Nº 627 Medellín, diciembre de 2013
Acuerdos, ¿una transición hacia la paz? Páginas 2 a 5
SISTEMA DE COMUNICACIONES • http://almamater.udea.edu.co • almamater@udea.edu.co • ISSN 1657-4303
El campus y sus territorios Página 14
Textos para leer y releer Página 22
Voces de la casa
Foto ZALO
La Universidad... territorio de miradas Páginas 14 a 19
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a Universidad de Antioquia y la Cátedra Unesco para la resolución de conflictos convocaron a analistas nacionales e internacionales en Medellín para hablar de los escenarios posibles para aclimatar la paz en el país en caso de que fructifiquen las conversaciones que desde hace un año adelantan las Farc y el gobierno colombiano en La Habana, Cuba. En el seminario, que se cumplió el 21 y 22 de noviembre en el Paraninfo, los ponentes hablaron sobre los dilemas de la reinserción y la reintegración, la justicia transicional, el derecho penal internacional en los procesos de paz, las reformas al Estado y la participación política, la educación para la paz y el papel de los ciudadanos. En la instalación, el rector Alberto Uribe Correa consideró una muestra de optimismo en el proceso de negociación que se adelanta en La Habana el hecho de que la Universidad promueva la organización del seminario internacional, con la convicción ética y política de que es posible una Colombia sin guerra. Observó el directivo que, dados los avances en las negociaciones en la problemática agraria y la participación política, la discusión en torno a la justicia transicional resulta central y polémica tanto porque está en el límite entre el derecho y la política y entre la paz y la guerra, como por el proceso electoral que se avecina. “No es casual que hoy estemos hablando de al menos dos posiciones en relación con la interpretación y la aplicación de la justicia transicional. Una ligada a lo que peyorativamente se denomina el dogmatismo de los derechos humanos y otra ligada a lo que también peyorativamente se denomina realismo político”, dijo Uribe Correa. Añadió que ponerse en un punto medio no es fácil porque de por medio está la presión del derecho penal internacional, de las cortes y de sus vigilantes defensores, pero también la presión por dejar las bases sólidas para un proceso de paz asegurado jurídica y políticamente y la presión sobrepolitizada con fines electorales. Reiteró el rector que la Universidad de Antioquia promovió el seminario internacional sobre cómo se construye la paz luego de la firma de una acuerdo “interesada en que el lenguaje de la guerra, que hablan los fusiles, sea suplantado por el lenguaje de construcción de la paz en la cual el trabajo por la justicia social será la obligación de mayor valor ético y político”. El gobernador de Antioquia y presidente del Consejo Superior Universitario, Sergio Fajardo Valderrama, sostuvo que no hay ninguna idea, ni propósito que amerite el uso de la fuerza para alcanzarlo y, por
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tanto, rechazó el uso de la violencia como medio de trasformación. “La violencia no puede ser el mecanismo para alcanzar nuestros propósitos en cualquier instancia, de cualquier forma”, reiteró y, por lo mismo, manifestó el desacuerdo con la violencia y la corrupción que se rigen bajo la premisa según la cual “el fin justifica los medios”. “¿Qué tiene que ver esto con la paz?”, se preguntó, y aseguró que “siempre hemos dicho que de la forma como se llegue a la solución de este conflicto dependerá el tipo de sociedad que seremos”. En ese sentido, Fajardo Valderrama afirmó que si los colombianos resolvemos el conflicto por medio del diálogo la sociedad será distinta. El gobernador también aseguró que destruir, agredir, romper, golpear y acabar es muy fácil, pero —añadió— “sacar lo mejor de las personas es un reto muy grande y por eso una de las tareas fundamentales es la pedagogía de la paz para que nosotros en Colombia podamos entender qué significa un acuerdo de paz, firmar un cese a un conflicto”. Por último, aseguró que en Antioquia y en Colombia tenemos que pasar la página de la violencia, que junto con la corrupción, lo único que ha hecho es quitarle la dignidad a las personas. La otra página —aseguró— es la de la inteligencia, la decencia, las capacidades y la educación. Pero advirtió que para no correr el riesgo de que esa página se devuelva hay que atender a las víctimas primero y crear condiciones de seguridad que no permitan que una violencia se reemplace por otra.
El largo camino de la reinserción y la reintegración Para el director de la Agencia Colombiana para la Reintegración, Alejandro Eder Garcés, una negociación exitosa con las Farc no representa la consecución automática de la paz. Por lo mismo, asegura que el primer paso para conseguirla es el desarme, la desmovilización y la reintegración de los grupos armados ilegales. El principal reto de la reintegración de los desmovilizados en un eventual acuerdo de paz —expresó—, es lograr que las personas dejen de estigmatizar a quienes abandonen las armas. “Hoy tenemos un proceso efectivo para los desmovilizados, pero la sociedad los sigue rechazando y mantiene el imaginario de que todos son delincuentes”, dijo. El especialista en políticas de seguridad internacional y resolución de conflictos afirmó que lo primero que se hace con cada uno de las cinco personas que en promedio se desmovilizan cada día en el país es estabilizarlas psicológica y emocionalmente, en un proceso que tarda
Por Redacción periódico ALMA MÁTER
entre dos y tres años, y en segundo lugar se les exige formarse. “Llevamos 22.000 que estudiaron el bachillerato, 15.000 que han seguido su formación técnico- tecnológica y 600 en las diferentes universidades del país”, dijo. Según Eder Garcés, en Colombia se han desmovilizado 56 mil personas, de las cuales el 70% es analfabeta y a lo sumo sabe escribir su nombre; el 90% tiene algún trauma psicológico; el 60% fue reclutado cuando eran niños; la edad promedio de quienes están dejando las armas es de 12 años; el tiempo promedio de permanencia en el grupo es de 14 años; el 80% de los desmovilizados reporta que fueron abusados física o sexualmente cuando eran niños antes de ingresar al grupo. “Es un proceso difícil en donde no hay atajos, y lo primero que se
debe hacer es tratarlos como colombianos a pesar de su historial”, expresó el director de la Agencia Colombiana para la Reintegración, para quien otro elemento fundamental en un proceso de construcción de paz es la reconciliación. “Algo muy preocupante que ha ocurrido en el país y a nivel mundial con los conflictos es que se ha politizado la diferencia entre víctimas y victimarios, y entonces o se trabaja con los unos o con los otros”, aseguró y afirmó que su experiencia le ha mostrado que es tan importante para el desmovilizado pedir perdón como para la víctima poder tener la opción de perdonar. Por su parte, el analista político León Valencia opinó que la reinserción es un asunto que trasciende el mero hecho de reintegrar a un excombatiente a la vida civil, y que cuando se habla de reinserción, de
Foto Luis Javier Londoño Balbín
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posconflicto, de desarme y de desmovilización se trata de determinar “cómo construir Estado en 242 municipios, cómo reconstruir este país en alianza con ellos”. Valencia argumentó que los lugares en los que se ha concentrado el conflicto en los últimos 50 años son zonas de minería y petróleo, de enclaves económicos muy importantes en donde existe marginalidad y donde las guerrillas no juegan solo “un papel depredador de secuestrar, matar y desplazar, sino que sustituyen al Estado”. Además, aseguró que las guerrillas no son las únicas que han hecho violencia sino también las élites colombianas, “de manera más triste y más infamante porque están desde el Estado mismo, apoyadas en las dignidades que les ha dado la población”, causando una catástrofe humanitaria, con unos 220 mil muertos según la Comisión de memoria histórica y seis millones de desplazados.
De acuerdo con Valencia, el 15% de la población colombiana tiene la condición de víctima y por eso la sociedad entera se tiene que disponer para el proceso de reparación. Y frente al narcotráfico, que es uno de los cinco puntos de la agenda de negociación de La Habana, el desmovilizado del ELN aseveró que no hay otra opción distinta a la legalización, que puede ser gradual, “pero no hay otra salida porque lo que trae violencia en ese negocio es la ilegalización”, dijo.
Enfoque integral María Camila Moreno, directora en Colombia del Centro Internacional para la Justicia Transicional, planteó la necesidad de un enfoque integral, que corrija los errores del proceso seguido con los paramilitares y permita afrontar los desafíos que comporta la justicia y el esclarecimiento de la verdad. La Ley de Justicia y Paz —recordó— incluía diferentes mecanis-
mos de justicia transicional, y por tanto no solo beneficios penales, sino también reparación y verdad, pero después de 8 años de su aplicación los resultados son bastante exiguos, aunque ha habido mucha información en manos de la Fiscalía sobre personas desaparecidas, y sobre las relaciones de los paramilitares con agentes de la fuerza pública y los políticos. Pero —precisó—, ha sido información que no ha sido suficientemente procesada, analizada y pública. “Y uno de los valores fundamentales de la verdad es que sea conocida y reconocida por las víctimas y la sociedad”. Ante el déficit de justicia, verdad y reparación, Moreno observó que una lesión aprendida “es que no le podemos pedir al proceso penal que se encargue de todo”, sino que hay que entender que la rendición de cuentas penales es un elemento fundamental de la justicia transicional, que debe ser complementado con otras medidas como el esclarecimiento no judicial de la verdad, por ejemplo con comisiones de la verdad, y la reparación integral a las víctimas. Y en un contexto como el colombiano de violación masiva de los DDHH y de tantas víctimas, “se requiere de mecanismos administrativos eficaces, eficientes, de reparación a las víctimas, que permitan llegar a ese gran universo de la mejor manera posible”, dijo. Insistió en que el desafío del actual proceso de paz es lograr un modelo de justicia transicional que se aleje de la idea de que todo se puede resolver metiendo a la gente a la cárcel, limitándose a la justicia punitiva. En vez, debe ponerse en el centro los derechos de las víctimas a la justicia, la verdad y la reparación para lograr un modelo que permita la construcción de unas bases firmes para una paz justa y duradera. “Justicia es también reconocer la dignidad de las víctimas y repararlas, justicia es conocer y reconocer de manera más amplia lo que ha pasado en el país. Es decir, poder develar esa verdad que ha sido sistemáticamente negada o verdades que todavía no han emergido”, dijo. De lo que se trata —reiteró la directora en Colombia del Centro Internacional para la Justicia Transicional— es que al fin las víctimas y la sociedad sientan que el resultado que se logre es justo. “Esa dicotomía o ese falso dilema entre justicia y paz suele ser una trampa, porque entonces nos lleva a tener que poner en la balanza cuánta paz o cuánto de justicia vamos a sacrificar”, expresó. Y es un falso dilema —explicó— porque lo que se ha demostrado en las diferentes experiencias internacionales de los diferentes países que han transitado por procesos de paz, de negociación y de transición, es que una paz estable y duradera necesita justicia, y que
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la justicia es en sí misma un valor fundamental de la paz. “Es decir, no son conceptos antagónicos; son conceptos que van de la mano y que permiten, en la media en que encontremos el correcto balance, que lo que hoy se acuerde en La Habana sea sostenible en el mediano y largo plazo”.
Justicia internacional A su turno, el presidente del Instituto Catalán Internacional para la Paz, Rafael Grasa, y el director para América Latina y el Caribe del Internacional Crisis Group, Javier Ciurlizza, analizaron las relaciones entre el conflicto colombiano y el derecho internacional penal. centró su exposición en cuáles son los conceptos sobre justicia en el posible escenario de construcción de paz en el posconflicto y en responder la pregunta de ¿Para qué nos sirve el Derecho penal internacional en el actual proceso de paz que vive Colombia? El peruano Ciurlizza, experto en derechos humanos, señaló tres dimensiones de justicia, todas asociadas a conflictos como el de Colombia: la justicia que rectifica y que se imparte para que el delito no vuelva a ocurrir; la justicia legal, vinculada al estado de derecho; y la justicia social, la que trata de ejercer por su cuenta quien se siente vulnerado en sus derechos. Enfático en que en el deber jurídico del Estado es investigar y sancionar, sentenció que “es más importante el proceso que el resultado”, y sobre la utilidad del derecho penal internacional dijo que es esencial respetar los estándares internacionales y el rol de la Corte Penal Internacional en lo que se refiere al Estatuto de Roma. Según él, la justicia transicional es más intensa y exigente que la justicia penal. “Es muy fácil juzgar a 20 personas por determinados delitos, pero es mucho más difícil hacer cumplir el derecho de todas y cada una de las víctimas de un conflicto armado a saber qué pasó y a garantizarles una restitución integral”, explicó. Recalcó, además, que la tarea que tiene Colombia en La Habana y en el posconflicto es “gigantesca” y que tomará probablemente una generación para llevarse a cabo plenamente “No dejemos que ese debate tan rico e importante y que representa una oportunidad para el país se restrinja a los estrechos márgenes de la cápsula de la justicia penal”, dijo. Rafael Grasa, por su parte, llamó la atención sobre lo que denominó una obsesión conceptual con la expresión “proceso de paz” e invitó a desmitificarla porque es pomposa y significa simplemente negociación política para poner fin a un conflicto armado. “Procesos de paz hay de todo
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Alejandro Eder
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León Valencia
Camila Moreno
tipo. Y los contextos cuentan. No son lo mismo los de los ochenta o los noventas y los de hoy. Tampoco es lo mismo un proceso de paz donde la correlación de fuerzas implica prácticamente un empate estratégico, caso de El Salvador, y creo que en buena medida de Colombia, que un proceso de paz que en el fondo es una rendición condicionada, como el de Guatemala”, dijo. Señaló igualmente como la lección más importante de los procesos de paz de los últimos cuarenta años calcular los riesgos de que el proceso fracase, entre los cuales se cuenta el de aquellos que nunca creyeron en el proceso y el de todos aquellos que van a perder con la paz. En la misma dirección observó que también es necesario reparar en los posibles incentivos o facilidades para volver a la violencia. “Por eso insisto en que proceso de desarme es clave”, dijo. Grasa resaltó el hecho de que el proceso de paz le haya iniciado con la premisa de realizarlo en un periodo corto, sin cese al fuego y atendiendo a una regla propia de los tratados multilaterales: no hay acuerdo hasta que todo esté acordado.
y el contradictor como adversario político con tesis distintas y no como un enemigo, “lo que ha sido la tradición perversa que ha existido en Colombia”, afirmó Gaviria. Por esto, en cuanto a reformas en el ordenamiento jurídico, aseguró que lo ideal es materializar la Constitución superando algunas circunstancias normativas que impidan, por ejemplo, que la economía de mercado desbordada sea el modelo del país. En cuanto a las garantías para la participación política de las Farc, Gaviria Díaz subrayó que se debe aprender del precedente nefasto que significó el genocidio de militantes y simpatizantes de la Unión Patriótica. “El hecho terrible de la eliminación de la Unión Patriótica todavía lo tenemos muy próximo y por eso es necesario un compromiso del gobierno de dar todas las garantías a los guerrilleros reinsertados, y de la sociedad de recibirlos como ciudadanos de primera y no como ciudadanos de segunda o como parias”, afirmó Gaviria. Para evitar que hechos de este tipo se repitan, explicó Eduardo Sandoval Forero, del posgrado en estudios para la paz, la interculturalidad y la democracia de la Universidad Autónoma Indígena de México, es necesario contar con una pedagogía y una educación para la paz basada en la memoria del conflicto tanto con la sociedad civil, como con los mismos integrantes del grupo guerrillero. “La de la Unión Patriótica es una memoria que hay que hacer para reaprender, porque solo se habla de cifras de asesinados, y si existiera esa memoria, las condiciones de negociación serían otras”, dijo. Sandoval explicó que se debe preparar mediante la pedagogía basada en la memoria a la sociedad civil para la participación política de los desmovilizados, donde primero el Estado muestre que da las condiciones legales, y segundo se haga un trabajo educativo a través de medios e instituciones educativas para reeducar a la sociedad. Al respecto, Gaviria Díaz afirmó que en el actual proceso de paz ha
faltado pedagogía y se ha recurrido a ella de una manera tardía. “La falta de pedagogía con el proceso de La Habana se advierte, por ejemplo, con que todavía hay gente que se rasga las vestiduras porque Timochenko o algunos de los guerrilleros vaya a resultar elegido para una corporación pública o desarrollar un cargo electivo, y resulta que de eso se trata, de que los guerrilleros quieren reinsertarse a la sociedad civil y la vida política, y es mucho mejor tenerlos desempeñando funciones públicas que en el monte echando bala”, aseguró.
¿Cómo vamos a hacer los colombianos para perdonarnos? ¿Quién ha pensado en un programa de esos? Porque aquí parece que el perdón fuera un aviso en un periódico donde digan que piden perdón como fue el caso de las AUC”, cuestionó González. Un estudio coordinado por el Observatorio de la Democracia de la Universidad de los Andes y publicado en noviembre, indica que el 53,7% de los colombianos apoya el proceso de paz, sin embargo más de un 70% rechaza que los desmovilizados participen en política, lo que crea incertidumbre sobre la voluntad de los ciudadanos de participar y legitimar un proceso con la guerrilla. Para Max Yuri Gil, director de la Corporación Región, esta división de la sociedad es un obstáculo que debe ser resuelto para garantizar una paz duradera. “Una parte de la sociedad cree que la guerra es una forma legítima para ponerle fin al conflicto armado y está claro que los años de mayor intensificación de la guerra produjeron desplazamiento, tortura, asesinatos, un conjunto de prácticas contrarias a los derechos humanos”, dijo, y por lo mismo, agregó, hay que trasformar la sociedad para que entienda que la mejor salida para un conflicto como el que vive el país es una salida política negociada y realizar adecuaciones institucionales para que tengamos una sociedad más democrática”, afirmó. El profesor Julio González concuerda con que hay que hacer adecuaciones institucionales y para él entre las más importantes está la constitución de partidos políticos divergentes y con ideologías claras, no las empresas electorales de hoy. Los tres académicos de la Universidad de Antioquia coincidieron en que la sociedad civil tendrá que fortalecerse política y democráticamente para aceptar el costo que tendrá la firma de los acuerdos.
Participación política El expresidente de la Corte Constitucional Carlos Gaviria Díaz expresó que de haberse cumplido la Constitución Política de 1991 el país se habría ahorrado las negociaciones entre el gobierno y las Farc en La Habana. Y muchas muertes. “A pesar de las buenas intenciones de la constituyente de 1991, la Constitución se ha cumplido apenas a medias”, expresó el exprofesor y exdirectivo de la Universidad de Antioquia, para quien la Carta Política de los colombianos fue expedida en clave de paz, pues en su artículo 22 se establece como derecho y deber de obligatorio cumplimiento, y perfila una sociedad democrática, igualitaria, pluralista e incluyente, “que es como debería ser la sociedad del posconflicto”. Añadió que en una sociedad del posconflicto debe ser posible la democracia, el diálogo, la oposición
Participación ciudadana es clave Para los analistas es claro que el Gobierno debe pensar en mecanismos que involucren la participación ciudadana y que modifiquen la cultura política para garantizar que se superen los episodios de guerra que han marcado la historia del país. Germán Valencia, profesor del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia, afirmó que el papel de los ciudadanos es decisorio para lograr la paz en Colombia. Hace 25 años —observó— se podía hacer un proceso de paz sin la necesidad de que la ciudadanía participara. Era una responsabilidad de los gobernantes pactar la paz, incluso programar las actividades del posconflicto. “Ahora tenemos la seguridad de que un proceso de paz sin la participación de la sociedad civil no tendría éxito; hay muy poca probabilidad de que se mantenga la paz, porque si no se tiene apoyo se vuelve a la guerra y no se soluciona el problema”, aseguró. En la misma línea, el profesor de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia Julio González, cree que faltan propuestas del Gobierno para darle participación a los ciudadanos y para prepararlos para el posconflicto. “Se habla mucho de la justicia transicional en términos de verdad, justicia y reparación, pero poco de programas de reconciliación.
