ARJE

Los sangrados logros Ernesto Olivera

REVISTA N1

El pez azul Ma. Eugenia Caseiro

What remains Christine Leue

La gallina no era fina Nury Torres

S/T I.S.Merlin

El mago feo AmĂŠrica Sora

Singularidad y vibraciĂłn Karyon Kuma

ARJE N1 revistarje04@gmail.com

Revista Arje N1 AĂąo 2019

Arje NÂş 1

Arje defiende lo singular y se aventura en el intercambio de sensibilidades 1

Arje Dirección y Edición Karyon Kuma

PROSA POÉTICA ERNESTO OLIVERA CASTRO Los sangrados logros

CUENTO

Consejo Editorial Ma. Eugenia Caseiro Karyon Kuma

Ma. EUGENIA CASEIRO El pez azul

POESÍA

Autores Invitados I.S.Merlín Nury Torres Christine Leue América Sora Ernesto Olivera Castro

Ilustración Karyon Kuma Ma. Eugenia Caseiro (Detalle, p 14)

CHRISTINE LEUE What remains

CUENTO NURY TORRES SÁNCHEZ La gallina no era fina

CUENTO AMÉRICA SORA El mago feo

POESÍA I.S.MERLIN S/T

240 NW Miami

ENSAYO

FL. 33172 USA

KARYON KUMA Singularidad y vibración

Arje N 1 2018

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Como reacción a la zona común donde el

individuo es cada vez

más anulado nace la revista

Arje, como resistencia a la avalancha de voluntades

y contenidos vacíos empeñados en destruir lo singular, la sensibilidad, el

tiempo.

Relojes. Infinito y adoquines

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Ernesto Olivera Castro Ciudad de La Habana 1962. Poeta y escritor, tiene publicados seis libros de poesía y una novela en Amazon (Donde crece el vacío). Ha incursionado además en guion de cine y teatro. Editor de varias revistas. Su obra se ha publicado en Cuba, USA, Italia, España, Brasil, Argentina y México (país que ama profundamente).

Los sangrados logros A Carlos Ramos

No sangres viejo animal, la neurosis nos persigue, ésa que impide morder los pezones mojados de la memoria. No sangres por nada, entierra la ternura y disimula la soberbia con que te lavas la cara por la que sobrevives. No sangres por nadie. Ni por dádivas dionisíacas, róbatelas. Te arrebatarán lo que te dejes arrebatar. Te matarán lo que te dejes matar. No es sutil encogerse de hombros y romper la espalda.

No derrames una lágrima de sal, mística rabia es llorar por dentro. Anda viejo animal, pégame, siente alivio de culpar a los demás, puedo tragarme tu mierda, la de los otros, y florecer después de muerto. No pares de bufar viejo animal. La historia no me absolverá ni a nadie, la otra nos condena.

Aléjate de los ególatras que andan sueltos como moscas dentro de mi esófago, insisto, el sosiego entra y sale por el útero. En fila india caemos. Miénteme viejo animal. Escóndete suburbio adentro, latido de los dioses borrachos. Alfil entre reyes mariconeando detrás de las damas de hierro. Tenías que ser tú.

Envejeciendo en el gerundio, enfermo entre papeles y despidos.

Anda viejísimo bajo las sombras. No soy de metáforas domingueras para atrapar a los pobres de corazón ¡Ah! Piadosa mía, soy encallao, loco de remate, de lunas mordidas por los bordes. Y no me importa que el viento arrase con mis versos si yo me quedo aquí contigo Animal abandonado ¿Qué no sabías?

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Más que una coartada es quedarse hablando solo, y escupiendo adentro por no escupir pa´ arriba ¿Has pateado ese amor castizo sin saber que también lucha para sobrevivir?

Déjame solito viejo animal, finge dejarme, como esa fuga de miel que no se levanta de la cama mientras escribo este electroshock erecto por gusto, hominización perdida.

No dejes estos desvaríos. Nos vamos de prisa, sin escribir un verso más, sin recoger la camisa tirada en la silla.

Ando sin camisas comiéndome las uñas, al carajo esos trofeos goteando y la mirada más allá de los acantilados que ya no podemos alcanzar.

El sentido está en el por qué perdonas o no perdonas, en los retazos de familia después de la guerra, y en la inmortal epifanía. El sueño muere cuando abres los ojos. Un escalón más y otra vez Shakespeare meando mis versos estrujados.

Miami, Agosto 2017

Trayecto de Maniquíes

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Karyon kuma

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se día miré a lo lejos por mucho rato, lo pensé

dos veces, qué digo dos, más de tres veces le di vuelta en mi cabeza. Si nadie se atrevía a abrir las ventanas, no me vería, o al menos le costaría inmenso trabajo enfrentarse conmigo frente a frente, cara a cara.

Vino a matarme y yo lo sabía. Escondí todos los cuchillos, primero los más afilados, luego los inservibles; abandoné el ritual de cortar pan y desde entonces rajé las piezas según el hambre.

Solamente., sin desperdiciar; me Desaparecí todo lo que pareciera peligroso y por eso regalé un par de sogas a los pescadores que miraban siempre de reojo hacia el horcón del techo donde dormían como murciélagos las cuerdas del corral esperando a que me fuera de pesca o me ahorcara sin mucho ruido.

Al final _quién iba a decirlo_, las sogas, gracias al intento de homicidio, tuvieron mejor uso; en el mar las sogas cobran esa libertad que apenas puede ser vista en las criaturas rebeldes, En el mar las sogas se confunden con las venas y el espumero; eso aligera el trasiego.

Ese día miré a lo lejos por mucho rato, y como he dicho, más de tres veces le di vuelta en mi cabeza. Vacié los cañones y tiré las balas

espíritu videncia

guardadas desde que a dos conocidos los desinflaron delante de mí por un cuento que ya ni recuerdo, pero que dio mucho que hablar y provocó separación entre las cosas. Dos rifles heredé de un plumazo, dos ultimátum que tenían una especie de almanaque en la punta; las herencias por la desgracia llegan rápido, sin esperarlo ni merecerlo. Todo llega. Eso me dio que pensar y tuve hasta que rondar más de la cuenta; por eso hasta el veneno que escondía como remedio santo para un momento de duda o desesperación, lo tiré por los tragantes.

No estaba dispuesta a dejarme matar así como así. Por lo tanto, si alguien venía con intención, tendría que pasar trabajo, o venir equipado. En su caso, como todo mediocre, tenía mala memoria, y yo estaba segura, casi del todo, que olvidaba las armas y las herramientas adecuadas. Ni siquiera unas píldoras contra el insomnio que bien podía decirse habían visto pasar más de un siglo en el mismo sitio, iba a dejarlas al alcance.

Por si acaso, y por eso de probar fuerza, até todas las manos que pudieran estrangularme, todas las muñecas y los dedos, no hay que subestimar las pequeñas extremidades; podía haberlas cortado por robarme reiteradamente la arrogancia, pero me hubiera quedado sin ladrones ni retadores y moriría de aburrimiento que es la más dolorosa de las muertes; segura estoy que podía liquidarlas por aplastamiento; la contundencia de mi peso es apenas incalculable, caigo implacable, 7

criminalmente, lo sé sin remordimiento, pero no fue así, sólo até las manos y ya de paso, aprovechando el impulso, pulvericé los cristales rotos que me acechaban por las calles y los basureros. Siempre me hicieron competencia y amenazaban con dejarme sin compañía; cierto es que ya no tengo público, que hace tiempo dejaron de buscarme, de contratarme como mediador de conflictos y consejera en casos de difícil arreglo. No puedo echarle toda la culpa a los cristales rotos. La culpa es de las dimensiones que me ganan en arrogancia.

