Nº 631 Medellín, mayo de 2014
SISTEMA DE COMUNICACIONES • http://almamater.udea.edu.co • almamater@udea.edu.co • ISSN 1657-4303
Es verdad –suspiró el coronel– la vida es la cosa mejor que se ha inventado
Debate a tres voces Página 2
Gabriel García Márquez (1927-2014)
Vamos pa’ la U Página 6
Si hubiéramos escuchado a los sabios... Página 12
Y Gabriel subió al tren sin regreso Página 18
Fotoilustración Juan Andrés Álvarez Castaño
Actos públicos
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Fotos Juan Andrés Álvarez Castaño
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Marta Lucía Ramírez
Clara López
Óscar Iván Zuluaga
Los presidenciables opinaron en la UdeA Por ALEXANDER OTÁLVARO VILLADA @xanderotalvaro
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n par de sillas vacías al lado de la bandera de Antioquia en el aula máxima del Edificio San Ignacio representaron la ausencia de dos de los cinco candidatos invitados por la Universidad de Antioquia al foro para debatir las propuestas de los presidenciables en materia de educación superior, derecho a la salud y proceso de paz. Como es común en esta campaña, el Presidente-candidato eludió la invitación al foro, a la confrontación de ideas, pues con seguridad su visibilidad diaria en medios de comunicación es menos riesgosa ante la opinión pública que sentarse a exponer, y si es del caso debatir, ante quienes aspiran a sucederlo en la Casa de Nariño, mientras que Enrique Peñalosa dejó en manos de su fórmula vicepresidencial o de su jefa de debate el ejercicio de los foros, quizás como estrategia de una campaña que se disparó en términos de popularidad con los más de 2 millones de votos que alcanzó en marzo en la consulta de la Alianza Verde. Este ejercicio, propuesto para pares, y no para designados, contó con la presencia de Marta Lucía Ramírez del Partido Conservador, Clara López del Polo Democrático
Alternativo y Oscar Iván Zuluaga del Centro Democrático. El foro como tal no abordó en profundidad los temas propuestos, más allá de la hora y 45 minutos que se destinó a esta actividad. Discursos bien construidos por parte de los candidatos dejaron entrever sus semejanzas y diferencias, pero a la vez, cuando fue conveniente, sus respuestas bordearon en la generalidad y se constituyeron en frases obvias, políticamente correctas que alimentaron lugares comunes, los mismos que son propios de un político en campaña
Educación superior Los tres candidatos coincidieron en que las fuentes adicionales de financiación de la educación superior pública deben ser producto de la tributación. Marta Lucía Ramírez propuso la creación de un impuesto especial a las utilidades del sistema financiero y a los dividendos, y afirmó que recuperar recursos de la corrupción, podrían generarle al sistema cerca 2 billones de pesos adicionales de presupuesto. Oscar Iván Zuluaga propuso incrementar el presupuesto de la educación en 7 billones de pesos desde 2015, de los cuales 1 billón de pesos sería destinado a la educación superior, todo fruto de extender la vigencia del impuesto al patrimonio y el 4 x 1.000, que en conjunto sumaron algo más de 10 billones el último año. Clara López expresó que es necesario reestructurar y recomponer la prioridad del gasto público, y que
en materia de educación superior esto implica el cobro del impuesto a los dividendos y eliminar exenciones injustificadas, como las del sector financiero, en búsqueda de recursos para el sector. En cuanto a gratuidad Marta Lucía Ramírez y Oscar Iván Zuluaga son partidarios de ella en los niveles 1, 2 y 3 del Sisbén, en tanto que Clara López habló de una gratuidad, no solo representada en matrícula cero, sino que incluya bienestar universitario, condiciones de formación continua, investigación y ciencia, con financiación estatal que garantice la autonomía universitaria. No obstante, el escenario más optimista propuesto por los candidatos no resuelve de base una las de las preocupaciones de la comunidad académica, como lo es la desfinanciación de la educación superior pública desde que entró en vigencia la Ley 30. De acuerdo con un estudio realizado por el Sistema Universitario Estatal, SUE, hablamos de 11,15 billones de pesos, cifra que no fue analizada por ninguno de ellos, y mucho menos las acciones que para subsanar este déficit han propuesto los diferentes actores del sistema como rectores, asociaciones docentes y de estudiantes.
Derecho a la salud Más coincidencias que divergencias en este tema tuvieron Marta Lucía Ramírez y Oscar Iván Zuluaga. Desde su posición defendieron lo que ellos consideran bondades
de la Ley 100 en términos de ampliación de cobertura, pero propusieron cambios para fortalecer el sistema. La candidata conservadora dijo que hay que definir un plan de beneficios realista, sostenible desde el punto de vista financiero y que integre más personas al régimen contributivo, mientras que el candidato del Centro Democrático subrayó en que se debe pensar en un sistema cuya base sea la prevención, que centralice los recursos de la salud con escala de orden departamental y que tenga equilibrio entre la prestación del servicio y la sostenibilidad financiera. Muy distinto piensa Clara López del Polo Democrático Alternativo. Para ella la intermediación financiera e integración vertical, propia del actual sistema, riñen con la garantía del derecho a la salud y señaló que un sistema que aborda el concepto de salud integral no puede estar aislado de las condiciones socioeconómicas de la gente, razón por la que propuso una total reestructuración que incluya la integración de servicios de prestadores públicos y privados en cada territorio, fundamentado en un servicio de atención primaria en salud con grupos interdisciplinarios. Aunque los tres candidatos estuvieron de acuerdo en la importancia de fortalecer la vigilancia del sistema para evitar que los recursos de la salud se destinen a actividades no relacionadas con el sector, ninguno presentó una
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fórmula clara para solucionar la crisis financiera que hoy tiene la red pública del país, y que para el caso de Antioquia está representada en los 550 mil millones de pesos que le adeudan las EPS a la red pública departamental.
Proceso de Paz El cierre del foro tuvo como eje los conceptos de los candidatos con referencia a las acciones que tomarían frente a las negociaciones que adelanta el gobierno con la guerrilla de las Farc en La Habana, Cuba. “La paz requiere cerrar un conflicto y mucho más. Requiere un estado fuerte que dé garantía de la seguridad, la vida y la libertad de todos los colombianos. Garantía del imperio de la ley, justicia que se aplique, acceso a la educación y al trabajo”, así resumió su opinión del tema Marta Lucía Ramírez, quien destacó que no plantearía
una negociación sin condicionar que las Farc dejen de reclutar niños, cesen la siembra de minas y suspendan los ataques contra la población civil y la ejecución de soldados heridos cuando no están en actividades de combate. Oscar Iván Zuluaga se mostró de acuerdo con la búsqueda de una paz negociada, pero no bajo el actual modelo. El candidato del Centro Democrático detendría el actual proceso y le daría una semana a las Farc para exigir la suspensión verificable de toda acción criminal contra la sociedad civil. Con ese punto cumplido se sentaría a la mesa de negociación. Las condiciones que proponen Marta Lucía Ramírez y Oscar Iván Zuluaga son una garantía para que el proceso no siga, al menos así lo consideró Clara López, al señalar que eso es plantear de manera vedada una solución militar, y enfatizó que la
Foro con los aspirantes a la presidencia, en el Paraninfo de la Universidad de Antioquia
solución política al conflicto implica generar concesiones mutuas. La candidata del Polo Democrático Alternativo seguiría el actual proceso y negociaría un cese al fuego unilateral por parte de las Farc con un cronograma para llegar rápido a acuerdos. Dijo que hay que generar confianza en un proceso que debe ser refrendado democráticamente. “Se necesita un acuerdo que ponga fin al conflicto armado, para construir paz y reconciliación”, finalizó. Frente a los temas de negociación Marta Lucía Ramírez precisó que lo que se negociaría es cómo participar en política, cómo salir del negocio del narcotráfico, cómo las Farc tendrían concesiones frente a delitos cometidos, advirtiendo en la mesa de negociación que ningún delito nuevo contra la sociedad civil tendría beneficio alguno, donde el término de la ne-
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gociación suponga verdad, justicia y garantía de no repetición. “Paz digna, estable y duradera que genere credibilidad y confianza”, así definió Oscar Iván Zuluaga su postulado frente al proceso de paz, en el cual, afirmó, no dejaría debilitar la justica, para no crear precedentes que signifiquen condiciones similares para otros actores al margen de la ley. Todas estas opiniones sobre educación superior, derecho a la salud y proceso de paz se dieron en un ambiente de respeto por las ideas y posiciones del contario, momento que fue propicio para que la Universidad de Antioquia le hiciera entrega oficial a las respectivas campañas del escrito “La UdeA propone”, un ejercicio de análisis académico sobre la hoja de ruta propuesta por el Alma Mater para quien oriente los destinos del país desde el 7 de agosto próximo.
Foto Juan Andrés Álvarez Castaño
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La educación debe ser el motor de la transformación, con nosotros o sin nosotros
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a puesta en marcha de la estrategia Vamos pa´ la U, impulsada por la Alianza Medellín-Antioquia y el Alma Máter, es el más reciente indicador de la sintonía y del trabajo mancomunado entre los gobiernos local y departamental y la Universidad de Antioquia. Y es también la materialización del gesto del gobernador y presidente del Consejo Superior Universitario Sergio Fajardo Valderrama, cuando no solo decidió asumir el cargo en la plazoleta de la ciudad universitaria, sino que anunció que nuestra institución, el principal centro de educación superior del Departamento, sería el eje del programa de gobierno Antioquia la más educada. En diálogo con el periódico ALMA MATER, Fajardo Valderrama manifestó su satisfacción por los logros alcanzados en educación, gracias a la sinergia interinstitucional y al compromiso que los gobiernos seccional y universitario han procurado en los últimos dos años y medio de mandato, bajo la convicción de que la educación es fundamental para superar la inequidad histórica que arrastra la región y sufre la población. Al mismo tiempo, reconoció que la institución es muy compleja y que desearía que fuera menos lenta, para responder con la celeridad que la pragmática de la política y las necesidades de las comunidades la demandan. Gobernador ¿cuál es la pretensión de la estrategia Vamos pa’ la U? —Queremos que nuestros estudiantes tengan la capacidad de terminar su bachillerato y llegar a la educación superior. En el caso de la Universidad de Antioquia la pregunta es cómo lograr mantener la exigencia para el ingreso (por capacidades académicas), aún en medio de las falencias de nuestro sistema educativo. La Universidad cuenta con experiencia en programas virtuales y la idea es llegar en forma masiva a más de diez mil jóvenes. Un profesor de la Universidad dicta su clase a profesores de otras instituciones quienes, a su vez, trabajan con monitores que facilitan el ingreso al mundo digital.
Sede Oriente No es simplemente educación virtual desde la Universidad sino que tiene acompañamientos para esta movilización social, diseñada de manera tal que sirva para suplir las deficiencias acumuladas y crear un ambiente de estudio que prepare a los estudiantes para la educación superior. Este es un “experimento”, que no parte de cero: cuenta con la experiencia de la Universidad de Antioquia y del municipio, a través de los diferentes programas que existen y se ensamblan para abarcar el territorio. ¿Cuál es el balance del trabajo mancomunado en estos casi
tres años de gobierno entre la Universidad y el Departamento? —Hemos avanzado bastante físicamente, pero muchas veces perdemos la noción de lo que significa un departamento como Antioquia, con 6’300.000 habitantes, más que muchísimos países como Noruega y Finlandia, donde en términos de población cabe dos veces y media Uruguay. Contamos con la diversidad más grande que se pueda encontrar, desde el río Magdalena, el río Atrato, el río Cauca hasta las montañas. Tener una universidad como la de Antioquia, que se acerca de manera sistemá-
tica a las regiones, adquiere una dimensión superior con nosotros y constituye un salto gigantesco, en medio de sus complejidades —lo que es natural—. Lo que hemos buscado al respetar esa historia y esa autonomía, es cómo hacer para que esa riqueza adquiera mayor dimensión, con el impulso a proyectos como el programa de becas para la educación superior; la construcción de la ciudadela universitaria en Apartadó, articulada al programa de Oceanografía en Turbo [programa de ciencias del mar en la seccional Urabá] y a lo que se está haciendo en el Oriente antioqueño. Hace 18 años la Universidad inició el programa de regionalización a partir de estudios muy serios del INER y de otras instituciones que diseñaron además un plan decenal de regionalización. ¿Cómo dar pasos más cuantitativos y cualitativos para insertarse en las regiones? —Urabá es la primera región que tiene esas condiciones: la Universidad físicamente allá. No es que vaya un profesor un fin de semana y vuelve, sino que estamos avanzando y alrededor de la ciudadela en Apartadó. Adentro de la Universidad hay una cantidad de discusiones y las facultades tienen sus propias miradas a cerca de qué significa salir, regionalizarse, etc.; esta es una discusión que tienen que hacer allá. Por ejemplo Vamos pa’ la U se construye con el programa Ude@ de la Facultad de Ingeniería, que tiene cerca de 10 años y aprende de otras experiencias. La Universidad tiene sus propias dinámicas y una serie de debates internos, en los que yo como académico podría participar, pero mi vocación como gobernante es ser respetuoso de lo que ocurre en la institución. ¿No le queda muy difícil desprenderse de una visión de académico y morderse un poco la lengua para pronunciarse en ciertas situaciones? —Soy gobernador y, para muchos, un gobernador representa la política. La Universidad tiene que tramitar cosas adentro. A mucha gente se le olvida todo lo que hici-
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mos desde la Alcaldía de Medellín y los aportes históricos a la Universidad. Somos respetuosos de la institución. No es imposición, sino respeto y seriedad cuando decimos “Vamos a trabajar en Urabá de esta manera”. Allí hay voces y miradas muy valiosas, pero el mundo académico es lento y el mundo de la política es la ejecución, la acción. Al margen de los cuestionamientos que suscitan indicadores como las pruebas Pisa, ¿qué papel deben cumplir las facultades de educación y cómo debería potenciarse su labor? —Las facultades de educación se tienen que repensar profundamente. En medio de estas discusiones sobre las pruebas Pisa yo no he escuchado una sola voz de la Facultad de Educación hablando del tema. Tenemos un programa de becas de maestría para docentes y en él participa la Universidad. Nunca me habían preguntado qué pienso yo de las facultades de educación y considero que tiene
que haber una autocrítica. Ese es el mundo privilegiado de la Universidad: gente con capacidades. En las universidades, cada facultad tiene su mundo. Soy respetuoso de la gente y si estuviera allá estaría en esa discusión. ¿Antioquia la más educada permanecerá más allá del gobierno actual? —Estamos es en el mundo de la política y de lo público, y puede llegar otra persona con una visión distinta y tomar otro rumbo. Lo mejor que podemos hacer es hacer las cosas muy bien, trabajar con decencia, transparencia, gusto, convicción, y abrir el espíritu a las personas para generar esperanza. Puede que otra persona diga “cero Universidad de Antioquia” y se limite a lo que diga la ley. Por supuesto eso no es lo que quiero, la educación debe ser el motor de la transformación con nosotros o sin nosotros. Hay una percepción entre sectores universitarios según
la cual el Consejo Superior está ausente de la realidad interna? —Aquí, en este despacho, tengo reunión semanal con el rector Alberto Uribe Correa y repasamos los proyectos y la manera como avanzan. Creo que la fuerza de la Universidad no está en el Consejo Superior, sino en el Consejo Académico y en su vida interna, que van a estar siempre, mientras que nosotros nos vamos. Yo estoy allá como gobernador elegido popularmente y hay que ser respetuoso; la institucionalidad no depende de un gobierno de turno. Hemos hecho una tarea seria y, repito, la fuerza y riqueza de la Universidad es la institución, su vida, sus expresiones y la capacidad de ese mundo de la complejidad, del conflicto, de sus voces distintas. ¿Para usted cuáles son los problemas más sensibles en materia de convivencia y de seguridad en la Universidad? —Hemos sido reiterativos en que las ideas se pueden discutir
Sergio Fajardo Valderrama, gobernador de Antioquia y presidente del Consejo Superior Universitario
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sin violencia. Son preocupantes las expresiones de ilegalidad como la droga y las ventas informales. Creo que la Universidad hace un esfuerzo serio de atender a las personas que tienen necesidades desde el programa de Bienestar Universitario. La ilegalidad relacionada con el mundo del narcotráfico y la venta de drogas tiene un impacto en una comunidad universitaria y en la sociedad en términos generales; la informalidad asociada con la ilegalidad de las ventas no responde a las necesidades de los universitarios sino a otros intereses. ¿Qué significa para usted la Universidad de Antioquia? —Cualquier camino para construir una sociedad justa en lucha contra esas desigualdades se relaciona con la Universidad de Antioquia, porque es un componente fundamental para construir la igualdad: un lugar de oportunidades para cualquier persona, independiente de su condición social.
Foto Luis Javier Londoño Balbín
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Foto cortesía
Vamos pa’ la U: fortalecimiento y acceso a la educación superior en Antioquia
La Universidad de Antioquia ha adelantado otras estrategias de educación no formal para fortalecer las competencias básicas de los jóvenes y mejorar las posibilidades de ingreso a los programas de pregrado, principalmente en las subregiones del departamento, como el Programa de inducción a la vida universitaria —PIVU—, que se ha ofrecido durante 11 años consecutivos en todas las seccionales y sedes, y ha beneficiado a 26.690 personas, y Bachilleres a la U, que opera desde 2009, en municipios como Alejandría, Caucasia, Cisneros, Fredonia, San Roque, Santa Bárbara, Santo Domingo y Santa Rosa, y ha beneficiado a cerca de 200 personas.
Por NATALIA PIEDRAHITA TAMAYO
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a formación académica de aproximadamente 10 mil estudiantes de los colegios públicos de Antioquia será impactada mediante la estrategia Vamos pa la U´, que consiste en capacitaciones para mejorar las competencias de estudiantes de los grados décimo y once en áreas como lectoescritura y matemáticas. La Alma Máter se une a la alianza Alianza Medellín- Antioquia por la Educación para instruir a los jovenes y prepararlos para las pruebas de ingreso a los estudios superiores. La virtualidad será el componente fundamental de la estrategia, que a largo plazo mejorará la calidad, cobertura y equidad en la educación superior, disminuyendo la deserción universitaria. Antioquia cuenta con una población aproximada de 574.578 jóvenes entre los 17 y 21 años, de
los cuales 281.306 (46.6%) están matriculados para cursar estudios en educación superior. Se estima entonces que 306.832 (53.4%), no están inscritos en alguno de los 9.801 programas con registro calificado. El porcentaje de deserción universitaria correspondería a 11.4%. * “Se trata de una plataforma que tiene estratégica y pedagógicamente preparado todo su potencial para atender a los estudiantes de diversas veredas y municipios, 24 horas al día, en una oferta única a escala nacional y que espera impactar las problemáticas de cobertura en educación a escala departamental”, declaró el rector Alberto Uribe Correa. Los módulos fueron diseñados por docentes de la Facultad de Ingeniería y a través de ellos los estudiantes elegidos se capacitarán por más de 8 horas semanalmente, con una clase virtual con un maestro, al que podrán hacerle preguntas en vivo y en directo. Los contenidos abordados quedarán grabados en una plataforma en
línea, a la que podrán acceder en el momento en que lo necesiten. El equipo humano que desarrollará estas actividades está integrado por 80 profesores de los colegios de todo el departamento de Antioquia, así como por 80 monitores estudiantes de las facultades de Comunicaciones e Ingeniería. “Esta es una idea innovadora que pretende proveer las herramientas virtuales para que los estudiantes suplan las deficiencias que tienen acumuladas, lleguen con mejores capacidades para presentar el examen de admisión de la Universidad y aseguren en buena medida su permanencia en ella”, precisó el gobernador Sergio Fajardo Valderrama. En total se manejarán 4 plataformas: LMS, que posibilitará el acceso a los cursos y el seguimiento al trabajo realizado. WizlQ, donde se dará la comunicación entre docentes y estudiantes en tiempo real. Udea @ Suena, emisora virtual en la que se visibilizarán los mejores trabajos a través de la producción
de contenido. Zona Ude@ que albergará todas las conferencias, charlas y presentaciones para que los estudiantes puedan repasar los conceptos abordados cuantas veces lo requieran. La pertinencia de Vamos pa´ la U. es mayor aún si tenemos en cuenta que muchos jóvenes desconocen la oferta curricular de la universidad pública y las estrategias que esta despliega en diversos municipios. En Antioquia existe un imaginario sobre la dificultad que implica acceder a la educación superior, lo cual desmotiva a muchos estudiantes en el momento de reconocer a la academia como opción de vida para alcanzar metas y realizar sus sueños. “Serán 5.000 jóvenes de Medellín y 5.000 de Antioquia los que harán parte de esta estrategia que integra tres elementos importantes: mejorar la posibilidad de disminuir la deserción, mejorar los conocimientos de los bachilleres; pero sobre todo, sentar las bases para la instauración de una futura universidad virtual. La idea es que en el futuro los principales centros de educación superior estén inmersos en este proyecto para proponer nuevos programas de educación, encaminados a fortalecer la educación en Medellín, Antioquia y Colombia”, destacó el alcalde Aníbal Gaviria Correa. La Dirección de Regionalización, ha propuesto además el despliegue de los componentes cultural y comunicativo para impulsar esta estrategia en las regiones antioqueñas a través de propuestas como los semilleros artísticos regionales, los conciertos didácticos, las exposiciones itinerantes del Museo Universitario, el programa Tejiendo redes de Bienestar Universitario y la cátedra regional abierta. Nuestra Alma Mater asume un enorme compromiso en el que inicialmente se pretende impactar a 10.000 estudiantes, pero que a mediano plazo espera generar una optimización de procesos suficiente para que se alcance la meta de llevar este tipo de estrategias a cada estudiante interesado del departamento. Aquellos interesados en conocer más sobre la estrategia, pueden escribir al correo electrónico vamospalau@gmail.com o llamar al teléfono 219 84 99.
