la escuela de las visiones
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Homenaje a Pablo Amaringo 25 años de fundación de la escuela de arte amazónico Usko Ayar
Petróleos del Perú - PETROPERÚ S.A. USKO AYAR / 2
En mi experiencia de chamรกn he logrado v conversa solamente con mirarse. Todo es u los sonidos, en las formas y motivos; mi tra
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ver los idiomas. En el mundo esotĂŠrico uno un idioma. Hay idiomas en los colores, en abajo es transcribir esos idiomas. Pablo Amaringo
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PRESENTACIÓN
Desde que PETROPERÚ desarrolla sus operaciones en la Amazonía hemos logrado asegurar el abastecimiento de combustible de manera responsable y permanente; durante todo este tiempo nuestra empresa ha sido y es consciente de los impactos que ello implica y, como tal, creemos que promover y difundir los valores patrimoniales de la región son parte de nuestras acciones estratégicas como la primera empresa del país. El espacio cultural propiciado por PETROPERÚ ha dado plataforma de expresión a varios colectivos de artistas amazónicos, ahí tenemos, y solo para citar algunos esfuerzos: “Amazonía, exposición de arte” en el año 2002, “Mujeres, del artista Orlando Izquierdo” en el año 2005, y “Amazonía, siete visiones contemporáneas” en el año 2009. Esto sin mencionar las permanentes actividades culturales que Refinería Selva realiza con éxito. En esta oportunidad, tuvimos el honor de ser convocados por el Premio Nacional de Cultura 2012, el reconocido artista plástico Christian Bendayán, para presentar el verdaderamente emocionante trabajo de la Escuela USKO AYAR, del artista amazónico Pablo Amaringo. Cuando recibimos la propuesta, debemos confesar que fuimos atrapados por la magia de su plástica, por la intensidad de sus visiones y por la determinante presencia del color y la naturaleza en sus obras. Como institución estamos emocionados y agradecidos de esta forma al cerrar nuestro ciclo de grandes exposiciones del presente año en el Centro Cultural PETROPERÚ, presentando la exposición “USKO AYAR: la escuela de las visiones”. Desde ya nuestros deseos de éxito en esta entrega y nuestros votos por que el arte amazónico siga conquistando un sitial destacado en la plástica nacional contemporánea.
HÉCTOR REYES CRUZ Presidente del Directorio Petróleos del Perú – PETROPERÚ S.A.
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DON PABLO, EL MAESTRO
Cada día el sol nos revela en la Amazonía una infinidad de imágenes y colores, un mundo de belleza inabarcable, imposible de representar en su absoluta majestuosidad. Dice un antiguo vals: “Amanecer loretano, quién te pudiera pintar…”, y es que desde fines del siglo XIX la pintura amazónica tuvo su mayor impulso en el departamento de Loreto, destacando pintores, como César Calvo de Araujo, Américo Pinasco y Víctor Morey, quienes buscaban atrapar en sus lienzos el intenso colorido de la selva, el brillo de su cielo y de sus ríos, la calidez de su frondosa vegetación y de su gente, en retratos y paisajes que descifraban una realidad dictada por aquello que la luz dibuja ante nuestros ojos. Recién en la década de los 70 surgiría en el departamento de Ucayali una pintura que busca representar una realidad que va más allá de lo visible y lo palpable, que supera la percepción de los sentidos, que existe en el interior de cada ser, en sus sueños y pensamientos, que recorre sus venas, células, neuronas, y mundos que habitan su universo interior. Una realidad que se conserva en la memoria y que no abarca solo el pasado, si no también lo que vendrá: la realidad de las “visiones”. Así, como las aguas de los distintos ríos se unen pero no se mezclan, cada pueblo amazónico posee su particular cosmovisión y arte, de modo que en Iquitos (Loreto) la pintura dotó de magia a la realidad de la vigilia y en Pucallpa (Ucayali), la pintura despertó a la realidad la magia de los sueños. De la corriente ucayalina emergerían grandes maestros como Yando Ríos, Eduardo Meza Saravia y Pablo Amaringo,
