Trazos en el mar: Guillermo González

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Tr a z o s e n e l m a r :

Arquitecto de la modernidad dominicana Gustavo Luis Moré


Presentación Manuel A. Grullón Presidente del Banco Popular Dominicano Presidente del Grupo Popular

Prólogo Silvia Arango

Tr a z o s e n e l m a r : Guillermo González Arquitecto de la modernidad dominicana Gustavo Luis Moré ISBN: 978-9945-8997-0-2 Santo Domingo, República Domincana Diciembre de 2015

Ensayistas Manuel Salvador Gautier Eugenio Pérez Montás Rafael Tomás Hernández Francisco Batista Omar Rancier Fotografía y gráficos de archivo Archivos de Arquitectura Antillana (AAA) Archivo Familia Despradel Catrain (AFDC) Archivo General de la Nación (AGN) Archivo Familia González Fernández-Canivell (AFGC) Arquivox (GNA) Enrique Penson Paulus (EPP) Eugenio Pérez Montás (EPM) Gustavo José Moré (GJM) Imágenes de Nuestra Historia (IDNH) Laboratorio de Arquitectura Dominicana (LAD) Max Pou (MP) New York Public Library (NYPL) OGM Central de Datos (OGM) Omar Rancier (OR) Onorio Montás (OM) Proyectos y Materiales (PM) Ricardo Briones (RB) Silvia Arango (SA) Universidad Autónoma Santo Domingo (UASD) Virgilio Pérez Bernal (VPB) Yale University Records (YUR) Coordinación editorial Vicepresidencia Ejecutiva de Relaciones Públicas y Comunicaciones Banco Popular Dominicano Coedición Lorena Tezanos Corrección de estilo María Cristina de Moré / Lorena Tezanos Diseño gráfico y editorial Chinel Lantigua / Gustavo Luis Moré Retoque fotográfico digital Jesús Rodríguez / Chinel Lantigua Traducción Alejandro Aguilar Impresión Amigo del Hogar Copatrocinador institucional Archivos de Arquitectura Antillana



Presentación Nuestra institución ha sido reconocida, desde los primeros años de su gestación y nacimiento a inicios de los años 60, como un ente democratizador de los servicios financieros y un agente catalizador de las grandes transformaciones que ha experimentado el país en su andadura hacia el siglo XXI. Desde hace más de cinco décadas el Banco Popular Dominicano ha hecho realidad, a través de aportes financieros y humanos, cientos de miles de historias de éxito que han cimentado las bases de una sociedad moderna, desarrollada en muchos aspectos, y que, en términos de oportunidades para mejorar, mira al porvenir con ilusión e ideas de futuro. Este accionar se ha reflejado también con orgullo en la proyección de nuestra identidad nacional que, entre otras iniciativas, hemos plasmado mediante la publicación de libros como éste, que enriquecen nuestro acervo cultural. En particular, esta nueva entrega a la cultura del país rescata el valor simbólico de la arquitectura como emblema de transformación de las ciudades, centrada, en nuestro caso, en la figura del ilustre arquitecto Guillermo González, padre de la modernidad arquitectónica que se asentó en República Dominicana a mediados de los años 30. La arquitectura de las primeras décadas del siglo XX dio forma y expresión a un sentimiento de modernidad compartido por las sociedades de la época y este no fue un caso ajeno a la realidad dominicana. Gracias a la visión y experiencia internacional del arquitecto González y a su prolífica labor desarrollada entre los decenios de 1930 y 1960, nuestro país, y concretamente la ciudad capital, gozan de obras paradigmáticas que han influido en las generaciones posteriores de nuestros arquitectos y que explican el perfil actual de la visual arquitectónica de la República Dominicana hoy en día. Por tanto, este libro reivindica como hecho principal que la identidad del moderno Santo Domingo hunde sus raíces en esas bellas construcciones arquitectónicas, más de 50, todas en su momento innovadoras y radicales, que proyectó y realizó Guillermo González. Edificaciones simples, puras, armónicas, que subrayan su geométrica personalidad y su posición funcionalista y renovadora, en contraste con el exuberante espacio urbano caribeño del momento. El parque Eugenio María de Hostos, el Edificio Copello, el Hotel Jaragua, el Hotel Hamaca, el Casino de Güibia, los edificios que componen el original Centro de los Héroes, así como notables ejemplos de residencias privadas constituyen un legado que debemos rescatar del olvido, preservar y dar el lustre necesario para que revele su alcance a los arquitectos más jóvenes y a la sociedad. Nos complace reconocer la intensa labor de investigación, compilación y análisis de documentos desplegada, durante varios años, por el destacado arquitecto Gustavo Luis Moré, autor del presente volumen, y por sus colaboradores, con el objetivo de presentar a los lectores, en una dimensión justa, la obra y legado del arquitecto Guillermo González, maestro de generaciones y escuela, en sí mismo, del arte arquitectónico en nuestro país.