*Datos extractados del Ministerio de Educación Nacional: www.mineducacion.gov.co
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Reino Unido invitado a De país en país
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l conocimiento y la innovación marcarán este año la agenda internacional de la Universidad de Antioquia, con una nueva versión del programa De país en país, con el Reino Unido como invitado durante la primera semana de septiembre. Esta iniciativa, que nació hace más de 20 años en la Universidad de Antioquia como un evento cultural, se consolida hoy como una estrategia primordial de internacionalización que genera una agenda de trabajo a futuro entre la Institución y el país invitado. “Para esta versión vamos a trabajar con un socio clave que es el gobierno británico y por eso decidimos juntos, desde el principio, el enfoque que le íbamos a dar al programa y firmamos un convenio que nos permitiera adelantar y diseñar toda la programación”, explicó Carolina Laverde, directora de Relaciones Internacionales de la Universidad de Antioquia, dependencia encargada de liderar esta iniciativa. De parte del Reino Unido, es el British Council la entidad que está coordinando esta estrategia con la Universidad. “Colombia es un país en el que encontramos objetivos claros de crecimiento, innovación, emprendimiento, manejo de otros idiomas y de internacionalización. Con la Universidad de Antioquia venimos construyendo estrechos vínculos en investigación, ciencia y tecnología, movilidad estudiantil y transferencia social del conocimiento. Por todo lo anterior, decidimos ser parte de su programa De país en país, para dar un paso más hacia décadas de alianzas exitosas y relaciones cada vez más estrechas”, afirmó Chris Rawlings, director en Colombia del British Council. Lo que llevó a la Universidad a escoger al Reino Unido como el invitado en 2014 es, por un lado, la coyuntura geopolítica que está viviendo Colombia con este país, cuyas relaciones bilaterales se han fortalecido en los últimos años en materia de comercio, inversión, desarrollo tecnológico, educación, ciencia e innovación; y por otro lado, la existencia de áreas de interés comunes y trabajo colaborativo con la Alma Máter. “Con la participación en De país en país esperamos fortalecer nuestra relación con Medellín y Antioquia, continuar con la implementación de programas de cooperación entre el British Council y la Universidad de Antioquia y desarrollar alianzas y
Programación estratégica
acuerdos entre instituciones académicas, culturales, científicas y gubernamentales del Reino Unido y Colombia; además de potenciar una agenda geopolítica con impacto positivo en el desarrollo de ambos países”, aseguró Rawlings, quien también agregó que la relación actual con la Universidad es muy estrecha, ya que se ha estado construyendo desde hace varios años a través de acuerdos para la movilidad, investigación conjunta y desarrollo de actividades académicas.
De país en país tendrá este año diferentes ejes temáticos en todas las áreas del saber, entre ellas la investigación e innovación con énfasis en energía y salud; seguridad alimentaria y nutrición; relación universidad-empresa-Estado; el deporte como agente trasformador de la sociedad (rugby); y el lenguaje y cultura para resaltar la importancia del idioma inglés. Además, el programa regresará a las seccionales de la Universidad para seguir fortaleciendo su presencia en las regiones, con una agenda especial en Urabá y Oriente. Para esta versión también se realizó, por primera vez, una misión previa al Reino Unido, con el fin de establecer contactos que permitieran robustecer la agenda que se desarrollará en septiembre. Al mismo tiempo, ya hay aliados locales y nacionales que se están sumando a la estrategia, gracias a la buena acogida que tuvo el programa el año pasado con Alemania y
porque les interesa hacer sinergia con la Universidad de Antioquia y aprovechar esta iniciativa para el beneficio de su institución. “Nosotros realmente queremos que este se vuelva un programa de ciudad, que trascienda las fronteras de la Universidad y que tenga injerencia en otras instituciones; por eso este año contaremos con nuevos aliados como el Inder, la SAI, Tecnnova, Proexport y algunas secretarías de la Gobernación de Antioquia y la Alcaldía de Medellín, entre otros”, comentó la directora de Relaciones Internacionales. Con De país en país se espera finalmente que las diferentes instituciones, universidades y entes gubernamentales de las naciones invitadas en cada versión, vuelquen su mirada sobre la Universidad de Antioquia, sobre la ciudad y la región, para conocer sus potencialidades y avances en materia de investigación, innovación, educación y transformación social, con el fin de crear lazos de cooperación y colaboración a futuro.
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Un grupo de cirujanos vasculares, todos médicos egresados de la Universidad de Antioquia, desarrolló con éxito esta intervención que marca un punto de partida para mejorar las condiciones de salud y la vida de pacientes con enfermedades en venas y arterias.
La IPS UNIVERSITARIA realizó el primer trasplante de injerto arterial criopreservado de Colombia
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a IPS UNIVERSITARIA, gracias a su Programa de Cirugía Vascular, logró un hito en la historia médica del país al convertirse en el primer centro hospitalario de Colombia en practicar un trasplante de injerto arterial criopreservado. Además la institución, con este trasplante realizado en la sede Clínica León XIII en la Semana Santa, se convierte en una de las primeras en Latinoamérica en desarrollar este tipo de procedimientos. Al logro contribuyó en parte el único banco de tejidos (Biobanco) del país aprobado por el Invima para rescatar, procesar e implantar tejidos vasculares y, desde luego, el conocimiento del grupo de cirujanos vasculares liderado por Giovanni García, jefe del Programa, William Ramírez, Iván Arismendi, Efrén Cantillo, Mauricio Sánchez, Andrés Uribe y William Calle, quienes realizaron el primer trasplante de injerto arterial criopreservado. El trasplante de injerto arterial criopreservado suena muy técnico pero se explica fácilmente: consiste en reemplazar en un paciente una estructura vascular, como una vena o arteria, por otra de un donante cadavérico. Y la criopreservación alude a la técnica que garantiza la conservación de partes del cuerpo humano y sus propiedades gracias a que son protegidas y almacenadas a temperaturas de -170°C, lo cual permite conservar un órgano hasta por 20 años con sus condiciones anatómicas y moleculares intactas. En el caso específico de este primer trasplante en Colombia, se le practicó a una mujer de 68 años con un aneurisma roto e infectado en la región inguinal izquierda. Allí tenía una reconstrucción previa aorto bifemoral con un injerto de
dacrón (material sintético con el que se reemplazan las estructuras vasculares), segmento arterial que fue cambiado por el injerto criopreservado del donante cadavérico con el fin de salvar la extremidad, erradicar la infección y salvar la vida de la paciente Iván Arismendi, del Programa de Cirugía Vascular, explica que lo ideal en pacientes con problemas de este tipo “son las revascularizaciones o injertos con venas de ellos mismos, pero un alto porcentaje no tiene las venas apropiadas o sufre infecciones asociadas, lo que contraindica que se ponga un injerto tradicional, sea de dacrón o politretafluoretileno (otro material sintético); en estos casos lo más indicado es poner un trasplante de una arteria de donante cadavérico”. A este problema se añade que la población colombiana es cada
vez mayor en promedio de edad, con morbilidad alta por el tabaquismo, la diabetes e insuficiencia renal, lo que hace que las arterias se encuentren frecuentemente comprometidas. William Ramírez, subdirector médico de la Sección de Injertos Criopreservados del Biobanco de la Universidad de Antioquia y cirujano vascular de la IPS, explica que procedimientos como este trasplante se han implementado en el mundo solo desde hace unos 15 años y son pocos los bancos que rescatan arterias, las criopreservan y las utilizan en pacientes con necesidad de una reconstrucción vascular; en Latinoamérica apenas se encuentran 3 centros reconocidos de manejo de injertos vasculares criopreservados y en Colombia solo está autorizado por el Invima el Biobanco de la Universidad de Antioquia y la IPS UNIVERSITARIA.
Este logro es producto de un trabajo en equipo entre la Institución y la Universidad de Antioquia, y el compromiso, dedicación, excelencia en la calidad y esfuerzo del Laboratorio de Terapia Celular y Biobanco, con la colaboración de su directora científica, Luz Marina Restrepo, el subdirector técnico-científico Sergio Estrada y el subdirector de cultivos celulares Gabriel Merizalde. Para los cirujanos vasculares la satisfacción más grande es poder salvar y mejorar la calidad de vida de los pacientes. “Este primer trasplante se usó en situación de urgencia. La paciente requería la reconstrucción vascular so pena de muerte o de perder la extremidad. Por eso el orgullo y la importancia de lo logrado”, dijo el doctor Ramírez. “Vamos a poder ofrecer una nueva alternativa de tratamiento para salvar la vida y las extremidades”, dijo, y agregó que “son situaciones en las que no hay otra opción de tratamiento. Son pacientes que requieren una reconstrucción vascular porque sus venas no son adecuadas, tienen una infección de una reconstrucción vascular o un injerto previo protésico infectado y se requiere el retiro inmediato”.
Antecedentes
Foto cortesía IPS Universitaria
Por FELIPE SOSSA
Programa de Cirugía Vascular, liderado por Giovanni García, jefe del Programa, y por William Ramírez, Iván Arismendi, Efrén Cantillo, Mauricio Sánchez, Andrés Uribe y William Calle.
La IPS UNIVERSITARIA tiene un interés manifiesto en que el Programa de Cirugía Vascular se consolide como centro de excelencia. En palabras de Giovanni García, reconocido profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia, significa “ser un centro al cual acudan porque el servicio se presta con eficiencia, eficacia, con menor tiempo hospitalario, menos complicaciones, menos mortalidad y menos costo”. Para alcanzar ese reconocimiento se deben cumplir indicadores de carácter internacional basados en investigación, generación de
conocimiento y participación en encuentros académicos, entre otros aspectos. “Queremos que nos identifiquen por ser un centro de referencia, por ser la institución donde mejor se hacen las cosas”, agregó. De ahí que se haya elegido profundizar en dos aspectos: lo referente a la enfermedad aórtica y el salvamento de extremidades. Para actualizarse constantemente, y también para aportar su conocimiento a otros profesionales, el Programa de Cirugía Vascular entabló convenios con importantes instituciones del mundo: la Universidad de Yale en Estados Unidos, el Instituto Argentino de la Aorta de la ciudad de La Plata y la Universidad de Valladolid en España. Con todos se tiene la mejor relación, incluso varios profesionales han podido profundizar conocimientos en las propias instalaciones. Gracias a la relación con el doctor Carlos Mena, director médico de medicina vascular de la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale —natural de Medellín, médico egresado de la Universidad de Antioquia y de amplio prestigio en la medicina vascular de Estados Unidos—, se logró un convenio en el que profesionales de ambas instituciones se benefician con el conocimiento. Por ello, los integrantes del Programa de Cirugía Vascular comenzaron a finales de 2013 a actualizar conceptos en esa reconocida universidad. Allí participan de actividades académicas, consultas externas y cirugías. Ya se planea que en 2015 profundicen en formación integral en terapia endovascular infrainguinal y apoyo de orden académico. Las estancias serán más largas, de alrededor de un mes, pues actualmente cada cirujano vascular goza del intercambio durante una semana. Ese reconocimiento internacional ha motivado reconocimientos del Programa como el que fuese escogido para que dos cirugías suyas se transmitieran vía satélite a los asistentes al XX Congreso Colombiano de Angiología y Cirugía Vascular y al III Congreso NCVH Latinoamérica, que se desarrollaron en marzo en Cartagena.
Calidad de vida Para el doctor William Ramírez, la posibilidad de mejorar las condiciones de vida es uno de los mayores alicientes del grupo. Explicó que la importancia de los injertos criopreservados y su utilización se evidencian en la alta tasa de infección que se presenta en las reconstrucciones
Foto cortesía IPS Universitaria
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vasculares. “Se infectan hasta un 7% de las realizadas en miembros inferiores y hasta un 3% de la reconstrucción de la aorta abdominal. Esto lleva a una tasa de mortalidad de hasta el 70%”. Además de una tasa de amputación mayor del 60%. Expuso que es posible reducir estas cifras pero “la única modalidad es el retiro del material protésico y la colocación de un injerto criopreservado para evitar la muerte o para evitar la pérdida de la extremidad”. Y a esa reducción apunta este grupo que busca ser un centro de excelencia. En este departamento solo la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia forma cirujanos vasculares; en el país hay otras cuatro universidades, todas ellas de Bogotá. “Hemos dado pasos enormes pero hacen falta cirujanos vasculares”, dijo el doctor García, uno de los más reconocidos en este campo en el panorama latinoamericano, en un llamado a los médicos en formación a explorar en una modalidad que se abre campo con fuerza en los ámbitos nacional y mundial. Y esos pasos enormes son los que hoy tienen de plácemes a la IPS UNIVERSITARIA, a la Universidad de Antioquia y a este grupo de cirujanos vasculares, pues no solo inscribieron el nombre de todos en la historia médica colombiana con sus logros sino que, como a esta mujer de 68 años que se benefició del trasplante, mejoran la calidad de vida de muchas personas.
En búsqueda de ser los mejores del país Según el director de la IPS UNIVERSITARIA, médico Jaime Poveda Velandia, la producción médica y científica del Programa de Cirugía Vascular se cruza con las líneas de acción de la Institución y de la Universidad de Antioquia. “Cada vez hay más personas que necesitan este tipo de cirugías, por eso estamos interesados en que la institución tenga la mejor respuesta en cirugía vascular del país”, aseguró. Actividades como el primer trasplante de un injerto arterial en el país se enlazan con la labor de docencia e investigación, dos de las razones de ser de la IPS y especialmente de la Universidad de Antioquia. El objetivo es que la sede Clínica León XIII sea reconocida como hospital universitario, para lo cual se han fortalecido grupos de investigación como los del Biobanco, donde se pueden conservar, replicar o multiplicar células y tejidos. “El Biobanco tiene autorización del Invima para la producción de tejido humano, es el único en Colombia con la labor especial de arterias y venas y por esto el Programa de Cirugía Vascular es uno de los más cercanos a él”, explicó Poveda. Además la labor del Programa de Cirugía Vascular y las demás áreas de este trabajo conjunto permiten condiciones de calidad y los escenarios para que los profesionales en formación tengan campos en los que pueden profundizar.
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A la Universidad de Antioquia, más que aumentar el número de grupos, le interesa mejorar la calidad de los mismos.
La UdeA registra 239 grupos de investigación reconocidos por Colciencias
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n octubre de 2013 Colciencias abrió una convocatoria nacional para medir y clasificar los grupos de investigación y sus integrantes, donde se aplicó un nuevo modelo que fue construido y socializado durante casi dos años. El pasado 12 de abril, la entidad anunció el resultado definitivo de esta convocatoria y la UdeA recibió el reconocimiento y clasificación para 239 grupos de investigación, de un total de 4304 en todo el país. En la convocatoria previa, hecha por Colciencias en 2012, la Universidad contó con 248 grupos reconocidos; en esa oportunidad no fueron clasificados, sin embargo el nuevo modelo retoma la clasificación de los grupos desde la categoría D hasta la A1, siendo A1 la asignada a aquellos con mejores condiciones de producción y calidad científica. Además, Colciencias acogió las áreas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) para todos los grupos de investigación del país. El Vicerrector de Investigación de la Universidad, Fanor Mondragón Pérez considera “importante resaltar que este es un esfuerzo muy importante de Colciencias, que nos ayuda a conocer las fortalezas y debilidades en investigación que tenemos en el país y al mismo tiempo, a visualizar en qué áreas deberíamos poner más recursos”. A la Universidad de Antioquia, más que aumentar el número de grupos, le interesa mejorar la calidad de los mismos. Aunque no se puede hacer una comparación directa entre los grupos A1 de 2010 y los de la última convocatoria, el Vicerrector enfatiza que hubo un aumento del 69% en el número de grupos en esta categoría, pasando de 35 en 2010 a 59 en 2014. Ahora, con 239 grupos reconocidos, la Universidad es la segunda en el país en número de grupos investigación, después de la Universidad Nacional de Colombia.
U. Nacional
544
U. Antioquia
239
U. Valle
159
U. Andes
146
Las fortalezas de la U Si bien en el país las áreas con mayor número de grupos reconocidos son las ciencias sociales, con 1520 grupos (36%), las ciencias naturales con 858 (20%) y las ciencias médicas con 658 (15%), en la UdeA esta proporción cambia, y se destacan las ciencias médicas y de la salud con 68 grupos (28%), las ciencias sociales con 59 (25%) y las ciencias naturales con 54 (23%), seguidas por las humanidades con 24 (10%), ingeniería y tecnología con 21 (9%) y ciencias agrícolas con cinco (2%). Además, se cuenta con ocho grupos de investigación que no especificaron el área a la cual pertenecían. Al hablar de las categorías, el área de ciencias naturales cuenta con 18 grupos en A1, seguido de las ciencias de la salud con 16 e ingenierías y tecnologías con 13; el área de ciencias sociales tiene cuatro y las áreas de humanidades y ciencias agrícolas con tres cada una.
¿Y la medición de los científicos? El modelo de medición aplicado en esta convocatoria incluyó a los investigadores, quienes según su perfil académico y su producción científica fueron clasificados como senior, asociado o junior. En el país se encuentran clasificados 8011 investigadores, 693 como senior, 1823 asociados y 5495 junior. Para el Vicerrector de Investigación “esta es una cifra muy pequeña de investigadores; nos muestra que tenemos aproximadamente 180 inves-
tigadores por millón de habitantes, comparado con más de 5000 investigadores por millón de habitantes que tiene un país como Corea. De nuevo la estadística nos muestra que el país debe hacer un esfuerzo para mejorar su capacidad investigativa”.
El número de investigadores también ubica a la UdeA como la segunda en el país, pues con 587 investigadores reconocidos de manera preliminar se sitúa después de la Universidad Nacional de Colombia, con 1009 investigadores.
