La Guitarra | su Historia, Fomento y Cultura

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SU HISTORIA, F O M E N T O Y C U L T U R A

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A nuestros lectores.—La guitarra a través de los tiempos, E. de La Guardia. — Tárrega, F . Pedrell.— F, Tárrega, Miguel Llobet. Datos Biográficos.—Homenaje a T á r r e g a . - C o m e n t a r i o , L. Millet. María L. Anido, J. Zaitné.—La guitarra en U Argentina.—Algunas consideraciones, 0. P. Koch.— Nuestros industriales.

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SU IHIIISTOiRJA, COMENTO Y CULTURA I I J A N C. A X 1 D O DIRECCIÓN

ASO I

Y ADMINISTRACIÓN:

BELGRANO

426.

2 o PISO - u . r.

38es,

JULIO DE 1923

AVENitfa

N.° I

A NUE5TR05 LECTURE'S [0 ofrecemos al publico una revista, dado que osla o h m no reunirá las característica:! díí tal y que constará <Ic un número limitado do cuaderno.s. Nuestro propósito está claramente enunciado con la denominación quo damos a esta publicación: Historia, fomento y cultura de la guitarra. Kil el presente número ofrecemos una reseña, historien general de la guitarra, española, trabajo debido al distinguido musicólogo señor Krnest-i de !;< f.íuardia. colaborador nuestro, que insertamos en primar termino y qui', no dudamos. será debidamente apreciado por nuestros lectores. Tratamos también tío historiar el origen del tiran arraigo que en nuestro ambiente tiene la guitarra donde ftoSJl do tan grandes y merecidas simpatíai y e n esc senti<lo continuaremos nuestras investigaciones, dado el i n terés que reviste por su íntima relación con nuestro folk-lore y hasta con nuestra historia patria, Nos proponemos también Ir dando a conocer la historia individual! de los más eminentes cultores de It guitarra, comenzándola en este número con h d e Tárrega, artista delicadísimo, que ha sido, sin Lugar a d u d i s . la gloría más (fraude y más pura, que lia tenido la guitarra de todos los tiempos, como con t a m a justicia. lo proclama Llobet. De nuestro ambiente nos ocupamos de la erenial guitarrista argentina María Luisa A n i <lo. quién no obstante su juventud, hizo decir a Llobot. lo siguiente: «María Luisa Anido es en ln actualidad ana de las más grandes y legitiman glorias que contribuye al esplendor y enaltecimiento do la guitarra Dotada de 1111 temperamento artístico de

primer orden, se adapta admirablemente a t o dos los estilos y formas musicales; y en cuanto a su tecnicismo no solamente es insuperable, sino que en muchos ¡ispeólos sobrepasa a. todo lo imaginable. Constituyo para mí el mas alto honor el haber contribuido a su perfeccionamiento a r tístico.- Mhfíiol iJolict.' Insertamos al tratar de María Luisa Anido, un notable juicio crítico del señor Jerónimo ¿aullé, uno de los musicólogos de mayor prestigia residentes cu el país. Todos nuestros números llevarán un suplemento musical, con obras de los mejores autores. cuidadosamente revisadas por loa mas n u mrixndos maestros. Kn el presento número publicamos en primar término una obra del ilustre compositor español don Manuel de Ka Ha. «Homenaje a Debussy», escrita por el maestro directamente para la guitarra, y al insertarla en esa forma, queremos rendir el tributo do nuestro homenaje al gran compositor, el primero d e los grandes músicos Contemporáneos que al contemplar a la pequeña y humilde guitarra. It ha sabido ver grande y elevada en el concierto de los instrumentos capaces para interpretar el arte musical. o inspirándose en ella la h a enriquecido con esa joya tie la moderna literatura musical. Abriremos una sección de Bibliografía en la (pie, por el ineludible deber que impone el carácter do esta obra, habremos de reseñar y comentar las publicaciones relacionadas con la guitarra, siempre que ellas contengan algún valor musical o didáctico. Tal es el programa que iremos desarrollando. y acogeremos con viva satisfacción todas las observaciones justa.; que se nos hagan, así como las colaboraciones con que se quiera coo}>erar a estos propósitos, siempre que e n cuadren dentro del carácter d e nuestra publicación.


LAS (JüíTñRRflS DE pABRICACION

SB HAN DESTACADO ENTRE

SIEMPRE

LAS MEJORES, POR LA

BELLEZA

DE SU CONSTRICCIÓN

:: :: PUREZA EXACTITUD

Celebridades como

DE SONIDO V :: :: DE Sü AFINACIÓN

Llobet, y guitarristas de

f a m a c o m o Salnz d e la M a z a y m u c h o s

otros

lo han t e s t i m o n i a d o en valiosos certificados que t e n e m o s en nuestro poder y publicaremos.

BREYER FLORIDA

HNOS. 414


: ^GUITARRA ñ TRflUES b£ LOS TIcHPOS ORÍQEN C MISTORIñ DE Iñ QUITflRRfí HISTÓRICA POR EL SEÑOR ERNESTO 'Ot LA GUARDIA

ARKKCA

Ningún, instrumento como la guitarra parece haber simbolizado mas altamente el espíritu y temp ramento artístico del pueblo espiííiol

y de otros varios de aquel orfgen, entre «|iu' se cuenta el nuestro, investigar los orígenes de In guitarht


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GUITARRA

llevaría muy lajos, puesto que d'.clio ¡usíruy CU Francia. - - adonde le 11 • • \-"- líiizcño. inonIn pertciiec*} a l;i familia (1 I liúd. Jir<•<•••- quien publicó en Varis, i-ii lii'J'í. un método dente a .su vez ti • Ins primitivos in sin mu; ii ton de guitarra • adquirió g r u í boga. Luego Ja. orico tilles. Kl lañd Arabo arr.fc¡gó tan podero- corte de Luis XI \" tuvo li guttarrn en liosamente en Kspaña. bajo la dominación musulnor, y i-I notable guitarrista portugue* Romana, que pronto ruó también instrumento hertf» de Visco fué músici. del Rey-Sol- En popular crisi : íni". !)• él se derivó, on los alIialia no floreció menos la guitirra espabores del Re nacimiento, la guitarra esp'iñolu, ñola según se la denomina!) i en todas pUCS run lil < alilical ¡VO quo deinucsl ra -ii in- part '< —. siendo sus principales cultores de tensa nacionalidad se extendió por Rur 1" la época, Ambrosio Colon na y Juan Bauespecialmente diirnnl • •I Siglo XVII. el ¡y), tista (¡ranal i. v aún en Inglaterra se pupular instrumento iii di d tañer la guitarra, Pero el iiomhn < l m« ll el guitarra fue precorno adorno de cedido pof 0 t r a fas d u n a s . denominación. Durante el siglo X V I J I. a meEse ii o ai l> r e, (1 i d a q u c s G aplicado ¡i la dedifundía <I arte rivación ¡inn- d"udel clave, fué deia del lamí, era cayendo paula I iel do vihuela, y así se llamó a la uam nie 11 guiant ígua guitarra tarra en Los sadel siglo X V i. lones y se refuijiie solo contenía gió en el seno pjlel c nn t r o ' ue d s p n e b i n , creaPor entonces yj dor ¡le la viliuesobresalieron v i i. AI adquirir la guitarra este calinelistas n o t a rácter popal ir, se bles, como Luis l'mitó al acomMilán, Unís d e pañamiento de Xnrváez, Miguel danzas y cancioill- Fuenllana. Pines. y con SU sador v otros vamúsica, los espari' »s. ñoles IIcv••' r o n ICntre los últiconsigo el i n s mos nños * I** I sitrumento f ivori-ln XVI y prito, que se acLmeros del X v i l , íiiiió rápidamenla vihuela recibió te entre los pueii ii perfecciona^ blos de las colomiento muy connias Si d mere isiderable! e s p e ins. donde, muy eialrncnte ¡i caus:i del agregado especialmente en 11 que luego hade lina q u i n t a bió de ser Reprtcuerda, y el insbüea Argentina, trumento empezó a d if n i r i ó ti n a ser conocido FERNANDO SORS arraigo t í p i cacon el nombre HI- un prrabudo Mitfjtuo hi"iii" nacional. actual de guita* rra. Un hombre de genio fué el autor de RENACIMIENTO ARTÉTICO PE Lfl GUITARRA tales innovaciones: Vicente Espinel Poeta v músico. Espino], celebre como inventor de la EN ESPAÑA ilécima», fué asimismo compositor de música

y gran tafiedor do vihuela, la cual transformó en guitarra, según acaba da manifestarse; No siempre tuvo ti guitarra el carácter popular que la distinguió más tarde, pues «luíante casi todo el siglo XVII fué instrumento aristocrático y en España gozó « 1 favor ds la nobleza en tíempas de Felipe III y de Kelipn IV. A la vez se iba extendiendo por Kump.i.

L05 QRfiN^ES GUITARRISTAS CLÁSICOS

A fines d -1 siglo .\ \*l 11, un mong • músico, entusiasta el • la L'iiiluní. l'rav Miguel (iareia. gencra!m nu,e denominado el padre Basilio, SC propuso elevtr mievamcni • «I valor artístico del instruiii"iiioe*p-iniil. I'ara ello añ dio a la guitarra dos cuerdas mas. Durante algún tiempo se utilize» la guitarra d- siete órdenes», según solía denominarse, y ••! in,-'. Sors escribió alguna


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GUITARRA"

XVA para siete cuerdas. Pero no tardó en suprimirse una de ellas, quedando la sexta cuerda, deifuitivamonte como complemento del modelo

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insuficiente e inadecuado para la ejecución artística. En 1799 se publicaron varios tratados didác-

l>o un graln-wlo anticuo

típico de guitarra. Ademas, el padre Basilio. a quieo se debe esa Importante innovación, restableció la técnica del «punteado», que se había abandonada por el «rasgueo» popular,

ticos. entre ellos el muy importante de Moretti. esponiendo las teorías y reformas del ¡«adre Basilio, y a principios del siglo X I X se inicia con los célebres guitarristas ¡Uors y


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GUITARRA

Aguado el brillante período de la guitarra que hoy podemos denominar clásico. Fernando Sors nació en Barcelona, en 1778. su apellido verdadero era el indicado, pero el artista solía firmar Sor. y est i circunstancia ha sillo causa de que su nombre se vea también frecuentemente escrito en tal forma. ¡Sors era hijo do modestos comerciantes aficionados al arte musical, y desde la infancia demostró su< disposiciones, entreteniéndose en formar anuden perfectos sobre una guitarra que poseía su padre. Jil futuro guitarrista ingresó en <'l ¡Monasterio de Monserrati donde

índole, pero su actividad fué interrumpida por la guerra de la independencia espinóla. Luchó contra Napoleón, mas no tardó en cambiar de

AXIOM o

CANO

ideas políticas, virtiéndose en afrancesadoí y huyó a París, en l$139 para vivir espatriado todo el resto de su existencia. Desde entonces empegó la verdadera carrera artística de Sors. Auimado por la amistad de M huí v C W n b i n i , compuso y publicó nu-

JULIÁN

AUCAS

comenzó sua e l u d i o s musicales, que prosiguió después en Barcelona. Deseaba escribir una ópera contaba 17 años — y como carecía de libro, se le ocurrió componer una nueva. partitura sobre el libreto de una "bra insignificante. titulada «Telémaco», que halló en la. biblioteca del teatro. La ópera escrita así se representó c buto. Luego fu-"' a Madrid, donde bailó entusiastas y poderosos protectores, entre ellos la duquesa do Alba y el duque de Medinaceli quien llegó a nombrar a Sors administrador de sus propiedades. Bntre tanto, el joven músico no cesaba de escribir composiciones de diversa

I J CAS P •• mcrosas ]'!••/:•- : vorito del mtisi iba a operar

. instrumento fai el que pronto irión completa.