Justicia o amnistía Una de las cuestiones que dilucidó el profesor Francisco Cortés Rodas en el seminario internacio-
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Rafael Grassa
Javier Ciurlizza
Carlos Gaviria
Eduardo Sandoval
nal fue la relativa a la justicia o la amnistía, tan discutida en el país a propósito de las negociaciones del gobierno colombiano con las Farc. En la mesa de negociación en La Habana —señaló— hay dos temas fundamentales sobre los cuales ha habido grandes dificultades para conseguir un acuerdo, la justicia y la democracia. Sobre el primero —recordó el director del Instituto de Filosofía de la Universidad de Antioquia— no se ha llegado a la discusión, pero el segundo —agregó— planteó un giro importante a las negociaciones y mostró la perspectiva de una profundización de la democracia. “Para el gobierno, el asunto de la justicia tiene que ver con la posibilidad de procesar a miembros de las Farc por sus crímenes, y particularmente, cuántos años de prisión deberían pagar sus líderes en la cárcel y qué tipo de penalidad debe imponerse a los demás integrantes del grupo rebelde”, afirmó Cortés Rodas, y precisó que en el Marco Jurídico para la Paz, MJP, el gobierno planteó la idea de que sólo algunos de los guerrilleros —los que han cometido los actos más atroces—
deberían ser castigados, pues sería imposible investigar y sancionar a los 8 mil o 10 mil combatientes que se reinserten. “Con la declaración de exequibilidad del MJP hecha por la Corte Constitucional, quedaron establecidos los parámetros normativos bajo los cuales deberá actuar el Estado colombiano en el posconflicto. Para las Farc, la perspectiva de sometimiento a la justicia que está planteada en el MJP es inaceptable. Las Farc afirman que no están dispuestas a ser sancionadas judicialmente así les suspendan las penas y se propongan sanciones alternativas. Las Farc plantean por esto que a ellas se les debe otorgar una amnistía sin condiciones como requisito para dejar las armas e integrarse en la vida civil y política”, dijo. De otro lado, Cortés Rodas señaló que los conceptos de democracia, representación y participación política, han sido también motivo de controversia. Y aseguró que “aunque el gobierno ha defendido una concepción formal de la democracia, la cual presupone que las posibilidades de inclusión de
grupos opositores se da solamente por medio de la participación en los mecanismos representativos nacionales, departamentales y municipales, a través de los partidos políticos, con el acuerdo sobre el punto dos se ha reconocido la necesidad de ampliar, modernizar y robustecer la democracia para hacerla más fuerte, más participativa, más pluralista y transparente.” Y al plantear si en las actuales conversaciones del gobierno con las guerrillas es posible proponer acuerdos que impliquen niveles altos de perdón judicial y beneficios políticos para los miembros de las Farc, señaló que para responder esta pregunta es necesario, primero, enmarcar el proceso de negociación en el contexto normativo de derecho internacional de los derechos humanos y las normas del derecho internacional imperativo —jus cogens—, que hacen parte del Estatuto de Roma y, en segundo lugar, en el marco normativo del derecho constitucional colombiano. “En la justicia de transición la técnica más importante para eximir de persecución penal a los autores
de graves violaciones de los derechos humanos es la concesión de una amnistía en la forma de una amnistía política. A partir de determinar el fundamento jurídico concreto y los contenidos del interés de la justicia es posible distinguir entre amnistías admisibles o condicionadas e inadmisibles o absolutas”, planteó. Y afirmó que si el gobierno colombiano en el proceso de negociación con las Farc llegase a conceder amnistías por delitos políticos en un contexto normativo que comprende verdad, justicia, reparación y reforma institucional, estaría cumpliendo una función social y política específica en función de la paz y la reconciliación. “Ahora bien, la amnistía condicional sería aceptable por la comunidad nacional e internacional siempre y cuando su concesión no esté planteada en función de garantizar la impunidad de los autores de violaciones del derecho internacional penal, sino por el contrario, si ella es utilizada en concordancia con el derecho constitucional interno, el Derecho Internacional Humanitario y el Estatuto de Roma.
Es momento de hartarnos de la guerra Nuestro país pasó a incubar un nivel de agresión tal que las muertes violentas equivalen a una enfermedad solo comparable con los más letales virus de la naturaleza (…) No considero que haga falta profundizar en los datos de este largo conflicto interno. Ningún colombiano podría, hoy en día, ignorar los millones de desplazados, los miles de desaparecidos y los estragos de las minas antipersona (...) Luego de 50 años de conflicto armado interno todos hemos percibido, de una u otra forma, sus estragos. Pero tantos estudios, sentencias e informes se quedan cortos frente al absurdo de la violencia. No es entonces un problema de conocimiento. Quizá sea que nos estamos acostumbrando, en cierta medida, a la guerra. Y eso es lo que más preocupa. El extranjero es quien mejor percibe nuestro particular y etéreo proceso de duelo como sociedad, que con un partido, un concierto o una fiesta se desvanece y nos permite respirar el mismo aire que minutos atrás albergó los lamentos de algún compatriota. Es momentos de hartarnos definitivamente de la guerra y actuar solidariamente. Para el conflicto bastarán dos personas y unos miles de seguidores, pero para la construcción de la paz el desafío nos convoca a todos. (Fragmentos de la conferencia Perdonar para arrebatarle la cotidianidad a la guerra, del presidente de la Corte Constitucional, magistrado Jorge Iván Palacio Palacio. Medellín, 22 de noviembre de 2013, Paraninfo de la Universidad de Antioquia)
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Por CAROLINA SÁNCHEZ
Foto Carolina Sánchez Álvarez
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El chino mandarín toma la palabra en su desarrollo profesional, aunque —asegura— a medida que avanzó en su aprendizaje, se vio motivado también por conocer la cultura china. Por su parte, Andrés Felipe Montaluz, otro de los graduados y estudiante de ingeniería industrial en la Escuela de Ingenieros de Antioquia, primero conoció la cultura china, debido a que estuvo en Taiwán durante 10 meses en un intercambio cultural, y allí comenzó a estudiar mandarín. Pero al regresar a Medellín decidió continuar su aprendizaje en el Instituto, pues quiere emprender algún tipo de proyecto con empresas en China. Martín Alonso Jiménez, coordinador académico del Centro Internacional de Idiomas de la Universidad de Antioquia, asegura que uno de los mayores impedimentos a la hora de aprender chino mandarín es que es un idioma que implica estrategias y herramientas
de enseñanza diferentes a las que normalmente se utilizan con lenguas occidentales. Las principales diferencias — señala— tienen que ver con el vocabulario, debido a que este idioma “no tiene casi ninguna relación histórica lingüística con las lenguas occidentales, por lo que el vocabulario es muy diferente y no hay muchos puntos de encuentro con el español como sí sucede entre éste y el inglés, el francés, el italiano”, expresa Jiménez. Además, el chino mandarín es una lengua tónica, es decir, las palabras se diferencian por tonos, y maneja, en vez de alfabeto, un sistema ideográfico. “Así, aprender chino mandarín implica tres cosas al tiempo: el vocabulario, aprender el tono como elemento lingüístico y cómo se escribe”, dice. Por eso, Jiménez explica que el programa de mandarín del Instituto está basado en cuántas palabras
se aprenden por curso, por lo que propone 11 cursos que representan 5 niveles, lo que equivaldría a 3 años para tener un dominio básico de aproximación al idioma. Sin embargo, “en el Instituto se va a abrir un curso 12 que es más cultural y para acceso a medios reales; no es con texto y el recorrido del mandarín sino más temático”, afirma. Pablo Echavarría, director del Instituto Confucio y ex embajador de Colombia en China, aseguró que no es común en nuestro país encontrar instituciones equivalentes al Instituto Confucio dedicadas a la enseñanza de idiomas extranjeros. “El conocimiento básico del idioma chino que ustedes con su esfuerzo han logrado —expresó a los graduandos— es un patrimonio intelectual muy significativo que deben conservar y mejorar, y estoy seguro de que este conocimiento les será de gran utilidad para su vida profesional”. Foto Carolina Sánchez Álvarez
n medio de los estudios recientes que corroboran los lugares relegados que ocupa Colombia en el manejo de una segunda lengua como el inglés, en el país se ha venido abriendo paso un idioma que resulta tan extraño como complejo por las diferencias con las lenguas occidentales, el chino mandarín, que cada vez toma más relevancia debido al crecimiento económico y la influencia mundial de la República Popular China. En Medellín, el responsable de enseñar el chino mandarín y acercar la cultura china es el Instituto Confucio, en asocio con la Alcaldía de Medellín, la Universidad de Antioquia y Eafit, mediante un programa que se adelanta en las sedes sur y norte, y que ya cuenta con los primeros graduados. Gao Zhengyue, director del Instituto Confucio y ex embajador de la República Popular China en Colombia, afirmó en la ceremonia de graduación de 14 estudiantes en chino mandarín que “tanto el chino como el español son idiomas del futuro, por el rápido desarrollo de relaciones bilaterales entre China y Colombia”, aunque, advirtió, la distancia geográfica entre ambos países aún es muy larga y todavía falta más conocimiento mutuo. Por lo mismo, ve con esperanza para los dos países el que nuevas personas estén aprendiendo mandarín. “Esperamos que un día después de estudiar el chino ustedes sean embajadores de Colombia en China, para hacer mayores aportes a las relaciones bilaterales”, expresó a los nuevos graduados. Jailer Leopardo Castaño, estudiante de Administración de Empresas en Eafit y uno de los graduados, decidió comenzar a estudiar este idioma debido a que podía contribuir favorablemente
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La ciencia básica: una asignatura clave
Visita de Peter Gruss al barrio Santo Domingo Savio, donde conoció a los beneficiarios del programa Interchange. Por SERGIO URQUIJO MORALES Vicerrectoría de Investigación
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or décadas se ha debatido la importancia que las diferentes áreas de investigación tienen para el desarrollo social. La idea de áreas prioritarias, que reciben más financiamiento y apoyo que otras, genera una controversia respecto a qué es desarrollo y de dónde surge el conocimiento necesario para impulsarlo. En esta coyuntura, la Universidad recibió una visita que dio nuevos elementos de criterio para el debate. Peter Gruss, presidente de la Sociedad Max Planck –el mayor organismo alemán de investigación en ciencias– estuvo en noviembre en la Sede de Investigación Universitaria, SIU, invitado por la Dirección de Relaciones Internacionales de la Alma Mater. La visita se enmarcó en la versión 2013 del programa institucional De país en país, que tuvo a Alemania como país protagonista. Gruss se reunió con autoridades de la Alma Mater, quienes le expusieron el Sistema Universitario de Investigación y postularon posibles actuaciones conjuntas. Luego, Gruss ofreció una conferencia abierta a investigadores, estudiantes y docentes de la ciudad, en la que expuso el sistema de investigación alemán y el papel que cumple la Sociedad Max Planck, como organización no guberna-
mental pero apoyada decididamente por fondos públicos. El científico alemán, destacado por su trabajo en biología del desenvolvimiento, resaltó que el éxito de tal sistema radica en que “hay un modelo fuerte de transferencia del conocimiento en el cual ya sea el mercado o la comunidad se benefician de la investigación, pero la investigación no está supeditada a las necesidades del mercado”. Según Gruss, el presupuesto para los institutos Max Planck en 2013 es de 1,5 billones de euros, esencialmente para la investigación en ciencia básica, y dijo que 38 de los 82 institutos asociados se dedican a las humanidades y las ciencias sociales. Por ello, puso énfasis en uno de los cinco nuevos institutos Max Planck, el de Estética Empírica. “Allí se investigará, desde la filosofía, la psicología y la historia, la forma como las personas perciben la música, el arte y la literatura, desde sus culturas y sociedades”, dijo, y añadió que otros nuevos institutos se dedicarán a la jurisprudencia, los estudios moleculares y la física del plasma. En la conferencia, titulada El conocimiento debe preceder a la aplicación, se planteó que entre los puntos cruciales que Colombia puede aprender del modelo alemán están la financiación decidida para las ciencias básicas y el posicionamiento de las humanidades en el sistema de ciencia del país, frecuentemente solicitado por los investigadores.
“La investigación básica es básica precisamente porque constituye la plataforma sobre la que se dará el resto de avances”, dijo Gruss. Abundan los ejemplos, pero quizás el más conocido es el de cómo la física cuántica, iniciada precisamente por Max Planck en un plano teórico, posibilitó, 60 años después, el desarrollo del transistor y la consiguiente explosión de la computación. Para Fanor Mondragón, vicerrector de Investigaciones “la labor de nuestro sistema de investigación es generar conocimiento, y todo tipo de conocimiento es importante; el que surge de las ciencias sociales y humanas es esencial”. De los 8.600 millones de pesos dedicados a investigación en la Alma Mater en 2012, el 23% fue al área de ciencias sociales, humanidades y artes, lo que la hace la segunda área en recepción de aportes del sistema universitario de investigación.
Las perspectivas Aparte de las importantes reflexiones potenciadas por la visita, grandes escenarios de colaboración comienzan a vislumbrase. El más inmediato es el aumento de la cooperación entre la Universidad y Alemania. Estos lazos existen desde hace décadas, como lo prueba la celebración de los 50 años del vínculo con la Universidad de Giessen, también realizada en el marco de De país en país. Ahora hay planes ambiciosos
Foto cortesía del proyecto
y prometedores para la estrategia de internacionalización de la Alma Máter. “El profesor Gruss quedó gratamente impresionado por la presentación que le hicimos de nuestros sistema de investigación. Ahora sigue buscar posibilidades de cooperación, que pueden incluir la creación de un instituto asociado con ellos”, aseguró el rector Alberto Uribe Correa. El embajador de Colombia en Alemania, Juan Mayr Maldonado, quien acompañó la visita de Gruss al país, ayudó a gestionar su pasó por Medellín y por la Institución. “La Universidad de Antioquia, como centro de excelencia, es una maravillosa vitrina de los compromisos de las instituciones de educación superior colombianas con la investigación”, expresó. Gruss también visitó el barrio Santo Domingo Savio y la Biblioteca España. Allí se reunió con jóvenes beneficiarios de Interchange, un programa de innovación coordinado por Ruta N y la Alma Máter. “Desde la Universidad de Antioquia, como anfitriones de esta visita, congregamos a otras instituciones clave de Medellín para mostrar una ciudad articulada por el desarrollo de la ciencia y la investigación y, por qué no, por ser la mejor candidata para albergar el próximo instituto de la Sociedad Max Planck en América Latina”, expresó Carolina Laverde, directora de Relaciones Internacionales de la institución.
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Foto Archivo fotográfico del Grupo de Investigación MASO
Percepciones y resistencias sobre el ordenamiento territorial en los corregimientos de Medellín
Proceso de construcción de un mapa de relaciones sociales, o sociograma, en el corregimiento de San Cristóbal. En la imagen, representantes de la Mesa Ambiental, de la Asociación de Ambientalistas ASOSAC, de la asociación de mujeres cabeza de familia ASOMUF y de la Fundación Social Paloma. Por CARLOS EGIO* y ERYKA TORREJÓN CARDONA**
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a periferia de la ciudad de Medellín forma un mosaico que va desde lo urbano a lo rural, con todos los matices intermedios. Para conocer mejor lo que sucede en este territorio y cómo se relacionan sus habitantes con una ciudad en expansión se puso en marcha el proyecto Los corregimientos de Medellín frente a las externalidades urbanas. Un estudio a través de metodologías participativas. El proyecto, financiado por el Comité para el Desarrollo de la Investigación —CODI— de la Universidad de Antioquia, y ejecutado por el Grupo Medio Ambiente y Sociedad —MASO— y la Corporación Ambiental de la Institución, se pregunta cómo perciben los habitantes de los bordes de la ciudad de Medellín los efectos culturales, ambientales y económicos de las políticas municipales de ordenamiento del territorio y qué formas de resistencia tienen frente a las mismas. En momentos en que la alcaldía plantea un ajuste al Plan de Ordenamiento Territorial, la investigación profundiza en una zona que encierra
realidades muy diferentes. Apenas se parecen entre sí el corregimiento de Altavista, casi conurbado y donde abundan canteras y minas a cielo abierto, y el de San Sebastián de Palmitas, aislado en la ladera de una montaña, con vida y ritmo campesino. Entre estos dos extremos se sitúan, con sus peculiaridades, San Cristóbal, San Antonio de Prado y Santa Elena. De la interacción de esas realidades surgen relaciones que salen de la dicotomía urbano-rural: “Tener un ciudad tan grande como Medellín a cuarenta minutos es una gran ventaja, sin duda alguna porque podemos acceder a la educación, a servicios; la gente puede ir a trabajar, volver al corregimiento. No tenemos que irnos a vivir allá para acceder a todo”, comenta una joven de San Sebastián de Palmitas. Por otro lado, se pretende conocer si, en esta diversidad, las reacciones de resistencia frente a grandes actuaciones —como los túneles de Oriente y Occidente, la implantación del Parque Arví o la Ciudadela Nuevo Occidente— ocultan manifestaciones de un mismo sentir y una misma identidad. De las relaciones entre actores a la superación de posturas El proyecto multidisciplinar es coordinado por dos investigadores de MASO y cuenta con la
colaboración de cinco estudiantes de pregrado de las facultades de Ciencias Sociales y Humanas y de Comunicaciones. Con la metodología participativa desarrollada en Madrid por la Red de Ciudadanía y Medio Ambiente Sostenible, CIMAS, se parte de una premisa: nadie conoce el lugar a estudiar y sus problemáticas mejor que aquellos que lo habitan. En cierto sentido, se considera investigadores a todas aquellas personas que quieran conocer más sobre su propio territorio. Serán ellos —maestros, estudiantes, miembros de agrupaciones ambientales, campesinos y amas de casa— quienes decidan si los resultados obtenidos son coherentes o no. Se trata de un reto importante en un territorio en el que la intervención de administraciones y académicos es una constante. Como explica un habitante de Altavista, “muchas veces lo que prioriza la comunidad no se tiene en cuenta, porque priman las políticas de turno más que lo que prioriza la misma comunidad como tal”. Así mismo, se considera que la información que surge del trabajo de campo es de las comunidades y, por tanto, debe ser devuelta a éstas. Como expresa Pedro Martín, de la Universidad de Valladolid y presidente del Observatorio Internacional CIMAS, “si ya de por sí el uso de metodologías
participativas es importante para ahondar en cualquier problemática social, en el caso de los conflictos ambientales lo es aún más”. Cuando hablamos de medio ambiente son importantes los conocimientos técnicos, pero también los valores, normas y expectativas de la población. No es aceptar sin más el saber de la gente ni el de los técnicos, sino sacar a la luz las diferentes formas de conocer el territorio y generar un diálogo que dé lugar a nuevas interpretaciones. Así, una maestra de San Cristóbal comenta: “Sueño con un corregimiento que integre distintas actividades económicas de beneficio para la comunidad y que conserve la actividad agrícola, dándole un manejo ambientalmente sostenible. Sería una potencialidad para el municipio de Medellín”. Tras unos primeros encuentros comunitarios en los que se hizo un mapeo de actores sociales, se ha llevado a cabo una serie de entrevistas para conocer más de cerca los argumentos de cada actor, incluyendo a la administración. Más adelante se realizarán reuniones con los entrevistados y el resto de participantes; para motivar el debate se devolverá, en forma de juegos de posiciones o tetralemas, la información recogida. Se presentarán de forma anónima las diferentes posturas y estrategias, para sacar a la luz sus contradicciones y coincidencias. Mediante los tetralemas se pretende encontrar esas voces que puedan generar un debate más enriquecedor sobre el ordenamiento territorial. Se busca así romper la dicotomía habitual entre rural y urbano. ¿Por qué no una nueva forma de ruralidad? Esta información, generada al margen de las administraciones, podrá aportar nuevas perspectivas que enriquezcan el diálogo en torno a la planeación territorial en el municipio de Medellín.
*Estudiante de doctorado de la Universidad Complutense de Madrid en pasantía de investigación en el Grupo Medio Ambiente y Sociedad, Facultad de Ciencias Sociales y Humanas. ** Doctora en Geografía de la Universidad Autónoma de Barcelona. Investigadora del Grupo Medio Ambiente y Sociedad. Docente del Departamento de Sociología, Facultad de Ciencias Sociales y Humanas.
