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el héroe de MULCHÉN
Basada en el libro “Volar Alto” de
Eduardo Gomien FUNDACIÓN PODEMOS CHILE
SOBRE EL AUTOR Eduardo Gomien es estudiante de Ingeniería Comercial en la Universidad de los Andes y uno de los fundadores del movimiento Podemos Chile, enfocado en promover historias de chilenos y chilenas que han dejado atrás la pobreza y cumplido sus sueños, motivando a miles más a perseguir los suyos.
Introducción
L
a historia que estás por leer es una historia de sacrificio, como la de muchos chilenos. Es la historia de alguien que se planteó un sueño y luchó hasta cumplirlo. Es el camino recorrido por una persona que no dejó que la sociedad, los prejuicios, el lugar donde nació ni la falta de oportunidades le pusieran límites. En definitiva, es la prueba viviente de que las dificultades suelen preparar gente común para un destino extraordinario. En la Fundación Podemos Chile, hemos decidido lanzar esta colección de historias para que sirvan de ejemplo e inspiración, en especial para la nuevas generaciones, entendiendo que los caminos hacia la felicidad son muchos y cada uno debe construir el suyo. Lo importante, es saber que ese camino se comienza dando el primer paso, que es mirar al futuro, plantearse una meta alta y no dejar que nada ni nadie nos ponga límites. En esta colección de 5 historias, se presentan las vivencias de Marcelo Pino, Carol Hullin, Marco Lincoñir, Mariana Sandoval y Carlos Albornoz. Confiamos en que lo vivido por estos héroes y por muchos otros que permanecen hasta hoy en el anonimato, nos ayuden a sembrar no solo optimismo sino también la convicción de que en cada chilena y en cada chileno, hay un héroe escondido que está a la espera de ser despertado.
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EL HÉROE DE mulchén marco lincoñir | De Mulchén a LarraínVial
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n una pequeña ciudad al sur de Chile, en la Región de Biobío, nació hace 25 años Marco Lincoñir. De ascendencia mapuche y desarrollándose en condiciones de extrema pobreza, habría sido difícil presagiar que terminaría trabajando en uno de los bancos de inversión más importantes de Chile: LarraínVial. Cuando Marco nació en 1988, su padre llevaba unos cuantos años convertido en el profesor de tenis de la modesta cancha que tenía la Municipalidad de Mulchén. Cuando apareció la oportunidad de trabajar ahí, el padre de Marco no dejó pasar la posibilidad de un trabajo estable, donde a pesar de ganar el sueldo mínimo, le ofrecían ocupar una casa junto a los camarines y frente a la cancha. No es de extrañar entonces que Marco aprendiera a jugar desde los dos años. Al principio, era una simple distracción. Al ser la cancha, el patio de la casa, las raquetas y viejas pelotas que quedaban olvidadas eran tesoros preciados a los ojos de este niño. Con cuatro años, ya jugaba en el Campeonato de Mulchén, lanzando la pelota arriba de su cabeza y sirviendo como corresponde. De a poco, fue ganándole a sus compañeros, luego a personas mayores y finalmente ganó el campeonato, cuya final compartió por varios años con uno de sus amigos, Miguel Mella, conocido como “el mancha”. Para el padre de Marco, el sueño era ver convertido a su hijo en un jugador profesional, para lo cual lo hacía entrenar duro. Y pese a que la idea parecía bastante lejana, padre e hijo entrenaron a diario con pasión.
Un santiaguino en Mulchén Ya con 10 años, un día Marco entrenaba en una de las canchas mientras un hombre de unos 40 años -al que un amigo había dejado “plantado”-, lo observaba. Se trataba de Felipe Morandé Arthur, quien pasaba sus vacaciones familiares en un campo cercano. Sorprendido por el buen nivel del muchacho, le pidió al padre de Marco si podía jugar con el pequeño.
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Marco con apenas 2 o 3 años en sus primeros entrenamientos en Mulchén.