Grupos de investigación por área del conocimiento de la OCDE y según la clasificación
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"Los únicos que pueden cambiar la educación son los maestros"
Foto Sofía Villa Múnera
recorrido histórico de la educación en el país y que ha dado al traste con la pretensión de lograr calidad educativa es la desigualdad en los niveles formativos. “Así como hay extraordinarias escuelas, hay también una gran cantidad de instituciones en donde no se enseña mucho”, aseguró. Y esto es resultado de la herencia colonial, pues la labor de educar fue entregada a los sacerdotes y a las monjas que crearon colegios privados. “Se impuso —añadió— un sistema totalmente desbalanceado donde los colombianos de élite de Bogotá aprendieron bastante, mientras que el resto del país no tenía escuelas o tenía pequeñas escuelas de un solo salón o de un solo maestro”. Para Melo este desequilibrio continúa, sobre todo en las regiones más olvidadas del país. Sobre la formación de maestros, el historiador opina que “el modelo actual es complicado, pues propone un sistema de formación de maestros de educación elemental, que es la escuela normal; y un modelo para formar los maestros sofisticados que son las escuelas universitarias de ciencias de la educación”. Melo considera que este sistema mantiene otra de las grandes divisiones históricas, porque “los mejores maestros van a educar a los que menos necesitan profesores formados, o sea a los más grandecitos, mientras que los niños tienden a tener maestros de menor nivel formativo”. Y aunque el sistema de escalafón trató de
Por DIANA SOFÍA VILLA
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os intentos de reformas educativas en el país en los últimos años han sido infructuosos, y han estado enmarcados en protestas lideradas, principalmente, por los estudiantes universitarios, y en un sinnúmero de críticas que evidencian los malos resultados del país en las pruebas internacionales como las Pisa que promueve la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, Ocde, en las cuales en 2013 Colombia obtuvo el puesto 61 entre 65 evaluados. Este panorama, en el que se incluye la escasa inversión estatal en educación —4,7% del Presupuesto General de la Nación en 2014, es decir $2,2 billones—, fue abordado por el historiador, docente universitario y columnista, Jorge Orlando Melo, quien, en el marco de la celebración de los 60 años de la Facultad de Educación de la Universidad de Antioquia, también reflexionó sobre el ejercicio docente. Al señalar que una de las cua-
lidades de la educación es que distingue al ser humano de las otras especies, pues lo libera del determinismo genético y le da herramientas para actuar distinto a las generaciones anteriores, Melo también observó que si el profesor hace bien su trabajo contribuye a disminuir la diferencia entre alumno y maestro pues ambos sabrán lo que antes sólo uno sabía. Melo considera que hay desazón por la falta de resultados en la educación colombiana, entre otras razones históricas porque si bien, de un lado desde principios del siglo XIX los liberales creían que la educación nos iba a sacar de la miseria, que era el factor transformador que se necesitaba, que se tenía que educar para la vida, que no se debían dar conceptos abstractos sino herramientas para que el alumno ejercitara su entendimiento, y que el modelo de aprendizaje debía ser activo, basado en estímulos y no en castigos, tales postulados nunca se pusieron en práctica. Para Melo, estos son ideales de los hombres de la independencia, conceptos viejos que se dicen ahora como si fueran una gran novedad. “La teoría siempre ha dicho lo mismo, pero en la práctica siguió imperando la férula”, expresó. Otra falencia que encuentra en el
Foto Archivo Periódico ALMA MATER
“No hay formula para educar, los alumnos y los maestros son tan diferentes que lo que funciona en unos casos, fracasa en otros”, afirmó Jorge Orlando Melo en su conferencia.
mitigar este inconveniente, Melo cree que aún se debe trabajar para que los más pequeños tengan maestros mejor preparados. El catedrático e historiador propone que no se debe hacer tanto hincapié en enseñar pedagogía y grandes teorías a los maestros, ni tampoco unir todos los esfuerzos para que los estudiantes desarrollen tecnología, innovación y emprendimiento. “Yo creo que más que la innovación y la tecnología, lo que debemos hacer es formar a la población para que tenga una buena cultura científica. Tener gente en las universidades formándose en los principios fundamentales de la ciencia moderna y en la investigación básica”. Aún así, para Melo es difícil tener una respuesta definitiva que explique por qué en las pruebas internacionales el país tiene malos resultados, pues hay varios factores que juegan. La falla puede estar en los alumnos, en los maestro, en el método educativo o en todas las anteriores. “No es fácil hacer un diagnóstico. Yo mismo no tengo una respuesta clara”, aseguró. Y concluyó que “no debemos preocuparnos tanto por las grandes teorías pedagógicas, ni pensar que el Gobierno va a inventarse una reforma educativa que sí va a cambiar las cosas. Los únicos que pueden cambiar las cosas son los maestros, son los profesores universitarios por medio de un trabajo separado, independiente, creativo y ojalá alejado de las burocracias poderosas”.
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Si hubiéramos escuchado a los sabios… Por LUIS JAVIER LONDOÑO BALBÍN
Foto Luis Javier Londoño Balbín
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n junio se cumplen veinte años del informe que el gobierno Gaviria le encomendó a diez reconocidos colombianos —incluido el escritor Gabriel García Márquez y la bacterióloga Ángela Restrepo Moreno, la única mujer de la llamada Misión de sabios—, mediante el cual el grupo de expertos le trazaban una carta de navegación al país para superar el atraso histórico en educación, ciencia, tecnología e innovación y para ponerse, de veras, en la ruta del desarrollo social y económico. Los consejos plasmados en una colección de siete tomos siguen vigentes y dos décadas después no cesan los lamentos y los señalamientos por no haber seguido la voz de los sabios, desoída por los gobiernos sucesivos y atendida, en la medida de sus posibilidades, por las universidades. La ‘celebración’, coincidente con otras conmemoraciones en 2014 como los veinte años de la promulgación de la ley general de educación y los treinta años del movimiento pedagógico, constituye un buen pretexto para evaluar y, sobre todo, retomar las propuestas consignadas en el documento Colombia: al filo de la oportunidad, más ahora cuando el país aspira a integrar la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, Ocde, y proyecta una agenda para los próximos veinticinco años. Carlos Eduardo Vasco —otro de los ´sabios´ junto con Eduardo Aldana, Rodolfo Llinás, Luis Fernando Chaparro, Rodrigo Gutiérrez, Marco Palacios, Manuel Elkin Patarroyo y Eduardo Posada— recuerda que el nombramiento de uno de los comisionados como director de Colciencias, el préstamo del BID para impulsar las recomendaciones, la creación del Consejo nacional de calidad, productividad y competitividad, hizo suponer que las propuestas no se iban a quedar en los anaqueles, como suele suceder con casi toda ese tipo de misiones.
Carlos Vasco Pero sucedió, no solo por el característico ‘síndrome de Adán’ y la dificultad que experimentan los presidentes para continuar programas del antecesor, sino porque Samper, que parecía dispuesto a promover las iniciativas que los científicos y el Nobel de literatura nuestro le habían dejado al gobierno Gaviria, “por las 8.000 razones que sabemos empezó a preocuparse únicamente por sobrevivir, y el país entró al garete; ahí no hacía falta carta de navegación ninguna sino tratar de sobrevivir, y prácticamente todas las recomendaciones de la misión, especialmente las de educación, se quedaron en el papel”, dice el pedagogo Vasco.
¿Y cuál ha sido el papel de las universidades profesor Vasco? —Afortunadamente muchas universidades tomaron muy en serio la recomendación y empezaron a trabajar en posgrados, en formación avanzada, en grupos de investigación, en adoptar la ciencia y la tecnología como un punto clave. Por ejemplo, en el caso de los grupos decíamos que debía haber unas 10 personas por grupo y unos 2.000 grupos de investigación. Llegamos a 4.000, pero la calidad y la producción de esos grupos es muy variada. Decíamos que debía haber 8.000 o 10.000 doc-
tores y solo llegamos a 4.000, lo cual es un cambio grande, pues cuando la misión estábamos en 1.000 colombianos con doctorado. Y claro, Brasil puede graduar 10.000 doctores al año, pero ese es un país super desarrollado, con una inmensa población. Otras recomendaciones como adoptar las estructuras de organizaciones que aprenden en los ministerios, el Sena, el ICBF, las distintas universidades y colegios, ni siquiera se conoce. Tampoco se ha logrado crear el grado 12 o volver a la jornada escolar completa. De haber seguido las recomendaciones, ¿cómo debería estar el país hoy? —Uno no sabe, porque en Colombia la política, el narcotráfico, la guerrilla hacen que nuestra situación sea muy distinta a la de otros, como Corea que en los 90 estaba peor que nosotros económica, política y educativamente y hoy, gracias a 20 años de insistencia en ciencia, educación y desarrollo, mire donde está: los taxis, los televisores, los celulares son coreanos y la Samsung en 2012 sacó más patentes que todos los países latinoamericanos juntos. Por eso, cuando vienen los grandes magos de México, Perú, Argentina o la Ocde a regañarnos por no tener políticas de educación superior, de posgrados, hay que decir que esas políticas sí están escritas y propuestas, pero se abandonaron prácticamente desde 1998 por la crisis económica en el gobierno de Andrés Pastrana. ¿Cuáles estarían vigentes y cuáles habría que reorientar? —Con el profesor Jairo Humberto Restrepo Zea de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Antioquia y Ángela Restrepo estamos trabajando para hacer un balance no solo de lo que no se hizo, sino de lo que sí se hizo y hasta dónde se hizo, para ver cuáles recomendaciones siguen vigentes, cuáles hay que reformar, y cuáles añadir. Esa es la tarea a la que vine a la Universidad. Tuve una reunión con la Facultad de Educación, otra con un grupo de estudiantes de la maestría porque están trabajando en gestión del conocimiento. Vamos a tomar el área de organizaciones que aprenden, el área de educación y el área de ciencia
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y tecnología para ver precisamente el balance qué nos dice, qué se ha hecho y qué nos falta por hacer. También la Escuela de Bibliotecología hizo ya en Granada, España, un trabajo sobre los primeros diez años de la misión, y la Universidad de Antioquia en 2003 nos invitó a todos los comisionados a hacer un balance de los diez años, y así hay que mirar con mucho cuidado cada una de estas recomendaciones. Pareciera que en algunos indicadores no solamente nos estancamos sino que retrocedimos, según los resultados de las pruebas Pisa, por ejemplo. —Yo no le veo mucha importancia a los resultados de Pisa. Como dicen, los colombianos siempre vivimos tan felices por todo que ya recuperamos el primer lugar en felicidad y estamos muy contentos porque al Perú le fue más mal que a nosotros. Que a los niños de 15 años les vaya mal en las pruebas Pisa a mí no me alarma en lo más mínimo, lo que me alarma es ver que no saben leer las preguntas. En realidad, ¿ese examen analiza las matemáticas, o la capacidad de lectura crítica? Yo le diría al Icfes que en vez de preocuparse por las matemáticas se preocupe por la lectura crítica y comprensiva, para ver si el estudiante entiende la pregunta. También hay que mirar atrás los síntomas del problema y la enfermedad. Una persona que no conozca a los maestros, a Fecode y al movimiento pedagógico no se le ocurre que ante un incentivo económico a los docentes puede que el mismo Fecode se oponga. El reconocimiento social y cultural al maestro es el incentivo que necesita, y eso no aparece en los estudios económicos. Uno de estos ejercicios de balance que estamos haciendo tanto en Bogotá como en Medellín va a mostrar que efectivamente muchas de las recomendaciones se quedaron en el papel, pero en algunas se avanzó: las universidades tomaron el papel que le correspondía a Colciencias y al ministerio de Educación y lograron mucho más en investigación, en becas doctorales, en publicaciones en revistas internacionales de lo que nosotros hubiéramos pensado que era factible.
Uno de estos ejercicios de balance que estamos haciendo tanto en Bogotá como en Medellín va a mostrar que efectivamente muchas de las recomendaciones se quedaron en el papel, pero en algunas se avanzó: las universidades tomaron el papel que le correspondía a Colciencias y al ministerio de Educación y lograron mucho más en investigación, en becas doctorales, en publicaciones en revistas internacionales de lo que nosotros hubiéramos pensado que era factible.
En cambio una recomendación tan sencilla como subir la inversión en ciencia y tecnología del medio por ciento al uno por ciento del PIB todavía no los hemos alcanzado, seguimos en 0.47%, y si le metemos los recursos de regalías no llegamos al medio. A un pedagogo como usted hay que preguntarle por el papel de las facultades de educación, cuando hoy cualquier profesional puede ser profesor —Aun los mismos profesionales de las distintas áreas y los científicos de las distintas disciplinas y los mismos profesores de la facultad de educación están divididos entre los que creen que lo importante es saber más para ser buen profesor y los que pensamos que saber más es muy importante para ser buen profesor de equis disciplina, pero no de equis niño o equis persona con discapacidad, etc. Eso no se resuelve con saber más, se resuelve con un maestro. Pero si el mismo maestro no quiere que le digan maestro sino docente, y no quiere que le digan que es educador sino matemático, entonces vemos un problema, como que, por ejemplo, en este momento la universidad Distrital se quedó sin facultad de educación porque de un día para otro el consejo superior decidió acabarla y el doctorado en educación en el que yo colaboro con las universidades Distrital, Pedagógica y del Valle, se quedó en el aire. Entre los mismos profesores algunos están contentos de que ahora sí reconozcan que ellos son científicos y otros estamos muy tristes porque la educación, la
pedagogía, la formación integral del estudiante no parece tener valor. Esa es la tarea actual que tienen las facultades de educación, recuperar esa imagen de ser facultades de pedagogía, de didáctica, de educación, de formación, y no solo facultades para enseñar equis disciplina. Desde nuestros más famosos matemáticos hasta los últimos maestros de los colegios de 10 y 11 creen que para enseñar matemáticas lo que hay que saber es más matemáticas y no caen en cuenta que los niños están aburridos, que apenas se acaba el curso queman el libro para no volver a ver nada de matemáticas y que nos están llegando a la universidad preguntando en cuál materia no hay matemáticas para meterse ahí. ¿Cómo puede un país avanzar y progresar así? ¿Cómo recuperar el estatus del maestro, más allá del problema salarial? —Eso hablábamos hace 20 años en la misión, la dignificación del maestro. Pero, ¿qué significa eso?, porque alguno decía, ¿es que es indigno ahora? No, pero se está sintiendo indigno, como una persona que apenas está buscando un puestico en una escuela o en un colegio y por estar en el escalafón ya se siente tranquilo y no necesita aumentar su nivel de formación continuada, y empieza a discutir por el aumento, que sea un poco más de la inflación, y el mismo Fecode se reduce a defender a los maestros que no merecen que los defiendan y se reduce a impedir que se evalúen a los maestros mientras ellos sí quieren evaluar a los niños y que pierdan el año;
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hay en los mismos maestros una confusión de su rol y eso no se recupera por plata ni por facultades de educación, sino con todo un nuevo movimiento pedagógico como el del año 84 a 94, que recupere los aspectos formativos y pedagógicos de los maestros, que no se conforme con ser docente de matemáticas, física, historia, y que se preocupe por la formación integral de los estudiantes. ¿Qué agenda propondría al próximo gobierno y cómo lograr que las observaciones trasciendan a política pública? —Ese es el motivo de este balance de los 20 años de la misión, elaborar un documento corto, de seis u ocho páginas para la agenda del próximo gobierno. Con el informe de Compartir el presidente se comprometió públicamente en que en 2025 seríamos el país más educado de Latinoamérica, un compromiso público que lo obliga a comprometerse con estas recomendaciones. Pero el problema es que en Colombia no hay políticas públicas de Estado, sino políticas de gobierno y muchas veces políticas de ministro. Ese problema de cómo hacer que la recomendación de la academia y de los informes y de las misiones pase a por lo menos políticas del gobierno siguiente y durante ese gobierno se vayan concretando cambios constitucionales, legales, en decretos, es lo que no se ha podido saber cómo se hace. Desde el punto de vista de la gestión legal, política y administrativa del Estado no se conocen todavía los mecanismos de configurar políticas de Estado a largo plazo, de irlas completando en la legislación y de mantenerlas en una dirección independientemente del ministro y del presidente de turno. Eso no está todavía en la cabeza de nuestros gobernantes. Es usted pesimista… —No. Yo decía en la misión que Colombia es un país en donde lo improbable sucede todos los días y lo imposible de vez en cuando. Aquí no se distinguen los realistas de los pesimistas, y los optimistas no son sino pesimistas mal informados. Si usted es realista y bien informado entonces puede ser optimista de que de pronto en estos cinco años se puede lograr algo que todavía está dentro de los 25 años que nos propusimos en el año 94.
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“A la ley le faltó entender que el sistema educativo no termina en el grado 11”: Francisco Cajiao
Por SARA GIRALDO MAESTRE
“Si las facultades de educación de Colombia no se reinventan no hay esperanzas para el país”, aseveró Francisco Cajiao en la cátedra de la rectoría y la Facultad de Educación –a propósito de sus 60 años–, en la que el experto en temas educativos reflexionó respecto de los aciertos y erratas de la Ley general de educación del país, la ley 115 de 1994. Según el licenciado en filosofía, la constituyente de 1991 estableció la educación como un derecho fundamental, ya que en la constitución de 1986 era un derecho pero solo hasta quinto de primaria, y determinó su universalidad, es decir, le dio un carácter incluyente. Tres años después —recordó—, la ley general de educación reunió las normas, leyes y decretos de educación que había hasta entonces y las estructuró como un todo armónico; en otras palabras, cumplió un papel organizador. En ese sentido, Cajiao reconoció que si bien la ley garantizaba el derecho a la educación, precisaba su alcance y abarcaba de manera completa la educación básica y media —estableció tres años de educación preescolar obligatorios para todos los niños de colegios oficiales—, se quedó corta en cuanto a la educación superior. “A la ley le faltó entender que el sistema educativo no termina en el grado 11”, dijo, y argumentó que aunque es importante que haya una ley específica de educación superior –la ley 30 de 1992– la ley general de educación debería comprender todo el ciclo educativo y sus posibles articulaciones. Destacó además que la ley general de educación hizo un enorme esfuerzo por establecer la educación como un todo nacional y no como retazos regionales en un país geográficamente disperso e incomunicado, lo que permitió entender cómo se desarrollan los ciclos desde la primera infancia, hasta la educación media. “Nos habló de la educación técnica, formal, no formal y de las responsabilidades del Estado, de la familia y de la sociedad”, precisó. Para el también magíster en
Foto Luis Javier Londoño Balbín
Francisco Cajiao
"Facultades de educación deben reinventarse" economía, la participación se convirtió en un principio del proceso educativo que abarcaba desde la institución –con el establecimiento de gobiernos escolares, consejos directivos, representación de padres, de profesores y de estudiantes en instituciones privadas y públicas– hasta el ministerio de Educación, amén de los personeros estudiantiles, los representantes de grupo. Fueron —señaló— figuras fundamentales para la garantía de los derechos. Pero la ley estableció, además, los foros educativos anuales a nivel departamental y municipal, donde deben converger todos los agentes educativos desde la familia, la escuela y la sociedad para discutir los grandes problemas educativos.
Cuestionamientos Con todo, Cajiao cuestionó dónde están en las facultades de educación del país las prácticas específicas de participación escolar. “La ley nos dice que hay que hacer unas cosas pero cuando uno pasea por el país se hacen los mínimos para cumplir”, expresó. ¿Qué pasó con las juntas de educación?, volvió a interro-
garse. “Estas se constituyeron de tal manera que los mecanismos de participación terminaron en manos de los convencionales políticos inconvenientes”, respondió el columnista. Cuestionó también que los manuales de convivencia “se asemejan más a un reglamento policivo”. Así mismo llamó la atención sobre la responsabilidad que la ley le dió a los maestros con la autonomía de definir el currículo de cada institución teniendo en cuenta unos mínimos, pues aseguró que a pesar de que los maestros contaron con espacios para deliberar, reinventar la escuela y recomponer el aparato educativo del país “hoy tenemos niños que en sexto tienen 14 asignaturas que es la forma más eficaz de volverlos brutos. La ley nos quedó grande”. Según Cajiao. otra falencia de la ley 115 de 1994 es que no generó conexión entre la educación básica y la superior, no previó un modelo razonable y permanente de financiamiento de la educación básica y estableció el financiamiento por capitación, es decir los recursos se asignaban a cada departamento según la cantidad de niños matriculados demostrables. “El acto legislativo
reglamentado por la ley 715 desmonta la autonomía que le había dado a las localidades, regiones e instituciones y vuelve a centralizar la educación”, apuntó. Por otra parte, manifestó que en Colombia los maestros han incurrido en el error de confundir la sindicalización con la agremiación. “El sentido de un sindicato es defender los derechos del profesional; la agremiación, en cambio, es para desarrollar la profesión, para crear los parámetros sobre los cuales debe construirse socialmente la imagen de la profesión tal como sucede en las demás profesiones”, explicó. Finalmente Cajiao resaltó que el gran desafío que tienen las facultades de educación es recoger el saber que hay en las aulas escolares, ayudar a sistematizarlo y volverlo trasmisible. “Para innovar sería interesante que la universidad tuviera colegios adscritos donde los estudiantes no estén una tarde sino seis meses aprendiendo de los que saben cómo es el ritmo de un colegio”. En otras palabras, el especialista propone aprender desde la realidad, “eso transformaría profundamente las facultades de educación”, puntualizó.