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Luego emprendió viajes por Inglaterra, Alemania y Rusia logrando en todas partes celebridad con su arte extraordinario. En San Petersburgo compuso una marcha fúnebre para los funerales del zar Alejandro I y el baile «Hércules y Onfala». ejecutado al advenimiento de Nicolás I. A partir de 1328, Sors se radicó definitivamente en París, dedicándose a la e n señanza de la guitarra, del canto y del piano Kntoneos escribió su famoso método de guitarra y tratado de armonía aplicado al instrumento, así como nuevas composiciones de mérito pi>r su clásico estilo y delicada inspiración. Sors falleció en julio de 18 3 0 , después de u n a cruel enfermedad y en la miseria.

p u e s aunque el artista había ganado una considerable fortuna, la derrochó t o talmente durante su vid i de disipación. La figura d e Sors es fu u d ameutal en la historia d- nuestro instrumento, pollo quo algunos le han dado el sob r e n o m b r e de «Paganini ti 1 la guitarra», si bien como compositor fué mucho tu á s p u r o y clásico que el mago del violin. A su lado, a uncí u e u ii p o e o eclipsado por la f a m a del a n t e rior. figura dignamente otro ilustre guitarrista clásico: Dionisio A g u a d o. E s t e maestro nació en Madrid en 1781, y murió en 1849. Como su contemp o r á n e o Sors.

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GUITARRA

las cuales, aunque buenas, no alcanzan al arte creador de Sors. Los «rondós» se destacan más especialmente entre la producción del guitarrista, madrileño. Después de esos nombres famosos sigue en el arte de la guitarra un período de transición entro el clasicismo y el rdmanticisáno. que. para dicho instrumento no empieza sino a fines del pasado siglo, con los maestros modernos. E n t:il período transitorio se registran los nombres de llm-riu. Cíe bra, J a i m e Bosch, J o s é do Naya, que asó la guitarni de ocho cnerdas, innovación d • vida efímera : Vicente Franco, Miguel Carnicer, Cusir, discípulo ri i Sors y autor fie] bell., y cunocido estudio de carácter romántic o ; Ferrer. Cano, Parga y Julián Arcas, la figura más brillante de este período, con su célebre «.Jota» y otras comp o s i ciones nos conduce hasta el verdadero funda dor de la escuela moderna, e 1 ilustre Francisco Tárrega.

Lñ ESCUELA

MODERNA

Francisco Tárrega, nacido en Villarreal (provincia de Castellón de la Plana) en 1854) y muerto en Barcelona hace poco tiempo en diciembre de 1909, no sólo fué n N concert i s t a eximio, sino U n compositor q u e renovó poderosamente li técnica y el espíritu del arte de la guitarra. A d e ni á s creó una escuela Aguado fué u ii MIGUEL LLOBET gran virtuoso de cuya b r i l l a n t e F<i(u<;rulíit lomuda cu IP22 la guitarra, en la tradición mantieque logró justo renombre, y si su arte da nen los que fueron discípulos de aquel maestro. ejecutante Lo hizo brillar a tan grand;' altura, Si el artista era genial, el hombre se hasu fama de didáctico se estableció sólidamente llaba adornado de un carácter noble, tan boncon ••! MP'I.HII. publicado en 1825, ano obtuvo dadoso que casi rayaba en la ingenuidad. Su modestia era tan grande como su talento, y fcres • ••'": ea y fué traducido al franees. También compuso Aguado obras para l*i guitarra, a [tesar de sus triunfos en toda Ka ropa y de


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GUITARRA"

MI celebridad, prefirió" muy pronto ejecutar solamente p?i el i-ir•• do íntimo de su familia, de sus discípulos y amigos, consagrado al más puro arte, ya su ensciViuza. Así, Tarrsgu viv.6

resumía ;i»¡ sus recuerdos sobre c-1 músico! «espíritu delicadísimo, airan de artist*, entregado ;• su arte con devoción casi ascética, se creó una técnica suva ipic producía eu li guí-

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una buena parte de su existencia muy liumildemonte, en ascetismo de artista místico y muiió en !;• pobreza. l n distinguido crítico, o,m* gozó de In amislad de TáiTi'_M \ l<» I-M-UCIIÓ muchas veces,

tarra una imuaterriüd-id il eu el sonido; sus obras, delicadas elegantes, presentan felicea transcripciones de música de clave muy diestramente adaptadas ai instrumento. Sus preludios pira guitarra son de sumí delica-


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GUITARRA"

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deza, La expresión que duba a sus ejecueiones. nacía de su exquisita, sensibilidad y de su prodigioso mecanismo, <iel cual nunca lia.•ía alarde, pero con el que obtenía efectos do

sin igual maestría y poesía, preludios y fagas de Bach y demás cíavecinístas». La gloría de la escueln <í<- Tarrean brilla hoy. especialmente, en el arte do Miguel Llo-

EMILIO PUJOL

P K P I T A ROCA

r.iluri(i<( increíbles. Por último, recordando a los antiguos vihuelistas cambiaba a veces de tono algiuw cuerda, y adapta -•! estilo políó-

befe, ol más enünenl • y célebre de los actuales guitarristas. Lio/bel nació en Barcolojuí en 1878. Desde muy joven conquistó <-l elogio y admiración do los inteligentes. Asi cuando <•! artista, iniciaba su carrera artística el crítico y composi-

JOSEFINA ROBLEDO

DOMINGO PRAT

1i guitarra*, o ii que no introdujo ii ¡«males que la separasen del mo• seis. Asimismo ejecutaba con

tor español Rafael Mitjunn escribía lo siguiente: «Miguel Llobet es boy mm verdadera gloria artístieíi espinóla. Bs posible *ine


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GUITARRA

él mismo no tenga plena conciencia de su mérito, pero usto uu importa: loa inteligentes y los ve:ti idero; músicos saben apreciarlo en lo quo vale. Si aún su nombre no es conocido en todas partes, debe achacarse a su excesiva modestia, poro estoy seguro cíe que

R.

SAÍN/, HE I.A MAZA

el día que quiero reeogorái I" mismo en Berlío que «Mi Londres, en Taris que t-ii Nueva York, tos aplausos y laureles que eu todas partes conquistaba Fernando Sors». Efectivamente: tales palabras fueron proféticas, pues desde entonéis la Lama de Llobct se fué extendiendo po¡r el mundo y hoy es el maestro de la. guitarra, aclamado en todas las naciones omopeas, empezando por aquellas de tradición musical más elevada, como -son A l e mania y Austria. Igualmente, Llobct ha recorrido triunfante toda América, y en Buenos Aires, que lia visitado ya. tres veces, es uno de los grandes artistas predilectos del público porteño. Su arte magnífico que se revela en las ejecuciones y magistrales transcripciones con que Llobec lia enriquecido el repertorio de la guitarra, SU vasta cultura musical y personalidad interpretativa podrían resumirse en este juicio sintético de su colega Emilio P u jol, quien ha dicho: «Llobct es el genio guitarrista de muestro siglo». Este último nombre debe ser citado inmediatamente después de Llobst; En efeeto, E m i lio Pujol es un guitarrista notable, por su seriedad artística, y bellas cualidades. Perl mecen asimismo a 1¡I escuela de T á r r e g i . Josefina Itobledo, «lósela Roca. Daniel Eortca. D o mingo P r a t y otros. Entre nosotros también está representada brillantemente esa famosa escuela guitarrístiea por María Luisa Anid •. la gran concertista

argentina. La señorita Anido es muy nina, todavía, pues nació en Únenos Aires, eu Enero de lííOT. Tan grande era su afición a la guitarra*, que desde los ocUo anos empezó a cultivar ese instrumento, recibiendo la enseñanza d e P r a í y perfeccionándose luego con Llobet. E n 1918. cuando (?6lo eoidaba once años. la. precoz. artista ¿lió su primer concierto público en Buenos Aire!-., con tan grande éxito, que poco después se presentaba en Córdoba. liosa rio y Montevideo, siendo muy celebrada como verdidera niña prodigio. En 1921. Alaría. Luisa Anido afinó en la. Asociación Wngncriana de Buenos Aires, conquistando un ruidoso y completo triunfo, y luego realizó una gira do conciertos por las principales provincias y Montevideo. Pronto la señorita Anido se liará conocer en Europa, donde sus conciertos honrarán el arte argentino. Kntre Los concertistas que uo proceden en absoluto de la escuela de Tárrega. hay algunos (pie merecen mencionarse, especialmente Andrés Segovia, concertista aplaudido varias veces en Buenos Aires, de temperamento expresivo y bello sonido, artista que es. eu gran parte autodidacta, líégino Sainz de la Maza muy joven todavía, es un guitarrista de porvenir. También juiede recordarse el nombre de Antonio Giménez Munjón, fallecido hace poco en Buenos Aires, quien pretendió reformar la guitarra nuevamente con el aditamento de cuerdas h a s t a el número de once, pero la tendencia de todos los buem» guitarristas contemporáneos coincide con Tárrega en cuanto al criterio de respetar las seis cuerdas de la guitarra clasica : suficientes p a n que el instru*

AXPWÉS

SEOOVU

mentó tlesplieg . . . -. .. ¡MjM diestros dedos. Esta breve res isi te dar una Ligera idea al :• • ¡J la música del Interés ;••-;• en T - las épocas por el instrumente popula] ICspaña y la Argentina. Buenos Aire-- Mara

L923.


