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Introducción a la Parte V

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gobierno de García, las tensiones entre apristas y militares habían llegado a un punto extremo.

Si la política del gobierno de Belaúnde había sido no intervenir en las instituciones militares a fin de no crearse anticuerpos, la política del gobierno de García fue intervenir al máximo para controladas. Es así que en marzo de 1987 el gobierno creó el Ministerio de Defensa, producto de la fusión de los antiguos Ministerios de Guerra, Marina y Aeronáutica, más el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas y la Secretaría de Defensa Nacional.9 Los militares sostenían que buscaba restade poder político a las FF.AA. dentro del Consejo de Ministros, al disminuir la representatividad militar de tres a uno. También subordinaba en teoría, a los militares al poder civil, ya que ahora la ley permitía que el nuevo Ministro de Defensa pudiese ser un civil. El gobierno finalmente no se atrevió a nombrar un civil para el puesto, pero tampoco lo necesitó debido a la política de cooptación de los altos mandos.10 De otro lado se le quitaba a los institutos armados el manejo de las adquisiciones militares para entregárselas al Ministro. La reforma del Sistema de Defensa fue razón de un nuevo enfrentamiento entre militares y gobierno. Si bien el ejército hacía 40 años que proponía la creación de un Ministerio de Defensa, desconfiaba por ser el APRA quien la llevaba a cabo. La fuerza aérea y la marina en cambio, se opusieron siempre al proyecto ya que el ministerio significaba subordinarse al ejército. El Comandante General de la FAP, teniente general Luis Abram Cavallerino manifestó al Presidente su disconformidad enviando aviones Mirage a hacer maniobras sobre Palacio de Gobierno. Igual como su antecesor, fue pasado al retiro. Además la FAP vio reducida una compra de 26 aviones Mirage 2000 a sólo 12 por decisión presidencial. García nombró a un fiel, teniente general Germán Vucetich, el subsiguiente Comandante General de la FAP. Esto produjo una división de la fuerza aérea entre los seguidores de Vucetich y sus opositores que lo atacaban por ser un hombre del gobierno aprista, los que se congregaron en torno al Jefe

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nuel Febres, abogado defensor de Osmán Morote, alto dirigente senderista capturado. La sospecha de que era una organización manejada por el APRA desde el Ministerio del Interior parece confirmarse dado que dicho comando dejó de actuar al abandonar el poder Alan García. 9 El Peruano; Decreto Legislativo 435 "Modifican, sustituyen y adicionan varios artículos al Decreto Ley 22653-Ley del Sistema de Defcnsa Nacional", domingo 27 de setiembre de 1987, pp. 57862-57863. 10 Durante esa época se discutió la posibilidad de nombrar a Raúl Chávez Murga, Director Técnico de la Secretaría de Defensa Nacional como el primer Ministro de Defensa civil. Chávez era un funcionario que había sido velasquista con Velasco, anti-velasquista con Morales Bermúdez, acciopopulista con Belaúnde, y finalmente aprista con Alan García. Las FF.AA. hubieran aceptado todo su pasado pero no le aceptaron la tardía aprista. De otro lado, Chávez fue quien propuso que el Ministerio de Defensa incluyera a la Secretaría de Defensa Nacional y al Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, generando un grave problema administrativo y de planeamiento. Por estas razones las Fuerzas Armadas finalmente lo vetaron.

de Estado Mayor General, teniente general César Gonzalo Luza. Esta lucha interna envenenó las relaciones dentro de las FAP y prácticamente retiró a la fuerza aérea de las maniobras políticas de los militares durante el resto del gobierno de García.11

La creación del Ministerio de Defensa tuvo consecuencias colaterales graves. Creó dificultades administrativas para el planeamiento de la defensa ya que incluía al Comando Conjunto y a la Secretaría de Defensa, quitándoles acceso directo al Presidente. Además, durante todo el año 1987 y parte de 1988 los militares estuvieron ocupados en implementar el nuevo ministerio, ya que suponía una organización y una cadena de comando nuevos, lo cual detuvo el planeamiento de la lucha contra la subversión. Hacia fines del gobierno de García la subversión se había extendido a la mayor parte del país.

