Revista Ulrika 47

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47 Ulrika revista de poesía

ediciÓN

20

1992-2012

fundadores

Festival Internacional de Poesía de Bogotá



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Ulrika

revista de poesía DIRECTOR Rafael Del Castillo

Ulrika Editores Licencia Mingobierno No 00918 ISSN 0120-7669

CONSEJO EDITORIAL Luis Fernando Afanador, Jotamario Arbeláez, Miguel Silva, Luz Mery Giraldo, Juan Gustavo Cobo Borda, Fernando Linero, Samuel Jaramillo, Gonzalo Mallarino, Isaías Peña, Robinson Quintero, Federico Díaz-Granados, Gustavo Adolfo Garcés, Evelio José Rosero, Pedro Badrán, Juan Felipe Robledo, Jorge Cadavid, Joaquín Mattos Omar, Armando Rodríguez Ballesteros, John Fitzgerald Torres y Rafael Del Castillo. COLABORADORES COLOMBIA Miguel Méndez Camacho, Dario Jaramillo Agudelo, Pedro Alejo Gómez, Órinzon Perdomo, Armando Orozco, Eugenia Sánchez Nieto, Luz Ángela Caldas, Sara Del Castillo, Gloria Luz Gutiérrez, Fabio Jurado, Maruja Vieira, Gabriel Arturo Castro, Rafael Berrío, Ernesto Duran Strauch, Giovanni Gómez, Juan Carlos Acevedo, Roberto Puentes, David Reinoso, Darío Sánchez Carballo, Dufay Bustamante y Julio César Rodríguez Bustos. ARGENTINA Rodolfo Alonso, Paulina Vinderman, Marcos Silber, Daniel Samoilovich, Jorge Ariel Madrazo. BRASIL Ledo Ivo. COSTA RICA Rodolfo Dada, Oswaldo Sauma, José María Zonta, Norberto Salinas, María Montero y Nerina Carmona. CUBA Pablo Armando Fernández, Efraín Rodríguez Santana, Cesar López. CHILE Eduardo Llanos, Jaime Quezada, Tomás Harris, Teresa Calderón, María Inés Zaldívar. ECUADOR Edwin Madrid, Iván Oñate, Iván Carvajal. ESPAÑA Luis Miguel Madrid, Jesús Munarriz, Esther Zarraluki, Rodolfo Hasler, Eduardo Moga, Sergio Laignelet, Juan Pablo Roa. ESTADOS UNIDOS Armando Romero, Juan Carlos Galeano, Eduardo Chirinos, Mercedes Roffe. MÉXICO José Emilio Pacheco, Marco Antonio Campos, José Ángel Leyva, Margarito Cuéllar. PERÚ Antonio Cisneros, Ricardo Silva Santisteban, Luis La Hoz, Enrique Sánchez Hernani. URUGUAY Washington Benavides, Rafael Courtoisie. VENEZUELA Juan Calzadilla, María Antonieta Flores, Enrique Hernández D’Jesús, Leonardo Padrón, Luis Alberto Crespo. diseño Gustavo Del Castillo M. CONSEJO DE REDACCIÓN Luz Eugenia Sierra y Leonardo Cano IMPRESIÓN: Digitos & Diseños Ltda.

Precio al público: $20.000.oo Los trabajos firmados se publican bajo la responsabilidad de sus respectivos autores, sin implicar necesariamente a la revista o a cualquiera de sus colaboradores


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contenido

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5 Y SU ENCUENTRO CON LA ACADEMIA 7 EL JohnENCUENTRO Fitzgerald Torres Sanmiguel canción apenas Fernando Linero Montes 10 Una sobre la línea: ¿masculino o femenino? 14 Decir Luz Mary Giraldo INTERNACIONAL DE POESÍA DE BOGOTÁ Y LA POESÍA ÉTNICA 20 ELMIGUELFESTIVAL ROCHA VIVAS RELÁMPAGO EN LA MÉDULA DEL SOL 22 UN HELLMAN PARDO de poesía y las nuevas generaciones 24 elAndrésFestival Céspedes Márquez de poesía en el marco de una experiencia universitaria 26 ElJuanFestival Carlos Grisales y Leonardo Cano VERSUS VIOLENCIA 29 cULTURA Guillermo Linero Montes un juego cruzado 32 Homenajes, José Ángel Leyva iberoamericano: ARGENTINA Y EL FESTIVAL 40 Periplo Marcos Silber EN LA MEMORIA 41 ULRIKA Pablo Armando Fernández CON LA POESÍA: BOGOTÁ AGOSTO 1992 44 ENCUENTRO Jaime Quezada EMOTIVO 47 RECUENTO Luis Miguel Madrid pata de perro en el festival de poesía de Bogotá 50 Un Margarito Cuéllar LA POESÍA Y LA MEMORIA 54 BOGOTÁ, Enrique Sánchez Hernani RÉCORD EN CUALQUIER PARTE DEL MUNDO 59 UN EDWIN MADRID cumple veinte años 62 ElJuanFestival Gustavo Cobo Borda QUIEN INTERESE 62 AJOTAMARIO ARBELAEZ del Festival 63 Perfiles José Luis Díaz-Granados a dentelladas 63 AEveliopulso, Rosero LOS LEGADOS DE UN FESTIVAL editorial


editorial

LOS LEGADOS DE UN FESTIVAL

-9-

La poesía no se vende, porque no se vende

La poesía es también, y sobre todo, un forma del disentimiento y de la crítica y por ello precisamente hay quienes han querido reducirla a su sesgo más cómodo y doméstico: el canto inocente a lo bello. Los aplausos y los vivas se quedan allí, porque se venden… Pero el verdadero poeta sabe que “la poesía no se vende porque no se vende”, y actúa en consecuencia…

E

l mal poeta es como el mal caudillo, mientras que éste apela a la demagogia, aquel opta por “cantar” en forma aduladora y parcial a la realidad. Ambas

posturas son políticamente correctas y, por lo mismo, efectivas y peligrosas. El Festival Internacional de Poesía de Bogotá, pese a caminar en contravía, cumple 20 años generando en ese tránsito una serie de movimientos y ejercicios encaminados a la difusión de la poesía en general y de la escrita en nuestra lengua en particular. Infinidad de publicaciones a lo largo de Iberoamérica se han alimentado del diálogo que todos los años, durante de más de una semana, se mantiene en el desarrollo del Festival. Existen publicaciones y proyectos muy afines al nuestro, y por lo mismo se mantiene una rica interacción sugiriéndose poetas de todas las latitudes para su vinculación a los eventos por emprender, promoviendo la obra de quienes han pasado por los previos, aplaudiendo esas voces, reflexionando sobre el rumbo, las maneras y los temas de la poesía que signa y que persigna al hombre de nuestros días. La poesía como alternativa de vida, como respuesta, como compromiso, como perfil ético y humanístico, como canción que sugiere otras opciones en medio de los brotes imparables de la mezquindad, la injusticia, la violencia y la crueldad. Pensamiento, admonición, abrazo… Esta revista quiere ser un homenaje a quienes nos impulsaron en esos años inaugurales. A los vivos y a los muertos. En consonancia con ello, entidades como el Instituto Caro y Cuervo, el Gimnasio Moderno, La Universidad de Nuevo León, Letra a Letra, Con las Uñas, y un cálido grupo de amigos e instituciones harán viable celebrar la ocasión como corresponde a la poesía y a sus cultores. Desde esa perspectiva se lanzarán obras como la antología poética Homenajes (1992-2012), en cuyas páginas se vuelve sobre lo más reconocido de la lírica colombiana: 20 años, 20 poetas y una buena parte de lo que podríamos llamar nuestra

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educación sentimental, en todos sus tonos y facetas. No en vano aparecen allí autores como Mario Rivero, Fernado Charry Lara, Juan Manuel Roca, Jotamario Arbeláez, María Mercedes Carranza, Juan Gustavo Cobo Borda, Álvaro Rodríguez o Alvarado Tenorio. Propuestas divergentes, incluso, pero que no se acallan entre sí; confluencias que no implican un conceso coral, nuestra poesía desplegada… Aparecerán también De nuestros muertos dedicado a aquellas voces que hoy sólo podemos escuchar repitiendo sus versos; Fundadores, antología o muestra de poetas iberoamericanos que ayudaron a consolidar el Festival en sus primeros años y, por esa misma senda, una serie de propuestas y caminos para que la poesía camine… o la Antología Personal del poeta caleño Raúl Henao, a quien le corresponde este año el homenaje de nuestro certamen… En este contexto nos compete, por último, intentar una relación de las repercusiones de estos 20 años de trabajo en diversas instancias de nuestro ámbito vital y cultural: en los recintos de la academia, frente a la música, en el ejercicio de los talleres literarios, para los jóvenes y desde la voz de las mujeres, como constancia de la diversidad étnica y cultural, desde la crítica, como saludo, como gesto de amor y otra vez, como aplauso…

Como un saludo de reconocimiento a los 20 años del Festival Internacional de Poesía de Bogotá, nuestra editorial ha preparado esta delicada relación poética de los autores que, habiendo leído de viva voz sus versos en el marco de este emblemático certamen, hoy lo hacen desde un ámbito en el que son eternos: el corazón del lector. Calle 51 No. 17-14 • Teléfonos: 7506085-3003331813 • Bogotá, Colombia • geclu@hotmail.com


EL FESTIVAL Y SU ENCUENTRO CON LA ACADEMIA

-9John Fitzgerald Torres Sanmiguel Poeta, ensayista y profesor universitario Fundador del Festival Internacional de Poesía de Bogotá y miembro del comité editorial de la revista

D

esde su fundación, en abril de

veleidades peligrosamente infecciosas que

1992, el encuentro de Poesía

parecían serle propias.

de Bogotá comprendió la im-

A manera de indicador y para ofrecer

portancia de llevar a la poesía iberoame-

una ilustración sobre el panorama de aquel

ricana y a sus poetas a los escenarios

tiempo, en lo que hace a la formación en

académicos, más desde una perspectiva digamos

estudios literarios, para ese año escasamente se

vivencial, que propiamente erudita o analítica.

contaba en el país con dos programas de pregrado

Es decir, reconociendo la debida importancia

universitario, un joven posgrado que estaba aún

a los estudios literarios e incluso al empleo de

en las definiciones de convertirse en doctorado o

la literatura como herramienta pedagógica, los

en mantenerse como especialización (y que a la

organizadores del encuentro, que perseguía en

postre, derivaría en maestría) y una reputada es-

últimas la secularización del disfrute y el cono-

pecialización de corte filológico de una entidad no

cimiento de la poesía, intuyeron en las aulas y

universitaria. Se contaban con los dedos de una

los auditorios de las instituciones educativas, en-

mano. Eran sí más numerosos los talleres literarios

tornos también propicios para que, especialmente los lectores jóvenes, se iniciaran en el trayecto del verso los meandros de la imagen y las circunvoluciones de la metáfora, y

Hay que reconocer los invalorables aportes que por remozar este paisaje hizo en su momento la gerencia de cultura del Banco de la República a través del poeta Darío Jaramillo, así como los de la Casa de Poesía Silva.

se contagiaran de su vigencia y su vitalidad.

asociados a las universidades; sin embargo, para

Porque hasta ese entonces, era poco menos

ser francos, en términos de calidad y permanen-

que cautelosa la mirada que las instituciones edu-

cia, muy pocos conseguían destacarse. Estaban

cativas y los profesores arrojaban desde sus dinámi-

más cerca de ser iniciativas entusiastas de lecto-

cas disciplinadas y sistemáticas, sobre el acontecer

res que, episódicamente, compartían sus gustos y

de un asunto tan informe y poco sujetable como

apetencias literarias, sin responder a contenidos

la creación poética, temiendo por demás todas las

programáticos o a derroteros concertados.

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En los programas académicos de los colegios,

de iniciado este encuentro, por fortuna, iniciati-

cuyo alcance llegaba apenas hasta los poetas del

vas similares empezaron a concebirse en otras ciu-

grupo Mito (basta revisar cualquier libro de texto

dades del país, aireando con la poesía la atmósfera

de entonces), difícilmente se superaba la idea de

aletargada de nuestra academia.

que la poesía y los poetas eran apenas algo más

En lo que se refiere al Festival de Poesía de

que referencias para ilustrar un género literario

Bogotá, la insistencia en esta voluntad permane-

bastante en desuso y por demás inofensivo, que

ció indeclinable durante veinte años, así como

por décadas había recaído en manos de curiosos

el eco que ella ha encontrado en instituciones

personajes más o menos pintorescos y socialmen-

como, es más que justo mencionar, la Universi-

te inhábiles. Era, por decirlo breve, una antigua-

dad Nacional de Colombia, la Universidad Pe-

lla estética superflua y marginal, cuando no, el

dagógica Nacional, la Universidad Javeriana, la

producto de extrañas manifestaciones del ocio de

Universidad Externado de Colombia, la Univer-

gentes altamente ilustradas o de trovadores po-

sidad Central, el Politécnico Grancolombiano,

pulares próximos a la ignorancia.

el Colegio Reyes Católicos, el Gimnasio Moder-

Hay que reconocer los invaluables aportes que

no, el Liceo Cervantes, la Biblioteca Luis Ángel

por remozar este paisaje hizo en su momento la ge-

Arango, el Instituto Caro y Cuervo, la Bibliote-

rencia Cultural del Banco de la República a través

ca Nacional y las demás incluidas en la Red de

del poeta Darío Jaramillo, así como los de la Casa

Bibliotecas Públicas, entre otras en Bogotá. Una

de Poesía Silva, que había empezado sus labores

resonancia que cada vez ha sido acogida también

pocos años antes, disputándose el apoyo institu-

por instituciones educativas de ciudades como

cional y la vieja vivienda del poeta convertida en

Medellín, Cartagena, Valledupar, Neiva, Ibagué,

inquilinato.

Villavicencio, Manizales, Pereira y Cali.

Cómo no entender las dificultades que hace veinte años suponía entrar oficialmente en los salones de clase con palabras rutilantes y versos discontinuos, y con perso-

En lo que se refiere al FESTIVAL de Poesía de Bogotá, la insistencia en esta voluntad ha permanecido indeclinable durante veinte años, así como el eco que ha encontrado en las instituciones universitarias.

najes sin más aura de vates que sus propios versos en caliente y su deseo de compar-

Hoy por hoy, a estas alturas del empeño, la

tirlos con los jóvenes aprendices de cualquier

programación de recitales, conversatorios, con-

cosa menos de literatura.

ferencias, talleres y charlas informales suele

No obstante, firme en su propósito de invadir

constituir un pilar muy vigoroso del evento, y ha

todos los escenarios de la realidad local y nacional,

sido incorporada en varias ocasiones al devenir

en el marco del encuentro se concibieron progra-

formal de varios cursos de literatura concentra-

maciones especiales en los salones, auditorios y

dos en la lírica y su estado actual. Además, como

plazoletas de colegios, universidades y bibliotecas,

consecuencia directa, se han derivado activida-

previa persuasión de sus directivos y profesores, e

des que fomentan y difunden la creación de los

intentando conjurar la extrañeza de los estudian-

jóvenes vinculados a las diferentes institucio-

tes indiferentes y los lectores solitarios. Después

nes, como las Jornadas Universitarias de Poesía

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Re vi sta

C a sa S ilva No. 24

–que ya se encuentran por su cuarta versión o las revistas especializadas y las publicaciones seriadas financiadas por aquellas mismas. De igual forma, en varias universidades se han propiciado intercambios con instituciones de diferentes países en los que los protagonistas

Revista

Ca sa Silva No.24

son los poetas vinculados a procesos formales de educación, o bien han sido invitados por aquellas para participar como profesores en el desarrollo de programas formales de pregrado y posgrado. De hecho, muchos de estos autores fueron invitados por primera vez a Colombia por cuenta del encuentro y su obra halló difusión entre nosotros a partir de entonces. No cabe duda de que este vínculo entre academia y creadores fomentado cada año por el encuentro significa proveer aires nuevos y

De venta librería Casa Re ven istala Ca sa Silva No .2 4 Silva y en otras librerías de Bogotá

matices insospechados a los ambientes académicos que a menudo padecen de una modorra sonámbula parecida a la inmovilidad. El esfuerzo por mantener este vínculo año tras año, resuena de tal manera que su contribución ha sido decisiva en la configuración de una panorama académico en el que se multiplican los talleres literarios de calidad en cabeza de poetas y gestores culturales; de igual

de venta en la librería Casa Silva y en otras librerías de Bogotá Librería calle 12 C No. 3-41 - Teléfono 286 44 14

forma se da comienzo a programas de pregrado y de posgrado que cuentan cada vez con más estudiantes convencidos de la trascendencia del quehacer poético, y se avanza en la investi-

De venta en la

librería Casa Silva

alle 12C No. 3-41 - Teléfono 286 44 14 gación juiciosa en torno a la poesía, sus mani-L i br e r í a c y en otras librerías de Bogotá festaciones y su impacto; y la obra de nuestros

poetas, y no me refiero sólo a los colombianos, recibe de parte de los académicos la lectura, el análisis, la valoración y el reconocimiento que sin duda merece. Marzo de 21, 2012. Librería calle 12 C No. 3-41 - Teléfono 286 44 14


Una canción apenas De las relaciones de los ulrikos con la música

-9-

Sin música será un error sin música es un error... Rafael Del Castillo

Fernando Linero Montes Poeta y músico colombiano. Miembro Fundador del Festival Internacional de Poesía de Bogotá y de esta revista.

S

in poesía no hay música. Sin mú-

dad en la música provienen de la poesía.

sica no hay poesía. Esta relación

Todos logramos apreciar cómo el habla,

es indisoluble, así indistintamente

incluso la más cotidiana, tiene una musi-

cada una de estas manifestaciones tenga su

calidad que está en la plataforma misma

espacio propio. Entre los griegos no existía

en la que se origina la música de una can-

ninguna diferencia. Es algo ya dicho repetidas ve-

ción. Bueno es citar algunas alusiones que nos

ces. De hecho es común que los críticos y los teóri-

muestran cómo algunos filósofos, humanistas e

cos del arte cuando quieren explicar la poesía, por

incluso místicos, han expresado su interés por

lo general se remiten a expresiones con un vocabu-

esta cuestión.

lario que nos recuerda el universo particular de la

Se dice de Sócrates que tocaba la cítara, y que

música. En los inicios de la civilización la canción

en la última etapa de su vida se dio a la tarea de

contribuyó a fijar en la memoria de los cofrades del

musicalizar las fábulas de Esopo, esto porque su-

clan, las calidades éticas, los prototipos y criterios

puestamente, en un sueño repetido, Apolo le orde-

que ayudaron a instaurar la vida y la concordia.

naba dedicarse a la composición musical.

Tal vínculo ha sido entendido desde siempre por

Platón, a pesar de haber desterrado a los poetas

el hombre. No gratuitamente surgieron en su ima-

de la República, manifiesta en uno de sus diálogos

ginario los mitos de Orfeo –hijo de Apolo, dios de

(Fedro) que únicamente con la intermediación

la belleza, y Calíope, musa de la poesía, quien bajó

de la música y la poesía es posible que los sabios

a los infiernos y con su canto neutralizó todos sus

puedan recuperar virtudes quasi divinas extravia-

horrores– y de Anfión, del cual dice el mito que en

das por su relación con los asuntos terrenales; y

la construcción de las murallas de Tebas, en la que

en otro (El Cratilo) sugiere que sean los poetas los

participó al lado de su hermano, bastaba con que

que procuren a las cosas innombradas los nombres

tocara su lira para que las piedras le siguieran y se

apropiados.

acomodaran en el lugar correspondiente.

En su Arte poética española de 1592, Juan Díaz

El poeta ha estado atento a ese parentesco, a

Rengifo declara que: “Es la poesía buena para en-

esa parcería, sabemos que las repeticiones, alite-

señar y mover, porque en ella se pueden decir ver-

raciones, rima y juego de palabras provienen de

dades y dar avisos y consejos saludables; los cuales

la música y así la estética, la metáfora y la breve-

por ir en aquel estilo se quedan mejor en la memo-

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ria y se imprimen en los corazones y más aún cuan-

cantidad de poetas y músicos –Leonard Cohen,

do algún buen músico los canta”. Por igual época

Bob Dylan, Federico García Lorca– establecien-

Gaspar de Aguilar hablando de lo mismo se refiere

do una especie de comercio entre uno y otro gé-

así: “El soberano don de la poesía es propiamente

nero, hasta el punto de que hay momentos en

una música de palabras cuyo acento hiere el alma”.

que es difícil discernir sobre cual fue primero en

Por su lado, Paul Valery exploró con curiosi-

ese camino a la canción. Así mismo hay los que

dad sobre la relación sonido/sentido, acaso obli-

escuchan un fondo de rock ácido en la obra de

gado por esa leve tonadilla de pueblo que alguna

Edgar Allan Poe.

inadvertida tarde lo atrapó y que no pudo dejar de tararear nunca jamás.

La tendencia a distanciar la palabra poética de la música es una ocurrencia nueva, está claro que

Y en una de sus cartas Stephane Mallarmé

los modos más antiguos de poesía invariablemente

manifiesta: “Yo hago música, y llamo así no a lo

fueron cantados. Ives Bonnefoy –poeta francés–

que se pueda obtener del acercamiento eufónico

no habla de una relación, sino de “la alianza”, y así

de las palabras, esta primera condición va de por

para él es revelador tener claro que “la palabra de

sí; sino al más allá mágicamente producido por

la que un significado ha tomado posesión, es tam-

ciertas disposiciones de la palabra, donde esta no

bién un sonido”.

queda en el estado de medio de comunicación material con el lector como las teclas de un piano”. Los místicos no se han quedado atras: “los or-

En Ulrika no hemos sido ajenos al fenómeno de la palabra cantada y sus trazas culturales, su condicionamiento histórico y social. Aquí la can-

bes mismos celebran al Criador cantando” dice San Agustín y a su vez San Isidro dice “tan torpe cosa es no saber música como no saber letras, pues, qué música hay sin poesía, si la

En los inicios de la civilización la canción contribuyó a fijar en la memoria de los cofrades del clan, las calidades éticas, los prototipos y criterios que ayudaron a instaurar la vida y la concordia.

poesía es el alma de la música”. El Libro de los salmos de la Biblia, es por com-

ción siempre ha entrado como Pedro por su casa,

pleto otra buena muestra: Ruega a él con sonidos

nunca ha tenido la necesidad de tocar a la puerta

de trompetas / con laúd y arpa / con tambores y

y siempre ha estado a flor de labios apropiándose

danzas / con cuerdas e instrumentos de viento / con

del sentir de los poetas que en torno de ella se

címbalos sonoros / con metálicos cémbalos. (Salmo

han congregado gracias al azar. Nuestra aventura

150)

ha estado acompañada de músicos: 1280 almas,

Así también tenemos bastantes ejemplos de

Victoria Sur, el maestro cubano Chiqui Tamayo,

cómo deliberadamente poetas y músicos han de-

el Cuarteto Linero y no hay época de la revis-

sarrollado proyectos puntuales en colaboración.

ta que no esté ligada a una canción desde las,

Por citar algunos recordemos a Joan Manuel Se-

ahora ya lejanas, de Janis Joplin y las agresivas

rrat y Mario Benedetti; Bono, el líder de la ban-

de Tom Waits, hasta las frívolas y encantadoras

da U2 y el escritor Salman Rushdie, Jorge Luis

de Cold Play, todas alumbradas por las candelas

Borges y Astor Piazzola sociedad ésta que no aca-

del aguardiente y de la marihuana. Escuchando

bó en buenos términos. Y así es innumerable la

canciones, deteniéndonos en la lucidez de las le-

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APÉNDICE No podemos olvidar a Gustavo Adolfo Garcés y su palo palo palo palo bonito palo e´; o a Armando Rodríguez intentando Gavilán o paloma y queriendo tocar el saxo; o a nuestro querido Robinson Quintero –el zorzal de Caramanta– cantando tangos con la energía de Joe Cocker; o a nuestro narrador estrella Evelio Rosero arrostrando, acompañado de una guitarra, ese allá viene el policía muerto / de risa muerto de risa / si es que tiene sus amores / porqué no avisa / porqué no avisa; o a Joaco Mattos empecinado en poner por enésima vez una canción de Bob Marly; o a Guillermo Martínez pidiendo el bolero de Bobby Capó Porqué ahora; o a Rafael Del Castillo embebido en la Joplin; o a mí mismo buscando dónde estará / la melodía...

