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ENTREVISTA. DIRECTORADEL GRUPO AMANTEGUI. Lourdes Urbieta, 25 años después

Directora de Calidad y Transporte del Grupo Amantegui

Lourdes Urbieta 25 años después

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«En la cantera, el proceso sigue siendo parecido a como era hace veinticinco años, aunque ha mejorado muchísimo la seguridad, la tecnología y el cuidado del medio ambiente»

Primitivo Fajardo Lourdes Urbieta Lemos nació en Alonsotegui (Vizcaya), en 1968. Está casada y tiene un hijo. Estudió Ingeniero Técnico de Minas en la Escuela de Ingenieros de Minas de Baracaldo y se decantó por la rama de explotación de minas, especializándose en voladuras. Es la directora de Calidad y Transporte del Grupo Amantegui, empresa en la que lleva casi treinta años y donde ha desarrollado toda su carrera profesional. Comenzó realizando voladuras en la cantera MarkominGoikoa, pero un gravísimo accidente la apartó de esa pasión una década después. Le echó valor, se recuperó de las heridas, salió adelante con ahínco y hoy se dedica a controlar y auditar temas de calidad, medio ambiente, gestión de maquinaria, seguridad y salud, producción, mantenimiento, etc. Está considerada la primera artillera vasca y la primera directora de una explotación de minas en Vizcaya, y ha sido premiada por ello. La presente entrevista obedece a que se cumplen veinticinco años de la primera que le hizo quien suscribe, que se publicó en enero de 1996 en la revista «Canteras y Explotaciones», mientras preparaba explosivos, mechas y detonadores para una voladura. Nos impactó su trabajo, pero también su personalidad. Aunque le costaba hablar de sí misma, replegada en su modestia, transparentaba la serena quietud y majestad de las féminas vascas. Me pareció una mujer con coraje que iba por la vida con la discreta sonrisa que únicamente esgrimen los que saben triunfar sin otro apoyo que su propio deseo. Hablo en pasado, pero el axioma es aplicable al presente. Con 27 años, llevaba ya dos años y medio ejerciendo como facultativo de la cantera y experta en explosivos, mientras que el que suscribe se había iniciado también dos años y medio antes en el terreno del periodismo técnico. Cinco lustros después, Lourdes Urbieta sigue en la misma empresa, aunque tuvo que cambiar de oficio, y el que suscribe sigue en el mismo oficio, aunque tuvo que cambiar de empresa.

Lourdes Urbieta, con 27 años, preparando la voladura en la cantera Markomin-Goikoa, de la firma Hijos de León Amantegui.

Fotografía actual de Lourdes Urbieta, con 52 años, en la cantera del Grupo Amantegui, recordando los viejos tiempos de los explosivos y las voladuras. Los desaires del tiempo no han mermado un ápice de ánimo en su sempiterna sonrisa.

A la izda., La doble página de apertura del reportaje sobre Lourdes Urbieta que se publicó en el número de enero de 1996 de la revista «Canteras y Explotaciones». Junto a estas líneas, Urbieta en 2016, recogiendo el «Premio Piedra y Vida», de Asecabi, con la figura de un barrenador.

EN noviembre de 1995 nos llegó la noticia a la revista Cinco lustros después Canteras y Explotaciones, de la que quien esto escribe Aquel trabajo fue muy gratificante, tanto por la actividad difeera director, editada entonces por la firma Miller Free- rente y original de la que fuimos testigos como por la buena man, de que en una cantera de Vizcaya se realizaban las vola- gente que conocimos y el entorno natural fascinante de la canduras bajo la dirección facultativa de una mujer, lo que nos pa- tera. Salió todo como estaba planeado y la entrevistada tuvo reció inverosímil en un sector como el de la minería que por que soportarme pegado a su chepa mientras ella preparaba la sus características era entonces en España netamente masculi- voladura, que resultó de lo más espectacular. Por mucho que no, y más aún en una especialidad tan delicada y compleja co- haya asistido a otras voladuras en todos estos años, guardo un mo las voladuras y el uso de explosivos. Es seguro que en estos recuerdo imborrable de aquella experiencia, que quedó reflejaveinticinco años se han sumado otras mujeres al reto de ser es- da en el nº 344 de la revista con el expresivo título: “Máximo pecialistas en dicha materia, pero en aquella época era algo in- riesgo”. Esa primera entrevista se publicará en el siguiente núsólito y extraordinario. Por tanto, nuestro deber periodístico mero de OP MACHINERY, reproduciendo el texto íntegramente, era dar a conocer en las páginas de la publicación un hecho tal cual apareció, por mantener la frescura de aquellos tiempos tan relevante, de oficio tan peculiar y a su fémina protagonista. iniciáticos, que lo eran para Urbieta y para el que suscribe.