En 1988 comienza el colapso del gobierno de García y como veremos, una consecuencia fue una serie de rumores y corrientes golpistas. El año anterior había tratado de nacionalizar la banca encontrando gran resistencia en la oposición, en el Parlamento y su propio partido. La medida no pudo ser implementada. De otro lado, estalló una crisis económica que para fin de año arrojaba un crecimiento negativo de -8% [Nota del editor: las causas de la crisis económica severa son complejas, pero se las pueden resumir como el efecto en conjunto de una política económica populista mal planificada y conceptualizada, el desgaste económico de la guerra, y la corrupción]. Ese año ocurrió un hecho extraño en el ejército. El Jefe de la Primera Región Militar, general Víctor Raúl Silva Tuesta fue obligado a renunciar por el alto mando acusado de estar coordinando un golpe. Silva Tuesta era del grupo de generales cooptados por García. Los militares hicieron trascender a la prensa que se trataba de un autogolpe de García que pretendía salvar su imagen y escapar a la responsabilidad del caos que se avecinaba recurriendo a militares amigos para embarcar a las FF.AA. en un golpe.12

Sin embargo otro golpe comenzaba a cocinarse desde abajo. La grave crisis económica se dejó sentir en el abastecimiento de las unidades del ejército que luchaban contra la subversión. Había escasez de gasolina, alimentos, inclusive munición (los sueldos de los militares también se devaluaron sensiblemente). En 1989 inclusive una unidad del ejército, el BAS 28 se amotinó en Pucallpa por no haber recibido durante tres meses racionamiento.13 La escasa presión que los altos mandos cooptados realizaron sobre el gobierno para solucionar esta situa-

11 La oposición interna dentro de la FAP al comando de Vucetich llegó a tal nivel que el Servicio de Inteligencia de la FAP grabó conversaciones telefónicas de Vucetich en donde se podían percibir malos manejos y las entregó al periodista César Hildebrandt quien las transmitió públicamente en un canal de televisión en dos oportunidades. 12 Entrevista con el general Alejandro Antúnez de Mayolo, Jefe de Estado Mayor General del Ejército a fines del gobierno de García 7/9/95. 13 Entrevista con el capitán de navío Hugo de la Rocha Marie 3/2/96.

ción terminó finalmente por romper la cadena de subordinación. Los oficiales jóvenes pasaron a considerar a sus altos mandos como traidores a su institución y planificaron un golpe no sólo contra García sino contra sus propios mandos. En el centro de estos planes se encontraba la COMACA.14 Dicho golpe partía de la teoría de la conspiración que sostenía que la escasez en la que se mantenía a las Fuerzas Armadas era para debilitarlas, hacer crecer Sendero Luminoso y producir un caos que imposibilitara las elecciones en 1990. En este sentido ―según esta teoría― un sector del APRAprolongaría el mandato de García con el apoyo del Comando Rodrigo Franco y de la policía.

Finalmente un sector del alto mando se enteró de las intenciones golpistas de los oficiales jóvenes y planearon su propio golpe a fin de no ser sobrepasados por sus subordinados.15 Dicho sector llegó a elaborar un plan de gobierno denominado "Libro Verde".16 Finalmente el supuesto en el cual se basaban los planes golpistas no ocurrió: Sendero no pudo impedir las elecciones, las que se llevaron a cabo con relativa normalidad, y los planes golpistas se desinflaron.

EL PRIMER GOBIERNO DE FUJIMORI (1990-1995)

Las FF.AA. participaron activamente en las elecciones de 1990. Los principales contendientes fueron el APRA y el FREDEMO, este último una alianza de los partidos conservadores con el Movimiento Libertad de tendencia neoliberal liderado por Mario Vargas Llosa. La marina apostó por Vargas Llosa y puso su Servicio de Inteligencia a su disposición.17 El ejército en cambio veía a Vargas Llosa como el mal menor pero no se identificaba con su programa. Sin embargo el pueblo después de 10 años de fracasos de los partidos tradicionales castigó a los políticos profesionales votando por un candidato desconocido de ascendencia japonesa, Alberto Fujimori, dándole el segundo lugar en la primera vuelta electoral. La marina soltó el rumor que de ganar Fujimori las FF.AA. darían un golpe de estado. Fujimori ganó en la segunda vuelta y el golpe no se produjo porque el rumor sólo buscaba restarle votos. Esto le costó el puesto al Coman-

