Revista de Estudiantes de Sociología SIGMA

Señor que no me encuentra busque un poco mueva la mano desarrime el pie busque en su suerte en todos los rincones piense en las muchas cosas que no fue Le vendo la pobreza es una insignia en la solapa puede convencer qué cosas raras pasan en el mundo usted tiene agua yo no tengo sed Tiene su cáscara su Dios su diablo su fe en los cielos y su mala fe Lo tiene todo menos la pobreza si no la compra llorará después Va como propaganda como muestra quizá le guste y le coloque cien

Pobreza sin los pobres por supuesto ya que los pobres nunca huelen bien Pobreza abstracta sin harapos pulcra noble al derecho noble al revés pobreza linda para ser contada después del postre y antes del café Señor que no me mira mire un poco yo tengo una pobreza para usted Mejor no se la vendo le regalo la pobreza por esta única vez.

Mario Benedetti

REVISTA SIGMA . n° 10. Bogotá D.C. Colombia Universidad Nacional De Colombia

Señor que no me mira mire un poco yo tengo una pobreza para usted limpia nuevita bien desinfectada vale cuarenta se la doy por diez

REVISTA DE ESTUDIANTES DE SOCIOLOGÍA

SIGMA No. 10 Primer semestre de 2009 Catalogación en la publicación en la Universidad Nacional de Colombia Sigma No. 10 2009. /ed. Jorge Andrés Pinzón Rueda Christian Camilo Rodríguez Herrera...[et. al.]- Bogotá – 2009. 104 p. ISSN 2011—9437.

1. Sociología 2. Revistas Estudiantiles 3.Factores de desarrollo social.

4. Pobreza estudios.CDD-21 301 /2009.

Rector Moises Wasserman Vicerrector Sede Bogotá Fernando Montengro Directora de Bienestar Bogotá Marta Devia de Jiménez Decano Ciencias Humanas Fabían Sanabria Director Bienestar Ciencias Humanas Oscar Salazar Director del Departamento de Sociología Víctor Reyes COMITÉ EDITORIAL Fabio Enrique Ramírez Espitia Jorge Andrés Pinzón Rueda Johana Marcela Arévalo Steven Julián Moreno Mesa Joan Sebastián Bahos Usa Oscar Eduardo Arias Patiño Guillermo Enrique Narváez Ibarra Diana Alejandra González Gutiérrez Angie Lorena Santos Vargas Boris David Navarrete Riaño DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN Julián Vergara Marcel Carrillo Guerrero Imagen Carátula Sandalio León y Emilia Beltrán de León Fotografía Familiar de 1946 Ilustraciones, Pinturas y Grabados Maestro Humberto Giangrandi Juanma Tapia Chris Madden AGRADECIMIENTOS Departamento de Sociología Universidad Nacional Dirección de Bienestar Universitario Luz Celida Herrera Díaz Asuntos financieros y administrativos Agradecimientos Especiales por Acompañamiento en el desarrollo del presente Número Marisabel García Johanna Cruz Herrera

C O N T E N I D O

PRESENTACIÓN

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EDITORIAL---------------------------------------------------------------------7 TEMA CENTRAL VISIONES Y FORMAS DE INTERVENCIÓN DESDE EL PROYECTO URBANO SOBRE LA POBREZA. GLOBALIZACIÓN, GRANDES PROYECTOS URBANOS Y LA NEGACIÓN Y ESTETIZACIÓN DE LOS SUJETOS -OTROS-.-------------------------------------------------------------------------------15 ENTRE LA PRÉDICA Y LA VERDAD LA POBREZA ¿COMODÍN POLÍTICO DEL VATICANO?-------------------------------------------------------26 MUJERES CAMPESINAS Y DERECHOS A LA TIERRA-------------------------------------33 ELEMENTOS CONCEPTUALES PARA EL ANÁLISIS DE LA POBREZA RURAL Y EL CONFLICTO ARMADO---------------------------------44

ENTREVISTAS ENTREVISTA A MANFRED MAX NEEF, CREADOR DELDESARROLLO A ESCALA HUMANA -----------------------------------53 “POR SU ASIMETRÍA, LOS TRATADOS DE LIBRE COMERCIO SON POCO MENOS QUE UNA BURLA”-----------------------------------68

TEORÍA SOCIOLÓGICA UN ANÁLISIS DE LA POBREZA CONTEMPORÁNEA-------------------------------------75 THE RIGHT LIVELIHOOD AWARD 1983----------------------------------------------------------81

REFLEXIÓN ¿PARA QUÉ UNA SOCIOLOGÍA AMBIENTAL?-----------------------------------------------91

REVISANDO TEXTOS DESARROLLO A ESCALA HUMANA UNA OPCIÓN PARA EL FUTURO. -----------------------------------------------------------------------------95 ÉTICA DESARROLLO Y POBREZA.

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PRESENTACIÓN

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on esta edición ya son diez los números que ha publi- venido, pero también el cronista, el cuentista cado el proyecto estudiantil y el artista.

Revista Sigma. Son más de

6 años creyendo en la posibilidad de articular un proyecto y revitalizar la función del estudiante de sociología de la Universidad Nacional. A pesar de las dificultades, cambios, relevos, trámites, etc, la revista sigue en pie.

Quedan muchas cosas por hacer, no hay duda. Darla a conocer a mucha más gente, incentivar la participación, aumentar el tiraje, conseguir más fondos…aún falta mucho. Pero las personas que han participado en la elaboración de proyectos estudiantiles en esta universidad, y más si se trata de publicaciones, saben que diez ediciones no es algo fácil de hacer.

La Revista SIGMA siempre se ha concebido como un medio que permita expresar, especialmente, las ideas e inquietudes de los estudiantes de nuestra carrera, sin importar las divergencias ideológicas, de opinión, religiosas, sexuales, etc; y eso lo ratificamos en este número. En esencia es un medio para el diálogo. Un diálogo que se extiende a otras disciplinas, universidades, profesiones y oficios.

El sociólogo, naturalmente, será bien-

Pero nuestra prioridad siempre será la sociología. Y queremos que se den cita todas las tendencias, las nuevas, las clásicas, las teóricas, las empíricas; lo que nos interesa es darle cabida a las ideas bien sustentadas. Por eso los prejuicios y la violencia, ambos amigos, no tienen cabida. A la revista la mueve un interés académico –que no academicista-, investigativo y pluralista; elementos que no deben confundirse con la densidad ni la rigidez intelectual. No se necesita ser un doctor en la materia para saber que un error, tal vez el principal, no sólo de la sociología sino de la mayoría de las ciencias sociales en la universidad, es su triste tecnicismo y las disertaciones que sólo un círculo reducido y conspicuo entiende. Eso habrá que cambiarlo. Ojalá todo el que lea esta revista la entienda, así no sea un especialista.

Esta edición está dedicada a los estudios sobre la pobreza. Tema álgido para las ciencias sociales. No parece necesario extenderse en la explicación de por qué son importantes los estudios sociales sobre la pobreza. Basta decir que la academia debe preocuparse por problemas que atañen a la gente, y más si se trata de aquella que se encuentra en los estados más vulnerables de la sociedad.

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E D I T O R I A L

7 e la pobreza se han dicho muchas cosas. El tema ha hecho regar mucha tinta y, sin embargo, parece que no ha sido agotado. Pensadores de distinta época y de toda índole, desde filósofos hasta poetas, pasando por economistas, políticos y, claro, sociólogos, han intentado dilucidar las causas de tan complejo problema. Eso, además de una profunda complejidad y dificultad para abordar el tema, indica cierto relativismo conceptual y las diversas explicaciones que pueden darse del mismo fenómeno.

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Podríamos lanzar una pregunta acaso impertinente y que puede causar escozor: ¿Qué es La Pobreza?, y responder apresuradamente: la pobreza es una realidad que todos enfrentamos, que muchos vivimos, pero que resulta sumamente arduo definir y medir.

Ello se debe básicamente porque su esencia es eminentemente subjetiva, relativa y cambiante. En efecto, es muy posible que desde la antigüedad, las ideas sobre la pobreza y el lugar de los pobres hayan sido motivo de fuertes controversias. Y hay algo cierto: la relatividad y complejidad del concepto puede ser mejor apreciada cuando se hacen comparaciones.

Si para un poeta, por ejemplo, la pobre-

A lo largo de la historia la pobreza ha pasado por diversas representaciones y discursos. En cada sociedad y en cada tiempo se define la pobreza de una manera diferente...

za puede ser la expresión del desasosiego espiritual de una comunidad y el malestar cultural que acompaña una época, para el economista puede ser apenas un desajuste en las cuentas del P.I.B. El mismo concepto es complicado, incluso ambiguo, lo que ha dificultado hasta su propia definición. A lo largo de la historia la pobreza ha pasado por diversas representaciones y discursos.

En cada sociedad y en cada tiempo se define la pobreza de una manera diferente, dice la socióloga argentina María del Carmen Feijoó1 El pobre del siglo XX no es el mismo del medioevo, o el pobre en una ciudad no es igual al de una comunidad indígena. Asimismo, el criterio de pobreza es totalmente diferente en un país como Estados Unidos, que en uno como la India. En Norteamérica un pobre puede ser aquella persona que conduce su automóvil con los neumáticos gastados, en tanto que el campesino pobre de la India camina con los pies descalzos y no cuenta con los medios necesarios para satisfacer la necesidad más elemental: la alimentación. Sin embargo, en sus respectivas sociedades, ambos son pobres, porque pertenecen al escalón más bajo de la sociedad.

Un hecho irrebatible: la pobreza existe porque existe también la riqueza. Entonces nos

La definición de pobreza exige, entonces, el análisis previo no sólo de la situación socioeconómica general de cada área o región, sino de los patrones culturales que expresan el estilo de vida dominante en ella.

1. Feijoó, M. La pobreza según se mida. Consultado 08/07/08 en Asociación Argentina de Política Social. http://www.aaps.org.ar/arlapobrez.html.

8 topamos con algo, a primera vista, realmente importante: la pobreza está inevitablemente ligada a la estratificación social. Y generalmente estar en lo más bajo de una sociedad implica carecer de los elementos básicos que permitan llevar una vida digna.

La mayoría de análisis y estudios confluyen en que el concepto apunta en general a un sentimiento de carencia y privación. La definición de pobreza exige, entonces, el análisis previo no sólo de la situación socioeconómica general de cada área o región, sino de los patrones culturales que expresan el estilo de vida dominante en ella.

completa, el pobre no podrá alimentarse, vestirse y educarse, es cierto, y para ello son muy válidos los análisis materiales y económicos, pero también quien es pobre no podrá satisfacer necesidades más profundas como el afecto, el amor, la libertad e incluso el ocio. Y ahí no es suficiente la estadística ni los modelos matemáticos.

Y aunque uno de los problemas más difíciles para quien intenta estudiar la pobreza, cualquiera sea su forma de manifestarse, es la medición, varios autores se han apartado de las explicaciones puramente cuantitaMuchas veces la pobreza se define haciendo tivas. Con el cambio de explicación, referencia a la falta de bienes materiales para también han cambiado los indicadoel desarrollo de la vida humana; sin embargo, res. De una tendencia a sólo confiar esta sería la interpretación más simplista de la en indicadores económicos se pasó a misma y que tiene una traducción directa con complementarlos con los indicadores una visión económica: “pobre es quien no tie- sociales2. ne dinero”. Esta visión, claramente reduccionista, ha sido revisada y refutada varias veces, Hagamos pues, un pequeño repaso aunque sigue siendo la predominante. para introducir el tema.

La expresión más acabada de esta concepción se encuentra innegablemente en el sistema económico de nuestro tiempo, cuya tesis central, unas veces explícita y otra implícita, reduce las necesidades a cualquier signo de consumo material. En parte, para contradecir esa tesis unidimensional, han surgido críticas que extienden la comprensión del fenómeno a una condición caracterizada por la carencia de recursos, medios u oportunidades para la satisfacción de las necesidades humanas mínimas, tanto de tipo material como cultural y espiritual.

Amartya Sen, Premio Nobel de Economía en 1998, es tal vez el más reconocido crítico de las mediciones y los indicadores que se centran en el ingreso. Su principal aporte, La teoría del Desarrollo Humano, adoptado en varias mediciones y políticas de la ONU, (ver, índice de desarrollo humano) concibe la pobreza como privación de las capacidades, funcionamientos y derechos del ser humano. El giro conceptual que intenta dar Sen es muy importante. Su aproximación basada en las capacidades se en-

Atendiendo esta última comprensión, más 2 . Reyes Morris, Víctor. Indicadores sociales e indicadores de gestión: conceptos y procedimientos.

Bogotá: Universidad Nacional de Colombia. Facultad de Ciencias Humanas, 2006.

9 foca en la libertad positiva, que es la capacidad real de una persona de ser o de hacer algo, en vez de la libertad negativa, común en economía y centrada simplemente en la no interferencia de acción. La distinción facilita indagar por las condiciones sociales que propician la libertad. Por ejemplo: no basta con la libertad del derecho al voto, es necesario que existan, también, condiciones como una buena educación e información antes de votar, así se garantiza una verdadera libertad de elección. Esto indica que cualquier acción para contrarrestar la pobreza debe actuar para potencializar todas las capacidades de cada individuo y no sólo para procurar que tenga más y mejores cosas.

Manfred Max-Neef, Premio Nobel Alternativo de Economía en 1984, menos conocido que Amartya Sen pero más heterodoxo, ha profundizado desde hace bastante tiempo en replantear los conceptos de pobreza y las necesidades fundamentales del ser humano. El pensamiento de Max-Neef da un cambio radical en la forma en que se debe estudiar la pobreza y sobre todo combatirla, proponiendo más que un modelo matemático o estadístico, una propuesta filosófica y una actitud ante la vida diferente de la que venimos llevando.

En, tal vez, el más destacado trabajo de Max-Neef, –cuya presencia en este número es bien nutrida- Desarrollo a Escala Humana3, presenta la Matriz de necesidades y satisfactores4, que es, como su nombre indica, las necesidades intrínsecas de cualquier ser humano. Para eso apela a categorías axiológicas que tiene una correspondencia existencial necesaria para cualquier Por ejemplo, la necesidad axiolópersona y que no están restringidas a la satisfac- gica de afecto se corresponde con la necesidad existencial de tener ción material. amigos, pareja, familia, plantas, animales, etc. Partiendo de estos ele…

3. Max-Neef, Manfred. Desarrollo a escala Humana- Una opción para el futuro.

Santiago de Chile: Cepaur Fundación Dag Hammrskjold, 1986.

4. Ver la matriz en esta edición: páginas

10 mentos Max-Neef ha podido demostrar (consúltese la hipótesis del umbral) que así como hay comunidades y países que no tienen las condiciones materiales para satisfacer una necesidad tan elemental como la alimentación o el abrigo, también hay países con extraordinarios progresos materiales (ricos o, “no pobres”, según lo entienden muchos) que no han podido suplir tampoco necesidades como la participación, el afecto o la sensación de protección, con lo cual la calidad de vida disminuye.

no de recetas ni de políticas sociales convencionales, tan caras a muchos tecnócratas.

Estos son algunos de los ejemplos de las explicaciones que se han dado del

Sirva de ejemplo el triste caso contemporáneo: mientras hay millones de personas en busca de alimento para no morir de hambre, hay otras que mueren de obesidad o anorexia. Los pobres de las sociedades opulentas no mueren por falta de comida sino por su abundancia. Paradójico, por lo menos. ¿Podríamos decir entonces que esas personas son, en verdad, ricas?

La fortaleza del modelo de MaxNeef es que no tiene barreras espaciales ni temporales ya que, en últimas, las necesidades no cambian, lo que cambia es el modo de satisfacerlas.

mismo fenómeno y podrían complementarse de varias maneras. Tal vez 5 En La economía descalza Max-Neef invita lo más justo sería decir que todas tiea cambiar la concepción que se tiene de los nen algo de razón, sin embargo, es pobres y explica que cualquier acción para evidente que hay unas explicaciones erradicar la pobreza no debe ser “por” sino más satisfactorias, al menos para el “con” los pobres, es decir, que cualquier solu- comité editorial. En este repaso heción debe provenir de un trabajo conjunto y mos presentado -superficialmentetres corrientes relevantes y que, de

5. Max-Neef, Manfred. Economía descalza: señales desde el mundo invisible.

Estocolmo: Nordan, 1986.

11 alguna manera, han creado escuela.

La que explica la pobreza por una falta de ingresos, propia de la ortodoxia económica; la pobreza explicada por limitación de las capacidades, desarrollada por Amartya Sen; y la pobreza explicada por necesidades no satisfechas que elaboró Manfred Max-Neef.

De manera que hay por lo menos tres elementos importantes para un análisis de la pobreza: ingresos, capacidades y necesidades.

presentó alguna vez un recorrido histórico y conceptual de la pobreza, e hizo una distinción muy importante para cualquier estudio que intentara abordarla. Señala, primero, que la historia de la pobreza ha tenido una historia más ligada al sentimiento de exclusión en una comunidad que a una privación específicamente material. La pobreza, dice, ha tenido siempre significados no enteramente separables, y se define en todos los casos de acuerdo con las convenciones de la sociedad en que se da7.

A pesar de las diferentes explicaciones que existen y que hemos aconsejado revisar, hay consenso, en la mayoría de autores, por separar la pobreza absoluta de la pobreza relativa; la primera referida a la incapacidad para un mínimo que garantice la vida biológica de cualquier persona; la segunda abarca las condiciones en las que se presentan sensaciones de inferioridad o privación. Esta distinción ha sido útil, sobre todo para efectos de medición.

La pobreza absoluta será en cualquier persona y en cualquier lugar cuando no se cumpla, por ejemplo, un mínimo de calorías para mantener la vida; la pobreza relativa está más ligada a cómo se defina socialmente en un contexto social específico y cuyo ejemplo más reciente son los fenómenos de exclusión e inclusión, términos de “última generación6”.

Y además de explicar las diferencias entre pobreza social y pauperismo (pobreza relativa y absoluta) mencionó la pobreza moral, es decir, el lugar que ocupa ésta en la escala de valores de una determinada sociedad. A propósito, valga recordar que la tradición cristiana y sus iglesias más prominentes como la católica vieron al pobre y la miseria, hasta cierto punto, como una virtud religiosa. Por el contrario, las tradiciones protestantes como el calvinismo, condenaron al pobre y admiraron la riqueza como signo de salvación8; así lo explica un artículo del presente número.

Recuerda Hobsbawn que, con la explosión y consolidación de las revoluciones burguesas, especialmente la industrial, la pobreza se convirtió en algo indeseable y prácticamente inaceptable como una virtud que se deba perseguir. Lo cual es, innegablemente, un gran avance. Pero eso trajo también consecuencias en verdad desastrosas. El desarrollo impetuoso y absoluto del capitalismo empezó a medir Otro punto importante que señala- todo según un principio: su utilidad. Los pomos al principio es que la pobreza, por bres son, según esta concepción, ciertos homsu naturaleza social, tiene historia. Por brecillos no productivos que habría que adapeso, vale recordar que Eric Hobsbawn 6. Reyes Morris, Víctor. Pobre del pobre. En: Revista Colombiana de sociología.

Bogotá. Nº30. 2008. p, 17-26. Para un análisis más detallado de las diferencias entre pobreza y exclusión.

7. Enciclopedia internacional de las ciencias sociales 1976, tomo 8, p. 289 8. Recuérdese el clásico libro de Weber: La ética protestante y el espíritu del capitalismo

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tar al sistema económico vigente y cuya Sin embargo, hay algo triste y que se tarea correspondería al Estado, cuando ratifica constantemente: a pesar de que abundan las explicaciones y los el mercado no lo corrige por sí mismo. expertos, siguen habiendo pobres.

Con la consolidación de estos procesos históricos parece irrefutable que la pobreza en nuestro tiempo ha pasado a ser un monopolio explicativo de los economistas, siendo antes prioridad de teólogos y filósofos. Esto último también se ha vuelto contraproducente. Hoy en día sólo son aceptados los análisis cuyo sustento sea o parezca científico, en cambio, cualquier interés en hacer un juicio valorativo es poco aceptado; incluso los argumentos humanitarios o a favor de la solidaridad no son muy bien vistos.

Como sea, no sobra reiterar que hay algo cierto e inamovible: la pobreza es un hecho social y como tal, debe interesar a cualquier sociólogo. No hay registro o desconocemos si hay pobreza entre los animales de la misma manera que se presenta entre las sociedades humanas.

…mientras hay millones de personas en busca de alimento para no morir de hambre, hay otras que mueren de obesidad o anorexia. Los pobres de las sociedades opulentas no mueren por falta de comida sino por su abundancia…

Nosotros reafirmamos que la pobreza no puede sólo explicarse con estadísticas ni modelos matemáticos.

Abogamos por una confluencia de explicaciones y respuestas, pero no en la uniformidad teórica. Creemos que el bienestar no puede ni debe residir en el consumo irracional de nuestro tiempo. Y sin negar que sean indispensables las riquezas materiales para tener una vida digna y feliz, tampoco se puede llegar al absurdo de pensar que la pobreza desaparecerá con la acumulación insaciable de dinero y “cosas”. Tal vez ahí, radique gran parte de la solución al problema.

Pero el tema, innegablemente, seguirá dando de que hablar.

Max-Neef invita a cambiar la concepción que se tiene de los pobres y explica que cualquier acción para erradicar la pobreza no debe ser “por” sino con los pobres.

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Hoy en día sólo son aceptados los análisis cuyo sustento sea o parezca científico, en cambio, cualquier interés en hacer un juicio valorativo es poco aceptado; incluso los argumentos humanitarios o a favor de la solidaridad no son muy bien vistos.

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TEMA CENTRAL

…el mercado global iría exigiendo cada vez más que las ciudades fueran “competitivas” y atractivas para los inversionistas. En dicho proceso de competencia entre ciudades se presenta una paradoja que Harvey analiza de manera clara y que servirá de base a nuestro análisis; al mismo tiempo que las ciudades apuestan por la distinción y la diferencia, las pautas culturales se globalizan y se homogenizan.

VISIONES Y FORMAS DE INTERVENCIÓN DESDE EL PROYECTO URBANO.SOBRE LA POBREZA GLOBALIZACIÓN, GRANDES PROYECTOS URBANOS Y LA NEGACIÓN Y ESTETIZACIÓN DE LOS SUJETOS -OTROS1.A modo de introducción.

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Cristhian Camilo Rodriguez Herrera9

urante el acelerado crecimiento de la ciudad colombiana y latinoamericana se han ido configuran-

do sectores urbanos, catalogados como inadmisibles en el discurso de la planificación urbana por su condición de “hábitat inferior” en comparación con los patrones establecidos por la sociedad burguesa del siglo XX. Este discurso, para el caso colombiano, se organizó alrededor de tres conceptos núcleos que orientaron distintas formas de intervención sobre la pobreza urbana: el tugurio se debe erradicar, la invasión se combate y la urbanización integral se promete. Dichas intervenciones se orientaban bajo el sentido oculto del proyecto urbano consistente en regularizar y homogeneizar a estos sujetos-otros- a urbanizarlos y modernizarlos.

Con las transformaciones económicas y políticas de la “apertura económica” o de “la globalización” se ha configurado una nueva estrategia de intervención denominada

…al estar las ciudades gobernadas por las fuerzas del mercado, se acentuaron las distancias entre clases sociales, pues el mercado privilegiaba áreas emblemáticas a nivel mundial y dejaba en la orfandad áreas no competitivas, contribuyendo significativamente a la fragmentación socio-espacial.

los Grandes Proyectos Urbanos, en ella los pobres urbanos son entendidos desde tres estrategias de intervención complementarias: la urbanización integral, la negación de los sujetos-otros y la estetización de la pobreza. Dichas estrategias se orientarían a adecuarla por medio de intervenciones “embellecedoras” a las demandas territoriales de la globalización o expulsarlas de las áreas demandadas por los mercados globales. Algunos ejemplos de dichas estrategias los encontramos en ciudades de Latinoamérica como Buenos Aires (embellecimiento de barrios populares, su posicionamiento ante la demanda turística y la consecuente pérdida del hábitat popular) y Bogotá (El proceso de construcción del Parque Tercer Milenio PTM, desarrollado en un área declarada como patrimonio arquitectónico, pero totalmente degradado). Se debe tener en cuenta que no es casualidad que dichas estrategias se despliegan en las áreas centrales de las ciudades.

…el capital simbólico, que representaba la cultura en épocas precedentes, se transformó en una estrategia comercial donde la cultura se convierte en objeto de consumo, produciendo fuertes transformaciones en la conformación del espacio urbano. Dicha lógica simbólica de representación termina afirmándose por medio de una marketización de lo urbano y lo cultural como una estrategia de venta de la ciudad al capital extranjero.

9. Sociologo Universidad Santo Tomas 2005. Estudios en Maestria en planificación urbano-regional de la Universidad de Buenos Aires 2008

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16 2. La pobreza urbana, las formas de definirla y las estrategias de in- En el caso de la lógica de intervención Estatal tervención Estatales. se puede afirmar que la postura predominanLa cuestión urbana y las manifestaciones sociales del proceso de urbanización son un tema recurrente para las Ciencias Sociales.

Desde comienzos de la revolución industrial estos sectores urbanos (los pobres urbanos) han estado presentes en el pensamiento de las ciencias sociales y en la imaginación de los urbanistas, en el discurso de los reformadores sociales, en las políticas progresistas, higienistas y socialistas (Carrasco; 2005). No obstante, según la postura ideológica o la institución desde la cual se abordaba la pobreza urbana se podía transitar de una perspectiva que ve en ella una anomalía marginal frente a otra posición que identifica en estos los sujetos históricos portadores del cambio social. Al respecto Zibechi (2008) afirma; “del corazón de las barriadas pobres han surgido en las últimas décadas los principales desafíos al sistema dominante: desde el Caracazo 1989 hasta la comuna de Oaxaca en 2006”.

te sobre la pobreza urbana otorga a la misma la característica de deformidad que altera el sistema urbano y que por supuesto hay que corregir. El sistema urbano caracteriza sus elementos desde la “regularidad”, y sólo a través de este tamiz tienen cabida, para ser intervenidos con miras a conformar una normalidad dentro del sistema (Carrasco, 2005). Es este el sentido oculto dentro de los proyectos urbanos desarrollados en asentamientos populares que Carrasco pretende descifrar. Aunque en todas las intervenciones el objetivo técnico es corregir un defecto del sistema urbano es determinante ver el sentido oculto que asume la operación urbanística de reparación en el momento de su formulación o realización (Carrasco, 2005).