Vino a matarme con un plan que parecía perfecto y por tal razón contuve mis frialdades, esas que suavizan los cuerpos y los empuja a juntarse para dispensarse calor escaso. Sabía que podía usarlo en mi contra en caso de juicio por incitar a la libre asociación y el culto al sueño, pero dejé en cambio que alguna transparencia me retara, a mí, la mayor coleccionista de haces, yo, curador de destellos, avara de fuentes más claras que el grito, más lúcidas que el hielo. Yo los pongo sobre las cabezas para que vean el destino a donde todo conduce, pero en orden, despilfarrar nunca se me ha dado bien y no lo entrego todo, disimulo luminiscencias, simples baratijas que se lanzan a los buitres; soy egoísta y tampoco siento remordimiento, lo reconozco,

por llevarme las grandes profundidades y brillancias por ocultar la verdad de las alturas y la verdadera distancia del horizonte.

Soy tan ruin que acaparo a cara descubierta sin preguntar ni mirar a ningún lado, tanto que he sido el mayor de los acusados por ocultar lo inocultable, por provocar miedos y torpezas, en fin, me buscan por enemigo público; pero la defensa es permitida y a mi favor debo alegar que en mi servicio está mi auxilio a esos que demandan olvidar y aplazar, a los débiles que renuncian batallar, aquellos que no quieren enterarse de cuánto de terrible hay entre lo demás. Serían demasiados cargos y, por uno o por otro, sería sentenciada sin pasar por juicio.

Pero por tener todas las luces secuestradas, he sido la más afortunada de las criaturas silvestres, yo, la oscuridad absoluta.

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Christine Leue Escritora alemana quien ha publicado relatos cortos y cuentos de hadas, asĂ­ como cuatro novelas. Ha sido reconocida por su trabajo acerca de la demencia, presentado y divulgado por Vincentz Network.

The towers been hurt just to the core, always stood tempests, considered as strong, of freedom a sign, the pride of the state, too nothing compared to, but still a mirage.

Two airplanes destroyed in a just little while the world view, and shocked with cold-bloodedness.

Destruction and pangs, inferno in smoke, injured deeply hearts, a breath just remained of blackout and mourning, which never will die; harm takes no duration

WHERE PROMISE PREVAILED

What remains

where promise prevailed.

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LITERATURA JUVENIL

María Eugenia Caseiro. Poeta, escritora y ensayista cubana.

Miembro de la Unión de Escritores y Artistas del Caribe, Unión Hispanoamericana de Escritores, Asociación Caribeña de Estudios del Caribe y Miembro de la Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE). Integra la Muestra Permanente de Poesía Siglo XXI de la Asociación Prometeo y el Consejo Editorial de La Peregrina Magazine. Colabora con la Asociación Canadiense de Hispanistas. Ha publicado, entre otros, No soy yo, en versión bilingüe, español y rumano; Nueve cuentos para recrear el café, en versión bilingüe, español y francés, y el poemario, ESCAPARATE, el caos ordenado del poeta.

El pez azul El mal tiempo legaba una secuela de hambre y desolación a los pescadores que se hacían a la mar en largas e infructuosas jornadas y regresaban a casa consternados, con la esperanza puesta en la siguiente redada.

Tenían un interés común y la misma fuente de ingreso, el mar. Por eso decidieron dejar a un lado viejas discrepancias y formar un frente unido en el que cada uno de ellos sería pieza clave para el éxito de la tentativa conjunta.

Se acoplaron en grupos a manera de relevo con el fin de utilizar las embarcaciones, los avíos y la fuerza humana, para obtener un mejor rendimiento de tal forma que la inversión, sumado el consumo de los pocos recursos con que contaban, fuese lo menos arriesgada posible. Diariamente se hacían a la mar en la afanosa búsqueda de los codiciados peces que llegaron a escasear al punto de haber transcurrido siete días consecutivos en

los que volvían a casa con las redes vacías. En poco tiempo la fatiga y el hambre se adueñaron del caserío.

Aquella tarde había salido el segundo piquete del día. El sol comenzaba a ocultarse detrás del horizonte cuando uno de los pescadores vio emerger y seguidamente sumergirse entre el gris plateado de las aguas, un enorme pez azul. El pez repitió la secuencia al emerger y sumergirse de manera que permitió al hombre señalarlo ante sus compañeros, quienes lo vieron desaparecer finalmente en medio del mar. Una y otra vez los pescadores escrutaron la franja de agua en la que el pez había hecho su aparición, en tanto que trataban de acercar la embarcación al punto señalado y debatían acerca de la extraña forma en que el animal se movía.

El asombro de los pescadores llegó al extremo cuando, al lograr acercarse al sitio en que el pez había hecho su aparición, le vieron 12

emerger nuevamente. Entonces pudieron apreciar que aquel radiante pez azul estaba unido por medio de cuerdas, a la cabeza de una mujer cuyo rostro se encontraba velado por una malla de pescar.

La insólita imagen de un enorme pez que brotaba de las aguas atado a una cabeza de mujer, otorgaba nuevo giro y envolvía en misterioso cerco aquella búsqueda, en la que ya los aguijones del hambre devastaban los estómagos de los pescadores cuyas fuerzas se iban agotando. El acontecimiento les estimuló a avezarse en una navegación más arriesgada, mar adentro, no sólo con el propósito de saciar el hambre que los empujaba a la captura desesperada de la criatura marina, sino que además representaba un reto para desentrañar el singular misterio.

Apuraron la marcha de la embarcación con el propósito de no perder ni un minuto en llegar al lugar donde la mujer del mar emergía a intervalos para hundirse nuevamente, pero mientras más avanzaban tratando de acercarse al pez azul, la mujer del mar se alejaba de la embarcación ante el pasmo y la desilusión de los pescadores que, al cabo de otra infructuosa jornada, se vieron obligados a regresar muy entrada la noche, sin el codiciado trofeo.

La noticia corrió de un extremo a otro de la ensenada. En un par de días los pescadores comenzaron a disputarse la primacía sobre aquella extraordinaria visión. Las enconadas riñas y los encuentros desafortunados entre quienes discutían haber sido los primeros en avistar al pez azul y por ende sus descubridores, hecho este que les suponía el derecho de salir a buscarlo sin la intervención del resto, comenzaron a acarrear nefastas consecuencias. Fue de esta forma que los pescadores y sus familias olvidaron la

promesa de ser fieles a los acuerdos que habían tomado para unirse.

Los días se iban sucediendo y los pescadores continuaban lanzándose al mar para capturar al único pez que había dado señales de vida en mucho tiempo, pero cada vez lo hacían más divididos y recelosos.

Mientras los hombres peleaban y se dividían las familias con enconadas discusiones que envolvían en un mayor misterio a la extraña criatura acuática atada a una cabeza femenina, se fueron perdiendo las esperanzas de rescatar a la mujer del mar que, con aquel enorme pez azul enlazado a su cabeza con cuerdas de tarraya, emergía y se hundía nuevamente, una y otra vez, ante el asombro de los pescadores que tan pronto como se aprestaban a capturarle de una banda de la embarcación, el motivo de la codicia se esfumaba emergiendo del lado contrario.

