Revista digital de la Comisión Especial Multipartidaria Conmemorativa del Bicentenario
Rumbo al Año 2 – n.°4 – marzo 2019
Revista elaborada por la Comisión Especial Multipartidaria Conmemorativa del Bicentenario de la Independencia del Perú en colaboración con la Oficina de Comunicaciones del Congreso de la República COLABORAN EN ESTE NÚMERO: Víctor Peralta Scarlett O´Phelan César Landa Daniel Morán Gustavo Montoya Portada: “Promulgación de la Constitución de 1812” de Salvador Viniegra (1912) Diseño de imagen de portada: Diana Mora Diseño y diagramación: Martha Castillo Edición general: Claudia Neyra Nuñez Mesa Directiva del Congreso 2018 – 2019 Daniel Salaverry Villa (presidente) Leyla Chihuán Ramos (primera vicepresidenta) Segundo Tapia Bernal (segundo vicepresidente) Yeni Vilcatoma de la Cruz (tercera vicepresidenta) Si desea colaborar con algún artículo para la revista o tiene alguna sugerencia, escríbanos a: bicentenario@congreso.gob.pe
ÍNDICE 0 3 Presentación Juan Sheput
0 4 El liberalismo de las Cortes de Cádiz y la cultura política peruana Victor Peralta
1 0 Los diputados peruanos y sus voces en las Cortes de Cádiz Scarlett O´Phelan
1 5 Reflexiones sobre el Bicentenario
Entrevista a la congresista Úrsula Letona
1 9 La trascendencia de la Constitución de Cádiz:
Hacia el bicentenario de Independencia peruana César Landa
2 3 “Constitución, base de nuestra prosperidad
y grandeza“. Imágenes de la carta gaditana de 1812 en la prensa de Lima Daniel Morán
3 0 El Trienio Liberal y la plebe rural durante la guerra en los andes centrales: 1820-1824 Gustavo Montoya
3 4 Efemérides del mes
Hechos históricos de marzo durante en el proceso de la Independencia y los inicios de la representación política en el Perú (1780–1826)
3 8 Actividades realizadas en relación al Bicentenario
P R E S E N TA C I Ó N Hablar de las Cortes de Cádiz y su influencia en el periodo previo a nuestra independencia es imprescindible más aún cuando vemos gran desconocimiento en torno a este suceso. Ello es lamentable. Cádiz originó una Constitución que fue adoptada por los países de la órbita ibérica en América y generó una serie de conflictos, adhesiones y toma de posiciones. Sin embargo, su discusión se limita a sectores de la élite académica. Ello debe cambiar y para ello el Congreso de la República ha adoptado una serie de acciones que van desde el recuento historiográfico, la traducción de obras esenciales escritas en otros idiomas, los discursos de la delegación peruana que brilló en España hasta el aporte de historiadores que han investigado los efectos gaditanos en estas tierras. Durante la segunda quincena de marzo, la comisión que presido, en conjunto con el Proyecto Especial Bicentenario de la Independencia del Perú, organizamos una exposición gráfica referente a las Cortes de Cádiz que tuvo un momento culminante con un conjunto de conferencias lideradas por la destacada historiadora Carmen McEvoy. Conversando con ella sobre la participación peruana en Cádiz, me quedó clarísimo el papel brillante que cumplió la delegación nacional que inclusive llegó a presidir las Cortes y que tuvo en Vicente Morales Duárez a un personaje central. Indagando en por qué de este rol estelar, Carmen señalaba que fundamentalmente se tenía una agenda, se sabía a dónde se quería ir, lo que, aunado a una ilustración singular, permitió que los peruanos cumplieran a cabalidad en el debate constitucional.
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Presentación
Es así que de las Cortes de Cádiz se pueden desprender varias preguntas desde qué es lo que sucede con las élites peruanas carentes de objetivos e ideas nacionales hasta qué es lo que viene pasando con nuestro sistema de partidos que ya no produce personajes descollantes. Son reflexiones que debemos hacer, sobre todo a dos años de nuestro Bicentenario. Tratamos de llenar vacíos y contribuir en nuestro esfuerzo de construir una narrativa y todo un bloque de estímulos en torno al Bicentenario de la Independencia. Esta revista digital, dedicada a las Cortes de Cádiz nos permitirá introducirnos en un momento de nuestra historia que vemos como lejano porque no lo conocemos a plenitud. Ojalá logremos llenar ese déficit y contribuir así a interiorizar en nuestra cultura un momento de orgullo nacional, protagonizado por un grupo de ilustrados, temperamentales, grandes políticos peruanos que brillaron en Cádiz. Los invito a acompañarnos en esta lectura que estoy seguro los gratificará.
Juan Sheput Presidente de la Comisión Especial Multipartidaria Conmemorativa del Bicentenario de la Independencia del Perú
EL LIBERALISMO DE LAS CORTES DE CÁDIZ Y L A C U LT U R A P O L Í T I C A P E R U A N A
La aplicación del sistema liberal en el Perú no empezó en 1821 sino en 1810. Este llegó bajo su modalidad hispánica auspiciada por las Cortes de Cádiz. Instalada en Cádiz el 1 de marzo de 1810, la misión fundamental de esta asamblea fue redactar una constitución para los españoles residentes a ambos lados del Atlántico. Paralelamente, en las Cortes se sancionó que, en nombre del monarca ausente, era potestad suya la primacía en materia legislativa. Esta preeminencia convirtió a la Regencia Gubernativa del Reino, el poder ejecutivo, en una instancia ejecutora de las decisiones de la asamblea gaditana. La legislación liberal se aplicó en los virreinatos del Perú y de Nueva España y en la capitanía general de La Habana. El virrey José Fernando de Abascal, a pesar de ser un firme defensor del absolutismo, no tuvo más remedio que acatarla en su condición de servidor de una monarquía en crisis. El liberalismo hispánico, doctrina que abrazaron mayoritariamente los representantes peninsulares y americanos en las Cortes, fue el agente de la transformación de la cultura política virreinal peruana. Hasta entonces esta se caracterizaba, entre otras costumbres y representaciones, por la obediencia debida a la autoridad, aunque ello conllevara arbitrariedad, el procesamiento de los derechos y las demandas de modo corporativo y la vigencia de una concepción providencialista de la realidad.
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Grabado “Convento de San Francisco a Lima” del siglo XIX por la tripulación del barco francés La Bonite.
El liberalismo de las Cortes de Cádiz y la cultura política peruana
Víctor Peralta Ruiz CSIC, Madrid
El liberalismo de las Cortes de Cádiz y la cultura política peruana
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Durante la crisis dinástica de 1808, El virrey Abascal (1806-1816) gobernó el Virreinato del Perú y operó en alianza con la élite limeña aplicando una política de represión ante cualquier intento separatista o revolucionario; sin embargo, no frenó el proceso juntero y la influencia del liberalismo hispánico en los territorios americanos. Imagen: retrato del virrey Fernando de Abascal de Pedro Díaz.
Este inédito circuito de difusión del liberalismo se mantuvo hasta fines de 1814, cuando la libertad de imprenta fue abolida por la restauración absolutista. En el Perú correspondió a Abascal reponer la censura total con entera satisfacción. Ello explica que las imprentas se limitaran de nuevo a editar de modo preferente publicaciones religiosas. Estas fueron cuantitativamente hegemónicas hasta 1820, fecha en que se volvería a establecer la libertad de imprenta tras el triunfo de la revolución liberal del general Riego en España. Las publicaciones políticas reaparecieron en Lima, en un contexto en que las publicaciones patriotas también circulaban con suma rapidez. Otra de las medidas liberales más importantes que las Cortes de Cádiz decretaron antes de promulgar la constitución fue la abolición de las principales cargas serviles sobre la población indígena. Con esta decisión se quiso dar una prueba de veracidad a la anunciada equiparación de derechos entre españoles americanos y peninsulares. Con el decreto de la libertad de imprenta aparecen los primeros periódicos en Lima de carácter político apegados al liberalismo, como el diario El Peruano.
El liberalismo de las Cortes de Cádiz y la cultura política peruana
Pero la libertad de imprenta también permitió la edición de libros y folletos políticos. Entre 1811 y 1814, por primera vez en la historia, las publicaciones de carácter político en las imprentas limeñas superaron en cantidad a las de contenido religioso. En la coyuntura en que la libertad de imprenta estuvo vigente destacaron las reediciones de textos de carácter patriótico publicados en España. A esta literatura anti-napoleónica se sumaron las publicaciones alusivas a la bondad de las Cortes de Cádiz. En 1812 se editaron dieciséis textos laudatorios con la flamante constitución gaditana y en 1813 esta cantidad fue de once. A ello hay que agregar que las imprentas limeñas editaron más de cuatro mil ejemplares de la constitución que fueron distribuidas en todas las circunscripciones del virreinato. Entre los títulos más relevantes editados en la Imprenta de los Huérfanos se debe mencionar la Colección de los Discursos que pronunciaron los señores diputados de América contra el artículo 22 del proyecto de constitución (1812), porque incluyó una protesta de los españoles pardos de Lima contra el artículo constitucional que les excluía de la ciudadanía. También destacaron por su carácter revolucionariamente educativo la reedición de los Derechos y deberes del ciudadano del abate Gabriel Bonnot de Mably (Cádiz 1812) y el Catecismo político arreglado a la constitución de la monarquía española para uso en las escuelas de primeras letras de Fernando Corradi (Manresa 1813).
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El experimento liberal en el Perú comenzó cuando el decreto de libertad de imprenta sancionado por las Cortes el 10 de noviembre de 1810 se anunció por bando en Lima en abril de 1811. El virrey José Fernando de Abascal, con evidente malestar, acató un decreto que expresaba que el objetivo del libre ejercicio de la opinión política “es no sólo un freno a la arbitrariedad de los que gobiernan sino también un medio de ilustrar a la Nación en general, y el único camino para llevar al conocimiento de la verdadera opinión pública”. La entrada en vigor del decreto fue un hecho fundamental en la transformación de la opinión pública peruana como demostró Ascensión Martínez Riaza. Los periódicos que circularon al amparo de la medida liberal gaditana fueron poco más de catorce. Destacaron por su apego al liberalismo constitucional gaditano El Peruano (1811-1812), El Satélite del Peruano (1812), El Peruano Liberal (1813) y El Argos Constitucional (1813). Pero el reglamento de imprenta contempló la formación de una junta de censura para evitar excesos, tales como injurias personales y el ataque a la monarquía y a la religión católica. De esta instancia se valió el virrey para abrir expedientes de censura a los editores de El Peruano y El Satélite del Peruano y lograr su clausura y la persecución de sus principales redactores. En compensación, el virrey patrocinó un periódico ilustrado, El Verdadero Peruano (1812), en un intento de imitar al Mercurio Peruano.
