8 ESCUELA Núm. 4.044 (1.528)
18 de diciembre de 2014
Entrevista Alicia Alonso. Maestra de Infantil
foto: TERESA RODRÍGUEZ
“Muchos Einstein se pierden continuamente”
Pablo G. del Álamo Infantil es una de las etapas más olvidadas. Su primer ciclo, más que el segundo. Para evitarlo, colectivos como la Plataforma Estatal en Defensa de la Educación Infantil de 0 a 6 años ultiman un informe sobre su situación e, una revisión de su pasado y las premisas que deberían conducir su futuro inmediato. Hablamos con Alicia Alonso, una de sus autoras. Una charla cordial sobre los derechos de la infancia, la cultura del 0-6, el sistema educativo. Alicia es una mujer de tono apacible, con una gran capacidad de hacer pedagogía, que se muestra muy exigente con las administraciones y con el personal docente. Pero tiene claro que “hay algo que no terminamos de hacer bien” cuando habla de sensibilizar sobre la importancia de esta etapa. En el informe habláis de la cultura de la infancia. ¿Qué es? Tiene que ver con que, de igual manera que la cultura general está interpretada sobre la percepción de los adultos, los niños y niñas no perciben igual. No porque no tengan capacidad, sino porque están en el inicio de su proceso de humanización. Hoy sabemos muy bien cómo perciben y qué tienen que hacer
para percibir. Qué ambiente se tiene que dar para desarrollar sus potencialidades. La cultura de la infancia tiene que ver con esto, con su necesidad de hacer para aprender, de movimiento y, por extensión, de exploración, de manipulación. Esto permite que construyan conceptos, relaciones que luego van a poder representar de manera simbólica sin necesidad de “hacer”. Para eso se necesita un ambiente rico, cálido. Porque no es solo que ofrezcas situaciones, sino ambientes en donde una actitud adulta desagradable no dificulte explorar, percibir, inventar, crear, relacionar, seleccionar… Este tipo de cosas son básicas para que puedan hacerse con la cultura de su entorno y seguir recreando cultura. ¿Va de lo físico a la abstracción? Efectivamente. De lo físico, pero muy relacionado con el ambiente afectivo y de comunicación del que disponen. Los niños pequeños no pueden expresar las cosas con el nivel de elaboración con el que se expresa uno mayor. Lo hacen mediante sus múltiples lenguajes: el tono, cómo se encogen, cómo se extienden, qué gestos ponen, cómo se emocionan, cómo se mueven, con qué velocidades y con qué control lo hacen…
¿Por qué no se le presta demasiada atención a Infantil? Hay una razón fundamental y es que el rendimiento expresado en términos medibles en edades posteriores es más fácil de observar. Además, se ve la infancia como una preparación para, no con entidad en sí misma. Como en los pequeños no se pueden medir ciertas cosas, no se consideran de relevancia. Se dice: “Ya aprenderán cuando sean más grandes, cuando lleguen al colegio”. Empezamos a tenerlos en cuenta cuando empiezan a sumar, a restar, a leer, a escribir… eso es lo importante, lo demás no. Como además no provocan problemas gravísimos, como pueden hacerlo los adolescentes cuando no están bien tratados… Los pequeñines pueden llorar más, por ejemplo, pero se adaptan a casi todo. De manera que Infantil es una etapa que se ve como asistencial, como que con tenerlos metidos en algún sitio es bastante... ¿Qué concepto tenemos de la infancia? El concepto no ha sido siempre el mismo. Hasta Rousseau eran una molestia que se mantenía, porque eran un seguro de sostenimiento y de cuidado, una fuerza de trabajo para aumentar las posibilidades de las familias. Los niños eran cosas.
