13 minute read

PACHACAMAC HOY: EL NUEVO MUSEO P.302

PAchAcAmAc hoy: PAchAcAmAc hoy: eL Nuevo Museo eL Nuevo Museo

Los museos son “acontecimientos” que nos remiten a la historia, para conocer los procesos culturales de un determinado grupo humano en relación con el mundo y así revivir sus derroteros como civilización.

Advertisement

Pensar un sitio arqueológico o paisaje cultural es, sin duda, crear una posibilidad para conectar el pasado con el presente y construir un futuro para la sociedad. En esta línea el Museo de sitio Pachacamac nace del compromiso y del esfuerzo permanente por mantener viva la presencia de nuestros antepasados.

La idea de museo como acontecimiento plantea vivencias que despiertan en sus visitantes diversos estímulos para la imaginación y además abren una posibilidad de acrecentar el arraigo desde el conocimiento de nuestro pasado.

El museo: en relación al público, en el sentido moderno del término, se constituye a fi nales del setecientos, y posteriormente la revolución francesa formaliza una concepción democrática del museo que supone la responsabilidad patrimonial del Estado y la del museo frente a los ciudadanos.1

PAtriciA AtriciA LlosA losA Bueno ueno Rodolfo odolfo CortegAnA ortegAnA MorgAn orgAn CArmen Armen RosA osA ucedA cedA Brignole rignole

Colocarse de cara a los ciudadanos es una responsabilidad que el museo aborda frontalmente, con la conservación, la investigación y la exposición de su patrimonio. Junto a ello, construye un espacio para la educación en el campo de la cultura.

En palabras de Isabella Pezzini:

...el Museo es un objeto teórico de gran interés porque de un lado posee su propia crítica externa y tiene por tanto la capacidad de crear un corpus de análisis… por otro lado posee, autónomamente, una gramática propia, los elementos que lo estructuran, unas reglas propias, un orden de prioridades, un sistema de valores.2 En estos días, en que la vida se vuelve cada vez más apremiante y el pasado parece descartable, el museo nos conduce a pensar desde lo intangible, reconociendo a los hombres que supieron transformar la materia, atribuyendole significado y trascendencia; visible en sus objetos funerarios, en sus utensilios cotidianos y sobre todo, como en el caso de Pachacamac, en su arquitectura. Los antiguos arquitectos, supieron dialogar con el mundo de los dioses y, al mismo tiempo, construir paisajes simbólicos, mostrándonos una ruta para el manejo inteligente de nuestros recursos.

En este sentido, el nuevo Museo de sitio Pachacamac responde a lo acontecido en este territorio, siendo a su vez generador de cambios en nuestro quehacer cotidiano; un museo público y democrático.

Algo de historia

Hablar del Museo de sitio Pachacamac en sus orígenes, es destacar la apasionada y comprometida labor del Dr. Arturo Jiménez Borja en la salvaguardia del patrimonio arqueológico. A partir de la década de 1960 asumió la defensa de varias zonas arqueológicas como una responsabilidad constante y, en el caso de este santuario, enfrentó extremos sociales con sectores de bajos recursos que pretendían invadirlo junto a poderosas compañías urbanizadoras. Su participación desinteresada en la construcción de los Museos de sitio de Puruchuco, Huallamarca y Pachacamac, con recursos obtenidos por su gestión ante empresas privadas, amigos personales e instituciones estatales, permite destacar esta etapa de la historia de protección del patrimonio, a pesar de las débiles normativas, escasos recursos y poco interés estatal.

El Museo de sitio Pachacamac fue creado por Resolución Suprema N° 192 del 7 de julio de 1962, nombrando al Dr. Arturo Jiménez Borja como director ad-honorem. En ese tiempo, no contaba con personal ni presupuesto. Si bien el volumen de visitantes era bastante importante (1961 contó con 16,500 visitantes), los derechos de ingreso al complejo arqueológico cubrían solo los salarios de los obreros dedicados a las labores de limpieza de los monumentos y caminos3.

