Arte e Historia
en la colecci贸n de Artes Visuales del Banco Popular Dominicano
Danilo De los Santos
Arte e Historia
en la colecci贸n de Artes Visuales del Banco Popular Dominicano
Arte e Historia
en la ColeCCión de artes visUales del banCo popUlar dominiCano
danilo de los santos isbn: 978-99934-67-80-9
primera edición: noviembre, 2013 reimpresión: julio, 2014
Coordinación general vicepresidencia ejecutiva de relaciones públicas y Comunicaciones fotografías: Gustavo arbona barceló portada «mar Caribe», de Guillo pérez imágenes de las primeras y últimas páginas en textos en español «mujer labrando la tierra», detalle, paul Giudicelli, 4 «ensayo de luz, ventana tropical», detalle, ada balcácer, 10 «más allá de la plaza Colón», detalle, José Cestero, 12 «burbujas de la fermentación», domingo batista, 312 «mujer con pájaros», Cándido bidó, 318 imágenes de las primeras y últimas páginas en textos en inglés «puerto», detalle, Guillo pérez, 320 «flores para viajar al pilar, Zaragoza, i», fragmento, ada balcácer, 322 «sobre la materia y el espíritu», fragmento, fernando peña defilló, 324 «Composición», José Gausachs, 326 «río bao en valle del bao», 1984, domingo batista, 423 «villa altagracia. Caribe infrarrojo», 1991, fragmento, domingo batista, 424 «valle de Constanza, Caribe infrarrojo», 1991, fragmento. domingo batista, 428 «valle nuevo, ex bosque», 1984, domingo batista, 430
asistente de investigación: LUIS EDUARDO PÉREZ traducción y revisión de textos en inglés: ALEJANDRO AGUILAR diseño y arte final : NINÓN LEÓN DE SALEME impresión: AMIGO DEL HOGAR santo domingo, república dominicana Julio de 2014
contenido
Presentación manuel a. grullón
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Palabras del autor 13
anotaciones sobre historia y arte dominicano: dibujo, escultura, pintura y fotografía 15
desde el cauce de un pionero... cinco décadas de arte 51
una oBra maestra de 1900: «el moro», de arturo grullón Julia, 51 cinco Pinturas rePresentatiVas de 1923-1939, 53
Yoryi morel v Juan Bautista gómez v celeste Woss y gil v abelardo Piñeyro década de 1940: señas de natiVos/refleJos de extranJeros, 56
george Hausdorf v José gausachs v manolo Pascual v José Vela zanetti v celeste Woss y gil gilberto Hernández ortega v Yoryi morel década de 1950: autores Y oBras Paradigmáticas, 68
darío suro v Yoryi morel v guillo Pérez gilberto Hernández ortega v Jaime colson v eligio Pichardo v antonio Prats-Ventós confluencia Y señas de cuatro generacionales 1960-1968, 79
Juan Plutarco andújar v Yoryi morel v ada Balcácer v Paul giudicelli v guillo Pérez v leopoldo Pérez (lepe) cándido Bidó v José rincón mora v ramón oviedo v gilberto Hernández ortega
nuevos, reconocidos y veteranos. decenio de 1970 97
Yoryi morel v Juan Plutarco andújar v Hilario rodríguez v carlos Hidalgo v cándido Bidó v Justo susana león Bosch v miguel de moya v José ramírez conde v Virgilio méndez v teté marella fernando ureña rib v alberto ulloa v alonso cuevas v ada Balcácer v aquiles azar garcía v Vicente Pimentel ramón oviedo v guillo Pérez v orlando menicucci v geo ripley v Julia sánchez de guerra nancy rosado v José cestero v alberto Bass 7
Arte e Historia en la colección de Artes Visuales del Banco Popular Dominicano
Antología de la dominicanidad: Yoryi Morel 1969-1979 125
Neocomportamiento de los lenguajes modernos 129
La nueva figuración, 129
Guillo Pérez v Cándido Bidó v Francisco Santos v Shum Prats v Daniel Henríquez v Amaya Salazar Danicel/Danilo De los Santos v Adolfo Piantini v Jorge Severino v Thimo Pimentel v Carolina Cepeda Juan A. García Lestrad v Alette Simmons Figuración neohumanista, 148
Virgilio Méndez v Barón Arias Figuraciones geométricas y reminiScentes, 151
Soucy de Pellerano v Roberto Flores v Norberto Santana Said Musa v Dionisio Pichardo v Leopoldo Pérez (Lepe) v Alberto Ulloa v Elsa Núñez Neosurrealidad, 158
José Félix Moya v Iván Tovar v Félix Brito v Clara Ledesma v Santiago Sosa v Ignacio Rincón (Kuma) Vicente Fabré v Luichy Martínez Richiez v Teté Marella v Thelma de Lora v Dionisio Blanco Manuel Montilla v Orlando Menicucci v Fernando Ureña Rib v Domingo Liz Otras abstracciones/expresionismos otros, 171
Geo Ripley v Dionis Figueroa v Elsa Núñez v José Miura v Rosa Tavárez Ada Balcácer v Antonio Guadalupe v Ramón Oviedo v Antonio (Cuquito) Peña v Freddy Javier Silvano Lora v José Cestero v Fernando Peña Defillo v José Perdomo v Bismarck Yermenos Este otro Realismo, 183
Mariano Eckert v Miguel De Moyav Julio Llortv León Bosch v Alberto Bass v Luis Bretónv Jorge Checo Los Ochentistas y el Realismo, 190
Elvis Avilés v Juan Mayí v Lissette Mejía v Miguel Núñez v Carmelo Polanco v Pedro Ricart
Realidades interiorizadas 195
1. Presencia santiaguense, 195
Hilario Rodríguez v Carlos Hidalgo v Juan Rodríguez v Jacinto Domínguez v Carlos Mario Grullón v Víctor Chevalier 2. Presencia mocana, 202
José Collado v Hugo Mata 3. Presencia vegana, 204
Timoteo Santos (Vinagre) v Justo Susana v Elías Delgado 4. Presencia capitaleña, 207
Tomás López Ramos v Willy Pérez v Iván Houellemont (Desvignes) v Renzo Oviedo Weber v Alberto Houellemont 8
Danilo De los Santos
5. Presencia española, 210
Joaquín Castellote v Víctor Bonet Camps v Vicente Herrero v Agustín Masiá v .Joseph Fabré Sallent
Cuatro visiones antológicas 215
Plutarco Andújar: Canto a mi Tierra, 215 Mario Grullón: Primavera en Otoño, 222 Agustín Masiá: La apropiación de un país que hizo suyo, 229 ANTONIO Prats-Ventós: Esculturas y Pinturas, 233
Confluencias de artistas, generaciones y visualidades. 1990-2001 241
1. Los Ochentistas, 241
Miguel Núñez v Dionisio De la Paz v Jesús Desangles v Enriquillo Rodríguez Amiama v Miguel Gómez Juan Mayi v Rafael Amable v Elvis Avilés v Pedro Ricart v Pedro Terreiro v Luz Severino v Daniel Díaz v Remberto Rondón v Vladimir Velázquez v Inés Tolentino v Hilario Olivo v Eduardo Rosario v Carlos Santos Durán v Manuel Traboux 2. Los Setentistas, 257
Melchor Terrero v Dionisio Blanco v Carlos Hidalgo v Luis Bretón v Carolina Cepeda v Amaya Salazar Francisco Santos v Teté Marella v Freddy Javier v Fernando Ureña Rib v Alberto Ulloa v Alonso Cuevas 3. Los Sesentistas, 270
Daniel Henríquez v Leopoldo Pérez (Lepe) v Danicel/Danilo De los Santos v Julio Susana Cándido Bidó v Elsa Núñez v Ramón Oviedo v Norberto Santana v Jorge Severino v Justo Susana v Geo Ripley 4. Representantes de tres generaciones, 283
Domingo Liz v Fernando Peña Defilló v José Cestero v Ada Balcácer Guillo Pérez v José Vela Zanetti v Marianela Jiménez v Darío Suro v Federico Izquierdo 5. Un retorno a la cronología culminativa, 297
Mario José Ángeles v Mariano Sánchez v Dinorah Álvarez v Yolanda Monción (Yuli)
La escultura como materia plural 301
Antonio Prats-Ventós v Luichy Martínez Richiez v Ramiro Matos v José Ramón Rotellini José Ramón Rotellini v Jesús Nicolás Jiménez
Domingo Batista: el arte de la fotografía 307
Bibliografía 313
El autor: Danilo De los Santos 319
Art and History at the Banco Popular Dominicano visual arts collection 321 9
Presentación Manuel A. Grullón Presidente Banco Popular Dominicano
La historia, nuestra historia como dominicanos, no viene explicada siempre por el arte. Pero cuando lo hace, las manifestaciones artísticas de nuestros creadores nos enseñan lo que somos, proyectando y fortaleciendo la identidad nacional. El arte dominicano se ha constituido en testigo de nuestras costumbres y modo de concebir la vida, y en la expresión social de diversas etapas nacionales. Por esta razón, nuestra institución ha invertido sus últimos 50 años en la conservación de un patrimonio cultural que es de todos. Hemos llevado a cabo una política de estímulo al arte nacional, mediante la adquisición de pinturas, dibujos, fotografías y esculturas de autores que se han constituido en instrumento y voz de nuestra nación y su cultura. Este es el mejor legado para que las generaciones futuras entiendan, y valoren en su justa medida, los fundamentos de su idiosincrasia. Hoy nos complace entregarles el testimonio de esta estrecha relación entre creación artística e historia, revelando las singularidades que expresa esta simbiosis al presentar nuestra visión estética como nación. «Arte e Historia en la colección visual del Banco Popular Dominicano», de la autoría del artista, historiador y crítico de arte Danilo de los Santos, es el nuevo libro que se suma a los esfuerzos editoriales del Banco Popular, en su firme empeño por el crecimiento intelectual de la nación. De los Santos, en su calidad de historiador del arte dominicano, con educado y agudo olfato, analiza y explica el sentir y la expresión sociales de las diversas etapas de la vida nacional, todas expuestas en las obras visuales que forman parte de la colección del Banco Popular, y que entrelazadas muestran una especie de peregrinación a través de la esencia de la dominicanidad y sus circunstancias epocales. Este todo social y artístico, plasmado en un compendio de imágenes que abarca notables ejemplos de obras comprendidas entre 1900 y 1999, servirá al lector como un testimonio de fe en la identidad dominicana, en el sentir nativo y en la vocación de libertad de nuestro pueblo. Para nuestra institución, el papel de mecenas asumido desde 1964 se convierte en una misión para patrocinar lo tangible de las obras de arte y lo intangible de los valores inmateriales que estas obras transmiten sobre el devenir de nuestra vida cultural, social y económica. Sin lugar a dudas, este libro recoge ese espíritu y preserva el modo en que nos reconocemos como dominicanos. Nos sentimos, pues, muy complacidos con esta nueva entrega, que evidencia, una vez más nuestro compromiso con la proyección en todas las latitudes, de los más auténticos y trascendentes valores culturales de la nación dominicana. 11
Palabras del autor
La historia de las artes visuales (dibujo, escultura, fotografía y pintura) del presente libro, se basa en una selección de obras atesoradas por el Banco Popular Dominicano, implicando también los nombres artísticos de las mismas. Generalmente se refieren los registros de los artistas y de las obras. Empero, en la medida de lo posible, una curaduría selectiva o mínima prevalece frente a los cientos de obras que conforman la totalidad de los tesoros de la entidad bancaria. Con la explicación ofrecida, el lector observará lo siguiente: –En más de un capítulo se listan núcleos de autores, unos con sus datos de vida y otros con sus biografías, además las obras artísticas pertinentes. –Las fechas de nacimientos y muertes se refieren cuando solo se cita a todo artista en un capítulo con obras únicas en la colección. Contrariamente, el año de fallecimiento se anota en la medida en que éste posee obras con registros diferenciados que cubren varios procesos creativos durante su existencia. Dos ejemplos se ofrecen como explicación: Yoryi Morel con obras desde 1928 hasta la década de 1970; en esta fecha se anotan la natalidad y el fallecimiento del pintor. Como ejemplo diferenciado, Eligio Pichardo con obras en la colección de los años 1940 impone que sea señalada la natalidad y su muerte, ya que este artista no vuelve a figurar en la narrativa histórica. La historia del presente libro, además, ofrece una explicación no absolutamente cronológica, ni por generaciones sucesivas. Teniéndose como eje inicial una obra maestra (El Moro, 1900), el ritmo de los capítulos es, por un lado, asociación de obras emblemáticas de un período, y por el otro, establecimiento de confluencias intergeneracionales. Además, otros capítulos explican lenguajes artísticos neomodernos, la visión interiorizada del paisaje por decenas de autores dominicanos o extranjeros, y antologándose aquellos pintores con numerosas obras en los tesoros del Banco Popular; autores que ocupan, indiscutiblemente, rango de maestros fallecidos y dignos de recordarse con sus visualidades creativas. Finalmente, en el libro expongo una visión inusual: nada de ajuste absoluto a una secuencia de generaciones. Nuestra mirada es lineal o progresiva y en el capítulo con que finalizamos nuestra visión narrativa, se ofrece un enfoque retrospectivo. 13
Anotaciones sobre historia y arte dominicano: dibujo, escultura, pintura y fotografía
Nuestro arte nacional, en todas sus expresiones, nació como la patria: altagraciana, dominicana, duartiana, liberal, luchadora, tricolor… Es el arte de una nación antillana con territorio al sol, y población con mezcla multirracial, regularmente sorprendida por los temblores de sus fallas y las temporadas ciclónicas propias del trópico. La antillanía, siendo insularidad, es condición en sí misma, naturaleza primaria. Siglos antes de convertirse en país, patria o nación, era pura geográfica paisajística que después subscribe ciclos históricos conformadores de una sociedad determinada por cuatro grandes momentos: el precolombino; de los aborígenes, el colonial de impronta hispánica y presencia africana; el ciclo de las subversiones criollas, identitarias y protonacionales, y el ciclo republicano, extendido desde la cuarta década del siglo XIX hasta el proceso del presente milenio. «País inverosímil» como lo califica el poeta Pedro Mir, sus primeros habitantes fueron amerindios arawacos que procedían, casi todos, de la foresta tropical suramericana. Estos aborígenes denominaban «ayti» a toda la isla, aunque suele distinguirse ese nombre general de la zona oriental con altas y montañosas tierras. Los naturales lo llaman «Kiskea» dice Pané, también nombre de diosa. Por «adulteración idiomática se convierte en el vocablo Quisqueia o Quisqueya». Con la migración primigenia de amerindios, se desarrolló la sociedad de los taínos cuyo régimen sociocultural fue interrumpido por la expedición de las naos colombinas de 1492. El almirante descubridor le otorgó un nuevo nombre a la isla, «La Española», iniciándose la conquista y colonización emprendidas por España. El resultado del encuentro entre los europeos invasores y los nativos invadidos lo narran los versos de Neruda: Unos conquistadores españoles / que llegaron de España con lo puesto / buscaron oro y lo buscaron tanto / como si les sirviera de alimento. / Enarbolando a Cristo con su cruz / los garrotazos fueron argumentos / y tantos que los indios vivos se convirtieron en cristianos muertos. La búsqueda y obtención aurífera esclavizó y casi aniquiló totalmente a la población aborigen, sustituida por esclavos africanos, convertidos en soportes de la producción azucarera que conllevó el desarrollo del hato ganadero. La exportación esclava y territorial definió el régimen colonial español, cuya «Sol de mi tierra» Detalle Guillo Pérez 15
Arte e Historia en la colección de Artes Visuales del Banco Popular Dominicano
impronta incluyó la evangelización católica, la imposición del idioma castellano, el trasplante de las instituciones políticas, jurídicas, eclesiásticas y educativas. La edificación de villas territoriales que incluían conventos, ermitas e iglesias con sus altares, santos, vírgenes y conmemoraciones rituales, borraron en principio las «pecaminosas» creencias mitológicas y las prácticas rituales de amerindios y africanos, aunque el cimarronaje, el escamoteo y la memoria sobrevivieron con la hibridación espiritual, racial o trisanguinea, en este primer encuentro de conformación sociocolonial. Como arraigo fundamental de la etapa, las diversas vírgenes que representan a la madre inmaculada del hijo del Padre Celestial. Pero ninguna como Nuestra Señora de la Altagracia, cuya imagen aparecida en un naranjo del poblado de Higüey, de acuerdo a leyenda tradicional, resulta milagro de advocación y de fe, que partiendo desde inicios del siglo XVI trasciende a las centurias posteriores de nuestra historia territorial. Es ya la historia de un país definido en el este de la isla, conformado por criollas y criollos, dominicanas o dominicanos como ya se identifican la mayoría de sus habitantes durante los cuatros primeros decenios del siglo XIX. El arte primigenio y residual de los aborígenes prehispánicos, y las artes coloniales impuestas por España: pinturas y esculturas religiosas, entre otras manifestaciones reinan en este proceso. Para los inicios decimonónicos, la isla está dividida en dos territorios diferenciados: el de Haití, donde se había producido una cruenta revolución de los esclavos contra el dominio francés; y el de Santo Domingo, afectado por esa revolución y que había sido traspasado a Francia mediante el Tratado de Basilea (1795), produciendo un éxodo masivo de las élites poblacionales más cultas. El dominio francés del general Louis Ferrand, enfrentado por la reconquista emprendida por los hateros, y el retorno colonial a España culminó con la Proclamación de la independencia de 1821, encabezada por José Núñez de Cáceres; independencia efímera, porque facilitó la invasión haitiana del presidente Boyer, con grupos partidarios de dominicanos que acogieron la unificación territorial de dos sociedades distintas culturalmente. El autoritarismo y la militarización buscaron borrar el ethos criollo fomentando la integración durante veintidós años (1822-1844). Si bien la unificación política era real, la espirituale, mental y consuetudinaria eran indomeñables en una población con una arraigada hispanización, aunque permanentes eran también las inserciones de hibridación y sincretismo, conjugándose en el aislamiento de un país enfrentando adversidades constantes. La dominación haitiana no fue un retroceso para nuestro país, sino una prueba adversa que provocó que la población nativa se reconociera en su condición de «pueblo dominicano» como señala la «Declaración de Independencia», redactada por José Núñez de Cáceres, quien en la entrega de las llaves de la ciudad a Boyer pronunció un enérgico discurso en español y no en francés. Declaró la verdad de que entre las poblaciones de los antiguos territorios de la Isla de Haití, la diferencia de origen, de idioma, de legislación, de costumbres y de hábitos, eran causas poderosas que se oponían a la fusión en un solo y único Estado, y que el porvenir se encargaría de probar con los hechos fundados de esta aserción… En el aislamiento, con la democracia racial y social devenida del empobrecimiento, la cultura dominicana existía ajena a un florecimiento de la educación y las artes, exceptuando algunos conatos ilustrados a inicio del siglo XIX, en la ciudad y puerto de Santo Domingo, donde había registros de algunos periódicos, editados por 16
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una imprenta gubernamental legada por los ocupantes franceses, publicándose también folletos literarios y documentos oficiales. Esas publicaciones se vinculan a José Núñez de Cáceres, cabeza de un grupo de docentes relacionados a la apertura de la Universidad Santo Tomás de Aquino. En la ciudad del Ozama, se conoce la obra pictórica de Francisco Velázquez, autor de medallones religiosos catedralicios, posteriores a los que ejecutó Diego José Hilaris, en el siglo XVIII, para el Santuario Altagraciano de la villa higüeyana. Hilaris y Velázquez son los primeros pintores criollos de nombres recordados por sus obras. A excepción del seguimiento ilustrado e intelectual, los rasgos de la cultura criolla fundamental era de tierra adentro: hatera, montera y patriarcal, vinculándose a los principales renglones económicos, la agricultura conuquera, la crianza de ganado, el corte maderero y la incipiente siembra tabaquera con la que nacen el productor liberal, el campesinado libre y el serrano andullero en la zona del Cibao. Si puede hablarse de educación social, el analfabetismo y la sabiduría empírica imperan vinculadas a la ruralidad que incluye los modelos arquitecturales de bohíos, ermitas y ranchos, la culinaria, los enseres artesanales, los medios de locomoción animal, el habla llena de arcaísmos, expresiones africanas y taínas, especialmente toponímicas. Las voces lingüísticas se entrecruzan como los sonidos de los instrumentos danzarios, al igual que las creencias y los rituales. Empero, se impone el castellano como la catolicidad, dado su cuerpo institucional desde inicios de la colonia. A propósito del lenguaje, escribe Rodríguez Demorizi: «Durante cierto tiempo hay tres lenguas en núcleos más o menos iguales, en la colonia: la indígena, la española y la africana. Esa confusión de voces aparecería luego en versos de Tirso Molina alusivos a cosas de Santo Domingo, donde él residía a principios del siglo XVII: ¿Cómo se coge el cacao? ¿Guapo?, ¿Qué es entre esclavos? ¿Qué frutos dan los guayabos? ¿Qué es casabe y qué es Jaojao?». Después se añadirán otras voces: francesas, inglesas, italianas, chinas, árabes… como resultado de una mayor sumatoria etnocultural. El inglés William Walter, en crónica publicada en 1810, enfoca las diversiones isleñas, entre ellas la corrida de los toros, el deporte de los gallos y los bailes «nacionales» como el bolero, el fandango y la danza de los mulatos, que considera voluptuosa y obscena. «El pueblo negro español de clase baja acompaña sus vulgares danzas con alaridos y con música producida por palos y maderas altisonantes, o por un higüero con surcos, el cual rasgan con agilidad utilizando un hueso fino. El baujo, especie de maracas hechas llenando un higüero de piedrecitas y los dientes fijos a la quijada de un caballo, rasgada con movimiento raudo y acompañado de tambor. Los pasos son extraños y obscenos. Todo el acompañamiento y el estilo parecen derivarse, de una mezcla de congo africano y del din indígena, y es ritual de la ceremonia de la muerte de un pariente, la cual convierten en ocasión solemne con danzas y músicos como los gitanos de España. El mayor cumplido que el enamorado hace a su preferida, por haberle concedido el privilegio de bailar con él durante la fiesta, es quitarse el sombrero y ponérselo a ella durante el resto de la velada; esta lo devuelve, casi siempre junto con un cigarro encendido que ella misma ha liado». La concentración de negros en muchas villas, especialmente en Santo Domingo, originó creencias y prácticas neoafricanas como fueron las cofradías que sincretizaron deidades y prácticas religiosas de las tierras de procedencia encubiertas de catolicidad. Las cofradías con advocaciones a San Cosme y Santa María Magdalena, 17
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entre otras imágenes religiosas de fe, ampliaron una transformación de tipo mágico-religiosa cuya celebración conlleva repique de tambores, cantos y bailes. Los colonos blancos, cuando no tenían sus propias cofradías, eran admitidos en las hermandades de los negros criollizados, los cuales participan en ceremonias oficiales conmemorativas. En ocasión del ascenso monárquico de Fernando VI en 1747, se programaron grandes celebraciones en Santo Domingo. María Ugarte reseña que al acabar una liturgia de un canónigo, arrojó monedas y vitoreó a sus majestades. En la ceremonia, «la hermandad de San Juan Bautista bailó una contradanza y en la tarde desfiló por las calles citadinas, ataviados los hombres y mujeres que cantaban, recitaban y bailaban. Era un cortejo que incluía la “Calenda”, danza y canto de origen africano que conllevaban palmadas colectivas o de los espectadores». Bernarda Jorge, se refiere al canto religioso popular relacionado a velaciones, peregrinaciones, «velorios de angelitos llamados baquinís, y otras fiestas y ceremonias religiosas populares vinculados a la tradición católica o rituales de carácter mágico religioso (…). En algunas celebraciones devocionales como las de la Cruz, el Espíritu Santo, o la de algunos santos que corresponden con los misterios vuduistas, cantan salves que mezclan invocaciones católicas y del vudú. (…). No obstante, (…) existen salves dedicadas estrictamente a los misterios o a luases…». Cantos, devociones, milagros y peregrinaciones que datan de principios de la colonia, se relacionan a numerosos altares de conventos, ermitas, iglesias parroquiales, viviendas urbanas y el bohío-bojío del campesinado, que rememora el habla de los taínos. El bohío era una construcción de tablas cubierta de canas y yaguas, como en principio fueron los santuarios, como los de las vírgenes de la Altagracia y las Mercedes, que se relacionan a milagrosas apariciones y devociones peregrinas. Escribe Mons. Polanco Brito: «La Cruz milagrosa del Santo Cerro, plantada allí por el mismo Descubridor, abrillantada según una firme tradición dominicana por la aparición de la Virgen de las Mercedes, inicia una serie de narraciones milagrosas. Del Santuario de Higüey ya afirmaba Alcocer en 1650 que: Cada día se ven muchos milagros, que por ser tantos ya no se averiguan ni escriben…». Explica Mons. Polanco Brito: «A Dios y a sus Santos el pueblo dominicano les ha ofrecido lo que se llama popularmente un milagro, o sea un exvoto metálico de oro, plata y otro material menos noble; algunas veces de madera y muchísimas de cera. Esta costumbre ha perdurado (…). Es verdad que el Santuario de Ntra. Señora de la Altagracia constituye la parte más representativa del milagro (…), cada año se ofrecen muchos milagros, confeccionados en su mayor parte por artistas criollos, a veces de un modo muy primitivo». Mons. Polanco Brito califica «Serie de Exvotos» a los medallones del Santuario de Higüey. «Esta colección es valiosa». Representa la obra artística de uno de nuestros maestros del arte pictórico. Recordado como Diego José Hilaris, no se tienen datos de vida, al tratarse de un autor anónimo que ofrece pinturas como exvotos que narran hechos milagrosos. Fueron 27 los medallones ejecutados por este pintor del siglo XVIII, de los cuales se conservan 16, perdidos los faltantes por situaciones adversas, desconocidas. También faltan muchas de las leyendas que tenían las obras que sobreviven. Al señalar que nuestro arte nacional nació como la patria Altagraciana, se reconoce la primacía a un elevado beneficio divino y milagroso que deviene con la catolicidad cuya impronta, como otras tantas, se «Nuestra Señora de la Altagracia» Autor: anónimo 18
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impone desde el alba germinativa en la ínsula de vínculos nativos. Es la patria de los habitantes racialmente entremezclados en un proceso de aculturamiento-transculturación adverso e inevitable en los debates de varios siglos de historia, y cuyo balance es el criollo que expresa la naturaleza lugareña. La conciencia de la patria perteneciente con la que se identifica el doncel Juan Pablo Duarte y Díez, cuando airado niega ser haitiano, para hacerse reconocer dominicano. Su nativo país estaba unificado bajo el régimen de Boyer, cuando sus padres decidieron que viajara en 1828 a Europa, en donde crece su formación humanística en un período de permanente efervescencia liberal, luchas emancipadoras, nacionalismo y ardorosa corriente romántica. Todas estas manifestaciones fortalecieron la identidad patriótica de Duarte como vocación emancipadora ineludible. Las luchas autonómicas de España, las sociedades secretas, el modelo heroico de los templarios y la fiesta eclesiástica de «La Santa Cruz» inspiraron la vocación duartiana, liberadora al retornar a Santo Domingo en 1832. El historiador Alcides García Lluveres explica el vínculo de Juan Pablo Duarte a la conmemoración de la Santa Cruz, relacionada al triunfo de los reyes cristianos de Castilla, León, Navarra y Aragón en la batalla de las Navas de Tolosa, donde fueron derrotados 300 mil soldados, el 16 de julio de 1212. «Los obispos de Narbona y Toledo, presentes en las Navas, se valieron de la Cruz para excitar al combate. Ese memorable día comenzó una nueva era en la vida de España: el secular poderío de los moros fue quebrantado allí y los iberos se apoderaron de Sierra Morena, la llave de la llanura andaluza. En conmemoración de la espléndida victoria, la Iglesia celebra todos los años, el 16 de julio, la fiesta de “El Triunfo de la Santa Cruz”. Juan Pablo Duarte, que quería inaugurar la Revolución contra Haití, al conjuro de la Cruz del Salvador, y que al emprender sus trabajos abría otra era en la vida dominicana, escogió para poner por obra sus altos designios tan significada fecha: de aquí nuestro inolvidable 16 de julio de 1838, día de la fundación de La Trinitaria. (…) Duarte llamaba “Templarios” a sus amigos, esto es, “Caballeros de la Cruz”». La asociación nominal rememoraba una orden militar de integración secreta que se constituyó en defensora de la cristiandad, conformando las famosas cruzadas medievales que en la Península Ibérica sobrevivieron hasta que fue suprimida por orden del papado romano en el siglo XIV. Con la fundación de La Trinitaria, nació nuestro inmortal pabellón, cuya descripción se incluye en el texto de Juramentación de los primeros integrantes de la sociedad secreta: «En nombre de la santísima, angustísima e indivisible Trinidad de Dios Omnipotente: Juro y prometo, por mi honor y mi conciencia, en manos de nuestro Presidente Juan Pablo Duarte, cooperar con mi persona, vida y bienes a la separación definitiva del gobierno haitiano, y a implantar una república libre, soberana e independiente de toda dominación extranjera, que se denominará República Dominicana, la cual tendrá un pabellón tricolor en cuartos encarnados y azules atravesados con una cruz blanca». Las tres gamas primarias de la bandera dominicana se vinculaban a la imagen de Nuestra Señora de la Altagracia. Juan Pablo Duarte se inspiró en «la fe de la Virgen llena de gracia» para su empresa liberadora. «El genésico y memorable 16 de julio de 1838, que fue lunes por cierto, día del Triunfo de la Santa Cruz, conmemorado en España, la madre del fundador de nuestra nacionalidad, doña Manuela Díez Jiménez, le puso sobre su pecho una medalla con la imagen de la Virgen María en su advocación altagraciana, trajeada aquella con los colores que iban a ser los nacionales». 20
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La Patria Altagraciana se eslabona al concepto de la nacionalidad concebida en el proyecto duartiano, liberador y trascendido el 27 de febrero de 1844, cuando el prócer trinitario, Francisco del Rosario Sánchez, enarbola el pabellón tricolor en el baluarte de San Genaro o del Conde; pabellón izado también en diversos poblados de la naciente república. Aun siendo un símbolo emblemático, en su conceptualidad compositiva y plásticamente evaluada como tela significada en sus colores, por demás noción abstracta extraída de un icono figurativo como el altagraciano. Bandera y Virgen resultan arte emblemático que representan el sentir colectivo de la devoción en un territorio republicano, donde las mentalidades ideológicas, conservadoras y liberales no se debaten en las batallas dominico-haitianas, sino doctrinariamente. El conservadismo de la clase dominante tradicional retiene el poder constitucional y gubernativo, excluyendo a la clase nacionalista que encabezan los trinitarios. La joven República alcanza vida durante diecisiete años (1844-1861), retrocediendo con la Anexión a España, como voluntad del colonialismo anacrónico que representan los caudillos Pedro Santana y Buenaventura Báez, siendo el primero el que concretiza el hecho antipatriótico. Territorio primado como «eslabón obligatorio» de las rutas que expandieron el mundo occidental, Ricardo Pattee visualiza el país dominicano como zona «triangular» de una isla compartida y «multicompuesto» su desarrollo como nación. Pattee opina: «La nacionalidad dominicana ha vivido desde los albores de su historia una de las experiencias humanas más apasionantes de todos los tiempos; la coexistencia y la asimilación de razas distintas y culturas que parecían excluirse mutuamente (…). El caso dominicano es absolutamente único en el mundo, en cuanto que se ha desarrollado sobre una tierra estrictamente limitada por la estrecha vecindad con otro pueblo cuyas bases son esencialmente diferentes y en muchos aspectos antagónicos (…). Su propia independencia (…) es un acto sui generis en la historia del separatismo hispanoamericano, pues no coincide con ninguna otra ni se acopla a ninguno de los movimientos, tanto en el Continente Sur como en las demás Antillas». Lo singular o único de la independencia gestada por Duarte y sus trinitarios es el hecho de ser ajena a una liberación de dominios europeos (español, francés, portugués…), sino frente al dominio ejercido por los haitianos durante veintidos años; dominio que no fue colonial, sino políticamente integrado a un sistema republicano absurdo, por las diferentes naturalezas históricas de dos países compartiendo un mismo territorio, pero diferentes identidades socioculturales: afrofrancófila la condición haitiana, y la dominicana con rasgo hispanoafricano. Esta última pronuncia la separación el 27 de febrero de 1844, reconociéndose como trascendente, al proclamar la independencia que entraña lo dominicano, la nación y la república. El retroceso que significó el traspaso anexionista a España provocó el movimiento revolucionario de la Restauración, donde se expresa un crecimiento de la conciencia colectiva de los diversos sectores sociales: campesinado, comerciantes, intelectuales y propietarios. La guerra armada entre dominicanos y españoles dividió el país gubernativamente, y ensangrentó la patria, pero restituyó el honor de la emancipación nacional. Renació la república enastando el pabellón tricolor compuesto con las gamas de la Virgen de Higüey. El restaurado estado republicano del año 1865 no significó, de acuerdo a Pattee, que el ritmo clásico de la historia dominicana cambiara o se modificara, ya que subsisten los problemas capitales y las tendencias ideológicas, al seguir «dividido el país entre los que creían en su capacidad de autonomía y los que contemplaban con pesimismo 21
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tal perspectiva». Débiles sus instituciones políticas, siendo una sociedad con una población rural mayoritaria, el campesinado es analfabeto, con un conocimiento empírico y muchas devociones creyentes y festivas, a lo que se añade su incorporación a los campos de batallas, que en el nuevo proceso conforman montonero movidos por caudillos regionales y antiliberales, casi todos. Estos aspectos explican el retorno de Buenaventura Báez, el político de mayor adhesión en el nuevo proceso republicano, desaparecido el anexionista Pedro Santana. A pesar del crecimiento del liberalismo en los sectores de los comerciantes y los intelectuales urbanos, a instancia de los cuales se perfilan líderes patrióticos de relevo como Gregorio Luperón, el baecismo se impone gubernativamente, con varios mandatos. Báez y sus partidarios imponen una dictadura durante seis años (1868-1874), violenta y perseguidora de sus oponentes que levantaron resistencias armadas nacionalistas, cuyo triunfo se considera otra independencia política de carácter liberal y nacional, más rotunda. El nuevo orden excluyó el autoritarismo conservador y anexionista de Báez, pero no el caudillismo con nuevos nombres, ni tampoco el conservadurismo partidario, ni los bandos políticos, con jefaturas cacicales de tropas montoneras en un caunce conformador del autoritarismo moderno militar y personalista. Entre 1875-1900, la orientación gubernativa liberal conllevó un cambio en las estructuras económicas, con el desarrollo de la industria, que sustituye formas arcaicas, especialmente, el de la producción del azúcar, más capitalizado en comparación con la economía del tabaco, con modos tradicionales de producción y mercado. La orientación económica conlleva un cambio en la estructura sociocultural y poblacional con la presencia de inmigrantes antillanos y europeos; unos exiliados políticos (los cubanos y puertorriqueños) y otros promovidos por un soplo «civilizador» (los europeos) y de necesidades laborales que conlleva la presencia de negros ingleses insulares (cocolos), así como un desplazamiento de criollos que definen una concentración poblacional en San Pedro de Macorís, la ciudad y puerto del suroeste del este rodeado de ingenios azucareros. Otros cambios estructurales como el de las comunicaciones no rompen con el aislamiento de las regiones y las villas, aunque estas se transforman en modestas ciudades en vías de desarrollo, como Puerto Plata, Santiago de los Caballeros, San Pedro de Macorís, incluso la Ciudad Primada de Santo Domingo, capital del país y centro del primer florecimiento de las artes, las letras, la educación y las sociedades cívicas de gestión social y cultural. Eugenio María de Hostos y Salomé Ureña se vinculan a una novedosa y positiva tarea pedagógica, perteneciendo ella a una generación de notables escritores en la que figuran José Joaquín Pérez, Manuel de Jesús Galván, Francisco Gregorio Billini, César Nicolás Penzón, José Gabriel García y Pedro Francisco Bonó, entre otros. En las artes, por primera vez se conforma una generación de escultores, fotógrafos y pintores nativos: Ángel Perdomo, Luis Desangles, Abelardo Rodríguez Urdaneta, Leopoldo Navarro, Julio Pou, Adolfo García Obregón, Alfredo Senior, Ramón Mella Ligthgow, José Fco. García, Alejandro Bonilla, Arturo Grullón Julia…
«El Moro» Detalle Arturo Grullón 22
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EL MORO (DETALLE)
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Este último forma parte de los seguidores hostosianos, además, pintor santiaguense cuya inicial formación artística le vincula a Juan Fernández Corredor, pintor español a quien don Eliseo Grullón conoció en viaje marítimo procedente de Europa, convenciéndolo de que desembarcara en Santo Domingo, siendo el resultado su vinculación a una escuela de dibujo, promovida por la Sociedad Amigos de la Enseñanza en 1883. En pocos meses la escuela de Corredor realizó la primera exposición nacional, donde se destacan once aprovechados alumnos, entre ellos el joven Arturo Grullón Julia. El florecimiento cultural de naturaleza urbana tiene sus representaciones en diferentes ciudades del país y ofrece matices nacionales de índole romántica, como el Himno Nacional, con letra y música de Emilio Prud’homme y José Reyes. La manifestación del fervor patriótico, que eleva el nombre de Juan Pablo Duarte, inicia un culto sin precedente a otros patriotas, entre ellos Ramón Matías Mella y Francisco del Rosario Sánchez. La aparición de los primeros periódicos dominicanos y revistas ilustradas tiene sumatoria de nuestras primeras ediciones de libros, entre ellos, «Lira de Quisqueya», de José Castellanos, impreso en 1874. También conlleva nexos editoriales, sobre todo con España, y la formación de bibliotecas públicas creadas por civilistas, entre ellos Pedro de Jesús Peña y Reynoso, y Eugenio Deschamps, fundadores de sociedades culturales en Santiago. El victorianismo inglés y la «bella época» de Francia encuentran adhesión en las principales ciudades de la república que, además de los habitantes criollos, tienen diversas presencias extranjeras: árabes, caribeños, chinos, norteamericanos y europeos, todos los cuales influyen en la transformación de los estilos de vida de las ciudades, además de agregar nuevos componentes a la conformación racial dominicana. Paralelamente, el adentrado e identitario universo del criollo campesinado del país, reteniendo una cultura espiritual y material de ancestrales tradiciones costumbristas, segregadas en cierta manera de los marginales urbanos que crean tipicidades propias de la cultura popular: marchanterías, mercados, pregones… Más de diez gobiernos se suceden entre 1874-1880 después de la dictadura de Báez, figurando este caudillo en uno de ellos. Las contiendas de los bandos partidarios como naturaleza política de la nación, siguieron creando un inestable caos hasta que se imponen los liberales con el gobierno provisional del General Gregorio Luperón (1879-1880) y los constitucionales de Fernando Arturo Meriño (1880-1802), Ulises Heureaux, alias Lilís (1882-1884), Francisco Gregorio Billini y Alejandro Woss y Gil (1884-1886). Todos los gobiernos constitucionales encausan, directa o indirectamente la llamada dictadura de Lilís (1887-1899), coincidiendo con las transformaciones modernas que definen los cambios económicos, industriales, poblacionales, socioculturales, e incluso la del Estado, con las riendas del cuerpo militar e instituyéndose el control del autoritarismo basado en el espionaje que facilita la nueva comunicación (correo, telégrafo, vías ferroviarias…) y en empréstitos lesivos con el capital extranjero. Es etapa en la cual el imperialismo estadounidense desplaza a los imperios europeos y América se queda a merced de la Doctrina Monroe y de la diplomacia del dólar, que se asocian a la Guerra Hispanoamericana de 1898; guerra que desplaza el colonialismo político español en Cuba y Puerto Rico. Orden, paz y progreso son los principios que se pronuncian en las últimas décadas del siglo XIX. En el período incide el laicismo positivista y racional, originando transformación en el sector de los intelectuales 24
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como en la educación de núcleos de jóvenes de ambos sexos, conllevando el entusiasmo por las artes, incluida la fotografía, convertida en un medio fervoroso, socialmente. El revolucionario arte de la luz, desde el daguerrotipo hasta técnicas avanzadas como la cámara solar y la cromofotografía, tiene sus representaciones desde el pionero dominicano Epifanio Billini, con los numerosos fotógrafos foráneos y trashumantes que promueven territorialmente el novedoso arte, estableciendo «estudios fotográficos» que se relacionan a la primera generación de los nativos fotógrafos. Esta escolaridad se multiplica en comparación con las academias de las artes plásticas que subscriben principalmente el español José Fernández Corredor, los criollos Alejandro Bonilla y Luis Desangles en el período decimonono, e igualmente Abelardo Rodríguez Urdaneta, Juan Bautista Gómez y Celeste Woss y Gil, vinculados a ejercicios docentes, andando la centuria del XX. Abelardo Rodríguez Urdaneta (n. 1870) es el artista de más trascendencia. Bohemio, polifacético y reconocido nacionalmente; era músico, dibujante, escultor, fotógrafo y pintor cuando fundó su academia en 1908, con protección del gobernante Ramón Cáceres; academia con un numeroso alumnado capitaleño, incluso discípulos provincianos. Su labor artística y docente se extendió hasta inicios del tercer decenio del siglo XX. El inicio del referido siglo lo marcó el tiranicidio de Ulises Heureaux, producido en 1899, por mocanos opositores al gobernante, quien se había convertido en árbitro criollo, personalista y propenso a la vanagloria. Muerto el dictador y retratado su cadáver por Frank Adrover, retornan los bandos políticos antagónicos que entorpecen como anarquistas la estabilidad nacional durante el período 1899-1930. Tres procesos sincronizan a partir de los primeros tres quinquenios (julio 1899-noviembre 1916), durante los cuales se suceden diecisiete gobiernos de breve duración, exceptuando el del presidente Cáceres, cuyo ejercicio creó estabilidad entre 1906-1911. El gobernante muere asesinado por opositores que le sorprenden en su coche descapotado, durante un vespertino paseo en la ciudad capital; muerte conspirativa que documentan tres obras secuenciales de Abelardo Rodríguez Urdaneta. Tras el hecho sangriento, la anarquía política retorna cuando ya varios acuerdos crediticios entre el Estado dominicano y acreedores norteamericanos se constituyen en una entrega nominal de la soberanía del país; entrega que justifica la intervención imperialista y militar decretada por Thomas W. Wilson, presidente estadounidense en 1916. En esta fecha transcurría la primera Guerra Mundial que enfrentaba a las potencias europeas. Los Estados Unidos ensanchaban su injerencia en el continente americano, especialmente en la región caribeña. La intervención militar del vecino Haití en 1915, precedió la ocupación del país dominicano. El control territorial, el desarme, la censura de la prensa, el combate armado y el encarcelamiento de opositores nacionalistas, como el poeta Fabio Fiallo, fueron medidas de una dictadura militar que incluye la apropiación de las aduanas y el establecimiento de un represivo cuerpo policial. No obstante, la resistencia dominicana se expresó de diversas maneras, entre ellas, la guerrilla de los llamados «gavilleros», campesinos desalojados de las tierras comuneras que dieron paso al crecimiento de las plantaciones de la caña y de los ingenios del azúcar, la movilización de ciudadanos demandando la desocupación «pura y simple», que originó el movimiento Unión Nacional Dominicana, encabezado por notables intelectuales y feministas. 25
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Al movimiento se vincula la celebración, en 1920, de la Semana Patriótica, evento colectivo de consignas y recaudaciones de fondos para campañas externas en los Estados Unidos y Latinoamérica. En 1920, Juan Bautista Gómez (n. 1870) funda en el nativo Santiago de los Caballeros su academia de orientación artística, siendo este maestro un conocido fotógrafo, pintor y escultor, a quien se debían entre muchas obras los Medallones de los Apóstoles de la Iglesia Mayor y el busto de Peña y Reynoso en el Ateneo Amantes de la Luz. Instala el primer atelier personal de la ciudad al retornar de Europa, donde ocupó cargo diplomático después de haber residido en Puerto Rico. Su docencia orienta a futuros artistas locales: Joaquín Priego, Federico Izquierdo, Yoryi Morel… Las artes, las letras y la oratoria cívica se reorientan en un proceso de crecimiento demandante del respeto a la soberanía nacional lesionada. Para neutralizar el acrecentado nacionalismo surgió la estrategia del Plan Hughes-Peynado, cuyo resultado principal fue el nombramiento de un presidente provisional, cargo que recae en Juan Bautista Viccini Burgos, quien encabeza el gobierno civil (1922-1924), paralelo a la permanencia de un gobernador militar estadounidense. El plan igualmente establece la celebración de elecciones generales con una nueva plataforma. El Departamento estatal de Washington, convence a Elías Brache, Federico Velásquez y Horacio Vásquez para que conformen partidos políticos que participan en la contienda electoral. Horacio Vásquez era el más reconocido líder caudillista, quien retorna como presidente del país, aunque limitado en un proceso donde deben respetarse todas las disposiciones del gobierno interventor, como las deudas contraídas durante la ocupación militar y la garantía del control aduanal. El presidente Vásquez ejerció un mandato limitado, plagado de arribismo oportunista y creencia en la reelección. En el proceso de la segunda década del siglo XX, entre 1924-1928, establece Celeste Woss y Gil su EstudioEscuela, al retornar a Santo Domingo luego de formarse artísticamente en el exterior. En el patio del hogar familiar ofrece un curso de dibujo y pintura, marchándose a Nueva York, donde amplía su formación durante 1928-1931. Su regreso al país significó el establecimiento formal de la academia de enseñanza artística que la convierte en notable maestra, con otros docentes asociados al plantel y un alumnado al que se asocian jóvenes pintores y pintoras del porvenir. Para esos años hacía una década que la invención cinematográfica de los hermanos Lumière había tenido un notable seguidor nativo: Francisco Arturo Palau, quien había firmado un cortometraje, «La peregrinación de la Virgen de la Altagracia» (1921), y el largometraje «La emboscada de Cupido», protagonizado por Delia Weber, Pedro Troncoso Sánchez, Paino Pichardo, entre otros. El cineasta Palau había editado una prestigiosa revista, «Blanco y Negro», que circuló entre 1908 y 1930, entre otras publicaciones modernistas. Para los citados años el diseño gráfico y la caricatura artística revelaban a exponentes como Copito Mendoza y a Bienvenido Gimbernard, asociados al anuncio publicitario de medios masivos impresos. En los años
«Retrato de Mujer» Detalle Celeste Woss y Gil 26
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1920 se han celebrado ferias agropecuarias y certámenes culturales, pero ninguno como la Exposición Nacional de 1927, en la ciudad de Santiago, organizada por la Cámara de Comercio, incluyendo muestras de agricultura, industria, pecuaria y arte. Tuvo un carácter interantillano, y la exposición artística reveló la presentación de jóvenes pintores, entre ellos Federico Izquierdo y Octavio A. Morel (Yoryi). La Exposición Nacional fue celebrada en un gran escenario arquitectónico e inaugurada con la presencia del presidente Vásquez, el cual mostraba interés en continuar gobernando al concluir su mandato en 1928. Anciano y enfermo, su reelección ocasionó crisis y oposición política que coincidió con la Gran Depresión de 1929, la cual afectó las finanzas y el mercado a nivel mundial. En esta coyuntura de crisis capitalista y política, la oposición dominicana urde el movimiento cívico de Santiago que, convertido en revolución armada contra la sede gubernativa de la capital del país, provoca el derrocamiento de Horacio Vásquez. La revolución cívica, encabezada por Rafael Estrella Ureña, no produjo derramamiento de sangre, empero, puso al descubierto que en la conspiración figuraba el General Rafael Leónidas Trujillo, amañado militar que ganó el proceso electoral de 1930. El General instaura un gobierno autoritario, eliminando toda oposición apoyándose en el ejército que comanda, imponiendo el unipartidismo y estableciendo un monopolio estatal, cuando se libera del control aduanero, nacionalizando la banca y la moneda, además de gran parte de la industria cañera. Patriotero y promotor del servilismo colectivo que impone, no obstante la reacción adversaria conspiradora, que incluye invasiones armadas de núcleos antitrujillistas organizados en el exterior. Durante el primer decenio de la dictadura trujillista, el quehacer de las artes ofrece alentadoras iniciativas y registros. Además de la academia fundada en la ciudad capital en 1931, por la artista Celeste Woss y Gil, otros acontecimientos relacionados acaecen en diferentes fechas. En 1930 había retornado de Europa Enrique García Godoy (n. 1886), estableciendo en La Vega natal su Academia de Dibujo y Pintura, vinculándose al maestro, su sobrino Darío Suro García Godoy. En 1932 se registran tres individuales: las de Aida Ibarra (n. 1911), con formación parisina y subscrita al impresionismo, corriente sobre la que dicta conferencias, al exponer en Santo Domingo y en Santiago; en esta ciudad cibaeña tiene también taller Yoryi Morel (n. 1906), dibujante, grabadista y pintor, que celebra exposición en la capital del país, con auspicio del Club de Damas (1932), siendo presentado por Tomás Hernández Franco, reconocido intelectual y poeta que destaca aspectos reveladores y nuevos del artista;el tercer registro es la «Academia Abelardo Rodríguez Urdaneta», fundada por su discípula Rosalidia Ureña, en San Pedro de Macorís. De esta ciudad llamada «Sultana del Este» era nativo «Tito Canepa» (n. 1916), quien toma el camino del exilio, ubicándose en Nueva York, en donde se proyecta como un notable pintor de la diáspora dominicana.
«Plañideras del Caribe» Detalle Darío Suro 29
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El prestigioso maestro Abelardo falleció en 1933, año en el cual sus obras forman parte de la primera sala de arte moderno, instalada por iniciativa de Abigail Mejía en el Museo Nacional. La colección de la sala también incluye cuadros de Arturo Grullón y Yoryi Morel, el cual en el año citado establece una academia formativa en la nativa ciudad santiaguense. En el segundo quinquenio de la década, el puertoplateño Jaime Colson (n. 1901) expone en el Ateneo Dominicano (Santo Domingo, 1938), después de ausentarse del país durante veinte años, residiendo en España, Francia y México, donde se hace partidario del cubismo y del clasicismo neohumanista. Su pintura fue poco comprendida, exceptuando a contados intelectuales: entre ellos se encuentra Ramón Marrero Aristy, quien escribió y publicó una larga reseña, cuando el artista decidió continuar su camino trashumante por Europa, un continente merced a gobiernos totalitarios modernos, el fascismo, el nazismo y el estalinismo, involucrados en la segunda Guerra Mundial iniciada en 1939. En este año celebra el pintor vegano Darío Suro (n. 1918) la primera exposición personal en la capital dominicana. En la fecha referida, se establece la escuela de dibujo y pintura George Hausdorf (n. 1894), maestro alemán de estirpe judía, el cual forma parte de una oleada de artistas e intelectuales europeos que son acogidos en el país como refugiados de las persecuciones ideológicas y violentos conflictos armados. Entre sus alumnos figuran los muy jóvenes Aquiles Azar García, Marianela Jiménez y Gilberto Fernández Diez. La inmigración europea produjo un notable soporte para las artes, la educación, la industria y la transformación de algunos modos sociales, ampliando los cambios ocurridos hacia el final del siglo XIX. Culminando el decenio de 1930, se instaura la autocracia y el culto al jefe del Estado y señor de un feudo moderno fascistoide o totalitario, donde el dictador se le mantenía informado mediante un sistema de espionaje y desvelamiento acerca de todo intento de conspiración y oposición política. La violencia ensangrentaba el país desbordándose con la matanza de miles de haitianos en 1937. La blancofilia y el linaje hispánico, entre otros argumentos doctrinales, se impusieron como ideología racial en una sociedad mulata como es la dominicana; una vulgar justificación para dominicanizar lo no dominicano, la banca, la moneda, la frontera y negar la negritud etnocultural. Se trataba de una aplicación local del racismo ario hitleriano en contra de otros grupos étnicos considerados inferiores. La presencia de refugiados europeos, sobre todo españoles, alentó el racismo contra los haitianos, que no dejaron de ser utilizados como braceros de los ingenios de la caña de azúcar. Con la presencia de refugiados procedentes del Viejo Continente, el dictador Trujillo emprendió certeros programas de crecimientos agrícolas y socioculturales en los medios urbanos, aconsejados por servidores de gran nivel profesional y por el olfato político del dictador de todo lo que significaba desarrollo, exceptuando las libertades democráticas. En las artes, las institucionalización adquiere vigencia vinculada a Rafael Díaz Niese (1897-1950), un
«Obreros en el puerto» Detalle George Hausdorf 30
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vasto conocedor cosmopolita, del humanismo y de la modernidad estética, el cual se convirtió, al retornar de Europa en 1939, en un gestor con agenda de escuelas, grupos artísticos patrocinio del artista, de instituciones y de un efectivo programa de animación y extensión de la cultura a nivel territorial. El regreso al país de Díaz Niese, e igualmente de un contingente de creadores exiliados, marca el auge e incidencia de las artes en general, expresándose un crecimiento inusitado. Desde 1939 celebran individuales los artistas refugiados George Hausdorf (pintor y grabadista), Ángel Botello (pintor), Blas Carlos Arveros (caricaturista), José Vela Zanetti (pintor), Manolo Pascual (escultor y dibujante), Francisco Veras (ceramista). El año 1939 inicia un proceso de registros expositivos y fundacionales que caracterizan la cuarta década del siglo XX. En 1940 se creó por ley la Dirección General de Bellas Artes, de las artes industriales y de los oficios artísticos, nombrándose director a Rafael Díaz Niese. –La Primera Exposición de Bellas Artes es registrada en el Palacio Nacional, en el año citado, incluyéndose artistas precursores como Rodríguez Urdaneta, Alejandro Bonilla y Luis Desangles; artistas nativos de la modernidad tales como Celeste Woss y Gil, Darío Suro, Yoryi Morel; y un núcleo de extranjeros residentes: José Alloza, Ángel Botello, Francisco Vázquez Díaz (Compostela), Joan Junyer, Manolo Pascual, Francisco Rivero Gil, Albert William, José Vela Zanetti… Los expositores modernos figuran en la edición de un catálogo con reseñas biográficas e igualmente fotografías de ellos y de obras suyas. 1941. Exponen individualmente en la ciudad capital Ángel Botello, José Vela Zanetti y Alfonso Vila (Shum). 1942. Se funda la Escuela Nacional de Bellas Artes bajo la dirección de Manolo Pascual (Bilbao, 1902), reputado escultor formado en la Real Academia de San Fernando de Madrid y con un apretado currículo profesional, que incluye individuales en la capital española, en Roma, en eventos colectivos como la Bienal de Venecia y registro de obras en colecciones internacionales. La academia de Celeste Woss y Gil pasa a formar parte de la nueva institución oficial y ella es nombrada en el cuerpo docente. –El Presidente Trujillo inaugura la Exposición Nacional, que tiene carácter de Primera Bienal de Artes Plásticas. Un total de 300 obras representan a 28 artistas; obras de las cuales 44 son adquiridas por el Estado como primer fondo de una Galería Dominicana de Arte plasmada en proyecto gubernativo. Dibujos, esculturas, grabados, pinturas y un fresco al caballete conforman la colección comprada por RD$3,500.00. Juan Bautista Gómez, Federico Izquierdo, Yoryi Morel, Darío Suro y Celeste Woss y Gil figuran entre los artistas con obras adquiridas. –Rafael Arzeno establece en Puerto Plata su academia San Rafael de Pintura y Música en el citado año, en el cual es celebrado el Concurso de Carteles en ocasión de la Feria del Trabajo, obteniendo el único premio el artista refugiado Antonio Bernard González (Toni). –El fotógrafo Kurt Schnitzier (Conrado) celebra individuales en la ciudad capital y en Santiago, discutiéndose si es arte la fotografía. 1943. Se inaugura la Galería Nacional de Bellas Artes con la primera exposición de autorretratos de 24 artistas, entre ellos de Darío Suro, Celeste Woss y Gil, Federico Izquierdo, Vela Zanetti, Gilberto Hernández Ortega, José Gausachs, Antonio Prats-Ventós, George Hausdorf. 32
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–Eugenio Fernández Granell registra en la Galería Nacional de Bellas Artes la primera individual de obras surrealistas que acontece en el país y posteriormente dicta la conferencia «El Surrealismo y la Pintura», en la Sociedad Alfa y Omega. El pintor se vincula al movimiento de la «Poesía Sorprendida», cuyos partidarios proclaman el arte con el hombre universal. –En la Galería Nacional también exponen individualmente José Rovira, español, y Ernesto Lothar, austriaco de origen judío. 1944. Año del Centenario de la República. –Registro de la Segunda Exposición Bienal, donde concurren 26 artistas, entre los que figuran Federico Izquierdo, Manolo Pascual, José Vela Zanetti, George Hausdorf, José Gausachs, Darío Suro y Antonio Prats-Ventós. –Primera exposición ambulante de Bellas Artes recorre diversas ciudades cibaeñas, mostrando pinturas de Celeste Woss y Gil, Darío Suro, Yoryi Morel, Federico Izquierdo, Juan Bautista Gómez, José Gausachs, Marianela Jiménez y Gilberto Hernández Ortega, entre otros. 1945. El gobierno establece el Gran Premio anual Presidente Trujillo para estudiantes de términos de la Escuela Nacional de Bellas Artes. Gilberto Hernández Ortega y Luis Martínez Richiez obtienen galardones en escultura. –Exposición retrospectiva en la Galería Nacional del maestro Enrique García Godoy, conformada por más de 200 obras, entre acuarelas, dibujos, estudios y pinturas. –José Vela Zanetti es nombrado profesor de la Escuela de Bellas Artes. –Celebran individuales en la Galería Nacional los pintores George Hausdorf, Eugenio Fernández Granell y Vela Zanetti. –Mario Grullón, estudiante de la «Academia Yoryi», expone en la exposición anual que celebra el plantel en Santiago de los Caballeros. 1946. Gilberto Hernández Ortega celebra su primera individual en la Galería Nacional, donde exhibe dibujos y pinturas. –La 3ra Bienal Nacional de Artes Plásticas reúne una selección de 62 obras de 22 artistas. El jurado de los premios galardonó a Darío Suro, Vela Zanetti, Manolo Pascual, Antonio Prats-Ventós, Luis Martínez Richiez y George Hausdorf, entre otros. –Exposición del concurso de carteles de promoción de la República Dominicana, con el tema Traje Típico Nacional, donde fue galardonado Mariano Eckert con el primer premio. –José Gausachs ocupa la subdirección de la Escuela Nacional de Bellas Artes. 1947. Darío Suro retorna de México, donde estaba residiendo, y celebra muestras individuales en la Galería Nacional y en la Sociedad La Progresista, de la ciudad vegana. Es designado Director General de Bellas Artes. –Luis Martínez Richiez celebra una individual, considerada la primera que asume un escultor dominicano. 1948. Se registra la 4ta Exposición Bienal de Artes Plásticas, en la que particioan 23 autores con 67 obras seleccionadas, donde predomina el temario de la negritud. Fueron distinguidas obras de Antonio Prats-Ventós y Vela Zanetti. 33
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–Yoryi Morel es nombrado subdirector de la Escuela Nacional de Bellas Artes, después de un viaje a Estados Unidos, invitado por el Departamento de Estado. –Antonio Prats-Ventós registra una exposición personal. 1949. Clara Ledesma organiza su primera exposición artística, formando parte de una colectiva de 10 pintoras dominicanas que concurren a la Exposición Femenina de Río de Janeiro, Brasil, obteniendo diploma de Honor. –Segunda exposición individual de Gilberto Hernández Ortega. 1950. Jaime Colson regresa al país después de residir largos años en el exterior (España, Francia y México). El gobierno le designa Director General de Bellas Artes. –Celebración de la 5ta Bienal de Artes Plásticas, en la que se exponen 80 obras de 47 autores, entre ellos Ada Balcácer, Mariano Eckert, José Gausachs, Mario Grullón, Gilberto Hernández Ortega, Federico Izquierdo, Marianela Jiménez, Clara Ledesma, Domingo Liz, Yoryi Morel, Guillo Pérez, Eligio Pichardo, José Vela Zanetti, Martínez Richiez, Manolo Pascual, Prats-Ventós, Nidia Serra… El auge de las artes plásticas nacionales mantuvo su ritmo durante la etapa 1950-1960, caracterizada por la glorificación política y los reveses que enfrenta la tiranía de Trujillo. La historia artística crece con la generación nueva de creadores de la plástica diversificada, con el registro de cinco bienales oficiales, la crítica de arte reseñada en los periódicos y la animación de las exposiciones colectivas e individuales programadas por las instituciones oficiales, las escuelas de Bellas Artes, la Galería Nacional, el Partido Dominicano, los Centros Culturales (Alianza Francesa y Centro Domínico Americano), los movimientos grupales como el Círculo Nacional de Artistas, el Núcleo Ábside que promueve el arte católico moderno, y el Grupo Los Cuatro, que integran Jaime Colson, José Gausachs, Gilberto Hernández Ortega y Clara Ledesma, núcleo pionero surgido en 1954. El auge artístico incluye establecimientos privados de auspicios expositivos, como el Estudio Ledesma y la Galería Aufant que representan novedades como los nuevos nombres de escultores, dibujantes y pintores: Paul Giudicelli, Gaspar Mario Cruz, Silvano Lora, Ada Balcácer, Fernando Peña Defilló, Domingo Liz, Guillo Pérez, Eligio Pichardo, Hilario Rodríguez y Antonio Toribio. Estos se suman a los más reconocidos Yoryi Morel, Celeste Woss y Gil, Jaime Colson, Darío Suro, Prats-Ventós, Hernández Ortega, Martínez Richiez… Todos protagonizan muestras individuales, inscriben sus obras en nuevas colectivas, obtienen galardones en bienales dominicanas y certámenes internacionales. La edificación e inauguración del Palacio de Bellas Artes, construido en una cuadra con jardinería, conjunto de esculturas colosales de Prats-Ventós y grandes murales de Vela Zanetti, definen un estilo revival de la arquitectura neoclásica, que las férreas dictaduras occidentales levantan como signo de grandilocuencia
«Los amantes» Detalle Gilberto Hernández Ortega 34
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política en muchas capitales; arquitectura con acopio en Ciudad Trujillo, así rebautizada la primada ciudad de Santo Domingo. La inauguración del Palacio de Bellas Artes, en 1956, formó parte de los festejos de los 25 años de la «Era Trujillista» en 1955. El aniversario tuvo como eje principal un conjunto de edificios que albergó la «Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre», opulenta celebración que marcaba la decadencia del régimen. La dictadura enfrenta en años sucesivos la invasión armada de exiliados opositores, el brote de focos conspirativos, la oposición de la Iglesia Católica, los conflictos con varios países americanos que producen rupturas diplomáticas y la sanción del bloqueo económico al país, encabezada por los Estados Unidos. En mayo de 1961, un complot produce otro histórico tiranicidio, con el resultado de un cambio rápido en la nación, al instaurarse las libertades públicas y la democracia participativa como alcance de nuevos tiempos. El surgimiento de asociaciones civiles, empresariales, militantes y políticas, todas liberadas del autoritarismo nepotista, son núcleos dinámicos de un lustro durante el cual se registran diversas formas gubernativas (mando de Balaguer, Consejo de Estado, Gobierno Constitucional de Bosch y Triunviratos de factos). Formas gubernativas como la permanencia del Presidente Balaguer, considerado como el último personero de Trujillo (1960-1961), la conformación de un Consejo de Estado Provisional (1961-1962); el mandato por votación electoral de Juan Bosch (febrero-septiembre de 1963), derrocado por un golpe de Estado de sectores de derecha y el régimen de facto que integran varios triunviratos (1963-1965), enfrenta conflictos sociales, guerrillas y sublevaciones, que culminan con la revolución capitalina del 24 de abril y la segunda intervención militar estadounidense. Pese a la inestabilidad que traducen tantos gobiernos y secuelas, la experiencia democrática registra iniciativas y medidas tanto oficiales como privadas. El otorgamiento de la autonomía de los ayuntamientos municipales, de las industrias e instituciones estatales, devinieron como ruptura del monopolio oficial, que permitió que sectores privados emprendieran iniciativas culturales, empresariales y financieras. Del sector privado emergió la Asociación para el Desarrollo, en Santiago de los Caballeros (6 de julio de 1961), cuyos integrantes emprendieron en 1962 el auspicio del Instituto Superior de Agricultura, el Centro Sanitario de Santiago, la Asociación Cibao de Ahorros y Préstamos, el Banco Popular Dominicano y la Universidad Católica Madre y Maestra. El Banco Popular Dominicano, constituido como compañía el 23 de agosto de 1963, es históricamente la primera entidad bancaria nacional de capital privado, autorizado por la Junta Monetaria para comenzar sus operaciones en el citado año. La crisis política que provocó el golpe de estado contra el gobierno constitucional de Juan Bosch determinó que su apertura inaugural, en un moderno edificio de la Zona Colonial de Santo Domingo, fuera el 2 de enero de 1964. El «Banco de Alejandro», como comenzó a ser conocido, dado el carisma de su principal gestor, Alejandro E. Grullón Espaillat, contó con una Junta Promotora constituida por empresarios de todas las principales regiones del país. En octubre de 1964, tenía sucursales en Higüey, Moca, San Francisco de Macorís y Santiago de los Caballeros. Alejandro E. Grullón Espaillat fue de los santiaguenses que apoyaron la idea de Monseñor Hugo Eduardo Polanco Brito de establecer la Universidad Católica Madre y Maestra, fundada por el Episcopado 36
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Dominicano el 9 de septiembre de 1962. Se constituyó en la primera institución privada de altos estudios académicos, incidiendo en un novedoso despegue cultural para el Cibao, la nación y la ciudad del Yaque. Allí la empresa tabaquera «La Aurora», fundada en 1903 por Eduardo León Jimenes, amplía sus productos cigarreros, con marcas de cigarrillos. Es una industria familiar de capital privado que tiene la iniciativa de fomentar un concurso nacional de arte, de carácter particular, iniciado en 1964. Durante el lustro 1960-1965 fueron celebradas dos bienales oficiales: la décima edición (1960), cuyo jurado premió a Paul Giudicelli y Eligio Pichardo, en pintura; a Carmen Omega Peláez y Gaspar Mario Cruz, en escultura; y a Leopoldo Pérez (Lepe), premio especial en dibujo. Tres años después (1963) se registra la XI edición, donde fueron galardonados en pintura Paul Giudicelli, Clara Ledesma, Darío Suro y Guillo Pérez; como escultores fueron premiados Antonio Prats-Ventós, Luis Martínez Richiez y Julio Susana; en dibujo fueron reconocidos Clara Ledesma y Jaime Colson. Lepe, Omega Peláez y Susana son artistas emergentes de este quinquenio al cual se relacionan Aquiles Azar, Iván Tovar, Elsa Núñez, Ramón Oviedo, Cándido Bidó, José Rincón Mora y Soucy de Pellerano. Casi todos ellos concurren al Primer Concurso Anual auspiciado por «La Aurora»; un naciente mecenazgo familiar que además rompe con el monopolio de los certámenes oficiales centrados en la capital del país. Paul Giudicelli, Guillo Pérez, Martínez Richiez, Gilberto Hernández Ortega, Gaspar Mario Cruz y Clara Ledesma son autores veteranos galardonados, en tanto los nuevos nombres reconocidos fueron Omega Peláez, Lepe y José Cestero. El 24 de abril de 1965 se sublevan dos guarniciones militares, que reciben el apoyo masivo de civiles, los cuales se movilizan en la ciudad capital. Los sublevados anulan el Triunvirato que preside Donald Reid Cabral, nombrando Presidente Constitucional a José Rafael Molina Ureña, en acto celebrado en el Palacio Nacional el 25 de abril. La sede gubernativa fue bombardeada por aviones militares como oposición a lo que acontecía, formándose dos bandos gubernativos: el reaccionario, presidido por el General Wessin y Wessin, y el constitucionalista, encabezado por el Coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó. La acusación de la Embajada de los Estados Unidos de infiltración comunista en las filas de los revolucionarios produjo la intervención militar norteamericana, prevista desde el tiranicidio de Trujillo. La intervención atrincheró a los revolucionarios en zonas del casco colonial, donde se repelió el bombardeo, la metralla enemiga y los intentos de controlar a los dominicanos rebeldes. La guerra, el honor nacional y la producción artística se aúnan en una gesta donde poetas, músicos y pintores aportaron cuotas argumentadas como manifiesto y obras. En la zona revolucionaria estaban Jaime Colson, Gilberto Hernández Ortega, Silvano Lora, Ada Balcácer, Leopoldo Pérez, Ramón Oviedo, Justo Susana, Asdrúbal Domínguez, Virgilio García, Cándido Bidó, Soucy de Pellerano, Elsa Núñez… Además de importantes voces líricas de nuestra poesía. Los intermediarios encabezados por el Nuncio Apostólico Emmanuele Clarizzio buscaron y obtuvieron un acuerdo de paz entre los sectores en conflicto; acuerdo que produjo el gobierno provisional de Héctor García Godoy, la salida del país de Caamaño Deñó y la celebración de elecciones nacionales, que permitió el triunfo de Joaquín Balaguer, veterano político que había sido transportado desde Norteamérica al país, en 37
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medio de las contiendas. Promovido como «Candidato de la Paz» y auspiciado por el gobierno de Washington, el expresidente trujillista inició un mandato apoyado en el Partido Reformista, caracterizado por los controles económicos y políticos, el desarrollismo y la persecución de los opositores. Desde 1966, cuando fue juramentado como gobernante, Balaguer cubrió consecutivamente 12 años de mandato. Durante el período del balaguerismo gubernativo, que cubre el período 1962-1978, el quehacer de las artes plásticas continúa desarrollándose con las convocatorias del Concurso Eduardo León Jimenes, con los nombres que completan la generación artística del 60 y el enlace con los nombres que emergen durante el decenio de 1970, egresados en su mayoría de la Escuela Nacional de Bellas Artes, además de los que se relacionan a las academias y maestros de las provincias de Santiago, San Pedro de Macorís, Puerto Plata y La Vega. El fenómeno de los agrupamientos culturales incluye tanto a núcleos de artistas profesionales como noveles. El agrupamiento determina el impulso de la fotografía y de la gráfica, la autogestión de certámenes y muestras colectivas e individuales, así como la discusión sobre la misión del arte como compromiso ideológico o ejercicio independiente, que es decir «arte por el arte». El coleccionismo alcanza nuevas instancias como las empresas privadas y la emergente clase media vinculada al poder gubernativo y al programa de desarrollo constructivo, que tiende a transformar muchas ciudades. Si algún plan maestro llama la atención, este lo definen las edificaciones multifamiliares, las grandes y nuevas avenidas, la creación de una plaza cultural con biblioteca, museos y un gran teatro, teniendo como fundamento hegemónico a la ciudad de Santo Domingo, aunque otras ciudades provinciales no se excluyen del programa de obras públicas. A propósito de las apreciaciones que se han anotado, citamos los principales hechos que se vinculan al continuo quehacer de las artes. –La generación de 1960, cuyo primer núcleo se ha citado (Bidó, Lepe, Elsa Núñez, Oviedo, Tovar…), agrega a los que exponen en colectivas o individualmente entre 1966-1970: Antonio Guadalupe, Norberto Santana, Félix Brito, José Perdomo, Virgilio Méndez, José Ramírez Conde, José Ramón Rotellini, Rosa Tavárez, José Félix Moya, Roberto Flores, Vicente Pimentel, Adolfo Piantini, Justo Susana, Geo Ripley, Julio Susana, José Miura, Adolfo Piantini, Amable Sterling… –En la etapa de 1970 se vinculan Dionisio Blanco, Rafael Amable, Barón Arias, Luis Bretón, Carolina Cepeda, Thelma de Lora, Carlos Hidalgo, Freddy Javier, Ramiro Matos, Said Musa, Fernando Ureña Rib, Julio York, Hugo Mata, Willy Pérez, Cuquito Peña, Francisco Santos… –El fenómeno grupal tiene su impulso con el movimiento «Arte y Liberación», que encabezó Silvano Lora a inicio de los años 60, e igualmente con el núcleo expositivo «Los Tres», que asociaron a Cándido Bidó, Elsa Núñez y Leopoldo Pérez (Lepe). En el segundo lustro surgen grupos diferenciados, «El Puño», «La Máscara» y «La Antorcha», que incluyen literatos y pintores. «Proyecta» es otra agrupación compuesta
«Simulacro» Detalle Ramón Oviedo 39
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por artistas profesionales y emergentes: Peña Defilló, Domingo Liz, Ada Balcácer, Gaspar Mario Cruz, Ramón Oviedo, Félix Gontier y Thimo Pimentel, grupo que aparece en 1968, fecha en la que se asocian estudiantes de la Universidad Católica Madre y Maestra, los cuales fundan el «Friordano», integrado por Daniel Henríquez, Frinette Torres, Danicel, Orlando Menicucci y Nonora Fondeur. En la ciudad santiaguense Wifredo García y Julio González encabezan «Jueves 68», núcleo de fotógrafos impulsores de la fotografía contemporánea como un movimiento que suma muchos autores nuevos de la lente: Domingo Batista, Pedro José Borrel, Vitico Cabrera y fotógrafos veteranos independientes, entre ellos Santiago Morel y Apeco, Ted Jiménez; e incluso jóvenes como Martín López y Jorge Morel Abdala, todos definiendo un diferente cauce de la fotografía dominicana. En el decenio siguiente (1970) se conforman nuevas agrupaciones: «Atlante», encabezada por Alberto Bass; «Reflejos», donde figuran Rosa Tavárez y Freddy Javier; «Los Seis», integrado por Alonso Cuevas, José García Cordero, Manuel Montilla, Alberto Ulloa, entre otros. En Santiago surge «Sinople», otro núcleo de estudiantes universitarios, entre ellos Carolina Cepeda y José Mercader. Tanto «La Máscara», grupo en el que figuran Aquiles Azar, Freddy Ginebra, Ángel Haché, como los núcleos de los Friordanos y «Jueves 68», organizan certámenes con ediciones nacionales y apoyo institucional como la Universidad Católica de Santiago. En esta comunidad, el mecenazgo del Grupo León Jimenes reasume el auspicio del concurso interrumpido con los conflictos de 1965, registrándose otras siete ediciones anuales entre 1966-1972. Artistas de diversas generaciones son premiados varias veces: Guillo Pérez, Peña Defilló, Domingo Liz, Ramón Oviedo, Cándido Bidó, Aquiles Azar, Vicente Pimentel, José Cestero, Delia Weber, Soucy de Pellerano, e igualmente galardonados nuevos artistas: Rosa Idalia García, Asdrúbal Domínguez, Thelma de Lora y Virgilio Méndez. Después de casi diez años de no registrarse certámenes oficiales, el Ayuntamiento del Distrito programa la Primera Bienal de Santo Domingo, que debía inaugurarse el 1ro de mayo de 1972, pero las desavenencias políticas entre el síndico y el Presidente Balaguer impidieron la celebración expositiva más de una vez, aunque se difundió la selección de los artistas y los nombres de los galardonados. Como paliativo, el gobierno decidió auspiciar la XII Bienal (agosto 1972) y después la edición XIII (agosto del 1974), recibiendo las premiaciones de la primera de ellas, Gilberto Hernández Ortega, Soucy de Pellerano, Domingo Liz, Luichi Martínez Richiez, Cándido Bidó y Vicente Pimentel. En la bienal de 1974, los premios reconocieron a Ramón Oviedo, Orlando Menicucci, Jorge Severino, Manuel Montilla, Francisco Santos, Aquiles Azar, Luichi Martínez Richiez, Domingo Liz y Ramiro Matos. En el año 1977 se fundó el Colegio Dominicano de Artistas Plásticos, CODAP, promovido por un comité gestor que integraron Alberto Bass, Freddy Javier, Freddy Rodríguez, Juan Medina y, entre otros,
«Casita dominicana» Detalle Daniel Henríquez 40
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Ramón Oviedo. El primer presidente del naciente colegio fue Guillo Pérez. Para la citada fecha, la iniciativa privada había patrocinado eventos significativos: el Festival de Arte de APEC, dirigido a incentivar y reconocer la creatividad infantil (1970); el Concurso del Royal Bank of Canadá, dirigido a pintores jóvenes (1974-1975); el «Concurso Independencia», auspiciado por la Casa de España de Santo Domingo, que registró varias ediciones, resultando notables los premios de Peña Defilló, Guillo Pérez, Daniel Henríquez y Shum Prats (concurso 1975), Jorge Severino y Alberto Ulloa (concurso 1977), Elsa Núñez, Rosa Tavárez, Dionisio Blanco y Teté Marella, entre otros (concurso 1979). Al conmemorar una década de historia académica, la Universidad Católica Madre y Maestra organizó «Expo-Nueva Imagen: 10 artistas de Vanguardia», muestra colectiva en la que participaron Ada Balcácer, Peña Defilló, Lepe, Domingo Liz, Félix Gontier, Prats-Ventós, Soucy de Pellerano, Rosa Idalia García, Adolfo Piantini, Danicel, Daniel Henríquez y Geo Ripley. En el moderno edificio de la Biblioteca Universitaria J. Armando Bermúdez, fue museografiada la exposición, que resultó memorable por los conjuntos de obras que personalizaron la escultura, el dibujo, la instalación y la pintura. Acontecimiento significativo en la historia institucional artística y educativa fue la edificación de la Plaza de la Cultura Juan Pablo Duarte, localizada en Santo Domingo, la cual tiene relación con los grandes proyectos construccionistas del Presidente Balaguer. Tres museos, una biblioteca, el Teatro Nacional y la Galería de Arte Moderno se concibieron en un espacioso terreno con jardinerías, esculturas y fuentes. La Galería de Arte fue inaugurada en diciembre de 1976, presentando diversas colecciones como la selección de premios del Concurso E. León Jimenes, el monumental «Bosques» de tallas escultóricas de Antonio Prats-Ventós y préstamos de los coleccionistas Jesús Hernández y Franz Naescher. Al mes de la inauguración se había contabilizado la visita de casi 40 mil espectadores. Un proceso electoral conflictivo por los debates, las intromisiones del sector militar y el intento de no traspasar el poder no evitaron el final de los 12 años del balaguerismo reformista. El candidato del Partido Revolucionario Dominicano, Antonio Guzmán, fue presidente electo y juramentado el 16 de agosto de 1978. El suicidio del gobernante, casi al final del período presidencial, determinó que el vicepresidente Jacobo Majluta ocupara el primer cargo gubernativo en 1982 hasta los comicios electorales, que convirtieron a Salvador Jorge Blanco en un tercer presidente perredeísta, durante 1982-1986. El período se caracterizó por conflictos internos del partido gobernante por la crisis económica, la intervención del Fondo Monetario Internacional y una poblada callejera de violentos resultados. Joaquín Balaguer retornó al poder cuando la democracia nacional se afianzaba, ejerciendo un mandato de diez años (1986-1994) que estuvo marcado por cierta tolerancia política, el retorno de grandes construcciones de obras públicas y las denuncias de fraude electoral en las elecciones de 1990 y 1994. En ellas se enfrentaron las fuerzas reformistas y el Partido Revolucionario Dominicano, ya fraccionado por Juan Bosch, fundador de una segunda militancia, la del Partido de la Liberación Dominicana. En 1996 Balaguer siguió siendo mandatario del país, aunque reducido su gobierno a dos años por conflictos que originaron un «Pacto por la Democracia», en el que medió la Iglesia Católica. Las elecciones en el citado año enfrentaron a los «perredeístas y al Frente Patriótico», una alianza entre el Partido de la Liberación 42
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Dominicana y el Partido Reformista. Su candidato, Leonel Fernández, obtuvo la victoria presidencial, gobernando entre 1996 y 2000. Durante los veintidós últimos años del siglo XX, el quehacer de las artes plásticas manifiesta una creciente continuidad con el surgimiento de dos generaciones artísticas, la de 1980 y la de 1990, ofreciendo la primera un colectivismo organizativo y militante que despierta el interés de los críticos, de los medios periodísticos y del galerismo multiplicado. La etapa de 1980 conlleva el boom de las artes, también con la receptividad de un mayor mercado de adquirientes coleccionistas y la aparición de instancias culturales promotoras. Casa de Teatro, Centro de Cultura Hispánica, el Voluntariado de las Casas Reales, en Santo Domingo; el Centro Cultural Srta. Ercilia Pepín y Casa de Arte Inc., en Santiago de los Caballeros, representan espacios nuevos que programan actividades diversas, incluidos los talleres educativos o la educación artística formal, que es el caso del centro cultural santiagués. En la década de 1980 se registran dos acontecimientos notables: la fundación de la ciudad de los artistas Altos de Chavón, con una programación diversa que incluye una Escuela de Diseño vinculada a Parsons School de Nueva York; y el otro evento de importancia es la celebración del Primer Simposium de Escultura de Santo Domingo, que reunió a artistas locales e internacionales del arte tridimensional, laborando en los jardines de la Galería de Arte Moderno. Su celebración contó con el apoyo de instituciones como el Banco Popular Dominicano. Los centros universitarios no se enajenan de los eventos artísticos, como tampoco el gobierno nacional, con sus bienales y la Galería de Arte Moderno. Tampoco las firmas empresariales bancarias e industriales, que aumentan de diversas maneras el respaldo a la cultura artística en general, estableciendo fundaciones como la del enclave de Altos de Chavón, en La Romana, y la Fundación Eduardo León Jimenes, en la ciudad del Yaque, donde su obispo gesta el Proyecto Plaza de la Cultura, Santiago Apóstol, en el casco urbano. Las exposiciones antológicas de carácter histórico o moderno y las retrospectivas se enmarcan como un fenómeno con poco precedente en el proceso de las décadas referidas, durante los cuales también se genera el auge bibliográfico de catálogos, monografías e historia sobre artes y artistas. Además, se perciben claramente varios polos locales y de tradición de las artes en el mapa de la república: Bonao, La Vega, Jarabacoa, Santiago, Puerto Plata, San Cristóbal, Moca, La Romana, San Juan de la Maguana, San Francisco de Macorís y San Pedro de Macorís, que celebra el centenario de su fundación con varios eventos, entre ellos un certamen pictórico. El retorno de la bienal nacional decretado por el presidente Guzmán y su nuevo recinto de celebración, la Galería de Arte Moderno, determina tres ediciones entre 1979 y1984, con la inclusión de nuevas categorías competitivas (fotografía, grabado…). Desde 1981, el restablecido concurso E. León Jimenes ofrece un ritmo constante, convirtiéndose en certamen bienal con un saldo de diez nuevas ediciones hasta el año 2000. Con los vaivenes que ocasionan los cambios gubernativos y la dependencia de los decretos presidenciales, la bienal nacional registra cinco ediciones entre 1990 y 1999, transformando su contenido, desde su cambio de nombre (Bienal de Artes Visuales) a la organización de sus bases, llevadas 43
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de cinco a nueve categorías. Un nuevo certamen se añade a los señalados: es el Salón del Dibujo que establece la galerista Mildred Canahuate al gestar la Fundación Arawak. Con varias celebraciones entre 1991 y 1993, el salón se convirtió en evento internacional desde 1995. Si el objetivo fundacional consistió en promover y reconocer la dimensión autónoma del dibujo, la meta era consagrarlo con la instalación de un especializado museo. Todos los certámenes otorgaron galardones a creadores reconocidos (Bidó, De Pellerano, Cestero, Martínez Richiez, Hilario Rodríguez, Rosa Tavárez…); casi todos los galardones reconocen muchos nombres de las nuevas generaciones de los 80 y 90, como Hilario Olivo, Tony Capellán, Jesús Desangles, Jorge Pineda, Raquel Paiewonsky, Maritza Álvarez y, entre otros, Raúl Recio. Algunos de ellos son merecedores de los premios que se otorgan en la Primera y Segunda Bienal de Pintura del Caribe y Centroamérica, promovida desde el Museo de Arte Moderno, nuevo nombre de la Galería de la Plaza de la Cultura. En su naturaleza programática, los certámenes se constituyeron en exposiciones nacionales de gran proyección pública, como también alcanzan varias exposiciones: «Arte Desde la Independencia 18441969», organizada en la Galería Nacional (1982), «100 años de la Pintura Dominicana, Continuidad y Ruptura», exposición centenaria de Brugal y Compañía (1888-1988), las muestras secuenciales «En Busca de las Raíces del Arte Dominicano», organizada por Arte Club en 1992 y 1993, y entre otras «Antología del Arte santiaguero del Siglo XX», conformada por cuatro muestras secuenciadas en 1996 y gestada por el Patronato Santiago Apóstol, las cuales fueron expuestas en el Palacio Consistorial y también en Santo Domingo con la acogida del Banco Popular Dominicano. Esta entidad bancaria es la primera en auspiciar en Nueva York en la Colectiva «Arte Dominicano Contemporánea», en The Sing Gallery, con obras de Gaspar Mario Cruz, Eligio Pichardo, Domingo Liz, Silvano Lora, Paul Giudicelli, Ramón Oviedo, Peña Defilló y Rincón Mora. Las retrospectivas tuvieron el preámbulo de las muestras de Gilberto Hernández Ortega, Yoryi Morel, respectivamente en los años 1978 y 1979, agregando posteriormente la de Jaime Colson, Darío Suro, José Vela Zanetti, Silvano Lora, Ramón Oviedo, Luis Desangles (Sisito), casi todos con ediciones de cuidadosos catálogos, además de publicaciones monográficas que resultan prolijas, bien sobre artistas e historia del arte nacional. El crucial año 2000, frontera entre dos centurias, una que concluye y otra que nace, arrastra la vorágine de los hechos y de los últimos decenios (1980-1990), tan vulnerables como extensión de una sola confluencia insular –nuestra y vecina– ya incorporada a relaciones globales y vínculos planetarios. Tal confluencia se da en un país que fluctúa con dos economías, la de la tierra agrícola y la urbana industrial y comercial, en sí mismas duales y contradictorias, como la condición nacional dependiente de
«Paisaje marino desde una cueva» Detalle Eligio Pichardo 45
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nuevas formas neocoloniales. Opulencia y carencias sociales, conservadurismo y liberalidad renovada, concientizaciones y anacronismos reaccionarios, pesimismos y esperanzas, resultan sombras y luces. Estas iluminan a los que creen y sienten la patria altagraciana, familiar, tricolor y trinitaria, que se reimpulsó con el debate de la democracia dominicana moderna años atrás (1961-1964); años en los que emergieron acciones y sueños fundacionales como el Banco Popular, el cual se eleva con creíble credencial como la edificada Torre Arquitectural con duplicación gigante de la vetusta puerta de la casa del Cordón, obra ejecutada por Pedro José Borrel, inaugurada en 1992, y desde tal fecha llamada la «Torre Popular». En el edificio se exhibe y reposa íntimamente el grueso de su colección de arte. En todos los recintos territoriales donde el Popular ofrece sus confiables y diversos servicios se reitera el ícono de la milagrosa Virgen higüeyana. La Provincia Altagracia y su basílica se constituyen en ruta anual, de ofrendas y patrocinio de la familia bancaria que encabeza el carismático y emprendedor don Alejandro Grullón, gestor por demás de la colección de dibujos, esculturas, fotografías y pinturas que compendía el libro «Tesoros de Arte del Banco Popular Dominicano», de la autoría de Jeannette Miller, reputada académica, crítica e historiadora. Con edición bilingüe, impreso a todo color en 2001, las reproducciones fotográficas son de Marc Van Troostenberghe. Es la única colección atesorada por una institución privada que se hace pública mediante un libro y una muestra expositiva celebrada en el Museo de Arte Moderno en 2002. El atesoramiento del arte dominicano deviene con la historia del Grupo Financiero Popular, creado por don Alejandro Grullón, considerado el padre de la banca dominicana, como entidad privada e hito fundacional que marca la diferenciación frente a los bancos gubernativos y a los extranjeros con sucursales en el país. Conformado por empresas de multibanca, negocios de créditos, de bienes raíces, de acciones monetarias, de servicios y diversos financiamientos, entre otras políticas institucionales, el Grupo Popular tiene una proyección internacional al extenderse a diversas localidades americanas: Nueva York, Panamá, Puerto Rico, Gran Caimán, Haití… Los alcances bancarios del grupo se han atesorado como experiencia institucional de crecimiento y desarrollo en el devenir contemporáneo de nuestra nación. Paralelamente a una histórica institucionalidad llena de acciones y concreciones financieras de condición intangible, también el alcance patrimonial de los bienes materiales o tangibles como son el capital monetario y la red de edificaciones que identifican al Banco Popular Dominicano. Lo tangible y lo intangible se descubren como coordenadas que definen con eficacia la misión del Banco Popular Dominicano como emprendimiento no solo financiero, sino también de multiplicadas iniciativas como son las acciones forestales, el apoyo de los valores culturales, la constancia a la fe altagraciana y el favorecimiento de la educación en general: académica, cívica, deportiva, escolar, recreativa y
«Retrato de don Alejandro» Julio Llort
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del arte en todas sus expresiones. La arqueología, los conciertos populares y sinfónicos, la arquitectura, el ballet, el museo, la bibliografía, el folclor, la música, las artes visuales, móviles como el de la cámara cinematográfica, o estáticas como el dibujo, la escultura, la fotografía, el grabado y la pintura y el arte del reciclaje. El patrocinio de exposiciones de notables creadores dominicanos y el coleccionismo bancario de obras de arte permite reconocer que en todo espacio del Grupo Popular tiene su lugar el arte dominicano, conjugándose como zona de un mecenazgo que incluye la reproducción del ícono altagraciano del siglo XVI. Testimonian Alejandro y Manuel A. Grullón: «Unido a la filosofía de servicio y a los orígenes mismos del Banco Popular Dominicano, que se remontan al año de 1963, ha estado siempre el firme propósito de contribuir al desarrollo, diversificación y divulgación de las artes, así como el respaldo a las iniciativas del talento dominicano en sus múltiples manifestaciones. La presente obra constituye una muestra fehaciente de la confianza depositada por el banco en nuestros artistas, trátese de consagrados o de jóvenes, a lo largo y ancho de un fértil recorrido de éxitos financieros y de invaluables servicios a la comunidad. El arte es, expresó Constantino Cavafy, aquello que hacen los artistas. Y el Banco Popular se ha caracterizado por apoyar y exaltar el arte dominicano y sus protagonistas, los artistas visuales». (Presentación en Jeannette Miller, «Tesoros de Arte del Banco Popular Dominicano». Impresión Amigo del Hogar, Santo Domingo 2001. p.12). Entre los pasos firmes de don Alejandro, su fe religiosa le lleva a emprender la fiel reproducción de 1,500 imágenes de la Virgen a semejanza de la existente en la Basílica de Higüey, especialmente bendecidas por el Papa Juan Pablo II en El Vaticano. Para hacer esa reproducción se obtuvo un permiso especial nunca antes concedido, ya que hubo que desmontar la pieza original y fotografiarla con mucha seguridad para no afectar la reliquia histórica, tanto como pieza escultórica de antigüedad, como por su significación cristiana. Más de un millar de obras adquiridas con la asesoría de Justo Liberato, curador y custodio con larga experiencia cognoscitiva de las artes plásticas dominicanas, integran el tesoro artístico bancario; tesoro con el cual se pueden concebir diversas miradas antológicas. Una, la que desglosa las temáticas del paisaje, del costumbrismo, de la arquitectura monumental, del bodegón y de la figura humana; otra, la que enlaza los temas: espacio, tiempo, cuerpo, drama y mito, los cuales definieron la exposición inaugural del Centro Cultural Perelló (Baní, septiembre de 2011), una muestra titulada «Ámbitos Enlazados», conformada por una selección de obras cedidas con el respaldo del señor Manuel A. Grullón, presidente del Banco Popular. Otras miradas pueden sustentarse en un maestro y sus discípulos: Jaime Colson, José Ramírez Conde, Virgilio Méndez y Ureña Rib, entre otros. También en los temas del dibujo y la escultura, y sobre maestros como Guillo Pérez, Yoryi Morel, Mario Grullón, Plutarco Andújar, Ramón Oviedo y Prats-Ventós con abundantes y selectas obras en los tesoros bancarios. Las muchas miradas de la colección ofrecen otros temas: el conjunto de los autores foráneos que se integran a la historia del arte dominicano, entre ellos Manolo Pascual, George Hausdorf, Agustín Masiá y Vela 48
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Zanetti; la mirada a los pintores cibaeños que definen las claves de la escolaridad santiaguense; los temas de los maestros de la vanguardia moderna y de los jóvenes emergentes… En fin, como expresa el refrán: «Hay mucha tela por donde cortar» en la extraordinaria colección del Banco Popular, atesorada en medio siglo de historia de un sostenido mecenazgo. En nuestro caso, la mirada argumental como historiador del arte dominicano no consiste en un secuencial trazado de generaciones en períodos ascendentes y sucesivos, sino en el enfoque que permite vislumbrar tales generaciones sobre las especificidades de las obras de los diversos creadores en períodos contextuales diferenciados. Con nuestra mirada selectiva pretendemos demostrar que se da una relación entre creadores, obras creadas, historia y tesoros del Banco Popular, desde la representación precursora de un ícono de 1900, «El Moro», de Arturo Grullón, sincronizando después la década de 1920, donde el juvenil autorretrato de Yoryi Morel preludia a un pintor moderno con obras diferenciadas durante producciones entre 1930-1979, fecha de su desaparición física. No nucleamos las pinturas de este maestro en una sola o única mirada de inscripción generacional en la tercera década del siglo XX, sino en relación a obras de otros artistas que al igual que él amplían los tópicos o reorientan los estilos discursivos, como en los casos de Celeste Woss y Gil, Hernández Ortega, Guillo Pérez, Ada Balcácer. De esta manera, encontraremos interrelaciones generacionales y disidencias pronunciativas entre los maestros consagrados y los artistas emergentes, y desde las emblemáticas obras de unos y otros. Con este diálogo visual, intentamos demostrar la pluralidad dialéctica como la unidad, reconociendo el aroma general del arte dominicano que recrea el paisaje y la población nativa, el bosque y la flora, las diferenciaciones raciales, la naturaleza muerta y muchos signos de nuestra antillanía o caribeñismo. El arte de República Dominicana es un árbol de la creación con muchos ramajes, florecimientos, semilleros, retoños y amplísima sombra que no bloquea la luz tropical, ni domeña los vientos huracanados, ni el inefable tiempo de la vida nacional.
