Teatro x la identidad (parte 1)

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OBRAS DE TEATRO DE LOS CICLOS

2010 y 2011

AVISO

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Este libro contiene una cantidad de textos teatrales de muy diversos autores –que van desde los más reconocidos hasta los más nuevos– todos participantes solidarios de TeatroXlaidentidad. Por lo tanto puede ser consultado por quienes quieran acceder a obras comprometidas y militantes referidas a la identidad, tanto en un sentido general y metafórico como en otro, más unido a la tragedia de las nietas y los nietos de las Abuelas de Plaza de Mayo; muchos de ellos aún hoy apropiados y privados de su verdadera identidad, tragedia que no es solo suya individual, sino que nos alcanza a todos. Pero cuidado, que también encierran estas páginas un hecho vivo: cientos de horas de trabajo duro, de sudor fértil, de gritos ahogados o libres, de llantos trágicos o felices, de peleas y amores, de pasión indudable y franca, de palmas rojas de aplaudir, de sueños concretados. De instantes vitales repletos de sentido y de búsqueda. Y todo esto es altamente contagioso. Así que ¡cuidado al abrir estas páginas! Ya que se corre el riesgo cierto y comprobado, de ser mañana uno más de TeatroXlaidentidad.

Luis Rivera López

OBRAS DE TEATRO DE LOS CICLOS 2010 Y 2011



Presidenta de la nación argentina ı Dra. Cristina Fernández de Kirchner Ministro de Educación ı Prof. Alberto Sileoni Secretario de Educación ı Lic. Jaime Perczyk Subsecretario de Equidad y Calidad Educativa ı Lic. Eduardo Aragundi Subsecretaria de Planeamiento Educativo ı Prof. Marisa Díaz

MINISTERIO DE EDUCACIÓN ı Secretaría de Educación

Pizzurno 935 (C1020ACA) Ciudad Aut. de Buenos Aires ı Tel: (011) 4129 - 1000

Abuelas de Plaza de Mayo

(011) 4384-0983 ı 0800-222-2285 Virrey Cevallos 592; PB ı Ciudad Autónoma de Buenos Aires. www.abuelas.org.ar ı abuelas@abuelas.org.ar

IMAGEN DE TAPA ı Familia tipo de Renata Schussheim.

DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN ı Plan Nacional de Lectura 2012

www.planlectura.educ.ar REVISIÓN ı Silvia Pazos


OBRAS DE TEATRO DE LOS CICLOS 2010 Y 2011


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Teatro por la identidad : obras de teatro de los ciclos 2010 y 2011 / Eduardo Pavlovsky ... [et.al.]. - 1a ed. - Buenos Aires : Ministerio de Educación de la Nación, 2012. 520 p. : il. ; 24x17 cm. ISBN 978-950-00-0920-1 1. Teatro Argentino. I. Pavlovsky, Eduardo CDD A862

Fecha de catalogación: 05/01/2012

© 2012, Ministerio de Educación de la Nación Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, ni registrada en, o transmitida por, un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia, o cualquier otro, sin el permiso previo por escrito del editor. IMPRESO EN ARGENTINA / PRINTED IN ARGENTINA Queda hecho el depósito que previene la ley 11.723 ISBN 978-950-00-0920-1

Ejemplar de distribución gratuita. Prohibida su venta.


PALABRAS DEL MINISTRO DE EDUCACIÓN DE LA NACIÓN · 5

Nuevamente nos convoca la edición de las obras de TeatroXlaidentidad. En este caso son las que comprenden los años 2010; y 2011, el undécimo año desde que esta iniciativa de directores, actores y autores de teatro se constituyó en parte inescindible de la lucha de las Abuelas de Plaza de Mayo. El Poder Ejecutivo Nacional y, especialmente este Ministerio de Educación de la Nación vienen, asimismo, acompañando este trabajo por la identidad y la justicia desde mayo de 2003. Lo hacen con la convicción de que la causa de las Abuelas debe ser la causa de todos los argentinos y con la certeza de que será en vano cualquier supuesto mejoramiento de la educación si ello no va indisolublemente unido a la formación de nuestros niños y jóvenes en los valores de la Democracia y los Derechos Humanos. Haber contribuido a este trabajo es, entonces, para nosotros, un hecho educativo de la mayor y más profunda importancia. En cada nieto recuperado por el trabajo denodado de las Abuelas hay un aliento más de verdad y justicia que llega a las aulas argentinas; en cada criminal que recibe el condigno castigo de la Justicia llega a su vez una lección para estas y para las futuras generaciones. Es así como queremos asumir nuestro compromiso con la educación de nuestros hijos, y el aporte de este y de otros trabajos realizados por Abuelas constituye un elemento invalorable para cumplir con la tarea en el aula. Es además un orgullo, como Ministerio de Educación, contar como ocurre todos los años, con el apoyo de tantos y tan valorados artistas que suman su convicción y su trabajo a la causa común que tenemos todos los argentinos por delante: la búsqueda y restitución de las identidades arrebatadas por el terrorismo de estado. Ese material que aquí presentamos tiene como natural destino las aulas argentinas, sus alumnas, sus alumnos, sus docentes. Tiene también un destino si se quiere mayor: el de constituir un testimonio de lucha y un permanente homenaje a nuestras Abuelas de Plaza de Mayo.

Alberto Sileoni Ministro de Educación de la Nación


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PALABRAS DE ESTELA BARNES DE CARLOTTO · 7

Ya han pasado once años desde que este maravilloso grupo de teatristas se sumó a nuestra lucha por encontrar a los hijos de nuestros hijos, nuestros nietos. Todas las personas que forman parte de este maravilloso ciclo comprenden que la búsqueda de los nietos es una responsabilidad de toda la sociedad argentina, y por eso, con su trabajo desinteresado y solidario, suelen decir que “habrá TeatroXlaidentidad hasta que se encuentre al último nieto”. Nosotras, les estamos enormemente agradecidas. Ellos brindan sus dones artísticos para llegar, de otra manera, a quienes podrían ser hijos e hijas de desaparecidos. Siembran mediante el lenguaje artístico el valor de la identidad y la verdad, para que aquellos que no han querido despertarse de la mentira a través de la razón, quizá logren hacerlo a partir de una escena que los invite a preguntarse por sus orígenes. TeatroXlaidentidad nació en la Ciudad de Buenos Aires, pero la fuerza multiplicadora del amor de estos actores, actrices, dramaturgos, escenógrafos y todos aquellos que hacen posible que se hable de esta temática sobre los escenarios, se expandió creando ciclos semejantes en varias provincias argentinas y otros países del mundo. TeatroXlaidentidad es, fue y será una herramienta irreemplazable de difusión y búsqueda. Por eso, celebramos esta nueva edición de un libro que reúne las obras de los últimos ciclos, porque contribuirá a que en cualquier rincón del país, en un teatro, escuela, centro o espacio comunitario, un grupo de personas se junten a trabajar una obra de TeatroXlaidentidad y nuevamente se reavive la misión de estas maravillosas personas que nos acompañan desde hace más de una década. Las Abuelas abrazamos a todos los integrantes de TeatroXlaidentidad y agradecemos nuevamente que sigan construyendo un país con memoria, verdad y justicia.

Estela Barnes de Carlotto Presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo


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TXI Comisión 2011

COMISIÓN DE DIRECCIÓN DE TEATROXLAIDENTIDAD Raquel Albéniz I Mathías Carnaghi I Susana Cart I Amancay Espíndola I Cristina Fridman I Patricia Ianigro I Eugenia Levin I Julieta Rivera López I Luis Rivera López I Claudio Santibañez I Mónica Scandizzo I Mauro Simone I Anabella Valencia I Andrea Marina Villamayor.


INTRODUCCIÓN POR LA COMISIÓN DE DIRECCIÓN DE TXI · 9

¿Otra vez TeatroXlaidentidad? Y ahora el libro… ¿Otra vez? Si. Otra vez. Presentes. TxI es una costumbre. Laboriosa costumbre de encontrarnos, abrazarnos, y buscar juntos. Y esa costumbre debe sostenerse. Porque si se ha logrado un espacio, debe cuidarse. Y hemos aprendido con sudor a no dar por recorrido un camino cuyo final se pierde todavía en un horizonte lejano. Y además, durante los años que recorre este libro, 2010 y 2011, sucedieron cosas fundamentales: En 2010, cumplimos 10 años y lo festejamos haciendo el ciclo más importante de nuestra historia, y en 2011 homenajeamos también a aquellos otros de los que aprendimos todo. A los grandes maestros que armaron Teatro Abierto hace 30 años y que, jugándose el pellejo en medio del horror, sentaron las bases de lo que significa resistir con la cultura como bandera. Una vez caída la dictadura, esta pasión artística militante se fue disolviendo lentamente en la aparente carencia de un enemigo común que aunara las miradas. El proceso militar se había ido y Teatro Abierto con él. Pero resultó que aún estaba ahí la dictadura. Caminando entre nosotros. En la forma de nietos con identidades falseadas, en la forma de culpables impunes, en la forma del individualismo extremo. Entonces reaparecimos, ahora como Teatroxlaidentidad. Enfrentando la mentira, la negación y la superficialidad que aún llevamos dentro, incluso en democracia. Y vamos andando, haciendo del arte un instrumento que nos ayude a convivir. Otra vez, cada año. Sin apuro, pero sin pausa. Juzgando, restituyendo, dudando, actuando nuestra verdad desde todos los escenarios cotidianos y siendo el brazo artístico de las Abuelas, un brazo que si bien es el suyo propio, puede también abrazarlas y protegerlas si es necesario. Porque son ellas, con su coherencia, su potencia y su lucha, inspiradoras, iniciadoras y también recipiente de todo lo que hagamos. ¡Otra vez TeatroXlaidentidad! Y hasta que aparezca el último nieto apropiado.



PROGRAMA


12 · PROGRAMA

TeatroXlaidentidad CICLO 2010 Teatro Nacional Cervantes Sala María Guerrero

CONCHA DEL RÍO CABARET ANFITRIONES ı ACTÚAN ı DIRECCIÓN ı PRODUCTORES ı

Catalina Basso ı María Elena Casares ı Carolina Katz ı Teresa Murias ı Monica Piccone ı Pedro Terra Mariela Acosta ı Omar Calicchio ı Noralih Gago ı Gimena Riestra ı Pablo Palavecino ı Omar Rafael Noralih Gago Cristina Fridman ı Patricia Liguori ı Gregorio Vatenberg

POTESTAD AUTOR ı ACTÚAN ı ASIST. DE DIRECCIÓN I Dirección ı

Eduardo Pavlovsky Eduardo Pavlovsky ı Susana Evans Eduardo Misch Norman Briski

EL ÚLTIMO VERSO Autora ı Actor ı Sonorización en vivo ı Iluminación ı Vestuarista ı Asist. de dirección ı Dirección ı

Patricia Zangaro Daniel Fanego Mirko Mescia Leandra Rodríguez Mini Zuccheri Gabriela Ram ı Iván Balsa Pompeyo Audivert

SOMOS NOSOTROS Actores ı Música ı Músico invitado ı Iluminación ı Asistentes ı Dirección ı

Charly Arzulián ı Leticia González ı Osqui Guzmán ı Juan Manuel Wolcoff ı Eleonora Valdez Tomás Rodríguez Guillermo Rey Adrian Cintioli Florencia Martínez ı Sebastián Sucatti Osqui Guzmán


PROGRAMA · 13

ARGENTINA IMPROVISADA ¿Por Qué Somos Como Somos? Compañía Argentina de Teatro Improvisación Elenco Protagónico ı Mosquito Sancineto ı Gabriel Maldonado ı Ernesto Zuazo ı Victoria Mamolitti ı Sebastian D’Arrigo Jugadores y Ayudantes ı Compañía Argentina de Teatro Improvisación Carla Banylis ı Daniela Olmi ı Eduardo Albizzati ı Guillermo Figueroa ı Ignacio M. Toomey ı Javier López ı Melisa Attar ı Nicolás Ginesin Músicos en Vivo ı Matías Andersen ı Ignacio Perriot DEL ROPERO AL CLOSET Autor ı Elenco ı

Dirección ı Asist. de Dirección ı Banda de sonido ı Escenografía ı Diseño de Iluminación ı Producción Ejecutiva ı

Roberto Tito Cossa PADRE (Aurelio) ı Claudio Garcia Satur MADRE (Emilia) ı Patricia Kraly HIJO (Santiago) ı Marcelo Savignone VECINA (Cuarto B) ı Natalia Santiago Manuel Iedvabni Cecilia Milsztein Federico Mizrahi Alejandro Mateo Daniel Zappietro Mónica Scandizzo

CELCIT · COMPAÑEROS (Escena X de “Pluma y Tempestad”) Autor ı Dirección ı Actores ı

Arístides Vargas Carlos Ianni Adriana Genta ı Juan Lepore

LOS TRES PATITOS Autora ı Dirección ı Actores ı

Beatriz Pustilnik Claudia Quiroga Celeste Monteavaro ı Josefina Recio

SUPONGAMOS (Escena XI de “Nuestra Señora de las Nubes”) Autor ı Dirección ı Actores ı

Arístides Vargas Carlos Ianni Adriana Genta ı Concha Milla


14 · PROGRAMA

VIRTUAL Autor ı Dirección ı Actores ı Utilería ı Agradecimientos ı

José Sanchis Sinisterra Teresita Galimany María Forni ı Mario Petrosini Solange Krasinsky Pablo Lyonett ı Fernando Díaz

DESDENTADOS Autor ı Eduardo Rovner Actúan ı Julio Ángel López ı Raquel Albéniz Escenografía ı Jorgelina Herrero Pons Dirección y Puesta en Escena ı Lia Jelín Asistencia de Dirección ı Matías Ricardo Strafe

TeatroXlaidentidad CICLO 2010 TEATRO APOLO | BAUEN TEATRO | TEATRO DEL PUEBLO TEATRO LA COMEDIA | C. C. DE LA COOPERACIÓN | MAIPO KABARET TEATRO METROPOLITAN | MULTITEATRO

UN JUDÍO POLACO Autor ı

Alejandro Mateo ı Una Ficción sobre el testimonio real de Berek

Elenco ı

EL PADRE ı Walter Rosenzwit EL HIJO ı Nicolás Mateo EL OTRO ı Héctor Segura Claudio Frydman Alejandro Mateo Cristina Lahet Cinthia Chomski Pamela Vargas Milla Paloma Aballone Alejandro Mateo Espacio TBK ı Jorge Mendez ı Viviana Favetto

Frydman con textos y relatos de su hijo Claudio Frydman

Asesor histórico literario ı Escenografía y vestuario ı Diseño de Luces ı Asistencia de dirección ı Asistencia técnica ı Fotografía ı Dirección ı Agradecimientos ı

FECHAS PATRIAS Dir. coreográfica y gral. ı

Mónica Fracchia


PROGRAMA · 15

Coreog. danzas populares ı Intérpretes en escena ı

Elenco CASTADIVA Glenda Casaretto ı Ilana Schvetz ı Marcelo Bizarri ı María Celeste Martín ı Hernán Nocioni ı Sergio Villalba ı Ramón Salina ı Eduardo Virasoro ı Lucas Flores ı Jimena Visetti ı Micaela Quesada ı Chantal Fernández Crea ı Nicolás Minoliti ı Aldana Morales ı Agustina Fernández de Igarzábal Intérpretes en el video-arte ı Glenda Casaretto ı Viriginia Calcagno ı Natali Gross ı María Celeste Martín ı Flavia Dilorenzo ı Alexis Ledesma ı Sergio Villalba ı Ramón Salina ı Florencia Olivera ı Agostina Martos ı Héctor Díaz ı Hernán Nocioni Música original y arreglos ı Cristian Capurelli Video arte ı Sebastián D’Angelo ı Ivana Sáenz Vestuario ı Nené Murúa Iluminación y Asist. técnica ı Fernando Muñoz

SOMOS NOSOTROS Actores ı Música ı Músico invitado ı Iluminación ı Asistentes ı Dirección ı

Charly Arzulián ı Leticia González ı Osqui Guzmán ı Juan Manuel Wolcoff ı Eleonora Valdez Tomás Rodríguez Guillermo Rey Adrian Cintioli Florencia Martínez ı Sebastián Sucatti Osqui Guzmán

OPERACIÓN CALLATE Dramaturgia, Pta. en Escena y Dirección General ı Codirección y Dirección de Titiriteros ı Asist. de Dirección y Prod. ı Actores ı Titiriteros ı Escenografía y Realización ı Música Original ı AGRADECIMIENTOS ı

Sol Levinton Natalia Bindenmaister Andrea Salas Efrat Wolns ı Santiago Altaraz Alfredo Rizo ı Analía Marcolini ı Ariel Varela ı Julieta García Guadalupe Lombardozzi Santiago Altaraz A Her, Azul, Mora, Uma y Pucca, a Marcio y Paloma, a Javier y Felipe, a Cami, a Lu, a Ezeki y al que se viene en octubre, a Nicolás y a Milonga, a Adri, a Blanca, a Luís Fuxan... A nuestros amores, nuestras familias, nuestros amigos. Y a todos los niños, los chiquitos y los grandes, esos que nos enseñan que soñando, jugando y andando por el camino de la verdad se puede hacer un mundo mucho mejor.


16 · PROGRAMA

BAJO LAS NUBES DE POLVO DE LA MAÑANA ES IMPOSIBLE VISUALIZAR UN CIERVO DORADO Elenco ı Diseño sonoro y música en vivo ı Entrenamiento corporal y coreografía final ı Asistente ı Vestuario ı Dramaturgia ı

Marcelo Aruzzi ı Damiana Poggi ı Virginia Jáuregui Guillermina Etkin

Marcela Robbio Claudia Gómez María Belén Bulian Gustavo Sassi sobre el texto original de Virgina Jáuregui y Damiana Poggi Diseño Gráfico ı Juan Ignacio Padín Puesta en esc. y dir. general ı Andrés Binetti AGRADECIMIENTOS ı Roxana Grinstein, Araceli Arreche, Carlos Fos, Cristian Drut, José Cáceres, Leonor Manso, Karina Aragón. Editorial Cukierman Sánchez ı www.cukiermaneditores.com.ar JPMotion diseño audiovisual ı www.jpmotion.com.ar A la familia y amigos.

CELCIT · LOS TRES PATITOS Autora ı Dirección ı Actores ı

Beatriz Pustilnik Claudia Quiroga Celeste Monteavaro ı Josefina Recio

VIRTUAL Autor ı Dirección ı Actores ı Utilería ı Agradecimientos ı

José Sanchis Sinisterra Teresita Galimany María Forni ı Mario Petrosini Solange Krasinsky Pablo Lyonett ı Fernando Díaz

IDÉNTICO ANAGNÓRISIS de Rolando Pérez ı por Alejandro Tantanián CARACTERES de Fabián Díaz ı por María Fiorentino UN MUÑECO SIN CARA de Sandra Massera ı por Magela Zanotta EL PARECIDO de Mariano Saba ı por Boy Olmi ANCURÁ de Nelson Mallach ı por Esteban Bigliardi MAREA MENTAL de Patricio Abadi ı por Roly Serrano SOBRE PASAR LA NOCHE de Florencia Berthold ı por Laura López Moyano EL ESPECTADOR de Mariano Saba ı por Luis Campos


PROGRAMA · 17

ESCENA COSTUMBRISTA de Verónica Mato ı por Ana Garibaldi LA NEGACIÓN de Patricio Abadi ı por Mauricio Dayub POLO de Rolando Pérez ı por Patricio Contreras NIÑOS de Mariano Saba ı por Norma Aleandro (texto en off)

Dirección ı Coordinación dramatúrgica ı Dramaturgistas ı Asistentes de dirección ı Producción ı Quinteto de Vientos ı

Director ı

Daniel Veronese Mauricio Kartun Patricio Abadi ı Mariano Saba Franco Battista ı Romina Lugano ı Patricio Abadi ı Mariano Saba Mauro Simone Ailen Mendizábal ı FLAUTA TRAVERSA Emanuel Mancini ı OBOE Sergio Martelloti ı CLARINETE Eric Rosentein ı FAGOT Ñawin Rodríguez ı CORNO Prof. Osvaldo Aguilera · Orquesta Escuela de Florencio Varela

UNA MUJER SE EVAPORA EN LA NOCHE Autor ı Actores ı

Coristas ı Asist. de Coreografía ı Música Original ı Iluminación ı Coreografía ı Colaboración en Vestuario ı Asist. de Dirección y Prod. ı Dirección General ı Agradecimientos ı

Norberto Lewin TIGRA ı Analía Malvido GOMEZ ı Alejandro Magnone CAPANGA ı Omar Mamani PRIETO ı Jorge Garcia Marino MARY ı Raquel Pardo JAIME ı Santiago Palumbo Myrian Virgili ı Omar Mamani ı Alejandra Charre ı Candela Gigante ı Santiago Palumbo ı Nicolás Baroni Macarena Butta Pablo Bronzini Sergio D´Angelo Myrian Virgili Marina Celis ı Myriam Virgili Marina Celis Carlos Demartino Al Instituto de la voz, a Clo, a Perla Rubiolo, a Marcela, Ana Pesquiera, Andrea Hammershmidt, Paula Andino.

CORRIENDO EN LA SANGRE Dramaturgia ı Elenco ı Dirección ı Asistente de Dirección ı

Teresita Galimany Livia Fernan ı Andrea Magnaghi ı Susana Varela Pablo Lyonnet Florencia Hemadi


18 · PROGRAMA

Vestuario ı Diseño de iluminación ı Diseño sonoro y música original ı Diseño del espacio ı Producción ı Agradecimientos ı

Florencia Mangini Carlos Ianni Richard Arce Pablo Lyonnet ı Patricia Hurrahs Patricia Hurrahs Gracias a Andrea por su asesoramiento y a Oleanna por su dibujo.

MARIPOSAS Autora ı Actores ı Música en escena ı Asistencia de dirección ı Dirección ı Agradecimiento especial ı

Mónica Felippa Dora Prince ı Marian Bicain Anahí Ledesma Melania Miñones Luis Rivera López A Sergio Rower, a Mónica Navarro por la ayuda en vestuario y a Víctor “TOMATE” Ávalos por su asesoramiento en comedia con globos.

ANÁLISIS AUTORA ı Verónica Rodríguez Actores ı María Svartzman ı Mirta Schmöle ı Gonzalo De Otaola Dirección y Puesta en Escena ı Mariel Goicoechea Escenografía, Ambientación y Vestuario ı Lina D´Amato Dramaturgia y Producción general ı Verónica Rodríguez Agradecimientos ı Juan Sandoval (fotografía), Ezequiel Pignataro (filmación), y a toda la gente querida que nos alcanzó bibliografía, nos mandó material y nos brindó su apoyo y estímulo. http://obradeteatroanalisis.blogspot.com/

EPÍGRAFES Autor ı Elenco ı Escenografía y vestuario ı Dirección ı Agradecimientos ı

Pedro Patzer Juan Manuel López Baio ı Leopoldo Barbieri ı Cristian Sabaz Sofía Rapallini Cristian Sabaz · Grupo El Clan Guzmán Gisela Ayram, Celso Miño y María Stella Tovarich


PROGRAMA · 19

LA BIBLIOTECA Autora ı Dirección ı Elenco ı

Escenografía ı Vestuario ı Producción Ejecutiva ı AGRADECIMIENTOS ı

Asesoramiento dramatúrgico y general ı

Virginia Kaufmann Lala Mendia y Virginia Kaufmann ALICIA ı Ana Gutierrez TÍA MABEL ı Gabi Goldberg VÍCTOR ı Pablo De Nicotti RICCIARDI ı Pablo García Ana Repetto Laura Molina Paulina Siciliani Mariano Mazzei, Norma Gandolfo de Minardi, Susana Kaufmann, Silvina Kaufmann, Laura Ramirez, Ricardo Jellinek, Beatriz Spelzini, Susana Pampín, Jimena Canido, Valeria Radivo, Eladio Giovanini, Rodrigo Soler, Verónica Trigo, Estudio Gabi Goldberg, Estudio Río Plateado. Gastón Cerana

EL ÚLTIMO VERSO Autora ı Actor ı Sonorización en vivo ı Iluminación ı Vestuarista ı Asistente de dirección ı Dirección ı

Patricia Zangaro Daniel Fanego Mirko Mescia Leandra Rodríguez Mini Zuccheri Gabriela Ram ı Iván Balsa Pompeyo Audivert

Teatroxlaidentidad CICLO 2011 TEATRO DEL PUEBLO | TEATRO SHA | TEATRO METROPOLITAN | TEATRO IFT TEATRO DEL GLOBO | BAUEN TEATRO | TEATRO LA COMEDIA | MULTITEATRO

ESA EXTRAÑA FORMA DE PASIÓN Autora ı Actores ı

Susana Torres Molina Béla Arnau Fiorella Cominetti Emiliano Díaz Pablo Di Croce Silvia Dietrich


20 · PROGRAMA

Diseño de luces ı Escenografía ı Asistente de Dirección ı Dirección General ı Prensa ı Producción ı

Verónica Hassan Santiago Schefer Gaston Calvi Eduardo Manfredi Diego Frontera Susana Torres Molina Simkin & Franco Sonia Caligo ı Extraña Pasión

LA BIBLIOTECA Autora ı Dirección ı Actores ı

Escenografía ı Producción Ejecutiva ı Asistente de escena ı Asesoramiento dramatúrgico y general ı Agradecimientos ı

Virginia Kaufmann Lala Mendia y Virginia Kaufmann ALICIA ı Ana Gutiérrez TÍA MABEL ı Gabi Goldberg VÍCTOR ı Pablo De Nicotti RICCIARDI ı Rodrigo Soler Ana Repetto Paulina Siciliani Milena González Montaner Gastón Cerana Mariano Mazzei, Norma Gandolfo de Minardi, Susana Kaufmann, Silvina Kaufmann, Laura Ramirez, Ricardo Jellinek, Beatriz Spelzini, Susana Pampín, Jimena Canido, Valeria Radivo, Eladio Giovanini, Laura Molina, Pablo García, Estudio Gabi Goldberg, Estudio Río Plateado.

BOULOGNE Autoras ı SUPERVISIÓN AUTORAL ı Elenco ı

Araceli Arreche, Gilda Bona y Selva Palomino Patricia Zangaro FLAVIA ı Malena Solda NILDA ı Noemí Morelli GIGIO ı Martín Slipak Asistente de Dirección ı Silvana Margozzi Fotos ı Tato Borounian Dirección ı Manuel Callau Agradecimientos ı Especialmente al Teatro Tadrón, donde Boulogne fue estrenada en junio pasado en el marco del ciclo Teatro por la Justicia, y a Herminia Jensezian por su apoyo y colaboración. La obra fue ganadora del Premio Tadrón a Mejor Obra Inédita La producción de la obra es de Tadrón Teatro.


PROGRAMA · 21

MARIPOSAS Autora ı Actores ı Música en escena ı Asistencia de dirección ı Dirección ı Agradecimiento especial ı

Mónica Felippa Dora Prince Mariano Bicain Anahí Ledesma Melania Miñones Luis Rivera López A Sergio Rower, a Mónica Navarro por la ayuda en vestuario y a Víctor “TOMATE” Ávalos por su asesoramiento en comedia con globos.

KALVKÖTT, CARNE DE TERNERA Autora ı Actores ı Escenografía y Vestuario ı Fotografía de escena ı Asesoramiento audiovisual ı Edición de sonido ı Iluminación ı Fotografía programa y afiche ı Asistente de dirección ı Asistente de producción ı Prensa ı Producción General ı Dirección ı

Silvina Chague Belén Brito ı Susana Di Gerónimo Alejo Mango ı Nelson Rueda Julieta Risso Pablo Díaz ı Jorge Aguirre Facundo Zuviría ı Fabián Pol y Ernesto Quaranta Ernesto Quaranta Carlos Cortés Pablo Boratto Soledad Ianni Eugenio Jerez Ferrante Cecilia Parodi Duche & Zárate Chague & Fiorillo Corina Fiorillo

UN JUDÍO POLACO Autor ı

Alejandro Mateo ı Una Ficción sobre el testimonio real de Berek

Asistente de dirección ı Asistente técnica ı Producción ı

Mercedes Ambrogi Cinthia Chomski Cinthia Chomsky ı Cristina Lahet EL PADRE ı Walter Rosenzwit EL HIJO ı Nicolás Mateo LOS OTROS ı Mariano Caligaris ı Rafael Lavin ı Enzo Ordeig

Frydman con textos y relatos de su hijo Claudio Frydman

Asesoramiento histórico literario ı

Claudio Frydman


22 · PROGRAMA

Escenografía y vestuario ı Diseño de luces ı Asistencia de dirección ı Asistencia técnica ı Fotografía ı Dirección ı Agradecimientos ı

Alejandro Mateo Cristina Lahet Mercedes Ambrogi Cinthia Chomski Paloma Aballone Alejandro Mateo Jorge Mendez, Viviana Favetto, Espacio TBK.

IDÉNTICO ANAGNÓRISIS de Rolando Pérez ı por Martín Rocco CARACTERES de Fabián Díaz ı por Beatriz Della Casa UN MUÑECO SIN CARA de Sandra Massera ı por Magela Zanotta EL PARECIDO de Mariano Saba ı por Boy Olmi ANCURÁ de Nelson Malach ı por Lautaro Ostrovsky MAREA MENTAL de Patricio Abadi ı por Roly Serrano SOBRE PASAR LA NOCHE de Florencia Berthold ı por Laura López Moyano EL ESPECTADOR de Mariano Saba ı por Luis Campos ESCENA COSTUMBRISTA de Verónica Mato ı por Daniela Pantano LA NEGACIÓN de Patricio Abadi ı por Mauricio Dayub POLO de Rolando Pérez ı por Roberto Castro NIÑOS de Mariano Saba ı por Norma Aleandro (texto en off) Dirección ı Daniel Veronese ı Franco Batista Coordinación dramatúrgica ı Mauricio Kartun Selección de textos ı Luis Rivera López ı Mauricio Kartun ı Daniel Veronese Dramaturgistas ı Patricio Abadi ı Mariano Saba Asistentes de dirección ı Romina Lugano ı Patricio Abadi ı Mariano Saba Quinteto de Vientos ı Ailen Mendizábal ı FLAUTA TRAVERSA Emanuel Mancini ı OBOE Sergio Martelloti ı CLARINETE Eric Rosentein ı FAGOT Ñawin Rodríguez ı CORNO Director ı Prof. Osvaldo Aguilera ı Claudia Pintado ı Victoria Amedio Orquesta Escuela de Florencio Varela

EL ACOMPAÑAMIENTO Autor ı Actores ı Relator ı Asistencia de dirección ı Asistencia artística ı Música y diseño de sonido ı

Carlos Gorostiza Antonio Grimau ı Pepe Novoa Diego Goethe Alejandro Rumberger Diego Goethe Mariano Dugatkin


PROGRAMA · 23

Dirección ı

Hugo Urquijo

GRIS DE AUSENCIA Autor ı Actores ı

Asistencia artística ı Dirección ı

Roberto Cossa Marcela Ferradás ı Paloma Contreras Mario Alarcón ı Raúl Ramos Ricardo Díaz Mourelle Diego Goethe Hugo Urquijo

ADN (Hijos sin nombre) Autora ı Andrea Juliá Actrices ı Andrea Juliá ı Dalila Romero ı Milena Medrano Diseño sonoro ı Fernando Sayago Ambientación musical ı Ariela Kantor Vestuario, diseño y realización de escenografía ı Miguel Angel Nigro Diseño de iluminación ı Horacio Medrano Colaboración autoral ı Dalila Romero Realización de vestuario ı Élida Gonzalez Diseño gráfico e imagen ı Carolina Podestá Producción ejecutiva ı Convexa Producciones Culturales y Andrea Juliá Producción general ı Grupo Teateatro Asistencia de dirección ı Bárbara Posesorski Dirección general ı Horacio Medrano

BASTARDA SIN GLORIA Autora ı Actriz ı Dirección ı

Cristina Escofet Roxana Randón Javier Margulis

EL BULULÚ AUTOR ı Actor ı Asistencia de dirección ı Música original ı Diseño de movimiento ı

José María Vilches Versión de Osqui Guzmán y Leticia González de Lellis Oski Guzmán Leticia González de Lellis Javier López Del Carril Pablo Rotemberg


24 · PROGRAMA

Diseño de vestuario ı Diseño de iluminación y escenografía ı Diseño de iluminación en reposición ı Dirección ı

Gabriela Aurora Fernández Graciela Galán Adrián Cintioli Mauricio Dayub

EL ÚLTIMO VERSO Autora ı Actor ı Sonorización en vivo ı Iluminación ı Vestuarista ı Asistente de dirección ı Dirección ı

Patricia Zangaro Daniel Fanego Mirko Mescia Leandra Rodríguez Mini Zuccheri Gabriela Ram - Iván Balsa Pompeyo Audivert

JULIA ZENKO · Canciones con identidad Como la cigarra Con las alas del alma Soy pan, soy paz, soy más Nostalgias Barco quieto Razón de vivir Cuenta conmigo Gracias a la vida Honrar la vida Guitarra ı

María Elena Walsh Eladia Blázquez ı Daniel García Piero Cadícamo ı Cobian María Elena Walsh Víctor Heredia Chico Novarro Violeta Parra Eladia Blázquez Mariano Delgado

NUNCA ES TRISTE LA VERDAD Relatos, poemas y canciones con dramaturgia de Patricia Zangaro. Charla pública de Cecilia Rossetto con Victoria Montenegro (hija de Hilda Ramona Torres y Roque Orlando Montenegro, desaparecidos en 1976) y Juan Pablo Mantello (hijo de Osvaldo Víctor Mantello, desaparecido en 1977 e identificado por el Equipo Argentino de Antropología Forense en 2009).


CANCIONES Y CARTAS DE TxI


26 · CANCIONES Y CARTAS DE TXI

RECORDATORIO LETRA I Gastón Cerana MÚSICA I Gregorio Vatenberg

Se recuerda a los espectadores, que está prohibido aquí tomar fotografías, Apaguen los celulares, beepers y bombas nucleares, no querrán que el mundo explote todavía. Se ruega no salir al baño antes que llegue el final, Si se pierden un cachito así, después no van a entender nada. Y en diez años ni les digo, con tanta obra estrenada. Diez años, diez años, diez años, de… Teatro por la Identidad…

Se recuerda a los espectadores que sigue el teatro pareciéndose a la vida. Enciendan sus celulares, y reciban las señales. Buscando salas, mangueando prensa, llorando cartas a sala llena, haciendo guardias, vendiendo pines, peleándonos por los camarines. representando, reconociendo, itinerando, restituyendo la identidad. Teatro por la Identidad.

Alcen telones aquí y allá. Hoy somos máscaras más caras… a la luz de la verdad.

Bajen las luces una vez más, hoy somos máscaras más caras… a la luz de la verdad. Diez años, diez años, diez años, de… Teatro por la Identidad.


CANCIONES Y CARTAS DE TXI · 27

SOMOS TEATROXLAIDENTIDAD LETRA I Luis Rivera López MÚSICA I Gregorio Vatenberg

Somos amigos, somos Hermanos. Somos el tiempo de ser humanos.

Somos la idea de la balanza que pacifica nuestra esperanza.

Somos tormenta, somos el fuego que purifica si es verdadero.

Somos poesía itinerante, somos la fuerza de cada instante.

Somos un grito desesperado porque miremos nuestro pasado.

Somos el aire, somos la vida que brota nueva de cada herida.

Somos el sueño áspero y duro de que fundemos nuestro futuro.

Somos madera del escenario, donde se ponen huevos y ovarios.

Trabajando por que sea cierto. Intentando encontrar el cómo. Apostando con nuestros cuerpos. Contestándonos quiénes somos.

Trabajando por que sea cierto. Intentando encontrar el cómo. Apostando con nuestros cuerpos. Contestándonos quiénes somos.


28 · CANCIONES Y CARTAS DE TXI

TODOS SOMOS TEATROXLAIDENTIDAD Durante los meses de julio y septiembre de 2009 y 2011 se leyeron las siguientes cartas en todos los teatros (comerciales, off, estatales, etc.) de Buenos Aires. Los actores de cada compañía enfrentaron al público luego del aplauso, al fin de cada función, con una consigna: “Hoy, todos somos TeatroXlaidentidad”.

Muy buenas noches a todos. Recién hemos participado juntos de un muy antiguo rito: el teatro. Un rito que para funcionar necesita de un ingrediente indispensable: La verdad. Quizá por eso, hace ya diez años, el teatro fue de las primeras voces que se alzaron para ayudar y ser parte en la búsqueda de Abuelas de Plaza de Mayo con un movimiento llamado Teatroxlaidentidad. Es que resulta paradójicamente teatral la tragedia de casi 400 niños hoy jóvenes, personas que fueron robadas de los brazos de sus madres poco después de su nacimiento en centros clandestinos de detención durante la dictadura entre 1976 y 1982 y que hoy, siendo adultos, ignoran su verdadera identidad y viven en la mentira. Y mientras exista una sola persona con su identidad falseada, es un problema que nos compete a todos. En este día, el elenco y la sala queremos ser parte de Teatroxlaidentidad y de esa búsqueda, haciendo un llamado a la valentía y al alma. Una sociedad que sueña, y quiere seguir soñando por otro mundo posible, necesita revisar su historia, conocerla para virar la mirada hacia el futuro. La verdad es posible y es necesaria para construir nuevos sentidos en nuestro andar. No te quedes sin saber quién sos. Tenés derecho a saberlo. Si tenés dudas acerca de tu nacimiento o sabes de algún caso, acercate a Abuelas de Plaza de Mayo. Difícil ser una sociedad sincera caminando indiferentes junto a una situación que es símbolo del ocultamiento. Señores: Hoy hicimos teatro para combatir la mentira. En el hall encontrarán compañeros que les darán el teléfono de Abuelas, su página web en Internet y una tarjeta para que puedan tener la información necesaria o alcanzársela a quien la necesite, no tienen más que acercarse a la mesa. Desde ya muchas gracias. Buenas noches.


CANCIONES Y CARTAS DE TXI · 29

Muy buenas noches. Desde hace 11 años existe dentro de la cultura de nuestra ciudad, y de muchas otras ciudades de la Argentina y el mundo, un movimiento de teatristas llamado Teatroxlaidentidad. Se trata de la unión de cientos de artistas detrás de la idea de trascender solidariamente el trabajo cotidiano para transformarlo en una ayuda a las Abuelas de Plaza de Mayo y la búsqueda de sus nietos. Hoy, todos los actores, directores y productores queremos ser teatroxlaidentidad. Y vamos a usar este espacio donde generamos ese instante mágico que es el teatro, para recordarles que todavía hay entre nosotros casi 400 personas que no saben quiénes son. Fueron secuestrados en épocas de la dictadura y entregados, mayoritariamente, a cómplices del asesinato de sus padres. Hoy los tiempos por suerte cambiaron y muchos de quienes se creyeron dueños de la vida y de la muerte están siendo juzgados. Esos jóvenes sin identidad son la herida abierta que continúa latiendo. La búsqueda de las Abuelas, es la muestra de la inmensa potencia del amor. Y el formidable logro de muchos de los nietos recuperados de reconstruir su integridad vital basándose en la verdad, lo que incluye muchas veces la difícil realidad de ver justamente condenados a quiénes los criaron, debiera ser un ejemplo a seguir por quienes intentamos cerrar las heridas con justicia y construir una sociedad mejor. Ocultar la verdad no puede ser una cuestión de familia. Ocultar la verdad acerca de un crimen, es cometer un nuevo crimen. Ayudar a estos seres humanos en la búsqueda de esa verdad es ayudarnos a nosotros mismos a encontrarla. Cualquiera que tenga dudas, o que tenga datos acerca de quien dude de su identidad o de algún familiar, amigo o vecino que esté atravesando esa situación, acérquense a Abuelas de Plaza de Mayo. Y los esperamos todos los lunes de agosto. En un nuevo ciclo de Teatroxlaidentidad.



ÍNDICE


36 · ÍNDICE

CICLO 2011

293

353

ESA EXTRAÑA FORMA DE PASIÓN

BOULOGNE

Susana Torres Molina

Araceli Arreche ı Gilda Bona ı Selva Palomino


ÍNDICE · 37

361

419

KALVKOTT ı CARNE DE TERNERA

ADN ı HIJOS SIN NOMBRE

Silvia Chague

Andrea Juliá

439

461

NUNCA ES TRISTE LA VERDAD

BASTARDA SIN NOMBRE

Patricia Zangaro

Cristina Escofet


38 · ÍNDICE

491 MICROFICCIONES POR LA IDENTIDAD Julián Marcel ı Paloma Hidalgo Díez ı Jesús Esnaola Moraza ı Martín Gardella ı Patricia Nasello ı Roberto Perinelli ı Mario Capasso ı Eduardo Gotthelf ı Bibiana Ricciardi ı Cristina Villanueva ı Juan José Panno ı www.cuentosymas.com.ar

ITINERANTES

499

515

STRUDELL

EL NIETO

Anabella Valencia

Santiago Varela



Comisión 2001

Tribunales

10


A propósito de la duda

Obelisco

Lanzamiento 2010

Tporitos

A propósito de la duda

TEATROXLAIDENTIDAD

Torta de lanzamiento 2005



CICLO 2011


CICLO 2011 COMISIÓN DE PRODUCCIÓN 2011 ı Mathías Carnaghi ı Amancay Espíndola ı Cristina Fridman ı Julieta Rivera López ı Claudio Santibañez ı Mauro Simone COMISIÓN DE LANZAMIENTO 2011 ı Mathías Carnaghi ı Amancay Espíndola ı Cristina Fridman ı Mónica Scandizzo ı Mauro Simone Conducción ı Matías Martin Actores ı Nancy Duplaá ı Bicho Gómez ı Virginia Innocenti ı Mirta Wons Músicos ı Babel Orkesta ı Ensamble de percusión Aceite de Oliva ı Director: Alejando Oliva ı Claudia Puyó ı Susana Rinaldi Textos ı Amancay Espíndola ı Luis Rivera López MICROFICCIONES X LA IDENTIDAD ı Coordinación general ı Roberto Perinelli Dirección ı Raquel Albéniz ı Mónica Scandizzo Autores ı Las escondidas ı Julián Marcel | Sin maquillaje ı Paloma Hidalgo Díez ı Ignorancia ı Jesús Esnaola Moraza ı Aventura a ciegas (minificción sonora) ı Martín Gardella | Reanimación ı Patricia Nasello ı Roberto Perinelli ı Método ı De nombres y cantos ı Mario Capasso ı Fortaleza ı Eduardo Gotthelf ı Herencia ı Bibiana Ricciardi ı El golpe ı Cristina Villanueva ı Reverendo ı Juan José Panno ı Desaparecido ı Luisa Valenzuela Actores ı Natalia Berzano ı Susana Figueroa María Fukelman ı Jorgelina Durilén ı Pablo Zanotti ı Cecilia Milsztein ı María Jimena ı Rodriguez Vázquez ı Gabriela Díaz ı Brenda Schraier FOTOS Y LIBRO TEATRO ABIERTO ı Julie Weisz ENCARGADOS DE LAS SALAS ı TEATRO APOLO ı Isabel Majdalani ı Gonzalo Almada ı Roberto Bisogno BAUEN TEATRO ı Por Auditorio Bauen Cooperativo : Federico Tonarelli ı Presidente TEATRO DEL PUEBLO ı Fundación Carlos Somigliana TEATRO LA COMEDIA ı Roberto Bisogno ı Ariela Mancke ı Marcela La Salvia C. C. de la COOPERACIÓN ı Juan Carlos Junio ı Juano Villafañe

MAIPO KABARET ı Lino Patalano ı María Esther López TEATRO METROPOLITAN ı Sebastián Blutrach ı Romina Chepe MULTITEATRO ı Carlos Rottemberg TEATRO DEL GLOBO ı Rosario Lufrano TEATRO IFT ı Comisión de Dirección ı Santiago Algán TEATRO SHA ı Roberto Bisogno ı Ariela Mancke ı Marcela La Salvia ı Daniel Randazzo ı Sandra Cavalli DISEÑO GRÁFICO , SITIO WEB Y AUDIOVISUALES ı Mathías Carnaghi FINANZAS ı Susana Cart ı Claudio Santibañez COMISIÓN DE PRENSA ı Cristina Fridman ı Mónica Scandizzo COMISIÓN DE DIFUSIÓN ı Patricia Ianigro ı Gabriela Díaz ı Andrea Marina Villamayor COMISIÓN DE ESPACIO ABIERTO ı Raquel Albéniz ı Perla Carella ı Amancay Espíndola ı Cristina Fridman ı Eugenia Levin ı Gustavo Martínez PRENSA ı Duche & Zárate ı Prensa y Comunicación SECRETARIA TEATROXLAIDENTIDAD ı Gabriela Díaz COLABORADORES ı Miriam Abramovsky ı Cristina Albéniz ı Camila Ameijeiras ı Sandra Arrechea ı Diana Alvarez ı Gonzalo Bao ı Natalia Berzano ı Pamela Bugnone ı Alicia Brugo Bee ı Florencia Call ı Daniela Calvo ı Luciana Calarota ı Aldana Casier ı Adriana Collande ı María Sol Crespo ı Graciela De Duran ı Mariana Duran ı Guadalupe Durante ı Jorgelina Durilén ı Malena Durilén ı Marilú Diz ı Analía Espósito ı Mariela Fernández ı Susana Figueroa ı Miriam Fridman ı María Fukelman ı Susana Genni ı María Luz Hernández ı Jorgelina Herrero Pons ı Ximena Hoffman ı Jessica Kadish ı Nora Martínez ı Alicia Mendoza ı Clara Merchan ı Cecilia Misztein ı Melania Miñones ı Karina Orlando ı Isabel Quinteros ı Leandro Rey ı María Jimena Rodríguez Vásquez ı Nadia Ruano ı Nando Ruiz ı Sandra Sánchez ı Brenda Schraier ı Cecilia Simone ı Andrea Turdera ı Facundo Vidal ı Pablo Zanotti


Esa extraña forma de pasión Susana Torres Molina

© Ana Ferrari


294 · 2011 ı Susana Torres Molina

SE ESTRENÓ EN EL TEATRO EL CAMARIN DE LAS MUSAS, (CABA) EL 30 DE ENERO DE 2010, BAJO LA DIRECCIÓN DE LA AUTORA. CUENTA CON EL APOYO DE PROTEATRO Y DEL INSTITUTO NACIONAL DE TEATRO. Nominada “Destacados en Dramaturgia” 2009 2010. Premio Teatro del Mundo (2010) Ternada en la categoría “Mejor Autoría”, para el Premio María Guerrero, 2010. Seleccionada para participar en el Festival “El Teatro y las Transformaciones sociales”. El Desguace Teatro (2011) Seleccionada para participar en el Ciclo “La memoria Puesta en escena” Ciclo de teatro y política en el CCMHConti. (2011) Seleccionada para participar en el Ciclo Teatro para la Identidad, (2011)


Esa extraña forma de pasión ı 2011 · 295

ESA EXTRAÑA FORMA DE PASIÓN El espectáculo está armado a partir del ensamble de las situaciones: los tilos, loyola y sunset. En escena las tres están siempre presentes, desde el inicio. Cada una se desarrolla a partir de secuencias fraccionadas, de forma alternada o superpuesta con las otras. Es un montaje complejo para exponerlo por escrito. El ritmo intercalado, de cortes y cruces constantes entre los personajes de las historias hace que intentar transcribir la dinámica se vuelva riesgoso, y pueda dar como resultado una lectura confusa. Una expresión errónea del objetivo planteado y concretado en las representaciones. Las tres situaciones fueron escritas y ensayadas de modo autónomo y el trabajo de cruzamiento se concretó en la última etapa de los ensayos, a partir de un guión de escenas que organicé, teniendo ya muy incorporado lo conseguido, con cada una de ellas, en los meses de exploración del material, junto a los actores. En algunos casos tuve la necesidad de crear breves textos como nexos entre escenas, por diferentes razones prácticas, y estos no figuran en esta versión. El armado de la estructura final fue producto de la investigación, de poner en acto los distintos factores en juego. Un trabajo con similitudes al montaje de edición audiovisual. Susana Torres Molina


296 · 2011 ı Susana Torres Molina

SITUACIÓN ı SUNSET

Personajes LAURA ı Gabi Saidon ı Verónica Hassan ı 25 años CARLOS ı Emiliano Diaz ı 36 años MIGUEL ı Santiago Schefer ı 40 años

CIUDAD DE BUENOS AIRES. ARGENTINA. (1977) Centro clandestino de detención

En la zona central del escenario se ve un escritorio típico de oficina, encima, una lámpara regulable del mismo estilo, encendida. También se ve una pila de carpetas, un teléfono negro de discar. Dos sillas enfrentadas y una más en un rincón. En el piso. Hay diseminadas cajas de cartón por donde sobresalen libros. Sobre un estante un reproductor de música para casettes. Un juego de Scrabbel. Vasos.