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Entre el ruido y los cortejos Por PABLO MONTOYA Departamento de Lingüística y Literatura Facultad de Comunicaciones Universidad de Antioquia
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eo a García Márquez desde que era adolescente. Lo leí maravillado en esos años en que el Nobel de Literatura le llegó como una bendición y como una condena. La bendición del reconocimiento universal y la condena de la celebridad. Lo seguí leyendo, deslumbrado por su imaginación desbordante y su contundencia estilística, en los años de mi juventud. Lo sigo leyendo, con menos intensidad emotiva, en la adultez. Su vida y su obra las he tratado de comprender de la manera más objetiva, es decir, sin caer en la admiración gregaria y sin dejarme llevar por lo que han dicho y siguen diciendo casi todos en todas partes. Es difícil lograrlo, es verdad, porque en torno a esta vida y a esta obra, más que a ninguna otra en la cultura colombiana, ha habido demasiado ruido. El ruido del espectáculo y el marketing, el ruido de los medios de comunicación y el periodismo, el ruido de la academia y los estudios literarios, el ruido de las amistades que el escritor tuvo en los medios del poder político y cultural. El ruido, en fin, que ha generado su fama desmesurada. Su obra, e insistir en ello acaso sea innecesario, es una de las más logradas en la historia de la literatura del país. No solo García Márquez fue un gran novelista, también fue un gran cuentista y un gran cronista. Antes se decía, y esto era unánime, que si se quisiera hacer una antología de la narrativa colombiana el nombre de García Márquez era
suficiente. Hoy sabemos que Colombia, para una verdadera representación, urge de otros nombres. La literatura de un país no es un solo árbol, es un bosque conformado por árboles. Antes de que él y el Grupo de Barranquilla irrumpieran con su notable renovación, se decía, y él más que nadie y su amigo Cepeda Samudio lo dijeron, que la literatura colombiana era pobre y lamentable. Hoy sabemos, sin embargo, que una literatura “nacional” no se hace con un par de nombres o un solo grupo, sino que ella es un tejido de muchas obras que vienen desde antaño, que palpitan en el presente y que vendrán después. Ahora bien, el hombre García Márquez, luego de que se volvió una personalidad pública de matices internacionales, me ha suscitado reservas. Preferí no hacer la peregrinación que los escritores de mi generación le hacían a su casa en México. Una vez más, ante su caso, me dije que lo que había que hacer con los buenos escritores era simplemente leerlos. Su función de corre ve y dile de los poderosos es un capítulo deslucido de su periplo existencial. En esta perspectiva, siguió un comportamiento que en nuestro medio inició con Rubén Darío, ese poeta adulador de los dictadores. En la larga historia de la confrontación entre libertad del artista y autoritarismo del tirano, García Márquez terminó prosternándose ante el segundo. Con él, por otro lado, nuestra literatura entró a una suerte de profesionalización del oficio, y ahora algunos escritores
pueden decir que viven de la escritura en un país que ha sido mezquino y avaro con sus artistas. Con él nuestra literatura cayó de bruces en la fascinación de lo comercial. Su referente de millones de ejemplares publicados en cada una de sus ediciones ha caído sobre nuestras espaldas como una especie de maldición bíblica. De tal manera que siempre se está buscando, sobre todo en las nuevas generaciones, parecerse a él en su gigantesco éxito. Fue difícil no ampararse bajo su sombra, apenas empezó este triunfo caudaloso en la década del 60 con la publicación de Cien años de soledad. Hubo quienes, por ser fieles a las premisas de sus credos literarios, desaparecieron del horizonte, cuando empezó a fulgurar la luz tremenda y mágica del universo macondiano. En realidad, una generación de escritores colombianos se esfumó ante el mundo porque solo García Márquez importaba. Hubo otros que, buscando tal vez el lado más cómodo, decidieron seguir los rumbos del realismo mágico. Imitarlo fue la moda en su tiempo y sigue siendo una manera de ser aceptado en el mercado editorial. Pero seguir tras esta estética es entrar en un callejón sin salida porque ella tiene una sola marca, la del escritor de Aracataca. Pese a él, o gracias a él, la idea de Colombia, es decir su representación, empezó a asociarse con Macondo. El país terminó macondizándose, como si fuera una triste caricatura, ante el encanto de esta obra. Pero un país es algo mucho más complejo que una literatu-
ra. Y habrá que explicar, con mayor hondura y una mejor distancia, qué significa ese Macondo y sobre qué valores se levanta la particular visión de la Colombia caribeña de García Márquez. Tal tarea, pues la otra, la de ensalzarlo hasta lo hiperbólico es lo que se ha hecho hasta el momento, es necesario efectuarla. Pero establecer una crítica, digamos controversial de este escritor en el país, es correr el riesgo de que llueva una andanada de reclamos. Al patrimonio nacional hay que respetarlo por encima de cualquier cosa. Como si fuera un deber moral admirarlo sin condiciones. Afuera el panorama es distinto. Y están para demostrarlo las críticas de Octavio Paz, Harold Bloom, Reinaldo Arenas y Roberto Bolaño; los estudios de Enrique Krauze, Ángel Esteban y Stéphanie Panichelli; y los movimientos Crack y McOndo que, en cierta medida, desacralizaron al ídolo. Críticas que, en general, señalan el amañamiento político del escritor, su visión maniquea del poder, sus hallazgos literarios convertidos rápidamente en fórmula comercial. Con su muerte, como sucede en el cuento “Los funerales de la Mamá Grande”, empezarán las conmemoraciones maratónicas y García Márquez se hará más ubicuo y espectacular. Como el narrador del cuento, habrá que recostar la silla en la puerta, y esperar a que pase el vendaval de los cortejos. Solo entonces podrá hacerse el trabajo de una nueva valoración que exige su obra. Ojalá el ruido deje hacerlo.
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na síntesis de la v e rsión de Gabriel García Márquez sobre su vida, en pasajes de su autobiografía Vivir para contarla (Bogotá: Norma, 2002). Esta obra —anunciada como el primer volumen de una trilogía que nunca se completó por los múltiples afanes del escritor, que se había convertido en una leyenda viviente, y por el asedio de la desmemoria— es una pieza maestra de la hibridez, por las confluencias entre periodismo y literatura: mientras el periodista cuenta su propia vida, el escritor camufla ese relato entre retazos de los personajes de su universo literario; así, el García Márquez narrado allí es, más que el hombre nacido en Aracataca, un héroe inspirado por la magia de Macondo. —Andrés Vergara Aguirre—
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Muchos años después… García Márquez se rein 1. Rumbo a Macondo El tren hizo una parada en una estación sin pueblo, y poco después pasó frente a la única finca bananera del camino que tenía el nombre escrito en el portal: Macondo. Esta palabra me había llamado la atención desde los primeros viajes con mi abuelo, pero sólo de adulto descubrí que me gustaba su resonancia poética. Nunca se lo escuché a nadie ni me pregunté siquiera qué significaba. Lo había usado ya en tres libros como nombre de un pueblo imaginario, cuando me enteré en una enciclopedia casual que es un árbol del trópico parecido a la ceiba, que no produce flores ni frutos, y cuya madera esponjosa sirve para hacer canoas y esculpir trastos de cocina. […] El tren pasaba a las once por la finca Macondo, y diez minutos después se detenía en Aracataca. El día en que iba con mi madre a vender la casa pasó con una hora y media de retraso. Yo estaba en el retrete cuando empezó a acelerar y entró por la ventana rota un viento ardiente y seco, revuelto con el estrépito de los viejos vagones y el silbato despavorido de la locomotora. El corazón me daba tumbos en el pecho y una náusea glacial me heló las entrañas. Salí a toda prisa, empujado por un pavor semejante al que se siente con un temblor de tierra, y encontré a mi madre imperturbable en su puesto, enumerando en voz alta los lugares que veía pasar por la ventana como ráfagas instantáneas de la vida que fue y que no volvería a ser nunca jamás.
2. El General en “el cuarto de las pesadillas” Durante la adolescencia, interno en un colegio helado de los Andes, despertaba llorando en medio de la noche. Necesité esta vejez sin remordimientos para entender que la desdicha de los abuelos en la casa de Cataca fue que siempre estuvieron encallados en sus nostalgias, y tanto más cuanto más se empeñaban en conjurarlas. […] Nunca pude superar el miedo de estar solo, y mucho menos en la oscuridad, pero me parece que tenía un origen concreto, y es que en la noche se materializaban las fantasías y los presagios de la abuela. Todavía a los setenta años he vislumbrado en sueños el ardor de los jazmines en el corredor y el fantasma de los dormitorios sombríos, y siempre con el sentimiento que me estropeó la niñez: el pavor de la noche. Muchas veces he presentido, en mis insomnios del mundo entero, que yo también arrastro la condena de aquella casa mítica en un mundo feliz donde moríamos cada noche. […] Mi único inconveniente social en el colegio eran unas pesadillas siniestras heredadas de mi madre, que irrumpían en los sueños ajenos como alaridos de ultratumba. Mis vecinos de cama las conocían de sobra y sólo les temían por el pavor del primer aullido en el silencio de la madrugada. El maestro de turno, que dormía en el camarote de cartón, se paseaba sonámbulo de un extremo al otro del dormitorio hasta que se restablecía la calma. […] Mis gritos no eran de pavor, sino voces de auxilio para que alguien me hiciera la caridad de despertarme. En el dormitorio del liceo no había tiempo de nada, porque al primer quejido me caían encima las almohadas que me lanzaban desde las camas vecinas. Despertaba acezante, con el corazón alborotado pero feliz de estar vivo.
3. Las mujeres fundadoras Creo que la esencia de mi modo de ser y de pensar se la debo en realidad a las mujeres de la familia y a las muchas de la servidumbre que pastorearon mi infancia. Eran de carácter fuerte y corazón tierno, y me trataban con la naturalidad del paraíso terrenal. Entre las muchas que recuerdo, Lucía fue la única que me sorprendió con su malicia pueril, cuando me llevó al callejón de los sapos y se alzó la bata hasta la cintura para mostrarme su pelambre cobriza y desgreñada. […]
En cambio, la mujer que de verdad me quitó la inocencia no se lo propuso ni lo supo nunca. Se llamaba Trinidad, era hija de alguien que trabajaba en la casa, y empezaba apenas a florecer en una primavera mortal. Tenía unos trece años, pero todavía usaba los trajes de cuando tenía nueve, y le quedaban tan ceñidos al cuerpo que parecía más desnuda que sin ropa. Una noche en que estábamos solos en el patio irrumpió de pronto una música de banda en la casa vecina y Trinidad me sacó a bailar con un abrazo tan apretado que me dejó sin aire. No sé qué fue de ella, pero todavía hoy me despierto en mitad de la noche perturbado por la conmoción, y sé que podría reconocerla en la oscuridad por el tacto de cada pulgada de su piel y su olor de animal. En un instante tomé conciencia de mi cuerpo con una clarividencia de los instintos que nunca más volví a sentir, y que me atrevo a recordar como una muerte exquisita. Desde entonces supe de alguna manera confusa e irreal que había un misterio insondable que yo no conocía, pero me perturbaba como si lo supiera. Por el contrario, las mujeres de la familia me condujeron siempre por el rumbo árido de la castidad.
4. Génesis del realismo mágico Desde que tuve memoria sufrí la tortura matinal de que Mina me cepillara los dientes, mientras ella gozaba del privilegio mágico de quitarse los suyos para lavarlos, y dejarlos en un vaso de agua mientras dormía. Convencido de que era su dentadura natural que se quitaba y ponía por artes guajiras, hice que me mostrara el interior de la boca para ver cómo era por dentro el revés de los ojos, del cerebro, de la nariz, de los oídos, y sufrí la desilusión de no ver nada más que el paladar. Pero nadie me descifró el prodigio y por un buen tiempo me empeciné en que el dentista me hiciera lo mismo que a la abuela, para que ella me cepillara los dientes mientras yo jugaba en la calle. […] No puedo imaginarme un medio familiar más propicio para mi vocación que aquella casa lunática, en especial por el carácter de las numerosas mujeres que me criaron. Los únicos hombres éramos mi abuelo y yo, y él me inició en la triste realidad de los adultos con relatos de batallas sangrientas y explicaciones escolares del vuelo de los pájaros y los truenos del atardecer, y me alentó en mi afición al dibujo. Al principio dibujaba en las paredes, hasta que las mujeres de la casa pusieron el grito en el cielo: la pared y la muralla son el papel de la canalla. Mi abuelo se enfureció, e hizo pintar de blanco un muro de su platería y me compró lápices de colores, y más tarde un estuche de acuarelas, para que pintara a gusto, mientras él fabricaba sus célebres
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… nventó en su propia voz cuando la mujer abrió el pescado para freírlo tenía dentro un diamante del tamaño de una almendra.
Foto cortesía Diego González. El Colombiano
5. Los cuatro discutidores Nunca como en aquellos días me sentí tan integrado a aquella ciudad y a la media docena de amigos que empezaban a ser conocidos en los medios periodísticos e intelectuales del país como el grupo de Barranquilla. Eran escritores y artistas jóvenes que ejercían un cierto liderazgo en la vida cultural de la ciudad, de la mano del maestro catalán don Ramón Vinyes. […] El grupo se había formado de un modo espontáneo, casi por la fuerza de gravedad, en virtud de una afinidad indestructible pero difícil de entender a primera vista. Muchas veces nos preguntaron cómo siendo tan distintos estábamos siempre de acuerdo, y teníamos que improvisar cualquier respuesta para no contestar la verdad: no siempre lo estábamos, pero entendíamos las razones. Éramos conscientes de que fuera de nuestro ámbito teníamos una imagen de prepotentes, narcisistas y anárquicos. Sobre todo por nuestras definiciones políticas. Alfonso era visto como un liberal ortodoxo, Germán como un librepensador a regañadientes, Álvaro como un anarquista arbitrario y yo como un comunista incrédulo y un suicida en potencia. Sin embargo, creo sin la menor duda que nuestra fortuna mayor fue que aun en los apuros más extremos podíamos perder la paciencia pero nunca el sentido del humor. [.…] Para mi primera noche histórica en Barranquilla sólo escogieron la casa de la Negra Eufemia, con un enorme patio de cemento para bailar, entre tamarindos frondosos, con cabañas de a cinco pesos la hora, y mesitas y sillas pintadas de colores vivos, por donde se paseaban a gusto los alcaravanes. Eufemia en persona, monumental y casi centenaria, recibía y seleccionaba a los clientes en la entrada, detrás de un escritorio de oficina cuyo único utensilio —inexplicable— era un enorme clavo de iglesia. Las muchachas las escogía ella misma por su buena educación y sus gracias naturales. Cada una se ponía el nombre que le gustara y algunas preferían los que les puso Álvaro Cepeda con su pasión por el cine de México: Irma la Mala, Susana la Perversa, Virgen de Medianoche.
6. El periodista, reinventado por el escritor pescaditos de oro. Alguna vez le oí decir que el nieto iba a ser pintor, y no me llamó la atención, porque yo creía que los pintores eran sólo los que pintaban puertas. […] A cualquier hora del día el abuelo me llevaba de compras al comisariato suculento de la compañía bananera. Allí conocí los pargos, y por primera vez puse la mano sobre el hielo y me estremeció el descubrimiento de que era frío. […] Hasta donde recuerdo, mi vocación por la música se reveló en esos años por la fascinación que me causaban los acordeoneros con sus canciones de caminantes. Algunas las sabía de memoria, como las que cantaban a escondidas las mujeres de la cocina porque mi abuela las consideraba canciones de la guacherna. Sin embargo mi urgencia de cantar para sentirme vivo me la infundieron los tangos de Carlos Gardel, que contagiaron a medio mundo. Me hacía vestir como él, con sombrero de fieltro y bufanda de seda, y no necesitaba demasiadas súplicas para que soltara un tango a todo pecho. […] Pasaron varios años antes de saber que el libro era Las mil y una noches. El cuento que más me gustó —uno de los más cortos y el más sencillo que he leído— siguió pareciéndome el mejor por el resto de mi vida, aunque ahora no estoy seguro de que fuera allí donde lo leí, ni nadie ha podido aclarármelo. El cuento es éste: un pescador prometió a una vecina regalarle el primer pescado que sacara si le prestaba un plomo para su atarraya, y
Tenía muy claro que el periodismo no era mi oficio. Quería ser un escritor distinto, pero trataba de serlo por imitación de otros autores que no tenían nada que ver conmigo. De modo que en aquellos días estaba en una pausa de reflexión, porque después de mis primeros tres cuentos publicados en Bogotá, y tan elogiados por Eduardo Zalamea y otros críticos y amigos buenos y malos, me sentía en un callejón sin salida. Zapata Olivella insistió contra mis razones en que periodismo y literatura terminaban a la corta por ser lo mismo, y un vínculo con El Universal podría asegurarme tres destinos al mismo tiempo: resolverme la vida de una manera digna y útil, colocarme en un medio profesional que era por sí solo un oficio importante y trabajar con Clemente Manuel Zabala, el mejor maestro de periodismo que podía imaginarse. […] El sueldo diario me alcanzaba justo para pagar el cuarto, pero lo que menos me importaba en aquellos días era el abismo de la pobreza. Las muchas veces en que no pude pagarlo me iba a leer en el café Roma como lo que era en realidad: un solitario al garete en la noche del paseo Bolívar. A cualquier conocido le hacía un saludo de lejos, si es que me dignaba mirarlo, y seguía de largo hasta mi reservado habitual, donde muchas veces leí hasta que me espantaba el sol. Pues aun entonces seguía siendo un lector insaciable sin ninguna formación sistemática. Sobre todo de poesía, aun de la mala, pues en los peores ánimos estuve convencido de que la mala poesía conduce tarde o temprano a la buena. […]
7. El amor en los tiempos… de Gabo Por aquellos días de buena fortuna me encontré por casualidad con Mercedes Barcha, la hija del boticario de Sucre a la que le había propuesto matrimonio desde sus trece años. Y al contrario de las otras veces, me aceptó por fin una invitación para bailar el domingo siguiente en el hotel del Prado. […] En el avión en vuelo seguía castigado por los retortijones del arrepentimiento. Existía entonces la buena costumbre de poner en el respaldo del asiento delantero algo que en buen romance todavía se llamaba recado de escribir. Una hoja de esquela con ribetes dorados y su cubierta del mismo papel de lino rosa, crema o azul, y a veces perfumado. En mis pocos viajes anteriores los había usado para escribir poemas de adioses que convertía en palomitas de papel y las echaba al vuelo al bajar del avión. Escogí uno azul celeste y le escribí mi primera carta formal a Mercedes sentada en el portal de su casa a las siete de la mañana, con el traje verde de novia sin dueño y el cabello de golondrina incierta, sin sospechar siquiera para quién se había vestido al amanecer. Le había escrito otras notas de juguete que improvisaba al azar y sólo recibía respuestas verbales y siempre elusivas cuando nos encontrábamos por casualidad. Aquéllas no pretendían ser más que cinco líneas para darle la noticia oficial de mi viaje. Sin embargo, al final agregué una posdata que me cegó como un relámpago al mediodía en el instante de firmar: «Si no recibo contestación a esta carta antes de un mes, me quedaré a vivir para siempre en Europa». Me permití apenas el tiempo para pensarlo otra vez antes de echar la carta a las dos de la madrugada en el buzón del desolado aeropuerto de Montego Bay. Ya era viernes. El jueves de la semana siguiente, cuando entré en el hotel de Ginebra al cabo de otra jornada inútil de desacuerdos internacionales, encontré la carta de respuesta.
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CartaGrafías
Y Gabriel subió al tren sin regreso… Remite: ANDRÉS VERGARA AGUIRRE
Querido Gabriel: El día que subiste al tren sin regreso, tu partida fue anunciada con un sismo por el que tuve que averiguar en Ingeominas, pues la prensa estaba ocupada reportando la muerte del gran Cheo Feliciano. Un geólogo me dijo que había sido un movimiento de 4,6 grados Richter, con epicentro en Abriaquí, a 202 kilómetros de Medellín. Pero al instante supe la noticia, y me quedó la convicción de que en realidad aquel movimiento telúrico venía desde las entrañas de Macondo. Entonces me tomé un trago de ron, y recordé con nostalgia aquella tarde en la Arenosa, tomando ron al lado tuyo y escuchando tus evocaciones de los viejos tiempos, de los grandes sucesos con Cepeda y los otros, en la librería Mundo, en La Cueva, en los burdeles de mala muerte… En esa ocasión te conté que una vez en la tiendita de Olinda, a donde había llegado persiguiendo los pasos de Cepeda, mucho después de su partida, lo vi cuando entró y se quedó mirando las fotografías de ustedes, pegadas a la pared, y al instante volvió a salir, en silencio, y cuando salí detrás ya había desaparecido, se había desvanecido en el aire. Entonces te reíste y me dijiste que así era Álvaro, que nunca se sabía con qué iba a salir. Te quedaste pensativo, y con voz nostálgica añadiste que cada vez estabas más convencido de que “morir es no estar nunca más con los amigos”.