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herederos de Orfeo, que extravió su felicidad recién conseguida, nos enseña con dolor de la brevedad del gozo y así vamos por los salones de la fiesta con nuestra descorazonada entrega. Y es ello mismo lo que fundamenta el papel del arte sobre la tierra. Pero también tenemos claro, con nuestro amigo Margarito Cuéllar, que el que canta celebra. /El que celebra sana las heridas del mundo / con astillas de luz, porque la canción es un remedio maravilloso para purgar el ánimo. Ya lo sabía Fray Luis de León,… todo lo demás es lloro. Creemos con los místicos que una de las cosas primeras creadas por Dios fue su camarilla de músicos y poetas celestiales, que habrían de acompañar con su arte la creación del resto del mundo y también que Dios sostiene a este mundo con su canto y que somos la expresión de su canto. Y así a la luz de la filosofía de Ulrika, en su espacio creativo la música ha sido protagonista. Un buen ejemplo de ello lo constituye el álbum El poeta canta dos veces que reúne las voces de ulrikos como: Robinson Quintero, Joaquín Mattos, Guillermo Linero, Rafael Del Castillo, Evelio Rosero, Gustavo Adolfo Garcés, Fernando Linero, pero también las voces de poetas de otros ámbitos: Darío Jaramillo, María Mercedes Carranza, Efraín Medina Reyes y Olga Malaver. La música como la poesía restituye la realidad Fernando Linero al piano, su hijo Daniel con el saxo y el baterista Germán Chavarriaga, tocando desde la poesía…

por eso queremos reiterar que seguiremos acogiéndonos a sus doce sonidos, como a los doce meses, como a las doce horas del día y de la noche, como a las doce parcelas que sospechamos tiene el alma;

tras y en las formas melódicas, aprendimos que

que entendemos perfectamente al que dijo que

los dones –de la palabra y de la música– concedi-

todo arte aspira a la condición de la música. Y que

dos por los dioses o por la naturaleza, tienen un

quede claro que lo que simplemente hemos soñado,

alto precio que resignadamente pagamos siendo

con palabras de nuestro querido poeta Quessep, es

poetas de un país sin certidumbres; que ser los

una canción apenas.

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Decir sobre la línea: ¿masculino o femenino?

-9Luz Mary Giraldo

Poeta, ensayista, crítica literaria y profesora universitaria colombiana. Miembro del comité editorial de Ulrika y colaboradora de su Festival

A

l revisar algunos ejemplares de

como obligándola a percibir la existen-

los más de cuarenta números

cia de la página, diciéndole: “Yo –existo,

publicados por la Revista de Poe-

¿y tú?”. Estas reflexiones de la reconocida

sía Ulrika, y relacionarlos con las distintas

poeta, o, mejor, poetisa, si lo decimos sin

convocatorias al Festival Internacional de

temor a identificarla con algo negativo e

Poesía de Bogotá, es notorio el interés por destacar

insignificante, son comunes en cualquier creador

las voces de poetas hombres y mujeres, lo que, sin

(masculino-femenino u otro), pues equivale a una

lugar a dudas, aporta tanto al intercambio entre

necesidad: ser a través de su creación.

unos y otros como a la divulgación de la poesía no

El escritor, la escritora, es a través de la escritu-

sólo de Colombia sino de diversas latitudes. Entre

ra, porque en ella y con ella revela su propia exis-

ellos, los homenajes a quienes se reconoce tanto su

tencia, su relación con la realidad y la fantasía, con

trayectoria como la calidad de su trabajo poético,

los otros, con las palabras, como cuando el artista

permiten el diálogo fructífero ante la comunidad

plástico llena de líneas, de formas o de colores un

internacional que en cada festival tiene como in-

lienzo o un espacio, o como cuando el compositor

vitados a autores de un determinado país. Es claro

organiza las notas musicales en el pentagrama para

que el festival y la revista han sido “incluyentes mas

que salgan sonidos del instrumento pulsados por

no permisivos”, como lo afirmara Rafael Del Casti-

alguien que entra en comunicación con ese texto

llo, alma y promotor de los mismos, al celebrar los

y las haga volar expresando una manera de estar en

respectivos veinticinco y quince años de apostarle a

el mundo, una emoción, un contexto. Cuando la

esta quijotada. Estos lustros responden a un proyec-

argentina Tununa Mercado se refiere a ese maravi-

to que ha acogido, pues, diversidad de tendencias y

lloso acto de crear con las palabras, no solamente

preocupaciones poéticas. Revisando algunos de es-

habla de su yo como mujer que se expresa y bus-

tos materiales, repito, llego a la reflexión que sigue.

ca ser, sino de esa trasposición de yoes que hay en

Decía Marina Tsvietáieva, que siendo muy

cada cual, masculino o femenino, que se vuelcan

niña sentía “hambre de papel en blanco. Un gri-

en el papel: “Yo pulso las teclas y digo yo sobre la

to disimulado. Más una mirada que un grito”. Ya

línea, pero casi instantáneamente ese yo es otra u

adulta, ante una hoja de cuaderno similar, reco-

otro depositado en una persona escrituraria –yo, tú,

nocía sentir “algo así como un estremecimien-

ella, él– y todavía otro más en la materia escrita y

to sagrado” que la llamaba a llenar el vacío, una

separada o salvada de esos desdoblamientos, apari-

suerte de “reproche vivo” que la incitaba a existir,

ciones y desapariciones. No son dos, nada menos

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binario que ese acto en redondo sobre la instancia de escribir”.

Hay enfoques que apuntan hacia la necesidad de una crítica feminista, desde la cual se leería me-

La escritura vuelca la vida sobre el papel y es un

jor la escritura de las mujeres, y así entender formas

cuerpo hablante y existente que transmite memo-

de conocimiento de sí misma y de la propia tra-

ria e identidad, ser y existir. Así se entiende, tam-

dición, que han llevado a determinadas autoras a

bién, que cuando Juan Gelman recibió el Premio

romper esquematismos y arquetipos. Otros, desde

Cervantes, vuelve sobre las palabras de Tsvietáieva

la certeza de la particularidad de cada voz, llaman

que resuenan en él, y las pronuncie de manera con-

la atención sobre la necesidad de diluir las fronte-

tundente afirmando con ella que “no se vive para

ras entre lo femenino o lo masculino, invitando a

escribir sino se escribe para vivir”.

los autores a escribir más allá de los estereotipos y a

Aunque sepamos que “El cuerpo del escritor

las mujeres a dejar de reclamar o de insistir en la fe-

son su manuscritos”, como decía la escritora rusa,

mineidad en sus creaciones. En muchas ocasiones

es notable la larga la polémica alrededor de la lite-

los análisis están determinados por enfoques que

ratura escrita por mujeres. Durante largo tiempo se

no siempre dejan ver los enunciados sino el lugar

la ha enfocado desde la necesidad de buscar reco-

de los mismos, así como se soslayan condiciones

nocimiento y legitimidad, y, en muchas ocasiones

estéticas o de producto artístico. Es claro que toda

se la confronta con la de los escritores hombres y el

creación hace memoria y en ella están la identidad

balance no es siempre positivo. Vale recordar que

de quien crea y el espíritu de la época. En últimas,

al dar inicio a su ensayo sobre autoras mexicanas,

el manuscrito como cuerpo que habla.

Señas particulares: escritora (1987), Fabienne Bradu, sostiene que al abordar la búsqueda de identidad en la obra de autores de cualquier género, se evidencia de manera particu-

El escritor, la escritora, es a través de la escritura, porque en ella y con ella revela su propia existencia, su relación con la realidad y la fantasía, con los otros.

lar en las autoras que la identidad se presenta “como un vacío, una interrogación, una

En el caso colombiano, aunque no es privati-

angustia, que la escritura resarciría de una manera

vo de las mujeres, hay quienes se han inquietado

más o menos satisfactoria”, y se refiere a la pági-

por el debate frente al ser y quehacer de la mujer

na en blanco que compara con el espejo en el que

en la vida social, cultural y artística, reflexión útil

se mira o refleja todo escritor, señalando que en

para tomar conciencia de diferentes realidades. No

el caso de la mujer corresponde a “un narcisismo

sobra recordar que hasta mediados del siglo XX la

no triunfante”, determinado en ese querer ser, más

participación de la mujer fue discreta y de escasa

allá de querer expresarse o decir, como sería el caso

aceptación, especialmente en el campo de la narra-

de las escrituras de quienes ya han legitimado un

tiva, aunque en el de la poesía su reconocimiento

territorio. El símil espejo es análogo a página, lo

no es mayor y mucho menos en el de la dramatur-

que coincide con lo afirmado por Tsvietáieva, para

gia, la crítica o el ensayo. ¿Qué han contado, cuá-

quien no existe el fracaso o la ausencia de triunfo

les han sido sus temas de interés, cómo ha sido su

sino esa potencialidad de ser que se trasmite en el

escritura, que función han cumplido con este ejer-

manuscrito.

cicio? Más hacia el presente, con el campo abierto

ulrika 47 |

15


y abonado por antecesoras de diferentes latitudes,

do el siglo XX, redundando en la responsabilidad

la pregunta regresa: ¿Qué narran las escritoras de

de la mujer de conservar y preservar las normas,

hoy y cómo lo hacen? Y desde el lenguaje poético

las costumbres, las emociones y los afectos; como

de antes y de ahora: ¿cómo cantan o han cantado,

quien dice, de ellas depende el legado fundacional

cómo entonan, cuál es su respiración, cuáles sus

que se había completado con la adopción en el si-

temas y formas, cuáles sus preocupaciones litera-

glo XIX de otros modelos europeos como los de

rias y vitales?

Francia o la Inglaterra victoriana, que destacaron

Si bien la tradición ha sostenido que las muje-

una vez más la función histórica de los varones, su

res son líricas y los hombres épicos, lo que aún es

carácter aventurero, su disponibilidad para hacer

vigente en muchos lugares cuando se afirma que

del universo su mundo, mientras frente a las muje-

el campo de acción de la mu-

res se fomentaba una certe-

jer es el de la vida doméstica

za más reducida y entonces

mientras el del varón es el de

no

la conquista del mundo, estas

el universo a su casa. Esto,

coordenadas han cambiado.

desde luego, determinaba

Ya no es tan fácil afirmar que

una condición introvertida

“las mujeres son de la casa y

frente a una de extroversión,

los hombres de la calle” o, en

que seguramente contribuye

palabras más sugestivas, que

también a esa convicción de

“las mujeres hacen de su casa

aventura épica para ellos y

el universo y los hombres ha-

de repliegue lírico para ellas.

cen del universo su casa”.

Seguramente, esto con-

el nuevo sistema de valores y

se prolongó hasta avanzado

problemática:

reducir

Piedad Bonnett, una de las voces más reconocidas de la Hoy son otras las dinámicas: poesía colombiana del momento. dujo a un largo repliegue que

de concepciones ha llevado a intercambio de roles,

el siglo XX, reflejado en el cultivo de la mujer de

lo que refleja experiencias e intereses que difieren a

su “espiritualidad” de diversas maneras: en la Co-

los de años anteriores, por no citar el pasado remo-

lonia, las que lograban optar por la vida monacal

to, aunque evidentemente ese cambio se ha dado

o tenían que hacerlo, accedían a los libros, a la re-

de manera larga y penosa. No debe olvidarse que

flexión y a la creación, mientras las otras cuidaban

desde la Conquista se establecen unos parámetros

el calor y el orden del hogar, sitio de llegada del

que se afianzan en la Colonia, basados concepcio-

marido y de formación de la prole; durante el siglo

nes europeas signadas por los principios cristianos

XIX, sin dejar de ser amas de casa, leer poesía y

del feudalismo, que moldearon los roles sociocul-

autores clásicos, interpretar un instrumento, hacer

turales y las formas de expresión, la sensibilidad, la

“trabajos manuales” (pintar, bordar, tejer, preparar

manera de participar de la vida social, los espacios

galletitas y confituras) era complemento y adorno

propios de cada sexo, los oficios, imponiendo a la

de la personalidad. Sólo a mediados del siglo XX la

mujer el rol fundamental de ser guardiana del ho-

escritura de poesía y de cuento o novela e historia

gar y de los principios religiosos y morales. Dichos

se convierte para algunas autoras en motivo de in-

roles se conservan durante el siglo XIX y avanza-

quietud y de apropiación del mundo, y a finales del

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mismo, acceder al ensayo, a la crítica o a la drama-

papel en blanco para darle forma a su sensibilidad

turgia se convirtió en un reto de sensibilidad y co-

y pensamiento y buscar la manera de expresarse y

nocimiento. En términos generales, anteriormente

ser (como sí fue el caso de Sor Juana).

la creación o la reflexión se asumían como parte de

La dedicación del oficio de escritora en la mu-

su “gracia” o encanto personal, no como un oficio

jer es un hecho tardío y generalmente no de tiem-

y mucho menos como una posibilidad profesional.

po completo, como en este caso también lo es el de

No cabe duda de las frustraciones que debie-

escritor (los rigores de la vida diaria no lo permiten

ron vivirse. Si los hombres tenían el derecho y el

sino a quienes cuentan con apoyos económicos su-

poder sobre muchas cosas, aún el de la creación y

ficientes). El carácter sumiso o silencioso de la mu-

expresión a través de formas artísticas que ponían

jer colombiana frente al determinante masculino

al servicio de los otros mediante publicaciones en

se impuso durante largo tiempo y la conciencia de

periódicos y revistas, las mujeres debían reducir,

tener algo por decir y decirlo bien se abre como

como ya se ha dicho, su expresividad al cuidado

perspectiva, seguramente con cierta perplejidad

del hogar, a los primores de sus tejidos y bordados,

en el medio de su momento. Es desde la segunda

a las delicias culinarias y al amor por el esposo y

mitad del siglo XX, que en Colombia algunas auto-

los hijos. Algunas de las clases altas –cuando con-

ras encuentran en la narrativa su tono para hablar,

taban con alguna preparación– podían acceder a

indagar, cuestionar, es decir, pronunciarse. Escri-

la lectura silenciosa de las obras que llegaran a sus

toras de diferentes regiones y espacios sociales,

manos y hubo casos de mujeres cuyo refinamiento

generalmente formadas en espacios universitarios

y sensibilidad les permitiría escribir furtivamente versos o cuadros de costumbres que leían o presentaban en las tertulias familiares, gracias al reconocimiento de sus esposos, quienes

Ya no es tan fácil afirmar que “las mujeres son de la casa y los hombres de la calle” o, en palabras más sugestivas, que “las mujeres hacen de su casa el universo y los hombres hacen del universo su casa”.

asociaban sus expresiones a esa belleza interior que debía tener toda mujer, y sólo unas

o con participación amplia en la cultura, revelan

pocas eran publicadas en revistas de la época.

sus búsquedas y formas de conocimiento, y reflejan

Siglos atrás, en plena Colonia, la mujer escri-

en sus textos situaciones que van más allá de lo

tora se daba sustancialmente en el seno del con-

femenino: la historia, la tradición, la violencia, la

vento que se convertía en el hogar para la lectura

condición humana, la sensualidad, el erotismo y el

y la realización artística, como pudo ser el caso de

cambio de valores. Más afianzadas en los últimos

la mexicana Sor Juana Inés de la Cruz o el de la

lustros, tanto ellas como las narradoras o las poetas

colombiana Francisca Josefa del Castillo, monja

más recientes, son mujeres que cuentan y cantan

de clausura que escribía sus versos, afectos y con-

desde referentes culturales que permiten ver tan-

fesiones para cumplir penitencia por los pecados

to la época a la que pertenecen, como a su propia

cometidos en sus sueños o pesadillas. Su creación

sensibilidad. Contestarias, amorosas, erotizadas,

literaria no era más que parte de su manera de pur-

testimoniales, líricas, dramáticas, tradicionales o

gar sus culpas y de liberar sus angustias; una ur-

rebeldes, la poesía escrita por mujeres fue buscan-

gencia distinta de liberación. No se enfrentaba al

do un camino y un sentido.

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17


Hay que reconocer que “género no garantiza

trabajo cumplen o han cumplido una labor que

nada”, como afirma Angélica Gorodischer, refi-

asegura su existencia, como así mismo se eviden-

riéndose a masculino o femenino, pues la calidad

cia, en los años de la revista Mito, con Magdalena

no radica en el sexo de quien crea sino en la per-

Fetty de Holguín, quien contribuyó con sus cuen-

fección de la palabra capaz de comunicar tanto el

tos y poemas a dar “una decisiva experiencia de

ruido como el silencio. Sin embargo, la poeta ha

escritora”, como afirmó Hernando Téllez, al reco-

sido en Colombia una voz poco integrada a gene-

nocerla como escritora que dice y deja “subsistir

raciones o promociones, lo que quizá corresponde

lo esencial de la música y lo esencial del pensa-

más que a su calidad, a la fijación de un canon.

miento”. El investigador tiene que “escarbar”

En nuestra historia literaria se han dado muchos

para encontrar su papel o su escritura en aquellos

olvidos e injusticias poéticas:

tiempos. Cabe recordar que

el canon reconoce como au-

muy recientemente, Jiménez

tores letrados de la Colonia

menciona a Ayarsa y a Del-

entre los poetas a Juan de

mar como poetas de los años

Castellanos y Hernando Do-

de Mito, reconociendo en la

mínguez Camargo, y muy re-

primera su cuidadosa y fina

cientemente se “descubre” y

escritura tradicional, y en la

reconoce a la madre del Cas-

segunda la fuerza expresiva

tillo, por ejemplo. Así mis-

de un solo poema: “Testa-

mo, una larga lista de poetas

mento”.

y próceres muestra a los cul-

A tenor de los cambios

tores de poesía del siglo XIX

mundiales vividos con los

destacando entre las mujeres María Mercedes Carranza, en una foto emblemática.

movimientos

solamente a Silveria Espinosa

de los años sesenta, la ur-

estudiantiles

de Rendón y Josefa Acevedo de Gómez. En el siglo

gencia de compromiso individual o colectivo se

XIX la poesía era muy cercana al poder político de

sumaba a los replanteamientos ofrecidos por el

clase y de género y, como reconoce David Jiménez,

existencialismo y al afán crítico o determinado

en los últimos cien años es más heterogénea y mu-

escepticismo, a los efectos del feminismo en su

cho menos oficial.

poética y su política y a la gestión creativa de la

Adelantado el siglo XX son muchos los auto-

mujer que fue ganando espacios, hasta mostrar en

res que figuran entre cuadernícolas, piedracielistas,

la década del setenta que podía formar de parte

de cántico o el grupo Mito, por ejemplo, y sabemos

de una generación poética, la última reconocida

que en los estudios de poesía, las historias y los

como tal hasta la fecha, conocida como Genera-

análisis, no siempre se tiene en cuenta a pione-

ción sin nombre, de Golpe de dados, o Desencantada.

ras como Emilia Ayarza, Matilde Espinosa, Meira

Fue después del reconocimiento de la existencia

Delmar, Maruja Viera o Dora Castellanos, autoras

de dicha generación, que se incluyó única y ex-

con una particular voluntad de construcción de

clusivamente a María Mercedes Carranza, aunque

mundo y de estilo, con una urgencia de expresar-

otros tienen en cuenta a la uruguaya de origen y

se al margen del hogar, de mostrar y divulgar su

colombiana por adopción, Martha Canfield. Estas

18

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inclusiones están relacionadas con ese lenguaje

por otro Quijote, el poeta Miguel Méndez Cama-

poético que transmite una sensibilidad acorde con

cho, el carácter inclusivo reporta un promedio de

las urgencias de autor que expresa con suma ironía

quince voces femeninas, algunas ampliamente

o lirismo el espíritu de la época que les correspon-

conocidas y otras con dominio del género que ya

dió vivir. ¿Son voces femeninas? Sí. Pero hablan

definen su propia voz. Sin embargo, siempre surge

esencialmente en lenguaje poético. La lista se

la pregunta: ¿Por qué tan pocas mujeres? El vacío

amplía y más allá de quienes en los inicios for-

se llena en el controvertido encuentro anual de

maron parte de la generación mencionada (Juan

mujeres poetas de Roldadillo, que desde hace más

Gustavo Cobo Borda, Augusto Pinilla, Darío Ja-

de veinte años cumple rituales poéticos, talleres,

ramillo Agudelo, Álvaro Miranda, Henry Luque

concursos y publicaciones en sus ediciones Emba-

Muñoz, José Luis Díaz-Granados, David Bonells,

laje. El llamado a este evento cumple una especie

Elkin Restrepo, además de Giovanni Quessep y

de consigna: la mujer tiene la palabra, y demues-

Jaime García Maffla). Hoy se incluyen a muchos

tra que muchas autoras buscan un lugar para ex-

de los nacidos entre las décadas de los cuarenta o

presarse, un sitio donde se oiga lo que tienen que

un poco antes y comienzos de la de los cincuen-

decir o por decir.

ta. De ahí que puedan tenerse en cuenta a Miguel

Tsvietáieva, reivindicando su derecho de es-

Méndez Camacho, Raúl Gómez Jattin, José Ma-

critora, afirmaba que “cuando una mujer escribe,

nuel Arango, Harold Alvarado Tenorio, Juan Ma-

escribe para todas las que han callado –mil años,

nuel Roca y Piedad Bonnett, entre otros. ¿Por qué

y callan todavía– y callarán”. Rosario Castellanos

no? Son poetas que elaboran mundos líricos muy personales, tan de hoy como de nuestra tradición. Si bien desde fines de los ochenta hasta la fecha, la creación poéti-

el canon reconoce como autores letrados de la Colonia entre los poetas a Juan de Castellanos y Hernando Domínguez Camargo, y muy recientemente se “descubre” y reconoce a la madre de Castillo.

ca no puede reconocerse por grupos generacionales ni por promociones, las antologías

habla de la “hazaña de convertirse en lo que se

y selecciones, la divulgación lograda en los des-

es” a través de su escritura. No importa el género,

aparecidos magazines o suplementos literarios, la

vale repetirlo, interesa la voz que resuene contra

participación en festivales nacionales o interna-

el silencio. Masculino o femenino, la voz que debe

cionales de poesía, algunos premios nacionales

ser tenida es la que exprese y sea razón de vida. Es

o internacionales, las lecturas poéticas en ferias

esta la consiga del Festival Internacional de Poesía de

o entidades públicas, las publicaciones universi-

Bogotá, que ha permitido el encuentro de voces tan

tarias que responden al cierre de publicación del

diversas con los países y autores o autoras invitados.

género en las grandes editoriales, proliferan crea-

Gracias a este festival yo, personalmente, como sé

dores en todos los campos y la cantidad de mujeres

que también ha pasado con otros, he podido oír

que le apuntan es significativa. De los casi ochen-

poesía de alta calidad, y conocer poetas de Cuba,

ta números publicados por la revista El Malpen-

España, Chile, México, Guatemala, Argentina y

sante y el Externado de Colombia, en esa sugestiva

tantos otros países, con los que gozo de su amistad o

apuesta llamada “Un libro por centavos”, creada

de su palabra.

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EL FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA DE BOGOTÁ Y LA POESÍA ÉTNICA

-9MIGUEL ROCHA VIVAS

Profesor de literatura, estudioso de las poéticas indígenas de América vinculado a la Universidad Javeriana

E

l Festival Internacional de Poesía

Jamioy (camëntsá, Colombia), Miguel

de Bogotá ha realizado un aporte

Ángel López (wayuu, Colombia), Gonza-

esencial a las lenguas y literaturas

lo Gómez Cabiativa (muisca, Colombia),

del mundo, y se ha convertido en escenario

Fredy Chikangana (yanakuna, Colombia).

clave para importantes poetas en lenguas

Del 6 al 8 de mayo de 2011 se realiza el Pri-

indígenas. En la década del 2001 al 2011, los dos

mer Encuentro Nacional de Escritores/as en Len-

más importantes encuentros de escritores y escrito-

guas Indígenas en el marco de la Fiesta de las Len-

ras indígenas en Colombia se relacionan con este

guas durante la Feria Internacional del Libro de

festival. En el año 2001, Primer Encuentro de Poe-

Bogotá, con sedes alternas en la Universidad Pe-

sía Étnica, organizado en la Universidad Nacional

dagógica y la Universidad Externado de Colombia.

de Colombia con la coordinación de Rafael y Ma-

Coordina: Miguel Rocha. Participan Jorge Cocom

riela Del Castillo, es de suma importancia para la

(maya yucateco de México); Humberto Ak´abal

literatura indígena nacional y continental, pues

(maya k´iche´ de Guatemala); Leonel Lienlaf

convoca a varios de los principales escritores indí-

(mapuche de Chile); Jaime Huenún (mapuche

genas del momento. Además es el primer encuen-

de Chile); Abadio Green (kuna-tule de Panamá);

tro internacional de poesía indígena que se realiza

Francelina Muchavisoy (inga); Fredy Chikan-

en el país. Entre las múltiples lecturas y actividades, que incluye una visita de los escritores a la mítica laguna de Guatavita, se lleva a cabo un recital y una publicación en la revista

En el año 2001 Primer Encuentro de Poesía Étnica es de suma importancia para la literatura indígena nacional y continental pues convoca a varios de los principales escritores indígenas del momento.

de la Casa de Poesía Silva. Asistentes: Natalio Hernández (nahua, México), Briceida

gana (yanakuna mitmak); Miguel Ángel López

Cuevas Cob (maya, México), Humberto Ak´abal

(wayuu); Yöche (andoke); Hugo Jamioy (camënt-

(maya, Guatemala), José Miguel Cocom Pech

sá); Bárbara Muelas (misak-guambiana); Estercilia

(maya, México), Elicura Chihuailaf (mapuche,

Simanca (wayuu); Efrén Tarapúes (pasto cumbal);

Chile), José Ángel Fernández (wayuu, Venezuela),

Aldemar Ruano (pasto colimba); Anastasia Can-

Francelina Muchavisoy (inga, Colombia), Hugo

dre (okaina-uitoto); Vicenta Siosi (wayuu); María

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Arriba izquierda Elicura Chihuailaf (mapuche, Chile). Arriba derecha Humberto Ak Abal (maya, Guatemala) Derecha Freddy Chikangana (yanakuna, Colombia).