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El liberalismo de las Cortes de Cádiz y la cultura política peruana
El decreto de abolición del tributo indígena fue sancionado el 12 de marzo de 1811 mientras que el de la mita, y otras formas de servidumbre, fue promulgado el 9 de noviembre de 1812. Estas medidas fueron acatadas por Abascal, respectivamente, en septiembre de 1811 y en febrero de 1813. Pero al afectar sensiblemente la pérdida del tributo la recaudación fiscal, el virrey ordenó a intendentes y subdelegados que promovieran su reemplazó por otra capitación económica a las comunidades indígenas que denominó contribución voluntaria. La nueva recaudación no provocó mayores rebeliones entre los indígenas porque estaba interiorizado ancestralmente que la entrega de la contribución, cualquiera fuera su denominación, daba derecho al usufructo de la tierra. Por ese motivo, cuando el tributo fue restablecido por Fernando VII en 1814, tampoco se produjo en el Perú un levantamiento indígena de envergadura en contra de su pago.
Gracias a la Constitución gaditana se abolieron las principales cargas serviles sobre los indígenas, considerados súbditos de la corona. Imagen: Universidad Católica de Chile
Otro decreto de amplio calado fue el de la abolición del Tribunal del Santo Oficio del 22 de febrero de 1813. La medida fue anunciada a la población por el virrey el 17 de julio. El fin de la Inquisición fue celebrada por la Universidad de San Marcos y por el primer Cabildo constitucional de Lima como un paso importante hacia la instauración de una verdadera libertad civil bajo la exclusiva protección de la Iglesia católica. Pero la posibilidad de que la comisión liquidadora de los bienes inquisitoriales requisados pudiera hacer público los archivos secretos que podían desprestigiar a poderosas familias limeñas, motivó el asalto e incendio de la Inquisición el 3 de septiembre de 1813. Tras la disolución de las Cortes en 1814, el monarca español restableció la Inquisición. Esta institución religiosa de origen medieval fue definitivamente extirpada del virreinato en 1820 una vez restablecida la Constitución de 1812.
El liberalismo de las Cortes de Cádiz y la cultura política peruana
Como afirmó el historiador Jaime Rodríguez, el 19 de marzo de 1812, las Cortes promulgaron una de las constituciones más avanzadas del mundo occidental en materia de derechos políticos al transformar a los súbditos en ciudadanos, al introducir el sufragio universal masculino indirecto y, por último, permitir la elección popular tanto de los gobiernos locales (ayuntamientos) y regionales (diputaciones provinciales) como de los representantes provinciales a Cortes ordinarias en España. La condición de ciudadanos equiparó en derechos políticos a peninsulares, criollos e indígenas. No fue ese el caso de la población esclava y de las castas de origen africano libres, ambas fueron excluidas de la ciudadanía bajo los pretextos de no ser verdaderos americanos, arrastrar un pasado servil y no tener limpieza de sangre. Esta decisión fue un craso error de los legisladores de Cádiz. La constitución gaditana después de ser juramentada en todas las capitales del virreinato adquirió un protagonismo central en el avance de la cultura política peruana hacia un genuino derrotero de experimentos liberales inéditos en otras áreas de hispanoamericana.
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Los diputados gaditanos optaron por abolir la Inquisición en 1813. Imagen: Wikimedia.
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El liberalismo de las Cortes de Cádiz y la cultura política peruana
Como afirmó el historiador Jaime Rodríguez, el 19 de marzo de 1812, las Cortes promulgaron una de las constituciones más avanzadas del mundo occidental en materia de derechos políticos al transformar a los súbditos en ciudadanos, al introducir el sufragio universal masculino indirecto y, por último, permitir la elección popular tanto de los gobiernos locales (ayuntamientos) y regionales (diputaciones provinciales) como de los representantes provinciales a Cortes ordinarias en España. La condición de ciudadanos equiparó en derechos políticos a peninsulares, criollos e indígenas. No fue ese el caso de la población esclava y de las castas de origen africano libres, ambas fueron excluidas de la ciudadanía bajo los pretextos de no ser verdaderos americanos, arrastrar un pasado servil y no tener limpieza de sangre. Esta decisión fue un craso error de los legisladores de Cádiz. La constitución gaditana después de ser juramentada en todas las capitales del virreinato adquirió un protagonismo central en el avance de la cultura política peruana hacia un genuino derrotero de experimentos liberales inéditos en otras áreas de hispanoamericana. Los ciudadanos, en todas las intendencias del Perú, eligieron los primeros ayuntamientos constitucionales, incluso en los pueblos que nunca lo hubieran tenido que superaran “las mil almas”, entre diciembre de 1812 y marzo de 1813. El sistema de elección en dos grados (elector y compromisario parroquial) para los ayuntamientos hizo que la elección en este ámbito fuese difícilmente controlada. Las campañas electorales irrumpieron y promovieron algunas candidaturas individuales ajenas al deseo del virrey y de los oidores. En los ayuntamientos de Lima y Cusco juramentaron alcaldes y regidores, todos criollos, que se declararon defensores de la constitución y sin dudarlo denunciaron la actuación arbitraria, respectivamente, del virrey y de la Audiencia. En el caso limeño, los capitulares difundieron el ideario liberal a través del periódico El Peruano Liberal (1813). En el caso cusqueño, el crónico enfrentamiento entre el cabildo y la Audiencia fue interrumpido por el estallido de la revolución de agosto de 1814 liderada por los hermanos Angulo y el cacique Pumacahua. Mientras los oidores peninsulares fueron encarcelados, algunos alcaldes y regidores colaboraron con relativo entusiasmo con los objetivos políticos de los revolucionarios. A principios de 1815, el constitucionalismo estaba distanciado del autonomismo cusqueño cuando ambas opciones fueron derrotadas militarmente por las tropas realistas. A principios de 1813, nuevos compromisarios parroquiales electos por los ciudadanos debieron reunirse poco después en las capitales de provincia para celebrar una nueva votación, esta vez para elegir a compromisarios provinciales. A estos representantes les correspondió, a su vez, elegir a los miembros de las flamantes dos diputaciones provinciales, Lima (que abarcó además a Trujillo, Tarma, Arequipa y Huamanga) y Cuzco (que incluyó a Puno). La elección en cuatro grados de los diputados provinciales posibilitó que las autoridades pudiesen controlar a quiénes se elegía. Hubo un caso en que un compromisario parroquial, el fiscal de Lima Miguel de Eyzaguirre, fue impedido de postular a compromisario provincial por órdenes directas del virrey. La diputación provincial limeña se estableció en abril de 1813, mientras que la diputación provincial cuzqueña lo hizo en septiembre del mismo año. Ambas instancias se convirtieron en los máximos órganos de poder regional aunque tuvieron escaso protagonismo político y poco tiempo de actividad. El virrey quedó reconvertido en jefe político y se puso a la cabeza de la diputación provincial limeña según la constitución. La diputación de Lima fue suprimida por el virrey una vez se supo de la abolición de la constitución en España. Entretanto, la diputación del Cuzco se disolvió al estallar la revolución de agosto de 1814. El experimento político generado en el Perú por las Cortes de Cádiz transformó la cultura política al conformarse un lenguaje político contra la arbitrariedad, al introducirse la ciudadanía como un derecho individual que rompía la lógica corporativa y al prescindir de la Inquisición como símbolo del fanatismo religioso católico. Pero la supresión de las Cortes, a fines 1814, por el restaurado rey Fernando VII, impidió que el experimento liberal terminara de cuajar. El retorno de España a un anacrónico antiguo régimen absolutista, tal como existía hasta antes de la crisis de 1808, explica que el temprano ingreso a la contemporaneidad política del virreinato peruano se truncara.
L O S D I P U TA D O S PERUANOS Y SUS VOCES EN LAS CORTES DE CÁDIZ
Medalla conmemorativa de la Constitución de 1812, la imagen que representa es en alusión a lo enunciado en su primer artículo “La Nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios”.
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Los diputados peruanos y sus voces en las Cortes de Cádiz
Scarlett O’Phelan Pontificia Universidad Católica del Perú
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Los diputados peruanos y sus voces en las Cortes de Cádiz
Es importante establecer, desde un inicio, que hubo en Cádiz diputados peruanos que ejercieron tempranamente como representantes interinos, y otros que llegaron más adelante y que participaron recién en las Cortes ordinarias de 1813 y de marzo-mayo de 18141, luego de haber sido electos para el cargo en los comicios que, con éste propósito, se llevaron a cabo en el virreinato del Perú. Dentro de este grupo de diputados electos algunos llegaron tarde, cuando las Cortes ya habían sido clausuradas con el retorno de Fernando VII al poder, tal es el caso de Hipólito Unanue representante de Arequipa y de Manuel Galiano elegido por el Cuzco2. Pero hubo también una cuarta categoría, la de los diputados electos que dimitieron, por no poder encarar los gastos del viaje y la estadía en el puerto gaditano, como ocurrió con otro diputado cuzqueño, José Mariano de Ugarte3. No obstante, quienes tuvieron que participar de forma más activa y álgida en los tempranos y neurálgicos debates, fueron aquellos diputados suplentes que se encontraban ya residiendo en España al momento de instalarse las Cortes, como fue el caso de Vicente Morales Duárez, Dionisio Uchu Inca Yupanqui, Ramón Olaguer Feliú, Blas Ostolaza y Antonio Zuazo4. Cabe destacar que tres de ellos detentaban grados militares; Dionisio Uchu Inca Yupanqui era teniente coronel, Ramón Olaguer Feliú era subteniente de Ejército y Antonio Zuazo era brigadier5. Además, de los diputados titulares José Joaquín de Olmedo, Mariano de Rivero, Francisco Valdivieso y José Antonio Navarrete, habían estudiado en el Convictorio de San Carlos, al que se aludía como semillero de liberales, algunos moderados y otros de tendencia más radical6.
Óleo de Vicente Morales Duárez en el Museo de Arte de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
1 Juan Fernando Badía, “Vicisitudes e Influencias de la Constitución de 1812”. Revista de Estudios Políticos, No. 126(1962), p. 184. Dentro de este grupo estuvieron los diputados titulares peruanos: Antonio Navarrete (Piura), Francisco Salazar (Lima), Tadeo Gárate (Puno), Juan Antonio Andueza (Chachapoyas), Mariano de Rivero (Arequipa) y Pedro García Coronel (Trujillo). A ellos se les unieron en la Legislatura Ordinaria de marzo-mayo 1814, Martín José de Mújica (Huamanga), José Miguel Castillo (Trujillo), Gregorio de Guinea (Trujillo), el marqués de Torre Tagle y Francisco Valdivieso (Lima) y Pablo González (Tarma). Al respecto se puede consultar el libro de Marie Laure Rieu-Millan, Los Diputados Americanos en las Cortes de Cádiz. Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1990, p. 44. 2 Consúltese al respecto el artículo de Susana Llontop Sánchez-Carrión, “Antonio de Andueza y Gregorio de Guinea, diputados peruanos electos a las Cortes de Cádiz”. Actas del Congreso Internacional de Historia de América. Lima, 1972, tomo IV, p.9. 3 Marie Laure Rieu-Millan. “Los diputados americanos en las Cortes de Cádiz: Elecciones y representatividad.” Revista Quinto Centenario. No.14 (1988), pp.69,70. En igual situación estuvo el diputado electo Manuel Plácido de Berriozábal. 4 Demetrio Ramos Pérez, “Actitudes e ideología del diputado peruano Vicente Morales Duárez en las Cortes de Cádiz (1809-1812)”. Anales del III Congreso Nacional de Historia del Perú. Descubrimiento, Conquista, Virreinato. Lima, Centro de Altos Estudios Histórico-Militares del Perú, 1965, pp. 366-367. Hubo disposiciones para determinar la representación supletoria ya que los diputados americanos no podían ser elegidos rápidamente para estar en Cádiz en un plazo breve. 5 María Teresa Berruezo León. “La Actuación de los Militares Americanos en las Cortes de Cádiz (1810-1814)”. Revista de Estudios Políticos (Nueva Época). No.64 (1989), p. 240. 6 Ricardo Cubas. “Educación, Elites e Independencia: El papel del Convictorio de San Carlos en la Emancipación Peruana.” Scarlett O’Phelan Godoy (ed.) La Independencia del Perú. De los Borbones a Bolívar. Lima: Instituto Riva Agüero, Pontificia Universidad Católica del Perú, 2001, p. 311.
