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IX. EL FIN DE TIWANAKU

Como puede colegirse de lo escrito hasta el momento, la civilización de Tiwanaku ha sido interpretada de diversas maneras y con múltiples enfoques.

Bennet la clasifica en formativa-clásica-decadente porque lo hace a partir de sus estudios sobre la cerámica que él clasificó a partir de sus propias excavaciones. Pero hemos visto que todavía queda mucho por aclarar sobre el particular.

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Nuevos y mas profundos estudios se imponen con nuevos trabajos estratigráficos empleando métodos mas modernos de registro y de laboratorio.

Por ejemplo, jamás se hizo una Matrix Harris concerniente de una estratigrafía tiwanakota y la misma exposición de piezas en las vitrinas del museo cerámico del sitio de Tiwanaku presentan errores de clasificación inaceptables.

Otros científicos y publicistas han utilizado otros criterios.

Ponce Sanginés divide Tiwanaku en cinco épocas que se ocupan de su transformación y complejidad como Estado, desde un primer momento formativo hasta el Imperio Universal.

Aquí y con la intención de ser breve bajo pena de impreciso, he preferido exponer el desarrollo cultural de Tiwanaku, en función de Eras conformes sus Modos de producción y evolución en la complejidad de su ser social. No he pretendido introducir una polémica ni profundizar su teorización ya que eso sería motivo de diferente trabajo.

Solo se he intentado describir someramente un Estado de la Cuestión como ayuda de memoria antes de entrar en el tema que me ocupa.

Repito, ninguna discusión teórica pues, es tratada en profundidad, y tengamos presente que difícilmente el arqueólogo pueda afirmar, y que siempre le será preferible decir «en el estado actual de nuestros conocimientos, todo nos induce a pensar que …»

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