Desde inicios de 1962 Jiménez Borja, había iniciado la construcción de los cimientos de un local que serviría en el futuro como sala de exhibición de los objetos encontrados durante los trabajos arqueológicos realizados en este lugar.4 En un informe indica: “Esta sala será en buena cuenta un Museo de Sitio que contribuirá a proporcionar al visitante orientación en su recorrido por las ruinas”. Asimismo señalaría, para el futuro, la necesidad de una

edifi cación mayor con dependencias que cumplan, mucho mejor que en el presente, las necesidades que han de presentarse en lo venidero.5

Los fondos para la ejecución de esta construcción se lograrían con el aporte de amigos convocados por el director del Museo de sitio. Así lo demuestra una carta6 dirigida al alcalde de Lima, por la cual el Dr. Jiménez Borja le solicita se le conceda el uso gratuito del Teatro Municipal para la presentación del poema dramático “Pachacamac” a ser puesto en escena por la Academia de Arte Dramático del Ministerio de Educación Pública. El propósito era recaudar fondos para la edificación del museo, ante la inexistencia de un presupuesto estatal para ello. En ese pedido Jiménez Borja resalta la importancia de Pachacamac como el conjunto arqueológico más importante de la costa, que existe antes de la fundación española de Lima y aún antes de que Colón descubriera América. Así mismo, destaca que Francisco Pizarro vivió en este lugar y desde allí encomendó a tres caballeros a buscar un lugar adecuado para fundar la capital del Perú.7 Rescata la raíz andina de Lima en este lugar.

Por otra parte el Estado, a través del Ministerio de Educación Pública, del cual dependía el Museo de sitio, reconocía8 que el museo recientemente creado no contaba con partida presupuestal, por lo cual aprobaban –con alivio– el esfuerzo desplegado por el Dr. Jiménez Borja y brindaban el apoyo necesario para la realización del plan de espectáculos públicos propuestos para lograr los fondos para su construcción. Además de la presentación en el Teatro Municipal; se realizaría un desfi le de vestidos indígenas en el Country Club y en Art Center de Mirafl ores un remate de cuadros donados por pintores peruanos y un pequeño recital de música indígena.

El proceso duró hasta noviembre de 1965, fecha de la inauguración del primer Museo de sitio, donde se exhibió por primera vez el ídolo y la puerta, piezas emblemáticas que se encontraban hasta ese momento en el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú.9 En décadas posteriores, el crecimiento relativo del pequeño Museo de sitio fue acompañado de un cambio internacional trascendente, el museo se convertía en un medio al servicio de la comunidad y del patrimonio.

El Consejo Internacional de Museos ICOM, en 1982 defi nió al museo de sitio como:

...un museo concebido y organizado para proteger un patrimonio natural y cultural, mueble e inmueble, conservado en su lugar de origen, allí donde este patrimonio ha sido creado o descubierto.10 La visita a un sitio arqueológico demandaría la elaboración de un proyecto integral teniendo en cuenta la investigación, conservación, exposición y comunicación. Sería un espacio de acogida donde el visitante obtendría una información completa, estructurada en tiempo y espacio para su mejor comprensión.

Luego de la creación del Sistema Nacional de Museos en 1992, el Estado advirtió claramente la necesidad de un nuevo museo que respondiera a la importancia de este sitio arqueológico, con el fi n de ofrecer al visitante no solo servicios culturales y educativos de primer orden, sino también instalaciones adecuadas para la investigación, conservación y protección de los bienes culturales del santuario y del valle de Lurín.11