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Confiamos en que el contenido de este libro, junto con la experiencia digital de esta aplicación móvil, serán recibidos con agrado por el público, y despertarán en sus lectores el interés por la obra de González y la necesidad de preservar un patrimonio arquitectónico icónico, que nos ayuda a entender y comprender el concepto de la estructura que caracteriza los fundamentos de la urbe dominicana actual. Manuel A. Grullón Presidente del Banco Popular Dominicano Presidente del Grupo Popular

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• Prólogo Apuntes desde la distancia Silvia Arango

• Agradecimientos Gustavo Luis Moré

• Introducción Gustavo Luis Moré


Prólogo Apuntes desde la distancia Las primeras visitas que hice a Santo Domingo fueron en octubre de 1993, en el marco de mis investigaciones sobre la arquitectura latinoamericana, y el año siguiente, en noviembre de 1994, como jurado de la Bienal de Arquitectura de República Dominicana. En esas ocasiones, de la mano de Omar Rancier, Emilio Brea y Cuquito Moré, conocí por primera vez la obra de Guillermo González. En mis amigos todavía estaba vivo el dolor por la demolición del Hotel Jaragua y alcancé a visitar y fotografiar, todavía en pleno funcionamiento, la casa Pichardo y el Jaragüita. En mis cortas estadías, hice el periplo arquitectónico obligado por el centro histórico, el campus de la universidad y la Feria de la Paz y soy una de las pocas privilegiadas en tener los números de Arquivox ya difíciles de conseguir. Fotografié también algunos de sus hermosos dibujos y me embelesé oyendo anécdotas sobre las habilidades no reconocidas de don Guillermo. Desde entonces se me incrustó la convicción de que GG era un gran arquitecto. Por ello, acepté gustosa la invitación para prologar este libro tan indispensable para la cultura arquitectónica latinoamericana. Mis apreciaciones y reflexiones son hechas desde la distancia. Una distancia geográfica, que no es mucha, pero sobretodo una distancia conceptual. No conocí personalmente a GG, ni su entorno cotidiano ni la ciudad que vivió y ayudó a construir, ni las personas que lo acompañaron, pero cuento con la íntima complicidad que brinda el hecho de ser colombiana y de sentir el Caribe como parte de mi medio natural, lo que me permite reconocer las condiciones y situaciones dominicanas con mucha familiaridad. La distancia conceptual se refiere al intento —que se desarrolla a continuación— de situar a GG y su obra dentro de un contexto más general: la aventura de la arquitectura latinoamericana en su tarea de construir la modernidad. El primer tema que salta a la vista es el hecho de que GG pertenece claramente a la generación de arquitectos más sobresaliente y talentosa que haya tenido la arquitectura latinoamericana1. GG nació en 1900, el mismo año que el venezolano Carlos Raúl Villanueva; tenía seis años menos que el uruguayo Julio Vilamajó y el alemán-colombiano Leopoldo Rother (nacidos en 1894); dos años más que el brasilero Lucio Costa y el mexicano Luis Barragán (nacidos en 1902); cinco más que el alemán-boricua Henry Klumb y el mexicano Juan O’Gorman (nacidos en 1905), y siete más que el brasilero Oscar Niemeyer (nacido en 1907), para no citar sino algunos de los más destacados. Con esta brillante nómina de coetáneos, GG compartía una serie de rasgos comunes: en primer lugar, una formación anclada en preceptos clásicos con preeminencia en el sentido de las proporciones, que se manifiesta en la elegancia de sus composiciones tanto en planta como en volumen; en segundo lugar, una gran sensibilidad por la relación entre el arte y la arquitectura, que se manifestó de dos maneras: sus propios dibujos para capturar las emociones de arquitecturas visitadas o sus propias creaciones y la aparición de elementos artísticos, murales o escultura, concebidas dentro de su producción arquitectónica, dentro de lo que se conoció como la «integración plástica» y, en tercer lugar, una visión de la arquitectura como una búsqueda de la verdad, en una tarea solitaria y difícil en la que se identificaban la ética y la estética. Una lectura de las páginas de este libro muestra cómo GG poseía estas tres características generacionales de manera clara y contundente, añadiendo que pienso que sus dibujos poseen 10 | GUILLERMO GONZÁLEZ


más calidad que los de los colegas generacionales mencionados. Pero a la vez, GG poseía otras características que son particulares a su carácter y condiciones que lo llevaron a ejercer su profesión de manera inédita en las circunstancias que le tocó vivir y enfrentar. Para su época y generación, GG posee un elemento excepcional en su formación porque sintetiza tres experiencias arquitectónicas modernas diferentes: la norteamericana (con énfasis en el este de los Estados Unidos), la europea (con énfasis en la escandinava), y la latinoamericana (con énfasis en el Brasil). En este sentido es un arquitecto muy caribeño, pues es en el Caribe donde se reúnen, de manera clara, estas tres vertientes culturales. En el ensayo de Omar Rancier, incluido aquí dentro del anecdotario final, hay un aparte sobre las influencias en GG. Quisiera añadir algunos apuntes a sus reflexiones. Desde la distancia conceptual, me parece ver que GG toma de la arquitectura del este norteamericano un sentido práctico de la eficiencia de una construcción; de la vertiente escandinava toma una proclividad por el ascetismo en la composición de los volúmenes y una tendencia a los grandes planos de cerramiento en las fachadas, y de la arquitectura brasilera adapta un sentido climático y algunos motivos plásticos (como los calados con ventana en la fachada y las columnas en V2). Esto es, sin embargo, una manera simplificada de decirlo, pues el tema de las influencias en GG es bastante más complejo. Las influencias tienen tres vehículos para producirse: por la formación (en este caso, EEUU), por la emoción recibida en la experiencia directa de la arquitectura (en este caso, Escandinavia) y por las revistas y exposiciones (en este caso, Brasil). Respecto a este último aspecto, gracias al ensayo de Eugenio Pérez Montás sabemos que GG poseía una extensa biblioteca y una colección de revistas de las que extraía lo que más le interesaba y lo organizaba en carpetas. Esta práctica, que también tenía el alemán Leopoldo Rother que trabajó en Bogotá, revela no sólo a una persona ávida por una permanente actualización, sino a una persona sistemática que analizaba y estudiaba antes de digerir cualquier novedad o como se puede decir de manera más coloquial, no «tragaba entero». De hecho, GG muestra gran personalidad en sus preferencias tanto en arquitectura (como el Ayuntamiento de Estocolmo, de Ragnar Östberg) como en escultura (Carl Milles), en vez de seguir automáticamente los «grandes nombres» o las figuras de moda. La evidente destreza en elaborar y matizar las influencias en GG estaban mediados por su fuerte comprensión del lugar donde actuó y por su acusado sentido práctico, pero también en la manera como entendía y ejerció su profesión. GG tuvo la feliz circunstancia de tener que diseñar edificaciones que se construirían de manera inmediata en un proceso total de uno o dos años, con un dominio total sobre todos los aspectos del proceso: planeación inicial, diseño, construcción de la estructura, cerramientos, detalles y terminados, paisajismo, amoblamiento… Recuerdo mucho que Rogelio Salmona, el mejor arquitecto que ha tenido Colombia, decía que la única manera de ser verdaderamente arquitecto era tomando decisiones en todas las fases de un proyecto y por eso nunca se conformaba con hacer el diseño, sino que se dedicaba de manera obsesiva a vigilar el proceso de construcción. En GG, esta práctica profesional llega a su culminación en el enorme esfuerzo contra el reloj que supuso la Feria de la Paz y la Confraternidad del Mundo Libre y se parece a la carrera contra el tiempo que por las mismas fechas asumió Carlos Raúl Villanueva para diseñar y construir la plaza cubierta y el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela, y a la premura que había asumido diez años antes Oscar Niemeyer para el conjunto de Pampulha. Los tres casos obedecen a las urgencias políticas que GUILLERMO GONZÁLEZ | 11