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GUITARRA'

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TÁRREQfl Mario pobre y lejas de la tierra nativa, en cuyo regazo quería reposar al rendir la vida.

tro: trasladaron el cadáver inhumado en Barcelona a Castellón, v v\i Castellón descansará

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GUITARRA"

uiir el sueño eterno. perpetuado en un monumentó modesto como él, pero como su Fama, imperecedero. Celebróse esta ceremonia días pasados dando sus convecinos, los pueblos én

MONUMENTO A TÁRKEGA

masa. de toda

aquelh

región un

rsp.'olárulo

conmovedor; qne conmovedor es ver a todo un pueblo honrando dignamente ;i un hijo que mereció bien de su patria. Tan magnéticamente

bien que pocos nombres de grandeza tan elevada, festejara* an día la historia musical moderna como el de ese «artista excepcional que se llama sencilla y admirativamente. Tárrega. Fué

cuMüion da I* * la un modesto, modes! apocamiento, u - d gran mérito; a su • ciables virtudes art. -

la timidez y el convenía a su tre y a sus inapre- y morales; máxime .


LA

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GUITARRA

colocado en tiempos como lo* presentes ci: que iodo se coti'in SQgún la fuerza y la exi raordínaria adj ítivación del reclamo, contenido e hipócritn o descarado sin pudor, lo mismo para lo malo quo p a n tu mediano y hasta para lo bueno. Pecaba por exceso de modestia y liast i pecalta por otro exceso, que. no-obstante. formaba su gran mérito: por exceso'd • amor til arte. Que el arte le reclamad i un est 4 i o continundo, ininterrumpido; obcecado; por el engrandecimiento del arte estudiaba siempre, y sin parar ni compadecerse, a todi luna del día 0 ila la noche sin descanso, venciendo fatigas. no como un artista que dominaba superiormente la técnica y todo lo que reclamaba el cultivo archidifisilísimo de su instrumento favorito sino como un principianta que tantea y descifra a tientas. Que el arte avivaba la mente del compositor sugiriéndole más amplios ambientes a la mente, y más anchos horizontes a la inspiración propia; lo experiment iba «I mismo en el estudio de las obras de a u t o res clásicos, por ejemplo. I-as da F e r n a n d o Sors. y por eso la ampliación d ' lo clásico i'ii los desdoblamientos de lo moderno adquirían en su obra las condiciones que la valoran \ la encumbran. Que el arte reclamaba. al lado de la inspiración del creidor su concurso docente; y esa nueva imperiosa necesidad da formarse una familia da pro aecnt orea de sus sólidas enseñanzas, fué la que formó ese grupo de discípulos, que SÍ no era ni podía ser numeroso* estaba bien preparado y fervientemente organizado para continuar su obra. Pero hay otra condición que asombra en la obra de T a rrega: la amplitud de concepción que dio a la música destinada a ese modesto instrumento de cuerno tan tenue, casi mezquino. pero de alma sonora expresiva tan admirable Aquella media docena- de simplicísima- lew s cuerdas resonando en la caja armónica que vibraba despidiendo sonoridades mágicas ¡cómo sonaban pulsadas por la acariciadora pulpa do sus dedos, ora suaves, rotundas c incisivas. ora plenas y vibrantes, ora como b m a d i s por no se adivina que untuosos mágicos toque.-* de liadas! —- (;cómo os admiraba Debussy. is candóles consecuencia* instrumentales y ••:"• •u.-mtis oi'ijnuográfieos! ;verdad amigo L l o • • ) —: aquella media docena de simpliefsim a- cuerdas, resonaban como una orquesta al. mucho más ideal que la ordinaria y lirada, que Inn sugerido a ésta, a Ja • i rudos los instrumentos reunidos. •</* y no pocas combinaciones

descoiic idas ante- del advenimiento de ese modestísimo maestro, pero .que no superarán jamás las del ambiente propio y misterioso de este instrumento modestísimo, y hasta vulgar. puesto en manos del pueblo. Y es que ese instrumento para ¡}taó:'r el sonido se halla en contacto directo con el alma del que lo hace y lo cre<t como el sentimiento se lo dicta. Por eso su expresivísmo como el del violin, y por lo regular como pj da todos los instrumentos de ouerdi y arco, es superior al de todos los instrumentos que no pueden formarse su sonorid id al contacto del alma del tañedor. ¡Oh!» ¡si el arpa pudiese formar su sonoridad como la. guitarra, no *? diría de ella que sus cuerdas buscan, en vano, el alma que les dé vida.! Todo esto que hizo Tárrega merced a su instinto avivado y reavivado por el estudio t¡ene este significado preciso y absoluto: hizo da la guitarra, instrumento^ al parecer, pobre en recursos y vulgar, un agente organográfico cU\ los más expresivos que posee la música. Por esto no andará ni puede andar en manos de todos. Es sólo para los bien templados en el estudio que fortalece. Así fué la vihuela en la antigüedad, y por eso pudo crear una. literatura musical trascendentalísima en la que se estudian hoy los orígenes de las formas orquestales de la música pura y de la monodia acompañada. P o r esto los nombres de los grandes tratadistas compositores están colocados en la época de su acción constitutiva en pleno siglo X A I . creación de formas y. a la par. constitución definitiva de la tonalidad moderna. Recuérdense los nombres de Luis M i lán. Luis de Xarvácz. Diego Pisador. Enrique de Valderrábano. Miguel de Fuenllana; el del primer tratadista. J u a n Cirios Amat, que por homologación organográfica de la vihuela ¡tone en manos del pueblo la guitarra de cuatro cuerdas aumentada después en una quinta por Espinel y luego hasta seis, como fué en un principio la vihuela instrumento cortesano, y a la par doméstica: que representa en el siglo X V I lo que hoy el p i a n o : y luego tratadistas y más tratadistas y cantores al son de este instrumento. desde J o s é Marín. J u a n de Xa vas y Otros que paso por alto, hasta llegar al incomparable Fernando Sors. Aguado. Costas y H u gas. los hermanos Bassols, Huertas y al que cierra y constituye el glorioso ciclo actual representado por el admirabilísimo Francisco T á rrega. junto a la. cohorte de su familia ideal de discípulos Llobet. Pujol. Pepita Roca, etc., vulgarizadores geniales de las doctrinas de su memorable maestro. FELIPE

PEDRELL


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FRANCISCO TñRRE'Qfl U M P L I K X D O con un 6éMfc de íntima gratitud, uie veo moralment e obligado a d e d i car un recuerdo a la memoria del que fué mi inolvidable maestro, el prodigioso F r a n cisco Tárrega, cuyo prematuro fin llenó mi alma de profundo duelo. No me propongo exponer datos biográficos, porque estos son. la mayoría do las veces, poco interesantes tratándose de personalidades del relieve y de la fuerza de T á r r e g a : sólo diré dos palabras relacionadas pura y exclusivamente con el a r t i s t a y su obra. A l hablar de Tárrega no basta decir: «Fué el primer guitarrista, de tal o cual époc:i», n ó ! Con él la guitarra ha perdido su f i g u n más eminente, la más culminante de todos loa tiempos, de todas las generaciones. Y es porque Tárrega. no fufí solamente un ejecutante (como jamás haya existido o t r o ) : fué t a m bién el creador de una escuela que casi podría calificarse de nueva erú para la guitarra. abriendo nuevos horizontes y descubriendo una serie de efectos y sonoridades tan desconocidas, que por esta causa, al oírlo, el instrumento sonaba de aquella manera tan única y sublime a l a vez. E s evidente que para llevar a término inn. obra de esta importancia artística, se necesitaban, además, faoulticles especiales que T á rrega poseía en grado superlativo, y eran las de ser un músico habilísimo unido a un temperamento refinado. Si las dos glorias más legítimas del pasado. Sois y Aguado, hubiesen vuelto ahora, ¡cuánt o no habría sido su asombro al ver el a d e lanto y el grado de perfección que alcanzó

con Tárrega el instrumento que tanto enaltecieron ellos en sus épocas respectivas! Como compositor, sus obras consitutyen l a s verdaderas joyas do la moderna literatura dela guitarra. Todas ellas aparecen impregnadas de la más depurada distinción y. en particular, los Preludios pueden figurar perfectamente al lado do las más bellas obras que dentro deeste género li-t producido la música contemporánea. E n el género en que alcanzó señaladísimos triunfos, fué en las transcripciones. Bien pueden éstas calificarse do verdaderas creaciones, pues era admirable el modo cómo s e apropiaba de la idea del autor, al extremo de que la mayoría de las composiciones de los grandes maestros producían exactamente el efecto de haber sido inspiradas directamente para la guitarra. Y eso era, en parte, debido al secreto que él solo poseía, y que consistía en la acertadísima elección de las obras. ¡Qué lástima que los propios autores no h a yan podido apreciar palp iblemente al relieve, la luz. l a nueva vida que aquellas adquirían, sobre todo al ser interpretadas por aquella magia exclusiva del gran maestro! E r a este último, uno de los aspectos más característicos de su arte maravilloso. Y ahora, para poner fin a estas líneas, debo de añadir que Tárrega, como hombre, era sencillamente angelical. Así pues, su recuerdo quedará eternamente grabado en el alma de los que, como yo, lo venerábamos como a r t i s t a y 1" adorábamos como amigo. MIGUEL LLOBET Noi'A:—El hermoso articula de Uobet uno Insertamos, lo escribió on t*ttrls dundo residí*. :i r:nz da I» maexto "te TArrega, v tu6 publicado en oatoutn, en U te vista musical do Barcelona, «ISittlleti •!•• I'ílrfed Catató» de Knero de uno, do i.i clin] lo bemos traducido para darlo n conocer a nuestros lectores.