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Desde el cauce de un pionero... cinco décadas de arte
Una obra maestra de 1900: «El Moro», de Arturo Grullón Julia Nacido en 1869, en Santiago de los Caballeros, villa cibaeña, donde transcurren sus primeros años, de formación familiar y aprendizaje escolar. En edad juvenil se traslada a Santo Domingo con la meta de ampliar su formación. Fue discípulo de Eugenio María de Hostos en la primera Escuela Normal del país, asistiendo también a un curso de dibujo y pintura a cargo de José Fernández Corredor, pintor español a cargo de una de las primeras academias de Santo Domingo. Graduado en el primer grupo de maestros normalistas, en 1884, recibe galardón en una exposición de obras artísticas celebrada en 1885, evento que lo vincula a la generación precursora del arte nacional. Por su notable inclinación pictórica, fue enviado a Francia a los 17 años de edad donde estudió en un acreditado instituto de París. Su principal maestro fue el pintor F. Domingo, deduciéndose que, los estudios de anatomía incluidos en su formación artística le permitieron descubrir la vocación por la medicina, razón de su vida como también la pictórica. Arturo Grullón inició la carrera de medicina a los 25 años de edad, asistiendo a centros universitarios de la ciudad de Argel y de la capital francesa durante el período 1894-1902. No abandona la producción artística y una prueba es su obra «El Moro», primer premio en una exposición parisina del año 1900. «El Moro» es una obra maestra por la ejecución técnica, por el exótico tema y su principalía relacionada a grandes obras históricas de autores dominicanos; principalía también dentro de los tesoros de arte del Banco Popular. Se trata de un retrato tipificado de un árabe ejecutado en la etapa argelina del pintor, alrededor del 1897, fecha de un «paisaje argelino» de pinceladas dominadas por la soltura y la precisión. En «El Moro», tales dominios fluyen precisando fisonomía, gesto y pose de un cuerpo varonil de rostro muy soleado y de beduina vestimenta cubriéndole desde la cabeza con turbante. La sumersión del personaje en un contexto claroscuro fortalece el plano principal de la composición, donde la destreza de las gamas del pastel a su manera, nos recuerda a Edgar Degas, un excepcional tratadista del impresionismo. Arturo Grullón se desarrolló como pintor en el período de la bella época francesa. «El Moro» Arturo Grullón 51
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Cinco pinturas representativas de 1923-1939 Con exequátur concedido en 1903, Arturo Grullón inició su ejercicio de médico en la ciudad de Santiago, marcando el comienzo de la cirugía dominicana al realizar operaciones en pacientes con deformaciones orgánicas; pacientes a los cuales, al parecer, fotografiaba antes y después de tratarlos. Filomena Amalia Grullón Rodríguez Objío, con quien se había casado en 1909, le asistía en el ejercicio del bisturí correctivo. Cuando recibió diploma de especialización en Ginecología en 1925, aun se quejaba de su falta de tiempo para dedicarse a la pintura. Para el citado año, los integrantes del movimiento literario Postumista se manifiestan contrario al arte europeo en general, abogando por un arte local apoyado en aspectos insulares como los destellos de la luz. Juan Bautista Gómez y Celeste Woss y Gil, dos artistas formados, asumen labor docente, localizados en Santo Domingo y Santiago, donde Jorge Octavio Morel, alias Yoryi, se expresaba como una revelación novel del quehacer artístico. Los tres pintores están precedido, por Abelardo Piñeyro García, nacido en el contradictorio período de la anexión española. Obras pictóricas de Yoryi Morel: autorretratos de diferentes fechas: una vista titulada «Casas de la Calle Sánchez», atribuida a Juan Bautista Gómez, y «Retrato de Mujer», ejecutado por Celeste Woss y Gil, resultan de pintores y pinturas representativas de la etapa 1923-1939. Igualmente, el «Bodegón» de Abelardo Piñeyro, ejecutado posiblemente en el decenio 1930.
Yoryi Morel. Nació en Santiago de los Caballeros en el 1906. Manifestó desde temprana edad vocación por la música y la pintura. A los nueve años tenía un cuartucho en el patio de la casona familiar que llamaba «La Dicha», donde produjo una revista manual llena de pequeños dibujos. En 1922, a los 16 años, pinta «El Carpintero», uno de sus primeros óleos, y en el 1923 comienza el «Autorretrato», dibujo con medios mixtos que concluye en 1927, año de su primer «Don Toñe», imagen de un popular indigente que presenta en la Primera Feria Nacional de Agricultura, Agropecuaria, Industria y Arte, celebrada en la ciudad del Yaque. Negado a estudiar carrera universitaria, la madre le concede su aposento para el atelier donde multiplica su producción pictórica, siendo descubierto por un periodista capitaleño a inicio de la década 30. Yoryi celebra su primera exposición individual en el «Club Nosotras», en octubre de1932. Fue presentado por el poeta Tomás Hernández Franco, quien afirma: «Yoryi no es una promesa. Yoryi es un pintor constatando lo que tiene esa palabra de categórico y de alto». «Autorretrato» 1923-1927. El carboncillo define la silueta del pintor con 17 años de edad. El juvenil rostro, con directa mirada hacia el nosotros, es afable. La boina define la condición epocal de un artista cuyo medio cuerpo ladeado porta, como escudo y espada, una gran paleta y enorme lápiz. Detrás lo que semeja un cuadro. Los manejos de luz y sombra en matices del aguado sepia, parecen justificar dos momentos de «Casas de la Calle Sánchez», fragmento Obra atribuida a Juan Bautista Gómez 53
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ejecución como indican los años. Igualmente las firmas en cursivas: J.O. Morel y la de (Yoryi). «Autorretrato 2», sin fecha. Ejecutado al óleo, la autoimagen del pintor es también juvenil, tal vez rondando los 20 años. Cromáticamente es de paleta jugosa o pluritonal en los matices. El artista expresa lo que podría calificarse de reiterada postura autoperceptiva.
Juan Bautista Gómez. Nació en Santiago de los Caballeros en 1870. Dibujante, escultor, fotógrafo y pintor, en su juventud ejecuta los medallones de los evangelistas para la inauguración de la Iglesia Mayor de la ciudad natal, marchándose a Puerto Rico y después a París, donde ocupó el cargo de cónsul. Al regresar a Santiago establece academia de formación artística, convirtiéndose también en docente del Liceo Secundario y de la Escuela de Arte y Oficios. Con él se impulsa la tradición artística local, sobre todo pictórica. «Casas de la calle Sánchez», sin fecha. Es cuadro pequeño atribuido al «León» como denominaban los bachilleres al reconocido maestro que estableció fuerte vínculo con Yoryi Morel, a quien seguramente le inculcó la experiencia de pintar al aire libre. Se afirma que los dos llegaron a ejecutar un mismo tema, como el de las «Casas de la Sánchez», muy similares en composición, color y técnica luminosa. En primer plano la calle de tierra amarillenta y en el segundo plano la representación parcial de dos viviendas techadas de zinc a dos aguas, diferenciadas en enfoque y tamaños. La mayor vivienda, de mampostería y tres puertas verdes, y verde la casa de madera captada parcialmente con puerta de dos alas abiertas y puertillas ventiladoras. Era el recodo habitacional donde Yoryi tenía su taller pictórico. Pese a la igualdad de los cuadros, incluso coronados por copos de árboles y visible el triángulo de una tercera casa, las dos obras tituladas, «Casa de la Calle Sánchez», ejecutadas en la década 1930, se diferencian al tener uno la rúbrica de Yoryi pero sin fecha de producción, en tanto el otro carece de firma y fecha. El maestro Gómez, con cierta regularidad no calzaba su nombre al pie de sus obras.
Celeste Woss y Gil. Es oriunda de Santo Domingo, ciudad capital donde nació en 1890. Hija de un ex presidente de la República, culto y aficionado a las artes. En 1903 marcha a Francia como exiliado con su esposa y sus tres vástagos. En París residieron durante nueve años. El traslado de los Woss y Gil a Santiago de Cuba permitió que las dos hijas, Ana María y Celeste, ingresaran en la Academia de Pintura de la localidad. Celeste Woss y Gil viaja a Nueva York para ampliar su formación en The National Academy y la Art Students League, entre 1922-1924. En este último año regresa a la ciudad natal, instala taller artístico donde expone sus obras e inicia un rol docente. Es la primera artista mujer con una fuerte personalidad pictórica estelar y con un ejercicio influyente como maestra de larga data. Su nombre ocupa posición entre los grandes artistas dominicanos. «Retrato de mujer» Celeste Woss y Gil 54
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«Retrato
de mujer»
1936. Catalogado con el título «Retrato de Mujer», su autora no se concentra en la
faz de su modelo, sino que a partir de la misma, o del peinado voluminoso con pollina de rubia cabellera, ejecuta una composición que casi se divide en dos rectángulos invisibles. Es un trasfondo al claroscuro que enaltece el medio cuerpo femenino resuelto en base a tres zonas corporales: la cabeza, el cuello y tórax, donde una zona del pecho extiende el color de una piel tersa y tonalizada; luminosa como el vestuario que solo resulta un amplio y doble cuello en caída. Se trata de un retrato de lírica captación psicológica y apenas percepción de su rejuego entre la simetría y lo contrario.
Abelardo Piñeyro. (1862-1957). Artista autodidacta y farmacéutico, muy conocido en la ciudad natal de Santo Domingo. Expone por primera vez en colectiva de1898, presentando un retrato al busto. En 1934 concurre al concurso de pintura organizado por el Ateneo Amantes de la Luz, de Santiago de los Caballeros, obteniendo mención de honor. Su formación farmacéutica le permitía fabricar los colores pictóricos que usaba para sus cuadros de variados temas, especialmente bodegones, paisajes y retratos. Regularmente se le veía portar sus materiales artísticos y pintar en las aceras callejeras y parques. Al inaugurarse la primera sala de Arte Moderno del Museo Nacional, en la década 1930, se incluye una obra suya. También figura en las principales muestras nacionales del lustro 1940-1945. Celebra en 1943 una exposición retrospectiva en la Galería Nacional de Bellas Artes, considerándosele decano de los pintores dominicanos por su largo ejercicio y vida longeva. «Bodegón» óleo/carbón, 31x51 cms., s.f. Es un soporte rectangular, el quicio de una mesa ofrece ordenadamente una gran piña y siete mangos. Contrasta la iluminación del mueble y las frutas con el fondo grisáceo.
Década de 1940: señas de nativos/reflejos de extranjeros Desde 1939 desembarcan en el país diversos núcleos de refugiados europeos que escapan de las contiendas armadas y las persecuciones políticas de los regímenes del general español Francisco Franco, y del führer alemán Adolfo Hitler. Educadores, escritores, fundidores, obreros, periodistas, peritos industriales, teatreros y representantes de las artes plásticas fueron acogidos con sus familiares en calidad de refugiados por el Estado dominicano y por reconocidos ciudadanos con mentalidad de mecenas. Entre 1939-1940, arriban a la República entre otros el dibujante y escultor Manolo Pascual, los pintores George Hausdorf, José Gausachs, José Vela Zanetti y el infante Antonio Prats-Ventós, el cual se forma artísticamente en tierra dominicana. La presencia artística de españoles y alemanes de condición judía, amplía socialmente el quehacer de diversas manifestaciones locales. Las señas nativas se conjugan con los reflejos de los refugiados extranjeros, especialmente en las artes y en el campo de la crítica cultural que cuenta además con la presencia del dominicano Rafael Díaz Niese, cultor estético, gestor, y políglota informado de las corrientes de las vanguardias europeas modernas. Más de un artista inmigrante expone individualmente en la ciudad capital en el 1939. Posteriormente, en 1940 la celebración de una muestra colectiva de Bellas Artes reúne obras de diez artistas europeos y 56
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seis dominicanos. Es la primera vez que es celebrado un discurso colectivo de tal naturaleza, con dibujos, esculturas y pinturas, donde se constatan las diferencias entre las miradas artísticas de los autores foráneos y las miradas captadoras de los artistas locales. Las señas expresivas de estos últimos, que son nativos, en comparación con los reflejos que expresan los extranjeros ofrecen modos diferentes en el hacer técnico y temático, aunque el descubrimiento de la insularidad cotidiana, paisajista y racial atañe a unos y otros. Las obras que posee el Grupo Popular, fechadas en el decenio 1940, ofrecen coincidencias, diferencias y enfoques personales de los siguientes artistas: George Hausdorf, José Gausachs, Manolo Pascual, José Vela Zanetti, Celeste Woss y Gil, Gilberto Hernández Ortega, Yoryi Morel.
George Hausdorf. (Breslau, 1894/Nueva York 1959). Es un artista de origen judío y de veterana edad cuando llega al país como refugiado, resultando un pionero al fundar en Santo Domingo su academia particular de enseñanza artística en 1939, año en el que registra primera individual dominicana, resultando uno de los docentes fundadores de la Escuela Nacional de Bellas Ares. Residió en el país durante casi diez años, recorriendo sus regiones, captando las tipicidades criollas y diversificándose como dibujante experto en grabado, pintor e influyente maestro. Celebró un gran número de exposiciones personales, fue nombre obligado de grandes colectivas y merecedor de premios en bienales. En los tesoros de arte del Banco Popular Dominicano se localizan 4 obras suyas. «Marina», óleo/tela, 8x60 cms., 1940. En formato casi cuadrado, la composición capta un paisaje costero de elevados cocotales y follajes cuya simetría establece una visión de tres franjas que cortan el mar en oleadas con horizonte pronunciadamente azul y que establece frontera entre el agua marina y el amplio cielo de nubes en movimientos tonales que incluye el luminoso amarillo. «Obreros en el puerto», óleo/tela, 59x89.5 cms., 1940. En composición asimétrica, rectangular o apaisada, cuatro hombres se mueven desde la costa marina donde yace una canoa solitaria. A un lado, el conjunto de edificaciones coronado de follajes, remarcada por un sendero portuario. Contrariamente la zona del mar confundiéndose con un amplio cielo con gaviotas en vuelo. Es una vista donde la luz impera, blanquecina espacialmente y sobre el amarillento suelo arenoso. «Marchanta», grabado/papel, 15x13 cms., s.f. En amarillento papel envejecido por el tiempo, está plasmada la escena de una mujer de espalda junto a un burro con carga. Es la estampa criolla de una marchanta en plena calle con casas vernáculas. Un borde recuadra el grabado y al pie la cursiva firma del artista. «Rostros», carboncillo y acuarela/papel, s.f., 17x20 cms. Nueve captaciones definen la suelta composición de adultos señores que parecen reunidos en una audiencia. El carboncillo define los rostros y el aguado color es remarcador fisonómico y diluyente de los medios cuerpos situados en escalas diferentes. Se conoce de la habilidad del artista para ejecutar directamente retratos grupales en reuniones privadas. Los nueve «rostros» patentizan esa habilidad del apunte dibujístico ejecutado.
José Gausachs. (Sarriá, Barcelona, 1889/Santo Domingo, 1959). Es «el pintor de mayor experiencia y conocimientos que llegó a la República Dominicana del grupo de exiliados políticos que participaron en la guerra civil española», escribe María Ugarte. Deja tras de sí su experiencia docente en Bellas Artes de 57
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«Obreros en el puerto» y «Marina» George Hausdorf «Desnudo de mujer» José Gausachs 58
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Barcelona, sus exposiciones individuales, la cita de su nombre en enciclopedias y obras colgadas en colecciones de varios museos europeos, e igualmente su atelier parisino en Montparnasse en donde se codea con Modigliani, Picasso, Chirico, Apolinaire y Bretón, entre otros. Su primer registro artístico en el país dominicano se produce en 1941, punto de partida de otra poderosa militancia pictórica con influencia magisterial en la Escuela Nacional de Bellas Artes desde su fundación en 1942. «Composición», s.f.,carboncillo/lápiz y acuarela/papel, 59x39 cms. La relación del autor con los ismos parisinos y su instinto de no apegarse a ellos le permite producir obras únicas con la técnica y uno o varios medios. Su composición es directa y vanguardista con los elementos que la configuran muy transparente: paño rojo, la cabeza de un toro y el cuerpo humano caricaturizado. Los recursos pictóricos son apreciables en la mixtura, y aunque puede calificarse de dibujo la obra, al ser producida en papel, este soporte no la excluye de ser pintura también. «Composición 2», s.f., carboncillo, crayón y lápiz/papel, 32x25 cms. La creatividad imaginativa del pintor concibió una composición ajena al calificativo lingüístico, aunque pudiésemos encontrar señas del dadaísmo y del surrealismo, sobre todo por la caligrafía automática de líneas y formas logradas. «Rostro de perfil», mixta/ papel, s.f., 27x20 cms. La representación recrea un mosaico en una composición en dos planos: el azul bordeando como enmarcación informal y el cuadrado central de aguados sepia con vetas azules, reproduciendo un perfil de remembranza greco romana. El dibujo es puro y los tonos cromáticos son cálidos. «Desnudos de mujer», s.f., carboncillo/papel, 76x59 cms. Esbozado con líneas firmes y rápidas, el autor es incisivo y mordaz al traducir los rasgos de una mujer marginada, molesta y mulata, desnuda, de medio cuerpo. «Casa de campo», acuarela/papel, 1948, 36x50 cms.Visión de un hábitat indefinido por una composición simétrica en parcos tonos diluidos de acuarela. En el centro, la casa vernacular y arboles laterales con empalizado franqueando a varios de ellos. Es un paisaje escencializado y nocturno. Las zonas de color acentúan la atmósfera, el azul grisáceo del cielo y el marrón ensombrecido por dispersas manchas en las representaciones del campo de silencio expresionista.
Manolo Pascual. (Bilbao, 1903/Nueva York, 1983). Escultor innato, a los 16 años mereció medalla de honor de la academia de San Fernando, en Madrid, donde estudió hasta ser becado para seguir formación en París, donde permanece cinco años (1925-1930). Al retornar a España compite por el Gran Premio de Roma, recibiendo pensión para seguir formándose en Italia, donde expone individualmente. Liberal y republicano, participa en la guerra civil española, hecho que le obliga a tomar el exilio, viajando al país dominicano como refugiado político en 1939. En el citado año celebra exposición individual de dibujos y esculturas, cediéndosele en préstamo las ruinas de San Francisco para su residencia y taller artístico. Su prestigio le permitió recibir encargos, participar en exposiciones nacionales y celebrar nuevas muestras individuales. En 1942 fue nombrado Director de la Escuela Nacional de Bellas Artes, cargo que ostentó hasta 1951, cuando se traslada con su familia a Nueva York. «Composición 2» José Gausachs 60
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«Desnudo», Manolo Pascual.
Escultor que dominó todos los materiales para concebir su obra escultórica. Su llegada y residencia en Santo Domingo le permitieron enriquecer su obra tridimensional y pictórica, con las captaciones de la tipología mulata y de la naturaleza tropical. «Desnudo», óleo/cartón piedra, 22x28 cms., 1941. Se conoce otra versión del tema, ejecutada con gouache y tinta sobre papel, fechado en 1946, posterior al óleo de la colección bancaria que capta la mujer de tez más trigueña, también auscultando el horizonte, sentada junto a una meseta, parte de un paisaje con cielo azul grisáceo. «Pareja y caballo», acuarela/papel, carente de medidas, 1947. El tema recrea una escena idílica de la Antigüedad. Desde un gran animal mitológico, una mujer se balancea sobre un hierático hombre con larga túnica. De frente él y de espalda ella, con atuendo corto y luenga cabellera, ambos conforman cuerpos en minoría en relación a la grandilocuencia de la bestia en descanso, a cuyo perfil se vinculan cuatro barras puyosas. «Atleta», tinta y gouache/papel, 12x7 cms., s.f. Es un dibujo escueto y preciso cuyo foco es un juvenil 62
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«Amantes», Vela Zanetti.
atleta, con deportiva ropa que permite apreciar su fuerte contextura en movimiento frontal mostrando su perfil. El pigmento amarillo de cadmio oscuro unifica a totalidad la obra. «Desnudo», gouache y tinta/papel, 21x29 cms., s.f. El artista gustaba del modelo femenino, con mulatos caracteres como el que posa desnuda, sentada sobre un blanco paño, mostrando la gracia de su semblante canela como toda la piel del cuerpo. Ella, centrada y resuelta con un preciso dibujo, tiene como escenario un paisaje diurno de tierra, mar y cielo interpretado con gamas definitorias y sobrias.
José Vela Zanetti. (Milagros, Burgos, 1913/1999). Arriba a tierras dominicanas con otros muchos exiliados de la guerra civil del país nativo, en 1939. Llegó dispuesto a trabajar en lo que fuera, registrándose como pintor al celebrar individual en la ciudad capital en 1940. Sus conocimientos pictóricos eran limitados, casi de un autodidacta, pero fue acogido especialmente por los arquitectos modernos que descubrieron en él 63
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las condiciones de un muralista del que se sirven para embellecer sus construcciones. En 1941 emprendió la creación de su primer mural en la Logia Masónica Cuna de América. Fue nombrado profesor en 1942 en la creada Escuela Nacional de Bellas Artes, repartiéndose sin cansancio como docente, dibujante, pintor de caballete y murales de incontable número y con proyección a nivel internacional, pero ostentando una condición dominicana, aun siendo español nato. Reside en Santo Domingo hasta inicio de la década 1950, marchándose a México, viajando por diversos países, pero retornando regularmente a República Dominicana. En 1981, el Museo de Arte Moderno celebró la retrospectiva «La obra dominicana de Vela Zanetti, 1939-1981», organizada por la Fundación José Antonio Caro Álvarez. «Amantes», óleo y ducco/cartón piedra, 42x57 cms., 1947. El cuadro enfoca la escena de una pareja de mulatos anidados por el abrazo, el amor y la congoja. Están sentados sobre la tierra amarillenta confundida con el horizonte. Son dos grandes cuerpos, él ladeado con vestimenta de desnudos brazos y pies. Su cabeza inclinada, en tanto de ella apenas se aprecia su cuerpo, aunque su rostro ofrece la visibilidad de una amante mujer que abraza, besa y consuela.
Celeste Woss y Gil. Hacia los años de la llegada de varios miles de asilados políticos españoles y de condición judía, la Academia de Woss y Gil, cumplía un decenio de labor docente refrescante para los jóvenes de ambos sexos que cursaban formación en el plantel. La academia tenia respaldo semioficial y celebraba exposiciones anuales del alumnado o en conjunto con los maestros que asisten a la directora. Doña Celeste, como era llamada, se multiplicaba como profesora, como militante declarada del movimiento feminista, pareja de un singular enlace matrimonial y especialmente como artista mujer que se sumergía en el taller hogareño. A su estudio acudían, regularmente, los modelos de sus desnudos y retratos que alcanzan cierta opulencia estilística y liberada, al igual que temas cotidianos, excepcionales en su producción. En 1939 participa en la Exposición Mundial de Pintura en Nueva York, obteniendo medalla de honor por su cuadro «Vendedores de Andullos», y además es de rigor el registro de obras suyas en las primeras exposiciones nacionales de artes plásticas celebradas entre 1940-1942. «Desnudo masculino», óleo/tela, 112.5x78 cms., 1941. Escribe Rafael Díaz Niese, en 1943: «Celeste Woss y Gil vuelve por sus fueros en forma tan imperativo que resulta difícil negarle el puesto de honor que le corresponde. (…). Un talento esplendido, unido a un excepcional temperamento pictórico, con briosos arrestos servidos por una técnica impecable nos ofrece hoy pintura de verdad: bellos desnudos y vigorosos retratos (…). En suma: arte amplio, en que las figuras están tratadas como si fueran grandes bloques pictóricos (…) siempre se ha podido notar en sus obras de uña del león (…) logra en sus telas una expresión un tono, –permítasenos barajar así los términos–, tan austero y vigoroso (…) muy señaladamente, un desnudo masculino, tienen reminiscencias renacentistas de la más sobria elegancia. La modernidad de la factura no afecta en nada la precisión y jugosidad de la línea. ¡Es admirable!» «Desnudo masculino» Celeste Woss y Gil 64
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Gilberto Hernández Ortega. (Baní, 1924). Inició su formación artística en la academia de Celeste Woss y Gil, cuyo alumnado pasó a la Escuela Nacional de Bellas Artes. Egresa del plantel en 1945 celebrando su primera individual en el 1946, año en el cual sustituye al surrealista español Eugenio Fernández Granell, como viñetista de «La Poesía Sorprendida», de la revista y del movimiento de igual nombre y cuyos militantes tienen como lema «Poesía con el Hombre Universal». La primera muestra individual del artista banilejo es abordada por Franklin Mieses Burgos: «En la Galería Nacional de Bellas Artes, expuso en los primeros días del mes de diciembre del 46, el joven pintor Gilberto Hernández Ortega, viñetista nuestro, de quien la crítica habló elogiosamente por revelar éste, en el mágico cielo de su pintura, tanto una realidad poética de creación y de exquisita ternura, como un cabal conocimiento y dominio de la técnica, en lo que ésta naturalmente se refiere a la seguridad del dibujo y la propiedad rigurosa del color. Gilberto Hernández Ortega,sin duda alguna, es un jalón alto y definitivo de la última promoción pictórica en la República Dominicana y auguramos en él por este motivo y además porque lo conocemos internamente, conquista insospechadas en los más arcanos horizontes de su arte». «Los amantes», óleo/tela, 84x69 cms., 1946. Cuadro exhibido en la primera exposición individual del pintor, su tema habla en sí mismo de una relación amorosa de una elocuente pareja, en un imaginario paisaje marcado por cierta surrealidad: la arcada, arquitectónica, el paño que cuelga y las sombras en paralela a los amantes de robustos cuerpos.
Yoryi Morel. Con reconocimientos de la crítica del país e internacional en 1939 su cuadro «El Mercado», adquirido por la Bussines Corporation de Nueva York, obtiene Medalla de Bronce en la exhibición internacional de arte de la citada urbe. En el año referido la pintura «Paisaje dominicano» fue expuesta en el Museo Riverside. En 1940, recibe medalla al mérito pro arte del Ateneo Amantes de la Luz, figurando sus obras en todas las exposiciones que organiza el Estado dominicano que le otorga oficialidad a la Academia Yoryi de Santiago. En el 1947 viaja a Estados Unidos como invitado oficial del Departamento de Estado. En 1948 es nombrado profesor y en 1949 subdirector de la Escuela Nacional de Bellas Artes, residiendo en la ciudad capital con su esposa e hijos. El crítico mexicano Ulises Monferrer enfoca al artista en 1946: «Yoryi Morel es un maestro que consagra su devoción y su talento a la tarea de fijar en sus lienzos la luz y el prodigioso cromatismo de los paisajes de la campiña dominicana. Las costumbres de su pueblo tienen en sus pinceles un certero observador y exaltador de sus calidades humanas y políticas». «Enramada», óleo/cartón, 59x73cms., 1948-1949. Una escena campestre reúne seis campesinos en una típica enramada doméstica de cana y palos. Arquitectura y composición de paisanos y paisanas, accesorios rurales, y otros llenan el primer plano compositivo. La sombra espaciada en el rancho contrasta con la luminosidad de un paisaje que se expresa desde la cercana casa hasta la vista de amarillenta campiña con otras viviendas, árboles, azul montaña y cielo que corta en triángulo el techo de dos aguas donde la convivencia es un canto visual de tierra adentro. 66
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«Los amantes». Gilberto Hernández Ortega. 67
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DÉcada de 1950. autores y obras paradigmáticas Aunque promovido como resultado de la política «benefactora» del dictador Trujillo, el cauce de las artes nacionales es creciente e indetenible, al emprenderse acciones gubernativas en educación, institucionalidad y promoción que, si bien son oficiales, las causas esenciales la definen las vocaciones culturales gestoras. En las principales ciudades del país, maestros de música y de las artes visuales habían promovido academias formativas, grupos orquestales y la intelectualidad literaria se agrupaba en «peñas», auspiciando conferencias, juegos florales y otros certámenes que revelaban la mentalidad asociativa en todos los aspectos de la vida nacional. El ateneísmo impulsado por Manuel de Js. Peña y Reynoso y Virgilio Díaz Ordoñez, el feminismo promotor de Abigail Mejía, Woss y Gil, entre otras mujeres, los clubes recreativos o de damas, como el «Club Nosotras», son parte de los emprendimientos que sobre todo hace florecer la cultura urbana desde el siglo XIX hasta el tercer, cuarto y quinto decenios del siglo XX, donde el florecimiento de las artes plásticas se amplía con el flujo foráneo y nacional. Hasta el 1950 puede hablarse de varias generaciones artísticas confluyendo desde la tradición precursora a la modernidad y al vanguardismo local que en literatura representan los postumistas, «Los Nuevos», los «Sorprendidos», «la Generación 48» y además las voces independientes como autónomos son los refugiados políticos que hacen suyo el terreno insular de manera definitiva o transitoria. Todos dejando una impronta que influye con el carácter nativo. Este carácter dominicano podemos medirlo con los curtidos artistas como Colson, Morel y Suro, pero también con los emergentes encabezados por Gilberto Hernández Ortega y Antonio Prats-Ventós. En la mirada exhaustiva que volcamos sobre la colección del Banco Popular, encontramos obras paradigmáticas de siete artistas notables: Darío Suro, Jaime Colson, Yoryi Morel, Guillo Pérez, Gilberto Hernández Ortega, Eligio Pichardo y Antonio Prats-Ventós.
Darío Suro. (La Vega, 1917/1997). Estudió en la ciudad natal con su tío pintor Enrique García Godoy. En 1936 es integrante del movimiento literario Los Nuevos. En 1938 celebra primera exposición pictórica en la capital dominicana, participando junto a Yoryi Morel en la muestra Arte Hispano Americano que organiza el Museo de Riverside de Nueva York, en 1939. Se le incluye en la Primera Exposición Nacional de Bellas Artes, 1940 y en la Primera Bienal, celebrada en 1942, cuando registra la segunda individual. Entre 1943-1947 reside en México, donde fortalece y reorienta su pintura, retornando al país natal, presentando muestras individuales en la ciudad capital y La Vega. En 1947 es nombrado Director General de Bellas Artes, participando en la Bienal de 1948 con una pintura que ofrece su abordaje en el realismo expresionista, primero intuitivo y después marcado por el drama social, la muerte y la actitud cambiante del arte como la vida, que marca su derrotero discursivo. «Plañideras del Caribe», óleo/tela, 70x54.5 cms., 1952. Obra de una serie temática exhibida en España, a ella se refiere el crítico Fernando Gutiérrez en «La Prensa», Barcelona, marzo 20 de 1952. «Mi primer 68
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«Plañidera del Caribe», Darío Suro. 69
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conocimiento con la pintura de Darío Suro, fue en la Bienal (…) en Madrid. Su «Piedad» y sus «Plañideras del Mar Caribe» fueron de las mejores aportaciones que hizo Hispanoamérica a la bienal. Y hoy, en Barcelona hemos podido satisfacer este interés en conocer más a fondo su pintura. Su exposición en la que vuelve a repetirse el tema de las plañideras, nos da una más exacta medida del interés de esta pintura tan profundamente humana y tan interesantemente dramática. Una poesía honda y al desnudo preside esta plástica poseída, poseída por una fuerza casi violenta en su dramatismo, tan simplemente expresado, no obstante. Es una pintura en carne viva en la que el color parece haber sido arrastrado y sacudido en su entraña por una sensibilidad acuciante y sobrecogedora». «La infantona» es obra de 1952, reproducida como serigrafía muchos años después.
Yoryi Morel. Al maestro le era difícil adaptarse a la ciudad capitalina que había conquistado con sus exposiciones individuales, su novedosa pintura cargada de dominicanidad, su papel docente en la Escuela Nacional de Bellas Artes y la estimación de los coleccionistas y de los funcionarios gubernativos. El maestro no podía vivir separado de la ciudad del Yaque, de la Calle Sánchez, de la casa familiar, de su vecindario; ataduras que determinaron un retorno inequívoco, reasumiendo su atelier citadino, su academia en la Calle del Sol cercana a la Iglesia de la Altagracia y al frente del Parque Colón. La atención pública, la demanda social de su pintura y la continuación del reconocimiento siguieron marcando su vida de maestro junto a los suyos: su amada Ilonka y sus tres hijos, Jorgito, Jano e Ilonkita. En 1950 la Academia Yoryi celebró exposición anual presidida por el Maestro Jaime Colson, Director General de Bellas Artes. En 1952, el óleo yoryiano «El Pescador» fue el primer premio de la VI Exposición Bienal de Artes Plásticas. En 1955 se ve obligado a laborar en los preparativos de la Feria de la Paz, que conmemora los 25 años de la Era de Trujillo. En 1956 figura entre los 14 artistas seleccionados para la muestra inaugural del Palacio de Bellas Artes. En 1957 es invitado a exponer en la inauguración de la Galería Aufant, participando en el Festival de Arte en Santiago, evento oficial organizado para la apertura reunida de las Escuelas de Bellas Artes del Municipio. Igualmente, en «El arte de nuestro Tiempo», el libro publicado por el crítico Manuel Valldeperes en 1957, pp.141, 151-152, afirma: «Yoryi Morel se adentra en el alma de nuestro paisaje (…) es un pintor de positiva fuerza creadora (…) Su interpretación de la realidad los dos polos del arte: la humildad y la grandiosidad y su colorido es brillante siempre, pero de una sinceridad sugerente en la que se agota la capacidad objetiva del pintor». «Morena», óleo/tela, 57x46 cms., 1959. Visión idealizada de una joven morena del Cibao que representa, no solo un canto a la negritud dominicana, sino también una estampa de mucha demanda por parte del público. «La infantona» Serigrafía Darío Suro 71
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«Iglesia Mayor de Santiago», Guillo Pérez.
Guillo Pérez. (San Víctor, Moca, 1926). Sus padres deciden trasladarse a Santiago de los Caballeros, en donde estudia música, hace juguetes con el papá, mientras asiste a la escuela pública, intermedia, secundaria y de artes manuales donde recibe orientación de notables maestros, entre ellos Juan Batista Gómez, Federico Izquierdo, Joaquín Priego y Mario Villanueva. Luego de su paso por el seminario decide inscribirse en la Academia Yoryi, recibiendo certificación en 1950. La influencia yoryiana marca sus primeras pinturas, fortalecida además por el desempeño docente en la academia de su maestro. Su traslado a la capital del país en 1954, para laborar en la proyectada Feria de la Paz, le permite ampliarse 72
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como pintor de brocha gorda, asistiendo al cartelista español Luis Chávez, sabio en el manejo de la témpera. La búsqueda de contactos artísticos le permite relacionarse con Eligio Pichardo, pintor que le ayuda a orientarse en las nuevas búsquedas expresivas, lingüísticas, temáticas como el bodegón y el paisaje marino. En 1958 su óleo «Mar Adentro» recibe distinción en la IX Exposición Bienal Nacional; año en que celebra su primera individual con tratamientos focales más simples y apartado de su ciclo precedente santiaguense, aunque la escolaridad de la ciudad marca la urdimbre emocional de su discurso abierto al porvenir. «Iglesia Mayor de Santiago», óleo/tela, 68x78 cms., 1951. Aunque el foco del cuadro es la décimonona iglesia mayor atribuida al arquitecto empírico Onofre de Lora, la silueta de la hoy catedral mayor ofrece una vista del paisaje de Santiago captado desde el sitio de Nibaje: el espejo fluvial del Yaque, el barrancón del casco citadino y el Ocampo imponiendo su grandeza montañosa delante de un cielo lleno de nubes. Las cromatizaciones apasteladas y sueltas definen arboledas y follajes con los medios tonos de un pintor liberado de toda descripción realista.
Gilberto Hernández Ortega. Precedido por las individuales de 1946 y 1949, y su nexo con el movimiento de la Poesía Sorprendida, el dibujante y pintor se consolida durante los años 1950 como creador inconfundible, que pese a los nexos resulta estilísticamente incalificable. En 1954 celebra la tercera muestra personal en la Galería de Bellas Artes, abordada críticamente con Jaime Colson, con quien integra en el año citado el grupo Los Cuatro, que incluye a José Gausachs y Clara Ledesma. Primer premio de pintura en la bienal de 1950 y segundo premio en la correspondiente al 1958. Para esta fecha es profesor de la ENBA y un exponente reconocido por los críticos locales e internacionales. Al presentar exposición en Caracas, Venezuela se escribe: «En Gilberto Hernández Ortega parecen mezclarse todas las tendencias. Nadie, ni siquiera él mismo podría decir a que escuela pertenece. Es enemigo de las «escuelas» y trata de hacer una pintura propia». («El Nacional, octubre 8 de 1951»). El crítico José Gómez-Sicre opina que «Se constituye en un exponente del arte del Caribe, sensual, imaginativo, a rato feroz, siempre profundamente barroco, que trata de convertir una naturaleza exuberante y una luz indomable en un lenguaje plástico que como el propio acento con que hablamos en estas tierras, sea un denominador común de nuestra origen geográfico». «Mujer en el balcón», óleo/tela, 73x57 cms., 1955. La pintura transmite un momento de ocio, de tiempo libre de una mujer de ambigua figuración fisonómica, mágica, plural lingüísticamente, pero de condición antillana o caribeña, desde la tez hasta el cuerpo de mulata situada entre un surreal ambiente de balcón, cortinas y muros con sus manos entrecogidas como un manojo frutal.
Jaime Colson. (Puerto Plata, 1901/Santo Domingo, 1975). Muy joven viajó a España, estudiando en la Escuela de la Lonja de Barcelona y en la Academia de San Fernando de Madrid. Su traslado a París es decisivo: asume el cubismo, el surrealismo y hurga en las fuentes clasicistas, formulando su credo neohumanista. 73
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«Mujer en el balcón», Gilberto Hernández Ortega. 74
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«Bon Jour M’sié Colson», Jaime Colson. 75
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Se traslada en 1934 a México, en momentos del auge muralista, exponiendo individualmente (1936) y asumiendo docencia. Luego viaja a Cuba donde también enseñó y expone sus obras, regresando al país natal, celebrando individual en la capital dominicana (1938). Desalentado por la mediocridad del ambiente decide retornar a Francia donde reside su esposa la pintora japonesa Toyo Yutaca Karimono, aconteciendo la guerra mundial que lleva a la pareja a trasladarse a Barcelona, donde trabajan intensamente y exponen con éxito. En Barcelona había ejecutado un mural, preámbulo de los que ejecuta en Cala Murtra, isla de Mallorca. Al fresco pintó escenas religiosas en la tranquila y solitaria residencia campestre de Ignacio Rotgen. Colson hizo proyectos murales que escandalizaron a los puritanos. De igual manera, al celebrar individual en Barcelona. Sus temas eran de una sexualidad cruda y feroz, condicionada por las doctrinas freudianas desde la década 1920. En 1949 retorna a Paris donde reinaba el caos de la postguerra, exponiendo en colectiva en momentos en que la abstracción en Nueva York desplazaba a la capital francesa como centro internacional de las artes. Su encuentro con el intelectual Rafael Díaz Niese le animó a regresar a tierras dominicanas en 1950, siendo nombrado Director General de Bellas Artes. Conflictos ideológicos, su enfrentamiento con la realidad dominicana y con los artistas refugiados no impidieron su vuelta al discurso neohumanista con un planteo estético neocubista, y la celebración de una individual en el Palacio de Bellas Artes, en 1956. Al siguiente año, 1957, viaja a Haití donde reside durante varios meses; le anima una revisión de sus lenguajes conocidos que se llenan de contenido étnico neoafricano. «Bon Jour M’sié Colson», tinta/papel, 25.5x64 cms., 1957. Dibujo de la serie haitiana del maestro en el que se refunden conceptos cubistas en una conjugación de simultaneidad, asociada a un prototipo racial que redefine el concepto neohumanista. El lirismo de la simpática negrita, estilizada y portando un saludo escrito que cuelga de sus manos levantadas dimensioniliza la tipificación del sujeto femenino por encima del paisaje marino.
Eligio Pichardo. (Salcedo, 1929/Santo Domingo, 1984). Estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes, con los maestros fundadores Pascual, Lothar, Gausachs, Hausdorf, Woss y Gil y Vela Zanetti, graduándose en 1948. En 1951 es profesor de dibujo de la institución cuando obtiene el Premio Nicaragua en la Bienal Hispanoamericana de Madrid. En esa fecha el Estado dominicano lo contrata para ejecutar murales en diversos planteles escolares sobre escenas de historia nacional y sobre las aventuras del Quijote, de Cervantes, entre 1951-1954. Recibió beca del Instituto Cultura Hispánica, residiendo en España, hasta su retorno al país natal, reasumiendo la docencia, celebrando muestras personales y participando en varias ediciones de la bienal nacional, alcanzando galardones en 1958 y 1960. Para estos años, su estatura era reconocida «Fragmentos de un mural» Eligio Pichardo 76
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entre los «Maestros del Continente», título de una colectiva organizada por la Asociación Médica de Puerto Rico. En 1961 fue contratado para exponer en Nueva York, logrando la atención de los principales diarios neoyorquinos, e ingresando sus obras en museos norteamericanos. En 1981 retorna al país y celebra la exposición «Reencuentro Geográfico». «Paisaje marino desde una cueva», óleo/plywood, 34x62 cms., 1951. En formato rectangular, el pintor ofrece la visión contrastante de un paisaje desde el encuadre de una cueva que bordea la composición de un brazo marino y otro celeste, resuelto con paleta de gamas sobrias. «Dos figuras y cantaros», óleo/plywood, 64x44 cms., 1951. Con escritura expresionista que acentúan las masas cromáticas de dos cuerpos desnudos y carnosos que se entrelazan, elevando vasijas en un juego ritual de densa atmósfera. «Fragmentos de un mural», óleo/plywood de diversas medidas, 1951. Cinco «fragmentos» o cuadros concebidos para un mural decorativo enfocan escenas mitológicas de gran riqueza cromática, volumetría corporal en movimiento que aun caracterizado por cierta originalidad interpretativa, recuerdan el estilo barroco, galante y palaciego de Europa, así como el nexo con algunos maestros influyentes de la Escuela Nacional de Bellas Artes como Colson y Vela Zanetti. Los títulos de los cuadros o fragmentos son alusivos a las descripciones temáticas. La ejecución corresponde al 1951: «Tres figuras y un ángel», ensamble de tres paneles 64x134 cms., s.f. «Ninfa», fragmento 60x64 cms., s.f.
«Fauno», fragmento 69x57 cms., s.f.
Antonio Prats-Ventós. (Barcelona, 1925). Llegó al país con su madre, el padrastro y Ramón, el hermano menor. Después de residir en La Vega, en 1941, la familia se reubica en la ciudad capital en 1942, año de la creación de la Escuela Nacional de Bellas Artes. Él se queda solo al viajar los parientes a México, considerándose un pintor entrenado por Shum Vila (el padrastro), participando con un óleo en la Exposición de Autorretratos en la Galería Nacional de Bellas Artes (1943). Empero, Antonio Prats-Ventós sentía fuerte vocación hacia la escultura, recibiendo la orientación en el taller del ebanista Pascual Palacios; igualmente de Francisco Dorado y Manolo Pascual. En 1945 talla cualquier soporte matérico como la piedra y la madera, habiendo obtenido un segundo premio de escultura en la III Bienal de Artes Plásticas (1946). Un conjunto de 40 esculturas da lugar a su primera individual, en 1947, donde obtuvo premiaciones en bienales nacionales celebradas entre 1948-1956, cuando ya es profesor de arte tridimensional en la ENBA, laborabando por largos años en la institución (1951-1969). «Aguatera» relieve I/ caoba centenaria 123x42 cms., 1952. «Aguatera» relieve II/ caoba centenaria 123x35 cms., 1952.
Ambos relieves en caoba tallada ofrecen relación temática al enfocar dos mujeres cargando tinajas de agua, semidesnudas, con faldones ceñidos que permiten apreciar los contorneados cuerpos, cada una de ellas junto a un ramaje de hojas que sobrepasan las estaturas. No obstante la diferencia: una en pose caminante, de perfil y sosteniendo el recipiente con sus elevados brazos; la otra en pose estática y frontal, portando la tinaja sobre el hombro, la similitud ofrece el carácter de un díptico escultórico producido en una misma fecha. 78
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Confluencia y señas de cuatro generacionales 1960-1968 Seis pintores vinculados a diferentes generaciones: Yoryi Morel, con primera individual en 1932; Gilberto Hernández Ortega de la generación 1940; Ada Balcácer, Guillo Pérez, Plutarco Andújar, y Paul Giudicelli, quienes emergen en el decenio de 1950, son todos representantes que confluyen con Cándido Bidó, Leopoldo Pérez (Lepe), José Rincón Mora y Ramón Oviedo, representantes de la generación de 1960. El período 1960 enlaza el dramático cauce de los hechos que representan la invasión armada antitrujillista del 14 de junio de 1959, con focos revolucionarios en Constanza, Maimón y Estero Hondo; revolucionarios que se inmolaron con las armas y los apresamientos de una tiranía que llegaba a su fin en un clima internacional de tensiones caribeñas ocasionadas por el triunfo de la revolución cubana (1960) y su giro filocomunista que lesionaba los intereses geopolíticos de los Estados Unidos en la zona estratégica que enlaza las tierras firmes latinoamericanas. Desde México, pasando por la región de Centro América hasta América del Sur, donde los tentáculos del dictador Trujillo conspiraron con resultados repulsivos, como el atentado contra el Presidente Rómulo Betancourt, de Venezuela. Este atentado ocasionó sanciones internacionales diplomáticas que bloquearon la economía dominicana y aislaron el país, donde decenas de jóvenes conformaron células clandestinas y conspirativas frente a un régimen que cumplía en 1960, treinta años de mandato basado en el autoritarismo, el terror y la violencia contra todo opositor y sospechoso de serlo. Fue desvelada la conspiración clandestina de los jóvenes que se inspiraron en los patriotas que invadieron el país el 14 de junio de 1959. Las cárceles se llenaron de los llamados conspiradores catorcistas. Hombres y mujeres que representaban la flor de la juventud nacional, sometida a cruentas torturas donde muchos encontraron la muerte. Los viles asesinatos como el de las hermanas Mirabal y su chofer Rufino Martínez, aumentaron el trauma social e inspiraron en el seno del mismo gobierno a un núcleo de ciudadanos y militares que planearon y efectuaron el tiranicidio la noche del 30 de mayo de 1960. Muerto el tirano Trujillo, la muerte continuó bajo el mando de herederos y verdugos serviles, aumentando el apresamiento, la sangre y la persecución, pero también la resistencia social antitrujillista, popularmente volcada en las calles de todas las ciudades del país en donde representantes del elitismo familiar asumieron un histórico liderazgo político. Este produjo el cambio forzado del autoritarismo al ensayo democrático. En esta coyuntura las manifestaciones artísticas ofrecen varios perfiles: a. El arte que representa un tránsito productivo entre 1960-1961, donde conocidos y nuevos maestros representan el camino consolidado de la creación visual nacional. b. Los artistas que son directos testigos del drama que acontece en la capital del país, transcribiendo las afecciones del acontecimiento como la guerra urbana del 24 de abril de 1965. c. El nuevo capítulo del expresionismo dominicano, apreciable en casi todos los pintores, pero sobre todo en el núcleo de artistas nuevos que representan generalmente la década de 1960. 79
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Juan Plutarco Andújar. (Montecristi, 1931). Su inicial experiencia pictórica es con el manejo de la brocha gorda, cuando siendo un púber acompañaba a su padre a pintar casas y rótulos de caminos sobre todo en la zona de Manzanillo. En 1945, a los 14 años fue llevado a la capital, reclutado por su inteligencia para continuar formación escolar, asume varios oficios hasta que Angelita Trujillo Martínez lo convierte en uno de sus edecanes de confianza, consiguiendo su nombramiento en el Instituto Dominicano de Cartografía, donde muestra sus habilidades de dibujante, asumiendo en la década de 1950 estudios de arquitectura, medicina e igualmente se matricula en la Escuela Nacional de Bellas Artes (1953), donde sus orientadores principales son Yoryi Morel, José Gausachs y José Vela Zanetti. Entre 1953-1958 ejecuta murales decorativos en residencias capitalinas, participando en dos muestras importantes: la exposición inaugural del Palacio de Bellas Artes (1956) y en la VIII Bienal Nacional (1958). Enfocado en el catálogo de la Galería Nacional de Bellas Artes, editado en 1963, sus datos biográficos señalan que es autor de cuadros, generalmente de paisajes, que se exhiben en Galerías comerciales. Cuando se produce el tiranicidio de Trujillo (1961), se encuentra en la ciudad de Nueva York.
«Calle Las Damas», Plutarco Andújar. 80
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«Paisaje (cascada)», Plutarco Andújar.
«Paisaje (cascada)», óleo/tela 65.5x96 cms., 1962. Obra resuelta con rigor académico, la paleta de tonalida-
des suaves transcriben una vista naturalista de arboleda con riachuelo que hace ligera cascada en el bloqueo de peñascos y piedras. La luz resulta una acentuación intimista del paisaje.
Yoryi Morel. Con más de tres décadas reconfirmándose como pintor de gran estatura moderna, nacional y al frente como cabeza distinta de la escolaridad regional en el sitio de Santiago de los Caballeros, el crítico Manuel Valldeperes lo enfoca en 1963: Afirmar que Yoryi Morel es un pintor netamente dominicano no significa descubrir nada que ya no sepamos todos con certeza; pero es indispensable hacer tal afirmación porque lo que más ha influido e influye en la obra de este singular pintor es su tierra natal. Por eso el acercamiento de Morel a su obra es ante todo, un acercamiento emocional. La escala, la composición y el efecto de sus lienzos, de sus formas y colores se siente más bien que se piensa, y por esta misma razón, simple pero decisiva, el espectador que contempla su obra con el propósito de unirse al pintor en su sentimiento hacia un asunto –única manera de profundizar la pintura– la halla simpática, atractiva, sugerente. 81
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«Framboyán», óleo/tela, 75x 59 cms., 1966. Es un paisaje definido a partir de una arboleda lateral, con
un principesco flamboyán, como también se le llama al árbol de tronco ramificado y abundantes flores muy vistosas de color rojo encendido. El árbol ladea sus ramajes en toda la extensión del cuadro con empalizada en la zona frontal que un estrecho y largo río separa de la secundaria zona con montículos, matas, montaña y cielo de nube blanca. Los amarillos iluminan la realidad, creando contrastes con los verdes y especialmente con los rojos y el añil montañoso. «Paisaje», óleo/tela, 24x30 cms., 1961. Un árbol situado en un montículo es el eje protagónico de un paisaje que incluye conjuntos de viviendas cercanas y lejanas en laderas opuestas, como también palmares. Es una vista que incluye al río Yaque, y un fondo de montañas y cielo con nubes. Es visible un personaje identificado con roja vestimenta. «Lavanderas», óleo/tela, 25x18 cms., 1961. Cuadro con tres planos compositivos en unidad: el primero definido por tres lavanderas y dos tinajones. Ella lava en el río que forma un segundo y gran plano que se extiende hacia la ribera de una vista distante, empero definida por follajes, bohíos y ranchos con laderas montañosas y cielo. Es el tercer plano de la composición pictórica. «Troncos», óleo/tela, 24x32 cms., 1962. Paisaje definido con elevados y grandes troncos de un bosque de pinos, en medio del cual un labriego acarrea un animal con carga. Como escena complementaria llanuras, caserío, follajes y línea montañosa colindando con cielo iluminado. «Estampa», gouache/papel, 13x18 cms., 1966. La producción yoryiana fue accesible siempre al público que quería una obra suya, sin distinguir clases social. Con el ducho ejercicio, el maestro produjo muchas estampas como esta de una campesina, de perfil iluminado y cuya tez canela resplandece con los atuendos de colores contrastantes, con el contexto, espacio donde deja su firma y año con cursiva mamey.
Ada Balcácer. (Santo Domingo, 1930). Con estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes (1946-1951), y cursos complementarios en el taller libre de la Universidad de Puerto Rico (1952-1955), emigra a Nueva York donde labora como diseñadora de Ebony Magazine y de tejidos industriales, creciendo su conciencia de mujer comprometida y militante. A principio del decenio de 1960 retorna al país natal potencializando sus creaciones en las referencias populares, proyectándose en lo adelante como una artista mujer polivalente (dibujante, grabadista, pintora, revolucionaria) que alcanza rango de maestra. Primer Premio de Dibujo en el Concurso León Jimenes de 1966, es cofundadora y activista del Grupo Proyecta (1968-1970). «La televisión», acrílica/tela, 109x74 cms., 1969. Considerada la única mujer de la generación de 1950, con sitial artístico, su oratoria en general no es imitativa ni limitativa en sus originales hallazgos referenciales y plásticos. Aprecia el crítico Manuel Valldeperes: «La pintura de Ada Balcácer no solo nos revela al hombre en su esencialidad, sino que es el resultado de una nueva búsqueda de esa esencialidad. Además, la materia en su pintura –y eso es una constante en ella–, no se halla corrompido ni desgarrada. Son lienzos estremecidos, palpitantes, humanos (…). «La televisión» Ada Balcácer 82
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Son sus performas fluidas de suaves cromatismos (…) que tratan de penetrar la esencialidad del ser, después de haber penetrado la de la naturaleza». (El Caribe, septiembre 28 de 1968).En la obra balcaciana «La Televisión», la naturaleza penetrada conjuga en un rostro enmarcado el rito de un sujeto espiritual, esencializado en la retrovisión duplicada en un solo ojo.
Paul Giudicelli. (San Pedro de Macorís, 1921/Santo Domingo, 1965). De padres nativos de Córcega, convertidos en colonos franceses del Ingenio Porvenir, nació Paul, integrante de siete hermanos, parte de los cuales crecieron en el Ingenio Boca Chica. En 1928 la familia viaja a Francia donde residieron hasta su regreso a la República
«Composición», Paul Giudicelli. 84
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«Composición», Paul Giudicelli. 85
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Dominicana, a inicios del decenio 1930. Dotado como dibujante vehemente desde la niñez, concluye en el país su formación primaria, cursando después el bachillerato y el aprendizaje comercial. Casado muy joven y padre de dos hijos, fue vendedor en varias localidades, sin éxito alguno. Decidió estudiar filosofía en la Universidad de Santo Domingo (1948), siendo alentado a ingresar a la Escuela Nacional de Bellas Artes de donde egresa en 1951. Sucesivamente concurre a la Bienal de Sao Paulo (1952), registrando su primera muestra personal en 1953, conformada por óleos, gouaches, acuarelas, dibujos… un conjunto de 70 obras exhibidas en la Galería Nacional. El crítico Horia Tanasescu escribió de la muestra: «Además de demostrar un talento poco común, la primera exposición de Paul Giudicelli señala la aparición de una nueva energía en el campo de las artes plásticas nacionales, una energía sustancial y llena de fecundos gérmenes, que coloca al pintor de pleno derecho entre aquellos artistas para los cuales el arte no es un pasatiempo, ni una rutina, ni mucho menos un ejercicio, sino una forma de vida que no se puede cambiar, que en ningún momento puede dejar de manifestarse». (El Caribe, diciembre 20 de 1953). «Mujer labrando la tierra», mixta/tela, 100x80 cms., 1961. En la tercera muestra individual, registrada en 1959, el artista reafirma la opción de escoger un camino solitario dentro del grupo de pintores modernos que en su caso hace polisíntesis lingüísticas (abstracción, expresionismo, geometrización) pero también confiesa sus recursos: «En mi caso uso los pigmentos comunes en polvo con arena, arcilla, barnices especiales, cera, agua, formando lo que yo llamo el óleo-temple-plástico. Esta experiencia la comencé en el año 1955 y ha sido perfeccionada cada día hasta lograr más o menos la textura y la contextura que ha caracterizado mi obra». En «Mujer labrando la tierra», se comprueba la polisíntesis de lenguajes y materiales. Paul Giudicelli plantea una visión vanguardista y abstracta del trabajador del campo en la imagen de una labradora femenina. Es obra matérica y monocromática con variaciones tonales. «Composición», pintura/cerámica, 24x24 pulgs. «Hormiga del Caribe», pintura/cerámica y lazo, 40x30 cms., 1962.
En la primera individual (1953), Giudicelli expuso dibujos sobre mosaicos que resultan un planteamiento novedoso para las concepciones de la escritura visual y el empleo de la cerámica como soporte compositivo de representaciones zoológicas (gallos, gatos, hormigas…) y del folklor (máscaras y ritos). A partir de 1961 se inicia un proceso culminativo de sólidas creaciones. Las composiciones en cerámica hablan por sí mismas de esa culminación, además están los premios en pintura de la X y XI bienales nacionales en 1960 y 1963, y en el Primer Concurso de Arte E. León Jimenes, 1964.
Guillo Pérez. Pintor cuya marcha produce ciclos de una revuelta interior de búsquedas y encuentros. Ocupa la Dirección de la Escuela de Bellas Artes, en La Vega y durante el primer lustro de la década de 1960, registra cinco individuales. Viaja a Europa y Norteamérica, obteniendo segundo premio de pintura en el Concurso Anual de Arte E. León Jimenes del 1964, con una obra que lo vincula a la abstracción. «Hormiga del Caribe» Paul Giudicelli 87
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«Abstracto» y «Paisaje» Guillo Pérez «Agonía» Leopoldo Pérez (Lepe) 88
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«Abstracto», mixta/tela, 41x71 cms., 1965. La densidad de la forma espinosa, expansiva y en movimiento
crea el sentimiento de una convulsión dramática, espiritual que subraya colores naciones: el azul, el blanco y el rojo. Su fecha coincide con el hecho de la contienda capitalina y revolucionaria del 24 de abril de 1965. «Paisaje», 30x40 cms., óleo/tela, 1966. Con un planteo abstraccionista y una composición constituida por soluciones geométricas: el rectangular formato de cuadro y un óvulo que casi llena el espacio; el pintor representa el paisaje con negros ramajes que trazan una línea divisoria entre el espacio superior y el inferior planteado como espejo de agua que refleja la vegetación. Son efectivos los contrastes blancos de los triángulos del cuadro que cortan el blanco marfil del óvulo receptacular de la ecuesta vista de la naturaleza.
Leopoldo Pérez (Lepe). (Santo Domingo, 1937). Con estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes, obtiene en 1959 el Gran Premio Trujillo en pintura y segundo premio en escultura, celebrando primera individual en el citado año. Participa en 1960 en la X Bienal de Artes Plásticas y obtiene el único galardón especial otorgado por el jurado del certamen nacional. Viaja a Estados Unidos en donde reside y expone. Una beca en España le permite ampliar formación en cerámica en la Escuela
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Marqués de Urquijo y en dibujo en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. En esta capital registra la segunda individual personal en 1964; muestra reveladora de un particular humanismo, de marginados sociales que reconoce cuando firma con el nombre Lepe, compuesto de las vocales de su nombre y apellido. «Los músicos», mixta/tela, 91x69 cms., 1964. En una obra expuesta seguramente en el Instituto de Cultura Hispánica, en donde celebra exposición individual que, de acuerdo al crítico español González Robles, «Revela la existencia de un verdadero artista», y «uno de los casos más singulares de la pintura dominicano actual», reconoce Darío Suro, agregando: En sus primeras telas la dramatización de un mundo indígena… absorbido por un sentido trágico en la mayoría de sus composiciones». En este sentido, el dramatismo y la desolación social en los intérpretes musicales del cuadro «Agonía», óleo / tela , 81 x 122 cms ., 1966. El artista había obtenido premio de pintura en el Concurso E. León Jimenes (1964) cuando celebró individual en 1965, año de la revolución capitalina iniciada el 24 de abril, concentrada en la Zona Colonial. Lepe fue protagonista del hecho armado, pintando «a la humanidad dolorida» escribe el crítico Valldeperes, quien agrega: «Sin hacer premeditadamente pintura social –en el sentido estricto del concepto–, aparece en sus figuraciones un trazo largo y agudo de humanidad herida (…) un empaste moderadamente denso proclama su entrega a la plasticidad de la materia, pero no con morbosidad, sino con amor y equilibrada emoción». En el texto visual «Agonía» el pintor es un arraigado expresionista, además de expresar la síntesis constructivista en su composición enérgica, dinámica y dramática.
Cándido Bidó. (Bonao, 1936). De humilde origen social y provinciano, se traslada a la capital del país para trabajar en el Colegio Serafín de Asís, cuyas monjas le respaldaron para asistir a la Escuela Nacional de Bellas Artes, de donde egresa en 1962. Prontamente registra exposiciones personales, integra el grupo «Los Tres» con Elsa Núñez y Lepe (1963), participa en certámenes nacionales y colectivas, convirtiéndose en un pintor de atención critica por la novedad de su discurso, su técnica de colores enterizos y texturizado, y su expresionismo primitivista. Fue alumno de Gilberto Hernández Ortega, José Gausachs, Clara Ledesma y Jaime Colson, de quien fue asistente en su cátedra sobre muralismo. El 1965 fue un año vital para el bonaense al obtener el Premio del Salón Esso de jóvenes artistas, celebrado en Washington con la presencia de artistas menores de 40 años de Latinoamérica. La representación dominicana la ostentaron Gilberto Hernández Ortega (premio de pintura), Domingo Liz (premio de escultura) y Cándido Bidó, el cual presentó dos obras: «Estudiantes prisioneros» y «Almuerzo Tardío», merecedora de galardón. «Los músicos», fragmento Leopoldo Pérez (Lepe) 91
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«Comiendo sandías», óleo/tela, 100x80 cms., 1965. Es una pintura vin-
culada a una serie cuyos sujetos humanos son greñudos, enfocados con estilo expresionista de esquemática y negras líneas dramatizadoras de las escenas. El hambre insaciable enfoca a dos personajes, en tanto el tercero, es una hembra mostrando la necesidad de comer en postura silenciosa. La composición de la escena es notable, sobre todo en las gamas. El rojo encendido, matizado en la mesa con paño tendido donde reposan tres lonjas frutales. El azul degradado con el blanco, refuerza la simetría en general del trío humano, el del centro, verde como la enteriza sandía también verde bajo la mesita con sombra que termina encuadrando una composición simétrica con asimetrías conceptuales.
José Rincón Mora. (Cotuí, 1937). Su familia se traslada a Neyba, pueblo del suroeste y de árido paisaje en donde recibió enseñanza básica de curas franciscanos y entre los 8 y 15 años fue influenciado por la catolicidad, las imágenes sagradas y las lecturas de grandes autores del renacimiento español. Tales nexos le llevaron a ingresar al seminario donde estuvo un año, al darse cuenta que ser sacerdote no era su vocación. En 1957 ingresa a la Universidad de Santo Domingo donde estudia arquitectura y también se inscribe en la Escuela Nacional de Bellas Artes donde sus maestros fueron Jaime Colson, Gilberto Hernández Ortega, Marianela Jiménez y Eligio Pichardo. En 1962 registra su primera individual. Una beca en 1964, le ubican en Munich, graduándose en arte. «Retrato de Ana», óleo/tela, 68x38 cms., 1963. El alargamiento perceptible en el retrato permite apreciar una conexión con El Greco y con el barroquismo español, pero definido con visión moderna bajo la influencia de su maestro Hernández Ortega, entre otros. El refinado materismo cromático y el destilamiento expresionista desvelan a un artista de emociones, temperamental y con una maestría y un hacer pictórico juvenil o temprano. «Comiendo sandías» Cándido Bidó «Retrato de Ana», José Rincón Mora 93
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Ramón Oviedo. (Barahona, 1927). Se inició a edad temprana en taller de fotograbado con Manuel Pelegrín, en Santo Domingo (1937), reencontrándose posteriormente con el padre que le vincula al Instituto Dominicano de Cartografía en 1950, donde se ejercita en la materia, titulándose como dibujante en la Escuela Norteamericana de Panamá, en 1953. Al retornar al país ejerce labores publicitarias, vinculándose a los pintores José Ramírez Conde, Rafael Olivo y José Cestero. A inicios de la década 1960 entra de lleno en el quehacer pictórico, exponiendo por primera vez en una colectiva del 1964 (Sótano del Edificio Baquero), participando en el certamen E. León Jimenes del citado año, y trascendiendo como un activo cartelista y pintor constitucionalista durante la revuelta iniciada el 24 de abril de 1965. Una enorme tela con la histórica fecha, permite que se le considere el «pintor de la revolución». «Composición», mixta/tela, 89x80 cms., 1962. Con una escritura compositiva de bloques abstractos y figuraciones fragmentadas que se conjugan entre sí, el tema permite apreciar seres desgarrados, fantasmales y sobrepuestos en una visión social, neoexpresionista, en correspondencia con un período turbulento donde el arte más consecuente ofrece una lírica de desgarramientos. Las deformaciones caricaturescas de la percepción humana con las gamas enterizas, las manchas y las líneas resultan transmisoras de una composición estilística plural.
Gilberto Hernández Ortega. Cuando Darío Suro publica en 1969 la monografía «Arte Dominicano» califica al pintor de «alucinado y convulsivo», reconociendo que se ha situado como uno de los valores auténticos de la pintura dominicana. Sus registros en la década 1960 son abundantes: cinco exposiciones personales, incluyendo una retrospectiva en la Alianza Francesa (1964), registro en todas las colectivas nacionales de importancia y galardones pictóricos obtenidos en el Primer Concurso E. León Jimenes (Santiago 1964) y en el Salón Esso para artistas jóvenes (Santo Domingo 1965). En el 1969 el Grupo Friordano organiza individual en la Universidad Católica Madre y Maestra, figurando tres obras suyas en el Salón de Otoño de Grand Palais de París. «Aves de guerra», mixta/papel, 139x99 cms., 1969. El maestro fue protagonista de la contienda de abril de 1965, situado en el cerco que impusieron los militares estadounidenses durante la segunda intervención del país. Sus pinceles se pusieron al servicio del clamor constitucional y de la lucha por la soberanía dominicana. Fue expositivo de la gran colectiva de la Galería Aufant junto a Jaime Colson, Ada Balcácer, Soucy de Pellerano y Silvano Lora, entre otros. Además ejecutó un telón decorativo para teatro, produciendo documentos visuales sobre las acciones bélicas. En «Aves de Guerra» ofrece una obra dibujística donde se rememora el drama, combinando «el gesto y la fatalidad con ribetes líricos». Aleteos tumultuosos, filosos picos, ojos y sangre se confunden en un estallido que vislumbra la inexorable muerte en un instante visualizado. «Composición» Ramón Oviedo 94
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Arte e Historia
en la colección de Artes Visuales del Banco Popular Dominicano
«Aves de guerra», Gilberto Hernández Ortega. 96
Nuevos, reconocidos y veteranos. Decenio de 1970
La visión lineal de la historia, interpretada como una marcha optimista y progresiva, de acuerdo a teóricos modernos de la historiografía es visión que conlleva dos planteamientos contrarios. Son el diacrónico y el sincrónico. El primero se refiere a la evolución de los fenómenos que transcurren a lo largo del tiempo. El segundo aprecia las circunstancias de fenómenos o hechos coincidentes en un mismo tiempo epocal, histórico. Aplicados los planteamientos de la diacronía y la sincronía a la sociedad dominicana, entendemos la evolución impulsiva de los procesos que conforman nuestro ethos desde la etapa amerindia o prehispánica hasta la contemporaneidad nacional, proceso de siglos ininterrumpidos en el que se verifican concurrencias conjugadoras de los caracteres socioculturales. La nación dominicana ofrece una historia singular llena de adversos episodios e ineludibles marcas etno sincréticas; y como caso único en las Antillas, comparte un mismo territorio con otra nación diferenciada y hermanada al mismo tiempo. En el cuerpo geográfico social dominicano, la historia del arte es una manifestación concreta y espiritual que se expande en varios ciclos, desde el pasado hasta el presente; momento este último en el cual, los artistas y sus creaciones confluyen trazando la diacrónica y la sincronía. Esta última resulta múltiple cuando se localizan las generaciones confluyentes con sus variados discursos lingüísticos, temáticos y visuales. Los soplos estéticos permean las creaciones modernas sin perdida, generalmente de un arte genuino e identitario de la dominicanidad como tesoro fehaciente, misterioso y trascendente. No existe una manifestación cultural más libertadora que el arte, con el cual todo ser inspirado de su poder de invención, guarda semejanza con el Padre Creador. Por delegación divina el artista crea y recrea la vida, monologando con sus poderes interiores, cognoscitivos e imaginativos e igualmente dialogando con los semejantes artísticos. El diálogo entre artistas diversos permite adentrarnos al decenio 1970, período en el que coinciden ineludiblemente representantes de varias generaciones, pudiéndose hablar del nombre novísimos, nombres jóvenes reconocidos y veteranos nombres. Todos ellos demarcándose como activos individuales y, al mismo tiempo sincronizando como sujetos de una misma historia local de las artes. En el atesoramiento que define la colección de arte del Banco Popular, el encuentro intergeneracional nos permite listar las representaciones de acuerdo a fechas emergentes: Etapa 1920-1930: Yoryi Morel, veterano maestro con seis décadas de activismo pictórico que culminan con su fallecimiento en 1979. Generación de 1940: Antonio Prats-Ventós, español refugiado desde la adolescencia, 97
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permaneciendo en el país donde adquiere formación artística, forma familia dominicana y sobresale como artista plural y docente. Militantes desde 1950: Aquiles Azar García, Plutarco Andújar, Ada Balcácer, Guillo Pérez e Hilario Rodríguez, egresados y exponentes reconocidos vinculados dos de ellos a la Academia Yoryi y casi todos a la Escuela Nacional de Bellas Artes. Nombres asociados a la década de 1960: Cándido Bidó, Alberto Bass, León Bosch, Adolfo Piantini, Vicente Pimentel, Roberto Flores, Julia de Guerra, Virgilio Méndez, Orlando Menicucci, Ramón Oviedo, José Ramírez Conde, Nancy Rosado, Geo Ripley y Justo Susana. Novísimos de 1970: Alonso Cuevas, Melchor Terrero, Alberto Ulloa, Fernando Ureña Rib y Carlos Hidalgo.
Yoryi Morel. El maestro tiene 64 años de edad en 1974 cuando ejecuta la obra «Mercado». Reside en la casona de madera y techo de cuatro aguas, donde nació en el sexto año del siglo XX; vivienda donde tenía su atelier replanteado varias veces desde «La Dicha», la pequeña letrina transformada en refugio de sus juveniles producciones, entre ellas «Wagner» la revistilla ilustrada y llena de colores tenues. Habían transcurrido 50 años de la edición publicada en 1924, por demás, conservada como una obra memorable. En el otoño de la vida, padre de cinco vástagos, tres de ellos con su amada Ilonka Szabá, el pintor conjugaba las gamas con su paleta y los pinceles diariamente, de manera incesante, a ratos interrumpido por otras cuitas: la bocanada del tabaco, el sorbo de ron, su violín y el asedio de las visitas y de las necesidades de cubrir el gasto familiar hogareño con obra para el aprovechado y mejor comprador del imaginario, sobre todo «costumbrista», que suscribía en cartones, lienzos y pliegos de papel. Las nubecillas que afectaban sus pupilas le enceguecían, le convirtieron en cegato, pero Yoryi Morel era un artista de conciencia o instinto imparable. Solo la muerte lo detendría. Yoryi Morel: «Mercado», gouache/papel, 90x115.5 cms., 1974. La escritura visual del tema se expande desde el foco simétrico del marchante de las frutas y la marchanta de la canasta de flores, ambos equidistante en el primer plano, hasta la difusión focal del segundo plano impresionante o impresionista en la captación de la muchedumbre de una feria frutal, de compra y venta. Las gamas cromáticas siluetean las formas con deslumbramiento lírico. El maestro con su particular capacidad de traducir el instante con pinceladas ágiles y precisas, estampa la escena del mercado criollo. El bullicio se siente en el tiempo de una faena cotidiana. Doblemente maestro como artista y docente ejercitado en la academia que estableció el Santiago natal, igualmente en la Escuela Nacional de Bellas Artes y el atelier hogareño, Yoryi Morel fue un pintor moderno. Fundamentó con estilo y temario la escuela regional santiaguense. Hilario Rodríguez, Plutarco Andújar y Carlos Hidalgo son de los pintores que reciben su influencia, la cual expresan de diversas maneras. Juan Plutarco Andújar e Hilario Rodríguez se vinculan a la generación de 1950, al graduarse y exponer sus obras en el período, e igualmente viajan al exterior, principalmente a los Estados Unidos de Norteamérica. Los dos pintores retornan al país natal, suscribiéndose en certámenes y celebrando muestras personales.
Juan Plutarco Andújar. Celebra exposición individual en la Galería Nader (Santo Domingo, 1974), e Hilario Rodríguez registra exposiciones personales en Casa de Teatro (Santo Domingo, 1975) y Galería Auffant (Santo Domingo, 1977). 98
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«Atarazana», Plutarco Andújar. 99
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Espiritualmente el pintor es troquelado por la luminosidad del nativo noroeste del Atlántico y el sureño litoral del Caribe, al residir en la zona de Santo Domingo. Sus maestros José Gausachs, Yoryi Morel y Hans Paap influyen en el tratado paisajístico, campestre, costumbrista, marítimo, pueblerino y urbano como en la ejemplar pintura «Atarazana» cuyo foco revela un conjunto arquitectural relacionado al hábitat colonial, además de mostrar una pulcra paleta de estilo personal. «Atarazana»,
mixta/tela, s.f.,
50x34
cms.
Hilario Rodríguez. (Santiago, 1936). Inició su formación pictórica en la «Academia Yoryi», recibiendo orientación de Félix Negro Disla. Becado por el gobierno dominicano, estudia en la Escuela Nacional de Bellas Artes, recibiendo orientación de José Gausachs, Yoryi Morel, Gilberto Hernández Ortega y Vela Zanetti. En 1962 se traslada a Nueva York, exponiendo en colectivas. Al regresar al país en 1966, asume labores publicitarias, pintando ocasionalmente. En 1969, su pintura «Cibao» es galardonada en el IV Concurso León Jimenes, y a partir del decenio 1970 se activa como expositor de diversos temas, principalmente escenas de mercados y típicos campesinos mulatos.
«Dos mujeres», fragmento, Hilario Rodríguez. 100
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«Dos mujeres», acrílica/tela, 70x96 cms., 1977. El cuadro es un paisaje definido por varios planos: el lateral
o primero enfoca en su extremo un montículo de follajes que se asocian a varios árboles inclinados y truncados por el tratamiento compositivo. Después el amarillento camino donde dos mujeres caminan llevando canasta y lío de ropas en sus cabezas. Un corte de tierra ocre forma una banda que eleva una verde sabana con árbol y distantes elementos rematados en un bosque lineal como los conjuntos montañosos azules que contrastan con el tono claro del cielo repleto de nubes. «Muchacha con rosas», pastel, s.f., 25x19 cms. El pintor laboró, durante sus años neoyorquinos, como un diestro ejecutante de retratos con la técnica del pastel. El tema de la joven mulata de perfil, con sombrero y vestido amarillo, extasiada con las rosas que porta su mano, es una estampa de efectivo contraste entre figuración tipológica y fondo abstraccionista.
Carlos Hidalgo. (Santiago Rodríguez, 1948). Formado en la Escuela Nacional de Bellas Artes, desde 1969 participa en muestras estudiantiles, y en la década de 1970 egresa como profesor de arte. En 1975 ejecuta murales en el Museo de Historia, y se relaciona con Yoryi Morel, visitando con frecuencia su taller santiaguense.
«Mercado», Carlos Hidalgo. 101
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«Paisaje», Carlos Hidalgo.
«Mercado», óleo/tela, 8x10 cms., 1977. La pintoresca escena de color y costumbre marchantera es repre-
sentativa de un consciente giro discursivo del pintor después de recibir las normativas académicas. El giro denota adhesión a un modo escolar yoryiano, el redescubrimiento de las esencias criollas y vernáculas, e igualmente como orador liniero, nordestano, nacional. El tema campesino y marchantero que define las obras de Yoryi Morel, Carlos Hidalgo e Hilario Rodríguez, conecta con las visiones de Cándido Bidó, Justo Susana, León Bosch y Miguel de Moya…
Cándido Bidó. Galardonado dos veces en el Concurso de Arte León Jimenes (1967 y 1974). Su ascendente trayectoria suma un gran número de individuales. Marcado por un peculiar estilo figurativo e ingenuista y por los personalizados manejos del azul y los amarillos. «Bidó confiesa que nunca se vale de modelos para pintar. Sus impresiones se graban en la memoria y la imaginación realiza el resto del proceso». (María Ugarte, El Caribe, noviembre, 1970). 102
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«Vendo hojas para tizana» Cándido Bidó 103
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«Bodegón», Cándido Bidó.
«Muchacha con jarrón», acrílica/tela, 35x28 cms., 1971 v «Vendo hojas para tizana», mixta y collage/tela, 103x77 cms., 1973 v «Maternidad», acrílica/tela, 101x81 cms., 1975 v «Bodegón», acrílica/tela, 30x40 cms., 1978.
Las cuatro obras guardan la relación de proceder de un pulso pictórico que maneja reducidas gamas y cuyo imaginario figurativo es claro a la percepción. La mujer es abordada en tres diferenciadas composiciones y la cuarta es un bodegón. En «Muchacha con Jarrón», el azul claro define tres elementos: sombrero, vestido y la media banda de un contexto dividido en varias franjas. El azul y el anaranjado de la piel producen un contraste efectivo. «Vendo Hojas para Tizana» se caracteriza por una composición de variables geométricas, el recurso dominante del collage, que efectiviza el redondo rostro de almendrados ojos, cabeza con manto cual cortina que corona la canasta marchantera de las hojas. La «Maternidad», es un icono transmisor de ternura: mujer con hijo en brazo, en un clima cromático de serenidad en azules: aldea y cielo, con el signo astral amarillento y de luz blanquecina que junto al terruño amarillo de la siembra fortalece el primer plano 104
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de la madre. Ella, vestida de estampado blanco, sombreado de un gris que eleva la enternecedora composición. Si el tema humano configura las obras citadas, la naturaleza muerta está representada por una gran fruta anaranjada y la rama de hojas colocada en un recipiente. Los azules envuelven atmosféricamente el «Bodegón», desde el tono oscuro expandido a gamas de claros compases, donde el simbólico astro bidosiano también anaranjado acentúan el celeste cielo.
Justo Susana. (Jamo, La Vega, 1918). Es un pintor que desde los 14 años comenzó a transcribir el circundante y nativo paisaje rural. De oficio, panadero, cuando se ubica en la capital dominicana, siendo sesentón fue descubierto como artista autodidacta naif o ingenuo. Es la década de 1960, cuando se convierte en expositor promovido por conocedores del arte, una de sus pinturas sobre papel escenifica el hecho bélico de abril 1965, celebrando en esta fecha su primera individual y posteriormente otra en 1969. «Paisaje», acrílica/tela, 84x120 cms., 1977. Es una vista imaginativa de una zona campestre. En primerísimo plano una hilera de vacas arriada por un campesino a caballo. El sendero demarca el paisaje rural de altos y menudos árboles en terreno con bohíos, gentes y animales de especies variables. En el trasfondo los conucos y un horizonte de tono mañanero.
«Paisaje», Justo Susana. 105
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«La (Santa) Última cena», León Bosch.
León Bosch. (Santo Domingo, 1936). Tenía 13 años de edad cuando ejecuta su primera pintura. Con su padre, el escritor Juan Bosch marcha al exilio, iniciando formación artística en la Academia de San Alejandro, de La Habana, Cuba. El exilio familiar lo lleva a Suramérica y a Europa, asistiendo al Círculo de Bellas Artes de Madrid. En el viejo continente frecuenta los museos, estudiando y copiando a los grandes maestros, especialmente a Diego Velázquez. Retorna al país natal a inicios de la década de 1960, exponiendo en colectiva y obteniendo galardón en el Concurso E. León Jimenes de 1969. Durante la década de 1970 registra cinco muestras personales en diversas galerías capitaleñas como la Aufant (1972), en cuyo catálogo figura «La (Santa) Última Cena». «La (Santa) última cena», óleo/cartón piedra, 120x158 cms., 1972. Pintor sesentista que recrea el pasaje bíblico de la «Última Cena», llevado al lienzo por el renacentista Leonardo Da Vinci, entre otros pintores. León Bosch reinterpreta el tema, dominicanizándolo con visión moderna y ruptura. En una terraza campestre y cobijada, 106
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14 criollos son comensales reunidos informalmente junto a tres mesas, la mayoría sentados, otros parados y cercanos al personaje central que unge el encuentro ceremonial. La representación de dos mujeres se constituye en ruptura en un tema recreado en todas sus representaciones, incluida la vista de un paisaje montañoso en cuyo horizonte destella un astro.
Miguel De Moya. (La Vega, 1904). Autodidacta desde temprana edad. Su vocación pictórica crece siendo un adulto. Realizó estudios formales en una academia de Nueva York, cuando ocupaba el cargo de cónsul dominicano en 1928. La carrera diplomática le llevó a diversas ciudades europeas: Florencia, Londres, París, Madrid y comunidades de Andalucía, España, afincándose el quehacer pictórico estimulado por sus frecuentes visitas a los museos, donde encuentra fuentes académicas del arte occidental. Cuando retorna definitivamente al lar nativo se transforma en maestro de sí mismo, ampliando su producción artística, regularmente reservada a círculos del coleccionismo privado hasta que celebra varias muestras personales. En la década de 1970 se registran sus individuales en la Galería Nader (1973) en la Galería Aufant (1975 y 1976) y en Alfonso Decoraciones (1979). «Campesina», óleo/tela, 75x60 cms., 1973 v «Sin título», óleo/tela, 70x55 cms., 1974 v «Campesino», óleo/tela, 90x60 cms., 1974 v «Campesina», óleo/tela.
Reconocido por los manejos del pastel en obras alegóricas y retratos, el realismo anecdótico, costumbrista, frutal y paisajístico define su repertorio. En el enfoque de personales nativos, campesinos adultos o envejecientes, ofrece dominio de los rasgos fisionómicos, la corporeidad e interioridad espiritual, y condición social. «En Miguel De Moya hay una verdad plasmada en cada milímetro de su pintura: sincerismo y después dominicanismo. Lo primero porque no pinta sino cuando lo siente; lo otro, porque en todos sus cuadros por distintos que sean los temas, surge esa fuerza de lo nacional…» (Enrique De Marchena, Listín Diario, marzo 16 de 1973).
José Ramírez Conde. (Partido, municipio Dajabón, 1940/Santo Domingo, 1986). Ingresó a la Escuela Nacional de Bellas Artes en 1957. Fuera del horario escolar, asistió al taller de Paul Giudicelli, uno de los dos maestros que marcan su producción artística, siendo Jaime Colson el otro influyente en los variados discursos de «condecito» como le llamaban sus amigos. Conspirador antitrujillista, es encarcelado. Milita en partidos de filiación comunista, en el Grupo Arte y Liberación, viajando a la China 107
«Estudio No. 1. Electra», José Ramírez Conde.
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comnista, de donde retorna para incorporarse a la guerra capitaleña del 1965, hecho que lo asocia a «El Puño», grupo que postulaba un arte comprometido y nacional. En 1967 celebra individual que lo consagra como un pintor socio expresionista, produciendo después un viraje lingüístico y temático, partidario del fresco y de la academia neohumanista de Colson, maestro que lo involucra en la ejecución de murales, entre 1969-1975. «Estudio no 1, Electra», carboncillo/papel, 78x45 cms., 1975. De acuerdo al neohumanismo colsoniano, de académica representación y referencia clásica o griega, el pintor se imagina a la mitológica Electra en amanerada pose y con un manto que no oculta el desnudo cuerpo de contorneada y vibrátil forma. Ella es sujeto único en un contexto de metafísico y revival espacio arquitectural.
Virgilio Méndez. (Santo Domingo, 1941). Registra la primera individual en la Barra del Hotel Comercial, al graduarse en la Escuela Nacional de Bellas Artes en 1962. Asume docencia artística en San Francisco de Macorís (1963). Obtiene beca para ampliar formación en Madrid, España, de donde regresa en 1968, celebrando segunda individual en el Instituto Dominico-Americano, cuyas obras ofrecen filiación expresionista. Al convertirse en profesor asistente del curso sobre técnica al fresco, impartido por Jaime Colson, el nexo con su maestro se vislumbra desde la década de 1970. «Tertulia», acuarela y tinta/papel, 31x24 cms., 1976. El amaneramiento de gestos y poses que recuerdan la escuela colsoniana transpira algunas de las femeninas tertuliadoras, no obstante tipificadas en un contexto de paisaje barrial como negras luciendo sus cortos y estampados vestidos, sus moños, pañoleta y sombrilla. Tres de ellas caminando y otra sentada sobre una roca bordeada de florecillas, con canasta de verdulera sobre las piernas.
Teté Marella. (Buenos Aires, Argentina, 1943). Con experiencia formativa en diversos campos, más aún en el activismo de las artes, llegó a República Dominicana en 1973, asumiendo diversas faenas en medios publicitarios y de la prensa, registrando la primera exposición como caricaturista de nobles personajes de Santo Domingo (Casa de Teatro, 1974). En el período setentista, sus lápices de colores y acuarelas tipifican sus dibujos de fuerte conceptualidad y estructura; sobre todo de mujeres poéticas, regordetas y de ensueño que amplía en un universo personal. Sus registros expositivos han sido muchos en colectivas e individuales, gozando de la estimación de coleccionistas nacionales. «Muchacha con flores», acuarela y tinta/papel, 5x6 pulgs., 1978. Se trata de un dibujo cuyo tema es una cabeza de rostro dulce y redonda, que porta una canasta de varias flores rojas tupidas de verdes hojas. Desde la canastilla hasta la nuca la caída de una cabellera o manta ondulante que nimba la ingenuidad de infanta.
Fernando Ureña Rib. (La Romana, 1954). Premiado como pintor en concursos estudiantiles organizados por el Grupo Friordano, en 1970 y 1971. Egresa como profesor de dibujo de la Escuela Nacional de Bellas Artes, registrando primera individual en 1973, presentada por su maestro Jaime Colson. 108
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«Tertulia» Virgilio Méndez «Soroche» Fernando Ureña Rib 109
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Luego se marcha a España (1973-1974) enrumbando el hacer de las figuraciones objetivas de influidos cambios, más bien abiertas reflexiones en un crecimiento profesional de dibujante onírico; de pintor grotesco y de organicidad escultórica, definiciones de su undécima individual en la Galería Caferelli (Santo Domingo 1979). «Soroche», acrílica/tela, 115x97 cms., 1978. Es un retrato expresionista donde se conjugan dibujo, humor y color sin diferenciación, mostrando desmesurado humor casi grotesco del sujeto enfocado. Los volúmenes adiposos del hombre vestido de verde, encorvado de canoso perfil, grandes manos enlazadas y rojiza piel, llenan el formato del cuadro con una composición que apenas deja un contexto oscuro, un corto cuello blanco y un lienzo que traduce a un mesero de bar o expendio de comidas.
Alberto Ulloa. (Altamira, Puerto Plata, 1950). Al igual que Fernando Ureña Rib, se vincula a los artistas de la generación de 1970. Estudia en la Escuela Nacional de Bellas Artes y se integra al Grupo Los Seis, participando en muestras colectivas antes de viajar a España, donde amplía su formación, graduándose en la Real Academia de San Fernando de Madrid (1975-1977). «Pareja rosa en un caserío», mixta/tela, 62x48 cms., 1974. La pintura enfoca en primer plano a un par de desnudos amantes rodeado de un blanco halo. La pareja emerge desde un arbusto contrapuesto a un gran caserío que de manera ascendente se extiende con sus tonos rojizos, morados y blancos hasta un horizonte de cielo amarillento. El mensaje temático es simbólico.
Alonso Cuevas. (El Limón, Jimaní, 1953). Al igual que Alberto Ulloa egresa de la Escuela Nacional de Bellas Artes. Milita en el Grupo Los seis, exponiendo en colectivas, también marchándose a Europa donde realiza dos postgrados (Madrid y Marsella) y establece residencia. Su juvenil producción le permite obtener premio del Concurso Estudiantil del Royal Bank (1970), tendiendo al gran formato, a los temas domésticos de bodegones y estancias con refinadas facturas y cromatizaciones. «Bodegón», mixta/tela, 91x120 cms., 1974 v «La mesa», acrílica/tela, 154x178 cms., 1974. Un estilo definido por la geometría y el uso de pocas gamas cromáticas relacionan las dos obras diferenciadas compositivamente. «El Bodegón» conjugado en esparcida e informe linealidad donde tres gamas se alternan en la representación de una mesa con frutas, jarras, copas y paño azul; gamas reiteradas en el contexto arquitectural. La mesa es color ocre rojizo que se repite en casi todos los elementos señalados, por demás parcialmente iluminados de amarillo anaranjado. El fuerte delineamiento del bodegón refuerza la composición aumentando el contraste entre las formas y el fondo de cuadrícula informal y tenue. «La Mesa» es una composición conjugada con aérea captación o desde lo alto. Las geometrizaciones definen el quicio del mueble eje y un par de espaldares de dos sillas diferenciadas en sus posiciones y tamaños. El rejuego de la amplia mesa semicircular en relación «Bodegón» y «La mesa» Alonso Cuevas 110
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a los pequeños diseños que semejan un tablero con otro mediano y rojo se completa con dos bandos rectangulares que horizontal y vertical definen el piso. El amarillo pálido, los azules y el rojo son sus esenciales gamas definitoria, de un elocuente neoplasticismo antillano.
Ada Balcácer. En el decenio de 1970, su hacer dibujístico, pictórico y temático es creciente y diverso, aunque sincronizado por el hilo conductor que refleja la naturaleza antillana en sus aspectos de geografía, flora, agua, luz, cielo, mujer y mitología. El repertorio es amplísimo, empero marcado por una identificación excepcional o única.
Aquiles Azar García. (Santo Domingo, 1932). Su primera orientación artística la recibe de Gilberto Fernández Diez (Colegio de La Salle) y en la Academia George Hausdorf (1945-1946), terminando su formación en la Escuela Nacional de Bellas Artes (1946-1950), decidiéndose por la carrera de Odontología, formándose en la Universidad de Santo Domingo y en la Argentina donde realiza postgrado. En la década 1950 celebra su primera individual, participando posteriormente en colectivas y certámenes, recibiendo mención de honor en Concurso de Alianza Francesa (1963). De varias ediciones del Concurso León Jimenes obtuvo premios en 1968, 1969 y 1971, siendo además galardonado en la Bienal Nacional de 1974. «Composición», acrílica y tinta/papel, 30x30 pulgs., 1975 v «Botellones y cazuelas», carboncillo y acrílica/tela, 80x126 cms., 1975. Ambas obras ofrecen enfoques diferenciadas en sus formatos; aunque no en los temas sobre
cacharros o recipientes utilitarios. La «Composición» en formato cuadrado se caracteriza por la concentración de los objetos bañados de diversos tonos, entre ellos el amarillo, el azul y el marrón. En «Botellas y cazuelas», la solución compositiva es horizontal y rítmica a partir de las altas botellas hasta las cuatro soperitas. La escritura acentuada por líneas negras o grafías minuciosas y enredadas, define el lenguaje expresionista de las dos obras.
Vicente Pimentel. (Santo Domingo, 1942). Graduado en la Escuela Nacional de Bellas Artes (1968), se destaca como dibujante galardonado en cuatro ediciones del Concurso de Arte E. León Jimenes, correspondiente al 1966-1970. Dedicado a la docencia del dibujo de la institución de la que egresa, y distinguido con un primer premio en la XII Bienal Nacional (1972) recibió una beca del gobierno de Francia en 1973, asumiendo en Marsella un curso sobre expresión plástica. Una segunda beca le permite permanecer en París, donde estudia museografía, al tiempo que se dedica a la creación con un criterio de estudios e indagatoria. Se queda residiendo en la capital francesa, alcanzando una trascendencia significativa como pintor. «Los amantes» Vicente Pimentel 112
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«Los
amantes», tinta/papel,
72x49
cms.,
1972. Con un dibujo directo y de agilidad en las soluciones de
las entidades y la grafía, concibiendo contornos, movimiento y representación de una escena de amor. El dibujo transmite vigor expresionista, que aumenta con el añejado sepia del papel que testifica a la pareja de amantes.
Ramón Oviedo. Transita de la década de 1960 como un artista militante y reconocido consecutivamente en el Concurso León Jimenes de 1969 y 1970. Igualmente se le otorga el Gran Premio de Honor de la XII Bienal Nacional de 1974, año a partir del cual su oratoria pictórica produce un cambio visible en sus exposiciones personales: Casa de Teatro (1974); Retrospectiva (1979) e individual en la Galería de Arte Moderno
«¿De dónde venimos?», Ramón Oviedo. 114
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«Simulacro», Ramón Oviedo.
(1978), y exposición en la Galería de Cándido Bidó (1979). En el período una obra suya ingresa al Museo Contemporáneo de la OEA, Washington D.C. «¿De dónde venimos?», mixta/tela, 140x181 cms., 1975. Cuadro de gran formato de los presentados en Casa de Teatro, «temática expresiva, angustiosa, (…) a manera de gritos de verdaderos testimonios de un drama», escribe Jeannette Miller, agregando: «Los temas: De dónde venimos, qué somos, hacia donde vamos, son los 115
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clásicos cuestionamientos del hombre frente a su existencia (…) Rojos, mameyes, acrílicos, óleos, raspado de la tela, aplicación de ungüentos y de cola, tratamientos de pelo (…) Gran tratamiento, gran dibujo, mejor composición y excelente expresión confrontan (…) nos presenta cara a cara la soledad del hombre y la muerte». (El Caribe, sept. 13 de 1975). «Enclaustrado» mixta/tela, 20.5x20.5 pulgs., 1976. Relacionado con el tema de la angustia y de la soledad, el foco revela el rostro de un hombre tras gruesas barras en extensión y movimiento espacial. Barras envejecidas, llenas de clavos contrastando con el fondo inmenso, rojo y conformando una jaula que implica encierro de sí mismo. Ramón Oviedo: «Composición», mixta/tela, 50x60 pulgs., 1979. En un espacio de tonos azules e informales, una masa corporal se retuerce, tal vez representando un perdido astronauta o fantasma angustiado y sideral. La pluritonalidad de amarillo, mamey, negro y rojo; tonos como fragmentos y con grafías, plantea una abstracción expresionista, fantástica y lírica. Ramón Oviedo: «Simulacro», óleo/papel, 112x125 cms., 1975-1980. En una composición vertical de un bloque oscuro salen dos manos sosteniendo una fotografía, en estos elementos se hacen transparentes las representaciones humanas, al igual que en el contexto rojo que rodea dicho bloque. «Ramón Oviedo ofrece una mirada introspectiva y autobiográfica correspondiente a su denominada etapa roja, obra de innumerables lecturas y contenidos desconcertantes que el artista plantea con grafismo, patinas y transparencias». (Myrna Guerrero. «Ámbitos enlazados», 2011).