La mujer del mar aparecía y desaparecía a su antojo La mujer del mar aparecía y desaparecía a su antojo en cualquier franja marina que hubiera una embarcación dispuesta a perseguirla. Su captura se había convertido en una especie de delirio que seguía atrayendo la mala racha, como si un mal irrevocable se hubiera apoderado de la ensenada y sus moradores, al punto de no tomar estos en cuenta el daño que su propia codicia le infería a la ya desesperada situación. Finalmente los antiguos desacuerdos que habían sido vencidos antes de la aparición del pez azul, se convirtieron en pálidos bosquejos frente a las nuevas desavenencias y cruentas peleas que se agravaban con la desmoralizada convivencia y la precaria situación de las familias.

A partir de la extraña aparición no hubo paz en la ensenada. La muerte se ocupó de 13

Pasó cierto tiempo en el que la muerte continuó obrando su terrible faena en el caserío. Los sobrevivientes eran cada vez más incapaces de encontrar una salida para vencer las dificultades que se hacían mayores mientras el hambre y las rencillas ocasionaban una merma irreductible.

Cuando el tiempo dio señales de benignidad y comenzaron a regresar los peces, escaseaban brazos que se ocuparan de la captura del codiciado alimento marino. Para los pescadores, sus mujeres, ancianos, niños, y hasta aquellos que nunca antes se habían ocupado de la pesca, pero formaban parte del grupo que logró permanecer con vida a pesar de la contienda, parecía de crucial interés, al costo que fuera necesario, disponer de las embarcaciones que habían pertenecido a quienes murieron y quedaron así abandonadas. No era ello sin embargo por el beneficio de sustraer de las aguas los alimentos que el mar les proporcionaba nuevamente. Ahora las razones habían quedado reducidas a una única y proterva finalidad: capturar el pez azul y apropiarse de la mujer del mar.

capturar el pez azul

llevarse consigo a los primeros contendientes, que osaron pelearse utilizando los avíos de pesca. Los cuchillos, las hachas, los arpones, habían cambiado su suerte de instrumentos de supervivencia para convertirse en armas de guerra. El infortunio se hacía eco de la hambruna que contribuía a elevar la cifra de cadáveres mientras que el resto de los habitantes de la ensenada, malgastaba sus residuos de energía en una contienda inútil por la captura del pez azul; captura que suponía traer consigo el rescate de la mujer del mar, y este hecho prometía, no sólo la fama, sino una gran fortuna.

Miami, Florida (2003) (Publicado en “E Shè Babí y otros relatos”, Cuentos de Azotea, Volumen II, Proyecto ICELamparilla S.A., 2018)

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Nury Lucía Torres Sánchez Periodista cubano española. Ha escrito más de veinte cuentos y relatos de ficción, además de dos novelas cortas.

La gallina no era fina

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ra chapalera, orillera, chusma y buscapleito la

gallina. Era de una finca de gente con solvencia; sin embargo, ni pizca de buenos modales, de costumbres, de decencia; nada. Josefina no tenía de fina nada; y, qué pena, siempre era la primera en aparecer, cuando llegaba una visita.

Tanto fue el cántaro a la fuente hasta que se rompió y, ese día cayó tremendo aguacero, con rayos, truenos y centellas. Las luces del poblado se apagaron de tanta represalia atmosférica; sin embargo, a Josefina nada la opacó. Era más fuerte su imposición física que toda la rebelión de un clima. Galli...como quería que la llamaran, era una novedad en el corral: entre tanta ave de su raza y de otras especies, entre tanta cosa fina de comer que tenían. Galli era la diosa de la impertinencia, de la arrogancia y de la majadería.

Allí estaba, como la "mejor", cuando sonó el tun tun en la puerta, y cuando el trillo hasta ella dejaba a la intemperie varios charcos hechos por la incesante lluvia. La visita llegaba con capas de agua. Llegaba hecha basura de tanto soportar lo imbatible del tiempo; pero Fina no.

Ella sí que estaba con su plumaje intenso; aun cuando cada color, carmelita claro y oscuro, la hicieran ver un tin estropajeada, con aquél pescuezo colgante como una cantante de ópera medio vieja y regordeta, desechada, por haberse portado mal con el "bell canto".

Ella, que no cacareaba porque era ronca y, aun así, se creía una vedette en pleno despertar de sus potencialidades: algo así como quien se acuesta, sueña y se despierta siendo, en su caso, un cisne que canta, encantado de virtudes, con una percha blanca de atuendos perlados increíble; con un susurro cálido por sonido en su pico, y con unos modales, que ya quisiera el ballet "El Lago de los Cisnes" representar, aun con sus flamantes estrellas del tutu y las puntillas, aún con las sepetecientas personas en el teatro gritando sin parar... ¡bravo...bravoooooo!

Fina cacareó la llegada de Pascual y Geraldina.

Los había visto como a tres leguas. Los conocía bien. Por eso, el epíteto de "20/20" de vista, de previsora y de buena anfitriona, no iba a permitir que se lo quitaran; al fin y al cabo, de eso si podía presumir, y ahí si iba a por todas.

Un cóctel de cococococo la hizo parecer una divina. Noelia abrió la puerta. Allí se postro Fina.

Debajo de la mesita de madera que tenía el 15

búcaro de marpacíficos. Cruzó sus canilludas paticas, en son de paz, y cerró un ojo y abrió otro: al estilo gallina, algo que no falla, cuando te quieres hacer la tonta, la que no es contigo, pero estás atenta, escuchando...

Pascual habló primero porque tenía miedo de que Geraldina se durmiera sin haberlo escuchado pues, por el camino y a pesar de la lluvia, venía aletargada, soñolienta; parecía un zombi, con su falda azul y unos tacones pegaditos a la tierra.

Fue por gusto. Pascual empezó a hablar y Geraldina estaba como en el quinto sueño, con ronquidos y todo incluido y también el deslizamiento del pañuelito del que no se desprendía, tuviera o no coriza, calor o frío. _Allá en La Herradura _dijo Pascual_ me está haciendo falta una gallina ponedora, otra espabilaaaaa, un gallo que sea de armas tomar y una pava. ¿Tú crees que tengas eso por aquí, que me lo cambies por cualquier otro animal? _le preguntó a Noelia.

Fina salió corriendo como alma que lleva el diablo. Con sus dos paticas de

Fina fue a abrir el otro ojo, pero como Noelia la conocía, le pisó con disimulo uno de sus cayos. _Aquí no tengo eso compadre, lo que tengo es un gallo de pelea. Tengo a Fina, que ya tú la conoces, tengo a La Latinvoice _así le decían a la ponedora por excelencia: la misma que era una gran cantante sobre todo cuando ponía sus huevitos rosaditos, ovaladitos y criollos como no había otros por toda la zona_. Y el resto _afirmó Noelia_ es un enjambre de pollos de corral, que son buenos... pero, en fin, para qué los quieres. _Resulta comadre que se me ha cola..o un maja descara..o como el sólo y tengo que cogerlo; Y la mejor forma es que la viva o espabilaaaa avise, la ponedora me siga poniendo huevos y no se me asuste como estas que tengo ahora, que parecen un elenco de pencas cuando sienten la presencia de aquel bicho.

Necesito a la pava para la recría y al gallo pa' que cuide _enfatizó Pascual_ porque el que me regaló Pepe, hace un tiempo tiene unas vejeras que ni le cuento.