Clara Juajibioy (caméntsá) en representación de

así como la presentación y entrega gratuita de los

su fallecido padre: Alberto Juajibioy; Gloria Jusa-

Libros al Viento: Pütchi biyá uai, antología mul-

yú (wayuu de Venezuela) en representación de

tilingüe de la literatura indígena contemporánea

su fallecido padre: Miguel Ángel Jusayú; y Uriel

en Colombia, Precursores (Volumen I) y Puntos

Cassiani, poeta afro de Palenque de San Basilio.

aparte (Volumen II). Miguel Rocha Vivas (com-

El encuentro se abre con un taller de escritura en

pilador).

lenguas indígenas a cargo de Jorge Cocom, alterna al día siguiente con un recital de poetas del mundo en el Festival Internacional de Poesía de Bogotá, y se cierra con el himno misak-guambiano,

El texto anterior contiene Fragmentos del libro Palabras mayores, palabras vivas, Miguel Rocha Vivas, Premio Nacional de Investigación en Literatura 2009.

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UN RELÁMPAGO EN LA MÉDULA DEL SOL Opinión de uno de los poetas más activos de los talleres y grupos literarios

-9HELLMAN PARDO

Poeta, ensayista e ingeniero de profesión colombiano. Coordinador de talleres y miembro del grupo La raíz invertida

L

a nitidez de la imagen escrita y

rita y Gonzalo Rojas, de Chile; y un sin fin

el lenguaje secreto, el significado

de voces iberoamericanas cuyas evocacio-

de las tardías escisiones en la his-

nes hemos advertido por cada recodo de

toriografía literaria colombiana, el diálogo íntimo y sus múltiples voces que nos visitan

la ciudad. Así mismo, el FIPB eslabona, de

de tanto en tanto, han recobrado su cauce natural:

manera lúcida, a los mayores protagonistas de

la poesía. Tal como denominara Derrida Esa intru-

nuestro carácter lírico. Mario Rivero, Giovan-

sa más intrusa que la muerte, la poesía, mantiene su

ni Quessep, Rogelio Echavarría, Juan Manuel

constancia de sobrevivir pese a todo. Y es aquí, en

Roca, Álvaro Miranda y Jaime García Maffla,

esta perdurabilidad, en la persistencia de fulgurar

son sólo algunos de los escritores colombianos

los malos siglos, donde comienza el Festival Inter-

invitados, hacedores de una delgada evolución

nacional de Poesía de Bogotá.

en la transparencia literaria, sin alejarse del todo

Se cumplen veinte años de reconocimiento a

de las raíces cardinales en el ámbito poético. Me

una labor titánica. Corpoulrika, entidad organiza-

detengo entonces como afortunado observador,

dora del festival, su director, Rafael Del Castillo,

primero, e invitado al festival, después, en las

y sus más cercanos colaboradores –el apreciado

dos últimas figuras anteriormente nombradas:

poeta Federico Díaz-Granados desde el Gimna-

Miranda y García Maffla.

sio Moderno, por ejemplo–, conocen de cerca los

Álvaro Miranda, excelso poeta y novelista,

periplos de semejante hazaña, nada fácil en un

creador de la obra La risa del cuervo –elogiada por

país distante de la palabra esencial. Por el festival,

Germán Arciniegas–, conmovió en 2009 a los

que año tras año atiza a esta médula del sol que es

asistentes del FIPB, siendo él su figura central, con

Bogotá, han transitado importantes poetas de re-

la potencia, no sólo de su voz sibilante, sino de la

nombre internacional: los mexicanos José Emilio

vitalidad particular de su lenguaje. De corte atípi-

Pacheco, Eduardo Lizalde y Margarito Cuéllar; los

co en las estructuras poemáticas del país –en no

españoles Luis Antonio de Villena y Luis García

pocas composiciones líricas, sus títulos logran ser

Montero; Juan Calzadilla, Rafael Cadenas y el su-

más extensos que los mismos poemas–, es un escri-

blime Eugenio Montejo, por Venezuela; Raúl Zu-

tor que ironiza ávidamente las orillas del mundo.

22

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Gran acierto del festival homenajearlo aquel año,

nizadores en vincular a los creadores emergentes.

con Venezuela como país invitado, y con la música

Este año, y en la celebración de dos décadas

sugestiva, conmovedora, de Victoria Sur.

de incesante compromiso, Rafael Del Castillo

En 2011, Jaime García Maffla se llevaría los

ha nombrado la edición como “1992-2012, Fun-

aplausos de los participantes a los diferentes en-

dadores”, y como poeta homenajeado, al caleño

cuentros, charlas y recitales. De una hondísima per-

Raúl Henao.

cepción al estremecimiento humano, el poeta caleño asume la búsqueda interior como representación única de la razón. Es, además, uno de los escritores más queridos y admirados de Colombia. Pero si acaso situamos al FIPB como un sonajero más de la memoria, en palabras de Franco Volpi al referirse a los festivales de poesía, estaremos ante un insalvable equívoco. El festival no sólo contempla recitales, o encuentros con el autor. Se realizan talleres en escritura creativa para jóvenes; diálogos literarios; conversato-

Leidy Bibiana Bernal, nueva voz femenina que se destaca.

rios especializados que llegan a otros lugares itinerantes, como Valledupar, Cartagena, Pereira, Villavicencio, o Fusagasugá, entre otros; presentaciones de libros; lecturas en espacios no convencionales; homenaje a poetas y exposiciones, por nombrar algunos de los eventos. Sin embargo, y a pesar de que estos encuentros serían suficientes para catapultar al FITB a nivel universal como uno de los más significativos e incluyentes hoy día, son las voces nuevas, los resuellos de los jóvenes poetas, quienes se advierten con

Giovanny Gómez, Joven poeta, director del Festival Internacional de Poesía de Pereira.

insistencia en cada edición. Nombres como Giovanny Gómez, Tania Ganitsky, Jorge

El relámpago continuo de la poesía, que re-

Valbuena, Jenny Bernal, Sandra Uribe Pérez,

construye los sentidos desde los ámbitos más aje-

Henry Alexander Gómez y Bibiana Bernal, refle-

nos, persistirá en horadar, y que así sea, las calzadas

jan la visión atenta e imperecedera de los orga-

de la capital colombiana.

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el Festival de Poesía y las nuevas generaciones

-9Andrés Céspedes Márquez

Estudia música en la UPN. Miembro del Taller de Poesía y del periódico literario Aldabón de la misma universidad

B

ogotá, como tantas otras ciuda-

rodea, puede tener otras maneras de ser in-

des del mundo, cuenta con múl-

terpretado o percibido, es decir, favorece la

tiples escenarios culturales desti-

creación de nuevas formas de ver y sentir

nados a promover e incentivar el desarrollo

nuestro propio entorno, estimulando así el

de las artes; en el caso de la poesía, nuestra

desarrollo de la creatividad y el gusto por

ciudad tiene el privilegio de contar con el Festival

las artes. Asimismo, constituye un escenario peda-

Internacional de Poesía de Bogotá, un evento que

gógico ideal, en el cual el conocimiento se presen-

a lo largo de los años se ha consolidado como uno

ta como una experiencia poética significativa; en

de los más importantes en su género, siendo en la

este sentido, supone un importante aporte cultural

actualidad referente vital para las nuevas genera-

que puede llevar a los individuos a la re-afirmación

ciones de poetas y aficionados a la poesía. Gracias

del sentido de su propia existencia, de sus valores,

al festival, que este año llega a su 20a edición, la

así como contribuir a mejorar su calidad de vida, a

ciudad ha contado año tras año con la valiosa pre-

construir una sociedad mejor, más justa, donde los

sencia de algunos de los poetas hispanoamericanos

seres humanos sean verdaderamente conscientes

más importantes y queridos por el público y con

de su verdadero papel transformador en la comuni-

ellos la oportunidad única de disfrutar de lo más

dad. La poesía nos brinda la posibilidad de pensar

variado y selecto del arte poético de nuestro tiem-

por nosotros mismos, de llevar nuestra propia vida

po. Las tendencias y corrientes literarias actuales,

a niveles más elevados de la cotidianidad.

recitales en diferentes puntos de la ciudad, franjas

El Festival es una iniciativa que contribuye a

diversas, música y los mejores poetas son sólo al-

la creación de espacios para la literatura, en espe-

gunas de las cosas que hemos podido apreciar a lo

cial para la poesía, así como la interacción entre

largo de estos veinte años.

poetas consagrados y las nuevas generaciones de

El Festival constituye en sí mismo un hecho

jóvenes poetas que empiezan su trayectoria en este

artístico que contribuye a enriquecer el conjunto

interesante arte. La riqueza poética que hemos te-

de vivencias o experiencias de los individuos que

nido la oportunidad de apreciar a lo largo de todos

integran la sociedad, especialmente de los jóve-

estos festivales, se acerca por momentos a la diver-

nes, puesto que es una práctica que puede estar

sidad misma del género humano: el hecho poético

relacionada con su propio crecimiento como seres

puede ser de géneros diversos y estar determinado

humanos. Es un acontecimiento que nos brinda

por los múltiples y variados contextos en los que

la posibilidad de descubrir que el mundo que nos

pueda tener lugar; en tal sentido, el festival pue-

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de definirse como un lugar de encuentro de todas

pectiva menos consumista y por consiguiente más

las dimensiones del quehacer poético, es decir de

realista? y ¿de qué manera el Festival Internacional

todos los factores o aspectos que integran y deter-

de Poesía de Bogotá puede constituir algo así como

minan la experiencia poética del público (facto-

una luz al final del túnel en un mundo hostil don-

res de orden cultural e ideológico, psico-social, y

de ni el individuo, ni la propia juventud importan

biográfico, entre tantos otros) la cual no depen-

más que como pobres e inertes sujetos producti-

de exclusivamente de uno u otro de estos factores

vos? Para algunas personas la juventud actual se

sino de todos, es el festival en todo su conjunto, la

encuentra cada día más alejada de la literatura y

posibilidad de re-encontrarnos con esos seres sor-

en especial de la poesía, y no sin razón; las nuevas

prendentes que son los poetas, de alguna manera,

tecnologías y formas de comunicarnos así como del

nosotros mismos.

aislamiento: teléfonos celulares, correos electróni-

En la actualidad son muchas las personas que

cos, redes sociales, internet, en muchos casos ab-

siguen considerando la poesía como un arte her-

sorben gran parte de la vida de las personas y de los

mético y aburrido, un hobbie si se quiere, inútil

jóvenes en general, quienes pasan frente a la pan-

desde todo punto de vista, del cual, pensar siquiera en la posibilidad de

tendencias y corrientes literarias actuales, recitales en diferentes puntos de la ciudad, franjas diversas, música e importantes poetas son sólo parte de lo que se Ha vivido a lo largo de estos veinte años.

convertirlo en profesión, puede parecer una idea loca o ridícula; arte para bohemios o aprendices de bohemios, arte para los que se la quieran tomar

en serio y tratar de plasmar los mundos así resulten

talla del computador, del teléfono o del televisor

pobres o estrechos, melancolía egocentrista de los

la mayor parte del tiempo leyendo únicamente efí-

docentes, y arte para los consumidores, esos seres

meras conversaciones de chat y publicaciones en

entusiastas del poema que suelen aplaudir al final

el muro de Facebook, aprendiendo de una manera

de los recitales, son sólo algunas de las consignas.

ferviente el manual del consumidor optimista. La

En lo personal, pienso que son cosas que poco tie-

verdad es que cosas como el festival de poesía y la

nen que ver con la poesía; la poesía es un arte

poesía en general, pueden constituirse como nue-

como cualquier otro y siempre habrá personas que

vas formas de conocimiento de nosotros mismos

se dediquen a ejercerlo, pero entonces cabría la

y de experimentación de la propia realidad, una

pregunta ¿puede la poesía jugar un papel real en

excelente manera de desarrollar la sensibilidad y la

la formación de los jóvenes de hoy desde una pers-

intuición.

ediciÓN

20

1992-2012

fundadores

Festival Internacional de Poesía de Bogotá 14 a 19 de mayo

Evento concertado:


El Festival de Poesía en el marco de una experiencia universitaria

-9-

Si en el principio era el verbo, en los inicios de la poesía era la oralidad: juglares que iban de pueblo en pueblo compartiendo las historias de otros reinos, las victorias y las derrotas, los amores y desamores, casi siempre en medio de plazas, a la espera de los aplausos o... de las monedas. Jesús Alejo, México

A

Juan Carlos Grisales

Leonardo Cano

Narrador oral, actor, gestor cultural, vinculado a la Universidad Pedagógica Nacional

Docente, Departamento de Lenguas / Centro de Extensión Cultural, Universidad Pedagógica Nacional

parte de compartir aunque sea como

Cultural de la UPN, celebra este año una versión

simples testigos, esta misiva constituye

más en medio de los avatares y las adversidades que

una exhortación a que continuemos to-

implican muchas veces la renuencia administrati-

cando puertas en la conciencia social a fin de re-

va y las políticas imperantes en su momento. En

cordar que nuestra voz y nuestras palabras siguen

efecto, y no se trata de cualquier celebración, pues

teniendo eco. Hermandad y solidaridad constitu-

son 20 años de trajinar por hacer llegar la palabra

yen apenas algunos de los inherentes y explícitos

y la voz de los poetas a aquellas almas gemelas que

acicates que pueden propiciar un encuentro entre

buscan un paliativo para ofertarles una esperanza

poetas y enamorados del arte poético en sus distin-

a sus aflicciones y desventuras. Esfuerzo que va de

tas voces. Y, evidentemente, un acontecimiento

la mano de la revista Ulrika, organizadora y funda-

que aglutina esos conceptos, prácticas y formas de

dora del Festival, que dedicará sus páginas a seguir

ver y actuar en el mundo, no puede sino irradiar

la herencia del certamen en los escenarios más

una convivencia fraternal y plena entre iguales.

recónditos de la vida cultural y afectiva tanto en

Por ello, el Festival Internacional de Poesía de Bo-

Colombia como en Iberoamérica. Evento al cual

gotá, inserto en el proyecto de Extensión Cultural

se suma el Instituto Caro y Cuervo, entidad que

que se adelanta en la Universidad Pedagógica Na-

editará una antología con los poetas homenajea-

cional, se ha constituido en uno de sus ejemplares

dos a lo largo de las 20 ediciones del Festival, y que

más representativos de Política Pública en Cultu-

se lanzará en el marco de la XXV Feria Internacio-

ra, no sólo para las entidades educativas del país

nal del Libro de Bogotá en la presentación oficial

sino en general para las entidades públicas cuyo

del Festival.

objetivo es el fomento del arte y de la cultura.

En esa misma medida, a partir del ejercicio es-

El Festival como experiencia cultural, articu-

tético propuesto y articulado con todo nuestro pro-

la en la universidad un marco general de acción

yecto pedagógico, sea ésta la ocasión para recordar

que, mediante la gestión del Centro de Extensión

la relevancia de otros lenguajes en la interacción

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disciplinar que implican las prácticas artísticas en medio del trajinar académico de la Universidad, que sirven de ventana para mostrar la diversidad universal de formas líricas y literarias asociadas a la expresión poética universitaria con presentación de textos propios, tal como lo han hecho miembros de su comunidad como José Domingo Garzón, quien propuso la Licenciatura en Artes Escénicas en la UPN, cuyo punto de partida fue el trabajo de Grupo con el Teatro Torreón. Él, a la par del trabajo pedagógico, logra formas dramatúrgicas permeadas por la poesía –fruto del análisis de los problemas del sujeto en la sociedad colombiana actual–, un contacto con la sensación vívida de la Nación. Por otra parte, y muy en consonancia con los temas actuales, el poeta huilense Orinzon Perdomo, también miembro de nuestra comunidad universitaria, enfatiza desde su creación –Ceremonial de las ausencias– otra puesta en escena en la cual articula el teatro, la música y la poesía alrededor del desplazamiento social, desde una perspectiva autobiográfica, elemento que sirve para consagrar

Conozca los programas de

la sensibilidad individual al reconocimiento de los desangres que han relegado el proyecto de Nación, también sufrido por la Universidad. Por todo ello, volver a la fiesta de la poesía para mostrar esa forma literaria con la tenacidad que nos caracteriza, es consolidar ese logro, el de presentar a la Universidad Pedagógica Nacional como la casa que recibe con beneplácito las diversas expresiones y lenguajes que permean nuestra vida en bienestar. Este evento, al igual que otras expresiones afectadas por la estética como la teatralidad, la narración y, en general, el escenario pedagógico, implica intentar el arte de lo cotidiano hecho poema o la puesta en escena integradora, lo cual nos permite augurar el cambio social

Participación, calidad y compromiso en la gestión cultural

que se avecina desde la Universidad en perspectiva de Extensión Cultural.

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Sea éste el momento de igual modo para se-

tre cada año: en el mes de abril Festival de Salsa

ñalar orgullosamente una vez más la envergadura

y Pop Dance, en mayo encuentro universitario de

estética que presenta el proyecto del Centro de

cuenteros Narrando Ando y Festival de Tango, en

Extensión Cultural, denominado Participación,

agosto Pura Palabra Internacional y Encuentro

Calidad y Compromiso en la Gestión Cultural,

Universitario de Teatro, en septiembre Festival

el cual alberga semestre a semestre aproximada-

de percusión Suena mi Tambo y Festival Inter-

mente mil estudiantes como beneficiarios y par-

nacional de Poesía, en Octubre Festival de Danza

ticipantes en los grupos de proyección artística

Folclórica y en noviembre cierre anual con el en-

institucional. El fomento a prácticas artísticas

samble artístico Geografías e Imaginarios Cultura-

redunda en la creación de 18 grupos representati-

les UPN como evento congregante en destacados

vos como muestra del trabajo en las áreas de artes

escenarios de la ciudad. Geografías e Imaginarios

escénicas, visuales, plásticas, musicales, literarias,

Culturales UPN constituye el ensamble artístico

círculos de estudio en idiomas, cultura, diversidad

en el cual participan todas las voces y expresiones

sexual y étnica, política, tecnologías aplicadas a la

descritas. La obra interartes vincula a 215 artis-

pedagogía; al igual que espacios de programación

tas en una sola puesta en escena que evidencia la

permanente como los jueves del Teatro Torreón,

Universidad Pedagógica Nacional que realmente

viernes de Sostener la Caña (narración oral) y

somos, ésa que no sale a diario en los medios de

múltiples intervenciones de espacios públicos me-

comunicación. La Universidad Pública nutrida

diante alianzas con entidades interesadas en mos-

por la energía juvenil que practica el arte para re-

trar el producto de la pedagogía aunada al arte y a

crear la vida, que mejora al país desde las aulas, el

la cultura. El cimiento de nuestro proyecto cons-

movimiento estudiantil desde el cuerpo y su auto-

tituye la historia misma de los grupos, tales como

rreconocimiento para ser pedagogos.

Proyección Folclórica que cumple en el presente

Este proyecto de Extensión Cultural ha cons-

35 años de trayectoria artística, igualmente el gru-

truido un lugar neutral que valora a los miembros

po de salsa Clave y Fusión que ha sido merece-

de la comunidad a partir de la aceptación de la

dor de reconocimientos a nivel local, nacional e

diferencia, el espacio que posibilita la cabida de

internacional y el Teatro Torreón que fue punto

todas y todos con sus diversidades sexuales y cul-

de partida para la constitución de la Licenciatura

turales, donde sólo es necesario querer para hacer

en Artes Escénicas. La organización de eventos de

cultura pedagógica, y donde evidentemente quie-

carácter internacional, tales como Pura Palabra

nes transitan nuestras geografías y viven nuestros

Festival de Cuenteros, viabiliza el encuentro de la

imaginarios culturales encuentran la institución a

comunidad universitaria con la pluralidad cultural

su disposición sin distingo adicional al de perte-

de nuestra América Latina y Europa. Asimismo,

necer a nuestra comunidad universitaria inclusi-

la prolija evidencia del ánimo juvenil por el arte

ve siendo familiar de estudiante o empleado. Esta

permite ofertar a la comunidad universitaria y/o a

ventana constituye una invitación para que la

la ciudadanía en general, una agenda de eventos

ciudad y el país conozcan mejor lo que realmente

ininterrumpidos durante primer y segundo semes-

somos.

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Palada del crítico

CULTURA VERSUS VIOLENCIA

-9GUILLERMO LINERO MONTES

Pintor, narrador, poeta y crítico literario colombiano

H

ace un poco más de veinte años,

revista, sí, de lo que el azar, y la simple

colaboré con la revista Ulrika,

lógica de los efectos, producen cuando hay

encargándome de la sección

encuentros entre artistas con el objetivo

de artes plásticas, y escribía también una

de intercambiar experiencias (obvio que

columna titulada “Sólo palabras”, sobre

de vida, pero también de estética). De tal

asuntos actuales de la literatura. Ambos proyectos

suerte, que puesto a visualizar la memoria de estos

se fueron a pique por los “modos y maneras” del

proyectos, encuentro que está cundida de persona-

poeta Rafael Del Castillo, director por entonces de

jes, protagonistas de la poesía internacional y na-

la revista Ulrika, y luego fundador y director, como

cional, por los que tendría muchas cosas que decir.

aún lo sigue siendo, del Festival Internacional de

Con todo, prefiero referirme desde mi experiencia

Poesía de Bogotá.

de pintor, o mejor de crítico de arte, a cómo sus

Hoy luego de esos años, se conmemora la pri-

organizadores han tenido presente que la poesía

mera veintena de dicho festival, para lo cual se me

liga con las demás artes, y en el caso de su alianza

ha invitado a participar dando un concepto o ex-

con la pintura, los resultados son de incuestiona-

presando un simple comentario acerca de lo que ha

ble factura. Así, se han cuidado, los organizadores

sido en términos de acción cultural su desempeño.

del festival, de acompañar cada encuentro con

Y no podría negarme a eso, porque es una realidad

imágenes (afiches promocionales e ilustraciones

histórica de a puño, al menos en nuestra experien-

para la revista) de artistas de la talla y dignidad

cia nacional literaria, que la revista Ulrika y el Fes-

de Fernando Oramas, Edgar Negret, Humberto

tival, por encima de los “modos y maneras” de su

Giangrandi, Augusto Rendón, Hernando Carri-

director, hacen parte del registro de las expresiones

zosa, David Manzur, Vladdo y Fernando Uhía, en-

creativas de las últimas tres décadas: casi todos sus

tre otros. No podría decirse que los haya movido

colaboradores inmediatos –muy jóvenes entonces–

un criterio estético puntual, pero en asuntos del

ocupan un lugar de prestigio en el campo específico

arte, se sabe que todo no puede ser producto de

de su arte, y un apreciable número de las buenas

preconceptos.

noticias literarias sucedidas en el país en esta últi-

A mi juicio por útil o inútil, que hayan sido

ma veintena, están conexionadas con la existencia

los festivales –no sólo el de la revista Ulrika, sino

del festival.

también sus homólogos de Medellín, Manizales,

Y no podría negarme, tampoco, porque he

etc.–, no hay nada peor que si no hubieran sido.

sido testigo de primera fila, si no de las finalidades

En efecto, lo que permite a una ciudad o a una

personalísimas de quienes dirigen al festival y la

nación el logro de manifestaciones creativas,

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dignas de mostrar, casi siempre ha respondido a

La experiencia formativa del arte, cuando de

situaciones nada previsibles. Así, al surrealismo,

culturizar se trata, se da y es completa, sólo cuando

por ejemplo, lo conformaron artistas disímiles a

el arte ocurre: el arte para profesarse sólo requiere

los que unió una sola afinidad: huir de las gue-

de su misma existencia. Nadie espera, por ejemplo,

rras civiles de sus países de origen. Y a los poetas

que en la ciudad de Medellín, los centenares de hu-

y artistas de la generación Beat, verbigracia, los

mildes hombres comunes y corrientes, que asisten

relacionaba el mundo hippie, que para la pacata

a las programaciones del festival de poesía, muchos

sociedad norteamericana de mediados del siglo

de ellos con sus hijos y mujeres, en vez de ponerlos

XX, sus expresiones de irreverencia eran, entre

a escuchar poemas a viva voz –a veces incluso en

todo lo no poético, lo menos poético. Tampoco

ajenos idiomas–, por el contrario, se les ponga a es-

los referentes, sobre alianzas funcionales entre

cuchar elucubraciones acerca de cómo ser mejores

la poesía y la pintura, más representativas de la

ciudadanos, o así fuera el caso, hasta mejores poetas

historia del arte, fueron producto de conscientes

o pintores. Desafortunadamente, a los que gustan

acuerdos estéticos. Me explico: Tolouse Lautrec

de estos prototipos de expresa formación, hay que

no tenía por qué coincidir estéticamente con los

subrayarles, una y otra vez, cómo la mejor forma de

artistas (bailarines, músicos y poetas) del Moulin

profesar el arte, es exhibiéndolo, permitiendo que

Rouge para componer sus afamados afiches pro-

ocurra. Por ello, y ante tanta noticia de corrupción,

mocionales. Ni Andy Warhol y los demás pinto-

en todos los niveles del país administrativo, hay

res de su época, al realizar sus posters al servicio

que hacer eco de la importancia de estos eventos

de un ideal pop, estuvieron obligados a coincidir

que, hablando en términos económicos, son ape-

con sus líneas de diseño. Aún así, llama la aten-

nas microproyectos, y hacer votos para que sigan

ción que los pintores del realismo social latino-

ocurriendo, porque hablando en términos de bene-

americano, que sí pusieron sus obras al servicio

ficios culturales, son macroproyectos.

de campañas sociopolíticas puntuales, festivales

De no existir en una nación festivales artísti-

para la defensa de los oprimidos, igualmente se

cos, conciertos musicales, conferencias de intelec-

diferenciaban formalmente, aunque hoy, por el

tuales, presentaciones teatrales, eventos folclóri-

ámbito minúsculo de su verbo, cargado de con-

cos, en fin, manifestaciones de la cultura, sin duda

signas repetitivas, aparecen todos como una sola

reinaría el caos, al que por desgracia nuestro país

y aburrida unidad compacta.

atiza con la violencia y la corrupción política, y

Por tales razones, considero plausible la exis-

muy poco contrapeso le hace, auspiciando even-

tencia de estos eventos que, sin importarnos cómo

tos que favorezcan espacios de sana convivencia y

se manejen al interior administrativamente –eso

de armonía social. Por eso, personalmente consi-

es asunto de los entes de control– nadie puede de-

dero, que a estos festivales y eventos culturales, no

cir que no insuflan aires de renovación y acción

sólo debe apoyárseles económicamente, sino ade-

creativa, entre quienes se ejercitan o quieren ha-

más buscar fórmulas para que amplíen su cobertu-

cerlo, en el azaroso oficio del arte; ni puede ne-

ra, y, de la misma manera, o parejamente, buscar

garse tampoco, cuánto modifican, positivamente,

mecanismos que constaten la concreción efectiva

el talante cultural de quienes directa o de manera

de los compromisos.

indirecta acceden a estos programas.

