La otra cara: La verdad de las relaciones secretas entre el nazismo y sionismo

Page 1

“La otra cara: La verdad de las relaciones secretas entre el nazismo y el sionismo” Dr. Mahmud Abbas (ABU MAZZEN)

Embajada de la Organización para la Liberación de Palestina La Habana, Cuba


TRADUCCION/Usama Ahmed Khalil


PRESENTACION La Embajada de la Organización para la Liberación de Palestina en Cuba, tiene el alto honor de presentar la traducción al español del libro “La otra cara: La verdad de las relaciones secretas entre el Nazismo y el Sionismo” del hermano Mahmud Abbas (Abu Mazzen), Doctor en Ciencias Sociales y Políticas Miembro del Comité Ejecutivo de la OLP y Miembro del Comité Central del Movimiento Nacional para la Liberación de Palestina, Al Fatah; obra que estimamos de fundamental interés para el conocimiento de un fenómeno político tan dramático y horrible como desconocido para la generalidad de los estudiosos -políticos, historiadores y especialistas- no sólo de la realidad palestina sino de la historia contemporánea de la humanidad: la macabra complicidad del Movimiento Sionista con los verdugos y masacradores de los fieles del judaísmo que pretenden representar. El siniestro secreto que, con múltiples documentos y encomiable maestría científica, revela el Dr. Abbas en este trabajo está destinado, sin duda alguna, a provocar un serio giro en la apreciación que acerca del carácter del sionismo pueden aún tener los analistas honestos que, ferozmente engañados por la tergiversación y falsificación histórica perpetrada por la maquinaria mundial publicitaria de que disponen los sionistas y sus aliados estratégicos, los imperialistas norteamericanos, pudieron identificar al judaísmo con el movimiento racista que, al servicio de inconfesables intereses económicos y políticos, invadió Palestina y fundó en ella el Estado más arbitrario desde el punto de vista histórico, político y social- que conoce la historia universal. Las revelaciones -en muchos casos escalofriantes- que incluye Abu Mazzen en su trascendental exposición y análisis, permitirán al lector tomar conciencia de que los


masivos crímenes que, hasta hoy, victiman a los palestinos junto a sus hermanos árabes de los países del entorno (hoy los libaneses, ayer los egipcios y los jordanos), no son más que la continuación de la inescrupulosa, genocida y fascista política del sionismo; política que encuentra su base de sustentación en los rasgos ideológicos fundamentales del sionismo, o del nazi-sionismo, como resulta más exacto llamarlo. Encontrarán también los estudiosos en este libro antecedentes que permiten despejar incógnitas que son tan comunes en el mundo que hasta han permitido la adulteración impune de la propia historia del judaísmo, tales como el verdadero origen de los judíos europeos que no pueden exhibir antepasado alguno en Palestina, que nada tienen de semitas, lo cual destruye el mentiroso argumento sionista de que desenmascarar o atacar sus crímenes sería “antisemitismo”, según ellos una condición inherente a todos los no judíos; así como también de que los ciudadanos de distintos países del mundo de confesión judía constituirían un pueblo o una raza distinta y cualitativamente diferenciada del resto de la humanidad. Creemos que en este estudio queda absolutamente demostrado que el criminal movimiento nazi, justamente condenado por el mundo por sus bárbaros crímenes contra la humanidad, tiene en plena acción un hijo tanto o más criminal que sus genocidas padres, un hijo que se ha constituido en el brazo del imperialismo en Medio Oriente y en el abierto ejecutor del trabajo más sucio de su cómplice imperialista, en el cínico aliado del apartheid de Sudáfrica, en el proveedor de las armas con que en Centro América y en distintos lugares del Tercer Mundo reprimen y masacran a los pueblos, en suma, un hijo que es su versión corregida y aumentada. Estamos seguros que el lector, luego de conocer esta obra, caerá en cuenta de que el Juicio de Nuremberg no sólo


fue incompleto por los nazis que escaparon a su condena, sino porque en el banquillo de los acusados faltaron criminales como Menahem Beguin y David Ben Gurión, entre muchos otros- que llegaron a ser considerados “respetables mandatarios” e incluso “héroes” luego de la derrota de sus subterráneos aliados. Nos cabe también la certeza de que los lectores sabrán valorar que el pueblo palestino y la OLP, su único y legítimo representante, no sólo combate por la liberación de la Patria Palestina, sino contra uno de los peores enemigos de la humanidad que ha conocido la historia: el sionismo. La Embajada de la OLP en Cuba cumple con el deber de difundir esta obra, con la seguridad de que aporta valiosísimos antecedentes históricos y políticos, entre quienes buscan la verdad objetiva para documentar y clarificar sus conocimientos científico-sociales. Revolución hasta la victoria. Imad Jada'a Embajador de la OLP En Cuba


PROLOGO Los países occidentales trazaron un plan para poner un punto final a la II Guerra Mundial. En este sentido determinaron la naturaleza de los crímenes cometidos, la personalidad de las víctimas después de haberse erigido como jueces absolutos. Para ello omitieron los detalles y datos que no les interesaban: se olvidaron de mencionar los nombres de figuras, instituciones, organizaciones y estados que tenían mucho que ver con el estallido y desarrollo de esta conflagración; y al final culparon a los dirigentes nazis de todos los crímenes cometidos, desatando así una persecución que aún se mantiene contra los sobrevivientes. El proceso de Nuremberg sentenció a asesinos y victimarios, sin embargo encubrió a un cómplice importante en un crimen monstruoso cometido durante la guerra. En este contexto se llevó a cabo todo este proceso encasillado en unos límites inviolables. Estos países trataron así la mitad de la verdad después de haber ocultado intencionalmente a la otra. La segunda guerra mundial costó la vida de 40 millones de seres humanos de todos los pueblos del mundo: 10 millones de alemanes, 20 millones de soviéticos, y el resto distribuido en gran medida entre los yugoeslavos, los polacos y demás pueblos. Sin embargo, a raíz de la guerra se divulgó que 6 millones de judíos habían sido víctimas y que el exterminio había afectado en primer lugar a éstos y posteriormente a los demás pueblos europeos. Sin embargo, en realidad, nadie puede confirmar esta cifra, ni rechazarla totalmente. En otras palabras, las víctimas judías pueden llegar a la cifra de 6 millones y pueden también ser mucho menos: alrededor de un millón. De todos modos, la discusión provocada en torno a la cifra de los judíos exterminados no atenúa en modo alguno la


monstruosidad del crimen cometido contra ellos, ya que asesinar a un ser humano cualquiera que sea- es por principio un crimen inaceptable para el mundo civilizado y condenable por la humanidad. Todo indica que el hecho de haber exagerado la cifra de las víctimas judías durante la guerra respondía a los intereses del movimiento sionista para alcanzar sus objetivos. Trató que la opinión pública mundial creyera en la realidad de esta cifra para provocar más arrepentimiento y en particular más compasión hacia el sionismo en general. Muchos estudiosos han analizado esta cifra -6 millones- llegando a conclusiones asombrosas y señalaron que el total de las víctimas judías no supera los centenares de miles. Roger Delourm, un prestigioso escritor canadiense, comentó al respecto: “no ha existido hasta ahora un indicio irrebatible demostrando que los judíos asesinados en los campos de exterminio nazis se elevaron a 4 o 6 millones. Al principio, los sionistas hablaron de 12 millones de judíos masacrados en estos campos, pero este número se ha ido reduciendo con el tiempo hasta la mitad, sólo 6 millones- y llegado inclusive a 4 millones, ya que es imposible que los alemanes hayan asesinado más judíos que los que había en el mundo en aquel entonces, lo que permite deducir que el verdadero número es mucho menor que aquellos supuestos millones”. El historiador Raúl Hilenberg cree, por su parte, que el número no supera de modo alguno los 896.000 judíos. En realidad, el origen de esta cifra -6 millones- surgió a raíz de una declaración de Haim Weisman, en 1936, ante la comisión real británica en la cual éste se preocupa por el destino de los 6 millones de judíos que viven en Europa en caso del estallido de una conflagración mundial. Dijo textualmente lo siguiente: “los retoños se salvarán, mientras el resto tendrá que soportar su destino”. El movimiento sionista insiste en que los 6 millones de judíos


fueron masacrados y no hubo ningún sobreviviente. Para ello, el movimiento da muchos detalles sobre los métodos y las formas que se utilizaron para cometer este crimen en los crematorios y cámaras de gas, ignorando dos aspectos fundamentales; el primero, que muchos judíos lograron sobrevivir gracias a la ayuda del movimiento sionista que facilitó su emigración a Palestina o que fueron protegidos y alejados del peligro nazi por la ayuda de los demás pueblos del mundo, como lo hizo la Unión Soviética al trasladar 2 millones de judíos hacia las repúblicas orientales. Por último, podemos mencionar el hecho que se encontraron a centenares de miles de judíos vivos en los campos de concentración cuando fueron liberados por los Aliados. El segundo aspecto reside en el hecho de que no todas las muertes se produjeron en los campos de concentración, sino que una parte de ellas se deben a la participación en los combates y en la guerra de guerrillas, mientras otras se produjeron por el hambre y las enfermedades que azotaron a todos los pueblos de Europa. Por otro lado, los campos de concentración incluyeron además de los judíos, a ciudadanos de todos los pueblos europeos, a combatientes, intelectuales, prisioneros de guerra y militantes antifascistas. La revista News Week señala que en estos campos fueron masacrados 3 millones de prisioneros de guerra soviéticos. Una última información sobre estos aspectos, que goza de mucha credibilidad, es la referente a las cámaras de gas y otras formas de exterminio masivo: se dijo en efecto que fueron creadas únicamente para acabar con los judíos sobrevivientes. Sin embargo, en un estudio científico publicado por el profesor francés Robert Forison se emplaza a que se demuestre que estos crematorios no tuvieron otro objetivo que no fuese el de quemar los cadáveres para evitar las epidemias. Este aspecto no requiere gran esfuerzo para ser confirmado: la Segunda Guerra Mundial estalló y millones de seres cayeron como víctimas; Hitler encabezando el movimiento


nazi-fascista, provocó esta guerra impulsado por la ideología chovinista, expansionista y de superioridad racial; estableció los campos de concentración en toda Europa para encerrar en ellos a todos sus opositores, contrincantes, enemigos y a quienes clasificó como pueblos que no merecían la vida. Inventó las cámaras de gas, pero otra parte quedó a oscuras de la realidad, al igual que la otra parte de la luna que quedó desconocida para el hombre hasta que éste alcanzó mayores conocimientos científicos y logró a través de la investigación mostrar su realidad ante todos. A quienes le favorece mantener la verdad oculta harán todo lo posible para asegurar la continuidad de esta situación. ¿Cómo podríamos imaginarnos que la compañía Bott, que fue creada por los nazis de Hitler y la dirección del movimiento sionista, tuviera como resultado el asesinato de los judíos? ¿Cómo se puede creer que una institución el movimiento sionista- asuma la defensa de “un pueblo” y más tarde se convierta en la causa de su exterminio? La historia nos habló de Nerón, que quemó a Roma, pero Nerón estaba loco, lo que lo exonera de culpabilidad. La historia nos habla también de líderes que traicionaron a sus pueblos y patrias y se vendieron al enemigo, pero estos individuos asumen solos la responsabilidad de sus crímenes. Ahora bien, el hecho de que un amplio movimiento masivo conspira contra su “pueblo”, sorprende sin duda alguna y provoca muchas dudas, y es necesario realizar un profundo estudio antes de emitir cualquier juicio o acusar a quien sea. Que traicione a un dirigente sionista, un grupúsculo de la dirección o un grupo más importante es posible, pero es difícil creer que un movimiento entero lo haga. Puede que haya exageración o injusticia; se puede pensar que se haya emitido un juicio infundado y que el escritor pertenezca a las filas contrarias de este movimiento. Sin embargo, cuando se analiza el ideario sionista encontramos que sus seguidores fieles creen en la pureza de la raza judía, al igual que creyó Hitler en la pureza de la raza aria, y llaman también a hallar una solución radical y definitiva


a “la cuestión judía” en Europa, mediante la emigración hacia Palestina. Hitler abogó por lo mismo y lo aplicó. El movimiento sionista alega que el antisemitismo es una característica eterna de “los que no son judíos”, y en el cual radica el motor principal de la emigración sionista. Si no existiera el antisemitismo habría que crearlo, y si quedara latente había que reactivarlo. David Ben Gurión define la emigración como alma del movimiento sionista y sólo la emigración. Todo el que no acepta la emigración es ateo y por consiguiente no judío. Es harto conocido que el antisemitismo se nutre de la represión y propicia la emigración y esto es seguramente algo conocido por el movimiento sionista. La aplicación de estas ideas implica darle total libertad a todos los racistas del mundo, impunemente contra los judíos siempre y cuando esta acción favorezca su emigración a Palestina. Para ello era necesario un mayor número de víctimas para equiparar los sufrimientos de los judíos con los sacrificios de los demás pueblos durante la guerra, y por consiguiente tener mayor derecho y más privilegios al sentarse a la mesa de negociaciones para la repartición del botín al finalizar la guerra. Si tenemos en cuenta el hecho de que el sionismo no constituía una parte que intervenía oficialmente en la lucha y no aportaba sacrificios en la lucha militar, tenía de todos modos que presentar pérdidas humanas con cifras altas para poder exigir ante las demás naciones. En una carta enviada por Nathan Shovaleff de Suiza al Rabino Weiss Mandel en Eslovaquia explica la política del movimiento sionista que descansa en el sacrificio de los judíos al señalar: “Yo escribo a los amigos que deben acordarse de lo más importante, y que debemos tener presente en todo momento: al final triunfarán los aliados y posteriormente se repartirán el


mundo entre ellos, como sucedió después de la primera guerra mundial cuando allanaron el camino para nosotros. Después de la guerra debemos realizar todos los esfuerzos para lograr que la tierra de Israel se convierta en “El estado de Israel”; ya se elaboró un plan importante en este sentido. Debemos tener presente que los pueblos de los países aliados han pagado una cuota elevada de sangre. Si nosotros no ofrecemos un número elevado de víctimas, ¿con qué pues, obtendremos el derecho a sentarnos en la mesa de negociaciones donde estos estados ser repartirán el mundo? Sería absurdo y hasta vergonzoso pedirles a estos pueblos que compartan sus bienes para salvar nuestra sangre. Únicamente, con la sangre de nuestras víctimas obtendremos la tierra y la patria”. Para evitar una generalización superficial y ser más precisos debemos señalar que el movimiento sionista está dividido en dos bandos: el primero que asume y ejerce el poder y el otro que desempeña el papel de oposición. El primero estaba formado por el conjunto de partidos obreros encabezados por lel Mapai y el segundo por los revisionistas de Jabotensky, los antecesores de Menahem Begin, Eizra y Weissman. I sabemos que el primer bando, formado por los señores de las instituciones sionistas mundiales (el Congreso Sionista Mundial, el Congreso Judío Mundial, la Agencia Judía, Kirin Kaimat, Kirin Haisud y los Comités de Salvación y Distribución) estuvo en contubernio con el nazismo, podríamos entonces decir que el otro bando no tuvo nada que ver con estas instituciones? Esa pregunta se podría hacer únicamente en el caso de haber existido diferencias en las concepciones teóricas y la aplicación práctica del Ideario Sionista de ambos bandos. Pero en el caso de la convergencia de la concepción y la práctica y esta es la realidad- esta pregunta ya no es necesaria. ¿Podemos acaso considerar que el movimiento sionista llevó a


cabo esta conspiración conscientemente o no contra los judíos de Europa? Este estudio no tendría algún valor si se basara principalmente en fuentes no sionistas pues sería muy fácil para cualquier sionista rechazarlo alegando el antisemitismo arraigado según sus convicciones- en todos los pueblos del mundo. Cualquier sionista podría también atribuir este hecho a la desinformación que sufrió el movimiento “patriótico” y “nacional” que encauzó los pasos del “pueblo judío” hacia “la tierra prometida”, “la tierra de sus antepasados”. Podría alegar también que los “rencores” de los árabes hacia los judíos constituyen un factor que impulsa a un escritor no judío a divulgar una infamia como ésta. Pero analizaremos hechos verídicos, al basarse el estudio en fuentes sionistas y judías de alto nivel y considerar con seriedad y objetividad todo el papel del movimiento sionista y su colaboración con Hitler y en contra de los judíos. En realidad, estas fuentes han aportado mucho en el análisis de este fenómeno. Una vez nos preguntamos ¿cómo podemos acusar al movimiento sionista en su totalidad de haber colaborado con Hitler y si más tarde escritores e intelectuales sionistas que estudiaron este problema condenaron esta colaboración? Un refrán árabe dice: “cuando se pelean los ladrones aparece el botín”. Eso mismo es lo que pasó con el movimiento sionista. Cuando el partido “laborista” gobernó el estado de Israel no dieron a los revisionistas las posiciones que les correspondía en el gobierno. Estos a su vez, comenzaron a revelar verdades escondidas, pero al hablar tanto sobre el papel de los laboristas, se les olvidó hablar de su “propio” e igual papel. Por consiguiente apareció una tercera parte cuyo rol fue el de desenmascarar a ambos bandos. Debemos mencionar aquí que muchos de los seguidores del sionismo que vivieron la etapa de la guerra se asombraron por los resultados de la colaboración sionista-nazi, más aún cuando se enteraron de las cuantiosas víctimas que cayeron a causa de ella y las pérdidas causadas. Estos expresaron su decepción al darse cuenta que existía un movimiento capaz de realizar tales


monstruosidades, lo que les llevó a dar su opinión y declararse inocentes de aquellos crímenes. Además muchos de los documentos fidedignos del Tercer Reich cayeron en manos de personas que los utilizaron para aclarar la naturaleza de la colaboración que existió entre los nazis y el movimiento sionista. El hecho de analizar este aspecto de la verdad desenmascara las actividades del movimiento sionista, lo cual siempre fue considerado como un tabú. Todo el que trate de indagar al respecto o profundizar en el análisis de esta relación, tendrá el destino de Adolfo Eichmann que fue secuestrado en Argentina después de haber tenido una conversación detallada con un periodista de la revista norteamericana Life. La suerte de cualquier otra persona que profundice demasiado en el tema no será mejor que la del líder sionista Israel Castner que tuvo la osadía de defenderse ante los tribunales israelíes y acabó asesinado a manos de la Sheen Bet en una de las calles de Tel Aviv. El periodista alemán Doctor Kirin fue también víctima de estas “liquidaciones”: en efecto, logró reunir una cantidad de documentos relacionados con este tema y estaba a punto de publicarlos cuando fue asesinado en su habitación en uno de los hoteles de Alemania. La lista de los crímenes es en realidad interminable. La infamia se desvanece y la verdad se impone siempre al final. Si el mundo conoció la mitad de la verdad que por supuesto fue amarga, la otra mitad será aún más amarga, más horripilante y provocará un hondo pesar. ¿Cuál es la otra mitad de la verdad? ¿Tiene la verdad otra cara?... Si, la verdad tiene otra cara.


Primer capítulo EL COMIENZO DE LA RELACION ENTRE LA DIRECCION DEL MOVIMIENTO SIONISTA Y EL GOBIERNO NAZI DE ALEMANIA 1933-1939 Las ideas racistas que planteó Hitler al inicio de su vida política no eran desconocidas para nadie, como tampoco lo fue su punto de vista con respecto a los judíos. Hitler las expuso de manera que no admiten discusión a través de sus escritos, etc. Cuando fue nombrado Canciller del Tercer Reich Alemán, en enero de 1933, la política racial segregacionista, devino la política oficial del gobierno alemán. Sin embargo, en este año, comenzaron entre la dirección del movimiento sionista y la Alemania nazi los contactos secretos que se mantuvieron ocultos hasta mucho tiempo después de la Segunda Guerra Mundial. Cuando fueron revelados por primera vez, el movimiento sionista alegó que estos contactos se realizaron con el objetivo de salvar a los judíos de la represión nazi. En realidad, este pretexto puede ser aceptable de forma abstracta por el ciudadano común, en especial por el judío que la aceptó convencido de que su dirección trataba de salvarlo a toda costa; sin embargo, esta convicción débil no se mantuvo por mucho tiempo, debido a que algunos líderes del movimiento sionista comenzaron a revelar la verdad. En 1966, en un encuentro organizado por la revista israelí Maarev órgano central de la Haganah durante la Segunda Guerra Mundial, su Jefe de Redacción dijo: para la dirección sionista, la salvación de los judíos no 13


eran un objetivo en sí, sino un medio para la creación de un estado judío en Palestina" (1). Sin duda, los nazis deseaban deshacerse de los judíos alemanes, mientras el movimiento sionista tenía la intención de aprovecharse de aquellos judíos alemanes que deseaban la creación de un estado judío en Palestina. Los objetivos de ambas partes convergieron pues y el resto de los judíos, o sea, la gran mayoría, fue la víctima. El mecanismo para lograr este objetivo se iba desarrollando en tres aspectos que se llevaban a cabo en una armonía total y efectiva entre sí. Estos aspectos eran los siguientes: 1. El acuerdo logrado en los primeros tiempos del gobierno nazi, entre la compañía Hanuthia y el Ministerio Alemán de Economía, transformado más tarde en acuerdo entre la Agencia Judía y el Gobierno Alemán conocido como el tratado de Haafara (el transporte). 2. Las prácticas terroristas que desarrollaron los alemanes para provocar la emigración judía, paralelamente con las legislaciones racistas instituidas con el mismo objetivo. 3. La posición del movimiento sionista alemán y de la dirección sionista en el exterior, ante las leyes racistas y las prácticas terroristas y el boicot judío mundial contra las mercancías alemanas. * El acuerdo Haafara. (1) Klaus Polken. Ensayo: Los contactos secretos de los sionistas con la Alemán nazi -1933-1945. Publicado en Estudios Palestinos. No.2, Año 1976. Universidad de Kuwait.

14


PRIMERA PARTE EL TRATADO DE HAAFARA En su libro “El Estado de los Judíos”, Theodor Herzl propuso la creación de dos instituciones que permitieran lograr los fines sionistas: Una, para representar a los judíos desde el punto de vista político a nivel internacional y la otra de carácter económico, que debía supervisar y gestionar la liquidación de los bienes de todos los ciudadanos del mundo de confesión judía y asegurar su traslado a la zona de colonialismo sionista (2). La primera se materializó al fundarse la organización sionista mundial que desarrolló sus actividades hasta finalizado el Primer Congreso Sionista en Basilea del 29 al 31 de agosto de 1897. La actividad de la institución económica sionista, la Compañía Judía, se caracterizó por tratar de recaudar fondos de los sionistas y emplearlos en los planes de la organización sionista mundial; sin embargo, los judíos no tenían el deseo de liquidar de forma total y definitiva sus bienes en sus patrias respectivas y trasladarse a la colonia sionista. Las campañas para convencer a los judíos de la necesidad de emigrar no dieron los resultados esperados, por eso el movimiento sionista encontró en Hitler un medio idóneo para lograr este objetivo. Así pues, por primera y única vez, el movimiento sionista logró establecer una institución económica mundial dirigida a liquidar los bienes de los judíos alemanes, con la esperanza de que ésta extendiera su actividad a todos los judíos del mundo. Así nació el tratado de Haafara. 15


Las cifras indican que en 1932 había en Alemania 503.000 judíos que representaban el 0,76% de la población total; el 31% de ellos radicaban en Berlín constituyendo el 4,3% de la población de esta Capital. La mayoría de los judíos alemanes o no eran sionistas o eran opositores al sionismo. Antes de 1937, la unión sionista de Alemania (ZVFD) encontró grandes dificultades en implantarse entre los judíos alemanes. Entre estos en 1925 había solamente 8.739 (o sea, menos del 2%) con derecho a votar en los congresos sionistas. Esto demuestra que los miembros plenos de estos Congresos se elevaban en menos del 2% del total de los judíos. En un informe presentado por Elkirin-Haisud a la Vigésimo Cuarta Sesión de la Unión Sionista Alemana, en Julio de 1932, se señala: “Para mejorar la labor de nuestra organización, no debemos olvidar en el caso de Alemania que no sólo nos enfrentamos a la indiferencia de los numerosos círculos judíos, sino a sus posiciones hostiles”. Cuando los sionistas eran una pequeña minoría sin influencia considerable entre los judíos alemanes, las organizaciones no sionistas desempeñaban un papel importante, y a la cabeza de éstas estaba la Central de Ciudadanos de Confesión Judía (CV), creada en 1893, esta consideraba a los judíos, como indica su nombre, como ciudadanos alemanes y que su deber era contrarrestar el anti-semitismo. De acuerdo con esta concepción la CV rechazó categóricamente al Sionismo y ocupó el primer lugar entre las organizaciones que se dedicaron a luchar contra el anti-semitismo. Esta posición fue recalcada por el escritor judío Verner A. Moisés cuando dijo: “Los líderes de la CV vieron como deber suyo 16


representar los intereses de los judíos alemanes en la lucha política llevada a cabo en el plano interno, mientras el Sionismo era partidario de la no participación judía en la vida pública de Alemania. El movimiento sionista rechazaba, desde el principio, toda contribución o participación en la lucha que libraba la CV” (3). Ante la amenaza que significaba la llegada de los fascistas al poder en Alemania y en virtud de los conceptos comunes, en el campo de la ideología, de los sionistas y los nazis, el movimiento sionista tuvo que definirse, ya que los fascistas sionistas creían a su vez en teorías raciales no científicas. Ambas partes coincidían en una concepción mística de la personalidad nacional y la raza. Además se caracterizaban por ser chovinistas y por su tendencia a creer en la superioridad racial. El Programa Sionista expuso así mismo el concepto del pueblo judío homogéneo, o sea, que ser judío no es confesar una religión determinada sino el sentimiento de pertenecer a un grupo racial, cuyos miembros están unidos por lazos de sangre, con una historia común y una persistente decisión de preservar su personalidad nacionalista; los fascistas usaban igual terminología y trataban con beneplácito las concepciones sionistas (4). A partir de los conceptos ideológicos comunes y ante la división entre judíos y alemanes en el plano político surgieron las relaciones de colaboración de aparente carácter económico entre los dos movimientos raciales: el nazismo y el sionismo. El primer paso fue dado por la sociedad Hanuthia, que fue creada por los medios colonialistas sionistas en Palestina y poseía allí una gran área de tierra en la actual región de Nathania. Por encargo de ésta, Sam Cohen viajó a Alemania y obtuvo el 19 de mayo de 1933 del Ministerio Alemán de Economía 17


una licencia para transferir un millón de marcos sobre la base de que la compañía recibía cantidades de dinero en efectivo (dentro de los límites monetarios establecidos) de los emigrantes judíos para comprar mercancías alemanas que se exportaban a Palestina y se destinaban al consumo de éstos (5). El 18 de julio del mismo año, esta compañía obtuvo otra licencia para transferir tres millones de marcos sin comprometerse esta vez a destinar estas mercancías a su propio uso y consumo (6). Como esta cuestión concierne a las instituciones públicas sionistas y se realizaba a través de ellas la emigración y la transferencia de créditos a Palestina, los principales representantes de los sectores económicos de esta región, realizaron una visita al Cónsul General de Alemania y le propusieron dar al Banco PalestinoBritánico el derecho de autorizar estas transferencias y operaciones. El Cónsul General de Alemania recomendó a la Cancillería de su país aceptar esta proposición. En virtud de esta propuesta, la compañía Hanuthia renunció a la licencia otorgada y efectuó el 8 de agosto de 1933 conversaciones decisivas en el Ministerio Alemán de Economía, con el representante del gobierno Harjstein, en las cuales tomaron parte el director del Banco AngloPalestino, Hoffean y representantes de Hanuthia. Después de estas negociaciones, Hoffean informó que era posible ampliar la plataforma general del acuerdo contraído con Hanuthia para darles a los judíos y emigrantes de Alemania a Palestina una mayor facilidad para trasladar sus bienes y fortalecer al mismo tiempo las exportaciones de mercancías alemanas a Palestina (7). El acuerdo logrado incluyó las siguientes bases: “Los emigrantes que obtienen a través de la oficina consultada de inmigración, un certificado que demuestra la necesidad de obtener una suma mayor de Mil Libras 18


Esterlinas para establecerse en Palestina, pueden con este documento (8) lograr una autorización para depositar las sumas mayores a esta cantidad (mil libras esterlinas equivalían a 15 mil marcos en aquel entonces) en una cuenta especial número 1 en el banco de la compañía”. A través del banco central del Reich se creó una asociación de seguros que iba a establecerse en Palestina (se pasó la cuenta al banco anglo-palestino hasta la formación de esta asociación de seguros). El crédito especial No. 1 será agregado al crédito especial No.2, que se explicará más tarde, y el crédito de ambas cuentas se elevará a 3 millones de marcos alemanes al principio. El banco del Templo abrirá una cuenta a favor de la asociación judía de seguros que se ha mencionado con anterioridad. Con esta cuenta serán pagadas las mercancías alemanas exportadas a Palestina con la condición de que la asociación judía de emigrantes pague una suma equivalente a sus depósitos bancarios a cambio de las mercancías alemanas vendidas a Palestina. Esta operación se llevará a cabo según la secuencia de sus nombres y el valor de sus depósitos en libras esterlinas en la cuenta especial No.1. Una sociedad anónima fue establecida en Berlín, en Friedrichstrasse No. 218, para brindar a los judíos alemanes la asesoría sobre los asuntos relacionados con esta operación de traslado de capitales a Palestina (9). En virtud de la cuenta especial No.2 mencionada anteriormente, fue abierto un crédito en el Banco Principal del Reich, donde se permite a las partes económicas alemanas relacionadas con este asunto, otorgar a los ciudadanos judíos del Estado Alemán una autorización para pagar sumas que ascienden a 50.000 marcos por persona que se registran a favor del banco 19


anglo-palestino. Ese trámite tenían que realizarlo los ciudadanos judíos que no habían emigrado aún, pero que si deseaban establecerse en Palestina. Como resultado de este acuerdo se han formado 2 compañías: la compañía Haafara en Tel Aviv, con su homóloga Paltreu en Berlín, mientras los sionistas crearon una compañía naviera, que compró el banco alemán Honestein, bautizado con el nombre de Tel Aviv, más tarde. Entre las curiosidades interesantes podemos mencionar que cuando zarpó en su primer viaje de un puerto alemán en Haifa, a principios de 1935, este barco llegó izando la bandera con la swástica, mientras que en su parte trasera ya llevaba su nuevo nombre en hebreo. El barco era capitaneado por Leiding (10), un militante del partido nazi. Ese tratado abarcaba a los judíos que deseaban emigrar a Palestina en un futuro cercano o lejano; pero no extendía a los capitales de empresas judías. Por eso, los medios sionistas en Palestina se movilizaron para lograr un anexo que se aplicara en el caso de estos capitales. En este caso, aconsejó el cónsul alemán en Palestina, el 24 de junio de 1933, a las autoridades en Alemania que aceptaran una solicitud presentada por Ausschikin que tenía gran influencia en la institución El Kirin Kimet de Israel, (el fondo de Israel), para trasladar los capitales de esta compañía de Alemania a Palestina en el marco de un acuerdo de transferencia. El cónsul afirmaba que aceptar tal solicitud sería una muestra de buena voluntad del gobierno alemán y expresaría su disposición a hacer ciertas concesiones en el aspecto económico. Estos consejos fueron oídos en Berlín e inmediatamente se le concedió al Kirin Kimet el derecho de trasladar sus capitales, previo acuerdo con el banco anglo-palestino (11). 20


Uno de los objetivos por los cuales el movimiento sionista planteó la necesidad de este acuerdo, era para financiar la emigración de los jóvenes y obreros que pertenecían a las clases pobres que no eran capaces de asegurarles 1.000 libras palestinas, suma que fijó el gobierno británico para permitir el ingreso de los emigrantes a Palestina. De esta forma, el movimiento sionista traería a Palestina dos categorías importantes de inmigrados para la colonización: los capitalistas, dueños de fábricas y los jóvenes y obreros necesarios para asegurar el funcionamiento de éstas por una parte y llevar a cabo acciones armadas y agresivas por la otra. Todo lo anterior sirve para reforzar la presencia judía sionista en Palestina y hacer de los colonos una mayoría capaz de controlar toda la tierra, ya sea por sus posibilidades económicas y su nivel tecnológico o por su densidad numérica, que se incrementa constantemente gracias a la política fascista alemana. En los 6 años que estuvo vigente este acuerdo (desde 1933 hasta 1939) se transfería un total de 8 millones 101.490 libras palestinas de capitales judíos en Alemania equivalente a 139.568.110 marcos del Reich. Según los datos del Departamento de Estadísticas de la Agencia Judía, las exportaciones alemanas a la tierra de Israel se elevaron grandemente, alcanzando en 1933 el 10,73% del total de exportaciones, en 1934 el 10,24%; en 1935 el 12,39%; en 1936 el 14,60%; en 1937 el 16,35% y en 1938 el 12,71% (sólo en los 10 primeros meses de este año). Este acuerdo constituía una moratoria para el intercambio comercial con Alemania, precisamente en lo que se refería a maquinarias, materiales de construcción y abonos químicos. Pero cuando empezaron a escasear las materias primas por la elevación de la carrera armamentista del Tercer Reich, así también cuando se 21


dio inicio al cumplimiento del plan cuatrienal, en 1936, comenzó la reducción del acuerdo y se prohibió la exportación de materias primas necesarias para el armamentismo y que hayan costado divisas a la propia Alemania (12). Sin embargo, esta reducción no afectó el porcentaje de las exportaciones alemanas a Palestina, y tampoco los materiales que entraban en los enunciados de este acuerdo; ello se debe a que la compañía Haafara había logrado de antemano acuerdos relacionados con suficientes cantidades de estos materiales. Lo que si llama la atención es que el acuerdo no fue derogado de forma oficial, sino que la reducción se produjo por las condiciones de guerra. Con este acuerdo, creció la economía capitalista sionista en Palestina. No fue pues, por casualidad que la mayoría de los proyectos importantes en Israel en esos momentos hayan sido establecidos o dirigidos por emigrantes judíos de origen alemán. Allí se estableció una gran fábrica sidero-mecánica y la industria de cemento fue fundada por el ex-director de la compañía de electricidad y recursos hidráulicos de Berlín, Doctor Karl Lindau. El Banco Leomi fue fundado por un grupo de personalidades alemanas, encabezadas por el Doctor Arnol Bert también de Berlín, el Doctor Siegfried Sahlein de Hamburgo y Hebert Ford de Breslau. A esto se puede añadir un conjunto grande de proyectos económicos fundados y dirigidos por emigrantes provenientes de Alemania (13). El acuerdo de transferencia de capitales por solicitud de la propia agencia judía y los consejos del cónsul alemán en Jerusalén, no abarcaron sólo a Palestina, sino que se extendió a los países árabes vecinos, como Siria e Iraq, aunque chocó con la oposición del Ministerio Alemán de Economía que temía por sus exportaciones regulares hacia estos países. El Ministerio 22


aceptó al final, y para este fin se creó una sucursal de la compañía de cambio que permitió el ingreso de los productos alemanes en los países cercanos a Palestina, sobretodo a Iraq. Las diferentes fuentes consultadas no logran precisar el número de emigrados alemanes que llegaron a Palestina entre 1933 y 1939. Algunas dan la cifra de 40.000, otras la de 50.000 y 60.000. Todo parece indicar que la última cifra es la más cercana a la realidad (14), ya que si los sumamos al número de judíos que vinieron de otros países, tenemos un total de 210.000; el número final de los colonos judíos en Palestina asciende a unos 40.000 frente a 950.000 árabes. En otras palabras, la mayoría árabe absoluta comienza a decrecer ante las sucesivas oleadas de emigrantes que se llamaron más tarde el quinto éxodo. La operación Haafara tiene el mérito de que el 35% de los emigrantes alemanes fueron clasificados como poseedores de certificados que demuestran ser capitalistas, y esto explica en gran medida la prosperidad económica de Palestina durante la tercera década de este siglo, mientras los demás países del mundo sufrían las consecuencias del estancamiento económico, producto de la crisis económica mundial. Palestina en aquellos años no conoció el desempleo y en ella surgieron muchas industrias, debido a los grandes capitales extraídos de Alemania en virtud del acuerdo Haafara. Las cifras oficiales registradas en la agencia judía y mencionadas por nosotros, no representan el volumen verdadero de capitales que llegó a Palestina y debemos decir además que el total de los judíos que salieron de Alemania en este período suma unos 135 mil; y de ellos sólo llegaron a Palestina 60 mil. De ahí surge la pregunta a la cual debemos dar respuesta, ¿por qué no fueron todos a Palestina? 23


¿POR QUE HAAFARA? El acuerdo de Haafara produjo una gran polémica que duró 6 años en los medios partidistas, gubernamentales y populares de Alemania. Cada grupo se mostró celoso partidario de su criterio, tratando de imponerlo como política oficial del gobierno con respecto al movimiento sionista. Sobre los diferentes puntos de vista incidieron factores ideológicos, económicos y políticos que solo agudizaron las discusiones y las orientaron en dos sentidos definidos. Antes de entrar en detalles, analizando las opiniones y puntos de vista de las diferentes partes, debemos ver las causas que motivaron la firma de este acuerdo por Alemania, según el punto de vista sionista. 1. Los efectos del boicot impuesto sobre los productos alemanes han sido sensibles en amplias esferas económicas y refuerza el temor del gobierno alemán por perder sus mercados. Los alemanes quisieron además causar un impacto adecuado entre los judíos de otros países, sobre todo los de U.S.A. A esto podemos agregar la preocupación del gobierno alemán por la suerte de su comercio con los países de Oriente, si los judíos de Palestina se lanzan a organizar un boicot en los países cercanos. 2. Las autoridades alemanas de entonces pretendieron con esta política en el plano de la economía, asegurar nuevas oportunidades de trabajo, mediante la explotación de las capacidades industriales del país y por consiguiente reducir el desempleo que proliferaba en Alemania y otros países del mundo. 3. Palestina era el único país que podía absorber una emigración con ritmos constantes, y las facilidades de transferencia de capitales otorgadas a la clase media 24


judía, significaba consolidar la emigración de familias enteras, y por consiguiente, y de manera indirecta, la capacidad del país de absorber los trabajadores. Recordemos que las autoridades fideicomiso condicionaron el ingreso a Palestina a las posibilidades económicas de los emigrantes y a su posibilidad de tener un trabajo asegurado. 4. El aislamiento político exterior impuesto sobre el régimen nazi desde los primeros momentos de su ascenso al poder en Alemania. 5. La posibilidad de que Polonia lance una guerra preventiva contra el régimen nazi. 6. La falta de claridad respecto a la política interna que el sistema negó pretender seguir (15). Según las fuentes sionistas la Alemania de Hitler rubricó el acuerdo de Haafara por todas estas causas. Es como si el nazismo quisiera resolver sus problemas económicos y no económicos, sin tener en cuenta los objetivos políticos comunes de las dos teorías (el nazismo y el sionismo), así como las ambiciones expansionistas de ambos. Algunas fuentes consideran que este acuerdo fue el fruto de una iniciativa personal de Hoffean, el director general del banco anglo-palestino y por esa razón estas fuentes lo denominan “acuerdo de Hoffean” para delimitar la responsabilidad individual al respecto y darle un carácter personal, eliminando así su relación con la institución sionista. En realidad, las negociaciones que tuvieron lugar antes de la firma del acuerdo se realizaron bajo el auspicio de la Unión Sionista de Alemania en presencia de Haim Arlozorov, quien ocupaba entonces la jefatura del departamento político de la agencia judía. El 19 congreso sionista mundial que se celebró en Lausanne en 1936, aprobó este acuerdo y trabajó en aras de su aplicación. 25


Las afirmaciones del movimiento sionista en el sentido de que la Alemania nazi rubricó este acuerdo para frustrar el boicot judío mundial contra ella no son ciertas y no coinciden con la realidad porque tal boicot no tenía un carácter global. A esta cuestión se refirió Nahom Goldmann al decir (16): “Muchos sectores judíos no aceptaron tomar parte en el boicot, debido a que algunas compañías judías eran gerentes de instituciones comerciales alemanas, o porque algunas organizaciones judías, sobre todo las que estaban en EE.UU., partieron del hecho de que es una actitud incongruente con el patriotismo realizar un boicot contra un país con el cual Estados Unidos mantiene relaciones comerciales naturales”. El movimiento sionista siempre alegó que Palestina, a diferencia de otros estados, es el único país con capacidad de recibir las oleadas sucesivas de judíos. Este pretexto para explicar el motivo por el cual la Alemania de Hitler firmó este tratado con el movimiento sionista, es considerado muy débil y poco fundamentado, ya que los judíos que llegaron a Palestina, procedentes de Alemania, constituyen sólo una octava parte de los judíos alemanes y menos de la mitad de los judíos que abandonaron Alemania en vísperas de la guerra, mientras que la gran mayoría se dirigió a los demás países de Europa Occidental y a Estados Unidos de América. El pretexto de que Alemania se beneficiaba con la obtención de divisas, es también ilógico, si tenemos en cuenta que Alemania era una potencia que algunos años más tarde entraría en guerra contra todo el mundo y que no necesitaba divisas por valor de tres millones de marcos. Además, es conveniente recalcar que esta suma se pagaba en moneda nacional y no en divisas y a cambio de mercancías, productos y maquinarias alemanas y 26


posiblemente una parte de éstas comprendía materias primas importadas por Alemania con divisas. Todo ello significaba una pérdida enorme para Alemania. HAAFARA ENTRE PARTIDARIOS Y OPOSITORES ALEMANES: El asunto del acuerdo Haafara fue tratado ampliamente por los diferentes sectores alemanes desde dos puntos de vista diferentes: La cuestión judía es considerada por el nazismo como una cuestión ideológica que requiere una solución definitiva. Existe una disyuntiva: ¿Cómo resolver este problema? ¿asegurando la salida de los judíos hacia Palestina y deshacerse de este modo de ellos? o ¿mantenerlos como rehenes dentro de Alemania, lo que permite usarlos como instrumentos de chantaje contra el judaísmo mundial y los países de occidente en general? Por otra parte, es una cuestión de carácter político y económico relacionada con la situación en Palestina y toda la región árabe y, por lo tanto, hay que actuar según los intereses de Alemania, respecto a los árabes: Hay que tener en cuenta las relaciones alemanas con los árabes y por consiguiente este acuerdo pone en peligro la posición alemana al permitir que los judíos logren la supremacía numérica sobre los nativos. Desde el punto de vista económico, significa brindar apoyo directo a la comunidad judía en Palestina y en lo político apoyar al establecimiento de un estado judío, mediante el incremento de la colonización. A esto podemos añadir la posición de la comunidad alemana (compuesta por unas dos mil personas) que censuraba la actitud de su gobierno hacia los árabes y veía que el gobierno de Berlín 27


prefería el contrato con los judíos en los planes económicos relacionados con Palestina y toda la zona a pesar del ambiente político crítico. Las discusiones fueron resueltas por Hitler al favorecer la continuidad del acuerdo, sin tomar ningún otro factor en consideración. A. La comunidad alemana en Palestina: La comunidad alemana en Palestina se mostró desde el primer momento contraria a este acuerdo, ni siquiera aceptaba el hecho de que una institución judía hubiese logrado esta licencia comercial. El representante de esta comunidad, el Cónsul alemán en Yaffa (T. Werst) preguntó durante un encuentro en la Cancillería alemana, en 1937, si Hitler estaría dispuesto a mantener a los judíos en Alemania bajo control en lugar de enviarlos a Palestina. Los alemanes de Palestina buscaron el apoyo de la junta de los alemanes en el exterior. Esta junta estaba dirigida por Hagoliter Bohla, militante del partido nazi. En 1936, buscaron el apoyo del nuevo cónsul alemán en Jerusalén (Deohle), quien se opuso a su vez al acuerdo de transferencia, porque daba a los judíos la posibilidad de dominar el comercio con Palestina. Estos ciudadanos alemanes encontraron en los árabes de Palestina un aliado natural, ya que ambas partes se oponían a este acuerdo, por el apoyo que significaba a la emigración judía y al fortalecimiento de Eliachov. El cónsul Deohle reclamó en sus cartas a la cancillería alemana que se modificara este acuerdo o derogara definitivamente, porque su existencia daría lugar a que el Tercer Reich perdiera el apoyo de los árabes (17). Uno de los funcionarios del partido nazi a cargo de los asuntos de los ciudadanos alemanes en el exterior presentó a la cancillería un memorándum donde señala que el acuerdo Haafara sitúa todas las 28


exportaciones alemanas a Palestina al servicio de la transferencia de capitales judíos desde Alemania a este país. Por eso, los clientes, tanto árabes como judíos en Palestina que reciban las mercancías alemana están obligados a respaldar la emigración judía. Añade el documento, que estas transferencias monetarias equivalen económicamente a darle camino a las mercancías a cambio de nada. En resumen, significa un importante apoyo político al establecimiento de un estado nacional judío con el respaldo de capitales. B. Los círculos políticos y económicos de Berlín: Estos círculos se mostraron muy contrarios al acuerdo. El departamento político de la cancillería exigió la modificación o anulación total del mismo, explicando que esta situación creaba condiciones insoportables para los alemanes residentes en Palestina y para los árabes. En cuanto al Ministerio de Economía Alemán, no sólo apoya la modificación de este acuerdo, sino que quería anunciarlo y sustituirlo por un sistema totalmente nuevo. En una misiva entregada a la cancillería alemana por la sección de asuntos internos de este Ministerio se señalaba que dicho acuerdo había causado un conflicto enorme entre los diferentes departamentos del Estado y que hacía mucho tiempo que esta sección había reclamado la anulación del acuerdo, exponiendo las siguientes causas (19): 1. Al tener en consideración las estrictas reglas vigentes respecto a las divisas, el acuerdo Haafara brinda a los judíos alemanes la única posibilidad de trasladar sus capitales al exterior. 2. Coadyuva a la construcción de un estado judío en Palestina, con manos judías y capitales alemanes, lo que no es favorable a Alemania siempre y cuando no 29


conduzca a recibir a todos los judíos del mundo. Esto únicamente les brindará una ganancia política internacional como sucedió con el vaticano respecto al Catolicismo Político. 3. Alemania no tiene interés alguno en fomentar la emigración de los judíos adinerados que sacan sus capitales del país. El documento señala también, en opinión de todas las instituciones y en particular la del partido, inclusive las del Ministerio de Economía y la Oficina de Control de Divisas, que ya es hora de cerrar esta brecha en la regulación alemana de divisas, la cual permite la fuga de capitales alemanes al exterior en manos de judíos. Por ello, hay una serie de cuestiones que deben ser elevadas a la consideración del Führer: a) ¿Es necesario defender la concentración de judíos alemanes en Palestina y contribuir en este modo a la construcción de un estado judío? ¿Favorece ésto a los intereses de Alemania? b) ¿No será necesario anular el acuerdo Haafara, pese a la posición de sectores políticos relacionados con los exportadores alemanes, que logran extraordinarias ganancias aunque no en divisas? Los opositores al acuerdo, defendieron con energía su posición durante mucho tiempo. Afirmaron que el acuerdo no tenía interés alguno para Alemania desde el punto de vista económico, o político: La emigración judía a Palestina dará lugar inevitablemente al establecimiento de un estado judío, lo que contradice totalmente la política alemana (la oficial y la pública) además de que este acuerdo perjudica enormemente los intereses de la comunidad alemana en Palestina, la cual afrontará una situación difícil frente a los árabes que tomarán actitudes hostiles abiertas hacia ella. 30


Los opositores jamás encontraron una razón para la existencia o la continuidad de este acuerdo e insistieron en que se anulara o sustituyera por otro más moderno que garantizara los intereses de Alemania. c) Los simpatizantes del acuerdo: El estallido del conflicto palestino de 1936 y la llegada del comité Bill en el 1937, con su famoso plan de división de Palestina en dos estados: Uno judío y otro árabe, y la continuidad del fideicomiso británico sobre los lugares sagrados, han sido dos acontecimientos muy importantes para Alemania, que la obligaron a revisar su política hacia Palestina, teniendo en cuenta que la política de apoyo a la emigración judía había tenido mucho que ver con el desarrollo de la crisis en aquel país. El Consejero Chumberg, Jefe de Sección en la Cancillería Alemana, trató el 21 de enero de 1936 de precisar la posición de su Departamento, afirmando que la creación de un estado judío en Palestina no favorecía en nada los intereses alemanes y que era necesario pues, dispersar a los judíos. Aunque no presentó proposiciones prácticas al respecto, el Jefe de la Sección del Oriente en el Ministerio, refutó estas opiniones, alegando que la posición alemana respecto a un estado judío en Palestina no urgía y que la cuestión de este estado, era susceptible de variar de un mes para otro, lo que hace inútil y espinoso discutir esta cuestión teóricamente (20). El estallido de la crisis en abril de 1936, que comenzó con incidentes entre los árabes y los judíos y terminó con una huelga general paralela a los enfrentamientos armados entre los rebeldes árabes y las fuerzas británicas, no puso fin a las discusiones de los círculos alemanes en torno a esta cuestión; mientras tanto la prensa alemana sólo reflejó la voluntad de Berlín de no intervenir en aquellos acontecimientos. 31


