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hozando
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a discutir la posibilidad de cerrar la prisión dela Base Naval. La creación de una Comisión de la Verdad, más aún, abrigaba la esperanza de que el PCP y el Estado esclarecieran -discutiendo «de igual a igual»-77 los acontecimientos de la guerra. La «auténtica verdad histórica de la guerra popular» sería así finalmente establecida; la etiqueta de «organización terrorista» quedaría descalificada en tanto que cada una de las partes asumía responsabilidades y quedaba claro para siempre que la «guerra popular» era «un hecho histórico y político» de enorme relevancia, producto de la lucha de clases y dirigido por el PCP, y no simplemente una sucesión de hechos de violencia.78
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Dichas condiciones no se mantuvieron, sin embargo, con el gobierno de Alejandro Toledo instalado en julio del 2001. Nuevamente, los traslados siguieron la dirección contraria, de la costa a Yanamayo y al inhóspito Challapalca. Volvieron, asimismo, las golpizas y los maltratos. Estos «traslados de represalia» -adujeron los «prisioneros de guerra»-son «una regresión» y una vuelta al «régimen de aniquilamiento» reñido con la Constitución del Estado.79 Sin embargo, en las nuevas circunstancias el partido se había ido haciendo fuerte. Hacia fines de año, los senderistas se sintieron lo suficientemente fuertes como para intentar una medida de lucha mayor.
Gonzalo cabalga de nuevo, o el topo sigue hozando
El 11 de febrero, en la Base Naval del Callao, el doctor Guzmán dio inicio a su tercera huelga de hambre en menos de un
de Yanamayo!». diciembre 13, 2002, www.indymedia.ch/mix/ 2002/12/2380.shtml 77. Declaración de una prisionera política senderista enel penal de Canto Grande, en
«Omisión de la verdad», Caretas, julio 19, 2001, http://www.caretas.com.pe/2001/1679/ articulos/garrido.phtml 78. Comité de Prisioneros Políticos y Prisioneros de Guerra del PCP, LTC-Yanamayo, «Al proletariado y pueblo peruano. A la opinión pública nacional e internacional», febrero 11, 2002, http:/ /www. bandera -roja.com/yana2_2002.htm 79. Prisioneros Políticos y Prisioneros de Guerra del Partido Comunista del Perú,
«¡Rechazamos la nueva concentración de prisioneros políticos en el penal de Yanamayo!», diciembre 13, 2002.
128 LA VOLUNTAD ENCARCELADA
año. A diferencia de ocasiones anteriores, esta vez sería seguido por varios cientos de prisioneros, no sólo de su partido sino también del MRTA. Entre setecientos y novecientos reclusos. Treinta y un días de tensión. Demandaban –aparte de la consabida «solución política a los problemas derivados de la guerra interna»- la derogatoria de las «inconstitucionales leyes antisubversivas», nuevos juicios, el cierre de los penales de la Base Naval, Yanamayo y Challapalca y su derecho a pugnar por la «auténtica verdad histórica de la guerra popular».
Confrontado con una oleada de protestas sociales y laborales, el débil gobierno de Toledo se cuidó de no aparecer negociando con los «terroristas», insistiendo en que la huelga de hambre había sido levantada por propia voluntad y en atención al frágil estado de salud de sus protagonistas, del líder senderista en particular. Para el PC-SL, por el contrario, la medida había sido un éxito total: nada menos que un hito político y una señal esperanzadora. Si en el 2001 había «culminado la lucha por la vida del partido», ahora, éste demostraba que comenzaba, nuevamente, como lo indicaba su capacidad para lanzar «una lucha de gran repercusión internacional y nacional», la «más grande lucha dirigida por el partido en los tiempos de la lucha política», demostración palpable que «el partido vive y se desarrolla».
Una década después de la caída de su jefe, aquel año terrible de 1992, «el partido», como «el viejo topo», seguía hozando, paciente, persistente, en espera de nuevas auroras revolucionarias, preparado no ya para empuñar el fusil o la dinamita, sino para «la lucha reivindicativa», para impulsar «la huelga y la marcha», uniendo «las luchas fabriles con las barriadas, locales y regionales», por «el restablecimiento de los derechos fundamentales» y la derogatoria de las leyes antilaborales.80 La dirección histórica de la clase se reencontraba, finalmente, con las masas. Rearmado, el PCP estaba pues listo para recuperar su lugar en la historia del Perú. La Comisión de la
80. PCP, «¡Desarrollar la segunda ola del movimiento popular por conquistas,beneficios, derechos y libertades democráticas y luchad por la II Reconstrucción del Partido
Comunista del Perú!», mayo 2002.
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Verdad y Reconciliación, que por esos días iniciaba sus actividades, era el terreno propicio para iniciar esa lucha.
Tras la caída de Fujimori, ¿cómo llegara la «verdad» sobre aquel «tiempo del miedo»?,81 ¿cómo la verdad podía ayudar a la reconciliación entre los peruanos? La condición básica para obtener una verdad reconciliadora era un «mea culpa»82 senderista como paso inicial hacia su completa domesticación, observó una periodista peruana en los días en que se iniciaba la huelga de hambre senderista. Todo indicaba, no obstante, que «a diferencia de otros terroristas» en otras partes del mundo donde se habían producido procesos de paz, Guzmán estaba «todavía muy lejos de pensar en un futuro de urnas» electorales.83 Aún no han pedido perdón por masacrar campesinos en Lucanamarca o a líderes populares como Maria Elena Moyano, observó por su parte Carlos Tapia, un connotado «senderólogo» y miembro de la flamante Comisión de la Verdad y Reconciliación.84 Admiten su derrota, es cierto, pero no ven su futuro en función de ella: ése era el sentir de quienes les conocían de cerca. Y en la construcción de ese futuro, la batalla por la memoria era -a mediados del 2002-una estación decisiva. Por eso, la recepción de la primera delegación oficial de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) en Yanamayo fue tan entusiasta. Por eso mismo, habían venido los «prisioneros de guerra» preparándose tan meticulosamente para ese encuentro. 85
81. Es el título de dos libros sobre los años de la insurgencia senderista: Nelson Manrique,
Tiempo del miedo. La violencia política en el Perú 1980-1996. Lirna. Fondo Editorial del
Congreso del Perú, 2002 y Deborah Poole y Gerado Rénique, Peru: time of year, Londres,
Latin Arnerica Bureau, 1992. 82. «Omisión de la verdad», Caretas, julio 19, 2001. http://www.caretas.com.pe/2001/ 1679/articulos/garrido.phtml 83. «Cartas en cadenas», en Caretas, febrero 21. 2002. 84. «Cuando se llega al Borde», Caretas, marzo 14, 2002. La Comisión de la Verdad nombrada por el gobierno de transición de Valentín Paniagua con siete miembros fue ampliada a doce miembros por la administración entrante de Alejandro Toledo la que, asimismo, añadió el término «reconciliación» al título oficial de dicha entidad. 85. Asistí a la audiencia pública de Yanamayo como consultor del Área de Estudios en
Profundidad de la CVR, cargo que desempeñé durante los meses de junio y julio del 2002.