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NUTRICIÓN ACEITADA

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NOTICIAS DE BRASIL

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En los últimos años ha crecido el uso del Nan

como una herramienta para predecir el apor

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te de N por mineralización; existe una idea de cuál es la magnitud en cada fecha de siembra para las principales zonas de la región pampeana. Permite ser sumado al contenido de N en el suelo y redondear una mejor estimación de la oferta del nutriente.

A la hora de saber si conviene o no refertilizar el cultivo, podemos recurrir al análisis del índice de suficiencia de nitrógeno (ISN), que no es más que evaluar índices de nutrición nitrogenada a través de herramientas como los clorofilómetros (Minolta Spad) o imágenes de NDVI, y se compara con una franja sin limitantes de N. Cuando el ISN es muy alto y mayor a 0.95, en general la probabilidad de tener respuesta a la refertilización en –máximo- 10 hojas, es acotada. De 0.85 hacia abajo las chances crecen. Eso sí, el diagnóstico hay que hacerlo en 4-6 hojas.

La ventana de aplicación de N va desde la

emergencia del cultivo hasta 6-10 hojas. En este sentido puede ser útil fraccionar la dosis, sobre todo en esquemas de alto rendimiento con aporte elevado, con lo cual se reducen las pérdidas por lavado, en especial en planteos de maíz temprano. Siempre hay que agregar una cantidad significativa a la siembra, y para la segunda fracción en V4-V6 ver si conviene aumentar lo que habíamos planificado. POCO MÓVIL En cuanto al P, tenemos una buena herramienta en el método del P extractable y nos da una acertada correlación con las respuestas esperables a la aplicación del nutriente. Con niveles de 16-20 ppm enfrentamos una situación con adecuado valor de P Bray, y arriba de 20 ppm las probabilidades de respuesta son escasas. Lo que sigue es ver cuál es el criterio que queremos aplicar. Podemos utilizar una dosis de P equivalente a lo que remueve el cultivo. También hay curvas de enriquecimiento y mantenimiento de P que dan la dosis en función del contenido del suelo. Con ellas nos acercamos con el tiempo a los niveles de suficiencia antes indicados (16 a 20 ppm). El esquema de respuesta económica implica aplicar dosis más bajas. Como principio, el P se suele poner a la siembra de forma localizada, por debajo y al costado de la semilla para evitar fitotoxicidad. Esto es más importante en perfiles con dotaciones reducidas. Cuando la disponibilidad del nutriente es mayor, no hay tanta diferencia con la aplicación al voleo.

Claudio Gianni

ANÁLISIS DE SUELO

Es el punto de partida. En general para nutrientes móviles como nitratos y sulfatos lo llevamos a 60 cm y para fósforo (P) se trabaja en la capa de 0 a 20 cm, con una mayor intensidad de toma de muestras; es decir, con 40-50 submuestras, para que tenga valor representativo. Es mejor hacer esto cada dos años que tomar 20-25 submuestras todos los años.

Fuente: Aapresid

Para Martín Torres Duggan es clave lograr una eficiencia en la aplicación del nutriente, maximizando el impacto y acotando pérdidas.

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