Se trataba de Lourdes Urbieta Lemos, que realizaba su labor Recuerdo que nos recibió en el acceso a las instalaciones el en la Cantera Amantegui, en Mañaria, cerca de Bilbao, perte- propietario de la empresa, Adrián Amantegui, un vasco afable, neciente a la firma Hijos de León Amantegui. La localizamos dicharachero y distinguido, con el pelo denso y cano y un asy fijamos una cita a través del delegado comercial de la edito- pecto de lo más saludable. Parecía un senador romano. Aficiorial en el norte peninsular, Juan Ángel Pérez Pérez, y de la di- nado a la pelota vasca e incondicional de los leones de San rectora comercial de la revista, Marisa Fraile Soria, actual res- Mamés, era un apasionado de su cantera, donde se empleaba ponsable de publicidad de OP MACHINERY, que siendo de Bil- con dureza, trabajando como uno más y como el que más. Habao se apuntó encantada al sarao. Se coordinó la visita con la blamos del Athletic de Bilbao y sus glorias –yo venía de trabadirección facultativa de la propia cantera Markomin-Goikoa, jar durante un lustro en el diario deportivo AS– mientras nos cuyos propietarios eran Adrián y Kepa Amantegui Arteaga. transportaba en su todoterreno hasta el frente de cantera para

Buscando la originalidad, me empeñé en entrevistar a Lour- presentarnos al personal y comenzar con nuestro reportaje. des Urbieta en sus predios, rodeada de su gente y en acción, es ¡Qué tiempos! Ahora, veinticinco años después de aquello, decir, empotrado en las filas de su tropa, y sin guión preconce- por una de esas casualidades de la vida, mientras buscaba datos bido, o sea, improvisando, como si estuviéramos en una cafete- para otro artículo, entre la montaña de papeles acumulados duría pero con la diferencia de las tensiones y sobresaltos que rante tanto tiempo de ejercicio periodístico, apareció el citado conlleva preparar una voladura. Por tanto, aguardamos impa- ejemplar con la entrevista publicada. La releí por curiosidad y, cientes hasta que, por fin, nos convocaron el viernes 17 de no- como se acababa de cumplir un cuarto de siglo de aquel aconviembre para ser testigos en directo de la actividad de esta can- tecimiento, “me picó el gorrino” –que decimos en La Mancha–tera de caliza del Cretácico Inferior. Comparecimos a las diez de la mañana «... MANEJA EXPLOSIVOS Y y comencé a preguntarme qué habría sido de aquella mujer valiente llamada los tres, Marisa, Juan Ángel y yo, en esta DETONADORES CON Lourdes Urbieta después de tanto tiemexplotación situada a 34 km de la capital vasca, en el corazón de la comarca del Duranguesado, territorio histórico de Vizcaya, al norte de la carretera comarcal 6211, de Vitoria a Durango, por el puerto de Urkiola. Íbamos dispuestos a vivir una PRUDENCIA DE MADRE PRIMERIZA, CON SOLTURA Y AGILIDAD FELINA, CON TREMENDA PROFESIONALIDAD. HAY EN SUS ADEMApo. ¿Habrá seguido con su arriesgada profesión? ¿Estará en la misma cantera, o ejercerá en otras? ¿Habrá cambiado por completo de actividad? Etcétera. Pensé que lo mejor sería averiguarlo de primera mano preguntándoselo a jornada especial con Lourdes Urbieta y NES Y EN SU MIRADA SEVE- ella misma e inicié mis pesquisas para sus compañeros, siendo testigos de la espectacularidad de una voladura, que tendría lugar en el borde meridional del farallón calcáreo de la Peña Mugarra, en la ladera del monte Káfraga, a cuyo poniente queda la localidad de Mañaria. RA LA MELANCOLÍA DE LAS ALMAS SOLITARIAS, BAJO LA QUE SE ADIVINA UNA INQUEBRANTABLE VOLUNTAD DE SUPERACIÓN». tratar de localizarla y entrevistarla de nuevo. Seguramente, el único sitio en el que podían darme sus señas era la cantera Amantegui. Así, pues, rebusqué entre mis papeles –“esa leonera”, que decía mi madre; “ese estercolero”,