El conjunto de patas, pavos y pollitos se alteró más de lo habitual. Le dijeron a Fina que la seguirían, si ella entraba a la sala y formaba algarabía. Vamos, que Fina creyó lo que siempre se creía: la líder. Qué Latinvoice ni qué Cenicienta _como le llamaban a la que estaba siempre en la cocina, ida, perdida, apasionada y medio chiflada también.

gallina, cruzadas y alocadas. Salió a dar las voces o los ronquidos por todo el corral. En un minuto llegó y, en su lenguaje de inalcanzable chusmería, contó todo a sus coterráneos para advertirles de la mudada, de la transacción, de lo que fuera; al fin y al cabo, algunos, se irían de Flor del Pino la finca de Noelia rumbo a La Herradura y cambiarían seguro el confort, la gozadera y el cha cha cha que se traían en la casa actual.

El primero en saltar fue Pisto, un gallo semental que sofocaba a toda gallina que se parara a una cuarta de distancia. Después el gallo Pa, así le decían por El Padrino, pues era un gallo medio mafioso, muy amigo de robar gallinas, quitar esposas, coquetear y formar retozadera, pues también era un gallo viejo o "Puro"... como le decían, y al que ya le quedaba poco para seguir haciéndose el lindo.

Fina consiguió lo que quería. No le daba la gana de que le alborotaran el corral. Ella merecía un respeto, y como una comisionada del deporte, apareció con su séquito en la sala y formó… lo que formó. Su cocoro‐ coooooo fue estrepitoso, al punto que Geraldina, que dormía plácidamente, estilo Blancanieves, en aquél butacón del tipo "cama rupestre" preparada por los enanos del cuento, se estremeció. Pascual creyó que era un homenaje para reír…, y muy mal su pensamiento. Fue a lanzar su arbitraria carcajada, cuando el gallo Pisto, le dio un espoletazo en el tobillo, que lo dejó mudo.

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Ahora Geraldina lo miraba como diciendo..."te lo dije Pascual, no te metas en el gallinero de Noelia...que nooooo te va a cambiar sus animales, aunque le hagas la mejor oferta".

El traje de domingo le quedó listo para el tanque de la basura a Pascual que no tratará de ponérselo un día más, porque estaba hecho trizas de suciedad y manchas.

Ella sí se sonrió debajo de su pañuelito. A ella le daba mucha gracia cómo Fina, que no era fina, siempre estaba para defender el gallinero, aun cuando fuera pendenciera e imprudente.

Muy medida Noelia le dijo a Pascual que lo sentía por el maja ladrón y por el miedo de sus gallinas, y le sugirió hacer competencias entre su corral y el de él, pasar cursos de aprendizaje- para que aquellos aprendieran de los suyos y se dejaran de tanta guanajería por un maja medio tonto, que no era un león, ni siquiera un gato.

Y así salvó la honra otra vez Josefina. Porque aunque fuera chusma, era querida, y su ronquera ya era como el canto del ruiseñor en primavera.

La costumbre y la protección son leyes para Flor de Pino.

Agosto 2016. La Habana

era como el canto del ruiseñor en primavera

Fue a levantarse del sofá, cuando le saltaron las ponedoras y Cenicienta junto a ellas, que acababan de poner sus huevitos y por lo tanto tenían patas embarradas de tierra colorada, más, la del cuento, con todo el hollín y las cenizas del fogón en donde se había hecho minutos antes un asado y el café.

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Trampa 2

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América Sora Monroy La Habana. Especializada en Ingeniería Geofísica. Poeta, escritora y pintora, ha escrito los cuentos Confesiones, El Secreto del Dragón (Mención en Ciencia Ficción, editorial “Gente Nueva”) Las novelas Infieles y El Sombrero Azul Así como los cuentos Alexandra y sus amigos Enfrentando los Miedos, Te contaré un cuento yAmando al Sol. Como pintora ha realizado Exposiciones en Cuba y en USA. Actualmente vive en Miami.

El mago feo Resulta que en una ciudad ubicada en la cima de una montaña vivía un mago muy feo al que todos iban para consultarse, pues sus profecías habían salvado vidas. Muchos reyes deseaban que el mago les perteneciera, pero él quería ser libre, pues gustaba de hacer lo que le apeteciera.

Un día que jugaba con su pequeño amigo Alex al ajedrez, éste le preguntó ¿por qué siendo mago era tan feo? El mago se quedó muy pensativo pues nadie le había dicho que era feo y nunca se había visto en un espejo, así que no le dio importancia a la pregunta de Alex y en ese mismo momento… jaque mate! y se acabó el juego.

Cuando el niño se fue, el mago buscó un espejo y al verse se horrorizó pues era verdad lo que el pequeño decía, era realmente feo y pensó que debía remediar su fealdad, pero ¿cómo?

Paso días encerrado en su casa sin querer ver a nadie, pensando cómo iba a cambiar su cara, la

nariz era muy grande y roja, los ojos chicos, la boca de medio lado, las orejas grandes y no tenía pelo ¿En qué momento ocurrió todo ese cambio en su rostro que no se había dado cuenta?

Salió de noche y empezó a preguntar a los desconocidos qué pensaban de su rostro, unos reían sin decir nada, otros le aseguraban que la belleza se iba con la vejez y tenía que acostumbrarse, al final una señora le dijo que no se preocupara que la belleza verdadera estaba dentro de uno.

Esta última opinión le gustó pues, aunque podía verse por fuera y estaba seguro de su fealdad, el verse por dentro era muy difícil, así que suponía que su belleza era interior, por eso nadie se había dado cuenta que era feo y volvían a su casa a oír sus consejos y pedir ayuda, pero no se conformaba con ser feo y que su belleza fuera interior, por lo que empezó a preparar una receta

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El banco mágica que le devolvería la belleza externa. Su vida había transcurrido resolviendo problemas ajenos, olvidándose de sí mismo, era un mago que además de feo estaba solo, sin familia. Consultó todos los libros de magia para poner en práctica su receta y mejorar su aspecto, pero en todas necesitaba un ingrediente que no tenía…, amor; necesitaba que alguna mujer lo amara desinteresadamente… _ Imagínese _pensó_, ¿quién me va a querer con esta cara?

Sus clientes se quejaban pues ya no tenía deseos de hacer magia para los demás, estaba muy enfadado con todos, languideció en su cuarto encerrado, necesitaba dar un paseo, por lo que esperó a la noche y, refugiándose en las sombras, caminó sin rumbo por las calles de su ciudad.

Cansado, casi al amanecer, se sentó a la orilla de

un lago, al poco rato llegó una mujer y se acomodó a su lado. _Está muy solo. _Sí. _le contestó _Yo también, no he podido dormir pues mis pensamientos eran terribles y preferí salir y sentarme a orillas del lago.

La miró de soslayo y no podía precisar detalles de su aspecto, estaba demasiado oscuro. _También he pasado por días terribles y heme aquí a su lado, compartiendo nuestras penas.

Quedaron en silencio oyendo como el agua transparente se deslizaba llevándose todo lo que encontraba a su paso. El mago sintió después de muchos días paz, esa tranquilidad que necesitaba. Ya estaba amaneciendo, temía la reacción de su compañera de asiento al verle su cara y descubrir lo feo que era. Pero no fue 21

_ ¿De qué se ríe usted? _preguntó a la mujer _ De mis pensamientos. _ ¿Cuáles eran sus pensamientos? _ Quería correr al amanecer para que no descubrieras que soy ya mayor y llena de arrugas. _ ¿Qué la retuvo? _ Tu voz y los colores que salen de tu alma que son bellos. _ ¿Mi alma tiene colores? _Todas las personas que tienen alma despiden bellos colores. _Y si soy mago ¿cómo no he viso los colores en otras personas? _Porqué vives entre recetas para hacer magia. _Entonces usted no me encuentra feo. _Todo es relativo en el universo, como sólo veo la aureola que te cubre con bellos colores y oigo tu voz que me alegra, no me he percatado de tu fealdad. _Sin embargo, sí ve la suya _ Es cierto, me di cuenta cuando una persona comentó que estaba vieja y arrugada y me lo creí, ahora a tu lado me siento bella.