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Foto Sergio Urquijo
ACAC concedió al PECET el Premio Nacional al Mérito Científico 2013
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l Programa de Estudio y Control de Enfermedades Tropicales —Pecet—, de la Universidad de Antioquia, fue galardonado con el Premio Nacional al Mérito Científico 2013 en la categoría grupo de investigación de excelencia. Los investigadores del Pecet, encabezados por su director Iván Darío Vélez Bernal, recibieron el galardón en Bogotá el 28 de noviembre de la Asociación Colombiana para el Avance de la Ciencia, ACAC. El Premio Nacional al Mérito Científico, que exalta desde su creación en 1990 a personas y entidades que hayan contribuido de manera significativa al avance de la
ciencia en Colombia, fue otorgado en su versión XXIII al Pecet por sus aportes a la ciencia y a la salud nacional y mundial en sus casi treinta años de trabajo académico e investigativo. Reconocido como el grupo de investigación en enfermedades tropicales más importantes de Colombia, el Pecet está integrado por profesionales de las ciencias naturales, exactas, sociales y de la salud, con los cuales ha realizado trabajos investigativos, de capacitación y de control de enfermedades en todas las regiones geográficas del país. Calificado en todas las convocatorias de Colciencias como grupo categoría A, el Pecet incluye,
además, actividades de enseñanza y formación, tanto para estudiantes colombianos y extranjeros en pregrado, maestría y doctorado. Actualmente su equipo investigador lo conforman: 10 docentes, 11 estudiantes de doctorado, 18 estudiantes de maestría y 25 estudiantes de pregrado. Ha ejecutado más de 250 proyectos de investigación, ha publicado más de 300 artículos en revistas nacionales e internacionales y ha presentado más de 700 ponencias en eventos de todo el mundo, gracias a lo cual en los últimos 10 años el Pecet ha ocupado la mayor puntuación en la producción científica de la Universidad de Antioquia. Su amplia trayectoria académica y experiencia investigativa, le han merecido el reconocimiento como Grupo de Excelencia Colciencias.
El trabajo del Pecet contribuye permanentemente al establecimiento de colaboraciones académicas y científicas de la Universidad de Antioquia con cientos de instituciones en varios países de Europa, Asia, África y América, permitiendo la trasferencia de tecnología, el establecimiento de redes científicas y la formación de estudiantes en otras instituciones académicas del mundo. Veinticuatro departamentos endémicos de Colombia y países en América Central, como Panamá, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador y Guatemala, países del Mediterráneo como, España, Francia, Marruecos y Túnez, de África subsahariana como Etiopía y de Asia como Bhután, se han beneficiado de los programas de prevención y control de enfermedades tropicales propuestos por el Pecet.
Primera convocatoria Beca Doctoral Universidad de Antioquia 2013 Dirigido a profesionales colombianos con domicilio en Colombia, a extranjeros sólo residentes en el exterior, con excelencia humana y académica, con título profesional, y que o estén cursando su último semestre, o que estén admitidos o que aspiren a ser admitidos en programas de doctorado asociados a grupos de investigación de la Universidad de Antioquia que tengan reconocimiento vigente de Colciencias y proyectos financiados para formar estudiantes en los programas de doctorado de la Universidad.
Apertura: 2 de diciembre de 2013, Cierre: 31 de enero de 2014. Cuantía: el monto disponible para la presente convocatoria es de dos mil doscientos millones de pesos colombianos ($2.200.000.000) en el Fondo “Beca Doctoral Universidad de Antioquia”. Informes: las condiciones y procesos relacionados con la convocatoria están disponibles en el sitio web http://dirposgrado.udea.edu.co. Universidad de Antioquia, calle 67 53-108, Dirección de Posgrado, bloque 16, oficina 218. Correo becasdoctorado@udea.edu.co, o en las líneas telefónicas (574) 2195379 y (57-4) 2195378.
CONSEJO SUPERIOR UNIVERSITARIO: Sergio Fajardo Valderrama, Gobernador del Departamento y Presidente de la Corporación • Alberto Uribe Correa, Rector • Antonio Yepes Parra, Representante del Presidente de la República • Paula Marcela Arias Pulgarín, Representante de la Ministra de Educación Nacional • Clemencia Uribe Restrepo, Representante del Consejo Académico • Rafael Nieto López, Representante Profesoral • Mario Arturo González Arboleda, Representante de los Egresados • Manuel Santiago Mejía Correa, Representante del Sector Productivo, Luis Javier Arroyave Morales, Representante de los ex Rectores • Luquegi Gil Neira, Secretario General. CONSEJO ACADÉMICO: Alberto Uribe Correa, Rector • Fanor Mondragón Pérez, Vicerrector de Investigación • Juan Carlos Amaya Castrillón, Vicerrector de Docencia • María Helena Vivas López, Vicerrectora de Extensión • Rubén Alberto Agudelo García, Vicerrector Administrativo • Francisco Londoño Osorno, Decano Facultad de Artes • Luis Guillermo Palacio Baena, Decano Facultad de Ciencias Agrarias • Ramón Javier Mesa Callejas, Decano Facultad de Ciencias Económicas • Nora Eugenia Restrepo Sánchez, Decana Facultad de Ciencias Exactas y Naturales • Gloria Patricia Peláez Jaramillo, Decana Facultad de Ciencias Sociales y Humanas • David Hernández García, Decano Facultad de Comunicaciones • Clemencia Uribe Restrepo, Decana Facultad de Derecho y Ciencias Políticas • Carlos Arturo Soto Lombana, Decano Facultad de Educación • Sandra Catalina Ochoa, Decana Facultad de Enfermería • Carlos Alberto Palacio Tobón, Decano Facultad de Ingeniería • Élmer de Jesús Gaviria Rivera, Decano Facultad de Medicina • María Patricia Arbeláez Montoya, Decana Facultad Nacional de Salud Pública • Clara Eugenia Escobar Güendica, Decana Facultad de Odontología • Juan Carlos Alarcón Pérez, Decano Facultad de Química Farmacéutica • Lucía Stella Tamayo Acevedo, Representante Profesoral Consejo Académico • Luquegi Gil Neira, Secretario General. Invitados: John Jairo Arboleda Céspedes, Vicerrector General • Fabio Giraldo Jiménez, Director de Posgrado • Jaime Ignacio Montoya Giraldo, Director de Desarrollo Institucional • María Carolina Laverde Velásquez, Directora de Relaciones Internacionales • Daryeny Parada Giraldo, Directora de Bienestar Universitario • Dora Nicolasa Gómez Cifuentes, Directora Programa de Regionalización • Liliana Marcela Ochoa Galeano, Directora Escuela de Microbiología • Edilma Naranjo Vélez, Directora Escuela Interamericana de Bibliotecología • John Jairo Giraldo Ortiz, Director Escuela de Idiomas • Berta Lucía Gaviria Gómez, Directora Escuela de Nutrición y Dietética • Francisco Cortés Rodas, Director Instituto de Filosofía • Gloria María Castañeda Clavijo, Directora Instituto de Educación Física y Deporte • Jaime Cardona Usquiano, Director Oficina de Asesoría Jurídica • Claudia María Rivera Osorio, Auditora Interna • Heiner Castañeda Bustamante, Director de Comunicaciones.
Extensión
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Foto cortesía Barrio U
Expresión múltiple de la solidaridad de los universitarios
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on Luis Hernando vive en las laderas orientales de Medellín, en el barrio Villatina; es desplazado de Urrao, Antioquia, desde 2011. Durante meses buscó atención para un tratamiento odontológico urgente que aliviara sus dolores cada vez más agudos, pero no se lo daban; no tenía dinero, ni sabía qué hacer ni a donde recurrir. Finalmente, encontró la forma de recibir la atención adecuada. Él ganó una tutela que ordenó a la entidad que le presta servicios de salud a brindarle el tratamiento que requiere. Lo hizo asesorado por el Consultorio de Seguridad Social Integral, CSSI, de la Universidad de Antioquia, creado en 2003 para ayudar a hacer efectivos los derechos de salud, pensión y riesgos profesionales de población vulnerable y ciudadanos de estratos 1, 2 y 3, en un trabajo interdisciplinario de profesores y estudiantes de las facultades de Medicina, Derecho y Ciencias Políticas, Ciencias Sociales y Humanas y Salud Pública. Entre octubre de 2012 a septiembre de 2013 el CSSI atendió a 539 personas. Los jueves son días de fiesta para doña Eddy. Ella, de 60 años, padece osteoartrosis degenerativa
severa, y después de que su hijo fuera trasladado para trabajar a otra ciudad, su única compañía son los dos perros y los 18 peces con los que vive. Pero los jueves todo cambia, los pesares de sentirse sola y las dolencias de su enfermedad se desvanecen y llegan las risas, la alegría, los abrazos, el afecto, la distracción, el cotilleo, el disfrute y el aprendizaje. Cada jueves sin falta, doña Eddy asiste a las sesiones del programa Helios: cultura y entretenimiento para el adulto mayor que ofrece el Museo Universitario desde 2002 Foto Diana Isabel Rivera
Foto cortesía Barrio U
Por DIANA ISABEL RIVERA
vas, desplazamiento, divorcio, pensión de vejez, entre otros. En lo corrido del año ha atendido a 6.369 usuarios. Desde su fundación en 1968, el Consultorio ha ampliado sus campos de atención creando servicios como el Consultorio al barrio, el Consultorio rural, el Centro de Atención a Víctimas del Desplazamiento y el Centro de Atención Familiar, CAF. La Universidad también cuenta con la Red de Voluntades por el Desarrollo Social, coordinada por la Vicerrectoría de Extensión y conformada desde hace 13 años por estudiantes, profesores, egresados, jubilados y empleados. A noviembre de 2013, este grupo de alrededor de 500 voluntarios había realizado 13 jornadas educativas y de bienestar en barrios de bajos recursos de Medellín, en donde 2.200 personas recibieron atención y orientación para la promoción de la salud y prevención de la enfermedad.
Para su consolidación y desarrollo, estas y otras iniciativas han recibido aportes del Banco Universitario de Programas y Proyectos de Extensión, Buppe. Como uno de los principales instrumentos de fomento a la extensión solidaria, el Buppe ha realizado convocatorias anuales desde 2006, y destinado más de 3.500 millones de pesos entre 274 proyectos universitarios de impacto social. De otra parte, con la Dirección de Regionalización se han efectuado nueve convocatorias para iniciativas que benefician a las poblaciones de las subregiones de Antioquia, financiando 79 proyectos entre los que se han distribuido cerca de 700 millones de pesos. Como un estímulo simbólico a las acciones solidarias, la Vicerrectoría de Extensión publica periódicamente, desde diciembre de 2012, la revista Frutos. Extensión Solidaria Universidad de Antioquia, en la que se han
Foto cortesía Facultad de Ciencias Agrarias
con actividades lúdicas, talleres y conferencias orientadas a la conservación del patrimonio cultural y a las necesidades de las personas en esa etapa de sus vidas. A ella, lo que más le ha gustado en los cinco años que ha participado en el programa, han sido las clases de costura de punto de cruz y la de computadores; pero sobre todo, tener amigos, sentirse importante, bien tratada y querida. Don Luis Hernando y doña Eddy tienen algo en común: fue en la Universidad de Antioquia en donde encontraron una mano y una respuesta a su búsqueda. Y como ellos, hay miles de ciudadanos que en Medellín, en los municipios de Antioquia e incluso en otras regiones del país, hallan alternativas de solución a las complejas situaciones en las que viven, a través de los diferentes programas de extensión solidaria. Víctimas de la violencia, habitantes de calle, personas con capacidades diversas; niños desescolarizados, o en situación de trabajo infantil, o con desnutrición crónica o en riesgo de padecerla; población rural, minorías étnicas, personas de escasos recursos con diferentes necesidades, adultos mayores, madres cabezas de familia, mujeres que ejercen la prostitución, habitantes de zonas en conflicto; todos ellos mueven el interés y la sensibilidad de los universitarios, para aportarles a mejorar su calidad de vida con sus conocimientos. Y es que el espíritu solidario, más allá de estar consignado en los estatutos corre por las venas de los universitarios. “La solidaridad es un factor de integración social que permite a las comunidades beneficiarse del conocimiento que produce la Universidad. La solidaridad no es filantropía ni caridad, no es paternalismo, es la capacidad de los seres humanos de considerar metas comunes para hacer partícipe a los otros de los beneficios y privilegios que brinda el acceso a la ciencia”, afirma la vicerrectora de Extensión, María Helena Vivas. Muchos de los programas se llevan a cabo por medio de las prácticas académicas de los estudiantes, o mediante alianzas con organizaciones sociales, instituciones de educación, fundaciones empresariales y entidades gubernamentales nacionales e internacionales. Se destaca entre ellos el Consultorio Jurídico “Guillermo Peña Alzate” de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas, el cual brinda a las personas de escasos recursos, acceso a la justicia, asesoría jurídica y orientación profesional en diferentes procesos legales, como demandas administrati-
Foto cortesía Facultad de Ciencias Agrarias
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consignado algunas experiencias de las diferentes dependencias. Con población campesina, por ejemplo, la Facultad de Ciencias Agrarias realiza diferentes trabajos de capacitación y asesoría a productores de leche para la implementación de las buenas prácticas ganaderas para mejorar la calidad y la inocuidad de la leche y mejorar la competitividad. Mediante programas de cooperación internacional se ha dado capacitación y acompañamiento a pescadores de Urabá para el cultivo, la preparación y la comercialización de ostras de mangle dulce; y apoyo a mujeres desplazadas afrocolombianas para que con sus talentos y saberes puedan desarrollar unidades productivas de negocios. En actividades orientadas a mejorar situaciones de los niños y los jóvenes también participa la Universidad; así es como con el proyecto Crecer con Dignidad, la Facultad Nacional de Salud Pública y la Secretaría de Bienestar Social de la Alcaldía de Medellín ofrecen servicios de atención para el restablecimiento de derechos inobservados, amenazados o vulnerados de niños y jóvenes. La Facultad de Odontología, en la modalidad de prácticas descentralizadas y en alianza con la Fundación Las Golondrinas, desde 2006 va a los diferentes barrios de la ciudad para trabajar con los colegios en la prestación de servicios de salud y en educación para la salud con los niños y los jóvenes. Del mismo modo lo hacen los estudiantes de pediatría social de la Facultad de Medicina, quienes realizan valoración médica y nutricional de los niños de uno de los asentamientos de población desplazada más grande del país. El Instituto Universitario de Educación Física tiene desde 1989 el programa Edufines, para que personas con discapacidad cognitiva o insuficiencia motora de origen cerebral, puedan desarrollar mayor independencia funcional y seguridad mediante la actividad física, el deporte y la recreación. Además del programa Helios, los adultos mayores tienen otras alternativas en la Universidad, como el voluntariado cultural del Museo y el Aula Universitaria de Mayores, de la Facultad de Enfermería. Esta misma dependencia, además, tiene una red de cuidadores informales para darles capacitación y orientación a las personas que están al cuidado de personas enfermas en sus hogares. Los anteriores son tan solo algunos de los numerosos ejemplos de cómo la Universidad de Antioquia sirve a los sectores más vulnerables de la población.
Región
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Desde las regiones universitarios acceden a laboratorios en Medellín Los estudiantes de Ingeniería de Telecomunicaciones, modalidad virtual, de las diferentes subregiones de Antioquia, ahora pueden prepararse mejor en la práctica con laboratorios remotos que se encuentran en Medellín y a los cuales pueden acceder desde sus localidades a través de internet.
Por MAURICIO GALEANO QUIROZ
Foto cortesía del proyecto
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l municipio de Yarumal, norte del departamento de Antioquia, llegó desde hace unos cuatro años la Facultad de Ingeniería y el Programa Ude@ con el pregrado de Ingeniería de Telecomunicaciones, en la modalidad virtual. Allí vive Juan Fernando González, un estudiante de dicho pregrado, quien gracias al estudio a distancia ha podido avanzar hasta el 8° nivel académico, y que con base en esa preparación académica hoy trabaja en un proyecto con la Gobernación de Antioquia para mejorar la educación en la subregión a través de las tecnologías de la información y la comunicación, TIC. Hasta hace unos meses Juan Fernando debía viajar a Medellín, junto con otros compañeros de la región, a realizar los laboratorios y la práctica de los cursos; pero desde noviembre esos traslados se acabaron. Todo se debe a que la Universidad de Antioquia invirtió recursos en un nuevo laboratorio remoto que le permite desarrollar sus conocimientos teóricos en un equipo que puede manejar por internet. “Yo había manipulado el equipo físicamente, en Medellín, pero con las capacitaciones que nos han ofrecido los profesores para hacerlo vía internet ya aprendí cómo acceder a él de manera remota. ¡Es como tener un laboratorio en casa!”
expresa con satisfacción el estudiante que realiza su práctica social. “La Facultad de Ingeniería de la Universidad de Antioquia puso en funcionamiento el primer laboratorio remoto en Colombia para la enseñanza de Ingeniería de Telecomunicaciones en la modalidad virtual, estrategia que fortalece la formación de ingenieros desde cualquier lugar del mundo”, dice la profesora Carolina Mira Fernández, coordinadora del programa académico en las regiones. El pasado 20 de noviembre la Universidad de Antioquia y su Facultad de Ingeniería pusieron en marcha el primer laboratorio remoto de telecomunicaciones para la docencia y la práctica académica, el cual está ubicado en el aula 18305 de la sede central en Medellín. Para el ingeniero Carlos Alberto Palacio Tobón, decano de la Facultad de Ingeniería, “la obtención de este tipo de equipos se constituye en un avance en la educación virtual. Estamos convencidos de que podemos llegar a las subregiones
a través de las TICs para aumentar la calidad académica de los habitantes de las diferentes localidades donde hacemos presencia”. Por su parte, el rector de la Universidad de Antioquia Alberto Uribe Correa, expresó que “es importante apoyar proyectos de tecnología en los que participan los docentes y estudiantes de nuestra institución; así podemos llegar a ser una universidad de excelencia, objetivo principal al que le apuntamos como universitarios”. Este laboratorio permitirá a Juan Fernando —y a otros 153 estudiantes del programa de Ingeniería de Telecomunicaciones de la U. de A. de la modalidad virtual que desarrollan sus estudios en las nueve subregiones de Antioquia— realizar la práctica experimental de manera remota utilizando un computador de buenas características y con acceso a internet. Jesús Francisco Vargas Bonilla, jefe del departamento de Ingeniería Electrónica y de Telecomunicaciones, explica que “el estudiante pue-
de acceder y manipular los equipos reales, local y remotamente, apoyándose en el uso de cámaras de video, hardware y software específicos para la adquisición local de datos. El propósito principal de esta propuesta es la experimentación, a diferencia de otros laboratorios virtuales que recrean o simulan el comportamiento de los equipos a través de modelos matemáticos”. El ingeniero Guillermo Ospina Gómez, gestor de la educación virtual en la U. de A. indica que “con esta adquisición los estudiantes podrán realizar las prácticas fundamentales en su proceso de formación en ingeniería sin tener que desplazarse frecuentemente desde las distintas subregiones hasta la Ciudad Universitaria, en Medellín. Con ello se disminuyen los costos, al tiempo en que se ofrece mayor disponibilidad de personal en los laboratorios, equipos, insumos, entre otros”. El laboratorio remoto permite el acceso de los estudiantes mediante una aplicación de reserva de equipos o asignación de turnos desarrollada por el Departamento de Recursos de Apoyo e Informática, DRAI. En él se podrán abordar las prácticas de cursos como Circuitos Eléctricos I y II, Fundamentos de Electrónica Análoga, Tratamiento de Señales I, II y III y Fundamentos de Óptica y Fotónica. Se espera que este equipo también se utilice en Ingeniería de Sistemas, en la modalidad virtual.
Ingeniería de Telecomunicaciones virtual A la fecha, en la Universidad de Antioquia están matriculados 154 estudiantes en Ingeniería de Telecomunicaciones, en la modalidad virtual; 12 de ellos en el municipio de Yarumal. Otros municipios en los que los estudiantes se benefician del laboratorio remoto son Amalfi, Andes, Anorí, Anzá, Apartadó, Caucasia, Jardín, Ituango, Sonsón, Valdivia, Venecia, entre otros. La Facultad de Ingeniería también ofrece en la modalidad virtual los programas de Ingeniería Ambiental, Ingeniería de Sistemas e Ingeniería Industrial, los cuales en la actualidad (junto con Telecomunicaciones) tienen un total de 1.716 estudiantes matriculados en todo el Departamento. Actualmente, de la modalidad virtual se han graduado 48 estudiantes, y de ellos 22 son Ingenieros de Telecomunicaciones.