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Santa Marta, abril, 2012


IV Jornadas Universitarias de poesía Ciudad de Bogotá Octubre 15 a 19 de 2012 direccion@poesiabogota.org www.poesiabogota.org

dirección@poesiabogota.org • www.poesiabogota.org

Corpoulrika

FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA DE BOGOTÁ


Homenajes, un juego cruzado

-9-

V

einte años de poner en práctica un ejercicio tal en torno a la poesía y/o a los poetas (el homenaje), más el hecho de haber gestionado con bien la edición de este libro, nos obligan a detenernos para explicar breve, concisamente, semejante licencia. Queremos, en principio, que se sepa, que queden bien claro el hecho de que –para bien y para mal – los homenajes no son un premio en contante y sonante. Que nuestros cumplidos son, más bien, el emotivo saludo de reconocimiento al insólito ademán de apostar la vida por la poesía. Y es también la manifestación de una certeza: la salud de un idioma descansa en el trabajo delicado, crítico y constante con la palabra. La diferencia y el concierto; la disensión y el aplauso cálido. En fin, la conciencia plena y valerosa de que una lengua es ante todo la más contundente invitación al diálogo. La riqueza del ser y su cifra, la poesía. El origen del gesto, además, se basa en el eco que devuelven treinta años de editar una revista (Ulrika) o acaso veinte de convocar un Festival Internacional de Poesía en Bogotá. De todo ello viene puntual

José Ángel Leyva

la repercusión debida y natural, sin saberse a ciencia cierta de dónde ni a través de qué canal: ¿De los lectores del género, de la Academia, de las patibularias prácticas políticas, del porfiado ejercicio de tratar de enamorar de la poesía a los seres humanos a partir de los versos de los demás y de alguno que otro propio desde las llamadas “cátedras” universitarias, desde la penumbra o el ruido de las calles, desde el silencio de las bibliotecas, desde la soledad de las oficinas o de los hospitales, desde la Soledad…? No lo sabemos a “ciencia cierta” – ni falta que nos hace– , pero la verdad es que en los últimos veinte años ese eco nos ha dictado al oído nombres como éstos: María Mercedes Carranza – quien nos aceptó el abrazo en casa, nunca en público –, Mario Rivero, Fernando Charry Lara o Matilde Espinosa, para mencionar tan sólo a los que nos han dejado ya, a sabiendas de que “nunca será polvo, quien vio su vuelo o escuchó ese canto…” Los demás, por fortuna, todavía están con nosotros, recibiendo con reticencia (o pudor) este nuevo homenaje… Rafael Del Castillo

de la periferia, de la marginalidad, del habla popu-

Poeta, ensayista, narrador y periodista cultural mexicano. Director de la revista La otra y coordinador de las colecciones de libros de poesía y eventos que en torno a la misma se derivan. El texto publicado a continuación es el prólogo al libro Homenajes (1992-2012). Editado por el Caro y Cuervo con el apoyo del Gimnasio Moderno, Corpoulrika y Letra a Letra, con motivo de los 20 años del Festival de Poesía

lar: “tenaz”. Tenaz en sí, en su origen, en su pertinaz

ay palabras que en cada sociedad ad-

todo, se descoloca de su sentido original para otor-

quieren sentidos particulares. En Co-

garle el propio. Entre los numerosos colombianis-

lombia, donde se suele afirmar que se

mos que conozco, es éste quizás el que mejor respon-

habla el mejor castellano por su dicción y por su

de a mi idea de la cultura y en particular de las letras

fidelidad a los sentidos originales –algo que desde

colombianas, pero sobre todo de su poesía: tenaz.

H

andadura que logra legitimar nuevas acepciones y representar a la comunidad que la emplea. Para un colombiano, tenaz es sinónimo de intenso, enérgico, valiente, duro. El significado no está exento de perseverancia, de porfía, de resistencia, pero se opta por la metonimia, se manipula desde la parte por el

mi punto de vista carece de susten-

Homenajes es un libro que reúne

to en una lengua dinámica, pujante,

en su idea original a los 19 poetas

creativa, plural, renovadora como es

celebrados a lo largo de 20 años del

el español–, se rompe la estrechez

Festival Internacional de Poesía de

“del Castilla” –como suelen decir los

Bogotá. A esa lista se suma la pre-

indígenas mexicanos para referirse al

sencia de alguien a quien no se de-

idioma o quizás al carácter dominan-

dicó edición alguna, pero se tuvo la

te, colonizador del término–, con

intención de reconocerla en vida,

uno de esos vocablos provenientes María Mercedes Carranza. Bogotá, 1945-2003 María Mercedes Carranza. Ulrika y

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su festival han servido para generar

zaría en la reciente década entre

vínculos y redes entre las comunida-

ambas comunidades culturales. No

des de poetas de habla hispana. Mi

podemos pasar por alto la relevan-

conocimiento de la poesía colom-

te presencia en México de figuras

biana se incrementó gracias a esos

como Gabriel García Márquez,

lazos y sin duda a las gestiones del

Álvaro Mutis, Fernando Vallejo,

propio Rafael Del Castillo, director

Laura Restrepo, por citar las más

fundador del festival. Podría pare- Mario Rivero. Envigado 1935 – Bogotá, 2009

notables, que no sólo habitan sino

cer intrascendente la referencia a

forman parte de la vida intelectual

estos hechos casi personales si no

de este país sin perder su colombia-

fuese porque a partir de ellos se han

nidad. De manera semejante lo es

abierto cauces para el actual inter-

también la figura emblemática de

cambio literario-poético entre Mé-

Porfirio Barba Jacob.

xico y Colombia. Dos realidades,

El número referido de Alforja

dos sociedades, emparentadas por

es la piedra angular de una relación

numerosos referentes culturales de Fernando Charry Lara. Bogotá, 1920 – Nueva York, 2004

que se fue extendiendo desde 1992

orden popular y por la tragedia, por

hasta la fecha. Un ejemplo sólo de

el drama de la violencia que deja

lo que ha sucedido también con los

una marca sangrienta en sus respec-

colectivos de otros países. Para en-

tivas historias. No pueden soslayar-

tonces ya habían transcurrido nue-

se las circunstancias sociopolíticas a

ve ediciones del Festival de Poesía

la hora de asomarse a la escritura de

Bogotá, una menos que el Festival

diversas generaciones involucradas,

de Poesía de Medellín, nacido en

afectadas o por lo menos conmo- ROGELIO ECHAVARRÍA. Santa Rosa de Osos vidas por los sucesos de una época, (Antioquia), 1926

1991, y seis años del nacimiento de Casa de Poesía Silva, inaugurada en

por las corrientes de pensamiento que nacen en su

1986. Margarito Cuéllar titulaba su nota de presen-

interior o por las que vienen de fuera.

tación “Muestrario de alzados en almas. Poesía co-

En el otoño del 2001 apareció en la revista

lombiana hacia el siglo XXI”. Con evidente admi-

mexicana Alforja una muestra de poesía colom-

ración, Cuéllar revelaba a los lectores de Alforja la

biana, cuyo texto central lo firmaba Henry Luque

existencia de una poesía que se imponía al dolor y

Muñoz: “Generación sin nombre: la modernidad

al desencanto de la guerra, más allá de la mera con-

como pasión”; otros dos ensayos eran de Gui-

signación del sufrimiento y la denuncia de un fuego

do Leonardo Tamayo y del mexicano Margarito

cruzado, que de manera brillante expone la nove-

Cuéllar, quien había vivido una estancia de tres

la Los ejércitos de Evelio Rosero (Tusquets, 2007).

meses auspiciada por el Programa de Intercambios

Una virulencia social, por cierto, insospechada aún

entre nuestros respectivos países. No fue, en efec-

en tierras mexicanas. Margarito ubicaba con mu-

to, la primera experiencia de vasos comunicantes

cho tino el lema “Alzados en almas” para aludir,

entre la poesía mexicana y la colombiana, pero sí

pues no lo nombraba, el sentimiento de esperanza

un referente del trasiego cultural que se dinami-

y determinación de construir la paz no por la fuerza

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de las armas sino de la cultura, de la

Muñoz (1944), Álvaro Miranda

inteligencia, de las palabras, desde

(1945) y Augusto Pinilla (1946)”1.

la tribuna de Casa de Poesía Silva,

A partir de esa justificación,

dirigida por la poeta María Merce-

Henry Luque comienza a interro-

des Carranza.

garse sobre la validez del término generación para clasificar, agrupar

Henry Luque Muñoz centraba

o identificar a un número de poetas

su atención en la “Generación sin nombre” y desgranaba una nómina

Jotamario Arbeláez. Cali, 1940

que “facilitaba un entorno nervioso,

en su mayoría desconocida para

actuante, en el que se cruzaban el

nuestros lectores. Juan Gustavo

escepticismo crítico y la inmersión

Cobo Borda era quizás el nombre

lírica desvelada (…) Así las cosas,

más familiar por sus frecuentes

la Generación sin nombre fue un

apariciones en foros mexicanos.

grupo en el marco de una genera-

Un colectivo “marcadamente he-

ción más amplia: la constelación

terogéneo”, relataba Luque Muñoz

de poetas colombianos nacidos en

para acentuar el azar y un tanto José Manuel Arango. Carmen de Viboral, 1937 los años cuarenta”2. Para el crítico, – Medellín, 2002 la necesidad de autoafirmación

juez y parte de dicha colectividad,

cuya presencia quedaba registrada

el nacimiento, más que la publica-

en una foto publicada en Madrid

ción de las obras, determinó más

en 1969. En esa generación sin

adelante otro adjetivo-sustantivo,

nombre cabían autores de diver-

“desencantada”, y en tiempos más

sas poéticas y de distintos ámbitos.

recientes “Generación de Golpe de

Una especie de “azar concurrente”,

Dados”, por estar ligados algunos de

como mencionó Lezama Lima al referirse al grupo que se congregó

Nicolás Suescún. Bogotá, 1937

ellos a la revista con dicho nombre. A la primera lista de la foto, Lu-

en torno a la revista Orígenes, pero sin los factores

que comienza a sumar autores a quienes consideraba

aglutinantes de los cubanos, es decir, sin ser grupo

compañeros de viaje de la generación: María Mer-

y sin ser generación. Sí el deseo, sí la necesidad de

cedes Carranza (1945), Juan Manuel Roca (1946),

intercambiar búsquedas y lecturas que los confor-

Miguel Méndez Camacho (1942), Jaime García

mara de algún modo como referente generacional,

Maffla (1944), Álvaro Miranda (1945), Augusto

pero sin tener en realidad mayor justificación que

Pinilla (1946), Elkin Restrepo (1942), Giovanni

haber nacido en un periodo más o menos cercano.

Quessep (1939), William Agudelo (1942) y Ha-

“La Generación sin nombre se desgajó de

rold Alvarado Tenorio (1945). Ninguno de estos

aquella aparición inicial capitalina y se trasladó

esfuerzos taxonómicos convencía a Luque Muñoz

a una fotografía publicada luego en la revista es-

en el mencionado ensayo y señala en todo caso una

pañola La estafeta literaria. De izquierda a derecha:

fuente de inspiración para la mayoría de los poetas

Darío Jaramillo Agudelo (1947), David Bonells

colombianos no involucrados directamente con el

Rovira (1946), José Luis Díaz-Granados (1946),

nadaísmo de Gonzalo Arango: Morada al sur, de

Juan Gustavo Cobo Borda (1948), Henry Luque

Aurelio Arturo (1906-1974). Es este autor y esa

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obra lo que parece en realidad her-

vestigios de una poética emocional

manar a la poesía colombiana de los

y localista, provincial, escasamente

poetas nacidos en los años cuarenta

humorosa, irónica, inteligente. En

y me atrevería a sostener que esa

parte también como una acepta-

influencia alcanza a los nacidos en

ción de nuevos tiempos en los que

los años cincuenta y a algunos de los

la comunicación genera puentes,

años sesenta. Es la lectura, el reconocimiento

Darío Jaramillo Agudelo. Santa Rosa de Osos redes, colectividades que trascien(Antioquia), 1947 den la estrechez de los localismos y

de sus poetas clásicos y la asimila-

los nacionalismos.

ción de otros provenientes del ex-

Es oportuno referir ese ejer-

terior lo que destaca Luque para se-

cicio de esclarecimiento y determi-

ñalar que poco o nada los identifica,

nación autocrítica de Henry Luque,

pero sí el deseo de saber, de conocer

pues nos sitúa en el fin de las gene-

en contra de la espontaneidad y la

raciones como Mito, Piedra y cielo,

apariencia que para él, ¿y para ellos?

o el movimiento Nadaísta, para

representaba el Nadaísmo. Así, Ál- Juan Manuel Roca. Medellín, 1946 varo Mutis, León de Greiff, Luis

observar la perspectiva de autores

Carlos López, Luis Vidales y José

lo, ejercen una visión renovadora

Eusebio Caro, serían algunos de

de la tradición y de la búsqueda,

los poetas más significativos, junto

sin desechar y sin someterse a pa-

a otros extranjeros con quienes se

radigmas oficiales o impuestos por

hermanaban y reconocían como

la inercia de concebirse a sí mismos

Francisco Cervantes, Octavio Paz,

como la periferia.

Jaime Sabines, José Carlos Becerra, José Emilio Pacheco, por mencio-

Giovanni Quessep. San Onofre (Sucre), 1939

que, sin pretenderlo y sin postular-

Tiempo después me enteré que Luque Muñoz había expuesto

nar a los mexicanos. La búsqueda común era la re-

ya esas ideas en su antología Tambor en la Som-

novación del lenguaje, el alejamiento de consignas

bra, Poesía colombiana del siglo XX, que publicara

y la individual vocación por elegir su discurso.

en México en la editorial Verdehalago, en 1996.

Es muy interesante el texto de Henry Luque

Sobre esta obra el académico Tito Pérez Martínez,

pensando en un público más allá del colombia-

profesor de lenguas de la Universidad Pedagógica

no, pues identifica la vaciedad de los esfuerzos

Nacional de Colombia, escribió:

clasificatorios en un país que, como la mayoría de

“123 voces, que van desde los consagrados por

América Latina, padece un centralismo pernicio-

la crítica, hasta los autores que aparecen por vez

so para la cultura y, en el caso específico de Co-

primera, así como en haber realizado un itinerario

lombia, una diáspora que hizo mella en todos sus

por la memoria, y una exploración entre las nue-

estratos sociales.

vas concepciones poéticas, los autores muchos de

Desentimentalizar la poesía colombiana fue, al

ellos inéditos, buscan con sus universos poéticos,

parecer, otro de los rasgos distintivos de la lírica

sus temáticas y estilos alcanzar un sitio dentro del

Sin Nombre, en parte como una renuncia a los

campo poético colombiano”.

ulrika 47 |

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Dos años después, por cierto,

al padre, a la patria, etcétera, tam-

en 1998, Rogelio Echavarría daría

bién las hay con objetivos claros de

a conocer su Antología de Poesía co-

canonizar a generaciones, grupos,

lombiana, publicada por el Ministe-

movimientos e individualidades.

rio de Cultura.

A menudo, como bien lo apunta Darío Jaramillo, se repiten los

¿Antologías y antojologías en Colombia?

mismos poemas, los nombres, los Miguel Méndez Camacho. Cúcuta, 1942

argumentos y los antólogos. Mu-

Conozco varios ejemplos de

chos poemas y poetas se vuelven

antologías canónicas en Colombia

populares a base de la insistencia,

y muchas más que pretenden des-

pero el problema de fondo sigue

tacar diversos aspectos del queha-

siendo el mismo en sociedades con

cer poético; pocas en cambio que

altos índices de analfabetismo to-

aspiren a sintetizar la historia lírica

tal o funcional. Eduardo Jaramillo

de un país por medio de ensayos de

Zuluaga y Juan Gustavo Cobo Bor-

variada factura, como lo es Historia Harold Alvarado Tenorio. Buga (Valle del Cauca), 1945

da ponen el dedo en la llaga en su

de la Poesía Colombiana (Ediciones

ensayo “Modernismos” (Historia de

Casa Silva, 1991). En la introduc-

la poesía colombiana) al preguntarse

ción, a manera de advertencia o

lo que significaría para José Asun-

de justificación, María Mercedes

ción Silva: “En el Bogotá de 1884

Carranza reconoce la poca fortuna

(cuando Silva conoce a Sanín

de la poesía escrita por los colom-

Cano), esta situación debía ser aún

bianos en los periodos anteriores a

más precaria, y no sólo porque el

José Asunción Silva, la impronta

analfabetismo afligía a casi todos

Matilde Espinosa. Tierradentro (Cauca), 1910 – renovadora de Aurelio Arturo y la Bogotá, 2008

sus 98.000 habitantes, como por

transición que representó Mario Rivero entre el

que, además, la ortodoxia custodiaba la imagina-

Nadaísmo y Golpe de dados.

ción de los escasos lectores”. También mencio-

En dicha obra Darío Jaramillo Agudelo hace

nan a Jean Franco, quien cita el comentario de un

una exhaustiva revisión de las antologías en Co-

contemporáneo de Darío que lamentaba que en el

lombia. Llama la atención de manera particular

Buenos Aires de su época, con todo y sus 600.000

en la proliferación de estos productos editoriales

habitantes, no hubiese cien lectores para un libro

a partir de los años sesenta con las convocatorias

de poemas. Si bien las ciudades han experimenta-

de concursos de libros de poemas, de las revistas,

do explosiones demográficas que nos hacen hablar

suplementos culturales en los periódicos y en el

de millones de habitantes, en todo un país es raro

nacimiento posterior de las casas de poesía. Si

encontrar más de mil lectores para un poemario,

bien las antologías pretenden acercar al lector lo

trátese de una obra individual o de una antología.

más representativo, la más selecto de los autores,

¿Cuál es entonces el sentido de esta compi-

también las hay temáticas, que abarcan los me-

lación de 19 poetas homenajeados –más uno rei-

jores poemas de amor, los dedicados a la madre,

vindicado– en el marco de los 20 años de existen-

36

| ulrika 47


cia del Festival Internacional de

Será muy difícil, al menos para

Poesía de Bogotá? Evidentemente

mí, conocer las políticas o funda-

esta obra editorial no es en rigor

mentos que llevaron a los organiza-

una apuesta por 20 poetas consa-

dores del Festival de Poesía de Bo-

grados, no responde a un propósito

gotá a colocar en el centro de cada

académico o crítico, tampoco es

una de sus ediciones el nombre y

un inventario de poéticas personales o de grupos, es simplemente

la obra de estos 19 poetas y a posMaruja Vieira. Manizales (Caldas), 1922

poner la inclusión de otros. Podría

una compilación celebratoria de

pensarse que la argumentación se

esa larga trayectoria de Ulrika y su

encuentra en los discursos dispen-

festival de poetas. No obstante, en

sados en su momento a cada uno de

ese propósito de registrar la voz de

los poetas homenajeados.

quienes han sido reconocidos en

Ningún antologador o compi-

cada edición anida una intención

lador escapa del riesgo vivido por el

canónica, con los riesgos propios

Volodia Teitelboim, quien a sus 19

de una antología que incluye y ex- Juan Gustavo Cobo Borda. Bogotá, 1948 cluye sin remedio. No es una anto-

años de edad se lanzó a la aventura

jología, como las llama el ensayista

Chile excluyendo olímpicamente a

Samuel Gordon, no al menos en

la profesora Gabriel Mistral. A ella,

sus criterios de selección inmedia-

que en 1945 daría el primer Premio

tos, pues se trata de una reunión

Nobel de Literatura a su país y a

de nombres elegidos en cada edi-

América Latina. Volodia llevaría

ción por razones diversas, en cir-

hasta sus últimos años el peso de

cunstancias y bajo las opiniones de los sucesivos equipos de cada

de clasificar a los grandes poetas de

esa decisión visceral o de su juvenil José Luis Díaz-Granados. Santa Marta, 1946

ignorancia.

año. Dicho tamiz no está al margen de motivos

Es ésta, Homenajes, una compilación que inevi-

extraliterarios, aunque esgrima sobre todos los de

tablemente se verá como antología, es decir, como

orden poético. Se entroniza a unos pero se que-

una propuesta de lectura y de clasificación emer-

da en deuda con muchos otros que no viven en

gida de las entrañas de Ulrika. Tarde o temprano

Colombia o no son habitantes de Bogotá, o qui-

vendrá la academia a diseccionar el conjunto y a

zás tampoco sean próximos a los gustos o las filias

buscar explicaciones. Largo periodo de incubación

de los organizadores. Son referentes, eso sí, de la

de motivos para conformar un catálogo de poesía

poesía que se hace en Colombia. Ello obliga a la

colombiana localizada en tiempo y en espacio, em-

revisión crítica de cada uno de los poetas elegidos

patando o confrontando poéticas y personalidades.

y del conjunto, que viene a reforzar la visión de

Dos decenios en los que no es intrascendente la

Henry Luque Muñoz acerca de la libertad en que

rivalidad entre algunos de sus protagonistas, parti-

se mueve la creación poética en Colombia, con

cular beligerancia de la comunidad de poetas co-

un sentido menos local, más cosmopolita y menos

lombianos, inmersos, por otro lado, en un extenso

sentimental en medio de una realidad dolorosa.

episodio de terror. No es tampoco trivial el hecho

ulrika 47 |

37


de tratarse de un Festival de Poesía

ficativa de la poesía indígena en

de la capital y no de Medellín, de

Colombia, y fuera de sus fronteras,

Cali, de Tunja, Cartagena, Pereira,

por tratarse de comunidades que

Santa Marta, o de cualquier otro

hablan y escriben, recientemente,

centro urbano del país.

en sus propias lenguas. O agrupar,

Colombia no es ajena a la rea-

como lo hizo Fernando Herrera, a

lidad que se vive en otros grandes e importantes centros culturales

los poetas nacidos en los años cinÁlvaro Miranda. Santa Marta, 1950

cuenta dejando en claro que lo

de América Latina donde las ter-

único que los une es haber nacido

tulias, los grupos, las revistas, se

en un mismo decenio: Antología

atomizan y se interconectan, se

modelo 50, Universidad de Antio-

retroalimentan e intercambian ex-

quia, 2005.

periencias y proyectos, se despla-

Es importante mencionar la an-

zan con mayor facilidad en la esfe-

tología de la colección 20 del XX,

ra virtual que en el espacio físico,

Poetas colombianos, que han hecho

pero lo primero suscita encuentros Álvaro Rodríguez Torres. Bogotá, 1948 reales entre comunidades cada vez

Samuel Vásquez y Santiago Mutis,

más dinámicas y audaces no sólo

Una apuesta donde el estrecho lími-

en el mundo de habla hispana sino

te causa vértigo.

publicada bajo el sello de La Otra.

en otros idiomas. El tráfico de una

Los 19 de 20 y los 20 de 19

poesía cada vez más cosmopolita y menos parecida a sí misma, es de-

Si partimos de que en Ulrika se

cir, a lo que se espera que sea una

han publicado ya ejercicios antológicos como Panorama Virtual de la

poética nacional. En la medida en que se im-

Jaime García Maffla. Cali, 1944

Nueva Poesía Colombiana. Poetas

pongan los nativos cibernéticos a la mentalidad

nacidos entre 1950 y 1980, aceptaremos que hay

de los migrantes cibernéticos los poetas serán me-

aspiraciones antológicas. Una muestra que em-

nos importantes que sus poemas. El viejo sueño de

pieza “con Álvaro Rodríguez Torres, rompiendo

la poesía anónima está cada vez más cerca. Lo ur-

nuestros propios parámetros (él nació en 1948)”,

gente es vencer la indiferencia, la escasez de lecto-

dicen los compiladores en el citado documento

res de poesía ante la cada vez más abultada cifra de

reconociendo que es posible ampliar los límites

escritores de poemas. Conozco antologadores co-

para incluir y hacer excepciones. Ahora, en Ho-

lombianos de vocación como Robinson Quintero

menajes, la incorporación de María Mercedes Ca-

Ossa, Federico Díaz-Granados, Fabio Jurado, Juan

rranza responde a un acto de justicia y de gratitud.