ESCENA 1 CARLOS y Miguel llevan trajes oscuros, camisas claras, corbatas neutras, zapatos negros. CARLOS

¿Por qué tarda tanto?


Esa extraña forma de pasión ı 2011 · 297

MIGUEL

Tranquilo.

CARLOS

Estoy tranquilo. Lo que no me gusta es esperar.

MIGUEL

Es una ocasión especial.

CARLOS

Para el caso, todas son ocasiones especiales. ¿Tu mujer?

MIGUEL

La paso a buscar en un rato. Tiene que acostar a los chicos. ¡Qué mujer! Me dice que no sabe cómo vestirse. Que quiere estar acorde a la situación. (Mordaz.) ¡Acorde a la situación! (Silencio.) ¿A dónde vamos a comer? ¿Al Club?

CARLOS

No. Ahí ya fuimos el año pasado, muy ruidoso. No se puede hablar.

MIGUEL

¿Y tenés mucho para decir?

CARLOS

Sí.

MIGUEL

¿Sí?

CARLOS

Yo no soy como vos.

MIGUEL

Ah, ¿y cómo soy yo?

CARLOS

Monotemático.

MIGUEL

Depende de las circunstancias. ¿Y, en qué sos tan diferente a mí?

CARLOS

En que enseguida me aburro.

MIGUEL

¿Y, cuál es el problema?… cambiás. (Tiempo.) Está buena la judía. No es mi tipo, pero reconozco que está bien hechita.

CARLOS

¿Ves?, con ella se puede hablar.

MIGUEL

Seguro, tiene la cabeza llena de esos libros de mierda. Así le fue.

CARLOS

Le fue y le va bastante bien.

MIGUEL

Sí, ya sé, (Irónico.), se está recuperando.


298 · 2011 ı Susana Torres Molina

CARLOS

Así dicen.

MIGUEL

Entonces… vamos a la costanera. Ahí se respira. Corre aire.

(Entra Laura. Lleva un vestido corto escotado. Tacos. Se acerca a Carlos.) CARLOS

¡Estás muy linda! (La besa.)

MIGUEL

Hola, muñeca. (Laura lo mira a Miguel y le hace un breve gesto por saludo.)

CARLOS

(Observándola.) ¿Por qué no te maquillaste?

LAURA

No encontraba…

CARLOS

¡Otra vez!… No importa, ahora te consigo. Estamos viendo dónde ir a festejar.

MIGUEL

Yo decía el Club.

CARLOS

¿La costanera?

MIGUEL

¿San Isidro?

LAURA

¿El Tigre?

(Ambos la miran unos instantes.) CARLOS

(Le sonríe a Laura.) Lo siento, hoy no.

MIGUEL

¿Entonces?

CARLOS

Mejor vamos a la Costanera y después nos damos una vuelta por Sunset.

MIGUEL

Perfecto. (Saluda con una especie de venia y sale.) (Carlos y Laura se miran durante unos instantes. Carlos, lentamente se le acerca, la besa y con suavidad le acaricia la mejilla, el pelo.)

CARLOS

¿Me extrañabas?

LAURA

Si.


Esa extraña forma de pasión ı 2011 · 299

CARLOS

¿Qué hacías?

LAURA

Me bañé y preparé la ropa. No fue fácil encontrar algo que me quedara bien.

CARLOS

¿Y antes?

LAURA

Leía.

CARLOS

¿El que te regalé?

LAURA

El de Jack London.

CARLOS

¿Leíste los cuentos del Ártico?

LAURA

Sí, son muy impresionantes.

CARLOS

Sabía que te iban a gustar.

LAURA

Esa lucha tremenda… por la sobrevivencia.

CARLOS

Y, eran condiciones durísimas, frío, hambre, soledad. Los lees y te desespera. No podés dejar de identificarte. (Le toma la mano.) No te limpiaste bien las uñas.

LAURA

No hay buena luz.

CARLOS

Sabés que me gusta que estés impecable.

LAURA

Lo sé.

CARLOS

Entonces, esmerate.

LAURA

Lo hago todo el tiempo.

CARLOS

Mi amor, no pongas voz de víctima. (Sonriendo.) ¡Por favor!

LAURA

No es voz de víctima.

CARLOS

¿Ah, no? ¿Y qué es?

LAURA


300 · 2011 ı Susana Torres Molina

CARLOS

Ya sé, no te gustan las fiestas.

LAURA

No.

CARLOS

¿Te deprimen? (Laura asiente.) Pero, estás conmigo. (Laura asiente.) ¿Y, entonces?

LAURA

Tengo muchas ganas de saludar a mis padres.

CARLOS

¿Era eso? ¿Sólo eso? Cambiá la cara… los vas a saludar.

LAURA

¡Gracias!

CARLOS

Me desconozco, ¿sabés?… por cómo te malcrío. (Le toma el rostro entre sus manos, la mira fijo.) Para fin de año… Te voy a llevar a ver a los papis. Nos quedamos un par de días. No te lo quería decir, era una sorpresa. Un regalo. (La suelta.) Nos vamos el treinta y uno temprano. Pero… (Acercando el dedo índice a su boca.) ¡shhhh! Hay mucha campaña en contra. Conviene hablar lo menos posible.

LAURA

Yo leo. Un libro tras otro.

CARLOS

Mejor. Total ya no hay mucho más para decir. (Le acaricia la cara.) Mirá que linda estás desde que papá se ocupa de vos.

LAURA

(Retirándole la cara.) No soy tu nena.

CARLOS

(Agarrándola fuerte.) ¡Sí lo sos! Y porque lo sos deberías agradecer cada mañana al despertarte.

LAURA CARLOS

(Irónica sonriendo.) ¿Agradecer cada mañana? ¿Por despertarme acá? ¿No te parece demasiado? Me gusta verte sonreír. Me gusta cuidarte. (La mira hondo como se mira algo por primera vez.) Terminá de arreglarte y limpiate las uñas. En diez minutos salimos. Te quiero ver espléndida. Quiero que cuando entremos al restaurante la gente nos mire y piense: ¡Qué linda pareja hacen esos dos!

(Laura comienza a reírse. Es una risa que va creciendo hasta la carcajada. Carlos se suma. Él la quiere agarrar, ella se escapa. Él la persigue alrededor del escritorio hasta que Laura se deja alcanzar. Carlos la atrae hacia sí y se besan apasionadamente.)


Esa extraña forma de pasión ı 2011 · 301

ESCENA 2 Carlos, Laura y Miguel están sentados y sobre el escritorio hay una botella de champagne abierta y tres copas. Los tres están con la misma ropa que antes, lo que da la idea de que acaban de retornar de la salida anterior. El aspecto de los tres denota un evidente desarreglo, los hombres ya no tienen puestos ni los sacos ni las corbatas, y Laura está descalza. Se nota en todos un leve estado de ebriedad. CARLOS

(A Miguel.) Alicia baila muy bien.

MIGUEL

No tanto como tu chica. (A Laura.) ¿Dónde aprendiste a bailar así?

LAURA

Me gusta la música. Me dejo llevar.

CARLOS

Ya amaneció.

MIGUEL

¡Feliz navidad! (Levanta su copa, lo mira a Carlos.) Por nosotros, ¡lo más grande que dio esta tierra bendita!

(Miguel entrechoca su copa con la de Carlos. Laura queda con la copa en la mano, suspendida. Es notorio su mal humor. Miguel comienza a tararear una canción. Carlos le hace mimos a Laura, intentando paliar la evidente molestia. Se suma al tararéo de Miguel pero siempre pendiente de ella. Miguel se levanta y coloca un casette de música bailable en el equipo de música.Comienza a bailar solo mientras bebe de su copa de champagne.) CARLOS

(A Laura.) Mostrame como te dejás llevar.

LAURA

Estoy cansada.

CARLOS

Chiquita, no pienses que esto se va a dar seguido. Salir, bailar, tomar champagne… ¡Tenés que aprovechar el momento!


302 · 2011 ı Susana Torres Molina

MIGUEL

(A Laura.) No seas aguafiestas como Alicia. (Mira el reloj.) En este preciso momento debe estar preparándole el desayuno a los chicos. (A Carlos.) A veces, te juro, no tengo ganas de volver a casa. Aquí la paso mucho mejor.

CARLOS

(A Laura.) Vamos, bailá para mí. Por favor. Te lo estoy pidiendo por favor. (Laura se incorpora y lentamente comienza a bailar. Se nota que le cuesta. Poco a poco se va soltando. Miguel continúa con su danza solitara, mientras la observa con disimulo. Paulatinamente comienza a estar más pendiente de su presencia y en un momento se le coloca enfrente y comienza a bailar con ella. Al principio suelto pero después se le acerca y la toma de la cintura para bailar juntos. Carlos mira la escena, imperturbable, mientras bebe champagne. Miguel está cada vez más junto a Laura. Se

nota que ella se resiste pero él la sujeta con fuerza. La abraza por la cintura.)

(Se levanta de su asiento y baja bruscamente el volumen de la música.) Hora de dormir. (Miguel, contrariado, suelta a Laura y ésta se aleja de él. Carlos con expresión cansada le hace gestos con la mano despidiéndolo.) Miguel, lentamente, toma su saco y corbata y se dirige a la salida. Antes de irse del todo le echa una última mirada a Laura. Ella a su vez lo mira fijo a Carlos. CARLOS

ESCENA 3 Carlos y Laura tienen sus espaldas apoyadas en la pared del fondo. Están a un par de metros de distancia. CARLOS

¿Te gustó excitarlo?

LAURA

No. Vos me pediste que bailara.

CARLOS

¡No con él. Te pedí que bailaras para mí. Me hacés quedar como un imbécil. Sos mi mujer!


Esa extraña forma de pasión ı 2011 · 303

LAURA

¿Por qué no me lo quitaste de encima?

CARLOS

Me pareció que te gustaba. Sonreías.

LAURA

Trataba de ser amable.

CARLOS

¿Amable?¿Con quién? ¡No conmigo!

LAURA

En mi situación es difícil saber con quién, cuándo y hasta dónde tengo que ser amable.

CARLOS

¡No es nada difícil! ¡Es muy fácil! ¡Aquí el único que existe para vos, soy yo! ¡Yo soy tu hombre, los demás no existen! ¿Entendés? ¡No existen!

LAURA

Entonces… ¡cuidame!

CARLOS

(Acercándose a ella.) Chiquita, no hago otra cosa.

ESCENA 4 Carlos y Laura continúan con la misma indumentaria, elegante y desarreglada. LAURA

Quiero llamarlos a mis viejos.

CARLOS

A esta hora van a estar durmiendo.

LAURA

Los despierto. A ellos no les va a importar.

(Después de una pausa claramente premeditada Carlos le señala el teléfono. Laura con expresión feliz se dirige al escritorio donde está el teléfono, lo descuelga.) CARLOS

Discá cero cinco primero. (Laura disca.) Tranquilizalos… y mandale saludos de mi parte.

LAURA

Hola, papá… sí, soy yo… sí, estoy bien, muy bien… acá estoy con Carlos… les manda saludos… vamos a ir para allá a pasar fin


304 · 2011 ı Susana Torres Molina

de año… sí, maravilloso… nos quedamos un par de días… claro, papá, muy contenta, muy… (Se le quiebra la voz.)

(Carlos se acerca y la mira inquisitoriamente. Ella se recompone rapidamente.)

Sí, yo también los quiero mucho… nos vemos prontito… no, no me pases con mamá, ahora no, sí, sí, rezo… besos a mamá, y a todos.

(Corta. Permanece unos instantes inmóvil.) CARLOS

¿Rezas?

LAURA

No.

CARLOS

¿Y por qué le mentís?

LAURA

No sé… Por amor.

CARLOS

(Riéndose.) ¡Por amor!

LAURA

Vos también mentís por amor.

CARLOS

¿Yo?

LAURA

Ahora, cuando vuelvas a tu casa… ¿qué vas a decir?

CARLOS

Que estuve trabajando.

LAURA

Pero no estuviste trabajando

CARLOS

¿Estás segura?

LAURA

¡Detesto esa clase de humor! (Se levanta y camina como para irse.)

CARLOS

(Tomándola por el cuello y llevándola a caminar en círculos por el lugar.) Chiquita, quereme. Pensá que en pocos días vamos a estar todos juntos, en familia. Empieza un nuevo año y… esto es como… columpiarse a cincuenta metros de altura, sin red. Todos los días me pregunto si vas a aguantar sin soltarme la mano. No, no digas nada. (La besa.) Hace mucho que no bailábamos. ¿Por qué? ¿Por qué no lo hacemos más seguido? Si a vos te gusta tanto. Soy un desconsiderado. ¿Te parezco un desconsiderado? ¿Un egoísta? ¿Un mal tipo?


Esa extraña forma de pasión ı 2011 · 305

LAURA

Conmigo sos bueno.

CARLOS

(La mira unos instantes.) Sabés… no hay tipos buenos y tipos malos. Hay circunstancias buenas y circunstancias malas. Y a veces en circunstancias malas los tipos buenos deben hacer cosas malas. Y eso es lo que se debe hacer, eso es lo correcto… ¿Entendés? (La mira fijo unos instantes, luego sonríe.) Me gusta mucho ir a Sunset con vos. Bailar bien juntos. Abrazarte fuerte. Me imagino una vida más tranquila. Los dos. Hasta me dan ganas de tener…

(Laura lo besa como para evitar que continúe. Él la abraza.) Seguí trabajando. (Sale.)

ESCENA 5 Laura, lleva puesto un pantalón, una remera y zapatos bajos, permanece de pié frente al escritorio. Miguel le acerca una silla y le hace una señal para que se siente al lado de él. MIGUEL

(Señalando los libros en las cajas.) ¿Leés las dedicatorias?

LAURA

A veces.

MIGUEL

Yo sí las leo. Es una manera más de conocerlos. Tengo algunas seleccionadas. Por ejemplo… (Busca entre una pila de libros sobre el escritorio. Toma uno. Lo abre en la primera página. Lee.)

“A Adriana, el amor de mi vida. Tu sonrisa es mi faro en estos momentos. Por la pareja que somos. Por la lucha que compartimos. Por la certeza que iremos hasta el final. ¡Hasta la victoria siempre! Tuyo, Eduardo”.

(Breve silencio. Miguel la observa a Laura. Ella se mantiene impasible.) Hoy trajeron unos conocidos tuyos. (Breve silencio.) ¿No te interesa?


306 · 2011 ı Susana Torres Molina

LAURA

No.

MIGUEL

¿No? ¿Qué raro? Me gustó bailar con vos la otra noche. ¿A vos?

LAURA

Estuvo bien.

MIGUEL

¿Sabes?… un consejo de amigo. En estas épocas tan confusas, es bueno tener más de un palenque dónde rascarse.

LAURA

Gracias. Lo tendré en cuenta.

MIGUEL

¿Entonces, no querés saber quienes llegaron de visita? (Sonriéndole.) De visita porque no se van a quedar mucho.

LAURA

¿Sirve de algo?

MIGUEL

Pensé que el compañerismo entre ustedes era algo más… consistente. (Observándola.) ¿Qué pasa? ¿Querés irte? ¿Estás tan apurada en volver a tu cucha?

LAURA

En realidad, sí. Me dieron mucho trabajo.

MIGUEL

Dicen que con vos se puede hablar… no me parece… Sabés, voy a ir al Tigre el fin de semana con mi familia. ¿Tus padres viven ahí, no? (Laura asiente.) Voy a ir a navegar. Me gusta ver pasar las lanchas llenas de gente. Verlos saludando, felices y despreocupados. Si querés puedo hacer de mensajero. Pero nadie tiene que enterarse. Nadie.

LAURA

Gracias, pero no tengo ningún mensaje.

MIGUEL

¿No? Deben ser una familia muy poco comunicativa. Claro, si no no les hubiera salido una hija tan resentida, tan llena de rabia.

(Breve silencio.)

Tengo puestos mis ojos ahí. (La señala sonriendo.) No sé si para vos eso es una suerte… o una desgracia.

(Le hace un gesto con las manos para que se retire.) (Laura avanza para irse pero él se interpone y le impide el paso. Ella hace un par de intentos para evadirlo pero él siempre se le ubica delante. Finalmente ella desiste y permanece inmóvil. Él la observa unos instantes. Vuelve a su escritorio. Ella sin mirarlo se va.)


Esa extraña forma de pasión ı 2011 · 307

ESCENA 6 Carlos y Laura juegan al Escrabbel sobre el escritorio. Están sentados de modo que quedan enfrentados. LAURA

No va, está mal escrita. Es sin hache.

CARLOS

Lleva hache.

LAURA

No.

CARLOS

Sí.

LAURA

Te digo que no.

CARLOS

¿Estás segura?

LAURA

Segurísima.

CARLOS

Entonces, siempre la escribí mal. Claro, porque exhibición, exhorto… todas llevan.

LAURA

Exuberante, no. Busca otra

CARLOS

Mi viejo siempre decía, querés escribir, leé.

LAURA

(Mirando alrededor.) Aquí hay libros de sobra.

CARLOS

Y tareas de sobra. A la noche leo tres párrafos y se me cierran los ojos. (Se incorpora y camina por el lugar.) Ahora, ¿por qué ustedes leen tanto? ¿Por qué en todas las casas hay bibliotecas con montones de libros? ¿Qué les dan esos libros? ¿Qué encuentran ahí? eh, ¿qué encuentran?

LAURA

¿Qué me estás preguntando?


308 · 2011 ı Susana Torres Molina

ESCENA 7 Hay un mapa desplegado sobre el escritorio. Carlos y Laura lo están observando. CARLOS

Lo bueno de tener un barco es que te sirve como hotel. Donde te gusta quedarte ahí lo fondeás.

LAURA

(Señala un punto en el mapa.) Aquí por ejemplo.

CARLOS

(Observando donde ella señaló.) St. Martin, está muy bien, es una isla mitad francesa, mitad holandesa. Y está cerca de las islas Guadalupe.

LAURA

Siempre quise ir a Martinica.

CARLOS

Yo… a Tahití. Primero a Bora Bora, tiene un paisaje impresionante, pasar después por Tahaa, bucear entre los corales, seguir a…

LAURA

(Señala un punto.) ¡Cerdeña!

CARLOS

(observa.) ¡Sí, podemos hacer la costa Esmeralda, pasar por Córcega, y seguir a la Costa Azul, Niza, las playas de Antibes, Saint Tropez…!

LAURA

(Señala un punto.) ¡Acá me gustaría vivir!

CARLOS

(Observa.) Palma de Mallorca. Está lleno de alemanes. Imaginate, trescientos días de sol al año.

LAURA

Ibiza está al lado, con el barco podríamos ir los fines de semana.

CARLOS

Mejor, nos tomamos un mes y recorremos las islas griegas en el mar Egeo… (señala.)

LAURA

¡Mikonos…

CARLOS

¡Delos, Andros, Santorini…!


Esa extraña forma de pasión ı 2011 · 309

LAURA

(Señala un punto.) Aquí también me gustaría vivir. Río de Janeiro. (Se endereza.) Bella ciudad a vera do mar. Mucho verde y flores y el cielo más azul de los azules. Un buen lugar para intentar ser feliz.

(Silencio. Ambos se miran por un instante. Carlos dobla lentamente el mapa. Lo guarda.)

ESCENA 8 Miguel lleva una silla al medio del espacio y le hace señas a Laura para que se siente allí. Ella le obedece. Miguel tiene un papel en la mano y mientras le habla camina alrededor de ella. MIGUEL

Tus padres me dieron una carta para vos.

LAURA

¿Estuviste con ellos?

MIGUEL

Toda una tarde. Tu mamá me convido con tarta de manzanas. Apfel strudel. Su especialidad, me dijo. Repetí tres veces. Ya me daba vergüenza. Me dijeron que vas a ir pronto a visitarlos. ¿Es así?

LAURA

MIGUEL

Me contaron muchas historias de vos. Anécdotas. Lindas. Te quieren mucho. Aunque no estén de acuerdo en muchas cosas. En realidad, en nada.

LAURA

¿Cómo están?

MIGUEL

Bien. Es gente amable. La verdad me sorprende que de esos padres…

LAURA

¿Para qué fuiste?

MIGUEL

Para conocerlos. Para decirles que te quiero cuidar. Que puedo hacer mucho por vos. Que confíen.

(Laura sonríe burlonamente.)


310 · 2011 ı Susana Torres Molina

Total, perdido por perdido… También les expliqué, para que se quedaran tranquilos, que nosotros somos igual que los médicos, curamos la infección antes de que se haga gangrena. LAURA

¿Me vas a dar la carta?

MIGUEL

No sé, no sé… hay algo tuyo que no me termina de convencer. Un dato, sé de varios muchachos que les gustaría mucho ser propietarios de esa casita tan linda, con vista al río. Yo mismo sin ir más lejos. Y es tan fácil. Toc toc. ¿Quién es? Soy yo, señora, Miguel, traigo noticias de su hija. ¡Adelante, póngase cómodo! ¿Un poquito de apfel strudel?… Después, señora, en realidad hoy vine para otra cosa. Dígame, por casualidad, ¿la escritura de la casa… la tiene a mano?

(Miguel se acerca, se inclina, le susurra algo en el oído, y se va.)

ESCENA 9 Carlos está observando unas fichas que tiene en la mano y se dirige a Laura que está revisando libros en una caja. CARLOS

La verdad, no los entiendo, si para morir siempre hay tiempo. Siempre hay tiempo para eso. Son jóvenes. Casi todos tienen hijos pequeños. ¿Por qué tanta atracción con la muerte? ¿Tanta obsesión? ¿Qué les pasa? ¿No se animan a vivir? ¿A disfrutar? ¿A gozar de los pequeños y estúpidos placeres de la vida? ¿Les da culpa? ¿Culpa? ¿Culpa de qué? Arriesgan todo, todo, para salvar a quienes nunca les pidieron que los salvaran. (Silencio. Laura, incómoda, se levanta para irse.)

Puedo pedir que me trasladen al exterior en alguna misión. No es difícil. Conservo mis influencias. Si estás de acuerdo mañana mismo empiezo a tramitar tu pasaporte. Pensalo, pero pensalo rápido. (Laura se va yendo.) Chiquita… (Laura gira.)


Esa extraña forma de pasión ı 2011 · 311

CARLOS

Ya no queda nada. (Se quedan mirándose unos segundos y luego

Laura se va.)

ESCENA 10 Carlos en el escritorio, revisando libros. Llega Miguel, agitado. MIGUEL

¡No sabés lo que fue! Imaginate, hacía media hora que se había largado la regata y de pronto comenzó un viento huracanado, y en una de las rachas nuestro barco tumbó. Al tumbar, Pancho nos gritó…

CARLOS

¿Pancho era el capitán?

MIGUEL

Sí, en esa regata sí. Imaginate, las olas eran de dos metros, Martín, no sé por qué se soltó y se fue nadando a la popa pensando que se iba a agarrar de ahí, pero justo el barco se enderezó y arrancó tan rápido que Pancho en el timón no lo pudo frenar… no lo pudo frenar

CARLOS

¿Y Martín?¿ Qué pasó con Martín?

MIGUEL

CARLOS

¿Pancho no hizo nada?¿Lo abandonó como una rata en el medio del río para que se ahogara? ¡Lo mató, directamente, lo mató! Como Martín tenía salvavidas teníamos la esperanza de que iba a llegar a la costanera.

MIGUEL

CARLOS

¡¿Con olas de dos metros, agotado y congelado?!

MIGUEL

Sí, los del club dijeron que tendría que haber hecho mucho más.

CARLOS

¡Tremendo cagón! Ese tipo no puede correr una regata nunca más. Y le tienen que quitar el carnet de por vida. Y la viuda le tiene que hacer un juicio. ¡Lo que hizo Pancho es criminal! ¿Y el cuerpo?… ¿apareció?


312 · 2011 ı Susana Torres Molina

(Miguel niega con la cabeza.) Es posible que el río lo arrastre a la orilla. Viste que eso está pasando mucho.

(Breve silencio.) MIGUEL

Tengo acá (Se señala los ojos.) la mirada de Martín Cuando el barco arrancó y se quedó solo, en medio del río. Acá la tengo. No me la olvido más.

ESCENA 11 Carlos camina impaciente por el lugar. Laura lo observa. LAURA

¿Qué pasa?

CARLOS

Quiero saber qué decidiste.

LAURA

¿Ahora?

CARLOS

Sí, ahora.

(Silencio.) LAURA

Me amas… (Carlos asiente.) Más que a tu propia vida… ¿Eso me dijiste?

CARLOS

Sí, te lo dije… pero… ¿a qué viene esto?

LAURA

Entonces… dejame ir.

CARLOS

¿Cómo?

LAURA

Quiero elegirte, pero no puedo así, con tanto miedo encima.

CARLOS

(Se le acerca.) ¿Me tenés miedo?


Esa extraña forma de pasión ı 2011 · 313

LAURA

Acá le tengo miedo a todo.

CARLOS

¿Y qué es lo que querés?

LAURA

No estar en esta condición tan despareja. Necesito salir. Volver a ser yo… reconocerme en lo que digo, en lo que hago…

CARLOS

¿Y por qué haría eso? A ver, explicame, ¡¿por qué?! (Golpeando el escritorio.) ¿Aquí quién se reconoce en lo que dice?¿En lo que hace? Chiquita, decís que me amas pero me estás soltando la mano, eso es lo que estás haciendo ¡me estás soltando la mano!

LAURA

No, no… Pero, ¿querés que siempre quede la sospecha de por qué te elegí?

CARLOS

¡No me importa!

LAURA

¿Convivir con esa sensación horrible?

CARLOS

¡Te digo que no me importa!, el tiempo termina aclarando todo.

LAURA

¿Y mientras tanto?

CARLOS

No necesito más pruebas.

LAURA

Pero yo sí. (Alterada.) No entendés… no me entendés… ¡nunca me entendés!… (Más tranquila.) ¡Por una vez, te podés poner en mi lugar!

(Silencio. Tiempo.) CARLOS

¿Cómo sería?

LAURA

Dos meses. Un tiempo para estar sola. Después nos reunimos, y ahí vemos cómo… dónde.

CARLOS

(Irónico.) ¿Algo más? (Laura lo mira, seria. Silencio.) De verdad, ¿te parece… necesario?

(Laura asiente.)

¿Estás segura de esto? (Laura asiente.) (Carlos se apolla en ella y lentamente se va dejando deslizar hasta quedar de rodillas. Le

toma las manos a ella y se las sujeta por las muñecas. Apoya su


314 · 2011 ı Susana Torres Molina

cabeza en su vientre.)

¿Y si cuando estás libre cambiás de idea?…

(Silencio.) ¿Si me traicionás? ¿Si desaparecés?

(Silencio.) Me da mucho miedo perderte, ¿sabés? ¿Lo sabés? Chiquita…

ESCENA 12 Laura está sentada sobre el escritorio frente a Carlos, que está sentado en una silla. LAURA

Ha sido tan difícil… y tan fácil… y tan difícil. La primera vez que me tocaste, temblaba… pensé que de miedo, pero no. Me di cuenta que necesitaba tanto algo así, una mano en mi mano, sólo eso, que ya no quería moverme. Pensaba… por favor, que este instante crezca, crezca y lo tape todo. Que tape los gritos, las sombras, todo. (Silencio.) Me mantuvo viva. (Se pone de pié, parece que se va a acercar a Carlos pero detiene el impulso y se aleja rapidamente, casi corriendo.)

ESCENA 13

Miguel y Carlos están sentados frente a frente, en el escritorio, jugando al Scrabbel. CARLOS

24, triple palabra… ¡setenta y dos!

MIGUEL

¡Me aburre!

CARLOS

Este juego sólo aburre a los analfabetos.


Esa extraña forma de pasión ı 2011 · 315

MIGUEL

¡Dale, Borges! Si yo leo más que vos. Y ahora mucho más con este laburo que me tocó. (Mira las cajas de libros en el piso.) Lástima que casi todo lo que llega son libros de psicología, sociología, filosofía, poesía… A mi me gustan las novelas, las policiales como las de Agatha Christie. Diez indiecitos, nueve indiecitos, ocho indiecitos… ¿A vos te parece que se necesitan tantos libros para entender la vida?

CARLOS

¡Jugá, te toca a vos!

MIGUEL

Si todos queremos lo mismo, vivir tranquilos, querer, que te quieran, que tus hijos se sientan orgullosos de vos. ¿Y la judia?¿Qué sabés? ¿Afuera se está portando bien?

CARLOS

No sé nada.

MIGUEL

¿Nada?

CARLOS

Nada.

MIGUEL ¿Nada de nada? CARLOS Nada de nada, ¿Qué pasa?¿ No me crees? (Se levanta va hacia

Miguel y ambos comienzan a hacer fintas de box, y alternadamente se pegan con la mano abierta. Hay una actitud divertida pero también contenidamente violenta.)

MIGUEL

(Separándose.) Ya te dije, me aburro fácil, eso es todo. Me sorprendés. Por cómo te jugaste por ella… pensé que estabas enganchado hasta la manija.

CARLOS

Estaba, pero ya pasó.

MIGUEL

Y… un momento de debilidad tenemos todos. Y aquí adentro unos cuantos. Cada vez hay más cruces.

(Están frente a frente.) CARLOS

Hablando de debilidad, necesito un cambio de aire. Pedí que me trasladen un tiempo al exterior. Alguna embajada, o consulado.

(Friamente le da una cachetada.) (Miguel se sorprende pero no reacciona. Sonríe.) Estoy cansado de todo este quilombo.


316 · 2011 ı Susana Torres Molina

MIGUEL

Te voy a extrañar. (Le da una cachetada a Carlos.) ¿Algún lugar en especial?

CARLOS

Podría ser España, (Cachetata a Miguel.) Río de Janeiro, ese es un buen lugar…

MIGUEL

Hacés bien, si al final acá terminamos haciendo la misma vida de mierda que ellos, (Cachetada a Carlos.) y así terminamos, hechos mierda como ellos…

CARLOS

Por eso me quiero rajar. (Cachetada a Miguel.)

MIGUEL

Y, lo que es peor, enganchados con las minas de mierda de ellos. (Cachetada a Carlos.) ¿Es gracioso, no?

CARLOS

(Cachetada a Miguel.) ¿Te parece?

MIGUEL

¿Vos no eras el que decía que muchas cosas no estaban funcionando bien? (Se separan.)

CARLOS

(Sonriendo, como si nada.) No, yo no. Nunca dije algo así. (Va al escritorio, como si nada.) Vamos, jugá.

Con vos no se puede hablar. (Se sienta de mala gana.) Vos que decís tanto… CARLOS ¡Jugá de una vez, Miguel! MIGUEL


Esa extraña forma de pasión ı 2011 · 317

SITUACIÓN ı LOS TILOS

Personajes CELIA ı Fiorella Cominetti ı 20 años PACO ı Béla Arnau ı 25 años

CIUDAD DE BUENOS AIRES. ARGENTINA. (1978) Modesto Hotel Alojamiento ı Hotel por horas sólo para parejas

En la zona derecha del escenario vemos una cama de dos plazas, dos mesas de luz con sendas lámparas pequeñas. Ambas están encendidas. Dos sillas. En el lateral izquierdo una ventana con las cortinas corridas. Vemos en el piso un bolso, y sobre una silla, una cartera grande tipo bolsa hindú, una campera y una chaqueta de gamuza.

ESCENA 1

(Ubicados en el extremo derecho de la ventana están Paco y Celia. Ella está detrás de él. Observan con disimulo hacia afuera. Ambos están vestidos de sport. Ella lleva pantalones. El aspecto de él es desaliñado.) CELIA

Repasemos…

PACO

(Le da un documento.) Ricardo… Ricardo Zalazar… me dicen Ricky. Somos novios desde hace dos meses. Nos conocimos en el bar Ramos.


318 · 2011 ı Susana Torres Molina

Se te cayó un libro y te lo levanté. Vivo con mis tíos en Floresta. No sabés bien dónde. CELIA

En Once, Rivadavia y Alberti, con una amiga, Marta. No viniste nunca.

PACO

Busco trabajo. Músico.

CELIA

Estoy en Letras. Ahora dejé. ¿Documento? (Chequéa con el documento que le dio Paco.)

PACO

Cinco tres nueve cinco cero cero… tres.

CELIA

¿Fecha de nacimiento?

PACO

Tres del nueve del cincuenta y dos.

CELIA

Bien. (Alejándose de la ventana.) No me gustó como nos miraba.

PACO

(Continúa observando.) ¿Quién?

CELIA

La encargada. Nos miraba mucho. Se supone que si una viene a este tipo de hoteles no es para que te miren.

PACO

(Se aleja de la ventana.) El coche siguió de largo.

CELIA ¿Y qué decís? PACO

¿De qué?

CELIA

De la mujer de la entrada.

PACO

Nada. ¿Qué podemos hacer? Ya pagamos. Si nos vamos ahora no nos queda plata para otro hotel. ¡Y yo no doy más! Ya van dos noches que duermo en colectivos.

CELIA

Últimamente… ¿no te pasa que todos, pero todos, te miran raro?

PACO

Es inevitable.

CELIA

¿En algún momento afloja la paranoia? ¡Te acostumbrás y ya está!… ¿Pasa eso?

(Paco se encoge de hombros. Se sienta en la cama. Comienza a quitarse

los zapatos, se afloja el cinturón.)


Esa extraña forma de pasión ı 2011 · 319

CELIA

¿Lo de tu hermana?… ¿Cómo lo llevás? (Paco, serio, la mira fijo.) (Mientras se saca sus botas.) Hay pocas Oportunidades de hablar.

PACO

¿Te parece?

CELIA

Hablar de lo que nos pasa.

PACO

¿Y para qué?

CELIA

A mi me hace bien. Lo necesito.

PACO

Yo no.

CELIA

¿Le contaste a alguien?…

PACO

CELIA

¿Lo de tu hermana?

PACO

(De mal modo.) A mis viejos, claro.

CELIA ¿A nadie más? PACO

¡¿Te parece momento para sociales?! Además… no quiero hablar de mis cosas. Me debilita. Me quita fuerzas. ¿Entendés?

CELIA

PACO

¡¿Entendés?!

CELIA

Entendí.

ESCENA 2 PACO

¿Vos… sos de familia de plata, no?

CELIA

Un poco.


320 · 2011 ı Susana Torres Molina

PACO

¿Un poco? Qué graciosa…

CELIA

¿Qué querés que diga?

PACO

No sé. Igual aunque lo quieras ocultar se te nota.

CELIA

No lo quiero ocultar. No tengo ese complejo. Tengo otros, pero ese no.

PACO

Bien de pequeña burguesa.

CELIA

¿Qué?

PACO

Tener complejos.

CELIA

Soy obsesiva, fóbica e hipocondríaca.

PACO

Nada más peligroso que un pequeño burgués en crisis. Peligroso y traicionero.

CELIA

(Desafiante.) ¿Hace cuánto que no te das un baño?

PACO

¿Por qué? (Se mira los pies.) Hay olor a…

CELIA

Mucho. ¡Que suerte que vos no tenés complejos!

PACO

Mirá, ahora estoy muy cansado para…

CELIA

(Apantallándose.) No importa. Ya me avisaron que esto no iba a ser fácil.

(Paco con aire de resignación y también un poco divertido por la situación, se levanta de la cama. Vemos que busca algo en el bolsillo del pantalón y cuando gira tiene puesta una nariz roja de payaso.) PACO

(Extiende los brazos en dirección de Celia. La imagen denota fragilidad.) Decime, ¿quién va a matar a un payaso? (Luego gira y sale hacia el baño.) (Celia toma los zapatos de Paco y los acerca a la ventana. Luego se recuesta en la cama, cierra los ojos. Respira hondo.)


Esa extraña forma de pasión ı 2011 · 321

ESCENA 3 Celia, de golpe, se levanta de la cama y con movimientos rápidos se acerca a la ventana. Corre apenas las cortinas y mira de reojo. Queda inmóvil unos instantes observando hacia afuera, luego vuelve a la cama. Apaga la luz de su lado. Se recuesta y cierra los ojos. Paco reaparece en pantalón, la camisa semiabierta, descalzo, el pelo mojado y revuelto. Al verla a Celia se da cuenta de que está dormida. Camina tratando de no hacer ruido, se abotona la camisa y se recuesta en la cama muy suavemente. Apaga la luz de su lado. Al instante la vuelve a encender. Celia está sentada en la cama. Su expresión es tensa. CELIA

¡Me dormí!

PACO

Está bien, relajate, para eso vinimos.

CELIA

(Levantándose de la cama.) Me dormí profundamente.

PACO

Sí, buenísimo.

CELIA

No.

PACO

¿No? ¿Por qué?

CELIA

Porque… no.

PACO

¿Qué te pasa? Vení, acostate.

CELIA

(Se sienta en el silloncito.) Dormí, dormí, yo me quedo acá.

PACO

Pero, ¡¿para qué vas a dormir ahí?! Es muy incómodo.

CELIA

Está bien.

PACO

¿Pensás que te voy a hacer algo?


322 · 2011 ı Susana Torres Molina

CELIA

No, no es eso.

PACO

(Incorporándose.) Me acuesto en el piso. No tengo ningún problema.

CELIA

No, ya te dije, está bien.

PACO

¿Pero, decime qué es?

CELIA

¡Por qué no dormís y me dejás en paz!

PACO

Si hubiera sabido, no te pedía que vinieras conmigo…

CELIA

No tenías mucha opción. ¿Qué otra compañera quedaba? ¡Era yo o yo!

(Silencio, se miran fijo un instante.) PACO

¿Dejo la luz encendida?

CELIA

Sí. Este lugar no me da tranquilidad.

PACO

La calle está mucho peor. ¿Tenés a mano…?

CELIA

Sí… (Paco se acomoda para dormir, da vueltas y vueltas en la cama. Celia permanece inmóvil, sentada, con los ojos abiertos.)

PACO

¡Me desvelé! (Se sienta en la cama.) No me gusta nada que no confíes en mí. Nunca me aprovecharía de un momento así.

CELIA

Lo sé.

PACO

Con las cosas que me están pasando en lo que menos pienso es en eso.

CELIA

Lo sé.

PACO

Entonces, vení a dormir y dejá de hacerte la rara.

CELIA

Soy rara.

PACO

Está bien, me rindo.

CELIA

No digas eso.

PACO

Cómo si fuera tan fácil. (Paco vuelve a acostarse.)


Esa extraña forma de pasión ı 2011 · 323

ESCENA 4 Paco, con los ojos cerrados, comienza a respirar profundamente, y luego a roncar, y lo hace cada vez más fuerte. Celia se levanta del sillón y se le acerca. Lo toca suavemente en el hombro. PACO

(Se despierta sobresaltado.) ¿Qué pasa?

CELIA

Ponete de costado.

PACO

¿Por qué?

CELIA

Roncás.

PACO

¿Ronco?

CELIA

Sí, ¿nunca nadie te lo dijo?

PACO

No. ¿Ronco fuerte?

CELIA

Como una locomotora… a punto de descarrilar. (Paco se ríe. Celia se sienta en la cama de espaldas a Paco. Éste, ahora de costado, se acomoda para seguir durmiendo.)

CELIA

Fui a una psicóloga.

PACO

¿De las nuestras?

CELIA

No.

PACO

(Rapidamente se incorpora y se sienta.) ¡Eso es muy riesgoso! ¿Le contás?

CELIA

Claro que no. Hablo de mis cosas. Hablaba. Hace un mes que no voy.

PACO

Pero… ¡¿te das cuenta?! Nos ponés en peligro a todos y también a ella.


324 · 2011 ı Susana Torres Molina

CELIA

¿No me escuchás? Hablo sólo de mí, de mi familia. Y hace un mes que dejé de ir.

PACO

¿Y para qué ibas? ¡Qué te pasa que es tan importante?

CELIA

...

PACO

En estos momentos las cuestiones personales quedan para lo último.

CELIA

Es fácil decirlo.

PACO

No hay tiempo para eso.

CELIA

Ya sé, ya sé. ¿Y qué pasa si no estoy de acuerdo?

PACO

¿Ah, no estás de acuerdo? ¡Qué lindo ejemplo de disciplina el tuyo! Difícil va a ser construir algo nuevo con conductas como la tuya.

CELIA

Yo también lo veo difícil.

PACO

Tu cinismo es… nocivo.

CELIA

¿No tenés miedo?

PACO

Sí, pero no me paraliza. Hago lo que tengo que hacer. Es así. Es así para todos.

CELIA

¿Alguna vez…?

PACO

¿Qué?

CELIA

¿Mataste a alguien?

(Breve silencio.) PACO

No preguntes, no cuentes, no dejes que te cuenten.


Esa extraña forma de pasión ı 2011 · 325

ESCENA 5 Celia camina por el lugar, intranquila. PACO

Quedate quieta un poco. Me mareás.

CELIA

(Se detiene y lo enfrenta.) Recién cuando dijiste que soy complicada era porque no te daba la razón.

PACO

Lo único que falta es que en esta situación de mierda, nos peleemos.

CELIA

Decime…

PACO

¡Te digo que sos complicada porque sos complicada!

CELIA

¿Y, a ver, qué tiene de hombre nuevo tu conducta machista y prejuiciosa?

PACO

Mirá… lo único nuevo que yo tengo (Se señala la sien.) son Estas canas. Pero, ¡vos sí sos rápida para sacarme de las casillas (Celia comienza a calzarse.)

PACO

¿Qué hacés?

CELIA

Me voy.

PACO

No podés.

CELIA

¿Querés ver como puedo?

PACO

Acá sólo permiten parejas.

CELIA

Es tu problema.

PACO

Vas a cometer una falta muy grave.

CELIA

¿Quién me va a juzgar?

PACO

¿Qué te pasa? ¿Querés abrirte?