Encontramos que la clasificación de la pobreza urbana, las formas de enunciarla, la jerarquía de los componentes del problema así como las herramientas de intervención responden a las coordenadas económicas, institucionales En regularizar y homogeneizar, que en últi- y al paradigma hegemónico dentro del comas instancias descubren un proyecto de nor- nocimiento científico. Según Carrasco (2005) mativizar las relaciones sociales, se encuentran tres conceptualizaciones han hecho parte del los elementos centrales de las intervenciones discurso planificador del país y delinearon las urbanas en hábitat popular. A propósito Har- estrategias de intervención en sectores pobres vey (2005), desde un análisis del desarrollo del urbanos en Colombia. Ubicada en los años sistema capitalista, da razones económicas de cincuenta y centrada en la visión progresista la necesidad de “homogeneizar” el desarrollo de las elites nacionales se configura el tugurio urbano, ya que en dicho proceso se sustenta como la forma de entender la proliferación de el control de los procesos productivos y sim- sectores urbanos marginados del proceso de bólicos del sistema, se consolida las economías urbanización, articulando al diagnóstico comde escala y en última instancia se estarían ase- ponentes moralistas e higienistas10, la solución gurando las condiciones de rentas extraordi- a dicha realidad estaría mediada por procesos narias y necesarias. de eliminación o trasplante de dicho asenta-

10. En las diversas investigaciones desarrolladas por el Instituto de Crédito Territorial es evidente el énfasis en elementos como las condiciones de localización de los asentamientos en zonas inundables o las adversas condiciones de habitabilidad y la necesidad de orientar las prácticas sociales dentro de los valores modernos de higiene y el comportamiento moral válido para los criterios del urbanismo progresista.

17 miento11. Dicha relocalización esta- nes de izquierda planteaban, dicha propiedad ría atravesada por la visión utopista privada e individual estaría disponible de ser propia del urbanismo moderno, en garantía para créditos. donde al mismo tiempo que se diseñaban procesos de intervención en asentamientos precarios, se pretendía desarrollar mecanismos para eliminar las condiciones estructurales que propician la aparición de estos fenómenos en el ámbito urbano12.

El notorio crecimiento de la población que migraba a las ciudades, junto con el auge de organizaciones de izquierda que dentro de su plataforma política ubicaban la lucha por la vivienda digna, configuró el escenario adecuado para que la invasión de terrenos se convirtiera en una alternativa en la tenencia del suelo urbano. La respuesta del Estado transita en un primer momento del combate directo (negación) a dichas formas de organización, al planteamiento de algunas formas de rehabilitación de los terrenos en momentos que los procesos de invasión superan los cálculos de los planificadores13.

Esta aceptación que implica el proceso de legalización también esconde la intensión de integrar al habitante popular al sistema capitalista por medio del reconocimiento de su casa como propiedad privada, y no como propiedad colectiva, como algunos procesos de invasión dirigidos por organizacio-

Para inicios de los años noventa y ad portas de las transformaciones en el discurso planificador en Colombia producido por el proceso de apertura a las economías externas, se configura el último concepto que conforma el discurso urbanista: el mejoramiento urbano integral Bajo dicha perspectiva se considerarían las diversas estrategias para desarrollar los procesos de integración social, económica y cultural de sus habitantes (Carmona 2005). No obstante, la nueva etapa de la economía capitalista, llámese globalización, transformaría las formas de entender la pobreza urbana y los tipos de intervención en dichas áreas se complejizarían según las demandas que los circuitos económicos mundiales tendrían en la definición de la política urbana.

11. Un ejemplo de dicho tipo de intervención se puede encontrar en el proyecto de eliminación de la zona negra de Barranquilla (1943) 12. Ruben Utria, autor de Una Política Nacional de Rehabilitación de Tugurios, y bajo consideraciones marxistas propone la eliminación de las condiciones estructurales como elemento necesario en la trasformar dicha realidad; higiene, trabajo y vivienda son los elementos centrales en sus consideraciones.

13. El sector sur oriental de Bogotá en 1963 contaba con una población de 5024 habitantes a los cuales seria casi imposible reubicar.

18 3. Las transformaciones económicas de la década de los noven-

ta: Globalización en Colombia Según Saskia Sassen (1998), desde mediados de los años ochenta se dio la intersección de dos procesos importantes que le dieron un nuevo papel a las ciudades en la economía mundial. El primero de ellos es el crecimiento de la “mundialización” de la actividad económica, elevando la escala y la complejidad de los negocios; y el segundo es el aumento del papel de los servicios en la organización económica.

Dentro de este nuevo proceso de economía globalizada, basada en la prestación de servicios, la ciudad adquiere dinamismo convirtiéndose en sitio de producción preferido para dichos servicios, tanto a nivel mundial como a escala nacional o regional (Sassen 1998). Para Peinado (2005) la tendencia de Bogotá a partir de la década de los noventa, y en el resto de América Latina, ha sido la de consolidar y valorar la prestación de servicios en su economía, por ser este el sector que más empleos genera.

Según Pradilla Cobos (1987), las ciudades capitalistas latinoamericanas se construyeron según las decisiones privadas y los intereses particulares de terratenientes y constructores, o de sectores populares autoconstructores, dando como resultado formas desordenadas y anárquicas. El urbanismo en la región fue, en palabras del mismo autor: “un discurso legitimador, tecnocrático, y carente de la fuerza y los medios necesarios para frenar las tendencias objetivas del capitalismo.” En este urbanismo conocido como “fragmentario”, las nociones de espacio público y proyecto urbano, tomarían tanta fuerza que los temas habitacionales y de equipamiento social, y entre ellos la pobreza urbana, serían desplazados de las agendas políticas.

19 Además, el mercado global iría exigiendo cada vez más que las ciudades fueran “competitivas” y atractivas para los inversionistas. En dicho proceso de competencia entre ciudades se presenta una paradoja que Harvey analiza de manera clara y que servirá de base a nuestro análisis; al mismo tiempo que las ciudades apuestan por la distinción y la diferencia, las pautas culturales se globalizan y se homogenizan. Arquitecturas y formas de consumo, informaciones y comportamientos de ocio, lenguas y vestimentas, se banalizan y pierden sus elementos cualificantes. La carrera por la competitividad mediante la distinción lleva a la no competitividad mediante la banalización. (Borja; 2003)

Este fenómeno, aparentemente contradictorio, de crecimiento económico y crecimiento de las desigualdades sociales no es exclusivo de Bogotá, tal como lo plantea Novick (2003), a nivel global en las dos últimas décadas, al estar las ciudades gobernadas por las fuerzas del mercado, se acentuaron las distancias entre clases sociales, pues el mercado privilegiaba áreas emblemáticas a nivel mundial y dejaba en la orfandad áreas no competitivas, contribuyendo significativamente a la fragmentación socio-espacial. Estas políticas de ajuste estructural vinieron a ahondar procesos de empobrecimiento de la población, condenando a amplios sectores sociales a un estado de vulnerabilidad permanente. La nueva pobreza urbana se conforma, por una parte, por la clase media empobrecida y por otra, por aquellos que venían padeciendo la pobreza severa y vieron rebajados sus mínimos de subsistencia Las políticas económicas neoliberales hasta cotas inimaginables. de la época, que disminuyeron el papel del Estado en la construcción de 4. Los Grandes Proyectos Urbano y la ciudad, buscaron acercar inversosu visión sobre la pobreza res privados para poder contagiar a la misma de pragmatismo y materializar Hemos reconstruido tres momentos básicos así grandes proyectos de recuperaciodel discurso del urbanismo alrededor de la nes sectoriales (Novick 2003). Aristizápobreza urbana, en estos igualmente hemos bal, Mahecha y Ortiz (2005) plantean definido estratégicas acordes a los fundamenque la ciudad de Bogotá, para la décatos de dicho discurso a lo largo de la práctida de los noventa, incentivó el arribo ca planificadora de la ciudad en Colombia. de inversores privados y tuvo grandes Siguiendo a Carrasco (2005) cada forma de transformaciones económicas. A peenunciación define un estilo de intervención sar de esto aún muestra altos índices sobre la sociedad, esto se engloba dentro del de desempleo, subempleo y un enorproyecto urbano; el tugurio debe erradicarse, me sector informal, producto del dela invasión debe combatirse y el mejoramiento terioro de la actividad industrial, hasta integral se promete. tal punto que el 23% del área urbana está ocupada por asentamientos ileCon las transformaciones económicas impulgales con un millón y medio de habisadas por el proceso de globalización de los tantes. mercados, las estrategias para la interven-

20 ción sobre las ciudades y la pobreza urbana se orientan bajo los preceptos de los Grandes Proyectos Urbanos (GPU). Ante el aumento de la pobreza urbana y la fragmentación socioespacial, las formas que asume el discurso del urbanismo sobre la misma actualmente se orientan por las nociones y estrategias que lejos de amilanar dicho fenómeno de pobreza urbana terminan siendo un factor generador de mayor exclusión social.

tualidad hay una tendencia general a una gran concentración de los servicios financieros y de ciertos servicios para productores en la zona céntrica de los principales centros financieros internacionales del mundo”.

De esta manera, optar por el modelo de densificación-recuperación del centro histórico también responde a la demanda de transformaciones físiDentro de la búsqueda por posicionarse en cas y administrativas que la Economía el mercado mundial las ciudades reformulan Globalizada realiza a la ciudad. Un su historia, identidad, cultura y características ejemplo de actor externo que define distintivas de otros centros urbanos. Los GPU de cierta manera la agenda de la poestarían asociados a dichos procesos. Como lítica urbana local es que una de las afirma Fiori (2000) sería por lo tanto aconseja- exigencias del Banco Interamericano ble que el ancla de la operación urbana fuese de Desarrollo BID, para atraer y dar de naturaleza identitaria, motorizada de prefe- certidumbre a las inversiones de los rencia por un proyecto de animación cultural. particulares sea la recuperación de los S. Zukin (1995, 1998) señala cómo el capital centros Históricos. simbólico, que representaba la cultura en épocas precedentes, se transformó en una estra- 5. La recuperación del centegia comercial donde la cultura se convierte tro histórico en Bogotá en objeto de consumo, produciendo fuertes transformaciones en la conformación del es- Los GPU abarcarían una apuesta por pacio urbano. Dicha lógica simbólica de repre- una consolidación de una cultura ursentación termina afirmándose por medio de bana hegemónica y a la recualificauna marketización de lo urbano y lo cultural ción de los centros históricos de las como una estrategia de venta de la ciudad al ciudades, esto dentro de un proceso capital extranjero. económico de posicionamiento de la El centro urbano de las ciudades latinoamericanas sería el espacio por excelencia donde se enfocaría los GPU, estas áreas son demandas para la localización de empresas trasnacionales o por el interés de purificar, por medio de la exclusión social o la estetización de su hábitat a la población habitante. Al respecto Sassen(1998) afirma que los centros de las ciudades, en el mundo globalizado, adquieren una importancia estratégica pues como lo plantea: “En la ac-

ciudad dentro de los circuitos internacionales. Ante la pobreza urbana la perspectiva de intervención por tanto está dada por tres estrategias: la estetización de la misma, la negación o eliminación de las áreas de asentamiento de los sujetos-otros habitantes del centro histórico y la normatización de las relaciones sociales por medio de urbanización de los asentamientos

21 populares. Todo esto relacionado a un discurso sobre el mejoramiento del espacio público como la estrategia por excelencia para mitigar la desigualdad social. Al respecto afirmaba el ex alcalde de la ciudad de Bogotá Enrique Peñalosa (1999) “No es posible para el Estado, en el corto plazo, darle a los pobres casas amplias y cómodas; automóviles; salidas a restaurantes, clubes y viajes. Pero sí es posible darles parques y andenes excelentes, un espacio público de alta calidad que demuestre respeto por el ciudadano. Con parques y con andenes es como empezamos a resarcir, siquiera en una mínima parte, las desigualdades que hay en una sociedad”. Si bien dentro del discurso de la planificación urbana existía algunas referencias a la necesidad de evaluar e intervenir sobre los elementos estructurales que generaban la pobreza urbana, el modelo de Estado neoliberal y su política urbana (GPU) parte de la imposibilidad o el desinterés de desarrollar políticas efectivas ante dicha problemática. “La función del Estado, antes que nada, es atender el espacio público.

La función del Gobierno Distrital es mantenerlo seguro, limpio, iluminado y, obviamente, apto para los peatones” (Peñalosa, 1999).

Peñalosa se entendió que el manejo estratégico del gran macro proyecto espacio público14 permite reducir desigualdades económicas y sociales, brindando las mismas adecuaciones urbanísticas en zonas de diferentes estratos socio-económicos. Los autores señalan que las transformaciones de la plaza de San Victorino, zona céntrica de la ciudad, son un ejemplo de intervención puntual, un macroproyecto de espacio público. “Los indicadores mostraban que esta área, conocida por ser el mayor núcleo de comercialización y consumo de estupefacientes de la ciudad, presentaba la menor esperanza de vida y los niveles más elevados de delincuencia y criminalidad de Bogotá; sin embargo, también albergaba algunas entidades económicas de carácter formal. Una cuarta parte de sus 10.000 moradores eran indigentes.” (Instituto de Desarrollo Urbano, 2002).

6. La intervención sobre la pobreza urbana por medio de la negación

No es extraño que en dicha administración se torne hegemónico el GPU que pretendía refuncionalizar el centro urbano de la ciudad. La definición de “Renovación Urbana” impulsaba su intervención directa basado en una justificación de ahorro económico para el Distrito en un futuro “el Programa de Renovación Urbana considera pertinente intervenir para frenar una situación urbana que podría agravarse con el pasar del tiempo15, acarreando un costo mayor de intervención”16.Dichas Respecto a dicha administración en consideraciones establecen las justificaciones relación con el espacio público, Arisformales para la transformación del centro de tizábal, Mahecha y Ortiz (2005) afirla ciudad y la intervención sobre el hábitat poman que en la Administración de

14. “El proyecto de espacio público se aborda en todas las escalas. A nivel metropolitano la ciudad se estructura con los cerros orientales y el río Bogotá, y con parques lineales a lo largo de ríos y quebradas en los ejes transversales. [...] Se construyeron 6 Parques Zonales y 1100 Parques Barriales y de Bolsillo, como se denominan los parques pequeños en lugares residuales deteriorados.” “Se planteó una red de andenes para comunicar los principales puntos de interés de la ciudad, al igual que alamedas arborizadas que proporcionan sistemas de circulación de alta calidad. Finalmente se creó una red de ciclo-rutas de 110 km de longitud como complemento a los sistemas de transporte y recreación.”

22 pular, el objetivo definido a nivel general es “replantear la idea del centro de la ciudad como se le conoce hoy en día”.

El Plan y el proyecto (Plan Centro y el PTM), expresan una clara toma de posición a favor de la densificación-recuperación centro histórico. La situación inicial definida es la recuperación de la zona central de la ciudad haciendo énfasis en el deterioro económico y social evidente, producto de la ubicación de los sujetos-otros no funcionales para el sistema económico; es decir pobres urbanos, personas en situación de calle y más; según la funcionaria Lizarazu (El espectador 2007), en los países desarrollados, el centro de las ciudades es productivo, motivo por el cual el suelo es costoso y se protegen los inmobiliarios culturales y patrimonios de los mismos. Sin embargo en Bogotá, asegura Lizarazu, este fenómeno no se da y por el contrario la huída del sector financiero y la desconcentración del sector industrial han provocado que el centro de la capital colombiana haya perdido su estatusentre los demás barrios y localidades”.

El PTM buscaba la “recuperación social” de un sector deteriorado de la ciudad que se había logrado conformar como un “gueto” y que dadas sus condiciones conformaba de hecho un lugar arraigado al imaginario urbano de la ciudad. Con esto se purificaría la zona y se lograrían las condiciones necesarias para el ingreso de la inversión

extranjera.

La fragmentación social se expresa en fragmentación territorial y durante décadas el sector de la calle del cartucho, en pleno centro metropolitano, se convirtió en el territorio donde confluían los sujetos-otros, entre ellos sectores “marginales de la sociedad”.

Hemos afirmado que los GPU propician fragmentación socio-espacial y aumentan la exclusión socio-espacial de otros sectores sociales. Con este proyecto se logró así una “fragmentación o desmembramiento” del sector, pues se pretendía fracturar las complejas redes sociales logradas durante años por procesos de territorialización que esta población en su mayoría (habitantes de la calle) había tejido con el lugar.

De esta manera, por medio de la negación de los procesos de territorialización de los sujetos-otros distintos a lo estipulado por el discurso hegemónico se interviene una parte considerable del centro de la ciudad.

Ante la problemática social que dicha área planteaba y haciendo el ejercicio mental de imaginarse los posibles rumbos a tomar, nos encontramos básicamente ante dos alternativas. La primera, atacar el problema social directamente para elevar la calidad de vida de los habitantes del sector17. O incentivar un proceso de gentrificación para posteriormente atacar los problemas sociales de la población desplazada. Tomar la segunda opción, pero de manera incompleta podía

15. Pareciera que el problema central era la concentración sujetos no deseados para la imagen hegemónica de centro de la ciudad.

16. En 1999 se contrató un estudio econométrico para identificar y cuantificar los efectos socioeconómicos y ambientales de las acciones a cargo del proyecto, como también el cálculo de su rentabilidad económica y social. Este sector presentaba los más altos indicadores de violencia e inseguridad, la más baja expectativa de vida y estaba identificado como el mayor sitio de comercialización, expendio y consumo de drogas en la ciudad. Debido al deterioro causado por esta situación, este estudio estableció que la intervención del Proyecto Tercer Milenio le ahorraría en valor presente real a la ciudad un total de $160 millones de dólares, razón por la cual el Proyecto era una necesidad no un capricho. El costo de no hacer el Proyecto era 2.5 veces más costoso versus sí hacerlo. El retorno de la inversión vendrá con la valorización del sector, el desarrollo de los bordes y la recuperación integral con nuevos desarrollos y la consolidación de los existentes.

23 parecerse a una caricatura (Figura 1).

les, los habitantes del área venden sus propiedades y los inquilinos deben buscar residencia 7. La intervención sobre la po- en las afueras de la ciudad, ante la imposibilidad de mantener la renta. Queda un sector urbreza urbana por medio de la bano banalizado y homogéneo, de alto nivel estetización de la pbreza de renta, donde ya se hace difícil encontrar las características urbanas que, años atrás, atraía Harvey lo describe claramente: a los sensibles.

Artistas, intelectuales y snobs redescu- Los GPU se fundamentan en la revaloración bren áreas degradadas en ciudades de la identidad y la historia de estas aéreas centradicionales, las administraciones en- trales para transformarlas en un elemento más caran algunas obras de recuperación dentro de la oferta de consumo cultural para de espacios públicos y edificios de el turismo local y extranjero. Para el caso de valor patrimonial, algún desarrolla- una ciudad como Buenos Aires El Abasto, Pador privado propone la transforma- lermo, San Telmo hacen parte de estos barrios ción de un sector, no pocas veces con estetizados19. Dicha revaloración se acompaña apoyo estatal. Los diarios comienzan

Figura 1. Modificado de original de Quino.18

a hablar de la recuperación, algunos profesionales y empresarios se instalan en el área, el turismo comienza a llegar y no tardan en instalarse hoteles de cierto lujo y luego la sede de alguna corporación, y una feria internacional. Los precios del suelo se disparan, en pocos años la renovación inmobiliaria arrastra consigo a los viejos encantadores edificios tradiciona-

de un discurso sobre la historia e identidad del barrio que no necesariamente responde a un análisis detallado de los procesos históricos vivenciados en la zona. La rehabilitación está destinada a la redención del espacio y al esponjamiento clarificador de un paisaje considerado como denso y opaco. El fin reconocido de esa auténtica purificación del territorio es generar identidad (Delgado; 1999).

Para los habitantes de dichas áreas “renova-

17. Peinado (2005) señala que en Bogotá bajo las administraciones de Enrique Peñalosa y, posteriormente de Antanas Mockus “se han llevado a cabo programas exitosos de educación para la convivencia civilizada y para facilitar la equidad en el acceso a bienes sociales como el espacio público y la recreación, y se adelantaron estudios sobre cómo enfrentar la pobreza urbana, pero los condicionamientos económicos llevaron a la estrategia de reducir las inversiones inmediatas en servicios sociales para concentrarlas dentro de lo posible en obras urbanísticas, con lo que se reforzó el carácter dual de la ciudad y se agudizaron las carencias de los estratos inferiores.”

18. Tomado de http://mafalda.dreamers.com/

24 Ante la pobreza urbana la perspectiva de intervención por tanto

das”, en su mayoría población en situación de está dada por tres estrategias: la estetización de la misma, la negación o eliminación de las áreas de asentamiento de los sujetospobreza, los procesos de imposición de una otros habitantes del centro histórico y la normatización de las identidad o un estilo característico del área en relaciones sociales por medio de urbanización de las asentamientos populares. Todo esto relacionado a un discurso sobre el la que residen implica la creciente tensión con mejoramiento del espacio público como la estrategia por excelencia los procesos de renovación de la identidad para mitigar la desigualdad social. barrial que cada generación plantea para su entorno. Los nuevos usos asignados a los es- de potenciación de la renta del suelo pacios públicos para dichos sectores junto con como mecanismo de expansión urbala nueva oferta de servicios, no responden ya na y ciclo generador de riqueza autoa lo socialmente compartido por los vecinos sino a la imagen externa orientada al fomento turístico. Dicha imagen del centro de la ciudad parece petrificarse en evocaciones y recuerdos de una historia que pretende estetizar al poblador habitante de la zona.

Este sujeto-otro, ahora disfrazado vive en tensión entre la imagen impuesta y la dinámica barrial lentamente excluida. Las fachadas coloridas del barrio de la Boca y algunas zonas populares de Bogotá demuestran la idea de que los pobres pueden llegar a tener una función decorativa dentro del paisaje urbano.

Para el Centro de Bogotá lo que sí ha resultado exitoso, por aumento del capital simbólico, ha sido la valorización del centro. Según la revista Cambio (2007) “la dinámica de la finca raíz en el centro de Bogotá va in crescendo”, y plantea que “la dinámica urbanística de esta zona de la capital obedece en buena parte al llamado Plan Centro de Planeación Distrital”.

Este éxito recuerda el plan Haussmanniano

inducida (Gravagnuolo 1998). Para Peinado (2005), el alza de los impuestos, para la financiación de las próxi-

19. En dichos barrios la revaluación de su historia ha llegado a generar paquetes discursivos al alcance del consumo turístico distorsionando la historia de los habitantes pobres de los mismos barrios y generando una tensión entre dicha imagen comercializada y una realidad ya distante a las evocaciones.

25 Los GPU se fundamentan en la revaloración de la identidad y la historia de estas aéreas centrales para transformarlas en un elemento más dentro de la oferta de consumo cultural para el turismo local y extranjero.

entre la imagen impuesta y la dinámica barrial lentamente excluida. Las fachadas coloridas del barrio de la Boca y algunas zonas populares de Bogotá demuestran la idea de que los pobres pueden llegar a tener una función decorativa dentro del paisaje urbano.

Este sujeto-otro, ahora disfrazado vive en tensión

mas etapas de los grandes proyectos urbanos y el mantenimiento de las redes de infraestructura, el alza en el precio de los servicios públicos y el alza en los precios de la tierra hacen que el costo de vivir en la ciudad se haya convertido en un mecanismo automático de discriminación, segregación y expulsión.

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26

ENTRE LA PRÉDICA Y LA VERDAD LA POBREZA ¿COMODÍN POLITICO DEL VATICANO?

Benardo Congote Ochoa Economista Universidad Nacional de Colombia Maestría en Ciencia Política por la Universidad de los Andes congote@cable.net.co

E

n los cimientos de su dinámica y sus prácticas, la iglesia católica, especialmente en América Latina, está la tendencia a conservar una deprimida situación socioeconómica de la población como justificación que permita seguir esgrimiendo el supuesto de que la Iglesia es la institución que, por excelencia, representa los poderes de los pobres.

Max Weber escribió La Ética Protestante Y El Espíritu Del Capitalismo, basado en análisis sobre la ética católica y su espíritu de pobreza. No hace mucho, en lúcido ensayo, Fukuyama calificaba muchas de esas hipótesis como “fatalmente exactas” (1). Se sigue predicando que la pobreza es un valor ligado a los más caros preceptos espirituales del catolicismo, pero habría pruebas de que ese valor no es espiritual sino que constituye la bandera de un movimiento político cuyo discurso sobre la pobreza de los fieles, pero no de los predicadores, conviene que se ponga en tela de juicio (2/3).

1. Fukuyama, Francis, 2005, “Manifiesto calvinista”, en www.lanacion.com.ar, Opinión, Abril 6 de 2005.

2. Congote, Bernardo, 2005, “Religión en Colombia. ¿Una invasora de la política?” en Le Monde diplomatique, edición Colombia, marzo 2005, pp. 30-31.

3. Quinta Conferencia General del Episcopado de América Latina y el Caribe (Celam), Aparecida, Brasil,

27 La propuesta de Weber (4) El estudio de un discípulo suyo sobre ambas religiones, en tres sitios específicos de Alemania, constituyó la base utilizada por Weber para analizar las éticas protestante y católica (5). Su hipótesis se alimentó de los estudios católicos alemanes de la época, coincidentes en destacar “el carácter eminentemente protestante, tanto de la propiedad y empresas capitalistas como de las esferas superiores de las clases trabajadoras”. En el siglo XVI, una gran parte de los territorios del Reich más desarrollados se habían convertido al protestantismo, y hacia 1895 el capital tributario de Baden era de 954.060 marcos por cada 1.000 protestantes, “contra 589.000 marcos por la misma cantidad de católicos”.

En la búsqueda de explicaciones para este fenómeno, Weber acudió a dos: por una parte, el tipo de educación recibida por los hijos de unos y otros practicantes, y, por la otra, lo que hacían los educandos una vez aplicados al trabajo (6).