Guillo Pérez. Convertido en un consagrado pintor galardonado y expositor obsesivo del color y de la experiencia viajera en tierra lejana y nativa, celebra siete individuales, durante el decenio de 1970, multiplicando su presencia en muestras colectivas, entre ellas el Festival Cagnes-ser-mer, Francia (1970), la XIII Bienal Nacional (1975) y en el certamen Premio Independencia Casa de España (1976), obteniendo correspondiente galardones en los tres citados eventos. «Mar Caribe», óleo/tela 31x36 pulga, 1969 v «Zona Colonial», óleo/tela, 43x51 pulgs., 1970 v «Transcurso del tiempo», óleo/tela, 26x36 pulgs., 1971 v «Lamento», acrílica/tela, 32x51 pulgs., 1973 v «Israelitas», acrílica/tela, 30x40 pulgs., 1973 v «Marina, puerto», óleo/tela, 35x51 cms., 1974 v «Hojas de plátano», óleo/ tela, 26x36 pulgs., 1974 v «Composición», óleo/tela, 24x20 pulgs., 1975 v «Carreta, tiempo de caña», óleo/tela, 35x25 pulgs., 1976 v «Sol de mi tierra», acrílica/tela, 35x47 pulgs., 1977 v «Gallo», óleo/tela, 30x20 pulgs., 1979. El cuadro «Mar Caribe», pintado en 1969 tiene conexión con otras obras semi abstractas o de
planos geométricos del decenio de 1960. La visión marina es una composición de bandas horizontales: la blanca corta, el plano superior con la roja que definen el cielo atardecido, con difusos rosados. La banda de azules la define el espacio marino con matices que denotan oleajes cercanos-distantes donde un destello blanco expresa una marolilla. Autorrompiendo el paisaje abstraccionista del mar, el pintor aborda una vista de «Casas coloniales» en 1970, contrastando la arquitectura resuelta en marrones y «Carreta, tiempo de caña» Guillo Pérez 116
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negro con un cielo de firmezas azulosas y blancas con amarillo. Se da una relación compositiva entre la conjugación geométrica del paisaje colonial urbano y la representación del «Transcurso del Tiempo» (1971) de enfoque vernacular y laborista de sujetos humanos representados en dos planos compositivos. Al regreso de un viaje como invitado oficial a Israel, el pintor ejecuta una serie de cuadros donde expresa el muro del «Lamento» que divide la ciudad de Jerusalén, e igualmente a los «Israelitas» los tipifica en una composición más definida de los grupos humanos en planos diferentes, cercanos y distantes. La planimetría geométrica sigue inspirando en dos temas de gamas y simbolizaciones figurativas diferenciadas. Pero prontamente la paleta y el temario cambian en «Hojas de plátano» (1974) y «Paisaje del puerto» (1974) donde el trópico es advertido por gamas matizadas de luz y esplendor. Ese trópico insular retoma en «Composición» (1973) en bandas planimétricas en donde alude incluso al batey a
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más de los símbolos de la plantación, donde la mira temática es más directa en un segundo cuadro titulado «Carreta, tiempo de caña» (1976), un tanto narrativo en la representación de rieles, locomotoras y peones de la caña en una visión contextual en rojo ciertamente representativo de la explotación del ingenio azucarero. Otras dos obras: «Sol de mi tierra» (1977) y «Gallo» (1979) explican la variedad de un repertorio con semejanza y diferencias compositiva en el primero resuelto con tres planos horizontales donde el ardiente sol como elemento central amarillenta al cielo, quema la tierra amarronada y resuelve un reflejo de amarillos y mameyes en lo que parece camino y espejo de agua. Con el «Gallo», irrumpe con un tema que reitera, a costo y a largo plazo, un rejuego que lo convierten en un maestro del color, heredero y diferenciado de la escuela yoryiana.
Orlando Menicucci. (Santiago, 1949). Cursaba estudios de «Trabajo Social» en la Universidad Católica Madre y Maestra cuando una exposición estudiantil celebrada al inaugurarse el campus de la institución lo puso en relación con otros cinco colegas universitarios, todos fundadores del Grupo Friordano, en 1967. El núcleo alcanzó atención crítica, apoyo institucional y proyección en el país. Orlando obtiene el segundo galardón de pintura en la IV Bienal de Ibiza, España (1970), cuando ya su discurso ofrecía los caracteres compositivos, extrapictóricos y cromáticos de un personal abstraccionismo. «Abstracto», mixta/tela, 96.5x75 cms., 1970. En un formato rectangular las geometrizaciones en diferentes escalas y formas límpidas, precisas y de sobria cromatización define una estructura dominante en masa negra con triángulos, círculos y cuadritos metálicos, la cual semeja un plano escultórico contextuado en un espacio de claros grises no menos geométricos. En el extremo opuesto una estilizada figuración en rojo con soluciones amarillas en expansión.
Geo Ripley. (Caracas, 1950). El exilio familiar produjo su nacimiento en Venezuela, creciendo y formándose en Santo Domingo, dándose a conocer juvenilmente en 1967, al ser premiada una obra suya titulada «Inspiración» en el certamen León Jimenes del citado año. Asociado a otros jóvenes artistas expone grupalmente entre 1969-1970. En este último año participa en la IV Bienal de Ibiza, España y en 1972 es seleccionado para la «Expo Nueva Imagen, 10 artistas de vanguardia», celebrada en el Campus de la Universidad Católica Madre y Maestra. Durante el período cursa y obtiene el profesorado en Artes Plásticas por la Universidad Autónoma de Santo Domingo y un postgrado en la Academia de Bellas Artes de Roma (1972-1974). «Signo», mixta/tela, 48x69 cms., 1973. Partidario de la conceptualidad como registro de acción artística, la obra no deja de ser concepto, idea o símbolo representado como forma aérea en azul que sobre un fondo rojo proyecta ondulación perceptible. «Abstracto» Orlando Menicucci
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Julia Sánchez de Guerra. (Puerto Rico, 1914/Santo Domingo, 2011). En su isla natal cursó sus primeros estudios de arte, los cuales continuó en la Escuela Nacional de Bellas Artes al contraer matrimonio con un dominicano, fijando residencia en Santo Domingo y formando familia. Maestra pintora de enseñanza particular desde 1966, se vincula a la fundación de la Escuela de Arte APEC, de la que fue directora hasta 1975, creando durante su gestión el Festival Nacional de Pintura Infantil. En 1977 celebra una muestra en la que presenta una producción de sus pinturas y recreaciones de íconos religiosos. Tres obras suyas enfocan espacios urbanos. «Fachada amarilla», acrílica/tela, 59x78 v «Zona Colonial», acuarela/papel, 14x22 pulgs., 1978. La mirada de la pintora capta tres espacios de antiguas viviendas coloniales de la capital dominicana. Un espacio es la fachada de dos plantas con dos balcones de cerradas puertas marrones, con dos tarros de arbustos, una de ellos, el marrón corona un fragmento de la techumbre y puertecilla lateral en la primera planta. Una cuarta y amplia puerta verdosa con relieves esta semiabierta. El amarillo que baña su arquitectura es más encendido que los otros temas que son sobre edificaciones captadas en una esquina de dos callejuelas y de un patio interior con fachada, calzada, escaleras, farol, jardinería y portal comunicante con un ámbito superior donde se percibe un edificio de dos plantas. La palidez y la ausencia humana crea en las tres vistas una cierta nostalgia romántica.
Nancy Rosado. (Licey, Santiago, 1940). Graduada en la Escuela Nacional de Artes Plásticas y vinculada a la generación 1960, realizó estudios especializados en litografía, muralismo y tipología de materiales, ejerciendo docencia en la Escuela de Bellas Artes de La Vega, en la Escuela de Artes de la Universidad Central del Este y en la Escuela Nacional de la cual egresa. En el decenio de 1970 expone grupalmente, celebrando posteriormente una muestra personal. Es exponente de «Mujer y Arte Dominicana Hoy. Homenaje a Celeste Woss y Gil», exposición y seminario celebrado en 1945. «Casa del Cordón», acrílica/tela, 36x60 pulgs., 1978. El enfoque de la pintura recrea con tonos de envejecido amarillo la portada enmarcada por el cordón de San Francisco y compuesta de un arco rebajado festoneado con las características perlas del período de los «Reyes Católicos». El dibujo precisa con firmeza el amplio cordón horizontal con nudos y caídas verticales sobre dos escudos, la arcada y la puerta definiendo con levedad el enladrillado.
José Cestero. (Santo Domingo, 1937). Tenía nociones pictóricas cuando el padre lo llevó de la mano donde Yoryi Morel, director de la Escuela Nacional de Bellas Artes en 1950, en donde cursa formación hasta 1954. Después viaja a los Estados Unidos de Norteamérica, laborando en una biblioteca pública de Nueva York y asistiendo durante un verano a la «Mill Cooper School». Su relación con muchos pintores
«Antigua Plaza Independencia y Antigua casa de Diego Colón» José Cestero 120
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influye en su aventura creadora, anticipadamente marcada por José Gausachs, Eligio Pichardo, José Fulop y Gilberto Hernández Ortega. A mediados de la década de 1960 está de regreso en la capital dominicana, celebrando una muestra personal en 1966. Su discurso es activo, dinámico, fluctuante y de cierta narrativa expresionista, de acuerdo al crítico Manuel Valldeperes (El Caribe, marzo 26, 1966). Después retorna a los Estados Unidos y reside luego en México. Lleva en su haber los galardones recibidos en las ediciones 1964 y 1968 del concurso Eduardo León Jimenes. Nueva vez regresa a la ciudad natal en el segundo lustro de los 1970. Crecido en el antiguo casco de la ciudad y puerto de Santo Domingo, el pintor se sabe de memoria las calles, edificios y plazas relacionados con los siglos coloniales. Pero él no calca con visión realista los entornos de su añeja y singular espacialidad, sino desde el punto de vista de la espiritualización instintiva. En este sentido comienza a ser el biógrafo recreador de la ciudad ovandista.
Alberto Bass. (Santo Domingo, 1949). Inició su formación en la Escuela Nacional de Bellas Artes, continuando en la Art Students League de Nueva York, en donde reside desde 1967 a 1971. En la urbe neoyorquina registra su primera individual. Al retornar al país natal realiza otras muestras personales, militando en el «Grupo Atlante», del cual fue líder y teórico. Con variables discursos realistas, su paso de la objetividad al contenido social desemboca en el hiperrealismo, siendo el principal exponente nacional con partidarios que reciben su influencia. «Casita», mixta/tela, 70x75 cms., 1978. Con el lenguaje hiperrealista que conjuga, el pintor presenta la fachada de una casa de barrio en equilibrada composición de verticales y horizontales, luces y sombras. Está pintada con vivo cromatismo, característica de una vivienda vernacular, de madera y zinc, con galería de cemento con bloques decorativos. Un jardín espontáneo completa su estampa popular, urbana y sus condicionantes socioeconómicos.
«Casita» Alberto Bass 123
Antología de la dominicanidad: Yoryi Morel 1969-1979
En el diario El Caribe (marzo 1, 1969) el crítico Manuel Valldeperes escribió: «Decir que Yoryi Morel es un pintor netamente dominicano es quedarse en lo superficial, en lo anecdótico de un artista que jamás se ha engañado a sí mismo, que ha pintado lo que ha querido y como ha querido, de acuerdo con su sensibilidad y la desnudez de su alma. Sus obras en general, versan sobre temas acordes, por su atractivo, con su especial sensibilidad, como son por ejemplo, los tipos y los paisajes cibaeños y, por extensión los tipos y los paisajes nacionales, que pinta con fuerza y sobre todo con lealtad. No hay en estas obras pintoresquimo, sino pictoricidad. Pintor temperamental, es en estos asuntos donde le place señalar las formas de sus elementos, pero sujetándolos plenamente para hacer más claro su fraseo. Sus sombras acentúan la transparencia del color (…). Para Yoryi Morel es fundamental la relación del tema con la naturaleza –figura o paisaje–, pero esta relación no es directa. Cierto que el artista está vinculado al tema, pero no por acercamiento mental, sino emocional». Valldeperes recalca que su obra: «es producto de un artista emocional que jamás se ha engañado a sí mismo. Lo que en ella pudiera parecer tipicismo o folklore, es en su esencia vida: vida vivida y sentida. Por eso hay que analizar bien su pintura, para no quedar en lo somero, en lo superficial, en lo anecdótico y comprender que su obra es un eco de lo nacional en la pintura tradicional de hoy. Porque mientras otros pintores han escarbado en las esencias de lo nacional a través de voces y expresiones ajenas, Yoryi Morel llega a la pintura dominicana para quedarse en ella intuyendo el camino. Su morfología solo está sujeta a las exigencias emocionales. Sin embargo, en su pintura global podemos advertir, junto a la desnudez, de la naturaleza, los efectos de la alegría de vivir. Hay, pues, esencial dominicanidad, como ya hubimos de reconocer, en la obra de Yoryi Morel. Y entendemos por dominicano lo que está en la mente y en el corazón de los dominicanos, lo que vibra a través de su espíritu, que es la máxima manifestación de su ser. Por consiguiente, lo dominicano es esencial a los nacidos en esta tierra y que por serlo trasciende. Y esto es lo que Yoryi Morel refleja en su pintura –hombre y naturaleza–, sirviéndose, en primer término, de los factores emocionales». «Su principal preocupación ha sido siempre la de no quedarse alejado de la realidad. Quizás sea esa la razón del excelente empleo de la luz en cada uno de sus cuadros, de coloración sorprendente. Si el color es usado por él de acuerdo con las exigencias vitales del cuadro, la luz satisface –y siempre con exactitud– los reclamos emocionales que son los más afines a su preocupación plástica. (…) en Yoryi Morel hay mucho de evocativo…». «Lo evocativo en su pintura surge más que de la manera de tratar el asunto, del equilibrio que hay en sus cuadros entre la realidad y la atmósfera que la rodea, de la capacidad creadora del artista, que comprende además, de lo pura125
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mente emocional, el poder receptivo. En Yoryi Morel tiene la República Dominicana, lo que es bueno recordar, uno de los artistas más sinceros, no solo porque no se ha traicionado nunca a sí mismo, sino porque ha sido fiel al espíritu que anima su vida de creador. En resumen: Yoryi Morel es una afirmación dominicana en la pintura nacional de nuestro tiempo». A inicio de la década de 1970, el maestro del color y de la luz seguía activo. Tenía 64 años cumplidos, y pintaba hasta soñando, razón que muchas veces le obligaba a dejar la alcoba y dirigirse al pequeño atelier hogareño, tomando su paleta, sus pinceles y colocarse encorvado frente al caballete. Cuando no pintaba, escribe Papito Rivera: alargaba su diminuta figura para alcanzar las notas agudas que arrancaba del violín (…) Seis de los más grandes admiradores de Yoryi adquirieron los últimos cuadros que él pintara casi sin luces en la retina y ansiosos esperan que los primeros que había de pintar cuando la luz vuelva a sus pupilas… (Listín Diario, noviembre 17, 1975). El impedimento de la mirada no doblegó al pintor obsesivo que era. En esta situación llenaba las telas de manchas multicolores produciendo una etapa abstraccionista que no se desvinculaba de su estilo cromático. En 1971, Yoryi Morel «fue víctima de un derrame cerebral (…) perdiendo la visión del ojo derecho. Años más tarde quedó ciego totalmente por espacio de una semana debido a cataratas en el ojo izquierdo. A pesar de todas esas dificultades, fue operado (…) recuperando nuevamente la visión de ese órgano (…). El artista ha expresado que el día que deje de pintar la 30 de marzo me espera, refiriéndose al lugar donde está situado el camposanto de Santiago… (Emely Tueni, Listín Diario, septiembre 7, 1976). En 1972, el gobierno estatal le concedió la Condecoración de la Orden de Duarte en el grado de Caballero. En la casa nativa, la número 53 de la calle Sánchez, el escritor santiaguense Miguel Ángel Jiménez, en representación del gobernante de la nación, Dr. Joaquín Balaguer, impuso el galardón al artista el 26 de noviembre del citado año. Con la asistencia de autoridades locales, amigos y familiares, el Asistente Especial de la Presidencia pronunció un discurso en el que señaló: «Tus cuadros, Yoryi, serán regalo exquisito para el alma, en la casa familiar o en la pinacoteca del país y el mundo, y por eso tiene justificación la condecoración con que te ha distinguido el Presidente». Luego dijo Yoryi: «En lo más profundo de mí mismo, grandes alegrías hechas de campanas al viento, rosas, claroscuros y matices de mi tierra, vienen a decirme, casi al final de mi jornada, más con gloriosa fuerza elemental, que cada día y cada empeño, cada sonrisa y cada lágrima de mi vida, han sido reconocidas y premiadas con el magnífico honor que ustedes acaban de depositar en mi pecho». (Junior Lora, El Caribe, noviembre 27, 1972). «Yoryi se considera un poeta del pincel», es el título de una entrevista del 1977, suscrita por Rafael Pérez; entrevista en la cual el precursor moderno que «llegó a sus bodas de oro con la pintura», no se siente en declive. «Por el contrario, después de una grave afección visual y ya superada, realiza sus cuadros con gran energía y entrega», manifestando «Yo siento la pintura en todo mi ser (…) He tenido después de todo una gran vitalidad (…) He trabajado con una intensidad no tropical (…). Me gusta pintar espontáneamente (…) Siempre trato de ser lo más sincero posible en mi vida, de hacer lo que siento aunque ello me perjudique». (Rafael Pérez, La Noticia, julio 24, 1977). 126
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Yoryi Morel enfermó y fue internado en la Clínica Corominas. Sabiendo que no volvería a conjugar las gamas cromáticas, ni fumar su cigarro, ni morar en la casa familiar, pidió estar con sus hijos. Jaime Morel (Jano) viajó desde Argentina donde hacía carrera de música. El moribundo padre le pidió que le interpretara al violín la canción «Aires de Primavera». «Yoryi, luego de escucharla pronunció un adiós, y entró en el sueño final…» (Domingo Saint-Hilaire hijo, Listín Diario, abril 16, 1979). «Marina», óleo/tela, 24x30 pulgs., 1964. El tema no era usual en el maestro Yoryi Morel, impregnado siempre del paisaje cibaeño o del nativo Santiago; sin embargo, su docencia en la Escuela Nacional de Bellas Artes le obligaron a escuchar el oleaje del mar Caribe interpretarlo con la luz de su paleta. «Cuarteto», óleo/ tela, 13x15 pulgs., s.f. El título implica que se trata de un típico «perico ripiao» tradicional que ameniza una fiesta campesina con bailadores que esperan un lechón asado en la enramada. «Anciana con niña», óleo/tela, 13x16 pulgs., s.f. La escena es una típica visión de una vivienda de empobrecidos habitantes. «Paisaje», mixta/ papel, 15x19 pulgs., s.f. El rápido trazo domina la composición de una vista rural. Los contrastes cromáticos crean un clima emocional o expresionista.
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«Gallos», Alberto Ulloa; «Paloma», Francisco Santos; y «Cielo de mi tierra», Guillo Pérez. 128
Neocomportamiento de los lenguajes modernos
Grandes y veteranos maestros de la modernidad dominicana fallecieron en la séptima década del siglo XX, dejando el rastro de un legado trascendido: el vanguardista Jaime Colson, en 1974; el delirante Yoryi Morel, en 1979; y el alucinado Gilberto Hernández Ortega, en 1979. Andando los 80, fallece a los 95 años la gran precursora Celeste Woss y Gil (Santo Domingo, 1890-1985), en tanto Darío Suro rememora en la ciudad Federal de Washington el ciclo de paisajes y bosques dominicanos en cerámica, escultopintura y telas al acrílico, casi paralelamente al ciclo de su oratoria erótica. Darío Suro refunde aspectos del paisaje y de la corporeidad humana en la notable obra «Tormenta», óleo/tela 48x36 cms., del 1987; obra que ofrece la visualidad de una pierna emergiendo hasta su pie, de huracanadas aguas en movimiento. Cuadro de dramático lirismo donde figuración y un foco geométrico, definen embate y muerte. Es una elocuente representación del cauce de nuestra pintura de la que Suro es un eje central de sus constantes transgresiones vitales, o auto rupturas que él justifica cuando afirmaba que mantenerse en un mismo estilo y discurso –lingüístico y temático– es aburrídísimo. Si algunos caracteres generales pueden apreciarse en la modernidad o contemporaneidad de nuestras artes visuales, uno es su atemporalidad en el contexto occidental del cual emerge su nutrición. Otro es la polisíntesis de sus conjugaciones lingüísticas; y el tercera, el sentido de pertenencia que expresa el sector artístico para interpretar las tendencias con acopio nacional, en mayor medida. En las décadas 1970-1990, pueden deslindarse la nueva figuración dominicana, los realismos simultáneos como el academicista y el naturalista, el hiperrealismo y el realismo mágico. También la neoabstración conceptual y el neoexpresionismo, la figuración geométrica, la neosurrealidad, el neohumanismo espectral y el paisajismo ochentista en el que conocidos, nuevos y veteranos pintores se subscriben. La generación del ochenta, en su representación, expresa el espíritu de adecuación a ciertas pautas históricas de la pintura dominicana, aunque el espíritu de libertad en cada pintor tiende a individualizarse como visualizador.
La nueva figuración Es una tendencia vinculada al realismo que al prescindir del dramatismo expresionista, dosifica la realidad con interpretación serena, simple y subjetiva. Se plantea con algunos maestros: Fernando Peña Defilló, quien abandona la abstracción; con Guillo Pérez y su enrumbamiento hacia visiones locales cargadas de 129
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brillantes gamas cromáticas, e incluso con Darío Suro y su retorno al paisaje inspirado en la geografía insular en un descenso desde abstracciones y eclipses hacia el terruño nativo, el bosque, la montaña, la nocturnidad e incluso el cuerpo humano visible en el citado cuerpo «Tormenta», de la colección bancaria. Como obras escultóricas que se unen a la nueva tendencia figurativa, ya se han referido «Las Damas» y «Meninas» del maestro Prats-Ventós, autor incluso de un paisajismo y un parafraseo de figuras y rostros en relación. La nueva figuración dominicana no tiene que ver con la vertiente europea, sobre todo francesa, aunque sí con interpretaciones antillanas, caribeñas y latinoamericanas. La tendencia dominicana ofrece los caracteres siguientes: discurso sereno, criollidad replanteada, belleza imaginaria de placidez ambiental, facturación sencilla, conjugación directa, planimétrica regularmente cromatizada, sin rebuscamiento, autocomplaciente, bella, bucólica, encantadora, humanística, ingenuista, luminosa…
Guillo Pérez. Con cuadros que datan desde el lustro 1946-1951, y un ejercicio ascendente desde el último año citado, registra numerosas exposiciones personales entre 1969-1989, sobre temas paisajísticos, florales, monumentos coloniales, el de los gallos, una retrospectiva de dibujos que expresan el abordaje de
«Molino y carreta», Guillo Pérez. 130
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«Zona colonial», Guillo Pérez.
sus temas, los discursos «Fuerza y movimiento y fuerza de mi tierra» (1988) y «Homenaje a Santiago» (1989), resultan una experiencia individual que le hacen merecedor de muchas distinciones, entre ellas, la medalla «Pro-arte nacional», otorgada por el Ateneo Amantes de la Luz. Obras ejemplares en colección: «El cielo de mi tierra», óleo/tela, 38x78 pulgs., 1983 v «Palo rojo», óleo/ tela, s.f.
v «Ingenio», óleo/tela, 60x76 cms., s.f. v «Zona Colonial», óleo/tela, 78x93 pulgs., 1986-1988 v «Bueyes,
vagones y carretas», óleo/tela,
75x100 cms., 1987 v «Cañas y bueyes», serigrafía/papel, 60x85 cms., 1985 v «Marina», óleo/tela, 83x103 cms., 1987 v «Puerto», óleo/tela, 60x75c cms., s.f. v «Carretas y bueyes», óleo/tela, 150x190 cms., 1983 v «Molino y carreta», óleo/tela, 30x40 pulgs., s.f. v «Caserío», óleo/tela, 45x60 pulgs., s.f. 131
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«Caserío», Guillo Pérez. 132
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«Mujer de perfil», Cándido Bidó.
Cándido Bidó. En 1980 el artista cuenta con 15 exposiciones individuales, siete galardones en certámenes nacionales de arte y una inconfundible presencia cuyo estilo da primacía a gamas primarias. En 1980 celebra, en el Museo de Arte Moderno, la décimo sexta muestra personal, titulada «Bidó», con el epígrafe «Pinto las cosas y la gente de mi pueblo», aludiendo al natal Bonao, pueblo que marca su poética medular: afable, deslumbrante, imaginativa, simple. Sus personajes de cara redonda y ojos 133
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«Adán y Eva», Cándido Bidó. 134
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almendrados ofrecen una placidez hierática, encabezando un «Paraíso Azul» de paisajes, casas, flores, pájaros y sol distintivo… El idilio, la magicidad o surrealización se refunden en la llanura general del universo personal. Obras ejemplares en colección: «Jaula de pájaros», acrílica/tela, 100x75 cms., 1980 v «El árbol y los pájaros», acrílica/tela,
102x 102 cms., 1981 v «Mujer con pájaros», acrílica/tela, 100x65 cms., 1984 v «Mujer de perfil», acrílica/tela, 60x75 cms., 1984 v «Maternidad», acrílica/tela, 100x75 cms., 1984 v «Maternidad», mixta/tela, 100x75 cms., 1985 v «Muchacha de la aldea», serigrafía/papel, 84x58 cms., 1985 v «Adán y Eva», acrílica/tela, 151x127 cms., 1986 v «Mujer con pájaro de juguete», acrílica/tela, 1987 v «Cabeza», acrílica/tela, 45x55 cms., 1988 v «Sin título», 2 acuarelas/papel, 32x26 cms y 78x26 cms., 1978-1982.
Francisco Santos. (Santo Domingo, 1949). Discípulo influido por Norberto Santana en la Escuela Nacional de Bellas Artes, obtiene con su dibujo «Campesina», el premio de la XIII Bienal celebrada en
«Palomas y naranjas», Francisco Santos. 135
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Danilo De los Santos
1974, ofreciendo una figuración personal que reconfirma con la primera exposición individual en lo adelante. Su pintura de composición simple, sólida y de cálida factura cromática, aborda bodegones, paisajes y morenas de carnosos labios. Sus bodegones ofrecen simpleza en relación al pop art. De acuerdo a Marianne de Tolentino (Listín Diario, septiembre 18, 1974): «Los paisajes transmiten en sus juegos de líneas, de volúmenes bien delimitados y de tintas vibrantes, el ardor del sol tropical, atmósfera no desprovista de un cierto carácter dramático». Entre 1974-1987, el pintor ha registrado siete muestras personales, y ha obtenido el reconocimiento nacional e internacionalmente. En su muestra de la Galería «El Magual» incorpora las palomas a su discurso, remembrando que siendo un niño las criaba en el patio de su casa. Francisco Santos mantendrá coherencia de nueva figuración hasta sus «Vivencias del Barrio» discurso que muestra en 1997. Obras ejemplares en colección: «Morenas y flores», acrílica/tela,
24x30 pulgs., s.f. v «Naranjas y palomas», acrílica/tela, 27x32 pulgs., 1983 v «Morena con pamela», acrílica/ tela 24x20 pulgs., 1983 v «Mar, palomas y pescadores», acrílica/tela, 40x60 pulgs., 1986 v «Paisaje marino», acrílica/tela, 30x40 pulgs., 1988 v «Paisaje», acrílica/tela, 40x36 pulgs., s.f. v «Paisaje de dos casas con varios árboles», acrílica/tela, 40x60 pulgs., 1988 v «Paloma con ramos de cafetal», acrílica/tela, 40x60 pulgs., 1988 v «Muchacha con pamela y paloma», acrílica/tela, 30x40 pulgs., 1989 v «Mulata», acrílica/ tela, 50x59 pulgs., 1989.
Shum Prats. (Santo Domingo, 1952). Egresado de la Escuela de Diseño y Decoración de la Universidad «Paloma» y «Mulata» Francisco Santos «Sillas y flores» Shum Prats 137
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Nacional Pedro Henríquez Ureña, su obra resulta marcada por sus parientes Antonio Prats-Ventós (padre) y Ramón Prats-Ventós (tío), aunque él establece distancia y diferencia respecto de ellos. Con premio obtenido en el Concurso de Pintura Casa de España (1976), celebra seis individuales entre 1975 y 1980. Considerado un «Caso especial» en la generación artística a la que se vincula, su obra más reconocida recrea imágenes ingenuas en composiciones planas con gran pulcritud cromática. Es una pintura despojada de dramatismo, amable, de belleza serena, intimista y con cierta atmósfera intemporal. Sus temas arquitecturales: calles con viviendas vernáculas, estancias con muebles y frutas, jardines y apenas la presencia humana resultan simbólicos e inanimados. Aunque se desvió con otras producciones, su afable discurso ceñido a la nueva figuración local ofrece registros de cuadros con esta tendencia en años. Obras ejemplares en colección: «Desde la ventana, jardín y casas», acrílica/tela, 40), acrílica/tela, 400 cms., s.f.
v «Sillas, flores y naranjas», acrílica/tela, 152x101 cms., s.f. v «Plaza», acrílica/tela, 30x40 pulgs., s.f. v «Niño
con vejiga frente a tres casas», acrílica/tela,
40x30 pulgs., 1989.
Daniel Henríquez. (Santiago de los Caballeros, 1946/1996). En la nativa ciudad estudia Derecho e Ingeniería Industrial en la Universidad Católica Madre y Maestra, donde es co-fundador del Grupo Friordano con muestras expositivas entre 1968-1972. En este último año es seleccionado para la Expo-Nueva Imagen: 10 Artistas de Vanguardia». Obtuvo el galardón de pintura en el Concurso de Casa de España del 1976. Para esta fecha residía en Santo Domingo donde ejercía la ingeniería, la que abandona para convertirse en galerista o marchante de arte y dedicarse a su producción pictórica. Su crecida proyección está avalada por sus innumerables individuales, presencia en colectivas del país y del extranjero. En las exposiciones del Friordano registra obras de viviendas en pequeños formatos y diseños sencillos. El temario encuentra soluciones nuevas en 1976, influido por el cubano Emilio Sánchez y Fernando Peña Defilló; influencias que personaliza con el monotema de sus casas victorianas y vernáculas, usando procedimientos como el recurso del masking tape, de plantillas y el collage. Henríquez se convierte en un constructor pictórico de casas y caseríos dominicanos, con composiciones planimétricas, pulcras de color, sumergidas en la soledad paisajística y una atmósfera de magia lunar, soleada y cielo explosivo repleto en flores, resultando un excelente cultivador de la nueva figuración. Obras ejemplares en colección: «Casita dominicana», acrílica/tela, 105x50 cms., 1980 v «Casita dominicana», acrílica/tela,
104x41 cms., 1981 v «Casita serigrafía/papel, 85x62 cms., 1985.
dominicana», serigrafía/papel,
83x60
cms.,
1985 v «Casita
dominicana»,
«Casita dominicana» Daniel Henríquez 138
Danilo De los Santos
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Amaya Salazar. (Santo Domingo, 1951). Inicia su formación en la Academia de la pintora Julia de Guerra (1979), continuando en la Escuela del Museo de Bellas Artes, Boston (1979-1980). Entre 1981-1985, registra cinco exposiciones individuales y otras cuatro entre 1987-1990, en Madrid, Bilbao, Milán y Santo Domingo. Su primera muestra estableció una voz visual personalísima. La mesura factural de sus diversos temas ofrecen un cromatismo diluyente una conjugación entre esfumato-luz de elocuencia cotidiana y figuración nueva. Obras ejemplares en colección: «Sin título», mixta/tela, 95x49 cms., 1982 v «Dos mujeres», mixta/tela, 30x40 cms., s.f.
v «Maternidad», mixta/tela, 40x50 pulgs., s.f. v «Pareja», acrílica/tela, 100x75 cms., s.f.
«Maternidad», Amaya Salazar. 140
Danilo De los Santos
«Marola delante de un vitral», fragmento, Danicel.
Danicel/Danilo De los Santos. (Puerto Plata, 1942). Formado en Santiago de los Caballeros, donde realiza todos sus estudios escolares, artísticos y académicos. Es cofundador del Grupo Friordanos, surgido en la Universidad Católica Madre y Maestra (1967), donde obtiene Licenciatura en Educación y se vincula como 141
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docente y funcionario de diversas áreas. En 1972, celebra individual donde antologa el tema maroliano, femenino, ingenuista y negrita que fabula en diversos ciclos que se asocian a la figuración nueva. Obras ejemplares en colección: «Marola», serigrafía/papel, 85x60 cms., 1985 v «Marola delante de un vitral», mixta/tela,
126x101, 1989 v «Carnaval», mixta/papel, 74x109 cms., 1990,
Adolfo Piantini. (Santo Domingo, 1946). Con formación inicial en la ENBA y la Academia de Gilberto Hernández Ortega, posteriormente estudia en varias escuelas neoyorquinas de arte, estableciendo residencia en los Estados Unidos. Jeannette Miller lo enfoca: «Comienza a exponer en el año 1966 y su lenguaje expresivo se canaliza a través de imágenes umbrías que refieren a su aprendizaje con Hernández Ortega y Elsa Núñez. El mismo Piantini reconoce que en el camino de su obra pictórica incide primeramente una influencia renacentista, seguida de un período de atracción por lo gótico hasta llegar al expresionismo, y producto de su encuentro con Rowalt, a un neofauvismo. Luego, e impresionado por la obra de Fernando Peña Defilló, entra a trabajar las características de la llamada nueva figuración dominicana (…). En su última individual de 1977 Piantini continúa la imagen dominicana a través de una especie de monumentalidad que recuerda las proporciones de Cándido Bidó». (J.M., Historia de la Pintura Dominicana, 1979, pp.77-78).
Jorge Severino. (Puerto Plata, 1935). Recibió enseñanza de dibujo del maestro Rafael Arzeno en la escuela de la ciudad natal, continuando por su cuenta la creación pictórica. Celebra su primera exposición individual en 1966. Obtiene premios de pintura en el IV Concurso de Arte León Jimenes (1968) y en la XIII Bienal Nacional (1974).
«Mujer y niña» y «Mujer con flores», Adolfo Piantini. 142
Danilo De los Santos
«La novia», Jorge Severino.
«La Dama» es la obra galardonada, la cual plantea un estilo figurativo sobre negras mujeres resaltadas en blancos, focalizadas en la segunda individual celebrada en 1978. La magia y el mito son acogidos en sus obras, entre otros asuntos que le vinculan al pop art dominicano, pero son los «Retratos de Familia» presentados en Casa de Teatro 143
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(1981) y otros discursos afines entre 1983-1986, los que encausan a una iconografía imaginaria y formal que le asocian a la nueva figuración. Obras ejemplares en colección: «Dama», serigrafía/papel, 35x26 pulgs., 1985 v «La novia», mixta/tela, 106x90 cms.,
1985 v «Sin título», acrílica/tela, 104 x90 cms., 1993 v «La novia 1», acrílica/tela, 101/91 cms., 1994 v «Dama negra», acrílica/tela, 101/76 cms., 1995.
«Dama», serigrafía, fragmento. Jorge Severino. 144
Danilo De los Santos
Thimo Pimentel. (Santo Domingo, 1941). Personalidad de muchas facetas: médico, dibujante, fotógrafo, escultor, pintor, ceramista y gestor cultural. Tiene vinculación formativa con Gilberto Fernández Diez, Paul Giudicelli y Eva Kaufman. En 1963 expone individualmente por primera vez, presentando posteriormente numerosas muestras personales. Obtuvo galardones en certámenes nacionales y asociándose como militante del Grupo Proyecta. Es fundador de la Trienal Elit-Tile, la cual sitúa a la República
«Caballo blanco», Thimo Pimentel. 145
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Dominicana en el mapa internacional de la cerámica artística contemporánea, entre final del pasado siglo XX e inicios del XXI. Thimo es un ceramista de reconocido ejercicio, cultivándola en obras bidimensionales (murales, cuadros y losetas) y obras tridimensionales (arquitectura, escultura y objetos funcionales). Obra ejemplar en colección: «Caballo blanco», ensamble cerámico al cuadro, 10x10 pulgs., 1980.
Carolina Cepeda. (Río San Juan, provincia María Trinidad Sánchez, 1952). Formada en la ciudad de Santiago, estudia pintura en la Escuela de Bellas Artes y Trabajo Social en la Universidad Madre y Maestra, donde forma parte del Grupo Sinople, ejerciendo localmente docencia pictórica en su escuela
«Platanal», Carolina Cepeda. 146
Danilo De los Santos
barrial y personal. Con una presencia en colectivas nacionales, registra 15 muestras individuales entre 1970-1990. Fue expositora invitada de la muestra Mujer y Arte Dominicana Hoy. Homenaje a Celeste Woss y Gil, celebrada en Santo Domingo (1995). Uno de los discursos expositivos de la pintora, titulado «Canto a mi Tierra», traduce varios ciclos de un paisajismo reconocido en sus recreaciones o reinvenciones regocijantes de la realidad. La nueva figuración es explicita en su obra resuelta con gamas cromáticas frescas y luminosas; obra multiplicada en los tesoros del Banco Popular. Obras ejemplares en colección: «Desembocadura del río Ozama», acrílica/tela, 118x167 pulgs., 1979 v «Sin título», acrílica/tela,
21x29 pulgs., 1980 v «Sin título», mixta/tela, 24x29 pulgs., 1980 v «Platanal», acrílica/tela,
«Desembocadura del Ozama», Carolina Cepeda. 147
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100x25 cms., 1982 v «Paisaje», acrílica/tela, 55x70 pulgs., 1984 v «Paisaje», acrílica/tela, 76x30 cms., 1984 v «Paisaje», acrílica/tela, 76x30 cms., 1985 v «Sin título», acrílica/tela, 76x30 cms., 1985 v «Ranchos de tabaco», serigrafía a color 100/120/papel, 76x50 cms., 1986 v «Paisaje», acrílica/tela, 100x37 pulgs., 1988 v «Paisaje», acrílica/tela, 101x38 pulgs., 1989 v «Paisaje», acrílica/tela, 100x75 pulgs., 1989 v «Paisaje», acrílica/tela, 60x75 cms., 1989 v «Paisaje», acrílica/tela, 60x75 cms., 1989 v «Paisaje», acrílica/tela, 60x75 cms., 1989 v «Sin título», acrílica/tela, 75x100 cms., 1989 v «Sin título», acrílica/tela, 60x75 cms., 1989 v «Paisaje», acrílica/tela, 100x37 cms., 1989 v «Paisaje río», acrílica/tela, 100x75 cms., 1989 v «Lavanderas en el río», acrílica/tela, 75x59 cms., 1989.
Juan A. García Lestrad. (Santo Domingo, 1952). Celebra individual juvenil en 1966. Estudia diseño gráfico, vinculándose al Grupo Atlante durante el período 1970. Registra más de seis individuales, destacándose por un estilo de figuración de líneas profusas definiendo los asuntos que dosifica con una narrativa de encendidas cromatizaciones. Firma sus obras con el segundo apellido Lestrad. Obras ejemplares en colección: «Paisaje con mujer lavando», mixta/tela, 24x30 pulgs., 1987 v «Espantapájaros», acrílica/tela,
24x30 pulgs., 1992.
Alette Simmons. (Madison, Wisconsin, 1952). Con educación artística, especialmente en Newcomb College de Tulane University (1971-1975). Se vincula al país dominicano por enlace matrimonial con uwn nativo. Artista que trabaja diversas manifestaciones: escultura, instalación, pintura y video. Registra nueve individuales entre 1976-1991. Su discurso es evocativo de tendencias estilísticas contemporáneas, imponiéndose los de tonos cromáticos comedidos, en figuraciones cálidas refinadas. Obras ejemplares en colección: «Muchacha con amigo», mixta, metal/tela, 100x75 cms., 1985 v «Familia», óleo/tela,
100x75 cms., 1985 v «Pareja de Higüey», óleo/tela, 76x121 cms., 1985.
Figuración neohumanista En una tradición discursiva vinculada a Jaime Colson, maestro influyente de generaciones artísticas comprendidas entre 1950-1978, sus arquetipos, sujetos amanerados y raciales, mulatas y negros, son reiterados en discursos neofigurativos, como en los casos de los pintores Virgilio Méndez y Baron Arias.
Virgilio Méndez. Después de la adhesión neohumanista vinculada a gráciles y negras mujeres de estrato barrialpopular, el pintor capitula negras damas de atuendos y portes exóticos y pretéritos: amables damas enfocadas como «retratos» sustraídos del tiempo, aunque visionariamente asociadas a una ilusoria corte antillana o caribeña. Obras ejemplares en colección: «Figura», tinta y acuarela/papel, 31x24 cms., 1984 v «Figura», tinta y acuarela/papel,
31x24 cms., 1987 v «Morena», tinta y acuarela/papel, 30x50 cms., s.f. v «Figura», tinta y acuarela/papel, 30x20 cms., s.f. v «Sin título», óleo/tela, 75x60 cms., s.f. v «La dama de los cantos», serigrafía/papel, 64x89, s.f. v «Gran dama», mixta/papel, 50x40 cms., s.f. v «Mujer y pez», acrílica/tela, 30x24 pulgs., s.f. 148
Danilo De los Santos
«Figura», Virgilio Méndez. 149
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«Las hermanas», Barón Arias.
Barón Arias. (Santo Domingo, 1955). Alumno de Jaime Colson, personaliza el canon neohumanista al egresar de la Escuela Nacional de Bellas Artes en 1974. Años después celebra la primera individual conformada por quince dibujos (1976) y en años sucesivos, 1977-1978, otras dos muestras. Comparte su residencia entre Nueva York y la ciudad natal. En 1983 logra un premio de dibujo en el Concurso de Arte León Jimenes patentiza una imagen de condición intemporal con su refinado dibujo, con técnica a la tinta puntillada, asociada a obras similares y a un núcleo posterior de pinturas. En este núcleo, el foco temático 150
Danilo De los Santos
son niñas barriales, absortas y cándidas, de rasgos mulatos y piel trigueña, modeladas en sus dibujadas formas y tipificadas en los atuendos y peinados en contextos ilusorios, cromáticamente suaves. Obras ejemplares en colección: «Muchacha en la ventana», acrílica/tela, 27x34 pulgs., 1986 v «Las hermanas», acrílica/tela,
34x27 pulgs., 1986 v «Niña», acrílica/tela, 28x22 pulgs., 1992.
Figuraciones geométricas y reminiScentes El recuerdo de un tiempo anterior, como escena neorromántica, paisaje visionario e icono maestro; como composición pictórica ceñida a reglas geométricas visible y encubierta se agrupan nombres y obras artísticas figurativas y con semifiguraciones pertenecientes a un núcleo de pintores: Roberto Flores, Soucy de Pellerano, Said Musa, Elsa Núñez, Leopoldo Pérez, Dionisio Rodríguez, Norberto Santana, Alberto Ulloa…
Soucy de Pellerano. (Santo Domingo, 1928). En Puerto Plata recibe primera orientación artística de Rafael Arzeno. Al regresar a la ciudad nativa estudia carrera profesional en la Universidad de Santo
«Base UFUS J. L.». Soucy de Pellerano. 151
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Domingo y recibe orientación de Rafael Pina Melero y Paul Giudicelli, completando formación en la ENBA, de donde egresa en 1967. En este año celebra su primera individual, registrando otras 14 muestras personales hasta 1987. Para esta fecha ha sido galardonada varias veces en el Concurso de Arte León Jimenes, y entre otras muchas distinciones, un premio de dibujo en la Bienal Nacional de 1972, año en que figura en «Expo Nueva Imagen: 10 artistas de Vanguardia». Artista mujer de notable polivalencia productiva. En su faceta de pintora, algunas de sus obras interpretan el mundo industrial mecánico, en composiciones cargadas de atracciones esquemáticas y cálidos cromatismos que transparencia el cúmulo geométrico. Obra ejemplar en colección: «Base UFUS J. L.», mixta/tela, 24x30 pulgs., 1988.
Roberto Flores. (Santo Domingo, 1949). Estudia en la Escuela Nacional de Bellas Artes, siendo sus principales profesores Pedro García Villena, Domingo Liz y Jaime Colson, con el cual se especializa en pintura mural. Al graduarse en 1969 obtiene el Primer Premio en Pintura de la Escuela y premio de Dibujo en el V Concurso de Arte León Jimenes. En 1976 registra su primera individual y la segunda en 1980. Celebra exposición con Barón Arias en 1984. Sus obras expresan nostalgia en una visión amarillenta de casas coloniales al igual que otras figuraciones neohumanistas o protocorsianas, tendiendo a una reducción de imágenes resueltas con esquemas geométricos o tendencia neocubista. Obras ejemplares en colección: «Zona Colonial», acrílica/tela, 20x14 pulgs., 1984 v «Rostro», acrílica/tela, 20x16 pulgs., 1986 v «Violoncelista», óleo/tela, 40x30 pulgs., 1992 v «Composición», óleo/tela, 40x30 pulgs., 1991 v «Cara de perfil», mixta/tela, 49x39 cms., 1986 v «Sin título», óleo/tela, 100x80 cms., 1989 v «Música», acrílica/ tela, 32x39 pulgs., 1989 v «Abstracto», mixta/tela, 100x75 cms., 1991.
«Cara de perfil», «Composición» y «Violoncelista», Roberto Flores. 152
Danilo De los Santos
«Paisaje», Norberto Santana.
Norberto Santana. (Santo Domingo, 1943). Egresado de la Escuela Nacional de Bellas Artes (1963). Amplía formación en España, completando sus estudios con el maestro Colson. Registra primeras individuales en la capital dominicana (1966-1967). Obtiene el premio de pintura en el V Concurso de Arte León Jimenes (1969). En la década de 1970 celebra cuatro individuales. Ejecuta murales al ducco y al fresco. Asume docencia volviendo a registrar muestras personales posteriormente en la década de 1980. Con un estilo depurado de figuraciones conjugadas, en composiciones de «geometrismorectolineal», se advierte en su discurso un alarde neoclasicista. Se pierden las calidades de estilo, aborda después –años 90– un temario de nexo con la realidad social: barrios, paisajes y sujetos humanos entre otros asuntos cotidianos, su paleta ofrece claridades en gamas y luz, persistiendo el esquema y la geometría. Obras ejemplares en colección: «Paisaje», acrílica/tela, 50x60 cms., 1985 v «Paisaje», acrílica/tela, 60x50 cms.,
1986 v «Paisaje», acrílica/tela, 52x77 cms., 1986 v «Paisaje», acrílica/tela, 75x100 cms., 1988 v «Sin título», acrílica/tela, 60x75 cms., 1993. 153
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Said Musa. (Santos Domingo, 1959). Estudia en la ENBA en los años 1967-1972, vinculándose al maestro Jaime Colson. Es dibujante, pintor, ceramista, autor de murales y escultor galardonado en el Concurso de Arte León Jimenes (1992) y en la Bienal Nacional (1994). Ha realizado varias exposiciones personales desde 1980 hasta el presente siglo XXI. En su estilo pictórico, las figuraciones se caracterizan por fuertes contrastes cromáticos acentuados por la línea e insinuadas geometrizaciones. Obra ejemplar en colección: «Niño sentado», óleo/tela 121x66 cms., 1993.
Dionisio Pichardo. (La Vega, 1929/Santo Domingo, 2010). Localizado en la capital dominicana, concurre a tertulias artísticas y literarias, emprendiendo por su cuenta la formación pictórica que completa asistiendo a la Escuela Nacional de Bellas Artes y recibiendo orientaciones del maestro Colson. Vinculado a la generación de 1950, en el decenio registra individuales entre 1957 y 1959. Con experiencia vivencial en Nueva York, celebra individual en esta urbe, antes de retornar a la república natal, donde prosigue su proyección artística. Su obra fluctúa entre densas figuraciones expresionistas, abstracciones y obras con soluciones geométricas. Obra ejemplar en colección: «Picasso contemplando la paloma de la paz», óleo/tela, 64x53 cms., 1983.
Leopoldo Pérez (Lepe). Abandonando el descarnado dramatismo social de fuerte trama negra, de los años 1960, empero sin dejar de ser expresionista, desde la muestra del Grupo Proyecta, del cual es integrante, su paleta se aclara con texturas amarilla y azulosa, deviniendo entre 1974 y 1987 nuevos temas compositivos donde aparecen el paisaje, el paseo y las vendedoras, que no excluyen las geometrizaciones espaciales como «armadura dibujística» aflorada o interna. Se observan «Lirismo y vitalidad espiritual (…)
«Paisaje de montaña» y «Pinares», fragmento, Leopoldo Pérez (Lepe). 154
Danilo De los Santos
dejando sentir ese carácter de unicidad que sella su pintura como únicamente sabe hacerlo Lepe», opina Abil Peralta Agüero. Obras ejemplares en colección: «Veleros», mixta/tela, 83x106 cms., 1983 v «Paisaje de montaña», mixta/tela, 75x100 cms., 1986 v «Pinares», acrílica/tela, 86x114 cms., 1987 v «El Paseo», mixta/tela, 88x104 cms., 1987.
Alberto Ulloa. (Altamira, Puerto Plata, 1950). Regresa de España con el grado Profesor de Artes Plásticas por la Real Academia San Fernando, Madrid, en 1977, año en que celebra individual en la Galería Auffant. En 1978 otra muestra personal es acogida en la Galería de Arte Moderno, logrando galardón de pintura en la XIV Bienal Nacional, 1979. La nueva producción de Ulloa manifiesta, por un lado, una figuración imaginativa y referenciadora de conexiones lingüísticas, y por igual la contraria conjugada con soluciones geométricas. En esta última tendencia se advierte un cierto nexo picassiano y con maestro dominicanos. Obras ejemplares en colección: «Mujer con frutera» acrílica/tela,
60x40 cms., s.f, «Personaje», mixta/papel, 60x40 cms., 1980 v «Rostro», acrílica/tela, 30x40 pulgs., 1984 v «Mujer ante el espejo», acrílica/tela, 57x33 pulgs., 1984 v «Retrato de un extraño», acrílica/tela, 98x152 cms., 1988.
Elsa Núñez. (Santo Domingo, 1940). Graduada como profesora de dibujo y pintura en la ENBA (1962). Inicia sus registros expositivos individuales en 1963, sumando otras seis hasta 1970, cuando viaja a España para ampliar su formación. En Madrid presenta dos muestras personales, en 1971. Al retornar al país su labor se multiplica como docente, animadora de talleres infantiles y expositora de colectivas «Personaje» y «Mujer con frutera» Alberto Ulloa. 155
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locales e internacionales. Entre 1972 y 1985 subscribe 15 muestras personales, entre ellas la retrospectivas que antologa 80 pinturas. Para el último año citado, su discurso ofrece una apertura pronunciativa donde el paisaje interiorizado, de abiertos matices refrescantes, consistían en abstracciones simultáneas a las figuraciones de sus alargadas mujeres, traduciendo voces de primavera, o representando la estación de flores y mariposas, entre otras visiones de tendencia neorrománticas. Obras ejemplares en colección: «Abstracto», acrílica/tela, 30x40 cms., 1987 «Rostro», acrílica/tela, 62x52 cms.,
1987 v «El misterioso fondo del mar», 125x125 cms., 1987 v «Mujer con flores», acrílica/tela, 75x60 cms., s.f. v «Mujer con trinitaria», acrílica/tela, 90x60 cms., s.f. v «Mujer en reposo», acrílica/tela, 75x100 cms., s.f. v «Mujer con pamela y mariposa», acrílica/tela, 75x60 cms., s.f. v «Primavera», acrílica/tela, 75x60 cms., s.f. v «Mujer y mariposa», serigrafía/papel, 38x100 cms., s.f. v «Dama con flores», acrílica/tela, 76x101 cms., s.f. v «Abstracto», mixta/ tela, 76x100 cms., s.f. v «Obra sin título», acrílica/tela, 100x75 cms., 1991.
«Abstracto», Elsa Núñez. 156
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«El misterioso fondo del mar», Elsa Núñez. 157
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Neosurrealidad El surrealismo es una corriente literaria y visual que postula el sueño y la imagen alucinada como forma de concebir conceptos, pensamientos y el imaginable sentir apartado del mundo objetivo, proyectándose tardíamente en la República Dominicana. Desarrolla, en un primer momento, con nombres pioneros: Eugenio Fernández Granell, Jaime Colson, José Gausachs, Hernández Ortega, Julio Vega Batlle, con una línea divisoria no absoluta en 1960. A partir de esta fecha el tránsito que representan Jorge Noceda y Luis Oscar Romero desde el lejano Nueva York y cuya desembocadura es la etapa segunda que denominamos Neosurrealidad, la representan Iván Tovar, José Félix Moya, Domingo Liz, Clara Ledesma, Félix Brito, Thelma de Lora, Dionisio Blanco, Alberto Ulloa, Ignacio Rincón (Kuma), Fernando Ureña Rib, Manuel Montilla y Vicente Fabre.
José Félix Moya. (Sánchez, Samaná, 1944). Inicia formación pictórica en La Vega, continuándola en la Escuela Nacional de Bellas Artes, donde se titula como docente. En 1967 celebra la primera individual conformada por 24 obras al óleo en la que inicia la adhesión al surrealismo. En su oratoria el paisaje planimétrico y solitario es ocupado por imágenes conceptuosas de un onirismo que lo individualiza como uno de los primeros pintores surreales que marca un sostenido trayecto en la segunda mitad del siglo del XX. Obras ejemplares en colección: «Sortilegio de la cuarta dimensión», acrílica/tela, 75x100 cms., 1988 v «Sortilegio de los criptomas en el acrílica/tela, 100x75 cms., 1988.
desierto de lo irracional», acrílica/tela,
88x91, 1991 v «Marina
con alcatraz»,
Iván Tovar. (San Francisco de Macorís, 1942). Instalado en Santo Domingo consigue ingresar a los 13 años de edad en la Escuela Nacional de Bellas Artes, de la cual egresa, registrando individuales entre 1959 y 1962. Artista vinculado a la generación del 60. Decide viajar a París, habiendo tenido experiencia militante y nexo con los maestros José Gausachs y Hernández Ortega, en relación con los discursos y temperamentos surreales de ambos. En el medio parisino toma conciencia sobre el surrealismo, produciendo una obra de formas absurdas, orgánicas, imaginativas, voluptuosas, fluidas, a veces con elementos espinosos y en un clima de soledad poética. En Francia ha sido reconocido como voz nueva de la surrealidad. Retorna al país, realizando contadas individuales que se suman a los que registra en diversos países europeos. Su nombre y obra tienen prestigio local e internacional. Obra ejemplar en colección: «Dibujo», carboncillo y creyón/papel, 60x94, s.f.
Félix Brito. (Santo Domingo, 1945/2003). Estudia en Bellas Artes en los años 1961-1967. Participa y obtiene premio de dibujo en el Concurso León Jimenes del 1969, celebrando individual en el citado año, y posteriormente, la segunda, en 1970. En la XIII Bienal Nacional (1970) obtiene premio especial por la obra «Retrato Imaginario de una Niña», participando en la muestra «Generación del 60» que organiza la Galería 158
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«Dibujo», Iván Tovar.
de Arte Moderno, en 1982. Su discurso pictórico se caracteriza por una extremada pulcritud formal. Los temas preferencian desnudos y rostros de jóvenes y gráciles doncellas transmisoras de un particular onirismo poético. Obra ejemplar en colección: «Mujer con pamela», óleo/tela, 60x75 cms., 1976.
Clara Ledesma. (Santiago, 1924/Nueva York, 1999). Dibujante y pintora. Recibió orientación en la academia de Yoryi Morel, formándose en la Escuela Nacional de Bellas Artes, donde fue notable discípulo de José Gausachs. Presentó su primera individual en 1952, siendo la única artísta mujer del Grupo Los Cuatro, junto a Colson, Hernández Ortega y Gausachs. Viajó a Madrid donde amplía sus conocimientos, retornando a Santo Domingo. Expone activamente en colectivas e individuales. Obtiene numerosos premios nacionales. Expone en diversos países, trasladándose a Nueva York donde fija residencia, manteniendo su vínculo con el país natal, donde constantemente registra sus discursos imaginativos, mágicos, mitológicos y surreales. Obras ejemplares en colección: «Las siamesas», óleo/tela, 100x83 cms., 1988 v «Trío astral», óleo/tela, 30x40 pulgs., s.f.
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«Las siamesas», Clara Ledesma. 160
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Santiago Sosa. (Santo Domingo, 1945). Realiza estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Una pintura suya es premio de la XIII Bienal Nacional (1974), exponiendo en el Ayuntamiento de San Cristóbal (1975), en la Galería de Arte Moderno (1977), además de concurrir en diversas colectivas. Su discurso subscribe la figuración absurda, alucinada y conceptual, adscrita a la surrealidad. Obras ejemplares en colección: «Personaje», acrílica/tela, 36x24 pulgs., 1996 v «Mujer con mariposa», acrílica/tela, 75x60 pulgs., s.f.
Ignacio Rincón (Kuma). (La Victoria, Santo Domingo Norte, 1951). Dibujante, grabadista y pintor. Es conocido con el sobrenombre Kuma, con el cual firma sus obras. Egresado de la ENBA, formó parte del Grupo Los Seis, con el cual expuso en colectiva, marchándose a España en donde amplía su formación y establece residencia. En 1986 celebra suprimera individual en Casa de Teatro, registrando otras muestras personales en 1987 y 1988. Obra ejemplar en colección: Serie «Las revelaciones de los claros del bosque», mixta/tela,
198x63 cms., 1987.
Vicente Fabré. (La Vega, 1946). Escultor, ceramista y pintor egresado de la Escuela de Bellas Artes de la ciudad natal, donde fue docente. Entre 1973 y 1988 registró quince exposiciones individuales, casi todas en Santo Domingo, donde ejerce profesorado. «Acrobacias Circenses» fue el título de la muestra de 1988, la cual celebró antes de marcharse a los Estados Unidos. Reside en Nueva York y Miami, ciudades donde expone colectivamente y celebra individuales. Su discurso circenses se ciñe a una recreación de aspectos lúdicos y de vínculo surreal, en la figuración y atmósfera narrativa. Obra ejemplar en colección: «Equilibristas circenses», acrílica/tela, 39x40 cms.,
1988.
Luichy Martínez Richiez. (San Pedro de Macorís, 1926/Santo Domingo, 2005). Asociado a la primera promoción de la Escuela Nacional de Bellas Artes. Registra su primera individual en 1949, ampliando su formación en Argentina y Francia. En el país europeo fija residencia, regresando frecuentemente al país, celebrando individuales y concurriendo a certámenes que premian su obra escultórica. Artista de obras tridimensionales, dibujante y pintor. En 1981 se establece «Bañista», Luichy Martínez Richiez. 161
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«Sin título», Luichy Martínez Richiez.
definitivamente en Santo Domingo. Sus referencias visuales conceptualizan aspectos de la realidad isleña, desembocando en una producción surreal donde el erotismo es la seña, incluso en su pintura donde la corporeidad femenina-mulata responde a lo imaginario en inverosímil. Obras ejemplares en colección: «Bañista», acrílica/tela, 75x43 cms., 1987 v «Sin título», acrílica/tela, 86x51 cms.,
1992 v «Sin título», acrílica/tela, 152x100 cms., 1995 v «Figura» (Busto), acrílica/tela, 40x60 pulgs., 1998.
Teté Marella. Considerada dominicana por cuatro décadas de apego artístico, humano y residencial, ella asume un protagonismo lineal y múltiple como expositora individual y en colectiva. Entre 1984-1997 registra sus discursos plasmando visualmente su historia de mitos individuales, familiares y femeninos, protagonizada por «damas ensoñadoras y convincentes en su inmensidad e ingenuidad (…) con unas maneras que fluctúan entre lo real, lo aparente, lo maravilloso y lo absurdo. La Marella acostumbra aportar en cada exposición nuevos elementos de un universo imbuido de caracteres tanto lúdicos como oníricos…». (Myrna Guerrero, El Caribe, mayo 17, 1997). Obras ejemplares en colección: «Composición», acrílica/tela, 40x50 cms., 1980 v «Obertura en bicicioss», mixta/papel,
69x53 cms., 1987 v «Gorda», serigrafía/papel, 85x60 cms., s.f. v «Sin título», mixta/papel, 69x53 cms., s.f. v «Algo entre manos», acrílica/tela, 75x60 cms., 1997 162
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«Algo entre manos», Teté Marella. 163
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«Y la Paz se posó sobre mí» y «Conmigo en el profundo», Thelma de Lora.
Thelma de Lora. (Santiago, 1932). Su formación se vincula a Gaby Lichart (brasileña) y Rosa Idalia García (santiaguense). Obtuvo el premio de dibujo en el certamen León Jimenes (1971), sosteniendo una producción hogareña, de registros expositivos inconstantes hasta celebrar individual en Casa de Arte (Santiago 1988). Posteriormente registra muestra personal en Jacinto Domínguez (1990), siendo seleccionada para exponer en la colectiva de pintores dominicanos en la Galería de Arte de la OEA (Washington D.C. 1991). Con diferentes giros lingüísticos y temáticos, desemboca con amplitud en visiones surrealizantes que aluden la ecología y el imaginable sentir del pensamiento. Obras ejemplares en colección: «La máquina», acrílica/tela, 45x60 pulgs., 1990 v «Y la Paz se posó sobre mí», acrílica/tela,
29x41 pulgs., 1989 v «Conmigo en el profundo», acrílica/tela, 41x30 pungadas, s.f. 164
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«Siembra de arroz», Dionisio Blanco.
Dionisio Blanco. (San Cristóbal, 1953). Con estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Presentó su primera individual en 1978, año en el cual obtuvo el primer premio de dibujo de la XVI Bienal Nacional de Artes Plásticas. Dibujante y pintor, asume la crítica de arte, la docencia universitaria y en el presente siglo XXI se dedica la escultórica. Entre 1984 y 1990 registra otras cinco muestras personales, dos de ellas en Nueva York y la tercera en Vermont, en donde disfrutó de residencia artística becada. Fernando Vargas, al abordar el tema «Topografía para un campo fantasma», argumenta: «que la mayor influencia sobre la pintura surrealista dominicana proviene, sin duda alguna, de la manera Salvador Dalí. Sin embargo, en los últimos años ha aparecido una renovación del decorado mítico surrealista a través de una nueva estrategia. Este nuevo apoderamiento de la realidad (…) va surgiendo un espacio figurativo pulsional sumergido en las raíces de lo lúdico tocado por el mundo “irreal”. Este nuevo código se ha apoyado en una inmersión 165
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de lo onírico dentro de la cotidianidad del espacio local». (F.V. «Dionisio Blanco. «Las Pinturas Enigmáticas», 1991, pp.25-26). Obras ejemplares en colección: «Siembra de arroz», acrílica/ tela,
40x30 cms., 1986 v «Sembradores», acrílica/tela, 100x75 cms., 1987 v «Sembradores», acrílica/tela, 121x182 cms., 1988 v «Sembradores», acrílica/tela, 75x100 cms., 1990 v «Fantasía onírica», acrílica/tela, 75x100 cms., 1991 v «Sembradores», acrílica/tela, 100x75 cms., 1991 v «Sembradores», acrílica/tela, 90x106 cms., 1991 v «Sembradores», acrílica/tela, 100x75 cms., 1991 v «Sembradores frente al falso espejo», acrílica/tela, 100x75 cms., 1991 v «Sembradores frente al falso espejo», acrílica/tela, 101x76 cms., 1992 v «Metáfora del silencio», acrílica/tela, 76x101 cms., 1995 v «Sembradores como cartas del deseo», acrílica/tela, 75x100 cms., 1996 v «Fantasías oníricas de sembradores», acrílica/tela, 75x100 cms., 1997 v «Sembradores», acrílica/tela, 75 x100 cms., 1997 v «Sembradores», acrílica/tela, 121x76 cms., s.f.
Manuel Montilla. (La Romana, 1948). Egresado de la ENBA (1974), con especialidades en pintura mural y artes gráficas obtenidas en Madrid, España (1977-1980). Fue militante del Grupo Los Seis, galardonado en dibujo y Gran Premio en las bienales nacionales de 1975 y 1990. Entre 1975-1992 celebra once individuales, siendo «Orígenes», su discurso del último año citado. El crítico español Luis González (Roble), le presenta: «Dos tendencias en su ya dilatada obra, que expresará en una contención grave y singular en su lenguaje plástico para abocar a un realismo mágico que es lo que proyecta su etapa reciente. Montilla plantea un mundo cósmico en unos espacios de fascinante intensidad (…). Estos fragmentos dispersos que dominan el amplio esquema de su obra, reconstruyen todo un mundo surreal…». (L.G-R. Presentación, abril, 1992). Obras ejemplares en colección: «Éxtasis», óleo/tela, 129x96 cms., s.f.
v «Sin título», óleo/tela, 91x59 cms., s.f. «Sin título» Manuel Montilla «Éxtasis» Manuel Montilla 166
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Orlando Menicucci. (Santiago, 1949). Viaja a Ciudad México para estudiar curaduría y restauración, registrando su primera individual en esa ciudad (1971). Al regresar al país ejerce influencia en la técnica del acabado de cuadros. Alcanza un premio en la Bienal Nacional de 1974. Viaja y reside en Suramérica donde registra diez muestras personales, que ha celebrado hasta el 1988. Desde entonces su oratoria de ejecuciones en grandes for-
«Composición», Orlando Menicucci. 168
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matos, refinamiento técnico e iconografía inconfundible y personal se vincula a una figuración de sólida estructura compositiva y elevado tono entre el onirismo y la alucinación motivada por experiencias surreales. Obra ejemplar en colección: «Composición», acrílica/tela, 45x45 pulgs., s.f.
Fernando Ureña Rib. Sigue una trayectoria de lineal transformación discursiva. «Las Puertas del Sueño» (1985) tiene significación enunciativa en una individualidad que al mismo tiempo de dibujante, escultor y pintor, es docente y crítico de arte. El título referido es alusión onírica con «fronteras entre lo consciente y lo inconsciente de la pesadilla, de los movimientos psíquicos del interior del hombre».
«Carnívoras» y «Trópico 1», Fernando Ureña Rib.
Obras ejemplares en colección: «Composición marina», acrílica/tela, 99x63 cms., 1987 v «Sueño submarino», óleo/tela,
128x90 cms., 1987 v «Submarino astral», óleo/tela, 98x72 cms., 1990 v «Composición marina», acrílica/ tela, 60x75 cms., s.f. v «Carnívoras», óleo/tela, 101x76 cms., s.f. v «Las Crisálidas 1», óleo/tela, 127x81 cms., s.f. v «Crisálidas entre rocas», óleo/tela, 101x76 cms., s.f. 169
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Domingo Liz. (Santo Domingo, 1931/2013). Graduado en la Escuela Nacional de Bellas Artes. En 1949, realiza posgrado de pintura con Jaime Colson. Dibujante, escultor y pintor, formó parte del Grupo Proyecta (1968). Registró la primera individual en 1971 y fue seleccionado como expositor de la Expo Nueva Imagen: 10 artistas de vanguardia, (Santiago 1972). Galardonado en dibujo y escultura en certámenes nacionales, desarrolló una larga trayectoria docente en la ENBA y en la UASD, asumiendo sustentaciones críticas y teóricas. Se trata de un maestro galardonado en Pintura por la Fundación Corripio (2012) y con el Premio Nacional de las Artes del que supo antes de su fallecimiento. Su obra pictórica en papel y tela son captaciones de la realidad marginal o social, los cuales conjuga con humor imaginario, lúdicos, satíricos y con visiones neosurreales de asociadas transparentes formas y gamas; visiones inconfundibles que se vinculan al mágico realismo. Obra ejemplar en colección: «Sin título», mixta/papel, 35x39 cms., 1989.
Otras abstracciones/expresionismos otros En la últimas seis décadas del siglo XX, que comprenden los años 1939-1999, la historia de las artes plásticas nacionales tiene una evolución que dividimos en generaciones artísticas diecénicas, pero cuyos discursos lingüísticos trazan inevitables y simultáneas paralelas miméticas, perturbadoras y revisionistas. Hasta 1939 esas paralelas apenas eran visibles como contraste entre la tradición de los artistas precursores que solemos llamar «románticos», como Arturo Grullón Julia, y aquellos artistas que rompieron esa tradición, los cuales consideramos nuestros primeros modernos, entre ellos Celeste Woss y Gil, Yoryi Morel, Darío Suro, Jaime Colson… Desde 1939, con nuestros precursores modernos y el núcleo de artistas exiliados de Europa se expandieron los ismos modernos: impresionismo, cubismo, expresionismo, realismo racial/social, abstracción, surrealismo; tendencias que tienen proyección en registros constantes desde 1950 en lo adelante. Los ismos señalados no se asumen como en Europa, sino recodificados en base a temas nacionales y experiencias artísticas individuales. Situándonos en el llamado «arte espiritual» como es la abstracción, e igualmente en la tendencia de la expresión intensa o expresionismo descubrimos el flujo de ambos lenguajes en discursos y obras precedentes a la década de 1970, citando los artistas que conjugan la abstracción y el expresionismo en base a nuevas premisas conceptuales y conjugaciones distintas, incluso, asumiendo la polisíntesis o fusión de varios lenguajes. En base a la sustentación precedente y apoyándonos en la colección de arte del Banco Popular Dominicano se aborda el tema Otras Abstracciones/Expresionismo Otros, enfocando a Geo Ripley, Dionis Figueroa, Elsa Núñez, Ramón Oviedo, Freddy Javier, Antonio Guadalupe, Cuquito Peña, Rosa Tavárez, José Miura, Ada Balcácer, entre otros. «Ciclista» Domingo Liz 171
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Geo Ripley. (Nace en 1950). Ya se ha hecho referencia visual a «Signo», pintura del período 1973-1974 que se relaciona a su experiencia abstraccionista con la cual emergió como un «benjamín» en la década de 1960, fortaleciendo esa preferencia lingüística con nuevas variables; incluidas las que se vinculan a su militancia como partidario del arte conceptual, que de acuerdo a Karin Thomas: «Renuncia a la realización material y en su lugar despliega ideas y proyectos en formas de bocetos y diseños, que tratan de estimular la capacidad imaginativa». Su meta es liberar impulso, atencionar la «Construcción bosquejada de una situación prototípica». Cinco obras sin título, sin fechas y con igualitarias medidas (68x48 cms), y todas mixta/papel pueden asociarse a esta experiencia, ya que el conceptualismo arroja una documentación concreta. Obras ejemplares en colección: «Pre-simbólico», mixta/tela, 52x72 cms., 1981 v «Signos», mixta/tela, 14x20 pulgs.,
1984 v «Sin título», mixta/tela, 68x48 cms., s.f.
Dionis Figueroa. (Santo Domingo, 1956). Residiendo en Nueva York asume el aprendizaje pictórico (1970), trasladándose a Puerto Rico donde completa su formación en Artes Plásticas, transmutándose de dibujante, grabador y pintor, partidario del arte conceptual, capitulándolo en 1980 con declaratorias en legajos que instala en la Liga de Arte de San Juan, la capital puertorriqueña. De vuelta a la obra formal, presenta tres exposiciones individuales en Santo Domingo (1987), Altos de Chavón (1990) y en el Museo de Arte Moderno (Santo Domingo, 1998), la cual tiene carácter retrospectivo, antologando diversas series: Puertos y umbrales entre otros temas sometidos a un sereno referencial del mar, de flujos acuáticos en lírico abstraccionismo resuelto en diversos procedimientos como el collage y el ensamble. La geología, la isla nativa y la realidad oceánica son abiertas puertas de madurez creativa. Obra ejemplar en colección: «Cosmogénesis» (de la serie Cosmogonías), acrílica/papel, 70x99 cms., 1987.
Elsa Núñez. (Nace en 1943). Sus obras abstractas son de una formulación personalizada en estilo, lenguaje y mirada referenciadora. La pintora «con la fuerza expresiva de su paleta, hurga en las profundidades conceptuales del mar y la montaña y define un paisaje textural y orgánico, misterioso y expresionista. Todas son reinterpretaciones del entorno natural». Obras ejemplares en colección: «Abstracto», mixta/tela, 76x100 cms., 1990 v «El misterioso fondo del mar», acrílica/tela, 125x125 cms., 1987.
José Miura. (Santo Domingo, 1948). Con estudios en Artes Plásticas en la Escuela Massana de Barcelona, en el Círculo de Bellas Artes y en la Escuela de Artes y Oficio de Madrid. Además, cursó restauración de obras de arte en México. Presentó su primera individual en 1973. Dibujante, diseñador de vestuarios teatrales, escenógrafo y pintor, tiene en su haber 15 muestras personales y presencia en importantes colectivas dentro y fuera de la república nativa. En los años ochenta inicia su incursión en el abstraccionismo geométrico, predominando la verticalidad en su obra, aportando al arte dominicano la expresión pictórica como ritual: «Ofrendas», 1986, «Desvelando el Misterio», 1988. 172
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«Signos» Geo Ripley «Cosmogénesis» Dionis Figueroa 173
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Pintor rememorativo de bellas épocas, figurativo, simbolista y abstracto, sus cantos son exquisitos y mesurados íconos cultivado en la reflexiva y no menos poética soledad. Obras ejemplares en colección: «A los reyes muertos», mixta/tela, 76x101 cms., 1991 v «Ofrenda mayor», óleo/ tela,
101x76 cms., s.f.
Rosa Tavárez. (Santiago, 1937). Después de obtener el profesorado en la ENBA, realiza estudios de grabado en Nueva York (1972-1976), de litografía en Puerto Rico (1979) y diseño artesanal en Colombia en el último año referido. Fue la única artista mujer del Grupo Reflejo con desenvolvimiento entre 1969-1970. Maestra del grabado como creación y docencia, registra once individuales entre 1975-1993. Logró distinciones dentro y fuera del país natal. En pintura e instalación ha expuesto un discurso titulado «Geometría Herida» (1994), privilegiando el quehacer pictórico posteriormente caracterizado por un planteo figurativo
«Composición», Rosa Tavárez. 174
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en atmosfera difusa de cromatizaciones, de resultados abstractos o expresionistas. Obras ejemplares en colección: «Sin título», acrílica/tela, 75x101 cms., 1989 v «Visitadora», acrílica/tela, 60x75 cms., s.f. v «Composición», acrílica/tela, 75x100 cms., s.f. v «Musa», mixta/tela, 100x75 cms., s.f.
Ada Balcácer. (Santo Domingo, 1930). Maestra diversificada: dibujante, diseñadora, docente, grabadora, instaladora, gestora y propulsora de experimentaciones plásticas, a más de muralista, su trayectoria ascendente asume muchos temas nacionales y sensaciones de espacios externos, que espiritualiza como abstracciones muy acordes con su paleta limpia y radiante. Obra ejemplar en colección: «Miami 1985», acrílica/tela 101x132.
Antonio Guadalupe. (Moca, 1941). Inició su formación pictórica en la ciudad natal, orientado por Poncio Salcedo, prosiguiendo en la Escuela Nacional de Bellas Artes y luego con maestros neoyorquinos al trasladarse a la gran urbe donde registra primera individual. En 1968 registra la segunda muestra personal ubicada en el país natal. Después de asumir la abstracción su discurso aborda la figuración de diversos temas: arlequines, tilapias, retablos populares, cristología, y el Ozama, donde las soluciones geométricas no excluyen el lenguaje expresionista acentuado socialmente, filoso en el dibujo y remarcado en la trama. Primer premio pictórico de la Bienal Nacional de 1984. Son incontables sus individuales y registros en colectivas. Obra ejemplar en colección: «Maternidad», mixta/tela, 51x41 cms., 1987.
Ramón Oviedo. (Barahona, 1924). Es un expresionista curtido y reconocido cuando inaugura su mural «Mamámerica» en la sede principal de la OEA (Washington D.C. 1982) e igualmente otro gran mural, «Evolución», en la sede principal del Banco Central de la República Dominicana (1983). En el Museo de Arte Moderno, todos los pisos fueron ocupados por seiscientos cuadros al celebrar retrospectiva en 1988. En la sede principal de la UNESCO inaugura el mural «Cultural Pedrificada» (París, 1992) y en 1997 es condecorado con la Orden al Mérito de Duarte, Sánchez y Mella, por el gobierno dominicano. Otros reconocimientos nacionales e internacionales consagran su estatura de maestro activo en el quehacer de los discursos y exposiciones: «Persistencia Evolutiva de la Forma en la Materia» (1998), «Huella del Futuro» (2000) y entre otras «Oviedo, última década 1994-2003», en el Centro Cultural de España, de Santo Domingo. Obras ejemplares en colección: «Equilibrista sobre escultura de Antonio Toribio», mixta/tela, 52x61 cms., s.f.
v «Simulacro 4», óleo/tela 114x122 cms., s.f. v «Fiesta en el batey», mixta/tela, 60x76 cms., s.f. v «Tomasito no
quiere ir a la ciudad», mixta/tela,
110x75 cms., s.f. v «En algún lugar», mixta/tela, 75x101 cms., s.f. v «Atrapado por su propio invento», mixta/tela, 76x60 cms., s.f. v «Alborada», mixta/tela, 75x100 cms., s.f. v «Danza acuática», mixta/ tela, 76x100 cms., s.f. v «Al caer la tarde sobre Plutón», mixta/tela 71x101 cms., s.f. v «En el carrito de don Juan nos vamos», mixta/tela, 76x101 cms., s.f. 175
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Antonio (Cuquito) Peña. (Santiago, 1946/Santo Domingo, 2013). Dibujante, pintor y restaurador de cuadros y murales. Se formó en la Academia de Pintura de Bellas Artes de la ciudad natal, donde registró su primera individual sobre motivos arquitecturales victorianos. Con estudios en Madrid, España y labor docente en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, registra un buen número de exposiciones personales, fluctuando entre técnicas de la acuarela, el dibujo y la acrílica, e igualmente en temas y lenguajes costumbristas y paisajísticos. Heredero del cubismo tropical del maestro Jacinto Domínguez, se individualiza acentuando los contornos esquemáticos, llevándolos a un particular expresionismo geometrizado, el más identificado de su discursiva visual. Obras ejemplares en colección: «Composición», óleo/tela, 105x71 cms., 1970 v «Coche», serigrafía/papel, 76x50 cms., 1986 v «Fiero», serigrafía/papel, 69x49 cms., s.f. v «Composición», acrílica/tela, 60x90 cms., s.f. v «Palmeras», acuarela/papel, 88x60 cms., s.f. v «Marchantas», acuarela/papel, 60x88 cms., s.f. v «Sin título», acrílica/tela, 100x72 cms., s.f.
Freddy Javier. (Hato Mayor del Seibo, 1946). Graduado en la ENBA. Es integrante del Grupo Reflejo. celebra siete muestras personales entre 1975-1996. Entre sus premios juveniles, el primer galardón de dibujo del Concurso Nacional Estudiantil, auspiciado por la Universidad Madre y Maestra (1969) y entre sus premios profesionales el pictórico del Ministerio de Agricultura (1983) y de dibujo en la Bienal Nacional
«Composición» Antonio (Cuquito) Peña «Motoconcho» y «Sin transporte» Freddy Javier
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del 1994. Docente de la Escuela Nacional participa de incontables muestras colectivas. El pintor había ensayado muchas búsquedas discursivas hasta encontrar el tema de la transportación colectiva, popular o urbana con el que crea e impone identificación basada en la investigación visual y siendo un protagonista. Si en principio las presentaciones enfocaban el interior de las guaguas y sus pasajeros abarrotándolas, agarrados algunos para no caer, su temario se ensanchó en variedad de enfoques y cromatizaciones. Al respecto escribe Marianne de Tolentino: él enriqueció el comportamiento y la gestualización de las figuras, aplico allí sus conocimientos a la vez de la academia y de las corrientes contemporáneas –fundiendo y alternando cubismo, futurismo, expresionismo–. Salió de la guagua. Paseó por la calle. Se montó en carros públicos. Hasta no despreció el Motoconcho. Por supuesto, metafóricamente… a través de las vivencias sintetizadas en su reinvención de la realidad circundante. (M.D.T. Listín Diario, marzo 1, 1989). Obras ejemplares en colección: «Motoconcho en 4. Serie transporte», acrílica/tela, 74x100 cms., 1989 v «Esperando
sin transporte», mixta/tela,
50x61 cms., 1989 v «Caos. Serie transporte», mixta/tela, 75x100 cms., 1989 v «¿Y esto qué…?», mixta/tela, 40x50 cms., 1989 v «Motoconcho. Serie transporte», mixta/tela, 60x75 cms., 1989 v «Si las guaguas volaran», mixta/tela, 39x50 cms., 1987 v «Invalidar el motoconcho. Serie transporte», mixta/tela, 50x60 cms., 1989 v «Cobrador. Serie transporte», mixta/tela, 100x126 cms., 1990 v «Suban todos. Serie transporte», mixta/tela, 59x74 cms., 1989 v «Peligro. Serie transporte», mixta/tela, 50x60 cms., 1989 v «Dos días de junio . Serie transporte», acrílica/tela, 76x101 cms., 1989 v «Pregoneros », mixta/tela, 76x101, s.f. v «Sin transporte», mixta/tela, 90x114 cms., 1988 v «Motoconcho. Serie transporte», mixta/tela, 126x100 cms., 1989.
Silvano Lora. (Santo Domingo, 1931/2003). Artista multifacético. Estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes, registrando su primera exposición individual en el año 1951. La crítica alaba sus cualidades de dibujante y de pintor. Decide viajar al exterior, radicándose en Francia hasta 1977. En París, Roma y en otras ciudades europeas registra exposiciones personales. Presenta ambientaciones antibélicas y escenifica arte procesual con multimedios. En 1961 retorna a la República Dominicana y funda el Movimiento Arte y Liberación e igualmente el Frente Cultural en 1965, pintando murales y carteles. Exiliado político, expulsado por el gobierno del presidente Balaguer, vive en Panamá convirtiéndose en partidario del reclamo soberano del canal. La guerra, las intervenciones militares y la opresión social le conducen a un discurso pictórico personalísimo y en nada convencional en el uso de materiales extrapictóricos y reciclados en sus composiciones de contenidos figurativos y simbólicos; composiciones marcadas por un expresionismo contemporáneo. Obras ejemplares en colección: «Sin título», técnica mixta y collage/tela, 75x55 cms., 1987 v «Composición», acrílica/tela,
86x60 cms., 1982.
«Sin título» Silvano Lora 178
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José Cestero. (Santo Domingo, 1937). Notable dibujante y pintor, con presencia en colectivas y numerosas individuales hasta 1985. En esta fecha celebra la muestra «Mirando al través de la cuesta del vidrio», la cual determina su orientación discursiva hacia el paisaje urbano, focalizador de la arquitectura del pasado colonial. Cestero conoce la ciudad colonial al habitarla desde niño, por tanto su paisaje al igual que en Felipe de Pisis (Italia 1896-1956) es captado al vuelo de toques lineales febriles, leves o ásperos y automáticos, inquietante, reiterativos y gozosos como resulta en adelante cuando asume otros temas. El empleo de gamas sueltas y de toques delicados, sumisos, casi caricaturescos cuando añade a sus vistas arquitecturales sujetos humanos: El estilo cestero es desbordado, reiterativo y único en la historia del arte dominicano, por demás neoexpresionista. Obras ejemplares en colección: «Más allá de la Plaza Colón», acrílica/tela, 50x75 cms., s.f. v «La antigua Plaza Independencia», acrílica/tela, 121x128 cms., 1984 v «Plaza Colón. Serie momentos de mi infancia», acrílica/ tela, 1986-1987 v «Vista parcial de la Casa de Curas», acrílica/tela, 88x55 cms., 1987 v «Antigua Casa de Diego Colón», acrílica/tela, 76x101 cms., 1991 v «La Atarazana. Serie Monumentos Coloniales», acrílica/tela, 75x100 cms., 1987.
Fernando Peña Defilló. (Santo Domingo, 1928). Con un gran registro en exposiciones colectivas locales e internacionales (España, Londres, Bogotá, París, La Habana, Nueva York…), son seis sus individuales celebradas entre 1953-1980, presentando en el último año que se cita «Sobre la materia y el espíritu» en la Galería de Arte Moderno de la capital dominicana. El maestro que resulta este pintor, no de lecciones en aulas, sino con su inconfundible oratoria que hurga en las esencialidades de la pertenencia y de la vida, sin mimesis, con rupturas y sincronías conductoras. Él «nos sumerge voluntariamente en las matices intimas de la materia y de su labrado», con el manejo extraordinario del collage simbolizador, instrumentando mascaras seriales y pegadas, más de referencias místicas, ontológicas conjugadas con la pura forma abstracta desprovista de valores propios como espiritualización en movimiento semejantes a la transpiración expresionista de los oscuros rostros espectrales que ocupan noveles de impacto en sus telas. Después del discurso «Sobre la materia y el espíritu» devienen otros capítulos: «Desde el origen» (1983), «Mundos paralelos» (1985), al que se relacionan las series mariposas y «Anima Mundi» (1993) y otras propuestas visionarias de seres benéficos, de corazones salvajes, de universos de luz, captaciones reflexivas de su ubicación en Jarabacoa donde sus honduras captadas son elevaciones de sí mismo. La antológica retrospectiva «El Eterno Retorno» (Centro León 2009), junto al Premio Nacional de las Artes que le otorga el Estado Dominicano (2010) son referencias que se anotan sobre este maestro espiritual y sabio en la plenitud inconfundible de la vida. Obras ejemplares en colección: «Sobre la materia y el espíritu», mixta y collage/papel, 84x60 cms., 1981 v «Sobre la materia y el espíritu», mixta/tela, 157x127 cms., 1984 v «Cayenas», serigrafía/papel, 50x86 cms., 1985. «Sobre la materia y el espítitu» Fernando Peña Defilló 180
Danilo De los Santos
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José Perdomo. (Santo Domingo, 1948). Se formó en la Escuela Nacional de Bellas Artes (1962-1965) y en Pratt Graphic (1968-1969) de Nueva York, donde reside. Con 10 exposiciones individuales (1966-1986), registra la primera en el Palacio de Bellas Artes de la ciudad nativa. Después de transitar en la abstracción, en el construccionismo y el pop art, asume el temario dominicano enfocando el paisaje con distorsión emotiva de la forma expresionista. El árbol, su tronco, la luz, el rio y el alto barranco que bordea el pueblito Altos de Chavón se enfoca en su discurso presentado en Casa de Bastidas, en 1987.
«Tejemaníes», José Perdomo. 182
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Obras ejemplares en colección: «Trópico
primero», óleo/tela,
76x36 cms., 1984 v «Tejamaníes», óleo/tela, 81x71 cms., 1985 v «Casa campesinas», acrílica/tela, 75x60 cms., 1986 v «Three children», óleo/tela, 105x126 cms., 1987 v «Serie trópico», óleo/tela, 101x70 cms., 1989.
Bismarck Yermenos. (Salcedo, 1940/Santo Domingo, 2006). Formado como médico y especializado en pediatría en los Estados Unidos, manifiesta vocación artística cursando estudios de composición y color en Columbia University of New York cuando asumía el postgrado en Medicina (1962). Celebra en Santo Domingo su primera individual en 1969, exposición presentada por Manuel Rueda, quien señala: «El arte pictórico del Dr. Yermenos, lleno de sensaciones sensoriales de un mundo desconocido, tiene más de revelación que de pericia técnica. Es lo verdaderamente original en él. Más que un arte de vanguardia, es un testimonio…» (M.R., catálogo B.Y.C., febrero, 1969). Posteriormente revistra individuales en 1970 y 1981, concurriendo a la primera muestra de artistas nativos de Salcedo con motivo del Centenario del municipio provincial. Obra ejemplar en colección: «Composición», óleo/tela, 8x10 pulgs., 1981.
Este otro Realismo Como lenguaje de objetividad o en cierta manera verosímil, reaparece constantemente en las artes plásticas con definiciones no absolutas en su diversidad. En la historia del arte dominicano las formas realistas trazan una linealidad preferencial desde los artistas precursores del siglo XIX, con las captaciones naturales, recreaciones románticas y retratos epocales. La invención y llegada de la fotografía añadió una nueva manera de captar la realidad, pero en dibujo, pintura y escultura siguió siendo asumido con los medios plásticos tradicionales desde inicio del siglo hasta 1970 y la secuentes décadas 1980 y 1990. Para apreciar todo un lineamiento histórico de vigencia del realismo frente a lenguajes contrarios, debemos citarlos en el recorrido de los decenios y entenderlo también como una paralela discursiva que ofrece reencuentro con variedades realistas. El reencuentro con el realismo académico, el realismo costumbrista y el realismo fotográfico o «hiperrealismo que se destaca por su selección temática adaptada a la fotografía y por su autenticidad documental». Es el realismo contemporáneo diferenciado del realismo activado en la denuncia, en la politicidad o en el idealizante realismo socialista fundamentado en la teoría leninista del «reflejo» que anticipa una imagen futura de toda sociedad comunista. (Karin Thomas, p.172). Sobre el realismo contemporáneo dominicano de la etapa 1970-2000, se destacan los siguientes nombres de pintores: Alberto Bass, Luis Bretón, Julio Llork, Mariano Eckert, Miguel de Moya, Hilario Rodríguez, Agustín Masíá, León Bosch, Jorge Checo. Son representantes de cinco generaciones desde 1950 en adelante. Todos ellos coinciden en postular temáticas acordes con el lenguaje, diferenciándose uno de los otros. De este núcleo hay veteranos pintores con rango de maestro. 183
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Mariano Eckert. (Santiago, 1920/Washington, 2008). Con inicial formación en la Escuela Nacional de Bellas Artes, viaja a los Estados Unidos, asistiendo a la Corcoran School of Art, en donde se especializa en retrato. En esa escuela inicia docencia en 1954. Premio especial de la Bienal Nacional de 1958. Mucho tiempo después de exponer en centros de los Estados Unidos, comienzan sus registros individuales en la Galería Nader (1977-1983). Individualidales que adquieren un ritmo permanente al exponer cada año en diciembre, en Casa de Bastida, con el respaldo del Voluntariado de las Casas
«Bodegón», Mariano Eckert.
Reales. Maestro de un realismo académico que aborda los más diversos temas de los que hace directos acopios, el bodegón, el motivo floral y el paisaje se cuentan en su abundante discurso personal de impecable estilo. Obras ejemplares en colección: «Florero», óleo/tela 128x107 cms., 1981 v «Bodegón», óleo/tela, 60x129 cms.,
1991 v «Regreso a la cañada», óleo/tela, 68x111 cms., 1993.
Miguel De Moya. (La Vega, 1904/Santo Domingo, 1996). Hasta su fallecimiento ofreció un ejercicio pictórico donde la captación fisonómica del sujeto campesino, del paisaje y el cultivo del retrato responden a un realismo exploratorio de excelente resultados. La edad no amilanó el ejercicio artístico ceñido a su lucidez de pintor verista. Obras ejemplares en colección: «Paisaje», óleo/cartón piedra, 60x90 cms., 1982 v «Atardecer», óleo/tela, 85x126 cms., 1982 v «Retrato de don Sosa», óleo/tela, 60x44 cms., 1985 v «Cocos», óleo/tela, 60x44 cms., 1985 v 184
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«Tempestad», Miguel De Moya.
«Toñito», óleo/tela, 75x50 cms., 1985 v «Manolao», acrílica/tela, 75x50 cms., 1987 v «Pedro Juan», acrílica/tela, 75x50 cms., 1987 v «Personaje», acrílica/tela, 69x94 cms., 1990 v «Paisaje campestre», óleo/cartón piedra, 60x45 cms., 1992.
Julio Llort. (Barcelona, 1937). Con estudios de Bellas Artes en la Academia San José de la ciudad natal y especializado en conservación y restauro de obras de artes. En 1968 se radica en Santo Domingo, ocupando el cargo de museógrafo y restaurador al inaugurarse la Galería de Arte Moderno (1976). Dedicado de lleno a su especialidad, apenas sacaba tiempo para darse a conocer como pintor, decidiendo registrar su primera individual dominicana en 1982. Su paleta traducía asuntos costumbristas, no carente de un buen manejo de las calidades pictóricas en temas que se fueron ciñendo a una captación realista del retrato por encargo que multiplica un académico estilo realista, manifestado en sus bodegones y paisajes llenos de objetiva y serena tropicalidad. 185
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«Paisaje de la laguna», Julio Llort.
Obras ejemplares en colección: «Framboyán»,
acrílica/tela,
71x102 cms., 1978 v «Framboyán III», óleo/tela, 76x101 cms., s.f. v «Sin título», óleo/tela, 60x90 cms., 1982 v «Retrato de Sebastián Mera», óleo/tela, 90x66 cms., 1986 v «Retrato de don Alejandro Grullón», óleo/tela, 90x73 cms., 1988 v «Retrato de Luis Rangel», óleo/tela, 92x74 cms., 1988 v «Retrato de don Alejandro Grullón», 64x49 cms., 1989 v «Retrato de don Mario Hernández», óleo/tela, 64x49 cms., 1989 v «Retrato de Rafael de León», óleo/tela, 64x49 cms., 1989 v «Retrato de don Jaime Benito», óleo/tela, 64x49 cms., 1989 v «Mujeres en el río», óleo/tela, 65x80 cms., 1994 v «Bodegón», óleo/tela, 76x101 cms., 1995.
León Bosch. (Santo Domingo, 1936). Tres obras suyas: «Bodegón», óleo/tela, 57x78 cms., 1987 v «Mercado», óleo/tela,
169x120
cms., ejecutado entre
1973-1993 v
y
«Paisaje»,
óleo/tela,
101x152
cms., ejecutado entre
1985-
1995, representan un apego al realismo académico de filiación barroca por el halo de atemporalidad que
transpiran sus temas dominicanos. «Mercado» León Bosch 186
Danilo De los Santos
187
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Alberto Bass. (Santo Domingo, 1949). Es cabeza dominicana del realismo fotográfico. Su ejemplar obra «Casita», mixta/tela de 1978», ha sido referida como cuadro de la colección bancaria, en la que se localizan otras obras, una de mercado, las restantes paisajes, todos de perfecto acopio. Obras ejemplares en colección: «Mercado modelo», mixta/tela, 71x101 cms., 1990 v «Paisaje de San Francisco Macorís», óleo/tela, 60x76 cms., 1996 v «Paisaje del río», óleo/tela, 60x75 cms., 1996 v «Paisaje», 60x95 cms., 1996 v «El velo de la reina Nab» (paisaje), óleo/tela, 40x56 pulgs., 1992.
de
óleo/tela,
«Paisaje del Río», y «Paisaje» Alberto Bass.
Luis Bretón. (San Francisco de Macorís, 1956). Egresó de la Escuela de Bellas Artes de la ciudad natal en 1969, iniciando trayectoria en la que acumula más de 200 registros en colectivas y más de 14 muestras personales entre 1981-2007, celebrando en el último año referido el «Santiago de los 30», en el Centro Español de la Ciudad Corazón. Su pintura inicial era paisajística con aludir onírico y señales que anuncian su síntesis entre fotorrealismo como fuente documental y atmosfera metafísica como espejismo, soledad y silencio en sus contrucciones arquitecturales, pueblerinas, urbanas. En los tesoros de arte del Banco Popular se localizan más de 25 obras pictóricas de su autoría. Obras ejemplares en colección: «Isabel la Católica esquina Emiliano Tejera», acrílica/tela, 76x152 cms., 1984 v «La atarazana», acrílica/tela, 50x90 cms., 1987 v «Paisaje con puente», acrílica/tela, 50x100 cms., 1988 v «Forta-
Ozama», acrílica/tela, 101x126 cms., 1993-1994 v «Sin título», acrílica/tela, 60x91 cms., 1989 v «Sin título», 50x100 cms., 1988 v «Espejismo de la playa Barahona», acrílica/tela, 61x75 cms., 1995 v «Calle Arz. Nouel», acrílica/tela, 50x100 cms., 1988 v «Sin título», acrílica/tela, 45x90 cms., 1989 v «Paisaje de calle de Hato Mayor», acrílica/tela, 75x100 cms., 1987 v «Paisaje catedral de Santo Domingo», acrílica/tela, 60x75 cms., 1996 v «Paisaje marino», acrílica/tela, 50x60 cms., 1982 v «Calle Las Damas. Panteón Nacional», acrílica/tela, 126x100 cms., 1997 v «Puerta del Cordón», acrílica/tela, 119x89 cms., 1995 v «Sin título», acrílica/tela, 75x151 cms., 1987 leza
acrílica/tela,
188
Danilo De los Santos
v «Calle de pueblo», acrílica y barniz/tela, 50x100 cms., 1987 v «Calle de Hato Mayor», acrílica/tela, 75x152 cms.,
1988 v «Calle de La Vega», acrílica/tela, 49x85 cms., 1987 v «Calle de La Vega», acrílica/tela, 35x90, 1987 v «Calle de San Francisco», acrílica/tela, 30x60 cms., 1988 v «Casa del Cordón», óleo/tela, 101x176 cms., 1990 v «Marina», mixta/tela, 54x70 cms., 1986 v «Calle de pueblo», óleo/tela, 34x90 cms., 1989 v «Calle de El Conde», acrílica/tela, 73x100 cms., 1999 v «Comienzo calle Mercedes», acrílica/tela, 50x101, 1990 v «Una Venecia en San Francisco», acrílica/tela, 37x100 cms., 1995.