quien presentaría al mundo una nueva mirada del cosmos revelada por la ayahuasca. Con una fina factura de ilustración hiperrealista, Don Pablo representó bucólicos paisajes selváticos creando una línea productiva a la que llamaría el Neo realismo amazónico. Pero a la par pintó también un mundo que exploró durante su experiencia shamánica, por lo que solía representar en sus cuadros sesiones de curación, donde la planta sagrada abre una trocha ondulante entre el follaje de hojas de chacruna, flores de toé y lianas que se confunden con serpientes en dirección a un espacio cohabitado por peces, bufeos colorados, yacurunas y sirenas; vientos poblados de aves, mariposas y ángeles; remolinos y naves espaciales que nos llevan a planetas con ciudades fluorescentes llenas de templos y palacios donde viejos sabios conservan los conocimientos de las plantas. Sin duda, la obra de Amaringo es un catálogo infinito, el más completo que jamás se haya hecho de seres comunes y divinos que pertenecen a una mitología particular del universo de la ayahuasca. La creatividad y generosidad de Don Pablo no solo concebiría una infinidad de pinturas que nos invita al viaje cósmico, también nos revela los conocimientos de la medicina tradicional, detalladas ilustraciones de la naturaleza amazónica y un dogma de vida basado en valores ancestrales. Todo esto heredó a sus cientos de discípulos, a quienes inició en el arte visionario desde la escuela Usko Ayar que fundara hace un cuarto de siglo
en la ciudad de Pucallpa. Desde entonces, decenas de sus alumnos han dedicado su vida a continuar su legado, logrando un mayor reconocimiento los artistas Elvis Luna, Dimas Paredes y Anderson de Bernardi. Pero su influencia ha llegado tan lejos como su ilimitada imaginación, pues quizás uno de sus mayores aportes es haber logrado un lenguaje pictórico que permite describir aquella concepción del mundo amazónico donde la realidad no es más que un conjunto de realidades paralelas donde coexisten al mismo nivel lo físico y lo espiritual, donde se mezclan los tiempos y trasmutan los seres. Así, abrío una ventana a artistas de distintas etnias amazónicas que aprovecharon estos saberes para poder representar su concepción de lo real, entre ellos Víctor Churay, quien incluso reelaboró algunas obras de Amaringo, también Rember Yahuarcani y Roldán Pinedo entre otros. La psicodelia y la vibración de la fluorescencia en la representación de las visiones marcaría a José “Ashuco” Araujo para desarrollar una pintura vital, alucinada y sensual que habite los bares, discotecas y video pubs de Iquitos. Y también a artistas de otras latitudes como David Hewson o Harry Chávez, quien compone con miles de piezas cada uno de sus hipnóticos cuadros-collages que nos incitan al mareo místico, para mostrarnos, como nos enseñó Don Pablo, que este mundo es más, infinitamente más de lo que con ligereza solemos llamar realidad.
Christian Bendayán USKO AYAR / 7
PABLO AMARINGO: EL ÚLTIMO VISIONARIO Todo es un idioma P ablo A maringo
El corazón del palpitante Ucayali no sólo verá nacer a estupendos artistas como Yando o Meza Saravia, Pablo Amaringo, sin duda el pintor más importante e influyente que haya visto la luz en la amazonía, también brotará de estas profundidades. Nadie las llevará más lejos. La obra de Amaringo es la primera mirada amazónica que explora un lenguaje, un idioma pictórico y cultural más allá de lo occidental, una nueva lengua visionaria que, desbordando colores e imágenes, nos habla de otras realidades dentro de lo “real”. Por primera vez con Amaringo los sueños amazónicos se desbordan y nos muestran su radical otredad y diferencia. Sueños del ayahuasca, de la soga de los muertos que nos abre la puerta a sabidurías y visiones que sólo pueden nacer en la amazonía. Pablo Amaringo nace cerca a Tamanco, pueblito ribereño del Ucayali, en el año de 1938. A los 10 años se va a vivir a Pucallpa y tiene, llevado por su padre, su primera experiencia de toma de Ayahuasca. Aunque el niño de aquel entonces no comprende del todo la experiencia, ésta queda grabada en su memoria: “Las visiones eran tan vívidas que pensé que lo que veía no sólo era mi imaginación, sino un contacto con algo físico y real”. Tendrían que pasar 20 años para que Don Pablo, guiado ahora por una maestra nativa, comenzara una nueva exploración con la bebida sagrada hasta poder convertirse el mismo en un experto chamán y naturalista. Durante los años 70, Amaringo trabajaría como curandero y médico vegetalista en distintos lugares de la amazonía peruana y brasileña. Era una vida nómade en la cual Don