Allí mismo en Baden, mientras un 52 por ciento de los estudiantes matriculados en 1895 era protestante, el 39,5 era católico, lo que indica que había 1,4 protestantes estudiando por cada católico, y, observando el comportamiento laboral de los que salían de los liceos, los católicos “demuestran una inclinación mucho más fuerte a seguir en el [mismo] oficio […] mientras los protestantes se lanzan en número mayor a la fábrica, en la que escalan los puestos

superiores del proletariado ilustrado y la burocracia industrial” (7). A Weber siempre le llamó la atención que, siendo el catolicismo una religión que desde sus orígenes se había autoproclamado “perseguida”, esta característica –que en credos como el judío habían sido factor para superar esa tara– al católico sólo le hubiera servido para manipular, conservando con celo esa condición de víctima. De manera coloquial, Weber resume el choque entre las dos éticas, mostrando que si el refrán reza “Comer bien o dormir tranquilo”, en cada caso “el protestante opta por comer bien, mientras el católico prefiere dormir tranquilamente” (8/9).

Un paralelo moderno.

Tomando lo weberiano como palanca, se puede demostrar que los valores católicos afines a un espíritu detenido y una vida material empobrecida continúan predicándose como virtudes excelsas por parte del Vaticano. En excelente artículo de 2007, un teólogo peruano describió la persistencia y tenacidad con que fue defendido entonces el valor negativo de la pobreza, como base de la prédica del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) al menos durante los últimos 40 años. En 1968, la iglesia católica “denunció la inmensa pobreza de nuestros pueblos y consideró que esa situación […] ‘inhumana’ era [su] mayor desafío”, y recientemente, en 2007, el mismo eje episcopal ratificó “su empeño a favor de los más pobres y su lucha por la dignidad de cada ser humano” (10). El camino trazado en el 68, afirma el articulista, “fue seguido, renovado y precisado en […] Puebla (1979) y […] Santo Do-

mayo 2007.

4. Weber, Max, 2003 (1904-5), La ética protestante y el espíritu del capitalismo, Ed. Distal, Buenos Aires, p. 45.

5. Offenbacher, Martin, 1901, “Estudio sobre la situación económica de los católicos y protestantes en Baden, Tübingen y Leipzig”.

6. Weber: p. 46.

7. ídem, p. 49.

8. ídem, p. 51.

9. Ver también: Weber, Max, 1997, 10. Gutiérrez, Gustavo, 2007, “La opción de Aparecida”, Le monde diplomatique, octubre 2007, p. 11.

28 mingo (1992), y en esa ruta se ubica también Aparecida (2007), llevada de la mano por las declaraciones de Benedicto XVI (11).

Según Gustavo Gutiérrez, el encuentro de Brasil estuvo marcado por la retoma de una inspiración que plantea con energía las exigencias del mensaje evangélico, ligadas a la defensa de la pobreza como bandera.

Ello pudiera ayudar a explicar por qué, en el lapso de los 40 años corridos entre Medellín y Aparecida, la velocidad con que se ha desarrollado América Latina en el concierto mundial es relativamente menor, de modo que los hechos inducen a creer, retomando a Weber, que la propuesta católica en torno a la pobreza ha podido ser uno de los ejes explicativos de este lastre social que ya se olfateaba en la muy católica Alemania del siglo XIX. Sólo que, gracias a la influencia reformista, Europa pudo liberarse del problema, a tiempo que la contrarreforma concentrada en la América hispana habría producido el efecto contrario (12). Tomando como ejemplo a 2006, el Banco Mundial calculó que la Unión Europea, con una población de 317 millones, generó un PIB de 10.600 billones de dólares, en tanto que, en el mismo año, América Latina y el Caribe, con 562 millones de habitantes, generó uno de 2.964 billones de dólares. Con

otras palabras, nuestra región, que cuenta con una población 44 por ciento mayor, produjo en 2006 sólo el 28 por ciento del PIB europeo (13).

El teólogo citado menciona que los obispos

católicos se quejaron en 2007 de lo mismo que en 1968, esto es, de que el progreso “atenta contra el logro de una familia humana”, llevando al hombre, dicen ellos, “por una tendencia que privilegia el lucro […] [y una] dinámica de concentración de poder y de riquezas en manos de pocos”. Si ello no bastara, Aparecida escuchó a Benedicto XVI recordando que “la raíz teológica de la opción preferencial por el pobre […], implícita en la fe cristológica, en aquel Dios que se ha hecho pobre por nosotros, para enriquecernos con su pobreza”, insistiendo en el estri-

11. Benedicto XVI, 2007, En esperanza fuimos salvados, Ediciones Paulinas. Documentos de la Iglesia, Nº 171, Bogotá.

12. Puiggros, Rodolfo, 1989, La España que conquistó el (sic) Nuevo Mundo. Editorial Ancora, Bogotá.

13. www.worldbank.org/ Data.

29 billo según el cual “la Iglesia es abogada de la justicia y de los pobres”. En el mismo sentido, la declaración de Aparecida propuso: “La opción preferencial por los pobres es uno de los rasgos que marcan la fisonomía de la Iglesia Latinoamericana y caribeña […] de modo que todo lo que tenga que ver con Cristo tiene que ver con los pobres (14). ¿El cura predica pero no aplica?

El caso de Aparecida es una excelente oportunidad para contrastar la retórica menesterosa de los obispos latinoamericanos con la fortaleza económica del aparato vaticano. No es difícil mostrar las grandes diferencias existentes entre los pocos privilegiados del episcopado católico y los muchos fieles empobrecidos por una iglesia que, desde Pablo de Tarso, se hizo rica gracias a las limosnas aportadas por el rebaño o gracias a la exacción violenta de tributos, la imposición política de diezmos o la usurpación de tierras por parte del clero, que fue acusado inútilmente por el general Mosquera colombiano ante Pío IX como el gran terrateniente de la poscolonia. Este fenómeno tiene implicaciones sobre nuestras economías y no ha formado parte de los estudios académicos, tal vez porque buena parte de sus cifras se encuentra encriptada en los archivos del bunker vaticano o porque los investigadores asumen que este es un “problema celestial” que les resulta ajeno, cuando en verdad sería un elemento fundamental para entender las relaciones de clase entre Iglesia y Estado, una vez se vieran liberadas de la trampa laicista (15/16).

El caso de Colombia puede ser útil para aterrizar estas hipótesis, debido a que las relaciones

de clase de su iglesia católica poseen acentuada tendencia política, desconociendo el plano durkheimiano que prescribe como esencial de toda religión, tanto la subordinación de lo profano a lo sagrado como la heterogeneidad entre ambos (17). Ello permitiría entender el papel económico de la Iglesia, que arrancó como terrateniente colonial desde la Encomienda del siglo XVI y, luego de la desamortización de sus bienes en el XIX, haciendo metástasis sobre el sector financiero capitalista local. Como ejemplo, Bushnell menciona que hasta la mitad del siglo XIX Colombia “careció de un sistema bancario formal [razón por la cual] algunas instituciones religiosas hacían préstamos hipotecarios” (18). La mencionada desamortización fue un instrumento aplicado por el gobierno de Mosquera hacia 1861, en procura de que el Estado retomara el control de las riquezas inmuebles de la iglesia, conformada por importantes bienes raíces urbanos y rurales, semovientes y capital eclesial. Por esa época, “en Bogotá fueron rematados 1.128 predios, 2.633 casas y 3.015 tiendas; ello significó que el 16 por ciento de las casas y el 22 por ciento de las tiendas eran eclesiales, aproximadamente el 29 por ciento de la propiedad raíz de la ciudad. En Boyacá se estima en 20.554 hectáreas la posesión de la Iglesia. A juicio de [...]

Mollien, pocos curas tenían ingresos anuales inferiores a $ 1.000 [...] El obispo de Popayán tenía ingresos estimados en $ 40.000 anuales, todo lo cual contrastaba con las penurias [...] por las que atravesaba el pueblo” (19). A pesar del proceso actuado por Mosquera, el poder terrateniente eclesial fue restaurado por el régimen teocrático de Rafael Núñez, promotor

14. Gutiérrez, ob. cit., p. 12 15. Habermas, Jürgen, 1996. “Excurso: trascendencia desde dentro, trascendencia hacia el más acá”, en Textos y contextos, Ed. Ariel, Barcelona, España, 1ª ed.

16. Congote, Bernardo, 2005, “Laicismo y religión política”, en Le Monde diplomatique, edición Colombia, Abril 2005, pp. 12-14 17. Durkheim, Emile, 1992, Las formas elementales de la vida religiosa, Ed. Akal, Madrid, 1ª ed., p. 33.

18. Bushnell, ob. cit., p. 189.

19. Díaz, Fernando, “Estado, Iglesia y desamortización” en Manual de historia de Colombia, vol. 2, Era Republicana, Editorial Planeta, Bogotá, 1989, pp. 197-222.

30 del primer acuerdo político entre Colombia y el Vaticano, en 1887. Concordato gracias al cual el Estado le devolvió a la Iglesia las propiedades presuntamente expropiadas y, además, le reconoció “indemnizaciones por las que habían pasado a manos de terceros” (20).

núa y se esmera en hacerse ver como abogada de los pobres, al tiempo que funge como miembro destacado de la élite terrateniente y financiera. Hemos descrito de manera sucinta el caso colombiano, pero no es arriesgado suponer que la misma estrategia esté operando en otras zonas de la región, dada la virtuosa consistencia de la Iglesia en la formulación y la aplicación de sus estrategias. De lo último da fe, por ejemplo, el fortísimo aparato militar que patrocina la Iglesia en nuestros países mediante la institución de los “obispados castrenses”, inédito sistema político de control ideológico sobre ejércitos y policías, que cubre buena parte de Latinoamérica y que delinea una estrategia de poderío militar que no tendría par en las religiones conocidas (22).

A pesar de que la pobreza, tal como el propio Weber lo sugería, se ha constituido en otros credos como trampolín hacia el progreso material y social, resulta por lo menos sospechoso que en la América Latina catolizada en los albores del siglo XXI continuemos escuchando la prédica de su defensa en boca de un aparato político que, en la práctica, se ha constituido en elemento que, merced a sus riquezas, atiza el desequilibrio entre clases. Porque si hay algún lugar donde el principio moral de

A merced de esta regeneración económica eclesial, promovida por Núñez, generación tras generación los colombianos estaríamos resarciendo, desviando parte de nuestros impuestos a favor de la Iglesia por el presunto despojo al que habría sido sometida entonces, tal como reza el artículo XXVI del Concordato vigente: “Las [...] partes contratantes unifican las obligaciones financieras adquiridas por el Estado en virtud del Concordato de 1887 y de la Convención sobre Misiones de 1953. En consecuencia, reglamentarán su cuantía en forma que permita atender aquellas obligaciones” (21). Actualmente, los inmuebles eclesiásticos seguirían constituyendo una importante cuota de la propiedad urbana y semiurbana, y el capital eclesial convertido a papel moneda amplificaría el portafolio de inversiones del mercado de capitales local, tema éste que, de ser investigado, bien pudiera ayudar a revelar la posible responsabilidad del poder económico de la Iglesia en la profundización de la división de clases en Colombia.

Abogando recurrentemente por la El comodín político.

De acuerdo con lo anterior, se sugieren aquí algunas hipótesis explicativas de por qué la iglesia católica latinoamericana conti-

pobreza como virtud, ello distrae la posibilidad de que sean analizados y sometidos a crítica sus ingentes recursos económicos que están dedicados a sostener uno de los más grandes aparatos diplomáticos

20. Bushnell, David, 2000, Colombia una nación a pesar de sí misma, Planeta, Bogotá, p. 202 (nota entre paréntesis del autor de este artículo).

21. Camargo, Pedro, 1995, El Estado laico en Colombia, Ed. J. Wilches, Bogotá. Pp. 159-163. Concordato ratificado en 1992 y examinado exequible en 1993 por la Corte Constitucional (cit., pp. 78,84). El autor de este artículo fue tratado con evasivas por el Ministerio de Hacienda de Colombia, producto de un derecho de petición formulado para aclarar este desangre tributario a favor de la iglesia criolla.

22. Congote, Bernardo, 2007, “El poder militar del Estado Vaticano”, en Le Monde diplomatique, edición Colombia, junio 2007, pp. 26-27.

31 “comenzar por casa” pudiera tener éxito liderado por la Iglesia sería Latinoamérica, empujando a la solución y no a la conservación de la pobreza. ¿Por qué desde la Iglesia no se conocen iniciativas orientadas a destinar fondos para dinamizar la microempresa o la agroindustria productivas? ¿Cuál es la estrategia verdaderamente “social” de la banca controlada por la Iglesia en nuestros países? ¿Por qué sigue comprome-

modernos …son en su mayoría las mujeres campesinas quienes al interior de dichas sociedades no logran acceder a la tierra como parte de sus derechos y como elemento constitutivo en el desarrollo de sus trayectorias de vida.

ocupan algunos espacios en las despensas de los menesterosos? ¿Qué diferencia pudiera haber entre estas prácticas y la demagogia política que se nutre del voto sumiso de los pobres a cambio de míseras prebendas?

Existen pruebas de que en América Latina la pobreza puede constituirse en trampolín para que sus habitantes se autoliberen de sus ataduras. Proyectos de dinamización del empleo y del ingreso a partir de microempresas que gestionan comercialmente el servicio de energía eléctrica en Colombia, en menos de cuatro años han llegado a facturar más de 10 millones de dólares anuales, creando más de 1.200 empleos directos y sirviendo productivamente a comunidades que superan el medio millón de suscriptores (23). Pues bien, el autor no conoce que en la zona de la costa atlántica colombiana, donde el experimento está vigente desde 2003, haya existido apoyo siquiera oral hacia el proceso por parte de las jerarquías católicas zonales. Ello se explicaría porque estos hechos amenazan la base ideológica de la Iglesia, anclada como está en sostener la pobreza como base de su programa político.

Abogando recurrentemente por la pobreza como virtud, ello distrae la posibilidad de que sean analizados y sometidos a crítica tida la Iglesia en sostener la pobreza mediante sus ingentes recursos económicos que están restaurantes comunitarios donde se regalan las dedicados a sostener uno de los más grandes viandas cotidianas o bancos de productos que aparatos diplomáticos modernos (24). ¿Quié-

23. Congote, Bernardo, 2005, La pobreza como camino. El caso de los servicios públicos en Colombia, en BID-Biblioteca Digital, www.iadb.org/etica, 4.393 consultas, noviembre 2005-junio 2008.

24. “La influencia religiosa actual en la política […] ofrece algunas similitudes depresivas con el siglo XVII europeo” (Kissinger, 2007, “In God’s name”, nov. 1 de 2007, www.economist.com/specialreports).

32 nes, si no los pobres, pudieran convertirse en los más crudos críticos del boato y el esplendor en que viven sus obispos? Predicar que se está de su lado, promoviendo y acompañando su pobreza, sería, por tanto, una táctica política muy eficaz que le serviría al curato de comodín para atraer al tiempo el favor de los pobres y el de los ricos; el de los primeros, porque, adoctrinados en la sumisión, se ven consolados cuando la Iglesia predica en los púlpitos ser la de los pobres “su opción preferencial”; y, el de los segundos, porque enseñaría cómo se practica el mandamiento de la caridad hacia sí mismo.

Especulemos sobre cómo funciona este mecano político-eclesial. 1º. El aparato ideológico se cuida de difundir desde los púlpitos una dialéctica de amor al pobre que nunca arriesgue criticar los recursos de los obispos, de modo que el dedo de la Iglesia siempre señale a “los ricos” y “los privilegiados”, absteniéndose de mostrar que ella es ejemplo de riqueza y privilegio; 2º. Para garantizar la sostenibilidad del sofisma, el Vaticano aprovecha el control educativo que ejerce en buena parte de los países donde opera, difundiendo entre alumnos y familias la prédica de un amor al prójimo que deben practicar los fieles siendo pobres, y haciéndose ricos los obispos. 3º. En paralelo, la demagogia de la pobreza le permite al Vaticano jugar con los partidos políticos de derecha y de izquierda, gracias a lo cual puede tomar partido por la única ideología en la que cree: la defensa de sus intereses de clase; y 4º.

Para cerrar el mecano, la Iglesia se cura en salud controlando la instrucción de cuadros militares y policiales, constituyéndose el Estado Vaticano en patrón ideológico de un poder militar cuya magnitud supera la de cualquier ejército o policía tomado nacionalmente (25).*

*Artículo Cedido por el autor y publicado originalmente en Le Monde Diplomatique Edición Colombia. Nº 73.

Citación bibliográfica igual a la que se publicó en el periódico.

25. Congote, 2007, cit. referencia a los “obispados castrenses”.

33 MUJERES CAMPESINAS Y DERECHOS A LA TIERRA 20

Jaime Landínez Aceros jlandineza@unal.edu.co Estudiante de Sociología. Universidad Nacional de Colombia

“Los sindicatos agrarios prefieren a los hombres a la hora de conceder tierras y otorgar derechos de propiedad de la misma. Las mujeres no contamos con tierras propias. Los padres dan más preferencia a los hijos varones, discriminando a las mujeres. Entre las propuestas para superar nuestra situación, se encuentran derecho a la propiedad de la tierra…nosotras las mujeres sufrimos, porque no tenemos derecho a la tierra propia, donde cultivar nuestra agricultura que representa la solvencia económica necesaria para vivir”21 El acceso a bienes y servicios resulta fundamental en el contexto de proyectos de sociedades más justas y equitativas que en últimas proporcionen condiciones de vida y bienestar dignas para todas y todos sus miembros.

De este modo, desde diferentes corrientes de pensamiento se ha intentado aportar en la discusión de cuáles bienes, para quiénes, para qué, entre otros.

Mi interés radica en articular tales discusiones haciendo referencia a un bien en especial: la tierra, en tanto bien y derecho que desempeña una función cardinal en las sociedades rurales: es la base de sustento económico, así como elemento articulador de diferentes realidades sociales e incluso políticas.

20. Hago referencia a mujeres campesinas, aquellas habitantes de espacios rurales en contextos de economía campesina. Este artículo no toma en consideración las condiciones y situaciones específicas de mujeres indígenas y afrodescendientes.

21. Memoria: Primer encuentro de Mujeres Indígenas, Campesinas y Originarias, Cochabamba del 24 al 26 de julo de 1995, La Paz. (Citado en Deere y León b: 48-49)

34 Lo que la evidencia y los distintos estudios en las mujeres – contribuyendo con esto la materia señalan, es que la brecha entre va- a una reducción en la mortalidad inrones y mujeres en el acceso al bien tierra es fantil y mejoras en la salud materna ampliamente significante, es decir, que para el caso de América Latina si bien en términos generales las y los miembros de sociedades campesinas presentan un precario o inexistente derecho de propiedad a la tierra, son en su mayoría las mujeres campesinas quienes al interior de dichas sociedades no logran acceder a la tierra como parte de sus derechos y como elemento constitutivo en el desarrollo de sus trayectorias de vida.

Como parte de las Metas de Desarrollo del Milenio, se establece claramente un apartado (Meta 3) en la búsqueda de “Promover la igualdad de género y empoderar a las mujeres”. Ello resulta fundamental dado que “Las mujeres en los países en desarrollo poseen menos del dos por ciento de toda la tierra y reciben menos del cinco por ciento de todos los servicios de apoyo, aunque desempeñan un papel clave en la agricultura y en la seguridad alimentaria del hogar. El aseguramiento de los derechos a la tierra para las mujeres contribuye no solamente al empoderamiento de las familias pobres, sino que también aumenta el poder social y político de

(metas 4 y 5)” (Coalición Internacional para el acceso a la Tierra. En línea).

Es así como intento señalar factores que conducen a tales condiciones

35 (señaladas someramente en la cita anterior) para el caso de las mujeres campesinas latinoamericanas, del mismo modo que intento establecer por qué, en el contexto de sociedades más justas y en los estudios sobre pobreza y desarrollo, resulta primordial dar cuenta de las diferencias de acceso a bienes y derechos asociadas con el género.

sus medios de vida” (Coalición Internacional para el acceso a la Tierra. En línea). Por su parte, diferentes estudios han señalado que “Latinoamérica presenta la peor distribución de los recursos de cualquier región del mundo (IADB, 1997: 40-41), y que ello se relaciona estrechamente con una extremada desigualdad en la distribución de la tierra”. (Citado en Deere y León:1).

¿Por qué es importante garantizar el acceso a la tierra -al interior de sociedades campesinas- a las mujeres, más allá de la figura familia?

Asimismo, y como elemento de base en este artículo, son importantes las diferencias de género en lo que concierne al acceso y obtención de dicho bien. Como es señalado por Deere y León “En un número reducido de países, las mujeres constituyen únicamente una cuarta parte de los propietarios de tierra.” (Deere y León: 1)

Por su parte, los trabajos del economista Amartya K. Sen permiten una aproximación a tales propósitos: su concepción de lo que entiende por desarrollo así como sus discusiones en torno a la importancia de la posesión de determinados bienes más allá de una mera condición jurídica y la situación especial de los diferentes miembros de la unidad familia en cuanto a la distribución de bienes y de los beneficios derivados de éstos.

“Las mujeres siguen teniendo un control sistemáticamente menor sobre una variedad de recursos productivos...”

De acuerdo con datos de la Coalición Internacional para el acceso a la tierra: “Tres cuartas partes de los pobres del mundo – aproximadamente 900 millones de personas- viven en áreas rurales y dependen del acceso a la tierra y a otros recursos naturales para

De tal modo, diversos informes reiteran la necesidad de tomar en cuenta la brecha entre varones y mujeres en lo concerniente al acceso y uso de la tierra si realmente se pretende reducir índices de pobreza y desigualdad. Un reciente estudio del Banco Mundial -Engendering Development (2001: 5)- señala a modo de conclusión: “Las mujeres siguen teniendo un control sistemáticamente menor sobre una variedad de recursos productivos...Estas desigualdades, ya sea en educación u otros recursos productivos, perjudican la capacidad de la mujer para participar en el desarrollo y contribuir a alcanzar estándares de vida superiores para su familia. Estas diferencias también se traducen en mayor riesgo y vulnerabilidad al momento de enfrentar crisis personales o familiares, durante la senectud y en crisis económicas” (Citado en Deere y León: 3).

36 A partir de este somero contexto, resulta interesante plantear algunos cuestionamientos: ¿Es la tierra22 tan solo un bien productivo o espacio para invertir, o por el contrario puede enmarcarse dentro del “conjunto de bienes entre los que una persona puede elegir un subconjunto” (Sen: 1118), es decir, parte de sus derechos, que por lo demás, resultan primordiales en tanto determinan capacidades de la gente (bienes que pueden dominarse)? ¿Puede considerarse el acceso, uso y beneficio de la tierra como justo dadas las condiciones de tenencia en nuestro país, como se señalará más adelante23? ¿De acuerdo al trabajo de Amartya Sen y sus análisis en torno a la distribución interna (dentro del hogar) de los recursos y bienes yendo más allá de la figura familia, podría señalarse que existe dentro de ésta una relación equitativa entre varones y mujeres?

Intento trabajar sobre tales cuestionamientos, buscando aproximar algunas respuestas.

pacidades, en tanto el desarrollo, en últimas, busca aumentar las capacidades de la gente24 (Sen: 1116); éstas van de la mano del conjunto de bienes que puedan dominarse; en este caso la tierra, el suelo cultivable.

De tal forma el acceso a la tierra resulta una cuestión de preponderancia en tanto aumenta, dinamiza las capacidades de la gente, especialmente, de las mujeres campesinas.

En Los bienes y la gente, Sen considera que la importancia de los derechos radica en que éstos determinan capacidades y que merecen suficiente atención en tanto se busquen medidas sobre reforma agraria, política de empleo, seguridad social, entre otros.

Así, la creación y aseguramiento de derechos y su conversión en capacidades se postulan como tareas cardiBienes, Derechos y Capacidades. nales en los procesos de desarrollo.

En este caso, garantizar y permitir el Diferentes discusiones teóricas y políticas han acceso real a la tierra a sujetos que, señalado de qué modo un sistema justo de como fue esbozado anteriormente, acceso a bienes va más allá de la mera apro- han estado excluidas del derecho a piación de éstos, o el aumento de su oferta. ésta y sus beneficios.

En palabras de Sen, uno de los argumentos que guían éste artículo: “…aunque los bienes y Por otra parte, el trabajo de Sen ha servicios son valiosos, no lo son por sí mismos. logrado ir más allá en el esfuerzo por Su valor radica en lo que pueden hacer por la comprender las dinámicas de la distrigente o más bien, lo que ésta puede hacer con bución de bienes y servicios en nuesellos” (Sen: 1116). tras sociedades. Su análisis se interesa por la distribución de éstos dentro del Es así como se introduce el enfoque de las ca- hogar (intrahousehold), poniendo 22. Hago referencia a las formas que asumen los derechos a la tierra: Derecho de uso: producción de cultivos, recolección de productos. Derecho de control: toma de decisiones sobre el uso de la tierra; obtención de beneficios. Derechos de transferencia: venta o hipoteca de la tierra; herencias o traspasos. (FAO: 7) 23. A este respecto vale la pena señalar que las cifras disponibles sobre la materia en la mayoría de países latinoamericanos no están (o lo están hace muy poco tiempo) discriminadas por género.

Sobre ello discuten en sus trabajos Magdalena León y Carmen Diana Deere (ver Bibliografía).

Es así que durante este texto no presento datos estadísticos rigurosos o extensos. Trabajo sobre los que proporcionan algunas investigaciones sobre el tema en cuestión.

24. En términos bastante generales, Sen entiende las capacidades como las oportunidades de las personas para hacer o llevar a cabo la vida y/o actividades que consideran preferibles y valiosas.

Como lo señalan los distintos estudios sobre el tema, algunos de los que he citado aquí.

37 en entredicho la figura del cabeza de familia y su supuesto altruismo, así como las clásicas concepciones del “como si” (mercado competitivo) con respecto a la economía del hogar.

tificaría dada “La posición sistemáticamente inferior de las mujeres dentro y fuera del hogar en muchas sociedades” (Sen b: 3. Traducción propia).

Es decir, para Sen las relaciones entre varones El esfuerzo de Sen en éste campo ra- y mujeres (niñas-niños-ancianas-ancianos-madica en postular la dimensión de gé- dres-padres) no pueden entenderse como una nero “como una fuerza en sí misma mera relación entre agentes económicos que en los análisis sobre desarrollo” (Sen: comparten su situación de clase o estamento.

3. Traducción propia). Tal cosa se jus- En sus palabras: “Un obrero y un capitalista usualmente no viven juntos bajo el mismo techo –compartiendo preocupaciones y experiencias y actuando conjuntamente” (Sen b: 42. Traducción propia).

De tal modo, postula la dimensión de género, entendida como la necesidad de pensar la posición y situación de la mujer en distintos contextos sociales como elemento de base para el análisis del desarrollo; éste “no puede ser divorciado de las categorías de género y de las observaciones específicas relacionadas con el sexo” (Sen b: 4. Traducción propia).