La agenda de los diputados peruanos en las Cortes de Cádiz fue amplia, pero hubo algunos temas en los cuales concentraron su interés y sus argumentaciones. Me refiero a los debates relativos a la abolición del tributo indígena, la eliminación de la mita y los servicios personales, la erradicación del reparto, el impulso a la minería, la representación y otorgamiento de la ciudadanía a los indígenas, las restricciones electorales a los negros y las castas de color.
José Joaquín de Olmedo, diputado por el virreinato del Perú por el distrito de Guayaquil. Óleo sobre lienzo del pintor quiteño Manuel Salas Alzamora, en el Salón de los Próceres del Palacio de Najas.
7 María Teresa Berruezo, “El funcionario americano en las Cortes gaditanas”. Cuadernos Hispanoamericanos, No. 460(1988), p.39. 8 Timothy Anna. España y la Independencia de América. México, Fondo de Cultura Económica, 1986, p.102. 9 Luis Alayza y Paz Soldán. El Egregio Limeño Morales y Duárez. Lima, Talleres Gráficos de la Editorial Lumen, 1946, p.33. 10 María Teresa Berruezo, “El funcionario americano”, p.68.
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Los diputados peruanos y sus voces en las Cortes de Cádiz
Dentro de los diputados suplentes peruanos el que destacó más nítidamente fue, sin duda, el abogado y catedrático Vicente Morales Duárez, a quien se consideraba un liberal moderado7. Se atribuye a Morales Duárez haber redactado los once propósitos que fueron presentados ante las Cortes por los diputados americanos el 16 de diciembre de 1810; documento que ha sido señalado como el programa básico de la élite americana ante las Cortes extraordinarias8. También fue designado para integrar la comisión compuesta por catorce miembros, que redactó la célebre constitución9. Por su actuación política fue el primer americano elegido como presidente de las Cortes en 1812, cargo que no pudo asumir por encontrarse atacado con un brote epidémico de fiebre amarilla, del que falleció pocos días después de su nombramiento. Adicionalmente, hubo delegados peruanos que también fueron nominados para el cargo de secretarios de las Cortes. Ramón Feliú desempeñó ese papel en los meses de mayo y junio de 1811, Joaquín de Olmedo en agosto, setiembre, octubre y noviembre de 1812 y José Antonio Navarrete en diciembre de 1811 y enero, febrero y marzo de 181210.
Sobre el tema del reparto de mercancías, fue Ramón Feliú, quien expresó en forma categórica el prejuicio que este sistema infligía a los indios, recomendando su absoluta extinción12. Cabe recordar que el reparto, como una distribución de mercancías europeas y nativas aranceladas, había quedado suspendido en 1780, como corolario de la gran rebelión, pero había dado paso a los “socorros”, que se repartían arbitrariamente por los subdelegados, quienes habían reemplazado a los corregidores en la administración de las provincias13.
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Los diputados peruanos y sus voces en las Cortes de Cádiz
Otro de los representantes interinos que participó activamente en los debates fue el indio noble Dionisio Uchu Inca Yupanqui -nacido en Lima y educado en el Seminario de Nobles de Madridsobre todo en los temas relativos a la suspensión de tributos, mitas y adjudicación de la ciudadanía a los indígenas. En opinión de James F. King, la apasionada defensa de Inca Yupanqui a los derechos de los indios, fue clave en la decisión de las Cortes de dictaminar por los decretos del 13 de marzo de 1811 y del 9 de noviembre de 1812, la abolición del tributo y de la mita, respectivamente11.
Retrato de Dionisio Inca Yupanqui. Colegio de Abogados de Lima.
11 James F. King. “The Colored Castes and American Representation in the Cortes of Cádiz”. Hispanic American Historical Review. Vol. XXXIII (1953), p.43. 12 Manuel Chust. La cuestión nacional americana en las Cortes de Cádiz. Valencia, Artes Gráficas Soler, 1999, p .97. 13 John Fisher. Government and Society in Colonial Peru. The Intendant System, 1784-1814. London, The Athlone Press, 1970, pp. 89, 90.
Por otro lado, el argumento esgrimido por Ramón Feliú, intentó demostrar que los indios del antiguo Perú no eran ni brutales ni tiranos, increpando a los delegados peninsulares su desconocimiento acerca de “los famosísimos obeliscos y estatuas de Tiahuanacu, de los mausoleos de Chachapoyas, de los edificios de Cuzco y Quito…de la fortaleza de Xaxahuamán (Sacsahuamán)…” Adicionalmente se refirió a la destreza de la civilización Inca en “la escultura, la arquitectura civil, militar, subterránea y metalúrgica; en la hidráulica y agricultura, en la astronomía, en las artes, en la poesía y en la música.16” Su elocuencia al
Eventualmente a los indios se les otorgaría el derecho a la ciudadanía bajo los argumentos de que eran nativos de la tierra, descendían de una alta civilización -como la de los Incas-, los había ilustrados que podían ser dignos representantes en las Cortes; pero los negros y castas de color no corrieron igual suerte, al ser absurdamente considerados alienígenas procedentes del África –lo cual no era cierto en los afrodescendientes que eran muchos- cargar con el estigma de la esclavitud, carecer de educación y ser calificados de musulmanes, en oposición a la tradición cristiana18. Hubo otras demandas que interpusieron los diputados peruanos -suplentes y titulares- como la abolición del Estanco del Tabaco, que solicitó Blas Ostolaza, en consideración al decreto de febrero de 1811 que establecía la libertad de cultivo; o la atención que exigió Francisco Salazar se prestara a los productos peruanos comerciables como lo eran la cascarilla, cacao, tintes, azúcar, bálsamos, lanas; o la demanda presentada por Martín José de Múgica, para que se bajara del 5 al 3% los censos gravados sobre las propiedades rurales y urbanas; o la aspiración que expresó el diputado por Arequipa, Mariano Rivero, para que un puerto peruano fuera autorizado para comerciar directamente con Filipinas19. Lo cierto es que para el Perú los decretos que remecieron la estructura del sistema colonial y que calaron más hondo en la población, fueron los relativos a la abolición de tributos, mitas y repartos; además de la adjudicación de la ciudadanía a la población indígena, que era la mayoritaria del virreinato. Por otro lado, el no otorgarle la ciudadanía ni la representación a los afrodescendientes, marcó distancia con los pobladores de color.
14 Diario de las Discusiones y Actas de las Cortes. Tomo 3. Año 1811. Sesión del 21 de agosto, pp.460-461. 15 Al respecto puede consultarse el libro de Monique Alaperrine-Bouyer, La educación de las elites indígenas en el Perú colonial. Lima, IFEA/IEP/PUCP, 2007. 16 Diario de las Discusiones y Actas de las Cortes. Tomo 3. Año 1811. Sesión del 30 de enero. pp.163-164. 17 Timothy Anna, España y la Independencia, p.122. 18 Scarlett O’Phelan Godoy, “Ciudadanía y Etnicidad en las Cortes de Cádiz.” Elecciones (Revista de la ONPE), Año 1, No. 1. Lima, 2002, pp. 170, 171. 19 Marie Laure Rieu-Millan, Los Diputados Americanos, pp.184, 186,192.
Los diputados peruanos y sus voces en las Cortes de Cádiz
Así, Vicente Morales Duárez expresó en los debates que le resultaba inadmisible el argumento que aludía a la incapacidad de los indios, puntualizando que había una notable diferencia entre la falta de ilustración (es decir la falta de educación) y la falta de capacidad. Culpaba a la Corona española de haber sepultado a los indios en las minas descuidando deliberadamente su educación para mantenerlos sumisos. Pero a la vez advertía la presencia de “indios educados en las ciudades que en nada varían de las gentes cultas.14” Es muy probable que se estuviera refiriendo a los indios nobles o hijos de caciques que se educaban en colegios especiales, como de hecho lo eran el colegio El Príncipe, de Lima, y el colegio de San Borja, en el Cuzco; ambos fundados en el temprano siglo XVII. Si bien se considera que ambos bajaron su nivel de enseñanza luego de la expulsión de los jesuitas, en 1767, no obstante siguieron funcionando15.
describir los logros del incanato, da la impresión de haber estado inspirada en las lecturas de Los Comentarios Reales de Garcilaso de la Vega, obra que se había difundido más de lo que se piensa, entre los ilustrados americanos. En aras de la incorporación de los indios a la vida política, el diputado Martín José de Múgica, solicitó que se permitiera al cabildo de Huamanga (y no estaba hablando del Cabildo de Indios), elegir por lo menos un regidor indígena y que también se permitiera a los indios ser alcaldes de barrios17.
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La abolición del tributo y la mita eran dos requisitos indispensables para que la población indígena quedara expedita para poder acogerse a la ciudadanía. Por lo tanto, luego de prescribirse los decretos abolicionistas, el terreno se allanó para debatir sobre el otorgamiento de la ciudadanía a los indios. Hubo dos posiciones complementarias que presentaron los diputados suplentes Morales Duárez y Feliú. El primero apeló a la presencia de indios ilustrados que por su preparación eran elegibles como representantes a las Cortes -cuyo ejemplo más tangible era Dionisio Uchu Inca Yupanqui-; mientras que Feliú se remontó al glorioso pasado Incaico de donde descendían los pobladores indígenas peruanos, que de esta manera quedaban enlazados con una civilización superior.
Reflexiones sobre el Bicentenario”
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Reflexiones sobre el Bicentenario Entrevista a Úrsula Letona Pereyra, congresista de la República, representante de Lima.
