In Memoriam Armin Tröger

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In Memoriam Armin Tröger

La trascendencia de la obra de Armin Troeger (1965-2017) no solamente radica en las piezas de arte que produjo durante su vida (que, sin duda, son manifestación penetración y maestría): este artista, dibujante, ilustrador, escritor, pintor y escultor sobretodo fue creador de una estética que esculpió nuestra sensibilidad a quienes tuvimos la fortuna de acercarnos o compartir su aula o sus instantes. Un artista —que vivió una vida autentica, fundamentada la trascendencia religiosa, donde la vida y el arte hacían parte de la misma esencia. Una vida con una fuerza dramática, un sentido épico que es producto de la sensibilidad singular. Dulce, sensible y frentero, comprendió que el arte era un camino para tener voz y proyectar su sensibilidad al mundo. Por voluntad propia se retiro de los circuitos del arte porque decía: “los artistas de hoy al igual que los futbolistas mueren por tener un público de fans” ó en otras ocasiones decía “la mayor parte de la cultura contemporánea ha sido mediocre por que nunca abundo el talento. Me abstengo de hacer arte sin una investigación que la soporte. Ahora firman el curador y el artista, la irresponsabilidad es compartida”. Armin un hombre dotado de una sensibilidad extraordinaria, su privilegiada imaginación nos deja un legado invaluable y una tarea de comprender sus recorridos y caminos enigmáticos. Dios lo tenga en su gloria. Pilar Cuellar


Sincero, bromista, efusivo; tantos aspectos que recordar de ti. La transformación como tú la percibías te tomo aparentemente durmiendo. Tú partida me llego a kilómetros de casa en un mensaje de texto y me dejo inmóvil, con el corazón apachurrado recordé el ultimo correo electrónico que compartimos en el que me discutías por los posicionamientos de Byung-Chul Han y en el que describías las complicaciones de trabajar y estudiar al mismo tiempo. Días después y aún sin digerir del todo la noticia decidí escribirle a los que fuimos tus alumnos en la Universidad de los Andes entre el 2001 y 2002, resulto que muchos de tus alumnos de ese tiempo continuaban siendo tus amigos fuera de la academia. Fue así, que nos reunimos para escribir este texto-homenaje. Así que aquí y en coro nuestros pensamientos para ti. Yomayra Puentes-Rivera

Fórmula para celebrarte Armin: 1- tras escuchar la no noticia y múltiples breves respiros, intenta no pensar en tu tristeza sino en su alegría, 2- cuando llegues a ese punto, calcula el número de veces que te llamó mij@ o herman@, 3- multiplica ese valor por las veces que te escuchó en los momentos duros y te levantó, 4- lo elevas a la cantidad de abrazos desenfadados que recibiste de él, 5- réstale una unidad por las lágrimas que bajan por tus pómulos en este instante, 6- al resultado súmale las veces que te indicó lo importante de creer, 7- ahora, aparta ese valor y piensa en lo que te has perdido en los últimos 16 años, 12 meses y 14 días desde que marchaste, 8- respira hondo y siéntete orgulloso porque esos pequeños Armin siguen latentes, 9- y finalmente sonríe la fortuna de haber compartido tu trocito de vida con brillante ser esta palabra se queda corta esta noche y en muchas mas: GRACIAS, por cruzarte en mi camino de vida. Omar Rincón

Los profesores de arte cambian nuestras vidas, nunca nos entendimos en la clase de pintura que dictabas en los Andes en el 2002. Aún así fuiste amable, y años después cuando coincidíamos en la calle, nos sentamos a almorzar un par de veces. Nos quedó pendiente el proyecto de museos que querías hacer. Te recuerdo con los ojos brillantes, sincero, alegando y diciéndome que mi jefe de ese entonces era un huevón. ¡Estimado Armin, profe, gracias! Carla Baquero


