Mamás y papás que pueden con todo, ¡qué remedio!
Vamos a por el segundo fin de semana de la realidad, ¡todo un triunfo! Nuestros peques han completado ya una nueva semana de clases, han comenzado con los primeros deberes y empiezan a aplacar al terrible llanto que suele acompañar a la vuelta al cole. Poco a poco dejamos atrás las vacaciones de verano y la vida vuelve a pintarse de normalidad. ¡Es agotador! Cada día, muy tempranito por la mañana, los héroes de la casa se visten de papás y mamás para luchar contra viento y marea por convertir un día normal en un día feliz. Hay que pelear contra el sueño, la pereza, el cambio de rutina… y llegar a tiempo al cole. Luego, el siguiente reto del día: cambiar el uniforme de superhéroes por el de profesionales trabajadores que rinden en sus puestos de trabajo como si hubieran dormido todo lo que quisieran, aunque la realidad sea bien distinta. Y no conforme con eso, la vida nos pide que seamos profes para ayudar a los pequeños con sus deberes, médicos si se sienten enfermos y cocineros express preparando meriendas y cenas .