«Paisaje de calle», Luis Bretón.
Jorge Checo. (Santo Domingo, 1968). Estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes, graduándose en 1988. Fue integrante del grupo Q-ATRO XXI, partidario de la obra gráfica (dibujo e impresiones) con desenvolvimiento entre 1988-1991. Un segundo Premio de Pintura en el Concurso Casa de Teatro en 1995, marca cierta vuelta a la tela y a los pinceles que le llevan a ser un bodegonista pulcro en el acabado técnico y de enfoque realista. El bodegón es el tema de sus exposiciones personales. Obra ejemplar en colección: «Bodegón», acrílica/tela, 60x91 cms., 1999. 189
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Los Ochentistas y el Realismo La generación artística «ochentista» es la que surge y se conforma durante el decenio 1980, en un radio geográfico que relaciona jóvenes vocaciones de muchas ciudades de la república, aunque su mayor nucleación se relaciona a Santo Domingo. De la prestigiosa Escuela Nacional de Bellas Artes, como centro capitalino oficial de la educación artística, surge un gran número de egresados que ofrecen la novedad de constituirse en un núcleo organizado y militante que también tiende a vincular colegas de otros centros que incluyen programas de artes plásticas, entre ellos las escuelas de arte de la Universidades Autónoma y de Apec. La organizada y militante nucleación ochentista es diferente a la fórmula asociativa precedente de Los Tres, La Máscara, Proyecta, Friordano, Reflejo y Atlante, definida por un número reducido de integrantes. La conformación del Colectivo Generación 80, define una militancia que si bien está marcada por los egresados de la Escuela Nacional, al inicio del decenio, lineal y sucesivamente incorporan otros egresados con un amplio saldo numérico de sus integrantes. El colectivo organiza constantemente sus exposiciones nucleares y respalda las individuales, obteniendo respaldo de instituciones auspiciadoras y receptoras, e igualmente del sector crítico. El Colectivo Generación 80, pauta en cierta manera el llamado «Boom» de las artes dominicanas, apreciable sobre todo en el creciente número de registros expositivos, en el galerismo y en el entusiasmo que anima el coleccionismo nacional. Un buen número de obras pictóricas de autores Ochentistas se localizan en los fondos de arte del Banco Popular, entre los que se encuentran Elvis Avilés, Juan Mayí, Lissette Mejía, Miguel Núñez, Carmelo Polanco, Pedro Ricart… aunque el número de representantes de la generación ochenta es mayor, a continuación se abordan los listados en relación a sus captaciones del paisaje.
Elvis Avilés. (Santo Domingo, 1965). Estudia en la Escuela Nacional de Bellas Artes y cursa talleres con Alberto Bass y Pedro Céspedes, los cuales influyen en su filiación al fotorrealismo dominicano. Exponiendo en colectivas de su generación. En 1987 celebra exposición individual en Galería Deniel’s. La crítica Laura Gil, señala que dentro del realismo fotográfico, sus trabajos son «realizados con gran pulcritud y bastante independencia con respecto a los movimientos básicos de este movimiento o estilo». Obras ejemplares en colección: «Sin título», acrílica/tela, 81x26 cms., 1987 v «Paisaje», mixta/tela, 79x96 cms.,
1987 v «Paisaje», acrílica/tela, 44x101 cms., 1988 v «Paisaje», acrílica/tela, 50x75 cms., 1988.
Juan Mayí. (San Francisco de Macorís, 1963). Graduado en la Escuela Nacional de Bellas Artes, registra sus dos primeras individuales en 1986 y 1987, en el Centro de Arte Nouveau. Para las citadas fechas ha producido obras paisajísticas, entre otros temas. Sus estudios y desenvolvimiento en Francia le llevan al abandono de asuntos objetivos, aunque no del todo. Obras ejemplares en colección:: «Paisaje río Ozama», acrílica/tela, 50x75 cms., s.f. v «Rio Ozama», acrílica/ tela,
59x75 cms., s.f. 190
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«Paisaje» Elvis Avilés «Río Ozama» Juan Mayí 191
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«Paisaje», Lissette Mejía.
Lissette Mejía. (Santo Domingo, 1958). Con estudios en la ENBA y en la Escuela de Arquitectura de la UASD, hasta 1993 registra sus obras en 16 exposiciones colectivas, entre ellas las relacionadas a su vínculo generacional ochentista. En el citado año celebra su primera exposición individual. Es artista de multimedios: dibujante, escultora, grabadora, instaladora y pintora. Obra ejemplar en colección: «Paisaje», acrílica/tela, 22x36 pulgs., 1984.
Miguel Núñez. (Santo Domingo, 1959). Inició formación con Cándido Bidó, asistiendo después a la Escuela Nacional de Bellas Artes, y a la Universidad Autónoma de Santo Domingo, celebrando primera individual en 1985. Pintor con manejo de la acuarela, el pastel y los medios pictóricos, es depurado y reconocido por sus escenas de bailarina, retratos y paisajes de estilo muy particular. En 1987 registra segunda muestra personal titulada «Figuras, paisajes y retratos». Obras ejemplares en colección: «Sin título», acrílica/tela, 115x80 cms., 1986 v «Puerto río Ozama», acrílica/ tela,
164x99 cms., 1987 v «Caserío», acrílica/tela, 120x89 cms., 1987 v «Lotos», acrílica/tela, 62x120 cms., 1987 v «Lotos», pastel/papel, 92x42 cms., 1988 v «Lotos», pastel papel, 64x49 cms., 1988. 192
Danilo De los Santos
«Pueblito del Cibao», Carmelo Polanco.
Carmelo Polanco. (La Pirigua, municipio Gaspar Hernández, 1955). Estudió en la Academia de Arte de Cándido Bidó entre 1979-1984, convirtiéndose en un asistente del maestro. Con exposición individual y registro en colectivas, se le conoce con el sobrenombre «Capolucci». Sus obras pictóricas reflejan su pertenencia a la región norteña. Obras ejemplares en colección: «Flores», acrílica/tela, 30x40 pulgs., 1987 v «Pueblito del Cibao», óleo/tela, 24x30 pulgs., 1988.
Pedro Ricart. (Santo Domingo, 1960). Con estudios en la Escuela de Artes de Apec y en la Escuela Nacional de Bellas Artes, es galardonado en 1975 y 1976 en el Concurso Royal Bank of Canada. En 1977 es premiado con el galardón de dibujo Jaime Colson y en 1985 obtiene distinción en el Concurso León Jimenes. Además de participar en colectivas (1981-1993), celebra primeras individuales en el 1981 en Casa de Teatro y 1985 en el Centro de Arte Nouveau. Obras ejemplares en colección: «Costa de Barahona», óleo/tela, 86x65 cms., 1987 v «Vista desde el puente de las bicicletas», acrílica/tela,
70x93 cms., 1990. 193
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«Paisaje», Carlos Grullón; «Lluvia», Juan Rodríguez; «Muchacha con flores», Hilario Rodríguez; y «Campesino joven», Carlos Hidalgo. (Fragmentos). 194
Realidades interiorizadas
Por más que la realidad sea objetivo acopio, el verismo que transmite es una aproximación del natural modo o del documento de sustentación como la fotografía que sí atrapa lo real, empero es corregido en su procesamiento, sea este análogo-tradicional o intervenido por la digitalización. En las obras plásticas bidimensionales los ismos lingüísticos alteran las tendencias objetivas o las figuraciones. Ocurre también con el realismo, debido a múltiples interiorizaciones individuales que en relación a la pintura dominicana ofrecen variables en la persistencia de escenas costumbristas y del paisaje en sus variables temáticas: campestre, marina y habitacional como son los barrios marginales, los caseríos rurales, y las edificaciones urbanas. ¿Hasta dónde se pueden delimitar las costumbres de los paisajes? Solo cuando la soledad es su característica, lo cual sucede con la captación del sujeto humano que aunque no esté contextualizado en una escena, su condición racial y social la revela. Con el tema de las interiorizaciones de la realidad se aborda a los pintores que no son «vanguardistas», sino subscribientes modernos de la tradición que muchos críticos e historiadores de las artes llaman «pintores de género».
1. Presencia santiaguense. Un núcleo de pintores se vinculan a la escolaridad de Santiago. Cuatro de ellos: Hilario Rodríguez, Carlos Hidalgo, Juan Rodríguez y Jacinto Domínguez, relacionados con la Academia Yoryi y el quinto, Carlos M. Grullón, descendiente filial de Mario Grullón. Con Víctor Chevalier, resultan seis individuales que emergen en diferentes momentos y con señas discursivas que los particularizan en una relación local.
Hilario Rodríguez. (Santiago, 1936/Santo Domingo, 1987). Después de sus primeras exposiciones individuales en el decenio 1970, celebra otras cuatro entre 1981-1986, en varias galerías de la ciudad capital donde reside, realizando obras murales y obteniendo galardones: Primer Premio en el Concurso de España «Maja Internacional» (1979); tercer premio en el Concurso Centenario de San Pedro de Macorís (1982) y galardón en el Concurso E. León Jimenes (1983). Cultivador de técnicas diversas para sus dibujos y pinturas, sus discursos abordan por igual el costumbrismo escénico, tipificador y el realismo fotográfico, paisajístico y surreal. 195
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«Muchacha con flores», Hilario Rodríguez. 196
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Obras ejemplares en colección: «Muchacho con perro», pastel/papel, 65x50 cms., 1981 v «Muchacho con sombrero», pastel/papel,
25x20 pulgs., 1981 v «Sin título», acrílica/plywood, 75x60 cms., 1982 v «Moreno con sombrero», mixta/papel, 63x47 cms., 1984 v «Campesino», carboncillo y cera/papel, 62x50 cms., s.f. v «Viejo con cachimbo», pastel/papel, 64x48 cms., 1984. v «Mercado», acrílica/tela, 127x124 cms., 1984 v «Sin título», mixta/papel, 62x47 cms., s.f. v «Muchacha con flores», mixta/papel, 64x49 cms., s.f.
Carlos Hidalgo. (Santiago Rodríguez, 1948). Estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Recibió el premio de dibujo en el Concurso Nacional Estudiantil organizado por el Grupo Friordano de la Universidad Madre y Maestra (1969). En la Galería 7 celebró primera individual (Santo Domingo 1975), y ejecutó murales para el Museo Nacional de Historia. Se vincula al taller del maestro Yoryi Morel. En 1984 celebra segunda individual en la Galería Nader, como artista exclusivo bajo contrato. La colección del Banco Popular posee 44 obras de su autoría, las cuales revelan un temario que enfocan diversas vistas del país: campestres, marítimos, populares y urbanos, resueltos con atenuadas y brillantes gamas, en una oratoria figurativa entre costumbrismo y realismo lirico. Obras ejemplares en colección: «Casa del Cordón», acrílica/tela, 60x76 cms., 1981 v «Mercado», óleo/tela, 20x25 cms., 1983 v «Calle de pueblo», óleo/tela, 75x100 cms., 1983 v «Framboyán», acrílica/tela, 70x100 cms., 1985
«Paisaje playa», Carlos Hidalgo. 197
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«Calle El Conde», Carlos Hidalgo.
v «Mujeres
lavando», óleo/tela,
75x106 cms., 1986 v «Caserío vial, jinetes y gran montaña», óleo/tela, 30x60 pulgs., 1991 v «Paisaje», óleo/tela, 75x101 cms., 1987 v «Paisaje ciudad», óleo/tela, 100x151 cms., 1988 v «Paisaje playa», óleo/tela, 75x90 cms., 1989 v «Paisaje de lluvia», óleo/tela, 75x90 cms., 1989 v «Puerto de Macorís», óleo/tela, 75x90 cms., 1989 v «Iglesia de Macorís», óleo/tela, 100x27 cms., 1989 v «Paisaje nocturno», óleo/ tela, 101x125 cms., 1992 v «Fiesta en el campo», óleo/tela, 75x101 cms., 1993 v «Calle El Conde», óleo/tela, 75x100 cms., 1999.
Juan Rodríguez. (Santiago, 1938). Recibe orientación de Guillo Pérez en la década de 1950, siguiendo pautas de los maestros de la Escuela de Santiago, especialmente de Yoryi Morel, por lo que su estilo deviene apegado al costumbrismo y al paisaje. Flamboyanes, sembradíos, ranchos, escenas campestres lluviosas y otros temas provinciales son conjugados con una paleta colorista, limpia y radiante. 198
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«Paisaje con mujeres», Juan Rodríguez.
Obras ejemplares en colección: «Paisaje y campesinos», acrílica/tela, 35x45 pulgs., 1985 v «Lluvia», mixta/tela, 32x24 pulgs., 1988 v «Enramada», acrílica/tela, 24x30 pulgs., 1988 v «Rancho de tabaco», óleo/tela, 24x32 pulgs., 1988 v «Paisaje», acrílica/tela, 24x32 pulgs., s.f. v «Paisaje, coche y lluvia», acrílica/tela, 30x24 pulgs., 1990 v «Paisaje con campesina», acrílica/tela, 16x20 pulgs., 1990 v «Paisaje con mujeres», acrílica/tela, 24x30 pulgs., 1990 v «Paisaje de las palmas», acrílica/tela, 16x20 pulgs., 1990 v «Paisaje con mujeres lavando», acrílica/tela, 16x20 pulgs., 1990 v «Paisaje con flamboyán y lavanderas del río», acrílica/tela, 24x30 pulgs., 1990 v «Paisaje nocturno con coche», acrílica/tela, 20x16 pulgs., 1990.
Jacinto Domínguez. (Santiago, 1935). Asistió a la Academia Yoryi, en tanto el maestro asumía docencia en la Escuela Nacional de Bellas Artes, donde curso Domínguez el profesorado recibiendo marcada influencia de Vela Zanetti, entre otros maestros. Al retornar a la ciudad nativa es nombrado docente en 199
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el plantel local de Bellas Artes, sin abandono de la producción pictórica personal la que desarrolla con un estilo formal adscrito a la escolaridad regional de la que resulta uno de sus pilares magisteriales. Con premio en el Concurso E. León Jimenes del 1970, su discurso alterna la figuración objetiva y la del tramado que ofrece cubismo tropical. En 1983 registra su primera individual después de figurar en importantes colectivas y entrar sus obras en los haberes del coleccionismo. Obras ejemplares en colección: «Mercado», acrílica/tela, 60x77 cms., s.f. v «Paisaje campesino», acrílica/tela, 60x75 cms., s.f. v «Framboyán», acrílica/tela, 76x90 cms., 1986.
Carlos Mario Grullón. (Santiago, 1950). Manifestó desde temprana edad contagio artístico relacionado con el paterno pintor, Mario Grullón. Muy joven asume varias disciplinas entre 1970-1978, hasta que el hacer pictórico lo convierte en expositor constante. En el 1984, la crítica Jeannette Miller resalta su ejecución limpia con buen manejo de la materia cromática, «cuadros equilibrados que como trabajos académicos, resultan buenos», impecables (J. M. El Caribe, octubre 13, 1984). Carlos Mario, como se le conoce
«Conversación en el barrio», Carlos Mario Grullón. 200
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familiarmente ha registrado incontables exposiciones desde la referida fecha, enfocando viviendas vernáculas, mercados, lavanderas del rio, lluvias, siendo sobre todo un connotado paisajista vinculado a las raíces regionales de donde procede. Obras ejemplares en colección: «Paisaje con arroyo», óleo/tela, 30x50 pulgs., 1997 v «Conversación en el barrio», óleo/tela, sin medidas s.f.
Víctor Chevalier. (Santiago, 1951). Con estudios pictóricos en la escuela local de Bellas Artes, expone en colectivas desde la década 1980, marchándose al exterior. Dotado paisajista, desde los años 1990 enfoca con densidad de empastes y contrastes planos de color en escenas diversas: grandes viviendas, vistas de Santiago, escenas marinas, y otros asuntos con técnica neoimpresionista y expresionista, obteniendo una singular aceptación entre galeristas y público. Obras ejemplares en colección: «Paisaje», óleo/tela, 26x30 pulgs., 1990 v «Paisaje campestre con caballo», acrílica/tela,
24x30 pulgs., s.f. v «Paisaje con caminos y campesinos», óleo/tela, 26x30 pulgs., 1990.
«Paisaje con caminos y campesinos», Víctor Chevalier. 201
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2. Presencia mocana. A la Provincia Espaillat se vinculan los pintores José Collado y Hugo Matas, no solo por nacimiento, también por asumir un discurso bucólico que interpreta el paisaje llano, campestre y de costumbre rural. Los dos trazan un camino discursivo que extienden desde los años de 1980 hasta el presente, con celebraciones expositivas y atención de la crítica nacional.
José Collado. (Moca, provincia Espaillat, 1960). Formado en la Escuela de Bellas Artes del municipio natal, se titula en 1984 de Dibujo Arquitectónico por la Universidad Tecnológica de Santiago. La primera exhibición personal la celebra en 1984, seguida de un buen número de registros también individuales entre 1985-2002 cuando celebra «Bodas de Plata con el Arte». La crítica Marianne de Tolentino le considera auténtico y sincero en su carácter estético, transmitiendo «el campo con su verdor y su paz», «llenando de luz las paredes y destilando un fino olor a hierba y flores silvestres (…) El emplea la gama de los verdes, dominando docenas tal vez de tonalidades embriagadas
«Paisaje campestre con flamboyanes», José Collado. 202
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de los incontables juegos de azul, el amarillo, el rojo, aun entre la delicadeza y la intensidad. Senderos y bohíos, con sus áreas de claridad, contribuyen a la iluminación del ambiente, una calidad cromática repetida con cada cuadro. Obras ejemplares en colección: «Paisaje campestre con flamboyanes», acrílica/tela, 26x36 pulgs., 1985. v «Paisaje del atardecer», acrílica/tela,
30x40 pulgs., 1983 v «Paisaje con carretera», acrílica/tela, 30x40 pulgs., 1985 v «Paisaje con río», acrílica/tela, 30x40 pulgs., 1985 v «Paisaje de árboles, llanura y montaña…», acrílica/tela, 18x24 pulgs., 1988 v «Paisaje de azules con flamboyán», acrílica/tela, 40x60 pulgs., 1994.
Hugo Mata. (San Víctor, provincia Espaillat). Autodidacta cuya proyección de pintor la inicia en la ciudad de Santiago, al celebrar primera exposición personal en 1978. Desde esa muestra hasta 1993 registra treinta individuales, además de presentar sus cuadros en colectivas. Se reconoce pintor costumbrista, siendo recreador del discurso de la comunidad donde nace, crece y se proyecta pintor, asumiendo la realidad circundante del
«Paisaje con caminos», Hugo Mata. 203
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paisaje y la vida campestre con emotividad perceptiva de la atmósfera cotidiana, la del alba, el día, el ocaso y la noche. Minucioso, nativista, su bucólica visual es intimista y lírica. Aunque es conocido por sus personales paisajes, asume otros temas como el bodegón, el arreglo floral, el mercado, la cocina campesina, el mar… Obras ejemplares en colección: «Paisaje campesino», acrílica/tela, 13x18 pulgs., 1982 v «Paisaje con flamboyán», acrílica/tela,
30x40 pulgs., 1983 v «Mercado», acrílica/tela, 28x40 pulgs., 1984 v «Paisaje con varias casas y transeúntes», acrílica/tela, 30x34 pulgs., 1984 v «Mata de rulo», acrílica/tela, 40x80 pulgs., 1985 v «Paisaje», acrílica/tela, 40x30 pulgs., 1985 v «Paisaje con dos casas y campesino», acrílica/tela, 30x40 pulgs., 1985 v «Paisaje de cielo rojo», acrílica/tela, 24x30 pulgs., 1985 v «Paisaje del bohío azul», acrílica/tela, 20x30 pulgs., s.f. v «Paisaje con caminos», acrílica/tela, 28x40 pulgs., 1985 v «Paisaje auroral», acrílica/tela, 28x40 pulgs., 1985 v «Paisaje campestre de verdores», acrílica/tela, 30x40 pulgs., 1985 v «Girasoles», acrílica/tela, 25x26 pulgs., 1985 v «Paisaje con solar delantero», acrílica/tela, 30x40 pulgs., 1985 v «Paisaje con gran árbol al frente», acrílica/tela, 28x40 pulgs., 1985 v «Marina», acrílica/tela, 42x36 pulgs., 1988 v «Paisaje (con casa azul y portal rojo…), acrílica/tela, 24x30 pulgs., 1988.
3. Presencia vegana. De provincia La Vega son por natividad y asumida residencia Timoteo Santos (Vinagre), Justo Susana, y Elías Delgado, diferenciados los tres discursivamente y dentro de la colección que alberga sus obras.
Timoteo Santos (Vinagre). (Jima Abajo, La Vega, 1953/Santo Domingo, 2005). Estudió durante cinco años en la Academia de Bellas Artes de La Vega, presentando la primera exposición personal en plena Calle El Conde (1972), usando el nombre Vinagre para firmar sus cuadros, que inicialmente eran paisajes interpretados libremente. Después, el pintor gira hacia el surrealismo automático e instintivo. Obra ejemplar en colección: «Casitas», acrílica/tela, 30x40 pulgs., c. 1972.
Justo Susana. (Jamo, La Vega, 1918/Santo Domingo, 2001). Luego de ser descubierto y trascendido como pintor naif o ingenuo, deja a un lado todo oficio que no sea el quehacer pictórico, que asume con vehemencia creativa, recreando la realidad con imaginación ilusoria, deslumbrante y real maravillosa. Sus paisajes desbordan cromatizaciones, luminosidad y ritmo compositivo, reasumiendo la geografía como un sabio del ecosistema insular. Sus exposiciones se registran numéricamente desde 1973 hasta la proximidad de los años finales del pasado siglo XX. Obras ejemplares en colección: «Sin título», acrílica/tela, 70x59 cms., 1983 v «Paisaje con puente», acrílica/ tela,
60x75 cms., 1989 v «Sin título», acrílica/tela, 84x120 cms., 1990 v «Paisaje de los dos cocotales», acrílica/ 75x60 cms., 1990 v «Paisaje», acrílica/tela, 75x60 cms., 1990 v «Paisaje infantil», acrílica/tela, 75x60 cms., 1990 v «Paisaje», acrílica/tela, 59x74 cms., 1990 v «Sin título», acrílica/tela, 60x75 cms., 1992 v «Sin título», acrílica/tela, 100x126 cms., 1992 v «Sin título», acrílica/tela, 123x150 cms., 1992 v «Sin título», acrílica/tela, 75x100 cms., 1993 v «Paisaje», acrílica/tela, 75x60 cms., 1993 v «Paisaje», acrílica/tela, 75x100 cms., 1993 v «Paisaje infantil (S.T.)», óleo/tela, 100x75 cms., 1993 v «Paisaje infantil», acrílica/tela, 101x76 cms., 1993 v «Paisaje», acrílica/tela, 101x76 cms., s.f. v «Paisaje infantil», acrílica/tela, 100x75 cms., 1994. tela,
204
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ÂŤPaisaje de los dos cocotalesÂť, Justo Susana. 205
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Elías Delgado. (San Pedro de Macorís, 1924/Santo Domingo, 1999). Localizado en La Vega donde se formó pictóricamente entre 1939-1945, sus maestros fueron Bolívar Berrido, Joaquín Priego y Darío Suro. Después funda academia personal de enseñanza artística y al crearse la Escuela de Bellas Artes municipal forma parte del primer núcleo de docentes. Con exposiciones individuales registradas en Santo
«Cielo, montaña y arboleda», Elías Delgado. 206
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Domingo en 1964 y 1969, fluctuó en figuraciones tratadas con diversos lenguajes no convencionales. En la ciudad capital, donde se estableció con esposa e hijos, fundó la Academia Leonardo Da Vinci que dirigió hasta su fallecimiento. Obra ejemplar en colección: «Cielo, montaña y arboleda», acrílica/tela, 44x42 pulgs., 1993.
4. Presencia capitaleña. Santo Domingo, ciudad capital del país, concentra la administración gubernativa las directrices financieras y las principales instituciones culturales de las comunicaciones, recreación y de reserva patrimonial. Siendo metrópolis principesca y urbana, ella congrega la mayor tasa de artistas de todos los campos expresivos. En este conglomerado el sector de las artes plásticas se proyecta con los pintores Tomas López Ramos, Willy Pérez, Alberto e Iván Houellemont, Renzo Oviedo, los cuales interiorizan la realidad dominicana diferenciadamente y de acuerdo a oratoria individualizada.
Tomás López Ramos. (España, 1930/Santo Domingo, 2010). Desde los 14 años reside en República Dominicana, formándose en la Academia de Pintura establecida por George Hausdorf en la ciudad capital (1939), asistiendo a la Escuela Nacional de Bellas Artes, a la Academia de Hernández Ortega y luego residiendo en Madrid, donde se vinculó a círculos y talleres artísticos. En 1972 y 1973 celebra en la Sala Rosa María sus primeras individuales, ofreciendo una variedad de temas, entre ellos el bodegón. De académico discurso, revela intimismo clásico, realista y hasta vernacular cuando pinta la cocina doméstica. Obras ejemplares en colección: «Bodegón», acrílica/tela, 60x96 cms., 1963 v «Bodegón de los peces», óleo/tela,
24x38 pulgs., 1981 v «Sin título», óleo/tela, 86x101 cms., 1985 v «Bodegón», pulgs., 1990 v «Bodegón: anafe, plancha…», acrílica/tela, 24x32 pulgs., s.f.
«Bodegón de los peces» y «Bodegón», Tomás López Ramos. 207
acrílica/tela,
24x36
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«Arrozales», Willy Pérez.
Willy Pérez. (Santo Domingo, 1956). Orientado por su padre Guillo Pérez asistió a la Academia de Cándido Bidó y a Art Students League of New York. Ha registrado su obra en colectivas. Ha celebrado siete individuales hasta 1998. Marcado por el estilo de cromatizaciones radiantes, el no huye de la influencia paterna aunque consigue su tono personal en la biodiversidad de las aguas y en sus paisajes de arrozales y caseríos ribereños. Obras ejemplares en colección: «Marina», acrílica/tela, 24x20 pulgs., 1986 v «Campos de arroz», acrílica/tela, 40x50 pulgs., 1989 v «Arrozales», acrílica/tela, 46x50 pulgs., 1987.
Iván Houellemont (Desvignes). (Santo Domingo, 1924-1992). Arquitecto y pintor que firmaba sus obras con el nombre Desvignes. Se inició en el campo de las artes a temprana edad, recibiendo orientación de los maestros José Gausachs y Manolo Pascual. Expositor de varias muestras colectivas en 1982 registra exhibición personal. 208
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«Paisaje marino», Iván Houellemont.
Obras ejemplares en colección: «Ingenio I»,
óleo/tela,
20x24 pulgs., 1982 v «Ingenio II», óleo/tela, 24x18 pulgs., 1982 v «Ingenio III», óleo/tela, 24x18 pulgs., 1982 v Atardecer marino, óleo/tela, 46x50 pulgs.,
Renzo Oviedo Weber. (Santo Domingo, 1957). Es orientado por el progenitor Nuris Oviedo y el tío Ramón Oviedo. En su curriculum no hay registro de muestras personales, pero es ampliamente conocido en el medio capitalino, sobre todo entre los marchan d’art y partidarios de su pintura que asume el paisaje con un realismo descriptivo de suaves gamas. Una obra suya fue escogida para figurar en una muestra colectiva dominicana itinerante en diversos centros educativos neoyorquinos en el período 1989-1990. Obras ejemplares en colección: «Paisaje», acrílica/tela, 30x40 pulgs., 1990 v «Paisaje», acrílica/tela, 30x40 pulgs., s.f.
v «Paisaje campestre», acrílica/tela, 30x40 pulgs., s.f. 209
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Alberto Houellemont. (Santo Domingo, 1939). Graduado de abogado en la universidad estatal. Se traslada a Santiago de los Caballeros, laborando en la Universidad Católica Madre y Maestra, y visitando con frecuencia el taller de Yoryi Morel que estimula su vocación pictórica. Orientado por su hermano arquitecto Iván se sumerge de lleno en el taller al mudarse a la ciudad natal, celebrando primera exposición personal en 1982. Es sobre todo un paisajista de suaves tonalidades cromáticas, aunque asume otros temas de la naturaleza. Obra ejemplar en colección: «Paisaje», acrílica/tela, 30x36 pulgs., 1997.
5. Presencia española. Tomasín, como era llamado López Ramos, es un pintor nacido en España, y «dominicanizado» en su largo desenvolvimiento en Santo Domingo, donde falleció. Encabeza un núcleo de pintores nacidos en la patria española, los cuales en las tres últimas décadas del pasado siglo XX se radican en el país –temporal o definitivamente– transcribiendo diversos aspectos de la realidad dominicana. La campiña y el litoral marítimo, las faenas laborales, la fruta tropical y los personajes criollos fueron temas pictóricos de Agustín Masía, Joaquín Castellote, Vicente Herrero, Víctor Bonet Camps…
Joaquín Castellote. (Barcelona, España, 1920). Profesor de la Escuela de Bellas Artes y de la Escuela Massana, de la ciudad natal. Expone individualmente desde 1944 en diversos países, incluido el dominicano donde establece residencia, ejerciendo también docencia. Obras ejemplares en colección: «Bucaré blanco», óleo/tela, 70x55 cms., s.f. v «El viejo y el tiempo», óleo/tela, 60x75 cms., s.f. v «Paisaje», acrílica/tela, 61x76 cms., s.f. v «Framboyán», óleo/tela, 70x55 cms., s.f. v «Sin título», mixta/tela, 100x75 cms., s.f.
Víctor Bonet Camps. (Palma de Mallorca, Islas Baleares, España 19..). Cursó formación en el Instituto de Bellas Artes de la isla nativa e igualmente en Copenhague. Premiado en la Bienal Internacional de Pintura de Estocolmo, Suecia (1964), año en el que también obtuvo el Premio de Dibujo en la III Bienal en Palma de Mallorca. Con numerosas exposiciones individuales en Europa, arriba a Santo Domingo en 1977, ausentándose y retornando en 1979. Obras ejemplares en colección: «Vendedora», acrílica/tela, 30x24 pulgs., 1984 v «Coquero», acrílica/tela, 22x28 pulgs., 1985.
Vicente Herrero. (Valencia, España, 1960). Estudió en la Escuela Superior de Arte de la ciudad natal y en la Escuela de Arte del Museo de Brooklyn, New York. Llega al país como artista residente de Altos de Chavón, participando en 12 exposiciones colectivas dominicanas, y participando en bienales internacionales patrocinadas por las Naciones Unidas. Obras ejemplares en colección: «Bodegón», óleo/tela, 30x40 pulgs., s.f. v «Marina», acrílica/tela, 30x40 pulgs.,
1983. 210
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«Bucaré blanco», Joaquín Castellote; «Coquero», Víctor Bonet Camps; y «Bodegón, fragmento», Vicente Herrero. 211
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«Mercado», Agustín Masiá.
Agustín Masiá. (Valencia, España, 1931/Santo Domingo, 1994). Formado en Bellas Artes en la ciudad natal, celebra primera individual en 1946, exponiendo en diversas ciudades. En 1975 se radica en la República Dominicana. Su obra es luminosa y realista, llegando a efectos propios del hiperrealismo. Obras ejemplares en colección: «Mercado», acrílica/tela, 95x75 cms., s.f. v «Carraca», óleo/tela, 56x76 cms., s.f.
v «Muchacho con frutas», óleo/cartón, 40x29 cms., s.f.
Joseph Fabré Sallent. Nació en Barcelona en 1959, donde cursa estudios de pintura en el Conservatorio de Bellas Artes y el Real Círculo Artístico Catalán; después en la Escuela Massana. En 1977 arribó al país para vacacionar y decidió quedarse en Santo Domingo, convirtiéndose en docente de varias instituciones con programas sobre arte, e igualmente exponiendo como pintor. Entre 1982 y 2006, registra treinta muestras personales. 212
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«Morena», Joseph Fabré Sallent. 213
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«Llegada del pescador», Plutarco Andújar. 214
Cuatro visiones antológicas
Plutarco Andújar: Canto a mi Tierra Así fue titulada la exposición individual celebrada el 31 de noviembre de 1983, muchos años después que Manuel Valldeperes escribiera: «Nos dice la biografía de Juan Plutarco Andújar que nació en Montecristi el 24 de julio de 1931. Añadamos nosotros que fue esa región dominicana especialmente dotada para impulsar en el artista el amor a la naturaleza. Tierra de luz firme y variable coloraciones que ha quedado prendida en la retina de nuestro pintor». (M.J., El Caribe, octubre 4, 1964). En la introducción del catálogo, don Alejandro E. Grullón E., presidente de la entidad bancaria auspiciadora de la exposición, señala: «El Banco Popular Dominicano inicia hoy un programa mediante el cual se propone patrocinar todos los años una exposición de un artista nacional en Altos de Chavón. Para inaugurar nuestro programa presentamos una hermosa colección de cuadros del gran pintor Plutarco Andújar. Esta actividad cultural la desarrollamos en estrecha colaboración con la Fundación que ha hecho posible esta joven y espléndida realidad que es la ciudad de los artistas.El Banco persigue con su proyecto un doble propósito:Por un lado brindar a los artistas dominicanos de presentar sin apremios una exposición individual, esfuerzos que lleva a cabo Altos de Chavón en pro del arte y de la cultura en general, obra ésta que por sus amplias proyecciones merece el apoyo entusiasta de todos los dominicanos». La veterana crítica e historiadora María Ugarte escribe la presentación expositiva: «Plutarco Andújar es un artista enamorado de su tierra, atado a ella con lazos tan estrechos, tan indisolubles, que es imposible pensar en su pintura sin identificarla de inmediato con los paisajes y las gentes del país. Todo su oficio, excelente por cierto, lo ha puesto siempre al servicio de una pintura naturalista, realista, costumbrista incluso. Sus marinas, sus figuras populares, sus flores y sus montañas rezuman tipicismo, exuberancia y plenitud. Vibra en ellas el trópico, pero un trópico sin estridencia ni sobresaltos. Con certero y nítido dibujo, manejando con destreza los colores, logra transmitir en sus cuadros un especial encanto, una espontánea serenidad, un halo de optimismo y alegría. No importa que su tema sea un rostro de anciana surcado de arrugas o un niño escuálido de mirada triste. Un abrupto paisaje de montaña o mar tranquilo con cielo despejado. En todos Plutarco habrá conseguido sin esfuerzo transmitir un mensaje de paz, de simpatía y de dulzura. El trayecto que en su carrera recorre el artista es una línea recta, sin balbuceas ni indecisiones, sin audacias ni aventuras. Las modas y los ismos pasan junto a él sin afectarle, sin inquietarle en lo más mínimo. Los ve llegar y los ve irse, y él se mantiene imperturbable, seguro de sí mismo». 215
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«Pescador nocturno», Plutarco Andújar. 216
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«En la cocina», Plutarco Andújar.
Como un pintor que aprovechó las grandes lecciones de sus maestros y de la realidad dominicana, Plutarco Andújar fue maestro de sí mismo, embriagador con sus cantos visuales y embriagados del salitre de mar, palmeras y luz de Boca Chica, su preferencial residencia hasta su fallecimiento en 1994. Obras ejemplares en colección: «Marina en Bayahíbe», acrílica/cartón piedra, 65x106 cms., 1981 v «Si título», acrílica/tela,
100x76 cms., 1983 v «Paisaje marino», acrílica/tela, 91x60 cms., s.f. v «Merengueros», acrílica y barniz/ tela, 100x126 cms., 1992 v «Marina», acrílica/tela, 60x90 cms., s.f. v «Pescador con red», acrílica/cartón piedra, 70x55 cms., 1983 v «Pescador», acrílica/cartón piedra, 75x55 cms., 1983 v «Pescador», acrílica/cartón piedra, 75x55 cms., 1983 v «Sin título», acrílica/cartón piedra, 90x60 cms., 1983 v «Sin título», acrílica/cartón piedra, 70x55 cms., 1983 v «Sin título», acrílica/cartón piedra, 75x55 cms., 1983 v «Sin título», acrílica/cartón piedra, 70x55 cms., 1983 v «Sin título», acrílica/cartón piedra, 90x60 cms., 1983 v «Sin título», acrílica/cartón piedra, 75x55 cms., 1983 v «Pescador nocturno», acrílica/tela, 75x55 cms., s.f. v «Marina», acrílica/tela, 70x55 cms., 1991 v «Vendutera», acrílica/tela, 100x76 cms., 1991 v «Merengueros», acrílica/tela, 101x127 cms., 1992. «En la cocina acrílica/tela, 30x50 cms., s f. 217
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«Sin título», Plutarco Andújar. 218
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«Pescador», Plutarco Andújar. 219
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«Pescador con red», Plutarco Andújar. 220
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«Lavanderas» y «Campesino con racimo de rulos» Plutarco Andújar 221
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«Flamboyán y casitas», Mario Grullón.
Mario Grullón: Primavera en Otoño Patrocinado por el Banco Popular Dominicano, Mario Grullón celebró en Altos de Chavón la individual «Primavera en Otoño», en noviembre de 1984. El título resultaba pertinente. El pintor nacido en Santiago de los Caballeros en 1918 atravesaba una edad otoñal a los 66 años y había encontrado el momento decisivo para convertirse en el creador a tiempo completo, y así lo decidió. Atrás quedaban aquellos obligados quehaceres de sustentación para mantener con holgura la familia y sus necesidades. Con su paleta, pinceles y gamas cromáticas comenzó a transcribir sus visiones como tonadas de primavera. 222
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«Coche de Santiago», Mario Grullón. 223
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芦Mercado禄, Mario Grull贸n. 224
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«Aguatera», Mario Grullón. 225
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Desde niño a Mario Grullón le gustaba pintar, ayudando a su padre en tareas decorativas. Cuando Yoryi Morel le descubrió laborando en la Sociedad Cultural Alianza Cibaeña, en 1940, lo instó a asistir a la Academia de Pintura que el maestro tenía establecida en la Calle del Sol, contigua al viejo recinto de la Iglesia de la Altagracia. Después de una etapa de orientación, en edad veintena, fue becado por el Ayuntamiento Municipal para continuar sus estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes, fundada en la ciudad capital, en 1942. De este centro egresó con un profesorado en pintura, asociado a la joven generación artística del 40, y a notables maestros modernos dominicanos y europeos que le insuflaron una retórica moderna, ya contaminada de la discursiva yoryiana. Graduado, Mario Grullón retornó a la ciudad nativa dividiéndose entre múltiples tareas laborales durante el día y por la noche su faena de la creación pictórica, para mantener su nombre artístico en vigencia. Fue pintor de carteles, pancartas y murales decorativos. También pendolista y docente honrado por numerosos reconocimientos otorgados por el Colegio Dominicano de Artistas Plásticos (1987), el Concurso Nacional de la Niñez (1988) la Fundación Ciencia y Arte (1989), y entre otros, el de Bellas Artes y Cultos por su labor docente (1992). Don Alejandro E. Grullón E. en su presentación de la muestra «Otoño en Primavera», escribe: «El Banco Popular Dominicano inició el pasado año un programa mediante el cual patrocina anualmente una exposición de las artes plásticas en Altos Chavón. En este segundo año del programa presentamos la 1ra. Exposición Individual del reconocido pintor Mario Grullón. De esta manera el Banco Popular Dominicano continua ofreciendo su respaldo al desarrollo de las artes plásticas en la República Dominican, brindándole la oportunidad de presentar exposiciones individuales a los artistas que por una razón u otra no han podido realizarla, al mismo tiempo que contribuye con la magnífica labor en pro del arte y de la cultura que realiza la Fundación de Altos de Chavón. Esperamos que esta labor conjunta (…) sirva de estímulo a la nueva generación de artistas y que de esta manera contribuya al desarrollo cultural de nuestro país, con el apoyo entusiasta de todos los dominicanos». En la Galería Principal Altos de Chavón el maestro Grullón expuso cincuenta obras de temas diversos especialmente costumbristas, y casi todos cibaeños. Reconocido como artista nacional, el diario El Caribe de septiembre de 1996 le dedica editorial: Mario Grullón «Con la misma sencillez con que vivió, el pintor Mario Grullón falleció hace unos días en Santiago, su tierra, donde siempre se mantuvo entregado a su arte en una labor silenciosa y fecunda. Fue un artista que, pese a no haber figurado entre los más conocidos representantes de la plástica actual no por falta de méritos sino de oportunidades, puede ser considerado como uno de los pilares de la pintura de la región del Cibao. Región que supo llevar al lienzo con destreza, realismo y amor. Modesto como era, no tuvo inconveniente en completar los murales iniciados por Vela Zanetti en lo que fue Monumento de La Paz y hoy está dedicado a los Héroes de la Restauración, en la ciudad de Santiago de los Caballeros. Y quizás pocos conocen que para ayudar a su gran amigo Yoryi Morel en los momentos que le aquejaba una ceguera momentánea, Mario Grullón asumió los pinceles del maestro para que éste no sufriera de penurias económicas. Buen artista y trabajador incansable, Mario Grullón será siempre recordado con respeto y cariño por quienes le conocieron; mientras que sus pinturas, reflejos de una naturaleza «Negrita de la línea» Mario Grullón 226
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«María Moñito», Mario Grullón. 228
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y un pueblo que adoraba, se convertirá en el testimonio permanente de los valores plásticos de este nativo de Santiago que hizo del mundo que le vio nacer su hábitat libremente elegido». Adiós a un grande, editorializó el diario La Información (agosto 30, 1996), señalando en su párrafo: «Con el sentido fallecimiento del maestro de la pintura dominicana, don Mario Grullón, la ciudad corazón ha perdido a uno de sus más consagrados creadores de las Artes Plásticas. Su vida fue un ejemplo de entrega a una vocación manifestada en el manejo del pincel, para plasmar el paisaje, las realidades y tradiciones de Santiago y del Cibao (…). Miembro permanente de la llamada Escuela de Santiago, alumno aventajado del maestro Yoryi Morel, profesor distinguido de la Escuela de Bellas Artes, fundador de una Academia de Pintura, don Mario desarrolló una existencia siempre apegado a los sanos valores humanistas. Su obra, llena de tintas impresionistas y costumbristas, perdurará en la trascendencia guardada a los de su estirpe». Obras ejemplares en colección: «Paisaje campesino», acrílica/tela, 60x50 cms., 1988 v «Coche», acrílica/tela, 91x76 cms., 1986 v «Paisaje campestre», acrílica/tela, 75x91 cms., 1985 v «Paisaje», acrílica/tela, 75x91 cms., 1985 v «Sin título», acrílica/tela, 75x60 cms., 1985 v «La Catedral de Santo Domingo», acrílica/tela, 91x75 cms., 1989 v «Sin título», acrílica/tela, 91x76 cms., 1987 v «Mercado», óleo/tela, 100x83 cms., 1984 v «Negrita de la línea», óleo/ tela, 75x60 cms., 1984 v «María moñito», óleo/tela, 75x60 cms., 1984 v «Coche de Santiago», acrílica/tela, 73x58 cms., 1988 v «Paisaje», acrílica/tela, 90x75 cms., 1984 v «Coche», acrílica/tela, 90x75 cms., 1988 v «Diablos cojuelos», acrílica/tela, 90x74 cms., 1989 v «Artesana», acrílica/tela, 75x60 cms., 1987 v «Coche», acrílica/tela, 63x48 cms., 1983 v «Coches», acrílica/tela, 61x76 cms., 1991 v «Catedral con dos coches», acrílica/tela, 90x75 cms., 1989 v «El encargo campesino», mixta/tela, 76x101 cms., 1984 v «Framboyán y casitas II», acrílica/tela, 76x101 cms., s.f.
Agustín Masiá: La apropiación de un país que hizo suyo Como viajero trotamundo, llega a Santo Domingo en 1975. Agustín Masiá, nacido en Valencia, España (1931), con estudios en la Escuela de Bellas Artes de la nativa ciudad, e incursiones en diversos estilos modernistas que no le convencen, opta por la escuela tradicional con preferencia del paisaje. Desde 1946 comienza a exponer individualmente, trazando una ruta desde el medio valenciano, pasando por Madrid, Palma de Mallorca, San Sebastián hasta el país dominicano, además de Miami y Nueva York. De acuerdo a su biografía, Agustín Masiá echa raíces en la República Dominicana «cautivado» por la gente y el paradisíaco paisaje (…). La luminosidad del trópico es un reto que el pintor no podía eludir y Masiá entra en una etapa de intenso trabajo. Seis años pintando (...) le dan una nueva profundidad a su pintura, dejando plasmado en sus lienzos el cariño que siente por estas tierras. En una individualidad celebrada en el Centro de Arte Nouveau (22 de noviembre, 1983), los temas enfocan localizaciones: «Niños en burro» (Constanza), «Casita en la Playa» (Samaná), «Carreta» (San Pedro de Macorís), «Casuchas» (Juan Dolio), «Mercado Moderno» (Santo Domingo)… 229
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«Arando la tierra» y «Llegada a la costa», Agustín Masiá. 230
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La identificación con las tierras isleñas permite que el pintor valenciano sea considerado también dominicano, al participar en una Colectiva Internacional en el Customs Museum de Nueva York, en donde cuelga 36 óleos. Un diario de la referida urbe le considera «El único expositor (…) que representa con estilo propio y claro a su país»; y otro periódico reseña: «La sabrosura del merengue nos llegó de Santo Domingo en los pinceles de Masiá», agregando que la dirección del museo «tuvo que aislar sus cuadros».
«Nao de España», Agustín Masiá
No obstante, la luz, la gracia y el colorido caribeño atrajeron poderosamente a críticos y públicos que unánimemente otorgaron la máxima puntuación a este artista a quien se le abren las puertas de Nueva York, «merecidamente sobre todo si se considera la gran calidad de las obras expuestas firmadas por artistas de reconocido prestigio que lucieron apagadas ante la arrolladora firmeza de los pinceles dominicanos». 231
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«Muchacho con frutas», Agustín Masiá. 232
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Estimado por sus paisajes, Masiá es autor de una serie de marinas ejecutadas antes de fallecer en Santo Domingo, el día de navidad de 1994, dejando como patrimonio un discurso de tópicos diversos. Obras ejemplares en colección: «Sin título», óleo/tela, 60x91 cms., 1987 v «Sin título», óleo/tela, 75x100 cms.,
1991 v «Campesino», óleo/tela, 40x29 cms., s.f. v «Marina», óleo/tela, 60x45 cms., s.f. v «Sin título», acrílica/tela, 90x121 cms., 1989 v «Marina», óleo/tela, 60x90 cms., s.f. v «Marina y pescador», óleo/tela, 60x91 cms., s.f. v «Bueyes mellando terreno», óleo/tela, 75x100 cms., 1992 v «Sin título», óleo/tela, 60x101 cms., s.f. v «Nivelando la tierra», óleo/tela 100x125 cms., s.f. v «Sin títulos», mixta/tela, 50x93 cms., s.f. v «Sin título», acrílica/ tela, 65x85 cms., s.f. v «Sin título», mixta/tela, 60x90 cms., s.f. v «Carreta y bueyes», óleo/tela 60x90 cms., s.f. v «Carabela», óleo/tela, 60x75 cms., s.f. v «Marina y buque», óleo/tela, 60x45 cms., s.f. v «Carreta y bueyes», óleo/ tela 70x118 cms., s.f. v «Lavadoras», óleo/tela, 60x75 cms., s.f. v «Playa San Rafael, Barahona», óleo/tela, 60x90 cms., s.f. v «Marina con velero», óleo/tela, 55x75 cms., s.f. v «Bueyes, carretas y cañas», óleo/tela, 54x88 cms., s.f. v «Casita campestre», acrílica/tela, 54x75 cms., s.f. v «Marina», acrílica/tela, 75x100 cms.
ANTONIO Prats-Ventós: Esculturas y Pinturas Con una estatura artística reconocida, al igual que como docente y escultor, Antonio Prats-Ventós jugaba un significativo rol entre 1966-1970. Expositor ascendente, celebró una individual al inaugurarse el campus universitario de la Madre y Maestra (1966), cuando otras muestras personales, también de esculturas, se han registrado tanto en la universidad de Santiago (1964), e igualmente en Puerto Rico, en el Instituto de Cultura puertorriqueña y en el Museo Universitario de Río Piedra (1968). Para entonces, el grupo cultural La Máscara lo eligió Escultor del Año 1966, tomando en cuenta su muestra personal que antologa 81 esculturas en el Palacio de Bellas Artes. Era profesor de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña y seguía siendo docente de la ENBA cuando en 1969 fueron abatidas las grandilocuentes estatuas que había concebido para los espacios frontales del Palacio de Bellas Artes, inaugurado en 1956, convertido en sede de la colección nacional que incluía sus obras premiadas en diferentes bienales, y sede de la escuela formativa de la que era profesor de escultura. El bochornoso hecho le hizo renunciar como maestro, realizando un grupo escultórico en hierro forjado, «Procesión de Ángeles por una estatua muerta», conjunto de 100 obras abstractas y una figurativa, presentadas en la UNPHU en 1969. Darío Suro, en su monografía «Arte Dominicano» (1968, p.72), enfoca: Prats-Ventós se formó y maduró su obra en la República Dominicana. En Prats-Ventós perdura el sabor de un influido por las características ambientales y sobre todo por la materia proporcionada por el medio. Ha trabajado espléndidamente la piedra dominicana: el ónix de Samaná, el mármol rosa, el granito, el alabastro y las maderas como el guayacán, la caoba y la teca. Sus obras realizadas en piedra, presentan una solidez formal y una seguridad expresiva que solo es dable contemplar en los verdaderos maestros de la escultura contemporánea: Brancusi, Moore y Arp. La técnica no ha tenido secretos para este joven escultor 233
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«Composición mujeres y niñas», Prats-Ventós.
(…) Prats-Ventós ha concurrido a todas las bienales celebradas en la República Dominicana (…) Está representado en muchos edificios públicos de Santo Domingo y en muchas residencias privadas». Escultor de obras de bulto y relieve, sobresale también como orador de la abstracción referenciada o simbólica. Igualmente, pintor discreto de estilos y temarios diferenciados. De acuerdo a María Ugarte (Prats-Ventós 1925-1999, p.195), en 1970 inicia la serie «Las Damas, las Meninas y Los Infantes» (…). Expone por primera vez «Los Apóstoles» en el Museo del Hombre Dominicano (…). Construye el «retablo» de la Basílica de Nuestra Señora de la Altagracia en Higüey (…). Participa Prats-Ventós con «Los Apóstoles» en la Expo Nueva Imagen de la Universidad Católica Madre y Maestra». Los decenios 1970 y 1980 son de notable vitalidad productiva y expositiva en el maestro nacionalizado dominicano por decreto de naturalización 1109, expedido en 1971. Esa vitalidad suya lo multiplica como escultor y como pintor, sustentado en su sólido dibujo formalizador, sobre todo de los inconfundibles íconos de caras redondas, e igualmente de los bodegones y los paisajes donde conjuga un dominio artesanal de las gamas cromáticas. Más, el dominio de la técnica en los sustratos y extractos de la materia plástica, 234
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«Muchachas bajo la lluvia», Prats-Ventós. 235
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«Casas entre flamboyanes», Prats-Ventós.
fluye con una parquedad aparentemente fría, pero lírica en la racionalidad de las precisiones, donde las referencias vascas o de España, y la insular o dominicana, se hermanan. «Dibujo», carboncillo/13x21 pulgs., s.f. La obra de trazos gráficos que posee la colección bancaria resultan, tal vez, un bosquejo de una escultura en proyección, por las formas circulares de su planteamiento, tanto en la base con las curvaturas que definen delgados y punteados triángulos que semejan un abstracto recinto cubicular. «Los Apóstoles», escultura en caoba, con algo más de tres metros de ancho, tallada al final de la década de 1980, está conformada por dos cuerpos verticales extraídos de un mismo tronco. Fue expuesta en Santo Domingo (1970) y en Santiago (1972). El artista, «por una pura coincidencia encontró la madera en un almacén en el momento mismo en que unos obreros, armados de cuña, empezaban a romperla a pedazos. De una sorprendente calidad, el viejo y perfecto tronco de caoba criolla aparecía ya partido en dos en sentido vertical. Lo compró de inmediato y tal era su peso que al colocarlo en el patio de su casa rompió el cemento del piso. Trabajó la obra en el jardín y solo en devastarla tardó tres meses. Las dos figuras del tronco le transmitieron al escultor, el mensaje apostólico del nombre». (María Ugarte, op. cit., p.101). 236
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芦Bodeg贸n禄, Prats-Vent贸s. 237
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«La dama», caoba tallada/policromada, 129 cms de altura, 1988 v «Menina», caoba tallada/policromada, 170 cms de altura, s.f. v «Meninas», caoba tallada/policromada, 52 pulgs de altura, 1990. Esculpidas en diferentes fechas, ofrecen unidad lin-
«Dama sentada», Prats-Ventós.
güística en el diálogo de la madera al natural y el recurso policromado que reviste sus formas espigadas o estilizadas («La Dama» y «Los Meninas»), ofreciendo una compostura de asiento la tercera «Menina». Aun así, las piezas presentan tocados sobresalientes coronando su cabeza con faz dual, cual novedosas y objetivas máscaras del misterio. La forma cilíndrica, corta, elevada e irrepetida «respondió a un trabajo que sirvió al artista de divertimiento y en el que se hizo patente su constante diálogo con la madera». (María Ugarte op. cit. p.150). La solemnidad hierática, solo rota por el tocado cromático y decorativo, se subscribe consciente o inconscientemente a la nueva figuración dominicana, vertiendo lingüística y temática que coincide, a inicios del decenio de 1970, con el pintor y maestro Fernando Peña Defilló. El bodegón, la iconografía celestial de ángeles y de tipos humanos absortos son parte de una extensa producción pictórica de nueva fase, doblemente complaciente: para el artista en sí mismo y para el público que se deleita con las bondades de obras no inquietantes. Ni drama social, ni escenas expresionistas o paisajes rebuscados fuera de la disipación, caracterizan la pintura de Antonio Prats-Ventós, el cual confesaba que hacerla se convertía en un descanso en el tiempo libre, después de arduas horas de faena escultórica. El hacer pictórico fue la comunión concreta de otras disipaciones: su amada azuana Rosa María García Bidó, que le multiplicó con los hijos, el cigarrillo mojado con sabor de café o un buen vino compartido con las amistades, que tal vez también disipan dolores y nostalgias. La presencia de las obras pictóricas en la colección popular es numerosa: cuadros con fechas o sin ellas, empero, de temario variado: mujeres con turbantes, niñas con mariposas, naturalezas muertas, ángeles en cielos estrellados, paisajes de 238
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«Bosque azul», Prats-Ventós.
árboles amarillos, rojos, verdes y con casuchas... Decenas de cuadros pictóricos de variados formatos y enfoques reiterativos, aunque no repetitivos. Mencionamos algunas obras ejemplares: «La Dama del turbante», óleo/tela,
32x25 pulgs., s.f. v «Maternidad y naranjas», acrílica/tela, 32x25 pulgs., s.f. v «Copos de árboles verdes con copo rojo», acrílica/tela v «Casas entre flamboyanes» v «Arboleda azul y copiosa» v «Muchachas bajo la lluvia», acrílica/tela, 48x28 pulgs., s.f. v «Marchantas» v «Rostro de niña v «Pequeños flamboyanes con cielo amarillo» v «Dos caballos blancos y dos niñas» v «Bodegón fragmentado» v «Hilera de mujeres y niñas» 239
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«Casita Dominicana», Daniel Henríquez; «La Atarazana», José Cestero; «El pescador sabio», Ada Balcácer; y «Suban todos. Serie Transporte», Freddy Javier.
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Confluencias de artistas, generaciones y visualidades. 1990-2001
En la colección de artes plásticas conformada durante 50 años por el Banco Popular Dominicano se da una confluencia lineal de artistas y generaciones que, en la especificidad del arte dominicano, marcan una historia ascendente del siglo XX, con evidencias representativas de la iniciada centuria del siglo XXI. Los artistas y las generaciones a las que se vinculan, también las obras creativas que subscriben durante el período 1900-2001, compendian muchas visuales como referentes de las formas y las gamas de nuestra república insular; formas y gamas que son infinitas durante las variables de los momentos del día, en las cuatro estaciones tropicales que se diferencian de realidades no antillanas y caribeñas; formas y gamas como las regiones indistintas de nuestra geografía insular y dominicana. En fin, formas y gamas que conjugadas como iconos, escena naturalista o contrariamente imaginativa y subjetiva, también nos dan tiempos históricos. Abarca desde el pintor precursor Arturo Grullón Julia, pasando por Abelardo Piñeyro, Celeste Woss y Gil, Yoryi Morel y otros nombres, hasta muchos nombres posteriores a ellos o sucesivos, multiplicados en una extensión de años y décadas que alcanzamos contabilizar mediante todos los registros documentales biográficos o en relación con las obras visuales concretas. En la confluencia a la que se llega el último decenio del siglo XX, encontramos nombres artísticos desde la década 1930, como el veteranísimo pintor Federico Izquierdo, con un cuadro fechado en 1999, hasta Yolanda Monción (Yuli), con una obra registrada en el 2001. Entre estas dos representaciones generacionales, un buen número de artistas y obras confluyen. Es decir, autores existentes durante el período, con producciones fechadas desde 1989 hasta el 2001. El primero de los años que se cita (1989) nos permite abordar la colección como un alcance culminativo, empero, empezando por los veteranos artistas que se proyectan desde 1940 con sucesiones hasta 1980; aunque, inversamente, la generación ochentista es el foco inicial.
1. Los Ochentistas. Durante el decenio 1990 conforman una generación de artistas que, si bien algunos de ellos fueron abordados anteriormente en relación al «paisajismo interiorizado», no es la objetiva vista el tema permanente de todos ellos, sino un ciclo monotemático con el que comienzan a tener aceptación y quizás temprana proyección entre los críticos. Son paisajes más vinculados a estilos de escolaridad, de los que Elvis Aviles, Juan Mayí y Pedro Ricart se alejan con otros temas diferenciados que, en caso contrario, Miguel Núñez es el único que sigue linealmente focos paisajísticos, aunque distintos y novedosos focos urbanos 241
Arte e Historia en la colección de Artes Visuales del Banco Popular Dominicano
soleados, solitarios o con gentío callejero durante los años del decenio de 1990. A los cuatro pintores que aludimos se vinculan «Ochentistas» como ellos, cuyos discursos u obras, si bien cultivaron el paisaje, no es con esa producción temática con la que forman parte de la colección. Además de Aviles, Núñez y Ricart, se registran Rafael Amable, Dionisio de la Paz, Jesús Desangles, Hilario Olivo, Enriquillo Rodríguez Amiama, Pedro Terreiro, Carlos Santos Durán, Luz Severino, Daniel Díaz, Inés Tolentino, Miguel Gómez, entre otros.
Miguel Núñez. (Santo Domingo, 1959). Sus suaves cromatizaciones, fluctuando en un tardío impresionismo de bailarinas y nenúfares, se amplia y consolida con focalizaciones de temas de la ciudad de Santo Domingo. Sus exposiciones «Un año de Soledad» (1988), «Un año después» (1990) y «La ciudad de
«Día de sol en el parque», Miguel Núñez. 242
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«Mujer mirando el Ozama», Miguel Núñez. 243
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nosotros» (1991), en donde arquitectura colonial, habitantes capitalinos, calles y parques arbolizados son conjugados con una mezcla de lenguajes, impregnada de interpretaciones reales, sentimentalidad y apego rotundo al paisaje humanizado. Obras ejemplares en colección: «La Puerta del Cordón», acrílica/tela, 85x75 cms., 1985 v «Sin título», acrílica/tela,
146x121 cms., 1990 v «Sin título», óleo/tela, 75x100 cms., 1995 v «Tarde de domingo», óleo/tela, 76x101 cms., 1995 v «Día de sol en el parque», óleo/tela, 101x127 cms., s.f. v «Mujer mirando el Ozama», acrílica/tela, 100x75 cms., 1997 v «La abuela», óleo/tela, 75x60 cms., 1994.
Dionisio De la Paz. (Mella, municipio de Pedernales, 1951). Realizados los estudios básicos en Pedernales, se traslada a Santo Domingo, cursando en la Universidad Autónoma la carrera de Diseño Gráfico, con licenciatura en Artes Plásticas y Educación Superior. Este hecho le permite ser docente de la institución,
«Mirando la fauna», Dionisio De la Paz. 244
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además de reconocido pintor, con cinco individuales entre 1985-2001, un sinnúmero de registros en colectivas y obtención de premios en certámenes nacionales. Sus discursos refrescan el trópico silente, vientos huracanados, la mitología, ecologismo, medio ambiente y fauna. Estos discursos, elaborados con una facturación limpia en imágenes y conjugaciones cromáticas. Obras ejemplares en colección: «Abstracto», acrílica/tela, 76x114 cms., 1986 v «Composición», mixta/tela, 60x121 cms., 1987 v «Mirando la fauna», acrílica/tela, 75x100 cms., s.f. v «Sueños en un paraíso escondido», acrílica/tela, 76x101 cms., 1991 v De la serie Tainismo», acrílica/tela, 75x100 cms., 1991.
Jesús Desangles. (Santo Domingo, 1961). Inicialmente recibe orientación en talleres de importantes pintores nacionales entre 1967-1973, ingresando en el último año en la ENBA, al tiempo que expone en colectivas entre 1977-1985. Sus primeras individuales le vinculan como artista exclusivo de Galería Boinayel
«Abstracto» y «Composición», Jesús Desangles. 245
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(1985-1991). Con notables reconocimientos en Cagnes Sur-Mer (1987), Concurso Hoteles Barceló (1992), sumados a otras destacadas participaciones (Concurso León Jimenes, Bienal Nacional), a su revelación de artista dotado de linaje con las grandes oratorias modernas caribeñas, le entronca también un estilo personal interpretativo de la realidad cotidiana, fauna mágica y popular. Obras ejemplares en colección: «Sin título», mixta/tela, 151x125 cms., s.f. v «Sin título», carboncillo y cera/ papel,
85x54 cms., 1985 v «Personajes», mixta/tela, 71x101 cms., 1989 v «Fiesta de felinos», óleo/tela, 150x100 cms., 1990 v «Personaje», acrílica/tela, 69x94 cms., 1990.
Enriquillo Rodríguez Amiama. (Santo Domingo, 1962). Su temprana iniciación artística empieza en el Centro de Arte Nidia Serra, sigue con los pintores Silvano Lora, Alberto Bass y Servio Fría, hasta
«En lo alto», Enriquillo Rodríguez Amiama. 246
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completar su formación en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Militante del colectivo Generación Ochenta celebra primera individual en 1984, sumando otras cuatro entre 1986-1992. Conjugador de un discurso que habla visualmente «de la imagen de las frutas a los frutos de la imaginación» escribe Marianne de Tolentino, resaltando «un arte de equilibrio, de pureza, de tranquilidad, tema ni inquietante, ni preocupante», de acuerdo a Henri Matisse. (M. de Tolentino, texto diciembre 2, 1993). Obras ejemplares en colección: «Isla del Caribe», acrílica/tela, 76x100 cms., 1993 v «En lo alto», óleo/tela, 151x100 cms., 1993 v «De la serie de temas románticos», mixta/tela, 76x101 cms., 1994.
Miguel Gómez. (Santo Domingo, 1954). Graduado en la Escuela Nacional de Bellas Artes y expositor de la primera colectiva de la generación ochentista (1983). Celebra entre 1984-1987 sus primeras cuatro individuales
«De la Serie Músicos», Miguel Gómez. 247
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de gran colorido, estructurado en fusiones geométricas y regularmente sobre temas danzarios como la fiesta de atabales. Señalando que ha sido un pintor onírico, la crítica Marianne de Tolentino sustenta que «pasa a combinar tres corrientes (…) que son impresionismo-expresionismo-abstracto, ligadas con ciertas pinceladas cubistas» (M. de Tolentino. Listín Diario, suplemento de 1986). Obras ejemplares en colección: «Penumbras originales de una familia», óleo/tela, 100x75 cms., 1990 v «Persistencia humana», óleo/tela 125x201 cms., 1993 v «Bailarinas populares», acrílica/tela, 101x127 cms., 1994 v «De la Serie Músicos», óleo/tela, 75x100 cms., 1996 v «Mujeres», mixta/tela, 100x75 cms., 1999.
Juan Mayí. (San Francisco de Macorís, 1963). Es autor de la obra «La Muchacha de las Trenzas», acrílica/ tela, 90x77 cms., sin fecha. Se trata de un retrato tal vez imaginario y si real, internalizado con evocación lírica. Su paleta cromática guarda relación con el paisaje del pintor.
Rafael Amable. (Santo Domingo, 1958). Dibujante y pintor formado en la Escuela Nacional de Bellas Artes, el cual, al graduarse, celebra su primera individual en el Centro de Arte Cándido Bidó (1979). Con presencia en colectivas y certámenes entre 1980-1990, también subscribe otras individuales en el Centro Nouveau y Casa de Bastidas (1984), logrando premios de pintura en el Concurso de Pintura León Jimenes en los años 1990 y 1992, e igualmente de dibujo en la XIX Bienal Nacional (1994). Obras ejemplares en colección: «Después de la pesca», serigrafía/papel, 84x53 cms., 1985 v «Palomas y canas», acrílica/tela,
40x30
cms.,
1987 v «El
vaivén de los búhos en luna llena», acrílica/tela,
145x125
cms.,
1995.
Elvis Avilés. (Santo Domingo, 1964). Después de sus discursos paisajísticos de nexo fotorrealista, su oratoria personal, desde 1990 en adelante, se basan en captaciones de muros urbanos con sus «graffiti», manchas y desgastes. Después devienen las reflexiones mitológicas, la «figuralidad de la tierra» y los signos como impresiones abstraccionistas. Obra ejemplar en colección: «Impresión», acrílica/tela, 40x30 cms., 1995.
Pedro Ricart. (Santo Domingo, 1960). Además de sus temas paisajísticos, el pintor produce el icono «Ella con luces en el viento», mixta/tela, 32x22 pulgs., 1988. La iconografía se centra en la imagen de una joven mujer con mano junto al rostro, focalizada en un lateral del plano inferior y en torno a ella movimiento de múltiples gamas que representan el ventarrón, con el simbolismo de una avecilla volando en la zona más despejada de la altura compositiva. La combinación de figuración con un contexto de lirismo abstraccionista anuncia un discurso posterior. «Ella, con luces en el viento» Pedro Ricart 248
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Pedro Terreiro. (Barahona, 1955). Estudia diseño y mecánica industrial en la Escuela Vocacional de la ciudad nativa. Obtiene una beca de la Compañía Alcoa de Exploración, para cursar profesorado en la Escuela Nacional de Bellas Artes, desde 1976. Siendo un artista distintivo dentro de la generación ochentista, obtiene primer premio de dibujo en el certamen León Jimenes del 1983, registrando después su primera individual «Sin olvidos ni silencio» (Centro Nouveau 1985). Terreiro se adentra a un discurso donde la ráfaga luminosa, el movimiento y la gestualidad del pulso pictórico traducen vértigos de signos de un submundo mágico y ritual. Marianne de Tolentino habla de «volcamiento total del pintor hacia la abstracción, hacia un lenguaje abstracto vehementemente lírico» (Listín Diario, febrero 2, 1985). Amable López Meléndez no duda en relacionar a Terreiro a «La pintura de lo barroco y lo real maravilló». (A.L.M. Presentación catálogo, noviembre 11, 1986). Obra ejemplar en colección: «Paradisso. Homenaje a la obra de Lezama Lima», acrílica/tela, ensamble 14x97 cms., 1986.
«Paradisso. Homenaje a la obra de Lezama Lima», Pedro Terreiro. 250
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«Paso a paso», Luz Severino.
Luz Severino. (Hato Mayor, 1962). Egresa de la Escuela Nacional de Bellas Artes con profesorado en dibujo. Alcanzando honores en diferentes certámenes de escultura, grabado y dibujo (Bienal Nacional 1992), realiza estudios complementarios en The Art Students League of New York y en Bogotá, Colombia. Desde 251
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1985 es artista mujer de activismo gráfico y pictórico con individuales y registros en colectivas. En 1992 fue seleccionada para figurar en la muestra «Mujer y Arte Dominicana Hoy». Obras ejemplares en colección: «Composición de un futuro incierto», óleo/tela, 104x107 cms., s.f. v «Paso a paso», mixta/tela,
149x149 cms., 1996 v «En busca de justicia», mixta/tela, 132x102 cms., 1997 v «Al pie de la justicia», acrílica/tela, 173x150 cms., 1997.
Daniel Díaz. (Nace en 1945). En 1978 expone en colectiva del círculo de coleccionistas, celebrando exhibiciones personales en el Centro de Arte Nouveau en 1983 y 1986. En este centro de Santo Domingo expone en la Bienal de Miniatura y en la colectiva Arte Erótico (1986). Concurre el Tercer Salón Nacional de Dibujo (1943) y al Cuarto Salón Internacional de 1995, auspiciado por la Fundación Arawak. Obras ejemplares en colección: «Niños», tinta y tinta/papel, 19x23 pulgs., 1983 v «Limpiabota», tinta/papel, 19x23 pulgs., 1983.
Remberto Rondón. (Nace en 1960). Estudia en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Milita en el Colectivo Generación 80 y obtiene premio único de dibujo en los concursos de la FAO y de Jóvenes de las Américas organizado en 1986, cuando también registra su primera individual. Junto a su labor de dibujante reconocido realiza instalaciones y posteriormente celebra exposición de pintura en el Museo de Arte Moderno. Obra ejemplar en colección: «Abuela con niño», lápiz/papel, 19x23 pulgs., s.f.
«Niños», Daniel Díaz y «Abuela con niño», Remberto Rondón. 252
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Vladimir Velázquez. (Santo Domingo, 1963). Con formación inicial en la Escuela de la Fundación Eugenio Mendoza, de Caracas, Venezuela y en las academias de Elías Delgado (1974) y Cándido Bidó (1977), estudia arquitectura en la UASD (1981-1985). Expone en colectivas de la Generación 80. Registra las individuales «Agnus Dei», (1989) y «Un viaje a través de las Sombras», (1993). Obtiene Premio de Dibujo en la Bienal Nacional del 1990. «Vladimir Velázquez posee un talento escaso en la plástica dominicana. Es a un tiempo dibujante y pintor con profunda conciencia del oficio, adquirida en copiosas lecturas y arduo trabajo durante muchos años. Tiene un vasto conocimiento de la pintura universal y exhibe un estilo propio, minucioso y perfeccionista, con el que ausculta certeramente el corazón de la humanidad. El artista crea un mundo sobrecogedor de visiones oníricas que subvierten las convenciones sociales. Suyo es un orbe poblado de figuras alucinantes y monstruosas que representan los horrores de la guerra y el holocausto, la destrucción ecológica, las perversiones políticas, en fin, todos esos demonios que el exorciza mediante alegorías iluminadoras». (José Alcántara Almánzar, en «Líneas alternativas, Vladimir Velázquez», edición Banco Central, 2006). Obra ejemplar en colección: «Ángel con soga al cuello», mixta/papel,
110x64 cms., 1990.
Inés Tolentino. (Santo Domingo, 1962). Estudió en París, Francia, en la Escuela Superior de Bellas Artes (1980) y en la Sorbona donde realiza licenciatura y maestría en Artes Plásticas y Ciencias del Arte, además de doctorado en Estética (19821985). Participante en muestras del Colectivo Generación 80, registra 10 muestras personales entre 1985-1994. Con premios en certámenes dominicanos e internacionales, fue seleccionada como expositora de «Mujer y Arte Dominicana Hoy» (1992). Obras ejemplares en colección: «Rostros con cayenas», serigrafía/papel,
85x60 cms., 1986 v «La collage/tela, 82x121 cms., 1993.
memoria ingrata», mixta y
«Ángel con soga al cuello», Vladimir Velázquez. «Rostros con cayenas», Inés Tolentino 253
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«Abstracto», Hilario Olivo. 254
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Hilario Olivo. (San Francisco de Macorís, 1959). Inició estudios artísticos en la ciudad natal, trasladándose luego a Santo Domingo. Ingresó en la Escuela Nacional de Bellas Artes, graduándose en 1979. Con once individuales entre 1983-2005, su obra parte de un fondeo de espacios rojos con insólitos conceptos donde el sueño surreal se evidenció, aperturando otras visiones como el selvático y tropical jardín lleno de alucinados enigmas. Olivo es un maestro de lo disímil, fantástico y la neosurrealidad antillana. Obras ejemplares en colección: «Abstracto», acrílica/tela, 160x95 cms., s.f. v «Sin título», acrílica/tela, 100x76 cms., s.f. v «Habitantes de los oscuro I», acrílica/tela, 101x96 cms., 1994.
Eduardo Rosario. «Es uno de los integrantes de la agrupación Arte Joven Integral (AJI) que sigue técnica de la Escuela Grafística alemana Bauhaus. Conjuntamente con los demás miembros del grupo participó en una colectiva en 1988» (Cándido Gerón). Por los caracteres estilísticos de sus cuadros, Eduardo Rosario se asocia a los jóvenes y nuevos abstraccionistas nacionales, ofreciendo soluciones de calidades cromáticas suaves, contrastantes y con aéreos movimientos compositivos. Obras ejemplares en colección: «Composición», acrílica/tela, 24x36 pulgs., 1990 v «Abstracto», acrílica/tela,
24x36 pulgs., 1990.
«Abstracto», Eduardo Rosario. 255
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Danilo De los Santos
Carlos Santos Durán. (Santo Domingo, 1956). Con estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes y en la Universidad Autónoma, en donde se titula de sociólogo, tiene en su haber cuatro muestras personales entre 1987-1996 e igualmente registro en importantes colectivas. Galardonado en certámenes nacionales, entre ellos el Concurso León Jimenes (1987) y bienales oficiales de Artes Visuales de 1992, 1993 y 1994, su discurso se mantiene del canon concreto de la abstracción geométrica y matérica, sin rebuscados efectos, a no ser el rigor de enormes conceptos monocromados, más bien estructuras de hechura compositiva inconfundible en la sobriedad estética. Obra ejemplar en colección: «Antropología del culto», mixta/tela, 76x66 cms., 2001.
Manuel Traboux. (Santo Domingo, 1955). Estudia en la Escuela Nacional de Bellas Artes, donde obtuvo profesorado en dibujo (1978-1982) y en la Escuela de Arquitectura de la Universidad Autónoma, en donde se graduó con altas calificaciones (1987). Expositor del Colectivo Generación 80, del que fue cofundador y directivo, en 1984 registra la individual de acuarelas «Caballo, forma y expresión». Docente del dibujo en varios centros académicos. Es pintor muralista, escultor, además de notable dibujante. Obra ejemplar en colección: «Caballos», acuarela/papel, 63x84 cms., 1984. 2. Los Setentistas que producen obras en los años 90 son artistas que en su mayoría siguen sus discursos temáticos aunque fortaleciéndolos con nuevas escenas compositivas, mayor vitalidad cromática y visiones acordes con el lenguaje que cada uno de ellos individualiza. Si algunos excepcionales autores rompen visualmente con discursos precedentes, ello obedece a una locación en realidades externas al país nativo, lo que no significa que los asuntos o referencias identitarias estén ausentes o no connotadaos. Dionisio Blanco, Luis Bretón, Carolina Cepeda, Alonso Cuevas, Carlos Hidalgo, Freddy Javier, Teté Marella, Manuel Montilla, Amaya Salazar, Francisco Santos, Alberto Ulloa y Fernando Ureña Rib, se inscriben también en la colección –casi todos– con obras realizadas en fechas de los últimos diez años del pasado siglo XX.
Melchor Terrero. (Enriquillo, provincia Barahona, 1942). Emigra del municipio natal, iniciando orientación pictórica con un maestro español, quien lo introduce en el conocimiento de artistas clásicos. Entre 1967-1972, realiza estudios en la ENBA. Celebra su primera exposición individual con obras al pastel (Casa de Teatro 1974). En la segunda muestra aparecen los sujetos obesos, hembras y varones, el tema reitera la desmesura corpórea planteada en escenas diversas, como los agradables paisajes donde especialmente las gordas se ven ataviadas tropicalmente, portando frutas y flores o cubriéndose con una sombrilla. Obras ejemplares en colección: «Paseo por la aldea», serigrafía/papel, 72x51 cms., 1986 v «Jardinera», acrílica/tela,
75x100 cms., 1990.
«Antropología del culto» Carlos Santos Durán 257
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Dionisio Blanco. (San Cristóbal, 1953). Monta exposición individual en Nueva York, en 1993, mostrando un discurso consecuente donde los motivos reales, conjugados en un espacio imaginario, traducen una revelación mágica. La poeta Juana Rosa Pita lo considera paleta universal de la pintura dominicana de hoy (El Caribe, suplemento, diciembre 11, 1993). A su vez el crítico neoyorquino Rodolfo A. Windhausen escribe: «En la pintura del artista dominicano Dionisio Blanco el sentido de fusión y realidad es el rasgo más prominente (…) es leal a un atributo muy caribeño: el realismo mágico» (R.W. catálogo Dionisio Blanco, junio 17, 1994). Obras ejemplares en colección: «Fantasía onírica», acrílica/tela, 75x100 cms., 1992 v «Sembradores con cartas del deseo», acrílica/tela,
75x100 cms., 1996 v «Serie Fantasía 1997 v «Sembradores», acrílica/tela, 75x100 cms., 1997.
«Sembradores», Dionisio Blanco. 258
onírica de sembradores», acrílica/tela,
75x100
cms.,
Danilo De los Santos
ÂŤSembradoresÂť, Dionisio Blanco. 259
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Carlos Hidalgo. (Santiago Rodríguez, 1948). En su amplio discurso en torno a la realidad paisajística, y las costumbres o vernáculas, este pintor abundante, laborioso y con la dominicanidad asumida como una fiesta visionaria, sigue ofreciendo desde 1989 y durante el decenio de 1990, una escritura pictórica que atraviesa la geografía desde el interior campestre del país a los extremos urbanos y marítimos. Su paleta expande, sobre todo, el amarillo como sinónimo de realidad soleada.
«Paisaje campestre», Carlos Hidalgo.
Obras ejemplares en colección: «Playa», óleo/tela, 75x90 cms., 1989 v «Pueblo», óleo/tela, 75x90 cms., 1996 v «Calle El Conde», óleo/tela, 75x100 cms., 1999.
Luis Bretón. (San Francisco de Macorís, 1953). Con señas surreales, su discurso, al abordar el espacio urbano, ciudades provinciales y Santo Domingo, dota las calles y recintos arquitecturales de un clima metafísico de espejismos y silencios. La natal ciudad macorisana, La Vega y Santiago de los Caballeros han sido focos visuales del pintor que rinde «Homenaje a Santo Domingo», título de un discurso suyo del 1993. «Este pintor de ciudades», le llama el escritor Pedro Antonio Valdez, «retrata con precisión y rasgos 260
Danilo De los Santos
encantados diversos fragmentos de nuestro paisaje urbano. El observador de cualquier parte del mundo que pase la vista por estos lienzos, podrá disfrutar siguiendo la precisión de una línea diestra que, sin descomponerse en los fulgores del color, lo conducirá por una ciudad compuesta por una doble estructura concreta y onírica». El escritor Valdez escribe un texto titulado «La otra ciudad de tela», a propósito de la onceava exposición individual del pintor (P.A.V. diciembre 14, de 2004).
«Isabel la Católica esquina Emiliano Tejera» y Calle de pueblo» Luis Bretón.
Obras ejemplares en colección: «Casa
Cordón», óleo/tela, 101x176 cms., 1990 v «Puerta del Cordón», acrílica/tela, 119x89 cms., 1995 v «Calle las Damas. Panteón Nacional», acrílica/tela, 119x89 cms., 1995 v «Una Venecia en San Francisco», acrílica/tela, 37x100 cms., 1995 v «Calle El Conde», acrílica/tela, 73x100 cms., 1999. del
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Carolina Cepeda. (Río San Juan, provincia Trinidad Sánchez, 1952). Con un buen número de exposiciones personales y su vinculación a la Escuela Pictórica de Santiago, su importancia como artista mujer permitió la estimación de su nombre y obras en «Mujer y Arte Dominicano Hoy. Homenaje a Celeste Woss y Gil» (1992). Situada en la capital del país es fiel al paisaje luminoso y tropical, lleno de soluciones compositivas y técnicas como el empleo de relieves a la espátula. Paisajes suyos marcados por gamas multicolores y amables visiones son producto de una cosecha como los fechados entre 1989-1991: paisajes emblemáticos y propios de un personal estilo radiante. Obras ejemplares en colección: «Paisaje», acrílica/tela, 75x100 cms., 1990 v «Paisaje», acrílica/tela, 60x75 cms.,
1990 v «Paisaje», acrílica/tela, 136x49 cms., 1990 v «Paisaje», acrílica/tela, 60x75 cms., 1991 v «Paisaje», acrílica/tela, 100x75 cms., 1991 v «Paisaje», acrílica/tela, 75x60 cms., 1991 v «Hojas de Plátano», óleo/tela, 60x49 cms., 1991 v «Paisaje y rio», acrílica/tela, 60x75 cms., 1991.
«Paisaje río», Carolina Cepeda. 262
Danilo De los Santos
Amaya Salazar. (Santo Domingo, 1951). Como escultora y pintora figura entre las 40 expositoras de «Mujer y Arte Dominicano Hoy. Homenaje a Celeste Woss y Gil», evento celebrado en Casa de Bastidas, en 1992. En el siguiente año 1993 ella celebra muestra personal en la que reconfirma inequívoca el espacio personalísimo que ha conseguido como artista, sobre todo preservando una fidelidad de estilo sosegado, luminoso y refrescante. Su estilo lírico de figuraciones refluyentes conjuga la luz y el color como gamas encendidas en los textos pictóricos representan un ascenso y una consolidación de su fuero, puesto de manifiesto en la Galería Guernica en la fecha citada. Obras ejemplares en colección: «Maternidad», acrílica/tela, 30x42 pulgs., s.f. v «Maternidades», acrílica/ tela,
30x40 pulgs., s.f.
«Maternidad», Amaya Salazar. 263
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«La mesa», Francisco Santos.
Francisco Santos. (Santo Domingo, 1949). Todavía el pintor enfocaba entre 1989-1994 a la mulata con palomas y a estas aves agrupadas o solas en su discurso filial de la neofiguración dominicana. Después produjo su discurso «Vivencias del Barrio. Homenaje a un Amigo…», presentado en el Museo de Arte Moderno (1997), en el cual las representaciones, también figurativas, resultan alusiones anónimas y narrativas de sujetos expresando vivencias cotidianas no ajenas a la realidad social. Conjuga, como un afectivo neoconstructivo antillano, los usos anaranjados, el morado y sobre todo el negro. Unitario del discurso resulta en el pintor una elocuente apología de esteticismo y conciencia personal, de pertenencia y amplia mirada en el temario. Obras ejemplares en colección: «La mesa», acrílica/tela, 47x28 pulgs., 1988 v «Composición», mixta/tela, 100x100 cms., 1996 v «Camino a la libertad», acrílica/tela, 40x30 pulgs., 1997.
Teté Marella. (Buenos Aires, 1943). Residiendo en Santo Domingo durante más de tres décadas y asumiendo la ciudadanía dominicana, la incipiente iconografía al dibujo de dulces gordillas fue buscando contextos escénicos arquitecturales y con el tiempo aumentaron las formas, el fuerte influjo del color antillano y por 264
Danilo De los Santos
«Sin título», Teté Marella. 265
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supuesto, del país que esos personajes subscribieron. Ellos patentizaron el universo marellano como inquietas y lúdicas, gordas y gordos que en nada tienen que ver con otras obesidades de carne fría, hierática, tiesa. Las tetesianas son candorosas, teatrales, traviesas, juguetonas y hasta «prima donna» que cantan en las telas y danzan. Obras ejemplares en colección: «Retrato de señora gorda», acrílica/tela, 70x50 cms., 1992 v «Retrato de niña», acrílica/tela,
60x50 cms., 1992 v «Doña flor», mixta/tela, 76x60 cms., 1995 v «Algo tela, 75x60 cms., 1997 v «Abertura con vicios», acrílica/tela, 24x30 pulgs., 1997.
entremanos», mixta/
Freddy Javier. (Hato Mayor, provincia El Seibo, 1946). Color, movimiento y pasajeros masificados en las calles sobre todo en la transportación como las populares guaguas de Onatrate, incluso el concho y el motoconcho, y lo que el pintor enfoca de una realidad inspiradora de su discurso dramático, expresionista y paródico, con el cual él autor se consagra. Los años culminativos de sus discursos sobre la calle y la transportación, movilidad y marcha de guaguas voladoras ofrecen varios ingredientes lingüísticos en una refrescante polisíntesis
«Si las guaguas volaran», Freddy Javier. 266
Danilo De los Santos
«Mujeres flotantes» y «Submarina», Fernando Ureña Rib.
que reoge obras culminativas entre 1989-1990. «Serie Transporte» a la cual pertenecen casi todas las obras coleccionadas como fondos atesorados del Banco Popular.
Fernando Ureña Rib. (La Romana, 1951). El dibujante onírico, el escultor orgánico, el pintor de varias facetas se excluye de la imagen grotesca y del paisaje constructivo para anteponer una poética de las aguas donde el sueño submarino le ayuda a sustraer conceptualidades astrales, cardúmenes, formas carnívoras, eróticas y florales en insólitas acumulaciones o contrariamente autotransmutándose en soliloquio. Varios discursos expositivos de acentuación surreal y sumersión onírica devienen con la afluencia floral, frutal y vegetal de la realidad marina: «Crisálida» (1991), «Danza de primavera» (1992) y «Oceánica» (1993). Obras ejemplares en colección: «Carnívoras», óleo/tela, 40x30 pulgs., s.f. v «La crisálida», óleo/tela, 32x50 pulgs., s.f. v «Bailarinas», óleo/tela, 67x87 pulgs., s.f. v «Soroche», acrílica/tela, 115x97 cms., 1987 v «Sueños submarinos», óleo/tela, 128x90 cms., 1987 v «Ninfas», acrílica/tela, 173x122 cms., s.f. v «Submarina astral», óleo/tela, 98x72 cms., 1990 v «Las crisálidas entre rocas», óleo/tela, 30x40 pulgs., s.f. 267
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«Retrato de un desconocido», Alberto Ulloa. 268
Danilo De los Santos
Alberto Ulloa. (Puerto Plata, 1950/Santo Domingo, 2011). Registra ochenta exposiciones individuales hasta el 2002, en ciudades dominicanas e internacionales, incluso varias itinerantes. Además de participar en más de mil colectivas e ingresar su sobras en importantes colecciones museísticas y privadas, la crítica de arte le observa resaltando los nexos de sus obras y las conjugaciones lingüísticas perceptibles llevadas a la polisíntesis. Abundante, intenso y creador plural, es por igual ceramista, dibujante, escultor y pintor. El crítico español Raúl Chavarri lo ha enjuiciado cuando concluía sus estudios en España. «Alberto Ulloa es un pintor mágico y sorprendente, que hace de la realidad cotidiana, del encuentro de todos los días, una posibilidad de descubrimiento insólito, una cadencia de sorpresa y un ritmo de colores y trazos». (El Caribe, junio 4, 1977) a su vez, el crítico Armando Álvarez Bravo señala que: Alberto Ulloa es auténtica expresión de la magia y el espíritu del Caribe. (El Nuevo Herald, Miami, Florida).
«Sin título», Alberto Ulloa. 269
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Obras ejemplares en colección: «Retrato de extraño», acrílica/tela, 98x152 cms., 1988 v «Sin título», acrílica/ tela,
75x101 cms., 1997 v «La pregonera», acrílica/tela, 100x75 cms., 1990 v «Juana la negra alírica», acrílica/tela, 155x 83 cms., 1995 v «El gallo y la luna», mixta/tela, 126x102 cms., 1991 v «María moñito», mixta/tela, 100x75 cms., 1990 v «Rostro», mixta/tela, 100x75 cms., 1990 v «Two woman», mixta/tela, 150x100 cms., 1997.
Alonso Cuevas. (El Limón, provincia Jimaní, 1953). Residente en Europa donde expone en colectiva, registra individuales y obtiene reconocimientos, entre ellos los Premios del Festival de Las Palmas, España, y de la Villa de Vitry (1980); Premio Internacional de Mónaco, Montecarlo (1981) y Primera Paleta de Oro del Festival de Pintura de Cagnes-Sur-Mer, Francia (1985). Con frecuencia retorna a Santo Domingo exponiendo, asumiendo docencia y representando el país en eventos mundiales. En 1986 presenta, en el Museo de Arte Moderno, su discurso «Memoria de la Tierra», cuya secuela es otro título, «Retratos escritos sobre uno retratos pintados». Altamente ponderado por los críticos locales e internacionales, los discursos que se citan resultan acumulaciones de elementos desechados que connotan en la versión del pintor una poética de la realidad atemporal, de la vida como recuerdo identitario, como vocero evocativo de la facultad imaginativa. Entre el dato real y el imaginario, un halo surreal de la escritura, por demás alucinada y mágica. Obra ejemplar en colección: «Composición 1. Serie Memoria de la tierra», mixta/tela, 76x104 cms., 1989.
3. Los Sesentistas que confluyen activos en la década 1990 son Cándido Bidó, Elsa Núñez y Leopoldo Pérez, los cuales integraron el Grupo «Los Tres» cuando egresaron de la Escuela Nacional de Bellas Artes. Volvieron a reunirse posteriormente para celebrar la hermandad en el arte. Sucedió lo mismo con integrantes del Grupo Friordano, cuyas obras producidas entre 1968-1971 conformaron retrospectivas en los 80 y 90. En el presente siglo XXI una selección de sus pinturas se incluye en la sala de arte del Centro Cultural Eduardo León Jimenes. El Grupo Friordano estuvo integrado por Frinette Torres, Orlando Menicucci, Roberto Ceballos, Daniel Henríquez, Danicel y Nonora Fondeur. En su casi totalidad, los friordanos y Los Tres, mantienen un activismo que se proyecta desde que emergen artísticamente en el decenio 1960; una vigencia expositiva con registros en los años noventa y hasta el presente siglo XXI. Sucede lo mismo con otros artistas de la generación sesenta con obras en la colección bancaria: Norberto Santana, Julio Susana, Justo Susana, Ramón Oviedo.
Daniel Henríquez. (Santiago, 1946-1996). Hasta 1991 el pintor ha registrado 16 muestras individuales, entre ellas «La transfiguración de mis sueños», exhibida en la nativa ciudad, en el citado año. En el catálogo de la exposición escribe el historiador y crítico Carlos Dobal: «De entrada observo que los cuadros de esta hornada de Daniel Henríquez parecen representar vagos sueños o incoherentes apariencias. Las telas están veladas por una incognoscible realidad trasmundana, como diría Ortega. Todas estas obras parecen poseer una “belleza que sentimos” como piensa Winckelman, pero que no podemos explicar fácilmente». Obra ejemplar en colección: «Casita dominicana», acrílica/tela, 103x78 cms., 1991. 270
Danilo De los Santos
«Casita dominicana», Daniel Henríquez. 271
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«Paseo», Leopoldo Pérez (Lepe).
Leopoldo Pérez (Lepe). (Santo Domingo, 1938). Pintor depurado, diferenciado, reflexivo y sin apresuramiento en sus registros discursivos. Celebra «Lepe M+FM, I, FG», en 1990, su duodécima muestra personal. Tiene rango de maestro doblemente, como artista y como docente. Testimonia su colega Elsa Núñez: «A lo largo de su carrera Lepe ha tratado varios temas, tales como paisajes, Cristos, bodegones y animales, pero siempre su preocupación por el ser humano fue predominante. En la citada exposición del 1990 el temario como la dicción ofrece variedad: cabezas, cristos, casaberas, paisajes, amantes…». Obras ejemplares en colección: «La casabera», mixta/tela, 101x76 cms., 1990 v «Paseo», mixta/tela, 88x104 cms., s.f.
Danicel/Danilo De los Santos. (Puerto Plata, 1942). Con un registro de innumerables exposiciones individuales entre 1972-1996, dos de ellas en Ponce, Puerto Rico y en Petrópolis, Brasil, se registra en importantes colectivas nacionales y galardones en las bienales nacionales de 1992 (Dibujo e Instalación) y 272
Danilo De los Santos
«Carnaval», Danicel.
1994 (Escultura). Regularmente se aparta de su conocido tema maroliano para producir discursos y obras pictóricas de excepción sobre temas paisajísticos, mágicos y carnavalescos, como el que forma parte de la colección bancaria, obra concebida para un cartel del carnaval de Santiago. Posteriormente celebra pequeña retrospectiva y en los noventa expone en Chicago, Lawrence, Massachusets y en Moscú, Rusia. Se desempeña como investigador, historiador del arte y curador de exposiciones. Ha sido jurado de certámenes nacionales. Obra ejemplar en colección: «Carnaval», medios mixtos/papel, 74x109 cms., 1990.
Julio Susana. (Jamo, sección La Vega, 1937). Celebra exposición individual en 1959, siendo estudiante de la Escuela Nacional de Bellas Artes, de la que egresa para montar otra individual en 1964. Dibujante, escultor y pintor. Fue becado para estudiar en la Escuela de San Francisco, de Madrid, España. Al retornar a Santo Domingo activa su proyección pictórica de contenidos sociales y subscrita al llamado «Cubismo Colonial». Susana se marcha a los Estados Unidos, residiendo en Miami, Florida y en Nueva York, pero manteniendo nexos con el país nativo. 273
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芦Protecci贸n de vida禄, Julio Susana. 274
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El escritor John Austin habla de «Magia revelada» en las pinturas de Susana. «El resultado visual es inquietantemente, arte autentico que trasciende el tiempo, el espacio y las fronteras culturales. El aspecto mágico de cada obra es residuo psíquico que queda entre la distancia inefable de la realidad consciente e inconsciente…». (Catálogo Justo Susana, con texto de John Austin, noviembre 3, 2010). Obra ejemplar en colección: «Protección de vida», óleo/tela, 128x89 cms., 1999.
Cándido Bidó. (Bonao, 1936/Santo Domingo, 2011). Pequeño de estatura, empero, grande como pintor. En 1999, cuando se publicó la monografía «El paraíso azul», y este título fue tema de la individual de Panamá en el referido año, subscribía una historia artística de casi medio siglo, con decenas de exposiciones individuales, registros en importantes colectivas, muchos galardones y un notable prestigio internacional.
«Vendedora con pájaros de juguete», Cándido Bidó. 275
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Obras ejemplares en colección: «Vendedora con pájaro de juguete», acrílica/tela, 30x40 cms., 1987. «Sembradores», acrílica/tela,
90x106 cms., 1991 v «Dama con sombrilla azul», acrílica/tela, 101x101 cms., 1992 v «Maternidad», acrílica/tela, 80x59 cms., 1996 v «El árbol y los pájaros», mixta/tela, 102x1o2 cms., 1981.
