REVISTA CULTURAL I Año 1 I Número 3 I 17 DE ABRIL DE 2022 REVISTA CULTURAL I Año 1 I Número 4 I 24 DE ABRIL DE 2022
EL GUSTU ES NUESTRO PÁG. 4-5
EL RESCATE DE ISMAEL SOTOMAYOR La Carrera de Literatura de la UMSA publica dos volúmenes con cientos de artículos del escritor de Añejerías paceñas PÁG. 4-5
Del paladar de Marce Araúz a las páginas centrales de La Trini: una experiencia gastronómica a pedir de boca
MÚSICA: OP3RADOR + OLINDA SILVANO MÚSICA: ÁGUILA Y CÓNDOR LIBROS:HOMENAJE HUACO RETRATO A ENRIQUE ROCHA MONROY LA NIÑEZ Y STEPHENARTE: KINGMUSEOS ITINERANTES EL DÍA INTERNACIONAL DEL JAZZ EN BOLIVIA FERIA CULTURAL DEL LIBRO EN EL ALTO
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“El museo donde tú estás”: Arte en las provincias El Museo Nacional de Arte recibe solicitudes de municipios y poblaciones que deseen el montaje de una muestra de obras de grandes maestros de la pictórica boliviana.
MARCELA ARAÚZ MARAÑÓN / MNA Un pequeño camión cargado de réplicas de obras del arte boliviano recorre las carreteras del país. Es parte de “El museo donde tú estás”, un programa educativo e itinerante del Museo Nacional de Arte (MNA), dependiente de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia (FCBCB). El objetivo de este programa es llegar a varias regiones del país acercando el patrimonio cultural que resguarda el MNA a la población que no tiene posibilidad de visitar dicho espacio cultural. En menos de un año –desde mayo del año pasado–, este proyecto llegó a Desaguadero (La Paz), Arani y Punata (Cochabamba), y hace poco a los distritos mineros de Uyuni y Llallagua (Potosí) y a la ciudad de Oruro. Las siguientes muestras en lista serán en tierras bajas, en un cronograma a confirmarse para los próximos meses. “El museo donde tú estás”tiene varios años, hoy le estamos dando continuidad, porque es un programa que acerca al MNA con otras regiones del país y otras poblaciones que no pueden visitar físicamente el museo”, explicó el director de la institución, Iván Castellón. Está dirigido ante todo a estudiantes, quienes manifiestan más empeño por aproximarse a las muestras. “También busca vincularse con representación de otras poblaciones, por ejemplo, en Desaguadero fue importante la presencia de autoridades originarias”, añadió Castellón. Esta búsqueda de acercamientos con población diversa se enmarca en el pilar de la democratización del arte y la cultura sobre el cual trabaja cotidianamente la Fundación Cultural del BCB y cada uno de sus repositorios y centros culturales.
Lo ideal para cada exposición sería que permanezca en exhibición 10 días, pero esa es una determinación de los municipios y las instituciones que acogen los montajes. También depende si habrá alguien que realice la mediación a los visitantes. Hay que contemplar que el equipo del MNA no puede permanecer ese tiempo, así que durante su corta estadía en cada pueblo la mediadora prepara a una persona que suele ser un servidor público de la alcaldía, o alguien designado por la Gobernación de la región. Es esa persona quien realiza las visitas guiadas cuando el equipo del MNA deja el lugar. Estas capacitaciones han tenido buenos resultados, pues se da seguimiento para saber el flujo de visitantes. Todo esto no tiene costo alguno para los municipios ni para los pobladores visitantes de cada expo. La idea fundamental es llegar a los confines de cada región boliviana. Es dejar en claro que el arte y la cultura nos pertenecen a todos y todas.
LOS ESPACIOS PARA EXPONER Antes de visitar un municipio con el programa “El museo donde tú estás”, los encargados del Museo Nacional de Arte piden imágenes de los espacios que los pueblos están destinando para la exhibición. Es preciso tener fotografías para saber si se puede adecuar un montaje, si se debe intervenir el inmobiliario, llevar estructuras de metal, o armar paredes falsas.