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ntre las vertientes de las cordilleras central y occidental, que conforman el cañón del río Cauca y la cuenca del río San Juan, en una área de 6.513 kilómetros cuadrados se encuentra la región del Suroeste antioqueño, distribuida en 4 zonas, que albergan un total de 23 municipios: la zona del río Penderisco, la zona del río Sinifaná, la zona del río Cartama y la zona del río San Juan, donde se encuentra ubicado el municipio de Andes. Allí, 4 km antes de llegar a la cabecera municipal, entre montañas sembradas de café y regadas por ríos, se encuentra la seccional de la Universidad de Antioquia en un lote de 16.816 m2, donde está construido el bloque 51, equivalente a 2.116 m2 construidos. En esta seccional del Suroeste la Universidad desarrolla sus funciones misionales con 17 pregrados, 13 de ellos profesionales y cuatro tecnológicos. Además un programa de maestría, para un total de 492 estudiantes matriculados. Adelanta, además, tres proyectos ganadores en la convocatoria de investigación CODI-Regionalización 2013, a saber: Diseño participativo de conversión de sistemas intensivos de cultivo de café (Coffea arábica) a un sistema multidiverso, en el municipio de Andes, presentado por la profesora Sara Márquez del Grupo de Investigación GISAS; Calidad fisicoquímica e hidrobiológica del agua en el río San Juan, Andes, presentado por el profesor Néstor Aguirre del Grupo de Investigación GeoLimna, y La enseñanza a partir de los sistemas e información documental y de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) o sobre las innovaciones de enseñanza a nivel superior, presentado por la profesora Lina Grisales del grupo de investigación DIDES. También fue aprobado el proyecto Tratamiento anaerobio de residuos de pulpa de café (Coffea ará-
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Foto Archivo Periódico ALMA MATER – Luis Javier Londoño Balbín
Por ELVIA MARÍA GONZÁLEZ AGUDELO
Las ciencias de la tierra: objeto de investigación para el Suroeste bica) para la obtención de biogás en el suroeste antioqueño, presentado por el profesor Roberto Mosquera del grupo de investigación GISAS y avalado por el Centro de Investigaciones de la Facultad de Ciencias Agrarias. Además, en la Convocatoria BUPPE 2013 de la Vicerrectoría de Extensión fue aprobado el proyecto Implementación de la salud ambiental como concepto transversal en los currículos: caso formación de guarda ríos en el Suroeste antioqueño presentado por las profesoras Ruth Marina Agudelo y María Luisa Montoya del grupo de Salud y Ambiente y avalado por el Centro de Extensión de la Facultad Nacional de Salud Pública. Con estos cinco proyectos se desarrolló la primera jornada de
investigación en la seccional Suroeste, en octubre, donde participaron investigadores, profesores y estudiantes de la Universidad en conversación con diferentes gremios de la subregión. Voces polifónicas con un propósito en común: llevar la investigación a los estudiantes de la seccional para mostrar otras formas de vivir alrededor del conocimiento, en aras de mejorar el entorno y la convivencia. De esta manera, cuatro grupos de investigación se instalan en la seccional Suroeste para trabajar mancomunadamente en torno a dos objetos del conocimiento, totalmente pertinentes en la geografía subregional, el agua y el café y su interacción temporal con los seres vivos. Esto con miras a planificar el aprovechamien-
dentificar en la historia de la seccional Suroeste un campo del conocimiento, las ciencias de la tierra, que viene desarrollándose paulatinamente con el planteamiento de currículos pertinentes, permite vislumbrar un horizonte que direccione la investigación y la extensión conjuntamente para posibilitar la interdisciplinariedad en torno a los recursos naturales de la geografía subregional como los bosques andinos de los Farallones del Citará, el parque natural Las Orquídeas, los “bosques de niebla”; los sistemas hídricos de los ríos Cauca y San Juan; minerales como el carbón y el oro, la flora como el café, el plátano, el maíz, el fríjol, la caña y los cítricos; y la fauna como los bovinos, los porcinos, los equinos, las aves de corral, las abejas, las cabras, los conejos y los peces para comprenderlos como elementos naturales y aprovecharlos de manera sostenible en pos de un bienestar social.
to sostenible de los agroecosistemas de la región y para explorar sus posibilidades de enseñanza, tanto en la docencia formal, como en la formación en investigación (semilleros de investigación) y en los proyectos de extensión (la formación de guarda-ríos). Es así como se viabiliza la articulación de la docencia, la investigación y la extensión en la seccional Suroeste y se establece la relación interdisciplinaria entre física, química, biología, geografía, hidrología, limnología, edafología, agronomía, ecología y pedagogía, relacionando algunos programas académicos de pregrado que se ofertan hoy en la sede. Todos, investigadores, profesores, estudiantes regulares, estudiantes extensionistas y estudiantes del semillero, con un propósito común: configurar un programa de investigación en un campo del conocimiento de alto interés para el desarrollo sostenible, las ciencias de la tierra. *La profesora Elvia María González asumió el cargo de directora de la seccional Suroeste en mayo de este año y su propósito es ampliar la oferta de programas, especialmente en posgrado para atraer mayor investigación al territorio. Es licenciada en educación, con especialización en literatura latinoamericana, magíster en educación y doctorado en ciencias pedagógicas de la Universidad de La Habana, Cuba.
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El espacio de la Universidad De las territorialidades en disputa a la producción de un lugar incluyente y pluralista Por VLADIMIR MONTOYA ARANGO Profesor del Instituto de Estudios Regionales - INER CLAUDIA PUERTA SILVA Directora del Instituto de Estudios Regionales - INER
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a actual situación de nuestra Universidad podría parecer el fantasma de un ciclo que se repite, recordándonos que nuestra comunidad universitaria está articulada por los fuertes lazos que se anclan en la cultura y en el sentido de pertenencia a la sociedad que queremos y nos esmeramos por seguir imaginando posible. Aunque, a la vez, arrastra fragmentaciones sectoriales que provocan la separación arbitraria de nuestros estamentos. Es en los espacios físicos universitarios donde se revela esta fragmentación, donde perviven las disputas y se dejan ver las territorialidades de grupos, colectivos o individuos que no dudan en recurrir a la fuerza para anteponer sus intereses a la posibilidad de producción de un espacio común, de un lugar incluyente para la comunidad universitaria. Esta superposición de territorialidades, que no encajan en un proyecto colectivo, está produciendo luchas, conflictos y apropiaciones que obstaculizan la convivencia, ante lo cual no hemos emprendido aún una adecuada reflexión. La Universidad es la confluencia de múltiples imaginarios geopolíticos, manifiestos en espacialidades que colisionan produciendo un espacio caótico y, a futuro, inviable. La sobreposición de las múltiples territorialidades provoca que el espacio de la Universidad sea producido hoy en la disputa por su apropiación, en la resistencia por el despojo, en la memoria de las reivindicaciones y en las historias e identidades ligadas a ella. Hoy pareciera que no es suficiente la idea de Alma Máter para producir un sentido de pertenencia y un arraigo espacial que resulte en la producción de un lugar que cohesione la comunidad universitaria. ¿Cómo producir un espacio de la Universidad que responda a
estas múltiples territorialidades en disputa y que promueva la Universidad como el lugar de todos y todas? Se trata aquí del lugar de una comunidad universitaria, que sin ser homogénea, se reconoce en sus diferencias y se cohesiona por su proyecto común de sociedad.
La Universidad como proyecto y su espacio como condición de posibilidad En la Universidad confluyen un sinnúmero de proyectos fraguados a escalas globales que se localizan en ella, dialogando o chocando con los proyectos de otras escalas y creando sus propias dinámicas. Es a partir de dichos proyectos que se producen y reproducen las espacialidades de la comunidad universitaria. Por ello, es el espacio universitario, como estructura más duradera y como condición de posibilidad misma, el que entrecruza lo que aquí acontece, siendo esencial para la comprensión de la actual coyuntura. ¿Qué otra cosa son las mallas, las ventas, el ingreso selectivo o la negación de garantías y derechos, sino expresiones de un espacio en disputa? El espacio de la Universidad no parece ofrecer lo mismo para todos; está marcado por segregaciones que promueven la individualidad y que preconizan la validez de las jerarquías. Vivimos así en el aciago tiempo de la Universidad que debate con angustia la presión que le impele a desprenderse del valor público de su espacio relacional, aquel que hizo posible la gestación de la comunidad que la habita. Son muchas las expresiones de esta disputa por el espacio en la Universidad y que muestran la empecinada fuerza de las territorialidades que hoy colisionan, como por ejemplo: los corredores semiabiertos que en ocasiones se clausuran para la confección de artefactos que han terminado
¿Qué otra cosa son las mallas, las ventas, el ingreso selectivo o la negación de garantías y derechos, sino expresiones de un espacio en disputa? El espacio de la Universidad no parece ofrecer lo mismo para todos; está marcado por segregaciones que promueven la individualidad y que preconizan la validez de las jerarquías.
en las más absurdas muertes; las mallas que se elevan buscando un cielo que se desconectó de nuestras miradas; las gramas que a la sombra de árboles vetustos se oscurecen con el tráfico de mercaderías dañinas; los espacios para el estudio y el encuentro que son ocupados por otras mercaderías; las edificaciones cibernéticas que monumentalizan un cierto tipo de ciencia; los puestos de trabajo sin la dignidad que merece la dedicación paciente a las tareas diarias y, en fin, la prelación de intereses y poderes que se apropiaron sin decencia del espacio colectivo. A pesar de lo anterior, el espacio como soporte y estructura, pero también como relación e interacción, hace posible argumentar que existe entre nosotros un sentido compartido de lo colectivo que nos esmeramos en mantener como comunidad universitaria. También se expresan en el espacio de la
Universidad las prácticas pedagógicas que defienden la formación de profesionales humanistas y responsables, así como otras muchas expresiones de territorialidades incluyentes y creativas: artistas que en su gran escenario ensayan; estudiantes y profesores que en aulas, jardineras y corredores realizan diálogos fecundos; científicos que con múltiples técnicas y materiales descubren en sus laboratorios, aulas y bibliotecas; niños que cuando la visitan descubren un mundo lleno de posibilidades; mujeres que tejen sus memorias y relaciones en el museo de la vida; grupos que recuperan o mantienen sus identidades étnicas tradicionales y deportistas que comparten con habitantes transitorios sus escenarios.
Hacia la universidad como lugar de y para todos Debemos persistir en la idea del espacio como esperanza, como
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Universidad y participación Por WILMAR MARTÍNEZ
Foto Archivo Periódico ALMA MATER – Luis Javier Londoño Balbín
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ilusión, como potencia creativa y como libertad. Aún con las múltiples territorialidades colisionando, en la Universidad se mantiene la imaginación del espacio como autonomía, tal y como nos lo dejan ver sus paredes pintadas de colores que expresan la memoria y la resistencia, cargadas de frases que quieren mover lo impasible de la vida cotidiana. ¿Por qué insistir en frases emancipatorias, en luchas ideológicas o en dibujos que imaginan sociedades libres? ¿Es posible convivir desde nuestros proyectos individuales con la diferencia? ¿Es posible concebir a la Universidad como el espacio que nos cohesiona? No podemos explicar por qué nuestro lugar ha sido tomado, por qué ya no nos sentimos libres, pero debemos insistir en la recuperación del espacio de la comunidad universitaria y de su proyecto colectivo. El espacio de la Universidad es la condición de posibilidad para la articulación de su comunidad y para la ruptura de las divisiones propias de la colonialidad con que se forjaron nuestros seres y nuestros saberes. Desde la autonomía del conocimiento podemos gestar un proyecto común: la Universidad como el lugar de todos y para todos.
e nuevo, la continuidad de las actividades académicas en la universidad se encuentra parcialmente interrumpida –parcial, pues sólo se han visto afectados los pregrados. De nuevo, muchos preguntamos desesperados y cansados, hasta cuándo las históricas deficiencias económico-políticas de la sociedad colombiana —mayor participación, inclusión, bienestar— seguirán irrumpiendo en la agenda de la Institución. La desazón que genera no poder tener certidumbre sobre el fin de un paro cuya duración casi completa los dos meses, acompañada del interrogante sobre cuál de los estamentos deberá sobrellevar las consecuencias del mismo —que, tal como parece, no serán muy positivas—nos hace desear una universidad capaz de deslindar su labor formativa de las contingencias, urgencias y menesteres de la política y la sociedad. Pensamos —y nos engañamos, al hacerlo— que si tal deseo se realizara, la universidad podría desarrollar más eficientemente su labor de enseñanza superior, para entregar a los profesionales que demanda su entorno. Pero, ¿es esa la labor de la universidad pública? ¿Cuál es, desde esta perspectiva, la diferencia con la universidad privada? ¿Sólo que ésta, a diferencia de la primera, cumple con mayor eficiencia tal labor, debido a que no está sometida a la política? Si es así, entonces, ¿por qué el Estado no destina el dinero que invierte en las públicas, para becar a estudiantes en las privadas y lograr, con ello, más altos índices de efectividad en la entrega de profesionales a la sociedad? ¿Para qué, entonces, mantener abierta la universidad pública? El maestro Rafael Gutiérrez Girardot, en un texto aparecido hace ya casi cincuenta años, se preguntaba sobre el papel que la universidad pública y privada podía desempeñar para con la superación de uno de los problemas más persistentes del país —y el continente: la pervivencia de un modelo de dominación personalista, de origen colonial, que termina haciendo del Estado un asunto privado; con lo cual, las instituciones políticas y la democracia, más que encarnar la persecución de un proyecto de bienestar general, un éthos de lo público, terminan sometidas a las relaciones entre diferentes grupos de intereses privados, generando beneficios sólo para ellos. Para Gutiérrez, la universidad privada no podía dar respuesta a este requerimiento, mientras que, la pública, tendría que hacerlo por imperativo y vocación. En la superación de este estado de cosas, la universidad pública debía desarrollar una participación fundamental. El proyecto republicano, que la hizo posible, e hitos políticos tan influyentes en su consolidación como la revolución mexicana y el movimiento universitario de Córdoba, le brindaron como legado el principio de la libertad de la enseñanza –autonomía- para que desempeñara esta tarea. ¿Qué significa dicho principio? En primera lugar, significa libertad de; es decir, que la formación, en la universidad, no debe depender de ningún interés privado -bien sea de clase, religioso o político particular. En segundo lugar, significa libertad para; es decir que la enseñanza que imparte no es sólo saber, sino, y más importante, que ella debe formar hombres que contribuyan a hacer realidad el proyecto ético-político nacional, de carácter democrático e inclusivo que profesa el país. Ahora, para Gutiérrez, la universidad privada no podía cumplir esta tarea pues su origen obedece a los intereses concretos, particulares, del grupo económico, religioso o político que la creó. Por ello, el principio de la libertad de la enseñanza no le puede ser propio, en
cuanto está vinculada a una visión particular de mundo. Lo que explica la regularidad y continuidad en la labor académica de la universidad privada, es también lo que da a entender su imposibilidad para contribuir a la formación de un éthos nacional. Dada la naturaleza de la universidad pública, no es posible que ella se desvincule de las demandas de una sociedad que pretender ser más igualitaria y democrática. Nos equivocamos entonces quienes pensamos que la universidad sólo debe dedicarse a entregar profesionales, que su labor es meramente académica, pues omitimos el “mandamiento formativo”1 que la rige, que consiste en hacer consciente a su comunidad de la necesidad de generar una sociedad unificada, basada en vínculos éticos-políticos de carácter universal y público que posibiliten romper con el modelo personalista, y privatizador del poder, que la fragmenta. Igualmente nos equivocamos quienes pensamos que es un escenario para luchas e intereses políticos particulares, pues de esta manera desconocemos el principio de la libertad de la enseñanza, vinculando a la universidad a visiones de mundo particulares, lo cual la privatiza, arrebatándole aquello que hace posible diferenciarla de las universidades no estatales. La universidad tiene que forjar hombres con responsabilidad ética, conscientes de que deben mirar a la sociedad y actuar en su beneficio, pero que, igualmente, deben dar cuenta de las decisiones que tomen para contribuir a ese proyecto. Esto deben hacerlo durante y después de su paso por la misma. En efecto, la responsabilidad no sólo conlleva a actuar, sino también a responder moral y políticamente por lo que se hizo, cuando las decisiones fueron contraproducentes. No es posible que en la universidad se evadan dichas responsabilidades. Un colega, hace poco, me recordaba que una constante en la forma de hacer política en el país es que sus líderes siempre evaden la responsabilidad política de sus decisiones y actuaciones. Si la universidad aparece como respuesta a las fallas de la sociedad colombiana, no se pueda aceptar que la omisión de responsabilidades también se reproduzca aquí. Ese juego de espejos es bastante nefasto para la institución. Debido a la naturaleza pública de la universidad, las demandas por la realización del proyecto democrático, así como por su perfeccionamiento, siempre han tenido -y tendrán- allí un espacio. Esto la ha configurado como un lugar de debate, dinámico e inquietante; incluso de atribulación, miedo y tragedia, cuando los violentos han desconocido el principio de la libertad de enseñanza que la alienta y la han querido vincular a sus posturas. Épocas de dolor que esperamos estén desterradas por siempre. Hoy que la comunidad universitaria se encuentra divida, en torno a la situación presente, propongo un punto de encuentro, pues sí que nos va a resultar difícil promover la unificación social, cuando aquí carecemos de ella. Michael Ignatieff escribió que no sólo la búsqueda de un bien puede vincular a los hombres, sino el rechazo a un mal, a una tragedia, a algo que quieren que no se repita. Pues bien, hagamos de esta ética negativa, el principio, por lo menos parcial, de la unidad actual de la comunidad universitaria: no más muertes, heridos, dolor, en la universidad. Hagamos de este nunca más el principio ético que supere esta fractura.
Notas 1 Gutiérrez Girardot, Rafael. Diez tesis sobre el tema: Universidad privada y subdesarrollo. Bogotá, Editorial Temis, 1989.
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Bienestar Universitario, un esfuerzo diario
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as demandas de los estudiantes de la Universidad de Antioquia, consignadas en un pliego de exigencias que derivó en el cese de las actividades académicas del pregrado, están relacionadas casi en su totalidad con reivindicaciones socio-económicas. Subsidios, apoyos, exenciones, restaurante y hasta la legalización de las ventas informales en el campus —con la consecuente solicitud de derogatoria de la normativa que las prohíbe y la suspensión de los procesos disciplinarios en curso por tal causal—, son algunas de las peticiones bajo la premisa de que el desempleo en el país hace más difícil la permanencia de los estudiantes en la educación superior. La Universidad no ha sido ajena
a la situación y, pese a las limitaciones presupuestales a las que históricamente se ha visto abocada, entre otras razones por la interpretación restrictiva de la ley 30 de 1992, ha explorado opciones y brindado alternativas con el apoyo del sector solidario, de entidades privadas y de los gobiernos locales y departamental, para que quienes alcanzan un cupo no solo permanezcan en la Universidad, sino que cumplan con su compromiso central de culminar en la forma debida con el programa académico en el que se han matriculado. Los esfuerzos institucionales con recursos propios y externos, para facilitar a través de procesos de apoyo social la permanencia de los estudiantes en la Universidad se pueden apreciar de manera ilustrativa si se toma como referencia la última década. En efecto, hace diez años había 29.833 estudiantes de pregrado matriculados en la Universidad, y de
ellos, el 4,6% recibía algún beneficio de apoyo social institucional. Hoy, la cifra de estudiantes matriculados con respecto a 2003, ha aumentado en cerca del 20% (la mayor parte
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Por DIRECCIÓN DE BIENESTAR UNIVERSITARIO
de este aumento se ha dado en las sedes regionales), pero en cambio la cifra de cobertura con beneficios de apoyo social a estudiantes ha crecido por lo menos diez veces hasta
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propósito de brindar servicios de apoyo social a los estudiantes y generar más oportunidades de permanencia son evidentes, y están avalados por el Sistema de Universidades Estatales (SUE) al ubicar el Sistema de Bienestar Universitario de la Universidad de Antioquia como el primero del país.
