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Tribuna 14 años del Estado social de derecho
Ariel Molina
Las victorias y los cambios favorables para el país también merecen un lugar en la historia y ésta debe transmitirse a todas las generaciones; esto a propósito de la modificación de la malla curricular. Resulta necesario y urgente describir las diferencias que existen entre el Estado social de derecho en el que vivimos del que sobrevivíamos antes del 2009. Son 14 años los que se festejaron el pasado domingo, la alegría se tradujo en la energía con la que se desfiló por la plaza Murillo.
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El Estado antes de la aprobación de la Constitución de 2009 se proyectaba como un Estado liberal, caracterizado principalmente por no intervenir en el desarrollo de la economía estatal a la vez de abstenerse de fomentar el desarrollo de los derechos económicos sociales y culturales instituidos; es decir no conducía su actuar para atender las necesidades básicas en salud, educación, vivienda y/o seguridad social. Por el contrario, demostró una cruda represión ante manifestaciones o huelgas de movimientos sociales. Principalmente, este Estado liberal, como su nombre refiere, permitía —fomentaba— la desigualdad en el acceso a los derechos humanos de grandes sectores de la población. La revolución constante que vivieron nuestros pueblos obtuvo un triunfo cuando se aprobó la nueva Constitución Política del Estado.
La Constitución del 2009 surgió con un principal cambio: el reconocimiento de la plurinacionalidad boliviana, las autonomías y la libre determinación en el marco de la unidad estatal. El Estado se constituyó en un Estado Unitario Social de Derecho, por el que se obli- gó no solo a fundar derechos en su texto, sino a desarrollar y proteger el acceso a estos y otros reconocidos; siempre, en igualdad de condiciones. Finalmente, las decisiones económicas que se tomaron y se ejecutan hoy permiten al Estado profundizar su vocación social cuyo resultado se traduce en la fortaleza de la actual economía boliviana, a diferencia de la práctica pedigüeña de los años 90-2000.
Por supuesto, existen personas que dicen que el 22 de enero no tienen nada por festejar, esto debido a que sus derechos individuales ya se encontraban protegidos antes del 2009 y a partir del Estado social de derecho fueron perdiendo privilegios. También hay de los otros, los que no conocieron otra Bolivia, crecieron en un país ya próspero y orgullosamente soberano. Precisamente allí radica la importancia de transmitir formalmente —sin negociación posible— nuestra historia plurinacional.