Manuel Roca, Santiago Mutis y el propio Rogelio

La directora de Casa de Poesía Silva, coherente

Echavarría, que reúnen poetas y poemas en torno

con su ética, rechazó la propuesta de Rafael Del

a ópticas particulares. Nada de ello es ocioso, pues

Castillo de homenajearla, pues la institución que

aporta diversas perspectivas del mismo fenómeno,

dirigía participaba de manera directa en la orga-

como puede ser la presencia cada vez más signi-

nización y patrocinio del Festival. Como sea, se

38

| ulrika 47


practica un ejercicio de corrección

parafraseando a Dylan Thomas, no

y nuevamente de excepción.

tendrán señorío.

La selección de los poemas

No puede dejar de reconocer-

publicados en Homenajes estuvo a

se en ese esfuerzo, en ese grano de

cargo de Luz Eugenia Sierra y Ra-

arena, la valiente timidez de Rafael

fael Del Castillo, con el apoyo de

Del Castillo. El sacrificio que hace

Melibea Garavito (María Mercedes

un poeta para ocultar su miedo y su

Carranza, Federico Díaz-Granados Raúl Henao. Cali, 1944

dolor ante la necesidad, la urgencia

(Mario Rivero y Juan Gustavo Cobo Borda) y

de elevar la piedra cada año hasta la cima de la

Guillermo Bahena (José Manuel Arango). Supon-

gestión cultural, para soportar, como suele referir

go una curaduría con afanes de mostrar al lector

Víctor Sandoval, uno de los promotores culturales

los mejores ejemplos de la obra de cada uno o los

más respetados en México, interminables antesa-

textos más representativos de su o sus poéticas. El

las y negativas arrogantes, necias burocracias que

rango cronológico de los autores compilados abarca

no ven, no escuchan ni sienten el fuego cruzado

de los nacidos en los años 20 a los nacidos antes de

sobre sus cabezas.

1950. Sus lugares de nacimiento son diversos, pero

Partí de la evocación de Henry Luque Muñoz

la mayoría son o fueron residentes de Bogotá. Tie-

por el significado que tuvo para mí y para muchos

nen en común ser colombianos, haber visto correr

lectores su claridad sobre la poesía colombiana y la

el siglo XX y ejercer un mismo oficio: poetas.

realidad de su contradictorio país donde, como él

Los poemas de unos y otros atienden a esté-

mismo afirmaba, obliga a que el poeta “se refugie

ticas diversas, aunque haya entre pocos ciertas

activamente en la memoria, la memoria cruzada

afinidades, pero en conjunto es un muestrario

de la edificación y de la ruina, en aras de forjar un

ecléctico de autores que pertenecieron o no a ge-

piso metafísico y una visión real”. Ahora concluyo

neraciones o grupos ya mencionados al inicio del

esta nota a manera de prólogo, citando a la única

texto. Hay, podría decirse, para todos los gustos y

poeta no homenajeada, la excepción del catálogo,

exigencias.

que en uno de sus poemas resume la idea de un

Lo más importante de Homenajes está en la lectura que pueda hacerse detrás de este registro de poetas y poemas. La perseverancia, la permanencia y la utilidad para la poesía y la cultura de Colombia de iniciativas y esfuerzos como el Festival Internacional de Poesía de Bogotá en contextos históricos difíciles, cambiantes. Su modesto aporte a la transformación espiritual y mental de una sociedad, su papel en la exportación de otros valores contrarios

sentimiento que la poesía colombiana, en su afán de desentimentalizar, incluye.

Tengo miedo Nada me calma ni sosiega: Ni esta palabra inútil, ni esta pasión de amor, ni el espejo donde veo yo mi rostro muerto. Oídme bien, lo digo a gritos: tengo miedo. María Mercedes Carranza

a la imagen impuesta por los medios en la escena internacional. A Colombia la pone a salvo la cultura, la coloca al alcance de los sueños, de una memoria diferente donde el horror y la estupidez,

1. “Poesía colombiana del siglo XX. Generación sin nombre: la modernidad como pasión”, en Alforja, núm. XVIII, otoño de 2001, p. 13. 2. Ibidem.

ulrika 47 |

39


Periplo Iberoamericano

-9-

La mirada que se tiene del Festival, como sus colaboradores, está centrada en diversidades y consensos, en complicidades y afectos, en experiencias que se derivan de prácticas y compromisos comunes. Las páginas siguientes están dedicadas a dar cuenta de tales aristas, aportando una crónica no exhaustiva del periplo iberoamericano que ha permitido este certamen…

ARGENTINA Y EL FESTIVAL

L

reivindicatorio, como revelación legitimadora de la unidad del ser con el quehacer. No resultó poco asumir esa inesperada dignidad. El otro suceso, con memoria de perpetuidad, se refiere a la visita a la

Marcos Silber

Casa de Poesía Silva y el encuentro con la siem-

Poeta y escritor argentino. Considerado uno de los Fundadores e impulsores en su país del Festival Internacional de Poesía de Bogotá

pre querida para siempre; María Mercedes Carranza. Casa, en verdad, de gobierno de la poesía del mundo. Bolsa de valores donde sólo se cotiza lo imposible de traficar. Donde nada vale más que

a asistencia al Festival Internacional de Poe-

la palabra, ésa, de cara a la historia, a la vida, a la

sía en Bogotá impone a los poetas argenti-

humana condición. Caja de seguridad que atesora

nos señalamientos impostergables. Por todas las

la voz de los poetas; la supervivencia de la pala-

razones. Allí vivimos, más allá de la convivencia

bra; la vida perpetuada. En la última visita a La

fraternal y el enriquecimiento literario, situacio-

Candelaria descubrí un cartel que le da el nombre

nes inéditas, asombrosas, que por su intensidad

de María Mercedes Carranza a una calle. Impacto

emocional y valor calórico conceptual nos acom-

de luz en mi cabeza, y un tsunami en el corazón.

pañarán toda la vida. Va lo anecdótico –muchas

La reencontré a ella en Cajamarca. Sería la última

veces, más atendible que el relato periodístico o

vez. Me quedo con su lastimada risa, me guardo el

el ensayo pertinente. Vale la vivencia personal

sol de sus ojos. Colombia, para los poetas argenti-

como representativo de más plurales historias. En

nos es el “allí”, donde sucede la poesía, la geografía

la conserjería del hotel –en Bogotá– debía com-

donde –situación límite– pediríamos refugio poé-

pletar la clásica ficha de ingreso. El empleado de

tico. Entonces, la palabra amenazada” se sentiría

la recepción, mientras yo iba a la pesca de los an-

socorrida, amparada, protegida, segura, como en

teojos entre las profundidades de algún bartulo, se

casa materna.

hizo cargo. Con reposada naturalidad. Colosal mi asombro cuando, en Oficio: apuntó: Poeta. Repen-

Nota personal

tino el sacudón emocional; súbita la sorpresa, el

Sobre la relación de los poetas de nuestros

reconocimiento de una identidad hasta entonces

países, digo que el y los puentes están firmemen-

poco menos que clandestina. El suceso operó como

te instalados. El Festival que presides desde hace

40

| ulrika 47


20 años se ha ganado un más que merecido pres-

llos momentos definidores de nuestro destino, que

tigio. Tanto que en cuanta propuesta hacemos por

aún no hemos logrado conocer. Uno de ellos ha

aquí lo citamos como modelo. Viajes, encuentros

conducido mis pasos al punto que he de alcanzar,

y publicaciones de uno y otro lado (con envidiable

y en su búsqueda estoy.

ventaja a favor de los colombianos) son expresión

En plena adolescencia en Nueva York conocí

insoslayable de una relación tan firme como rica.

una dama mayor que, al verla, supe de inmediato

Pruebas del ahora: sobre fines del mes de mayo se

que me hallaba ante alguien a quien me sentía

presentará en la Biblioteca Nacional Colombia en

íntimamente ligado en cuerpo y alma. Ignoro qué

la poesía colombiana, en una espléndida edición de

me impuso decirle que la conocía. Su amable res-

Robinson Quintero Ossa y Luz Eugenia Sierra. Esa

puesta afirmó mi sentir. “Es probable que hayamos

misma semana se presentará en el Centro Cultural

coincidido en algún sitio”. Pude haberle dicho que

de la Cooperación esa otra publicación donde 32

en un sueño vi sus manos tratando de ayudarme,

poetas colombianos responden al mismo Quinte-

impidiendo una caída. Pero una sortija espléndida,

ro Ossa que los interpela. La editora de nuevo es

donde el dorado y el azul permanecían deslumbran-

Luz Eugenia Sierra. Se me ocurre, en complicidad

tes, fue lo que fijé en mi mente y corazón.

entre mi invencible fiebre soñadora y la voluntad

Ese sábado inolvidable se mantiene en mí

constructiva, la realización de un Festival conjunto

como una dádiva de la Luz. Mirarla era como ver

propiciado y organizado por los poetas argentinos y

a mi madre acompañándome. Me sentía de regreso

colombianos que fundamos el Festival de Bogotá.

a casa. A partir de ese reencuentro, todos los mo-

¿Donde? Ya veremos. Igualmente la publicación de

mentos que lograba liberar de mis días agitados los

una muestra también conjunta anual. Estimo que

compartía con ella. Disfrutaba escucharla hablarme

la solidez del vínculo cultural y la intensidad de la

de su país, de sus escritores, músicos y artistas; de la

relación afectiva lo merecen…

riqueza y el esplendor natural en sus diversas zonas, entrelazadas a dos océanos, Pacífico y Atlántico, y

ULRIKA EN LA MEMORIA Pablo Armando Fernández Poeta, narrador y maestro cubano. Figura fundamental del Festival. Sin duda alguna uno de sus Fundadores y colaboradores más constantes

L

de las cordilleras, sus montes y ríos, flores y frutos. Yo me adentraba en sus mundos y me sentía una hojita en vuelo que al caer se entrega al suelo acogedor. Colombia devino mi segunda Patria. Vivía en Nueva York y ocultaba a las personas más cercanas a mi espíritu qué me condujo allí. Temía confesar que desde muchos años atrás escribía, en inglés, unos textos que di por llamar “Gestos”. Anita, mi madre espiritual colombia-

a memoria suele exigirnos mantener activos

na, poseía una variada colección de libros. Entre

ciertos hechos que permanecen inextingui-

ellos, inspeccionaba aquellos de poesía, para hallar

bles, pese al posible olvido en el tiempo transcu-

las voces de algunos poetas que mi hermano Al-

rrido. Vivencias que no permiten ser desatendidas,

fredo, poeta también, y sus amigos, leían en voz

pues han prestado a nuestro ser atención y ayuda.

alta, cuando se encontraban en casa los sábados

A veces, es tal su exigencia que nos asaltan aque-

por la tarde. Retrotraído a esos momentos, llevaba

ulrika 47 |

41


a mi habitación una antología de poesía colombia-

En unos de mis viajes a La Habana, en 1952,

na para leer “Una noche”, de José Asunción Silva.

mediante el poeta Emilio Ballagas, que me condu-

Como el poema, yo repetía una y otra vez: “...y era

jo a casa de Cintio Vitier y Fina García Marruz, co-

una sola sombra larga”…

nocí a los poetas de la revista Orígenes, dirigida por

Ese libro me dio a conocer a otros poetas: Ra-

José Lezama Lima, que me publicó tres poemas. Ese

fael Núñez, Miguel Antonio Caro, y me sorpren-

gesto amplió mi mundo cultural en la literatura, la

dió con un poema de Jorge Isaac: “Río Moro”.

música, las artes plásticas. Conocí a escritores y ar-

Isaac había influido poderosamente en mí; sumé

tistas de mi generación, confraternicé con ellos de

su novela María a Cumbres borrascosas de Emily

tal modo que extendía mis visitas a Cuba. En 1953

Brontë, cuya lectura ha trazado mi destino hasta

apareció en La Habana mi primer libro de poemas:

el presente. Me placía aunar sus personajes, ya que

Salterio y lamentación. Verlo en las manos de Anita

ambas suelen ser las más importantes muestras del

era verlas amparándome para evitar la caída. Mi

romanticismo en la novela universal. Con Anita

segundo cuaderno de versos: Nuevos Poemas, con

asistí por primera vez a una ópera: Carmen, y des-

un prólogo de Eugenio Florit, lo publicó, en Nueva

pués vi otras, siempre con ella.

York, Las Américas Publishing Co., librería donde

“Porque el miedo y la duda, / son males que

yo me empleaba.

padecen los adultos / y ella quiere que yo sea su

Por fortuna, cuando Anita partió hacia la Luz,

niño…” Versos de mi poema “Parábola”. Afortu-

me dejaba felizmente acompañado por Maruja, mi

nadamente no he dejado de ser el niño de mi madre

esposa. Ella, convencida de que mi destino me

que me dio a la luz, del suelo natal que me recibió,

dirigía hacia las letras, apoyó mi regreso a Cuba,

de la poesía que mantiene sus puertas abiertas para

ya entonces con nuestra niña María Angélica.

alojarme aquí, donde estoy ahora, y en mi segunda

Los años dedicados a la subdirección de Lunes de

Patria, la tierra de Anita Arbeláez, Colombia. A

Revolución, a la revista Casa de las Américas, a su

ella confesé los males que dañaban el ánimo y la

Concurso Literario Latinoamericano, enriquecían

tranquilidad espiritual que yo en silencio dedicaba

mi contacto espiritual y humano con mi segunda

a la poesía, y ella alejó de mi ser miedos y dudas,

Patria. En 1966 fui, con Jorge Zalamea, jurado del

hizo que regresara a Cuba y obtuviera una visa de

Premio de Poesía. Ya antes había conocido a Luis

residente permanente en Estados Unidos.

Emiro Valencia, y ambos habían obtenido el pre-

Ya en Nueva York, mi vida se fue trasfor-

mio en Ensayo.

mando tan prodigiosamente como mi encuentro

Mas tuve que esperar casi dos décadas para al-

con Anita. Siempre recurro a esos momentos de

canzar la realización de mi sueño por cumplir. En

misteriosos cambios trascendentes. Conocer a

1988, Luz Elena Zabala, de Antioquia como Anita,

Carson McCullers y recibir su generosa atención

logró que un grupo de escritores cubanos llegára-

me devolvió a reconocerme cubano y aceptar mi

mos a Bogotá para asistir a la Primera Feria Interna-

verdadera identidad familiar y humana. Ella me

cional del Libro. Eliseo Diego y yo leímos poemas

convenció de que aquellos “Gestos” eran poemas,

en la Casa Silva. Ese encantamiento luminoso nos

algo que yo no aceptaba como tal, no obstante

condujo a Santa Marta, Barranquilla, Aracataca y a

escribí uno en español y mi vida se orientaba al

Cartagena de Indias. Recorrer esas tierras, seguir su

regreso a casa.

historia y cultura fortalecían mi espíritu.

42

| ulrika 47


En pleno cumplimiento de mis sueños y anhe-

tranquilo, sosegado, en sus predios, donde Ulrika

los, en 1993 conocí Medellín, donde participé en

nos recibe, y ahí ya estaba Efraín Rodríguez Santa-

el glorioso Festival de Poesía. Esa noche que llegué

na esperándome y yo atiendo a lo que utiliza para

a Bogotá fui recibido por Rafael Del Castillo, José

que se me acoja: “Pablo Armando Fernández me

Mario Echeverri, Gustavo Adolfo Garcés, John

ha confesado que crear un poema es como un jue-

Fitzgerald Torres, Armando Rodríguez y Nubia Ste-

go de afectos, que apenas es escribir, que la poesía

lla Cubillos, dedicados a la revista Ulrika. El viaje

sale sola, emanada de una profunda cordialidad y

a Colombia lo compartí con Marilyn Bobes, poeta

comunicación: se toma la hoja en blanco y ya está.

y narradora nuestra de alto reconocimiento. Por la

Se canta entonces a las personas y a lo circundante.

mañana salimos para Medellín. Fue el inicio de una

En más de una ocasión nos ha retado a seguir su

nueva etapa de mi vida en esta existencia. Todas

camino y no hemos podido”; y expone poemas que

las personas que se me acercaban afectivamente cor-

en los últimos años he leído en Cali, Valledupar,

diales estaban, sin dudas, espiritualmente vinculadas

Barranquilla, Manizales, Villavicencio y Tunja.

a mí. Desde aquel momento sublime he conservado

El Festival de Poesía y su memoria, Ulrika, han

relaciones familiares con ellos y los que desde enton-

de conservar su acogida a la obra de sus partici-

ces hasta ahora he sumado a mi mente y corazón.

pantes. Entre nosotros, cubanos: Alberto Rodrí-

En Medellín, me sentía acompañado por las manos

guez Tosca, César López, Nancy Morejón, Sigfredo

de Anita, y allí estaba el poeta Fernando Arbeláez,

Ariel y Jorge Timossi.

quien de regreso a Bogotá me llevó a su casa.

Mi primera visita a Cali la hice con María Mer-

En Bogotá se encontraba Efraín Rodríguez

cedes Carranza, organizadora de “La Poesía tiene la

Santana, Secretario de Redacción de la revista

palabra”. En 2003, Amparo Sinisterra organizó un

Unión, que yo dirigía. Efraín había contribuido a

programa en homenaje a nuestro eminente, excel-

mi viaje a Medellín, y en ese mismo año simbólico

so compositor Harold Gramatges, que me incluía

que iniciara mi continua relación con mi segunda

como poeta, y a otro músico ejemplar: Guido López

Patria, el 22 de octubre llegué a Bogotá, esta vez

Gavilán. Leí poemas en Proarte, y en la Universi-

invitado por su Festival Internacional de Poesía.

dad del Valle con Armando Romero, a quien debo

Enumerar los momentos maravillosos en los que

la traducción al inglés de algunos de mis poemas.

reafirmaba mi convicción de conocer esos prodi-

Andar por la ciudad con Harold y su esposa Ma-

giosos lares, que otorgaban una continuidad a mi

nila Hartman, era una respuesta a mi inquietante

existencia en sus pasadas evoluciones, se me haría

investigación de saber quién era y soy. Ella conser-

difícil. Recorrer Bogotá, sus universidades, centros

vó por treinta y cinco años, poemas escritos en mi

artísticos culturales y bibliotecas, viajar a Cali, To-

juventud que permanecían inéditos y que aparecen

luca, Medellín, entregado a la comunicación más

en el libro El pequeño cuaderno de Manila Hartman,

plena, sincera, noble, con quienes me ofrecían el

publicado en Santiago de Cuba, en 2000.

modo fraternal de volver al punto donde en un

De esa numerosa familia colombiana recurro a

momento la Luz alumbró mi andar y allí me espera.

momentos vividos en sus casas, donde me he hos-

Hablemos de la casa que hospeda la palabra

pedado. Una mañana, al despertar en casa de Cla-

y sus esencias para que se esparzan en el corazón

ra Nieto de Ponce de León, descorrí la cortina de

humano. Acudo a mi memoria para acomodarme

la ventana y al mirar hacia los cerros fui asaltado

ulrika 47 |

43


por un doloroso llanto, que no reconocía en mí. Clarita abrió la puerta, entró y algo alarmada me preguntó qué me ocurría. Respondí que ignoraba la causa de tanta angustia, pero al ver el múltiple y variado verde sentí que recorría entre ellos sen-

ENCUENTRO CON LA POESÍA: BOGOTÁ AGOSTO 1992

deros conocidos.