Movilizar el museo Jackeline Rojas es la encargada de mediación del MNA y también lleva la batuta de “El museo donde tú estás” este año. Ella explica cómo es el proceso de realización y montaje en los municipios que solicitan la presencia del programa. “El primer paso es la selección de réplicas que serán trasladadas; actualmente, se expone réplicas de obras incluidas en la muestra de colección ‘Miradas indígena originaria campesinas’, que se mantendrá en el museo hasta 2023. Primero se define qué obras son representativas de la exposición permanente del arte prehispánico, colonial, republicano, siglo XX y arte contemporáneo”, manifiesta la mediadora. Tras la selección se hace el traslado junto al equipo del MNA, que son tres o cuatro personas, entre ellas los montajistas, encargadas de diseñar el escenario y construir las estructuras donde las réplicas se lucen. Una vez inaugurada la muestra, Jackeline hace la “mediación”, que es la explicación de las obras y el sentido de la exhibición al público presente. Ella es clara: “las narrativas de dicha explicación cambian de un lugar a otro para que la gente se sienta identificada con la obra o con algún artista en particular”.
Es una producción de Parque Astral Comunicaciones Dirección: Vadik Barron Rollano Diseño Gráfico: El Gato Fantasma Artes Visuales Redes: LaTrini Colaboran en este número: Marcela Araúz / Martín Zelaya/ Willy Camacho Portada: Afiche Oficial del Jazz Day Bolivia por Marco Tóxico contacto: latrinicultural@gmail.com facebook: LaTrini
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Cuando vuelen juntos
LA TRINI
Una cantautora chapaca y un compositor, músico y productor poblano llevan –y traen– las cosas lejos. De Bolivia a México y de vuelta, el dúo Águila y Cóndor propone una nueva canción latinoamericana que va del paisaje sonoro al rock, pasando por el “folk indigente” y alista gira boliviana y latinoamericana. con sus construcciones armónicas y rítmicas particulares y recupera la notable influencia de grandes compositores e intérpretes como Víctor Jara, Violeta Parra o Mercedes Sosa. En vivo, emplean recursos fonéticos de las lenguas de los pueblos originarios de América y su repertorio contempla canciones escritas en portugués, náhuatl o español. Actualmente Águila y Cóndor se encuentra presentando las canciones de su primer álbum, todavía inédito, en una gira por Bolivia y con intenciones de extenderla a Sudamérica en el transcurso de 2022. Tarija, tierra natal de Elisa, es la primera ciudad boliviana que recibió al dúo con una presentación especial, el pasado 8 de abril, en Fratelli, y los verá otra vez el 26 de abril, en el auditorio de la Casa de la Cultura, en el marco del Festival Internacional Abril en Tarija y el 28 de abril en Pizza Pazza, para luego emprender el vuelo hacia otras ciudades a nivel nacional y latinoamericano.
