INVENTARIO DE DÍAS HEBERT RODRÍGU E Z G A R C Í A
fotógrafo? -¡Soy fotógrafo!- , es. Dormitan en ese cuarto oscu . Recuerdas, eso sí, las tomas s. Te haces a la idea de unas i rlas y reproducirlas por montones egundo, 29 de abril: caminar ha ar insultos. Aún quedan 10 foto s terminar esta película y esper tras de frente con la gente. ¡Un ofuscados, ¿a dónde irá a parar llo impertinente. Curioso, lo qu levas piedras, plantas y nubes, rte desde un cable de luz. Queda eedor del tiempo y la existencia ionar sobre la foto. Te das a s sido irr esponsable en estos dí es impresa s, no habrá nada. ¡Per lido al mundo a conquistarlo. ¡Yo como compilador de la historia? o que duerme en el tubo de plás s en la pi el. ¡Quiero retratar l tes de resbaladizo sudor. Camina stras. Caminas y registras. Aut
respondes. Ahora tienes unas c uro de tu Trip 4000. No sabes s del día que quedaron en tu imp resiones grandes, quieres mir -; son tus imágenes del mundo, tu asta que duelan los pies. Hacer s de tu r ollo de ayer. Estás an rar el material revelado. Camina hombre con cámara!, vaya proble mi imagen? El fotógrafo que eres uiere todo. Obturas, casi sin pe y el pájaro que luego de volar s a una foto . La última de tu segun a. Obturas. -Día tercero, 30 de la tarea de pensar en la toma. ías y que tal vez, cuando obteng o qué dices!, piensas, y recuerd o soy un fotógrafo! ¿Acaso olvida De nuevo a la calle y piensas tico en t u refrigerador. Hace c la piel!, dices y t e aventuras a as por los parques y avenidas, c omático como tu Trip 4000. ¡Qué
Inventario de días Hebert Rodríguez García Textos y fotografías Camilo Londoño Hernández Diseño y diagramación 2016
INVENTARIO DE DÍAS HEBERT RODRÍGU E Z G A R C Í A
DILEMA DE UN HOMBRE QUE QUERÍA ATRAPAR EL MUNDO
Este cuento se publicó en el magazín cultural Generación, en el especial de cuentos del 2015
Registrar, disfrutar de lo que se encuentra en la calle, en el caminar cotidiano, junto al aire o el sol; en el calor del medio día o entre las sombras; junto a la luz ámbar de las calles nocturnas y el polvo. Registrar y llevar en la mano una cámara; pequeña y compacta, de uso casero, heredada por tu madre. Sales a la calle convencido de que eres fotógrafo: soy fotógrafo, dices. En la aventura de coleccionar la calle, la piel, el aire, te encuentras con un rollo de película Kodak, un botón automático. La cámara que llevas es propicia para los aventureros: no hay enfoque, programa la fecha para el inventario de días; dotada con flash para aquellos espacios de tímida luz. Osado, te lanzas a coleccionar especies. ¡Eres el dueño del mundo!, y no necesitas más que una pequeña Trip Af 4000. Tomas apuntes: -Día primero, 28 de abril: evidenciar el flujo de gente que aborda los buses. A bordo, disparas, una y otra vez del botón. Te miran raro, otros se ríen y posan para tu foto. -¿Eres fotógrafo? -¡Soy fotógrafo!- , respondes. Ahora tienes unas cuantas imágenes. Dormitan en ese cuarto oscuro de tu Trip 4000. No sabes lo que tienes. Recuerdas, eso sí, las tomas del día que quedaron en tu mente. Esperas. Te haces a la idea de unas impresiones –grandes, quieres mirarlas, ampliarlas y reproducirlas por montones-; son tus imágenes del mundo, tu mundo. -Día segundo, 29 de abril: caminar hasta que duelan los pies. Hacer fotos y evitar insultos. Aún quedan 10 fotos de tu rollo de ayer. Estás ansioso. Quieres terminar esta película y esperar el material revelado. Caminas y te
encuentras de frente con la gente. ¡Un hombre con cámara!, vaya problema. Te miran ofuscados, ¿a dónde irá a parar mi imagen? El fotógrafo que eres es un chiquillo impertinente. Curioso, lo quiere todo. Obturas, casi sin pensarlo y te llevas piedras, plantas y nubes, y el pájaro que luego de volar se posó a mirarte desde un cable de luz. Queda una foto. La última de tu segundo día como veedor del tiempo y la existencia. Obturas. -Día tercero, 30 de abril: reflexionar sobre la foto Te das a la tarea de pensar en la toma. Crees que has sido irresponsable en estos días y que tal vez, cuando obtengas las imágenes impresas, no habrá nada. ¡Pero qué dices!, piensas, y recuerdas que has salido al mundo a conquistarlo. ¡Yo soy un fotógrafo! ¿Acaso olvidabas tu papel como compilador de la historia? De nuevo a la calle y piensas en ese rollito que duerme en el tubo de plástico en tu refrigerador. Hace calor y piensas en la piel. ¡Quiero retratar la piel!, dices y te aventuras a robar instantes de resbaladizo sudor. Caminas por los parques y avenidas, caminas y registras. Caminas y registras. Automático como tu Trip 4000. ¡Qué buena cámara! “Soy testigo del sol”. Te retiras a tu casa con el astro en tus bolsillos. -Día cuarto, 31 de abril: construir una propuesta estética. Han pasado dos días y en tu refrigerador reposan dos rollos con 72 fotos. Suficiente archivo para alimentar al mundo con tu obra. Tienes piedras y paisajes y pájaros; rocas, rarezas y rostros; animales, nubes, el sol. Pero falta algo. Sientes que falta algo. Aún no tengo la lluvia, dices. ¡Eso es! Haré mía la lluvia. Sales a la calle y una luz incandescente te maltrata los ojos. ¡Sol estúpido!, ¿acaso quieres dejar ciego a tu dueño? Te diriges hacia un parque cubierto de arrayanes y reposas. Esperas la lluvia. ¡Quieres la lluvia! Pasan horas y recuerdas que es abril; el último día de este mes de interminable verano. Mañana serás mía lluvia.