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A N T I G U A

C A S A

P O G G I

— DE —

A L B E R T O S. POGGI i i

Arpas, Pianos, Armoniums, Guitarras. — Métodos y Estudios para todos los Conservatorios.—Música. Cuerdas. C A R L O S P E L L E G R I N I 418 U. T. 3IOI,

Libertad

Buenos

Aires

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15

FRANCISCO TURRE:Qfl EIXE-A C1854-1909)

DATOS BIOGRÁFICOS Y BIBLIOGRÁFICOS ^ ^ ^ O S g &JOTÍSKÍK^S

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l§*\ 'aalfrfv /A§] I i d a d e s más ilustres d e ^9Í II (@9 nuestra música. el maestro ¡Q?í .1? A $ » eminente en el difícil arto fs3^^vfi©1 de lañer la guitarra. Merced <l1 ^S^^fSa^^ f? r a n parte a ln acción ^^^^ÍÉ^^^^ benefactora de Tárrcgn. en el doble aspecto de concertista y de profesor, este instrumento que antes quedaba circunscripto a s o exclusivo y casi genuino carácter popular, ha ¡do remontando su esfera de acción y lomando carta de naturaleza en un ambientó artístico más refinado, de (al manera que cada añcj os más considerable el número de audiciones públicas quo de guitarra se celebran. TV origen valenciano, nocía Francisco T a rreña y Kixeai el 20 de Noviembre de 1851. en el pueblo de Villa rival, provincia de C a s tellón. hijo de padres de condición humilde quienes trasladaron su residencia a dicha capital cuando aquél se hall día todavía en a d o lescencia. A los celta anos comenzó allí el joven TsVrrega los estudios íle guitarra, siendo su printer maestro nn guitarrista llamado «Cegó de la Marina», célebre tocador qua no tenía rival en la región valenciana. Rsl adiando con tesón y constancia ejemplares, llegó pronto a dominar las grandes dificultades de su instrumento favorito, parió a sus anhelo* do gloria no bastaba, el escaso ambiente da Castellón y unido ©lio a la necesidad (le atender por si mismo) a SU vida, resolvió trasladarse a Valencia, para ganarse de un modo u otro los recursos más indis] tensa bles. Pronto comprendió que no le bastaría para olio la guitarra y por eso, sin abandonarla. dedicóse en la ciudad <lel Turin al cultivo del plano, de modo quo con la práctica y más (.urde la enseñan/.i de ambos instrumentos fué cubriendo sus más imperiosas necesidades, pero - n •¡•-mayar rut el estudio de su instrumento favorito. L'i vida (le Tárroga en Valencia abundó en ; : ¡ - y accidentes do todo género, a los .• | uso fin an rico comerciante de Burrinna. A I rito Conesa, que sin otro título que su admiración por el ya notalel guitarrista, le ofreció espléndida, protección, y trasladándose con él a esa villa pudo entrabarse tranquilamente a un estudio serio de la música. Mas al cabo de un tiempo, hallando también estrecho para, sushaspiraciones el marco de la vida, rutinaria de Burrinna. decide T a -

rreña alzar el vuelo de su genio artístico y trasladarse a .Madrid, centro de sus ilusiones, dispuesto a probar fortuna. Allí ingresó en las clases superiores del Conservatorio Nacional de Música, perfeccionando sus estudios do piano y de armonía. con los profesores (íngliana. y Hernando. P r o n to obtuvo el primor premio de ambas clases. Fluctuando todavía su animo entre el cultivo definitivo do la guitarra, o del piano, dio u n concierto de guitarra, presentándose por primera. ve/, ante el público madrileño en el teatro de la. Alhamhra y el ruidoso éxito obtenido decidió para siempre de su vocación. Al poco tiempo eran populares los méritos del prodigioso artista a. quien se le denominaba el Sarasato de la guitarra. Pero tampoco i'nó Madrid suficiente para contener aquella fogosa imaginación y ávido do más alta, .gloria todavía, no cesa, has]a ver consagrada, su fama, en ol extranjero. I¡m 1881 trasládase a. París donde causa t a m bién la admiración del público. De allí paja a Londres y obtiene asimismo los más grancus éxitos en numerosos conciertos. Con los laúceles conquistados regresa, a su patria y d e prende una. «louriiee» por las principales po,blaeiones ¡ Bilbao. Albacete. Alicante. Gan din, lía reo lo na y Madrid, son sucesivamente. teatro d- sus triunfos. Kn una de au$ correrías, al pasar por No-, velda. pueblo de la. provincia de Alicante, enamoróse do la. señorita María. Jli/.o con quien contrajo enlace, y después de unos m e ses de descanso consagrados a la luna, de miel, volvió a Madrid y en seguida a Barcelona, donde fijó Tárrega definitivamente su residencia. Por eso fué Barcelona la. ciudad en que mayores triunfos tuvo y más amistades contrajo al reposar en ella do su errante existencia. Debido a su exagerada modestia que le hacía, rehuir los grandes públicos y reservar lo mejor de su arte para sus discípulos y amigos, en círculo íntimo y poco numeroso, con todo y ser Tárrega una eminencia, no Conquistó la posición social a que tenía derecho por su talento y extraordinario arte. A ñ á dase a esto la afección de la ceguera que amargó la mayor parte do su existencia y se comprenderá, su modestísima y retirada vida, entregado al cariño do los suyos, a la a u gus'la misión del profesorado y a sus pacient¡sinos y constantes estudios que no dejó ni on el apogeo do su gloria, para llevar la guit: rra ni mayor grado de perfección.


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Tenía Tárrega un inmenso mérito artístico. N o sólo se admiraba en él al diestro ejecutante. para quien no existían las inmensas dificultades de mecanismo propias del instrumento. sino que encantaba más por su s e n t i miento tan tierno como noble, su fraseo elegante y sobrio, la pureza y claridad de ejecución y la ausencia de esos ;imandamientos sensuales tan comunes, por desgracia, en muchos guitarristas. E n los últimos años da su vida dio unos conciertos cu el teatro Eldorado de Barcelona, con los qua el ciego y valetudinario artista se despidió para siempre de su querido público que no cesaba de prodigarle las más delirantes ovaciones. L a enfermedad que le aquejaba hacía bastantes años, puso fin a sn existencia en Barcelona, el 15 de Diciembre de 1909, sumiendo en el dolor a sus innumerables amigos y discípulos, entre los que nos ha legado como la más excelente muestra de su a r t e refinado a Miguel Llobet, el gran concertista catalán, genio dS la guitarra en el presente siglo. Al cumplirse el primer aniversario de su fallecimiento, Villarreal. su pueblo natal, le ofrendó un homenaje, dedicándolo una de sus principales calles y colocando una lápida de bronce en la casa donde nació. E l A y u n t a miento de Castellón trasladó solemnemente sus ¡•estos en la fecha del sexto aniversario

de su muerte, en cuyo acto tomaron parte representaciones de los ayuntamientos de B a r celona, Valencia. Castellón. Villarreal y d e más pueblos de su provincia, diferentes e n t i dades artísticas, y numerosas sociedades. E n Castellón se le lia erigido un monumento en el paseo d e Ribalta y se le ha dedicado una de sus mejores calles. Como compositor fué Tárrega un músico i n s pirado y un consumado armonisti. Así lo aquilatan sus numerosas composiciones, cuya lista sería interminable, pues entre originales y transcripciones dejó escritas más de cuatrocientas. Recordaremos entre ellas una hermosa c o lección de estudios de corte clásico; el «Capricho Atabe»; «Danza Mora»; «Recuerdos de la Alhambra»; «Sueño!»; «Capricho Gavota»; «Mariposa» e s t u d i o ; «Minueto», varias bellísimas Mazurcas; «Cajita de música»; y una importantísima colección de preludios y melodías de incalculable valor artístico, en su mayoría inéditos. Con todo, era tan escaso el valor que daba el propio Tárrega a sus producciones que gran parte de ellas se hallan diseminadas entre sus numerosos discípulos y amigos, e incluso muchas extraviadas, por lo *¿ue resulta casi imposible llegar a formar una bibliografía completa.

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Esta obra fué compuesta 7 escrita directamente para guitarra por el ilustre maestro español, y especialmente para el gran artista de la guitarra Mttruei Llobet, cuya primera audición le foé reservada.

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Polbire ml nueffirall Transcripción para Guitarra POR ADOLFO V.

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QRflNDIOSO ACTO DE hOHENflJE EL TRASLADO DE LAS CENIZAS DE TÁRREQA CASTELLÓN - UILLARREAL- UALENCIA

K origen humilde, Tárrega unció en Villnrreal, el 29 de Noviembre de 1854. revelando desde niño un temperamento artístico extraordinario y un cariño y una aptitud especiales para la guitarra. N o tocó, durante su larga. vida de a r t i s t a este instrumento, penetró como en sus más hondas intimidades, le arrancó secretas armonías, lo /." vibrar, lo hizo sentir, lo hizo llorar, lo v.mii'. tan a l t o que. según Apeles Mestres, ;ndo la guitarra del gran maestro, se perla noción del tiempo. Si fué gran artista, fué modesto y humilde sta lo increíble. Consultaba con frecuencia i las personas de su-familia- y a los amigos, . - composiciones ¡ temía siempre presentarse púbÜCO y más de una vez se le víó rehuir [o aplauso. Refiérese que, hallándose con su querido disilo, el ilustrado Presbítero D . Francisco ' roll, en un hotel de Roma, no dejaba ni sólo día de estudiar por largo r a t o su igico instrumento. Servíase para ello, por la •he, de una bujía. Los huéspedes comen:i desde la primera noche a penetrar en el to y a tomarlo por asalto. Tárrega deciMiprimir la bujía, y al poco rato de pulía guitarra, hubo de advertir que a obsiras también había concurrido, entusiasmada, la improvisada clientela. Tárrega murió pobre, dejando un hijo, F r a n - 'o. catedrático de matemáticas de la U n i sidad Industrial de Barcelona; y una hija. M Ea. maestra de piano. Tiene el eximio maestro. otros hijos, c s itíudes, que. con alientos sin igual y noble ilación, anhelan perpetuar sus méritos m u ..•-: el gran Llobet, Pepita Boca, que acaba triunfar en Valencia y Barcelona; Daniel i. .1 joven catalán Emilio Pujol y otros . - discípulos predilectos que honrarán an moría del que fué su maestro y cuyai lloraron como la de un padre. - solemnes momentos que reseñamos. . •- a todos el testimonio de n u e s t r a y afecto* y hacemos extensiva nuestación mentida ;i Villarreal y a C a s de modo tan oportuno y tan g a -