La cantera de caliza «Markomin-Goikoa»

LA cantera “Markomin-Goikoa” me pareció impresionante hace veinticinco años. Bien se notaba que era una de las canteras privadas más importante del país. Igual que se marcaban en sus farallones las cicatrices de los casi setenta años de explotación, que pronto serán cien. Los recursos geológicos a mediados de los años 90 se elevaban a 123 millones de toneladas, siendo las reservas posibles explotables de 71 millones. La explotación se estaba realizando por banqueo ascendente-descendente y pista LA CANTERA «MARKOMIN-GOIKOA» FUE COMPRADA POR LEÓN AMANTEGUI JÁUREGUI EN UNA SUBASTA, EN 1927. LE viajando en el histórico buque Habana. Al principio de la actividad, la producción se hacía con medios manuales y elementos rudimentarios, ya que no se disponía en la cantera de energía eléctrica ni de ningún tipo de maquinaria. “El prode comunicación entre bancos exterior a COSTÓ 3000 PESETAS. ceso era el siguiente: perforación manual, hueco. De esta forma preveían alcanzar las “maniobra del tiro”, disparo con mecha cotas altas para iniciar un banqueo descendente que permitie- ignífuga y fragmentación de la roca arrancada por picapedrera llegar antes a la situación final de diseño y comenzar inme- ros armados de mazos y martillos. El producto así obtenido era diatamente las labores de restauración, para que al ir descen- destinado principalmente a carreteras y obras de mampostediendo se dejaran los taludes revegetados. ría, efectuándose el porte mediante vehículos de tracción ani-

Si bien sus orígenes se remontan a la Guerra Carlista de mal. Hasta que con la llegada de la energía eléctrica en 1930 1845, la cantera fue comprada por León Amantegui Jáuregui se modernizó el arranque y la trituración”. en una subasta, en 1927. Le costó 3000 pesetas. Cuando la vi- Según recordaba Adrián Amantegui, “la primera cargadora sitamos a finales de 1995 estaba en manos de sus hijos varo- se la compré a Imisa en el año 1955, y me costó 765000 pesenes Adrián y Kepa Amantegui Arteaga, que la heredaron tas; era un modelo Bray que cargaba 500 kg, la primera que se junto a su madre Lucía Arteaga al morir León Amantegui en veía en Euskadi”. Más tarde, en 1987, se propuso comprar un el año 1941. Poco después, los hijos se encargaron de llevar triturador giratorio gigante Allis-Chalmers de 2000 t/h que las riendas del negocio, refundando la empresa en 1970 con la costaba 110 millones de pesetas y con la obra se elevó a 200 denominación de Hijos de León Amantegui, S.A. millones. “Me tacharon de loco por tan fuerte desembolso,

Según nos explicó entonces Adrián pero la inversión fue muy rentable. Yo Amantegui: “Yo nací casi con la cante- Adrián les decía a todos que se dieran una vuelra: un año después de su adquisición, y Amantegui. ta por Europa y comprobaran la cantirecuerdo que de pequeño corría con los dad de carreteras que necesitamos. Acacarretillos de un lado a otro de las insta- baron por darme la razón”. laciones”. Hasta que empezó a trabajar Cuando hicimos el reportaje trabajaen la misma cuando cumplió los 15 ban en la cantera 17 personas, llegando años, después de la Guerra Civil, duran- a 48 si se sumaban los empleados de la te la cual pasó dos años exiliado en Bél- planta de hormigón, capaz de fabricar gica con sus hermanos, a donde llegaron 1500 t/h de productos clasificados. •