Cuando el líder de la rebelión árabe, Fawzi Kawekji, trató de convencer al representante alemán en Bagdad, Fritz Groebbe, de la necesidad de apoyar a los rebeldes con ayuda alemana, éste rechazó el pedido alegando que el Reich alemán deseaba tener buenas relaciones con Inglaterra y no podía por lo tanto, respaldar una rebelión árabe contra Gran Bretaña, a pesar de los cordiales sentimientos de Alemania hacia los árabes de Palestina. Por otra parte, a finales de enero de 1937, explicó el Director adjunto de la Sección Política de la Cancillería Alemana, Von Weissekser a las autoridades del Reich y del Partido, el interés natural y de principio de Alemania por la emigración judía de este país y recalcaba que la dispersión de los judíos en más de un lugar, era menos peligroso para la política alemana. Esta oposición chocó con la oposición de la sección comercial política de la cancillería donde el consejero Klaudious comentó: “Dispersar a la emigración judía causaría más daño a Alemania, que concentrarlos en Palestina, porque los judíos alemanes fuera de Palestina fueron los que le causaron a Alemania el mayor daño” (21). El 24 de mayo de 1937, el Ministerio de Relaciones del Reich, envió una serie de indicaciones a los representantes del Reich en Londres, Bagdad, Jerusalén y Roma. Podemos notar que estas indicaciones difieren radicalmente de un país a otro, lo que demuestra las intenciones de la Alemania Nazi de tratar una táctica política que garantice sus intereses con relación a todas las partes involucradas en el conflicto de Palestina. 1. La indicación enviada a su representación en Londres, señala que la Embajada Alemana debe verificar ante el gobierno británico la certeza de las proposiciones de la Comisión Bill y plantear que Alemania recibirá con beneplácito la creación de una entidad judía bajo el 32


fideicomiso británico en Palestina; esto significa por consiguiente, un apoyo al fomento de la emigración judía. 2. En el documento enviado a su representación en Bagdad se explica que el representante alemán en Iraq, debe afirmar de forma clara que Alemania entiende las aspiraciones nacionales de los árabes pero no hace promesa alguna al respecto. 3. La Embajada Alemana en Roma debe comunicarle al gobierno italiano que Alemania comprende la actitud italiana respecto al Islam. Con relación a las comunicaciones enviadas al Cónsul Alemán en Jerusalén, se dice textualmente: “se tomará más tarde decisiones precisas sobre las cuestiones planteadas en el informe del Cónsul General, en su misiva correspondiente al 22 de marzo de 1937 sobre la organización de las relaciones políticas y económicas, y las cuestiones de emigración hacia Palestina”. Estas indicaciones no se refirieron en modo alguno al acuerdo Haafara (22). Las conclusiones de los que simpatizan con el Acuerdo, están bien expuestas en el boletín de la Cancillería editado el 22 de junio de 1937, el cual dice en uno de sus párrafos (23): “hasta el momento, fomentar al máximo la emigración de los judíos alemanes fue el objetivo principal de la política alemana hacia éstos. Para lograr este objetivo se realizaron sacrificios hasta en divisas y por medio del traslado de transferencias de capitales (el acuerdo Haafara) se permitió a los judíos asegurar condiciones favorables de vida y obtener la autorización para transferir sumas determinadas de dinero como exportaciones alemanas adicionales a Palestina. Esta posición alemana que se debe a requerimientos de política interna, fomenta en la práctica el establecimiento 33


de los judíos en Palestina y acelera la creación de un estado judío en aquellas tierras, lo que confirma la opinión según la cual Alemania apoya el establecimiento de un estado judío en Palestina”. En iguales términos se expresó el documento de la séptima sección política con fecha 17 de agosto de 1937. Este documento incluyó un análisis detallado de las ventajas del estado judío que se establecerá seguramente en su opinión tarde o temprano, según las propuestas de la Comisión Bill o cualquier otra fórmula. Estas ventajas son: a) Permitir al Reich Alemán deshacerse de un gran número de judíos que requieren mucha atención por parte de las autoridades alemanas. b) Cuando Alemania sea atacada por los judíos, podrá de esta forma tratar con representantes oficiales de ellos y no con elementos desconocidos que no tienen responsabilidad, tal como ocurría hasta el momento. No sólo la Cancillería Alemana adoptaba posiciones que fomentaban la emigración judía a Palestina y favorecían el acuerdo Haafara que dará lugar inevitablemente al estado judío sino también el Ministerio de Economía que patrocinó este acuerdo desde el principio y lo apoyó en todo momento, considerándolo como una medida de alta política para deshacerse totalmente de los judíos (25). La Oficina del Reich, responsable de las divisas, expresó en una carta dirigida a la Cancillería y anexa a un informe sobre los resultados de la emigración judía de Alemania su celo por el cumplimiento del acuerdo Haafara (26). Estos fueron los criterios favorables al acuerdo. Sin tener en cuenta los argumentos planteados para jsutificar su posición, la realidad es que la decisión no partió ni se fundamentó en los planteamientos de ninguna de las dos 34


partes, sino que partió de la propia decisión de Führer quien dejó a los diferentes órganos del poder pugnar por esta cuestión sin intervenir hasta un momento determinado, hasta que lo hizo para resolver esta polémica. El 27 de enero de 1938, en una carta enviada por el Subdirector de Departamento de Política Económica se refiere a la opinión del Führer al respecto: “Si el Führer determinó que siga la emigración de los judíos hacia Palestina, toda discusión posterior del asunto está de más”. De estas candentes discusiones entre las diferentes instituciones oficiales del gobierno nazi, podemos darnos cuenta de la naturaleza de la política que aplicaba éste hacia sus adversarios o aliados y cómo enfocar la cuestión judía y la causa palestina: 1. El gobierno nazi tenía una posición hostil a los judíos, sin embargo desempeñó un papel fundamental en el establecimiento de la entidad sionista en Palestina. Permitió que éstos establecieran una sólida y fuerte economía con la transferencia de capitales desde Alemania. Hay que tener en cuenta que estas facilidades monetarias sólo se daban a los judíos que deseaban trasladarse a Palestina. Su hostilidad contra los judíos pues, no tenía por qué molestar a los sionistas, sino por el contrario, estos la apoyaban e incentivaban. 2. Algunos árabes creyeron inocentemente que el sistema nazi, contrario a los judíos, los apoyaría y se pondría al lado de sus justas causas: al respaldar los ingleses las ambiciones sionistas en Palestina, los alemanes pues apoyarían en cambio a los árabes. Sin embargo, toda la actitud alemana indicaba que insistía en la creación de un estado judío en Palestina, sin tomar en cuenta las declaraciones que les hacían a los líderes árabes, mientras las orientaciones a las otras partes 35


tenían un contenido totalmente distinto. Ya vimos con anterioridad que las orientaciones contenían una diferencia esencial mientras Alemania insistía en la idea de que el acuerdo Haafara permitió el establecimiento de un estado judío en Palestina. 3. El acuerdo Haafara no reportaba ningún beneficio económico, monetario, político, ni social para Alemania, además este no ponía fin al boicot sobre sus productos como alegaban algunos sectores, ni ponía fin al desempleo. Si el objetivo principal era sacar a los judíos del país, éste se logró en parte, puesto que los judíos adinerados se fueron, pero los pobres y los obreros se quedaron como una carga para el estado alemán. La única explicación de la existencia y continuidad de este acuerdo, es que haya habido un acuerdo, entre el Reich y la direcciones sionistas, respecto al establecimiento de un hogar nacional para los judíos que esté vinculado al Imperialismo Alemán y que sea su punta de lanza para garantizar sus intereses y permitirles satisfacer su geofagia. D. El proyecto Haafara internacional mediante la propuesta de Schacht: Al agudizarse el problema de los refugiados tras la anexión de Austria, el presidente de los Estados Unidos de América convocó una conferencia internacional para discutir el problema de los refugiados de Alemania. Esta conferencia se celebró del 6 al 15 de julio de 1938 en Evian, Francia. Tomaron parte en ella representantes de 31 estados y esa era la hora adecuada para Alemania para organizar la emigración hacia el exterior y ampliar el marco del acuerdo de transferencia extendiéndolo a las tierras cercanas de Palestina. Sin embargo, Alemania rehusó participar en esta conferencia, alegando que no tenía nada que ver con el problema de los refugiados 36


judíos, ni con una emigración organizada o la transferencia de capitales judíos desde Alemania. En un documento enviado a los consulados y las representaciones diplomáticas alemanas, el 8 de julio de 1938, anunció Weissker, Director General de la Cancillería, que el embajador británico en Berlín, le preguntó si Alemania estaría dispuesta a colaborar en la extracción de capitales judíos. Weissker comunicó en este caso la respuesta del Canciller “Alemania desde el principio no acepta colaborar con ningún país en cuanto a los judíos alemanes. Esto es una cuestión interna”. Mas tarde, Weissker envió sus orientaciones a los diplomáticos alemanes en el exterior, en el sentido de refutar la disposición de Alemania de sacar los capitales judíos y reiterar que la colaboración alemana con las grandes potencias no es imposible. El 30 de octubre de 1938, Weissker elevó un documento a Ribentropp, enviado por el Embajador Norteamericano, en el cual propone recibir a Rably, el representante de Estados Unidos en la conferencia de Evian para discutir la cuestión de la emigración judía y el traslado de capitales. Ribentropp respondió que la entrevista no tenía lugar (27). En enero de 1939, Schacht presentó un proyecto para organizar la emigración judía desde Alemania y el traslado de sus capitales, ese proyecto fue discutido con el funcionario Rably y otros que representaban el City Bank en Londres. El proyecto se resumía en los siguiente: “Existen 600.000 judíos en Alemania (según las leyes de Nuremberg), cuyos capitales en Alemania, ascienden a 6.000 millones de marcos, 150.000 cabezas de familia se trasladarán en 3 años. Se creará un fondo para financiar la emigración judía, mientras los judíos fuera de Alemania deben obtener un crédito de 1,5 mil millones de marcos 37


en divisas, que deben ser empleados en la compra de mercancías alemanas. En su proyecto, Schacht aseguró que Alemania no debió ser considerada como responsable por este crédito, sino los mismos emigrantes judíos”. Schacht pretendía así asegurar divisas para financiar el armamentismo alemán. Al tiempo que Schacht impulsaba su proyecto meramente económico, el Ministro Alemán de Relaciones Exteriores reiteraba su rechazo absoluto a entrevistarse con el funcionario norteamericano y el representante de Estados Unidos en la conferencia de Evian. Pese a los lineamientos generales de la política alemana hacia los judíos, los medios sionistas consideraban que los nazis no colaboraron seriamente para permitir la salida de éstos, mediante un trabajo parecido al adoptado en la conferencia de Evian. Uno de los boletines periódicos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania manifestó que los intensos esfuerzos realizados durante 5 años no redundaron en un progreso de la emigración judía. Además, las leyes de Nuremberg y otras dirigidas contra los judíos no provocaron de forma efectiva su emigración, sino todo lo contrario. Cada vez que se producía una etapa de tranquilidad, se notaba que cantidades de judíos regresaban a Alemania y hasta 1938, prosigue el documento, se mantenía la voluntad del judío de preservar su lugar de origen en espera de tiempos mejores. El autor del documento cree que el judaísmo mundial no deseaba en realidad una masiva emigración de los judíos alemanes en otros países, sin haber asegurado antes la existencia de un estado judío (28). En el documento se responde a dos preguntas que podían ser planteadas a cualquier diplomático alemán, y se podía así asegurar en todos los casos una respuesta 38


coherente, precisa y clara, con relación a la emigración judía: a) ¿Cómo será financiada y organizada la emigración judía? Alemania espera la ayuda de los judíos del mundo para promover el movimiento migratorio. b) ¿Hacia dónde debe encauzarse la emigración judía? Hay que criticar a las grandes potencias que tomaron parte en la Conferencia de Evian, porque rehusaron recibir emigrados judíos en grandes cantidades (29). El asesor de Schacht, (Wolten), que en 1939 se convirtió en uno de los más altos funcionarios del Ministerio, responsable de la ejecución del plan cuatrienal dirigido por Goering, prosiguió las negociaciones con los banqueros en el exterior, sobre una operación mundial de transferencia de capitales y el proyecto de Schacht al respecto. Estas conversaciones se llevaban a cabo por autorización personal de Goering. Al final de éstas, en los días 1 y 2 de febrero de 1939, fue preparado un proyecto de acuerdo entre Wolten y Rably, para sacar los capitales judíos de Alemania, el cual, aunque tenía menos envergadura, coincidía plenamente con el proyecto original de Schacht. Los detalles de este proyecto, que fracasó más tarde, fueron publicados por el diario norteamericano New York Times, el 4 de febrero de 1939. Desde el punto de vista de los medios sionistas, este acuerdo abortó por la ocupación de Checoslovaquia en marzo de 1939, el fracaso de la política de coexistencia y las amenazas dirigidas contra Polonia. Los mismos medios plantean, por otra parte, que el origen del fracaso radica, en que los políticos occidentales, consideraron al proyecto como un intento para pedir a los demás pueblos que pagaran un rescate por la liberación de los rehenes y 39


sustituir así esta tragedia humana por la cuestión de exportación (30). El mismo Schacht, culpó a los países occidentales y los acusó de obstaculizar el proyecto. En uno de sus últimos discursos en 1939 dijo que las fuerzas occidentales perdieron una gran oportunidad al rechazar su proyecto, cuando precisamente contaba con el apoyo de Hitler. Si ese proyecto hubiera sido materializado ningún judío alemán hubiera perdido la vida (31). Como Palestina no podía recibir, por cuestiones de capacidad, a todos los judíos que salían de territorio bajo control nazi, hubo una propuesta de traslados a Madagascar, con la condición de que los multimillonarios judíos financiaran esta operación y crearan las condiciones para su posterior ubicación (32). Todas estas propuestas, incluidas en el proyecto de Schacht, no tuvieron éxito y no llegaron a concretarse. Entonces preguntamos ¿por qué el acuerdo de Haafara Palestina tuvo éxito cuando fracasó el proyecto Haafara internacional? Sobre todo cuando el objetivo aparente de ambos era el de salvar a los judíos. También nos preguntamos cuáles han sido los factores que impidieron la puesta en práctica del proyecto de Haafara internacional, o en otras palabras, los sectores cuyos intereses implican el rechazo de tal acuerdo. Para responder a estas preguntas debemos mencionar los siguientes puntos: 1. El judaísmo mundial vio que toda emigración judía no dirigida a Palestina (el hogar nacional judío) era inútil y no tenía interés en promoverla, por ser de todos modos, nociva para el propio proyecto sionista. 2. El problema de salvar a los judíos , la parte humana del asunto, no preocupaba al movimiento sionista, mientras no sirviera el objetivo que pretendía lograr. Todo 40


sacrificio que no se hiciere en este sentido, no tenía razón de ser. 3. De los resultados de la conferencia de Evian, se evidenciaba que los países occidentales no deseaban recibir a los emigrados judíos. Para ello, cada país se dedicó a esgrimir pretextos con lujo de detalles para convencer a los demás de su incapacidad de recibir emigrados si estos países no tenían intención alguna de recibir a los emigrados judíos, las organizaciones sionistas y judías mundiales no podían pasar por alto esta decisión. 4. Podemos deducir por todo lo anterior que Hitler era sincero en la ejecución de este proyecto, no por motivos humanos sino porque necesitaba de las divisas para financiar la carrera armamentista en su país. Esto lo reflejó en el acuerdo de Haafara Palestina, donde el tema económico era un factor importante para su rubricación. (1) Haafara: Palabra hebrea que significa traslado, o transferencia. (2) The Jewis State, Theodor Herzl, London 1972, pp 33, 34. (3) Klaus Polken. (4) Enciclopedia de Conceptos y Términos Sionistas. Dr. Abel Wahab Al Massiry. Centro de Estudios Estratégicos y Políticos. Cairo. 1975, pp 391-394. (5) La transferncia de Capitales a Palestina 1933-1939. Ludwing Benz. Del libre “En dos mundos”, en ocasión de 75 cumpleaños de Moises Hess. Comité de Estudios Palestinos, año 1979. (6) Documentos en torno a la política exterior alemana 1918 -1945. Daguenstein. Año 1960. Tomo 1, Serie A. Documento 369. (7) Ibid. Documento 50/1360. (8) Muestra de certificado de transfencia (Haafara) en hebreo. (9)Ludwing Benz, pp 5.

41


(10) Klaus Polken. (11) “El III Reich y la tierra de Israel”, David Yitzraeli, Barrylan, año 1974 en hebreo pp 127-128. (12) Ibid, pp 124. (13) Klaus Polken. (14) Memorias de Golda Meir, Dar Al Massita, Beirut, año 1979, pp 120. (15) David Yitzraeli pp 135. (16) La vida de Nahom Goldmann, por él, Colón Berlín, año 1970, pp 196. (17) Documento en torno a la política exterior alemana, Serie D Tomo7, Documento número 577 fecha 14/1/1938 y 587 fecha 12/11/1932. (18) Ibid. Documento número 562 fecha 5/6/1934. (19) Ibid. Documento número 580 fecha 10/3/1935. (20) La política alemana hacia la lucha en Palestina. Universidad Friedrich Welhelm, Bonn, año 1977, Autor Friedrich Löebelun. (21) Ibid (22) Ibid (23) Documentos en torno a la política exterior alemana. Documento número 564. (24) Ibid. Documento número 571. (25) Friedrich Neubelrti. (26) Documento en torno a la política exterior alemana. Documento número 575. (27) El III Reich y la tierra de Israel, David Yitzraeli, pp 1215. También: The Final Solution, Gral Reitling, New York, 1961, page 19. (28) David Yitzraeli, pp 47. (29) David Yitzraeli, pp 148. (30) Ibid. pp 150. (31) Gral Reitling, page 20. (32) Ibid. Page 20.

42


SEGUNDA PARTE LAS MEDIDAS NAZIS PARA ACELERAR LA EMIGRACION A pesar de todas las facilidades brindadas a los judíos, a éstos no les era fácil de aceptar la idea de marcharse definitivamente de Alemania, donde vivieron centenares de años y cambiar su estabilidad y bienestar por otras condiciones desconocidas. Las ideas sionistas no podían llegar a sus corazones y mentes sin estar respaldadas por medidas de carácter “persuasivo”. Por esta razón, las facilidades de emigración que figuraban en el acuerdo Haafara iban acompañadas cronológicamente por medidas represivas, que pusieron en práctica las autoridades nazis y que estaban destinadas a crear una mayor comprensión entre los judíos de las ideas del movimiento sionista que negaba la integración de los judíos en sus sociedades y se burlaba del criterio según el cual los judíos alemanes eran auténticos ciudadanos de este país, aunque practicaran otra religión. Los judíos alemanes jamás consideraron que las ideas expuestas en el libro de Hitler “Mein Kampf”, respecto a los judíos y a la cuestión judía pudieran traducirse en medidas prácticas contra ellos en Alemania. Estos ciudadanos consideraron que estas opiniones planteadas por Hitler eran ideas efímeras que se desvanecerían con la llegada del nazismo al poder. Por eso, no las tomaron en serio y jamás pensaron en el verdadero peligro que significarían en el futuro (33). Las ideas de Hitler en “Mein Kampf”, no eran más que el principio y el inicio de la política que el nazismo aplicaría contra los judíos para deshacerse de ellos. El gobierno alemán aplicó dos métodos para lograr su objetivo. Por un lado, apoyo a las organizaciones sionistas, que tenían 43


débiles estructuras entonces, eran rechazadas por la mayoría de los judíos y contaban con pocos simpatizantes. Por otro lado, instituyó leyes segregacionistas para privar a los judíos de sus derechos cívicos y políticos, a la vez que llevó a cabo acciones de violencia, persecución y genocidio. Podemos decir que el nazismo aplicó respeto a los judíos una política de atracción e intimidación basada en el apoyo a los sionistas. En la primavera de 1933, el Barón Leopold Azvon Mildenstein, Oficial de las tropas de Asalto, y responsable de la política judía junto a Kurt Tuhler de la Unión Nacional Judía de Alemania, realizaron un viaje a Palestina, para analizar la aplicación de la experiencia sionista, efectuar una inspección in situ y analizar lo que había que hacer para lograr sus objetivos. Mildenstein consideraba que la solución del problema judío se debía realizar en virtud del derecho a la autodeterminación, y él simpatizaba esencialmente con las causas sionistas: Asistía a las reuniones y conferencias sionistas para profundizar sus conocimientos sobre el sionismo y establecer amistades fuertes con los dirigentes sionistas. Mildenstein devino un sionista entusiasta, y se transformó en las tropas de asalto en especialista en las cuestiones sionistas y el problema judío; logró convencer a sus compañeros de que el programa sionista era una solución acertada entre todas las fórmulas confusas que se manifestaban en la política judía de los nazis. Por eso, ya no era de extrañar la cooperación entre el sionismo y los nazis (34). Jacob Boassy (35) aclara que Mildenstein no era amigo de los judíos en sentido general, sino que simpatizaba con el sector sionista. No simpatizaba con los judíos integrados al pueblo alemán, que se consideraban 44


alemanes primero y judíos después, que negaban su judaísmo y evadían a todo concepto superior de raza. Su posición se acercaba mucho al punto de vista oficial del partido, que consideraba que cualquier raza es el resultado de una unión espiritual entre el pueblo y la tierra en la que echó raíces históricamente. Como a los judíos les faltaba esta relación vital con la tierra alemana, los nazis los consideraron como una fuerza extraña que vivía entre ellos y los describían como una especie de raza humana sin origen, dividida, parasitaria y baja. Añade Boassy: “A principios de 1934, Mildenstein logró que sus jefes en la tropa de asalto aceptaran que la solución del problema judío radicaba en una emigración masiva hacia Palestina. Fue designado así como jefe de la oficina judía en el departamento de Heydrich de los Servicios de Seguridad. Desde su nuevo cargo, comenzó a aplicar su política para ampliar la influencia sionista sobre los judíos alemanes que no demostraban deseo de emigrar a Palestina a pesar de las persuasiones. Las tropas de asalto trabajaron en el sentido de fortalecer la posición sionista en la comunidad judía, mediante instrucciones y órdenes destinadas a fomentar la actividad de los sionistas y doblegar a sus opositores, además de otorgar ciertos privilegios a activistas sionistas. LEGISLACIONES NAZIS CONTRA LOS JUDIOS El poder nazi adoptó una serie de medidas que fueron agregadas a las leyes de Nuremberg y sus anexos y aplicados por la policía. Estas, en su conjunto, determinaban la nueva condición legal de los judíos y les privaba de la mayoría de sus derechos humanos: 45


1. Las condiciones de la policía política de Baviera: Todas las decisiones tomadas por la policía política alemana, estaban dirigidas a limitar los derechos de los judíos que apoyaban la integración y abrían todas las puertas a los sionistas que trabajaban en el mismo sentido de los nazis. Estas decisiones tocaban los siguientes aspectos: a) Las reuniones públicas: A las organizaciones sionistas se les permitía celebrar reuniones públicas como excepción a la ley tomada al respecto, al mismo tiempo, se les permitía crear asociaciones deportivas y realizar actividades deportivas, siempre y cuando no pertenecieran a los equipos judíos partidarios de la integración. Estas organizaciones serían disueltas de inmediato en caso de tomar parte en actividades políticas internas o locales (36). b) Autorización para entrenamiento profesional: La policía política alemana permitía que las organizaciones juveniles judías sionistas llevaran a cabo el entrenamiento para los trabajos profesionales agrícolas y artesanales de los judíos antes de su emigración a Palestina. Las decisiones tomadas al respecto consideraban que esta actividad era el interés del estado nacional y recalcaban la necesidad de hacer una distinción en el trato entre estas organizaciones y las organizaciones judías partidarias de la integración que debían ser tratadas con la mayor violencia o dureza (37). c) Recaudación de fondos: En el documento No. 8 correspondiente al 9 de julio de 1935 apareció la decisión de la policía política respecto a la recaudación de fondos por los sionistas. La policía permitió a las organizaciones sionistas recaudar fondos de los miembros y de los simpatizantes, con vistas a 46


respaldar la integración judía, la compra de terrenos y brindar ayuda a los nuevos colonos. Estas operaciones no necesitaban una autorización previa ni se veían molestadas por la policía porque servían para la solución práctica del problema judío (38). d) El uniforme: Una decisión secreta tomada por la policía política permitiría única y exclusivamente a los miembros de las organizaciones sionistas usar su uniforme oficial dentro de sus centros. Esa decisión exclusiva fue dada a los sionistas que demostraron por todas las vías legales sus sinceros esfuerzos de enviar sus jóvenes a Palestina y que en este sentido coincidían con el gobierno del Reich y su voluntad de sacar a los judíos de Alemania (39). LAS LEYES DE NUREMBERG El 15 de septiembre de 1935 y tras la celebración del consejo social nacional en Nuremberg, fueron aprobadas dos leyes anti-judías que contaron con el beneplácito de Hitler. La primera ley determinó los requisitos para tener la ciudadanía alemana bajo el régimen del Reich, donde se hace la distinción entre ciudadanos y súbditos. El segundo artículo de esta ley plantea: “un ciudadano del Reich es únicamente aquella persona de sangre alemana o que haya tenido una madre de sangre alemana y que demuestre a través de su actitud que desea servir al pueblo alemán y al Reich con sinceridad”. Con esta ley, los judíos no podían figurar como ciudadanos, mientras la segunda ley, se refería a la protección de la sangre alemana y el honor alemán; se prohibía pues, en virtud de ella, el casamiento de judíos con ciudadanos alemanes o ciudadanos hijos de madres de sangre alemana, a la vez legalizaba las relaciones 47


particulares entre los judíos y los ciudadanos de sangre alemana y prohibía a los judíos emplear a ciudadanos de sangre alemana en sus casas, menores de 45 años. Les prohibía también izar la bandera del Reich, pero si les permitían mostrar los signos judíos (la estrella de David) bajo la supervisión del Estado. Esta ley no determinaba quien era judío, pero el 14 de noviembre de 1935 se dio a conocer una legislación que clasificaba a los judíos en judíos completos y judíos parciales (de sangre mixta), y utilizaba por primera vez el término “no ario”. En total, fueron promulgadas no menos de 13 leyes nuevas, posteriores a la de Nuremberg, las cuales despojaban a los judíos de sus centros de trabajo, profesiones, funciones y las posibilidades de enseñanza, etc. Se pusieron muchas limitaciones a sus movimientos y sus cédulas de identidad estaban marcadas con la letra “J” para distinguirlos. Estas leyes no constituyeron el desenlace para los judíos, sino el preludio de la represión legal que se les aplicó (40). Las leyes de Nuremberg no fueron la primeras que se promulgaron en la era nazi contra los judíos. Otras leyes fueron promulgadas con anterioridad en 1933 y que prohibían a los judíos ocupar cargos públicos, funciones en el gobierno, trabajar en diferentes campos, como la prensa, la radio-difusión, la agricultura, la enseñanza, el teatro y la cinematografía. En 1934, fueron expulsados de la bolsa de valores y de las profesiones liberales como la medicina o la abogacía (41). A lo largo de los años de la segunda guerra mundial, se crearon constantemente nuevas leyes hasta privar a los judíos de todos los derechos humanos y dejarlos sin ninguna protección o amparo ante las leyes. Se quedaron totalmente indefensos (42). 48


LAS MEDIDAS REPRESIVAS En Alemania vivían unos sesenta mil judíos polacos, de los cuales las autoridades nazis pretendían deshacerse. Al percatarse de esta cuestión el gobierno polaco publicó un decreto ley por el cual se anulan los documentos de éstos. A partir del 29 de octubre de 1934, estos judíos no poseían ninguna documentación oficial. Un día antes, el 28 de octubre de este mismo año, quince mil judíos recibieron un ultimátum para trasladarse y fueron llevados por la fuerza a las fronteras con Polonia, pero no se les permitió pasar y tuvieron que retroceder a Alemania. Cierto tiempo después, se repitió el intento y diez mil de ellos fueron enviados en camiones y abandonados en los campos cercanos a la frontera polaca donde muchos enfermos, ancianos, mujeres y niños murieron. Semejantes intentos fueron repetidos en las fronteras de Bielorrusia y Silesia pese a las constantes protestas del gobierno polaco que veía en ello una carga insoportable, sobre todo cuando eran pobres que necesitaban ayuda y cuidados (43). Estos desalojos forzosos motivaron al joven judío Herschell Guenzian, que residía en París, a esperar al diplomático alemán Von Rhaatt en la escalera de la sede diplomática alemana en Francia y asesinarlo. Esta acción fue el punto de partida de la famosa noche de los cristales, correspondiente al 11 de noviembre de 1938, donde se pusieron en práctica una serie de medidas represivas que abarcaron todos los aspectos de la vida judía. Fueron incendiadas 191 sinagogas y 171 viviendas, 815 centros comerciales fueron saqueados y se arrestaron unos veinte mil judíos que fueron enviados a los campos de concentración para supuestamente protegerlos, mientras otros 36 fueron asesinados y un 49


igual número de heridos. Las fuentes sionistas creen que el número de comercios judíos saqueados ascendían a 7.500 y no a la cifra reflejada por las autoridades nazis (44). A raíz de este acontecimiento, fueron arrestados numerosos individuos que tomaron parte en aquellos disturbios y fueron remitidos a los tribunales. Después de tres meses de investigaciones, el tribunal del partido reconoció que todos eran nazis, pero sólo envió ante los tribunales a cinco de ellos y puso en libertad a todos los demás. Más tarde solicitó del Führer la anulación de las sentencias. Al evaluar los resultados de aquellos incidentes y valorar las pérdidas materiales del Reich proclamaron que los judíos eran los máximos responsables de lo sucedido y que, por tanto, debían pagar a los arios las indemnizaciones necesarias. Como resultado de esta decisión fueron promulgados tres decretos: El primero ordenaba la expulsión de los judíos de la vida económica; el segundo los obligaba a sufragar los daños causados por los incidentes. Tres días después, les fue prohibido a los judíos asistir a las escuelas alemanas y centros de recreación; un poco más tarde se publicaron los decretos de trabajo obligatorio y la ley que limitaba el alquiler de las propiedades judías . Todo este conjunto de medidas fue el primer paso hacia la vida en los ghettos (45). Estas leyes no estaban sólo vigentes contra los judíos que vivían en los territorios originales del Reich, sino que aplicáronse en todos los territorios sometidos al dominio nazi. La presencia nazi en Austria creó un problema serio para los judíos, así como para los cristianos opuestos al 50


nazismo. Antes de la ocupación nazi en Rumanía y Polonia, el anti-judaísmo llegó a ambos países así como a los países de la cuenca del Danubio, donde radicaban dos millones de judíos, además de tres millones en Polonia (46). En la medida en que estos países iban cayendo bajo el control nazi, se ponían en vigor las medidas represivas anti-judías como preludio de su expulsión. De este modo, el tratado económico siempre fue acompañado por decisiones y leyes racistas y prácticas de carácter segregacionista-terrorista. Notas: (33) Mein Kampf. Adolf Hitler. Publicado por DAR BIRUT, año 1960 página 21. Aparece también en las páginas 170, 171, 174, 177, 178, 186, 187. (34) History Today, January 1980, London. (35) Ibid January 1980, London. (36) Hers L Year Book, page 338 and 339 Document No.1 (37) Ibid, Document No. 2 page 340. (38) Ibid, Document No. 8 page 348. (39) Ibid, Document No. Page 341. (40) La Enciclopedia Judía, Jerusalén, Año 1974, Tomo 12, página 274. (41) La Historia de Alemania Hitleriana - Silliam Shares, DAR AL KITAB AL-ARABY, Traducción Khaity Hammad, P 427. (42) The Holocaust Years, Roselle Chartok and Jack Spencer, New York 1978. PP 22-30. (43) Gerald Reitling Page 14. (44) Ibid Page 17. (45) Ibid Page 18. (46) Foreign Affairs. Dorothy Thompson 1939, Vol.10, page No. 376.

. 51


TERCERA PARTE LA DIRECCION DEL MOVIMIENTO SIONISTA APOYA LAS MEDIDAS NAZIS ¿Las medidas tomadas por Hitler, cuyo carácter era segregacionista y racista, molestaban acaso a la dirección sionista o por el contrario ésta las aprobaba y apoyaba? ¿Cuáles han sido las posiciones de la dirección sionista expuestas, sea en declaraciones o a través de sus medios de propaganda y en especial la prensa sionista que se publicaba en Alemania, así como en las resoluciones de los congresos sionistas mundiales celebrados en aquella etapa? LA PRENSA SIONISTA La Unión Sionista se convirtió en una fuerza de peso que ha de tomarse en cuenta dentro de la comunidad judía alemana después del ascenso de los nazis al poder. Antes de 1933, esta organización sólo había logrado un éxito limitado. Después de este acontecimiento, prosperó la prensa sionista perteneciente a esta organización y sus ediciones se vendían en asombrosas grandes tiradas, sobre todo el diario Jedisch Rundschau que publicaba la Unión Sionista de Alemania. Antes de la llegada de Hitler al poder se distribuía unos 10.000 ejemplares de este periódico pero a finales de 1933 la cifra ascendía a 38.500. Al crecer el movimiento sionista gracias al apoyo nazi- en los medios populares, éste ya demandaba una cuota mayor de poder en los medios de la comunidad judía esgrimiendo para ello el anterior fracaso de los líderes judíos alemanes en la tarea de preparar y movilizar a los judíos antes de la llegada de Hitler. El periódico escribió cuando se produjo este 52


acontecimiento: “la lucha por los derechos de los judíos sólo se puede promover por aquellos que materializaron su compromiso con el pueblo judío y la nacionalidad judía lejos de todo tipo de crítica y reproche -los sionistas-”. En su edición del 7 de abril de 1933 se publicó: “Entre todos los sectores judíos, los sionistas son los únicos capaces de tratar con los nazis”. Dos meses y medio después de esta fecha, la Unión Sionista Alemana propuso a las autoridades nazis que se organizara el status legal de los judíos sobre la base de grupos, y también solicitó del gobierno la ayuda para organizar y preparar su emigración (47). En una fecha anterior, el mismo periódico dio a conocer un comunicado de la Unión Sionista que refutaba los rumores manejados fuera de Alemania que se utilizan de forma intencionada para tratar de desprestigiarla: “Nos hemos mantenido firmes en la declaración publicada el 17 de marzo en curso, afirmando que rechazamos toda propaganda anti-alemana. Nos hemos opuesto a toda propaganda contraria a la verdad y que difunda rumores tendenciosos. Hoy renovamos nuestra protesta públicamente y además rechazamos todo intento de utilizar la causa de los judíos para servir a la política de otros estados o grupos de estados o sectores ajenos. No se puede vincular la defensa de los derechos de los judíos a la ciudadanía de los países donde viven y a las campañas políticas organizadas en contra de Alemania y la política exterior del Reich Alemán con el fin de desacreditar a este país”. El periódico afirmaba que los judíos no podían propalar estas falsedades, puesto que en realidad los judíos eran las víctimas de estas medidas. Por eso, los judíos de Alemania denunciaban los falsos y sensacionales informes divulgados en los países extranjeros. La prensa 53


derechista debía apoyarse en lo que publicaba el Jedish Rundschau para referirse a la situación de los judíos, teniendo en cuenta que este periódico había rechazado hace mucho tiempo los rumores sobre la persecución de los judíos y consideraba que las campañas antialemanas causarían daño a los judíos. Con mucho entusiasmo, este periódico trataba de desmentir todas las noticias relacionadas con las condiciones precarias en las que vivían los judíos. Esta defensa continuó hasta el grado de causar malestar e inconformidad entre las comunidades judías fuera de Alemania (48). Al mismo tiempo, trató el periódico de demostrar que el boicot económico contra Alemania era una posición contraria a los intereses de los judíos. Para eso, se apoyaba en las posiciones judías fuera de Alemania (49). Podemos pensar que este periódico tenía motivos para dirigir esta campaña, porque estaba obligado a hacerle el juego al régimen nazi, como forma de velar por la vida de los sionistas y trataba de esta forma de hacer creer que rechazaba las acusaciones de los judíos que radicaban fuera del país para proteger a los que se encontraban en Alemania. También trataba de hacer creer que trabajaba por salvar a los judíos con todas sus fuerzas. Esta suposición sería aceptable si el sionismo no hubiera conocido los objetivos de los nazis, si tuviera una idea profunda de sus pretensiones, o de su papel. Por eso, este movimiento trataba a través de su prensa de manifestar su punto de vista, respecto a la cuestión judía y a la misma línea política que siguió el fascismo alemán. Al respecto planteaba: “El sionismo reconoce la existencia de la cuestión judía y se esfuerza por resolverlo de manera constructiva. Para ésto, trata de lograr la ayuda de todos los pueblos, sean amigos de los judíos o enemigos, ya que esta cuestión no 54


es una cuestión emocional, sino que está relacionada con un problema verdadero por cuya solución todos los pueblos se preocupan” (50). En un artículo de Ernest Hoffmann publicado en el mismo periódico bajo el título: “El anti-semitismo y la solución de la cuestión judía” se planteaba: “Los enemigos de los judíos acusan a los sionistas -desde Herzl hasta nuestros días- de actuar al igual que los demás anti-semitas, ya que reconocen la existencia de una cuestión judía y pretenden resolverla en su propio marco al margen del pueblo anfitrión. El hecho que los sionistas consideren el moderno anti-semitismo como resultado de la integración de los judíos en sus sociedades, les obliga a pensar que es necesario hacer esfuerzos destinados a encontrar una solución sionista final y retornar al judaísmo como solución nacionalista; lo cual debilitará el anti-semitismo y permitirá que exista una reconciliación entre los judíos y los demás de forma paulatina y dentro de marcos determinados”. “Nosotros en realidad oímos en todas partes voces no judías que respaldan este argumento. Esto significa que los círculos anti-semitas han logrado de manera directa o indirecta, una unanimidad respecto a la necesidad de organizar la relación entre los judíos y sus medios, según el concepto sionista” (51). Según estas ideas era bien evidente que la cuestión judía debía ser resuelta únicamente a través de las soluciones sionistas que pretendían considerar a los judíos como un pueblo independiente, como una raza distinta de las demás. Como reiteración de la idea según la cual la integración era la causa principal del antisemitismo, el periódico órgano oficial de la Unión Sionista alemana -la única institución en Alemania autorizada a hablar a nombre de los judíos -lanzó una fuerte ofensiva 55


contra la integración y los integracionistas, en plena coordinación con las autoridades nazis en sutil defensa del nacional socialismo y de su posición ante los semitas. Planteaba, en este sentido: “El estado liberal acepta la integración de los judíos porque no valora la cuestión desde el punto de vista histórico, pero el estado nacional socialista debe rechazar este criterio, ya que no se trata de obtener un judaísmo mediatizado. No quiere que los judíos de origen alemán jueguen su papel como alemanes, aunque coincidían con el partido gobernante. Hay judíos molestos por la actitud del Estado, porque desconocen la situación objetiva. Si nosotros los judíos rechazamos a quienes nos bautizaron y los acusamos de inmoralidad ¿cómo la nación alemana nos aceptaría? Hay judíos que no ven la realidad, que expresan su voluntad de integrarse a la sociedad donde se encuentran, presentándose como judíos sin sentimiento nacional. Pero los otros (los alemanes) saben que la naturaleza judía resurgirá en ellos cuando se trate de despojarlos de ella. Muchos de los no sionistas conocen esta verdad y todos los judíos deben conocerla” (52). El periódico no sólo se limitaba a criticar a los integracionistas en Alemania, sino que los justificaba fuertemente y dondequiera. Este periódico se asombraba de cómo los judíos seguían creyendo en la integración, a pesar de los sufrimientos, refiriéndose a los judíos alemanes que tuvieron que emigrar a Bélgica. Los incentivaba a crear formaciones judías independientes, sea en las escuelas o en los movimientos juveniles, scouts, etc., Y consideraba que la situación de éstos merecía compasión, mientras no se incorporaran a las instituciones sionistas (53). El periódico creía que era necesario hacer todo lo posible para impulsar la emigración judía únicamente 56


hacia Palestina. En una entrevista, el Dr. Arlozorov, miembro del Comité Ejecutivo de la Agencia Judía, que jugó un gran papel en la rubricación del acuerdo Haafara y que apareció muerto en circunstancias extrañas en la costa de Tel Aviv, afirmó: “No intervendré en la discusión teórica sobre si Palestina es o no la solución de la situación de los judíos alemanes, pero no debemos pasar por alto que, a diferencia de otros planes, el de Palestina no constituye una solución provisional o un refugio para una noche. Lo que estamos haciendo en Palestina, se caracteriza por la continuidad y se lleva a cabo partiendo de las posibilidades subjetivas y de la decisión judía, puesto que no nos facilitan a nosotros otro estado en el mundo”. Se refirió, asimismo, a las posibilidades de recibir a los niños y asegurarles la enseñanza en las escuelas internas y externas, además de prepararlos en el aspecto profesional para desarrollar la colonización agraria y trabajar en las esferas económicas e industriales . Se refirió también a la posibilidad de lograr un acuerdo de exportación de mercancías alemanas a Palestina; es decir, que aludió al acuerdo Haafara. Concluyó diciendo que Palestina se sentirá orgullosa por lo que haya brindado, y que la institución encabezada por el Doctor Weisman estará lista para financiar todos los proyectos mencionados, lo que en realidad -según él- está haciendo (54). Con el objetivo de eliminar las demás posibilidades de emigración para los judíos, el periódico habló ampliamente de las dificultades de emigración a Colombia e hizo creer que los visados dados a los emigrantes judíos por los cónsules de ese país no tenían vigencia legal a su arribo a puertos colombianos. Todo esto para que abandonaran la idea de ir a Colombia. 57


De la misma manera, hablaba de Brasil y Cuba, al afirmar que estos países habían establecido tantos obstáculos que se hacía imposible arribar a ellos y que además sus leyes estaban dirigidas precisamente a impedir el ingreso de los judíos (55). II. LAS EXPRESIONES Y ACTITUDES DEL MOVIMIENTO SIONISTA La espontaneidad caracterizó la actitud y las reacciones de las masas judías en los EE.UU. o en otros países. Las masas judías dondequiera reaccionaron de manera espontánea, exigiendo que se aplicara un boicot económico a Alemania. Esto en sí es la posición natural que su deber les impulsaba a asumir en estos casos, así como por la religión que los unía. Estas masas, como demuestra esta reacción, estaban totalmente inconscientes de lo que realizaba su dirección. A principios de 1933, una ola de violencia antisemita caracterizó la vida interna en Alemania, Hungría y Polonia, llegando inclusive a China, de modo que grandes peligros ya amenazaban la comunidad judía en diferentes partes del mundo. En este contexto, se reunieron los judíos norteamericanos para analizar las medidas efectivas que era necesario tomar contra el antisemitismo. En calidad de presidente del Congreso Judío Norteamericano, Stephan Weiss, fue invitado a participar en la elaboración de una estrategia general y analizar esta cuestión de manera cuidadosa, con el fin de no provocar airadas reacciones por parte de los nazis, lo que se puede traducir en nuevas represalias contra los judíos. Stephan Weiss sorprendió a todos al convocar una manifestación gigantesca en Madisson Square donde arengó a los líderes judíos en contra de Hitler y llamó a 58


una masiva protesta diciendo: “Los judíos deben expresarse y manifestarse abiertamente. Los tiempos de cautela y demasiada sensatez se acabaron para siempre y debemos hablar como hombres ... ¿Cómo podemos pedir a nuestros amigos cristianos que protesten por las vejaciones que sufrimos si nosotros nos mantenemos en silencio?”. A continuación advirtió: “Lo que ocurre hoy en Alemania puede repetirse mañana en cualquier otro lugar del mundo si no lo enfrentamos, ya que no son los judíos alemanes quienes sufren la agresión... sino son los judíos”. Sin embargo, el Shtadlenim presionó a Weissman para anular las manifestaciones previstas y lo consideró como único culpable de las vidas judías que podían ser truncadas a causa de ello, a la vez que hizo todo lo posible para evitar que el gobernador de Nueva York hablara en tales actividades. Weiss prosiguió los esfuerzos para celebrar dichas actividades apoyado por el líder sionista Brandis quien le confió en una ocasión: “Siga, y que sea una protesta lo más enérgica posible” (56). Nahom Goldman se refirió a esta etapa al analizar la creación del Congreso Judío Mundial en 1936 de forma oficial así como las reuniones realizadas antes de esta fecha (es decir en 1932, 1933 y 1935). Con relación a los debates que tuvieron lugar en torno a las situaciones surgidas en Europa, dijo: “Cuando uno vuelve a leer nuestros discursos de aquellos períodos se dará cuenta que Stephan Weiss y yo alertábamos a los judíos de Hitler, pero la mayoría del pueblo judío no prestó la atención debida a nuestras advertencias. Cuando Shopenhawer habla del maldito optimismo de los judíos nos obliga a reconocer que el ave de mal agüero tenía razón” (57). Antes del ascenso de Hitler al poder y precisamente en 1932 Haem Weissmann declaró que 59


Palestina se levantaría a costa de los judíos, refiriéndose -según Walter Lucker- a la pérdida del bienestar económico y no a la destrucción física (58). III. LOS CONGRESOS SIONISTAS Y SU POSICION DURANTE AQUELLA ETAPA La posición de la dirección sionista de dirigir las protestas contra las represalias nazis contra los judíos entraba en contradicción con las manifestaciones sionistas anteriores de apoyo a la política nazi en este sentido. Cuando llevaba a cabo el movimiento sionista una tenaz guerra verbal contra la Alemania de Hitler y llamaba a todas las fuerzas occidentales a prestar el apoyo necesario, este mismo movimiento tomaba en sus congresos decisiones de carácter práctico totalmente distintas a lo que se predicaba. En el XVIII Congreso Sionista, celebrado en Praga del primero de agosto al 14 de septiembre de 1933, giraron las fuertes discusiones en torno a una serie de cuestiones como el destino de los judíos alemanes, la política racista nazi y el boicot económico contra Alemania como respuesta a su política hacia los judíos. Pero la lectura de los escritos de la mayoría de los destacados líderes sionistas como Sokolov, Rubin y otros, demuestran la carencia de un contenido práctico, y la reunión se desarrolló en un ambiente de frustración. Sokolov dijo al respecto: “Hablar es peligroso pero callar lo es más aún. Jamás hemos sentido de modo tan evidente y cruel lo frágil que es nuestro destino. Era imposible para cualquiera de nosotros predecir semejante situación unos cinco años atrás”. Rubin, a su vez, dijo: 60


“La mejor protesta contra la política anti-judía es salvar a los judíos”. Más tarde predijo la posibilidad de que unos doscientos mil de ellos -es decir, casi la mitad de los judíos alemanes- perdieran sus recursos económicos, y señaló además que Palestina podía recibir gran número de ellos. De forma rápida subrayó las actividades de Sam Cohen, director de una empresa citrícola que logró un acuerdo con los alemanes que se convirtió más tarde en el proyecto Haafara. Fue un acuerdo considerado por los círculos judíos como una traición por el hecho de haber echado a tierra todas las medidas tomadas en contra de Alemania. Se notó también que el Congreso de Praga se impregnó con el sentimiento de fracaso mencionado en muchas ocasiones por los asistentes que consideraban haber actuado de manera superficial y no haber ayudado a los judíos alemanes en su momento, aparte de no haber realizado los esfuerzos necesarios para atraer a las masas judías a la idea sionista (59). Además de los planteamientos sobre el acuerdo Haafara no se han tomado decisiones importantes en lo absoluto. Esto permite pensar que el Congreso se llevó a cabo únicamente para aprobar este acuerdo que fue tratado de forma superficial. Todas las voces que se habían alzado exigiendo la aplicación de un boicot contra Alemania, se callaron dentro del Congreso que a su vez no hizo nada en este sentido. Sin embargo, fue destituido de su cargo como Jefe de Redacción del diario sionista (El Correo de Hoy) Aitmar Ben Avi y Moshe Semilensky fue suspendido porque rechazaba el boicot y apoyaba la continuidad del acuerdo (60). Esta medida era una advertencia para obligar a todos los que abogaban por el boicot a mantener el silencio, y para imponer la aplicación del acuerdo Haafara según el plan de la dirección 61


sionista. En los momentos en que no se brindó importancia alguna a los acuerdos económicos con Alemania, vemos que los delegados al XIX Congreso Sionista Mundial en Lausanne, en 1933, denunciaban por una parte la política nazi, mientras que por otra reiteraban su fe en la solución sionista de la cuestión judía y afirmaban que Palestina era el único país con condiciones para recibir una emigración judía. Al mismo tiempo expresaban su fe en que el pueblo judío había demostrado su capacidad de crear condiciones en Palestina que permitieran la incorporación masiva de los judíos. Más tarde, el Congreso dirigió un llamado al mundo entero y a la opinión pública mundial para ayudar a los judíos a concentrarse en su patria histórica: “Esto corroborará la voluntad del pueblo judío de vivir en armonía con la población árabe palestina y con los demás pueblos árabes en los países colindantes. El desarrollo económico de Palestina gracias a las manos judías traerá el bienestar y la prosperidad a sus pobladores árabes y a los vecinos y será la base para el desarrollo de todo el Oriente Medio”. El Congreso Sionista Mundial analizó la situación de los judíos en Palestina y las demandas de la Organización Sionista dirigidas a la Liga de las Naciones y las potencias occidentales colonizadoras llegando hasta el Artículo 22 de las Resoluciones Políticas para mencionar una sola frase relacionada con el acuerdo Haafara: “Para alentar la emigración judía en Alemania hacia Palestina, el Comité Ejecutivo pone bajo su control total la aplicación del acuerdo Haafara (61). De esta forma pretendió lograr dos objetivos al mismo tiempo: Primero: Cualquier intervención respecto al boicot no es aceptable y no es propio del Sionismo ni de su política hacia los judíos de Alemania. 62


Segundo: El acuerdo se desarrolla bajo el auspicio y el control de la Organización Sionista Mundial, y su vigencia fue aprobada. Notas: (47) History Today, January 1980. (48) El periódico Jedische Rundaschau, Número Fecha 28/ 1933 (49) Ibid, Número Fecha 30/3/1933. (50) Ibid, Número Fecha 13/6/1933. (51) Ibid, Número Fecha 4/4/1933. (52) Ibid, Número Fecha 9/5/1933. (53) Ibid, Número Fecha 18/11/1933. (54) Ibid, Número Fecha 23/4/1933. (55) Ibid, Número Fecha 18/11/1933. (56) American Zionism From Herzl to the Holocaust, Malvin L. Urofsky, New York 1972, Pages 363, 364 and 365. (57) La casualidad Judía-Nahom Gold Mann, Estudios Palestinos, Página 35. (58) History of Zionism, L. Walter Laquer, Page 499. (59) Ibid, Page 503. (60) David Yitzraely, Página 128. (61) Las Resoluciones del XVIII Congreso Sionista, Agosto -Septiembre de 1933 -Praga- Editado en Viena en 1934; y las Resoluciones del XIX Congreso Sionista editado en 1936.

63


SEGUNDO CAPITULO LA POSICION DE LA DIRECCION DEL MOVIMIENTO SIONISTA RESPECTO A LA MATANZA No se puede analizar la masacre de los judíos durante la II Guerra Mundial sin indagar sobre las posiciones de los líderes sionistas, las medidas que tomaron para frenarla o diminuir sus efectos, sobre todo cuando conocemos la amplia influencia de estos líderes en los estados que libraban la guerra contra el nazismo. Podríamos suponer que el Sionismo haría todo lo posible, apoyado en sus posibilidades financieras y otras, para salvar a los judíos o al menos alejarlos de los peligros hasta el fin de la confrontación mundial. Podríamos suponer que ese movimiento movilizaría a la opinión pública mundial en contra de esas masacres con el objetivo de impulsar las acciones de los diferentes gobiernos para tratar de salvar a los judíos de su nefasta suerte. Lo que en realidad hizo el movimiento sionista es totalmente contrario a estas suposiciones: 1. No brindó el movimiento sionista ningún tipo de ayuda a las víctimas del nazismo, y tampoco permitió que otros lo hicieran. 2. El movimiento sionista se dedicó durante mucho tiempo a encubrir las informaciones que se filtraban a través de los ghettos y campos de concentración que permitían saber lo que estaba ocurriendo verdaderamente. Cuando se veía obligado a publicarlas, lo hacia de forma tal que ponía en duda estas informaciones o menoscababa su valor. 3. El movimiento sionista aplicó la selectividad en las campañas destinadas a salvar a los judíos, erigiéndose en árbitro absoluto determinando quien merecía vivir y 64


quien debía vivir. 4. El movimiento sionista no realizó presión alguna sobre los países del mundo, sobre todo los occidentales, para que recibieran a los judíos que lograban evadir la persecución nazi. Al contrario, sembró múltiples escollos frente a los no sionistas o aún frente a los esfuerzos de aquellos países que buscaban una solución humanitaria a este problema. 5. El sionismo realizó además amplias acciones de agitación en los territorios bajo ocupación nazi con el fin de incrementar la hostilidad hitleriana en contra de los judíos y provocar por consiguiente nuevas represalias y acciones de exterminio. El movimiento sionista asumía en EE.UU. o en Palestina posiciones hostiles y provocadoras con relación a las autoridades nazis, las cuales únicamente podían reforzar la feroz campaña que se llevaba a cabo para exterminar a los judíos. 6. La posición de los diversionistas dirigidos por Jabotensky y su sucesor Menahem Beguin respecto a esa masacre. Antes de entrar en los detalles de estos puntos y expresar nuestro asombro debemos remontarnos a épocas anteriores más bien, a los orígenes del ideario sionista, a los planteamientos de sus pensadores e intelectuales respecto a lo que llamaron el nacionalismo judío y la cuestión judía. Esto nos permitiría evitar la sorpresa que nos causaría la profundización del análisis en este asunto. Posteriormente, ofreceremos ejemplos y muestras de las prácticas sionistas que convirtieron a los líderes sionistas en cómplices de las masacres sufridas por las comunidades judías en Europa Occidental y Oriental. ¿Cuál era el interés de los sionistas en que los judíos fueran masacrados? ¿Por qué eran cómplices de estas matanzas? ¿Qué los impulsaba a asumir tales 65


posiciones? Acusaciones como estas parecen ilógicas y más bien exageradas, e inclusive pueden aparecer como una maniobra para tratar de desacreditar al propio movimiento sionista. Quien hable de esta forma puede ser acusado de enemigo del sionismo, que trata de atentar contra su imagen ante el mundo que lo considera como lo quisiera el propio movimiento- un movimiento de liberación nacional judío que lucha por la liberación de todos los judíos del mundo. Este movimiento dio durante mucho tiempo la apariencia de trabajar arduamente por hallar una solución adecuada y razonable a la cuestión judía. Este movimiento -a pesar de todo- se presentaba como el único y legítimo representante de los judíos en todas partes, y cualquiera que sea su criterio o su modo de pensar. Se hace necesario pues conocer los fundamentos intelectuales que dieron lugar al surgimiento del movimiento sionista antes de analizar la materialización de estas ideas y la forma en que fueron llevadas a la práctica. Herzl ve la cuestión judía como un problema nacional racial y no como un problema de carácter socioeconómico. Para hallarle una solución hay que enfocarlo como un problema de carácter político internacional (1). Por lo tanto, Herzl afirma que los judíos constituyen un solo pueblo que no puede integrarse a los demás pueblos de la tierra. Al mismo tiempo, este pueblo es rechazado por los demás. Sin embargo, reconoce que un sector de los judíos se había integrado a las sociedades en las cuales vivía, además reconoce que los judíos se fusionarán en cualquier otra sociedad si viven en su seno en paz por mucho tiempo... Comentando este aspecto, dice: 66


“Esto no favorece nuestras intenciones” (2). Predice las posibles críticas a este concepto que pude ser considerado favorable a los antisemitas cuando se habla del nacionalismo judío que obstaculiza el proceso de integración y lo enfrenta a inesperados peligros. Pero hace caso omiso a estas posiciones contrarias... Habla además del éxodo organizado bajo el control de algunos países y la opinión pública, específicamente aquellos países que serán favorecidos por este éxodo, pero no admite la emigración que tiene presente el aspecto de fuga (3). Ya que los gobiernos que tienen alguna responsabilidad con Palestina pondrían límite a las acciones de fuga, o sea, la emigración ilegal como consecuencia de la presión que ejercen los nativos de estos países (4). Por eso afirma una vez más que la emigración debe realizarse a través de un acuerdo con las diferentes partes oficiales de manera que comience en forma sistemática y que continúe según la voluntad de éste de deshacerse de los judíos (5). Otro intelectual sionista (6) arremete contra todos los intentos protagonizados por los sionistas para encontrar una solución a la cuestión judía y los acusa de ser utopistas; fustiga asimismo a los partidarios de la integración , y la falta de fe de las masas judías en el sionismo, pues para él, se debe a su pasividad y sumisión resultado de mil años de esclavitud, así como, a la pobreza y la falta de perspectivas en que estas masas estaban sumidas (7). Una vez más retornamos a las palabras pronunciadas por Herzl ante la Asociación Real Británica donde responde con toda la franqueza a la pregunta siguiente: “¿Qué es lo que obliga a los judíos a emigrar de sus países y establecer el estado judío? Contesta Herzl: “Los antisemitas”. En sus memorias 67


escribió: “En París logré profundizar en el antisemitismo, entenderlo y perdonarle todo. Más aún, reconozco la inutilidad de luchar en su contra. Además, este gran movimiento no causará tanto daño a los judíos más bien, por el contrario, ayudará al desarrollo de la personalidad judía. Nos limitamos a presentar estos extractos de las ideas de Theodor Herzl y Benjamín Sirkin, dos de los principales líderes del Sionismo y los que mayor éxito tuvieron al difundir el ideario sionista. Pero podemos llegar a otras conclusiones tales como: 1. La proclamación del nacionalismo judío y del racismo judío como fundamentos de las ideas sionistas llevará inevitablemente al aislamiento de los judíos de los pueblos a los que pertenecen y erigirá una muralla entre ambas partes basada en la desconfianza y desestabilizaría los lazos de ciudadanía que se remontan a más de mil años. 2. Movilizar a los judíos en contra de la integración en las sociedades a pesar de la existencia de este fenómeno, considerándolo como una salida fracasada de la llamada cuestión judía: todo esto a fin de desarraigar a los judíos del seno de estas sociedades y trasladarlos a la patria prometida. 3. El nacionalismo judío y el anti-integracionismmo tienen un solo e inevitable resultado que es la emigración judía. Pero esta emigración, desde el punto de vista sionista, no puede efectuarse cuando no está controlada y programada es decir, cuando la emigración no está dirigida de forma oficial y estricta hacia la patria prometida no pude haber una emigración útil que lleve a los objetivos fijados de antemano. 4. El rechazo de los judíos al ideario sionista es una 68


constante que se originó en su estado de sometimiento a lo largo de mil años, además de la falta de perspectivas y la pobreza que los caracterizaban. 5. Es necesario no dar importancia alguna ni valor a la suerte de los judíos opuestos a las ideas sionistas y que apoyan la integración a las sociedades donde viven, sobre todo si insisten en mantener sus puntos de vista. Estas son parte de las ideas que ostentan los líderes sionistas, y ésta es la óptica con que Herzl y sus socios consideraban la cuestión judía. ¿Cómo habrá sido entonces la aplicación de estas ideas en su momento?