La miré detenidamente y como era de noche no pude precisar los detalles de su rostro. Su cuerpo despedía un perfume exquisito y me sentía tan a gusto a su lado que el tiempo transcurría de maravilla, le tomé la mano y una felicidad llenó mi corazón, algo que nunca había sentido; ella rio de nuevo, entonces vi su rostro y me enamoré de cada arruga, todo me parecía hermoso. Ella acarició mi calva y besó mi roja nariz y yo su boca, toda la ciudad salió a contemplar los nuevos colores del cielo, entonces descubrí a mi pequeño amigo Alex a mi lado, y como si no me conociera apuntó hacia el cielo y me dijo.

necesitaba un ingrediente que no tenía…

así, amaneció y el sol alumbró la ciudad que lo vio crecer y la mujer se rio al verlo tan serio y preocupado, con una risa tan contagiosa que él terminó por reír, y su cara se iluminó.

-Joven, ve ese cielo verde y anaranjado, eso es obra de mi gran amigo el mago.

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I.S.Merlin seudónimo literario de Iván Suárez Merlín (Matanzas, Cuba, 1969). Es co-autor de Antología de la Poesía Cósmica de Matanzas, Cuba (México, 2003) Muchos de sus textos aparecen en antologías de poesía cubana. Fue co-editor además, junto al poeta Raúl Tápanes, de la revista Arique. Actualmente vive en España

S/T Mis hijos se han ido quedando en las mesas de los quirófanos en las frías manos de los ginecólogos en las sombrías sábanas primaverales en la garganta de alguna puta tísica y sola bebiendo en los bares de los sueños en los preservativos tirados por la ventana en los lavamanos de las terminales en la taza de un baño de provincia en el fondo del cine en la mano de una mujer que ni me mira a los ojos en los callejones de dios

en lo folclórico de las noches solariegas en cualquier rincón de una vagina que ya es olvido.

No los recuerdo por más que explore en la memoria en los engaños de mi juventud arrojada a los vicios de la vida en el vientre de una madre que ya no habita la tierra o en esa que se pudre en otros brazos en el infierno que soy.

No los conocí vivieron un instante con la muerte bailando en sus costillas.

De ellos sólo me queda el amargo sabor de que nunca nacieron.

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Trayecto 5

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POETRY

popo

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ENSAYO

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Karyon Kuma Periodista y escritora cubana. Sus obras pueden leerse en revistas tales como Cine Guía, Arique y Ekatombe. Entre los títulos de sus libros de poesía se encuentran Escorzos, Hamaca de Piedra y Oficios, así como las antologías Rayitos de sol y Decálogo de los inadaptados. Su novela El holocausto de las mariposas se encuentra en proceso de publicación.

Singularidad y Vibración Quién ha matado la singularidad, quién tildó la obsesión de indigente. Si me destierran del mundo de lo singular carezco de impulso.

Cuando Kierkegaard califica a la humanidad de infinito o imaginario como un sitio donde se pierde el yo, está, a mi modo de ver, sin quererlo propiciando la confusión, limitando por unión de conceptos, no de intención, las posibilidades del individuo al enlazar mal la abstracción humanidad con la categoría infinita, abstracta e inconmensurable (una categoría que prefiero entender más que espacio-temporal, como una metafísica espiritual en este caso); yo observo una proyección contraria usando el concepto o figura de lo infinito.

Es justamente la búsqueda del Yo _en tanto sujeto trascendental de Kant_, una búsqueda de lo infinito, y no es saludable teorizar enlazando y categorizando la humanidad como una infinitud, como la extensa dimensión donde se pierde el individuo, lejos de eso, cuando lo encerramos en humanidad se acota al individuo no en lo infinito sino que se le acorrala dentro de su extensión, en lo universal.

Así tengo, en mi caso, una imagen más clara de la asociación.

Demás está decir que su defensa del sujeto trascendental para nuestra suerte y consuelo es de valor indiscutible. He escuchado una frase que se le adjudica al filósofo de Königsberg que más o menos textual la reproduzco, acerca de que la humanidad no tiene mano ni pie, denme algo más concreto _siento no recordar la fuente exacta_. Sí ¡qué gran herencia! Kierkegaard se percata de esto, sabía que algo monstruoso se apoderaba del horizonte, avizoraba que comenzaban a hundirnos en una universalidad 27

amorfa e impersonal. Pero aun entre los siglos XIX y el XX, y a pesar de la dos guerras mundiales, un romanticismo traducido en cambios sustanciales de derechos individuales perfilaban una dialéctica social que enfocaba a lo individual _cese de la esclavitud, Carta de Declaración de los derechos humanos, conquistas sin precedentes como es el derecho femenino al voto, el desarrollo tecnológico que trajo confort paulatino y sofisticación, entre tantos otros_. Yo no quisiera verlo desde el punto de vista Hegeliano de conjunto histórico, de proceso totalizador, no, yo prefiero encontrar en él, con lupa, al individuo encarnado en la ley que lo focaliza.

El proyecto es convertirnos en plantillas rellenables Mas, a día de hoy, se percibe un estancamiento que pretende paralizar el camino avanzado. El marco privado va desdibujándose, la obsesión por la plenitud individual se diluye; debería aceptarse entonces su monopolización por unos pocos exclusivos, esto es, descartarla para desviar la atención y nos olvidemos de una vez y por todas de nosotros mismos. Y qué dan a cambio, pues bien, ofrecen el espectáculo, nos hacen convivir con lo creado por la ingeniería social y el llamado Darwinismo social, me dan el espectáculo del otro. El proyecto consiste en convertirnos en plantillas rellenables de cualquier cosa para desterrarnos del estado singular, de aquello percibido que no puede conseguirse sino a través de la libertad de análisis, la razón infinita y el yo infinito, la sensación, incluso a través del ejercicio de ideas utópicas, ¡Sí, utopía! _fértil en muchos casos_, y así luego, introducirnos en la fantasía colectiva incluyendo su aburrimiento. Al uso se establece el acoplamiento en la burbuja colectiva, y hasta lo poético es muchas veces espectáculo; algunos que otros los vemos correr a los salones más variopintos felicitándose por ser poetas, y es que a la sazón, ha nacido el poeta globalizado, ése que encuentra asilo en la hermandad. Ha crecido

una especie de sindicato apologético, calco del menester gremial que tiene en su oficio el pronóstico de valoraciones prediseñadas. Se altera pues la temporalidad y el escritorespectáculo arranca avisando que ha nacido un talento, y no sólo esto, el borrador aún está caliente y ya visualiza el escenario y la trascendencia, encima, se aplaude por ser universal. No será, creo que no, ese poeta venático y errático o tímido con cierto terror de sí mismo y una insoportable fobia a lo que se mueve a pocos milímetros de él, incluso dentro de él, con escándalo de ser. Digámoslo: tal vez como el filósofo, es una criatura rara el poeta.