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Pablo no sólo absorbe conocimientos milenarios acerca de las plantas sino que procesa las cosmovisiones, mitos y creencias de los distintos grupos indígenas con los cuales interactúa; a esto hay que unirle una inquieta curiosidad intelectual que lo convertiría, a pesar de contar formalmente sólo con educación primaria, en un voraz lector y autodidacta. Ambos mundos, el de las culturas amazónicas y el de cultura universal, se entremezclarán en su pintura posterior logrando una riqueza de imágenes que no tiene paralelo en otros artistas pretendidamente “chamánicos” o ayahuasqueros. La fama de Don Pablo como médico vegetalista y curandero va creciendo pero a la vez ocasionándole problemas. Distintos brujos “shitaneros” (encargados más en causar enfermedades que en curar) comienzan a unirse para enfrentarse a Don Pablo ya que éste se encargaba de curar los “daños” que ellos ocasionaban. Para evitar estos continuos enfrentamientos que también empezaban a amenazar a su propia familia, Amaringo decide abandonar el shamanismo y se dedica a pintar escenas costumbristas de la amazonía que vendía eventualmente a los turistas. Don Pablo también era un autodidacta en la creación artística; recuerdo haberle escuchado la anécdota de su iniciación en la pintura que sucedió cuando de adolescente le encargaron pintar un mural en un puesto policial en el cual trabajaba: lo hizo tan mal que el oficial a cargo se encargó de humillarlo diciéndole que era el peor pintor que podía haber sobre este mundo y que nunca llegaría a nada si se dedicaba a
eso. Tanta fue la rabia y el coraje que sintió que silenciosa pero disciplinadamente Don Pablo comenzó a aprender por su propia cuenta las sutilezas de la creación plástica. Así es que a inicios de los 80s Amaringo sobrevivía como un “artesano” más pintando escenas “típicas” de la selva para un precario mercado turístico. Es a mediados de esta década que el antropólogo colombiano Pablo Luna visita Pucallpa para investigar las plantas medicinales y el shamanismo. Luna conoce a Amaringo y queda deslumbrado por los conocimientos que este tiene sobre el vegetalismo y el ayahuasca, es entonces que le sugiere que comience a pintar aquello que había aprehendido en sus visiones. El resultado fue una revolución de imágenes que cambiarían para siempre el arte que se hacía en la amazonía. La colaboración con Luna daría como resultado un fascinante libro: Ayahuasca Visions. The religious iconography of a peruvian Shaman (1991). Son 49 pinturas y visiones explicadas con detalle casi microscópico por Amaringo a Luna. Las anotaciones que hace Don Pablo al explicar los complejos micromundos y personajes que aparecen en sus cuadros visionarios son apasionantes tanto por lo minucioso de su descripción como por la fabulosa imaginación y las delirantes pero reveladoras interrelaciones que hace entre las cosmovisiones amazónicas y aquellas de las culturas y religiones universales. A esto hay que agregar las explicaciones de los mundos extraterrenales y espaciales que apelan a una fantasía cósmica que convierten a este libro en una fantástica etnografía que tiene
Pablo Amaringo / 2000 Paisaje gouache sobre cartulina 77 x 56 cm
Pablo Amaringo / 2005 Aya - Mayuywayra gouache sobre cartulina 77 x 56 cm
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mucho de literatura y ficción, es cierto, pero también de una personalísima visión del universo que tardaremos muchos años en entender.
Pablo Amaringo y sus alumnos de Usko Ayar. (Fotografía: Archivo Usko Ayar)
Y es que Amaringo era un pintor prolífico, en una semana podía pintar hasta tres cuadros de gran formato, en un año un centenar y su obra total consta de un aproximado de 2.000 pinturas. Pero lo importante no es la cantidad sino la profundidad y riqueza de visiones que cada cuadro suyo encierra. Estamos ante elaborados mapas de conocimientos sobre la Amazonía y los “distintos mundos” visibles e invisibles que pueblan el universo. Es una obra donde lo visionario, lo fantástico y lo científico dialogan de una manera barroca, excesiva y a la vez inimitable; gracias al reciente trabajo y al posterior libro de los investigadores Peter Cloudsley y Howard Sharing (The ayahuaca visions of Pablo Amaringo) tenemos muchas más visiones explicadas por el maestro Don Pablo.
