EL VIAJERO

#1 El Mirador

EL

NOV 2018

VIAJERO HISTORIAS DE UN VIAJERO

FASCINADO POR LA PLAYA

EL LLANO

LA MONTAÑA

María A. Pinzón Taller Multimedia

HISTORIAS DE

UN VIAJERO

George Scheer, estudiante de Ingeniería Industrial en la Universidad Católica Andrés Bello y viajero. Nació en Caracas, Venezuela, el 4 de junio de 1994 y siempre ha sido un enamorado de su país, cautivado por las bellezas naturales de Venezuela, su mayor satisfacción reposa en el disfrute de los destinos cada vez más exóticos.

Hoy puede ser la playa, mañana el llano y pasado la montaña, indistintamente de las distancias o retos que impliquen los viajes para George, explorar siempre será la meta.

El acalorado rose de los rayos

del sol, la brisa que sutilmente acaricia la piel, el olor a salitre y el impacto visual determinado por un contraste de colores nunca antes visto; turquesa, blanco, azul eléctrico y un variopinto de verdes impregnan la visión de cualquier viajero en las playas venezolanas.

Con una extensión mayo a 4 mil km, la Cordillera de la Costa representa casi un 10% del territorio nacional.

El mar caribe que encausa sus aguas en la tierra del cacao recibe miles de turistas cada temporada vacacional y, a pesar de la coyuntura política y económica

del país, George aprovecha cada oportunidad para librarse de su rutina urbana y cautivar su espíritu con los encantos de las islas caribeñas.

A solo 30 km de la capital, se encuentra el estado Vargas, costa central del país y excelente destino para los amantes del surf, “me encanta ir los fines de semana a la Punta y ver a los surfistas, sentir el mar y nadar un poco” dijo George al contarnos sobre su experiencia en Vargas.

POR MARÍA ALEJANDRA PINZÓN

EL LLANO TESTIMONIOS

FASCINADO POR

LA PLAYA “Un territorio de mar, el agua salada más cercana a la capital, el Aeropuerto Internacional de Maiquetía, el mercado de pescado, los clubes del litoral central. Emblemas que marcan desde la infancia. Siempre me emociona la visión del mar al pasar los túneles. En Vargas nos gustan dos rutas de sol y mar, ambas con montañas atrás. Es lo que define nuestra privilegiada condición de país tropical.

Una es la bautizada Costa verde que va de Osma a Chuspa y la otra es desde Catia La Mar hasta Chichiriviche.

Pura euforia playera. Mucho plan de fin de semana.

Abundante pescado frito y tostones. Algo de surf cuando el mar se alborota”, asi lo describe la periodista Valentina Quintero en su guía turística.

Es aquí donde el horizonte encuentra su definición. Me fascina recorrer sus caminos en época de lluvia, cuando las latas de agua inundan la sabana y la convierten en las lagu-nas de sus habitantes. Hasta las vacas aprenden a nadar. Después la sequía agrieta la tierra. El ganado busca la sombra bajo e’ la matica. Los animales se aglomeran en los cuerpos de agua y hacen un pacto de no agresión. La urgencia es saciar la sed, no atacar la presa. Estos cambios de paisaje y geografía tan radicales solo se pueden comparar con las mujeres. Debe ser por eso que encuentro tanta paz en el llano. El plan por estos predios es dejar que la pupila se replete de llanura. Recorrer los hatos, las reservas de fauna para ver animales en libertad.

El estado Guárico, con casi 65 000 km² es el cuarto estado más extenso y el noveno menos poblado del país, conocido como «la puerta de entrada» a los Llanos Centrales. Su temperatura es calurosa, con una media de 26 grados centígrados. La mayor parte es plana y ocupa los llanos Centrales del país. Al noroeste, presenta montañas bajas, también conocidas como Morros y colinas de la Cordillera de la Costa. Es atravesado por varios ríos, quebradas y morichales que permanecen incluso durante los meses secos. Los ríos de la Cuenca de Unare desde Valle de la Pascua se dirigen al mar Caribe e incluyen los ríos principales: Unare, Quebrada Honda, Morichito, Ipire y Agua Amarilla. ¿Cómo encontrarle el encanto a un pantano seco, maloliente y hasta peligroso? El silencio tiene lo suyo, y aquí, es tan impetuoso que toca todos sus sentidos, se siente y te invade. La llanura es tan imponente que su encanto es auténtico, te enamoras de lo bueno y de lo malo, de lo lindo y de lo feo, de lo seco y lo húmedo, de lo que pica y lo que no, de la gula y el hambre, de la conmoción a la alegría, el llano te hace sentir la pureza del sentido de partencia.

POR MARÍA ALEJANDRA PINZÓN

LA

MONTAÑA Hay tantas leyendas sobre la imponente montaña de decora la ciudad de caracas como latidos del corazón estimulados por su belleza. El Cerro Ávila cuenta con una altura de 2200 metros bien impuestos sobre Caracas, separa al mar de la ciudad y alberga, Se extiende desde el Distrito Capital, y todo el norte del estado Miranda y sur del estado Vargas. En 1958 se dedlaró parque nacional y cuenta con infinidad de especies y variedad de flora.