llardo han sabido honrarse a sí mismos, honrando a su hijo predilecto. Valencia se asocia gustosa, a ese movimiento glorioso de reivindicación regional. «La Voz de Valencia» se hace, con íntima satisfacción, intérprete de esas manifestaciones. y eco de esos sentimientos. EN BARCELONA «El Noticiero Universal» dá la siguiente información acerca de la exhumación del cadáver: «Esta tarde fueron exhumados en el cementerio nuevo los restos del qua fué eminente guitarrista D. Francisco Tárrega. que. como dijimos anteriormente, han de ser trasladados a Castellón. «AI acto asistieron los comisionados de aquella ciudad valenciana, que llegaron ayer, el señor Dessy Alarlos, en representación del a l c a l d e : el jefe de la guardia urbana señor R i b é ; el hijo, el hermano, y otros parientes del maestro Tárrega- y muchos de los que fueron sus amigos. «Los restos fueron colocados en una caja de cnntai enviada por el ayuntamiento de C a s tellón, y la caja, cubierta de coronas, fué trasladada, en una carroza tirada por seis caballos a la estación de Francia. Seguían en numerosos coches las asistentes al acto. «Los restos del maestro quedaron a/lí depositados hasta mañana, que en el expreso de Valencia serán conducidos a Castellón.» EN EL TRAYECTO Ampliando las noticias que dimos telegráficamente. debemos añadir que en Vinaroz, a la llegada del expreso del saltado, esperaban el cadáver el doctor Greña, en representación de la junta «Pro-Tárre-ra». y don Enrique Tárrega en nombre de la familia del insigue guitarrista. LLEQADA A CAMELLÓN L a llegada a Castellón, a las cuatro de la tarde, constituyó una imponente manifestación de duelo y de hondo patriotismo. E l féretro fué retirado del furgón por los bomberos, y organizóse la comitiva, que presidieron el gobernador, alcalde, parientes y comisión ejecutiva. El pueblo en masa ocupó el largo trayecto.


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desde la estación al c y untamiento, adonde llegó de noche el féretro, instalándose en el salón de sesiones, convertido en capilla ardiente. Fué velado durantes esa noche por la comisión de homenaje y por los deudo? y amigos del extinto maestro, y desfilaron desde su llegada y durante h mañana de ayer, hasta las once, millares de persona'*, ante los restos del llorado y preclaro artisti.

rrcepflRflTtuos PARA EL m IERRO Por las personas y representaciones que llegaron el día anterior; por el gentío (pie vino a primera hora de 11 mañana de ayer de Vi Harrea! y de los pueblos comarcanos, y porque en todo Castellón no se hablabn de otra cosa; no habiendo entidad, centro, fuerza social y política que- no se dispusiera a asociarse a la imponente manifestación do verdadero regionalismo, no era difícil predecir que el acto constituiría un éxito grandioso. La prensa local, con esfuerzo unánime, había contribuido eficazmente a preparar los ánimos, y había coronado la labor de propaganda, el precioso número de «Arte y Letras», del que nos ocupamos en otro lugar de este periódico. CASTELLÓN EN Lfl CALLE

Puede afirmarse que todas las clasos sociales, el pueblo todo, ocupó la carrera, esperando el desfile del fúnebre cortejo.

La gente estaba verdideramente impresionada. No era el más visible el sentimiento de natural curiosidad el (pie informaba aquella muchedumbre, como sucede casi siempre en todos los grandes movimientos populares que tienen por teatro el arroyo. Ayo-r vimos en la actitud reverente, en las lágrimas que se asomaban a los ojos de muchos. la expresión sentida del cariño que los castellonenses profesaban al hijo del pueblo, que se había encumbrado con esfuerzo propio y había enaltecido con sus triunfos el sohr de sus mayores. Lfl CQttlTIUfl FÚNEBRE

A las once y inedia organizóse Vi fúnebre comitiva, abriendo marcha la banda de bomI zeros. Seguían las sociedades de tipógrafos, agrupaciones regionalistas. Centro y Juventud Republicana y Radical, Círculos de Sogueros. J a i mista. Liberal y Círculo Católico de San Isidro. Sociedades de Marineros. Cazadores, Dependientes de Comercio y Artesanos. Banda do música de la Beneficencia. Cleros ]>arroquiales con la cruz arciprestal alzada, y a, continuación los restos mortnles d(* Tárrega, en artística carroza, tirada por sois caballos, estando el féretro cubierto materialmente ¿3 coronas, entre las que se destacaban las d? los ayuntamientos de Caste-

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NOVEDADES


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GUITARRA*

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Villarreal y Círculo de Bellas A r t e s de V.-ilincia. Hacia los honores al féretro el cuerpo de lamberos.

de los restos; « A R T E y L E T R A S » : poetaD . Carlos Llinás. doctor F o r é s , director de «La T r i b u n a Libre»; J u a n Bosch, D . Enrique Ribos, delegado de la Cruz R o j a ; D . Cayetano

Encabezaban el duelo, además de los deudos y de la comisión ,]» homenaje, los discípulos del maestro; D. J a i m e Bellver, director de la revista que lia iniciado el homenajo y traslado

Huguet. comisión de L o R a t - P e n a t de Vajlencia, formada por el presidente D . J . Pérez Lucía, vice Dr. F a u s t i n o Barbera, secretario D . S. Sebrián Ibor y el laureado escritor


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Sr. Marti G r a jales; Rvdo. D . Benito Faver, que llevaba la representación de la sociedad de a u t o r e s ; director del semanario «Unión» de B u r r i a n a ; don Rafael Solé, Comisario R e gio D . Federico B o s c h ; artistas D . Vicente Castell, « r e s . -Sottva, Alzuara, Tév&z ( S I L V I O P E L L I Z C O ) ; director de «La Defensa» don Manuel B r e v a : Director de «El Heraldo» señor C a s t e l l ó ; D . J o s é Roca, D . Carlos Sarthou. representando al juez y al Casino de Cazadores de B u r r i a n a ; director d e la banda de dicha ciudad, y en nombre «de la juventud regioualista de Valencia el propio don J a i m e Bellver. Representaciones de los Casinos: Recreativo, G r a n Casino, y d-» San Luis G o n z i g a ; la banda de música de Villarreal, doctor H e r menegildo de Montaner, Cura A r c i p r e s t e ; P á rroco dei la Sangre, señor Ortega y de San Miguel, señor F a b r a ; director del I n s t i t u t o , señor M a r t í ; fiscal, señor G u i l l e n ; jefe d e Obras P ú b l i c a s ; director del Banco de E s paña ; profesor del I n s t i t u t o señor P a s c u a l ; médicos, señores Clara, Ureña y Segura. Cámara Oficial de Comercio, señores J . Simón y R. iGasset; director de «La Provincia», señor A r m e n g o t ; oficiales de Carabineros ; Guardia Civil e Infantería y maceros del Ayuntamiento de Castellón. Seguían interpolados los concejales de los ayuntamientos de Castellón y de Villarreal y diputados provinciales. Ocupaban la segunda presidencia del duelo, el gobernador civil señor Izquierdo, alcalde de Castellón, señor J i m e n o M a c h a v i l a ; a l calde de Villarreal, señor V e r d i a ; vicepresidente de la Diputación, don .Ramón Salvador y teniente d e alcalde de Castellón, señor Carbó. Cerraba la marcha la banda di* Tetuán, tras de la cual seguía la enorme masa de pueblo. RE5P0N50 A l pasar por la iglesia Arciprestal se d e tuvo la comitiva, y ante el féretro, detenido frente a la puerta lateral de aquella, reunié-

ronse todos los cleros de Castellón, que han dado una buena muestra de generosidad y patriotismo, asociándose incondicionalmente al acto. L a capilla de la Arciprestal, reforzada con otros valiosos elementos, entonó, en m e dio de un religioso silencio, y con gran marestría el inspirado Responso de Calahorra. L a s últimas oraciones d e ritual dieron fin al p i a doso ofrecimiento e n sufragio del alma del eximio artista. ESPECTÁCULO EttOClONflNTE E n medio del mayor orden, la comitiva cruzó el Mercado, y por las calles de Colón, Mayor. Castelar, González Chermá, C u a t r o Esquinas, y Zaragoza, se dir.igió al paseo de la I n d e pendencia, donde se detuvo por breves momentos. Los bomberos bajaron .de la carroza el féretro), y a ¡hosnbros fué llevado h a s t a l a m i t a d del paseo, y rodeado en forma de semicírculo por las tres bandas de Castellón y la de V i llarreal, ejecutaron todas ellas bajo la b a t u t a del director de la de Tetuán, señor Asencio, el «Capricho Árabe», una de las m á s celebradas composiciones de Tárrega. E l momento fué emocionante, el espectáculo conmovedor. E l cielo, cubierto d e nubes; el ambiente, f r í o ; los árboles, despojados d e su lozanía y a t r a y e n t e verdor. L a s banderas, con lazadas de crespón; la muchedumbre, silenciosa, triste, impresionada, E l ritmo suave y la música melancólica, como arrancada d e las cadenciosas armonías de un crepúsculo en los jardines islamitas, hiriendo las íntimas fibras del alma. U n grupo interesante: los deudos, discípulos y amigos del maestro, reprimiendo los sollozos y ocultando las lágrimas, porque en aquel i n s t a n t e se condensaba t o d o u n m u n d o d e recuerdos y se media la inmensidad de los afectos que supo engendrar Tárrega, .grande como coloso del arte, y grande como amigo y como ciudadano.

SOMBRERERÍA Y CAMISERÍA

GOMEZ

Hnos.

ARTÍCULOS FINOS PARA

BDO. DE IRIGOYEN 225 U. T. 2152,

RIVAÜAVIA

HOMBRES

BELGRANO 3053 U. T. 7915,

MITRE


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GUITARRA"

&fuchos rezaron, muchos lloraron y todos a presa de la sublime emoción, que producen los hechos más grandes y perdurables de los pueblos. El señor Castclló rompió el imponente siGÍG con u n ¡viva Tárrega inmortal!, que fu»*- «'oiitestado CO n un clamor lleno do emo• ¡ón. ñl C*ttP05flNT0 La comitiva siguió hacia los alrededores la ciudad tras el féretro, recorriendo el _" trayecto que media desde la ciudad hasta necrópolis. El pueblo dio muestras de hallarse identifi• Con el acto, pues fueron muchos los tenares de personas, pertenecientes a las ses humildes, que llegaron hasta la última morada. En la parte nueva del cementerio se destina nicho para sepultura provisional, y desde allí verificar el traslado al panteón cuando éste — halle construido por suscripción popular. Antes de darse sepultura al cadáver, se r^mmeiaron numerosas oraciones fúnebres y carácter patriótico, en los que fueron pues- '\- relieve las excelsas cualidades del ilusartista. El escritor señor Carlos Sarthou. dedicó sen••:•> palabras a Tárrega en uomhre de los - de Villarreal y leyó una inspirada poesía d" su hermano don Vicente Sarthou. El señor Pérez Lucia habló en nombre de Valencia y de L o R a t - P e n a t . enalteciendo la memoria del finado y reclamando la necesidad : mu-ntar la vida regional, comenzando por orar a los hijos laboriosos e ilustres, y Bcnvolviendo en la constitución íntima de H&tros pueblos, las corrientes de fraternidad. • -limación propia y de sano, vigoroso y ntor regionalismo.