Pablo Amaringo / 2006 Misterio profundo gouache sobre cartulina 150 x 250 cm
En el aspecto plástico la obra de Amaringo puede dividirse en dos formatos de soporte. El primero y el más reconocido es el de su obra visionaria cuyo material es el papel y el gouache o tempera, la introducción de colores fosforescentes –tratando de alguna manera de representar las iridiscencias psicodélicas de las visiones del ayahuasca- es también característico de este formato que en sus mayores dimensiones podía sobrepasar el metro y medio. (Hay que anotar que en sus últimos años Don Pablo comenzó una producción de óleo sobre lienzo que mejoraba los sutiles universos pictóricos que el gouache le había abierto).
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La otra parte de la obra de Amaringo, aunque menos conocida, es la de su pintura “realista” y “paisajística” cuyo material básico es por lo general el acrílico, material que es uno de los más usados por los artistas visionarios como por los callejeros de la amazonía. La sutileza de esta obra realista es algo de lo cual se ha hablado muy poco, pero tanto o más que su pintura shamánica esta excelente pintura tiene muchos admiradores y seguidores. Pero Don Pablo no sólo se quedó en la contemplación artística y visionaria, como verdadero “hombre de conocimiento” trató de trasmitir su sabiduría a los demás. Amaringo fundaría el año de 1988 la escuela de Usko Ayar, ahí de manera gratuita comunicaría sus conocimientos artísticos a decenas de jóvenes y niños mestizos y nativos inaugurando una escuela de seguidores y discípulos que hasta ahora siguen las lecciones de su maestro. Lecciones que no sólo eran artísticas sino también morales, Amaringo hacía primar la triada ética incaica del “ama sua, ama llulla, ama quella” y como buen shamán sabía que buena parte de los males físicos o enfermedades tenían su origen en causas espirituales (psíquicas diría un profano) y que mentir, robar o no trabajar causaban un daño en el alma que tarde o temprano se manifestaría como un mal en el cuerpo. La escuela Usko Ayar produjo grandes artistas que siguieron su propio rumbo como Anderson Debenardi, Elvis Luna y Dimas Paredes; en la actualidad la escuela la dirige Juan Vásquez Amaringo quien trabaja con estupendos pintores que han seguido el legado de su padre como Alfredo Zagaceta, Ener Díaz, Deny Efer, Abel Gonzáles,
Mauro Reátegui y Robert Montes Amaringo por mencionar solamente algunos. Amaringo comenzaría en los 90s, junto a sus alumnos, una carrera artística que ningún otro artista autodidacta y amazónico había recorrido, no sólo expondría en galerías de Lima sino que su creciente celebridad lo llevaría a exponer en Europa, Asia y Estados Unidos. Las invitaciones a distintos eventos internacionales, conferencias y los reconocimientos no tardarían en llegar. Pero como sucede con tanto gran artista en nuestro país, el estado peruano nunca le reconocería esa virtud de maestro. Incluso la escuela Usko Ayar jamás recibiría un reconocimiento oficial negándosele la posibilidad de entregar certificados a nombre de la Nación. Mientras tanto los premios y distinciones internacionales seguirían llegando hasta cercano el día de su muerte. Es inaudito que nunca se le haya reconocido formalmente a Amaringo su labor como maestro fundador del arte amazónico. Como López Antay para el caso del arte popular andino, Amaringo representa un antes y después para el arte de la amazonía. Es gracias a su obra que el arte popular amazónico puede dar el paso de la artesanía y el costumbrismo a una expresión más compleja y original. Gracias a él muchos artistas nativos y mestizos comenzarían a perder la vergüenza y a pintar sus visiones y a expresar las elaboradas y sutiles cosmovisiones de sus comunidades. Queda mucho por hacer con la obra y el legado de Amaringo, aunque la gran mayoría de sus cuadros se USKO AYAR / 11
encuentran en el extranjero, buena parte de su obra se encuentra en colecciones privadas nacionales que todavía se pueden recuperar para exponer públicamente. También quedan los escritos de Don Pablo que sólo unos meses antes de morir me enseñó y que consistían en un par de centenares de páginas –perfectamente tipeadas, ordenadas y anilladas- donde se explicaban sus conocimientos vegetalistas, además de algunos comentarios de visiones y ensayos que resumían los pensamientos e intuiciones del maestro. Fue un privilegio conocer, aunque relativamente secuestrado por turistas new age y seudoespiritualistas, a Pablo Amaringo; la profundidad y la diversidad de intereses al conversar con Don Pablo era aleccionadores. Aunque algunos lo trataban de delirante y mitómano, Amaringo sabía jugar y asumir distintos roles y se podía charlar con él de algunas verdades que por lo general no se discuten en el narcisista, materialista y competitivo mundo de los artistas modernos. La humildad y sencillez de Don Pablo, el candor con el cual enseñaba las minucias de la pintura a sus alumnos y su trasparencia ética quedan como un re-
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cuerdo de algo que creía perdido en una sociedad donde casi todos parecen haber sido tragados por el mercado o el pragmatismo. Aunque le mencioné a Don Pablo las similitudes de su obra visionaria con la de William Blake, nunca tuve la oportunidad de compartir la obra del inglés con la suya, aunque -como sucedía también con Don William- Don Pablo hablaba con Dios. Amaringo me confesó que en las madrugadas escuchaba la voz del Divino y que después de eso se le aparecían las visiones que él se encargaba de pintar con paciencia y un devoto amor. Poco antes de morir Don Pablo me contó que le asustaba esas conversaciones con Dios ya que últimamente éste quería enseñarle su rostro. Don Pablo sabía que si veía su rostro aquella visión lo mataría. Poco tiempo después ese rostro de lo divino se le develaría y aquella visión se llevaría su último aliento como un suspiro, como un aire, como una estela de fuego y colores que ahora nos ilumina, serena y ardiente, desde un mundo más alto y hondo que los cielos.
