TESTIMONIO II
Increíble! ¡Cómo cambió mi vida con la presencia de Eli! Hasta entonces anduve a tientas, en una permanente búsqueda de un sentido para mi existencia. ¡Que puertas no toqué! ¡Que caminos no recorrí!, sin encontrar respuesta.
Muy joven dejé de creer en las organizaciones sacerdotales religiosas y me dediqué a buscar la verdad en las Escuelas Iniciáticas, la mayor parte de ellas profanadas y envejecidas por los siglos, pero solo encontré rituales y símbolos muertos, sus miembros, muchos de ellos bien intencionados, desconocían sus verdaderos significados espirituales, sin duda su sabiduría estaba incompleta y ellos, con la mayor sinceridad, la llamaban simplemente «la palabra perdida». Sin duda alguna, el más grande acontecimiento de mi vida fue el haber conocido a Eli. Si yo lo encontré, pienso mas bien que fue él quien me hallo en su recorrido por América Latina, identificando a quienes pudieran participar en el VII movimiento de Liberación de la Humanidad y del Planeta Tierra. Al principio mi mente, la máxima autoridad intelectual de mi conciencia, se desconcertó, pero luego ante la sabiduría que nos trajo Eli, poco a poco aprendió a respetar y a colaborar de buena voluntad con mi intuición, recién descubierta. Desde entonces se hizo el orden en mi mundo interno. Han pasado los años, siempre añorando la presencia física de Eli, a quien solo pude escuchar contadas oportunidades cuando llegaba a Lima, y gracias a Masayo, a cuya hermana tanto admiro por su fortaleza y dedicación al servicio.
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