Otro aspecto gira en torno a la pregunta por la coherencia y la pertinencia de exigirle a la Universidad una serie de responsabilidades que, por su naturaleza, corresponderían a otras instancias del Estado. En un momento en que el país replantea su política de educación superior, y en el que tal vez el único punto
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la fecha, como se puede evidenciar a continuación: • 700 estudiantes recibían en 2003 el denominado “complemento alimenticio” que para entonces consistía en un sándwich, un vaso de leche, un banano y un bocadillo, y se entregaba en un local de Ciudad Universitaria. Hoy más de 2.500 estudiantes reciben un almuerzo completo y balanceado, diseñado por nutricionistas, que se entrega en un restaurante con las debidas condiciones de funcionamiento. • El denominado Fondo Patrimonial de Becas Estudiantiles entregaba en 2003 becas a 10 estudiantes; en la actualidad más de 1.300 se benefician con becas (dinero en efectivo) a través del Programa Solidaridad en Acción. • A la fecha 6.000 estudiantes reciben recursos en efectivo a partir de programas como el Fondo EPM para la Educación Superior y las Becas Gobernación de Antioquia, los cuales no existían diez años atrás. • Apenas comenzaba en 2003 la implementación de la exención de matrícula para estudiantes de estratos 1 y 2. Hoy, cerca de 7.000 estudiantes reciben semestralmente este beneficio. • Hacia 2005, cuando se redefinió la reglamentación del Sistema de Estímulos Académicos (SEA), había cerca de 1.000 plazas para estudiantes que cotidianamente se conocen como “monitores y auxiliares”. A la fecha existen 2.885 plazas que, por el apoyo económico y el descuento en costos de matrícula, representan un buen aporte a la permanencia de los estudiantes, por la vía del estímulo académico. Todos estos avances muestran otra realidad. Los logros en el
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indiscutible sea la necesidad de mejorar la financiación, no parece sostenible que se exija a la Universidad asumir con sus recursos limitados aspectos como la gratuidad educativa, que deberían ser una política pública debidamente financiada. Aun así, la Alma Máter ha impulsado por decisión institucional este beneficio para los estratos más bajos, pero esta intención tiene implicaciones financieras, y por tanto tiene también límites. Una última cuestión tiene que ver con la pregunta por la concepción de Universidad que inspira una serie de demandas en las cuales no hay alusión al carácter educativo y el hacer académico que constituyen su misión. Una idea asistencialista de la Universidad resulta hoy anacrónica, pues con ella como supuesto se estructuró el Bienestar Universitario en Colombia en la segunda mitad del siglo XX, particularmente en las instituciones públicas, sin generar impactos significativos en el hacer académico de las universidades como tales, pero propiciando en cambio excesos de gasto y malas prácticas. El bienestar universitario se estructura hoy sobre el desarrollo humano como supuesto. Hace su énfasis en la generación de opciones para potenciar al sujeto de acuerdo con sus posibilidades y capacidades. Toda ayuda asistencial entregada debe tener una intención formativa, exige corresponsabilidad del beneficiario y debe ser coherente con los fines institucionales. Es discutible si hoy existen mayores o iguales necesidades socioeconómicas que hace diez años, lo que sí es claro, es que existen muchas más oportunidades, y por tanto menos excusas para mantener el proyecto académico en la Universidad de Antioquia.
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Nuestros estudiantes tienen su sello Por LUCÍA STELLA TAMAYO ACEVEDO Grupo Salud Sexual y Cáncer*
Gráfico 1. Tiempo que laboran los estudiantes trabajadores de la Universidad de Antioquia, Medellín, 2013
como personas estresadas, 37,3%, tranquilos, 20,2% y alegres, 18,6%, con diferencias entre hombres y mujeres (Ver gráfico 2).
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a Universidad de Antioquia, en el cumplimento de las políticas de Bienestar Universitario, creó el Programa de salud sexual y afectividad, coordinado por el Departamento de Promoción de la Salud y Prevención de la Enfermedad, con el propósito de aportar a la calidad de vida, disminuir la deserción y mejorar el rendimiento académico de los estudiantes. Estos son parte de los resultados del diagnóstico situacional de los condicionantes y necesidades en salud sexual y afectiva de los estudiantes de la Universidad de Antioquia, uno de los objetivos específicos del proyecto de investigación Evaluación programa Promoción de la salud sexual y afectividad, dirigido a estudiantes de la Universidad, financiado por el CODI en la convocatoria temática Universidad y Educación Superior de 2012. En el diagnóstico participaron 2.126 estudiantes que respondieron voluntariamente una encuesta virtual con el propósito de obtener información que permita contrastar las necesidades de los estudiantes con la oferta del programa. En la descripción general encontramos que el 81,1% de los estudiantes que respondieron la encuesta pertenecen a la sede de Medellín y el resto a las regionales. El 36,6% son de ciencias sociales, el 32,5% de ingeniería y ciencias exactas y 30,9% de ciencias de la salud. En su mayoría están matriculados en la modalidad presencial, 91,9 %. La edad promedio es de 22,2 años. El 61,5% son mujeres y el 38,8% hombres.
Consumo de alcohol (licor), tabaco y sustancias alucinógenas
Gráfico 2. Calificativo que mejor describe el estado de ánimo de los estudiantes en los últimos tres meses. Universidad de Antioquia, Medellín, 2013
Gráfico 3. Primeras cinco razones de intención de deserción de los estudiantes de la Universidad de Antioquia, Medellín, 2013
Condiciones académicas El promedio de créditos matriculados por los estudiantes es de 16,9, con un mínimo de 6 y un máximo de 32. El 10,5% de los estudiantes dijo estar en condición de bajo rendimiento académico. Así mismo, un 40,3% ha tenido intención de abandonar la Universidad y la razón principal que da es la económica, seguida por situaciones de depresión, bajo rendimiento, además de los paros en la Universidad, crisis afectivas, situaciones familiares, situaciones de salud, consumo de alcohol y sustancia sicoactivas y el embarazo. Gráfico 3. En general, los estudiantes manifestaron estar satisfechos 45,9% y muy satisfechos, 36,1% con el programa académico que cursan, sin mayores diferencias entre hombres y mujeres.
Conclusiones
Condiciones socio-económicas El 80,1% pertenece a los estratos socioeconómicos 2 y 3. Una tercera parte son trabajadores, y de éstos el 36,0% labora tiempo completo, siendo mayor este porcentaje en hombres que en mujeres. Gráfico 1. Sólo el 14,9% aporta al sistema de seguridad social y contrasta con el 25,2% que se encuentra en la figura de vinculados - Sisben o no tienen ninguna afiliación. El 49,2% califica su situación económica como regular y el 35,5% de buena. El 84,3% dice tener estado civil soltero y el 10,3% casado o en
De este aparte resaltamos que el inicio del consumo se da antes de ingresar a la Universidad; una porción más pequeña inicia el consumo una vez ingresa. Sin embargo, proporcionalmente, un alto porcentaje de estudiantes inicia el consumo de tabaco y alucinógenos al ingresar a la Universidad.
unión libre. El 11,2% tiene entre 1 y 5 hijos. El 25,6% vive en hogares conformados por la madre y los hermanos, el 23,9% con otras personas no familiares, el 5,7% con amigos y el 5,0% solos.
Condiciones sicoafectivas El 73,0% de los estudiantes considera que ha tenido crisis afectivas; el 39,7% reconoce estar
pasando por una crisis al momento de responder la encuesta. El 32,9% ha buscado apoyo profesional y de éstos el 40% lo hizo en los servicios de Bienestar Universitario. Esta situación es concordante con la percepción de los estudiantes sobre su situación emocional que para el 47,2% y el 30,2% fue buena y regular, respectivamente. A la vez se describen en un alto porcentaje
El análisis realizado hasta la fecha indica la presencia de condicionantes y factores de riesgo relacionados con la sexualidad y la afectividad que al contrastarse con la oferta del Programa podrá revelar las necesidades de los estudiantes y la reorganización del Programa, a la luz de la comprensión de las condiciones particulares de los estudiantes de la Universidad y del compromiso de esta con la sociedad en la formación de profesionales de alta calidad, que supere las desventajas de las condiciones sociales, económicas y sicológicas de los estudiantes del Alma Mater, a través de la equidad, la permanencia y la inclusión social.
*Grupo de invetigación: Salud Sexual y Cáncer. Escuela de Microbiología, Facultad de Enfermería y Bienestar Universitario, Universidad de Antioquia.
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Foto cortesía
La permanencia estudiantil, tarea de todos Por PATRICIA ESTRADA MEJÍA
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a permanencia de los estudiantes en la Universidad de Antioquia requiere de un análisis continuo y profundo dado que dicha población es diversa en su preparación y en sus características socio-demográficas, por tanto es un tema que a más de presentar muchas miradas y aristas para su abordaje, exige un compromiso de todos los actores de la comunidad académica e incluso de la sociedad en su conjunto, empezando con el entorno familiar y concluyendo con el Estado. En este contexto tan complejo y rico en opciones de intervención, aunque limitado por condiciones presupuestales, la Universidad desde hace más de una década ha venido desde sus unidades académicas y dependencias administrativas desarrollando acciones tendientes a reducir más las tasas de abandono, cuyos valores están por debajo de los promedios nacionales, según los datos entregados por el Ministerio de Educación. Vista la permanencia desde la responsabilidad social de la Universidad y a partir de las necesidades que tiene la región y el país de ampliar la cobertura y la oferta de programas, se hace indispensable definir con precisión estrategias que favorezcan el acceso, la permanencia y la graduación de los estudiantes que ingresan a la Universidad en los programas de pregrado y posgrado. No se trata solo de ofrecer los servicios básicos educativos contenidos en los planes de estudio.
La Universidad esta comprometida con la formación integral, que como señala Botero (2009) “es mucho más que instruir; es educar con visión crítica, con capacidad de autoaprendizaje, hacia la asimilación de valores que promuevan la democracia, la solidaridad social, el resguardo de los derechos humanos, la no discriminación sexual o étnica, y el respeto por el medio ambiente”. Es necesario transcender el discurso fortaleciendo el programa de Permanencia con equidad que permite articular acciones, iniciativas, y proyectos, propiciar espacios favorables para la permanencia estudiantil y el incremento de la tasa de graduación; además, dar respuesta a las necesidades de los estudiantes y las expectativas de sus familias. Los conceptos teóricos provienen de autores como Tinto (1987) y Pascarella y Terenzini (1991) quienes sugieren “una institución organizada que toma en cuenta las necesidades de los estudiantes, que ofrece servicios que éstos requieren, propiciará un mejor desempeño y logro educativo”. Desde esta óptica, las distintas acciones que se llevan a cabo se clasifican en tres tipos: académico, psico-social, y complementarias, siempre enfocadas en los derechos y deberes para lo cual se requiere tener presente el principio de corresponsabilidad. En este marco, desde lo académico la Universidad ha diseñado el programa Camino a la U, y los Cursos de familiarización con el examen de admisión, de Orientación para elección de un programa académico, y ha realizado simulacros de pruebas Universidad de Antioquia que brindan a la población aspirante la posibilidad
de prepararse para su elección de carrera y para la presentación del examen de admisión. Además ofrece programas especiales de admisión, cupos para población diversa, apoyo a grupos con discapacidad visual, entre otros. Por ultimo, ofrece cursos semipresenciales, cuyo objetivo es ayudar a mejorar el nivel académico de los estudiantes en áreas como matemáticas, biología, química, segunda lengua (inglés), lengua materna (español). Ofrece también un conjunto de acciones relacionadas con la integración tipo académico-cognitivo: asesorías por parte de profesores, que tienen como finalidad dotar, a los alumnos identificados como vulnerables, de herramientas que les permitan un buen desempeño académico, y cursos nivelatorios de apoyo a estudiantes con preparación insuficiente. Además, se realizan acciones de acompañamiento por parte de estudiantes de semestres avanzados que llevan a cabo monitorías para orientar en técnicas de estudio o en la adaptación al medio universitario. También se desarrollan estrategias como la revisión de los currículos para que estén acordes con las necesidades de la sociedad, tratando de mantener una flexibilidad curricular, sin ir en detrimento de la calidad, principio fundamental en el proceso formativo que ofrece la institución. Es conveniente resaltar los talleres relacionados con hábitos y técnicas de estudio, claves para hablar en público, seminario saber y aprender, estrategias para manejar la ansiedad en pruebas académicas, estrategias para mejorar la memoria, ofertados por el Departamento de Promoción de la Salud y Prevención de la enfer-
medad adscrito a la Dirección de Bienestar Universitario. De otra parte, en lo psico-social la Universidad gestiona a través de la Dirección de Bienestar Universitario recursos como: convenios con cooperativas para apoyo económico, disminuciones en la tarifa de algunas rutas de trasporte por las empresas trasportadoras y los municipios. Estas acciones son necesarias para facilitar la permanencia de algunos grupos poblacionales identificados como vulnerables económicamente. Adicional a lo anterior se complementa la oferta con programas de apoyos directos a los estudiantes: subsidio o exención de pago de matrícula, servicio de alimentación, continuando con la premisa de la corresponsabilidad donde los estudiantes deben cumplir, como mínimo, con asistencia y rendimiento académico. Para los estudiantes nuevos se ofrecen además actividades socioculturales como jornadas de inducción en las que les presentan su plan de estudios, la planta docente y los espacios comunes, entre otros. En lo complementario están las actividades que conducen a estilos de vida saludables, a partir de talleres, evaluaciones nutricionales, espacios deportivos y escenarios para el disfrute de actividades culturales que fomentan el trabajo en equipo, la disciplina y la convivencia. La permanencia está ligada entonces a un sinnúmero de iniciativas y actividades que se desarrollan en la Universidad, pero no depende solo de la oferta que se haga, el estudiante debe ser proactivo en la búsqueda de soluciones a sus necesidades, inquietarse por la satisfacción de estas y disponerse a apropiarse de los beneficios ofrecidos.
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Por SARA GIRALDO MAESTRE y DIANA SOFÍA VILLA
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Estudiantes en práctica odontológica ayudan a cambiar hábitos
Marcela Mejía, y explica que por su condición de pobreza en muchos casos dan prioridad a otras cosas “y no tienen cepillos de dientes o tienen uno para toda la familia”. Aún así, Bernal advierte que ha habido cambios significativos porque al menos ahora existe una preocupación de las personas en cuanto al autocuidado. Otro de los logros es la introducción del componente de higiene bucal en el proyecto educativo institucional, PEI, tanto que así como las profesoras dan sus clases de sociales o matemáticas, también dictan la clase de higiene bucal en la cual todos los niños pequeños tienen su cepillo de dientes “y ahora son ellos los que piden ir a cepillarse”, cuenta el profesor. Además de Las Golondrinas, la Facultad también tiene convenios con otras fundaciones y escuelas para realizar las prácticas descentralizadas. Inclusive algunos veces se hacen en municipios como Caracolí, Sonsón, Jericó, Guatapé, La Pintada, Frontino, Andes, Abejorral, San Roque, Santuario y El Peñol. En estos casos, alrededor de 12 estudiantes de los últimos semestres se trasladan durante
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Las prácticas descentralizadas que se realizan en todos los niveles de la Facultad de Odontología atienden aproximadamente a seis mil doscientos pacientes por semestre.
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esde hace ocho años habitantes de Llanaditas, al nororiente de Medellín, reciben con una sonrisa a los estudiantes de la Facultad de Odontología de la Universidad de Antioquia quienes, acompañados por el profesor Tomás Bernal, realizan, bajo la modalidad de prácticas académicas, visitas con el fin de educar a la comunidad en la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad. El trabajo, que en la actualidad también abarca los barrios de Caicedo, La Torre, Carpinelo, Villa Liliam y Ocho de Marzo, lo posibilita el convenio entre la Facultad de Odontología y la fundación Las Golondrinas, entidad que trabaja con cerca de 12.000 niños y jóvenes entre cero y diecisiete años, en estos seis sectores de la ciudad. Desde sus inicios el proyecto, que hoy se conoce como Comunidad saludable, hizo énfasis en tres componentes: educación para la salud, prestación de servicios de salud y medio ambiente. Si bien antes solo intervenía a los niños que pertenecían al colegio de la fundación Camino de paz, gracias a la acogida que tuvo ahora se hace con toda la comunidad. “Tratamos de mejorarles las condiciones y la calidad de vida a las personas a través de proyectos de educación para la salud”, explica Tomás Bernal, gestor del proyecto y quien por su trabajo constante con la comunidad recibió en octubre el premio a la extensión Universidad de Antioquia en el área de la salud. Bernal es enfático al decir que el principal objetivo no es curar las enfermedades sino generar conciencia en las personas en cuanto a la higiene bucal, a la alimentación, al lavado de las manos, a la salud mental y, como hay jóvenes que pertenecen a bandas o combos, también intervienen en convivencia, bullying, valores y proyectos de vida. Aunque el énfasis de las actividades es desarrollar procesos educativos, los estudiantes de Odontología también realizan intervención clínica. De acuerdo con Bernal, las mayores enfermedades entre las comunidades son las caries y la gingivitis (inflamación de las encías), precisamente porque no tienen conocimientos suficientes para prevenirlas. “Hay niños muy pequeñitos con muchas caries porque se toman la aguapanela antes de dormir y no se lavan los dientes”, observa la estudiante de noveno semestre
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“La gente está pidiendo otro sistema de salud, no remiendos”
cinco días y atienden a unos 350 pacientes en compañía del profesor y del técnico encargado de montar los equipos en hospitales, coliseos o salones de clase. Para el coordinador de prácticas descentralizadas, Johny Vahos, estas salidas tienen un impacto positivo. “Gana la comunidad porque hacemos una atención oportuna y rápida, gana el hospital y el municipio porque eleva la cobertura y los niveles de atención, ganan nuestros estudiantes porque están practicando y gana la Universidad porque está proyectando lo que sabe hacer”, afirma.
Otras prácticas Además de las prácticas descentralizadas, la Facultad de Odontología también cuenta con las centralizadas, es decir, las que se desarrollan en las instalaciones de la Universidad. Allí, estudiantes de posgrado y pregrado hacen intervenciones a cerca de mil pacientes diarios en las 163 unidades odontológicas que integran las tres clínicas. En promedio, son 530 estudiantes que por semestre realizan desde limpiezas dentales hasta cirugías y atención de urgencias. Al respecto, Carlos Arturo Gómez, coordinador de las prácticas centralizadas, comenta que el impacto en la sociedad es grande porque “abrimos la oferta para atender pacientes de toda la comunidad y quienes más se benefician son las personas de bajos estratos al cobrarse un precio muy bajo por los servicios”. Gracias al destacado desempeño de sus prácticas académicas, la Facultad de Odontología recibió la distinción Presencia de la Universidad en la sociedad. El reto es seguir ampliando esta gestión para que la comunidad se beneficie y los estudiantes, a su vez, puedan aprender de aquellas personas no solo desde la parte odontológica sino desde los valores del ser humano cuando se descubren otras realidades.