El Grupo Amantegui, hoy

EN 2021, la historia de esta empresa familiar afincada en Durango sigue adelante, ya con la tercera generación de la familia Amantegui al mando. Hoy, son los nietos de don León Amantegui Jáuregui, el primero en explotar la cantera, es decir, los hijos de sus hijos Kepa y Adrián, los que mantienen pujante una empresa modélica que se ha diversificado creando o comprando compañías y participando mayoritariamente en otras: a Hijos de León Amantegui, S.A. (1970) se sumó Hormigones Euzko, S.A., en 1976; Morteros y Revocos Bikain, S.A., en 1988; Cantera y Calera de Kobate, S.L. y Hormigones Kobaundi, S.L., en 1993; y Canteras y Hormigones Zalloventa, S.A., en 2001. Más tarde, en 2009, Áridos y Hormigones de Losa, S.L. y Hormigones Askondo, S.L.; y en 2014, Asfaltos y Hormigones Aubide, S.L. Así hasta formar un pujante grupo empresarial que hoy comercializa áridos calizos, hormigones y asfaltos.

Dentro de pocos años cumplirá la compañía su centenario, motivo sobrado de gran celebración. En este largo periodo, desde 1927, ha ido creciendo y superando todo género de vicisitudes, modernizándose constantemente, destinando los recursos económicos generados a dotar a las instalaciones con los avances tecnológicos de vanguardia y con el personal más cualificado, creando puestos de trabajo directos y muchos más indirectos en la zona, atendiendo en extremo a la debida restauración, implantando sistemas de control de la producción para asegurar el cumplimiento de las directivas de productos de construcción y elaborando materiales de altísima calidad, manteniendo el marcado CE para los diferentes tipos de áridos suministrados. Y pendiente siempre tanto de las exigencias del mercado y de sus clientes como de las cada vez más crecientes normativas y exigencias de las Administraciones Públicas en materia de medio ambiente, seguridad y salud, etc. •

Lourdes Urbieta, Marco Antonio Sosa y Adrián Amantegui, en noviembre de 1995. A la dcha., Urbieta disparando la voladura en el frente de cantera con un explosor de condensador.

que dice mi mujer– y encontré las notas, apuntes y algunas fotografías que tomé entonces. ¡Y el teléfono de contacto de la empresa, de veinticinco años atrás! Marqué el número, si bien con pocas esperanzas, pues sería difícil que no hubiera cambiado después del tiempo transcurrido. Fue lo único que tuve que hacer. Para mi sorpresa, el teléfono era el mismo y en la compañía seguía trabajando Lourdes Urbieta, aunque alejada del frente y de los explosivos por la razón de un grave accidente que sufrió en la cantera y que luego expondré.