“El encuentro del águila y el cóndor simboliza la fuerza mitológica de América, y creemos que por medio del canto podemos construir relatos que dan cuenta de la belleza y la riqueza inmensas de nuestro continente; creemos que es necesario llevar a cabo un proceso de reconciliación con nuestra naturaleza y nuestras culturas, buscamos reconectar con la rítmica y la estética de los pueblos originarios como parte de un ejercicio de encuentro con nuestra identidad”. Con esa declaración de principios, el dúo Águila y Cóndor, invita a recorrer un cálido entramado musical que se viene cocinando entre –idas y venidas– desde hace un par de años. Águila y Cóndor es un proyecto musical binacional que nace en Tarija en 2019 y es producto del encuentro entre los músicos Elisa Canedo, boliviana, y Adrián Romero Kin Nini, mexicano. Sus primeras presentaciones se realizaron en Tarija, y posteriormente en La Paz y Cochabamba. En esta última ciudad consiguieron registrar su primera producción discográfica en vivo, con De la Puta Electrónics del productor independiente Ricardo Shnidrig y la artista visual Cristina Collazos. Pachakuti, Anáhuac y demás tukuimas En octubre de 2021, Elisa viajó a tierras mexicanas al encuentro de Adrián, con el propósito de grabar formalmente un disco de estudio y ofrecieron una gira de conciertos por los estados de Puebla, Oaxaca y Guerrero. El dúo, entonces, asumió una puesta en escena más estructurada e implementó el bombo legüero como elemento musical, que se sumó a las sonoridades de guitarra, charango y voces. “El buen recibimiento y la aceptación del público fue innegable y empezamos la grabación en noviembre de ese mismo año”, recuerdan. La experiencia de sus conciertos tiene que ver con atmósferas, con la evocación (e invocación) de la mística ancestral, con la generación de estados de ánimo y conciencia, que se expanden del escenario al público. Águila y Cóndor pretende enlazar las culturas del Abya Yala, y rememora la profecía: “cuando el águila del norte vuele con el cóndor del sur, el espíritu de la tierra volverá a despertar”. “Casi todas las canciones son escritas en letra y música por Adrián, y hay algún tema mío, esa es la idea, tocar temas propios”, cuenta Elisa. Pero el dueto además le da continuidad al desarrollo de la nueva canción latinoamericana
- Elisa Canedo es cantante, poeta y compositora tarijeña. Cursó estudios de canto en el Montgomery College (Maryland, Estados Unidos). Pertenece a una familia de artistas y músicos cultores de la cueca tarijeña. Toca el bombo y canta en Águila y Cóndor. - Adrián Romero Kin Nini es compositor y actor, natural de Puebla, México. Ha desarrollado un estilo musical al que denomina “folk indigente”, que trata de darle forma a los sonidos y ritmos de los paisajes de América Latina. Interpreta la guitarra y el charango y canta.
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EL RESCATE DE ISMAEL SOTOMAYOR
Por décadas se creyó que había escrito un solo libro, el muy mentado, pero po cientos de trabajos dispersos con los que acaban de publicarse dos volúmen En el artículo “Anecdotario de una visión”, publicado en su columna Letra sincrónica del suplemento literario Letra Siete del 28 de marzo de 2015, Alan Castro cuenta una de las célebres apariciones o facetas de Ismael Sotomayor.
almas en pena se iban renegando (porque preferían a la virtuosa), dice Sotomayor que nunca hubo verdadero descontento.
En el capítulo 4 de Vidas y muertes [de Jaime Saenz] se habla de una fantástica biblioteca en miniatura. Juan José Lillo (personaje basado en Ismael Sotomayor) tiene miles de libros, pero se ve obligado a miniaturizarlos porque ya no caben en su cuarto. La dueña de casa toma cada vez más espacio para construir nuevos cuartos en alquiler. Entonces Lillo se ve obligado a miniaturizar imponentes volúmenes que quedan “reducidos a una dimensión de diez milímetros de alto por cinco de ancho”. Sin embargo, no habiendo un microscopio lo suficientemente poderoso, el problema de aquellos libros es leerlos.
Rocha resume el trabajo realizado por el equipo: –pues además de Prada, Vargas y él mismo, coadyuvaron en la investigación Alan Castro, Tania Huanca, Karla Reyes y Rodolfo Ortiz– “se ha recopilado y editado una gran cantidad de artículos que Sotomayor publicó en revistas y periódicos a lo largo de su vida; se ha culminado con la edición y anotación de los artículos de El Diario; se trabajó en dos extensos ensayos sobre el autor y su obra y por las características de los textos, las dificultades de edición y el establecimiento del texto, se decidió publicar tres libros”.