Sus trabajos más relevantes (en ésta línea) se han dado en el campo del análisis de las hambrunas en el mundo y la situación especial de la mujer en la distribución de los ingresos-bienes al interior del hogar. Son ellas las más perjudicadas la mayoría de veces, atado ello a importantes imaginarios culturales que les consideran menos importantes en tanto aportan muy poco o nada al monto de bienes de la unidad familiar.

El trabajo de Sen busca contradecir tales discursos, como también yo busco hacerlo aquí.

38 Mujeres sin-tierra y Sociedades rurales El caso de las mujeres latinoamericanas es relevante en el contexto de proyectos de sociedades justas ya que son ellas las que en amplias proporciones se encuentran excluidas del acceso a la tierra y sus beneficios; es decir, sus capacidades son menores en tanto lo son así sus derechos.

La brecha entre varones y mujeres se constituye y permanece, como lo señalan Magdalena León y Carmen Deere por factores tales como: “preferencia masculina en la herencia, el privilegio del que goza el hombre en el matrimonio, el sesgo hacia el sexo masculino tanto en programas comunitarios y estatales sobre reparto de tierras como en el mercado de tierras, en donde la mujer pocas veces es participante exitosa como compradora”. (Deere y León: 3).

mujeres campesinas latinoamericanas juega en la discusión de los derechos a la tierra en tanto determinantes de capacidades.

En tal contexto es posible afirmar que los derechos de propiedad sobre la tierra de mujeres campesinas latinoamericanas no existen o son precarios9.

A ello habría que adicionar que entre los derechos formales a la propiedad y la tenencia de tierra real media una brecha, como aquella con respecto a los bienes de la familia y los que realmente son de la mujer y de cuyos beneficios puede gozar plenamente. Tales aproximaciones resultan posibles al presentar los datos que presento al inicio y que en términos amplios dan cuenta de un elemento estructural de nuestras sociedades.

En otro de sus trabajos, Deere y León señalan que los mecanismos de exclusión del derecho a la tierra para con las mujeres son de carácter legal, cultural, estructural e institucional que se hallan fuertemente interrelacionados pero finalmente, para las autoras, basados en ideologías patriarcales que construyen/constituyen lo femenino y lo masculino así como las tareas “de hombres” y “de mujeres” (división sexual del trabajo). (Deere y León c: 4)

En relación con los mecanismos de exclusión anteriormente mencionados, resulta interesante dar cuenta de ellos en el contexto de las sociedades latinoamericanas. De acuerdo a un reciente estudio de la FAO, es posible señalar cuatro instituciones “que afectan el acceso de la mujer a los derechos sobre la tierra” (FAO: 12):

En tanto se analizan los derechos como dominio real sobre bienes y servicios de las personas (Sen: 1118), es fundamental comprender que éstos se hallan relacionados con el sistema de derechos de propiedad de cada economía en particular, así como de la posición real de la persona o familia en cuestión en la sociedad (Sen: 1118). De tal modo es posible entrever la importancia que la posición y condición de las

A ello habría que adicionar un elemento fundamental que organiza el acceso y derecho a la tierra en nuestro país -de posible generalización en América Latina-: la estructura de tenencia de la tierra, fundada sobre el sistema latifundio/minifundio.

39 Todaro y Smith encuentran que ésta es una característica común en el continente latinoamericano: “La estructura agraria que ha predominado en América Latina desde los días de la colonización y ha proporcionado bastante para la región en su organización social es el patrón del dualismo agrícola conocido como latifundio-minifundio” (Todaro y Smith: 430. Traducción propia). De tal modo, los procesos de concentración de amplias porciones de tierras cultivables han estructurado el acceso a éstas. De acuerdo a datos de la FAO (presentados por Todaro y Smith) el 1.3% de propietarios de tierra en América Latina poseen el 71.6% de la tierra de cultivo. (Todaro y Smith: 430).

SISTEMA JURÍDICO FORMAL

ECONOMÍA Y EDUCACIÓN

SITUACIÓN EN LA COSTUMBRES Y UNIDAD FAMILIAR RELIGIÓN

Derechos de propiedad

Acceso a crédito y otros insumos

Poder de decisión

División del trabajo.

Herencia

Herencia. Divorcio y Derechos de propiedad matrimoniales

Acceso a salarios complementarios

Sistemas de apoyo comunitarios/ familiares

Apoyo y Responsabilidades a la familia ampliada

Control del uso de la tierra

Acceso a la observancia jurídica de los derechos

Responsabilidades de la familia ampliada

Derechos tradicionales de uso

Para el caso de nuestro país, resulta interesante tomar en cuenta las siguientes cifras:

TAMAÑO DEL PREDIO (HAS)

Menor 3 Mayor 3, Menor 100 Mayor 100, Menor 500 Mayor 500 Totales

PROPIETARIOS SUPERFÍCIE (ÁREA PREDIAL RURAL REGISTRADA)

57.3 % 39.7% 2.6% 0.4% 100%

1.7% 22.5% 14.6% 61.2% 100%

RELACIÓN ENTRE EL ÁREA PREDIAL RURAL NACIONAL Y LOS PROPIETARIOS, SEGÚN TAMAÑO DE PREDIOS PARA EL AÑO 2001. (Basado en datos del IGAC Y CORPOICA) Tomado de Zonas de reserva campesina aprendizaje e innovación para el desarrollo rural de César Enrique Ortiz.

40 Por lo demás, la situación particular colombiana se halla atravesada por el conflicto armado y el narcotráfico, generando hechos sociales tales como el desplazamiento, el desarraigo, la pérdida de referentes comunes y, en términos generales, más altas tasas de pobreza y desigualdad.

Asimismo, Todaro y Smith señalan que un carácter común de la agricultura campesina tanto en Asia, África y América Latina es la posición de la familia en tanto unidad básica de producción (Todaro y Smith: 429). Tal elemento resulta definitorio en tanto remite a considerar la familia como el contexto básico de análisis del desarrollo en las sociedades rurales. Como anteriormente lo señalé, Sen considera que resulta inapropiado para el análisis del desarrollo enfocarse en el núcleo familiar sin tomar en cuenta las diferencias dentro de éste, especialmente para el caso de las mujeres. El reto consiste en mostrar que si bien una familia posee la propiedad sobre determinado espacio de tierra, los arreglos intrafamiliares no benefician en igual medida tanto a varones como a mujeres.

El primero de los cuadros conlleva a considerar la complejidad que reviste la pregunta por los motivos del precario acceso de campesinas a la tierra.

Justamente permite plantear que éstos no son únicamente institucionales, sino que los factores de tipo cultural juegan un rol fundamental. Ello aporta para concluir que por lo menos en este tipo de discusiones, la perspectiva de lo interdisciplinar resulta fundamental; sin embargo, sería la voz de las mujeres y las comunidades las que en amplia medida permitirían dar cuenta del modo en que tales niveles institucionales, culturales, económicos, educativos se relacionan. En ese sentido, afirma Sen: “La agencia política de las mujeres puede ser particularmente importante en el hallazgo de los prejuicios de percepción dominantes que contribuyen al descuido de las necesidades y reivindicaciones de las mujeres” (Sen b: 45. Traducción propia).

¿Cuál es la importancia de considerar el derecho a la tierra en contextos de agricultura campesina?

El trabajo agrícola y la relación con la naturaleza, se postulan como elementos definitorios de la vida en las zonas rurales: “para un enorme número de familias campesinas, cuyos miembros constituyen la principal fuerza de trabajo agrícola, la agricultura no es únicamente una ocupación o fuente de ingreso; es un estilo de vida” (Raanan Weitz. En Todaro y Smith: 429. Traducción propia). Además de ello, como ya lo esbocé anteriormente, la tierra y el sistema de producción agrícola atado indiscutiblemente a ella, definen relaciones sociales, económicas y políticas; en palabras de Todaro y Smith: “En América Latina, tanto como en Asia y África, las estructuras agrícolas no son sólo parte del sistema de producción sino también un rasgo básico de la organización económica, social y política de la vida rural” (Todaro y Smith: 429. Traducción propia).

Es de ese modo que la discusión por el derecho a la tierra de las campesinas se torna fundamental, en tanto dicho bien se constituye en elemento decisivo en el “estilo de vida” de las y los campesinas-os, y estructura relaciones económicas, sociales y políticas. El territorio como espacio de concreción de las identidades, de arraigo, de construcción de relaciones intersubjetivas.

En tal sentido el bien tierra –en las sociedades campesinas latinoamericanas- supera la concepción de mero espacio de producción agrícola (si bien tal aspecto es constitutivo, sin duda) al servicio de intereses puramente económicos y por ello garantizar el derecho a ésta por parte de mujeres resulta un elemento constitutivo en la construcción de sociedades con menores índices de desigualdad y pobreza.

41 Las relaciones entre el uso, control y propiedad de la tierra resultan de especial interés. Las mujeres latinoamericanas hacen uso de la tierra y de diversos medios que la componen, como agua y árboles. Sin embargo, la propiedad sobre éstas no se encuentra estipulada, ni mucho menos asegurada. Una de las cuestiones estructurantes de tal situación es resaltada por Todaro y Smith: “Se estima que además del trabajo dentro del hogar, las mujeres proveen del 60% al 80% del trabajo agrícola en África y Asia, y cerca del 40% en América Latina. Mucho de dicho trabajo, sin embargo, es estadísticamente “invisible”, en donde las mujeres a menudo no reciben pago por las labores que llevan a cabo” (Todaro y Smith: 440. Traducción propia). En ese orden de ideas, la cuestión de la remuneración y reconocimiento por el trabajo realizado parece desventajosa para las mujeres: “A muchas mujeres de hogares pobres no se les paga el trabajo que llevan a cabo en la agricultura familiar o en los negocios” (Todaro y Smith: 229. Traducción propia). Con respecto a México, los autores señalan que el 22.5% de las mujeres en el sector agrícola y 7.63% en el no agrícola trabajan a tiempo completo sin pago.

(Todaro y Smith: 229).

Para el caso de los elementos institucionales y estructurales, tendrían que tomarse en cuenta el sesgo por parte de gobiernos e instituciones que titu-

lan tierras a nombre “del cabeza de hogar”, o incluso de “la pareja de esposos”, pasando por alto poderosas construcciones culturales que indiscutiblemente asignan el rol de débiles a las mujeres (como en el caso de la apreciación de sus labores en el hogar y en el agro como tareas no económicas).

Una de las acciones en el proceso de mejoramiento de las condiciones de vida de las poblaciones pobres es asegurar el real acceso, uso, control y beneficio de la tierra para las y los campesinos latinoamericanos.

Un análisis que no considere las diferencias de género como fuerzas “en sí mismas”, no logrará una aproximación adecuada a las situaciones de desigualdad y pobreza de miles de habitantes en el mundo entero.

42

Como fue señalado a lo largo del texto, para las sociedades campesinas el bien tierra hace parte indiscutible de su estilo de vida, va más allá de un mero pedazo de tierra cultivable y configura diferentes tipos de relaciones económicas, sociales y políticas. Es en ese sentido que se hace pertinente garantizar el acceso y uso de la tierra a pobladores-as campesinosas que históricamente han estado excluidos-as de éste por factores institucionales, políticos, culturales. Ello resulta interesante al revisar la situación particular de las mujeres campesinas, quienes de acuerdo a las estadísticas y trabajos sobre el tema presentan los menores índices de propiedad sobre la tierra; el análisis de las condiciones que conllevan a tal hecho arroja una suerte de elementos interrelacionados (culturales principalmente, pero también económicos, políticos) que demandan inicialmente un interés por el tema, así como aproximaciones futuras más allá de los datos estadísticos donde las características históricas y rasgos propios de las diferentes estructuras de tenencia hagan parte indiscutible del análisis y, sobre todo, donde la “agencia política” de las mujeres sea protagonista.

Si la propiedad sobre determinados bienes -en el contexto de procesos de desarrollo- resulta fundamental en tanto éstos dinamizan las capacidades de la gente y permiten hacer y ser en beneficio propio, de la unidad familiar y la comunidad, entonces generar canales de acceso a la tierra para mujeres campesinas propicia la disminución de la desigualdad (dentro y fuera de la familia) y concede la visibilización y realización de El reto consiste en mostrar que si éstas como agentes portadoras bien una familia posee la propiedad de poder social, político y ecosobre determinado espacio de tierra, los arreglos intrafamiliares no nómico. benefician en igual medida tanto a varones como a mujeres.

“Se estima que además del trabajo dentro del hogar, las mujeres proveen del 60% al 80% del trabajo agrícola en África y Asia, y cerca del 40% en América Latina. Mucho de dicho trabajo, sin embargo, es

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Todaro, Michael y Smith, Stephen. Economic Development. Ninth edition. Pearson-Addison Wesley. 2006

estadísticamente “invisible”, en donde las mujeres a menudo no reciben pago por las labores que llevan a cabo”.

44 ELEMENTOS CONCEPTUALES PARA EL ANÁLISIS DE LA POBREZA RURAL Y EL CONFLICTO ARMADO

C

Marisabel García Acelas Socióloga. Universidad Nacional de Colombia malpen22@hotmail.com

on el fin de lograr exponer algunos elementos frente a los fenómenos de la violencia, el conflicto armado, el nivel de desarrollo rural en el país y la situación de pobreza de los pobladores rurales, es fundamental echar una mirada atrás e indagar sobre el origen de problemáticas vigentes, que generadas a partir de procesos pasados, han mantenido una línea progresiva de desarrollo, reconfigurándose a lo largo de más de medio siglo.

Para fines de este artículo y con la intensión de tener un acercamiento al proceso de cambio social en la estructura de la población rural, me permitiré abordar ésta problemática a partir de la reflexión de dos elementos con un carácter actual.

El primero, una breve caracterización del conflicto armado en Colombia, con el fin de realizar un acercamiento conceptual que englobe el marco desde el cual se lee el fenómeno; el segundo: racionalidad y economía campesina; buscan- y sustento del trabajador rural, como do establecer tanto las formas de producción su cosmovisión específica y situación

45 de pobreza para finalmente presentar una breve reflexión frente a la construcción de la memoria, tan pertinente para un proceso de reparación para las víctimas de la violencia, que en su gran mayoría para el caso colombiano, son de origen rural.

teniendo presente que una amplia gama de autores han escrito sobre el tema, retomo dos de ellos que desde sus investigaciones aportan un análisis complementario del fenómeno.

Libardo Sarmiento, analiza este fenómeno desde dos tipos: la violencia orgánica, la cual se ve reflejada en mayor medida en los mu¿Cómo nombrar lo que vemos hoy? nicipios del área rural del país y es concebida bajo su característica de generada en un esceEs esencial acotar la caracterización nario de confrontaciones armadas; y una vioque se ha realizado del conflicto y lencia inorgánica que se expresa como ligada de los actores en él involucrados. a patologías individuales y que logra un punto Resulta indispensable no solamente de intensidad alto en la medida en que se reen términos de la compresión de las produce como un elemento propio de la culcaracterísticas y dinámica presentes, tura. Así mismo, apela a una caracterización sino también, en términos de plan- de la violencia por regiones, o áreas específitear desde el quehacer sociológico, cas, que posibilite ahondar en la problemática la construcción reflexiva de una mira- y dar cuenta de elementos particulares, bajo da multipolar del mismo. los cuales se pueda construir un mapeo analítico nacional, buscando entonces evitar caer Tal caracterización, corresponde a un en generalizaciones y abstracciones en el moproceso político y social de construc- mento de abordarlo. ción de una representación y de una narrativa, que busca legitimar ante la Con una reflexión teórica similar, María Victosociedad procesos de negociación o ria Uribe, a través de su texto Antropología de confrontación abierta, en un con- de la inhumanidad, destaca dos tipos de viotexto político y social interno y exter- lencia. Una violencia con familiaridad social, no temporalmente definido. En este dada entre próximos sociales y una violencia proceso de construcción de una re- orgánica, ejercida por grupos armados constipresentación del conflicto, interac- tuidos y que se presenta esencialmente en el túa un amplio conjunto de actores escenario rural en el país, ámbito en el cual se que se extienden desde el Estado, las crea el escenario principal para un ejercicio instituciones, los grupos guerrilleros de la violencia orgánica que ha variado de y paramilitares, las Fuerzas Militares, matices y causas, pero que se ha mantenido hasta los organismos internaciona- entre actores armados. les, organizaciones y movimientos sociales, gremios, medios de comu- En tanto al conflicto armado en Colombia, nicación y la sociedad civil. hay dos autores que me parece pertinente Buscando plantear una tipología de traer a discusión: Eduardo Pizarro, quien la violencia, en forma de contexto, y por un lado describe el conflicto colombia-

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Es fundamental comprender la situación de la población rural, a partir de un análisis complejo, que tenga presente elementos de carácter estructural… así como aspectos que hacen referencia a prácticas mucho más cotidianas, gracias a las que se reconstruye lo estructural, pero que están centradas en un nivel más micro, basado en la interacción del campesino y campesina con otros sujetos sociales, con el cultivo, etc.

no como interno26, regular, prolongado y con raíces ideológicas y por otro, se esfuerza por caracterizar a los sujetos que se enfrentan en una confrontación directa como actores políticos inmersos en el conflicto y no como terroristas o caracterizados bajo un marco meramente delincuencial. Pécaut, partiendo de su concepto de “guerra contra la sociedad”, analiza de manera más precisa la forma de ejercer poder por parte de los actores organizados, y lo conceptualiza a partir de redes de poder comprendiendo a “todos aquellos grupos que manejen una capacidad de coacción, inclusive por medios armados”27, en donde posiblemente, la ampliación de ese control tenga como precedente la instrumentalización de la población civil por parte de los actores en conflicto.

Es fundamental comprender la situación de la población rural, a partir de un análisis complejo, que tenga presente elementos de carácter estructural como la tenencia de la tierra, las relaciones de poder que se ejercen y los actores presentes en las formas de

producción y explotación de los recursos naturales existentes en los territorios, la forma en que se distribuye la riqueza obtenida por los mismos; así como aspectos que hacen referencia a prácticas mucho más cotidianas, gracias a las que se reconstruye lo estructural, pero que están centradas en un nivel más micro, basado en la interacción del campesino y campesina con otros sujetos sociales, con el cultivo, etc.

Pobreza: situación determinante del ámbito rural Teniendo como referente que el texto propende en mayor medida un acercamiento a la problemática expuesta, en lugar de una búsqueda de respuesta a la misma, debe dejar cuestionamientos planteados y buscar una confrontación entre la base teórica y las especificidades concretas del caso colombiano.

En ese sentido, al pensar en desarrollo rural hay varios puntos que se pueden traer a acotación, un autor como Galesky, quien estudia la conversión de la granja familiar tradicional en una empresa familiar moderna, basado en procesos de desintegración y transformación de la organización social productiva agrícola y la valoración del cambio social rural en una sociedad, plantea que esta conversión ocurre en “las condiciones de una economía de mercado que impone la especialización de la producción

26. Punto que discute Gonzalo Sánchez pues éste autor rescata los efectos y las consecuencias del conflicto en Colombia a nivel internacional, alimentando el debate sobre soberanía nacional.

27. PECAUT, Daniel. Es posible aún una interpretación global de los fenómenos en Colombia.

En: violencia y política en Colombia. Hombre Nuevo y Universidad del Valle editores. 20003, pag 85

47 creciente para el mismo y la disminución de los costos”28.

Asimismo destaca cuatro pasos para analizar la transformación de la organización social productiva agrícola: la desintegración del latifundio y surgimiento de una agricultura campesina, el paso de las granjas campesinas tradicionales a agricultura campesina multifamiliar colectiva, la transformación de la granja

sí mismo. El de pobreza, es visto como una consecuencia de una serie de flagelos que golpean fuertemente a la población rural, tales como: “... el acceso insuficiente y precario a la tierra, la falta de capital y crédito institucional, sus tecnologías tradicionales poco productivas buscando sobre todo darles seguridad de comer; el subempleo, el no acceso a la educación formal y un ingreso menor al de sus necesidades a pesar de su multiactividad, todo ello agravado por términos de intercambio muy desfavorables”.29

Es entonces pertinente pensar el panorama del sector rural, pues en tanto se mantenga un enfoque basado en la implementación de planes de desarrollo para los países del tercer mundo hacia al crecimiento agrícola, como en el caso colombiano, y no se oriente hacía el desarrollo propiamente agrario, con la finalidad de que repercuta en una mejora de las condiciones de vida del campesinado, es difícil lograr un transcampesina tradicional en la moderna granja formación de fondo de la organización social familiar con carácter de empresa, y el surgi- productiva agrícola. miento de una extensa granja industrial, donde prima el trabajo asalariado.

Estos planes son introducidos del modo dado, sin tener en cuenta los valores, las tecnologías De la misma manera, el concepto de desa- tradicionales y los referentes culturales, de rrollo es tomado por Chonchol desde varias forma que, en lugar de reproducir elementos dimensiones: movilización de recursos huma- propios de los grupos sociales, son transplannos y materiales; elementos de identidad de tados los modos de producción o formulados cada pueblo y consecuencias del proceso en desde entes multinacionales que atendiendo 28. GALESKY, Bugoslaw. La organización social y el cambio rural. En: campesinos y sociedades campesinas. FCE, México. 1989. Pág 118.

29. CHONCHOL, Jacques. Revalorización de las sociedades campesinas del tercer mundo. En: el campesino contemporáneo. Cambios recientes en los países andinos. Ed CEREC, Tercer mundo editores.

Bogotá, 1990. pag 25

48 a sus intereses no tienen en cuenta los resultados locales y consecuencias de los mismos. La implementación de la tecnología no está pensada para condiciones particulares de la pequeña agricultura y las situaciones específicas en las regiones, asimismo cabe preguntarse ¿de qué forma, con las condiciones laborales mínimas del trabajador rural, se pueden generar programas que posibiliten el acceso de éstos a las condiciones materiales que posibilitan la producción, distribución y comercialización?

tierras y fuerza laboral y una acentuada desigualdad31”.

El campesino renuncia entonces a una relación totalmente focalizada en el hacendado quien agrupó, durante este sistema de producción, todo su ámbito social, económico e ideológico, para pasar a establecer nexos de carácter institucional con funcionarios estatales, en donde el Estado comienza a ejercer su papel central como agente regulador y legal; mienEl concepto de pobreza expuesto posible- tras la ausencia del mismo en las zomente deba ser reevaluado, para nuestro nas rurales, genera una dinámica de caso, tomando como eje una tipología mu- control de los poderes locales y regionicipal definida, en la que se puedan analizar nales que erigen un ordenamiento lelos elementos planteados desde Chonchol, gal y político propio. pero que también incluya los niveles de intensidad de esa pobreza y dar cuenta entonces En ese sentido, Darío Fajardo destaca de la amplitud de éste fenómeno en la pobla- como consecuencia de ese monoción rural. polio, y mantenimiento del mismo por medio de un beneficio económiEn términos de el proceso de diferenciación co inclinado a los terratenientes y a de la población campesina en Colombia, Jai- las multinacionales, que el proceso me Eduardo Jaramillo es un insumo muy im- de desarrollo tecnológico que se lleportante, pues partiendo de la invalidez actual vó a cabo en el país es impropio para de una bipolaridad tradicional en la figura: los campos colombianos, cuestión minifundio – latifundio, afirma que se ha pre- que se ha planteado con anterioridad sentado un cambio en la constitución de las en el texto. Al analizar las reformas Unidades Campesinas de Producción, gracias agrarias y teniendo como base autoal surgimiento de nuevas clases y estratos so- res como Fajardo, Mesa y Le Grand, ciales, en “un proceso de movilidad ascenden- se puede afirmar que ejemplos como te y descendente y de diferenciación social, la ley 200 de 1936 o “ley de tierras” y que convierte al sector rural colombiano en un la ley 100 de 1944 o “ley de aparcesector mucho más dinámico30”. Lo cual suma ría”, no tenían la pretensión de impleotro elemento para el análisis. Asímismo, se mentar una verdadera redistribución debe mantener en el análisis la existencia de de la tierra, sino que por el contraun enfatizado y persistente monopolio de las rio sirvieron a los intereses de los tetierras, en manos de una pequeña élite, lo cual rratenientes y a la desarticulación de ha traído consigo “un desperdicio social de las las luchas campesinas que se forta30. JARAMILLO, Jaime Eduardo. El sector agrario en Colombia: modernización, diferenciación social y presencia del Estado. En: la Colombia de Hoy. CEREC. Bogotá. 1986. pág. 204 31. FAJARDO, Darío. Haciendas, campesinos y políticas agrarias en Colombia, 1920 – 1980. Ed, oveja negra. Bogotá, pág, 7.

49 lecían para este momento, pues a través de la ampliación de los plazos de extinción de dominio establecidos en la ley anteriormente mencionada,

se “buscó asegurar al terrateniente los contratos de tenencia o aparcería que fueron declarados de utilidad pública32”.

Las leyes que aparentemente buscaban la repartición de tierras entre los campesinos, junto con la ilegalidad bajo la que proceden los terratenientes al monopolizar baldíos y progresivamente usurparlos, son pilar para el mantenimiento de la propiedad privada en el campo, en donde el campesino colono desaparece y el campesino arrendatario surge. Planteo entonces el siguiente cuestionamiento: ¿cómo posibilitar el fomento de organizaciones campesinas consolidadas que tengan la capacidad de intervenir en las decisiones políticas frente al agro , de manera tal que se estimule un sistema participativo donde las decisiones no sean tomadas por actores externos a la realidad campesina del país ?

Para finalizar este apartado me gustaría traer a acotación una reflexión en referencia a una de las consecuencias más visibles del conflicto armado y la violencia, y que indiscutiblemente tiene que ver con el nivel de desarrollo del ámbito rural: el fenómeno de desplazamiento forzado del que son víctimas los campesinos. Por una parte en ellos se presenta una ruptura referente a su subjetividad como sujeto social, su estilo de vida, noción del tiempo y relación con su entorno y sus semejantes, generando desarraigo de su lugar de origen;

32. MESA, Darío. El problema agrario en Colombia. Ed: el tigre de papel. Medellín, 1972. pag, 102.

50 también, genera la desolación gradual de los campos, eliminación prolongada de la economía campesina y la acumulación de población en los cordones de miseria de las ciudades o cabeceras municipales.

Las huellas son susceptibles de reactivación.