14 Tuve conocimiento de estos planes en 1989 cuando trabajaba como asesor de la Alta Dirección de la Secretaría de Defensa Nacional. 15 Entrevista con el Coronel A. El Coronel A participó en los planes golpistas del alto mando. Aún se encuentra en actividad razón por la cual solicitó el anonimato. 16 Algunas partes del "Libro Verde" fueron posteriormente filtradas a la prensa y publicadas por la rcvista Oiga N° v.647 del 12 de julio de 1993 y v.648 del 19 de julio de 1993. La embajada norteamcricana llegó a tener conocimiento de las preparaciones del golpe y unfuncionario de ésta sostuvo una reunión con uno de los generales organizadorcs del golpe a fin de señalar que EE.UU. se opondría. 17 La evidencia quc tengo al respccto es directa a través de conversaciones con oficiales de marina retirados que entonces trabajaron con Vargas Llosa en la campaña electoral.

dante General de la Marina vicealmirante Alfonso Panizo y a su Jefe de Inteligencia Naval, ya que Fujimori los pasó a retiro. Asimismo Fujimori puso término a las disputas en la fuerza aérea entre los partidarios de Vucetich y los de Gonzalo pasándolos al retiro a ellos también. Estas primeras movidasdejaban ver lo que sería una constante en el gobierno de Fujimori. El manejo presidencial de ascensos y retiros.

Antes de que se llevase a cabo la segunda vuelta de las elecciones el presidente García, oponente ideológico de Vargas LIosa, ordenó secretamente al jefe del Servicio de Inteligencia Nacional, general Edwin Díaz, que apoyara la campaña de Fujimori.18 El general Díaz había sido un elemento importante en el sistema de cooptación de García y tenía intervenidos los teléfonos de la alta oficialidad de las FF.AA.19 A través del general Díaz, Fujimori conoció este sistema y lo encontró útil. En los próximos años lo expandería más de lo que García se había atrevido. Ya en el poder Fujimori mantuvo al general Díaz como Jefe del SIN, pero ante la protesta de la oposición y de los militares por la designación del hombre que había vigilado sus actividades Fujimori lo reemplazó por el general Julio Salazar Monroe. Quien tendría sin embargo el verdadero poder del SIN sería un civil, Vladimiro Montesinos.

Montesinos fue llevado al círculo de Fujimori cuando éste era candidato, para solucionar un juicio que el FREDEMO quería abrirle a Fujimori por evasión de impuestos sobre una venta inmobiliaria. La ley electoral prohibe la candidatura de quienes tengan juicios pendientes, pero Montesinos, abogado con los contactos adecuados, consiguió colocar un juez "amigo" y el juicio no prosperó. Poco a poco Montesinos fue ganándose la confianza de Fujimori. Fujimori no tenía un partido en el cual apoyarse para gobernar, ni fuerza sindical, ni aliados políticos. Por tanto buscaba apoyarse en un sector militar para evitar que las FF.AA. lo viesen como un presidente peligrosamente débil y tratara de reemplazarlo. En la búsqueda de cooptar un sector militar Montesinos fue sumamente útil, era un ex-capitán del ejército que conocía quién era quién dentro del ejército y que sabía cómo enfrentar el problema subversivo, el más importante que tendría que enfrentar Fujimori.20

18 Entrevista con Juan Velit, asesor del SIN durante el periodo en cuestión 16/01/90. 19 Evidencia de la intervención telefónica la obtuve en 1989 durante mi estadía en la Secretaría de Defensa Nacional. Era normal entre los oficiales de la SDN considerar que los teléfonos estaban intervenidos por el SIN. 20 La concepción de como enfrentar la subversión no era enteramente de Montesinos. Durante los últimos años de Alan García un grupo de asesores civiles y militares del SIN habían diseñado por cuenta propia un plan antisubversivo que incluía las leyes que debían darse para enfrentar el problema. La cabeza de este grupo era Rafael Merino Bartet. Esta información está basada en la entrevista con el Coronel B, miembro del grupo de asesores del SIN que elaboró la estrategia antisubversiva. Actualmente se encuentra en actividad y por ello ha solicitado el anonimato.