Y luego en otro texto de esta misma columna, titulado “Los fantasmas del lenguaje paceño” y publicado el 25 de abril de 2015, Castro sintetiza una de las prosas más peculiares de las Añejerías paceñas de Sotomayor. …En otra añejería llamada “Almas en pena” se relata la vida de una mujer virtuosa que recibe a las almas del Purgatorio y les da pan, dinero, azúcar o lo que le pidan, siempre y cuando sean almas penitentes probas. Cada noche una decena de estas almas penitentes se acercaba a la ventana de la matrona para decirle: “Mamita, solicito un quinario”, “Mamita, requiero de una limosna” o “Mamita, solicito un vestido”. Como cada alma tenía su turno y la noticia de la virtud de la mujer crecía, en cierto momento la fila de fantasmas se hizo tan larga que la pobre señora no pudo atender a todos. Así que llegó a un acuerdo con la abadesa del monasterio del Carmen (que obviamente era clariaudiente), para que los últimos fantasmas de la fila pudiesen también ser atendidos. Aunque las
Cuenta Omar Rocha, uno de los editores y gestores de Prosa Boliviana: “la tercera publicación, tras las de Alberto de Villegas y Ricardo Jaimes Freyre, tiene que ver con un escritor olvidado por la crítica: Ismael Sotomayor. Se trata de un libro (dividido en dos tomos) que contiene un minucioso trabajo de recopilación, edición y anotación. Emerge aquí un Sotomayor diverso, polifacético, que excede por mucho al Sotomayor estrictamente tradicionista o tradicionalista, que es el único que se había conocido”.
Es así que, tras esta primera recopilación en dos volúmenes, vendrá Textos dispersos 1928-1961, cuya recopilación está terminada, y se trabaja en la edición y anotación; y Ensayos sobre la obra de Ismael Sotomayor, que ya fueron presentados en el Congreso de la AEB en Sucre en 2019 y que deberán ser revisados y editados.
Ismael Sotomayor es de esos personajes que se conocen sobre todo por su nombre y por un libro infinitamente mentado, pero escasamente leído: Añejerías paceñas, el primero de dos que publicó en vida, pese a ser un prolífico polígrafo. Valga esta palabra añeja para retratar a este historiador, tradicionalista, articulista, cuentista que durante más de 30 años escribió cientos de textos en periódicos y revistas. No es poca, entonces, la importancia de Ismael Sotomayor. Artículos en El Diario 1929-1952, que se acaba de publicar en dos volúmenes bajo la edición de Ana Rebeca Prada y Freddy Vargas, como parte del proyecto Prosa Boliviana de la Carrera de Literatura de la UMSA.
Ana Rebeca Prada, quien capitaneó este enorme trabajo: ubicar, registrar, escanear, transcribir, clasificar y editar decenas de textos, señala: “Sotomayor fue nuestro más grande tradicionista paceño, pero su obra es mucho más extensa y diversa. Este libro nos permite descubrir al historiador, al profundo conocedor de la diversa cultura paceña, al lector, así como al escritor que se animó a publicar algunos poemas en prosa, algunos cuentos fantásticos, pero que dejó que su veta histórica predominara”. En el siguiente diálogo da más luces sobre este autor. ¿Qué tiene Sotomayor para ofrecer al lector en sus artículos, con qué se encontrará en estos volúmenes uno que lo conoce solo por las Añejerías paceñas? - El lector se encontrará con un escritor
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R, EL GRAN TRADICIONISTA PACEÑO
oco leído Añejerías paceñas. Una monumental investigación permite recuperar nes. MARTÍN ZELAYA multifacético que siempre tuvo como pasión central la historia. Sotomayor era un historiador nato, coleccionista de objetos y documentos históricos, fundador y socio de instituciones vinculadas a la historia. Una gran cantidad de artículos y escritos, entonces, tienen que ver con personajes de la historia, sobre todo del siglo XIX y principios del XX. Aparte de los personajes, están los eventos del pasado que desarrolla en menor medida. Era un hombre muy preocupado por las carencias institucionales en el país; así, escribió sobre archivos, bibliotecas, la universidad –siempre pensando en la necesidad de construir memoria y consolidar colecciones, archivos, repositorios. Verificaba muy críticamente la destrucción del patrimonio arquitectónico. Está además el lector, el voraz lector, sobre todo de libros de historia y, sorprendentemente, el gran conocedor del lado popular