VERSIÓN PARA CEIP DIEGO REQUENA: ADELA GARCÍA NAVALÓN
Ramón, era un dragón muuuuuuy tragón. Podía comerse medio zoológico al día. Hasta que se dio cuenta de que no podía seguir comiendo tanto, porque estaba tan gordito, que ya no cabía en su cueva y no podía volar. Un buen día, el dragón Ramón decidió ponerse a dieta. Sí, sí, cómo lo estáis oyendo. ¿Y sabéis que comió…? ¡Una aceituna!
Y cuando la aceituna llegó al fondo de su gran barriga: “Se armó la gorda”. A Ramón le empezó a doler tanto la tripa, que no tuvo mas remedio que llamar al estrafalario Doctor Cremallera (conocido así porque a todos sus pacientes les ponía una cremallera y así poder sacarles todo lo que se olvidaba dentro de ellos)
Cuando le puso la cremallera y la abri贸, de la barriga de Ram贸n sali贸 un elefante que se quejaba de fuertes golpes en la barriga.
El doctor le puso una cremallera y ¿sabéis qué salió de su barriga?...Un león, que se retorcía de dolor.
El Doctor cremallera no daba crédito. “Pero cáspita” repetía una y otra vez. En fin, le colocó una nueva cremallera al león y de él salió un águila dolorida.
Del águila salió un gato que le pedía por favor al doctor que se diera prisa, porque algo le arañaba por dentro. Así que el gato también tuvo su cremallera.
Y al abrirla, sali贸 un ratoncito, que con gritos muy agudos ped铆a ayuda, porque algo estaba saltando en su barriga.
“Pero cáspita” repitió el Doctor. Del ratón salió una rana, que dando saltos se quejaba porque tenía algo en la barriga.
¿Sabéis lo que salió de la rana? Pues el hueso de la aceituna, que era la que había provocado todo este jaleo.
Pero si algo bueno salió de toda esta historia, es que nuestro amigo, Ramón, se quedó tan delgadito que ya no tuvo problemas para volar. Y colorín, colorón, por la chimenea volando se escapó el dragón.
Adela García Navalón