—Están en ello todos los artilleros. De aquí salgo con novio, seguro. Hoy, que tiene 52 años, le pregunto por el devenir de esta cuestión y compruebo que pronto se cumplió su premonición: en el trabajo surgió el amor. Aún no había pasado un lustro de nuestro encuentro entre peñascos y dinamita a granel cuando Lourdes se casaba con un maquinista de la cantera, que sigue La vida va pasando hoy en la empresa ejerciendo labores comerciales. Ambos tuEntre los datos que anoté en noviembre de 1995 en mi cuader- vieron descendencia, Ekaitz, un niño que cuenta 19 años. no de memorias y recuerdos, figura lo siguiente sobre Lourdes —Mi hijo siente una pasión desmedida por las máquinas y le Urbieta: “Es impresionante esta mujer: su tenacidad, su fuerza, su gusta la cantera. Lo ha mamado desde pequeñito y está esturesponsabilidad. Maneja explosivos y detonadores con prudencia de diando ingeniería industrial. madre primeriza, con soltura y agilidad felina, con tremenda profe- De casta le viene al galgo. Ahora, me intereso también por sionalidad. Hay en sus ademanes y en su mirada severa la melanco- la gente que conocimos en nuestra visita de 1995: su jefe lía de las almas solitarias, bajo la que se adivina una inquebrantable Adrián Amantegui, el encargado de la cantera Benjamín Arvoluntad de superación. Ella es la jefa en el tajo y no veo merma al- teaga, el facultativo Enrique Reina y los demás que aparecen guna por ser mujer entre su forma de pelear en este cuadrilátero pe- en la foto de grupo ante la fogata de los envases del explosivo. dernal y la de sus compañeros masculinos, pues brega con el mismo —Adrián falleció hace poco, en febrero de 2018, a los 89 o mayor brío que ellos. Nunca he creído en esa falacia de la superio- años de edad; Benjamín Arteaga tuvo un accidente y cuando ridad del hombre sobre la mujer. Es más, Lourdes es la prueba empí- se recuperó, se jubiló, muriendo unos años después; Enrique rica de todo lo contrario”. Más adelante, hago constar: “Tiene un Reina, facultativo de minas, también falleció; Ovidio Marrocarácter bonancible, una flor de simpatía y un gran sentido del hu- quí era el artillero de toda la vida, se jubiló, siendo sustituido mor, un natural optimismo y su puntito de picante timidez, una in- por Augusto Alves, que ya estaba en la cantera y es perforista teligencia perspicaz y un espíritu inquieto, lleno de primaveras. Es y el artillero actual, lleva 35 años en la empresa; José Benito delgada como un listón y recia y fibrosa como un purasangre. No Alves era también perforista y artillero y se ha jubilado recienllega a pesar 50 kilos. Es una morena de ojos verdes. De grandes temente; Abel Atucha era maquinista y cambió de sector; Riojos verdes, sonrisa sempiterna y la magia del que pasa por el fuego cardo Iglesias, perforista y artillero, se jubiló hace tiempo; José sin quemarse. Se gana la vida desventrando montañas, naturalmen- Ignacio Salcedo es maquinista y lleva 31 años en la empresa; y te. Y reina sola en el letargo mesozoico de este silencio mineral”. Juan Luis Bernaola era chófer, también está jubilado.

En aquella primera entrevista, Lourdes contaba 27 años, vi- Quise saber cómo ha cambiado la vida en la cantera en estos vía con sus padres en su pueblo natal –hoy vive en Garay– y se veinticinco años, en cuanto a la explotación del mineral. hallaba soltera. Ya sé que no es de mi incumbencia, pero me pregunté cómo era eso posible siendo una chica atractiva y LA ASOCIACIÓN VIZCAÍNA ASECABI, LE RINDIÓ UN —No ha cambiado tanto, pues el proceso sigue siendo parecido, aunque ha mejorado muchísimo la seguridad, la tecestando rodeada de hombres. Quise sa- HOMENAJE EN BILBAO, nología y también el cuidado del medio berlo con la excusa de si, cuando tuviera EN 2016, POR SU ANDA- ambiente. Y algo muy bueno: sigue siennovio, le confesaría la arriesgada actividad que profesaba, rodeada de tierra, pólvora y tracas. Me dijo irónicamente que esa era la causa de que no lo encontrara, pero no había de qué preocuparse. DURA PROFESIONAL Y POR SER UNA MUJER «LUCHADORA Y PIONERA EN EL SECTOR». do una empresa muy familiar; de hecho, aparte de los propietarios, hay familias con varios miembros trabajando como personal de la misma. Quien me sustituyó hace veinte años sigue en el puesto.

Fotografías de noviembre de 1995. De pie, de izda. a dcha., José Benito Alves, perforista y artillero; Lourdes Urbieta, directora facultativa; Marco Antonio Sosa, delegado comercial de la firma de explosivos Ibernobel; Abel Atucha, maquinista; Ricardo Iglesias, perforista y artillero. Agachados: José Ignacio Salcedo, maquinista; Augusto Alves, perforista y artillero; y Juan Luis Bernaola, chófer. Abajo, Urbieta colocando el explosivo en los pozos para llevar a cabo la voladura.