e indígena de La Paz. Esta es la faceta que seguramente sorprenderá a muchos que solo conocen al Sotomayor tradicionista; en realidad, era un prominente aymarista (ya lo sabía Saenz) y un paceño que conoció muy bien la cultura (sobre todo la danza y la música) aymara, además de lo popular urbano. ¿Cuál es la trayectoria y característica de Sotomayor como periodista, columnista y pensador? Por el volumen de su obra, ¿sería tal vez uno de los precursores de la no ficción? - Sí produjo diversos tipos de escritos periodísticos, pero no sé si podríamos considerarlo un precursor de la no ficción. Creo que debemos estudiar más el contexto discursivo del periodismo de la época; obviamente había una gran libertad, escribía gran diversidad de cosas y se las publicaban todas. Creo que no contábamos con que Sotomayor tuviera tanto material publicado. Era realmente un portento periodístico. Los años 30 y 40 son una época de gran producción. Tenía planificados muchos libros –hay una lista de esta planificación. Pero al final solo publicó muy joven (tenía 26 años) las Añejerías paceñas en 1930. Luego Paredes editó en 1946 un librito con dos ensayos de Sotomayor sobre Pazos Kanki; el segundo y último libro que publicó en vida. No publicó más como libro. Sí se dedicó a contribuir con materiales muy valiosos a libros y revistas, sobre todo; y era muy activo en la vida intelectual e institucional de La Paz.
Intuimos que el proceso de investigación y recopilación debió ser arduo, cuéntanos un poco al respecto. - Hemos clasificado los artículos y escritos hallados en El Diario por temas y por las columnas que escribió, firmadas algunas con
su nombre, otras con pseudónimos (uno de ellos Ismael Lillo, que resonará mucho en los lectores de Jaime Saenz). El proceso de recopilación se complicó pues más que empezar con un objetivo preciso, las metas fueron variando según avanzaba el trabajo. Quedó claro que las añejerías tenían que ser un libro aparte (y fue cuando Omar Rocha y yo nos hicimos cargo de la edición BBB de la misma). Luego indagamos sobre sus otras publicaciones, hasta que nos dimos cuenta de que solo las de El Diario eran suficientes para un libro muy extenso (que llegó a dos gruesos tomos). Tuvimos que decidir separar esto del resto de escritos de otras publicaciones periódicas. Y, además, claro, hubo que verificar que efectivamente habíamos recogido todo, que nada se nos había pasado.
Sobre Prosa Boliviana y Sotomayor OMAR ROCHA El proyecto Prosa Boliviana se plantea la recuperación de escritores de fines del siglo XIX y principios del siglo XX dejados en el olvido, apenas recordados o ya no reeditados. Desde esta perspectiva, antes de Ismael Sotomayor, se trabajó con Alberto de Villegas y Ricardo Jaimes Freyre. En el primer caso se hizo toda una labor de búsqueda y edición de la obra dispersa e inédita y se publicó Memorias del Mala Bar y la novela inconclusa Gualamba, escrita por De Villegas poco antes de morir en la Guerra del Chaco. En el segundo caso, se hizo una recopilación de textos en prosa publicados en periódicos y revistas. Así descubrimos a un nuevo Ricardo Jaimes Freyre: más allá del gran poeta modernista que todos conocen, surgió su figura como ensayista, articulista, comentarista, dramaturgo y cronista. Estas investigaciones, fruto de arduo trabajo de los “rescatiris”, generan entonces un doble movimiento: recuperar obras “olvidadas” y ponerlas a disposición de los lectores contemporáneos; y en segunda instancia: la relectura, que ha permitido redimensionar, actualizar y revalorar estos textos recuperados. Durante 2022 se inició el trabajo de edición y anotación de la obra narrativa de María Virginia Estenssoro. Ya se ha realizado la recopilación de los materiales y la transcripción. El occiso ya fue publicado por la editorial Dum Dum, por lo que el proyecto Prosa Boliviana no incluye este primer libro de la autora; pero sí estarán su novela y sus otros libros de cuentos. Aparte de ese trabajo de edición y anotación, también se hizo un minucioso estudio de la obra narrativa de Estenssoro, por lo que se elaborará un libro de ensayos que toquen diferentes aspectos de su narrativa (incluyendo El occiso) o temáticas que la atraviesen; así como el contexto u otras aristas que toquen a su figura como escritora en la ciudad de La Paz de su época.