69


PRIMERA PARTE AYUDA DE LOS SIONISTAS A LAS VICTIMAS DE LA MATANZA... Los judíos de Europa en general, y los de Europa Oriental en particular, no creían en el Sionismo ni seguían sus orientaciones. El hogar nacional judío no significaba nada para ellos. Por otra razón, cuando fueron víctimas de masacres, el llamado mundo libre ignoró la suerte que corrían, pero los primeros en hacer caso omiso a estos sufrimientos fueron los sionistas de Jerusalén, cegados por las luchas por el poder. Ben Hecht describe con precisión a los líderes sionistas en Jerusalén: “La personalidad de los actuales amos de Israel contradice la imagen tradicional del judío. Se acabó la personalidad del hombre de fe que caracterizaba a los judíos desterrados, el carácter afectuoso y ligero de los odiados; ahora ocupa su lugar una personalidad caracterizada por el realismo político; y los dirigentes judíos comenzaron a partir de los años treinta a acercar su posición a la de los nuevos gobernantes de Sión”. “El poder segrega siempre un egoísmo profundo. A lo largo de la historia, desde que existen gobiernos, dominó el ser cegado por el egoísmo y la situación es idéntica ya se trate de un judío, un rumano, un griego u otro. Estos individuos saben bien que si desean continuar en el poder tienen que respetar los intereses del pueblo y saben bien que esto es lo que les permite mantenerse en el poder”. “De esta clase de gente hablaré, de los dirigentes políticos de Jerusalén, que no pensarán en los judíos que mueren en Europa, sino pensarán en la continuidad de su poder en Palestina. Mientras más me doy cuenta de su 70


actitud inhumana, más me doy cuenta del amor que les profesan los judíos de Palestina y del mundo. Los judíos están sometidos a un instinto humano: el de la sumisión a los tiranos, pero yo reafirmo que no es el único instinto predominante” (9). Esta es la forma en que Ben Hecht trató de resumir la posición de los gobernantes sionistas en Jerusalén respecto a la causa de los judíos en Europa. Señala también que la moral sionista no tiene ya puntos de coincidencia con la moral humana y que su preocupación fundamental es cómo hacer prosperar su poderío sin tener en cuenta todo lo que afecta a los judíos mientras no estén en “la tierra de Israel” ni tengan intenciones de emigrar a ella. Esta realidad la confirman dos destacados líderes sionistas: El primero es Isaac Greenbaum, Jefe del Comité de Salvación durante la guerra. Este, responde a una pregunta planteada en 1943: ¿No podían acaso dedicar sumas de dinero del Fondo Nacional Judío para salvar a los judíos de Europa? Contestó: “¡No!... Y digo una vez más ¡No!, Debemos oponernos a la tendencia de impulsar las actividades sionistas hacia tareas secundarias...” y repitió su conocido refrán “Una cabra en la tierra de Israel vale mucho más que toda la sociedad del destierro” (10). Cuando Greenbaum encabezó en Tel Aviv una reunión para discutir el tema: “El destierro y la salvación” a principios de febrero de 1943, reconoció que: “para salvar los judíos de Europa o liberar la tierra, abogo sin pensarlo mucho por la liberación de la tierra. Siempre que se hablaba de masacrar a nuestro pueblo a la vez se intentaba con ello reducir nuestros esfuerzos en aras de la judeización de la tierra. Si hoy existiera una posibilidad para comprar las laterías de comida con el dinero del Kirin Haisoud y hacerlos llegar a través de 71


Lisboa, haríamos algo semejante? No!...otra vez, ¡No! (11). El segundo es Haem Weissmann, primer presidente de Israel quien al hablar de la suerte de seis millones de judíos amenazados por Hitler, expresó: “He informado al Comité Real Británico que los seis millones de judíos en Europa depositan sus esperanzas en la emigración. El Comité me preguntó si podíamos trasladarlos a Palestina y contesté que NO: los ancianos morirán soportando su suerte, ya que ellos son los que menos importan económica y moralmente en su mundo injusto, y de ellos se salvará una minoría nada más... Y deben asumir su suerte” (12). ¿Weissmann predecía en este caso lo que podía suceder o planeaba acabar con los ancianos y salvar únicamente a los jóvenes? ¿Por qué los mayores de edad tenían que enfrentar su destino mientras a los otros se les daban las condiciones adecuadas para salvarse? Aquellas opiniones no eran casuales sino que reflejaban prácticas consumadas o preparativos de una acción que llevaba a cabo el movimiento sionista en su madriguera segura, lejos de todos los peligros y amenazas de exterminio practicadas contra sus hermanos -de religión- en todo el viejo continente. I. LA SUERTE DE LOS JUDIOS RUMANOS El gobierno rumano ofreció expulsar a sesenta mil judíos a cambio de cincuenta dólares por persona. Esta oferta fue dirigida a los gobiernos de EE.UU. y Gran Bretaña. Más tarde hizo llegar esta propuesta a las organizaciones judías mundiales pero éstas no solo no hicieron caso, sino que mantuvieron en secreto la propuesta para que la opinión pública judía y no judía no 72


Esta propuesta fue publicada en el diario suizo al cual se refirió Ben Hecht (13) y confirmada por la revista News Week (14): “Esta propuesta fue presentada a la Liga de Naciones por el gobierno rumano que plantea trasladar setenta mil judíos a un refugio que determinarán los aliados. La propuesta fue hecha a través de diplomáticos neutros. Rumania se comprometió a trasladar a los judíos a bordo de barcos rumanos con bandera del Vaticano para garantizar su seguridad, serán acompañados por personalidades religiosas al frente de las cuales estarán el Obispo de Rumania y el Embajador del Vaticano y disfrutarán de adecuadas condiciones hasta su partida. El gobierno rumano recibirá una suma de cincuenta dólares por cada persona como gastos de traslado. En el anuncio se dice también que tres millones quinientos mil dólares salvarán la vida de unos setenta mil judíos rumanos amenazados por los nazis”. Tras el anuncio, el rabino Stephan Weiss, principal líder de los sionistas norteamericanos y el de mayor peso entre los judíos de Nueva York, dio a conocer el 23 de febrero de 1943 un comunicado donde expresa (15): “El Consejo Judío Norteamericano en colaboración con las demás organizaciones judías reconocidas, analizó el asunto y declara no haber recibido ninguna oferta de Rumanía para permitir a setenta mil judíos abandonar este país y emigrar a otros lugares, por lo tanto no existe motivo alguno para la recaudación de fondos”. Este desmentido no fue suficiente. La Agencia Judía en Londres comenzó a refutar la existencia de tal propuesta haciendo estos desmentidos que fueron publicados en la prensa norteamericana, lo que apaciguó la conciencia de los judíos norteamericanos al no sentir la carga que significaban los judíos rumanos. 73


En realidad la propuesta era verdadera. Peter Birgson, uno de los dirigentes del Comité de Emergencia y Salvación, al cual pertenece Ben Hecht, se comunicó con el Subsecretario de Estado Norteamericano Adolf Berk y le pidió que confirmara o refutara la noticia. Este alto funcionario le informó que la propuesta era real y que la había recibido la administración norteamericana de parte del gobierno rumano. Años más tarde, Bartley Chrome, especialista en los asuntos del Medio Oriente en la administración yanqui, dijo: “Lo sabíamos”. Añadió, al respecto, que era lógico que el Sionismo y la Agencia Judía, que contaban con organizaciones muy efectivas, lo supieran también. Afirmó Chrome que efectivamente era posible salvar la vida de setenta mil judíos, pero que debido a las presiones sionistas, la Secretaría de Estado nunca dio a conocer estos datos” (16). Muchos de los judíos sinceros trataron de hacer algo para salvar a sus hermanos rumanos y hacerles llegar la ayuda necesaria, pero la amplia influencia de los sionistas y sus enormes posibilidades así como sus intensos contactos con los gobiernos “democráticos” impidieron todo éxito. Sus intenciones se vieron frustradas. De ese modo, el Sionismo no sólo adoptó una posición de espectador ante una cuestión tan importante relacionada con la surte de setenta mil judíos sino que además acalló a todo el que pretendía emprender una iniciativa en este sentido (17). La filosofía sionista es explicada claramente por Haem Cohem, quien ocupaba el cargo de Fiscal en el conocido juicio realizado contra Rodolph Castner. Dice que era aceptable, más bien que era un deber, para una persona arriesgar perder mucho para preservar poco. Esta filosofía, según él, es aceptable cuando se trata de perderlo todo y la posibilidad de salvar muy poco. En este 74


caso se trataba de una pérdida inevitable e insoslayable. En condiciones similares, puede considerarse legítimo salvar lo poco que se pueda y renunciar a la mayoría insalvable. Pero al respecto señalamos los siguiente: 1. No se trató de salvar a nadie -ni la mayoría, ni la minoría- y la cuestión de los judíos rumanos no estaba planteada en estos términos. Fue propuesta una transacción de personas a cambio de una suma de dinero. 2. El Sionismo mundial no podía alegar que no poseía esta suma, ni que el dinero a su alcance estaba consagrado a cuestiones más sagradas que la vida del hombre. 3. El Sionismo no solo rechazó la proposición, sino que impidió que la conocieran las masas judías que generalmente se movilizaban con entusiasmo para recaudar fondos en estos casos, e hizo creer a las masas judías que el asunto no tenía fondo alguno de verdad. Nosotros suponemos que si el asunto hubiera sido dejado en manos de las masas judías, éstas si hubieran podido alcanzar las sumas necesarias para el rescate. 4. El movimiento sionista lanzó una feroz campaña contra todo el que trató de emprender alguna acción, por cualquier motivo, para salvar a los judíos de Rumanía. II. LA SUERTE DE LOS JUDIOS HUNGAROS La cuestión de salvar a los judíos es tratada de forma muy ajena a la realidad por el Sionismo, y podemos al respecto dar a conocer muchas historias parecidas a las de los judíos rumanos. Pero la cuestión más conocida es la de los judíos húngaros. Ello se debe al sonado juicio celebrado en Jerusalén contra Rodolph Castner, Presidente del Comité de Salvación de Hungría, cuyo 75


caso terminó más tarde con su asesinato a manos del Shen Beet para que quedaran enterradas definitivamente verdades que jamás llegaron a ser conocidas. Los judíos en Hungría no eran menos de un millón de seres. Al principio, su presencia no llamó la atención de las autoridades nazis hasta la insubordinación que tuvo lugar en el Ghetto de Varsovia en 1943. Los responsables de la Gestapo y de las tropas de Asalto (SS) se dieron cuenta de la necesidad de prestar mayor atención a esta enorme concentración judía para evitar una posible rebelión parecida a la de los judíos varsovianos, que causó grandes pérdidas a las unidades alemanas destacadas en esta capital. La rebelión en el ghetto de Varsovia obligó a la dirección alemana a revalorizar su método de trabajo respeto a la cuestión judía para evitar su repetición en Hungría (19). La mayoría de los judíos húngaros no estaban organizados ni tenían vínculos con el Sionismo ni la Agencia Judía. Solo pertenecían a Hungría, con sus calles, tiendas y cafeterías, y no tenían quien les representara. Por eso, los judíos organizados se dieron el lujo de hablar a nombre de ellos y comunicarse con los alemanes para asumir la tarea de “salvarlos”. Eichmann menciona que sentía preocupación por los judíos de Hungría, debido a que no habían sido sometidos a severas restricciones. Las orientaciones de Himmler estaban dirigidas a realizar un censo completo antes de que se dieran cuenta de las intenciones nazis de exterminarlos y por consiguiente antes que se adelantaran a los hechos y organizaran la resistencia. En la madrugada del 19 de marzo de 1944, encabezó una fuerza de la policía especial alemana y se trasladó desde el campo de concentración de Motosin hacia Budapest 76


para tomar las medidas adecuadas para lograr una solución final (20). Pero de esta cuestión hubo otras razones para desarrollar los preparativo de forma secreta. Hungría no era un país vencido por Alemania como era el caso de Polonia, sino que era un país más bien neutro donde se encontraban oficialmente, en su Capital, cinco sedes diplomáticas, un enviado papal y una delegación de la Cruz Roja Internacional. Por eso no era práctico realizar una matanza en un clima tan abierto (21). Los alemanes valoraron la situación y previeron ciertas dificultades. Tenían noticias ya de que algunos grupos se reunían en secreto para preparar la resistencia armada mientras que otros grupos se fugaron a través de la frontera en busca de un lugar seguro; fenómeno que podía extenderse ampliamente. Los alemanes sabían perfectamente que solos no podían tranquilizar a los judíos y que el remedio requerido debía ser más fuerte y eficaz que las simples sonrisas. Por eso era necesario tratar con judíos de alto nivel en quien pudiera tener un cierto grado de confianza lo que les permitiría tranquilizar a las agrupaciones judías hasta que las condiciones estuvieran dadas para enviarles a Auschwitz. Los alemanes escogieron para ello a Rodolph Castner, representante de la Agencia Judía y miembro del Mapai (el partido de Ben Gurion), que había mantenido un silencio absoluto durante la guerra sobre las matanzas de los judíos. Era de esperar pues que este partido haría la vista gorda ante lo que podría pasar a los judíos de Hungría. Eichmann llegó al día siguiente por la mañana a Budapest e inició de inmediato las negociaciones con 77


Castner a quien describió como un abogado frío, un joven de su misma edad y un sionista fanático. Llegaron más tarde al siguiente acuerdo: 1. Castner ayudará a evitar que los judíos resistan a las acciones de traslado. 2. Castner garantizará que los judíos mantengan el orden en los campos de concentración. A cambio, Eichmann haría la vista gorda respecto a la emigración ilegal de unos cuantos centenares de judíos a Palestina. El 20 de junio de 1944, la BBC informó sobre la llegada de enviados del gobierno húngaro a Turquía para proponer a los aliados los siguiente: “Se permitirá que todos los judíos sobrevivientes de Hungría salgan del país a cambio de ciertas cantidades de carros de transporte y medicamentos entregados por Inglaterra y Estados Unidos. Alemania, a su vez, se comprometía a no usar estos materiales en el frente occidental. Ahora no se podía revelar los nombres de ambos enviados. Los círculos británicos consideraron este intento como una descarada maniobra para ablandar a los aliados que simpatizaban con los judíos de Hungría. Esta transacción podía conducir a una querella entre los aliados, y no había posibilidad alguna que los gobiernos británico y norteamericano iniciaran negociaciones de este tipo a pesar de su ansia de brindarles ayuda a los judíos húngaros” (22). Las informaciones brindadas por la BBC no tenían mucha precisión y fueron rectificadas más tarde por el señor Bader, director del Ministerio Israelí de Fomento Agrícola durante el juicio de Castner: “Eichmann propuso a Joel Brand ayudante de Castner una transacción consistente en ofrecer sangre a cambio de mercancías y mercancías a cambio de sangre. Esta 78


transacción incluía el rescate de un millón de judíos de Hungría que serían trasladados al exterior de este país sin sufrir daño alguno: 1. Mil toneladas de té. 2. Mil toneladas de café. 3. Diez mil camiones. Bader dijo además en su testimonio: “La primera reacción fue de considerar la oferta como una trampa y un plan diabólico, pero Brand nos relató que Eichmann decidió asesinar doce mil judíos diariamente durante dos semanas para darle oportunidad a Brand de iniciar las negociaciones con la dirección sionista. Brand nos informó diciendo que era necesario apresurar su retorno a Hungría, ya que aclaró Eichmann que el estudio de esta oferta era una cuestión seria y si retornaba Brand a Budapest serían liberados cien mil judíos como muestra de su voluntad de cumplir la transacción” (24). El retorno de Brand a Budapest demoró más de dos semanas según las instrucciones de la Agencia Judía de Jerusalén que analizaba el informe detallado de esta misión. Esta demora se reflejó en la llegada de gran cantidad de cartas de los judíos húngaros que pedían el retorno inmediato de Brand y advertían que el exterminio se haría con mayor intensidad en caso de que no volviera. Al mismo tiempo, los representantes británicos en Turquía insistían en la necesidad de la salida de Brand de este país, así como informaban que no obstaculizarían su viaje hacia Palestina si quería entregar un informe personal a la Agencia Judía” (25). Cuando cruzaba la frontera turca fue arrestado por las autoridades inglesas en Alepo, donde se reunieron con él Moshe Sharit en presencia de un oficial de la inteligencia 79


inglesa. El arresto duró cuatro meses y medio, lo que causó que Eichmann anulara la oferta. Así se acabaron los judíos húngaros. Joel Brand narra los acontecimientos de otro modo. Es el personaje que el gobierno israelí presionó para que no declarara ante los tribunales en la causa abierta contra Castener. Cuando fracasó Brand se apoderó de algunos documentos de gran valor. Pero ante el tribunal declaró: “A mediados de abril de 1944, un mes aproximadamente antes de mi viaje a Turquía, me informó un agente alemán que esperara en una de las calles de Budapest y aclaró que tendría que encontrarme con Eichmann. Media hora después me llevó ante éste. Sus palabras están aún grabadas en mi memoria y me acordaré de ellas eternamente. Me dijo: ¿Me conoces? Yo soy quien lleva a cabo la obra de exterminio en Alemania, Austria, Polonia y Eslovaquia. Mi labor toca ahora a Hungría, pero considera qué es posible que el Comité Conjunto de Distribución (al cual pertenecen Castner y Brand) pueda hacer por los judíos. Quiero llegar a un arreglo con ustedes. Sangre a cambio de mercancías y mercancías a cambio de sangre. Ahora díganme a quien desean salvar. ¿A las embarazadas? ¿A los hombres capaces físicamente? ¿A los ancianos? ¿A los jóvenes? Hable... (26). Brand llegó a Estambul donde fue arrestado por la policía turca pero liberado más tarde. Se le ocurrió entonces tratar de entrevistarse con el embajador norteamericano en Ankara (de origen judío, llamado Shepten Harout), para quizás convencerle de que pidiera la ayuda de su Estado. Pero no pudo verlo porque los dirigentes sionistas no pudieron asegurarle los documentos de viaje. Sí le ofrecieron documentos para trasladarse a los territorios británicos (Siria y Palestina), 80


pero tenía que esperar el arribo de una personalidad importante del movimiento sionista. Precisamente este personaje llegaría cuando él hubiera tenido que regresar para responder a la oferta o sea, que la operación de trasladar a los judíos hacia Auschwitz iba a comenzar, a razón de doce mil judíos por día. Por esto pensó que los dirigentes judíos de Estambul podrían elaborar un documento que aprobaría la transacción, para poder regresar nuevamente a Budapest y salvar la vida de cien mil judíos de inmediato. Los líderes judíos aprobaron la idea, y Brand jubiloso por el éxito de su misión se preparó para retornar a la capital húngara. Pero sus compañeros le plantearon que no debía partir sin entrevistarse con Sharit, el brazo derecho de Haem Weissmann, puesto que el asunto estaba tratado a los más altos niveles y de forma oficial. Moshe Sharit no llegaba. No podía entrar en Turquía. Así se lo comunicaron, pero los informes oficiales demostraron que había estado allí hace algunos meses. Después de una larga espera se le informó que podía dirigirse a Alepo para entrevistarse con Sharit. En esta ciudad siria le comunicó Sharit que era necesario irse por el momento a El Cairo y no a Budapest. Efectivamente fue arrestado en El Cairo por no menos de cuatro meses hasta que fue puesto en libertad y pudo regresar a Palestina, pero ya después que todos los judíos húngaros estaban exterminados (27). Brand en su libro (El Satán y el Espíritu) afirma que los británicos tenían intenciones de liberarlo mucho antes, pero les sorprendió una misiva de la Agencia Judía que exigía demorar su puesta en libertad. Dice también: “No es que no había voluntad de salvar a nuestro pueblo... Sino que la Agencia Judía obstruyó mi retorno a Hungría” (28). 81


¿Cómo descubrió Brand la traición? ¿Cómo se desarrolló la intriga? ¿Cómo se dirigió a Weissmann y qué respondió éste? Ante todo, quién es Joel Brand y por qué fue escogido para esta tarea? ¿Por qué los alemanes no escogieron a Castner, líder máximo de la comunidad judía en Hungría? ¿Cuáles son los motivos alemanes para realizar esta transacción? Originalmente la propuesta fue dirigida a Rodolph Castner que fue el presidente del Comité Judío de Salvación en Hungría y miembro del partido Mapai. Pero Eichmann seleccionó a Joel Brand, miembro del Comité y ayudante de Castner para mantener a este último a su lado con vista a mantener el orden y evitar una posible revuelta de los judíos húngaros parecida a la del ghetto de Varsovia. Por otra parte, los oficiales alemanes encabezados por Eichmann, Chromy y Wissilsney celebraron una reunión con el Consejo Judío en la capital afirmando que todo seguiría igual y que ellos (los alemanes) no permitirían a nadie intervenir en los asuntos internos o prácticas religiosas de los judíos, ni permitirían que se le acosara mientras colgaran de sus pechos la estrella de David. Lo importante era el tratado basado en la mutua confianza. (29). Al planear los alemanes trasladar unos veinte mil judíos del poblado húngaro de Klodj, era imprescindible realizar la acción en pleno silencio, por eso mantuvieron apartados del resto a unas 380 personas elegidas por Castner para salvarlos, hasta que se llevara a cabo totalmente el traslado de los demás a los campos de concentración. El deber de estos “elegidos” era mantener el orden y la disciplina entre los demás judíos. Así fue hasta el traslado del último judío de Klodj. Más tarde, terminada la misión de los elegidos estos fueron llevados en trenes especiales que pasaron por el guetto vacío y 82


por las calles desiertas de Budapest hasta llegar al mundo “libre” (30). Parece así que Joel Brand no estaba metido en la jugada de Castner ni sabía exactamente el papel que debía ejecutar este último. Por eso la elección de Brand se debe a estas dos razones: 1. Si lograba el éxito de su misión, por lo tanto si alcanzaban los alemanes su objetivo en esta transacción. 2. Si fracasaba y por ello se quedaba fuera de Hungría, entonces Castner llevaría a cabo su tarea como era debido. ¿Cómo Brand descubrió la traición de sus hermanos? Es bien evidente que no pudo descubrir esta traición de manera temprana sino bastante tarde, a pesar de la existencia de muchos indicios y prueba de la intención premeditada de frustrar su misión. Al respecto, podemos mencionar: 1. Cuando llega Brand a Estambul nadie lo esperaba en el aeropuerto aunque la Agencia Judía había sido avisada de su importante y vital misión. 2. La Agencia Judía no le había preparado los documentos oficiales necesarios para su traslado a Ankara donde pretendía entrevistarse con el embajador norteamericano de confesión judía, a fin de acelerar las gestiones que permitirían -según las convicciones del propio Brand- salvar a los judíos. 3. Después que la dirección sionista en Estambul aprobó entregarle un documento que aceptaba en principio la transacción, esta misma dirección comenzó a dilatar la fecha de su viaje con el pretexto de esperar a Moshe Sharit. Si hubieran aceptado su propuesta se habrían salvado cien mil judíos de inmediato. En su 83


testimonio dijo Eichmann que se hubiera podido salvar a doscientos mil judíos como muestra de buena voluntad, aún sin que hubieran llegado las mercancías solicitadas y aún antes de que la máxima dirección política sionista en Palestina hubiera tomado la decisión final. 4. El no arribo de Sharit a Estambul, pese a la larga espera, y más tarde el anuncio de la dirección sionista de que le estaba prohibido entrar en el territorio turco, aunque había estado allí unos meses atrás (según se supo oficialmente, a través de informes fidedignos), demuestran claramente que la dirección sionista trataba de ganar tiempo para que Brand no pudiera dar la respuesta a Eichmann en los límites impuestos por éste. 5. Brand fue informado, precisamente poco antes de llegar a la frontera siria, por su acompañante Avril, enviado de la Agencia Judía en Turquía, que podía ser arrestado por los ingleses en el tren. Así se ve lo que se había tramado contra él. De lo contrario se le hubiera informado esta posibilidad antes de partir de Estambul y no cuando no le quedaba más remedio. Se demostró posteriormente que fue el mismo Ihos Avril quien entregó a Brand según las confesiones de Pearl Obader, uno de los testigos en el juicio realizado contra Castner. En su testimonio ante el tribunal de Jerusalén durante el juicio contra Castner, Brand afirmó que el representante de Agodat Israel (los religiosos) en el comité de salvación en Turquía, Rabino Jacob Greafle, dudaba de las intenciones de la agencia judía y lo advirtió de la posibilidad de ser arrestado por los británicos si se dirigía a Palestina. Pero Brand hizo caso omiso a estas advertencias (31). 6. Moshe Sharit comunicó a Brand -que estuvo durante 2 días como huésped de los ingleses en Siria- que no podía permanecer en Palestina, sino que tenía que viajar 84


hasta El Cairo, donde fue arrestado. Estuvo en prisión durante 4 meses antes de ser liberado y devuelto a Palestina, pero ya había expirado el límite de tiempo impuesto por Eichmann y todos los judíos húngaros habían sido trasladados a campos de concentración. A pesar de que la agencia judía pidió que se mantuviera a Brand en la cárcel, éste regresó a Palestina para realizar intensos contactos con todos los líderes sionistas con el objetivo de convencerlos de la posibilidad de salvar a los judíos. Entre las muchas cartas y documentos que escribió, envío varios mensajes a Hein Weissmannn... quien a los 4 meses le respondió lo siguiente: Rochbot, 29 de diciembre de 1944 Mister Brand -Tel AvivEspero que me perdones por haber demorado mucho en contestar tu carta -y como seguramente lo pudiste ver en la prensa- tuve que viajar mucho y no he tenido tiempo alguno desde que llegué. He leído tu carta y tu mensaje y me sentiría contento de entrevistarme contigo en esta semana o la posterior, es decir, alrededor del 10 de enero. La señorita Aite, la secretaria, se encargará de comunicarse contigo para precisar la cita. Sinceramente, Heim Wissman. Los líderes sionistas no coincidieron en sus comentarios respeto a la misión de Brand. Algunos culparon a los norteamericanos por su rechazo inicial y otros consideraron que esta misión era algo ficticio. Nahom Goldmann ex-presidente del Congreso Judío Mundial trató de culpar a toda la dirección sionista por no 85


haber tenido interés en salvar a los judíos, pero también culpa a los norteamericanos -cómplices en realidad- por no haber rechazado la proposición alemana que traía Brand. Alegó haber discutido esta cuestión con el Secretario de Estado Norteamericano Steetens quien la consideró totalmente incongruente con la estrategia militar norteamericana. Goldmann justificó el silencio de los sionistas ante la posición -norteamericana- diciendo: “Nosotros estábamos asombrados por la tesis según la cual debíamos dejar a los generales de los aliados en paz para que pudieran desarrollar la guerra” (33). III. LOS JUDIOS DE ESLOVAQUIA Aquí se analiza la posición de otro sionista que actuaba en otro lugar, pero esta vez lejos de la ocupación nazi y precisamente en el mundo “libre”. En realidad su posición coincide con la de otros sionistas que hicieron abortar la misión de Joel Brand y evitaron la salvación de 70.000 judíos rumanos a cambio de algunas sumas de dinero. Este fue el caso de Sally Meyer que era el Jefe del Comité Conjunto de Distribución en Suiza durante la Segunda Guerra Mundial, y que por su cargo controlaba los créditos sionistas en este país neutro. La neutralidad de Suiza le dio una posición privilegiada como puente entre las zonas libres y las zonas ocupadas y la transformó en eje para todo tipo de transacciones, sobornos y actos de espionaje. Por su posición, Sally desempeñaba el papel de oficial de enlace entre los judíos reprimidos y sus hermanos, trasladaba los mensajes, recibía los capitales y los distribuía, es decir, tenía que desempeñar un papel básico en las operaciones de rescate, que debían ocupar en gran medida al movimiento sionista y al judaísmo mundial, ya 86


que estas operaciones representaban la tarea más urgente en la vida judía durante este período difícil y crítico. Estas tareas de rescate no se llevaron a cabo debido a que Sally Meyer actuaba dentro de un plan global elaborado y aplicado por el movimiento sionista, y enviados y representantes de éste en todos los países lo hacían asimismo convencidos de la necesidad de una actuación en este sentido sobre todos aquellos que conocían el trasfondo de las decisiones. Para el movimiento sionista no se trataba en realidad de expresar un cierto humanismo sino de ejecutar las instrucciones que permitieran llegar a los objetivos definidos por los sionistas. En este contexto podemos señalar algunos puntos de estas convicciones: 1. Los judíos de Europa estaban condenados a desaparecer. Eso lo confirmó Weissmann al decir: “Ellos son el polvo del mundo económico y moral. Deben afrontar su suerte y de ellos se salvarán únicamente los negocios”. 2. La sangre de millones de judíos es el aceite que va a engrasar las ruedas del carro del futuro estado y es la contribución de estos al esfuerzo militar de los aliados, a la vez que es la carta que utilizarán los dirigentes sionistas en la Conferencia de Paz para solicitar un estado independiente (34). 3. Si los intereses del Occidente entran en contradicción con los esfuerzos por salvar a las masas judías es necesario priorizar estos intereses (35). 4. Aunque no exista tal contradicción, los capitales del judaísmo mundial deben ser utilizados en aras del establecimiento del hogar nacional en la tierra de Israel, y las operaciones de rescate deben incluir únicamente a los activistas sionistas (36). 87


Pocos son los que saben que los nazis planeaban en 1941 trasladar a los judíos de Eslovaquia y Polonia para exterminarlos. Salomón Gross se comunicó con Wissilesny, el representante de los nazis en Bressburg para ver si era posible anular esta decisión mediante el soborno. Salomón Gross era un religioso judío seguidor del Rabino Weiss Mendell quien realizaba enconados esfuerzos para salvar a los judíos de Eslovaquia, Hungría y otros países. Después de consultar a sus jefes, dio Wissilesny una respuesta positiva con tal que se pagara el rescate y que el movimiento sionista se encargara del traslado de estos judíos. Como no se podía trasladarlos de modo directo o indirecto a Palestina, la Agencia Judía y el Comité Conjunto de Distribución rechazaron esta transacción y rehusaron entrar en negociaciones al respecto. El Rabino Weiss Mandhel se vio obligado a tratar directamente con los agentes nazis después de que comenzó efectivamente el traslado de los judíos. Las condiciones de esta transacción consistían en que Mandhel tenía que pagar 6 millones de dólares, la mitad de esta suma se entregaría de inmediato mientras el resto se pagaría siete semanas después. Mientras tanto, cesarían las operaciones de desalojo y traslado de judíos y cuando se pagara el resto se eliminaría definitivamente esta decisión. Ello requería pagar una suma adicional al gobierno eslovaco como soborno. Otra condición era que no podían recolectar este dinero a nivel local sino que debía ser traído desde el exterior (37). Weiss Mandhel calculaba que existían en Eslovaquia, de 30.000 a 40.000 judíos, en otras palabra, el rescate de cada uno equivalía a unos 100 dólares. Efectivamente, la mitad de esta suma fue recolectada en Breisburg y no fue enviada desde el exterior aunque Mendell convenció a los nazis de lo contrario. Este dinero 88


fue recolectado por religiosos que estaban convencidos de la necesidad de esta acción después de que la dirección judía que colaboraba con los alemanes y eslovacos en contra de estas acciones de rescate, sembró muchos obstáculos en este camino . Uno de los principales religiosos que tomaron parte en la recaudación de fondos fue el Rabino Benjamín Stern quien hacía el papel de enlace entre el grupo de Mandhel y Sally Meyer en Suiza. 10.000 dólares recolectados fueron entregados como soborno a un funcionario eslovaco. La primera suma -la mitad del rescate- fue entregada a Villy el ayudante de Eichmann (38). De este modo, cesaron los desalojos de Eslovaquia pero antes habían sido masacrados 6.000 judíos a raíz de la negativa de Sally Meyer de responder rápidamente a los llamados de socorro que pedían el envío del resto de la suma. Al final, y después de algún tiempo, llegaron dos cartas de Suiza, una firmada por Sally Meyer y la otra por Chuvalev, uno de los que trabajaban en el Comité de Salvación. En la primera carta (39) vemos que Sally Meyer expone los siguientes pretextos para no aprobar el rescate: 1. 5 millones de dólares es una suma grande para un país pequeño como Eslovaquia, teniendo en cuenta que el presupuesto recibido por la comunidad el año pasado a través del Comité Conjunto (J.D.C.) No excedió unos cuantos miles de dólares. 2. Las anécdotas relatadas para justificar sus necesidades y las cartas de los emigrantes polacos, etc., Son puras exageraciones, y éstas son las formas tradicionales de los judíos europeos para solicitar dinero. 3. En la actualidad, no hay posibilidad legal alguna para enviar aunque sea un centavo ya que el dinero de 89


nuestras organizaciones está recaudando en los EE.UU. y existe una ley que prohíbe el envío de capitales a los países del campo enemigo, ley que no queremos violar. 4. Lo único que se puede hacer en estos momentos es enviar sumas de dinero en forma esporádica a los judíos de Eslovaquia, previo acuerdo con las sucursales de recaudación de Hungría, así como dinero proveniente de la antigua cuenta existente antes de la prohibición en EE.UU. Los pretextos expuestos por Meyer en su carta son bastante débiles. Quizás esta suma sea mucho mayor a lo que se había brindado con anterioridad a los judíos eslovacos cuando aún estos no tenían necesidades apremiantes. Pero precisamente en este año los judíos eslovacos estaban seriamente amenazados, esto quiere decir que la solicitud de nuevos aportes de dinero no tenía como objetivo el asegurar mayor bienestar a éstos, sino salvarles la vida. Por otra parte, lo que se decía, a pesar de ciertas exageraciones, reflejaba la realidad; además Sally Meyer con su poder e influencia en una sociedad neutra podía confirmar o no la veracidad de la noticias que venían de los territorios ocupados por los nazis. Por supuesto, no era necesario confirmar las informaciones que llegaban si tenemos en cuenta que la política nazi, desde que Hitler ascendió al poder en Alemania en 1933, era perfectamente conocida. Además nadie ignoraba todas las medidas de represión y las leyes fascistoides racistas aplicadas por el Reich contra los judíos. Y sobre todo se conocía el anuncio de la aplicación de la primera solución nazi consistente en desalojar a los judíos no sólo de Alemania sino de todo el territorio bajo su poder, y aplicar posteriormente la segunda solución de recluirlos en campos de concentración y utilizarlos como mano de obra gratuita. 90


Todas estas informaciones conocidas en el mundo entero eran suficientes para convencer a Meyer -si lo hubiera querido- de la necesidad de ayudar a los judíos en los peores momentos con vistas a posponer su ejecución en espera de momentos más propicios, o sea, el término de la guerra o el surgimiento de acontecimientos inesperados. El pretexto relativo al carácter ilegal del envío de dinero a los países del campo enemigo (la ley norteamericana) tiene que ser rechazado totalmente. Se demostró que el sionismo utilizó grandes cantidades de dinero para salvar a sus adeptos y militantes que eran útiles para su proyecto en Palestina y que no le importaba que estas sumas de dinero iban a parar en los territorios de los enemigos o de los amigos. Teniendo en cuenta la importancia de la segunda carta adjunta a la primera en el mismo sobre y escrita por Nathan Shavalev, publicamos a continuación el texto íntegro (40). “Recuerdo a los amigos que deben acordarse de las cuestiones más importantes, de las cuestiones básicas que debemos tener en cuenta. Al fin triunfarán los aliados y repartirán el mundo nuevamente entre los pueblos, al igual de lo que pasó a raíz de la Primera Guerra Mundial cuando nos abrieron el camino para dar el primer paso. Cuando la guerra termine debemos esforzarnos por convertir la tierra de Israel en el Estado de Israel. Se ha dado un paso muy importante en este sentido. En cuanto a los llamados de auxilio que provienen de su país, debemos reconocer que todos los pueblos que pertenecen al campo de los aliados pagan muy caro su cuota de sangre, y si nosotros no aportamos víctimas... con qué pues compramos nuestro derecho a sentarnos en la mesa de negociaciones donde los estados se 91


repartirán los pueblos y las tierras al finalizar la guerra. Es un absurdo e inclusive constituye un descaro -por nuestra parte- el pedir de estos pueblos y estados que pagan hoy su cuota de sangre que nos permitan enviar su dinero a un país enemigo para preservar nuestra sangre, ya que sólo con sangre tendremos tierra y tendremos patria... Esto es válido para la gente en general, pero en cuanto a ustedes (los partidarios del sionismo) podrán marcharse y por ello, se les enviará dinero de forma ilegal a través del que les lleva este mensaje... (Firmado Shovalev)- Fin del mensaje”. La cuestión más importante era el triunfo de los aliados desde el punto de vista sionista- y la verdad es que ese triunfo era lo más importante pero, ¿acaso no había cosas menos importantes? El triunfo de los aliados y la espera por este triunfo y por sus resultados no significaba olvidarse de otros asuntos que estaban implícitos en el triunfo. ¿Qué gana un líder triunfante si pierde su pueblo? Nosotros aquí analizamos las cosas según la lógica de la realidad. Otro punto importante de este mensaje era el relativo al sacrificio de los pueblos y la necesidad de sacrificar a los judíos teniendo en cuenta que los demás pueblos aportaban las víctimas por la victoria, el Sionismo tenía pues que sacrificar a los judíos para ganarse el derecho a sentarse con fuerzas victoriosas y exigir el precio de los sacrificados, el derecho de sentarse con los demás en pie de igualdad... Este era el precio que el Sionismo tenía que pagar por el Hogar Nacional para los judíos. Mientras mayor era el número de víctimas -o los sacrificadosmayor y más firme era el derecho de los sionistas de tener un Hogar Nacional. Al final, Shovalev consideraba la solicitud de dinero proveniente de Estados Unidos como un pedido 92


descarado y absurdo, puesto que estaba dirigido a salvar los judíos del pueblo, pero al mismo tiempo analizaba las formas de enviar dinero a través de vías ilegales para asegurar la salvación de los dirigentes del sionismo. ¿Cómo se puede calificar la solicitud de dinero para salvar la población como una acción descarada mientras que considera justa una demanda para salvar a la dirección? Salvar la dirección ante todo es quizás una cuestión justa y legítima, pero como se trata de un principio, la cuestión requiere una discusión detallada, si tenemos en cuenta que la prohibición de enviar dinero a las zonas enemigas era una ley general y que toda violación implicaba su anulación. Aún conociendo la verdad y la naturaleza de la posición sionista hacia esta cuestión queremos someter este fenómeno al análisis y la lógica. Desde este punto de vista vemos que esta actitud era incongruente con toda lógica. Weiss Mendell plantea (41): “No sólo se pedía dinero para salvar a los judíos de las persecuciones y el exterminio, sino también se pedía ayudas en forma de comestibles, ropas, etc., para los judíos concentrados en los tres campos de concentración (Sirad-Niva FokiVehen), en Eslovaquia además era conocida la necesidad de auxiliar a los judíos que habían huido de Hungría y Rumanía. Todo lo que hemos dejado bien claro en las cartas dirigidas a Meyer y Shavalev responsables del Alto Comisionado del Judaísmo Mundial para la Recaudación de Fondos y la Agencia Judía en Suiza, aún mucho antes de recibir ambas cartas mencionadas anteriormente. Los mensajeros iban y venían sin respuesta alguna, sólo había una respuesta verbal y decían que no tenían suficiente tiempo para escribir y que responderían por escrito más tarde. 93


En 1945 hubo una oportunidad propicia para enviar víveres, medicinas y ropas a los ghettos de Europa. La Cruz Roja Internacional, en colaboración con el gobierno de los Estados Unidos de América, emprendió una amplia campaña para recoger la ayuda con vista a su posterior envío. Sin embargo, el Movimiento Sionista frustró la propuesta bajo el pretexto de que la Cruz Roja Alemana sería la responsable de recibir y efectuar las entregas (42). Como consecuencia de esta actitud, el hambre y las enfermedades acabaron con decenas de miles de judíos en los ghettos antes de que los nazis iniciaran sus operaciones. La mortalidad infantil oscilaba entre 60% y 70% en diferentes lugares. Era un fenómeno horrible sin precedente. Si las buenas voluntades hubieran tenido los medios y métodos idóneos para hacer llegar la ayuda a través de países neutros, como Turquía, Suiza o Portugal, se hubieran salvado todos estos infantes que murieron. Pero alguien puede hacer las preguntas siguientes: ¿Qué se ganaría con esto? ¿Si estos niños no se mueren de hambre o de enfermedad, morirán de todas formas en los campos de concentración? La respuesta es que toda persona de buena fe no dejaría morir a un niño de hambre aunque supiera que éste está condenado a morir posteriormente. ¿Por qué se le brinda a un condenado lo último que desea minutos antes de su ejecución? (43). Si el movimiento sionista insistía en abandonar a su suerte a los judíos de Europa de forma definitiva, esta fue también la posición de los aliados; la posición de instituciones cristianas y judías fue diferente puesto que no sólo mostraban compasión sino que hicieron todo lo que estaba a su alcance para salvar a los que podían ser salvados, pero sus intentos fueron frustrados además de 94


ser condenados por el movimiento sionista. IV. LOS JUDIOS DE LOS BALCANES A BORDO DE UNA NAVE La estrategia de los judíos de Rumanía, Hungría y Eslovaquia se repitió en casi todas las partes de Europa. Lo mismo pasó a los demás judíos de Polonia, Alemania y de los países de los Balcanes. A bordo del buque Danubio se concentraron varios centenares de judíos que provenían de los Balcanes. Estos se dirigían a Palestina en enero de 1940 con el objetivo de evadir la persecución nazi. El capitán del buque no quiso continuar el viaje mientras los pasajeros no le pagaran todo el dinero que pedía a cambio del riesgo. Esta situación hizo que el rabino Barouch Rabinovich jefe de la comunidad Banay Ibraham de Meryland, enviara un llamado a Henry Monitor del ejecutivo de la llamada Organización Judía Unida para pedir la sumas de dinero que exigía el capitán del buque. La respuesta de Monitor al pedido del rabino Rabinovich es considerado como uno de los documentos principales que presentan con detalles la política sionista y su punto de vista con respecto a las operaciones de rescate. También permite aclarar los principios sobre los que descansan estas operaciones. En la carta de respuesta figuran los siguientes puntos: (44) 1. Mientras estos emigrados no vengan por la vía de la Agencia Judía en el marco de la emigración ilegal que practica, esta Agencia y sus filiales no se consideran responsables de este asunto. 2. La mayoría de los emigrados -que están a bordo del buque- son ancianos, hombres y mujeres, que no tienen interés para los objetivos de la colonización. Por 95


consiguiente, la Agencia Judía no está interesada en este asunto y no se encargará de los gastos necesarios para su traslado. 3. En las cuestiones de emigración intervienen las rivalidades partidistas. La carta señala que los revisionistas (el movimiento Herut - más tarde Likud) traen a Palestina criminales y prostitutas, lo que condujo según Monitor- al incremento de la criminalidad en el pasado año (1939). La carta incluye otras ideas que consideramos sin importancia para este asunto, pero sin embargo los volveremos a analizar en otro momento. Lo que sí podemos comprobar en esta exposición es que el movimiento sionista trata cada cuestión independientemente de la otra, tiene una respuesta para cada pregunta, una condición para cada situación, etc., para no alejarse de la linea que se ha trazado y sin importarle las vidas de miles de judíos. V. LOS NIÑOS DE LOS JUDIOS DE HUNGRIA Henry Monitor cuenta de Nahom Boldmann, quien ocupaba diferentes cargos en la institución sionista y el Congreso Judío Mundial, lo siguiente: (45) “Recibí un día un telegrama de Guerhart René, director de la oficina del Congreso Judío Mundial en Ginebra, donde señala que los húngaros, entonces aliados de los alemanes, estaban dispuestos a liberar varios miles de niños judíos a cambio de tres millones de dólares. El Congreso Judío no poseía entonces esa suma, pero sí la tenía el Comité de Distribución. Para mí, en tiempo de guerra, separar la política y la generosidad es algo absurdo que practicaba el Judaísmo Norteamericano. Esta institución hubiera podido aliarse 96


con el Congreso Judío Mundial en este asunto. Pero los altos mandos responsables rechazaron esta cuestión esgrimiendo el pretexto de que la generosidad es una cosa pura mientras que la política es algo totalmente sucio. Invitamos a un gran número de líderes judíos norteamericanos -y prefiero hasta el momento mantener en silencio sus nombres para explicarles el asunto- y se mostraron totalmente sorprendidos: ¿Podemos acaso mandar nuestro dinero al enemigo? No podemos arriesgarnos sin autorización oficial. Respondí que Roosvelt seguramente lo permitiría. “Ustedes únicamente deben solicitárselo y respondieron lo siguiente: ¿Cómo vamos nosotros, los judíos, a solicitar a Roosvelt el permiso para enviar ayuda monetaria a los alemanes? y contesté: ¿Qué creen que haría Hitler con sólo tres millones de dólares? Sin duda se trata de algún funcionario que trabajaba para sí o para determinada organización”. A pesar de todo no aceptaron dirigirse al presidente y dejaron el asunto en mis manos y en manos de Stephen Weiss. Nos entrevistamos con la Sra. Roosvelt, una extraordinaria dama que servía de intermediaria en cuestiones muy importantes, quien nos contestó que el presidente no rechazaría la transferencia, si lo aprobaba el Secretario de Estado, Cordell Hull. Este alto funcionario tenía sentimientos moderados hacia nosotros. El Secretario del Tesoro, Henry Morguentow, se comprometió a mediar en el asunto, pero nada ocurrió. Durante tres meses, el Secretariado de Estado obstaculizó el proyecto alegando todo tipo de pretexto burocrático para atrasar la toma de decisión. Cuando el Ministerio aceptó al final ya era demasiado tarde... los niños fueron trasladados a su destierro. Una vez más, los norteamericanos habían mantenido su posición característica... : estaban dispuestos a dar el dinero pero 97


sin mancharse políticamente”. Después de varios años, Goldmann sin duda se acuerda de este incidente vergonzoso para el mismo y sus compañeros. Por eso, los que se encontraban a su lado no aceptan declarar, porque según la ley podrían ser considerados criminales y ser juzgados... ya que no hay diferencia entre la persona que causa daño a un ser y la persona que pude impedirlo y no lo hace. NOTAS (1) La idea sionista, los textos básicos -Centro de Investigación Palestina- Beirut Año 1970, Página 105. (2) Ibid, Página 106. (3) Ibid, Página 111. (4) Ibid, P 119. (5) Ibid, P 127. (6) Ibid, P 233. (7) Ibid, P 234. (8) Cuidado del Sionismo -Yuri Ivanov- Editorial ProgresoMoscú Año 1970. Páginas 8 y 86. (9) Perfidy. Ben Hecht, U.S.A. 1961 Página 12. (10) Ibid, Página 50. (11)The Holocaust Victims Accuse By: Rabi Moshe Shonfield Naturai Karta, Brooklyn U.S.Á. 1977. Página 21. (12) Perfidy, Páginas 19 y 20. (13) Shonfield, R.M. Página 99. (14) News Week 16/2/1943. (15) Perfidy, Página 191. (16) Ibid, Página 192. (17) Ibid, Página 192. (18) Ibid, Página 193. (19) La revista LIFE norteamericana -Tomo Número 49, Número 22, Fecha 18/11/1960. Ensayo bajo el título: “El redactor de LIFE expone un documento histórico”. (20) Ibid

98


(21) Perfidy. Página 96. (22) Ibid, Página 98. (23) Ibid, Página 209. (24) Ibid, Página 210. (25) Ibid, Página 213. (26) Ibid, Página 219 y 220. (27) Ibid, Página 243. (28) Shonfield, R.M. Página 37. (29) Perfidy, Página 97. (30) Ibid, Página 74. (31) Shonfield, R.M. Página 76 (32) Ibid, Página 38. (33) The Israelis Founders and Sons By: Amos Elon, U.S.A., 1972, Página 320. (34) Desde el fondo, Rabi Mouran Haem, Michael Doff, Wiss Mandhel -Hebreo- Traducción del Comité de Estudios Palestinos, Pagina 42. (35) Shonfield, Página 74. (36) Ibid, Página 75. (37) Desde el fondo, Página 42. (38) Ibid, Página 26. (39) Shonfield, R.M. Página 76. (40) Desde el fondo, Págnia 40. (41) Ibid, Página 38. (42) Shonfield, R.M. Página 46. (43) Ibid, Página 44. (44) Ibid, Páginas 89, 90 y 91. (45) La casualidad judía -Nahom Goldmann- Traducción del Comité de Estudios Palestinos, Año 1979, Páginas 123 y 124.

99


SEGUNDA PARTE ENCUBRIR LAS INFORMACIONES Trataremos ahora de precisar el papel que desempeñó el Sionismo en las matanzas contra los judíos de Europa durante la ocupación nazi. Vamos a reflejar los elementos fundamentales de ese papel entre los cuales podemos mencionar el hecho de impedir la llegada del dinero a los judíos cuando lo necesitaban con urgencia. Cada uno de esos elementos no era un todo, sino que, en su conjunto constituían un verdadero crimen con características similares a un crimen perpetrado por un desconocido, sin testigos ni pruebas. La matanza contra los judíos podría figurar bajo esta calificación. Podría ser atribuida a Hitler y su sistema nazi, desaparecido si no fuera por un puñado de hombres honrados judíos y no judíos que relataron lo que vieron, revelaron lo que pasó con ellos, y estas informaciones se reagruparon ahora como gotas dispersas de agua para convertirse en un torrente arrollador y nos permiten acusar a los criminales, a todos los criminales sin excepción. Se descubren sus crímenes, todos sus crímenes. En esta parte hablaremos de una cara de su papel. Hablaremos de la parte informativa que encubrieron, de las voces que silenciaron antes, durante y después de la matanza. Hasta nuestros días. La Organización Sionista alcanzó su auge orgánico en 1939. Existían sucursales y representantes de estas en todos los países del mundo donde vivían los judíos, con excepción de la URSS. Esta Organización dominó el Congreso Judío Mundial, cuya dirección estaba formada por sionistas dirigidos por Stephan Weiss, miembro de la cúspide sionista. Esta Organización poseía buenas relaciones con los medios de prensa judíos, con una ágil 100


agencia informativa (Vatfor) y dominaba un amplio sector de los judíos activos de Palestina. Estas condiciones hicieron creer a los líderes del movimiento que poseían amplios poderes que les permitían representar a los judíos. Pero no siempre existió una correspondencia entre el uso del derecho de representatividad y el auténtico sentimiento de su responsabilidad hacia el destino de los judíos que representaban. Isaac Greenbaum (46) dice que siempre que se desviaba toda la atención hacia la masacre de nuestro pueblo esto no favorecía nuestros esfuerzos para la judaización de la tierra. Isaac Greenbaum, que había rehusado mencionar siquiera las matanzas contra los judíos, anunciaba (47) en diciembre de 1942 que “oscuros rumores se repiten sobre matanzas de judíos en Polonia. Estos rumores llegaron a Israel a través de diversas formas y era difícil creer en ellos. Preguntamos a la oficina de la Agencia en Ginebra, así como al rabino principal en Suecia y al Dr. Aaron Freizer de Ginebra; es difícil para nosotros revelar las cosas que ocurrieron por miedo a los alemanes. Ello sucedió en el otoño de 1942, en los momentos en que llegó a Jerusalén el profesor Fott quien representaba a Polonia en Rusia y había recibido del gobierno polaco en Londres informes enviados por el movimiento clandestino en Polonia que confirmaban las informaciones respecto a la matanza. Trajo también informes no confirmados acerca de la expulsión masiva. Pero un grupo de judíos llegó y dio informes detallados”. Las palabras de Greenbaum están llenas de contradicciones que deben ser señaladas: 1. Cuando ascendió Hitler al poder en Alemania en 1933 dejó claramente expresada su política racista hacia los judíos, en el libro Mein Kampf. Esta política fue seguida por distintas medidas tales como el desalojo económico 101


(el acuerdo Haafara), los campos de concentración después de las Leyes de Nuremberg llegando a la solución final. Por tal motivo, cuando Greenbaum habla de rumores de todo tipo, se refiere a una de dos cuestiones: Ya sea que el Sionismo no pretende reconocer la verdad para que la cosas sigan su rumbo, ya sea que efectivamente, no tiene suficiente información al respecto. Sin embargo, el gran poder de la Organización Sionista Mundial y sus medios organizativos, propagandísticos, así como sus amplias y sólidas relaciones políticas y diplomáticas, desmienten esta segunda opción. 2. Greenbaum alega no haber revelado estas informaciones por temor a los alemanes sin determinar el motivo o la causa de sus temores, y si acaso ¿temía que acabaran con los judíos? Hitler aplicaba la llamada solución final contra los judíos en todas partes y, por lo tanto, no existían motivos para temores. Al contrario, desenmascarar y denunciar el sistema hitleriano ante la opinión pública mundial podría disuadirlo de ejecutar sus planes de exterminio hasta las últimas consecuencias. Este aspecto se puede considerar desde dos ángulos distintos: El primero, lo representa el hecho de que Hitler y sus ayudantes quisieron aprovechar las condiciones peculiares de la guerra para acabar con los judíos, empresa que necesitaba un silencio absoluto. Con esta finalidad, Goebbels se dedicó a desinformar a los órganos occidentales de prensa. El otro hecho es que el Movimiento Sionista resaltó la falta de información sobre este asunto para desembarazarse de toda responsabilidad. Esta actitud no era nada nueva, ya que el movimiento sionista, en más de una ocasión, 102


aprovechó esta supuesta falta de información. 3. Para corroborar la información supuesta insuficiente y calificada como rumores generales e informaciones no confirmadas; envió mensajes a sus representantes en Ginebra y Suecia sin informar de las respuestas de estos. Las cosas parecían ir en sentido contrario a lo usual. En efecto, se suponía que la información debía llegar de Suecia y Ginebra porque los representantes allá destacados estaban más cerca y poseían mayor acceso a los datos sobre los sucesos. Sally Meyer era el primer representante sionista en Ginebra y era precisamente quien trataba con todos los judíos de Europa. El recibía la información de manera regular de Hungría o Rumanía por su cargo de responsable principal en la distribución de créditos y de enlace entre todos. El rabino Weiss Mendell y sus ayudantes no poseían decenas de cartas (48), sino centenares que procedían de Suiza, Londres, de Turquía o de cualquier otra parte. Estas cartas daban un sinnúmero de detalles de lo que pasaba. (49) 4. Estas informaciones fueron confirmadas por algunos sobrevivientes. Desde 1942, no podía existir razón alguna que impidiera denunciar la política nazi. La guerra terminó y nada hizo el movimiento sionista ni siquiera su aparato de propaganda; incluso la propaganda occidental se mantuvo en silencio absoluto acerca de las masacres, sólo hubo algunas excepciones que no podían esconder, pero las exponían de una manera bastante ambigua e incorrecta, es decir, evitaban tomar una posición bien definida, ya sea acerca de lo sucedido, ya sea acerca de la actitud de la propia dirección sionista. En el juicio contra Israel Castner en Jerusalén en 1953, el abogado israelí Samuel Tamir leyó una carta enviada al rabino Mendhel y que relataba las masacres de judíos con muchos detalles. Esta era una de las centenares de 103


cartas recibidas por el rabino y sus ayudantes (50), y reflejaba la posición del movimiento sionista en el exterior después de numerosos intentos y pedido de ayuda por parte de los judíos. El remitente expresaba su seguridad de que no moverían ni un dedo después de su mensaje, pero que no dejaba de hacerlo llegar. Decía: “... Vosotros, nuestros hermanos en Palestina y en todo los países libres, vosotros, sacerdotes de los reinos, por qué os mantenéis en silencio ante los horrores cuando las víctimas judías ascienden a seis millones? ¿Por qué callais cuando se llevan a decenas de miles para ser masacrados, cuando los corazones de las víctimas claman por su ayuda y lamentan su suerte? No sois salvajes sino asesinos, por vuestro silencio y frialdad ante los crímenes, os cruzáis de brazos sin hacer nada ni intentarlo, en esta misma hora, cuando en nombre de la sangre de miles de muertos clamamos por ayuda, esperamos que hagan algo, cualquier acción. Todos los sacerdotes de reinos y estados deben gritar con una sola voz para obligar al mundo entero a oírlos, y al pueblo húngaro para que denuncie a los criminales por lo que están haciendo y por lo que hicieron. El mismo Papa debe tomar parte contra los asesinos alemanes y este llamado debe ser oído en toda la prensa del mundo y debe oírse a través de todas las estaciones de radio. Si los alemanes no cesan de inmediato sus masacres contra los judíos húngaros, Alemania debe ser expulsada del seno de esta Humanidad”. Tamir lo dice bien claro en la sala del tribunal (51). Acusa a la institución oficial sionista en Palestina de haber callado el asesinato de seis millones de judíos europeos para no poner en peligro a sus miembros. 104


LA PRENSA SIONISTA: No se trataba pues de temores. Otras fueron las razones que promovieron esta actitud de la Agencia Judía. Esta institución frenó la actuación de los medios de propaganda. Los ocupaba contra la reproducción de los discursos de los líderes sionistas y las cuestiones locales y partidistas que surgían a diario. Se dedicaban estos órganos a publicar los largísimos discursos de Ben Gurión y Sharit y reportajes sobre los movimientos de los dirigentes sionistas. Los detalles sobre las masacres no fueron reflejados como era debido. Davar (el órgano del Histudrut en aquella época) y la voz oficial de la Agencia Judía, publicó un editorial con el siguiente título: “La refutación nazi de las noticias sobre el exterminio tiene base real, pues no fue exterminado el número de judíos que teníamos”. Cuando se aproximaba la matanza contra los judíos de Hungría, los periódicos y revistas del movimiento sionista se llenaron de comentarios que condenan el terrorismo del Urgon y no el terrorismo nazi. Esta tendencia apareció precisamente en un momento muy delicado cuando se llevaba a cabo la matanza contra los judíos húngaros. En los meses de mayo y abril de 1944, los órganos de prensa reprodujeron los discursos y declaraciones íntegras de Ben Gurión y trataba con entusiasmo otros temas sin mencionar los acontecimientos de Hungría. Aquí exponemos algunos ejemplos: 1. El día 11 de abril de ese año se inició la concentración de los judíos húngaros. La prensa sionista publicó los discursos de Ben Gurión sobre las acciones terroristas dirigidas contra los británicos y no dijo nada sobre Hungría. 105


2. El día 9 de mayo, antes del inicio del traslado de 12.000 judíos diarios hacia Auschwitz, se celebra el Congreso de los Judíos de Palestina y se trata solamente el tema de las elecciones. 3. El día 11 de mayo es el penúltimo antes del inicio del traslado de los judíos. Ben Gurión pronuncia un discurso y no menciona la situación de Hungría. 4. El día 15 de mayo comienza el traslado hacia Auschwitz. Sharit pronuncia un discurso y tampoco menciona el tema de Hungría. 5. El día 21 de mayo, es el séptimo día de las operaciones de traslado. Ben Gurión habla sin referirse a Hungría. 6. El día 23 de mayo, Ahun Avril (52) envía desde Estambul el primer telegrama acerca del peligro que amenaza a un millón de judíos. Ocho días después, Davar publica una noticia simple sobre el asunto; se reúne el consejo del partido Mapai pero sin tomar acuerdo alguno. Hasta mediados de julio de 1944, los dirigentes de la Agencia Judía seguían encubriendo las informaciones en lugar de ponerlas como titulares para movilizar la opinión pública en general. La razón de esta actitud es que las masas judías, al enterarse de las noticias, habrían descubierto la crueldad de su dirección y su complicidad con los verdugos de sus hermanos (53). Esta fue la posición de la prensa judía en Palestina: La no publicación de la verdad para evitar la ira de la opinión pública judía en contra de su dirección. De modo muy superficial, algunos órganos comentaban las noticias que llegaban a Palestina; de esta forma hacía creer al lector la falta de veracidad de estas informaciones para que no las tomaran en serio. Analizaremos a continuación la posición de dos órganos 106


de prensa muy importantes en la etapa más crítica y peligrosa, o sea, en 1942. Se trataba de Davar y Haarts (54): A - DAVAR 1. En su edición del 28 de enero de 1942 y en una de las páginas interiores señala que el número de los muertos judíos en Varsovia es 9 veces superior al de los muertos no judíos. En julio de 1941, los asesinados alcanzaron 3.459 personas y el porcentaje de nacimientos disminuyó cuatro veces en comparación al anterior. 2. En su edición correspondiente al 30 de enero de 1942 figura una noticia escueta dentro de unas circunstancias oscuras: Otros quince judíos fueron ejecutados en Varsovia por haber salido del ghetto sin permiso. Esta noticia está tomada del periódico nazi Worszau Zeitung. 3. En el número del 2 de febrero se publica: Terrible muerte de los judíos rumanos. Los judíos muertos en 1941 alcanzaron la cifra de 165.000; sólo en Varsovia murieron 72.279 durante el mes de julio. 4. El 3 de febrero el periódico publicó el titular: “Los judíos en el ghetto de Lodj se elevan a 173.000. Según la prensa alemana nazi hay alrededor de 20 mil judíos que trabajan a favor de los nazis”. 5. En su número correspondiente al 4 de febrero anuncia que un grupo de jóvenes judíos en Serbia tomaron las armas y liberaron a algunos judíos presos llevándolos a un lugar seguro bajo el control del oficial Mejalovich. 6. El 8 de febrero dice que la sangre de los judíos corre como el agua. Los judíos en Viena decrecieron de 70 mil a 40 mil (55). 107