DIRECTOR:

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Añadió que sobre el cuerpo frío de T a rreña. renovaban; Villarreal. su patria natural y Castellón, su ciudad adoptiva, el calor de sus afectos, y sobro ese mismo cadáver yerto. surgían nuevas armonías entre las dos hermanas. Castellón y Valencia, tan agradables y halagadoras, como aquellas otras armonías que en vida ofrendó el mago de la cuerda a las generaciones que le escucharon, le admiraron y le supieron hacer justicia. Terminó diciendo qne se habían reunido allí la Naturaleza y el hombre, paro honrar o Tárrega. L a cruz, símbolo de la redención y del sacrificio: el cielo entristecido, al que tantas veces habría subido su espiritualidad; la tierra. que se prepara a recibir sus despojos, y el c o razón del pueblo, allí representado, que vela.ría ante el sepulcro, testimoniando el amor de los suyos. Don Enrique E ; b e s leyó un precioso trabajo evocando fechas, trabajos, méritos y episodios de Tárrega. y dando las gracias en nombre de Castellón a todn* los que se habían adherido al grandioso acto de homenaje al ilustre artista. Don J a i m e Bellver. en nombre de la. junta organizadora, pronunció inspiradas frases de salutación a los entalama y a los valencianos y a cuantois han contribuido al homenaje del gran músico. Dijo (pie. olvidando todo, había que pensar en el día de hoy, que significaba «todo por Tárrega». NOTA:—Esta clónica lia sido lomuda del diario valenciano. «La Vox de Valencia», de feclia 20 de diciembre de 19!5. Lo« restos do T á m g n fueron inhumados en el ccmenteiio de Castellón, el 19 do dickiulne do 1915.

LUIS

\sm

VERON

PROFESOR DEL I N S T I T U T O M U S I C A L D E S A N T A - C E C I L I A L e c c i o n e s en la A c a d e m i a y a d o m i c i l i o

L A R R E A

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U. T. 5127, Juncal


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COMENTARIO 50PRE IA QUITfiRRfl A S pequen is porcior.ei, cuando son buenas, tienen un poder más penetrante que las grandes: una gota de esencia satura d? grato aroma tina habitación c e r r a d i ; una criatura animada comunica su alegría a unn reunión de personas graves y juiciosas. L a guitarra, pequeña y suave, tiene una gracia particular, más delicadamente penetrante que los instrumentos mayores en jerarquía, dentro de la historia del arte. Naturalmente que, al hablar así, n o nos referimos a la guitarra de taberna ni a todas aquellas que hieren nuestro:» oídos acompañand o jotas y canciones flamencas; nos referimos a la guitarra dignificada por Sors y luego idealizada modernamente por Tárrega y sus discípulos. A esta guitarra nos referimos; digna heredera de la vihuela y el laúd, en los cuales toma origen en cierto modo, la monodia, en virtud de las especiales trascripciones de Madrigales y Villanescas polifónicas. Sors ingerto en el instrumento el selecto clasicismo del siglo X V I I I ; más tarde Tárrega el romanticismo del X I X . Seguramente que Tárrega como compositor, no alcanza la importancia musical de Sors, pei-0-la^influencia-del primero es más característica. y seductora. L a minera de ejecutar d e Tárrega tiene una modalidad nueva y sus composiciones y transcripciones para el instru-

CONSTRUCCIÓN BANDURIAS

mento guardan y exponen aquella forma original de idealidad exquisita y emocionante. La guitarra en manos de Tárrega canta siempre remembranzas, recuerdos de caricias placenteras un tiempo gozadas y que el alma del a r t i s t a evoca con sus cuerdas mágicas. Cada una con s u tono propio y suave que los dedos pulsan ágilmente; vibrando intensamente y des* granando notas y armónicos, corno pequeñas campanas de misterio, que dejan oir el bordón envolviendo en sombras armónicas la melodía que canta siempre quejumbrosa y sentimental en las agudas cuerdas primas femeninas. Toda esta música prob.id a tocarla en otro instrumento y os parecerá distinta, tal vez más sonora e intensa; pero la flor virginal, lo delicado y exquisito se ha desvanecido, el ensueño pierde su encanto... Sería sensible que este arte tan íntimo d e sapareciera, que no perdurase entro nosotros. E l primer tratado de guitarra se debe a un español: el doctor J u a n Carlos Amat. Sors nació en Barcelona; castellana fué la cuna de Tárrega. Los más eminentes guitarristas de la historia han sido españoles. Puede decirse que a España se debe la dignificación de la guitarra. Afortunadamente, discípulos jóvenes, dignos del maestro, sostienen la escuela de este arte tan interesante y exquisito de la música .quieta y suave, llena de íntima idealidad. Luis MILLET Director Orfeó Cátala Barcelona

DE Y

GUITARRAS LAÚDES

GALÁN Y VELASCO - ESPECIALIDAD EN G U I T A R R A S ARTÍSTICAS P A R A

CONCIERTO

P r ó x i m a m e n t e p u b l i c a r e m o s c e r t i f i c a d o s d e L l o b e t y otros a r t i s t a s q u e a c r e d i t a n n u e s t r a s g u i t a r r a s c o m o lo m e j o r que se c o n s t r u y e

Victoria

1152

Buenos

Aires


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MARÍA LUI5M ANIDO L «niño prodigio», t a n t o en el a r t e como en cualquier o t r a manifestación da la inteligencia. suele ser objeto, por parte de los inconscientes, de aquella admiración sin l í m i tes que tributan a toda a n t i cipación del orden gradual espiritual v físico. • •1 desarrollo I'ara los razonadores, el «niño prodigio* debe

que señaló tan exact mente A n t o n Rubinstein, la personalidad del «niño prodigio» toma una dirección definitiva, vale d e c i r : o no da y a más de sí. convirtiéndose en mediocridad lo que fuera foco de esperanzas, o llega a a l c a n zar el desarrollo lógico de su extraordinaria naturaleza, y aquí h i y que recordar nombres c»»mo los de .Mozírt y Albóniz. p a r a no m e n cionar otros. Consideraciones como las precedentes me

MARÍA LUISA

ANIDO,

do un dibujo hecho del natural por Mijjurl I.lnbei

-

'"•;••> de preocupación y de temor. P o r q u e ..•: ido niño, a más de las perturbaciones i na precocidad exagerada puede producir rganismo, contiene un principio más o - definido de a n t i c i p a c i ó n que no c u a a las condiciones propias de su edad. ~ - vi p«-ri"do decisivo, el de definición.

han sido sugeridas por el caso de la señorita M a r í a L u i s a Anido), a la que conocí de «niña prodigio», y que hoy, en plena adolescencia, o s t e n t a y a las cualidades que t a n t o s y t a n t o s maestros desearían poseer. M a r í a L u i s a Anido, la graciosa muñequita que a s o m b r a r a con su delicioso arte de con-


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celtista de guitarra, como un caso excepcional. se h a transformado en a r t i s t a admirable. Y al decir eso, no tengo la pretensión de descubrirla. L o salden cuanto^ la h'm oído, lo ha. dicho magníficamente mi ilustre amigo Miguel Llobet, y lo han repetido otros grandes maestros de la guitarra, en virtud de razonamientos que no me es dable hacer por ser yo un profano. pero profano entusiasta, do tan característico instrumento. L a forma como la señorita Anido vence las dificultades de la g u i t a r r a ; la manera cómo resuelve, sus problemas de expresión y de técnica. no soy yo, como acabo de decir, el i n dicado para exponerlas. P e r o sí puedo hablar un poco de la musicalidad de la eximia concertista, la artista exquisita que une—«rara avis»—la modestia más ejemplar a los méritos más positivos. María Luisa Anido es un temperamento musical por excelencia- E s t e es, ante todo, el principio generador de sus interpretaciones. D e ella puede decirse lo que se dice de Miguel Llobet: es una gran guitarrista como hubiera podido descollar, en igual grado, en otro instrumento cualquiera. Significa esta.afirmación la existencia do una base substancial, un elemento poderoso de musicalidad, don rarísimo, y que todo musiquito más o menos fuerte en armonía, contrapunto y fuga, o ejecutante más o menos habilidoso, cree, petulantemente, poseer. Si se debe establecer una rigurosa separación e n t r e el músico n a t o y el que simplemente ha estudiado música, María Luisa A n i do ha de contarse, sin contradicción .posible, entre los primeros. Nació para la música» y afortunadamente para ella, entre «música» vive. Su innata musicalidad fuese desarrollando en el más propicio de los ambientes, y la chispa inmortal creadora, de todo arte se avivó en olla prodigiosamente merced a la constancia en el estudio, a lo que podríamos calificar de «vocación superior», a un deseo nunca satisfecho de ensanchar los conocimientos adquiridos, de saber por qué las cosas son como son. Y, además, los maestros encargados de su educación musical, han sido maestros a u ténticos. L a cultura musical es a los músicos lo que la sociabilidad es, en general, a los hombres: el barniz finísimo que pule asperezas, encauza desviaciones inseparables de la índole humana, imperfecta por naturaleza.

