LA REDONDA EDICIร N ESPECIAL ELIMINATORIAS SUDAMERICANAS
ยกGRITALO, LEO, ESTAMOS EN
RUSIA!
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¡VAMOS A RUSIA! ¿Y SI LO DISFRUTAMOS? E
Por Mariano Barraza l 10 de octubre toda la Argentina respiró. Luego de los dos años y dos días que duraron las eliminatorias sudamericanas, la albiceleste confirmó que va a estar en el Mundial. Como su historia y demanda. Y porque lo demanda Messi. Pero no por el Messi que se vistió de héroe en la última fecha ante Ecuador, sino por el Messi de siempre. No debemos olvidar que Lionel llegó a renunciar a vestir la camiseta argentina, cansado hasta el hartazgo por la demanda exitista de todo un país. Incluso fue necesario que el entrenador Edgardo Bauza viajara a Barcelona para convencerlo de que que volviera. ¿O ya se olvidaron de Bauza? ¿Y de Martino? Fue justamente el Tata quien inició el camino a Rusia, bajo la presidencia de Luis Segura. Luego les siguieron Bauza y Armando Pérez; para terminar con, Jorge Sampaoli y Chiqui Tapia. Todo en menos de dos años. Si hay misterios en el deporte, la supervivencia del fútbol argentino debe ser uno de los más increíbles. Pero no todos los males fueron internos. El periodismo desperdició programas y ediciones enteras en discusiones vacías acerca de que en que estadio se debía jugar, encendiendo la llama de la polémica en cuanta ocasión se pudiera o indagando en temas personales del plantel. Como respuesta, este último llamó a no darle bola a esos putos periodistas. Perdonen la expresión, pero es más fidedigna, y textual, que “veda”. El símbolo de este camino es y será la Pulga. El jugador más importante del fútbol argentino y mundial. Lo fue en el mal momento y lo será del bueno. Porque nadie hizo tanto por un equipo sin poder celebrar con una premiación. Por la razón que sea, Messi siempre tuvo que cargarse el equipo al hombro y escalar la montaña del exitismo. Y rendirnos cuentas, al puto periodismo y al pueblo argentino. ¿Cuántos de nosotros fuimos campeones de algo en nuestras vidas? En los trabajos, en los torneos de barrio, en un campeonato de truco con amigos, a la bolita o en lo que fuera que hiciéramos; es casi seguro que fracasamos siempre. Todos ganamos y perdemos en la vida. El fútbol, a diferencia de otros deportes, hasta acepta empates. Debemos entender que, si dimos lo mejor de nosotros, nadie puede, ni nosotros mismos, reprocharnos nada. La gente busca salvación en políticos, en la fé, en el fútbol. Sálvanos del mal. Y Messi nos salvó. Nos salvó como ya nos había salvado Maradona, como nos había salvado el Papa Francisco, como nos había salvado la Primera Junta Patria hace 207 años. Nos salvó como nadie pudo salvar a Holanda e Italia, espectros de lo que pudimos haber sido. Pero bueno, ya estamos clasificados, basta de problemas. ¿O no? No. Lo cierto es que somos tan exitístas que minutos después de la victoria ante Ecuador, los mismos que hasta hace poco pedíamos sangre comenzamos a especular con Messi levantando la copa en Moscú. Antes de Quito eramos los peores, y después de Quito eramos los mejores, todo en 90 minutos. A media estocada, todos nos bañamos de humildad. La humildad necesaria para no subestimar a Ecuador. Sería bueno entonces, que esa humildad que fue bálsamo para sanar la soberbia, aunque sea por lo que duró ese encuentro, la implementemos más a menudo.Nosotros, periodismo y pueblo, con la humildad, y el plantel y cuerpo técnico con el trabajo. Mucho trabajo, del cual dependerá de aquí en más lo que nos depare la lejana Rusia. Allí, lo que ocurra, disfrutémoslo. Nada más lindo que ver a la Selección. Nada más lindo que ver a Messi. Pero nada, nada es más lindo que las dos juntas.
NÚMEROS QUE ASUSTAN Por Mariano Barraza
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a clasificación a Rusia dependió de 44 futbolistas que jugaron al menos un minuto (solo Romero disputó todos los minutos),tres presidentes diferentes AFA (Segura, Pérez y Tapia) y tres seleccionadores distintos (Martino, Bauza y Sampaoli). Martino consiguió el 74% de los puntos que disputó, Bauza el 45,8% y
Sampaoli el 50%. Increíblemente, de los 44 jugadores solo nueve hicieron goles: Messi anotó siete, Di María, Mercado y Pratto dos y Lavezzi, Biglia, Otamendi, Funes Mori e Higuaín uno. Sin Messi, la Albiceleste solo ganó un partido (0-1 a Colombia), empató cuatro y perdió tres.