B - PERIODICO HAARTS, 28 DE JULIO DE 1942: Con el título: “La muerte de 6.8000 judíos en el ghetto de Varsovia”, publica los siguiente: (56) Los alemanes iniciaron un desalojo masivo de los judíos del ghetto de Varsovia para exterminarlos, según los comunicados obtenidos por el gobierno polaco en Londres. Los panfletos que hablan de órdenes de expulsión contra 6.800 judíos hacia lugares desconocidos en el oriente de Polonia, fueron pegados en numerosas paredes. (NP: Este comunicado no fue publicado por Davar, sin embargo no existía diferencia en el plan propagandístico de ambos periódicos). Las informaciones publicadas por la prensa en general, hacen pensar que: 1. Las informaciones han sido pocas en general y no se les dio su valor verdadero. 2. Los redactores representaban los intereses de los hombres de Estado. Presumían no darles credibilidad a las noticias y trataban que el público no las creyera. Estos órganos de prensa exageraban las cifras para causar la duda entre los lectores y fomentar la indiferencia. Tal papel lo desempeñó principalmente Davar. 3. Se aplicó un solo plan de propaganda para todos los lectores. Los órganos de prensa siguieron la misma línea para informar y desinformar a las masas. 4. Cuando se trataba de información y datos publicados por los demás órganos de prensa en el mundo, es decir, que no podían ser ocultados, la prensa sionista los reflejaba de tal manera que no llamara la atención de los lectores ni alejara a las masas de las cuestiones priorizadas por el movimiento sionista. 108


5. Los órganos de prensa no publicaban todos los comunicados sino que ignoraban los importantes para desacreditar su confiabilidad. 6. Cuando los órganos de prensa publicaban determinados comunicados lo hacían sin comentario alguno. Esto hace entender o al menos imaginar, que la redacción no confiaba en estos comunicados ni le daba el valor que merecían. 7. Los editoriales y ensayos dedicados al problema de los judíos europeos no se basaban en informaciones seguras. Por una parte se usaba el sensacionalismo para reflejar las situaciones presentes y por otra parte se trataba de tranquilizar a los lectores. Esta actitud fue común entre todos los comentaristas, escritores, líderes políticos, conferencistas, en todos los niveles. A veces, alertaban a los lectores mientras, en otras ocasiones atenuaban la imagen verdadera de la atrocidad cometida al decir que pronto se terminaría la guerra y se encontraría a las victimas desaparecidas (57). LAS POSICIONES OFICIALES: La prensa del movimiento sionista encubría la mayor parte de la información, siguiendo de esta forma la política trazada por sus líderes. Esta realidad la reconoció Haein Landu en el Knesset israelí en 1966. Dijo al respecto: En realidad, la agencia judía estaba al tanto de todas las acciones de exterminio en 1942. Ella no calló lo que pasaba, sino que impidió a los que conocían los hechos, que los publicaran” (58). Por eso, si analizamos los informes de la agencia judía y las declaraciones de los líderes sionistas como Ben Gurión, Sharit y otros, no encontramos mención alguna de las 109


matanzas que el mundo entero seguía con atención. Esto sucedía cuando los cleros de todas las religiones, sobre todo en occidente, denunciaban al nazismo. 1. Los comunicados de la agencia judía: El lunes 23 de noviembre de 1942 un periódico israelí publicó un comunicado de la agencia judía que conmovió a toda la población, siendo esta la primera vez que se daba a conocer un comunicado oficial sobre las acciones de exterminio (59). La Agencia Judía basó su comunicado en los testimonios de un grupo de judíos que arribaron a Palestina mediante el canje entre ciudadanos británicos y de las colonias inglesas por una parte y los ciudadanos alemanes por otra parte. Entre estos se encontraba Jacob Curtis quien estaba muy al tanto de los acontecimientos en Europa y poseía un alto nivel de información sobre la situación de los judíos polacos. Esta fue la fuente más importante para los representantes de la Agencia Judía y del Gobierno Polaco en el exilio. El documento comunicado de la Agencia Judía basado en el testimonio de Curtis se refirió a una serie de datos omitiendo los más preocupantes, los cuales tuvo Curtis que publicar más tarde en su libro titulado “El Testimonio” cuando comprobó que los representantes de la Agencia Judía insistían en no creerlo y lo acusaban de engañar a la gente con informaciones falsas. En realidad, lo acusaban de propagar rumores o inventar informaciones que menoscababan el prestigio de los líderes sionistas. En el comunicado los representantes de la Agencia Judía omitieron todos los datos relacionados con la suerte de los judíos del ghetto de Varsovia, sobre los cuales Curtis dio muchos detalles. También eludieron toda mención a los campos de Halmino y Treblinka. Cuando el 110


comunicado aludió a las matanzas de niños y ancianos sólo se refirió de manera ambigua a la muerte de los demás haciendo creer que se encontraban en lugares desconocidos. A continuación nos referimos a los puntos más importantes del comunicado: a) La Agencia Judía en Jerusalén recibió de fuentes fidedignas informaciones detalladas sobre las masacres cometidas contra los judíos de Polonia y de Europa Central y Occidental que fueron expulsados hacia Polonia. b) Un comité de los nazis realiza una gira por las ciudades polacas para planear nuevas masacres contra niños y ancianos. c) Este mismo comité elabora listados de jóvenes judíos aptos para el trabajo para enviarlos en grupos a lugares desconocidos, mientras reunían a las mujeres judías y a las enviadas al ghetto. d) El comunicado publicó cifras relacionadas con la disminución del número de judíos en varios ghettos y ciudades. e) Las cifras fidedignas confirman la continuidad de las acciones de expulsión contra los judíos en diferentes ciudades de Europa Central y Occidental. f) La Agencia Judía terminó su comunicado con el siguiente párrafo: “En su sesión de ayer, la Agencia Judía analizó las informaciones, tomó varias decisiones, decidió realizar contactos con los judíos de Europa y creó para ello una comisión especial. 2. Moshe Sharit: Este personaje ocupó una posición muy importante e influyente dentro del movimiento sionista y desempeñó 111


un papel no menos importante que sus cómplices de encubrir las informaciones relacionadas con el exterminio de los judíos (60). El 18 de mayo de 1943 presentó ante la reunión del comité sionista un informe sobre las noticias relacionadas con las matanzas y las circunstancias que llevaron a Gran Bretaña y a Estados Unidos a celebrar la Cumbre de Bermudas. Este informe presentado después de una visita a Inglaterra y Francia estaba lleno de contradicciones, datos inexactos y justificaba la actitud de la dirección sionista. A continuación el texto de este informe: “Mi deber implica presentar un informe sobre mi visita a Inglaterra y Francia... cuando salí del país, a finales de noviembre del año pasado, se sabía de algunas noticias horripilantes que llegaron a través de algunos testigos, precisamente aquellos refugiados que hemos logrado liberar del infierno nazi, mediante los canjes y que llegaron al país. Creía que esta imagen horrible sorprendería a nuestros amigos en Londres. Pero al contrario comprobé que ellos sabían con detalles lo que sucedía en Europa”. “La prensa de Londres y de las otras ciudades estaba repleta de informaciones y artículos sobre los horrores que vivía Europa. Este tema ocupaba el lugar más destacado para el público. Las informaciones llegaban paulatinamente en cuestión de semanas y quizás meses pero no se publicaban a tiempo en la prensa para no llamar la atención al público, y, por consiguiente, no había voluntad de revelárselas”. “Cuando ya no se podía disimular las informaciones, se constituyó una institución para salvación encabezada por líderes religiosos y, en particular, por el Arzobispo de Canterbury. Pero esa institución no logró incorporar un representante del gobierno británico en sus labores; 112


además, el gobierno británico no envió mensaje de apoyo a sus reuniones. El punto de vista gubernamental era de ignorar su presencia temiendo que esta cuestión se convirtiera en una carta en manos de los racistas de Inglaterra, que hubieran podido convencer a la gente de que se trataba de una guerra judía”. Este informe de Sharit se incorporaba a la misma línea trazada por los otros líderes sionistas. Podemos responder de la siguiente forma: a) Cuando el señalar que la información provenía solamente de los sobrevivientes judíos ponía en realidad en duda toda la información dada a conocer por los órganos de prensa. En este caso trata de convencerse de que la información que poseía era la única existente en el mundo y que fue sorprendido totalmente por el hecho de que los amigos en Londres tenían mayores conocimientos del asunto. Sin embargo, fueron ellos mismos los que impedían la divulgación de todo lo relacionado con la situación de los judíos europeos al igual que sus compañeros en Ginebra, Nueva York y Jerusalén. A final, Sharit anuncia que los responsables sionistas en Jerusalén acaban de enterarse del desastre, noticia por la razón ya explicada, la BBC (61) desempeñó otro papel al informar sobre aquellos acontecimientos. Además, en la emisión del 29 de otubre de 1942 se leyó un mensaje de solidaridad del propio Churchill. Sharit no pudo negar la celebración de otra reunión efectuada dos meses antes. El 2 de septiembre de 1942 el Partido Laborista organizó una reunión en la que tomaron parte dirigentes de los gobiernos en exilio de Bélgica, Checoslovaquia y Noruega junto a representantes de otros países. El orador principal en 113


esta reunión fue Samuel Siegelbum, quien según la prensa, expuso de manera sensacionalista los métodos de exterminio aplicados contra los judíos. Todo parece indicar que Sharit ignoró la noticia publicada el 7 de julio de 1942; el Ministro de Información británico, Berdum Brakle anunció ante los periodistas, de forma oficial, un comunicado sobre el extermino de 700.000 judíos en Polonia. En este encuentro dijo textualmente: “Cuando se hagan públicas las terribles acciones de los alemanes en Polonia, el mundo oirá cosas que jamás sucedieron antes en la historia”. Sharit, como íntimo amigo de los ingleses, sabía perfectamente bien que el gobierno inglés no podía descubrir tales informaciones porque no podía acallar la voz del gobierno polaco en Londres, fuente principal de estas informaciones. Tampoco podía censurar estas informaciones ya que el asunto del exterminio de los judíos no era una cuestión militar a la cual se le podía aplicar la censura. 3. El presidente de la organización sionista no vaciló en declarar que las informaciones relacionadas con las masacres de los judíos polacos llegaron muy tarde y que, cuando fueron recibidas, nadie quiso creerlas, Estas declaraciones se hicieron dos años después de la difusión de estas informaciones en el mundo entero. La realidad es que Ben Gurión no quería creer estas informaciones y no quería dejar que los demás las creyeran. No olvidamos que mientras se encontraba en los EE.UU. recibió un telegrama de Guerhart Ragner, director de la Oficina del Congreso Judío Mundial en Ginebra, que relataba detalladamente los crímenes cometidos contra los judíos polacos. Este telegrama 114


fechado el 15 de agosto de 1942, decía: (62) “Hace poco una cierta persona vino para dar un informe sobre las matanzas que se cometieron en Lvov y las maniobras alemanas para incitar a la población local contra los judíos de allá”. Ayer, 14 de agosto de 1942, otra persona de origen ario que vive en Polonia y de nuestra confianza nos comunicó: “El ghetto de Varsovia se encuentra totalmente diezmado y los judíos sin distinción de edad o sexo son llevados para ser fusilados, y los cadáveres son utilizados para fabricar abonos. Para este mismo objetivo están sacando los cadáveres de las tumbas”. “Estas matanzas colectivas no solo se realizan en Varsovia sino también en campos construidos con este objetivo. No existen campos de este tipo en Balzas ni en Lvov donde fueron masacrados 50.000 judíos en las últimas cuatro semanas. Solamente en Varsovia según un informe entregado aquí; fueron masacrados 100.000 judíos en toda la zona este de Polonia y en los territorios ocupados de Bielorrusia. Se dice que la población no judía de Estambul también fue masacrada. Estas matanzas no se hacen todas a la vez para no llamar la atención más de la cuenta. En momentos en que los holandeses, franceses y arios son expulsado hacia el este, los judíos expulsados de Alemania, Bélgica, Holanda, Francia y Eslovaquia son masacrados. Para no llamar la atención en el extranjero son expulsados hacia el este, pero hacia un destino desconocido. La mayoría de los judíos enviados a Lita y Lublin fueron masacrados en las últimas semanas”. “Hay que señalar que no se les permite a los judíos escribir cartas. Una parte de estos, expulsados de Alemania, se encuentran en Tzerbanchtet, pero este 115


lugar es solamente una parada transitoria de manera que cuando se vacía el lugar envían a otro grupo a bordo de trenes utilizados para el transporte de animales. En cada vagón usado originalmente para el transporte de reses viajan 40 personas. Las autoridades nazis utilizan los no judíos de lista para organizar el transporte de los judíos. Al mismo tiempo, las autoridades nazis siembran la hostilidad entre la población de estas zonas, especialmente en Lvov y Varsovia y los judíos hasta lograr romper todo vínculo entre las partes”. “Los judíos de Lvov y Varsovia viven con la única esperanza de que se abra pronto otro frente en el occidente o que la guerra termine milagrosamente antes del invierno. Los judíos de Polonia se preguntan: “Se sabe que de los cuatro millones de alemanes que viven en América, dos millones de ellos apoyan al nazismo. ¿Por qué Estados Unidos no toma represalias contra ellos? Por eso los judíos polacos sienten tanta indignación. Saben bien que Inglaterra no toma medidas por que teme por la suerte de los prisioneros de guerra pero los Estados Unidos no tiene por qué justificar su actitud y su política”. “La posición de los medios gubernamentales franceses es antijudía. Francia entregó a los alemanes dos mil judíos. Nosotros afirmamos que Estados Unidos debe tomar una posición hacia los alemanes en el Hemisferio occidental, ya que esta posición sería de gran importancia”. Firmado - Guerhart Ragner. Este telegrama llegó cuando Ben Gurión se encontraba en Estados Unidos y seguramente escuchó a Stephan Weiss relatando las verdades que recibía continuamente. Sin embargo, cuando volvió a Palestina el 8 de octubre de 1942 y se encontró por primera vez con 116


periodistas en la Agencia Judía habló de diversos temas relacionados con Estados Unidos y los judíos norteamericanos, la creación de un gobierno judío en el exilio, pero ignoró totalmente el holocausto en Europa. (63) El 15 de octubre de 1942, Ben Gurión pronunció un prolongado discurso ante el Comité Sionista dedicado al tema “Proyecto de trabajo sionista y los judíos de América”. El tema del desastre de los judíos europeos no figuraba en absoluto, salvo en una frase donde se refería a la llegada de los líderes judíos norteamericanos que hablaron del tema. Se realizó otra reunión del mismo comité el 10 de noviembre como continuación de la anterior. Ben Gurión actuó de la misma forma con relación a las noticias del desastre. Pero el 30 de noviembre, en otra reunión en Jerusalén, Ben Gurión habló de forma muy breve del asunto: “Nosotros no sabemos exactamente qué es lo que está pasando en los vestíbulos nazis de la muerte. Algunos judíos fueron asesinados o quemados vivos. La guillotina nazi posee verdugos con mucha experiencia. Pero no tenemos más detalles aunque sabemos lo que escribió Hitler en su libro Mein Kampf”. Prosiguió hablando de las medidas necesarias para salvar a los niños y abrir las puertas del país a los nuevos emigrados. Dedicó la mayor parte del discurso a su objetivo básico, el crear un ejército judío; finalizando su discurso con palabras dirigidas a los judíos de los ghettos: “Dirigimos nuestras últimas palabras a nuestros queridos hermanos encerrados en el ghetto nazi diciendo que su tragedia es la nuestra, y su sangre también es nuestra sangre y haremos todo lo que esté a nuestro alcance para vengar la sangre derramada; no 117


estaremos tranquilos hasta salvarlos del infierno nazi y del destierro odioso y trasladarlos a nuestra tierra que estamos fundando ahora”. A continuación, una serie de telegramas enviados a diferentes centros sionistas por personas de buena fé que creyeron hasta el último momento de su vida que sus hermanos de las democracias occidentales saldrían en su ayuda en los momentos cruciales: a) En el periódico Shandra Muldich del 18 de abril de 1968, (64) cuenta Ague Rakovski que en enero de 1943 un telegrama fue enviado a Londres por Ermia Creyon de parte del Comité Judío Polaco a Stephan Weiss y a Nahom Goldmann Presidente del Congreso Judío Mundial; este telegrama dice lo siguiente: “Les informamos sobre el mayor crimen de la historia. Tres millones de judíos han sido exterminados. Queridos hermanos: El judío polaco que sobreviva pasará los años más sombríos de nuestra historia. No los han socorrido. Respondan pues, a este llamado ... que será el último”. B) El 20 de abril de 1943 (65) y tras la sublevación del ghetto de Varsovia, se recibió en Londres un mensaje radial dirigido al miembro del Consejo Nacional Judío Siegelbaum Schwartz Yard que pedía una ayuda urgente para salvar a los judíos. La única respuesta fue el silencio absoluto. c) Otro telegrama llegó a Londres el 11 de mayo de 1943: (66) “La heroica epopeya llega a su fin. En estos momentos se lleva a cabo el exterminio de los grupos judíos en los distritos mientras el mundo de la libertad y la justicia recibe esta situación con un silencio absoluto. Es algo insoportable. Tiene que informarnos de inmediato de las medidas que se están tomando”. 118


d) En 1942, el Doctor Gerhart Ragner (67), Jefe de Departamento del Congreso Judío Mundial en Ginebra durante la guerra, fue el primero en comunicar a la embajada norteamericana en Berna, lo relacionado con la situación de los judíos en Polonia. Envió a través de la Embajada al Secretario de Estado norteamericano Coardy Hall datos sobre los campos de exterminio, los cuales fueron recibidos con mucha cautela y dudas. e) El periódico Herut publicó el 25 de mayo de 1964 un artículo titulado “La historia condenará a los dirigentes de la Agencia Judía” en el cual dice: “Debemos aclarar la verad de que los líderes de la agencia judía y del movimiento sionista en Palestina mantuvieron el silencio. ¿Por qué no alzaron sus voces? ¿Por qué no dirigieron sus llamadas a los judíos en los ghettos y en los campos de concentración a través de la emisora clandestina de la Haganah y por qué no llamaron también al resto del los judíos para que huyeran a los bosques, para que se sublevaran, lucharan y trataran de salvarse? Ellos, los lideres sionistas, con su silencio colaboraron con los alemanes de modo no menos importante que los bastardos que entregaron los listados de quienes deben ser exterminados. La historia condenará el llamado Yudenrat y la policía judía que trabajaba a favor de los alemanes y condenará también a los líderes de la Agencia Judía y del Movimiento Sionista” (68). Estas son diferentes muestras de la posición sionista respecto al exterminio de los judíos en Europa. Todas coinciden en lo esencial, en señalar que los dirigentes sionistas no quisieron promover estas causas ante la opinión pública y, adrede, escondían las informaciones que recibían para salvar su responsabilidad y evitar la necesidad de tomar medidas radicales. Nos damos 119


cuenta también de que todas las informaciones pasaban por los países “democráticos”, en primer lugar, Estados Unidos e Inglaterra, pero que estos sólo reaccionaban bajo el peso de estas informaciones haciéndolo de manera tal que provocaban dudas acerca de las noticias para más tarde proclamar ante las masa su disposición de vengar las muertes como medio de apaciguamiento y desinformación. Una vez más volvemos a las palabras de Nahum Goldmannn, ex-presidente del Congreso Judío Mundial, donde reconoce que “todos somos culpables porque no hemos ido lejos en la operación de rescatar a los judíos. Estábamos engañados por la tesis según la cual había que dejar a los generales aliados en paz para que llevaran la guerra hasta el final (69). Pero Goldmann fue más franco al decir: (70) “Si hay que acusar a alguien (y son muchos en realidad) tiene que ser a los judíos del mundo libre y a todos nosotros. Nosotros y todas nuestras direcciones, hemos fracasado en el análisis de la situación durante la matanza. La acusación principal por la posición pasiva frente al exterminio de los judíos no esta dirigida contra los gobiernos democráticos. No olvido el día en que recibí un telegrama del ghetto de Varsovia dirigido al rabino Stephan Weiss, en el cual los judíos del guetto nos preguntaban por qué los judíos de América no se plantaban día y noche ante la Casa Blanca para obligar al Presidente de los Estados Unidos a ordenar el bombardeo de los campos de concentración y las vías férreas que conducen a ellos. Nosotros hemos vacilado en llevar a cabo cualquier acción por que la mayoría de los dirigentes creyeron necesario no afectar los esfuerzos bélicos de los aliados con nuestras manifestaciones” (71). 120


Notas: (46) Shonfield, R.M. Pág. 26. (47) El Sionismo después del rechazo de Uganda y durante la represión nazi. Shabata y Bet Tsvy. Editorial Brongman, Tel Aviv 1977 (Texto en hebreo). Página 301-313. (48) Desde el fondo. Anexo de las cartas. (49) El Sionismo después del rechazo de Uganda. Páginas 96 y 97. (50) Perfidy. Páginas 141, 142. (51) Ibid. Página 145. (52) Ibid. Páginas 146, 147. (53) The Jewish Guardian, Brooklyin, U.S.A. 1975, Issue 6. (54) El Sionismo después del rechazo de Uganda. Página 40. (55) Ibid. Página 40. (56) El Sionismo después del rechazo de Uganda. Página 42. (57) Ibid. Página 53. (58) El Sionismo y su papel en la política internacional. Highman Loomer. Dar Al-Tiba a Al-Hadisa. Cairo, Año 1974, Página 101. (59) El Sionismo después del rechazo de Uganda. Página 98. (60) El Sionismo después del rechazo de Uganda. Página 98. (61) Ibid. Página 97. (62) Ibid. Página 78. Estos datos aparecen de forma más detallada en el libro: The Terrible Secret. Walter Laqueur, Widen Feld Nicolson, London, 1980, Páginas 157-195. (63) Ibid. Página 103. (64) El Sionismo sin máscaras. Ivan Donev. Editorial Faraby. Beirut, 1974. Página 48. (65) Ibid. Página 49. (66) Ibid. Página 49. (67) Ibid. Página 49. (68) Ibid. Página 51. (69) Amos Elon. Página 233. (70) Shonfield. Página 99. (71) Ibid. Página 98.

121


TERCERA PARTE LA OPCION Los judíos emigraban a Palestina en grupos pequeños o grandes sólo cuando sufrían la persecución y necesitaban con urgencia de un lugar seguro. Palestina fue, y seguía siéndolo, la última opción en caso de estar forzados a abandonar su tierra original. Desde las matanzas del zar de Rusia contra los judíos (1881-1882) las oleadas de emigrantes judíos se dirigían a América y Europa Occidental sin pensar casi nunca en Palestina, salvo algunas excepciones muy contadas. A partir del fideicomiso británico sobre Palestina, pasando por la II Guerra Mundial, llegando al establecimiento del Estado de Israel, llegaron a Palestina dos clases de emigrantes. Primera: Los emigrantes legales o aquellos por los cuales la Agencia Judía obtenía permiso de las autoridades inglesas para su ingreso en Palestina. El número de estas autorizaciones dependía de las condiciones de seguridad que existían en Palestina, de la necesidad inglesa de sentir el apoyo árabe o de sus intenciones de tranquilizar a la población árabe como pasó en el caso del Libro Blanco. La política apoyaba como una constante la idea de lograr una determinada densidad poblacional judía en Palestina para cumplir con el compromiso declarado oficialmente en la Promesa de Balfour. En realidad la densidad poblacional no era un problema serio para el gobierno británico antes del ascenso de Hitler al poder debido a que las cantidades judías que fluían a Palestina no significaban ningún peligro de forma 122


que el gobierno británico tuviera que controlar y racionar si no fuera por las presiones árabes que se expresaban desde las demandas pacíficas hasta las rebeliones armadas y confrontaciones bélicas esporádicas. La inmigración era en realidad un problema serio para el movimiento sionista que trató por todos los medios de “convencer” a los judíos de trasladarse a Palestina. Cinco millones de judíos emigraron de Europa Oriental tras las matanzas del zar de Rusia y durante cincuenta años, de los cuales sólo sesenta mil fueron a parar a Palestina. Este hecho nos confirma la realidad de que la intensidad del éxodo a la tierra prometida era el mayor problema que encaraba el movimiento sionista por el factor humano. Con la subida de Hitler al poder y la puesta en vigor de las prácticas antisemitas contra los judíos, el sionismo consideró que su dorada oportunidad estaba cerca. Sin embargo, el estallido de la revolución palestina (19351939) y la tensión internacional así como la intensificación de la guerra obligó a Inglaterra a publicar el Libro Blanco que determinaba claramente las cifras de emigración. El gobierno británico trató de reunir a los árabes y judíos en una mesa redonda en la Conferencia de St. James con vista a lograr cierta tranquilidad en el Medio Oriente para poder dedicarse a problemas mucho más grandes que se avecinaban. Al fracasar este intento, publicó el 17 de mayo de 1939 el Libro Blanco donde dice: (72) “El gobierno decidió cesar la emigración judía y que el principio de la capacidad económica del país dado a conocer en el Libro Blanco de 1922 debe ser sustituido por un nuevo principio. Ahora, el gobierno no puede basarse en el fideicomiso para respaldar su punto de vista en el sentido de que la emigración debe continuarse de forma ilimitada, y que la capacidad económica del 123


país sea la única consideración, ya que al trazar la política al respecto, se tomó en cuenta el temor de los árabes hacia una emigración judía no limitada. El gobierno inglés cree que la ampliación del hogar nacional judío de manera no limitada significaría que tendría que gobernar por la fuerza y por eso decidió no permitir mayor ampliación de dicho hogar salvo en el caso de ser aceptada por los árabes. La emigración judía en el próximo lustro se elevará sólo en 75.000 personas con las cuales la población judía total representaría una tercera parte del total de la población palestina y no se permitirá más inmigración judía después de estos cinco años, salvo en el caso que los árabes de Palestina lo admitan. El gobierno no dará nuevas facilidades con relación a la ampliación del hogar nacional judío mediante emigración sin tomar en cuenta el punto de vista de la población árabe. El gobierno inglés se conformó con anunciar que el tema de la inmigración no debe ser utilizado sólo a la luz de las razones económicas sino más bien políticas, es decir, era necesario tranquilizar a los árabes mientras la II Guerra Mundial se acercaba. Sin embargo, las organizaciones sionistas no aceptaron la nueva política de Su Majestad y decidieron enfrentarla intensificando la inmigración ilegal, dándose cuenta de que la batalla palestina sólo era cuestión de tiempo (73). El Congreso Sionista realizado en Ginebra en agosto de 1939 rechazó el Libro Blanco pero no llegó a romper con Londres. Al contrario, cuando estalló la conflagración mundial en septiembre de 1939 con el ataque nazi contra Polonia y la declaración de guerra formulada por Francia e Inglaterra contra Alemania, la dirección sionista anunció su apoyo a Londres como sin no existiese el Libro Blanco. Así lo expresó Ben Gurión al decir: (74). “Combatiremos el Libro 124


Blanco como si no existiese la agresión alemana, y combatiremos a Alemania como si el Libro Blanco no existiese”. Segunda: El movimiento sionista inició la inmigración ilegal antes del estallido de la II Guerra Mundial y aún antes de la publicación del Libro Blanco en 1939 pero alcanzó su auge en los años de la guerra. Las fuentes sionistas señalan operaciones como hechos legendarios heroicos llevados a cabo por las organizaciones sionistas a pesar de los obstáculos erigidos por el fideicomiso inglés, los países europeos que colaboraban con los nazis y los estados neutros. El movimiento sionista calificó a estas operaciones de salvación de vidas para dar la impresión de que la salvación en sí, sin distinción de edad o sexo, figuraba entre sus principales preocupaciones. Al describir la inmigración ilegal dijo Ben Gurión: “Es la historia de miles de judíos normales, hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, que dejaron sus casas y todo lo que amaban ellos y se lanzaron en viajes difíciles, secretos y peligrosos, en botes en malas condiciones, retando a la mayor fuerza naval del mundo, además de los peligros del mar, para llegar a su tierra prometida. Su sinceridad, su fé y su decisión así como su capacidad de soportar las dificultades hicieron posibles estos logros en esta lucha desigual donde las proporciones eran uno a cuarenta”. (75) El resultado final de los trabajos de la Agencia Judía y la Liga del Comité de Distribución no tenía mucho significado en comparación con las cantidades exterminadas por los nazis con el apoyo y la agitación de los sionistas. Abba Eban, ex-canciller israelí, dice en su libro “Mi pueblo”, refiriéndose al tema sin abordar “el papel silencioso del Sionismo en el exterminio”: 125


“Las acciones que auspiciaban las organizaciones israelíes, sobre todo la Agencia Judía y el Comité de Distribución, eran algo irrisorio en comparación con la dirección asombrosa de los planes nazis de exterminio. En todas partes, los miembros de las organizaciones israelíes realizaban esfuerzos extraordinarios enfrentando siempre la esquiva, el mal recibimiento y el rechazo. Libraban una batalla sin tregua contra la inseguridad, el hambre y el miedo. Todas esas cosas tuvieron que enfrentar los sobrevivientes. Pero en Oriente, la hostilidad de las masas populares daba al traste con estos esfuerzos judíos; sólo las pequeñas democracias occidentales eran las únicas que se ocupaban de las cuestiones de los oprimidos”. (76) Está demostrado pues, que los enviados de las colonias judías a Palestina, apoyados por la Agencia Judía eran los encargados de la inmigración ilegal, que tramitaban con sus viajes por los países occidentales y orientales en busca de los que deseaban trasladarse a Palestina. El carácter irrisorio que señalaba Abba Eban consistía en que no existían las personas deseosas de acometer esta emigración, y de ahí pues la frustración y el mal recibimiento. Además, veremos pronto que estas misiones recibían el apoyo absoluto de parte de los enemigos acérrimos, o sea Inglaterra y Alemania. Este apoyo estaba circunscrito solamente a estas misiones. En otros términos, todo lo que estaba fuera de este marco no tenía interés alguno. Esta era la política de todas las partes beligerantes en el plano internacional, excepto los que tomaron una posición totalmente distinta y trataron de salvar a los judíos siendo estos las víctimas. De aquí nos damos cuenta de la contradicción que planteaba Abba Eban a propósito, cuando hacía una comparación entre el Oriente y las pequeñas democracias 126


al considerar que las masas populares en el Oriente tomaron de antemano una posición hostil ante los esfuerzos de salvación, mientras la pequeñas democracias occidentales simpatizaban con estas acciones. Pero la generalización en este caso es incongruente con la realidad y requiere mayor profundización y análisis. Todo indica que este criterio de Eban es el resultado de su posición política y no de la sinceridad con que deben ser reflejadas algunas verdades históricas. ¿Cuál es el sentido de la emigración ilegal? Pino y Bargilad fueron dos de los cuatro enviados de la colonias sionistas en Palestina para dirigir las acciones ilegales del traslado desde los países de Europa. Estos enviados se convirtieron más tarde en el núcleo fundador de la institución israelí MOSAD la que, desde antes de la II Guerra Mundial hasta el establecimiento del estado de Israel, asumieron la tarea de traer a los judíos a la tierra de Israel a través de métodos definidos como ilegales, para distinguirlos de la emigración aprobada por el gobierno del Fideicomiso Británico, en virtud de la cual los emigrados entraban de forma oficial y tenían derecho a la ciudadanía palestina. Los hermanos Kimche dicen que Pino (su nombre verdadero es Guensberg) llegó a Alemania en una misión especial enviado por las colonias palestinas y su trabajo era precisamente lo que querían los nazis, organizar la emigración de los judíos alemanes a Palestina, y este proyecto sólo podía ser ejecutado si contaba con el apoyo de los líderes nazis. En un encuentro en Berlín con la participación de un representante de la Gestapo y de tres ayudantes además de Pino, se analizó la posibilidad de apoyar la emigración judía ilegal a Palestina en contra de la voluntad del fideicomiso británico. Cuando abandonó 127


el edificio de la Gestapo, y se dirigía hacia la oficina central de la Organización Sionista, Pino se mostraba muy contento por haber recibido la promesa de que se estudiaría su solicitud de inmediato. Pronto se le comunicó que podía quedarse en Alemania y comenzar sus labores escogiendo los primeros judíos jóvenes en los campos de concentración. No necesitaba siquiera atravesar la infinita barrera roja que significaban los trámites oficiales. Se le comunicó inclusive que podía establecer campos especiales de entrenamiento para los emigrados que se trasladarían de forma ilegal a Palestina atravesando el cerco británico. Poco después llego Bargilad a Austria para una misión idéntica y descubrió enseguida que la única forma para lograr una emigración judía rápida de este país era pasar por la dirección de la Gestapo y las Tropas de Asalto (SS) responsables de la cuestión judía, para lo cual fue confiscado el palacio lujoso del Barón Roschild. El responsable de esta sección (la oficina Central de la Emigración Judía) era el Capitán Karl Eichmann. Bargilad no podía saber que estaba acelerando su futuro lleno de acontecimientos. El aclaró a Eichmann que necesitaba un permiso para establecer campamentos donde entrenar a los jóvenes para el trabajo en Palestina y preparar su emigración lo más pronto posible. No pidió de la Gestapo ayuda monetaria, aunque la mayoría del los jóvenes que buscaba no poseían nada, lo que sí pidió fue que no obstaculizaran su gestión. (77) Prosiguen los hermanos Kimche: “Los dos enviados judíos a Alemania Nazi no vinieron para salvar a los judíos alemanes, esto no era su trabajo, su objetivo estaba orientado totalmente hacia Palestina y el Fideicomiso Británico, buscaban jóvenes de ambos 128


sexos que deseaban ir a Palestina porque querían un hogar nacional propio y estaban dispuestos a allanar el camino y luchar por este objetivo si fuera necesario. Si el interés de los enviados se centraba en los judíos que deseaban ir a Palestina como refugio, después de Estados Unidos y el Reino Unido, ellos estaban pues preocupados por las necesidades de los judíos de Palestina, y los judíos alemanes constituían una reserva natural de emigrados para fortalecer la posición de la comunidad judía en Palestina. (78) EL OBJETIVO DE LOS NAZIS ¿Acaso querían los nazis desembarazarse de los judíos? Si fuera así, no necesitaban de tal transacción cuando podían deshacerse de ellos al exterminarlos como ya lo habían hecho con centenares de miles de judíos y no hubiera sido molestia alguna acabar con unos miles adicionales. Entonces existían dos posibilidades: los nazis querían poner en aprieto a los ingleses para resaltar la contradicción entre ambas partes de manera que favoreciera a Alemania o pretendían crear una entidad judía vinculada a ellos de una manera u otra. En cuanto a la primera suposición , podemos ver que no causaría molestia a los británicos. Nos queda entonces la segunda suposición, la voluntad colonialista de crear una entidad judía en Palestina, con la cual podrían tratar en nombre de todos los judíos del mundo. Además, este estado desempeñaría para el imperialismo alemán el papel de gendarme que realiza actualmente el imperialismo norteamericano. En las conversaciones de Herzl con el Emperador Wilhelm II encontramos la respuesta convincente sobre la posición nazi sobre esta cuestión. 129


La voluntad mutua de llegar a este asunto no existió sólo en la era nazi, sino mucho antes, es decir, en la era del imperialismo alemán a finales del siglo pasado y principios del actual. La política auspiciada por los órganos de la Gestapo y las SS no fue el resultado de iniciativas individuales y descabelladas, emocionales o iniciativas personales, sino el resultado de estudios realizados por todos los organismos y ministerios de la Alemania Nazi y materializados al final por Hitler a través de la Oficina de Asuntos Exteriores y todos los ministerios que tiene que ver con el asunto. Se dijo que el Führer decidió nuevamente fomentar con todos los medios la emigración judía de Alemania y que toda pregunta sobre si el Führer estaba de acuerdo acerca de esta emigración hacia Palestina recibió una respuesta positiva. (79) El principio de la única opción, o sea, la emigración hacia Palestina, no fue sólo conocido durante la II Guerra Mundial, sino que fue proclamado por los líderes del Movimiento Sionista desde el comienzo del gobierno de Hitler y se mantuvo más tarde como una proyección firme aprobada por el Sionismo hasta nuestros días. En 1933, el periódico Neuster Algindine Zeitung publicó un artículo titulado “La suerte de los judíos alemanes”, en el cual Mangred Reiver, líder de los sionistas bocovianos, miembro de la Agencia Judía y ex-diputado sionista al Parlamento Rumano, justificó la política antisemita de Hitler y la consideró como un fenómeno natural. Acusó a los judíos integracionistas al decir: ¨Los integracionistas sepultureros del judaísmo hicieron que se perdiera el espíritu judío”. Entre el Sionismo y el Nazismo llegaron a las siguientes bases de cooperación: a) Los judíos deben actuar pacientemente y 130


acostumbrarse a la idea de que no todos podrán salvarse. Debemos comprender el curso de la historia aunque este camino fuera anegado generosamente con la sangre judía. b) Sólo los elegidos podrán salvarse y estos son los que creen en el Sionismo. Los líderes del sionismo ayudarán a estos individuos y actualmente negocian con los fascistas su salida con sus bienes de Alemania” (80). Lo dicho por este líder sionista en 1933 no era muy ajeno a las propias manifestaciones de Ben Gurión y otros líderes sionistas, donde coincidían todos en torno al mismo concepto. El 27 de diciembre de 1938 envió Ben Gurión un mensaje al Comité Ejecutivo Sionista donde expresó: “El problema judío no se parece ahora al que había antes y la suerte de los judíos en Alemania no es el fin sino el principio. Otros países no semitas aprenderán de Hitler que millones de judíos pueden enfrentar el exterminio. El problema de los refugiados adquirió dimensiones internacionales. Gran Bretaña trata de separar la causa de los refugiados de la causa palestina, contando con el apoyo de judíos no sionistas. Por sus magnitudes, el problema de los refugiados requiere una rápida solución de carácter regional. Si no los absorbe Palestina, los absorberán otros países. El sionismo está en peligro, ya que todas la demás soluciones regionales requieren altas sumas para su ejecución, y si los judíos tienen que escoger entre los refugiados, o sea, salvar a los judíos de los campos de concentración o ayudar a la creación de un estado nacional en Palestina, la decisión será a favor de la primera opción. Si todas las potencialidades del pueblo están puestas a disposición de la operación de rescate de todos los judíos en los distintos países, entonces el sionismo será borrado de los programas de trabajo no sólo para la opinión pública 131


mundial en Inglaterra y Estados Unidos, sino también para la opinión pública judía en otros lugares. Si separamos el problema de los refugiados del problema palestino, pondremos en peligro la propia existencia del sionismo”. “Salvar a los judíos de las garras hitlerianas significa un peligro potencial para el sionismo, pero no lo es cuando estos son traídos a Palestina, y cuando el sionismo tiene que elegir entre el pueblo judío y el estado judío, optará por lo último sin vacilación”. “El sionismo admite el antisemitismo como la posición natural del mundo no judío hacia los judíos. No lo considera como un fenómeno deformado e incorrecto. El sionismo responde al antisemitismo pero no le hace frente, no lo denuncia ni lo combate” (81). ¿Cuál es la posición de Gran Bretaña ante la inmigración ilegal? Se supone que el gobierno británico debe oponerse a este tipo de inmigración después de haber anunciado en el Libro Blanco su compromiso de limitar los ingresos a Palestina mediante permisos que otorga a la Agencia Judía. Debido a la situación creada por la guerra y con el fin de apaciguar el ánimo de los árabes, se comprometió a respetar solamente lo estipulado en este documento y a expulsar a todo judío que ingrese de forma ilegal, cualesquiera que fueran sus motivaciones. El Movimiento Sionista se mostraba incómodo por la obstinación y severidad de las autoridades inglesas que maltrataban a los inmigrados ilegales sin tener en cuenta las terribles condiciones en las cuales se producía el éxodo de estas personas. La política trazada en el Libro Blanco fue objeto de la 132


más virulenta campaña propagandística llevada a cabo por algunos dirigentes ingleses y prestigiosos medios de prensa. A su vez, la dirección del movimiento sionista atacó por esta causa duramente al gobierno británico. Los miembros del Comité Fideicomiso de la ONU consideraron por su parte que el contenido del Libro Blanco no respondía a la esencia del Fideicomiso (82). Cuando el Movimiento Sionista recurrió a la inmigración ilegal, practicada también antes del Libro Blanco, algunos historiadores se afanaron en señalar las dificultades que ponía el gobierno británico al detenerlos y devolverlos a su lugar de origen. Inclusive disparaban las fuerzas inglesas sobre “los infiltrados” causando muertos y heridos. Sin embargo, el gobierno británico, promotor de la Declaración Balfour, no necesitaba de las presiones de la oposición o de la prensa para facilitar la inmigración ilegal de los judíos, ya que el establecimiento de un Hogar Nacional para los judíos era parte esencial de la política inglesa. El establecimiento de este hogar no se realizaría, como es lógico, sin la existencia de “ciudadanos”. Por eso, Inglaterra, que había declarado en el Libro Blanco que convertiría a Palestina en Estado Independiente, (83) vio que en este Estado Independiente la población árabe tendría la mayoría si no se producía un incremento rápido de la población judía, a pesar del Libro Blanco. Por tal motivo, las autoridades inglesas daban visados también a los inmigrantes a través de Turquía. En el verano de 1943, en una carta enviada al embajador británico en Turquía, insistió el Ministro Británico de Colonias, Lord Greenboam, en que se debía alentar a los judíos europeos a huir del Viejo Continente, y que además, tampoco se debía organizar la ayuda a estos. Ahora bien, si algunos lograban llegar a las costas turcas había que 133


darles un visado para continuar viaje a Palestina. Este era el caso de muchas cartas secretas remitidas por los ingleses en relación con el Medio Oriente. Estas nuevas instrucciones llegaron a los oídos de la Haganah. Esto era precisamente lo que esperaba el Mosad. Así se encontraron en el Cuerno Dorado Aihuda Avril, quien laboraba anteriormente en Austria, Levi Suárez, el veterano responsable de muchos traslados clandestinos, Bargilad y Teddy Colik, nuevo miembro del Mosad y actualmente alcalde de Jerusalén. Comenzó, pues, la operación “Estambul”. El trabajo se dividió en dos partes: Enviar los misioneros a los otros países para alentar a los demás judíos a organizar movimientos clandestinos y tratar de revitalizar el Movimiento de los Vanguardias Sionistas, mientras la otra parte consistía en crear las condiciones para proseguir la emigración hacia Palestina. (84) El gobierno británico no sólo brindó las facilidades legales y jurídicas para la emigración judía hacia Palestina, sino también brindó facilidades muy prácticas y ayuda de gran valor que permitieran elevar la emigración al nivel requerido, para que la población judía fuera igual o mayor que la población árabe. La primera parte de este plan fue ejecutada por 32 “judíos palestinos” lanzados en paracaídas por los aviones, detrás de las filas enemigas, para entrar en contacto con las comunidades judías. El plan en sí representaba muchos riesgos. Fueron elegidos 250 judíos palestinos, en su gran mayoría colonos, para actuar detrás de las líneas enemigas; de estos, 170 habían recibido cursos especiales de paracaidismo en el ejército británico. Los aparatos de inteligencia inglesa mostraron en todo momento su entusiasmo por la ejecución de este plan teniendo en cuenta de que la mayoría de estos palestinos 134


eran ex-ciudadanos de los Balcanes y de los países de Europa Occidental, es decir, que tenían pleno dominio de la situación y también contarían con la ayuda de los judíos radicados allá. Al mismo tiempo envió el Mosad otro grupo para apoyar a los paracaidistas y preparar el terreno para la continuación del éxodo. (85) Esta es justamente la primera parte del plan acordado en Estambul por los cuatro agentes del Mosad; mientras tanto, la otra parte consistía en la compra por Aihuda Avril del barco Toros de mil toneladas de carga para enviarlo rápidamente a Bargilad a fin de aprovechar hasta el máximo las facilidades dadas por los soviéticos tras la liberación de Rumanía, teniendo en cuenta que las fuerzas soviéticas no llevaron a cabo ninguna acción de represalia contra los judíos. Bargilad recibió el barco y estaba listo para trasladar 900 judíos, en su mayoría jóvenes. Este barco atravesó todos los trechos sin problema alguno, sin intromisión turca o británica por cuanto poseía “una carga legal” a bordo, aunque fuera incluida en los límites de la cuota fijada por el Libro Blanco, pero llevado a cabo por orden oficial y legal del gobierno inglés. LA POSICION NAZI HACIA LA EMIGRACION ILEGAL No era de extrañar desde el principio, la posición británica de ayuda a la emigración ilegal. Pero sí era de extrañar la posición de Alemania que aplicaba una política de exterminio basada en la teoría racial; era de extrañar que Alemania desempeñara un papel fundamental en el fomento de la emigración ilegal a la vez que segaba, al mismo tiempo, miles de vidas judías.

135


Hemos señalado los contactos que tuvieron lugar entre los enviados judíos a Palestina y Eichmann y otros contactos realizados entre jefes de la Gestapo y los SS para facilitar el traslado de los judíos a Palestina, así como las facilidades otorgadas a estos enviados para lograr este objetivo. Sin embargo, la Gestapo no se sentía satisfecha de esta empresa por cuanto se desarrollaba de manera lenta y quería agilizarla. Por tal razón, Pino dio garantías que organizaría de inmediato el éxodo acelerado por lo que obtuvo la facultad de firmar cualquier documento para liberar a cualquier judío de los campos de concentración. También se le permitió ampliar las granjas de entrenamiento convertidas más tarde en centros de preparación de los judíos que se enviarían a Palestina. A pasar de todo esto, Pino fue llamado a la sede de la Gestapo donde se le exigió que trasladara a cuatrocientos judíos semanalmente desde Alemania. Le presentaron un empresario greco-alemán, propietario de varios buques, para que asumiera esta tarea. Se evidenció más tarde que Eichmann y Müller crearon una oficina de viajes mediante la cual se dirigían todas las actividades de emigración que realizaban los enviados judíos con vistas a ampliar y acelerar este éxodo para obtener altas sumas de dinero a cambio de cada carga que abandonara Alemania. En marzo de 1939, salió de Berlín el primer grupo integrado por 280 judíos alemanes organizados por Pino, aparentemente hacia las granjas de entrenamiento en Yugoeslavia. Con vista a garantizar su seguridad fueron enviados en un tren especial acompañados por varios funcionarios nazis hasta Viena, donde se incorporó otro grupo más numeroso de judíos austríacos, organizado por Bargilad y acompañado por nazis austríacos.(87) 136


En julio de 1939, logró Shamaria Ramírez, colono palestino de origen norteamericano perteneciente a la colonia Beet Hashita, enviado por la Unión de Colonias, posteriormente miembro del Mosad, organizar la primera carga ilegal desde el Atlántico. Un barco perteneciente a las SS, Dora, partió de Holanda para llegar sin problemas a Palestina con 500 judíos alemanes a bordo. Mientras tanto, otro grupo de 120 judíos polacos residentes en Alemania y organizados por Pino, llegó a Palestina sin problemas. Pino se encargó de trasladarlos a través de la frontera entre Alemania y Bélgica ante las tropas de la Wehrmacht que realizaban maniobras en aquella zona. (88) La transacción mayor acordada entre Pino y las autoridades nazis fue la que permitió a los barcos con emigrantes a bordo estacionarse en los puerto de Imden y Hamburgo. De esta forma, los enviados judíos salvaron el obstáculo que significaba obtener visados de otros países. Así pues, alquilaron cuatro barcos a la vez para transportar diez mil judíos de vanguardia en una sola operación. (89) Cuando las fuentes sionistas hablan de los judíos de vanguardia, todo parece indicar que se está hablando de unos que fueron reclutados por los enviados para jugar un papel sionista de vanguardia en Palestina, mientras que, en realidad, únicamente les interesaba salvar sus vidas del infierno nazi. Esta realidad la reconoció el sionista Edelmann cuando comentó la tesis según la cual los judíos de Palestina se incrementaron gracias a la influencia de las ideas sionistas. Dijo: “El genocidio desmedido obligó a los judíos a buscar un refugio seguro, y Palestina fue uno de los lugares donde los acogían. No fueron allá por la ansia de crear un centro nacional judío, sino para salvar sus vidas”. (90) 137


Las represalias contra los judíos no incomodaron al movimiento sionista, sino todo lo contrario; los sionistas no vieron en el fortalecimiento de los nazis en Alemania un desastre nacional, sino una oportunidad adecuada para lograr sus pretensiones hacia las cuales convergían ambas partes, sionista y nacionalista, en el lema de la raza y la nación, y tuvieron así la posibilidad de crear relaciones estrecha entre sí. (91) Los nazis y los sionistas partían de las mismas bases teóricas homogéneas. Los objetivos y deseos comunes de lograr una empresa colonialista en Palestina motivaba la estrecha cooperación bilateral. Los aspectos de la colaboración durante la guerra no sólo se manifestaban en Europa, mediante los contactos de los enviados del Mosad con Eichmann, sino también en Palestina. Hans Heine (92) explicó en algunos artículos publicados en Derspiegel como la inteligencia alemana y los sionistas se apoyaban para lograr objetivos comunes. Von Mildenstein observaba minuciosamente la actividad sionista del país; además ordenó la elaboración de un mapa donde se reflejaban los puntos donde actuaban los sionistas dentro de Palestina. Dedicó al Haganah considerable parte de su trabajo de control, gracias a Ihert, agente de la inteligencia alemana que trabajó en la oficina de Información Palestina y logró buenas relaciones con los dirigentes de esta organización. Entre los jefes de la Haganah se encontraba Vivel Polks quien dirigía un cuerpo entero de seguridad y que era a la vez jefe de la sección de inteligencia nazi en el Medio Oriente. La inteligencia alemana no sólo seleccionaba los cuadros para la Haganah de los campos en Alemania, sino también controlaba la dirección de los asuntos de esta organización y su actividad. 138


No existen diferencia alguna entre la relación alemanasionista en los tiempos de Guillermo II a finales del siglo pasado y principios de este, por una parte, y la relación alemana-sionista antes y durante la II Guerra Mundial, sino que la segunda es la prolongación de la primera y ambas relaciones se rigen por los mismos fundamentos prácticos y teóricos. Nos damos cuenta de que Herzl había hecho llegar a Guillermo II el mensaje en que aclaraba que podía desembarazarse de los judíos en caso de lograr la emigración a Palestina y que Turquía y Alemania podían lograr ganancias. Estos puntos son los siguientes: (93) 1. El movimiento sionista amortiguará el efecto del Socialismo en los diferentes países ya que, el Socialismo, siempre incomodó y molestó a los judíos que proporcionaron a los movimientos revolucionarios las ideas y los líderes. 2. La disminución del número de judíos en Europa hará disminuir el antisemitismo. 3. Turquía será beneficiada con la afluencia de los elementos inteligentes y activos a Palestina, aparte de las inyecciones monetarias que reactivarán su economía. El incremento en su balanza comercial le dará incalculables beneficios. 4. Los judíos traerán consigo la civilización y el orden a este rincón abandonado del Levante. 5. El tendido de una línea férrea desde el Mediterráneo hasta el Golfo Pérsico es una necesidad impostergable para los europeos y esta línea será construida por los judíos. La selectividad practicada por el Sionismo entre los emigrantes se expresó plenamente en la tragedia de los barcos Stroma, que estalló en las aguas del estrecho de los Dardanelos, y Patria que explotó en el puerto de 139


Haifa. Esta tragedia se mantuvo a oscuras y nunca se supo lo que ocurrió en realidad. Se evitó siempre decir la verdad para que las diferentes generaciones se olvidaran de lo sucedido. PATRIA Y STROMA Estos dos barcos no fueron los únicos que se hundieron con judíos a bordo, pero se han vuelto famosos por las mismas propagandas sionistas al respecto para desprestigiar al Fideicomiso británico por una parte, y por otra parte para convencer al mundo de que, efectivamente, existía un verdadero dilema que sufrían los judíos por la política del Libro Blanco. Al mismo tiempo se daba a entender que los mismos pasajeros fueron quienes volaron ambos barcos como protesta por la negativa inglesa de permitirles el ingreso por estar fuera de la cuota establecida. Pero detrás de la explosión de ambos barcos existen anécdotas que merecen nuestro interés y que nos permiten hacer ciertas aclaraciones a partir de diferentes fuentes de tendencias: a) PATRIA A principios de noviembre de 1940, dos barcos, “Abilos” y “Pacific” llegaron al Puerto de Haifa cargados con 1.771 emigrados legales que no se quejaron de los sufrimientos que vivieron en el viaje porque quedar en Europa hubiera significado arriesgar sus vidas. Pero las autoridades inglesas los trasladaron al barco “Patria” para enviarlos a las Islas Mauricio. Cinco días después, el 25 de noviembre de 1940, ocurrió una explosión en el barco, que se hundió a los doce minutos y, junto a él, murieron 250 pasajeros, 50 marineros y un policía palestino. La causa de la explosión no fue determinada, pero según se supo fue perpetrada por la Haganah para al menos 140


retardar el regreso a las Islas Mauricio o impedirlo. Los autores del atentado se equivocaron en sus cálculos, ya que no tomaron en cuenta el hecho de que el barco, al hundirse rápidamente, ocasionaría la consiguiente pérdida de vidas. Dentro y fuera de Palestina se propagó la noticia de que los emigrados volaron el barco para provocar la ira de la población judía contra el Fideicomiso británico. Cuando llegó al puerto el último de los sobrevivientes, entró otro barco del Danubio (Atlantic) con más de 1.800 emigrados a bordo y su carga, sin problemas, con la protección de los barcos británicos (94). Esta fue la versión de los hermanos Kimche respecto al barco “Patria”, pero hay otras versiones aunque no revelan el origen del accidente. Albert Hyamson (95) narró el accidente, limitándose a contar los sucedido sin pedir responsabilidades por la tragedia. Si algunas fuentes sionistas trataron de tergiversar la verdad, la fuentes oficiales sionistas no relataron lo relacionado con este incidente. En el libro “La hoguera”, escrito por varios académicos israelíes, no se exponía nada de este incidente (96). Por su parte, Abba Eban, en su libro “Mi pueblo” (97) pasó por alto el hecho mientras señaló otros incidentes con el barco “Stroma”. Walter Laqueur (98) autor de “La Historia del Sionismo” se refirió brevemente al hecho que según plantea fue producto de los enfrentamientos entre la Haganah y las fuerzas británicas en Palestina. El relato más explícito israelí, Shabtay Bet Tsvei en “El movimiento Sionista tras el rechazo de Uganda” (99) contó: “Los detalles básicos relacionados con el asunto del barco Patria quedaron evidentes tras el testimonio de uno 141


de los autores. Las autoridades inglesas concentraron unos novecientos emigrados judíos, en su mayoría provenientes de Alemania y Checoslovaquia y que habían viajado en barcos como el MILOS, el PACIFIC y el ATLANTIC, en el mes de noviembre de 1940, en el barco Patria para enviarlos a las Islas Mauricio en el Océano Indico. Para atrasar la saldida del barco del puerto de Haifa, Moshe Shertuk, miembro de la Agencia Judía, designó a Shaul Avigor, presidente del Instituto de Emigración como responsable de la acción. La operación fue llevada a cabo por un equipo de inteligentes ingenieros que preparó una mina y saboteó el barco; la tarea debió ser ejecutada por Yitsac Sarieh como experto para determinar dónde colocar la mina, mientras Mayer Mardur, de las unidades especiales de defensa, tenía la tarea de entregar esta mina al representante del grupo de emigrados ilegales en el barco. La mina explotó en los primeros minutos después de las nueve de la mañana del 25 de noviembre de 1940 y Patria se voló hundiéndose a una profundidad de 35 pies por sus grandes dimensiones. Aunque las partes laterales quedaron afuera, la mayor parte del barco se hundió en el agua en los primeros 10-15 minutos. El resultado de este drama fue 267 muertos. Al analizar los documentos del Comité Central y de la Comisión Política del Mapai, del 12 de diciembre de 1940, encontramos que fue tratado el problema de los emigrados ilegales y la agresión contra el redactor del periódico Haboil Hatseir. Al final de la reunión se condenó esta acción mientras hubo divergencias respecto a la identidad de los autores y se señaló que la Haganah no tenía nada que ver con el asunto. El testimonio del redactor del mismo órgano de prensa Yitsac Luvian demostró la existencia de pruebas sobre la implicación 142


de Haganah en el atentado. Debido al surgimiento de discrepancias fue creada una comisión por Y. Berts, A. Globb y A. Tsinrling para investigar sobre las causas del accidente y determinar los culpables. En una reunión del Histadrut en Kfar Saba hubo fuerte intercambio verbal durante el cual la Haganah planteaba la necesidad de impedir por la fuerza las acciones británicas de expulsión de inmigrantes y atacaba a los moderados, quienes rechazaban tal posición, acusándolos de complicidad con el ignominioso poder. El 15 de diciembre se dio a conocer un informe de Eliahu Golomb, miembro de la Comisión: Dijo: “Sí, efectivamente, los dos atacantes pertenecían a la Haganah y reconocieron haber realizado el atentado en virtud de órdenes recibidas por el Jefe del Estado Mayor de la Haganah. Dos miembros de la comisión presentaron su renuncia, Golomb y Berts, cuando el informe fue pasado a Moshe Sharit y engavetado definitivamente”. b) STROMA La suerte de los barcos Patria y Stroma es idéntica. Ambos barcos fueron destruídos con emigrados a bordo. Antes de comentar los antecedentes del barco Patria, podemos relatar lo sucedido con el barco Stroma, puesto que hay un hilo que une un caso con el otro desde el comienzo hasta el fin. En el otoño de 1942, Stroma se dirigía al puerto de Estambul con 769 pasajeros. Las autoridades inglesas le negaron la entrada a Palestina, pese a que habían miles de autorizaciones por dar según el propio Libro Blanco. Dos meses de gestiones y buenos oficios no dieron resultado alguno. Al final, el 23 de febrero de 1942, ochenta policías turcos se dirigieron al barco y lo remolcaron, sin combustible ni víveres, a través 143


del Bósforo hacia el Mar Negro. Nadie se dio cuenta que ya el barco estaba casi al hundirse por su frágil estructura. Terminó hundiéndose con todos los pasajeros, excepto uno (100). En el relato, los hermanos Kimche no señalan detalles de las causas del hundimiento ni determinan los responsables del accidente. El escritor Ponda Rivski (101) acusa a la inteligencia militar alemana de ser la responsable del hecho. Este relato lo confirma Abba Eban (102) cuando explica que una lancha alemana tiró un torpedo contra el barco. El historiador Walter Laqueur (103) no menciona el impacto de un torpedo y cuenta que sólo se salvaron dos pasajeros. Pero mencionó un dato importante ya mencionado por los hermanos Kimche, y es que ni siquiera una tercera parte de las autorizaciones había sido usada, es decir, que la Agencia Judía poseía entonces unos 25.000 para un mismo número de judíos. Abba Eban (104) promovió un nuevo debate al decir que los ingleses prohibieron la entrada de los emigrados a Palestina pero que tras largas negociaciones aceptaron al menos la entrada de los niños; sin embargo, los turcos enviaron el barco al Mar Negro. Continuó Abba Eban diciendo que el 24 de febrero se supo del naufragio del barco y que era posible que un submarino alemán le haya disparado salvándose un solo pasajero. Sobre el naufragio de este barco, expuso el escritor israelí Shabtay Bet Tsvei (105) varia posibilidades: 1. Las fuentes extremistas que analizaron el asunto vieron que había la posibilidad de que alguna lancha alemana hubiera disparado un torpedo contra el barco. Pero quedó claro en los años sesenta que esta suposición no tenía valor alguno debido a que no había entonces en la zona ningún tipo de barco submarino alemán en el Mar Negro. 144