326 · 2011 ı Susana Torres Molina

CELIA

...

PACO

Seguro que la psicóloga colaboró.

CELIA

¡Nunca le conté nada!

PACO

(Le corta el paso y forcegea para quitarle la cartera.) Es muy fácil meterse adentro de una cabeza con miedo. ¡Dale, hablá…!

CELIA

(Deja de forcejear con él.)¿Vas a hacer un informe con lo que te diga?

PACO

No.

CELIA

No te creo, pero da igual… Cada vez somos menos. De diez, siete, de siete, cuatro, de cuatro…

PACO

No se habla de replegarse, todo lo contrario.

CELIA

¡No me importa de qué se habla! Yo tengo ojos, oídos…

PACO

(La interrumpe.) ¡No sigas!

CELIA

Cada uno está tratando de salvarse como puede.

PACO

No es así. ¡No es así para nada!

CELIA

¿Y la conducción que se fue del país?

PACO

¡Son decisiones políticas!

CELIA

¡Muy bien, mi decisión política es… que no quiero morir!

(Silencio.) PACO

Nunca tendrías que haber participado. No tenés motivación. Ni mística. Ni ideales. Sos… lamentable. Sos la típica burguesita que juega…

(Celia toma su almohada y le pega con fuerza en la cabeza. Él se cubre y luego también toma su almohada y comienza una batalla violenta sobre la cama, y al caer Paco, la continúa desde el piso. Al inicio, la

actitud de los dos es muy agresiva, pero luego comienzan a aflorar las risas. Terminan los dos sentados en el piso transpirados y agitados.)


Esa extraña forma de pasión ı 2011 · 327

PACO

¿Hicimos mucho ruido?

CELIA

La gente que viene acá hace mucho ruido. (Comienza a imitar un jadeo sexual, in crescendo.)

PACO

¡¿Qué hacés?!

CELIA

Finjo. (Retoma los jadeos mientras lo mira desafiante.)

PACO

Hay algo erótico…

CELIA

(Se ríe.) ¿En esto?

PACO

No, no… en sentir que… de algún modo estamos haciendo la historia.

CELIA

(Decepcionada.) Ah… ¿Y si la estamos deshaciendo?¿Es erótico también?

Te emperrás en ser desagradable. CELIA Las armas son eróticas. PACO Te gusta hablar de armas, ¿Por qué? PACO

CELIA

(Irónica.) No preguntes, no cuentes, no dejes que te cuenten. (Se escuchan estallidos que vienen del exterior. Los dos cuerpos Se tensionan. Paco se dirige a la ventana. Disimuladamente observa hacia afuera.)

PACO

Parecen petardos… o a lo mejor son balas. No me doy cuenta.

ESCENA 6 CELIA

Tengo hambre.

PACO

Llamo y encargo unas ostras con champagne.

CELIA

¡Me encanta!


328 · 2011 ı Susana Torres Molina

PACO

¡Decadente!

CELIA

¡Revolucionario de manual!

PACO

¡Gorila!

CELIA

¡Vende patria!

PACO

¡Ya vas a ver el informe que voy a pasar!

CELIA

¿Y adónde lo vas a enviar? ¿A Paris? ¿A Madrid?

(Paco le va a contestar pero desiste. Luego va a su bolso y encuentra

un paquete con algunas galletitas. Se lo ofrece. Celia se las come todas mientras Paco la observa.)

PACO

(Al ver que termina el paquete.) Gracias, no insistas. Estoy inapetente.

CELIA

(Con la boca llena.) Pensé que no tenías hambre como las tenías guardadas.

PACO

Un verdadero ejemplo… de individualismo burgués. La decadencia moral se verifica rápidamente en los detalles cotidianos. Y sucede que…

CELIA

(Lo interrumpe.) Suficiente.

PACO

…la alienación es tal que rara vez el individuo es conciente de su conducta cruel y egoísta, por eso…

CELIA

(Lo interrumpe con más decisión.) ¡Suficiente!

PACO

…cuando el burgués tiene apetito el obrero tiene hambre, cuando el burgués tiene sueño el obrero tiene cansancio, y por eso están dadas las condiciones…

CELIA

(Casi gritando.) ¡¡Suficiente!!! (Se miden con la mirada.)

PACO

Por ahora.

CELIA

Sé que no estoy bien… pero soy buena.

PACO

¿Para qué?


Esa extraña forma de pasión ı 2011 · 329

CELIA

Para lo que me proponga.

Ese es el punto. ¿Qué te proponés? CELIA Vivir. Guardarme un tiempo. Cuando pueda seguir estudiando, terminar la carrera. Quiero volver a tener otras opciones. PACO

PACO

¿Ya te olvidaste de querer “otras opciones” para los demás?

CELIA

Así como estoy, no puedo pensar más que en mí. Apenas en mí…

(Ahí Paco le hace una señal para que haga silencio. Los dos escuchan pasos que se acercan. Paco se dirige a donde está su bolso. Introduce la mano y la deja ahí. Ella va hasta su cartera. La abre en ese punto quedan inmóviles. Sólo escuchando. Luego de unos segundos, los pasos se alejan.) CELIA

(En voz baja.) Voy a llorar.

PACO

¡No!

ESCENA 7 CELIA

La revolución puede ser un argumento muy seductor para una mujer.

PACO

¿Qué decís? Nuestra moral justamente se basa en la fidelidad. La fidelidad como principio. A la pareja, a los compañeros. Si se es infiel a algo se puede ser infiel a todo.

(Silencio.) CELIA

Mi hermano…

PACO

¿Qué?

CELIA

Lo quería matar.

PACO

¿Por qué?

CELIA

Era… diez años mayor, y un violento.


330 · 2011 ı Susana Torres Molina

PACO

¿Y?

CELIA

Imaginate el resto.

PACO

¿Era?… ¿Murió?

CELIA

Cayó.

PACO

¿Era uno de los nuestros?

CELIA

Sí, (Irónica.) uno de tus hombres nuevos.

(Paco se acerca y la zamarrea fuerte.)

PACO

¡Tu historia no te da derecho a destilar veneno sobre lo más sagrado! ¡¿Qué querés?!

CELIA

¡No quiero dormir!

PACO

¡¿Qué querés?! (La suelta.)

CELIA

¡No quiero dormir! Puede ser nuestra última noche.

¿Y la querés pasar así, peleando como enemigos? CELIA Es mejor que dormir. (Se miran fijo.) PACO

ESCENA 8 Paco se acerca a la ventana, corre apenas las cortinas y observa la calle. PACO

(Hablando en voz baja.) Estacionó un coche en la vereda de enfrente. No distingo cuántos son. Está muy oscuro. Alcanzame mis zapatos, preparate vos también.

(Celia, nerviosa, le alcanza los zapatos. Paco, sin dejar de mirar por

la ventana, se calza. Ella guarda en el bolso y en la cartera todo lo


Esa extraña forma de pasión ı 2011 · 331

que previamente habían sacado. Los siguientes textos son dichos en voz baja.)

Siguen adentro del coche. (Silencio expectante.) CELIA

¿Siguen ahí?

PACO

Sí. (Silencio.)

CELIA

(Ansiosa.) ¿Viste La batalla de Argelia?

PACO

Tres veces. Pero a mí lo que más me gusta es escribir. Cuentos, poemas… (En referencia a lo que ve en la calle.) Ahí salen. Es una pareja, parece que están discutiendo… él cierra el coche… viven justo enfrente… abre la puerta… ya está. (Se aleja de la ventana.)

(Celia respira hondo. Tira su cartera en la cama.) CELIA

(Retoma el tono normal de voz.) ¿Qué pasa con los que se llevan?

PACO

A algunos los tienen un tiempo y después los largan.

CELIA

¿Y a los que no largan?

No sé. Por eso lo mejor es que no te agarren viva. CELIA Le tengo mucho miedo a la tortura. No sé cómo reaccionaría. Hace días que no duermo más de dos horas. Ya adelgacé tres kilos. Me salen erupciones por todo el cuerpo. Pero lo peor de todo es que… ya no siento eso que sentía y que era tan fuerte. (Paco la mira interrogante.) Esa alegría, esa fantástica alegría de… de ser muchos, de querer lo mismo… esa pasión… Sentir que tocábamos el cielo con las manos. PACO

PACO

Son momentos diferentes…

CELIA

Este no me gusta. (Con voz casi inaudible.) No me gusta… no me gusta. (Se sienta en la silla y se toma la cabeza con ambas manos.)


332 · 2011 ı Susana Torres Molina

ESCENA 9

PACO

(Saca un papel estrujado de adentro del paquete de cigarrillos.)

Celia, mirá, es del viejo. (Se acerca a Celia. Lee.)

“La guerra revolucionaria en que estamos empeñados se intensificará cada día y no hemos de parar hasta liberar la patria… Esa hora que no puede estar lejana será de ustedes, (La mira.) los jóvenes… que lo dieron todo por ese destino y que merecen por ello el bien y el agradecimiento de la propia patria”.

(Se miran unos instantes. Paco guarda el papel nuevamente en el paquete.) CELIA

(Irónica.) No se me ocurre cómo puede ser el agradecimiento de la patria. Me contaron que a un compañero le dijeron: Si te morís no importa, cuando triunfemos va a haber una escuela con tu nombre”

PACO

(Siguiendo el juego.) ¡Una escuela con mi nombre!… No está mal. (Celia comienza a reírse. Hay también amargura en su risa. Él se contagia. Se nota la necesidad de una descarga de tensión.)

PACO ¿Sabés a qué le tengo terror? CELIA

...

PACO

A que me agarren en cueros durmiendo. Por eso hace meses que duermo vestido.

CELIA

¿Y también tenés terror a que te agarren mientras te bañás?

(Paco sonríe. Luego va al bolso, busca y trae una libreta negra.) PACO Se me acaba de ocurrir una idea para un cuento. Ya tengo el título.

(Saca del bolsillo del saco un lápiz y comienza a escribir.) Lo que espera detrás de la luz. CELIA

¿La sombra?

PACO

No, es otra cosa.

CELIA

¿Cómo es la idea?


Esa extraña forma de pasión ı 2011 · 333

PACO

(Se sienta en la silla.) Shhhh, no quiero que se me pierdan las imágenes. (Paco, concentrado, escribe. Celia lo observa unos instantes, luego va a su cartera, y vuelve con un libro. Se sienta en la silla y lee.)

ESCENA 10 Paco está sentado en un costado de la cama. Tiene el lápiz y la libreta en la mano. Piensa y escribe. CELIA

(Deja de lado el libro. Se incorpora. Tensa.) La última resolución que enviaron habla de uniformes militares para todos. Celeste y azul. ¿Cómo vamos a escondernos entre la gente usando uniformes? Explicámelo.¿Ellos saben realmente lo que está pasando acá? ¿En qué condiciones estamos? ¿Lo saben? Porque si lo saben…

PACO

(La interrumpe.) En esta etapa de la resistencia ya no hay cabida para

cuestionamientos… CELIA ¿Cuál es el orgullo de morir aplastados como moscas? PACO

(Burlón.) ¿Qué comparación más denigrante!

CELIA

La gente no está con nosotros. No nos acompaña. No quiere ser parte de esto.

PACO

(Intenta interrumpirla.) Tu visión…

CELIA

Nos tiene miedo. Desconfía. Y a lo mejor tiene razón. ¿Nos estamos jugando realmente por sus necesidades… o sólo por nuestras ideas maravillosas?

PACO

Tu visión está distorsionada por el miedo. Por eso, no tiene ninguna validez lo que estás diciendo.

CELIA

¡Pasan cosas terribles en las calles, dentro de las casas, pero nadie ve ni escucha nada!


334 · 2011 ı Susana Torres Molina

PACO

¡También hay mucha ayuda en las calles y dentro de las casas!

¡Cosas tremendas… y sin embargo la mayoría de la gente sigue su vida como si nada! PACO ¡Hay un punto… en que es difícil volver atrás! Y si lo hacés corrés el riesgo de que te explote… (Se golpéa el corazón.) En serio. Lo he visto. Y esa tampoco es una muerte para estar orgulloso. CELIA

ESCENA 11 Paco está sentado en la silla mirándose en un espejito de mano y Celia está sentada en la cama. PACO

¿Cuándo no querías compartir la cama era por lo de tu hermano

CELIA

...

PACO

¿Nunca estuviste con nadie…?

CELIA

...

PACO

Podés vengarte.

CELIA

Ya es tarde.

PACO

No, podés vengarte tratando igual de estar bien. Que no te quite las fuerzas, el entusiasmo.

CELIA

¿La pasión?

PACO

La pasión (Silencio.)

CELIA

¿Por qué no me enseñás?

PACO

¿Cómo?


Esa extraña forma de pasión ı 2011 · 335

Sólo quiero sentir algo… que no sea miedo ni odio. Nunca le conté a nadie. PACO ¿Nunca?… ¿A nadie? CELIA

(Celia asiente.) Me confundís. CELIA

Vos también.

(Paco va a la cama y se sienta junto a Celia.) PACO

(Mirándola con ternura.) Vení, vení. (Celia se acerca a él y delicadamente se recuesta sobre el pecho de Paco. Él le acaricia el pelo con suavidad. Silencio.)

CELIA

Me hace bien.

PACO

A mí también.

CELIA

Podés ser dulce.

PACO

Claro. ¿Qué pensabas?

Que podías.

CELIA

(De golpe Paco comienza a llorar, se nota que hace esfuerzos para controlarse pero no los logra. Celia lo abraza fuerte. Paco se afloja. Luego, aún sollozando él se acuesta en posición fetal, dándole la espalda a Celia. Ella se ubica atrás, acoplando su cuerpo al de él. Lo abraza y él le toma fuerte las manos. Quedan con los cuerpos en esa posición.)

ESCENA 12 (Ubicados ambos en el extremo derecho de la ventana. Celia está detrás de Paco. Observan con disimulo hacia el exterior.) CELIA

Repasemos…


336 · 2011 ı Susana Torres Molina

PACO

(Le da un documento.) Ricardo… Ricardo Zalazar… me dicen Ricky. Somos novios desde hace dos meses. Nos conocimos en el bar Ramos. Se te cayó un libro y te lo levanté. Vivo con mis tíos en Floresta. No sabés dónde.

CELIA

En Once, Rivadavia y Alberti, con una amiga, Marta. No viniste nunca.

PACO

Busco trabajo. Músico.

CELIA

Estoy en Letras. Ahora dejé. ¿Documento? (Chequéa en el documento que le da Paco.)

PACO

Cinco tres nueve …cinco cero cero tres.

CELIA

¿Fecha de nacimiento?

PACO

Tres del nueve del cincuenta y dos.

CELIA

Bien. (Se aleja unos pasos, vuelve.) ¿Signo?

(Paco la mira desconcertado.) ¿De qué signo sos?

(Silencio. Paco se encoge de hombros. Impotente.) CELIA

(Alterada, con bronca. Tirando el documento en la cama.) ¡Mierda!


Esa extraña forma de pasión ı 2011 · 337

SITUACIÓN ı LOYOLA

Personajes MANUEL ı Pablo de Croce ı 32 años BEATRIZ ı Adriana Genta ı Silvia Dietrich ı 57 años

CIUDAD DE BUENOS AIRES. ARGENTINA. (2010) Living en la casa de Beatriz

En la zona izquierda del escenario vemos un par de sillas. Frente a ellas hay una mesa ratona, encima un pequeño grabador de periodista, y libros. También hay más libros desparramados por el lugar. Incluso en el piso hay una caja con libros. Atrás de las sillas una lámpara de pié, encendida.

ESCENA 1 Beatriz ordena unos libros en la mesa ratona. Manuel está con un libro en la mano. MANUEL

¿Y con este libro… fue el mismo proceso?

BEATRIZ

No. Fue atípico. Estuve más de un año sin escribir…


338 · 2011 ı Susana Torres Molina

MANUEL

¿Un año?… Un momentito, por favor quiero chequear.

(Enciende el grabador. Se escucha la voz de Beatriz. Luego Apaga Play y pone Rec.) Se escucha bien. BEATRIZ

(Dándole un par de libros.) Estos son los dos anteriores. Están dedicados.

MANUEL

Muchas gracias. (Mientras los observa.) Muchos de los protagonistas de sus cuentos deciden recluirse, alejarse de los demás… ¿Tiene alguna relación con sus vivencias?

BEATRIZ

Es posible que cada libro coincida con cierta etapa de mi vida.

MANUEL

¿Actualmente vive una etapa de reclusión?

BEATRIZ

¡Es evidente que no!

MANUEL

¿Entonces, quizá tiene que ver… con que usted es una sobreviviente?

(Breve silencio.) BEATRIZ

Puede ser.

MANUEL

En qué le parece que esa experiencia la marcó…

BEATRIZ

(Interrumpe.) Preferiría que seguiríamos hablando del libro.

MANUEL

¿No quiere hablar sobre eso?

BEATRIZ

Lo que tenía que decir ya lo dije. (Enérgica.) Y, también de algún modo lo escribí, si se sabe leer.

MANUEL

(Acusa recibo del tono cortante.) ¿Nunca se animó con la poesía?

BEATRIZ

¿Quién no? Pero no me considero una poeta.

MANUEL

(Saca una foto de su bolsillo del saco. Se la muestra.) Mi padre. (Se la ofrece.) Escribía. Cuentos, poemas. Tenía libre un minuto Y sacaba su lapicera y donde estuviera escribía en su libreta. Podía haber sido bueno. No tuvo tiempo.

BEATRIZ

(Mirando la foto.) Tiene una cara conocida. O me recuerda a alguien…


Esa extraña forma de pasión ı 2011 · 339

MANUEL

BEATRIZ

Bueno… parece que en esa época todos los que militaban tenían… un aire de familia, ¿no?

(Se percibe el impacto ante la palabra “militaba”.) Sí, puede ser.

¿Y por qué me la mostrás? (Se la devuelve.) MANUEL

Porque mi viejo sí se consideraba un poeta. Y no sólo porque escribía poemas. Su vida estaba encendida. No lo conocí pero leí sus libretas, las que se pudieron rescatar, y lo vi en muchas fotos. Tenía una mirada… afiebrada. Todas las versiones concuerdan, era…

BEATRIZ

(Interrumpe.) Según tu criterio… ¿cuál de los tres libros tiene mayor contundencia? (Manuel, con cierto esfuerzo y disimulada molestia se adapta al brusco giro del tema.)

MANUEL

El último. Es el más espeso, pero… también es el que trasmite más verdad. Son historias en donde se nota que conoce a fondo lo que cuenta. Incluso que hay mucho más material del que usted elije contar.

BEATRIZ

La famosa teoría de Hemingway, la del iceberg…

(Silencio. Se observan.) ¿A quién viniste a hacerle la entrevista?

ESCENA 2 MANUEL

¿Escribió mientras estaba exiliada?

BEATRIZ

Llevaba una especie de diario. Anotaciones sueltas. Algunas ideas después me sirvieron para los relatos.

MANUEL

¿Cómo encontró el país?

BEATRIZ

En muchos sentidos, peor. Muchas cosas que luchamos tanto por erradicar, estaban instaladas.

MANUEL

Y no sería lo peor.


340 · 2011 ı Susana Torres Molina

BEATRIZ

¿No?

MANUEL

Nosotros estamos hablando acá, teorizando de literatura, del país, como tantos otros lo hacen…

BEATRIZ

Sí…

MANUEL

Mi padre… no tiene esa posibilidad.

BEATRIZ

¿Por eso viniste a entrevistarme?

MANUEL

No, o por lo menos no es esa la razón principal. Soy un seguidor de su obra. Desde el primer libro.

BEATRIZ

(Con ironía.) Me alegra oírlo.

MANUEL

Ahora… si me pregunta si soy un seguidor de su obra exclusivamente por una cuestión literaria … no lo sé.

ESCENA 3 MANUEL

Tengo muchas preguntas todavía.

BEATRIZ

Espero que sean sobre literatura.

MANUEL

Todo termina siendo literatura.

BEATRIZ

Manuel, ¿es tu nombre, no? Sabés, el espacio de escritura es para mi… lo más parecido a un oasis. Y no tengo interés en que volvamos, una y otra vez, a hablar de ese tema. ¿Está claro?

(Instante tenso.) MANUEL Sí, claro. (Mostrándole nuevamente la foto.) Una vez mi viejo viajó a Mar del Plata. ¡Y eran ocho en ese Peugeot 404! (Sonríe, nuevamente mirando la foto.) Veintisiete… tenía cuando murió… cuando se lo llevaron. Así que ahora soy mayor que él. Es raro saber que aún siendo joven, ya viví más que mi padre. BEATRIZ

Muchas cosas son raras. Por eso escribo. Para tratar de entender.


Esa extraña forma de pasión ı 2011 · 341

De él sólo me quedaron algunas libretas y papeles sueltos que mamá pudo guardar. Muy poco, en realidad. Es una herencia que me hubiera gustado tener. (La observa.) Usted que parece una persona comprensiva… hace rato que le quiero preguntar algo… ¿Por qué las elecciones eran Patria o Muerte? ¿Socialismo o Muerte? ¿Revolución o Muerte?… Muerte… muerte… muerte… BEATRIZ No éramos una banda de suicidas, si eso es lo que pensás. Al contrario, estábamos tan llenos de energía, de entusiasmo… de ganas de cambiarlo todo, que nos sentíamos… invencibles. MANUEL Mamá le pidió, le rogó que se fuera del país con ella. No quiso. Ya estaba embarazada de mí. MANUEL

BEATRIZ

Para muchos les era imposible pensar en irse y abandonar a los compañeros en situaciones tan difíciles.

MANUEL

Pero sí podían abandonar a su mujer embarazada.

BEATRIZ

Lo personal no contaba en esos momentos.

MANUEL

(Mordaz.) ¡Es evidente!

BEATRIZ

¿Querés que te siga contando?

MANUEL

Sí…

BEATRIZ

También estaban los que creían que las cosas iban a mejorar y entonces, querían quedarse y resistir, después de haber sacrificado tanto por el camino.

MANUEL

Ahí apareció la famosa palabra… ¡sacrificio! ¿Qué… qué dios exigía tanto? (Camina inquieto por el lugar.) Hasta ahora no había querido acercarme a todo eso… Creí que… imaginé que si evitaba pensar en él, ya que no lo había conocido, que no tenía ningún registro corporal, ni de su tacto, ni de su voz, no había nada compartido, si evitaba poner la atención en ese preciso compartimento de mi cerebro, finalmente las sensaciones se iban a diluir. Pero no. A nadie conocido y amado extrañé y extraño tanto como a esta sombra que está siempre ahí, al lado mío, pase lo que pase ¿Y qué se puede hacer con una sombra?


342 · 2011 ı Susana Torres Molina

ESCENA 4 BEATRIZ Escuchándote, pienso que hicimos algunas cosas muy mal. Que hay algo que no pudimos transmitir y que si hoy, acá, alguien hablara seriamente, con convencimiento, de hacer la revolución, lo medicarían. MANUEL

Exagera un poco.

BEATRIZ

(Sonriendo.) Para los que tienen ahora veinte años, o menos, hablar de la lucha armada de los setenta es como… hablar de las invasiones inglesas. El aceite lanzado desde las azoteas. Las familias escapando por las azoteas.

MANUEL

¿Y para los de su generación?

BEATRIZ

Y… esa época quedó asociada al terror y a la represión. Hicieron un buen trabajo.

¿Por qué no quiere hablar de su experiencia? ¿Por qué habla sólo de los otros?… ¿De los que no podían irse por culpa, o porque seguían creyendo? ¿Y, usted? BEATRIZ Ya dije todo lo que tenía para decir. Si tanto te interesa mi pasado investigá en los archivos. Ahí está todo. ¿Volvemos al libro? MANUEL

MANUEL

¿Se puede separar tanto? ¿Su escritura? ¿Su vida?

BEATRIZ

Mi vida también es lo que escribo.

MANUEL

No cualquiera ha pasado…

(Molesta.) Si no tenés más preguntas dejamos acá…. MANUEL ¡Claro que tengo! Por favor, seguramente no va a haber otra oportunidad… BEATRIZ

MANUEL

¿Influencias?

BEATRIZ

Ah, ahora toca eso…


Esa extraña forma de pasión ı 2011 · 343

MANUEL

En serio, me interesa mucho saber qué escritores la marcaron.

BEATRIZ

Difícil responder a eso.

MANUEL

¿Por qué?

BEATRIZ

Soy tan curiosa como permeable. Así que… tuve innumerables influencias.

MANUEL

¿Una?

BEATRIZ

Beckett… Arlt… Flannery O’Connor…

MANUEL

¿A quién está leyendo ahora?

BEATRIZ

¿Sabés?…

MANUEL

...

Lo que decías… de la sombra… justamente estoy escribiendo algo que… (Se nota que duda de seguir hablando.) No, no importa. MANUEL Sí importa, dígame… BEATRIZ

No, no, fue una asociación que hice…

BEATRIZ

(Breve silencio.) MANUEL

Siniestro delirio amar una sombra. ¿Lo conoce?

(Beatriz niega con la cabeza.) Siniestro delirio amar una sombra La sombra no muere. Y mi amor sólo abraza a lo que fluye como lava del infierno: ángeles bellos como cuchillos que se elevan en la noche y devastan la esperanza. Pizarnik. BEATRIZ

(Busca en una pila de carpetas y papeles.) Por acá tengo unos textos inéditos de ella.


344 · 2011 ı Susana Torres Molina

MANUEL

¿Inéditos? ¡Me interesa!

(Beatriz le entrega unos papeles.)

ESCENA 5 MANUEL

(Devolviéndole los papeles.) Gracias… excelente. A ver… en sus últimos textos se respira mucha violencia contenida. ¿Está de acuerdo?

BEATRIZ

Sí, para mí lo contenido es mucho más inquietante que… lo que explota y luego se diluye.

MANUEL

¿Siempre es así?

BEATRIZ

Se pueden olvidar las causas de la explosión, pero las consecuencias van a seguir allí. Es un muy buen tema sobre el cual escribir.

MANUEL

¿Por qué no hay cuentos de esa época?

BEATRIZ

MANUEL

De la militancia.

BEATRIZ

Explícitamente, no. Por otro lado, todas las épocas en este país han sido atravesadas por la violencia.

MANUEL

Hablo de armas.

BEATRIZ

¡Hablá de hambre!

MANUEL

¡Hablo de armas!

BEATRIZ

¿Crees que es posible que una sociedad, injusta e indiferente, se pueda cambiar sólo con palabras?

MANUEL

Si no cree que las palabras puedan cambiar a alguien ¿para qué escribe?


Esa extraña forma de pasión ı 2011 · 345

BEATRIZ

Escribo para mí. Hace rato que no quiero cambiar a nadie.

MANUEL

Disculpe, pero no le creo. Si escribe y publica y hace notas para promocionar sus libros, es porque todavía espera algo de los otros.

BEATRIZ

No, no es eso.

¿Y qué es? BEATRIZ La escritura me da la posibilidad… de zurcir… ciertos agujeros. MANUEL

ESCENA 6 BEATRIZ

¿Sabés dónde está el cuerpo de tu padre?

MANUEL

No.

BEATRIZ

¿Intentaste buscarlo?

MANUEL

No.

BEATRIZ

¿No querías saber?

MANUEL

No.

BEATRIZ

¿Por qué ahora?

MANUEL

¿Por qué ahora?… Porque ahora puedo.

ESCENA 7 MANUEL

Hay un cuento suyo que habla de una mujer que decide construir su propia cárcel…

BEATRIZ

Sí. La inversión de la prueba.


346 · 2011 ı Susana Torres Molina

MANUEL

Y es al mismo tiempo presa y carcelera.

BEATRIZ

Se impone reglas muy estrictas. Y así parece alcanzar cierto estado de calma. En la soledad…

MANUEL

Y en el sometimiento.

BEATRIZ

Ese cuento alude a la experiencia de la entrega.

MANUEL

¿En qué sentido?

En el poder confiar… cuando no se puede hacer ninguna otra cosa. Cuando resistirse es sólo más dolor. MANUEL ¿Cuánto tiempo estuvo ahí… ? BEATRIZ

(Silencio.)

ESCENA 8 BEATRIZ

Poco menos de un año.

MANUEL

¿Cómo era?

BEATRIZ

...

MANUEL

Cuénteme…

BEATRIZ

...

MANUEL

Quiero saber. Dicen que mi padre fue visto ahí.

BEATRIZ

¡Ah, recién ahora me lo decís! Está clarísimo a quien viniste a hacerle la entrevista.

¿Entiende que mi padre fue visto ahí? Por favor, dígame, ¿cómo era?

MANUEL

(Silencio. Se miran fijo un instante.)


Esa extraña forma de pasión ı 2011 · 347

BEATRIZ

Me hacés hablar de lo que no quiero hablar.

MANUEL

Por favor…

(Silencio.) BEATRIZ

Era… un mundo con reglas y leyes propias. Un mundo… complejo, siniestro, muy próximo al otro. Sólo unas paredes de por medio. Escuchábamos los coches pasar, la música de los bailes, los gritos de los que iban a ver el partido. Los sonidos, los de adentro y los de afuera… eso era muy difícil de soportar.

(Breve silencio.) En la pared del lugar donde dormía había puesto una foto de una playa, ésas donde el mar es turquesa, y hay muchas palmeras. La había arrancado de una revista. Era lo primero que miraba cada mañana al despertarme, y me daba mucha paz saber que ese lugar existía. Que ese mundo también era real. Y antes de empezar con las tareas me acercaba a la foto y acariciaba el mar una y otra vez. Era mi ritual para sentir que ese día iba a estar bien. MANUEL

Y por lo visto le funcionó, estuvo bien… para usted.

(Silencio. Se miran desafiantes unos minutos.) BEATRIZ

(Dolida.) ¿Por qué me agredís cuando acepto y me abro? Si lo hice es porque sos el hijo de un compañero, pero yo también tengo mi dolor. ¡Respetame!

MANUEL

Disculpe.

BEATRIZ

Dos heridas… que… (Cambia de idea.) Quiero que leas algo. (Le da una carpeta.) Lo escribí cuando me liberaron.

(Manuel toma la carpeta, se sienta y se dispone a leer.)


348 · 2011 ı Susana Torres Molina

ESCENA 9 MANUEL

(En referencia a lo que está leyendo.) ¡Qué increíble lo que cuenta de los libros! ¿Y usted qué hizo con los suyos?

BEATRIZ

¿Qué hice? Después de pensar mucho decidimos que la mejor manera era sumergirlos en una bañadera llena de agua para hacerlos una pasta. Y como vimos que todavía algo se leía le agregamos anilinas de diferentes colores. Horas chapoteamos aplastando los libros. Nos pusimos unos plásticos en los pies para no quedar manchados. Cuando se secó la pasta, la pusimos en bolsas. Durante mucho tiempo sacamos una bolsa cada noche a la vereda.

MANUEL

¿Y los perdió a todos?

BEATRIZ

Sí… los ahogué. Cada palabra…

ESCENA 10 MANUEL

Sabe, mi madre eligió los libros que más le importaban y los metió en varias bolsas de plástico, cavó un pozo en el jardín y los enterró. Arriba plantó un rosal blanco para que sirviera de señal… Cuando se tuvo que ir del país, al tiempo, a la casa la vendieron y donde estaba el jardín construyeron. Más adelante a muchos de esos libros los volvió a comprar pero ella me decía que no era lo mismo, aunque el libro fuera el mismo. Así que los suyos, ahogados, y los nuestros, sepultados bajo el cemento. (Continúa leyendo.)

ESCENA 11 MANUEL

(Con la carpeta en la mano, se incorpora.) En un momento ya todo se parecía demasiado, ¿no? Violencia más violencia. Desprecio por la vida. Y la idea nefasta de que cuánto peor estuviera todo, mucho mejor. ¿No se arrepiente de nada?


Esa extraña forma de pasión ı 2011 · 349

BEATRIZ

Fue lo que me tocó vivir.

MANUEL

¿Qué le tocó?

BEATRIZ

Lo que elegí. No, no me arrepiento de nada. Igual, eso no excluye la autocrítica.

MANUEL

Por ejemplo… me interesa.

BEATRIZ

Lo siento, no es este el momento ni el lugar para eso.

MANUEL

(Con ironía.) Claro. ¿Y por qué estaban tan convencidos?

BEATRIZ

Querés saber… ¿por qué tu padre estaba tan convencido?

MANUEL

Sí.

BEATRIZ

Porque… en ese momento era la propuesta más fascinante que la vida te podía presentar. Porque era difícil ser indiferente a lo que estaba pasando.

MANUEL

¿No fue demasiada muerte para tan poca revolución?

BEATRIZ

No sé cual es la proporción justa. Decime vos, ¿qué cantidad de muertos le corresponde a una revolución?

MANUEL

No sé. Conozco bien dónde está la muerte (Señala la foto.) pero no tengo idea dónde está la revolución.

ESCENA 12 MANUEL

Cuando ustedes tomaban las armas decían que era el pueblo que hacia justicia, ¿no?

BEATRIZ

En ese momento pensábamos que era así.

MANUEL

¡La vanguardia iluminada!

BEATRIZ

Nada de lo que te diga va a hacer resucitar a tu padre.


350 · 2011 ı Susana Torres Molina

MANUEL

Me sorprende que no se arrepienta de nada. ¡Se equivocaron! ¡Perdieron! ¡Murieron miles, fue una masacre, y esto no mejoró! No somos más justos ni más solidarios. Hoy, acá al lado, sólo unas paredes de por medio, más de doce millones viven en la miseria.

BEATRIZ

Sí, justamente vos lo dijiste, perdimos.

Y, entonces… BEATRIZ Entonces… ¡¿qué vas a hacer… vos?! MANUEL

ESCENA 13 MANUEL

¿Usted… colaboró?

BEATRIZ

¿Cómo?

¿Si colaboró?

MANUEL

(Se miran fijamente.) Ahí está… ¡la sospecha! ¡Disparen contra el sobreviviente! ¿Qué entendés por colaborar? ¿Que una persona que está siendo torturada haga lo que le ordenan? ¿Eso es colaborar? ¿Quién puede decir lo que hay que hacer cuando el cuerpo grita? ¿Quién sabe lo que haría en esa situación? Las personas hacen lo que pueden para vivir, y para sobrevivir. ¡Lo que pueden!

BEATRIZ

(Silencio. Manuel comienza a recoger sus cosas.) MANUEL Es probable que la nota salga para fin de mes. ¿Quiere que se la envíe antes para darme el okay? BEATRIZ

(Seca.) Por favor.

MANUEL

(Se aleja para irse. Al pasar junto al escritorio de Sunset observa el scrabbel desplegado sobre el escritorio, se detiene y vuelve sobre sus pasos.) ¿Y allá también era un juego? ¿Qué era?… ¿La lotería?… ¿La ruleta?… ¿La ruleta rusa? ¿A quién le toca ahora?… ¿A vos sí?… ¿A vos no?… ¿A vos sí?… Entonces, quiero saber… porque él sí… y usted no… ¿Por qué?…


Esa extraña forma de pasión ı 2011 · 351


352 · 2011 ı Susana Torres Molina

BEATRIZ

¡Basta con eso! ¡¿Cómo se te ocurre imaginar que era algo que yo podía decidir?!… Entiendo tu dolor… ¡pero basta ya de acusarme!

MANUEL

Perdóneme.

(Breve silencio.) ¿Usted pudo enterrar a su padre? BEATRIZ

...

MANUEL

Yo nunca le pude llevar una flor a ningún lado (Conmocionado.) eso lo enferma a un hombre. (Saca la foto del bolsillo de su campera. Se acerca a ella.) Por favor, lo último que le pido, mírelo una vez más… pero de verdad, mírelo detenidamente, a ver si ahora lo recuerda, capaz que lo vio alguna vez, que estuvo con él… cerca… por favor, mírelo…

(Beatriz toma la foto, la mira unos instantes, luego levanta la vista,

las miradas se encuentran. La de Manuel, interrogante y cargada de

emoción, la de Beatriz, indescifrable, no por vacía, sino justamente por lo contrario.)

Última imagen de las tres situaciones (Manuel camina lentamente hacia el área de Los Tilos y se ubica detrás

de la cama. Lo mira a Paco, que está sentado ahí de espaldas. Entra

Laura y se sienta en la silla que está al lado de la cama en Los Tilos. Celia, sentada en la cama, la mira a Laura. Paco la mira a Celia, Laura la mira a Beatriz, que escribe sentada frente a su mesa de trabajo. Carlos, de pié, en Sunset la mira a Laura.) MIGUEL

(Sentado frente al escritorio de Sunset, con un libro abierto en la mano se dirige a Carlos.) Escuchá, es de La Colonia Penitenciaria, de Kafka: “Para mis fallos me baso en el siguiente principio: La culpa está siempre más allá de cualquier duda”.

(Cierra el libro y luego apaga la luz del escritorio. La luz de escena

baja totalmente. En Loyola sólo queda el rostro de Beatriz iluminado por la luz de su de su notebook, ya que ella continúa escribiendo unos segundos más. Cuando ella cierra la tapa de la notebook, en el escenario se produce el negro total.)

FIN


BOULOGNE A. Arreche ı G. Bona ı S. Palomino

© Ana Ferrari


354 · 2011 ı ARACELI ARRECHE ı GILDA BONA ı SELVA PALOMINO

Personajes TANITO MUJER MUCHACHA

ESCENA 1 Interior de un tren. El Tanito Battistiol, un joven que vuelve del trabajo, dormita en uno de los asientos. El tren aminora la marcha, y finalmente se detiene; es la madrugada del 31 de agosto de 1977. TANITO

Arranque, gusano di metale, me congelo. ¿Qué porca madonna le pasa? A ver si a aquella se le sale el bebé y no llego. ¡El silbato, menos mal que se pone en marcha…! (Pausa.) ¡Bambino…! ¿Qué dice? ¿Quiere jugar al tinenti? Ma que tinenti, a pellizcar a las chicas en las nalgas le voy a enseñar, apriete así, con el pulgar y el índice como un torniquete. (Pausa.) ¿Llora por un pellizco en el cachete? ¡Los hombres no lloran! El bambino tiene que reír en la panza de la mamma. Vamos, ría, ría. ¿Tanto alboroto por unas piedritas? Las cosas que se le meten en la cabeza. Le hago una honda gigante y listo. (Pausa.) Su nonno cuando me contaba de Los Decenviros me decía: “tiene que aprender a leer y a escribir, para ser de los diez que defienden a Roma con la catapulta”. La pucha, recién caigo, la catapulta tira piedras, de ahí usted sacó lo del tinenti. (Pausa.) ¡Cala los huesos el fresco! Cuando llegue voy a poner las manos en la barriga de su mamma, deme trompadas para que se me calienten los dedos, hijito, caliénteme, caliénteme… ¡Uy! ¡Uy! Esta ventanilla sin vidrio, porca madonna. (Pausa.) ¿Qué comida me habrá dejado su mamma? No quiero maíz a la tucumana, tulpo no, el maíz tiene que ser a la italiana, como me gusta a mí. Polenta, Juana, polenta, tulpo no. (Pausa.) ¡Qué


BOULOGNE ı 2011 · 355

tornillo! Juana, las nenas duermen, calentame las manos, si no me van a salir sabañones y no voy a poder trabajar… ¡Juana, qué placer, qué placer! ¡Ahora se detiene…! Llegamos a Saldías. Cinco y veinte. Fue a esta hora que los asesinaron. A los compañeros del Belgrano. Sí, más o menos a las cinco y veinte. A todos. (Pausa.) Vamos, gusano di metale, no te quedes parado. A ver si me agarran adentro de tus tripas, arrancá de una vez, gusano maldito. ¡¡Vamos, ¿es que no tenés fuerza…! ¡Por fin salís! (Pausa.) ¿Le dije que su nonno me contaba el cuento de Los Decenviros? Ellos triunfaban, armaban la ley para la felicidad de Roma, eran imbatibles. ¿Escuchó? Los diez hombres fuertes defendían a Roma, los veros uomos peleando por la vida. Eran fuertes como su padre, que es changarín. Mire mis músculos: rígidos. De hombre a hombre nadie puede decirme petiso. (Ríe.) Y al que me lo diga lo estampo. (Pausa.) Su mamma no es pendenciera, yo soy el puerco, me transformo. Es esta sangre guerrera que llevo en las venas. Pero no voy a armar más escándalos, lo prometo, y si lo hago, aquí están las asentaderas para que me las muela a patadas. Otra vez se detiene. Aristóbulo del Valle. Fue en un galpón del Belgrano. Matriceros, soldadores, peones. En un galpón los asesinaron. A todos. (Pausa.) Cinco y cuarenta. Vamos, gusano, arrancá, vamos no te hagas el remolón, adelante…. Ya llego, bambino, ya llego.


356 · 2011 ı ARACELI ARRECHE ı GILDA BONA ı SELVA PALOMINO

Los compañeros me dicen: “Tanito, vas por el tercero.” El tercero es usted, hijito. ¿Sabe lo que les grito? “Debajo de la cobija del changarín no hay miseria.” (Pausa.) Capaz que le tocan pocas vueltas de calesita, tiene que compartir con sus hermanitas, pero debajo de la cobija, bambino, sólo hay abundancia. (Ríe.) ¿Qué habrá en la ollita? La voy a poner al fuego y, mientras hierve, meto las manos en la barriga de Juana para que se me descongelen, qué le parece; ella es más ardiente que la llama. (Ríe.) Voy a contarle el sueño de los changarines, escuche, bambino. Apenas apoyo la cabeza en algún lugar aparece. Somos miles cargando con las carretillas, y andamos y andamos por el andén hasta caer en una eterna noche sin luna en la que las estrellas también huyeron de esa oscuridad; sin embargo, bambino, las carretillas relucen cada vez más, como si le hubieran arrancado la luz al sol. ¡Ah…! Las ruedas no se traban como en las carretillas de Retiro, ¡qué va! Un dedo es suficiente para llevarlas. Rayos, centellas, truenos rugen, pero no llueve, es como estar en un vientre seco. Entonces, formamos cuadrigas romanas, murallas y murallas de cuadrigas de changarines con sus carretillas que brillan como soles en las tinieblas. ¿Qué me dice? A su padre le gusta soñar. Se está deteniendo apenas giran las ruedas, es Munro. Mataron a los compañeros. Fusilados. Mortos. Hasta las ratas de albañal tienen más oportunidad, saltan, corren, se esconden en la basura. Ellos estaban en su lugar de trabajo. Parte, gusano, adelante, vamos. Arrancá de una vez, partí, partí. ¿Su mamma habrá comprado los pañales? Los de la Lore están agujereados y los que eran de la Flavia son hilachas. (Pausa.) ¡Menos mal que empieza septiembre! Le toca buen clima para nacer. En cambio esta noche, el frío se mete en la piel como sarna. (Pausa.) Las manos de su mamma son puras y amables. Cuando salga de la panza tómele el gusto, ella es dulce caña tucumana. (Pausa.) Usted va a tener ojos celestes, como los míos. Pero su mirada tiene que ser igualita a la de su madre cuando baila el rock. Bambino, ya me siento un poco culpable de tanta felicidad. (Pausa.) Su mamma dice que trabajo al límite de las fuerzas, que no distingo el día de la noche. Yo estoy seguro de que no, que puedo, que soy fuerte. Pero esta noche, (suspira) esta noche, tengo un vocerío adentro. Menos mal que este tren marcha a toda velocidad. No para en Carapachay, ni en Villa Adelina. Mejor… Estas estaciones tienen olor a flores, no las veo, pero ni la helada tapa los olores. Marcha lindo. Desde Retiro tendría que haber andado así. Ya llego, ya llego, no tenga miedo, bambino, nunca tenga miedo, sólo piense en las cuadrigas de carretillas y en que su padre es un Decenviro, un gladiador de la Roma. No siento las manos. Vamos, apurate, gusano di metale, me las tengo que calentar en la barriga de Juana. Seis menos cinco, ¡Boulogne! Está parando, se detiene. (Pausa.) ¡Cuánta luz! Una muralla de luz. Encandila. ¡¿Por qué tanta luz en Boulogne?!