El proceso fue largo e intenso. Sostuvo cambios de gestión gubernamental y transformaciones institucionales. Pero siempre hubo un solo propósito común: lograr un museo que amerite la importancia y trascendencia de Pachacamac en nuestra cultura e identidad nacional. El concurso arquitectónico del nuevo

museo, convocado por el entonces Instituto Nacional de Cultura, se realizó en el año 2005 y dio como ganador al estudio de arquitectos Llosa y Cortegana. En el año 2009 se le dio un nuevo impulso; se otorgaron los recursos administrativos y, con el aporte del fi nanciamiento del Proyecto Qhapaq Ñan, fi nalmente, el 15 de febrero de 2016, al cumplirse los 50 años de la fundación del Museo de sitio Pachacamac por el Dr. Arturo Jiménez Borja, se inauguró en el mismo lugar donde él colocó la primera piedra, un museo moderno, acorde con los estándares internacionales, ofreciendo a la importante colección de Pachacamac las mejores condiciones de conservación, preservación y difusión.

El guión museográfi co fue realizado por Marco Rosas y se sustenta en los “valores universales excepcionales” (VUE) que califican al santuario arqueológico de

Páginas 302-303:

Fig. 1. Vista interior del nuevo museo de Pachacamac.

Fig. 2. Acceso a la rampa de salida del nuevo museo.

Fig. 3. Vista del interior del museo con infografías.

Fig. 4. Acceso a las áreas administrativas.

Fig. 5. Acceso a las áreas administrativas y a los depósitos mediante el uso de rampas.

Pachacamac para ser declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad ante la UNESCO.12 La Convención del Patrimonio Mundial de la UNESCO, en 1972 defi ne:

...la importancia cultural y/o natural extraordinaria que trasciende las fronteras nacionales y cobra importancia para las presentes y futuras generaciones. Por tanto la protección de ese patrimonio es de capital importancia para el conjunto de la humanidad entera.

Son cinco los valores universales que expresan, en esencia, que Pachacamac es el santuario arqueológico más importante de los Andes centrales. Es centro ceremonial y de peregrinaje, con continuidad urbanística y arquitectónica, y expresa un alto nivel de capacidad organizadora del paisaje del hombre andino.13

En un diálogo permanente con el proyecto museográfi co, el guión propuso la implementación de veintisiete estaciones, las cuales muestran al santuario como un lugar sagrado inserto en una ámbito geográfi co privilegiado, formando parte del Qhapaq Ñan, red vial inca, una de las razones del masivo peregrinaje para rendir culto al oráculo, a Pachacamac, a quien brindaban múltiples y variadas ofrendas de distantes territorios y en diferentes momentos de la historia, material cultural que conforma la colección mostrada en la sala de exposición.

De la arquitectura

En el santuario de Pachacamac, la relación con el entorno se defi ne a partir de extensos trazos que van organizando la ocupación a través del tiempo. Los arquitectos prehispánicos entendían el territorio que habitaban como un diálogo con lo sagrado, y con una profunda tradición se permitieron intervenirlo a partir de la inserción de estrategias puntuales de adaptación. Pachacamac nos demuestra la continuidad, tolerancia y convivencia de diversas edificaciones como manifi esto de distintas culturas a lo largo del tiempo, y es en este territorio sacralizado, pero difuso en su defi nición a la mirada contemporánea, en donde

aparece el nuevo Museo de sitio como articulador del santuario.

Diseñar un edifi cio en un centro arqueológico de la importancia de Pachacamac es un reto complejo. Una oportunidad en que la arquitectura contemporánea intenta hablar de la arquitectura prehispánica, tomando sus elementos y construyendo una gramática alterna con la que se permite habitar el paisaje simbólico y defi nir espacios para enmarcar el santuario.

El proyecto del museo nace desde su relación con el territorio, de su trazo topográfi co y de la posibilidad de erigirse como mediador con el paisaje. Los espacios de recorrido exterior se plantean jerárquicos en su necesidad de enmarcar los templos prehispánicos y el paisaje. El edifi cio se adapta al territorio, reforzando su relación con las pre-existencias. El museo nos permite, en su interior, la construcción de la realidad del territorio.

