Periódico "cnt" - 377 Abril 2011

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377 Abril 2010 AIT

VI época - Madrid

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Órgano de la Confederación Nacional del Trabajo

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CNT rechaza la guerra en Libia y la participación del gobierno español en la misma Los gobiernos que durante años apoyaron y armaron a Gadafi al igual que hicieron con otros regímenes como el de Mubarak en Egipto o Ben Alí en Túnez no tienen ninguna credibilidad

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Redacción sta nueva guerra no hará sino agravar la situación del pueblo libio, como ya pusieron de manifiesto intervenciones similares en Yugoslavia, Afganistán o Irak. Al igual que en estos países, las razones humanitarias esgrimidas no son sino la pantalla de hipocresía y cinismo tras la cual se esconden los descarados intereses de las élites capitalistas en su rapiña de los recursos energéticos del planeta. Las intervenciones militares arrastran siempre un reguero de víctimas civiles, destrucción de infraestructuras y desorganización de los servicios públicos fundamentales, provocando en definitiva sufrimiento y muerte a la población civil, en beneficio de las élites de turno. Amparados en una ONU y en un Consejo de Seguridad sin legitimidad alguna, las potencias capitalistas solo pretenden asegurar el acceso al petróleo y el gas libio, a la vez que tratan de recuperar el dominio de una zona vital, dominio que se ha visto cuestionado por las sucesivas revueltas populares de los últimos meses No deja de ser paradójico, que esta guerra cuen-

te con el apoyo y participación de la Liga Árabe, compuesta por gobiernos en su mayoría tan dictatoriales como el libio, con muchos de ellos aplastando, en estos mismos momentos, revueltas populares en sus países (Arabia Saudí Bahrein,Yemen, Marruecos, etc). Muchas de estas revueltas han tenido, en sus orígenes, un importante componente social, de oposición a las políticas económicas impuestas por instituciones capitalistas como el FMI y sus consecuencias de paro, alza del precio de productos básicos, privatizació de servicios púbicos, etc, con un fuerte protagonismo de las luchas obreras, poniendo en marcha experiencias de autogestión y organización popular, que ahora se intentará silenciar y redirigir hacia cambios institucionales que no cuestionen el orden social y económico capitalista. Ninguna credibilidad pueden tener los gobiernos que durante años apoyaron y armaron a Gadafi al igual que hicieron con otros regímenes, como el de Mubarak en Egipto o Ben Alen Tunez. Ninguna confianza deberían inspirarnos quienes continúan apoyando a regímenes igualmente dictatoriales y brutales como el de Marruecos, Arabia Saudí o Israel. Nada deben esperar por tanto los trabajadores

y trabajadoras de una orilla u otra del Mediterráneo de las élites capitalistas occidentales ni de las élites árabes a su servicio, sólo obtendrán colonialismo económico, depredación de sus recursos y políticas económicas neoliberales bajo el envoltorio de reformas democráticas solo formales y desde arriba, que en nada afecten al orden económico y social. Igualmente. nada han aportado a los trabajadores los planteamientos nacionalistas y militaristas, envueltos en demagogia revolucionaria, como los que durante años agitaron los Gadafi y quienes les apoyaban, que ninguna simpatía nos suscitan y tras los cuales sólo se esconde el más descarado capitalismo de estado, la dictadura y la corrupción. La política de guerra en la orilla sur del Mediterráneo, no es sino el reverso necesario de las medidas de ajuste y recorte de derechos en Europa, impuesta por élites decididas a recuperar sus beneficios, haciendo recaer los efectos de la crisis económica, con toda su dureza, sobre las clases trabajadoras, mientras se aseguran el acceso a los recursos y aumentan la militarización de un espacio vital para gestionar las tensiones que el avance de la crisis económica, ecológica y social, no hará sino aumentar. (continúa en página 13)

El Pacto Antisocial - Se eleva de la edad de jubilación de 65 a 67 años. A partir de 2013, se añadirá un mes por año hasta 2018 y dos meses por año desde 2019 hasta 2027. Sólo los que tengan cotizados 38 años y 6 meses, podrán jubilarse a los 65 años. - Se incrementa el periodo de cotización de 35 años a 37 años para poder jubilarse con el 100% de la pensión. Se hará a partir de 2013 a razón de tres meses por año. Esto hace que se modifique la escala de cálculo, de manera que se rebaja la cantidad efectiva que percibirán los trabajadores en torno a un 5% de media para unos años de cotización dados. Si ahora, un trabajador o trabajadora que haya cotizado 20 años cobra un 65% de su pensión, a partir de la reforma cobrará un 61.4%. En el caso de una cotización de 30 años, ahora se percibe un 90%, mientras que con el nuevo sistema se percibirá un 84,2% de la base reguladora de la pensión. - Si actualmente, sólo la mitad de la clase trabajadora se jubila habiendo trabajado más de 36 años, es de suponer que las generaciones futuras van a tener muy difi cil cobrar más allá del exiguo 50% de la base reguladora que se consigue con 15 años de cotización, e incluso que muchos de ellos no puedan acceder ni siquiera a percibirla. (continúa en página 4)


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