¡LLAMARON AL PENTA!
Por Facundo Landó
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pesar de un arranque irregular en las Eliminatorias para Rusia 2018, el seleccionado verde amarelho fue el primer equipo Sudamericano en clasificarse al Mundial que se disputará el próximo año. Las Eliminatorias comenzaron con un Brasil tibio, perseguido por los fantasmas del Mundial pasado y el tan recordado 7 a 1 con Alemania que los dejó afuera de la final en su propia casa. A pesar del cambio de director técnico (pasó de Felipe Scolari al segundo mandato de Dunga) el seleccionado carioca no terminó de desplegar el juego vistoso por el cual se lo conoce popularmente y que lo llevó a coronarse con cinco Copas del Mundo. Al cabo de seis jornadas, sumaron 9 puntos, ni mucho ni poco. Estas unidades le permitieron seguir en los puestos de vanguardia para no perder foco en el objetivo primordial: Clasificar a Rusia. El cambio de mentalidad, juego y a la vez, nuevamente de entrenador, se produjo cuando el seleccionado brasileño quedó eliminado en primera ronda de la Copa América Centenario disputada en EEUU, hecho que no sucedía desde 1987 en el torneo.
Esto hizo que la Confederación Brasileña de Fútbol diera un giro de 360º para volver a encaminar al equipo y que esto no repercuta en las Eliminatorias que, hasta el momento, eran irregulares. Contrataron a un entrenador casi sin experiencia internacional pero destacado por su carácter y frontalidad con sus futbolistas: “Tite”. Este nuevo DT supo regresarle el fútbol y la alegría que la Canarinha había perdido y tanto estaba buscando. Las premisas de Tite fueron mantener el arco en cero y la eficacia a la hora de definir en los tres palos rivales, para consolidarse como un equipo que “te mata de contraataque”. Liderado por Neymar como figura estelar y seguido de cerca por Philippe Coutinho, Marcelo, Thiago Silva, Casemiro y Gabriel Jesús como algunas de las tantas co- estrellas, el equipo de Tite logró terminar invicto. Cosechó 32 puntos en 12 encuentros, producto de diez triunfos y tan solo dos empates, para llegar al total de 41 unidades y sacarle diez de ventaja al segundo clasificado, Uruguay.
URUGUAY Y COLOMBIA TAMBIÉN SACARON PASAJE Por Juan Podestá
S
in demostrar un fútbol de alto nivel, la selección charrúa obtuvo un cómodo segundo lugar en la tabla final de la eliminatoria que le permitió acceder al Mundial de Rusia. Bastó con algunos destellos de Édinson Cavani y la gran estrella Luis Suárez para dictaminar algo que ya estaba casi asegurado, a pesar de la paridad inédita que se generó a lo largo del certamen. El delantero del PSG terminó primero en la tabla de goleadores con 10 tantos, salvando las enormes falencias tácticas que sufrió la “Celeste” a lo largo de estos tres años de competición. Las jornadas 12, 13 y 14 encontraron a un Uruguay desconocido, perdiendo como visitante ante Chile en Santiago, repitiendo el mal resultado como local ante Brasil por 4 a 1 (única derrota en Montevideo) y volviendo a perder ante Perú en Lima, dejándolos en una incómoda tercera posición que luego con resultados favorables lograron revertir y quedar en puestos de clasificación.
El caso de Colombia fue similar, ya que atravesó varios momentos dubitativos que abrieron grandes interrogantes. Los dirigidos por el argentino José Pekerman culminaron el proceso con una última doble fecha para el infarto y por demás polémica: derrota como local ante Paraguay y empate ante Perú como visitante, aunque ya con los resultados puestos, ambos combinados parecieron estar contentos con el resultado, puesto que el 1 a 1 los favorecía. La reaparición goleadora de Radamel Falcao García fue sin lugar a dudas la gran noticia para los “cafeteros”, que ahora irán a Rusia con un comodín. Sin embargo, la figura destacada continúa siendo el futbolista del Bayern Múnich James Rodríguez, quien acabó siendo goleador del equipo con seis anotaciones y gracias a esto y su gran destreza dentro del campo permitieron que “El Profe” y sus jugadores vuelvan a obtener un ticket para un Mundial.