Recuerdo que en aquellos tiempos an- —Sí, me dieron un premio, que daban preocupados por los asuntos admi- agradecí mucho, pero ¿qué merecinistrativos de la cantera. mientos tengo yo, si solo he luchado —Por esa época tramitábamos la con- por lo que me gustaba y por lo que cesión de explotación a 30 años, que nos siempre quise hacer? fue concedida en 1997 con el ingreso en La modestia siempre tiene premio, la Sección C. Esto fue muy importante bien merecido en este caso por ser para nosotros. ejemplo de valentía y dedicación, de

Esa autorización supone una sólida ga- mujer fuerte que fue abriéndose huerantía de poder seguir en el tajo durante co en un mundo de hombres a base muchos años... Larga vida a la cantera... de buen hacer, trabajo duro, constan—La concesión actual de explotación cia y mucha humildad, hasta ganarse es de treinta años, prorrogables por pla- el reconocimiento de todo el mundo. zos iguales hasta un máximo de noventa. —Mi único mérito ha consistido

En cuanto al equipamiento de maqui- en pelear por lo que quiero. naria de movimiento de tierras de la explotación, tengo anotado que la dotación de entonces era de 4 dúmperes, de 80 y 50 Cuando te cae el mundo encima toneladas; 4 cargadoras mineras y 2 retroexcavadoras, aparte La interrogo por un tema delicado que le cambió la vida por de un par de perforadoras de martillo en fondo y en cabeza. completo, le desbarató sus ilusiones y la alejó de la actividad —Perforadoras, ahora tenemos 3; retroexcavadoras, otras 3; que más le gustaba en el frente de cantera. Seguramente para dúmperes rígidos, ya son 5; y seguimos teniendo 4 cargadoras siempre. Seis años después de nuestro encuentro, el 9 de node ruedas grandes. Aparte, contamos con 2 camiones de obra. viembre de 2001, fecha clave en la vida de Lourdes, se le cayó

Cambiando de asunto, encontré en internet que hace cinco el mundo encima, literalmente: un rayo la partió en dos, como años, en 2016, la Asociación de Empresas de Canteras de se suele decir. Estaba junto a su compañero José María ÁlvaBizkaia, Asecabi, colectivo que aglutina a veinte canteras del rez Vega preparando el terreno para las operaciones de carga territorio provincial, le rindió un homenaje en Bilbao por su andadura profesio- «CUANDO ME ALCANZÓ de 2900 kilos de explosivo para volar 30000 toneladas de roca caliza. nal, por ser una mujer “luchadora y pio- EL RAYO, NO ME ENTERÉ —Divisamos nubarrones en el monte nera en el sector”, y le entregó el Premio Piedra y Vida como “ingeniera técnica de minas y primera directora facultativa en una cantera vizcaína, con más de dos décadas de experiencia”. Le pregunto por este asunto, un orgullo para ella, supongo. DE NADA. ME RECOGIERON OTROS ARTILLEROS QUE ESTABAN CERCA Y CREYERON QUE ESTABA MUERTA». Oiz y nos imaginamos que venía tormenta. Como lo peligroso en estos casos suelen ser los detonadores, los alejamos de nosotros y quisimos terminar lo antes posible con la voladura controlada que preparábamos, para marcharnos a casa.

Lourdes Urbieta tuvo que cambiar por fuerza mayor el manejo del material explosivo por la no menos arriesgada

No les dio tiempo. actividad de las auditorías. Sobre las diez y media, el cielo panza de burro soltó unos copos y entre ellos un veneno mortal: les envió sin avisar una luz cegadora que cayó sobre los facultativos en forma de descarga eléctrica. Un rayo no es cosa menor, esa chispa cruza el cielo rauda y cae en tierra a capricho y con el rumbo esquivo de una mariposa letal, envuelta en una temperatura de miles de grados y millones de voltios. El rayo alcanzó de lleno a Lourdes, le entró por el cuello, le traspasó el cuerpo y salió por el empeine del pie derecho. Cayó fulminada. Tenía 33 años y es- Aparte del susto y la zozobra de lo vivido, el rayo le dejó de taba embarazada de cuatro meses. Esto nadie lo sabía. recuerdo secuelas de las que no se iba a librar tan fácilmente. —No me enteré de nada. Me recogieron otros artilleros que —A raíz del accidente estuve dos años de baja, mucho tiemestaban cerca y creyeron que estaba muerta. po en una silla de ruedas, luego con muletas y yendo a rehabi-

