El profesor Segal debió de acercarse mucho a la verdad ya que -según la información publicada por el diario británico Sunday Express- dos funcionarios de la embajada estadounidense visitaron al científico en su domicilio para interrogarle sobre lo que sabía y pensaba de la enfermedad. También se le inquirió
encontrado un cierto predicamento. La televisión alemana dedicó un amplio reportaje de sus trabajos, y publicaciones tan prestigiosas como Stern o Der Spiegel se han interesado por su figura a través de sendas entrevistas. Sin embargo, y a pesar del alcance de los datos aportados en el libro de Segal, sola-
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El origen del SIDA
Henry Kissinger (der.), político germano-estadounidense de origen judío que tuvo una gran influencia sobre la política internacional, no solo de EE.UU. Ejerció como secretario de Estado durante los mandatos presidenciales de Richard Nixon (izq.) y Gerald Ford, jugando un papel preponderante en la política exterior de EE.UU. entre 1969 y 1977 y fue consejero de Seguridad Nacional durante todo el mandato inicial presidencial del primero.
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Fuente: http://www.proyectopv.org/1-verdad/origensida.htm (2016.02.11)
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to se da una de esas "casualidades" de las que tanto
asociada a cánceres de los tejidos blandos, como el de próstata, el de mama o los linfomas todos ellos comúnmente achacados a la exposición a contaminantes químicos y ambientales o a la acción de toxinas de origen artificial. En relación con el proyecto MK-Naomi, el director de la CIA, William Colby, admitió que el interés de 4/8
la agencia en el armamento bio-
Fort Detrick: el paraíso de Maquiavelo
entre los reclusos fue seguramente lo que provocó que estos colectivos hayan sido los más castigados por la enfermedad desde que en 1979 aparecieran los primeros casos entre la comunidad homosexual
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nadie se haya tomado la molestia de comprobarla, a pesar de lo relativamente fácil que sería contando con los servicios de un laboratorio bien equipado. Si el científico alemán está en lo cierto y el VIH no es sino una suma genética de otros dos microorganismos, esa operación podría ser reproducida tantas veces como se deseara, lo que corroboraría su exposición. Sin embargo, nadie ha tenido la suficiente "curiosidad científica" como para intentar comprobar por sí mismo si esto es posible. Esta circunstancia se convierte en especialmente sospechosa al aparecer en escena una teoría como la de Duesberg, cuyo fin último sería el cerrar para siempre el debate sobre el origen del virus. Llegados a este punto, uno no puede menos que plantear una pregunta impertinente: ¿cuál es la misteriosa razón que ha llevado a que las teorías de Duesberg y Gallo, sin comprobación experimental posible, hayan sido profusamente divulgadas a través de los medios de comunicación, mientras que la hipótesis del Dr. Segal, cuya comprobación experimental sería relativamente sencilla, ha sido sistemáticamente ignorada? En este caso no se puede hablar del rechazo que la comunidad científica y los medios de comunicación puedan sentir ante una postura heterodoxa, ya que la teoría de Duesberg, que niega la existencia misma del virus, es bastante más extravagante que la del Dr. Segal, quien sólo sospecha de su origen. No creemos que vayan por ahí los tiros. Si se ha calumniado y enterrado profesionalmente al Dr. Jacob Segal ha sido por apuntar la posibilidad de que se hubiera producido una conspiración cuyo alcance haría que el asesinato de Kennedy fuera en comparación una mera novatada de estudiantes. De hecho, en el propio legislativo norteamericano, hay quien ha contemplado seriamente esta eventualidad, como el congresista neoyorquino Theodore Weiss, famoso por su defensa de los derechos homosexuales, quien en un discurso parlamentario pronunció las siguientes palabras: "Dadas las actitudes que frente a la homosexualidad y los homosexuales demuestran ciertos sectores de nuestra sociedad, la posibilidad de que se haya empleado armamento biológico debe ser seriamente observada". ¿Llevaba el congresista Weiss demasiado lejos sus conclusiones? Es posible, pero las estadísticas pare6/8
cen darle la razón. A pesar de que potencialmente cualquiera puede ser víctima del sida, esta enfermedad se ha cebado con especial saña en sectores muy definidos de la población, como los homosexuales, los toxicómanos y los africanos, convirtiéndose en la primera epidemia de la historia que selecciona socialmente a sus presas. El cincuenta por ciento de los 210.000 casos de sida documentados en los Estados Unidos durante 1992 eran afroamericanos y el 31% hispanos, nativos o asiáticos, cuando estos colectivos apenas forman el 12% de la población norteamericana. Pero vayamos un poco más lejos. A escala mundial, la desproporción entre blancos y otras razas es mucho mayor que en los EE.UU. Esta enfermedad se está convirtiendo en una forma de "genocidio natural" que hubiera sido la envidia de los jerarcas nazis. Las poblaciones de otras razas están siendo diezmadas mientras que los blancos permanecen relativamente incólumes, o por los menos, los blancos moralmente sanos. Esto llamó poderosamente la atención de Steven Thomas, investigador de salud pública en la Universidad de Maryland, a escasos kilómetros de las instalaciones de Ford Detrick: "La gente quiere saber. ¿Ha sido producido por el hombre? ¿es una forma de genocidio? ¿Son ciertas las estadísticas? Actualmente estamos en posesión de datos suficientes como para afirmar que la falsificación de las estadísticas gubernamentales respecto al sida es un hecho real y que la creencia de que esta enfermedad es una forma de genocidio es también real". Esto es llegar mucho más lejos de lo que hizo el Dr. Segal con sus teorías. Tal vez sea mejor seguir pensando que estamos ante un microorganismo desconocido o, como mucho, frente a las catastróficas consecuencias de un incidente de laboratorio. Lo contrario sería suponer que desde los tiempos de la cámara de gas y el horno crematorio sólo se ha avanzado en crear medios cada vez más maquiavélicos de exterminar a nuestros semejantes. Como último comentario recordemos que el gobierno racista de Sudáfrica se planteó crear un virus que sólo afectara a personas de un determinado grupo genético. Entre los que se barajó el color de los
ojos y la clase y color del pelo. Este proyecto era mucho más selectivo que el "pri-
mitivo" virus del sida. Y no produciría víctimas colaterales no deseadas.
Largo expediente de bioterrorismo En el año 2011, el ex presidente de Guatemala, Álvaro Colom, denunció que Estados Unidos inoculó enfermedades venéreas en 696 guatemaltecos durante 1946 y 1948. Ante semejante escándalo, lo único que dijo
década de los 70, EE.UU. desarrolló la Operación Mangosta. La CIA inoculó en Cuba distintos virus como Epifitia Roya de la caña para afectar distintas
confiesa que era totalmente falso que Irak tuviera armas de destrucción masiva y que simplemente era una excusa para invadir y saquear a ese país.
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Este hecho generó innumerables interrogantes, pero también dejó al descubierto el perverso mundo de las guerras biológicas de Estados Unidos y Gran Bretaña. Aunque las Convenciones sobre Armas Químicas y
de las poblaciones. La reducción de la tasa de natalidad ha demostrado ser imposible o insuficiente. Por consiguiente, debemos aumentar la tasa de mortalidad. ¿cómo? Por medios naturales. El hambre y la enfermedad”.1 1
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Los peores experimentos con humanos realizados por EE.UU. (2016.02.11)