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LAGRIMAS Y RISAS… Por: Luis Enrique Villegas Correa ASÍ FUE EL CINE PLAZA TLALTENANGO
Los cines en México fueron más que una construcción para el entretenimiento que comenzaron a surgir en la década de los años setenta del siglo pasado; eran una especie de fuga de la realidad y todavía estaba lejos su extinción. La nueva tecnología fue aniquilando a los grandes cines y a las salas del país, se modificó el comportamiento social y cultural de quienes asistían a presenciar un largometraje.
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Era una regla comprar afuera del cine una bolsa de acualaistas, semillas o cacahuates; el intermedio a mitad de la proyección para ir al sanitario o comprar algo en la dulcería; que alguien se apersonara cuando ya había iniciado la película y gritara: “ya llegueeeeeeeé”, y el público respondiera a chiflidos y mentadas de madre;; o cuando la imagen estaba fuera de foco, se quemaba la cinta (la película era de acetato y para proyectarse giraba sobre un carrete que a veces, por el uso y la calidad de la copia, al pasar por un foco potente el calor la achicharraba) o se dejaba de escuchar el audio y el grito de reclamo de la gente era: “¡Cácaroooooo!” (Operador del cinematógrafo instalado en la cabina de proyección).
Los cines fueron dejados a su suerte, hoy muchos han desaparecido y varios de ellos son un monumento al olvido y al eco de una actividad que contribuía a la cohesión del tejido social, como opción primordial de recreación, diversión y consumo cultural masivo.
Los cines formaron parte de una etapa de nuestras vidas, son protagonistas de la película de nuestra ruta personal, permanecen vivos en un recoveco de la memoria de quienes asistimos a sus funciones y disfrutamos, lloramos, reflexionamos, nos apasionamos y nos emocionamos con las historias que ofrecían un mundo paralelo como lo fue el Cine.
Todo comienza con un sueño, el de Don Genaro Bugarin Bugarin originario de Tlaltenango y criado en Atolinga, nació el 15 de julio de 1943, y su esposa, la Sra. Raquel Cornejo Pérez, ella nació en el Rancho de Contreras, el 28 de septiembre de 1943, esta pareja de tlaltenanguenses dieron alegría, inspiración y consuelo a miles de personas con el nacimiento de uno de los mejores cines de la región; el Cine Plaza de Tlaltenango.
Don Genaro y su esposa, la Sra. Raquel compraron la finca de 1,750 metros cuadrados en 1968, fue mucho tiempo la Secundaria del Colegio Cultura y Restauración y prestada la finca al Sr. Cura Quintanar, todo era una casa y al lado una cantina, le seguían dos recamaras, al centro un jardín y luego un zaguán, un comedor, una cocina, un corral con bodegas y caballerizas, ya que la finca da hasta la otra calle que es la 16 de Septiembre. “Un amigo en una ocasión me dijo, - oye que vas hacer en esa finca? Ypues le dije que mi casa y algunos departamentos y me dijo,- me gusta tu finca para que hagas un cine- , no me pareció mala idea pero no sabíamos nada sobre las especificaciones, mobiliario, equipo, características de la construcción y demás trabas que venían al aventarnos a realizar el Cine Plaza mi esposa y yo”.
La historia de este cine comienza el 22 de septiembre de 1972 cuando fue inaugurado, duraron 11 años solo sobreviviendo para los gastos, había una competencia directa con el Sr. Espinoza del Cine Colonial el cual contaba con 22 salas en el estado y se le daban todas las facilidades y las mejores películas de estreno. El Cine Plaza dependía la plaza de Torreón, eran quienes distribuían las películas y para poder entrar al sistema del cine, Don Genaro conoció a unos amigos y ellos tenían un familiar que trabajaba para Productora Columbia Pictures México y hablaron para decirle que lo visitarían en México y plantearle el problema de que no tenían películas que proyectar en el nuevo Cine de Tlaltenango, había problemas con Torreón al no apoyarnos correctamente. Ya en México, comentaron que en Torreón nos tenían que dar películas, y se programó a dos meses para poder inaugurar el Cine Plaza con una película de Cantinflas, (Mis pistolas hablan). “Lo que pasa es que el señor Espinoza era el amo y señor de la región y no podía permitir que nosotros arrancáramos con el pie derecho”.
Comenta Don Genaro que la persona que les vendió el equipo para proyección de películas era un Súper Simplex Japonés de 1947 y venia de Guadalajara era un técnico calificado y se quedó a trabajar un tiempo, él se daba cuenta que en Torreón no querían soltar las películas más nuevas y nos dejaban las ya estrenadas o menos populares y así pasaron 11 años, el Gerente de Torreón y el Sr. Espinoza eran uña y carne, además de un Contador descendencia asiática quien tenía mucha influencia sobre películas nacionales, y no se llevaba bien con el Sr. Espinoza.
El Contador fue cambiado al sureste de México por 11 años y para nuestra buena fortuna tiempo después, el gerente de Torreón fue cambiado a Guadalajara y regresó como Gerente de Torreón el Contador quien estuvo tiempo atrás y no llevaba buena relación con el Sr. Espinoza y al hacer un análisis para la distribución de películas el nuevo gerente se dio cuenta que el Cine Plaza tenía una capacidad para 825 butacas y el otro cine local solo era para poco más de 400 butacas y más sencillo ya que fue inaugurado en 1959. Todo cambio, después de 11 años, teníamos películas de estreno y las funciones con cupo completo y así prácticamente se pagó sola la construcción, la finca no nos debe nada.
Cuando arrancamos con el Cine Plaza apenas completábamos con las entradas para pagarle al barrendero, boletero, dulcería y nosotros nos íbamos con las manos vacías y aparte el Sindicato de cines nos hostigo para que les diéramos lo correspondiente a la cuota sindical y solo con un interventor que nos enviaron, se dieron cuenta de que éramos una familia queriendo sobrevivir con un proyecto que recién apenas conocíamos.
Los finales no siempre son felices, el Cine Plaza tuvo un auge de 22 años de éxitos ,pero en 1995 se presentó la última película con mucha tristeza, en la primera función de las 4 p.m a las 8 p.m, no entró nadie, y así, tuvimos que sacar la segunda función de 8 p.m a 11 de la noche y cerramos, se acabó, así fue, en un principio el sueño y alegría, termino hasta lo que hoy tenemos, un cine bien cuidado donde el tiempo se detuvo , en magníficas condiciones pero con un futuro incierto hasta este diciembre del 2022.
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