Al mirar la dinámica de la violencia tanto orgánica como inorgánica pareciese que ésta se rutinizara en las prácticas diarias de los actores, volviéndola casi invisible; al mismo tiempo pareciera que los actores sociales generasen un tipo de capacidad de adaptación. La pregunta es ¿hasta cuándo y qué nivel de violencia se necesita para comenzar a proponer desde los diversos sectores una salida negociada al conflicto?

La imposibilidad de juzgar a quienes han cometido crímenes de lesa humanidad contra las víctimas de la violencia, ejercida por parte de Grupos armados militares y paramilitares, mediante la implantación de lo que Gonzalo Sánchez ha denominado una “política del olvido”, elimina la eventual construcción de una memoria colectiva que juegue un papel crucial en el replanteamiento de soluciones duraderas.

Retornar desde la memoria, posibilita la reflexión acerca de la construcción de identidad de la población, el tipo de conflicto político y social existente y la comprensión de la racionalidad del campesino frente a su medio, a las formas de producción, al tipo de cultivo que realiza, y al tipo de mano de obra que prevalece en su unidad productiva. Es entonces

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desde este recorrido de los procesos, que se puede pensar en un análisis causal, con el fin de entrar a examinar la configuración de una estructura de poder regional, que sigue estableciendo las lógicas económicas y las relaciones sociales en la actualidad.

BIBLIOGRAFIA CHONCHOL, Jacques. Revalorización de las sociedades campesinas del tercer mundo. En: el campesino contemporáneo.

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ENTREVISTAS

53 ENTREVISTA A MANFRED MAX NEEF, CREADOR DEL DESARROLLO A ESCALA HUMANA Manfred Max-Neef, chileno-alemán desarrolló los principios de la economía descalza, la teoría del desarrollo a escala humana, la hipótesis del umbral, y los fundamentos de la transdisciplinaridad.

E

l desarrollo a escala humana es, de entre todas sus aportaciones, la que más nos ha llamado la atención y la que hemos aplicado en nuestro trabajo. Partiendo de que el desarrollo no debe ser impuesto, sino que debe nacer desde la base, Max-Neef ha desarrollado una tesis que pretende conocer y responder las necesidades de la gente.

buscar las positivas. Con ello se logra conocer las necesidades de las personas así como sus verdaderas expectativas de desarrollo para empezar a trabajar desde ahí.

Las conclusiones de este trabajo llevaron a Max-Neef a sostener que no existe correlación entre el grado de desarrollo económico y la felicidad de las personas, lo que le ha llevado a profundizar en otras teorías como la hipótesis del umbral y a crear la unidad de medida del ecosón: la cuota de consumo de energía de Para ello plantea una matriz en la que un ciudadano que satisface sensatamente sus se reflejan las nueve necesidades que necesidades básicas sin marginar a nadie. se consideran fundamentales (subsistencia, protección, afecto, entendimiento, participación, ocio, creación, Manfred Max-Neef es un auténtico vikingo, identidad y libertad) y se cruzan ma- como a él le gusta definirse. Casi dos metros, tricialmente con 4 categorías de satis- pelo y larga barba rubios, gusto por el buen facción de estas necesidades (ser, te- whisky... Este economista, que ha sido recononer, hacer y estar). Así, se obtiene una cido con un Premio Nóbel alternativo por su matriz con 36 campos que se trabaja pasión por la gente sencilla, nos concedió esta y rellena en un taller en el que los par- entrevista en su casa de Valdivia, ‘una ciudad ticipantes primero buscan las respues- a escala humana’ en el bellísimo sur de Chile. tas negativas a esa matriz para luego A continuación una síntesis de la larga conversación que mantuvimos.

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¿De dónde surge tu inquietud por el desarrollo? Sabemos que estudiaste economía, seguramente influido por la figura y por la carrera profesional de tu padre, y que empezaste una prometedora carrera profesional como economista en la Shell, que abandonaste de forma repentina para dedicarte al estudio de la pobreza

y del desarrollo. ¿Por qué lo hiciste? ¿En qué contexto social y político ocurre este cambio?

Me gradué muy joven, entré en la facultad con 16 años y me gradué con 21, y de entre varias oportunidades acepté trabajar en la Shell, donde hice una carrera muy rápida y exitosa. A los 6 meses tenía una importante responsabilidad en la división internacional lo que me permitió trabajar en Puerto Rico y Jamaica.

De vuelta a Chile trabajé en lo que llamamos el Norte Grande, una zona productora de cobre y que abarca un tercio de Chile.

Era joven, estaba soltero, tenía dinero, todo me iba muy bien.

Pero resulta que además de economista soy músico y en mi casa había instalado el mejor aparato de música que había en esos momentos, año 1955, un hi-fi de los de antes. Una tarde, sobre las seis o las siete, es-

55 taba solo, me serví una copa de buen cognac y me puse a escuchar la primera sinfonía de Brahms, interpretada por la Filarmónica de Viena, bajo la dirección de Bruno Walter. Estaba feliz escuchando y en el segundo movimiento, que es un movimiento lento, siento de una manera muy intensa que Brahms, a través de uno de los temas, me pregunta ‘¿qué haces con tu vida?’, y me lo pregunta cuatro veces... Sé que es difícil de entender pero así fue. Entones empecé a ver imágenes de un viejo con veinte o treinta años más que yo, gran ejecutivo mundial del petróleo, trabajando en una oficina en Medio Oriente... y tuve claro viendo esa imagen que ese no era yo, que no tenía nada que ver conmigo. Y ahí me pregunté cómo debía ser mi vida para que, con tranquilidad de espíritu y conciencia, pudiera dentro de muchos años responder a Brahms la pregunta que me había puesto delante cuatro veces.

preocupación central que era descubrir lo que posteriormente llamé la economía descalza, que es la economía de la vida real. Esto fue lo que trabajando en las Naciones Unidas siempre traté de entender. Por ello nunca me sentí cómodo en las oficinas centrales y siempre me gustó trabajar en el terreno, donde pasé muchos años de mi vida.

Tras este sorprendente cambio que nos has relatado, iniciaste entonces un camino marcado por un interés por la personas y por la economía real que te llevó a la tesis del Desarrollo a escala humana (DEH). ¿Cómo fue ese recorrido?

Estando en Ecuador como director de un gran proyecto de la OIT, en una zona rural de gran pobreza del norte del país, tuve la oportunidad de hacer el trabajo más espectacular de mi vida. El proyecto trabajaba con más de 350.000 campesinos y se logró que, agrupados, planificaran y diseñaran sus propios proyectos de desarrollo. Pero durante mi estancia en Ecuador se dio un golpe de estado y, como sabes, los golpistas no suelen ser muy amigos de movilizaciones campesinas ni de aquellos Todo eso fue una cosa brutal, violenta que están trabajando con ellos, por lo que cey el resultado es que dos días después rraron el programa, me declararon persona tome el avión para Santiago y renun- non grata, y me echaron del país. Esto era dicié ami trabajo. Como te puedes ima- ciembre de 1972, cuando yo llevaba ya doce ginar, a nadie le dije el motivo de mi años fuera de mi país. Entonces, con mi mujer decisión, me hubieran enviado al psi- decidimos volver a Chile y quedarnos allí de quiatra. Ahí conseguí una beca Roc- forma estable, pero en 1973 vino el golpe de kefeller y completé mis postgrados. Al estado acá, lo que me obligó a dejar mi país terminar me casé, me fui a Berkeley y de nuevo de forma forzada y muy precaria. Priempecé mi vida académica como jo- mero me fui a Estados Unidos donde muchos ven profesor. Después estuve traba- colegas me invitaron a enseñar en sus cátejando en organismos internacionales dras. Después, pasado un año, me fui Argenticomo la OEA y otras agencias de Na- na, a la Fundación Bariloche, que era una funciones Unidas, pero siempre con una dación de investigación científica de las más

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importantes en América Latina por aquel entonces. Hasta que vino el golpe en Argentina, y ya iban tres, y ahí me fui a un pueblito en el interior de Brasil, donde, dos años después de mi llegada, me descubrieron los suecos, que es como yo suelo llamar a mi encuentro con la Fundación Dag Hammarskjöld. Conocí al director en un seminario y nos entendimos tan bien que estuvimos tres noches seguidas hablando y tomando todos los tragos que había, como buenos vikingos. Como resultado, me invitó a irme a Suecia esencialmente para escribir. Este fue uno de los cambios más importantes de mi vida.

más de desarrollos teóricos derivados de dichas experiencias. Tras publicar el libro seguí vinculado a la Fundación, pero volví a América Latina para, siguiendo en mi exilio, trabajar en zonas de extrema pobreza. En este per iodo destaca mi trabajo en México, en la zona petrolera del sureste del país.

Todo esto dio como resultado lo que yo llamaría mi transformación total como economista.

Cuando tu metes los pies en el barro y estás frente a frente con una persona, con nombres y apellidos, que no tiene trabajo, que es pobre, que tiene cinco hijos, yo me hacía la siguiente pregunta: ‘¿qué le digo?’. Le digo acaso, ‘mire, El producto de estos años de investigación fue alégrese porque el PIB del país crece al 10 por el libro La economía descalza, que recogía las ciento’. Es decir, lo que me preguntaba es qué experiencias ecuatorianas y brasileñas, ade- economía tiene sentido en ese momento, en

57 esas circunstancias y en ese entorno y para esa persona, y me daba cuenta de que toda la economía convencional que yo había aprendido no me servía para nada en tal escenario, es un discurso que sólo puedes hacer si estás desvinculado de la realidad. En mi respuesta a esa persona no podía hablar sólo de ingresos, tenía que plantear una respuesta en la que se reflejaran todas sus necesidades y que respondiera a toda su dignidad humana. Y ahí hicimos un proyecto con la Fundación Dag Hammarskjöld que en su momento llamamos Desarrollo a escala humana. Durante dos años promovimos varios seminarios de investigación con muchos grupos y con ese material yo seguí trabajando y produje con mis colegas, lo que ahora se conoce con ese nombre.

Todo se hizo en el Centro de Alternativas de Desarrollo (CEPAUR), que yo había creado con el dinero del Premio Nobel alternativo.

El texto de publicó primero en español y posteriormente en inglés.

del equipo. A los dos años de su publicación, el libro fue el texto más fotocopiado de toda América Latina. Llegábamos de visita a comunidades campesinas de las zonas más remotas de los Andes y nos encontrábamos con campesinos que hablaban con naturalidad de necesidades y satisfactores, con un libro que era fotocopia de la fotocopia de la fotocopia, casi ilegible, una cosa realmente emocionante para todos nosotros.

En el comienzo se pensó hacer una difusión pequeña del libro, casi limitada a los amigos y colaboradores de la fundación, pero tuvo una grandísima aceptación y se difundió rápidamente llegando a los más recónditos lugares de América Latina y del resto del mundo, para mi sorpresa y la del resto

¿Quiénes fueron tus maestros? ¿A quién has seguido para llegar a tu teoría? Supongo que me hablarás de Leopold Kohr, Schumacher, la Fundación Bariloche... ¿qué aporta cada uno?

Así, la criatura crece libremente, trascendiendo a sus padres, y se expande por Europa y África, influyendo decisivamente en algunas corrientes de pensamiento como en la New EconomicsFoundation de Inglaterra. Ahora podemos decir que el DEH se ha difundido por todo el mundo, pero ojo, no en los niveles de decisión ni en las grandes instituciones, sino en el ámbito de la gente, de la gente de la vida real. Esta expansión también ha sido grande, curiosamente, en países como Sudáfrica y Australia, de tradición anglosajona, donde ha sido asumido principalmente por instituciones de iglesia y ONGs que han llegado a configurar una red a la que pertenecen más de doscientos grupos, conformando una red (Human Scale Development Network) y que planifican el desarrollo utilizando este enfoque. De heAhí empezó la difusión del DEH, cho, la primera vez que estuve en Australia fue ¿pudisteis seguir de cerca ese haciendo una gira invitado por una de estas proceso? asociaciones.

La clave fundamental del DEH es la escala, la magnitud. En este sentido la persona que tuvo

58 una influencia clara sobre mí fue Leopold Kohr, autor de muchas obras donde pone en el centro de la cuestión el concepto de lo pequeño, que después desarrolla Schumacher. Para ambos este concepto es lo más importante. Yo conocí personalmente y muy bien a Khor y, de hecho, el Premio Nóbel alternativo lo recibimos conjuntamente.

También para seguir tesis doctorales y todo tipo investigaciones.

Te cuento quizás el ejemplo más significativo. El DEH se aplicó en un proceso de desarrollo en el sur de Colom-

La fundación Bariloche también fue para mí muy importante. Carlos Mallmann, que era el presidente cuando yo estuve con ellos, con formación de físico nuclear, renunció a la física para dedicarse a las ciencias sociales, lo que es muy interesante dado que la gente que se acerca a las ciencias sociales de desde la física es gente que no se cree nada, tiene que comprobarlo todo.

Trabajamos mucho tiempo juntos y fue con él con quien comencé el trabajo sobre las necesidades y los satisfactores. Mallman fue la primera persona que tuvo la intuición de separar necesidades y satisfactores. Estas han sido mis principales influencias en materia de desarrollo.

De todas las experiencias reales de aplicación del DEH que conoces, ¿cuál es la que más te ha impactado, la más significativa, la que más pone de manifiesto el potencial del enfoque?

Colombia es el país de América Latina donde entró con más fuerza el DEH. Durante varios años estuve yendo regularmente a Colombia para conocer y seguir de cerca proyectos de gran envergadura que se han desarrollado basados en el DEH.

bia, en el Estado de Nariño, frontera con Ecuador. El área de este trabajo estaba situada alrededor de un lago,

59 en cuyos márgenes se encontraban pequeños minifundios poblados por gente que sobrevivía gracias a la pesca de subsistencia y a la deforestación de sus parcelas para hacer carbón.

Era una zona sumamente pobre. Los propios campesinos crearon y pusieron en marcha una asociación de desarrollo campesino que, siguiendo siempre el DEH, inició un proceso de desarrollo que pasaba por atender y escuchar a todos, a las familias de los campesinos y a todos aquellos con intereses en el lugar. El resultado más impactante fue que estas personas se dieron cuenta de que lo que siempre había sido entendido como un problema, el tener solamente una parcela poco productiva con unos arbustos y poco más, se empezó a enfocar como una oportunidad. Con el tiempo comenzaron a cuidar sus parcelas de tierra y a transformarlas, en lugar de quemarlas para la obtención ilegal de leña. Incluso llegaron a estudiar cursos de botánica y de conservación de recursos naturales. Así, tras unos cinco años, muchas de estas familias han logrado hacer una pequeña casita al lado de la suya propia para acoger a turistas que quieran vivir como ellos durante unos días, lo que ahora llamamos el turismo rural. El proyecto fue todo un éxito y sigue dando frutos. De hecho, una alumna mía hizo posteriormente su doctorado comparando este proyecto con un proyecto de desarrollo convencional dirigido por las instituciones. Te aseguro que la diferencia es muy significativa.

Durante el proceso me invitaron a

varios talleres y me llamaba la atención cómo los campesinos manejaban el lenguaje de su propio desarrollo. Además hablaban con autoridad, sin ninguna sumisión, con mucha dignidad. Un detalle curioso, mientras los campesinos hacían sus talles, al mismo tiempo y del otro lado del lago los niños hacía un taller similar utilizando con la misma destreza los conceptos de necesidades y satisfactores y comentando sus conclusiones con los mayores al final de cada día. ¿Cuál fue la lección más importante que aprendiste de esta experiencia colombiana?

Lo más significativo de esta experiencia es que gracias a este método se desarrollaron y estimularon los recursos no convencionales, que son aquellos que están ahí pero a los que no les damos ningún valor: la solidaridad, la colaboración, el conocimiento, etc. Y esto es muy importante ya que sobre estos recursos se puede siempre construir, porque no se colapsan.

El problema de los proyectos de desarrollo convencionales es que siempre se sostienen sobre los mismos recursos, el económico y el tecnológico, recursos que, como bien sabemos, se colapsan. Por eso es importante hacer un trabajo paralelo entre el querer ser y el querer hacer. El trabajo sobre el ser te permite conocer los recursos no convencionales, que no sólo no se agotan sino que resurgen y se multiplican cuando se usan y cuanto más difícil es la situación, es más, sólo se agotan cuando no se usan. El cimiento más sólido de un gran proyecto es construir sobre el querer ser de la gente, para luego movilizar lo y ponerlo al servicio de la intervención.

60 El DEH surgió como una respuesta a los problemas del desarrollo pero se ha aplicado también en otros campos con igual éxito, ¿es así?

nacional se presentaron los resultados del trabajo con estos enfermos y su nivel de recurrencia era inmensamente inferior al promedio nacional.

Esto provocó un gran impacto y llevó Otra sorpresa que nos llevamos fue que, si bien incluso a un cambio en el lenguaje, la nosotros decíamos expresamente que nuestra primera palabra que se sustituyó fue teoría sólo servía para el desarrollo, se acabó la de paciente (que tiene connotacioaplicando, muy desde el principio, en muchísi- nes de pasividad) por la de activo, ya mos otros campos: sicología, medicina e inclu- que se quería aumentar al máximo la implicación del enfermo. Este es un so en la música. ejemplo más de la importancia del En Argentina fue el primer país donde se apli- lenguaje y de mi interés por este camcó a la medicina y de hecho nos invitaron para po, del que podemos hablar en otro que les ayudáramos. Fue una experiencia muy momento... interesante en el marco de la preparación del Programa Nacional de Salud. Un día nos llama- Después del éxito del DEH, paron del hospital más grande de Mendoza, el rece que te has dedicado a otras Hospital Ferroviario, que era un hospital como disciplinas como la Economía cualquier otro hasta que llegamos a la cuarta ecológica, pero seguro que no planta, donde algo no encajaba, era distinto: has dejado de lado el desarrollo. ¿Qué estás haciendo ahora exacoímos risas. tamente?, ¿qué aporta tu trabajo El médico encargado de las enfermedades actual al desarrollo? cardio-vasculares, que trabajaba con los enfermos más graves, había aplicado la matriz Actualmente me dedico a la economía para conocer las verdaderas necesidades de ecológica, que es una teoría nueva sus pacientes. Esto implicó grandes cambios en la que más que grandes maestros, en la gestión del hospital, por ejemplo, los que como en el caso anterior, tengo granya habían sido operados explicaban a los pa- des colegas como Herman Daly de Escientes en lista de espera su proceso, los mé- tados Unidos y Joan Martínez-Alier de dicos eran más sinceros con los pacientes, se Barcelona. En realidad, ahora estoy implicaba a las familias en todo el proceso... La metido, además, en los fundamentos satisfacción que esto produjo en los pacientes de la transdisciplinaridad, algo muy llevó, además de cambiar los métodos del pro- nuevo y distinto con muchos aportes pio hospital, a crear toda una red de centros de la física cuántica al campo de las de barrio no de tratamiento sino de educación ciencias sociales. Pero de esto ya hablaremos también en otro momento. y de acompañamiento de pacientes.

Lo más espectacular fue que, cinco años después, en un congreso de medicina de ámbito

Me interesa responder a tu segunda pregunta. Mi trabajo sobre los ecoso-

61 nes y la teoría del umbral están dando lugar a una gran polémica. La teoría del umbral ha resultado muy escandalosa para muchos porque revisa las teorías que nos dicen que para cualquier sociedad el crecimiento económico en el sentido convencional con-

cimiento económico sino con políticas específicamente dirigidas a la reducción de la pobreza. Lo que pasa cuando se cruza umbral es un problema de escala, cada unidad más adicional que se genera tiene una proporción cada vez mayor que se destina a resolver problemas fruto de ese crecimiento, en lugar de generar auténtico desarrollo. Esto se percibe claramente en las grandes ciudades. En muchos de los países ricos es donde la gente está más desesperada, más desorientada, más deprimida y más sola, lo que demuestra que no hay una correlación definitiva entre el crecimiento económico y el bienestar de las personas .

Lo curioso es que esta teoría del umbral la desarrollé en 1996, mucho después de la teoría del Desarrollo a Escala Humana, pero es fundamental para entenderla. Sobre todo creo que el DEH es especialmente útil una vez que se sobrepasa el umbral lleva una mejora en la calidad de vida. para así ayudar a que las políticas públicas resSin embargo, hemos podido compro- pondan a las verdaderas necesidades de las bar que esto es cierto pero sólo hasta personas. un punto, que es el umbral, a partir del cual el crecimiento va en contra Centrar el desarrollo en las personas es de la calidad de vida. Todos los paí- una afirmación que se viene repitiendo ses ricos ya cruzaron ese umbral. Esta mucho y sobre la que hay un gran conhipótesis, si se acepta, supondría ne- senso. Las Naciones Unidas y las grancesariamente revisar la teoría econó- des agencias del desarrollo lo han tomamica, en el sentido de que las teorías do como centro de su actuación, aunque económicas son válidas hasta que se con aplicaciones operativas muy distinllega al umbral, pero tienen que ser tas. ¿Cómo influye tu trabajo en estas muy distintas una vez que lo han su- últimas tendencias de las Naciones Uniperado, dado que, una vez superado, das? ¿Qué opinión te merecen? ¿Estala pobreza no se resuelve con más cre- mos hablando de lo mismo?

62 La iniciativa de Naciones Unidas de trabajar en el Índice de desarrollo humano (IDH) fue muy positiva, fue un paso en la dirección correcta que legitima muchos esfuerzos anteriores que ya había en esa dirección, entre ellos el DEH. Es un avance que nos ayuda a entender un país o un pueblo con claves más importantes que el PIB y nos obliga a ir mucho más allá de los proyectos económicos clásicos, pero no llega a toda la profundidad que se esperaba. Hay otros indicadores como los genuine progress indicators, que desarrollaron Daly y Cobb, que son indicadores agregados, pero que suman y restan en función de las variables que se midan, no como el PIB que sólo suma.

Parece que en el DEH se hace más hincapié en las necesidades que en las capacidades o, usando tus palabras, en las carencias que en las potencias, ¿por qué? ¿No crees que eso puede limitar su aplicación y sus efectos reales de desarrollo?

des. Pero no es así. Es importante hacer la matriz completa, partir de las necesidades y llegar a la respuesta de esas necesidades, para identificar las potencias. Las potencias o potencialidades hay que relacionarlas con las habilidades humanas, que son muchas menos que las cosas que se pueden hacer con estas habilidades, con la misma habilidad se puede hacer más de una cosa y normalmente uno no sabe todo lo que puede hacer con esa habilidad, hasta donde puede lle-

gar. Pero nunca se parte de aquí, siempre se decide desde fuera qué tienen Es cierto que al aplicar el método, sobre todo que hacer las personas para su propio en los talleres, puede parecer que se trabaja desarrollo, nunca se les pregunta ‘y tú más sobre necesidades que sobre capacida- ¿qué habilidades tienes?’. Es sobre es-

63 tas habilidades o capacidades sobre las que hay que construir las nuevas alternativas de desarrollo y sobre las que hay que capacitar y formar a las personas, no sobre las que yo creo que tienen o deberían tener para responder a mi concepto de desarrollo.

Un buen ejemplo son las zonas informales en las que la gente sobrevive por las habilidades que tiene, zonas en las que cuando llega un proyecto convencional dando una respuesta igual para todos, normalmente fracasa. Si se quiere superar la pobreza hay que conocer las habilidades que existen y superarla trabajando sobre éstas. Es sumamente frustrante cuando te obligan a dejar de hacer lo que sabes y te gusta hacer y te ponen a hacer una cosa para la cual te capacitan pero por la que no tienes entusiasmo ni talento Cuando volví a Chile en 1983 (aunque no había terminado la dictadura, el Premio Nóbel alternativo me daba cierta protección y decidí volver), poco después de crear el Centro de Alternativas de Desarrollo, hicimos un estudio sobre lo que llamamos los oficios de supervivencia en Santiago de Chile. Recorrimos todos los r incones de la ciudad y nos sorprendió la capacidad de la gente para sacar partida de sus propias habilidades.

completamente caótica en un sistema de competencia muy duro. Para ser competente y asegurar la clientela, el conductor del autobús necesita conocer el lapso de tiempo transcurrido entre el paso del anterior autobús y el suyo de forma a no llegar demasiado pronto ni demasiado tarde a la próxima parada. Como respuesta a esta necesidad, nos encontramos con personas que, situadas en pleno centro de los carriles de tráfico, informan a sus conductores clientes, a través de señas, sobre las líneas con que compiten, sobre los minutos que llevan de diferencia. Esto a cambio de unas monedas pactadas, por el servicio prestado. Para poder hacer este trabajo hay que tener una cabeza como una computadora. Si te fijas, esta habilidad es muy parecida a las que tienen los corredores en una rueda de bolsa. Imagínate el salto cualitativo si utilizamos la capacidad de esta persona para trabajar en bolsa.

Pero, ¿se identifican todas estas habilidades durante la realización de las matrices? ¿Cómo contribuye la matriz a la identificación y al desarrollo de las habilidades, de las potencias?

La matriz sí ayuda a identificar las capacidades pero no indica cómo desarrollarlas, es un trabajo aparte y sinérgico que hay que hacer, es un trabajo posterior que debe hace el planificador.

Si tenemos una determinada necesidad, tenemos también unas capacidades para responder Catalogamos más de ciento veinte ofi- a esa necesidad, aunque por las circunstancias cios de este tipo y estudiamos en pro- estén muy mermadas o poco desarrolladas. fundidad muchos de ellos. Te cuento ¿Se podría pesar en una matriz en la que la uno divertido. Por Santiago circulan columna hablara de capacidades (en lugar de miles de autobuses, más que en cual- necesidades) y la fila de factores para desarroquier otra ciudad, y de una forma llar esas capacidades? Lo planteo como una

64 ayuda al trabajo del planificador, de tal manera que el taller no sólo le ayude a identificar las capacidades sino que le ayude a saber cómo desarrollarlas para construir sobre ellas.

de saber qué habilidades hay que desarrollar para lograr esos satisfactores, aunque esto es un análisis posterior a la matriz. La pregunta que nos tenemos que hacer es ‘¿qué capacidad Como ya he dicho, en la matriz negativa ob- necesita cada persona para acceder tienes parte de esa información y la positiva lo a los satisfactores que ella misma ha desarrollas para pasar a la acción, pero es ver- planteado como respuesta a sus nedad que se puede hacer un esfuerzo más en cesidades?’ Así, el proyecto que diseeste sentido. Me parece interesante eso que ñemos debe estar centrado en el deme planteas. Podemos equiparar capacidades sarrollo de los factores que potencian con satisfactores. Todos tenemos conciencia, y esas capacidades además de buscar la si no el taller nos la da, de que para satisfacer mejor manera de usar esas capacidauna determinada necesidad se necesitan unos des, buscando siempre sinergias para multiplicar sus efectos y lograr efectos incluso no esperados.

