Monicongo 2014

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PARTICIPACIÓN DE LOS ALUMNOS DE 6º B DEL COLEGIO “DIVINO MAESTRO” DE ARGAMASILLA DE ALBA EN EL CONCURSO DE POESIA Y CUENTO ESCOLAR “MONICONGO” ORGANIZADO POR EL GRUPO LITERARIO “ALDABA”


POEMA A DON QUIJOTE Una dulce locura o una enfermedad mental ¡qué dirían los médicos de ahora si te pudieran tratar!. Vivir como tú vivías en un sueño continuo, imaginarte esas batallas luchando contra molinos. Tu fiel escudero te sigue en tus locuras añoradas Sancho Panza iba contigo donde la batalla se librara. Un corcel te imaginas que es tu delgado caballo Rocinante lo bautizas para ir en su lomo montado. Todo lo que viviste en tontas aventuras dan lugar a un libro que marcó la lectura. Salvador Romero Moreno


Tal para cual: Don Quijote y Sancho Erase Don Quijote , que para subirse al caballo se subía a un pivote. Era un gran lector y también era valiente porque se enfrentó al malvado combatiente. Buscaba a su amada Dulcinea Según él, la más bella. Viajaba con su escudero, que estaba un poco relleno Y también con su caballo que, corría como un rayo. Su escudero Sancho , se construyo un rancho Allí tenía sus animales que estaban tan campantes

Francisco Manuel Romero


DON QUIJOTE Y SU PRIMERA AVENTURA Aquí empieza la primera aventura de Don Quijote donde conoció a Sancho Panza. Hacia el año 1547 Don Quijote empezó su primera aventura en el río Guadiana donde encontró una piedra, la "Piedra de los Deseos". Era una piedra bastante curiosa, pues nunca la había visto. La cogió y se la llevó para investigarla algo más. Por la noche cuando volvió a su casa con su caballo Rocinante, buscó en sus libros las piedras más curiosas y raras que existían. Encontró muchas pero ninguna igual que esa. Como no tenía a nadie que supiese algo así, fue a la mañana siguiente a la casa de Don Fermín, que sabía de piedras extrañas. Don Fermín dijo que era la Piedra de los Deseos, ya que él sabía mucho de piedras raras. Don Quijote sorprendido por lo que le había dicho su amigo llegó a casa y sin decirle nada a su amada Dulcinea se encerró en su cuarto. Al día siguiente Don Quijote pidió un deseo para ver si se le concedía. Al estar tan solo con sus libros, su caballo y su amada decidió que tenía que tener a alguien más, a alguien con quien compartir sus aventuras. Entonces deseó tener a un fiel amigo para siempre. Salió otra vez a pasear por el río y apareció Sancho Panza, un escudero relleno de cuerpo y bajo de altura. Don Quijote y Sancho Panza estaban ambos asustados pero poco a poco se fueron conociendo y a las varias semanas comenzaron su primera aventura juntos. Así es como Don Quijote conoció a Sancho Panza, en el río Guadiana de su pueblo, Argamasilla de Alba.

Tania Parra Moya


Don Quijote recupera el juicio

Don Quijote aquel alocado hombre de complexión delgada y cara afilada. ¡Cuántas batallas vivió junto a Sancho recorriendo tantas ciudades y tantos pueblos!¡Cuánto vivieron los dos! Don Quijote siempre dispuesto a todo y nada le daba miedo. Un día se levanto enfermo, con mucha fiebre, una fiebre que le duró seis días y debió estar en la cama. Cuando despertó, se dio cuenta de que tenía juicio, ya no estaba en la ignorancia que había vivido con la lectura de tantos libros de caballeros. Entonces les dijo a todos los que estaban allí que le felicitasen que ya no era Don Quijote De La Mancha sino Alonso Quijano. - Me avergüenzo de todas las historias y todo el peligro que he tenido al haber leído esos libros de aventuras- dijo. Hizo su testamento y dijo que pagarán con su dinero todo lo que había dejado a deber en sus muchas aventuras y lo que sobrase se lo dieran a Sancho. Le pidió perdón por haberlo hecho pasar por loco igual que él. Sancho llorando le dijo: - No sea perezoso y levántese de esa cama y vamos al campo vestidos de pastores. Dejo su hacienda a Antonia Quijano, su sobrina. Se desmayó y duró 3 días que vivió desmayándose a menudo. Llegó el fin de Don Quijote. Así murió Don Quijote de la Mancha. El autor de sus historias y hazañas no quiso poner en lugar donde murió, para que todas las villas y lugares de la Mancha se disputasen entre sí ese honor.

