciencias y Solidaridad, se han emprendido otras actividades entre las que se destacan algunos seminarios nacionales e internacionales; el apoyo a eventos académicos y culturales; la publicación de libros producto de investigaciones en ciencias humanas y aplicadas, y para abordar nuestros primeros cincuenta años publicamos el libro Fundación Alejandro Ángel Escobar 50 años, con

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La imagen de una Colombia que sólo sabía sembrar café y pastorear ganado, contrastada con el buen vivir de los países en donde se educó y adquirió la pericia necesaria para atender asuntos de Estado y manejar los negocios familiares, fueron ingredientes que convencieron a don Alejandro Ángel Escobar en la idea de otorgarle una función pública a la apetitosa fortuna que por herencia y gestión personal terminó figurando a su nombre. Fue así como, animado y respaldado por su esposa, doña María Restrepo Mejía, don Alejandro determinó en su testamento legar una buena parte de sus bienes para estimular la ciencia y la solidaridad en Colombia. Años atrás en Estados Unidos –lugar de residencia voluntaria de su familia cuando él apenas tenía tres años y en donde adelantó el ciclo completo de estudios primarios y secundarios–, el joven Alejandro conoció en detalle el funcionamiento de la fundación filantrópica del clan Rockefeller, a la que se le reconoce hoy en todo el mundo un gran apoyo financiero a la educación, la creación de la prestigiosa Escuela Johns Hopkins de Salud Pública de Harvard, el desarrollo de la vacuna contra la fiebre amarilla y el

el cual celebramos el trabajo ininterrumpido durante más de cinco décadas, en las que hemos sido testigos y partícipes de importantes procesos en temas de ciencia y solidaridad que contribuyen al desarrollo de la humanidad. Muy importante ha sido para la entidad la creación del Fondo Colombia Biodiversa, que otorga becas a estudiantes de pregrado y posgrado que estén trabajando sus tesis de grado en temas relacionados con el conocimiento, la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad colombiana. La Fundación también forma parte del Foro Nacional Ambiental, alianza interinstitucional1 que se dedica a la reflexión sobre la política ambiental del país y al planteamiento de recomendaciones para lograr una mejor integración de la dimensión ambiental en las políticas de desarrollo del país, e iniciar un proceso de diálogo sobre el medio ambiente y la sostenibilidad, cuyos resultados sean tenidos en cuenta en los procesos de formulación de políticas públicas y en los ámbitos decisorios de los demás sectores. Adicionalmente, ha establecido la Colección Editorial María Restrepo de Ángel y, desde 2010, ha puesto a disposición del público el catálogo en línea de la Biblioteca María Restrepo de Ángel, en donde se encuentran referenciados todos los trabajos de investigación que han participado desde 1955 en las convocatorias de los Premios Alejandro Ángel Escobar, en la categoría de Ciencias. En el año 2009 creó un boletín electrónico mensual de noticias de ciencias, medio ambiente y solidaridad, denominado La Cotorra, marco en el cual la Fundación lanzó un concurso entre los lectores del boletín, denominado ¡Toma tu flor! que buscó incentivar la observación del entorno natural colombiano, en especial la observación de las flores, y entablar una relación dinámica con los lectores de La Cotorra. Como parte de las actividades de coordinación del Fondo de Becas, en 2007 inició la Cátedra Colombia Biodiversa, la cual consiste en realizar conferencias

que promuevan el entendimiento de los temas más desafiantes en materia ambiental en Colombia y el mundo. Esta cátedra es el escenario para que expertos de primera línea expongan sus ideas y las discutan con investigadores, estudiantes y ciudadanos en general que compartan su preocupación por la conservación y recuperación del medio ambiente. La primera edición de la cátedra contó con la presencia del reconocido entomólogo estadounidense Edward Wilson. En noviembre de 2010, en alianza con Panthera Colombia, y con el apoyo de la Biblioteca Luis Ángel Arango, la Fundación Alejandro Ángel Escobar realizó la segunda edición de la cátedra, la cual contó con la participación del zoólogo estadounidense Alan Rabinowitz, quien ha contribuido con logros inigualables en el área de la conservación de grandes felinos. Si miramos atrás podemos ver que la gran comunidad que es la Fundación Alejandro Ángel Escobar –investigadores, instituciones, jurados, asesores, universidades, centros de investigación, consejo directivo, funcionarios y amigos–, ha sido artífice y testigo del desarrollo científico, económico y ético de Colombia. Si miramos hacia adelante nuestra experiencia y voluntad nos permitirán seguir en este camino con ahínco y tenacidad. En el futuro la Fundación establecerá vínculos y ofrecerá más oportunidades que les permitan a todos los investigadores y a todos aquellos que trabajan por el desarrollo del país obtener más y mejores estímulos; todo esto coordinado desde las nuevas directivas de la Fundación, Laura Jaramillo Botero como Subdirectora y Verónica Hernández Cárdenas como coordinadora del Fondo de Becas Colombia Biodiversa. Nota 1 De esta alianza forman parte además de la Fundación Alejandro Ángel Escobar, la Friedrich Ebert de Colombia-Fescol, Ecofondo, Tropenbos Internacional Colombia, Universidad de los Andes Facultad de Administración, la Universidad del Rosario Especialización y Línea de Investigación en Derecho Ambiental, la Fundación Natura, y WWF-Colombia


Fotos cortesía Fundación Alejandro Ángel Escobar

“Los premios han de asignarse por trabajos realmente meritorios, que merezcan la nota de excelentes, si no en absoluto, al menos dentro de la relatividad cultural del país. No es mi deseo que se premie al menos malo, sino al muy bueno”: Alejandro Ángel Escobar (foto1: en la Universidad de Cambridge, en 1926; foto 2: con su esposa María Restrepo Mejía, en 1950) financiamiento de trabajos científicos, muchos de ellos galardonados con el premio Nobel. Luego en Europa –donde a los 23 años obtuvo en la universidad inglesa de Cambridge el título de economista–, se interesó por la estructura y los objetivos de la fundación que otorga en Suecia los premios Nobel, creados por voluntad del industrial Alfred Nobel, inventor de la dinamita. Provisto de un claro proyecto ante la vida –impermeable a los devaneos de la vida fácil–, toma la decisión de regresar de Europa a Colombia en 1927 con un doble propósito: servirle al país y hacerse empresario al lado de su padre, don Alejandro Ángel Londoño, arriero antioqueño poseedor de riquezas en la naciente industria nacional, en los sectores cafetero y ganadero, en las casas de comercio y en la banca. El cargo de ministro de Agricultura que ejerció entre 1950 y 1951 –cuando el país contaba por miles las muertes que dejaba en campos y ciudades el torpe y cruel enfrentamiento bipartidista–, le permitió convencerse aún más de la urgencia de trazarle caminos de progreso a Colombia para tratar de contribuir en algo a superar las consecuencias de un preocupante atraso secular. En tal sentido, y con la visión de fomentar la investigación científica, importó semillas, pastos y diferentes especies de ganado, y contribuyó a la creación del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) y la Federación Nacional de Ganaderos. Nacido en Medellín el mismo año en que Panamá le fue arrebatada a Colombia (1903), el espíritu de don Alejandro abandonó su cuerpo el 8 de mayo de 1953 –con apenas cincuenta años de vida–, generándose a partir de entonces el proceso de inmortalidad que acompaña a todo ser humano que, por convicción, sabe anteponer los intereses colectivos a la banalidad de la riqueza acumulada e inútil. Pero si hay alguien con el mérito de la inmortalidad de don Alejandro es doña María que, tras las honras fúnebres, comenzó a insuflar de vida el deseo testamentario de su esposo. No hubo empeño mayor para ella que hacer realidad la Fundación Alejandro Ángel Escobar, al punto de que en 1955 ya se estaban entregando en el país los primeros premios en ciencias y solidaridad.

Siguiendo la pauta trazada por don Alejandro –Es mi voluntad que se dé preferencia a todas aquellas labores científicas de aplicación práctica o a los descubrimientos del mismo orden que se relacionan con los problemas del suelo en Colombia, cuyo empobrecimiento progresivo me preocupa hondamente…–, los primeros en recibirlo en la categoría científica fueron el profesor Enrique Pérez Arbeláez, autor del libro “Plantas útiles de Colombia”, y los autores del trabajo “Estudios de los suelos del distrito de irrigación del río Coello”, Alfonso García, Alfonso Samper, Antonio Llanos, Servio Tulio Benavides, Pedro Ramírez y Ramiro Guerrero del Instituto Geográfico Agustín Codazzi. En solidaridad, la primera distinción recayó en las Hermanas de la Asunción de Bogotá y las Escuelas Populares Eucarísticas de Medellín, entidades a las que se les exaltó el trabajo en pro de la comunidad y de los sectores marginados de la sociedad. La posición de superioridad basada en razones económicas, que se ha solido llamar paternalismo, debe ceder a un espíritu fraternal de conciencia de igualdad cristiana entre todos los hombres. La costumbre de recibir sin ejercer ninguna prestación, además de ser vejatoria para la dignidad humana, favorece el parasitismo social, verdadera lacra en una sociedad pobre como la nuestra, que necesita desarrollar al máximo todas sus reservas de trabajo. Por eso es necesario ir más adelante, llegar a dar no solamente bienes y servicios, sino capacitación personal para obtenerlos”, dejó dicho don Alejandro en su testamento, documento que bien podría introducirse como texto obligado de estudio en todas las instituciones donde dice formase la dirigencia política y empresarial colombiana. Ello con un propósito simple: que alleguen razones para emular el ejemplo del inmortal Alejandro Ángel Escobar.


P a n o ra m a

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Director de Posgrado Comité Editorial Martiniano Jaime Contreras Luquegi Gil Neira Olga Castaño Martínez Eufrasio Guzmán Mesa Asdrúbal Valencia Giraldo Alberto González Mascarozf Editor Alberto González Mascarozf (AGM) Jefe Departamento de Información y Prensa Redacción Luis Javier Londoño Balbín (LJLB), Alberto González M. María Paola Zuluaga Buriticá Diagramación Juan Camilo Vélez Rodríguez Fotografía Luis Javier Londoño B., Archivo ALMA MATER Corrección Luis Javier Londoño B. Coordinación Archivo Fotográfico Juan Camilo Vélez Rodríguez María Paola Zuluaga Buriticá Secretaria María Mercedes Morales Osorio

Departamento de Información y Prensa - Secretaría General • Ciudad Universitaria, Calle 67 N° 53-108, Bloque 16, oficina 336, Medellín • Teléfonos (4) 2195023 y 2195026. Fax (4) 2331627

E-mail: almamater@udea.edu.co http://almamater.udea.edu.co

Se garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial, y la de fundar medios masivos de comunicación. Estos son libres y tienen responsabilidad social. Se garantiza el derecho a la rectificación en condiciones de equidad. No habrá censura. (Artículo 20. Constitución Política de Colombia)

La actividad periodística gozará de protección para garantizar su libertad e independencia profesional. (Artículo 73. Constitución Política de Colombia)

LA UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA HACE CONSTAR: • Que se encuentra en trámite el reconocimiento del traspaso de la pensión jubilación que percibía el señor RAMÓN ANTONIO GÓMEZ QUINTERO, quien falleció el 21 de febrero de 2011. Se ha presentado a reclamar la señora EFIGENIA ARBELÁEZ DE GÓMEZ en calidad de cónyuge. Otras personas que se consideren con derecho, presentarse dentro de los 30 días siguientes a esta publicación

El profesor Fabio Humberto Giraldo Jiménez fue designado por el rector Alberto Uribe Correa nuevo director de Posgrados, en reemplazo del profesor Hernando Velásquez Echeverri, quien se jubiló. Giraldo Jiménez venía desempeñándose como director del Instituto de Estudios Políticos.

ESPÍRITUS LIBRES. Egresados Universidad de Antioquia El libro ESPÍRITUS LIBRES. Egresados Universidad de Antioquia” será presentado por el Programa de Egresados este martes 3 de mayo, a las 6:00 de la tarde, en el Paraninfo (Edificio de San Ignacio). La obra, que ofrece 129 perfiles, es definida por el editor Álvaro Cadavid como “un producto académico resultado de ejercer la libertad de pensamiento, expresión y cátedra, un ejercicio consciente y responsable, no sometido a credos, dogmas, conveniencias, militancias, intereses, grupos, prejuicios, cuotas, amos, abolengos, afectos, jerarquías o procedencias. Es una obra que revela los tipos de profesionales y seres humanos que ha formado y pretende seguir forjando la universidad; es sólo una muestra de esos miles de espíritus libres”.

Se le conoce con el alias de aludo, capotillo, palomilla, manta blanca, aliblanco, chitra, polvorita pero responde al nombre de un insecto llamado Lutzomyia. Las autoridades han informado que se le ha visto en las regiones tropicales de América, circundando las viviendas, en lugares como los huecos y raíces de los arboles, debajo de hojas que están en el suelo, en gallineros o criaderos de cerdos.

Libertad de expresión y redes sociales Luis Ángel Fernández H., periodista científico y consultor en TIC (Barcelona, España), ofrecerá el martes 3 de mayo de 2011, a las 10:00 de la mañana en el Teatro Camilo Torres de la Universidad de Antioquia, la conferencia Libertad de expresión y redes sociales. Inscripciones en http://reune.udea.edu.co


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Mensaje del Rector El Gobierno Nacional presentó el pasado mes de marzo una propuesta de reforma a la educación superior y desde entonces el debate no ha cesado en los claustros, en los medios de comunicación, en los hogares e incluso en las calles. El primer llamado que han hecho todos los sectores involucrados es que se trata de un asunto transcendental para el país que debe ser discutido con toda la calma y serenidad del caso, con argumentos y con propuestas, superando de manera definitiva la época de la universidad contestataria. La reforma a la educación superior es imprescindible pensarla para periodos más extensos a los que dura un mandato presidencial. La actual ley que nos regula fue promulgada hace 18 años, en un contexto en el que se acababa de expedir la Constitución Política redactada por la Asamblea Nacional Constituyente y con la cual los colombianos anhelaban que los problemas de pobreza, desigualdad, atraso económico y social, violencia y conflicto armado, corrupción, falta de espacios democráticos, déficits de legitimidad de algunas instituciones del Estado, entre otros que padecía el país, fueran solucionados.

Alberto Uribe Correa Rector Universidad de Antioquia

Durante estos 18 años, innegablemente el país y el mundo han cambiado, en especial en lo que se relaciona con las formas de producción y acceso al conocimiento y la cultura. Aunque en buena medida las nuevas tecnologías de la comunicación han permitido una mayor democratización de los saberes, también se han ampliado las diferencias entre las naciones y entre las personas.

La discusión que ahora se genera con ocasión de la propuesta presentada por el Gobierno Nacional, además de identificar y subsanar las falencias de la actual ley de educación superior, debe tener en cuenta tanto el contexto nacional e internacional como el rol que se atribuye a la educación como uno de los medios más eficaces para la movilidad social, el desarrollo, la inserción real y equitativa en la economía, la consolidación de la democracia y la formación de ciudadanía. Esto supone analizar por lo menos los siguientes aspectos: 1. Los aspectos filosóficos-políticos de la educación superior. Un interrogante a resolver es si una ley, como la que se propone, debe regular sólo un servicio o por el contrario debe establecer los medios para garantizar un derecho, que además genera indudables réditos sociales. La dimensión de la autonomía universitaria y su contenido, la relación entre la libertad que requiere el conocimiento y las demandas de la sociedad, son otros ítem de esta reflexión. Igualmente se debe abordar la tensión entre la necesidad de ofrecer una formación profesional que permita a los egresados desarrollar rápida y efectivamente su vida laboral y la formación para el pleno ejercicio de la ciudadanía, esto es, la formación política, filosófica y cultural del individuo. 2. Los aspectos económicos. Un punto nodal es el compromiso, expresado en disposición efectiva de recursos por parte de la sociedad y del Estado, para garantizar el acceso a la educación superior, la permanencia en ella, y la calidad de la misma; aquí existe obviamente otra tensión entre la destinación que se le da a los escasos recursos económicos y las múltiples necesidades del país. En el caso de las universidades públicas, la regla establecida en la Ley 30 de 1992 ha permitido, hasta cierto punto, estabilidad en sus ingresos, en la medida en que existe una partida permanente en el presupuesto nacional para ellas. No obstante, el propósito de lograr una educación de calidad y aumentar la cobertura, sumado a las múltiples cargas fiscales que en estos años se han agregado a las universidades, son un riesgo para la supervivencia de las mismas en el futuro mediato. Desde varios años atrás, los rectores del Sistema Universitario Estatal hemos evidenciado el progresivo desfinaciamiento de nuestras instituciones debido a la interpretación que ha dado el Gobierno Nacional a los artículos 86 y 87 de la Ley 30 de 1992. La reforma debe enfrentar ésta situación y solucionarla, pues lo contrario es asistir al lento fin de la universidad pública. El análisis comparativo de lo sucedido en otros sectores sociales como el de la salud o la educación básica permitiría aprender la lección de lo que no debemos hacer, si se quiere garantizar un derecho a los colombianos. Es importante además desatar esa posible o aparente contradicción entre cobertura y calidad. Esto por cuanto si asumimos la educación como un derecho, la calidad de la misma hace parte del núcleo esencial del derecho. En resumen, en este punto debe identificarse tanto las necesidades de financiación, como los mecanismos pertinentes para garantizar que las personas puedan acceder a la educación superior y no solamente aquellos que tengan la solvencia económica para pagarla, dejando en claro que es necesario garantizar la estabilidad y la duración en el tiempo de los recursos, del presupuesto público, a las universidades públicas para cumplir cabalmente su misión. 3. El sistema de educación en Colombia. Una de las dificultades durante estos años es que hemos tenido normas que regulan, a modo de compartimentos, la educación en sus diferentes etapas, sin que existan unos principios y reglas generales que permitan articular un real sistema de educación desde la infancia hasta la adultez. El grave problema de deserción en la educación superior obedece no sólo a factores económicos. La orientación vocacional, la formación recibida en la educación básica y hasta los modelos pedagógicos inciden fuertemente en la permanencia de los estudiantes y requieren una solución en conjunto del sistema educativo. Por otro lado, la relación entre la educación técnica, tecnológica y profesional debe ser abordada sobreponiéndose a la diferenciación con base en número de semestres de formación, el estatus social de cada uno de estos niveles o la institución que los presta. Requerimos una conceptualización epistemológica, filosófica y pedagógica que nos permita efectuar una adecuada distinción entre los niveles. Finalmente debe definirse con claridad el apoyo de la sociedad y el Estado en la promoción de maestrías y doctorados, que son los que permiten la formación de investigadores y producción de conocimiento, articulados estos programas a la solución de los problemas más sentidos de la sociedad para el desarrollo del país. La Rectoría y el Consejo Académico de la Universidad de Antioquia han acordado desarrollar una agenda que incluirá los espacios y momentos para abordar los tres puntos mencionados. Invitamos desde ya a todos los estamentos a participar con ideas y argumentos, con la firme intención de compartir con el SUE, ASCUN, la sociedad y con las instituciones del Estado una propuesta de reforma a la educación superior que sirva a la solución de los problemas del país y, por ende, perdure en el tiempo.