son frecuentes en América Latina, pero a la vez, como contaron con arquitectos idóneos para su rápida realización, son tres casos de excelencia urbano-arquitectónica. La moraleja sería, tal vez, que la urgencia, la presión y la construcción apresurada son, en buena manos, un acicate para la calidad, pues se superponen todos los momentos del proceso arquitectónico sin adormecedores plazos que debiliten las decisiones. La Feria de la Paz se diferencia del corazón de la Universidad Central de Venezuela y del conjunto de Pampulha porque se trata de un proyecto mucho más ambicioso. Las ferias internacionales, en todas partes del mundo, suelen construir enormes edificaciones que, a pesar de su inversión y magnificencia, tienen vidas efímeras. La Feria Internacional de Nueva York de 1939-40 (en la que participó GG con el pabellón dominicano) había dejado un área inservible en la zona de Queens con edificaciones ruinosas3. Por otro lado, la idea de hacer centros cívicos se extendió a mediados del siglo XX en América Latina pero, aunque muchos fueron planeados, muy pocos fueron construidos o lo fueron parcialmente. En la feliz decisión de planear la Feria de manera que no sólo fuera un evento pasajero sino una intervención urbana duradera, GG tuvo, posiblemente, una importante participación. La mezcla de la idea de la Feria (de simbolismo transitorio) con un centro cívico (de simbolismo perdurable) produjo como resultado el lugar de referencia más connotado de Santo Domingo. Se trata de un lugar inédito en América Latina y, tal vez, en el mundo. Expresa un sentido del tiempo que define muy bien la cultura latinoamericana, pues entremezcla situaciones contingentes y transitorias con condiciones trascendentes y perennes4. El libro insiste en la adscripción moderna de GG y esto es cierto en un sentido muy amplio. La división estilística entre casas neocoloniales (con pañete rústico) y edificios públicos modernos, es característica de esta generación: lo hizo Luis Barragán en México, Lucio Costa en Brasil, Alejandro Bustillo en Argentina, Héctor Velarde en Perú o Casanovas y Manheimm en Colombia. Si el «estilo colonial» de los terminados era a gusto del cliente (aunque había clientes que no lo solicitaban), el arquitecto reservaba su espíritu moderno a la distribución en planta y a la composición volumétrica donde se mezclan elementos ortogonales con acentos en curva. Respecto a los modos de habitar, GG presenta un signo de modernidad mucho más elocuente en sus edificios de apartamentos. Contra la costumbre de vivir en casas —y todo lo que significa en términos de hábitos—, vivir en apartamento a inicios de los años 1940 representaba una forma de vida ligada a nuevos comportamientos familiares (pocos hijos, roles más activos para las mujeres, espacios pequeños y funcionales, etc…) practicados por jóvenes intelectuales modernos. Es muy revelador que GG, después de su refugio azul en madera, no diseñe una casa propia —que es el manifiesto más demostrativo de un arquitecto— sino que en un acto que demuestra sus convicciones modernas más íntimas y su entereza ética, decida irse a vivir a un apartamento del Jaragüita, frente al mar Caribe. Un aspecto de la arquitectura de GG que también lo hace muy excepcional en su contexto generacional es la permanente presencia de la dimensión urbana. Es evidente que GG era muy consciente de la condición urbana de sus obras más importantes, concentradas en la franja de expansión entre la Avenida Independencia y el mar. Sus arquitecturas constituyen una transición entre la vida introvertida y pública de la ciudad y la inmensidad soñadora del mar. El Hotel Jaragua, por ejemplo: la parte de adelante, precedida por un paseo arbolado que prolonga una 12 | GUILLERMO GONZÁLEZ