Mireia Rodríguez Sánchez


Don Quijote, Sancho y Sonchu. Después de su última aventura, Don Quijote y Sancho y sus fieles corceles que les transportaban por todos los lugares estaban dispuestos a empezar otra aventura. Una mañana fueron en busca de algo de alimento y de repente se encontraron en un pacífico establecimiento en donde pidieron un poco de comida y agua para ellos y sus corceles. Entonces, detrás de la barra se situaba un hombre muy parecido a Sancho y díjose Don Quijote : -¡Vaya ,este hombre se parece muchísimo a mi grandioso y fiel escudero! Entonces aquel hombre levantó la cabeza y dijo a todo pulmón: - ¡Sancho, mi fiel hermanito pequeño! Entonces, Don Quijote y Sancho se quedaron más que extrañados y dijeron a coro: ¿Hermano?! Entonces, después de un grandioso rato interminable, Sonchu les explicó su vida, que en la infancia los habían separado sus padres porque no podían alimentarlos a los dos y habían dado a Sancho en adopción, y comprendieron muchísimas cosas y le hicieron un gran número de preguntas como: Cuál era su nombre, cómo es que él sabía que ellos eran hermanos, etc. El les dijo que se llamaba Sonchu y que sabía que eran hermanos porque se acordaba del tiempo que habían vivido juntos porque él era mayor y se le había grabado la cara de su hermanito en la mente. Desde aquel día no fueron solo Don Quijote y Sancho, sino que fueron Don Quijote ,Sancho Panza y Sonchu Panza.

Guillermo Salazar


Don Quijote y la orden de los caballeros Don Quijote y Sancho Panza, iban a Toledo, para una reunión, de caballeros, en la que se nombraría, a un nuevo caballero, llamado Don Fernando Quijano. Don Quijote y Sancho Panza tardaron cinco días en llegar a Toledo. Allí se encontraron a cientos de caballeros y sus escuderos. Cuando entraron vieron a Don Fernando Quijano, era un hombre joven y musculoso. Don Quijote estalló de rabia y dijo: -¡Es imposible que un jovenzuelo como ese sea un futuro caballero! Todos los caballeros le oyeron, y todos sacaron las armas, parecían tan enfadados que Don Quijote se enfrentó a todos ellos. Sancho hizo lo que cualquier escudero no haría, salió corriendo tan rápido que Don Quijote no tuvo tiempo de huir detrás de Sancho. Aquel combate no duro ni medio minuto, porque aunque Don Quijote derribó a cientos de caballeros, el cocinero le dio un sartenazo por la espalda. Cuando Don Quijote despertó del golpe, estaba tumbado en la cama con Sancho Panza al lado leyendo una carta de la Orden De Caballeros, que decía que Don Fernando Quijano fue nombrado caballero después de que vencieran a un caballero loco llamado Don Quijote. Cuando Don Quijote, se dio cuenta de lo que leía su propio escudero, cogió su espada que estaba apoyada en el respaldo de la cama, y persiguió a Sancho Panza por toda la casa. Cuando llegan a la cuadra de Rocinante el mismísimo caballo de Don Quijote, al cual le da tal coz que pierde el conocimiento.

Iván Rodrigo Sánchez


Don Quijote en la posada

Al despuntar el alba, Don Quijote, que se hallaba cerca de la rivera de un río, junto a su inseparable y fiel escudero Sancho, emprendieron el camino juntos. Pasaron varias horas y tanto Sancho como Don Quijote estaban muy cansados, entonces vieron en el horizonte una humilde posada pero Don Quijote, en su locura, lo confundió con un ostentoso palacio. Al entrar en la posada Don Quijote creyó que el posadero era el rey y todos los huéspedes eran condeses, marqueses… Y dijo: -Su majestad, tendría la clemencia de hospedarnos en su magnífico palacio. El posadero viendo su locura no se lo negó. Entonces entraron en la estancia dos individuos y Don Quijote, confundiéndolos

con dos ladrones,

empezó a embestirlos con su lanza. Las dos personas para defenderse lo tiraron al suelo y Sancho

intentó

calmarlo pretendiendo

hacerle ver que

no eran ladrones aunque no pudo conseguirlo, así que se lo llevó de la sala. En aquella posada durante la noche, don Quijote oyó la voz de una moza que necesitaba ayuda y él corrió raudo a ayudarla creyendo que era una bella princesa. Llegó donde estaba la muchacha y ella le dijo que necesitaba un saco de harina y él creyendo que tenía que darle una de sus coronas intentó fuerza

complacerla. Don Quijote al no emplear la suficiente

se cayó con el saco de harina encima. Sancho al verle así le quitó

el saco de harina pero Don Quijote todo blanco pensó que le había poseído el fantasma del palacio. Sancho consiguió llevárselo a la habitación para que descansara

tranquilizándolo y convenciéndolo de que solamente estaba

manchado de harina. Al día siguiente, Don Quijote no podía moverse de la cama por las dos caídas y por el saco de harina que le aplastó, aunque él seguía en su locura pensando que era culpa del fantasma del palacio.

Ana Marilia Parra Gabaldón


Don Quijote en las Lagunas de Ruidera Había una vez un noble caballero, llamado Don Quijote de La Mancha, el cuál siempre estaba pensando en locuras. Un día decidió ir a las Lagunas de Ruidera acompañado de su amigo Sancho Panza. Cuando llegaron vieron unos patos muy bonitos chapoteando en el agua, pero Don Quijote, como siempre, estaba con sus locuras y pensó que eran niños ahogándose en el agua y no supo distinguir que eran patos chapoteando. Don Quijote se metió en el agua a salvar, según él, a los niños. De repente Sancho le dice: - ¿Qué hacéis Don Quijote? ¡Vais a asustar a los pobres patos! Don Quijote le contesta: -¡Qué dices, si son niños ahogándose en la laguna! Finalmente Sancho vio a unos barqueros que estaban por allí y les pidió que por favor salvasen a Don Quijote, porque no sabía nadar. Al salir, Sancho les dio las gracias por haber salvado a su amigo. Don Quijote estaba inconsciente y lo llevaron a una posada. Allí lo trataron muy bien, y cuando despertó le preguntó al posadero que lo atendió, que si había salvado a los niños y éste, con amabilidad, le explicó que se había confundido y que lo que había visto eran unos preciosos patos que nadaban en la laguna. Y para que se quedara más tranquilo le dijo que cuando se recuperase irían a verlos juntos. Lucia Serrano Serrano


Don Quijote y su desgracia

Iba una vez el hidalgo con su escudero llamado Sancho Panza. El hidalgo iba en busca de una bella y preciosísima Dulcinea del Toboso. Pero en el camino, el hidalgo pasó una gran aventura con un montón de desgracias. El primer día que salió en busca de Dulcinea del Toboso fue apaleado por un ejército que iba a una guerra muy cerca de allí y claro, el hidalgo se pensó que eran un montón de gorilas y lo apalearon. Su siguiente desgracia fue cuando un día su escudero Sancho Panza tuvo una gran enfermedad y el escudero no pudo seguir cabalgando con Don Quijote, el hidalgo tomó la decisión: iré yo solo a por mi bellísima Dulcinea del Toboso. Pero al día siguiente “tras cataplás”, las cosas se empezaban a torcer porque Don Quijote al ver a un caballero que andaba hacia palacio se pensó que era un lobo y el hidalgo lo atacó y el hidalgo salió con la lanza clavada en la espalda. Cuando llegó a su destino, un par de hombres de una mafia le apuñalaron justo cuando estaba llegando. El hidalgo se levantó del suelo y dijo:-Voy a seguir mi destino. Y llegando a donde estaba la bellísima Dulcinea del Toboso le dijo ella: -Tú eres un escudero desgraciado y yo no amo a escuderos desgraciados. Andrés Caro Gómez


Don Quijote y Dulcinea

En un lugar de la mancha de cuyo nombre no me quiero acordar, vivía un caballero que se llamaba Don Quijote de la Mancha y su mujer que se llamaba Dulcinea, que siempre vivían aventuras juntos. Un día Don Quijote y Dulcinea estaban paseando por el bosque. Estaban muy tranquilos hasta que oyeron un ruido no muy normal, pero no le dieron importancia y siguieron caminando hasta que otra vez oyeron el mismo ruido y vieron unas sombras muy grandes detrás de los árboles y decidieron ir a ver qué era esa cosa. Cuando llegaron detrás de los árboles vieron un montón de gigantes comiendo, bebiendo, bailando, y algunos peleándose. Don Quijote y Dulcinea se asustaron y gritaron. Ellos pensaron que los gigantes no los habían oído, pero se equivocaban, los gigantes los oyeron. Don Quijote y Dulcinea salieron corriendo, pero no les sirvió de mucho, porque en segundos los cogieron. Los gigantes los llevaron ante su rey y los tiraron al suelo. El rey los miró a los dos de arriba abajo. Don Quijote y Dulcinea estaban muy asustados. Cuando el rey decidió que haría con ellos habló con algunos gigantes: - He tomado una decisión- dijo -¿Qué harás con nosotros?- pregunto Don Quijote. - Como es la primera vez que habéis venido a mi reino os dejaré marchar, pero con una condición- dijo el rey. -¿Cuál?- preguntaron Don Quijote y Dulcinea a la vez. Que no volváis a pisar nunca más mi reino- dijo el rey. Don Quijote y Dulcinea asintieron y el rey los dejó salir. Cuando salieron de aquel terrible lugar los dos respiraron y se fueron a casa. Cuando estaban ya en su casa Don Quijote pensaba que ese día había sido un día con una gran aventura y Dulcinea pensaba lo mismo, y los dos estaban contentos de que estuvieran vivos y a salvo en su preciosa casa.

Nerea Treviño Rodríguez


Don Quijote y las vacas

Iban Don Quijote y su gran amigo Sancho Panza en busca de aventuras cuando

llegaron a un pequeño pueblo. Sus habitantes

recibieron a Don Quijote y a Sancho con mucha alegría. Cuando se dirigieron al centro del pueblo, Don Quijote se fijó en un pequeño cartel, Don Quijote se acercó para leerlo. Don Quijote leyó que se buscaban una banda de bandidos enmascarados con máscaras de color blanco y negro que tapaban sus ojos y también leyó que la recompensa por capturarlos eran nada más y nada menos que 500 reales. En cuanto Don Quijote le comunico a Sancho su nueva aventura partieron del pueblo. Llevaban 3 horas caminando cuando se encontraron con unos pastores y su rebaño de vacas Don Quijote se fijó en las manchas de las vacas y las confundió con las máscaras del grupo de bandidos y nada más comunicar a Sancho que allí los bandidos estaban Sancho le respondió que esos no eran bandidos si no vacas pero Sancho no había terminado su frase y Don Quijote ya estaba arremetiendo contra las vacas y en cuanto los pastores se dieron cuenta de que Don Quijote arremetía contra su ganado sacaron sus palos y sus escopetas y atacaron a Don Quijote y entre las coces de las vacas y los palos de los pastores Don Quijote salió volando y mientras los pastores se marchaban riéndose de Don Quijote Sancho Panza intentaba socorrer a Don Quijote diciéndole que ya le había avisado del peligro que corría . Y así termina no muy bien otra aventura de Don Quijote.

Luis Rubio Román


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