«El árbol y los pájaros», Cándido Bidó. 276
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Elsa Núñez. (Santo Domingo, 1943). Hasta 1995, cuando registra su discurso «De vuelta al ayer», la pintora ha realizado 31 exposiciones individuales, que aun variadas en los asuntos temáticos, extraídos de diversas fuentes intelectuales y de vida, ofrecen la impronta de un estilo inconfundible y personal. Medalla al mérito por la Dirección General de Promoción de la Mujer (1996), el reconocimiento es uno de los muchos recibidos por una sostenida linealidad de oradora. En 2013 celebra retrospectiva, al llegar a los cincuenta años de actividad artística. Elsa Núñez discurre en un territorio que se extiende desde el testimonio expresionista hasta el de las visiones románticas, geográficas, simbolistas y mayormente figurativas casi todas sus obras. Obras ejemplares en colección: «Sin título», óleo/tela, 100x75 cms., 1991 v «Mujer alada», acrílica/tela, 100x75 cms., 1991 v «Dama con flores», mixta/tela, 75x100 cms., 1992 v «Mujer tela, 75x100 cms., 1995 v Mujer en reposo», acrílica/tela, 75x100, s.f.
«Mujer en reposo», Elsa Núñez. 277
acostada con mariposas», mixta/
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«Mujer alada», Elsa Núñez. 278
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Ramón Oviedo. (Barahona, 1927). Sujeto artístico de diversas monografías escritas entre 1987-1999, por Efraín Castillo, Cándido Gerón y Marianne de Tolentino. Todas resultan documentos valiosos sobre el rol de este «Maestro ilustre de la pintura dominicana», como lo declara la Cámara de Diputados de la Republica en 1997, año en el cual presenta Oviedo su producción «Persistencia Evolutiva de la Forma en la Materia», en Ecuador, Venezuela, Estados Unidos y en el país natal. Obras ejemplares en colección: «En algún lugar», mixta/tela, 30x40 pulgs., 1992 v «El Canal de la Mona», acrílica/tela,
30x40
pulgs.,
1992 v «Flautista
sobre una escultura de
«Flautista sobre una escultura de Antonio Toribio», Ramón Oviedo. 279
Antonio Toribio»,
mixta/tela,
52x11
cms., s.f.
Arte e Historia en la colección de Artes Visuales del Banco Popular Dominicano
«Sin título», Ramón Oviedo. 280
Danilo De los Santos
«En algún lugar», Ramón Oviedo.
Norberto Santana. (Santo Domingo, 1943). Muralista, pintor de caballete y docente de carrera. hasta 1999 ha registrado dieciséis muestras personales, además de múltiples registros en colectivas. Sobre su estilo escribe Odalis G. Pérez: «Puede decirse que en Norberto Santana la geometría sensible es luz en el dibujo y este particulariza un objeto que no podemos catalogar como cubista o neocubista o simplemente neoexpresionista, sino más bien estilísticamente sincrético. Pues el objeto pictórico se organiza en la superficie planimétrica cobrando su significación en las diversas pantallas perceptivas del sujeto pictórico». (Catálogo de Norberto Santana, contexto de Odalis G. Pérez, noviembre 15, 2006). Obra ejemplar en colección: «La guagua», acrílica/tela, 60x75 cms., 1993.
Jorge Severino. (Puerto Plata, 1935). Hasta el año 1986, cuando se edita la monografía «Jorge Severino/ Veinte años de pintura», escrita por Marianne de Tolentino, el artista nacido en el litoral norte ha celebrado ocho exposiciones individuales, todas en el país, cantidad que sobrepasa sus registros en colectivas nacionales e internacionales. Con un temario centrado en la negritud, él se ha referido a un linaje parental, enmarcando sus mujeres en recreaciones del Art Nouveau, con indicadores del pintor checo Alfons 281
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«Novia 1», Jorge Severino. 282
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Mucha o del «Salón des Moulin», patentizado por Toulusse-Lauetrec, deviniendo posteriormente las novias del mitológico Ogún y otras novias elegantes, novias encopetadas, divas morenas. Obras ejemplares en colección: «La novia», mixta/tela, 106x90 cms., 1992 v Sin título», acrílica/tela, 104x90 cms.,
1993 v «Dama negra», acrílica/tela, 101x76 cms., 1994 v «Novia 1», acrílica/tela, 101x91 cms., 1994.
Justo Susana. (Jamo, La Vega 1918/Santo Domingo, 2001). Reconocido pintor naif, cuyo ingenuo realismo maravilloso desveló un discurso personal que se ensanchó desde sus primeros registros en la década 1960, Reconocido a unanimidad como el máximo representante de un estilo deslumbrante. Sus temas de la realidad, en principio definido por una escritura densa en color, línea y tema que resultaba de partida muy «primitiva», fueron ampliándose en el transcurso de las cuatro décadas finales del siglo XX. Sus visiones del paisaje insular, de vega recreada y entorno costero llegaron a la plenitud paradisiaca con un cielo luminoso e iluminador. Obras ejemplares en colección: «Sin título», acrílica/tela, 60x75 cms., 1990 v «Paisaje», acrílica/tela, 75x60 cms.,
1990 v «Paisaje», acrílica/tela, 60x75 cms., 1990 v «Sin título», acrílica/tela, 100x126 cms., 1992 v «Sin título», acrílica/tela, 123x150 cms., 1993 v «Paisaje», acrílica/tela, 75x66 cms., 1993 v «Paisaje», acrílica/tela, 75x60 cms., 1993 v Paisaje infantil», acrílica/tela, 100x75 cms., 1994.
Geo Ripley. (Caracas, Venezuela, 1950). Pintor abstracto, partidario del conceptualismo performativo, instalador ritualista y estudioso de la creencia mágico religiosa «Ripley es el músico de una pintura de Matrams y tambores y el bailarín que no se para nunca», anota Silvio Raigorodski en el catálogo de la exposición que el artista celebró en el Museo de Arte Moderno en marzo, 2007. Obra ejemplar en colección: «Sin título», mixta/papel, 68x48 cms., s.f.
4. Representantes de tres generaciones. Cincuentistas: Ada Balcácer, José Cestero, Domingo Liz, Fernando Peña Defilló y Guillo Pérez; Cuarentistas: Vela Zanetti y Marianela Jiménez, la única pintora de la generación 1940; y Treintistas: Darío Zuro y Federico Izquirdo, este último, único pintor sobreviviente de la generación de 1930.
Domingo Liz. (Santo Domingo, 1931/2013). El distintivo está representado por tres obras que reiteran su peculiar discurso con el que interpreta el submundo de La Ciénaga, situado a orillas del Ozama, como un alucinado maravilloso de la realidad. Sus personajes son de extracción popular, individualizados por una oratoria lírica, lúdica y matizada de antillana surrealidad en color, forma y movimiento. Son tres las obras ejecutadas dos décadas antes de su fallecimiento acaecido en 2013, año en que le fue concedido en vida el Premio Nacional de las Artes, otorgado por el Estado dominicano. Las tres obras del maestro Domingo Liz están ejecutadas en acrílica/tela, en 1993, con los títulos: «Composición
1» (76x101 cms.) v «Composición» (75x60 cms.) v «Ciclista» (100x75 cms.). 283
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Fernando Peña Defilló. (Nace en 1928). Pintor de temas diversos, conjugados con la pericia de un maestro ejercitado y dotado de un lirismo especial para sus tratados «sobre la materia y el espíritu». Destacan obras del período 1981-1984, ya referidas, al igual que las serigrafías a color de 1985.
«Serie Sobre la materia y el espíritu», Fernando Peña Defilló. 284
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Este maestro, subscriben el en decenio del 90 tres obras ejemplares: «Mariposas», mixta/tela, 76x88 cms., 1990 v «Flores silvestres», mixta/tela, 101x142 cms., 1995 v «Farallón», mixta/tela, 100x75 cms., 1998.
Las tres obras son figurativas y subjetivizan lo real como puras referencias conjugadas espiritualmente con una variedad de enfoques singulares. En la pintura «Mariposas», la composición se resuelve en planos geométricos, cuyo eje es el cuadrado central donde yace una gran mariposa espectral, atrapada en un pétreo tiempo metafísico, resuelta en dos planos interiores. El superior en azul es coincidente con el celeste plano posterior, también diurno, dando un remarque blanco fronteriza las dos formas planimétricas. El remarque central y transparente del cuadro se extiende hasta el gran plano inferior, todo negro, representando la nocturnidad en la que flotan azules mariposas y círculos en germen. El contraste entre el delicado e inferior tono crema donde se diluye la gran mariposa, aumenta el clima mágico o surreal del tiempo detenido. «Flores silvestres» es obra maestra al igual que «Mariposa». Ella ofrece una particular diferencia tonal, compositiva y en la ambigüedad temática o representación de las «Flores» como emanaciones germinales de rostros femeninos que encarnan y aluden a las «Tres gracias». Ellas traspasan espectrales en sus plantíos triplicados en tres planos grises, rectangulares y separados que parecen devenir del tiempo espacial, puesto que la composición sugiere distancia entre los textos icónicos y el fondo. Las silvestres flores son espíritus que se perciben objetivos, diluciones de transparentes gamas amarillas y rosas sobre un blanco nacarado. La obra refleja una traslación mágica, poética y propia de un pintor lírico en su plenitud. «Farallón», obra ejecutada con acrílica y óleo/tela, 100x75 cms., de 1998. Es la tercera obra del maestro Peña Defilló, distinta a las anteriores, concebida con elocuente manejo técnico de efectos combinados en las gamas y en la composición. Un cuerpo rocoso y simétrico domina el plano esencial de la visión paisajística; farallón que brinda las variables de la materia que el tiempo vulnera en la condición pétrea, llenándola de huellas, grafismos o manchas transparentes o abstractas. Sobre el elevado farallón, en su cúspide tres aves espectrales, en descenso estacionado, tal vez en amenaza de vuelo. Detrás del cuerpo rocoso que semeja humanoide, el mar azul y la noche negra salpicada de estrellas. Es un cuadro pictórico que invita a la reflexión, al goce estético, al encuentro con la armonía de la vida.
José Cestero. (Nace en 1937). Sigue con su discurso biográfico sobre la añeja arquitectura de Santo Domingo, transcribiendo, con la memoria romántica y nostálgica, dos obras en acrílica/tela «Antigua Plaza Colón» (76x100 cms., 1990) y «Antigua Casa de Diego Colón» (76x101 cms., 1991). Su peculiar estilo pictórico, de escritura espontánea, casi instantánea, evita toda fidelidad académica o realista, siendo fiel a su personal expresionismo de maestro.
Ada Balcácer. (Nace en 1930). Es inconfundible artista mujer con grado de maestra, a quien le otorgó el Estado dominicano el Premio Nacional de las Artes (2012) y cuya exposición «Alas y raíces», en 285
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«Baloncesto», Ada Balcácer.
el Centro León (noviembre, 2011/febrero, 2012) reunió una colección de obras producidas entre 1966-2011). El catálogo ofreció una síntesis de su hoja de vida, señalando sus estudios complementarios después de egresar de la Escuela Nacional de Bellas Artes, en teoría del color, diseño textil, grabado; e igualmente su labor docente, gestora y militante, además de muralista. También resaltan los galardones obtenidos y sus exposiciones personales registradas entre 1966-2002 como son: «Espacios Participantes» (1973), «Cuentos de Ada» (1980), «Palmera» (1981), «Ensayos de luz tropical» (1986), «Arte de luz tropical» (1991), «Esculturas selváticas», (1996)… además se registró en importantes colectivas dominicanas: las del Grupo Proyecta, de la que fue integrante (1968-1970), «Expo Nueva Imagen: Doce Artistas de Van286
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guardia» (1972), «Arte Dominicano Contemporáneo» patrocinada por el Banco Popular y registrada en la Galería Sign de Nueva York (1981). La colección del Banco Popular posee 17 obras balcacerianas. Además de «La Televisión» (1969), «Jarrón con Flores» (1973) y «Miami» (1985), referidas en anteriores capítulos, las restantes, se vinculan en su mayoría a la serie ensayos de luz, que testimonian los alcances pronunciativos de una gran maestra del arte dominicano en el referéndum de las esencialidades del trópico, de la pertenencia antillana, «en el Caribe y más allá», como apunta el crítico norteamericano Edward J. Sullivan, señalando: Si bien es importante considerar el
«Flores para viajar al Pilar I» y «Flores para viajar al Pilar II», Ada Balcácer.
trabajo de Balcácer como enlace integral en la génesis de la modernidad en la pintura dominicana, especialmente para el contexto actual, examinar cómo se relaciona ella con espectro mayor de intereses artísticos relacionados al color y la forma la coloca en un espacio más desarrollado del «Arte Moderno». (E.J.S., texto catálogo «Alas y Raíces», noviembre, 2011, p.20). Obras ejemplares en colección: «Ensayo de luz 3. Ventana tropical», óleo/tela, 75x60 cms., 1989 v «Haz de luz. Serie Ensayos de luz», acrílica/tela, 80x129 cms., 1990
v «El Bayou», óleo/tela, 136x202 cms., 1990 v «Corazón
tropical.
Serie Ensayos de luz», mixta/tela, 72x59 cms., 1990 v «Ginger. Serie Ensayos de luz», óleo/tela, 128x90 cms., 1990 v «Pincel de luz y trópico», mixta/tela, 75x60 cms., 1991 v «Flores para viaje al Pilar, Zaragoza I,», óleo/ 287
Arte e Historia en la colección de Artes Visuales del Banco Popular Dominicano
«Ensayos de luz tropical» y «Haz de luz». Serie Ensayos de luz, Ada Balcácer. 288
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tela,
76x60 cms., 1991 v «Flores para viajar al Pilar, Zaragoza II», óleo/tela, 76x60 cms., 1991 v «Flores para viajar al Pilar, Zaragoza III», acrílica/tela, 76x60 cms., 1991 v «Ensayo de luz», acrílica/tela, 88x142 cms., 1992 v «Luces tropicales II», óleo/tela, 101x76 cms., s.f. v «Texto de luz», óleo/tela, 76x60 cms., s.f. v «Niños jugando», acrílica/ tela, 125x151.5 cms., 1995 v «Baloncesto», acrílica/tela, 20x32 pulgs., 1995 v «Zapatos anti-oxido», mixta/tela, 101x75 cms., 1996 v «El pescador sabio», mixta/tela, 129x95 cms., 1996.
Guillo Pérez. (San Víctor, Moca, 1926). Con 39 exposiciones individuales entre 1958-1989, número que triplica con registros en importante colectivas internacionales y nativas, este inconfundible maestro, con muchas distinciones obtenidas de eventos plásticos y de instancias institucionales, es condecorado con la Orden de Duarte, Sánchez y Mella, en el grado de Caballero por la Presidencia de la República, en 1995.
«Monumental 10», Guillo Pérez.
«El honor corona cincuenta años entregados a la pintura, con la fe de quien entra en religión», escribe Marianne de Tolentino (Listín Diario, julio 22, 1995). En esa entrega su 28 exposición personal, «Santiago, tiempo, lugar y color», celebrada en el Centro de la Cultura (1989) e igualmente exhibida en le Galería de Arte Moderno, de la capital dominicana (1990). Con una conjugación dialéctica, deconstructiva y construccionista, ofrece una apología visionaria de la ciudad cibaeña. En el catálogo, nuestro maestro escribe sobre su «Poema pictórico que siempre he sentido por mi tierra natal, Moca, Santiago, lleno de recuerdos y angustias a tal extremo, que jamás he podido soñar con otro lugar de la tierra que no sea Santiago. Por estas intimas e infinitas razones, y mi gran fe en Dios, he querido usar mi color, mi forma y mi expresión para crear este homenaje poético y pictórico a Santiago, al cual le llamo «Santiago, tiempo, lugar y color». 289
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«Monumental 3», Guillo Pérez.
El homenaje pictórico es, en opinión del crítico Cándido Bidó: «La narrativa del Reencuentro. En exposición dedicada a Santiago de los Caballeros, el maestro del color, Guillo Pérez, se propone recuperar lo que todavía no está contaminando por el esnobismo de la época. Lo que hasta entonces había sido en su pintura (colores y figuras) –de repente– la propuesta artística se ha convertido en una narrativa de lo popular donde el diseño gráfico y arquitectónico representa los movimientos de la historia. Me refiero a la historia de su ciudad (…). La iconografía de esa historia nos habla de un arte popular y de un arte culto. (…) Todos los componentes de esta excepcional muestra pictórica se aglutinan dentro de un proceso cultural y de la actividad humana, registrando con su ágil pincel y su fecunda imaginación, todo y cada uno de los aspectos de la sociedad santiaguense, cada característica psicológica, cada hecho espiritual, costumbrista y, de modo particular, la mezcla de sangres y costumbres. 290
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«Monumental 6», Guillo Pérez.
No es difícil advertir los dispositivos que este artista logra motivar, desde una atalaya de imágenes y símbolos, siguiendo su propia lógica y el análisis de la síntesis, sin entrar en contradicción a la hora de bosquejar lo tradicional y lo moderno. La referencia de estos dispositivos es aportar una por las estampas que el maestro Guillo Pérez logra recrear mediante un orden cronológico y las necesidades humanas. El punto de mira se concentra –precisamente– en el diseño arquitectónico, discurriendo desde la libre invención hasta el naturalismo no académico. En esta exposición, el maestro Guillo Pérez, se nos revela también como un extraordinario dibujante y un historiador de lo visual. Hay, sin dudas, en los motivos que expone, una matización romántica, pero además unos trazos fluidos y la eficacia de un contorno nítido, debido al rigor de las luces. Nuestro artista capta paisajes, monumentos, caseríos y animales desde una perspectiva en movimiento y una grafía sentimental o sintética. Es indudable que esta exposición 291
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«Monumental 2», Guillo Pérez. 292
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viene a representar en la vida de este artista un hito sin precedente. (…) porque lograr reunir todos los rasgos (…) de una ciudad tan importante como es Santiago de los Caballeros». (C.B. texto de presentación, noviembre 28, 1989). Obras ejemplares en colección: «Monumental I», óleo/tela, 55x66 cms., 1989 v «Monumental II», óleo/tela, 83x68 cms., 1989 v «Monumental IV», óleo/tela, 78x88 cms., 1989 v «Monumental V», óleo/tela, 96x104 cms., s.f. v «Monumental VI», óleo/tela, 88x110 cms., 1989 v «Monumental VII», óleo/tela, 90x104 cms., 1989 v «Monumental VIII», óleo/tela, 97x121 cms., 1989 v «Monumental IX», óleo/tela, 137x266 cms., 1989 v «Monumental X», óleo/tela, 137x266 cms., 1988/1989 v «Monumental XI», óleo/tela, 96x53 cms., 1988/1989.
«Monumental 7», Guillo Pérez. 293
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José Vela Zanetti. (Burgos, 1913-1999). Creció como artista en Santo Domingo desde su arribo en 1939. Se convirtió en muralista y fue docente de la Escuela Nacional de Bellas Artes. También director, hasta inicios de los años 50, cuando se marcha a Ciudad México. A su constante regreso a la República Dominicana, que consideraba su país, se relacionan los dos dibujos que forman parte de la colección del Popular. Al morir se cumplió su deseo de que parte de sus restos descansaran junto a los de su intrañable amigo arquitecto José Antonio Caro Álvarez. «Dibujo» José Vela Zanetti «Instrumentos del merengue» José Vela Zanetti 295
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Marianela Jiménez. (Mao, Valverde, 1925/Santo Domingo, 2012). Es la única pintora de la generación de 1940 y del alumnado fundador de la Escuela Nacional de Bellas Artes que sobrevive durante el pasado siglo XX, desplegando una potencialidad creativa como artista mujer y reconocida maestra. Ocupaba, en el año 2000, la dirección del plantel académico donde se formó, y para la citada fecha había celebrado individuales, figurando sus obras en importantes colectivas, entre ellas «Mujer y Arte Dominicano Hoy. Homenaje a Celeste Woss y Gil» (1995) y «Merengue ritmos visuales», organizada por el Centro León y presentada en el Museo del Barrio de Nueva York (2006). Paisajista, bodegonista, captadora de escenas populares y retratista, su pulso seguro para el dibujo y la pintura dan un vigor más expresionista que otros lenguajes que conjugaba con una paleta de matizaciones cromáticas. «Figuras de Mujer», óleo/tela, 127x122 cms., fechada en 2001, es obra atesorada en la colección bancaria.
Darío Suro. (La Vega, 1917/Santo Domingo, 1997). Inquieto pintor que no se sometió a estilos lingüísticos, incluso produciendo obras diferenciadas en fechas similares. Su «Composición», llena de geometría en azules y negros sobre fondo amarillo, tiene relación con su vínculo a la abstracción internacional que asimila en España. Regresó a Santo Domingo con su esposa, donde fallece. «Composición», Darío Suro. 296
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Federico Izquierdo. (Monción, 1904/Santiago, 2004). Es el único pintor sobreviviente de la generación 1930, y cuyo primer registro expositivo fue en la Feria Nacional e Interantillana celebrada en Santiago de los Caballeros (1927), en donde creció, se formó, ejerciendo docencia como maestro de Escuela Secundaria y de Bellas Artes. Expositor de la Primera Bienal Nacional (1942) y de otras exposiciones oficiales. Sus muestras personales se registraron en la ciudad del Yaque. Por su amplia gestión artística, civil, cultural y educativa, el Estado dominicano lo condecora con la Orden de Duarte, Sánchez y Mella, en grado de Caballero. Retratista reconocido, pintor de paisajes, del folklor y de las tipicidades vernáculas. Su obra «Tarde carnaval», óleo/tela, 101x75 cms., del 1999 es la última que pintó antes de fallecer.
5. Un retorno a la cronología culminativa. Un recorrido desde inicios del siglo XX hasta la década final del mismo, nos permite focalizar jóvenes artistas de la generación de la década de 1990 y a los cuales llamamos novecentistas. Yolanda Monción (Yuli), Mario José Ángeles, Dinorah Álvarez y Mariano Sánchez son artistas que egresan de centros formativos, y fechan sus obras y sus nombres se registran en exposiciones colectivas o individuales, con una importante proyección en el nuevo siglo XXI.
Mario José Ángeles. (Nace en 1965). Realizó estudios de arquitectura en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. También dibujo básico y anatómico con Domingo Liz y Roberto Flores, y pintura con Guillo Pérez. En 1991 celebra su primera individual titulada «Del Cono Sur a las Antillas», y al año siguiente (1992) la segunda muestra personal, «La danza de los paraguas», portátiles utensilios para cubrirse de la lluvia que el artista convierte en un concepto reiterativo del dibujo, la fotografía, la instalación y la pintura. Obra ejemplar en colección: «La danza de los paraguas», mixta/tela, 30x40 pulgs., 1997.
Mariano Sánchez. (San Juan de la Maguana, 1964). Inicia formación artística en la Escuela de Bellas Artes de la ciudad natal. En 1918 ingresa a la Escuela de Arte y Diseño de Altos de Chavón, La Romana. Obtiene la Beca de la Parsons School of Design de Nueva York patrocinada por Larry Rivera, reconocido artista norteamericano. En 1988 se gradúa con honores en Bellas Artes e Ilustración en la Escuela de Chavón. Entre 1991-1999 celebra siete exposiciones personales, tres de ellas en Miami, Florida, Nueva York, San Juan Puerto Rico y la restantes en el país dominicano. «Mariano Sánchez no solo es un asimilador y un transmutador de los signos con que los viejos vanguardistas europeos y norteamericanos articularon la modernidad pictórica. Él también se hunde en las profundidades del tiempo y de la propia historia del arte occidental, para extraer de esa fuente todos los recursos poéticos y formales que le sean necesarios en la definición de un universo visual personal, uno de los más sorprendentes con que cuenta la pintura dominicana contemporánea». (Amable López Meléndez). 297
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«Adoración al fuego», Mariano Sánchez.
«El desgarramiento, la incertidumbre de la forma, el doloroso grito de la materia lacerada, señalan el rito estético que enmarca las antiformas en la pintura de Mariano Sánchez». (Arnulfo Soto). Obra ejemplar en colección: «Adoración del fuego», acrílica/tela, 76x97 cms., s.f.
Dinorah Álvarez. (Santo Domingo). En la década de 1980 inicia estudios pictóricos en la academia de Cándido Bidó, prosiguiendo en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Su vinculación con Roberto Flores y su ubicación en Jarabacoa le permiten preparar su primera exposición, celebrada en 1990, seguida de otras muestras personales en 1995 y en el 2000, además de concurrir a certámenes y otras colectivas. La surrealidad marca su discurso sobre espacios celestes, cosmografía y vivencias. Obra ejemplar en colección: «El vuelo de la reina», óleo/tela, 40x50 pulgs., 1992. 298
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Yolanda Monción (Yuli). (Santiago Rodríguez, 1961). Realiza estudios de psicología en el período 1983-1985 y de arte publicitario durante los años 1985-1987, en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, asistiendo a diversos talleres sobre grabado y restauración que fortalecen su carrera artística. En 1994 obtiene premio de dibujo en la XIX Bienal Nacional de Artes Visuales, celebrando en el citado año la primera exposición individual. Su discurso expositivo «En torno a la lluvia», comienza indagando el «alma oculta del paraguas». Escribe Cecilia Casamajor: «Que en formatos alargados desarrolla una serie de pinturas de esos artículos indispensables, ubicuos y molestos. Los colma de vida, los enlaza con la lluvia, los metamorfosea bajo los caprichos del viento, los decolora, los despinta y los deposita en las manos de los transeúntes o los arranca de los brazos de una niña solitaria». (C.C., El Siglo, noviembre 14, 1994). Yuli Monción, abandonó su profesión de publicista para dedicarse de lleno al dibujo y a la pintura, fortaleciéndose con cursos y talleres en Santiago de Cuba. Establece los códigos lingüísticos de un estilo personal identificable. Ella consigue síntesis entre figuraciones, geometría y abstracción. Obras ejemplares en colección: «Lección Henri Matisse I», mixta/tela, 75x100 cms., 2001 v «Lección Henri Matisse II», mixta/tela, 75x100 cms., 2001.
«Lección Henri Matisse II», Yolanda Monción (Yuli). 299
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La escultura como materia plural
Escultura, como concepto, se origina de la expresión latina «Sculpere o Sculpterum», referida a la acción de esculpir o tallar un material duro como la piedra y la madera. Los griegos usaban el vocablo «Plasso» que significa plasmar o modelar un material blando como la arcilla, la cera y el estuco. Las dos palabras «Sculpere» y «Plasso» se usan en idiomas modernos como el italiano, significando toda representación artística de carácter tridimensional y opuesta a la de naturaleza unidimensional. Ambas representaciones forman parte de las artes plásticas espaciales, por ocupar un lugar físico. A pesar de la condición espacial, el dibujo, la fotografía o la pintura carecen de la tridimensionalidad de la arquitectura y de la escultura, ya que estas poseen concritud, solidez y volumen relacionados a la materialidad. El arte tridimensional de la escultura es presenciable en toda historia nacional de las manifestaciones artísticas, plásticas o visuales. Presenciable como registro de las colecciones que, por ejemplo, atesoran obras dominicanas. La colección del Banco Popular posee un conjunto de esculturas que nos refieren autorías, historias, dominicanidad e incluso especificidades preferenciales en el arte de esculpir la piedra o tallar la madera modernamente. Seis importantes escultores nuestros nos permiten una mirada de conjunto sobre el arte espacial-tridimensional presente en la colección del Banco Popular. Son ellos: Luichi Martínez Richiez y Antonio PratsVentós, vinculados a la generación de 1940; Gaspar Mario Cruz, representante de la generación de 1950; Nicolás Jiménez y José Ramón Rotellini, asociados a la generación de 1960 y Ramiro Matos, escultor que emerge en la década de 1970.
Antonio Prats-Ventós. (Barcelona, 1925/Nueva York, 1999). Escultor formado por maestros en talleres de Santo Domingo. Es maestro de sí mismo y docente orientador de un gran número de jóvenes escultores. Reconocido por la crítica nacional y de Europa. Enfrenta todos los materiales para concebir sus esculturas diversas en estilo, lenguajes, procedimientos técnicos y proporciones. «Con la gubia impulsada por la maceta, Antonio Prats-Ventós sacaba los volúmenes y la madera iba tomando las formas que ella misma sugería, interpretadas por la mano creadora del artista», testimonia María Ugarte en el libro «Prats-Ventós 1925-1999», editado por el Banco Popular, en 2001. «Abstracto» Antonio Prats-Ventós 301
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Obras ejemplares en colección: «Caoba negra», madera tallada, 87x20x81 cms., 1960 v «Abstracta», madera tallada, 18 pulgs., de altura, s.f. v «Sin título», escultura en caoba,
30x30 cms., s.f. v «Sin título», escultura en caoba policromada, 129 cms., de altura, 1998 v «Menina», escultura en caoba y pintura, 170 cms., de altura, s.f.
Luichi Martínez Richiez. (San Pedro de Macorís, 1928/Santo Domingo, 2005). Considerado el maestro dominicano que ha llevado la escultura al más alto nivel internacional. Tiene obras permanentes en el Museo de Arte Moderno de Paris, exponiendo en diez ocasiones de manera individual en la capital de Francia. Con obras públicas monumentales en áreas abiertas en Santo Domingo y en Seúl, Corea del Sur, son incontables los premios que ha obtenido y participado en importantes eventos colectivos. Obras ejemplares en colección: «Sin título». Escultura en caoba, 245 cms., de alto, 1987 v «Sin título», escultura en caoba, 29 cms., de alto, s.f. v «Vertical orgánica», escultura en caoba, 197 cms., de altura, 1987.
«Vertical orgánica» Luichi Martínez Richiez «El nudillo» Ramiro Matos «Sin título» Luichi Martínez Richiez «Abstracción» José Ramón Rotellini 302
Danilo De los Santos
Ramiro Matos. (Azua, 1977). Recibió orientación de Antonio Prats-Ventós. Alcanzó el Tercer Premio de Escultura en la Bienal Nacional de 1974 y el primero en la XIV Bienal (1979). Inicialmente trabaja la talla en madera con estilo abstracto, después se apoya en recursos industriales. El hierro y la fibra de vidrio le permiten producir obras en congelados movimientos ascendentes y expansivos. Militar de carrera, ha producido trabajos para el espacio exterior como el Monumento de la Restauración. Obra ejemplar en colección «El Nudillo», hierro y masilla plástica,
126 cms., altura, 1987.
José Ramón Rotellini. (Santo Domingo, 1941). Con estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes, donde recibe premios escolares en dibujo y escultura, hace postgrado en la Academia San
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Arte e Historia en la colección de Artes Visuales del Banco Popular Dominicano
Fernando de Madrid, España. En 1969 registra su primera individual, concurriendo a diversos certámenes nacionales y recibiendo galardones como escultor: primeros premios en el Concurso de Arte León Jimenes de 1969 y 1971, así como en las bienales nacionales. Produce por igual esculturas en metal soldado, madera tallada, barro moldeado y medios ensamblados. Es autor de obras públicas en grandes dimensiones, siendo conjugador de la abstracción, el expresionismo y de la figuración académica. Obra ejemplar en colección: «Abstracción III», caoba tallada, 69 cms., de alto, s.f.
Gaspar Mario Cruz. (San Francisco de Macorís, 1925/Santo Domingo 2006). En 1948 ingresa a la Escuela Nacional de Bellas Artes, siendo un tallador autodidacta. Es orientado directamente por el maestro español Manolo Pascual. Vinculado a la generación artística del 1950, obtiene primer premio de escultura en la Bienal de 1956, ingresando al cuerpo docente del plantel donde se forma. En 1958 obtiene primer premio de la IX Bienal Nacional y el segundo de la X Bienal (1960). En 1964 registra su primera exposición personal. Logró el premio de escultura en el Primer Concurso de Arte León Jimenes. Considerado un maestro nacional su estilo revela modernidad cargada de referencias populares y románticas, extraídas de troncos voluminosos. Se le considera un «primitivo» moderno. Obras ejemplares en colección: «Sin título», caoba tallada, 80x30 cms., s.f.
v «Sin
caoba tallada,
título», caoba tallada,
82cms.,
de alto, s.f.
v «Calitomé»,
154 cms., de altura, 1991.
José Nicolás Jiménez. (Palmar, sección Salcedo, 1945/San Juan de la Maguana 19..). Estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes en el período (1963-1969). Ganó varios premios escolares en dibujo (1964) y en escultura, consecutivamente, en 1966, 1967 y 1969. Al graduarse, prosiguió formación en la Universidad de Perugia, cursando escultura y cerámica industrial, e igualmente en el Instituto Estatal de Arte, en Florencia, Italia. Premio de escultura en la Bienal Nacional de 1972, su pieza «El Mutilado», cuyo dramático realismo recordaba al maestro Auguste Rodin. Obras ejemplares en colección: «Abstracción», mármol tallado, 13 pulgs., de altura, s.f.
v «Sin título», mármol tallado, 18 pulgs., de altura, s.f.
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Danilo De los Santos
«Sin título» Gaspar Mario Cruz «Abstracción» José Nicolás Jiménez 305
Domingo Batista: El arte de la fotografía
Oriundo de Santiago de los Caballeros (Nace en 1946), se vincula al movimiento de la fotografía contemporánea al ingresar en 1969 al movimiento grupal Jueves 68, convirtiéndose en un perseguidor vehemente del instante, avizor en estado de sitio y caminante apasionado de rutas nacionales. En 1991, Manuel A Grullón, Presidente del Banco Popular, se refiere a su discurso y libro «Tiempo de Luz»: «El Banco Popular, en su sostenido empeño por contribuir al desarrollo del arte nacional, se complace al acoger en esta legendaria Casa del Cordón, la exposición «Tiempo de Luz», de Domingo Batista, maestro del arte fotográfico en nuestro país. Se trata de una colección de fotografías originales en blanco y negro, emparentadas con las de su último libro del mismo título publicado por nuestro artista del lente, en las que se advierte su exquisito manejo de la técnica del infrarrojo. Batista inició formalmente su quehacer artístico hace muchos años, como miembro integrante del Grupo Fotográfico Jueves 68. Desde entonces no ha cesado de crear, convirtiendo su trabajo fotográfico en un arte depurado de perfiles románticos y optimistas. En sus numerosas exposiciones individuales ha mostrado siempre esa capacidad de asombrarse al contemplar las escenas naturales y los grupos humanos del país, para luego deslumbrarnos con sus poéticas imágenes llenas de radiante colorido. Podemos decir que Batista ha creado un estilo de ver su tierra y sus gentes. Sus fotografías desentrañan la calidez y la esperanza de nuestro pueblo. El Banco Popular congratula al maestro Domingo Batista por el hermoso libro que recoge su más reciente producción, y en especial por la muestra fotográfica que hoy abrimos al público con beneplácito». (M.A.G., presentación «Tiempo de Luz», Domingo Batista, septiembre 2, 1993). Obras ejemplares en colección: «Tiempo de luz 22. Río Bao, Valle de Bao», fotografía blanco y negro, 30x40 cms.,
1993 v «Tiempo de luz 7», fotografía blanco y negro, 20x30 cms., 1993 v «Tiempo de luz 6. Río Bao, Mata Grande», fotografía blanco y negro, 24x30 cms., 1993 v «Tiempo de luz 5. Río San Rafael, Caribe Infrarrojo», fotografía blanco y negro, 24x30 cms., 1993 v «Tiempo de luz. Tronco y Luna», fotografía blanco y negro, 20x40 cms., 1993 v «Tiempo de luz 3. Casita de Villa Altagracia», fotografía blanco y negro, 24x30 cms., 1993 v «Tiempo de luz 9», fotografía blanco y negro, 24x30 cms., 1993 v «Paisaje», fotografía color/papel, 40x49 cms., 1984 v «Paisaje II», fotografía color/papel, 50x39 cms., 1984 v «Valle Nuevo. Exbosque», fotografía color/papel, 39x50 cms., s.f. «Acerca de la muerte», blanco y negro/papel… «Acerca de la muerte» Domingo Batista 307
Arte e Historia en la colección de Artes Visuales del Banco Popular Dominicano
Ansel Adams, maestro norteamericano de la fotografía en carta de 1982 le escribe «Querido Domingo Batista gracias por el libro que acaba de llegarme. He disfrutado ojearlo. Puedo ver que usted ha trabajado larga y durmamente y también que siente gran amor por su arte! Continúe con el buen trabajo. Decididamente le deseo suerte!». Pedro Mir, poeta nacional, escribió en 1995 lo siguiente: «Domingo Batista tiene la facultad indomable de conducirnos al corazón de las cosas. Hoy más que nunca confío en su arte para transitar los senderos de la luz; la del sol y la del alma». Juan Bosch, escritor y expresidente de la República escribe en 1989: «Para hacer con una cámara lo que hace Domingo Batista se requiere tener ojos capaces de aprehender colores, matices y volúmnes que perciben nada más los que
«Tormenta en Samaná», Domingo Batista. 308
Danilo De los Santos
han traído a la vida las condiciones de creador… Porque hay que vivir largos años para hallar el ser privilegiado que puede convertir un instrumento de acero y cristal como es una cámara fotográfica en un pintor de esos que nacen a razón de uno en cada siglo». Jeannette Miller en su libro «Historia de la fotografía dominicana, tomo 2», señala: «En 1980 Domingo Batista (1946) obtiene el primer premio de fotografía de la revista internacional Geomundo y este importante reconocimiento lo sitúa definitivamente como una de las cabezas del movimiento fotográfico dominicano que se había venido llevando a cabo a partir de 1968 con la fundación del Grupo Fotográfico Jueves 68. (…) El color y el paisaje han sido los elementos distintivos de una obra que superó la gratuidad y la belleza del entorno isleño para penetrarlo con la significación de una voluntad divina que lo propone en constante mutación, por lo que su trabajo
«Playa La Entrada, Cabrera», Domingo Batista. 309
Arte e Historia en la colección de Artes Visuales del Banco Popular Dominicano
permanentemente plantea nuevas visiones sobre el tema de la isla, sus gentes, su entorno, sus formas de vida y los lugares donde habitan». Danilo De los Santos, autor de esta obra, en la década de los ochenta escribió a propósito de una exposición individual y comentaba en «Isla Abierta», suplemento de Hoy»: «Con Domingo Batista no podemos tener economías de juicio para reconocerlo en sus afanes humanos, con sus logros públicos, pero sobre todo con su trabajo de constancia artística, en el que la calidad ha primado tanto como su sinceridad. No hacemos rodeo en considerarlo tan buen fotógrafo como buen artista, reconociendo que muchos nombres de la fotografía dominicana podemos encontrarlo primero, pero no lo segundo, porque la fotografía como arte no consiste en una manipulación de procedimientos mecánicos, sino en una disciplinada maduración de lo que ha
«Jicomé. Caribe infrarrojo», Domingo Batista. 310
Danilo De los Santos
de ser el medio para expresar talento, sensibilidad y conciencia. Fotógrafo que no es artista es un hacedor a secas. El artista que es fotógrafo es el que sabe ponerle significado a lo que hace. En Domingo Batista, apreciamos esta última condición». Marianne de Tolentino, crítica de arte ha opinado: «Indudablemente Domingo Batista es el poeta de la fotografía dominicana, medio de expresión que él lleva al clímax captando el detalle “impercibido” por la mayoría, explorando el romanticismo de las cosas, de la tierra, de la gente, haciéndonos reflexionar de manera diferente sobre la fotografía y su potencialidad estética emocional. El artista tiene el don de “ver” con una sensibilidad particular y de comunicar espiritualmente sentimientos y angustias a sus temas, a la realidad criolla circundante».
«Río Bao, Mata Grande», Domingo Batista. 311
ÂŤuna cosa que no se cansa, que vuela del monte al valle, que se sumerge en el fondo del alma, esa cosa que viaja dentro de mi con impulsos acentrales se que viene de Dios, quemando cuan gran incendio mis sombras en sus llamaradasÂť. Domingo Batista.
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El autor
Danilo De los Santos, artista visual, crítico de arte, curador, historiador, animador cultural y docente.
Nació en Puerto Plata, República Dominicana (1942) y se vincula a Santiago de los Caballeros, donde crece y se educa. Se inició en las artes con el pintor Mario Grullón y estudió en la Academia de Bellas Artes con Yoryi Morel y Federico Izquierdo, y en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, estudia Educación (1965-1969), cursando Maestría en la Universidad de Puerto Rico, recinto Río Piedras (1974-1976) con apoyo de la Fundación de Ford. Posteriormente obtiene certificado en Gerencia Cultural en el Centro Latinoamericano y del Caribe para el desarrollo Cultural (CLADEC), Caracas, Venezuela, 1989. Docente universitario, labora en la PUCMM (1969-1989), donde dirige los Departamentos de Extensión Cultural, de Publicaciones y de Historia y Geografía. Fue Director de la Revista EME-EME Estudios Dominicanos (1980-1987). Fue cofundador del Grupo Friordano, ha registrado más de 30 exposiciones individuales al tiempo que participa en colectivas, obteniendo premio en pintura (VI Concurso León Jimenes, 1970), en dibujo e instalación (XVIII Bienal Nacional, 1992) y en escultura (XIX Bienal Nacional, 1994), además del premio Especial del Jurado de la Primera Bienal Paleta de Níquel (Bonao, 2005). En el campo de las artes se le conoce con el nombre artístico de Danicel. Fue presidente de la Asociación Dominicana de Críticos de Arte, filial de la Asociación Internacional de Críticos de Arte y director de la Escuela de Bellas Artes de Santiago. Ha escrito para diferentes medios periodísticos, dictando, además, conferencias, participando en coloquios, formando parte de jurados de bienales y concursos nacionales. Fue consultor vinculado al proyecto organizativo del Centro León, y curador de la muestras inaugurales «Huellas y Memoria: Familia León Jimenes», y «Génesis y trayectoria: del Arte Dominicano». Mantiene contacto permanente como puertoplateño colaborando con la Sociedad Renovación y su Concurso por Nuestro País Primero, y diferentes festivales culturales de la ciudad. Es autor de numerosos textos de arte e historia, figurando entre ellos «La pintura en la Sociedad Dominicana» (1978), «Los Pintores de Santiago» (1970), «Anotaciones de un Joven Pintor» (1979), «El Paraíso Azul de Cándido Bidó» (1999) y «Memoria de la Pintura Dominicana» (2003-2009), investigación en 10 tomos, auspiciada por el Grupo León Jimenes, «Raúl Morilla: Correlatos del Corpus» (2012) y «Álbum Cincuentenario 1962-2012 - Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra». Igualmente coautor de «Visión General de la Historia Dominicana» (1977), «100 años de Pintura Dominicana» (1988), «Colección Aduanas», tomo I (Dirección General de Aduanas, 2007), «Apeco: Fotografía, Historia y Vida» (Cámara de Diputados de la República, 2008) y «Clara Ledesma, Reino de Fantasía» (Cámara de Diputados de la República, Galería de Arte Nader, 2008), y entre otros «Juan Plutarco Andújar: Contemplación y serenidad» (2009), «Álbum Cincuentenario PUCMM 1962-2012» (2012). En el 2009 el Ministerio de Cultura, en acto público lo declaró Activo Cultural de la Nación, y en el 2010 participa como curador de la Primera Trienal Internacional del Caribe. Se le dedica el VI Festival de la Restauración, Puerto Plata, 2013. 319
Danilo De los Santos
Art and History
at the Banco Popular Dominicano visual arts collection
Art and History at the Banco popular dominicano visual arts collection
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Presentation Manuel A. Grullón President Banco Popular Dominicano
History, our history as Dominicans is not always explained through art. Nonetheless, when that is the case, the artistic expressions of our creators demonstrate who we are, showing and strengthening the Dominican identity. Dominican art has constituted itself as witness of our customs and life perception, and in the social expression of diverse national periods. For this reason, in the last 50 years, our institution has invested in the preservation of an art patrimony that belongs to all of us. He have carried out a policy to stimulate national art through the acquisition of paintings, drawings, photographies, and sculptures of artists that have become the voice of our nation and culture.This is the best legacy for our future generation to understand and appreciate, in perspective, the foundation of their idiosyncrasy. Today, it is our pleasure to give you the testament of this close relationship between artistic creation and history, revealing the uniqueness expressed by this symbiosis when presenting our esthetic vision as a nation. «Art and history in the Visual Art Collection of Banco Popular». by artist, historian and art critic Danilo de los Santos, is the new book that adds to the editorial efforts of Banco Popular, in its firm determination in favor of the intellectual growth of the nation. De los Santos, as a Dominican art historian, with an educated and keen nose, analyses and explains the feeling and the social expression of various stages of Dominican life; all unveiled in the visual art works that form part of the Banco Popular collection, and that intertwined, they show a sort of peregrination through the Dominican essence and its epochal circumstances. This artistic and social unity, captured in an image compendium with remarkable examples of works between 1900 and 1999, will serve the reader as a testimony of faith in the Dominican identity, in the local way of thinking and in the vocation of freedom of our people. For our institution, the role of patrons assumed since 1964 is a mission to sponsor the tangible aspect of art works and the intangible value that they convey about our cultural, social and financial future. Without any doubt, This book, undoubtedly, reflects this spirit and preserves the way in which we see ourselves as Dominicans. Thus, we feel very satisfied with this important publication, that proves one more time our commitment with the projection in other parts of the world, of the most authentic and relevant cultural values of the Dominican nation. 323
Art and History at the Banco popular dominicano visual arts collection
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Words by the Author
The history of visual arts (drawing, sculpture, photography and painting) of this book, is based on a selection of treasured works and their authors by Banco Popular. Overall, we refer to the exhibitions of the authors and their works. However, as far as possible, selective or minimal curatorial evaluation prevails over the hundreds of works that make all the treasures of the bank. With the above author’s explanation, the reader will notice the following: –In more than one chapter there are lists of groups of artists. Some chapters only provide facts about the artists’s lives, others include the full biography and their pertinent artistic work. –Reference to dates of birth and deaths are made only when dealing with artists quoted on the chapter with unique works in the collection. Conversely, the year of death is mentioned insofar as the artist works possesses a distinct record of exhibitions covering various creative processes. For instance: painter Yoryi Morel with works since 1928 until 1970s; in this case we indicate both, his date of birth and his day of death. As a different case, Eligio Pichardo with works in he collection of the 1940s, requires the indication of his birth and death, as the artist does not reappear in the historical narrative. The history of this book, moreover, offers an explanation not quite chronological, nor by successive generations. Taking as point of departure a masterpiece (The Moor, 1990), the pace of the chapters is on the one hand, an association of emblematic works of a period, and on the other hand, the establishment of intergeneration confluence. In addition, other chapters explain new-modern artistic language, the internalized vision of the landscape by dozens of Dominican and foreign artists, and the collection of those painters with remarkable works of art included in the treasures of Banco popular; painters, who occupy, indisputably, their rank of deceased masters, worthy to be remembered together with their visual art production. Finally, in the book I present an unusual vision: no absolute attachment to a sequence of generations. Our gaze is linear or progressive, and in the chapter in which we concluded our narrative vision, we provide a retrospective approach.
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Notes on History and Dominican Art: Drawing, Sculpture, Painting and Photography
Our national art, in all its expressions, was born as our homeland: with Altagracia and Duarte’s ideals, Dominican, liberal, feisty, tricolor …It is the art of a Caribbean nation with territory in the sun, and multiracial population, regularly surprised by the quakes of its faults and the hurricane seasons characteristic of the tropics. The Antillean nature, being insular, is a condition in itself, it is a primal nature. Centuries before becoming a country, homeland or nation, it was a pristine geographical landscape followed by historical cycles forming a society determined by four major times: the Aboriginal Pre-Columbian, the Hispanic colonial and the African presence; Creole proto-nationalists subversion cycle, and the Republican cycle, extended from the 4th decade of the nineteenth century to the process of this millennium. In this «implausible country,» as the poet Pedro Mir describes it, its first inhabitants were Arawak Amerindians who came, almost all of them, from the South American tropical forest. These aborigines called «ayti» the entire island, but usually that general term is applied to the high and mountainous land of the West, which is distinguished from the name used in the East. The natives of the East called it «Kiskea,» according to Pané, which is also the name of a goddess. By idiomatic manipulation it becomes Quisqueia or Quisqueya. The Taino society, whose regime was interrupted by the Columbian expedition in1492, was developed by the primal Amerindian migration. The discoverer Admiral gave a new name to the island, «Hispaniola,» beginning
the conquest and colonization undertaken by Spain. The result of the encounter between the Europeans invaders and the Natives invaded is encapsulated in Neruda’s verses: «Spaniard conquerors / who came from Spain with what they were wearing / searched for gold and they searched it so much / as if it served as food. / Upholding Christ with his cross / the blows were arguments / or so, that the living Indians / became Christians living dead». The process of seeking and obtaining gold enslaved and almost completely annihilated the native population, replaced by African slaves who turned into the main support for the sugar production that eventually led to the development of livestock holdings. The slave trade and the territorial expansion defined the Spanish colonial regime, whose imprint included Catholic evangelization, the imposition of Castilian language, and the transplanting of political, legal, ecclesiastical and educational institutions. The building of territorial villages that included convents, chapels and churches with their shrines, saints, virgins, and ritual observances, erased in principle the «sinful» mythological beliefs and ritual practices of the Amerindians and Africans, although the cimarronaje and the pilfering survived with the spiritual, racial or mixed blood hybridization, in this first encounter of socio-colonial formation. As the fundamental rooting stage for this period, there were diverse virgins representing the Immaculate Mother of the Son of our Heavenly Father. But none as Our Lady of Altagracia, whose image appeared in an 327
Art and History at the Banco popular dominicano visual arts collection
orange tree in the town of Higüey, according to a traditional legend. She became a miracle of dedication and faith starting from the early sixteenth century, transcending the subsequent centuries of our territorial history. At this point it is already the story of a country defined in the East of the island, consisting of Creole women and men, Dominicans, as most of its inhabitants identify themselves during the first four decades of the nineteenth century. The primitive and residual art of the Aboriginal pre-Hispanics, and the colonial arts imposed by Spain, such as religious paintings and sculptures, among other artistic manifestations prevail in this process. Since early nineteenth century, the island is divided into two distinct territories: Haiti, where there had been a bloody slave revolt against French rule, and Santo Domingo, affected by that revolution, and as a result transferred to France by the Treaty of Basel (1795), producing a mass exodus of the most educated elite population. The French rule of Gen. Louis Ferrand, confronted by the reconquest undertaken by land-owners, and a desire for a colonial return to Spain, culminated in the Proclamation of independence of 1821, led by José Núñez de Cáceres; an ephemeral independence because it facilitated the Haitian invasion of President Boyer, with Dominicans advocacy groups welcoming the territorial unification of two culturally distinct societies. The authoritarianism and militarization that ensued, attempted to suppress the Creole ethos by fostering integration during twenty-two years (1822-1844). Although the political unification was real, the spiritual, mental and customary habits were indomitable in a population with rooted hispaniz, despite the pervasive process of hybridization and syncretism, in the context of the isolation of a country facing constant adversity. The Haitian rule was not a setback for our country, but an adverse event which caused the native population to recognize itself as «Dominican people» as stated in the «Declaration of Independence,» written by José Núñez de Cáceres, who in the delivery of the keys to the city to Boyer
gave an energetic speech in Spanish, and not in French as was expected. He stated the truth that among the populations of the former territories of the island of Haiti, the difference of origin, language, legislation, customs and habits, were powerful causes that opposed the merger in one single State, and that the future would make possible to prove this assertion with founded facts… In isolation, with the racial and social democracy product of the impoverishment, the Dominican culture was oblivious to the flourishing of the arts and education, except for some enlightened attempts in the early nineteenth century, in the port city of Santo Domingo, where there were some scattered newspapers, published by a government printing passed on by the French occupiers, which also published literary pamphlets and official documents. These publications are connected to José Núñez de Cáceres, head of a group of teachers seeking the opening of the University of Santo Tomás de Aquinos. In the city overlooking the Ozama, during this period are also known the paintings of Francisco Velázquez, author of religious cathedral medallions, that appeared following those painted by Diego José Hilaris, in the eighteenth century, for the Sanctuary of the Virgin of Altagracia in Higüey. Hilaris and Velázquez are the first Creole painters remembered for their works. With the exception made of its enlightened and intellectual expressions, the Creole culture was essentially inland oriented: based on land and cattle farm owners, clinging to the mountains and patriarchal, linked to the main economic sectors of agricultural smallholdings, cattle raising, timber cutting and the emerging tobacco plantation which bring forth the independent farmer, the free peasant, and the tobacco grower from the mountainous Cibao region. If one can speak of social education, it would be the process in which the prevailing illiteracy and empirical wisdom are connected to the rural life, including architectural models of huts, hermitages and ranches, culinary expressions, basic tools, animalpowered transport, speech full of archaisms, and the
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African and Native Taino expressions, especially the toponymic ones. These linguistic voices are crisscrossed in our speech as the sounds of musical instruments, in the same fashion that beliefs and rituals interact. However, the Castilian language and the Catholic religion are imposed from the beginning of the colonial period due to their institutional weight. Regarding language, Rodríguez Demorizi writes: «For a while there are three languages in roughly equal nuclei in the colony: indigenous, Spanish and African. That confusion of voices will later appear in Tirso de Molina verses alluding to things of Santo Domingo, where he resided at the beginning of the seventeenth century: How do you pick-up cocoa? Handsome? What is it among slaves? What fruits you get from guava trees? What is cassava and what Jaojao?». Later on other voices will be added: French, English, Italian, Chinese, Arab… as a result of an increased ethnic and cultural accumulation. The Englishman William Walter, in an article published in 1810, focuses on the entertainment in the island, including the running of the bulls, cockfights and «national» dances like bolero, fandango and the dance of the mulattoes, which he considered voluptuous and obscene. «Low class Spanish black people accompany their vulgar dances with shouts and music produced by sticks and lofty woods, or by a ridged gourd, which they swiftly brush using a thin bone. The baujo, sort of maracas made by filling a gourd with pebbles and played with a horse jaw with teeth attached, brushed with swift movement and accompanied by drums. The steps are strange and obscene. All the accompaniment and style seem to be derived from a mixture of African Congo and indigenous din, and are the ceremonial ritual for a death relative, which becomes a solemn occasion with dancing and musicians like the gypsies in Spain. The greatest compliment that a man in love makes to his courted lady, for having granted the privilege of dancing with him at the party, is taking off his hat and putting it on her for the rest of the evening. Later on she will return it, often along with a lit cigar that she has rolled herself.» The concentration of blacks in many villages, especially in Santo Domingo, gave rise to beliefs and Neo
African practices such as the brotherhoods that syncretized deities and religious practices from their land of origin disguised with Catholicism. The brotherhoods with invocations to St. Cosmas and St. Mary Magdalene, among other religious images of faith, extended a magic-religious type of transformation whose celebration involves pealing of drums, singing and dancing. The white settlers, when they did not had their own brotherhoods, they were admitted to the creolized black fraternities, which are involved in official commemorative ceremonies. On the occasion of the monarchic ascension of Ferdinand VI in 1747, great celebrations were scheduled in Santo Domingo. María Ugarte reported that she threw coins and cheered their majesties at the end of a liturgy. At the ceremony, «the brotherhood of San Juan Bautista danced a contra dance and in the afternoon men and women paraded through the city singing, chanting and dancing. It was a courtship that included the «Calenda,» a dance and song of African origin accompanied by applauses from the spectators». Bernarda Jorge, refers to the popular religious singing related to pilgrimages, «little angels wakes» called baquiní, and other popular religious festivals and ceremonies associated with the Catholic tradition or magic-religious rituals (…). In some devotional celebrations, as the ones named the Cross, the Holy Spirit, or that of some saints that matches the voodoo mysteries, they sing salves that blend Catholic and Voodoo invocations. (…). However, (…) there are salves which are strictly devoted to the mysteries or luas…» Songs, devotions, miracles, and pilgrimages dating from the beginning of the colony are related to numerous altars from convents, chapels, parish churches, urban housing and the peasants hut or bojío, which recalls the speech of the Tainos. The hut was a construction covered with boards and palm leaves, as in the beginning were the sanctuaries like the virgins of Altagracia and Mercedes, which are related to miraculous apparitions and pilgrim devotions. Bishop Polanco Brito writes: «The miraculous Cross of the Holy Hill, planted there by the same Discoverer, polished as a strong Dominican tradition by the appearance of the Virgin of Mercy, gave rise to a series of miraculous stories.
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Regarding Higüey’s Sanctuary, Alcocer stated the following in 1650: Every day you see many miracles, there are so many that people don’t ask or write about them…». Bishop Polanco Brito explains: «The Dominican people have offered what is popularly called a miracle to God and his saints, that is a votive offering of metallic gold, silver, and other less noble materials like wood or wax. This custom has survived (…) It is true that the Shrine of Our Lady of Altagracia is the most representative part of the miracle (…) many miracles are offered each year, mostly elaborated by Creole artists, sometimes in a very primitive way». Bishop Polanco Brito qualifies the Higüey Sanctuary medallions as «votive offering Series.» Emphasizing that «this collection is valuable.» It represents the artwork of one of our master painters. He is remembered as Diego José Hilario. There is no biographical information about this anonymous author who offers votive paintings that recount miraculous events. 27 medallions were produced by this eighteenth century painter, of which 16 are preserved. The missing ones were lost by adverse and unknown circumstances. Also missing are many of the legends included in the surviving works. In pointing out that our national art was born Altagracian, like our homeland, we recognize the primacy of a great divine and miraculous benefit that comes from Catholicism, whose imprint, like so many others, are imposed from the beginning to the native island. It is the homeland of a racially mixed population in a process of acculturation-transculturation, adverse and unavoidable, in the discussions of centuries of history, and whose balance is the Creole inhabitant expressing his-her local character. It is the awareness of belonging to the homeland with which Juan Pablo Duarte y Díez identifies himself when angrily denies being Haitian in order to be considered Dominican. His native country was unified under the rule of Boyer, when his parents decided that he traveled to Europe in 1828, where his humanistic education grows in a period of euphoric liberal ideas, liberation struggles, an ardent and romantic nationalism.
All these manifestations strengthened Duarte’s patriotic identity as well as his vocation for the ineluctable emancipation. The struggles for autonomy from Spain, the secret societies, the heroic model of the templar and the ecclesiastical feast of «La Santa Cruz,» they all inspired Duarte’s liberating vocation upon his return to Santo Domingo in 1832. The historian Alcides García Lluveres explains Juan Pablo Duarte’s link to the commemoration of the Holy Cross, related to the triumph of the Christian kings of Castile, León, Navarra and Aragón at the Battle of Las Navas de Tolosa, where 300, 000 soldiers were defeated, on July 16, 1212. «The bishops of Narbonne and Toledo, present in Navas, used the Cross to excite the combat. That memorable day began a new era in the life of Spain: the secular power of the Moors was broken there and the Iberians seized Sierra Morena, the key to the Andalusian plain. In commemoration of the splendid victory, the Church celebrates every year on July 16, the feast of «The Triumph of the Holy Cross.» Juan Pablo Duarte, who wanted to initiate the revolution against Haiti with the invocation of the Cross of the Savior, and that in undertaking his works opened another era in Dominican life, chose to take action in a meaningful date: hence our unforgettable July 16, 1838, the day of the founding of the ‘Trinitarian’s. (…) Duarte called his friends «Templars,» that is, «Knights of the Cross». The association recalled a secret military order formed during the famous medieval Crusades, for the purpose of advocating in favour of Christendom in the Iberian peninsula until it was suppressed by order of the Roman papacy in the fourteenth century. Our immortal pavilion was born with the founding of the Trinitarian, whose description is included in the text of Induction of the first members of the secret society: «In the name of the holy and undivided Trinity Almighty God: I swear and promise, for my honor and my conscience, under our President Juan Pablo Duarte, to cooperate personally with my life and property to the final separation from the Haitian government, and establish a free republic, sovereign and independent of foreign domination, which will be called Dominican
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Republic, which will have a tricolor flag of red and blue quartered crossed with a white cross». The three primary colors of the Dominican flag is linked to the image of Our Lady of Altagracia. Juan Pablo Duarte was inspired by «the faith of the Virgin full of grace» for his plan for liberation. «The memorable July 16, 1838, which by the way was Monday, day of the Triumph of the Holy Cross celebrated in Spain, the mother of the founder of our nation, Dona Manuela Díez Jiménez, put a medal on his chest with the image «of the Virgin Mary dedicated to Altagracia, and dressed with the same colours that were going to be incorporated in the national flag». The ideal that attaches Altagracia with the homeland is linked to Duarte’s concept of nationality, whose liberating project culminated in February 27, 1844 when the Trinitarian hero Francisco del Rosario Sánchez hoisted the tricolour flag in the bastion of San Genaro or Conde. Also, he hoisted the flag in various towns of the nascent Republic. The flag is charged with meaning and symbolism, extracted from the abstract notion of the Virgin of Altagracia as a figurative icon. Flag and Virgin are emblematic art representing the collective feeling of devotion in a Republican territory where ideological mentalities, conservative and liberal are not discussed in Dominican-Haitian battles, but doctrinally. The conservatism of the traditional ruling class retains constitutional and governmental power, excluding the nationalist class lead by the Trinitarians. The young Republic reaches life for seventeen years (1844-1861), taking a step back to the Annexation to Spain, an anachronistic and colonialist act represented by the warlords Pedro Santana and Buenaventura Báez, being the first one who concretizes such an unpatriotic action. Ricardo Pattee considers the Dominican country as the first territory that represented a «mandatory link» of the routes that spread the Western world. Pattee visualizes the country as a «triangular» zone of a shared island, and as a «multi component» on its development as a nation. Pattee says: «The Dominican nation has lived since the
dawn of its history one of the most exciting human experiences of all time, the coexistence and assimilation of different races and cultures that seem to be mutually exclusive (…).The Dominican case is absolutely unique in the world, as it has been developed on a land strictly limited by the close proximity to other people whose bases are fundamentally different and in many respects antagonistic (…) Its own independence (…) is sui generis in Latin American history of separatism, since it does not coincide with any other and it does not fit any of the movements, both in the Southern Continent and in the other Antilles.» The uniqueness of the independence concocted by Duarte and the Trinitarians is alien to the liberation of the European domains (Spanish, French, Portuguese …), but fruit of the struggle against the dominance of Haitians for twenty years. It was not a colonial rule, but rather politically integrated into an absurd republican system by the different historical nature of two countries sharing the same territory, but with different cultural identities: afro-French in the Haitian context and afro-Hispanic, in the Dominican case. The separation from Haiti took place on February 27, 1844. The independence proclamation was transcendental in defining what it meant to be Dominican, a nation, a Republic. The setback caused by the annexation to Spain led to the revolutionary movement of Restoration, which expressed a collective consciousness growth of various social sectors: peasants, merchants, intellectuals and owners. The war between Dominicans and Spaniards divided the country governmentally, and bloodied the homeland, but restored the honour of national emancipation. The Republic was reborn raising the flagpole with the tricolour shades of the Virgin of Higüey. The restored republican state from 1865 did not mean, according to Pattee, that the classic rhythm of Dominican history was changed or modified, considering that there were ideological tendencies and major problems. I addition, the country was «divided between those who believed in its capacity for autonomy and those who viewed such position with pessimism». Several factors affected the 331
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nation at that point: weak political institutions, the majority of the population lived in rural areas, the peasants were illiterate and relied on empirical knowledge and festive devotions and beliefs. Also, many joined the battlefields in a new process of insurgency driven by regional, non liberal warlords. These aspects explain the return of Buenaventura Báez, the most committed politician to the new republican process once the annexationist Pedro Santana disappears. Despite the growth of liberalism among traders and urban intellectuals, and the ascendancy of patriotic leaders like Gregorio Luperón, Báez and his followers continued imposing themselves over the government with various mandates. Báez and his supporters imposed a violent dictatorship for six years (1868-1874), persecuting opponents involved in a nationalist armed resistance, whose eventual success is considered another liberal political independence, and a more definitive influence in the national character. The new order excluded Baez’s conservative authoritarianism and annexation ideals, but did not shed the autocratic tendencies, nor the partisan conservatism, political factions with local rebel troops which constituted the new tendency of modern military authoritarianism based on personality cult. Between 1875-1900, the liberal governmental tendency led to a change in economic structures with the development of industries that replaced archaic forms, especially the case of the more capitalized sugar production compared to the traditional mode of production and marketing of tobacco. This economic trend involves a change in the socio-cultural structure and population makeup since it entails the presence of West Indians and European immigrants, some of them political exiles (Cubans and Puerto Ricans) and others moved by a «civilizing» breath (Europeans) or by the labor needs of black British islanders (cocolos) as well as a displacement of natives that mark out a concentration of population in San Pedro de Macorís, the southeastern port city surrounded by sugar mills.
Other structural changes, like the one in communications, do not impede the isolation of regions and villages, although these are transformed into modest developing cities such as Puerto Plata, Santiago de los Caballeros, San Pedro de Macorís, and even the first city of the New World, Santo Domingo, the capital city and the site of the first manifestations in arts, literature, education and the civic societies in charge of social and cultural promotion. Eugenio María de Hostos and Salomé Ureña develop a new and positive educational endeavor. Showcasing, in her case, her part of a remarkable generation of writers which includes José Joaquín Pérez, Manuel de Jesús Galván, Francisco Gregorio Billini, César Nicolás Penzon, José Gabriel García and Pedro Francisco Bonó, among others. A generation of sculptors, photographers and native painters is formed for the first time: Ángel Perdomo, Luis Desangles, Abelardo Rodríguez Urdaneta, Leopoldo Navarro, Julio Pou, Adolfo García Obregón, Alfredo Senior, Ramón Mella Ligthgow, José Fco. García, Alejandro Bonilla, Arturo Grullón Julia… The latter is a Hostos’ follower. He is a painter from Santiago, whose initial artistic training is linked to Juan Fernández Corredor, a Spanish painter who don Eliseo Grullón met while traveling on a ship coming from Europe and then convinced to land in Santo Domingo. As a result, he is associated with a drawing school, sponsored by the Friends of Teaching Association in 1883. Within months, Corridor school conducted the first national exhibition which highlights eleven distinguished students, including the young Arturo Grullón Julia. The cultural growth within the urban centers has its representation in different cities of the country and provides national romantic nuances, as the National Anthem, with lyrics and music by Emilio Prud’homme and José Reyes. The manifestation of patriotic fervor, which raises the name of Juan Pablo Duarte, starts a cult without precedent with other patriots, including José Ramón Matías Mella and Francisco dddel Rosario Sánchez. The appearance of the first Dominican newspapers and magazines
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are responsible for our first editions of books, including «Lyre from Quisquella» by José Castellanos, printed in 1874. It also entails editorial connections especially with Spain, and the formation of public libraries created by civil lawyers, including Pedro de Jesús Peña y Reynoso and Eugenio Deschamps, founders of cultural societies in Santiago. English Victorianism and the French Belle Époque («beautiful era») are welcomed in major cities of the republic that, besides the inhabitants Creoles, have different foreign presences: Arab, Caribbean, Chinese, North Americans and Europeans, all of them influencing the transformation of cities’ lifestyles, as well as adding new components to the Dominican racial makeup. Concurrently, the inland distinctive universe of the peasant, retaining a spiritual and material culture of ancestral traditions and customs, somehow segregated from the urban fringe that creates typical activities of the popular culture: vendors, markets, town criers… After Báez dictatorship, there are more than ten governments between 1874-1880, including the former strongman as one of the leaders during that period. The contentious nature of the different party factions, being the political reality of the nation, continued creating an unstable chaos until the arrival of the provisional government of the Liberals headed by General Gregorio Luperón (1879-1880) and the Constitutional sector of Fernando Arturo Meriño (1880-1802), Ulysses Heureaux, alias Lilis (1882-1884) and Francis Gregory Billini-Alejandro Woss y Gil (1884-1886). All these constitutional governments, directly or indirectly, set in motion Lilis dictatorship (1887-1899), coinciding with modern transformations that define the economic, industrial, demographic, socio-cultural, and even the State with its control of the military. Instituting, by this manner, authoritarian controls based on the espionage facilitated by the new type of communication (post, telegraph, railways… and harmful loans with foreign capital. It is the stage in which U.S. imperialism replaces the European empires, and America is at the mercy of the Monroe Doctrine and the dollar 333
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diplomacy that are associated with the Spanish American War of 1898; war that replaces the Spanish political colonialism in Cuba and Puerto Rico. Order, peace and progress are the principles proclaimed in the last decades of the nineteenth century. This period is marked by the influence of positivist and rational secularism, which brings about transformations in intellectual circles, as well as the education of groups of youngsters of both sexes. This lead to the enthusiasm for the arts, including photography, which caused a great deal of passion at the time. The revolutionary art of light, from the daguerreotype to advanced techniques such as the solar camera and chromo-photography, has its representations from the Dominican pioneer Billini Epifanio, with many foreign and itinerant photographers who promote the new art, establishing «photographic studies» that relate to the first generation of native photographers. This school proliferates in comparison to the academies of fine arts mainly sponsored by the Spanish José Fernández Corridor, the natives Alejandro Bonilla and Luis Desangles in the nineteenth century period, and also the teachers Abelardo Rodríguez Urdaneta, Juan Bautista Gómez and Celeste Woss y Gil in the twentieth century. Abelardo Rodríguez Urdaneta (b. 1870) is the artist of more importance. Bohemian, versatile and recognized nationally; was a musician, cartoonist, sculptor, photographer and painter when he founded his academy in 1908, under the protection of the ruler Ramón Cáceres; academy with many students from the capital city, including provincial disciples. His artistic and teaching work continued until the beginning of the third decade of the twentieth century. The beginning of the twentieth century was marked by the assassination of Ulysses Heureaux in 1899, carried out by opponents from the town of Moca against the man that had become the arbiter of the nation’s destiny, ruling through personality cult, and with propensity towards vainglory. Upon the dictator’s death, after Frank Adrover photographed his corpse, antagonist political 334
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groups reappear as anarchists hindering the national stability during the period of 1899-1930. Three synchronized processes from the first lustre (July 1899-November 1916), during which seventeen short-lived governments appeared, except that of President Cáceres, who created stability between 1906-1911. The ruler was assassinated by opponents who surprised him in his open convertible car, during an evening outing in the capital city. His death by conspiracy is documented in three sequential works by Abelardo Rodríguez Urdaneta. After the bloody deed, political anarchy returns when several loan agreements between the Dominican and North American creditors constitute a nominal hand over of the country’s sovereignty. This justifies the imperialist military intervention ordered by Thomas W. Wilson, U.S. president in 1916. During that time, European powers were confronted in The First World War. The United States widened its interference in the Americas, especially in the Caribbean region. The military intervention of neighbouring Haiti in 1915, preceded the occupation of the Dominican country. Territorial control, disarmament, censorship of the press, armed combat and imprisonment of nationalist opponents as the poet Fabio Fiallo, were measures of a military dictatorship that includes the appropriation of customs and the establishment of a repressive police force. However, Dominican resistance was expressed in various ways, including guerrillas called «gavilleros,» evicted peasants from their communal lands that led to the growth of sugar cane plantations and sugar mills. The mobilization of citizens demanding an end to the foreign occupation «pure and simple,» gave rise to the Dominican National Union movement, headed by notable intellectuals and feminists. The celebration of the Patriotic Week in 1920 is linked to the movement. It is a collective event with slogans and fundraisers for external campaigns in the United States and Latin America. In 1920, Juan Bautista Gómez (b. 1870), establishes his academy of artistic orientation in his native Santiago
de los Caballeros. He was a well-known master photographer, painter and sculptor, which among his many works were the Medallions of the Apostles of the Main Church and Peña and Reynoso’s bust in the Cultural Association Lovers of Light. He installs the first personal atelier upon returning from Europe, where he held diplomatic post after living in Puerto Rico. His teaching guided future local artists: Joaquín Priego, Federico Izquierdo, Yoryi Morel… The arts, literature and civic oratory change their sense of direction responding to the growing respect towards the wounded national sovereignty. PeynadoHughes Plan emerged as a strategy to neutralize the increased nationalism. The main result was the appointment of a provisional president, Juan Bautista Viccini Burgos who heads the civil government (1922-1924), parallel to the permanence of a U.S. military governor. The plan also establishes the holding of general elections with a new platform. The State Department from Washington convinces Elijah Brache, Federico Velásquez and Horacio Vásquez to form political parties in order to participate in the elections. Horacio Vásquez was the most recognized leader, who returns as president, though in limited capacity in a process which must comply with all the provisions of the interventionist government, such as the debt incurred during the military occupation and the guarantee of customs control. President Vasquez’s term was limited, and plagued with opportunistic careerism and the belief in his reelection. In the process of the second decade of the twentieth century, between 1924-1928, Celeste Woss y Gil sets her Studio-School upon returning to Santo Domingo after being trained abroad. She offers a course in drawing and painting in the courtyard of the family home, then goes away to New York, where she expands her training during 1928-1931. Her return to the country marked the formal establishment of the academy of arts education, which turns her into a remarkable teachers, in association with other teachers and a student body composed of young
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future painters. A decade prior to those years, the cinematographic invention of the Lumière brothers had a notable native follower: Arturo Francisco Palau, who had filmed the short documentary «The Pilgrimage of Virgin Altagracia» (1921), and the feature film «The Ambush of Cupid» starring Delia Weber, Pedro Troncoso Sánchez, Paino Pichardo, among others. The filmmaker Palau had published a prestigious magazine, «Black and White,» which circulated between 1908 and 1930, among other modernist publications. During these years, graphic design and artistic caricature were represented by exponents like Copito Mendoza and Bienvenido Gimbernard. The latter was associated with the printed advertisement of mass media. In the 1920s, agricultural fairs and cultural events have been held, but none like the National Exhibition in the city of Santiago in 1927; organized by the Chamber of Commerce, including samples of agriculture, industry, livestock and art. It had an inter-Antilles flair, and the art exhibition showcased the work of young painters like Federico Izquierdo and Octavio A. Morel (Yoryi). The National Exhibition took place in a large architectural scene and opened in the presence of President Vásquez, who showed interest in continuing to rule at the end of his term in 1928. Vásquez was old and sick when reelected. His reelection provoked a national crisis and political opposition that coincided with the Great Depression of 1929, which affected the finances and the global market. At this juncture of capitalist and political crisis, the Dominican opposition concocts the Santiago civic movement, which turned into an armed revolution against the gubernatorial seat of the capital of the country causing the overthrow of Horacio Vásquez. The civic revolution led by Rafael Estrella Ureña, produced no bloodshed, however it uncovered a conspiracy that included General Rafael Leonidas Trujillo, cunning military man who won the 1930 election process. The General establishes an authoritarian government, eliminating all opposition with the support of the army 336
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commanded by him; imposing a one-party state and establishing a monopoly, and once released from customs control, nationalizing the banks and currency, as well as much of the sugar industry. Jingoistic and promoter of imposed collective servitude, notwithstanding the adverse conspiratorial reaction, that included armed invasions by anti-Trujillo’s groups organized abroad. During the first decade of Trujillo’s dictatorship, the artistic endeavor provides encouraging initiatives and manifestations. In addition to the academy founded in the capital city in 1931 by artist Celeste Woss y Gil, other related events befall on different dates. In 1930, Enrique García Godoy (b. 1886), had returned from Europe establishing in his native La Vega the Academy of Drawing and Painting, in conjunction with the teacher and nephew Darío Suro García Godoy. In 1932, three more individual academies are founded. For instance, the one established by Aida Ibarra (b. 1911), trained in Paris and subscribed to impressionism. She gave many lectures in Santo Domingo and Santiago about that particular artistic trend. Also, the draftsman, printmaker and painter Yoryi Morel (b. 1906) had his workshop in the Cibao city of La Vega. The painter celebrated an exhibit in the capital under the auspices of the Ladies Club (1932). Tomás Hernández Franco, known intellectual and poet who has focused in revealing aspects of this new artist, made the introduction. The third example is «Abelardo Rodríguez Urdaneta Academy,» founded by his disciple Rosalidia Ureña, in San Pedro de Macorís. «Tito Canepa» (b. 1916) was born in this city called «Sultana del Este.» He goes into exile in New York, where he is projected as a remarkable painter of the Dominican diasporas. The prestigious Master Abelard died in 1933, the year in which his works are in the first room of modern art, installed by the initiative of Abigail Mejía at the National Museum. The collection also includes paintings of Arturo Grullón and Yoryi Morel, who establishes his training academy in his native Santiago city. In the second half of the decade, the Puerto Plata native Jaime Colson (b. 1901), exhibited his work in the
Dominican Ateneo (Santo Domingo, 1938), after leaving the country for twenty years, living in Spain, France and Mexico, where he embraces Cubism and neo-humanist Classicism. His work was little understood, except among counted intellectuals such as Ramón Marrero Aristy, who wrote and published a long review when the artist decided to continue his nomadic way of life in Europe, a continent which at that time was at the mercy of modern totalitarian governments; under ideals promoted by fascism, Nazism and Stalinism; and in addition, was involved in the Second World War that began in 1939. That year, the painter form La Vega, Darío Suro (b. 1918), performs the first solo exhibition in the Dominican capital. On the aforementioned date, Jewish German teacher George Hausdorf (b. 1894) establishes a drawing and painting school. He represents a wave of European artists and intellectuals who are welcomed into the country as refugees from ideological persecution and violent armed conflict. Among his students are the very young Aquiles Azar García, Marianela Jiménez and Gilberto Fernández Diez. The European immigration was a significant support for the arts, education, industry and social transformation, expanding the changes towards the end of the nineteenth century. Culminating the 1930s, autocracy and the cult to the head of state and Lord of a modern fascist or totalitarian fiefdom is installed, in which, the dictator was kept informed through a system of espionage and unveiling of any attempt of conspiracy and political opposition. Violence bloodied the country overflowing with the massacre of thousands of Haitians in 1937. Whitephilia (or the desire to be white) and Hispanic lineage including other doctrinal arguments, were imposed as racial ideology in the Dominican mulatto society; a vulgar justification for the attempt of Dominicanizing the non Dominican, the banking, currency, the border and to deny ethno-cultural blackness. It was a local implementation of the Hitler Aryan racism against other ethnic groups considered inferior. 337
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The presence of European refugees, especially Spaniards, encouraged racism against Haitians, who were still been used as laborers for the sugar cane plantations. With the presence of refugees from the Old Continent, the dictator Trujillo undertook sound agricultural growth programs and socio cultural programs in urban areas under the guidance of high level professionals, and following his own political instinct for all that meant development, with the exception of democratic liberties. The institutionalization of the arts takes hold due to the work of Rafael Díaz Niese (1897-1950), highly knowledgeable in humanism and aesthetic modernity. Upon his return from Europe in 1939, he became a cultural promoter with a vision for schools, arts groups, sponsorship of artists and institutions as well as an effective entertainment program and the extension of culture to the national level. Diaz Niese’s return to the country, as well as that of a contingent of exiled creators, marks the rise and impact of the arts in general, manifesting unprecedented growth. Since 1939, Refugee artists held individual exhibitions. Among them are George Hausdorf (painter and engraver), Ángel Botello (painter), Blas Carlos Arveros (cartoonist), José Vela Zanetti (painter), Manolo Pascual (sculptor and draftsman), Francisco Veras (potter). The year 1939 puts in motion a process of foundational exhibitions that characterize the fourth decade of the twentieth century. 1940. It’s created by law the General Department of Fine Arts, industrial arts and crafts. Rafael Díaz Niese was appointed director. –The First Exhibition of Fine Arts is showcased in the National Palace, in the year cited, including precursors artists like Rodríguez Urdaneta, Alejandro Bonilla and Luis Desangles; native artists of modernity as Celeste Woss y Gil, Darío Suro, Yoryi Morel, and a core of foreign residents: Joseph Alloza, Ángel Botello, Francisco Vázquez Díaz (Compostela), Joan Junyer, Manolo Pascual, Francisco Rivero Gil, Albert William, José Vela Zanetti… These modern exhibitors appeared in the publication of a catalog
with biographical sketches and also pictures of them and of their works. 1941. Ángel Botello, José Vela Zanetti and Alfonso Vila (Shum) exhibited solos in the capital city. 1942. National School of Fine Arts is founded under the direction of Manolo Pascual (Bilbao, 1902), a renowned sculptor trained at the Royal Academy of San Fernando in Madrid, with a tight professional curriculum including solo exhibitions in the Spanish capital, in Rome, in collective events and the Biennale of Venice and a record of works in international collections. The Academy of Celeste Woss y Gil, is assimilated to the new government institution and she is appointed as faculty. –President Trujillo inaugurates the National Exhibition, which has the character of First Biennial of Visual Arts. A total of 300 works representing 28 artists, works of which 44 were acquired by the State as a first funded Dominican Gallery of Art in gubernatorial project. Drawings, sculptures, engravings, paintings and a fresco painting, make up the collection purchased by RD $ 3,500.00. Juan Bautista Gómez, Federico Izquierdo, Yoryi Morel, Darío Suro and Celeste Woss y Gil are among the artists whose works were acquired. –Rafael Arzeno established in Puerto Plata the San Rafael Academy of Painting and Music, the same year in which was held The Poster Contest, on the occasion of the Job Fair. Refugee artist Antonio Bernard González (Toni) won the only prize awarded. –Photographer Kurt Schnitzier (Conrad) presents individual exhibitions in the cities of Santo Domingo and Santiago; where there are discussions on whether photography is art. 1943. It is inaugurated the National Art Gallery with the first exhibition of self-portraits by 24 artists, including Darío Suro, Celeste Woss y Gil, Federico Izquierdo, Vela Zanetti, Gilberto Hernández Ortega, José Gausachs, Antonio Prats-Ventós, and George Hausdorf. –Eugenio Fernández Granell shows in the National Gallery of Fine Arts the first individual surrealist exhibition
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that takes place in the country. He then gives the lecture «Surrealism and Painting» in the Alpha and Omega Society. The painter is linked to the movement of the «Surprised Poetry» whose supporters proclaim the slogan art with the universal man. –At the National Gallery also have solo exhibitions José Rovira (Spaniard) and Ernesto Lothar (Austrian of Jewish descend). 1944. Centennial Year of the Republic. –Second Biennial Exhibition is held, participating 26 artists such as Federico Izquierdo, Manolo Pascual, José Vela Zanetti, George Hausdorf, Joseph Gausachs, Darío Suro and Antonio Prats-Ventós. –First Fine Art traveling exhibition runs through several cities in the Cibao region, showing paintings of Celeste Woss y Gil, Darío Suro, Yoryi Morel, Federico Izquierdo, Juan Bautista Gómez, José Gausachs, Marianela Jiménez and Gilberto Hernández Ortega, among others. 1945. The government sets the annual Grand Award President Trujillo for graduating students of the National School of Fine Arts. Gilberto Hernández Ortega and Luis Martínez Richiez get awards in sculpture. –Retrospective exhibition at the National Gallery of maestro Enrique García Godoy, comprises more than 200 works, among them, water-colours, drawings, studies and paintings. –José Vela Zanetti was appointed professor of the School of Fine Arts. –Painters George Hausdorf, Eugenio Fernández Granell and Vela Zanetti hold individual exhibitions at the National Gallery. –Mario Grullón, a «Yoryi Academy» student presents his work at the school’s annual exhibition in Santiago de los Caballeros. 1946. Gilberto Hernández Ortega holds his first solo exhibition at the National Gallery, exhibiting drawings and paintings. –The 3rd National Visual Arts Biennial brings together a selection of 62 works by 22 artists. The jury 339
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awarded prizes to Darío Suro, Vela Zanetti, Manolo Pascual, Antonio Prats-Ventós, Luis Martínez Richiez and George Hausdorf, among others. Exhibition of the posters contest promoting the Dominican Republic with the theme of national typical clothing, where Eckert Mariano was awarded the first prize. José Gausachs serves as sub-director of the National School of Fine Arts. 1947. Darío Suro holds solo exhibitions at the National Gallery and the Society The Progressive of La Vega city, after returning from Mexico, where he was living. He was appointed General Director of Fine Arts. –Luis Martínez Richiez installs what is considered to be the first solo exhibition by a Dominican Sculptor. 1948. The 4th Biennial Exhibition of Art is recorded with the participation of 23 authors of 67 selected works, which had negritude as main topic. Works of Antonio Prats-Ventós and Vela Zanetti were highlighted. –Yoryi Morel was appointed subdirector of the National School of Fine Arts, after a trip to the United States, invited by the State Department. –Antonio Prats-Ventós holds a personal exhibition. 1949. Clara Ledesma shows her first art exhibition as part of a collective of 10 Dominican women painters who attend in Brazil the Río de Janeiro’s Women Exhibition. She obtained an Honor diploma. –Second solo exhibition of Gilberto Hernández Ortega. 1950. Jaime Colson returns home after living many years abroad (Spain, France and Mexico). The government appointed him as General Director of Fine Arts. –Celebration of the 5th Biennial of Art where 80 works out of 47 authors are presented, including Ada Balcácer, Mariano Eckert, Joseph Gausachs, Mario Grullón, Gilberto Hernández Ortega, Federico Izquierdo, Marianela Jiménez, Clara Ledesma, Sunday Liz, Yoryi Morel, Guillo Pérez, Eligio Pichardo, José Vela Zanetti, Martínez Richiez, Manolo Pascual, Prats-Ventós, Nidia Serra… 340
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The rise of national arts kept pace during the period 1950-1960, characterized by political exaltation and setbacks faced by the tyranny of Trujillo. The artistic history grows with the new and diversified generation of visual arts creators; with five recorded official biennials, Arts reviews published in newspapers, and the encouragement of individual and group exhibitions planned by government institutions, schools of Fine Arts, the National Gallery, the Dominican Party, Cultural Centers (Alliance Française and Dominican-American Central), group movements as National Artists’ Circle, the Nucleus Ábside that promotes modern Catholic art and Group Four, which include Jaime Colson, Joseph Gausachs, Gilberto Hernández Ortega and Clara Ledesma, pioneering nucleus that emerged in 1954. The artistic boom includes private places that promote exhibitions like the Studio Ledesma’s and Gallery Aufant’s, representing novelties as the new names of sculptors, artists and painters: Paul Giudicelli, Mario Gaspar Cruz, Silvano Lora, Ada Balcácer, Fernando Peña Defilló, Sunday Liz, Guillo Pérez, Eligio Pichardo, Hilario Rodríguez and Antonio Toribio, which add up to the most recognized: Yoryi Morel, Celeste Woss y Gil, Jaime Colson, Darío Suro, Prats-Ventós, Hernández Ortega, Martínez Richiez… They are all leading figures in individual shows, exhibiting their works in new collectives, and obtaining awards in Dominican biennials and in international competitions. The construction and opening of the Palace of Fine Arts, built on a block with gardening, with colossal sculptures set by Prats-Ventós and large murals by Vela Zanetti, define a style revival of neoclassical architecture, that rigid dictatorships use as a sign of political grandeur in many Western capitals; «Ciudad Trujillo,» name given by dictator Rafael Leonidas Trujillo to the First City of Santo Domingo, is a clear example of the latter. The opening of the Palace of Fine Arts in 1956, was part of the celebrations of the 25th anniversary of the «Trujillista Era» in (1955). The anniversary was held in a set of
buildings that housed the «Fair of Peace and Fraternity of the Free World,» opulent celebration that marked the decline of the regime. In successive years, the dictatorship faces armed invasion of exiled opponents, the outbreak of conspiratorial activities, the opposition of the Catholic Church, conflicts with several American countries that generated diplomatic breakups and the economic sanctions lead by the United States. In May 1961, a plot produces another historic tyrannicide, with the result of a rapid change in the nation, when civil liberties and participatory democracy were restored, bringing forth new times. The emergence of civil, business, militant and political associations, all free from nepotistic authoritarianism, are dynamic centers of five years during which appear various governmental forms (the Balaguer mandate, Council of State, Bosch Constitutional Government and de facto Triumvirates). Gubernatorial forms as the tenure in office of President Balaguer, considered Trujillo’s last proxy (1960-1961), the formation of a Provisional State Council (1961-1962), Juan Bosch mandate by electoral vote (February-Septembre,1963) overthrown by a coup by right-wing sectors and the de facto regime that integrate several Triumvirates (1963-1965) facing social conflicts and guerrilla uprisings, culminating with the revolution of April 24 in the capital city, and the second U.S. military intervention. Despite the instability brought by many governments and the aftermath, the democratic experience manifests initiatives and measures both official and private. The granting of autonomy to municipal councils, industries and state institutions, became a breaking point to the government monopoly that allowed private sectors to undertake cultural, business and financing initiatives. From the private sector emerged Development Association in Santiago de los Caballeros (July 6, 1961), whose members undertook the patronage of the Higher Institute of Agriculture, Health Center of Santiago, Cibao Association of Savings and Loan, Banco Popular 341
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Dominicano and Universidad Católica Madre y Maestra in 1962. The «Banco Popular Dominicano» established as a company in August 23th, 1963, is historically the first national bank with equity capital authorized by the Monetary Board to begin operations in that year. The political crisis that triggered the coup against the constitutional government of Juan Bosch, determined that its inaugural opening were held in a modern building in the Colonial Zone of Santo Domingo, on January 2, 1964. The «Bank of Alexander,» as it began to be known, given the passionate charismatic character of the manager, Alejandro E. Grullón Espaillat, featured a Promotion Board constituted by entrepreneurs from all major regions of the country. In October 1964, it had branches in Higüey, Moca, San Francisco de Macorís and Santiago de los Caballeros. Alejandro E. Grullón Espaillat was one of the Santiago natives who supported the idea of Bishop Hugo Eduardo Polanco Brito to establish the Universidad Católica Madre y Maestra, founded by the Dominican Episcopal on September 9, 1962. It became the first private institution of higher education, stimulating a new cultural takeoff for the Cibao region, the nation and city overlooking the Yaque river, where the tobacco company «La Aurora,» founded in 1903 by Eduardo León Jimenes, expands its cigar production with brands of cigarettes. It is an equity capital family business that has the initiative to foster a national art competition of a private nature, starting in 1964. Two official biennials were held during 1960-1965: the tenth edition (1960), whose jury awarded Paul Giudicelli and Eligio Pichardo in painting, Omega Carmen Peláez and Mario Gaspar Cruz in sculpture, and Leopoldo Pérez (Lepe), a special drawing prize. The eleventh edition was recorded three years later (1963) with the following awards in painting: Paul Giudicelli, Clara Ledesma, Darío Suro and Guillo Pérez. Also, these awards in sculpture: Antonio Prats-Ventós, Luis Martínez Richiez
and Julio Susana. Clara Ledesma and Jaime Colson obtained a recognition in drawing. Lepe, Omega Peláez and Susana are emerging artists during the five year period we are focusing on. Some of the artist associated with that time are: Aquiles Azar, Iván Tovar, Elsa Núñez, Ramón Oviedo, Cándido Bidó, José Rincón Mora and Soucy de Pellerano. Almost all of them attend the First Annual Contest sponsored by «La Aurora»; under the auspices of an emerging family patronage that also breaks the monopoly of official competitions concentrated in the nation’s capital. Paul Giudicelli, Guillo Pérez, Martínez Richiez, Gilberto Hernández Ortega, Mario Gaspar Cruz and Clara Ledesma are all honoured experienced authors, while the new ones, such as Omega Peláez and José Lepe Cestero, were recognized. On April 24, 1965, there is a revolt by two military garrisons, receiving massive support from civilians mobilizing in the capital city. The rebels revoke the Triumvirate presided by Donald Reid Cabral, naming José Rafael Molina Ureña Constitutional President, in a ceremony held at the National Palace on April 25. The Governmental headquarters were bombed by military aircraft opposed to those events, ushering the formation of two gubernatorial sides: the reactionary one, chaired by General Wessin and Wessin, and the constitutional one, headed by Colonel Francisco Alberto Caamaño Deñó. The accusation of the Embassy of the United States of Communist infiltration in the ranks of the revolutionaries brought about an American military intervention, expected since Trujillo’s assassination. The intervention barricaded the revolutionaries in the colonial centre where they fought, repelling the enemy’s firing and bombings, and the attempt to control the rebellious Dominicans. War, national honour and artistic production join together in a heroic deed where poets, musicians and painters contributed and used their work as a manifesto. In the revolutionary sector were Jaime Colson, Gilberto Hernández Ortega, Silvano Lora, Ada Balcácer,
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Leopoldo Pérez, Ramón Oviedo, Justo Susana, Asdrúbal Domínguez, Virgilio García, Cándido Bidó, Soucy Pellerano, Elsa Nunez… In addition, to the major lyric voices of our poetry. The intermediaries under the leadership of the Apostolic Nuncio Clarizzio Emmanuele sought and obtained a peace agreement between the sectors in conflict, agreement that caused Hector García Godoy’s interim government, the departure of Caamaño Deñó, and national elections, which allowed the victory of Joaquín Balaguer, a long time politician who traveled from North America to the country, amid the turmoil. Promoted as a «Peace Candidate» and sponsored by the U.S. government, the former president and Trujillo proxy initiated a mandate supported by the Reformist Party, and characterized by economic and political control, developmentalism and persecution of opponents. Balaguer served 12 consecutive years since he was sworn in as president in 1966. During Balaguer presidency, from 1962-1978, the visual arts continue to evolve with calls for the Eduardo León Jimenes Contest, including the names that complete the artistic generation of 1960 and the link with the names that emerge during the 1970s, mostly graduates of the National School of Fine Arts, as well as those related to the schools and teachers in the provinces of Santiago, San Pedro de Macorís, Puerto Plata and La Vega. The phenomenon of cultural groupings, includes professional and novice artists. The grouping determines the impetus given to photography and graphic arts, independent contests of collective and solo exhibitions, as well as discussion on the mission of art as ideological engagement or independent exercise, which is to say «art for art’s sake.» Art collecting is driven to new venues such as private companies and the emerging middle class tied to governmental power and the public-works program aiming at transforming many cities. If some master plan draws attention, this is defined by multifamily buildings, large and new avenues, creating a cultural space library, 343
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museums and great theatre, with Santo Domingo as the fundamental hegemonic city, even when other provincial cities are not excluded from the public-works program. Regarding the appreciations already discussed, below you will find a summary of the main events associated with the ongoing artistic endeavours. –The generation of 1960, whose first group have been cited (Bidó, Lepe, Elsa Núñez, Oviedo, Tovar…), in addition to those who display their work in collective or individually exhibitions between 1966-1970: Antonio Guadalupe, Norberto Santana, Félix Brito, José Perdomo, Virgilio Méndez, José Ramírez Conde, José Ramón Rotellini, Rosa Tavárez, José Félix Moya, Roberto Flores, Vicente Pimentel, Adolfo Piantini, Justo Susana, Geo Ripley, Julio Susana, José Miura, Adolfo Piantini, Amable Sterling… –In 1970, the following artists are added: Dionisio Blanco, Rafael Amable, Barón Arias, Luis Bretón, Carolina Cepeda, Lora Thelma, Carlos Hidalgo, Freddy Javier, Ramiro Matos, Said Musa, Fernando Ureña Rib, Julio York, Hugo Mata, Willy Pérez, Cuquito Peña, Francisco Santos… –This grouping phenomenon gets its drive from the movement «Art and Liberation,» which Silvano Lora headed in the early 60s, and also with the arts exhibition of the group «The Three,» associated to Cándido Bidó, Elsa Núñez and Leopoldo Pérez (Lepe). During the following five years period there is the emergence of distinct groups like «The Fist,» «The Mask» and «The Torch,» which includes writers and painters. «Projects» is another group composed of professional and emerging artists: Peña Defilló, Domingo Liz, Ada Balcácer, Mario Gaspar Cruz, Ramón Oviedo, Félix Gontier and Thimo Pimentel, which appears in 1968, date when students from Universidad Católica Madre y Maestra join in together, founding the group «Friordano» integrated by Daniel Henríquez, Frinette Torres, Danicel, Orlando Menicucci and Nonora Fondeur. In Santiago, Wilfredo García and Julio González lead «Thursday 68,» a group 344
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of photographers that promotes contemporary photography as a movement that adds many new artists of the lens: Domingo Batista, Pedro José Borrell, and Vitico Cabrera, as well as experienced independent photographers like Santiago Morel y Apeco, Ted Jiménez, and even young people like Martín López and Jorge Morel Abdala; all of them defining a different path to Dominican photography. New groups are created in the following decade (1970): «Atlante,» headed by Alberto Bass, «Reflections,» and figuring Rosa Tavárez and Freddy Javier as members, «The Six,» integrated by Alonso Cuevas, José García Cordero, Manuel Montilla, and Alberto Ulloa, among others. In Santiago arises «Sinople,» another college student group, including Carolina Cepeda and José Mercader among the members. «The Mask,» a group which includes Aquiles Azar, Freddy Ginebra, and Ángel Hachée, as well as the Friordanos group and «Thursday 68,» organized nationwide competitions with institutional support from organizations such as the Catholic University of Santiago. In this community, the sponsorship of the León Jimenes Group, resumes the contest that was interrupted due to the conflicts of 1965, recording seven other annual editions from 1966 to 1972. Artists of different generations are rewarded several times: Guillo Pérez Peña Defilló, Domingo Liz, Ramón Oviedo, Cándido Bidó, Aquiles Azar, Vicente Pimentel, José Cestero, Delia Weber, Soucy de Pellerano, and also newly awarded artists: Rosa Idalia García, Asdrúbal Domínguez, Thelma Lora and Virgilio Méndez. After nearly ten years of not having official competitions, the City Hall of the capital organizes the First Biennial of Santo Domingo, which was supposed to be inaugurated on May 1st, 1972, but political disagreements between the Mayor and President Balaguer, prevented holding the exhibition more than once, although the selection of artists and the names of the winners was announced. To compensate, the government decided to
host the XII Biennial (August 1972) and afterwards the thirteenth edition (August 1974). The winners of the 1972 biennial were: Gilberto Hernández Ortega, Soucy de Pellerano, Domingo Liz, Luichi Martínez Richiez, Cándido Bidó, and Vicente Pimentel. In the 1974 Biennial, the awards recognized Ramón Oviedo, Orlando Menicucci, Jorge Severino, Manuel Montilla, Francisco Santos, Aquiles Azar, Luichi Martínez Richiez, Domingo Liz, and Ramiro Matos. The Dominican College of Fine Artists was founded in 1977, CODAP, promoted by a steering committee formed by Alberto Bass, Freddy Javier, Freddy Rodríguez, Juan Medina, and Ramón Oviedo, among others. Guillo Pérez served as the first president of the new school. This private initiative sponsored significant events: the APEC Art Festival, aimed at encouraging and recognizing creativity in children (1970); Royal Bank of Canada Competition, aimed at young painters (1974-1975), the «Independence Contest,» sponsored by Casa de España de Santo Domingo, recording several editions, with the following artists obtaining remarkable awards: Peña Defilló, Guillo Pérez, Daniel Henríquez and Shum Prats (1975 contest), Jorge Severino and Alberto Ulloa (1977 contest), Elsa Núñez, Rosa Tavárez, Dionisio Blanco and Tete Marella, among others (1979 contest). Commemorating a decade of academic history, the Universidad Católica Madre y Maestra organized «Expo-New Image: 10 avant-garde artists,» collective exhibition in which participated Ada Balcácer, Peña Defilló, Lepe, Domingo Liz, Félix Gontier, Prats-Ventós, Soucy de Pellerano, Rosa Idalia García, Adolfo Piantini, Danicel, Daniel Henríquez and Geo Ripley. The exhibition was displayed in the modern building of the University Library J. Armando Bermúdez, which became memorable due to the collection of works of sculpture, drawing, installation and painting. The construction of «Plaza de la Cultura Juan Pablo Duarte,» located in Santo Domingo, was a significant event in the institutional history of arts and education. It
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is linked to President Balaguer’s major public-works program. Three museums, a library, the National Theatre and the Gallery of Modern Art were built in a spacious area with gardens, sculptures and fountains. The Art Gallery was opened in December 1976, presenting various collections such as the selection of E. León Jimenes’s Contest awards, the monumental size sculptures «Forests» by Antonio Prats-Ventós and loans from arts collectors such as Jesús Hernández and Franz Naescher. One month after the inauguration, almost 40 thousand spectators had visit it. A contentious electoral process due to political debates, intrusions of the military and the attempt of avoiding the transfer of power, did not prevent the end of the 12 years of Balaguer’s Reformist party. The candidate of the Dominican Revolutionary Party, Antonio Guzmán, was elected president and sworn in on August 16, 1978. The ruler’s suicide near the end of the presidential term, determined that Vice President Jacobo Majluta became the president in 1982 until the next elections, which turned Salvador Jorge Blanco into the third PRD president during 1982-1986. The period was characterized by internal party conflicts, economic crisis, the International Monetary Fund intervention, and street riots which produced a violent outcome. Joaquín Balaguer returned to power when national democracy was starting to take hold, ruling a ten-years term (1986-1994). His presidency was characterized by some political tolerance, the return of large public works constructions and the allegations of electoral fraud during elections of 1990 and 1994. The two political parties contending were: the Reformist Dominican Party and the Dominican Revolutionary Party, already fractured by Juan Bosch who founded a second militancy, that of the Dominican Liberation Party. In 1996, Balaguer remained president of the country, although his government was reduced to two years by conflicts that ended up producing a «Pact for Democracy,» mediated by the Catholic Church. The elections in that
year faced the «PRD and the Patriotic Front,» an alliance between the Dominican Liberation Party and the Reformist Party. Their candidate, Leonel Fernández, won the 1996 presidency, ruling from 1996 to 2000. During the last twenty two years of the twentieth century, the endeavor of the visual arts shows increasing continuity with the emergence of two generations of artists, that of 1980 and of 1990, offering the former an organizational and militant collectivism that created interest in critics from the media and the many galleries. The 1980 period involves the boom of the arts, which entails the responsiveness of a larger market of collectors and the appearance of promoting cultural spaces. Casa de Teatro, the Hispanic Culture Centre, the Volunteer of the Royal Houses in Santo Domingo, the Cultural Centre Ms. Ercilia Pepín, and Art House Inc., in Santiago de los Caballeros, represent new spaces that scheduled different activities, including educational workshops or formal art education, like in the case of Santiago’s’ cultural centre. In the 1980s, two noteworthy events are recorded: the founding of Artists City of Altos de Chavón, with diverse programming that includes a School of Design linked to Parsons School of Design in New York City. The other major event is the celebration of the First Symposium of Sculpture of Santo Domingo, which brought together local and international artists of the tridimensional art, working in the gardens of the Gallery of Modern Art. The event was supported by institutions like Banco Popular Dominicano. University institutions are not alienated from art events, nor the national government, with its biennial and the Gallery of Modern Art. Neither the banking and industrial business, which increase in various ways the support to the artistic culture in general, establishing foundations like the enclave of Altos de Chavón in La Romana, and the Eduardo León Jimenes, in the city overlooking the Yaque river, where the Bishop starts the Santiago’s Cultural Plaza Project, in the center of the city. Anthological exhibitions of historical or modern nature and retrospectives are framed as a phenomenon with little
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precedent in the process of the aforementioned decades, during which it is also generated the rise of bibliographic catalogs, monographs and history of arts and artists. In addition, in the Dominican map one can clearly notice several local places with art tradition: Bonao, La Vega, Jarabacoa, Santiago, Puerto Plata, San Cristóbal, Moca, La Romana, San Juan de la Maguana, San Francisco de Macorís and San Pedro de Macorís, celebrating the centenary of its foundation with various events, including a painting contest. The return of the national biennial ordered by President Guzmán and its new exhibition ground, the Gallery of Modern Art, accomplishes three editions between 1979 and1984, with the inclusion of new competitive categories (photography, printmaking…). Since 1981, the restored E. León Jimenes contest shows steady progress, becoming a biennial competition which holds ten new editions until 2000. With the fluctuations caused by governmental changes and the dependence on presidential decrees, the national biennial records five editions between 1990 and 1999, transforming its content, since its name change (Biennial of Visual Arts) to the organization of their bases, increasing from five to nine categories. A new event is added to the aforementioned: the Drawing Hall, established by gallery owner Mildred Canahuate while directing the Arawak Foundation. With several exhibitions between 1991 and 1993, the show became an international event since 1995. If the founding objective was to promote and recognize drawing’s autonomous dimension, the goal was to achieve it with the installation of a specialized museum. All competitions granted awards to recognized creators (Bidó, De Pellerano, Cestero, Richiez Martínez, Hilario Rodríguez, Rosa Tavárez…), almost all the awards recognize many names of the new generation of the 80s and 90s, as Hilario Olivo, Tony Capellán, Jesús Desangles, Jorge Pineda, Raquel Paiewonsky, Maritza Álvarez and, among others, Raúl Recio. Some of them are deserving of the awards given in the First and Second Biennial 347
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of Caribbean and Central American Painting, promoted by the Museum of Modern Art, the new name of Gallery Plaza de la Cultura. Because of their programmatic nature, the national exhibitions contests became far-reaching public events, also obtained by a variety of exhibitions such as: «Art since Independence 1844-1969,» organized at the National Gallery (1982), «100 Years of Dominican Painting, Continuity and Rupture,» centennial exhibition of Brugal & Co. (1888-1988), the sequential samples «In Search of the Roots of Dominican Art,» organized by Club Art in 1992 and 1993, and among others «Anthology of Santiago’s XX Century Art,» consisting of four sequenced samples in 1996, organized by the Santiago Board, showcases in the Town Hall and in Santo Domingo with the support of Banco Popular Dominicano. This is the first bank sponsoring in New York at the Collective «Contemporary Dominican Art,» The Sing Gallery, with works by Gaspar Mario Cruz, Eligio Pichardo, Domingo Liz, Silvano Lora, Paul Giudicelli, Ramón Oviedo, Peña Defilló and Rincón Mora. The retrospectives were the preamble samples of Gilberto Hernández Ortega, Yoryi Morel, respectively in 1978 and 1979, subsequently adding Jaime Colson, Darío Suro, José Vela Zanetti, Silvano Lora, Ramón Oviedo, Luis Desangles (Sisito), almost all of them with careful editions and catalogs, plus copious monographs about artists and national art history. The crucial year 2000, the border between two centuries, one that ends and another that is born, drags the maelstrom of events of recent decades (1980-1990), as vulnerable as the extension of one single insular junction –own and near– already incorporated to global relations and universal links. Such confluence takes place in a country that fluctuates with two economies, that of the agricultural land and the urban industrial and commercial one, both dual and contradictory at the same time, as the national condition dependent of new neocolonial forms. Opulence and social deprivation, conservatism
and renewed liberalism, social awareness and reactionary anachronisms, pessimism and hope, they all are shadows and lights. These elements enlighten those who believe and feel the Altagracian homeland, familiar, tricolour and Trinitarian which was revamped with the discussion on our modern Dominican democracy years ago (19611964), years in which actions and foundational dreams emerged, as Banco popular, which rises with credible credentials similar to the erected Architectural Tower with colossal duplication of the ancient Cordón door, work that was executed by Pedro José Borrell, and inaugurated in 1992, and since that date called the «Popular Tower.» In this building, they exhibit and intimately collect the bulk of its Art Collection. In all the territorial branches where Banco Popular offers its reliable and diverse services, is shown the miraculous icon of the Virgin from Higüey. The Altagracia Province and its basilica, become annual route of offerings and sponsorship of the banking family headed by charismatic entrepreneur Don Alejandro Grullón who, incidentally, is the promoter of the collection of drawings, sculptures, photographs and paintings that summarizes the book «Art Treasures of Banco Popular Dominicano,» authored by Jeannette Miller, renowned academic, critic and historian. Marc Van Troostenberghe is responsible for the photographic reproductions, with bilingual edition, printed in full colour in 2001. It is the only collection treasured by a private institution that was made public through a book and sample exhibition held at the Museum of Modern Art in 2002. The accumulation of Dominican art takes place in a similar fashion as the story of the Popular Financing Group created by Don Alejandro Grullón, considered the father of Dominican banking, as private entity and foundational milestone that marks the differentiation from gubernatorial and foreign banks with branches in the country. It is composed of multi-bank companies, credit business, real estate, monetary shares, and various financing services, including institutional policies, the
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Popular Group has an international projection, spreading to various American locations: New York, Panamá, Puerto Rico, Grand Cayman, Haiti… The scope of the banking group have been treasured as institutional experience of growth and development in the contemporary evolution of our nation. Alongside a historical institutional framework, full of actions and financial concretions essentially intangible, also the extent of the capital or tangible assets, such as monetary capital and the network of edifications that identify the Banco Popular Dominicano. The tangible and intangible are found as coordinates that define effectively the mission of Banco Popular Dominicano not only as a financial venture, but as a type of multiplied initiative which includes forestry efforts, support of cultural values, steadfastness in the Altagracian faith, and favoring education in general: academic, civic, sporting, educational, recreational and art in all its expressions. Archeology, popular and symphonic concerts, architecture, ballet, museum, bibliography, folklore, music, visual arts, moving art like the film camera or static like drawings, sculpture, photography, printmaking and painting and the art of recycling. Sponsorship of exhibitions by notable Dominicans artist and art collecting by the bank allows us to recognize that in any space occupied by the Popular Group there is a place for Dominican art, consecrating itself as a sponsorship zone that includes the reproduction of the Altagracia’s icon from the sixteenth century. Here is the testimony of Alejandro and Manuel A. Grullón: «Attached to the service philosophy and the origins of Banco Popular Dominicano, which date back to 1963, has always been the strong commitment to contributing to the development, diversification and dissemination of the arts, as well as support for the Dominican talent initiatives in its many manifestations. The present work is a powerful symbol of the trust by the bank in our artists, whether consecrated or young people, across a fertile path of financial success and invaluable services to the community. Art is, said Constantine Cavafy, what artists
do. And Banco Popular has been characterized by supporting and exalting Dominican art and its protagonists, visual artists.» (Presentation «Art Treasures of Banco Popular Dominicano,» p.2001). The firm steps of Mr. Alexander, his religious faith, led him to undertake the 1,500 faithful reproduction of images of the Virgin in the likeness of the one at the Basilica of Higuey, especially blessed by Pope John Paul II at the Vatican. To make that reproduction a special permission was gotten, never granted before, since they had to remove the original piece and photograph it with great care to not affect the historical relic, not only due to the antiquity of the sculptural piece, but to its Christian significance. More than a thousand works acquired with the assistance of Justo Liberato, curator and custodian with long cognitive experience of Dominican visual arts, are part of the artistic treasure of the bank, treasure which lend itself to conceiving different anthological gazes. The one which breaks down the themes of landscape, of costumbrismo, of monumental architecture, the still life and the human figure; Another one linking the topics: space, time, body, drama and myth, which defined the inaugural exhibition of Perelló Cultural Center (Baní, September 2011), an exhibition titled «Linked Fields,» consisting of a selection of works loaned with the support of Manuel A. Grullón, Chairman of Banco Popular. Yet other gazes can be supported by a teacher and his disciples: Jaime Colson, José Ramírez Conde, Virgilio Méndez and Ureña Rib, among others. Also on the subjects of drawing and sculpture, and about teachers as Guillo Pérez, Yoryi Morel, Mario Grullón, Plutarco Andújar, Ramón Oviedo and with abundant and select works in the banks’ treasures. The many ways of looking at the collection offer other issues: the set of foreign authors who join Dominican art history, including Manolo Pascual, George Hausdorf, Augustín Masiá and Vela Zanetti; the look at the Cibao painters defining the code to Santiago schools, the topic
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of the masters of modern art and emerging youth…. Anyway, as the saying goes: «There is plenty of fabric where to cut» in the extraordinary collection of the Banco Popular, amassed during half-century history of sustained patronage. In our case, the argumentative gaze of a Dominican art historian, does not consist of a sequential tracing of generations in ascending and successive periods, but in the perspective that allows us to discern those generations based on the specificities of the works of different creators in differentiated contextual periods. With our selective perspective we aim to demonstrate that there is a relationship between artists, created works, history and the treasures of Banco Popular, from the precursory representation of a 1900s icon, «The Moor» by Arturo Grullón, synchronizing later on the decade of 1920, where the youthful self-portrait of Morel Yoryi heralds a modern painter with distinct works during his productions from 1930 to 1979, the date of his death. We don’t visualize this master’s paintings in a single or unique gaze with generational inscription in the third decade of the twentieth century, but in relation to works by other artists who, like him, expand the topics or reorient the discursive styles, as in the cases of Celeste Woss y Gil, Hernández Ortega, Guillo Pérez, Ada Balcácer… This way we find generational interrelationships and pronounced dissent between established teachers and emerging artists, and from the emblematic works of each other. With this visual dialogue, we try to demonstrate the dialectic plurality as well as the unity, recognizing the overall flavour of Dominican art that recreates the landscape and the native population, forest and flora, racial distinctions, still life and many signs of our antillanía or Caribbeaness. Dominican Republic ‘s art is a creation tree with many branches, blooms, seeds, sprouts and a wide shadow that does not block the tropical light, nor suppresses the hurricane winds, neither the ineffable time of our national life. 350
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From a pioneer course… Five decades of art A 1900’S MASTERPIECE: «THE MOOR» BY ARTURO Grullón JULIA Arturo Grullón Julia was born in 1869, in Santiago de los Caballeros, a village from Cibao where he spends his first years of family preparation and schooling. At a youthful age he moved to Santo Domingo, pursuing a higher preparation. José María de Hostos was his teacher at the first Teacher Training School in the country. He also took Drawing and Painting classes under the guidance of José Fernandez Corredor, a Spaniard painter and creator of one of the first Academies opened in Santo Domingo. Graduated in 1884 as part of the first group of Teaching trainees; he received the following year, 1885, an award on an art exhibition. This very fact placed him as part of the national art precursor generation. In light of his strong inclination for painting; he was sent to France at age 17, to study at a well-known institute in Paris. His leading professor was the painter F. Domingo. From this fact might derives the conclusion that, the anatomy studies included on his artistic studies, ushered him to a medical vocation, his raison d’être side by side with the pictorial one. Arturo Grullón started Medicine studies at age 25, attending different university institutions in Alger and Paris from 1894 to 1902 but never abandoned his artistic production. Proof of that is his painting «The Moor» awarded first prize on a Parisian exhibition in year 1900. «The Moor» is considered a masterpiece due to its technical realization, its thematic exoticism and its preponderance compared with relevant historical pieces from other Dominican authors, as well as among the Banco Popular art treasures. It is a categorized portrait of an executed arabic man, during the painter’s Algerian period around 1897, date of a «Algerian landscape» in
which, easy and precise brush-stroke prevails. In «The Moore such commands flow, defining physiognomy, gesture and a mannish body pose, a very tanned face and a beduins costume crowned with a turban. The chiaroscuro surrounding the figure, give strength to the composition’s main plane, where the ability in using the pastel spectrum on its own way, remind us of Eduard Degas, the exceptional Impressionism’s master. Arturo Grullón grew as a painter during the French Belle Epoque period. FIVE REPRESENTATIVE PAINTINGS FROM 1923-1939 With the exequátur received in 1903, Arturo Grullón started practicing a s a doctor in Santiago city, marking the start of the Dominican surgery, working with patients with organic deformations, to whom he used to take pictures before and after treatment. Filomena Amalia Grullón Rodríguez Objío, his wife since 1909, assisted him with the corrective scalpel. When Arturo Grullón graduated from Gynaecology in 1925, still grumbled about the lack of time to focus on painting. At that point on time, the members of the Postumist literary movement, declared their opposition to the European art in general, advocating for a local art based on insular features as the light sparks. Juan Bautista and Celeste Woss y Gil; two educated artists, take on the educational work in Santo Domingo and Santiago, where Jorge Octavio Morel (aka Yoryi) was a novel revelation on the artistic field. The three were pre-dated by Abelardo Pineyro García, who was born on the contradictory period of the Spanish annexation. Yoryi Morel’s paintings including various self-portraits; a Juan Bautista Gómez landscape entitled «Casas de la Calle Sánchez,» and Celeste Woss y Gil’s «Retrato de Mujer,» conform the 1923-1939 period representative group of painters and pieces. Included as well, «Bodegón» by Abelardo Piñeyro, created most probably sometime on the 1930 decade. 351
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Yoryi Morel. Was born in Santiago de los Caballeros in studies academy, becoming at the same time a professor 1906. Sin his early years showed strong vocation for music and painting. At the age of 9, in a hut on his family house backyard he called «The good fortune,» he created a hand made magazine containing his own little drawings. In 1922, he was 16 years old, painted «The Carpenter» one of his firsts oil painting. In 1923 starts «Self-portrait» a mixed media drawing completed by 1927, same year of his first «Don Toñe,» a portrait of a well-known homeless person. It is shown on the First National Fair of Agriculture, Farming, Industry and Art, held in Yaque city. Since he refused to pursue university studies, his mother give him her own bedchamber, transform in an Atelier, so he can multiply his pictorial production. In the early 1930’s he is discover by a journalist from Santo Domingo. By Octuber, 1932, already enjoys his first individual exhibition at «Nosotras Club,» introduced by the poet Tomás Hernández Franco, who stated: «Yoryi is not a promise. Yoryi is a painter who confirms whatever implies that word of categorical and high». «Self-portrait» 1923-1927. The charcoal drawing defines the painter’s outline at his 17 years old. The youthful face, looking straightforward to us, still affable. The beret defines the the artist’s time, his body tilted, carry in a helmet and sword fashion, a huge palette and a large pencil. A frame at his back. Lights and shadows in watered sepia, seems to justify two different times of realization as the years mark show, as well as the two different signatures in italic: J.O. Morel and Yoryi. Morel. «Self-portrait 2,» no date. Oil painting. The painter’s image youthful as well, may be in his 20’s. A juicy palette in a wide tonal range of shades. The artist express what we might call as a reiterative self-perceptive stance.