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Enrique Rocha Monroy, una vida de ficción
WILLY CAMACHO
El recién fallecido escritor tuvo hace pocos años una larga conversación con la revista 88 Grados, cuyos ejemplares hoy son inhallables y no habitan la web. Reflexiona acá, don Enrique, sobre las claves de su vocación y su incansable causa política. Hablar con don Enrique Rocha Monroy es una experiencia singular, ya que es como un personaje de ficción. Aún mantiene una pinta de galán tanguero, pese a los años, con un bigotito muy bien recortado y siempre con un traje que destaca su elegancia. Lo visitamos en su casa, donde nos contestó varias preguntas que confirman algo que de por sí es muy evidente al leer sus libros: que toda su vida ha sido una muy interesante novela.
Noto que para usted literatura y política se fusionan en un mismo recuerdo...
¿Qué recuerdos tiene de sus primeras lecturas?
Pero él y esos otros grandes hombres de su época querían transformar la nación, sin la política tal vez no habrían sido grandes escritores, y ellos se unieron para estrellarse contra el supraestado minero, que era manejado por los grandes empresarios de ese tiempo.
- Frente al colegio La Salle de La Paz, donde estudié, había una librería pequeñita de un ecuatoriano, el papá del Olmedo López, que luego fue secretario de Paz Estenssoro. Yo era muy mimado, no solo por mi madre, sino por la familia también, entonces, me compraban muchos libros. Tenía toda la colección de los libritos Billiken. Hasta me ahorraba mis recreos para comprar libros. Usted tuvo una vida muy vinculada a la política, ¿cierto? - Así es. Cuando estaba en el segundo de secundaria sucedió una tragedia brutal en mi vida: el colgamiento de Villarroel (21 de julio de 1946). En mi casa se fundó el MNR, mi tío Germán Monroy Block era el principal ministro de Villarroel. Yo, en la casa, tenía todas las comodidades que un muchacho podía tener en esa época, pero ese día nos saquearon y todos mis recuerdos infantiles se perdieron; lo que más lamenté fue perder mis libros. Desde chico me relacioné mejor con los adultos, por eso, siempre estaba en las reuniones con mi tío, con Villarroel, con Paz Estenssoro... ¿Cuándo comenzó a escribir, a publicar? - En mi curso de colegio estaba Fernando Baptista Gumucio, Carlos Serrate Reich, Pepe Estenssoro, Enrique Arnal... Con estos amigos decidimos hacer una publicación escolar, y ahí publiqué mis primeros poemas (…) Quizá mi primer libro fue Los cuatro tonos del kikirikí. Esa novela es una especie de colección de todas mis lecturas. En ese tiempo yo era profesor del colegio Bolívar, del Germán Busch, era docente de Literatura, y en ese libro plasmé varias figuras literarias para que mis alumnos entendieran, en forma amena, la teoría, las técnicas, los recursos que en esa época estaban usándose en las letras latinoamericanas. Así, salió una novela experimental, quizá la única novela experimental hecha en Bolivia en esos años, gracias a la biblioteca de Última Hora (vespertino ya desaparecido), y fue un éxito rotundo en los años 70, aunque la escribí una década antes, cuando tenía 28 años.
- La política era parte fundamental de la vida, de toda esa generación de escritores, y como dicen los críticos, en el caso de Céspedes, por ejemplo, quizá su potencial literario no se desarrolló plenamente por su activismo político, y si no se hubiera dedicado a la política, dicen que tal vez habría sido uno de los principales autores del boom.