Agosto 32 de 2017

Querido amigo: ¿Cómo poner nombre a lo que no puede tenerlo? ¿Cómo dimensionar la eternidad sin desbordarla? ¿Cómo hablar ahora en la mudez absoluta? ¿Cómo estás? Miles de palabras siempre cruzaron de un lugar a otro, algunas veces se encajaban a perfección, otras veces nunca encontraron retorno. Disertaciones, monólogos de una parte, diálogos inconclusos; aquello que unificaba era el lenguaje, desde allí las ideas y pensamientos se hicieron seguramente forma, tomaron rumbo, adquirieron cuerpo y carne. Pensar en la distancia del hoy las ahora inquietudes ajenas: la disolución de la materia y por tanto de la fisicidad de la imagen. Tal vez ahora la comprendas a plenitud. “La naturaleza no tiene marcos” y así lo constato actualmente, de allí que la constitución del límite nos brinde la comprensión parcial de aquello que no alcanzamos a dimensionar a plenitud. ¿Por qué hablar y hablar una y otra vez de lo mismo?, ¿para qué caer y tropezar nuevamente con la misma piedra? Querido amigo, no tropezabas inconscientemente, simplemente buscabas aquello que te había sido despojado seguramente en tu infancia. Aquel recuerdo del ave moribunda que desvaneció en tus manos y entregó nuevamente su ser al mundo te brindó el inicio de un camino.


El instante, la belleza en lo inasible, la imagen perfecta. Así se sucedieron los días y las noches, los seres y los entes, unos tras otros, pero ella difícilmente se dejaba atrapar. Las fotos, los dibujos, las pinturas, los objetos, la literatura; en qué lugar no habrás buscado y cuánto no habrás indagado para no perder el rastro. Ahora difuso y eterno, pleno y sin contención alguna, vivo entre los vivos. Eres una imagen ideal, un relato, un tiempo y un espacio que renacerá con cada uno de nosotros. … cuando este hombre ya muerto va al fuego, la respiración al viento, la vista al sol, la mente a la luna, el oído a los puntos cardinales, el cuerpo a la tierra, el atman al espacio, los pelos del cuerpo a las plantas y los cabellos a los árboles, y cuando la sangre y el semen se depositan en las aguas, ¿qué pasa con ese hombre? Infinito es mi agradecimiento. Hasta pronto querido amigo, Jaime Gamboa

Pasó por un momento intenso y lleno de vida que compartimos, de la que usted hizo parte con su manera de ver las cosas y aconsejándome, sobre lo poco serio que debía ser todo, la poca importancia de la mayor parte de las cosas excepto el arte y lo que uno siente. Usted que me habló por primera vez de Richter y me hizo admirar su técnica que después descubrí cara a cara en algún museo y lo pensé. Los años rebeldes, densos, de teorías y discusiones como si se fuese a acabar el mundo en aquella habitación…y usted haciendo parte de eso tan esencial. Gracias. Tenga un camino nublado, así, borroso como nos gustaba…con los ojos hiperrealistas y la retina miope. Se escapan esos recuerdos entre tanta cosa en la cabeza…permanecerá su mirada y su voz…esa, la escucho clarito. Adriana Sotelo

Sí, Armin me enseñó principios fundamentales de la pintura y del oficio del arte. Sí, dictó sus clases con toda entrega y tratando de abrirnos los ojos sin exasperarse (hoy en día me doy cuenta de lo frustrante que pudo haber sido compartir verdades invaluables con gente que apenas sabía donde estaba parada). Sí, Armin me enseñó a hacerme preguntas personales acerca de lo que quería comunicar en el lienzo. Todo eso lo aprecio y valoro. Pero aún más valoro las millas extras que caminó por mí como mentor, me acompañó en la tesis, me acompañó cuando adopté de la calle a mi perro Jonacito, le compró su primera bolsa de concentrado, jugó futbol con nosotros, escuchó los traumas que tenía con una traga maluca, me retó a hacerle frente y al hacerlo fui libre. Armin me ayudó a ver el arte y la vida desde otra perspectiva, me jaló las orejas con cariño, me enseñó, escuchó, acompañó. Hoy estoy agradecida de haberle conocido, de haber aprendido de él, de haber disfrutado de su compañía, de haber reído con él, de


haberle visto aguar los ojos. Estoy agradecida de haber tenido esa luz en mi vida y sé de alguna manera que el vive a través de mí en lo que me legó y de la misma manera vive a través de todos sus estudiantes. También sé que esa luz no morirá conmigo, porque la pasaré a otros. Hasta siempre querido Armin, gracias por ser luz. María Sol Holguín

