PERIÓDICO O
AÑO 53. N º 69. LA PAZ, BOLIVIA, JUEVES 10 DE DICIEMBRE DE 2020
TEXTO OFICIAL DE EDUCACIÓN DE BOLIVIA
RESOLUCIÓN
MINISTERIAL 2906
DESDE 1967. EDUCA, APOYA Y DIVIERTE
CREADOR: F.JAIME SANJINES VIDAL
QUE LA ESTRELLA DE BELÉN ILUMINE TODOS NUESTROS
CORAZONES DE PAZ Y AMOR
EN ESTE
NUMERO:
EN ESTE NÚMERO: *UN BELLO NACIMIENTO PARA RECORTAR Y ARMAR * PUNTUDA NARIZ Y MUCHO MÁS…
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JUEVES 10 DE DICIEMBRE DE 2020
NACIMIENTO EN EL
A
Pega toda la página sobre cartulina resistente, recorta una por una las seis figuras, copia el “soporte”, once piezas en cartulina aparte, éstas servirán para pegar por detrás a todas las figuras, así estarán estables. Las líneas segmentadas de cada figura son para doblar y pegar en la letra correspondiente. Ahora prepara la base, puede ser de cartón de una medida de 22 cm por 30 cm. que sea de color celeste
como el agua, papel lustre. Si deseas que se vea más atractivo, esta base puede ser de espejo, debes tener en casa uno, y si no te lo pueden cortar en una vidriería. Para pegar sobre vidrio utiliza su pegamento o silicona líquida o en barrita de pistolita. Si gustas adornarle la base, puedes pegarle alrededor musgo o aserrín teñido en verde, con algunas piedritas, para que se vea como en agua. Base
F
C
E
22 cm
D
B
A 30 cm
Soporte cortar 11 piezas, para pegar detrás de las figuras, en las más grandes y largas, pegar dos
E
3
L LAGO TITICACA
D C
B
F
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JUEVES 10 DE DICIEMBRE DE 2020
PUNTUDA NARIZ
PARA LEERLES A LOS NIÑOS EN NOCHEBUENA POR: F. JAIME SANJINÉS VIDAL
Las vitrinas mostraban todo su esplendor: osos, payasos, muñecas, autitos, patines, triciclos, a cuál mejor. Traviesos ojitos se embelesaban con el maravilloso color, la alegría de sus caritas chaposas, morenitas, rosadas y hasta una que otra de carbón; danzaban al vaivén de la música, música embrujada por los tintineos de las campanitas o cajitas bellamente decoradas con chispas de colores y delicadas figuras que dejaban escapar, de rato en rato, angelicales notas que daban un aire vaporoso de ensueño a aquella noche. Pues, no era una noche cualquiera, era una muy especial, que todo niño esperaba con impaciencia la llegada de la Nochebuena, buena para todos los niños del mundo, niños inocentes
Tuco, un niño de apenas de ocho años, miraba desde su lecho un muñeco de puntuda nariz. Cómo quería levantarse e ir a jugar con los otros niños alrededor de este atrayente muñeco.. ¿Cómo ir?.. Era difícil.. Papá y mamá habían ido a pasar Navidad a casa de unos parientes y el quedó al cuidado de Dorotea, la fiel empleada de la familia. Además no podía levantarse, tenía mucha fiebre y transpiraba. Así que era imposible salir. El Niño Dios, anticipadamente ya le había traído regalos: un auto azul de control remoto, un tren con humo y todo, un tanque de esos que parecen que disparan fuego y un hermoso triciclo con bocina y campanilla. Él los miraba, no le atraían en lo mínimo. Quería tocar a ese muñeco de nieve, jugar, cantar a su lado, correr, gritar y saltar con los niños que, traviesos,
le hacían señas como llamándolo. Pareciera que hasta el muñeco se ponía más y más feliz, reía, reía y . . ¡Maravilla! El muñeco se movía, flotaba, venía hasta él, ¡Qué felicidad! -Soy el primer niño que tiene un muñeco de nieve y de verdad.. La noche se hizo tibia, hermosa y fulgurante, era un sueño hecho realidad. La música, de notas interminables, mecía al niño que por fin tenía lo suyo.. La gran cuidad iba cerrando sus innumerables ojillos para dar paso otra vez a un nuevo amanecer, bulliciosos y radiante, en que niños felices contemplaban sus juguetes, alabando a cual mejor. A pocos pasos de allí, un muñeco de nieve, chalina roja, abrazaba el cuerpo frío de Tuco, el pequeño que por fin era feliz, porque seguirá gritando y corriendo con su muñeco de puntuda nariz.
que esperan al Redentor. La nieve al caer asemejaba delicadas plumas que la suave brisa complacida jugueteaba y no sabía dónde o en qué lugar depositar la entrega. El inmenso manto blanco, cual azúcar desparramada, se sentía más agradable que nunca al recibir hermosos copos de alegría. Divisábase a lo lejos un hermoso personaje, chalina roja al cuello, sombrero de copa, brillantes ojos como aceitunas, nariz puntuda, anaranjada y pintoresca, y una sonrisa que él solo podía brindar. Sus brillantes botones dorados eran soles que la nieve, al deslizarse por entre ellos, -pareciera que nuestro personaje-, danzaba acompañado de miles de estrellas que bailaban la melodía de paz, amor y fantasía. Hasta la escoba que llevaba como centro parecía sentir alegría de nuestro muñeco de nieve esculpido por manos de diminutos artistas.