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CONSEJO SUPERIOR UNIVERSITARIO Luis Alfredo Ramos Botero Gobernador del Departamento y Presidente de la Corporación Alberto Uribe Correa Rector Antonio Yepes Parra Representante del Presidente de la República Jaime Restrepo Cuartas Representante Ministra de Educación Nacional Carlos Alberto Palacio Tobón Representante del Consejo Académico Juan Carlos Amaya Castrillón Representante Profesoral Manuel Antonio Ballesteros Romero Representante de los Egresados Luis Fernando Arango Arango Representante del Sector Productivo Luis Javier Arroyave Morales Representante de los ex Rectores Luquegi Gil Neira Secretario General

CONSEJO ACADÉMICO Alberto Uribe Correa Rector Jairo Humberto Restrepo Zea Vicerrector de Investigación Óscar Sierra Rodríguez Vicerrector de Docencia María Helena Vivas López Vicerrectora de Extensión Rubén Alberto Agudelo García Vicerrector Administrativo Francisco Londoño Osorno Decano Facultad de Artes Sara María Márquez Girón Decana Facultad de Ciencias Agrarias Ramón Javier Mesa Callejas Decano Facultad de Ciencias Económicas Frank Uribe Álvarez Decano Facultad de Ciencias Exactas y Naturales Luz Stella Correa Botero Decana Facultad de Ciencias Sociales y Humanas Jaime Alberto Vélez Villa Decano Facultad de Comunicaciones Clemencia Uribe Restrepo Decana Facultad de Derecho y Ciencias Políticas Carlos Arturo Sandoval Casilimas Decano Facultad de Educación María Isabel Lalinde Ángel Decana Facultad de Enfermería Carlos Alberto Palacio Tobón Decano Facultad de Ingeniería Élmer de Jesús Gaviria Rivera Decano Facultad de Medicina Álvaro Cardona Saldarriaga Decano Facultad Nacional de Salud Pública Clara Eugenia Escobar Güendica Decana Facultad de Odontología Pedro José Amariles Muñoz Decano Facultad de Química Farmacéutica Olga Castaño Martínez Representante Profesoral Consejo Académico Luquegi Gil Neira Secretario General Invitados Martiniano Jaime Contreras Vicerrector General Fabio Giraldo Jiménez Director de Posgrado Jaime Ignacio Montoya Giraldo Director de Planeación Sebastien Longhurst Delorme Director de Relaciones Internacionales Ana Lucía Sánchez Gómez Directora de Bienestar Universitario John Jairo Arboleda Céspedes Director Programa de Regionalización Liliana Marcela Ochoa Galeano Directora Escuela de Microbiología María Teresa Arbeláez Garcés Directora Escuela Interamericana de Bibliotecología John Jairo Giraldo Ortiz Director Escuela de Idiomas Berta Lucía Gaviria Gómez Directora Escuela de Nutrición y Dietética Eufrasio Guzmán Mesa Director Instituto de Filosofía Iván Darío Uribe Pareja Director Instituto de Educación Física y Deporte Claudia María Rivera Osorio Directora de Control Interno


Opinión

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Afirma Daniel Pécaut

Fotos Luis Javier Londoño Balbín

En Colombia las prácticas de crueldad sirven para inventar fronteras dentro de la población

Los homicidios, masacres, desapariciones forzadas, secuestros, torturas, desplazamientos, etc., en Colombia no son fenómenos distintos a los que suceden en las peores guerras internas en otras partes del mundo. Así lo sostiene el sociólogo francés y estudioso de Colombia Daniel Pécaut, en la charla sobre las prácticas de crueldad que han infringido en la población colombiana la guerrilla, los paramilitares, los narcotráficantes y las fuerzas armadas. Pero, “a diferencia de muchos otros ejemplos de conflictos internos, esas

prácticas raras veces obedecen a una oposición amigo-enemigo estable. No siempre en lo que se refiere a los agentes armados, menos todavía en lo que se refiere a la población civil”, asegura. En contra de la población, agrega, en la gran mayoría de los casos, no existe ninguna división previa, sino, más bien, una situación de indiferenciación. “Las prácticas de crueldad apuntan en esas condiciones a imponer una división arbitraria donde no existía. En resumen, a diferencia de los conflictos internos en los cuales se puede distinguir entre un nosotros y los otros, en Colombia las prácticas de crueldad sirven para inventar fronteras dentro de la población donde no las había”, precisa. Pécaut –quien intervino el 14 de abril de 2011en la cátedra de formación ciudadana ‘Héctor Abad Gómez’, en la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia–, plantea que describir las prácticas atroces mismas no ayuda mucho a entenderlas, ni aquéllas han cambiado tampoco desde las guerras de la antigüedad hasta las de ahora. Asegura, asimismo, que quienes acometen actos de barbarie no son locos ni perversos. Al respecto, recuerda que Hannah Arendt subraya hasta qué punto el responsable del exterminio de millones de judíos era un hombre más o menos ordinario, que actuó sin ser consciente de que estuviera transgrediendo los valores éticos que le habían sido inculcados. Como también, ejemplifica, los agentes hutus del genocidio tutsi estaban convencidos de haber cumplido las tareas que se les asignaban. “En casi todos los casos de masacres de masas los asesinos actúan en función de lo que les parece racional para conseguir objetivos socialmente aceptados, al menos, por el grupo del cual hacen parte”, dice. Señala que los estudiosos de las masacres de masas suelen mostrar que para que éstas se den es preciso que, más allá de una oposición política amigo-enemigo, que según Carl Schmitt sería la esencia de lo político, se llegue a percibir al enemigo como otro radicalmente diferente, como fue el caso de los nazis en relación con los judíos. Ahora bien, reflexiona, “no siempre esta referencia a un otro radicalmente diferente antecede las prácticas de masacres”, y observa que no faltaban los casos de coexistencia pacífica entre los hutus y los tutsis, ni tampoco entre los serbios de Bosnia-Herzegobina y los bosniacos. En tales casos, explica, la visión del diferente como un otro radical es más bien el producto de propaganda previa, así como de las mismas prácticas de crueldad llevadas a cabo por los grupos armados. Añade el profesor de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París que la propaganda puede remitir a un amplio corpus ideológico, como fue el caso del antisemitismo nazi; pero, aclara, no siempre este es el caso. “En otras situaciones –complementa– se trata de la activación circunstancial de elementos nacionalistas, étnicos, regionalistas, religiosos, que destruyen los lazos de coexistencia y alimentan formas de terror y de miedo, que consiguen llevar a la oposición amigo-enemigo hasta prácticas de destrucción de parte de uno de los grupos armados”. En la coyuntura de masacres de masas –continúa– el otro no siempre aparece tal ‘por naturaleza’, como lo afirman los victimarios. A menudo, agrega, hay casos en los cuales se lo considera más bien como un traidor, un sospechoso, que comparte las mismas características de los victimarios. Las masacres de masa que siguieron a las grandes revoluciones, explica, la francesa o la soviética, estuvieron acompañadas de un momento en el que los masacrados eran los compañeros de la víspera. “Aquí también se van elaborando de un momento a otro fronteras entre los unos y los otros, fronteras que van cambiando según los momentos”, plantea, y añade que sería, sin embargo, un error pensar que la ‘ideología’ o la propaganda lo explican todo. Precisa que los estudios históricos demuestran que no todos los agentes de las atrocidades actúan por fanatismo ideológico, ni se comportan como ejércitos unificados, ni tampoco se limitan a obedecer a consignas formuladas desde el poder central, sino


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que entran en juego múltiples redes locales de poder, que aprovechan las circunstancias para fortalecer su control, sin olvidar los arreglos de cuenta, las venganzas dentro de la población civil que encuentran la oportunidad de expresarse en un contexto de crisis. “No hay –asegura el director de la revista Problème d’Amérique Latine– estrategias centralizadas de terror institucional que no vayan acompañadas de modalidades descentralizadas de terror”. En el caso colombiano, considera, el mejor punto de partidada es contrastar las atrocidades de la violencia de los años 50 con las décadas recientes. En cuanto a sus formas materiales, asegura, “las prácticas atroces no difieren mucho. También se parecen en el hecho de que revisten modalidades regionales muy variadas en función de estructuras económicas diferentes. Lo que difiere, sin embargo, es su hilo conductor, su racionalidad, su sentir”. Explica que, más allá de las diferecias regionales, la primera violencia tiene como hilo conductor la división partidista, y son muy pocas, casi ausentes, las bandas armadas que no eran leales a las identidades partidarias. “En agunos casos –añade– esto se combinaba con un pasado de conflictos sociales agrarios y tendía a autonomizarse de la influencia de los dirigentes políticos locales, pero sin que desaparecieran por completo los vínculos con los dos partidos”. Es decir, concluye, que se da una clara oposición amigo-enemigo que venía desde arriba, pero se extendía hacia los participantes de abajo. “Una oposición que no era propia de los agentes violentos, sino que consistía en que gran parte de la sociedad también estaba atravesada por identidades partidistas, lo cual explica que no faltaran ejemplos de antagonismos entre veredas vecinas y que aun frente a los abusos de la guardia y más tarde de los bandoleros prevalecía cierta solidaridad de la población con ellos”.

••••• ¿Está dispuesto el Estado colombiano a recibir ayuda externa para resolver el conflicto interno? —A diferencia de muchos comentaristas, yo no creo que hasta el momento las influencias de afuera hayan sido realmente importantes en la evolución del

Hay muchas razones para afirmar que las masacres y otras atrocidades remiten a la construcción de un otro, que si bien en el caso de La violencia no se define en términos étnicos o regionales, tampoco se limita a un simple criterio político, ya que la dimensión religiosa le da un sustrato más profundo.

conflicto colombiano. En el transfondo de lo que está aconteciendo todavía está el narcotráfico que atraviesa todo, desde los años 80. Pienso que las guerrillas hubieran negociado [la paz] hace mucho tiempo y que los paras hubieran cogido una fuerza mucho más limitada que la que han tenido si no fuera por el narcotráfico. Los primeros que hicieron tambalear el Estado colombiano no fueron las guerrillas, sino los narcotraficantes, el terrorismo narcotraficante. ¿Será, entonces, la legalización una salida posible? Yo no tengo respuestas, y tengo el interrogante siguiente: ¿no será que ya se han concebido mafias tan fuertes, tanto colombianas como afuera, que no van a dejar fácilmente que los beneficios de esa economía desaparezcan? Y me parece que las políticas antidrogas han fracasado. Alrededor de las prácticas crueles, ¿ha indagado sobre el uso de los violentos de los cuerpos de los niños, niñas y mujeres? — Tengo dificultades para analizar las prácticas de crueldad partiendo sólo de las prácticas sobre los cuerpos; no acepto

Sin embargo, no se puede ignorar que, más que todo en la fase tardía, las prácticas atroces se volvieron una rutina. De ahí que se borrara poco a poco la memoria de La violencia como violencia partidista, y que no hubiese quedado después de cuarenta años sino el lugar común según el cual la historia colombiana se ha regido siempre por la violencia.

describir si juegan fútbol con las cabezas y si violan mujeres. Eso lo sabemos y sabemos que eso acontece en la mayoría de los conflictos internos. Pero siempre es más importante buscar, más allá, las lógicas que hacen posible esos comportamientos y que se vuelven en un momento dado comportamientos aceptables de individuos o grupos. El problema del narcotráfico no se está acabando, es el drama de este país. Pero hay que reconocer que en este país, a pesar de que los fenómenos de la violencia sigan es mucho lo que se sabe ya, es mucho lo que ha salido a la luz pública. Sobre violaciones de mujeres se saben más casos que en el Perú, con la Comisión de la verdad. Y se conocen muchas descripciones de masacres. Lo que ha hecho el grupo de memoria histórica es establecer los hechos, cómo interpretarlos, con toda su complejidad, como el caso de Bojayá, El Salado. En Colombia ya han salido a la luz muchas cosas, pero claro que está por hacerse justicia. Y tantas personas han participado que será difícil hacerse justicia, pero es obvio también que es

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fundamental que tribunales de verdad, con reconocida autoridad nacional e internacional, puedan decir dónde están las responsabilidades mayores. Es fundamental la verdad y queda por construirse mecanismos de justicia para que los responsables no queden en la impunidad. Lo que ha pasado no es un problema que se resuelve a corto plazo. Cuando llegó la paz a El Salvador, Nicaragua o Guatemala la violencia aumentó. Hay que tener en cuenta que ya se ha dado una degradación de las violencias en Colombia y en caso de que se empiece a buscar soluciones políticas tenemos que estar preparados a que los procesos de degradación continúen durante otro tiempo. Se trata de un proceso largo que tiene que combinar al mismo tiempo educación, políticas sociales y ofrecer a los jóvenes otras perspectivas que las de hacer parte de bandas para tener reconocimiento. ¿Hay salidas al conflicto en Colombia como en Sudáfrica, Argentina o Centroamérica? —Es muy difícil la comparación. En Argentina hubo una dictadura militar, treinta mil víctimas; en Sudáfrica era el apartheid con todo lo que implicaba, y frente al cual se encontró una salida política. Ahora busca salidas sociales para enfrentar los tremendos problemas de violencia, mayores que en el tiempo del apartheid. Pero Colombia, insisto aunque muchos amigos me critican, es un país en el que el narcotráfico ha tenido, tiene y va seguir teniendo un papel decisivo. Creo que en cuatro años se podría encontrar una salida negociada, incluso con las bandas urbanas, si no estuviera la economía del narcotráfico de por medio. Y digo una nota optimista: no hay que olvidarse que Colombia tiene una tradición que no es autoritaria, y cuando hubo tendencia a poderes autoritarios no pudieron mantenerse mucho tiempo, y hay búsqueda de salidas y de participación social para alcanzar la paz y hay elementos democráticos más fuertes que en muchos otros países, porque en la Argentina se habla mucho de los generales y se olvida que había un sector peronista golpista y que en muchos países de América Latina siempre ha habido sectores aliados con militares para dar salidas de fuerza.


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Revisar el desorden de la estratificación que se está aplicando en la ciudad de Medellín

Mi gran preocupación como corporado de esta ciudad es velar por la integridad de las personas con que convivimos. Hoy quiero manifestar que no existe comunicación real entre los gobiernos Nacional y local para la aplicación de la metodología de estratificación, y que es necesario hacer un frente común para solicitar al DANE y a Planeación Nacional que socialicen la metodología y la hagan más participativa, para que responda a la realidad de la ciudad. Las metodologías que está implementando el gobierno Nacional de acuerdo con las estadísticas del DANE no son las más correctas para la estratificación de esta ciudad. Planeación Nacional debe socializar y revisar detalladamente los puntos de ley sobre todo la Ley 42 de 1996 en concordancia con este tema. La estratificación es muy grave para la gente humilde. Cuando se habla de ella, se habla de salud, de canasta familiar y de educación. Hoy la gente sufre mucho, sobre todo cuando se habla de estratificación uno, dos y tres, que tienen que acudir al Sisbén, y si están en estrato tres, quedan con Sisbén tres, que “es como tener la mamá pero tenerla muerta”.

JESÚS ANÍBAL ECHEVERRI Concejal de Medellín

Esta metodología del Gobierno es muy abstracta, poco objetiva, porque toman un cuadrante, observan la fachada del inmueble y van señalando desde sus percepciones, otorgando “a dedo” el estrato cuatro, cuando la vivienda pertenece al estrato dos. Se necesita que se adentren en las casas, verifiquen si las personas que viven en ese lugar están trabajando, si tienen comida o no, si la madre es cabeza de familia. Hay una cantidad de elementos de miseria y de necesidades que se deben tener en cuenta a la hora de hacer la mirada de estratificación. Como el desplazamiento intraurbano

Una idea JOSÉ LUIS PÉREZ LÓPEZ Vicedecano Facultad de Ciencias Exactas y Naturales Universidad de Antioquia

En vista de que los espacios en Ciudad Universitaria y sus diferentes sedes están saturados, y, como es por todos conocidos, los jóvenes de los sectores marginados de la ciudad de Medellín y de algunos municipios del departamento no tienen acceso a los Semilleros que se ofrecen en la Universidad de Antioquia, propongo la siguiente idea: Capacitar pedagógica y metodológicamente a los estudiantes de tercero o cuarto semestre en adelante de las facultades de Ciencias Exactas y Naturales, Ingeniería, Química Farmacéutica, Educación, etc., de la UdeA y de otras universidades que deseen prestar el servicio de ofrecerles Semilleros, los sábados o por las noches en semana, a los jóvenes de décimo y once de las instituciones educativas de los sectores y comunas marginadas, y de municipios del área metropolitana donde residen. Podemos sugerirles a las secretarías municipales que de los respectivos PRESUPUESTOS PARTICIPATIVOS les compensen a estos instructores (los estudiantes capacitados), como incentivos económicos, el pago de las horas que empleen en esta actividad.

que aumenta cada año y que, según las cifras de la Personería, en 2008 fue de 700 desplazados, en 2009 de 400 y en 2010 de 6.000, lo cual se refleja en las comunas 1, 6, 8 y 13. Y, para completar, la ciudad tiene 50.9% de personas en pobreza extrema, con veintiseis mil desplazados. El 84% de las personas de Medellín son de estratos uno, dos y tres. De los 2’328.000 habitantes de la ciudad sólo 1’200.000 personas están sisbenizadas. El 42 % de los habitantes de la ciudad no tiene trabajo, ni los servicios básicos; es ahí donde se mide el nivel de pobreza de esta ciudad. Por todas estas cosas es que le estamos pidiendo al Gobierno que replantee su metodología y otro tipo de correctivos, porque los habitantes no van a tener con qué pagar, pues hay mucha gente con cobros coactivos que no tienen con qué sanear los impuestos. Colombia es el país que mayor impuesto paga en el mundo (el 16% y el 4x1000). Es por eso que este Gobierno debe operar bajo los términos sociales, teniendo en cuenta los cordones de pobreza y miseria de esta ciudad. Diseñar una medida de estratificación que beneficie a todos, pues desde 1996 no se han cambiado las medidas de estratificación estipuladas por ley, y muchos gobiernos han pasado

de agache con esta medida sin hacer absolutamente nada. Por otro lado, se le ha solicitado al DANE y a su director, José Hernando Gómez, que explique la justificación por la cual se ha usado por años el modelo implementado para las ciudades por Planeación Nacional y el DANE. Ni la administración municipal tiene clara la metodología implementada por el gobierno Nacional con respecto a la estratificación. Existe un documento social público pero nadie lo conoce. La invitación es a buscar estrategias que ayuden a conocer el documento mediante foros, seminarios y talleres para facilitar la comprensión de la metodología de valorización actual. Es importante que el Gobierno ejerza un papel más efectivo, pues han sido reiterados los reclamos desde el Concejo de Medellín, haciendo eco a muchas inquietudes de las comunidades. Una vez revisada la metodología, ello permitirá que los estratos socioeconómicos más bajos de la población puedan acceder a diferentes beneficios como los subsidios, el pago de servicios públicos, la valorización de predios y el cobro del impuesto predial.

Observemos las bondades: • Se les ofrece a los jóvenes de las instituciones de los sectores marginados la oportunidad de vincularse a los Semilleros en sus propios entornos, lo que en otras circunstancias no lo podrían hacer por la falta de recursos económicos. • Los jóvenes instructores (estudiantes de la UdeA o de otras universidades) recibirían apoyo económico (dineros que saldrían del presupuesto participativo), para el transporte y algo para su manutención. • La UdeA y las otras universidades que acepten harían presencia en esos sectores marginados y propiciarían una estrecha relación académica entre los estudiantes y sus propias comunidades. • De esta manera, estaríamos contribuyendo a que los jóvenes de las comunas sean tratados con un poco más de equidad, respecto a los que sí tienen la posibilidad de acceso a los beneficios que ofrece la Universidad en sus sedes, y seguramente esta actividad se vería reflejada en un mejor rendimiento en el examen de admisión y, posteriormente, en el desempeño en el programa que escojan. • Claramente, hay dos apoyos sociales a la comunidad. • Se mantiene más tiempo en actividades académicas a los jóvenes de las instituciones educativas de esas comunidades, lo que les reduciría el tiempo para pensar en actividades ajenas a su proceso formativo, como drogas y delincuencia, entre otras. • Esta actividad puede reducir la gran deserción que hoy existe en la educación superior. • Se puede usar el material de los semilleros presenciales o diseñar uno nuevo, con la coordinación existente o se crea una nueva. • Se puede elaborar un proyecto en este sentido y presentárselo a los municipio, luego de explicarles la idea.

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La universidad cercada RIGOBERTO LANZ Sociólogo, investigador Universidad Central de Venezuela* Insistamos en esta idea básica: es cada vez más improbable que las universidades retengan el monopolio de la titularización o la acreditación de saberes. Hay otra agencias, otras vías, otras modalidades que se irán imponiendo por fuerza de la dinámica del trabajo (de su “extinción” dirían algunos autores). La exclusividad de las certificaciones de saberes llega a su fin. La universidad como el único lugar donde se obtienen diplomas ya no aguanta más. Pero además hay otra pequeña tragedia para la universidad profesionalizante: el famoso mercado laboral, fundado en la idea moderna de trabajo, también llega a su fin. Por eso ya no hay correspondencia entre profesiones y empleo, entre transferencias tradicionales de conocimientos y trabajo. El remedio de las “nuevas profesiones” tiene el límite de los mismos viejos modos de pensar, de los mismos viejos modos de enseñar, de los mismos viejos modos de trabajar. Esta “frontera del diploma” como la llama Cristovam Buarque es uno de los muchos vectores en los que se expresa el agotamiento del modelo de universidad que se arrastra, esa es parte de su crisis, por allí difícilmente se llegue a alguna parte. La cuestión es que el sentido común dominante no ve más allá de esta imagen simple de la universidad que forma profesionales. A la gente que no piensa estos asuntos le cuesta muchísimo entender la idea de una universidad constituida esencialmente por comunidades intelectuales. Eso es ya de suyo un grueso problema. Pero es que una buena porción de la gente que está en el medio universitario tampoco entiende de qué va la cosa. Esto es desde luego casi una tragedia: porque revela la enormidad del vacío teórico en el que se ha vivido en todos estos años; porque ubica fuera de esos ámbitos las

Haber vivido durante décadas “como si” todo marchara bien, o más o menos bien, produce esta psicología de la resignación en la que los pequeños intereses y el parroquialismo son ya suficientes para que un profesor pase veinticinco años entrando y saliendo de un salón de clases sin pena ni gloria, o que varias generaciones de estudiantes vayan y vengan anónimamente. En ello consiste el agotamiento del paradigma universitario que nos trajo hasta aquí.