Hay personas que tienen la cualidad de dejar impresiones imborrables en nuestra memoria de una manera inadvertida pero contundente. Logran trazar caminos, influenciar pensamientos y nos hacen cuestionar nuestra percepción de la vida. Puedo decir que Armin es una de estas personas. Y digo lo es, porque la marca que deja permanecerá sin que el tiempo ni el espacio logren corromperla. Casualmente hace unos días pensé en él, ya fuera como un acto premonitorio o por esa cualidad atemporal de la memoria de desempolvar recuerdos cuando uno menos lo espera. Él fue uno de los primeros profesores que tuve cuando empecé a estudiar arte; al ser este un momento relevante de descubrimiento y curiosidad esas primeras influencias sedimentan el camino. En su clase abrí los ojos hacia un mundo nuevo e inexplorado. Nos mostró como solo nuestra única interpretación del mundo y constante indagación sobre el sentido de la vida y la muerte, nos brindan un campo fértil para ser explotado sobre el lienzo. Su obra como artista consistente y bañada de significados, logro hacernos entender la importancia de los procesos y de la relevancia de cada elemento en ella. Me introdujo al uso de materiales cotidianos, desconocidos en significado para mi, y como su sinergia generaba un dialogo con el mundo que nos rodeaba. Y fue así como esa primera aproximación me permitió descubrir elementos que todavía forman parte de mi trabajo. Me introdujo a artistas que desconocía, y a técnicas nuevas. Todavía esos primeros lienzos o experimentos cuelgan en las paredes de mi casa y ahí han quedado inmodificables con el tiempo. Siempre recordare la contundencia de sus palabras, la magia de su presencia, su espíritu incorruptible por las distracciones del ego, su constante búsqueda de trascendencia espiritual lo cual es aún mas palpable en su obra. Puedo decir que fui privilegiada por el poco tiempo que pude compartir con él, no solo nos deja su influencia como artista sino sus inmensas cualidades como persona... y me dejas pensando en muchas cosas en las que hace mucho tiempo no pensaba, gracias por ese regalo. María Alejandra Cuello

—¿Alguna vez te han regalado una caja de chocolates? Esa fue la pregunta que me hizo Armin cuando yo no entendía por qué había un cuadro gigante de mi cara hecho en cubos de azúcar recostado en una pared del TX. La primera pregunta íntima que tal vez me hiciera un profesor universitario en mi vida y que me serviría para entender que el arte no se trataba de una cosa enredada y conceptual por allá en las nubes, sino algo sincero conectado con mi vida. —Sí, dije. —¿Te gusta? —Impresionante. —Él lo hizo, y señaló a Gonzalo, otro alumno suyo de semestres más arriba con quien yo nunca había


hablado. —No te asustes, tómalo como un apretón de manos. Desde ese día, las clases de pintura dejaron de ser clases y se volvieron conversaciones. Carolina Loaiza

Compañero compañero, Me han pedido que escriba sobre algo para lo cual no estoy preparado. Fiel a su costumbre usted está detrás de esta compleja tarea. Me sorprende que a lo largo de toda nuestra amistad nunca contempláramos la posibilidad de que uno de los dos muriera: ¿qué tiene que hacer el otro ante esta situación? Si bien no es lo único que no planificamos, me sorprende particularmente que no tomáramos reparos ante esta posibilidad dada su cercana relación con la muerte y la verdad; creo toda su obra se trata de eso, pero siempre con gestos, con conceptos: conceptos sensibles, actos tangibles, pero a la vez lejanos, opacos, imposibles de figurar en su totalidad. Entiendo esta última parte de su obra como un acto demasiado literal y espero sepa disculpar mi observación. Gran parte de su enseñanza hacia mi como artista, maestro, amigo y compañero, tenía que ver justamente con esto, con la finitud de nuestra estancia acá en el mundo y de ahí el especial cuidado que tenemos que tener con nuestros actos, con nuestras obras y con los nuestros, porque como usted me dijo alguna vez la vida no tiene partido de vuelta. Pero le confieso que detesto escribir estas palabras, porque no está usted para corregirlas, para decirme “ve, no seas bobo… escribí desde el corazón, pero con la cabeza”. Hace pocos días cuando hablamos usted me dijo dos cosas. Una de ellas fue que no buscara sentido donde no lo hay, "no intentes construir sentido donde no se puede”. Y no puedo construir sentido acá, no tiene sentido que usted se muera, ni que yo escriba y se haga público. Y no lo tiene no por la torpeza de mis palabras sino porque si es algo dirigido a usted, que leerán los suyos, usted lo detestaría como acto: para que me escribe cuando ya estoy muerto. Pero usted también me enseñó a respetar ciertas tradiciones y seguramente si la situación fuera inversa, yo estaría esperando que usted escribiera sobre lo buen tipo que era, como casi todos los muertos. La otra cosa que me dijo y creo que merece ser compartida, es una idea maravillosa: “Cada ser humano contiene toda la historia de la humanidad y toda la historia del cosmos. Y aún así no somos capaces de verlo. Para ver hay que renunciar a ver : ¿cómo ver el cosmos en una persona que canta rap cristiano en transmilenio?... Nuestra tarea es hacer que el cosmos se haga visible en nosotros y otros lo puedan ver. Hacer visible la historia de la humanidad en nuestros actos. Es muy difícil!.. Chau, voy a comer algo, saludos a Juli”. Me da mucha tristeza que por la distancia no se hayan conocido con mi hijo; sin embargo sé que Bruno notará su presencia en mi, en mis palabras y mis acciones. Y cuando me


