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EL BASEBALL Y LA IDEOLOGÍA

Rafael Acevedo En Rojo

Quiero hablar de béisbol e ideología imperialista. No me refiero a las atrocidades que se cometieron -y permitieron- en el partido de los locales en la Copa Mundial de Béisbol frente al equipo de Cuba. Ese es un tema similar pero soy una suerte de historiador aficionado y prefiero hablar del pasado. Me remito a The American Foreign Service Service Journal. La revista se publica en abril de 1932. Volumen IX, número 4. Se trata de una publicación mensual de la Asociación Americana de Servicio Diplomático. El presidente de dicha asociación es Arthur Bliss Lane, quien fue ministro plenipotenciario en la Nicaragua intervenida por EEUU y que llegó a entrevistarse con el general Augusto César Sandino, líder de la resistencia contra la dictadura y contra la intervención norteamericana. Sandino acabaría asesinado a traición gracias a las argucias de este funcionario.

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Entre los artículos de la revista llama mi atención Playing the Other Fellows’ Game del capitán retirado Charles D. Baylis. Cándidamente, en el texto se expresa con orgullo que en el medio siglo que va de 1882 a 1932 han participado en “expediciones” en lugares tan lejanos entre sí como Chile, Egipto, Cuba, Nicaragua, Filipinas, China, Samoa, Guam, Argentina, Colombia, Haití, Panamá, Siria,

México, Santo Domingo, Puerto Rico, Corea, Abisinia y Rusia. El autor destaca que los marines trabajan duro donde quiera que han ido a enfrentarse “los enemigos de nuestro país y protegiendo a los ciudadanos de nuestro país en costas extranjeras” pero, además, “juegan duro”. Los soldados participan en todas las ramas deportivas.

Para Baylis, el BASEBALL, “es el deporte que mejor se adapta al trópico”. Esto se escribe sin asomo de ironía o sarcasmo. Entre el equipamiento obligado que llevan los marines parecería que ocupan preponderancia los bates y las bolas. Todo esto es parte de la narrativa de que, a donde quiera que van, se establece la confianza y la estima de los habitantes. Los soldados son “misioneros” que llevan sobre sus hombros la ideología expansionista de los EEUU. El baseball se convierte entonces en un arma no letal que permite establecer relaciones amistosas con las poblaciones invadidas. En el intercambio se aprenden idiomas gracias a las preguntas sobre el deporte y en poco tiempo la gente organiza sus propios equipos que, en muchas ocasiones, son dirigidos por...marines. Según Baylis, se cree que son ellos “los que introdujeron el béisbol en Japón, Filipinas, Guam, Nicaragua, Panamá, Cuba, Haití, SantoDomingo, Islas Vírgenes, y China. Curiosamente no menciona a Puerto Rico.

El artículo se explaya en otras regiones y otros de- portes. Lo recordé mientras veía algunos partidos como el de Nicaragua o Colombia contra EEUU. Comencé ha escribir esta corta nota poco después que Murakami conectara un largo batazo contra la verja dándole el triunfo a Japón frente a México. En la noche de hoy que la termino, se enfrentan los marines, digo, los EEUU -que hacen las reglas- al formidable equipo de Japón. Ciertamente, es fácil decir que el deporte nada tiene que ver con “la política”. Pero no hay que ser ilusos ni parecerlo. Los eventos deportivos internacionales, como los Juegos Olímpicos, a menudo se utilizan como una forma de demostrar la superioridad de una nación o una raza sobre otra. ¿Recuerdan a Hitler en los Olímpicos en Berlín? Los líderes políticos pueden utilizar el deporte para aumentar su popularidad y legitimidad. Los equipos deportivos pueden ser una fuente de orgullo nacional y símbolos de poder. La financiación para deportes y equipos a menudo proviene de fuentes gubernamentales, y los políticos pueden utilizar esta financiación para obtener apoyo de los votantes. Y muchas veces el activismo político entra en juego. Los deportistas a veces utilizan su plataforma para promover causas políticas y sociales, y algunos deportes han sido históricamente asociados con movimientos políticos, como el boxeo y el movimiento por los derechos civiles en los Estados Unidos. Recordemos los puños levantados del Poder Negro en los Olímpicos de México (1968) o los performances del Más Grande, Muhammad Alí, en el ring y fuera del ring. ¿El deporte es otro campo de batalla en el que se dirimen las tensiones sociales y políticas? Por supuesto. Desde antes de que el capitán Baylis escribiera la nota que reseño.

El escritor Rafael Acevedo tiene el récord de blanqueadas en la Liga Marista de softball dominical.

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