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Bolivia y la Celac

La reunión de presidentes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), celebrada en la ciudad de Buenos Aires en la víspera, fue el escenario para que el presidente del Estado boliviano, Luis Arce, dejara en claro la posición de nuestro país sobre temas de verdadera trascendencia continental y marcara nuevamente los principales puntos de la agenda de la reunión, con la claridad y la contundencia de un estadista.

El presidente Arce advirtió de que estamos viviendo tiempos en los que lastimosamente los Gobiernos progresistas, izquierdistas enfrentan los duros embates por parte de sectores que solo piensan en sus propios intereses antes que en los de su pueblo. Agregó que hoy en Bolivia se ve el resurgir de manifestaciones violentas como las que recientemente culminaron con la quema de instituciones públicas y privadas en la ciudad de Santa Cruz, incluso torturas físicas a trabajadores del sector público.

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Expresó su preocupación por ese tipo de acciones de violencia, intimidación, racismo y amenazas impulsadas por grupos oligárquicos y fuerzas políticas altamente conservadoras que solo pretenden desestabilizar gobiernos democráticamente electos, pretendiendo ganar con estas acciones lo que no ganaron en las justas electorales.

No podemos permitir como pueblos, Gobiernos y Estados latinoamericanos y caribeños que se pretenda tomar por la fuerza lo que no se ha ganado en las urnas. Solicitamos que este cónclave latinoamericano caribeño se transforme en una sola voz para condenar de la manera más firme y enérgica todos estos actos de violencia, torturas, destrucción de las instituciones y desestabilización que amenazan a los países de nuestra región, a sus sistemas políticos y la convivencia pacífica, y exigir a la par el irrestricto respeto a la voluntad popular expresada a través del voto, reclamó el mandatario boliviano.

Igualmente demandó el fortalecimiento institucional de la Celac y dotarla de las condiciones que permitan profundizar la integración de nuestra América y nuestra decidida participación en la tarea de integrarnos al mundo, un mundo multipolar, llevando como estandarte el principio de la solidaridad desde la transformación política y social para los pueblos, contribuyendo de manera colectiva al integralismo a partir de la fuerza de nuestros Estados y de la diplomacia de los pueblos por la vida, la paz, los derechos humanos y los derechos de la Madre Tierra.

Advirtió también de que el desarrollo y la carrera armamentista sin precedentes que se ha profundizado en el presente siglo es irracional, no condice con la imperiosa necesidad de enfrentar la pobreza y la extrema pobreza, las desigualdades. Ante ello, los países que conforman la Celac, que en 2014 declararon a la región como zona de paz, deben buscar a nivel global un acuerdo en donde prime el diálogo y la diplomacia sobre cualquier controversia a través del multilateralismo como mecanismo que representa una garantía de respeto entre los Estados independientes de su poderío económico militar y así poder avanzar, como Bolivia sostuvo ante Naciones Unidas en septiembre, en declarar al mundo como zona de paz.

La presencia del Presidente en el cónclave continental fue muy importante, pues además de estos temas centrales de su participación que hacen a la actualidad política de nuestros países se refirió a otros como la crisis del capitalismo y la situación del Perú, que merece un análisis particular y muy profundo por las implicaciones que conlleva, aun cuando está muy relacionado con los otros temas ya mencionados.

La Celac se constituye en una instancia fundamental para consolidar un proceso integrador, soberano e independiente, fortalecido ahora con el retorno de Brasil, el país más grande de la región y, por tanto, con una importancia particular, en la cual desde su creación ha marcado una presencia importante, reiterada esta por la participación del presidente Arce Catacora.

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