BOULOGNE ı 2011 · 357

ESCENA 2 A una mujer que espera el tren le llama la atención una muchacha que pareciera también esperar el tren. MUJER

Esa que está ahí, de pie en el andén, a sólo unos metros de mí, es la hija. Sí, es la hija de Juana. No sé si la mayor o la menor, no lo sé, pero es una de las dos, sí, estoy segura, porque es su vivo retrato. (Pausa.) Quisiera poder ir hacia ella y estrecharla entre mis brazos. Pero no me muevo de donde estoy. No voy hacia ella y le digo: “Yo conocí a Juana, tu madre, fuimos amigas de adolescencia y compartimos momentos que para mí son inolvidables”. Tampoco le digo: “Acá fue la última vez que la vi, sí, acá, en la estación de Boulogne y, apenas nos vimos, nos abrazamos fuerte y yo le miré los pies y le dije “¿Te acordás del viaje a Munro?” No lo hago porque su parecido con Juana me pega al andén y me enmudece. Pero mis ojos siguen fijos en ella. Y así como yo estoy mirándola, ella mira a los que están a su lado. Como si estuviera buscando a alguien, como si esperara a alguien. (Pausa.) ¡Cómo nos reímos Juana y yo aquella última vez cuando le pregunté lo de Munro! Y ahí nomás repasamos aquel viaje: Era en la


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época en la que se habían puesto de moda las botas elastizadas y Juana, otras dos chicas y yo ahorramos y ahorramos para comprárnoslas. Fuimos a la casa Pérez, acá, en Boulogne, pero ahí solo vendían desde el 36 en adelante y Juana tenía los pies chiquitos, chiquitos, así que decidimos que teníamos que ir a Munro. Pero no teníamos plata, me acuerdo, para el tren. Rejuntamos entre las cuatro y nos alcanzó para dos boletos. Entonces, hicimos una picardía. Subimos al tren y nos separamos. Dos adelante y dos atrás. Cuando pasó el guarda y nos picó los boletos a las de adelante, sacamos la mano por la ventanilla y se los pasamos a las de atrás. Después la cargábamos: Todo lo que habíamos tenido que hacer para ir a Munro, a una tienda que tenía sección niños. Ahí tuvo que comprarse las botas. (Pausa.) La última vez que vi a Juana fue acá, en la estación de Boulogne. Hacía rato que no nos veíamos, tanto que ella ya tenía dos nenas e iba por el tercer embarazo. Siempre me pregunto si esa fue la última vez que Juana vino a la estación porque fue a los dos o tres días de ese, nuestro último encuentro, que se la llevaron. Alguien me dijo: “¿Sabés que se llevaron a Juana y a su marido?”. Dios mío, me quise morir“. ¿Y las nenas?”, pregunté. “No, a las nenas las dejaron con la vecina.” Habían llegado a la casa a medianoche y ahí se quedaron esperando a que su marido llegara de su trabajo de changarín ferroviario. A las seis de la mañana los sacaron de la casa, a los golpes, encapuchados. Yo pensé en la panza de Juana. (Pausa.) Me doy cuenta de que sigo con los ojos puestos en su hija y el temor de que me descubra mirándola se esfuma al ver que sigue mirando a los que llegan al andén de esa manera tan particular, como si estuviera buscando a alguien, como si esperara a alguien. Mira sin moverse. Su quietud hace que su parecido con Juana sea todavía mayor. Porque Juana además de tener los pies chiquitos, chiquitos, era una persona quietecita, calladita, tímida. Claro que cuando íbamos a la Unión Ferroviaria a bailar, Juana era otra. ¡Había que verla moviendo sus pies chiquitos al compás de un rock! Y todos estaban dichosos de bailar con ella. Se veía que era un placer llevarla. ¡La revoleaban por arriba y por abajo y ella se dejaba nomás, sin resistencia, deslizándose con tanta gracia! (Pausa.) La última vez que vi a Juana fue acá, en la estación de Boulogne. ¡Habíamos sido tan amigas! Después, cuando ella conoció a su marido ya todo cambió, empezó una nueva vida y dejamos de vernos. El día de nuestro último encuentro, era sábado, y Juana había venido a la estación a esperarlo, a él, a Gigio, un italiano un poco tosco, petiso, de bromas pesadas, y de ideas serias. (Pausa.) El vivo retrato de Juana sigue ahí, a unos pasos de mí. Tengo un deseo tan grande de llamarla: ¡Juana!, pero me trago ese nombre, y me pregunto cómo se llamará. Está llegando el tren. La última vez que vi a Juana fue acá, en la estación de Boulogne. Ya hacía mucho que no nos veíamos. Nos abrazamos fuerte y yo le miré los pies. “¿Te acordás del viaje a Munro”? le pregunté. Y no parábamos de


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reír. Volvimos a abrazarnos cuando nos despedimos y yo subí al tren y ella se quedó en el andén, como ahora también se queda su hija que mira con avidez a todos los que descienden, como si estuviera buscando a alguien, como si esperara a alguien.

ESCENA 3 La muchacha está sola en el andén. MUCHACHA

Sólo tu foto. (Pausa.) Cinco minutos para el próximo tren. (Pausa.) Quizás bajes del siguiente gusano metálico y entonces podremos completar nuestro álbum familiar. (Pausa. Ríe.) Suena extraño, hasta ingenuo lo sé, ¡gusano metálico!, así los llamaba papá, ¿sabés?… (Pausa.) Cuando vivíamos con la abuela la escuché decir que mamá venía todos los sábados por la tarde a esperarlo. Decía que no le importaba si era invierno o verano, que desde novios ella se presentaba en esta estación enfundada en sus botas con plataformas para ser vista por papá. (Suspira.) Locura de petisos… (Pausa.) Mamá venía aquí como yo a esperar entre la gente. (Pausa.) Parece que la abuela no estaba de acuerdo, que la peleaba, pero a la Juana no le importaba, ella quería estirar el tiempo con su hombre lo más posible y se escapaba hasta la estación cada fin de semana. (Pausa.) Cuando nosotras nacimos siguió viniendo. A esperarlo. Con nosotras a cuestas y vos en el vientre. Pero sin plataformas. Por la panza, dicen. Aunque yo creo que dejó los tacos cuando supo que el Gigio no necesitaba de grandes alturas para encontrarnos. Estuvimos todos juntos, sí, todos juntos antes de que se los llevaran, vos anudado al vientre, y mamá sin plataformas. (Pausa breve.) Cinco minutos más… hasta la llegada del próximo. (Pausa.) Cuando vengas te esperan mis fotos, yo te las prestaré todas, son fotos de tu familia también. (Pausa.) Tengo de la Juana, del Gigio, los viejos. (Pausa.) Fotos en blanco y negro. Fotos arrugadas, desteñidas, con historias inmediatas y otras un poco menos recientes. (Pausa.) ¿Te


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gustan las fotos? (Segura de su teoría.) Porque las fotos son narraciones completas, eso pensamos la Lore y yo. Siempre entregan momentos cotidianos sin condiciones. Destiñen pero siguen allí y dicen lo mismo. (Pausa.) Cuando la Lore era muy chiquita descolgábamos esta foto del ropero y nos tirábamos en la cama a imaginar. Estos puntos son del óxido de las chinches con la que se sostenía. Yo le mostraba a papá y a mamá. (Pausa.) Era divertido ver su dedito reconocerse en el rostro del viejo, y señalarme a mí cuando miraba a nuestra mamá. ¿Y vos? ¿A cuál de los dos te parecés? (Pausa.) No sé si naciste en noviembre o diciembre. (Pausa atropellada.) ¡Mirá esta! La del centro es Juana. Debajo de este delantal rosa estás vos, sí, tenías unos siete meses y tus patadas le dibujaban una mueca divertida al rostro de mamá. (Pausa.) Mirá esta otra, con esta camisita. Parece que a mamá le gustaba el rosa. ¿A vos qué color te gusta? (Pausa.) Dicen que se aprende de muchas maneras y a nosotros nos tocó aprender así, entre fotos y anécdotas. (Pausa, con voz entrecortada.) A nosotras no nos mintieron como a vos, nosotras desde chiquitas supimos que se los llevaron con vos en el vientre aún pegado. (Pausa como buscando escapar al dolor.) Cinco minutos más… hasta la llegada del próximo. (Pausa.) Nunca pude recuperar las plataformas de Juana… (Pausa. Se oye sonido de tren que se acerca.) Necesito que me encuentres entre la gente, como el Gigio a la Juana las tardes de sábado sobre sus plataformas de corcho. (Sonido de tren que llega.) ¿Tenés el pelo lacio o crespo? ¿Y los ojos? ¿Son oscuros o azules? Todo depende de a quién te parezcas. Altura pequeña, eso seguro. (Pausa. Sonidos de gente en la estación.) Te busco y me busco entre la gente, me hace falta tu foto… Hace treinta años que la espero… (Pausa.) A veces me digo que no voy a venir más pero siempre me arrepiento y acá estoy con un puñado de fotos y esperando que llegues a completar el álbum. (Sonido de tren que parte.) Cinco minutos, hasta la llegada del próximo. El andén ha quedado vacío, pero la muchacha sigue ahí, esperando.

OSCURIDAD FIN


Kalvkött Carne de ternera Silvina Chague

© Soledad Ianni


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Personajes PIETER ı Joven cardiólogo sueco. Profesor de idioma de los refugiados políticos MARÍA ı Joven exiliada argentina. Arriba a Estocolmo en 1976 NORA ı Madre de María ABEL ı Padre de María JUAN ı Exiliado chileno. Amigo y confidente de Pieter CARMEN ı Hermana de María TITO ı Esposo de Carmen Empleado de Aduana de Suecia

Es sugerencia de lA autorA que Pieter, Tito y Empleado de Aduana sean interpretados por el mismo actor. Del mismo modo: María y Carmen. Abel y Juan.

ESCENA 1 Estocolmo. 1999

PIETER AL TELÉFONO. Conversación iniciada. Pieter

Sí, insisto, es imprescindible un traductor (…) Estimado Gustav, no es un capricho, créame. (…) Prométame al menos que lo va a considerar. (…) Sí, yo lo hablo, pero no lo siento… para decir lo que usted me pide, hay que sentir, cómo decirlo, hay que habitar el idioma (…) Sentir, Gustav, es más que contar. (…) Mire, usted lo piensa y me avisa, ¿está bien? (…) Muy bien. (corta.)

A público


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Quiere que se lo escriba en castellano. No puedo, no entiende. Yo lo hablo, pero nada más. Puedo contar lo que pasó, digamos, como un cronista . Pero no en castellano. No podría. En castellano uno quiere decir “Te quiero” y no dice “Te quiero”, dice (piensa un instante, evoca, se sonríe.): “Vaquita, Muuu”. O dice, grita incluso, “Putaparió” (se sonríe solo, como quien recuerda.), o dice … o no dice nada. Quiere decir “Te quiero” y se calla. Uno tiene toda esa inmensidad de palabras, con sus matices, con su música, con su color, para decir tantas cosas …o las mismas cosas (sonriendo.)… y sin embargo, calla. Y puedo asegurar que cuando uno calla, en castellano; no, no en español; en castellano, que es lo mismo pero no es igual. Cuando uno calla en castellano, es tan hondo ese silencio, tan vacío, que me atrevería a decir que duele en los oídos. Me podrán decir que el silencio duele en cualquier idioma. Pero yo me permito disentir. En castellano, el silencio (se frena.)… bueno, no sé, es mi opinión.

Una pausa. Pensativo. Gustav insiste pero… no, no sé si yo tengo algo para decir…

TRANSICIÓN

ESCENA 2 Estocolmo.1976 La Clase

Un aula. Pieter acomoda sus cosas en el escritorio. Es el docente. ENTRA JUAN. Pieter

Hola, Juan. Temprano.

Juan

Hola Pieter. Sí, llegué temprano. (Se sienta en su pupitre.)


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Pieter

¿Cómo estás tú?

Juan

Mejor. Ayer nos mudaron a un nuevo departamento. (Advierte la atención de Pieter que espera algún dato más.) Es más grande, tiene linda vista.

Pieter

¿Vista?

Juan

Lo que se ve por las ventanas, digo, es más lindo. Está frente a un parque.

Pieter

Comprendo.

Juan

Y tiene unos cuartos más grandes, y una distribución…

Pieter

Luego me cuentas. Ahora comencemos con la clase. Estábamos aprendiendo, entonces, a hacer gestiones en el correo. (se dirige al

público como a un alumno imaginario mientras abre su cuadernillo.)

¿Nos habíamos detenido en…? (como si escuchara la respuesta.) Ah, sí, en el envío de Walter que hoy no vino… ¿saben algo de él? Juan

Ayer llegaron los hijos. Todavía se deben estar abrazando.

Pieter

¿Y ella?

Juan

Ella, no se sabe.

Pieter capta la tensión del momento. Pieter

Seguramente todo se resolverá. Decíamos que el destino, recuerden, lo importante es indicar el destino. Walter escribía a URUGUAY. (se da vuelta y escribe en el pizarrón, en sueco, mientras dice.) “Deseo mandar esta carta a… ¿de qué ciudad es Walter?”.

Juan

Montevideo.

Pieter

(completa.) Montevideo, Uruguay. Uruguay es lo único que le interesa saber al empleado del correo para aplicar la tarifa correcta. (mira a los otros.) ¿Se comprende? A ver tú, Juan (Le da el turno a Juan, que toma entre sus manos su sobre.)

Juan

Yo, yo le voy a mandar esta carta a mi hermano…


Kalvkött, CARNE DE TERNERA ı 2011 · 365

© Soledad Ianni

Pieter

Esa no es información relevante para el empleado… Lo importante es el destino.

Juan parece aislarse de la clase y habla con el sobre. Juan

…Lucho, no te imaginas cuánto me gustaría que recibieras esta carta. Para que sepas que estoy bien.

Pieter

El destino, recuerden. En el caso de Juan sería Chile (escribe en el pizarrón.) ¿Qué ciudad, por favor?

Juan

¡Acá las noches son interminables, huevón, y el sol se extraña tanto! Y después, al revés, después la luz te persigue hasta debajo de las camas y quieres dormir y es pleno día a las doce de la noche. No sé cómo no se vuelven locos estos tipos.

Pieter

(a público como si respondiera a una pregunta de la supuesta clase.) No, esa información no es necesaria. El empleado necesita primero el destino para aplicar la tarifa.

Juan mira a Pieter, que sigue anotando en el pizarrón. Juan

O a lo mejor están locos y no nos damos cuenta. Acá no nos damos cuenta de nada, Lucho. Vivimos entre clases y rutinas. Nos dan


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© Soledad Ianni

casa, comida, abrigo, colegio para los cabros, dentista, zapatos. Unos zapatos como nunca tuve en mi vida. (Se mira los zapatos un rato.) Pero andaría a pata pelá, Lucho, y desnudo por esa nieve culeada si pudiera cambiar todo esto por un último pisco en lo de Soto, mirando cómo el mar se traga el sol allá en el puerto, mientras se nos cuelan esos olores rancios de los pescados y las frutas y los mariscos que el viento de Valparaíso desparrama más allá de los muelles. Y discutimos, Lucho, entonados por la copas compartidas, si el Chicho podrá llevar a buen puerto este barco que somos. Y vos me dirás que no lo van a dejar y yo te gritaré que sí. Eufórico, porque el trago siempre me despierta el héroe que no soy.

Pieter asiente, sonríe. Pieter

(mira a Juan con indulgencia.) El destino, Juan.

Juan

Y yo te la mando nomás, Lucho, rogando a unos dioses en los que nunca creí para que estés vivo todavía. Bueno, no yo sino Bergman que es quien te la manda... (lee el sobre.) Ingmar Bergman, un servidor (se señala a sí mismo.) Extraño las trasnoches del cineclub, Lucho. ¡Extraño tantas cosas!


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Mira el sobre, toca las estampillas. Luego parece volver a la clase. Levanta el sobre y con alegría, dice: Deseo enviarle esta carta a mi hermano Lucho, en Valparaíso, CHILE.

Pieter asiente y anota en el pizarrón CHILE. Entra María. Pieter la mira, le hace un gesto amable de que pase y se siente. Pieter

Hola, amiga.

María no responde. Pieter

Tú debes ser María, de Argentina, ¿verdad? (lee de una planilla.) Buenos Aires, Argentina. ¿Cómo estás tú?

María apenas asiente. Se sienta a disgusto. Juan

(corrige a Pieter.) “¿Cómo estás vos?”. Es porteña.

María no responde a la broma. Pieter

¿Cómo estás vos? ¿Cómo estás vos?

María no se inmuta. Pieter

Estamos practicando cómo enviar una carta. ¿Adónde quieres… quisieras mandar tú (se corrige.) vos?

María niega con la cabeza. Pieter

Comprendo. Tal vez ahora no tengas ganas de escribir. Pero en un tiempo.

María no responde. No lo mira. Está a disgusto. Pieter

Quizás, en un tiempo, quieras contar a los tuyos cómo estás.

En el otro extremo del escenario, Nora en la peluquería, bajo un secador de pelo, hojeando una revista. Habla a público. Grita para hacerse oír a pesar del ruido del secador. Nora

¡Sí, está bárbaro allá! Contenta porque puede aplicar lo suyo, viste. Ella fue siempre tan capaz.


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En una tercera posición, Abel hace un trámite en un despacho oficial. Abel

María. Sí, único nombre. María Urrutia… Veintiuno. Recién cumplidos… No, nunca salió del país.

Nora

Estoy segura de que en cuanto se acomode un poco, enseguidita va a progresar… ¡Dice que ya tiene un montón de amigos! Y que se entienden sin problemas… es que ella tiene una capacidad para los idiomas.

Abel

Filosofía y letras… no, ¿en el centro de estudiantes? No, no creo… me hubiera contado.

Nora

¿Te acordás de don Giulio, el tano del almacén? Cincuenta años que vivía acá y no se había sacado el cocoliche de encima. Ella era chiquita y ya se las arreglaba para contestarle ¡en italiano! Cómo la quería el tano… (…)

Abel

(finge.) ¿Quién? No, no sé de quién me habla… ¿Con mi hija? No creo… lo hubiera traído a la casa… nunca tuvo nada que esconder de nosotros… No, le digo que ese chico, esa persona, no tiene nada que ver con mi hija (…) ¿Qué puedo saber yo de alguien que no conozco?… ¿Muerto? (…) ¿Lo mataron?… Un enfrentamiento, entiendo… Ya le dije, no lo conozco.

Nora

Y… no se sabe… un par de años por lo menos… todo lo que dure la beca. Pero está tan bien que no importa cuánto tenga que quedarse… bah, cuánto quiera quedarse, porque nadie la obliga. Esto de la beca se lo buscó solita… no nos dijo nada, ni al padre, mirá que ellos se cuchichean todo, ni a mí tampoco.

Abel

Me dijeron que usted podía ayudarme… ¿¿No,… ?? nadie sabe que vine… Traje, sí… Me dijeron… sí… lo que sea… donde sea… ¿Estocolmo?… Estocolmo está… muy bien. ¿Cuándo puede ser?

Nora

Se anotó y le salió (…), sí, claro, tuvo que viajar enseguida, esto es así, de un día para el otro. En cuanto te avisan. Ni tiempo para acostumbrarnos tuvimos… pero, como te digo, no nos importó porque ella está tan bien allá… y le dan todo. Son una gente muy organizada.

Abel

¿Podemos verla antes?… Desde que la detuvieron, nunca nos dejaron… Entiendo… ¿Y a la madre, por lo menos?… Pero… No, entiendo, entiendo, está bien así. Sí, ya sé que es un favor especial el que estoy pidiendo. Ya sé que lo comprometo… lo que usted diga va a estar bien.


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Nora

Está muy bien…Justo ayer me llegó una carta de ella…

En la clase, María mira a Pieter, con cierto desprecio. María

¿Para qué voy a escribir? En mi barrio no llegan las cartas. Se pierden. Voy a volver yo antes de que llegue alguna. Todos vamos a volver antes.

Busca adhesión en los otros pero no la encuentra. Pieter

Comprendo.

Nora

¡Todas las semanas me escribe! Unas cartas tan lindas…

UNA SUCESIÓN DE CARTELES EN SUECO. TODO SEÑALIZADO. TODO AJENO. PROFUSIÓN DE SERVICIOS. TODO ORGANIZADO. EL NUEVO MUNDO CON EL QUE MARÍA DEBERÁ APRENDER A INTERACTUAR.

ESCENA 3 Pieter y María en un konditori (bar.) Son encuentros sucesivos en el tiempo en los que se repite la rutina de completar el cuadernillo de la clase de sueco, mientras la relación entre los personajes se hace progresivamente más fluida. Pasan unos meses. Siempre hay un par de tazas con sus respectivos platos sobre la mesa. Pieter sentado a la mesa. Lee una revista de ciencia. Mira el reloj. Vuelve a la lectura. Llega María. Pieter la recibe con una sonrisa y le indica con la mano que se siente. Pieter

Hola, María, ¿cómo estás vos?

María lo mira, con desgano.


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Pieter

¿Tú sabías que la memoria de las células pueden recordar la enfermedad de hasta cinco generaciones? (trata de ser simpático.) No quisiera imaginar lo que recordarán las mías…

María es indiferente al comentario. Pieter

Aquí lo dice. Un descubrimiento que podría cambiar el rumbo de los tratamientos en enfermedades hereditarias. ¿Comprendes? Detectarlos prematuramente. Anticiparse.

Pieter mira a María buscando alguna reacción, pero ella es inmutable. Pieter guarda la revista y saca el cuadernillo. Pieter

Aquí está. Este es el primer ejercicio: Cómo viajar en el bus. Ves… aquí te muestra cómo comprar tu boleto… Pronto te vas a poner al día, ya verás. Aprecio que hayas venido.

© Soledad Ianni


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María lo ignora, mira hacia cualquier lado, la mirada perdida, la cabeza ausente. Mira, puedes pedir por el día o sacar pase para varios viajes…

Pieter nota la apatía de María. Pieter

Y luego vimos cómo realizar las compras, por ejemplo, en la farmacia.

María cambia de actitud, un chispazo de atención. Pieter lo nota y disimula. Pieter

Si necesitas un analgésico, o si tienes una herida y debes … cómo se dice… quitarle las bacterias…

María

Necesito…

Pieter

Dormir. Necesitas dormir.

María lo mira con cierta molestia por la intromisión. Pieter

Soy médico. Aunque no hace falta serlo para notarlo.

María mira la mesa. No responde. Se demora. María

¿Podés darme algo para dormir entonces?

Pieter

Puedo hablarte en sueco toda la tarde. Te dormirás sin dudarlo.

María apenas sonríe. Pieter le hace un gesto para que tome su café, pero María desiste. Aparta su pocillo. Pieter

Sí, si estás así, mejor que no lo tomes. ¿Cuánto hace que no duermes?

Pausa. María

No sé… mucho. Mejor me voy.

Se levanta. Se queda de pie. Pieter guarda el cuadernillo y vuelve a sacar su revista. Todo como si María no estuviera allí. María se coloca una bufanda. Vuelve a sentarse. Un cambio en la actitud. (paso del tiempo.) IMÁGENES DE ESTOCOLMO BAJO NIEVE.


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María

Hola. No sé cómo viven con este frío.

Pieter sonríe. Pieter

Abrigados. ¿Conocías la nieve?

María niega con la cabeza. Pieter

Ya te acostumbrarás.

María

(se saca la bufanda.) No pienso acostumbrarme a nada de acá. Doble trabajo. Acostumbrarme y desacostumbrarme.

Pieter la mira. Sonríe. María espera. No le parece gracioso. Pieter saca de su bolso otro cuadernillo y se lo presenta. Pieter

Hoy traje algo nuevo. Ahora que ya puedes moverte en la ciudad, trabajaremos para que puedas, ¿cómo dicen ustedes?… dialogar… conversar.

María

Charlar.

Pieter

Charlar.

María bebe esta vez su café, sin mayor entusiasmo, pero bebe. Pieter

Para charlar tienes que tener…

María

Ganas.

Pieter

Vocabulario.

María

Y ganas.

Pieter

Comprendo.

María

Comprendo, comprendo. ¿No sabés otra palabra?

Pieter

(piensa.) No. Para decir que comprendo no conozco otra palabra. ¿De qué otra manera se puede decir?

María lo mira, enojada, pero después se sonríe, casi para ella misma. Pausa.


Kalvkött, CARNE DE TERNERA ı 2011 · 373

Pieter

¿Qué? ¿Te aburro?

María alza los hombros. Pieter

Lo siento.

María lo mira con cierta ternura. Pieter

Podemos charlar entonces.

María

No tengo vocabulario.

Pieter

Podemos charlar en español.

María no responde. No lo mira. Bebe su café. Pieter

Comprendo. No tienes ganas…

María

Entiendo. Me doy cuenta. Ahá. Veo. Me avivo. Hay mil maneras de decir “comprendo” sin decir “comprendo” “comprendo” (se burla.) todo el tiempo.

Se miran y se largan a reír, brevemente. Como robándose un instante de distensión. María vuelve a ponerse seria. Comienza a calzarse la bufanda. María

Me voy.

© Soledad Ianni


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Pieter

Pero si apenas has llegado.

María

Nosotros no decimos “español”. Nosotros hablamos en castellano. Que es lo mismo, pero no es igual.

Pieter la mira, no comprende. Pieter

¿Y por qué te vas? ¿Podrías acaso intentar estar con alguien que no comprende? Es una buena oportunidad para “charlar”. Podrías contarme algo de ti, de vos.

María

Hoy no, otro día. Mejor me voy.

Pieter

Siempre te vas. Me pregunto adónde te vas, María. Puedo (se corrige.) podemos, al programa de refugiados me refiero, digo, podemos albergarte, ayudarte a soportar este momento, pero tienes que colaborar. Por favor, no es una condición. Tómalo como… como un consejo de alguien que quiere ser tu amigo. Sería muy importante que pudieras relacionarte. Hacer amistades. Ir al cine, al teatro… tenemos muy buenos actores… no sé, a un concierto…

María

¿A un concierto? ¿Con quién? (con cierto desdén.) ¿Con vos, por ejemplo?

Pieter guarda su cuadernillo en su maletín. Pieter

Tal vez el que deba irse hoy sea yo.

Se levanta. Se va. María toma la taza, coloca sus manos alrededor para calentarse. Bebe un sorbo. EN IMÁGENES: SECUENCIA DE PREPARACION DE UN DESAYUNO FAMILIAR. ENCUADRES MUY CERRADOS. TAZA RIGOLEAU FACETADA. BATIDO DEL CAFÉ CON AZÚCAR. SE LLENA CON LECHE MIENTRAS SE SIGUE BATIENDO PARA ASEGURAR LA ESPUMA. UNA MANO DE MUJER APOYA LA TAZA EN UNA MESA CON MANTEL DE HULE. UNAS MANOS INFANTILES RODEAN LA TAZA, PARA CALENTARSE. (Paso de tiempo.) Pieter y María sentados. Vestidos de medio tiempo. Conversan algo más animados.


Kalvkött, CARNE DE TERNERA ı 2011 · 375

Pieter

Tienes que creerme. Los mosquitos eran tan grandes que temíamos que en lugar de picarnos, nos tomaran y nos arrancaran de la barcaza.

María sonríe. Pieter se entusiasma y exagera su relato. Pieter

¡No exagero! Y cuando llegamos a puerto, qué hace el sueco ingenuo (se señala.) Pregunto: ¿Podría usted decirme dónde está la oficina de correos?

María se ríe. Pieter

En el medio del Amazonas ¡y se me ocurre escribir! Me miraban como si estuviera…

María

Loco. Sueco loco en tour antropológico por el tercer mundo. Típico. Tuviste suerte de que no te comieran.

Pieter

Lo hubiera merecido.

Se hace un silencio incómodo. Pieter

Nunca me dijiste adónde no ibas a mandar tu carta.

María se demora pero finalmente concede. María

A casa. Casa es mamá… Nora. Y el viejo, revoloteándole alrededor.

Pieter la mira con cierta ternura. Y con cierta satisfacción también porque María responde. María

(con entusiasmo.) Mi casa… ay, cómo te explico para que me entiendas. En mi casa, todo pasa en la cocina. Es por mi mamá. A ella le gusta cocinar, recibir, agasajar. Para nosotros es importante reunirse, sabés. De la nada organiza una comida en un santiamén. Le gusta que se le llene la casa de gente. Viste que hay gente a la que le gusta y otra que se espanta. A ella le gusta. Cuando estaba en el colegio, le caía con tres o cuatro amigas y ella sin chistar. Al contrario, era feliz de tenernos en casa.

(Mira a Pieter que sigue el relato con dificultad.) Ay… no me entendés nada. Voy muy rápido. Pieter

Vocabulario. (hace un gesto de resignación, alza los hombros, algo divertido.) Me falta. Pero no importa. Por la entonación puedo percibir


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tu entusiasmo. Compartamos el entusiasmo entonces. Una vez me dijiste cómo se llamaban, pero no recuerdo. María

Nora. Y el viejo, Abel.

Pieter

Nora y Elviejoabel.

María se ríe. Pieter la mira, seducido por esa sonrisa que logró arrancarle. María

Nora y Abel. Viven haciéndose chistes como si fueran dos chicos. Y cubriéndose. Se entienden con mirarse nomás. (se alegra en la evocación.) Una vez, hace unos años, mi viejo…

Pieter

(bromea.) Elviejoabel.

María

(acepta la broma.) Elviejoabel estaba poniendo la mesa para Navidad. Y no sé con qué se tropezó y se le cayeron todas las copas del juego. (Se escucha ruido de copas al caer.) Cuatro quedaron nomás. Mi mamá lo miró y sabés lo que le dijo, así con esa cara de cómplice que siempre le pone:

© Soledad Ianni


Kalvkött, CARNE DE TERNERA ı 2011 · 377

En el otro extremo del escenario entra Nora, muerta de risa, detrás de ella, Abel. Nora

¡Mirá las cosas que hacés para que tu hermana no falte en la mesa!

Abel

Es que no vi que la bandeja estaba tan cargada. ¿A quién se le ocurre?

Nora

(buscando otras copas en un armario.) A mí. Así hacías un solo viaje. Vení. Vamos a poner las de ella. Pobre Lilín.

Abel

Pobrecita…

Empieza a cantar un tango mientras toma a Nora para bailar. Ella con las copas en la mano. Abel

“Nunca tuvo novio, pobrecita ¿Por qué el amor no fue a su rincón de humilde muchachita a reanimar las flores de sus años?”

Nora

Novio novio, no…, pero…

Abel

¿Pero qué?

Nora

Pero nada…

Abel

(se frena.) Vamos, me vas a decir que… ¿Qué sabés vos que yo no sé?

Nora

Nada, nada… No está bien hablar de los que ya no están. Soltame, que se me van a romper estas también…

Abel

No, dale, ahora contame.

Nora

Qué te voy a contar! Si siempre fuiste un perro de presa vos con tu hermana!

Abel

Por eso…

Nora

Por eso, a la única que le podía contar algo era a mí.

Abel

¿Cómo a vos? ¿Y qué te contó, a ver?

Nora

¡Que era feliz! Eso me contó. Y lo bien que hizo, Dios la tenga en la gloria.

Abel

(sonriendo.) ¿Me estás diciendo que mi hermana…?


378 · 2011 ı SILVINA CHAGUE

Nora

Ay, Abel, ni que fueras la Santa Inquisición! Tu hermana era una mujer hecha y derecha y fue plenamente feliz, a su manera (mira las copas que tiene en las manos, las zarandea.) Y espero que haya usado estas copas bien usadas! Soltame, dale, las voy a poner en la mesa!

Abel

(sonríe con genuino regocijo.) ¿Y el tipo… quién era?

Nora

Sos un ordinario, no hay caso, vení a ayudarme querés. A ver qué inventamos.

Abel

Igual, para que sepas… yo sabía.

Nora lo mira con cara de no creerle nada. En el otro extremo del escenario.

© Soledad Ianni


Kalvkött, CARNE DE TERNERA ı 2011 · 379

María

Así que mi vieja fue hasta el aparador y trajo las copas de mi tía y las fue poniendo, mezcladas con esas cuatro que le quedaron, una y una. Combinándolas.

Mira a Pieter que la deja hablar, comprendiendo a medias. María dispone la loza del café, una taza, al lado un plato, luego una taza, otro plato. Así, ves, una y una fue poniendo. ¿Cómo habrán puesto la mesa este año?

En simultáneo, mientras María inicia este relato de la mesa navideña, en otro sector del escenario vemos a Abel y Nora poniendo la mesa. Nora dispone las copas, está triste, callada. Abel se acerca pero ella lo esquiva muy levemente con el cuerpo. Abel

Dale, vieja, aflojá un poco, querés.

Nora le señala las copas en el aparador. Abel toma una y se la alcanza, pero se detiene un instante a un paso, con la copa en la mano. Abel

Pedímela. Dale.

Nora hace un gesto de “es inútil”, un chasquido. Sigue poniendo las cosas sobre la mesa. Abel

¿Cuánto más vas a seguir con esta estupidez? Carajo! Ni que fuera culpa mía!

Nora quita la última copa que apoyó sobre la mesa y se va. María

Cómo me gustaría estar allí, preparando la mesa con ellos…

En la mesa del bar, Pieter aparta deliberadamente la loza. Deja el centro de la mesa vacío. Mira a María. Espera. Recién entonces, María puede comenzar a llorar.


380 · 2011 ı SILVINA CHAGUE

ESCENA 4 Convivencia

María acomoda piezas de arcilla sobre un mueble. Hay también otra mesa con un bloque del material. Está contenta. Se demora en mirar cada pieza que a todas luces se percibe como producción infantil. Llega Pieter. Con cierto histrionismo, declama: Pieter

”Así combatieron los héroes, tranquilo el admirable corazón, violenta la espada…”.

María lo mira, se sonríe y sigue en lo suyo. María

“…resignados a matar y morir”.

Pieter se acerca. Es cariñoso. Mira las piezas. Toma una, la examina. María lo mira de reojo. Pieter la deja y toma otra. Repite la acción de dejarla. Toma una tercera y va a dejarla. María

Una oveja. Una oveja del campo del abuelo de Tomás.

Pieter

(repite.) Una oveja. Tomás.

María va señalando las otras piezas y enumerando. María

El gato que tenía Fernanda en su casa.

© Soledad Ianni


Kalvkött, CARNE DE TERNERA ı 2011 · 381

Pieter

Fernanda. Un gato.

María

El canario de Pablito el día en que lo soltaron. Ves que tiene alas grandes. “Es que tenía muchas ganas de volar”, dijo.

María sonríe enternecida por su alumno. Pieter

¿Un canario?

María

No te burles.

Pieter

Jamás.

María vuelve a su trabajo. Pieter abre un paquete, saca un disco. Va hacia el equipo de música. Pieter

¿Estás segura de que sabrán ser discretos?

María ni lo mira, se nota que es un diálogo ya mantenido en alguna otra oportunidad. Pieter

Si se enteran, puede ser un problema.

María

Ya no me lo digas más. Todos saben, sabemos, que no pueden decir que estoy dando clases. Además no me pagan. No es un trabajo. Invito a los hijos de mis amigos a jugar. Nada más.

Pieter

Si se enteraran, podrían quitarte la residencia. Podrían, tal vez…

María

Basta. Pieter, ya lo sé! Terminala con la corrección! Les hago trampa, sí. Una trampa así de chiquita!

Pieter

Perdón, perdón. No debo insistir, es cierto… es que… (se interrumpe.)

Comienza a sonar una canción. Pieter sube el volumen del equipo. María vuelve a la pieza que está modelando. Pieter

Escucha. Una primicia.

Suena “Chiquitita” de Abba. Conforme avanza la canción, María se entristece. Golpea la arcilla con un enojo creciente.


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Chiquitita dime por qué tu dolor hoy te encadena que en tus ojos hay una sombra de gran pena no quisiera verte así aunque quieras disimularlo si es que tan triste estás para qué quieres callarlo Chiquitita dímelo tú en mi hombro aquí llorando. Cuenta conmigo ya para así seguir hablando tan segura te conocí y Ahora tú a la quebrada. Déjamela llevar yo la quiero ver curada Chiquitita sabes muy bien que las penas vienen y van y desaparecen otra vez vas a bailar y serás feliz como flores que florecen. Chiquitita no hay que llorar las estrellas brillan por ti allá en lo alto quiero verte sonreír para compartir tu alegría Chiquitita otra vez quiero compartir tu alegría chiquitita Chiquitita dime por qué tu dolor hoy te encadena en tus ojos hay una sombra de gran pena no quisiera verte así aunque quieras disimularlo si es que tan triste estás para qué quieres callarlo Chiquitita sabes muy bien que las penas vienen y van y desaparecen otra vez vas a bailar y serás feliz como flores que florecen Chiquita no hay que llorar las estrellas brillan por ti allá en lo alto quiero verte sonreír para compartir tu alegría Chiquitita otra vez quiero compartir tu alegría Chiquitita otra vez quiero compartir tu alegría Chiquitita.


Kalvkött, CARNE DE TERNERA ı 2011 · 383

Pieter se apura a bajar el volumen. Luego se acerca a María y la abraza y la consuela en silencio. Pieter

Perdóname. No sabía que era triste. Me fui un poco antes del hospital. Salí a caminar un momento. Lo vi en una vidriera. Me pareció que te podía gustar. Para que vieras que no soy el único sueco loco que habla en castellano. Una imprudencia imperdonable, lo siento. No pensé…

María

Está bien. No me podés tener entre algodones.

Se abraza a él. Pieter responde al abrazo y luego, levemente, se va entregando él mismo a ser abrazado. María pasa de “ser abrazada” a “abrazar”. Luego se aparta apenas y lo interroga con los ojos. Pieter se aprieta contra ella. Pieter

Murió. Anoche. Otro infarto. No pudieron reanimarlo.

María comienza a abrazarlo con infinita ternura. Es mi trabajo, ya sé. Esto pasa todo el tiempo. María

Pero duele igual.

María se aparta y le indica la mesa de trabajo. María toma un bloque de arcilla y se lo pone delante. Le hace un gesto con la cabeza.

© Soledad Ianni


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María

Dale… pegale.

Pieter posa sus manos sobre el bloque pero no hace nada. María se lo quita y desde la altura lo golpea contra la mesa. Hace señas a Pieter para que repita la acción. Pieter lo intenta, pero su golpe es débil, prolijo, medido. María lo toma y repite la acción, más pedagógica. María

Así, con fuerza. Con bronca… rabia. Como si quisieras matar a alguien. Como si quisieras desquitarte de algo. (Golpea la masa una y otra vez. Los golpes retumban en la mesa.) Como si se te hubieran muerto todos los pacientes juntos. Todos juntos y no hubieras podido salvar a ninguno. Como si recorrieras todas las camas del hospital y los encontraras a todos muertos. ¡A todos! Y recordaras sus ojos de miedo en cada revisación. El terror de no saber qué les esperará. De no saber si la vida sigue al día siguiente. La ilusión de volver a encontrarlos. La esperanza de que hayan cruzado el infierno de la noche. Volver a verlos. Dios! ¡Cuánto daría por volver a verlos! Un ratito. Una última vez. Un instante para despedirlos y mentirles y decirles que la muerte no vendrá por ellos.

María llora. Pieter le toma las manos, la frena. Se demoran en una mirada. SUENA TEMA COMPLETO DE ABBA.

ESCENA 5 Consultorio

Consultorio de Pieter. Juan desplegó un tablero portátil de ajedrez. Lo mira con regocijo, le va ganando. Pieter piensa. Toma una pieza.

Juan

Yo lo pensaría mejor.


Kalvkött, CARNE DE TERNERA ı 2011 · 385

Pieter vuelve a colocar la pieza en el mismo lugar. Piensa. Toma otra. Juan se ríe. Juan

Estás frito, Sueco.

Pieter mueve, escruta a Juan, con cierto orgullo. Juan

Tres jugadas y estás afuera. Mira cómo dejaste a tu alfil solito… tengo la torre aquí. Y si me comes la torre, está mi alfil listo para liquidarte. (hace gesto de box.) Golpe y contragolpe, Sueco, como cuando…

Pieter

Boxeas.

Juan

No, como cuando conquistas a una mujer. A veces eres tan literal que me irrita. Una frase romántica, un regalito, un paseo, y ahí ya la tienes…

Sin dejar de atender a la partida, Pieter pregunta: Pieter

Un regalito, un paseo… ¿Cómo son los dolores?

Juan

No es nada. Una puntada aquí (se señala el esternón.) La Patri insistió en que viniera a verte. Está asustada. Viste cómo son las mujeres. (al ver que Pieter va a tomar una pieza.) Ni se te ocurra, Sueco (riéndose.)

Pieter

(se sonríe.) Igual que los hombres, sólo que no tienen vergüenza de decir que están asustadas. (resignado.) Tienes razón. Es mate. (aparta el juego.) El error estuvo en… mover el caballo. Recuéstate. Voy a hacerte un electrocardiograma.

Juan

¿Hace falta?

Pieter

Quisiera estar seguro. Quítate la camisa.

Juan se acuesta, tenso. Pieter comienza a colocarle los electrodos. Pieter

Estos son electrodos que se colocan para… (percibe la tensión de

Juan.) No duelen.

Completa la colocación. Juan está cada vez más tenso. Pieter se acerca al aparato y lo enciende. Pieter

¿Estás cómodo?


386 · 2011 ı SILVINA CHAGUE

Juan asiente, trata de que no se le note la tensión. Juan

¿Te acuerdas de la jugada que discutíamos el otro día?

Pieter le hace señas de que se calle. Juan obedece al principio, luego vuelve a hablar. Juan

Ya le encontré la vuelta. Que Karpov es un genio, no hay duda, pero que sea capaz de tener en la cabeza veinte movimientos por delante…

Pieter

Silencio.

Juan

(se calla un instante apenas, no soporta estar conectado, se mueve en la camilla.) Veinte por cada una de las posibilidades en las que se abre el juego. Es infinito.

Pieter

¡Quieto! Hay mentes brillantes, pero no se pueden controlar todas las posibilidades. Por suerte, existe el azar. Si te mueves no se puede.

Juan se sienta, comienza a sacarse los electrodos, ante la sorpresa de Pieter. Juan

No se podrá, entonces. Si la Patri te pregunta le dices que estoy bien.

Pieter

(mirando la cinta del electrocardiograma hasta donde pudo hacerlo.) Por lo poco que veo, estás bien. No hay nada de qué preocuparse.

Juan se pone de nuevo su camisa. Señala el tablero donde se desarrollaba el juego. Juan

Es así, el alfil rompe la defensa. Esa jugada la armó desde que desplazó el caballo ¡ocho movimientos atrás!

Pieter se admira del entusiasmo de Juan. Pieter

Puede ser… Eres buen jugador.

Juan

(Sonríe.) No sabía jugar a esto. Ahora es todo lo que hago en Suecia. Busco las partidas en el diario. Un diario que no puedo leer porque no logro entender ni mierda. Sigo las jugadas por los dibujitos. (Alza los hombros con resignación.)


Kalvkött, CARNE DE TERNERA ı 2011 · 387

Pieter

Sabes, Juan, acabo de darme cuenta de que nunca te he preguntado qué hacías en Chile.

Juan

(lo interrumpe.) Era periodista. Soy periodista. Es una profesión que no se abandona nunca, aunque no se ejerza.

Pieter

¿Y qué informarías hoy?.

Juan niega con la cabeza. Luego, se quiebra. Demorar esta confesión. Juan

Nada. Yo ya… no sabría ni cómo decirlo… Contaría… contaría cómo en el Estadio Nacional mataron a Lucho mientras el huevón de su hermano juega al ajedrez a 20.000 km de distancia. ¿Cómo titularías eso, Ssueco?…

Pieter no sabe qué responder. Le apoya la mano en el hombro, que Juan rechaza levemente. Juan

(va a decir algo, pero se frena.) No importa, Pieter, no tenés por qué entender… ustedes pueden asilarnos, pero no tienen que entendernos. No hace falta…

Termina de vestirse apurado. Junta sus piezas, guarda el juego. Pieter no sabe cómo comportarse.

© Soledad Ianni


388 · 2011 ı SILVINA CHAGUE

Pieter

Dile a Patricia que tu corazón está bien.

Juan asiente brevemente, sonríe apenas por la obviedad del comentario y se va.

ESCENA 6 Despedida Nora En Buenos Aires Tito acerca una valija llena y la pone sobre la cama. Tito

¡Esto pesa una tonelada! (a Carmen.) Tendríamos que haberle prestado la de rueditas que compramos en… ¿dónde la compramos, Carmen?

Abel

(burlándose.) Es que viajan tanto que ya no te acordás.

Nora

Esta está bien. Abrila querido, por favor, me falta guardar unas cositas todavía.

Carmen

¿Te vas a acordar de todo, Mami? Repasemos: cuando pasás la puerta de vidrio, hay una ventanilla, ahí te van a pedir el pasaporte… la tarjeta de migraciones… te sellan…

Nora escucha mientras sigue poniendo algunas cosas en la valija que está repleta.

© Soledad Ianni


Kalvkött, CARNE DE TERNERA ı 2011 · 389

Nora

Yo me las voy a arreglar, Carmen, no te preocupes.

Abel quiere ayudar, pero Nora no lo deja. Lo esquiva, le hace un gesto con la mano de que se aparte. No le habla. Carmen saca de su bolso un libro gordo y se lo alcanza a Nora. Carmen

Tomá. Llevale esto. Le conseguí la edición completa.

Abel se apura a tomarlo. Lee el autor. Abel

¿Para qué le mandás a este desgraciado? (Nora lo mira, reprobándolo.) ¿Qué me mirás? Si da conferencias por todo el mundo y no dice una sola palabra de lo que nos está pasando. Él, que podría… si sabe que abre la boca y sale en todos lados. Decime si no podría… parece que estuviera de acuerdo con estos hijos de puta…

Carmen

Se lo mando porque escribe bien y sé que a María le gusta. Nada más. (a Nora.) Así se acuerda un poco de mí, como yo me acuerdo de ella.

Abel

Y sí, por eso estamos como estamos, a María le gusta cómo escribe un tipo que es un sorete.

Tito

No todos tienen que ser héroes, Abel. Además, no todo es política, también está la economía… y de eso no podemos quejarnos, la están manejando bien.

Abel

¿Qué sabés vos de economía? ¿A qué costo nos está yendo bien? ¿A quién le está yendo bien? ¡A vos!

Tito

Bueno, sí, a mí, y a muchos otros también. ¿Me tengo que sentir mal porque me va bien?

Abel

¿Pero no te das cuenta?

Nora

¡Basta! (a Carmen.) Dame ese libro.