de las calles de Gazcue, se enfrenta de manera axial para preparar la entrada con su rotonda de recibo; hacia atrás, la piscina, la terraza y las ventanas del hotel dan hacia el horizonte marino. Las dos fachadas del hotel enfrentan su condición urbana: vida formal del trabajo cotidiano la una y vida lúdica del ocio la otra. También se asume esta condición urbana transicional en proyectos menores como el Casino de Güibia y el Cuartel de Bomberos. Especial atención merecen su primer proyecto y uno de sus últimos, que son propiamente urbanos, el Parque Ramfis y la Feria de la Paz. Entre los dos hay muchos elementos comunes: axialidad, fuentes de agua a mitad del recorrido, referencia visual de un sobrio elemento vertical, importancia de las esculturas, escalonamiento gradual con vistas hacia el mar... Los dos proyectos, como la universidad, evitan la autonomía y buscan la integración con el trazado urbano. Toda la arquitectura de GG resume una fuerte conciencia de su inserción urbana: siempre hay un gran cuidado en suavizar las esquinas, un delicado control de las visuales lejanas y cercanas, un esfuerzo por volver amables los accesos, un especial tratamiento de las proporciones de las escalera para facilitar el ascenso… en fin, toda una serie de gestos de «urbanidad» muy poco frecuentes en los arquitectos modernos. La preocupación de hacer ciudad con la arquitectura, creo yo, es uno de los rasgos esenciales de GG y en verdad merecería toda una indagación más pormenorizada de esta excepcional cualidad. Por ello suscribo las definiciones muy precisas que da Francisco «Cuqui» Batista en su testimonio, al decir que GG logra una unidad estéticoética en el ejercicio de una profesión urbano arquitectónica. La arquitectura moderna en América Latina ha tenido el desgraciado destino de no ser comprendida y está desapareciendo en aras de la voracidad inmobiliaria. Como en el caso de GG —lo supe por el libro— ha sido demolida cerca del 40 % de su obra, entre ellos algunos de sus edificios más importantes, la única manera de dar a conocer su importante arquitectura a las nuevas generaciones es a través de esta segunda vida fantasmal que le brindan los libros. «Trazos en el mar» no solo da cuenta de esta indispensable pieza del rompecabezas historiográfico, sino que sitúa a Guillermo González en el lugar que le corresponde: junto a los grandes arquitectos latinoamericanos que construyeron la modernidad en nuestro continente.

Silvia Arango Bogotá, julio de 2015 En mi libro Ciudad y Arquitectura. Seis generaciones que construyeron la América Latina Moderna, se la denomina Generación Progresista. 2 Esto es especialmente visible en el interesante proyecto del Centro Social Obrero de 1944. Los detalles «brasileros» fueron probablemente conocidos por GG por la exposición Brazil Builds en el MOMA de Nueva York de 1942 o su catálogo de 1943. 3 En el mundo entero, son contados los casos en que antiguos pabellones de ferias internacionales hayan sido reutilizados e integrados a la ciudad. 4 Rogelio Salmona alude a esta característica espacio-temporal en su ensayo «El elefante y la mariposa». 1

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Agradecimientos La semilla de este libro fue sembrada sobre el terreno regado por numerosas conversaciones sostenidas con personas que, de una manera u otra, estuvieron involucradas personalmente con Guillermo González. La primera de todas ocurrió una mañana inolvidable de un sábado hacia mayo de 1981, en la casa de Moncito Báez, en Arroyo Hondo, Santo Domingo, cuando preparaba mi primer trabajo acerca de la arquitectura oficial de Ciudad Trujillo, presentado, posteriormente, en uno de los Seminarios del ICOMOS Dominicano, y publicado en dos tiradas en las hojas semanales del Grupo Nueva Arquitectura en El Nuevo Diario. Esa entrevista fue capaz de hacerme viajar en el tiempo, pero sobre todo me produjo tal deslumbramiento, solo comparable a una suerte de contagio. Moncito me habló de todo el período con tal lujo de fechas, nombres, hechos, juicios y pareceres que, a través del tiempo, la idea que ha primado en mí durante las infinitas investigaciones posteriores ha sido, en buena manera, la de estar comprobando o recordando lo allí escuchado. Desde entonces y todavía el encantamiento permanece. Gracias de entrada a Moncito Báez, profesor, mentor y ejemplo durante todos estos años. En todo este tiempo, desde aquella mañana del 81 hasta hoy, han sido entrevistados y he recibido la gracia de las vivencias de una enorme cantidad de personas, quienes desde su ámbito, experiencia o visión, han dado veracidad a lo aquí expuesto y han enriquecido notablemente el contenido. Del mundo académico mis profesores de Historia de Arquitectura en las aulas de la Facultad de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña, los arquitectos Eugenio Pérez Montás y César Iván Feris Iglesias son igualmente responsables del encantamiento inicial. Ambos son grandemente admirados. Eugenio sigue siendo un faro, le agradezco profundamente su erudito ensayo para este libro. Un texto temprano de Ramón Martínez allanó el camino oportunamente; Manuel Salvador Gautier, talentoso y experto diseñador y escritor de gran calado, nos ha regalado en innumerables ocasiones sus memorias y orientaciones; Rafael Tomás Hernández y el santiaguero Cuqui Batista impulsan e iluminan con sus emotivos ensayos la andadura del libro; Omar Rancier ha compartido conmigo tantas jornadas de reflexión, trabajo y compañerismo que no tengo idea ni siquiera de cómo agradecerle su siempre firme amistad y su brillante pensamiento. En vida, los colegas Margot Taulé, Milton Ginebra, Gai Vega, Manolito Baquero, Billie Reid, Leonte Bernard, Ramón Vargas Mera, Erwin Cott, Ramón Trueba, y recientemente Emilio Brea, compartieron sus experiencias, criterios, enfoques, todos, así lo espero, integrados al texto de una forma u otra. Algunos fueron entrevistados en múltiples ocasiones, dándonos la oportunidad de profundizar cada vez más en sus pareceres. La familia de don Guillermo no ha podido ser más generosa; en honor a la verdad este proyecto lo inicia una llamada telefónica del Arq. Arturo Despradel, sobrino nieto de GG, y exalumno nuestro, quien nos puso a la orden el archivo de fotos conservado por la familia; su madre doña Julie Catrain González de Despradel, nos concedió varias entrevistas, nos acompañó al Cementerio de la Máximo Gómez a identificar el panteón familiar, y leyó parte del manuscrito; su hijo el Arq. Adolfo Despradel, hermano de Arturo, nos permitió el ingreso a las casas Barletta de Arroyo Hondo y nos ofreció sus valiosos comentarios. Desde su puesto como curador de arquitectura del MoMA, Barry Bergdoll fue pivotal en canalizar nuestra solicitud de apoyo a Yale University, quienes, a través de la Bilblioteca de Arquitectura y su Alumni Records Office, facilitaron el archivo completo de GG depositado en esa academia. Estos 14 | GUILLERMO GONZÁLEZ