pregunte quien fue usted ensayaré esta respuesta: Fue mi mejor maestro y mi mejor amigo, quien más cosas me enseñó de eso que llamamos arte y con quien más fuerte discutí sobre eso mismo. Quien más cosas me aportó para ser mejor artista y quien más me exigió para no caer en la liviandad engañosa del mundo. Le diré además que decidió morir solo como un perro en su casa, antes de morir solo como un perro en una clínica. Pero que por la clase de persona que fue, para él si existe el cielo y que allá encontró las 60 monitas que le faltaron para llenar el álbum de jet, y que seguramente también encontró una monita que le sanó el corazón que se le rompió acá en la tierra. Lo quiero mucho compañero, supongo que el peor dolor está bien aprenderlo con el mejor maestro. Le agradezco que a pesar de mostrarme lo horrible de la humanidad, me haya invitado a iluminar de la mejor manera cada una de las cosas que se nos presentan. Hasta siempre, Sebastián Camacho

Hace poco se nos fue un formidable profesor y sobre todo, una gran persona. Armin Troeger fue un gran colega y amigo de quien aprendí muchas cosas sobre el arte y sobre la vida. En otras palabras, aprendí que todo lo que atañe al arte tiene que ver con la vida. Que el arte es una plataforma que nos ofrece una perspectiva sensible hacia la vida y que las obras comparten una visión más grande que cualquier capricho propio. Por esta razón, decía él, las obras deben ser honestas y hacerse con responsabilidad; ser valiente y superar los gustos. Esto lo aprendí, no solo en el salón de clases, sino tomándome un café con él, o en una visita al taller. Su forma de ser, fue su forma de enseñar. Y con cada encuentro me recordaba que la honestidad es una forma de la valentía. Ya que como él decía: la verdad pesa, pero es más fácil de cargar que toda la vida una sola mentira. Un gran abrazo Armin Mateo Cohen


El viernes cuando hablé al medio día con Jaime y me dijo que habían encontrado a Armin muerto en su casa de Chía, primero quede suspendido y funcione como un autómata por más de una hora, luego me dio envidia: ¿por qué él se muere y yo no, si el que quiere morirse soy yo?, Finalmente me viene acompañando el sabor de la nimiedad que seguramente va a desvanecer la pendeja cotidianidad. Armin, en mi cabeza resuenan las imágenes de cuando te acompañamos a enterrar a Jacobo, verte tan triste, tan sin filtro, cavando la tumba de tu canino amigo… te recordamos profundamente católico, profundamente amigo, entregado al arte y a tus alumnos. Podías tener todo tan claro que eso sí que nos daba envidia, viviste irradiando tu terca lucidez. Nos vas a hacer falta, siempre te quisimos. Mabel y Brayan

La materia se compone de luz, es en parte su esencia, como la vida misma, llena de luz y llena de significados, susceptibles de ser de-velados. Este, entre otros, fue el legado de Armin Troeger, quien me enseñó a ver, no solamente las cosas, los objetos, la materia, sino la vida misma desde otro ángulo, desde la esencia. Todo en la vida tiene un significado, nada es coincidencia. Está en nosotros descubrir su significado. Gracias, gracias Armin. Catalina Gómez A.