Montesinos se convirtió en asesor de Fujimori sugiriéndole qué generales debían pasar al retiro, y cuáles ascender y poner en puestos claves. Montesinos se convirtió en imprescindible y comenzó a construir su propia base de poder con los generales que le debían ascensos o colocaciones. Montesinos sin embargo tenía también serias desventajas. Años atrás, siendo capitán, había sido acusado de traición a la patria por entregar información clasificada al gobierno americano. Esto no pudo ser probado pero fue expulsado del ejército por falsedad y desobediencia al haber sido encontrado en Washington cuando hacía uso de una licencia por enfermedad en Lima.21

En la vida civil había sido abogado de narcotraficantes, lo cual lo confirmaba como una persona poco aceptable tanto para la oposición política como para las FF.AA. El poder que Montesinos ejercía en las FF.AA. quitando y poniendo generales pero también organizandocon cierta eficiencia la lucha antisubversiva hizo que los militares se dividieran en torno a su persona entre aquellos que insistían que era una persona de gran utilidad para la defensa nacional y que su pasado no debía obstaculizar sus servicios actuales y aquellos que pensaban que era un hombre inescrupuloso que podía llevar a la institución al desastre.

La tendencia de Fujimori de buscar hombres incondicionales en el alto mando agudizó esta contradicción. Se generó una oposición militar que se autodenominó institucionalista conformada por oficiales independientes que buscaban un status semiautónomo para las FF.AA. defendiendo los intereses de la institución. Este grupo era muy renuente a dar apoyo incondicional al poder civil. Temeroso de un posible golpe, Fujimori decidió reemplazar a los institucionalistas por hombres menos independientes. Estos podían ser encontrados entre oficiales con carreras menos exitosas, dispuestos a hacer cualquier cosa por llegar al alto mando. Montesinos y Fujimoripasaron al retiro a la cúpula militar institucionalista reemplazándola por hombres "leales".

En diciembre de 1991 fueron pasados al retiro los generales institucionalistas Luis Palomino, José Pastor y Jaime Salinas, que hubieran sido Comandantes Generales del Ejército en 1992 y 1993, y Jefe de Estado Mayor en 1992 respectivamente. Para reemplazarlos Fujimori designó como Comandante General del Ejército a un hombre recomendado por Montesinos, el general Nicolás Hermoza Ríos. Este nombramiento fue precedido en noviembre por una nueva Ley de Situación Militar22 que establecía que los comandantes generales serían designados por el Presidente entre los generales de mayor rango. No tenían que ser como la ley anterior al general más antiguo. De otro lado los comandantes generales no pasaban al retiro sino que sólo el Presidente deci- día cuando se retiraban.

21 Entrevista con el general Edgardo Mercado Jarrín 17/02/94. 22 El Peruano; Decreto Legislativo 752, Ley de Situación Militar, 12 de noviembre de1991, N° 4130, pp. 101700-101708.

De esta manera Fujimori no necesitaría cooptar a un nuevo Comandante General todos los años como tuvo que hacer García. Bastaba con encontrar un hombre fiel y mantenerlo en el cargo todo su gobierno y eso fue lo que hizo con el general Hermoza. Esas medidas causaron malestar en los institucionalistas, especialmente cuando se supo que quien recomendaba esas medidas era Montesinos.

Sin embargo, el malestar fue controlado porque Fujimori, a diferencia de García y Belaúnde se preocupaba por la operatividad y eficiencia de las FF.AA. en la guerra antisubversiva. Y en esta labor Montesinos fue también muy útil. Por primera vez en once años el gobierno adoptó una estrategia antisubversiva y aprobó en noviembre de 1991 una serie de decretos legislativos de pacificación (Vidal 1993). Sin embargo el Congreso vetó algunos de los decretos y modificó otros señalando que atentaban contra las libertades individuales garantizadas por la Constitución. Uno de los decretos modificados fue la Ley del Sistema de Defensa Nacional que era central para la estrategia antisubversiva.23 Esta ley otorgada a los Comandos Político-Militares en Zonas de Emergencia control sobre la parte civil del estado. El Congreso se opuso y reemplazó el sistema de Jefes Político-Militares por un sistema de tres jefes, el Prefecto que representaba al Presidente de la República, el Presidente Regional elegido por el pueblo y la autoridad militar. Las FF.AA. advirtieron que un comando dividido en tres no funcionaría.24