documentos resultaron ser trascendentales para detallar todo el período inicial de GG antes de retornar a Ciudad Trujillo en 1939. Igualmente la New York Public Library abrió sus archivos sobre la participación dominicana en la New York 1939-1941 Fair. El Archivo General de la Nación en Santo Domingo nos permitió acceder a su extensa y admirablemente organizada colección documental; el Archivo de Arquitectura y Construcción de la Universidad de Puerto Rico nos ha apoyado a través de los años en todo lo relativo a los vínculos entre autores domínico-puertoriqueños. La mayor dicha del proyecto ha sido la de contar con la amabilidad y el afecto de Blanca y Georgie González Fernández-Canivell, hijos de don Guillermo y doña Mercedes, quienes nos recibieron en sus hogares y nos pasearon en Málaga, España, además de visitarnos en Santo Domingo; pusieron a nuestra disposición todo el material que aún conservan de su padre, nos concedieron una importantísima entrevista y leyeron detalladamente en al menos dos ocasiones el manuscrito, corrigiéndolo, ajustándolo a la realidad que les tocó vivir tan de cerca en su familia. A ellos mi eterna gratitud y mi respeto. Espero que este esfuerzo sea digno de la memoria que guardan con tanto cariño de su padre y su madre. Agradezco igualmente a muchas personas que han aportado su colaboración desinteresada en este afán: a Miguel D. Mena por compartir con total desprendimiento el libro de Page Cooper Sambumbia, que tan determinante ha sido en las especulaciones y en el discurso de esta historia; a Andrés Mignucci, por su insistencia en la potencial trascendencia de este volumen; a Julio González por suministrarnos la investigación sobre los antepasados familiares de GG; a Lourdes Saleme, por su eterna generosidad en facilitarnos los servicios de su reconocida empresa de artes gráficas; a Bienvenido Pantaleón, por compartir material de su archivo de Imágenes de Nuestra Historia, al igual que a Rubén Hernández y los amigos del Laboratorio de Arquitectura Dominicana (LAD), por facilitarnos imágenes de diversos archivos curadas magistralmente por su equipo editorial; a José Ramón Fiallo, quien nos orientó sobre temas académicos y sobre la confusa etapa de los años 60; a César Al Martínez y José Enrique Delmonte, por ilustrar históricamente el desarrollo del proyecto urbano cumbre de GG, la Feria de la Paz, con su enjundioso trabajo en vías de publicación sobre este tema; a Alex Martínez y Gricelys Rosario, por la información sobre el campus de la Universidad de Santo Domingo, producto de su tesis de grado en UNIBE; al Dr. Rafael Hernández Bonnelly, quien nos tramitó la obtención de los planos originales del Santo Domingo Country Club; a Edwin Espinal Hernández, por su información oportuna sobre el Parque Ramfis —hoy Plaza Valerio— en Santiago; a Mauricia Domínguez, por sus siempre sabios comentarios y recomendaciones. Dos historiadores cuyo intelecto me ha servido de horizonte y apoyo en infinitas ocasiones en temas tanto interpretativos como factuales: Bernardo Vega y Frank Moya Pons, a quienes agradezco y admiro sinceramente. Sobre el acontecer en el entorno familiar y profesional de GG, también quiero agradecer a muchas personas: a Tony y Danilo Caro Ginebra, quienes desde sus vivencias como hijos del Arq. José Antonio Caro Álvarez, uno de los protagonistas asociados principales de esta historia, contrastaron y complementaron grandemente la puesta en escena del material; doña María Jesús Pérez de Mansfield nos proveyó todo su archivo y sus recuerdos sobre su padre, el Ing. Virgilio Pérez Bernal; doña Vilma Báez, sobre su padre don Moncito; doña Gladys de Pou, sobre su esposo Marcial Pou Ricart; Patricia, Carlos y Georgia Reid Baquero, sobre su padre Billie y sobre el mismo don Guillermo, quien convivió tan cercanamente con ellos; a GUILLERMO GONZÁLEZ | 15