2. Se creyó también que un submarino ruso podría haber disparado sobre el barco por equivocación. Encontrándose a lo largo de la costa turca. 3. En la Cámara Británica de los Comunes, Lord Greenborn declaró que podría ser que los propios pasajeros hayan volado el barco por la desesperación imperante. Esta hipótesis necesita ser demostrada. 4. Algunos medios ven como muy probable un atentado parecido al del barco Patria. Otro relato hecho por Albert Hyamson (106) en su libro “Palestina bajo el Fideicomiso”, señala: “El incidente influyó hondamente en los no judíos así como en los judíos en todas partes. No se puede asegurar si este barco Stroma fue hundido por un gobierno enemigo o por una de las organizaciones que se vanaglorian de traer emigrados ilegales a Palestina”. La última versión figura en el libro “Yo Acuso” del escritor canadiense Rogie Dilorm (107): “El escritor inglés Christopher Sikes en el libro “Cross Roads to Israel” plantea que si la Agencia Judía tuviera que escoger entre el factor humano y el factor propaganda y objetivos políticos no hubiera hundido el mencionado barco. Pero los sionistas prefirieron aprovechar el desastre del barco para que el mundo compadezca a los judíos que pretenden trasladarse a Palestina”. “De esta forma, los sionistas expresaron fehacientemente su desprecio por la vida humana”. Continúa el escritor canadiense diciendo: “Cuando Moshe Sharit supo lo del barco Stroma, y anteriormente lo del Patria, se limitó a decir que era algo inevitable. En algunas ocasiones se sacrificaba a un número pequeño de personas para salvar a un número mayor”. Patria y Stroma son dos leyendas en la historia de la 145


emigración ilegal sionista a Palestina. En torno a las cuales han aparecido muchos mitos de generación en generación para demostrar el amor a la tierra prometida, hasta el grado de inmolarse para que otros lograran ese objetivo. Pero la realidad que el movimiento sionista trató de encubrir no desapareció nunca. Esta verdad se filtró, y no a través de los antisionistas o no sionistas, sino de los mismos dirigentes del movimiento, lo que nos permitió precisar algunos datos y llegar a algunas conclusiones: 1. La mayoría de las fuentes aseguraron que el atentado contra el barco Patria era una obra de la Haganah en la que estaba involucrado su propio Jefe de Estado Mayor. 2. El objetivo era hundir a todos los pasajeros, pero el mecanismo de tiempo hizo estallar la bomba de día lo que posibilitó salvar a muchos pasajeros. 3. La mención a la banda Irgún pretendía encubrir a los autores originales. Como se desenmascaró al movimiento sionista y se vio claro lo burdo de sus versiones, trató de adjudicar el atentado a un movimiento irresponsable, un movimiento de carácter terrorista, de manera que la imagen de la Haganah se mantuviera intachable como representante legítima de los judíos en todos los confines del mundo. Queda una última pregunta. ¿Por qué precisamente el hundimiento de estos dos barcos y ninguno otro de los tantos que las autoridades británicas hacían retornar a Chipre o a las Islas Mauricio? Los hermanos Kimche dicen: (108) “Cuando hubo divergencia entre Eichmann y Bargilad (el enviado del Mosad para la emigración ilegal en Viena), asumió personalmente Eichmann estas operaciones. Con el fin de ejecutar su nuevo plan utilizó a Strofer, un judío austríaco no sionista, dándole limitadas facultades. Strofer tenía la tarea de alquilar barcos mediante las 146


sumas que proporcionaba la comunidad judía y enviar pues las cargas ilegales a Palestina, por supuesto, sin perder tiempo en la selección de judíos vanguardias como hacía Bargilad”. Los barcos hundidos son el resultado de la obra de Strofer bajo las órdenes directas de Eichmann. Como vemos no se trataba de un sionista y, por consiguiente, su preocupación fundamental era el rescate de los judíos, sin tener en cuenta los objetivos originales que perseguían los jefes de estos. Para él, todo consistía en sacar a los judíos, cualquiera que fuera su ideología, su edad y su utilidad para los destinos coloniales. Este tipo de acciones no favorecían al movimiento sionista que adoptó desde el primer momento el principio de la selectividad dejando a su suerte a quienes no le interesaban. Por tanto, hundir a estos dos barcos no era de gran impacto para los sionistas, mientras tanto, su destrucción les servía de utilidad en lo que a propaganda y movilización de la opinión pública internacional se refería. Podemos decir que hay un abismo enorme entre el rescate y la selectividad... Así lo expresó claramente Vladimir Jabotensky en su libro: “El Estado Judío” publicado en 1939: “El Sionismo posee dos conceptos: el primero de los cuales es más nacionalismo y el segundo más humanismo”. Según el primer concepto, la misión del Sionismo se resume en lograr la perfección en Palestina: “Debemos exportar el pueblo judío en una edición de lujo”, “en un formato superatractivo” y si seguimos usando la terminología clásica de las ediciones podemos hacerlo en “Obras escogidas”. “Para alcanzar esta finalidad debemos ser muy cuidadosos a la hora de escoger, debemos ser minuciosos”. 147


“La pura selectividad” judía en el exterior era únicamente la que debía determinar quien iba a ser traído. ¿Cuál sería la suerte de los demás judíos” Es lógico que a los teóricos no les gustaba mencionar el tema. Es claro que “los que no fueran elegidos” quedarían en el destierro con sus nietos y reducidas perspectivas de vida. (109). NOTAS (72) La enciclopedia judía. Tomo 16, Página 484. (73)Sesenta años del movimiento nacionalista árabe palestino. Dr. Emil Tuma - Departamento de Información y Cultura de la OLP Organización para la Liberación de Palestina. Año 1978, Página 166. (74) Golda Meir. El odio. DAR AL-MASIRAH - Beirut. Año 1979, Pág. 121 (75) The Secret Roads, by Jon and David Kamche, Hyperion Press, 1954, pág 3. (76) Mon Peuple, Abba Eban, París, 1970, Página 313. (77) Jon and David Kamche, Páginas 16, 17 y 18. (78) ibid, Página 27. (79) Ibid, Página 30. (80)El Sionismo al servicio de la reacción - Broodsky, R.M. y Sholister U.S.A. Traducción Hashem Hamady. Ministerio de Cultura. Damasco, Año 1977, Pági 103 y 104. (81) Zionist Relations with Nazi Germany. By Faris Yahya, Palestine, Research Center. Beirut Página 78. (82) The History of Zionism, Walter Laqueur, New York, 1975, Página 528. /83) La Causa Palestina en sus diferentes etapas Mohamed Ezzat Darwazah, Beirut, Año 1959, Página 333. (84) Jon and David Kamche, Página 66. (85) Ibid. Página 67. (86) Ibid. Página 68.

148


(87) Eichmann in Jerusalem. By: Hannah, Published Faber and Faber L.T.D., Año 1963, Página 55. (88) Jon and David Kamche. Página 39. (89) Ibid, Página 43. (90) Ivanov, Yuri, Página 146. (91) La Revista Der Spiegel, Número 19/12/1966. Ensayo Hans Heinch. (92) Ibid. (93) Germany, Turkey and Zionism, By Issiah Friedman, University Press Oxford, 1977, Página 65. (94) Jon and David Kamche, Páginas 53 y 54. (95) Palestine Under the Mandate, by Albert M. Hyamson, U.S.A. Año 1975, Página 150. /96) La Hoguera (En inglés) Escrito por un grupo de académicos israelíes. Jerusalén, Año 1974, Páginas 119 y 131. (97) Abba Eban, Página 303-321 (98) Walter Laqueur, Página 541 (99) El Sionismo tras el Rechazo de Uganda - Páginas 301 313. (100) Jon and David Kamche, Páginas 56, 57. (101) Ponda Reivsky, Página 178. (102) Abba Eban, Página 319. (103) Walter Laqueur, Página 542. (104) Abba Eban, Página 319. (105) El Sionismo tras el Rechazo de Uganda. Páginas 313 y 314 (106) Albert Hyamson, Páginas 151, 154. (107) Yo Acuso, Rogie Delorm. Traducción Nachleh Kallass. Comité de Estudios Palestino. Damasco 1979. A partir de la página 25. (108) Jon and David Kamche, Página 38. (109) El Sionismo: Teoría y Práctica. Un grupo de escritores soviético Dar-At Taliá, Beirut, Año 1974, Páginas 194 -195.

149


CUARTA PARTE LOS REFUGIADOS JUDIOS Para poder entender la auténtica posición del movimiento sionista sobre la cuestión de los refugiados judíos antes y durante la II Guerra Mundial, debemos enfocar dos puntos fundamentales que permiten entender este asunto en sus verdaderas dimensiones. El primer punto lo constituye el esbozo histórico sobre la llamada cuestión judía en los diez siglos pasados. Esta cuestión que fue un centro de debates para los diferentes historiadores que trataron de precisar sus causas a partir de distintos criterios llegando a su vez a resultados variados. Analizar la cuestión judía en el marco del problema de los refugiados se debe a que ésta fue la causa principal del destierro como fenómeno permanente debido a que los judíos fueron reprimidos y perseguidos constantemente en las sociedades europeas, lo que hizo que el hecho de buscar refugio se convirtiera en un asunto rutinario y natural para ellos a lo largo de siglos. El segundo punto es la posición del gobierno de Israel acerca de los refugiados después de la matanza por los nazis y el establecimiento del estado sionista hasta la fecha. Esta posición y sus causas constituyen la continuidad de las motivaciones del movimiento sionista durante la masacre. Por tal razón se hace necesario conocer brevemente estos dos puntos antes de profundizar en la posición del movimiento sionista. Primero. La cuestión judía. No debemos buscar el secreto del judío en su religión sino el secreto de la religión en el judío auténtico (110). En otras palabras, no debemos partir de la religión para 150


explicar la historia judía, sino al contrario debemos analizar el mantenimiento de la religión a partir del papel económico y social del judío. Antes de iniciar el análisis de este punto debemos aclarar que aplicaremos el método materialista para explicar la cuestión judía dejando de lado el método metafísico usado por muchos historiadores quienes tratan de demostrar la superioridad racial de los judíos al calificar al pueblo judío elegido y puro, cuya religión preservó su existencia pese a todas las atrocidades que padecieron desde Babilonia hasta nuestros días. No podemos decir que los judíos sobrevivieron a apesar del destierro y la dispersión, sino que ellos sobrevivieron gracias a esta dispersión. Si no fuera por el destierro antes de la caída de Jerusalén, y si los judíos se hubieran mantenido en Palestina se habrían fusionado con las demás naciones al igual que los romanos, los griegos y los egipcios, y se hubieran convertido a sus religiones y costumbres. La caída del imperio romano condujo a la fusión de todos los pueblos, pero los judíos se mantuvieron ajenos a este proceso al mantenerse como portadores del desarrollo comercial característico del mundo antiguo. Durante los primeros siglos del medioevo, los judíos en Francia eran principalmente comerciantes y en Flandes, donde radicaban desde la invasión normanda hasta las primeras cruzadas controlaban el comercio. En Europa Oriental (Polonia, pequeña Rusia), los judíos viajaban a Europa Occidental para la trata: venta de sal y pieles y compra de telas. En el reinado de Jazer, los judíos solo practicaban el comercio. Este reino, que estaba formado por un pueblo mongol que vivía cerca del mar Caspio fue declarado de confesión judía por su rey. Su capital Itel era un importante centro comercial. Podemos decir de este 151


modo que los judíos en esa época gozaban de una situación privilegiada y se encontraban entre la clases nobles de la sociedad. Pero el comerciante judío no invertía su capital en la producción porque no compraba materias primas ni financiaba la fabricación de tejidos, sino hacía el papel de intermediario entre distintos productos fuera de su control directo y no intervenía en modo alguno en su producción. Habitualmente, los reyes y grandes señores de Europa dejaban las recaudaciones de impuestos a cargo de los judíos, los cuales pasaron a ocupar una posición clave en la vida económica de estos estados. Ocuparon muchas veces los cargos de tesoreros a principios del medioevo. En España, hasta finales del siglo XIV, la mayoría de los judíos fueron grandes cambistas, mientras en Polonia los reyes los ubicaban en posiciones vitales para dirigir las cuestiones relacionadas con las propiedades; en otros países europeos ocupaban cargos importantes, tales como la responsabilidad de asegurar los ingresos que eran más importantes que los tesoros almacenados y las minas reales de sal. Podemos ver que la economía natural necesitaba de los judíos. Pero la caída de esta economía significó el comienzo de la persecución y las constantes amenazas que duraron mucho tiempo (111). La represión antijudía es resultado de la situación económica en que habían quedado al producirse las sucesivas oleadas de emigración siempre a lugares más seguros donde se presentaban mejores condiciones para su actividad comercial y económica. Cuando la economía de Europa pasó del carácter natural al intercambio, ocurrió que desaparecieron las posiciones judías en el comercio. Comerciantes 152


cristianos profesionales ocuparon el lugar de los judíos en la importación de especies para Europa y las exportaciones. De este modo chocó esta clase local con los judíos que ostentaban una posición económica perteneciente a una etapa anterior del desarrollo económico. La clase de comerciantes locales dio una lucha tenaz para desalojar a los judíos. Además, las cruzadas, expresión de la voluntad comercial de las ciudades que se abrían camino hacia el Levante han sido la oportunidad para intensificar las represalias contra los judíos sobre todo en las ciudades de Europa Occidental. A pesar de todo, esta situación no impidió en modo alguno que los judíos dejaran de ser escogidos para importantes cargos públicos como gerentes de las propiedades de los amos. Su papel en la sociedad cambió. El judío ahora se dedicó a la usura, a prestar dinero al amo en lugar de actuar con la mercancía, y si la palabra judío en la etapa anterior era sinónimo de comerciante ahora es sinónimo de usurero (112). Los siglos XII, XIII y XIV fueron la época en que se desarrolló la usura judía en toda Europa Occidental y parte de la Central, pero el propio avance económico condujo a su rápido colapso y a su vez a la expulsión definitiva de los judíos de Inglaterra a finales del siglo XIII, de Francia a finales del siglo XIV y de España a finales del siglo XV. Estas fechas reflejan el grado de desarrollo económico en aquellos países ya que el siglo XIII es el siglo de la prosperidad económica en Inglaterra, mientras que en el siglo XV se enriquecieron los reinos hispanos y alcanzó el comercio su auge (113). De este modo, los judíos fueron expulsados de toda Europa Occidental hacia Europa Oriental; en otros términos, el éxodo fue de países desarrollados hacia otros que aún vivían en las condiciones del intercambio 153


basado en el trueque. La Polonia feudalista se convirtió en el refugio de los judíos expulsados de todas partes. Podemos decir que la economía de trueque fue el factor de la expulsión de los judíos de países de Europa Occidental. El judío como cambista o prestamista de los nobles desapareció totalmente de Europa Occidental a finales del medioevo mientras pequeños grupos de ellos lograban mantenerse en sus puestos económicos de carácter necesario y los bancos judíos pasaban a ser casas de hipotecas. En colapso completo, donde el judío usurero prestaba a los pobres del campo y de la ciudad a cambio de prendas de bajo valor. ¿Qué se hacia con las cosas hipotecadas y que nos se recuperaban? Había que venderlas, de este modo, el judío se convirtió en un vendedor ambulante de baratijas. Se acabó la antigua etapa de prosperidad y comenzaron pues los tiempos de los Ghettos, de humillación y de horribles represalias (114). Las condiciones económicas y comerciales de los judíos los convirtió en blanco de la persecución de todas las clases del pueblo aún cuando no existía acuerdo previo entre éstas. Los intereses de estas clases fueron de una manera u otra por la posición privilegiada de los judíos en el plano económico, hecho que condujo a que cada una de estas clases se opusiera a su presencia en diferentes tiempos y de distintas maneras. En resumen, las emigraciones judías y la llamada cuestión judía son producto de coyunturas meramente económicas que nada tienen que ver con la religión o la nacionalidad. Cuando se encontraban las relaciones económicas naturales, los judíos tendían a la fusión con sus sociedades en América del Norte y del Sur. En esta última, el porcentaje de judíos incorporados a la sociedad se elevó al 60 porciento del total. El mismo fenómeno 154


ocurrió en el pasado cuando el número de judíos de Alejandría, en tiempo del imperio romano, se elevaba a un millón aproximadamente y se fusionaron espontáneamente con la población de esta ciudad, al punto que los libros sagrados hebreos fueron traducidos al griego, idioma imperante en aquel momento. Podemos decir que los judíos, como tales, sobrevivieron no a pesar de su destierro, sino como consecuencia de éste. Volvemos a las palabras de Marx respecto a la cuestión judía “No debemos buscar el secreto judío en su religión, sino buscar el secreto de la religión en el judío realista”. Segundo. Los refugiados judíos tras la guerra y la creación de Israel. Muchos políticos sionistas y no sionistas creyeron que con el establecimiento del estado de Israel se pondría un punto final a la era del destierro judío. Consideraban que todos los judíos recogerían sus pertenencias y se marcharían a la tierra prometida. La creación de Israel se produjo tres años después del fin de la II Guerra Mundial cuando cayó el Reich alemán y el sistema nazi en Alemania y el fascista en Italia. En aquel entonces la población de Israel no sobrepasa los 650.000 judíos. Se suponía que todos los judíos que sobrevivieron a la guerra expresarían su deseo de ir a Palestina para contribuir en la construcción del estado sionista independientemente de la manera que usarían para su ingreso. Pero nada de esto ocurrió, ya que los judíos no estaban vinculados al Sionismo ni al estado de Israel a pesar de sus sufrimientos en la II Conflagración Mundial, y a pesar de los intentos persistentes y esfuerzos enconados del los líderes sionistas para alcanzar una convergencia entre su movimiento e ideas por una parte y el judaísmo por la otra parte (115). 155


El desinterés de los refugiados judíos hacia el estado de Israel hizo que el movimiento sionista recurriese a todos los métodos de represión para obligarlos a emigrar a Palestina (Israel). Al tratar el asunto del rescate de los judíos europeos, el Rabino Klausner (116) planteó en una de sus conferencias que el Consejo Judío Norteamericano dominado por los sionistas debía dirigirse a los judíos internados en los campos de concentración hacia Palestina y darle a la Haganah la tarea de implantar el terror entre los judíos e impedir los abastecimientos de víveres. En la zona de Alemania ocupada por EE.UU. había unos 100.000 judíos en 1948. Más de la mitad de éstos solicitaron emigrar a EE.UU. mientras el resto o la mayor parte del resto deseaba trasladarse a cualquier lugar del mundo menos Israel. El sionismo presionó e impidió su emigración al nuevo mundo con vistas a obligar a los judíos a emigrar hacia Israel únicamente. Cuando en EE.UU., sobre todo por Congresistas, se crearon condiciones para recibir a los emigrados judíos, las organizaciones sionistas se oponían inmediatamente. A cambio, la Agencia Judía utilizaba todos los medios de presión para obligarlos a dirigirse hacia Israel. Este planteamiento figura en un informe de Klausner, representante de esta Agencia en Europa: “Creo que estos judíos deben ser obligados a trasladarse a Israel, y planteo que se aplique con ellos la misma metodología usada anteriormente para desalojar a los judíos polacos. Veo además, que la Agencia no debe facilitar su viaje a Israel mientras tanto su vida en los campos de concentración no resulte insoportable” (117). Para imposibilitarle la vida dijo un líder obrero de los EE.UU., Louis Nelson (118), que en 1948 las Agencias de Socorro Judías responsables de estos campos lanzaron 156


una amplia campaña para obligarlos a adherirse al Sionismo. Para estos fines los privaban de sus cuotas diarias de comida, los expulsaban de sus puestos de trabajo, saboteaban las herramientas enviada por los norteamericanos para calificarlos en diferentes profesiones, los expulsaban de estos campos en caso de oposición política y propalaban falsedades acerca de matanzas que diezmaban los judíos en los EE.UU. de América. Ben Gurión estuvo muy claro al trazar la política sionista hacia los judíos en el destierro, los cuales a pesar de las represalias no aceptaban dirigirse a Israel y se consideraban ciudadanos de los países donde se encontraban. A estos fines repetían lo dicho por un judío alemán a finales del siglo pasado: “No hay otro país al cual nos dedicamos, no hay otra patria que nos llame a defenderla. No hemos escapado a Alemania sino en ella nacimos. O sea, alemanes o no, tenemos cédula de identidad. Hay una sola cosa sagrada en la nacionalidad y es la sangre derramada en la lucha común por la libertad de esta patria” (119). Estas palabras fueron un reto a los antisemitas prusianos y no sólo reflejaban a finales del siglo pasado la psicología de la mayoría absoluta de los judíos, sino que fueron parte inseparable de su modo de pensar. Decimos que Ben Gurión estuvo más claro cuando habló de los medios que había que usar para garantizar al traslado de los judíos de Israel. Acerca de los judíos que rehuían viajar a Palestina dijo en una ocasión: “Si tuviera tantos recursos como voluntad, no me apenaría reconocer que escogería unas decenas de jóvenes capaces, inteligentes, abnegados y ansiosos de ayudar a los judíos y los enviaría a los lugares donde los judíos se integraron a aquellas sociedades. Estos jóvenes se 157


presentarían como no judíos y levantarían pancartas antisemitas con consignas “Judíos, id a Palestina”. Estoy convencido que esto daría mejor resultado que miles de emisiones que pregonan consejos inútiles y que más tarde los judíos rivalizarían por ir a la tierra de Israel”. (120) El mismo método fue aplicado por Herzl y sus seguidores en cooperación con las grandes potencias. En el discurso ante la sociedad Real Británica en 1902 respondió a una pregunta sobre como obligar a los judíos a emigrar de sus países y establecer un estado propio. Herzl respondió: “Los anti-semitas”. Sobre este aspecto comentó en sus memorias: “En París, pude ampliar mi visión sobre el anti-semitismo que comencé a entender bien y a perdonar. Además, reconozco la inutilidad de luchar contra él. La fuerza arrolladora que representa no causará daño a los judíos; lo considero más bien como un movimiento útil para el desarrollo de la personalidad judía”. (121) Tras la segunda guerra mundial, la actividad sionista en los campamentos de refugiados judíos se intensificó en busca de su mercancía preferida, aprovechando para ello las condiciones infrahumanas en que vivían los judíos y el terror que habían padecido por los crímenes nazis. Estas condiciones hicieron que los judíos perdieran la fé en las relaciones humanas entre los pueblos de la tierra y se suponía que habían llegado a una conclusión favorable a un estado judío en cualquier lugar del mudo, para evitar la repetición de esta tragedia y ponerse a salvo de las amenazas y peligros que tuvieron que padecer durante los siglos anteriores. Pero, pese a todo, los agentes sionistas tenían que obligar a los jóvenes y niños a trasladarse a Palestina. 158


Linenthal dijo: “Desde los primeros instantes la emigración Palestina se impulsaba por medios artificiales, por los cuales se creaban a la fuerza convicciones según las cuales Israel sería el único país donde los judíos de Europa podrían reconstruir su vida. 55.000 de los 100.000 judíos que vivían en la parte alemana ocupada por EE.UU. solicitaron emigrar hacia este país (Estados Unidos) en el otoño de 1947 y la mayoría de ellos expresaron precisamente que cualquier lugar les convenía antes que Palestina. Aseguró también Linenthal: “Es bien sabido que los vehículos de la Agencia Judía secuestraban a los jóvenes y a los niños de los campamentos de refugiados para trasladarlos a Francia y ahí, mediante unos medios extraños, a Israel” (122). Tercero. Los refugiados judíos antes de la matanza. Tanto antes del surgimiento del nazismo, como también más tarde, la mayoría de los judíos rechazaban el llamado sionista. En Europa Oriental estos formaban grandes comunidades homogéneas que hablaban su propio idioma y desarrollaban su propia cultura. Se consideraban ciudadanos de estos países y no de la patria judía en Palestina. La mitad de los judíos de Europa Oriental y en especial su gran movimiento obrero se referían a la idea de esta patria con una innegable hostilidad. El sionismo en aquel entonces fue considerado como idealismo utópico por la clase media judía que no estaba dispuesta a perder su estabilidad y desarraigarse por el sueño sionista. Sin embargo, los judíos de Europa Oriental fueron la reserva principal de donde el sionismo obtuvo su apoyo. En los otros lugares la respuesta al sionismo ha sido mucho más débil. En realidad, la hostilidad o la 159


indiferencia de los judíos europeos ante la idea de la patria judía era el resultante de su confianza en las naciones donde vivían y de la profunda afinidad con las tradiciones y aspiraciones humanitarias de la civilización europea. Por su parte, el sionismo consideraba que los judíos no tenían futuro en Europa y, de esta forma, era la expresión política de la desconfianza del judío en el mundo no judío. El estado de Israel surgió no como una coronación sublime del curso de la historia, sino como obra de la desesperación judía y como muestra fehaciente de la etapa más sombría de la historia europea (la etapa de la descomposición y de la insensatez) (123). En esta etapa, los judíos tuvieron que enfrentar la hostilidad nazi, la obstinación sionista y la indiferencia de las democracias occidentales. El nazismo se empeñó en deshacer de los judíos dondequiera , pero siempre les dio un trato preferencial a los sionistas. Por otra parte, la única preocupación de los sionistas era buscar a los judíos que deseaban ir a Palestina pero en el marco de un programa de selectividad. Al mismo tiempo, las democracias occidentales se mostraban totalmente indiferentes ante la suerte de los judíos en general. Lo que nos interesa aquí es determinar la posición sionista respecto a la cuestión de los refugiados judíos surgida desde el ascenso de Hitler al poder. En aquellos momentos, los judíos huían intensamente a través de las fronteras de la Alemania Nazi en todas las direcciones buscando un refugio seguro y estable. Es precisamente cuando el sionismo decidió aplicar la siguiente política hacia ellos: 1. Exigir que Gran Bretaña abriera las puertas de Palestina a los refugiados, pasando por alto las cuotas determinadas anteriormente y que obligaron a las 160


organizaciones sionistas a promover la emigración ilegal. 2. Instigar a los estados de las democracias occidentales con las cuales el movimiento sionista poseía muy buenas relaciones, a no recibir a los refugiados ni temporalmente ni de modo permanente. Esto parece ilógico, pero el Sionismo siempre fue consecuente con su ideología e idea teniendo en cuenta siempre dos cuestiones: a) La aceptación de los refugiados judíos por parte de las democracias occidentales conllevaría para el llamado sionista la pérdida de su contenido y esencia como movimiento de liberación nacional judía que representa a todos los judíos del mundo ansiosos de retornar a la patria, la tierra prometida. Una política como ésta, arrastraría a todos los judíos sionistas a los judíos que poseían condiciones para emigrar a Palestina, y los desviaría del objetivo básico hacia otros países, lo que redundaría en una pérdida de recursos humanos que necesitaba el sionismo, aparte también de perder los recursos materiales que podría obtener en nombre de la colonización de Palestina como refugio para los judíos pobres. b) Como las puertas de Palestina estaban cerradas y Palestina no estaba en condiciones para recibirlos aún en el caso de no haber dificultades para su ingreso; y como las puertas de los países de las democracias occidentales estaban también cerradas por la posición de estos y de los sionistas; el resultado inevitable sería el exterminio de todos estos judíos, lo que en sí era provechoso para los líderes sionistas que se sentarían en pie de igualdad con los demás países para exigir su parte del botín merecida por los sacrificios aportados. Tendrían el derecho también de exigir indemnizaciones y un hogar nacional como precio de la sangre derramada en la guerra. 161


Nahom Goldmann afirmó: “El sionismo en esta época, la peor de toda la historia, es considerado como el ejemplo más noble por el cual los voluntarios se esforzaron con vistas a crear una nueva vida. Sin embargo, no estoy seguro de que el estado judío podría existir hoy día sino hubiera existido Auschwitz” (124). Goldmann reconoce que las matanzas contra los judíos constituyen la causa principal del establecimiento del Estado de Israel y es el precio que ofreció el Sionismo al Occidente. Es precisamente lo que esperó el sionismo, lo que planificó y logró llevar a cabo. Ya desde antes del inicio de la solución final ofrecida por Hitler, vemos que el sionismo se enfrascó en planear la forma para exigir la indemnización de Alemania a raíz de la guerra para el establecimiento de Israel. Al respecto Goldmann dijo de nuevo: “Si el estado de Israel tenía que crearse -lo que nosotros esperábamos- los alemanes pagarían indemnizaciones para ayudar a los sobrevivientes a establecerse allá”. Añadió: “Y la primera vez que expresé esta idea fue durante la guerra en la Conferencia de Baltimore” (125). El establecimiento del estado Sionista y las indemnizaciones alemanas son 2 cosas que se estaban analizando durante la guerra como el precio de la sangre judía; y para ello se unieron los esfuerzos de amigos y enemigos: Los Sionistas, los Nazis y los aliados. ¿Cómo podemos demostrar el papel de los sionistas a través de sus pronunciamientos y actitudes? y ¿Cuál es su punto de vista ante los intentos serios de los aliados con el objetivo de salvar a los refugiados judíos? La respuesta implica en primer lugar analizar las diferentes conferencias celebrada desde 1938 hasta el 162


final de la guerra y cuyo objetivo declarado era buscar las mejores formas para rescatar a los judíos. Además, analizar profundamente las partes que participaron en ellas o en sus preparativos. 1. La Conferencia de Evian. El Presidente de los EE.UU., Roosvelt, convocó a una Conferencia para tratar la cuestión de los refugiados europeos que se agudizaba y preocupaba a la opinión pública mundial. Esta tuvo lugar el 6 de julio de 1938 en Evian, en la costa francesa del lago de Ginebra. A esta asistieron además de los EE.UU. representantes de 31 estados de Europa, América y Australia; y tomó parte el Alto Comisionado para los Asuntos de Refugiados de la Liga de las Naciones (126). En esta conferencia participaron las uniones profesionales, las Iglesias Católica y Protestante, Cuáqueros y representantes de la organización sionista mundial y del Congreso Judío Mundial (127). La Conferencia limitó sus esfuerzos a ayudar a los refugiados de Alemania y Austria dando al final a la publicidad un comunicado en el cual exponía sus objetivos de la siguiente forma: 1. Entablar negociaciones con el gobierno alemán para mejorar los trámites de viajes y organizar la emigración. 2. Solicitar a los gobiernos de los países que recibían a los emigrantes el aumento de las posibilidades de colonización permanente. Los resultados más importantes de esta Conferencia son: 1. Los EE.UU. de América acordaron permitir el ingreso en su territorio de cantidades determinadas de refugiados de Alemania, Austria y Checoslovaquia, congelando por espacio de 5 años la Ley de Inmigración. 2. El gobierno recibirá una cantidad de refugiados en su territorio. 163


3. El gobierno británico propuso poner un amplio territorio de Guyana Inglesa a disposición de los inmigrados. 4. Se acordó negociar con el gobierno alemán para que los emigrados judíos pudieran sacar parte de sus capitales del país. Estas negociaciones fracasaron (128). En realidad, la República Dominicana fue el único estado dispuesto verdaderamente a recibir a los refugiados judíos. La idea de celebrar esta Conferencia surgió a raíz de la Anexión de Austria por Alemania el 12 de marzo de 1938 y la aplicación severa de las Leyes de Nuremberg contra los judíos de este país. Esa situación obligó a la administración norteamericana a realizar cualquier gestión al respecto. Era claro que esta presión fue fuerte y prolongada, por lo que, los funcionarios de la administración norteamericana estaban convencidos de que era inútil resistir a tales presiones, y que en cambio debían hacer todo lo posible para encauzar las presiones en aras de modificar las leyes de inmigración. De este modo el Presidente Roosvelt aprobó el 22 de marzo de 1938 la celebración de la Conferencia e invitó a Gran Bretaña el día 24 del mismo mes y a todos los países de la Commonwealth a participar en la cita junto a Francia, Bélgica, Holanda, Dinamarca, Suecia, Noruega, Suiza, Italia y las repúblicas de América Latina. Todos aceptaron menos Italia, Sudáfrica y El Salvador. Es necesario señalar que los judíos alemanes incluidos en los trabajos de la conferencia sobrepasaban el medio millón de personas (129). En virtud de la invitación directa de EE.UU a esta Conferencia asistieron 10 de los líderes sionistas y del Congreso Judío Mundial entre ellos Golda Meir, Nahum Goldman y Heim Weissmann. Antes de que el Congreso iniciara sus trabajos, el movimiento sionista intensificó 164


sus maniobras para convertir en la cuestión principal de los debates la posibilidad de que Palestina sea designada como destino de la emigración, hecho que incomodó a los británicos por sus compromisos expresados en el Libro Blanco y el deseo de no enemistarse con los árabes. Por eso, Gran Bretaña amenazó en una serie de misivas dirigidas a Roosvelt con boicotear la reunión si los debates no se concentraban en el tema de los refugiados en general sin mencionar a Palestina. Parece que la intención de Roosvelt en aquel momento era demostrar que Palestina era la llave de la solución, pero respondió favorablemente al pedido británico a consecuencia de las presiones. Cuando los líderes judíos norteamericanos propusieron que Weissmann hablara ante el evento, chocaron con la reacción negativa británica, apoyada por el representante de EE.UU y no se le concedió la palabra a Weissman. Ante esta situación, los sionistas intuyeron que había que tratar el tema de los refugiados fuera del marco de Palestina. Como estos contrariaban sus intenciones comenzaron a actuar en sentido contrario (130). Mientras el movimiento sionista no deseara el éxito de la Conferencia de Evian al ser descartada Palestina como el único lugar adecuado para recibir a los refugiados judíos, la mayoría de los países participantes no deseaban recibir ni rescatar a los centenares de miles de judíos perseguidos por el nazismo. Nahum Goldman (131) comenta: “Durante los 4 o 5 días que pasé en Evian donde se celebraba la Conferencia, no aprendí nada que no sea Geografía. Cuando se anunciaba que el representante de un país cualquiera tenía la palabra, entonces éste hablaba del 165


clima muy caluroso o muy frío y de las dificultades para la producción de materias primas para llegar a la conclusión que los refugiados judíos no tenían cabida en su país. Aquello fue una forma de conferencia terrible”. Si Goldmann hubiera tenido interés por los resultados de la Conferencia hubiera asistido hasta el final, ya que ésta duró tres semanas y Goldmann permaneció sólo 5 días. Goldmann pasó por alto el hecho de que la insistencia sionista en cuanto a Palestina como único punto de concentración de los judíos, era la causa del fracaso de esta reunión sin que ello significara negar la falta de voluntad de los demás países. Si los sionistas hubieran adoptado una posición moral respecto a los judíos y hubieran hecho caso al llamado de aquel judío que solicitaba visado para cualquiera de los 30 estados participantes, habría sido posible entonces hallarle una solución aceptable al problema de este y de los demás. Queda planteada pues la pregunta ¿Quería el Sionismo resolver el problema de esta forma? Terminamos nuestra exposición sobre la Conferencia de Evian con las palabras de Golda Meir en sus memorias: “Me senté como un Miembro Observador y no como Miembro Oficial aunque se analizaba el tema de mi familia y de mi gente. Por supuesto sabía que lo que esperaba a aquellos refugiados expulsados no eran tiendas de campaña sino tiendas de muerte. Lamentablemente no me di cuenta de esta realidad y me mantuve en mi lugar en silencio, disciplinada y cortésmente hora tras hora. No se consiguió nada en Evian más que algunas consignas huecas pero antes de partir celebro una Conferencia de Prensa para hacer llegar a los oídos del mundo algo sobre nuestra causa”. Cuando un dirigente sionista habla de la época de la 166


matanza y llega a un punto tal donde debería ser acusado de complicidad o de no haber cumplido su deber vemos que recurre a uno de dos métodos o ambos juntos: 1. Comienza a autocriticarse afirmando que trató de hacer llegar la verdad a los demás, pero que fracasó y, por consiguiente, trata de extender la responsabilidad a todos, para que se pierda entre todos. 2. Declara su desconocimiento de los hechos como lo hizo Golda Meir para evadir la responsabilidad alegando que no esperaba lo que pasó o no conocía sus causas. Tras el fracaso de la Conferencia debido a los obstáculos sionistas, el Presidente Roosvelt expresó a la destacada personalidad social norteamericana Morris Ernest su pensar por la imposibilidad de salvar a los refugiados judíos diciendo: “Me apena el hecho de que este proyecto no pueda ser aplicado, ya que los líderes de las comunidades judías en los EE.UU de América no lo permitirían... Los líderes sionistas saben que esta es la ocasión oportuna para colonizar a Palestina” (133). Salomon Shonfield escribió sobre el papel de los sionistas ingleses: “Nuestro gobierno aceptó brindar ayuda y cobijo a los judíos amenazados por el nazismo, pero esta posición chocó con el rechazo de los sionistas quienes solamente querían una sola forma de ayudar y era la de enviar a todos los judíos a Palestina” (134). 2. La Conferencia de Bermudas. Bajo las presiones del Parlamento, y las Iglesias y Organizaciones humanitarias, la Oficina del Canciller Británico propuso el 20 de enero de 1943 la celebración de consultas entre Inglaterra y Estados Unidos para tratar el problema de los refugiados víctimas del nazismo y buscarle posibles soluciones. Tras el intercambio de documentos diplomáticos, se 167


celebró la Conferencia Anglo Americana para los asuntos de los refugiados en Bermudas del 19 al 30 de abril del mismo año. La delegación británica la encabezó Richard Law encargado de la Cancillería mientras la delegación norteamericana la presidió Harold Wales Doods, Presidente de la Universidad de Brenstion, y no se autorizó la participación de organizaciones particulares y observadores. Sin embargo, las organizaciones sionistas de ambos países prepararon un documento donde proponían medidas para rescatar a los judíos mientras Heim Weissmann expuso un documento a nombre de la Agencia Judía en Palestina. En este documento aclaró la importancia que representaba Palestina para resolver el problema de los refugiados judíos y solicitaba abandonar la política del Libro Blanco Británico de mayo de 1939. La continuidad del trabajo de la comisión conjunta para los asuntos de los refugiados, creada en la Conferencia de Evian, de julio de 1939, fue el punto de divergencia que absorbió la mayor parte del tiempo de la Conferencia acordando al final el mantenimiento de esta Comisión durante la guerra. Los trabajos de esta Comisión no salvaron a ningún judío (135). Los planes británicos de establecer campamentos en el norte de Africa para recibir a los refugiados durante la guerra fracasaron estrepitosamente. Los resultados de esta Conferencia convocada por Roosvelt fueron parecidos a los anteriores. Esto demuestra el grado de seriedad con que actuaban estos países para salvar a los refugiados aparte de que estas conferencias servían para consumo local y fueron una forma de adormecer a las masas descontentas. En la Enciclopedia judía encontraremos diferentes enfoques sobre esta Conferencia que relacionamos a 168


continuación: 1. La celebración de esta Conferencia no respondía a una iniciativa propia de los gobiernos de Gran Bretaña y los EE.UU en virtud de su comprensión de la importancia del problema de los refugiados judíos, sino se celebró bajo la presión e insistencia de las sociedades humanitarias, las iglesias, el Parlamento Británico y la opinión pública judía en América. Las organizaciones sionistas no desempeñaron papel alguno para pedir la celebración de esta Conferencia, pero si se aprovecharon de ella para dirigir detallados documentos sobre la importancia de Palestina, únicamente Palestina, como el único refugio de los judíos y para exigir la eliminación de las restricciones planteadas en el Libro Blanco de Gran Bretaña. 2. Las dos potencias (Gran Bretaña y EE.UU) insistían en cerrar las puertas de sus países a la emigración judía. Inglaterra propuso el Norte de Africa como idóneo para recibir a los judíos, pero su intento fracasó. 3. Los dos Estados volvieron a los Acuerdos de Evian al probar la continuidad del trabajo de la Comisión Gubernamental creada en aquella Conferencia. Resultado, esta Comisión no logró salvar a ningún judío de la hoguera nazi. 3. La Conferencia de Baltimore En el Hotel de Baltimore de Nueva York se celebró una Conferencia Sionista de carácter urgente del 6 al 11 de mayo de 1942 que se conoció más tarde como la Conferencia de Baltimore. A ella asistieron delegaciones de todas las organizaciones sionistas en América y Canadá y todos los dirigentes sionistas de Palestina y Europa, entre los cuales se destacan Heim Weissmann, David Ben Gurión, Nahum Goldmann, Abahilel Silver de EE.UU el Rabino norteamericano Stephan Weiss e Israel 169


Goldstein. Como durante la guerra no se pudo celebrar reuniones de ninguna institución jurídica sionista, esta Conferencia prácticamente asumió el poder de un Congreso. El orador principal fue David Ben Gurión, director ejecutivo de la Agencia Judía que viajó especialmente a Nueva York. Ahí aclaró que los judíos no podían depender de la administración británica para la creación de un Hogar Nacional Judío en Palestina y señaló la necesidad de la emigración-colonización afirmando que en estas condiciones ningún otro sistema podría lograr lo que realizaban los judíos si no les era otorgado el poder necesario. La Conferencia de Baltimore fue un hito en la política sionista con relación a dos cuestiones: Se afirmó por primera vez la necesidad de crear un Commonwealth judío en Palestina y esto en sí significa un desarrollo de la anterior posición sionista que hablaba sólo de un Hogar Nacional para los judíos. La segunda cuestión era el hecho de insistir en que los EE.UU de América era el aliado más grande de quien podía depender el sionismo para el establecimiento del Estado Judío y que, de ahora en adelante, no era posible depender de Gran Bretaña, sobre todo después de su posición de no favorecer a los sionistas por respeto al Libro Blanco y de no abrir las puertas de Palestina ante la inmigración ilegal (136). Esta conferencia sionista no señaló ninguna otra solución para el problema de los refugiados, tampoco pidió a EE.UU atenuar las restricciones de la inmigración ni solicitó de los países del mundo libre que recibieran a los refugiados judíos. Únicamente se contentó con señalar a Palestina como único punto de concentración judía enviando los mejores saludos y expresando sus más efusivos sentimientos a judíos encerrados en los 170


ghettos y en los campos de concentración y exterminio nazi. La Conferencia finalizó sus trabajos el 11 de mayo de 1942 con una declaración de 8 párrafos: 1. En esta Conferencia Extraordinaria se reunieron los sionistas norteamericanos para reiterar su disposición de lucha en pro de la libertad, la democracia y la justicia internacional, lemas por los cuales luchan los aliados encabezados por EE.UU, expresando la fé de todos , el triunfo final de la humanidad y la justicia sobre la fuerza bruta enemiga de las leyes. 2. Los miembros que asistieron a esta Conferencia dirigieron un mensaje de esperanza y de aliento a los hermanos judíos en los guettos y los campos de concentración en la Europa ocupada por Hitler y rezaron por el acercamiento de la hora de la liberación. 3. Durante nuestra actual generación y más precisamente en estos últimos 20 años , el pueblo judío se despertó e incrementó el número de habitantes en su antigua patria de 50.000 a finales de la pasada guerra hasta más de 500.000 en la actualidad sembrando tierras áridas con frutos y llenando el desierto con el verdor. 4. La Conferencia aboga por el logro de los objetivos auténticos de la promesa de Balfour y el fideicomiso británico que reconoce el lazo histórico entre el pueblo judío y Palestina, y se pronuncia a favor de la nación para el pueblo judío, de un Commonwealth judío en Palestina, según la opinión del Presidente Wilson. El Congreso reitera su rechazo absoluto al Libro Blanco editado en París en 1939 que trata de eliminar el derecho del judío a la emigración y estabilización en Palestina, como lo aclaró el señor Churchill en la Cámara Británica de los Comunes en mayo de 1939, al decir que este libro constituyó una violación y una derogación de la promesa 171


de Balfour. Churchill dijo también en aquel momento que la política del Libro Blanco era cruel y no admitía defensa alguna el hecho de negarle a los judíos que huyeran del nazismo, el sagrado derecho de salvarse en un momento en que Palestina devino un punto importante en el frente de la guerra de las naciones alidadas, precisamente cuando los judíos de Palestina debían proporcionar la fuerza laboral en las granjas y las industrias. Los planteamientos del Libro Blanco estaban en contradicción con los esfuerzos de la guerra de los aliados. 5. En la lucha contra las fuerzas de la agresión y del mal, cuyas primeras víctimas fueron los judíos, y que amenazan ahora su patria, hay que reconocer el derecho de los judíos de Palestina a desempeñar plenamente su papel en el esfuerzo de guerra y la defensa de su país mediante un destacamento militar judío que combata bajo su bandera y esté al mando de la alta dirección de las naciones aliadas. La Conferencia declara que el nuevo sistema mundial que surgirá tras el triunfo no podrá echar sus bases de justicia, paz e igualdad sin resolver antes la cuestión de la patria judía. La Conferencia aboga por abrir las fronteras palestinas y dar a la Agencia Judía las facultades para controlar la emigración judía y dirigir la construcción de aquellas tierras, por desarrollar las tierras que han sido sembradas, además por crear en Palestina un Commonwealth judío integrado a la nueva estructura del mundo democrático. Así es como únicamente será rectificado el antiguo error cometido en detrimento del pueblo judío (137). Lo que llama la atención en este comunicado es la obvia transacción expresada en el último párrafo donde se exige la creación de un Commonwealth judío en 172


Palestina integrado a la nueva estructura del mundo democrático y aquí esto es considerado por el Congreso Sionista como el precio de todos los errores históricos cometidos contra los judíos del mundo además de ser el precio de todas las matanzas que pudieran ser realizadas durante la guerra. Si investigamos las gestiones particulares de los dirigentes sionistas ante la administración norteamericana, lejos de las conferencias, vemos que están encauzadas en un mismo sentido. Esta cuestión la señaló Melvin Oronski (138) en más de una ocasión en su libro “El Sionismo Norteamericano desde Herzl hata el desastre” al decir: “Roosvelt trató a su manera de ayudar a los judíos allegados a él para aliviar su dilema mientras Stephan Weiss, Félix Frankfurter y otros le exhortaban a influir sobre los británicos para abrir las puertas de Palestina. El mismo papel fue realizado por Luis Brandes con otros líderes sionistas norteamericanos ante Courdell Hall para llamar su atención acerca de que Gran Bretaña había aceptado en la conferencia anglo-americana de 1924 no producir cambios en el fideicomiso sin la aprobación de los EE.UU. Reconocían de una manera u otra que la finalidad principal de este acuerdo había sido garantizar los intereses comerciales mientras los voceros judíos veían que la interpretación de la misma daría a los EE.UU un voto en las cuestiones de emigración. Finalmente, ¿cómo podemos explicar el silencio de las comunidades judías norteamericanas sobre las cuestiones de los refugiados, en términos más claros? ¿Como justificamos el hecho de que estas comunidades no promovieron este problema de modo más serio y franco? ¿Acaso estas comunidades estaban sometidas a la influencia sionista ya expuesta? ¿O acaso existían otras motivaciones para 173


este silencio? Hace mucho tiempo la burguesía judía integrada a los medios de la clase gobernante en Europa Occidental y América mostraba su fuerte malestar por las emigraciones judías provenientes de Europa Oriental temiendo el resurgimiento del movimiento anti-semita y la pérdida de sus privilegiadas posiciones económicas y comerciales. Este documento y temor afectaba específicamente a los grandes capitalistas judíos y a los estratos medianos de la burguesía judía que trabajaba en el comercio y las profesiones liberales además de ocupar un lugar destacado en las esferas científicas y culturales. Por tal motivo, buscaron las vías para limitar la inmigración judía y desviar el flujo de las masas judías despojadas hacia otros lugares del mundo fuera de Europa y América, y más bien hacia Palestina. Estos elementos burgueses apoyaron desde principios de este siglo las restricciones de la inmigración aplicadas por los gobiernos de Europa y EE.UU y dirigidas principalmente contra los judíos de Europa oriental. Por eso, reaccionaron con fuerte complacencia a los proyectos colonialistas para deshacerse de la cuestión judía y realizaron grandes esfuerzos para ayudar al éxito de estos proyectos (139). Hay otra explicación, que se relaciona en la primera y fue planteada por los escritores norteamericanos Joe Stork y Sharon Ross cuando destacaron que la mayoría de los judíos norteamericanos estaban ocupados en sus crisis personales generadas por la gran depresión económica. Estos judíos simpatizaban con las preocupaciones de la dirección del movimiento obrero respecto a los posibles resultados negativos como consecuencia de grandes inmigraciones y eventuales competencias para los escasos puestos de trabajo. En los momentos en que muchos judíos se 174


mostraban dispuestos a firmar compromisos para otorgar ayuda monetaria a sus familiares alemanes y austríacos, no estaban dispuestos a participar en una campaña general a favor de la inmigración colectiva que no era aceptable para sus compañeros norteamericanos. El temor a la competencia y el incremento del antisemitismo y la muestra de inestabilidad que sintieron los judíos norteamericanos debido al incremento de la emigración judía antes y durante el gobierno nazi, se sobrepusieron a sus ansias de rescatar a sus hermanos y romper las ataduras y restricciones impuestas por su gobierno frente a la inmigración. Como había que buscar un refugio seguro y fue Palestina el único lugar habilitado para recibir a grandes cantidades de emigrantes, los judíos norteamericanos hallaron en el sionismo una vía de escape que les permitió evadir las complicaciones de la política interna (140). No cabe ya la absurda explicación de muchos antisionistas en el sentido de que la crueldad de las organizaciones sionistas era la causa de su silencio ante las matanzas cometidas por Hitler por una parte y por otra parte, de no haber presionado al gobierno norteamericano para permitir el ingreso de los judíos inmigrantes. El movimiento sionista aprovechó estas coyunturas hasta el máximo, sobre todo para fomentar en las comunidades judías las ideas que proponían haciendo uso máximo de todas las coyunturas adecuadas que se presentaron. Notas: (110) Concepción normal de la cuestión judía. Abraham León DAR AT-TALIA-Beirut Año 1973, Página 17 (Dicho por Marx). (111) Ibid. Páginas 32, 48, 51, 52, 53, 54. (112) El Sionismo y la lucha de clases. D. SADEQ JALAL

175


AZEM DAR AL-AWDAD Beirut, Año 1975, Página 21. (113) Abraham León, Página 65. (114) Ibid. Páginas 66 y 67. (115) Ivanov Yuri. Página 79. (116) Ibid. Página 69. (117) La emigración judía a Palestina. William Fahmy - La Comisión General Egipcia del Libro, Año 1974, Página 117. (118) Ibid. Página 119. (119) Ivanov Yuri. Página 71. (120) Zionism Is It Racist, by: Faris Globb, Publishing House for Political Researches and Documentation, Birut 1975, Página 39. (121) Ivanov, Yuri. pp 85 y 86. (122) El Precio de Israel. Alfared Linental - Instituto de Estudios Palestinos - Beirut Año 1969, páginas 193, 197. (123) Estudios de la Cuestión Judía - Isaac Deutcher Dar Al-Hakika - Beirut Año 1971, páginas 117, 118. (124) Goldmann, Nahom, Página 72. (125) Ibid. Página 107. (126) La Enciclopedia Judía. Tomo 6, página 978. (127) Goldmann, Nahom, Página 120 (128) La Enciclopedia Judía, Tomo 6, página 987. (129) La Enciclopedia Judía. Tomo 6, página 989. (130) Jrofsky, M. I. Página 280. (131) Goldman, Nahom. Página 120. (132) Golda Mair, página 139. (133) Broodsky, Sholister, página 111 y también Alfred Linental pág 33. (134) Faris Yahya, página 52, 53. (135) La Enciclopedia Judía. Tomo 4, página 668. (136) La Enciclopedia Judía. Tomo 4, página 997. (137) From Haven to Conquest, By: Walid Khaldi. The Institute of Palestine Studies. Beirut Year 1972, páginas 495, 496. (138) Jrofsky, pág. 281. (139) Sadeq Jalal Azem. Páginas 47, 48. (140) Selectos de la Revista Estudios Palestinos. La Universidad de Kwait. Año 1974, página 88.