* Venezolano (1944). Sociólogo (Universidad Central de Venezuela). Magíster en Filosofía de la Ciencia (UCV). Doctor en Sociología (Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales. París). Fuente: Agencia Latinoamericana de Información

claves de su transformación; en fin, porque pone de bulto la inquietante paradoja de un espacio que es por definición humus de la reflexividad pero en el que se piensa poco o casi nada. Hay una manera de minimizar la gravedad de la crisis universitaria sacando unas cuentas que tranquilizan la mala conciencia: tantos profesionales graduados, tantas revistas, tantos posgrados y cosas parecidas. No digo que esto se haga deleznablemente para engatusar. Al contrario, muchos colegas intentan con ello mostrar “que no todo está perdido”, que “hay cosas positivas”, que mucha gente hace esfuerzos honestos porque las cosas mejoren. En efecto, no podemos partir de un barrido en el que nada queda en pie. “Partir de cero” nunca ha sido un buen punto de arranque cuando queremos pensar en estrategias de transformación. El problema es otro. Entender la magnitud de la crisis del modelo universitario que padecemos no es sentirse evaluado, y por tanto obligado a justificar lo que se hace en las universidades como si se tratara de una acusación personal. De ese modo se crea la curiosa imagen de unos “críticos malagradecidos que no quieren a su universidad”. Parece una trivialidad al pasar pero les aseguro que funciona como un poderoso antídoto frente a la angustia de una realidad congelada… dura de cambiar. Haber vivido durante décadas “como si” todo marchara bien, o más o menos bien, produce esta psicología de la resignación en la que los pequeños intereses y el parroquialismo son ya suficientes para que un profesor pase veinticinco años entrando y saliendo de un salón de clases sin pena ni gloria, o que varias generaciones de estudiantes vayan y vengan anónimamente. En ello consiste el agotamiento del paradigma universitario que nos trajo hasta aquí. Es a esa realidad a la que se dirige el esfuerzo transformador de muchos sectores que tienen conciencia de la inviabilidad de las cercas académicas, de las jaulas teóricas, de los encierros conceptuales, de los claustros escolásticos. Es relativamente fácil derribar los muros, resulta algo más complicado derribar los dogmas.

Los estudiantes Me sacudió la noticia del asesinato de un joven en la calle y a plena luz del día. Fue en la comuna 13, una de los lugares de Medellín azotados de modo inclemente por la villanía del crimen. Dicen los medios que el muchacho era uno de los mejores estudiantes de su barrio y que había obtenido por mérito una beca para estudiar una carrera en la universidad. Que iba a entregar unos libros a una biblioteca cercana. Y que allí, sin que nadie pudiera evitarlo, se halló con el rostro despiadado de sus asesinos.

CARLOS VÁSQUEZ TAMAYO Profesor Instituto de Filosofía Universidad de Antioquia teseo@une.net.co

A este joven las balas le quitaron para siempre el acceso al ejercicio de uno de los derechos fundamentales: el conocimiento de sí y de los otros, la comprensión cabal de su entorno, su ciencia, su arte, su humanidad. Qué tristeza esta ciudad que nos resulta por momentos tan inviable. Una ciudad en la que hay líneas invisibles que si uno traspasa se convierten en muerte, es un lugar por decir lo menos atroz y desalmado. En momentos así, en que uno no siente ganas de nada, quisiera al menos lamentar. Y quejarse, aunque nadie oiga nada. Decir: no hay derecho y nadie dice nada y la muerte de este muchacho engrosa las estadísticas. Es el terror

del anonimato de la muerte, no hay muertos sino conteos que se vuelven puertas para pasar al olvido y la indiferencia. Estas ráfagas asesinas deberían hacer saltar el corazón colectivo. En particular el de los estudiantes. Que digan y griten: no más, que no nos sigan segando de ese modo. Ese joven quería estudiar y ahora no puede moverse ni respirar, por andar caminando sus sueños dio un paso en una línea y de un solo golpe lo borraron. Pienso en los estudiantes de la universidad, pienso en ellos como profesor y los respeto: por auténticos y verdaderos, por generosos para defender sus ideas. Y me nace decir: hay que recoger los sueños de ese y tantos otros jóvenes estrujados en nuestro país, cuando de ellos es lícito esperar la claridad de su mirada y la promesa de sus palabras. Y me pregunto cómo: yo creo de corazón que la violencia es horrible y que es un desfiladero. Me parece muy bien la protesta, necesaria por demás en un mundo tan vil. Hay que acercarla al estudio, al diálogo y la solidaridad. Y me parece muy buena señal que los estudiantes quieran que sus protestas no sean aturdidoras ni agresivas y menos aún destructivas. Se oyen voces que quieren crear otra forma de ser para el arrojo y la invención del futuro. A las autoridades de la universidad hay que pedirles y reclamarles más espacios para el diálogo, más y mejores mecanismos para la participación. Hay que dejar de ver a los estudiantes como un problema potencial o como meros receptores de la educación. Cada uno es el buscador de sí mismo, la educación es un camino compartido, y reconocer eso es esperar que lo oigan a uno, que tengan en cuenta lo que uno dice y lo recojan y lo lleven a florecer. Hay en nuestra universidad una ancestral desconfianza estamentaria. Y al lado de eso un imperdonable espíritu de competencia y ansias de poder. Los universitarios, si queremos influir en la realidad, tenemos que ser fraternos y serenos y aceptar lo que viene de los otros porque es de ellos y porque aportan lo que uno no sabe y entonces su palabra se vuelve un regalo. Los estudiantes son la sal de la universidad. Los educadores tenemos que escucharlos y explorar con ellos razones comunes. Sólo por esa vía llegaremos a rozar un mundo distinto, en el que no se asesine a nadie, en que no se mate más a los estudiantes. Entre tanto, con el dolor por ese joven asesinado sin piedad en la comuna 13, me sale del alma decir, qué vivan los estudiantes.


Opinión

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Asoprudea. Asociación de Profesores de la Universidad de Antioquia. Ciudad Universitaria. Bloque 22, oficina 107. Teléfono 2195360. Fax 2636106 • http//Asoprudea.udea.edu.co • La columna “Ágora” es responsabilidad de Asoprudea.

TERESA E. CADAVID G. Profesora de cátedra Facultad de Ciencias Sociales y Humanas

Idealmente, en una democracia el Estado administraría lo público como derecho de cada ciudadano y como el espacio abierto de “lo que es de todos”, y los intereses colectivos de la sociedad tendrían preeminencia sobre los intereses particulares de sus miembros. Empero, con la tendencia generalizada a la privatización y mercantilización de los bienes y servicios públicos, y, en todo el mundo, con la crisis de la centralidad del Estado-Nación como referente de la soberanía y del proyecto de lo “nacional”, más el neoliberal desmonte del modelo del Estado benefactor y ejecutor –que en Colombia apenas se ha insinuado–, con todo ello, resulta obvio que lo público sea blanco de codicia de los poderes, escenario de lucha por el poder. Con la política económica neoliberal, la manida dicotomía público-privado se resuelve a favor de la privatización, que se contrapone a la mala gestión, pero recrudece la exclusión. Y no sólo se ha dejado que el sector privado sea el encargado de la generación de riqueza; para gobiernos como el nuestro, la apertura del mercado ha entrado a suplir en gran medida la inversión social. En mi concepto, dejando aparte el terreno de la salud, dos dimensiones de lo público resultan seriamente amenazadas: la educación pública superior y la opinión pública. Por un lado, el Estado se ha ido desentendiendo cada vez más de la obligación de ejercer sobre la educación un “monopolio racionalmente justificado”, en palabras de Rafael Gutiérrez Girardot, y ha exaltado el vínculo universidad (pública)-empresa; lo que sugiere la tesis de que, bajo el modelo neoliberal, en la política de ampliación de la cobertura educativa, a expensas de la calidad de la educación universitaria y de los bajos salarios de los profesores de cátedra, que somos la inmensa mayoría, no sólo está en juego una

Algo más sobre lo público en la universidad tendencia demagógica sino también una estrategia de mercantilización de la educación pública. Y por otro lado, vemos a diario que la opinión pública y la información, que se juegan en el ámbito de la vida social, no sólo se expresan hoy como desinformación sino que se mercantilizan al servicio de los intereses de los grupos económicos y los dueños de los medios, que son también los que comandan la política y detentan el poder. Tomada bajo esa perspectiva, y con una educación centrada de manera filistea en la producción, sabemos que la universidad se pone en riesgo en cuanto a su misión –a partir de los ejes que designaba Antanas Mockus: el discurso crítico, la tradición escrita y la reorganización racional de la acción o reorientación racional de las propias acciones–, y que, a la sombra de un determinismo económico, puede subordinarse al mercado y llegar a pensar e investigar sólo lo que el mercado le diga. De ahí se pueden postular dos problemáticas que aquí se consideran claves para entender la situación actual: un empobrecimiento de la dimensión pública asociada al debate y un uso mercantil de la universidad como espacio público. El primero relativo a la “misión”, y el segundo relacionado con la universidad-empresa. En cuanto a la esfera pública del debate en la universidad, una mirada desde el ejercicio de la cátedra y los ámbitos de discusión muestra una perversión de lo público en espacios como las asambleas estudiantiles. Habría que preguntarse por el universitario y ciudadano que se forja allí, y si realmente delibera y argumenta sobre asuntos de interés común. El panorama puede resultar desolador y no decir nada de la supuesta “vitalidad crítica” que la administración le atribuye en sus comunicados a la universidad. El problema alcanza, así mismo, al salón de clases, como lugar de debate y crítica de las ideas, y ciertamente como escenario público pactado en relación con los saberes. Es allí donde debería estar el germen de discusión en la universidad; no en los llamados a debates públicos que hace la administración. Pero parece que, quizá por herencia de un amedrentamiento histórico de la opinión –unido a consabidas deficiencias en la formación–, ese escenario público es más precario que nunca en la universidad, y eso debilita aún más lo público, que paradójicamente los estudiantes buscan defender. Lo que se muestra en el ámbito colectivo de la comunicación en la universidad son otros tantos testimonios de egoísmos particulares y mengua del bien común, como lo son la desinformación (información alterada o producida para favorecer intereses individuales o grupales), los desmanes en la apropiación de la información, el plagio y la tergiversación. Y, en líneas generales, está el asunto de los profesores de cátedra, gracias a los cuales es que tal vez se muestra más “pública” la universidad, en el sentido de constituirse ellos en el soporte más rentable a partir del cual ampliar la cobertura. Pero la verdad es que las alarmantes cifras en la contratación de profesores de cátedra representan una atomización de los saberes y menguan aún más el espacio del debate, ya que ello favorece que se desarticulen los contenidos de los programas y se diluyan las discusiones en intereses cada vez más particulares. Aparte de que los profesores de cátedra ni siquiera tienen una participación “democrática” en la universidad; y aunque son la mayoría, su relación con la institución está contemplada como meramente contractual. Ahora bien, respecto a la problemática del uso del espacio público en la universidad, podríamos empezar por plantear un acercamiento desde aspectos cotidianos conocidos como el tránsito mismo por el campus universitario y el uso de inmuebles proporcionados por la institución. Lo que tenemos es que nos hemos acostumbrado al abuso, despilfarro y uso irresponsable de espacios y bienes comunes, desde los libros de la biblioteca hasta las sillas, los salones de clase, los baños, los corredores, la zona deportiva, etc. Y hoy la discusión en torno a la utilización de la zona deportiva como espacio para el tráfico de alucinógenos y de las mesas de estudio para la venta de productos en los corredores de las cafeterías, deja ver que ni siquiera en una institución que se proclama como “centro de la ciencia y de la cultura de Antioquia” hay una elaboración colectiva de lo público, esa cultura democrática que llevaría al consenso, sino un ejercicio de poderes y saqueos en torno a lo público. Pero además deja ver que la

universidad no sólo es reflejo de lo social, sino que, en efecto, ahora se ha constituido en escenario de negocios, también a esas escalas. Dejando de lado el asunto del mercado de alucinógenos en el área deportiva, ya que el problema tiene variables sociales y culturales más complejas, y centrándonos sólo en la utilización de las mesas para la venta de productos en los corredores de las cafeterías, una forma de conciliar posiciones sería mediante el reconocimiento de que la universidad, como espacio de lo público, permite usos que pueden ser compatibles, según acuerdos de funcionamiento (por ejemplo, destinar áreas para ventas en toldillos y liberar las mesas), y que no se trata del todo o nada. Pero principalmente hay que pensar que, en general, la universidad debería enfocarse más en la tarea de llenar ese vacío en la formación democrática desde el ejercicio de la cátedra. Por lo demás, ese uso de las mesas no es tan ajeno al de su ocupación para “marcar territorio”, cuando uno busca una mesa y la encuentra supuestamente “ocupada” pero sin nadie que la ocupe, sino con algún cuaderno o bolso encima. Lo cual también recuerda el uso de aceras, esquinas, semáforos y calles en el centro y en los barrios, e incluso las conflictivas fronteras territoriales invisibles entre “combos”; la apropiación (privatización) de lo público como marca de “territorialización” y exclusión. A todo ello, la inequidad es la principal evidencia de que nuestra democracia es una “cáscara vacía”, sirviéndonos de la expresión de Nelson Mandela. El manejo de lo público debería ser un ejemplo del ejercicio democrático, pero la falta de una formación o cultura verdaderamente democrática, habida cuenta de que lo que ha imperado es el caudillismo, una democracia deficiente como la nuestra y un vacío ético ofrecen como corolario un manejo de lo público vinculado al saqueo, tanto por parte de los administradores como por parte de los usuarios. Y además, nuestra democracia privilegia en sus dirigentes cualidades como la astucia, la casta y la riqueza; lo que claramente deviene en asunto de intereses particulares.


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Las barras del fútbol: les llegó la mayoría de edad Lejos en el tiempo pero cerca en la emoción está la imagen de un sicario paisa con cara de niño llamado Byron de Jesús Velásquez Arenas, cuando en la noche del 30 de abril de 1984 fue capturado en Bogotá como el motociclista que acompañaba al pistolero Carlos Mario Guizado, el mismo que le vació la metralleta Ingram al entonces ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla, para después perecer estrellado contra un poste. No obstante nuestra bicentenaria historia de guerras fratricidas, con la participación abierta de niños y adolescentes defendiendo causas que ignoran y orgullosos posando con sus gigantescas armas en múltiples fotos, el rostro casi infantil de Byron de Jesús pareció poner al descubierto una realidad sin antecedentes. Poco a poco emergió la bestia que la sociedad paisa venía incubando, producto del afán irracional, antiético y desmedido de enriquecimiento material y que el narcotráfico contribuyó a profundizar con todo su poder corruptor e intimidatorio. Se convirtió así en pan de cada día la irrupción de jóvenes gatilleros y secuestradores, muchos de ellos por debajo de los 18 años de edad pero con la seguridad y convicción de lo que hacían, de por qué lo hacían y de para quién lo hacían: “la cucha, papá, la cucha”. De los últimos 25 años de nuestra historia urbana, y sin desconocer algunos esfuerzos de cambios promovidos desde ciertas administraciones, el mapa de violencia de Medellín conserva un rasgo característico como es la pervivencia de fenómenos delictivos en sus comunas y el triste protagonismo de los jóvenes, bien en su condición de víctimas o en la de victimarios, gracias al auge de prácticas como el narcotráfico, el sicariato, el secuestro y los ajustes de cuentas entre bandas y combos, muchos de cuyos miembros –nietos y sobrinos– pertenecen a la tercera o cuarta generación de los grupos delincuenciales de los años ochenta. La realidad nacional a su turno no

GONZALO MEDINA P. Profesor Facultad de Comunicaciones Universidad de Antioquia

es muy diferente: entre diversidad de estadísticas, destacamos cómo el diario El Tiempo registró que durante dos años fueron cometidos en el país 542 homicidios por menores de edad (El Tiempo.com. Publicado el 6 de junio de 2009).

Ser mayores antes de… En ese contexto, y con actores más o menos similares en lo generacional y en lo social, también irrumpió en Medellín el fenómeno de las barras del fútbol, algunas de cuyas particularidades son las de contar con sectores integrados por menores de edad que en ocasiones, y por una u otra razón, buscan el choque violento con las autoridades, con los miembros de las barras contrarias –léase enemigas–, sin descartar incluso como oponentes a sus propios compañeros de divisa. Casos de asesinatos, de lesiones personales, de daños en cosa ajena y en bien público, son algunos de los desenlaces del accionar de las barras antes, durante y/o después de un partido de fútbol. La pregunta obligada que ambienta la discusión cada vez que un menor de edad comete un delito, es tan concreta como compleja: ¿Debe o no debe dicho menor responder penalmente ante la ley?

De la cédula a la práctica Advirtiendo por una parte que me anima el interés por un debate público amplio acerca de un tema que sólo es noticia cuando ocurren enfrentamientos y se producen víctimas y daños materiales, y reconociendo por otra que debemos avanzar en un diagnóstico sobre el fenómeno de las barras en Medellín, me propongo

consignar algunas breves reflexiones al respecto. Las mismas parten de constataciones empíricas, de un lado, y de unas anotaciones teóricas que pueden ayudar a clarificar la lectura del problema: las primeras se orientan a llamar la atención sobre una suerte de nuevo perfil de adolescente en nuestra ciudad, e incluso en el país, el cual vive una suerte de experiencias tan variadas y tan decisivas que se proyectan en su estructura mental representativa de la sociedad, de su semejante, de la autoridad, de la mujer, del trabajo, del estudio, de lo ético, de lo antiético. Ello explica a mi juicio que tengamos menores de edad que sin haber cumplido los 18 años arrastran una práctica intensa y variada, empezando porque se entremezclan lo legal y lo ilegal: así como tienen su acumulado delictivo, también comportan sus roles de compañero de pareja y de padre de familia, como también de estudiante de bachillerato o de universidad. Estamos, pues, frente a un prototipo de menor de edad con mucha más vida, diferente al de otras generaciones propias de nuestra historia reciente. Por tanto afirmo que tal referente experiencial debe ser tenido en cuenta a la hora de pensar en la posibilidad de que un menor de edad responda penalmente ante la ley ((El Código de la Infancia y la Adolescencia, ley 1098, de 2006, establece en su artículo 140 que las medidas que se tomen

contra menores de 14 a 18 años, por hechos punibles, son de carácter pedagógico, específico y diferenciado respecto de los adultos). Y si ha de responder ante esa ley, es porque ha tenido la opción de elegir entre obrar correctamente y obrar al margen de aquélla; es decir, aunque no haya completado los 18 años, pero como resultado de sus múltiples vivencias –que son otra manera de relacionarse con la realidad–, puede ejercer la libertad que todos conocemos como el libre albedrío. El uso teórico puro de la razón consiste, en ese sentido, en determinar cómo debemos comportarnos en el mundo en general. Y si el fruto de la razón pura teórica es la teoría del conocimiento, el producto a su vez de la razón pura práctica es la ética, ese referente que guía nuestros actos y nos permite tomar las decisiones por las cuales hemos de responder en la vida. Una conclusión provisional sobre esta relación entre barras de fútbol, minoría y mayoría de edad, teniendo como contexto inmediato y mediato el conflicto armado y sus diversas expresiones de violencia en Medellín y Colombia, obliga a plantear la discusión sobre la necesidad de que los menores de edad respondan penalmente ante la ley pero siendo acogidos desde un espíritu integral de autoridad, entendida más allá del simple y arbitrario ejercicio de la coerción. Y alcanzar ese ambiente de cambio legal y actitudinal implica al mismo tiempo una nueva postura de medios, academia, equipos de fútbol, barras, líderes, patrocinadores, padres de familia, entre muchos otros estamentos, de comprometerse con hacer del tema de las barras del fútbol un asunto sistemático de opinión pública que contribuya a que de aquéllas se hable con el respeto, el conocimiento y la amplitud que merece un fenómeno mundial de repercusiones sociales, culturales y políticas. Será el primer paso de un decisivo camino que la sociedad colombiana debe cuanto antes emprender.

haz parte de nuestro grupo en Encuéntranos en Dora Quiroz García, egresada Escuela de Bibliotecología


P r o b l e m á t i c a E d u c at i v a

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Debate al proyecto del Gobierno sobre nueva Ley de Educación Superior

Aspectos que le preocupan a la universidad colombiana Las universidades públicas y privadas del país han expuesto ante el gobierno las preocupaciones y las inconveniencias del proyecto con el que se pretende darle vigencia en Colombia a una nueva ley de educación superior. Además de los foros regionales programados por el Ministerio de Educación –a los que han acudido profesores, estudiantes, directivos, asociaciones y sindicatos, entre otros–, las directivas universitarias han expuesto sus puntos de vista en las reuniones concertadas por los funcionarios ministeriales con los representantes del Sistema Universitario Estatal (SUE) y la Asociación Colombiana de Universidades (ASCUN). También estas dos organizaciones y las comunidades académicas de cada universidad vienen desarrollando agendas propias con foros, asambleas y encuentros de análisis y discusión. La aspiración general es que el proyecto que el gobierno someta a consideración del Congreso de la República fortalezca la educación superior como eje del desarrollo nacional, garantice la autonomía universitaria y no debilite aún más la estructura de la educación pública superior. ALMA MATER ofrece una síntesis de las principales consideraciones expresadas en las últimas semanas.