Juan Bautista Gómez. Was born in Santiago de los Caballeros in 1870. Drawer, sculptor, photographer and painter; in his youth execute the Evangelist medallions for his native city Church. Then he left for Puerto Rico and later on travels to Paris where he is appointed as a Consul. Back to Santiago, he establishes an artistic
at the Secondary School and the School of Arts and Professions. From these institutions, he gives an impulse to the local artistic pictorial tradition. «The Sánchez Street Houses,» no date. Small format painting accredited to «The Lion» as the bachelors used to call the renowned professor who, at the times, stablished strong links with Yoryi Morel. Most probably Bautista breed into Yoryi the experience of outdoors painting. It is accepted that both artists even painted same themes, as in the case os this piece, «The Sánchez Street Houses,» very similar in composition, colours and luminous palette. In the forefront, the yellowish ground street; in the background, the partial representation of two shacks, zinc pitched roofs, different on angle and size. The biggest one, in masonry and three green doors; Also green is the wooden house with two open doors, eaves and air vents. This was the cabin where Yoryi had his pictorial atelier. Despite the paintings similarities, even if both were crowned by tree foliages and is visible the triangle of a third house roof; both pictures differ on the signature. One is signed by Yoryi with no date of production. The other one has no signature nor date. Master Gómez, often omitted to sign his pieces.
Celeste Woss y Gil. native from the capital city, Santo Domingo, was born in 1890. She was the daughter of a cultured man, enthusiastic for the arts and former President of the Republic who, in 1903, leave to the exile in France with his wife and three children. They live in Paris for nine years. The Woss y Gil family transfer to Santiago de Cuba, allowed the two daughters, Ana María and Celeste, get into the city’s Academy of Painting. Celeste Woss y Gill travels to New York to broaden her formation at The National Academy and The Art Students League in 1922-1924. Then, goes back to her native city, and opens an Art Atelier. There, she exhibits her paintings and starts her work as an art teacher. She
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was the first woman with an strong pictorial personality and a very influential exercise as a long time educator. Her name shines among the greatest Dominican artists. «Woman Portrait,» 1936. Catalogued under the title «Woman Portrait,» the author doesn’t focus on her model’s face. Instead, from the facial features or the bulky hairstyle and its blond bangs, proposes a composition nearly dividing the painting into two invisible rectangles. The chiaroscuro background exalts the female half-length body, exposed in three corporeal zones: head, neck and thorax, in which an extended chest spot reveals a smooth, great tonality skin, as luminous as her wardrobe, consisting just in a wide, falling double collar. It is indeed, a portrait of a lyric psychological appeal, a barely allowing the perception of its handling of symmetry and the opposed.
Abelardo Piñeyro. (1862-1957). A self-educated artist and a pharmacist, well-known on his hometown, Santo Domingo. His first showing was as part of a 1898 group exhibition, presenting a bust portrait. In 1934 takes part on the Cultural Association Amantes de la Luz, from Santiago de los Caballeros achieving an Honorary Mention. His background as a pharmacist allowed him to produce the colours he will use on his diverse themes paintings, specially for still lives, landscapes and portraits. Often, he was seen carrying his artistic equipments and paint on the street sideways and parks. At the opening of the first Modern Art Hall at the National Museum, during the 1930 decade, one of his masterpieces was included. He is also part of the main national exhibitions from 19401945. In 1943 he shows a retrospective exhibition at the Fine Arts National Gallery, as he was considered already the dean of all the dominican painters, due to his long and productive history as well as his longevity. «Still life,» oil/cardboard, 31x51 cm., no date. On a rectangular table, a great pineapple and seven mangoes are shown orderly. The illumination on the table and the fruits, creates an interesting contrast with the greyish background.
1940 DECADE: NATIVES SIGNS/FOREIGNERS REFLECTIONS Since 1939, different waves of European fugitives escaping war and political persecution from the Spaniard general Francisco Franco and the German fuhrer Adolfo Hitler; disembarked on the country. Educators, writers, foundry workers, journalists, industrial experts, theatre-workers and visual artists were taken in with their families as refugees by the Dominican State and well-known citizens with a benefactor mindset. Around 1939-1940 arrived in Dominican Republic, among many others, the drawer and sculptor Manolo Pascual; the painters George Hausdorf, José Gausachs, José Vela Zanetti and the infant Antonio Prats-Ventós, who will be artistically educated in Dominican land. The presence of Spaniard and German Jewish people will socially broaden the various local activities spectrum. Native signs blend with the refugees reflections, specially in arts and cultural criticism fields. At that time was also relevant the presence of Rafael Diaz Niese, a Dominican aesthetic craftsman and a polyglot well informed about the modern avant-garde European trends. In 1939, several immigrant artists have their individual showings at the capital city. Then, in 1940, a collective exhibition at Fine Arts, portraits pieces of 10 European artists and 6 Dominicans. This was the first time a collective discourse of such a character was brought together to the public attention, including drawings, sculptures and paintings. That allowed to see the diverse ways of looking at reality among the foreigners artistic views and the local artists grabber look. The expressive signs of the natives, versus the reflections expressed by the foreigners, allows to see the different technical and thematic ways of doing. In the other hand, the discovering of the quotidian insularity, both in landscape and racial, pertains to both groups. The art pieces owned by the Grupo Popular, dated from 1940’s decade show coincidences, divergences and personal perspectives of the following artists: George
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Hausdorf, José Gausachs, Manolo Pascual, José Vela Zanetti, Celeste Woss y Gil, Gilberto Hernández Ortega, Yoryi Morel.
George Hausdorf. (Breslau, 1894/Nueva York, 1959) He is an artist of a Jewish origin, already a veteran when he arrived as refugee; becoming the pioneer in founding a private artistic academy in Santo Domingo, in 1939. This very same year had his first individual exhibition and became one of the founder professors of the Fine Arts National School (ENBA). For almost 10 years he lived in the country, traveling through it different regions, understanding the vernacular customs, growing as a drawer, engraving expert, painter and influential master. He had several individual exhibitions, was a relevant name on various collectives and was awarded several prizes on Biennials. Among the Banco Popular Dominicano’s art treasures, 4 of his art pieces can be found. «Seascape,» oil/canvas, 8x60 cm., 1940. Nearly square shaped, the composition features a coastal landscape with a high coconut grove and foliages on a symmetry that establishes a three bands cutting off the sea waves. The horizon appears extremely blue as a borderline between the sea water and a wide open sky with moving clouds of a tonal range that includes a luminous yellow. «Workers at the Harbour,» oil/canvas, 59x89.5 cm., 1940. On an asymmetric, rectangular or oblong composition, four men approach from the coastline where a solitary canoe lies. On one side, a group of buildings crowned by the foliage, underlined by a port trail. On the opposite side, the sea mix up with a wild open sky and a flock of seagulls. It is a landscape in which the light reigns, whitish on the space and over the yellowish sandy soil. «The pedlar woman,» engraving/paper, 15x13 cm., no date. On an aged yellowish paper a scene is captured, in which, a woman is portrayed from the back standing next to a donkey. It is the creole vignette of a pedlar woman in the middle of the street. The backdrop is formed by traditional houses. The painting is boxed by an edge and the artist’s signature. «Faces,»
Nine captures determine the loose composition of same number of gentlemen gathered on a hearing. The charcoal defines the faces and the watercolour underline and dissolve at once the physiognomy of the half bodies featured at different scales. It is well-known the artist’s ability to carry out group portraits in private meetings. The nine faces are proof of his outlining skills. charcoal, water-colour/paper, n.s,
17x20
cm.,
José Gausachs. (Sarriá, Barcelona, 1889/Santo Domingo, 1959). He is «the most experienced and educated painter arrived to Dominican Republic among the political exiles that took part on the Spanish civil war,» as María Ugarte wrote. He left behind his experience as a Master at Barcelona’s Fine Arts, his individual exhibitions, his name listed on Encyclopaedias and masterpieces hanging on various European museums collections. Also, his Parisian atelier in Montparnasse, where he hobnobs with Modigliani, Picasso, Chirico, Apolinaire and Bretón, among others. His first artistic record in Dominican Republic date back to 1941, starting point of a new pictorial militancy with an influential teaching activity at the Fine Arts Nacional School since its opening in 1942. «Composition,» n.s., charcoal/pencil and water-colour/ paper, 59x39 cm.The artist’s relationship with the Pari-
sian ismos and his instinct of do not become attached to them, allows him to create unique pieces with the technique and one or various means. His composition is straightforward and avant-garde, so are the configuring transparent elements as the red fabric, the bullhead and a cartoonish human body. The pictorial resources are praiseworthy on the mixture and, although the piece may be categorized as a drawing, the fact of been produced on paper, allows it to be a painting as well. «Composition 2,» n.s., charcoal, crayon and pencil/paper, 32x25 cm., The artist’s creative imagination allowed him to conceive a composition alien to a possible linguistic description; although some Dada and Surrealistic signs are still visible, specially on the accomplished
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lines and forms automatic calligraphy. «Profile,» mixed media/paper, no date, 27x20 cm. A two planes composition shows a mosaic, reproducing a profile of a Greek-Roman remembrance; informally framed in blue, against a watered sepia squared background in which some blue veins are visible. The drawing is pure and the chromatic tones, warm. «Nudes of a Woman,» no date, charcoal/paper, 76x59 cm. Sketched on steady and fast lines. The author is sharp and caustic while translating the features of a marginalized, angry, brown woman; looked at naked, half-length. «Cottage,» watercolour/paper, 1948, 36x50 cm. A vision of an undefined habitat on a symmetrical composition, presented on on scarce watercolour diluted tones. At the centre, a creole house, side trees and a fence allowing access to some of them. It is an essential nocturnal landscape. The coloured zones underline the atmosphere created by the greyish blue sky and the brown, overshadowed by diverse stains, familiar to the expressionism’ silent fields.
Manolo Pascual. (Bilbao, 1903/Nueva York, 1983). Innate sculptor, at 16 years old was awarded the Honour Medal from the San Francisco Academy in Madrid, where he studied until he received a scholarship to pursue studies in Paris. There he stays for five years (1925.1930). Back in Spain, he competes for the Roma’s Great Prize and receive a tuition to continue studies in Italy. There he has an individual exhibition. A Liberal and Republican, he get involved on the Spanish civil war and as a consequence, is forced to go into exile. In 1939 he arrives in Santo Domingo as a political refugee. This very same year he produces and individual drawings and paintings exhibition, having as a home and atelier, the setting of the San Francisco ruins. Due to his reputation, he takes orders, participates on various national exhibitions and organizes several individual exhibitions. In 1942 he was appointed as the Principal of the Fine Arts National School, position he kept until 1951, when he and his family moved to New York.
An sculptor with a great command of every material to conceive his artwork, his arrival and residency in Santo Domingo allowed him to enrich his tridimensional and pictorial work, as he captured mulatto typology and the tropical nature. «Nude,» oil/papier-mache, 22x28 cm., 1941. A different version of this theme is known, executed on gouache and ink on paper, dated in 1946. The one on the bank collection captures the olive-skinned woman, also sounding out the horizon, sitting near a tableland, part of a greyish blue sky. «Couple and a Horse,» water-colour/paper, lacking measures, 1947. The theme reenact an antiquity idyllic scene. From top of a huge mythological animal, a woman prone over a hieratic man wearing a long tunic. The man from the front, the woman from the back wearing a short attire; long hair; both form a body in minority compared with the resting beast’s bombast, whose profile is connected to four sharp bars. «Athlete,» ink and gouache/paper 12x7 cm., no date. A succinct and precise drawing focused on a young athlete, on sports clothes showing an strong physic in a frontal movement showing up his profile. The dark cadmium yellow pigment, gives total unity to the piece. «Nude,» gouache and ink/paper, 21x29 cm., no date. The artist was obviously attracted by the female model with mulatto features as the one portrayed here. Naked, she is seated on a white fabric showing up her cinnamon demeanour as all her body’s skin. She, at the centre and resolved with a precise stroke, having as a scenery a daylight landscape of land, sea and sky, interpreted with defining and sober spectrum.
José Vela Zanetti. (Milagros, Burgos, 1913/1999). He arrives to Dominican land with so many other exiles, running away from their home country civil war, in 1939. He came ready to work on anything. Registered as a painter at the time he opened up his first individual exhibition in the capital city in 1940. His pictorial knowledge was limited, almost like a self-educated painter, but he was embraced specially by the modern architects, who discovered in him
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the skills of a muralist they will use to make beautiful their buildings. In 1941 he started his first mural in the Masonic Logia Cuna de America. In 1942 he was appointed professor at the Fine Arts National School, working tireless as a professor, drawer, mural and easel’s painter with an international projection, while holding his Dominican condition as well as his Spaniard citizenship. He lives in Santo Domingo until beginning of the 1950 decade, when he leaves to Mexico, travels back and forth to different countries but returns often to Santo Domingo. In 1981, the Modern Art Museum holds retrospective exhibition «Vela Zanetti Dominican art works, 1939-1981,» organized by the José Caro Álvarez Foundation. «Lovers,»oil
and ducco/papier-mache,
42x57
cm.,
1947.
The painting focuses on a mulatto couple nested by the embrace, love and distress. They are seated on the yellowish soil mixed up with the horizon. These are two big bodies. He is tilted with bare arms and feet costumes, his head leaning. As for the woman, we hardly see her body, although her face expresses the visibility of a lover who hugs, kisses and gives comfort.
Celeste Woss y Gil. Around the time thousands of Spaniards and Jewish political refugees arrived; the Woss y Gil Academy reached its 10 years of a refreshing teaching activity for the benefit of its young men and women students. The Academy was enjoying a semi-official support, therefore was able to celebrate annual exhibitions showing their students works, sometimes including the professors’ art pieces. Doña Celeste, as she was called, used to multiply herself as professor, as a declared militant of the feminist movement, as a partner in a very singular marriage and, specially, as a woman artist immersed on cozy atelier. To her studio used to go regularly the nudes and portrait’s models who, at that time already enjoyed certain stylistic and freed opulence, as well as the quotidian themes, exceptional on her productions. In 1939 she takes part on The Painting World Exhibition in New York, obtaining Honourable Medal for her piece «Plug
Sellers» and becomes virtually an obligation to include her paintings on the firsts visual arts national exhibitions held between 1940 and 1942. «Male Nude,» oil/canvas, 112.5x78 cm., 1941. In 1943, Rafael Díaz Niese, wrote: «Celeste Woss y Gil re-engages in such a commanding way, that it proof to be hard to deny her the honour seat she deserves (…). «A magnificent talent, together with her outstanding pictorial temperament and a spirited courage served by an impeccable technic; offers today an authentic painting: beautiful nudes and vigorous portraits (…) In short: broad art in which the figures are treated as if they were huge pictorial blocs (…) it’s been always possible to notice on her works the lion nail (…) on her canvas, she achieves an expression, a tone, –allow me to shuffle the terms this way– so austere and vigorous (…) very distinctly, a male nude, carry Renaissance’s reminiscences of the upmost sober elegance. The modernity on the making does not affect at all the precision and juiciness of the artwork. It is praiseworthy!».
Gilberto Hernández Ortega. (Baní, 1924). He started his artistic studies at the Celeste Woss y Gil’s Academy, then was transfered, with all his classmates, to the Fine Arts National School. Graduated in 1945, holds his first individual exhibition in 1946, at the time he replaces the Spaniard surrealist Eugenio Fernandez Granell as the vignettist in «La Poesía Sorprendida» as well as in the identically called movement whose militants follow the motto: «Poetry with the Universal Mankind» The first individual showing by this artist from Bani was described by Franklin Mieses Burgo as follows: «At the Fine Arts National Gallery, during the first days of December, 1946, our vignettist Gilberto Hernández Ortega had his showing. The critics spoke favorably of his qualities since he revealed, on the magic sky of his paintings, a poetic reality of creativity and refined tenderness, as well as a thorough knowledge and technic command, regarding naturally, the full confidence on his drawing and the rigorous color’s attribute. Gilberto Hernández Ortega is, undoubtedly, a milestone among the most recent pictorial promotion in the Dominican Republic and we foretell on him, for this and
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other reasons, also because we know him deep down,unsuspected conquests on the most mysterious horizons of his skills». «Lovers,» oil/canvas, 84x69 cm., 1946. Painting exhibited at this artist’s first individual showing. Its theme is ann eloquent couple’s love relationship, against an imaginary landscape marked by certain surreal atmosphere: the arcade, the architecture, the cloth hanging and the shadows in parallel to the lovers robust bodies.
Yoryi Morel. With national and international recognition by the critics, in 1939 his painting «The Market,» acquired by the Business Corporation from New York; is awarded with the Bronze Medal at the Art National Exhibition in the mentioned city. This year his painting «Dominican Landscape» is shown at the Riverside Museum. In 1940 Yoryi receives the Medal to Pro Art Merit from the Ateneo Amantes de la Luz and his paintings are exhibit on every showing organized by the Dominican State. His Academy in Santiago gets official recognition. In 1947 he travels to the United States as a State Department guest. In 1948 is appointed as professor and a year later as deputy director of the Fine Arts National School, with residence at the capital city, Santo Domingo, with his wife and children. The Mexican critic, Ulises Monferrer, focus on the artist in 1946: «Yoryi Morel is a master who dedicate his devotion and talent to the task to affix into his canvas the Dominican landscapes light and their prodigious colour range. His people’s traditions find on his brushes an accurate observer and their human and political qualities uplifter.» «Enramada,» oil/cardboard, 59x73 cm., 1948-1949. A country scene brings together six peasants on a typical cane and sticks brush shelter. An architecture and composition of peasants and their women, rural accessories and so on, fill the forefront. The spaced out shadow on the ranch contrasts with the landscape luminosity, that ranges from the nearest house through out the yellowish farm view until the rest of the dwellings, trees, blue mountains and the sky; cutting in as triangle the gabled roof where the celebration is a visual song from inland.
DECADE OF 1950. PARADIGMATIC AUTHORS AND WORKS Although it has been promoted as an outcome of the Trujillo’s «benefactor» politic, the national arts’ mill is rising and unstoppable when the government actions on education, the institutional and promotion took place. While this politics are official, the essential causes are defined by the managerial cultural vocation. In the main cities, music and visual arts professors have been promoting academies and orchestral groups; the literary intellectuals have been gathering in clubs, holding conferences, Juegos Florales and other types of activities. All this reveals the associative mentality in all aspects of the national life. The «Ateneism» promoted by Manuel de Js. Peña y Reynoso y Virgilio Díaz Ordoñez; the promotor feminism of Abigail Mejía Woss y Gil’s, among othe women, the recreational’s and the ladies’ clubs as it was the «Club Nosotras…» all these are part of the various undertaking that first of all, gives rise to the urban culture since XIX century until the third, fourth and fifth decade of the XX, when the visual arts flowering expanded due to the foreigner and national flow. Until 1950 we can talk of various artistic generations converging from the precursor tradition to modernity and local avant-garde, which, in literature represents the «postumistas,» «Los Nuevos,» los «Sorprendidos,» «The 48’Generation» and the independent voices as autonomous of the political refugees that endorse on a permanent or transitional way, the insular realm. All them, leave an influential stamp on the native character. This Dominican character can be measure on experienced artists like Colson, Morel and Suro, as well as the emerging ones, lead by Gilberto Hernández Ortega and Antonio Prats-Ventós. An exhaustive look at the Banco Popular’s collection, allows us to find paradigmatic works from seven outstanding artists: Darío Suro, Jaime Colson, Yoryi Morel, Guillo Pérez, Gilberto Hernández Ortega, Eligio Pichardo y Antonio Prats-Ventós.
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Darío Suro. (La Vega, 1917-1997). Studied in his native dominicanidad, his educational role at the Fine Arts city with his uncle, the painter Enrique García Godoy. In 1936, he joints the literary movement «Los Nuevos». In 1938 holds his first pictorial exhibition in the capital city and, with Yoryi Morel, takes part in the showing Hispanic American Arts, at the Riverside Museum in New York, 1939. His works are included on the Fine Arts First National Exhibition, in 1942, then at the First Biennial in 1942 at the time he shows his second individual exhibition. Between 1943-1947 he lives in Mexico where he strengthen and redirect his painting. Returns back to his country and shows at the capital city and La Vega. In 1947 he is appointed as General Principal at Fine Arts and take parts at the 1948 Biennial with a painting that shows his approach to the expressionist realism, intuitive at first, then marked by the social drama, death and the art changing attitude as in life. This is the signature of his artistic discourse. «Caribbean Mourners,»
oil/canvas,
70x54.5
cm.,
1952.
Part of a thematic series showed in Spain, it is referred to by the critic Fernando Gutierrez(1) as follows: «Mi first encounter with Darío Suro’s painting was at the Biennial (…) in Madrid. His «Piety» and his «Caribbean Mourners»were the best contributions from Hispanic America to the Biennial. Today, in Barcelona we have been able to meet the interest for a deeper knowledge of his painting. His showing, where the mourners’ theme shows up once again, gives us an accurate measure of this painting interest so profoundly human and so intensively dramatic. A naked and deep poetry dominates this possessed plastic; possessed by a force almost violent on its drama, expressed in such simple way, nevertheless. It is a painting on living flesh in which, colour seems to be dragged and racked in its most profound by a compelling and overwhelming sensibility». «The Infantona,» from 1952, was reproduced as a serigraphy many years later.
National School and the high esteem from art collectors and government officials. The master wasn’t able to live far from Yaque city, from Sanchez Street and the family house, the neighbourhood; bondages that determined his unconditional return, retaking his urban atelier, his academy in Calle del Sol, near the Altagracia Church, across Columbus Park. The public attention, the social demand for his painting and the continued recognition, kept determining his life as a master being near those he cared for: his beloved Ilonka and their three children, Jorgito, Jano and Ilonkita. In 1950, Yoris’Academy hold its annual exhibition presided over by the Master Jaime Colson, Fine Arts General Director. In 1952, Yoryi’s painting «The Fisher,» won the first prize at the VI Visual Arts Biennial Exhibition. In 1955 he see himself in a position of having to work on the preparation of The Peace Fair, celebrating the 25TH anniversary of Trujillo’s Era. In 1956 he is one of the 14 selected artists for the Fine Arts Palace opening showing. In 1957 his work is shown at the Aufant Gallery’s opening, taking part at Santiago’s Art Festival, official event organized for the joint opening of Municipality’s Fine Arts Schools. In his book, «El arte de nuestro tiempo,» the critic Manuel Valldepérez affirm: «Yoryi Morel gets into our landscape soul (…) he shows a positive creative strength (…) His interpretation of reality embraces both art’s poles: humility and magnificence, and his colour is brilliant always entailing a suggestive sincerity where the painter’s objective capability exhausts itself». «Brunette Woman,» oil/canvas, 57x46 cm., 1959. An idealized vision of a brunette woman from Cibao, representing not only an ode to the Dominican negritude but a highly demanded image from the audience.
Yoryi Morel. The master had troubles to adapt to the Guillo Pérez. He was born in San Victor, Moca capital city he already conquered with his individual exhibitions, his innovative paintings fully loaded of
(1926). His parents decided to move to Santiago de los Caballeros, where he studies music, craft toys taught
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by his father, at the same time he attend public school, intermediate, secondary and handcraft’s. Here he receives instruction from notorious masters as Juan Batista Gómez, Federico Izquierdo, Joaquín Priego and Mario Villanueva. After his time at the Seminar, he takes a decision to attend Yoryi’s Academy, getting certificated in 1950. Yoryi’s influence leaves a footprint on his first paintings, underlined by his work as a professor on his master’s academy. He is transfer to the capital in 1954, to work on the projected Peace Fair. That allows him to broaden his skills, now as a house painter, helping the Spaniard poster-designer Luis Chavez, wise on the tempera’s use, In search of artistic contacts, he meets Eligio Pichardo, a painter who helps Guillo to orientate himself on the new expressive search, both linguistic and thematically, like the still life and the marine landscape. In 1958, his oil painting «Offshore» receives a distinction at the IX National Biennial Exhibition; same year he had his first individual with more simple focal treatments, really apart from his previous Santiago’s cycle, although the city’s education allowance marks the emotional tapestry on his speech, now opened to the future. «Santiago’s Main Church,» oil/canvas, 68x78
cm.,
1951.
Although the painting focus is the nineteenth century Main Church credited to the empirical architect Onofre de Lora; the outline of what is today considered a Main Cathedral offers a privileged view of Santiago captured from Nibaje site: the Yaque’s fluvial mirror, the urban stretch shack and the Ocampo imposing its mountain greatness before a cloudy sky. The pastel and loose chromatic palette defines groves and foliages with the halftones of a painter that set himself free of all type of realistic descriptions.
Gilberto Hernández Ortega. Preceded by his individuals in 1946 and 1949 and his nexus with the PoesíaSorprendida movement, this drawer and painter grows on during the 1950 decade as an unmistakable creator who,
despite the mentioned links, becomes stylishly unspeakable. In 1954 opens his third individual showing at the Fine Arts Gallery critically approached with Jaime Colson with whom, conform that year the group «Los Cuatro,» including also José Gausachs and Clara Ledesma. He achieve Painting First Prize at the 1950’s Biennial and Second Prizes at the 1958’s. At this point is a professor at the Fine Arts National School and a well-known exponent, nationally and internationally recognized by the critics. When he opened his exhibition in Caracas, Venezuela, the press writes about him: «In Gilberto Hernández Ortega all tendencies seem to get mixed. No one, not even he, is able to frame him on any specific school. Enemy of the «schools», he strives to make art of his own». («El Nacional,» October 8th, 1951). The critic José Gómez-Sicre said: «He becomes an exponent of the Caribbean art; sensual, imaginative, ferocious at times, always profoundly Baroque, trying to transform an exuberant nature and an indomitable light into a plastic language which, in the same way of the accent we speak in our region, would become the common denominator of our geographical origin». «Woman on the Balcony,» oil/canvas, 73x57, 1955. The painting instills a woman’s leisure or idle time. She is depicted in an ambiguous physiognomy, magic, linguistically plural, but of a Caribbean condition, an inhabitant of the Antilles from her skin to her mulatto complexion, standing on a surreal atmosphere of a balcony, curtains and walls, her hands interlaced as a bunch of fruits.
Jaime Colson. (Puerto Plata, 1901/Santo Domingo, 1975). Been very young, he traveled to Spain to study at Barcelona’s Lonja’s School and the San Fernando Academy in Madrid. His transfer to Paris was decisive: there he assumed Cubism, Surrealism and rummages on the Classicist sources, drawing up his new-humanistic creed. In 1934 he moves to Mexico, at the Muralistic movement peak, showing individually in 1936 and accepting the responsibility of teaching. Afterwards, he
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traveled to Cuba, where he also taught and showed his work, then returned to his home country and hold an individual exhibition in 1938. Disheartened by the mediocre environment, he decided to returns to France where his wife, the Japanese painter Toyo Yutaca Karimonio, lives. The Second World War forces the couple to transfer to Barcelona, where they work intensively and exhibit with success. In Barcelona he paints a mural, a preamble of those he will render at Cala Murtra, on Mallorca Island. At the quite and solitary country residence property of Ignacio Rotgen, he painted religious scenes frescos. Colson developed mural projects that shocked the puritans. Same happened when he opened individual exhibitions in Barcelona. His themes showed a crude and ferocious sexuality, conditioned by the Freudian doctrines since 1920’ decade. In 1949 he returns to Paris, where postwar chaos was reigning and takes part on a collective exhibition, at times when abstract art in New York was ousting Paris as the arts’ international centre. His encounter with the intellectual Rafael Diaz Niese encouraged him to return to Dominican soil in 1950, where he is appointed as General Director at Fine Arts. Ideological conflicts, the confrontation with the country’s reality and the refugees artists, could not prevent his return to the new-humanistic discourse with an aesthetic cubist ground as well as the celebration of his individual exhibition at the Fine Arts Palace, in 1956. In 1957 he travels to Haiti. His stay there for several months encouraged him to reconsider his known expressive language and to fill it up with a new-African ethnic content. «Bon Jour M’sié Colson,»
ink/paper,
25.5x64
cm.,
1957.
A drawing, part of the master’s Haitian series in which, cubistic concepts combine on a simultaneity conjugation associated to a racial protocol defining the new-humanistic concept. The little black girl pleasant lyricism, slender and carrying a written greeting sign hanging from her raised hands, give dimension to the feminine subject over the marine landscape.
Eligio Pichardo. (Salcedo, 1929/Santo Domingo, 1984). He studied at the Fine Arts National School with the founder masters Pascual, Lothar, Gausachs, Hausdorf, Woss y Gil y Vela Zanetti, graduating in 1948. In 1951 while a drawing professor at the institution, he wins the Nicaragua Prize at the Hispanic American Biennial in Madrid. At this time, the Dominican State hires him to execute murals on various schools with national history scenes and Cervante’s Quijote’s adventures as themes. He did these works from 19511954. Then he received a scholarship from the Hispanic Culture Institute, living in Spain until his return to his home country. Then, he reassume his teaching, held individual exhibitions and participate in several Biennial editions, obtaining awards in 1958 and 1960. By this time his stature was well known among the «Continental Masters,» title of a collective showing organized by the Puerto Rico’s Medical College. In 1961 he is hired to show his works in New York, attracting the main New York’s media attention. His works get into various North American museums. In 1981 he returns to his country and celebrate an exhibition entitled «Geographical Reencounter.» «Marine Landscape Seen from a Cave,» oil/plywood, 34x62 cm., 1951. In a rectangular format, the painter of-
fers the contrasting vision of a blue marine landscape composition seen from the frame of a cave, solved with a sober range of colours palette. «Two figures and jugs,» oil/plywood, 64x44 cm., 1951. An expressionist script emphasized by the chromatic mass of two fleshy naked bodies, intertwined on a ritual game in which, they raise the jugs amid a dense atmosphere. «Mural Fragments,» oil/plywood, different measures, 1951. Five «fragments» or paintings conceived for a decorative mural focused on chromatically reach mythological scenes. Corporal volumes in movement that, even characterized with certain originality interpretative, remain us the European baroque, gallant and courtier style. Also, the nexus with some influential masters from the Fine Arts National
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School as Colson and Vela Zanetti. The paintings and fragment titles refer to the thematic descriptions. The execution corresponds to 1951: «Three figures and an Ángel,» three panels ensemble,
64x134 cm. «Ninfa,» 60x64 cm. «Faunnus,» fragment 69x57 cm.
fragment
Antonio Prats-Ventós. (Barcelona, 1925). He arrives to Dominican Republic with his mother, step father and his younger brother, Ramón. After living for a while in Las Vegas en 1941, the family resolves to live in the capital city, in 1942, same year the Fine Arts National School was created. His parents travel to Mexico but he remains here with his brother. He has been trained by his step father, Shum Vila, and takes part with an oil painting at the Fine Arts National Gallery Self-portraits Exhibition, in 1943. He was strongly leaning towards sculpture, so he receive training with the woodworker Pascual Palacios, Francisco Dorado and Manolo Pascual. By 1945, he carves any material support like stone and wood; achieving the second prize the following year at the III Visual Arts Biennial. (1946). A group of 40 sculptures is shown at his first individual exhibition, in 1947. He was awarded several times in different National Biennials from 1948 through out 1956, been already a tridimensional art professor at theFine Arts National School, institution in which he worked since 1951 until 1969. «Water Carrier,» relief I/ 123x42 cm., 1952. «Water Carrier» lief II/ centenarian mahogany 123x35 cm., 1952. centenarian mahogany
re-
Both reliefs on carved mahogany are thematically connected since they focus into two women carrying water jars, semi-naked, with tight-fitting shirttails that allow to appreciate their toned bodies. Each of them next to a foliage above her hight. Despite the difference: one in a walking pose, in a side view, holding the pan with raised arms: the other one, in a static and frontal pose, carrying the pan on her shoulder. The similarities give a character of a sculpture’s diptych made on the same date.
CONFLUENCES AND SIGNS FROM FOUR GENERATIONS, 1960-1968 There are six painters associated with different generations: Yoryi Morel, with his first individual exhibition in 1932; Gilberto Hernández Ortega, from the 1940’s generation; Ada Balcácer, Guillo Pérez, Plutarco Andújar, y Paul Giudicelli, who emerged during the 1950’s decade, converged with Cándido Bidó, Leopoldo Pérez (Lepe), José Rincón Mora y Ramón Oviedo, representatives of the1960’s generation. The 1960’s period constitutes the scene for the dramatic course of events involving the June 14th, 1959 military invasion against Trujillo, the revolutionary groups in Constanza, Maimón y Estero Hondo; involving people who sacrificed their lives in the fighting, and the indiscriminate imprisonments carried out by a tyranny close to its end amid an international environment of Caribbean tensions provoked by the triumph of the Cuban revolution (1959). Its communist leaning harmed the U.S, geopolitical interests on their strategic zone, the one that connect the Latin American mainland countries. From México, passing by the Central American region throughout South America; Trujillo’s tentacles conspired with repulsive outcomes like the attempt to kill President Rómulo Betancourt, from Venezuela. This awful action provoked international diplomatic sanctions that brought about the blockade of the Dominican economy and the isolation of the country. In this context, dozens of youngsters organized underground conspiratorial cells to face the thirty years of authoritarianism, terror and violence, by a regime that suppressed all would be or actual suspect. Their actions, inspired by the patriots who invaded the country in June 14th, 1959, were discovered, and the prisons were filled up with conspirators. This men and women in the prime of their young lives were cruelly tortured, many of them to the death. Vicious assassinations, like the one of the Mirabal sisters and their driver Rufino Martínez, increased the social trauma and inspired, within the government, a group of civilians and 361
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military who planned and executed the tyrant’s assassination of May 30th, 1961. After Trujillos death, the killings continued under his heirs and servile executioners, increasing the imprisonment, blood and persecution, but also the anti-trujillismo social resistance, pouring out into all the main cities’ streets. The familiar elites assumed a historical political leadership that forced the change from authoritarianism to a democratic trial. In such circumstances, the artistic disciplines behaved in diverse ways: a. The arts undergo a productive transit in 1960-1961 in which, well-known and emerging masters, represent the consolidated path of the national visual creation. b. Artists who witness the drama the country’s capital was going through, transcribed the impact of the events like the April, 24th, 1965 urban war. c. The new chapter of the Dominican expressionism, is present in almost all the painters, especially at the core of young artists representing in general the 1960s’ decade.
Juan Plutarco Andújar. (Montecristi, 1931). Being still an adolescent, he experimented with the paintbrush while accompanying his father to paint houses and street signs, especially in Manzanillo’s area. In 1945, at age 14, he was taken to the capital city and recruited, due to his talent, to continue scholar instruction. He assumed various trades until Angelita Trujillo Martínez turns him into one of her closers aid and managed to get him a designation at the Dominican Institute of Cartography. There, he showed his drawing skills while undertaking, in the 1950s decade, Architecture and Medicine studies. In 1953 he enrols at the National School of Fine Arts. His main masters will be Yoryi Morel, José Gausachs y José Vela Zanetti. From 1953-1958 he paints decorative murals in several Santo Domingo’s homes and takes part in two relevant showings: the Fine Arts Palace opening exhibition in 1956; and the VIII National Biennial in 1958. On the National Gallery of Fine Arts catalogue, edited in 1963, his biographic information shows him as an
author of paintings, generally showcasing at commercial galleries. At the time the tyrannicide takes place, in 1961, he lives in New York City. «Landscape (waterfall),» oil/canvas 65.5x96 cm., 1962. A painting produced with academic accuracy, with soft colours palette, transcribing a naturalist vision of a grove with a creek forming a slight waterfall at a crag and stones barrier. The light emphasizes the landscape intimate accent.
Yoryi Morel. With more than three decades confirmed as a great painter of a national, modern stature; top of the line on the scholar standard in Santiago de los Caballeros region; the critic Manuel Valldeperes stated about him in 1963: «To say that Yoryi Morel is a distinct Dominican painter doesn’t disclose anything we haven’t already certainly known; but it is of the upmost importance to stress that because the main influence on this painter’s work has been, and still ins, his homeland. That’s why our approach to Morel’s work is, first of all, an emotional one. His canvas’ scale, composition and effect, along with their colours and forms; are felt more than thought. Because of this simple but decisive reason, the spectator looking at his work with the intention of joining the artist’s feelings towards a given theme –the only way to go in depth on a painting- finds it attractive and suggestive.» «Flamboyan Tree,» oil/canvas, 75x 59 cm., 1966. A landscape defined by a lateral tree grove, with a princely flamboyan tree, as it is also called the branched trunk, and plenty of very attractive bright red color flowers. The tree tilts its foliage on all the composition’s pictorial extension. There is a fence at the forefront, divided from the second plane by a narrow, long river, including mounds, trees, mountain and a white clouds sky. Yellows colours light up the surroundings, creating contrasts with the green, especially with the reds and the mountainous indigo. «Landscape,» oil/canvas, 24x30 cm., 1961. A tree on a hump is the centre stage on a landscape including a group of houses and palm trees, near and far away on
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opposite hillsides. The view includes the Yaque River and a background of mountains and a cloudy sky. A red dressed character is visible. «Laundry Women,» oil/canvas, 25x18 cm., 1961. A painting with three composition planes in unity: the first one, defined by three laundry women and two large earthenware jars. She washes clothe in the river that forms the second and main plane extending to a distant view of a river band; defined by foliage, huts and ranchos on the hillside and the sky. This is the third composition’s plane. «Trunks,» oil/canvas, 24x32 cm., 1962. Landscape defined by high and huge trunks of a pine tree wood. In the middle, a farmer transport a beast of burden. As a supplementary scene, plains, a hamlet, foliage and a mountain chain adjoining a lighted up sky. «Vignette,» gouache/paper, 13x18 cm., 1966. The Yoryian production was always accessible to the audience wishing one of his pieces, without social class distinction or price bargaining. The master created many Vignettes like this one of a peasant woman with a lighted silhouette, whose brownish skin tone shines with the contrasting colors of her clothes and the atmosphere’s. There, the artist adds his signature and the piece date in orange-colored italics.
Ada Balcácer. (Santo Domingo, 1930). She studied at the Fine Arts National School (1946-1951) and took supplementary courses at the Puerto Rico’s University free workshop (1952-1955). Ada immigrated to New York where she worked as the Ebony Magazine and industrial fabric designer. There, her conscience as a militant and committed woman, grew up. At the beginning of the 1960’s she returns back to the country, strengthening her creations with popular references, projecting herself from that moment as a multifaceted woman artist (drawer, engraver, painter, revolutionary) reaching the status of a master. In 1966 she won the León Jimenes Drawing Competition’s First Prize and co-founded Grupo Proyecta (1968-1970) «The Television,»
acrylic/canvas,
109x74
cm.,
1969.
Considered the only woman of the 1950s’ generation with an artistic seat of honor, her discourse in general
is not imitative nor limitative on her original referential and pictorial findings. In the critic Manuel Valldeperes words: «Ada Balcácer’s painting not only reveals the human being on its essence. It is the outcome of a new search on this essentiality. The subject on her paintings -and this is constant on her- is not corrupted or degraded. Hers, are shaken, throbbing, canvas (…) those art soft chromatic fluid forms (…) trying to penetrate the being essentiality, after having penetrated the nature’s.» (El Caribe, September 28, 1968) In the balcacian piece «The Television,» penetrated nature combines on a framed face the ritual of a spiritual subject, which displays its essence in a duplicated retro vision of a single eye.
Paul Giudicelli. (San Pedro de Macorís, 1921/Santo Domingo, 1965). His parents, from Corsica, became French settlers at the Porvenir Sugar Factory. Paul was one of seven siblings, some of them raised up at Boca Chica’s Sugar Factory vicinity. In 1928, the family travels to France and remains there until the return back to Dominican Republic, at the beginning of the 1930s. A vehement drawer since his childhood, he completes his basic school in the country, finishing later on his highschool and commercial studies. Married very young and father of two, he works unsuccessfully as a salesman in various locations. He decided to study Philosophy at the University of Santo Domingo (1948), where he is encouraged to join the Fine Arts National School. Graduated in 1951, takes part at Sao Paulo Biennial in 1952, and held his first individual showing in 1953, composed of a group of 70 pieces (oil, gouache, watercolor, drawings…) at the National Gallery. The critic Horia Tanasescu wrote about the showing: «Apart from showing an uncommon talent, the first individual exhibition of Paul Giudicelli points at the appearance of a new energy on the national visual arts field, a substantial energy full of fertile seeds that places this painter in his full right among those artists for whom, art is not a hobby, nor a routine, much less an exercise, but an unchangeable way of life impossible to stop from manifesting». (El Caribe, Dec., 20th, 1953).
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«Woman Farming the Land,» mix/canvas, 100x80 cm., 1961. In his third individual exhibition, registered in 1959, the artist reaffirms his option of a solitary path within the group of modern painters, defined by his multiple synthesis of discourses: abstraction, expressionism and geometry, but he also confesses about his resources: «I use the common pigments on a mix of powder and sand, special varnishes, wax and water, to create what I call oil-temper-plastic. I started this experiment in 1955 and have been improving it day by day until I got the texture and contexture that characterize my work.» In «Woman Farming the Land» both the discourse and material qualities are present. Paul Giudicelli sets an avantgarde and abstract vision about the farmers on the image of a woman. It is a material and monochromatic piece with a wide tonal range. «Composition,» painting/ceramic, 24x24
in.
«Ant
au
Caribbean,»
oil/ceramic,
40x30
cm.,
1962.
On his first individual exhibition (1953), Giudicelli showed drawings on mosaic that resulted in an original approach to the visual discourse conceptions and the use of ceramic as compositional support for zoological representations (roosters, cats, ants…) and for folklore (masks and rituals). Since 1961, his sounded creations reveal the culmination of a process. The compositions in ceramic speak for themselves about such a maturity; as also do the paintings awarded at the X and XI National Biennials in 1960 and 1963, as well as at the First Art Competition E. León Jimenes in 1964.
Guillo Pérez. A painter whose development generated cycles of an inner search and findings. He was the Director at La Vega Fine Arts School during the 1960’s first five years. In that period, he produced five individual exhibitions while traveling to Europe and North America. He also obtained the Second Prize at the Arts Annual Contest E. León Jimenes, 1964, with a painting that associates him to the abstract art. «Abstract,» mix/canvas, 41x71 cm., 1965. The prickly, expansive, in motion forms density, creates the sense of a
dramatic spiritual convulsion, underlined by the nation’s colours: blue, red and white. This painting’s date coincide with the capital city’s revolutionary upraising on April 24th, 1965. «Landscape,» 30x40 cm., oil/canvas, 1966. With an abstractionist concept and a composition based on geometric solutions; the rectangular square format and an oval shape spanning almost all over the space, the painter represents the landscape with black foliage drawing a dividing line between upper and lower space; this one presented as a water mirror where the vegetation is reflected. The effective contrasts of the triangles’ white, cut into the marble white of the receptacle ovum and the succinct view of nature.
Leopoldo Pérez/Lepe. (Santo Domingo, 1937). He studied at the Fine Arts National School. In 1959 obtains the Trujillo’s Great Painting Prize, and the Second Prize in Sculpture. He also held his first individual exhibition that very same year. In 1960 he participates and wins the only special prize awarded by the Jury at the X National Biennial. He travels, lives and shows in the United States. A scholarship in Spain allows him to broaden his studies in ceramic at the Marques de Urquijo School, as well as in drawing, at Madrid Fine Arts circle. There, he had his second individual showing in 1964; exhibition that reveals a particular humanistic sense among the social marginalized he embraces by signing with the a.k.a.: Lepe, using his name and surname vowels. «The Musicians,» mix/canvas, 91x69 cm., 1964. A painting exhibited at the Hispanic Culture Institute where he held an individual show that, according to the Spanish critic González Robles, «Reveals the existence of a true artist,» and follows «one of the most singular cases on the current Dominican painting field,» and Darío Suro, adds: «On his first paintings the dramatization of an aborigine world… is absorbed by a tragic sense on the majority of his compositions». In this sense, it reveals the musicians’ drama and social desolation on this painting. «Agony,» oil/canvas, 81x122 cm., 1966. The artist had obtained the
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painting award at the E. León Jimenes Contest (1964) when he organized his showing in 1965, the year of the capital city revolution that started on April 24th, focused on the Colonial Zone. Lepe witnessed the military event and painted «To the humanity in pain,» of which, the critic Valldeperes writes, and adds: «Without deliberately making social painting -in the exact meaning of the term- one can see on his figurations a long and sharp stroke, resembling the humanity in pain (…) A composition, moderately thick, that proclaims his dedication to the material’s plasticity, not with morbidity, but with love and balanced emotion instead.» On the visual discourse «Agony,» the painter is a settled expressionist, apart from expressing the constructionist synthesis on his energetic, dramatic and dynamic composition.
Cándido Bidó. (Bonao, 1936-2011). Of a humble social and provincial origin, he moves to the capital city to work at the Serafín de Asís College. The nuns supported his studies at the Fine Arts National School, where he graduated in 1962. Very soon he has individual showings, form the group «The Three» in 1963 with Elsa Núñez y Lepe, takes part on national events and collective exhibitions attracting the critics attention due to his discourse novelty, his technic of solid and texturized colours and his primitivist expressionism. He studied with Gilberto Hernández Ortega, José Gausachs, Clara Ledesma and Jaime Colson. With the later, he works as assistant instructor of mural painting. 1965 was a vital year for him, when he obtained the First Prize at the Young Artists ESSO Salon, held in Washington with the presence of Latin American artists under 40 years old. The Dominican representation included Gilberto Hernández Ortega (Painting Award), Domingo Liz (Sculpture Award) and Cándido Bidó, who submitted two works: «Student prisoners» and «Late lunch,» the winner piece. «Eating Watermelons,» oil/canvas, 100x80 cm., 1965. This painting is part of a series in which the human beings are
shaggy hair people depicted in an expressionist style by schematic black lines adding drama to the scenes. Two characters show the insatiable hunger while the third, a female, shows her need for food in a silent way. The composition is prominent, especially on its range of colours: the bright red, shaded on the table cloth where three fruit slides rest, the eroded blue and the white that strengthen the general trio’s symmetry, and the green at the centre, the same as the entire watermelon in the shadow, under the table, that ends up creating a square on a symmetric composition with conceptual asymmetries.
José Rincón Mora. (Cotuí, 1937). His family moved to Neyba, a town of the southwestern and barren landscape where he received basic education with Franciscan priests, and where, from 8 to 15 years old, he was influenced by Catholicism, sacred images and readings of great authors of the Spanish Renaissance. These experiences led him to enter the seminary where he spent a year, but later on realized that being a priest was not his vocation. In 1957 he entered the University of Santo Domingo where he studied architecture, and also became part of the National School of Fine Arts, where his teachers were Jaime Colson, Gilberto Hernández Ortega, Marianela Jiménez and Eligio Pichardo. In 1962 he holds his first solo exhibition, featuring landscapes and portraits that include the topic of altar boys, which turn out to be portraits of himself, or self-portraits. A scholarship for further and new studies in Germany, granted in 1964, allows him to move to Munich, where he graduates with an art degree. «Portrait of Ann,» oil/canvas, 68x38 cm., 1963. The noticeable lengthening of the portrait allows us to appreciate a connection with El Greco and the Spanish Baroque, in this case defined with a modern vision under the influence of his master Hernández Ortega, among others. The refined chromatic mannerism and the expressionist distillation, reveal a temperamental artist, with a mastership and a juvenile or early pictorial development.
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Ramón Oviedo. (Barahona, 1927). He was 10 years displaying three of his pieces at the Grand Palais Autumn old at the time he started at the photoengraving atelier with Manuel Pelegrín, in Santo Domingo. Later on, he reunited with his father who, in 1950, connects him with the Dominican Institute of Cartography. There, he trained and afterwards graduated as a draftsman from the Panama’s North American School, in 1953. Back in his country, he works in publicity and get acquaintance with the painters José Ramírez Conde, Rafael Olivo and José Cestero. Beginning the 1960s, Oviedo devotes himself fully to the pictorial job, having his first collective exhibition in 1964, at Baquero’s Building basement, and taking part at the same year’s E. León Jimenes Contest. His name became known as an active poster artist and a constitutionalist painter during the 24th of April. A huge painting on canvas showing the historical date, allows him to be considered «the painter of the revolution.» «Composition,» mix/canvas, 89x80 cm., 1962. With a discourse of abstract blocks and fragmented figurations blended among them, the theme allows us to appreciate heartbroken, eerie people, superimposed in a social new-expressionist vision in correspondence with a turbulent period in which the most consequent art offers a lyric of upheaval. The human perception of cartoonish deformations, alongside the full spectrum, the stains and lines bring about, as a result, the sense of a diverse stylistic composition.
Gilberto Hernández Ortega. When Darío Suro publishes in 1969 the monograph «Dominican Art,» he describes the painter as dazed and convulsive, while recognizing that he has placed himself as one of the Dominican painting genuine values. His 1960s exhibitions are plenty: five individual exhibitions, including a retrospective at the Alliance Francaise (1964), and showings at all the important exhibitions and pictorial awards obtained at the First E. León Jimenes Contest (Santiago, 1964), and the ESSO Hall for Young Artists (Santo Domingo, 1965). In 1969, the Grupo Friordiano organizes an individual exhibition at the Universidad Católica Madre y Maestra,
Salon, in Paris. «War Birds,»
mix/paper,
139x99
cm.,
1969. The master
was a leading figure during the arm struggle of April, 1965, stationed within the siege imposed by American soldiers during their second intervention to the country. His brushes served the constitutional clamor and the struggle for the Dominican sovereignty. He took part at the Aufant Gallery great collective exhibition, alongside with Jaime Colson, Ada Balcácer, Soucy de Pellerano and Silvano Lora, among others. He also executed a decorative theatre backdrop and produced a documentary film about the war. In «War birds» he offers a drawing in which he recalls the drama, combining «gesture and fatality with lyric edging.» Riotous flapping, sharp beaks, eyes and blood mix up on an explosion that envisage the inexorable death in a visualized instant.
New, Recognized and Veterans. 1970 Decade History’s lineal vision, understood as an optimistic and progressive march, according to modern theorists of historiography; is one that leads to opposite approaches. The diachronic and the synchronic one. The first, refers to the evolution of phenomena happening throughout time. The second one, takes into consideration circumstances of the same historical time, coincident phenomena or facts. Once we applied both concepts to the analysis of the Dominican society, we understand the impulsive evolution processes conforming our ethos since the Amerindian or pre-Hispanic times all the way to our national contemporaneity. It is a process of interrupted centuries in which socio-cultural features are verified as a result of conjugated concurrencies. The Dominican nation offers a singular history full of adverse episodes and inescapable ethno-syncretic marks, and, as in the Antilles
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Danilo De los Santos
unique case, shares the same territory with another nation, differentiated and sister at the same time. On the Dominican socio-geographical body, art history is a concrete and spiritual manifestation expanding in various cycles from past to present; period this later in which, the artists and their creative work draw up the diachronic and the synchrony. The later results been multiple whenever confluent generations and their diverse linguistic, thematic and visual discourses, meet. The aesthetic breezes transfuse the modern creations without diminishing this art authenticity nor its identity. It remains an irrefutable, mysterious and transcendental treasure of the Dominican being. There is not a cultural manifestation more liberating than art. By it, every human being inspired by his her power of invention, resembles the Creator Father. By divine delegation, the artist creates and recreates life, in a monologue with his-her inner cognitive and imagination’s powers as well as in a dialogue with his-her fellow artist. The dialogue between diverse artists allows us to get into the 1970’s decade, a period when many representatives of various generations coincide, so we can talk about brand new, young recognized names and well known veterans. All of then keeping distance from the rest as individualities, while at the same time, synchronizing their experience as part of the same arts local history. Within the treasure that represents the Banco Popular’s art collection, the inter-generations encounter allows us to enlist the representations according to the emerging dates: 1920-1930 stage: Yoryi Morel, a veteran master, six decades of pictorial activism until his death in 1979. 1940’s Generation: Antonio Prats-Ventós, Spaniard refugee since his adolescence, remains in the country acquiring artistic formation. He creates a Dominican family and stands out as a plural artist and a professor. Militants since 1950: Aquiles Azar García, Plutarco Andújar, Ada Balcácer, Guillo Pérez and Hilario Rodríguez, graduated and renowned artists, two of them linked to Yoryi’s Academy and almost all of them to the Fine Arts National
School. Names associated to the 1960’s decade: Cándido Bidó, Alberto Bass, León Bosch, Adolfo Piantini, Vicente Pimentel, Roberto Flores, Julia de Guerra, Virgilio Méndez, Orlando Menicucci, Ramón Oviedo, José Ramírez Conde, Nancy Rosado, Geo Ripley and Justo Susana. Novísimos from 1970: Alonso Cuevas, Melchor Terrero, Alberto Ulloa, Fernando Ureña Rib and Carlos Hidalgo.
Yoryi Morel. The master. Was 64 years old by 1974 when he created the piece «Market.» At that time he resided at a large wooden house with hipped roofs, the same one where he was born in 1906. There he had his atelier redesigned several times. Among them «Good fortune,» the latrine transformed into a refuge for his juvenile productions, like «Wagner,» the pale colors illustrated fanzine. 50 years have passed since the edition, published in 1924, preserved as a memorable work. In the Fall of his life, father of five, three of them born to his beloved Ilonka Szaba, the painter use to incessantly conjugate ranges of colors with his palette and brushes, interrupted from time to time by different afflictions: the cigar puff, the rum sip, his violin, the visitors siege and the necessity to cover the family expenses with art pieces for the best buyer of his imaginary, mainly «localcolour» themes he used to sign on cardboard, canvas and paper. The billow affecting his pupils finally made him half blind, but Yoryi Morel was a conscious artist with an unstoppable instinct. Only death would stop him. «Market,» gouache/paper, 90x115.5 cm., 1974. The theme’s visual discourse expands from the fruits merchant’s symmetric focuses and the merchant woman’s flowers basket; both equidistant in the forefront; until the focal diffusion on the second plane. The capture of the crowd, buying and selling on a fruits market, is depicted as an impressionist style. The chromatic range outline the forms with lyric dazzle. The master, with his singular ability to interpret the instant with precise and agile brush-stroke, emblazon the creole market scene. The excitement of the everyday work time is felt. 367
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Twice a master; as an artist and a professor at the academy he established in his home city, Santiago, as well as at the Fine Arts National School and his home atelier, Yoryi Morel was a modern painter. He gave thematic and stylistic foundations to Santiago’s regional school. Hilario Rodríguez, Plutarco Andújar and Carlos Hidalgo were among the painters who received his influence and expressed it in different ways. Juan Plutarco Andújar and Hilario, part of the 1950’s generation, upon graduation, they started exhibiting their works during that period. They also travel internationally, mainly to the United States. Both, returned back to Dominican Republic, subscribed to different contests and hold individual exhibitions.
Juan Plutarco Andújar. Had an individual showing at Nader Gallery (Santo Domingo, 1974), while Hilario Rodríguez registered various individuals at Casa de Teatro (1975) and Auffant Gallery (1977). «Atarazana,» mix/canvas, no date, 50x34 cm. Spiritually, as a Santo Domingo’s resident, the painter is stricken by his native Northwest Atlantic and the Southern Caribbean littoral’s luminosity. His masters José Gausachs, Yoryi Morel and Hans Paap, had an influence on his landscape treatise (rural, local, maritime, villager and urban) as it is seen on the commendable painting «Atarazana» which focus on an architectonic group related to the colonial habitat, apart from revealing a personal style’ faultless palette.
Hilario Rodríguez. (Santiago, 1936). He started his pictorial instruction at the Yoryi Academy, receiving guidance from Félix Negro Disla. As a scholarship holder from the Dominican government, he studied at the Fine Arts National School with masters Gausachs, Yoryi Morel, Gilberto Hernández Ortega and Vela Zanetti. In 1962 he traveled to New York and participated in collective showings. Back to the country in 1966, he works in publicity, painting only occasionally. In 1969, his painting «Cibao» is awarded at the IV León Jimenes
Contest. Since the 1970s, he became an active exhibitor of different themes, namely market’s and typical mulatto farmers’ scenes. «Two Women,» acrylic/canvas, 70x96 cm., 1977. The painting is a landscape, defined by various planes. The side one or the first, shows on its extreme, a foliage mound associated to various leaning trees, truncated by the composition’s treatment. Then, the yellowish path where two women walk carrying baskets and clothes bundles on their respective heads. An ochre land edge form a sideline elevation towards a green savannah with trees and diverse elements completed by a lineal forest, like the blue mountainous group in contrast with the cloudy sky pale tone. «Girl with Roses,» pastel/paper, no date, 25x19 cm. During his years in New York, Hilario worked until he became a skilled pastel technic portraits painter. The theme of the mulatto girl’s profile with hat and yellow dress entranced by the roses she holds in her hands, is a stamp of effective contrast between typological figuration and abstractionist background.
Carlos Hidalgo. (Santiago Rodríguez, 1948). Trained at the Fine Arts National School. Since 1969 takes part in different students exhibitions and after 1970, continues to show his work as a professor. In 1975, he paints various murals at the History Museum and at Gallery 7, at a time he establishes an artistic relationship with Yoryi Morel, visiting often his atelier in Santiago. «Market,» oil/canvas, 8x10 cm., 1977. The picturesque scene full of colour and merchant’s customs is representative of the painter’s discourse conscious turn after receiving academic instruction. This turn shows –if not his adhesion to Yoryi’s scholar mode– his discovering of the creole and vernacular essences as well as himself and his northeastern, national discourse. The farmers and merchants theme that defines the works of Yoryi Morel, Carlos Hidalgo and Hilario Rodríguez, connects with the visions of artists like Cándido Bidó, Justo Susana, León Bosch and Miguel de Moya…
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Cándido Bidó. Awarded twice at the León Jimenes Justo Susana. (Jamao, La Vega, 1918). He was 14 years Art Contest (1972 and 1974), his ascending path added numerous individual showings. His work is noticeable by his peculiar figurative and his (sort of) naive style, as well as by his personalized handling of the blue and yellow colours. «The artist confessed he never used models for his paintings. His impressions remain stamped in his memory. The imagination take charge until the end of the process». (María Ugarte, El Caribe, November, 1970). «Girl with Vase,» acrylic/canvas, 35x28 cm., 1971 v «I Sale Leaves for Infusion,» mix and collage/canvas, 103x77 cm., v 1973. «Motherhood,» acrylic/canvas, 101x81 cm., 1975 v «Still Life,» acrylic/canvas, 30x40 cm., 1978.
The four pieces are related since all of them come from a pictorial impulse that handles reduced color ranges and its figurative imaginary is clear to perception. The woman is approached in three different compositions and the fourth is a still life. On «Girl with Vase,» light blue color defines three elements: the hat, the dress and the zone on a context divided into strips. Blue and orange on the skin produce an effective contrast. «I Sale Leaves for Infusion» is characterized by a composition of geometrical variables, the collage dominant resource, which fills with effects the almond-eyed round face; a face with a mantle resembling a curtain that crowns the merchant’s basket full of leaves. The «Motherhood,» is an icon transmitting tenderness: a woman carrying a child, on a chromatic environment of serenity in various blue tonalities: small village and the sky, with a yellowish astral sign and a whitish light next to the yellowish plantation soil strengthening the forefront where the mother stands. She, dressed in patterned white with a grey shading that rises up the touching composition. If the human theme defines the mentioned pieces; the still life is represented with a big orange-coloured fruit and a branch of leaves on a container. The blue tonalities wrap, like an atmosphere, the «Still Life,» expanding from the dark tone to a pale strains range; the symbolic Bidó’s star, orange-coloured as well, accentuates the light blue sky.
old when he began to represent his surrounding native rural landscape. He got settled at the capital city as a baker. He was discovered in his sixties as a self-made naive or ingenuous artist. It is in the 1960s when he becomes an artist promoted by art connoisseurs. One of his paintings depicted the April, 1965 armed clashes, at that time he held his first individual exhibition, followed by another one in 1969. «Landscape,» acrylic/canvas, 84x120 cm., 1977. The painting is an imaginative view of a rural zone. On the Forefront, there is a row of cows being spurred by a peasant on horseback. The path defines the rural landscape with high trees and bushes, huts, and different animals. In the background, the plots and the horizon with morning tones.
León Bosch. (Santo Domingo, 1936). As a 13 years old, he featured his first painting. With his father, the writer Juan Bosch, goes to exile, starting his artistic studies at the San Alejandro Academy, in La Habana, Cuba. The family exile takes him to South America and Europe, attending the Fine Arts Circle in Madrid. In the old continent, he frequents the museums, studying and copying the great masters, mainly Diego Velázquez. He returns to his country at the beginning of the 1960s, exhibiting in a collective and achieving an award at the E. León Jimenes Contest in 1969. During the 1970s, he showcased five individual showings in different galleries, as the Aufant (1972), whose catalogue included «The Last (Holy) Supper.» «The Last (Holy) Supper,» oil/papier-mache, 120x158 cm., 1972. A painter from the sixties, who reenacted the bibli-
cal passage of «The Last Supper,» as painted by the Renaissance great artist Leonardo Da Vinci and some others. León Bosch made a theme’s reinterpretation, bringing it to the Dominican reality, with a modern vision and rupture. On a countryside sheltered terrace, fourteen creole men gather informally around three tables, most of them seated, some standing near the central character who bless the ceremonial encounter. The representation
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of two women becomes a rupture on a theme recreated in all details, including a mountainous landscape view with a shining celestial body on the horizon.
Miguel De Moya. (La Vega, 1904). Self-educated since his early years, his artistic vocation grows up as an adult person. He follows formal studies at a New York academy, while working as the Dominican consulate in 1928. The diplomatic career took him to diverse European cities: Florence, London, Paris, Madrid and communities from Andalucia, Spain, developing pictorial endeavour with the encouragement of his frequent visits to the museums where he finds the Western art academic sources. Once back in his country for good, he becomes master of himself, broadening his artistic production, normally reserved for the private art collections circles, until he held various individual showings. In the 1970s, there are several individual exhibition on record, including the Nader Gallery in 1973, the Aufant Gallery in 1975 and 1976, as well as the one at Alfonso Decoraciones in 1979. «Peasant woman,» oil/canvas, 75x60 cm., 1973 v «Untitled,» oil/canvas, 70x55 cm., 1974 v «Farmer,» oil/canvas, 90x60 cm., 1974. Well-known for his pastel colours handling
in allegoric works and portraits; his work is defined by the anecdotic realism, regional, fruity and scenic themes. On the approach to native characters, adult or elderly farmers, he shows great command of their physiognomy, the corporality and spiritual inner self; and their social condition. «In Miguel de Moya, there is a reflected truth on each millimetre of his paintings: sincerity and then Dominican nature. Sincerity, because he wouldn’t paint what he doesn’t fill; Dominican nature, because in all his paintings, no matters the theme, arises the strength of the national spirit…». (Enrique De Marchena, Listín Diario, March 16th, 1973).
José Ramírez Conde. (Partido, Dajabón municipality, 1940/Santo Domingo 1986). He joined the Fine Arts National School in 1957. In overtime, he got trained at Paul Giudicelli’s atelier, one of the two masters who
influenced the «condecito» artistic production (as his friends used to call him), alongside Jaime Colson. He is imprisoned for taking part in the conspiracy against Trujillo. He militates in political parties close to Communist tendencies, in the Art and Liberation Group, traveling to the Communist China, then returning back to join the urban struggle in 1965. This fact associates him to «The Fist,» a group that postulate a national and engaged art. In 1967 he has an individual exhibition which consecrated him as a painter associated to impressionism. Later on, while painting murals with Colson from 19691975, he makes a discourse and thematic turn into this master’s new-humanistic concepts. «Study
no
1, Electra,»
charcoal/paper,
78x45
cm.,
1975.
According to Colson’s new-humanistic approach, and the academic representation of a Classic or Greek reference, the painter conceives Electra in a mannered pose. The cape does not hide the naked, toned, vibrating body forms. She is a unique subject in a context of revival metaphysical architectural space.
Virgilio Méndez. (Santo Domingo, 1941). Recorded his first individual showing at The Commercial Hotel Bar, just upon graduating from the Fine Arts National School, in 1962. Assumes an art teaching position in San Francisco de Macorís (1963). He gets a scholarship to continue his training in Madrid, Spain, getting back in 1968, to have his second individual at the Dominican-American Institute, showing in his paintings an expressionist affiliation. During the 1970s, as an assistant professor at Colson’s academy, his nexus with the master became closer. «Social Gathering,» water-colour, ink/paper, 31x24 cm., 1976. Some of the women poses and mannerisms in this
social gathering, remind us of Colson’s school, despite the fact that they are in a neighborhood context. They are black women dressed in short and patterned clothes, with buns, scarfs and umbrellas. Three of them walking, the other one seated over a stone bordered by little flowers, with a greengrocer’s basket on her lap.
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Teté Marella. (Buenos Aires, Argentina, 1943). With a Alberto Ulloa. (Altamira, Puerto Plata, 1950). Like Ferrich training in diverse fields, mainly in arts activism, she arrives in Dominican Republic in 1973, undertaking different jobs in publicity and the press. Her first individual exhibition as a caricaturist of noble Santo Domingo’s characters, opened up at Casa de Teatro in 1974. In the 1970s, her colour pencils and water-colours typified her drawing of a strong conceptuality and structure; with poetic plump women and daydream atmospheres that broaden her personal universe. Her individual and collective exhibiting records are thick. She enjoys the esteem of various national art collectors. «Girl with Flowers,» watercolor, ink/paper, 5x6 inch., 1978. A drawing of a sweet rounded smiling head, car-
rying a basket full of red roses and thick green leaves. From the basket down to the neck, a head of hair, or an undulating calico creates a halo over the infant girl’s innocence.
Fernando Ureña Rib. (La Romana, 1954). Awarded as a painter in students competitions organized by the Friordano Group in 1970 and 1971. He graduated as a drawing professor from the Fine Arts National School, recording his first individual in 1973, presented by his master Jaime Colson. Then, he travels to Spain, setting off his objective figurations to open reflections as part of his professional growing as the oneiric drafter, grotesque painter and the organic sculptor he is. These are the definitions applied to his eleventh individual exhibition at Caferelli Gallery (Santo Domingo, 1979). cm.,
«Soroche (Mountain Sickness),» acrylic/canvas, 115x97 1978. In this expressionist portrait, humor, drawing
and color combine with no difference, showing the focused subject with an almost grotesque disproportionate humor. The dressed in green man adipose volumes, stooped, grey hair profile, big intertwined hands and reddish skin, fill up the frame format in a composition that hardly leaves a dark context. A short white neck and a cloth suggests the man is a bartender or a waiter.
nando Ureña Rib, he is linked to the 1970’s generation of artists. He studies at the Fine Arts National School and joints the Group of Six, taking part of collective exhibitions before he leave for Spain pursuing to broad his training. He graduates from the Real Academia de San Fernando, Madrid (1975-1977). «Pink Couple
in a
Hamlet,»
mix/canvas,
62x48
cm.,
1974.
The painting focus into a couple of naked lovers, surrounded by a white halo, at the forefront. The couple emerges from the bushes, at the opposite side of a reddish, purple and white tones hamlet that climbs up to a yellowish sky on the horizon. The thematic message is a symbolic one.
Alonso Cuevas. (El Limón, Jimaní, 1953). As in the case of Alberto Ulloa, he graduates from the Fine Arts National School. He forms part of the Six Group; take part in collective exhibitions, then travels to Europe. There, he complete graduate studies in Madrid and Marseilles and establishes his residence. His juvenile production allows him to win the prize at The Royal Bank Students Contest. At that time he tends toward the big format, the domestic themes, the still lives and the wellcrafted, refined chromatic farms. «Still Life,» mix/canvas, 91x120 cm., 1974 v «The Table,» acrylic/canvas, 154x178 cm., 1974. A style defined by the
Geometry and the use of a few chromatic ranges connect both pieces although their compositions differ. The «Still Life» conjugates on a disperse an distorted linearity in which three ranges alternate in the representation of a table with fruits, jars, glasses and a blue cloth; ranges that are repeated in the architectural context. The reddish ochre table color is repeated as well in almost all the mentioned elements, all of them partially illuminated in orange-colored yellow. The still life’s sharp drawing strengthen the composition increasing the contrast between the forms and the informal and soft gridded background. «The Table» is a conjugated composition with 371
Art and History at the Banco popular dominicano visual arts collection
an aerial view from the top. The geometric making define the axis furniture’s jamb and a couple of chairs’ backs different in size and location. The relation between the broad semicircular table and the small designs resembling a checkerboard is completed with two vertical and horizontal rectangular strips defining the floor. Pale yellow, the various blue and the red, are his essential colour ranges defining an eloquent new-plasticism from the Antilles.
Ada Balcácer. In the 1970s, his drawing and pictorial work is diverse and growing, synchronized with the guiding thread represented by the Antilles’ nature in its features: geography, flora, water, light, sky, woman and mythology. Her repertory is wide open, always marked by an exceptional or unique identification.
Aquiles Azar García. (Santo Domingo, 1932). He received his firsts artistic guidance from Gilberto Fernandez Diez (Colegio de La Salle) and at George Hausdorf Academy (1945-1946), culminating his instruction at the Fine Arts National School (1946-1950). Then, he opted for the Odontology career at the Santo Domingo University, completing his graduate studies in Argentina. In the 1950s he holds his first individual and takes part at different collectives and competitions. In 1963 he obtains an Honorary Mention at the Alianza Francesa’s Contest. He was also awarded in various editions of León Jimenes Contest, namely in 1968, 1969 and 1971. He won also an award at the 1974 National Biennial. «Composition,»
acrylic and ink/paper,
30x30
inch.,
1975
v «Jug and Casseroles,» charcoal, acrylic/canvas, 80x126 cm.,
1975. Both paintings offer different format approaches,
although not in the themes about pots-and-pans, and utilitarian utensils. The «Composition» on a square format shows a concentration of various objects, dipped in different tones, among them, yellow, blue and brown. In «Jug and Casseroles» the composition’s solution is horizontal and rhythmic from the high bottles to the four small tureens. The discourse, underlined by black lines
and thorough, tangled spelling, defines the expressionist language in both pieces.
Vicente Pimentel. (Santo Domingo, 1942). He graduates from the National School of Fine Arts (1968), standing out as a draftsman who obtained four awards at the E. León Jimenes Art Contest from 1966-1970. He worked as a teacher of drawing at the same institution from which he graduated, and was awarded first prized at the XII National Biennial (1972). After receiving a scholarship from France in 1973, he enrols in Marseille in a course about plastic expression. A second scholarship allows him to remain in Paris, where he studies museography, while dedicating himself to his studies and research. He resided in Paris, reaching a meaningful transcendence as a painter. «The Lovers,» ink/paper, 72x49 cm., 1972. Pimentel shows a sharp drawing and agility in the entities and spelling solutions; conceiving shape, movement and representations of a love scene. This drawing transmits an expressionist vigour that gets bigger with the paper vintage sepia, to showcase the lovers couple.
Ramón Oviedo. He goes through the 1960s as a militant artist recognized successively at 1969 and 1970 León Jimenes Contests. In 1974, at the XII National Biennial he is awarded the Great Honor Prize. From that year on, his pictorial work experiences a turn in his individual exhibitions; namely at Casa de Teatro (1974), the Modern Art Gallery, the Cándido Bidó’s Gallery and the Retrospective; all of them in 1979. Around that time, one of his pieces entered the OAS Contemporary Arts Museum, in Washington, DC. «Where Do We Come From?» mix/canvas, 140x181 cm., 1975. Big format painting, among those showed at Casa
de Teatro, «expressive, anguished thematic (…) like screams of a drama true testimony,» Jeannette Miller states, adding: The themes: Where do we come from? What do we are? And where are we going? are the human being classic questions in facing the existence (…) Red, and mammee colors, acrylic, oil, scrapped
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canvas, ointments and glue applying, hair treatment (…) Great treatment, great drawing, better composition and excellent expression (…) put us face to face to the men loneliness and the death». (El Caribe, Sept. 13th, 1975). «Cloistered» mix/ canvas, 20.5x20.5 inch., 1976. Related to anguish and loneliness, the focus reveals a man’s face behind thick bars on an extension and spatial movement. Distressed bars, full of nails contrasting with an immense background in red, conforming a cage that represents the confinement in himself. «Composition,» mix/canvas, 50x60 inch., 1979. In a blue and informal tone space, a body mass squirms, may be representing a lost astronaut or an anguished sidereal phantom. The diverse tonality ranging from yellow, mammee, black and red: tones as fragments with spelling, proposes an expressionist abstraction, lyric and fantastic at once. «Simulation,» oil/paper, 112x125 cm., 1975-1980. On a vertical composition, from a dark block emerge two hands holding a photography. In these elements transparent the human representations, same way as in the red context surrounding the said block. «Ramón Oviedo offers an introspective and autobiographical view corresponding to his so call red stage. It is a work of innumerable possible readings and disconcerting contents, expressed by the artist using graphology, patina and transparency». (Myrna Guerrero, «Connected Scopes,» 2011).