Para diciembre de 1991 había un serio enfrentamiento entre el Congreso por un lado, y el Presidente y las FF.AA. por otro. Pero éste no era el único problema. En la guerra antisubversiva el sistema judicial debe ser una herramienta clave para enviar a los subversivos a prisión. En el Perú el sistema judicial además de corrupto era ineficiente. Los insurgentes amenazaban a los jueces y salían libres. Tras la elección de Fujimori más de 200 terroristas fueron liberados. Durante el gobierno de García el Congreso aprobó una ley para proteger a los jueces de tales amenazas manteniéndolos anónimos, pero estos no aceptaron este procedimiento señalando que atentaba contra la "majestad del poder judicial".25

Dada esta situación,el 5 de abril de 1992 Fujimori cerró el Congreso con el apoyo de las FF.AA. a fin de implementar los decretos legislativos antisubversivos a los cuales el Congreso se había opuesto y asimismo para reorganizar el poder judicial. Fujimori no calculó la reacción mundial ante su golpe y decidió

23 Para el tipo de críticas que desde la izquierda se le hacía a estos Decretos Legislativos ver Comisión Andina de Juristas (1991), 24 La posición de los militaresfue evidente en una Conferencia organizada por el Centro Peruano de Estudios Internacionales (CEPEI), en enero de 1992, 25 Conferencia de Carlos Blancas, ex Ministro de Justicia de Alan García, en el Instituto de Estudios Peruanos, 1992,

convocar elecciones para un nuevo Congreso. Sendero en tanto, creyó que el golpe significaba una ofensiva total del gobierno contra la subversión y decidió atacar Lima con coches bomba en abril y mayo. Mucha gente, aun entre los militares, pensó que era posible que la crisis nacional cada vez más profunda podría llegar a una victoria de Sendero o a una intervención militar extranjera para impedirla.26 La sensación de que la subversión senderista se escapaba de control creó malestar en los oficiales institucionalistas que habían sido retirados de las FF.AA. El descontento también se extendía a los militares en actividad de rango inferiores y medios por muchas razones. Los salarios increíblemente bajos era una de ellas (US$ 283.42 para un general de división y US$ 212.78 para alférez; los sueldos de todos los otros rangos estaban entre estos dos extremos), la falta de éxitos en la guerra antisubversiva era otra, la baja operatividad de la Fuerzas Armadas era una tercera.27 Entre los grupos de oposición clandestina al gobierno dentro de las FF.AA. se encontraba COMACA y "León Dormido", formadas por oficiales institucionalistas que también se habían opuesto al gobierno de García. COMACA exploró la posibilidad de un contragolpe contra Fujimori y buscóel apoyo de los generales institucionalistas que habían sido retirados del ejército. El 12 de setiembre de 1992, sin embargo, Guzmán fue capturado por la DINCOTE (policía antiterrorista). El golpe mortal a Sendero eliminó el riesgo de un triunfo de Sendero y los institucionalistas presididos por el general Jaime Salinas terminaron abandonando la idea del contragolpe. Sin embargo, habían sido infiltrados por el SIN yalgo más de 40 oficiales entre los que habían cinco generales fueron capturados y enjuiciados por el gobierno.