Desenfoque en el concepto de educación superior El concepto de educación superior aunque no está muy explícito en el proyecto del gobierno, sí se traduce en un concepto muy ligado a una educación para el trabajo y no para la formación del individuo. Ese concepto debe ser revisado y así se lo planteamos al Ministerio de Educación. Éste es uno de los puntos importantes de la discusión con el gobierno. Otro punto de interés es la intención de ASCUN de presentar un proyecto de ley estatutaria sobre la autonomía universitaria. Éste es un proyecto importante que no contradice el proyecto que presentó el gobierno, aunque sí trata de delimitar y definir muy bien la autonomía, recogiendo en una ley todo el material que han producido las cortes como jurisprudencia. La propuesta del gobierno abre una oportunidad para hacer una reforma estructural y a fondo del sistema de financiamiento de las universidades públicas. Nosotros no vamos a quedarnos en la crítica, vamos a ser propositivos. Moisés Wasserman. Rector Universidad Nacional. Vicepresidente de ASCUN

Formación de capital humano El Consejo Superior de la Universidad del Valle considera que hay una serie de aspectos en el proyecto de ley del gobierno que deben tenerse en cuenta en el análisis, como por ejemplo los temas de autonomía universitaria, la financiación de la universidad pública, el papel que juegan las instituciones en la formación de ciudadanos. Considero que esta es una oportunidad importante para que la comunidad universitaria reflexione alrededor de la educación superior y en la Universidad del Valle esperamos que este proceso culmine con una muy buena propuesta para una muy buena ley, que le sirva a todos los colombianos. En el tema de la financiación, al gobierno anterior le planteamos una propuesta que tocaba no más los aspectos de compensación. Hoy consideramos que, en la medida en que ésta es una reforma integral con vigencia de muchos años, ella debe garantizar para el futuro una financiación adecuada de la universidad pública para que ella siga siendo uno de los pilares nacionales en la formación de capital humano. Enrique Ramos, Universidad del Valle

El proyecto estimula la compra de universidades privadas En la práctica, lo que realmente se está planteando en el proyecto del gobierno es una disminución de la participación del Estado en la financiación de la educación pública. La gran apuesta del gobierno para aumentar cobertura está en la universidad con ánimo de lucro. Pero ahí hay un aspecto que debe ser planteado con toda claridad. El proyecto de ley dice que universidades son solamente aquellas con acreditación y doctorado. ¿Qué quiere decir eso? Quiere decir que una universidad con ánimo de lucro que venga a instalarse en Colombia no podrá ser universidad, en los términos del proyecto de ley, antes de diez o doce años. Con la tasa de descuento que busca un inversionista con ánimo de lucro, la espera de diez o doce años para ser catalogada como universidad de pronto no es muy atractiva. O sea que el proyecto de ley, posiblemente sin buscar ese objetivo, lo que estimula es la compra de universidades privadas que, a pesar de que estén organizadas como fundaciones, tienen dueños claramente identificables. Entonces lo que se va a estimular, tal como está el proyecto de ley, es la compra de universidades. Yo tengo dudas de que eso sea lo más positivo. Además hay otro problema. El patrimonio social de algunas de esas universidades ha estado incrementado por la exención de impuestos de renta. O sea

que, tal como está el proyecto, va a quedar en unas pocas manos. Este punto realmente es preocupante. Pero otro aspecto preocupante es el concepto de autonomía. Y no es que la Constitución de 1991 le haya otorgado la autonomía a las universidades. No. La esencia de las universidades, desde hace más de novecientos años, es la autonomía como única forma de preservar la educación, porque los reyes en aquellos tiempos lo que querían en lenguaje moderno es que las universidades produzcan lo que la corona requiere. Hoy se dice es que las universidades produzcan lo que el sector productivo requiere. El discurso de hace casi mil años y el discurso de ahora es el mismo. Pero la universidad con autonomía dice no. Nosotros tenemos una función diferente, aunque es complementaria, a lo que la corona o el sector productivo requieren. Consideramos que la función de la universidad es mucho más que simplemente producir buenos técnicos y tecnólogos. Las grandes transformaciones del país las hacen los grandes pensadores, los grandes paradigmas... Cuando la educación tenía un componente más humanístico, más crítico y un poco menos pragmático, la productividad laboral crecía más. José Fernando Isaza. Rector Universidad Jorge Tadeo Lozano. Presidente de ASCUN


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Sin autonomía, la universidad estará sometida a los intereses de los gobiernos

El tema de la educación superior es un tema de país y por eso en el debate de la nueva ley deben participar de manera activa tanto la comunidad universitaria en su conjunto como la sociedad colombiana. O sea que los debates no deben asumirse meramente como ejercicios académicos. Toda Colombia gana con unas universidades públicas y privadas fortalecidas, comprometidas con los aspectos más importantes de la nación, que estén articuladas a los elementos sustantivos de la Constitución Política y que desde el conocimiento aporten a la formación del talento humano para el desarrollo del país. La autonomía no favorece sólo a las universidades ni es para hacer lo que a las universidades les dé la gana. No. La autonomía permite, desde el aspecto misional de las universidades, disponer de toda la capacidad institucional y ponerla al servicio de los más nobles propósitos nacionales. No hacerlo es constreñir la universidad a los intereses de los gobiernos. La universidad debe consolidarse como conciencia crítica de la sociedad. La universidad no puede ser manejada por los gobiernos porque eso le quita la esencia en el aspecto central del pensamiento que es la libertad. Y es la libertad la que, incluso, le permite a la universidad hasta proponer nuevos modelos de gobierno y nuevos modelos de Estado que correspondan a las expectativas y necesidades de las comunidades y a las corrientes de pensamiento y de movimientos incluso de orden universal. Es allí donde está la gran preocupación que yo tengo como académico, como administrador de una universidad pública, como presidente del SUE y, ante todo, como ciudadano colombiano. Si bien es cierto que en el proyecto se mantiene de manera textual el concepto de autonomía de la Ley 30, se advierte, sin que esa sea la intención, una celada a la autonomía. ¿En qué sentido? Primero, el proyecto extiende la autonomía universitaria, que está dada a las universidades, a todas las instituciones de educación superior. Y no hablo desde la arrogancia, sino desde el concepto primigenio de

Foto Archivo Periódico ALMA MATER

Danilo Reinaldo Vivas, Rector Universidad del Cauca y Presidente del SUE

El proyecto de ley del gobierno tiene un pecado Digo esto porque la propuesta de reforma a la Ley 30 de 1992 se hace a puerta cerrada, bajo supuesta consideración de documentos e interpretación de posturas de universitarios y académicos del orden nacional e internacional sobre la educación superior. No existió una evaluación colectiva de la ley a reformar. Eso era importante para abordar este proceso con la misma comunidad universitaria, en un análisis franco y abierto de evaluación, de tal forma que pudiéramos hacer conciencia de las bondades que se mantienen incólumes de la Ley 30, para consolidarlas, como también de los aspectos necesarios de reformar mediante consensos. De esa manera se habría obtenido un cuerpo normativo de avanzada mucho más importante que el que estamos discutiendo. Segundo. Por vía de la ley que está en discusión, se busca corresponder a intereses específicos del actual gobierno para cumplir metas y propósitos para los próximos cuatro u ocho años. En el entendido de que una reforma debe trascender el marco de un gobierno por muy largo que sea, la reforma tiene que llevar la impronta de ser de largo aliento y que corresponda a los intereses nacionales en un país multiétnico y pluricultural, como lo establece la Constitución colombiana.

lo que es la autonomía. Y se vuelve difuso el sistema cuando se le da a todas las instituciones de educación superior la posibilidad de actuar en cualquier nivel de la educación. Si el gobierno quiere hoy estimular la educación técnica y tecnológica, ¿por qué no hacemos técnicas y tecnológicas de alta calidad? Que seamos grandes cada uno en lo que nos corresponde y de esa manera tener los desarrollos requeridos. Pero la cosa se vuelve más problemática cuando se plantea que la autonomía es para reconocernos la mayoría de edad y en la mayoría de edad darnos nuestros reglamentos. Es por ello que hay un artículo que establece que nuestros estatutos deben pasar por el aval del Ministerio de Educación Nacional. Así las cosas, cuando se plantea en el proyecto del gobierno que nos asignarán recursos adicionales, previa suscripción de convenios de desempeño, para nosotros allí hay dos elementos: uno, la desconfianza, cuando lo que más hemos generado en los últimos años es confianza con resultados tangibles; y dos, es que todo convenio de desempeño, a pesar de que se haga en el ámbito de carácter autónomo, puede generar condicionamientos con respecto a fines y propósitos mismos de la universidad. La financiación de la universidad pública debe garantizar el mejor cumplimiento de su misión, habida cuenta de que hay una conciencia nacional de la importancia de los avances que ella ha tenido en Colombia, referidos éstos a la ampliación de cobertura y a los logros en investigación y calidad, entendiendo la calidad como una condición sine qua non de nuestro carácter público, no solamente como una respuesta a cumplir un compromiso por las políticas de mejoramiento de la calidad que establece el sistema. Lo público tiene que estar atravesado fundamentalmente por la calidad. De esa forma se gana estimación y se contrarresta la nefasta estigmatización contra lo público. Aspectos centrales de la intervención en el Foro Internacional Reforma de la Educación Superior, realizado los días 5 y 6 de abril pasado en Bogotá por iniciativa del Ministerio de Educación Nacional.


P r o b l e m á t i c a E d u c at i v a

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El Gobierno explica cómo espera lograr los objetivos de la nueva Ley de Educación Superior

Sistema de aseguramiento y de acreditación En primer lugar, para lograr una mejor oferta de calidad, vamos a fortalecer todo nuestro sistema de aseguramiento y de acreditación. Lo haremos más robusto, más ágil, más eficiente. Empoderaremos aún más a la comunidad académica para que participe en todos los procesos de acreditación y aseguramiento de la calidad. La calidad cuesta y cuesta muchísimo. Por eso desde el proyecto se generan incentivos de ayuda a nuestras instituciones de educación superior para que inicien procesos de mejoramiento de la calidad, y para aquellas instituciones que ya están acreditadas de alta calidad, también hay recursos y apoyos a través de fomento para que puedan continuar conservando esas altas condiciones en materia de calidad.

Inspección, vigilancia y autonomía El proyecto no solamente preserva de manera intacta la autonomía universi-

taria que está prevista en la Constitución, en su artículo 69, sino que además la fortalece de varias maneras. Para poder promover y garantizar el mejoramiento de la calidad se hace absolutamente indispensable fortalecer las funciones que nos delega la Constitución Nacional y el Presidente de la República. Esas funciones son las de inspección y vigilancia. La propuesta plantea la creación de nuevos instrumentos, los cuales son medidas preventivas, cautelares, además de medidas conciliatorias. En el proceso de discusión han surgido algunas inquietudes, sobre qué tanto se podría eventualmente vulnerar la autonomía de las universidades por cuenta de este fortalecimiento en materia de vigilancia e inspección. Y es importante resaltar que cuando uno estudia con detenimiento este capítulo observa que toda la función de inspección y vigilancia garantiza la calidad. Ese aspecto es muy importante.

Foto cortesía periódico El Mundo

En los últimos 10 años, 3 millones 200 mil estudiantes –entre los 17 y los 27 años de edad–, terminaron el bachillerato pero no pudieron acceder a la educación superior o, si accedieron, desertaron del sistema. Con base en ésta y otras realidades, la ministra de Educación Nacional, María Fernanda Campo, argumenta la urgencia del Gobierno Nacional de darle un giro radical al sistema de educación superior. A su juicio, “no podemos nosotros continuar perplejos con este pasivo social, tenemos entonces que construir el mejor sistema de educación superior que nos permita avanzar en los grandes retos que tiene el país”. Pero, ¿cómo lograrlo?

¿Qué buscamos nosotros con la reforma? Buscamos cuatro objetivos: generar más oferta, pero de buena calidad; permitir que los universitarios no deserten y culminen su programa de formación; adecuar el sistema para que consulte las necesidades en los planos local, regional, nacional e internacional; fortalecer los principios de buen gobierno al interior de nuestras instituciones, pues consideramos que esto es absolutamente vital para poder avanzar en la dirección correcta en nuestro sistema de educación superior.

Financiamiento y criterios de asignación presupuestal El tema del financiamiento ha sido en los distintos foros muy analizado, y, obviamente por parte de las instituciones públicas no ha sido compartido. Es importante tener en cuenta que esta propuesta de mejoramiento en los aportes parte del acuerdo que hubo entre las universidades públicas con el Gobierno anterior, y que se vio traducido en la presentación al Congreso de un proyecto de ley que en los próximos días procederé a retirar. Nuestra propuesta en términos de financiamiento es inclusive mejor. ¿Qué prevemos nosotros en financiamiento? Hoy en día está establecido que los aportes públicos a nuestras universidades públicas se hacen sobre una base presupuestal que año a año se

incrementa con el IPC. Así lo estableció la Ley 30 del 92. Proponemos que, año a año, se aumente así: un 1% (IPC + 1%) en el 2012; 2 puntos en el 2013; y 3 puntos hasta el año 2019. Estos recursos adicionales se van a distribuir entre nuestras instituciones de educación superior en una bolsa con cuatro criterios: en primer lugar, vamos a privilegiar aumento de cobertura enfocada hacia la regionalización. En segundo lugar, vamos a privilegiar el mejoramiento de la calidad en cada una de las instituciones; en tercer lugar, la formación docente y la producción académica; y en cuarto lugar, vamos a reconocer las iniciativas desarrolladas a través de la investigación. Los tres primeros indicadores harán base para nuestras universidades. Quienes logren, inviertan


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Recursos de naturaleza privada con ánimo de lucro Por más esfuerzos que hagamos desde el Gobierno Nacional, los recursos públicos nunca serán suficientes. Entonces tenemos que ser creativos, tenemos que buscar nuevas fuentes de financiamiento y por eso hemos propuesto que puedan llegar recursos de naturaleza privada con ánimo de lucro. No hay opción más costosa para un joven que no tener acceso a la educación y si nosotros no permitimos que llegue inversión privada pues no vamos a ser capaces de generar esta mayor oferta de calidad y de generar mejores condiciones de acceso a nuestros estudiantes. ¿Y qué pueden hacer estos inversionistas? Pueden hacer tres cosas. En primer lugar, constituir instituciones de educación superior, por supuesto cumpliendo con los requisitos exigentes que tiene estipulado el Ministerio de Educación Nacional para otorgar una licencia de funcionamiento. También tienen que cumplir con los requisitos de calidad. En segundo lugar, pueden hacer alianzas o asociarse con instituciones de educación superior de naturaleza privada que existen en el país. Y, la tercera opción, pueden hacer una alianza público-privada para desarrollar un proyecto específico, vinculado al desarrollo de la investigación y a la actividad productiva. Se espera que genere innovación, más conocimiento, patentes y ojalá sea bien rentable. Esta propuesta ha generado una gran controversia a nivel nacional porque no se ha sabido entender adecuadamente. La principal crítica que se le hace es que con ella se está privatizando la educación. Esta es una afirmación absolutamente equivocada, no es lo que pretende el gobierno, no es lo que dice la propuesta y no es lo que ella va a generar. Simplemente lo que buscamos es poder generar más oferta. Tenemos que velar para que esa mayor oferta sea de buena calidad. También se dice que la llegada de estos privados y las asociaciones que se hagan van a interferir el funcionamiento de las universidades públicas; que van a subir las matrículas. Lejos de todo, esta afirmación no tiene ningún asidero, porque la autonomía de la universidad permanece intacta. Nada tendrá que ver ese inversionista privado en los órganos del gobierno de la universidad, ni podrá intervenir en los programas que se ofrecen, ni en los proyectos que se le ocurran a las universidades, ni en los proyectos que se consoliden con los estudiantes, ni en la ideología particular de esa institución superior. Aquí en el país ya hay experiencias de alianza público-privada, particularmente en Antioquia; sin embargo no se ha desarrollado como debería suceder en el país, o como pasa en otros países del mundo. Afortunadamente nuestras universidades todos los días contratan con el sector público y también con el sector empresarial, asesorías, consultorías, investigaciones, pero una cosa es la venta de servicios, la contratación de prestación de servicios, y otra cosa es meterse la mano al bolsillo y aportar capital para desarrollar un proyecto específico. Son dos cosas diferentes, complementarias pero diferentes. En este mes de mayo realizaremos un foro-taller para tratar experiencias de distintos países y de distintos sectores educativos que han implementado la experiencia de las instituciones con ánimo de lucro. Queremos saber qué desarrollos, qué resultados, qué dificultades se han tenido y qué riesgos debemos nosotros prevenir. Con base en esa mayor información, elaboraremos finalmente nuestra propuesta.

o desarrollen su actividad focalizándose en estos tres indicadores hacia el futuro, tendrán una base y se irán incrementando los recursos hacia adelante. Esto es lo primero que prevé en términos de aportes adicionales. En segundo lugar se establece que en la medida en que tengamos más crecimiento de la economía, nuestras universidades también se tienen que beneficiar,

y se establece que si la economía crece entre un cero y un cinco por ciento se darán recursos adicionales para mejoramiento de calidad en un porcentaje equivalente al 30% de este incremento. Si crece el PIB entre un 5 y un 7.5% se dará un incremento de un 40% de ese crecimiento del PIB y si crece más del 7.5% pues se dará un incremento de un 50% de ese crecimiento del PIB.

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Gobernabilidad Nuestra propuesta también busca mejorar la gobernabilidad en las instituciones de educación superior, incorporando principios de buen gobierno. Se establece una serie de inhabilidades e incompatibilidades para quienes sean gobernantes y miembros de los consejos de educación superior, se crean las condiciones para que haya una mayor información, más transparente, veraz, oportuna, de tal forma que se pueda informar no solamente al consejo superior sino a la sociedad sobre los resultados de nuestras instituciones de educación superior. Así sabremos con claridad cómo se están invirtiendo los recursos financieros, cómo se está administrando la planta física, es decir, cómo se están alcanzando los objetivos misionales en cada una de las instituciones.

Flexibilización de la oferta Nuestra propuesta también plantea flexibilizar la oferta, y aquí se fortalece la autonomía de nuestras instituciones de educación superior. Hoy en día los programas se ofrecen dependiendo del nivel de la institución que los ofrece. Lo que buscamos es que las distintas instituciones puedan ofrecer programas de distintos niveles, dependiendo de su capacidad y demostrándole al Ministerio de Educación, a su sistema de aseguramiento, que ese programa tiene las condiciones de calidad exigidas. Se establecen también requisitos para las 80 instituciones de educación superior que tienen la denominación de universidad. Se estipula que para poder mantener esa denominación, ellas tendrán que cumplir con unos requisitos de alta calidad en un plazo de 5 años. Si cumplido ese plazo no se logran esos altos estándares cambiaría su denominación de universidad por IES.

Fondo de garantía para créditos Está prevista la creación de un fondo que se nutrirá con recursos del Gobierno Nacional y también de entidades territoriales, inclusive de entidades privadas, que actuará como un fondo de garantía para créditos a todas nuestras instituciones de educación superior, por ejemplo, para que puedan avanzar en el mejoramiento y en cambios.

Crédito educativo en las mejores condiciones posibles En diciembre pasado, el Gobierno Nacional tomó

la decisión de reducir el costo de los créditos al 4%, que estaban entre 12% y 16% efectivo anual dependiendo de la modalidad. Con la propuesta, queremos que no dependa de la voluntad política de l g o b ie r no de t ur no el que nuestros jóvenes estudiantes, los de menores recursos, puedan tener acceso a un crédito educativo en las mejores condiciones posibles y por eso lo queremos dejar estipulado. En primer lugar queremos que la tasa de interés de los créditos educativos tenga un costo real igual a cero. En segundo lugar se establecen las becas crédito, que consisten en que aquellos estudiantes que obtengan sus mejores resultados en las pruebas al final de su periodo de formación, a través de las pruebas Saber Pro, se les condonará el ciento por ciento de su crédito educativo. Con ello entonces premiamos el esfuerzo y la calidad del estudiante.