Con Rousseau, y los pedagogos y movimientos posteriores, aparece una valoración y un repensar su figura como seres con cultura propia, con necesidades específicas y con derechos para desarrollarlas. Hoy sabemos que el cerebro en las primeras edades en tremendamente plástico. Es adaptable y puede desarrollarse. Nacemos con una serie de neuronas que pueden aumentarse y sus conexiones se desarrollan sobre experiencias. Los circuitos que se posibilitan sobre las experiencias repetidas, con continuidad y otras características, se mantienen, se enriquecen y se potencian. Y su potenciación permite que se desarrollen otros. Lo que no se entrena, desaparece, porque es inútil para la supervivencia. Es un desgaste de energía inútil y, por tanto, tiende a la eliminación. De manera que muchos Einsteins, Picassos, Leonardos se han perdido o se pierden continuamente. Pero no solo eso, ya que hay otra gran aportación y es la posibilidad de una humanidad con potencialidades como las que trabajamos en Infantil: empatía, asertividad, seguridad, equilibrio personal, desarrollo integral, creatividad… Una humanidad con esas características sería muy diferente. Eso es lo que nos estamos jugando. ¿Por qué Infantil debería ser un único ciclo? Porque todo esto que estoy comentando es un proceso que se inicia en el nacimiento y que no concluye a los 6 años, digamos que el cambio evolutivo se da en torno a los 7-8 años. Es decir, que aquí se ha hecho mal. Debería ser el 0-8. Si debería ser el 0-8, imagínate si lo cortamos en el 0-3. Nosotros entendemos y lo expresamos así en el informe, que cuando surge en los 80-90 la apuesta por Infantil como etapa con entidad, se dividen los ciclos por cuestiones económicas.. ¿Es dejación, mala fe? Mala fe entiendo que no es. Es desconocimiento, estereotipos y lugares comunes… Sobre todo, minusvaloración. A pesar de lo que me digas, de los estudios, de lo que se está descubriendo, ¡va!, eso son tonterías, los niños y niñas pequeños no necesitan de nada del otro jueves para ser atendidos. Estamos en un ambiente neoliberal salvaje en el que se inscriben los grandes partidos, en una vertiente suave o potente. Las cuestiones sociales de mejora del ser humano, que ayuden a su felicidad (palabra que se ha olvidado, que ni siquiera aparece en las leyes), son menores. Y mantenemos cierto discurso. Pero, claro, cuando tenemos un gobierno que está
haciendo salvajadas, es muy fácil decir ciertas cosas. Me sorprende que en el programa que dicen que maneja el PSOE reivindique la universalización progresiva del 0-3… ¡Pero si es lo mismo que se decía en el año 90, en el 85 y en lo que se ha ido hacia atrás! ¿Qué aporta eso? No quiero tirar leña contra ningún grupo, pero es una cuestión de sensibilidad política que hace mucho tiempo que se ha perdido en los grandes partidos. No solo eso, sino que se entra en el agravio, en el ninguneo. Cosas que hace 15 años nadie se atrevería a decir, hoy se dicen con una soltura impresionante con respecto a los niños y niñas del 0-3. Y con los de 3-6. A veces, por desgracia, por parte de los profesionales, para quienes parece que lo único importante es someterse a las administraciones y machacar a los niños para que adquieran aprendizajes que no están capacitados para adquirir. Hay que diferenciar entre lo justo y lo legal. A veces lo legal es muy injusto. ¿Planteáis la obligatoriedad? Cuando hablamos en estos términos, no quiere decir que planteemos que tenga que ser obligatoria, ni mucho menos, sino universal; que cualquier familia pueda decidir en libertad si quiere o no llevar a su hijo a una institución educativa. Y no solo instituciones. Debería haber recursos, apoyos, todo regido desde Educación, para que cada cual encontrara aquello que necesite. Tendría que haber políticas parentales como en algunos países del norte de Europa, en que un padre y una madre pueden estar más tiempo con sus hijos, porque la crianza se considera una inversión social. Y que quienes decidieran quedarse en casa pudieran tener remuneración por ello. Y espacios donde contrastar con otras familias, donde poner sobre la mesa dudas y preocupaciones, y tener expertos que puedan orientar, ayudar, guiar, explorar… ¿Qué hay de la convención de derechos de los niños? Prácticamente todos los países la han aceptado, excepto EEUU y Somalia, con lo cual deberíamos tener una infancia feliz. Pero es papel mojado. El derecho a la felicidad y que el interés superior del niño sea lo primero ante cualquier situación, son aportaciones centrales de la convención. Lleva no solamente a los derechos a la salud, a la educación, bienestar, la familia, la identidad, etc., desde el nacimiento, sino a plantear que cualquier legislación que directa o indirectamente les afecte, incluidas las laborales o sociales que reciben sus familias,
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ENTREVISTA