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n el marco de la celebración de sus 50 años de vida académica, la Facultad Nacional de Salud Pública de la Universidad de Antioquia realizó el 8° Congreso internacional de salud pública, del 27 al 29 de noviembre de 2013 en Medellín. El propósito, generar un espacio de reflexión en torno de la justicia social, los derechos humanos y la equidad en salud —ejes del certamen—, y las implicaciones de estos principios para la salud pública, la formación del talento humano, la práctica y la salud del sujeto y de las poblaciones en las que se desarrolla el quehacer profesional e institucional. En el siguiente diálogo, la profesora María Esperanza Echeverry López, integrante de la comisión académica del Congreso, explica las implicaciones para la salud pública el abordaje de estos temas en la coyuntura actual del sistema de salud. ¿Por qué es importante hablar de justicia social, derechos humanos y equidad en salud hoy? —En un momento de crisis económica mundial, que muestra las fisuras de un modelo que ha privilegiado el mercado sobre la garantía de los derechos para la gente, que muestra los efectos de las grandes acumulaciones de capital, que ha hecho que los ricos sean más ricos y los pobres más pobres, éstos temas adquieren absoluta relevancia en un contexto internacional. En el orden nacional, las movilizaciones desde hace veinte años han generado movimientos como la Alianza Nacional por la Salud, que agrupa sectores académicos, organizaciones sociales, de pacientes y demás movimientos sociales que están mostrando que el derecho a la salud está en el centro del debate socio-sanitario nacional. Entonces, hay un contexto internacional que vuelve a poner el acento sobre la importancia de la redistribución mundial de la riqueza y una mayor justicia social, pero también porque hay un contexto nacional que habla de todos los efectos que han tenido las reformas de mercado en salud y del gran dolor y sufrimiento que han generado. ¿La reforma a la salud en curso involucra la justicia social, los derechos humanos y la equidad en salud? —Pienso que no los involucra. Ni la ley estatutaria ni la ley ordinaria se acercan a lo que los colombianos quieren que sea el sistema de salud, ni a lo que los distintos sectores que se han movilizado por la salud en el país están planteando, como la Mesa intersectorial de Antioquia por el derecho a la salud, el movimientos de internos y residentes, la Alianza Nacional por la Salud, el movimiento Por una salud digna, y es que la salud sea un derecho fundamental. Para que eso se logre, tendría que desmercantilizarse el derecho a la salud, que se garantice por la condición de ciudadanos y no por la capacidad de pago de quienes acceden a los servicios. Eso implicaría que desaparezca la intermediación, que aumenta los costos de los servicios. Implicaría, además, que el Estado fuera el garante de la prestación y acceso a los servicios y no el sector privado ni las empresas promotoras de salud. La reforma no resuelve la crisis estructural de los hospitales públicos, asunto que tiene que ver con la equidad, porque la red pública está ubicada en los lugares más pobres de la población, donde al sector privado no le interesa tener redes de servicios. ¿Qué piden en concreto los movimientos por la salud? —Lo que estamos pidiendo quienes nos oponemos a los proyectos de ley que cursan en el Senado es que se escuchen las propuestas de los movimientos y de los sectores sociales de que la salud sea efectivamente un derecho fundamental, no de que haya proyectos de ley que le pongan remiendos a lo que hay pero donde va a continuar un derecho ligado a la capacidad de pago y donde a la gente se le racionalizan los servicios en aras de obtener mayor rentabilidad económica y los planes de beneficios se restringen para obtener sostenibilidad financiera del Estado. Realmente considero que ninguno de los proyectos en curso, ni el de ley estatutaria ni el de ley ordinaria se acercan siquiera a las expectativas de la gente. Lo que la gente está pidiendo es otro sistema de salud, no remiendos al sistema que hay. ¿Qué aporta la temática al quehacer de la disciplina? —En la salud pública se empiezan a tocar temas emergentes de investigación, no porque nadie los haya pensado antes o porque sean nuevos, sino que lo son como objeto de estudio. La salud pública ha estado ocupada en otros debates que son muy importantes como las enfermedades transmisibles, los servicios de salud y las reformas del sector, pero no nos hemos ocupado con suficiente rigor ni sistematicidad de los temas de justicia social ni derechos humanos; la equidad ha sido un tema que se ha abordado más desde la salud pública pero desde una perspectiva muy micro, sin tratar de llevarlo hacia la justicia social. Es muy importante para la salud pública empezar a generar una preocupación investigativa, curricular, sobre la importancia de incluir estos temas emergentes de investigación en nuestro quehacer, la justicia social, los derechos humanos y la equidad en salud.
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De lecturas y bibliotecas Por GERMÁN SIERRA
Leer y releer es una publicación del Sistema de Bibliotecas de la Universidad de Antioquia que ha llegado a su número setenta con textos del alemán Hermann Hesse, después de haber comenzado su camino en 1992 con el sexto capítulo del Quijote, en el cual se narra el escrutinio de la biblioteca del Hidalgo por cuenta de su sobrina, el cura y el barbero. El tema de nuestro cuaderno: la lectura. Ese fue el propósito desde el comienzo de una publicación que se proponía ir a manos de los estudiantes de la Universidad y “venderles” la idea de la importancia de la lectura, pero no bajo ninguna teoría, sino con textos literarios que, en el género del ensayo, fueran escritos por creadores literarios propiamente. Desde ese comienzo pensábamos que es la palabra literaria la que mejor da cuenta de un tema —la lectura— abordado desde casi todos los puntos de vista y con también muchos intereses y objetivos, todos loables, seguramente. Probamos en la práctica que los esquivos lectores, en efecto, se enamoran del ensayo y de sus autores cuando aquellos son abordados por quienes escriben muy buena literatura y son, por supuesto, también muy buenos lectores. Los dos mil quinientos ejemplares que editamos se agotan rápidamente y nuestra distribución llega ya hasta las regiones donde se encuentra la Universidad. Con el tiempo, hemos llegado a editar un Leer y releer muy bien cuidado en su presentación editorial, con ensayos y artículos de grandes autores, acompañados al igual de excelentes ilustraciones originales cedidas por artistas de la misma Universidad o, en todo caso, creadores cercanos y enamorados de nuestra publicación. Algunos fragmentos de los textos que hemos publicado darán una idea acerca de los autores que nos han acompañado y de la forma como ellos se refieren a los temas de la lectura, los libros y las bibliotecas:
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oy ese hombre sentado que lee. Imagen epilogal de un largo proceso en el que la historia de la lectura se compendia. Con sus incendios y devastaciones, con sus prohibiciones y represiones, con sus bibliotecas nacidas del pillaje y esfumadas en similares circunstancias. Sé que detrás de esa figura apacible, sentada en un sillón con cierta languidez burguesa, que pasa las páginas de un libro está aquel instante a partir del cual Agustín se dio cuenta de que era prodigioso leer en silencio. Y está aquel visir que viajaba siempre por el desierto con más de cuatrocientos camellos cargados con sus libros queridos. Y están las ordenanzas que por fin dieron posibilidad para que los pobres y las mujeres de una nación pudieran desentrañar el mensaje de las letras. Soy ese hombre que sigue inclinándose sobre las páginas, feliz al saber que atendí la voz de los libros y no los desdeñé con altivez. Apoyándome de un lado en Aristóteles y del otro en Émerson para afirmar una vez más que la lectura es la actividad de mi soledad y de mi silencio. Y que me vuelvo, inevitablemente, multitudinario desde ella. Pablo Montoya en Leer y releer N.° 65, abril de 2012. (Texto original).
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omos nosotros, las personas maduras, quienes hemos inventado el absurdo, siguiendo nuestro gusto por lo sin ley. Nos sumimos en el abracadabra y el sésamo tal como nos sumimos antes en el espiritualismo y los cuentos de hadas célticos, porque nos dominaba una eterna impaciencia para con nuestra propia tierra monótona. Pero el niño está en una posición inconmensurablemente superior. Para él la tierra no es monótona; para él no hay necesidad de libros. Ese elemento salvaje y poético que evoca en nosotros el Duende de la Nariz Luminosa, lo evoca en él cualquier individuo corriente. Para despertar en él el sentido de lo extraño y humorístico, no es necesario dotar a un hombre de nariz luminosa. Para el niño —prototipo del verdadero filósofo, que no ha nacido todavía— es bastante extraño y humorístico el simple hecho de tener nariz. G. K. Chesterton en Leer y releer N.° 67, noviembre de 2012. (Tomado de Los libros y la locura y otros ensayos, traducción de Guillermo Blanco, Editorial El Buey Mudo, Barcelona, 2010).
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os grandes estilos literarios tienen su fuente de aguas vivas en el idioma popular. Cervantes es un ejemplo concluyente al respecto. El vigor de un idioma no radica esencialmente en la sujeción estricta a lo tradicional, sino también en su flexibilidad para aceptar y asimilar los elementos de renovación que el progreso social vaya arrojando en su seno. Obsérvese, para el caso, cómo resulta de antipático, de chocante, de artificial, de melindroso, el estilo de los escritores que se apegan a las formas desuetas del idioma, a los giros anticuados, a la fraseología de los clásicos. Se ve de entrada el “pastiche”, la forzada imitación. No se puede remontar el caudal del tiempo sin correr todos los peligros de esa aventura azarosa. Cada cual ha de ser de su tiempo, de su año, de su hora, decía, sonriente, el señor de Montaigne. Pero saber serlo es cuestión difícil, si se paga tributo a los prejuicios que infestan todos los órdenes de la actividad humana, entre ellos el orden intelectual. Hernando Téllez en Leer y releer N.° 68, abril de 2013. (Tomado de Inquietud del mundo, Club Editorial de los Veinte, Bogotá, 1943).
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quí están, resignados y callados. No instan, no piden. En su estante están, y esperan, silenciosos. Una somnolencia parece envolverlos, y, sin embargo, de cada uno de ellos, mira un nombre como un ojo abierto. Al acariciarlos con la vista, con las manos, no nos llaman suplicando, no se dan importancia. Ni piden. Están esperando que nos entreguemos a ellos; solamente entonces se ofrecen. Primero, tranquilidad alrededor de notros, tranquilidad en nosotros, luego estamos dispuestos para ellos: una noche, al regreso del camino fatigoso; un mediodía, cansados de los hombres; una mañana nublada que se abre entre sueños visionarios. Deseamos hablar con alguien y sin embargo estar solos. Deseamos soñar, pero con música. Con el gusto epicúreo anticipado de la dulce prueba, nos acercamos a la biblioteca: cien ojos, cien nombres, clavan la vista en nuestra mirada escudriñadora, silenciosos y pacientes, como las esclavas de un serrallo en su dueño, esperando con devoción la llamada y felices de ser elegidos, de ser gozados. Stefan Zweig en Leer y releer N.° 62, junio de 2011. (Tomado de La pasión creadora, traducción de Alfredo Khan, Editorial Claridad, Buenos Aires, 1941)
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n realidad, el único consejo que una persona puede dar a otra, en lo referente a leer, es que no siga consejo alguno, que solo siga sus propios instintos, que solo use su propia razón, que llegue a sus propias conclusiones. Sentado lo anterior, me considero en libertad para expresar unas cuantas ideas y sugerencias, por cuanto me consta que no permitiréis que estas ideas y sugerencias limiten una independencia que es la más importante cualidad que el lector puede poseer. A fin de cuentas, ¿qué reglas cabe aplicar a los libros? No cabe duda de que la batalla de Waterloo se libró cierto día determinado, pero ¿es Hamlet una obra mejor que El rey Lear? Nadie puede decirlo. Cada cual debe decidir por sí mismo. Dar entrada a autoridades, por muy togadas que sean, en nuestras bibliotecas y dejar que nos digan cómo debemos leer, qué debemos leer, qué valores debemos dar a lo que leemos, es destruir el espíritu de libertad que es la vida de estos santuarios. Virginia Woolf en Leer y releer N.° 19, noviembre de 1998. (Tomado de La torre inclinada, Editorial Lumen, Barcelona, 1980).
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ebo a los libros mi verdadera, mi más honda condición: en tanto persona que les debe compañía, placer, conocimiento y posibilidad de confrontación, y también en mi calidad de escritora que se ha hecho tal, básicamente, a través del ejercicio de la lectura. Los libros despertaron muy pronto mi interés, gracias a la mano rectora de mis padres. No había demasiados en aquella enorme casa de pueblo que albergó mi primera infancia, pero eran considerados un pequeño tesoro que pusieron a mi disposición a una edad tempranísima: para mi mamá, que era maestra, su mayor orgullo fue enseñarme a leer a los cuatro años. Los cuentos infantiles, los grandes clásicos que encarnaban el mal en ogros, y brujas y zarzas que ardían misteriosamente en la noche, me depararon el gozo de lo imaginario, donde toda subversión de las leyes humanas era posible y donde la emoción de las tramas se tragaba mis tarde de manera vertiginosa. Iniciar a un niño en la lectura es, sin ninguna duda, darle la posibilidad de un mundo subsidiario, al que desde entonces podrá recurrir para reemplazar o ampliar el mundo real, a veces insoportable. Piedad Bonnett en Leer y releer N.° 61, abril de 2011. (Tomado de Nuevas hojas de lectura N.° 4, Fundalectura, Bogotá, 2004).
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e los diversos instrumentos del hombre, el más asombroso es, sin duda, el libro. Los demás son extensiones de su cuerpo. El microscopio, el telescopio, son extensiones de su vista; el teléfono es extensión de su voz; luego tenemos el arado y la espada, extensiones de su brazo. Pero el libro es otra cosa: el libro es una extensión de la memoria y de la imaginación. En César y Cleopatra de Shaw, cuando se habla de la biblioteca de Alejandría se dice que es la memoria de la humanidad. Eso es el libro y es algo más también, la imaginación porque, ¿qué es nuestro pasado sino una serie de sueños? ¿Qué diferencia puede haber entre recordar sueños y recordar el pasado? Esa es la función que realiza el libro. Jorge Luis Borges en Leer y releer N.° 18, julio de 1998. (Tomado de El hacedor, Alianza Editorial, Madrid, 1975).
oda la literatura consiste en un esfuerzo por volver la vida real. Como todos saben, aun cuando actúen sin saber, la vida es absolutamente irreal, en su realidad directa; los campos, las ciudades, las ideas, son absolutamente ficticias, hijas de nuestra compleja sensación de nosotros mismos. Son intransmisibles todas las impresiones, salvo si las convertimos en literarias. Los niños son muy literarios porque dicen las cosas del modo en que las sienten y no como debe sentir quien siente según la opinión de otro. Una vez oí a un niño que dijo, queriendo decir que estaba al borde del llanto, no estúpidamente como lo haría un adulto: “Tengo ganas de llorar”, sino que dijo: “¡Tengo ganas de lágrimas!”. Y esta frase, absolutamente literaria, a tal punto que resultaría afectada en un poeta consumado, suponiendo que fuera capaz de decirla, se refiere resueltamente a la presencia ardiente de las lágrimas, irrumpiendo en los párpados que saben de la pena a punto de derramarse. “¡Tengo ganas de lágrimas!”. Sí, aquel niñito supo definir su espiral. Fernando Pessoa en Leer y releer N.° 56, noviembre de 2009. (Tomado de El libro del desasosiego, traducción de Santiago Kovaldoff, Emecé, Buenos Aires, 2001).
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La visita de Osman
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Por RICARDO ABDAHLLAH
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i padre vino a visitarnos hoy. La última vez que lo vi fue el día que terminé el bachillerato. Él no estaba invitado a la graduación y no sé si vio la ceremonia, pero a la salida, cuando mi madre me dejó para ir a saludar a mis profesores, se me acercó y me dijo que estaba orgulloso de mí. No volví a tener noticias de él en los años siguientes, aunque recuerdo la impresión de que quien había ido a verme era apenas un amigo de la familia. Hoy pensé lo mismo cuando se sentó a la mesa. Mi madre lo vio estacionar desde la ventana. Venía en un Dacia 1310, diferente al Renault 12 de toda la vida. “Un progreso, al menos”, dijo mi madre. A pesar de que tres días antes la había llamado anunciando su visita a mediodía, lo que era una manera de decir que esperaba que almorzáramos juntos, mi madre apenas preparó café, compró queso en la tienda y uno de esos ponqués Ramo que vienen precortados en seis piezas, y puso sobre la mesa una fuente con frutas que nadie tocó. Mi padre no nos miró mientras se explicaba. Dijo que a lo mejor tenía un cáncer, aunque no podía estar seguro hasta no tener los resultados de los exámenes. “De la biopsia. Lo que me hicieron fue una biopsia”, continuó mientras sacaba del bolsillo de su camisa un paquete de Marlboro rojo, le daba un golpe por debajo con la palma de la mano y encendía un cigarrillo. Mi madre lo había visto hacer el mismo gesto desde siempre. “Si no es cáncer (y aquí intentó dispersar el humo con la mano) ha de ser otra cosa. Ya no me queda mucho, pero el tiempo que me queda intentaré ser buen padre con ustedes” Hasta ahora pienso en lo fácil que le fue utilizar la palabra “Padre” que yo uso ahora solo con propósitos narrativos, porque en casa, y desde que mi madre claudicó en su idea de que a pesar de todo le dijéramos papá, le decíamos “Osman” u “Osman Federico” si acaso había necesidad de ser específico para no confundirlo con los demás osmanes de la familia, yo entre ño ellos. sta Ca z e ar “Esas Álv rés d n cosas nA Ilu
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que deben hacer los padres”, repitió Osman. “No sé si la salud me dé para visitarlos, pero los llamaré seguido. Es fijo que los llamaré seguido”. La visita duró casi una hora más en la que Osman nos contó del viaje que haría a la costa. “Los viejos recogemos los pasos”, dijo, “ustedes lo entenderán algún día”, dijo, “yo quiero que, si no pueden verme de otra forma, al menos me vean como un amigo”. Cuando lo acompañamos a la puerta, vi que ninguno de los cuatro cafés había sido bebido hasta el final y que la cuchara con la que debíamos poner el azúcar estaba seca y limpia al lado de la tacita plástica del Tía que había existido desde, no sé, tiempos inmemoriales. En la puerta nos dio a cada uno un beso en la frente. Mi madre dijo que lo acompañaría para mostrarle el camino hasta la autopista y volvería en taxi. Pensé que nos pediría que nos despidiéramos mejor de lo que lo hicimos, pero solo subió en el asiento del pasajero y nos hizo una seña con la mano mientras el Dacia retrocedía para bajar del andén. Mi hermana y yo salimos a tomarnos un par de cervezas en el Parque de Las Palmas y regresamos a mi casa en el último bus de Igsabelar; un tipo se subió a vender revistas, un pastor cristiano se nos sentó al lado. Éramos los únicos pasajeros, el vendedor nos amenazó por no comprarle una edición amarillenta que tenía una entrevista, supongo que sacada de Internet, a Víctor Daville; el cristiano nos dio folletos de la Sagrada Iglesia del Reino. Era casi la una de la mañana. Mi madre llegó apenas unos minutos después y pasó directo a su cuarto. En el siguiente desayuno dijo: “Deberían haberlo llamado ‘papá’. Está viejo y hace lo que puede por estar pendiente”. Ha pasado ya un cierto tiempo sin que tengamos noticias suyas. No creo que se haya muerto en la costa, ni que las biopsias hayan dado positivas para cáncer. Mi hermana ha empezado a salir con un tipo que tiene también un Dacia. Mi madre dice que debe ser casualidad. * Este cuento hace parte del libro El sol es siempre igual, de Ricardo Abdahllah, ganador del 30 Premio Nacional de Literatura, modalidad cuento, otorgado por los Premios Nacionales de Cultura Universidad de Antioquia, versión 2013.
Ensayos. Pensamiento universitario La Universidad de Antioquia presentará el martes 3 de diciembre, a las 10:00 de la mañana la colección Ensayos. Pensamiento universitario. En el acto, que se cumplirá en el Edificio de Extensión, auditorio 1, segundo piso, los autores conversarán con los asistentes en torno a la colección que promovió la institución a propósito de los 210 años de la Alma Máter que se celebraron a lo largo de 2013 con una serie de actividades académicas, científicas, culturales y recreativas. En la colección participaron desde sus respectivos campos de conocimiento los profesores Pablo Javier Patiño, Rafael Rubiano, Eufrasio Guzmán, Carlos Arturo Fernández, Iván Darío Arango y Gloria Inés Sánchez. Entrada libre
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Filología: el amor por las palabras Por ANDRÉS VERGARA Coordinador Letras: Filología Hispánica
Foto Luis Javier Londoño Balbín
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Filología? “Sí, filología”, debe enfatizar a veces el estudiante del programa en Letras: Filología Hispánica ante las dudas de su interlocutor, para después contar en qué consiste la carrera. Y es que a pesar de que la tradición de los estudios filológicos se remonta a varios milenios, todavía es frecuente encontrar mucha gente, aun en el ámbito universitario, que muestra ignorancia respecto a este noble campo de estudio. El término filología es traducción del latín philologĭa, a su vez proveniente del griego φιλολογία; según su etimología se traduce como “amor –o interés– por las palabras”. En sus comienzos esta fue una labor de diletantes, y paulatinamente se fue avanzando en la adquisición de herramientas para el estudio de los textos, pero fue apenas en la época alejandrina, a comienzos del siglo iii a. C., cuando se establecieron unas bases sólidas, según lo plantea Josep Alsina Clota, quien afirma: “Puede decirse que en Alejandría se creó, casi de una vez para siempre, el método filológico auténtico. […] la filología alejandrina tiene en su haber el mérito de haber creado, puede decirse que de la nada, un método científico en la edición y explicación de textos”. Fue Aristarco de Samotracia, discípulo de Aristófanes de Bizancio y sucesor de este como director de la fabulosa Biblioteca de Alejandría, quien trazó el camino de un método de investigación textual riguroso, al hacer la primera edición crítica significativa de las obras de Homero, La iliada y La odisea. Así pues, el origen de la filología tal como la conocemos hoy entra en un juego histórico-literario que tiende a volverse circular, si nos atenemos al relato de Plutarco sobre la vida de Alejandro Magno, quien atribuyó la fundación de Alejandría a un sueño en el que el emperador vio a un anciano de cabellos blancos recitando insistentemente un pasaje de La odisea: “Hay una isla en el mar turbulento, delante de Egipto, que llaman Faro”. Este sueño, según el biógrafo, habría inspirado la fundación de Alejandría, cuya legendaria biblioteca sirvió de cuna a la filología, este noble oficio que, como queda visto, gira en torno al estudio de las letras, y que etimológicamente no es más que una expresión del “amor por las palabras”.