los hermanos Manuel y Marino «Memé y Pilo» Cáceres, por unas entrevistas inolvidables y mucho material documental de gran valor, tanto sobre la vida de GG como sobre sus propias distinguidísimas carreras; igualmente a don Luis Rafael Pellerano, y a sus hijas Sandra y Raquel, por haberme contactado, después de tantos años, con este profesional de tanta experiencia, quien junto a don Orlando Haza describe un arco de luz en el panorama de la práctica profesional dominicana; al Arq. Víctor Bisonó y al Ing. Víctor Pizano, quienes me obsequiaron una velada maravillosa llena de datos relevantes; a Roberto Baquero, por estar siempre abierto a comentar y confirmar datos sobre la vida y obra de su padre, mi profesor y admirado mentor, Manolito Baquero; a Marcial Martínez, por permitirme entrevistar a su padre, el Ing. Marcial Martínez, uno de los protagonistas silentes del desarrollo de NACO en los años 60; a doña Margarita Copello de Rodríguez, por sus precisiones sobre don Anselmo y sobre su actuación en la comisión del Edificio Copello; a María Isabel Lebrón, Luis Guzmán y a mi cuñado Guillermo Ricart, por confirmarme datos sobre las familias Ricart y Mathis, en particular Guillermito, por compartir el asombroso video hecho por su padre en los eventos de inauguración de la Feria de la Paz, en 1955; a Antonio Segundo Imbert, por gestionar nuestra visita a la familia Bonetti para fotografiar su estupenda casa de 1935, excelentemente conservada, ubicada en la avenida Bolívar; a Juan Mubarak, por diligenciar nuestro acceso a la otra casa de la familia Bonetti, de 1952, situada en la César Nicolás Penson con Máximo Gómez, donde agradecemos la gentileza de doña Maritza Zeller de Bonetti al recibirnos y recuperar para la edición, los planos azules originales que aquí reproducimos; a José Horacio «Sancocho» Marranzini quien estuvo allí, en el Jaragüita, asistiendo, en las largas y frescas madrugadas frente al Caribe, al maestro dibujando y soñando en sus años finales; a Rafael Calventi, quien compartió pocos pero significativos momentos con don Guillermo; a Atilio León, Cristóbal Valdez, Fred Goico, Pedro José Borrell, Pedro José Vega, Lidia León y Germán Pérez, quienes de una manera u otra han perfilado con mayor precisión la silueta histórica de nuestro personaje. Al equipo enlace del Banco Popular Dominicano, a través de su Vicepresidencia Ejecutiva de Relaciones Públicas y Comunicaciones, mi eterna gratitud por su amable trato, su interés en el tema y su gran apoyo en este proceso; las reuniones de trabajo con ustedes y su apertura hacia nuestro proceso creativo siempre fueron estimulantes y sugerentes. Don Manuel A. Grullón, presidente del Grupo Popular y del Banco Popular Dominicano, estuvo abierto al proyecto desde su primera mención en una conversación casual, nunca perdió el sentido del proceso y siempre estuvo pendiente a todas nuestras peticiones. Muchas gracias de todo corazón. Durante los muchos encuentros internacionales ocurridos en el tiempo de gestación de esta obra, he aprendido de verdaderos maestros como Ramón Gutiérrez, Silvia Arango, Ruth Verde, Jorge Ramos, Louise Noelle, Enrique Vivoni; el gran historiador y entrañable amigo Roberto Segre hubiera estado muy alegre de ver este volumen listo, muchas fueron sus enseñazas y su estímulo. El historiador dominicano José del Castillo nos regaló unos sábados de cafés maravillosos, durante los cuales conversamos a fondo sobre múltiples aspectos de GG y de su época dorada. Del ilustrado amigo, arquitecto y escritor venezolano Federico Vegas, tuve la fortuna de recibir algunos consejos prácticos sobre el quehacer del escritor, oficio que trató de hacerme asumir quizás sin los resultados anhelados, pero ahí vamos; los almuerzos de los viernes fueron suyos.

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Debo tantas cosas a la Dra. Silvia Arango, que no sé como comenzar a agradecerle: sus trascendentales textos sobre la arquitectura de América Latina; sus investigaciones y escritos sobre arquitectura y ciudad, sobre todo los enfocados en la realidad de su maravilloso país, Colombia; su pasión por la academia, su luminosidad de pensamiento, su dedicación a los Seminarios de Arquitectura Latinoamericana (SAL); pero, sobre todo, le debo por la gracia de haber accedido a escribir el Prólogo de esta obra, motivo de orgullo y honor sinceros. Mi equipo interno de producción en la editorial de los Archivos de Arquitectura Antillana (AAA) ha tenido una paciencia y un desempeño formidables: Lorena Tezanos asumió exitosa y elegantemente la ardua labor de coeditar el texto, precisar las citas y notas, compilar la bibliografía y los índices, y actuar como siempre, como una suerte de andamio intelectual en la difícil búsqueda de la perfección en estos menesteres; Chinel Lantigua se esmeró en el diseño del libro, asumiendo a la vez su propia identidad gráfica y una ambigua afiliación a los Pro_Files previamente publicados por AAA, con mucha certeza y calidad; María Cristina Rodríguez, mi esposa, ha soportado con tesón y paciencia el agotador proceso de sintetizar en meses lo que ha tardado años en ser concebido, tarea ardua y paciente que agradezco de todo corazón, a la par de su desempeño como correctora de estilos y espíritu crítico detrás del proyecto; a los fotógrafos que han ilustrado con su arte las páginas del proyecto, desde don Max Pou, quien siempre nos proveyó de sus imágenes de archivo totalmente gratis, desde mi primer acercamiento en los años 80; Onorio Montás, Eddy Guzmán, Luis Nova, Jochy Marichal y más recientemente, Ricardo Briones y Gustavo José Moré, han sido complacientes y efectivos en la toma de las imágenes necesarias para documentar con calidad lo aquí expuesto en palabras; a todos los demás miembros del equipo, Nathalie Castillo, Patricia Reynoso, Luis Checo, Madeline Espinal, Manuel Flores, César Leroux, John Noyola, Nelson Velázquez y María del Mar Moré, quienes han tenido que soportar mis «cambios de canal» entre el estudio y la editorial, no siempre cómodos para ellos durante los procesos de cumplimiento de las responsabilidades de los proyectos en la oficina, gracias. Por último, agradezco a tres hombres, quienes con su calidad humana y su ejemplo, me dieron la capacidad para entender, valorar y reconstruir esta historia: a mi suegro, Ing. Arístides Rodríguez Derrien, a mi tío y padrino Com. Amilcare Guaschino y a mi padre Ing. Arq. Gustavo Alberto Moré González, gracias a su estela, he podido transitar por la ruta del recuerdo y proyectarla hacia el futuro con esperanza y respeto a la memoria del maestro. Gustavo Luis Moré Santo Domingo, agosto 2015