María Luisa Anido revistió su espíritu musical de un magnífico ropaje. Alumna de n o tables profesores, supo asimilarse las enseñanzas que le fueron acordadas, y supo más todavía: al través de las nociones adquiridas, y sirviéndose de ellas como de meros recursos, hizo triunfar su personalidad, su temperamento, es decir: lo suyo sobre lo ajeno. Y al conseguir tal victoria, la más difícil para un artista, demostró que el «algo interno» (pie en ella existía en estado embrionario, sería en el futuro la más potente fuerza directriz de su carrera musical. No quisiera afirmar que la eximia guitarrista estuviese ya en posesión completa de su t a lento: eso sería pretender la limitación de lo (pie sólo el tiempo debe definir. Pero sí debe afirmarse que el estado artístico actual de la señorita Anido, significa un presente a d m i rable. Y cuando el presente obedece a las circunstancias (pie concurren en la joven artista, no es aventurado suponer lo que le depara el porvenir. María Luisa Anido es un temperamento musical exquisito. Su sensibilidad responde d e un modo perfecto a la naturaleza del instrumento musical a que se dedica. L a guitarra, esa miniatura de finos y débiles sonidos, pero que encierra en sus cuerdas raudales de poesía para quien sabe evocarla, en manos de la •Srta. de Anido canta, con voz dulce y suave, tiene los más delicados encantos. L a señorita ¡de Anido es. a n t e todo, una e s t i lista. Tiene un concepto clásico de la guitarra, de su finalidad expresiva, de sus verdaderas sonoridades. E n el sonido busca — y encuentra. — la línea y el matiz, no el volumen. N o trato* de asombrar, de deslumhrar, sino de conmover. Hay que oírle sus interpretaciones de los clásicos de la guitarra, Sors, Tarrcga, e t c . ; hay que apreciarle la ejecución de las transcripciones de obras de grandes músicos para dicho instrumento realizadas por otros grandes músicos ; hay que sentirle evocar con sus dedos toda la magia del instrumento, todo el h e chizo de un arte que tiene la. espontaneidad de lo que no se aprende y la perfección que solamente se consigue con el estudio metódico y disciplinado. Alaría Luisa Anido constituye un timbre ¡de gloria para la musicalidad argentina. E s una nota que comenzó como e s peranzadora promesa y hoy se resuelve e n bella realidad. JERÓNIMO

ZANNÉ


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Ifl QUITñRRñ EN lñ ñRQE-NTIMñ I la guitarra es un instrumento típicamente español, no es nienos gcnuinaraente argentino, en virtud de su absoluta aclimatación cn nuestro medio. Ese arraigamiento de la guitarra en nuestro país es tan profundo que también. y eon justicia, puede considerarse como instrumento nacional por excelencia. Es La guitarra crioll i almt &3 la musa p o pular. y en los tiempos románticos de nuestro

fesionales o aficionado:-;, cnllivnrou el arte guiturrístico. Así como en España, ha sido la guitarra el instrumento predilecto de nuestros salones, lo que se explica dado que el sentimiento nacional tiene tan dulces remembranzas en sus acentos y su presencia es familiar y querida en nuestros hogares. San Martín, el libertador, fué discípulo de S o r s ; Alberdi, autor de las «Bases», escribió un «Método para tocar la guitarra por cifra»: Paz y Lavalle, se acere iban al fogón de sus bravos a oírles los cantos de la tierra acompañados con guitarra : Los doctores J u a n del Campillo y Zalustiano de Zavalía, miembros del Congreso Constituyente ds 1853, eran apasionados cultores de la g u i t a r r a ; los doctores Marcos Ocarnpos, Martín Ruiz Moreno, Esteban E c h e varría, Nicanor Alvarellos, Wenceslao E s c a lante y otros muchos, cultivaban la guitarra con pasión y verdadera maestría. Muchas divisiones y regimientos de nuestro ejército de aquella época gloriosa, tenían, además de sus bandas lisas, bandas de guiitarra. Después de la batalla de Quebracho Herrado, (época de llosas) el general Lamadrid marchó

JUAN A L A I S

leblo fué la compañera inseparable de gau- y payadores. L a figura semilegendaria S atoa Vega, no puede concebirse sin la • ura, símbolo dal arte poótico-musical de apa argentina. Y si la guitarra española heroica y fiera. animada por el ritmo bravio >liit;i». soñadora, voluptuosa y melancóhl reflejar el alma andaluza, cou nostal.iñoianzas del alma árabe, que la engon* . ía guitarra criolla tiene también- su espiropio, su fisonomía característica, on l.a - refleja la psicología del pueblo argén•i I gaucho tie otros días, caballeresco, . ". fatalista, encarnación del ambiente de poética tristeza. nacionalidad de la guitarra ha determi> el extendido culto que entre nosotros se • al instrumento y, naturalmente, ha h a > «iempre en Buenos Aires y en las provinargeutinas numerosas personas que, pro-

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CARLOS GARCÍA TOLSA

so ore Córdoba con una división de más de dos mil hombres, y luego de recorrer las c a lles de la ciudad con su ejército, mandó h a cer alto frente a la plaza principal y saludar a la ciudad con el Himno Nacional, tocado por su numerosa banda de guitarristas. Los profesionales contribuyeron también con


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sus enseñanzas a la difusión de la guitarra. De ellos recordaremos al pintor español Bernardo Troncoso que se establecí ó en Buenos Aires en 1868, y, buen guitarrista, alternaba

A N T O N I O G I M É N E Z MANTÓN

su arte pictórico <-mi las lecciones de guitarra; Juan Alais, argentine!, el más notable y prestigioso de su época: Agustín Gome/.. argentino y Gaspar Sagreras, español. Posteriormente vinieron al país y se establecieron en Buenos Aires. Antonio Giménez Manjón. español, famoso ejecutante en su guitarra ilo once cuerdas, y Carlos García Tolsa, (pie ha sido sin lugar a dudas el mejor y más brillante profesional de la guitarra <ill,v hubo en !;i Argentina, h a s ta que llegara a Buenos Aires el notable profesor catalán. Domingo Prat, portador de la admirable esduela de Tárrega y de su maravilloso mecanismo. E s a Prat, en primer término, a quien se debe él rápido desarrollo adquirido por el arte musical de Ja guitarra en Buenos A i res en estos últimos quince años. y debernos mencionar muy especialmente su labor. Domingo Prat, discípulo de Llobet. es un ejecutante notable, de escuela, purjsima y dicción correcta y elegante. Llegó a Buenos Aires muy joven, en 1907, siendo el primero que dio a conocer

• •litre nosotros la escuela y la músici de T á rrega, causando una verdadera revolución entro profesionales y aficionados a quienes reveló un nuevo arte guitarrístico, ,Dió varios '•onoiertos evidenciando sus destacados méritos de ejecutante .y de intérprete, pero la mayor eficacia ds su acción reside en la obra didáctica que aquí desplegé). pues hizo de la señaliza un verdadero apostolado y llegó a formar un núcleo de discípulos, entre los que se destacó nuestra notable concertista; María Luisa Anido, a la que guió desde sus primeros pasos, hasta dejar formada su educarión en el instrumento que cultiva. Publicó un método de «Ksealas. arpegio-» y ejercicios de mecanismo técnico», que lia prestado v continúa prestando incalculables servicios a \ofí t\uc estudian la guitarra. De <-<a obia se ban hecho numerosas ediciones, muchas de ellas clandestinas. A fines de 1919 regresó a España definitivamente Prat. y actualmente reside en B a r celona, de donde es oriundo. (1). Actualmente se dedica a la enseñanza de la guitarra en Buenos Aires, un numeroso núcleo de profesionales] de los que mencionaremos a don Hilarión Leloup. prestigioso y activo profesor (pie vive por completo consagrado a la enseñanza. Ha fundado y dirige personalmente la Academia «Tárrega». única en su género que existe en Buenos Aires, en la que reciben provechosa enseñanza numerosos alumnos* Cuando se ausentó Prat. en 1919, definitivamente para España, quedó sin maestro y muv niña aún. la va celebrada concertista

HILARIÓN

LELOUP

Marín Luisa Anido, y, para que vigilara sus estudios fué designado el señor Leloup, quien. lo efectuó durante algún tiempo, al cabo de! cual dejó espontáneamente de hacerlo, ma-


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GUITARRA"

[estando que. no obstante la corta edad de - -Miu'it i Anclo, sólo existía un maestro para

Llobet. Esto no obstante y basta, la llegada do Llol>et a Buenos Aires en 1922. continuó hiendo el señor Leloup el consejero de la • :i artista cuando así lo requería alguna i en sus estudios. E l sefior Leloup se lia entregado también a la delicada tarea de confeccionar un niéo para la. enseñanza de la guitarra, sobre • en la parle elemental. que es en la que - se siente el vacío de la didáctica guita rrista. El sefior Leloup. bien penetrado de lo deli»do de la obra por él emprendida, n o h a

A O O L I ' O V.

LUNA

• sus solas fuerzas y. aprovechando da Llobel en Buenos Aires el año pasado, le consultó su obra aún en \ I-- requirió las indicaciones y coujuzgara pertinentes tan autorizado Desde luego, el trabajo del señor L e '•1 aplauso del artista, que. sin [íficación alguna, le estimuló a ate su tarea y estamos convencidos la ira '¡--I sf-ñor L-loup constituirá un paso adelanto en la didáctica

• -• b

_ i continuación el plan de estu_ la Academia que dirige conceptuarlo el más r a -

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cional que so ha confeccionado hasta la fecha para la enseñanza de la g u i t a r r a : PLAN D£ ESTUDIOS DE GUÍTARRA DE Lfl "ACADEMIA TÁRREGA" Primer año.— Leloup.—Método Elemental. Segundo año.—Aguado.—Ejercicios de la mano derecha, números 1, 2, 4. 8, 10. 11. 11, 10. 19 y 20. Leloup.—Escalas mayores y menores, p r i mera fórmula. Aguado.—Ejercicios de la mano izquierda, números 18. 20. 22. 2G, 27 y 30. Tárrega.—Ejercicio en Trúnolo. Llobet.—Tres ejercicios arpegio-cejilla, y o s ea La <•!'< imática general. Tárrega.—Preludio número L Tercer año.—Aguado.—Estudios, números 1, 3, 5. 7. 8 y 10T y ejemplo de trino (página 50). Leloup.—Tomos-- en- acordes fundamentales y escalas en distintas fórmulas. Aguado.—Ejercicios de la mano izquierda, números 3-1, 39, 42, -i:t. (g, 17. 53 y 55. Sors.—Estudios, números 1. 5, 11 y 13. Llobet.—Tres ejercicios técnico-cromáticos. Pujol.—«Canción do Cuna». Tárrega.—-«Recuerdos de la Alhambra». Cuarto año.—Aguado. — Estudios, números 12. 15, 16 y 20. Tárrega.—Tres ejercicios técnicos. Aguado.—Ejercicios de la mano izquierda, números ó8. <>0. G$, C>9. 73. 71. 87. SB y «Ejemplo». - — Sors.—Estudios, números l i . 18, 22 y 23. Leloup.—Escalas cromática, y diatónica para la mano izquierda. Tárrega.—«Minueto» (Pizzicato). Tárrega.—«La Mariposa» (estudio de concierto). Quinto año.—Coste.—Estudios, números 8, 11. 19. '20 y 22. Leloup.—Dos ejercicios técnicos de mano izquierda y acordes en distintas fórmulas. Sors.—Estudio, número 25. Agnado.—Estudio número 27. Tárrega.—Estudio do L á mayor. Llobet.—«Danza Española, número 5. de Granados». Sexto año.—Preparación p i r a concertista. 1.—.Selección especial de técnica do Tárrega, Llobet y Leloup. 2.—Enseñanza general de obras de concierto, originales y transcriptas.