Arisco, aturdido, autosuficiente. Sin embargo, el poeta-espectáculo se vuelve transparente, desprecia la soledad, le horroriza el anonimato, no quiere asustar y se ajusta coherentemente sin subir mucho el tono, ahí está, se ha institucionalizado. Inquieto por la aceptación, el escritor_espectáculo se convierte en un animalito social dócil al alcance de la mano; se auto interpreta como un funcionario de la palabra y la responsabilidad pública, así que está dispuesto a responder y está lleno de respuestas, sobre todo eso, tiene respuestas para todo, jamás ignora o echa a un lado algún asunto porque justamente es global; se ha suscrito a cierta constitución universal del rebaño y, ya que nos acostumbramos a convivir con la coherencia y la sustitución para sobrevivir la angustia o el asombro, sospechamos que, tanto la poesía como la narrativa y más, llegarán a instalarse definitivamente en el campo de la literatura de autoayuda emigrando así hacia la utilidad en serie y de ahí a su estadía espectacular.

Reducir el misterio y ridiculizar lo metafísico obliga a dar varios pasos atrás, y casi lo logran.

Kant intentó la convergencia de lo empírico y lo racional; dos siglos después Ortega y Gasset tira 28

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de lo que consideró dos brazos complementarios; su raciovitalismo, tan admirado por pensadores contemporáneos cubanos como Jorge Mañach, es una muestra cercana a nosotros de tales defensas e inquietudes. En cada individuo es de suponer que existe el germen para su particular universo; Kant, racionalista e iluminista llamó la atención acerca del conocimiento a priori, o sea, ideas de tal sustancia que no dependen de ninguna experiencia, y eso es único, y por tanto es predisposición; debemos decir que a pesar de esto se reconoce su defensa de lo universal por encima de lo singular y esto es una de sus contradicciones. Dicho sea de paso, tal dogma era una pesadilla para Ayn Rand que defendía a rajatabla la autonomía y desempeño del individuo. La solución kantiana de cambiar el punto de vista hacia al sujeto mismo como fuente válida del conocimiento, es la piedra angular del filosofar moderno. Se contradice, es cierto, al ir en busca de la fe, de una metafísica superior, universal mientras al genio se le escapa el hombre. Muy a pesar de todo, Kant puso el dedo en el punto; acerca de ello, Máximo Castro Turbiano afirma “la filosofía del porvenir brotará del seno del kantismo.” Sin embargo, mire usted, la obsesión no es típica y la contemplación individual es pérdida de tiempo, no hay donde colocarla.

Hoy, ahora mismo miro los pilotes del espigón a través de una ventana de madera. Las ventanas tienen personalidad, cada una suena diferente, sea por el lugar donde estén situadas, sea por el material con que estén hechas, o por la fuerza con que se abren o cierran, sea por la posición o fuerza del aire que las golpea o por la habitación que encierran o abren, tal vez el tamaño, la temperatura, el desgaste, sea porque soy yo quien las percibe. El vacío es aliado de la singularidad. Los pilotes que sirven de flanco a la urbanización tienen una mancha oscura al mismo nivel sobre el agua de la bahía que tuerce una ola atascada entre las piedras; dos días atrás no se notaba la sombra dejada por el pique constante del mar. La sombra ha crecido hacia abajo. La marea vuelve a descender y quedan al descubierto los pilotes que retienen la espuma y

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el sargazo de la costa dejando la ilusión de fortaleza y protección. Pocos días atrás, la marea amenazaba con sobrepasar las rampas que deslizan el paseo por el contorno de las terrazas donde suelen descansar los transeúntes y los pájaros. Quedan preguntas en el aire y respuestas incompletas, pocos días atrás no habían llamado mi atención y era como si no estuvieran, y me veo en ellas, nos confundimos, soy ventana, pilote, pájaro.

Germen y humo, el ser redimensionado intuye que todo ser vivo representa la pirotecnia del absoluto, una constante combustión de realidad que deja tras de sí objetos varios _Heráclito acarició una gran sospecha_. Parece cierto: suceso de desechos es el hombre; desechos que incineran y crean novedades. Todo aquello que hierve varía, hoy mucho más aceleradamente.

Pero qué hay de lo intangible, lo que escapa a los sentidos. El humo perpetuo que mi Yo representa convulsa en lo caótico, en lo disperso, intangible, impredecible, inclasificable. Aun así –oh, por Dios- pretenden el adaptismo ¡Una evocación!

Evocan para que suceda, porque evocar es suceder. Y en pos del adaptismo aceptamos el pacto con el simulacro, nos dejamos entretener por el pacto y la aceleración de los acontecimientos de los otros, porque se nace con una especie de deuda acelerada y agradecimiento acelerado.

Acoplar _aceleradamente_, asumir todo esfuerzo anterior y presente, hay que “parecerse”, seguir la tendencia, los esquemas vitales anteriores y contemporáneos, incluido el lenguaje que acota y define, el pacto que prohíbe el aislamiento y normaliza el consumo. El desgaste de energía provoca que se diluya nuestra sustancia en la corriente, en lo horizontal. Somos, en este punto, una partícula que rueda horizontalmente y da saltitos empujada por la corriente. No hay verticalidad ni interioridad. La Esencia o no está o se ha desperdigado; y qué sucede con la energía: está no concentrada, sub utilizada, y su déficit provoca debilidad, desorientación. Es cuando se ha alterado la esencia cuando estamos en peligro de aniquilar nuestra individualidad, es decir, cuando perdemos las referencias del yo,

que aunque me remite a un absurdo es con lo único que puedo experimentar mi trascendencia. ¿Se sostienen las ideas y sentimientos en cuanto se les pone a dura prueba?

A su vez, la hipersensibilidad no es aconsejable.

Aunar lo metafísico con la experiencia sensible es simplemente agotador; a veces pensamos que con los sentimientos no hay que hacer nada; están para estorbar, son desmedidos, inoportunos y falsos vecinos, cargamos con ellos y nos engatusan. Los sentimientos son un vecino malagradecido, así el lugar de los sentimientos _los buenos o menos malos_, lo ocupa el deber, la ética _y volveremos a Kant_, alguna compasión, cierta correspondencia o armonía que coexiste con la memoria... Asusta ¿verdad?

La ingeniería social juega con el imaginario colectivo haciendo creer que se preocupa por las distinciones. Aquellos derechos naturales de los que hablaban los estoicos son bandera de lo universal y fuerzan las fronteras de lo particular.

Algunas líneas comunes deben existir pero salvando a la vez lo singular. El espectáculo de lo universal está asegurado por el adaptado asertivo que observa con desdén al singular quien tiene justamente en desventaja cierto exceso de autoconciencia y la sospecha de que algo del exterior está siempre pendiente de ser filtrado, algo de cuya armonía depende el equilibrio metafísico. La conservación nos enseña a filtrar y esquivar; si no toleráramos, haría rato se habría acabado la historia.

Pero el adaptado asertivo toma no sólo la iniciativa, sino también la delantera y aunque torpemente, luce el alarde de supervivencia sin reparo percibiendo lo único como algo atrofiado que debe ser reducido por no ser útil al colectivo, a la tendencia que llevará por derecho la fuerza y la supuesta universalidad. El límite no forma precisamente parte de su fórmula, ocupa los espacios avanzando ininterrumpidamente sin escrúpulo, tachando el pasado de obsoleto, apropiándose del futuro con arbitrariedad legislativa. Se mueve, se mueve sin cesar. Pero lo singular está relacionado con la vibración y su complejo sistema de energías. Según el medio podremos desarrollar la singularidad mejor o 30

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peor, o no, y en dependencia de esto, echar raíces, lo cual supone un acto espontaneo en el mejor de los casos, o forzado, según los condicionamientos teleológicos que nos guían y sostienen. Saber dónde estamos es el primer dato que urge para echar raíces; sin echar raíces no podemos desarrollar la singularidad.