Fondo para la manutención Nuestros jóvenes estudiantes, los más pobres de Colombia, con gran dificultad logran acceder a un programa de educación superior en una universidad pública, pero no tienen cómo sostenerse, no tienen cómo pagar el transporte, no tienen cómo pagar la administración. Entonces en la ley estamos creando el fondo para la manutención, que irá dirigido a los pobres de menores recursos de Colombia, de Sisbén 1 y Sisbén 2. Sabemos que eso va a tener un impacto también muy importante en la reducción de la deserción.


Académicas

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Desafíos, tensiones y perspectivas de la autoevaluación universitaria IVÁN MONTES ITURRIZAGA Psicólogo Educacional y Doctor en Ciencias de la Educación de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Presidente de la Comisión Organizadora de la Universidad La Salle (Arequipa, Perú). imontes@uls.edu.pe

Hoy en día la autoevaluación se ha puesto de moda en América Latina. Ahora, cada universidad tiene una instancia, departamento u oficina con denominaciones que incluyen términos como la autoevaluación, la acreditación o la calidad. Sin embargo, existe una fe ciega en la autoevaluación a tal punto que muchas universidades que la practican tienen la creencia de que traerá consigo de manera automática la tan ansiada calidad. Lamentablemente, la experiencia en nuestra región nos muestra que la tan vigorosa autoevaluación no ha acortado la brecha entre universidades de los países desarrollados y las que tienen lugar en esta parte del continente. En este panorama, la autoevaluación sería un proceso realmente relevante en un puñado de universidades de corte académico que, independientemente de los procesos de acreditación externa, se constituyen como organizaciones inteligentes capaces de tomar decisiones formativas de manera dinámica, permanentes y fundamentadas.

La autoevaluación debe de suscitar mejoras y decisiones importantes en la cultura institucional. Esto sin lugar a dudas debe de desafiar constantemente a cada integrante de la comunidad educativa. En este sentido, se espera que los evaluadores internos y las autoridades encargadas de promover los cambios tengan que lidiar con un grupo importante de personas, que si bien hacen bien su trabajo, se encuentran funcionando por debajo de sus competencias profesionales.

La autoevaluación como proceso político – tecnológico Evaluar o autoevaluar es un proceso eminentemente político y técnico orientado a la toma de decisiones. Es político, pues demanda una voluntad de cambio de quienes ostentan el poder y que esté por encima de cualquier tipo de favoritismo, apadrinamiento o conveniencia. También, este proceso es tecnológico entendido pues demanda formas muy sistemáticas para captar, procesar e integrar información de diversa índole. Esto contempla el poder trabajar, bajo un enfoque comprensivo y similar a las formas conocidas de triangulación, con datos (cuantitativos y cualitativos), fuentes documentales, análisis de coyuntura, análisis sociopolítico y epistemología. Lamentablemente, durante décadas la mayoría de manuales han insistido en que la evaluación y la autoevaluación consisten simplemente en la medición u observación de una situación dada más que un juicio de valor. En este caso, esta connotación clásica no garantiza ni pone énfasis en las dinámicas de cambio que son en estricto el corazón y la razón de ser de estos procesos. Esto es importante, pues si la autoevaluación (o la evaluación misma) está orientada a servir como insumo para la toma de decisiones debe de ser practicada por profesionales muy empapados de estas complejas dinámicas y ojalá conocedores de lo académico. Pero podemos ver que aún predominan visiones tecnocráticas que centran toda la atención en concebir a un evaluador universitario como un profesional capaz de formular indicadores, llenar formatos y emitir informes cuantitativos sobre en

qué medida se alcanzaron las metas previstas. En otras palabras, un evaluador más preocupado por medir aquello observable y en decir cuál es la distancia entre lo proyectado (o lo que dice el estándar) y lo alcanzado. En el peor de los casos, y ausencia de sistemas de acreditación externa o interna, se practica la autoevaluación sin alusión alguna a un deber ser o estándar previamente definido. Cabe señalar, que en ausencia de estándares explícitos la autoevaluación se sostiene en las ideas de universidad que tienen los encargados de este proceso. Si estas personas tienen una solvente experiencia académica lo más probable es que miren la realidad y decidan de manera muy acorde con los estándares internacionales más exigentes. De lo contrario, sólo se podría esperar realizaciones asociadas a prejuicios, creencias y pareceres muy idiosincráticos. Otra faceta o rostro de esta visión tecnocrática se evidencia en las pretensiones de hacer calzar la realidad con estrictos modelos, que si bien tienen nombres muy sugerentes, no se ajustan necesariamente a la realidad universitaria. En este caso, soy un convencido de que todo evaluador académico debe de conocer modelos, pero no con el fin de aplicarlos a rajatabla, sino más bien con la intención de tomar elementos valiosos en pro de un propio modelo de la propia institución.

Por otro lado, debemos de considerar que no necesariamente el modelo de autoevaluación que propone una agencia o instancia gubernamental encargada de la acreditación debe de ser el que la universidad practique. Esta es una forma de reduccionismo que reduce las posibilidades de crecimiento, innovación y pertinencia de la autoevaluación a los propios acentos del proyecto institucional universitario. Es preciso destacar que muchos de los modelos que abundan en los manuales no provienen del mundo de la educación universitaria y que su aplicación directa –sin ningún tipo de adaptación – podría ser más contraproducente que beneficioso. Por lo general estos modelos son aplicables a empresas industriales y tienen especial predilección por destacar lo medible como lo único digno de ser considerado. De ahí que alcances como el Cuadro Integral de Mando (The Balanced Score Card) ha causado una gran cantidad de problemas que ha motivado su desmantelamiento en casi todas las universidades peruanas y chilenas donde se ha pretendido su aplicación. Especialmente, el “balanced” y otras realizaciones de similar enfoque terminaban dejando de lado los despliegues a largo plazo que si bien eran difíciles de cuantificar implicaban un posicionamiento de cualquier universidad en el mundo científico y tecnológico. O también, podemos destacar que estos modelos o aportes demandaban una gran cantidad de tiempo para estar alimentando el sistema (yo le llamaba “el monstruo”) y con frecuencia ocasionaba malestar justo en aquellos docentes investigadores y académicos que no tendrían por qué estar gastando parte de su valioso tiempo llenando datos en un sistema. En todo caso, el estudio de los modelos tendría que hacerse desde la idea de que son sólo referenciales y que no darán cuenta de la complejidad de una institución universitaria con identidad, historia y sueños propios. En este marco, considero que cada universidad tendrá que construir sus propios modelos para autoevaluarse independientemente de que estén o no inmersas en procesos de acreditación externa. Además, se tendrán que desarrollar sistemas académicos y no empresariales para evaluar el acontecer institucional. Pero sobretodo, quienes participan de la autoevaluación deben de contar con un perfil académico del más alto nivel y encarnar en el binomio experiencia – formación lo que se quiere alcanzar. Esta coherencia será vital para que este proceso facilite la toma de decisiones de trascendental importancia. Creo que debemos de desterrar la idea del evaluador como el llenador de formatos y experto en hacer reportes estadísticos.

Un buen proceso de acreditación precisa buenos estándares El problema principal es que los estándares tendrían que ser el primer y principal foco de atención pues sin estándares exigentes todo el proceso de acreditación no suscitaría compromisos y cambios en pro de la calidad universitaria. En este sentido, los estándares de las agencias o instancias gubernamentales deberían de ser revisados constantemente por parte de las instituciones que deberán de cumplirlos. Lamentablemente, en el Perú existe


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muy poca vocación para consensuar y cotejar los estándares con los expertos de las universidades. Es preciso destacar que los estándares en el ámbito universitario reflejan intencionalidades que pretenden explicitar qué es una institución de calidad. Por este motivo se construyen estándares de aprendizaje, infraestructura, centros de recursos, autoridades, docentes, investigación, curriculares y didácticos, entre otros. En este caso, la elaboración de estándares parte siempre de una selección de los aspectos más explicativos de lo que llamamos calidad universitaria. Se espera además que los estándares sean movilizadores de mejoras auténticas y susciten una cultura comprometida con los mismos. Para ello los estándares (con sus indicadores) deben de ser muy descriptivos y en algunos casos contar con criterios de cumplimiento claramente definidos. Tenemos que considerar que los estándares deben de transmitir una visión realista de lo que deben de ser las universidades y por ende tendrían que generar interpretaciones comunes a todo aquel que pueda leer cada uno de ellos. En este caso, si un estándar suscita multiplicidad de comprensiones se desvirtuaría el proceso de acreditación desde su nacimiento. Imaginen el trabajo de autoevaluación y evaluación externa sobre la base de estándares difusos y poco claros. La autoevaluación debe de suscitar mejoras y decisiones importantes en la cultura institucional. Esto sin lugar a dudas debe de desafiar constantemente a cada integrante de la comunidad educativa. En este sentido, se espera que los evaluadores internos y las autoridades encargadas de promover los cambios tengan que lidiar con un grupo importante de personas, que si bien hacen bien su trabajo, se encuentran funcionando por debajo de sus competencias profesionales. En otros casos, se tendrá que motivar y ofrecer las oportunidades formativas y condiciones para que un porcentaje de personas salga de su zona de “confort”. Esta tarea es vital y nos remite a la dimensión comunicacional que se tendría que desarrollar para motivar, comprometer e inyectar en las personas un dinamismo diferente. Sin embargo, es probable que se tengan que cambiar los estatutos, reglamentos y procedimientos universitarios a fin de generar un conjunto de implicancias asociadas al desempeño de académicos y administrativos. La práctica de la autoevaluación al interior de las universidades amerita condiciones institucionales muy comprometidas con la calidad. Pero también se requieren profesionales que a la vez sean académicos y evaluadores de reconocido prestigio. Del mismo modo, y dada la complejidad de los procesos que subyacen en la autoevaluación interna con fines de acreditación (interna o externa), se necesitaría realizar esfuerzos para dar vida a un programa de investigación interesado en estudiar: los procesos de construcción y prueba de estándares; los fenómenos psicosociales y sociológicos asociados a la toma de decisiones; los efectos de las simetrías y asimetrías entre evaluadores y evaluados; las resistencias a la acreditación; el impacto de las decisiones emprendidas; el influjo de la acreditación en el ordenamiento jurídico de las universidades; la validez de los estándares en el concierto internacional; los sesgos asociados a la labor de los evaluadores; las relaciones humanas en los procesos de acreditación; y, la participación de los estudiantes en estos procesos, entre otros. Es ahí, en la investigación donde seguramente podamos construir conocimiento científico que permita el doble propósito que siempre acompaña a las ciencias de la educación: conocer y aportar a la toma de decisiones.

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XLVI CONGRESO NACIONAL DE CIENCIAS BIOLÓGICAS Medellín (Jardín Botánico) • Octubre 11 al 15 de 2011 Organiza: Asociación Colombiana de Ciencias Biológicas, con el apoyo de la Universidad de Antioquia, la Universidad Nacional y el CES. Objetivo: socializar y divulgar los avances de investigación en las diferentes áreas de las ciencias biológicas y promover el desarrollo y la investigación en este campo científico. Así mismo, posibilitar el encuentro entre estudiantes, académicos, investigadores y científicos. ÁREAS: •Bioética •Enseñanza de las Ciencias Biológicas •Ecología de Bosques •Bioindicadores de calidad de aguas •Genomas, transcriptomas y otras ómicas •Sistemática bacteriana Informes: www.congresoaccb2011.org • información@congresoaccb2011.org Teléfono (4) 323 93 84. Celular: 3127482724

Medellín, Hotel Intercontinental. Octubre 24 al 26 de 2011 Actualmente los organismos de referencia internacional como la FAO, la Comisión Europea y la OIE tienen una creciente preocupación con el tema del bienestar animal, el cual ya hace parte de los conceptos de salud animal, sostenibilidad y bienestar humano. Se ha recalcado la importancia de adoptar los principios de bienestar animal en los sistemas productivos de América Latina para el mejoramiento de la competitividad de los países en desarrollo. El impacto del bienestar animal en las cadenas productivas es considerable ya que la salud, el estrés y el estatus emocional tienen un impacto directo sobre la calidad de los productos de origen animal (carne, leche, huevos). En segundo lugar, hay un impacto con base en los consumidores, cuyo compromiso con los aspectos morales y éticos ha provocado un cambio en las políticas y la legislación sobre el tema del bienestar animal (un ejemplo de esto es la Unión Europea), convirtiéndose en barrera no arancelaria para el comercio. En tercer lugar, un impacto relacionado con la seguridad alimentaria de los consumidores en cuestión, donde se incluyen la calidad, inocuidad y disponibilidad de los productos. ENTIDADES ORGANIZADORES • Universidad de Antioquia • Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de Antioquia • Universidad Nacional de Colombia, Sede Medellín • Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD) • Universidad Católica de Oriente (UCO) • Corporación Universitaria Lasallista

OBJETIVO El encuentro nacional de investigadores de las ciencias pecuarias (ENICIP) tiene por objeto principal permitir el acercamiento entre los entes gubernamentales, la empresa y la comunidad académica como portadora de conocimientos y avances tecnológicos, motivado en las necesidades de la creación, consolidación y formación de nuevas generaciones de educadores y educandos del sector pecuario, tanto a nivel nacional como a nivel internacional.

DIRIGIDO A: Estudiantes, profesores, investigadores, empresas y profesionales del sector pecuario, gremios, productores, organizaciones no gubernamentales y agencias del Estado.

• Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid • Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales U.D.C.A, • Consejo Profesional de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de Colombia (COMVEZCOL) • Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (CORPOICA) • Instituto Colombiano Agropecuario (ICA)

INFORMES: FACULTAD DE CIENCIAS AGRARIAS UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA. Teléfonos (57) (4) 2199140 y 2199146. Fax (57) (4) 2199141. Correo electrónico: enicip2011@gmail.com. Página web: www.enicip2011.com


I n v e s t i g ac i ó n

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Tasada sólo en dinero, la batalla natural y silenciosa que día y noche libran los metales desde su condición de productos al servicio del género humano, resulta onerosa y muchas veces catastrófica para la economía de cualquier país. Expuestos al ambiente, a la radiación solar, a las altas temperaturas, a la humedad excesiva o a medios químicamente agresivos, ningún metal y ninguna aleación (aluminio, acero, hierro, cobre, plomo, oro, plata, bronce, zinc, latón, magnesio, estaño, níquel, titanio…) escapa a un proceso inexorable: tratar de regresar a su origen en forma de mineral. He ahí el principio de la corrosión, la cual se produce debido a que en la naturaleza todo tiende al estado más estable. Y el más estable es el estado natural. Esto significa que ningún sector de la economía que esté presente en el devenir de las sociedades escapa al influjo de la corrosión, fenómeno que ni la más sofisticada industrialización ha sabido detener, puesto que con cada nuevo material se generan problemas de deterioro desconocidos hasta ese momento. Mediando en este delicado y complejo problema están en las universidades los corrosionistas, tratando de generar conocimiento científico, desarrollar métodos de protección y concebir mecanismos de monitoreo a partir de la investigación aplicada. Asimismo, formando talento humano con el fin de que cada vez haya un creciente número de expertos con alternativas de solución a un problema que en 1950, cuando se realizó la primera indagación en el

Fotos Alberto González Mascarozf

Un enemigo silencioso y letal

El objetivo del Grupo de Corrosión y Prevención de la Universidad de Antioquia, dirigido por el profesor Félix Echeverría, está orientado a realizar un trabajo integral de generación, transferencia y aplicación de conocimientos relacionados con la corrosión y las formas de prevenirla, que redunde en una mejor conservación de los materiales utilizados por la sociedad y, en consecuencia, aminore los costos que el país asume como resultado de dichos fenómenos y contribuya a aliviar el impacto ambiental del consumo y del deterioro de los materiales. En la actualidad el Grupo participa en dos centros de excelencia. Uno es el Centro de Excelencia en Nuevos Materiales creado por Colciencias en asocio con ocho universidades colombianas. El otro es el Centro de Investigación e Innovación en Energía, liderado por Empresas Públicas de Medellín. Dirección: Medellín. Calle 62 # 52-59. Sede de Investigación Universitaria, Torre 2, Laboratorios 330 y 331. Teléfonos: (57-4) 2106615, 2106617 y 2106618. • corrosion.ingenieria@udea.edu.co


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Foto cortesía periódico El Mundo

La estructura metálica del puente Punto Cero en Medellín fue construida con un material especial llamado acero autoprotector, el cual desarrolla de forma natural una película para protegerse. Esto significa que se corroe para protegerse del ambiente. De ahí que el óxido que presenta en forma permanente no corresponde a un estado de deterioro, como lo consideran muchas personas desconocedoras de este fenómeno. Además de Punto Cero, hay otras estructuras y obras de arte del mismo material en Medellín. En la zona costera el acero autoprotector no se puede usar porque un enemigo letal –el cloro proveniente del agua marina– está siempre al acecho para atacar.

• El concepto de corrosión se acuñó específicamente con relación a los metales porque todos ellos son susceptibles a algún tipo de deterioro, aunque el ataque no se produce de la misma manera. • Para que haya corrosión se necesita humedad, aunque hay una forma de corrosión seca, llamada oxidación, y es aquella que se produce a altas temperaturas.

sión es el servicio de distribución de agua. Ello se debe a que los costos asociados a materiales que están bajo tierra son onerosos. Luego están las inversiones para proteger la infraestructura de los sistemas de transportes: automotores y trenes. En defensa, el deterioro de los armamentos y de los equipos de campaña también es preocupante.

mundo, se devoró el 2.1% del PIB en Estados Unidos, y que según dos subsiguientes es• Los costos de la corrosión se pueden • Los mayores costos en el mundo están tudios significó en ese mismo analizar de acuerdo con el sector que utiliza referidos a la corrosión atmosférica, cuanpaís un gasto de 4.5% en 1975 los materiales, o de acuerdo con el tipo de tificándose en el 50%. y de 3.1% en 2002. ataques que sufre el material. Otras investigaciones mues• El agua marina es también un medio • Hay muchos problemas de diseño en la tran que el impacto de la corromuy agresivo por contener sal y por desavida diaria en relación con los metales. sión en 1970 en el Reino Unido rrollar la vida de muchos microorganismos Uno de ellos es poner en contacto dos ascendió al 3.5%, y en Japón que afectan la infraestructura de barcos, materiales con potenciales de corrosión en 1974 fue calculada en 1.2%. puertos, tuberías inmersas y plataformas diferentes, lo que origina que el material petroleras y gasíferas. En Colombia, la preocupacon potencial más débil acelere su proción del sector empresarial por • Otro sector conminado a invertir altos ceso de corrosión por el contacto con el influjo negativo de la corropresupuestos en prevención de la corroel más fuerte. sión es cada vez mayor de un tiempo reciente para acá. Un estudio del Grupo de Corrosión y Protección de la Universidad de Antioquia permitió obtener una proyección de los costos co, lo que ha originado muchas veces la caída de puentes de la corrosión en el país alrededor del 2.3% del PIB. y la pérdida de vidas y bienes materiales. En estos casos también se debe tener en cuenta la corrosión asociada En opinión del investigador Félix Echeverría, coordinador a problemas de esfuerzos mecánicos en los tensores del de dicho Grupo, frente a la corrosión no hay una fórmula puente. científica que permita hablar del material perfecto, porque entre más se transforme el material por acción de la mano “Tampoco en Colombia hay grandes inversiones en del hombre, más susceptible se vuelve al deterioro. materia de revisión de puentes, a sabiendas de que éstos son muy sensibles a los problemas de corrosión”, afirma El acero inoxidable, por ejemplo, fue desarrollado para el corrosionista Félix Echeverría, quien llama la atención resistir ambientes agresivos, a partir de una composición sobre la importancia de los métodos de protección y los especial de cromo que permite que en la superficie se forme una capa protectora muy resistente, pero, aunque evita que mecanismos de monitoreo, cuyo resultado incide de forma en una gama de condiciones el material resista el ataque positiva sobre el efecto de los costos indirectos que en del medio, el acero inoxidable no es inmune porque cede muchos casos son mayores que los directos. “Por ejemplo, ante la acción destructora del cloro, sin que éste sea su el costo directo de una tubería de conducción de petróleo único enemigo. que se rompe es inferior a los costos indirectos que se generan si se produce una tragedia humana o si se presenta un En la actualidad, explica el profesor Echeverría, la codaño ecológico, producto del derrame de crudo”, explica. rrosión ha pasado de ser un problema de metales y se ha extendido bajo la denominación de deterioro a otros mateAsimismo, agrega, “hay partes de una gran estructura riales como el plástico y la cerámica, lo que ha generado una que, por lo pequeña, tiene un costo insignificante, pero nueva clase de problemas y una nueva clase de estudios. por la función que cumple tiene un costo altísimo cuando falla por problemas de corrosión o desgaste, y de lo cual Las estructuras de concreto también se resienten por nadie está advertido”. efecto de la corrosión en los refuerzos de material metáli-


I n v e s t i g ac i ó n

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para la siguiente generación de comunicaciones –donde converge lo inalámbrico con la fibra óptica–, y lo que permite es, utilizando técnicas de procesamiento de señales, reconocer qué tipo de información le está llegando para ajustarse de manera automática y poderla leer sin necesidad de un receptor nuevo”. Y sostiene que el reconocimiento se lo ganó porque con la propuesta prácticamente se está abriendo una nueva puerta al diseño de la siguiente generación de comunicaciones ópticas. “Eso fue lo que valoró el comité evaluador de la OFC”, afirma. Observa, no obstante, que la convergencia todavía no existe. O sea, aclara, “apenas se está estudiando, y estamos en una generación que no tiene nombre particular, pero la próxima se va a llamar redes de acceso ópticas heterogéneas y reconfigurables”, porque, añade, ahora todavía están separados los servicios.