Jaime Quezada Poeta, profesor universitario, ensayista e investigador chileno. Colaborador permanente de la revista Ulrika. Fundador del Festival Internacional de Poesía de Bogotá

Hay hechos que pueden ser juzgados como supersticiosos, no obstante, necesito referirme a uno. En una de mis estancias en Bogotá, el doctor Piotrowski Bogdan, que conocí en casa de nuestra muy querida Flor Romero, me invitó a dictar una conferencia sobre mi obra en la Universidad de la Sabana. Flor y Clarita me acompañaban. Hablaba sobre algo inmerso en

P

rotegida por el verde y neblinoso cerro de Monserrate, Bogotá se extiende en la in-

mensa sabana colombiana en sus muchos metros

mi memoria: la seducción por conocer cuáles de

de altura, que llegan casi a tres mil. Esa altura en

esos paisajes urbanos y rurales se hallaban en mi

el bello paisaje de lo geográfico y en lo impecable

mente. De pronto, una dama, pidiendo excusas

de su poesía que durante una semana convocó a

de pie, me dijo que yo en mi anterior encarna-

más de una treintena de poetas de la América, en

ción había nacido en Inglaterra y que de allá

este año de los cinco siglos del Nuevo Continen-

emigré a Colombia y aquí había muerto. Tal fue

te. Una manera creadora y dialogante también de

la impresión que causó en nosotros que la invita-

reverse a la luz esmeraldina de Colombia en nues-

mos al almuerzo. Allí, ella nos comentó que en

tras identidades y de países literarios en busca de

el siglo XIX algunos científicos habían tratado

vertebración. Una misma lengua, sin duda, en su

de conocer las diferencias en intuición y voca-

mismísimo español con sus sonoridades, acentos,

ción entre hermanos. No encontraron apoyo en

giros y modos de decir nuestras costumbres y rea-

sus incursiones y las sepultaron.

lidades, en nuestra filológica y lingüística idiosin-

Los Festivales de Poesía en Medellín y Bogotá

crasia americana.

han entrelazado en vida y obra a múltiples y va-

Los muros de Bogotá y de otras ciudades co-

riados grupos de poetas de Nuestra América y

lombianas se cubren de atractivos y artísticos

del mundo en lecturas compartidas. El tiempo y la

carteles que anuncian e invitan a las lecturas y

distancia no han impedido que mantengamos una

recitales del I Encuentro de Poetas Hispanoame-

relación familiar y amistosa que la poesía fortalece

ricanos de Fin de Siglo: presencia viva de la poesía

y conserva.

en lengua española (Agosto, 1992). Y, a su vez, un

Los tiempos que vivimos nos conducen a un

hacer cierto el fundamento de su convocatoria:

renacer por mejorar el mundo que nos acoge, al

“Los poetas del fin del milenio evitan todo aisla-

mantener en continuidad perpetua las lazos que la

miento o dispersión cultural y tratan de afianzar

poesía otorga a la palabra. Hagamos de Ulrika un

una literatura, una actitud poética que nos ayude

sitio permanente.

a habitar nuestro tiempo, cargando las palabras de La Habana, 2 de abril de 2012

44

| ulrika 47

nuevos registros significativos”. La poesía estuvo


así en las calles, en las bibliotecas, en las universi-

Ahora este lugar –la Casa de Poesía Silva– mí-

dades y en los principales centros literarios y cul-

tico, sagrado, poético, es el centro literario impor-

turales de la ciudad capital, o Santafé de Bogotá

tantísimo de Bogotá y, en este agosto, sede princi-

como se le llama ahora, recuperando su nombre

pal de las lecturas y diálogos del Encuentro. Una

fundacional cuando el granadino Gonzalo Jimé-

gran fotografía del hermoso rostro adolescente del

nez de Quesada la hizo capital del Reyno de Nue-

poeta preside la sala de conferencias en la tarde-

va Granada, por 1538.

noche que leo mis poemas ante un público que me

En un instante todos los siglos se reúnen en

acoge entusiasmado. Se diría que la iluminada y

esta multánime ciudad de tanta historia precolom-

memorial imagen de José Asunción Silva cae sobre

bina, colonial y moderna. El Chorro de Quevedo o

mí como “un rayo de plata”. El presidente Belisa-

la iglesita de la Candelaria retratan toda una época

rio Betancur fue uno de los más fervorosos funda-

de empedradas calles y blancas casas de amplios

dores de esta Casa, y ahora está aquí, en la primera

aleros coloniales. Todo el esplendor de una arqui-

fila de este público, escuchando mis cotidianos,

tectura viva de lección y memoria en los techos de

naturalistas y apocalípticos poemas. Junto a él otro

teja o en los balcones de geranios y jazmines. En

ex mandatario, Alan García, del Perú, que no deja

una de estas nobles casas nació José María Vargas

de conmoverse cuando cito a César Vallejo en ho-

Vila (1860-1933), el novelista y polemista colom-

menaje a su centenario de nacer para la fundadora

biano que tantos admiradores tuvo en la juventud

poesía de nuestro continente.

americana de su tiempo, y a quien nuestra Gabriela

No sólo la poesía para los poetas. También

Mistral consideraba, por 1907, “mi maestro y al que

aquí los hombres públicos en un saber escuchar a

profeso una admiración fanática, un culto ciego,

los poetas de esta Latinoamérica de hoy. Por un

inmenso como todas mis pasiones”. Después lo lla-

instante pienso y hago mías las palabras liminares

maría “el floripondioso Vargas Vila”, aludiendo a lo

de Rubén Darío, saludando a esta América: “Y a

retórico y adornado de su prosa.

un Presidente de República no podré saludarle en

A menos de dos cuadras de la casa natal de este

el idioma en que te cantaría a ti. Si hay poesía en

maestro colombiano, vivió y murió –en otra me-

nuestra América, ella está en las cosas viejas; en

morable casa– José Asunción Silva (1865-1896), el

Palenke y Utatlán, en el indio legendario y el inca

poeta de los sonetos, madrigales y nocturnos. Sobre

sensual y fino, y en el gran Moctezuma de la silla de

todo estos últimos, tan de música de alas, tan llenos

oro. Lo demás es tuyo, demócrata Walt Whitman”.

de perfumes, tan de murmullos y de sombras. Esta

En esta presencia viva de la poesía en lengua

sombra “fina y lánguida” invade mágica e impresio-

española salen a flote las preocupaciones, proble-

nantemente todavía su casa. En sus patios interio-

mas y necesidades literarias de los poetas del con-

res escribió sus inspiradas poesías y sus líricas pro-

tinente. Los mismos afanes en Colombia, México,

sas. Aquí también puso término a su joven vida. Lo

Argentina, Nicaragua, Chile, Perú. Cierto estado

mató el spleen, la angustia, la ansiedad, el dibujo

de dispersión cultural aqueja hoy por hoy a los

de bala-corazón en la desnudez de su pecho. Tenía

países de Iberoamérica. Hay un interés, afectivo

treinta años y su arte poética o su artículo de fe es-

y efectivo, de aunar esfuerzos entre los creado-

taba en estas líneas: “El verso es vaso santo; poned

res y reflexionar efectivamente sobre los desafíos

en él tan solo / un pensamiento puro”.

y posibilidades de la poesía actual. Las lecturas,

ulrika 47 |

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mesas redondas y conferencias estuvieron siempre

creyeron que hablaba del cada vez más destaca-

orientadas en este sentido de acercamiento mutuo

do narrador y poeta colombiano Álvaro Mutis.

e integracionista. Pero la poesía de esta América

Mi palabra iba, entre poema y poema, al rescate

tiene su esplendor como las piedras esmeraldinas,

de aquel “varón muy célebre” (como lo llamaría

preciosas y únicas, que se guardan en los sótanos

Carlos Linneo) que se pasó su vida investigando

de este Banco de la República, en cuya moderna

sus cattleyas orquidáceas, sus passifloras y sus cen-

Biblioteca Luis Ángel Arango se leen las ponen-

tonias mutisiis.

cias y se abre el diálogo al aroma y la cordialidad del café color café.

No sólo Bogotá tuvo a los poetas por una siempre significativa y reveladora semana. También

También la poesía en Bogotá está en un tiem-

otras ciudades fueron parte del Encuentro y la poe-

po que permanece en sus museos. Todo el genio

sía se extendió por todo el territorio. A mí, además

de los aborígenes que habitaron este territorio a la

de mis días intensos y fervorosos de poesía bogo-

llegada de los españoles queda de testimonio en

tana, me llevaron luego al mismísimo valle del

las veinte mil piezas que se exhiben rebrillando en

Cauca, donde Jorge Isaacs (1837-1995) escribió

el Museo del Oro: la orfebrería tayrona, tumaco,

su lacrimosa María, de tanta merecida celebridad

quimbaya en su delicadeza y arte de siglos, en la

en las letras de nuestro continente. Valle que me

precolombina belleza de sus máscaras, collares e

recorro por sus cañaverales, cafetales y algodonales

ídolos: “orfebrería milagrosa en un relámpago de

combatiendo el punzante calor al sabor fresco de

oro”, dice Neruda, pidiendo un cuenco para llorar

un jugo de maracuyá o de espumosa guanábana. El

lágrimas de oro. No es el oro, sin embargo, lo que

alcalde de este dorado territorio, escritor Gustavo

me deslumbra en estos idolillos y collares y másca-

Álvarez Gardeazábal, me declara “Huésped de Ho-

ras, sino la orfebrería de ese hombre precolombino,

nor del Municipio de Tuluá”, distinción que sólo

en su gota de sudor, en sus siglos de orígenes, en sus

la poesía puede buenamente recibir y agradecer en

edades tan remotas y tan perdurables. “América es

este Valle del Cauca, o tierra de Cali, que vive aun

la casa”, diría nuestro Gonzalo Rojas, celebrando

la evocadora estampa de las páginas de María, esa

esos orígenes y porvenires.

novela de la emoción y de la belleza, de la nostal-

Pero también la naturaleza. Cómo me mara-

gia y de la felicidad perdida.

villa la viva flora bogotana en las muchas y colo-

El I Encuentro de Poetas Hispanoamericanos de

ridas variedades de azaleas, orquídeas, begonias y

Fin de Siglo: presencia viva de la poesía en lengua es-

buganvillas. Y mi vocación naturalista sale aquí a

pañola, permitió, además de nuestras propias poé-

flote en el poeta y botánico que soy, y que ahora,

ticas lecturas, diálogos y conversaciones a la luz de

gracias a este vivencial Encuentro de Poesía, me

lo público y lo privado, un mirar y remirar nues-

reencuentra nada menos que con José Celestino

tras identidades de poetas de este continente en

Mutis, el naturalista que por el siglo XVIII anduvo

una misma unidad latinoamericana y en un mismo

herborizando en este Reyno de Nueva Granada

“buenos días” o gesto de conciudadanía natural

para bien de las ciencias botánicas. Cuando pro-

que no nos hizo extranjeros en una Colombia es-

nuncio su nombre en el Auditorio Marta Traba,

meraldina.

de la Universidad de los Andes, reafirmando mi

El Mercurio, Santiago de Chile,

interés por su Real Expedición Botánica, muchos

Domingo 30 de agosto de 1992

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RECUENTO EMOTIVO

por el simple hecho de ser unos despistados propagadores del Festival poético de Bogotá. Allí nos instalamos para escucharle a él todo lo que tenía guardado mientras se nos nublaba el cielo a base

Luis Miguel Madrid

de ron y algo de hielo. Afortunadamente, para

Poeta, ensayista, periodista cultural español. Director de Babab.com. Gran difusor y amigo del Festival de Poesía de Bogotá y de la nueva poesía colombiana. Uno de los pilares de nuestro proyecto en España

corresponder teníamos a Humberto Ak-Abal, el

l pintor Carlos Santos acudió a los dos últi-

tres veces cada barrio hasta encontrar una guitarra

mos recitales del Festival de Poesía de Bogo-

para que nos hipnotizara a base de rancheras. Por

tá en Cartagena de Indias en dos mil nueve. La

la noche insistió y triunfó tanto que tuvimos que

noche segunda se acercó Santos a saludar, charla-

devolverle a hombros al hotel donde nos alojába-

mos, le regalé un ejemplar del libro que acababa de

mos.

E

genio maya-quiché que nos acompañaba. Lo hizo con sus versos más seductores y también con seis cuerdas y su voz bolera. Ese mismo día, habíamos tenido que recorrer

presentar, nos despedimos y me marché al bailongo

Me miran asombrados los amigos cuando les

de clausura en la planta segunda del Quiebracantos.

retrato mis estancias en Colombia. Me escuchan

Cuatro horas después, volvió Santos y me mostró

hablar de La Candelaria, La Casa Silva, el Gimnasio

el libro que yo le había entregado.

Moderno, el Quiebracantos o La Casa de Citas como

- ¡Toma, toma!, dijo Carlos.

si se tratara de las paredes de mi domicilio.

- Hombre… ¿tan poco te ha gustado?

Y llevan razón.

-Mira, por favor.

En Colombia, mi domicilio es amplio y abar-

-Vale, pero te advierto que no pienso devol-

ca desde la 19 en Bogotá hasta Cartagena pasando

verte el dinero, le dije mientras tomaba el libro y

por Cali, Villavicencio, atravesando Manizales y

lo iba abriendo.

desembocando en Valledupar.

La visión era grandiosa, cada una de mis cua-

Por ejemplo.

renta y tres composiciones estaban ahora comple-

Y mucho más. Ocupa sobre todo los impor-

tadas con cuarenta y tres maravillosas ilustracio-

tantes ratos de poesía regalados por el montón de

nes matizando poéticamente lo que la prosa de mis

amigos que enganché por allí.

versos habían dibujado.

Además añado con simpleza metalúrgica que

Esta es una de las historias más entrañables

en cualquiera de los trozos colombianos que he

disfrutadas en las 5 ediciones del Festival en las

visitado me he sentido bien. Será porque predomi-

que he tenido el placer de participar.

na el carácter plácido y transigente, que la cultura

Otra comienza con un señor grande de brazo sonoramente desbocado gritando en la noche cerrada del centro de Valledupar: -¡Poetas, poetas! Era el propietario del Bar La Plaza ofreciendo su terraza y barra libre de agasajos y bebercios

gusta, y la conversación, y se aprecia el arte de escuchar y se practica con gracia la delicadeza. Será por sus gentes. Veo también la cara oscura, imposible no mirar. Pero ahora, aquí, prefiero sentir que estuviera clareando.

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Y aceptar la suerte de los bobos, que me ha

rodeó de libros, rincones y relatos no explicables.

sido fiel desde el día que aparecí por primera vez

También me presentó a su gato Borges. Cuando

bajo las nubes de Bogotá para estar en su festival

regresó a España le correspondí presentándole a mi

internacional de poesía tras una invitación forma-

perra Isidra. Mi afecto por Harold es grande y dis-

lísima de su formal director.

fruto cuanto puedo del placer de su sabiduría tan

Rafael Del Castillo Matamoros, inventor y

ajena al mundo conocido.

promotor incansable del evento y de la hermosa

Se me confunden los años, afortunadamente,

Ulrika, me recibió en la planta sexta del antiguo

pero no se me despistan los acontecimientos ni

Hotel Bacatá con una bolsa blanca llena de chu-

me olvido de los gestos. Por ello sé, con las dudas

ches poéticas y un abrazo tan entrañable como si

cronológicas pertinentes, que en alguno de esos

nos conociéramos desde la primera comunión. A

ratos conocí a Mauricio Contreras, poeta noc-

Rafael, que es un gran poeta, le ayudaban en el tra-

támbulo, sarcástico y sibilino al que saludan con

siego de colocar, aplacar y organizar poetas otros

la misma cordialidad los directores de banco y las

poetas novedosos. Por allí se las ingeniaban Darío

señoras que recogen en un carrito los cartones.

Carballo, Jairo Bernal o Rafael Berrío para convertir

Con él recorrer los entresijos bogotanos a las horas

en anécdotas cada uno de nuestros despistes. Luego

raras es como acudir al parque al atardecer. Pero

llegaron otros trapecistas: Fernando Linero, Paola

arrumbadamente.

Cadena, John Junieles, Liliana Gastelbondo, Anto-

Otro de esos días coincidí con Carlos Pachón,

nio Castaño o Federico Díaz-Granados, añadiendo

narrador, poeta, editor, ganadero y charlador de

voz y dedos a todos los ya puestos en unos festivales

conciencia contundente, movimiento amable y es-

pensados para compartir, para aprender, para sentir

píritu relajado. Me ofreció su casa en Villavicencio,

la poética como si fuera una bandeja paisa.

en su editorial El Zahir se publicó uno de mis libros,

Se me despistan los años, pero no se me olvi-

El cine de las sábanas blancas, que él mismo corrigió.

dan los versos: los del mago Ledo Ivo, el fonam-

Ahora, seguimos charlando a menudo en la distan-

bulista Quessep, el astrovolador Roca, el alqui-

cia del “chat”, trata de emborracharme cada vez

mista Cisneros y otras diez medias docenas más

que nos vemos y nos damos abrazos de verdad.

de poetas chapeldún. Ni la presentación poético-

Se me emborronan las fechas. No puedo evi-

cartográfica de Pedro Alejo Gómez, director de La

tarlo. En una de ellas volví a ver a Blanca Andreu,

Casa Silva. Me acuerdo mucho de ellos, de los

desaparecida para mí desde una mañana de junio

recitales pobladísimos, del respeto por todas las

en la clase de literatura medieval en la facultad de

variantes poéticas y me acuerdo sobre todo del ca-

Filología. En otra conocí a Carmen Nozal, meji-

lor, la cercanía y el valor que se le da a las palabras

cana de Asturias, entrañable y querendona. Ella

en la ciudad de Bogotá.

me presentó “de oídas” a Guadalupe Elizalde, la

Me inflé oyendo a gente buena, a poetas im-

maravillosa ranchera que bordó “Sinestesia”. Con

borrables. Como Harold Alvarado Tenorio, poeta

quien tuve el lujo de cartearme durante años (por

grandísimo y director enorme de la prestigiosa Ar-

e.m., claro) hasta conocernos en un almuerzo tan

quitrave. Coincidimos en ganar en años seguidos el

intenso que se alargó hasta dos horas después de

mismo premio literario –el Arcipreste de Hita– en

cenar en la misma mesa. El asunto del reencuentro

España y sin conocernos me recibió en Bogotá y me

es un anhelo próximo a realizarse.

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De los fogones sale también la razón sinuosa

tante calamitoso en mis recuerdos de aduana. Yo

de Esther Zarraluki o las evidencias pardas de Popo

intento entenderlo… Un tipo solo, con ojeras de

Dada, un buenazo de mirada ancha que mostraba fo-

una semana y tanto libro acumulado entre las ca-

tos de la entrada a su estupenda casa con un pasadizo

misetas no debe ser muy fiable. Me suelen destrozar

de tablas flanqueado por caimanes ...aunque “no

la maleta, me pinchan la suela de los zapatos, me

había problema porque a los caimanes no les gus-

palpan, me huelen y me aburren cada año.

ta comer gente”. Y el “performance” que montaba

El día anterior a uno de estos rituales de vuel-

Antonieta Villamil con su poema “Bacatá” a grito

ta, conté en la comida esta reiterada curiosidad y

pelado o las declamaciones portuguesas de Carlos

pareció hacer gracia. Sobre todo a Jotamario Ar-

Almeida (cariñosamente, el Zampón) en la época

beláez, al que se le ocurrió regalarme sus Antime-

que se iba ganando merecidamente su epíteto.

morias con una dedicatoria alusiva: “A LMM, para

Desde una perspectiva más amplia, miro la pre-

que le encuentren este libro escondido cuando le

sencia española en el festival y la veo bien cuidada,

registren en el aeropuerto”. Por supuesto, me regis-

la organización ha estado bien atenta a lo que en

traron en el control del aeropuerto y rebuscando,

España ha habido, desde la primera edición de hace

éste fue precisamente el único libro que miraron,

veinte años, inaugurando el festival con el entra-

leyendo una y mil veces la dedicatoria mientras me

ñable José Agustín Goytisolo hasta la penúltima

preguntaban mil y una veces sin hablar, sólo con

del año pasado, homenajeando antes que nadie a

gestos, qué significaba aquello.

Carlos Edmundo de Ory, fallecido en 2010, tan sólo

Aquel año me tuvieron asediado una larga

unos meses antes. Un montón de ediciones en las

hora y otros larguísimos tres cuartos. Hicieron

que la poesía ibérica ha tenido una representación

lo que quisieron con el contenido y continente de

cuidada, mezclando la variedad con el prestigio.

la maleta, y aunque no terminaron de descifrar el

Pero como el color de los pasaportes poco im-

“criptograma” de Jotamario, un oficial “filocurioso”

porta, prefiero seguir nombrando detalles queren-

decidió regalarse un ejemplar que por allí andaba

dones: el traje azul con corbata a rayas y flequillo

de mi último poemario y con extraño interés co-

con dos olas de Esteban Moore bajo los 43 grados

menzó a hojearlo.

de Valledupar, las risotadas “crucigramáticas” de

A punto de pasar por fin al túnel de embar-

Víctor Nuñez, los tonos “moderatos in crescendo”

que, el oficial me reclamó a gritos. Entre mis carnes

de Alejandro Luque, la afectividad “plusquampoé-

cundió el espanto cuando me cerraron el paso.

tica” de Antonio Castaño, la gracia pajarera de

Miré al oficial que sujetaba mi libro y me mi-

Humberto Ak- Abal, la sonrisa “tiernoblícua” de

raba fijamente, con algún tipo de extraña indig-

Stephanie Alcántar, la pausa “pseudocondescen-

nación.

diente” de Álvaro Mata o el exuberante humor de

Con voz solemne aclaró el entuerto:

Jordi Virallonga, que gasta una risa tan recono-

-¡Estos dos versos no se entienden!

cible como sus versos tan reconocibles como los

-¿A ver? Dije con la mitad de un cuarto de mi

mismos Pirineos.

voz. Miré lo que me señalaba y aunque no sé qué

Pero no todo es tan bueno. De hecho, los re-

le contesté, recuerdo que en ese momento yo tam-

gresos suelen ser terribles. La tristeza de la despedi-

poco entendía esos dos versos ni los otros doce que

da suele estar acompañada por un surrealismo bas-

les acompañaban.

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Finalmente la historia no terminó mal, de he-

El firmante puede afirmar, más allá del gozo de

cho quedó el asunto adosado a mi memoria como

estar presente en tres festivales, que ahí inició sus

un detalle más de lo integrada que está la poesía

días de pata de perro, pues ahí conoció a Alexis Gó-

entre los colombianos .

mez Rosa, poeta dominicano que lo invitó años des-

Esto me ha sucedido y más. Pero tengo que

pués a la Feria del Libro de su país, a Aníbal Beça,

ocultar nombres e historias para otras veces. Me

que se nos fue en 2009, quien incluyó a un servidor

han advertido que sólo contara un poco, que nom-

en la lista de invitados al I Encontro Amazônico

brara como mucho un tercio de lo acontecido y

de Poetas da América Latina A Poesia se Encontra

que de momento esquivara las cuestiones picajosas

na Floresta, celebrado en Manaus en 2000 y al que

adyacentes. Ya llegará otra ocasión y nuevos ani-

no asistí porque habiendo documentado fui presa

versarios. Ahora, enhorabuena a Rafael Del Casti-

de un temor pueblerino y me salí del aeropuerto

llo y a todos y cada uno de los implicados.

dejando mis maletas en el avión. Aníbal diría más

Ahora, gloria al XX Festival de la Poesía de Colombia.

tarde que no llegué a ese festival porque se me atravesó una cantina mexicana donde me emborraché hasta que me dejó el avión.

Un pata de perro en el festival de poesía de Bogotá Margarito Cuéllar Poeta, narrador, responsable de muy serias antologías de poesía hispanoamericana, profesor universitario nacido en México. Bisagra indiscutible entre la poesía colombiana y la mexicana. Fundador del Festival de Poesía de Bogotá

S

Ahí conocí a Juan Carlos Galeano, quien me invitó a su casa en Tallahasse, Florida, en EU y a leer en su Universidad. A otros poetas colombianos con los que he mantenido amistad y se han tendido puentes a prueba de grupos literarios y de enemistades poéticas. Conocí también a Iván Oñate, poeta y semiólogo ecuatoriano que me hizo adoptar a Ecuador como mi tercera patria, y que me llevó, junto con Magdalena, su mujer, mar adentro en busca de las ballenas jorobadas, que se han de haber asustado con los asustados visitantes pues una de ellas salió

upe del Festival de Ulrika en el verano del

a flote, lanzó un bufido que hizo estremecer el mar

99 durante mi estancia en Bogotá como be-

y el cielo y dejó una estela blanca de espuma y agua

neficiario del Programa de Residencias Artísticas

que se diluyó en cuestión de segundos.

México-Colombia. Este conejillo de indias cono-

Leí en ese festival por primera vez en Casa Silva

ció a Rafael Del Castillo en una cena organizada

el 26 de agosto de ese aciago 1999, junto al chileno

por María Mercedes Carranza en la Casa de Poesía

Diego Maqueira y al ecuatoriano Pablo Salgado, des-

Silva. Con seguridad la querida María Mercedes

pués de leer poemas ante estudiantes del Politécnico

me vio cara de malandrín y le encargó al director

Grancolombiano al filo del mediodía; Pablo dirigía

de Ulrika y animador del Festival que se hiciera

Eskeletra en su país y tenía un programa de radio al

cargo del poeta mexicano. Aunque muy pronto fui

cual me invitó a leer poemas en 2002.

yo quien le mostró al autor de aires viciados los giros negros de su propia ciudad.

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En el bello espacio donde el poeta José Asunción Silva se disparó al corazón con un rifle horas


después de que un médico le dibujara la parte exac-

gulo de polvo blanco de los senos a la Cueva de

ta del corazón, debí haber vertido, un día antes,

Dios y un bazuco que en vez de tumbarla la ponía a

un par de ideas en el seminario “La poesía de cara

gritar de euforia y a pelearse con unos espectros que

al próximo milenio”, dentro del VIII Encuentro

sólo a ella se le aparecían.