¿A qué escritores admira, don Enrique? - Yo admiro a Felisberto Hernández, a Macedonio Fernández, al gran cuentista uruguayo Horacio Quiroga... pero si hablo de las influencias que he tenido como escritor, no puedo dejar de mencionar a James Joyce, Virginia Woolf y Lezama Lima. En Medio siglo de milagros se nota la influencia de estos autores. Tampoco me olvido de Cortázar. - Voy a mencionar nombres de escritores nacionales y usted me dice qué opina de ellos. Empecemos con René Bascopé. - Grande... hemos sido muy amigos, intercambiábamos escritos... no puedo decir que he sido su maestro, pero creo que ha habido mucha influencia. Hemos estado exiliados en México juntos, y he escrito este librito Historia de una noche de bohemia (en la solapa del libro hay una foto donde aparecen don Enrique, su hermano Ramón y René), en el que narro una reunión donde estamos con el Jaime Nisttahuz, con el Manuel Vargas, con la Ruth Cárdenas, con la Nora Zapata... todo el jet set de los escritores de esa época, y quien hizo los dibujos es Édgar Arandia. ¿Edmundo Paz Soldán? - Lo he leído, tengo varios libros suyos. Es cien por ciento académico, y los académicos tienen una impronta particular. Cuando Edmundo ganó el Premio Nacional de Novela, yo fui finalista con El atraco de Calamarca. ¿Ramón Rocha? - Gran escritor... porque es mi hechura, y él lo reconoce (risas). Lo admiro. Cómo no lo voy a admirar si es mi hechura, desde sus primeras novelitas.
¿Cómo era la movida literaria en esa época? - En ese tiempo creo que los escritores, como Jaime Saenz, estaban más enfocados en la cuestión de la bohemia, digamos. Y los de la anterior generación eran muy solemnes, como Augusto Céspedes, entre otros, pero tampoco eran muchos, porque en esa época no había muchos que se dedicaran a tiempo completo a la escritura. Yo he seguido, lógicamente, la ruta de Céspedes, él ha sido mi gran amigo, desde niño he visto que él y otros grandes pensadores de la época se reunían en mi casa y tomaban unos tragos... Recuerdo que cuando tenía 14 años vivíamos en la calle Almirante Grau y ahí se amanecieron farreando y charlando “los grandes”: Fernando Iturralde, Germán Monroy, Víctor Paz, Augusto Céspedes, Carlos Montenegro, Rafael Otazo, Hernán Siles Suazo... el jet set de esa época. El doctor Cárdenas Mallea, papá de Jenny Cárdenas, que fue uno de los fundadores del MNR, tocaba la guitarra maravillosamente, y mi tío Eduardo Monroy Block tocaba el bandoneón, así guitarreaban hasta el amanecer, y justo a esa hora, el doctor Cárdenas se va de la casa con su guitarra al hombro, y Montenegro dice: ¿Dónde está el Pato?, y desde la ventana, que daba a la calle, lo mira al Pato, agarra su revólver y le grita “Pato, volvé”, y suelta tiros al aire...
FOTO: WILLY CAMACHO
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Las lenguas musicales
VADIK BARRÓN
La cuarta versión del Jazz Day o Día Internacional del Jazz, que se celebra en simultáneo en todo el mundo, propone una serie de conciertos y actividades que involucran a músicos cultores del género en cuatro ciudades y busca aportar al crecimiento y visibilidad de este género en el país. “El 2011 la Unesco declaró el 30 de abril como el Día Internacional del Jazz, por todos los valores sociales, educativos, humanos que lleva dentro el estilo del jazz. No solamente el virtuosismo en lo estético, técnico y musical, sino también por toda la parte social, la lucha por la libertad de expresión y por los derechos humanos”, comenta Gustavo Orihuela, violinista, compositor y coordinador del Jazz Day Bolivia.
profesionales y de las tendencias de los centros de formación, es innegable en todas las músicas que se producen por acá. Precisamente, el espíritu y el nombre de esta edición del evento –Las Lenguas del Jazz–, llama la atención sobre un tópico recurrente a la hora de pensar en una música boliviana: la necesidad de diálogo entre las músicas tradicionales propias y las universales o foráneas.