Foto: Archivo Congreso de la República
La congresista Úrsula Letona electa para el periodo 2016-2021, se ha desempeñado como presidenta de la Comisión Especial de Seguimiento de la Incorporación del Perú a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la Comisión Investigadora Sobre los Hechos Producidos en la Base Contrasubversiva “Madre Mía” y, de la Comisión de Constitución y Reglamento durante el periodo 2017-2018, así como miembro la Comisión Permanente, el Consejo Directivo. Actualmente es miembro de diferentes Comisiones del Congreso, entre ellas, la Comisión Especial Multipartidaria del Bicentenario. Sin embargo, su servicio al Estado se remonta años atrás, pues ha trabajado en siete Ministerios distintos de nuestro país como: Producción, Energía y Minas; Defensa; Interior; la Presidencia del Consejo de Ministros, entre otros y, en entidades del Gobierno Subnacional como: el Instituto Metropolitano Protransporte de Lima en el cargo de asesora e integrante de diferentes Comisiones. Asimismo, también se desempeñó como Asociada Principal del Área de Recursos Naturales del Estudio Echecopar García asociado a Baker & McKenzie International. Es abogada de profesión de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos con un Máster en Gestión Pública por la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas en convenio con la Universidad Politécnica de Cataluña y, a su vez, hasta la fecha ejerce la cátedra universitaria en la Facultad de Derecho de la Universidad San Ignacio de Loyola. Nos concedió la siguiente entrevista, ¿Qué significado tiene para usted la celebración del Bicentenario de la Independencia de nuestro país?
¿Cómo transmitir el sentido del Bicentenario a los peruanos? Es importante que actuemos conjuntamente entre los políticos, la sociedad civil y la prensa; sin embargo, debido al nivel de cobertura que tiene, considero que el papel más relevante lo tiene la prensa, especialmente los canales privados y los de alcance nacional. Necesitamos que se difunda nuestra historia, que todos los peruanos la conozcan y siempre la tengan presente para que así valoren lo que nuestro país ha atravesado para llegar a ser el país que es ahora, y sean conscientes de los grandes desafíos que tenemos que afrontar en los próximos años.
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Nuestro país cumplirá 200 años en la lucha por la construcción de una “nación peruana”, la cual se sigue construyendo a lo largo de los años, con la especial riqueza de que somos un país plurinacional, lo cual, a su vez, constituye un enorme reto para los próximos gobernantes. Estos temas, vienen siendo estudiados y desarrollados en los foros académicos y políticos, por lo que el Bicentenario marca eso, un momento en el que celebraremos, reconociéndonos como un país diverso y plurinacional, pero que también trabaja arduamente por la construcción de una sólida nación peruana. Marca además una época para reflexionar sobre todos los aciertos y desaciertos en los que hemos incurrido como país, a fin de generar una agenda propositiva que nos permita afrontar los problemas comunes que nos aquejan y los desafíos que tenemos como país, independientemente de las tendencias políticas de cada uno.
Reflexiones sobre el Bicentenario
El bicentenario de nuestra independencia marca un hito importante para la historia de nuestro país, pues atravesaremos 200 años de vida republicana, con un Estado Peruano que se ha ido construyendo a lo largo de estos años y donde la historia nos ha hecho aprender. Hemos atravesado episodios de crisis económica y social, pero también de bonanza como la era del guano, hemos atravesado tres militarismos y diferentes dictaduras, así como muchos episodios de democracia, hemos tenido guerras y enfrentamientos con países extranjeros así como largos periodos de paz, hemos tenido una lamentable época de terrorismo, pero también grandes momentos donde, entre peruanos, nos tendimos la mano para afrontar los problemas, hemos atravesado periodos de altas tasas migratorias que cambiaron la dinámica social del campo y la ciudad y otros muchos episodios de los cuales hemos aprendido muchas lecciones.
Foto: Archivo Congreso de la República
Que nuestros niños y jóvenes conozcan que han existido y existen muchos peruanos y peruanas que han tenido papeles preponderantes a lo largo de nuestra historia y que han contribuido enormemente a la construcción del Perú que está rumbo al bicentenario, para que así no se repitan épocas oscuras como es el terrorismo.
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Dichas acciones permitirán que todos los peruanos tomemos conciencia de la importancia del bicentenario, pues no es un aniversario más de nuestra vida republicana (que de por sí ya es importante), son los 200 años de la misma, y es fundamental que de una vez trabajemos de manera conjunta y articulada en el fortalecimiento de una nación peruana, la cual trasciende más allá de la simple dación de normas jurídicas. ¿Qué programas desde el escenario político deben incluirse? Básicamente se requiere un trabajo a nivel educativo y cultural, el cual es competencia exclusiva del Poder Ejecutivo al ser un aspecto de gestión. Requerimos que las mallas curriculares de los colegios profundicen lo sucedido a lo largo de nuestros casi 200 años de vida republicana y a su vez muestren a los ciudadanos, desde que son niños, cuáles son los retos que debemos enfrentar a futuro. Asimismo, en el aspecto cultural, es necesario que el Ministerio de Cultura tome un rol más activo en cuanto a la difusión de los aspectos culturales que nos ayudarán a fortalecer la existencia de una nación peruana. Necesitamos que aspectos culturales, más allá de lo culinario, nos una e identifique como peruanos. El fútbol, más allá de que pueda haber personas que no les guste, fue un buen ejemplo de cómo puede haber cosas que sí nos unan a todos como peruanos, pero necesitamos algo que trascienda a un juego, necesitamos algo que conecte nuestra historia y la realidad plurinacional de nuestro país para construir un lazo que la población reconozca como definitorio de la “nación peruana”. Y claro, en el aspecto político en general, todos los que participamos en dicho escenario debemos demostrar con hechos concretos –no con meras palabras gaseosas- a la población que dejando de lado las diferentes tendencias políticas, podemos lograr acuerdos que tenga por finalidad un único objetivo: generar valor público en beneficio de la población.
¿Cuál considera que serán los retos que afrontarán los jóvenes líderes peruanos para el próximo tercer siglo de nuestra República? El gran reto que enfrentarán será el reducir las inequidades sociales y culturales, proveyendo a todos los peruanos y peruanas igualdad de oportunidades. Si logramos ello, tendremos una sociedad más educada, menor carga social estatal, una población competitiva acorde a las necesidades del mercado y de los nuevos tiempos, y a su vez reduciremos la pobreza enormemente, conjuntamente con sus problemas accesorios. ¿Cómo evalúa la relevancia de Lima para la consolidación de la Independencia? Lima es la capital de nuestro país y concentra al 30% de la población. Desde ya, esa situación la hace especialmente relevante para la consolidación de la independencia. Ahora bien, el problema que ha tenido Lima es que históricamente ha concentrado para sí la mayor parte de la riqueza de nuestro país, lo cual originó que la capital esté sobre poblada y más bien, en las provincias existan innumerables zonas con poca población, lo cual a su vez repercute en una menor asignación de recursos públicos.
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En consecuencia, Lima tiene que mirar hacia afuera, dejar de concentrar la riqueza y el desarrollo para justamente reducir la brecha de infraestructura y la inequidad social, a fin de que ninguna población tenga el sentimiento de que ha sido olvidada por el Estado, y así logremos algo que he resaltado a lo largo de la presente entrevista: la construcción y el fortalecimiento de una “nación peruana”.
Foto: Archivo Congreso de la República
| La trascendencia de la Constitución de Cádiz: Hacia el bicentenario de Independencia peruana
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LA TRASCENDENCIA DE LA CONSTITUCIÓN DE CÁDIZ:HACIA EL BICENTENARIO DE INDEPENDENCIA PERUANA 1
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César Landa Universidad Nacional Mayor de San Marcos Pontificia Universidad Católica del Perú
La promulgación de la Constitución de 1812, obra de Salvador Viniegra en el Museo de las Cortes de Cádiz.
1 El presente artículo tiene como objeto detallar en forma concisa la importancia de la Constitución de Cádiz y su influencia en el proceso de emancipación en la época del Virreinato del Perú. Se valora el reconocimiento que logró en la población a través de las ideas de libertad, igualdad y soberanía popular y además, los retos aún pendientes en nuestro contexto para el necesario fortalecimiento del constitucionalismo. 2 Profesor de Derecho Constitucional en la Pontificia Universidad Católica del Perú y en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Expresidente del Tribunal Constitucional.
Esta Constitución fue promulgada en 1812 y a pesar de la interrupción en 1814, cuando el rey Fernando VII regresó a la Corona española, esta Carta ya había repercutido significativamente en la vida política y social de los virreinatos americanos; y evidentemente se había empezado a cuestionar la monarquía absoluta y el poder casi divino que recaía en el Rey.
Estos esfuerzos, tanto de personajes como Vitorino 5 4 Montero , Pedro Bravo y Baquíjano, como los de las masas de Túpac Amaru II, pusieron de manifiesto la germinación de una conciencia criolla, mestiza e indígena sobre los problemas del país, aunque aún desarticulada. No obstante, más adelante, con la formación de la “Sociedad Amantes del País” y la publicación de El Mercurio Peruano entre los años 1791 a 1795, se fueron propagando de forma más constante las bases de la conciencia de patria. 6
Es así, que esta Carta Magna va construyendo las bases de nuestra historia constitucional de América Latina y de nuestra nación, colocando como pilares los derechos a la libertad e igualdad, fortaleciendo con ello los movimientos revolucionarios de naturaleza pre independentista frente al régimen monárquico español. Por lo expuesto y con motivo de celebrar próximamente el bicentenario de independencia nacional, es menester revalorizar el papel que cumplió la proclamación de la Constitución gaditana y la fuerza que irradió en nuestro país, no solo como recuento histórico sino como una tarea pendiente que nos impulse a reflexionar y actuar frente al vigente modelo constitucional peruano. II. Antecedentes Paralelamente a las reformas borbónicas que la Metrópoli introducía en el Reino de España, el Virreinato del Perú enfrentaba problemas económicos, político y sociales que se erigían contra el absolutismo español. Esto se confirma en las sublevaciones indígenas que se produjeron desde 1742 con Santos Atahualpa hasta el levantamiento en el Cuzco de Túpac Amaru II en 1780-1781, que irradió todo el sur del Virreinato del Perú y dejó cien mil muertos; la crisis del trigo y el aumento de la corrupción administrativa a partir de 17; la creación del Virreinato de Río de la Plata en 1776 y de las Intendencias a favor de los españoles peninsulares que reemplazaron a los antiguos corregimientos desde 1782, y que dieron lugar a una serie de
Una de las sublevaciones indígenas fue la de Juan Santos Atahualpa motivada por el abuso del poder español. Imagen: Retrato de Juan santos Atahualpa conservada en el Centro de Estudios Históricos Militares del Perú.
3 Scarlett O´Phelan Godoy (Coordinadora), El Perú en el Siglo XVIII. La era Borbónica, PUCP – Instituto Riva-Agüero, Lima, 1999, p. 449. En: César Landa, El rol de la Constitución de Cádiz en la gestación de la independencia del Perú. Historia Constitucional, núm. 13, 2012. 4 Vitorino Gonzales Montero del Águila, Estado Político del Reyno del Perú gobierno sin leyes, ministros relajados, tesoros con pobreza, fertilidad sin cultivo, sabiduría desestimada, milicia sin honor, ciudades sin amor patricio, la justicia sin templo, huertos por comercio, integridad tenida por locura, Lima, 1746. 5 Pedro Jhosep Bravo de lagunas, Voto Consultivo que ofrece al Excelentísimo señor don Joseph Antonio Manso de Velasco, Conde de Superunda, Cavallero del Orden de Santiago, Gentil Hombre de la Cámara de su Majestad, Teniente General de los Reales Exercitos, Virrey, Governador y Capitán General de los Reynos del Perú, Nueva edición corregida y aumentada, Reimpreso con Licencia en la Oficina de los Huerphanos, Lima, 1761. 6 César Landa, El rol de la Constitución de Cádiz en la gestación de la independencia del Perú. Historia Constitucional, núm. 13, 2012.