Internacional de Escritores que organizaba Rafael

Finalmente aterrizamos en El Dorado horas

Del Castillo, entonces arropado en la Corporación

después de la clausura del Festival con las cancio-

Cultural Artes y Letras de América. Hicieron lo

nes de Aníbal Beça.

propio durante tres días los poetas Francisco Pérez

Recuerdo en ese festival a Alexis Gómez Rosa

Perdomo Giovanna Pollarollo (Venezuela), Ánge-

(Dominicana), a Alberto Rodríguez Tosca, un cu-

la Ball (Estados Unidos), Óscar Acosta (Hondu-

bano que vivía entonces en Bogotá, a los colom-

ras), Aníbal Beça (Brasil), Carlos Moneta y Daniel

bianos Juan Carlos Galeano, Armando Rodríguez

García Helder (Argentina), Jeannette Amit (Cos-

Ballesteros, Fernando Linero y Jotamario Arbeláez.

ta Rica) e Iván Oñate (Ecuador). Para el 27, bajo la guía de Juan Pablo Roa, ya estábamos en Villavicencio leyendo poemas en el Auditorio del Banco de la República.

s Tarde pero volví. El asesino siempre vuelve al lugar del crimen y yo reincidí en 2007 durante el

Atrincherados en el Hotel Bacatá de calle

XV Festival Internacional de Poesía Bogotá, del

19 con carrera 5ª. salíamos en grupos de cinco y

29 de abril al 5 de mayo, dedicado a Juan Gusta-

seis personas, ya al homenaje a Darío Jaramillo, a

vo Cobo Borda. De nuevo gente maravillosa en la

quien se le dedicó el festival ese año, ya a la Biblio-

edificación de puentes del futuro: el guatemalteco

teca Nacional Aurelio Arturo, ya a la Universidad

radicado en México, Carlos López, con más de 30

Pedagógica.

años como editor independiente y que publicó en

En Villavicencio quedamos atrapados en un

2011 mis aforismos en un libro miniatura bellísimo

aguacero feroz. Llovía más que en las novelas de

(salvo la foto del autor, que no ayuda en nada, pero

García Márquez, la carretera se averió y era impo-

tampoco se pueden hacer milagros) bajo el título

sible regresar a la clausura del Festival, programa-

de El sueño de la sombra & Spondylus. Con él, Cobo

da en el Parque Independencia a las 4 de la tarde

Borda y con el hondureño Rigoberto Paredes, un

del sábado 28. Nos consiguieron un vuelo en un

tipazo y gran poeta, leímos en Casa Silva un miér-

avión pequeñísimo, pero Jeny, no tenía cédula de

coles 2 de mayo a las 6 y media de la tarde. A ese

identidad, estábamos en zona con influencia de la

festival fueron el inolvidable Adriano González

guerrilla y el avión no despegaba mientras la lluvia

León y Alexis Romero (Venezuela), el argentino

no amainara. Finalmente, alzamos el vuelo: debió

Jorge Ariel Madrazo, la mexicana Thelma Nava,

durar 30 minutos y tardó una eternidad de más de

el italiano Carlos Bordini; Vince Fasciani de Suiza,

una hora. Jeny, quizá fatigada por sus maniobras

Guadalupe Grande y Fernando Villena de España,

eróticas, se durmió como si no tuviera cuentas pen-

Pablo Armando Fernández de Cuba, Luis La Hoz

dientes con la ley y yo creí que nunca saldríamos de

de Perú, Wolfang Ratz de Austria, Francisco Ruiz

aquella selva lluviosa en la que no se veía nada. Los

Udiel (Nicaragua), la ecuatoriana Maruja Vieira,

malabares eróticos de Jeny incluían: vigilia total,

Francisco Morales Santos (Guatemala) y Graig

botellas de cerveza en sus zonas sagradas, un trián-

Arnold de EU. Por el país anfitrión estuvieron

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Federico Díaz-Granados, Nicolás Suescún, Fer-

–En la bolsa de cierre– contesté.

nando Herrera, de nuevo Jota, Juan Carlos Ace-

La abrieron, me arrojaron el documento y se

vedo, Gustavo Adolfo Garcés, Fernando Gaona,

perdieron calles arriba, en la parte más oscura de

Mauricio Contreras, Samuel Jaramillo, Manuel

la Candelaria.

Pachón, Sergio Laignelet y John Fitzgerald.

Ya en Casa de Citas, con aguardiente y tequi-

Esa vez hubo lecturas, algunas de ellas apoteó-

la, una mezcla nada recomendable, por cierto, el

ticas, otras caóticas, en Corferias, colegios, en Fu-

corazón volvió a su ritmo normal y los boleros y

sagasugá, el auditorio León de Greif de la UNC, en

el piano de Fernando Linero debieron fluir toda la

Ciudad Bolívar donde leímos ante un público de

noche, porque ya no me acuerdo de más, y a estas

desplazados y donde participaron también poetas

alturas de la vida ya no sé si lo soñé, si lo viví o me

de ahí. Hubo una clausura formal en la Fundación

lo contaron.

Gilberto Alzate Avendaño. Leímos un poema cada

Recuerdo que en el colegio Gonzalo Arango

uno de los invitados y se lanzó el cuaderno editado

había un ajedrez enorme, del tamaño de los alum-

pro Caro y Cuervo Bogotá en verso. La clausura in-

nos. Dicen colegios y uno piensa que son escuelas

formal estaba programada en Casa de Citas a las

preparatorias, o de perdido secundarias. Nada, pu-

8:30 pm. Incluía un saludo a Cobo Borda, quien

ros chavitos de entre 9 y 12 años. Según yo, para

no fue, pues ya alguna enfermedad lo corroía len-

entretenerlos, escogí puros poemas sobre animales.

ta, pero certeramente, y una ofrenda en el altar del

El poeta Alexis Romero me comentó en otra lec-

bolero. Terminada la lectura en la Fundación sali-

tura que me estrangularía si volvía a leer otro poe-

mos en fila india hacia la otra clausura. Con alguna

ma de animales, así es que cambié de tema. Pero

brújula mágica me había localizado Jeny y estaba en

el guatemalteco Francisco Morales estuvo peor en

primera fila en el auditorio central de la Gilberto

Fusagasugá. Como los estudiantes no ponían aten-

Alzate. La lectura debió estar un poco aburrida o

ción los formó y los puso a cantar el himno nacio-

salimos a caminar por el Chorro de Quevedo, en-

nal de Colombia, y aquello fue un caos.

filando hacia Casa de Citas. Recuerdo a dos chicos

En 2008 México fue el país invitado. De nuevo

jugando fútbol (aquí sí con acento), a una madre

reincidí, esta vez del 26 al 31 de mayo. El homenaje

angustiada sacarlos apresuradamente de la cancha

fue a José Luis Díaz-Granados. Había una expo-

y a un par de sardinos de no más de 17, que salie-

sición de fotos de poetas mexicanos en el Centro

ron de la nada y ya uno de ellos me arrebataba la

Cultural Gabriel García Márquez a cargo de Enzia

mochila y el otro me ponía un cuchillo tembloroso

Verduchi, titular entonces de literatura del INBA.

en el cuello al ritmo de “no se mueva o lo chuzo”. -Usted hágase a un lado, gamina –dirigiéndose a Jeny.

La inauguración no pudo ser más apoteótica. A las 8 y media de la mañana abordamos el tren turístico de la Sabana rumbo a la Catedral de la

Yo me quedé apendejado un momento. Cuan-

Sal de Zipaquirá. Al filo del mediodía la voz de

do corrían con mis pertenencias me acordé que el

trueno de nuestro tigre mayor, Eduardo Lizalde, se

regreso a México era al día siguiente. Les grité:

dejó escuchar ante un extasiado auditorio. Inclu-

-Mi pasaporte, mañana regreso a México.

yó en su lectura un poema de Cada cosa es Babel,

-¿Dónde está –dijo el que llevaba mi mochila,

dedicado a un poeta joven mexicano. El joven

deteniéndose.

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poeta era yo, que acababa de cumplir 52 años un


mes antes y que en el trayecto México-Bogotá le

de 2010, el poeta homenajeado fue Álvaro Rodrí-

comentó extasiado que Delia Garda, actriz y la

guez Torres. Gonzalo Rojas no llegó, pero ahí estu-

mejor directora de teatro que ha tenido Monte-

vieron Jame Quezada y Tamym Maulen de Chile,

rrey, me rebeló los secretos de Cada cosa es Babel

Ledo Ivo de Brasil, jovial y entusiasta como un

(una edición de 1966 publicada por la Universi-

quinceañero, los mexicanos Marco Antonio Cam-

dad de Guanajuato) cuando yo tenía 17 años, y

pos, José Ángel Leyva y otra vez un servidor; de

que desde entonces sigo las huellas del felino.

Uruguay, Ida Vítale y Enrique Fierro, de España no

Con Lizalde volví a leer poemas en la Funda-

llegó Luis Eduardo Aute, sólo Antonio Porpetta,

ción Santillana, junto a José Ángel Leyva, Antonio

de Cuba Pablo Armando Fernández, de Venezue-

del Fabio Morábito, Luz Mery Giraldo y Hernando

la Juan Calzadilla, Ernesto Román Orozco y un

Cabarcas. En Chía, Yohana Jaramillo, Leyva y yo,

Rafael Cadenas silencioso pero siempre con el co-

junto a Marcos Silber (Argentina), Gerardo Ciancio

mentario inteligente y la flecha envenenada para

(Uruguay), Celedonio Orjuela, Fernando Linero,

Hugo Chávez. De Costa Rica-Colombia Armando

Fernando Herrera y Tatik Carrión, en ese entonces

Rodríguez Ballesteros, Carlos Clará de El Salvador

Martha (Colombia) fuimos testigos de cómo Jota-

y Oswaldo Sauma.

mario, profeta del Nadaismo, estafeta entregada di-

La sede central fue el Gimnasio Moderno,

rectamente por su fundador Arturo Arango, es capaz

aunque hubo actividades en el Colegio Reyes Ca-

de mantener extasiado a un auditorio de más de mil

tólicos y el Fondo de Cultura Económica, así como

personas en una plaza pública. Antes de esa lectura

en Cartagena, Valledupar, Cali e Ibagué.

tuvimos una comelitona en un lugar, corregido y au-

Fue en uno de esos festivales en los que cono-

mentado de alguna novela de García Márquez, un

cí a gente fabulosa como Carolina Calvo y Robert

macondo cercano a Bogotá donde no sólo la comida

Uribe. Carolina me dejó plantado en el aeropuer-

es maravillosa sino el ambiente de barroquismo que

to con un enorme ramo de girasoles que tuve que

rebasa lo real maravilloso: Andrés Carne de Res.

arrojar a un cesto de basura, pues el avión estaba a

Con Pablo Mayre (Chile), Xavier Oquendo,

punto de partir sin mí. Mientras el avión despega-

que años después organiza en Quito el Encuentro

ba sin despedirnos llené mi libreta con “Memoria

de Poesía Paralelo Cero (incluyendo a este loco

del girasol, serie de sonetos de la cual cito uno, que

como uno de sus invitados en 2011), Yohana, Víc-

por cierto no sigue todas las reglas:

tor Cabrera y Marcelo Báez (Ecuador), armamos tremenda rumba que amenazaba con prolongarse la noche entera, de no ser porque a los vecinos de habitación les molestaba nuestro escándalo. Nada del otro mundo: bebimos vino tinto, aguardiente, cerveza y Oquendo se puso a imitar al Chavo del Ocho y al Chapulín Colorado. De México, además de Yohana y Víctor, Carmina Estrada y Raúl Renán, estuvieron también Efraín Bartolomé y Francisco Javier Alvarado. En el festival número 18, del 24 al 29 de mayo

El girasol se enciende si lo tocas: color su fuego, su signo el abandono. Seca, su forma no sirve ni de abono y vaga por ahí a tientas y a locas. Cómprale una corbata de perdido, llévalo a Montserrate, cuéntale un cuento, y si te cansa arroja su contento a los contenedores del olvido. Invítale un bareto por la noche y que sea tu chofer por la mañana;

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preséntalo a tus padres y a tu hermana y luego, sin motivo de reproche, arrójalo a la turba aletargada. Quién le manda ser flor, es decir, nada.

BOGOTÁ, LA POESÍA Y LA MEMORIA Enrique Sánchez Hernani Poeta y periodista peruano. Promotor de la revista Ulrika y del Festival en su país. Asistente al primer Festival se le tiene como uno de sus Fundadores, por derecho propio

Robert me invitó luego a publicar en Sin Fundamento, revista de filosofía de la Universidad Libre y fui su conejillo de indias en la Editorial con las Uñas, donde aparecieron en 2011 Pata de perro (poesía) y Eclipse de sol (cuento). Llegó el 2011 y un tratamiento médico me ató a mi ciudad, Monterrey, y a mi país, México. Ese año, tanto el festival de poesía de Bogotá como el

D

e Lima a Tumbes, la ciudad fronteriza con el Ecuador, se apila en una larga serpiente de

asfalto, sobre uno de los desiertos más inclemen-

de República Dominicana tuvieron que esperar.

tes del mundo, la nada despreciable cantidad de

No me han dado de alta, pero en cuanto me sentí

1,259 kilómetros. Desde esta misma ciudad, pero

bien tomé en enero pasado un vuelo a Bogotá, y

por un territorio que ya nos indica que estamos en

con el pretexto de coordinar el simposio de cine

las puertas del Trópico —por lo verde y vistoso—,

y literatura dentro del Encuentro Internacional de

hasta Quito, hay 619 kilómetros. De Quito a Bo-

Cine Bogotá, organizado por los hermanos Javier y

gotá hay otros 730 kilómetros o quizá más, pues

Alejandro Rey, recorrí con el ánimo de un sobre-

todos estos cálculos están hechos en línea recta,

viviente mis antiguas calles bogotanas y comencé

trayecto que es imposible de cumplir para ningún

a beberme nuevamente el mundo a tragos con la

viajero, salvo que obviemos la cordillera, las que-

complicidad de mis hermanos Rafael Del Castillo,

bradas, la diferentes alturas entre valles y mesetas,

Jotamario Arbeláez, Mauricio Contreras, Fernando

y otra buena cantidad de accidentes geográficos y

Linero, Juan Manuel Roca, Fabio Jurado, Javier

humanos.

González, Juan Felipe Robledo, Darío Jaramillo,

Bien. Kilómetros más, kilómetros menos, en-

Federico Díaz-Granados y Carlos Pachón, que

tre Lima y Bogotá existen 2,608 kilómetros de

desde su trinchera de El Zahir le dio altura a Mi

distancia. Y a nosotros, los poetas Luis La Hoz,

cuaderno para celebrar. Y cómo olvidar a los amigos

Aída Alonso y quien esto escribe, inexpertos en

de Luvina, a Marcela Sánchez, a Álvaro Miranda,

los trayectos off road, sin habernos preparado ni en

a Celedonio Orjuela, a Mario Rodríguez, a Carlos

los Boy Scouts, se nos ocurrió que podíamos hacer

Almeida, a Tatik y menos la hermosura curativa

el trayecto por tierra, embutidos en buses interna-

de Zaira Valenzuela. Por ellos, por la paciencia de

cionales. Sálvenos Dios. Al otro lado, el destino

Ana, por mis hijos y la Terrible, decidí esta vez no

era la tierra prometida: el I Festival Internacional

darle gusto a la putilla del rubor helado, como lla-

de Poesía de Bogotá. Cierto que eso ocurrió hace

mara José Gorostiza a la indeseable.

veinte años y teníamos esa cantidad de tiempo me-

Decía Maiakovski que la poesía debe gritarse. Larga vida al festival de poesía de Bogotá. Monterrey, México, abril 4 de 2012

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nos en el cuerpo, las glándulas acomodadas en su sitio, los músculos más duros, los nervios admisiblemente templados.


–Ese trayecto es facilito– me convenció el

lices. Salimos sólo para buscar algo de comer, pero

poeta La Hoz, con esa propensión que tenemos los

inmediatamente recaímos en otro bar, el Rumors,

peruanos de usar diminutivos por quítame estas

un sótano sumido en las penumbras, desde donde

pajas. –Además descansaremos en dos puntos de

escapaba música de Led Zeppelin. En ese bar, y en

la ruta.

esa noche, la poeta Aída Alonso demostró la teo-

Me convenció. Los dos puntos de tregua los

ría pitagórica de que siete tequilas te hacen feliz,

fijamos en Tumbes y Quito, con una breve pasca-

doce te llevan al delirio y quince al dormitorio.

na en Pasto, para estirar las piernas. Lo que nos

Salimos en trance de dormir.

ocurrió en Tumbes y en Quito, solamente, da para

Cuando volvimos a subir al bus y bajamos en

varias crónicas. Baste decir que Tumbes es (o, por

Pasto sólo pensamos que detrás de esas montañas

lo menos, era) lo más parecido a un pueblecito del

ya se avistaba Bogotá, y que nuestra peripecia de

Far West, en esas películas donde blandía sus pis-

casi tres días de marcha iba llegando a su fin. El

tolones de utilería el rudo vaquero John Wayne,

trasbordo de bus lo hicimos en plan de sobrevi-

pero que se salva porque hay algunos restaurantes

vientes. Ni Indiana Jones había empolvado tanto

que expenden una delicia local: cebiche de con-

sus botas como nosotros lo habíamos hecho en ese

chas negras, un molusco (Anadara tuberculosa o

tramo donde, aplastados en el bus, tuvimos que es-

Black Ark) cocido en jugo de limón y ají, que, así

cuchar música que jamás oíamos, comer platillos

preparado, llena de vigor hasta a los pusilánimes

que nunca nos imaginamos y sufrir algunos empe-

y endereza la voluntad de los hombres que han

llones dignos de mejor causa. Arrepentirse de ha-

perdido la esperanza de hacer felices a sus mujeres,

ber viajado por tierra a Bogota, a estas alturas, ya

gracias a sus propiedades, dicen, afrodisíacas. Por

no tenía remedio. La luz de la poesía suele ser muy

cierto, Tumbes no es famoso por las calles circun-

fuerte como para entusiasmar a cualquier prójimo,

dantes a la estación de buses, sino por sus magní-

y hacia allá nos dirigíamos como se dirigieron al-

ficas playas de arena blanca, mar azul y sol todo el

guna vez a Belén los tres Reyes Magos, siguiendo

año. Pero por allí no recalan los buses; nosotros

la estrella, aunque Aída era, por cierto, más una

fuimos por otra parte.

reina que un reyezuelo de carretera.

En Quito, es necesario anotarlo, nos inmovilizó la avenida Amazonas con sus persuasivos bares

s

donde expenden licores por botellas, acompaña-

En el momento que llegamos a Bogotá, can-

dos por unos baldecitos llenos de hielo y una mon-

sados del viaje, con la espalda en la maleta, por

tañita de limón. Nosotros, habituados a los bares

no hablar de partes menos nobles del cuerpo hu-

limeños, donde sólo venden trago por trago, y a

mano, nos dirigimos inmediatamente al hotel

precios nada gentiles, celebramos la bondad de los

donde habríamos de hospedarnos, y que hasta

hermanos ecuatorianos y sólo salimos de un lugar

hoy guardamos en la memoria. Nada más saber

llamado El Rinconcito Chileno cuando ya era de

que estábamos en el punto cenital de nuestro

noche. Recuerdo que habíamos ingresado al me-

destino, tras más de tres días de viaje, se nos ca-

diodía, pero el sol, la pereza, la alegría de haber

yeron las lágrimas. Por fin podríamos ver a nues-

cumplido sobradamente el tramo más largo de

tros pares venidos de varias partes de América y

nuestro viaje a Bogotá, nos puso inmensamente fe-

comprobaríamos que los poetas no éramos esos

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maniáticos que van emborronando cuartillas por

y lo atendían en otros minuciosos quehaceres, ha-

no hacer otra cosa mejor, y a los que con mucha

ciéndoles entender que de los seres humanos eran

levedad de juicio se les acusa en el Perú de ser

una variante excelsa, se nos cayó el asombro al

perezosos y pobretones, cuando no de faltas ma-

piso sólo de ver tanto respeto. ¿Por qué no había

yores: borrachos consuetudinarios, seductores de

algo así en el Perú? ¿Por qué siempre los poetas

muchachitas, vendedores de ilusiones, hechice-

terminábamos siendo los hijos lisiaditos, los in-

ros catecúmenos y algunas otras cosas peores. Por

quilinos incómodos, los buenos-para-nada, los

eso en el Perú los poetas cultivan prolijamente

mentecatos, los loquitos terminales, los atacados

un hábito que es de su entera propiedad: morirse

por la inhóspita enfermedad de la ensoñación?

en la más absoluta pobreza, solos e inatendidos,

En ese momento casi dejamos nuestros pasapor-

para que después la conciencia nacional reha-

tes peruanos en la mesa y solicitamos la urgente

bilite su culpa poniéndole el nombre del occiso

nacionalidad colombiana, pero cuando nos dimos

a alguna calle que, seguramente, el tiempo mal

cuenta que el cariño de los poetas anfitriones ya

iluminará, y donde otros prójimos suyos se irán

nos había regalado todo el amor del mundo y, me-

derrumbando para engrosar la fila de poetas que

jor, el amor de toda Colombia, no nos quedó más

murieron sin merecer nada en este mundo, salvo

que contener otra lágrima y abrazarlos y abrazar-

el abrazo de los amigos y los besos robados a dos

nos nosotros mismos por haber hallado una raza

o tres musas.

de poetas digna de llevar los laureles, ésos que

s

otrora habían dignificado a ilustres antecesores como aquel Homero o el Dante.

Esto de lo pobreza rutinaria de los poetas pe-

Ésta no fue la única diferencia que encontra-

ruanos tiene que ver con algo que después nos ad-

mos en Colombia. De los amigos y los sucesos del

miraría en Colombia. En el Perú de hace veinte

festival, contaré líneas abajo. Otra cosa. Los pe-

años, se esperaba que los poetas no sólo escribie-

ruanos nos pasamos el tiempo jurando que somos

sen sus versos, sino que también los publicasen

amables, cariñosos, hospitalarios. Eso es cierto.

por cuenta propia, trabajando como caballos para

Pero en Colombia nos dieron una lección mayor

ganarse los frejoles diarios, pero igualmente la

a la que estábamos acostumbrados, sobre todo

gloria de ser reconocidos, gracias a que publica-

considerando que éramos poetas, y que en el Perú

ban con su peculio. No existía ninguna editorial

ese es un oficio que debe confesarse con pudor,

que arriesgase algunos centavos en publicarle un

arriesgándose a las sonrisitas burlonas, a las pal-

libro a los pobres poetas. Por eso uno del gremio,

maditas en las espaldas.

el poeta Manuel Morales, fundador de la retórica

Fue en Colombia, lo revelo, el primer país de

del setenta, callejero y amante de la noche, solía

América donde no confesé mi oficio en voz baja.

decir: “Ser poeta en el Perú no se lo recomiendo

Para mí fue lo más raro del mundo que la gente se

ni a Supermán”.

nos acercase llamándonos “maestros”. Allí reparé

Cuando nos enteramos que en Colombia los

en que eso era cierto. El título que nos escatima-

recitales se pagaban y existía una Casa Silva de

ban en nuestro país, nos lo daban los hermanos

Poesía, donde al poeta lo cobijaban, le imprimían

colombianos. Porque ser poeta no sólo es sentir el

sus revistas, le buscaban alumnos para sus talleres,

rapto de la inspiración y sacar unos versitos de la

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nada, como un mago de circo pobre, no señor. Es

los pacientes de diabetes. Pero estos zamarros son

un oficio como todo otro, donde hay que traba-

muy distintos a nosotros y no hay que confundir.

jar duro, donde hay que leer hasta quemarnos los

No, señor.

ojos, escribir hasta que nos duelan los dedos, y ser muy críticos, además de sensibles e inteligentes.

s

La historia literaria no perdona si nos comporta-

La primera vez que visité al poeta Rafael Del

mos de otra manera. Entonces, ¿acaso esto no me-

Castillo, me parece que me recibió en su departa-

rece el título de maestro, que solo se les suele dar

mento, en un edificio que ahora no sabría precisar.

a quienes siguen estudios académicos, y nunca a

Era de noche e iba con el poeta Luis La Hoz. Esa

quienes labramos, libro a libro, a brazo partido,

noche aprendí que los bogotanos tratan a todos

una incansable vocación autodidacta?

de “usted” y que cultivan una finísima cortesía

Otro hecho asombroso fue que en Bogotá, y

que envuelve a los forasteros, como nosotros en

en las provincias que nos hicieron visitar, los reci-

ese momento, en la intensa llama de la amistad.

tales se llenaban de gente, de seres atentos a cada

Rafa tuvo la gentileza de invitarnos una botellita

palabra que pronunciábamos y que, cuando lo di-

—¿o fueron varias?— del extraordinario aguar-

cho valía la pena, soltaban una salva conmove-

diente Cristal, que nos acompañó con hidalguía

dora de aplausos. En el Perú —y no porque hable

hasta bien avanzada la noche. Conversamos de

mal de él, porque en otras cosas somos prodigiosos,

todo aquella noche, de nuestro oficio, de lo mucho

benévolos, espléndidos— ser poeta es, además, un

que se parecían los sueños en Lima o en Bogotá,

oficio clandestino. Salvo los recitales que hubo

del trabajo monumental que había sido organizar

alguna vez durante los años sesenta y setenta, las

ese I Festival Internacional de Poesía a puro pulso

lecturas de poesía convocan, a lo mucho, dos o

y devoción viva, de los poemas que pensábamos

tres decenas de despabilados y tenaces amantes de

escribir, de los amores perdidos, de los amores re-

la poesía. Y siempre son los mismos.

conquistados, de la ciudad que nos amaba y nos

Los libros tienen tirajes languidecientes y los

odiaba con igual intensidad y de tantos otros temas

mayores poetas peruanos no llegan a vender más

que se me alejan en la memoria. Fuimos capaces

de quinientos ejemplares, salvo, claro está, pro-

de ser amigos. Lo reconocí esa misma noche. La

digios como César Vallejo, que en el Perú ya no

conversación fue tan amable que me hizo recordar

es sólo un poeta, sino una estatua brillante que

a mi casa. Y en ese momento me invadió el can-

cada peruano tiene metida en la cabeza. Por eso,

sancio de todo el viaje hecho por tierra y el sueño

ver los abigarrados recitales colombianos era algo

me venció como una pesada piedra. Cuando me

que, otra vez, nos hacía saltar las lágrimas. Que,

desperté, Rafa y Luis seguían bebiendo mientras

además, nos reconociesen en la calle, nos hacía

velaban mi sueño. Me sacudí, me puse los zapatos

pensar que nuestras carreras se unían, por breves y

y salí a la calle. En ese instante me sentí como un

dichosos momentos, con el destino de las estrellas

ángel callejero. Esa visita a Bogotá me había hecho

del rock.

crecer alas, las alas de la poesía.