Es Abel quien sostiene el libro en su mano, pero Nora no lo mira a él, ni le habla a él. Carmen se sorprende un poco de que no se lo pida directamente a él. Nora

Carmen, ¡dame el libro!


390 · 2011 ı SILVINA CHAGUE

Carmen se acerca a Abel para que le entregue el libro, pero éste se adelanta y lo apoya con cierta violencia en el interior de la valija. Duelo de miradas con Nora, que baja la tapa de la valija y cierra ambos cierres a la vez.

ESCENA 7 Aduana. Estocolmo

Nora abre la valija en un mostrador de la aduana sueca. Es el gesto inverso de la escena anterior, ahora ejecutado con suma amabilidad. Frente a ella, un Empleado de Aduana que mira en general todo y lee con detenimiento el pasaporte. Nora

Buenos días, al fin llegué.

El Empleado se dirige a Nora, pero como habla en sueco, notamos que ella no comprende. Empleado

¿Procedencia?

Nora sonríe, pero no responde. Empleado

¿Sudamérica?

Nora asiente, cortés, pero no habla. Empleado

¿Motivo de su viaje?

Nora no responde, le señala el pasaporte como si allí hubiera alguna información que respondiera la pregunta. Sonríe. Empleado

¿Por qué visita Suecia?

Nora

(sonriendo.) Con gusto le respondería, pero no tengo la menor idea de lo que me dice…


Kalvkött, CARNE DE TERNERA ı 2011 · 391

Empleado

Suecia. ¿Para qué viene? Estocolmo, Suecia.

Nora

(mientras el Empleado revisa la valija.) Ah! Estocolmo. Capital de Suecia. Suecia, país nórdico del continente europeo, tiene una monarquía aunque medio para figurar porque el que manda de verdad es el Primer Ministro, la moneda es la corona, tienen alrededor de 7 millones de habitantes… bueno, así dice mi enciclopedia que a lo mejor está un poquito desactualizada. El rey, que se llama Carlos Gustavo, se casó hace poco con una plebeya, con la que estuvo de novio parece que un buen tiempo, pero sin que nadie se enterara… eso lo leí en la peluquería…

El Empleado señala un paquete. Nora repite la acción y también señala el paquete, y sin sacarlo, intenta una explicación. Se hace la ingenua. Nora

¿Esto?… Yerba.

El Empleado hace un gesto de reacción ante la palabra. Nora

Yerba. Un souvenir… una delicatessen…

Se miran. Nora trata de mantenerse tranquila, pero se frota las manos nerviosamente. Nora

¿Mucho frío?

El Empleado mete con delicadeza la mano en la valija y ordena en fila los 6 paquetes de yerba mate. Mira a Nora. Nora

Es una vieja tradición. (se pone nerviosa.) Uy, viene desde los indios guaraníes. En mi país… una costumbre muy común. Una forma de compartir… se ceba… se lo va pasando… (hace el gesto de una ronda.)… y todos van tomando.

Empleado

Yerba.

Nora

Así es, yerba.

Empleado

Droga

Nora

Sí, droga, ¿droga? No, ¿cómo droga? ¿Droga? ¿Droga, yo? No… un momentito, me entendió mal… el idioma no me ayuda (cada vez más


392 · 2011 ı SILVINA CHAGUE

nerviosa… se ríe de nervios.) Mire si yo voy a traer… es yerba, sí, claro, se puede entender… pero no, es otra yerba. Yerba mate. No tiene efecto (hace un gesto con la mano simulando alucinación.)… no, nada que ver. Esta, no.

El Empleado que se ha dado cuenta de la inocencia de Nora, se demora un instante más, disfrutando de los esfuerzos de la mujer. Nora

Es como… mire, en mi país todos toman. Grandes, chicos… es legal. Y cuando uno está lejos… ah, tomarse un mate es como volver a estar en casa… digo yo, no sé, nunca salí de mi casa… pero me imagino que debe ser así. Entonces, ve, uno toma (hace la mímica de chupar la bombilla.)… y Ahhh! Se siente mejor… por un rato se olvida de todo y está un poco menos triste. No es mágico… pero es una compañía.

Empleado

De los indios.

Nora

Claro! Para el alma… Ahí está, me entendió, querido, al fin.

Golpes en el vidrio. Nora mira y ve (fuera de escena.) a María. Se emociona, saluda, pucherea, sonríe. Mira al Empleado de aduana y le señala: Nora

Mi hija. Esta de ahí, ¿la ve? La droga es para ella.

ESCENA 8 Arbolito De Navidad

Un árbol de navidad, en el centro de la escena. De un lado, Abel. Del otro, María. La idea es que arman dos árboles diferentes (similar a efecto cinematográfico de pantalla partida.) Abel habla a Carmen (fuera de escena.) y María a Nora (también fuera de escena.) Ambos en sentido opuesto. Abel

Alcanzame las bolas de la caja, las rojas primero. Cuidado que se rompen. (se ensaña con una rama que está doblada.)


Kalvkött, CARNE DE TERNERA ı 2011 · 393

María

(A Nora.) Pasame las luces, Mami. Ahí, en la caja…

Abel

Seguro que están todas sueltas así nomás, ¿no? Decime ¿me equivoco?

María

Sí, viste, son lindas.

Abel

El hinchapelotas soy yo, pero tu madre… todos los años hace lo mismo! ¡El arbolito, el arbolito! Viejo, hay que armar el arbolito! Y después cuando hay que “desarmar” el arbolito … mete todo junto. Las luces… no quiero ni ver, decime, ¿me equivoco? Ja, linda galleta deben ser. (insiste en enderezar la rama.)

María

Acá todo es lindo, los arbolitos de navidad, las luces, las casas, los chicos, los muebles. Lindo y nuevo y limpio… No tienen pobres. Hay escuelas, hospitales que funcionan, todo es correcto, el socialismo perfecto.

Abel

Yo no pido que esté perfecto, pero un poco más ordenado, digo yo, ¿es mucho pedir?

María

Y sin embargo… (se tienta de risa.) es tan aburrido!

Abel

No hay caso, se jodió. (se le quiebra el alambre, se queda con la rama en la mano.)

María

Si se les rompe algo, inmediatamente lo reponen. Si algo está fuera de lugar, enseguida le encuentran un orden.

Abel

También, veinticinco años tiene este árbol. Tu hermana ni había nacido cuando lo compré. Vos eras chiquitita… El más grande que había compré. (Se estira para colocar un adorno en lo más alto.) Me cacho en diez, con lo que me cuesta ahora llegar hasta ahí arriba…

María

Me acuerdo cómo le gusta a Papi todo el ritual del arbolito, armarlo, ir llegando hasta arriba de todo.

Abel

Tenés razón… la que lo convirtió en un ritual fue ella. No sé de dónde lo sacó pero ¿te acordás cómo hinchaba cuando se acercaba el 8?

María

La ceremonia de poner la estrella… (canta un villancico.) ¡Te acordás que nos subía a caballito para que llegáramos!


394 · 2011 ı SILVINA CHAGUE

Abel

Y le seguimos la corriente, qué íbamos a hacer. Una semana antes ya estaba jodiendo con los preparativos para armarlo. Por eso tu vieja, que las malcrió tanto, empezaba con “el arbolito, viejo, el arbolito, el pesebre, el niño Jesús”. ¡A mí, ateo anticlerical! ¡Cómo me empaquetó siempre tu madre!

María

¿De dónde habrá sacado ese espíritu navideño, Papi?…

Abel silba el mismo villancico Abel

Tu hermana se muere cuando vea lo que le mandé… ja, ja… cómo me gustaría verle la cara…

María

¿Ese paquete es lo de Papá? Este azul, dejá, yo lo agarro.

Abel abre una caja y saca una estrella, la mira con cierto desprecio. Golpea la superficie con un dedo, para hacerla sonar. Suena seco. Abel

Plástico.

Luego la coloca en la punta del árbol. María abre la caja y saca una estrella de confección casera, con brillantina, alguna punta torcida. Tiene varias navidades encima. María

Cómo lo quiero cuando hace estas cosas.

Abel

Ahora, todo es de plástico. Esto es una poronga.

María

Es un romántico incurable.

Abel

Pero una poronga argentina.

Abel contempla el árbol que acaba de armar. María coloca la estrella en la punta del árbol. Abel

TRANSICIÓN

Está bueno.


Kalvkött, CARNE DE TERNERA ı 2011 · 395

ESCENA 9 Desayuno

Pieter de pie, se alista para salir. Se calza un abrigo, guarda unos papeles en su maletín. Entra Nora con una bandeja de desayuno, que incluye un mate y una pava. Pieter apura un café. Pieter

Buenos días.

Nora

¿Ya te vas?

Pieter asiente brevemente. Mira a Nora que ceba un mate. Pieter

Dos.

Nora lo mira, chupa un sorbo, no entiende. Pieter

Que le quedan sólo dos paquetes de yerba.

Nora asiente, sonriendo, está en otra cosa, ceba un mate y se lo extiende a Pieter. Pieter

No, gracias.

Nora

¿Y una tostada? (Se apura a untar una con manteca.) Tomá. A María le encantan así, apenas tostadas. A Abel, en cambio, le gustan bien negritas. Carmen no, ves, ella es como yo, mate pelado. Antes, ahora tengo que comer algo porque si no me da acidez (sigue ofreciendo la tostada.)

Pieter

Le agradezco, Nora, pero no consumo manteca. Mucho colesterol.

Nora muerde la tostada. Nora

Pero una tostada qué te puede hacer, tanta salud para qué, al final.


396 · 2011 ı SILVINA CHAGUE

Pieter

Tapa las arterias y eso aumenta el riesgo cardíaco.

Nora

Y después salís a la calle y te pisa un colectivo. (ceba otro mate y se lo extiende.) Dale, sentate un minuto conmigo, ¿tan apurado estás?, haceme compañía un ratito. Probá.

Pieter recibe el mate pero no lo toma. Lo sostiene nomás, con torpeza. Se sienta, incómodo, ansioso porque se le hace tarde. No es lindo desayunar solo. Con las chicas, yo me levantaba hasta cuando iban a la secundaria, mirá que no tenía ninguna necesidad, pero era ese ratito de la mañana, juntas, antes de empezar el día, estar con ellas, hacerles las tostadas. Dale, probá.

Pieter sonríe, nervioso por la presión, pero no toma. Pieter

Tengo 5 alumnos uruguayos y no lo lograron. No puedo. Es cultural… y un poco antihigiénico, según mi parecer.

Nora

Y sí, pensar que un mate es antihigiénico es… cultural. De tu cultura, digo. Para nosotros, no. En la cultura está la fortaleza de los pueblos, dice siempre Abel. Probá.

Pieter sonríe, finalmente concede. Acerca los labios a la bombilla y chupa de un golpe. Se sobresalta. Se quema. Pieter

Ah! Quema. (Le entrega el mate.)

Nora

Ah, sí, perdoname, no te avisé. A mí me gusta calentito y amargo. A María también. Aunque los paraguayos lo toman frío, ¿sabías?

Pieter amaga con ponerse de pie. Nora

(habla para entretenerlo, para evitar que se vaya.) Tereré, se llama el mate frío. Yo en verano a veces hago.

Pieter vuelve a intentar ponerse de pie, pero Nora lo detiene. Posa su mano con firmeza en el antebrazo de Pieter, que se sorprende un poco. Nora se acerca para hablarle en voz más baja. Nora

A NEGRO

Querido, vos me tenés que ayudar.


Kalvkött, CARNE DE TERNERA ı 2011 · 397

ESCENA 10 Supermercado

Inicia diálogo en semipenumbras. Nora

Pieter! Pieter! Acá!

Pieter

Sí.

Nora

Acá, querido!

Pieter

Sí, Nora, aquí estoy. ¿Llegó bien?

Nora

Sí, con el mapita que me hiciste, lo encontré enseguida. Qué raro esto de que el día sea de noche!

Pieter

Es cuestión de acostumbrarse.

Nora

Claro. A todo hay que acostumbrarse un poco. Tenemos que apurarnos.

Pieter

¿Y María?

Nora

Ay, callate, no sabía qué perro meterle.

Pieter la mira sin comprender. Pieter

Nosotros no tenemos perro, Nora. Soy alérgico a los animales.

Nora larga una carcajada. Lo mira con ternura, le da un golpecito en el antebrazo. Nora

No, querido, meter el perro es, digamos, hacerle creer algo a alguien. Algo que no es verdad. Vendría a ser como mentir, pero con un poco más de imaginación. Me asomo a la ventana y veo la iglesia. Le dije que iba a misa. ¡Eso sí que es un buen perro!

Pieter

Comprendo.


398 · 2011 ı SILVINA CHAGUE

Nora

Mirá qué bárbaro, vivir justo frente a una iglesia.

Pieter

La única.

Nora

¿Cómo la única?

Pieter

Es la única iglesia católica de la zona. Me atrevería a decir que de todo Estocolmo.

Nora

¿En serio me decís? Ves, eso es suerte… encima, estaban sonando las campanas. Me vino así, como una inspiración. Bueno, vamos, hay que apurarse, una misa dura, como mucho, una hora.

Se van encendiendo las luces. Pieter y Nora colgada de su brazo. Pieter hace un gesto exagerado, y la invita. Pieter

¿Entramos?

Nora da un paso y debemos entender que pasan a otro espacio. Nora queda deslumbrada, mirando en todas las direcciones, como una nena en una juguetería. Es un supermercado europeo moderno atiborrado de productos de todo el mundo. Nora

Ay, Dios mío, tiene razón María, esto no es el socialismo que yo me imaginaba. Acá te querés comprar todo! Abel se muere si ve esto. Ay, mirá, dátiles! (Y en otra dirección.) Castañas! Tienen cosas de todo el mundo! Qué socialismo! Mmm… Arenques!

Pieter

Esos son nuestros.

Nora

¡¡Ahh!! ¡Mirá!

Pieter

Cous cous. Este es… (lee.) de Marruecos.

Nora

Cous cous (evoca para sí misma.) En la esquina de mi casa, cuando yo era chica, vivía una turca. No, turca no, le decíamos la turca, pero era siria. Hacía un cordero con cus cus! Mi mamá la tenía entre ceja y ceja porque la turca siempre lo miraba mucho a mi papá. (Nora sigue hablando revoleando el cous cous. Pieter no puede evitar mirar el paquete.) Mi mámá era tan celosa, pobrecita. Y estaba sonada, porque

mi papá era el farmacéutico del barrio. Todo el mundo iba a pedirle consejos. Viste que un delantal blanco siempre inspira autoridad.


Kalvkött, CARNE DE TERNERA ı 2011 · 399

Bueno, vos lo debés saber bien eso del guardapolvo blanco… Pieter

¿Lo llevamos?

Nora

No, si yo no sé hacer cus cus. (Le devuelve el paquete que Pieter coloca nuevamente en la supuesta góndola.)

Nora

(señala otro producto en la góndola) ¿Y eso qué es?

Pieter

(se acerca y lee.) Ajíes jalapeños. México.

Nora

Ah, como los putaparió.

Nora se tapa la boca, como quien suelta una palabrota, pero nota que Pieter no entiende. Nora

¿Probaste alguna vez los putaparió? (se divierte repitiendo la palabra ahora que se da cuenta de que nadie comprende.)? Los putaparió son picantitos, queman sí, pero le dan a la comida un sabor! A María le encantan… Putaparió, acordate.

Pieter duda un instante. Percibe cierta picardía en Nora, pero la deja hacer. Nora

Dale, repetí: Putaparió.

Pieter

Putaparió.

Nora

(divertida por la travesura.) Muy bien. Putaparió.

Pieter

(cómplice.) Picantitos, pero sabrosos. A María le gustan. Putaparió.

Nora lo mira con infinita ternura. Nora

Bueno, apuremos el trámite. Lo que necesitamos, querido, es un peceto.

Pieter la mira, desconcertado. Nora

Carne.

Pieter sigue mirándola, sin comprender.


400 · 2011 ı SILVINA CHAGUE

Nora

Peceto. Carne.

Pieter

¿Cuál carne?

Nora

Carne de carne.

Pieter

Cordero. Ave. Conejo. Cerdo. Res. Caballo.

Nora

Vaquita. Muuu.

Pieter

Res. Kalvkött.

Nora

Bueno, res. Nosotros le decimos carne.

Pieter

En el sector de fríos, allá al fondo.

Se desplazan unos pasos. Nora toma cada uno de los trozos de carne y los estudia como si fueran piezas extrañas. Los da vuelta, los investiga, los vuelve a dejar. Hace gestos de no encontrar lo que busca.

TRANSICIÓN Paso del Tiempo

Nora se abalanza con entusiasmo sobre los trozos de carne. Nora

¡A ver si acá tenemos suerte! (Toma un trozo, luego otro…)

Pieter

(a Empleado fuera de escena.) Estamos buscando un corte muy exótico. Algo especial. Ya nos vamos.

Nora

Todavía no. Dejame ver este. (Toma otro.)

Pieter

Aquí no acostumbramos a manipular así los productos.

Nora lo mira, extrañada, un trozo en la mano. Nora

En mi país no compramos si no miramos bien primero. ¿Qué piensa, que me lo voy a robar?


Kalvkött, CARNE DE TERNERA ı 2011 · 401

Pieter

No quisiera preguntarle. Temo la respuesta.

Nora

¿Tengo cara de ladrona, yo? Lo único que me faltaba. (Al Empleado, fuera de escena.): Peceto, señor, busco un peceto y usted tendrá un establecimiento muy surtido pero no tiene un mísero peceto para que yo le cocine a mi hija. A Pieter: Traducile, querido.

Pieter

Mejor no. (Le quita el trozo de carne de la mano y lo coloca en la heladera nuevamente. La toma del brazo y la aleja.)

Nora

¿Cómo puede ser que no coman peceto?

Pieter

Es que las costumbres son distintas… es cultural. Ya hallaremos una solución.

Nora

Vos lo explicás todo con la cultura, te copiás de mi marido… pero un peceto es lo más común del mundo. Tendría que ser universal…

Pieter

Creo que debo buscar un informante para el caso.

Nora lo mira con curiosidad. Nora

Mirá que sos gracioso vos. ¿Un informante? Me siento en una película de suspenso… y todo por un peceto.

ESCENA 11 CONVERSACION MADRE HIJA / PIETER JUAN (EN PARALELO.) María está haciendo mate. Conversación ya iniciada.

Nora

...de misa, vengo de misa… Ay, qué rico, un mate calentito.

María

(disfrutando el engaño.) Te volviste muy creyente acá. Misa casi diaria. Y ¿qué tal el sermón del cura, hoy?


402 · 2011 ı SILVINA CHAGUE

Nora

(rápida de reflejos.) Ni idea, hablaba en sueco, como siempre. Lo importante es ir. Tantas veces como sea necesario…

María

Me imagino... el otro día hasta Pieter fue.

Nora

Quería saber cómo era. ¿Vos sabías que la iglesia de enfrente es la única de todo Estocolmo? Pieter me lo contó. Mirá qué raro! ¿No?

María

Sí, qué raro...

Nora

Me gusta Pieter. Se ve que te quiere.

Juan

Me hacés reír, Sueco, las cosas en las que te metés… ¡comprometerte a encontrar un peceto acá en Suecia!

María

Sí, me quiere.

Juan

…Yo no le he comprado todavía… pero Eduardo dice que él le hizo cortar todo a su manera para un asado y que le salió muy bien.

María

Y me cuida. Y me escucha. Y hace lo imposible para que esté bien, pobre.

Nora

Pobre nada.

Juan

Tierno y todo. Y la Patri está con ganas de probar también. Ahora… peceto… no sé. Habría que intentarlo.

Pieter

Claro que lo intentaré.

Nora

La gente que ama no es pobre, Mari. Te cuida. Está muy bien, así debe ser.

María

No sé, Ma, ya no sé cómo deben ser las cosas. Son. Hay tanto que no puedo transmitirle. A veces somos tan distintos. Hay tanto de mí que queda afuera.

Pieter

Parece tan importante para la madre de María, y según ella, para María, que no me atrevería a perder la oportunidad de conseguirlo.

Nora

Todos somos distintos, Mari.

Juan

¡Mira las cosas que te hace hacer la argentina! Estás frito, Sueco.


Kalvkött, CARNE DE TERNERA ı 2011 · 403

María

Pero, sin embargo, vos y papá no. Entre ustedes eso no pasa. Ustedes se entienden con sólo mirarse.

Pieter

Sabes algo, Juan… y no me avergüenza confesarlo… María me… no sé expresarlo en tu idioma… pero es aquí (se toca la boca del estómago.) …y es tan poderoso eso que siento.

Juan

Te tocó el alma, Sueco. Te digo, estás frito.

Nora

¿Quiénes?

María la mira, como burlándose de la obviedad de la pregunta. Nora

En parte … con los años… en algunas cosas… nos entendemos.

María

Dale, Mami. Estoy segura de que si te pregunto qué le pasa a papá ahora, vos sabés perfectamente. Yo no puedo saber qué le pasa a Pieter.

Juan

¿Ella sabe todo esto?

María

Se lo tengo que preguntar. ¿Entendés?

Pieter

A veces no sé cómo expresarle esto, Juan. Ni qué sentirá ella…

María

Vos sabés. Lo mirás a papá y sabés. Yo… yo lo sospecho apenas, lo estudio, me la paso adivinando… a veces me parece que le pasa tal cosa… que siente tal otra… y no es que no me quiere. Yo sé que me quiere.

Pieter

Mira, en ocasiones me parece que está tan lejos de ella misma… como si sólo una parte de ella pudiera estar aquí conmigo… y el resto…

María

Lo que digo es cómo es él en la vida, su forma de ser, no suelta nada, no tiembla por nada. A veces me doy cuenta de que realmente no lo conozco.

Juan

Todos estamos un poco allá y un poco acá, Sueco, no le pasa sólo a ella.

Nora

¿Y vos? ¿Lo dejás que él te conozca?

Juan

Es añoranza, viejo, no tiene que ver contigo. Es… (pensativo.)


404 · 2011 ı SILVINA CHAGUE

Nora

Son increíbles los esfuerzos que hace este muchacho por complacerte, por entenderte. Se le nota, no sabe qué hacer para hacerte feliz.

María alza los hombros. Juan

Mira, ¿sabes cómo dominaban los incas a los otros pueblos? Los desterraban. Así nomás. Los obligaban a abandonar su lugar. El destierro es… no es fácil tener que acostumbrar los ojos a otro paisaje. Los oídos a otros sonidos. A otro idioma. Otros sabores. Otros olores. Otra cultura.

Pieter

Como dice Abel.

Juan lo mira, sin comprender. Nora

Tené un poco de paciencia, Mari.

Juan

Paciencia, Sueco… no es fácil (tratando de hacer un chiste.)

Nora

Una pareja no se hace de un día para el otro. (se frena.) Mari, ¿lo querés?

María hace un gesto vago, incierto. María

Es que no puedo dejar de pensar qué va a pasar cuando quiera volver, Ma.

Pieter

Es que no puedo dejar de pensar qué va a pasar cuando ella quiera volver allá.

Nora

No sabés cuándo vas a volver. Allá está muy… Por ahora… (se conmueve.)… por ahora estás acá, a salvo, con un hombre que te quiere.

Pieter

María extraña… yo sé que ella extraña.

María

Pero los extraño mucho, Mami. Extraño casa. Ustedes dos haciendo chistes.

Juan

Todos extrañamos, Pieter, pero mientras tanto vivimos y buscamos un peceto (queriendo distender.)

Nora

Ya no es tiempo de chistes en Buenos Aires.


Kalvkött, CARNE DE TERNERA ı 2011 · 405

Juan

Es un chiste, Sueco, no te puedo ver triste...

María

¿Y Papá qué dice?

Nora

Está muy enojado… triste. Es una tristeza… no sé, una tristeza … cívica sería la palabra. Ver todo lo que está pasando.

María

¿Y vos qué le decís?

Juan

Y a María qué le dijiste de todo esto.

Pieter

Nada... de todo esto nada. No sabría cómo decirle…

Nora

(casi para sí misma.) Nada. No digo nada, yo no entiendo de política… (derrama una lágrima, en silencio, imperceptible, se seca. Luego forzando un chiste.) Dame el mate, voy a hacer uno nuevo, mucha charla pero se te lava enseguida.

Juan

Ven, vamos a ver qué podemos hacer por tu peceto.

ESCENA 12 Cena Familiar Transición sonora

Golpeteo de un cubierto contra una copa o botella. María y Pieter sentados a una mesa navideña. Pieter sigue golpeando la copa. Canta una canción navideña. Desde fuera de escena, Nora grita. Nora

¿Están listos? Mari, ¡no hagas trampa!

María cierra los ojos. Hace gestos de ansiedad, como una nena. Entre tanto, Pieter saca fotos. María

¡Dale, dale!


406 · 2011 ı SILVINA CHAGUE

Entra Nora, triunfal, con una bandeja en las manos. Nora

Tatán, tatán!

María abre los ojos. Pieter la observa, encantado. Nora pone la bandeja frente a ella. María sonríe, se emociona. María

¡Qué loca!

María llora. Pieter se acerca, la besa. Nora

No sé cómo me habrá salido, pero bueno… está hecho con mucho amor, que es el ingrediente que no puede faltar. (se dispone a servir.)

Pieter

Momento, tenemos que cantar primero! (repite una parte de la canción y alza la copa con akvavit.) ¡Completo, Nora! Trae buena suerte.

Nora

(bebe.) Uff. Esto quema.

Pieter

Feliz Navidad.

María le devuelve el beso. Sigue sollozando, de emoción. Nora empieza a servir. Nora

Bueno, bueno, alegría que la Navidad es para estar contentos. ¡No sabés las cosas que ha hecho este muchacho para conseguirme el peceto! A cinco lugares fuimos.

María

Sí, en tu vida fuiste tanto a misa.

Nora la mira con complicidad. Nora

En un lugar, casi nos echan. Yo les estudié todos los paquetes, viste que te venden la carne prensada, cómo voy a saber qué es. El cartelito en sueco. El que te dije que no sabía cómo traducirme.

Pieter

Confieso que resultó una tarea compleja. Nos salvó Juan que conocía un “tipo”, casi en las afueras de la ciudad, que vende cortes raros.

Nora

Raros… raros, nunca pensé que un simple peceto fuera una cosa rara. Los raros son ellos que no conocen el peceto.

María

(sonríe por el comentario. A Pieter.) A mi mamá la sacás del barrio y


Kalvkött, CARNE DE TERNERA ı 2011 · 407

son todos raros, mientras te dice, como si fuera embajadora de las Naciones Unidas, “todos somos diferentes”… “hay que tener paciencia”. Pieter

Pero acá la tenés, se las ingenió para hacerte lo que te gusta tanto. (con exagerado entusiasmo.) ¿Le puso mucho putaparió?

María

Pieter!

Pieter

(se burla de Nora.) Ají putaparió, a María le gusta mucho, repetí querido.

María mira a Nora que se mata de risa, enternecida por el comentario de Pieter. María

Y vos repetiste. Cómo no la vas a tener embobada, si hacés todo lo que te pide.

Pieter

Propongo un brindis. (Toma su copa y la levanta.) Por la Navidad, por la hermosa visita de Nora, por esta bella familia…

Nora

Que es también la tuya, Pieter querido.

Pieter

Y por este plato…

Nora

Vitel Toné.

Pieter

Por este Vitel Toné que espero disfrutes mucho… aunque sea en Estocolmo.

María llora, suave, le da un beso en la mejilla a Pieter, lo mira, detenidamente, le acaricia la cara. María

Nunca te digo que te quiero.

Pieter

No mucho.

María

Pero te quiero.

Brindan. Pieter

¿Llamamos al Viejo Abel?

María asiente. Nora le alcanza el plato servido.


408 · 2011 ı SILVINA CHAGUE

Nora

Después, probá primero.

María

No, ahora mejor.

Pieter va hacia el teléfono y marca. Nora besa a María, la abraza. Pieter

¿Abel? Sí, Pieter.

En otro sector del escenario está Abel. Abel

¡Hola! ¡Pieter!

Pieter

¡Feliz Navidad, Abel! Ya… ya le paso. (extiende el auricular a María.)

María

¡Pa! (llora y se ríe. A Pieter.) Siempre me hace lo mismo, me hace reír y llorar todo junto. (sigue escuchando por el auricular.)

Abel

Mirá lo que tengo para vos. (comienza a cantar.) “Era más blanda que el agua, que el agua blanda”.

María

(a Pieter.) Ahora me está cantando un tango…

Abel

“Era más fresca que el río, naranjo en flor…”

María

Pero cantame uno alegre, que es Navidad…

Abel

Ahí va, “Uno busca lleno de esperanzas, el camino que los sueños…”

María

Ese también es triste, Pa.

Abel

Es que no hay tangos alegres, chiquita. ¿Mamá está con vos?

María

Sí, está acá… ya te paso. Bueno, Pa, te quiero mucho y yo sé que estás acá de alguna manera también…

Abel

(trata de no quebrarse.) Te quiero, chiquita.

María

Sí, yo también… Mucho. Mucho. (se emociona.) Le pasa el auricular a Nora.

Nora

Hola (se aclara la voz.) Hola, viejo… (se aparta un poco.)


Kalvkött, CARNE DE TERNERA ı 2011 · 409

Abel

Hola (se advierte tensión y dolor al escuchar.) ¿Mari está bien?

Nora

Sí, ella está bien… (corren unas lágrimas por sus mejillas, suaves, silenciosas.) Estamos todos bien… (se seca.)… ya te voy a contar.

A NEGRO

ESCENA 13 Bebé

Toda la escena ocurre en la oscuridad. Audio de latidos de feto. Acelerados. Risas de María y Pieter. No se los ve, solo se oyen sus voces. María

¡Ja, ja! ¡Escuchalo! Parece un caballo galopando.

Pieter

Un potrillito argentino… oyes el ritmo acelerado que lleva. Cuando nazca se calmará.

María

(se burla.) Ja…Ja. Si fuera sueco iría al paso…

Pieter

Por eso, mejor así, será una buena combinación de genes.

María

Ay!…

Pieter

¿Qué?

María

Una contracción. Escuchá ahí… ¡cómo se pone nervioso en las contracciones!

En PP sonoro, los latidos. María

¡Ay!… Ay!!! (los quejidos se van transformando en sollozos desgarradores hasta convertirse en un gran grito.) ¡Ayyy! ¡No! ¡Mamá, no!


410 · 2011 ı SILVINA CHAGUE

Recién ahora la oscuridad se convierte en una semipenumbra y vemos a María, desgarrada, sosteniéndose la panza mientras se sienta, con dificultad, en un sillón o mecedora en un rincón del escenario. Se acaricia la panza. Le habla. Llora. María

Tenés que ir vos, Pieter, yo no puedo entrar. No puedo…

En otro rincón del escenario.

ESCENA 14 Buenos Aires

Sucesión de imágenes (registro fílmico o fotográfico.) de Buenos Aires años 70/80. el Obelisco, la Av. de Mayo, calle Corrientes. Abel y Pieter van en un auto. Abel

Este es el famoso Obelisco. El símbolo más estúpido del mundo. Parece que ahí fundaron Buenos Aires. La segunda vez. Nosotros todo lo hacemos varias veces. No aprendemos más.

Pieter

Perdón, no comprendo.

Abel

Nada, no me hagas caso. Y esa es la calle Corrientes, esa la que cruza a la izquierda ¿ves? la que no duerme nunca … (lo mira.) No me dijo que tenías orejas tan chicas. Qué raro, se le pasó… pobre vieja.

Pieter

¿Le habló de mí?

Abel

Claro, pibe, cómo pensás que te hubiera reconocido si no. Mirá, ¿ves ese bar? Ahí veníamos con Mari a tomar chocolate con churros algún domingo…. Y sí, pibe! Te describió hasta en la forma esa que tenés de torcer el labio. (riéndose en el recuerdo.)

Pieter

No sé qué decir. Es un extraño honor.

Abel

Pero de las orejas… no me dijo.


Kalvkött, CARNE DE TERNERA ı 2011 · 411

Pieter

¿Dónde queda el río?

Abel

¿Te mandó a ver el río, no? Esa chica es increíble. Allá al fondo, al final de esa avenida. Mañana vamos a ir. Nora quiso así. Siempre decía que sus cenizas… (se quiebra.) Cuando las nenas eran chiquitas yo las traía al centro, de vez en cuando, para que no fueran tan pajueranas, sabés.

Pieter

¿Perdón?

Abel

Que conocieran la capital, quiero decir. Si vivís en un barrio, y no salís nunca del barrio, te volvés miope. No ves lo que pasa más allá de las veinte cuadras que pateás todos los días. Ahora, pobre Mari, me imagino cómo se le debe haber ampliado la perspectiva, a la fuerza… A veces las traíamos al cine, o a alguna confitería a tomar un submarino. El Colón, ahí el grandote, ese le gustaba a Nora... Pero a María lo que más le gustaba era irnos a la costanera y tirarles pan a los bagres. Horas se podía quedar. Hacíamos picnic y todo. Nora hacía una pascualina, unos sanguchitos… ¡éramos unos grasas! Pero felices.

Pieter

No puedo seguir su relato, lo siento mucho.

Abel

No te preocupes, pibe. Me lo estoy contando para mí. Ya llegamos. Entrá… entrá, pibe.

ESCENA 15 Casa Abel Buenos Aires ı Casa Maria Estocolmo

Escena en paralelo hasta el final. Abel y Pieter. María en la mecedora. María mira diapositivas de la visita de Nora a Estocolmo. Se proyectan en pantalla. María llora al verlas. Fotos convencionales. Ellas dos en la casa. Haciendo la cena de Navidad. Abriendo regalos, etc. Las fotos van tornándose cada vez más divertidas. Finalmente son PP de Nora sosteniendo las


412 · 2011 ı SILVINA CHAGUE

piezas de cerámica. Con una mano sostiene la pieza y con la otra el cartelito correspondiente “Un gato”. “Una oveja del campo del abuelo de Tomás”. “Un canario con ganas de volar”. Finalmente la fuente de Vitel Toné. “el peceto más buscado del mundo”. Foto de Pieter “sueco enamorado”. Pieter y Nora haciendo morisquetas. (sobre el mismo papelito anterior, ahora completa con otra caligrafía.) “Sueco enamorado con suegra traficante de yerba mate”. María termina a las carcajadas. En otro rincón del escenario. Abel

¡Cuando llegó, fue todo tan rápido! (le alcanza una taza de café.) Es café, ya sé que no te gusta el mate.

Pieter

Gracias.

Abel

Volvió distinta, cansada. Pero con una tranquilidad en los ojos… Decime, vos que sos médico, ¿tampoco te diste cuenta?

Pieter niega con la cabeza. Abel

Hasta Le hizo prometer a Correa, el médico nuestro, que no diría nada hasta la vuelta. Lo tenía amenazado... ¡pobre Correa! ¿Azúcar? (Pieter niega con la cabeza.) yo me tendría que haber dado cuenta. Si hasta le pidió prestado a Carmen, mi otra hija...

Pieter

Sí, Carmen...

Abel

Era una señal tan clarita y no me avivé. Mirá que ella se hubiera cortado las manos antes de aceptar plata prestada. Pero me vino con que María sonaba triste, que la había mandado llamar… qué sé yo. Nora tenía eso. Saber cuándo cambiar. (Pausa.) “Lo siento acá”, decía siempre (se toca la boca del estómago.) Y no le fallaba.

Pieter

¿Entonces no le dijo nada, ni siquiera cuando ya estaba a punto de viajar?


Kalvkött, CARNE DE TERNERA ı 2011 · 413

Abel niega con la cabeza, se demora, se quiebra. Abel

Me da un poco de vergüenza decirte esto, pero ella no me hablaba. Me echaba la culpa, sabés. Nunca me lo dijo, ¿eh? pero ella siempre me echaba la culpa de las ideas de María. Decía que yo le había inculcado todas esas cosas de la política. Después de esa noche, en que vimos despegar ese avión de mierda que conseguimos de pedo y que la ponía a salvo (Pausa.) no me habló más, ni una palabra, ni una puteada, ni un grito, ni un planteo… nada.

Pieter

Comprendo.

Abel

Perdoname, pibe, pero no sé si podés entender…

Pieter

(lo interrumpe.) María tampoco me hablaba… al principio. Hubiera preferido que me gritara, como bien dice, pero simplemente, no me hablaba. Estaba tan triste, yo no sabía cómo ayudarla.

Abel

(enternecido.) Lo hiciste muy bien, Pieter, lo estás haciendo muy bien. Nora me contó. Cuando volvió y me perdonó… o no me perdonó pero ya no tenía fuerzas para seguir castigándome, y entonces volvió a hablarme, me contó todo. Cómo la cuidás, cómo la querés.

Abraza a Pieter sorpresivamente. Pieter se sorprende del impulso. Abel

No sabés lo que significa para mí saber que ella está con vos, que está bien. Y ahora este chico… que es como un sueño. ¡María mamá! ¡Debe estar tan linda con panza! Sabés, yo creo que Nora trató de aguantar todo lo que pudo para ver si podía llegar a que naciera ese pendejo.

Pieter

Quiero que sepa que Nora también estuvo bien allá. No sé si puede consolarlo, pero le aseguro que estaba contenta. ¡Mire, si hasta hacía chistes! Un día me hizo repetir…

Abel

¡Putaparió!

Pieter

¡Sí!

Abel

¡Es lo primero que me contó! Se reía tanto de acordarse que casi se hizo pis encima… “Putaparió, putaparió, le hice decir al pobre Pieter, que me seguía la corriente”, contaba.


414 · 2011 ı SILVINA CHAGUE

Pieter

¿Y del peceto, le contó?

Abel

¡Claro! “lo que nos costó encontrarlo”, decía, “pero el sueco, al pie del cañón, aguantándome el capricho hasta el final”. Te la ganaste, pibe, mirá que tenía tanta desconfianza… Ah, casi me estoy olvidando…

Se acuerda de algo, va hasta un mueble, saca un sobre. Esto es para vos. Mirá si te la habrás metido en el bolsillo que sos el único al que le dejó algo. Pieter

¿Para mí?

Pieter abre la carta y comienza a leerla para sí. Se sonríe. Abel se muere de intriga, se asoma por el hombro de Pieter. Abel

¿Qué te dice?

Pieter está por hablar, pero irrumpe el sonido del teléfono. Abel atiende. Abel

Hola! Mari! Hola! (A Pieter.) Es María… claro que está acá, pero hablame algo, ¿cómo estás?… Está bien, está bien, ya te doy.

Pieter toma el teléfono.

En otro extremo del escenario.

© Soledad Ianni


Kalvkött, CARNE DE TERNERA ı 2011 · 415

María

Fui hoy al médico. Me dijeron que en tres o cuatro días…

Pieter

¿Cuatro días?

Abel

¿Cómo cuatro días? ¡te tenés que ir!

Pieter

(a María.) ¿Y qué dice el médico?

María

Eso, Pieter, que se adelantó. No me hagas explicarte todo, ¡vení por favor!

Pieter

Sí, comprendo, tú, vos, tranquila.

María

Comprendo, comprendo. ¡Vení!

Abel

¡Voy a buscar el auto! ¿A qué hora hay un avión? ¿Cómo ya? ¿No era para fin de mes? Tres días… quien dice tres, dice dos, mañana. ¡Te tenés que ir ya! ¡Voy a buscar el auto!

ESCENA 16 Parto

María, parada, se toma la panza. Una contracción. María

(grita.) Ay, ¡otra! Contá.

Entra Pieter, con un bolso en la mano. Mira el reloj. Está nerviosísimo. Pieter

Bien, bien. Son cada 7 minutos. Bien, respira, tranquila.

Pieter saca las cosas del bolso. María

¿Qué hacés?

Pieter

Cada 7 minutos, entonces, según dijo el Dr. Sventon, en una hora deberías tener una dilatación de… (sigue desarmando el bolso.)

María

¡Pieter!


416 · 2011 ı SILVINA CHAGUE

Pieter se detiene. La mira. Ella se enternece, se acerca, le acaricia la mejilla, le sonríe. María

Todo va a estar bien. Tranquilo. Guardá las cosas en el bolso y… ¡Ay!

Pieter

(mira otra vez el reloj.) ¡Uy! Ahora son cada 5.

En otro rincón del escenario, Abel, al teléfono, conversación iniciada. Abel

(llora de emoción.) Y contame, contame, tiene los ojos como los tuyos, como los de mami… como yo. ¿Claros? Ah, es cierto, como el padre… ¿Y la nariz? Chiquita, como vos, cuando naciste tenías un porotito. Y las manitos… ¿tiene todos los deditos?… Bueno, bueno, andá… ¡uy, sí lo escucho llorando! ¡Tiene hambre! Escuchá cómo berrea! Cuando vos eras… sí, está bien, otro día hablamos, andá, andá mi amor.

ESCENA 17 Navidad

Escena en paralelo. Arbolito de Navidad de fondo. Pieter y María sentados a la mesa. En un rincón, el cochecito del bebé. Pieter sirve, nervioso, con torpeza. Pieter

Qué atrevimiento el mío, esto no se parece en nada…

María le da un beso que lo calla, recibe el plato, lo mira, se conmueve. Comienza a cantar la misma canción navideña que antes cantara Pieter. Levanta su copa y toma el akvavit. Pieter la sigue. Se miran con amor. María

(al cochecito.) Mirá, Emi, esto es lo mejor que te puede pasar en la vida…

En un rincón del escenario, Nora.


Kalvkött, CARNE DE TERNERA ı 2011 · 417

Nora

Pieter querido, nadie más que vos podría continuar esta tradición familiar, por eso te lo escribo sencillito, pero con todos los secretos, como debe ser, para que te animes. Primero que nada, necesitás un peceto. ¡Ni me hagas acordar del trabajo que nos dio! Lo hervís en bastante agua, con sal y un ramito de hierbas. Cuando está cocido, lo sacás y lo dejás enfriar. Ponelo un rato en la heladera, tapadito para que no se te seque. Así te va a resultar más fácil cortarlo después.

Nora

Para la salsa necesitás: una lata de atún, dos o tres filetitos de anchoas, mayonesa. Si te animás, podés hacer vos mismo la mayonesa casera que es más rica. Además ahora con la batidora se hace en un minuto. Cuando yo era chica, mi mamá me enganchaba siempre para que batiera la mayonesa. Ni te cuento cómo me quedaba el brazo. Así que ponés un huevo, una pizca de sal, un poquito de pimienta y empezás a batir. Le vas agregando de a poquito el aceite, como un hilito. Vas a necesitar más o menos una taza y un poco de paciencia. Si le tirás el aceite todo junto te queda horrible. Después que la tenés lista, le agregás el atún y las anchoas picaditas .Y al final un poco de vinagre. Yo prefiero el de manzana porque es más suave, pero con el de alcohol sale rico igual. Andá probando hasta que le encuentres el punto de acidez que te conforme. A María le gusta bastante ácido.

Pieter

(levanta la copa, brindando.) ¡Putaparió, putaparió! Todos los defectos me pertenecen, todos los aciertos, son suyos.

María

Está riquísimo. ¡Te salió igualito! Bien ácido como lo hacía ella.

Pieter

Me escribió la receta con dedicación de artesano.

María

Para darse el gusto, mirá si se iba a perder la oportunidad de salirse con la suya.

Nora

Entonces, cortás el peceto en rodajas finitas y bien parejas. Lo acomodás en una fuente chata y le tirás la salsa encima. Y por arriba, lo decorás con alcaparras y huevo picado. Y ya está.

Pieter

¿Cómo le dicen a este plato?

María y Nora

(al unísono.) Vitel Toné

Nora

Te va a salir riquísimo, estoy segura.


418 · 2011 ı SILVINA CHAGUE

Pieter se levanta de la mesa, limpiándose con la servilleta, y se acerca al público. Algo que marque el paso del tiempo, como en Escena 1. Pieter

Cuando el director de la revista me invitó a escribir sobre mi experiencia con el exilio latinoamericano y su inserción en nuestra sociedad, pensé que no tenía nada para decir. Ni entonces, ni ahora. Creí que ya no era un tema actual, pasaron tantos años… No sé de política, no entiendo de sociología, no sufrí nunca el desarraigo y me sentía absolutamente incapaz de transmitir cómo el destierro templó el espíritu de esas personas. Sólo tenía en mi poder una receta, según la cual preparo, todas las navidades, el Vitel Toné de Nora para María. Y como es ley entre los buenos cocineros, intenté transmitirla lo más completa que pude, lo juro.

FIN


ADN (hijos sin nombre) Andrea Juliá

© Grupo Teateatro


420 · 2011 ı ANDREA JULIÁ

ESCENA 1 HIJA

Muchas veces siento nostalgia por cosas inentendibles, como si algo me uniera a ellas. Por cosas que no conozco pero que me son familiares. Como si fuera parte de ellas y no de estas, ¡Bah!, de estas algunas si, y otras no.

MADRE

Son como las piezas de un rompecabezas que no se pueden encajar.

HIJA

Se me viene a la memoria la forma de una ceja… un eco de una voz, un olor… una cucharita… de pronto una cucharita…

MADRE

…pero sos incapaz de reconstruir el cuadro entero y hacer que todas las piezas encajen.

MADRE

PATIO DE ESCUELA CUSTODIADO POR LAS VENTANAS DE LAS AULAS QUE LO RODEAN. NIÑOS QUE CORREN, SALTAN, GRITAN, MIRADAS ATENTAS DE MAESTRAS ATURDIDAS. EN EL RINCÓN DEL MÁSTIL CON LA BANDERA, DETRÁS DEL PINO, LA HIJA JUEGA.

