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LA “FASTIS-NAZI-TACIÓN” DE LA ECONOMÍA

Por Martha Quiñones Domínguez Especial para CLARIDAD

Has escuchado sobre la “fascistazación” de la economía que es introducir elementos propios del fascismo en la economía o el neoliberalismo ante problemas económicos y sociales no estudiados, adoptados por parte de un partido. A esto se une discursos de políticas de la ideología del nazismo (de la derecha conservadora y reaccionaria), para convertirlos en lo que he definido como la “fastis-nazi-tación” de la economía. Que es este discurso de la ideología del fascismo y el nazismo en la economía, y lo encontramos en las políticas expresadas por políticos,mezclado con prejuicios transversales al racismo y las políticas de población en Puerto Rico, en especial con el trato a las mujeres y a personas LGBTTIQA+.

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Hoy utilizando lo planteado por demógrafos de la tendencia en la caída de la natalidad, de que hace falta más nacimientos, se ha vuelto a la doctrina del natalismo, el aumento de la población como medida socioeconómica. El objetivo fascista es el aumento de la población pobre y el economicista es la disponibilidad de mano de obra abundante y barata para mantener el sistema económico de explotación capitalista neoliberal. Para los nazis y fascistas la caída en la natalidad era la muerte nacional y diseñaron políticas para tener hijos/as, tomando el control del cuerpo de las mujeres y decidiendo los hombres. También tenían políticas para el control de la homosexua- lidad y lo que consideraban desviaciones que atentaban contra la natalidad. Entender esos discursos de derecha y reaccionarios ayuda a darnos cuenta de lo que está pasando en Puerto Rico.

La historia del capitalismo está conectada con la cuestión de la reproducción de la fuerza de trabajo. En la ideología fascista y del nazismo la reproducción y el control sobre el cuerpo de las mujeres se atribuye el derecho a parir para garantizar la población trabajadora pobre o los soldados para la guerra. La adopción como posibilidad y el negar el aborto hace la mujer un objeto para reproducir población, sin derechos, sin poder decidir, e impone el “deber parir”, como forma de disciplinar los cuerpos y la sexualidad de las mujeres. La negación de la maternidad como la negación del aborto a mujeres pobres se ha convertido en una política económica, los niños/niñas y las mujeres son mercancías, la política se disfraza como de ayuda al pobre, pero es de opresión de quitarte derechos. Bajo esas mismas premisas economicistas las mujeres fueron sometidas a esterilizaciones y ahora con la natalidad baja se pretende lo contrario. Con “las mujeres no quieren parir” lleva un mensaje contrario a la defensa de los derechos sexuales y reproductivos y define un Estado que tomando decisiones sobre las vidas de las mujeres y sus hijos/ hijas. En ese enfoque patriarcal la pregunta es, ¿cuáles mujeres deben parir?, las ricas, las trabajadoras, las estudiantes o las pobres.

Hoy encontramos discursos políticos que responden a esa misma lógica del fascismo y nacismo. “Las mujeres no quieren parir... tenemos un problema serio”, dice el Secretario de Salud. El Gobernador quien exhortó a las parejas jóvenes a tener hijos. La senadora de Proyecto Dignidad presenta cuatro proyectos en la Cámara de Representantes contra el “aborto” y criminalizar a las mujeres. Mientras el Departamento de la Familia (DF) llama a la entrega voluntaria de bebes, para un mercado de padres deseoso. En el vídeo del DF que es clasista, utiliza a una joven de piel obscura y universitaria, enviando mensajes ocultos de a quién está dirigido el mensaje. Todo es mercantilizado, deshumanizado, desvalorizan las mujeres que se convierten en máquinas reproductoras y mercancías, junto a sus hijos/hijas. No se discute el problema poblacional y sus causas, no se analiza en todas sus variantes transversales que incluye criterios racistas, sexistas y problemas económicos y sociales. Lo resuelven con la dependencia y la pobreza, “la agencia tiene programas para ayudar a las embarazadas, entre ellos para el cuidado prenatal, el parto saludable y la lactancia. A estas ayudas también se suma el Programa de Alimentación Suplementaria para Mujeres, Infantes y Niños (WIC)”. No se habla de los recortes en sanidad y ámbitos reproductivos, de que Puerto Rico es un país empobrecido y endeudado, donde el dinero está comprometido principalmente con el pago de la deuda. Tenemos legisladores que pretenden criminalizar las decisiones de las mujeres. Ese discurso patriarcal hace mucho daño por igual a mujeres y hombres, discurso prepotente, discriminatorio, perverso que pretende moldear lo que es y debe hacer una mujer.

Tener o no tener hijos no es una mercancía, las mujeres no somos cosas o una máquina reproductora, cuidadora, dependiente, somos persona con derechos que puede decidir. El problema está mal definido y lo justifican con atropellar a las mujeres. Decidir tener o no tener hijos/as un derecho de las mujeres, es tener control de su cuerpo. Ya es horas que todos/as/es decidamos. Rechazamos el abuso de poder para criminalizar servicios médicos y amedrentar el ofrecimiento de servicios de salud esenciales y necesarios, rechazamos la mercantilización del cuerpo de las mujeres y el empobrecimiento de las mismas.

Es nuestro derecho a decidir.

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