Guillo Pérez. Already a consecrated painter awarded and consummated exhibitor of the color and experience of native and faraway lands, he featured seven solo exhibitions, during the 1970s, increasing his presence in our collective showings, among then Festival Cagnes-ser-mer, France (1970), the XIII National Biennial (1975), and the contest Premio Independencia Casa de España (1976), getting awards in all the three events. «Caribbean Sea,» oil/canvas 31x36 inch., 1969 v «Colonial Zone,» oil/canvas, 43x51 inch., 1970 v «Time Course,» oil/canvas, 26x36 inch., 1971 v «Cry,» acrylic/canvas, 32x51 inch., 1973 v «Israelites,» acrylic/canvas, 30x40 inch., 1973 v «Seascape, Port,» oil/canvas, 35x51 cm., 1974 v «Banana leaf,» oil/canvas,
26x36 inch., 1974 v «Composition,» oil/canvas, 24x20 inch., 1975 v «Wagon, Sugarcane Time,» oil/canvas, 35x25 inch., 1976 v «My Land’s Sun,» acrylic/canvas, 35x47 inch., 1977 v «Rooster,» oil/canvas, 30x20 inch., 1979. The painting «Ca-
ribbean Sea,» (1969) has a connection with other semiabstract pieces or those using geometric planes from the 1960s. The seascape view is a composition of horizontal stripes: the short white, and the upper plane in red, defining the twilight, with vague pinks. The blue stripes delimit the seascape space, with tones denoting the train of close-faraway waves, and a white sparkle expressing a marolilla. Breaking the sea abstract landscape, the artist tackles a view of «Colonial Houses» in 1970, contrasting an architecture produced in brown and black tones with a sky with plenty of bluish and white firmness mix with yellow. There is a relational composition between the geometric conjugation of colonial urban space and the representation of «Time Course» (1971) of a vernacular and smallholder approach to human subjects represented in two different compositional planes. Back from a trip as an official guest in Israel, the painter produced a series expressing The Crying Wall dividing Jerusalem. He typifies as well the «Israelites» on a composition more defined by human groups in closer or more distant planes. The geometric planimetry keeps inspiring the artist in two themes with differentiated colour range and figurative constructions. Soon, the palette and the theme change in «Banana Leaves» (1994) and «Port Seascape» (1974) where the tropic is shown with a colour range with a nuance of light and brightness. That insular tropic is retaken in «Composition» (1973) in planimetric stripes where he alludes to the sugar factory and other plantation symbols, and the thematically view goes deeper, as in the second painting: «Wagon, Sugarcane Time» (1976), a bit narrative in its representation that includes rails, locomotives and sugarcane laborers, in a conceptual vision in red color, certainly representative of the exploitation at the sugarcane factory. Two more pieces: «My Land’s Sun» and «Rooster» explain the variety of a repertoire full of 373
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compositional similarities and differences, in the first one solved with three horizontal planes where the burning sun as a central element makes the sky look yellowish, burns the brownish soil and conforms a reflection of yellows and mammees in what seems to be a path and a water mirror. With «Rooster,» he bursts with a theme reiterating, in short and long terms, a quality of color command that made him a master, a differentiated heir of the Yoryi’s school. Orlando Menicucci. (Santiago, 1949). He was taking «Social Work» studies at the Universidad Católica Madre y Maestra when a student’s exhibition celebrating the opening of the institution campus, brought him in contact with five university colleagues, all of them founders of the Friordano Group, in 1967. The nucleus attracts the critics’ attention, institutional support and national projection. Orlando obtains the Second Painting Award at the IV Biennial in Ibiza, Spain, 1970, at the time his discourse already was showing the compositional, extra-pictorial and chromatic characteristics of a personal abstractionism. «Abstraction,» mix/canvas, 96.5x75 cm., 1970. In a rectangular format, the geometric figures in different scales and limpid forms, precise and with sober chromatic range; define a dominant structure of a black mass with triangles, circles and little metallic squares, resembling an sculptural conceptual plane on a space of not less chromatic light greys. On the opposite extreme, slender figures in an expansion in red with solutions in yellow.
Geo Ripley. (Caracas, 1950). The family’s exile was the reason he was born in Venezuela, growing up and getting his education in Santo Domingo; becoming known as a juvenile artist in 1967. That year his piece, «inspiration,» was awarded by the León Jimenes Contest. Associated to some other young artists, exhibit in different collectives during 1969-1970. That later year he takes part at the IV Biennial in Ibiza, Spain. In 1972 he is chosen for the «Expo New Image, 10 avant-garde artists» held at the Universidad Católica Madre y Maestra campus. In that period, he attends classes
and graduated as professor of Visual Arts at the Universidad Autonóma de Santo Domingo and follows graduate studies at Roma’s Fine Arts Academy (1972-1974). «Sign,» mix/canvas, 48x69 cm., 1973. A supportive of conceptualism as the artistic action register, he believes that the art work never stop been a concept, an idea or a symbol, represented as an aerial form in blue over a red background, projecting a perceptible pulsation.
Julia Sánchez de Guerra. (Puerto Rico, 1914/Santo Domingo, 2011). In her native island she started art studies. After marrying a Dominican man she settled in Santo Domingo, forms a family and continued studies at the Fine Arts National School. Private painting professor since 1966, she gets involved in the creation of APEC’s Art School, becoming its principal until 1975. During her tenure, she created the Infantile Painting National Festival. In 1977 she held an exhibition showing paintings and a recreation of religious icons. Three of her pieces focuses on urban spaces: «Yellow Facade,» acrylic/canvas, 59x78, 1978 v «Colonial Zone,» water-colour/paper, 14x22 inch., 1978 v «(Untitled),» water-colour, paper. 1978. Her gaze captures three spaces of the
Dominican capital ancient colonial houses. One of them, is the two floors facade with two brown closed door balconies and two bushes on plant pots. One of them crowns a roof fragment and the first level lateral doorway. A fourth and broad greenish door with relief is half-opened. The yellow colour coating the architecture is more enraged than in the other themes about buildings, captured in a two alleys corner, and an interior yard with facade, road, stairs, street-light, gardening and a vestibule communicating with a higher area, letting to perceive a bi-level construction. The paleness or absence of human beings in the three views, creates certain romantic nostalgia.
Nancy Rosado. (Licey, Santiago, 1940). Graduated from the Visual Arts National School and related to the 1960’s generation, she conduct specialized studies
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in lithography, murals and material’s typology, while teaching at La Vega’s Fine Arts School, at the Universidad Central del Este ‘Art School and the National School from which she graduated. In the 1970’s decade she exhibit in collectives and held, later on, an individual. In 1975 she is one of the exhibitors at «Dominican Art and Woman Today - An Homage to Celeste Woss y Gil,» showing and seminar. «The Cord’s House,»
acrylic/canvas,
36x60
inch.,
1978.
The painting focus is the facade’s recreation in yellow vintage tones, framed by San Francisco’s cord, composed by a lowered arch, festooned with the characteristic pearls from the «Catholic Monarchs» period. The drawing steadily precise the broad horizontal cord with knots and vertical drapes over two helmets, the arcade and the door slightly defining the bricks pave.
José Cestero. (Santo Domingo, 1937). He had pictorial notions when his father took him to see Yoryi Morel, then the Principal at the Fine Arts National School, in 1950. There he studies until 1954. Afterwards he travels to the United States, working at a New York’s public library and attending for a summer the «Mill Cooper School.» His relationship with painters influences his creative adventure, marked beforehand by José Gausachs, Eligio Pichardo, José Fulop and Gilberto Hernández Ortega. Middle of the 1960s he is back in the Dominican capital and hold his first individual showing in 1966. His discourse is active, dynamic, fluctuating, with certain expressionist narrative, according to the critic Manuel Valldeperes (El Caribe, March 26, 1966). Then, he returns to the U.S. and afterwards lives in Mexico. In his record, the awards obtained at the Eduardo León Jimenez 1964 and 1968 editions. Once again, he returns back to his native city in the second half of the 1970s. Raised in Santo Domingo’s ancient city quarter and port, the painter knows by memory its streets, buildings and squares related to the colonial centuries. But he doesn’t copy with a realistic view the surroundings of his ancient and singular spatiality
but from the point of view of the instinctive spirituality. In this sense, he starts to become the biographer recreating the Obando’s era city.
Alberto Bass. (Santo Domingo, 1949). He started studies at The Fine Arts National School, and continued at the Art Students League de Nueva York, where he resides since 1967 through 1971. In that city he registers his first individual showing. Back to his hometown he holds other exhibitions in solitary, and created the «Grupo Atlante,» been its leader and theoretician. With changing realistic discourses, his path from objectivity to the social content leads him to the hyper-realism, been its national main exponent with followers of diverse degrees of influence. «Little House,» mix/canvas, 70x75 cm., 1978. With his hyper-realistic language, the painter shows a neighbourhood house facade, with vertical and horizontals, lights and shadows balanced composition. Painted with a vivid chromatic tone, characteristic of a local house made of wood, zinc, showing a cement gallery with decorative blocks. A spontaneous garden completes the urban popular stamp and its socioeconomic conditions.
Yoryi Morel. Anthology of the Dominican Being: Yoryi Morel. 1969-1979 In «El Caribe» newspaper (March 1st, 1969) the critic Manuel Valldeperes escribió: «To say that Yoryi Morel is, strictly, a Dominican painter, is to stop short into the superficial or anecdotal. He is an artist who has never fooled himself, who has painted whatever he wants, however he pleases, according to his sensibility and his soul nakedness. His work in, general, deals with themes in line, due to his appeal, his special sensibility like, for instance, the Cibao’s characters and landscapes he paints with strength and furthermore, with loyalty. In this paintings there is not the picturesque but the pictorial. A 375
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temperamental painter, it is in this matters where he likes to emphasize his elements’ forms, holding them to make even clearer his phrasing. His shadows underlines the color transparency (…) for him, the relationship of the theme with nature-been-figure or landscape is fundamental in this paintings, but this is not a direct relationship. Is true that the artist is attached to the theme, not because of a mental approach but because of an emotional one». Valldeperes underlines Yoryi’s work: «it is a product of an emotional artist who has never fooled himself. What might seem as typical or folkloric in it, is essentially his life: lived and felt existence. That is why, not to stop short in the superficial… we need to understand his work is an echo of the national on today’s traditional painting. While other artists dig into the national essences through alien voices and expressions, Yoryi Morel arrives to the Dominican painting to stays on it sensing the path. His morphology is only tide to the emotional demands. Nevertheless, in his global painting we can observe, besides the nature nakedness, the joy of living effects. There is then, the essential Dominican being in his works, as we already recognized. We understand as Dominican being, whatever it is in the Dominican people mind and heart, what trembles through their spirit, and the supreme manifestation of being. Then, the Dominican being is essential to those born in this land and been essential is transcendental. This is what Yoryi Morel reflex in his painting –man and nature– making use, first of all, of the emotional factors». «His main concern has always been not to fall apart from reality. That might be the reason for his excellent light’s command in each one of his paintings, as well as the astonishing colouring. If colour is handled by him accordingly with de painting vital demands, light satisfy-always with accuracy- the emotional claims, closer to his plastic concern. (…) there is plenty of reminiscent in Yoryi Morel (…). «The evocative on his painting derives, not so much from the way he treats the issue, but from the balance between reality and the atmosphere surrounding it, the artist’s creative capacity who understand beyond the purely emotional, the receptive power. In Yoryi Morel the Dominican Republic has, what is
good to remind, one of the most sincere artists, not just because he has never fooled himself, but because he has always been loyal to the spirit that cheer up his life as a creator. In short: Yoryi Morel is a Dominican affirmation in the national painting of our time.» At the beginning of the 1970’ s the master of colour and light was still active. He was 64 years old and painted even while dreaming. Often he had to leave his bedroom and go to his small domestic atelier. He then take his palette and his brushes, and stood still in front of his easel. «When he didn’t paint –Papito Rivera writes– he stretched his tiny figure to grab the sharp notes he tears from his violin (…) Six of the greatest Yoryi admirers acquired the last pieces he painted almost blind, and anxiously they wait for the first paintings he would create when the light comes back to his pupils…» (Listín Diario, November 17, 1975). The sight impediment never defeated the obsessive painter he was. In such a situation, he used to fill up the canvases with multicolour stains, producing an abstractionist stage on his work, not disassociated from his chromatic style. In 1971, Yoryi Morel «was victim of a stroke (…) losing his right eye vision. Years later he fall totally blind for a week as a consequence of cataract on his left eye. Despite the difficulties, he had an operation (…) recovering the vision the artist has declared that, the day he stops painting «March 30th would wait for me,» referring to the area where Santiago’s cemetery is placed». (Emely Tueni. Listín Diario. September 7th, 1976). On November 26 th, 1972, the government awarded him with the Condecoración de la Order de Duarte en el Grado de Caballero. In his native home, Sánchez Street no 53, a Santiago’s writer Miguel Ángel Jiménez, on behalf of the then President, Dr. Joaquín Balaguer, imposed the award to the artist. In the presence of local authorities, friends and artists, the Presidential Special Aide delivered a speech saying: «Your paintings, Yoryi, will be exquisite presents for the soul, in the family room or at the nation even the world’s art gallery. That’s
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what justifies the present award by which, the President has distinguished you». Then, Yoryi said: «From the deepest of my soul, happiness made of ringing, roses, chiaroscuros and my homeland shades, come to tell me, almost at the end of my journey but with glorious elemental strength, that each day and every effort, each smile and each tear in my life, have been recognized and awarded with the magnificent honour you all leave in my chest» (Junior Lora, El Caribe. November 27, 1972). «Yoryi considers himself a brush poet,» is the title of an interview from 1977, subscribed by Rafael Pérez, in which the modern precursor who «got to the golden wedding with painting,» does not feel his decline. «On the contrary, after a visual illness already surpassed, he keeps painting with great energy and dedication,» declaring Ï feel the painting in all my being» (…) After all, I have had great vitality (…) I have been working with a none tropical intensity I love to paint spontaneously (…) I always try to be as sincere as possible in my life, to do what I really feel, even if I’ll have to suffer damage for it» (Rafael Pérez, La Noticia, July 24th, 1977). Yoryi Morel fell ill and was interned at the Corominas Clinic. Knowing he would never combine chromatic ranges again, not to smoke a cigar or get back to the family home; he asked to be accompanied by his kids. Jaime Morel (Jano) flew home from Argentina where he was doing career as a musician. The dying father asked him to play with the violin the song «Spring Breeze». «After listening to it, Yoryi said good bye, and entered the final sleep…» (Domingo Saint-Hilaire Junior, Listín Diario, Abril 16th, 1979). «Marine,» oil/canvas, 24x30 inch., 1964. The theme was not a usual one in master Yoryi Morel; always imbued by the Cibao’s and his native Santiago landscapes. Nevertheless, his work as a professor at the National School of Fine Arts pushed him to listen to the Caribbean Sea swell; to interpret it with his palette light. «Quartet (Farmers Celebration),» oil/canvas, 13x15 inch., no date.»The tittle subjects it is about a traditional «perico ripiao» livening up a farmers celebration with dancers, waiting for a barbecued pork on a brush shelter. «Elder Woman with Girl,»
oil/canvas, 13x16 inch., no date. The scene is a typical vision
of an impoverished house’ inhabitants. Landscape, watercolour/paper, 15x19 inch., no date. The fast stroke dominates a rural view composition. The chromatic contrasts create an emotional and impressionist atmosphere.
Languages’ New-Behavior Great and experienced Dominican teachers of modernity died in the seventh decade of the twentieth century, leaving trace of a transcended legacy: the avantgarde artist Jaime Colson, in 1974, the delusional Yoryi Morel, in 1979, and the hallucinated Gilberto Hernández Ortega, in 1979. Around the 80s, dies at age 95 the great precursor Celeste Woss y Gil (Santo Domingo from 1890 to 1985), while Darío Suro recalls in the city of Washington DC a cycle of Dominican landscapes and forests in ceramics, sculptures and paintings in acrylic almost parallel to his erotic period. Darío Suro combines aspects of landscape and human corporeality in the remarkable work «Storm,» oil/ canvas 48x36 cm., 1987; provides the visualization of an emerging leg until its foot, with storming waters moving. Painting of dramatic lyricism where figuration and geometric focus, define onslaught and death. It is an eloquent representation of our painting trajectory, in which Suro is a linchpin because of his constant and vital transgressions, or self ruptures justified when he claimed that to keep the same style and discourse-linguistic and thematic-is very boring. If some general features can be seen in our modern and contemporary visual arts, one is its timelessness in the Western context from which its nourishment emerges. Another one is the variety of its linguistic conjugations, and the third, the sense of belonging expressed by the artistic sector to interpret national trends to a greater extent. In the 1980s, the new Dominican configuration can be determined; the simultaneous realism as the academic and naturalist hyper-realism and magical realism. 377
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Also the conceptual new-abstraction and new-expressionism, the geometric configuration, the new-surrealism, the spectral new-humanism and landscaping from the 80s with which identify known, new and expert painters. The generation of the eighties, in its representation expresses the spirit of adaptation to certain historical patterns of Dominican painting, but the spirit of freedom in each artist tends to individualize as creator. NEW FIGURATION It’s a trend linked to realism that when excluding dramatic expressionism, mollifies reality with a serene, simple and subjective interpretation. It is taken up by some teachers: Fernando Peña Defilló, who abandons abstraction; with Guillo Pérez and his new approach towards local visions full of chromatic ranges, and even Darío Suro and his return to the landscape inspired by the island’s geography in a move from abstractions and eclipses to the native soil, the forest, the mountain, the nocturnal and even the human body as shown in «Storm,» from the bank collection. As sculptural works bound to the new figurative tendency, we have already alluded to «Ladies» and «Meninas» by the maestro PratsVentós, author even of landscaping and a paraphrase of related figures and faces. Dominican Figuration has nothing to do with the European tendency, especially French, although is related to the Antilles, Caribbean and Latin American interpretations. The Dominican trend has the following characteristics: serene speech, revisited Creoleness, placid imaginary beauty of the surroundings, non complex composition, direct conjugation, regularly planimetric, chromatic composition without affectation, self-indulgent, beautiful, bucolic, charming, humanistic, creative, bright…
Guillo Pérez. With paintings dating from 1946-1951, and an ascending career from the previously mentioned year, holds numerous solo exhibitions between 1969-1989, on topics about landscape, floral, colonial
monuments, roosters, a retrospective of drawings that express the addressing of his topics, series «Force and Motion and Force of my Land» (1988) and «Homage to Santiago» (1989), resulting in a solo presentation that makes him worthy of many awards including the medal «Pro-national» art, awarded by the Ateneo Amantes de la Luz. «The Sky of my Land,» oil/canvas, 38x78 inch., 1983 v «Red Wood,» oil/canvas, no date v «Sugar Factory,» oil/canvas, 60x76 cm., no date v «Colonial Zone,» oil/canvas, 78x93 inch., 1986-1988 v «Oxen, Wagons and Carts,» oil/canvas, 75x100 cm., 1987 v «Sugar Cane and Oxen,» screen/paper, 60x85 cm., 1985 v «Marina,» oil/canvas, 83x103 cm., 1987 v «Port,» oil/canvas, 60x75c cm., no date v «Carts and Oxen,» oil/canvas, 150x190 cm., 1983.
Cándido Bidó. In 1980 the artist has fifteen solo exhibition, seven awards in national art competitions and an unmistakable presence whose style gives primacy to primary colors. In 1980, at the Museum of Modern Art, he helds his sixteenth personal exhibition entitled «Bidó» with the caption, «I paint the things and people in my village,» referring to his native Bonao, town that marks his poetic essence: affable, dazzling, imaginative, simple. His round face characters with almond shape eyes offer a hieratic serenity, leading a «Blue Paradise» of landscapes, houses, flowers, birds and distinctive sunshine… The romance, the magic or surrealism consolidate in his personal universe. «Birdcage,» acrylic/canvas, 100x75 cm., 1980 v «The Tree and Birds,» acrylic/canvas, 102x 102 cm., 1981 v «Woman with Bird,» acrylic/canvas, 100x65 cm., 1984 v «Women in Profile,» acrylic/canvas, 60x75 cm., 1984 v «Maternity,» acrylic/canvas, 100x75 cm., 1984 v «Maternity,» oil/canvas, 100x75 cm., 1985 v «Village Girl,» screen/paper, 84x58 cm., 1985 v «Adam and Eve,» acrylic/canvas, 151x127 cm., 1986 v «Woman with Bird Toy,» acrylic/canvas, 1987 v «Head,» acrylic/canvas, 45x55 cm., 1988 v «Untitled,» 2 watercolors/paper, 32x26 cm.,and 78x26 cm., 1978-1982.
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Francisco Santos. (Santo Domingo, 1949). Disciple in- his most renowned work recreates naïve images in plane fluenced by Norberto Santana at the National School of Fine Arts, obtains an award with his drawing «Peasant» in the XIII Biennial held in 1974, offering a personal figuration that reconfirms with the first solo exhibition hereafter. His compositions are simple, solid and with warm colours, addresses still lives, landscapes and full lips brown women. His still lives offer simplicity in relation to pop art. According to Marianne De Tolentino, (Listín Diario, Sept. 18, 1974), The landscapes transmit, with his handling of lines, well-defined volumes and vibrant ink, the burning tropical sun, an atmosphere with some dramatic character. The painter has recorded seven solo exhibitions from 1974-1987, and has won national and international recognition. In his sample from the gallery «The Magual,» he incorporates pigeons to his series, remembering that as a child he used to raise them in his house backyard. Francisco Santos will maintain consistency of new figuration to its «Experiences of the Barrio,» series showing in 1997. «Brown Woman and Flowers,» acrylic/canvas, 24x30 inch., n.d v «Oranges and Doves,» acrylic/canvas, 27x32 inch., 1983 v «Morena with Pamela,» acrylic/canvas 24x20 inch., 1983 v «Sea Birds and Fishers,» acrylic/canvas, 40x60 inch., 1986 v «Seascape,» acrylic/canvas, 30x40 inch., 1988 v «Landscape,» acrylic/canvas, 40x36 in v «Two Houses Landscape with Several Trees,» acrylic/canvas, 40x60 inch., 1988 v «Dove with Coffee Plantation Bouquets,» acrylic/canvas, 40x60 inch., 1988 v «Girl with Pamela and Dove,» acrylic/canvas, 30x40 inch., 1989 v «Mulatto Woman,» acrylic/canvas, 50x59 inch., 1989.
Shum Prats. (Santo Domingo, 1952). He graduated from the School of Design and Decoration from the Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña, his work is influenced by his relatives Antonio Prats-Ventós (father) and Ramón Prats-Ventós (uncle), though he establishes distance and differentiate from them. With prize won in the Competition Casa de España (1976), he holds six singles between 1975 and 1980. He is considered a «Special case» in the artistic generation to which he is associated,
compositions with great chromatic neatness. It’s a painting stripped of drama, amiable, of serene beauty, intimate and with a somewhat timeless atmosphere. Its architectural themes are: streets with native houses, states with furniture, fruits, gardens and hardly human presence; all are just symbolic and inanimate. Although he deviated with other productions, his affable work adheres to the new local figuration, holding exhibitions with paintings following this trend for years. «From the Window, Garden and Houses,» acrylic/canvas, cm., no date v «Chairs, Flowers and Oranges,» acrylic/ canvas, 152x101 cm., no date v «Plaza,» acrylic/canvas, 30x40 inch., n.d v «Child with Balloon Against Three Houses,» acrylic/canvas, 40x30 inch., 1989. 400
Daniel Henríquez. (Santiago de los Caballeros, 1946/1996). He studied Law and Industrial Engineering at the Universidad Católica Madre y Maestra, in his native city, where he is co-founder of the Group Friordano with samples exhibitions from 1968-1972. In the latter year he is selected for the Expo-New Image: 10 Avantgarde’s Artists,» obtaining a painting award in the Casa de España Competition, 1976. At the time, he lived in Santo Domingo, where he was working as an engineer, career that he leaves to become an art gallery owner or dealer and to pursue his painting. His growing projection is supported by countless individual exhibitions, his presence in domestic and international exhibitions. In the Friordano exhibitions, he showcases paintings of housings in small formats and simple designs. He broadens his themes in 1976, influenced by Cuban Emilio Sánchez and Fernando Peña Defilló; influences that he personalizes with the single theme of their Republican, Victorian and native homes, holding exhibitions with real references, using methods such as the use of masking tape, of templates and collage. Henríquez becomes a pictorial builder of Dominican houses and villages with planimetric compositions, neat colours, submerged in 379
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the desert landscape and an atmosphere of lunar magic, sunny and an explosive sky full of flowers, resulting in a great promoter of the new figuration. «Little Dominican House,» acrylic/canvas, 105x50 cm., 1980 v «Little Dominican House,» acrylic/canvas, 104x41 cm., 1981 v «Little Dominican House,» screen/paper, 83x60 cm., 1985 v «Little Dominican House,» screen/paper, 85x62 cm., 1985 v «Little Dominican House,» acrylic/canvas, 75x100 cm., 1989.
Amaya Salazar. (Santo Domingo, 1951). She starts her training at the Academy of Painter Julia de Guerra (1979), continuing in the School of the Museum of Fine Arts, Boston (1979-1980). She holds five solo exhibitions from 1981-1985, showcasing four additional ones between 1987-1990, in Madrid, Bilbao, Milan and Santo Domingo. Her first exhibition established a highly personal visual voice. The moderation of her various themes offer a thinner chromatic composition, a conjugation between sfumato-light of daily eloquence and new figuration. Critics appreciate a «beautiful style (…) a subjective intimate universe» (Satur Abon), «reality becomes fantasy, perhaps articulating a better world» (Cesar Iván Feris). «Untitled,» oil/canvas, 95x49 cm., 1982 v «Two Women,» Oil/canvas, 30x40 cm., no date v «Maternity,» oil/canvas, 40x50,» no date v «Couple,» acrylic/canvas, 100x75 cm., no date.
Danicel/Danilo De los Santos. (Puerto Plata, 1942). He is trained in Santiago de los Caballeros where he does all his schooling, artistic and academic studies, cofounded of the Group Friordano which emerged in the Universidad Católica Madre y Maestra (1967), where he obtains a Bachelor’s degree in Education and is linked as faculty and staff from various areas. In 1972, he holds a solo exhibition where he showcases the maroliano theme, feminine, naive and black, which appears in various cycles that are associated with the new configuration. «Marola,» silkscreen/paper, 85x60 cm., 1985 v «Marola in front of a Stained Glass,» oil/canvas, 126x101, 1989 v «Carnival,» mix/paper, 74x109 cm., 1990.
Adolfo Piantini. (Santo Domingo, 1946). He was initially trained at the ENBA and the Academy of Gilberto Hernández Ortega, later studied in New York at various art schools, establishing residence in the United States. Jeannette Miller states: «He begins exhibiting in 1966 and his expressive language is channeled through shadowy images that relate to his learning experience with Hernández Ortega and Elsa Núñez. Piantini himself recognizes that his pictorial work was primarily impacted by a Renaissance influence, followed by a period of attraction for the Gothic to get to expressionism, and the product of his encounter with Rowalt, to a new-fauvism. Then, he was impressed by the work of Fernando Peña Defilló, and started incorporating the characteristics of what is called new Dominican figuration (…). In his last solo in 1977, Piantini continues working the Dominican image through a kind of monumental composition reminiscent of Cándido Bidó’s proportions. (JM, History of the Dominican Painting, 1979, pp.77-78).
Jorge Severino. (Puerto Plata, 1935). He received drawing training form maestro Arzeno Rafael at a school in his hometown, continuing his pictorial creation on his own, holding first solo exhibition in 1966. He gets painting awards in the IV León Jimenes Art Contest (1968) and the XIII Biennial (1974). «The Lady» is the winning work, which poses a figurative style on black women highlighted in white, individually targeted in his second individual exhibition in 1978. Magic and myth are welcomed in his works, among other matters that relate him to Dominican Pop Art. But «Family Portraits,» presented at Casa de Teatro (1981) and other related series from 19831986, are the ones which lead him to a formal imaginary iconography, linking him to the new configuration. «Lady,» canvas print/paper, 35x26, 1985 v «The Bride,» mix/canvas, 106x90 cm., 1985. «Untitled,» acrylic/canvas, 104x90 cm., 1993 v «The Bride 1,» acrylic/canvas, 101x91 cm., 1994 v «Black Lady,» acrylic/canvas, 101x76 cm., 1995.
Thimo Pimentel. (Santo Domingo, 1941). Personality of many facets: doctor, artist, photographer, sculptor, painter,
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ceramist and cultural manager; he has formative links with Gilberto Fernandez Diez, Paul Giudicelli and Eva Kaufman. First solo exhibition in 1963, then presenting numerous solo exhibitions, earning awards in national competitions and partnering as a member of Group Projects. He is founder of the Triennial Elit-Tile, which places the Dominican Republic on the international map of contemporary art ceramics, between the end of the last century and the beginning of the XXI century. Thimo is a ceramicist of renowned trajectory, cultivating it in two-dimensional works (murals, paintings and tiles) and three-dimensional works (architecture, sculpture and functional objects). «White Horse,» framed ceramic assemble, 10x10 inch., 1980.
Carolina Cepeda. (Río San Juan, María Trinidad Sánchez Province, 1952). Educated in the city of Santiago, studied painting at the School of Fine Arts, and Social Work at the University Madre y Maestra, which is part of Group Sinople, performing locally as a teacher of painting at her personal neighbourhood school. With a presence in national collectives, recorded 15 solo shows between 1970-1990. She was guest speaker at the exhibition Dominican Women and Art Today-Homage to Celeste Woss y Gil, held in Santo Domingo, 1995. One of the showcases of the painter, entitled «Canto a mi Tierra,» brings about several cycles of a recognized landscaping in their recreations or exhilarating reinvention of reality. The new figuration is explicit in his work developed with fresh and bright chromatic range, a work that is multiplied in the treasures of Banco Popular. «Mouth of the Ozama River,» acrylic/canvas, 118x167 inch., 1979 v «Untitled,» acrylic/canvas, 21x29 inch., 1980 v «Untitled,» oil/canvas, 24x29 inch., 1980 v «Untitled,» acrylic/canvas, 100x25 cm., 1982 v «Landscape,» acrylic/ canvas, 55x70 inch., 1984 v «Landscape,» acrylic/canvas, 76x30 cm., 1984 v «Landscape,» acrylic/canvas, 76x30 cm., 1985 v «Untitled,» acrylic/canvas, 76x30 cm., 1985 v «Tobacco Ranch,» color screen print 100/120/paper, 76x50 cm., 1986 v «Landscape,» acrylic/canvas, 100x37 inch., 1988 v
«Landscape,» acrylic/canvas, 101x38 inch., 1989 v «Landscape,» acrylic/canvas, 100x75 inch., 1989 v «Landscape,» acrylic/canvas, 60x75 cm., 1989 v «Landscape,» acrylic/canvas, 60x75 cm., 1989 v «Landscape,» acrylic/canvas, 60x75 cm., 1989 v «Untitled,» acrylic/canvas, 75x100 cm., 1989 v «Untitled,» acrylic/canvas, 60x75 cm., 1989 v «Landscape,» acrylic/canvas, 100x37 cm., 1989 v «River Landscape,» acrylic/canvas, 100x75 cm., 1989 v «Washerwomen on the River,» acrylic/canvas, 75x59 cm., 1989.
Juan A. García Lestrad. (Santo Domingo, 1952). Exhibits juvenile solo in 1966. He studied graphic design, connecting to Atlante Group during 1970. Records more than six solos, distinguishing himself by a figurative style of profuse lines defining the issues which he mollifies with a narrative of ardent chromatism. He signs his works with the second surname Lestrad. «Landscape with Woman Washing,» oil/canvas, 24x30 inch., 1987 v «Scarecrow,» acrylic/canvas, 24x30 inch., 1992.
Alette Simmons. (Madison, WI 1952). With art education, especially in «Newcomb College of Tulane University (1971-1975), she is linked to the country by marriage to a Dominican native. Artist working various forms: sculpture, installation, painting and video. She holds nine solos from 1976-1991. Her discourse is evocative of contemporary stylistic trends, standing out restrained colour tones in warm refined configurations. «Girl with a Boy Friend,» mixed metal/canvas, 100x75 1985 v «Family,» oil/canvas, 100x75 cm., 1985 v «Higuey Couple,» oil/canvas, 76x121 cm., 1985. cm.,
NEOHUMANIST FIGURATION In a discursive tradition linked to Jaime Colson, influential teacher of generations of artists between 19501978, its archetypes of mannered and racial subjects, mulattos and blacks, are repeated in neo figurative discourses, as in the case of the painters Baron Arias and Virgilio Méndez. 381
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Virgilio Méndez. After adhering to neo humanism composition tied to visible and covert geometric rules linked to the portrait of black graceful women from lowincome neighborhood, the painter showcases ladies with exotic and old-fashioned outfits and appearances: nice ladies focused as «portraits» removed from time, although in a visionary fashion, associated with an illusory Antillean or Caribbean court. «Figure,» ink and watercolor/paper, 31x24 cm., 1984 v «Figure,» ink and watercolor/paper, 31x24 cm., 1987 v «Black Woman,» ink and watercolor/paper, 30x50 cm., no date v «Figure,» ink and watercolor/paper, 30x20 cm., no date v «Untitled,» oil/canvas, 75x60 cm., no date v «The Lady of the Songs,» screen/paper, 64x89 no date v «Great Lady,» media/ paper, 50x40 cm., no date v «Woman and Fish,» acrylic/canvas, 30x24 inch., no date.
Barón Arias. (Santo Domingo, 1955). This Jaime Colson’ student customizes the neo humanist canon upon graduating from the National School of Fine Arts in 1974. Years later he held the first solo composed by fifteen drawings (1976) and in subsequent years, 1977-1978, two other exhibitions. He shares his time between New York and his hometown. In 1983, he achieves a drawing award from the León Jimenes Art Contest makes evident an image of timeless condition with its refined drawing with the ink pointillism technique associated with similar works and a posterior nucleus of paintings. In this nucleus, the thematic focus are neighbourhood girls, absorbed and candid, of mulatto features and dark skin, modelled in their drawn shapes and typified in the costumes and hairstyles in illusory contexts, chromatically soft. «Girl in the Window,» acrylic/canvas, 27x34 inch., 1986 v «The Sisters,» acrylic/canvas, 34x27 inch., 1986 v «Girl,» acrylic/canvas, 28x22 inch., 1992.
GEOMETRIC AND REMINISCENT FIGURATIONS The memory of an earlier time, as a pre-romanticism scene, visionary landscape and mastery icon; as pictorial
encompasses names and figurative artworks with semi figurations belonging to a core of artists: Roberto Flores, Soucy Pellerano Said Musa, Elsa Núñez, Leopoldo Pérez, Dionisio Rodríguez, Norberto Santana, Alberto Ulloa…
Soucy de Pellerano. (Santo Domingo, 1928). She receives in Puerto Plata her first artistic guidance from Rafael Arzeno. Upon returning to her hometown she follows a professional career at the University of Santo Domingo and receives guidance from Rafael Pina Melero and Paul Giudicelli, completing training at ENBA, where she graduates in 1967. That year she holds a first solo, showcasing another 14 personal exhibitions until 1987. To this date, she has been awarded several times at the León Jimenes Art Contest, and among many other honours, a prize in drawing at the National Biennial 1972, appearing in «New Image Expo: 10 Avant-garde artists.» As an artist, she has been a woman of remarkable and versatile productivity. In her role as painter, some of her works interpret the industrial mechanical world, in compositions full of schematic attractions and warm chromaticism that reveals a geometric accumulation. «Base UFUS J. L.,» oil/canvas, 24x30 inch., 1988.
Roberto Flores. (Santo Domingo, 1949). He studied at the National School of Fine Arts, where his principal teachers were Pedro García Villena, Domingo Liz and Jaime Colson, with whom he specializes in mural painting. Upon graduation in 1969 obtained first painting prize from the school and an award in drawing at the León Jimenes Art Contest. In 1976 he featured his first solo and a second one in 1980. Together with Baron Arias held an exhibition in 1984. His works express nostalgia in a yellowish vision of colonial houses like in the case of other neo-humanist or proto-Corsians figurations, tending to a reduction of determined images with geometric patterns or neo-cubist tendency.
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«Colonial Zone,» acrylic/canvas, 20x14 inch., 1984 v «Face,» acrylic/canvas, 20x16 inch., 1986 v «Cellist,» oil/canvas, 40x30 inch., 1992 v «Composition,» oil/canvas, 40x30 inch., 1991 v «Face profile,» mixed/canvas, 49x39 cm., 1986 v «Untitled,» oil/canvas, 100x80 cm., 1989 v «Abstract,» mixed/canvas, 100x75 cm., 1991 v «Music,» acrylic/canvas, 32x39 inch., 1989.
Norberto Santana. (Santo Domingo, 1943). He graduated from the National School of Fine Arts (1963), with extensive training in Spain, then completing training with his teacher Colson. He holds first solo in the Dominican capital (1966-1967), earning an award for painting at the V León Jimenes Art Contest (1969). During the 1970s showcased four solos. He produces Duco and fresco murals, accept responsibility teaching, showcasing solos later on, during the 1980s decade. With a refined style of combined figurations in compositions of «rectilinear geometricism,» one can notice a neoclassicist display in his discourse. The qualities of that style are lost, approaching later on –during the 1990s– themes related to social reality: neighbourhoods, landscapes and human subjects among other everyday issues, his palette offers clarities in spectrum and light, persisting in its diagram and geometry. «Landscape,» acrylic/canvas, 50x60 cm., 1985 v «Landscape,» acrylic/canvas, 60x50 cm., 1986 v «Landscape,» acrylic/ canvas, 52x77 cm., 1986 v «Landscape,» acrylic/canvas, 75x100 cm., 1988 v «Untitled,» acrylic/canvas, 60x75 cm., 1993.
Said Musa. (Santo Domingo, 1959). He studies at the ENBA during the years 1967-1972, under the teacher Jaime Colson. He is a draftsman, painter, ceramicist, muralist and an award-winning sculptor in León Jimenes Art Contest (1992) and the National Biennial (1994). He has held several solo exhibitions from 1980 to the present century, in his style of painting, the figurations are characterized by strong chromatic contrasts accentuated by lines and suggestive geometric shapes. «Child sitting,» oil/canvas 121x66 cm., 1993.
Dionisio Pichardo. (La Vega, 1929/Santo Domingo, 2010). He lives in the Dominican capital, attends artistic and literary gatherings, embarking on his own pictorial complete training by attending the National School of Fine Arts and received guidance from the teacher Colson. He is associated with the 1950 generation. He held solo exhibitions for a decade, from 1957 to 1959. With a living experience in New York, he held a solo exhibition in that city before returning back to his birthplace, where he continued his artistic career. His work ranges from dense expressionist figurations, abstractions and works of geometric solutions. «Picasso Contemplating 64x53 cm., 1983.
the
Dove
of
Peace,»
oil/canvas,
Leopoldo Pérez (Lepe). Leaving behind the stark social drama of strong black frame of the 1960s, though while still being expressionist, since the showings of the Proyecta Group, to which he belongs, his palette becomes lighter with yellow and bluish textures. Between 1974 and 1987, he develops new compositional themes showing landscapes, strolls and sellers, not excluding the space geometrizations as «drawing armature» surfacing or internalized; demonstrating «Lyricism and spiritual vitality (…) which expresses that character of uniqueness settling his painting as only Lepe knows how,» comments Abil Peralta Agüero. «Sailboat,» oil/canvas, 83x106 cm., 1983 v «Mountain Landscape,» oil/canvas, 75x100 cm., 1986 v «Pinewoods,» acrylic/canvas, 86x114 cm., 1987 v «The Stroll,» oil/canvas, 88x104 cm., 1987.
Alberto Ulloa. (Altamira, Puerto Plata 1950). He returns from Spain with a Professor of Fine Arts degree from the Royal Academy of San Fernando, Madrid, in 1977, the year he holds a solo exhibition at the Gallery Auffant. In 1978, another solo showing is presented at the Gallery of Modern Art, achieving an award for painting at the XIV Biennial in 1979. Ulloa’s new production
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demonstrate on one hand an imaginative figuration allusive to linguistic connections, and on the other an opposing figuration combining geometric solutions. In this latter trend one can perceive a Picassian connection, as well as with Dominican masters. «Character,» media/paper, 60x40 cm., 1980 v «Face,» acrylic/canvas, 30x40 inch., 1984 v «Woman in the Mirror,» acrylic/canvas, 57x33 inch., 1984 v «Portrait of a stranger,» acrylic/canvas, 98x152 cm., 1988.
Elsa Núñez. (Santo Domingo, 1940). She graduated as a teacher of drawing and painting at the ENBA (1962) beginning her individual exhibitions in 1963, adding another six until 1970, when she travels to Spain to expand her training. In Madrid she shows two solo exhibitions in 1971. Upon returning to the country, she increases her work as a teacher, as a host for children’s workshops and exhibitor at local and international collective showings. Between 1972 and 1985, she showcased 15 personal showings, among them, a retrospective that includes 80 paintings. Around the latter year mentioned, her discourse offers an expressive openness where the internalized landscape of clear refreshing shades, consisting in simultaneous abstractions with the figurations of women with elongated forms expressing spring voices, or representing the season of flowers and butterflies, among other visions of new-romantic tendency. «Face,» acrylic/canvas, 62x52 cm., 1987 v «The mysterious bottom of the sea,» 125x125 cm., 1987 v «The mysterious bottom of the sea,» acrylic/canvas, 125x125 cm., 1987 v «Work Untitled,» acrylic/canvas, 100x75 cm., 1991 v «Woman with Flowers,» acrylic/canvas, 75x60 cm., no date v «Woman with Bougainvillea,» acrylic/canvas, 90x60 cm., no date v «Woman Resting,» acrylic/canvas, 75x100 cm., no date v «Women with pamela hat and Butterfly,» acrylic/canvas, 75x60 cm., no date v «Spring,» acrylic/canvas, 75x60 cm., no date v «Woman and butterfly,» screen/paper, 38x100 cm., no date v «Lady with Flowers,» acrylic/canvas, 76x101 cm., no date v «Abstract,» oil/canvas, 76x100 cm., no date.
NEO-SURREALITY Surrealism is a literary and visual trend that postulates dream and hallucinatory image as a way of understanding concepts, thoughts and the imaginable feeling isolated from the objective world, appearing late in the Dominican Republic. Here it develops in its early stage with pioneer names: Eugenio Fernandez Granell, Jaime Colson, Joseph Gausachs, Hernández Ortega, Julio Vega Batlle, although no absolute, with a dividing line in 1960. From this date, the second stage that we denominate Neo-Surreality, starts with the transit of Jorge Noceda and Luis Oscar Romero from the distant New York, is represented by Iván Tovar, José Félix Moya, Domingo Liz, Clara Ledesma, Félix Brito, Thelma Lora, Dionisio Blanco, Alberto Ulloa, Ignacio Corner (Kuma), Fernando Ureña Rib, Manuel Montilla and Vicente Fabré. . Félix José Moya. (Sánchez, Samaná, 1944). He starts his pictorial training in La Vega, continuing at the National School of Fine Arts, where he graduated as a teacher. In 1967 he holds the first solo comprising 24 oil paintings in which he initiates his adhesion to surrealism. In his discourse on planimetric and deserted landscape he is occupied with thoughtful images marked by the oneiric, which is what distinguishes him as one of the foremost surrealist painters marking a sustained journey in the second half of the twentieth century. «Spell of the Fourth Dimension,» acrylic/canvas, 75x100 cm., 1988.» v «Spell of Criptomas in the Desert of the Irrational,» acrylic/canvas, 88x91, 1991 v «Marina with Pelican» acrylic/canvas, 100x75 cm., 1988.
Iván Tovar. (San Francisco de Macorís, 1942). After moving to Santo Domingo he gets to enter at age 13 in the National School of Fine Arts, from which he graduated, holding solo exhibitions between 1959 and 1962. He is an artist associated with the generation of 1960 who decides to travels to Paris where he gets experience as a militant and becomes associated with the teachers José
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Gausachs and Hernández Ortega, in relation to their discourses and surreal temperaments. In the Parisian milieu he gains awareness about Surrealism, producing a work of absurd forms, organic, imaginative, voluptuous, smooth, sometimes with thorny elements in an atmosphere of poetic solitude. In France he has been recognized as the new voice of surrealism at the moment of his returns to the country, performing solo exhibitions in addition to those featured in several European countries. His name and work boast of local and international prestige. Work «Untitled,»
charcoal and crayon/paper,
60x94,
no date.
Félix Brito. (Santo Domingo, from 1945/2003). He studied at the School of Fine Arts during the years 19611967. He participates and gets an award in drawing at the León Jimenes Contest of 1969, holding solo exhibition that year, and then a second one in 1970. In the XIII National Biennial (1970) he gets a special prize for the work «Imaginary Portrait of a Girl,» participating in the exhibition «60s’ Generation» organized by the Modern Art Gallery in 1982. His pictorial discourse is characterized by formal tidiness. His themes give privilege to nudes paintings and young faces and graceful maidens transmitting a particular oneiric poetic.
then moved to New York where she establishes residence, maintaining her link with the home country where she constantly displays her imaginative, magical, mythological and surreal pieces. «The Twins,» oil/canvas, 100x83 Trio,» oil/canvas, 30x40 inch., no date.
cm.,
1988 v «Astral
Santiago Sosa. (Santo Domingo, 1945). After studying at the National School of Fine Arts, obtains a painting award in the XIII National Biennial (1974), featuring in San Cristobal City Hall (1975), at the Gallery of Modern Art (1977), as well as participating in various collective exhibitions. His discourse subscribes to absurd, hallucinatory and conceptual figuration attached to Surreality. «Composition (Character),» acrylic/canvas, 36x24 inch., 1996 v «Woman with Butterfly,» acrylic/canvas, 75x60 inch., no date.
Ignacio Rincón (Kuma). (La Victoria, North Santo
Butterfly,» oil/canvas, 75x60 cm., 1976 v «Woman with Pamela,» oil/canvas, 60x75 cm., 1976.
Domingo, 1951). A draftsman, printmaker and painter. He is known by the nickname of Kuma, which he uses to sign his works. Graduated from the ENBA, he was part of the Group The Six, with whom he participates in a collective exhibition, then going away to Spain where training expands and establishes residence. In 1986 holds his first solo at Casa de Teatro, holding other solo exhibitions in 1987 and 1988.
Clara Ledesma. (Santiago, 1924/Nueva York 1999). A
Series «The Revelations of the Forest Clearings,» oil/canvas, 198x63 cm., 1987.
«Woman
with
draftswoman and a painter, she received guidance at the Yoryi Morel Academy, training at the National School of Fine Arts, where she was notable disciple of Joseph Gausachs. She held her first individual exhibition in 1952, and is the only woman artist in the Group of Four, with Colson, Hernández Ortega and Gausachs. She traveled to Madrid where she expands her knowledge, returning to Santo Domingo where she exhibited actively in collective and individual exhibitions. She gets numerous national awards showcasing in various countries, and
Vicente Fabré. (La Vega, 1946). Sculptor, ceramist and painter who graduated from the School of Fine Arts in his hometown, where he was a teacher. Between 1973 and 1988 he had fifteen solo exhibitions, mostly in Santo Domingo, where he is teaching. «Circus Acrobatics,» was the title of the exhibition of 1988, which he held before moving to the United States, living in New York and Miami, the cities where he features in individual and collective exhibitions. His circus discourse adheres to a
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recreation of playful and surreal aspects, in a figurative and narrative atmosphere. «Circus Acrobats,» acrylic/canvas, 39x40 cm., 1988.
Luichy Martínez Richiez. (San Pedro de Macorís, 1926/Santo Domingo, 2005). Associated with the first promotion of National School of Fine Arts, holds her first solo in 1949, expanding her training in Argentina and France. She establishes home in France, often returning to the country, featuring solo exhibits and participating in competitions that reward her sculptures. Three-dimensional, draftswoman and painter artist, settled permanently in Santo Domingo in 1981. Her visual references conceptualize aspects of the island reality, leading to a surreal production where eroticism is the sign, even in her paintings where female corporeality/mulatto responds to an implausible imaginary. «Bather,» acrylic/canvas, 75x43 cm., 1987 v «Untitled,» acrylic/canvas, 86x51 cm., 1992 v «Untitled,» acrylic/canvas, 152x100 cm., 1995 v «Figure (Bust),» acrylic/canvas, 40x60 inch., 1998.
Teté Marella. She is considered to be Dominican due to her four decades of artistic devotion and residency in the country, she takes on a leading role in individual and collective exhibitions. Between 1984-1997, displays her production visually shaping her history of individual, family and female myths, starring «dreamy and compelling ladies in their immensity and ingenuity (…) with gestures oscillating between the real, the apparent, the marvelous and the absurd. Marella usually brings in new elements of a universe imbued in both playful and dreamlike nature in each exhibition…» (Myrna Guerrero, El Caribe, May 17, 1997). «Composition,» acrylic/canvas, 40x50 cm., 1980 v «Over69x53 cm., 1987 v «Fat Woman,» screen/paper, 85x60 cm., no date v «Untitled,» oil/paper, 69x53 cm., no date. ture in bicicios,» media/paper,
Thelma de Lora. (Santiago, 1932). Her training is linked to Gaby Lichart (Brazilian) and Rosa Idalia García (from Santiago). She obtains a drawing award in the contest León Jimenes (1971), holding a cozy production with fickle exhibition records until she held an individual at Casa de Arte (Santiago, 1988). Later she features in Jacinto Domínguez (1990) and was selected to exhibit in the Dominican painters collective at the Art Gallery of the OAS (Washington DC 1991). With different linguistic and thematic twists, ends with an amplitude of surrealist visions alluding to ecology and the affective imagination. «The Machine,» acrylic/canvas, 45x60 inch., 1990 v «And Peace Settled over Me,» acrylic/canvas, 29x41 inch., 1989 v «With Me in the Deep,» acrylic/canvas, 41x30 inch., 1989.
Dionisio Blanco. (San Cristóbal, 1953). Studied at the National School of Fine Arts, presented his first solo in 1978, which won first drawing prize at the XVI National Visual Arts Biennial. Draftsman and painter, assumes the role of art critic and university professor, and in this century is dedicated to the sculptural creation. Between 1984 and 1990 held five other solo exhibitions, two in New York and the third in Vermont, where he enjoyed art residency scholarship. With a presence in collective exhibitions inside and outside the home country, he enjoys international critical prestige. Fernando Vargas, addressing the topic «Topography for a Phantom Field,» argues: It is well known that the greatest influence on Dominican surrealist painting comes, no doubt, from Salvador Dalí. However, in recent years has appeared a renewal of the surreal mythical decorated through a new strategy. This new reality empowerment arises under the apparent incarnation of the representation of the similarity between the painted world and its own update. Moved by this dialectic is emerging a figurative instinctual space immersed in the roots of the playful touched by the «unreal world. «This new code has been supported by the dreamlike immersion in the everyday life of local space. In this equation between the strength of the new figuration Dionisio Blanco’s work (…)
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country he exerts influence on several colleagues in the art of finishing paintings. He obtains a pictorial award in the 1974 National Biennial. When traveling and living in South America he showcases ten more personal exhibitions, which he has exhibited until 1988. Since them, his approach to large formats executions, technical refinement and distinctive and personal iconography is linked to a solid configuration of compositional structure and a high tone between rational dreamlike and the hallucination motivated by surreal experiences of existence. «Composition,» acrylic/canvas, 45x45 inch., no date.
is the most representative.» (FV «Dionisio Blanco.» Enigmatic Paints,» 1991, pp.25-26). «Planting Rice,» acrylic/canvas, 40x30 cm., 1986 v «Sowers,» acrylic/canvas, 100x75 cm., 1987 v «Sowers,» acrylic/ canvas, 121x182 cm., 1988 v «Sowers,» acrylic/canvas, 75x100 cm., 1990 v «Fantasy Dream,» acrylic/canvas, 75x100 cm., 1991 v «Sowers,» acrylic/canvas, 100x75 cm., 1991 v «Sowers,» acrylic/canvas, 90x106 cm., 1991 v «Sowers,» acrylic/ canvas, 100x75 cm., 1991 v «Sowers against the False Mirror,» acrylic/canvas, 100x75 cm., 1991 v «Sowers against the False Mirror,» acrylic/canvas, 101x76 cm., 1992 v «Metaphor of Silence,» acrylic/canvas, 76x101 cm., 1995 v «Sowers as Letters of Desire,» acrylic/canvas, 75x100 cm., 1996 v «Dream Planters Fantasies,» acrylic/canvas, 75x100 cm., 1997 v «Sowers,» acrylic/canvas 75 x 100 cm., 1997 v «Sowers,» acrylic/canvas, 121x76 cm., no date.
Fernando Ureña Rib. He follows a linear transforma-
Manuel Montilla. (La Romana, 1948). Graduated from the ENBA (1974), with concentration in mural painting and graphic arts in Madrid, Spain (1977-1980). He was a member of the «The Six,» earning drawing prize and Grand Prize in the 1975 and 1990 National Biennials. He holds eleven solo exhibitions between 1975-1992, being «Origins,» his production of the last year cited. Spanish critic Luis González-Roble-, presenting his work: Two trends in his already extensive work, which expressed a serious contention and unique visual language in order to arrive at magical realism, which is what he projects on his recent stage. Montilla depicts a cosmic world of fascinating intensity spaces (…). These scattered fragments dominate the broad outline of his work, rebuilding a total surreal world…» (LG-R. Presentation, April 1992). «Ecstasy,» oil/canvas, 129x96 cm., n.d v «Untitled,» oil/ 91x59 cm., no date.
canvas,
Orlando Menicucci. (Santiago, 1949). He was awarded a scholarship by UNESCO to study curator and restoration in Mexico City. His first solo exhibition in the Aztec nation took place in (1971). Upon returning to the
tion path appreciated in important group exhibitions of personal samples, of which «The Gates of Sleep» (1985) are meaningful examples for someone who is a draftsman, sculptor and painter, teacher and art critic at the same time. The title referred to is a dream allusion with «boundaries between the conscious and the unconscious of the nightmare, psychic movements inside the man.» «Marine Composition,» acrylic/canvas, 99x63 cm., 1987 v «Dream Submarine,» oil/canvas, 128x90 cm., 1987 v «Astral Submarine,» oil/canvas, 98x72 cm., 1990 v «Marine Composition,» acrylic/canvas, 60x75 cm., no date v «Carnivorous,» oil/canvas, 101x76 cm., no date v «Pupas 1,» oil/canvas, 127x81 cm., no date v «Pupas among Rocks,» oil/canvas, 101x76 cm., no date.
Domingo Liz. (Santo Domingo, 1931/2013). He graduated from the National School of Fine Arts. In 1949 he studies painting at graduate level with Jaime Colson. He is a draftsman, sculptor and painter who was part of Grupo Proyecta (1968). He held his first single in 1971 and was selected as an exhibitor at the Expo New Image: 10 avant-garde artists (Santiago, 1972). Liz was obtained awards in drawing and sculpture in national competitions and developed a long teaching career in ENBA and the UASD, assuming critical and theoretical underpinnings. He is an award-winning teacher in Painting by
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Corripio Foundation (2012) and by the National Arts Award, which he found out before his death. His paintings on paper and cloth are depictions of marginal social reality, which combine with imaginary humour, playful, satirical and neo-surrealist visions associated with transparent shapes and ranges of colour; distinct visions that are linked to magical realism. «Untitled,» oil/paper, 35x39 cm., 1989.
OTHER ABSTRACTIONS/ OTHER EXPRESSIONISMS In the last six decades of the twentieth century, covering the years 1939-1999 the history of national visual arts has a development that we have divided in ten-year artistic generations, but whose linguistic approaches trace inevitable and simultaneous mimetic, disruptive, and revisionists parallel. Until 1939 these parallel were barely visible as a contrast between the traditional precursors artists we call «romantic,» as Arturo Grullón Julia, and those artists who broke that tradition, which we consider our early modernists, including Celeste Woss y Gil, Yoryi Morel, Darío Suro, and Jaime Colson. Since 1939, with our modern precursors and a core of exiled European artists, the modern isms, get expanded: impressionism, cubism, expressionism, racial-social realism, abstraction, surrealism, trends which have projection in constant exhibitions from 1950 henceforth. Isms identified are not assumed as in Europe, but rather re-codified based on national issues and individual artistic experiences. Placing ourselves in the «spiritual art» as abstraction, also in the trend of strong expression or expressionism, we found the flow of both languages in discourses and works preceding the 1970s, citing the artists that combine abstraction and expressionism based on new conceptual premises and different conjugations, even assuming the synthesis or merging of several languages. On the grounds of what has been exposed, and relying on the art collection of Banco Popular Dominicano, we address the subject Other Abstractions/Other Expres-
sionism, focusing on Geo Ripley, Dionis Figueroa, Elsa Núñez, Ramón Oviedo, Freddy Javier, Antonio Guadalupe, Cuquito Peña, Rosa Tavárez, José Miura, Ada Balcácer, among others.
Geo Ripley. (b. 1950). We have already made reference to «Sign,» a painting from the 1973-1974 period that relates to his abstractionist experience with which emerged as a «Benjamin» in the 1960s, strengthening the linguistic preference with new variables, including those linked to his activism as a supporter of conceptual art, that according to Karin Thomas: «Renounces the material realization and instead displays ideas and projects in forms of sketches and designs, trying to stimulate the imaginative.» His goal is to liberate momentum, to focus on the «Sketched construction of a prototypical situation.» Five untitled works, without dates and egalitarian measures (68x48 cm), and all media/paper may be attached to this experience, since conceptualism lay bares a solid production. «Pre-symbol,» oil/canvas, 52x72 cm., 1981, is an abstract and conceptual work. Likewise v «Signs,» oil/canvas, 14x20 inch., 1984.
Dionis Figueroa. (Santo Domingo, 1956). While residing in New York starts taking painting lessons then (1970), moves to Puerto Rico where he completes his training in visual arts, becoming a drafter, printmaker and painter and conceptual art supporter, position that he sustains in 1980 with an art installation at the League of Arts of San Juan, the Puerto Rican capital. Back to formal work, he presents three solo exhibitions in Santo Domingo (1987), Altos de Chavón (1990) and the Museum of Modern Art (Santo Domingo, 1998), which was a retrospective, displaying several series: Ports and thresholds among other matters submitted to a serene reference of the sea, of water flows in lyrical abstractionism exhibited in various processes such as collage and assemblage. Geology, the native island and ocean reality are actually open doors of creative maturity. «Cosmogénesis.» (Cosmogonies Series). Acrylic/paper. 70x99 cm., 1987.
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Elsa Núnez. (B. 1943). Her works «Abstract,» mixed/ canvas, 76x100 cm., 1990, and «The Mysterious Seabed,» acrylic/canvas, 125x125 cm., 198, are an abstractionist and personalized formulation in style, language and overview. The painter «with the expressive power of her palette, delves into the deep conceptual sea and mountain views and defines a place textural and organic, mysterious and abstract. All are reinterpretations of the natural environment.» ous
«Abstract,» mix/canvas, 76x100 cm., 1990 v «The MysteriBottom of the Sea,» acrylic/canvas, 125x125 cm., 1987.
José Miura. (Santo Domingo, 1948). With a background in Visual Arts at the Escuela Massana of Barcelona, in Fine Arts Circle and the School of Arts and Craft in Madrid, he also took a course of art works restoration in Mexico. He presented his first solo exhibition in 1973. Drafter, theatrical costume designer, set designer and painter, he is credited with 15 samples in personal features and important presence in collective exhibitions inside and outside the native republic. «In the eighties began his foray into geometric abstraction, predominantly vertical in his work, contributing to Dominican art the pictorial expression as ritual. «Offerings,»
mix/canvas,
fering,» oil/canvas,
76x101 cm., 1986 v «Major Of101x76 cm., no date.
Rosa Tavárez. (Santiago, 1937). After obtaining a teacher degree from ENBA, continues graduate studies in New York (1972-1976), later studies lithography in Puerto Rico (1979) and handcrafted design in Colombia in the past year mentioned. She was the only female artist of Grupo Reflejo with development between 1969-1970. Master of printmaking as creation and education, she held eleven individual exhibitions from 1975-1993, achieving several distinctions within and outside her homeland. In painting and installation, she has showcased a work entitled «Geometría herida (1994),» privileging the pictorial work later characterized by a diffused color atmosphere, with abstract or expressionist results.
«Untitled,»
acrylic/canvas,
75x101 cm., 1989 v «Visita60x75 cm., no date v «Composition,» acrylic/canvas, 75x100 cm., 1989 v «Muse,» mix/canvas, 100x75 cm., 1995. dora,» acrylic/canvas,
Ada Balcácer. (Santo Domingo, 1930). Diversified Master: artist, designer, teacher, writer, installer, manager and director of visual arts experiments, more than muralist, its upward trajectory assumes many national themes and feelings of outdoor spaces, which she spiritualizes as abstractions very consistent with her clean and radiant palette: her work «Miami 1985,» acrylic/canvas 101x132, is an abstract blue and pink painting showcased in a meeting with the city of the State of Florida on the date indicated by the work’s title.
Antonio Guadalupe. (Moca, 1941). Initiated his artistic training in his hometown, guided by Pontius Salcedo, continuing at the National School of Fine Arts then, with New York teachers upon moving to the city where he holds his first solo exhibition. In 1968 he held his second personal exhibition in his home country. After adhering to abstraction, his production addresses a variety of topics: harlequins, tilapia, popular altarpieces, Christology, and the Ozama, where geometrical solutions do not exclude socially accentuated expressionist language, sharp in the drawing and highlighted in the plot. First prize for painting at the 1984 National Biennial. His individual and collective exhibitions are countless. «Maternity,» oil/canvas, 51x41 cm., 1987.
Ramón Oviedo. (Barahona, 1924). He becomes a well recognized expressionist when opening his mural «Mamámerica» in the headquarters of the OAS (Washington DC 1982), also another large mural, «Evolution,» in the headquarters of the Central Bank of the Dominican Republic (1983). At the Museum of Modern Art, all floors were occupied by six hundred paintings when he held his retrospective in 1988. At the UNESCO headquarters he
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opens the mural «Petrified Culture» (Paris, 1992) and in 1997 was awarded the Order of Merit of Duarte, Sánchez and Mella, by the Dominican Government. Other national and international awards establish his stature as an active painter and exhibitor maestro: «Evolutionary Persistence of Form in Matter» (1998), «Footprint of the Future» (2000), among others, «Oviedo last decade 19942003 «at the Cultural Center of Spain, Santo Domingo. «Tight-rope Walker Over Antonio Toribio’s Sculpture,» mix/canvas, 52x61 cm., no date v «Simulacra 4,» oil/canvas 114x122 cm., no date v «Celebration at the Batey,» mix/canvas, 60x76 cm., no date v «Tomasito no quiere ir a la ciudad,» mix/canvas, 110x75 cm., no date v «Somewhere,» mix/canvas, 75x101 cm., no date v «Trapped By His Own Invention,» mix/ canvas, 76x60 cm., no date v «Daybreak,» mix/canvas, 75x100 cm., no date v «Aquatic Dance,» mix/canvas, 76x100 cm., no date v «Twilight Over Plutón,» mix/canvas 71x101 cm., no date v «En el carrito de Don Juan nos vamos,» mix/canvas, 76x101 cm., no date.
Antonio–Cuquito-Peña. (Santiago1946/Santo Domingo, 2013). Draftsman, painter and restorer of paintings and murals, was formed at the Painting Academy of Fine Arts in his hometown, where he held his first solo on Victorian architectural motifs. With studies in Madrid, Spain and a teaching position at the Autonomous University of Santo Domingo, he held a number of solo exhibitions, ranging from water-colour techniques, drawing and acrylic, as well as in costumbrista and landscape subjects and languages. Heir of master Don Jacinto Domínguez Tropical Cubism, he creates his own personal touch accentuating the schematic contours, leading to a private geometric expressionism, the most visual identifier of its discourse. «Composition,» oil/canvas, 105x71 cm., 1970 v «Carriage,» serigraph/paper, 76x50 cm., 1986 v «Fierce,» serigraph/paper, 69x49 cm., no date v «Composition,» acrylic/paper, 60x90 cm., no date v «Palm Trees,» watercolor/paper, 88x60 cm., no date v «Merchant Woman,» watercolor/paper, 60x88 cm., no date v «Untitled,» acrylic/canvas, 100x72 cm., no date.
Freddy Javier. (Hato Mayor del Seibo, 1946). Graduated from ENBA, is a member of the group «Reflejo.» He held seven solo exhibitions between 1975-1996. Among his youth awards, he obtained the first award of National Student Drawing Contest sponsored by the University Madre y Maestra (1969), and among his professional awards the pictorial of the Ministry of Agriculture (1983) and drawing on the 1994 National Biennial. He is a teacher at the National School and participates in countless group exhibitions. The painter had rehearsed many discursive searches until finding the theme of mass transportation, urban or popular with which creates and enforces identification based on visual research and being a protagonist. If at first he focused presentations inside the overcrowded buses and their passengers, some of them holding to avoid falling, his agenda widened in a variety of approaches and chromatic composition. About this matter Marianne de Tolentino writes: He enriched the figurer’s behavior and gestures, applying his knowledge both from academia and contemporary currents and fusing and alternating –Cubism, Futurism, Expressionism–. He got out of the bus. He walked down the street and got on public cars. He even rode a Motoconcho, of course, metaphorically… through the experiences summarized in his reinvention of the surrounding reality. (M.D.T. Listín Diario, March 1, 1989). «Motoconcho en 4. Transport Series,» acrylic/canvas, 74x100 cm., 1989 v «Waiting For The Transport,» mix/canvas, 50x61 cm., 1989 v «Chaos. Transport Series,» mix/canvas, 75x100 cm., 1989 v «¿Y esto qué…?,» mix/canvas, 40x50 cm., 1989 v «Motoconcho. Transport Series,» mix/canvas, 60x75 cm., 1989 v «Si las guaguas volaran,» mix/canvas, 39x50 cm., 1987 v «Invalidar el motoconcho. Transport Series,» mix/canvas, 50x60 cm., 1989 v «Collector. Transport Series,» mix/ canvas, 100x126 cm., 1990 v «Suban todos. Transport Series,» mix/canvas, 59x74 cm., 1989 v «Danger. Transport Series,» mix/canvas, 50x60 cm., 1989 v «Two Days of June. Transport Series,» acrylic/canvas, 76x101 cm., 1989 v «Heralds,» mix/ canvas, 76x101 cm., no date v «No Transport,» mix/canvas, 90x114 cm., 1988. «Motoconcho v Transport Series,» mix/canvas, 126x100 cm., 1989.
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Silvano Lora. (Santo Domingo, 1931/2003). Multifaceted artist, studied at the ENBA and his first solo exhibition was in 1951. Critics praised his qualities as a draftsman and painter who decides to travel abroad and lived in France until 1977. In Paris, Rome and other European cities recorded personal exhibitions and presents antiwar atmospheres and staged art with multimedia. In 1961 he returned to his homeland and founded Movimiento Arte y Liberación and also Frente Cultural in 1965, painting murals and posters. He was expelled from the country for political reasons, and lives in Panama where he becomes supporter of the Panama Canal sovereignty. War, military interventions and social oppression will lead him to a very personal pictorial discourse, unconventional in the use of extra-pictorial and recycled materials with symbolic and figurative compositions marked by a contemporary expressionism. «Intitled» mix and collage/canvas, 75x55 «Composition,» acrylic/canvas, 86x60 cm., 1982.
cm.,
1987 v
José Cestero. (Santo Domingo, 1937). Remarkable drafter and painter, with a presence in numerous collective and individual exhibitions until 1985. That year he holds the exhibition «Mirando a través de la cuesta del vidrio,» which determines his discursive guideline towards urban landscape, focusing on the colonial architecture. Cestero knows the area since childhood, so the landscape as in Felipe de Pisis (Italy 1896-1956) is captured on linear touches, mild or harsh and automatic, disturbing as repetitive and joyful, as it occurs later when he assumes other topics. The use of loose ranges and delicate touches, submissive, almost cartoonish when adding human subjects to his architectural views: His style is overwhelmed, repetitive and unique in the history of Dominican art, and in addition, is neo-expressionist. «Beyond Plaza Colón,» acrylic/canvas, 50x75 cm., n.d v «The Ancient Plaza Independencia,» acrylic/canvas, 121x128 cm., 1984 v «Plaza Colón. My Childhood Moments Series,» acrylic/canvas, 1986-1987 v «Partial View of Casa de Curas,»
acrylic/canvas,
88x55 cm., 1987 v «Diego Colón Ancient House,» acrylic/canvas, 76x101 cm., 1991 v «La Atarazana. Colonial Monuments Series,» acrylic/canvas, 75x100 cm., 1987.
Fernando Peña Defilló. (Santo Domingo, 1928). With a great record in local and international exhibitions (Spain, London, Bogota, Paris, Havana, New York…) he reaches six individual exhibitions held from 1953 to 1980, presenting the latter year «Sobre la materia y el espíritu» at the Gallery of Modern Art of the Dominican capital. He is a maestro, not because of lessons taught in classrooms, but because of his distinctive style that delves into the essentials of belonging and life without mimesis, with breaks and conductive synchronicities. He «voluntarily immerses us in the intimate nuances of his topics and his carvings, with an extraordinary handling of the collage, implementing serial and glued masks, more mystical ontological references, combined with pure abstract form devoid of values as moving spiritualization, similar to dark expressionist spectral faces that occupy impact levels on his canvas. After the speech «Sobre la materia y el espíritu,» other chapters followed: «From the beginning» (1983), «Parallel Worlds» (1985), which relates to the series butterflies and «Anima Mundi» (1993) and other visionary proposals about god people, wild hearts, light universes, deposits reflective of his location in Jarabacoa. The retrospective anthology «The Eternal Return» (Centro León 2009) together with, the National Arts Award granted by the Dominican State (2010) are references that are written on this spiritual maestro and wise about the unmistakable fullness of life. «About the Material and The Spirit,» mix and collage/ 84x60 cm., 1981 v «About the Material and The Spirit,» mix/canvas, 157x127 cm., 1984 v «Cayennes,» serigraph/paper, 50x86 cm., 1985. paper,
José Perdomo. (Santo Domingo.1948).Trained at the National School of Fine Arts (1962-1965) and Pratt Graphic (1968-1969) of New York, where he lives. With 391
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10 solo exhibitions (1966-1986) holds the first one at the Fine Arts Palace, in his native city. After adhering to abstraction, constructionism and Pop Art, he assumes the Dominican agenda focusing on the landscape with soulful distortion on the expressionist form. The tree, its trunk, the light, the river and the high ravine which skirts the village Altos de Chavón is focused in his work presented at Casa de Bastidas in 1987. «Tropic The First,» oil/canvas, 76x36 cm., 1984 v «Tejamaníes,» oil/canvas, 81x71 cm., 1985 v «Farmer’s House,» acrylic/ canvas, 75x60 cm., 1986 v «Three Children,» oil/canvas, 105x126 cm., 1987 v «Tropic Series,» oil/canvas, 101x70 cm., 1989.
Bismarck Yermenos. (Salcedo c. 1940/Santo Domingo, 2006). Trained as a doctor specializing in paediatrics in the United States, he demonstrates artistic vocation while studying composition and colour at Columbia University of New York when he was pursuing graduate studies in medicine (1962). He holds a collective exhibition In Camp-High-Point (1964), and has his first solo in Santo Domingo at the Dominican Medical Association (1969), exhibit presented by Manuel Rueda on which he states: «The pictorial art of Dr. Yermenos, full of sensory sensation of an unknown world, has more revelation than technical expertise. It is truly original about him. More than just a cutting-edge art is a testimony…» (MR, BYC catalog, February 1969). Subsequently, he holds individual exhibitions in 1970 and 1981, by going to the first sample of artists from Salcedo, to mark the centenary of the provincial town. He won second prize for «Opus I» In the X León Jimenes Art Contest (1983), a neat and novel sculture-painting sparking controversy among critics. «Composition,» oil/canvas., 8x10 1981. THIS OTHER REALISM As a language of objectivity or somewhat credible, constantly recurs in the arts with not absolute definitions in its diversity. In the history of Dominican art, realistic
forms draw preferential linearity from artists precursors of the nineteenth century, with natural depictions, romantic recreations and epochal portraits. The invention and arrival of photography added a new way of capturing reality, but in drawing, painting and sculpture it continued to be embraced by traditional visual arts since the beginning of the century until 1970 and the consequential 1980s and 1990s. To see an entire historical guideline of realism versus opposite languages, we should quote them in the course of decades and understand it also as a parallel discourse that offers encounter with realistic varieties. The reencounter with academic, costumbrista and photography realism or «hyperrealism that is noted for its thematic selection adapted to photography and its documentary authenticity.» Contemporary realism is differentiated from realism activated in the complaint, in the politicization or idealized socialist realism based on the Leninist theory of «reflection» that anticipates a future image of the entire communist society. (Karin Thomas, p.172). About the Dominican contemporary realism stage from 1970-2000, the following relevant names are offered: Alberto Bass, Luis Bretón, Julio Llork, Mariano Eckert, Miguel de Moya, Hilario Rodríguez, Agustín Mesías, León Bosch, Jorge Checo. They are representatives of five generations since 1950 although different one from each other. Among them, there are veteran painters considered masters.
Mariano Eckert. (Santiago, 1920/Washington, 2008). With initial training at the National School of Fine Arts, traveled to the United States, attending the Corcoran School of Art, where he specializes in portrait. In that school started teaching in 1954. Special Award 1958 National Biennial. Long after exposing in some United States institutions, he begins his individual exhibitions at Nader Gallery (1977-1983); exhibitions that acquire a permanent pace by exposing each year in December, Casa de Bastida, with the support of Voluntariado de las Casas Reales. Master of academic realism that addresses
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the most diverse subjects of which he makes collections, still life, floral motif and landscape in its abundant feature of impeccable personal speech style. «Vase,» acrylic/canvas., 128x107 cm., 1981 v «Still Life,» acrylic/canvas, 60x129 cm., 1991 v «Back To La Cañada,» oil/ canvas, 68x111 cm., 1993.
1988 v «Don Alejandro Grullón’s Portrait,» 64x49 cm., 1989 v «Don Mario Hernández’ Portrait,» oil/canvas, 64x49 cm., 1989 v «Rafael de León’s Portrait,» oil/canvas, 64x49 cm., 1989 v «Jaime Benito’s Portrait,» oil/canvas, 64x49 cm., 1989 v «Women on the River,» oil/canvas, 65x80 cm., 1994 v «Still Life,» oil/canvas, 76x101 cm., 1995.
Miguel De Moya. (La Vega, 1904/Santo Domingo, León Bosch. (Santo Domingo, 1936). Three of his 1996). Until his death, he developed a pictorial work where the peasant’s physiognomy, landscape and portrait depiction respond to an exploratory realism with excellent results. His age did not discourage his artistic work, attached to his lucid insightful realistic painting. «Landscape,» oil/paper mache, 60x90 cm., 1982 v «Dusk,» 85x126 cm., 1982 v «Don Sosa’s Portrait,» oil/canvas, 60x44 cm., 1985 v «Coconuts,» oil/canvas, 60x44 cm., 1985 v «Toñito,» oil/canvas, 75x50 cm., 1985 v «Manolao,» acrylic/ canvas, 75x50 cm., 1987 v «Pedro Juan,» acrylic/canvas, 75x50 cm., 1987 v «Character,» acrylic/canvas, 69x94 cm., 1990 v «Countryside Landscape,» oil/paper mache, 60x45 cm., 1992. oil/canvas,
Julio Llort. (Barcelona, 1937) After studying Fine Arts at the San José Academy in his hometown and specialize in conservation and restoration of works of arts, in 1968 he moved to Santo Domingo, in his role as museologist and restorer at the opening Gallery of Modern Art (1976). Devoted himself to his specialty, just took time to become known as a painter, he held his first solo Dominican exhibition in 1982. His palette translated costumbrista matters not without a good grasp of the pictorial qualities on topics that were adhering to a realistic collection of portrait commissioned that increases an academic realist style, manifesting in his still lives and landscapes full of objective and tropical serenity. «Framboyán,» acrylic/canvas, 71x102 cm., 1978 v «Framboyán III,» oil/canvas, 76x101 cm., no date v «Untitled» oil/canvas, 60x90 cm., 1982 v «Sebastián Mera’s Portrait,» oil/canvas, 90x66 cm., 1986 v «Don Alejandro Grullón’s Portrait,» oil/canvas, 90x73 cm., 1988 v «Luis Rangel’s Portrait,» oil/canvas, 92x74 cm.,
works: «Still Life,» oil/canvas, 57x78 cm., 1987, «Market,» oil/canvas, 169x120 cm., Implemented between 1973-1993, and «Landscape,» oil/canvas, 101x152 cm., executed between 1985-1995, represent an attachment to the academic realism affiliated with baroque by the halo of timelessness that transpire his Dominicans subjects. Alberto Bass. (Santo Domingo, 1949). He is the Dominican head of photographic realism. His exemplary work «Casita,» oil/canvas, 1978 «has been referred to as a painting of the bank collection, where other works are located, one of a market, the others are landscapes, all making a perfect collection. «Model Market,» mix/canvas, 71x101 cm., 1990 v «San Francisco de Macorís Landscape,» oil/canvas, 60x76 cm., 1996 v «River Landscape.» oil/canvas, 60x75 cm., 1996 v «Landscape,» oil/canvas, 60x95 cm., 1996 v «Queen Nab Veil,» oil/ canvas, 40x56 inch., 1992.
Luis Bretón. (San Francisco de Macorís, 1956). He graduated from the School of Fine Arts in his hometown in 1969, initiating his collective exhibition history in over two hundred features over fourteen collective and personal exhibitions between 1981-2007. In the last referred year he held «30s in Santiago,» at the Centro Español de la Ciudad Corazón. His initial painting were landscapes with alluding dreamlike with signs announcing his synthesis of photorealism as a documentary source and metaphysical atmosphere as mirage, solitude and silence in his architectural constructions, villagers, urban areas.
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in the Art Treasures of Banco Popular we can find more than 25 of his paintings. «Isabel la Católica Corner Emiliano Tejera,» acrylic/ canvas, 76x152 cm., 1984 v «La Atarazana,» acrylic/canvas, 50x90 cm., 1987 v «Lanscape With Bridge,» acrylic/canvas, 50x100 cm., 1988 v «Ozama Fortress,» acrylic/canvas, 101x126 cm., 1993-1994 v «Untitled,» acrylic/canvas, 60x91 cm., 1989 v «Untitled,» acrylic/canvas, 50x100 cm., 1988 v «Mirage at Barahona Beach,» acrylic/canvas, 61x75 cm., 1995 v «Arz. Nouel Street,» acrylic/canvas, 50x100 cm., 1988 v «Untitled,» acrylic/canvas, 45x90 cm., 1989 v «Hato Mayor Street Landscape,» acrylic/canvas, 75x100 cm., 1987 v «Santo Domingo Cathedral Landscape,» acrylic/canvas, 60x75 cm., 1996 v «Seascape,» acrylic/canvas, 50x60 cm., 1982 v «Las Damas Street. National Mausoleum,» acrylic/canvas, 126x100 cm., 1997 v «Cord Gate,» acrylic/canvas, 119x89 cm., 1995 v «Untitled,» acrylic/canvas, 75x151 cm., 1987 v «Village Street,» acrylic and varnish/canvas, 50x100 cm., 1987 v «Hato Mayor Street,» acrylic/canvas, 75x152 cm., 1988 v «La Vega’s Street,» acrylic/canvas, 49x85 cm., 1987 v «La Vega’s Street,» acrylic/canvas, 35x90, 1987 v «San Francisco Street,» acrylic/ canvas, 30x60 cm., 1988 v «Cord House,» oil/canvas, 101x176 cm., 1990 v «Seascape,» mix/canvas, 54x70 cm., 1986 v «Village Street,» oil/canvas, 34x90 cm., 1989 v «Conde Street,» acrylic/canvas, 73x100 cm., 1999 v «Beginning of Mercedes Street,» acrylic/canvas, 50x101, 1990 v «Una Venecia en San Francisco,» acrílica/tela, 37x100 cm., 1995.
Jorge Checo. (Santo Domingo, 1968). He studied at the National School of Fine Arts, graduating in 1988. He was a member of the group Q-ATRO XXI, a supporter of the graphic work (drawing and prints) with development between 1988-1991. A second Painting Prize in the Contest Casa de Teatro in 1995, marking his return to the cloth and brushes that lids him to be a still-life painter with finishing dapper in technical and realistic approach. The still life is the subject of his personal exhibitions. «Still Life,» acrylic/canvas, 60x91 cm., 1999.
THE EIGHTIES GENERATION (OCHENTISTAS) AND REALISM The artistic generation is that which arises and formed during the decade 1980, in a geographic radius that relates young vocations in many cities of the republic, its greatest concentration is related to Santo Domingo. From the prestigious National School of Fine Arts, as the capital official centre of arts education, there is a large number of graduates that offer novelty of becoming an organized and militant core that also tends to link colleagues from other centres including visual arts programs, among them, the art schools of Universidad Autónoma and Apec. The organized and militant «ochentista» is different from previous associative formula of the Three, The Mask, Proyecta, Friordano, Reflection and Atlante, defined by a small number of members. The formation of the «Collective Generation 80» identifies a militancy that although it is marked by the graduates of the National School at the beginning of the decade, they incorporate other graduates, becoming a large number of its members. The group organizes regular exhibitions and supports individual showcases, obtaining support from sponsoring and receptive institutions, as well as from the critical sector. The Collective Generation 80, somewhat lay down the norms of the so called «Boom» of the Dominican arts, especially noticeable in the increasing number of exhibition, galleries and the enthusiasm that encourages national collections. A number of ochentistas paintings are located in the art fund of Banco Popular; among them, works of Elvis Avilés, Juan Mayí, Lissette Mejía, Miguel Núñez, Carmelo Polanco, Pedro Ricart… although the number of representatives of the eighties generation is greater, below we will list those related to landscape.
Elvis Avilés. (Santo Domingo, 1965). He studied at the National School of Fine Arts and attended workshops with Alberto Bass and Pedro Céspedes, which influence
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in his affiliation to Dominican photorealism, exhibiting in collectives of their generation. In 1987 he holds a solo exhibition at Gallery Deniel’s. Criticic Laura Gil, indicates that within the photographic realism, his works are «made with great neatness and quite independent of the basic movements of this movement or style.» «Untitled,» acrylic/canvas, 81x26 cm., 1987 v «Landscape,» mix/canvas, 79x96 cm., 1987 v «Landscape,» acrylic/ canvas, 44x101 cm., 1988 v «Landscape,» acrylic/canvas, 50x75 cm., 1988.
Juan Mayí. (San Francisco de Macorís, 1963). He graduated from the National School of Fine Arts, holding his first two singles in 1986 and 1987, at the Center for Art Nouveau. For those dates he has already produced landscape works among others. His research and development in France led him to abandon objective matters, but not quite. «Ozama River Landscape,» acrylic/canvas, 50x75 cm., date v «Ozama River,» acrylic/canvas, 59x75 cm., no date.
no
Lissette Mejía. (Santo Domingo, 1958). With ENBA studies and at the School of Architecture at the UASD, until 1993 she participates in 16 group exhibitions, including those related to her ochentista generational link. In that year she held her first solo exhibition. Is a multimedia artist: draftswoman, sculptor, engraver, painter and painter installer. «Landscape,» acrylic/canvas, 22x36 inch., 1984.
«Untitled,» acrylic/canvas, 115x80 cm., 1986 v «Ozama River Port,» acrylic/canvas, 164x99 cm., 1987 v «Hamlet,» acrylic/canvas, 120x89 cm., 1987 v «Lotus,» acrylic/canvas, 62x120 cm., 1987. «Lotus,» pastel/paper, 92x42 cm., 1988 v «Lotus,» pastel/paper, 64x49 cm., 1988.
Carmelo Polanco. (La Pirigua, Municipio Gaspar Hernández, 1955). He studied at the Academy of Cándido Bidó between 1979-1984, becoming an assistant of his maestro. With solo and group exhibitions, he is known by the nickname «Capolucci». «Flowers,» acrylic/canvas, 30x40 inch., 1987 v «Cibao’s Little Town,» oil/canvas, 24x30 inch., 1988.
Pedro Ricart. (Santo Domingo, 1960). After studying at the School of Arts of Apec and the National School of Fine Arts, he was awarded in 1975 and 1976 in the Royal Bank of Canada Contest. In 1977, he was awarded Drawing Jaime Colson competition, and in 1985 he obtains an award in the Competition León Jimenes. Besides participating in collective (1981-1993), he holds his first individual exhibitions in 1981 (Casa de Teatro) and in 1985 (Centre for Art Nouveau). «Barahona Coast Line,» oil/canvas, 86x65 cm., 1987 v «View From the Bicycles Bridge.» acrylic/canvas, 70x93 cm., 1990.
Internalized Realities
Miguel Núñez. (Santo Domingo, 1959). She began training with Cándido Bidó, after attending the National School of Fine Arts, and the Universidad Autónoma of Santo Domingo, holding first solo in 1985. Painter who works with watercolor, pastel and pictorial means, is refined and renowned for his dancing scenes, portraits and landscapes with a peculiar style. In 1987 held his second solo exhibition entitled «Figures, landscapes and portraits.»
As much as reality is an objective collection, the realism transmitted is an approximation to the natural way of things, or supporting document like a photography that manages to capture what is real, nevertheless it is corrected in processing, whether analogue/traditional or intervened by digitalization. In two-dimensional visual art works, linguistic isms alter the objective tendencies or figurations. It also happens with realism because of multiple individual internalizations that with Dominican painting, offers
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variables both in the persistence of costumbristas scenes and landscapes in their variety of themes: rural, marine and residential slums, rural hamlets, and urban buildings. How far can one define the customs of the countryside? Only when loneliness is its characteristic, which happens when capturing the human subject that even if it is not contextualized in a scene, is revealed by the racial and social condition. Below is a discussion of those painters who work with the internalizations of reality and who are not «avantgarde,» but modern advocates of the tradition that many critics and historians of arts called «genre painters»
1. Santiago’s presence. A group of painters is linked to the Santiago school. Four of them: Jacinto Domínguez, Hilario Rodríguez, Carlos Hidalgo and Juan Rodríguez, are associated with the Yoryi Academy and the fifth, Carlos Grullón, son of Mario Grullón. With Victor Chevalier, they are the six individual that emerge at different times and with discursive signs that singularize them in a local relationship.
Hilario Rodríguez. (Santiago, 1936/Santo Domingo, 1987). After his first solo in the early 1970s, he has another four between 1981-1986 in various galleries in the capital city where he lives, creating murals and obtaining awards: First Prize in the Competition of Spain «Maja International» (1979); third prize in the Centennial Competition of San Pedro de Macorís (1982) and an award in the Competition E. León Jimenes (1983). Generator of different techniques for his drawings and paintings, his style addresses both typifying scenic costumbrismo, and photographic, scenic and surreal realism. «Boy with Dog,» pastel/paper, 65x50 cm., 1981 v «Boy with Hat,» pastel/paper, 25x20 inch., 1981 v «Untitled,» acrylic/ plywood, 75x60 cm., 1982 v «Moreno with hat,» media/paper, 63x47 cm., 1984 v «Farmer,» charcoal and wax/paper, 62x50 cm., no date v «Old Man with Pipe,» pastel/paper, 64x48 cm.,
1984 v «Market,» acrylic/canvas, 127x124 cm., 1984 v «Untitled,» oil/paper, 62x47 cm., no date v «Girl with flowers,» media/ paper, 64x49 cm., no date.
Carlos Hidalgo. (Santiago Rodríguez, 1948). He studied at the National School of Fine Arts, earning drawing prize at the National Student Competition organized by the Friordano Group in the University Madre y Maestra (1969). He had his first solo exhibit in Gallery 7 (Santo Domingo, 1975), and worked on murals for the National History Museum. He is associated with maestro Yoryi Morel’s atelier. He had his second solo exhibition at Gallery Nader in 1984, as an exclusive artist under contract. Banco Popular collection has 44 of his authorship, which reveal an agenda focusing on various views of the country: rural, marine, popular and urban, finished with attenuated bright ranges in a figurative style between custom scenes and lyrical realism. «House of the Cord,» acrylic/canvas, 60x76 cm., 1981 v «Market,» an oil/canvas, 20x25 cm., 1983 v «Town Street,» an oil/canvas, 75x100 cm., 1983 v «Framboyán,» acrylic/canvas, 70x100 cm. v «Women Washing,» an oil/canvas, 75x106 cm., 1986 v «Farmhouse Road, Riders and Large Mountain,» an oil/canvas, 30x60 inch., 1991 v «Landscape,» an oil/canvas, 75x101 cm., 1987 v «City Landscape,» an oil/canvas, 100x151 cm., 1988 v «Beach Landscape,» an oil/canvas, 75x90 cm., 1989 v «Landscape of Rain,» an oil/canvas, 75x90 cm., 1989 v «Port of Macorís,» oil/canvas, 75x90 cm., 1989 v «Church of Macorís,» oil/canvas, 100x27 cm., 1989 v «Night Landscape,» oil/canvas, 101x125 cm., 1992 v «Party in the Countryside,» oil/canvas, 75x101 cm., 1993 v «El Conde Street,» oil/canvas, 75x100 cm., 1999.
Juan Rodríguez. (Santiago, 1938). Gets guidance from Guillo Pérez in the 1950s, following the example of the teachers of the School of Santiago, especially from Yoryi Morel, which explains his style so attached to the costumbrista scenes and landscape. Flamboyanes, plantations, ranches, and other rainy rural scenes and
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other provincial topics are conjugated with a colorful palette, clean and radiant. «Landscape and Peasants,» acrylic/canvas, 35x45 inch., 1985 v «Rain,» oil/canvas, 32x24 inch., 1988 v «Bower,» acrylic/canvas, 24x30 inch., 1988 v «Tobacco Ranch,» oil/canvas, 24x32 inch., 1988 v «Landscape,» acrylic/canvas, 24x32 inch., no date v «Landscape, Car and Rain,» acrylic/canvas, 30x24 inch., 1990 v «Landscape with Peasant,» acrylic/canvas, 16x20 inch., 1990 v «Landscape with women,» acrylic/canvas, 24x30 inch., 1990 v «Landscape Palms,» acrylic/canvas, 16x20 inch., 1990 v «Landscape with Women Washing,» acrylic/canvas, 16x20 inch., 1990 v «Landscape with Flamboyant and River Washers,» acrylic/canvas, 24x30 inch., 1990 v «Night Landscape with Car,» acrylic/canvas, 20x16 inch., 1990.
Jacinto Domínguez. (Santiago, 1935). He attended Yoryi Academy, while the master assumed a teaching position at the National School of Fine Arts. There, Domínguez became a professor, getting a marked influence from Vela Zanetti, among other teachers. Upon returning to his native city, he was named professor at the local campus of Fine Arts, without ceasing his pictorial production with a formal style adhering to his regional school from which he is one of the magisterial pillars. With prize in the Competition E. León Jimenes 1970, his discourse alternates objective figuration and that of the structure that depicts Tropical Cubism. His first solo is documented in 1983 after participating in major collectives and entering his works in assets collecting. «Market,» acrylic/canvas, 60x77 cm. v «Rural Landscape,» 60x75 cm., no date v «Framboyán,» acrylic/ canvas, 76x90 cm., 1986.
material, «balanced paintings that as scholarly works, are good,» spotless (JM El Caribe, October 13, 1984). Carlos Mario, as he is known, has participated in countless exhibitions since that date, focusing on local houses, markets, river washers, showers, being a noted landscape-painter linked to the regional roots where he comes from. «Landscape
Stream,» oil/canvas, 30x50 inch., 1997 v «Conversation in the Neighborhood,» oil/canvas, no date. with
Victor Chevalier. (Santiago 1951). After studying painting at the local school of Fine Arts, he participates in collectives since the 1980s, traveling abroad latter on. Endowed landscapist, since the 1990s focuses with density of impastos and contrasting planes of colour and varied scenes: big dwellings, views of Santiago, marine scenes, and other matters with Neo-Impressionist and Expressionist technique, obtaining a unique acceptance among gallery owners and the public. «Landscape,» oil/canvas, 26x30 inch., 1990 v «Countryside Landscape with Horse,» acrylic/canvas, 24x30 inch., no date v «Landscape with Road and Women,» oil/canvas, 26x30 inch., 1990.
2. Moca’s presence. José Collado and Hugo Matas are linked to Espaillat Province, not only by birthplace, but for also embracing a bucolic discourse that interprets the flatland landscape, countryside and rural customs. The two trace a discursive path extending from the 1980s to the present, with exhibition shows and the national attention of the critics.
acrylic/canvas,
José Collado. (Moca, Espaillat Province 1960). Trained at the School of Fine Arts in his native town, he graduated in
Carlos Mario Grullón. (Santiago. 1950). Showing artis- 1984 in Architectural Drawing by the Technological Unitic talent from an early age, associated with his father, painter Mario Grullón, studying various subjects since a young age between 1970 and 1978, until he turns into a constant painter exhibitor. In 1984, the critic Jeannette Miller highlights his clean execution with good handling of chromatic
versity of Santiago. He holds his first personal exhibition in 1984, followed by a good number of individual exhibitions from 1985 to 2002, when he showcases «Silver Anniversary with Art.» De Tolentino’s criticism considers him genuine and sincere in his aesthetic character, conveying «the
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countryside with its greenery and peace,» «filling the walls with light and distilling a delicate smell of grass and wildflowers (…) He incorporates a range of greens, dominating perhaps dozens of intoxicated colour-schemes with countless shades of blue, yellow, red, even in the presence of delicacy and intensity. Trails and huts, with their areas of brightness, contribute to lighting the atmosphere, chromatic quality repeated with each painting.» «Country Landscape with Flamboyant,» acrylic/canvas, 26x36 inch., no date v «Landscape Sunset,» acrylic/canvas, 30x40 inch., 1983 v «Landscape with Road,» acrylic/canvas, 30x40 inch., 1985 v «Landscape with River,» acrylic/canvas, 30x40 inch., 1985 v «Landscape with Trees, Plains and Mountains…» acrylic/canvas, 18x24 inch., 1988 v «Blue Landscape with Flamboyant,» acrylic/canvas, 40x60 inch., 1994.
20x30 inch., no date v «Landscape with Roads,» acrylic/canvas, 28x40 inch., 1985 v «Landscape at Daybreak,» acrylic/canvas, 28x40 inch., 1985 v «Countryside of Greenery,» acrylic/canvas, 30x40 inch., 1985 v «Sunflowers,» acrylic/canvas, 25x26 inch., 1985 v «Landscape with Plot in Front,» acrylic/canvas, 30x40 inch., 1985 v «Landscape with Large Tree in Front,» acrylic/canvas, 28x40 inch., 1985 v «Marina,» acrylic/canvas, 42x36 inch., 1988 v «Landscape (with blue home and red portal), acrylic/canvas, 24x30 inch., 1988.
3. La Vega’s presence. From La Vega Province by birth and place of residence, Elías Delgado, Timoteo Santos (Vinagre) and Justo Susana, differentiated the three on discursive style and within the collection that houses their works.