Cuando te fuiste era jueves santo. El mismo día en que murió tu Úrsula Iguarán. La noticia se regó tan rápido que a los pocos minutos se armó un alboroto de mercado, mayor al que a su turno habían formado los peregrinos que pagaron cinco centavos por ver un ángel encerrado en un gallinero, abrumado como lo estaría después un genial escritor asediado por su propia fama. Era un alboroto insoportable, pero ya sabíamos que todo volvería a “quedar tan solitario como en los tiempos en que llovió tres días y los cangrejos caminaban por los dormitorios”. Después recordé la escena de los cuatro discutidores que aparecen en una de tus obras emblemáticas, Cien años de soledad: “Aquel fatalismo enciclopédico fue el principio de una gran amistad. Aureliano siguió reuniéndose todas las tardes con los cuatro discutidores, que se llamaban Álvaro, Germán, Alfonso y Gabriel, los primeros y los últimos amigos que tuvo en la vida”. Una de las cosas que más me ha asombrado siempre de aquellos discutidores, que en la novela representan a tus amigos entrañables, Álvaro Cepeda Samudio, Germán Vargas y Alfonso Fuenmayor, y a ti mismo, por supuesto, es lo profético que resultó el relato de la partida de ustedes cuatro: “Álvaro fue el primero que atendió el consejo de abandonar a Macondo (…) compró un pasaje
eterno en un tren que nunca acababa de viajar”. En 1972, cuando murió en el Memorial Hospital de Nueva York, a sus 46 años Álvaro se convirtió en el primero en abordar aquel tren del viaje interminable, como lo habías anunciado. “Luego se fueron Alfonso y Germán, un sábado, con la idea de regresar el lunes, y nunca se volvió a saber de ellos”. En ese mismo orden morirían después estos dos maestros; en 1991 se fue Germán, de 62 años, y apenas tres años después, en 1994, lo seguiría Alfonso, de 77 años. Luego, tendrían que pasar otros veinte años para que tú mismo abordaras aquel tren, a tus 87 años, para cumplir de modo estricto con el orden que predijiste en tu obra, donde consta que Gabriel fue el último en salir de Macondo, y que “tuvo que hacer señas al maquinista para que el tren se detuviera a recogerlo”. Sí, Gabriel, insisto en las fechas y en las edades de los viajeros, pero es mi manera de hacer énfasis en lo profético de aquel orden establecido en la ficción, cuyas coincidencias con la realidad parecen salidas del realismo mágico. Tal vez tampoco sea simple coincidencia el hecho de que por los días de tu partida ya te sintieras un náufrago “sin remedio en el tremedal del olvido”, como le ocurrió a los Buendía en los tiempos del insomnio. Gabriel: no voy a extenderme en esta despedida,
entre otras cosas porque me agobia el tremendismo que sufre hoy el periodismo, al que bien aludiste como al “mejor oficio del mundo”, retomando a Albert Camus, que lo había definido como “el oficio más hermoso”; bello cuando se hace con honestidad, agrego, pero en estos días abundan los pregones de poca madera y mucho ripio. No es culpa tuya tantas exageraciones a tu nombre. No, querido Gabriel. Tampoco voy a expresar palabras doloridas por tu partida. Solo te diré gracias, Maestro, por abrir caminos, y por el modo como representaste la historia de Colombia y de América Latina en tu obra, y por ese premio Nobel. ¡Gracias! Y dado que para el realismo mágico no hay límites, es posible que en tu viaje hayas encontrado a Melquíades, y él te haya dado a beber aquella misma “sustancia de color apacible” que le suministró a José Arcadio para que le volvieran los recuerdos. En ese caso, si recuperas la memoria, sabrás que nunca tomamos ron ni hablamos de tus amigos, porque nunca me viste en Barranquilla ni en ningún otro lugar. Pero al menos les llevarás mi afectuoso mensaje a los otros discutidores, especialmente al gran Álvaro, que fue el primero en abandonar a Macondo y que te lleva más de cuatro décadas de ventaja, viajando en aquel tren sin regreso. Con gratitud, Andrés Vergara A.
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Foto Luis Javier Londoño Balbín
La “tutelatón” para salirle al paso al fallo de la Procuraduría que destituyó e inhabilitó al alcalde de Bogotá Gustavo Petro y la apelación al amparo constitucional en otros casos han desatado, una vez más, el debate sobre los límites y alcances de la acción de tutela en Colombia.
Entre enemigos y defensores, la tutela se sostiene Por ELIZABETH OTÁLVARO VÉLEZ
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n medio de palabras que parecen exclusivas del derecho, la tutela ha sido, a partir de la Constitución Política de 1991, un concepto familiar para la ciudadanía. Desde que se instaura como mecanismo para la protección de los derechos fundamentales es puente entre los valores más intangibles de la Constitución y la realidad. Lo ocurrido tras la decisión del procurador Alejandro Ordóñez de destituir e inhabilitar por 15 años al alcalde de Bogotá es un ejemplo de ello: la respuesta de la ciudanía en la llamada ‘tutelatón’, esto es, la radicación masiva de tutelas para defender los derechos políticos de los votantes. No es el único caso reciente que ha intentado tal estrategia.
También se desplegó una cadena de tutelas por las “megapensiones”, pues, a pesar de la sentencia de la Corte Constitucional que acabó con las jubilaciones de más de 25 salarios mínimos, solo al Fondo de Prevención Social del Congreso de la República, Fonprecon, llegaron a febrero de 2014, según información de El Tiempo, 250 tutelas de los privilegiados pensionados que no se resignan al recorte de la mesada. En estos 23 años, después de consagrada en el artículo 86 de la Constitución Nacional, la tutela ha representado una paradoja, dice la profesora de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia y Doctora en Derecho, María Cristina Gómez Isaza. Al tiempo que entrega un status de dignidad convirtiendo a este mecanismo en la manera de tener una respuesta expedita en una sociedad de inequidades, ha sido una estrategia de conflicto en busca del interés personal,
lo que ha generado defensores y detractores de la acción. “Creo que los ciudadanos no acuden a acciones judiciales por irresponsables; es por un exceso de irrespeto hacia ellos”, afirma la profesora Bernardita Pérez, docente de derecho constitucional en la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas, y quien fue nombrada recientemente conjuez de la Corte Constitucional. Otras voces se han levantado para argüir que, por ejemplo, con la promoción de la ‘tutelatón’ se desnaturaliza el mecanismo. Ante la orden de restituir en el cargo al alcalde Gustavo Petro el presidente Juan Manuel Santos dijo el 23 de abril que “su uso indiscriminado puede conducir a la inseguridad jurídica, al caos administrativo y político. Debemos reflexionar con cabeza fría sobre si regulamos el uso de la tutela…”. María Cristina Gómez considera que lo importante no es el desgaste de la tutela sino el para qué y
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con cuál intención una sociedad usa este mecanismo. Su propuesta es revisarla desde tres puntos: la mala administración de justicia que ha hecho que la tutela reemplace la búsqueda de soluciones a través de la justicia ordinaria; el carácter litigioso de la sociedad colombiana, porque a su juicio, “somos una sociedad que no sabe discutir, necesita de una autoridad para que lo obligue a dialogar” y, por último, la banalización de los derechos fundamentales, dado que “decimos que es un derecho fundamental cualquier cosa, y al no tener resueltas muchas cosas se las dejamos al juez constitucional”. Aunque este mecanismo funciona para la defensa de los derechos fundamentales —el artículo 86 proclama: “Esta acción solo procederá cuando el afectado no disponga de otro medio de defensa judicial, salvo que aquella se utilice como mecanismo transitorio para evitar un perjuicio irremediable— hay sectores que han popularizado más esta herramienta; sin duda la salud es uno de ellos. Según el informe “La tutela y el derecho a la salud” de 2012, publicado por la Defensoría del Pueblo, de 424.400 tutelas interpuestas durante el periodo, 114.313 invocan el derecho a la salud, lo que representa el 26,94% del total de tutelas, superado por la demanda del derecho de petición que constituye el 44,94%. La especialista en derecho constitucional señala que desde 1994 la tutela ha tenido varios intentos de reforma. Para su asombro, las altas cortes y los jueces fueron los primeros en amenazarla, “para quitarse trabajo de encima porque les parece que la tutela congestiona”. Después, han venido otros intentos de limitar la tutela en las reformas a la justicia, incluido el afán de acabarla por parte del exministro Fernando Londoño. La abogada reflexiona que al contrario de lo que los detractores creen de este mecanismo, su uso significa credibilidad en la justicia y, a su vez, esto impide que los ciudadanos hagan justicia por sus propias manos, una lógica que tanta sangre ha costado. La tutela prometía desde la Asamblea Nacional Constituyente convertirse en una herramienta ágil; con ella se aspiraba eficacia para el cumplimiento de los derechos. Muchos ciudadanos la han entendido como el camino más directo a las garantías constitucionales; ella es inmediata, sencilla, específica y eficaz. Por esto y por la defensa que ha hecho la ciudadanía de ella, Bernardita cree que “después de haber pasado la mayoría de edad, la tutela, en lo fundamental, está salvada”.
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Acceso a la justicia en regiones de conflicto armado
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n equipo interdisciplinario de docentes, egresados y estudiantes de la Universidad de Antioquia trabaja en el fortalecimiento institucional para mejorar el acceso y la prestación de servicios de justicia en regiones que han sufrido el conflicto armado con mayor crudeza, entre ellas el Bajo Cauca antioqueño y el Nudo de Paramillo. “Participan 26 estudiantes de trabajo social y de sicología que se encargan de hacer el acompañamiento sicosocial. Además integramos a los docentes de la Universidad de Antioquia para formar a los ciudadanos, al equipo y a los operadores de justicia en temas específicos como el acceso a la justicia, los derechos humanos, la perspectiva de género y el acompañamiento a la población en situación de riesgo”, explica Natalia Gómez Madrigal, del proyecto Acceso a la justicia 2013 - 2017, quien es egresada de Trabajo Social, de la sede de Yarumal, norte de Antioquia. Por medio del fortalecimiento institucional, del trabajo con la comunidad y con las organizaciones de base se desarrolla el proyecto, el cual es financiado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, USAID, que tiene presencia en 33 municipios del país ubicados en los Montes de María, el sur del Tolima, el Nudo de Paramillo, la Macarena y Tumaco, en las llamadas ‘zonas de consolidación’ identificados por la Presidencia de la República como lugares donde urge avanzar en justicia. Acceso a la justicia 2013 - 2017 trabaja con socios estratégicos nacionales como la Fundación Ideas para la Paz, la Corporación Excelencia en la Justicia, la Escuela de Justicia Comunitaria de la Universidad Nacional, entre otras. El proyecto se centra en el fortalecimiento del Programa nacional de casas de justicia y del Programa nacional de conciliación en equidad. La Universidad de Antioquia es un aliado regional para la zona conformada por los municipios de Caucasia, El Bagre, Nechí, Tarazá, Cáceres, Zaragoza, Ituango, Briceño, Valdivia y Anorí. En este proyecto participan la seccional Bajo Cauca y el Departamento de
Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas. La mayoría del equipo que interviene en este proyecto es de las regiones Norte y Bajo Cauca. “Son estudiantes que conocen la región y están distribuidos en diferentes municipios. Ellos trabajan en distintos temas según sus líneas de profundización, pues están avanzados en sus carreras”, observa Natalia Gómez Madrigal, y agrega que los estudiantes, 26 en total, trabajan tanto en el consultorio móvil como en las personerías municipales, las comisarías de familia y las oficinas de enlace municipal de víctimas.
de las siete casas de justicia de la región, el proceso de acompañamiento a la comunidad y a los comités locales de justicia, y el proyecto de justicia móvil con proyección rural. “Pues lo rural es lo más desprotegido”, advierte. “Hacemos brigadas móviles de justicia con énfasis en la ruralidad”, precisa Natalia Gómez Madrigal, y agrega que “concentramos los servicios que se brindan en las casas de justicia en un día específico — consultoría, asesoría y de intervención con grupos y comunidades—, donde están todos los funcionarios y el equipo sicosocial, una figura que estamos aplicando en todos
documento Barreras de acceso a la justicia en el Bajo Cauca, ante comisarios de familias y coordinadores de las casas de justicia. También se ha capacitado a los comisarios, sicólogos, trabajadores sociales y coordinadores de casas de justicia en equidad y justicia. De la misma manera, se instaló el Comité de justicia en Cáceres en torno a la justicia propia. Igualmente se apoyaron actividades como la carrera nocturna contra la no violencia hacia la mujer y se apoyó la celebración del día de la mujer, ambas en Caucasia. Además de sensibilizar a las administraciones municipales
Fotos Cortesía Divis Bohórquez
Por JUAN DIEGO RESTREPO TORO
Imágenes de las brigadas móviles de justicia en zonas rurales de los municipios donde opera el proyecto de Acceso a la justicia 2013 - 2017.
Fotos Juan Diego Restrepo Toro
Y es que la descentralización de la justicia es uno de los retos que enfrenta el país de cara al posconflicto. En estas y otras regiones no ha habido presencia real de instituciones de justicia, razón por la cual “se están descentralizando los servicios de las casas de justicia, alrededor de las brigadas de justicia móvil”, señala la docente Martha Valderrama, del Departamento de Trabajo Social e integrante del proyecto. Valderrama explica que aunque el proyecto empezó desde octubre de 2013, ya tiene productos y ha alcanzado objetivos como la construcción de un documento en el que se identifican las barreras de la justicia, el diagnóstico
los municipios en los que tienen incidencia el proyecto”. Las actividades son diseñadas desde la promoción de derechos y la prevención de las violencias. Entre los ejes transversales está el enfoque diferenciador de género y de comunidades étnicas. En 2013 se realizó un ejercicio a través de grupos focales para comprender las percepciones que tienen las personas sobre las casas de justicia. Hasta ahora se han realizado jornadas de justicia móvil en El Doce y El Guaimaro (Tarazá), Las Auras (Briceño), Piamonte, Guarumo y Manizales (Cáceres), y Palomar (Caucasia). Además se socializó el
sobre el fortalecimiento del acceso a la justicia, el equipo busca dejar capacidad instalada en la región. Según Gómez Madrigal, pretenden “que haya suficiente empoderamiento, tanto de los operadores de justicia como de las comunidades, para que llegue un momento en el que sean ellos quienes se encarguen de hacer el ejercicio de exigibilidad de derechos frente al Estado, mostrándoles las rutas de acceso y otras posibilidades de acción”. Para acceder a este proyecto, cualquier ciudadano puede hacer su solicitud a través de las casas de justicia y de las comisarías de familia de estos diez municipios.
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Investigación para la innovación social
Por SERGIO A. URQUIJO MORALES
Cambios que llegan para quedarse Las más aceptadas definiciones del concepto innovación son amplias. Para la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, innovación es la aplicación del conocimiento al mercado y el desarrollo. Para la entidad, rectora conceptual de muchos procesos mundiales, se innova en lo social cuando se cambia, para mejorar, la manera de llevar procesos organizacionales, políticos y de participación ciudadana. Una de las más representativas experiencias de innovación social es el Banco Grameen de Bangladesh. La idea de su fundador Muhammad Yunus era fortalecer
Foto cortesía Vicerrectoría de Investigación
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uando se escucha hablar de innovación se suele pensar en novedades tecnológicas, procesos robotizados, materiales sorprendentes o servicios comerciales que rompen moldes. Como lo dice Róbinsson Cardona Cano, del Programa de Gestión Tecnológica de la Vicerrectoría de Extensión de la Alma Mater, “nuestra idea de innovación está firmemente atada a la tecnología dura o al comercio”. El concepto comienza a ampliarse a medida que se ocurren en el mundo propuestas que cambian la forma de organizar las comunidades y colectividades: bancos que prefieren prestar dinero a los más pobres o redes informáticas gratuitas y comunitarias. Eso es innovación social: procesos sociales que no solo rompen con los esquemas existentes, sino que además se implantan firmemente en las comunidades. “Se trata de pensar el desarrollo ya no desde una perspectiva macro de economía política, sino desde el bienestar de las poblaciones, de sus asuntos culturales”, indica Cardona Cano. Muchos proyectos de la Universidad de Antioquia, desde la investigación y la extensión, contemplan ese elemento innovador, a veces sin saberlo. Incluso la Facultad Nacional de Salud Pública le apostó a una Incubadora de Innovación Social que articula investigación con trasferencia de conocimiento. Por eso es importante que el tema haga parte de la agenda de los grupos de investigación.
En el programa Computadores para educar, que busca generar innovación social en educación, el grupo Didáctica y Nuevas Tecnologías se articula con el Estado y otras organizaciones. la base de la pirámide económica, que es la gente pobre del país. Tras obtener excelentes resultados, el banco cambió para siempre la función de los servicios financieros, e incluso mereció a su fundador el premio Nobel de la Paz. El esquema ha sido replicado en decenas de países, con programas como el Banco de las Oportunidades, en Medellín. En Colombia el tema ya está calando en las entidades de investigación y desarrollo, e incluso se ha generado una articulación entre la Agencia Nacional para la Superación de la Pobreza Extrema –ANSPE–, el Departamento Nacional de Planeación –DNP– y Colciencias. El resultado es el Nodo Nacional de Innovación Social, que ya ha establecido definiciones y políticas1. German Quintiaquez Villamarín, consultor en Innovación Social para Colciencias, explica que, para la Política Nacional de Innovación Social, este concepto “se caracteriza por tener potencial de escalabilidad, ser replicable, ser sostenible, promover mayores niveles de empoderamiento de la comunidad y generar alianzas entre diferentes actores de la sociedad”. Esta conceptualización fomenta una visión contemporánea con proyectos de largo alcance. La innovación social no equivale al componente social de una investigación, ni a un proyecto social. Implica permanencia. “La innovación, de cualquier clase, tiene como característica que hay
un cambio o mejora en algo, y que ese cambio se implanta en la organización o comunidad, persiste y se hace parte de la forma de hacer las cosas”, aclara Róbinsson Cardona. Laura Villa López, asesora territorial del Centro de Innovación Social de la ANSPE, indica que “la innovación social es un medio poderoso, que cambia cualquier fin que busque porque cambia las relaciones humanas. Ahora el desafío es lograr resultados, empresas sostenibles para resolver necesidades de las familias colombianas”.
Investigación que transforma sociedades La Universidad de Antioquia impulsa muchos procesos de innovación social, generalmente desde dependencias como el programa de Gestión Tecnológica. Pero muchas investigaciones de la Alma Mater tienen ese mismo poder de cambiar definitivamente y para bien un proceso social. Por ejemplo, la investigación sobre leishmaniasis que realiza el PECET ha generado en algunas comunidades un cambio de hábitos en salud, gracias a su enfoque ecoepidemiológico. Como indica Sara Robledo, investigadora del grupo, “algunas comunidades antes recurrían solamente a curanderos para tratar sus lesiones; con un trabajo articulado y respetuoso de las tradiciones y creencias de la gente, se logra que recurran al apoyo científico a la hora de buscar ayuda”.
Por su parte, la Facultad Nacional de Salud Pública inició en 2013 su incubadora de Innovación Social. Para Carlos Ernesto Guerra Nieto, consultor del proyecto, la idea incluye “la articulación de muchos actores vinculados a la salud de la comunidad y a la transferencia del conocimiento generado en la investigación por medio de proyectos sostenibles”. Del mismo modo, investigaciones para hacer óptimo el uso de tecnologías informáticas en la educación preescolar, como la liderada por los grupos Didartes e Hipertrópicos, pueden convertirse en marco de referencia para los docentes participantes. La investigación en educación (que en la Alma Mater involucra a por lo menos diez grupos), tiene un compromiso innato con el cambio social innovador. Esto está ocurriendo en las múltiples investigaciones de la Universidad cuyos procesos y resultados generan cambios definitivos en las comunidades que atienden. Desde la música, la antropología, la ingeniería, la lingüística y muchas otras áreas, las comunidades se empoderan y cambian su percepción de sí mismas. El desafío es que estas mejoras se conviertan en política pública o en patrones sociales arraigados; que se innove.