176


QUINTA PARTE LA AGITACION De acuerdo a los principios sionistas según los cuales los judíos constituían una nación y que era necesario trasladarlos a su patria utilizando todos los medios y aprovechando las campañas antisemitas en Europa, inclusive provocándolas los líderes del movimiento obrero en contra de los judíos apoyándose en las acciones de los acérrimos antisemitas y racista en los países de Europa. Los acuerdos y transacciones se apoyaban en una ideología clara..., no fueron casuales ni fueron el resultado de las condiciones críticas de la etapa que atravesaba la comunidad judía en los años de la guerra. Los dirigentes judíos que presentían el peligro de esta ideología no pudieron jamás expresar sus opiniones ni protestar contra ellos y todos sus esfuerzos en este sentido fueron vanos. Edwin Montago, el ministro judío en el gabinete de Lloyd George, el mismo que anunció la promesa de Balfour, era el único que veía las motivaciones antisemitas en esta política. Escribió diciendo (141): “No existe una nación judía... si se dice a los judíos que Palestina es su hogar nacional, todo estado expulsará de inmediato a sus ciudadanos judíos... Palestina hoy día no está vinculada en nada a los judíos y tampoco es el lugar adecuado donde vivir...” Al refutar las ideas del movimiento sionista que no representaba el punto de vista de los judíos británicos (porque los sionistas constituían una minoría entre ellos), Montago tocó un punto sensible y es la idea según la cual los estados expulsarían a los ciudadanos judíos al tener estos un hogar en Palestina. Esto implica que los judíos 177


Tenían que trasladarse a Palestina o de lo contrario se convertirían en extranjeros en sus patrias después de haber vivido en ellas por muchos siglos como ciudadanos. Montago no lanzaba sus palabras al aire y no predecía cosas idealistas, sino conocía perfectamente bien las ideas que divulgaba Herzl y sus seguidores en los medios sionistas. Estas ideas no fueron ajenas a lo planteado en su carta al gobierno británico y él acusó a este gobierno de ser abiertamente anti-semita si acepta las demandas sionistas: en realidad afirmó con franqueza que los mismos sionistas eran los protagonistas y promovedores del antisemitismo. Lo sionistas se beneficiaban del antisemitismo y lo fomentaban siendo éste la fuerza motora de la emigración a la tierra prometida y el logro de los sueños del movimiento sionista. Si bien los judíos sufrieron las represalias en el medioevo, es no menos cierto que la Revolución Francesa trajo para ellos una era de prosperidad, y fomentó en ellos la necesidad de integrarse plenamente a sus sociedades . Esta es la solución que encontró acogida en las filas de las masas judías en los diferentes estados europeos, sobre todo en Occidente. Leo Bansker llegó a decir que el factor preponderante que impidió que los judíos buscaran una existencia nacionalista independientemente de su sentimiento de que no era necesaria (142). Este ambiente imperante en las filas de la comunidad judía en Europa precisamente no satisfacía a los filósofos del movimiento sionista y por lo tanto, éstos tenían que hacer frente a esta situación promoviendo el deseo de independencia nacionalista y demostrando que los judíos debían constituirse en una nación (143). Esto sólo se lograría mediante una serie de prácticas que protagonizan los sionistas o los miembros 178


de otras religiones, para que el judío integrado a su sociedad sintiera nuevamente la represión, la enajenación, la inestabilidad y se sintiera extraño a los demás miembros de la sociedad llegando a revisar sus relaciones humanas, sociales y culturales. De este modo, pensarían en emigrar a otro lugar más seguro y estable, lejos de la explotación religiosa y socio-económica y arraigarían en su mente las teorías de Herzl en el sentido que el anti-semitismo era eterno como el propio ser humano. Estos planteamientos lo llevarían necesariamente a los siguientes resultados: 1. La nación judía existió siempre y su existencia se remonta al mismo anti-semitismo . 2. No hay otra solución de la cuestión judía que no sea concentrarlos en su hogar nacional en Palestina, ya que erradicar el anti-semitismo de la naturaleza humana (no judía) es imposible. Por tal motivo Herzl ve en el antisemitismo la fuerza motriz que permitirá al movimiento sionista lograr sus objetivos y al respecto dice: “Creo que comprendo el anti-semitismo que, en realidad, es un movimiento muy complejo. Yo lo miro desde un punto de vista judío, sin miedo, sin odio”. (144) Herzl no mira con miedo ni odio al anti-semitismo sino lo considera la fuerza motriz para lograr sus objetivos. En caso que no hubiera existido el anti-semitismo hubiera sido necesario crearlo y promoverlo. Esta fuerza según él actuaría en dos niveles: uno de ellos promover la emigración de las masas judías. Al respecto dice: “El movimiento sionista en este caso no necesita de grandes esfuerzos para impulsar la emigración”. Los antisemitas serán la fuerza necesaria para ello. Solo basta con seguir haciendo lo que siempre hicieron en la historia para provocar el deseo de emigrar. Este deseo que no existía se verá fortalecido ahora”. 179


El segundo nivel está expresado por el deseo de los gobiernos chovinistas de los países europeos de deshacerse de los judíos pobres e impedir el ingreso de nuevos grupos de inmigrantes judíos partiendo de sus convicciones archi-reaccionarias, racistas y antisemitas. Esta situación dejaría a los judíos únicamente la opción de ir a Palestina, por eso, Herzl esperaba el éxito de sus planes en aquellos países que habían mostrado tradicionalmente fuerte enemistad hacia los judíos (145). Esto no nos explicaba solamente el llamado abierto del fundador del movimiento sionista a los países europeos para aplicar políticas contra los judíos pobres precisamente, sino que también nos explicaba la posición de la burguesía judía enfrascada en promover los planes sionistas sobre la emigración de los judíos europeos durante la guerra y su rechazo absoluto a que estos países recibieran a los judíos por causas humanitarias. Podemos decir que estas posiciones sionistas no fueron una reacción o un error de cálculo como tampoco fueron una visión parcial de las cosas, sino que estaban basadas en una ideología firme y clara y estas posiciones son bien meditadas y decididas. Estos fundamentos teóricos del movimiento sionista explican el hecho que desde los primeros momentos este movimiento entró en una serie interminable de transacciones, tratos y alianzas de interés mutuo con fuerzas retrógradas antijudías e inclusive con las autoridades más hostiles a las revoluciones y a las mass judías. Todo esto pretendía poner el antisemitismo como fuerza motriz al servicio del plan sionista en todos los niveles. Para aplicar sus ideas Herzl y sus seguidores utilizaron en sus prolongados esfuerzos diplomáticos medios muy coherentes con los principios enunciados en pro de la causa sionista. Esto se manifiesta a través de 180


los contactos con la Rusia Zarista, el estado que a principios del siglo aplicó la política más feroz contra los judíos. Esto constituye la aplicación de lo dicho por Herzl: “Los antisemitas serán los mejores amigos de los judíos y los gobiernos anti-semitas sus mejores aliados”. Herzl siempre soñaba con encontrarse con el Zar de Rusia pero no logró ese deseo. No obstante pudo celebrar conversaciones con el Ministro del Interior Von Blevi, Responsable de la Ejecución de medidas antijudías y quien organizó matanzas como la de Kishiniov donde fueron asesinados 45 judíos. Este Ministro no tuvo escrúpulos en reconocer que no tenía objeción alguna para deshacerse del mayor número de judíos, y que en este caso sería un fuerte simpatizante del Sionismo. En este encuentro Herzl propuso a Blevi que le escribiese una carta con el fin de presentarla ante el Congreso sionista para precisar que el movimiento podía depender de la ayuda moral y material del gobierno ruso. La carta de Blevi se convirtió en el objeto más querido por Herzl. La llevaba a todas partes y la mostró al mismo Papa. Las promesas dadas por Herzl al gobierno ruso a cambio de estos esfuerzos consistían en que “el Sionismo acabaría con todos los elementos revolucionarios socialistas entre los judíos (146). En 1903, el fundador del movimiento sionista se entrevistó en San Petersburgo con otro líder anti-semita, el Ministro del Tesoro del Zar, Conde Vite, el cual a su vez prefería el plan sionista para sacar a los judíos de Europa. Este dijo a Herzl “que si fuera posible hundir a 6 o 7 millones de judíos en el Mar Negro, sería feliz por hacerlo. Pero es imposible, por eso tenemos que dejarlos vivir pero fomentándoles la emigración...los estamos expulsando” (147) Como resultado de las matanzas del Zar contra los 181


judíos, muchos de estos trataron de llegar a Gran Bretaña -en lugar de Palestina- en busca de refugio y echando por tierra los anhelos sionistas. Al ser tratada esta cuestión ante la opinión pública británica, Herzl habló ante la Comisión Real sobre la emigración de los extranjeros y pidió que apoyaran la posición de algunos anti-semitas británicos en el sentido de orientar la emigración lejos de Gran Bretaña, y de este modo, coincidió con el criterio del racista Arnold White uno de los principales líderes de la campaña para impedir el ingreso de los judíos a Gran Bretaña. En aquel entonces, Josef Chamberlain, Ministro británico de las colonias, figuraba entre los anti-semitas más extremistas y se oponía a la política de permitir la emigración judía a Gran Bretaña, apoyando a la vez la idea sionista de crear un estado judío y elogiando a Herzl. Arthur Balfour, el de la famosa declaración, fue también uno de los anti-semitas acérrimos. Pronunció un discurso sobre la cuestión de la emigración judía a Gran Bretaña diciendo: “No será favorable para la civilización de nuestro país que haya gran número de personas que, por sus propias acciones, no sólo se mantengan como un pueblo separado que siga una religión distinta a la que profesan los demás ciudadanos, sino también que sólo se casen entre sí”. El sionismo desde los primeros momentos no se conformó con la amistad y la colaboración de los antisemitas sino que incentivó a estos y los impulsó para ir más lejos en su política anti-judía y para demostrar pues que estaba más cerca de las ideas sionistas. La materialización de esas ideas favorecía los intereses antisemitas de deshacerse de los ciudadanos judíos y , al mismo tiempo, la Palestina judía -según Weissmannsería un estado protector para Inglaterra especialmente 182


En lo relacionado al Canal de Suez (148). Todos los anti-semitas en el mundo especialmente los que gobernaban en Europa coincidían con el movimiento sionista en la esencia de sus ideas. Por tal motivo, el movimiento sionista estaba más cerca de ellos y colaboraba con ellos estrechamente aún en los peores momentos por los que atravesaban los judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Las palabras de Lenin explican este hecho al decir que no es casual que las fuerzas reaccionarias en toda Europa y especialmente en Rusia son las que rechazan la integración de los judíos y hacen todo lo posible para segregarlos (149). El ascenso de Hitler al poder no molestó a los sionistas, sino los alegró enormemente, ya que en él encontraron una coincidencia de criterio y él era el único capaz de ayudarlos a través de las matanzas contra los judíos, las persecuciones y las expulsiones del país. Hitler adoptó dos puntos fundamentales que constituyeron la esencia de las ideas sionistas: los judíos son un pueblo y una raza distinta y tendrán pues, un Estado. Aquí imitó las palabras de Schopenhauer: “El pueblo elegido es el gran maestro en el arte de mentir”, porque los judíos, según él, trataron de hacer creer a los demás pueblos que eran simplemente una comunidad religiosa y presumían ante los alemanes ser alemanes al 100% . Este objetivo lo lograron en Alemania así como en Francia, Inglaterra e Italia, donde fueron considerados ciudadanos plenos. Hitler declaró que un ministro del gobierno de Baviera descubrió desgraciadamente bastante tarde que los judíos constituían un pueblo con características propias. Hitler confirmó las conclusiones según las cuales los judíos nunca fueron una simple comunidad religiosa con tradiciones especiales, sino siempre fueron y serán un 183


pueblo con características propias. Sin embargo, después del destierro habían buscado los judíos una forma para engañar a los pueblos con vistas a no incomodarlos por la presencia de sus molestos huéspedes: el único remedio para ellos fue presentarse como un simple grupo religioso (150). La política racial de Hitler, ya sea respecto a la raza aria o a la raza hebrea, es una continuación de la filosofía de Houston Stewart Chamberlin, quien consideró a los alemanes como los protectores de la historia mundial y protagonistas de la cultura occidental y cuyo espíritu, fortalecido durante siglos, es el promotor del patrimonio de los tiempos modernos. La raza aria está por encima de todas, pero existe otra raza pura constituida por los judíos, y es por esta razón la adversaria racial en esta lucha por la supervivencia (151). De esta forma vemos como los racistas de ambas partes se apoyan entre sí a pesar de la aparente contienda. Esto explica además la íntima relación entre ambas teorías aunque los judíos fueron en este caso las víctimas. La coincidencia en los fundamentos teóricos del Sionismo y el Nazismo y la estrecha cooperación entre sus protagonistas no fueron suficientes para lograr por el sionismo la atracción de las masas judías a su ideología. Por lo tanto, se hizo necesario promover el antisemitismo contra los judíos contrarios a estas ideas. Entre las acciones provocadoras del sionismo contra los judíos bajo la ocupación alemana podemos mencionar las decisiones de la Conferencia de Baltimore celebrada en EE.UU. Hitler la tomó como una provocación abierta puesto que los líderes sionistas declararon en nombre del pueblo judío la guerra contra Alemania. Cuando las incidencias de la conferencia llegaron a oídos de Hitler a través de su embajador en 184


EE.UU., se incomodó enormemente y dijo: “Ahora sí los destruiré”. Enseguida celebró una reunión con toda la dirección alemana en Danzin para elaborar los detalles de la solución final (152). El séptimo párrafo de las resoluciones de esta conferencia leído por el rabino Stephan Weiss insistía en la necesidad de crear una fuerza militar judía para enfrentar a Hitler y ponerse totalmente al lado de los aliados. Aparte de estos detalles podemos añadir que la conferencia hablaba en nombre de todos los judíos del mundo inclusive los que estaban bajo la ocupación alemana y precisamente en los días más sombríos de su vida (153). No debemos exagerar los hechos y considerar a esta conferencia como la única causa por la que Hitler decidió aplicar la solución final. Es cierto que las decisiones de esta conferencia fueron tomadas por él como pretexto principal para acelerar su política contra los judíos. Por lo tanto, podemos tomar este evento como una de las causas fundamentales que condujeron a la aplicación de esta política nazi. La mayoría de los historiadores declararon que la solución final se aplicó inmediatamente después de la conferencia. Si algunos escritores no eran enemigos del Sionismo otros fueron del bando contrario, y se caracterizaron por su objetividad e imparcialidad (154). ¿Qué pretendía el movimiento sionista al provocar a Hitler en contra de los judíos? ¿Pretendía efectivamente provocarlo para masacrar más judíos a fin de convertirlos en el precio a pagar para lograr un estado judío? ¿Acaso trataba de convencer a los judíos que era imposible para ellos vivir en el destierro y que la integración a sus sociedades era una mera ilusión? En realidad el Sionismo trataba de lograr ambos objetivos. Para acelerar la emigración judía durante los años de la 185


guerra, muchos de los líderes sionistas aprovecharon el odio contra los judíos en la Alemania fascista que exterminó a millones de personas. Cuando los líderes sionistas se vieron ante una disyuntiva: poner todo a la disposición de la lucha contra el fascismo que promueve un antisemitismo inhumano y lograr salvar a centenares de miles de judíos o entonces aprovechar el exterminio de la población judía por el fascismo como motivo para alcanzar las ideas sionistas... los líderes sionistas prefirieron la última opción (155) y dejaron de lado totalmente la idea de la lucha. La historia jamás demostró que los líderes sionistas incentivaban a los judíos en resistir el Nazismo sino que siempre tranquilizaban a los judíos, inclusive participaron en la represión de movimientos de resistencia de las masas judías en los diferentes países europeos (156). Al iniciarse la guerra alemana contra Polonia, el movimiento sionista liderado por Haim Weissmann y la Agencia Judía dirigida por Ben Gurión, sólo pudieron anunciar su apoyo a Inglaterra en su guerra contra los nazis. Los dirigentes sionistas declararon su disposición de cesar la guerra lanzada contra el Libro Blanco y ayudar a los aliados contra el eje hitleriano-fascista. Se formó un batallón de soldados judíos subordinados al ejército inglés, y la Agencia Judía asumió la tarea de reclutar judíos para completar la formación del batallón. La juventud sionista debía incorporarse al batallón judío o a las unidades del Ejército Inglés en Palestina y en otras zonas del Medio Oriente. El movimiento sionista trabajó en los dos sentidos. Por una parte tranquilizaba a las grandes masas judías para que no se rebelaran contra la agresión nazi que pretendía eliminarlas, y al mismo tiempo declaró la guerra desde el exterior contra el Nazismo en nombre de los judíos. 186


NOTAS (141) Mensaje de Edwin Montago al Gobierno Británico, del 23 de agosto de 1918, Número 24/24 - Los Documentos Generales Británicos - Publicado por el Centro de Planificación - Organización para la Liberación de Palestina 26/12/1975. (142) D. Azem, página 82. (143) Ibid. Página 126. (144) Theodor Herzl. Página 15. (145) Ibid, Página 57. (146) Faris Yahya. Página 10. (147) Ibid. Página 11. (148) Trialand Error, Chaum Weizman, New York, 1949, Páginas 342/3/4. (149) Lenin -Obras Escogidas- Textos sobre la cuestión judía - Dar At-Talia Beirut. Traducción de George Tarabishi, Año 1972, Página 174. (150) Hitler - Mein Kampf, Página 174. (151) Revista (Cuestiones Palestinas) Número 91, Año 1979, Página 53. (152) Shonfield, R.M., Página 174. (153) From Haven to Conquest. Página 496. (154) Malvin. Urofsly. Página 187. (155) Análisis del conflicto del Medio Oriente. Brima Kauff. Ministerio de Cultura Siria. Damasco-Año 1979, Página 100. (156) Ibid. Pagina 101. (157) Donev. Ivan. Página 51.

187


SEXTA PARTE LOS REVISIONISTAS Hemos tratado ya la posición de los sionistas socialistas ante las matanzas de judíos, o sea, los sionistas del Mapai representados en las instituciones internacionales sionistas como la Agencia Judía, el Congreso Judío Mundial, las Comisiones de Rescate y Distribución y el Congreso Sionista Mundial. Sin embargo, no nos hemos referido aún al papel de los revisionistas en estas matanzas y su relación con los nazis y otras instituciones y gobiernos anti-semitas. Si la historia de los sionistas socialistas está llena de colaboración sutil y tratados criminales, la historia de los sionistas revisionistas va más allá, puesto que las raíces de esta colaboración datan de 1919 después de la Gran Revolución Socialista de Octubre y se mantuvo de una manera planificada sin llamar la atención de muchos historiadores. El escándalo de Rudolf Castner y el juicio de Eichmann señalaron fehacientemente a los líderes sionistas socialistas y pusieron de relieve el papel de conspiración que desempeñaron con los nazistas-fascistas. Los crímenes de los revisionistas fueron enfocados de manera tal que no los desenmascararon ante la opinión pública mundial. Por eso, dejaron el tiempo pasar para enterrar sus crímenes y víctimas en el olvido y el silencio. De las actividades más importantes de Vladimir Jabotensky el líder de los revisionistas, podemos mencionar la alianza sagrada con Jabotensky, líder de los nacionalistas burgueses ucranianos y Jefe de la contrarevolución ucraniana en 1920, y además acérrimo enemigo de los judíos. Sus bandas cometieron crímenes en los cuales fueron asesinados más de 180.000 judíos 188


Durante la guerra civil, en momentos en que la revolución se había extendido a todas las tierras del antiguo imperio ruso y la lucha contra los feudalistas y grandes capitalistas había alcanzado su auge. Las matanzas colectivas fueron para este líder contra-revolucionario un medio idóneo para engañar a los sectores trabajadores atrasados y orientar su mira contra objetivos falsos culpando a los judíos de todo lo malo habido y por haber. Los grandes terratenientes no eran enemigos sino “cercanos” y se podía llegar a acuerdos con ellos. A pesar de las matanzas cometidas, Jabotensky no sólo estuvo conforme sino mantuvo esta alianza con la aprobación de la liga judía cuando ésta se reunió en Nueva York el 15 de diciembre de 1921. Ahí habló Jabotensky de las negociaciones y acuerdos con el representante del gobierno de Petlima, señor Slavensky. Tras largas intervenciones, la reunión aprobó el paso dado por Jabotensky (158) que significaba una reiteración de la imposibilidad de convivencia con los enemigos y tomó la muerte de los judíos de Ucrania como un ejemplo demostrativo de esta tesis. En realidad, esto era una aplicación de las ideas sionistas que llamaban a provocar el anti-semitismo a través de todos los medios y a colaborar con los antisemitas en general. Los judíos no podían entender como los seguidores de Beet Lora, antisemitas extremistas, apoyaron a los judíos sionistas mientras estos entraban en alianza con los enemigos del judaísmo. Pero no se extrañaron por mucho tiempo cuando vieron a un líder sionista, Benhaus Krasner, en la tribuna de una actividad de las fuerzas de Petliura y saludar a estas fuerzas como Ministro de los Asuntos Judíos en ese gobierno. 189


¡He aquí!, Lo que dijo S. Solodar en su libro Hierba Mala (159), en una carta elaborada por un grupo de trabajadores de la economía, la cultura y las ciencias de la Ucrania Soviética en 1970: “Sabemos bien el vergonzoso papel de los líderes sionistas en los años de la guerra civil cuando conspiraban con Denikin, Petliura, Bielsodesky y Wrangel quienes organizaron las matanzas sangrientas contra los judíos. Podemos mencionar aquí también extractos de algunos trabajos del conocido escritor ucraniano Nathan Ribat, especialista en la lucha por la Ucrania Soviética: “Los sionistas colaboraron con el Consejo Central Burgés del gobierno de Petliura, inclusive tuvieron ministros en este gobierno. Esto es sumamente natural ya que los intereses burgueses estaban más cercanos que los intereses del pueblo trabajador. Jabotensky realizó una actividad seria para formar unidades militares sionistas al lado de las fuerzas de Petliura. Al mismo tiempo, su grupo organizó matanzas sangrientas en varias ciudades y poblados. Esto no era nada de extrañar, los lobos tienen los mismos hábitos y los mismos instintos. Cuando las banderas soviéticas comenzaron a ondear en todo el territorio ucraniano, Jabotensky comprendió que ya no tenía nada que hacer en aquellas tierras. Sin embargo, los judíos de Ucrania jamás olvidaron los resultados sangrientos de la alianza entre el ideólogo defensor del nacionalismo judío burgués, Jabotensky, y su homólogo Petliura líder del nacionalismo ucraniano burgués y promotor de las represalias anti-judías. No extrañó a nadie el hecho que el líder sionista derramara lágrimas en 1926 por su aliado asesinado en París (160). Esto fue el primer capítulo de la serie de alianzas de los revisionistas con las figuras anti-judías pero no fue el único, ni el último. En 1923, esta tendencia renunció al 190


Comité Sionista que antecedió a la Agencia Judía (161) y creó su movimiento revisionista que a partir de ese momento se conoció con este nombre. Celebró este movimiento su primer congreso en 1923 en la ciudad italiana de Milano bajo la consigna “Establezcamos un sistema italiano en el Oriente” (162). Siguiendo los pasos de Teodore Herzl, fundador del movimiento sionista, Jabotensky realizaba contactos con jefes de Estado y antisemitas extremistas como el Mariscal Bielsodesky líder polaco y Mussolini, el líder del fascismo italiano considerado por Jabotensky como un ejemplo supremo. Al asumir Mussolini el poder en 1922, le dirigió un mensaje y le mandó un enviado especial. En 1924, Manzini, Representante Oficial del Partido Fascista Italiano realizó una visita a Palestina para establecer relaciones con el Partido Fascista Judío (163). La agencia de noticias de la Italia fascista “Avanti Moderno” aplaudió la celebración del Congreso de los Revisionistas en 1935 debido al apoyo brindado por este movimiento a Italia durante su campaña en Etiopía. Quizás este entusiasmo italiano por el movimiento sionista lo explicaba el interés de los fascistas de Roma por debilitar la influencia británica en Palestina. Mussolini declaró al Rabino de Roma, Brato, en 1935: “Las condiciones necesarias para el éxito del movimiento sionista son poseer un estado judío con una bandera judía y lengua judía. Hay una persona que conoce esto muy bien y es el ciudadano fascista Jabotensky”. Después de esta declaración de Mussolini, Ben Gurión prefirió llamar a Jabotensky con el nombre de Vladimir Hitler (164). A pesar de que los revisionistas estaban obligados en aquellos días a alejarse -aunque aparentemente- de los 191


fascistas italianos debido a la posición alemana respecto a los judíos, la simpatía entre ambas partes se mantuvo hasta el final; en efecto, la banda Stern creada por los revisionistas a principios de la década del 40 enviaba informes a la inteligencia fascista italiana durante los años de la Segunda Guerra Mundial (165). Como confirmación de este lazo entre ambas partes, Mussolini fundó una escuela marítima fascista en 1934 a la cual se incorporaron los sionistas admiradores del fascismo y los jóvenes del movimiento revisionista que se encontraban en las escuelas de cuadros políticos pertenecientes al movimiento (166). Estas relaciones estrechas hicieron que el director financiero del movimiento Wolfgan Von Wiesel declarara: “Aunque las opiniones entre los miembros del movimiento difieran, ellos por lo general simpatizan con el fascismo y el propio Jabotensky apoya al fascismo y se muestra jubiloso por el triunfo de la Italia Fascista en Etiopía, considerando a este triunfo como una victoria de la raza blanca sobre la raza negra” (167). Jabotensky admiraba enormemente el fascismo e inclusive aspiraba a copiarlo en Palestina. Una vez dijo: “¿Qué queremos? Queremos un imperio judío al igual que Italia y Francia con relación al Mediterráneo; queremos en sus orillas un imperio judío”. Antes de que el movimiento revisionista de Jabotensky pasara a ser la unión sionista mundial de corte fascista, este movimiento limitaba su actividad a Polonia y Ucrania occidental. Jabotensky planteó el programa en cuatro puntos de su nuevo partido sionista (168) en 1925, y en el cuarto punto subraya la necesidad para todos los judíos polacos de colaborar independientemente de su clase social para divulgar el Sionismo. Jabotensky de este modo coincidía con las ideas de los demás partidos 192


sionistas que rechazaban la lucha de clases y entendía el mundo clasista como la subordinación de los trabajadores a los capitalistas sin considerar de modo alguno la lucha por sus derechos atropellados, inclusive la forma tradicional presente en los diferentes países capitalistas. Por ejemplo: si los trabajadores realizaban una huelga había que boicotearlos económicamente. En 1932 cuando los trabajadores judíos comenzaron en Palestina una serie de huelgas contra la explotación de los capitalistas, los seguidores de Jabotensky materializaron sus ideas al enfrentar a los huelguistas y no sólo los atacaron sino que brindaron a los capitalistas los cuadros necesarios para sustituir a los que hacían la huelga (169). En este contexto podemos decir que los polacos antisemitas habían entrenado a los miembros del Irgun mientras los militantes del movimiento pedían a Polonia que planteara con insistencia a Gran Bretaña que terminara su mandato sobre Palestina para que Polonia asumiera esta tarea. De esta forma, los polacos antisemitas podrían deshacerse de todos los judíos no gratos mediante su traslado a Palestina. Como primer paso para esto, había que causar problemas a los judíos en Polonia y poner en duda su nacionalidad polaca. Ben Vormer escribió: “Es una actitud muy descarada por parte del judío el de existir siendo bien tratado como un alemán en Alemania o un polaco en Polonia. Por supuesto, debe cuidar de su vida y su libertad, pero debe reconocer sinceramente que no pertenece a ningún país porque es ilusorio hablar de una igualdad plena, esto es, algo irreal” (170). Los revisionistas no se limitaron a estas prácticas abiertas contra los judíos; Abba Ashimir, uno de los grandes admiradores de Hitler y Mussolini, fue muy lejos 193


de esta locura al escribir en sus memorias: “Ojala fuera posible que se masacrara a un millón de judíos polacos para que éstos sintieran que están viviendo en un ghetto”. A pesar de esta agitación descarada contra los judíos por parte de los sionistas su adhesión a la patria no fue afectada. La prensa judía lanzó campañas contra el programa de emigración que anunciaba el movimiento revisionista, lo acusó abiertamente de incentivar a los anti-semitas, y consideró este programa como un ejemplo de una fantasía desenfrenada. Esta posición no la reflejaron solamente los judíos. Era una mentira sionista grande el argumento de que los judíos estaban siempre rodeados por polacos anti-semitas. En realidad esta mentira se lanzó para justificar las prácticas sionistas. El antisemitismo polaco fue un movimiento de las clases medianas y altas en este país dirigido contra la competencia judía. Los trabajadores polacos eran socialistas hace décadas y sabían que el triunfo del antisemitismo polaco haría que su destino fuera idéntico al de los intelectuales alemanes que fueron asesinados o confinados en campos de concentración. Por eso, los trabajadores polacos se unieron a sus homólogos judíos y los defendieron. Esto lo demostró un informe del periódico Palestine Post donde se dijo: “Siempre que salían los estudiantes anti-semitas en una de sus múltiples manifestaciones, los estudiantes y trabajadores polacos no judíos se movilizaban de inmediato para ayudar a los judíos (171). La alianza sionista con la reacción polaca no fue un fenómeno temporal: la política sionista tenía como objetivo el de separar a los trabajadores de la lucha de clases, una posición favorable a los gobernantes polacos fascistas. No fue casual pues que dominara el 194


entendimiento entre ambas partes, ya que este era el resultado del apoyo mutuo y las actividades conjuntas. Estas relaciones adquirieron un carácter oficial tras el golpe de estado fascista de mayo de 1936 cuando el nuevo gobierno aprobó el tratado polaco-judío de 1925. Este tratado según el segundo congreso del Partido Comunista Ucraniano tenía el objetivo de incorporar la burguesía judía al vehículo del imperialismo Polaco. Para desenmascarar el tratado hecho por la burguesía judía polaca, el Comité Central del Partido Comunista de Ucrania Occidental, explicó en un comunicado en polaco y hebreo que este acuerdo estaba dirigido contra las minorías nacionales en Polonia. El Comité Central llamó a desenmascarar la traición de los sionistas que aspiraban a convertir las masas judías en verdugos del movimiento de liberación del pueblo ucraniano. Como muestra de la satisfacción de la dirigencia sionista por esta relación, Nahum Sokolov uno de los líderes del movimiento sionista mundial , anunció que se sentía contento por la cooperación del gobierno polaco con el movimiento sionista . Esta alianza no perturbó la actividad anti-semita de los líderes fascistas polacos y sus simpatizantes. En caso de que esta cooperación fuera efectuada lo sería para su fortalecimiento y no su debilitamiento, porque esto precisamente era lo que quería el sionismo (172). Tras la ocupación nazi de Polonia, los revisionistas pasaron a ser emigrantes a Palestina o cooperaron con los nazis dejando a las masas judías sin dirección, sin apoyo, y sin orientación para enfrentar solas sus suerte. El primero de los que escaparon de Polonia fue Menahem Begin alegando que sería el primero que asesinarían los alemanes si fuera capturado. No hay nada que probara tal pretexto y los hechos lógicos 195


demostraban que esta posibilidad estaba descartada. Los nazis no veían en el Sionismo un peligro para ellos. Begin no fue el único líder sionista que se fugó de Polonia, lo fue también Nathan Blenmore quien pasó a ser el Jefe de la Banda Militar Stern tras la muerte de su fundador Abraham Stern. Lo fue también Moshe Shineh Presidente de la Unión Sionista Polaca y de la Haganah de 1941 a 1946. Uno de los colaboradores destacados de los nazis durante la ocupación fue Josef Glassian líder de la sección juvenil del movimiento revisionista que fue designado Inspector de la Policía Judía en la ciudad de Vilna y asumió más tarde otros cargos de importancia en Varsovia y Luder (173). Comenzó pues la campaña anti-semita provocada por los sionistas en contubernio con todos los sistemas racistas. En una serie de artículos de Hans Heine publicados en Der Spiegel (174), en diciembre de 1966, se plantea que en estas condiciones se hizo fácil encontrar candidatos a emigrar hacia Palestina. Centenares de miles de judíos aterrorizados vieron en Palestina el único refugio -después que todas la puertas les habían sido cerradas-. Pero los sionistas que hasta hace poco trataban de persuadir a todos los judíos de emigrar a la Tierra Prometida de Palestina cambiaron su modo de hablar. Ahora sólo aceptaban a aquellos capaces de resistir las dificultades y preparados para participar en los combates contra resistencia árabe. De este modo, el Sionismo pasó a la emigración selectiva. Heine señala también los estrechos vínculos entre los revisionistas y los nazis cuando fueron establecidas íntimas relaciones con la Organización Militar Sionista Irgun. Los miembros de la Irgun no callaban su admiración por los nazis sino que apoyaban 196


abiertamente a la Alemania Hitleriana. Abraham Stern tuvo contacto con Hitler en 1941 esperando que éste enviara una flota grande con decenas de miles de judíos a bordo para combatir a las fuerzas aliadas en el Mediterráneo. Sus simpatizantes fueron los primeros en empuñar las armas contra los británicos en Palestina y para lograr mejores resultados de la ocupación envió a uno de sus ayudantes Leo Nistschek a Siria para secundar a los hitlerianos en su actividad contra los aliados, pero éste fue arrestado. Stern envió otro ayudante, Nathan Freeman Allen, el mismo Nathan Blenmore mencionado anteriormente. Lo envió a una misión parecida a los países balcánicos pero fracasó en sus intentos. En 1942, los británicos detuvieron a Abraham Stern en Tel Aviv y lo ejecutaron al demostrar que vino a Palestina para cumplir los objetivos comunes que lo unían al fascismo hitleriano. La relación revisionista nazi no se limitó a este tipo de tareas sino que inclusive llegó a brindar proposiciones y proyectos de acuerdos. Aunque este movimiento trató de encubrir la naturaleza de estos acuerdos la historia siempre tiene la última palabra. En el documento “Secreto de Dirección” firmado por Heydrich con fecha Berlín, 17 de junio de 1937, bajo la orden 984/37, están expuestos los puntos fundamentales de la Organización Militar Nacional en Palestina, la solución de la cuestión judía en Europa y su contribución activa de los judíos a favor de Alemania en esta guerra. El texto plantea: “Los Estadistas de la Alemania Nacional-Socialista mostraron en sus discursos y declaraciones que la organización de Europa requiere la solución de la cuestión judía a través de su destierro para que no queden judíos en Europa”. “Desalojar a las masas judías 197


de Europa es una condición para resolver la cuestión judía. Pero esta solución solo es posible en términos definitivos mediante el desalojo de estas masas hacia la patria del pueblo judío en Palestina y el establecimiento del Estado Judío en el marco de sus fronteras históricas”. “La solución de la cuestión judía de esta forma y la liberación del pueblo judío en forma definitiva y permanente es el objetivo de la actividad política y de la lucha del movimiento de libración israelí (la Organización Nacionalista Militar en Palestina) - Irgun Tsvai Leumi desde decenios”. “La Organización Nacionalista Militar en Palestina, que conoce la posición del gobierno imperial alemán y de sus instituciones respecto a la actividad sionista en Alemania y los planes sionistas de emigración considera que: 1. Existe una coincidencia en los intereses entre la reorganización de Europa según el plan alemán y los auténticos anhelos nacionales del pueblo judío que se materializan en la organización nacionalista militar en Palestina. 2. Es posible la cooperación entre la nueva Alemania y los pueblos nacionales hebreos. 3. El establecimiento del estado histórico de los judíos sobre bases nacionales a través de un tratado con el imperio alemán favorece la protección y el fortalecimiento en el futuro de la presencia alemana en el Medio Oriente”. “A partir de estas consideraciones, la Organización Nacionalista Militar en Palestina se dirige al imperio alemán -para que éste conozca las aspiraciones nacionales del movimiento de liberación israelíofreciendo su activa participación en la guerra junto a Alemania”. “Esta oferta de la Organización Nacionalista Militar en 198


Palestina abarca las esferas militar, política y de propaganda y se extiende lejos de la frontera palestina. Ello está vinculado al entrenamiento militar y organizativo de la fuerza judía en Europa bajo la tutela y dirección de la organización y la formación de unidades que participarían en las acciones bélicas destinadas a la ocupación de Palestina”. Al crearse allá un nuevo frente, la contribución del movimiento de liberación israelí en la reorganización de Europa en su fase preparatoria estará relacionada con la solución del problema judío en Europa de forma positiva y radical en lo que responde a los anhelos del pueblo judío. Esta contribución respaldará las bases morales de la reorganización de Europa ante los ojos de la humanidad entera”. La cooperación del movimiento de liberación israelí cae dentro de la línea trazada por el Canciller Imperial en sus últimos discursos donde afirma que hará uso de cualquier alianza para aislar y derrotar a Gran Bretaña”. Hasta aquí el texto del documento con el cual llegamos a conocer las verdaderas ideas sionistas en general y las de los revisionistas en particular respecto a la colaboración con los nazis y el grado de interés por el futuro de los judíos, siendo este el precio que debía aportar el Sionismo para alcanzar su anhelado Estado: 1. Hay un acuerdo pleno en que la reorganización de Europa sólo se puede lograr mediante la expulsión de los judíos. La palabra traslado hace que la emigración sea voluntaria sin presión, pero lo que pretende la organización militar es obligarlos a emigrar. 2. El documento reconoce que las autoridades alemanas auspician la actividad sionista en Alemania basándose en la agitación del anti-semitismo y la organización necesaria de los planes de emigración. 199


3. La organización ofrece sus futuros servicios a los alemanes para proteger sus intereses en el Medio Oriente, en otras palabras el Estado que se crearía será el guardián de los intereses alemanes. Esta organización está dispuesta a aportar su brazo activo de la forma necesaria para lograr estos intereses. 4. El maquiavelismo, como se ve, domina las mentes de los revisionista al igual que al resto de los sionistas. El fin justifica los medios y también justifica la cooperación con los enemigos para alcanzarlos: esto es, si vemos esta relación desde un ángulo puramente judío y no desde el ángulo de la ideología sionista. 5. La pregunta que se plantea aquí es que Palestina no podía en modo alguno recibir a todos los judíos de Europa que ascendían a más de 6 millones. Cómo entonces se llegó al acuerdo de desalojarlos, o en términos más precisos, de deshacerse de ellos a cambio del entrenamiento y de ofrecer la ayuda militar. Acaso no significa esto un llamado franco y evidente a Alemania para asesinar a quien desea matar y dejar a los sionistas escoger a los jóvenes que necesita. Muchos en el mundo se dieron cuenta de estas posiciones y muchos más sufrieron las consecuencias no sólo porque deshacerse de los judíos fue una posición alemana, sino lo fue también una posición norteamericana, británica y sionista. Por tal razón, era necesario acallar todas las voces que hablaban de este asunto. No obstante, muchos intelectuales judíos y no judíos alzaron su voz y acusaron a Begin y a sus socios y discípulos y a todo el que tuvo que ver con esta conspiración sucia. Esto fue lo que impulsó a Lenny Berner a escribir en la Revista “Optica del Medio Oriente” sobre el papel de Begin y sus seguidores en esta etapa. Por el mismo motivo un grupo de escritores como Hanna 200


Arndt, Albert Einstein y Sidney Hawk enviaron una carta conjunta al periódico New York Times (175). “Uno de los fenómenos políticos que más preocupa a nuestra era es la creación del Partido Herut en la tierra de Israel. Este partido tiene muchos puntos en común con los partidos nazis y fascistas. No se puede imaginar que aquellos que se opusieron al fascismo en el mundo puedan apoyar este partido que representa Begin y será inevitable divulgar la verdad sobre Begin y su movimiento en el país”. “La verdad que quisieron exponer estos autores en el país de la libertad fue desvirtuada y en su lugar se expusieron mentiras nuevas y brillantes. La historia fue falsificada hasta el punto en que el Presidente James Carter anunció sus planes para hacer un monumento en homenaje a las victimas judías de la matanza nazi. El anuncio coincidía con las negociaciones que celebraban Carter y Begin con vista al acuerdo de paz egipcio-israelí. La intención raramente está ausente de la actitud de los políticos y el vínculo creado entre Begin y el monumento conmemorativo no constituye excepción de esta regla. Carter trataba de justificar la continuidad del apoyo norteamericano a Israel a pesar de las dudas con relación a Begin. Como la población en general conoce la suerte de las víctimas -sin conocer a los asesinos-, según la lógica de Carter veían en el Sionismo la solución de todos aquellos siglos de anti-semitismo coronado por las atrocidades hitlerianas, veían en el Sionismo el final feliz de aquel drama. Pero si algunos no conocían el papel de Begin en este drama otros lo sabían perfectamente. Esto fue lo que puso a Carteer en aprietos ante las masas cuando contó, tras su reunión con Begin, que él se sentía muy conmovido por lo narrado sobre el exterminio. Este 201


anuncio suponía que Begin fuera el vocero ideal para hablar en nombre de los millones de judíos exterminados. Si Carter y el pueblo norteamericano no sabían nada de Begin, los judíos polacos sí lo sabían bien y el vínculo de Begin con el Memorial les sorprendió y los hizo considerar el hecho como una burla sin par. Durante la visita de Carter a Israel el 1ro. de marzo de 1979 Begin lo llevó a visitar la tumba del líder y fundador de su movimiento Vladimir Jabotensky. Begin describió a Jabotensky como un Profeta pero no sabemos aún qué clase de profeta es éste que asesina a sus seguidores, conspira en su contra y los entrega al enemigo. NOTAS (158) Broodsky, Sholister, Página 75. (159) La hierba mala. S. Solodar. Página 19. (160) Ibid. Página 20. (161) El Estado de Israel y el Sionismo -George Mekkawi- Del húngaro- El Comité de Estudios Palestinos Año 1979, Pág 256 (162) Jabotensky fundo la organización Bitsar con secciones en Polonia . Su himno decía: Alemania para Hitler... Italia para Mussolini.. Palestina para Nosotros... Viva Jabotensky. (163) George Mekkawi. Página 102. (164) Donev, Ivan. Página 33. (165) George Mekkawi. Página 134. (166) La Revista Medio Oriente. Número Julio-Agosto de 1979. New York. Artículo escrito por Leen Premier. (167) Ibid (168) Broodsky, Sholister. Página 77. (169) Ibid. Página 77 (170) La Revista Medio Oriente. Número Julio-Agosto de 1979 (171) Palestine Post - 29-1-1939. (172) Broodsky, Sholister. Página 87. (173) La Revista Medio Oriente. Número Julio-Agosto de 1979 (174) Donev, Ivan. Pág. 40. (175) Periódico New York Times. 4-12-1948.

202


Tercer capítulo LOS COMPLICES LOS CONTACTOS SECRETOS ENTRE LA DIRECCION DEL MOVIMIENTO SIONISTA Y LA ALEMANIA NAZI (1933-1945) De las informaciones expuestas en el Segundo Capítulo logramos una idea bastante clara de la posición de la dirección del movimiento sionista “en el exilio” o sea, aquella dirección que está lejos del campo de batalla, lejos del peligro, ya sea en Palestina o Europa o en América; aquella dirección que no sintió lo que sufrieron los judíos a manos del Nazismo. Por mucho tiempo pudo ella alegar que no oía ni sabía nada. Logró desviar la atención lejos de ella para acusar completamente a los nazis. Por eso proclamó que toda colaboración con los nazis estaba destinada a rescatar a los judíos y sacarlos de las garras enemigas. Pudo fácilmente acusar al sistema nazi por todo lo negativo que implicaba por los crímenes que cometió contra los pueblos de la tierra y por su política colonialista basada en la teoría del espacio vital de los pueblos “civilizados”. Por todas estas razones era lógico que el mundo entero creyera los planteamientos del movimiento sionista y aceptara su falsificación de la historia, por tal motivo se hace difícil que un investigador lograra eliminar de las mentes el gran cúmulo de informaciones falsas propaladas por el Sionismo. Resulta difícil también eliminar las concepciones acumuladas durante más de treinta años aunque se presenten los documentos más fidedignos. Queda la lógica de los seres humanos que tiende a disculpar a la dirección del movimiento sionista por cuanto es imposible que un ser perteneciente a “un 203


pueblo” y a la vez representante de este pueblo víctima del exterminio, fuera al mismo tiempo el mayor cómplice y coadyuvante a este crimen (1). Este es el problema que debe enfrentar cualquier investigador que pretenda profundizar en el tema. Otro asunto hay más ambiguo y es que el mismo pueblo alemán no desee olvidar esta cuestión nuevamente aunque tenga los documentos necesarios- porque tiene un complejo de culpabilidad y siente la carga que significa el III Reich en la historia. Además de todo esto, los países occidentales, especialmente EE.UU., Gran Bretaña y Francia poseen más pruebas pero no desean exponerlas por dos razones: 1. Estos países desempeñaron un papel principal en la creación y desarrollo del movimiento sionista y lo ayudaron a establecer el Hogar Nacional en Palestina. No es de su interés revelar la verdad que les pondría en el banquillo de los acusados, ya sea por complicidad o por mantener el silencio ante las matanzas que sufrieron los judíos. Por tal razón, estos países se callaron e hicieron desaparecer todas la pruebas que identifican a los criminales verdaderos y a los socios de los nazis que contribuyeron activamente en las matanzas. 2. En cuanto al papel de estos países cuando cerraron sus puertas frente a los judíos y les negaron la ayuda, vemos que tratan de esconder esta actividad criminal e impedir que sea conocida por las generaciones judías y no judías. Ultimamente vemos que estos países, para defenderse, le echan la culpa a las direcciones sionistas al decir que éstas les prohibían abrir sus puertas a los inmigrantes mientras estas direcciones devuelven la acusación. La realidad es que ambas partes han estado de acuerdo. Si los documentos relacionados con esta cuestión 204


desaparecieron, cómo será posible pues obtener documentos que demuestren la cooperación de las direcciones sionistas con las autoridades nazis bajo la ocupación? Si la cuestión parece difícil en el primer caso, es imposible en el segundo. La causa de esto es que las huellas de las víctimas desaparecieron al igual que los asesinos y todo se hundió en la ambigüedad. Los hilos de los acontecimientos estuvieron a punto de perderse si no fuera por un grupo reducido de sobrevivientes. Estos comenzaron a hablar y a acusar a los dirigentes considerados sagrados por muchos, y a denunciar las posiciones de los países de los cuales jamás se pensó que hubieran cometido tales crímenes. Por eso no es de extrañar que testigos y personas interrogadas sobre una causa relacionada con aquella tragedia encuentren la muerte en condiciones misteriosas. Todos los periodistas y escritores que trataron este tema sufrieron las peores persecuciones y discriminaciones. Sin embargo, parte de la verdad vio la luz en diferentes obras que permiten al investigador una idea que se aproxima a la realidad y constituya un marco que sirva como un documento histórico de aquella época para determinar el papel de cada parte. Es posible ahora, analizar el papel de las direcciones sionistas bajo la ocupación alemana y conocer la dimensión de la cooperación que dio lugar al sacrificio de miles de judíos a cambio de salvar unos pocos que pertenecían a este movimiento o que tuvieran lazos de parentesco o amistad con estas direcciones. El punto débil que se puede comprobar al tratar este tema es el pretexto expuesto por los líderes sionistas, según los cuales estaban bajo la ocupación y no podían hacer otra cosa; según los cuales esta dirección era al igual que los demás judíos un rehén en manos de un 205


enemigo poderoso capaz de destruirlos a todos, y que su cooperación se basaba en el interés de salvar lo salvable. Si todos estaban condenados a perecer (este era el pretexto), ¿por qué no maniobrar con este enemigo y tratar de salvar a sus hermanos? Si ellos cooperaron lo hicieron a regañadientes por estar obligados a tratar de salvarse a ellos mismos y a quienes más pudieran salvar. En realidad esta lógica sería sana si no se tomaran otras cosas en cuenta. Pero la lógica es algo y la realidad es otra cosa. Los colaboradores mantuvieron este juego hasta el final partiendo de los denominadores comunes que unían a las ideologías sionista y nazi. Podemos decir que la presencia de estos líderes bajo la ocupación hubiera podido constituir un punto débil en las acusaciones contra ellos si no fuera por los múltiples detalles que no justifican sus actitudes y no les da la cobertura legal necesaria ante quienes estaban en condiciones similares. Muchos líderes de países ocupados a través de la historia colaboraron con los invasores de su país con vistas a salvar a sus pueblos y proteger a sus tierras de la destrucción. Sin embargo, estos lideres enfrentaron la justicia al terminar la ocupación y fueron ejecutados. A pesar de ello, existe una gran diferencia entre estos y los sionistas... Vemos que el gobierno de Israel trató a los líderes provenientes de las tierras ocupadas como héroes y les rindió homenaje como gloriosos personajes, los designaron a los cargos más altos en los niveles político, administrativo y económico y los condecoraron con órdenes y medallas por “lo que hicieron”. Todo hubiera ido bien si no fuera por algunos sobrevivientes judíos que revelaron los papeles sospechosos y sucios de éstos. Todo se hubiera desarrollado normalmente si no fuera por la osadía de 206


algunos abogados, escritores y periodistas y todo hubiera quedado en el olvido si no fuera revelada aquella parte sencilla de la verdad. Podemos decir que hasta estos días la opinión pública mundial y judía no sabía casi nada, ya que todo el que hablaba del tema con este enfoque era acusado de anti-semita aunque se tratara de un judío. Los judíos bajo la ocupación se dividían en general en tres sectores. Uno que conspiró y era cómplice de los nazis, y sus integrantes eran militantes de todas las tendencias y partidos del movimiento sionista. Otro se mantuvo en silencio, perdió su integridad y se convirtió en una mercancía de intercambio entre los nazis y los sionistas. El tercer sector fue un grupo de jóvenes patriotas y comunistas que lograron superar el complejo llamado “la cuestión judía” y se integraron a las sociedades que los vieron nacer, empuñaron las armas para defenderse y proteger sus patrias conscientes de la importancia y de las dimensiones de la conspiración. Se incorporaron a las fuerzas de la guerrilla o formaron destacamentos revolucionarios que resistieron a la ocupación nazi. Como hemos señalado, éstos en su gran mayoría pertenecían a los partidos comunistas , algunos habían sido miembros de los partidos sionistas y los abandonaron tras conocer la complicidad de dichos partidos con el Nazismo sin importarles la suerte de los judíos. Por lo tanto es falso todo argumento de los líderes israelíes negando la posibilidad de haber tomado parte en la resistencia contra el Nazismo. Este tema lo abordó Eliazar Levneh en el periódico Maarey de Israel en 1966 (2): el ex-líder de la Haganah dijo: “Si hubiéramos considerado nuestra tarea principal como la de salvar a los judíos en los lugares donde existen, si 207


hubiéramos colaborado con las guerrillas polacas o las que actuaban en las zonas rusas ocupadas por los nazis, así como las que se encontraban en Yugoslavia y Eslovaquia, si hubiéramos cooperado con éstas hubiéramos salvado a muchos judíos”. Por eso vemos la necesidad de dedicar una parte de nuestro trabajo a la resistencia judía para aclarar sus dimensiones y precisar los lugares donde se encontraban, sus integrantes y las ideas políticas e ideológicas de éstos. Este capítulo incluye las siguientes partes: 1. La resistencia judía. 2. Los consejos de los mayores. 3. Los cómplices NOTAS (1)Los detalles de esta cuestión fueron reflejados en el Segundo capítulo de este estudio. (2) Broodsky, Sholister, Página 163.

208


PRIMERA PARTE LA RESISTENCIA JUDIA La resistencia judía a la ocupación nazi en los diferentes países de Europa no se produjo aislada de la de estos pueblos. Los judíos participaron en la guerra de guerrillas y la juventud tomó parte activa en las sublevaciones de los ghettos, en especial la del ghetto de Varsovia. Sin embargo, los judíos en general no asumieron la forma de resistencia de manera global por una serie de razones que explicaremos más tarde, pero sí dejaron su huella en la vida combativa en Europa, lo que hizo que el movimiento sionista se muestre orgulloso de ellos y celebre sus efemérides en sus fiestas oficiales. Los grupos judíos que resistieron estuvieron integrados a la guerrilla a la cual acudían los soldados que se encontraban aislados en zonas bajo ocupación, así como los prisioneros de guerra que lograban fugarse de los campos de concentración. Las bases naturales de la guerrilla se hallaban en los bosques y ciénegas de Polonia Oriental, Lituania, Bielorrusia, Ucrania, Yugoslavia, Eslovaquia, Grecia y en Los Alpes. A pesar de que los judíos participaron en los combates constituyeron un porcentaje reducido, su número se eleva sin embargo a varias decenas de miles. Las fuentes sionistas justifican este porcentaje reducido alegando los obstáculos que los no judíos creaban ante la participación judía activa (3). Estos obstáculos eran los siguientes, según ellos: 1. Los judíos por lo general se habían acostumbrado a la vida urbana. La vida en los bosques les era muy ajena, además los lazos familiares jugaron un rol que impidió su participación. Los jóvenes, debían ser como es lógico los candidatos para participar en la guerra de guerrillas, pero 209


éstos en su mayoría eran la única fuente de sustento para su familia. 2. La concentración de la guerrilla en los bosques estaba sometida a una serie de condiciones especiales, la más importante de ellas era la capacidad de relacionarse con la población de las zonas aledañas, ya que los guerrilleros necesitaban lugares seguros en los momentos de peligro así como fuentes de información, víveres y animales para el transporte. Esto se lograba con la ayuda de los campesinos de las regiones cercanas, los cuales por lo general eran anti-judíos (5). 3. Las condiciones de incorporación a las unidades de la guerrilla implicaban resistencia física y tenencia de armas. Las armas que se obtenían eran únicamente las abandonadas por los ejércitos en retirada que llegaban a manos de la guerrilla a través de las organizaciones clandestinas. Estas armas jamás se daban a los judíos, sino que tenían que arrebatarlas al enemigo, o conseguirlas mediante transacciones legales o robos. Por estos medios sólo se podían conseguir pequeñas cantidades (6). 4. El mismo movimiento guerrillero no estaba excento de tendencias antisemitas. Los sectores derechistas de las organizaciones polacas de resistencia consideraban a los judíos como bandidos que vivían en los bosques, y en numerosas ocasiones los desarmaron e inclusive los asesinaron. Mientras, los sectores de izquierda tomaban una actitud menos hostil. En Ucrania, Lituania y Bielorrusia, esta tendencia antisemita se atenuó tras los contactos entre guerrilla y la alta dirección soviética. Los dirigentes se opusieron a la creación de focos guerrilleros judíos independientes y los obligaron a incorporarse a las unidades multinacionales (7). 5. El paso de los combatientes judíos de los ghettos a los 210


bosques enfrentaba muchas dificultades. Los judíos radicaban generalmente en lugares distantes de los campos polacos. Las operaciones realizadas para trasladar los combatientes judíos de Varsovia y Eslovaquia a los bosques por las organizaciones judías fracasaron y muchos fueron capturados y asesinados antes de llegar a su destino (8). 6. De acuerdo con el punto de vista sionista, el obstáculo principal que impedía la fuga en masas era el factor tiempo. La ampliación del movimiento de resistencia se produjo en 1943, es decir, en momentos en que la mayoría de los judíos fueron enviados a los campos de exterminio nazi. Aunque las unidades guerrilleras judías desempeñaron un papel de vanguardia en la guerrilla no eran grandes ni numerosas (9). Estas son las causas que, según el movimiento sionista, impidieron a los judíos intensificar sus esfuerzos contra los nazis. Pero al profundizar en este aspecto vemos que existían otras causas desconocidas que desempeñaron el papel principal para obstaculizar la participación judía en la Resistencia y anularon otras casusas expuestas anteriormente. Nuestros datos fueron tomados en este caso de una fuente sionista especializada, integrada por un grupo de académicos sionistas que servían a los objetivos del movimiento, y cuyo objetivo era que la Resistencia Judía apareciera como un resultado de la actividad sionista. Además, se trata de justificar la debilidad de esta resistencia culpando a los demás con el pretexto del anti-sionismo y encubrir al mismo tiempo las causas fundamentales que eran el resultado de las orientaciones de la dirección del movimiento durante la ocupación nazi.