Neil Guerrero González, trabaja en el área de procesamiento de señales e inteligencia artificial

Foto Luis Javier Londoño Balbín

Testimonio

Propuesta que abre una nueva puerta al diseño de la siguiente generación de comunicaciones ópticas, destacada en el Corning Student Paper Award 2011 Aunque no se alzó con el primer puesto, la mención honorable que recibió Neil Guerrero González, profesor del Departamento de Electrónica de la Facultad de Ingeniería, lo dejó satisfecho. Después de todo, no era fácil lograr el sitial de honor en la Cornings Outstanding Student Paper Award Competition. Este año, el premio Cornings tuvo lugar en marzo, en Los Angeles, California, en el marco de la conferencia americana sobre comunicaciones ópticas, la OFC/NFOEC Conference, por sus iniciales en inglés, y la más relevante en el área quizá, por encima de la europea. Ingeniero electrónico, con maestría en ingeniería en la línea de automatización industrial de la Universidad Nacional, Guerrero González llegó a las últimas instancias de la competición después de superar la estricta supervisión de los evaluadores, encargados de seleccionar, entre los 485 artículos

postulados del mundo, a quienes ganarían el derecho de dar a conocer sus trabajos en el congreso de manera oral o en poster. Próximo a obtener su título de Doctor en la Universidad Tecnológica de Dinamarca en el campo de la fotónica, esto es, comunicaciones basadas en fibra óptica para desarrollar receptores digitales inteligentes, el profesor logró el segundo lugar entre los seis finalistas, un mérito que lo enorgullece no sólo por el numeroso grupo de estudiantes de doctorado y de posdoctorado y por las compañías y centros de investigación que participaron, sino porque se trata del premio más importante en el mundo para un estudiante de doctorado que trabaje con comunicaciones basadas en fibra óptica.

El artículo Reconfigurable Digital Coherent Receiver for Metro-Access Networks

Supporting Mixed Modulation Formats and Bit-ratesK, es el título del artículo que expuso Guerrero González en la conferencia. Para explicar de qué se trata, plantea que hoy en día existen dos maneras de comunicarnos: una es la inalámbrica y la otra es la ‘cableada’, bien por cables coaxiales, de cobre y los más recientes de fibra óptica. Estas últimas, precisa, pueden transmitir más información. El problema, sin embargo, “es que cuando usamos comunicaciones por fibra tenemos que estar conectados al cable y, por tanto, resta movilidad”, observa. El trabajo de Guerrero González está enmarcado en la convergencia del medio inalámbrico y la fibra óptica, para permitir el tráfico de más información y a la vez la movilidad que facilita la red inalámbrica. “El trabajo –explica– es sobre un receptor digital reconfigurable

Pero más allá del logro personal y de las perspectivas de la investigación, al profesor Guerrero González le interesa, como divulgador de la ciencia que así se asume, motivar a los estudiantes y a las generaciones de colombianos futuras a que se preparen y persistan, como él, en el ámbito de la ciencia. “Si un cucuteño, hijo de la universidad pública como soy yo ha podido formarse como científico, muchos otros también pueden hacerlo”, reflexiona, al tiempo que plantea que los sistemas y las ingenierías en comunicaciones de cierta manera marcan el desarrollo de una sociedad, entre otras cosas porque la tecnología tiende a convertirse en un privilegio. “Las personas que tienen acceso a la tecnología y a los sistemas de comunicaciones pueden avanzar más rápido, socialmente hablando, en tanto se conectan con el mundo, pueden hacer los negocios y mejoran la calidad de vida”, dice. Al contrario, observa, quienes no tienen acceso a la tecnología se están quedando atrás, porque el mundo tecnológico avanza rápido. Pero, agrega, la universidad pública tiene la obligación de llevar los sistemas de comunicación hasta la gente que no tiene el privilegio de acceder a la tecnología. Además, sostiene, “como universidad tenemos una ventaja, y es que nosotros podemos, si nos ponemos las pilas, si los profesores estudian juiciosos y los estudiantes le hacen caso a los profesores, prever hacia dónde va la tecnología, porque hacemos investigación y ese es el secreto y la importancia de la universidad pública”.


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El Parque de la vida se encuentra en el eje urbano que forman el Museo Pedro Nel Gómez, el centro cultural de Moravia, el Jardín Botánico, el Parque Norte, el Parque Explora, la Ciudad Universitaria, Ruta N, el Cementerio de San Pedro, las facultades del área de la salud, las clínicas y demás hasta desembocar en Plaza Mayor. La profesora Agudelo Suárez, y ex secretaria de Salud de Medellín, señala que el Parque será un referente tanto de creación de pensamiento como de acciones prácticas y, por tanto, será un espacio para la investigación, la participación ciudadana, los programas de capacitación, la asesoría en salud, la construcción de proyectos de ciudad, la intervención en problemas para la salud y la movilización social. De hecho –informa–, ya está andando una investigación sobre los imaginarios de los ciudadanos acerca de categorías como parque, vida, salud, desarrollo humano, bienestar; otra se pregunta por el estado de los negocios de alimentos y bebidas en los alrededores del Parque, para mejorar la oferta gastronómica actual en calidad, nutrición, buenas prácticas sanitarias; también se está haciendo un levantamiento de los programas de promoción de la salud en la ciudad; otra investigación está centrada en el componente de infancia y familia gestante. El profesor Humberto Ramírez Gómez, quien integra la comisión académica del Parque de la vida y coordina el grupo que adelanta la investigación sobre infancia y

familia gestante, reitera en que en el edificio, que estará listo hacia finales del año o comienzos de 2012, el trabajo estará enfocado en la promoción de la salud, el desarrollo humano y la calidad de vida, y no en la prevención de la enfermedad, que ha sido la orientación tradicional. “Habitualmente los trabajadores de la salud –explica– hablamos de cuatro funciones básicas, la promoción de la salud, la prevención de las enfermedades, la atención de los enfermos y la rehabilitación

de las personas o comunidades con secuelas. Justamente tres de esas cuatro funciones están centradas en la enfermedad y una sola está centrada en la salud”. Por eso, insiste, el interés es trabajar en la promoción de la salud. De modo que, asegura, “no queremos hablar mucho en el Parque de enfermedades concretas o en particular, ni vamos a hablar de vacunas, ni de prevención de la enfermedad equis o ye, sino de la vida, del desarrollo humano y la calidad de vida”.

Área construida equipamiento: 4189.61 m² Área plaza urbana: 2127.43 m² Área espacio público: 784,19 m²

Fotos Luis Javier Londoño Balbín

El inicio de la demolición, en marzo, del antiguo CAB del ISS, frente a la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia, también marcó, a su vez, el comienzo de la construcción del Parque de la vida, una iniciativa del Alma Máter y de la Alcaldía de Medellín orientada a fortalecer la promoción de la salud. La obra, con una inversión estimada de quince mil millones de pesos –$4.276 millones el lote, $807 millones el diseño y $10.000 millones aportados por el municipio para la construcción– contempla espacios para el desarrollo de proyectos, un área lúdico académica, zona comercial, oficinas para la administración, auditorio y parqueaderos, y una plaza urbana. Luz María Agudelo Suárez, coordinadora del Parque, observa que el énfasis en la vida responde al enfoque en la salud que trata de que los seres humanos estén saludables, felices, alegres, que desarrollen todas sus potencialidades. “Por qué un parque de la vida? Porque este lugar está dedicado fundamentalmente a promocionar la vida, la salud y el bienestar”, dice. Es, además, un proyecto de ciudad, porque participan la Universidad y la Alcaldía, a las que les interesa la calidad de vida de los habitantes de Medellín y el valor de lo público. “Está también inscrito en un proyecto de más largo aliento como lo es Zona norte, que busca recuperar los espacios de la ciudad para la convivencia ciudadana: allí hay espacios de vida, espacios de recreación, espacios de ciencia, innovación y tecnología”, agrega.

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Promover la vida y la salud como una construcción de ciudadanía, mediante el diálogo de saberes y proyectos participativos que incorporen la diversidad, potencien la creatividad y la autonomía de las personas y las comunidades locales y regionales, para mejorar la calidad de vida y contribuir al desarrollo humano integral, tal es el fin del Parque de la vida, que se erige a un costado del Hospital San Vicente de Paúl y al frente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia.


R e g i o n a l i z ac i ó n

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Fotos Luis Javier Londoño Balbín

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En junio comienza la construcción El Instituto para el Desarrollo de Antioquia -IDEA-, la Gobernación de Antioquia y la Universidad de Antioquia ya pusieron la primera piedra para iniciar la construcción en el Oriente antioqueño de la que se ha dado en llamar la universidad del siglo 21. Y es que la ciudadela universitaria que se proyecta construir en tres etapas en un área equivalente a 19 hectáreas, en los predios en donde en la actualidad funciona la Seccional Oriente del Alma Máter en El Carmen de Viboral, no tiene mucho que envidiarle a la ciudad universitaria en Medellín, contruida en los años 60. Con los aportes entregados por las tres instituciones, en total 22 mil millones de pesos, en junio se acometerán las obras de la primera fase del proyecto, al cabo de la cual se contará con un área construida de 8.188 m2, en donde la Universidad espera albergar, en principio, cinco mil

estudiantes hacia 2016, según las proyecciones de crecimiento. En la segunda etapa está contemplado construirse un área de 11.073 m2, y en la tercera 49.176 m2, con lo cual la sede quedaría habilitada para atender 15 mil estudiantes. El área total suma 194.667 m2, y se estima que el costo global ascenderá a los 153 mil millones de pesos. Hoy por hoy, en la sede que fue inaugurada en junio de 1998 están matriculados 1.029 estudiantes en 26 programas académicos. A la fecha, el registro de egresados asciende a 1.063.

Virtualidad John Jairo Arboleda Céspedes, director de Regionalización, subraya que en la ciudadela del siglo 21 la virtualidad tendrá un papel preponderante. Según el directivo, alrededor del 40 por ciento de los programas se ofrecerán mediante la tecnología virtual, “porque entendi-

mos –dice– que con la sola estrategia de regionalización presencial no podemos llegar a todos los rincones del departamento y, además, los estudiantes tienen dificultades para llegar a las sedes regionales”. Arboleda Céspedes afirma que la ciudadela universitaria en Oriente es una demostración clara del compromiso de la Universidad con las regiones del departamento, y el esfuerzo en esa zona está más que justificado, dado el crecimiento y desarrollo paulatino que ha mostrado, tanto más cuanto que se erige como área natural de expansión del valle de Aburrá. De este modo el Alma Máter, señala, no sólo reconoce la situación geográfica privilegiada del Oriente y la gran presencia institucional allí, sino que le apunta a crecer en esa zona, pues registra la segunda población subregional del departamento –alrededor de 615 mil habitantes en sus 23 municipios–, pero además, porque existe una

demanda potencial de aspirantes a educación superior, cercana a los 6.000, más el compromiso gubernamental, en el plan de desarrollo, de intercomunicar el valle de San Nicolás con el valle de Aburrá con el túnel, el aeropuerto, las vías. “Ya es justo que la Universidad, pues, empiece a desarrollar ese gran lote que es de su propiedad para el bienestar de toda la comunidad del Oriente antioqueño”, dice el director de Regionalización. La ciudadela universitaria contará con edificios modernos para docencia, investigación y posgrado, biblioteca, edificio administrativo, teatro, coliseo y zonas deportivas, cafeterías, zonas de estudio, zonas de parqueo, zonas verdes y de espacio público.

Otro megaproyecto La ciudad universitaria, que reunió en un mismo lugar las facultades que estaban dispersas en el


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Jorge Iván Montoya, presidente de la Asamblea de Antioquia; Francisco Beltrán, gerente del Idea; Luis Alfredo Ramos, gobernador; Alberto Uribe, rector, y Jorge Rojas, contralor departamental, miran al oriente y a la que será la Ciudadela Universitaria del siglo XXI, en la actual Sede de la Universidad de Antioquia en el Carmen de Viboral. centro de la ciudad, se construyó con un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo, BID. Cinco décadas después, otro préstamo –los 12 mil millones que asumió la Universidad, línea Findeter–, más los aportes del Instituto para el Desarrollo de Antioquia, Idea, y de la Gobernación, comienzan a hacer realidad la ciudadela universitaria para el Oriente, tanto o más significativa que los megaproyectos en curso en el Departamento. Para el gerente del Idea, Francisco Javier Beltrán Montoya, el aporte va de la mano con el propósito del Instituto de ayudar a que llegue el desarrollo a cada una de las subregiones del departamento, y coincide en que el gran problema de Medellín y del valle del Aburrá es que las subregiones más distantes no tienen el nivel de desarrollo que le permita a la comunidad acceder, por ejemplo, a la educación superior. “Esta –dice– es una partecita de lo que hemos destinado a educación. Durante los últimos tres años el Idea ha puesto al servicio de las entidades de educación cerca de 53 mil millones de pesos, vía crédito y vía aportes, que respaldan lo que el gobernador y la secretaría de Educación han denominado el macroproyecto de Antioquia, que es la educación”. Hoy más que nunca, agregó, cobra sentido el dicho según el cual más que plata, a los hijos hay que dejarles educación. “Y hoy más que nunca cobra sentido en Antioquia que lo que hay que hacer por el desarrollo es dejar educación, cuando vemos que el gran problema de Medellín y su área metropolitana es la pobreza y la falta de equidad en las regiones, que se expresa en la falta de oportunidades para que la gente acceda a los procesos de formación y educación”, reiteró. El funcionario aseguró que regionalización es igual a cons-

trucción de equidad. Y, por eso, complementó, “le apostamos a este gran proyecto del gobierno departamental y de la Universidad de Antioquia, porque desde el Idea nuestra gran tarea es fomentar el desarrollo de los municipios de Antioquia y es a través de la educación que lo podemos hacer”.

Histórico El rector Alberto Uribe Correa, al calificar de histórico el convenio Universidad-Idea-Gobernación, despúes de cuarenta y dos años de haberse construido la ciudadela universitaria, destacó, de un lado, el compromiso del Alma Máter como factor de equidad. Sin embargo, observó que la institución ya llegó al tope de cobertura y de continuar bajo las mismas condiciones con el crecimiento, alrededor de los 37 mil estudiantes en la actualidad, se arriesgaría la calidad. En segundo término, destacó el compromiso de la gobernación en continuar resolviendo, como espina dorsal del programa de gobierno Una Antioquia para todos, el problema de la educación en todos los niveles. “Y hoy estamos plasmando el compromiso con la educación pública de los antioqueños con la construcción de la sede alterna a la ciudad universitaria, la ciudadela del siglo veintiuno”. Asimismo, destacó del plan de desarrollo propuesto por el gobierno nacional y de la propuesta de reforma a la ley 30 de 1992 o ley de educación superior, el componente de regionalización como factor de desarrollo y equidad. “Hay críticas –dijo–, pero creo que mediante el debate y la argumentación podemos tener una ley digna de educación superior para Colombia, que nos permita dar el salto que tanto necesitamos en la economía del conocimiento, donde es el co-

nocimiento el factor preponderante en el desarrollo de los pueblos, en el mejorestar, la calidad de vida, el aprovechamiento de los recursos y la generación de empleo”. El directivo expresó su aspiración a que la ley de reforma que se debate aumente el presupuesto de recursos tanto de la Nación como de los entes territoriales para las universidades públicas que han mostrado una gran capacidad de gerenciar. “De 2002 a 2011 hemos sido líderes en crecimiento, con el 52% de cobertura, y somos el soporte de la investigación, pues más del 70% de la investigación en el país lo hace el sistema universitario estatal. Ello habla del compromiso que tenemos como instituciones públicas con el desarrollo local, regional y nacional”, afirmó.

Estrategia maestra El gobernador Luis Alfredo Ramos Botero reiteró que la educación ha sido la estrategia maestra del gobierno departamental, a través de todo el esfuerzo de la secretaría de Educación y de los distintos despachos, por la educación preescolar, básica, media y superior. “Por eso hoy nos complace hacer entrega entre el Idea y la Gobernación de diez mil millones de pesos, para que la Universidad de Antioquia pueda crecer el proyecto de regionalización, llegar

al Oriente antioqueño y dar la posibilidad en el futuro inmediato a cinco mil estudiantes en la universidad pública más importante que tiene el país”, dijo, el 11 de marzo en el Salón de Gobierno. En ese sentido, resaltó la evaluación positiva por parte del ministerio de Educación de los programas académicos, y de la investigación. “Esto dice mucho de una universidad pública como la Universidad de Antioquia, y por ello nos unimos a las propuestas de regionalización y descentralización de la Universidad, tan necesarias para las subregiones, por la equidad y para facilitar a los estudiantes y a los padres de familia el que sus hijos puedan llegar a una universidad tan bien calificada”. El mandatario seccional señaló que al lado de los grandes proyectos de infraestructura del departamento está el macroproyecto de la educación. Proyectos como la hidroeléctrica de Ituango, la conexión Aburrá-Oriente, las dobles calzadas, el proyecto del puerto de Urabá, cuya sociedad se constituirá en los próximos días, el Engea o el Parque Tecnológico de Manantiales. “Seguiremos apoyando los proyectos de la Universidad de Antioquia, que hemos compartido en el Consejo Superior con todos los miembros que lo conforman, con el único fin de que siempre crezca positivamente, y llegue a más regiones”, dijo.


Extensión Académica

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• A partir del segundo semestre estudiantes de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas enfrentan nuevo plan de estudios

Mantener el espíritu crítico y el compromiso social, el desafío

Fotos Facultad de Derecho y Ciencias Políticas

Reconocida como una de las facultades de universidad pública de más arraigo y tradición en el país, con más de 180 años de historia y simiente de sus similares en la región, la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia, sin embargo, no está anclada en el pasado. El presente la sigue mostrando como espacio natural de confrontación civilista de las ideas y como escenario de práctica con probada sensibilidad social por parte de sus estudiantes y profesores. ¿Y el futuro? Es promisorio, con la senda abierta a nuevas posibilidades.

El presente “Espíritu crítico y compromiso social”, identifica el slogan de combate de la facultad y no es un enunciado vacío; por el contrario, cada vez está más dotado de contenido. Se trata, dice Hernán Darío Vergara Mesa, quien estuvo al frente del decanato los últimos tres años, de una dependencia que se ha ido adaptando a los nuevos tiempos y desafíos, que forma abogados y politólogos en los pregrados de Derecho y de Ciencia Política, y registra una de las mayores ofertas de posgrado en Colombia, en casi todas las áreas del derecho –civil, penal, administrativo, constitucional–, con siete especializaciones activas, cuatro con registro y tres más en trámite: una en derechos humanos y derecho internacional humanitario, otra en gobierno y asuntos públicos y una más en democracia, convivencia y conflictos escolares. Además de la maestría en derecho, con los énfasis en investigación y profundización. En investigación, si bien la facultad no ha progresado con la velocidad de otras áreas del conocimiento, sí se ha venido adaptando a las demandas, mostrando un avance progresivo y consistente, con grandes posibilidades de alcanzar niveles de producción científica superiores por las potencialidades, por el número de doctores que han culminado sus estudios y retornado al claustro, nueve en total, y catorce más en formación, y los veinte docentes con formación de maestría, y por la política de publicación que ha permitido abrir nuevas líneas de difusión de los trabajos de profesores y de estudiantes, consolidar los proyectos editoriales existentes y abrir otros. Hoy la Facultad cuenta con la Revista Estudios de Derecho en la

Aplicación de encuestas como parte del proyecto de regularización de predios en Medellín El centro de conciliación hace parte del consultorio jurídico de la Facultad, que cuenta con instalaciones modernas, oficinas sistematizadas y cómodas para los estudiantes, los asesores y los usuarios. Sentido social

categoría B, más la revista electrónica Diálogos de derecho y política, que sirven para divulgar no sólo la producción de los grupos y de los semilleros de investigación, sino de todos los profesores y estudiantes inquietos con las cuestiones jurídicas y públicas, amén de la colección Mejores trabajos de grado, de muy buen recibo por parte de la comunidad académica porque incentiva y reconoce el aporte

intelectual de los estudiantes de pregrado y de posgrado. Además de Derecho y sociedad, consolidado en Colciencias, la Facultad registra los grupos de investigación Sistema penitenciario; Saber, poder y derecho; Derecho y territorio; Gobierno y asuntos públicos; Estudios internacionales, y Grupo interdisciplinario sobre conflictos y violencias, Iner, U. de A.