La trascendencia de la Constitución de Cádiz: Hacia el bicentenario de Independencia peruana
En la Constitución de Cádiz se encuentran los orígenes del constitucionalismo nacional y el modo en que el pensamiento liberal fue forjando las ideas de emancipación en un contexto de descolonización americana.
reflexiones, críticas y propuestas de reforma al sistema colonial gestando una conciencia nacional de patria, con repercusiones a largo plazo, siendo parte de un pensamiento pre constitucional incipiente.3
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I. Introducción
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Ello fue alentado, a inicios del siglo XIX, con la invasión de Napoleón en la Península Ibérica, así como, porque España atravesaba una severa inestabilidad política debido al absolutismo borbón, por lo que para proteger y garantizar el dominio en las “Españas”, frente a la dominación que pretendía ejercer Francia y luego de la convocatoria a las Cortes Generales y Extraordinarias, los liberales españoles proclaman la Constitución de Cádiz en 1812, que ostentaba un carácter reformista y liberal que colisionarían violentamente con una sociedad tradicional y absolutista.7
poderes que pusiesen en peligro el control de sus 8 colonias. Además, dicha Constitución fue jurada y promulgada en Lima y en todos los pueblos del país con todas las formalidades de la época, lo que le confería el carácter de solemne entre los habitantes, despertando en el Perú el deseo de un proceso emancipador y de rebeliones locales atizado por la vigencia de esta constitución liberal que sólo culminaría con la independencia política del Perú en 1821, la Constitución Política liberal de 1823 y, finalizaría en los campos de batalla de Junín y Ayacucho en 1824 y la Constitución bolivariana conservadora de 1826.9
Primeras páginas de la Constitución de Cádiz de 1812.
III. Bases para un constitucionalismo nacional
El Mercurio Peruano reveló, entre otros temas, el nacimiento de una conciencia ideológica nacional, por ello es considerado el primer periódico netamente peruano. Imagen: Wikimedia.
Frente a esta situación, en el Perú, la Constitución de 1812 fue tomada como propia por haber sido discutida y votada por diputados peruanos en Cádiz , lo que demostró el nivel de exigenci la población criolla que quiso transmitir sus principales demandas hacia una monarquía hispánica que a pesar de la crisis se resistía a conceder privilegios y
Pese a los intentos del virrey Abascal por detener los movimientos autonomistas restringiendo la libertad de imprenta que difundan ideas libertarias contra la monarquía, la promulgación de la Constitución de Cádiz destacó este ejercicio de libertad; ratificándose a nivel constitucional la libertad de imprenta, la cual desplegó un rol promotor hacia un patriotismo constitucional 10 independiente de la Metrópoli y representó un medio para ilustrar a la sociedad, un mecanismo de formación de la opinión pública y un medio de control gubernamental .11
7 Jorge Andújar, La Constitución de Cádiz, las elecciones y los municipios, Revista Oficial del Poder Judicial: Año 4 - 5, N° 6 y N.° 7, 2010-2011, pp. 305. 8 Víctor Peralta, El impacto de las Cortes de Cádiz en el Perú. Un balance historiográfico. En Revista de Indias, vol. LXVIII, núm. 242, 2008, pp. 67-96. 9 Scarlett O´Phelan Godoy, “El mito de la «independencia concedida»: los programas políticos del siglo XVIII y del temprano XIX en el Perú y Alto Perú (1730-1814)”, en Alberto Flores Galindo, Independencia y revolución 1780-1840, Tomo I, Instituto Nacional de Cultura, Lima, 1987, pp. 145- 199. 10 Supra 6. 11 T. Hampe Martínez, “La Primavera de Cádiz: Libertad de expresión y opinión pública en el Perú (1810-1815)”, Historia Constitucional, Nº 13, Año 2012, pág. 340. En Edgar Carpio y Oscar Pazo, Los inicios del constitucionalismo peruano: la Constitución de Cádiz y su impacto, Portal Jurídico Parthenon, 2015.
Asimismo, otro cambio importante consagrado en la Carta Fundamental fue que la soberanía reside esencialmente en la Nación12. Con esto, se fue afinando que la legitimidad del poder era dual, del monaca y el pueblo; lo que requería asegurar el respeto de libertades básicas y la división de poder. Así, desde 1813 se afirmó cada vez más una conciencia autonomista y separatista.
Sin embargo, la mera consigna de una doctrina liberal en la Constitución de 1823 y en las que le sucedieron, no garantizó la consolidación de la República que deseaba la Nación; debido a la carencia de un consenso mínimo o pacto social que asegure un Estado de Derecho duradero y batalle contra la inestabilidad jurídico-política de la época frente a las exigencias desatendidas de los grupos desfavorecidos. Esa falta de acuerdo nacional creó también una cultura cívica de incredulidad en la sociedad en general respecto del Estado y de la Constitución, pues sus necesidades e ilusiones no fueron satisfechas por las grandes corrientes ideológicas, en ninguna de sus constituciones: liberales -1823, 1828, 1834, 1856 y 1867; 13 conservadoras -1826, 1836, 1839 y 1860-; sociales -1920, 1933 y 1979 , lo cual no ha cambiado con la actual constitución “neoliberal” de 1993. De esta forma, a lo largo de nuestra historia constitucional, hemos observado una notoria separación entre la norma constitucional en la que se asienta el Estado de Derecho y la realidad constitucional que exhibe un claro debilitamiento social, lo que trae una falta de realización plena de los fines del Estado Constitucional: garantizar los derechos fundamentales y asegurar el control y balance de poderes. IV. Conclusiones La influencia liberal de la Constitución de Cádiz en un hecho histórico; dado que la nación peruana se fue identificando con las doctrinas de la libertad, igualdad y soberanía popular; ello debido a que la legitimidad de dicha Carta permitió la difusión de estas doctrinas a través del ejercicio de la libertad de imprenta y de las sublevaciones y los movimientos revolucionarios. Si bien la Constitución gaditana marcó un hito trascendental en la historia constitucional de América Latina, este no ha sido reforzado lo suficiente en los ciclos constitucionales que sucedieron. Tanto las dictaduras latinoamericanas como los bruscos cambios de gobierno fueron debilitando nuestra democracia y desgastando los cimientos del Estado Constitucional al que se aspiraba en un inicio. Al describir la importancia que significó la promulgación de la Carta española en la formación de movimientos pre e independentistas no señalamos un rol que culminó cuando se proclamó la Independencia en 1821. Sino que al destacar el valor histórico, político y constitucional del influjo de la Constitución de Cádiz en la formación de nuestra vida republicana, resaltamos también los retos en materia de Estado de derecho que aún no hemos superado y que son tareas a evaluar con motivo del próximo Bicentenario de la Independencia del Perú.
12 Art. 3.- La soberanía reside esencialmente en la Nación, y por lo mismo pertenece a ésta exclusivamente el derecho de establecer sus leyes fundamentales. 13 Toribio Rodríguez de Mendoza, Francisco Javier Mariátegui, José Faustino Sanchez Carrión, y otros, Discurso con que la Comisión de Constitución presentó el Proyecto de ella al Congreso Constituyente, Lima, 1823; Toribio Pacheco, Cuestiones constitucionales, Lima, 1854; Benito Laso, José Gálvez, José Gonzales de Paula Vigil y otros (redactores) El Constitucional, diario político y literario, Lima, 1858; Manuel Fuentes, Derecho constitucional filosófico, Lima, 1873; Luis Felipe Villarán, La constitución peruana, Lima, 1899; Manuel Vicente Villarán, Exposición de motivos del anteproyecto de constitución de 1931, Lima, 1962.
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Fueron estas disposiciones liberales de la Constitución española las que trascendieron y fundaron la patria que se fue forjando desde mediados del siglo XVIII. Es así que, tras la proclamación de Independencia en 1821 por José de San Martín, procediendo con la creación de la Constitución de 1823 se incorporaron tales ideales. Así, se establecía la independencia de la monarquía española y de toda denominación extranjera y además se reconocía que la soberanía residía esencialmente en la nación.
La trascendencia de la Constitución de Cádiz: Hacia el bicentenario de Independencia peruana
Del mismo modo, se garantizaron derechos legítimos de todos los individuos como el de propiedad y que ninguna persona podía ser puesta en prisión sin ser puesto a disposición del juez dentro de veinticuatro horas, siendo que, en el supuesto de prevaricación, soborno o cohecho podía entablarse una “acción popular” contra el juez o magistrado.
“CONSTITUCIÓN, BASE DE NUESTRA PROSPERIDAD Y 1 GRANDEZA” I M Á G E N E S D E L A C A RTA G A D I TA N A D E 1 8 1 2 EN LA PRENSA DE LIMA
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“Constitución, base de nuestra prosperidad y grandeza“
Daniel Morán Universidad San Ignacio de Loyola Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Óleo Plaza Mayor de Lima (1843) por el pintor Rugendas Imagen: Lima, La única.
1 Esta investigación es una versión resumida del artículo Daniel Morán. “¡Viva la Constitución! La prensa y la imagen de la Constitución gaditana en el Perú, 1812-1814”, Revista Historia Caribe, n° 20, 2012, p. 59-75.
“El ruido de un repique general me saca del éxtasis en que me hallaba. Vuelvo el rostro a la ciudad, y enderezo mis pasos hacia ella: y a los primeros me sale al encuentro un hombre, cuyo rostro inundaba el alborozo, y parecía no caberle dentro del pecho. Amigo, le dije: ¿qué significa tan grande aparato en el cielo, y en la tierra? Rodeada, me responde, de laureles de la victoria ha llegado la Constitución Política que ha de regirnos en lo futuro, que nos ha de mantener en paz, que ha de fundar nuestra felicidad, y ha de librar al nuevo mundo de las inmensas desgracias que lo oprimen… Derramad pronto este bálsamo salutífero sobre los pueblos… Constitución, base de n u e s t r a p r o s p e r i d a d y g r a n d e z a”.