211


LA RESISTENCIA EN LOS GHETTOS La resistencia en los guettos era meramente judía aunque recibió ayuda de no judíos de una forma u otra. Sus mejores exponentes son los guettos de Lodz, Vilno y de Varsovia. El último fue considerado como el ejemplo de la heroica resistencia judía aunque fuera diezmado definitivamente. Los historiadores, especialmente los judíos (10), aseguraron que los únicos aliados de los combatientes del ghetto habían sido los miembros de los grupos anti-nazis de la izquierda local, tales como los guardianes del pueblo, (que fueron más tarde el Ejército del Pueblo perteneciente al Partido Comunista). A cambio la historia no registró llamamiento oficial alguno por parte del movimiento sionista contra los nazis. A pesar de la presencia de decenas de miles de soldados judíos en el Ejército de la República Polaca, éstos no tuvieron quien los orientara para llevar sus armas a sus casas y esconderlas en lugares seguros de manera que cuando surgieran organizaciones guerrilleras judías tuvieran armas para usar contra los nazis. Estas organizaciones no existieron a pesar de que había otras formas de organización. Al movimiento sionista le interesaba únicamente seleccionar los emigrables para Palestina. La Resistencia Judía en los Ghettos y en otros lugares era espontánea y constituía una reacción masiva cuando se avecinaba la aplicación de medidas nazis contra los judíos. Las sublevaciones en los ghettos no ocurrieron al mismo tiempo, sino como respuesta al peligro del exterminio. Así pues, la población del ghetto de Varsovia no vio acercarse el peligro hasta el verano de 1942, mientras la población del ghetto de Vilno sintió el peligro a finales de 1941 (11) por haber sido los primeros en conocer los planes nazis cuando supieron la 212


ejecución de grandes números de judíos en lugares cercanos. Podemos decir que el ghetto de Vilno fue el lugar donde comenzaron los intentos de organizar la resistencia judía y este movimiento dirigió su primer llamamiento bajo el título “no debemos ir como chivos expiatorios a la matanza... cierto que somos débiles y no tenemos ayuda pero resistir será nuestra única respuesta”. Así comenzaron los sabotajes contra los nazis sin que estas acciones adquirieran el carácter de una rebelión masiva (12). Pero la situación fue diferente en el ghetto de Varsovia donde no pasó un solo día sin un enfrentamiento armado o el descubrimiento de un refugio subterráneo, según el general Vorgen Stropp, el Comandante de las Tropas de Asalto Alemanas que se encargaron de la liquidación del ghetto de Varsovia (13). La falta de preparación y de dirección de la resistencia judía la reflejó el nazi Von Der Bach, líder de la acción antiguerrilla de las tropas de asalto y comandante del centro ruso de la policía que se dedicaba a la represión contra los judíos y los asesinaba a partir de 1941 hasta el final de la guerra, cuando dijo (14): “Yo soy el único testigo sobreviviente pero debo decir la verdad. Los judíos no tenían organización alguna y fueron sorprendidos. Nunca sabían qué hacer, no tenían informaciones ni instrucciones. Los anti-semitas mentían cuando decían que los judíos conspiraban para dominar al mundo y que tenían un alto grado de organización... La verdad es que no tenían tipo alguno de organización ni fuente alguna de información. Si esta gente hubiera tenido un grado mínimo de organización hubiera sido posible salvar a millones de ellos, pero es cierto que fueron tomados totalmente por sorpresa. Jamás se ha visto un pueblo ir a la guillotina con tal indolencia”. 213


Comprendemos pues la causa de la débil resistencia judía y su espontaneidad. La dirección sionista no realizó ninguna actividad y no hizo preparativo alguno para enfrentar a los nazis (15). Si no fuera por la gran ayuda que brindaron a los judíos los trabajadores polacos y comunistas, no les hubiera sido posible organizar la resistencia. La historia menciona muchos nombres de comunistas polacos que arriesgaron sus vidas para entrevistarse con elementos de los ghettos y prepararlos para la resistencia. Cuando comenzó la sublevación en mayo y abril de 1943, les facilitaron las armas y las municiones, y participaron en combate junto a ellos. No fueron los polacos los únicos que brindaron ayuda a los luchadores de los ghettos sino también los historiadores mencionan la ayuda brindada por el pueblo soviético a “los sublevados” y hablan del papel de la aviación soviética para romper el cerco fascista y hacer llegar víveres y armas a los judíos sublevados. Al recibir las noticias de la derrota fascista en los alrededores de Moscú, la moral de la población de los ghettos se elevó y se intensificó la resistencia (16). Volvamos pues a las causas mencionadas por las fuentes oficiales de los movimientos sionistas que plantean que a los judíos les fue prohibido participar en la resistencia. Veremos pues si estas causas son reales o son inventadas para encubrir a otras. La presencia de miles de judíos en los bosques refuta el argumento según el cual los judíos temían a la naturaleza, así como la idea de la influencia de los lazos familiares. La incorporación de los judíos a los diferentes movimientos comunistas y socialistas, eliminó todas las barreras confesionales entre ellos y los pueblos a los que pertenecían, lo que hizo posible que las interrelacionaran con la población de los campos. Esto 214


explicaba la presencia de muchos judíos ocupando cargos dirigentes en la guerra de guerrillas de los diferentes países. Además, siendo ciudadanos de los diferentes países europeos ocupados por Alemania, ellos se habían incorporado al servicio militar y llegaron a tener la experiencia necesaria para dirigir la resistencia. Esto se observa claramente en la URSS donde Lenin siempre abogó por la igualdad real de los judíos con los demás rusos. Lenin consideraba que la idea sionista sobre la existencia de una nación judía de tipo especial era una idea falsa de esencia reaccionaria y sólo causaría desastres y daños a los trabajadores judíos. Escribió Lenin (17): “La idea de un pueblo judío especial es una idea reaccionaria vista desde su esencia política. La cuestión judía reside en la alternativa: fusionarse o aislarse. La idea de la nacionalidad judía es reaccionaria, no sólo para sus promotores, o sea, los sionistas, sino también para aquellos que tratan de fundirla con las ideas socialistas. La idea de la nacionalidad judía es totalmente opuesta a los intereses de los trabajadores judíos porque fomenta ideas contrarias a la fusión y fomenta el aislamiento de los ghettos”. Por esta razón, la aplicación de las ideas de Lenin tras el triunfo de la Gran Revolución Socialista de Octubre hizo que los judíos fueran ciudadanos iguales en derechos y deberes y acabó con todas las tendencias anti-semitas presentes durante el régimen zarista. Por lo tanto, los líderes soviéticos de la guerra de guerrillas y los otros comunistas de Europa no estaban influídos por el complejo anti-semita sino que acogieron con simpatía a los guerrilleros judíos, aparte de que las tendencias anti-semitas jamás tuvieron el carácter ni el contenido 215


planteado por el sionismo. Entre las causas importantes -según las fuentes sionistas- de la débil resistencia judía, figuró la posición de los pueblos europeos cristianos que fueron cómplices de los nazis en contra de los judíos. El Sionismo niega los sentimientos humanos y patrióticos de estos pueblos hacia los judíos -como parte inseparable de ellos- y los esfuerzos realizados para salvarlos de los nazis. Como respuesta a los alegatos sionistas podemos citar el periódico polaco “Soldado de Vanguardia” que publicó el testimonio del conocido escritor católico Jan Duberchenky quien desempeñó personalmente un rol efectivo para salvar a centenares de judíos del ghetto de Varsovia: “Muchos niños fueron sacados del ghetto de Varsovia y puestos bajo el cuidado de familias en los barrios polacos. Lo hacíamos en los momentos en que sabíamos perfectamente bien que todo hecho similar constituía un riesgo grande, que toda ayuda a los judíos por muy sencilla que fuera, significaba la muerte”. Las causas de la débil resistencia judía no son pues las mencionadas por las fuentes sionistas. Estas han sido refutadas y se encontraron otras que, en nuestro criterio, son las verdaderas. Las encontramos en el papel importante que desempeñó el movimiento sionista en la vida de las masas judías durante la ocupación nazi. NOTAS (3) La Hoguera, Libro publicado por un grupo de académicos israelíes. Página 108. (4) Ibid. Página 109. (5) Ibid. Página 109. (6) Ibid. Página 110. (7) Ibid. Página 110.

216


(8) Ibid. Página 109. (9) Ibid. Página 110. (10) Jewish Resistence in Nazi-Occupied Eastern Europe, By Reuben Ainszte in London - 1974 Página 408. (11) Ibid. Página 486. (12) Faris Yahya, Páginas 39, 40. (13) Revista Express, Fecha 10/10/1979. (14) The Destruction of the European by Raul Helberg, London, 1976, Páginas 663, 664. (15) Broodsky, Sholister, Página 146. (16) Ibid. Páginas 145, 147 (17) El Sionismo en Rusia Zarista. Yivesiev, VostkovMinisterio de Cultura de Siria, Año 1976. Traducción Hashem Sadek, Página 87.

217


SEGUNDA PARTE LOS CONSEJOS JUDIOS DE LOS MAYORES (JUDENRATE COUNCILS OF ELDERS) Esta institución desempeñó un papel fundamental e importante en la vida judía. Los nazis la dejaron actuar libremente con relación a los asuntos judíos dentro de los objetivos de la política alemana coincidentes con los del Sionismo. Los responsables de esta institución hacían sus tareas con convicción. Esta armonía fue expresada por Hans Lamm del siguiente modo: “Sin duda los nacional-socialistas, en las primeras etapas, se dieron cuenta que era preferible adoptar una política pro-sionista con respecto a las cuestiones judías” (18). Los Consejos de los Mayores incluían diversas secciones pero la más importante era la de la policía judía, el brazo armado de estos consejos. Además de cumplir las tareas de policía represiva y aparato de inteligencia y de seguridad, colaboraba ésta con los nazis. Entre las primeras tareas asignadas a estos Consejos figuran las operaciones de desalojo de los judíos. Antes del inicio de tales acciones los Consejos recibieron la orientación de tomar las siguientes medidas: 1. Preparar listado detallado de todos los bienes de los desalojados y distribuirlos entre todos los judíos en sus lugares de residencia para que los llenaran y devolvieran posteriormente estos listados a la Gestapo. 2. Después de fijar la fecha de desalojo se solicitaba a todos los implicados que se presentaran en el lugar y a la hora establecida. 3. En caso de no presentación, el Consejo se encargaba, 218


mediante la acción de sus hombres, de traer por la fuerza a los solicitados tras una investigación y búsqueda. Con vista a que los desalojos se realizaran sin problemas y en el silencio más absoluto, los miembros de los Consejos divulgaban entre las masas judías la inutilidad de las fugas y que cualquier evasión pondría sus vidas en peligro además de las vidas de sus familiares y de todo el grupo. Según Lucian Sheinberg el trabajo de los Consejos favorecía a los nazis y hacía que los desalojos se desarrollaran con calma. Gracias a los Consejos, la Gestapo no necesitó ayuda del exterior. Pese a que los responsables judíos conocían la suerte de los desalojados y su destino, callaron estos asuntos ante los judíos de los ghettos (20). En la ciudad de Lvov y tras la ocupación nazi fueron formados estos Consejos cuyo poder se amplió hasta abarcar unos 3.000 empleados. Joseph Bernas uno de los principales líderes de la organización sionista local en el Occidente de Ucrania fue el primer Presidente del Judenrate de Lvov secundado por el Doctor Adolf Whitefield, uno de los fundadores del movimiento sionista en el oeste de Ucrania y Vice-Presidente de la organización local y Secretario General del Kiren Haisud. Participaron en la actividad dirigentes del Consejo de Lvov, los miembros del Comité Ejecutivo de la Organización Sionista Local: Ingeniero Naphtula Landu, Doctor Heinrich Landsperg, Doctor Simpson Ullam, Doctor Oswald Kimpbellman y otros. Con la aparición de los Judenrate en los ghettos la cooperación entre los sionistas y los fascistas adquirió un carácter más evidente hasta el grado en que el Judenrate de Lvov, con la aprobación de las autoridades fascistas publicó un periódico especial para la población judía bajo el nombre “Las noticias del Judenrate Lindberg para La 219


comunidad judía”. En Cracovia, el Judenrate sionista publicó el diario “El Periódico Judío”. A través de estos órganos de prensa, los Judenrate sembraban sus ideas políticas en la mente de los habitantes de los ghettos y elogiaban los líderes sionistas sobre todo al padre del Sionismo: Theodore Herzl. ¿Por qué los fascistas permitieron a los sionistas tener su propia propaganda? Lo permitieron en esta etapa con un solo objetivo, el propagandístico; ellos pretendían destruir a los judíos a través de formas sencillas y sutiles. En los ghettos y los campos de concentración, las ideas de Herzl eran de gran actualidad: “Los enemigos nos rodean y no encontramos sostén en nadie... El Estado Judío es nuestra única salida”. La propaganda sionista logró engañar a la mayoría de los judíos en los años 1941 y 1942 con sus planteamientos según los cuales los fascistas reunían a los judíos para -después del triunfoenviarlos al anhelado Estado Judío. Como apoyo a estos engaños, en su Editorial del 1ro. de abril de 1942, “El Periódico Judío” no instigó a la lucha anti-fascista sino llamó a los judíos a mantener la calma y trabajar en aras de la perfección propia prometiendo siempre que la justicia se impondría al final. Este periódico señalaba que la nación judía se vería resucitada gracias a la educación obrera en los campos de concentración fascistas, ya que según el periódico, los judíos no amaban el trabajo, y por eso los fascistas los preparaban y los calificaban y, por consiguiente, los nazis merecían su agradecimiento (21). El 16 de enero de 1942 este órgano aseguraba en su Editorial que era necesario recuperar la moral perdida y que la nueva Europa sería la Europa del trabajo. La pregunta urgente radicaba en la naturaleza de la nueva relación. El resultado al cual llegaron los protagonistas y 220


sionistas fue el siguiente: “Hubo un gran viraje en la vida judía, se produjo en condiciones difíciles, pero causaba alegría... Se produjo en nosotros la Revolución... la gigantesca revolución blanca”. El periódico presentaba a los campos de concentración, creados para destruir a los judíos, como los mejores lugares para “la reeducación de la juventud´”. El 23 de junio de 1942, “el periódico judío” señalo en su editorial: “La mayor parte de los judíos que radican en la provincia principal fue llamada a los campos de trabajo y estos trabajadores en su gran mayoría son jóvenes que necesitan la reeducación y están recibiendo el entrenamiento para las nuevas formas de vida y de trabajo”. Este periódico , no se limitaba sólo al apoyo de todas las actividades de los fascistas, escondía la realidad de los campos de exterminio y encubría los asesinatos en masa, sino también alimentaba las falsas esperanzas en torno al “derecho a la vida” de aquellos que atravesaban el infierno fascista; o sea, los líderes de los Judenrate elogiaban a los agentes fascistas, enaltecían a éstos y los describían como prominentes personalidades sionistas que cuando ejecutaban las órdenes nazis lo hacían en beneficio de los judíos. Cuando el Presidente del Judenrate de Lvov, Adolf Ruthfield murió, el periódico judío escribió el 27 de marzo de 1942: “Ruthfield durante varios años ocupó un alto cargo en la organización sionista, fue su Vice-Presidente y el Secretario General de Kirin Haisut quien encabezaba la comunidad judía en Lvov y dedicó todas sus fuerzas para servir a la sociedad judía” (22). Los judíos esperaban que los Judenrate desempeñaran 221


su papel de intermediarios entre la población y los nazis con el objetivo de representar y defender los intereses judíos. Pero sus esperanzas se desvanecieron puesto que los Judenrate siempre colaboraron a favor de los alemanes y en detrimento de las masas judías. Siempre estaban dispuestos a cumplir lo que solicitaban los nazis, inclusive cuando éstos decidían realizar campañas de exterminio contra los judíos, informaban a los Judenrate y a la policía judía su decisión y determinaban la cantidad requerida de víctimas. Para una mayor cooperación entre ambas partes, los Judenrate fundaron: “los Fondos de Intercambio” donde había listados de los trabajadores condenados a muerte, en primer lugar los desempleados, luego los trabajadores de las empresas y más tarde los profesionales. Estos órganos se llamaban fondos de intercambio porque cuando se arrestaba a grandes comerciantes o algún rico, los Judenrate lograban a través de estos fondos hacerlos liberar a cambio de un número determinado de trabajadores. En febrero de 1967 fueron encontradas las Memorias de Igor Redlich un sionista que colaboraba con los nazis en Eslovaquia. En ellas estaban registrados los hechos que se desarrollaban a diario. Respecto al 20 de enero de 1943 escribió: “Los trasladan como si fueran rebaños... son también judíos que explotan a otros judíos”. Un tal Igor figuraba dentro de la alta casta del ghetto de Triestsen; como Jefe de la Sección Juvenil tenía a su cargo 5 empleados y gran número de jefes de bloques en los distintos barrios. El Judenrate de Triestsen estaba compuesto por Jacobo Irletstein como Presidente, Avon Tsoker, Vice-Presidente, Igor Boev, Responsable de la Administración Interna, Eric Monk, Responsable de la Salud, Karl Shlebser, Responsable de Abastecimiento y al frente de la Sección de Transporte el Ingeniero Albert. 222


Todos estos escogían entre sus seguidores a los Jefes de Intereses y Secciones de Auto-Gestión. Los nazis dieron a esta dirección y a sus seguidores privilegios especiales, como los de vivir entre sus familiares y tener garantías de no ser desalojados. La organización sionista de este ghetto contó con el apoyo de las autoridades nazis locales y de los oficiales de alto rango en la Gestapo entre los cuales figuraba Adolf Eichmann. Después de aplicar la autoadministración del ghetto, los nazis supervisaban de arriba el sistema económico y administrativo y dejaban los asuntos de orden interno a cargo de los sionistas y su policía especial encabezada por Karl Luvenstein que tenía la tarea de preparar los listados de las personas que debían ser desalojadas hacia el Levante, y de este modo los sionistas decidían en las cuestiones de vida o muerte de la población. La policía judía logró con el apoyo de 15 miembros de la SS trasladar entre 1941 y 1945 a los ghettos orientales y campos de concentración 153.000 personas entre ellas 15.000 niños. Con el objetivo de justificar su presencia en los cargos dirigentes, los sionistas y sobre todo, el Ingeniero Avo Tsoker consideraban que la administración judía debía demostrar a la dirección nazi su capacidad y deseo de cooperar en todos los aspectos y trataron de demostrarlo a través de la aplicación incondicional de las órdenes nazis para crear relaciones de confianza mutua y ampliar el marco de autonomía de la administración judía. Por otra parte, la Administración de los Judenarate veía como su deber educar a los niños e inculcar en ellos el sionismo y el rechazo a los sentimientos patrióticos del país donde radicaban, y esto a pesar de las protestas de la mayoría. El 18 de mayo de 1942, Igor Redlich apuntó en sus Memorias: “En el ghetto son muy debatidos los 223


temas morales. Nos acusan de violencia en relación a los niños; las fricciones entre los sionistas y los integracionistas me dan tristeza. Me dan ganas de reír cuando nos critican y nos acusan de obligar a los niños a amar el Sionismo, pero yo siento ira porque nuestros contrincantes después de la guerra alegarán en alta voz que nosotros los sionistas fuimos enemigos de toda cultura nacional checa y en realidad la mayoría de los educadores son judíos integracionistas. Reconozco que el número de educadores sionistas no es suficiente”. Cuando los sionistas sacrificaron a los integracionistas encontraron para esta actitud “una justificación moral” en la teoría del “pueblo elegido”. El 3 de abril de 1942, Redlich responde en sus Memorias a los integracionistas que criticaban a los sionistas por su colaboración con los nazis y que no podían entender el entusiasmo de los sionistas por mantenerlos donde se encontraban en lugar de tratar de salvar sus vidas ... Dice: “En un bloque femenino, una educadora me entregó las Memorias de su amiga. En éstas leí una discusión agradable entre la autora de las Memorias y el Sionismo. Ella se pregunta por qué los judíos se aferran a la vida con tal fuerza... Qué valor tiene esta vida... Esta educadora no entiende el destino de nuestro pueblo y el significado de su mensaje por ser simple y llanamente... Integracionista”.

224


NOTAS (18) Eichmann in Jerusalem, By Hannah, London 1965, Página 53. (19) Notas a Lamb (The Jews Against Hitler) By Lucian Steingerg. England, 1974, Página 11. (20) Ibid. Página 11. (21) Boodsky, Sholister, Página 129. (22) Ibid. Página 131. (23) El Sionismo: La Verdad y las Diferencias. Una serie de ensayos. El último ensayo por Yivsiev. Editorial Progreso -Moscú. P. 25-52, Copiado de la revista Tribuna, Praga, 23 de enero 1974.

225


TERCERA PARTE UN PUÑADO DE COMPLICES Escogeremos un grupo de prominentes personalidades en la historia del Sionismo que asumieron altos cargos en la vida judía, ya sea en la dirección de los Consejos Judíos o en las Comisiones Judías de Rescate, para analizar el papel de cada cual en aquella etapa histórica. La propaganda sionista trató de arrojar un velo sobre las acciones de estas personalidades y justificar sus acciones convirtiendo la complicidad en heroicidad. Este movimiento sabía muy bien que si condenaba a estas figuras, condenaba al mismo tiempo a todo el movimiento en sí y consideraba que la acción de éstas estaba dirigida a favor de los intereses del movimiento por alcanzar sus objetivos, ya que todo medio era válido para completar el proyecto sionista. El Ex-Presidente del Congreso Judío Mundial Nahum Goldmnann trató esta situación de forma precisa al decir: “Sin Hitler no se hubiera creado el Estado de Israel”. El movimiento sionista conocía bien el papel de Hitler por los resultados de la explotación de los judíos, por eso nos se quedó con los brazos cruzados sino que tomó parte activa en el asunto. Enfocaremos algunas figuras muy conocidas en la vida sionista y su papel según las propias fuentes sionistas oficiales, sobre todo la Enciclopedia Judía: 1. Riumkovsky en el ghetto de Lodz. 2. Merin en el ghetto de Sosnovik y Alta Silesia 3. Gueins en el ghetto de Vilna. 4. Nosseg en el ghetto de Varsovia. 5. Kastner en Hungría.

226


Primero: Haim Nordchay Riumkovsky. Máxima figura del ghetto judío de Lodz, en la zona de Silesia Oriental, en el Occidente polaco, anexionada por el Reich (24). Nació en 1877, se estableció a principios de este siglo en Lodz, en la etapa entre las dos guerras, donde se destacó en los servicios sociales y era una figura prominente del partido de los sionistas comunes (25). Antes de ser nombrado por los nazis como Presidente del Judenrate del Ghetto de Lodz era el Director de un Orfelinato y más tarde fue elegido al Consejo del Kehella donde se presentó para participar en las elecciones en la candidatura de su Partido. En 1937 el Gobierno Polaco se adueñó de este Consejo, pero a diferencia de la mayoría de sus miembros, Riumkovsky no renunció a su puesto y siguió trabajando. Cuando los alemanes ocuparon Polonia ofreció sus servicios a los nazis que lo designaron Presidente del Judenrate (26). En octubre de 1939 Riumkovsky fue nombrado como el máximo dirigente judío de Lodz. Acto seguido, llamo a 30 miembros de las organizaciones judías para formar un Consejo Asesor. El 2 de diciembre de 1941, Riumkovsky anunció que 10.000 judíos debían abandonar el ghetto de Varsovia. Los órganos que él controlaba llevaron a cabo esta acción y sólo se salvaron aquellos que gozaban de su protección personal o de la de algún miembro de su Consejo (27). El 25 de enero de 1942 el periódico clandestino Vaker, la voz de los Pundists alertó sobre los desalojos y se refirió a los 10.000 judíos sacados del ghetto diciendo: “El propio rey Riumkovsky los escogió” (28) de modo que esta publicación pretendía desenmascararlo al afirmar que no era un simple agente de los alemanes, sino que 227


tenía la palabra final respecto a los desalojos, para alertar a las masas e instigarles a desobedecerlo. Posteriormente, los alemanes solicitaron mayores partidas de judíos para trasladarlos. Esta vez se escogía a los enfermos, a los niños menores de diez años y a mayores de sesenta y cinco. Riumkovsky decidió reactivar la comisión sobre la “recolonización” para preparar nuevamente los listados necesarios. Para evitar que sobre él recaiga toda la responsabilidad de estos hechos, trató de incorporar más personas a esta operación con el fin de involucrar a otros líderes judíos. Comunicó a los miembros de la Comisión que Hans Biebow, el director alemán del ghetto lo había amenazado con trasladar a toda la población del ghetto si no se lograba el traslado de diez mil niños menores de diez años. Para atraer a los miembros de la Comisión y tranquilizarlos, les comunicó que Biebow concedió a los que cooperaban ciertos privilegios, pero que todo dependía de él y de la buena colaboración de los demás (29). Riumkovsky se mantuvo en su puesto durante cinco años hasta que los nazis arrasaron completamente el ghetto. En agosto de 1944 fue trasladado a Auschwitz y asesinado más tarde (30). Segundo: Jacob Gueins. Los historiadores consideran que la sublevación del Ghetto de Vilno (conocido también como Wilno o Vilna) antecedió a las demás rebeliones y ésto se debía al hecho de haber conocido a tiempo los planes nazis de exterminio. Esta rebelión no se extendió ni se convirtió en una sublevación masiva y fracasó principalmente por el papel desempeñado por Jacob Gueins y otro colaborador de los nazis quienes ostentaban cargos muy importantes 228


en la dirección de la vida judía en el ghetto. La Enciclopedia Judía plantea que Gueins fue Presidente del Guetto de Vilno y más tarde dirigía la policía judía, en 1942, aunque la misma Enciclopedia le plantea una inversión de los cargos en aras de sus partes (31). Al obviar la sucesión de cargos, todos los historiadores lo consideran como un personaje sui géneris, ya que ningún líder de ghettos fue tan lejos como Gueins para servir a los nazis, inclusive al utilizar su fuerza policial para perpetrar asesinatos contra los judíos aparte de su efectivo papel en sabotear y tratar de derrotar a las guerrillas. En una ocasión planteó públicamente en una plaza central del Ghetto: “Soy Gueins y los llevo a la muerte... Soy Gueins y quiero salvar a los judíos de la muerte... Soy el que ordena destruir los escondites... Soy Gueins el que otorga las autorizaciones de trabajo y obtiene los beneficios para el ghetto... Soy el que paga la sangre judía y no el honor judío” (32). Vale destacar que Gueins admiraba a Jabotensky y era miembro de la organización militar de los revisionistas llamada más tarde Irgum Tsvaileumi (33). Gueins creía que tenía un rol que desempeñar y que él era quien sabía donde estaba el beneficio de “sus súbditos” judíos. Según esta convicción asumió personalmente la selección de las víctimas judías con arreglo a la características y cifras pedidas por los nazis. Por el buen cumplimiento de esta tarea, la Gestapo lo nombró en el otoño de 1942 como el Responsable absoluto de todos los ghettos en toda la región. El 5 de abril de 1943, fueron pegados a las paredes del ghetto judío anuncios que llamaban a todos los judíos que tenían familiares en la zona de Kudno a trasladarse a esta 229


Región. Los anuncios exponían de manera atractiva las condiciones de vida allá, superiores a las de Vilno, alegando que facilidades de vivienda serían dadas a todos. Gueins se afanó por el cumplimiento del plan de Kudno, donde se presentaron alrededor de cinco mil judíos inocentes. Los trenes se dirigieron a Ponary en lugar de Kudno donde fueron ametrallados; solamente algunos judíos lograron fugarse y narraron lo ocurrido (34). Tercero: Moshe Merin. Volviendo a la Enciclopedia Judía vemos que la identificación de este líder sionista se hizo de manera muy encubierta más sin poder tergiversar la verdad sobre el mismo. Pero no lo denunciaron claramente, y plantea la Enciclopedia que trabajó por salvar a los judíos (35). Plantea la Enciclopedia: “Merin era el responsable Principal del Judenrate de Sosnovik y mantenía una actitud firme con relación a los asuntos internos judíos gozando de amplias facultades. Era el líder permanente de la estrategia de “rescatar a los judíos”, ya que voluntariamente suministró a los nazis grandes grupos de víctimas para salvar a otros. Esta política la aplicó hasta el final. Fue colaborador entusiasta y activo, pero también ocupó el cargo de Jefe de la Policía en el Ghetto. El señalamiento de que Merin actuaba voluntariamente y dirigía acciones especiales para entregar víctimas a los alemanes refuta la tesis sionista de que éstos estaban obligados a hacer lo que hicieron. Además cualquier mención de “salvar al resto” no necesita más discusión ya que la misma enciclopedia asegura que el ghetto dirigido por Merin fue arrasado definitivamente en mayo de 1943, después de que fue concentrado en el mismo un 230


gran número de judíos traídos de zonas aledañas (36). Esto significa que el rescate de algunas vidas judías no estaba planteado para estos líderes. Podemos pasar revista por los planteamientos de fuente no sionista con relación a Merin y sus actividades. El Rabino Shonfield (37) dice que Merin fue impuesto por los nazis como dirigente en el Ghetto de Sosnovitz y el mismo designaba a los jefes de estos Consejos en todas partes y para cada comunidad, para lo cual, como es lógico, elegía a sus compañeros de ideas del campo sionista. El plan nazi en el Ghetto Sosnovitz determinó que la suerte personal de cada judío fura decidida por los Consejos de los Mayores. Una de las Comisiones de Rescate con sede en Suiza obtuvo pasaportes falsos de algunos países latinoamericanos, especialmente de Panamá, Merin descubrió este asunto, y advirtió a esta Comisión que tenía que mantener sus contactos con él personalmente. Mientras tanto, denunció a los ciudadanos portadores de estos pasaportes ante las autoridades alemanas que los enviaron a los campos de concentración. Los gobiernos sudamericanos protestaron por el hecho y exigieron conocer el destino de estos ciudadanos, que fueron liberados para que pudieran volver al país bajo la protección del cual se encontraban al poseer un pasaporte; esto causó un escándalo internacional, para los alemanes. La Gestapo, como consecuencia, se ensañó con Merin, enviándolo a un campo de concentración donde fue liquidado más tarde por traidor. En febrero de 1943, los nazis pidieron al Judenrate que entregara a 6.300 judíos de Vielistock. El Consejo Judío preparó de inmediato una lista de nombres de todos aquellos que se habían refugiado en este Ghetto al salvarse de las matanzas de otros ghettos. La 231


transacción se coordinó en un silencio absoluto y nada fue dicho por Bazar u otros miembros del Consejo al respecto, ni mencionado el lugar de destino. Los grupos de la resistencia llamados “Bloques unidos anti-fascistas” conocieron de esta situación e impidieron que estas personas se presentaran o se subordinaran a las órdenes del Consejo. Todos se enfrentaron como un solo bloque contra los nazis y contra la acción de desalojo. Cuarto: Alfred Nosseg. Nació en 1864 y fue asesinado en el ghetto de Varsovia en 1943. Escritor, escultor, músico y sionista. Participó en el Primer Congreso Sionista y tuvo divergencias con Herzl. Fundó en 1908 la llamada organización de colonización judía. Después de la ocupación nazi a Polonia Nosseg trazó un plan para la emigración judía. Al respecto presentó un memorándum a las autoridads alemanas y fue nombrado Miembro del Judenrate de Varsovia y Presidente del Dpto. De Arte (38). Esto es parte de las informaciones brindadas por la Enciclopedia Judía, mientras la Enciclopedia de Conceptos y Términos Sionistas añadió que Nosseg elaboró un plan para exterminar a los judíos alemanes ancianos y pobres (39). Bajo el título “El Mayor de los Traidores” expresó el autor soviético Solodar en su libro Hierba Mala: “Cuando uno habla con los ciudadanos judíos polacos de la ayuda directa que se brindaba a los nazis para aplacar ferozmente a la resistencia, se acuerdan de inmediato de la actividad traidora de la organización sionista Beker ya que los miembros de esta organización no llevaban a cabo una guerra de guerrillas contra los ocupantes sino que incendiaban las ciudades en complicidad con los fascistas además de realizar con entusiasmo tareas de espionaje y sabotaje a su favor. Entre los miembros más 232


activos de esta organización figuraba Alfred Nosseg quien llamaba a los judíos de Varsovia a colonizar las tierras palestinas, y estos después descubrieron que él servía a la Gestapo. No era casual que Nosseg en los días más sombríos de la ocupación fascista obtuviera autorización para el libre movimiento en la gran provincia de Varsovia. Este hecho le permitió penetrar a la resistencia clandestina y a los destacamentos guerrilleros al tiempo que recogía datos especiales para llevar a cabo un plan secreto, conjuntamente con la Gestapo, dirigido a eliminar físicamente a los judíos enfermos, a los ancianos y los pobres, en los ghettos y en los campos de concentración, al considerarlos innecesarios y además una carga para el sionismo en caso que llegaran a Palestina. Mientras aportaba un gran número de víctimas se beneficiaba del rescate de algunos judíos “necesarios” para el futuro estado judío. Las acciones de espionaje de Nosseg y el plan brindado por él a los alemanes no eran hechos desconocidos por las organizaciones judías de resistencia ni la población del ghetto de Varsovia quienes, colmados de ira, lo arrestaron en el mismo ghetto y lo entregaron a un tribunal revolucionario (40). Todas las fuentes históricas reseñan el juicio de Nosseg hecho por los habitantes del ghetto y el ahorcamiento, menos la Enciclopedia Judía que señala que éste ha sido asesinado por miembros de la Organización Judía de Defensa, en un intento de sembrar la duda en torno a su persona sin referirse en lo absoluto al juicio público del cual se acuerdan los sobrevivientes del ghetto varsoviano. Quinto: Rudolf Kastner. Periodista, abogado, líder del movimiento sionista en 233


Rumanía y Hungría. Nació en Klodj, Transilvania (zona que formó parte de Rumanía más tarde), en 1906. Estudió derecho en 1925 y ocupó el cargo de VicePresidente del Comité de Salvación. Mantenía vínculos con la Inteligencia Militar y la Inteligencia Alemana que llegaron a Hungría antes de la ocupación nazi para estar más tarde relacionado con Adolf Eichmann. En el período entre el 21 de agosto de 1944 y abril de 1945, visitó Alemania en varias ocasiones y Suiza 5 veces donde celebró contactos con los representantes del Comité Judío Conjunto Americano de Distribución y con los Representantes de la Agencia Judía. A raíz de la guerra se trasladó a Israel donde ocupó cargos en el gobierno, se convirtió en miembro activo del partido Mapai y dirigió la redacción del Semanario Mapai en húngaro. Fue presentado ante los tribunales de Jerusalén bajo la acusación de colaboración con los nazis, y otra acusación acerca de su intervención en el Tribunal de Nuremberg a favor de un oficial nazi llamado Birgeri; Kastner fue declarado culpable... Pero el día 3 de marzo de 1957, un joven llamado Zeiv Ickstein lo asesinó en la calle después de haber pasado 9 días en el hospital. El Tribunal Supremo anuló la decisión judicial tomada contra Kastner y el 17 de enero de 1958 éste fue rehabilitado. Estas son las informaciones ambiguas en la Enciclopedia Judía (41). El caso de Kastner nos permite descubrir una parte de la vida judía en Europa Occidental durante la Segunda Guerra Mundial; el descubrimiento de este caso se debe a un judío húngaro pobre, anciano y dueño de un motel en Jerusalén que decidió hacer todos sus esfuerzos para desenmascarar a Kastner ante la opinión pública israelí. Este era Grenold. Comenzó su larga marcha con un estilo 234


propio: publicaba de manera sistemática boletines en los cuales exponía la historia de Kastner, sus acciones en Hungría y su complicidad con los nazis contra sus hermanos judíos; pero nadie le hizo caso sobre todo, porque lo que escribía parecía increíble. La población vio en Grenold un enloquecido fantástico que planteaba hechos ilógicos. Pero sin desmayo y pese a la indiferencia del público, continuó la publicación de sus boletines llegando al número 51 hasta llamar la atención de un abogado joven, que quiso investigar la verdad. Se trataba de Samuel Tamir, el cual ocupó en el gobierno de Begin el cargo de Ministro de Justicia. En la edición 51 de sus Boletines, Grenold planteó: “¿Por quién y para favorecer a quién, te has dirigido, Doctor Kastner, cubierto con la oscuridad, a Nuremberg, para brindar tu testimonio en defensa del Coronel de las SS, el nazi Kurt Binguer, el asesino de judíos, quien derramó la sangre de nuestros hermanos en Hungría? ¿Por qué lo salvaste de la sentencia de muerte merecida? Fuiste a Nuremberg para salvar al asesino de los judíos en masa... ¿Quién te impulsó? ¿Cuál es el trato entre Bessinger y este hombre a quien acusó de colaborar con los nazis? Este es Kastner que el Partido Mapai llevó a sus primeras filas, sus acciones en Budapest nos costaron centenares de miles de vidas; demandamos la creación de una Comisión popular para abrir la investigación al respecto, hay que expulsar a Kastner de la vida social y política en esta Patria. Yo seguiré insistiendo en estas demandas hasta acabar con el mal” (42). Tamir no encontró ningún elemento en el boletín que refutara la acusación; según la ley israelí la mención de un solo crimen hace del acusado merecedor de la pena máxima y este crimen, en este caso, era la cooperación 235


con los nazis en la etapa de exterminio judío en Europa. La acusación dirigida contra Kastner no era solamente la de colaborar con los nazis durante la guerra, sino de persistir en esta línea al ponerse a disposición de los tribunales de Nuremberg para salvar al criminal de guerra nazi. En el juicio encabezado por el Fiscal Israelí Halevi, Kastner comenzó a hablar de Hungría y de sus judíos, de Eichmann, de Singuer y de Kromme (sus amigos nazis) y de la histórica transacción de los camiones. Habló de su pequeño poblado de Koldj en las cercanías de la frontera rumana donde Kastner escogió a 300 personas, todos pertenecientes a su familia o amigos cercanos, para trasladarlos fuera de las fronteras húngaras (esto, en realidad, fue el resultado de lo que él llamó el rescate de judíos) tras un acuerdo con Eichmann a cambio de la continuación de las negociaciones respecto a la transacción de los camiones (43). El abogado Tamir se preguntó ¿por qué tanta consideración con su persona, mientras asesinaban a los judíos? ¿Por qué autorizaban precisamente a Kastner a no poner el signo de los judíos (la Estrella de David) en la puerta de su casa en Budapest? ¿Por qué Kastner no estaba obligado a colocar la Estrella de David en su abrigo? ¿Por qué podía trasladarse en su vehículo propio y con toda libertad desde Viena hasta Berlín? ¿Por qué le daban el trato correspondiente a un representante de una gran potencia neutral? ¿Qué beneficios podía dar Kastner como Responsable de la Agencia Judía a los alemanes? Las respuestas habría que buscarlas en el testimonio de Kastner o de otros testigos presentes. La respuesta a todas estas preguntas se resume en el hecho que Rudolf Kastner era muy apreciado por los nazis porque los ayudó a matar a los judíos (44). La 236


pregunta que por mucho tiempo asombró a todo el mundo era la insistencia de Kastner en intervenir para proteger a Binguer de la guillotina, en especial, cuando no estaba ya obligado ni había presiones sobre él. En aquel entonces se encontraba en Israel y no bajo la presión de los nazis -suponiendo que actuaba anteriormente presionado por ellos-; pero en la Sala del Tribunal, después de haberlo enfrentado con muchas pruebas, Tamir logró obligarlo a decir la verdad ante los jueces y demás personas presentes. Comenzó su confesión con un testimonio escrito al Tribunal y leído por Tamir en su presencia. “Yo, quien abajo firma, Doctor Rudolf Kastner, deseo presentar el siguiente manuscrito y agregarlo al testimonio hecho anteriormente al Tribunal Internacional de Nuremberg bajo el número 2605 referente a Kurt Binguer: Sin dudas, el Coronel Binguer, es uno de los pocos oficiales de las SS alemanas que tuvieron la osadía de oponerse al programa de exterminio de los judíos y que trataron de salvar vidas humanas. Durante mi relación personal con él, desde junio de 1944 hasta abril de 1945 y según mis señalamientos personales puedo aclarar que Binguer hizo todo lo posible por salvar vidas humanas inocentes de la ciega tiranía que imperaba entre los dirigentes nazis. Pese a las controversias respecto a las formas y fundamentos de las negociaciones entre nosotros, jamás dudé de sus buenas intenciones. En mi criterio, él merece toda la consideración posible cuando sea presentado ante los tribunales de las autoridades aliadas. Yo presento este informe solamente a título personal y no en representación de la Agencia Judía y del Congreso Judío Mundial” ( Firmado: Rudolf Kastner, Ex-Presidente de la Organización Judía en Hungría. 1943-1945, Representante de la Comisión Conjunta de Distribución 237


en Budapest). Ante los jueces, Kastner afirmó que estaba autorizado a testimoniar por la Agencia Judía y el Consejo Judío Mundial. Estas autorizaciones estaban firmadas por Dubkin y Barlas en la Agencia Judía y Ranger, Representante del Consejo Judío Mundial en Europa. Por otra parte, la comparecencia de Kastner ante el Tribunal de Nuremberg fue por propia voluntad y sin presiones de nadie. Eso lo confirmó Walter Rabb, Coronel del Ejército Norteamericano, Consejero Jurídico de la Administración y Jefe del Departamento de Pruebas en el Tribunal de Nuremberg; y el Teniente General Tilder, Jefe de los Jueces Norteamericanos en Nuremberg. Estos presentaron un documento al Tribunal israelí donde se confirma que Kastner se presentó en Nuremberg voluntariamente para testimoniar a favor del Coronel Binguer (45). ¿Por qué tanta insistencia por parte de Kastner para asumir esta gran responsabilidad que podía costarle la vida y presentar este testimonio a favor de Binguer? Puesto que estaba libre de presiones y de ataduras, era evidente de que los nazis lo habían comprometido. La colaboración de Kastner con los alemanes se evidencia en dos puntos: 1. Se comprometió a no revelar a los judíos húngaros lo que sucedía en los campos de exterminio y en los crematorios, y a garantizar la tranquilidad de estos judíos para enviarlos a la muerte. Esto lo confirmó Eichmann en el juicio celebrado contra él en Jerusalén: Necesitaba una fuerza organizada y coherente como La Comisión Judía de Budapest. No hubiera sido posible trasladar a los judíos de la forma realizada si no fuera por su periódico que repetía la frase siguiente: “Es necesario obedecer a los alemanes y así únicamente, no habrá 238


problemas”. Tenía varias docenas de oficiales y suboficiales y no menos de 300 elementos de las SS. Si no fuera por la Comisión Judía no hubiera podido hacer nada y el caos incontrolable hubiera sido inevitable (46). 2. Se conformó únicamente con salvar la vida de 338 personas, amigos cercanos y miembros de su familia que seleccionó personalmente y son de un poblado en su mayoría habitado por 20.000 judíos. Podía haberlos salvado a todos porque era posible instruirlos para abandonar el poblado y cruzar la frontera con Rumanía situada a 3 Kms, pero prefirió cumplir con los nazis y callar. Estos dos puntos eran suficientes para implicar plenamente a Kastner si no se presentaba en Nuremberg a favor de Belinguer. Kastener no actuó solo sino que recibió instrucciones de los líderes sionistas en Palestina, quienes lo instigaron a continuar en este sentido y presentar el testimonio con las características oficiales señaladas. Un tercer punto se mantuvo sin descubrir, y era que Kastner deseaba compartir con Binguer las grandes sumas de dinero ocupadas en los judíos. Efectivamente, tras una reunión a solas, en Nuremberg, logró convencerlo de brindar la mitad de este dinero al partido Mapai a cambio de su testimonio. Seis horas más tarde, Kastner salió de la celda de Binguer para brindar su testimonio y cobrar a favor del Partido Laborista la mitad de los capitales en poder del nazi. No se trataba solamente de un compromiso sino de una transacción, por una parte Binguer y por la otra el Partido Laborista Israelí, representado entonces por Rudolf Kastner. Después que todos los líderes sionistas y las autoridades oficiales israelíes encubrieron la verdad a favor de Kastner, este anciano Grenold se presentó para revelar el secreto. ¿Cómo podemos explicar esta actitud? 239


era su “deber” protegerlo para impedir que revelara otros tipos de colaboración de la Agencia Judía que obstaculizaron la salvación de los judíos europeos y ayudaron a su exterminio (47). Al final, el Tribunal decidió que Grenold no era culpable del delito de perjurio y se demostró que éste tenía razón en todas las acusaciones excepto la referente al cobro de sumas de dinero de los nazis a cambio de la ayuda en los planes de extermino. Así terminó el papel de Grenold como acusado para que su lugar fura ocupado por Kastner quien de testigo en la primera pasó a ser acusado en la segunda. Cuando se supo la decisión del Tribunal, hubo un escándalo informativo en Israel. Algunos órganos de prensa se pronunciaron a favor de la decisión, pidieron que se revelara toda la verdad y exigieron la presentación de Kastner y de otros ante la justicia. Otra parte de la prensa, la que simpatizaba con el gobierno, consideró el proceso en curso como una farsa protagonizada por Tamir. El comentario más destacado en este sentido lo hizo el periódico Kuhaa'm cuando dijo: “Todo el que tenga un familiar asesinado por los alemanes debe saber ya que manos judías ayudaron a esta matanza colectiva”. Kastner no sólo trató de salvar a Binguer, sino también a otro nazi. Se trataba pues de Von Wislessney capturado por los eslovacos y remitido a los tribunales. El único modo para salvarlo era lograr la extradición de Eslovaquia hacia EE.UU. Kastner se dirigió a las autoridades norteamericanas en Nuremberg: “Creo que sería idóneo que EE.UU. juzgara e estos personajes, ya que los Estados que fueron subordinados a Alemania estaban involucrados en las acciones anti-judías y no tienen crédito para efectuar estos juicios”. Sin embargo, los eslovacos, que conocían bien las acciones de Wislessney no esperaron la llegada de los 240


norteamericanos y lo ejecutaron de inmediato (48). El tercer compañero de Kastner fue el oficial alemán Krommy, preso en las cárceles norteamericanas, quien también esperaba su ayuda. Kastner le escribió: “Estimado señor Krommy... he enviado un informe al congreso del Consejo Sionista en Basilea donde aclaro de modo oficial las acciones de quienes ayudaron a los judíos. Espero que mis esfuerzos para que usted recupere su libertad den resultado y que comience luego una vida nueva sobre bases renovadas, haré todo mi esfuerzo en este sentido... Mis saludos cordiales... Rudolf Kastner” (49). El 3 de marzo de 1957, un joven le disparó a Kastner causándole heridas graves (50). En el hospital se logró salvarle la vida, sin embargo se murió después de haber pasado la fase de cuidados intensivos... El joven que le disparó era Zeiv Ickstein y trabajaba en la Inteligencia israelí hasta hacía unos meses atrás. Este joven fue condenado a cadena perpetua, y el caso de Kastner... Engavetado definitivamente. NOTAS (24) Shonfield M. Página 119. (25) La Enciclopedia Judía - Tomo 14, Página 428. (26)The War Against the Jews, 1933-1945, By Lucy Dawidowicz, New York 1979, Página 305. (27) Ibid. Página 394. (28 ) Ibid. Página 399. (29) ibid. Página 397. (30) La Enciclopedia Judía. Tomo 14, Página 428. (31) La Enciclopedia Judía. Tomo 16, Página 149 y Tomo 13, Página 770. (32) Uncy Dawidowisz, Página 390.

241


(33) Underyound (The Story of a People) By Joseph Tenneboum, New York, 1952. (34) Ibid. Páginas 344, 345. (35) La Enciclopedia Judía, Grupo Número 13, Página 763. (36) La Enciclopedia Judía, Grupo Número 13, Página 763. (37) Shonfield, M. Página 119. (38) La Enciclopedia Judía, Grupo Número 12, Página 1229 (39) Doctor Abdel Wahab Al-Misary, Página 401. (40) S. Solodar. Traducción provicional. Páginas 54, 55. (41) La Enciclopedia Judía, Grupo Número 10, Página 814. (42) Ben Hecht, Página 45. (43) Ibid. Página 61. (44) Ibid. Pagina 63. (45) Ben Hecht. Página 63. (46) Broodsky Sholister, Página 152. Me confió estas informaciones el periodista judío (Maxime Guilan) propietario de un periódico y uno de los conocedores del asunto y fue acusado de haber matado a Kastner en 1957. (47) Ben Hecht, Página 172. (48) Ben Hecht, Página 183. (49) Ben Hecht, Página 197. (50) Broodsky Sholister, Página 150.

242


Cuarto Capítulo GOYEM. “LOS AGENOS” Goyem es una palabra hebrea y se refiere a todos los no judíos, ya sean Estados, individuos o pueblos. El movimiento sionista utiliza el término “pueblo judío” considerando que los seguidores de la religión judía forman un pueblo íntegro, de propiedades raciales características que los diferencian de los demás pueblos. Goyem es una palabra que expresa en si el estado psicológico que sufrieron los judíos, el aislamiento que les fue impuesto y consagrado en los ghettos. El movimiento sionista aprovechó esta situación para convencer a los judíos de la imposibilidad de vivir con los otros “goyem”, o “los ajenos”; y que era así indispensable buscar una patria independiente, de y para los judíos. El término “pueblo judío” de origen semita no expresa científicamente que existía verdaderamente este pueblo según el contenido de este término. Los judíos son considerados como parte de los pueblos en los países donde viven y sólo se distinguen por su religión, como sucede en todos los pueblos donde hay diferentes credos y religiones. El escritor sionista Arthur Coastler refutó la idea del origen semita único de los judíos en su libro (The Thirteenth Tribes) (1). Señaló que la mayoría de los judíos europeos eran oriundos de este estado en las orillas del mar Caspio, donde prevalecía en el medioevo oficialmente el judaísmo y precisamente estos judíos eran los que conformaron la mayor parte de los judíos del mundo en la actualidad. Sin embargo, los líderes del movimiento sionista insisten en diferenciar a los judíos de los demás. Consideran a todo no judío como un goyem (ajeno) independientemente del pueblo al que pertenecen o el 243


culto que practica. Esto, lo hacen con la intención de mantener el sentimiento aislacionista de los judíos y arrastrarlos a las ideas sionistas contrarias a la integración y favorables a la emigración de los judíos. Al finalizar la cuestión judía en la Segunda Guerra Mundial, y profundizar en la posición nazi y sionista respecto a los judíos, nos vemos obligados a referirnos a la posición de los demás con relación a este problema sobre todo por el hecho que los judíos a lo largo de la guerra estuvieron muy necesitados de ayuda. En este capítulo trataremos la posición de los otros Estados, que desempeñaron un papel positivo o negativo con respecto a este problema, aunque tomaran parte en la conflagración o quedaran al margen de ella. No tendremos en cuenta a los países que giraban en la órbita de Alemania o adoptaron de una manera u otra las ideas nazi-fascistas, ya que mencionar a estos países no aportaría nada nuevo al contenido de los capítulos anteriores. No obstante, hay que señalar la asombrosa posición del imperio japonés hacia los judíos, lo cual reflejaba una óptica colonialista al aprovechar a los judíos como elementos humanos activos con vista a tratar de lograr los objetivos del Imperio Japonés de crear un Estado o semi-estado en la región de Manchuria que constituyera un tapón entre Japón y China y lo ayudara a explotar las riquezas naturales de esta zona y saquear sus recursos. La propaganda occidental, y norteamericana en particular, presentó el problema judío en la Segunda Guerra Mundial como un ejemplo único de la agresión nazi, limitando las dimensiones de esta embestida a la tragedia de los judíos, exagerando los sucesos y presentando una imagen adulterada de una parte de la verdad dejando de lado las otras partes que completan 244


los detalles de la verdadera situación vivida en aquellos tiempos. Si suponemos hipotéticamente que lo que fue realizado por los nazis es una verdad absoluta y que millones de judíos fueron asesinados o desterrados preguntamos pues y con mucha insistencia ¿Cuál fue la posición verdadera del Occidente respecto a esta tragedia? ¿Qué hicieron los países occidentales y cuáles fueron las ayudas efectivas brindadas a los judíos para protegerlos? También debemos conocer la posición del Oriente y de todos los que podían influir positiva o negativamente. Al final es necesario analizar los motivos de la actitud de cada parte. Por lo tanto, este capítulo será dividido en los siguientes epígrafes: Uno: La esencia del imperialismo es única aunque difiera en las formas. Dos: Un punto de vista norteamericano sobre la cuestión judía y su antítesis. Tres: El anti-semitismo... en la patria de los semitas. Cuatro: El internacionalismo elimina el racismo. NOTAS (1) The Thirteenth Tribes - Arthur Coastler. Publicado en Palestina Ocupada, Año 1979.