Sería muy bueno poder medir los efectos de las intervenciones que pretenden responder a las necesidades identificadas gracias al DEH. ¿Se han desarrollado indicadores de satisfacción de las necesidades? ¿Se pude medir el grado de satisfacción de una necesidad antes y después de una intervención?

El bienestar de las personas está fundamensatisfactores, por ello, el desarrollo de las capa- talmente determinado por cuestiocidades de las personas y su uso de una forma nes subjetivas, no por datos objetivos correcta para el desarrollo son un satisfactor. como el dinero, como se nos pretenAsí, cuando las propias personas identifican de hacer creer. Así, casi todo lo que sus satisfactorios sí se puede hacer un trabajo aparece en la matriz es subjetivo. El

65 único indicador es, aunque parezca pre es necesario llegar a ese nivel. El número redundante, el grado de satisfacción ideal de personas es entre treinta y cincuenta. de la gente.

Otro detalle operativo importante es que en muchos casos, cuando se quiere afinar mucho Creo que hay que huir de la obse- la matriz o cuando se trabaja con personas que sión por los indicadores y por tratar no entienden bien el significado de ser, estar, de cuantificar todo. Cuando alguien hacer y tener, se sustituyen estos conceptos está con la gente, compartiendo el por algunas preguntas inducidas que facilitan proyecto o la intervención, conoce si el trabajo centrando las respuestas. se están satisfaciendo las necesidades identificadas al inicio. Aquí, la fuente Pero hay que tener en cuenta que con este de verificación es la misma matriz, es trabajo siempre hemos buscado dos efectos: cómo van cambiando las respuestas en primer lugar, el más evidente, es complea la matriz. También se pueden hacer tar la matriz y obtener información sobre las a través de otros instrumentos como personas y el contexto en el que vamos a traencuestas dirigidas o preguntas más bajar. En segundo lugar, menos evidente pero directas, pero el verdadero indica- igual de importante, que la persona que pasó dor es el cambio a las respuestas de por ese taller ya no es la misma, a nivel perla matriz. sonal ha sufrido un cambio. Pasar por los 36 casilleros supone un análisis total y completo Hablando de la matriz ¿Cuál se- de uno mismo y uno descubre cosas de sí misría para ti el esquema ideal de ta- mo que nunca había pensado. Pero no sólo de ller? Nuestra experiencia es que uno mismo sino de tu mejor amigo que está cuando se quiere hacer la matriz sentado a tu lado y con el que has compartientera se corre el riesgo de que el do mucho tiempo. Un ejemplo de esto es un taller se alargue demasiado y de taller que hicimos con la Municipalidad de La que se dedique demasiado tiem- Paz, en Mendoza, Argentina, gracias al cual se po a hablar sólo de los problemas crearon una gran cantidad de pequeñas emy que cansa y desanima a los par- presas ya que los vecinos se dieron cuenta que ticipantes. podían trabajar juntos. Antes del taller, en el plan de desarrollo que habían diseñado nunComo respuesta a final de tu pregun- ca habían pensado en montar estas pequeñas ta, en algunos casos se han hecho a la empresas. vez las matrices positiva y negativa en grupos separados, aunque tal y como Esto nos demuestra también que no es adenosotros las concebimos debía ser he- cuado plantearse metas ex-ante, si lo haces cha la negativa primero. El trabajo no quiere decir que tú no respetas ni valoras los debe ser rígido, pero si se quiere lle- activos que pueden emerger durante el progar hasta el fondo se deben dedicar ceso, activos que te pueden llevar a soluciones al menos dos días para la realización buenas que tú nunca habías pensado por esde las dos matrices, aunque no siem- tar predeterminando por resultado del proce-

66 so. Las personas que saben exactamente a donde van son las que nunca descubren nada, el que tiene muy clara la meta percibe todo lo que hay en medio como un obstáculo para llegar a la misma, y resulta que en estos supuestos obstáculos está toda la aventura de la vida. En la vida, igual que en el taller, hay que estar en estado de alerta. Esta es mi gran crítica a los modelos de planificación, los que te obligan a trabajar con un cadáver, con todo planificado, los objetivos, las metas... Por supuesto que hay que planificar y saber dónde quiero ir pero hay que ser flexibles y estar atentos a la realidad.

Eso sí, hay que ser un poco pícaro, evidentemente las agencias y los donantes exigen un gran nivel de concreción, pero para ser un gran planificador hay que saber llevar esto con picardía.

Desde algunos ámbitos se critica el DEH por no poner en el centro del trabajo los Derechos Humanos, ¿qué opinas sobre esto? ¡Pero cómo! Puede que no se mencione explícitamente

pero el trabajo sobre las necesidades es un trabajo sobre los Derechos Humanos. Si todas las necesidades están satisfechas, entonces se cumplen y se respetan los Derechos Humanos, donde éstos se violan hay necesidades insatisfechas y la matriz nos indica que hay un trabajo por hacer, que sólo culminará en un primer nivel cuando se respeten estos derechos. De la lectura de una matriz se puede desprender perfectamente si las necesidades insatisfechas de una persona responden a una violación de los Derechos Humanos o si estamos hablando de otro nivel de insatisfacción, y esto tiene implicaciones concretas sobre el trabajo posterior.

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68 “POR SU ASIMETRÍA, LOS TRATADOS DE LIBRE COMERCIO SON POCO MENOS QUE UNA BURLA” ¿Vislumbra usted alguna alternativa económica para enfrentar el modelo neoliberal que es hoy la base del capitalismo mundial?

A mí no me gusta la palabra modelo porque es un concepto rígido y lineal, carece completamente de complejidad. Alternativas existen, pero el neoliberalismo está sumamente arraigado. Ahora, el posible reemplazo, y en este sentido soy a estas alturas un tanto pesimista, es que creo que va ocurrir después del colapso, no antes. El neoliberalismo es desde todo punto de vista insustentable en el largo plazo por una cantidad de razones económicas, financieras, ecológicas, etc. El problema es que si analizamos el tema, definitivamente no estamos preparados para cuando ese colapso ocurra. Por decirlo en términos más metafóricos, no hemos construido el colchón sobre el cual caer cuando esta cosa se derrumbe, y eso a mi juicio es absolutamente fundamental, porque como siempre ocurre en estos casos los que van a pagar la cuenta van a ser los más débiles y los más pobres. En ese sentido la propuesta mía apunta a la necesidad de estructurar planes vigorosos y enfocados hacia fortalecer las economías locales y regionales; lo pequeño y lo mediano; la microempresa y la media empresa, que es además, el sector que da por mucho la mayor parte del empleo que es uno de los problemas que estamos enfrentando prácticamente en todo el mundo. Eso hay que hacerlo y eso, además, se puede hacer, sin que el modelo dominante pueda evitarlo. Hay otras cosas que no se pueden hacer, por ejemplo a niveles macro, en este momento es muy difícil

EL NEOLIBERALISMO ES INSUSTENTABLE

que un país se atreva a hacer cambios porque queda marginado de una cantidad de procesos, dadas las normas de la Organización Mundial de Comercio. Pero en lo micro se puede hacer mucho y se está haciendo muy poco.

69

¿Cuál es su opinión de procesos políticos que tienen que ver mucho con lo económico que se vienen dando en Latinoamérica en países como Uruguay, Venezuela, Brasil y Argentina? ¿Esos intentos de buscar políticas alternativas al esquema neoliberal si tienen sustento?

¿Cuál es la experiencia de Chile, su país, con el TLC que suscribió hace algo más de un año con Estados Unidos?

Justamente por eso no podemos hablar de una experiencia, todavía no se ha producido un lapso suficiente para hablar de experiencia, pero hay otros casos en que ha transcurrido un buen tiempo, como es el de México y a mí lo que me llama la atención cuando se empiezan a plantear nuevas negociaciones de TLC, Hasta qué punto son intentos reales es que la gente no se preocupa en informarse o son declaraciones que obviamente qué es lo que ha ocurrido en procesos histórison bienvenidas. Lo que se precisa en cos. El caso de México es particularmente draeste momento son cambios que ten- mático, en general este tipo de TLC me resulta gan impacto global. Es decir, hay que inaceptable por el hecho de que es completapasar de la anécdota a la historia. Si mente asimétrico: el socio grande se reserva estamos entrampados en un proceso derechos que se le niegan al socio chico y eso de impacto de control mundial que se llama libre comercio, me parece poco merealmente es profundamente perver- nos que una burla. so, la única manera que tenemos para enfrentar eso es si alguna vez en la ¿Libre comercio con subsidios de los paíhistoria fuéramos capaces de poner- ses industrializados a sus agricultores? nos de acuerdo en algo, porque nuestra incapacidad de latinoamericanos Claro, por eso; Estados Unidos sigue subsidianpara ponernos de acuerdo en algo es do sus productos agrícolas pero el resto de realmente colosal. Para nosotros todo países no, resultado: qué ha pasado en México lo que es integración y cooperación después de diez años de NAFTA, que hoy el es para discurso de sobremesa con 40 por ciento del maíz que se consume en este aplauso garantizado, pero más allá país es importado de Estados Unidos y es subde ello nunca hemos hecho nada y la sidiado y México es el país donde surgió este prueba es que cada uno se embarca producto, es un componente profundo de la en buques ajenos, ustedes en Colom- cultura mexicana; unos diez millones de cambia están a punto de hacerlo con un pesinos han perdido sus condiciones de vida, TLC con Estados Unidos, en vez de debiendo emigrar a buscar empleos que no reforzar en forma vigorosa lo que po- existen. Pero, claro, aumentó en uno o en uno dría ser una cooperación interna con y medio el PIB y eso sí que es importante, el faAmérica Latina que le daría un poder moso fetiche del crecimiento. Efectivamente, indiscutible y peso suficiente para po- pero crecimiento no es equidad... der modificar cosas.

70 Por supuesto, pero siempre que nos hablan de crecimiento, nunca nos dicen cuál es la historia detrás de ese crecimiento; cuál es la historia humana y la historia natural. Usted puede crecer a costa de arrasar sus recursos, ¿pero ese es un crecimiento bueno, es deseable? O a costa de aniquilación de modos de vida como el caso de los campesinos mexicanos, pero el fetiche es ese, lo que para mí es patológico, sin embargo, es la única preocupación central que tienen todos los que toman las grandes decisiones, todos los jefes de Estado, no hay discurso en el que no hablen de crecimiento económico, pero todos los grandes temas que hay detrás o más allá de eso, están totalmente fuera de la agenda, entonces esa es la parte más angustiosa porque sobran los estudios, los análisis profundos de rigor científico absoluto que demuestran que este tipo de crecimiento y este tipo de modelo están absolutamente en una ruta de colisión. Nosotros hemos trabajado bastantes años para demostrar que en cualquier sociedad hay un periodo en el que el crecimiento económico, convencionalmente entendido, conlleva un mejoramiento de la calidad de vida, pero sólo hasta cierto punto.

Una vez se ha cruzado el punto umbral, más crecimiento económico, deteriora la calidad de vida, y resulta que hoy en día, todos los países del norte ya cruzaron hace unos quince años su punto umbral, eso está rigurosamente estudiado. De los países del sur hay solo dos que se han estudiado que son Chile y Tailandia, que también cruzaron su punto umbral. O sea, llega un momento en que el crecimiento dedica cada vez más una fracción mayor ya no a desarrollo sino a resolver los problemas creados por el propio crecimiento.

Hablando de alternativas, usted ha planteado tanto la Teoría de la Economía Descalza como la del Desarrollo a Escala Humana. ¿A grandes rasgos, en qué consisten estas dos teorías económicas que le valieron el denominado Premio Nobel Alternativo de Economía?

No son sólo teorías sino que son prácticas ya que se han puesto en vigencia en muchos lugares. La Economía Descalza tiene que ver con la pobreza, de la que se habla tanto y se discute tanto, pero la inmensa mayoría de la gente que trata de discutir sobre este tema no tiene ni idea de qué se trata. En primer lugar, el gran error que se comete es querer hacer cosas para los pobres, y no hay que hacer cosas para los pobres sino hay que hacer cosas con los pobres, ahí está la gran diferencia. Lo primero que uno detecta cuando uno se ha metido a vivir y convivir, yo lo hice durante unos doce años, en sectores de extrema pobreza de la selva, de la sierra, de sectores urbanos, etc., es la inmensa creatividad que hay en el mundo de los pobres. Si usted quiere sobrevivir tiene que ser muy creativo y esa creatividad nadie la aprovecha, nadie se molesta en enterarse en qué consiste y si eso se estimulara, se puede conseguir efectos absolutamente formidables. Ahora, por qué Economía Descalza, yo la defino como aquella experiencia en la que el economista se atreve a meterse en el barro y cuando está ahí tiene al frente suyo, también metido en el barro, a ‘Juan López’, flaco, sin trabajo, con cinco hijos, una mujer y una

71 abuela por mantener y el tipo no tiene empleo. ¿Qué le dice usted como economista a este hombre? ¿Que se alegre porque el PIB está creciendo a un 5%? Bueno, ahí se da cuenta usted que el lenguaje económico convencional es un lenguaje obsceno y además que no sirve para nada.

Entonces, ahí hay que inventar un lenguaje que sea coherente con esa realidad, y esa es la Economía Descalza. Y ese lenguaje yo lo tuve que inventar porque me di cuenta que todo el bagaje de estupendo economista no me servía absolutamente para nada en ese sector y aprendí en los medios de pobreza mucho más de lo que me enseñaron en las universidades, sin lugar a dudas.

¿Y la Teoría de Desarrollo a Escala Humana?

las personas para servir a la economía, lo tradicional es justamente al revés. Esto quiere decir que lo que yo tengo aquí como referente es una cosa que se llama economía, la cual está concebida como un modelo, vale decir, es simplista y es absolutamente lineal, sin embargo le incluyo un personaje, al que le atribuyo ple-

na racionalidad y por lo tanto se va a comportar como un homo economicus. De esta maEl primer postulado fundamental de nera, tengo como referente a la persona, un esta teoría señala que la economía ser humano, al que voy a meter en una ecoestá para servir a las personas, y no nomía, generando un sistema supremamente

72 complejo, que cambia absolutamente, ya no se trata de escribir en términos de ecuaciones diferenciales que es lo que les encanta a los economistas, sino que se ingresa a un nivel completamente distinto. Lo que hay que entender es qué es el ser humano, en este caso, y qué significa la economía para el ser humano, de ahí que la base de todo el Desarrollo de Escala Humana es la satisfacción de las nueve necesidades humanas fundamentales que nosotros hemos identificado: subsistencia, protección, afecto, participación, entendimiento, ocio, creación, identidad y libertad. Cualquier actividad afecta esas necesidades en las personas y ese debe ser el elemento para evaluar cómo funciona o cómo se comporta un determinado proceso económico y en esto el crecimiento es completamente secundario, puede ser necesario o absolutamente innecesario, porque esta es una economía orientada en términos cualitativos y no en términos cuantitativos, ahí radica la diferencia.

la humanidad, pues en la lista aparece un Kissinger o un Milton Friedman.

Precisamente esto fue lo que llevó la creación del Nobel Alternativo que se entrega en el Parlamento sueco. En mi caso el premio ha ayudado en términos de la difusión de estas teorías,

¿El Right Livelihood Award, conocido como Premio Nobel Alternativo que le fue otorgado a usted en 1983 ha contribuido a desarrollar sus teorías, o cuál ha sido su significado?

Tiene un significado enorme porque en su género es considerado el premio más importante del mundo ya que es paralelo a los Nobel tradicionales y está basado en la forma más estricta en el testamento de Alfred Nobel, mucho más que los convencionales, porque en éstos se han violado muchas veces las disposiciones testamentarias de resaltar a personas que hubiesen contribuido realmente con beneficios a

pero la aplicación de las mismas había comenzado desde antes. De hecho

73 hay muchos partes del mundo en donde se está aplicando y muy exitosamente los principios del Desarrollo a Escala Humana, sin ir muy lejos, Colombia es uno de los países donde hay mas proyectos orientados por esta metodología, el más lindo para mí, que lleva más de diez años, es en el departamento de Nariño, concretamente en La Cocha con la Organización de Desarrollo Campesino que ha contribuido a cambiar y mejorar la forma de vida de la comunidad en forma notable.

Igualmente he trabajado en esa dirección con Francisco de Roux y en otros países como Sudáfrica, Namibia, Lesotho, donde hay más de 250 grupos que constituyen una red trabajando a nivel local superando los niveles de pobreza. En Australia, igualmente, se ha contribuido a mejorar la cohesión social en ciudades pequeñas en proceso de decadencia y también en Europa, en poblaciones de Suecia, Inglaterra y Escocia. Es un hijo que ya abandonó a su padre y corre con colores propios. ¿El neoliberalismo estará en sus estertores y colapsará más temprano que tarde? ¿Es optimista con el advenimiento de una economía humana que reemplace la economía de libre mercado?

económico, libre comercio y globalización; tiene su propio Vaticano: el Banco Mundial y la Organización Mundial de Comercio que como Vaticano que se precia es infalible, sabe mucho mejor que todos lo que es bueno para nosotros y en aras de nuestra salvación “generosamente” nos lo impone, ese es el esquema en que estamos. Eso está en una ruta de colisión; cuándo vaya ocurrir no lo podemos predecir, pero las causas fundamentalmente van a ser dos: una, por razones financieras porque el nivel de especulación a que ha llegado el mundo es absolutamente astronómico; la especulación cambiaria es de más de un trillón de dólares al día, que equivale a 50 veces más que la economía real de intercambio de bienes y servicios, lo que es una cosa demencial que nadie puede controlar; y dos, por razones de la naturaleza, el grado y la velocidad con que estamos generando destrucciones irreversibles como el caso del agua que va a ser el mayor problema del siglo XXI, puede ser la otra causa del colapso. Ahora, lo que tendría que venir luego del colapso en mi opinión sería algo mejor, una coexistencia más justa entre la trinidad de la supervivencia que es la relación armónica entre naturaleza, seres humanos y tecnología.

Esta última que usted menciona corre el riesgo de colapsarse y no por culpa del libre mercado, si el mercado no tiene nada de malo, pero el mercado es bueno para lo que es bueno, no es bueno para todo.

En el neoliberalismo que es una seudo religión todo se resuelve con el mercado y con el crecimiento. Esta religión incluso tiene su santísima trinidad: crecimiento

Entrevistas cedidas y autorizadas para su reproducción por Manfred Max-Neef y socialdemocracia.org

74

TEORÍA

75 UN ANÁLISIS DE LA POBREZA CONTEMPORÁNEA

La causa de la igualdad en un mundo incierto

L

iberadas de la rienda de la política y de las coacciones locales, la rápida globalización y la creciente economía extraterritorial producen brechas cada vez más grandes entre los ingresos de los sectores más ricos y los más pobres de la población mundial, y dentro de cada sociedad. Además, hay porciones cada vez más grandes de la población que no sólo se ven arrojadas a una vida de pobreza, miseria y destitución, sino que por añadidura se encuentran expulsadas de lo que ha sido socialmente reconocido como un trabajo útil y económicamente racional, convirtiéndose así en prescindibles en lo social y en lo económico.

Según el informe más recientes del proyecto de desarrollo de las Naciones Unidas (tal como apareció en Le

monde el 10 de septiembre de 1998), mientras que el consumo global de bienes y servicios fue en 1997 el doble que en 1975 y se multiplicó seis veces desde 1950, hay mil millones de personas “que no pueden satisfacer siquiera sus necesidades elementales”. Entre los 4.500 millones de habitantes de los países (en vías de desarrollo), 3 de cada 5 no tienen acceso a infraestructuras básicas: un tercio no tiene acceso al agua potable, un cuarto no tiene viviendas que merezcan ese nombre, un quinto carece de servicios sanitarios y médicos. Uno de cada 5 niños tiene menos de 5 años de instrucción de cualquier tipo, y una proporción similar padece desnutrición parecida.

En 70 u 80 de los cien países (en desarrollo) el ingreso medio per cápita de la población es actualmente inferior al de hace 10 años e incluso 30 años atrás: 120 millones de personas viven con menos de un dólar por día.

Al mismo tiempo, en los Estados Unidos, que es por lejos el país más rico del mundo y la patria de la gente más rica del mundo, el 16,5% de la población vive en la pobreza; un quinto de los adultos no sabe leer ni escribir, en tanto el 13 por ciento tiene una expectativa de vida

76 inferior a los 60 años.

Por otra parte, los hombres más ricos del globo tienen un patrimonio privado mayor que la suma de los productos nacionales de los 40 y 80 países más pobres; la fortuna de las 15 personas más ricas excede el total de producto de toda África Subsahariana. Según el informe, menos del 4% de la riqueza de las 225 personas más ricas bastaría para brindar a los pobres del mundo acceso a cuidados sanitarios y educativos elementales, así como una nutrición adecuada.

Los efectos de esta preocupante tendencia contemporánea han sido ampliamente examinados y debatidos, aunque, por razones que ya deberían entenderse perfectamente, se han tomado muy pocas medidas destinadas a contrarrestarlos, salvo algunas ad hoc, poco definidas y fragmentarias, y no se ha hecho nada por detener la tendencia. Esta reiterada historia de preocupación e inacción ha sido contada y vuelta a contar muchas veces, sin ningún beneficio visible hasta el momento. No tengo la intención de repetir la historia una vez más, sino más bien de cuestionar el encuadre cognitivo y el conjunto de valores con los que la ha evaluado; un encuadre y un conjunto que impiden la plena comprensión de la gravedad de la situación y, por lo tanto, tampoco permiten la búsqueda de alternativas factibles.

El encuadre cognitivo en que suele situarse todo debate sobre la creciente pobreza es pu-

ramente económico (en sentido de “economía” primordialmente como la suma de transacciones mediadas por el dinero): el encuadre de la distribución de la riqueza y los ingresos y de acceso a un empleo remunerado. Ocasionalmente, suele expresarse además cierta preocupación por la seguridad del orden social, aunque casi nunca —y con razón— en voz alta, ya que algunas mentes agudas podrían ver en la terrible situación de los pobres contemporáneos una amenaza tangible de rebelión. Ni el encuadre cognitivo ni la escala de valores son erróneos en sí mismo. Más precisamente, no son erróneos en lo que denotan, sino en lo que glosan en silencio y ocultan a la vista.

Uno de los hechos suprimidos es el rol que desempeñan nuevos pobres en la reproducción y la vigorización en la clase de orden global que es la causa misma de su indigencia y del “miedo ambiente” que vuelve desdichadas las vidas de todos los demás; otro es el grado en el que la auto perpetuación del orden global depende de esa indigencia y de ese miedo en el ambiente. Karl Marx en la época de emergencia del capitalismo salvaje, todavía no domesticado, todavía demasiado iletrado, como para

77 descifrar los mensajes escritos en los muros, dijo que los trabajadores no pueden liberarse sin liberar al resto de la sociedad. Podría decirse ahora, en la época del capitalismo triunfante, que ya no presta atención a los mensajes escritos en los muros (ni a los muros mismos) que el resto de la sociedad humana no puede liberarse de su “medio ambiente” ni de su impotencia si su parte más pobre no es liberada de sus penurias.

Sacar a los pobres de su pobreza no es tan sólo un asunto de caridad, conciencia y deber ético, sino una condición indispensable (aunque meramente preliminar) para reconstruir una República de ciudadanos libres a partir de la tierra baldía del mercado global.

Para decirlo brevemente: la presencia de un gran ejército de pobres y la publicidad dada a su escandalosa situación son un factor de contrapeso de gran importancia para el orden existente. Cuanto mayores sean la indigencia y la deshumanización de los pobres del mundo y de los de la calle de al lado, y cuanta más se las muestre,

tanto mejor desempeñarán en un drama que ellos no escribieron y en el que no se postularon como actores.

En otras épocas, la gente era inducida a soportar con docilidad su destino mediante imágenes, vívidamente pintadas, del infierno, siempre presto a tragarse a cualquier culpable de rebeldía. Como todas las cosas sobrenaturales y eternas, el inframundo dedicado a conseguir un efecto similar ha sido traído a la tierra, firmemente situado de los confines de la vida terrenal y presentada de manera que permita un consumo instantáneo. Los pobres son EL OTRO de los asustados consumidores... el Otro que, por una vez, es verdadera y plenamente el infierno. En un aspecto vital, los pobres son aquellos que el resto querría ser (aunque no se atreven): seres libres de la incertidumbre. Pero la incertidumbre que les toca viene bajo la forma de enfermedades, crímenes y calles infectadas por la droga (eso si les toca vivir en Washington DC), o de una lenta muerte por desnutrición (si viven en Sudán). La lección que aprendemos de los pobres es que la certidumbre debe ser más temida que la detestada incertidumbre, y que el castigo por rebelarse al sufrimiento provocado por la incertidumbre cotidiana es inmediato y despiadado.

La imagen de los pobres mantiene a raya a los no pobres y, de ese modo, perpetúa su vida de incertidumbre. Los insta a tolerar con resignación esa incesante “flexibilización”

78 del mundo. La visión de los pobres encarcela la imaginación de los no pobres y les ata las manos. No se atreven a imaginar un mundo diferente; tiene buen cuidado de no hacer ningún intento de cambiar el que existe. Mientras esta situación se mantenga hay poquísimas —por no decir ninguna— posibilidad de que exista y una sociedad autónoma, auto constituida, de la república y de los ciudadanos.

Esta es una buena razón para que la economía política de la incertidumbre incluya, en calidad de ingrediente indispensable, el “problema de los pobres”, considerándolo alternativamente como tema de la ley y el orden o como objeto de preocupación humanitaria... pero solamente en una de esas dos representaciones.

Cuando se emplea la primera representación, la condenación popular de los pobres —como depravados más que como carenciados— se asemeja tanto como es posible a quemar la efigie del miedo popular. Cuando se usa la segunda representación, la ira contra la crueldad y contra la indiferencia de los azares del destino puede canalizarse a través de inocuos carnavales de caridad, y la vergüenza que produce la pasividad se evapora en breves explosiones de solidaridad humana.