-Día quinto, 1 de mayo: el fotógrafo espera la pieza que completará su obra. Ansioso te lanzas al parque con tu Trip 4000. La acaricias y le limpias el polvo. Hoy me concederás el placer de conservar la lluvia. Obstinado, te sientas bajo el árbol a esperarla. Sabes que vendrá, ¡es mayo!, nunca falta. En el cielo hay nubarrones. Hay sopor. No te enfades conmigo sol, soy fotógrafo, en mí también debe estar la lluvia. Cruje el cielo y unos goterones gordos se explotan en tu cara. He ahí la lluvia y disparas. La quieres toda. Un mar en trozos en tus ojos. Empapado vuelves a casa; guardas el rollo en el refrigerador. -Día sexto, 2 de mayo: el fotógrafo lleva su obra a conocer la luz Cinco días de miradas y ya tienes el mundo. Todo tipo de especies seleccionadas y diferenciadas en cuadros, con fecha y hora –gracias al poder de registro de tu Trip, la infaltable-. ¡Es tiempo chicas!, les dices y las guardas en tu bolso. Tomas el paraguas; las lluvias de mayo se deslizan por la calle. Atraviesas el mar en saltitos y recorres la avenida. El laboratorio de tu barrio queda a pocas cuadras. Las calles, vacías de imágenes–ahora tú las tienes todas- , empapelan el día de gris. He traído un material invaluable, dices, ahora, soy el dueño del mundo. Curioso, el viejo que te atiende tras el mostrador, sonríe. Dame acá, te dice y toma tus cilindros fríos donde hibernan tus imágenes. Pasa por ellas mañana en la tarde, te dice y tu ansioso le pides que sea cuidadoso en el proceso. Es el testimonio del mundo, le dices y te marchas. -Día séptimo: el fotógrafo revela al mundo su obra Es el día final. Ahora reposas luego de días y días de tomas y miradas. Te duele la panza. ¿Qué especie de cosas se habrán gestado entre tus rollos? Caminas. Pensativo en entre la gente, te aíslas. Te sudan las manos. Atraviesas la última esquina y divisas el lugar:
se revelan imágenes. He venido por lo mío, le dices al viejo que sonríe. Felicitaciones, qué buen fotógrafo. Regálame la lluvia, te dice y suelta una carcajada. Tú sonríes. Sólo un detalle, se detiene. (Silencio). Olvidaste cambiar la programación de la cámara. Todas tus fotos tienen la marca: 28 de abril. Es sólo un detalle, no importa. Qué buenas fotos. Repite. Ahora avanzas por la calle con el paquete bajo el brazo; aún no quieres mirarlo. Buscas un parque cubierto de almendros. Llueve. Empapado, abres el paquete y ves la lluvia. Es otra lluvia, tu lluvia. Pasas las imágenes y la marca naranja al lado derecho del cuadro te repite: 28 de abril. ¿Qué pasará entonces con el tiempo?, te preguntas. ¿Qué testimonio le he dejado al mundo? Te llenas de rabia y lanzas las imágenes al aire. ¡HIJASDEPUTA!, les gritas y lloras. ¡Soy un mal fotógrafo!, dices.
HEBERT RODRÍGUEZ GARCÍA UR ABÁ, COLOMBIA 2014
Inventario de dĂas
tógrafo? -¡Soy fotógrafo!- , res Dormitan en ese cuarto oscuro ecuerdas, eso sí, las tomas de Te haces a la idea de unas impr s y reproducirlas por montones-; s ndo, 29 de abril: caminar hasta insultos. Aún quedan 10 fotos de erminar esta película y esperar s de frente con la gente. ¡Un hom scados, ¿a dónde irá a parar mi i impertinente. Curioso, lo quier s piedras, plantas y nubes, y el desde un cable de luz. Queda un or del tiempo y la existencia. O ar sobre la foto. Te das a la ido irresponsable en estos días impresas, no habrá nada. ¡Pero qu al mundo a conquistarlo. ¡Yo so o compilador de la historia? De ue duerme en el tubo de plástico n la piel. ¡Quiero retratar la p de resbaladizo sudor. Caminas p as. Caminas y registras. Automát Soy testigo del sol”. Te retiras
spondes. Ahora tienes unas cuan de tu Trip 4000. No sabes lo el día que quedaron en tu men resiones g randes, quieres mirarl son tus imágenes del mundo, tu mun a que duelan los pies. Hacer fo e tu rollo de ayer. Estás ansio el material revelado. Caminas y mbre con cámara!, v aya problema. imagen? El fotógrafo que eres es re todo. Obturas, casi sin pensa l pájaro que luego de volar se p na foto. La última de tu segundo Obturas. -Día tercero, 30 de abr tarea de pensar en la toma. Cr y que tal vez, cuando obtengas ué dices!, piensas, y recuerdas oy un fotógrafo! ¿Acaso olvidabas nuevo a la calle y piensas en o en tu refrigerador. Hace calo piel!, dices y te aventuras a ro por los parques y avenidas, cami tico como tu Trip 4000. ¡Qué bu s a tu casa con el astro en tus