245


PRIMERA PARTE LA ESENCIA DEL IMPERIALISMO ES UNICA AUNQUE DIFIERA EN LAS FORMAS El imperialismo no puede ser una institución humanitaria, porque el fin justifica los medios y para lograr sus objetivos están dispuestos a pisotear todos los pueblos pequeños y débiles. Con la formación de los Estados nacionales en Europa, el desarrollo de las relaciones capitalistas de producción en diferentes países del Continente, surgió la necesidad de la materia prima y de los mercados externos. Los países imperialistas lograron intereses vitales allende el mar. El mundo conoció en aquella etapa el fenómeno del colonialismo. A finales del siglo pasado, el capitalismo entró en la fase imperialista que desarrolló y remodeló el antiguo sistema de colonialismo y se encargó de explotar a los pueblos y saquear sus riquezas. El Medio Oriente como única vía al Lejano Oriente -el espacio vital para los países colonialistas de Europa- se convirtió en el blanco de todos los estados colonialistas cuyas pretensiones estaban dirigidas a asegurar el control de esta vía de comunicaciones. Tras el fracaso de las cruzadas, y la ineficacia del antiguo sistema colonial basado en la ocupación militar directa y la represión, la mente colonialista logró un nuevo método para alcanzar este objetivo. Este se basó en aprovechar las represalias antijudías y la atracción de los judíos hacia la tierra prometida y el establecimiento del Estado de Israel en Palestina, así como en proporcionar la protección necesaria a este Estado por parte de las fuerzas colonialistas europeas. En otras palabras, esta fue la política del opio y el garrote para atraer a los emigrados judíos a esta zona y especialmente a Palestina. 246


Esta idea surgió en la mente colonialista desde finales del siglo XVIII. El primero en plantearla fue Napoleón Bonaparte tras el fracaso de su ocupación en Egipto y de sus intentos de apoderarse de Palestina. Publicó un comunicado en 1798, donde llama a los judíos a establecer un Estado judío en Palestina y en 1799 en otro comunicado, solicitó el apoyo de los judíos de Africa para la reconstrucción de Jerusalén. En 1860, publicó Ernest L ' Eheran, Secretario personal de Napoleón III, Emperador de Francia, bajo el título “La Cuestión Oriental”, un artículo en el cual convoca a los judíos a actuar para resucitar su Patria bajo la sagrada protección de la Francia Libertadora. Tiempo después, la Emperatriz Eugene auspició la creación en París de una Comisión para fomentar la emigración judía a Palestina (2). Pero esta iniciativa pasó a manos de Gran Bretaña al sentir el peligro que significaba Mohammed Ali Pacha. En 1839, estableció un Consulado Británico en Jerusalén, el primero de un país occidental en la ciudad sagrada, y puso a los judíos bajo su protección. En 1840, Lord Shaffsery llamó en un Informe a crear una barrera entre la parte árabe de Africa y la otra de Asia mediante la creación de un Estado bajo la protección inglesa. El 25 de septiembre de 1840, un memorándum fue entregado al Canciller Británico Palmerstone que consistía en un plan para colonizar a Palestina. Palmerstone envió instrucciones al Embajador inglés en Estambul para fomentar la emigración judía a Palestina y evitar de este modo, cualquier intento de Mohammed Ali Pacha para unificar a Siria y a Egipto. La coincidencia de Gran Bretaña con el movimiento sionista no fue el resultado de las actividades de los líderes sionistas. El llamado británico para la creación de un Hogar Nacional Judío en Palestina se produjo mucho tiempo antes del Primer 247


Congreso Sionista, inclusive antes de que el propio Theodore Herzl naciera. Tampoco fue por compasión humana hacia los judíos perseguidos en Europa Occidental, sino que esta coincidencia nos permite plantear que los políticos ingleses se esforzaron por su parte, por crear el Sionismo Político después de que fracasaron en impulsar a los judíos -carentes de toda motivación ideológica- hacia la emigración en Palestina. Muestra de ello, es que los líderes del movimiento sionista manifestaron más tarde sus deseos de servir a la civilización europea. Herzl afirmó al respecto: “En lo que a Europa se refiere, nosotros allá en Palestina seremos una barrera frente a Asia, una punta de lanza que proteja a la civilización contra la barbarie. Mantendremos nuestras firmes relaciones con Europa, pero ésta debe garantizar nuestra existencia” (3). En 1877, el diplomático británico James Neill publicó un libro “La emigración a Palestina o la concentración de los judíos desterrados” donde expresa que la posibilidad de colonizar a Palestina por parte de los ingleses logrando los mismos resultados alcanzados en América del Norte es una posibilidad muy remota por el clima áspero, los obstáculos que crean los árabes y la carencia de una protección efectiva. Por eso, planea utilizar a los judíos para estos fines (4). No fue la casualidad que hizo converger las ideas de los colonialistas británicos y los líderes del movimiento sionista en lo que a la colonización de Palestina y la concentración de los judíos se refiere. Si Herzl habla de que los judíos van a proteger los intereses de “la civilización occidental”, no tiene en cuenta que será necesario sacrificar a los judíos de una manera muy costosa. Sin embargo, él se percató muy tempranamente del alto precio que había que pagar para desarrollar esta 248


empresa. Si este precio no podía ser pagado por los cristianos europeos ¿por qué entonces tenía que ser a costa de los judíos? Estas ideas nos recuerdan la carta de Montago en la cual el Ministro Judío en el gabinete británico cuando la Declaración de Balfour plantea que el gobierno británico es un gobierno anti-judío cuando pide a éstos trasladarse a Palestina para establecer allá un Hogar Nacional propio. A principios del siglo XX, Gran Bretaña era el mayor imperio colonialista entre los diferentes estados europeos como Francia, Alemania, España, Bélgica, Holanda y Portugal. Estos países aspiraban a competir con Inglaterra y amenazar sus intereses. Gran Bretaña buscó la creación de un Frente Colonialista Unido para eliminar la competencia e impedir que ésta fuera aprovechada por cualquier movimiento de liberación nacional. A estos fines elaboró el proyecto de “La Unión Mutua”, que fue aprobado por Francia con vistas a extender sus dominios en Africa congelando de forma indirecta los movimientos de Alemania en el continente africano y golpeando la influencia turca en el Norte de Africa. En 1907, cayó el gobierno conservador en Gran Bretaña y asumió el poder un Gabinete Laborista dirigido por Campbell Bergman Presidente del Partido, quien aprobó de inmediato la formación de un Frente colonialista unido formado por estados del viejo continente. Este Frente lo integraron Inglaterra, Bélgica, Holanda, Portugal, Italia y España, con la excepción de Alemania, teniendo en cuenta que la amistad y cooperación de estos estados era necesaria para materializar la intención británica de frenar la nueva ola de colonialismo alemán. A estos fines, se creó una comisión de expertos de estas naciones para analizar 249


este acuerdo como una nueva alianza sobre la base de sus motivaciones, fundamentos, objetivos y medios. Entre los integrantes figuraban historiadores, sociólogos, geógrafos, economistas, expertos en petróleo, especialistas en agricultura y en cuestiones de colonialismo. El objetivo determinado por Bergman era hallar las causas y los medios para evitar la caída de los viejos imperios. Después de largos estudios se elaboró el informe necesario. Dice el informe de Bergman: “El peligro radica en esta zona de las colonias precisamente, especialmente en su liberación, en la educación y el desarrollo de sus pueblos y en la unificación de sus fuerzas. Los Estados interesados deben actuar constantemente por sumirlas en el atraso, dividirlas y mantenerlas ignorantes y en pugna entre sí. Debemos combatir con toda fuerza la unidad de estos pueblos e impedir la interrelación entre sí en las esferas intelectual, espiritual o histórica, además de hallar los fuertes medios para aislarlos uno del otro. Como medio esencial urgente para evitar este peligro, el informe recomendó trabajar para separar la parte africana de esta zona de la parte asiática. Propuso establecer un tapón humano fuerte de modo que haya en las cercanías del Canal de Suez una fuerza afin al colonialismo y contraria a los pueblos de la zona (5). En las Memorias de Churchill se plantea: “Si durante nuestra vida llegamos a ver el inevitable nacimiento de un estado judío no sólo en Palestina, sino sobre ambas orillas del río Jordán, éste estará bajo la protección de la corona británica y en él vivirán unos 3 o 4 millones de judíos. En realidad, sería un acontecimiento que coincidiría plenamente con los intereses vitales del imperio británico (6). Los países colonialistas no estaban motivados por 250


razones humanas hacia los judíos, sino que su objetivo era de garantizar los intereses del colonialismo a costa de los propios judíos. El mismo llamado al establecimiento de un estado judío en Palestina es en primer y último término un llamado colonialista, un método colonialista modernizado. Por tal razón, Herzl completó la teoría colonialista de contenido económico cuando habló “en su estado judío” de la emigración masiva y rechazó profundamente la idea de la emigración individual. La emigración masiva significa dos cosas: Primeramente, que este tipo de emigración sólo se produciría en caso de una explotación y represión masiva contra los judíos mientras que en segundo lugar hay que proporcionar cierta protección a éstos en los puntos de destino, la cual, como la valora Herzl, debe ser brindada por el Occidente a través de su dominio directo. El libro “El estado de los judíos” -el cual se atribuye a Herzl- no ser refirió a nada sustancial que no sea el establecimiento de una compañía comercial y una asociación que le suministre los individuos, obreros y campesinos, para favorecer el colonialismo. Esto explica el hecho que la Declaración de Balfour fue dirigida el 2 de noviembre de 1917 al Barón de Roschild, comerciante, empresario, dueño de bancos e instituciones monetarias, de grandes compañías comerciales y dueño del proyecto de las colonias agrícolas en el norte de Palestina. Esta promesa no fue dirigida a Heim Weissmann ni al Congreso Sionista Mundial ni a ningún otro organismo judío. En la Segunda Guerra Mundial, Gran Bretaña no realizó ningún esfuerzo en favor de los judíos ni trató de brindarles algún tipo de ayuda sino que encubrió durante mucho tiempo las informaciones esenciales que recibía 251


al respecto y además impidió el traslado de los emigrantes judíos a cualquiera de las colonias, excepto Palestina. Gran Bretaña adoptó una posición de palabrería hueca manifestada por Churchill en una carta dirigida a Eden: “Sin dudas, este crimen es el mayor de la historia y el más horrendo de todos, y fue cometido por maquinaria utilizada por personas civilizadas, formalmente en nombre de una gran potencia y en nombre de las razas más auténticas y dirigentes de Europa. Es necesario que todos los involucrados en este crimen caigan en nuestras manos, inclusive los que cumplieron la órdenes dadas de extermino masivo, y deben ser condenados a muerte inmediatamente que se demuestre su participación en los hechos. Por esto, en mi criterio, no debemos realizar ninguna negociación sobre este asunto. Esta declaración debe ser pública y debemos perseguir a toda persona que tenga que ver con el crimen para ajusticiarla” (7). Desde esta óptica, Japón trató a su vez de desempeñar el mismo papel y aprovechar sus condiciones internacionales para crear a costa de los judíos una barrera que fuera “El Estado Asiático de Israel” en la extensa y rica región de Manchuria. Estos planteamientos no son resultado de la fantasía o de la inventiva, sino es un plan estudiado y elaborado minuciosamente y en silencio a los más altos niveles de poder en Tokio. Este plan fue urgido con maestría, pero el estallido de la guerra y la participación de Japón en ella hizo perder la oportunidad dorada que en caso de haberse logrado hubiera cambiado la faz del mundo. En 1979, fue publicado en Londres y Nueva York un nuevo libro por un Rabino judío, Farmer Tocayer y su esposa Mary Suarz (Fugu Plan) donde se cuenta una historia jamás conocida sobre los judíos y los japoneses 252


durante la Segunda Guerra Mundial. El libro fue traducido al francés por Brigitte Shabrel y publicado por la Revista Le Nouvel Observateur el 28 de enero de 1980 en las páginas 56, 57, 58, 59 y 60; incluye un análisis detallado del libro y habla de una sorpresa que si hubiera sido publicada en su momento habría sido la sorpresa del mundo actual... “Japón prohíja a los judíos para establecer un estado hebreo en Manchuria”. El Rabino Marvin conoció, a través de la Cancillería Japonesa y otros testigos, los detalles del Plan Fugu dirigido a establecer un estado hebreo en Manchuria “si éste hubiera tenido éxito y si hubieran llegado centenares de miles de judíos al Asia Oriental no existiría actualmente el problema palestino” (9). NOTAS (2) El desarrollo del movimiento obrero palestino desde la ocupación hasta 1980 -Comité de Estudios PalestinosDamasco- Año 1980, Página 16. (3) Theodor Herzl, Página 139. (4) Los Arabes y los Judíos. Doctor Ahmed Susseh -DamascoAño 1975, Páginas 583-584. También Ivanov Yuri, Páginas 44, 45. (5) El desarrollo del movimiento obrero palestino. Páginas 24, 25, 26. También Ahmed Susseh, Págs.585, 586. (6) D. Ahmed Susseh. Página 584. (7) The Destruction of the European. By Raul Hilberg, London, Página 727. (8) Ibid. Página 727. (9) The Fugu Plan. By Marvin Tokyar and Mary Suartz. New York and London 1979. Páginas 94, 95.

253


SEGUNDA PARTE UN PUNTO DE VISTA NORTEAMERICANO CON RELACION A LA CUESTION JUDIA Y SU ANTITESIS En la parte anterior no nos hemos referido a la posición norteamericana de la cuestión judía y ello se debe a que queremos dedicarle una atención especial por su peculiaridad y diferentes características, además consideramos que es necesario para eliminar muchas ilusiones sobre el vínculo entre el Sionismo y los Estados Unidos de América; en efecto, muchos creen que estas relaciones comenzaron desde la Segunda Guerra Mundial y las atribuyen a la influencia sionista en los EE.UU. conocida bajo el término de lobby (sionista), es una influencia que se considera capaz de influir directamente en la política norteamericana y encauzarla de un modo que responda al interés sionista . Esto de entrada, exonera a EE.UU. de todo esfuerzo por establecer un estado judío en Palestina antes de esta fecha. Al mismo tiempo, los EE.UU. se presentan como un defensor audaz de la causa judía en el mundo, sobre todo de los judíos de la URSS, para lo cual no han escatimado esfuerzos para tergiversar la verdad soviética bajo la consigna de supuestos derechos humanos y el derecho de los judíos de escoger su destino. Por tal razón, vemos que la posición imperialista norteamericana acerca de la causa judía requiere más detenimiento en nuestro estudio para poder revelar lo desconocido hasta el momento. No es cierto que los EE.UU. irrumpieron por su cuenta en la causa palestina en la Segunda Guerra Mundial aparte de que supo del Acuerdo Sikes-Picot y la Promesa de Balfour muy tarde, como tampoco es cierto que los EE.UU. no tenían nada que ver con el Medio Oriente ni 254


tenía allí intereses. Según estos planteamientos la aprobación de la declaración de Balfour por Estados Unidos sería simplemente un gesto de buena voluntad hacia Inglaterra, la fuerza decisiva en toda la zona. En las primeras décadas del siglo XIX, EE.UU. se estaba convirtiendo en una fuerza comercial grande que competía con los Estados europeos tradicionales y era lógico que siguiera el ejemplo de aquellos estados comerciales, sobre todo, Gran Bretaña. A mediados del siglo pasado, se creó una cierta asociación entre ambos países; y una de sus manifestaciones fue el esfuerzo común de establecer un estado judío en Palestina, encrucijada de las vías comerciales del mundo (10) EE.UU. no dejó de alentar a los movimientos religiosos cristianos para resucitar la idea del establecimiento de Israel en Palestina. Esto lo confirmó el Rabino norteamericano Israel Goldstein al periódico Jerusalen Post el 8 de julio de 1976 al decir: “El fundador de la Iglesia Mormona Joseph Smith envió su alumno Urson Hide a Jerusalén para facilitar la idea del resurgimiento de Israel. Esta misión fue encomendada en 1840 y entre las recomendaciones que llevaba el enviado Hide, figuraba un documento del Secretario de Estado Norteamericano y otro del Gobernador del Estado de Illinois. En 1850, el Cónsul de EE.UU. en Jerusalén, Ward Kreison, estableció una colonia agrícola en la región y la financió con sus capitales propios; ademas planteó la creación de otras colonias. Trató de lograr el apoyo de los líderes judíos, pero en vano aunque se haya convertido al judaísmo” (11). El 9 de julio de 1867, un grupo de colonos norteamericanos radicados en la región de Jaffa (Siria) envió un mensaje a H.B. Wissindon y Lott M. Maurell ambos 255


miembros del Congreso, explicando su situación y demandando de las autoridades norteamericanas una intervención para salvarlos de la horrible situación en la que se encuentran puesto que se han sumido en la necesidad material absoluta y la depauperación social. Alegaron haber hecho todo lo posible por ahorrar y lograr volver a la patria pero que fracasaron. Por eso, piden la ayuda y solicitan que el gobierno norteamericano les envíe un barco u otro medio de trasporte para traerlos nuevamente a la patria, salvarlos del infierno terrenal y de una muerte por inanición. Los 70 firmantes del mensaje (12) señalan haber consultado al Embajador Norteamericano en Constantinopla A. Joe Morris. El 22 de septiembre de 1867 (13) los miembros del Congreso recibieron la respuesta de la Secretaría de Estado que manifiesta dudas acerca de las intenciones de los firmantes y plantea que buena parte de los colonos está aferrada a la continuidad del proyecto, señalando los preparativos de un nuevo grupo para partir desde el Estado de Maine hacia Jaffa y que otras sociedades judías plantean reforzar las colonias con judíos europeos. Por lo tanto, no es adecuado que EE.UU. intervenga en el regreso de los frustrados colonos en momentos en que un barco del Estado de Maine está listo para zarpar con nuevos emigrados a bordo. Hasta abril de 1917, Washington se mantuvo al margen de la primera conflagración mundial, y la actividad de su embajada en Constantinopla y su Consulado en Jerusalén continuó. El gobierno norteamericano se encargó de brindar todo el apoyo necesario a los colonos judíos en Palestina, a quienes suministraban los víveres durante la guerra a través de la flota marítima árabeamericana (14). 256


Mientras tanto, Lord Belfour celebró amplias conversaciones con EE.UU. El consideraba que el apoyo británico a las ambiciones sionistas en Palestina aumentaría la ayuda de los medios influyentes estadounidenses a los aliados y fortalecería las ambiciones colonialistas en los medios gubernamentales británicos. De esta forma, sentó las bases de la declaración de Balfour tras los debates que duraron muchas horas con Brandis (juez judío y consejero personal del presidente norteamericano Wilson) (15). Después del intercambio de mensajes entre Balfour y el Presidente norteamericano Wilson se acordó el texto final del proyecto de Balfour. William Weissmann, Director de la Inteligencia Británica y enlace entre ambas partes avisó a su gobierno de la aprobación del presidente norteamericano, pero con la condición de que no se reflejare esa aprobación en la Declaración del Gobierno Británico al respecto, por cuanto deseaba comunicarla personalmente a los judíos norteamericanos (16). El motivo de esta posición del presidente norteamericano no respondía a su deseo de comunicarle personalmente a los judíos, sino más bien a la necesidad de asegurar la continuidad de las relaciones diplomáticas con Turquía, a pesar de estar en guerra contra ella. Un proyecto de este tipo significaba la aprobación norteamericana abierta al reparto de regiones controladas por el imperio otomano, y a Palestina como una parte de ellas. Se mantuvo el asunto en silencio hasta que el periódico londinense Times publicó los detalles del proyecto lo que hizo que la Secretaría de Estado solicitara oficialmente a su Embajador en Londres más detalles respecto a este documento y que le informara de las causas por las cuales Gran Bretaña no había brindado 257


informaciones con anterioridad a los EE.UU. Algunos historiadores explican esta solicitud señalando que la Secretaría de Estado no estaba al tanto de la aprobación del Presidente Wilson. Pero, se trata de un acto farisaico de la política norteamericana especialmente en momentos en que la administración de Wilson abogaba por la eliminación de los tratados secretos y el otorgamiento del derecho a la auto-determinación a las naciones explotadas (17). Este secreto no se mantuvo por mucho tiempo. El Presidente Wilson anunció en agosto de 1918: “Creo que las naciones aliadas decidieron poner la piedra angular del Estado judío en Palestina con el pleno apoyo de nuestro pueblo y gobierno”. De esta forma Wilson le dio continuidad a la Declaración de Balfour al anunciar el establecimiento de un estado judío (18). Al mismo tiempo, en una carta al Rabino Steven Weiss expresó su complacencia por el avance del movimiento sionista en los EE.UU. y los países aliados tras la declaración de Balfour en lo que se refería a la aprobación por Gran Bretaña del establecimiento de un Hogar Nacional Judío. El 21 de septiembre de 1922, el gobierno norteamericano aprobó finalmente la declaración de Balfour la que tuvo también la aprobación del Congreso (19). Los EE.UU. de América no aprobaron las decisiones del fideicomiso británico sobre Palestina, que tenían el visto bueno de la Liga de las Naciones, hasta que Inglaterra reconoció derechos y privilegios especiales a los ciudadanos norteamericanos en Palestina. Las negociaciones anglo-norteamericanas al respecto fueron largas y complejas y terminaron el 23 de diciembre de 1924 con la firma de un tratado especial anglonorteamericano sobre Palestina, en virtud del cual los ciudadanos norteamericanos podían establecer todo tipo 258


de empresas, sociedades misioneras, educacionales y caritativas en Palestina. De este modo, Palestina fue abierta de manera ilimitada a la actividad de las organizaciones sionistas norteamericanas (20). En la segunda década de este siglo, Hitler ascendió impetuosamente, a la cabeza del partido nacional socialista como el salvador de Alemania, planteando abiertamente su política anti-semita y anti-comunista y la superioridad racial aria. Los medios capitalistas e industriales de Alemania y de otros países le brindaron un generoso apoyo monetario, celebraban conferencias y recaudaron fondos a su favor para aplaudir su enemistad con el comunismo y los judíos. En su libro ¿Quién financió a Hitler? (21) James y Susan Paul desenmascaran las partes, estados y empresas, que financiaron a Hitler para lograr su ascenso al poder en Alemania. Esos, que conocían perfectamente bien las ideas y pretensiones de Hitler, descubren a cambio de su ayuda alcanzar ciertos objetivos. Como Hitler abogaba por 3 cuestiones principales: la superioridad racial aria, el anticomunismo y el anti-semitismo, seguramente quienes le brindaban apoyo creían en uno o en los tres principios planteados y no esperaban que se les hiciera daño alguno con su aplicación. La etapa de la histeria hitleriana comenzó más tarde, precisamente, en 1933, y alcanzó su auge a principios de la Segunda Guerra Mundial cuando la máquina de la muerte cosechó vidas judías al igual que cobró vidas de muchos pueblos de Europa y Asia; y las oleadas de refugiados comenzaron la búsqueda interminable de lugares seguros en el mundo. EE.UU. fue siempre el lugar a donde aspiraban ir los emigrados. ¿Se logró este objetivo? 259


En su libro “La historia del Sionismo”, Walter Lauqueur comentó sobre la consigna de la estatua de la libertad en el puerto de Nueva York, “Que vengan los agotados... que vengan los pobres... para disfrutar la brisa de la libertad” al decir: “Los EE.UU. únicamente aceptaron un reducido número de judíos que escaparon del infierno de la guerra y del nazismo en Europa. Al incrementarse la presión de los inmigrantes, Roosvelt convocó la Conferencia de Evian, que fracasó por el rechazo de los estados participantes e inclusive los EE.UU. a recibir a inmigrantes judíos” (22). Alfred Linenthal dijo que el gobierno norteamericano, desde diciembre de 1942, sufrió la presión colectiva de ambas cámaras del Congreso que demandaban que Gran Bretaña eliminara la ley de restricción de traslado a Palestina, pero jamás pidió que se abrieran las puertas de los EE.UU. cuyos puertos recibían a diario centenares de barcos que descargaban sus cargas en Europa y regresaban vacíos. De esta forma, cerraban las puertas de América “la única vía de salvación” a miles de judíos (23). Henry Montago, el Secretario del Tesoro, reconoció que desde agosto de 1942, el gobierno de Washington tenía conocimiento de los planes nazis para exterminar a los judíos. Durante un año y medio, desde que se conoció aquel plan genocida, el aparato gobernante en los EE.UU. no realizó ningún esfuerzo para evitarlo (24). Pese a estas pruebas, trató el Ex-Canciller Israelí Abba Eban, de justificar la posición norteamericana planteando que los sobrevivientes expresaron su gran deseo de escapar de Europa que constituía un continente endemoniado, pero que los EE.UU. no estaban en disposición de poner en peligro su orden interno (25). La política norteamericana respecto a los judíos, iba en dos sentidos paralelos con el fin de impedir su traslado a 260


los EE.UU. y presionar a Inglaterra para otorgarles más visados hacia Palestina. Por lo tanto, no estaba dispuesta a realizar otro paso que protegiera a los judíos y permitiera su salvación. Al mismo tiempo, la presión sionista se dirigía en dos orientaciones: sobre la administración Roosvelt para que ésta transmitiera la presión a Inglaterra y permitiera la apertura de Palestina, y la segunda para reforzar la posición de los EE.UU. de negarle la entrada a los judíos refugiados. Sin embargo, las masas judías norteamericanas supieron la verdad y exigieron que se autorizara mayores ingresos de judíos europeos en el país, lo que obligó a Roosvelt a dar instrucciones precisas para permitir tramitaciones rápidas y prolongar la estadía de ciertos grupos. Aunque en el caso de que estas instrucciones fueran meramente teóricas, han sido enfrentadas por el Secretario de Estado Hull, el cual planteó grandes problemas y utilizó interpretaciones jurídicas al respecto. Según Hull, esta ayuda representaba una intervención en los asuntos internos de Alemania, considerando que la causa judía era un problema interno alemán en el cual no se podía intervenir legalmente. El Presidente Roosvelt aclaró de inmediato que no había orientado un alivio de las restricciones relacionadas con el ingreso al país, lo que alentó a los funcionarios de las Embajadas y Consulados estadounidenses a oponer dificultades a las miles de solicitudes de visados, llegando a dar solamente 27 de las 135 mil visas tramitadas. Esto significaba que las instrucciones de la Secretaría de Estado, tenían como objetivo la reducción del número autorizado de visados a su sexta parte (26). Quizás lo que más asombra es la explicación, planteada hace algunos años, en el Congreso norteamericano sobre la interrogación acerca de porqué la 261


aviación norteamericana rehusó bombardear los campos de Auchtwitz y Dachau, así como las líneas férreas que conducían a ambos, cuando los bombarderos norteamericanos atacaron las industrias I.G. Farben situadas a sólo 5 Kms. La CIA preparó un informe en febrero de 1979, bajo el número ST-79-10001 con el título “La hoguera: un análisis nuevo de los campos de exterminio de Auchtwitz y Dachau”. Este informe presentado a los altos funcionarios del gobierno norteamericano contiene un estudio sobre los campos de concentración e imágenes tomadas por los aviones norteamericanos durante el bombardeo del Centro Industrial I.G. Farben el 4 de abril de 1942 (27). En la revista Washington Post pregunta Thomas O'Tool, por qué los aliados no bombardearon los dos campos y las vías férreas utilizadas para trasladar a las víctimas. O'Tool planteó: “Los que fueron enviados a estos raids aéreos sabían que los ataques matarían a muchos de sus hermanos aunque los alemanes los iban a matar de todos modos. Quizás la destrucción de las instalaciones hubiera permitido salvar a muchos de ellos y que la destrucción de la línea férrea iba a obstaculizar el traslado de un millón de judíos húngaros hacia Auchtwitz”. O'Tool cree que dos sobrevivientes de Auchtwitz hicieron llegar informaciones especiales a los líderes judíos de Suiza, quienes comunicaron de inmediato estos datos a los diplomáticos norteamericanos en junio de 1944. O'Tool terminó su ensayo diciendo: “Auchtwitz se encuentra al sur de Varsovia y fue originalmente construido para concentrar a los prisioneros soviéticos de guerra en 1940, pero fue convertido más tarde en un campo de muerte para los judíos de Europa” (28). 262


Las cosas pasaron de la prensa al Congreso. Tres miembros del Senado promovieron este asunto. Son el Senador Karl Levin (Demócrata del Estado de Michigan), el Senador Rudi Boushwits (Republicano del Estado de Minnnesota) y el Senador Brooks Meyer (Demócrata del Estado de Wisconsin). Los tres senadores solicitaron que se abriera una investigación para determinar las causas por las cuales las fuerzas aliadas no realizaron ninguna acción militar contra estos campos o sus vías de comunicación (29). La posición norteamericana ante la cuestión judía coincide con la posición europea enmarcada dentro de los límites imperialistas de estos países, sin embargo, no es aplicable esta posición a todos los estados de Europa Occidental. Podemos distinguir dos posiciones muy claras: la Europa de ambiciones colonialistas trató a los judíos como un medio para alcanzar sus objetivos sin importarle su suerte, mientras que la otra Europa, constituida por los países escandinavos y Suiza, motivada por razones humanitarias trató de salvar lo que pudo, según las posibilidades, alcanzando importantes resultados aunque las organizaciones sionistas pusieron obstáculos ante sus gestiones. La Comisión de los Refugiados de Guerra (War Refugee Beard) que actuó en Europa para salvar a los judíos vio en la mencionada política norteamericana un pretexto que permitió a Hitler, seguir su plan cuando quedó confirmado que EE.UU. y sus aliados no querían recibir a las víctimas judías en el caso que se les hubiera permitido escapar. Además, la posición norteamericana justificó a muchos países sobre todo de América Latina, (como es el caso de Nicaragua) para retractarse de sus compromisos hacia los refugiados, al seguir al pie de la letra la posición de la administración yanqui (30). 263


NOTAS (10) La Revista AL-ARD (La Tierra) Número 5, Año cuarto 31/11/1976, Instituto Al-Ard de Estudios Palestinos. Damasco, Página 4. (11) Ibid. Página 4. (12) La Revista Asuntos Palestinos -Centro de Investigación Palestina- Beirut, Número 101, Año 1970, Página 129. (13) Ibid. Página 129. (14) Punda Reivsky. Página 227. (15) Ibid. Página 228. (16) La Política del Colonialismo y el Sionismo hacia Palestina. Doctor Hasan Sabri Al-Khuly. Dar Al-Maaref. Egipto. Año 1973. Tomo Número I, Página 200. (17) Punda Reivsky, Página 229. (18) D. Hasan Sabri Al-Khuly, Página 213. (19) (20) Punda Reivsky, Página 243. (21) Who Financed Hitler, James and Suzan Pool, London 1979, Páginas 41, 43, 48, 85, 87, 90, 100, 111, 113, 116, 129, 292, 310, 317, 319, 334. (22) Walter Laqueur, Páginas 504, 507. (23) Ivanov, Página 160. (24) Ibid. Página 160. (25) Abba Eban, Página 321. (26) Urofs M.I. Página 389. (27) The Holocaust Revisted. A retrospective analysis of the Austchwitz Birkenen. Exterination Complez. C.I.A., Febrero1979, Páginas 2-5. (28) Washigton Post 23/2/1979. (29) De los informes de debates en el Congreso Norteamericano Número 6/2048, Fecha 5/3/1979. (30) Quand Six Millian de Juif Meuraient, par: Arthur MorseLaffont - París, Páginas 324, 327.

264


TERCERA PARTE EL ANTI-SEMITISMO... EN LA PATRIA DE LOS SEMITAS La agudización del conflicto árabe-sionista dañó enormemente la verdadera visión de los árabes con respecto a los judíos, de modo que muchos dentro y fuera del mundo árabe, se alejaron de la verdadera comprensión de este enfrentamiento, el cual fue calificado como una lucha confesional ente los judíos que soñaron con el retorno a “la tierra prometida”, tras un destierro de 20 siglos por una parte, y por la otra los musulmanes que vivieron toda la historia en aquellas tierras. Los historiadores, teólogos y sociólogos no dejan de presentar las pruebas a su alcance. Utilizan como fuentes la Biblia, el Talmud, el Corán y el Nuevo Testamento para justificar el desarrollo de los hechos. La batalla se prolonga... pero lejos de sus causas y objetivos. Los judíos vivieron y viven en los diferentes países árabes, desde Yemen hasta Marruecos y desde Siria hasta Sudán. Su escasa presencia en estos países no se debe a un factor árabe ni a persecuciones o expulsiones, aún cuando el problema palestino esté candente y pese a que las causas de este problema se atribuyen a factores erróneos tergiversados. La fisura nacional entre los judíos y los árabes que coexisten se remontó a la primera mitad del siglo pasado y se agudizó paralelamente con el recrudecimiento de la cuestión del Medio Oriente, el empeño de los estados colonialistas por heredar parte del Imperio Otomano decadente, y la voluntad de estos estados de alcanzar zonas de influencia abrazando el pretexto de la protección de las minorías confesionales para una 265


intervención directa con vistas a la anexión. Como los judíos constituían una minoría importada en la zona árabe, las grandes potencias trataron de ganarlos para tener en la mano una carta fuerte y una reserva capaz de desempeñar un papel básico en los futuros planes de la colonización. Mientras Francia otorgaba la ciudadanía francesa a los judíos del norte de Africa, con el objetivo de tener el apoyo de un mayor número de colonos, Inglaterra fomentó la idea de que los judíos de Levante solicitaran su protección. Pero, el logro de cualquiera de ambos objetivos requería una serie de preparativos tales como provocar incidentes entre lso judíos y demás ciudadanos causando la tirantez y la persecución contra los judíos. Expondremos una serie de incidentes en diferentes zonas árabes y en diferentes momentos, desde principios de siglo hasta los años 50, a fin de mostrar distintas prácticas que variaban en su estilo, según las personas y los estados , pero que tenían un solo contenido, resultado y objetivo. 1. El incidente de Damasco de 1840. 2. E hecho de dar la ciudadanía a los judíos e incorporarlos a la religión cristiana en el norte de Africa, en 1867.

Dos incidentes en lugares distantes y en momentos apartados que mencionaremos según la secuencia cronológica. Hay que señalar previamente que el primer incidente coincide con los agitados movimientos ingleses y norteamericanos en la zona cuando se preparaban las condiciones para establecer un hogar nacional para los judíos. 1. El incidente de Damasco de 1840 El 5 de febrero de 1840 desapareció en Damasco Tomasso Cabussi, Arzobispo de la comunidad latina con su criado . En virtud de que esta comunidad gozara de la 266


protección francesa según el sistema de privilegios otorgados por el Imperio Otomano, el cónsul francés en Damasco asumió el desarrollo de la investigación. Quedó claro de que el teólogo fue visto por última vez con su criado en el barrio judío junto a una barbería. El cónsul ordenó interrogar al barbero quien después de haber sido torturado, reconoció que los nobles judíos de la ciudad ordenaron el secuestro de ambos, para después matarlos, recoger su sangre y utilizarla en los ritos religiosos judíos que implicaban el uso de sangre cristiana para preparar las tortas de Pascua. El Gobernador de Damasco designado por Mohammed Ali Pasha ordenó arrestar a 14 de las figuras judías más destacadas y ricas para interrogarlas. Mientras estos nobles judíos se encontraban en la cárcel de Damasco, en las capitales europeas, sobre todo, en Londres y en algunas ciudades norteamericanas se realizaban numerosas reuniones exigiendo la intervención de sus gobiernos para proteger a los judíos de Damasco de posibles atrocidades (31). Si analizamos el contenido de las resoluciones tomadas en las diferentes capitales occidentales y los comunicados de protesta y las campañas propagandísticas, encontramos un consenso en culpar al fanático Oriente musulmán hundido en el misticismo, de lo sucedido en Damasco, lo que daba a entender que Mohammed Ali Pasha junto al gobernador de Damasco Cherif Pasha, eran los responsables del hecho. Uno de los mensajes del cónsul británico en Jerusalén, N. Weary a su cancillería, aclaró la verdadera posición británica que trataba por todos los medios de acusar a los judíos, en cooperación con el cónsul francés. No le bastó con las confesiones de los judíos bajo la tortura sino que trató de obtener otras pruebas y confesiones por sus medios 267


propios para exigir un castigo para todo el pueblo judío, según él y no sólo para los culpales originales (32). Es evidente, que el cónsul británico trataba como quiera que sea, de acusar a los judíos mientras, las autoridades reunidas en las urbes británicas denunciaban al Oriente fanático musulmán que pretendía matar a todos los judíos, a pesar de que los líderes musulmanes de la región y los gobernadores tenían su criterio totalmente distinto. Mohammed Ali Pasha envió el 2 de mayo de 1840, una misiva a Cherif Pasha, cuyo contenido es el siguiente: “Recibimos noticias de que hombres fuertemente armados de los cristianos atacan a los súbditos judíos en Damasco y que denuncias fueron elevadas a ti, pero sin resultado. Tales agresiones nos incomodan, y van en contra de nuestros deseos por lo que ordeno impedir que se repitan”. (33). El 6 de noviembre de 1840, un edicto del Sultán Abdel Hamid planteaba: “Se hizo un análisis de los libros sagrados judíos por los especialistas en los escritos de esta religión. El resultado de estos análisis aclara que la sangre les es prohibida y no sólo la sangre humana sino también la sangre de todo tipo de animal. Por tanto, las acusaciones dirigidas contra los judíos y su religión son infundadas”. “Por tal motivo, y por el cariño y la consideración hacia nuestros súbditos, no podemos permitir que sea agredida o se abuse de la comunidad judía (evidenciada su inocencia ante las acusaciones dirigidas contra ella) sobre la base de acusaciones sin fundamento. Por tanto, la comunidad judía tendrá los mismos derechos y deberes y gozará de iguales privilegios otorgados a las demás comunidades de nuestro sultanato. Hay que proteger a la comunidad judía y defenderla”. 268


“En este sentido, hemos dado órdenes claras para que la comunidad judía disfrute en cualquier lugar de nuestro sultanato de la protección brindada a todos los súbditos del Sultán. Jamás serán afectados los judíos por nada que no sea la justicia, ni en lo que se refiere a la práctica de sus ritos o su seguridad e integridad. Por lo que, este edicto expresa nuestra posición oficial del Palacio respecto a la comunidad judía” (34). Es claro pues, que los franceses -los protectores de los latinos- fueron los instigadores del problema. La pregunta que se plantea es la siguiente: ¿Cuál es el beneficio que lograrían los ingleses con este problema? El historiador y líder sionista Nahum Sokolov responde al plantear: “El incidente de Damasco, al igual que todos los incidentes anteriores y futuros, promovió las aspiraciones sionistas. Ya que las represalias hacen que el judío se de cuenta de su verdadera situación, la que no puede apreciar en tiempo de paz. Un número de judíos de diferentes países, especialmente en Inglaterra, comenzaron a preguntarse sobre la forma en que terminaría este sufrimiento. La respuesta: hay dos cuestiones necesarias... la protección de Gran Bretaña para los judíos en el Levante y la colonización de Palestina”. (35) El incidente de Damasco de 1840 planteó ante nosotros la siguiente pregunta: ¿Son los judíos del Oriente los que necesitan de protección británica alguna o es en realidad Gran Bretaña la que necesita proteger a los judíos de aquella zona? Sokolov no se preocupó por la acusación dirigida contra los judíos y el judaísmo, sino que se dedicó a buscar la forma de sacarle provecho a esta situación al solicitar la protección británica y la ayuda para los planes 269


de colonización de Palestina. 2. Brindar la ciudadanía a los judíos e incorporarlos a la religión cristiana en el Norte de Africa La comunidad judía marroquí representaba un fenómeno de gran valor histórico y social. Era una de las agrupaciones judías más antiguas que se encontraban en Marruecos. Algunos judíos llegaron allá en 1492 desde España huyendo de la Inquisición. (36) El primer medio utilizado por el colonialismo inglés y francés -para crear divisiones entre los judíos y los musulmanes en el Magreb- fue la actividad de los misioneros de ambos países con el pretexto de proteger a los judíos de los musulmanes (37). Mientras el segundo medio consistió en una serie de resoluciones del gobierno francés que brindó la ciudadanía francesa a los judíos (38). Todas estas medidas daban la impresión de que los judíos eran víctimas de represión por parte de los musulmanes y que ambos gobiernos, el galo y el británico, se esforzaban por brindarles la protección debida. Al profundizar en una serie de documentos históricos (39) nos damos cuenta que los judíos rechazaron estos privilegios especiales de brindarles la ciudadanía e incorporarlos a la iglesia cristiana y que, en más de una ocasión, acudieron al Sultán de Marruecos en busca de su protección frente a las presiones de los misioneros, protección que lograron en cierta medida pese a las presiones francesas y británicas en momentos en que ambas potencias gozaban de amplios privilegios en Marruecos (40). El Sultán reiteraba en cada oportunidad la necesidad de igualar a los judíos con los demás ciudadanos respecto a los deberes y derechos (41). En múltiples ocasiones condenó los planes de asimilación de los judíos y rechazó los privilegios y 270


exoneraciones exigidas por estos estados a favor de los judíos que se encontraban en Marruecos bajo su protección (42). Fustigó también la actividad del consulado norteamericano que brindaba la ciudadanía norteamericana como medio de protección a los judíos marroquíes (43). EL REY MOHAMMED Y LAS LEYES DE NUREMBERG Cuando Petain aceptó la aplicación de las leyes de Nuremberg contra los judíos, ordenó el General Nogues que las pusiera en vigor en Marruecos, pero éste no logró convencer de ello al Sultán Mohammed V. Room Landau (44) plantea: “El Sultán recalcó que los judíos marroquíes eran sus súbditos y su deber era protegerlos de toda agresión”. Cuando terminó la guerra, el Presidente judío de la Alianza Francesa, René Kazan, dirigió una carta al Sultán expresando, en nombre de todos los judíos franceses, su agradecimiento por haberles salvado la vida a los judíos”. Prosigue Landau: “En realidad, la vida de miles de judíos y sus bienes se salvaron por la audacia del Sultán y el apoyo de todos los musulmanes y del Magreb. A pesar de ello, hubo casos en que fracasaron los intentos del Sultán, y los representantes de la Administración francesa siguieron los pasos de los fascistas confiscando intereses económicos judíos, imponiendo altos impuestos y enviando muchos judíos a los campos de concentración. Durante dos años, las autoridades francesas aplicaron las órdenes del gobierno de Vichy y cooperaron estrechamente con los miembros de la comisión alemana establecida en Marruecos. El Sultán marroquí rehusó entrevistarse con representantes de ambas partes recordando que él había declarado la guerra contra 271


Alemania y que no había firmado armisticio alguno” . (45) Nahum Goldmann reconoce que el rey Hassan II y su padre, el rey Mohammed V tuvieron una posición realista respecto a los judíos recalcando precisamente la posición de Mohammed V durante la Segunda Guerra Mundial al impedir que el gobierno de Vichy causara daño a sus súbditos judíos (los del rey marroquí) a pesar de las presiones de Petain. (46) El 23 de mayo de 1948, el rey Mohammed V pronunció un discurso en Tanger en el cual invitó a las comunidades judías marroquíes a no participar en el movimiento sionista. Dijo al respecto: “La emigración judía afectaría la estabilidad del honorable reinado de Marruecos y no lograría los anhelos judíos. Sólo causaría daño a la vida en los ghettos”. (47) El 13 de septiembre de 1956, el rey Mohammed V se dirigió a la comunidad judía en Casablanca: “Todos los marroquíes, musulmanes y judíos, son hijos de esta Patria. Tienen los mismos derechos y compromisos y deben trabajar conjuntamente para la Patria. Debemos hacer todos nuestros esfuerzos para ayudar a los que necesitan nuestra ayuda independientemente de su religión, porque la pobreza en el terreno social no tiene religión”. (48) Estas palabras fueron la respuesta a las campañas de intimidación dirigidas por los agentes del movimiento sionista y la prensa occidental que hablaban de una próxima “pesadilla hitleriana” para los judíos marroquíes cuando el país lograra la independencia en 1955. (49) La positiva posición del gobierno marroquí hizo que los enviados de Israel arrojaran sus bombas en los lugares donde se concentraban los judíos. Estos emisarios fueron los que distribuyeron en 1951 panfletos en todas las casas judías en Marruecos invitando a este sector de 272


la población a enviar sus niños a Israel para evitar posibles provocaciones. (50) NOTAS (31) Asuntos Palestinos, Número 91, Año 1979, Págs. 44-52. (32) Ibid. Página 51. (33) Ibid. Página 50. (34) Ibid. Página 48. (35) Ibid. Página 52. (36) La Historia del Maghreb en el siglo XX -Raum LandauDar Al-Kitab -Casablanca- Marruecos- Cap. 29. (37) Un estudio presentado por el profesor Housni Al-Idrissi en la Mesa Redonda (Debate e Identidad). París 17/22/12/ 1978 /38) Los Judíos del Maghreb Arábico -D. Mohammed Habib Ben Khouja -La Liga Arabe- Cairo Año 1973, Página 88. (39) Los Documentos Periódicos -Departamento de Documentos Reales- Rabat. Año 1977, Grupo número 4. (40) Los Documentos Periódicos -Documento Número 603. Página 457 y Documento Número 609. Páginas 466-467. (41) Los Documentos Periódicos -Documento Número 340. Páginas 290-291. (42) Documento No. 348. Páginas 310-311. (43) Documentos Periódicos. Documento No. 362. Págs. 345-346. (44) Raum Landau. Página 263. (45) Ibid. Página 364. (46) Nahom Godmann. Página 40. (47) Sidiasbur en la tierra de la paz. Pierre Flamend. Casablanca. (48) El peródico Maroc Soir en Francés. 15/8/1978. (49) Debate e Identidad. París. 17/22/12.1978 (50) Jeune Afrique. Artículo por Shalom Cohen. Número 894. Fecha 22/12/1978. Paris.

273


CUARTA PARTE EL INTERNACIONALISMO ELIMINA EL RACISMO El antisemitismo en la Rusia Zarista adquirió un carácter racial segregacionista, pero esto no molestó al judaísmo mundial. Las represalias, la explotación y las matanzas a que fueron sometidos los judíos de Rusia no se enfrentaron a ninguna reacción por parte del sionismo mundial. El antisemitismo fue la manifestación de la lucha económica social generada por el colapso paulatino del sistema feudal imperante y su sustitución por el capitalismo, lo que dio lugar a una serie de problemas entre los cuales se destacan “la cuestión judía” y “el anti-semitismo”. Antes de analizar las causas de la guerra “racial” contra los judíos, hay que señalar que los judíos de Rusia y de Europa Oriental precisamente no tienen ninguna relación con el semitismo, suponiendo que los judíos semitas auténticos hayan mantenido efectivamente durante los largos siglos lo que llaman la pureza racial. El origen de los judíos en estas zonas proviene del Reino Caspio cuyo rey abrazó el judaísmo como religión oficial de Estado, en el año 740 a.n.e., después que este pueblo abandonó el fetichismo. Este cambio se produjo sin la participación de la llamada cristiandad del Imperio Bizantino ni la influencia islámica de Oriente (51). Este reino perduró hasta el siglo XII y con su caída emigraron sus habitantes hacia Rusia, Polonia, Ucrania, Lituania y Hungría. Esto motivó que muchos historiadores determinaran que gran parte , quizás la mayoría, de los judíos del Oriente europeo fueran estos emigrantes de origen cosaco-tartárico y no de origen semita (52). A diferencia de lo que se conoce habitualmente la corriente principal de las emigraciones judías no se originó del 274


Mediterráneo a través de Francia y Alemania hacia el Oriente para retornar más tarde, sino que fue un movimiento permanente hacia el Occidente a partir del Cáucaso a través de Ucrania hasta Polonia y de allá se dirigió hacia el centro de Europa. Cuando en Polonia había una gigantesca comunidad judía, en el Occidente de Europa había agrupaciones muy pequeñas. (53) La cuestión racial que invadió Europa Occidental contra los judíos y se conoció convencionalmente por el anti-semitismo, no tiene nada que ver con el semitismo ni con el racismo. Como hemos señalado, es el resultado de factores socio-económicos generados por los cambios que ocurrieron en aquellos países en el siglo XIX. Esta cuestión surgió con fuerza en la época capitalista donde la contradicción constante entre la producción y el consumo impulsó a la gran burguesía a dominar los mercados externos mientras la pequeña burguesía se encontraba forzada a luchar por la ampliación del mercado interno. La falta de mercados exteriores para los grandes capitalistas fue acompañada por la falta de mercados internos para los pequeños capitalistas. Mientras la gran burguesía luchaba violentamente contra sus competidores por asegurarse los mercado externos, un fenómeno parecido ocurría respecto a la pequeña burguesía y los mercados internos, pero esta competencia de carácter burgués capitalista necesitaba una cobertura racial para justificar su razón de ser. Los judíos históricamente habían despuntado en el comercio y las actividades artesanales y se convertirían, como es lógico, en el primer enemigo de la pequeña burguesía en la lucha por los mercados internos, mientras la idea racial de luchar por un espacio vital, los mercado externos, reflejaban la necesidad expansionista del capitalismo financiero y monopolista. De ahí que el racismo es sólo la 275


expresión de la voluntad expansionista del gran capital y es el reflejo del odio pequeño-burgués contra los elementos “extraños” en el mercado interno, es decir, los competidores judíos. (54) Los judíos en la Rusia Zarista en 1909 se elevaban solamente a 5 millones doscientas cincuenta mil personas de unos 11 millones y medio de judíos en todo el mundo. Podemos comprobar pues, la envergadura del problema que dejó el sistema zarista de Rusia y la burguesía que persiguieron a los judíos y los sometieron a los pogromos, sobre todo, en 1882. A pesar de que los judíos, generalmente, fueron sometidos a represalias y matanzas, en realidad, las víctimas fueron solamente proletarios, hecho por el cual ni el judaísmo mundial ni la dirección del movimiento sionista se incomodaron, sino todo lo contrario. Encontraron en este fenómeno un fundamento útil para convencer a los judíos de que la integración era una idea inaplicable. Esta posición coincidía con uno de los textos históricos conservados en el archivo central de la URSS, donde uno de los líderes del movimiento sionista plantea: “El anti-semitismo permite sembrar el terror en las filas de los sencillos y nos permite arrastrarlos con más facilidad cuando son perseguidos por “los ajenos”. Los goyem en este caso, hicieron el papel de los perros ovejeros. Deben darse cuenta que el anti-semitismo no nos es nocivo y no afecta las posibilidades de ninguna de nuestras instituciones, puesto que siempre estaba dirigido contra los proletarios, contra los demagogos”. (55) De este modo, las prácticas del gobierno zarista parecían coincidir con los objetivos del movimiento sionista. Las asociaciones y organizaciones sionistas en estas condiciones se lanzaron a actuar libremente en Rusia. Sus congresos y reuniones se celebraban sin 276


obstáculos; y además, hacían las recaudaciones y el traspaso de los capitales al exterior, mientras la prensa sionista gozaba de toda libertad de acción. (56) La campaña anti-socialista lanzada por el movimiento sionista no sólo se basaba en el odio que sentía por esta teoría sino que era un intento por eliminar la amplia participación judía, proletaria y juvenil, en el movimiento revolucionario ruso, ya que los judíos vieron en el socialismo la posibilidad de barrer con rencillas y odios alimentados por el gobierno zarista y la burguesía rusa. En una conferencia, pronunciada por Lenin en 1917 sobre la Revolución de 1905, se plantea: “El odio zarista estaba dirigido precisamente contra los judíos. Ello se debe por una parte a que los judíos representaban un porcentaje alto de la dirección del movimiento revolucionario (en comparación al total de la población judía). Por tal motivo, hay que decir “y esto es una de sus gestas” que los judíos representan hoy un porcentaje alto de los integrantes de la corriente internacionalista en comparación con “los otros pueblos”. Por otra parte, el zarismo aprovechaba bien las ideas incorrectas antijudías difundidas entre los sectores más ignorantes para organizar los progromos. En aquel tiempo, el número de muertos en 100 ciudades llegó a elevarse a 4.000 y el número de lesionados a más de 10.000. (57) La participación judía en los movimientos revolucionarios se basaba en convicciones claras. Sabían perfectamente bien, que el éxito del internacionalismo significaba el fin de los progromos. Asimismo, significa la igualdad en derechos y deberes por la cual abogaba Lenin quien vio “al mismo tiempo” que la idea central del sionismo sobre una nación sui géneris era una idea falsa y reaccionaria en su esencia y sólo causaba daños a los intereses de los trabajadores. 277


Lenin escribió (58): “La idea del pueblo judío especial es una idea reaccionaria en su significado político. El problema judío tiene una alternativa en la integración o el aislamiento. La idea del nacionalismo judío es de carácter retrógrado evidente no sólo entre sus simpatizantes permanentes (los sionistas) sino entre aquellos que tratan de vincularse a las ideas del socialismo democrático. La idea del sionismo entra en contradicción con los intereses de los trabajadores judíos al encubrir las ideas contrarias a la integración y al fomentar la tendencia de vivir aislados en los ghettos. Lenin señaló en sus escritos que los judíos de Rusia pasarían por el mismo proceso de integración en el que se encontraban los judíos de Europa. (59) La revolución socialista se enfrentó a todas las formas de explotación de los judíos, sin dejarse engañar por las máscaras utilizadas por el régimen zarista anteriormente y que achacaban el problema a orígenes raciales. A la vez, se enfrentó al movimiento sionista como un movimiento racial que atribuía el lazo judío a la raza y no a la religión. Esta posición fue bien recibida por las masas trabajadoras judías que deseaban fundirse en la sociedad y salir del ostracismo de los ghettos impuesto durante muchas generaciones. Los judíos prosiguieron en el proceso revolucionario en la URSS, como ciudadanos iguales e integrados a la sociedad soviética que no conoce discriminación nacional o confesional y rechaza tajantemente la segregación racial. La campaña nazi por los países de Europa aportó consigo la semillas del racismo a estos pueblos y la enemistad hacia los judíos, con la esperanza de que estos pueblos adoptaran sus consignas y sus prácticas. En algunos lugares esta campaña tuvo éxito pero fracasó en la mayoría de los países y no logró 278


resucitar en la URSS las ideas zaristas burguesas al no hacer regresar a estas tierras la mentalidad racista y represiva anti-judía característica del medioevo. A diferencia de lo que se repite ampliamente en el sentido de que los nazis dirigían su acción sólo contra los judíos podemos decir que esta acción estaba dirigida contra todos los pueblos que les hicieron resistencia independientemente de su religión, como lo muestran fehacientemente las acciones de exterminio en Polonia, Ucrania y Bielorrusia que costaron millones de vidas. No solamente actuaban de este modo frente a la resistencia de los pueblos sino que asesinaron a sangre fría a más de 3 millones de soldados soviéticos prisioneros de guerra. El semanario norteamericano News Week escribió sobre la matanza (60): “Más de 3 millones de prisioneros de guerra soviéticos fueron asesinados por los nazis. 580 mil prisioneros de guerra fueron fusilados entre 1941 y 1945 mientras 2.700.000 murieron a causa de la mala alimentación y de enfermedades en los campos de concentración. Todo el mundo conoce perfectamente bien los maltratos que recibían estos presos en esos campamentos”. La URSS perdió 20 millones de seres en esta guerra, o sea, la mitad de las víctimas del mundo entero en la segunda conflagración internacional. Los nazis no exceptuaron a ninguno de los pueblos soviéticos ni diferenciaban las víctimas por su religión, su raza o su nacionalidad. A pesar de todo, la dirección soviética se vio en la necesidad de trasladar a sus súbditos judíos de las zonas ocupadas por los nazis a otros lugares más seguros. Al respecto escribió Isaac Deucher (61) “el escritor judío” que “el mismo Stalin ordenó ayudar a los 2 millones y medio de judíos que se encontraban en las zonas ocupadas de la Unión Soviética y trasladarlos a las 279


regiones más seguras del país; medida por la cual se salvaron de los campos de concentración nazis”. Continúa Deucher: “Esta es una realidad que los nacionalistas judíos y la prensa sionista ignoran a propósito´”. Todo parece indicar que esta posición fue asumida a la luz de una serie de informes que llegaron a manos de los soviéticos basados en informaciones confidenciales donde se describían las acciones genocidas realizadas y que se pretenden realizar por el nazismo en los territorios soviéticos ocupados contra los ciudadanos en general y los judíos en particular. A diferencia de la propaganda sionista que pretende ver a todos los pueblos del mundo como los enemigos acérrimos del judaísmo, este informe refleja justamente la posición de los pueblos en los países cercanos a la URSS y que antes de la guerra mostraban ciertas expresiones de anti-judaísmo . Dice: “Estos pueblos se opusieron a la ferocidad nazi alemana dirigida a exterminar a los judíos. Les brindaron la ayuda para aliviar sus tragedias y tristezas”. (63) Los esfuerzos realizados por el gobierno soviético y los pueblos de la URSS en defensa de los judíos no eran diferentes de los esfuerzos del pueblo búlgaro desafiando la posición del gobierno pro-nazi y la influencia nazi en el país. Una serie de documentos del Instituto de Historia de la Academia Búlgara de Ciencias de 1978, refleja la posición del partido de la clase obrera y de un conjunto de sindicatos y de organizaciones de masas búlgaras respecto a la agresión fascista contra los judíos. El Partido de la clase obrera precisó en un comunicado fechado el 21 de noviembre de 1939 su posición respecto a la represión contra los ciudadanos búlgaros judíos 280


acusando al gobierno búlgaro pro-alemán de desestabilizar la unidad nacional y exhortaba al pueblo a luchar sin desmayo contra el régimen establecido así como demandaba la constitución de un gobierno patriótico que salvaguardara los pisoteados derechos del país, acabara con las direcciones y agentes foráneos (los nazis) y firmaran un tratado de defensa con los países vecinos (la URSS). (64) En un documento presentado por los representantes comerciales el 2 de octubre de 1940, éstos rechazaron el proyecto de Resolución de Protección de la Nación preparado por el gobierno y destinado a privar a los judíos búlgaros de sus derechos como ciudadanos (66) en un comunicado dado a conocer el 5 de octubre de 1940. El Frente Patriótico llamó a luchar contra el traslado de los judíos de Bulgaria al mismo tiempo que instigaba a los judíos a rechazar las decisiones de desalojo y tomar parte activa en la resistencia que se llevaba a cabo por todos los medios en contra del gobierno. (67). El Ministro Consejero Alemán en Sofía, confirmó las posiciones del pueblo búlgaro en una carga enviada a la Cancillería alemana, al decir: “La sociedad búlgara contribuye con todas sus fuerzas a igualar a los judíos con los demás ciudadanos del país ante la Ley y yo comprendo bien las razones de su actitud”. (68) NOTAS (51) Coastler, Arthur. Publicado en Palestina Ocupada. Año 1979. Página 20. (52) Ibid. Página 21. (53) Ibid. Página 229. (54) Abraham Leon. Páginas 116, 117. (55) Yviesev, Gostokov, Página 29. (56) Ibid. Página 36.

281


(57) Lenin. Obras Selectas. Editorial Progreso. Moscú. Tomo 1. Parte 2. Página 484. (58) Broodsky, Sholister. Página 87. (59) Pirubeijan. La experiencia soviética para crear un hogar Nacional de los judíos. Nagda Mustafá Safwt. Centro de Estudios Palestinos. Bagdad. Año 1973. Página 27. (60) La Revista News Week 17/9/1979. Página 11 (61) El Judío y el No Judío. Isaac Deuscher. La Institución Arabe de Estudios y Publicaciones. Beirut. Año 1978. Página 57. (62) La Política Exterior Soviética en la Gran Guerra Patria. Editorial Gubernamental de Publicaciones. Moscú. Año 1944. En ruso. Páginas 278-293. (63) Ibid. Páginas 278-293. (64) La Lucha del Pueblo Búlgaro en Defensa de los Judíos en Bulgaria durante la II Guerra Mundial. Redacción: un grupo de periodistas. Publicado por la Academia de Ciencias de Bulgaria. El Instituto de Historia de Sofia. Documento No.2, Página 18 (Traducción del Comité de Estudios Palestinos, Damasco). (65) Ibid. Documento No. 16. Página 47. (66) Ibid. Documento No. 17. Página 47. (67) Ibid. Documento No. 110. Página 176. (68) Ibid. Documento No. 94. Página 153.

282


INDICE Presentación ..........................................

1

Prólogo ...................................................

4

Primer Capítulo El comienzo de la relación entre la Dirección del Movimiento Sionista y el gobierno nazi de Alemania ................................................ Primera Parte El Tratado de Haafara ............................ ¿Por qué Haafara? ................................ Haafara entre partidarios y opositores alemanes ........................... Segunda Parte Las medidas nazis para acelerar la emigración ........................... Legislaciones nazis contra los judíos ............................................... Las leyes de Nuremberg ....................... Las medidas represivas ........................ Tercera Parte La Dirección del Movimiento Sionista apoya las medidas nazis ......... La Prensa Sionista ................................ Las expresiones y actitudes del movimiento sionista ......................... Los congresos sionistas y su posición durante aquella etapa .............. Segundo Capítulo La posición de la Dirección del movimiento sionista respecto a la matanza ...........................

13 15 24 27 43 45 47 49 52 52 58 60

64

283


Primera Parte Ayuda de los sionistas a las víctimas de la matanza ............................. La suerte de los judíos rumanos .............. La suerte de los judíos húngaros ............. Los judíos de Eslovaquia ......................... Los judíos de los Balcanes a bordo de una nave ................................ Segunda Parte Encubrir las informaciones ....................... La prensa sionista .................................... Las posiciones oficiales ........................... Tercera Parte La Opción ................................................ El objetivo de los nazis ............................ ¿Cuál es la posición de Gran Bretaña ante la inmigración ilegal? .......... La posición nazi hacia la emigración ilegal ...................................... Patria y Stroma ......................................... Cuarta Parte Los refugiados judíos ............................... Quinta Parte La agitación .............................................. Sexta Parte Los revisionistas ....................................... Tercer Capítulo Los cómplices Los contactos secretos entre la Dirección del Movimiento Sionista y la Alemania Nazi (1933-1945) ................ Primera Parte La resistencia judía ................................... Segunda Parte Los consejos judíos de los mayores ..........................................

284

70 72 75 86 95 100 105 109 122 129 132 135 140 150 177 188

203 209 218


Tercera Parte Un puñado de cómplices ........................ Cuarto Capítulo Goyem. “Los ajenos” .............................. Primera Parte La esencia del imperialismo es única aunque difiera en las formas .......................................... Segunda Parte Un punto de vista norteamericano con relación a la cuestión judía y su antítesis ........................................... Tercera Parte El anti-semitismo en la patria de los semitas ....................... Cuarta Parte El internacionalismo elimina el racismo .................................................

226 243

246

254 265 274

285


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.