HAZAÑA HISTÓRICA
LOS ELIMINADOS Por Matías Buscalia
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Yo sé que la mayoría se pelaron el culo mientras otros se iban de fiestas e incluso no entrenaban de la borrachera que llevaban”. Como pinceladas de sangre, las palabras de Carla Pardo Lizana, la esposa del arquero Claudio Bravo, retratan el escenario apocalíptico en el que Chile quedó luego de quedar afuera del mundial tras perder en Brasil 3-0. Los bicampeones de América, dirigidos por Juan Antonio Pizzi, son considerados por propios y extraños como la mejor generación de jugadores trasandinos, sin embargo, un vestuario enfrentado por peleas entre referentes terminó siendo la causa y la consecuencia de la catástrofe. Tras un mundial más que digno en 2014, en el que se eliminó al campeón vigente, España, y dos Copas Américas ganadas en sendas finales a Argentina en los dos años siguientes, la selección chilena no pudo llegar a Rusia 2018. Fiestas hasta altas horas de la noche en días de concentración y borracheras que terminaron entre otras cosas, con la Ferrari de Arturo Vidal chocada en la ruta son algunas de las explicaciones de un fracaso en el que el cuerpo técnico, los jugadores y hasta la Federación Chilena de Fútbol son responsables.
Por Juan Podestá
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Párrafo aparte para la selección paraguaya que, a pesar de la salida de Ramón Díaz en medio de las eliminatorias, se quedó en la puerta de Rusia tras perder con la pobrísima Venezuela en Asunción en la última fecha. Quedará en la historia la conferencia de Dudamel, el entrenador de la Vinotinto, quien denunció post-partido, que habían recibido en el hotel una visita de mujeres que intentaron seducir a los jugadores para “dejarlos cansados” de cara al partido. Lo cierto es que, los de Chiqui Arce, que ayudaron a la selección argentina a clasificarse ganándole en la anteúltima fecha a Colombia en el último minuto, deberán esperar a Qatar 2022 para intentar clasificarse nuevamente a un mundial tras 12 años de sequía. Por último, Ecuador, que empezó de ideal manera las eliminatorias, se cayó al final y, tras perder siete partidos de forma consecutiva, mirará el mundial por tv junto a Bolivia, Venezuela, Chile y Paraguay.
erú hizo historia. Tuvo que esperar 36 años para que el sueño se volviera a hacer realidad y así obtener un pasaje a Rusia. El camino no fue simple, pero el trabajo incansable de la mano de Ricardo “El Tigre” Gareca provocó en la selección peruana algo que hasta ahora era impensado: Perú podía, Perú tenía con qué, Perú dependía sólo de Perú y de nadie más. Sin dudas, necesitó de la experiencia de jugadores de la talla de Paolo Guerrero, ausente en el repechaje intercontinental ante Nueva Zelanda por haber dado positivo en el control anti doping en el partido contra Argentina en La Bombonera; encontró en Pedro Gallese, el arquero, la seguridad bajo los tres palos, en Christian Cueva el desequilibrio por la banda izquierda, en André Carrillo la velocidad por derecha y así un sinfín de jugadores que con humildad llevaron a la blanquirroja a una nueva Copa del Mundo. Fue tal la magnitud de esta histórica clasificación, que no es posible olvidar aquel reclamo de Chile ante la FIFA por la mala inclusión de un jugador boliviano, que terminó por darle tres puntos de oro a Perú y que en definitiva dejó marginado al conjunto trasandino. No se permitía un logro de esta talla sin algo anecdótico, algo que hiciera creer al pueblo peruano que se podía. 26 merecidos puntos dejaron a Perú en posición de repechaje, y debían enfrentar a Nueva Zelanda, ganador en la pequeña Oceanía. En el juego de ida disputado en Wellington, un 0 a 0 obligó a ambos a definir sus chances en los 90 minutos decisivos en el Estadio Nacional del Perú. Los goles de Jefferson “La Foquita” Farfán y Christian Ramos determinaron el 2 a 0 final para la alegría de todo un país. Sí, ¡Perú está en Rusia!
Diseño y Edición: Catalina Betancourt Redacción de contenidos: Matías Buscalia, Mariano Barraza, Juan Podestá y Facundo Landó UADE Noviembre 2017