Revista Over

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Revista 1- año I - version web - noviembre 2012 - Santiago, Chile.

Revista Over

Fotógrafos, ilustradores y escritores se reunieron gracias a este concepto para presentar sus creaciones: Hernández, Olmedo, Cano, Romero, Retamal, Lozano, Bahamonde, Moreno, Mono Gonzalez, Mosquito Rojo, Torres, Vargas, Castro, Yayo, West, S. González, Viterbo.

Viajar! Imagen portada: Irina Lozano


Revista Over

indice

4.

Sebastián Castro, Chile.

5.

Yayo, Chile.

6.

Camila Hernandez, Chile.

Queremos regresar a nuestros pasos andados a través de este número. Encontrar las pistas dejadas y las huellas hundidas que quedaron en nuestros apuntes, bocetos y libretas con el fin de compartir esos caminos andados.

8.

Isabel Viterbo, Chile.

9.

Carolina Olmedo, Chile.

10.

Cristina Cano, Chile.

Queremos además agradecer a todos los creadores que confiaron sus trabajos a nuestras manos. A ellos les debemos infinitas gracias por ayudarnos a viajar.

11.

Irina Lozano, Mexico.

18.

Mario Moreno, Chile.

20.

David Romero, Colombia.

21.

Patricio Vargas, Chile.

22.

Elizabeth Retamal, Chile.

24.

West, Estados Unidos.

26.

Javier Bahamonde, Chile.

28.

Mosquito Rojo, Chile.

30.

Mono González, Chile.

34.

Vladimir Torres, Chile.

36.

Sebastián González, Chile.

Esta es una invitación a hacer un recorrido visual por nuestros apuntes de viajero.

www.perroseco.cl facebook.com/editorialperroseco Directores: Sebastián González / Vladimir Torres Diseño: Titanes Diseño Direccion de arte: Tamara Simpson. Edición gratuita - Prohibida su comercialización. (c) Perroseco Editores - 2012.



Cargado por Sebastián Castro Les digo que existe. Que la probé, que la tengo en mis manos y que es absolutamente real, no un cuento: hay un tarjeta BIP dando vueltas por Santiago que tiene una carga de tres mil millones de pesos. En serio, no exagero. Tres mil millones. Si te das el tiempo y comienzas a investigar, te dirán que es un mito, una invención, esperarán que te desconciertes y se perderá el tema como un mal chiste. Pero si hablas con las personas correctas -en una micro azul por ahí, en una estación de la Línea 4 por allá- te contarán que todo habría sido un error, que se supone deberían haber cargado tres mil, pero un temblor alteró de tal manera a la chica de la caja que simplemente se le fueron los ceros. Luego se largarán a reír. Pero tranquilos, les digo que pasó. Que existe y que aún la tengo en mi billetera. En las primeras semanas la utilicé estrictamente para ir a clases y de vuelta al departamento. Pensaba que podría tener un truco, algún sistema de rastreo que tarde o temprano me delataría y pasaría algunos días adornando una celda con esta misma simpática historia. La usaba siempre desconfiado, mirando de reojo a mi alrededor al momento de marcar. Pero eso que temía jamás pasó. No fue sino la costumbre que me entregó la seguridad para comenzar a salir más seguido... y más lejos: de repente me descubrí yendo al supermercado de una comuna vecina, pagando mis cuentas al otro lado de la ciudad, conociendo cada parque, museo y plaza de la capital. Con los días, comencé a juntarme con amigos en diferentes estaciones de metro y paraderos a lo largo de Santiago, sólo por conocer nuevos

lugares. De Maipú al centro; de Quilicura a Las Condes; de La Florida a Vitacura. Corría mis reuniones a diferentes cafés, mis citas a diferentes restoranes y mis carretes a diferentes bares. Por algún tiempo, me pareció conocer todos los secretos de la metrópolis, invisibles a los ojos de los demás. Nadie podía entender mi sonrisa al entrar a un vagón, a una micro, llena de sudor y de personas aplastándose, mientras yo pensaba feliz en el destino que tomaría al día siguiente. Tal vez por eso me negaba a leer una pequeña línea escrita con lápiz scripto verde al reverso de la tarjeta. Como al principio pensé que era un nombre, negaba mis culpas ignorándola, pero al mes de conocer la ciudad y sacar el verdadero jugo de la tarjeta, volví a fijarme en el texto. Sólo con una lupa podía leerse lo que no era nombre, sino una frase: PÁSALA UNA VEZ APRENDAS A VIAJAR. Recordé inmediatamente como la obtuve, a la bella morena que chocó conmigo en San José de la Estrella y la que -deduzco hasta hoy- colocó la tarjeta en mi mochila. Todo es a propósito. Puedo elegir a otro usuario y entregarle el don. Abrirle las puertas de Santiago tal como lo hicieron conmigo y contar esta historia, para que los demás pasajeros estén atentos. Tal vez haya más de una tarjeta; últimamente he visto a muchos tipos sonriendo en el medio de la aplastante multitud. Yo les aviso: ando cargado y entregaré la mía pronto. Cuando esté repleta la micro y apenas puedan caminar por los vagones del Metro, recuerden esta historia y revisen sus bolsillos al salir. Quizá la felicidad reside en una tarjeta azul y tres mil millones de pesos. Tres mil millones, para transportarse sin límite, para viajar una y otra vez en este reducido espacio que conocemos como ciudad y darnos cuenta que las distancias no lo son todo, porque el verdadero viaje está al lado de nosotros. Porque aunque no lo crean, todo eso existe.