ESCENA 2 HIJA

Siempre me gustaron los zapatos Guillermina. Siempre, siempre, siempre. Todos los chicos van a la escuela de la mano de sus mamás. Bueno, no todos, los más chiquitos… o los que tienen mamás. También los llevan a la escuela las abuelas,

MADRE

…o las “muchachas”.

HIJA

Bueno no me importa con quienes van a la escuela los chicos. Yo, aunque soy chiquita, voy sola.


ADN I HIJOS SIN NOMBRE ı 2011 · 421

MADRE

Sola no.

HIJA

Con mis zapatos Guillermina, que es como ir con alguien que se llame así. Porque no todos los chicos tienen zapatos con nombre.

MADRE

Es muy gracioso: ¡¡¡¡zapatos con nombre!!!!

HIJA

¡¡¡Si yo voy sola a la escuela, ¿y qué?!!! Además no soy la única. Bueno de mi edad sí; y de mi grado también, pero hay otros que van a la escuela solos…

MADRE

…y no por falta de mamás justamente…

HIJA

¡¡¡Piedra libre!!!

ESCENA 3 HIJA

Todo me hace sentir vergüenza.

MADRE

Sonrisa reprimida.

HIJA

El Ser me hace sentir vergüenza, respirar, ocupar un espacio en una mesa, me ruboriza. Siento el latido de millones de ojos sobre mí, como golpes desquiciados contra un niño. Entonces me lanzo a la calle…

MADRE

…loca.

HIJA

En la calle las baldosas me dan vértigo en el cuerpo…

MADRE

Me voy a deshacer.

HIJA

Tengo un vacío en el alma.

MADRE

Estoy pegajosa. Estoy desquiciada. Estoy Sola. Y no pretendas morir en otros, ni nacer en otros. Me basta con que nazcas en mí.

HIJA

Es que nadie sabe que nací.


422 · 2011 ı ANDREA JULIÁ

MADRE

Con tu olor me basta.

HIJA

Terminaré encerrándome en mi buzón y tragándome la llave.

MADRE

Entonces prefiero morir.

HIJA

Entonces prefiero morir.

MADRE

Morir riendo a carcajadas.

HIJA

Todo me hace sentir vergüenza.

MADRE

HABITACIÓN PINTADA DE ROSA. UNA CÓMODA, UNA MESITA PEQUEÑA, UNA SILLITA. SOBRE LA CAMA, CUIDADOSAMENTE TENDIDA Y CUBIERTA POR UNA MANTA ROSA, HAY UNA INMENSA CAJA ENVUELTA PARA REGALO CON UN MOÑO ROSA. LA HIJA ENTRA.

ESCENA 4 HIJA

¿¡Una de caja!? ¡¡No quiero muñecas de caja!! No son lindas, son rubias, siempre están igual y nunca se mueven. A mí me gustan las muñecas de trapo porque no se quedan como uno las pone, es como si tuvieran vida propia.

MADRE

(Cantando.) Una viborita larga y finita se pasea en el balcón, lleva en su cabeza una galerita que le alegra el corazón, es tan larga y finita como una bananita y de nombre yo le puse, pin, piripipi, pipin…

HIJA

En realidad ahí va el nombre que uno le quiera poner… como era… había uno…

MADRE

No puedo ponerle un nombre. Nunca puedo poner los nombres que quiero a las cosas.

HIJA

Te han colocado en las manos durante toda una vida millones de objetos terminados, minuciosamente acabados.


ADN I HIJOS SIN NOMBRE ı 2011 · 423

© Grupo Teateatro

MADRE

¿Y si no estás hecha para esos objetos? ¿De qué estás hecha?

HIJA

¿De qué estoy hecha? y… ahí va el nombre… ¿cuál era?

MADRE

Lo dejé escrito para no olvidar…

HIJA

Nunca me dejan ponerle nombres a las muñecas porque ya vienen con nombre en la caja. Es como si las cajas fueran las panzas de las mamás y cuando salen ya tienen el nombre y a mí me gusta elegir los nombres! Por eso me gustan más las de trapo; porque vienen sueltas, son flacas y largas como yo, y sobre todo no tienen nombre. A mí nunca me gustó mi nombre, no pega conmigo.

MADRE

LA MISMA HABITACIÓN MUCHOS AÑOS DESPUÉS. SOBRE LAS PAREDES ROSAS HAY FOTOS. EN LA CÓMODA VARIOS CAJONES REVUELTOS COMO SI ALGUIEN LOS HUBIERA REVISADO FURIOSAMENTE. EN EL HUECO QUE HAY ENTRE EL ROPERO Y MESA DE LUZ ESTÁ LA HIJA.


424 · 2011 ı ANDREA JULIÁ

ESCENA 5 HIJA

Desde que empezó todo este asunto que no hago más que limpiar todo. Todo. No quiero dejar rastros de mí en ningún lado. Llevo a todas partes mi cepillo de dientes. Trato de que en mi cuarto no entre nadie, lo cierro con llave. Con dos llaves, a falta de una. No quiero que nadie me peine. Ya no voy a peluquerías. No me hago las manos, ni me tiño en ningún lado que no sea en mi casa y encerrada en mi baño. Desde que empezó todo esto cambio las sábanas cada dos días. No mando ropa al lavadero y tampoco hago el amor. Desde que todo esto empezó, desde que comenzaron los rumores, que luego dejaron de ser rumores y fueron llamados telefónicos, primero al trabajo, después al fijo de casa, después al celular y ahora dejaron de ser llamados para convertirse en invitaciones, primero a un paseo, después a un café, después una cena, y ahora dejaron de ser invitaciones para ser citaciones judiciales, llamados, papeles, fotos, más llamados, más papeles, más fotos, expedientes, carpetas, más carpetas, más fotos, álbumes, álbumes, álbumes…

LAS DOS

¡¡¡ ADN!!!

© Grupo Teateatro


ADN I HIJOS SIN NOMBRE ı 2011 · 425

ESCENA 6 HIJA

Todo me hace sentir vergüenza.

MADRE

Sonrisa reprimida.

HIJA

El Ser me hace sentir vergüenza, respirar, ocupar un espacio en una mesa, me ruboriza. Siento el latido de millones de ojos sobre mí, como golpes desquiciados contra un niño. Entonces me lanzo a la calle…

MADRE

…loca.

HIJA

En la calle las baldosas me dan vértigo en el cuerpo…

MADRE

Me voy a deshacer.

HIJA

Tengo un vacío en el alma.

MADRE

Estoy pegajosa. Estoy desquiciada. Estoy sola. Y no pretendas morir en otros ni nacer en otros. Me basta con que nazcas en mí.

HIJA

Es que nadie sabe que nací.

MADRE

Con tu olor me basta.

HIJA

Terminaré encerrándome en mi buzón y tragándome la llave.

MADRE

Entonces prefiero morir.

HIJA

Entonces prefiero morir.

MADRE

Morir riendo a carcajadas.

HIJA

Todo me hace sentir vergüenza.

MADRE

UN ZAGUÁN. EN LOS ESCALONES VARIOS NIÑOS ESCUCHAN ATENTAMENTE MIENTRAS SACAN DE LOS BOLSILLOS DE LOS DELANTALES CARAMELOS Y GALLETITAS. LA HIJA CUENTA.


426 · 2011 ı ANDREA JULIÁ

ESCENA 7 HIJA

Tuve un sueño.

MADRE

Había palomas.

HIJA

Muchas, muchas palomas…

MADRE

Y barrotes y escaleras. Una voz me abrazaba, iba deslizándose por el pelo que era largo, largo hasta la cintura o más y después la voz me abrazaba cantando. Yo le tiraba miguitas a las palomas entonces venían a mí, yo saltaba y se iban. Había de todos los colores: blancas, negras, blancas y negras...

HIJA

¿Violetas?

MADRE

No, marrones...

MADRE

La voz que era tierna, suave y hasta melancólica; de pronto se iba endureciendo y enfriando. Se enfriaba y me enfriaba. Tanto que me daba algo de miedo. De pronto un sol muy lejos, muy lejos. El sol era grande y celoso.

HIJA

Si, era celoso, porque me acuerdo que yo le decía que quería mucho a esa voz que me abrazaba y él iba como moviendo los rayos que se desvanecían cada vez que yo disfrutaba de la voz.

MADRE

Pero a mí no me importaba que el sol fuera celoso porque esa voz me gustaba mucho y me hacía bien, a pesar de que se había puesto un poco fría. Y además sabía que el sol me comprendía porque sus celos eran una forma de decirme te quiero. Las palomas se posaban en las barandas de hierro de las escaleras y bajaban caminado, casi con saltitos, ¿viste como caminan las aves?

HIJA

¿Así? (Imita.)

MADRE

Si, así. Entonces yo corría hasta ellas y cuando las iba a tocar por supuesto salían volando. Tiraba las miguitas, venían a mí y yo saltaba y se iban.


ADN I HIJOS SIN NOMBRE ı 2011 · 427

HIJA

Había de todos los colores: blancas, negras, blancas y negras...

MADRE

¿Violetas?

HIJA

No, marrones... Y yo me quedaba quieta… quietita, quietita para que alguna paloma volviera. De pronto el sueño empezó a mojarse. Y yo me mojaba mucho. Eran como lágrimas, gotas de lagrimitas que me mojaban hasta los huesos y unos ojos muy grandes empezaron a hablar y me decían casi como en una letanía…

LAS DOS

No te vayas… no te vayas… no te vayas…

ESCENA 8 MADRE

Te olerás. Te palparás. Te conocerás. Tendrás una imagen confusa de vos. A veces extraña. A veces familiar. No olvides. Jamás olvides. Si hoy nadie pensó en vos, ¿habrás existido, hoy?. Nadie recuerda cuándo fue la primera vez que supo que era alguien. Y uno sabe que es alguien cuando ve su imagen en el espejo. Entonces hablás toda la vida con esa imagen del espejo creyendo que sos vos. Pero no sos vos. Es tu imagen. Y por más que tu espejo te repita que es solo tu imagen… Vos sos la que se refleja en el espejo. Entonces te olerás, te palparás, tendrás una imagen confusa. A veces extraña. A veces familiar…

© Grupo Teateatro


428 · 2011 ı ANDREA JULIÁ

ESCENA 9 HIJA

Yo no tuve abuelos. Aunque en esa casa había olor a arroz con leche. Y también había un canario de mentira, era chiquito como un colibrí, encerrado en una jaula pequeña. Tenía plumas de verdad, azules y verdes. Andaba a pilas, pero nunca lo escuché cantar. También había un viejo ropero que guardaba algo que alguien me dijo que era mío. Me dio miedo por eso un día no quise ir más y me fui así.

ESCENA 10 HIJA

Todo me hace sentir vergüenza.

MADRE

Sonrisa reprimida.

HIJA

El Ser me hace sentir vergüenza, respirar, ocupar un espacio en una mesa, me ruboriza. Siento el latido de millones de ojos sobre mí, como golpes desquiciados contra un niño. Entonces me lanzo a la calle…

MADRE

…loca.

HIJA

En la calle las baldosas me dan vértigo en el cuerpo…

MADRE

Me voy a deshacer.

HIJA

Tengo un vacío en el alma.

MADRE

Estoy pegajosa. Estoy desquiciada. Estoy sola. Y no pretendas nacer ni morir en otros ni nacer en otros. Me basta con que nazcas en mí.

HIJA

Es que nadie sabe que nací.


ADN I HIJOS SIN NOMBRE ı 2011 · 429

© Grupo Teateatro

MADRE

Con tu olor me basta.

HIJA

Terminaré encerrándome en mi buzón y tragándome la llave.

MADRE

Entonces prefiero morir.

HIJA

Entonces prefiero morir.

MADRE

Morir riendo a carcajadas.

HIJA

Todo me hace sentir vergüenza.

MADRE

UNA MAÑANA QUE TARDA EN AMANECER. VEREDAS MOJADAS POR LA HUMEDAD DE UNA CIUDAD QUE CALLA EL HORROR QUE SE AVECINA. EL DISCURSO DEMENCIAL DE UN MILITAR BORRACHO Y DELIRANTE. LA HIJA CORRE, TROPIEZA. ESTÁ AGITADA. SUS OJOS DE NIÑA NO LE ALCANZAN PARA GUARDAR TODO LO QUE VE. ALGUIEN APOYA UNA MANO EN SU HOMBRO.


430 · 2011 ı ANDREA JULIÁ

ESCENA 11 HIJA

Mis zapatos Guillermina y yo salimos casi disparadas de la casa porque era muy tarde y el portero de la escuela no te deja entrar cuando llegás después que tocó el timbre. Por más que vos le ruegues, le supliques que te deje entrar; no te deja. A medida que me iba acercando, ya en la última cuadra, empecé a ver a mucha gente en la vereda de la escuela que hablaba y gesticulaba. Mis zapatos Guillermina y yo empezamos a disminuir la marcha y creo que ya no me importaba llegar tarde. La curiosidad me había atrapado. Incluso sentía algo en mí que me decía que ese día al portero no le importaba quién llegaba tarde. Y así era. Las mujeres y los hombres allí parados tenían los rostros sudados. Era un día frío de abril, de ese mes tan extraño donde a veces hace frío y otras veces hace calor. Pero esa gente sudaba de miedo. Pasé entre ellos y escuché el murmullo, palabras muy grandes y feas se metieron en mis oídos. Palabras que nunca había escuchado. Nunca. Pero algo dentro mío, muy dentro mío me decía que en otra vida, no muy lejana; en esa vida que se vive antes de nacer; esas palabras grandes y feas yo no sólo las había escuchado; si no que también las había dicho…

MADRE

UNA CASA DE UN BARRIO TRANQUILO. LA MADRE EMPOLLA EN SU VIENTRE UN SUEÑO. UN PORTAZO. VARIOS GRITOS. UN AVISO.

ESCENA 12 MADRE

Tuve un sueño. Creo que no soñaba desde el día del sueño de las palomas. En el sueño yo era yo pero era otra. Y las manos se me alargaban y los pies y las nalgas. Me daba bronca porque a mí me gustan mucho mis pies, me parecen delicados, finitos. Separo mucho los dedos y agarro cosas. Y en el sueño se me alargaban. Y todos me decían que eran como los de papá.


ADN I HIJOS SIN NOMBRE ı 2011 · 431

De pronto algo me sacudió en la cama y entró un hombre a mi cuarto y ya no supe si lo que soñaba era un sueño o no realmente. Era como un sueño despierta. De esos que la vida te pone adelante y no querés ni ser espectadora ni soñarlos. El hombre preguntó varias veces mi nombre. Me tumbó en la cama aún caliente por la pesadez de mi cuerpo dormido. Empecé a temblar. Me dijo que todo estaría bien,que me quedara tranquila; pero que pronto, muy pronto tendría noticias suyas. Se me congelaron los huesos y se me paralizó el alma: Como en el sueño que estaba soñando; pero no era un sueño, era mi propia realidad.

ESCENA 13 HIJA

Cuando abrí la puerta supe que él traía alguna noticia. Una de esas noticias que dan en la tele o en los diarios, que una quiere que le pertenezcan a otros; que otros las lleven consigo en su vida, sobre sus espaldas. Una noticia mezclada entre anécdotas familiares que no me pertenecen pero que no puedo negar que se me entremezclan en la sangre y en la piel. No quería que me lo diga. Las cosas que no se dicen parece que existen menos.

ESCENA 14 MADRE

No estoy triste. Soy así desde hace un tiempo. Por eso me escribí cartas a mi misma. Una a los 10 años para abrir a los 30, una a los 13 para abrir a los 35, una de los 20 para abrir a los 50, y unas cuantas más. Las guardo en una agenda, en un lugar secreto. La que escribe soy yo, pero es otra, es una sensación muy rara. Pero me gusta, me reconozco. Siempre me dejo huellas, miguitas para reconocerme. Siempre me busco para no olvidar, para no olvidarme.


432 · 2011 ı ANDREA JULIÁ

HIJA

No olvides. Jamás olvides.

MADRE

¿Cómo seré cuando abra cada carta? ¿Llegaré a abrirlas a todas? ¿Alguien las abrirá por mí?

ESCENA 15 MADRE

Me esperaban.

HIJA

Te esperaban.

MADRE

Me amordazaron.

HIJA

Te amordazaron.

MADRE

Me tendieron una trampa.

HIJA

Te tendieron una trampa.

MADRE

Y caí. Pedí que me dejaran las manos libres para poder abrazar mi vientre hinchado de hijo.

HIJA

Y te las dejaron, porque de todos modos no podrías escaparte.

MADRE

Y no me escapé.

HIJA

Y no te escapaste.

MADRE

Fue todo borroso. Empecé a arañar lo que tenía cerca. Las paredes, el piso, las barandas de unas escaleras de mármol que subí arrastrada de los pelos. Las uñas se me quebraron en los huecos de los ladrillos resecos del calor que me ahogaba. El olor era nauseabundo como de mierda de paloma. Pedí agua.

HIJA

No te dieron.


ADN I HIJOS SIN NOMBRE ı 2011 · 433

MADRE

Pensé que te ibas.

HIJA

Pensé que vendrías.

MADRE

Tuve miedo.

HIJA

Tuviste miedo.

MADRE

Me arrastraron, me desnudaron, me acariciaron.

HIJA

Te arrastraron, te desnudaron, te acariciaron.

MADRE

Me dio asco. Dije que no sabía nada.

HIJA

Mentiste.

MADRE

Sabía lo que tenía que saber.

HIJA

Sabía que vendrían.

MADRE

Sabías que vendrían. Hice un pedido y una promesa.

HIJA

¿La promesa?

MADRE

No se dice hasta que se cumple.

HIJA

¿El pedido?

MADRE

Un nombre.

HIJA

¿Cuál?

MADRE

(Cantando.) una viborita larga y chiquita…

MADRE

UN BAR DE UN BARRIO CÉNTRICO. LA GENTE PASA FRENTE AL VENTANAL YENDO Y VINIENDO CASI SIN MIRARSE, GOLPÉNDOSE ENTRE SÍ. LA HIJA ESTÁ SENTADA FRENTE A UN HOMBRE QUE HABLA SIN PAUSAS, ACELERADO, ANSIOSO Y DETERMINANTE. LA HIJA MIRA LA TAZA DE CAFÉ QUE NO PUEDE PROBAR.


434 · 2011 ı ANDREA JULIÁ

ESCENA 16 HIJA

Me dijo que ya era hora de que todo se sepa, y apretó su mano en la mía. No lo miré. Respiré profundo y supe que estaba moribunda. ¿Qué sabe él? ¿Y el otro? ¿Y el otro y el otro? Qué saben de mi mundo subterráneo? Estoy muerta y viva a la vez y a destiempo en la encrucijada. Estoy crucificada y resucitada. Estoy y no soy lo suficiente para ser. Desde que empezó todo esto estoy moribunda...

MADRE

…aniquilada…

HIJA

…vencida...

MADRE

…estúpida.

HIJA

…¿vencida? No. Estoy moribunda, ¡si! Pero moribunda de vida. Tenaz, caprichosa, soberbia…

MADRE

…pero no vencida.

HIJA

Me apartaron de todos porque tengo muy mal aliento. Porque tengo la boca podrida por las palabras que no pronuncio, que llevo años sin pronunciar. Quiero ese sol que alguna vez tuve de la mano de mamá, sea cual fuera ella. Esa mamá que yo inventé en las muñecas. No me importa el nombre ni el apellido, no ahora… quizás en un tiempo no vencido en el recetario médico. ¡Ya basta!. ¡Déjenme!. Déjenme sola. Tan sólo necesito tiempo.

MADRE

UN PABELLÓN GRIS CON ESCALERAS DE MÁRMOL BLANCO. ROTAS Y SUCIAS. UN PASILLO LARGO Y AL FINAL UNA PUERTA DE MADERA. LA MADRE CAMINA HACIA EL VACÍO. SU DELGADEZ PENETRA EN LOS HUESOS. SE DETIENE. VOMITA Y CAE. SE LEVANTA Y COMIENZA A CANTAR.


ADN I HIJOS SIN NOMBRE ı 2011 · 435

ESCENA 17 MADRE

Estuve en mi funeral. Fue el otro día mientras dormía una canción de cuna. Mi cuerpo sin vida no tuvo sepultura. Las sombras se sumaron al miedo y supe que no sabría cómo decirlo cuando el dolor en el centro del estómago es una patada ausente de niño. Te deseo tanto que ya no te imagino fuera de mí y sin embargo, no te tengo. Aquel día se derrumbó la vida que solo tuve para darte vida. En el atardecer me despertaron, me violaron y me entregaron hecha pedacitos de carne cocida en el suicidio que no fue. Me dejaron apartada, amasijada, amasada y retorcida. No quiero dejarme tirada en el rincón. No quiero que me desaten los nervios en la silla eléctrica. ¡Déjemne! ¡Déjenme sola! En mi soledad encontraré el sol que llevé adentro mío. Y que es mío aunque otros lo acariciaron. Tan sólo necesito tiempo… Ya no sos el hijo de mi fruto de amor. Sos el hijo que otros eligieron y tus alas volaron lejos de mi lado. ¡Corré! ¡Corré! Corré abrazado a tus recuerdos y cuando todo salga a la luz y otros tomen mi posta, contále a tus amigos en el patio de la escuela que aquel día, fue el día en que apagaron tu verdad. Y cuando puedas; cuando tengas fuerzas y puedas resistir tanto dolor que habrá dentro tuyo; simplemente cantá… cantá esa canción que aprendiste en el silencio de mi vientre.

ESCENA 18 HIJA

De pronto soy aquella que no fui. Elijo serlo. No quiero llorar lo que fui porque me lo impusieron. Despacio iré tendiendo la mano hacia el otro porque creo. Porque básicamente soy de creer. Y siempre es mejor el camino de la verdad, aunque sea doloroso. Lo que me da más miedo es no gustarle a ellos y no ser de ninguna parte. A veces me gustaría empezar todo de nuevo, como un sueño. Estoy decidiendo. ¿De qué estoy hecha? Tuve la duda de la vida misma. Empecé por reconstruir fotos de


436 · 2011 ı ANDREA JULIÁ

seres queridos con pedazos de revistas. No me alcanzó. Fui a esa casa con olor a arroz con leche. La jaula y el canario ya no estaban. No me alcanzó. Abrí el viejo ropero con espejo en la puerta sin que hiciera ruido a pesar de las bisagras oxidadas. Sabía que estaría allí mi duda. Una agenda con decenas de nombres y apellidos. Todos iguales para mí, y todos diferentes a la vez. Y en la agenda varias cartas para “mi misma”. ¿Quién es “mi misma”? Cartas cuidadosamente lacradas. Mezcladas con los nombres escritos en la agenda cada uno en su renglón, cada uno con su teléfono y su dirección con su color de tinta. Y de pronto un nombre que sobresale, que resalta entre los otros, vibra diferente, letras de imprenta color rojo. Casi con signos de admiración. ¡Un nombre, por fin un nombre!

ESCENA 19 MADRE

Lo dejé escrito para no olvidar. Y para que al leerlo no me duela. Para recordarlo con alegría. Cuando no duele recordar es muy bonito.

MADRE

UN JUZGADO. PAREDES BLANCAS QUE DE TAN SUCIAS SON GRISES. BANCOS VACÍOS DE ASIENTO DE PLÁSTICO SIN RESPALDO. UNA PUERTA SE ABRE. LA HIJA SALE COMO SI ALGUIEN LA EMPUJARA DESDE ADENTRO. AVANZA DOS PASOS Y GIRA.

ESCENA 20 HIJA

Creí que estaba preparada, por eso fui. No sé bien qué extraño sentimiento me invadió por completo.No tengo idea de cuál fue la reacción exterior porque estaba tan introvertida en mi estómago que una puñalada no habría sido más certera. De pronto me paré en seco. Me vi. Flaca y larga como mi muñeca de trapo.


ADN I HIJOS SIN NOMBRE ı 2011 · 437

© Grupo Teateatro


438 · 2011 ı ANDREA JULIÁ

Me vi, sí. Escuché y me sentí ultrajada y liberada a la vez. Creí que estaba preparada, por eso fui. No podía caminar, pero creo haberlo hecho. No podía hablar, pero creo haberlo hecho. No podía girar y mirar hacia atrás pero debo haberlo hecho porque de pronto registré a tres personas que sin reconocerlas se me parecían bastante. No podía ir hacia ellas, pero creo que lo hice. No sé qué sucedió. Sí sé. Caí desmayada en cámara lenta, con una sensación de felicidad y de completud que nunca había sentido. Piedra libre!. les canté piedra libre aunque eran ellos los que me buscaban. Frente a ese tribunal de parientes que me tendían sus manos sólo pude decir una palabra: mamá.

ESCENA 21 MADRE

FIN

Dejé mi herencia encerrada. La parí en el silencio y un grito la suspendió en el aire de una luna que no cesa. Dejé mi voz y mi piel en su camisón de niña. Una pequeña me continúa en el nombre aunque nunca lo supo y nunca lo tuvo del todo. Vení chiquita… hay una canción de cuna que me faltó enseñarte y hay un oso grande que se mueve en tu ombligo. Vení pequeña, vayamos de la mano a la escuela. Y que nuestros relojes se detengan en el instante en que me recibí de madre. ¿Sabés? A esa hora de cada día, de cada semana, de cada mes, de cada año, yo te estaré buscando. Buscarte será la mejor manera de sentir que estás conmigo y el sol que le dé comienzo a cada día renovará mi ilusión de encontrarte. Vení pequeña, vayamos de la mano a la escuela…


NUNCA ES TRISTE LA VERDAD Patricia Zangaro

© Ana Ferrari


440 · 2011 ı PATRICIA ZANGARO

Sobre la derecha, tres banquetas altas, y un atril. Sobre la izquierda, un piano. Sobre la pared del foro, en el centro, una pantalla blanca. Un cenital ilumina a CECILIA, de pie en el centro de la escena, con un papel en mano.

CECILIA

(Leyendo.) “Desde entonces, a una hora incierta, la agonía regresa: Y hasta que mi horrenda historia es contada, este corazón dentro de mí quema.”

(A público.) Con estos versos de Coleridge comienza Primo Levi uno de los tres libros que testimonian su cautiverio en Auschwitz. Dice Levi que “casi todos los liberados, de viva voz o en sus memorias escritas, recuerdan un sueño recurrente que los acosaba durante las noches de prisión y que aunque variara en los detalles, era en esencia el mismo: haber vuelto a casa, estar contando con apasionamiento y alivio los sufrimientos pasados a una persona querida, y no ser creídos, ni siquiera escuchados”. Porque hablar ilumina la verdad y repara las heridas…

Una luz sobre el piano, y el pianista comienza a esbozar la melodía del estribillo de “Sinceramente tuyo” de Serrat. CECILIA

…Y porque sabemos que entre tanta gente querida serán amorosamente escuchados, es que hemos invitado a Victoria Montenegro y Juan Pablo Mantello para que nos cuenten su historia.

Luz general. El piano desarrolla en todo su volumen la melodía. Y entran al escenario Victoria y Juan Pablo. Cecilia los recibe con un beso y los invita a sentarse en las banquetas. CECILIA

Hermosa la canción de Serrat… (Canturrea.) Nunca es triste la verdad…

VICTORIA

(Ídem.)… lo que no tiene es remedio…


NUNCA ES TARDE LA VERDAD ı 2011 · 441

JUAN PABLO

(Sonriendo) Y no… ¿Empezás vos?

VICTORIA

Puedo empezar con la frase que inaugura todas las funciones de Teatro por la Identidad: Mi nombre es Victoria Montenegro, y puedo decirlo porque sé quién soy. Yo nací el 31 de enero de 1976. Mis padres eran Hilda Ramona Torres y Roque Orlando Montenegro. Los dos eran salteños. Empezaron a militar en la JP, y luego en el ERP. Escapando del Operativo Independencia se vinieron a Buenos Aires. Y fue ahí, en la casita de Boulogne en la que vivíamos, donde trece días después de mi nacimiento, entró un grupo de tareas y los asesinó. El jefe del operativo, el coronel Herman Tetzlaff, se apropió de mí. Estuve al cuidado de unas monjas en la comisaría de San Martín, hasta que seis meses después del operativo en el que dio muerte a mis padres, Tetzlaff logró convencer a su esposa, María del Carmen Eduartes, de que me llevaran a su casa, en Lugano. Me llamaron María Sol Tetzlaff Eduartes, nacida el 28 de mayo de 1976. Hasta el día que aparecí y recuperé mi identidad, todo –mi historia, mi nombre y hasta mi cumpleaños– era trucho.

CECILIA

En cambio vos, Juan Pablo, pudiste conocer la verdad desde temprano…

JUAN PABLO

Sí… Gracias a mi mamá, Susana Reyes, que es sobreviviente de El Vesubio. La habían secuestrado el 16 de junio de 1977, junto con mi papá, Osvaldo Víctor Mantello, y una amiga de ambos, Liliana Bietti, a la que habían invitado a almorzar para festejar que mi vieja había quedado embarazada. Cuando era chico, mi mamá me escribió una carta, para que supiese lo que había pasado… (Lee.) “Juan Pi: con tu papá nos conocimos en 1974 en una unidad básica peronista…

En la pantalla se proyecta la fotografía de Osvaldo Mantello. JUAN PABLO

(Leyendo.) Los dos éramos de la J.P. (juventud peronista) Enseguida nos enamoramos mucho, pero teníamos algunas dificultades; una que Osvaldo hacía 4 meses que se había casado y otra que yo tenía 17 años y mis padres se oponían a mi relación con él. Pero era tanto lo que nos queríamos, que saltamos sobre esas dificultades y nos fuimos a vivir juntos. Dos años después decidimos formalizar la relación y nos casamos por iglesia (por civil no podíamos porque no existía el divorcio), nos alquilamos una casa, la de Billinghurst, un año después juntamos plata y nos compramos una casa en Haedo, teníamos un perro que se llamaba el Chueco… (A Cecilia.) Chueco por la canción de Viglietti…

CECILIA

¡Claro! El Chueco Maciel… ¿Cómo era?


442 · 2011 ı PATRICIA ZANGARO

JUAN PABLO

El Chueco no sabe de orilla ni sabe de mar, él sabe de rabia, de rabia que apunta y no quiere matar…

El piano irrumpe, y Cecilia y Juan Pablo cantan una estrofa juntos: Los chuecos se junten bien juntos, bien juntos los pies, y luego caminen buscando la patria, la patria de todos, la patria Maciel, esta patria chueca que no han de torcer con duras cadenas los pies todos juntos hemos de vencer. CECILIA

¡La fuerza del verbo de Viglietti! Hasta al perro le pusieron Chueco… Pero seguí, seguí con la carta…

JUAN PABLO

(Leyendo.) La casita era muy chiquita pero linda. Entonces decidimos tener un hijo y estuvimos varios meses buscando hasta que en marzo del ‘77 los análisis dijeron que había un niño en mi pancita. Pero en ese mismo momento la Argentina estaba muy convulsionada socialmente, los militares dieron un golpe y Videla asume como presidente. Las fuerzas armadas comienzan a secuestrar gente y el 16/06/77 nos secuestran a tu papá, a Liliana (su ex mujer) y a mí. En la prisión nos vimos algunas veces y la última vez me dejó una notita que decía: si es varón que se llame Juan Pablo y si es nena solo María. El 16/09/77 me sueltan a mí, y de Osvaldo no supe nunca más nada. En la foto blanco y negro estoy yo con la panza de 8 meses…

Se proyecta la foto de Susana Reyes embarazada. JUAN PABLO CECILIA

Vos te movías mucho y todos te esperábamos con mucha ansiedad”.

(Volviéndose hacia la foto.) Ahí está Susana… tan hermosa y tan jovencita…

JUAN PABLO

21 años… Mi papá tenía 27 cuando desapareció…

CECILIA

En tu historia, Vicky, también hubo una carta…


NUNCA ES TARDE LA VERDAD ı 2011 · 443

VICTORIA

Sí, una carta que mi papá escribió a la familia, a Salta, cuando yo nací, y que nunca pude leer porque con todo el dolor del alma decidieron quemarla, después que entraron a la casa y se llevaron a mi tío Pepo delante de mi abuelo. Sin embargo, gracias a la memoria de mi tía Susy, la carta se fue transmitiendo oralmente, y a mí me llegó una parte importante, que atesoro:

Se proyecta la foto de Roque Montenegro, Toti. VICTORIA

“Nació la beba, se llama Hilda Victoria, la íbamos a llamar Victoria Argentina, pero eso iba a despertar sospechas, así que se llama Hilda Victoria nomás, tiene las manos grandes como yo y es una negra que no le entra la jeta en la cara…” (Se ríe.) Herman, mi apropiador, era un alemán rubio de dos metros y ciento cuarenta kilos… Y yo con esta estatura, y la trompa de negra del Toti, como le decían a papá… Era claro que algo no encajaba… Me acuerdo de una foto mía, en el jardín de infantes…

Se proyecta la foto de Victoria niña vestida de vendedora de empanadas de la época colonial. VICTORIA

Era el acto del 25 de mayo. Y yo, con el apellido europeo que me habían puesto, estaba segura de que iba a ser de dama antigua. Soñaba con el peinetón y la mantilla. Pero el origen fue más fuerte, y la seño me eligió para vendedora de empanadas.

CECILIA

¿A qué jugabas, Vicky, cuando eras chica?


444 · 2011 ı PATRICIA ZANGARO

VICTORIA

Me acuerdo de que Mary, mi apropiadora, tenía una fábrica de cajas en Lanús. Y mi casa estaba llena de cajas. Yo las usaba para jugar. Armaba casas, y espacios entre ellas, como callecitas por las que me paseaba. Y eso me daba una sensación de protección. Después supe que la casita de Boulogne, donde viví tan poquito con mis viejos, era una casa prefabricada, casi tan precaria y frágil como una caja de cartón.

CECILIA

Tengo entendido que vos jugabas a los superhéroes, Juan Pi…

JUAN PABLO

Sí, me gustaban los dibujitos de la época… He man… Los Thundercats… Es más, llegué a dibujar una historieta… tendría unos cinco años… donde los héroes eran Super Capa y su hijo Super Capita… Había un malhechor… bah, yo decía un malechón, que secuestraba al papá y…

CECILIA

¿Te animarías a dibujarla ahora?

JUAN PABLO

(Riéndose.) ¿Cómo…?

CECILIA

Sí, hacemos entrar una pizarra y un caballete… pero esperá, mejor llamamos a un especialista para que la dibuje…

Juan Pablo se ríe sin entender. CECILIA

¿No te gustaría, por ejemplo, que la dibujara un historietista famoso… como Esteban Podetti?

El piano arremete con unos compases de music hall y entra a escena Esteban Podetti, seguido de un asistente que instala los elementos de dibujo en el centro de la escena. CECILIA

¡Bienvenido Esteban! ¿Usted conocía la historieta de Super Capa?

ESTEBAN

¡Pero cómo no! Super Capa, Super Capita y el Malhechón…

Esteban comienza a dibujar la historieta, que va relatando el secuestro de Super Capa, la búsqueda de su mujer y la actuación de Super Capita hasta su liberación. El piano acompaña con musiquita de aventuras hasta el gran final feliz. Cecilia, Victoria y Juan Pablo aplauden el final mientras Esteban le regala a Juan Pablo la última lámina con el final de la historieta.


NUNCA ES TARDE LA VERDAD ı 2011 · 445

CECILIA

¡Gracias, Esteban Podetti!

Esteban sale del escenario seguido por el asistente, y los acordes del piano. CECILIA

¿A vos también te gustaban los dibujitos, Vicky?

VICTORIA

No, yo miraba las novelas. Me gustaba mucho llorar, con las de Andrea del Boca y Verónica Castro…

CECILIA

¿Y la música? ¿Te gustaba cantar?

VICTORIA

Sí, cantaba todo el tiempo “Carta para mi hermano”…

CECILIA

¿Carta para mi hermano…?

VICTORIA

(Canturrea.) Hoy le escribí una carta a mi querido hermano. Le puse que lo extraño y que lo quiero mucho. Mamá me ha contado que él es un buen soldado, que cuida las fronteras de la Patria.


446 · 2011 ı PATRICIA ZANGARO

Era una canción que cantaba una nena… y que se empezó a escuchar en 1980, durante el conflicto limítrofe entre Argentina y Chile… después la volvieron a pasar durante la guerra de Malvinas… Estaba en un disco homenaje del Ejército Argentino a sus soldados. CECILIA

¿Y vos por qué cantabas eso todo el tiempo…?

VICTORIA

Era lo que me hacía escuchar Herman. Mirá, yo tengo una hermana de apropiación, que me lleva diez años. A escondidas de Herman, María Fernanda escuchaba rock, y a mí se me había pegado la Marcha de la Bronca. Un día íbamos en el auto para la casa del campito, y a mí se me ocurrió cantarla. No llegué a terminar una frase cuando un sopapo de Herman me dio vuelta la cara. Después se volvió a Mary, mi apropiadora, y le dijo que era culpa suya, porque me dejaba escuchar música subversiva. Mary puso la radio, y sintonizó una estación de música romántica, no sé, José Luis Perales, o algo así. “¿Ves?– me dijo. Esto es lo que tenés que escuchar”.

CECILIA

¿Y “La marcha de la bronca”? ¿No la volviste a cantar?

VICTORIA

Hace unos tres años la volví a escuchar. Y la puse bajito. Era como si mi cuerpo siguiera sintiendo que era algo clandestino. Hasta que en un momento me rebelé, y la puse a todo volumen…

El piano comienza a tocar “La marcha de la bronca”. CECILIA

Y la cantaste…

VICTORIA

(Cantando tímidamente.)


NUNCA ES TARDE LA VERDAD ı 2011 · 447

Bronca cuando ríen satisfechos al haber comprado sus derechos. Bronca cuando se hacen moralistas y entran a correr a los artistas.

El piano va aumentando gradualmente el volumen. Cecilia se une a Victoria, para que gane confianza, y más tarde se une Juan Pablo. Los tres terminan cantando de viva voz hacia el final.

VICTORIA, CECILIA Y LUEGO JUAN PABLO Bronca cuando a plena luz del día sacan a pasear su hipocresía. Bronca de la brava, de la mía, bronca que se puede recitar. Para los que toman lo que es nuestro con el guante de disimular. Para el que maneja los piolines de la marioneta universal. Para el que ha marcado las barajas y recibe siempre la mejor. Con el as de espadas nos domina y con el de bastos entra a dar y dar y dar. ¡Marcha! Un dos… No puedo ver tanta mentira organizada sin responder con voz ronca mi bronca mi bronca Bronca porque matan con descaro pero nunca nada queda claro. Bronca porque roba el asaltante pero también roba el comerciante. Bronca porque está prohibido todo hasta lo que haré de cualquier modo.


448 · 2011 ı PATRICIA ZANGARO

Bronca porque no se paga fianza si nos encarcelan la esperanza. Los que mandan tienen este mundo repodrido y dividido en dos. Culpa de su afán de conquistarse por la fuerza o por la explotación. Bronca pues entonces cuando quieren que me corte el pelo sin razón, es mejor tener el pelo libre que la libertad con fijador. ¡Marcha! Un, dos… No puedo ver tanto desastre organizado sin responder con voz ronca mi bronca mi bronca. Bronca sin fusiles y sin bombas, bronca con los dos dedos en Ve, bronca que también es esperanza, marcha de la bronca y de la fe. CECILIA

Bueno, veo que vos también cantás, Juan Pablo…

JUAN PABLO

Sí, pero yo de chico cantaba tangos…

CECILIA

¡¿Tangos?!

JUAN PABLO

Sí, por mi abuelo Osvaldo… Durante la semana estaba con mi mamá, y los fines de semana me iba a la casa de mis abuelos paternos, en San Martín. Vivían con mi bisabuela Isabella, que había emigrado de Italia, y como buenos genoveses se habían instalado en La Boca. Por eso yo tengo alma xeneise, somos una estirpe de bosteros…

CECILIA

¿Y la bisabuela te hablaba en italiano?

JUAN PABLO

Sí, tanto que yo mismo, de chiquito, hablaba en cocoliche: Me voy a la cuchina, decía. Me encantaba verlos cocinar: a la bisabuela y al abuelo Osvaldo. También a ellos les debo mi pasión por la cocina…

CECILIA

¿Cocinás?


NUNCA ES TARDE LA VERDAD ı 2011 · 449

JUAN PABLO

Sí, soy gastronómico…

CECILIA

¿Pero no hacés cine?

JUAN PABLO

Cine, fútbol, y pastas. ¿Qué quéres? Es la parte de sangre italiana que tengo.

CECILIA

¿Y podrías preparar un plato para mí?

JUAN PABLO

¿Qué te gusta?

CECILIA

Y no sé… Unos spaghetti…

JUAN PABLO

¡Fuchili a la carbonara! ¿Ti piace?

CECILIA

¡Maestro! Póngale una musiquita así nos da la receta.

El piano toca una canzonetta. JUAN PABLO

Pero con una condición. Vos después me cantás un tango.

CECILIA

A ver los fuchili a la carbonara…

JUAN PABLO

Primero hay que preparar la pasta. Se mezclan los huevos con la harina, se amasa sobre madera, se estira con palote hasta lograr un espesor de unos 3 milímetros, se cortan a cuchillo tiras de unos 6 centímetros de largo por 1,5 de ancho, se enroscan las tiras alrededor de un fierro…

CECILIA

¿Cómo un fierro?

JUAN PABLO

Una aguja… ¿No tenés, de esas de tejer? O el alambre de un paraguas… ¡Son fuchili al fierrito! Los enroscás, se estiran… los soltás y los dejás orear en harina… Después preparás la salsa carbonara. Con huevos, tocino, crema de leche y queso fuerte rallado…

La canzonetta crece mientras Juan Pablo termina de explicar la receta. El piano concluye con un fuerte sol do, como en el tango. JUAN PABLO

Ahora el tango.

CECILIA

¿Y a vos qué tango te gusta?


450 · 2011 ı PATRICIA ZANGARO

JUAN PABLO

Y, con el abuelo mirábamos Grandes Valores del Tango. A mí me gustaba mucho Jorge Falcón, y un tango que me encantaba era “Confesión” de Enrique Santos Discépolo: Sol de mi vida/fui un fracasao/y en mi caída/busqué dejarte a un lao…

El piano comienza a tocar los acordes de introducción de “Confesión”. CECILIA

¿Tan chiquito y te gustaban esos dramones?

JUAN PABLO

El abuelo era un nostálgico del pasado, como todo hijo de inmigrante…

El piano marca el compás, y Cecilia canta “Confesión”. Sobre el final invita a Juan Pablo a cantar con ella. CECILIA

Che, siempre me hacen cantar estos tangos machistas… ¿Escuchaste la letra? El recuerdo que tendrás de mí será horroroso, me verás siempre golpeándote como un malvao… Y el tipo se victimiza encima…

JUAN PABLO

Bueno, también me gustan los tangos de Eladia Blázquez… Cuando era chiquito cantaba “Sueño de barrilete”…

CECILIA

(Canturrea.)


NUNCA ES TARDE LA VERDAD ı 2011 · 451

Yo quise ser un barrilete, buscando altura en mi ideal, tratando de explicarme que la vida es algo más que darlo todo por comida…

Hermosa la poesía de Eladia… ¿Y vos con qué soñabas cuando eras chiquita, Vicky? VICTORIA

Yo soñaba con ser rubia. Y de ojos claros. Siempre pensé que era porque quería ser como Herman. Me acuerdo de cuando íbamos a la pileta. Él se metía a nadar, y al salir del agua tenía los ojos casi transparentes. Entonces yo me tiraba a la pileta y abría bien los ojos debajo del agua, pensando que así iba a tener los ojos tan verdes como los suyos. Cuando aparecí, y mi familia me mostró las fotos de mis viejos, me di cuenta de que quería ser rubia como mi mamá.

En la pantalla se proyecta la foto de Hilda. VICTORIA

Se llamaba Hilda, pero le decían Chicha. Tenía los ojos azules, y era muy linda. Todos se preguntaban qué le habría visto a mi papá. Pero yo estoy segura de que el Toti era un negro entrador. Aunque mis apropiadores me ocultaron mi historia yo siempre sentí que algo me faltaba. Cuando era chiquita tenía la costumbre de mirar las estrellas. Y le preguntaba a Mary: ¿a quién tengo yo en el cielo? Mary siempre se ponía muy nerviosa ante mis preguntas. Se violentaba. Era como si me tuviera miedo. La noche era, especialmente, el momento en el que yo intuía la presencia de esa verdad oculta. Solíamos jugar a las cartas en el departamento de Lugano, y muy a menudo, a la medianoche, yo preguntaba: Mamá, ¿a qué hora nací? Mary siempre me respondía que había nacido al mediodía. Que el 28 de junio, el Día del Ejército, Herman estaba desfilando y ella había empezado a sentir dolores, y que al día siguiente, al mediodía, yo había nacido. Cuando aparecí, supe que había venido al mundo a la medianoche, exactamente a las 0.45 del 31 de enero de 1976.

CECILIA

¿Cómo fue ese momento, Vicky, en el que apareciste?

