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El proyecto imperial contra los proyectos nacionales

La vigencia del proyecto imperial inka representaba que un grupo muy reducido de personas alcanzaba sus objetivos.

Una entre mil personas estaba llena de privilegios:formaba parte de la élite. Y sólo una de cada diez personas gozaba de algunos beneficios:formaba parte del sector medio.

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El resto,la inmensa mayoría de la población del imperio,no sólo no veía concretarse ninguno de sus objetivos,sino que percibía gravemente afectados muchos o casi todos sus intereses.

Así,la regla implícita del proyecto imperial,fácilmente inteligible,era:para obtener algún tipo de beneficio había que pertenecer a la élite inka; tener hijos que pudieran ser considerados como tales; o,en el peor de los casos,acceder al sector intermedio.

Es decir,el rígido y excluyente sistema social mostraba con nitidez cuán pocas eran las vacantes de beneficiarios. En ese contexto,es de presumir que la pugna por dichas plazas fuera muy intensa,y que esa disputa involucró a mucha gente,entre la que hubo quienes no escatimaron esfuerzos ni tuvieron escrúpulos para obtener,de cualquier manera,algún beneficio.

A estos respectos,al iniciarse el siglo XVII Huamán Poma expresó 511 por ejemplo: [la yndia] ya no quiere al yndio sino a los españoles y se hazen grandes putas y paren sólo mestizos,mala casta de este reyno.

Es de presumir que,si bien ese testimonio histórico corresponde a las primeras décadas de la conquista española,el oportunismo y venalidad,así como la inescrupulosidad que denuncia el cronista peruano,fueran conductas practicadas desde muy antiguo en el mundo andino y,sin la menor duda,lógicamente también durante el Imperio Inka.

Huamán Poma,sin embargo,dolido y hasta avergonzado de la conducta de muchas mujeres andinas,quizá nunca supo que –en ausencia de otra alternativa– esa misma conducta ha sido practicada,en todas las latitudes del planeta,allí donde,sojuzgados por extraños,los pueblos “descubrieron” que el “mestizaje con el conquistador” era una y quizá la más expeditiva forma de alcanzar algunos beneficios o de mantener algunos privilegios.

En otro tiempo y en otro espacio, Huamán Poma habría reprochado seguramente también las conductas de la reina de Saba y de Cleopatra.

Pues bien,más allá de los juicios morales que pueda hacerse,lo cierto y definitivo es que los sistemas sociales elitistas y excluyen-

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