“Justamente –agrega– el jazz nace de los suburbios, de las calles, de los burdeles, de lugares donde había mucha exclusión. El jazz permitió romper fronteras, romper con esta situación vergonzosa del ser humano que es el racismo. Hoy por hoy, el jazz es un género tan amplio y tan grande que no solamente existe en Estados Unidos sino en cada país, y cada cultura se lo apropia para crear a partir de este lenguaje que es infinito”.
Orihuela hace énfasis en este aspecto: “ahora ya se sienten las primeras vertientes bolivianas de jazz, desde las primeras bandas como Bolivian Jazz o Harlem jazz, o las bandas de fusión, como Parafonista, que han dejado un legado y hoy otras súper buenas bandas como Los Gatos del Agro, Roberto Morales, Tincho Castillo, están siguiendo el sendero del jazz boliviano”; y cuestiona la percepción, a veces facilista, de la gente: “no es música rara, sino que viene de la música popular, de las raíces tradicionales, se reinventa en un lenguaje más exquisito técnicamente con muchas variaciones y subgéneros. Nosotros nos la apropiamos al hilvanarla con nuestras raíces, nuestras culturas, nuestras músicas bolivianas, eso es lo que vamos a vivir en el Día Internacional del Jazz, que hemos denominado Las Lenguas del Jazz, justamente porque estamos provocando a los músicos a que exista este diálogo entre el jazz y la música folklórica o tradicional de Tarija, La Paz, Santa Cruz o Cochabamba”.
Orihuela es uno de los principales impulsores de este evento desde hace cuatro años y –con la emoción que lo caracteriza dentro y fuera del escenario–, cuenta detalles de este movimiento en desarrollo constante. “En Bolivia ya hubo varias celebraciones similares; tenemos el Bolivia Festijazz Internacional, que es uno de las más importantes. Es más, a través de él pude conocer este estilo a profundidad”. La relevancia del Jazz Day se evidencia en que está inscrito en el Instituto Herbie Hancock de Estados Unidos, lo que lo consagra y legitima. Continúa Gustavo: “en Bolivia hubo cuatro versiones desde 2019, cuando hicimos el proyecto para que no solamente nos reunamos en un club y toquemos jazz, sino para estar organizados –músicos de jazz, periodistas, gestores culturales– y para tener una visibilidad más grande, para que ese día se celebre el jazz pero que también la sociedad pueda disfrutar de este fenómeno cultural, de la riqueza de esta música elaborada que requiere mucha práctica, mucho estudio”. Eterna candencia No pocas veces en el país se anteponen prejuicios que limitan la difusión y aceptación del jazz y otras músicas deslegitimadas por extranjeras, aun cuando llevan décadas de asimilación en nuestro territorio. El tema de la identidad –la nacional y la cultural– es un debate de eterna candencia, en el que los polos del chauvinismo folklorista y de la imitación alienada alientan una polarización, a veces fructífera y otras tantas intrascendente. Pero la presencia del jazz, al menos en el circuito de instrumentistas
Se trata, entonces, de hablar con las lenguas musicales. Cuatro ciudades, cuatro conciertos que invitan al encuentro con esta música que, en su desarrollo imparable ha modificado la historia de la música universal y que en sus orígenes ha contribuido a legitimar a la comunidad afrodescendiente, quizás la más influyente en un mundo que no para de sonar.
“Jazz es un término de los blancos para definir la música negra. Yo hago música clásica negra”. Nina Simone
Cochabamba Jardines del Palacio Portales, Centro Simón I. Patiño (27 de abril, 19:00) Mauricio Cardona Quartet Moonlight Jazz Quartet David Diendorfer Quartet con Gustavo Orihuela Fulvia Fossati Quartet La Paz Plaza Mayor San Francisco (30 de abril, 17:00) Revival Jazz Band Efraín Blass Trío e invitados Gustavo Orihuela Quartet e invitados Vinilo 54 Harlem Jazz Yujra Jazz Dixieland Gatos del Agro Big Band Bolivia Santa Cruz Teatro del Centro Boliviano Americano (30 de abril, 19:30) The Funky Tones Big Band Universidad Evangélica Boliviana SpeakEasy
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LUNES / 4 / 04 / 2022
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