VICTORIA

Fue un proceso. Muy largo. Cuando Herman cae preso por primera vez, en el ’97, yo ya estaba casada y tenía mis dos primeros hijos. Me quedé embarazada muy jovencita, a los 15, con un chico que estaba muy lejos de lo que Herman aspiraba para mí y que es mi compañero hasta hoy. Y aunque vivíamos en departamentos contiguos en Luga-


452 · 2011 ı PATRICIA ZANGARO

no, en el ’97, cuando detuvieron a Herman, habíamos empezado a construir una pared para dividirlos. Tal vez ese muro sea la metáfora del corte que yo había empezado a hacer con ellos. CECILIA

¿Cuándo fue el corte definitivo?

VICTORIA

Creo que fue el 25 de abril de este año, el día que tuve que declarar en la causa sobre el plan sistemático de apropiación de los hijos de los desaparecidos como Victoria Montenegro. Ya había declarado otras veces. Pero hacerlo allí, en un juicio oral y público, me hizo romper lo que quedaba de lealtad con el pasado. En el medio pasaron muchas cosas. Me veo chiquita, esperando a Herman que volvía del cuartel y me colgaba el FAL hasta llegar a casa. El living lleno de banderas. El manual “Y el próximo será usted”, que daba instrucciones para cuidarse de los subversivos y que me sabía de memoria. Las comidas en el restaurante porque a Mary no le gustaba cocinar. Las arengas de Herman contra la familia de Mary y las discusiones que terminaban siempre con el arma sobre la mesa ante la mirada de los comensales y la voz de Herman que repetía: “Yo siempre tengo razón, y más cuando no la tengo”. El llanto de Mary. Los llamados a Herman que había que filtrar según un código secreto: Si era un amigo, era Carlitos. Si era alguien indiferente, Julián. Y si era un enemigo, José. La doctrina sobre la causa, y los soldados que lucharon para salvar a la patria. La primera vez que acompañé a Herman a un juzgado, cuando tendría 9 años, y el juez diciéndole que las “viejas” habían empezado a molestar. El día que me plantea que había un juez montonero que quería que me sacaran sangre para compararla con el Banco Genético, que según él manejaban las Abuelas, que eran las que inventaban toda esa causa contra él. “Seguro que te van a decir que sos hija de la subversión –me advertía– y van a querer venir y sacarte de casa”. Y yo que le decía que fuera cual fuera el resultado me iba a quedar con él. Y él que me agradecía diciendo que no esperaba otra cosa de mí. Y finalmente el llamado del juez Marquevich para informarme cuál era mi verdadera familia, y yo sintiendo terror, porque entonces era hija de la subversión, como me advirtiera Herman. Y yo viajando a Salta y reencontrándome con mi familia, con los tíos de mi papá, con mis primos. Y Herman repitiendo que había abatido a mis viejos porque eran sus enemigos. Y yo mostrándole las fotos de Hilda y de Toti que ahora recuperaba, y él con tono amenazante señalando a lo lejos desde la ventanilla del auto: “Cuando te avise mirá a la izquierda, negra. ¿Ves ahí? A tres cuadras, estaba tu casa. Un día de estos te voy a llevar”. Y Herman finalmente preso. Y los viajes a Salta, y más fotos, y recuerdos.

CECILIA

Como esa foto de tu mamá, junto a tus tías…


NUNCA ES TARDE LA VERDAD ı 2011 · 453

Se proyecta la foto de Hilda, junto a sus hermanas Juana y Lucía, vestidas de murgueras. VICTORIA

Sí, ahí está con mi tía Juana, que está desaparecida, y con mi tía Lucía. Las tres vestidas de murgueras. A mi mamá le gustaba bailar…

El piano comienza a esbozar los primeros acordes de “La canción es urgente” de Teresa Parodi. VICTORIA

Le gustaba la música, como a mí… El 25 de abril, cuando declaré, sentí que escuchaba una canción… Ahí estábamos, finalmente, los tres… Antes estaba partida al medio, acomodando la verdad con mentiras. Ahora soy Victoria. Con todas mis contradicciones, soy Victoria. Y puedo retomar el camino de mis viejos.

CECILIA

¿Qué dice esa canción?

VICTORIA

(Recita.)

La canción es urgente, es un río creciendo, una flecha en el aire, es amor combatiendo. Quiero dártela ahora que es la hora del fuego, que es la hora del grito, que es la hora del pueblo.

Cecilia comienza a cantar, y Victoria la acompaña. CECILIA Y VICTORIA Que nos una amorosa, que nos pegue en el pecho, que si vamos cantando no podrán detenernos. Que tu voz la levante, que la suelte en el viento y que suene a victoria cuando rompa el silencio.


454 · 2011 ı PATRICIA ZANGARO

La canción es simiente, es de barro y de cielo, es semilla y espiga, es futuro y recuerdo. La canción es urgente, va y viene compartiendo con dolor y alegría el mismísimo sueño. Quiero dártela ahora con las ganas que tengo, con el nombre de todos los que no se rindieron. Que tu voz la levante, que la suelte en el viento y que suene a victoria cuando rompa el silencio. CECILIA

El 25 de abril de 2011 es la fecha en la que Victoria siente que rompe de manera definitiva con ese pasado fundado en la mentira y asume plenamente su identidad. Para vos también, Juan Pi, hay un fecha clave, que marca un antes y un después…

JUAN PABLO

Hay dos momentos. Uno es en el año ’93, a los 15 años, cuando pude inscribirme con el nombre de mi papá. Hasta entonces figuraba con el apellido de mi mamá. Por fin empecé a ser Juan Pablo Mantello, también en mi documento. Hay una foto, de cuando nos reunimos para festejarlo…

Se proyecta la foto de Juan Pablo adolescente, junto a su mamá y amigos. JUAN PABLO

Ahí estoy, con mi mamá, celebrando… Una coincidencia asombrosa es que ese año me fracturo la tibia y el peroné jugando a la pelota, casi a la misma edad en la que mi viejo se fractura la tibia y el peroné bajando de la montaña mágica con mi tío… Ese detalle fue vital para identificar sus restos… Y eso tiene que ver con la otra fecha clave de la que te hablaba, que es el 11 de agosto de 2010, cuando gracias al trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense, pude recuperar el cuerpo de mi viejo… Hasta ese momento lo seguía esperando… Ese día murió mi papá, y pude por fin darle sepultura…


NUNCA ES TARDE LA VERDAD ı 2011 · 455


456 · 2011 ı PATRICIA ZANGARO

Vuelve a proyectarse la foto de Osvaldo Víctor Mantello. CECILIA

Tenés los mismos ojos, la misma mirada…

JUAN PABLO

Sí… Eso le digo en una carta que le escribí a los 16 años…

CECILIA

¿Te gustaría leerla?

JUAN PABLO

“Querido viejo: Yo nunca te pude conocer pero no fue por culpa tuya, no tengo ganas de saber cómo fue tu muerte. Me hubiera gustado estar con vos por lo menos media hora y en ese momento poder conocerte lo mejor posible. La gente que te conoció me dijo que eras muy buena persona y que me parezco mucho a vos, físicamente y en los gestos, en el carácter no sé porque nadie me contó cómo era tu carácter, sé que a vos a vos te hubiera gustado mucho conocerme. Mamá me contó que cuando te enteraste que estaba embarazada te pusiste muy contento. A mamá la soltaron y por eso pude nacer pero a vos no. Me pidieron que te espere hasta que tuve 7 u 8 años, pero a pesar de que era chico ya sabía que no ibas a volver, que te habían matado, el abuelo y la abuela igual continuaron con la espera. Les sacaron mucha plata diciéndoles que tenían información tuya, que


NUNCA ES TARDE LA VERDAD ı 2011 · 457

te iban a encontrar. El abuelo falleció el año pasado, ya era grande y estaba mal. Bueno, volvamos a hablar sobre mí. El día que yo me muera espero poder encontrarme con vos, hablar, joder y disfrutarte todo el tiempo que yo quiera.” CECILIA

Hace poco pudiste juntar tu pasión por el cine con la necesidad de honrar su memoria…

JUAN PABLO

Sí, hice un documental sobre él…

CECILIA

Me prometiste que ibas a traer algo…

JUAN PABLO

Traje… el trailer…

CECILIA

¿Podemos verlo?

Sobre la pantalla comienza a proyectarse el trailer de la película, y baja la luz… Sobre el final, vuelve la luz a escena.


458 · 2011 ı PATRICIA ZANGARO

CECILIA

¿Qué sentís ahora, Juan Pablo, cuando los represores de El Vesubio, donde estuvieron secuestrados tus viejos, fueron condenados?

JUAN PABLO

Esa es otra fecha clave, Ceci… El 14 de julio de este año, cuando se pronunció la sentencia. Las balas que mataron a mi viejo me hicieron más fuerte para luchar, durante todos estos años, por la verdad y la justicia, que finalmente llega. Uno de los condenados es Diego Chemes, alias “El Polaco”, que actuaba como guardia en el campo. Cuando mi mamá estaba en cautiverio, él le hizo un regalo con moño destinado a mí, que crecía en su panza. Era una capuchita negra… Ahora está preso, y mi viejo puede descansar en paz…

El piano vuelve a esbozar la melodía de Serrat. CECILIA

Como dice Serrat…

VICTORIA

Nunca es triste la verdad…

JUAN PABLO

Lo que no tiene es remedio…

VICTORIA

Es como desenterrar los long plays…

CECILIA

¿Desenterrar los long plays…?

VICTORIA

Antes de escapar de Salta, mi papá enterró los long play en el patio de la casa… Seguro que había uno de Serrat… Ahora es… como desenterrarlos… Pero fueron muchos años, de mucha lucha, de mucha resistencia de gente que incluso ya no está… Pienso en mi tía Susy, por ejemplo, que me buscó siempre… Sabía, por las referencias de papá, que yo tenía un lunar en la rodilla izquierda… Me contaron que venía a Buenos Aires, y buscaba a todas las nenas que tuvieran un lunar en la rodilla… Murió antes de que yo apareciera… Pero yo creo que ella, con toda la convicción y el coraje que puso para encontrarme, me dio la fuerza para aparecer, y para dejar de estar partida, y luchar por la verdad…

El piano desarrolla con toda su intensidad la melodía de Serrat. Y Cecilia canta “Sinceramente tuyo”. En la pantalla se proyectan, una al lado de la otra, las fotos de todos los personajes queridos que Victoria y Juan Pablo han mencionado a lo largo de su relato.


NUNCA ES TARDE LA VERDAD ı 2011 · 459

CECILIA

Gracias, Victoria y Juan Pablo, por contarnos su historia, y gracias a todos ustedes, por escucharlos amorosamente, para que nunca más, como decía el verso de Coleridge, la agonía regrese.

FIN


460 · 2011 ı PATRICIA ZANGARO

El día de la función, apareció sobre el final Gustavo Cordera para darle una sorpresa a Victoria, y cantar con ella “La marcha de la bronca”.


BASTARDA SIN NOMBRE Cristina Escofet

© Ana Ferrari


© Ana Ferrari

462 · 2011 ı CRISTINA ESCOFET

A la parte de mi infancia que pasé en Junín. A la memoria de mi querida tía Esther Giansone que me enseñó a amar a Evita. A Javier Margulis que tanto aportó con su inteligente lectura y sensibilidad. A Roxana Randón que me conmueve cada función. CRISTINA ESCOFET

ESTA OBRA FUE ESTRENADA EN BUENOS AIRES, EL 4 DE JUNIO DE 2011 EN ESPACIO ABIERTO Y FUE INVITADA A PARTICIPAR DEL CICLO TEATRO POR LA IDENTIDAD 2011.1

1. En sus puesta Javier Margulis concibió un guitarrista en escena interactuando en canto y algunas interlocuciones con la actriz.


BASTARDA SIN NOMBRE ı 2011 · 463

© Ana Ferrari

Una mujer evoca a Eva Perón. Ella sabe que fue esa mujer porque la tiene en su cuerpo y en la memoria y en su ADN Y desde allí se narra. Como Eva. Desde sus orígenes bastardos, sus miedos, sus ensoñaciones, sus fantasías de ser una Soberana, sus intimidades de mujer hasta la confesión que tenía guardada. Ella nunca renunció. Jamás dejó el poder. La voz de Eva, La Cholita, la Lauchita, la Lagartija, Evita, en la memoria de una mujer que dice ser ella.


464 · 2011 ı CRISTINA ESCOFET

© Ana Ferrari


BASTARDA SIN NOMBRE ı 2011 · 465

CUADRO 1

YO, MARÍA EVA LA ACTRIZ EN SEMIPENUMBRA ANTICIPA LA HISTORIA DESDE EL CANTO. DESDE ALLÍ, LA HISTORIA SE IRÁ INSTALANDO EN SUS ZONAS DE LUCES Y SOMBRAS. CANTO Momentos de mujer de ser el tiempo madejas de cristal ceniza y viento… Retazos de su piel, sólo fragmentos…

Yo, María Eva, la lagartija me deslizo por la rendija de una vieja casa de pueblo. Doña Juana Ibarguren cose en su máquina Singer. No me ve. Aquí estoy, dice el pequeño reptil, con los ojos hinchados de tanto cerrarlos para que la realidad que no le gusta desaparezca. Pero Doña Juana sigue cosiendo en su máquina. Los cuatro guachitos Duarte la rodean. Tomados de la mano. La máquina cose y cada impulso del pedal dice “Evita Evita Evita” y se confunde con el sonido del tren.

CANTO Apenas sabe ser la que fue siendo, la que viene a contar y está sintiendo… La que quiso volver y está volviendo…


466 · 2011 ı CRISTINA ESCOFET

Créanme, los presentía. Las calles cambiaron. Pero todavía tengo esquinas que están intactas. Siempre me sentí algo así como una tela pasajera, un retazo, un trapo viejo que se disfrazó de armiños y de visones. Un trozo de bandera hecha jirones… Un tren a lo lejos. Hay algo en los trenes pasando en medio del campo, que me hace estremecer. Frío de madrugada.

CANTO Madrugada 7 de mayo de 1919 en el cuerpo de su madre una guachita se mueve… El tren ese día dicen que pasó más despacio…

CANTO Los gallos de esas mañanas no presentían su vida y fue el silbato del tren el que anunciaba sus días… Todavía estoy en el vientre de mi madre pujando por salir. Quiero venir al mundo. Como buena taurina.

CANTO Sabe que quiere nacer no importan las cobardías… Nadie es bastardo en un mundo que vomita bastardías… Sé que el mundo no me espera; escuché, desde la panza, discutir a mi madre con el que jamás será mi padre aunque lo sea. Otro guacho más al mundo. Dice él. A este no le doy el apellido Yo no elegí mi destino. Dice mi madre y llora en silencio.

CANTO Mi vieja es la cocinera de un macho Duarte, patrón… Mucha monta, poca hombría… Mi sangre ya lo sabía….


BASTARDA SIN NOMBRE ı 2011 · 467

© Ana Ferrari

Juana Ibarguren. Doña Juana, joven, bonita. Él, que nunca será mi padre: Acomodado, estanciero. No hay chance. Y de esa “no chance” nací yo. La otra, la no nombrada… La maldecida. Yo nací porque quise. Fuera como fuera, yo elegí venir.

CANTO Bastarda sin nombre la mal nacida… Es la que quiso venir la que el patrón no quería…

Mi madre me da la teta. Recuerdo su cara, su leche dulce. Mis ojos chiquitos quieren ver más allá. Hay olores a guiso, a lejía. Las manos de mi madre están agrietadas y yo le agarro el dedo, fuerte. Sé todo lo que quiero decirle. Pero apenas acabo de salir de su vientre . Yo, la guachita. Arrugada como tira de mondongo. El mujererío grita, lleva y trae. Mi madre está agotada.


468 · 2011 ı CRISTINA ESCOFET

CANTO La comadronas husmeaban tachos con agua caliente… La arrancaron de la panza… Nació la hembrita valiente.

Ella estará siempre a mi lado. Porque ella es del único lado que vengo. Es importante saber de dónde uno viene. ¿No? ¿A alguno le sucedió nacer de un lado sí y del otro no? Porque yo soy nacida de un solo lado, porque yo, nací bastarda. Siempre empiezo por el mismo lado. Mi madre. Después, lo demás es un eco, que supo decirme cosas, y a veces hasta tuvo caras. Muchas caras como espejos. Discépolo. Pierina de Alessi. Silvana Roth, Fanny Navarro, Hugo del Carril, Paquito Jamandreu. Café con leche como si fuera caviar.

CANTO Nació bastarda. en un campo lejano fue sin apellido y ningún regalo. pero siempre supo la esperaba el día de nacer en serio y el día vendría… Nació sin padre… Madrugada fría… De llanto pequeño y la piel curtida, y así vuelve siempre al lugar del hecho, no hay como saber cómo fue tu lecho… Ella es un retoño que parió el destino… Y el destino supo hablarle al oído…


BASTARDA SIN NOMBRE ı 2011 · 469

Eva dice el viento que rodó en su infancia… Eva grita el eco con su voz vacía prestándole alas a su bastardía…

Siempre vuelvo al mismo lugar. Hija de sirvienta y padre bígamo. Todo será bastardo en mis primeros años. Blanca, Elisa, Juancito y Herminda, Mis cuatro hermanos bastardos con nombre. Yo no. Yo soy bastarda sin nombre. No tener apellido es no tener nombre.

CUADRO 2

LOS BASTARDOS Mi madre no es bígama. Mi madre es concubina. “Coginche”2. La monta del estanciero. Mi padre es un campeón. Como los toros. Como los matarifes. Hay otros Duartes, los verdaderos, los legítimos. Desde la cuna aprendo a diferenciar el oro falso del verdadero. Yo sé que siempre fui oro falso. Pero aprendí enseguida. Los que nacemos a la orilla, no tenemos otra que saltar el charco. ¡María Eva! ¡María Eva Nadie! Me dicen mis hermanos: Igual sos como nosotros, igual somos como ellos. Tenemos que comportarnos como si fuéramos iguales. ¿Sabés, Cholita? (Mi hermano siempre dice lo mismo) ¿Sabés que no?, le digo. Cuando una es diferente, no tiene que hacer nada para parecerse a la que una no es. Siempre me reventó las tripas eso de parecerme a los ademanes copiados.

2. Coginche. Argot inventado para designar a una mujer a la que no se le atribuyen más que valores de “uso sexual”. (N. de A.)


470 · 2011 ı CRISTINA ESCOFET

RECITA Con muñequitas de tela cosidas por mi mamá, con esas muñecas juego y sueño que son muñecas de esas que son de verdad, que abren y cierran los ojos y que hasta dicen papá… Aunque yo sé de memoria que esas muñecas no están yo sé que cuando me miento siempre digo la verdad. “Tengo una muñeca vestida de azul Con su camisita y su canesú…”3

Recitar en la escuela me sirvió para ejercitarme en el aplauso. Horas ensayando frente al espejo. Nunca hay que improvisarse en los ensayos. Se improvisa en plena función, después de ensayar mucho. Hay que dejar el cuerpo en la escena. La Cholita quiere y quiere ser siempre muy aplaudida… Y si acaso no la aplauden pone cara de ofendida.

Mis hermanas me quieren. Mi hermano me adora. No importa que en el amontonamiento que somos, ellos sean los Duarte y yo no. Porque a ellos les dieron el apellido; a mí, no. No sé si lo dije. Y si lo dije lo repito. Igual ellos son Duartes degradados. La tribu del cacique sin raza. La Cholita se menea como escobita en el suelo… Y si acaso no la miran insiste en el coqueteo.

Y yo desde siempre lo sabía porque en el vientre veía lagartijas que lamían mi cordón. Lagartijas que me inyectaron la sangre. Fueron mis madrinas las lagartijas. Lo supe siempre. Se me metieron en las tripas. Y en la lengua. Las lagartijas 3. Canción infantil de los años 50.


BASTARDA SIN NOMBRE ı 2011 · 471

La Cholita quiere y no quiere ser una niña educada… Con un ojo dice todo y con el otro dice nada.

Cuando una no es legítima tiene que estar limpia todo el día. Sino, ¿qué van a decir?. Sino, ¿qué van a decir? Y el “Si no, qué van a decir” se me hace largo y perezoso como el tren que pasa por Los Toldos. “Quevanadecir”. Todo pegado. Como las lagañas de la mañana que me lavo con agua helada. La Cholita es una gata de baldío y andurrial… Pero en casa de señores bien que sabe aparentar.

Y “quevanadecir” se pierde en una pampa infinita. Los Toldos es un confín. En Chivilcoy están los verdaderos Duarte. Los hijos de mi padre. ¿Mi padre? Yo me los imagino igualitos a nosotros, pero legítimos. O sea con pieles de porcelana. A veces miro el horizonte. Y pienso. Van a venir a visitarnos. A decirnos que somos todos bastardos. La Cholita quiere y quiere ser siempre muy aplaudida… Y si acaso no la aplauden pone cara de ofendida.

Ya no le agarro el dedo a mi madre. Ahora espío las revistas finas. Las revistas de las mujeres legítimas. Ellas leen sus revistas. Nosotras las espiamos. Tenemos “tupé”. Nunca supe bien qué era “tupé”. Para mí era algo así como espiar las revistas finas. Porque siempre decían: Mirá qué “tupé” que tienen. Y a mí me daba miedo, y entonces largaba la revista que estaba espiando. No quería tener “tupé”. Pero no lloro. Ya la escuché llorar a ella y sé que no sirve para nada. Sirve para que te derriben en una cama, y a la fuerza te monten. Yo soy como las lagartijas. Rápida, astuta, impredecible. Ni linda ni fea. Y cuando no me ve nadie, corro junto a las vías del tren como las lagartijas.


472 · 2011 ı CRISTINA ESCOFET

Yo, María Eva. La lauchita, la que espía a su padre cuando se saca las botas y se le encima a su madre. Una nena. Mansita por fuera y un volcán en medio del desierto por dentro. No voy a hablar más de mi padre. Es el huracán que azotó a mi madre. Soy hija de una madre y de un azote. Desde siempre decreté: Odiaré los apellidos. Los apuñalaré en el acto. El azote, el látigo que amansa a mi madre en la cama, dice: La Chinita, no me habla. Los chicos son así, dice mi madre para no entrar en lío. Flaca como una ramita seca. Feucha, la mocosa. Como no salga una cualquiera…

Mi madre calla el silencio de las condenadas. Yo espío desde mi cueva. El azote se mueve acompasadamente sobre el cuerpo de mi madre. Las palabras del azote rebotan como piedras. “Dales siempre un buen ejemplo. Lo que hacés conmigo no lo hagás con otro. Que yo no sepa. Serán guachos pero todo el mundo sabe. El dedo que los señala a ustedes, también me señala a mí”. Y ella, como un ovillo de lana, se teje y se desteje jadeando. Él sigue hablando. Pero ya no lo escucho. Salto por la ventana y corro a las vías del tren, y como una lagartija herida de muerte, me trepo a la ventanilla y saludo, como saludan las reinas. Un dedo se ha clavado en el medio de mi cabeza. Señalándome como lo que soy. Una bastarda. Yo soy eso: Hija de una sirvienta, de un azote con botas y de un dedo que me señalará siempre. ¿Chinita en qué estás pensando? Seré una Soberana, una domadora que agita un látigo largo como un tren…

CANTO Canta pequeña domadora de lenguas que en las sombras hallan la maldición…


BASTARDA SIN NOMBRE ı 2011 · 473

Canta pequeña luz de circos que en pleno sol de invierno domó su corazón…

DICHO Qué van a decir son leones que nadie puede domar. Lo dice una domadora que leones supo amar.

CANTO Canta, pequeña domadora de trenes que en las pampas te van a rescatar… Canta pequeña lagartija que siempre en las rendijas tuviste tu lugar…

Sí, seré una Soberana… No le puedo decir a nadie que camino sobre una alfombra roja y que me aplauden millones de personas. “Qué van a decir” es el sonido del tren que me adormece y se transforma en el traqueteo de la Singer. Doña Juana se inclina sobre su máquina a coser pantalones, chaquetas, vestidos de comunión porque ahora es costurera. Que es como ser sirvienta, pero no tanto.

DICHO Qué van a decir es un nombre que no tiene porvenir. Qué van a decir son mil lenguas que rezan como tijeras la letra de mi canción.

¿Escuchan?… Se confunde el “quevanadecir” de los trenes con el pedal de la máquina, y la Chinita que vive en la luna sabe que alguna vez, el sonido incansable de la Singer, va a transformarse de verdad en el del tren y se irá lejos del azote, lejos del chasquido del domador.


474 · 2011 ı CRISTINA ESCOFET

CUADRO 3

BESE A SU PADRE DICHO Doña Juana está nerviosa, jopos, blusas, trenzas, moños… Viste a los pibes de negro y pone en la puerta un crespón.

CANTO La mañana se arrodilla y el cielo pide perdón. El negro de los zapatos un sol negro reflejó.

Ropa ordinaria pero que de lejos luce bien. Mi madre con los ojos llorosos, nos dice que tenemos que estar agarrados de la mano. Che ¿se murió alguien?, le grita una de ahí…

Mi madre la mira como diciéndole: Comete la lengua. Y por las dudas nos zamarrea. A mi madre le gusta zamarrear por las dudas. Y que nadie pregunte nada. La fulana pasa cerquita y le zumbonea: ¿Así que se van a Chivilcoy? Vizcacha… dice mi madre por lo bajo. Y nos vuelve a zamarrear por las dudas. Pero nadie pregunta.

Y allá vamos, los cinco guachos a Chivilcoy. Chivilcoy repito como en una letanía. ¿Qué van a decir en Chivilcoy?, y el bamboleo del viaje y el polvo de las ventanillas y el calor endemoniado que nos hace sudar bajo la ropas negras. No quiero ir a Chivilcoy pero sé que para mi madre es importante.


BASTARDA SIN NOMBRE ı 2011 · 475

CANTO Doña Juana está enlutada como amante y concubina no llora como una esposa llora como clandestina.

Caminamos por una calle larga, interminable y de pronto alguien se acerca presuroso y dice: No. No, le dicen a mi madre, y ella con la fuerza de su máquina de coser, también dice: No. Mi madre, repite: No, No, No. Habla como la Singer y revolea el puño como un boxeador, mientras los dedos de Chivilcoy juegan a las tabas sobre nuestras cabezas. Yo no sé si tengo miedo, pero sé que van a decir: Allí vienen los bastardos Duarte, van a decir…

CANTO Enero del 26 calles de polvo y ceniza… Enero del 26 vientos que queman sonrisas.

Es el velatorio de mi padre. El que no tuve pero que murió igual. Los gritos de mi madre exigiendo entrar. Y nosotros ahí, tiesos. Como cuatro parias guachos de negro, agarrados de la mano. Yo rezaba un “quevanadecir” todo pegado, con los ojos apretados. Porque de chica aprendí que si una repite muchas veces lo mismo y aprieta los ojos la realidad desaparece. Y desapareció. Y en frente de mí, una chica igualita a mí, una María Eva, vestida de rojo y satén me hacía señas. Vení, Lauchita, sacate esa ropa de pleno invierto y vení conmigo.

Y esa María Eva, Tenía los labios rojos y las uñas pintadas y comía un helado… Y una corte de chicos bien vestidos la seguía. Ella me tomó de la mano, y empezamos a bailar apretaditas. Los chicos hacían coro, y nos chiflaban y le levantaban la pollera y ella se reía y les escupía el helado en la cara y querían tocarle la cola y


476 · 2011 ı CRISTINA ESCOFET

ella se les escapaba como una largatija. Vení, vení dejame que te toque, las que se pintan nacieron para ser toqueteadas le decían. Y yo me moría de vergüenza. “Dejamequetetoque”, se mezclaba con Chivilcoy “quevanadecir”, y con el tren y con la máquina de coser. Y la Eva de rojo, me hacía girar como un trompo y me susurraba al oído. Vamos a las vías, me decía. Y yo tuve ganas de decirle que sí, que nos fuéramos y saltáramos al tren como dos lagartijas y viajáramos juntas, como dos Marías Evas enfurecidas. Estaba por gritarle que sí, que me iba con ella, cuando abrí los ojos. De un empujón nos habían metido en la casa. Él estaba tieso en el cajón. De traje. Alrededor de la cabeza, encaje. Duro como los zorros muertos de los costados del camino.

CANTO La mañana se arrodilla y el cielo pide perdón. El negro de los zapatos un sol negro reflejó. Y ese betún atorrante embadurnó los caireles hay jetas que se maquillan y se adornan de laureles. Los “cafeces” del velorio Estaban de ”randevú” y los pobres convidados tartamudeaban el tú… Qué inmunda la brillantina engrasulando a los parias se persignaba una Misia de mirada estrafalaria… Y entre damas y junquillos de apellidos al derecho los cuatro guachitos Duarte embadurnaban el lecho.


BASTARDA SIN NOMBRE ı 2011 · 477

Bese a su padre le dicen a Eva lauchita flaca, pero la piba está tiesa y más dura que una estaca… La mañana se arrodilla y el cielo pide perdón. El negro de los zapatos un sol negro reflejó. Bese a su padre. Dijo mi madre por lo bajo.

“La amante”, murmuraban las “persignadoras” que nos miraban como quien mira al diablo. Y repetían: Ave María, Ave María. Ave María consagrada. Veía a mis hermanos. Blanca, Elisa, Juancito, Herminda, repetía sus nombres y apretaba los ojos para ver bailando en una ronda de chicos a María Eva de rojo. Cholita, no se quede ahí parada como estaca, bese a su padre.

Abrí los ojos pero no podía. Quería que fuera de verdad un zorro muerto. Un zorro bastardo como yo. No quería ser la hija prestada en un velorio ajeno. Cholita qué van a decir, dijo mi madre.

Pero yo no podía. No podía besar al muerto. Y sin que se notara cerré los ojos. Yo me repetía: Cholita, bese al zorro viejo, con la trompa tiesa, los colmillos saliéndose de las comisuras. Olor a pelo hediondo. Olor a junquillo y a cebo. Bese al zorro, Cholita. Bese a su padre, niña, me dijo uno que debía ser legítimo, por el porte y el perfume.

María Eva de rojo me pinchó el dedo con una aguja y se chupó mi sangre. Ahora vamos a estar juntas para siempre, me dijo. Besalo.

Y yo besé al zorro. Y miré a mi madre.


478 · 2011 ı CRISTINA ESCOFET

CANTO Doña Juana está enlutada como amante y concubina… No llora como una esposa, llora como clandestina. Tiene un andar encorvado el llanto de las queridas como buscando la sombra de aquello que prometían… Es un llanto que agradece la desgracia en nombre propio. Hay que ser muy desgraciada para ser agradecida… Doña Juana está enlutada con dignidad, alegría… Ya lo venía ensayando antes de empezar el día…… Doña Juana está enlutada como amante y concubina… No llora como una esposa llora como clandestina. Vamos, dijo ella, tómense de la mano con mucha dignidad.

Y desde ese día lo supe siempre. Tomarse de la mano era un gesto digno. Y así, fuimos tras el cortejo. Los legítimos y toda la legitimidad consagrada iban delante. Los cinco guachos y la amante detrás. Yo era la hija de una madre que nunca me ocultó que era bastarda. Mi madre estaba bella. Y yo me sentí orgullosa. Por fin éramos libres. Y no nos soltamos de la mano ni un minuto. Feliz. Moneda falsa que buscó siempre cuál era el valor de la verdad y por eso legitimé mi ilegitimidad. Los Toldos, Junín, las historias sobre los bastardos Duarte se siguieron tejiendo. Y entre lo dicho, lo no dicho y el qué dirán, una se fue construyendo de a retazos. Y a veces todo me parece que es mentira; y otras, no. Pero no, todo es de verdad.


BASTARDA SIN NOMBRE ı 2011 · 479

CUADRO 4

¿ADÓNDE VAN LAS CHICAS DE LOS PUEBLOS? CANTO Adónde van las chicas las nenas pueblerinas… Sueñan con nuevos aires vestidas de ciudad… La Chinita se viene conmigo, rugió Magaldi.

Mi madre cosía un vestido de crêpe para una fina. Levantó la mirada de la Singer, arqueó las cejas mientras yo la espiaba entre las persianas verdes. Cerré los ojos y la realidad desapareció y mágicamente María Eva de rojo, se calzó unas zapatillas rojas y comenzó a bailar como si estuviera embrujada…4 Yo soy tu actriz preferida, me decía. Seremos actrices las dos…

Y María Eva de rojo bailaba con sus zapatillas rojas. Bailaba, por calles y plazas. Y yo corrí tras ella y las dos nos metimos bailando en la pantalla de mi pueblerino cine de Junín. Me la llevo a la Capital, fue la orden dada en silencio, la chica necesita futuro.

4. En la versión que se estrenó, se consigna el episodio de las zapatillas rojas del célebre Andersen haciendo alusión a Moira Shearer y su película homónima. Moira Shearer fue la actriz preferida de Eva, pero jamás pudo haber sido un recuerdo de infancia, dado que la película es del año 48. Si bien en la versión que se sigue representando no se ha querido alterar el texto tal como fue estrenado, sintiendo que es una licencia que como autora se “me coló” puesto que fue mi película preferida. Para la publicación he preferido seguir utilizando la bella metáfora del cuento y atribuirle la ensoñación a María Eva de rojo. En las dos versiones, el sentido es el mismo. (N. de A.)


480 · 2011 ı CRISTINA ESCOFET

CANTO Adónde van las chicas que esperan en andenes escaparle a la vida trepándose en los trenes

Y entonces, María Eva de rojo, esta vez haciendo de María Antonieta con su pelo rojo y su cuello de marfil, me tomó de la mano asustada. Me llevan a la guillotina María Eva, me dijo. Me llevan porque ya perdí, Me cortarán la cabeza.

La máquina de coser aceleró como una locomotora y cuando abrí los ojos, estaba en el tren.

CANTO Adonde van las chicas gorrionas enjauladas con tacos y pintadas y sin mirar atrás…

Falda cortona, piernas temblando, valija de cartón casi vacía. La mirada de Magaldi clavada, los ojos fijos en mis rodillas. Y me dio miedo de morir. Una reina sin cabeza perseguía el tren de mis ensueños a los costados de las vías. Mi madre cabalgaba montada en una Singer y atrás como un cortejo fantasma, los guachitos Duarte.

CANTO Adónde van, las chicas que sin “sex” ni “appeal” ni nada son muñecas de papel prometidas sin mañana…

Me esperaba Buenos Aires con frío. Madrugadas de pan duro y zozobra. Después, poco después, mi carrera de actriz, que acabó siendo la excusa para llegar a donde llegué. Las tapas de revistas, la radio, el cine alimentaron la leyenda que se tejió sobre mí. Todo y nada es verdad.


BASTARDA SIN NOMBRE ı 2011 · 481

¿La Lamarque? No me quiso. Me hubiera gustado ser su amiga y a ella le hubiera convenido, pero las mujeres no podíamos hacer lo que nos convenía. Éramos una especie de pueblo sometido incapaz de rebelarse a sus propios sometimientos. Estudiarse de memoria un libreto, es el oficio de una actriz. Pero aprender a escribirse el libreto propio, en la vida y la política, eso no es oficio… Eso es osadía. Lo cierto es que consagré el apellido espurio. Y Eva Duarte brilló como venganza de gloria y de revancha. ¿Qué victoria, sobre un régimen de oligarcas, no se consigue así?

CUADRO 5

AY, LA OLIGARQUÍA Perón me eligió, y yo lo elegí. Fui para él, y él fue para mí. Por él volví a ser la Negrita, la Chola, la lagartija de lengua filosa esa lengua que le gustaba tanto, la que escandalizó al Colón, dio cachetadas y vuelta la cara a los oligarcas y a los intelectuales como a unas escritoras de apellido tan ilustre como sus plumas (no las quiero nombrar), que hablaban en francés y después se traducían en criollo. Yo a mate amargo y pan galleta, fui descubriendo lo que comía la cajetillada, y disfracé mi mesa de bastarda humilde, en un Versalles de furioso frenesí. Usé la máscara del apellido para robar los modales, a la cajetillada en los salones de la alta sociedad.

© Ana Ferrari


482 · 2011 ı CRISTINA ESCOFET

CANTO Ay, la oligarquía, y la monserga de hacernos creer que lo que nos conviene es una herejía. Ay, la oligarquía…

En nombre del paraíso nos hacen vivir en el infierno. La negrada con los negros. El hambre con el hambre. Chupacirios… Seguro que si les repartiese trajes de comunión a sus vacas, me aplaudirían.

CANTO Qué cosa extravagante es la oligarquía te recita en francés te saluda a lo inglés

© Ana Ferrari


BASTARDA SIN NOMBRE ı 2011 · 483

y con aire soberano… pisa soberanía… la oligarquía la oligarquía… Ay, la oligarquía y los aires cipayescos que ay, cómo confunden República con Monarquía… Y venden sin vergüenza y a bajo precio la patria mía…

El General me decía que yo era una mezcla de provocadora insensata y conservadora con alma de Biblia y tenía razón. Es que venir del charco me hizo fuerte, quizás por la fuerza que me dio el empujón para salir del pantano. Y yo sé que esa fuerza contagia. La fuerza de apuntalar al débil y hacerlo fuerte. Es contagiosa. Y desde luego, para algunos, difícil de comprender.

CANTA Ay, que moméntico tan complicádico pagar tan cárico tanto desprécico… Ser de otra cástica “negra teñídica” es un insúltico muy peronístico… Tenés que ser más diplomática, Negrita, más política. Hay momentos en que el enfrentamiento no sirve, hay que hacerse entender. Mirar las dos partes. Hacer equilibrio.

Perón, libriano típico. No le veo la diferencia, Juancito… Vos a los que te entienden los tenés de aliados, a los que te aplauden los usás y a los que te silban, leña…

¿Se me nota el Tauro? Puedo hasta con lo que no puedo. Y entre Libra y Tauro… Negrita, no jodás… Che, ¿y no vinimos a joder acaso? O los jodemos o nos aniquilan, Juan.


484 · 2011 ı CRISTINA ESCOFET

Estamos en jaque mate. Dejame que el mate lo cebo yo, me dijo.

Cuando el mate lo ceban ellos, es porque la razón la tiene una. Lo miré con cara de agua hirviendo y contuve la lengua… Se quedó pensando y al rato me dijo: Hoy te cocino buseca. Cuando un político se pone doméstico, es porque te necesita. Pero él me quería así. Y cada vez que algo mío lo jodía, me cocinaba… Pero no siempre que jodí, me agasajaron… A los oligarcas los jodí tanto que no me perdonaron ni el cáncer y lo gritaron como un gol. Qué triunfo metastásico.

CANTO Últimas noticias… Cáncer, cáncer, cáncer… Eva tiene cáncer, Y el cáncer la va a matar… La Señora ya se muere y no se puede curar… La señora ya está muerta y aunque hable, muerta está… Eva tiene cáncer, Eva muerta está… Últimas noticias… Un cáncer con bendición… Hoy todos festejan el cáncer de la Nación… Dicen que bajo las pieles de hierro tiene un corsé… Putean los titulares “La puta se hizo puré…” Eva tiene cáncer, Eva muerta está…

Mirá que me mató la gorilada… Y mirá que resistí las puñaladas…


BASTARDA SIN NOMBRE ı 2011 · 485

Nací muerta para ustedes…”Petiteros”5 de cartón… Gorilitas educadas, muy de salones, europeas de vanguardia… Nací muerta para ustedes. Sí, soy rencorosa… las tengo acá… gorilitas emplumadas, las tengo en la punta de la lengua… Pero no, no las voy a nombrar… ¿Digo el nombre de las páginas donde me pasan revista? No, no las voy a nombrar… Ni a las “ellas” que escriben iniquidades, ni a los “ellos” que también escriben y también golpean los cuarteles… No les voy a dar el gusto… No voy a hablar más de la oligarquía. La oligarquía habla por si misma. Qué ironía. Hablarán de mí hasta el fin de sus días. No me van olvidar ni un minuto . ¿Ves, mi querido Juan, que vinimos a joder?

CANTA Diario, diario, diario… El cáncer nos va a salvar… No tiene cura señora, tenemos listo el cajón… De esta reina de comparsa que a la negrada compró y en la fuente del Congreso sus patas sucias lavó… Cáncer, cáncer, cáncer… Eva muerta está…

Me venía persiguiendo. El maldito cáncer. Dicen que yo no sabía, pero sí que sabía, y le hablaba a ese bicho que me fue comiendo hasta que se quedó con mis huesos. Y entonces lo encaré. Sabés que te tengo miedo… no me jodas. Quietito. Dejame a mí manejar mis representaciones. Yo quiero tener la palabra del final.

Ajedrez fatal. Una mujer cambiando los dados de su suerte. Una mujer apostando al tiempo de los tiempos, pidiéndole a la muerte un tiempo más.

5. Petiteros: Con este adjetivo, se aludía a los cajetillas que se reunían en el Petit Café, lugar emblemático de encuentro de la alta burguesía y los oligarcas. (N.de A.)


486 · 2011 ı CRISTINA ESCOFET

Dicen que renuncié. No, jamás lo hice. Y a eso vine. A decir la verdad. La pucha cómo me cuesta. Vine a decir la verdad y me la pasé parloteando… Cuando una tiene algo adentro metido en las tripas, qué cosa. No sabe cómo decirlo. Me cuesta. Me la pasé buscando el envión para llegar hasta acá. Yo sé que a muchas les pasa lo mismo. Una necesita recordarse, para… ¿ven? me cuesta. Porque lo tengo prendido como una lagartija que se me quedó atragantada. Cómo me cuesta hablarles hoy, cómo me cuesta decir decir lo que vine a decirles… “Eva”… ¿Escuchan? El eco. Es increíble el eco siempre viene en nuestra ay.

CUADRO 6

CABILDO ABIERTO CANTO Cabildo abierto del 51… Las antorchas como estrellas… Y sus ojos como olas son como un mar de centellas.

El pueblo. Mis grasitas, un mar rugiente, furioso pide por mí. Perón, mi Juan, mi hombre siempre al lado mío. Las calles encendidas de velas y yo asomada al balcón. Perón, mi Juan legítimo, sosteniendo mi espalda que ya no daba más. ¿Están aquí, amados míos? El pueblo es una marejada.

CANTO Cabildo abierto del bello mar… De los sudores del pueblo sobre sus rostros amados derrama el llanto en silencio…


BASTARDA SIN NOMBRE ı 2011 · 487

Soy gobierno, mis queridos desposeídos. Lo vengo siendo desde que me comprometí con la causa de mi gente. Y mi gente me eligió a mí, como su amiga, como su madre, como una igual. Ustedes me eligieron y yo siempre supe que tenía que aceptar. He ejercido la vicepresidencia todo este tiempo. Y no puedo aspirar a más. He ejercido “ilegítimamente” la vicepresidencia porque no hubo voto. Pero mi pueblo no necesitó votar para seguirme. No tengo a qué renunciar. No tengo a qué renunciar y si me obligaran a hacerlo les diría que mi poder es legítimo y a la verdad no se renuncia, y que fui elegida por mis descamisados, esos que muestran los corazones del pueblo… Ya di todo, compañeros… Les di la dignidad de los pobres tomados de las manos, de los que no teniendo nada que perder son capaces de dar su vida para llevar mi nombre como bandera de lucha. Fui la genuina vicepresidenta de esta patria, la segunda de mi general y si doy alguna vez un paso al costado será para ser la primera. No puedo renunciar a lo que he sido. Hoy los necesito, mis soldados. Para luchar por mi pueblo castigado. Para el que no quiero victorias de oro. No quiero repúblicas fetiches de perfumes caros, que esconden lo que huele mal. Quiero para ellos la digna felicidad y cada vez que el pueblo elija dignidad festejaré con este pueblo. Bailaré su felicidad. Yo sé que mi bandera quedará… Porque anticipa signos de mujer sobre esta tierra. Signos de sangre de hembra soberana, que prefiere morir a entregarse. Y ojalá que mi bandera sea victoria. Y ojalá que la victoria sea real.

CANTO Bailá conmigo negrita linda que en la negrada vas a encontrar todo el candombe y la grasada que a los gorilas hace explotar…


488 · 2011 ı CRISTINA ESCOFET

Vení, vení soltate el pelo que la milonga te hará soñar brazo con brazo codo con codo con la victoria del General…

Y baila… María Eva baila y baila con las zapatillas rojas embrujadas y no deja de bailar. Tiene un fusil en sus brazos. No dejes que me corten las piernas. No dejes que las bombas caigan sobre tu pueblo. No dejes que les corten la cabeza a los sueños de nadie. No dejes que asesinen a tu gente.

Una fila de furiosos soldados gritan mi nombre y dicen que recogerán mi bandera y yo suelto mi pelo y me visto de fajina. Voy a ser Evita en las trincheras. Quiero llevar un puñal en mis botines y emborracharme como las taberneras . Quiero que el General me haga el amor como en los primeros días. Quiero la canción de los soldados victoriosos. Quiero ser la montonera de mi gente. Pero mi cuerpo no me obedece. Le digo que se levante, que se yerga como un mástil, pero mi cuerpo, como un castillo de naipes, se desvanece. Y apenas puedo con mi aliento. No se dejen atrapar, les digo a los soldados que cantan haciendo la “V” de la victoria. No dejen que los acribillen, vuelvo a decirles y siguen cantando como fantasmas invencibles. Pero no me escuchan. No están… Se han ido… Son trozos de bandera hecha jirones. Hay olor a pólvora, a sudor, a humo de incendios.