“Viva la Constitución” Indudablemente, la carta gaditana marcó un punto de quiebre en la configuración política del poder español en América, por lo cual su instalación y juramentación no podía pasar desapercibida. En Lima, los seis primeros días de octubre de 1812 se realizaron estas celebraciones con la anuencia del virrey. El 2 de octubre, la Constitución fue publicada en los principales espacios públicos de la capital y los días siguientes la juraron Abascal, la Audiencia, el Cabildo, el clero secular y el pueblo en sus respectivas parroquias y el clero regular en sus conventos, también los tribunales, los cuerpos, colegios y oficinas. Finalmente, los dos últimos días 3 siguieron: “las fiestas y regocijos públicos” Para La Gaceta de Lima el gobierno había promovido estas celebraciones y “el pueblo concurrido con ardor y entusiasmo”, convirtiendo a la ciudad capital “en un teatro del 4 placer.” Después de las celebraciones de la instalación de la Constitución en Lima, se celebró la juramentación en los 5 distintas partes del virreinato peruano. Por ejemplo, en Paucartambo en plena misa, del 3 de enero de 1813, se ofreció la lectura de la Constitución, para que luego el párroco principal disertara y convenciera a los fieles de los beneficios y felicidades que brindaba el texto constitucional. Todos esos cambios fueron relacionados con el poder divino de Dios, pues la providencia había permitido disfrutar de la anhelada carta. Allí juraron la Constitución, pasaron después a la Plaza Mayor en donde todo el pueblo comenzó a repetir: “Viva el Rey, Viva 6 la Constitución, y Vivan las Cortes Generales.” Un hecho importante fue la presencia constante de los religiosos y su insistencia, en plena misa y a través de los sermones, de la completa sumisión y el acatamiento de las 7 Cortes y la Constitución Liberal. 2 El Verdadero Peruano. N° 3, del jueves 8 de octubre de 1812. 3 DURAND FLÓREZ, Guillermo (ed.), “El Perú en las Cortes de Cádiz”, en Colección Documental de la Independencia del Perú. Lima: Comisión Nacional del Sesquicentenario de la independencia del Perú, tomo IV, vol. 2, 1974, p. 201-203. 4 La Gaceta Extraordinaria del Gobierno de Lima. N° 81, del sábado 10 de octubre de 1812. 5 Véanse estos casos en DURAND FLÓREZ, Guillermo (ed.), “El Perú en las Cortes, tomo IV, vol. 2, 1974. 6 DURAND FLÓREZ, Guillermo (ed.), “El Perú en las Cortes, tomo IV, vol. 2, p. 254-257. 7 DURAND FLÓREZ, Guillermo (ed.), “El Perú en las Cortes, tomo IV, vol. 2, p. 269-282.
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El 20 de septiembre de 1812 la noticia del establecimiento de la Constitución gaditana llegaría a Lima ocasionando, como en la cita, muy diversas manifestaciones sociales en la capital virreinal. Desde el virrey Abascal hasta las distintas instituciones del poder español acatarían, unas con beneplácito otras con renitencia, la carta constitucional (Chust, 2012). Precisamente, esta investigación busca advertir las imágenes y las representaciones que la prensa de Lima construyó sobre el itinerario político de la Constitución liberal de 1812 en el Perú (Morán, 2013) (Peralta Ruiz, 2010) (Martínez Riaza, 1985).
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“Constitución, base de nuestra prosperidad y grandeza“
Alegoría de la Constitución de 1812, grabado anónimo.
Tal es el caso de José Ignacio Moreno en la iglesia parroquial de Huancayo el 1 de enero de 1813 cuando, al jurar la carta gaditana, exhortó a sus feligreses a acatarla porque: “nuestra Constitución es justa para cada uno, y al mismo tiempo es útil y provechosa para todos”, incluso, Moreno estuvo convencido de “la sabiduría que reina en todas sus partes”, lo que debía, aficionarlos “a recibirla con aplauso, y a observarla con esmero.” 8 El propio Matías Terrazas el 6 de enero del mismo año persuadiría a los habitantes de la Ciudad de la Plata:
“pronto a jurar y obedecer las sanciones de un código sagrado, que ha sido y será perpetuamente la admiración de todo el mundo, y la gloria de la nación española. De un código que será el sostén de la religión católica, el fundamento que asegure la subsistencia del glorioso trono de nuestros monarcas, la base de la soberanía e independencia de la nación, el escudo de la justa libertad de los ciudadanos, el garante que asegura la conservación tranquila de sus bienes, y la inmunidad individual de sus p e r s o n a s”. 9
8 MORENO, José Ignacio. Discurso que el día 1 de enero de 1813, en que se celebró la misa solemne de acción de gracias, y se juró la Constitución Política de la Monarquía Española, dijo en la iglesia parroquial de la doctrina de Huancayo el Doctor D. José Ignacio Moreno, cura y vicario de dicha doctrina, comisario del santo oficio, y juez eclesiástico del partido de Jauja, dale a luz la Real Universidad de San Marcos. Lima: Imprenta de los Huérfanos, por Bernardino Ruiz, 1813, p. 4. 9 TERRAZAS, Matías. Exhortación hecha en la catedral de la ciudad de la Plata por el señor Doctor Matías Terrazas, deán de dicha santa Iglesia, el día de la publicación y jura de la Constitución política de la monarquía española, en 6 de enero de 1813. Lima: imprenta de los huérfanos, por Bernardino Ruiz, 1813, p. 3-4.
A estas exhortaciones de Moreno y Terrazas se sumaron las percepciones de la prensa de Lima. El Verdadero Peruano publicaría un himno patriótico para cantarse en la publicación y jura de la Constitución en los 10 primeros días de octubre de 1812. El mismo Argos Constitucional llegó a reproducir un discurso pronunciado 11 en la ciudad de La Paz el día en que se juró la Constitución , sosteniendo así que: “La Constitución política… ha sido recibida en todos los lugares del reino con la mayor aceptación.”12Estas premisas fueron expuestas también en varios artículos publicados en El Verdadero Peruano bajo los títulos de: “Llegada de la Constitución”, de Hipólito Unanue; “Utilidad de la Constitución”, de José Pezet; y el de “Amor a la patria, a la Constitución y al rey”, de Félix Devoti.13
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Este fragmento del obispo de Charcas propugnaba la ilegitimidad de la revolución y la independencia en América debido al contexto de amplias reformas políticas que venían desarrollándose en las Cortes de Cádiz y el propio establecimiento de la Constitución gaditana de 1812. Más aún, las derrotas del ejército español en las batallas de Tucumán y Salta a manos de los revolucionarios porteños entre 1812 y 1813, acrecentaría más esta propaganda constitucionalista llegándose a considerar a la Constitución como el instrumento político fundamental que daría solución a todos los conflictos sociales y políticos. Por ejemplo, El Verdadero Peruano pedía que las provincias seducidas y sublevadas depusiesen las armas y regresaran “a disfrutar las dulzuras 15 de la vida, que os ofrece la nueva Constitución” , porque con ella se terminaban: “los infinitos males que ha 16 causado a estas provincias del alto Perú, el furor de la discordia y la guerra civil.” Subrayaba el periódico que aquellos sediciosos que levantaban tropas, tramaban motines y revoluciones lo único que buscaban era la satisfacción de sus intereses privados mientras en América ardía “la diabólica hoguera de la guerra intestina 17 y civil.” Ante este panorama El Argos Constitucional creía que: “La regeneración política de las Américas arreglada al espíritu de la nueva Constitución es obra del tiempo, de la incubación, y de los más vastos conocimientos aplicados con el mayor tino y sagacidad a las necesidades y recursos del país, y a su inviolable unión 18 con la península.” En otras palabras, la guerra civil y la revolución misma debían terminar con el establecimiento de la Constitución y su aplicación paulatina en América.19Más aún, el virrey Abascal subrayó la influencia de este argumento en la configuración social y política americana y española: 10 El Verdadero Peruano. Nº 4, del jueves 15 de octubre de 1812. 11 El Argos Constitucional de Lima. N° 5, del domingo 7 de marzo de 1813. 12 El Argos Constitucional de Lima. N° 2, del domingo 14 de febrero de 1813. 13 El Verdadero Peruano. N° 3, del jueves 8 de octubre de 1812 y El Verdadero Peruano. N° 2, del jueves 1 de octubre de 1812. 14 El Verdadero Peruano. Nº 23, del jueves 25 de febrero de 1813. 15 El Verdadero Peruano. N° 1, prospecto de fines de septiembre de 1812. 16 El Verdadero Peruano. N° 18, del jueves 21 de enero de 1813. 17 El Verdadero Peruano. N° 24, del jueves 4 de marzo de 1813. 18 El Argos Constitucional de Lima. N° 6, del domingo 14 de marzo de 1813. 19 La Gaceta del Gobierno de Lima. N° 76, del sábado 26 de septiembre de 1812.
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“ ¡ O A m é r i c a d e l S u r ! V u e l v o a r e p e t i r. D e j a , d e j a y a e s a s armas que has tomado… Déjalas cuanto antes: no manches tu dichoso suelo con la sangre de tus hijos y hermanos: pues la libertad, la igualdad, y la independencia que pueden hacerte feliz, que ha de ser la base de tu prosperidad y grandeza, y que tú buscas por sendas tan extraviadas, desentendiéndote de los clamores de la religión, de la justicia, y de la humanidad; Sí, esa libertad, esa igualdad, esa independencia digna de un pueblo católico y magnánimo, la tiene asegurada en la nueva constitución política de nuestra monarquía” .
“Constitución, base de nuestra prosperidad y grandeza“
Guerra y Constitución: reprimir la revolución ilegítima
“o b r a i n m o r t a l d e l a s a b i d u r í a y p a t r i o t i s m o d e n u e s t r a s cortes nacionales, y don el más estimable, descendido ciertamente del cielo para aliviar las dolencias que sentía el cuerpo social; para fortificarle, restablecerlo y mantenerlo robusto, y venerado en lo sucesivo de todo el universo… santuario… del que como de un manantial inagotable han de manar la libertad, la opulencia y el sosiego de la incomparable España nuestra Patria… de un código que va a ser la desesperación de los tiranos, y el más seguro garante de la prosperidad y las futuras glorias d e t o d a s l a s E s p a ñ a s”. 20
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“Constitución, base de nuestra prosperidad y grandeza“
Por ello, José Ignacio Moreno insistió en 1813 en la unidad de los americanos con la metrópoli y la influencia de la Constitución gaditana para contrarrestar las consecuencias funestas de la revolución ilegítima:
“Y vosotros, pueblos seducidos de América, empeñados temerariamente en la más funesta revolución… detened vuestros pasos! A dónde vais? Desde el instante que os separéis de la unidad de la nación, correréis como los fragmentos de una nave, que hizo naufragar la tempestad, a merced de los vientos y de las olas, hasta recibir un dueño fortuito, o hasta sepultaros perpetuamente en el fondo del abismo! Volved pues a entrar en su seno, y cubríos con su égida poderosa para resistir los tiros del enemigo, que os acecha, a fin de aprovecharse de vuestra división! Recibid el ramo de oliva que aquella os presenta, y participad de los derechos augustos, que os da su admirable Constitución” . 21
20 La Gaceta del Gobierno de Lima. N° 77, del miércoles 30 de septiembre de 1812. 21 MORENO, José Ignacio. Discurso que el día 1 de enero de 1813, p. 22.