Los volúmenes se pliegan tensionados mediante los vacíos de sus recorridos en rampa. Estos evocan las calles prehispánicas por donde los peregrinos se aproximaban a sus templos en espacios lineales que ordenaban el rumbo de las multitudes entre sus muros de gran escala.

La materialidad expresada en los muros de concreto caravista de encofrado en tablón rugoso se asocia a los muros de tierra prehispánicos, intentando a su vez En un intento de construir la tipología de la sombra, el proyecto evita la composición de vanos y perforaciones, procurando no competir con las estructuras preexistentes, valorando así la proyección de la sombra como expresión de sus alzados.

diferenciarse desde su espesor y su masa. Fig. 5. Vista de la plaza María Rostworowski.

El nuevo edifi cio se coloca en una actitud de humildad ante su entorno, la escala se manipula en complicidad con la topografía y los desniveles del terreno para evitar irrumpir en el lugar, y solo al bajar a la plaza de encuentro es donde el edifi cio se devela en su escala total. El proyecto manifi esta un profundo respeto por el territorio sacralizado en donde se inserta y se manifi esta a su vez como una capa de estratifi cación más en el largo proceso de transformación del santuario.

De la museografía

Como escribe Humberto Eco:

Las obras importan, por supuesto, pero todavía importa más el recorrido en espiral que permite verlas rápidamente una detrás de otra… coleccionismo y peregrinación, son formas de ritualidad que, aunque diferentes, construyen el signifi cado de un lugar. Los santuarios eran evidentemente la meta de los peregrinos...14

En el proyecto museográfi co del Museo de sitio Pachacamac, el visitante circula según sus propias estrategias narrativas y espaciales, por las líneas de contenido determinadas en el guión museográfi co. Sin jerarquía alguna, va integrando los distintos aspectos del lugar y la importancia de sus excavaciones, ya que un 90% del material expuesto corresponde a ofrendas al oráculo encontradas en el lugar. Se desarrollan así las cuatro culturas que habitaron el territorio en distintas épocas y sus técnicas constructivas se manifi estan de manera explícita en la implementación de muros museográfi cos. El espacio expositivo permite introducir la luz del cenit por las rendijas de su arquitectura, generando una atmosfera viva que recibe en el interior de sus muros las vitrinas a modo de recintos funerarios, en un guiño sensible a las ofrendas encontradas dentro de los muros del santuario. Son estas vitrinas/tumbas las que permiten controlar los aspectos del deterioro, producto de los cambios de temperatura y la exposición a la luz.

La museografía fue un trabajo interdisciplinar que reunió a muchos profesionales: curadores, conservadores, diseñadores gráfi cos, especialistas en iluminación y sobre todo al personal de la institución, quienes se encargaron del cuidado del proceso de diseño y montaje de la muestra.

Creemos que al terminar el recorrido por el museo y transitar la ruta del peregrinaje por el santuario, los visitantes entenderán los procesos en el conocimiento de los antiguos peruanos, estimulando el respeto y cuidado por nuestro patrimonio. El anhelo es desarrollar una sensibilidad que a la larga nos permita una nación más integrada, tolerante y sobre todo inclusiva.

El nuevo Museo de Pachacamac representa el esfuerzo del estado peruano para ofrecer a la colectividad un espacio cultural de calidad, que desarrolle y fomente la investigación arqueológica, conservación y preservación de los bienes culturales; y brinde actividades educativas y colectivas, con el propósito de fomentar en las comunidades del entorno y en las nuevas generaciones, su contribución a la continuidad de tan valioso sitio arqueológico.

Fig. 6. Vitrinas fl otantes del museo, en las que se exponen el ídolo de Pachacamac y la puerta de la cámara del ídolo.

Figs. 7 a. Vista del interior del museo. b. Vista de la sección cronológica de las culturas desarrolladas en Pachacamac. c. Vitrinas y paneles que explican la continuidad constructiva del santuario.

This article is from: