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El Futsal en la cima del mundo La Selección ganó el Mundial por primera vez en la historia. En la final derrotó 5 a 4 a Rusia y se metió dentro de las páginas doradas del deporte argentino.
Por Gonzalo Butti Este deporte ignoto para muchos hizo historia. Argentina se consagró Campeón del Mundo en un deporte que todavía es amateur en nuestra tierra. Fue el mejor superando potencias que realizan esta actividad de manera profesional y cortó con la hegemonía de Brasil y España, campeones en las otras siete ediciones. Colombia fue el lugar. Más precisamente Bucaramanga, Medellín y finalmente Cali fueron las ciudades por las que luchó el equipo de Diego Giustozzi. Un camino largo y difícil que no le quedó grande. Un camino en el que el equipo fue un verdadero equipo. Con la experiencia de Fernando Wilhem, el fútbol de Maxi Rescia, las atajadas de Nico Sarmiento y los goles de Alan Brandi y Leandro Cuzzolino, más el aporte del resto del plantel pisó fuerte en tierras cafeteras y se llevó la gloria. El sorteo lo puso en el grupo E junto a Kazajistán, Islas Salomón y Costa Rica. El primer escollo eran los “asiáticos”. Sí, entre comillas porque los kazajos contaban en su plantel con varios brasileños (figuras en este deporte). El partido no sólo era complicado por el rival sino por ser el debut mundialista. Argentina lo jugó con la seriedad y la intensidad necesaria para poder llevarse un triunfo. Gracias a la presión ejercida al arquero rival, Alamiro Vaporaki conectó un potente derechazo desde mitad de cancha para convertir el único tanto del partido. Ya superada la presión de lograr los tres puntos en la primera fecha, los argentinos se soltaron y bailaron a Islas Salomón. Con total autoridad jugando y defendiendo realmente bien se impuso 7 a 3 con goles de Brandi, Basile, Borruto en tres oportunidades, Taborda y A. Vaporaki. Estos dos triunfos depositaban a Argentina en Octavos pero el objetivo era salir primero para evitar a las potencias Brasil y España. Para esto debía sumar ante Costa Rica en el último partido de grupo. Este encuentro fue una muestra de carácter. Tras estar dos goles abajo, los dirigidos por Giustozzi se llevaron puesto a los “Ticos” y lograron empatar 2 a 2 con goles de Basile y Wilhem en el final. Con este punto la selección logró avanzar a la fase final como puntero y evitar a
los “cucos” de entrada. Ya entre los 16 mejores equipos del Mundial se vio la mejor cara del equipo. Aquí lograron elevar su nivel cada uno de los jugadores. En Octavos el rival era Ucrania. A pesar de ser superior durante los 40 minutos, Argentina no logró plasmar esa diferencia en el resultado. La ventaja llegó recién en el segundo tiempo suplementario luego de un doble penal ejecutado por Leandro Cuzzolino. Luego apareció Egipto en el camino. Un rival que no estuvo a la altura. O que Wilhem y compañía no dejaron estar a la altura. Con un juego colectivo brillante aplastó 5 a 0 a los egipcios con goles de Taborda, Stazzone, Basile, Cuzzolino y Battistoni. De esta manera se aseguraba alcanzar su mejor marca en un Mundial, el cuarto puesto en Taiwán 2004. Pero la selección fue por más. Sin Brasil ni España en carrera y con la confianza y la seguridad de poder pelearle a cualquiera enfrentó a Portugal con Ricardinho, el mejor jugador del mundo en actualidad, en semifinales. Con un Nicolás Sarmiento descollante y la eficacia necesaria lograron pegar en momentos claves. Con tantos de Borruto, Stazzone, A. Vaporaki, Brandi y Cuzzolino fue triunfo 5 a 2 y pasaje para la gran final. En el encuentro clave en frente estaba Rusia. Otra selección, como la kazaja, que contaba con brasileños en su plantel. El más destacado, Eder Lima de los mejores pívots del planeta. Argentina no cambió el libreto. Presionó con la intensidad de siempre y buscó aprovechar cada contra. En un partido vibrante logró ponerse en ventaja exprimiendo al máximo cada ataque. A. Vaporaki, Cuzzolino, Brandi en dos oportunidades y Constantino Vaporaki convirtieron y Nicolás Sarmiento aguantó cada embestida rival. Faltaba poco, los europeos insistían, y encima descontaban. Pero no les alcanzó y fue victoria argentina 5 a 4. Sonó la chicharra. Los rusos no lo podían creer, eran los argentinos los que festejaban y tocaban el cielo con las manos. Sí, con eso se puede comparar. Con menos recursos, menos apoyo pero el doble de trabajo, Argentina era campeón del Mundo. Este grupo de jugadores que aman este deporte, que luchan día tras día para hacerlo crecer, para lograr lo que se merece realmente este deporte, colocaron el Futsal en la cima del mundo.
© Getty Images | Los encargados de llevar a la Selección Argentina a lo más alto del Fútbol de Salón.
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Fernando Wilhelm, el mejor del Mundial El capitán argentino fue premiado por la FIFA con el Balón de Oro por ser el mejor jugador del Mundial de Colombia. “Sabíamos que habíamos dado todo y nos íbamos vacíos, pero lo ganamos”, expresó entre lágrimas.
© Getty Images | El capitán argentino redondeó un Mundial brillante y se llevó los dos trofeos: campeón y mejor jugador.
Por Federico Loiacono Luego de la histórica victoria ante Rusia por 5-4, llegó el momento de los festejos y del deshago. Para Wilhelm la alegría fue doble, ya que antes de levantar la Copa del Mundo, fue premiado por la FIFA por ser el jugador más destacado en la competición. "Es una sorpresa, no me lo esperaba. Lo deduje cuando me empezaron a mandar más adelante, aunque no era mi objetivo. Estoy feliz por este premio", explicó el referente del plantel. El mejor jugador del Mundial de Colombia soñó con jugar al vóleibol desde joven, pero no llegó a hacerlo de manera profesional debido a su estatura. Por este motivo es que con un grupo de amigos decidió probarse en Glorias de Tigre. Luego de superar la prueba, jugó en dicho club hasta que dio el salto a River y, más tarde, a Pinocho de Villa Urquiza. “El futsal es un de-
porte hermoso, que me apasiona, me abrió puertas y me dio oportunidades de hacer cosas que tal vez con otro trabajo no hubiese podido. Es un regalo”, manifestó. Luego de destacarse en Argentina, le llegó la hora de pasar a Europa: Arzignano, Marca, Asti y finalmente el Benfica de Portugal. Allí, pasa actualmente sus días juntos a su mujer Jimena y sus hijas Carola y Emilia. En total, disputó cuatro Mundiales con la Selección Argentina (2000, 2004, 2008 y 2016). Claro está, el más significativo fue el último disputado en Colombia, donde el lateral ofensivo de 34 años mostró un rendimiento superlativo y desde su experiencia lideró el camino hacia el título. Desde el primer partido de la fase de grupos ante Kazajistán, hasta la final frente a Rusia, Wilhelm disputó todos los encuentros, siendo el jugador de campo con más minutos en cancha. Además, convirtió un solo tanto en la competición, el empate ante Costa Rica.
Nicolás Sarmiento, guante de oro El arquero argentino, uno de los arqueros más jóvenes del certamen, fue una de las grandes figuras del equipo que hizo historia en el Mundial en Cali y recibió el premio al mejor arquero del torneo.
Por Juan Manuel Garrido Ni él mismo se lo imaginaba. Puede ser irónico que un arquero que ataja sin protección reciba el Guante de Oro, premio que se le otorga al que mejor lo hizo en el Mundial. Nicolás Sarmiento vivió un sueño en Colombia, de esos que son imborrables. Porque no solo consiguió la primera Copa del Mundo con Argentina sino que también fue el portero más valioso del torneo del torneo. Quedó atrás ese chico que se metió en el mundo de futsal porque no le llegaba mucho la pelota cuando jugaba en cancha grande. Hoy, el arquero que debutó en River está en el Palma Futsal, en España, escribiendo su propia historia, la cual cambió completamente luego de este campeonato. El arquero fue pieza fundamental para que los dirigidos por Giustozzi le den una alegría al país, que logró gran difusión como para que todos estuvieran pendientes de la final contra Rusia. Existe el dicho que el arquero de los grandes equipos es aquel que te salva cuando el equipo no está bien, y fue exactamente lo que pasó con Argentina. Sarmiento un pilar fundamental en la segunda fase, donde mantuvo la valla invicta en octavos contra Ucrania y en cuartos ante Egipto. Ni hablar de la semifinal de Portugal, que era una de las favoritas a ganar el certamen. El equipo de Ricardinho generó muchísimas situaciones que no pudo concretar gracias a la solidez que mostró Sarmiento. Incluso en la final, que aunque no tuvo su mejor partido, se hizo grande debajo de los tres palos cuando el partido pasaba un momento de
paridad. El arquero del Palma le tapó varias al pívot Eder Lima, quien ganó el botín de plata, y se llevó todos los aplausos en tierras colombianas. La falta de experiencia, de la que tanto se hablaba en Colombia, no le pesó para nada en los momentos clave. El arquero argentino ya estaba acostumbrado a manejar la presión cuando hay una mirada de incertidumbre por parte del público y de los rivales. Sarmiento rompió un tabú que había en la Liga Brasileña de Futsal, siendo uno de los primeros extranjeros en jugar allí. Compartió equipo con Falcao en el Intelli Orlandia, donde tuvo una buena temporada. En una Selección Argentina que siempre se destacó por tener grandes arqueros, Nicolás Sarmiento, el más petiso de todos, logró escribir su nombre en la historia del futsal argentino.
