finanzas personales & management el comercio / sábado 17 de octubre del 2015
/7 / PORTAFOLIO
La entrevista jorge yamamoto (Fundador de la consultora B y P Bienestar y Productividad). Para el especialista, las empresas peruanas deben apostar por promover la satisfacción con la vida antes que un entorno que solo favorezca el trabajo.
“Con la felicidad aumenta la productividad” archivo personal
texto Julio escalante rojas
Jorge Yamamoto es un investigador social cuyo tema central de estudio es la felicidad. Del mismo modo en que ha analizado a las regiones del país y qué tan felices son, también se ha enfocado en las organizaciones. Yamamoto participará en el simposio internacional La Empresa y la Gestión Sostenible, que organiza Perú 2021 desde este lunes. ¿En qué consiste la felicidad con productividad como un modelo de responsabilidad social? Las acciones de responsabilidad social generalmente se toman en base al sentido común y la buena voluntad, pero eso es insuficiente para promover la felicidad en el entorno y alcanzar el desarrollo. Se necesita un enfoque científico y de investigación. Y un punto clave aquí es la productividad. Cuando aumenta la felicidad del colaborador, aumenta su productividad; y, en contraste, cuando mejora el clima laboral, no se observa un cambio mayor. Hay mucho desperdicio de tiempo y recursos en algo que no redunda en la felicidad de la gente ni en la productividad de la empresa. Eso se logra solo si se promueve una satisfacción con la vida. ¿Qué deben hacer las empresas para que sus trabajadores alcancen la satisfacción con la vida? Hay que apostar a que el colaborador esté feliz en
Apuntes. En una investigación, Yamamoto comprobó que los colaboradores que asimilaron la satisfacción con la vida cumplieron con sus labores 10% más rápido y con 8% menos de errores.
su familia, que no tenga preocupaciones por sus hijos o sus padres. Eso define un entorno diferente. Si las empresas ayudan a su colaborador en cómo tratar con los hijos, eso tiene un efecto espectacular en la productividad. Le genera una sensación de compromiso y gratitud que no se compara con que le den una supercomputadora. Invertir en la satisfacción con la vida es invertir directamente en la productividad, y yo estoy convencido de que tiene que ser rentable para que esa intención de la empresa sea sostenible. Un aporte
Invertir en la satisfacción con la vida es invertir directamente en la productividad”.
Hay que generar una cultura en la que se valore más la eficiencia que el trabajo de carga”.
de dinero por bondad no es responsabilidad social, la idea es que a la vez que crece el nivel de satisfacción, crezca la productividad. ¿Y cómo expandir este tema a otros ámbitos? Si con esto gana la empresa y el trabajador, también debería ganar la sociedad. Un movimiento de empresas que promueva estos valores va a generar otro punto de vista en la sociedad. Y, además, si no invertimos en el comportamiento ciudadano, tendremos una granada que nos reventará en la cara. Los que están más llamados
a esto son las empresas mineras. La comunidad quiere progreso, la minera quiere negocio y el país quiere los ingresos que la actividad genera, pero lo que pasa es que se desalinean los valores y se genera un conflicto en el que todo el mundo pierde. ¿En este tema, qué tan mal o bien están haciendo su trabajo las principales empresas del país? Los gerentes de recursos humanos tienen una magnífica intención y tienen sensibilidad social, pero también un nivel de formación basado en las teorías
gringas, que no tienen mucha semejanza con la realidad nacional. Allí hay un gran problema porque estamos mirando más las soluciones que han funcionado en Silicon Valley (Valle del Silicio) que las que funcionan en el valle del Mantaro. ¿Cómo la empresa puede orientar mejor las prioridades de un trabajador al que le cuesta irse temprano de la oficina? ¿Qué pasa cuando el tema laboral se vuelve el centro de la vida? Muchos piensan, ya sean obreros o ejecutivos, que si se van temprano, los van a mirar mal y su puesto estará en peligro. Pero la gente que cumple sus metas es la más eficiente, no la que se queda largas horas. Hay que generar una cultura en la que se valore más la eficiencia que el trabajo de carga. Y el trabajador peruano tiene interés en generar ese equilibrio entre la vida y el trabajo. No somos como los japoneses con una cultura tan adicta al trabajo, nos gusta la familia y la juerga. Aquí hay una oportunidad para que empresas y colaboradores ganen, no trabajando menos sino de manera más eficiente. ¿Para eso necesitamos otro perfil de jefes? ¿Funciona mejor en las empresas más jóvenes que en las tradicionales? Tiene que ver más con la formación de los ejecutivos y la cultura de la empresa, pero también con el personal. El trabajador tantea muy bien; si nota la debilidad en el jefe, el ambiente se vuelve un jolgorio y se abusa de la confianza. Es como el alumno que en la universidad tantea al profesor. Otro tema común en Latinoamérica es la argolla, el amiguismo, que desgasta a las organizaciones por luchas internas.