Después de un intenso partido, Morandé quedó impresionado y se ofreció a hacer los contactos con la Federación de Tenis para que conocieran a Marco. Una pequeña ayuda, ese solo llamado bastó para darle una oportunidad que por desconocimiento, recursos o contactos, el chico jamás habría alcanzado. Marco viajó a Santiago, para que Carlos Herrera, quien presidía la Federación en ese entonces, pudiera verlo jugar. Herrera, hombre de vasta experiencia, detectó de inmediato que el joven venido del sur tenía buenas condiciones. Pese a ser muy pequeño para instalarse a vivir en Santiago en “La Casa del Tenis”, lo dejó invitado para que a los 12 años hiciera sus maletas y se trasladara a entrenar a la capital.
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De Mulchén a Santiago Marco dejó a su familia, amigos y co- resulta legio en Mulchén, para vivir en una sorprendente cómo ciudad desconocida y a veces poco el fracaso puede amigable, haciendo del entrenamiento ser un poderoso y el esfuerzo constante, su vida. catalizador de En “La Casa del Tenis”, ubicada en oportunidades. todo San Miguel, pasó toda su adolescen- depende de cómo se cia. Tenía un programa completo de tomen los golpes. entrenamiento y, en los ratos libres, estudiaba en el Colegio Subercaseaux. Como es de esperar, enfrentado a la posibilidad de pasar el día practicando el deporte que lo apasionaba, estudiar no era prioridad. Su estadía no estuvo exenta de problemas. La ausencia y distancia con su familia pesaban con fuerza. Sin embargo, las ganas de alcanzar el sueño de convertirse en jugador profesional aplacó los miedos y el foco estuvo puesto cien por ciento en su futuro y en las posibilidades que éste acarreaba no solo para él, sino para todos los suyos. Su trabajo fue muy fructífero y nuevos desafíos fueron apareciendo. Junto con el excelente rendimiento de Marco, que auguraba un promisorio futuro tenístico, comenzaron a aparecer los primeros campeonatos internacionales. Viajar fuera del país era una experiencia reveladora para quien solamente se había trasladado en muy contadas ocasiones desde Mulchén a Santiago y viceversa. El viaje le entregaba la posibilidad de mirar al país y su propia vida con un poco más de perspectiva. Todo esto hizo que Marco madurara con mayor rapidez. Conocer otras culturas y formas de ver el mundo distintas fueron enriqueciendo y haciendo fuerte el carácter de este joven de ascendencia mapuche. En cada campeonato aprovechaba de hacer nuevos amigos. Quienes dentro de la cancha eran rivales, fuera de ella se convertían en buenas amistades, con las que se reencontraba una y otra vez en los distintos torneos. Países como
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Brasil, donde las estadías se prolongaban hasta 3 o 4 semanas, o Estados Unidos; dejaron profundas huellas en el joven. Marco no olvida aquella vez que llamó a su familia desde Uruguay, para contarles que había perdido en la final del campeonato con un argentino de casi dos metros. Se trataba nada más y nada menos que de Juan Martín del Potro, jugador que en 2012 terminó quinto en el ranking. Lincoñir estaba seguro que el tenis sería su vida. Sin embargo, el destino muchas veces tuerce nuestros planes.
Lesiones y lecciones Tiempo después de salir del colegio, cuando jugaba su último año como “junior” y solo le faltaban meses para ser “profesional”, Marco entrenaba más duro que nunca; preparaba cada golpe, cada devolución y cada servicio con obstinada rigurosidad; delineaba estrategias de juego y soñaba con enfrentar rivales de la talla de Sampras o Agassi. Tanto esfuerzo tuvo una consecuencia negativa: una lesión en la muñeca lo dejó fuera de las pistas por siete meses. Ese período de incertidumbre y menor actividad deportiva, puso en la mente de Marco una serie de preguntas sobre el futuro ¿El trabajo de años había sido en vano? No tener una buena recuperación, que le permitiera volver a las pistas con todo su poder desvelaba a Marco. Si eso ocurría, sería incapaz de ayudar a sus padres y hermanas a mejorar su vida. Si la lesión resultaba ser determinante, Marco terminaría siendo entrenador, al igual que su padre. El no quería eso, deseaba que todo el esfuerzo que su familia había puesto respaldándolo, se viera recompensado y pudiera devolverles la mano que eventualmente, el fuera capaz de devolverles la mano. Resulta sorprendente cómo el fracaso puede ser un poderoso catalizador de oportunidades. Todo depende de cómo se tomen los golpes. Imposibilitado de hacerle el quite a lo que el destino le ponía en su camino, Marco decidió pensar en todas las alternativas posibles para aprovechar lo aprendido y, de alguna manera, salir adelante. Pero era difícil. Estudiar en el colegio nunca había sido
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Marco junto a su padre, en el campeonato de Mulchén.