Notas 1 http://www.politicadeinnovacionsocial.co/
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Por SERGIO A. URQUIJO MORALES
C
Al hacer ciencia contemporánea es necesario manejar, analizar e interpretar una gran cantidad de datos. Incluso hay un concepto inglés para ello: big data. A ese desafío se enfrentó Fernando Pérez, físico de la Alma Mater, cuando cursaba su doctorado en física cuántica en la Universidad de Colorado, en Boulder. Fue entonces cuando echó mano de una de sus pasiones: la computación. “Yo hice mi pregrado con la guía de Jorge Mahecha, y al mismo tiempo aprendía mucho sobre computadores con el profesor Manuel Páez”, cuenta el científico. Con este sustrato, en Boulder desarrolló un software abierto para manejar sus datos. Eligió el lenguaje Python, caracterizado por una sintaxis limpia y de fácil lectura, pero el sistema se hizo cada vez más global. Así nació IPython, con la posibilidad de hacer computación en red, colectiva y abierta. Como él lo explica, “es una plataforma diseñada para permitirles a los científicos ejecutar código en diversos lenguajes de programación, no solo en Python, y combinarlo con el proceso de explorar el código de una manera muy fácil”. Pronto su desarrollo tuvo eco. En 2005 fue llamado por la Universidad de California en Berkeley, una de las más importantes del mundo, para participar en un proyecto sobre computación científica en Python. Seis años después, la plataforma ya ha sido adoptada por instituciones como Harvard y el MIT, y hace parte de proyectos en los Laboratorios Nacionales de Estados Unidos. El progreso de Fernando y su sistema fueron reseñados en Nature1. Y las expectativas aumentan. “Acabamos de fundar un instituto acá en Berkeley dedicado al trabajo interdisciplinario en data science (ciencia de los datos), en el que participará el proyecto IPython”, comenta. La herramienta más popular del sistema es el notebook. “Es como un procesador de palabras en el que, además de texto, uno puede poner un bloque de código y ejecu-
Frank Hernández, investigador en la lucha contra bacterias peligrosas.
Egresados en el mundo científico
Foto Peg Skorpinski, UC Berkeley
IPython: la solución computacional de Fernando Pérez
Foto cortesía del investigador
ada vez son más los egresados de la Alma Mater con grandes logros en el ambito internacional. El físico Fernando Zapata y el microbiólogo Frank Hernández son dos de ellos, quienes a inicios de 2014 se destacaron en Nature, una de las más importantes organizaciones de publicación científica en el mundo.
Fernando Pérez creador de la plataforma de computación científica IPython.
tarlo inmediatamente en pantalla. Eso permite crear documentos que combinan computación y sus resultados con notas, referencias, matemáticas, imágenes e hipervínculos: cualquier cosa que pueda poner en un sitio web”. Esa combinación de elementos y recursos hace fácil generar luego un documento o un libro. “Así, el ciclo de trabajo, desde el borrador hasta la publicación, se puede hacer con una sola herramienta”, complementa Pérez. Como se hace en la web, el trabajo es eficiente y colaborativo, e incluso se puede utilizar recursos computacionales comerciales. Aunque nacido de la física y la computación, IPython es un desarrollo útil para cualquier área de la ciencia. “Hoy en día, todas la disciplinas, desde la astronomía hasta las humanidades necesitan computación”, concluye el investigador.
La aventura científica de Frank Hernández Desde siempre Frank Hernández supo que su pasión era la investigación científica. “Yo podría haber estudiado medicina, o química, o biología; lo que tenía claro es que quería investigar”. Cuando se decidió por bacteriología y laboratorio clínico (hoy microbiología) puso en marcha una carrera que hoy lo llena de éxitos y expectativas. Durante su pregrado en la Alma Mater, Hernández viajó a España a trabajar con biosensores. Luego volvería a ese país, a hacer el doctorado en sensores para determinación de analitos clínicos. “Allí aprendí a desarrollar moléculas sintéticas para determinar marcadores de enfermedad, llamados aptámeros. Son como anticuerpos, pero sintéticos”, explica. Luego, en la Universidad del Sur de Dinamarca, aprendió a hacer ingeniería de ácidos nucleicos para aplicaciones clínicas.
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Al final de esa fase, Hernández percibió que ya tenía experticia en biosensores, modificaciones químicas y química de ácidos nucleicos, pero aún no había hecho investigación aplicada. “Así que me fui a la Universidad de Iowa (Estados Unidos), donde encontré las condiciones óptimas para dar un paso más”, indica Hernández. “Llegué al laboratorio de enfermedades neurodegenerativas, donde mi supervisor me permitió hacer mi propio proyecto”. El proceso concluyó con la publicación en la revista Nature Medicine de un artículo sobre el desarrollo de un ácido nucléico modificado que permite ubicar una nucleasa secretada por la bacteria Staphylococcus aureus, y así detectar este patógeno sin necesidad de métodos invasivos, e incluso antes de que se generen síntomas de infección. S. aureus es una de las bacterias más peligrosas y agresivas. Solo en Estados Unidos afecta a más de 600.000 personas por año y causa la muerte a 20.000. Una de las cepas de la bacteria ya desarrolló resistencia a la vancomicina, un antibiótico de uso frecuente para este tipo de infección. Y esa cepa ya está en Colombia, por lo que es importante seguir de cerca este tema. Ahora Frank Hernández está dando un giro en su carrera. Para ello volvió a España, esta vez a BioDonostia, instituto vasco de investigación sanitaria en la ciudad de Donostia (San Sebastián), vinculado científicamente con la Universidad del País Vasco. “Acá pretendo desarrollar nuevas terapias en las que solo las bacterias que posean determinada nucleasa se autoeliminen”, explicó. Para ello, Hernández debe familiarizarse con una nueva tecnología, el desarrollo de nanocápsulas con las que se envía un antibiótico a esas bacterias específicas. “Eso me ofrece la Universidad del País Vasco: trabajar con un grupo fuerte en polímeros y nano-materiales, Polymat”, indica. “Además cuento con todo el potencial clínico de BioDonostia, con una biblioteca completa de muestras clínicas. En Estados Unidos, mi laboratorio tenía más limitaciones para acceder a ese tipo de muestras”. Frank Hernández tiene claro que con pasión y disciplina es posible alcanzar grandes metas en la ciencia. Además, los tiempos son ahora más fértiles. “Hace algunos años era difícil que estudiantes de pregrado viajaran a hacer pasantías”, expresa. “Yo pude hacer mi pasantía gracias a un empujón enorme de la Escuela de Microbiología y de su directora de entonces, Margarita Berrío de Ramos. Pero Colombia ha cambiado mucho. Ahora es muy común que un estudiante salga afuera y tenga la oportunidad de ver cómo se hacen las cosas en otros sitios, lo que es muy importante”.
Notas 1 http://www.nature.com/naturejobs/ science/articles/10.1038/nj7493-523a
Por DIANA ISABEL RIVERA
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n lugar para bañarse, para jugar, comer, estudiar, reír y soñar con una vida distinta. Un lugar ajeno a las calles, los puentes, las plazas de vicio o los cuartos sucios de un motel de mala muerte. Un lugar con otros niños, no con adultos pedófilos. Ese lugar se llama Casa Vida, y desde hace dos meses abrió sus puertas a los niños, niñas y adolescentes de Medellín en situación de abuso y explotación sexual. Casa Vida es una nueva estrategia del programa Crecer con Dignidad, el cual ofrece servicios de atención para el restablecimiento de derechos inobservados, amenazados o vulnerados de los niños, niñas y adolescentes (NNA) y sus familias; adscrito a la Secretaría de Inclusión Social de Medellín y operado desde sus inicios en el 2009 por la Facultad Nacional de Salud Pública de la Universidad de Antioquia. “La explotación sexual de menores es una problemática altamente compleja y que va en aumento en la ciudad, y lo más grave: es la que menos se denuncia”, explicó Mónica María Muñoz, directora general de Crecer con Dignidad y trabajadora social de la Universidad de Antioquia. Por esa razón y por iniciativa de la Mesa Intersectorial para la Prevención y Atención de la Explotación Sexual y Comercial Infantil y Adolescente - de la cual hace parte el Programa -, desde octubre de 2013 se comenzó a estructurar un modelo de atención, priorizando las comunas 1, 4, 8 y 10 ya que son las que más expulsan menores a explotación sexual. “El año pasado identificamos 374 menores en explotación sexual en vía pública, pero hay otras formas que no son tan visibles, como los matrimonios serviles, el turismo sexual, la explotación sexual a través de internet, redes de tratas y proxenetas. Es por ello que dar cifras exactas no es tan fácil – relató Mónica – A la fecha, más de 90 menores han ido voluntariamente a la casa que se encuentra en Prado Centro. Ellos ya saben que existe un espacio diferente, luego sienten que ya no es necesario ir a la calle”.
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Fotos cortesía Vicerrectoría de Extensión
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La operación de Crecer con Dignidad, a cargo de la Facultad de Salud Pública es una de las actividades de extensión universitaria de mayor impacto, que recibe el acompañamiento metodológico y académico de los grupos de investigación de la Facultad.
Crecer con dignidad Además de las Casas Vida, el programa comenzó a realizar campañas educativas y de prevención en colegios, con líderes comunitarios, familias y taxistas. “Es importante que pensemos, que nos preguntemos qué estamos haciendo como sociedad ¿Estamos denunciando esta situación cuando nos damos cuenta?”, cuestiona Mónica. La estrategia para atender explotación sexual de NNA es el componente más nuevo del Programa, el cual además atiende a menores abandonados, en situación de calle, maltratados, mendigando, cometiendo delitos o consumiendo sustancias psicoactivas. Para ello, el programa cuenta con unidades móviles de atención inmediata, conformadas por equipos de profesionales que se desplazan a los barrios y corregimientos cuando se reportan casos y se reciben requerimientos de la policía, de la línea 123 social, de otras instituciones y de la misma comunidad. En 2013, estos equipos atendieron más de 6.500 casos, y en los primeros tres meses de este año, han dado respuesta a más de 1.500 requerimientos. Un segundo componente del programa es el Centro de Diagnóstico, en donde son llevados los niños que por su situación requieren ser alejados del contexto familiar o comunitario. Allí permanecen mínimo dos semanas mientras un defensor de familia define cuál es el paso a seguir. Algunas veces son reintegrados a sus hogares, otras, en cambio, son remitidos a instituciones de protección.
“Nosotros activamos las rutas con las instituciones responsables y competentes dependiendo del caso. Contamos con el apoyo del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar - ICBF, y nos articulamos con comisarios de familia y con la Policía de Infancia y Adolescencia”, explicó Mónica. El Centro de Diagnóstico está ubicado en Robledo y funciona día y noche, en 2013 recibió a 2.044 menores entre los 7 y los 17 años, de los cuales tan solo 65 pudieron ser reintegrados a sus hogares, los demás fueron vinculados a programas de protección. Según Mónica “Hay niños con perfiles más complejos, con diagnóstico psiquiátrico, o que son menores de 12 años con adicciones a sustancias psicoactivas, o son mujeres en explotación sexual. Ellos a veces permanecen 4 o 5 meses en el Centro hasta que se encuentre una institución”. Crecer con dignidad, también realiza acompañamiento familiar, seguimiento a los indicadores de la Política Pública de Infancia y Adolescencia de Medellín y brinda asesoría a las instituciones con las que están vinculadas para el cumplimiento de los estándares del ICBF.
La historia de Leidy No fue por amor. De eso no tiene duda. Pero Leidy aún no logra entender por qué pasó lo que pasó hace tres años cuando ella apenas cumplía 15. “Quizás – dice ella – fue por la necesidad económica y yo sentía que le debía algo a cambio, quizás mi ingenuidad, quizás por la presión que él estaba ejerciendo en mi”.
Leidy es la mayor de cuatro hermanos. Su madre, viuda y desplazada de Dabeiba, trabajaba interna en una casa de familia y sólo podía verlos los fines de semana. Un hombre mayor, vecino de ellos, le ofreció a la joven trabajar para él, haciendo arepas de chócolo en su casa. Con el tiempo, él empezó a darle obsequios, a acosarla y hacerle insinuaciones. Poco después, Leidy quedó en embarazo. La bebé nació en junio de 2011, desde ese momento Leidy debió hacerse cargo de la casa, de sus hermanos y de su hija. Pero un día, como adolescente tuvo el deseo de salir con sus amigas. Al llegar, los niños ya no estaban en casa pues los vecinos habían alertado a la Policía de Infancia y Adolescencia por el abandono de los menores. Fue en ese momento cuando entraron en contacto con el Programa Crecer con Dignidad. Los menores fueron remitidos al ICBF y a Leidy la remitieron a un proceso de capacitación técnica, tratamiento psicoemocional y relaciones vinculares. Sus hermanos fueron llevados a casa dos meses más tarde, pero hoy, un año y medio después, su hija, que está próxima a cumplir tres años, aún está bajo protección del ICBF. Cuando Leidy la visita siente angustia porque no le dice “mamá”. Pero gracias a la capacitación y al tratamiento que recibió, Leidy ya está trabajando, poco a poco ha ido superando los traumas que le dejó la experiencia con aquel hombre, y tiene la esperanza de que pronto estará de nuevo con su niña.
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Foto Archivo Periódico ALMA MATER
La permanencia estudiantil y sus características Por PATRICIA ESTRADA MEJÍA
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l abandono estudiantil se constituye en una preocupación mundial. Para la Universidad de Antioquia la deserción por periodo se encuentra en 11.5%, por debajo de los indicadores departamentales (15.33%) y nacionales (14.28%). De la misma manera la deserción por cohorte, la cual presenta la cantidad de estudiantes que desertan de cada 100 que ingresan en la Universidad, se encuentra en 44.7%, mientras que en el departamento está en 50.47% y en Colombia en 51.16%. Con lo cual de cada 100 estudiantes que inician sus estudios en educación superior aproximadamente 50 terminan abandonándolos. La deserción puede ser analizada desde múltiples ópticas: económica, social, personal. Sin embargo es la personal la que se encuentra menos identificada, como, por ejemplo, la medición del impacto que tiene para un
estudiante que en su proyecto de vida se trunque la formación profesional como componente fundamental y deba abandonar sus estudios. Las implicaciones de este abandono no se encuentran suficientemente estudiadas, y no se limitan solamente al estudiante abandonador; vinculan además su familia y núcleo social. Como una apuesta a la equidad se debe establecer estrategias en la Universidad que permitan a los estudiantes avanzar en su proyecto de vida. Suponemos que en la educación son las funciones familiares y personales, psicológicas y de salud, o la formación precedente las que inciden fundamentalmente en el abandono, pero lo que está claro es que este no corresponde a una sola causa. También puede estar en la institución, porque algunas veces parece que la tarea de los profesores es dificultar el paso del estudiante por el ciclo de vida académico, y no debe ser así. El profesor debe tener una actitud facilitadora al conocimiento. No se trata de disminuir los estándares de calidad o de “obsequiar” la materia, se trata de revisar ¿qué pasa?, como se
puede entender y aceptar que en un país donde la cobertura no es total, tengamos deserciones tan altas y no implementemos estrategias que incidan positivamente en la permanencia. Es un problema con varias causas con lo cual la solución no es única. Se debe hacer una gran revisión en la Universidad, en la cual participen profesores, estudiantes, familias, entes gubernamentales y demás miembros de la comunidad académica, para identificar de manera más precisa cuáles son las causas que llevan al abandono; se requiere identificar si se necesitan más becas, mejor orientación vocacional, más acompañamiento en las familias, reordenar o flexibilizar los planes de estudio, modificar el modelo de educación, analizar los horarios en que se imparten las materias. Estas son algunas de las variables que se analizan en el recién conformado Observatorio del ciclo de vida académica, que trabajará a partir de los indicadores deserción, repitencia, rezago, entre otros. El Observatorio del ciclo de vida académica generará la información que permita tomar
decisiones objetivas acerca de las estrategias para el acceso, permanencia y graduación estudiantil y con ello posibilitar que los estudiantes entiendan que lo que hacen y aprenden les sirve, les interesa, les llena y permitirá alcanzar esa meta que se plantearon al ingresar a la universidad. Tal vez cuestionarnos sobre cuál es el papel del profesor en el aula de clase, cómo puede contagiar a los estudiantes con la fascinación que le provoca el tema que trabaja, poder entender que la verdadera realización puede estar en la formación que se alcance, que logre hacerse presente y acompañar en todos los espacios: en el salón de clase, en el laboratorio, en los corredores. Vamos caminando y avanzamos poco a poco esperando llegar a la meta de formación integral, a partir de la consolidación del programa institucional Permanencia con equidad; se busca de manera conjunta identificar las lecciones, saberes y compromisos de formación, de manera que permita a los egresados fomentar el desarrollo social, permitiendo la apertura de rutas hacia muchos y mejores destinos.
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Importante revisar el examen de admisión a la U
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finales de 2012 visitó el país la reconocida autoridad mundial en educación Jeannie Oakes. Su mensaje relacionado con la necesidad de que el país revise la política de ingreso a las universidades tuvo poco eco. Hoy cuando la Universidad de Antioquia se dispone a recibir un nuevo contingente de estudiantes para los programas de pregrado es importante traer de nuevo las recomendaciones de esta importante autoridad en educación, actual directora de educación de la Fundación Ford. Según Jeannie Oakes, un sistema de ingreso a la universidad soportado únicamente en la aplicación de un examen de admisión, pone en desventaja a los jóvenes que salen mal preparados de la educación media. La Universidad de Antioquia, con excepción de los procesos de selección para los programas de pregrado en Música-Canto, Música y Licenciatura en Música de la Facultad de Artes1 y Licenciatura en Pedagogía de la Madre Tierra de la Facultad de Educación 2, utiliza para la admisión la misma prueba para los demás pregrados. Atender una población de aspirantes que puede oscilar entre 20.000 y 40.000 individuos, que semestre tras semestre busca cupos en los programas de pregrado de la Universidad de Antioquia, demanda una logística que responda con transparencia, objetividad y prontitud a la entrega de resultados. Este reconocimiento en ningún momento puede esconder que la Universidad está lejos de tener el mejor instrumento que permita seleccionar los “mejores” candidatos para las diferentes carreras que ofrece la Universidad. El asunto se encuentra en lo que la prueba puede aportar para seleccionar “los mejores”, dado que existen diferencias sustanciales entre las competencias que se requieren para estudiar una carrera como el derecho o la odontología, por ejemplo. Cada facultad, instituto o escuela define el cupo máximo de estudiantes que admite cada
semestre y el puntaje mínimo de “aprobación”. Lo segundo, el puntaje de aprobación, se determina atendiendo al comportamiento histórico que han tenido los grupos de candidatos a cada programa; por ejemplo, para ingresar a la carrera de medicina3 el puntaje de corte está por arriba de los 70 puntos, mientras en los programas de la Facultad de Educación este puntaje está por arriba de los 53 puntos. Atendiendo a lo anterior la Universidad asigna los cupos por orden de mayor a menor puntaje por programa académico hasta que los cupos se agoten. No obstante, los aspirantes a la Universidad pueden seleccionar un programa académico como segunda opción, en caso de que no logren conseguir cupo en la carrera a la que por primera opción aplicaron. Lo anterior
permite consolidar grupos de estudiantes en carreras en donde todos los aspirantes están por primera opción y un grupo de carreras en donde la conformación estudiantil mayoritariamente se da por segunda opción. Los dos casos extremos son el pregrado de Medicina y los pregrados de la Facultad de Educación. En la última admisión para recibir estudiantes para el semestre 2014-1, el efecto del mecanismo de asignación de cupos por primera y segunda opción fue claramente desastroso para la Facultad de Educación. De una población de 1.653 aspirantes que se inscribieron a la Facultad de Educación por primera opción, sólo 109 individuos (el 6,6%) obtuvieron puntajes por arriba de 53 puntos 4. En esa ocasión la Facultad de Educación ofertó 345
Foto Archivo Periódico ALMA MATER
Por CARLOS ARTURO SOTO LOMBANA Decano de la Facultad de Educación de la Universidad de Antioquia
cupos para siete programas. En la lógica de la Universidad de Antioquia quedaron 236 cupos vacios, los cuales por el mecanismo de la segunda opción, fueron ocupados por aspirantes que se presentaron a otras carreras y no obtuvieron cupo pero que su puntaje de admisión estuvo por arriba del punto de cohorte de 53 puntos. Para la experta Oakes, las universidades deberían desarrollar políticas de admisión que reconocieran las especificidades propias de las profesiones, las competencias laborales requeridas para el desempeño y las cualidades que deben tener los jóvenes en términos de liderazgo, servicio a la comunidad, estilos de aprendizaje, entre otros. La pregunta que emerge es: ¿cuántos de esos 1.544 jóvenes que se presentaron a la Facultad de Educación y no pudieron conseguir cupo, son potenciales educadores con el entusiasmo, la vocación y las competencias que requiere la educación de hoy? Dado que el examen de admisión de la Universidad de Antioquia no fue construido para seleccionar a los estudiantes bajo estos aspectos, la pregunta por el momento no tiene respuesta.