El comportamiento estoico-esperanzado En el laboratorio social las fuerzas de control han logrado un hibrido que se generaliza, instala y afianza en las respuestas de los individuos modelando y estructurando el devenir en función de la manipulación y es, a nuestro modo de ver, el comportamiento estoico_esperanzado.

Desde los tiempos de Séneca, Marco Aurelio o Epicteto, se advirtió que el estoico tiene extirpada la esperanza, y esta condición le vuelve no participativo, no contribuyente e inmanejable.

Para ser manipulable el estoico necesita ser además esperanzado, es decir, asertivo. Éstas son actitudes perseguidas por la ingeniería social: manipular a aquellos cuya voluntad será doblegada a través de la falacia porque tienen una gran carga de asertividad. El estoico de pura cepa no tiene esperanza. Y esto es un problema para “el ingeniero social”, ese manipulador a quien le hace falta el concurso de la esperanza, pero eso sí, no mucha, un poquito, la suficiente para engrasar la cadena de convencimiento, fusión que debe mejorase al sumar un toque de moral ambigua y memoria nula para fraguar la criatura perfecta: el buen obediente contemporáneo quien es un estoico esperanzado a quien se le extirpa el sentido del yo y la conciencia de algo necesario para la identidad: el recuerdo de uno mismo y la estabilidad de su sustancia en tanto ser trascendental. Digamos que si usamos las categorías de Sustancia y Accidente marcadas por Aristóteles, encontramos que no sólo trastean en nuestros accidentes sino que van directo a la sustancia.

Mientras los sujetos hablan de cambio y reclaman que estos sean efectivos y rápidos, el manipulador es quien se sale con la suya y nos cambia a nosotros, y no sólo nos hace cambiar

nuestros accidentes (con quién nos relacionamos, con cuántos, qué acción podemos o no ejecutar, dónde, en qué forma y frecuencia) sino que, andando el tiempo, esperan un disparate mayúsculo: ¡que nos olvidemos de nosotros mismos! Estamos pues también hoy ante nuestro verdugo contemporáneo que pretende sostener nuestra cabeza.

Los individuos de países arrasados por los totalitarismos carecen de esperanza, han sido arrastrados a la duda de su trascendencia y singularidad; es común cierta herencia de pesimismo que invade, incluso muchos de quienes logran huir, una vez fuera del espacio totalitario, tardan en recuperarse, cuesta trabajo estimularse, y en gran parte de los casos ya no hay retroceso, esa noción del fin de las posibilidades ha quedado marcada y no hay lugar para la utopía o el riesgo, aun así se espera que confíen nuevamente, que se ilusionen con algo. A pesar de que ciertamente las cosas cambian, hay una resistencia _otra palabra que quiero subrayar_, que mantiene la identidad y persiste durante el devenir, a la vez que hay transformaciones, esa resistencia caracteriza y reafirma, y entiendo que tal vez ello responda, en primera instancia, al origen, al Arje, esa sustancia fundamental que buscaron los presocráticos y pitagóricos, aquello que responde al logos mismo, el ser del universo: cambio y a la vez estabilidad, fluidez y a la vez permanencia, serán opuestos que responden a la propia existencia del cosmos.

Pues bien, el ser humano, tampoco escapa a ambas condicionantes, por tanto, el acto de cambiar no debe alterar la estabilidad fundacional, cambiar no es sólo remover o desordenar, o pasar de un estado a otro, implica una estabilidad _pensemos en el agua en sus diferentes modos naturales que conserva su composición química, su masa atómica_, la estabilidad está ahí, sus componentes están en tensión y son los ejes de ese equilibrio que le identifica como agua y no como otra sustancia, siendo nube, hielo o río. Conservamos esencias 32

que perduran no obstante el tiempo y las contingencias. Negando esta metafísica, el manipulador se aventura a adulterar la identidad en su laboratorio social, pues entiende que si un individuo cambia de trabajo, de pareja, de ciudad, de país, de sistema monetario, de familia, de paisaje, de costumbres, y el próximo año vuelve a cambiar, está a merced de los relatos externos, hundido bajo capas superpuestas que opacan su individualidad, es un producto que no tiene oportunidad ni tiempo para recordarse; experimentan con la mutación de valores sustitutos, se desdibujan y crean híbridos. Vamos de aceptación en aceptación, de consentimiento en consentimiento. A partir de ahí sólo es copia y pega a través del uso de la aparente comunicación dejada en manos de los mediáticos locuaces o neo retóricos con el doble discurso. La reticencia a no llamar las cosas por su nombre y envolverlas en bloques o paquetes emotivos es la tarea entonces de los maestros del doble discurso; el carisma y la perversión serán las piezas claves para crear ilusiones a través de montajes.

Es curioso cómo la masa _consideración con que somos tratados_, es identificada muy a menudo con dos eufemismos escalofriantes: público y pueblo y otro peor: humanidad.

Público, cuando el uso es del interés artístico o de afamados creadores que a su vez dicen estar lejos de la masa pero que necesitan que consuman sus productos o al menos lo divulguen o sirvan para saciar el ego. El segundo eufemismo más escalofriante aún es cuando somos identificados como pueblo o humanidad. Esa metáfora alucinante que convive a diario con nosotros, que constituye el pretexto para arribar o mantenerse en el punto de poder. Se habla y se jura en nombre del pueblo, se hacen alianzas y pactos declarados como populares y humanistas, sin embargo obedecen a la depravación financiera; se emiten leyes en nombre del pueblo pero contra el pueblo, somos identificados y envasados con esta etiqueta que nos creemos es respetada e incluso temida. Público y pueblo son dos palabras que por sólo nombrarlas surge la tomadura de pelo y una vez pronunciadas los

fabricantes de ilusiones logran cuanto quieren. A estos eufemismos falta agregar el concepto de mercado. Si se habla en nombre del mercado, se supone que les acompaña la razón, la autoridad y las buenas intenciones _“para el pueblo” claro_, pero no nos llamemos al engaño, nos quieren lejos, atrás, debajo en un universo pre fabricado.

El bautismo del mercado nos ha reducido a un primitivismo locuaz, digamos que quien hable en nombre del pueblo y a favor del mercado ya ha bendecido sus actos; sus crímenes serán perdonados, su crueldad ya no es tomada en cuenta. En este plano se ha compactado y borrado tanto la historia como el individuo en nombre del mercado y nos arrastramos a la neo historia donde los malos no son tan malos,

y los infelices son los culpables que tienen que colaborar.

Se ha logrado crear en el laboratorio social la fórmula catalizadora: la impunidad.

Así pues, salir de la zona de confort que es ser visto como humanidad, donde todos se reparten el devenir, es ahondar en el ser trascendental.

Dejar los sustantivos por el verbo. Para que haya triunfo o pérdida, hacen falta primero individuos triunfadores o perdedores que reten su infinitud.

Y es que acaso es el ser el infinito, como el tiempo es no tiempo. El ser se percibe desde la misma infancia; sí, desde la infancia una potencia espiritual desconocida acompaña con rara presencia. Tal vez sea algo cercano a la posición próxima al ser universal que vemos si echamos un vistazo a la Schala Naturae, aunque, por sentido común se impone establecer distancia del pensamiento místico que sitúa el modelo humano cercano a la divinidad imaginaria y es juzgado con preceptos lejanos a nuestras posibilidades.