Éste fue el momento de mayor éxito para Fujimori. Había capturado a Abimael Guzmán, el líder de Sendero Luminoso. Había capturado a Víctor Polay, el líder del MRTA dos meses antes. Había convencido a la comunidad internacional de que estaba retornando a la democracia al convocar elecciones para un nuevo Congreso en el que había obtenido amplia mayoría. Y había desbaratado a la oposición militar institucionalista. Ese era el momento para amnistiar a los institucionalistas y ganarse el total apoyo de las Fuerzas Armadas. En vez de ello

26 Ésta fue la impresión que se podía captar en dos conferencias dictadas en elestablecimiento militar peruano en agosto de 1992. La conferencia dictada por el Dr. Manuel Migone, asesor del Alto Mando de la Marina en la Escuela Superior de Guerra Naval y la dictada por el Coronel (r) José Bailetti, Director del Instituto Nacional de Investigaciones de la Defensa Nacional (INIDEN). En la segunda conferencia estuvieron presentes generales en actividad del ejército y la impresión que dejaban sus comentarios era de derrotismo. 27 En julio y agosto de 1991 tropas ecuatorianas habían penetrado en territorio peruano y se tuvo que recurrir a un acuerdo diplomático que no fue del gusto de sectores de las FF.AA. por la falta de operatividad de ésta que no permitía expulsar dichas tropas extranjeras del territorio nacional. Sobre el malestar provocado por la baja operatividad puede verse la carta dirigida por el entonces Ministro de Defensa general Jorge Torres Aciego al entonces Ministro de Economía Carlos Boloña en Torres y Torres (1995).

buscó destruir al grupo institucionalista. Las FF.AA. constaban de tres grupos. Los "leales" a Fujimori, conformados por oficiales cooptados, los institucionalistas antiFujimori y un tercer grupo de institucionalistas leales a Fujimori, no cooptados, que creían por convicción que había que apoyar al Presidente porque estaba realizando una labor positiva. Este tercer grupo funcionaba como un colchón entre los otros dos y prevenía una mayor oposición a Fujimori. En este tercer grupo se encontraban el General de División José Valdivia, Jefe de Estado Mayor del Comando Conjunto y creador de la estrategia antisubversiva en su parte militar; el General de Brigada Alberto Arciniega que había sido un eficiente Jefe Político-Militar en el Huallaga, y el General de División Rodolfo Robles, Comandante de la Tercera Región Militar, la más importante del país. El general Valdivia fue arrestado en su domicilio y luego fue enviado a Washington a un exilio dorado, y finalmente a Ucrania. El general Arciniega no sólo no fue ascendido sino que fue pasado al retiro. El general Robles recibió un puesto sin mando de tropa, la Dirección de Instrucción. Lo mismo sucedió con otros militares institucionalistas leales. Ahora ya no existía el grupo colchón y sólo quedaba los leales e institucionalistas, sin nada para amortiguar su enfrentamiento. El campo para el choque entre éstos estaba preparado. El general Arciniega, recientemente pasado al retiro y el general Luis Cisneros un oficial retirado de mucha ascendencia de la F.A, ex-Ministro de Guerra durante Belaúnde criticaron públicamente la actuación del Comandante General del Ejército general Hermoza y fueron enjuiciados por una corte militar por ello. Al general Arciniega se le quitó la protección militar lo que equivalía a una invitación a Sendero a que lo asesinara, razón por la cual tuvo que salir del país. La confrontación continuó con dos cartas de los 19 ex-Comandantes Generales del Ejército criticando a Hermoza por el trato dado a los oficiales institucionalistas que habían tomado parte en el intento de contragolpe. Fujimori defendió públicamente a Hermoza y acusó a todo el alto mando anterior a Hermoza de ineficientes y corruptos.

Después del enfrentamiento de Fujimori y Hermoza con los institucionalistas, estos buscaron desprestigiar a Hermoza y obligar al Presidente a cambiarlo acusándolo de violación de DD.HH., un tema sobre el cual había mucha presión internacional (sobre todo norteamericana) sobre el Perú. Durante 1993 los grupos descontentos dentro del ejército filtraron información a la prensa y a la oposición revelando violaciones de DD.HH. por un comando del ejército denominado "Grupo Colina". La más grave de las acusaciones fue la del rapto y asesinato de nueve estudiantes y un profesor de la Universidad Enrique Guzmán y Valle "La Cantuta" que implicaba a varios generales cooptados y al Comandante General del Ejército general Hermoza. Cuando el Congreso trató de investigar Hermoza sacó tanques a las calles de Lima en un intento de amenazar al Congreso para impedirlo. Luego envió el caso a una corte militar a fin de impedir que el Congreso lo viera aduciendo que según la ley un caso no puede ser inves-

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