Como profesor y amigo Armin fue una gran influencia no solo en mi vida sino en la de muchas personas que tuvieron el placer de conocerlo. Armin me enseñó no solo a pintar sino a entender el arte y la vida de otra manera; para él lo importante era la búsqueda de lo esencial, solía decir “el arte es el esplendor de la verdad” y eso caló en mi. Su rigor académico nos influyó enormemente, pues para Armin todo debía tener un propósito y un sentido, un deber ser, la vida no tenía cabos sueltos; mucho menos cabían las mentiras ni los simulacros. Fue una de las pocas personas que he conocido que vivió con gran pasión e intensidad conforme a sus ideales, con todas las contradicciones que eso conlleva, y a pesar de tener detractores frente a sus principios o ideales el siempre se preocupo por cada ser humano que conoció. Era enormemente generoso tanto en su labor pedagógica como en su vida cotidiana, especialmente con aquello que nos es más preciado: el tiempo. Armin siempre tuvo tiempo para todos y ese era su gran regalo, dar su tiempo. Siempre admiré su franqueza, él no se contenía para decir lo que sentía o pensaba siendo siempre consecuente su forma de actuar con su forma de pensar. Su sentido del humor era inigualable y podía hablar fácilmente de Heidegger y pasar a hablar del América de Cali. Recibí su pérdida con mucha tristeza y recuerdo que en alguna ocasión hablando sobre el panegírico de Abraham escrito por Kierkegaard , él se contemplaba anciano y sabio teniendo una muerte tranquila, tristemente la vida nos lo arrebató muy joven. Hay cientos de anécdotas y enseñanzas ya que fue la persona más


influyente en mi formación artística y le debo todo lo que soy como profesional, no solo fue un mentor sino un gran amigo. Creo que sus enseñanzas y pensamiento se perpetuara en todos aquellos que tuvimos la suerte de conocerlo. Citando a Kierkegaard: "¡No! No será olvidado quien fue grande en este mundo, y cada uno de nosotros ha sido grande a su manera, siempre en proporción a la grandeza del objeto de su amor. Pues quien se amó a sí mismo fue grande gracias a su persona, y quien amó a Dios fue, sin embargo, el más grande de todos. Cada uno de nosotros perdurará en el recuerdo, pero siempre en relación a la grandeza de su expectativa: uno alcanzará la grandeza porque esperó lo posible y otro porque esperó lo eterno, pero quien esperó lo imposible, ese es el más grande de todos. Todos perduraremos en el recuerdo, pero cada uno será grande en relación a aquello con que batalló. Y aquel que batalló con el mundo fue grande porque venció al mundo, y el que batalló consigo mismo fue grande porque se venció a sí mismo, pero quien batalló con Dios fue el más grande de todos. Armin amo enormemente esta vida y batallo siempre, fue un gran luchador y todos lo que lo conocimos lo tendremos siempre presente. Gonzalo García

Armin Maximiliano Troeger Galindo (1965 Cali-2017 Bogotá) Realizo sus estudios de pregrado en el Instituto Departamental de Bellas Artes donde también realizo su especialización en Innovación y Pedagogía Universitaria. Realizo su maestría en Estudios Humanísticos en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey – México, donde le fue otorgada una mención honorífica de excelencia por haberse distinguido en su actividad académica y por haber obtenido el más alto promedio de calificaciones de su generación durante sus estudios. Lideró en 1991 el grupo de estudiantes que organizo el Primer Salón de Estudiantes de Artes Plásticas en el Instituto Departamental de Cali. Participo en diversas exposiciones entre las que se destacan el XXXIII Salón Nacional de Artistas, la II Bienal de Arte de Bogotá, III Bienal de Cuenca (Ecuador), Galería Diners, 9 de los 90 en La Fundación Gilberto Álzate Avendaño, Galería Figuras de Cali, entre otras. Sus obra esta catalogada dentro del grupo de Los Nuevos Conceptuales. Sus obras hacen parte de la colección del Museo de Arte Moderno de Bogotá y del Museo La Tertulia de Cali. En Bogotá fue catedrático en la Universidad Piloto de Colombia, en la Universidad de la Salle, la Universidad Jorge Tadeo Lozano, la Universidad de Los Andes y en la Pontificia Universidad Javeriana.


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