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Don Antonio Sinópoli, también prestigioso proefsor que contribuye a la difusión de la guitarra dando provechosa enseñanza a los que bajo su dirección inician sus estudios. Entre las obras que h a publicado merecen mencionarse por su acierto, unas variaciones sobre el tema de la vidalita. Don Adolfo V. Luna, quien ha dedicado casi por completo sus esfuerzos a nuestro hermoso folk-lore, y muy especialmente a adaptar a la guitarra la hermosa producción de nuestro compatriota el notable músico santia-

gueño don Manuel Gómez Carrillo, una de cuyas bellas páginas enriquece este número. También se dedican a la enseñanza de la guitarra don Luis Verón, que acaba de abrir una Academia; don Emilio Sagreras, don Mario Kodrfguez Arenas, y otros muchos. (1) En momentos de entrar en prensa este número do «LA G U l l ' A R K A » . llega hasta nosotros la gruta nueva de que Prut, se ha embarcado con destino a Buenos Aires con el propósito de d»r una serie de conciertos en esta Capital y emprender luego una gira artística por las principales ciudades de la Kepública. Dado el prostigio que goza P r a t entre les buenos aficionados de la guitarra, y cutre los amantes a la buena música, es de suponer la satisfacción con qne ha de ser recibida esta notieia y el éxito que tendrán las audiciones del notable guitarrista.

fiLCUNflS CONSIDERACIONES 50BRE Lfl QUITflRRfí POR D. CONRADO P. KQCM

LTCHO se ha escrito ya so,i; ' desenvolvimiento histórico de la guitarra y l-i importancia /jue esta rama ' i.-iii. ¡mente española ha adquirido en los últimos años. No hay instrumento que por su capacidad armónica y su variedad de timbres reúna en sí como la guitarra, algo así como una idealización del cuarteto o de una orquesta en miniatura, sin contar con los caracteres que le son propios como ya lo señaló el ilustre musicógrafo don Felipe Pedrell en un bello artículo sobre _Tárrega. Seguramente que este instrumento está recién en pleno florecimiento y trataremos de inquirir la causa de esta evolución tan retar-dada con relación á otros agentes expresivos de la música. Las primeras revelaciones que deben observarse desde un punto de vista de probabilidades que después se han cumplido, son las de los tratadistas españoles como J u a n Carlos Amat. Luis Milán, Fuenllana y tantos otros autores de obras para vihuela desgraciadamente poco conocidos y, que sin embargo, contienen en germen las futuras manifestaciones musicales de la complejidad ha que ha llegado la música en los actuales tiempos; el uso del contrapunto y voces ya bien diferenciadas .como aparecen posteriormente en las obras ^*£¡f\&m* 9y¡Í8£¡N&9i ; íE?*j¡» ••^Pilfifeii " ¿ ^ T ^ ^^pP

del insigne guitarrista portugués Roberto de Viseo; escalas y arpegios de Federico Moretti: hasta música de carácter religioso como la del padre Basilio, maestro de Aguado; el empleo de los armónicos octavados por Francisco Fossa y la creación de una. técnica ya amplia por Aguado en sus obras didácticas como en sus propias creaciones, hasta llegar al verdaderamente grande e incomparable Fernando Sors, que Mitjana llama con justicia el Beethoven de la guitarra. Efectivamente, aparece en el proceso evolutivo de este instrumento como un verdadero genio; todas sus obras tienen un sabor clásico. una marcha lógica de las voces, verdadera. invención melódica: denota-n por otra parte la influencia de la época y una extraordinaria cultura musical. Después de él solo brilla un discípulo suyo, Napoleón Coste, que ha dejado una magnífica colección de estudios, si bien de estilo algo recargado. A esta época tan brillante sucede una verdadera decadencia. ¿A qué puede obedecer este retroceso? Examinando las biografías y sus propias obras a Soi's; y a CAguado vemos que unieron ni genio gran capacidid para el trabajo, creándose una sólida preparación técnica que no ahoga la inspiración natural y que sin embargo, se transparenta en sus obras. Sólo así. cuando se posee genio se hace perdurar el nombre y se contribuye digna-


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GUITARRA

ente al florecimiento d s un arte t a n expresivo • Es curioso observar el apresuramiento, l a falta d e preparación y de buen gusto que aparecen en todas las obras posterioras. E n A r c a s y en Parga, los dos autores más caracterizados de esa época de decadencia, puede verse que j u n t o a ligeros destellos d e originalidad. aparecen largos períodos vulgarísimos te rompen l a unidad d e l a obra y empañan completamente las pocas bellezas de que fueron capaces. E s t o en c u a n t o a s u s o b r a s ; y si nos referimos a las llamadas transcripciones, -:- '¡¡tímente de Arcas, empezaremos p o r l a - iluta carencia d e sentido artístico que d e ::otñ ;tl elegir trozos d e óperas, con los c u a - seguramente consiguió mucho éxito en el públcío grueso, pero ahogó t a l vez un t e m peramento por carecer del instinto fino del rtista que h a d e reconcentrarse en su espíritu verdadero, sin .preocuparse de los gustos p r e ::.iuantes que pasan. De esta manera se explica el advenimiento Túrrega como u n a verdadera revelación. Descubre una técnica lógica, r a c i o n a l ; emplea combinaciones de timbres no sospechados; m a Besta en s u s obras un extraordinario tenipe...• u t o de compositor que linda, ya con los a t r e cntentos modernos y guiado por su espíritu s u ir recurre a los grandes compositores. B a c h , ¿feellioven, Schumann. Chopin, e t c . ; Albéniz y

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M a l a t s entre los m o d e r n o s ; elige muchas de sus buenas obras y las creí d e nuevo con los recursos de la g u i t a r r a , sin hacerles perder el carácter central del autor y manteniendo la idiosincracia de su instrumento favorito; forma además un g r u p o de eminentes discípulos que sin perder l a tradición y conservando su propia personalidad continúan la labor d e l maestro para gloria do l a guitarra. E n t r e ellos e s t á el delicado temperamento de Emilio P u jol y Miguel L l o b e t d o t a d o de facultades musicales extraordinarias como l o prueban.. s u s obras, sus magistrales armonizaciones de t e mas populares catalanes y sus transcripciones, verdaderas joyas del florecimiento moderno de la guitarra. Todo esto se debe al genio, a l esfuerzo, a la preparación. Señalemos q u e l a misma falta de cultura. que h a producido t a n funestos resultados en la composición, se produce entre los ejecutantes ; a s í vemos hoy el encumbramiento de nombres que n o pueden estar en un plano artístico verdaderamente elevado, p a r a desgracia d s la g u i t a r r a y de ellos mismos. P e r o esto no puede impedir que el reducido número de intérpretes reales y conscientes divulgue y extienda d í a a d í a l a s innumerables bellezas de la guitarra, instrumento el más popular y a l a vez el más aristocrático. Montevideo, 1923.

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NUE5R05 GRAND» INDUSTRIALES U M B R O S O S son los industriales que se dedican a la fabricación de guitarras en gran escala en Buenos Aires, pero sólo nos referiremos a las dos principales casas, que eon las de Breyer linos, y la «Antigua Casa Nunez». La casa Breyer Unos., sin duda una de las más importantes casas musicales de la Argentina, es asimismo, la más importante fábrica de guitarras que existe hoy en el país. Fundada por don Adolfo Breyer (padre), en 1SS2, dedicó sus actividades comerciales en el ramo de pianos, música e instrumentos cene-

que con su actividad y probidad, tan bien sentado dejan el nombre del país. Pertenece a la {colección de los señores B r e yer Hnos., el curiosísimo ejemplar de guitarra

Notable y valioso ejemplar auténtico de guitarra "VII.LAUME" de París, construido en 1840, existente en la colección de los Sres.

Curiosa guitinu indígena rales, con tal acierto que ha llegado a ser como dejamos dicho, una do los más importantes del país, instalándose en SU valioso edificio propio en la calle Plorüda 111. y tiene sucursales y agencias en bodas las capitales y principales ciudades de la República. E n 1910 inauguró, en edificio propio también. su gran fábrica y talleres, en la calle Bolívar 1630, donde dio comienzo ese misino año. a la í'.ibrieación d- guitarras. siendo en la actualidad, la más import inte que existe en el país. Debemos .pues, un voto de aplauso a los inteligentes industriales, compatriotas nuestros.

BREYER HNOS.

indígena, cuyo grabado ofrecemos, presentada de frente y de fondo para eme pueda apreciarse debidamente. Ksta guitarra, cuya cija, y mango MUÍ d;* una. sola pieza de uu tronco de árbol ahuecado para formar Ir» caja sonora, a la que se le ha puesto una tapa armónica con un pequeño agujero a guisa, de boca, y que tiene cieñe o cuerdas y cuatro trastes, lia sido encontrado por el señor Breyer. en el centro de la selva paraguaya, hace aproximadamente 20 años. L:i antigua casa Núñez. fundida en 1870. por don Francisco Xúuez. fué durante muchos años la más importante en oí ramo de construcción <!• guitarras, y a su fundador se debe también, en gran parte, ol Incremento que, h a s ta unos quince anos atrás adquiriera la guitarra en Buenos Aires, pues su casa fué durante cuarenta años. Lugar de cita de todos ios buen i »Í amantas de tá guitarra, de quienes conquistaba la simpatía y afecto por su carácter afable y sin dohlez. Falleció don Francisco NYiñez, anciano ya. de 85 años. »•! año 191$. Hoy, dirigida por su nuevo dueño, don I g nacio tglesias, antiguo industrial de la misma. prospera de nuevo la. antigua casa. Núñez volviendo por sus viejos prestigios, que. sin duda, pronto recuperará.


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