Laura, un premio a la investigación en filología La egresada de Letras: Filología Hispánica Laura Tatiana Areiza Serna ganó el Premio a la Investigación Estudiantil Universidad de Antioquia 2013 en el área de Ciencias Sociales y Humanas por su trabajo de grado “Narrativas del caucho: estudio comparativo de Toá de César Uribe Piedrahita y UikiRafue de los minika del alto Amazonas”, con la asesoría del profesor Selnich Vivas Hurtado. Al referirse al premio Laura destaca la importancia de su formación como filóloga para esta investigación: “Este es un trabajo comparativo entre una novela de cauchería, Toá, y el discurso ceremonial sobre la planta de caucho, que se llama Uiki uai, en los Minika, un dialecto huitoto. Uno de los aspectos más relevantes de la monografía es que integra las áreas de la lingüística y la literatura en un trabajo filológico. Mi formación en filología ha sido clave, porque esta ofrece una amplitud teórica que me permitió integrar distintos aspectos de la cultura para comprender la poética de ese universo indígena”. Para indagar cómo llegó Laura a la filología, hay que remontarnos a su historia familiar: se inició en el mundo de la lectura buscando a su padre, quien había fallecido a sus 36 años, cuando Laura todavía no cumplía su primer año. “Dejó una biblioteca inmensa, donde había de todo, era una biblioteca sin censuras, y yo quería ser lectora, como él, y comencé a buscar en esos libros. Después, cuando estudiaba el bachillerato en el Cefa, a través de un programa de lectura que nos ofreció Confama entré de lleno en la lectura. Ahí conocí al periodista y escritor Ángel Galeano, fundador y director del Pequeño Periódico, que se convirtió en un periódico-escuela, y me inicié en el periodismo cultural, como colaboradora; entonces descubrí mi interés por la relación cocina-cultura, y comencé a escribir una columna sobre el tema, Sabor a crónica”.
Letras: Filología Hispánica Este programa inició en 2004. Tiene una duración de diez semestres. El filólogo “desarrolla competencias para desempeñarse en el diseño, dirección y ejecución de procesos de investigación, y en actividades relacionadas con el lenguaje, la lengua, el idioma, la literatura y, en general, con la cultura”, según lo consigna el registro de Letras: Filología Hispánica ante el Icfes.
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Universidad entregó los Premios Nacionales de Cultura Por JUAN ANDRÉS ÁLVAREZ CASTAÑO
Ilustración Juan Andrés Álvarez Castaño
Este 29 de noviembre se llevó a cabo la ceremonia de entrega de los Premios Nacionales de Cultura Universidad de Antioquia, que a lo largo de su historia han reconocido a creadores, artistas, intelectuales y jóvenes talentos del país. En la edición número cuarenta y cinco, los jurados premiaron la trayectoria artística de Sonia Bazanta Vides, mejor conocida como Totó la Momposina, al entregarle el Premio de Cultura por Reconocimiento; la creatividad literaria de Ricardo Enrique Abdahllah y la composición musical de José Guillermo Martínez.
Totó la Momposina, premio a toda una vida consagrada al arte “Cuando te llaman para decirte que te van a homenajear uno se asusta, porque el artista no trabaja para los reconocimientos, sino porque esa es su labor”, dice Totó la Momposina, “pero además creo que el reconocimiento no es para mi sino para la música de Colombia, que yo he llevado como bandera a
lo largo de mi trayectoria artística. Este reconocimiento lo recibo con el corazón y con mucho amor”. Nacida en 1940, esta cantante y bailadora de Bullerengue, entre otros ritmos folclóricos de la costa Caribe colombiana, es reconocida mundialmente por su discografía, que incluye trabajos como Cantadora de 1984 y Candela viva de 1993, y por sus presentaciones en vivo. Además se ha ganado el respe-
to de los especialistas por haber asumido la música como un objeto de constante investigación que la llevó incluso a estudiar en la Sorbona, y se manifiesta en la riqueza musical de su propuesta, que además de incluir cumbias, mapalés, sones, y guarachas, se vale de instrumentos ancestrales como la gaita hembra y la gaita macho. Sobre el auge de la música colombiana en el mundo manifiesta que no es moda sino un despertar de los corazones: “Todos los pueblos del mundo tienen una identidad y esas identidades son ancestrales, entonces esos ancestros están pidiendo que se reconozca que existen. Y uno tiene que reconocer que existen”. Totó la Momposina ha compartido escenario con grandes músicos de Latinoamérica y del mundo como Peter Gabriel, Lila Downs, Susana Bacca y León Gieco. A propósito de la vigencia de su propuesta musical, que la llevó también a ganar un premio Grammy recientemente, dice que la clave está en la integridad “y la fortaleza que se debe tener cuando se es artista para mantener la identidad del país. Si los pueblos no tuvieran identidad no se podría alimentar el idioma, ni las costumbres, ni la manera de caminar o reflexionar”.
Ricardo Abdahllah Ricardo Abdahllah, el escritor y periodista que recibió el Premio Nacional de Cultura en Literatura, modalidad cuento, nació en Ibagué en 1978 y ha publicado varios libros entre los que se cuentan tres volúmenes de relatos, una novela corta y una biografía novelada de Kurt Cobain. Actualmente se desempeña como corresponsal del diario El Espectador en Francia y colabora con revistas como Rolling Stone, Gatopardo y Arcadia. Ha recibido varias distinciones entre las que se cuenta el Premio Simón Bolívar en 2009 por una extensa entrevista con el mítico reportero Dominique Lapierre, publicada en El Malpensante. Al finalizar su carrera de ingeniero electrónico, y luego de enviar muchas hojas de vida, Abdahllah encontró trabajo como profesor de literatura y pensó que ese puesto solo iba a durar mientras conseguía un empleo más cercano a su profesión, pero allí se quedó dos
años, tiempo durante el cual además de recibir algunas distinciones en concursos literarios, empezó a colaborar con varias revistas. “Entonces hubo un momento en el que ya no hubo marcha atrás”, recuerda. Ya en épocas de estudiante había comenzado a cultivar su afinidad por el relato con historias que mezclan la vida en las calles de Bucaramanga con ecos del rock and roll, el cine y la poesía. Fue miembro del taller de escritores Umpalá de la Universidad Industrial de Santander y se desempeñó como colaborador en el periódico Vanguardia Liberal. En 2006 viajó a Francia con la idea de escribir y trabajar como corresponsal de varios medios colombianos. “Vivir de escribir ficción es muy difícil, por eso el periodismo es una forma de escribir y vivir de lo que se escribe, pero además el oficio permite experimentar diferentes realidades, estar descubriendo constantemente. En un principio uno puede pensar que es una manera de ganarse la vida, pero con el tiempo te das cuenta que te está enseñando un montón para tu vida, para tu escritura; te está metiendo en mundos que desconoces. El periodismo te permite ver otras vidas”, dice Ricardo, quien desde París destaca también la existencia en América Latina de publicaciones dedicadas a publicar textos extensos en los cuales existe protagonismo de la investigación periodística: en Francia ese periodismo existe pero se ve menos, allá no se encuentran revistas de reportajes tan masivas como las que hay en América Latina”. “El sol es siempre igual”, el volumen de cuentos con el cual obtuvo el Premio Nacional de Literatura Universidad de Antioquia recoge historias en las que trabajó desde 2005 y que tienen la influencia de su vida fuera del país. “Lo que uno vive empieza a aparecer en la escritura como capas y en este caso en los cuentos hay mucho de lo que viví cuando salí de Bucaramanga y del país”. También, a manera de capas, aparecen las lecturas: “Cuando empecé a escribir esos cuentos estaba muy interesado en los escritores nor-
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teamericanos, en gente como Raymond Carver y Sam Shepard, en esa escritura seca, muy parca en adjetivos y de situaciones muy cotidianas, pero también en escritores franceses como Daniel Pennac. Ahora por ejemplo me interesa mucho el cómic, y eso tal vez se ve en las últimas pinceladas de lo que está ahí”. Sobre el Premio Nacional de Literatura señala que recibirlo es muy motivador porque se trata de un premio con tradición: “Es un premio serio, es un nombre de una institución seria. Entonces ganarlo para mí es un respaldo, significa que ese trabajo de tantos años es bueno”.
José Guillermo Martínez
Foto cortesía
La composición de Mutaciones I empezó desde principios de 2013 y es un desarrollo de otra pieza más pequeña. No es una idea nueva, ni un chispazo, sino el resultado del trabajo: “Yo creo en los procesos largos, el chispazo ocurre, el problema no es tener una buena idea, todos las tenemos, pero si no las realizamos no llegamos a ningún lado”.
Foto cortesía
José Guillermo Martínez, músico especializado en instrumentos de percusión sinfónica como la marimba, el vibráfono, el tambor y los timbales, es egresado de la Universidad Nacional de Colombia y ganó el Premio Nacional de Artes, modalidad música, con Mutaciones I, una obra para orquesta en la cual según él, los ritmos tradicionales colombianos experimentan una transformación: “Uso esos ritmos, pero en la obra pasan por diferentes instancias, es como una evolución, una contrapropuesta, esos ritmos viven una mutación. Por eso se llama mutaciones y luego vendrán mutaciones dos y tres, porque no es un proceso que se haya terminado”.
Para José la música empezó como un hobby. Debido a su marcada afición por el rock & roll, aprendió a tocar la batería desde su niñez y durante su adolescencia empezó a tocar el piano e integró varios grupos. Pero a la hora de decidirse por una carrera escogió la ingeniería química, impulsado por su familia, que no veía en la música una carrera promisoria. Luego de soportar sus estudios de ingeniería durante dos años, ingresó a estudiar música en la Universidad del Valle en Cali y luego se fue para Bogotá, a la Universidad Nacional, porque necesitaba una ciudad con más espacios y mayor oferta cultural: “Creo que irme para Bogotá fue la mejor decisión de mi vida”. Martínez se ha presentado como solista en varias ciudades de Colombia y ha hecho parte de agrupaciones de formatos instrumentales como el Grupo de música contemporánea de la Universidad Nacional, Sinergia Ensamble, el Grupo de Cámara de Bogotá FOSBO (Fundación orquesta Sinfónica de Bogotá). Así mismo se desempeñó como supernumerario de la Filarmónica de Bogotá. Actualmente es miembro de Octopus (Ensamble de percusión) cuya propuesta radica principalmente en involucrar diferentes expresiones artísticas como las artes visuales, la danza contemporánea, el teatro y los títeres alrededor de sus presentaciones en vivo. Entre los reconocimientos ha ganado dos veces el concurso de interpretación musical “Ciudad de Bogotá” en 2004 y 2008. Además del rock, el ganador del Premio Nacional de
Cultura menciona muchas otras fuentes como motivación para emprender su trabajo como percusionista y compositor. Sus influencias van desde Stravinsky y Jean Geoffroy hasta Greenday, Opeth, Rush, Metallica pasando por Tambuco y Eduardo Caicedo. Sobre el supuesto boom de la música colombiana en el exterior anota que la música colombiana del Caribe y del Pacífico tiene un exotismo y una belleza particular que a la gente de afuera le resulta muy llamativa, pero considera que los grandes fenómenos de la música pop son más productos en los cuales la nacionalidad es secundaria. Desde hace unos meses Guillermo viajó a los Estados Unidos donde adelanta su maestría en composición en la Escuela de Música de la Universidad de Missouri. Desde allí se ha formado mejor una idea de en qué consisten las dificultades que enfrentan los artistas en general y en particular los músicos en Colombia para ejercer su profesión: “Todo se reduce a la credibilidad porque cuando hay creatividad implica que va a haber apoyo. Muchas veces en Colombia sí hay convocatorias, pero son pocas en comparación con la cantidad de artistas que hay en el país. Y pasa que a veces la obra, aunque haya ganado un premio no trasciende de un titular porque se cree que el arte que se produce en el país no es bueno y solo lo extranjero sirve. Aquí en cambio constantemente hacen convocatorias, es como si dijeran: por favor envíennos que queremos tocar lo que están componiendo. Aquí lo que uno toca y escribe es importante”.
Opinión
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Asoprudea. Asociación de Profesores de la Universidad de Antioquia. Ciudad Universitaria. Bloque 22, oficina 107. Teléfono 2195360. Fax 2636106 • http//Asoprudea.udea.edu.co • La columna “Ágora” es responsabilidad de Asoprudea.
Barajar y dar de nuevo MARÍA CECILIA PLESTED ÁLVAREZ Vicepresidenta Asoprudea
El pueblo más feliz es el que tenga mejor educado a sus hijos José Martí
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l pasado 20 de noviembre ocurrieron dos hechos que captaron la atención de la prensa a nivel internacional y nacional, ambos con una particularidad, el llamado a cerrar filas en la búsqueda de la verdad y la defensa de la educación. En una sesión del Parlamento Europeo en Estrasburgo (Francia), Malala Yousafzai, la niña paquistaní tiroteada hace un año por talibanes al defender el derecho de las jóvenes a la educación, recibía el Premio Sájarov 2013 a la libertad de conciencia. Su intervención inició con la cita de Voltaire: “No estoy de acuerdo con lo que dice, pero defiendo su derecho a decirlo”; y agregó: “los países poderosos no deberían ser calificados como tales por sus soldados, ejércitos
Educación Flexible Inscripciones 2014-1
o armada, sino por cuáles de ellos tienen un mayor nivel de alfabetización”, mientras, en Medellín, le fue otorgado en reconocimiento a la Excelencia Periodística 2013 el Premio Gabriel García Márquez de Periodismo a la costarricense Giannina Segnini por su contribución a la búsqueda de la verdad a través del periodismo de investigación. Ambos hechos nos confrontan con nuestro contexto nacional y latinoamericano. En la Asamblea General de la ONU Malala Yousafzai había expresado que: “el extremismo tiene miedo de los lápices y los libros y del poder de la voz de las mujeres, por eso nos matan”, agregando que “es tiempo de levantar la voz para que los líderes políticos cambien sus estrategias de paz”. Formulaba también que: “Nadie nos podrá parar. Traeremos el cambio. Creemos en el poder y en la fuerza de las palabras, que pueden cambiar el mundo. Si queremos lograr todo esto, tenemos que atacar con el arma del conocimiento”. Cierto, el diálogo tolerante, comprometido y decisivo también es la única arma colectiva del gremio profesoral consciente y comprometido con la defensa de nuestra Alma Máter. Qué generoso sería que en la Universidad de Antioquia los administradores universitarios comprendieran esas palabras y reflexionaran al respecto con visión renovadora, en lugar de simplemente dar órdenes. Enderezar la ruta, así podríamos fortalecer realmente en nuestro país el quehacer de la ciencia y el conocimiento, porque un pueblo educado es un pueblo libre, decía Kant.
Reflexionar sobre lo que significa la academia comprometida con lo social, lo político, lo ideológico y sobre todo con la investigación científica básica y aplicada desde una fuerte base teórico-metodológica en contexto, y comprometida con la formación de nuevas generaciones profesionales, respetuosas del sentido de la educación ciudadana, del compromiso docente de la educación superior formativa, de la importancia de ser veedora de la administración institucional en la Universidad de Antioquia y crítica del aberrante PTO (Plan de Transformación Organizacional), es hoy un asunto urgente e importante. ¿Por qué? Porque preocupa la estructura mental de algunos administradores que parecen tocados por una inspiración mesiánica, donde se pierde la dimensión ética del respeto a la diferencia. Ahora, defender nuestra visión del mundo, la globalización democrática, la capacidad crítica frente a la falta de gobernanza se convierte en delito punible. En este sentido expresa María Teresa Uribe: “el autoritarismo no tiene discurso, por ejemplo, porque no reconoce interlocutor, porque no argumenta, sino que impone, manda, da órdenes… En cambio, el espacio de la política, el espacio de lo público es una sociedad de iguales… sólo se puede legitimar un Estado donde sea posible una pluralidad de discursos” (Notas coloquiales sobre ética y política. En: Ética para tiempos mejores, 2005:34-35). Reflexión que estaría incompleta si se dejara por fuera la realidad tangible al interior de
la universidad pública respecto a la compulsión institucional del cambio interno de estructuras académico-administrativas para generar otras más eficientes con ánimo de lucro, como se ha analizado ya ampliamente en la Mesa Multiestamentaria de Transformación Institucional, MMATI, infortunadamente en un diálogo ante sordos con poder institucional. Es necesario que seamos capaces de hacer un alto, parar la maquinaria administrativa y centrarnos con tolerancia y capacidad analítica a repensar la universidad pública en colectivo, para salvar el Alma Máter de seguir rauda al vacío: “lo que se ha denominado vacío ético o colapso moral, no es otra cosa que una pérdida de sentido, una pérdida de orientación, una pérdida de dirección, de dimensión en las acciones, o podríamos mirarlo como una pérdida de referentes simbólicos y de referentes éticos que orienten el quehacer de los sujetos y de los actores sociales” (Ibíd. p. 28). Como dice Giannina Segnini, aunque también somos ‘quincenodependientes’, al interior de la universidad pública urge la veeduría a la administración, la capacidad crítica de señalar dónde está la falta administrativa y la forma de corregirla, precisar y rectificar el error de la autoridad no académica fundada en la supuesta potestad del simple hecho de ser administrador universitario, o sea, funcionario público. ¡Lamentable! “Atrofiadas burocracias que no son capaces de reinventarse con los nuevos tiempos”. Finalizo con otra de sus frases: “perdamos el miedo y empecemos a tocar melodías diferentes”.
Educación Flexible es una opción de ingreso para los aspirantes a la Universidad de Antioquia que permite ser admitido como estudiante especial de la misma, acumular y homologar créditos y concursar por un cupo como alumno regular. -Inscripción: 18 de noviembre al 8 de diciembre de 2013 • -Resultados de admitidos: 13 de diciembre de 2013 INFORMES: teléfonos 2195519 y 2195099 • semipresencial@quimbaya.udea.edu.co
LA UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA HACE CONSTAR: • Que se encuentra en trámite el reconocimiento de prestaciones sociales del señor LUIS FERNANDO DUQUE RAMÍREZ fallecido el 5 de agosto de 2013. Se han presentado a reclamar la señora LUZ HELENA MARTÍNEZ ESCOBAR en calidad de cónyuge y en representación de ANDRÉS FELIPE y MARÍA MERCEDES DUQUE MARTÍNEZ en calidad de hijos. •Que se encuentra en trámite el reconocimiento de prestaciones sociales del señor PABLO ALEXANDER DEL RÍO SERNA fallecido el 13 de octubre de 2013. Se ha presentado a reclamar la señora ADRIANA JARAMILLO QUINTERO en calidad de compañera permanente y en representación de NICOLÁS DEL RÍO JARAMILLO en calidad de hijo.