su prioridad, por lo que una carrera universitaria parecía poco probable. Ser profesor de tenis tampoco le parecía una alternativa atractiva. De pronto, se le ocurrió una idea poco sensata. Una idea tan arriesgada que cualquier persona normal le habría dicho que no resultaría. Se contactaría con alguno de los tantos entrenadores que había conocido en sus giras por Estados Unidos, y conseguiría con ellos una beca para estudiar y asegurarse un mejor futuro. Marco confiaba en que las lecciones ocultas de su aprendizaje en el tenis: la mentalidad serena, el empuje para dar vuelta el marcador en un partido
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difícil, y la planificación y estrategia de juego; le permitirían sacar adelante este tremendo reto. Había perdido el set, pero estaba decidido a llevarse el partido.
Cancha nueva Comenzó a recibir correos de varias universidades extranjeras. Sin embargo, su nivel de inglés era tan malo, que no cumplía con los requisitos mínimos de admisión. En este proceso, tomó contacto con él un entrenador de un Community College de Mississippi, que es la etapa previa a la universidad en Estados Unidos. Este instructor había seguido la carrera de Marco por varios años y conocía de memoria algunos de sus resultados más importantes. El llamado era una INCLUÍA TODO LO invitación a estudiar en ese lugar lo que APRENDIDO EN parecía la oportunidad perfecta para que SUS AÑOS DE TENIS el sureño nivelara sus conocimientos, (ESTRATEGIA, MENTE aprendiera inglés y diera un paso más SERENA, PENSAR en dirección a una carrera profesional. JUGADAS CON El tenista se lanzó con decisión a ANTICIPACIÓN Y jugar este primer set. Partió a estudiar CONOCER AL RIVAL) Y becado a Mississippi. El inglés, su ADEMÁS EL CONTACTO primer contrincante, trajo importantes CON PERSONAS DE complicaciones. Marco puso todo su TODO EL MUNDO, LA esfuerzo y tomó cursos intensivos de PRÁCTICA PEDAGÓGICA tres horas de clases presenciales al DE HACER CLASES, LAS día de clases más otras tantas online. CONVERSACIONES Avanzó con rapidez y, al tiempo que CON ESTRELLAS DEL aprendía el idioma, cumplía con sus TENIS Y, POR SUPUESTO, estudios de álgebra y cálculo, llenando LOS CONTENIDOS importantes vacíos de su etapa escolar. APRENDIDOS EN LA Marco confiesa que fueron tiempos UNIVERSIDAD. difíciles. A los apuros mencionados,
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Junto a Nicolás Massú.
se sumaba el hecho de no poder hablar con su familia más que en contadas ocasiones. Además, los fines de semana y vacaciones aprovechaba de trabajar para costearse ítems que la beca no consideraba. De esos tiempos recuerda con especial orgullo, su participación en diversos campamentos de estudiantes, donde participaba como profesor de tenis. Tras dos años de intensos estudios en el Community College, se graduó y dio el siguiente paso, ese que parecía imposible: estudiar en una universidad norteamericana. Entró a la Universidad de Carolina del Sur a estudiar Business Administration con un Minor en Management, de donde se tituló con honores.
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Orgulloso, graduado de la universidad en Estados Unidos.
Del período de estudio en Estados Unidos, hubo una lección que quedó grabada en el corazón de Marco. En muchos de los campamentos de verano donde realizó clases de tenis, pudo compartir abiertamente, sin barreras y de igual a igual, con algunos de los entrenadores y figuras más connotadas del circuito del tenis mundial. Así, ya fuera en los campamentos de verano de Nike o en academias en la Universidad de Harvard donde también participó; tomó contacto con estrellas como Manny Díaz, entrenador de John Isner; Paul Scarpa, figura eminente de este deporte; o el mismo entrenador del destacado tenista James Blake. Cada encuentro fue especial. Para ellos, no importaba de dónde venía Marco, su color de piel o su acento. Tampoco el hecho de que su apellido fuera impronunciable en inglés. Lo único que les interesaba era el buen trabajo que hacía este latinoamericano como profesor, y eso merecía respeto. Quizás fue gracias a ese bagaje que, al volver a Chile, no tuvo problema en
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postular a Larraín Vial, banco de inversiones chileno, por muchos visto como una institución tradicional y conservadora. Sin embargo, en su mente ya no existían barreras. Dejando prejuicios de lado, confió en que la empresa reconocería sus capacidades, y así fue. La mochila de experiencia que Marco cargaba valía la pena. Incluía todo lo aprendido en sus años de tenis (estrategia, mente serena, pensar jugadas con anticipación y conocer al rival) y además el contacto con personas de todo el mundo, la práctica pedagógica de hacer clases, las conversaciones con estrellas del tenis y, por supuesto, los contenidos aprendidos en la universidad.
