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DIGA NO A LA SEMEJANZA
Laidi Fern Ndez De Juan
Existe, hay, se produce una tendencia exasperante, tediosa y molesta a abusar de los vocablos sinónimos, semejantes, equivalentes o parecidos, lo cual provoca desconcierto, desasosiego, irritación, bravura y al final, incomprensión en el público, auditorio, tertuliantes y oyentes. ¿Ustedes no se han percatado, asombrado, descolocado y molestado cuando exageran, manipulan, retuercen, estrujan y ponen a secar nuestro exquisito, delicioso, versátil y riquísimo vocabulario? Eso que le hacen a diario, consuetudinariamente, con reiteración y alevosía al diccionario, glosario, terminología, lengua materna o léxico, francamente, con sinceridad, honradez, honestidad y cosa humilde, no tiene perdón, misericordia, ablandamiento ni compasión posible, probable, factible ni viable.
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Pondré algunos ejemplos, citas, copias, hechos factuales que testimonian, describen, ilustran, atestiguan y dan fe de lo que digo, expreso, anuncio y que pretendo, intento, trato de enmendar, corregir, arreglar y denunciar:
Siempre siempre las mujeres somos féminas, Cuba es la Mayor de las Antillas, la berenjena es la solanácea morada, el agua es el líquido preciado mien- tras la sangre, también líquida, es vital; la notaria de la esquina es infrascripta, quien no nos permite firmar un documento, sino establecer un vínculo contractual; a los muchachos se les somete en la escuela a un análisis actitudinal, y el equipo ganador de la copa de fútbol no es el argentino sino el albiceleste. Insólitos, inéditos, impertérritos, inescrutables casos que nos dejan, sin dudas, boquiabiertos, pasmados, límbicos y patidifusos.
También, además, asimismo y por si faltara algo, se produce, ocurre, se da, se genera un nuevo vocabulario, expresión léxica o lenguaje, que lejos de aportar, enriquecer, sumar o esclarecer, entorpece, enturbia, engorrona, dando, ofreciendo, causando confusión, embrollo, entorpecimiento. No me refiero, no me dirijo, no critico los nuevos vocablos que emergen, como son el caso de sororidad (solidaridad entre mujeres) y resiliencia (resistencia y creatividad ante adversidades), sino a la heteronormatividad falocéntrica, Dios mío, que no es más que el machismo homofóbico de toda la vida, así como las personas tóxicas son sencilla y llanamente las malas gentes de siempre. Opino, creo, considero y argumento que debemos comunicarnos con sencillez, humildemente, con modestia y elegancia comunicativa (no comunicacional, aclaro, objeto, señalo y puntualizo), en aras de identificar, detectar y confirmar cuando alguien pretende impresionar, lucirse, causar admiración, y nos habla, nos dice, nos expresa algo parecido al esperanto.
En resumen, para concluir, finalizar, cerrar sin llegar a “culminar”, por cierto, que “culminar” significa llegar a la cumbre y no precisamente terminar, afirmo e insisto que hablar en plata hablando en plata, es mucho más comprensible, didáctico, útil y provechoso que complicarse con neologismos, enredos y expresiones más intrincadas que el bosque de La Habana, y más causantes de vértigo que la montaña rusa. No siempre o mejor dicho raramente, casi nunca, contadas veces, resulta provechoso, más favorable y mejor entendible utilizar análogos, similares, parecidos, semejantes o equiparables en sustitución de la palabra original, auténtica, primigenia. Así me despido, luego de rematar, ultimar, finiquitar y pulir esta nota, comentario, glosa o anotación. ¡Qué fatigoso es epatar!, o sea, causar gran asombro.