Alfredo Villar / curador
Pablo Amaringo / FotografĂa: archivo Christian BendayĂĄn
Ayahuasca Totems (Animales con poder) / 2003 / gouche sobre cartulina / 55 x 77 cm
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Chullachaqui / 1999 / gouache sobre cartulina / 62 x 42 cm
Arponero / 2002 / 贸leo sobre lienzo / 84 x 108 cm USKO AYAR / 17
India Yachay (SabidurĂa de una india) / 2004 / gouache sobre cartulina / 56 x 77 cm
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Mariposa Arcana / 2005 / gouache sobre cartulina / 57 x 77 cm
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El baile de los puca bufeos / 2009 / 贸leo sobre lienzo / 101 x 76 cm Colecci贸n Eduardo Hochschild
Energ铆a del Yanapuma / 2009 / 贸leo sobre lienzo/ 101 x 76 cm
Puma garza yachay / 2009 / 贸leo sobre lienzo / 80 x 60 cm Colecci贸n Eduardo Hochschild
La flor de los centauros / 2008 / 贸leo sobre lienzo / 70 x 50 cm Colecci贸n Eduardo Hochschild
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Trueno ayahuasca / 1999 / gouache sobre cartulina / 42 x 57 cm 24 / USKO AYAR
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Destino / 1993 / gouache sobre cartulina / 46 x 61 cm
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Ayahuasca yachay / 1999 / gouache sobre cartulina / 62 x 46 cm
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Los รกngulos de la tierra / 1993 / gouache sobre cartulina / 61 x 46 cm
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Urai - runa (gente debajo del rĂo) / 1999 / gouache sobre cartulina / 61 x 46 cm
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Puca machasca harmi / 2002 / 贸leo sobre tela / 150 x 150 cm Ru铆do de los animales / 2004 / 贸leo sobre lienzo / 51 x 36 cm USKO AYAR / 31
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El oráculo de los espíritus / 2008 / óleo sobre lienzo / 100 x 80 cm
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Templo sacro santo / 2006 / 贸leo sobre tela / 150 x 250 cm
USKO AYAR: LA ESCUELA DE LAS VISIONES
La amazonía está en nuestros corazones y nuestros sueños. Gracias a figuras como el maestro Pablo Amaringo Shuña y la escuela de pintura amazónica “Usko Ayar”, que fundara hace un cuarto de siglo, esos corazones y sueños son cada vez más intensos y poderosos. Y es que debido a la labor de Don Pablo y su escuela muchos descubrimos otra manera de mirar y amar la amazonía. Una manera visionaria y realista a la vez, llena de arte y conocimiento además de profundamente ética y responsable. La amazonía es mágica y milagrosa y a pesar de la extrema pobreza, la explotación y la injusticia sigue dándonos ejemplos de vida y lucha, de resistencia y belleza. Podemos decir que Don Pablo y su escuela son el mejor ejemplo de esa magia y milagro amazónico. Son muy pocos los artistas que inventan una nueva forma de ver el mundo y la realidad (como El Bosco y William Blake) y pocos son también los que comparten y enseñan su sabiduría. Don Pablo fue de esa extraña y selecta especie de artistas. Recordamos cada una de sus palabras, sus pinturas y sabias enseñanzas. Su infinito amor por el prójimo. Su fe inquebrantable en el arte y la bondad humana. Su generosidad sin límites. “La eternidad vive enamorada de los frutos del tiempo” decía el poeta, pintor y visionario inglés William Blake. La escuela de pintura “Usko Ayar” es quizás el mejor ejemplo de que las cosas cuando se hacen con amor son eternas.