Un encuentro duro con la infancia Con todo este remolino dando vueltas en su mente, Marco no se percató del frío aire acondicionado del avión que lo trajo de vuelta al país. Al bajar en el aeropuerto estaba resfriado. Y, al llegar a Mulchén tras años de ausencia, decidió ir al hospital a ver a un doctor. Su sorpresa fue enorme cuando se topó en la portería del edificio con su amigo de la infancia, Miguel Mella o “el manchas”, para él, la clave de con quien llegaba a la final de todos los todo está en crearse campeonatos. El trabajaba ahora de oportunidades. no recepcionista, recibiendo a los pacienestar esperando tes que llegaban al centro asistencial. a que algo llegue, La impresión fue muy fuerte. Le sino esforzarse mostró abruptamente la diferencia y perseverar por entre el camino que uno y otro habían abrirse un camino recorrido. Y es que efectivamente, tal propio. y tan vez ambos muchachos gozaban de importante como similares capacidades para desemlo anterior, es no peñarse como buenos tenistas, pero dejarse intimidar diversas razones los llevaron a recorrer vidas distintas. ¿Por qué Miguel no por las dificultades desarrolló sus habilidades? o los reveses.
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Sin duda, la respuesta a esa pregunta involucra diversos factores imposibles de pesquisar. Lo que sí conocemos, es qué hizo Marco para aprovechar sus fortalezas. Para él, la clave de todo está en crearse oportunidades. No estar esperando a que algo llegue, sino esforzarse y perseverar por abrirse un camino propio. Y tan importante como lo anterior, es no dejarse intimidar por las dificultades o los reveses: toda su carrera pudo haber terminado en esa lesión a la muñeca. Sin embargo, él buscó alternativas y se generó ocasiones, por ejemplo al contactar a entrenadores. Su único norte fue salir de la escasez en que nació en Mulchén y poder ofrecer a su familia una mejor vida. Esa meta guío sus acciones y Marco no se conformó hasta conseguirlo. Ahora, su sueño es trabajar en unos años más como corredor en la Bolsa de Nueva York, peleando con los grandes.
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La historia del héroe chileno que acabas de leer, es una invitación a que te plantees metas altas y sueños que parezcan imposibles. Lánzate a perseguirlos con obstinada determinación. Enfrenta todos los desafíos y dificultades que puedan aparecer en tu camino con optimismo, pues solo a través del esfuerzo, el compromiso y el trabajo duro se logran cosas increíbles. Avanza sin dudar hacia tus sueños, sabiendo que no existen más barreras que las que tú mismo te pones.
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Te invitamos a que pienses: ¿cuál es tu sueño? ¿cómo vas a alcanzarlo?
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CHILE NECESITA HÉROES Chile es un país maravilloso donde existen muchos héroes que permanecen ocultos. Esos héroes son hombres y mujeres de carne y hueso que han tenido que luchar contra todo para cumplir sus sueños y los de su familia. Hoy en día es cuando más necesitamos conocer sus historias, y saber que pese a todas las dificultades, sí es posible alcanzar metas altas y sueños que parezcan imposibles. Solo se necesita esfuerzo, perseverancia y creer en uno mismo. En este folleto se presenta la historia de Marco Lincoñir, un verdadero soñador que nació en Mulchén y terminó estudiando una carrera en Estados Unidos gracias a su desempeño como tenista. Te invitamos a conocer su historia, esperando que sirva de inspiración para que las nuevas generaciones enfrenten sus desafíos con optimismo y perseverancia.