¿Hay alguna autonomía que sea un buen ejemplo? Había una, Baleares, que tenía un planteamiento muy bueno en el anterior gobierno socialista. Había planteado un currículo basado en las necesidades y derechos de niñas y niños, unos requisitos de centro maravillosos, que incluso tuvieron que reducir porque los privados dieron la voz de alarma. Con el cambio de gobierno, aun cuando se mantienen algunos presupuestos, se están convirtiendo en papel mojado. Por otra parte, hay muchas diversidades. Encuentras sorpresas como, por ejemplo, Castilla y León, que dentro de su problemática y siendo un gobierno del PP, ha elaborado planteamientos más respetuosos. Y tenemos otras autonomías que da igual que estén unos u otros, porque no han hecho nada. En Castilla-La Mancha, durante años tuvieron centros de atención a la infancia para no tener escuelas, salvo algunas. Luego intentaron incorporarlos en el régimen de educación pero, con el cambio de signo político, se ha ido al garete. Madrid se lleva la copa en destrucción de Infantil, en ninguneo, aumento de tasas, en apoyo a la privatización. Las escuelas públicas tenían lista de espera y las privadas se nutrían de los niños y niñas que no podían ir a las públicas. Aún en barrios en los que, tras Infantil las familias apostaban por la concertada o la privada, en esta etapa lo hacían por las públicas, por su calidad. En este momento hay plazas vacantes y muchas escuelas están cerrando aulas. Pero claro, quién puede pagar 236 euros por una criatura. Y eso en el caso de la situación económica más desfavorecida, es decir, con unos ingresos anuales iguales o inferiores a 5.480 euros. Es una situación impensable, cuando la escuela privada tiene el cheque guardería. Estamos en el sinsentido de que la escuela pública es más cara que la privada.
foto: TERESA RODRÍGUEZ
deban tener en cuenta este interés superior. Con el panorama que tenemos, si ni siquiera el interés superior del niño está encaminado a disminuir un nivel de pobreza que supera el 30%..., pues ya me contarás. No estamos hablando de educación institucionalizada, hablamos de vivir, de comer. De la salud, del derecho a una vivienda que no tienen garantizado. Esto se sabe y no se hace nada eficaz contra ello. La convención sirve porque es un referente que, por lo menos, puedes utilizar como espejo, pero no solo no se está llevando a cabo, sino que se está disminuyendo.
¿Ha habido un tratamiento perverso? Ha habido un tratamiento perverso por parte de las administraciones del PP que apuestan por la privada y, por tanto, conciertan la educación; todo ello al servicio de un falso planteamiento de libertad de elección. Si tú tienes una escuela pública de altísima calidad, no hay más historia. Las privadas, que las pague quien tenga dinero, pero no con el que se detrae de la pública. El problema de la concertada es que, además y añadido a esto, en la mayoría de los centros las familias terminan pagando cuotas. Con lo cual se benefician del dinero público y del de las familias. Ahora en el 0-3 asistimos a un fenómeno que no se conoce como concertado, sino como conveniado. Centros concertados en las etapas posteriores que crean una empresa filial que no declara como Escuela Infantil sino como centro de atención a la infancia, y que se beneficia de subvenciones públicas. Además, chantajean a las familias diciéndoles que, para garantizar su plaza más allá de los 3 años, los matriculen antes. ¿Qué hay del paso a la Educación Primaria? Esto forma parte de una evolución de la que no somos muy conscientes. Con los primeros gobiernos socialistas, dentro de la Ley General, se desarrollaron los programas renovados, una espe-
“Estamos en el sinsentido de que la escuela pública es más cara que la privada”
cie de currículo que, sin ser un cambio de la ley, suponía variantes en el planteamiento metodológico y pedagógico. El primer ciclo de Primaria se empezó a infantilizar, en el mejor de los sentidos: las metodologías y los enfoques que se plantearon para Infantil empezaron a impregnarlo. Se plantea una transición suavizada, y muchos maestros y maestras de Primaria iban a cursos de Infantil para aprender. Esto se ha invertido, porque no se ve todo lo que hemos hablado de la cultura de la infancia, solo que los niños se lo pasan bien (faltaría más). Como nada más se veía eso, han llegado a Infantil planteamientos soterrados del estilo “la letra con sangre entra”, de forma que lo que hay que hacer en esta etapa es aprender a escribir y las cuatro reglas. En el primer ciclo de Primaria se está tratando a los niños como si fueran de 2º o 3er ciclo. Con unos horarios rígidos, con planteamiento de deberes bestial, sentados durante horas… No se acuestan siendo pequeños y se levantan siendo mayores. Tiene que haber una transición. No solo esto, mucha gente de Infantil de 3 años ha perdido los papeles y está generando una presión salvaje en el 0-3. No aceptan que les lleguen niños con pañales o con pérdidas. Igual que los de 1º de Primaria no aceptan que lleguen sin leer y escribir. En esto hay componentes laborales… Ya, pero es gracioso. En el caso de Infantil, supuestamente haces una carrera 0-6, el título es ese. Otra cosa es cómo es la formación inicial, en la que no se ve 0-3 más que en la asignatura de evolutiva.