En una travesía angustiosa, trasladaron a los dos en un todo- litación para poder recuperar la pierna. Tuve que aprender a terreno hasta la puerta de la explotación, a más de un kilóme- andar de nuevo. tro de distancia, donde ella fue asistida por un equipo de emer- Cuando lo logró, gracias a su voluntad inquebrantable, angencias y trasladada por una UVI móvil hasta el hospital de siaba volver a su escenario natural: la cantera, para sentir el Cruces, donde ingresó con pronóstico muy grave en la Unidad pálpito del cielo y la tierra juntos de nuevo. Mas no pudo ser, de Grandes Quemados. la pierna afectada retuvo cierta incapacidad y hubo de reciclar—Me desperté en una camilla rodeada de luces y tubos por se en labores alternativas. todas partes. Sufría graves quemaduras y perdido la sensibilidad —Acostumbrada al exterior, estar ocho horas metida en la en las piernas porque el rayo me había quemado los músculos. oficina se me hizo cuesta arriba al principio. Tuve que renun-

Los médicos le abrieron en canal la pierna derecha para evi- ciar a las voladuras y me dediqué a temas de calidad y a las autar que se gangrenara. ditorías en la empresa, un trabajo de menos acción, pero tam—Un mes y dos operaciones después, pude abandonar por bién muy importante. fin el hospital. En cuanto a su compañero José María Álvarez, el pepinazo le

El susto debe ser de los que hacen época, pero afortunada- dejó también malherida una pierna, aunque con secuelas memente sobrevivió al fuerte impacto y su estado fue evolucio- nos serias que a Lourdes, y fue recogido por otra ambulancia. nando favorablemente, dentro de la gravedad. Incluso el bebé Por si no fuera suficiente haber sido alcanzado por un rayo, el salió indemne de la acometividad salvaje de la naturaleza. vehículo medicalizado que le trasladaba sufrió un accidente —Según el resultado de las ecografías, no había sufrido nin- cuando se dirigía al hospital. gún percance, se movía y le latía el corazón. —La ambulancia se salió de la calzada a pocos metros de la

Ella salvó la vida gracias a que estaba mojada y no llevaba cantera, al patinar en una placa de hielo. puestas las botas de seguridad sino unas de monte. La suela me- Una dotación de Ayuda en Carretera evacuó finalmente al tálica hubiera sido mortal. También influyó en su superviven- trabajador al hospital de Cruces con lesiones de pronóstico recia su complexión delgada y fuerte, fruto de su físico espigado y servado. Las heridas debieron ser más morales que físicas, porde los duros acarreos del tajo. El rayo dobló el junco pero no lo que, según Urbieta: quebró. Aún así, la descarga eléctrica la lanzó a varios metros —José María Álvarez Vega, tras recuperarse, buscó nuevos de distancia, hasta el borde mismo del talud, donde quedó horizontes laborales, pero “por amor”. inerte y asomada a un vacío de veinte metros. Tuvo mucha suerte. Unos meses después, en abril de 2002, recuperada de las quemaduras, tras las operaciones y diLOURDES URBIETA ANSIABA VOLVER A SU ESCENARIO NATURAL: LA Llega la triste hora de la despedida y digo adiós a Lourdes deseándole larga y dichosa vida. Lo más difícil ya lo ha hecho: sobrevivir. Antes de terminar, la pregunta ferentes injertos en la cabeza y en la pier- CANTERA. MAS NO PUDO del millón: ¿Sueñas con las voladuras? na, alumbró a su hijo sin problemas. —Estuve acongojada hasta el mismo día del parto, pero cuando nació y vimos que estaba bien, fuimos felices. Le pusimos de nombre Ekaitz, que en euskera significa “tormenta”. SER, LA PIERNA AFECTADA RETUVO CIERTA INCAPACIDAD Y HUBO DE RECICLARSE EN LABORES ALTERNATIVAS. —Desde luego, pero cada vez menos. Cuando te ocurre algo así, te cambia el chip: te tomas las cosas con un poco más de filosofía, valoras más lo que tienes y lo que de verdad importa. Te sientes más afortunada. •

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