No obstante, a pesar de la derrota realista en la batalla de Tucumán, El Argos Constitucional afirmaría: “Por más que se afane el hombre en pos de la lisonjera idea de su libertad, por más que imagine sistemas, y que por conseguirla use los medios más raros y violentos, jamás podrá ser tan feliz y tan libre como lo es al abrigo de la nueva Constitución española.”22 Este ambiente complejo y conflictivo fue señalado también por El Verdadero Peruano luego que el ejército realista volviera a sufrir otra derrota, esta vez en la batalla de Salta: “en medio de las terribles convulsiones con que unos cuantos malvados y sediciosos han intentado destruir el orden social y sumergir la nave del Estado, alucinando a los pueblos incautos”, era únicamente con “nuestra inmortal Constitución” que la quietud y la armonía social podían instaurarse en América. 23
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22 El Argos Constitucional de Lima. Nº 2, del domingo 14 de febrero de 1813. 23 El Verdadero Peruano. N° 12, t. 2, del jueves 22 de julio de 1813. 24 El Investigador. Lima, Nº 8, del jueves 8 de julio de 1813.
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“La América, unida de corazón a la madre patria, levanta s u f re n t e c o n a l b o ro z o y n o b l e o rg u l l o . ‘ Ya s o y, ex c l a m a , ya soy libre y feliz, no por cálculos ideales, y empresas temerarias; más si por una constitución liberal, justa y sabía. Desaparecieron para siempre los abusos, las violencias, y todos los malos del antiguo despotismo. Te n g o p a r t e e n l a r e p r e s e n t a c i ó n d e l a s o b e r a n í a nacional; en la administración pública, y en todos los empleos y honores. ¿Qué más puedo desear? Españoles y americanos, ya no somos más que un pueblo: nos rigen las mismas leyes y nos unen los mismos intereses; y gozamos en comunidad fraternal, de los mayores bienes que son posibles en el orden de las cosas humanas. Así debe precisamente expresarse la América, llena de júbilo y de entusiasmo al recibir la nueva constitución de la monarquía española, porque ve realizados sus votos, y respetados todos sus derechos en este monumento g r a n d i o s o d e n u e s t r a p r o s p e r i d a d c o m ú n .”
“Constitución, base de nuestra prosperidad y grandeza“
En esta coyuntura de guerra y revolución El Investigador insistía en aquella misma premisa:
Es perceptible que durante las guerras de independencia la recurrencia a la Constitución gaditana como panacea de los conflictos, el engrandecimiento y la regeneración política de la monarquía, servía como un medio efectivo para reprimir la revolución y quitarle legitimidad a la práctica política de los actores sociales revolucionarios. Por ello, en El Verdadero Peruano, Félix Devoti creía que: “Los terribles ejércitos de España no han sido tan funestos a la Francia, como lo ha de ser la nueva Constitución… los países alucinados ahora, viendo 25 ya efectiva con ella nuestra restauración política, se avergonzarán de su imprudencia.” Incluso, El Filósofo de los Andes, seudónimo con que escribía en obispo de Charcas, advertía:
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“un pasaje feliz al barco que nos trae de Cádiz la deseada constitución política, que ha de restablecer la amable concordia en una y otra América, y llenase de bendiciones a los generosos jefes de Lima y de México, y a los intrépidos generales del ejército real, a quienes debemos todos 26 el no haber naufragado en tan deshecha tormenta.” El propio autor en agosto de 1813 sostenía: “¡Americanos! Todos somos españoles, todos somos hermanos, todos somos iguales. La nueva constitución que acaba de publicarse, ha derribado todas las barreras que nos separaban, y ha borrado para siempre de nuestra legislación esos bárbaros restos del dominio feudal, de los cuales, como de una maligna raíz, brotaban incesantemente tantas rivalidades, tantas quejas, 27 tantas desconfianzas. Ya somos todos verdaderamente libres.” Paradójicamente, a fines de 1813 con el triunfo de las fuerzas realistas sobre los revolucionarios de Buenos Aires en Vilcapugio y Ayouma en el Alto Perú y el retorno del absolutismo en 1814, la recurrencia a la Constitución gaditana, como panacea de los conflictos, perdería fuerza e interés político llegándose incluso a sostener su ilegitimidad y a propugnar su abolición definitiva. Precisamente, la circulación de un folleto publicado en España y ampliamente difundido en Lima en 1815 sintetizó los cambios establecidos con el retorno del absolutismo y el desmontaje de la experiencia constitucional: “ya no hay que temer a los enemigos del altar y del trono, porque vemos nuestro amado soberano repuesto en los derechos de su soberanía, y las Cortes pasadas anuladas, la Constitución que decían Sagrada, destruida, la libertad de imprenta revocada?” 28
25 El Verdadero Peruano. Nº 9, del jueves 19 de noviembre de 1812. 26 El Verdadero Peruano. Nº 18, del jueves 21 de enero de 1813. 27 El Verdadero Peruano. Nº 15, t. 2, del jueves 12 de agosto de 1813. 28 Folleto contra los filosofistas españoles amigos de Rousseau, formado por ellos mismos y por su maestro, escrito por El Amigo de la Verdad. Madrid: Imprenta de Ibarra, 1815.
EL TRIENIO LIBERAL Y LA PLEBE RURAL DURANTE LA GUERRA EN LOS ANDES CENTRALES: 1820-1824
Interesa señalar el uso práctico que la plebe rural de la región consumó de la Constitución de 1812 durante l Trienio Liberal y que coincide con la llegada del Ejército Unido de los Andes al Perú y también con la ocupación del ejército virreinal al mando del general José de Canterac, desde julio de 1821 hasta agosto de 1824. Como se sabe, los procesos electorales para la elección de alcaldes Constitucionales, que tomaron como base el indicativo de la ley, que definía a toda localidad con más de 500 habitantes como sujeto a la representación política, movilizó voluntades colectivas y proveyó de fortalezas de cohesión social y étnicas a un amplio número de pueblos. Esto significó la emergencia de liderazgos de nuevo cuño, que amplió a los ya existentes, no sin antes generar conflictos en el reordenamiento de las lealtades, como establecer nuevas relaciones de negociación y repartimiento de las cuotas de poder. Lo que sobrevino en la base y la cúspide de las nuevas circunspecciones territoriales ahora investidas con nuevos poderes y atribuciones, fue una profunda resocialización que terminó por configurar lo que me interesa señalar: la invención y circulación de
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Pintura que representa el juramento de la Constitución de 1812 por Fernando VII en 1820, luego de seis años de absolutismo y etapa donde se inicia el Trienio Liberal con reformas constitucionales.
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Gustavo Montoya Universidad Mayor de San Marcos
De otro lado, la experiencia del acto del sufragio, que entonces se experimentó con una intensidad sin precedentes en el mundo andino, desplegó un rico y complejo proceso de sociabilidades políticas. La intersubjetividad de la plebe andina terminó por incorporar a su imaginario la modernidad política y cultural, aunque sin duda mantuvo elementos del tradicionalismo social andino. Como decir que caminaban de cara al futuro, pero de cuando en cuando, volteando hacía atrás. No es que la experiencia del sufragio haya sido ajena en los ámbitos rurales. Lo que aconteció fue que, ahora y bajo el paraguas de la ilustración doceañista, el sufragio adquiría un nuevo contenido y sobre todo una nueva promesa. Esto es, la posibilidad de gestionar con mayor autonomía sus recursos, restablecer las estructuras de pertenencia y jerarquías al interior de los linajes y las propias comunidades, como la configuración de agendas reivindicativas ahora bajo los fueros y el amparo de una legislación que los comprometía a practicar inéditos niveles de autonomía. Entonces se puede colegir que, en toda esta región, tan determinante para la definición del proceso general de la guerra en Junín y Ayacucho, pues ya existía, en definitiva, sensibilidades políticas y doctrinarias proclives a experimentar todo aquel vendaval independentista que sacudía el continente. El ciclo revolucionario continental desde la crisis imperial de 1808, la trayectoria Juntista, las tempranas guerras separatistas y los ensayos e innovaciones de autogobierno. Las proclamaciones de independencia, las guerras, derrotas y victorias de ejércitos primero separatistas y luego republicanos en todo el continente. Un horizonte que, desde la perspectiva plebeya, fue, en definitiva, un horizonte descolonizador, irreverente, de rebeldía y cuestionamiento a todas las formas de poder. Y toda esta ola que imponía nuevas agendas reivindicativas no les era ni ajena ni extraña a los sectores populares andinos. Testigos privilegiados, que seguían con sobresaltos y esperanza el resultado de una guerra de dimensiones continentales. Interesa razonar la guerra sobre este novedoso fondo de sensibilidades políticas, a las que habría que agregar, el fulminante efecto de cuestionamientos que se desperdigo por toda la región como consecuencia de la rebelión de Huánuco en 1812 y, sobre todo, el incremento de la desobediencia civil, la militarización territorial y el espíritu evolucionario que generó la revolución del Cuzco entre 1814 -1815.
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una nueva jerga y lenguaje político. Imprescindible para nombrar justamente las nuevas experiencias reformistas, como también la apertura de posiciones de cuestionamiento y ruptura en contra del reformismo constitucional y, por si fuera poco, la réplica plebeya en esta región al proceso revolucionario separatista continental vino a complejizar y envalentonar los ánimos en estos territorios, los sucesos y consecuencias de toda índole del periodo constitucional y aquel potente faro ideológico que se proyectó en su nombre. La transferencia de atribuciones y poderes a los pueblos que ahora podían administrar sus recursos, modernizar su infraestructura y mejorar los servicios comunales, como gestionar la justicia a escala local; todo ello no hizo sino fortalecer esas identidades todavía corporativas. Sobre todo, reivindicar la etnicidad que ahora poseía un instrumento legal, que rápidamente fue puesto en movimiento para acceder a posiciones de poder, justamente por sectores de las nuevas elites indígenas.
Juan José Crespo y Castillo lideró el movimiento insurgente de Huánuco de 1812 en plena crisis monárquica y en donde captó la participación de muchos pueblos de indios que cuestionaban a las autoridades españolas y tenían conocimiento de los decretos gaditanos que favorecían a la población indígena gracias a la libertad de imprenta. Imagen: Wikimedia.
El arribo, de ninguna manera inesperada, de la expedición libertadora a Pisco en setiembre de 1820, tuvo un efecto simbólico y movilizador, cuya magnitud aún no ha sido suficientemente ponderado por la historiografía. A partir de entonces, una compleja y veloz sucesión de eventos políticos y militares configuraron un escenario socialmente volátil e impredecible. Una aceleración cualitativa del tiempo que precipitó entre estos grupos sociales un aprendizaje político abreviado, capitalizando posturas disidentes en abierto desafío al ordenamiento virreinal ya severamente cuestionado casi en simultáneo a la llegada de San Martín y sus camaradas, Pezuela
Entonces, antes de la formal proclamación de la independencia en Lima, en la sierra central ocurren intensas movilizaciones plebeyas. Envalentonadas por el triunfo de Arenales en Pasco en diciembre de 1820 y hasta el ingreso del ejercito realista bajo la dirección de La Serna en julio de 1821, en los Andes centrales se produjeron diversas formas de intervención en contra de todo símbolo de poder y propiedad de parte de los dominados y explotados. En realidad, creyeron en toda la retórica y propaganda patriota que circulaba profusamente. Y esas promesas invocaban la libertad y la lucha en contra del despotismo ya severamente cuestionado. Bandas armadas de montoneras compuestas de indios y mestizos recorrían los valles y quebradas. Y estas acciones deben explicarse desde el trasfondo histórico y la memoria que poseían estos actores colectivos. Un heterogéneo grupo social sobre el que conocemos muy poco. En la sierra central, el primero reflejo de la plebe rural, por efecto del arribo de la expedición libertadora, la reinstalación de la Constitución y la acumulación de victorias por parte de Álvarez de Arenales, desencadenó una serie de movimientos sociales armados locales, que en conjunto cuestionaron la estructura de la propiedad y las relaciones sociales de poder existentes. Luego, cuando la presencia de Canterac se hizo dominante en toda la región, entonces estos grupos sociales exhibieron una capacidad de maniobra sorprendente para sortear el curso de la guerra hasta la victoria de Junín en agosto de 1824.