Si escojo la incertidumbre de vivir desde lo singular asumiendo la libertad al mismo tiempo dedico el justo lugar a aquello que me es ajeno.

El uso de la libertad y el cultivo del alma es lo que rescato de la metafísica especial para llevármelo como herencia, pues aun cuando la creencia en 33

¡SÍ, UTOPÍA!

Dios y la inmortalidad flaqueen o se esfumen, mi libertad la experimento, el alma vibra, las expresiones del ser fluyen con la vibración, y no sólo se trasluce en imágenes poéticas o artísticas, tienen por su puesto, un amplio registro: El Taj Mahal se construyó por amor, lo que le dota de doble admiración; una vacuna puede ser creada por la angustia ante la experiencia de pérdida de un ser querido. No sólo el arte y la poesía, junto a la filosofía asumen la defensa de la singularidad.

No vamos a despreciar la tecnología, que aunque pertenece al mundo de la servidumbre, entraña obsesiones: cruzar el atlántico más rápido en avión puede corresponder a un acto de desesperación. La espiritualidad se manifiesta desde muchas obsesiones y soledades; donde no hay obsesión y soledad no hay intimismo y mucho menos singularidad, sino un circo de emociones superficiales; ellos son el lenguaje en que se traduce la vibración.

Domesticados (I) Singularidad y vibración Bibliografía de consulta Castro Turbiano Máximo, Revista Cubana de Filosofía, 1946 Sarduy Severo, Entrevista en A Fondo, TVE Kierkegaard Sören, Tratado de la desesperación.

Kant Immanuel, La crítica a la Razón Pura

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Oficios ©- Karyon Kuma- Soy un insecto que merodea y mira a través de un cristal que duerme. Sólo estos ojos tengo, con ellos debo enterarme de qué está hecho este campo de maíz, y el gran relato, el gran pronóstico que me tiene guardado…

Arreciados por el Éxodo © Ma. Eugenia Caseiro

El Correo de la Mañana.© María Eugenia Caseiro “...solitarios personajes habitando el reducido espacio de su memoria...”

Rayitos de sol ©- Karyon Kuma: Escribir para un niño significa el reto de dirigirnos nada menos que a los dominios de la pureza.

Debo decir que, si no hubiera convivido con unos niños apasionados, este libro no hubiera tenido la inspiración que se necesita para rescatar el humanismo que a veces parece perdido

Donde crece el vacío © Ernesto Olivera No fue arriesgado salir en plena luz del día por los alrededores del barrio. A todas horas ese pueblo sale a resolver la flauta de pan, la leche de soya, la carne de soya, la vida de soya

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AUTORES A America Sora Monroy

K

Nació en Cuba, La Habana, graduada de Ingenira Geofisica , trabajando por 30 año en la industria petrolera en Cuba como interpretadora sismica Actualmente vive en Miami.

Escribe versos , cuentos y novelas para niños y adultos: Confesiones, El Secreto del Dragon/Mencion en la categoria novela de Ciencia Ficción, editorial “Gente Nueva”, Cuba.El Sombrero Azul-Alexandra y sus amigos Enfrentando los Miedos/Cuentos de niños, Infieles---2010/Novela. Te contare un cuento/Cuentos Amando al Sol----2014/Poesia Tambien pinta en oleo, acrilico y tecnica mixta. Exposiciones en Cuba y en USA. El libro de Alexandra y sus amigos fue Ilustrado por ella, asi como algunos de las portadas de sus libros.

Periodista y escritora cubana. Sus trabajos pueden leerse en revistas tales como Cine Guía, Arique y Ekatombe. Entre los títulos de sus libros de poesía se encuentran Escorzos, Hamaca de Piedra y Oficios, así como las antologías Rayitos de sol y Decálogo de los inadaptados. Su novela El holocausto de las mariposas se encuentra en proceso de publicación.

C

Christine Leue Escritora alemana quien ha publicado relatos cortos y cuentos de hadas, así como cuatro novelas. Ha sido reconocida por su trabajo acerca de la demencia, presentado y divulgado por Vincentz Network.

E

Ernesto Olivera Castro Ciudad de La Habana 1962. Poeta y escritor, tiene publicados seis libros de poesía y una novela en Amazon (Donde crece el vacío). Ha incursionado además en guion de cine y teatro. Editor de varias revistas. Su obra se ha publicado en Cuba, USA, Italia, España, Brasil, Argentina y México (país que ama profundamente).

I

I.S.Merlin seudónimo literario de Iván Suárez Merlín (Matanzas, Cuba, 1969). Es co-autor de Antología de la Poesía Cósmica de Matanzas, Cuba (México, 2003) Muchos de sus textos aparecen en antologías de poesía cubana.

Fue co-editor además, junto al poeta Raúl Tápanes, de la revista Arique. Actualmente vive en España

Karyon Kuma (Conchy Cambeiro)

M María Eugenia Caseiro (Mariú). La Habana, 1954.

Poeta y narradora. Bibliografía: “Pedazos de paisaje”, versión original en español, La luna del perito, Alicante, España 2005 y, en versión bilingüe (español y rumano), Literra, Rumania 2005; “No soy yo”, Poemápolis, Bilbao, España 2008; “Nueve cuentos para recrear el café”, en versión bilingüe (español y francés), Editions Equi-Librio, Lyon, Francia 2009; “ESCAPARATE, el caos ordenado del poeta”, Editorial Glorieta, Miami, USA 2011; “Arreciados por el éxodo”, ICE, Miami, USA 2013 “A Contraluz”, ICE, Miami, USA, 2016; “Antecedentes y Morfología de la Fobia”, Editorial Exodus, Barcelona, Cataluña 2016; “Arreciados por el éxodo”, (edición especial), Imagine Clouds Edition, Miami, USA 2017; “El Correo de la Mañana” (comedia satírica), Proyecto ICE & Lamparilla S.A., Miami- Barcelona, 2018; “Galeato por un suicida”, Proyecto ICE & Lamparilla S.A., MiamiBarcelona, 2018; “El Escarmentador”, Cuentos de Azotea, Volumen I, Vitrales C.E., Miami, USA, 2018. “E SHÈ BABÍ. Testimonios para deponer lenguagenomas”, Cuentos de Azotea, Volumen II, Vitrales C.E., Miami, USA, 2018.

N Nury Lucía Torres Sánchez Periodista cubano española con amplia experiencia en prensa radial. Ha escrito más de veinte cuentos y relatos de ficción, además de dos novelas cortas.

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Indice Ernesto Olivera Castro Karyon Kuma Christine Leue Ma. Eugenia Caseiro Nury Lucía Torres América Sora I.S.Merlín Karyon Kuma

4 Los sangrados logros, Poesía 6 Anti poema de la noche, Poesía 9 What remains, Poesía 11 El pez azul, Cuento 14 La gallina no era fina, Cuento 18 El Mago feo, Cuento 21 S/T, Poesía 25 Singularidad y Vibración, Ensayo

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Revista Arje N1 AĂąo 2019 Revistarje04@gmail.com Todos los derechos reservados Miami, USA

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Fina salió corriendo como alma que lleva el diablo

Where promise prevailed te matarán lo que te dejes matar aparecía y desaparecía a su antojo la belleza verdadera No los recuerdo por más que explore en la memoria

la más afortunada de 6 las criaturas silvestres