Notas 1. Para estos tres programas el examen de admisión consta de 3 pruebas: una prueba específica (PE) del área instrumental, vocal o creativa que evalúa las habilidades y aptitudes del aspirante en su instrumento, en canto o en sus composiciones. Una prueba de aptitud musical (PA) que evalúa la capacidad básica musical innata de cada aspirante. Y la prueba de conocimientos teóricos-musicales (PC) que evalúa las habilidades teórico-musicales del aspirante. 2. Para seleccionar los aspirantes a esta licenciatura, la Facultad de Educación hace una convocatoria cerrada dirigida a las comunidades indígenas y a los aspirantes se les aplica una prueba relacionada con el conocimiento general que tienen los aspirantes sobre las culturas indígenas. 3. Este puntaje no está relacionado con la complejidad de la carrera; su definición está dada por la demanda por cupos que tiene cada pregrado. Por ejemplo, en la convocatoria del semestre 2011-2, el número de personas que concursaron por uno de los 141 cupos que ofreció la Facultad de Medicina fue de 8.124. 4. A primera vista este resultado confirma lo que muchos informes y expertos han señalado, que los estudiantes con menores desempeños en los colegios y/o en las pruebas saber son los que se presentan a las carreras de las facultades de educación.
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Asoprudea. Asociación de Profesores de la Universidad de Antioquia. Ciudad Universitaria. Bloque 22, oficina 107. Teléfono 2195360. Fax 2636106 • http//Asoprudea.udea.edu.co • La columna “Ágora” es responsabilidad de Asoprudea.
La democracia colombiana: atrapada entre la abstención y el clientelismo
Por LUCÍA STELLA TAMAYO ACEVEDO Profesora de la Escuela de Microbiología
E
n la obra Why nations fail (Por qué fracasan las naciones) de Daron Acemoglu y James A. Robinson (2012), se demuestra que son las instituciones políticas las que determinan la prosperidad o el fracaso de un país. Según el libro, cuando el poder dentro de una sociedad se encuentra lo suficientemente centralizado en torno a instituciones políticas inclusivas, se crea un círculo virtuoso por el que grupos con pluralidad de intereses confluyen en la formación de instituciones económicas, también inclusivas, que incentivan la innovación y crean las bases para un crecimiento sostenible fundado en una mayor redistribución de la riqueza. Por el contrario, cuando una sociedad está bajo el dominio de instituciones políticas extractivas, se crea un círculo vicioso por el cual el poder se concentra en élites que obstaculizan la innovación y propician la desigualdad. Esta disfunción genera, a la postre, una situación de ruptura institucional consistente en el advenimiento de una nueva élite al poder, la cual, sin
embargo, hará todo lo posible por mantener el statu quo, evitando verdaderas reformas (hacia instituciones inclusivas) ya que los mayores incentivos para las élites en sociedades con instituciones extractivas residen en el enriquecimiento personal mediante el saqueo del Estado. Las elecciones del pasado 9 de marzo confirmaron, una vez más, que Colombia es un país con instituciones políticas extractivas, y que nuestro sistema democrático dista de ser verdaderamente pluralista. De un total de 32.835.856 de sufragantes potenciales, solo 14.310.367 (un 43.58%) ejercieron su derecho al voto, de los cuales, cerca de 750.000 votaron en blanco por el Senado. Estos alarmantes índices de abstención ponen en tela de juicio la representatividad del nuevo Congreso, elegido en un contexto de apatía generalizada. Lo peor, es que no se trata de un fenómeno reciente, sino de un problema recurrente cada vez que se realizan elecciones en Colombia. ¿Por qué hemos llegado a tal grado de indiferencia? ¿Será que ya no nos importa quién lleve las riendas del país? No. Cualquier ciudadano, por indolente que sea, es el primer interesado en que quienes están llamados a representarle y decidir por él sobre temas tan sensibles como la seguridad, la salud, o su bienestar en general, sean los más probos e idóneos. Lo que sucede es que, desilusión tras
desilusión, los colombianos hemos comprendido que no importa quién llegue al poder; la situación no cambiará en lo absoluto ya que el resultado siempre será el mismo: reinarán la corrupción y la falta de inclusión. Porque los partidos políticos en Colombia, casi sin excepción, no responden a un verdadero programa de gobierno sino al interés particular de las élites que los integran. Sucedió así durante el Frente Nacional, en los gobiernos “liberales” de Gaviria y Samper, en los gobiernos “conservadores” de Pastrana y Uribe e incluso, en el gobierno de “izquierda” de Samuel Moreno en Bogotá. Cualquier individuo que llegue a un cargo de representación popular en Colombia, conoce de antemano que aquí las instituciones son débiles, que no existe el control político y que la impunidad campea. Por ello es que gobiernan como nos gobiernan: como representantes de instituciones extractivas cuya razón de ser es el saqueo del Estado y de la sociedad. Ellos son quienes tienen sumido al país en el fracaso, a juzgar por lo que reflejan los índices de desarrollo humano en Colombia. Es aquí donde entra el clientelismo. Como hacer política en Colombia es cuestión de negocios, no de programas de gobierno, valores o principios, los políticos saben que para llegar a los cargos de elección popular deben comprar la conciencia de sus electores, quienes, sumidos
en la ignorancia prohijada por las instituciones extractivas, no tienen reparo en vender su voto al mejor postor porque, a falta de las oportunidades que solo pueden brindar las instituciones políticas y económicas inclusivas, “de algo hay que vivir”. Es desolador el panorama de la política en Colombia. Nos encontramos sumidos en el más pernicioso de los círculos viciosos: hemos perdido la confianza en nuestra clase política, porque sabemos que ya no importa quién gane en las elecciones, es el pueblo el que siempre pierde. A su vez, las élites políticas se nutren de la fragilidad institucional que ellas mismas han propiciado, de manera que las elecciones terminan siendo la penosa sucesión de eventos del pasado 9 de marzo. Así, no resultan elegidos los mejores, sino los maliciosos que mejor se mueven en las aguas de las instituciones extractivas de Colombia y el fracaso generalizado al que estas nos conducen. En su libro, Acemoglu y Robinson dicen que la transición hacia instituciones inclusivas es posible, pero que es tal la fuerza de la llamada “ley de hierro” bajo la cual dominan las instituciones extractivas, que por lo general el cambio es el resultado de la suma afortunada de eventos y de cómo una sociedad es capaz de responder ante coyunturas críticas. Pero no nos digamos mentiras, la sociedad colombiana todavía está lejos de su primavera.
LA UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA HACE CONSTAR: • Que se encuentra en trámite el reconocimiento del traspaso de la pensión jubilación que percibía el señor OSCAR RODRIGO LEÓN PEDRO LÓPEZ DE MESA GRANDA, quien falleció el 2 de noviembre de 2013. Se ha presentado a reclamar el señor LEONARDO ANTONIO PAEZ RODAS en calidad de compañero permanente. • Que se encuentra en trámite el reconocimiento de prestaciones sociales del señor MARIO LEÓN OSPINA LÓPEZ fallecido el 17 de noviembre de 2013. Se han presentado a reclamar el señor AMADOR DE JESÚS OSPINA MUÑOZ y la señora LILIAM ROSA LÓPEZ SÁNCHEZ en calidad de padres. Otras personas que se consideren con derecho, presentarse dentro de los 30 días siguientes a esta publicación.
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Narcotráfico y (des) penalización del consumo de drogas Hernán Henao Delgado, 15 años después INSTITUTO DE ESTUDIOS REGIONALES INER 1
Que cada mayo evoquemos en público y con más fuerza su nombre es un homenaje al amigo, colega, intelectual y universitario. Una disculpa para efectuar, año tras año, un ritual que, muy reciente su muerte, nos congregaba en la tristeza y en la frustración, pero que, 15 años después, es nuestra manera de contribuir a la memoria del conflicto armado en Colombia desde el amor, pero con conciencia histórica. En el modelo de conocimiento que defendió Hernán, la sociedad no se comprende como el objeto de las interpelaciones de la ciencia sino que es ella el sujeto que interroga a la ciencia. Así, el pensamiento crítico que promovió buscaba reflexionar para desentrañar, emitir buenos juicios y transformar, a partir de la producción de versiones propias y locales de nuestras sociedades. Sin resignación política, con una insistente facultad para buscar alternativas de una vida mejor, una capacidad de escucha que lo hacía tan buen y entretenido conversador, sin renunciar jamás a las utopías, siempre generoso de alma en todas las circunstancias, nos mostró una vida más entretenida, comprometida y osada. Por eso nos hace tanta falta y por eso seguimos evocándolo. 1 Clara Aramburo Siegert, profesora Iner y Claudia Puerta Silva, directora Iner, con base en la cátedra inaugural Hernán Henao Delgado 2013.
Por ADRIÁN RESTREPO PARRA Instituto de Estudios Políticos
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n estos momentos en La Habana (Cuba) el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARCEP están debatiendo el cuarto punto de la agenda de negociación referido a la solución del problema de las drogas ilícitas. Este punto está configurado en tres partes para su tratamiento: la producción, la comercialización y el consumo de drogas ilegales. A la fecha, ambas partes se pronunciaron señalando avances en la negociación, particularmente diciendo que para la política de sustitución de cultivos o formas similares de erradicación es indispensable la participación de las comunidades. Sobre la comercialización o propiamente las redes de narcotráfico y los consumidores aún no se tienen noticias oficiales de La Habana, pero llegarán si todo marcha como hasta el momento se ha dado la negociación y si las partes mantienen las posturas que por distintos medios han mostrado respecto al narcotráfico y la posible despenalización de ciertas drogas. Por las posturas políticas que las partes han planteado en escenarios alternos a la mesa de negociación y por la dinámica internacional actual sobre tratamientos a las drogas ilegales distintos a la guerra contra las drogas es presumible que pueda darse un acuerdo entre las partes, conducente a diezmar las ganancias económicas y la influencia política del narcotráfico a partir de la estrategia de legalizar algunos consumos de droga, especialmente la marihuana y la hoja de coca. Los planteamientos del presidente Santos invitando a la comunidad internacional a pensar en otros caminos para tratar el narcotráfico, los documentos de las FARC-EP indicando la necesidad de legalizar las drogas, el último informe de la OEA derivado de la cumbre de Cartagena insinúa la exploración de la legalización de drogas blandas y el revuelo internacional que ha generado la legalización de la marihuana en Uruguay son factores importantes a la hora de valorar las posibles rutas de acción que acuerden las partes negociadoras. Sin embargo, el aspecto del entorno de la negociación más fa-
El Instituto de Estudios Políticos, en el marco de la celebración de sus 25 años de actividades académicas, ha programado para el martes 13 de mayo, en el auditorio de la Facultad de Artes en el barrio Carlos E. Restrepo, el seminario: “Narcotráfico y (des) penalización del consumo de drogas. El impacto de las políticas de tratamiento y las soluciones alternativas” Ilustracion Juan Andrés Álvarez Castaño
vorable para la posible legalización de la marihuana y la hoja de coca (ésta solo para usos ancestrales) es el hecho que en 21 estados de Estados Unidos han legalizado la marihuana para usos medicinales y, recientemente, los estados de Colorado y Washington la legalizaron con propósitos recreativos. Constatar la preeminencia de esta tendencia de la legalización en el país que ha liderado la guerra contra las drogas en el mundo y quien tiene seria influencia en la política colombiana es un elemento que, aunado a los otros aspectos del entorno de la negociación, permite pensar en la factibilidad de considerar que en la mesa de negociación estén discutiendo la legalización de algunas drogas. El narcotráfico, con o sin proceso de negociación, es un problema social de orden mundial que demanda el estudio de su complejidad y de las distintas alternativas para su solución. Es por ello que el Instituto de Estudios Políticos, en el marco de la celebración de sus 25 años de actividades aca-
démicas, ha programado para el martes 13 de mayo, en el auditorio de la Facultad de Artes en el barrio Carlos E. Restrepo, el seminario: “Narcotráfico y (des) penalización del consumo de drogas. El impacto de las políticas de tratamiento y las soluciones alternativas”, con el apoyo del Consorcio para la investigación comparada en integración regional y cohesión social (RISC). El seminario contará con la participación de Araceli ManjónCabeza (España), Graciela Touzé (Argentina), Laura Blanco de León (Uruguay) y Julio González Zapata (Colombia). El Instituto con este evento quiere brindar al público información y conocimiento sobre la guerra contra las drogas, sus efectos, la necesidad o no de replantear la estrategia de la penalización y dar a conocer experiencias concretas sobre posibles alternativas que conduzcan a la salida negociada de un histórico problema. Para mayor información del seminario puede comunicarse al teléfono 2198690 o en Facebook/inepoudea.
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Nuevos directivos El actual decano de la Facultad de Artes Francisco Londoño Osorno asumió la representación del Consejo Académico ante el Consejo Superior Universitario, en reemplazo de la profesora Clemencia Uribe Restrepo, quien renunció al postularse al decanato de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas para un nuevo periodo. Precisamente, Uribe Restrepo continuará al frente de la Facultad al ser designada en sesión de marzo pasado por el Consejo Superior Universitaria para otro periodo estatutario de tres años. Es abogada, especialista en derecho de familia y magíster en derecho de la Universidad de Antioquia. Decana desde abril de 2011, también se ha desempeñado como vicedecana y jefa del Departamento de Formación Universitaria de la misma facultad.
Mundo de oro en educación Gildardo Uribe Gil, nuevo director de la Escuela de Nutrición y Dietética Mediante la resolución rectoral 38579 del 11 de abril de 2014 el profesor Gildardo Uribe Gil fue designado director de la Escuela de Nutrición y Dietética para el periodo 20142017, en reemplazo de la profesora Berta Lucía Gaviria Gómez, a quien se le venció el periodo estatutario.
En la celebración de los 35 años de fundado, el periódico El Mundo, en ceremonia especial que se cumplió el 21 de abril en Medellín, le otorgó al rector de la Universidad de Antioquia, Alberto Uribe Correa, la distinción Mundo de oro, categoría educación. En el acto, también fueron galardonados la bicicrosista y medallista olímpica Mariana Pajón, categoría deporte; la directora de la Orquesta Sinfónica de Eafit Cecilia Espinosa, categoría cultura; Jaime Alonso Quiceno, director de los Hogares Juveniles Campesinos, categoría equidad; y el gerente de la Cooperativa Lechera de Antioquia-Colanta, Genaro Pérez, categoría empresarial.
Entrega de trabajos hasta el 27 de junio de 2014 • 15° Premio Nacional de Cultura por Reconocimiento
• 32° Premio Nacional de literatura, modalidad Novela
Premio: $21.560.000 y un video documental sobre la vida y obra del ganador
Premio: $13.552.000 y la publicación de la obra
• 42° Premio Salón Nacional de Artes Visuales
• 5° Premio Nacional de Estudios en Cultura
Premio: $13.552.000 y la exposición de la obra en el Salón Nacional de Artes Visuales
Premio: $13.552.000 y la publicación de la obra
Informes: www.udea.edu.co/premiosnacionalesdecultura • premiosnacionalesdecultura@extensionudea.net Teléfono (4)219 51 77 • Envío de propuestas: Calle 70 N.° 52-21 • Medellín, Colombia
Comité editorial: profesores John Jairo Arboleda Céspedes • Luquegi Gil Neira • Patricia Nieto Nieto • Eufrasio Guzmán Mesa • Fabio Giraldo Jiménez • Heiner Castañeda Bustamante Director: Heiner Castañeda Bustamante • Edición de contenidos: Luis Javier Londoño Balbín • Ilustraciones: Juan Andrés Álvarez Castaño • Auxiliares: Diana Sofía Villa Múnera, Sara Giraldo Maestre, Carolina Sánchez Álvarez • Diagramación: Juan Camilo Vélez Rodríguez • Secretaria: María Mercedes Morales Osorio
Se garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial, y la de fundar medios masivos de comunicación. Estos son libres y tienen responsabilidad social. Se garantiza el derecho a la rectificación en condiciones de equidad. No habrá censura. (Artículo 20. Constitución Política de Colombia)
La actividad periodística gozará de protección para garantizar su libertad e independencia profesional. (Artículo 73. Constitución Política de Colombia)
— Las opiniones expresadas en ALMA MATER son responsabilidad de los autores y sólo a ellos compromete —
Departamento de Información y Prensa Secretaría General • Ciudad Universitaria • Calle 67 N° 53-108, Bloque 16, oficina 336, Medellín • Teléfonos (4) 2195023 y 2195026. • E-mail: almamater@udea.edu.co • http://almamater.udea.edu.co
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Oscar Alberto García Arcila ha propuesto metodologías que han sido tenidas en cuenta para la implementación de un nuevo plan de estudios. Adicionalmente, coordina varios semilleros de investigación en la sede central y en las regiones, por lo cual fue merecedor de la Distinción Espíritu Universitario en el 2013. Es reconocido por su compromiso con el Semillero de Derecho y Legislación Indígena y por su presencia activa en el Encuentro Nacional de Estudiantes Indígenas.
Óscar Alfonso Vega Castro fue merecedor de una Moción de Felicitación en el año 2011 y a Mociones de Reconocimiento como mejor profesor del programa Ingeniería de Alimentos en los años 2012 y 2013. Además, integró el equipo de trabajo que puso en marcha las plantas móviles para las regiones, el Laboratorio de Lácteos y el Comité Científico. Es reconocido por integrar nuevas metodologías de enseñanza, apoyándose en la conectividad que presentan las aulas de clase.
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Ricardo Callejas Posada potenció la trasformación curricular al elaborar el programa del curso Fundamentos de Biología. Además, publicó el libro Flora en Antioquia, que recopila gran parte de la diversidad vegetal del departamento y es evidencia del esfuerzo de formación de alumnos de pregrado. También, coordinó la Expedición Antioquia, que vinculó a estudiantes e instituciones de distinto género en torno del estudio de la variedad biológica de Antioquia.
Profesores reconocidos por su excelencia
La mejor metodología es motivar a los estudiantes Por DIANA SOFÍA VILLA MÚNERA
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a Universidad de Antioquia reconocerá a los docentes sobresalientes de la institución, el 15 de mayo, día del educador, a las 4:00 de la tarde en el auditorio principal del Edificio de Extensión. La distinción Excelencia Docente se otorga por áreas, a los profesores que se destaquen por sus significativos aportes al enriquecimiento de la labor formativa. Este año, en al área de ciencias exactas y naturales, ciencias económicas e ingeniería, el reconocimiento es para el profesor Ricardo Callejas Posada de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales. En el área de la salud,
fue distinguido el profesor Óscar Alfonso Vega Castro de la Facultad de Química Farmacéutica; y en el área de las ciencias sociales y humanas, el profesor Óscar Alberto García Arcila, de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas. Sobre su actividad como docentes universitarios, los tres distinguidos concuerdan en que la clave para hacer bien su labor está en la relación que se establezca con el estudiante y en lograr que en ellos crezcan la motivación y la curiosidad por el conocimiento. Para el ingeniero Óscar Vega, sus alumnos son compañeros de reunión, y hay que acercarse a ellos y conocerlos para saber cómo motivarlos. “Es necesario saber qué tiene cada persona en su interior —asegura— En promedio, por semestre, puedo tener 60 estudiantes y si se filan
delante de mí todos los que he tenido en los últimos cuatro años yo los llamo por su nombre y puedo preguntarles cómo van en sus cosas. O sea, la clave es entenderlos y acercarse a ellos reconociendo particularidades como la forma de vestir, de hablar o la música que les gusta”. El biólogo Ricardo Callejas concuerda con que es necesario tener una relación estrecha con el estudiante y comprender que todos no son iguales. Además, agrega que es importante que los docentes tengan bases de pedagogía para hacer bien su labor. “Una cosa es la pasión que yo tenga, mi actitud y mi disposición frente a un estudiante y otra cosa son las técnicas y el método con el que se abordan las temáticas, que deben ser bien pensadas para que lleguen a cada uno de los 90 alumnos que puede haber en una clase”, comenta.
Por su parte, el abogado Oscar García considera que la labor docente puede surgir también de una vocación empírica. “No ser pedagogo no significa ser mal docente”, afirma, y agrega que “no se pueden desconocer los adelantos y los desarrollos que se den en las formas de transmitir el conocimiento, pero no creo que necesariamente tenga que ponerse a descansar la calidad de la enseñanza en las nuevas metodologías y en las nuevas pedagogías. La mejor metodología es motivar a los estudiantes y eso se puede lograr de muchas formas”. A los tres ejemplos del sobresaliente desempeño en el ejercicio docente les será impuesta una medalla con la imagen del monumento El hombre creador de energía, y se les entregará un pergamino como símbolo y reconocimiento a su entrega.