Aunque te hayan formado mal, tienes que saber que la etapa es 0-6, y que los niños y niñas que llegan con 3 años, algunos lo hacen con 2 años y 9 meses, con características evolutivas determinadas. Asume y acepta a los niños y niñas como son. Cuando se incorporó el 3 años a los colegios, los profesionales se olvidaron de que a quien tenían que exigir era a las administraciones. Siempre vamos contra los débiles. Es más fácil acordar en claustro que está prohibido cambiar a los niños, para que nadie tenga la tentación de dejar en feo al resto. O el AMPA se compromete a contratar a un auxiliar y ahí depende de quién sea. He oído cada cosa cuando no saben que les oyen, comentarios que me dan dolor. Alguna persona que no tiene formación necesaria actúa como si estuviera en su casa y le dice a un niño: “Guarro, que ya es la tercera vez que te tengo que cambiar en este mes”. ¿Una criatura no tiene dignidad? Bastante es que se siente chiquito, como para decirle que si no llega a un nivel es un pequeñajo. Bastante es que tenga conciencia de que se le ha escapado el pis y que no debería haber pasado. Por lo menos, que le atienda la persona con la que está habitualmente, no otra. Y luego hablamos de inclusión. ¿Que tienes que protestar por las condiciones? Claro que sí, pero a quien tienes que protestar; unirte, organizarte y estar en la calle, hacer huelgas, escritos, etc. Pero es más fácil decidir que no te cambio. Eso se acaba en sí mismo. Hace poco oía a Pilar López, aludiendo a Freire, decir que es muy difícil luchar contra quien tienes fuera cuando llevas el enemigo dentro. Cuando piensas que no es tu función. Tu función es la
integralidad del niño, e igual que protestas cuando no hay material para artísticas, has de hacerlo cuando no tienes para desarrollar lo relacionado con la identidad y con el equilibrio personal y los afectos de la criatura. Lo que pasa es que esto empieza ya a ser menos valorado en Infantil. Nos estamos matando por transmitir la importancia de estas edades, pero hay algo que no estamos haciendo bien cuando no somos capaces de sensibilizar lo suficiente. Aparte de que no sean buenos tiempos para la lírica, hay algo que tenemos que mejorar. Nuestro empeño en la plataforma es seguir buscando vías. ¿Si fueras ministra qué harías con el sistema educativo? Primero plantearía la reflexión: ¿Para qué ofrecemos una educación? ¿Cuál es la misión? La misión tiene que ver con el desarrollo integral de la persona y de sus potenciales, y su derecho a ser feliz, a convivir con sus iguales y a construir un mundo mejor. Buena parte de la decisión de estar en estas reivindicaciones y en mi profesión tiene que ver con ese convencimiento. Todavía creo que a través de la educación podemos cambiar el mundo. Yo no lo veré, pero en una visión utópica, que no es más que ponerse en marcha hacia ese horizonte, está el contribuir a ello. Y ese fin de la educación es para todas las personas; ese derecho, el desarrollo del potencial y de las cualidades y capacidades para ser un ser humano completo y feliz, junto con otros, incluye a todo tipo de personas y diversidades. Y ese debe ser el culmen, no el preparar para un mundo de trabajo, que es en lo que estamos ahora.