CANTO Momentos de mujer de ser el tiempo madejas de cristal ceniza y viento… Retazos de su piel, sólo fragmentos…


BASTARDA SIN NOMBRE ı 2011 · 489

Apenas sabe ser la que va siendo. Momentos de mujer… He sido Evita resentida y feroz que late y grita… Una loba tal vez triste y herida que vino a recordar voces partidas.

No me gusta estar tan sola. Nadie a mi alrededor… Entonces me acurruco, me hago pequeña como una lagartija y de un salto subo a la ventanilla de un tren que se va a Los Toldos. Mi cuerpo no está conmigo. Lo exhibirán como un trofeo de la contienda de los buitres. En vano insistirán para que sea la estatua de los pobres. Mi cuerpo rodará. Como las insepultas. Como las sin nombre. Doña Juana cose sin parar. Mis bastardos hermanos Duarte comen tortas fritas. El frío se cuela entre las persianas. El tren pasa a lo lejos. Y yo, la pequeña lagartija, asomada al vidrio de una madrugada helada, feliz porque jamás he renunciado, lo empaño con el aliento.

© Ana Ferrari


490 · 2011 ı CRISTINA ESCOFET

CANTO Evita no se va volverá siempre y millones será para su gente… Esta canción fatal sigue insistiendo… El pueblo que eligió sigue eligiendo…

Y todo se detiene ahí.

FIN

© Ana Ferrari


MICROFIcCIONES POR LA IDENTIDAD Autores varios


492 · 2011 ı MARCEL ı HIDALGO DÍEZ ı ESNAOLA MORAZA ı GARDELLA

LAS ESCONDIDAS Marcel, Julián A mamá le gustaba mucho jugar a las escondidas. Siempre había algún momento de la tarde acá en casa en donde me decía que juguemos. Algunas veces estaba buenísimo pero después de dos o tres horas de esconderse yo me aburría. Si fuera por ella se la pasaría todo el día, toda la vida jugando a las escondidas. Pero hace días que mi mamá no vuelve de esconderse. Debe estar haciéndolo bastante bien porque cuando mi abuela va a buscarla las personas le dicen que no saben dónde está. Ojalá vuelva pronto, porque tengo ganas de volver a jugar con ella.

SIN MAQUILLAJE Hidalgo Díez, Paloma Por mucho maquillaje que pongamos encima, no disimularemos las ojeras por tantas noches sin dormir. Una sugerente sombra de ojos no conseguirá el milagro de alegrar una mirada profundamente triste. El rojo alizarina de sus labios no endulzará la amargura que ha robado sus sonrisas. Las cicatrices recorren la piel del país y por mucho aceite de rosa de mosqueta que usemos para suavizarlas, siempre recordarán la herida, para evitar que el paso del tiempo fabrique marionetas con nuestros recuerdos.


MICROFICCIONES POR LA IDENTIDAD ı 2011 · 493

IGNORANCIA Esnaola Moraza, Jesús Me cruzo con ellos, incluso me paro y les digo lo hermoso que es el bebé. Ella, turbada. Él me ofrece su mano flaca, puntiaguda. Su contacto me transporta a un par de días atrás y los imagino mientras salen de la maternidad con el bebé, sonriendo como padres primerizos; aunque adivino, al trasluz, algunos signos. Rodeo su garra, que aún estrecho, con mi mano izquierda y voy un poco más allá, unas pocas horas, y huelo la humedad de los pasillos del sótano de la maternidad, oigo los sonidos que salen de sus bocas, puedo verlos alargando las manos huesudas en pos del bebé que trae una monja, un bebé que, sujeto por los pies, boca abajo, llora alzado como un trofeo. Suelto su mano. La mirada de ella es huidiza. La de él, retadora.

AVENTURA A CIEGAS (MINIFICCIÓN SONORA)

Gardella, Martín Sus gritos masculinos se confundieron con el retumbo de un portazo y un televisor a todo volumen que nunca fue apagado. Afuera, los ecos de la ciudad en plena actividad se manifestaron en bocinas irritantes, altoparlantes confusos y voces desconocidas. Más tarde, se contentó con el sonido suave del viento, mezclado con el piar lejano de las aves del descampado. En el final del recorrido, antes del imperioso silencio, llegó a escuchar el atemorizante taconeo de las botas.


494 · 2011 ı NASELLO ı PERINELLI ı CAPASSO ı GOTTHELF ı RICCIARDI

REANIMACIÓN Nasello, Patricia Siempre que en Córdoba llovía sangre, recolectábamos las gotas en vasijas talladas en cuarzo. Cuando escampaba bebíamos el contenido de un trago, de lo contrario jamás habría vuelto a brillar el sol.

MÉTODO Perinelli, Roberto El coronel es papá de tres hijos legítimos y se dice papá de dos hijos apropiados. Cuando en la cena, o en el almuerzo, alguno de la prole se niega a tomar la sopa, el coronel reparte cachetadas entre los primeros; a los segundos los asusta contándoles qué hizo con sus padres. La mamá siempre asiente, apoya al marido y alecciona a los cinco nenes diciéndoles que la sopa es buen alimento, que ayuda a crecer sano.

DE NOMBRES Y CANTOS Capasso, Mario Me piden nombres y ya no tengo ni siquiera el mío, y si los tuviera no se los diría, solamente les voy a decir, la próxima vez, quizá dentro de un rato nomás, algo de lo último que llegué a cantar allá arriba, cuando todavía no sabía nada de la pesadilla de acá abajo. Entonces sí que les voy a confesar esta creencia que compartimos


MICROFICCIONES POR LA IDENTIDAD ı 2011 · 495

en la fiesta expandida en las calles. Cuando yo abra la boca, ellos van a saber que el que no salta es un holandés, el que no salta…

FORTALEZA Gotthelf, Eduardo Cuando llegué, me enteré de que mi padre había fallecido. Abrieron el ataúd para que pudiera verlo. Era la primera vez que veía un muerto, pero no me impresioné. Lo sueño todas las noches. Cuando llegué, me enteré de que mi padre había fallecido. No abrieron el ataúd. No me dejaron ver su cuerpo, quisieron evitarme la impresión. Lo sueño todas las noches. Cuando llegué, me enteré de que a mi padre se lo habían llevado. Sólo encontramos su nombre impreso en una lista. Nunca hubo ataúd, ni cuerpo. Lo soñamos treinta mil noches.

HERENCIA Ricciardi, Bibiana El viento aliviaba la siesta y aturdía mis oídos. Junto a la ventana acunaba suave a mi bebé, mientras imaginaba todo lo que haría en cuanto se durmiera. La cortina ondeó, una ráfaga de luz se depositó en su carita. Entonces emergió desde el fondo de sus entrañas, clara y precisa, la misma sonrisa que tantas veces vi brillar en la boca de mi apropiador.


496 · 2011 ı VILLANUEVA ı PANNO

EL GOLPE Villanueva, Cristina El golpe había sido tan duro que el reino sangraba sin cesar. Sangró tanto que la sangre llegó hasta unas islas lejanas, y Blanca Nieves se vistió de rojo.

REVERENDO Panno, Juan José ¿Sabe qué, Reverendo? Usted que santificó a los asesinos y satanizó a las madres desesperadas, usted que en los sermones hablaba de guerra sucia y justificaba el terrorismo de Estado en el nombre del Padre Capitalismo y del Santo Espíritu Occidental y Cristiano, usted que no puede ni quiere diferenciar una adopción de una apropiación, ¿sabe qué, Reverendo?, usted es un Reverendo hijo de puta.

FIN


ITINERANTES

Itinerantes es una tarea permanente de TeatroXlaidentidad. Hacemos funciones en centros culturales, teatros, plazas, escuelas, sirviendo como herramienta para el debate, la reflexión y la militancia y para ayudar a las Abuelas de Plaza de Mayo en su búsqueda. Compartimos la realidad de cada lugar. Escuchamos y vivenciamos sus historias, sus necesidades, sus experiencias durante la última dictadura militar. Para comunicarte con TeatroXlaidentidad Itinerantes no tenés más que enviar un mail a: info@teatroxlaidentidad.net y será contestado tu pedido a la brevedad.


AGRADECIMIENTOS

A todos los productores, elencos y salas que nos apoyaron “En Junio Todos somos teatroxlaidentidad” ı Daniel Grinbank ı Sebastián Blutrach ı Carlos Rottemberg ı Javier Faroni ı Lino Patalano ı Adrián Suar ı Bruno Pedemonti ı Roberto Bisogno ı Ariela Mancke ı Marcela La Salvia ı Ana Sanz / Ala de criados ı Baraka ı Chicago ı El Bululú ı El conventillo de la Paloma ı El precio ı El secuestro de Isabelita ı Espejos circulares ı La guerra de los Roses ı Lluvia constante ı Los 39 escalones ı Yo amo a mi Maestra Normal ı No seré feliz pero tengo marido ı Toc Toc ı Un tranvía llamado deseo. Abuelas de Plaza de Mayo ı Abel Madariaga ı Clarisa Veiga ı Dolores Marengo ı Pablo Wyber / Canal ENCUENTRO ı EDUC.ar ı Ignacio Hernáiz ı Gabriela Lutzker ı Ezequiel Cazzola ı Rubén ‘Audia ı Luis Barba ı Fernando Crisci y personal administrativo y de producción / Página|12 ı Gandhi por bancarnos durante estos 11 años ı Tata Comunicación - Tata Pérez Prieto ı Asociación Argentina de Actores ı AADET ı Argentores ı SADAIC ı Ministerio de Educación de la Nación ı Archivo Biográfico Familiar Abuelas de Plaza de Mayo ı Clips Producciones ı Jorge Valencia ı Secretaría de Cultura de la Nación Argentina ı Jorge Coscia / Complejo Teatral De Buenos Aires ı Kive Staiff ı Carlos Elía ı Alberto Ligaluppi ı Rina Gabe Leandro Olocco / Asociación Mutual Homero Manzi / Alta Definición Argentina ı Gonzalo Rodriguez Bubis ı Lucía van Gelderen ı Javier Armendariz / Teatro Nacional Cervantes: Dirección del Teatro Nacional Cervantes ı Rubens Correa y Claudio Gallardou ı Daniel Zapiettro y todo el Equipo Técnico, Patricio Sarmiento ı Ana Clara Uhrich, personal de Vestuario, Maquillaje, Utilería, Seguridad, Bomberos, Boletería, Acomodadores, Administración, Marcelo León, Melina Ons y Equipo de Producción ı PROTEATRO ı Instituto Nacional del Teatro ı Flavio De Biasi ı Sergio Lobo ı Ser-

gio Rower ı Mónica Felippa ı Andrés Manzoco ı Miguel Rottemberg ı Comedor Los Pibes ı Cooperativa de Trabajo Federal Los Pibes ı Grupo Arbolito ı Los Cocineros ı Centro Murga “Los Pitucos de Villa del Parque y Devoto” ı Murga “Garufa” de Constitución ı Asociación Argentina de Actores ı Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ı Gabriela Alegre ı Ana Barrio ı Anibal Ibarra ı Juan Cabandié ı Gustavo López ı Susana Salerno ı Daniel Filmus ı Georgina Barbarrosa ı Osqui Guzmán Andy Kusnetzoff ı Mirta Wons ı Vanesa Butera ı Omar Calicchio ı Noralih Gago ı Mariana Malamud por la voz en off en la música de sala ı Fondo Nacional de las Artes ı Paseo La Plaza ı Pablo Kompel ı Ariel Stolier ı Jonathan Goransky ı Leo Muñoz ı Pato Balado ı Horacio, el negro del Maipo ı Franqui Fasano ı Teatro Metropolitan ı Personal técnico ı Sebastián Blutrach ı Romina Chepe.

GRACIAS A TODO EL PÚBLICO que nos acompaña siempre, sin importar el clima, largas filas en boleterías, horarios y muchas cosas más. El hecho teatral se completa con ustedes. ¡MUCHAS GRACIAS!


STRUDELL Anabella Valencia

© Ana Ferrari


500 · ITINERANTES ı ANABELLA VALENCIA

Un hombre muy prolijo, quien está vestido con una camisa azul y un Jean con tiradores, corre unos cuantos cerrojos de la puerta de entrada de su casa, luego da dos vueltas de llave y la abre. HOMBRE

Buenas, pase.

Clarita, una mujer que tiene un poco encorvada la espalda, muy tímidamente entra, trae una cartera y dos bolsas pesadas. Clarita

Gracias, muy amable.

Hombre

Le agradecería si se pone los patines. (Señala el piso.)

Clarita

(Desconcertada mira hacia el piso y comprende.) Bueno, sí. Está bien. (Se para sobre los patines de felpa.)

Hombre

Adelante.

Clarita

Gracias. (Da dos pasos con los patines y se cae.) ¡Ay!

Hombre

¡Ay, por favor! ¡Se mató! ¿Está bien?

Clarita

Sí. Sí, estoy bien, fue solo una caída, no se preocupe.

Hombre

Es que está recién encerado. Trate de levantarse, yo la ayudo.

Clarita

Yo puedo, no fue nada, en serio, no se preocupe. Puedo. (Trata de levantarse, pero no puede disimular el dolor.) ¡Ay!

Hombre

Usted no está bien. Espere que llamo a Mario, mi… mi… mi… amigo que vive en el octavo B. Es médico. Es traumatólogo, una eminencia. No lo puedo creer, ahora que me acuerdo justo se me venció emergencias y no quise renovarlo… Me enojé con una promotora que llamaba e insistía para que me adhiriese. Pero si yo ya estoy adherido, corta de seseras. Así que un día me cansé y me borré. ¡Qué tonto!. Nunca lo necesité, y ahora, mire. Porque cubre a cualquiera que esté en la casa… Espere que la levanto, está todavía en el suelo. (Le extiende la mano, se toman de la mano y ella logra pararse, él quiere soltarse y ella le aprieta la

mano bien fuerte, se la ve conmovida. Él logra soltarse.) Venga… Siéntese aquí. Aquí está bien. Esta silla es segura, no se tambalea, ni se cae… En cambio las otras…


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Clarita

Gracias. No se haga problema, ya estoy bien.

Hombre

(Abre el armario antiguo que está detrás de él y agarra un alcohol en gel. Se limpia obsesivamente las manos.) Manitos limpias, manitos limpias. Ya está. Espere que llamo a Mario…

Clarita

En serio no hace falta.

Hombre

¡Ay! Qué mal educado, no le levanté las bolsas. ¿Se las pongo aquí a su lado? ¿O prefiere tenerlas en su falda para que no se ensucien? Igualmente ya se ensuciaron porque estaban en el piso. Pero no se preocupe porque acá limpiamos mucho. Está recién encerado, y antes pasamos el desinfectante con Cristóbal, el muchacho que me ayuda a limpiar. Es un hombre muy bueno, lo ayudo en lo que puedo, es muy humilde, está con los evangélicos. Y ahora está desocupado. Trabajaba en Campo de Mayo. Pobrecito, arregla todo en la casa y limpia, así que no hay peligro.

Clarita

¡Claro, no hay peligro!

Hombre

¿Qué dice? Habla como balbuceando usted. Hable fuerte.

Clarita

Que está todo bien, no se preocupe. No hay problema. Disculpe usted el papelón…

Hombre

¿Cómo era su nombre?

Clarita

Cla…

Hombre

Ah, Clara… Mire, Clara.

Clarita

Clarita.

Hombre

¿Cómo?

Clarita

Me dicen Clarita.

Hombre

Clarita, le traigo algo fresquito, un vaso de agua. O quiere que ya empecemos. Si ya empezamos tengo otras cosas que preparé. Dejé todo bien arreglado ayer…

Clarita

Está bien, por mí no hay problema. Podemos empezar ya.


502 · ITINERANTES ı ANABELLA VALENCIA

Hombre

Pero con el golpe que se dio, seguro que quiere tomar algo, espere…

(Se dirige a un armario antiguo, de estilo, abre la puerta y saca unos platitos. Uno con salame cortado, otro con queso, otro con masitas y dos latitas de coca cola y dos vasos. Los pone sobre una mesita. Abre la latita y pone la coca cola en un vaso.) Tome Clara, tome un poco, así se queda tranquila. ¡Qué susto me hizo pasar! Tendría que acostumbrarse todo el mundo a llegar a su casa y ponerse los patines. La calle tiene mucha mugre, los perros hacen por todos lados, los zapatos quedan muy sucios. Y todavía no le hice sacar los suyos porque me dio un poco de vergüenza, como no la conozco. Clarita

Menos mal. Si hay algo que no me gusta es que me vean los pies.

Hombre

¿Por qué?

Clarita

No sé, de chica que me pasa. Incluso no puedo dejar que nadie me los toque, me desespero. Papá me los tocaba y nunca más pude lograr que nadie más me los toque… Es algo que teníamos él y yo y… Perdón, ¡Qué confidencia!

Hombre

Sabe que a mí tampoco me gusta que me toquen los pies.

Clarita

(Con alegría.) ¿En serio?

Hombre

Sí, ¿la sorprende?.

Clarita

No, sólo que…

Hombre

Eso no tiene nada de particular. Pero que me los vean no tengo problema, nunca escuché… Bueno ¿empezamos?

Clarita

Sí, claro. Sí.

Hombre

Pero antes tome un poco de coca cola. ¿Está limpio el vaso? (Observa el vaso detenidamente.) Sí. No veo bien, tuve un problema en el ojo izquierdo, pero ya me operaron, miopía y astigmatismo.

Clarita

¡Yo también tengo lo mismo y mamá y la abuela!

Hombre

¡Ah, mire usted! Pero ahora con el láser es increíble, cinco minutos estuve en el quirófano. Fue la semana pasada. Y me dijo el médico que la semana que viene voy a ver mejor, cien por ciento. ¿Está limpio el vaso?


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Clarita

Sí, está limpio, gracias (Clarita toma un poco de coca cola y come desesperadamente unos salames.)

Hombre

La escucho. ¿O vino a comer? Trague tranquila, ja, ja. La escucho.

Clarita

(Tragando rápido para poder hablar.) Traje…

Hombre

¿Cuál trajo?

Clarita

La…

Hombre

¿La mediterránea?

Clarita

Sí.

Hombre

¡No! ¡No y no! ¡Yo dije que prefería la clásica!

Clarita

(Por fin pudo tragar el bodoque de salame que tenía en la boca.) Pero a mí…

Clarita

No importa, me viene bien cambiar un poco.

Clarita

Si quiere puede apro….

Hombre

Aprovechar la promoción. ¡Ni loco la acepto! ¡A mí nadie me las saca! Las clásicas son únicas, además las tenemos como nuevas. Cristóbal las lava especialmente, nunca con esponja porque se rayan. Sí, me van a venir con el verso de la promoción. Una vieja por tres nuevas. ¡De lata deben ser las nuevas! Agarran la vieja, la funden y hacen tres de las nuevas, seguro… ¿De qué color son estas nuevas?

Clarita

La línea med…

Hombre

Vienen de color beige clarito. Qué ocurrencia. Es un color sucio. Hay que estar limpiando de más. Y cómo voy a tener que lidiar…

Clarita

El antiadherente resulta práctico…

Hombre

… Para el lavado… Esperemos que pueda ser así. En la línea clásica es así, pero es marrón no beige, y esta nueva… No sé, las cosas modernas… ¿Las recetas?

Clarita

Le traje una receta única. ¿Pasamos a la cocina?


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Hombre

No me va a venir a cocinar acá. ¿Entiende? No quiero que se me ensucie todo.

Clarita

Yo tengo que…

Hombre

No se preocupe, que cuando hable con su supervisora le explico. Solo hable.

Clarita

No se acostumbra…

Hombre

Sabrina no tenía problemas. Yo se lo dije por teléfono, aceptaba que usted venga en su lugar por su insistencia pero…

Clarita

A ver, veamos (Saca un recetario de su cartera y lee.) Hamburguesa de Merluza. Bifera con antiadherente.

Hombre

No me interesa.

Clarita

Tarta de pescados. Sartén con mango.

Hombre

¿Algo que no sea pescado?

Clarita

Pensé, como se vienen las pascuas…

Hombre

Soy judío.

Clarita

¿Judío?

Hombre

¡Qué sorpresa!. ¿Es antisemita?

Clarita

No, disculpe, es que no me imaginé… yo soy judía.

Hombre

Yo no, era una broma. Igualmente prefiero otras recetas…

Clarita

Cómo no. Tengo esta bien original… Chop suey. Sartén con mango, con antiadherente…

Hombre

Nada de esas cosas. ¿Postres?

Clarita

¿Le gusta lo dulce? ¡A mí, también!

Hombre

En mi familia, el único. Me compraban a mí los merengues de dulce de leche y antes que los sirvieran ya me mandaba todo el dulce de


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leche con la lengua. Y nadie se daba cuenta. Como era el único que los comía. Clarita

Nosotros todos somos fanáticos del merengue con dulce de leche.

Hombre

¿Sigue, querida?

Clarita

Bueno, veamos qué tenemos. Torta fácil de chocolate. Cacerola con asas con antiadherente.

Hombre

¡Fácil! No.

Clarita

Torta de frambuesas con frutas del bosque. Olla cuadrada con dos budineras.

Hombre

Puede ser.

Clarita

(Leyendo del prospecto.) Porque permite la cocción simultánea. Ahorra gas. Con una hornalla consume 6 veces menos gas que un horno. ¡Reemplace al horno para siempre! ¡Y disfrute mirando su factura de gas!

Hombre

Balalalalalalalla. ¡Leyendo, no! ¡De memoria! (le arranca de sus manos el prospecto.)

Clarita

(Lo mira fijo y arremete.) Ravioles florentinos. Cacerola con asas, vaporizadora cuelapastas.

Hombre

¿Son dulces?

Clarita

No, perdón. Postres, postres… Flan… Cacerola con mangos y Sabarín.

Hombre

Ya la sé.

Clarita

No tengo más postres.

Hombre

¿Cómo?

Clarita

Sé una de familia…

Hombre

¿Qué?…

Clarita

Strudel.


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Hombre

No la entiendo.

Clarita

(Saca un viejo papel de su cartera y lo lee.) Torta de manzana. Cacerola con mango redoblete y con antiadherente.

Hombre

La escucho.

Clarita

Para la masa: 2 huevos, 2 yemas, 2 tazas de azúcar.

Hombre

Espere, querida, así no. Como en las reuniones.

Clarita

Pero me dijo que no quería pasar a la cocina. Que prefería acá sin ensuciar.

Hombre

Sin ensuciar, pero con emoción. Te pido por favor que hagas de cuenta que estamos en la cocina y con más personas. Como en las reuniones.

Clarita

Bueno. Está bien. Lo que pasa es que es mi primera vez.

Juan

¡Sólo esto me faltaba!. No entiendo por qué insistieron tanto con que venga usted… Yo ya me había acostumbrado a Sabrina…

Clarita

Yo pedí, porque necesito…

Hombre

Me imagino: trabajar. Dele, dele empiece, como si estuviésemos en la reunión, y con más chicas, no perdamos más tiempo.

Clarita

Bueno… ¿Para dónde hablo?

Hombre

Para donde quiera.

Clarita

Bueno… Hola…. Hola, chicas… Cómo están… Digo… Señoras ¿Cómo les va? ¿ Cómo andan? ¡Bien su día! Me alegro de estar acá… Hoy voy a hacerles… digo a presentarles la receta de Strud… Digo de Torta de Manzana.

Hombre

Vamos, no se trabe a cada rato.

Clarita

No, claro…Estén atentas y saquen sus papeles para anotar… Muy bien, anoten…Para la masa utilizaremos: 2 huevos, 2 yemas, 2 tazas de azúcar, 5 tazas al ras de harina… Dije 5 tazas al ras de harina… Si voy muy rápido me dicen…


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Hombre

¿A quién le habla?

Clarita

¿Usted no me dijo que…?

Hombre

Sí, perdón, perdón… Lo está haciendo muy bien. Siga…

Clarita

¿Dónde me quedé?

Hombre

(Poniendo una voz muy femenina.) Te quedaste en las 5 tazas al ras de harina querida. Soy Martita de Lanús.

Clarita

Gracias, Martita. Bueno, también son 400 gramos de margarina, 5 cucharadas de crema y ralladura de la cáscara de 2 limones.

Hombre

(Con voz femenina distinta a la anterior.) ¿Con qué rallamos los limones? Soy Alicia, ama de casa, tres chicos.

Clarita

Puede ser con el rallador Essen, Alicia. El único que permite que ralles sin que te rompas las uñas. Especial para el cuidado de tus manos. Sale tan solo 85 pesos más IVA.

Hombre

(Con vos femenina distinta a las anteriores.) Anotame uno.

Clarita

(Clarita anota rápidamente en una libretita que saca de su cartera.) Cómo no, Alicia.

Hombre

No, soy Zulma. De Versalles.

Clarita

Zulma, claro (anotando.) Un rallador cuidado de manos, señora Zul…

Hombre

Seguimos, por favor.

Clarita

Sí. Ahora para el relleno vamos a necesitar diez a doce manzanas verdes grandes, cortadas en cubitos. Ahora que es temporada pueden aprovechar a hacer esta receta ya que les van a salir las manzanas a mitad de precio.

Hombre

(Voz femenina.) ¿Por qué no rojas?

Clarita

¿Martita?

Hombre

Sí, muy bien, ya nos va conociendo.


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Clarita

Porque… Porque… el gusto es distinto. Las rojas se ponen más dulzonas y no conviene empalagar con el azúcar que lleva de por sí el postre. ¿Entiende, Martita?

Hombre

(Con voz femenina.) Pero son más económicas las rojas.

Clarita

Sí, Zulma, pero lo que pierde en precio lo gana en sabor.

Hombre

Puede seguir.

Clarita

Sí, sí… Jugo de dos limones y ralladura de uno… aprovechan y rallan uno más cuando preparan la masa. Media cucharada de canela, una y media de azúcar, pasas y nueces, a gusto y media taza de bizcochos dulces rallados.

Hombre

(Vos femenina.) ¿Y si no me gustan las pasas? En realidad al que no le gustan para nada es a mi Carlitos, el más chico. Me las vomita cuando se las doy en las empanadas.

Clarita

Puede no agregarlas, Zulma. Pero se lo recomiendo.

Hombre

¡Excelente! ¡Lo está haciendo muy bien! Pasemos a la preparación.

Clarita

(Accionando con objetos imaginarios mientras describe.) Sí, cómo no. Mezclen el azúcar con los huevos y las yemas.

Hombre

¿Así?

Clarita

Muy bien. Así. Agreguen los demás ingredientes, amasando con las manos solamente lo necesario.

Hombre

¿Así?

Clarita

Sí, así. ¡Qué mano tiene para la cocina!

Hombre

Siga, siga.

Clarita

Sí, separen la masa en 2 partes y estírenla muy finita. Coloquen una hoja de masa en el fondo de la olla que ya debe estar…

Hombre

Enmantecada y enharinada…

Clarita

(Riéndose.) Sí, enmantecada y enharinada.


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Hombre

¡Se ríe sin sonido! Yo también.

Clarita y Hombre (Ríen sin sonido.) Hombre

Siga.

Clarita

(sonriendo.) Espolvoréenla con los bizcochos rallados para que absorban la humedad del relleno. Así, así está muy bien. Cubran con las manzanas y los demás ingredientes del relleno… Ahí está… Y tapen con la otra hoja de masa. Tapan la olla, prendemos la hornalla a fuego mínimo una hora y chau… Dejan enfriar con tapa media hora y luego destapan y cuando esté frío, espolvoreen con azúcar impalpable y listo quedó un Strudel del c… digo, una torta de manzana riquísima…

Hombre

(Está conmovido. Se le escapa una lágrima.)

Clarita

Disculpe, fui una bruta!

Hombre

(Se levanta, va hacia la puerta de salida y la abre.) Lo voy a pensar.

Clarita

Si quiere espero un ratito y…

Hombre

Lo voy a pensar, cualquier cosa llamo a Sabrina.

Clarita

Pero puede aprovechar y yo le dejo las ollas y las prueba y me llama. Si las quiere las usa; y si no, no. Yo las puedo buscar en unas horas, o mañana…

Hombre

Cualquier cosa llamo a Sabrina.

Clarita

Pero las pago yo y después me da. Y además ya anoté el rallador…

Hombre

Eso no lo pedí yo…

Clarita

¿Cómo? ¡Ah! Claro, qué gracioso. Fue Zulma. Pero acá lo tengo anotado y si quiere le hago la reserva de la olla, y el rallador viene de regalo. La entrega está en los …

Hombre

Treinta días hábiles. Lo sé.

Clarita

Pero si quiere vengo antes.


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Hombre

Cualquier cosa llamo a Sabrina.

Clarita

(Se para y agarra todas sus pertenencias lo más rápido que puede. Busca desesperadamente en su cartera.) Disculpe, es que estoy buscando…

Hombre

Tengo el teléfono de Sabrina.

Clarita

(Sacando por fin lo que buscaba de su cartera, es la hoja vieja.) Acá está, esto es para usted. Tome.

Hombre

¿Qué es?

Clarita

La receta. Es suya. Lea tranquilo. Después me llama. Recuerde soy Clara y me dicen Clarita (Sale rápidamente y cierra la puerta.)

Hombre

(Queda con la carta en la mano. Se desliza con los patines hacia el armario. Guarda la carta, cierra el armario. Se dirige a su silla. Se sienta. Vuelve a levantarse. Va hacia el armario. Agarra la carta y comienza a leer.)

1 de abril de 1976 Querida Clara y querido Juan o Laura: Hoy estoy en una jornada con chicos y chicas de un barrio carenciado. Este es uno de los pocos momentos tranquilos que hay, por eso estoy escribiendo y en el único papel que encontré, detrás de una vieja receta. Quiero contarles un poco de nosotros. De sus padres. Cómo somos, qué sentimos. Víctor y yo somos bastante despelotados. Vivimos a las corridas, viéndonos poco, o al menos no todo lo que quisiéramos; no porque andemos detrás del coche o del departamento, como andan casi todos. Sino simplemente, o grandemente, porque pensamos que nuestra vida adentro no sirve. Que si vivimos, vivimos para los demás, para el hermano. En esa vida hacia fuera se conjuga todo nuestro ideal, aquello por lo que nos sentimos mutuamente atraídos, que hizo que comenzáramos a cambiar juntos. Ese amor hacia el otro, un amor teórico en un principio, cuando los dos lo canalizábamos en


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nuestras creencias, en nuestras religiones, pero se fue transformando en algo más concreto, el amor al otro, hoy y aquí pasa por el amor político, por el compromiso con el pueblo, con el explotado, con el pobrerío, con esos millones de hombres que sufren por un mundo mejor, aquí en la Argentina, y en esta querida América Latina, la Patria Grande. Ese amor concreto, ese compromiso justifica las corridas, los afanes, el trabajo de cada hora, de cada día, de cada cosa de nuestra existencia, desde compartir el tiempo o la guita, hasta estar dispuestos a dar la vida. Este mundo que en un principio sólo fue de su padre y mío, hace un año y medio que lo compartimos con vos, Clarita, nuestra primera hija. Nos trajiste amor, y más certezas sobre nuestra lucha y el mundo que queremos. Hace unos pocos días que sabemos, papá (qué lindo que suena papá) y yo de una nueva existencia, un nuevo ser que está entre nosotros. Vos futuro niño o niña, sos muy poca cosa, tan poca, que todavía no tenés cerebro. Sin embargo, no te imaginás todo el bien que nos traés, todo lo que ya te queremos. En principio éramos dos, que enfrentábamos las cosas, nos convertimos en tres y hoy ya somos CUATRO. Nuestro amor se abre, florece, da frutos. Se dan cuenta, queridos, todo lo que esto significa, toda la inmensa alegría que nos vienen a traer. Gracias por venir, hijos. Nosotros no les fallaremos, esperamos no defraudarlos, queremos cumplir con lo que debe ser: Ayudarlos para que sean personas, hombres para los demás y que nunca tengan que avergonzarse de nosotros. Seguiremos hasta el fin. Con todo el orgullo y el amor que reboza en este momento… Mamá


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STRUDEL DE MANZANA Ingredientes Para la masa: 2 HUEVOS 2 YEMAS 2 TAZAS DE AZÚCAR 5 TAZAS AL RAS DE HARINA 400 GRAMOS DE MARGARINA 5 CUCHARADAS DE CREMA RALLADURA DE LA CÁSCARA DE 2 LIMONES Para el relleno: 10 A 12 MANZANAS VERDES GRANDES, CORTADAS EN CUBITOS JUGO DE 2 LIMONES Y RALLADURA DE UNO ½ CUCHARADA DE CANELA 1 ½ CUCHARADAS DE AZÚCAR PASAS Y NUECES, A GUSTO ½ TAZA DE BIZCOCHOS DULCES RALLADOS Preparación: Mezclen el azúcar con los huevos y las yemas. Agreguen los demás ingredientes, amasando con las manos solamente lo necesario. Sepárenla en 2 partes y estírenla muy finita. Coloquen una hoja de masa en una asadera grande rectangular, enmantecada y enharinada. Espolvoréenla con los bizcochos rallados para que absorban la humedad del relleno. Cubran con las manzanas y los demás ingredientes del relleno, tapen con la otra hoja de masa. Cocinen en horno de temperatura regular durante 1 hora. Cuando este frío, espolvoreen con azúcar impalpable.


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Esta obra se inspiró a partir de la carta que Antonio García escribió a su hija Juliana el 23 de mayo de 1973, cuando ella todavía estaba en la panza de su mamá, Beatriz Recchia. La carta presentada en la obra, guarda parte de sus palabras y su espíritu. Antonio García y Beatriz Recchia fueron brutalmente atacados en su casa el 12 de enero de 1977 por parte de grupos militares que habían tomado el poder en la Argentina desde 1976. En este operativo Antonio fue asesinado; Beatriz, embarazada por segunda vez, fue desaparecida hasta nuestros días; y Juliana, que ya tenía 3 años, fue entregada por los atacantes a su familia biológica horas después del hecho. Desde entonces, Juliana, buscó incasablemente a su hermana. El 13 de febrero de 2009 se produjo lo tan esperado, Juliana encontró a Bárbara García Recchia.

FIN



EL NIETO Santiago Varela

© Ana Ferrari


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TIPO BIEN VESTIDO. TRAJE. 33 AÑOS. PELO CLARO. MUY SEGURO DE SÍ MISMO. Buenas tardes. Voy a presentarme. Mi nombre es Juan Raimundo Casas. En realidad Licenciado Juan Raimundo Casas. Economista, 33 años, casado, una hija… por ahora… la primera.

(carraspea, mira a la platea. no sabe muy bien qué hacer.) Debo confesarles que cuando los que organizan esto me invitaron a hablar aquí, en el Teatro por la Identidad, pregunté: ¿Por qué? ¿Por qué yo? Pero solo recibí algunas explicaciones vagas… “que mi presencia podía ser valiosa…” “que era por una causa noble…” (se da cuenta de lo que dijo.) Tal vez lo de Causa Noble fuera dicho con doble sentido. No sé. Pero tampoco me interesa porque debo confesarles y pido disculpas si ofendo a alguien que a mí todo este tema de la identidad… y esas cosas… no me interesa en lo más mínimo. No es mi tema. No tiene nada que ver conmigo. Y les digo más: tampoco creo tanto en esa actividad mediática y marketinera de las madres… de las madres y las abuelas… o de las tías… o de lo que fuera. Y créanme: de marketing yo sé. Soy economista, trabajo en Price & Waterhouse. Auditor Senior. Sin ánimo de fanfarronear, pero no cualquier economista con sólo 33 años llega a Auditor Senior en Price & Waterhouse. No sé si ustedes manejan estos temas… Digamos que por eso estoy acostumbrado a las cuentas claras, y a mí, este tema de los desaparecidos y de los nietos no me cierra. En casa siempre me contaron que aquí hubo una guerra. Y en una guerra pasan cosas que no deberían pasar, pero pasan. Personalmente yo no había nacido, pero en mi casa siempre se dijo eso. Mi madre que en paz descanse me enseñó que en las guerras pasan cosas terribles y que aquí había habido una, y que debíamos dar gracias por estar vivo. Me decía: “Agradecé que estás vivo”. Mis maestras decían lo mismo “Una guerra cruel”. ¡Todo el mundo decía eso! En la escuela además nos enseñaban que debíamos perdonar las ofensas. En el Saint Thomas nos enseñaban estas verdades. Lo mismo que en mi casa. Una casa en orden, lo mismo que el Saint Thomas, una escuela seria. Yo dije que no había nacido. Bueno… es un decir… en realidad yo nací en pleno Proceso. Proceso de Reorganización Nacional se


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llamaba. Mi padre trabajaba en Tucumán y a fines del 76 vino a trabajar a Buenos Aires. Y aquí, en el 77 nací yo: Juan Raimundo Casas. Juan por mi abuelo materno y Raimundo por mi abuelo paterno y por mi padre. Cinco generaciones de Raimundo Casas. Y como soy hijo único tengo la obligación… moral, por supuesto… de tener un hijo varón para que continúe la hermosa tradición de los Raimundo Casas.

(se queda un instante pensativo.) Qué gracioso… se me pasó por la cabeza que en el Saint Thomas tenía un compañero, (duda.) Marculi… Marconi… ¡Marcuso!… A veces con los nombres me taro. Marcuso, petiso, morocho, muy turro, que me decía: Che, los que nacimos en el 77 ¿no seremos todos hijos de desaparecidos? ¡Vos serás…! Yo soy hijo de mis viejos, soy un Raimundo Casas genuino.

(imitándolo a marcuso.) Sí, pero tus viejos son morochones tucumanos, como yo, y vos sos rubio. Qué te pasó, ¿te bautizaron con lavandina? (molesto.) Marcuso era realmente un tipo jodido. Se la agarraba conmigo… no sé por qué. Otro día me vino a preguntar por qué yo era hijo único. ¡De locos! Hay millones de hijos únicos. Que sé yo por qué soy hijo único… Tampoco sé por qué me tuvieron después de 14 años de casados. Yo mismo me lo preguntaba. Pero no tiene nada que ver. No habrán podido, no habrán querido. Mirá si yo hubiese tenido un hermano. ¡Qué embole! O peor, ¡una hermana! Ni loco. (imitándolo a marcuso.) ¿Y por qué viniste a nacer en Buenos Aires y no se quedaron en Tucumán…? (sigue él.) Mi viejo era contador, amigo de todos allá, pero lo trasladaron… A cualquiera trasladan… Y por suerte nací en Buenos Aires y no en la provincia… a lo mejor por eso nací más pálido, ¡¡gil!! El tipo me rompía mucho las pelotas. A veces me hacía pensar… pero rompía demasiado las pelotas. Les cuento algo para que vean cómo este tipo podía hacerme la cabeza: Mi viejo tenía el hobby de las fotos y yo me acuerdo de que estaba en 3er año y una noche me levanté a mirar fotos viejas. Y


518 · ITINERANTES ı SANTIAGO VARELA

ahí estaban. Y yo se lo dije a Marcuso: somos una familia normal. Tengo diez millones de fotografías de pibe. De recién nacido tengo un montón, en brazos de mi vieja, en casa, envuelto en una pañoleta blanca, pura e inmaculada, tomando la mamadera. Pero Marcuso era un hijo de puta. (lo imita.) ¿Tenés alguna foto tomando la teta? (sigue él.) Sos un turro, ¿cómo van a sacar una foto con la teta de mi vieja? En esa época no se usaba. Ni yo le saqué a mi mujer con la nena mamando… y estamos en el siglo XXI… A mí esas cosas no me gustan… y a mi viejo, ni loco… no sabés… Además no todas dan la teta. ¿Es pecado no poder dar de mamar? ¡Hablás al pedo, Marcuso, nada más que al pedo! Al final lo rajaron del Saint Thomas. Se peleaba con todos. Era un hereje… Chau, Marcuso.

(cambia el tono.) Pero tenía la habilidad de decirte cosas que se te metían como alfileres… (lo imita.) Ya que a tu viejo se le daba por las fotos, seguro que tenés una foto del embarazo de tu vieja, ¿verdad? (sigue él.) Foto de mi vieja embarazada… Se me quedó aquí. (señala su cabeza.) Confieso que hubo una época en que se me dio por buscarla. Sí, la busqué, es cierto. Hay fotos de ella cuando se vinieron de Tucumán. Están fechadas en diciembre del 76. Les dije que mi viejo era el orden personificado. Cada foto con su fecha y lugar. “Adela mi vieja Tucumán, Diciembre 1976”. Yo nací en junio del 77. (piensa.) Mi vieja tenía un embarazo de tres meses. Yo pensé: ¡Esta es una foto de ella embarazada! No se nota, pero yo estoy allí, adentro… sin ninguna duda… Está clarísimo. ¿Por qué no hay más fotos hasta junio cuando estoy en casa con la pañoleta? No sé. Se le habrá roto la cámara… se habrá cansado de sacar fotos y paró un rato. No sé… ¿Por qué no hay fotos en la clínica? Yo lo pregunté. De eso sí me acuerdo. Yo pregunté en qué clínica… Me dijeron una que ya no estaba más… en Flores… De grande volví a preguntar, me contestaron de mala manera. No volví a preguntar ¿para qué? ¿qué diferencia hay?

(enérgico.) Pero el hecho de que sea hijo único, que durante 14 años no hayan tenido hijos, que mis viejos hayan venido de Tucumán justo para que yo naciera, que ellos fueran amigos de Bussi… eran amigos de Bussi… (se justifica.) Medio Tucumán era amigo de


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Bussi… Que yo saliera medio rubión, y que no haya una puta foto de la panza de mi vieja, no quiere decir que yo no sea Juan Raimundo Casas. Sobre todo cuando soy Juan Raimundo Casas. Que cuando falleció mi vieja, la tía Hortencia haya venido de Tucumán y en el velatorio me haya agarrado la mano y me haya repetido, con lágrimas en los ojos, Hijo… hijo… vos no sabés cuanto te quiso tu madre. Tenés que perdonarla… no podés reprocharle nada… nada… nada de nada. ¿Perdonarla de qué, tía? Ella no tiene la culpa, lo hizo por vos, te salvó… ¿De qué me salvó, tía? Y justo que llega mi viejo la agarra a la tía Hortencia y la saca casi a empujones. Yo era la primera vez que la veía a la tía Hortencia. Ella no había venido jamás… ni nosotros tampoco habíamos ido. Mi viejo estaba sacado. Decía que la tía Hortencia estaba vieja y loca. Quería echar a todos los parientes, tapar el cajón y terminar con el velatorio. Se puso como loco… mal… muy mal.

(se va poniendo cada vez más tenso y más angustiado.) Pero ojo, yo también estaba mal. Yo era el hijo, velaban a mi vieja. Era el hijo… ¡Soy el hijo! Me llamo Juan Raimundo Casas. ¿Qué tiene que ver que mi viejo, que tenía el hobby de fotografiarlo todo, no tuviera una puta foto de mi vieja con mi embarazo? ¡Nada! No tiene nada que ver. Que fuera amigo de Bussi, que hablara bien de los militares… ¡Nada! ¡Nada que ver! Que a mí, a veces me agarre como una angustia y que a veces me parezca escucharlo a Marcuso, es una pelotudez mía, nada más… nada que ver… ¡Nada! Todas esas cosas son inventos, suposiciones, ficciones, posibilidades, engaños… Cualquier cosa. Nada que ver con la verdad. Ustedes ya lo saben, se lo digo una vez más: me llamo Juan Raimundo Casas… ¡Cinco generaciones de Raimundo Casas! ¿Está claro? Bien… Es tan simple esta cosa de que yo soy yo. (al público.) ¿Les podrá entrar esto en la cabeza, o es mucho pedir? ¡A ustedes! Sí, a ustedes, que están todos como pelotudos mirándome. ¡¿Qué mierda miran?! ¡¿Qué mierda buscan?!

(se deprime.) Lo único que realmente no entiendo es… ¿qué carajo estoy haciendo yo aquí?

APAGÓN TELÓN


Este libro se terminó de imprimir en el mes de febrero de 2012 en Gráfica Pinter, Diógenes Taborda 48/50. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina.


TAPA FINAL TXI_modificada.pdf

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OBRAS DE TEATRO DE LOS CICLOS

2010 y 2011

AVISO

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Este libro contiene una cantidad de textos teatrales de muy diversos autores –que van desde los más reconocidos hasta los más nuevos– todos participantes solidarios de TeatroXlaidentidad. Por lo tanto puede ser consultado por quienes quieran acceder a obras comprometidas y militantes referidas a la identidad, tanto en un sentido general y metafórico como en otro, más unido a la tragedia de las nietas y los nietos de las Abuelas de Plaza de Mayo; muchos de ellos aún hoy apropiados y privados de su verdadera identidad, tragedia que no es solo suya individual, sino que nos alcanza a todos. Pero cuidado, que también encierran estas páginas un hecho vivo: cientos de horas de trabajo duro, de sudor fértil, de gritos ahogados o libres, de llantos trágicos o felices, de peleas y amores, de pasión indudable y franca, de palmas rojas de aplaudir, de sueños concretados. De instantes vitales repletos de sentido y de búsqueda. Y todo esto es altamente contagioso. Así que ¡cuidado al abrir estas páginas! Ya que se corre el riesgo cierto y comprobado, de ser mañana uno más de TeatroXlaidentidad.

Luis Rivera López

OBRAS DE TEATRO DE LOS CICLOS 2010 Y 2011


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