La multiculturalidad, la herencia española y de otros países reafirman una superposición de elementos extranjeros insuficientemente combinados como nación incompleta que convive sin fusionarse aún, sin entenderse del todo. Principalmente la religiosidad, que desde la conquista el culto católico – occidental se superpuso a los ritos indígenas, sin absorberlos más que a medias.
En la actualidad, como estado Laico y producto de ésta fusión religiosa existen muchas expresiones de devoción, actos de fe, fiestas paganas – religiosas, templos de salvación eterna, centros de idolatría. Según el historiador Javier Prado “Una teología vulgar – un dogmatismo formalista, mezcla confusa y abrumadora de las doctrinas peripatéticas con el ergotismo eclesiástico” Todo eso al parecer nos da la impresión de la idealización de un dios propio, un dios nacional, un dios del Perú.