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Un fondo documental sobresaliente donde es posible vislumbrar el complejo papel de los alcaldes Constitucionales es la Colección Documental de la Independencia del Perú. En los seis volúmenes del Tomo V, están desperdigadas una profusa y rica documentación elaborada desde el terreno de la guerra. Estas autoridades locales adquirieron en esta coyuntura una legitimidad social que les permitió negociar los términos de su incorporación en la guerra tanto con los libertadores como también con el ejército virreinal. Estos pueblos hubieron de maniobrar y enfrentar soberanías en conflicto que se disputaban con las armas y el discurso, tanto su apoyo material y la obediencia política.
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siguiendo órdenes de la Península procedió a restaurar la Constitución. Se produjo un primer encuentro entre Pezuela y San Martín en Miraflores. En la costa sur, cientos de esclavos huyen de las haciendas y se unen al ejército libertador. Álvarez de Arenales empieza su ascenso a la sierra central. Se declara la independencia en Huamanga, Huancayo y Tarma. El Batallón realista Numancia, uno de los mejores, se pasa al ejército libertador. Triunfo de Arenales sobre O´rreily en Cerro de Pasco. En el norte Piura, Tumbes, Cajamarca y Chachapoyas declaran su independencia. Antes, muy temprano, Trujillo había apostado por la Patria. A todo esto vino a ocurrir la primera gran crisis al interior de las fuerzas realistas. Un grupo de oficiales de la más alta graduación, exige la renuncia de Pezuela e impone a La Serna como nuevo virrey. Casi de inmediato San Martín se entrevista con La Serna en Punchauca.
Mapa de la Batalla de Pasco, librada el 6 de diciembre de 1820, entre fuerzas independentistas y realistas. Formó parte de la primera campaña del general Juan Antonio Álvarez de Arenales en la sierra. Imagen: Wikimedia
“ E l Tr i e n i o L i b e r a l y l a p l e b e r u r a l d u r a n t e l a g u e r r a e n l o s a n d e s c e n t r a l e s : 1 8 2 0 - 1 8 2 4
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La batalla de Junín librada en agosto de 1824 comandada por Simón Bolívar. Óleo de Martín Tovar y Tovar.
Desde el ingreso y la permanencia del ejército realista entre julio de 1821 hasta agosto de 1824, lo que sobrevino en todo el Valle del Mantaro aún aguarda a una nueva generación de historiadores que reconstruyan las múltiples formas de acción combinada de parte de todos los grupos sociales. Destaca justamente, la presencia de una vanguardia patriota armada que traspuso toda la guerra manteniendo intactos sus ideales y el compromiso con la independencia. Líderes guerrilleros y alcaldes que combinaron su intervención militar y el liderazgo social que exhibieron, como Ninavilca, Otero, Guzmán, Téllez, Aliaga, Quiroz, y muchos, muchos más que sería extenso de nombrarlos y sin embargo hay que hacerlo. Y es en todo este proceso donde emerge, con trazos nítidos, un lenguaje y una cultura política decididamente republicana y a cuya gestación concurrieron las mayorías sociales y étnicas de la época.
EFE MÉRI DES 1 7 9 1 5 El precursor de la independencia, Juan
1 8 0 5 8 Se edita en Lima el periódico liberal La Minerva Peruana, editada por Guillermo del Río. Se suspende cinco años después.
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Efemérides
Pablo Viscardo y Guzmán, presenta en Londres su “Proyecto para independizar América española” en la que propone el levantamiento generalizado en las colonias hispanoamericanas.
HECHOS HISTÓRICOS OCURRIDOS EN MARZO EN EL PROCESO DE LA INDEPENDENCIA Y LOS INICIOS DE LA REPRESENTACIÓN POLÍTICA DEL PERÚ (1780 – 1826)
Imagen: Wikimedia Imagen: Wikimedia
1 8 1 1 13 Se extiende la exención de tributos por las
Cortes, concedida el 26 de mayo de 1810, a todos los indios y castas de Nueva España y para sus similares en todos sus dominios americanos.
2 José Crespo y Castillo se proclama
como jefe político y militar de la rebelión de Huánuco.
4 Victoria de los rebeldes huanuqueños
al mando de Crespo y Castillo en la rebelión de Huánuco contra el poder español.
16 El Triunvirato le encomienda a José de San Martín, la creación del regimiento de Granaderos a Caballo.
El telégrafo
19 Se promulga la Constitución de Cádiz considerada una de las constituciones más avanzadas del mundo occidental en materia de derechos políticos y estableció la reunión e igualdad de los españoles de ambos hemisferios.
21 Orden del virrey Abascal al intendente de
Trujillo para que jure fidelidad a las Cortes. Informe de los diputados peruanos al Cabildo de Lima sobre pedidos presentados en Cádiz
1 8 1 2 1 Se publicó en Lima, el periódico
24 El diputado peruano Vicente Morales Dúarez es elegido presidente de las Cortes de Cádiz.
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Efemérides
mensual radical, El Satélite del Peruano. Su editor fue Fernando López Aldana.
La promulgación de la Constitución de 1812, obra de Salvador Viniegra (Museo de las Cortes de Cádiz).
Óleo peruano (anónimo) propiedad del Museo de Arte de San Marcos.. Imagen: Wikimedia
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11 El brigadier Ramírez derrota al ejército de
3 Las heroínas Toledo, madre y dos hijas,
Pumacahua en Umachiri.
12 El prócer y poeta arequipeño, Mariano Melgar, es fusilado en Umachiri por los realistas.
oponen resistencia al paso de los realistas en el puente de Concepción.
Imagen: Wikimedia
17 Los patriotas capturan en Paita el pailebote Imagen: Wikimedia
17 Mateo Pumacahua muere ahorcado en Sicuani.
realista “Sacramento” gracias a la acción de los hermanos Cárcamo. Posteriormente, San Martín ordenó su traslado al puerto de Huacho. El buque Sacramento, se convierte entonces en la primera de las unidades navales peruanas.
21 El coronel Guillermo Miller desembarca en Pisco para iniciar sus correrías en la costa central y sur del Perú.
27 Llegan a Huacho la fragata “Matilde” y el Imagen: Wikimedia
bergantín “Teodosio “con comunicaciones de Bolívar y Santander para San Martín.
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Imagen: Histarmar
Efemérides
29 Los hermanos Angulo, José Gabriel Béjar y otros son fusilados en Cuzco.
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5 La Sociedad Patriótica debate sobre la
4 El Congreso confiere a Riva Agüero el grado de Gran Mariscal de los Ejércitos de la República y dispone el uso de la banda bicolor como distintivo de la administración del Poder Ejecutivo.
forma de gobierno para el Perú.
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26 Se designa a José Faustino Sánchez Carrión, Ministro General de negocios de la República Peruana.
los
9 El Congreso dio el nombre de La Libertad al departamento de Trujillo.
Retrato de Sánchez Carrión en el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú
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Efemérides
Imagen: Wikimedia
1 8 2 6 29 Se instalan las juntas preparatorias para el Congreso Constituyente
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| Actividades realizadas en relación al Bicentenario
C A E C
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A R E R B I
HOMENAJE A LUIS BEDOYA REYES EN EL CONGRESO DE LA REPÚBLICA POR EL CENTENARIO DE SU NATALICIO
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Actividades realizadas en relación al Bicentenario
El viernes 22 de febrero, en el Hemiciclo Raúl Porras Barrenechea, la Presidencia del Congreso y la Comisión Especial Multipartidaria Conmemorativa del Bicentenario representadas por Daniel Salaverry Villa y Juan Sheput Moore respectivamente, rindieron un homenaje a Luis Bedoya Reyes, con motivo del centenario de su natalicio y un especial reconocimiento por su compromiso por hacer política asociada a la ética y ser un ejemplo para las nuevas generaciones. Se le hizo entrega de un plato recordatorio y del proyecto editorial "Homenaje a Luis Bedoya Reyes" el cual será presentado, este año, por el Fondo Editorial del Congreso. Se contó con la presencia de autoridades de la República, congresistas, embajadores, militantes del Partido Popular Cristiano, entre otros.
Archivo de la Comisión Bicentenario
Archivo de la Comisión Bicentenario
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| Actividades realizadas en relación al Bicentenario
HOMENAJE A LUIS BEDOYA REYES EN EL CONGRESO DE LA REPÚBLICA POR EL CENTENARIO DE SU NATALICIO
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MIEMBROS DE LA COMISIÓN JUAN SHEPUT MOORE Presidente de la Comisión Especial Multipartidaria Conmemorativa del Bicentenario de la Independencia del Perú. Congresista por Lima Metropolitana del partido político Contigo.
J O R G E D E L C A S T I L L O G Á LV E Z Vicepresidente de la Comisión Especial Multipartidaria Conmemorativa del Bicentenario de la Independencia del Perú. Congresista por Lima Metropolitana del partido político Partido Aprista Peruano (PAP).
E D W I N D O N AY R E G O T Z C H Secretario de la Comisión Especial Multipartidaria Conmemorativa del Bicentenario de la Independencia del Perú. Congresista por Lima Metropolitana del partido político Alianza Para el Progreso (APP).
VÍCTOR ANDRÉS GARCÍA BELAÚNDE Miembro de la Comisión Especial Multipartidaria Conmemorativa del Bicentenario de la Independencia del Perú. Congresista por Lima Metropolitana del partido político Acción Popular (AP).
MARÍA URSULA LETONA PEREYRA
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Miembros de la comisión
Miembro de la Comisión Especial Multipartidaria Conmemorativa del Bicentenario de la Independencia del Perú. Congresista electa por Lima Metropolitana con la agrupación política de Fuerza Popular (FP).
HUMBERTO MORALES RAMÍREZ Miembro de la Comisión Especial Multipartidaria Conmemorativa del Bicentenario de la Independencia del Perú. Congresista por Ayacucho del partido político Frente Amplio Por Justicia, Vida y Libertad (FA).
CARLOS TUBINO ARIAS-SCHREIBER Miembro de la Comisión Especial Multipartidaria Conmemorativa del Bicentenario de la Independencia del Perú. Congresista por Ucayali del partido político Fuerza Popular (FP).
C O M I S I Ó N M U LT I PA R T I D A R I A D E L
E S P E C I A L C O N M E M O R AT I V A
B I C E N T E N A R I O
I N D E P E N D E N C I A
O F I C I N A
D E
D E L
D E
L A
P E R Ú
C O M U N I C A C I O N E S