Día a día, sin embargo, los pobres del mundo y del país hacen sus silenciosos trabajos, socavando la confianza y la resolución de todos aquellos que tiene empleo y un ingreso regular. El vínculo entre la pobreza de los pobres y la rendición de los no pobres no tiene nada de irracional. El hecho de ver a los indigentes y destituidos es, para todos los seres coherentes y sensibles, un oportuno recordatorio de que incluso la vida más próspera es insegura y de que el éxito de hoy no impide la caída de mañana. Existe una sensación, bien fundada, de que el mundo está cada vez más superpoblado; de que la única opción que tienen los

gobiernos de los países es, en el mejor de los casos, la de optar entre una pobreza generalizada con alto nivel de desempleo —como ocurre en la mayoría de los países europeos— y una pobreza generalizada con un poco menos de desempleo, como en los Estados Unidos. Las investigaciones académicas confirman esa sensación: cada vez hay menos trabajo pago. Y esta vez, el desempleo parece más siniestro que nunca. No parece producto de una “depresión económica” cíclica, una temporaria condensación de la miseria que será disipada por el siguiente boom económico.

Tal como argumentaba Jean Poul Marèchal, durante la época de “intensa industrialización” la necesidad de construir una enorme infraestructura industrial y de conseguir grandes maquinarias justificó la creación regular de más empleos de los que desaparecerían como consecuencia de la aniquilación de las artes y oficios tradicionales; pero evidentemente ya no ocurre lo mismo. Hasta la década de 1970, todavía seguía existiendo una relación positiva entre el aumento de la productividad y las dimensiones del empleo; desde entonces, la relación se hace más negativa cada año. Por lo que parece, se cruzó un importante umbral en el transcurso de los años 70 y se dejó atrás una continua línea de desarrollo que persistió durante por lo menos un siglo. Según investigaciones comparadas realizadas por Olivier Marchans, el volumen de trabajo disponible en 1991 era tan sólo el 57 por ciento del que se ofrecía en

79

1891: 34.100 millones de horas en lugar de 60.000 millones. Durante ese período, el PIB se multiplicó por 10 y la productividad horaria se multiplicó por 18, mientras que el número total de personas empleadas creció, en 100 años, de 19 millones de personas a alrededor de 22 millones. Se han registrado tendencias semejantes en todos los países que iniciaron el proceso de industrialización en el siglo XIX. Las cifras justifican que hay razones para sentirse inseguro incluso en el empleo más estable y regular.

La reducción del volumen de empleo no es, sin embargo, la única razón de inseguridad. Los empleos que aún pueden conseguirse ya no están resguardados contra los impredecibles azares del futuro; podríamos decir que el trabajo es, en la actualidad, un ensayo diario para la prescindibilidad. La “economía política de

la inseguridad” se ocupó de que las defensas ortodoxas fueran desmanteladas y de que las tropas que las mantenían fueran desbandadas. El trabajo se ha vuelto “flexible”, algo que, dicho con claridad, significa que ahora los empleadores pueden despedir a los empleados a voluntad y sin compasión, y que la acción solidaria —y eficaz— de los sindicatos en defensa de los despedidos es cada vez más una fantasía. “Flexibilidad” también significa la negación de la seguridad: casi todos los trabajos disponibles son de tiempo parcial o por un tiempo fijo, casi todos los contratos son “renovables” con suficiente frecuencia como para impedir que cobre fuerza el derecho a una relativa estabilidad. “Flexibilidad” también significa que la antigua estrategia vital de invertir tiempo y esfuerzo para lograr capacitación especiali-

80 zada, con la esperanza de lograr una remuneración constante, tiene cada vez menos sentido; por lo tanto, ha desaparecido la opción que antes era más racional para las personas que anhelaban una vida segura.

La subsistencia —esa roca en la que deben descansar todos los proyectos y todas las aspiraciones vitales para ser factibles, para tener sentido y para justificar la energía que requiere su creación (o, al menos, el intento de concretarlos)— se ha vuelto frágil, errática y poco confiable. Lo que los partidarios de los programas de “bienestar para trabajar” no toman en cuenta es que la función de la subsistencia no es tan sólo proporcionar un medio de manutención día a día para empleados, y dependientes, sino algo de igual importancia: ofrecer una segura existencia sin la que no se puede conseguir la libertad ni la autoafirmación y que es el punto de partida de toda autonomía. En su forma actual, el trabajo no puede ofrecer esa seguridad aún cuando consiga cubrir los costos de seguir con vida. El camino del bienestar para trabajar conduce de la seguridad a ala inseguridad, o de menos inseguridad a una inseguridad mayor. Ese camino que incita a la mayor cantidad de gente a seguirlo, hace un eco adecuado a los principios de la economía política de la inseguridad.

Repitámoslo una vez más: la inestabilidad endémica de la abrumadora mayoría de hombres y mujeres contemporáneos es la causa última de la actual crisis de la república... y, por lo tanto, de la desaparición y el agostamiento de la “sociedad buena” como propósito y motivo de la acción colectiva en general y de la resistencia contra la progresiva erosión del espacio privado-público, el único del que pueden surgir y florecer la solidaridad humana y el reconocimiento de las causas comunes. La inseguridad engendra más inseguridad; la in-

seguridad se auto perpetúa. Tiende a atar un nudo gordiano imposible de desatar, que sólo puede ser cortado.

El problema es encontrar el lugar donde el cuchillo de la acción política pueda aplicarse con mayor efecto. Tal vez haya que concebir un coraje y una imaginación iguales a los de Alejandro Magno.

Extracto de: En busca de la política, Zygmunt Bauman. Fondo de Cultura Económica. México.

2002.

81 TRADUCCIÓN THE RIGHT LIVELIHOOD AWARD 1983

El Premio al Sustento bien ganado, también llamado Premio Nobel Alternativo, se entregan desde 1980 por iniciativa de Jacob von Uexkull, un escritor, filatelista y antiguo miembro del parlamento europeo. Se entregan anualmente en el Parlamento sueco para homenajear y estimular a las personas que “trabajan en la búsqueda y aplicación de soluciones para los cambios más urgentes que necesita el mundo actual”. Un jurado compuesto por personas de diferentes países otorga el premio en ámbitos como: Protección del medio ambiente, derechos humanos, desarrollo sostenible, salud, educación, paz, etc. Aunque el premio no pretende rivalizar con el premio Nobel oficial, el contraste es evidente, y galardonados como el que nos convoca en este texto no dudan en afirmar que este premio es más respetuoso con el testamento de Alfred Nobel.

Manfred Max-Neef, se hizo con el premio por “revitalizar las pequeñas y medianas comunidades mediante su concepto de la “Economía Descalza32”. El discurso por la obtención de este premio –cuya traducción al español no conocemos- trasciende el academicismo e invita a una reflexión humanista que genere un verdadero bienestar para los seres humanos. Sea esta la ocasión para conocer un discurso aún vigente y necesario.

THE RIGHT LIVELIHOOD AWARD 1983 Discurso de aceptación por Manfred A. Max-Neef Diciembre 9 de 1983 eseo dedicar este discurso principalmente a la memoria de Hermann Max, mi padre.

Sé que él estaría muy feliz el día de hoy ya que me motivó a ser la clase de economista no ortodoxo que soy ahora; también porque me convenció de que la estupidez humana es la gran amenaza al mundo que conocemos hoy. Ya que el premio con que se me ha sido hon-

D 32.

rado - como yo lo veo- ha sido dirigido principalmente a aquellos que luchan y trabajan para minimizar los efectos devastadores de las muchas formas aplicables de la estupidez humana, Hermann Max tendría ambas razones, tanto la personal como la más universal de las razones para sentirse satisfecho. Para otorgar esta póstuma satisfacción a mi amado padre, le expreso mi gratitud más profunda a Jakob Von Uexkull y a la Fundación RIGHT LIVELIHOOD AWARD.

http://www.rightlivelihood.org/max-neef.html. Visitada el 3/02/2009.

82 También deseo dedicar mis agradecimientos y pensamientos al amor de tres mujeres- Magdalene Sophie Neef, mi madre; Gabriela de Amesti, mi esposa, quien ha venido conmigo a Estocolmo y a Magdalena Max-Neef, mi hija - sin cuya inspiración, solidaridad, fortaleza y fe en lo que trataba de hacer, habría sido incapaz de soportar esos periodos de oscuridad y desesperación que fueron el precio que tuvimos que pagar en la activa persecución de un sueño que le ha dado sentido a nuestras vidas. Mis pensamientos van a mi hermano Norbert quien sin su ayuda y consejo mi futuro se vería incierto, y a aquellos amigos que al compartir conmigo su sabiduría, su comprensión, sus batallas y sus esperanzas, enriquecieron mi vida. Mi gratitud va a los miembros de la fundación Dag Hammarskjöld Foundation, mi familia Uppsala -como me gusta llamarlospor darme la oportunidad de compartir mis experiencias y mis ideas y finalmente, pero no sin ser importante, dedico esta ocasión a Isabel Pérez, la querida nana de nuestra familia quien me ha dicho por más de veinte años que llegaría el día en que recibiría un premio como este. Mi agradecimiento a todos, ya que les debo tanto.

Desde la nota de presentación de este premio, se me ha llamado “un economista descalzo”, por lo que debo dedicar unos minutos a la historia de mi metamorfosis. Todo empezó, como lo he dicho en mi libro “From the Outside Looking in” (Economía descalza: señales desde el mundo invisible) cuando pasé por una profunda crisis personal como economista. En un momento, hace casi dos décadas, me di cuenta de que los economis-

tas se habían convertido en personas peligrosas. Su disciplina de repente se convirtió en una ciencia mágica a pesar de la advertencia de Lord Keynes de que el efecto de darle prioridad a los problemas económicos no debería ser sobreestimado, ya que da como resultado que los asuntos permanentes de mayor importancia sean sacrificados a sus supuestas necesidades; esta ciencia se convirtió en la proveedora de las respuestas a la mayoría de los problemas que afectan a la humanidad. Sus practicantes, a quienes recientemente se les otorgo este poder inesperado de ejercer sus influencias sobre empresas, grupos de interés y gobiernos, de manera muy inteligente y orgullosa se tomaron en serio su nuevo rol de fuentes inexequibles y poderosas. Pronto les siguió que la economía, siendo originalmente la descendencia de la filosofía moral, perdió una gran cantidad de su dimensión humana, al ser reemplazada por historias elaboradas y trivialidades técnicas que son incomprensibles a la mayoría y útiles para nadie, excepto para sus autores quienes ocasionalmente ganan premios por ellas.

Después de algunos años, el entusiasmo y el optimismo con el que había trabajado como economista en varias organizaciones internacionales, dieron paso a una creciente intranquilidad. Al continuar involucrado, ya hubiese sido

83 como testigo o participante directo, en los esfuerzos por diagnosticar la pobreza, de medirla y de desarrollar indicadores que pudieran dar un umbral estadístico o conceptual más allá de lo que los porcentajes numéricos pudieran revelar sobre la magnitud numérica de aquellos que se clasifican como extremadamente pobres; y después de participar en seminarios costosos y conferencias aun más costosas para comunicar los hallazgos, interpretar el significado de los mismos (Dios mío!!!), criticar las metodologías detrás de los hallazgos, expresar nuestra profunda preocupación (con frecuencia en medio de cocteles) por lo que mostraron los resultados, y finalmente, terminar con recomendaciones que llegaban a la conclusión que lo que se debía hacer con urgencia era conseguir más fondos para una investigación más profunda sobre el tema, que sería abordado en otras reuniones, esto me hizo sentir en cierto punto que era felizmente un participante en un ritual un tanto obsceno.

Además, al darme cuenta del hecho de que estaba viviendo en un mundo en el cual, a pesar de todas esas conferencias trascendentales, la información y el conocimiento acumulado, los grandes planes económicos y sociales y las “décadas en desarrollo”, el crecimiento de la pobreza – tanto en términos relativos como absolutoses una tendencia estadística indiscutible así como que es un hecho obvio y conspicuo a cualquiera dispuesto a mirar alrededor, lo que me llevo a

reevaluar mi rol como economista. El ejercicio crítico – para ponerlo en claro- me llevó a la identificación de cuatro áreas de preocupación personal: nuestra ilimitada admiración del gigantismo y de soluciones “grandes”; nuestra obsesión con medidas y cálculos abstractos; nuestro enfoque mecánico a la solución de los problemas económicos; y nuestra tendencia de sobre simplificar; como se refleja en nuestros esfuerzos por favorecer una “objetividad técnica” asumida a costa de perder la visión moral, el sentido de la historia y un mal entendimiento de la complejidad social.

Es justo decir que algunos economistas no fueron afectados por este hecho. Mis contactos con algunos de ellos probaron ser decisivos en muchas de las conclusiones que saqué de las incursiones críticas en las que me envolví bajo su influencia, estas fueron suficientes para cambiar el rumbo de mi vida, no sólo como profesional, sino como ser humano. Debo decir que estoy muy feliz de que uno de esos grandes economistasuno de los que siempre he considerado como el “maestro”- esté siendo homenajeado el día de hoy: el profesor Leopold Kohr de Austria.

84 Bien, así sucedió que rompí mis lazos con las tendencias impuestas por el establecimiento económico, me retiré de las “abstracciones objetivas” y me decidí a “meterme en el barro”.

Así me convertí y sigo siendo lo que llaman, un “economista descalzo”. Podría contarles historias de lo que he hecho en el pasado, pero deberé abstenerme de hacerlo, ya que considero este premio no como la coronación de una vida de trabajo, sino como un estimulo para continuar el camino que he elegido, por lo tanto debo hacer referencia a los retos que las personas y los grupos como nosotros- los premiados- estamos enfrentando en el futuro.

Déjenme empezar con un diagnóstico general.

Tres décadas en las que un paradigma tecnocrático, mecánico e inestable de desarrollo ha sido predominante y ha producido una clase de crisis global que no tiene precedente en la historia. Las características de la crisis, como afectan al mundo, pueden ser sintetizadas en términos de una paradoja preocupante: que el mayor absurdo puede ser, y en muchos casos ya lo es, que los beneficios económicos salientes del modelo de desarrollo predominante son usados en la solución de aquellos problemas agudos y contradicciones creadas por el mismo modelo. En breve, un proceso de auto destrucción: la serpiente que devora su propia cola.

supervivencia”. El hecho de que ambos grupos aún coexistan y que aún más, el crecimiento de los últimos sea indiscutible, debería ser prueba suficiente de que las posibilidades mecánicas del tan llamado “trickel down effect33” atribuido originalmente a los modelos de desarrollo global, no funcionó.

La experiencia y la frustración acumulada han dado camino a que surja un paradigma alternativo de desarrollo. Generalmente conocido como el enfoque deductivo -aunque más viejo que el anterior- ha ganado la suficiente respetabilidad en los últimos años para convertirse en el objeto de una creciente atención dentro de los expertos, redactores de políticas y el público en general. El reporte “What Now” (Ahora qué) de Dag Hammarskjoeld de 1975, mientras proclamaba la urgencia y la filosofía de “otro desarrollo”, fue un paso decisivo para aumentar la conciencia pública y especializada al respecto de la necesidad de crear nuevos procesos donde los objetivos de desarrollo y equidad puedan de verdad converger. Aunque debemos ser cuidadosos porque, en este punto, estamos parados en frente a un cruce de caminos. Si el paradigma ortodoxo generara desarrollo sin equidad, el nuevo debería escapar del riesgo de convertirse en un promotor de equidad sin desarrollo.

En casi cualquier país del tercer mundo podemos dividir a la población en dos grupos principales. Primero, están aquellas personas que están directa o indirectamente ligadas a la “estrategia de desarrollo” y segundo, están esas personas, con frecuencia la mayoría, a la que se les permite diseñar su propia “estrategia de Además, debería tenerse en cuenta

33. El “efecto goteo” o “efecto a chorro” considera necesario favorecer a los más ricos para que la economía genere beneficios que, cayendo hacia abajo como gotas, se transforman en una ventaja para todos. Según la ortodoxia económica el efecto es un fenómeno de comercialización que afecta a muchos bienes de consumo. Inicialmente, un producto puede ser tan caro que sólo los ricos pueden permitírselo. Con el tiempo, sin embargo, el precio caerá hasta que sea lo suficientemente barato para el público en general a la compra. Tal visión parte del supuesto de que el crecimiento económico, tarde o temprano, eleva los ingresos de todo el mundo.

85 que los paradigmas pueden ser peligrosos, especialmente si se vuelven una “moda”. Los slogans no deben reemplazar a los hechos y a las evidencias, y las emociones no deben superar el trabajo duro necesario para construir una teoría humanista sólida y coherente. Si se entiende como un proceso alternativo, el nuevo paradigma emergente puede ser predecido, en este paso, como una cadena de muchos eslabones sueltos. Como un cuerpo en búsqueda de su consolidación, aún deja mucho que desear. Conocemos los componentes principales del cuerpo, pero aún no sabemos cómo se supone que se interrelacionen para que el todo funcione armoniosamente. El regreso a la escala humana, la participación pública creativa y activa, la satisfacción de las necesidades humanas fundamentales, los problemas ecológicos, la auto confianza local; son algunos de sus objetivos básicos. El tamaño de los sistemas (o el tamaño de los sistemas críticos) y la eficiencia como una cualidad (no una cantidad) son dos de sus parámetros. La subversión del poder central y de la autoridad, de estructuras burocráticas, de modelos mecánicos y de otros instrumentos tecnocráticos son las bases de sus fundamentos filosófico-políticos. El corazón parecer estar en el lugar correcto. Todas las piezas parecen estar allí, la gran pregunta es cómo ponerlos juntos.

mente. El nuevo, al ser esencialmente complejo y sensible, está corriendo el riesgo de ser sobre simplificado artificialmente. Las evidencias del último ya están trabajando. De hecho, uno a veces recibe la impresión de que al discutir con simpatizantes de la nueva alternativa, una creencia frecuente parece ser que los promotores y los activistas pueden por sí mismos encargarse de todo el proceso. Uno sigue con la sensación de que un enfoque más fuerte en aspectos prácticos, a menudo parece implicar un enfoque más fuerte de la separación por parte del pensador. Tal situación es peligrosa.

Revela la existencia de semillas potenciales de auto destrucción que este paradigma -como

todos- lleva consigo. Si tales semillas incipientes no se esterilizan apropiadamente, y el mal ya emergente no es curado, el nuevo paradigma -sin dejar a un lado sus meritos indiscutibles- puede decaer antes de haber tenido la oportunidad de probar su valor. El riesgo, ahora mismo, es real. Así, uno debería tener en mente que la acción alienada de la teoría es tan peligrosa como una teoría alienada de la realidad.

Si reflexionamos sobre la esencia de ambos paradigmas, podemos concluir La teoría y la práctica son ambas indispensaque el primero, al ser esencialmente bles; ninguna puede sustituir a la otra. Miensimple, ha sido complicado artificial- tras los practicantes y los promotores de los

86 procesos alternativos son ya una legión, el número de aquellos dedicados a la sistematización del conocimiento acumulado y de experiencias es pequeño. Más aún, aquellos pequeños grupos que están dedicados al trabajo aislado y que están por ende, desligados de los beneficios de fertilización cruzada que un canal dinámico de comunicación horizontal puedan traer. Sin embargo es importante que la sistematización hacia la construcción de una teoría (o teorías) alternativa humanista coherente, sea sólo una parte del problema a resolver. Queda el hecho de que ambos paradigmas continuarán – y probablemente deban- continuar su coexistencia incluso si se presenta una lucha dialéctica uno con el otro.

La coexistencia continuada parece ser inevitable por la simple razón de que el macro no es la suma de los procesos micro, ni puede lo último ser interpretado como la oposición del primero. Ambos procesos son interdependientes y no independientes. Cómo tal interdependencia puede ser articulada racionalmente es el segundo problema a resolver. En breve, la situación –y el reto- pueden ser resumidas a continuación: mientras que se deben superar muchas deficiencias y limitaciones de la teoría que apoya al paradigma (interpretaciones mecánicas e indicadores inadecuados, entre otros), un cuerpo teórico para el nuevo paradigma debe ser construido aún. Pero déjenme ser muy claro – no podría ser más enfático en este punto- que no estoy abogando a la teoría sólo por el hecho de teorizar.

Estamos hartos de todo eso! Lo que estoy proponiendo a cambio es la sistematización coherente de la experiencia adquirida por todos aquellos de nosotros que han estado trabajando durante años en las soluciones de los problemas reales que afectan a nuestro mundo el día de hoy; especialmente a los más po-

bres y los sectores más vulnerables de la humanidad.

Aquellos de nosotros –y de hecho somos muchos– compartimos objetivos comunes y principios filosóficos comunes, aún no compartimos un lenguaje común. La construcción de dicho lenguaje basado en contribuciones teóricas sólidas – y sólo basadas- en nuestras experiencias concretas, es una de las tareas que aún se deben completar.

Pero permítame decir en este momento que cualquier tarea que estemos enfrentando, las herramientas desde donde partimos nuestro trabajo es parte de un ambiente culturalmente empobrecido. De un ambiente en lo que la riqueza cultural de diversidad y de variedad ha sido sustituida por la eficiencia económica de monotonía y de uniformidad. Para ilustrar mi idea debo referirme al empobrecimiento cultural traído por el proceso de desarrollo dominado por la economía.

Déjenme simplemente referirme al lenguaje.

En su sentido más amplio, el lenguaje es el producto así como la representación de una cultura. Al caso que éste crece o se disminuye, volviéndose más rico o más pobre, lo mismo ocurre con la cultura a quien le corresponde y lo que representa. Como nuestra lengua se expande en la dirección que se le requiere por una cultura tecnocrática en crecimiento, sus posibilidades

87 retóricas para la exaltación elocuente y la presentación de las rutas culturales alternativas se atrofian.

que la inflación es algo menor, y que el bienestar implica algunas cosas trascendentales y que el desempleo es muchas tragedias con nombre y rostro, el deseo de angustia y de doSi consideramos apropiado referirnos lor; parece que no tiene eco en los sistemas al desarrollo en términos de números y en cuyo discurso se basa en la solidez asumicantidades, entonces las cifras y las can- da y la fortaleza de las estadísticas abstractas tidades harán el lenguaje del desarrollo, y deshumanizadas. Esto nos hace, a quienes lo que a su vez implica que lo que se que- buscamos alternativas más humanas, un subda por fuera del lenguaje, se queda fuera conjunto de un conjunto tecnocráticamente del desarrollo. Ahora, debería estar claro deshumanizado. Al tratar de enriquecer y meque si el lenguaje que se usa es pobre, in- jorar nuestro lenguaje nos volvemos víctimas completo e insuficiente, el desarrollo será de un ambiente hostil en el cual, el lenguaje igual. Nos hemos fascinado con los núme- empobrecido es el lenguaje del poder, de amros y tan obsesionados con las cifras en nuestro esfuerzo lucroso de construir una teoría de desarrollo económico, que en nuestro sobre-entusiasmo no nos damos cuenta que hemos dado la vuelta a la lógica. De hecho, en vez de aprender cómo interpretar lo que es realmente importante, le damos importancia a lo que puede ser medido. No deberíamos sorprendernos que, probablemente no haya nada tan importante como el resultado, el cual, de acuerdo a nuestro desarrollo del lenguaje, es la medida de medidas. Si nuestro lenguaje sabe cómo medir el resultado mejor que la mayoría de los cuantificadores, deberíamos venerar tal cuantificador más allá de otras consideraciones. bición y de dominación.

El desarrollo se mide por el resultado, el No importa cuán hostil sea el ambiente en el bienestar se convierte en una función del que estamos trabajando, no debemos dejar de resultado, la inflación es un resultado ge- insistir que el desarrollo es sobre las personas nerado de la manera incorrecta y el des- y no sobre los objetos. Que el objetivo de deempleo es el resultado no generado. Así sarrollo no debe ser productivismo ni consues como es. mismo, que la satisfacción de las necesidades humanas fundamentales, que no son únicaEl hecho de que muchos de nosotros in- mente necesidades de la humanidad, son las sistimos que el desarrollo es algo más, y necesidades del ser también. Nunca tratare-

88 mos de negar que la subsistencia sea una necesidad humana fundamental la cual debe ser satisfecha por medio de un adecuado sustento, nutrición, hogar y trabajo para todos. Pero también insistiremos que la protección, el afecto, la comprensión, la participación, el tiempo libre, la creación, la identidad y la libertad son también necesidades humanas fundamentales.

por el bien de la eficiencia económica, la personas que son sujetos potencialmente creativos se les convierte en objetos eficientes? Y qué pasa con la identidad en un mundo lleno de exilios políticos y de grupos que han sufrido por la imposición de medios y formas que son ajenas a su cultura? ¿Y la liNuestros modelos de desarrollo em- bertad? ¿Dónde está la liberpobrecidos han estado principalmen- tad? Se ha escondido porte ligados a la subsistencia. Pero como que quiere sobrevivir. están dominados tales modelos por la religión de la eficiencia económica y la Esto nos muestra, cómo en magia del mercado, han sobresaturado esta esquina llamada Suela satisfacción de algunos a expensas de cia se le está premiando a la miseria de la mayoría de la humani- un grupo de locos, pero dad. Y qué pasa con el resto de las nece- muy activos románticos el sidades humanas fundamentales? Bien, día de hoy. Sabemos dónde nuestros modelos dominantes trabajan se esconde, y nunca se lo muy bien y muy eficientemente en con- contaremos a nuestros enetra de su satisfacción. migos. Pero mientras tanto continuaremos con nuestro ¿De qué protección podemos hablar trabajo. Recuperaremos la en medio de una militarización en cre- riqueza de nuestro lenguacimiento y de una carrera de armas? je y le daremos significado a ¿Qué clase de afecto puede nacer bajo lo que realmente importa y el poder de las estructuras patriarcales llamaremos a las cosas y a la y autoritarias? ¿Cómo puede la com- acciones por su propio nomprensión humana verdadera crecer de bre. Todos aquellos -y perun sistema de educación desligado a los mítanme repetir que somos problemas reales del mundo? ¿Cómo muchos los que trabajamos podemos hablar de participación don- en la escala humana por de a las mujeres, en minoría y en mayo- soluciones humanas donde ría se les discrimina? ¿Qué placer puede realmente están los seres tener sentido donde los artículos tontos humanos- formamos un gruy un medio electrónico alienante nos po que es poderoso porque bombardea día y noche? ¿Cómo puede carecemos de la ambición la creatividad humana florecer donde, de poder. Somos –como en

89

tiempos antiguos de crisis generales- los nuevos monasterios donde el valor de nuestra variedad y diversidad cultural deberá preservarse, hasta la horda de uniformidad, de reducción y el colapso de la ambición bajo el peso insostenible de su propia y gigante estupidez.