En Bogotá nos dimos un baño de multitud y

El vate Armando Rodríguez Ballesteros fue

casi, casi, comprendimos a los políticos que ne-

quien nos recibió a nombre del Festival la noche

cesitan de semejantes bálsamos, como la insulina

que llegamos a Bogotá. Los poetas ya presentes ha-

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bían tenido una ardua jornada vespertina y cena-

daba nacimiento al universo y me emocionó estar

ban, como Jesús y sus discípulos, en el Getsemaní

orbitando en él.

del hotel donde nos alojaríamos, bebiendo un tinti-

De todas las otras sorpresas que me dio el fes-

co en sus santos griales. Me hizo gracia que Arman-

tival, que han llenado mi vida todos estos años, de

do, al contrastarnos –una poeta rubia, un poeta mo-

tan intensa manera que estos primeros veinte han

rocho y un criollo indefinible, también poeta, o sea

transcurrido como si fuesen apenas veinte minu-

yo–, no supiese distinguir cuál era la raza peruana.

tos, quiero señalar uno de los encuentros decisivos

Cuando le explicamos que el crisol racial peruano

que tuve aquella vez. Le tocaba leer al poeta La

era más grande y que incluía a casi todas la razas del

Hoz en el íntimo y cálido local del Saint Amour, al

mundo, optó por sólo vernos a través de los ojos.

cual acudimos con un grupo de poetas de distintas

Los poetas, finalmente, nos parecemos en el mismo

nacionalidades. Cuando éste hubo dado cuenta de

latido que agolpa nuestra sangre y nos inflama el

su lectura, no regresó a la mesa que compartíamos.

rostro y las manos y los corazones. Esos días íba-

En eso veo que, desde el otro lado del local, alzó

mos a descubrirlo los tres peruanos que veníamos

el brazo y con una mano me llamaba. “Mira quién

allende la cordillera de los Andes. Los poetas, nos

está acá”, me soltó apenas me tuvo a tiro de pala-

lo hicieron saber los hermanos colombianos, somos

bra. En la mesa, un caballero con mirada y barba

una misma raza. Todos nos parecemos.

de apóstol rocanrolero me sonreía desde el fondo

John Fitzgerald Torres Sanmiguel era el más

del alma. Yo, casi salté sobre el mobiliario. Nunca

callado de los poetas amigos, que junto al hermo-

lo había visto personalmente, pero reconocí quién

so equipo de la revista Ulrika, habían levantado

era al recordar la foto que había en un libro suyo, y

ese edificio de puro amor que fue el festival. Casi

que yo que había leído con pasión y furor: Mi reino

no hablaba, pero sus ideas se entendían en un cu-

por este mundo. Era el poeta Jotamario Arbeláez.

rioso lenguaje instintivo que no requería de las

Nos abrazamos intensamente y hablamos de todo

palabras. Por lo menos eso me pareció a mí. En

y con todo: boca, manos, pies, cabeza, pelos, uñas.

la oficina del hotel donde ordenaba y desordena-

Fue como asistir al back stage de una megaestrella

ba papeles, en medio de una jungla de cables de

del rock’n roll. Ahora sé que soy amigo de Jota-

teléfono, junto a los otros muchachos que apo-

mario para siempre, hasta que vuelva a estallar el

yaban la logística del evento, volaban palomas,

universo, o sea para toda la eternidad.

chisporroteaban estrellas fugaces, se desprendían cataratas sonoras de las paredes, aparecían arcos

s

iris fugaces, se formaban auroras boreales, nació

El viaje de regreso a Lima, nuevamente por

una supernova y un tropel de bellísimas mucha-

carretera, fue lento y muy pesado. El sol se iba opa-

chas miraban a los poetas con la mayor bondad

cando a nuestras espaldas. Pero estábamos llenos de

que recuerdo haber sentido en toda mi vida. ¡Qué

poesía, inundados de recuerdos. El efecto nos duró

lindas eran esas muchachas! Era un espectáculo

hasta muchos meses después —a mí por muchos

bellísimo y yo, embobado, me quedaba mirando

años más—, como un perenne latigazo de LSD. Y

esa sucesión de querubines y serafines que orde-

ahora volveré a Bogotá luego de veinte años. Pude

naban el mundo, manejados sabiamente por John

venir antes; me disculpo, pero las molestas circuns-

Fitzgerald. En esos días y noches entendí cómo se

tancias y la vida miserable de estar atado a un tra-

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bajo remunerado me fueron adversas. Pero ahora

de la radiante y prolífica poesía colombiana. Fene-

sí regreso y no pienso abandonar Bogotá jamás: le

cidas las editoriales mencionadas, ¿quién se atreve a

tengo reservado todo el aeropuerto de mi corazón.

hacernos conocer a más poetas colombianos? Creo

Lima, 28 de marzo de 2012

que, desde el otro vector, la poesía peruana también se ha hecho más conocida en Colombia. Fue feliz la

POST SCRIPTUM. La estela de los congresos interna- publicación de la obra completa del peruano Jorge cionales de poesía celebrados en Bogotá ha rozado

Eduardo Eielson por Norma, a quien, hace veinte

con su polvo de estrellas a otros creadores. En estos

años, muy pocos conocían en Bogotá. Me consta.

veinte años el Perú ha sido un país que ha actuado

Sería importante que hoy alguna editorial colom-

como un invitado frecuente. La celebridad de sus

biana, sobre todo de sus universidades, que publican

encuentros es, ahora, parte del repertorio de los poe-

poesía, algo que no es frecuente en el Perú, pueda

tas peruanos que han asistido a leer en Bogotá y los

antologar a más poetas peruanos para ser leídos allá.

que no han podido viajar aún, conocen de su impor-

El Perú cuenta con generaciones de poetas que cree-

tancia. Su ejemplo también se ha multiplicado en

mos son importantes y que bien valdría la pena ser

Lima. Precisamente este año se celebra el I Festival

leídos fuera de nuestras fronteras. Firmo esto al pie.

Internacional de Poesía de Lima (FIP Lima), evento

Publíquese y difúndase.

inédito que sólo ha contado con dos congresos previos, pero organizados por la Universidad de Lima

conocimos en Bogotá. Y este año llegan para el FIP

UN RÉCORD EN CUALQUIER PARTE DEL MUNDO

Lima Fernando Herrera, Jotamario Arbeláez, Luis

EDWIN MADRID

Eduardo Rendón y Ramón Cote. La celebridad de la

Poeta y gestor cultural ecuatoriano. Indudablemente uno de los mentores de este proyecto

y circunscritos a esa universidad. A éstos vinieron, por ejemplo, los poetas Jotamario Arbeláez y Juan Manuel Roca, y otros poetas latinoamericanos que

poesía colombiana también se ha estelarizado entre los lectores peruanos de poesía. Todos quienes alguna vez viajamos a Bogotá hemos traído al Perú libros de poetas colombianos, y como tiene que ser, los hemos difundido. Antes, en Lima, las editoriales Oveja Negra y Carlos Lolhé Editores habían divulgado

S

e dijo que la delegación de poetas ecuatorianos que iba a participar en el I Festival

Internacional de Poesía de Bogotá, sería de un

algunos títulos de poesía colombiana, como Mi reino

autobús repleto de poetas. Una institución de

por este mundo de Jotamario u Obra Negra de Gon-

Quito iba a facilitar el vehículo para que los poe-

zalo Arango. La colombiana Tercer Mundo también

tas llegaran a tiempo. Pero faltando unos días

trajo al Perú Los poemas de la ofensa, del poeta X-504,

hubo muchos contratiempos. Como suele suce-

Jaime Jaramillo Escobar, cuando aún no se sabía el

der, la institución suprimió, de un plumazo, su

nombre real del emboscado aeda. Álvaro Mutis es

compromiso de poner a disposición el autobús, y

un inquilino frecuente de las estanterías limeñas y

hasta allí llegó todo afán de cuanto poeta ecua-

lo fue José Asunción Silva, traído por la Editorial

toriano dijo iría a participar en el I Festival In-

Norma. Pero el lector peruano necesita conocer más

ternacional de Poesía de Bogotá organizado por

ulrika 47 |

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la Revista Ulrika que dirige el poeta Rafael Del

del continente, que por primera vez nos reuníamos

Castillo Matamoros.

e intercambiábamos libros direcciones, teléfonos,

Corría 1992, pero tiempos antes había leído

diálogos. Pero además, fue un lugar donde éramos

Canción desnuda, el primer poemario de Rafael Del

asediados por la prensa colombiana para captar en-

Castillo, y sabía que era mi par colombiano, porque

trevistas o impresiones del país y tomarle el pulso

en 1988, fui a Bogotá deslumbrado por encontrar

a la poesía latinoamericana. Fuimos tratados como

la mítica Casa de Poesía Silva, a la que llegué, leí y

estrellas de rock. Las lecturas en salas, bares, par-

conocí a su directora la poeta María Mercedes Ca-

ques, barrios, cárceles, bibliotecas, universidades,

rranza tanto como a Rafael y a los poetas del grupo

etc., eran abarrotadas por un público que escucha-

que hacían la Revista Ulrika. Desde entonces, los

ba en silencio, como si la palabra del poeta hubiera

poetas de Bogotá se convirtieron en mis hermanos

llegado para consagrar a las almas descarriadas. Este

de la poesía y eso es para siempre. Por eso, no los

Festival Internacional de la Poesía de Bogotá, para

podía fallar en su I Festival. Así que ya estaba de-

mí fue fundacional porque a partir de él, construí,

cidido, mi esposa, la poeta Aleyda Quevedo y yo

sin internet, una red de amigos poetas con los que

partiríamos dos días antes de la inauguración. A

con el paso de los años se ha ido convirtiendo en

pocas horas de tomar el autobús que nos llevaría de

una hermandad, pues donde quiera que nos encon-

Quito a Ipiales, la ciudad de frontera entre Ecuador

tramos volvemos a ponernos al tanto de nuestras

y Colombia, a Aleyda le dio una crisis de nervios,

cosas. Algunos, lamentablemente, nos han aban-

no era para menos, íbamos a realizar un viaje de 30

donado, repentinamente, como Manuel Ulacia,

horas subidos en Transportes Bolivarianos, por una

exquisito poeta mexicano o la querida y extraor-

carretera que cruza por los abismos de Los Andes y

dinaria poeta María Mercedes Carranza de quien

con la posibilidad que el autobús sea detenido en

guardo el recuerdo de su amistad como el tesoro

los retenes de la guerrilla o de la guardia de Colom-

más preciado, ya que siempre que llegaba a la Casa

bia, sin saber qué nos podía pasar. Aleyda no logró

Silva me hacía sentir como en mi propia casa. Sin

reponerse y, a pedido de ella, saqué sus cosas de la

embargo, la amistad y complicidad con casi todos

maleta y salí de Quito solitario rumbo a Bogotá.

los poetas de ese primer festival, estos años, 20 ya,

s

se han venido fortaleciendo y eso me ha hecho mirar que la poesía es inútil para muchos cosas pero

En Bogotá, había gente con carteles del fes-

para ganarse verdaderos amigos es un lazo tan fuer-

tival y mi nombre, esperándome. El resto, lo que

te que impulsa a seguir escribiendo. Aquel festival

viví, del 10 al 17 de agosto de 1992, fue una gran

tuvo todo tipo de vivencias con la poesía, tal vez

fiesta de la palabra, la poesía y la fraternidad. Los

la que más recuerdo, porque es una muestra de que

organizadores de esto eran los poetas: Rafael Del

la poesía no se junta con la política fue la lectura

Castillo, John Fitzgerald Torres y Armado Rodrí-

que compartimos una noche, precisamente, en la

guez Ballesteros, anfitriones y gestores impecables.

Casa de Poesía Silva; la mesa se conformaba con el

El Hotel Dan Colonial, en pleno corazón del barrio

chileno Jaime Quezada, el argentino Marcos Silber,

colonial de La Candelaria, se convirtió en un ver-

el peruano Luis La Hoz y yo.

dadero cuartel general de poetas, un laberinto de la

La Casa estaba a reventar, la gente se des-

lengua latinoamericana, con poetas de todas partes

parramaba por los pasillos y ventanas, tenía un

60

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movimiento inusual, habían cerrado la calle y la

La lectura y el saludo ocurrió sin la presencia

policía rodeaba el local. Como era costumbre de

del poeta peruano y, la verdad, yo también hubiera

la directora, María Mercedes Carranza, antes de

reaccionado de la misma manera que el Niño Lu-

empezar invitaba a los poetas a su oficina, brinda-

chito si, por ejemplo, en vez del expresidente pe-

ba un aguardientico mientras nos mencionaba el

ruano hubiera sido el expresidente Jamil Mahuad,

orden en el que íbamos a leer y nos recomenda-

el mismo que provocó la crisis bancaria de 1999

ba el tiempo para cada uno. Esa vez, además, nos

en Ecuador, por la que tuvieron que salir del país

dijo que estaban dos expresidentes en primera fila,

millones de ecuatorianos. Pero a pesar de nuestras

que habían llegado para saludarnos y para escu-

miserias de políticos y banqueros por suerte está la

charnos. Se trataba de Belisario Betancourt y de

poesía que puede hacer cosas increíbles, como lo

Alan García. Al enterarse de esto, el poeta Luis

demostró este grupo de poetas de la Revista Ulrika,

La Hoz se negó a leer, en un acto de pulcra dig-

que jalonados de la mano de Rafael Del Castillo,

nidad, dijo que él, no se atrevería dar la mano a

logró reunir a más de 40 poetas de otras partes de

alguien que había sumido en la miseria a su país.

América que junto a los colombianos dieron tes-

“Caballo Loco” se hallaba 1992 exiliado en Colombia timonio estado vivo de la poesía latinoameri- 2012 •Veinte añosdelde poesía tras haber sido enjuiciado por actos de corrupción

cana. Voces que con el paso de estos años, se han

en su gobierno.

convertido en ineludibles referentes de la poesía

ulrika 47 |

61


de esta parte del mundo pero que fueron conoci-

la vez urgida que expresa el deseo, la comunicación

das y aclamadas en ese primer festival. Este éxito

verbal y musical, que reconcilia y convoca.

de 1992 sólo comprometió, a ese grupo de poetas

También Rafael Del Castillo ha tenido el acier-

colombianos a preservar el Festival Internacional

to de realizar, en cada festival, homenajes a los poe-

de la Poesía de Bogotá y a desarrollarlo año tras

tas colombianos destacados, al recoger sus aportes

año, como una testarudez digna de alabarse, pues ya

en cuidados cuadernos de justa tipografía. Quizás

va en su vigésima edición para el bien de la poesía

así figuras como Fernando Charry Lara y Mario

latinoamericana y del mundo. Son tantos y tantos

Rivero se sintieron menos solos en la impúdica al-

los poetas que han pasado por allí, entre los que se

garabía que nos aturde. En la actitud reflexiva con

cuentan a los ecuatorianos: Jorge Enrique Adoum,

que el silencio concede el nacimiento de un verso.

Ulises Estrella, Margarita Laso, Iván Oñate, Ale-

Por ello debemos reconocer el Festival y a Rafael

yda Quevedo, Fernando Balseca y otros. Por eso,

Del Castillo como un cruzado terco en pro de la

larga vida al festival y a sus organizadores.

conquista de una Jerusalén imaginaria: allí donde

Quito, abril del 2012

El Festival cumple veinte años

se esconde el sepulcro lleno de vida de la poesía.

A QUIEN INTERESE JOTAMARIO ARBELAEZ Poeta, publicista y periodista colombiano. Fundador del movimiento Nadaista que representó uno de los momentos más dinámicos y polémicos de la poesía colombiana

Juan Gustavo Cobo Borda Poeta, ensayista y editor colombiano. Gran conocedor de la poesía iberoamericana y uno de sus principales difusores a través de reconocidas antologías. En 2007 fue el poeta homenajeado del Festival Internacional de Poesía de Bogotá

D

esde la soledad del restaurante o del bar, des-

C

ertifico que Rafael Del Castillo Matamoros, boyacense identificado con cédula de ciuda-

danía extraviada, es uno de los mejores poetas de

de la marginalidad incómoda de la fiesta, en

Colombia, y si no es aún el primero, que podrá ser-

el rincón oscuro de la casa, la figura del poeta que

lo, es por haberse dedicado por espacio de 30 años a

Rafael Del Castillo encarna en sus poemas, surge

la carajada de sostener una revista, Ulrika, y a partir

como un NO crítico en contra de una sociedad des-

de ella, durante otros 20, el Festival Internacional

concertada, entre la pobreza extrema y el consumo

de Poesía de Bogotá, que ha importado a más de

(a crédito) excesivo. Pero desde allí mismo, desde

600 bardos del extranjero, a compartirnos oralmen-

la herida y la carencia, se han tendido los puentes

te sus visiones y el privilegio de su presencia.

del diálogo y la reconciliación: 20 festivales inter-

Muchos poetas piensan que son muy buenos

naciones de poesía en Bogotá, que han convocado

por lo que escriben, y que hasta allí llega su com-

a los más destacados escritores del continente y de

promiso. Pero la labor del verdadero poeta no es

España e innumerables ediciones de la revista Ulrika

sólo la de versificar sino la de probar que a través

que han dicho Sí, en las bibliotecas publicas, en los

de la poesía el mundo puede ser más cercano y más

colegios, en las cárceles, a una palabra dubitativa y a

amable y más justo. Eso ha realizado Rafael, con-

62

| ulrika 47


tra viento y mareos, y son muchos los poetas que

nocimiento unánime por parte del público ávido de

ha homenajeado en su evento. He sido uno de sus

escuchar las comunicaciones del asombro y las pa-

elegidos, no sé con cuánto merecimiento, pero en

labras del estremecimiento, sino que ya comienza a

todo caso con excesiva festividad, a la manera de

convertirse en uno de los santo-y-señas perdurables

los antiguos bardos que coronaban con el laurel de

de la capital de Colombia.

la parodia –que aún todavía se estila en Caldas en sus juegos florales–, como hicimos en Andrés Carne de Res. El Festival Internacional de Poesía de Bogotá, puedo decirlo después de haber estado en los principales del mundo, no será el más ostentoso

A pulso, a dentelladas Evelio Rosero

o pomposo, pero puedo declarar que es el más lleno

Novelista, cuentista y poeta. Llamado a ser el más importante narrador colombiano de nuestros días, como lo demuestra el reconocimiento que le merece su obra en todo el mundo

de afecto y el más divertido.

Perfiles del Festival José Luis Díaz-Granados Poeta, narrador y cultor de la literatura para niños; nacido en Colombia. Promotor de la obra tanto de sus contemporáneos como de las nuevas generaciones

A

C

elebremos los 20 años del Festival de Poesía de Bogotá como uno de los encuentros no

sólo de poetas sino de auténtica poesía más importantes de Iberoamérica. Importante, sobre todo, porque ha logrado erigir y consolidar sus objetivos a pulso, a dentelladas, sin que lo patrocinen exorbi-

lo largo de estos últimos veinte años, he sido

tantes aportes empresariales, y sin el respaldo siem-

invitado en variadas ocasiones al Festival In-

pre interesado de la cultura oficial. Rafael Del Cas-

ternacional de Poesía de Bogotá, unas veces como

tillo es el pionero. Nadie más indicado que un poeta

lector de poemas, otras como oferente del homena-

para encauzar todo este maremágnum de la poesía,

je a un poeta cercano a nuestros afectos, y una, muy

y destinar las voces distintas de Iberoamérica a su

especial en 2008, como el escogido para recibir los

público –y no sólo con la voz viva de cada poeta, o

vítores y aplausos principales del público y de los

de cada pueblo, sino con las sucesivas publicaciones

poetas asistentes. Gracias a este festival –maravi-

que conforman las memorias del Festival. En estas

lloso evento, selecto y entusiasta–, y desde luego

Memorias del Festival de Poesía de Bogotá se pue-

a su fundador y director Rafael Del Castillo y a su

de seguir paso a paso, desde hace 20 años, lo más

avezado equipo de asesores, he podido estrechar

depurado de nuestras palabras. Como un barco me-

amistad con autores muy admirados de mi país, lo

tido en tempestades, pero siempre tocando el puer-

mismo que con notables poetas de otras geografías.

to seguro de los corazones hermanos, el Festival ha

El hecho de ganar la amistad de un poeta de nues-

sabido ganarse el cariño de los lectores, amantes de

tra entraña cautiva resulta un caudal permanente

la palabra. Albricias para los poetas que lo jalonan

de riqueza y alegría invalorables. En veinte años

desde hace dos décadas. Que los veinte años que se

de continua actividad, el Festival Internacional de

cumplen, cumplan otros tantos, para vida y esplen-

Poesía de Bogotá, no sólo se hace acreedor del reco-

dor de la poesía iberoamericana. Que así sea.

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Hugues Leclère

Abril 18 - julio 16

Exposición

piano (Francia)

Gotthard Schuh

Curaduría: Peter Pfrunder Museo de Arte del Banco de la República, piso 3

Biblioteca Luis Ángel Arango

Lunes a sábado 9 a.m. a 7 p.m. (cerrado todos los martes) Domingo10 a.m. a 5 p.m.

Conversatorio

Mayo 22 (martes)

Actividad previa al concierto que ofrecerá Hugues Leclère

Entrada gratuita, cupo limitado

Sala de Audiovisuales

6:30 p.m.

Entrada gratuita

Mayo 22 (martes)

Concierto

Hugues Leclère Programa I - Retratos de un compositor: Claude Debussy El Primer libro de preludios para piano de Debussy, en diálogo con obras de Narboni, Hersant, Ades, Bacri, Girard, Beffa, Louvier, Choveaux, Dubugnon, Leroux y Wintle. Sala de Conciertos

7:30 p.m.

Boletas: $20.000

Mayo 23 (miércoles)

Taller con Hugues Leclère

Actividad dirigida a intérpretes del piano, en modalidad de activos y observadores. Sala de Conciertos

10:00 a.m. a 12:00 p.m. Informes e inscripciones en el teléfono 343 1342

Mayo 23 (miércoles)

Concierto

Hugues Leclère Programa II - Retratos de un compositor: Claude Debussy El Segundo libro de preludios para piano de Debussy, en diálogo con obras de Dufourt, Durupt, Mantovani, Amy, Escaich, Pesson, Giraud, Dupin, Thilloy, Levinas y Durieux. Sala de Conciertos

7:30 p.m.

Mayo 8 y 22 (martes)

Boletas: $20.000

Club de Poesía

Para mayores de 16 años

Biblioteca Luis Ángel Arango, Sala de Conferencias

3 a 5 p.m.

Entrada gratuita, previa inscripción en literaturablaa@banrep.gov.co Con el fin de ofrecer un espacio para leer, disfrutar y discutir sobre poesía la Biblioteca Luis Ángel Arango abre este Club para todos los amantes de la poesía. Mayor información: www.banrepcultural.org/blaa/club-de-poesia

www.banrepcultural.org


C

ada lectura, si es lectura cabal, se nos presenta como acto único; el lector verdadero se entra en ella, paradójicamente, llevando en sí todos los beneficios derivados de sus experiencias lectoras anteriores, pero sin que en modo alguno le obsten para sentirse como si estuviera estrenándose virginalmente en el leer. Por mucho que se repita, ni se mecaniza, ni debe mecanizarse nunca la actividad lectora. No sería pertinente alegar aquí mi propio caso; pero en los de muchos de mis amigos de alta marca intelectural, es cosa confesada que con el más y más leer se aprende a leer más despacio, no más a la carrera; y se disfruta de esa lentitud, por las delicias que deja. En defensa de la lectura PEDRO SALINAS (Madrid, 1891 – Boston, 1951)

CALLE 12 # 31-203 • TEL (4) 266 2160 • MEDELLÍN - COLOMBIA


DECANATURA CULTURAL

Concursos Nacionales Universitarios

crónica

convocatoria abril-julio

cuento corto y poesía convocatoria junio-septiembre

oratoria

convocatoria octubre

COLECCIÓN

UN LIBRO POR CENTAVOS

Colección de circulación nacional e internacional gratuita, con ochenta poemarios en nueve años y edición de diez mil ejemplares

www.uexternado.edu.co


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