CONSEJO SUPERIOR UNIVERSITARIO: Sergio Fajardo Valderrama, Gobernador del Departamento y Presidente de la Corporación • Alberto Uribe Correa, Rector • Antonio Yepes Parra, Representante del Presidente de la República • Paula Marcela Arias Pulgarín, Representante de la Ministra de Educación Nacional • Francisco Londoño Osorno, Representante del Consejo Académico • Rafael Nieto López, Representante Profesoral • Mario Arturo González Arboleda, Representante de los Egresados • Manuel Santiago Mejía Correa, Representante del Sector Productivo, Luis Javier Arroyave Morales, Representante de los ex Rectores • Luquegi Gil Neira, Secretario General. CONSEJO ACADÉMICO: Alberto Uribe Correa, Rector • Fanor Mondragón Pérez, Vicerrector de Investigación • Juan Carlos Amaya Castrillón, Vicerrector de Docencia • Pablo Javier Patiño Grajales, Vicerrector de Extensión • Rubén Alberto Agudelo García, Vicerrector Administrativo • Francisco Londoño Osorno, Decano Facultad de Artes • Luis Guillermo Palacio Baena, Decano Facultad de Ciencias Agrarias • Ramón Javier Mesa Callejas, Decano Facultad de Ciencias Económicas • Nora Eugenia Restrepo Sánchez, Decana Facultad de Ciencias Exactas y Naturales • Gloria Patricia Peláez Jaramillo, Decana Facultad de Ciencias Sociales y Humanas • David Hernández García, Decano Facultad de Comunicaciones • Clemencia Uribe Restrepo, Decana Facultad de Derecho y Ciencias Políticas • Carlos Arturo Soto Lombana, Decano Facultad de Educación • Sandra Catalina Ochoa, Decana Facultad de Enfermería • Carlos Alberto Palacio Tobón, Decano Facultad de Ingeniería • Élmer de Jesús Gaviria Rivera, Decano Facultad de Medicina • María Patricia Arbeláez Montoya, Decana Facultad Nacional de Salud Pública • Clara Eugenia Escobar Güendica, Decana Facultad de Odontología • Juan Carlos Alarcón Pérez, Decano Facultad de Química Farmacéutica • Lucía Stella Tamayo Acevedo, Representante Profesoral Consejo Académico • Luquegi Gil Neira, Secretario General. Invitados: John Jairo Arboleda Céspedes, Vicerrector General • Fabio Giraldo Jiménez, Director de Posgrado • Jaime Ignacio Montoya Giraldo, Director de Desarrollo Institucional • María Carolina Laverde Velásquez, Directora de Relaciones Internacionales • Daryeny Parada Giraldo, Directora de Bienestar Universitario • Dora Nicolasa Gómez Cifuentes, Directora Programa de Regionalización • Liliana Marcela Ochoa Galeano, Directora Escuela de Microbiología • Edilma Naranjo Vélez, Directora Escuela Interamericana de Bibliotecología • John Jairo Giraldo Ortiz, Director Escuela de Idiomas • Gildardo Uribe Gil, Director Escuela de Nutrición y Dietética • Francisco Cortés Rodas, Director Instituto de Filosofía • Gloria María Castañeda Clavijo, Directora Instituto de Educación Física y Deporte • Jaime Cardona Usquiano, Director Oficina de Asesoría Jurídica • Claudia María Rivera Osorio, Auditora Interna • Heiner Castañeda Bustamante, Director de Comunicaciones.
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Ilustracion Juan Andrés Álvarez Castaño
A propósito del Día de los trabajadores Por JUAN ANDRÉS ÁLVAREZ CASTAÑO
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ada primero de mayo se conmemora la muerte de los trabajadores ejecutados en 1886 en Chicago, Estados Unidos, debido a su lucha por hacer cumplir la máxima de ocho horas para el trabajo, ocho horas para el sueño y ocho horas para la casa. “Esta fecha nos produce sentimientos encontrados por los hechos trágicos que la causaron, pero es una fiesta porque ahí nos reconocemos como trabajadores y nos sentimos importantes, en esa fecha podemos compartir cómo maneja la pica el compañero del campo y cómo manejamos la almádana los trabajadores de la ciudad”, dice Francisco Ocampo, aseador y miembro del Sindicato de trabajadores unidos de Colombia, Sintraunicol-UdeA. En el ámbito de los empleados de la Universidad de Antioquia, alrededor de diez mil setecientos, entre profesores, personal administrativo, trabajadores oficiales y prestadores de servicios, la celebración internacional del Día del trabajo, o el día de internacional de los trabajadores, llega en muchos casos acompañada de satisfacciones, pero también de inquietudes. Morelia Mesa, por ejemplo, encuentra en la fecha un recordatorio de la posibilidad de hallar en el trabajo un factor de progreso real. “La vida laboral, en todos los
medios, cuenta con dificultades, pero depende en buena medida de la voluntad de cada persona para abrirse camino”, dice ella, que en buena medida encarna el ideal de muchos trabajadores, no solo en el país sino probablemente en el mundo, de convertir su vida laboral en una fuente de superación personal y profesional. Llegó a la Universidad hace más de 13 años a ocupar un puesto como secretaria administrativa en la oficina de posgrados de la Facultad de Artes. Cuando en 2004 se creó el pregrado de Gestión cultural, Mesa presentó el examen de admisión, como lo hacen miles de aspirantes cada semestre, y pasó. Cursó su carrera haciendo uso de los beneficios que ofrece la institución a sus empleados y luego de su graduación, aun ejerciendo labores como secretaria, comenzó a desempeñarse como profesora de cátedra. Hoy en día está a punto de terminar la maestría en Gestión Cultural y desde hace un año es coordinadora del pregrado en Gestión cultural de la Facultad de Artes: “Yo soy consciente de que he encontrado oportunidades, pero también sé que no siempre es igual”, concluye. El profesor Ramiro Giraldo, abogado y economista egresado de la alma máter, recibe la tradicional conmemoración de los mártires de Chicago desde otra perspectiva y con varias preguntas. En su condición de presidente de Aspudea, Asociación sindical de profesores universitarios de la Universidad de Antioquia, comenta que el momento es oportuno para replantear a
nivel nacional la situación de su gremio, que a su juicio ha sido subvalorado en el contexto de la universidad pública: “Los profesores de cátedra no tenemos derechos políticos en la institución, no tenemos representatividad en el consejo académico ni en ninguna instancia. Eso a pesar de que en una universidad como ésta somos la segunda fuerza política después de los estudiantes: actualmente somos alrededor de cinco mil profesores de cátedra”. Por su parte, María Rocío Bedoya, abogada laboralista y presidenta de la Asociación de profesores de la UdeA, Asoprudea, aprovecha el primero de mayo para enfatizar la necesidad de que cualquier tipo de reglamentación laboral se ajuste de una vez por todas a los principios, a los valores, y a los derechos fundamentales estipulados en la Constitución del 1991, lo cual a su parecer no ocurre en el sector de la educación pública. “En términos laborales en este momento hay retos que la Universidad debe afrontar con el fin de consolidarse como un espacio abierto que permita el desarrollo de sus empleados tanto en el nivel administrativo como académico”, dice. Tanto ella como Giraldo apuntan además que es necesario dignificar el papel del docente asignándole salarios que sirvan como incentivo para una de los sectores laborales más importantes en cualquier sociedad. En el caso del sindicato de trabajadores oficiales de la Universidad, Sintraudea, la celebración sirve para recordar los años al servicio de lo público. Su secretario
general, Johnny Ferrer Castañeda, músico de profesión, vinculado a la Banda sinfónica Universidad de Antioquia desde 1984, resalta como un logro importante del sindicalismo, y en general de la convención colectiva del trabajo, es decir todos esos acuerdos llevados a cabo con el empleador, la consolidación de un comité que le hace seguimiento a los servicios de salud. “Hay que admitir además que la institución respeta la estabilidad laboral a los que ya estamos vinculados aquí, pero ese respeto se debe a que hay una comisión de seguimiento a los acuerdos que hemos hecho, al trabajo del sindicato”, dice Quintero. Una visión muy particular del primero de mayo la tiene Dora Ramírez, quien se vinculó a la Universidad recién egresada del colegio hace ya más de veinte años. Llegó a desempeñarse como aseadora: “En un principio sentí un poco de vergüenza, pero pronto comprendí que ese era un trabajo más, tan digno como cualquiera.De todas formas mi objetivo era formarme profesionalmente también”. Un tiempo después se graduó como arquitecta de la Universidad Nacional. Pero su formación académica no terminó allí. Hoy en día cuenta además con el título de sicóloga y está a punto de terminar su maestría. “Eso lo he logrado gracias al trabajo que tengo, que me ha permitido adquirir una formación profesional porque he contado con un tiempo semanal para asistir a la clase y unos beneficios económicos en la matrícula.” A pesar de los títulos Dora se ha mantenido por convicción en su trabajo como aseadora por una razón que considera fundamental y que le da sentido a su vida: “Mi trabajo ante todo me ha permitido algo que es muy valioso para mí: me ha permitido ser madre y dedicarle a mis hijas el tiempo que se merecen”. Con esas palabras, que tal vez resumen la noción de un trabajo digno, celebra ella el Día internacional de los trabajadores.
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Foto Archivo Periódico ALMA MATER
Por JAIRO HUMBERTO RESTREPO ZEA Profesor y Coordinador del Grupo de Economía de la Salud Facultad de Ciencias Económicas, Universidad de Antioquia
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urante los días 27 y 28 de febrero del año en curso se reunió en Medellín, convocado por el Ministerio de Salud y Protección Social y por el Banco Interamericano de Desarrollo, un grupo amplio y representativo de personas vinculadas de algún modo al sector de la salud. Estuvieron presentes el ministro, con sus viceministros, asesores y varios funcionarios más; el superintendente nacional de salud, también con varios de sus funcionarios; otras entidades del orden nacional, como el Instituto Nacional de Evaluación Tecnológica en Salud; secretarios de salud; representantes de EPS, de IPS, de la industria farmacéutica, de asociaciones de pacientes, de la academia y de la rama jurisdiccional, entre otros. Tal vez no se había contado con un espacio como estos en mucho tiempo, en donde confluyeran actores tan diversos, tan plurales y hasta contrapuestos, y en el que se hubiera dado la oportunidad de escuchar los planteamientos de unos y otros acerca del futuro del sistema de salud. Los temas centrales de esta cumbre, que estuvieron contextualizados por la situación colombiana en el marco internacional, fueron: las tensiones entre la salud como derecho y las limitaciones de recursos, el aseguramiento y
Ecos de la cumbre nacional por la salud los modelos de atención. En cada caso se contó con sesiones de discusión en donde cada participante pudo exponer su visión sobre el tema y controvertir a los demás. Algo bien positivo, que pareció ser un acuerdo tácito entre los participantes, fue la poca referencia al texto de reforma en discusión en el Congreso, como si existiera la convicción de la necesidad de un proyecto nuevo, sólido, y que sea el resultado de discusiones y propuestas como las que se dieron en la cumbre. Precisamente una de las impresiones de este encuentro es que el ministro Alejandro Gaviria puede estar terminando su gestión por donde debió haber iniciado hace más de un año, reuniendo a los principales representantes y analistas del sector para construir una hoja de ruta bien pensada y respaldada, de cara a una posible reforma y sobre todo a recuperar la gobernanza que ha estado tan debilitada, producto en parte por las acciones del propio gobierno que han limitado los espacios formales para la deliberación e incluso para la interacción técnica. Tal ha sido el caso de la eliminación del Consejo Nacional de Seguridad Social en Salud, mediante la Ley 1438 de 2011, y la liquidación de la Comisión de Regulación en Salud (CRES) mediante un cuestionado decreto presidencial de diciembre de 2012.
Reconociendo el buen ambiente, el diálogo sincero y constructivo, y el clima de confianza que se percibió en la cumbre, he planteado dos propuestas concretas para que la misma no pase simplemente a engrosar la lista de reuniones, que pueda dejar huellas y trascienda en el proceso de desarrollo del sistema de salud. Al fin de cuentas, una “cumbre” es entendida como una reunión de alto nivel, reservada en la acepción de la Real Academia para la “reunión de máximos dignatarios nacionales o internacionales para tratar temas de suma importancia”. Producir una declaración, la “declaración de la Cumbre de Medellín”. A partir de una comisión de los asistentes, resulta conveniente presentar las principales conclusiones, los puntos de mayor acuerdo y los temas sobre los que debería ahondarse para madurar una propuesta de reforma y para fortalecer el sistema de salud. Además de dejar el registro histórico, en el documento se harían explícitos los puntos en los que los líderes del sector están de acuerdo para avanzar en la discusión de reforma y para mejorar el desempeño del sistema, dándolo a conocer a la opinión pública, a la clase política, al alto gobierno. Más importante aún, que dicho documento sirva para que los distintos estamentos y gremios que son parte del sistema puedan
verse reflejados allí y se animen a alimentar la discusión. Conformar una comisión de diálogo o asesora del Ministerio. Que sea representativa del sistema y que mantenga interlocución directa con el Ministerio de Salud y Protección Social y con el alto gobierno. Sería una manera de recuperar legitimidad y mejorar la confianza, evitando así que la desaparición del Consejo Nacional y de la CRES no se vea reemplazada por la concentración de super poderes en el ministerio Sería un espacio permanente, de encuentro y de discusión, que pudiera sustituir la serie de reuniones que con razón agobian al Ministro, pues es una suma de parcelas que no tienen hoy un campo común para encontrarse. Esta comisión podría ocuparse inicialmente de definir o validar la visión y otros asuntos estratégicos del sistema, y luego podría formalizarse como órgano permanente de una institucionalidad reinventada. Podrían dejarse así unas bases para tener un sistema más legítimo, más bien estructurado y en donde se cuente con espacios formales para la solución de conflictos. De lo contrario, se estaría dejando un sistema macrocefálico y lleno de vacíos que futuros gobernantes podrían llenar con mala gestión y con politiquería.
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A propósito de la 27 Feria Internacional del Libro de Bogotá
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El sentido de la edición universitaria: libros para ser leídos
a producción editorial universitaria representa aproximadamente 20% del total de los títulos publicados anualmente en el país (para el conjunto de América Latina se estima este dato en cerca de 9%). Cifra tan sorprendente puede derivar sin duda de la manía publicadora típica del mundo universitario (el tópico “publicar o perecer”), o de la indiscriminación propia del registro del código ISBN (del cual se extraen estas cifras1); pero también —vistas las cosas desde el punto de vista cualitativo— de una presencia cada vez más madura y profesional de las editoriales universitarias en el sector del libro y en el ámbito cultural. Pero ¿cuál es el perfil actual de las editoriales universitarias?; ¿a qué puede asignarse el significado cultural de la edición universitaria? Tal como se infiere de las declaraciones de misión de algunas de las principales editoriales universitarias del país, ellas contribuyen a desarrollar el perfil institucional y vocacional de la universidad contemporánea, sea éste de investigación o de docencia; así: “divulgar los esfuerzos de investigación realizados por los docentes y estudiantes de la Universidad” (Editorial Universidad Externado de Colombia); avanzar en “la proyección del pensamiento universitario y realizar las políticas editoriales de la Universidad” (Editorial Universidad Pontificia Bolivariana); o administrativamente “coordinar, articular y fortalecer los procesos editoriales en todas las sedes, facultades, centros e institutos” (Editorial Universidad Nacional de Colombia). Pero, al mismo tiempo, complementan este propósito general con notas específicas como, por ejemplo, su política de elección de autores: editar obras de “autores tanto nacionales como extranjeros en los diferentes campos del saber” (Editorial Universidad Eafit); su ubicación respecto a
La Editorial Universidad de Antioquia en la Feria
La Editorial Universidad de Antioquia está presente en la FIL Bogotá (Corferias, Pabellón 3, Nivel 2, Stand 548A), con novedades en las diversas áreas de conocimiento: Viajando con los clásicos; Cirugía vascular; Retórica de la escritura académica. Pensamiento crítico y argumentación discursiva; Bases de astrofísica; Qué es la justicia, de Hans Kelsen; Profesión: traductor; Pasado y presente de la filosofía política. Ensayos sobre democracia y justicia; Lógicas de las redes sociales virtuales; Yo soy una antología —Poemas selectos—, de Fernando Pessoa, entre otras.
tendencias académicas: “construir un diálogo de saberes anclado en la producción científica y cultural de sus académicos” y en “interlocución con las discusiones multidisciplinares” (Editorial Pontificia Universidad Javeriana); sobre el impacto deseado: difundir contenidos que “inviten al público lector a la reflexión contemporánea sobre el país, dentro y fuera de sus fronteras” (Ediciones Uniandes), o buscar con “máximo sentido de responsabilidad que los desarrollos académicos aporten a la construcción de la sociedad” (Editorial Universidad del Rosario); o sobre las políticas de producción y circulación: “con estricto respeto por los derechos de autor, cuidadosa preparación editorial y sentido de sostenibilidad” (Editorial Universidad de Antioquia). La función de una editorial uni-
versitaria no se reduce entonces a la impresión, esencial en la calidad y dignidad del producto libro, pero que no agota el proceso de edición. Tampoco se remite a la validación académica de libros “para que no sea necesario ya leerlos”: afirmación un tanto estrambótica, pues, al contrario: editorialmente las obras adquieren pleno valor cuando son leídas; la validación es, de nuevo, solo una parte del proceso. La función principal de una editorial universitaria es de mayor interés y alcance: integrar la investigación, sí, pero también la creación y la reflexión universitaria y de fuera de la universidad, en la conversación social y cultural de amplio impacto, con recepción efectiva por parte de públicos internos y externos a la institución. A modo de ejercicio, un breve
Novedades de las editoriales universitarias Cuando el sur piensa el sur. Los giros de la cooperación al desarrollo (Editorial Universidad Externado de Colombia), una mirada a la cooperación que vincula actores estatales tradicionales y de la sociedad civil de los continentes menos desarrollados; El ideal de lo práctico. El desafío de formar una élite técnica y empresarial en Colombia (Fondo Editorial Universidad Eafit), un autor, Frank Safford, y un libro ya clásicos en la historiografía colombiana; Transformando las ciudades con el transporte público (Ediciones Uniandes), un estudio sobre las políticas públicas y la movilidad en las ciudades; Planeta de ciudades (Editorial Universidad del Rosario), una discusión sobre los desafíos de la expansión urbana; Yo soy una antología. Poemas selectos (Editorial Universidad de Antioquia), edición bilingüe de una nueva traducción de la obra del poeta portugués Fernando Pessoa; El libro rojo de aves de Colombia. Bosques húmedos de los Andes y la costa pacífica (Editorial Pontificia Universidad Javeriana), información biológica y situación de la avifauna en estas zonas del país; Redacciones integradas (Editorial Universidad Pontificia Bolivariana), una reflexión sobre periodismo convergente y multimedial; Propiedad intelectual y tratados de libre comercio (Editorial Universidad Nacional de Colombia), ensayos críticos sobre las encrucijadas jurídico-económicas que generan los acuerdos de comercio internacional.
recorrido por algunas de las novedades que presentan actualmente estas editoriales en la Feria del Libro de Bogotá permite comprender esto a cabalidad. [Ver el recuadro sobre novedades editoriales de nuestras universidades] En esa breve relación destaca, en primer lugar, la contextualización de temas y su impacto fuera de la universidad en esferas de aplicación o práctica en la sociedad, en oposición a la fragmentación del saber en unidades descontextualizadas o inconexas. Y, en segundo lugar, el diálogo entre producción local y universal, entre problemas del pasado y del presente; donde, no por casualidad, ocupa lugar la traducción como ejercicio de conversación renovada entre épocas, culturas y corrientes de pensamiento, e incorporación de enfoques e ideas. En síntesis, resalta la buena edición como una manera de superar la tendencia universitaria al confinamiento en el círculo de la producción de “resultados” con pérdida de integralidad, impacto y componente cultural; como una forma de modulación y valorización pública de la producción académica e investigativa, más allá de enfoques parciales: no sólo libros validados, sino, especialmente, libros para ser leídos. Notas 1. Enrique González Villa, La edición universitaria en Colombia. Un análisis cuantitativo desde el ISBN, Bogotá, Unilibros de Colombia, núm. 20, 2013, pp. 88-89.