Así como el espíritu crítico y analítico hace parte del carácter de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas, el compromiso con los sectores de la sociedad más desprotegidos también está inscrito en el sello distintivo de la dependencia. Y es lo que de un modo u otro expresan los más de 1.700 estudiantes en Medellín y en las regiones, y los cerca de 250 profesores –44 de tiempo completo y los restantes de cátedra– y los egresados vinculados con los programas de extensión. A través del Consultorio jurídico con sus diversas expresiones, consultorio urbano, consultorio rural, consultorio al barrio (en las comunas 1 y 13 de Medellín), el centro de conciliación, el programa de atención integral a la familia, el programa de atención jurídica a la población desplazada, el consultorio de seguridad


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Llevar el consultorio a otros barrios de la ciudad, crear el doctorado en derecho, consolidar los procesos de autoevaluación y acreditación e implementar el nuevo plan de estudios hacen parte de los retos que enfrenta la administración de la decana Clemencia Uribe Restrepo. social integral, el consultorio en las regiones, la práctica alternativainstitucional, las clínicas jurídicas. Pero también a través de la educación continua –como los sábados académicos, las cátedras abiertas de seguridad social y salud, y de justicia y género– y de las propuestas de ciudad y de región como el proyecto de titularización gratuita de predios adelantado con la alcaldía de Medellín. A través de estos y de muchos más programas la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas presta un invaluable servicio e impacta de manera positiva a las comunidades y personas, principalmente en los estratos 1 y 2.

Nuevo plan Al lado del incremento en las actividades de extensión, incluida la participación activa en la formulación y ejecución de políticas públicas, del impulso a la investigación y a las publicaciones, y de la presencia decidida en las subregiones del Bajo Cauca, Oriente, Magdalena Medio, Suroeste, Urabá y Occidente, para el decano saliente Vergara Mesa uno de los logros más relevantes del trienio es la culminación de la reforma curricular del programa académico de Derecho, después de un prolongado proceso de discusión que duró cerca de quince años. La experiencia de regionalización –afirma–, indica que es perfectamente posible ofrecer Derecho en las mismas condiciones de calidad del programa que se ofrece en la sede central en Medellín. De hecho, buena parte de los profesores del pregrado presencial son docentes en las regiones. Y con respecto al nuevo plan de estudios, que comenzará en el se-

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Para Hernán Darío Vergara Mesa uno de los logros del trienio fue el traslado del consultorio jurídico a la antigua Escuela de Derecho, en el centro de la ciudad, pues representó mejor dotación, instalaciones dignas y accesibilidad al usuario.

gundo semestre de 2011, resalta que es fruto de un proceso ampliamente deliberativo y participativo de todos los estamentos, que responde a una nueva estructuración de los estudios de derecho, más flexible, con áreas de énfasis o especialización, interdisciplinario y con ejes y cursos de integración como el agregado más importante de la reforma. “El trabajo en las subregiones –donde ya hay promociones o cohortes de Derecho culminadas– fue un referente muy significativo para la reforma curricular en Medellín, y aportó a la diversificación de las

prácticas académicas, la clínica jurídica, la práctica institucional, la educación jurídica básica, además de ser semillero para la formación de profesores y la generación de estrategias de educación”, dice.

Desafíos La carga histórica, los logros recientes, más el sentido arraigado de lo público, su valoración y defensa, y la formación integral de los estudiantes en todas las áreas del derecho se convierten en oportunidad y desafío. Así lo entiende la decana recién designada por el Consejo Superior

Atención del consultorio jurídico en el barrio (en las comunas 1 y 13)

Universitario para recibir la posta, Clemencia Uribe Restrepo, quien se venía desempeñando como vicedecana de la facultad. En los años venideros, ella se propone consolidar los programas y adelantar nuevas ejecutorias. Entre los retos que se ha fijado están, desde luego, implementar la reforma curricular aprobada a finales de 2010, lo que implica adelantar la capacitación necesaria y abordar los problemas relacionados con nuevas metodologías y la evaluación. Pero también, crear el doctorado en derecho, implementar el uso de tic y motivar a los profesores para integrar más las tecnologías a los procesos de enseñanza-aprendizaje en las regiones y los posgrados. Asimismo, diseñar perfiles para las convocatorias docentes e impulsar la revisión de la planta de cargos administrativos y docentes, puesto que la dependencia ha crecido mucho y aún tiene que atender las demandas con el mismo personal de principios de la década de los 80. También espera llevar programas de especialización a las regiones, y los pregrados de Derecho y de Ciencia Política a otras subregiones, que bien pueden ser las sedes de Sonsón y Yarumal en lo inmediato. Por lo pronto, están en marcha las especializaciones en seguridad social, familia y derecho administrativo para ofrecer probablemente en Bajo Cauca, Oriente y Urabá. E impulsar la adquisición del inglés como segunda lengua, de tal manera que los estudiantes incorporen en el plan de estudios siquiera seis niveles del idioma, que facilite un mejor relacionamiento en el ámbito internacional.

Estudiantes de Derecho y Ciencias Políticas, delegados ante el MOEA 2011 Los estudiantes Luz Astrid Álvarez Patiño, Mauricio Garcés Palacio, Jairo Alonso Mosquera Lozano, Juan Sebastián Orozco Beltrán y Ana Lucía Restrepo Castro, del pregrado de Derecho, y Lorena Aristizábal Guerra, Jonathan Bedoya Hernández, Ana Carolina González Alzate, Juan Fernando Oliveros Ossa y Jenniffer Carolina Osorio Agudelo, del pregrado de Ciencia Política, integran la delegación de la Universidad de Antioquia que participará en el Modelo de la Asamblea General de la OEA para Universidades del Hemisferio, MOEA. La comisión de la Facultad de Derecho y Ciencia Política, asesorada por la profesora Amaya Querezaju Escobari, asistirá a la XXIX versión del MOEA, que se realizará del 18 al 21 de mayo de 2011, en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), de El Salvador. Esta es la cuarta vez que la Facultad participa en el MOEA, un programa del Departamento de Asuntos Internacionales de la OEA creado con el objeto de promover los valores democráticos entre la juventud del continente, mediante un ejercicio de simulación, en el cual los estudiantes representan a diplomáticos y a funcionarios de gobierno de los 34 Estados Miembros de la OEA.


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Fotos cortesía EXPOUNIVERSIDAD

La capacitación y teleasistencia también están dirigidas a la atención de perros, que son otras de las víctimas de las minas y héroes en muchos de los casos de desminado.

Capacitados en atención prehospitalaria: tecnólogo 60, técnico profesional 510, primer respondiente 8.071.

TELEMAP

Herramientas tecnológicas para la atención integral a víctimas de minas antipersonal y munición sin explotar

La gran riqueza del territorio colombiano, que es su tierra, pareciera convertirse en escenario apocalíptico donde el café, el algodón, el banano y las flores no son lo único que se siembra y se cosecha. Los pasos del campesino y del soldado colombiano tienen una previa sentencia cuando rondan por los campos de este país lisiado. Un muñeco de trapo, una lata de atún, una simple jeringa, se convierten en armas que, cuando se tiene la mayor de las suertes, quita la vida a quien posa su integridad física encima de ella. El objetivo de las minas antipersonal (MAP) es restarle capacidades al cuerpo y sumarle penas al alma. En principio, recibían el popular nombre de “minas quiebra patas”, artefactos hechizos con el explosivo suficiente para quitar la parte del cuerpo con la que tengan contacto y con la basura necesaria para infectar la herida y provocar la amputación. “Un arma de miles de filos”. Según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo – PNUD, Colombia es el segundo país, después de Afganistán, con el mayor número de víctimas por minas antipersonal en el mundo. Irónicamente, es una cifra que contrasta con un estudio realizado en 2009 por la BBC, The Guardian y Happy Planet Index que reveló que Colombia es el segundo país más feliz del mundo. Pareciera que se replica la frase: “reír para no llorar”. Por otro lado, el Comité Internacional de la Cruz Roja – CICR ha registrado en sus bases de datos que de los 32 departamentos del país, en 30 se han encontrado campos minados y munición sin explotar (MUSE), siendo Antioquia la región que concentra el mayor número de accidentes e incidentes por minas antipersonal. La Gobernación de Antioquia señala que de las 9.135 víctimas registradas en Colombia entre 1990 y febrero de 2011, 2.070 personas, que equivalen al 23% de

Los grupos de Explosivos y Demolición –EXDE– del Ejército Nacional, bajo la coordinación del Batallón de Ingenieros Pedro Nel Ospina se capacitan en las instalaciones de la Universidad de Antioquia. Asimismo, miembros de la Fuerza Aérea Colombiana y la Policía Nacional reciben la preparación necesaria para atender a la población afectada por las MAP –MUSE. la población afectada, se presentaron en Antioquia. Son muchas las cifras que se podrían dar en este texto, número de muertes por MAP – MUSE, víctimas infantes, población más vulnerable, tipo de materiales y de dispositivos usados para el minado, sin embargo, este artículo está enfocado en resaltar el importante y necesario trabajo que el Centro de Simulación de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia y su proyecto institucional TELEMAP (herramientas tecnológicas para la atención integral a víctimas de minas antipersonal y munición sin explotar) viene realizando desde 2006. TELEMAP surge de la necesidad de asistir de manera eficiente y desde cualquier parte del territorio nacional a las personas víctimas de minas antipersonal y munición sin explotar plantadas por grupos armados ilegales. El gobierno colombiano estima que existen más de 7 mil sobrevivientes de accidentes con MAP – MUSE, la gran mayoría de los cuales han sido atendidos por los profesionales capacitados por TELEMAP. El proyecto hace uso de las tecnologías de la información y la comunicación – TIC, para prestar servicios de teleasistencia prehospitalaria, telemedicina, teleeducación y entrenamiento presencial. Es un servicio profesional, ágil y completo a las víctimas.

Teleasistencia prehospitalaria Al referirse a “tele…” se entiende al uso de la tecnología aplicada a la salud y la asesoría a distancia. Así, en el caso de la teleasistencia prehospitalaria, cuando una persona sufre un accidente por minas antipersonal, el primer auxiliador que la asista puede comunicarse con la IPS Universitaria a través de un teléfono, un celular, o un radio, para recibir instrucciones sobre los procedimientos a seguir en la atención del afectado hasta que éste pueda ser trasladado a un centro de salud. Para el caso de la telemedicina, la comunicación desde el hospital que recibe inicialmente al lesionado, se puede establecer vía internet con la IPS Universitaria, utilizando la plataforma de TeleMAP y recibir apoyo para mejorar su capacidad resolutiva y mejorar la sobrevida del paciente, mientras se organiza su referencia hacia la misma IPS o un hospital de mayor complejidad.

No importa el uniforme que use, el color que tenga o la religión que practique Aunque no existen cifras exactas, se sabe que buen número de víctimas por MAP – MUSE son las mismas personas que las colocan. Los niños son otras víctimas potenciales de estos artefactos. Por eso, periódicamente grupos de distintas empresas y universidades se capacitan en el Centro de Simulación de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia. Hasta el momento, 105 personas se han capacitado en atención a víctimas del conflicto armado, 627 profesionales procedentes de Arauca, Bucaramanga, Cartagena, Cúcuta, Medellín, Pasto, Quibdó, Samaniego y Tavio han recibido capacitación, y en atención básica biopsicosocial se han entrenado 190 profesionales. Este programa es apoyado por la empresa Interconexión Eléctrica S.A. –ISA–, la Alianza Regional en TIC Aplicadas –ARTICA–, CICR, Colciencias, Cruz Roja Colombiana, EDATEL, Ejército, Fiscalía, Fuerza Aérea, Fundación Mi Sangre, Fundación REI, Fundación Restrepo Barco, Gobernación de Antioquia, Laerdal, Handicap, HSVP, Ideaborn, IPS Universitaria, Ministerio de la Protección Social, Municipio de Medellín, OXFAM, PAICMA, Policía Nacional, SENA, UNE, Unión Europea, Welch Allyn, universidades públicas y privadas, entre otras. Gracias a esta sinergia, el programa logra capacitar constantemente a profesionales de la salud, al tiempo que entrena y sensibiliza a las distintas comunidades en diversas zonas del territorio nacional mediante el uso de aulas móviles. Este programa ya ha participado en tres proyectos de investigación y en la actualidad se encuentra desarrollando el cuarto con la Alianza Regional en TIC Aplicadas –ARTICA–. Como idea innovadora que entendió que el trabajo conjunto conlleva a mejores resultados, ganó la Condecoración Orquídea de Oro Concejo de Medellín y estará presente en EXPOUNIVERSIDAD 2011 para mostrarle al mundo que son más las personas que trabajan sembrando esperanzas, restaurando sueños y descontaminando la tierra de armas. Texto elaborado por Eduar K. Salas Burbano. Prensa EXPOUNIVERSIDAD 2011


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Una vez más la naturaleza se convierte en inspiración para la mente humana. Así como la cáscara del huevo protege su contenido de los agentes externos que pudieran contaminarlo, modificarlo o destruirlo con facilidad, un grupo de estudiantes y profesores de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Antioquia ha desarrollado un producto con partículas de tamaño micrométrico para proteger elementos líquidos y sólidos de agentes externos que puedan afectar su composición y/o funcionamiento. Esta composición se conoce como microcápsulas, similares a las partículas que se encuentran en el mercado utilizadas para proteger medicamentos esenciales, pero en escala microscópica. Lo novedoso no es la creación de micropartículas ya que en la actualidad existen diferentes empresas y universidades que producen estos compuestos. Lo innovador en este proyecto del Grupo de Coloides de la Universidad de Antioquia – integrado por 15 personas entre profesores y estudiantes, con la coordinación del profesor Herley Casanova Yepes–, es la creación y desarrollo de microcápsulas de compuestos oleosos estabilizadas con partículas de carbonato de calcio, un material de mayor resistencia y efectividad en la protección de compuestos microencapsulados, frente a corazas microscópicas elaboradas con proteínas, polisacáridos y distintos minerales. Este compuesto está en proceso de ser patentado y podrá ser usado para contener aceites esenciales, insecticidas, vitaminas y medicamentos que a diario se consumen en los distintos mercados nacionales. “Un producto aceptado y consumido por el público en general” como lo afirma su gestor, el investigador Herley Casanova. Las microcápsulas de carbonato de calcio surgen de la necesidad de darle mayor estabilidad a diferentes sustancias como los insecticidas que necesitan de seguridad en su transporte, ya que son fotosensibles y tóxicos. Asimismo, vitaminas como el ácido fólico (también conocido como vitamina B9, necesaria para la formación de proteínas estructurales y hemoglobina,) un compuesto de importancia para las mujeres embarazadas, altamente fotosensible, es recubierto con microcápsulas de carbonato de calcio, dándole un porcentaje de conservación y beneficio mayor, como lo explica el profesor Casanova: “el ácido fólico, al ser fotosensible, cuando la mujer lo consume, está consumiendo cerca de un 10% de B9, mientras que con el micro-recubrimiento se conserva más del 80% de ácido, resultados que se han comprobado en el laboratorio”. Así mismo, se han hecho estudios con la cafeína (insecticida usado para el tratamiento de la broca1 en los cultivos de café) que han demostrado que es posible reducir los costos de producción ya que la cafeína es extraída directamente del café para luego microencapsularla y transportarla hasta el aspersor. Además permanece hasta 30 días después de esparcido en los cultivos, lo que lo convierte en un sistema más funcional al ampliar la posibilidad de eliminar el insecto en el momento que salga del café (la alimentación y reproducción de la broca se presenta dentro del fruto y puede tardar más de un mes para abandonar la plantación. Además, los insectos incapaces de volar, nunca abandonan el fruto). En la actualidad no existe un producto similar, convirtiendo a la Universidad de Antioquia en pionera a nivel mundial en la elaboración de microcápsulas de carbonato de calcio para compuestos oleosos, insecticidas y ácido fólico, y hace de EXPOUNIVERSIDAD 2011 promotora del ingenio nacional. Texto elaborado por Eduar K. Salas Burbano. Prensa EXPOUNIVERSIDAD 2011

Imágenes: Grupo Coloides. Universidad de Antioquia

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Hace 15 años los invidentes de la Universidad de Antioquia parecían andar entre puros ciegos. Todo comenzó a cambiar cuando un estudiante de Derecho le envió una carta al Consejo Académico en la que daba cuenta de su invidencia y decía que estaba a punto de salir por bajo rendimiento. La pregunta que siguió fue diciente: ¿Y es que en la Universidad de Antioquia estudian ciegos?

Así cuenta el inicio de esta historia quien empezó a escribirla. Ella es Marcela Jaramillo, egresada de Bibliotecología. En 1995 se encontraba ad portas de su graduación y se dio cuenta de la necesidad de un proyecto que creara espacios de inclusión para los invidentes, quienes, al parecer, caminaban inadvertidos por los corredores del campus. “Ningún decano, ningún profesor, ni la oficina de Admisiones y Registro tenían idea de que por los salones del Alma Máter hubiera pasado algún invidente”. Aunque, desde los ochenta, hubo egresados con esta discapacidad, no se sabía ni siquiera cómo habían presentado el examen de admisión. En el país no había instituciones de educación superior que contaran con servicios de biblioteca para invidentes ni con un sistema integrado para apoyar su aprendizaje. Marcela se propuso entonces realizar un proyecto de grado sobre este tema, basándose en modelos europeos y norteamericanos para acomodarlos a la situación local. “En la Escuela de Bibliotecología se mostraron escépticos, pues consideraron que el medio aun no estaba preparado para un servicio de esa naturaleza, y no me aprobaron el anteproyecto”, recuerda. Pero después de que el director de la Biblioteca, Carlos Cadavid, leyó la propuesta, llegó a la Escuela una carta de Rectoría que decía: “El proyecto se aprueba por encargo institucional”. Así se puso en marcha el desarrollo de este programa piloto en Colombia, que en octubre del presente año cumple quince años de proveer a los invidentes de las herramientas necesarias para acceder a la información y de esa manera garantizar su permanencia y un buen desempeño académico.

Los ojos que vieron A finales de 1996 Marcela entregó la propuesta reestructurada y a los dos días firmó contrato con la Universidad para implementarla. “Me dijeron que a la semana siguiente debía presentar la idea en Expouniversidad”. Consiguió prestada una impresora braille con proveedores de Estados Unidos, aprendió ese sistema de códigos con relieves, prestó tecnología e hizo el lanzamiento de voluntarios. Como no había registro alguno de esta población, el primer paso fue sentarse durante días en uno de los corredores centrales de la Ciudad Universitaria y esperar a que pasara alguien con bastón, con gafas oscuras o con algún signo de ceguera para invitarlo a hacer parte del programa. No faltó quién estuviera cojo o simplemente quisiera cubrir sus ojos del sol. Al fin consiguió contactar a dieciocho estudiantes con discapacidad visual. Todos tenían bajo rendimiento y le contaron cómo debían sentarse muchas veces con un libro en la mano en algún corredor y esperar que alguien se ofreciera a leerles.

Con el objetivo de solucionar estas dificultades, implementó el programa “Préstame tus ojos”. Hizo unos carteles a mano, dibujó unos ojitos y los pegó por toda la Universidad, invitando a la comunidad universitaria a que se inscribieran como voluntarios. El primer día hubo 360 personas interesadas.