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Introducción Guillermo González Sánchez (1900-1970) es reconocido nacional e internacionalmente como el padre de la arquitectura racionalista en la República Dominicana y como uno de los más importantes autores de la modernidad latinoamericana. Nacido en Santo Domingo de padre dominicano y madre cubana, asume desde temprana edad junto a su numerosa familia de 7 hermanos, una visión internacional poco frecuente en la época, fundamentada en las actividades diplomáticas del padre tanto en los EUA como en diversos destinos europeos, particularmente en el puerto andaluz de Málaga. Tocado por la vocación hacia las artes plásticas y el diseño, durante varios años se desempeñó como dibujante técnico junto a su hermano Alfredo, en la oficina de Obras Públicas durante el gobierno de Ocupación Norteamericana en la República Dominicana (1916-1924), experiencia que eventualmente le impulsa a inscribirse durante un año como estudiante de arte en la Universidad de Columbia en Nueva York, a trabajar de freelance en varios estudios profesionales neoyorquinos y a ingresar a la Universidad de Yale, donde se gradúa con honores en una rápida carrera realizada justo en los duros años de la Gran Depresión norteamericana, recibiendo premios que le permiten viajes de estudios en Europa, antes de regresar a su país en 1932. Su ejemplar obra, principalmente dominicana, tuvo episodios luminosos tanto en el campo de la edilicia y el urbanismo públicos, con proyectos como el del Parque Eugenio María de Hostos —entonces Parque Ramfis— ganado por concurso en uno de los pocos certámenes celebrados en el país en esos años, los hoteles Jaragua (su obra más celebrada y la que lo puso en al mapa internacional), el Hamaca, el Montaña y el Paz; las obras para la celebración del Primer Centenario de la República, en 1944, el Cuartel de Bomberos, el Casino de Güibia y el Hipódromo Perla Antillana; el diseño urbano del campus de la USD (actual UASD), y del conjunto de la Feria de la Paz y sus edificaciones, como en el universo privado, con una serie de residencias y edificios de apartamentos de enorme influencia entre sus contemporáneos (como el Jaragüita, el edificio González, las casas Pichardo, Schad, Vicini, Ricart, Mathis, Troncoso, Bonetti, Jorge, Barletta, etc). Los hermanos Guillermo y Alfredo González fueron autores de las residencias para muchas de las familias más renombradas y de alto rango de la ciudad, durante más de dos décadas. Su labor como catedrático formó dos generaciones de arquitectos dominicanos, originalmente en la USD y al final de su carrera, en la UNPHU. Estas obras y muchas más, han ido identificándose progresivamente a falta de un catálogo comprensivo de su quehacer, durante muchos años de investigaciones, posteriores a su fallecimiento en 1970. La autoría de muchas de ellas obedecen a pesquisas informales, hasta casuales, eventualmente confirmadas documentalmente; esto puede dar cabida al olvido involuntario de algunos trabajos aquí aún no identificados, o a una equívoca asignación de autoría a uno que otro. Se ha sido lo más meticuloso posible en este aspecto, como esperamos que el atento lector o futuro estudioso de la obra de GG pueda apreciar. A pesar de varias iniciativas frustradas, hasta el momento (2015) no existe una obra que documente su extraordinario aporte cultural, fenómeno que es común a muchos de sus contemporáneos, como el caso de José Antonio Caro, Leo y Marcial Pou, entre otros autores cuya huella deberá ser recogida posteriormente. La información existente ha sido más bien fragmentada y confusa. Una edición de la revista CODIA, la #23, lanzada a raíz de su deceso, innumerables proyectos académicos, estudios parciales de su obra y artículos varios, han visto la luz en los últimos 50 años. Quien escribe publicó una edición —hace tiempo agotada— de la revista Arquivox 18 | GUILLERMO GONZÁLEZ