Alfredo Villar / curador
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Ener Díaz Nuñez Las visiones de Pablo Amaringo / 2013 / acrílico sobre lienzo / 140 x109 cm
Robert Montes Amaringo Sin título / 2013 / acrílico sobre lienzo / 80 x 60 cm
Luis López Sin título / 2013 / acrílico sobre lienzo / 62 x 50 cm
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Mauro Reátegui Pérez Sin título / 2013 / acrílico sobre lienzo / 100 x 120 cm
Moises Llerena Taricuarima Colpa / 2013 / acrílico sobre lienzo / 50 x 70 cm
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Alfredo Zagaceta Cometivos Sin título / 2013 / acrílico sobre lienzo / 80 x 60 cm
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José Luis Vasquez Gonzales Sin título / 2013 / acrílico sobre lienzo / 73 x 53 cm
Chenier Tangoa Murrieta Sin título / 2013 / acrílico sobre lienzo / 57 x 73 cm
Jorge Ramírez Flores Sin título / 2013 / acrílico sobre lienzo / 60 x 78 cm
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Juan Benavides Pérez Sin título / 2013 / acrílico sobre lienzo / 80 x 55 cm
Teresa Miranda Sin título / 2013 / acrílico sobre lienzo / 80 x 60 cm
Juan Vásquez Amaringo Sin título / 2013 / acrílico sobre lienzo / 79 x 60 cm
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Luis Abel Gonzales Laulate Mariposas / 2013 / acrílico sobre lienzo / 54 x 73 cm
Luis Abel Gonzales Laulate Sin título / 2013 / acrílico sobre lienzo / 45 x 65 cm
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Deny Efer Ríos Chávez Guacamayos / 2013 / acrílico sobre lienzo / 120 x 100 cm
Robert Montes Amaringo Guacamayos rojos / 2013 / acrĂlico sobre lienzo / 81 x 61 cm 48 / USKO AYAR
Pablo Miguel Vasquez Gonzales Sin título / 2013 / acrílico sobre lienzo / 60 x 79 cm
José Luis Rodriguez Ysmiño Sin título / 2013 / acrílico sobre lienzo / 75 x 100 cm
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PETRÓLEOS DEL PERÚ – PETROPERÚ S.A. Presidente del Directorio Héctor Reyes Cruz Gerente General Luis Lem Arce Gerente (e) Relaciones Corporativas Carla Santa Cruz Sandoval
EXPOSICIÓN Sala de Arte del Centro Cultural Petroperú Del 31 de octubre al 24 de noviembre del 2013 Producción general Petróleos del Perú – PETROPERÚ S.A. Producción Ejecutiva Departamento Relaciones Corporativas Curaduría Alfredo Villar Coordinación Christian Bendayán Museografía Departamento Relaciones Corporativas – PETROPERÚ S.A. Montaje Edwin Huancachoque Sonco Guillermo Montes 1 / USKO AYAR
LIBRO CATÁLOGO Textos Amalia Castelli Departamento Relaciones Corporativas Fotografía María Laura Sandoval Archivo Usko Ayar Archivo Christian Bendayán Diseño gráfico Lala Rebaza Edición Christian Bendayán Impresión XXXXXXXXXXXXXXXX RUC imprenta XXXXXXXXXXXXXXX Dirección imprenta XXXXXXXXXXXXXXX
Usko Ayar: La escuela de las visiones Lima, Petróleos del Perú, 2013, 60 páginas, 24 x 27 cm. Primera edición: octubre de 2013 De esta edición © Petróleos del Perú – PETROPERÚ S.A. Avenida Enrique Canaval Moreyra 150, Lima 27, Perú Teléfono: (511) 614-5000, anexos 11220 y 11224
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AGRADECIMIENTOS Eduardo Hochschild, Giancarlo Scaglia y Escuela Usko Ayar USKO AYAR / 2
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CENTRO CULTURAL DE PETROPERÚ del 31 de octubre al 24 de noviembre de 2013 Av. Canaval Moreyra 150, San Isidro, Lima - Perú . www.petroperu.com.pe