Proyectos con visiones de futuro Desde 2005, el Ministerio de Educación seleccionó el proyecto como una “experiencia exitosa y nos asignó la tarea de promoverlo en otras universidades”, observa. Hoy cuenta con 600 voluntarios de diferentes perfiles. Hay egresados, pensionados y algunos estudiantes. Casi el 80 por ciento son personas externas a la Universidad de Antioquia. La Sala de Invidentes presta el servicio de libros en audio y en braille y ofrece el programa Jaws, que a través de comandos convierte en voz el texto que aparece en la pantalla de los computadores. Esta sala ya no sólo es un espacio para acceder a la información. En este pequeño cuarto de la Biblioteca tienen lugar todos los asuntos relacionados con invidencia: el drama de los estudiantes que pierden la vista, los profesores que llegan preocupados por la enseñanza que debe darse a este tipo alumnos y las conversaciones que a menudo sorprenden a Marcela: — ¿A vos te gustaría ver? — No. De pronto por un ratico para saber qué se siente Uno de los últimos proyectos es Tiresias, desarrollado por un grupo interdisciplinario de la Universidad y que recibió el apoyo del Ministerio de Educación. Consiste en una plataforma que les permite a los invidentes descargar documentos digitalizados de sus cursos, inclusive desde dispositivos móviles, y utilizar el lector de pantalla para escucharlos. El programa fue diseñado como apoyo pedagógico para los estudiantes de la sede principal y de todas las subregiones, donde hace poco se contabilizaron nueve estudiantes con discapacidad visual, los cuales se sumaron a los 33 que hoy cursan su carrera en la sede principal. Hace cuatro semestres que ningún invidente pasa a la Universidad, situación que alertó al programa, por lo cual, la Facultad de Comunicaciones con recursos de la Vicerrectoría de Extensión puso en marcha, desde principios de este semestre, el proyecto de un preuniversitario para personas con discapacidad visual. Cada año se desarrollan iniciativas diferentes para incluir esta población a la academia y a la vida universitaria sin que tengan mayores inconvenientes. Por ahora, Marcela Jaramillo sigue a la cabeza del programa, con la idea de acrecentar la lista de los 67 egresados con limitación visual, contabilizados desde su creación.

Foto y texto María Paola Zuluaga Buriticá

Ver para entender


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Se necesitan imágenes para vivir: Juanbe

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¿Para qué más lazarillo que un bastón, más transporte que dos piernas y más lector que un programa que deletrea los textos? Juan Bernardo Hoyos no necesita nada más.

“Primero quiero que quede claro, el hecho de que un ciego estudie en la Universidad de Antioquia no es nada admirable ni sorprendente, es un proceso estudiantil como cualquier otro. Sólo exige un poco más de esfuerzo por parte de nosotros”. Él quiere llevar las riendas de la conversación y hacer todas las aclaraciones del caso. ¿De dónde proviene esa espontaneidad, el hablar acelerado y el acento rítmico que no permiten interrupciones? “De San Juan de Urabá. En frente del mar, sol, playa, árboles muy elegantes, la parte costeña de Antioquia”, cuenta orgulloso. Juanbe, como le gusta que le digan (“sin tilde en la e”), estudia Comunicaciones hace cinco semestres. Su pasión es tocar la guitarra. Por eso se presentó a Música pero, según él, la Facultad de Artes se niega a recibir invidentes, “cuando ni siquiera sería necesario un tutor porque las partituras se pueden leer en braille o existen programas que las traducen a sonido”. La comunicación le gusta, su enfoque preferido es la investigación en comunidades. Pero su sueño es ser doblador. Desde pequeño se inventa argumentos para luego actuarlos con su voz. “Modestia aparte, creo que es buena”, dice él.

Ver es como recordar Hace dos años, sus ojos sólo perciben sombras y un poco de luz. Para hacerse ideas sobre lo que le rodea, conserva el recuerdo intacto de las formas y los colores que algún día vio. A pesar de que nació con baja visión, pudo –como cuenta él– conocer el mundo de una manera reducida, pero al fin y al cabo conocerlo. Cuando le diagnosticaron glaucoma, una enfermedad que produce la pérdida progresiva de la visión, no le advirtieron las consecuencias que puede tener la falta de un tratamiento oportuno. “Pudo corregirse, pero la vida es así… A los 19 años me dijeron que la enfermedad estaba avan-

Foto María Paola Zuluaga Buriticá

Por: MARÍA PAOLA ZULUAGA B.

zando muy rápido y que ya no iba a ver. Así se fue la vista, como todo se va en la vida”. Antes de que esto pasara, aprendió a orientarse con el bastón, a manejar el computador con el lector de pantalla y a relacionarse con el braille, a pesar de que no suele utilizarlo. Por eso, dice que no fue tan duro. No se necesita hablar mucho con él para percatarse de su energía, su buen humor y un discurso que no conoce dificultades. Lo único que lamenta de nunca haber visto con claridad, es no conocer con detalle el cuerpo de una mujer o haber apreciado los paisajes del horizonte costeño. Lo demás, “ha sido cuestión de adaptarme”, dice.

Hacia la Universidad Siempre quiso venir a estudiar a Medellín. La Universidad de Antioquia le llamaba la atención porque había escuchado sobre el programa de invidentes. Aunque le preocupaba el rumor de que había trabas en el acceso para estas personas, comprobó que era cuestión de prepararse. Piensa que un invidente puede

defenderse sin problemas en la Universidad, desde que utilice el lector de pantalla y hable con los profesores para comentarles la situación y advertirles que sean lo más explícitos posible cuando hablan o señalan algo en el tablero. En el colegio no conoció el braille, por eso se acostumbró a memorizar la teoría. Ahora su buen desempeño en la carrera parte de escuchar todos los documentos y ser muy participativo en las clases, lo cual se le dificulta. A la velocidad que habla, camina. Es algo que le quedó de cuando veía. Se acostumbró a caminar rápido por las calles de su pueblo. Pero piensa que “es algo que debería revaluar, porque es peligroso”. Cada mañana revive en la mente las imágenes del puente peatonal que separa su casa del lugar donde estudia. Ahora disfruta de vivir en la ciudad, pero extraña el mar, los mangos de Urabá y caminar sin bastón por las orillas de la playa.

Imaginar No tiene problemas que le digan ciego. “A muchos les molesta, pero yo no creo que sea una ofen-

sa. Ser ciego es simplemente una condición, cada uno encierra su historia, como un sordo, un paisa o un costeño”. Cuando habla de regiones toma distancias. “Me encanta el pelo de las paisas”, dice con una sonrisa coqueta. Según él, no tiene necesidad de imaginarse muchas cosas porque aun las recuerda. Pero la situación de quienes nacen invidentes es diferente. —Esta cancha me la imagino redonda y con algo de pasto. ¿Es así?, pregunta. — Más o menos. —Bueno, yo sé porque algún día la vi. Quienes nunca han visto, se la podrán imaginar cuadrada, pero es una imagen. Se necesitan imágenes para vivir, si no sería como estar siempre en una isla desierta. A Juanbe le encanta silbar mientras camina, y algunas veces gritar. Dice que muchas veces le hace pasar penas a sus compañeros. “Ellos me dicen ¡hey, no estás solo! Y yo sé que hay gente alrededor mío. Pero no me importa. Una de las cosas buenas de no ver, es que te sientes un poco más libre”.


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El reto: formar audiencias a través del periodismo científico Lisbeth Fog*

En la práctica, la divulgación de la ciencia, la tecnología y la innovación (CTI) es posible y se ofrece en innumerables escenarios, con diferentes características, independientemente del modelo que se utilice para hacerlo. Los museos y las exposiciones históricas y representativas del estado del arte de diferentes aspectos científicos y tecnológicos (historia natural, geología, documentos incunables, historia de la tecnología, por ejemplo) y de la innovación (desarrollos de la ingeniería, la biomedicina o la física), entregan información a los ciudadanos que tienen la oportunidad de visitarlos, a través de artefactos que se consideran piezas fundamentales en la evolución de determinado tema. En un contexto más moderno, donde la frase “no tocar” se ha convertido en “prohibido no tocar”, los centros interactivos de CTI ofrecen la posibilidad a los ciudadanos no solamente de observar las muestras, instrumentos y procesos que se tienen en frente, sino de participar en su construcción hasta comprender conceptos y nociones de los mismos. La itinerancia de determinadas muestras hace que sea posible ampliar la cobertura desde el punto de vista geográfico y temporal. Los investigadores que trabajan con comunidades en diferentes disciplinas —como la sociología, la economía, la política científica, las ciencias de la vida y de la salud, por mencionar sólo algunas—, involucran el concepto de divulgación (por lo menos deben hacerlo) al informarlas sobre los resultados conseguidos con el propósito de cambiar actitudes —por ejemplo frente a prácticas de labranza o cuidado del cuerpo— y mejorar su calidad de vida. Los científicos del campo de la salud, por ejemplo, enfocan las preguntas de sus investigaciones a resolver problemas de salud pública, y se esmeran por devolver a las poblaciones estudiadas el conocimiento logrado como resultado de su proyecto. Buscan como consecuencia aportar con sus hallazgos a que las poblaciones afectadas tengan una vida más saludable. No obstante, en raras ocasiones la divulgación es el objeto de estudio de los grupos de investigación. Estamos hablando del término divulgación científica en su definición más amplia, que comprende llevar el mensaje a públicos diferentes a los de los propios colegas autores o promotores de estas diferentes modalidades de divulgar, y que exige el conocimiento de la gran variedad de audiencias a las que se dirige. Con esta definición estamos involucrando a la sociedad en el proceso de producción, circulación y uso del conocimiento, razón por la cual a la sigla CTI se le adiciona la S, de sociedad: CTI+S. Así —vuelvo a mi primer párrafo—, son muchas las iniciativas de llevar el conocimiento a la ciudadanía, pero muy pocas las que catalogan este quehacer como parte fundamental de sus actividades, y menos aún las que se preocupan por estudiar los resultados en sí mismos, esto es, el posible éxito o fracaso en la entrega adecuada o “deficitaria” (de una sola vía) de este conocimiento.1 Una de las pocas disciplinas que han hecho de la divulgación motivo de preocupación, es el periodismo científico. Sin embargo, a los periodistas que nos ocupamos de la ciencia aún nos falta sentarnos a pensar en nuestro oficio de divulgar las CTI, y responder si realmente lo estamos logrando o apenas estamos llegando a la actividad que sabemos hacer: informar. Pero la divulgación de las CTI debe ir más allá de simplemente enviar un mensaje. Esto sucede porque no nos formamos como “divulgadores de la ciencia” o “periodistas científicos”, debido a que son muy pocas las posibilidades de hacerlo en los países de América Latina. La divulgación se ha realizado

como una actividad complementaria y adicional a objetivos puntuales en contextos muy amplios. Ya sería hora de que tuviéramos profesionales de la divulgación de la ciencia, capaces de diseñar modelos eficientes para lograr que los públicos legos tengan la posibilidad de absorber, comprender, interiorizar, reflexionar y hacer uso de ese conocimiento nuevo, que puede enriquecerlos en su vida cultural y cotidiana, y, en últimas, hacer que la divulgación de la ciencia sea un compromiso social que no se limite exclusivamente a quien la ejerce, sino que involucre a la ciudadanía y motive su participación. Sería hora también de que esos profesionales actuaran como multiplicadores de sus conocimientos y habilidades para continuar formando a más y más divulgadores de la ciencia que asuman los nuevos retos planteados. Por ejemplo, existe un concepto relativamente nuevo, el de apropiación social de la CTI2 —a propósito, Colombia tiene su política al respecto—, a través del cual el peso no reside exclusivamente en el emisor, en quien entrega la información, sino que igualmente el receptor tiene un papel activo por el hecho de tener acceso a ella, pero además porque es necesario que la comprenda, e incluso pueda llegar a formar parte de ese proceso comunicativo reaccionando ante ella, usándola en su vida diaria. La comunidad internacional líder en comunicación de la ciencia —Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Suecia, España, Italia y Australia, para mencionar sólo algunos países— estudia, forma y sensibiliza sobre la necesidad de concebir ésta como una profesión seria y de gran aporte al mismo quehacer científico. ¡El abanico de posibilidades para divulgar las CTI es enorme!3 Dentro del espectro de canales que se utilizan para contar exitosamente historias que involucran el conocimiento científico, tecnológico y de innovación, el uso de los medios masivos de comunicación, que comprende la actividad del periodismo científico, se consolida como un canal clásico y hoy en día uno de los más rescatables para divulgar la ciencia, dada la diversidad de opciones que ofrecen las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones, TIC. El periodismo científico es un reto y una pasión. Es, simple y profundamente, “una especialización informativa que consiste en divulgar la ciencia y la tecnología a través de los medios de comunicación de masas”, de acuerdo con el periodista científico español, padre y propulsor del periodismo científico en América Latina, Manuel Calvo Hernando.4 ¿Cómo se forma un periodista científico? Si hablamos desde la educación superior formal, en el caso de Colombia, sólo unas pocas universidades ofrecen la cátedra en sus facultades de comunicación social y periodismo, entre ellas las universidades de Antioquia, Externado de Colombia, Javeriana y del Rosario. Pero a nivel de posgrado no existe un programa de periodismo científico. En asocio con algunas universidades de las regiones, el Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación, Colciencias, promovió diplomados en apropiación social de la CTI, con un componente muy fuerte en periodismo científico, que tuvieron lugar durante varios fines de semana


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en Medellín y Cali en el 2007 y en Pereira en el 2009. Diferentes organizaciones e incluso las universidades promueven y organizan cursos cortos y talleres de periodismo científico. La situación en América Latina no es muy diferente, aunque Brasil, México y Argentina tienen experiencias significativas, entre las cuales sobresalen los cursos ofrecidos por el Instituto de Investigaciones Bioquímicas de la Fundación Campomar (hoy Instituto Leloir) en este último país desde la década de los años ochenta. Por el contrario, países como Estados Unidos y algunos de Europa como Gran Bretaña e Irlanda ofrecen programas de posgrado en periodismo y reportería científica que llegan hasta el nivel de doctorado. Los periodistas científicos también se forman en el “campo de batalla”, en las redacciones de los medios, en el cubrimiento constante del quehacer de la comunidad científica, independientemente de su formación académica previa. El ejercicio del periodismo científico atrapa y conmueve por razones que van desde la satisfacción de aprender a aprender, porque las respuestas a nuestros interrogantes nos abrirán mundos inimaginados de historias por contar, hasta la sutileza y el tacto que debemos ir afinando a medida que nos acercamos a fuentes y tópicos difíciles de tratar por su complejidad. Uno de los mayores obstáculos de los periodistas que inician su quehacer cubriendo temas de CTI, es encontrar las historias. ¿Dónde busco? Y si encuentro el tema, viene el segundo obstáculo, ¿quién puede ser la fuente más idónea para hablar al respecto y cómo la abordo? Encontrar historias de ciencia puede llegar a ser muy fácil cuando empezamos a moldear una mentalidad inquisitiva, cuestionadora, curiosa, que va más allá de las preguntas que formulamos a nuestras fuentes, porque, como sabemos, la pregunta es la materia prima del periodismo. Las ideas sobre historias de ciencia para los medios masivos de comunicación surgen de las preguntas que le formulamos a la cotidianidad y a la actualidad. Se trata de saber identificar lo que hay de CTI en los sucesos que son noticia, pero también es saber buscar en las universidades, centros de investigación, institutos y organismos oficiales y no oficiales, incluso en las publicaciones científicas, entre otras fuentes, esas historias que pueden tener un impacto en la sociedad. Aprender a ser recursivo para encontrar historias interesantes sobre procesos y descubrimientos científicos puede llegar a ser una ventaja comparativa a la hora de enfrentarnos a nuestros colegas en las salas de redacción y los consejos editoriales. Otro reto es identificar fuentes idóneas y aprender a entrevistar a los investigadores científicos y los innovadores tecnológicos. Es frecuente enfrentar el pánico: ¿Qué le pregunto si yo no sé qué rayos es la superconductividad? ¿Cómo logro que me reciba en su despacho o en su laboratorio si es un premio Nobel? Y la más escuchada: ¡Qué susto enfrentarme a semejante sabio! No hay tal. Los científicos son personas de carne y hueso, y así entendidos, y entendiendo además que nuestro oficio es —eso sí— hacer preguntas inteligentes y extraer de nuestras fuentes la información que le interesa a nuestras audiencias, no deben existir temores. Por ello, la preparación de la entrevista es un paso clave que permite lograr las respuestas que buscamos. Existen otras situaciones difíciles de afrontar: cómo cubrir e informar sobre controversias científicas (¿Es la energía nuclear una opción válida? ¿Qué tan cerca estamos de un instrumento para predecir terremotos?) y cómo hacer reportería en temas de política científica. Las nuevas TIC han facilitado la retroalimentación de las audiencias y sus reacciones frente a la información que entregamos a través de sus canales. Los tradicionales medios escritos, los programas de noticias de radio y de televisión se complementan hoy en día con portales en internet, donde las historias periodísticas son “colgadas” en tiempo real y los receptores tienen la posibilidad de opinar, responder, complementar, reaccionar frente a la información entregada. De esta manera, la participación de la ciudadanía cada vez es mayor, lo cual nos enseña, día a día, cuál es el impacto de nuestras historias periodísticas de CTI en la sociedad a la que nos dirigimos.

Referencias Lozano, Mónica, Programas y experiencias en popularización de la ciencia y la tecnología. Panorámica desde los países del Convenio Andrés Bello. Convenio Andrés Bello - ONCyT, Bogotá, 2005. 2 Posada Flórez, Eduardo, Llinás, Rodolfo y otros, Ciencia y Educación para el Desarrollo. Informe de Comisionados III. Colección Documentos de la Misión. Misión Ciencia, Educación y Desarrollo, tomo 4, Colciencias, Bogotá, 1995. 3 Maloka y Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación, Colciencias, Deslocalizando la apropiación social de la ciencia y la tecnología en Colombia. Aportes desde prácticas diversas. Maloka - Colciencias, Bogotá, 2010. 4 Calvo Hernando, Manuel, Manual de periodismo científico. Bosch, Barcelona, 1997. 1

*Lisbeth Fog es comunicadora social-periodista de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, con maestría en Reportería Científica de la Universidad de Boston, Estados Unidos, y es una de las más reconocidas periodistas científicas del país. Prologó Divulgar la ciencia: Curso de periodismo científico, publicado por la Editorial Universidad de Antioquia®.

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Mi cuerpo, mi prisión

Foto Luis Javier Londoño Balbín

Pinturas, fotografías, instalaciones y videos • Sala de Exposiciones de la Biblioteca Central • 27 de abril al 21 de mayo de 2011

Por PAULA CANO

En mi mente; acrílico sobre lienzo y fotografía, 2002

Palma/Dorso; óleo, acrílico, pastel y acuarela sobre fotografía impresa en cuero sintético; díptico, 2005

En la universidad nos enseñaron que el arte es un medio de comunicación, una forma de comunicar ideas. Que teniendo eso en cuenta, cuando se hace arte siempre se debe tener en mente al receptor, a la persona o personas a quienes se les va a comunicar esa idea, su comprensión y su reacción. Y que ese alguien por necesidad es el espectador, el público. Que el arte siempre es para el público. Yo nunca he hecho arte para el público, nunca he trabajado pensando en quien va a ver mis obras o en lo que la gente va a entender de ellas; y no creo que por eso lo que hago deje de ser arte. Al hacer arte, mi principal motivación nunca ha sido que aquel que vea mi trabajo se sienta movido, que sienta que mi obra le habla o, simplemente, que le guste. La respuesta del público siempre ha sido para mí algo secundario. La emoción de poder mostrar a otros aquello en lo que se ha trabajado y se ha invertido tanto tiempo y esfuerzo es adicional a la satisfacción que proporciona todo aquello que se ha ganado en cada una de las etapas que llevan a la obra terminada. Yo siempre he hecho mi arte para mí. He querido comunicarme, sí, pero he querido comunicarme conmigo misma, he tratado de conocerme mejor, aprender de mí, de mi enfermedad y mi cuerpo, y así entenderme mejor y entender mejor mi condición, con la esperanza de crecer aunque sea un poco con cada trabajo que hago. Esta es la razón por la cual hago arte, y ha sido así desde que entré a la universidad. Diez años de discusiones con mis profesores y conmigo misma no pudieron cambiarlo. Honestamente, no sé si es un error o un acierto, pero he llegado a la conclusión de que esta forma de hacer arte es igualmente válida; además, no creo ser la única que hace arte para sí misma. Las obras de esta exposición, al igual que el libro de mis memorias de grado, realizadas durante mi paso por la Universidad de Antioquia, mi universidad, mi alma máter, obedecen a este fundamento, las hice por mí y para mí. Hoy tengo la oportunidad de compartirlas con ustedes y espero que con ellas se sientan invitados a reflexionar y que, como a mí, los ayude a comprender, no sólo aspectos de mi vida sino también de las suyas y de los demás, por muy diferentes que sean.


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