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El espacio universitario como perfomance: una posibilidad para la formación política Foto Archivo Periódico ALMA MATER – Luis Javier Londoño Balbín
Por ALEJANDRO PIMIENTA BETANCUR
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on varias las preguntas que se pueden hacer de las protestas estudiantiles de 2011 y 2012 por la reacción a la propuesta del gobierno de reformar la ley de educación superior (Ley 30 de 1992), reconociendo que éstas fueron diferentes a las que por años han sucedido en la Universidad, no sólo por lo masivas que resultaron y por la creatividad en los mecanismos y dinámicas que se usaron para protestar, sino porque muchos estudiantes que nunca antes se habían involucrado en los asuntos políticos se hicieron partícipes de diferentes maneras y se articularon con lo que resultó ser un proceso nacional. Como investigadores, nos interesamos por entender si esa coyuntura dejó huellas en la formación política de los estudiantes, lo cual comprobamos a la postre con el desarrollo de la investigación “Constitución de las subjetividades políticas desde la formación ciudadana y el proyecto político de universidad. Análisis del discurso de los estudiantes”1. Para poder comprobar y entender qué tuvo de particular esa situación, diseñamos y aplicamos tres talleres pedagógicos en los que participaron aproximadamente 300 estudiantes de los cuatro pregrados estudiados: Periodismo, Licenciatura en educación básica con énfasis en ciencias sociales, Microbiología y bioanálisis y Sociología en la seccional de Oriente de la Universidad de Antioquia. Los tres talleres (denominados línea de tiempo, dilema político y coyuntura de la Ley 30), buscaron identificar las redes de significación (discursos) con las cuales los sujetos se refieren a lo que conceptualmente definimos como subjetividades políticas, formación ciudadana y proyecto político. Adicionalmente se realizaron entrevistas con docentes de los programas y entrevistas en profundidad con algunos estudiantes. El análisis de los datos obtenidos permitió concluir que lo sucedido entre 2011 y 2012 con las protestas estudiantiles puso en evidencia para los estudiantes las diferentes maneras de construir y de pensar la universidad, por la identi-
ficación de dos proyectos políticos que se disputan este espacio, los cuales se posicionan de manera antagónica, es decir, mutuamente excluyentes. Así, los estudiantes reconocen que el proyecto político institucional de la universidad no es coherente con la defensa de lo público y, por el contrario, lo ven proclive a dejar avanzar el proyecto neoliberal (lo cual es percibido como violencia simbólica). Por su parte, el discurso del movimiento estudiantil, asociado por la mayoría de estudiantes con la asamblea estudiantil, es relacionado discursivamente con mítines, “tropeles” y con acciones de violencia física o simbólica; incluso, lo identifican con posiciones ideológicas con las que no están de acuerdo. Así, los resultados de la investigación, permiten identificar que para los estudiantes hay dos proyectos políticos antagónicos en la universidad, que por su misma relación no se reconocen como adversarios, es decir, como posiciones políticas diferentes sino como enemigos. Más que sus discursos políticos, es la relación antagónica que establecen ambos proyectos lo que sutura su posibilidad para formar en ciudadanía. Es por esta razón que en los discursos de los estudiantes hay una suerte de prejuicios frente a cualquier acción institucional de formación ciudadana, que será leída como un proceso de instrucción, de educación para la ciudadanía (alfabetización política) e ideologización. De la misma manera, sobre las acciones de la asamblea siempre hay prejuicios relacionados con que detrás hay otros intereses extrauniversitarios y que hay riesgo en involucrarse en los procesos que desde allí se fomentan.
Sin embargo, la investigación permitió identificar que con la coyuntura de 2011 y 2012 emergieron discursividades alternativas por la defensa de lo público, que fueron referentes y se configuraron como verdaderos procesos de formación ciudadana, los cuales incidieron en la constitución de las subjetividades políticas de los estudiantes. Se debe mencionar que las discursividades que surgieron como alternativas, si bien tienen cadenas de equivalencia con la asamblea y con el movimiento estudiantil tradicional, tienen claros elementos diferenciadores que le posibilitan construir una exterioridad constitutiva con el discurso “tradicional” de la asamblea. Los más significativos son la apelación a formas creativas de expresión, el rechazo de la violencia física y simbólica y la aspiración de configurarse como una posición agonística que sea reconocida como interlocutora válida de los discursos institucionalizados. En dicha coyuntura se generaron espacios diferentes que se configuraron como procesos de formación ciudadana: las marchas, los foros, las discusiones en los grupos de estudios, los foros virtuales, etc. Al respecto, un ejemplo interesante es lo que pasó en muchas aulas cuando los estudiantes discutieron con profesores las implicaciones de la ley 30, en el sentido que fue un espacio público en el que no “tenían” que estar (sin toma de asistencia, sin evaluación, sin currículo), simplemente estaban, devenían, discutían. Y podían salir del aula o simplemente no ir, pero la mayoría iba; la clave estuvo en entender por qué la mayoría de los estudiantes que participaron de la investigación mencionaron no sólo que iban a esas clases, sino que
ese fue uno de los procesos que han vivido en la universidad en los que más se han formado. Fue allí que emergió el potencial explicativo y metafórico de los espacios universitarios entendidos como perfomance, que permite enfatizar que las subjetividades políticas van fluyendo sin libreto, sin estructura, y que el sujeto se constituye en ellas, sin tener una posición totalmente definida. En esas clases, al igual que los otros espacios que se generaron en esa coyuntura, muchas veces se desvanecieron las posiciones de actores y espectadores, y los estudiantes que un día se posicionaban discursivamente como actores, al otro día eran espectadores. Por ejemplo, así se entiende que mientras hay un tropel por una protesta, también hay otros jugando cartas, pero que al otro día, esos que estaban jugando cartas, participen activamente en un foro o una marcha. ¿Contradicción? ¿Despolitización? Tal vez desde un enfoque tradicional, pero aquí es un ejemplo de cómo se configuran momentos performativos, sin esencialidades. Es el sujeto el que se significa en la acción, no la acción por sí misma, la acción no tiene una positividad, no es inmanente, ni tampoco es el sujeto el que le otorga la representación a la acción o al objeto, es la relación la que permite el devenir discursivo y la formación ciudadana. Finalmente, la investigación concluyó que la universidad tiene el potencial de formar ciudadanos, en la medida en que se configuren distintos espacios performance que permitan la emergencia de los agonismos, como sucedió en la coyuntura. No hay posibilidades, o por lo menos son muy limitadas, cuando son los proyectos políticos, que los estudiantes ven en posiciones antagónicas, los que promueven las acciones de formación ciudadana. En ese sentido, nos queda a los universitarios promover y apoyar que la universidad sea un espacio de relaciones adversariales de mutuo reconocimiento, no de falsos consensos, ni de exacerbados antagonismos, para que los conflictos se diriman en el campo de lo político y no en el campo moral.
* Investigación financiada por el CODI. Investigador principal: Alejandro Pimienta Betancur (INER). Co-investigadores: Ruth Quiroz Posada (Facultad de Educación), Alejandro Mesa Arango (Escuela de Microbiología), María Nieto e Irene Piedrahita (INER).
R econocimiento
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Un hombre y un idioma Eje central de las investigaciones del profesor López Morales es la sociolingüística, el estudio del contexto y la cultura de un pueblo y su influencia en la lengua.
Por JUAN ESTEBAN VÁSQUEZ MEJÍA
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l español, segundo idioma del mundo en hablantes, pilar de la idiosincrasia y la cultura en los países de América, desde el Cono Sur hasta California, lo hablan 528 millones de personas, de las cuales unas 400 millones nacieron en el continente americano. Además, el español es la tercera lengua más utilizada en los medios de comunicación del mundo y una de las que más se ha expandido, lo que da cuenta de su riqueza y diversidad, asuntos que han sido por siglos objeto de investigación de las academias. Todos los países con el español como lengua principal tienen una institución que investiga y promueve el uso del idioma en todos los espacios de la vida social y cultural, son las academias de la lengua o de las letras, agrupadas desde 1951 en la Asociación de Academias de la Lengua Española. Su secretario general, el cubano Humberto López Morales, reconocido académico e investigador de la lengua española, fue invitado por la Facultad de Comunicaciones de la Universidad de Antioquia y el Grupo de Estudios Lingüísticos Regionales al Congreso de Investigación Lingüística, realizado entre el 6 y el 8 de noviembre en Medellín. La trayectoria académica de López Morales ha estado ligada
a la visibilización del español de América y a la descentralización de la normativa idiomática, reconociendo, así, la riqueza y variedad de los dialectos y variantes del idioma en todas las regiones hispanohablantes o con importante influencia hispana. Como producto de los estudios del profesor López Morales y el esfuerzo de investigadores de la lengua vinculados a las diferentes academias, se publicó en 2010 el Diccionario de Americanismos, que contiene 70.000 voces, lexemas complejos y locuciones y un total de 120.000 significados propios de los países de América. Todo un hito de investigación en lingüística, pretendido desde el siglo XIX pero que solo logró materializarse como proyecto en 2002 durante el XII Congreso de la Asociación de Academias en Puerto Rico. En el Congreso de Investigación Lingüística López Morales explicó que las conexiones de una sociedad globalizada han hecho que los dialectos confluyan al punto de homogenizar el idioma, sin embargo, rescata y exalta la importancia de los dialectos y su riqueza.
El mapa del idioma En su libro La andadura del español por el mundo, publicado en 2010, Humberto López hace una narración casi fotográfica de diferentes momentos de la historia del español y analiza su proyección como idioma. En la Cátedra del Egresado “Historia y futuro del español”, organizada por el Programa de Egresados, la Facultad de Comunicaciones y la Institución Universitaria de
Envigado, se acercó a los usos contemporáneos del español, aseguró que se posiciona como un idioma importante para las relaciones internacionales por el interés de países asiáticos en comercializar e intercambiar productos con América del Sur, y concluyó que existe una dualidad del crecimiento del idioma, tanto en el ámbito comercial internacional como en el campo de las letras y las artes. Respecto de la consideración según la cual el idioma de la ciencia es el inglés debido a la alta productividad científica de Estados Unidos y el Reino Unido, López Morales plantea que “no tenemos formas originales para nombrar en las ciencias básicas debido a que la mayoría de términos usados en este ámbito son originarios de países angloparlantes”. Sin embargo —dice—, para hacer ciencia no hay un idioma establecido ni por los científicos, ni por los lingüistas.
Honoris Causa Por recomendación del Consejo de la Facultad de Comunicaciones, el Consejo Académico y el Consejo Superior de la Universidad de Antioquia otorgaron el título de Doctor Honoris Causa en Lingüística al profesor Humberto López. En el acto de entrega el rector Alberto Uribe Correa manifestó que es fundamental para la Universidad registrar su saber y aprender de su vasto conocimiento, siendo un referente para los estudiantes de lingüística y filología. “Ya he estado en Medellín en otras ocasiones y con el tiempo he adquirido un cierto sentido de
pertenencia con este país; para mí este título es la formalización de un vínculo que he creado con Colombia y Antioquia. Estoy inmensamente agradecido con la Universidad de Antioquia y con la Facultad de Comunicaciones que propuso mi nombre”, dijo el doctor López Morales después de recibir el título. En su discurso, el doctor López hizo un paralelo entre la enseñanza de la gramática normativa en la escuela y la experiencia en el uso de la lengua, argumentando que es necesaria una mayor cohesión entre teoría y práctica para lograr, incluso desde los primeros años de la escuela, un uso óptimo del idioma y un verdadero aprendizaje. Humberto López ama la lengua, su metamorfosis y recodos, disfruta escudriñar la voz de las culturas en cada rincón del mundo, observa y describe los colores del idioma. En su visión de la lingüística, el registro, la gramática, la lexicografía funcionan, pero solo son instrumentos para hablar. Decía el filósofo y ensayista español José Luis Pardo: “Así como amar a alguien no consiste en firmarle papeles ni en comprarle regalos, sino en quererle, así el amor a la lengua no se prueba promulgando leyes que la protejan o subvencionando obras sólo nominalmente escritas en ella. Así se embalsama un cadáver o se saca brillo a un arma de fuego. Amar la lengua es usarla”. (Fragmento de Razones para leer a Ferlosio, publicado el 4 de mayo de 2002 en Babelia, suplemento cultural del diario El País, España).
P u b l i c ac i o n e s
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Respuesta a las objeciones a los derechos humanos*
Francisco Londoño Osorno
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lrededor de la discusión sobre los fundamentos de los derechos humanos hay un enorme malentendido, pues lo más común es comenzar por las disposiciones o las capacidades morales que tienen los hombres para realizar acuerdos con los demás y para respetar esos acuerdos. Existen diferentes fundamentos éticos y morales de los derechos humanos, desde el contractualismo de Hobbes y Locke, hasta la razón práctica kantiana, pasando por el sentimiento de simpatía por los otros según Rousseau y Adam Smith. Estos enfoques morales se discutieron antes de las declaraciones de derechos en América y en Francia, a finales del siglo xviii.1 Es evidente que los derechos humanos necesitan de educación moral, para que se aprenda a través de prácticas sociales que tales derechos son incluyentes y que no se entienden sin la reciprocidad en el compromiso de respetarlos para todos. Es claro que existen prejuicios en todas las culturas que buscan hacer exclusiones y persistir en la idea jerarquizada de los rangos heredados y de las oportunidades exclusivas para algunos miembros de esas comunidades. No cabe duda de que el igualitarismo de los derechos humanos acarrea enormes dificultades para diferentes tradiciones culturales que siguen siendo jerárquicas, están organizadas en castas y le asignan un lugar fijo a cada uno dentro de la pirámide social. El ejemplo más evidente al respecto es la situación degradante de las mujeres en las culturas tradicionales y en las legislaciones más antiguas, tal como aparece en el inventario sombrío que hace Joseph de Maistre, en su libro Tratado sobre los sacrificios, en el cual los casos tomados de la ley de Manu, de Platón, de Hipócrates o del Corán sostienen que las mujeres eran consideradas esclavas y que sólo el Evangelio “ha podido elevarlas al nivel del hombre haciéndolas mejores; que sólo él ha podido proclamar los derechos de la mujer [...]”.2 Inmediatamente, advierte que por la influencia de la ley divina la libertad de las mujeres no degenera en una licencia vergonzosa. Las advertencias de Maistre sobre los peligros de la libertad femenina nos sorprenden por la “gracia” de su exageración. El problema está en que la educación moral, aunque absolutamente necesaria, no es el núcleo o el fundamento de los derechos humanos, pues la base de estos está en la forma de organizar el poder político. Es una base institucional la que constituye tal núcleo, por lo que puede afirmarse que la discusión sobre las capacidades morales o los fundamentos éticos es una discusión subordinada o derivada del conocimiento sobre el carácter político que tienen los derechos humanos. La nueva forma de organizar el poder político, o de circunscribirlo, como dice Claude Lefort, es producto de un proceso histórico y social que comienza antes de las teorías del contrato social y que se refuerza con estas
Carlos Alberto Palacio Tobón
Clara Eugenia Escobar Guendica
teorías de los siglos xvii y xviii, en especial las de Hobbes, Locke y Rousseau. Podría decirse que estos autores refuerzan la barrera divisoria entre la sociedad civil y el orden político, para que diferentes actividades queden libres de las trabas feudales de las sociedades tradicionales. Es en la división o en la disyunción entre la sociedad civil y el orden gubernamental donde se encuentra el fundamento de los derechos humanos; por eso son objeto de declaraciones políticas en la independencia americana y en la Revolución francesa. Esas declaraciones son actos políticos que expresan la raíz democrática de tales derechos. Es preciso volver al problema filosófico de los fundamentos éticos de los derechos humanos, para reparar en sus dificultades. Los profesores Menke y Pollmann, en su obra Filosofía de los derechos humanos, encuentran que en el fondo de las teorías del contrato social y de la razón práctica kantiana están la capacidad y la disposición de ver a cada hombre como digno de respeto. Antes del contrato o la razón es necesario contar con tal capacidad o tal disposición; y encuentran que esa disposición es destacada por Rousseau y Smith como el sentimiento de simpatía, “que significa primeramente la disposición a ver las cosas tal y como las ven los demás”.3
*Fragmento de: Bases conceptuales de la democracia. Iván Darío Arango. Editorial Universidad de Antioquia®, 2013. Colección Filosofía. Tomado del capítulo 2: “La democracia en la base de los derechos humanos”, (pp. 52-54). Notas 1. Christoph Menke y Arnd Pollmann, Filosofía de los derechos humanos, Barcelona, Herder, 2010. 2. Joseph De Maistre, Tratado sobre los sacrificios, Madrid, Sexto Piso, 2009, p. 46. 3. C. Menke y A. Pollmann, Óp. cit., p. 65.
Decanos El Consejo Superior Universitario, en la sesión del 26 de noviembre de 2013, designó decanos a los profesores Francisco Londoño Osorno para la Facultad de Artes, a Carlos Alberto Palacio Tobón para la Facultad de Ingeniería y a Clara Eugenia Escobar Guendica para la Facultad de Odontología. Francisco Londoño Osorno es arquitecto de la Universidad Nacional de Colombia, licenciado en artes plásticas de la Universidad de Antioquia y máster of fine arts de Virginia Commonwelth University. Desde 2007 se desempeña como decano de la Facultad de Artes. Ha recibido reconocimientos por su trabajo artístico y ha participado como expositor en muestras artísticas. Carlos Alberto Palacio Tobón es ingeniero civil de la Universidad Nacional de Colombia. Ocupa el cargo de decano de la Facultad de Ingeniería desde 2010. Ha escrito artículos para revistas así como capítulos de libros y ha participado en eventos académicos como expositor. Clara Eugenia Escobar Guendica es odontóloga de la Universidad de Antioquia y posgraduada en ciencia política. Ha participado en varias investigaciones, así como en publicaciones. Desde 2010 se desempeña como decana de la Facultad de Odontología.
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Los herederos de Mutis Por GISELA SOFÍA POSADA MEJÍA
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ay quienes todavía se adentran —sin temor a las minas antipersonas, a las trampas de cazadores y a los ejércitos camuflados— en selvas y bosques de espesa vegetación para observar plantas y hallar especímenes que luego llevarán al inventario que reposa en anaqueles, sobres de papel y grandes libros de pasta dura, trayendo a la memoria aquellos cuadernos escolares que se llenaban de flores y hojas recogidas en los jardines y descampados de lo que fue Medellín. José Celestino Mutis, uno de los primeros en explorar con asombro la riqueza del territorio americano, acompañado de grandes comisiones, parece inspirar hasta nuestros días a estos
discretos inquilinos que laboran en un cuarto piso del bloque 2 de la ciudad universitaria, tras un portal que insinúa que allí se dedican a las plantas. Cuidan, observan y hacen taxonomía a las plantas para darles un nombre, y, también tienen artistas dedicadas a la ilustración científica que captan la imagen sugerida por el botánico hasta llegar a una pieza atractiva y bella a los ojos del espectador. Distantes pero, a su vez, conectados están los herbarios como el Real Jardín Botánico de Kew, París o New York, que son la evidencia de vastas colecciones, pero más cerca a nuestra realidad se encuentra el Herbario Universidad Antioquia, HUA, uno de los 31 en Colombia que contiene 190 mil especímenes y como en todos hay un tesoro llamado testigo de una especie nueva: plantas que antes nadie ha descrito, lo que en ese argot se conoce como “la prueba” ante el mundo. En el HUA hay 1.100 de éstas, como las pasifloras familiares de la granadilla y centenares de especies con el nombre de su descubridor. Dirigido por Felipe Cardona Naranjo, el herbario que fuera orientado en décadas por el investigador Ramiro Fonnegra, se integra a las colecciones biológicas de la Universidad y su función es trabajar con una materia prima llamada plantas. “Darles una identidad científica es el insumo para que la ciencia aplicada logre desarrollos en áreas como alimentación, medicina, farmacia y ambiental. Un nombre vulgar hace confuso los beneficios y es necesario un código universal y científico”, dice Cardona. Este centro de investigación básica nació 44 años atrás con la primera escuela de botánica regional. En los proyectos del HUA se destaca Flora en Antioquia, recientemente publicado en el libro Catálogo de flora vascular del departamento, iniciativa de la profesora Lucía Atehortúa y materializado por Ricardo Callejas con el apoyo de especialistas de todo el mundo. Lo novedoso es que en febrero de 2014, la información guardada por 40 años, en 190 mil registros será una base de datos biológica con denominación científica de flora y plantas y su ubicación geográfica; lo acumulado en décadas estará disponible en medios digitales —como debe ser el conocimiento útil—, y aquel que quiera saber de la riqueza y biodiversidad del país y de Antioquia debe visitar al HUA y saber además que en su visita lo esperará parte de ese inventario o memoria de la vida.
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