Hugo Mata. (San Víctor, Espaillat Province). Self-taught Timoteo Santos (Vinagre). (Jima Abajo, La Vega, painter whose projection begins in the city of Santiago upon holding his first solo exhibition in 1978. From that sample to 1993 he has thirty individual exhibitions, besides presenting his paintings in collectives. He considers himself a costumbrista painter, for being able to recreate the community where he is born, grows and presents himself assuming the surrounding reality of landscape and country life with emotional perspective of everyday atmosphere, that of the dawn, the day, the dusk and the night. Meticulous, nativist, its bucolic view is intimate and lyrical. Although known for his personal landscapes, he deals with other topics, such as still life, flower arrangement, market, country cooking, the sea… «Countryside Landscape,» acrylic/canvas, 13x18 inch., 1982 v «Landscape with Flamboyant,» acrylic/canvas, 30x40 inch., 1983 v «Market,» acrylic/canvas, 28x40 inch., 1984 v «Landscape with several Houses and Passers,» acrylic/canvas, 30x34 inch., 1984 v «Rulo Plant,» acrylic/canvas, 40x80 inch., 1985 v «Landscape,» acrylic/canvas, 40x30 inch., 1985 v «Landscape with Two Houses and Peasants,» acrylic/canvas, 30x40 inch., 1985 v «Red Sky Landscape,» acrylic/canvas, 24x30 inch., 1985 v «Blue Hut Landscape,» acrylic/canvas,
1953/Santo Domingo, 2005). He studied for five years at the Academy of Fine Arts in La Vega, presenting the first solo exhibition in the middle of El Conde street (1972), using the name Vinagre to sign his paintings which initially were landscapes freely interpreted. Afterword, the painter turns to automatic and instinctive Surrealism. «Little Houses,» acrylic/canvas, 30x40 inch., 1972.
Justo Susana. (Jamo, La Vega, 191 / Santo Domingo, 2001). After being discovered and he transcended as a naive painter, he dedicates himself fully to painting, task he assumes with vigorous creativity depicting reality with illusory, dazzling and magic realist imagination. His landscapes overflow with colours, luminosity and compositional rhythm, resuming geography as a sage of the island ecosystem. His exhibitions are documented numerically from 1973 to the proximity of the final years of the twentieth century. «Untitled,» acrylic/canvas, 70x59 cm., 1983 v «Landscape Bridge,» acrylic/canvas, 60x75 cm., 1989 v «Untitled,» acrylic/canvas, 84x120 cm., 1990 v «Landscape,» acrylic/ canvas, 75x60 cm., 1990 v «Landscape,» acrylic/canvas, 75x60 cm., 1990 v «Infantile Landscape,» acrylic/canvas, 75x60 cm., 1990 with
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v «Landscape,»
acrylic/canvas,
59x74 cm., 1990 v «Untitled,» 60x75 cm., 1992 v «Untitled,» acrylic/canvas, 100x126 cm., 1992 v «Untitled,» acrylic/canvas, 123x150 cm., 1992 v «Untitled,» acrylic/canvas, 75x100 cm., 1993 v «Landscape,» acrylic/canvas, 75x60 cm., 1993 v «Landscape,» acrylic/ canvas, 75x100 cm., 1993 v «Infantile Landscape (ST),» oil/canvas, 100x75 cm., 1993 v «Infantile Landscape,» acrylic/canvas, 101x76 cm., 1993 v «Landscape,» acrylic/canvas, 101x76 cm., no date v «Infantile Landscape,» acrylic/canvas, 100x75 cm., 1994. acrylic/canvas,
Elías Delgado. (San Pedro de Macorís, 1924/Santo Domingo, 1999). Living in La Vega where he was formerly trained in painting between 1939 and 1945, his teachers were Bolívar Berrido, Joaquín Priego and Darío Suro. Later he founds and art academy and upon the creation of the Municipal School of Fine Arts, he’s part of the first group of teachers. With solo exhibitions held in Santo Domingo in 1964 and 1969, he delved between in configurations with various languages, unconventional. In the capital city where he settled with wife and children, founded the Leonardo Da Vinci Academy, which he directed until his death. «Sky, Mountain 1993.
and
Trees,»
acrylic/canvas,
44x42
inch .,
George Hausdorf in the capital city (1939), attended the National School of Fine Arts, the Academy of Ortega Hernández, and then resided in Madrid where he joined circles and artistic workshops. In 1972 and 1973 held his first solo at Sala Rosa María, offering a variety of subjects including still life. From academic background, he reveals intimate classicism, realistic and even vernacular, when painting the domestic kitchen. «Still Life,» acrylic/canvas, 60x96 cm., 1963 v «Still Life,» oil/canvas, 24x38 inch., 1981 v «Untitled,» oil/canvas, 86x101 cm., 1985 v «Still Life,» acrylic/canvas, 24x36 inch., 1990 v «Still Life: stove, iron…,» acrylic/canvas, 24x32 inch., no date.
Willy Pérez. (Santo Domingo, 1956). Guided by his father Guillo Pérez, attended the Academy of Cándido Bidó and the Art Students League of New York. He has held his work in collectives, has held seven individual until 1998. Marked by the radiant chromatic style, he does not run away from the parental influence even though he finds his personal tone in water biodiversity and landscapes of rice fields and coastal hamlets. «Marina,» acrylic/canvas, 24x20 inch., 1986 v «Rice Fields,» acrylic/canvas, 40x50 inch., 1989 v «Paddies,» acrylic/canvas, 46x50 inch., 1987.
4. The capital’s presence. Santo Domingo, capital city, is the centre of governmental administration, financial guidelines and major cultural institutions in communications, recreation and national patrimony. It’s an urban metropolis with a large concentration of artists of all expressive fields. In this cluster, the field of visual arts is represented by painters Tomás López Ramos, Willy Pérez, Alberto and Iván Houellemont, Renzo Oviedo, whom internalized Dominican reality differentially and according to their individual style.
Iván Houellemont. (Desvignes). (Santo Domingo, 1924-1992). Architect and painter who signed his works with the name Desvignes. He started in the arts field at an early age, receiving guidance from teachers José Gausachs and Manolo Pascual. Exhibitor of several collective exhibitions, he holds a personal showcase in 1982. «Sugar Factory I,» oil/canvas, 20x24 inch., 1982 v «Sugar Factory II,» oil/canvas, 24x18 inch., 1982 v «Sugar Factory III,» oil/canvas, 24x18 inch., 1982.
Tomás López Ramos. (Spain, 1930/Santo Domingo, Renzo Oviedo Weber. (Santo Domingo, 1957). He 2010). Living in Dominican Republic from the age of 14, and trained at the Academy of Painting established by
is guided by his father Nuris Oviedo and uncle Ramón Oviedo. There is no record of personal samples in his
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curriculum, but is widely known in the capital, especially among art dealers and followers of his painting that recreates landscape with descriptive realism of soft ranges. One of his works was chosen for inclusion in a Dominican itinerant group show in various schools in New York during 1989-1990. «Landscape,» acrylic/canvas, 30x40 inch., 1990 v «Landscape,» acrylic/canvas, 30x40 inch., no date v «Country Landscape,» acrylic/canvas, 30x40 inch., no date.
Alberto Houellemont. (Santo Domingo, 1939). Graduate lawyer from the state university, he moved to Santiago de los Caballeros, working at the Universidad Católica Madre y Maestra, and frequently visiting Yoryi Morel’s workshop, which stimulates his artistic vocation. He was guided by his architect brother Iván, and committed fully to his workshop, holding his first solo exhibition in 1982. He is primarily a landscape painter of soft colour tones, but incorporates other nature themes. «Landscape,» acrylic/canvas, 30x36 inch., 1997.
5. Spaniard presence. López Ramos, better known as Tomasín, is a painter born in Spain, and «Dominicanized» in its long career in Santo Domingo where he died. He leads a group of artists born in Spain, which in the last three decades of the twentieth century is rooted in the country –temporarily or permanently– transcribing various aspects of Dominican reality. The countryside and coastline, labor chores, tropical fruits and Creole characters were pictorial themes of Augustín Masía, Joaquín Castellote, Vicente Herrero, and Victor Bonet Camps…
Joaquin Castellote. (Barcelona, Spain, 1920). Professor at the School of Fine Arts and the School Massana, in his hometown, he holds solo exhibitions in several countries since 1944, including the Dominican Republic, where he establishes residence and works as a professor.
«White Bucaré,» oil/canvas, 70x55 cm., no date v «The Old Man and Time,» oil/canvas, 60x75 cm., no date v «Landscape,» acrylic/canvas, 61x76 cm., no date v «Framboyán,» oil/ canvas, 70x55 cm., no date v «Untitled,» Oil / canvas, 100x75 cm., no date.
Víctor Bonet Camps. (Palma de Mallorca, Balearic Islands, Spain.). He received training at the Institute of Fine Arts of his native island and also in Copenhagen. Winner in the International Biennial Painting of Stockholm, Sweden (1964), in that year obtained Drawing Prize at the Third Biennial in Palma de Mallorca. With numerous exhibitions in Europe, arrives in Santo Domingo in 1977, later living the country, and returning again in 1979. «Seller,» acrylic/canvas, 30x24 inch., 1984 v «Coconut Seller,» acrylic/canvas, 22x28 inch., 1985.
Vicente Herrero. (Valencia, Spain, 1960). He studied at Escuela Superior de Arte, in his hometown, and at the School of Art of Brooklyn Museum, New York. He comes to the country as artist in residence at Altos de Chavón, showcasing in twelve Dominican exhibitions, and participating in international biennials sponsored by the United Nations. «Still Life,» oil/canvas, 30x40 inch., no date v «Marina,» acrylic/canvas, 30x40 inch., 1983.
Agustin Masiá. (Valencia, Spain, 1931/ Santo Domingo, 1994). Trained in Fine Arts in his hometown, holds his first solo in 1946, exhibiting in various cities in Spain, Africa and America. In 1975 he moved to the Dominican Republic where he has extensive exhibition presentations and from where he promotes his paintings to the United States. His Dominican production is bright and realistic, reaching hyperrealism style effects, and thematically abundant. «Market,» acrylic/canvas, 95x75 cm., no date. «Ratchet,» oil/canvas, 56x76 cm., no date. «Boy with Fruit,» oil/cardboard 40x29 cm., no date.
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Joseph Fabré Sallent. (Barcelona, 1959). He studies painting at the Fine Arts Conservatory and the Catalan Artistic Royal Circule; then, at the Massana School. In 1977 he arrived in Dominican Republic as a tourist but decided to stay, becoming a professor at various art programm’s institutions. Since 1982 through out 2006, he helds around 30 individual painting exhibitions as well.
Four Anthological Visions PLUTARCO ANDÚJAR: A SONG TO MY LAND This is how was titled the exhibition he held on November 31, 1983, many years after Manuel Valldeperes wrote: «It tells us the biography of Juan Plutarco Andújar who was born in Montecristi on July 24, 1931. Let us add that it was a specially gifted Dominican region to boost the artist’s love of nature. It is a land of firm light and varying colorations which has been pinned to the retina of our painter.» (M. J., Caribe, October 4, 1964). In the introduction to the catalog, Don Alejandro E. Grullón E., president of the bank sponsoring the exhibition, said: «Banco Popular Dominicano begins today a program with the purpose of sponsoring a yearly exhibition of a national artist in Altos de Chavón. To inaugurate our program we present a beautiful collection of pictures of the great painter Plutarco Andújar. We developed this cultural activity in close cooperation with the Foundation that has made possible this young and splendid reality that is the city of artists. The Bank pursues a dual purpose with its project: on the one hand provide Dominican artists to present a solo exhibition without constraints, brought about Altos de Chavón’s efforts in favor of the arts and culture in general, efforts that for their wide projections deserve the enthusiastic support of all Dominicans.». The expert critic and historian María Ugarte writes the expository presentation: «Plutarco Andújar is an artist
in love with his land, tied to it with such close ties, as indissoluble, it is impossible to think of his paintings without identifying it immediately with landscape and people of the country. All his craft, excellent by the way, has always been at the service of naturalistic, realistic, even costumbrista painting. His marina, popular figures, flower, and mountains exude typical characteristic, exuberance and fulfillment. The tropic pulsates in them, but without stridency or surprises. With sharp, accurate drawing, deftly handling of colors, he manages to convey a special charm, spontaneous serenity, an optimistic and joyful atmosphere in his paintings. No matter that his subject is a wrinkled old woman’s face or a sad looking emaciated child. A rugged mountain or sea landscape with clear and calm skies, in all of them, Plutarco communicates a message of peace, sympathy and gentleness without effort. The career path followed by the artist is a straight line, without hesitations, without daring adventure. Fashion and isms walk past him without affecting him, without troubling him in the least. He looks at them coming and going, and he remains unfazed, confident.» As a painter who took advantage of the great lessons of his teachers and the Dominican reality, Plutarco Andújar was master of himself, captivating with his visual songs intoxicated with sea salt, palm trees and light of Boca Chica, his preferred residence until his death in 1994. «Marina in Bayahibe,» acrylic/yellow stone, 65x106 cm., 1981 v «Untitled,» acrylic/canvas, 100x76 cm., 1983 v «Marino Landscape,» acrylic/canvas, 91x60 cm., no date v «Merengueros,» acrylic and lacquer/canvas, 100x126 cm., 1992 v «Marina,» acrylic/canvas, 60x90 cm., no date v «Fisherman with red,» acrylic/yellow stone, 70x55 cm., 1983 v «Fisherman,» acrylic/yellow stone, 75x55 cm., 1983 v «Fisherman,» acrylic/yellow stone, 75x55 cm., 1983 v «Untitled,» acrylic/yellow stone, 90x60 cm., 1983 v «Untitled,» acrylic/yellow stone, 70x55 cm., 1983 v «Untitled,» acrylic/yellow stone, 75x55 cm., 1983 v «Untitled,» acrylic/yellow stone, 70x55 cm., 1983 v «Untitled,» acrylic/yellow stone, 90x60 cm., 1983 v «Untitled,» acrylic/yellow stone, 75x55 cm., 1983 v «Night Fisher,» acrylic/canvas, 75x55 cm., no date v «Marina,» acrylic/canvas, 70x55 cm., 1991 v «Vendutera,» 401
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acrylic/canvas, canvas,
100x76 cm., 1991 v «Merengueros,» 101x127 cm., 1992.
acrylic/
MARIO GRULLÓN: SPRING IN AUTUMN Sponsored by Banco Popular Dominicano, Mario Grullón held in Altos de Chavón the solo exhibition «Spring in Autumn,» in November 1984. It was an appropriate title. The painter born in Santiago de los Caballeros in 1918 had found the turning point to become a fulltime artist, at age 66 when he was going through the autumn of his life. Gone were those jobs required to support his family and their needs. With his palette, brushes and color palettes, he began transcribing his visions as spring tunes. Mario Grullón liked to paint since he was a child, helping his father in decorative tasks. When Yoryi Morel discovered him working at the Sociedad Cultural Alianza Cibaeña in 1940, he urged him to attend the Academy of Painting, which he had established in Sol Street, adjacent to the old site of the Church of Altagracia. After a period of guidance, in his twenties, he was awarded a scholarship by the City Council to continue his studies at the National School of Fine Arts, founded in the capital city in 1942. He graduated from this center as a painting teacher, associated with the young artistic generation of the 40s, and with remarkable modern Dominicans and Europeans maestros who breathed modern rhetoric, already contaminated with Yoryi’s production. Upon graduating, Mario Grullón returned to his home city, dividing his time between multiple jobs during the day and painting at night to keep alive his recognition as an artist. He was a painter of signs, banners and decorative murals. Also, he was a penman and teacher, honoured by numerous awards from the Dominican College of Visual Artists (1987), the National Competition for Children (1988), the Science and Art Foundation (1989), and among others, the one from Fine Arts and Culture for this teaching (1992).
In his presentation of the exhibition «Autum in Spring,» Don Alejandro E. Grullón writes: «Last year Banco Popular Dominicano initiated a program to annually sponsor art exhibitions in Altos de Chavón. In this second year of the program we are showcasing the first solo exhibition of renowned painter Mario Grullón. Thus Banco Popular Dominicano continues to offers its support to the development of the visual arts in the Dominican Republic, providing an opportunity to present solo exhibitions of artists who for one reason or another could not do it, at the same time contributing to the wonderful work on behalf of art and culture that makes the Foundation Altos de Chavón. We hope that this joint task (…) will stimulate a new generation of artists and thus contribute to the cultural development of our country, with the enthusiastic support of all Dominicans.» In the Main Gallery Altos de Chavón, maestro Grullón displayed fifty works on various topics especially costumbrista, and almost all of Cibao. Recognized as a national artist, the newspaper «El Caribe» September 1996 dedicates him an editorial: Mario Grullón. «With the same ease with which he lived, the painter Mario Grullón died recently in Santiago, his land, where he always remained devoted to his art in a quiet and fruitful manner. Was an artist who, despite not having been among the best-known representatives of the current visual arts not for lack of merit but of opportunities, he can be considered as one of the pillars of the painting of the Cibao region. Region that he successfully brought to the canvas with skill, realism and love. Modest as it was, did not hesitate to complete the murals initiated by Vela Zanetti in what was Monument of Peace and is now dedicated to the Heroes of the Restoration, in the city of Santiago de los Caballeros. And perhaps few know that to help his great friend Yoryi Morel at times he was suffering temporary blindness, Mario Grullón took the brush of maestro Yoryi, so he would not suffer from economic hardship. Good artist and tireless worker, Mario Grullón will always be remembered with respect and affection by those who knew him, while his paintings, reflections of nature and a people he adored, will become the permanent testimony of visual arts values of this native of Santiago that made the world of his birth his freely chosen habitat.»
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«Farewell to a big,» editorialized the newspaper La Informacón (August 30, 1996), stating in the paragraph: «With the death of the master of Dominican painting, Mario Grullón, Santiago has lost one of its most devoted creators of Visual Arts. His life was an example of dedication to a vocation manifested in the brushwork to capture the landscape, the realities and traditions of Santiago and the Cibao (…). Permanent member of the so-called School of Santiago, highly regarded pupil of maestro Yoryi Morel, distinguished professor of the School of Fine Arts, founder of an Academy of Painting, Don Mario had a lifelong attached to humanist values. His work, full of impressionist and costumbrista ink, will live in transcendence saved to his race.» «Peasant Landscape,» acrylic/canvas, 60x50 cm., 1988 acrylic/canvas, 91x76 cm., 1986 v «Countryside Landscape,» acrylic/canvas, 75x91 cm., 1985 v «Landscape,» acrylic/canvas, 75x91 cm., 1985 v «Untitled,» acrylic/canvas, 75x60 cm., 1985 v «Santo Domingo Cathedral,» acrylic/ canvas, 91x75 cm., 1989 v «Untitled,» acrylic/canvas, 91x76 cm., 1987 v «Market,» oil/canvas, 100x83 cm., 1984 v «Little Black Woman from la Linea,» oil/canvas, 75x60 cm., 1984 v «Car of Santiago,» acrylic/canvas, 73x58 cm., 1988 v «Landscape,» acrylic/canvas, 90x75 cm., 1984. v «Car,»
AGUSTIN MASIÁ: THE APPROPRIATION OF A COUNTRY HE MADE OF HIS OWN As a globetrotter, he arrives in Santo Domingo in 1975. Agustin Masiá, born in Valencia, Spain in 1931, studied at his native city Beaux Arts School. After incursions on diverse modernist styles he was not satisfied with, he opts for the traditional school regarding landscapes. Since 1946 he starts showing individually, following a route from Valencia through out Madrid, Palma de Mallorca, San Sebastian to Santo Domingo, apart from Miami and New York. According to his biography, Agustin Masiá takes roots in Dominican Republic «captivated» by its people and the paradisiac landscape (…) The tropical luminosity
is a challenge the painter could not escape, therefore hi enters on an intense working period. Six years of painting give a new depth to his work, reflecting on his canvas the affection for this country. In an individual exhibition held at the Art Nouveau Center (September 22, 1983), the themes are focus on locations: «Children on donkeys» (Constanza), «Little house on the Beach» (Samaná), «Carriage» (San Pedro de Macorís), «Shacks» (Juan Dolio), «Modern Market» (Santo Domingo)… His identification with the islands, allows the painter from Valencia, to be considered Dominican at the International Collective in New York Customs Museum, where he shows 36 canvas. A newspaper from that city considers him «the sole expositor (…) representing with an obvious and owned style his country». Another newspaper reviews «The merengue’s delightfulness came to us from Santo Domingo, in Masiá brushes», adding that the Museum management «had to insulate his paintings». Nevertheless, the light, the grace and the Caribbean colourfulness powerfully attracted the critic and the audience that unanimously gave the highest score to this artist. By this, New York doors were opened to him. «well deserved, specially, if one consider the huge quality of the exhibited works, signed by prestigious well-known artists who were shrouded by the Dominican brushes’ irresistible assertiveness.» Esteemed by his landscapes, Masiá is the author of a seascape series painted before his death in Santo Domingo, on the Christmas day, 1994, leaving behind as a patrimony a discourse of diverse subjects.
«Untitled,» oil/canvas 60x91 cm., 1987 v «Untitled,» oil/ canvas, 75x100 cm., 1981 v «Peasant,» oil/canvas, 40x29 cm., no date
v «Seascape,» oil/canvas, 60x45 cm., no date v «Untitled,»
acrylic/canvas,
90x121 cm., 1989 v «Seascape,» oil/canvas, 60x90 cm., no date v «Seascape and Fisher,» oil/canvas, 60x91 cm., no date v «Bueyes mellando terreno,» oil/cancas, 75x100 cm., 1992 v «Untitled,» oil/canvas, 60x101 cm., no date v «Levelling the Ground,» oil/canvas, 100x125 cm., no date v «Untitled,» mix/canvas, 50x93 cm., no date v «Untitled,» acrylic/ canvas, 65x85 cm., no date v «Untitled,» mix/canvas, 60x90 cm.,
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Ox,» oil/canvas, 60x90 cm., no date 60x75 cm., no date v «Seascape and vessel,» oil/canvas, 60x45 cm., no date v «Carriage and Ox,» oil/canvas, 70x118 cm., no date v «Washers,» oil/canvas, 60x75 cm., no date v «San Rafael Beach, Barahona,» oil/canvas, 60x90 cm., no date v «Seascape with Sailboat,» oil/canvas, 55x75 cm., no date v «Ox, Carriages and Canes,» oil/canvas, 54x88 cm., no date. «Country Little House,» acrylic/canvas, 54x75 cm., no date v «Seascape,» acrylic/canvas, 75x100 cm., no date. no date
v «Carriage
v «Caravel,»
and
oil/canvas,
Prats-Ventós: SCULPTURES AND PAINTINGS With an artistic reputation as professor as well as an sculptor, Antonio Prats-Ventós played a significant role during the 1966-1970 period. Exhibitor on the rise, he had an individual showing at the Universidad Madre y Maestra campus’ opening (1966). Other individuals from that period: Universidad de Santiago (1964); in Puerto Rico, at the Instituto de Cultura Puertorriqueña and the Museo Universitario de Río Piedras (1968). By that time, the cultural group La Máscara had elected him as the Year’s Sculptor (1966), taking into consideration his personal exhibition at the Fine Arts Palace, where he showed 81 sculptures. He was a professor at the Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña’s (UNPHU) Architecture School and at the same time, teaching at the Fine Arts National School when, in 1969, when two expressive statues he had created for the Fine Arts Palace front were downed. The Palace, opened in 1956, was transformed into the national collection venue that included his awarded works from different Biennials; hosting at the same time the school in which he was a sculptor professor. The shameful event provoked his resignation, producing at once a sculptural group forged in iron entitled «Angels Procession for a Death Statue,» group of 100 abstract pieces plus one figurative shown at UNPHU in 1969. Darío Suro, in his monograph «Arte Dominicano,» (1968, p.72), said: «Prats-Ventós created and matured his work in the Dominican Republic. In Prats-Ventós remains the
flavour of someone influenced by the environmental features, especially for the material offered by it: He has worked splendidly the Dominican stones: Samana’s onyx, pink marble, granite, alabaster; and the woods like Guayacan wood, mahogany and teak. His pieces made in stone present a formal strength and an expressive sureness only seen in the contemporary sculpture’s real masters: Brancusi, Moore and Arp. The technic hasn’t have secrets for this young sculptor (…) Prats-Ventós has been present in all the Biennials held in Dominican Republic (…) He is represented in many public buildings and private residences.» A sculptor of bulk and relief pieces, he stands out also as orator for the symbolic or referenced abstraction. A discreet painter as well, with differentiated styles and themes. According to María Ugarte (Prats-Ventós 19251999, page 195), in 1970 he starts the series «Las Damas, las Meninas y Los Infantes» (…). Exhibit for the first time «Los Apóstoles» at the Museo Del Hombre Dominicano (…). He build the «altarpiece» Basílica de Nuestra Señora de la Altagracia en Higüey (…). With «Los Apóstoles,» Prats-Ventós takes part at the Expo Nueva Imagen de la Universidad Católica Madre y Maestra. ` The decades 1970 and 1980, see an outstanding productive and exhibitions vitality in the master, who got the Dominican citizenship by the naturalization decree 1109, extended in 1971. That vitality multiplies him as a sculptor and a painter, on the basis of a sounded drawing skill that give form mainly to his unmistakable round faces icons, as well as his still lives, and landscapes where he combines a chromatic range handcrafted command. On top of that, his technic mastering of the basic plastic material substrates and extracts, flows with an apparent cold frugality, but lyric in the accuracy’s rationality where the Basque, Spanish or Dominican references join hands. «Drawing,» charcoal, 13x21 inch., no date. The piece of graphic strokes, part of the bank collection, seemingly results in an sculpture draft, due to the circular forms of its plan, on the base as in the curvatures defining thin and edgy resembling an abstract cubical enclosure.
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«Los Apóstoles,» sculpture in mahogany, more than three meters wide, carved by the end of 1980s, is formed by three vertical bodies extracted from the same log. It was exhibited in Santo Domingo in 1970, and Santiago in 1972. The artist, «just by chance found the log in a warehouse at the exact moment when a group of workers armed with an axe were starting to break it into pieces. Of a surprising quality, the old and perfect Creole mahogany’s trunk was already divided into two vertical pieces. He bought it immediately and his weight was such, that at the time it was laid at his house courtyard, the cement floor broke. He worked the piece in the garden. Just to rough it down took him three months. The two figures in the trunk transmitted to the sculptor the name’s apostolic message.» (María Ugarte, cit. op, p.101). «The Lady,» carved mahogany/polychrome, 129 cm. high, 1988. «Menina,» carved mahogany/polychrome, 170 cm. high, no date. «Meninas,» carved mahogany/polychrome, 52 inch high, 1990. Sculpted in different dates, they offer linguistic unity in the dialogue between the wood au natural and the polychrome resource that coat the slender forms («The Lady» and «Meninas»), offering a seat composure to the third «Menina». The pieces show outstanding coiffure crowning their heads with dual faces, like novel and objective mystery’s masks. The cylindrical, short, raised and non-repeated forms, «correspond to a job that served the artist as a divertimento and was proof of his dialogue with wood. (María Ugarte, cit.op. page 150). Hieratic solemnity, only broken by the chromatic decorative head-dress, subscribes, conscious or unconsciously. The new Dominican figurative, dumping the linguistic and thematic that coincided, at the beginning of 1970s, with the painter and Master Fernando Peña Defilló. The still life and the celestial iconography portraying angels and human absorbed characters; are part of an extensive pictorial production new phase, twice indulgent: for the artist himself and for the audience, who enjoys the kindness of not disturbing works. No social drama, or expressionist scenes or affected landscapes out of dissipation, characterize the Antonio Prats-Ventós paintings.
The artist himself confessed that doing it was a sort of relief during his breaks after the sculpting job arduous hours. The pictorial work was the concrete communion with various dissipations: His beloved Azuan woman, Rosa María García Bidó, who multiplied him with their children; the soaked cigarette with coffee flavor or the good wine shared with friends all that perhaps serve as well to dissipate nostalgia. The presence of pictorial works on the Popular’s collection is numerous: paintings with or without date, of various themes: women with turbans, girls with butterflies, still lives, angels with star-filled skies, landscapes with yellow, red, green trees and with shacks… Tens of different paintings with reiterative format and approach, but never repetitive. «The Turban’s Lady,» oil/canvas, 32x25 inch., no date v «Maternity and Oranges,» acrylic/canvas, 32x25 inch., no date v «Green Trees and a Red Tree,» acrylic/canvas v «Houses Between Flamboyanes v «Blue, Plentiful Grove.» v «Girls under the Rain,» acrylic/canvas, 48x28 inch., no date v «Merchant Women.» v «Girls Face.» v «Little Flamboyanes with Yellow Sky v «Two White Horses and Two Girls.» v «Fragmented Still Life.» v «Women and Girls Line.»
Artists Confluences, Generations and Imagery 1990-2001 In the plastic arts collection conformed by the Banco Popular Dominicano there is a lineal confluence of artists and generations that, in the Dominican art case, signal the XX century ascendant history, with representative evidences of that initiated with the XXI century. The artists, and the generations they are linked to, and the pieces they subscribe during the 1900-2001 period, summarize many different imageries as referent to the forms and the ranges of our insular republic; forms and ranges which are endless in its variables encompassing the day’s
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instants, in the four tropical seasons that are different from the non-Caribbean realities; forms and ranges as different and diverse as the regions of our insular and Dominican geography. Furthermore, forms and ranges that, conjugated as icons, naturalist or imaginative and subjective scene, give us historical times. Starting by the pioneer painter Arturo Grullón Julia, going through Abelardo Piñeyro, Celeste Woss y Gil, Yoryi Morel and some other names, many of them subsequent to these, it is possible to have an idea of the Dominican art, when we multiply the numbers of years and generations we manage to count by the means of biographic documental records or concrete visual works. In the confluence we get to by the last XX century decade, we find artists’ names from the 1930s, like the veteran painter Federico Izquierdo, with a painting dated in 1999, or Yolanda Monción (Yuli) with a work recorded in 2001. In between these two generational representations, there are great numbers of converging artists and works. That is to say, there exist authors during the period, with works dated since 1989 throughout 2001. The first cited date, allows us to approach the collection as a culmination effect, starting not by the artists projected since 1940 and so on until 1980, but inversely, seen the 1980s’ generation as the initial focus.
like them, whose discourses and work also stay around the landscapes, but this is not the thematic production binding them to the collection. Besides Avilés, Núñez, and Ricart, there are records of Rafael Amable, Dionisio de la Paz, Jesús Desangles, and Hilario Olivo. Enriquillo Rodríguez Amiama, Pedro Terreiro, Carlos Santos Durán, Luz Severino, Daniel Díaz, Inés Tolentino and Miguel Gómez, among others.
Miguel Núñez. (Santo Domingo, 1959). His soft chromatic range fluctuates in a late impressionism of dancers and water lilies, broaden and consolidated with the Santo Domingo City focalizations. His exhibitions «A Loneliness Year» (1988), «A Year Later» (1990) and «The City of Ours» (1991), with colonial architecture, the capital inhabitants, street and parks with trees, are conjugated with a mix of revival languages impregnated with real interpretations, feelings and attachment to the humanized landscape. «The Cordón Gate,» acrylic/canvas, 85x75 cm., 1985 v «Untitled,» acrylic/canvas, 146x121 cm., 1990 v «Untitled,» oil/canvas, 75x100 cm., 1995. «Sunday’s Afternoon,» oil/canvas, 76x101 cm., 1995 v «A Sunny Day at the Park,» oil/canvas, 101x127 cm., n.d v «Woman Looking at the Ozama River,» acrylic/canvas, 100x75 cm., 1997 v «The Grandmother,» oil/ canvas, 75x60 cm., 1994.
1. THE «OCHENTISTAS.» During the 1990s, they conform a generation that, although some of them were mentioned before as related to the «interiorized landscape painting,» this is not an objective view to their themes in all the cases, but a mono-thematic cycle that allowed them to get acceptance and an early attention by the critics. These are landscapes more related to school styles, from which some of them depart with differentiated themes, as in the cases of Elvis Avilés, Juan Mayí and Pedro Ricart. Miguel Núñez is the only one who keeps lineally the landscape focus, although approaching different and novel sunny urban spots, solitary or crowded streets, during the 1990s. To the four painters already mentioned, are connected «Ochentistas»
Dionisio De la Paz. (Mella, Pedernales Municipality, 1951). Once he finished his basic studies in Pedernales, he transferred to Santo Domingo and graduated from the Graphic Design career and a major in Visual Arts and Superior Education. This fact, allowed him to remain as a professor in the same institution. He was going to be soon a well-known painter, with five individual exhibitions from 1985-2001, numerous records in collectives and various awards in national competitions. His discourses recreate the Silent Tropic, The Hurricane Winds, Mythology, Ecology the environment and the fauna. Such speeches are elaborated with images and chromatic configurations skillfully created.
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«Abstraction,»
acrylic/canvas,
76x114 cm., 1986 v «Com60x121 cm., 1987 v «Staring at the Fauna,» acrylic/canvas, 75x100 cm., n.d v «Dreams on a Hidden Paradise,» acrylic/canvas, 76x100 cm., 1991 v «From the Tainismo Series» acrylic/canvas, 75x100 cm., 1991. position,» mix/canvas,
Jesús Desangles. (Santo Domingo, 1961). Initially, he receives training at the relevant national painters workshops between 1967 and 1973, when he enrols at the Fine Arts National School, while taking part at collective exhibitions (1977-1985). His first individual exhibitions turns him as an exclusive artist of Boinayel Gallery (19851991). After receiving notorious recognitions at Cagnes Sur-Mer (1987), Hoteles Barceló Competition (1992), León Jimenes Competition (19..) and the National Biennial (19..) he is perceived as an artist of lineage, linked to the great Caribbean modern oratories, related to a personal interpretative style about quotidian reality, magic fauna and the popular subject. «Untitled» charcoal and wax/ paper, 85x54 cm., 1985 v «Un151/125 cm., no date v «Characters,» mix/ canvas. 71x101 cm., 1989 v «Felines’ party,» oil/canvas, 150x100 cm., 1990 v «Character,» acrylic/canvas, 69x94 cm., 1990. titled» mix/canvas,
Miguel Gómez. (Santo Domingo, 1954). He graduated from the Fine Arts National School and took part of the first «ochentistas» generation collective exhibition (1983). Between 1984 and 1987, he held his first four individuals with great use of color, structured in geometrical fusions and usually around the dance theme as it is the kettledrums’ party. While pointing out that Gómez has been an oneiric painter, De Tolentino also considers that he «goes ahead to combine three streams: impressionismexpressionism-cubism, with some cubistic nuances.» (M.D.T. Listín Diario, 1986 Supplement). «Original Half-Lights of a Family,» oil/canvas, 100x75 1990 v «Human Persistence,» oil/canvas 125x201 cm., 1993 v «Popular Dancers,» acrylic/canvas, 101x127 cm., 1994 v «From the Series Musicians,» oil/canvas, 75x100 cm., 1996 v «Women,» mix/canvas, 100x75 cm., 1996. cm.,
Juan Mayí. (San Francisco de Macorís, 1963). He is the author of «La muchacha de las trenzas,» acrylic canvas, 90x77 cm., no date. It is a portrait, perhaps imaginary. If real, internalized with a lyric evocation. His chromatic palette keeps relation with the painter’s landscape.
Rafael Amable. (Santo Domingo, 1958.) Draftsman Enriquillo Rodríguez Amiama. (Santo Domingo, and painter formed at the Fine Arts National School.
1962). His early artistic formation starts at Nidia Serra’s Art Centre, continues with the painters Silvano Lora, Alberto Bass and Servio Fría, until he completed his education at the Fine Arts National School. As part of the Generation Eighty, he held his first individual exhibition in 1984, followed by four more in the 1986-1992 period. He conjugates a visual discourse that speaks «from the fruits’ image to the imagination fruits» as stated by Maríanne de Tolentino, underlining «a balanced art of purity, quietness, theme that is not disturbing, nor worrisome, according to Henri Matisse.» (M de Tolentino, text. December 2nd, 1993). «Caribbean Island,» acrylic/canvas, 76x100 cm., 1993 v «On the High,» oil/canvas, 151x100 cm., 1993 v «From the Romantic Theme Series,» mix/canvas, 76x101 cm., 1994.
Just after graduating, he held his first individual at Centro de Arte Cándido Bidó in 1979. He participates in collective exhibitions and Competitions since 19801990, and holds individuals at Casa Nouveaux and Casa Bastidas in 1984, obtaining awards at the León Jimenes Painting Competition in 1990 and 1992, as well as drawing awards at the 1994’s XIX National Biennial. «After Fishing,» serigraph /paper, 84x53 cm., 1985 v «Pigeons and Canes,» acrylic/canvas, 40x30 cm., 1987 v «The Owl Swing on Full Moon,» acrylic/canvas, 145x125 cm., 1995.
Elvis Avilés. (Santo Domingo, 1964). After his landscapes discourses with photorealistic connection, his personal oratories from 1990 on are takes of urban walls
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with its «graffiti,» stains and wearing out. Then the mythological reflections arise, with the «Earth’s figuration» and the signs as chromatic conjugations. «Impression,» acrylic/canvas, 40x30 cm., 1995
Pedro Ricart. (Santo Domingo, 1960). Apart from his landscape’s theme, the painter produces the icon «She, with Lights on the Air,» mix/canvas 32x22 inch., 1988. The iconography is centred on the image of a young woman with a hand close to her face, with the focus on the lower plane’s lateral. Around her, there is a multiple colour range representing a gale with the symbolism of a small bird, flying in the compositional high clearer zone. The figuration, combined with an abstractionist lyric context, announces a subsequent discourse.
Pedro Terreiro. (Barahona, 1955). He studied Design and Industrial Mechanic at his native city Vocational School, obtaining a scholarship from Alcoa Exploration Company to study Education at the Fine Arts National School, since 1976. Being a distinctive and different artist among the eighty’s generation, he obtains the first drawing prize at the León Jimenes Competition in 1983, recording later on his first individual «Neither Oblivion nor Silence» (Nouveau Center, 1985). Terrero gets into a discourse in which, the luminous burst, movement, and the pictorial pulse’s gesture translate the vertigo signs of a magic and ritualistic underworld. Marianne de Tolentino mentions «the painter’s total overturn towards abstraction, to a vehemently lyric abstract language» (Listín Diario, February the 2nd, 1985). Amable López Meléndez do not hesitate to link Terreiro to «The Baroque’s and the real marvellous paintings» ALM. Catalogue Presentation, November 11, 1986). «Paradise. Homage to Lezama Lima’s Work,» vas, ensemble, 14x97 cm., 1986.
acrylic/can-
(National Biennial, 1992), continue studies at The Art Students League of New York and in Bogota, Colombia. Since 1995, he is a pictorial and graphic artist woman with individuals and collectives exhibitions. In 1992, she was chosen to appear at the exhibition «Dominican Art and Women Today.» «Composition of an Uncertain Future,» oil/canvas, 104x107 cm., no date v «Step by Step,» mix/canvas, 149x149 cm., 1996 v «In Search for Justice,» mix/canvas, 132x102 cm., 1997 v «Close to Justice,» acrylic/canvas, 173x150 cm., 1997.
Daniel Díaz. (1945). In 1978 he showed at the collectors circle collective exhibitions, in individuals at the Art Nouveau Center in 1983 and 1986. In this institutions he also showed at the Miniature Biennial and at the Erotic Art collective exhibition (1986). He participated at the Third Drawing National Venue (1993) and the Four International Venue (1995), sponsored by the Arawak Foundation. According to Cándido Gerón: «His work exhibits a blunt drawing that evades the color artifice and beauty, frequently using the graphic itself as a way of expression. (…) the figures’ fluency underlines the subhuman conditions suffered by his infancy.» «Shoe-shiner,» ink/paper, 19x23 inch., 1983.
Remberto Rondón. (1960). He studied at the Beaux Arts National School and forms part of the 80’s Generation Collective, obtaining the sole award by FAO and Youngs of the Americas competition organized in 1986, at the time he registers his first individual showing. Apart from his work as already well-known drawer, he creates installations and helds a painting exhibition at the Moder Art Museum. «Grandmother With Kid,» pencil/paper, 19x23 inch., no date.
Vladimir Velázquez. (Santo Domingo, 1963). OrigiLuz Severino. (Hato Mayor, 1962). Graduates from the nally formed at the Foundation Eugenio Mendoza’ Fine Arts National School as a Drawing professor. He was awarded with honours in various sculpture’s competitions
School from Caracas, Venezuela; and the Elias Delgado‘s (1974) and Cándido Bidó’s (1977) Academies; he also
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studies Architecture at the UASD (1981-1985) and attends classes with the Argentinian master Pérez Celi at Altos de Chavón Design School. He takes part in various 80s Generation Collective’s exhibitions, and registered the individual «Agnus Dei,» (1989) and «A trip throughout the Shadows,» (1993). He obtained an award at the National Biennial, 1990. «Vladimir Velázquez possesses a rear talent in the Dominican plastic art field. He is, at the same time, draftsman and painter with a deep profession’s awareness, acquired from copious readings and arduous work through the years. He has an extensive knowledge about universal painting and shows a style of his own, meticulous and perfectionist, which he uses to auscultate the humanity’s heart. The artist creates a startling world full of oneiric visions subverting social conventions. His, is a globe populated by amazing and monstrous figures, representing the war and holocaust horrors, the ecological destruction, the political perversions, anyway, all those demons that he exorcises by enlightening allegories.» (José Alcántara Almánzar in «Alternative Lines, Vladimir Velázquez,» Banco Central Editions, 2006). «Ángel with a Neck Laced,» mix/paper, 110x64 cm., 1990.
Inés Tolentino. (Santo Domingo, 1962). She studied in Paris, France at the Fine Arts Superior School (1980) and the Sorbonne, where she got a Masters degree in Visual Arts and Arts Science, apart from a PhD in Aesthetic (1982-1985). She took part at the 80s Generation Group exhibitions, showcasing 10 individual showings in 1985-1994. With various awards in Dominican and international competitions, she was chosen to exhibit her work at «Women and Dominican Art Today» (1992). «Faces with Cayennes,» serigraph/paper, 85x60 cm., 1986 mix and collage/canvas, 82x121 cm., 1993.
v «The Unrewarding Memory,»
Hilario Olivo. (San Francisco de Macorís, 1959). He started artistic formation in his native city, moving afterwards to Santo Domingo. He joined the Fine Arts
National School from which he graduated in 1975. With a substantial route of collective exhibitions and 11 individuals in 1983-2005’ period; his work shows a predominant red background with unusual concepts. The surreal dreams open up visions like jungle and tropical gardens full of enigma and symbolization, becoming «Vinculos/Invincusl» (discourse, 1988) and later on «The Darkness’ Inhabitants;» two episodes of pro-taino and many other auscultations of the silence routes. Olivo is a master of the Antilles’ dissimilar, fantastic and new-surreality. «Abstraction» acrylic/canvas, 160x95 cm., no date v «Untitled,» acrylic/canvas, 100x76 cm., no date v «Darkness’ Inhabitants 1,» acrylic/canvas, 101x96 cm., 1994.
Eduardo Rosario. «Is one of the members of Integral Young Art (AJI in Spanish), group that follows the German Graphic School Bauhaus. Together with other members he takes part of a 1988’s collective exhibition» (Cándido Gerón). According to his paintings stylistic features, Eduardo Rosario is linked to the new national young abstractionists, offering soft quality chromatic solutions, contrasts, and compositional aerial movements. «Composition,» acrylic/canvas, 24x36 inch., 1990 v «Abstraction,» acrylic/canvas, 24x36 inch., 1990.
Carlos Santos Durán. (Santo Domingo, 1956). With studies at the Fine Arts National School and the Autonomous University, where he graduates as a sociologist; he amasses four individual showings between 1987 and 1996, as well as several relevant collectives. Awarded at national competitions, among them the León Jimenes Competition, 1987 and Visual Art National Biennials in 1992, 1993 and 1994; his discourse is in line with the geometric abstraction of the concrete canon; without ostentatious effects other than the monochromatic concepts’ rigour, namely, unmistakable compositional makings of aesthetic sobriety.
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«The Anthropology’s Cult,» mix/canvas, 76x66 cm., 2001.
Art and History at the Banco popular dominicano visual arts collection
Manuel Traboux. (Santo Domingo, 1955). He studied at the Fine Arts National School (1978-1982), obtaining a Drawing professor position, and at the Autonomous University Architecture School where he graduated with an outstanding record (1987). An exhibitor of the 80s Generation Collective, which he cofounded and directed, in 1984 he registered his water-colour individual «Horse, Form and Expression.» A drawing professor in various academic institutions and a notorious draftsman, he is also a mural painter and a sculptor. «Horses,» watercolor/paper, 63x84 cm., 1984.
2. THE SETENTISTAS who produce works in the 1990s, most of them are artists who follow their thematic discourses, strengthened with new composition scenes, more chromatic vitality, and visions according with the language each of them individualized. If some exceptional authors visually break up with precedent discourses, this is because they have are located in realities that are different from the native country; which does not mean, that the issues and references pertaining to identity, are absent or no connoted. Dionisio Blanco, Luis Bretón, Carolina Cepeda, Alonso Cuevas, Carlos Hidalgo, Freddy Javier, Teté Marella, Manuel Montilla, Amaya Salazar, Francisco Santos, Alberto Ulloa and Fernando Ureñas Rib sign up on the collection –almost all them– produced during the last ten years of the past millennium.
Merchor Terrero. (Enriquillo, Barahona Province, 1942). He leaves his native municipality and initiates his pictorial education with a Spaniard master, who initiates him on the Classic artists knowledge. In 1967-1972 studies at the Fine Arts National School. Held his first individual, showing pastel paintings at Casa de Teatro (1974). On his second showing, already obese men and women show up. This theme reiterates the bodily excess expressed in divers scenes, like the pleasant landscapes in which, especially the fat women, appear tropically dressed, carrying fruits and flowers or covered with an umbrella.
«Paseo
por la aldea,» screen print/paper,
72x51
cm.,
1986
v «Jardinera,» acrylic/canvas, 75x100 cm., 1990.
Dionisio Blanco. (San Cristóbal, 1953). He held an individual exhibition in New York, in 1993, showing a consistent discourse in which real motives conjugated with an imaginary space, translates a magic revelation. The poet Juana Rosa Pita considers him the universal palette of today’s Dominican painting (El Caribe, supplement, December 11, 1993). Around the same time, the New York’s critic Rodolfo A. Windhousen writes: «In the painting of the Dominican artist Dionisio Blanco, the sense of fusion and reality is the outstanding feature (…) is loyal to a Caribbean attribute: the magic realism.» (RW Dionisio Blanco’s catalogue, June 17, 1994). «Oneiric Fantasy,» acrylic/canvas, 75x100 cm., 1992 v «Sowing with wish cards,» acrylic/canvas, 75x100 cm., 1996 v «Sowing Oneiric Fantasy Series,» acrylic/canvas, 75x100 cm., 1997 v «Sowing,» acrylic/canvas, 75x100 cm., 1997.
Carlos Hidalgo. (Santiago Rodríguez, 1948). In a broad discourse about the landscape reality and the costumes or vernacular, this plentiful and laborious painter, who assumed his Dominican identity as a visionary celebration, keeps offering since 1989 and throughout all the 1990s, a pictorial writing that embraces geography, from the countryside to the urban and maritime extremes. His palette expends mainly the yellow colour, as a symbol of a sun-shining reality. «Beach,» oil/canvas, 75x90 cm., 1989 v «Village,» oil/ canvas, 75x90 cm., 1996 v «El Conde Street,» oil/canvas, 75x100 cm., 1999.
Luis Bretón. (San Francisco de Macorís, 1953). With surreal, signs his discourse, while approaching themes like the urban space, provincial cities and Santo Domingo, provides the streets and the architectural precincts with a metaphysical environment of mirages and silence. His native city in Macorís, La Vega, and Santiago de los
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Caballeros have been the painter’s visual focus, who also pays an «Homage to Santo Domingo,» tittle of his 1993’ speech. «This painter of cities» as he is called by Pedro Antonio Valdez, «portraits with accuracy and enchanted features, various fragments of our urban landscape. The observer, from any part of the world he might be, while looking at this canvas, would enjoy following the precision of a skillful line, never lost to the colour brightness; conducting him through a city composed for a double concrete and oneiric structure.» The writer Valdez produced a work entitled «The other fabric city» aiming to the painter eleventh individual exhibition. (P.A.V. December 14, 2004). «The Cord House,» oil/canvas, 101x76 cm., 1990 v «The Cord Gate,» acrylic/canvas, 119x89 cm., 1995 v «Las Damas street. National Mausoleum,» acrylic/canvas, 119x89 cm., 1995 v «A Venezia in San Francisco,» acrylic/canvas, 37x100 cm., 1995 v «Conde Street,» acrylic/canvas, 73x100 cm., 1999.
Carolina Cepeda. (Río San Juan, Trinidad Sánchez Province, 1952). With an important number of individual exhibitions and her bonds with the Santiago’s Pictorial School, her relevance as a woman artist allowed to pick her name for «Today’s Women and Dominican Art. Homage to Celeste Woss y Gil» (1992). From the capital city, she remains loyal to the luminous tropical landscape, full of composition solutions and technics, as the use of relief au palette knife. Her landscapes, market by multicolour ranges and well-mannered visions are product of a harvest, as in her work dated between 1989 and 1991: emblematic landscapes of her own radiant personal style. «Landscape,»
acrylic/canvas,
75x100 cm., 1990 v «Land60x75 cm., 1990 v «Landscape,» acrylic/canvas, 136x49 cm., 1990 v «Landscape,» acrylic/canvas, 60x75 cm., 1991 v «Landscape,» acrylic/canvas, 100x75 cm., 1991 v «Landscape,» acrylic/canvas, 75x60 cm., 1991 v «Banana Leaf,» oil/canvas, 60x49 cm., 1991 v «Landscape and a River,» acrylic/canvas, 60x75 cm., 1991. scape,» acrylic/canvas,
Amaya Salazar. (Santo Domingo, 1951). As a sculptor and painter, she appears as one of the 40 exhibitors at «Today’s Women and Dominican Art-Homage to Celeste Woss y Gil,» event held at Casa de Bastidas, 1992. In 1993, she has an individual showing in which she reconfirms «the highly personal place she has achieved as an artist, specially preserving a fidelity of a luminous, refreshing, soothe style. Her lyric conjugates light and colour as lit ranges on the pictorial texts, representing an ascent and a status consolidation, clearly manifested at the Guernica Gallery on the mentioned date. «Maternity,» acrylic/canvas, 30x42 inch., no date v «Ma30x40 inch., no date.
ternities,» acrylic/canvas,
Francisco Santos. (Santo Domingo, 1949). In his discourse, linked to the Dominican new-figuration, from 1999-1994, the painter was still focused on the mulatto woman with pigeons, and on these birds, gathered or alone. Then he produced the discourse «Quarter Experiences. Homage to a Friend» at the Modern Art Museum (1997). In it, the figurative representations result in anonymous allusion and narratives of individuals expressing their quotidian experiences, not alien to the social reality. As an affectional new-constructive from the Antilles, he conjugates the orange-colour, the purple and, especially, the black. An eloquent apology to the aestheticism and awareness of his belonging, as well as a broad look to the theme; are the unifying elements in his discourse. «The table,» acrylic/canvas, 47x28 inch., 1988 v «Composition,» mix/canvas, 100x100 cm., 1996 v «Camino a la libertad,» acrylic/canvas, 40x30 inch., 1997.
Tete Marella. (Buenos Aires, 1943). Living in Santo Domingo and assuming the Dominican nationality, her incipient drawing iconography, including the sweet fatties, was searching for architectural scenic contexts. With time, the augmented silhouettes reflected better the influential Antilles colours and, of course, the country to which these characters subscribed. They make evident 411
Art and History at the Banco popular dominicano visual arts collection
the Marella’s universe as restless and ludic; fatties (men and women), unrelated to some other cold flesh, stiff, hieratic obesities, Teté fatties are naive, theatrical, mischievous, playful, even «prima donnas» singing and dancing on the canvas. «Fat Lady Portrait,» acrylic/canvas, 70x50 cm., 1992 v «Girl Portrait,» acrylic/canvas, 60x50 cm., 1992 v «Doña Flor,» mix/canvas, 76x60 cm., 1995 v «Something is Been Cooked,» mix/canvas, 75x60 cm., 1997 v «Opening with Bad Habits,» acrylic/canvas, 24x30 inch., 1997.
Freddy Javier. (Hato Mayor. El Seibo Province, 1946). Colour, movement and a mass of passengers in the streets, especially in the transport media as the popular Onatrate’s guaguas, even the «concho» and the «motoconcho,» transformed by the painter in the centre of a reality inspiring a dramatic, expressionist and parodic discourse which consecrates the author. His speech culminating years about the transports, and the «guaguas voladoras,» mobility and march; offer diverse linguistic ingredients in a plural synthesis reflected in his crucial pieces. Almost all of his works produced in 1989-1990 belongs to the Transport Series» and are part of the collection treasured by Banco Popular.
Fernando Ureña Rib. (La Romana, 1951). The oneiric draftsman, the organic sculptor, the diverse facets painter, excludes himself from grotesque images and constructive landscapes to put ahead of the waters’ poetic in which the submarine dream helps him to subtract the astral conceptuality, shoals, carnivorous, erotic and flowery forms in unbelievable accumulations or, on the contrary, in self-transforming soliloquy. The surreal accentuation and oneiric submersion of the expositive discourses, develop with the flowery affluence, the fruity and vegetal marine reality: «Crisálida» (1991), «Spring Dance» (1992) and «Oceánica» (1993). «Carnivorous,» oil/canvas, 40x30 inch., no date v «La Crisálida,» oil/canvas, 32x50 inch., no date v «Dancers,» oil/ canvas, 67x87 inch., no date v «Mountain Sickness (Soroche),»
acrylic/canvas,
115x97 inch., 1987 v «Submarine Dreams,» oil/
canvas, 128x90 inch., 1987 v «Nymphs,» acrylic/canvas, 173x122 inch., no date v «Submarine Astral,» oil/canvas, 98x72 cm., 1990
v «Chrysalis on the rocks,» oil/canvas, 30x40 inch., no date.
Alberto Ulloa. (Puerto Plata, 1950/Santo Domingo, 2011). He held eighty individual exhibitions until 2002, in Dominican cities and internationally, even some itinerants. Besides taking part in more than a thousand collective exhibitions and depositing works in relevant museums and private collections, the art critic look at him, underlining his work’ links with the perceptible linguistic conjugations taken to the plural synthesis. Plentiful, intense and a plural creator, he is also a ceramist, draftsman, sculptor and painter. The Spaniard critic Raúl Chavarri has judged him when he was about to conclude studies in Spain: «Alberto Ulloa is a magic and surprising painter who makes, out of the quotidian reality, from every day meets; an unusual discovering possibility, a surprise cadence, a rhythm of colours and strokes.» (El Caribe, June 4th, 1977) On the other hand, the critic Armando Álvarez Bravo points that: «Alberto Ulloa is an authentic expression of the Caribbean magic and spirit.» (El Nuevo Herald, Miami, Florida). «Portrait of a Stranger,» acrylic/canvas, 98x152 cm., 1988 v «Untitled,» acrylic/canvas, 75x101 cm., 1997 v «The Herald Woman,» acrylic/canvas, 100x75 cm., 1990 v «Juana, The Lyric Black Woman,» acrylic/canvas, 155x83 cm., 1995 v «The Rooster and the Moon,» mix/canvas, 126x102 cm., 1991 v «María moñito,» mix/canvas, 100x75 cm., 1990 v «Face,» mix/canvas, 100x75 cm., 1990 v «Two women,» mix/canvas, 150x100 cm., 1997.
Alonso Cuevas. (El Limón, Jimaní Province, 1953) He resided in Europe, where he showed in collective exhibitions, held some individuals and obtained recognitions, namely, the Festival de las Palmas Prize in Spain and the la Villa de Vitry’s, both in 1980; Monaco’s International Prize (1981) and Firsts Golden Palette at the Cagnes-SurMer Painting Festival, France, 1985. He often returns back
412
Danilo De los Santos
to Santo Domingo, showing, teaching and representing the country in world events. In 1986, at the Modern Art Museum, he delivers his speech «Earth’s Memoir,» which left a sequel on another title: «Written portraits about painted portraits». Highly weighted by local and international critics, the mentioned discourses are the result of an accumulation of casted aside elements that determine, in the painter’s version, a connotative poetic about the timeless reality, about life as remembrance of identity, and as an evocative speaker of the imagination’s ability. Between the real data and the imaginary, there is a writing surreal halo; a reality that is obviously dazed and magic at once. «Composition I. Earth’s Memory Series,» 76x104 cm., 1989.
mix/canvas,
3. THE SESENTISTAS. These are Cándido Bidó, Elsa Núñez and Leopoldo Pérez, who integrated Group «The Three» in the 1990s, when they graduated from the National School of Fine Arts. Later, they reassembled together to celebrate the brotherhood in the arts. It was the same with members of Friordano, whose works produced from 1968-1971, formed retrospectives in 1980 and 1990. In the current XXI century, selections of their paintings are included in the art room of the Centro Cultural Eduardo León Jimenes. The Friordano group consisted of Friordano Torres, Orlando Menicucci, Roberto Ceballos, Daniel Henríquez, Danicel and Nonora Fondeur. Almost all of them, the Friordano and «The Three,» maintain a current activism going from the moment they emerged artistically in the early 1960s, to exhibitions in the nineties, reaching this century. The same happens with other artists of the sixties generation whose works are in the bank collection: Norberto Santana, Julio Susana, Justo Susana and Ramón Oviedo.
Daniel Henríquez. (Santiago 1946-1996). Until
them «The Transfiguration of my dreams,» displayed in his native city, in that year. In the exhibition, catalog historian and critic Carlos Dobal writes: «From the outset, I note that these paintings of Daniel Henríquez seem to represent vague dreams or inconsistent appearances. The fabrics are veiled by unknowable reality, to quote Ortega. All these works seem to have a «beauty we feel» as Winckelmann thinks, but we cannot easily explain.» «Dominican House,» acrylic/canvas, 103x78 cm., 1991.
Leopoldo Pérez (Lepe). (Santo Domingo, 1938). Refined painter distinguished, thoughtful and unhurried in his celebrated exhibitions «Lepe M + FM, I, FG,» in 1990, his twelfth personal sample. He holds the rank of master twice, as an artist and as a teacher. Colleague Elsa Nunez testifies: «Throughout his career Lepe has tried several themes, such as landscapes, Christ, still life and animals, but his concern for the human being has always been predominant. In that 1990 exhibition he offers a variety of themes: heads, Christ, cassava-makers, landscapes, lovers…» «The Cassava-maker Woman,» 1990.
mixta/canvas,
101x76
cm.,
Danicel/Danilo De los Santos. (Puerto Plata, 1942). With a record of numerous solo exhibitions between 1972 and 1996, two in Ponce, Puerto Rico and in Petropolis Brazil. He participates in exhibitions and important national collective, winning awards in National Biennials 1992 (drawing and installation) and 1994 (Sculpture), regularly departs from his familiar maroliano theme to produce series and exceptional paintings on landscape themes, magic and carnival, as the one in the bank collection designed for a Santiago’s carnival poster. Later, he held an small retrospective and, in the nineties, exhibits in Chicago, Laurence Massachusetts and Moscow, Russia. He works as a researcher, art historian and exhibitions curator. He is been Jury in various international competitions.
1991 the painter has recorded 16 solo shows, among
«Carnival,» mixed media/paper, 74x109 cm., 1990. 413
Art and History at the Banco popular dominicano visual arts collection
Julio Susana. (Jamao, La Vega, 1937). Holds a solo of Women (1996), this recognition is one of many received exhibition in 1959, as a student of the National School of Fine Arts, from which he graduated, holding another single exhibition in 1964. Draftsman, sculptor and painter who was awarded a scholarship to study at the School of San Francisco, Madrid, Spain. Upon returning to Santo Domingo activates his pictorial projection with social content and subscribed to the so called «Colonial Cubism.» Susana went to the United States, residing in Miami, Florida and New York, while maintaining links with the home country. The writer John Austin, speaks of «Magic revealed» in the paintings of Susanna. «The visual result is eerily, authentic art that transcends time, space and cultural boundaries. The magical aspect of each work is psychic residue that remains between ineffable distance of the conscious and unconscious reality…» (Catalog Justo Susana, with text by John Austin, November 3, 2010). «Protection of Life,» oil/canvas, 128x89 cm., 1999.
Cándido Bidó. (Bonao, 1936/Santo Domingo 2011). Small in stature however, big as a painter. When the monograph «El paraíso azul (Blue Heaven) «was published, in 1999, and this title was the theme of a solo exhibition in Panama, he adhered to an artistic history of nearly half a century with dozens of solo exhibitions in important individual and collective exhibition, many awards and a remarkable international recognition. «Sembradores,» acrylic/canvas, 90x106 cm., 1991 v «Dama con sombrila azul,» acrylic/canvas, 101x101 cm., 1992 v «Maternidad,» acrylic/canvas, 80x59 cm., 1996.
Elsa Núñez. (Santo Domingo, 1943). Until 1995, when she registers the discourse, «Back to Yesterday,» the painter has made 31 solo exhibitions, event thought with varied thematic issues, drawn from various research sources and life, her work offers an unmistakable personal mark even when it is hanging in a collective, whose number is large. Medal of Merit by the Department for the Advancement 414
by a sustained discursive linearity. Elsa Núñez develops in a territory that extends from the expressionist testimony to the romantic, geographic and symbolist visions, and mostly figurative in almost all her works. «Untitled,» oil/canvas, 100x75 cm., 1991 v «Mujer alada,» acrylic/canvas, 100x75 cm., 1991 v «Dama con flores,» oil/ canvas, 75x100 cm., 1992 v «Mujer acostada con mariposas,» mix/canvas, 75x100 cm., 1995.
Ramón Oviedo. (Barahona, 1927). Artistic subject of several monographs written between 1987-1999, by Efraín Castillo, Cándido Gerón and Marianne de Tolentino, all of them are valuable documents on the role of this «Illustrious Master of Dominican painting,» as stated by the House of Representatives of the Republic in 1997, year in which Oviedo presents his production «Evolutionary Persistence of Form in Matter,» in Ecuador, Venezuela, United States and in his home country. «En algún lugar,» mix/canvas, 30x40 inch., 1992 v «El Canal de la Mona,» acrylic/canvas, 30x40 inch., 1992 v «Untitled,» mix/canvas, 140x81 cm., 1995.
Norberto Santana. (Santo Domingo, 1943). Muralist, easel painter and teacher, until 1999 he has had sixteen personal samples and multiple group exhibitions. Odalis G. Pérez writes the following about his style: «You can say that in Norberto Santana’s work, sensitive geometry is light in the drawing, and he particularizes an object that we cannot classify as Cubist or Neo-Cubist or just Neo-Expressionist, but rather stylistically syncretic. For the pictorial object is organized on a planimetric surface, taking its significance in the various pictorial screens of the subject’s perceptual.» (Catalogue of Norberto Santana, G. context Odalis Pérez, November 15, 2006). «La Guagua,» acrylic/canvas, 60x75 cm., 1993.
Jorge Severino. (Puerto Plata, 1935). Until 1986, when the publication of the monograph «Jorge Severino. Twenty
Danilo De los Santos
Years of Painting,» written by Marianne de Tolentino, the artist born in the north coast, has held eight solo exhibitions, all in the country, an amount that exceeds his records on national and international exhibitions. With an agenda focused on negritude, he has referred to a line of relatives, framing women on recreations of Art Nouveau, with indicators of Czech painter Alfons Mucha or the «Salon des Moulin» patented by Toulouse-Lautrec, becoming subsequently, the brides of mythological Ogún and other elegant, dressed-up and adorned brides, Mulatto divas. «The Bride,» oil/canvas, 106x90 cm., 1992 v «Untitled,» acrylic/canvas, 104x90 cm., 1993 v «Black Lady,» acrylic/canvas, 101x76 cm., 1994 v «Bride 1,» acrylic/canvas, 101x91 cm., 1994.
Justo Susana. (Jamao, La Vega, 1918/Santo Domingo 2001). Renowned naïf painter, whose naive magical realism unveiled a personal discourse that has widened since his first exhibitions in the early 1960s. He was and remains unanimously recognized as the head of a dazzling style. His themes on reality, in principle defined by a dense writing in colour, line and subjects, which at the beginning were considered very «primitive,» were widening during the four decades of the twentieth century. His visions of insular landscape of plain and coastal environment, reached its idyllic fullness with a luminous and illuminating sky. «Untitled,» acrylic/canvas, 60x75 cm., 1990 v «Landscape,» acrylic/canvas, 75x60 cm., 1990 v «Landscape,» acrylic/canvas, 60x75 cm., 1990 v «Untitled,» acrylic/canvas, 100x126 cm., 1992 v «Untitled,» acrylic/canvas, 123x150 cm., 1993 v «Landscape,» acrylic/canvas, 75x66 cm., 1993 v «Landscape,» acrylic/canvas, 75x60 cm., 1993 v «Infantile Landscape,» acrylic/canvas, 100x75 cm., 1994.
Geo Ripley. (Caracas, Venezuela, 1950). Abstract painter, advocate of conceptualism, performativity, ritualistic installer and scholar of religious magical belief «Ripley is
the musician of Matrams and drums painting and the dancer that never stops,» notes Silvio Raigorodski in the catalog of the exhibition the artist held at the Museum of Modern Art in March 2007. «Untitled,» oil/paper, 68x48 cm., no date.
4. THREE GENERATIONS REPRESENTATIVES. The «cincuentistas» (the fifties generation). Ada Balcácer, José Cestero, Domingo Liz, Fernando Peña Defilló and Guillo Pérez. The «cuarentistas» (the fourties generation): Vela Zanetti and Marianela Jiménez (the only woman painter in this section; and the «treintistas» (the therties generation): Darío Zuro and Federico Izquierdo, the later, the sole painter survivor of the 30’s generation. Domingo Liz. (Santo Domingo, 1931/2013). The distinctive is represented by three works that reiterate his peculiar style with which he interprets the underworld of La Ciénaga, situated on the banks of the Ozama, as a wonderful hallucinated reality. His characters are of popular extraction, individualized by a lyrical oratory, playful and shaded with Antilles Surreality in colour, shape and movement. There are three works, completed two decades before his death, occurred in 2013, when he was granted in life the National Arts Award, by the Dominican Government. The three works of maestro Domingo Liz are executed in acrylic/canvas, inch., 1993, with the titles: «Composición 1,» 76x101 cm. v «Composición,» 75x60 cm. v «Ciclista,» 100x75 cm.
Fernando Peña Defilló. (b. 1928). A painter of various themes, conjugated with the expertise of a trained teacher and equipped with a special lyricism in his treatises «on the matter and spirit,». His works 1981-1984 already referred to stands out, as well as the 1985 colour screen prints. This teacher, signed three exemplary works in the 90s: «Butterflies,» oil/canvas, 76x88 cm., 1990 v «Wild 415
Art and History at the Banco popular dominicano visual arts collection
Flowers,» oil/canvas, 101x142 cm., 1995 v «Rocky Peak,» oil/ canvas, 100x75 cm., 1998.
The three works are figurative and approach reality as pure references, spiritually distilled with a variety of unique approaches. In the painting «Butterflies,» the composition settles into geometric planes, whose axis is the central square where a large spectral butterfly lies trapped in a calcified metaphysical time, divided into two inner planes. The blue top coincides with the celestial backplane, also diurnal and imparting an accented white which borders both planimetric forms. The central accented and transparent frame extends to the large all black flat bottom, representing the nocturne containing blue floating butterflies and budding circles. The contrast between the delicate and bottom shade of cream where the large butterfly is diluted, increases the magical or surreal atmosphere of a time that stood still. «Wildflowers» is a masterpiece like «Butterfly». It offers a special tonal difference, as well as a compositional and thematic ambiguity or, as in the representation of the «Flowers,» incipient emanations of female faces that embody and refer to the «Three Graces.» They run through, specter-like, in their plantations, which are multiplied in three gray planes, rectangular and separated, giving the impression that they evolved from space-time, since the composition suggests distance between iconic texts and background. The wild flowers are spirits perceived as objectives dilutions of transparent ranges of yellows and pinks on a pearly white. The painting reflects a magical, poetic, and lyrical movement, distinctive of a lyrical painter in all his fullness. «Rocky Peak,» a work created with acrylic and oil/ canvas, 100x75 cm., 1998. This is the third work of Master Defilló Peña, unlike the previous one, eloquently conceived with technical handling of combined effects in the chromatic ranges and in the composition. A rocky and symmetric body dominates the main plane of the landscape vision; a cliff affording the variables of the matter affected by time in its stony condition, filling it with
traces, graphics or transparent or abstract stains. On the high cliff, at its peak, there are three spectral birds in a still descends, perhaps threatened during their flight. Behind the humanoid resembling rocky body, there are the blue sea and the black night dotted with stars. It is a pictorial work that invites reflection, aesthetic enjoyment, and longing to reach the harmony of life.
José Cestero. (b. 1937). He continues its biographical speech on Santo Domingo’s ancient architecture, transcribing with romantic and nostalgic memory two works in acrylic/canvas «Antigua Plaza Colón» (76x100 cm., 1990) and «Antigua Casa de Diego Colón» (76x101 cm., 1991). His unique style of painting, spontaneous writing, almost instantaneously, avoiding any academic or realistic faithfulness, being faithful to his own masterly command of expressionism.
Ada Balcácer. (b. 1930). Is an unmistakable female artist with rank of teacher, who was awarded the National Prize of the Arts by the Dominican State (2012), and whose exhibition «Wings and Roots,» in the Centro León (November, 2011/February, 2012) brought together a collection of works produced since 1966 through 2011. The catalog offered a summary of her resume, indicating her further studies, after graduating from the National School of Fine Arts, in colour theory, textile design, engraving; and also her teaching experience, her role as promoter and activist, as well as a muralist. Also underlines her awards, and personal exhibitions between 1966 and 2002, such as: «Participating Spaces» (1973), «Tales of Ada» (1980), «Palm Tree» (1981), «Tests of tropical light» (1986), «Tropical Light Art» (1991), «Sculptures jungle» (1996)… besides her showing in major Dominican collective: the Projects Group, of which she was a member (1968-1970), «New Image Expo: Twelve Vanguard Artists» (1972), «Contemporary Dominican Art» sponsored by the Banco Popular, and her showing at the New York Sign Gallery (1981).
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Danilo De los Santos
The Banco Poplar’s collection owns 17 works from Balcácer. Besides «The Television» (1969), «Vase of Flowers» (1973) and «Miami» (1985), referred to in previous chapters, the remaining ones relate in large part to the series Light Trials which, are testament to the discursive scope of a great Dominican master in the balance of the essentials of the tropics, her Antilles identity, «in the Caribbean and beyond,» as states the American critic Edward J. Sullivan, noting that: «While it is important to consider Balcácer work as an integral reference in the genesis of modernity in Dominican painting, especially for the current context, one must examine how it relates to the wider range of artistic interests related to the colour and shape that places her in a more developed space of Modern Arts.» (EJS, text from the catalog «Wings and Roots,» November 2011, p.20). «Light Trial 3. Tropical Window,» oil/canvas, 75x60 cm., 1989 v «Light Beam. Light Trial Series,» acrylic/canvas, 80x129 cm., 1990 v The Bayou,» oil/canvas, 136x202 cm., 1990 v «Tropical Heart. Light Trial Series,» mix/canvas, 72x59 cm., 1990 v «Ginger. Light Trial Series,» oil/canvas, 128x90 cm., 1990 v «Light Brush and Tropic,» mix/canvas, 75x60 cm., 1991 v «Flowers for the Trip to the Pilar, Zaragoza I,» oil/canvas, 76x60 cm., 1991 v «Flowers for the Trip to the Pilar, Zaragoza II,» oil/canvas, 76x60 cm., 1991 v «Flowers for the Trip to the Pilar, Zaragoza III,» oil/canvas, 76x60 cm., 1991 v «Light Essay,» acrylic/canvas, 88x142 cm., 1992 v «Tropical Lights II,» oil/canvas, 101x76 cm., no date v «Text of Light,» oil/canvas, 76x60 cm., no date v «Children Playing,» acrylic/canvas, 125x151.5 cm., 1995 v «Basketball,» acrylic/canvas, 20x32 inch., 1995 v «Anti-rust Shoes,» mix/canvas, 101x75 cm., 1996 v «The Wise Fisherman,» mix/canvas, 129x95 cm., 1996.
Guillo Pérez. (St. Víctor, Moca, 1926). With 39 solo exhibitions from 1958 to 1989, a number that he multiplies showing in major international and native collective events, this distinctive master obtained many honors in plastic at institutional levels, is awarded the Order of Duarte, Sánchez and Mella, in the rank of Knight by the President of the Republic in 1995.» «This honour crowns
fifty years consecrated to painting with the faith of someone who gives himself to religion,» writes Marianne de Tolentino (Listín Diario, July 22, 1995). His 28th personal exhibition, «Santiago, time, place and color,» is held at the Cultural Center (1989) and also exhibited at Gallery of Modern Art, of the Dominican capital (1990). With a dialectical, constructionist, and deconstructive conjugation, he offers a visionary apology of the city from Cibao. In the catalog, our teacher writes about his «pictorial poem that I have always felt for my homeland, Moca, Santiago, full of memories and anxieties to such an extent that I could never dream of another place on earth than Santiago. For these intimate and infinite reasons, and my strong faith in God, I wanted to use my colour, my form and my expression to create this poetic and pictorial tribute to Santiago, which I call Santiago, time, place and colour.» The pictorial tribute, according to the critic Cándido Bidó, is: «The narrative of reencounter. In an exhibition dedicated to Santiago de los Caballeros, the master of colour, Guillo Pérez, shows what is not yet polluted by the snobbery of the time. What until then had been in his painting (colours and shapes) –suddenly– the artistic proposal becomes a narrative of the popular, where design and architectural graphic represents the movements of history. I mean to the history of his city (…) The iconography of this history tells of a popular and cultured art (…) All components of this exceptional collection of paintings coalescing within a cultural process and human activity, recording with his quick brush and his fertile imagination, all and every aspect of Santiago’s society, each psychological characteristic, every spiritual fact, costumbrista and, in particular, the mixture of blood and customs.» It is not difficult to see the devices that this artist does manage, from a vantage of images and symbols, following his own logic and analysis of synthesis, without showing contradiction when he sketches the traditional and the modern. The reference of these devices is to provide evidence of what master Guillo Pérez manages to recreate using a chronological order and human needs. The perspective focuses –precisely– in the architectural design, flowing from the free invention to the non-academic naturalism. 417
Art and History at the Banco popular dominicano visual arts collection
In this exhibition, Master Guillo Pérez, also reveals an extraordinary artist and a historian of the visual. There are undoubtedly, in his motives, a romantic nuance, but also fluid strokes and the effectiveness of a precise outline, due to the rigor of the lights. Our artist captures landscapes, monuments, villages and animals from a moving and sentimental or synthetic spelling. There is no doubt that this exhibition has come to represent in the life of this artist an unprecedented milestone (…) because it manages to get together all the features (…) of a city as important as Santiago de los Caballeros. (CB introduction text, November 28, 1989). «Monumental I,» oil/canvas, 55x66 cm., 1989 v «Monumental II,» oil/canvas, 83x68 cm., 1989 v «Monumental IV,» oil/canvas, 78x88 cm., 1989 v «Monumental V,» oil/canvas, 96x104 cm., no date v «Monumental VI,» oil/canvas, 88x110 cm., 1989 v «Monumental VII,» oil/canvas, 90x104 cm., 1989. «Monumental VIII,» oil/canvas, 97x121 cm., 1989 v «Monumental IX,» oil/canvas, 137x266 cm., 1989 v «Monumental X,» oil/canvas, 137x266 cm., 1988/1989 v «Monumental XI,» oil/canvas, 96x53 cm., 1988/1989.
José Vela Zaneti. (Burgos, 1913-1999). He grew up as an artist in Santo Domingo; since his arrival in 1939. He became a mural painter and was a professor at the Fine Arts National School, and its director until the beginning of the 1950’s, when he leaves for Mexico City. From his frequent returns to Dominican Republic, that he considered his country, two of his drawings are included on the Popular’s collection. When he died, his will of resting next to his endearing friend, the architect José Antonio Caro Álvarez; were honoured.
Marianela Jiménez. (Mao, Valverde, 1925, Santo Domingo 2012). She is the only painter of the 1940’s generation and member of the founding students of the National School of Fine Arts that survives during the last century, displaying a creative potential as an artist woman and renowned master. She was in 2000 the director of the academic campus where
she trained, and to that date, had held individual, and collective exhibitions showing her important works, including «Women and Dominican Art Today. Tribute to Celeste Woss y Gil» (1995) and «Merengue visual rhythms,» organized by the Centro León and held at the Museo del Barrio in New York (2006). Painter of landscapes, still-life, popular scenes and portraits, her steady hand when drawing and painting, features a more expressionistic vigour than other languages that combined with a palette of effective chromatic nuances. «Figures of Women,» oil/canvas, 127x122 cm., Dated 2001, is a work treasured by the bank’s collection.
Darío Suro. (La Vega, 1917, Santo Domingo, 1997). Restless painter never committed to any style, even producing differentiated works on similar dates. His «Composition,» is full of geometry in blues and blacks against a yellow background, keeps a connection with his link to the international abstraction he assumed in Spain. He came back to his wife, to Santo Domingo, where he died.
Federico Izquierdo. (Monción, 1904/Santiago. 2004). He is the only survivor painter from the 1930s’ generation, and whose first recorded exhibition was at the National and Inter-Antilles exhibition held in Santiago de los Caballeros (1927), where he grew up, was trained, and became a teacher of Secondary School and Fine Arts. Exhibitor of the First National Biennial (1942) and other official exhibitions, his personal samples were recorded in the city of the Yaque River. For his extensive arts, civil, cultural and educational management, the Dominican Government decorated him with the Order of Duarte, Sánchez and Mella in rank of Knight. He is a renowned portraitist, painter of landscapes, folklore and vernacular typicality. His work «Carnival Evening,» oil/canvas, 101x75 cm., 1999, is the last one he painted before his death.
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5. A RETURN TO THE CRITICAL CHRO- from that source all poetic and formal resources that are necesNOLOGY since the early twentieth century to the sary in the definition of a personal visual universe, one of the end of that decade allows us to focus on young artists of the generation of 1990, which we call «novecentistas». Yolanda Monción (Yuli), Mario José Ángeles, Dinorah Álvarez and Mariano Sánchez, are artists who graduated from training centres, and their works and names are recorded in individual or group exhibitions, as an important projection into the new century.
Mario José Ángeles. (b. 1965). He studied architecture at the Universidad Autónoma de Santo Domingo. Also studied basic drawing and anatomy with Domingo Liz and Roberto Flores, and painting with Guillo Pérez. In 1991, he celebrated his first solo entitled «Del Cono Sur a las Antillas,» (From the Southern Cone to the Antilles»), and the following year (1992), the second solo exhibit, «La danza de los paraguas,» («The Dance of umbrellas»), portable objects to protect from the rain which the artist turns into a repetitive concept for drawing, photography, installation and painting. «The Umbrellas Dance» oil/canvas, 30x40 inch., 1997.
Mariano Sánchez. (San Juan de la Maguana, 1964). He initiates artistic training at the School of Fine Arts in his native city. In 1918, he attends the School of Art and Design at Altos de Chavón, La Romana, obtaining the Fellowship of the Parsons School of Design in New York, sponsored by Larry Rivera, acclaimed American artist. In 1988, he graduated with honors in Fine Arts and Illustration at the School of Chavón. Between 1991 and 1999, he held seven solo exhibitions, three of them in Miami, Florida, New York, and San Juan Puerto Rico. The remaining showcases took place in the Dominican Republic. «Mariano Sánchez is not only an assimilator and transmuter of signs with which the old European and American avant-garde articulated pictorial modernity. He also sinks into the depths of time and the history of Western art, to extract
most amazing ones that contemporary Dominican painting can count on.» (Amable López Meléndez). The upheaval, the uncertainty of the form, the painful scream of the lacerated matter, indicate the aesthetic ritual that frames anti-forms in Mariano Sánchez’s painting. (Arnulfo Soto). «The Fire Adoration,» acrylic/canvas, 76x97 cm., no date.
Dinorah Álvarez. (Native of Santo Domingo). In the 1980s, she begins painting studies at the Academy of Cándido Bidó, continuing at the National School of Fine Arts. Her association with Roberto Flores and her location in Jarabacoa, allows her to prepare a first exhibition held in 1990, followed by other solo exhibitions in 1995 and 2000, as well as participating in competitions and other collective. Surreality marks her speech about celestial spaces, cosmography and life experiences. «The Queen’s Flight,» oil/canvas, 40x50 inch., 1992.
Yolanda Monción (Yuli). (Santiago Rodríguez, 1961). She studied psychology from 1983 to 1985, and advertising during the years 1985-1987, at the Universidad Autónoma de Santo Domingo, attending various workshops on restoration that strengthen her career. In 1994, she obtained a drawing award at the XIX National Biennial of Visual Arts. Also, in that same year, she held her first solo exhibition. Her exhibition «Around the rain» begins investigating «the hidden umbrella’s soul.» Cecilia Casamajor states: «That in elongated formats, she developed a series of paintings of these indispensable gadgets, ubiquitous and annoying. She fills them with life, and links them with the rain, metamorphosed under the whims of the wind, she decorates them, fades them, and placed them in the hands of a passersby or takes them away from the arms of a lonely child (…) The division of space by octagonal shafts (…) some graffiti (…) gray pigmented on high and low keys, confirms her particular vision of tropical light, decomposing or gnawing the edges.» (CC, El Siglo, November 14, 1994). 419
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Yuli Monción abandoned her profession as publicist to devote herself to drawing and painting, strengthened her training with courses and workshops in Santiago de Cuba, which set the linguistic codes of an identifiable personal style. She arrived to synthesis between configurations, geometry and abstraction. «Henri Matisse’ Lesson I,» oil/canvas, 75x100 cm., 2001 v «Henri Matisse Lesson II,» oil/canvas, 75x100 cm., 2001.
The Sculpture as a Subject Sculpture, as a concept, comes from the Greek terms «Sculpere» or «Sculpterum», referring to the act to sculpt or to carve a hard material as the stone or the wood. The Greeks used the word «Plasso» that means to express, capture or modelling a soft material like clay, wax and stucco. Both words, «Sculpere» and «Plasso» are used on modern languages like the Italian, referring to all artistic tridimensional representation, opposed to the onedimensional nature. Both representations are part of the spatial visual arts, since they occupy a physical space. Despite the spatial condition, drawing, photography and painting lack the tridimensionality of architecture and sculpture and their specific, solidity and volume related to their nature and outward appearance. The sculpture’ tridimensional art is seen through all the national history’ artistic manifestations been it plastic or visual, at the various collections treasuring Dominican art. The one owned by Banco Popular, posses a group of sculptures that tell us about authorship, histories, Dominican identity, even preferential specifications on the modern sculpting or wood craving. Six of our relevant sculptors, allow us a general overview of the spatial/tridimensional art present at the Banco Popular’s Collection. They are: Luichi Martínez Richiez and Antonio Prats-Ventós, linked to the 1940’s generation; Gaspar Mario Cruz, representative of the 1950’s; Nicolás Jimenez and José Ramón Rotellini,
related to the 60’s generation; and Ramiro Matos, who emerges in the 1970’s decade.
Antonio Prats-Ventós. (Barcelona, 1925/New York, 1999). Sculptor formed by masters and workshops in Santo Domingo. He is a master of himself and school counsellor of a great number of young sculptures. Recognized by the national and the European critic, he face all type of materials to conceive his sculptures on different styles, languages, technical procedures and proportions. «With the gouge impulsed by the hammer, Antonio Prats-Ventós took off the volumes and the wood, taking the forms suggested by the material itself, interpreted by the artist’s creative hands». This is a María Ugarte testimony on her book «Prats-Ventos 1925-1999», edited by Banco Popular in 2001. «Black Mahogany,» carved wood, 87x20x81 cm., 1960 v «Abstraction,» carved wood, 18 inch high, no date v «Untitled,» sculpture in mahogany, 30x30 cm., no date v «Untitled,» sculpture in polychromed mahogany, 129 cm. high, 1998 v «Menina,» sculpture in mahogany and paint, 170 cm. high, no date.
Luichi Martínez Richiez. (San Pedro de Macorís, 1928/Santo Domingo, 2005). Considered the Dominican master who took the sculpting to its highest international level. Some of his works are on the Paris’ Modern Art Museum permanent exhibition. He had 10 individual showings on the French capital. Several of his outdoor pieces stand in Santo Domingo and Seoul, South Korea. He won countless national and international awards and took part on equally relevant collective events. «Untitled» Sculpture in mahogany, 245 cm., high., 1987 v «Untitled» Sculpture in mahogany, 29 cm., high., no date 25x19 cm. «Organic vertical» Sculpture in mahogany, 197 cm., high., 1987.
Ramiro Matos. (Azua, 1977). He received formation from Antonio Prats-Ventós. He achieves the Third Prize at the 1974 National Biennial, and the First Prize at the XIV Biennial in 1979. Initially, he works craving on wood on abstract style, later on he looks for industrial
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resources as support. Iron and fibreglass allows him to produce pieces in ascendant and expansive frozen movements. A professional military, he produced works for outdoors like the Restoration’s Monument. «The Knuckle,» iron and plastic filler, 126 cm., high., 1987.
José Ramón Rotellini. (Santo Domingo, 1941). Studied at the Beaux Arts National School where he won several student’s awards for drawing and sculpture. He follows graduate studies in Academia San Fernando, in Madrid, Spain. In 1969 records his first individual exhibition, takes part on different concourses and receives awards as sculptor: First Prizes at the Art Competition León Jimenes 1969 and 1971, as well as, at the National Biennials in 1972, 1974, 1979 and 1981. Rotellini produces equally sculptures on welded metal, carved wood, moulded mud and assembled means. He is the author of big dimensions public works, conjugating abstraction, expressionism and the academic figuration. «Abstraction III,» carved mahogany, 69 cm. high., 1987.
José Nicolás Jiménez. (Palmar, Salcedo section, 1945/ San Juan de la Maguana (19..), He studied at the Beaux Arts National School during 1963-1969, achieving several awards for students, in drawing (1964) and sculpture (consecutively in 1966, 1967 and 1969). Once graduated, he continues sculpture and industrial ceramic studies in Perugia University, as well as in the State’s Art Institute, Florence, Italy. In 1972, his piece «El Mutilado» whose dramatic realism resembles the French master Auguste Rodin, wins at the National Biennial. Other tridimensional pieces carved in wood and stone transform him into a cult author. «Abstraction,» carved marble, 13 inch high, «Untitled,» carved marble, 18 inch high, no date.
no date
v
Domingo Batista: The Photography’s Art Born in Santiago de los Caballeros in 1946, he
Gaspar Mario Cruz. (San Francisco de Macorís, 1925/ joints the contemporary photography’s movement by Santo Domingo, 2006). In 1948 he joints the Beaux Arts National School being a self-educated engraver and becomes directly oriented by the Spaniard master Manolo Pascual. Linked to the 1950’s artistic generation. He obtains First Sculpture Prize at the 1956 National Biennial and become part of the faculty at the same school he is been formed. In 1958 again, he wins the National Biennial First Prize, then the Second at the 1960’s similar competition. In 1964 he obtains a Sculpture Award and registers his first individual exhibition at the León Jimenez First Art Competition. Considered a national master, his style reveals modernity loaded with romantic and popular references, extracted from voluminous trunks. He is considered a modern «primitive». «Untitled,» carved mahogany, 80 x 30 cm., no date v «Untitled,» carved mahogany, 82 cm., high., no date v «Calitome,» carved mahogany, 154 cm., high., 1991.
entering the group «Thursday 68,» becoming a forceful pursuer of the exact instant; the state of siege’s eagle eyed, a passionated routes walker, specially the national ones. In 1991, Manuel A. Grullón, Banco Popular’s Chairman, refers to his speech and book «Light Time» with this words: «Banco Popular, in its permanent stand for the national art development, is happy to embrace, in this legendary Casa del Cordon, the photography art master in our country, Domingo Batista, and his exhibition “Light Time”. It comprises a collection of original black and white photos related to his same title book’s, published by our lens’ artist, in which, stands out his exquisite command of the infrared technic. Batista formally started his artistic work many years ago by joining the Photography Group Thursday 68. Since that moment he hasn’t stop his creations, transforming his work on a refined art with romantic and optimistic profile. In his numerous individual exhibitions, he has shown steadily, 421
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his astonishment capacity while contemplating natural scenes and our country’s human groups, so he can dazzle us with his poetic images full of radiant colour. We can say Batista has created and style of looking at his homeland and its people. His photos unravel our people warmth and hopes. Banco Popular congratulates master Domingo Batista for this wonderful book, that gathers up his more recent production and, specially, for the photographic showing we open today for the audience joy». (M.A.G. «Tiempo de Luz» presentation/ Domingo Batista, September the 2nd, 1993). «Light Time 22. Bao River, Bao Valley,» photography 30x40 cm., 1993 v «Light Time 7,» photography black and white. 20x30 cm., 1993 v «Light Time 6, Bao River, Mata Grande,» photography black and white. 24x30 cm., 1993 v «Light Time 5, San Rafael River, Infrared Caribbean,» photography black and white. 24x30 cm., 1993 v «Light Time. Trunk and Moon,» photography black and white. 20x40 cm., 1993 v «Light Time 3. Villa Altagracia’s little house,» photography black and white. 24x30 cm., 1993 v «Light Time 9,» photography black and white. 24x30 cm., 1993 v «Landscape,» colour photography/paper. 40x49 cm., 1984 v «Landscape II,» colour photography/paper, 50x39 cm., 1984 v «Untitled,» colour photography/paper, 39x50 cm., no date. black and white.
Ansel Adams, an American teacher of photography, in 1982’ letter writes to him «Dear Domingo Batista; thanks for the book that has just reached me.» I enjoyed browsing it. I can see that you have worked long and hardly and, also feel great love for you art! Continue with the good work. I definitely wish you luck!» Pedro Mir, national poet wrote in 1995: «Domingo Batista has the indomitable power to lead us to the heart of things. Today more than never I trust his art to walk the paths of light, the Sun and the soul.» Juan Bosch, writer and former President of the Republic writes in 1989: «To do with a camera what Domingo Batista does, is required to have eyes able to apprehend colours, shades and volumes perceived only for those who have brought to life the conditions of creator… Because we must live long years to find the privileged being who can convert a steel and
glass instrument such as a camera on a painter, on of those that are born at the rate of one in every century.» Jeannette Miller in his book «History of the Dominican photography, Part 2,» says: «In 1980 Domingo Batista (1946) won photography’s first prize of Geomundo, the international magazine, and this important recognition places him definitely as one of the heads of the Dominican photographic movement that had been carried out from 1968 with the founding of the photographic group Thursday 68. (…) The colour and the landscape have been distinctive elements of a work that overcame the gratuity and the beauty of the island surroundings, to penetrate it with the significance of a divine will that proposed it in constant mutation, so his work constantly raises new visions on the subject of the island, its people, their environment, their ways of life and places inhabited by them». Danilo De los Santos, the author of this work, wrote in the early 1980s: «With Domingo Batista, we can’ t have economy of judgment to recognize him in his human endeavour, with his public achievements, but above all with his work of artistic perseverance, in which the quality has prevailed as well as its sincerity. We do not go in circles to consider him such a good photographer as he is a good artist, recognizing that many names of Dominican photography we can find them first, but not the second, because photography as art is not just a manipulation of mechanical procedures, but an orderly maturation of what has to be the means of expressing talent, sensitivity and awareness. A photographer who is not an artist is hardly a doer. The artist who is a photographer is who knows how to give meaning to what he does. In Domingo Batista, we appreciate this last condition». Marianne de Tolentino, art critic has said: «Undoubtedly, Domingo Batista is the poet of Dominican photography, means of expression that it leads to the climax capturing the “uncaught” by most detail, exploring the romanticism of things, of the land and the people, making us to think differently about photography and its emotional aesthetic potential. The artist has the gift of “seeing” with a particular sensibility and spiritually communicate feelings and anxieties to their subjects, to the surrounding native reality.»
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The Author
Danilo de los Santos, is a visual artist, art critic, curator, historian, cultural consultant and professor. He was born in Puerto Plata, Dominican Republic in 1942, linked with Santiago de los Caballeros, where he grows up and get an education. He was initiated in arts by the painter Mario Grullón, then studied at the Fine Arts Academy under Yoryi Morel and Federico Izquierdo guidance. He also studies Education at the Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), then pursues a Master at the University of Puerto Rico, Río Piedras premises (1974-1976) with the Ford Foundation support. Later on, he gets certified in Cultural Management at the Latin American and Caribbean Centre for Cultural Development (CLADEC), Caracas, Venezuela, 1989. As a university professor, he works at the PUCMM (1969-1989), as the Director of University Cultural Extension, Publications, History and Geography Departments. He also directed the EME-EME Dominican Studies Magazine (1980-1987). He co-founded the Friordano Group, has more than 30 individual exhibitions in his record participating in several collectives as well. He has been awarded for painting (VI León Jimenes Competition, 1970), drawing and installation (XVIII National Biennial, 1992), and sculpture(XIX National Biennial, 1994); besides the Jury Special Prize at the First Nickel Palette Biennial (Bonao, 2005). On the arts field he is known by the artistic nickname Danicel. He was the President of the Art Critics Dominican Association, affiliated to the Art Critics International Association; and the Director of Santiago’s Fine Arts School. He has written for different media, apart from
giving lectures, taking part in different colloquiums, Biennials and national competitions Juries. He was a consultant for the León Centre project and the curator for the opening exhibitions «Traces and Memory: León Jimenes Family» and «Dominican Art: Origin and Trajectory.» As a Puerto Plata’s native, he keeps permanent contacts with that city, collaborating with the Renovation Society, its Competition «Our Country First» and many other local cultural festivals. He is the author of a number of art and history texts, among them: «Painting on the Dominican Society» (1978), «The Santiago’s Painters» (1970), «Notes of a Young Painter» (1979), «Cándido Bidó’s Blue Paradise» (1999) and Dominican Painting’s Memories» (2003-2009) a research in 10 volumes sponsored by the León Jimenes Group. Also: «Raul Morilla: Corpus Common Narratives» (2012), and «50th Anniversary’s Album 1962-2012 - Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra.» He is also the co-author of «Dominican History’s General Vision» (1977), «100 Years of Dominican Painting» (1988), «Customs Collection» volume I, (Customs General Direction, 2007), Äpeco: Photography, History and Life» (Cámara de Diputados de la República, 2008), «Clara Ledesma, Fantasy Kingdom» (Cámara de Diputados de la República, Galería de Arte Nader, 2008). Also, «Juan Plutarco Andújar, Contemplation and Serenity» (2009). In 2009, on a public ceremony, the Ministry of Culture declared him a Nation’s Cultural Asset. In 2010 he works as a curator of the First Caribbean International Triennial. The Puerto Plata VI Restoration Festival, in 2013, paid homage to him.
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Esta reimpresi贸n del libro,
Arte e Historia en la colecci贸n de artes visuales del banco popular dominicano,
termin贸 de imprimirse en el mes de julio de 2014, en los talleres de la editora Amigo del Hogar, Santo Domingo, Rep煤blica Dominicana.