Esta noche recuerdo al Fausto de Goethe, para que nos diga: “el arte es largo y la vida es corta”. Permitamos a través de nuestros deberes, seguir siendo parte del arte y en esa forma ayudar a la vida a permanecer en la tierra.

Gracias a todos por compartir con nosotros esta noche.

Traducción Adriana Marcela Ibáñez Sanchéz Licenciada en Filología e Idiomas –Inglés.

Universidad Nacional de Colombia

90

R E F L E X I Ó N

91 ¿PARA QUÉ UNA SOCIOLOGÍA AMBIENTAL?

P

regunta de amplios alcances deliberativos y reflexivos, sin duda alguna. Remite a la urgencia de plantear y aportar un enfoque teórico y práctico desde la sociología a la cuestión ambiental por un lado, y por el otro a la pertinencia de brindar respuestas para conjurar la crisis (a todos los niveles) a la que la especie humana ha abocado el planeta que habita y que amenaza con exterminar, o en el mejor de los casos a transformar profundamente. Dos cuestiones que en realidad están estrechamente ligadas. Porque no hay duda que los niveles de conocimiento y tecnología alcanzados por el ser humano tienen directa relación con el deterioro del ecosistema terrestre. La crisis general de la ciencia en nuestros días, patente en el resquebrajamiento de todo paradigma y en la emergencia de enfoques interdisciplinarios desde diversas áreas de la ciencia, no es sino un síntoma de la enfermedad del planeta. Por lo cual la entrada en escena de algunos de tales enfoques representa una tardía respuesta a una situación que la propia ciencia por acción u omisión del ser humano creó.

La sociología pertenece a ese ámbito de la ciencia.

“Cada disciplina científica surge como un proceso funcional al desarrollo de la estructura productiva, y esa estructura nunca admitió la finitud ni fragilidad de lo biótico”.

Cristian Camilo Cortes Fuentes Estudiante Sociología VI Semestre Universidad Nacional de Colombia Desde su fundación elaborada para tratar de explicar y comprender una sociedad crecientemente compleja, estuvo desde ese momento inevitable y profundamente influida por el paradigma mecanicista y empirista proveniente de las ciencias naturales. De modo que su propia justificación y proceso de legitimación tomó referentes epistémicos propios de la filosofía de la ciencia cartesiana y newtoniana.

Por lo cual definió su ámbito de estudio y su metodología investigativa celosamente, estrechando y limitando la posibilidad de analizar la dimensión social de la realidad desde marcos epistémicos que confrontaran tal realidad con el entorno ambiental. No es posible culpar tal acaecimiento, lo cuestionable es que hasta el sol de hoy, esa forma de hacer sociología prevalezca.

El antropocentrismo rigió desde un principio en la conformación de la ciencia, de manera que el universo de lo real estaba dispuesto para el entendimiento y manipulación humana. Así que comprender el sentido de la realidad desde el paradigma dominante implicaba

“ante la amenaza de extinción que se cierne sobre la especie humana y ante la prepotencia, resistencia e incapacidad que caracterizan a determinadas vertientes de algunas teorías sociales (entre ellas, las sociológicas), definitivamente hay que saludar y promover el intento de crear una interdisciplina surgida desde la sociología; la sociología ambiental”.

92 que se dividiera tal realidad en sectores de interés. Cada disciplina científica surge como un proceso funcional al desarrollo de la estructura productiva, y esa estructura nunca admitió la finitud ni fragilidad de lo biótico mas sí el derecho a poseer y explotar todo lo nohumano en beneficio de lo humano (al menos deliberadamente). Así se abstrajo inevitablemente la complejidad que suponen las intensas y diversificadas interrelaciones que dan lugar a nuestra dinámica realidad.

Desde ese entonces la sociología ha servido para incitar la reflexión sobre la modernidad y para dar sustento a toda suerte de ideologías (teorías clásicas una y otra vez revisadas y replanteadas hasta nuestros días) sobre la sociedad.

Pero no ha ido más allá de la dimensión de lo humano, abstrayendo toda relación con lo ambiental o ecológico. Rígidos marcos conceptuales sobre el significado de sociedad hemos heredado.

Tratamos de actuar y teorizar sobre ella solo a partir de los planteamientos de un puñado de autores hoy lejanos en el tiempo y en el espacio. Mientras tanto las ciencias naturales han ido lejos en la búsqueda de la verdad proponiendo cosmovisiones omnicomprensivas de lo que nos rodea (si bien, harto cuestionables). La sociología también ha aportado cosmovisiones, pero estas van de la mano con los desarrollos de la ciencia aplicada, pues tratan de explicar su amplio impacto sobre la sociedad. De modo que dentro de los actuales parámetros del pensamiento sociológico no es posible proponer una reflexión

crítica sobre el futuro de nuestra civilización cuando estos parámetros están subordinados al impacto de tecnologías que involucran aspectos más allá de lo humano-social. Sería necesario replantear esa dependencia de la técnica complementando el análisis sociológico con otras disciplinas (humanas o no) Entonces, ante la amenaza de extinción que se cierne sobre la especie humana y ante la prepotencia, resistencia e incapacidad que caracterizan a determinadas vertientes de algunas teorías sociales (entre ellas, las sociológicas), definitivamente hay que saludar y promover el intento de crear una interdisciplina surgida desde la sociología; la sociología ambiental. Digo teorías prepotentes porque se siguen tratando como paradigmas explicativos cuando apenas son una buena literatura que hoy en día funciona para que sirva de contenido a currículos estancados, estrafalarios, insulsos, obtusos, obsoletos, ya ahistóricos e incluso inexplicablemente prolongados (a veces sirven también para ser marcos explicativos de determinados fenómenos sociales aislados y muy específicos). Digo teorías resistentes porque pretenden adaptarse (a cualquier precio) a cuanta nueva complejidad emerja para que su teoría y autores insignes puedan decir que su cosmovisión continua vigente y así no sucumban ante el tribunal de la historia, la creatividad y las críticas bien fundadas. Y digo incapaces porque hoy ha evolucionado de tal modo y a tal escala la sociedad humana, y así mismo otras disciplinas que ya pocos actores políticos tienen en cuenta

93 teorías contextuales a un tiempo y espacio determinado, teorías hoy incapaces de servir de explicación o incluso reflexión sobre el mundo de hoy.

Quizá son demasiado fuertes las anteriores acusaciones, tal vez son ciertas pero aquí son insuficientemente argumentadas, seguramente, ya otros autores han decidido lo mismo y se han “destetado” de sus teorías inicialmente formativas. Pero considero importante y oportuno en este debate traer a cuento la crisis generalizada de las ciencias sociales producto de la miopía (deliberada o no) de sectores académicos nostálgicos y tradicionalistas, férreamente conservadores que se oponen a cualquier modificación de los currículos en ciencias sociales (por lo menos en América Latina). Todo esto sin demeritar la diversidad de enfoques y planteamientos que incluso al interior de estrechos marcos conceptuales logran construir interesantes y pertinentes interpretaciones del mundo contemporáneo (como por ejemplo los estudios culturales, suerte de híbrido ecléctico de teorías clásicas puestas en tela de juicio y reformuladas y que cada día gana más espacio al interior de la academia y de la reflexión científica). ¿Pero qué posición ocuparía una sociología ambiental que llega tarde a un escenario de

interdisciplinas dedicadas hace tiempos a la “cuestión ambiental”? Todo el amplio conocimiento acerca de la sociedad humana acumulado a lo largo de décadas de deliberación ha producido algunos conceptos vigentes y aún aplicables. Pero sus justificables limitaciones de aplicación ponen en tela de juicio la capacidad de la sociología de producir conocimientos en esa área. Habría que inscribir tal legado conceptual en un sistema teórico amplio que permitiera la introducción (necesaria si se quiere hablar de sociología ambiental) de consideraciones ecológicas.

También existe la posibilidad de replantear por completo tal legado y proponer uno nuevo que pueda seguir teniendo el rótulo de “sociológico/a”. Son tareas que quedan para la posteridad pero que son de vital urgencia en estos tiempos de crisis de paradigmas y riesgos ecológicos que ponen en tela de juicio la cacareada ahistoricidad y omnipotencia de la especie humana. Una sociología ambiental para ubicar el papel e impacto de unidades sociales humanas ante un entorno ambiental cada vez menos difuso que reclama un trato armónico. Opino que la emergencia de un paradigma como ese debe ir de la mano con otros estudios de la cuestión ambiental que partan de otros conceptos, ello en aras de unificar una visión sobre “lo ambiental” que fortalezca cualquier respuesta humana ante la crisis que le plantea al planeta su estilo de vida.

94

REVISANDO TEXTOS

95 DESARROLLO A ESCALA HUMANA UNA OPCIÓN PARA EL FUTURO. Autor: Max-Neff Manfred: et alt, Editorial: CEPAUR Año: 2000

A

nte la evidente situación de crisis que se ha sufrido en Latinoamérica por varias generaciones, es inaplazable y urgente, generar procesos de reflexión frente a las condiciones y consecuencias de las acciones asumidas desde las agendas políticas en diversos países de nuestro continente en términos de desarrollo, de políticas macroeconómicas y de políticas sociales. En efecto, las condiciones de pobreza generalizada y las condiciones macroeconómicas generalmente desfavorables, parecen poner en evidencia el desacierto de los modelos desarrollistas y monetaristas que han impedido generar procesos reales de equidad.

Ante eso, Max-Neef Elizalde y Hopenhayn, afirman que es indispensable cambiar los parámetros sobre los cuales se ha sustentado el desarrollo. Por ello se propone, ante todo, que en Latinoamérica se generen proceso políticos autónomos, que piensen en las prioridades de las sociedades locales y que se cambie la ya fallida percepción de desarrollo, en la que se imitan las acciones de las potencias mundiales del hemisferio norte de manera unívoca.

La visión de desarrollo propuesta por estos autores, se sustenta en la consideración de entender el Desarrollo a Escala Humana, es decir, que los procesos y los resultados de las políticas asumidas en La idea del desarrollo sustentado por el crecimien- nuestro continente han de tener como centro de to económico per se, ha sido muestra suficiente su accionar las necesidades colectivas humanas, y de que el aumento de las tasas de consumo en el no los indicadores materiales sobre los cuales se conjunto de la sociedad, no lograran por sí mismas ha medido el desarrollo económico y con ello el que se aumente el consumo de todos sus miem- desarrollo. bros, ni tampoco, y siendo más grave, que con ello se logre satisfacer las necesidades de millones de En una propuesta teóricamente innovadora, Maxpersonas que actualmente viven en condiciones Neef, Elizalde y Hopenhayn, buscan articular el problema coyuntural y las acciones públicas de de pobreza y miseria en Latinoamérica.

Latinoamérica con una reflexión ontológica del género humano. Al respecto, afirman que el problema de las necesidades no puede ser asumido como un problema dependiente de las relaciones y dinámicas sociales, especialmente económi-

96 cas, sino que debe ser entendido como un problema estructural del comportamiento humano, independientemente de las variables psicosociales o culturales que afecten al individuo o la colectividad.

De esta manera el desarrollo debe concentrarse en una mirada a las necesidades, que pueden entenderse como los elementos que todo ser humano debe disponer para la consecución de un desarrollo de la vida de manera integral. Los satisfactores, por su parte, sí son susceptibles de ser modificados dadas las coordenadas temporales o espaciales. Por lo tanto se concluye que el ser humano requiere de unas mismas condiciones para su supervivencia y bienestar, independientemente la cultura o las condiciones sociales en las que se encuentre. Lo que es susceptible de modificación es la forma de satisfacer las necesidades; ya que su hacer, estar o ser, está directamente referido a los códigos culturales y dinámicas sociales en las que genere referencia, y es justamente ese hacer, estar o ser lo que va a propiciar la satisfacción de la necesidad.

MATRIZ DE LAS NECESIDADES FUNDAMENTALES DEL SER HUMANO, SEGÚN MANFRED MAXNEEF Necesidades según categorías existenciales Necesidades según categorías axiológicas

SER

TENER

HACER

ESTAR

SUBSISTENCIA

1/ Salud física y mental, equilibrio, solidaridad, humor, adaptabilidad.

2/ Alimentación, abrigo, trabajo.

3/ Alimentar, procrear, descansar, trabajar.

4/ Entorno vital, entrono social.

PROTECCIÓN

5/ Cuidado, adaptabilidad, autonomía, quilibrio, solidaridad.

6/ Sistemas de seguros, de salud, ahorro, seguridad social, legislaciones, derecho, familia, trabajo.

7/ Cooperar, prevenir, planificar, cuidar, curar, defender.

8/ Entorno vital, entorno social, morada.

AFECTO

9/ Autoestima, solidaridad, respeto, tolerancia, generosidad, receptividad, pasión, voluntad, sensualidad, humor.

10/ Amistades, parejas, familia, animales, domésticos, plantas, jardines.

11/ Hacer el amor, acariciar, expresar emociones, compartir, cuidar, cultivar, apreciar.

12/ Privacidad, intimidad, hogar, espacios de encuentro.

ENTENDIMIENTO

13/ Conciencia critica, receptividad, curiosidad, asombro, disciplina, intuición, racionalidad.

14/ Literatura, maestros, método, políticas educacionales, políticas comunicacionales.

15/ Investigar, estudiar, experimentar, educar, analizar, meditar, interpretar

16/ Ámbitos de interacción formativa: escuelas, universidades, academias, agrupaciones, comunidades, familia.

PARTICIPACION

17/ Adaptabilidad, receptividad, solidaridad, disposición, convicción, entrega, respeto, pasión, humor.

18/ Derechos, responsabilidades, obligaciones, atribuciones, trabajo

19/ Afiliarse, cooperar, proponer, compartir, discrepar, acatar, dialogar, acordar, opinar

20/ Ámbitos de interacción participativa: partidos, asociaciones, iglesias, comunidades, vecindarios, familias.

OCIO

21/ Curiosidad, receptividad, imaginación, despreocupación, humor, tranquilidad, sensualidad.

22/ Juegos, espectáculos, fiestas, calma.

23/ Divagar, abstraerse, soñar, añorar, fantasear, evocar, relajarse, divertirse, jugar.

24/ Privacidad, intimidad, espacios de encuentro, tiempo libre, ambientes, paisajes.

CREACION

25/ Pasión, voluntad, intuición,imaginación, audacia, racionalidad, autonomía, inventiva curiosidad.

26/ Habilidades, destrezas, método, trabajo.

27/ Trabajo, inventar, construir, idear, componer, diseñar, interpretar.

28/ Ámbitos de producción y retroalimentación: talleres,ateneos, agrupación,audiencias, espacios de expresión, libertad temporal

IDENTIDAD

29/ Pertenencia, coherencia, diferenciación, autoestima, asertividad.

30/ Símbolos, lenguaje, hábitos, costumbres, grupos de referencia, sexualidad, valores, normas, roles, memoria histórica, trabajo.

31/ Comprometerse, integrarse, confrontarse, definirse, conocerse, reconocerse, actualizarse, crecer.

32/ Socio-ritmos, entornos de la cotidianeidad, ámbitos de pertenencia, etapas madurativas.

LIBERTAD

33/ Autonomía, autoestima, voluntad, pasión, asertivita, apertura, determinación, audacia, rebeldía, tolerancia.

34/ Igualdad de derechos.

35/ Discrepar, optar, diferenciarse, arriesgar, conocerse, asumirse, desobedecer, meditar

36/ Plasiticida espacio temporal

97 Ello supone que existe una relación dialéctica al interior del concepto necesidad, ya que si bien es en principio carencia, es al mismo tiempo potencialidad, ya que si no hubiese forma de satisfacerla no existiría.

exportaciones de materias primas e importaciones de procesos manufacturados, lo cual desde cualquier punto de vista es desfavorable para los países en vías de desarrollo.

La mayoría de gobiernos latinoamericanos de las últimas décadas del siglo XX, incluyendo las Bajo este supuesto, es que entonces dictaduras, permitieron la desaparición de los se deben construir las políticas de de- estados proteccionistas y depositaron la fe del sarrollo, pues sólo en la medida en desarrollo en grandes, pero reducidos, grupos que se pueda hacer una caracteriza- económicos y en la todopoderosa dinámica ción de las falencias o necesidades in- del mercado. satisfechas que tienen las sociedades latinoamericanas, se pueden generar procesos autónomos que sean más acordes con las exigencias sociales de las regiones.

En el modelo neoliberal, que ha sido implantado como doctrina de la política económica en varios países del continente, se evidencia una vez más, que las grandes recetas para el desarrollo son inútiles e incluso contraproducentes pues han asumido procesos coordinados de la acción (o inacción) pública, como un símil de los países desarrollados en los países en vías de desarrollo o “antidesarrollados”; lo que a la postre a resultado en la hasta ahora, materialización de la miseria social.

De allí se puede deducir que ha habido un papel históricamente erróneo del Estado que no ha logrado consolidar procesos autónomos correspondientes a las potencialidades económicas y sociales de las regiones. Más bien se ha mantenido, aunque con distintas facetas, las relaciones centroperiferia, incluso con la fórmula de

Al tiempo, el desarrollismo se basó asumiendo un alto endeudamiento con los países industrializados, lo cual sólo agudizaría las relaciones de dependencia y consolidaría la estructura centro-periferia en el marco global.

98 ¿Crisis? Sí, pero no se trata de una crisis sectorial, de carácter meramente económico o político; se debe asumir como una crisis que es transversal a diferentes esferas de la sociedad, donde la falta de recursos se articula con la incapacidad de los Estados a asumir responsabilidades autónomas, de la presencia de gobiernos que no responden a las prioridades sociales, de una cultura antidemocrática, del sostenimiento de oligarquías, de pauperización social generalizada. En resumen, es la crisis Latinoamérica, la de los países marginados.

Ante todo ello, la propuesta surgida desde la perspectiva Max-Neef, involucra la necesidad de generar proceso de construcción social de la política pública en un modelo de “abajo hacia arriba”, en donde además se eliminen las determinaciones guiadas por fenómenos como el endeudamiento.

Entonces es un llamado a generar procesos autónomos, de autodeterminación, según las condiciones sociales sobre las cuales las sociedades latinoamericanas se edifican. Es un llamado a la no-dependencia, a la generación de procesos propios y pertinentes en la meta de alcanzar una mejor calidad de vida socialmente construida.

En síntesis es pertinente en este sentido generar procesos de coordinación entre las prioridades, carencias y potencialidades sociales, en relación con los hechos individuales. Es la búsqueda por construir un desarrollo integral de todas las per-

sonas y toda la persona, un desarrollo a escala humana, en donde se entienda a la persona como un individuo y no como consumidor.

99 ÉTICA, DESARROLLO Y POBREZA.

Autor: Consuelo Corredor Editorial: Universidad Nacional de Colombia. Facultad de Ciencias Económicas. Trabajo docente UNC.

L

a tensión Mercado-Estado, presente en discusiones de carácter político y económico durante un importante tiempo ya, sigue estando vigente en la actualidad, más aún cuando el libre albedrío de las fuerzas del mercado, en la era globalizada, ha consolidado una inmensa fragmentación social, desmintiendo el supuesto que afirma que disminuyendo las regulaciones a las dinámicas mercantilistas se generara un mayor justicia social.

Para Consuelo Corredor, este resultado del actual modelo de desarrollo, en el cual parece ponerse cada vez manifiesto la desigualdad e injustita social, ha tenido estas características porque su interés primordial es generar el crecimiento y la aglomeración de las economías, sin que se pregunte quienes son los beneficiados con este crecimiento y quienes están al margen de cualquier beneficio, o en otras palabras, el modelo de desarrollo imperante no tiene en cuenta quienes son los ganadores y quienes los perdedores con el crecimiento incesante de las economías y la aglomeración avasalladora del capital.

Por esta razón, afirma Corredor, es prioritario dar cabida a un modelo de desarrollo que retome lo humano como centro de las actividades económicas, políticas y, en general, sociales; sólo de esta manera se podrá asumir una posición ética que procure disminuir la pobreza. De está manera se

debe ligar ética y economía en un propuesta de conocimiento sólido e integral que de cabida a un desarrollo más justo y equitativo.

Por supuesto, se debe tener en cuenta que esta interlocución se pone en riesgo cuando se parte del supuesto de que las relaciones humanas están inmersas en la escasez de bienes para la satisfacción de las necesidades. Solo en la medida en que se logre generar una repartición y reciprocidad proporcional de estos entre la sociedad, se puede hablar de justicia social.

Esta discusión sobre la ética y la economía, trae a acotación el problema de las necesidades humanas como punto de partida, por lo menos en términos conceptuales, para una teoría del desarrollo equitativo. En efecto, para Corredor, la libertad, sustento mismo de la idea de progreso y por ende del desarrollo, implica en el ser humano estar “libre de necesidades”, o más precisamente, exento de necesidades sin satisfacer. Por ello se debe garantizar la propiedad a los individuos como canal satisfactor de las necesidades.

Desde la perspectiva liberal, este problema de las necesidades tiene con fin último la felicidad. El proyecto de la modernidad se baso en la razón, la objetividad, el naturalismo y la individualidad, como entes de un mismo orden sobre lo cual se basa incluso la propia moral; este supuesto orden traerá

100 la tan anhelada felicidad, la cual bajo este marco, fue entendida como la adquisición de bienes.

exentas de las determinantes productivas o de intercambio de bienes y servicios.

Por ello, la economía, se ha desligado de otras esferas que no sean estrictamente económicas. La producción y la productividad se han convertido en un fin último, y de acuerdo a ello, los medios se han ajustado a estos fines. Las concepciones Neoclásicas de la economía, así asumieron el problema de la satisfacción de necesidades y sobre ello se sustento parte del discurso del desarrollo.

Entonces, de existir un orden social, no se puede suponer que dicho orden esta supeditado a las restricciones y determinaciones de las relaciones económicas existentes en una sociedad; aún cuando sean las formas de producción las que pueden estructurar parte de las relaciones sociales.

Ante ello surge un inconveniente enorme en términos conceptuales, a saber, la individualidad y el egoísmo supuestamente innatos del ser humano en el entramado de interacciones sociales. De ser así, el Bienestar Social entraría en confrontación con las dinámicas sociales, potenciadas por los individuos en lucha por los intereses particulares.

Por ello el crecimiento como indicador del bienestar social, resulta ser ineficiente, dado que solo manifiesta el crecimiento neto de la producción, no las formas como ésta es distribuida y cuantos o quienes tienen acceso a sus beneficios.

Una reflexión ética del desarrollo, tendría como objetivo último, un mejoramiento de la calidad de vida de las personas. Dicho mejoramiento no se daría únicamente sobre la base de la acumulación de bienes, sino que tendría que fijarse sobre las condiciones de interacción entre las personas y quizás, entre estas y el territorio en donde se desenvuelven.

Esta centralidad del orden económico en el discurso del desarrollo, dice Corredor, ha producido que Queda entonces expuesta la pregunta sobre el factores como la modernización económica, sean problema de la producción, distribución cambio y vistos como un objetivo per se, lo que se traduconsumo de los bienes y servicios en la sociedad. ce en procesos permanentes de exclusión dada la Bajo una perspectiva reflexiva y crítica del desarro- inmovilidad social y política que la modernización llo, la justicia y la equidad, se deben asumir como económica implica. Como resultado, se observa entes en directa relación con de acceso y la dis- una alta proporción de personas contribuyendo tribución equilibrada y proporcional del producto con su trabajo al crecimiento económico, pero socialmente construido. siendo excluidas de los beneficios que este trae.

No obstante, ha de tenerse en cuenta que el bienestar social no puede ser medido exclusivamente por los indicadores económicos. Se debe comprender que dentro de las características de la estructura social, existe una gran cantidad de elementos y variables que pueden ser indicadores del bienestar de las personas; variables que pueden estar

Pero en un sentido más amplio del desarrollo, afirma Corredor, se debe empezar por deshacer los indicadores de productividad y producción e incluso los de equidad y distribución. Siguiendo esta línea, el verdadero indicador del desarrollo debe sustentarse en la relación entre insumos socialmente acogidos y la calidad de vida, e incluso la vida misma con sus respectivas potencialidades y superaciones, realizadas bajo el marco de la libre escogencia.

101 En este sentido se le apuesta a la satisfacción de necesidades de modo integral como lo plantea el propio Max Neff, de modo que se llegue al punto básico de la meta del desarrollo ético: la calidad de vida socialmente generalizada; y no a la búsqueda por realizar los deseos, que son de antemano, inalcanzables e infinitos.

Para lograr ello, se debe iniciar por generar las condiciones para que el grueso de la población (por no decir toda) logre la capacitación necesaria para evitar la exclusión, de modo que no haya disparidades en las dotaciones iniciales entre los diversos grupos sociales.

De ahí que se busque en las personas las virtudes propias y adquiridas y no las condiciones materiales que posea. Pero ello sólo es posible en la medida en que exista un Estado en condiciones de garantizar condiciones equilibradas para toda la población..

Por lo tanto el desarrollo ético es un llamado a garantizar las oportunidades de todos y todas las ciudadanas para desarrollar sus potencialidades, satisfacer sus necesidades y mejorar su calidad de vida. No es una búsqueda por la igualdad de acceso de bienes, que a la postre resultan exclusivos.

Es una búsqueda por superar el proyecto liberal, en que los derechos sólo son efectivos en la esfera jurídica pero no practica.

La igualdad de oportunidades supone la real equidad según Corredor, pues con ella se esta tomando en cuenta las diversas capacidades de las personas, de manera que el libre albedrío del desarrollo de estas capacidades resultara en una verdadera igualdad en materia social.

Por ello la pobreza no debe ser subsidiada. Los subsidios no solucionan el problema, por el contrario lo tienden a agravar. Solo en la medida que se garanticen las condiciones para salir de tal condición se puede evitar caer al círculo vicioso que supone que al ser pobre se carece de capacidades y ello conduce a la imposibilidad de alcanzar las condiciones para salir de la propia pobreza.

En síntesis, según lo planteado por Corredor, el desarrollo ético, debe de una parte centrarse en lo humano. La pobreza, que es el primer mal a erradicar y que es producto de la inadecuada repartición de recursos, debe ser mitigada en dos niveles. El primero, que concierne a las necesidades de supervivencia, de modo que el Estado se debe encargar de brindar o garantizar el acceso a vivienda, salud, alimentación, etc. El segundo, se refiere las condiciones sociales sobre las cuales cada persona puede desarrollar sus capacidades personales, generando consigo un mejoramiento integral de las condiciones de vida.

Grupo Editorial SIGMA. Primer Semestre de 2009