© Getty Images | El joven arquero agarra fuerte su merecido premio
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Diego Giustozzi, la cabeza del éxito El entrenador argentino fue pieza fundamental en esta selección. Con un gran trabajo en todos los aspectos logró que su equipo tenga una identidad y se cuelgue la medalla de campeón.
Por Gonzalo Butti Liderazgo, dedicación y perseverancia. Estas características bien definen al director técnico campeón del Mundial de Futsal 2016. A pesar de su corta edad, 36 años, Giustozzi demostró grandes condiciones para ser la cabeza de esta selección. “Ni en mis mejores sueños hubiese imaginado todo lo que repercutió en mi país el haber salido campeón de un Mundial y lo que generó en la gente”, confesó sin todavía caer en lo que habían obtenido. Con un paso por el tenis y el fútbol de cancha de 11, se decidió por el parquet y por el 40x20. Debutó en el deporte en Atlético Lugano en 1995, jugó en River Plate, club de sus amores, donde se retiró y tuvo una vasta experiencia en el futsal europeo. A nivel selección, Giustozzi disputó tres mundiales, se consagró en una Copa América y fue parte del plantel argentino que había cosechado la mejor marca hasta ahora en una Copa del Mundo: cuarto puesto en el 2004. Desde su arribo como entrenador de la selección a fines del 2013 llevó todos sus conocimientos para lograr llegar a la cima. “Busco siempre la perfección. También lograr la unión de todos los componentes al 101%. Soy un convencido de lo que se logra en la cancha durante el juego, es un trabajo de la semana. Para mí la semana es clave. Después con el compromiso y la profesionalidad de todos no tendremos problemas. Tenemos que estar a la altura a nivel de juego y re-
sultado. Con la concentración y el sacrificio de la semana se puede llegar a cualquier objetivo", afirmó en su llegada a Ezeiza. Con un proceso largo donde logró grandes cosas, venció en varias oportunidades a una potencia como Brasil y ganó la Copa América 2015, convenció a un grupo de jugadores y le trasladó su idea. Un fervoroso defensor de la disciplina y la conducta en sus grupos le cambió el chip a una selección que hoy toca el cielo con las manos. Con respecto a su manera de jugar, Giustozzi fue claro: “El estilo es agresivo, buscando la perfección, recuperando la pelota rápido. Además, el equipo tiene que ser protagonista siempre con la pelota y sin la pelota. Me gustan los equipos verticales.” Sin tener experiencia como director técnico, demostró conocer este deporte como pocos lo pueden hacer. El haber jugado tres Mundiales y en varias ligas del mundo le dio los conocimientos necesarios para poder estar a la altura. Fue consciente en todo momento de lo que se jugaba y absorbió la presión en situaciones determinantes que le facilitaron las cosas a los jugadores. Fue la cabeza de este grupo que se coronó en Cali. Sus allegados los definen como un enfermo del trabajo. En el transcurso del Mundial se notó, analizó a todos los rivales y con sus armas logró el éxito. Ni él se imaginaba terminar primero, pero con el esfuerzo y la dedicación como bandera, Diego Giustozzi logró imponer su idea y gritó campeón.
El plantel Campeón 1 Nicolas SARMIENTO – Palma Futsal (España) 2 Damian STAZZONE - San Lorenzo 3 Alamiro VAPORAKI - Boca Juniors 4 Gerardo BATTISTONI - Latina C5 (Italia) 5 Maximiliano RESCIA - Catgas Energia (España) 6 Fernando WILHELM - Benfica (Portugal) 7 Leandro CUZZOLINO - Pescara C5 (Italia) 8 Santiago BASILE - Kimberley 9 Cristian BORRUTO - Pescara C5 (Italia) 10 Constantino VAPORAKI - Boca Juniors 11 Alan BRANDI - Acqua & Sapone (Italia) 12 Matias QUEVEDO - Barracas Central 13 Guido MOSENSON - Hebraica 14 Pablo TABORDA - Luparense (Italia) Diego Giustozzi - Director Técnico
© Getty Images | Diego Giustozzi con los dedos señala el puesto que obtuvo con un gran trabajo.