Yayo / www.zobako.net / Concepci贸n, Chile



Fotografía: Camila A. Hernández Ortega. www.flickr.com/photos/89276112@N03


Adentro Por Isabel Viterbo

Cuando nos enteramos de que Miles tenía cáncer de pulmón nadie se espantó: tumores malignos habían creado en la familia un mapa y una trayectoria nítida de decesos. La noticia no obtuvo más que algún apretón de manos y el recuerdo del cáncer gástrico de la tía G, el adenocarcinoma en la próstata de Rodolfo, el dermatofibrosarcoma de los gemelos y tantos otros más. También recordamos a padre, muerto de leucemia el verano del 93. Hace bastante que mi hermano había comenzado a escupir sangre cada vez que iba al baño; era posible escuchar


su tos convulsiva y risa mezcladas por toda la casa. Al entrar por la puerta un olor revuelto a cigarros, café y colonia de pino lo precedía; fumar dos cajetillas diarias hacía poco para prevenir nuestro destino familiar, al que combatía inútilmente comiendo grandes cantidades de nueces. A veces nos encontrábamos en el baño, vomitando y tosiendo, haciendo especulaciones acerca de qué era lo que tenía cada uno, cual de los dos tumores sería más horrible, quien pagaba el sepelio del otro. No quiero saber siempre concluíamos ambos. El diagnóstico que titulaba a mi hermano en nuestro árbol genealógico fue hecho a la fuerza tras una tarde entera de llantos de mi madre. Lloraba aún más al barrer las cáscaras que barría por toda la casa, que mi hermano seguía dejando como huella de su paso por la vida. A la mañana siguiente, Miles me pidió que viajáramos en semana santa. Quería ir a la casa que teníamos en Las Cruces antes de hospitalizarse definitivamente y abandonar la vida que se ganaba componiendo canciones en un sello de la comunidad ecológica. Mataba además las tardes componiendo obituarios para su trabajo de medio tiempo, y en el camino a la playa me contó -como graciaque había conocido en esa pega a una promotora del Parque del Recuerdo: cuando ella le dijo a qué se dedicaba él se encogió de hombros y comenzó reír y toser. Sonreía escondido porque creía indefectiblemente que su cara se tornaba horrible cuando lo hacía. Llegamos. Luego bajamos a la playa. Dijo cuando tenga el respirador mecánico voy a estar lo más cerca posible de ser una máquina. Lo miré lanzar la colilla de su último cigarro al mar y sonreír aliviado. En el horizonte impreciso, nítido el recuerdo de padre contándonos al borde de esa playa, con los pies metidos en el agua, que el enemigo está siempre dentro nuestro. Si nuestra nostalgia fuera plumas, nos habríamos asfixiado.

Fotografía: Carolina Olmedo


“LINEA DE VIAJE” / Cristina Cano Filippi / www.elaltilloartesanal.blogspot.com / Chile








Fotomontajes: Irina Lozano HernĂĄndez / www.corazonydesazon.blogspot.com / Acapulco, MĂŠxico.



Mario Moreno Tapia / www.flickr.com/photos/sofrenia /Chile


“ADIÓS ASILO” David Romero Bogotá, Colombia www.flickr.com/photos/davidromero

“OPTIMISMO” Patricio Vargas Chile




“LA ESTUDIANTE VIAJERA” Elizabeth Retamal www.portafoliozephyre.tumblr.com Chile. "El tiempo se distorsiona cuando viajamos constantemente." En esta Ilustración quise destacar a los jóvenes estudiantes, tanto chilenos como extranjeros que por deseo de aprender, deben abandonar sus ciudades natales y familias, recorriendo así grandes distancias, tomando en sus manos la responsabilidad de cuidarse solos, pero también, aprendiendo cosas interesantes y nuevas. " En la parte izquierda de la ilustración hice alusión a la ciudad de Santiago, luego en el centro, una palma chilena y el castillo Wulff, y por último las araucarias y toda la naturaleza sumergida en el Campanil de la Universidad de Concepción.



Travelers / West / NY. EE.UU.



“Es parte de mi cuaderno de viajes personal: La forma mas elemental e importante de un ilustrador para aprender de lo que lo rodea, mas allá del tema en sí, en mi diario vivir mezclo ambas acciones: viajar y dibujar, para mi usualmente van de la mano por lo que en la ilustración que les mando el viajar es más que tema, es praxis.” Javier Alexis Bahamonde Otárola www.llamastudio.cl/andyjack Chile


Mosquito Rojo www.mosquitorojo.deviantart.com/gallery Chile



“Cuaderno de Viaje” (realizado en Francia durante el 2007) Mono González Chile






“Estación” / Vladimir “Bura” Torres / Chile.



“Carretera” / S. Gonzalez Ruiz/ Chile.



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