(1985) del Grupo Nueva Arquitectura, dedicada a González, único trabajo de cierto calado que reunió parcialmente textos sobre su obra hechos por diversos ensayistas dominicanos y extranjeros. Este libro constituye, en consecuencia, tanto una enorme deuda como una gran responsabilidad. El proyecto para esta publicación no es sino uno más dentro de una larga lista de iniciativas editoriales de diversos géneros, que se han motorizado en diversos momentos. Una de ellas, bocetada por los arquitectos dominicanos Risoris Silvestre, Erwin Cott, Teódulo Blanchard, Emilio Brea, Omar Rancier y quien escribe, llegó incluso a ser estructurada en una propuesta que no obtuvo apoyo institucional para su financiamiento, hace algunos años. A raíz de varios contactos hechos con los dos hijos de don Guillermo, Blanca y Jorge «Georgie» González Fernández-Canivell, residentes en Málaga, España, quienes han puesto sus recuerdos y sus archivos personales a nuestra disposición; y gracias al apoyo solidario y paciente de su familia local, la amable doña Julie Catrain González de Despradel y sus hijos arquitectos Arturo y Adolfo Despradel Catrain y de sustanciales descubrimientos recientes, ha surgido la oportunidad de realizar un trabajo riguroso que permite cubrir este vacío historiográfico. El material de base de este trabajo, celosamente guardado en diversos archivos nacionales e internacionales, incluye objetos, registros, documentos académicos, personales, dibujos de viaje de extraordinaria factura, planos, recortes de periódicos y docenas de fotografías inéditas de excelente calidad. Hoy ponemos en manos de toda la comunidad internacional este libro, gracias al apoyo del Banco Popular Dominicano. Esperamos que su contenido tenga el mérito de ser representativo de la memoria de tan relevante autor en la cultura del Gran Caribe y de toda América Latina, y permita proyectar su figura en nuevos ámbitos, y así ser valorado en su justa dimensión por nuevas generaciones.

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Capítulo 1 Primer Acto • Los González Sánchez en 1900 • Los predestinados de Obras Públicas • Guillermo González en Nueva York: 1921-1927 • Málaga, primer viaje • La transformadora experiencia en Yale • Los «regresos» a Santo Domingo

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Capítulo 1 Primer Acto Los González Sánchez en 1900 Según refería don William -Billie- Reid Cabral, estudiante aventajado, colega y posteriormente socio de González, éste solía señalar, al pasar por la esquina noreste de las calles Padre Billini y Hostos, «Billie, ahí nací yo, el parque Duarte era mi patio...»1. En este ambiente rancio y distinguido del centro histórico de Santo Domingo nace y crece González. Desde su casa habría de divisarse el recio volumen del Convento de los Dominicos, y las adustas casas de la calle Hostos, una de las más señeras vías norte-sur del trazado ovandino original de 1502, en damero de 3 por 3 calles. González refería además, que mientras sus compañeros de barrio se dedicaban a jugar en el parque Duarte, el dibujaba incansablemente muchos de los detalles de su entorno, en lo que fue, sin dudas, la primera muestra de una vocación que habría de determinar el resto de su vida. Su padre, dominicano, Gregorio González Lamarche (1873-1950), era nieto del expresidente de la república Ignacio María González, y descendiente de uno de los personajes originarios del siglo XVI en la colonia, Pedro Morell de Santa Cruz2. Ejerció poco su profesión de dentista, adquirida en 1907 en el Penn College of Dental Sciences3 ya que, como otros hombres de prestigio de la época, se destacó como cónsul en el servicio diplomático del Estado dominicano, oficio que permitió el acceso de sus hijos a frecuentes viajes al extranjero, y como veremos, impactó a Guillermo, el varón mayor en particular, en su desarrollo personal y académico. Junto a su esposa, con la que casó en La Habana el 10 de enero de 19004, la dama cubana nacida en Holguín, Georgina «Mamayoya» Sánchez Campos (1871-1962), procrearon siete hijos: Guillermo (Santo Domingo, 1900-1970), Mercedes (La Habana, 1902-1988), Juana (Filadelfia, 1904-1989), Alfredo (Nueva York, 1906-1963), Oscar (Santo Domingo, 1908-1929), Georgia (La Habana, 1910-1929), y Luz Sofía (Santo Domingo, 1911-2004).

Dos imágenes de archivo del Convento de los Dominicos y del Parque Duarte, entorno monumental de fuerte raigambre colonial, en el que Guillermo González convivió hasta el 1921. (GLM / AGN / Luis Mañón) En la página anterior, detalle de uno de los dibujos de viajes de GG, realizado en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, Roma. (AFGFC) En la portadilla de las páginas 8-9, una acogedora vista del área social del apartamento de GG en El Jaraguita, ámbito en el que se desarrolló la familia González Fernández Canivell durante la mayor parte de su estancia en Santo Domingo. (AFGFC)

Comentario de William «Billie» Reid Cabral, en una de las múltiples entrevistas hechas por el autor. Es un dato además muy comentado por Reid a todos en la familia y en el taller. 2 Ver cuadro sinóptico de la familia de don Gregorio González preparado por el Lic. Julio González, de la Sociedad Dominicana de Genealogía. 3 University of Pennsylvannia, Phidadelphia. 4 Dato no confirmado, extraído de un texto inédito del Arq. Emilio Brea García. 5 Ibíd. 6 Dato extraído del Yale University Consolidation Sheet - Alumni Information, además, hecho muy comentado en el ambiente profesional dominicano. 7 Yale University, «Registration Blank for Graduate and Professional School Students, Guillermo González», 25 de octubre de 1927, Archivos de Yale University. 1

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En verdad, es poco lo que se ha documentado de la infancia de Guillermo y su familia. Hay noticias de que González viaja con sus padres durante sus primeros seis años por La Habana, Filadelfia y Nueva York, regresando a Santo Domingo en 1907, después de la graduación universitaria de don Gregorio5. Ya en el entorno colonial de Santo Domingo, desconocido para él hasta entonces, cursa su escuela primaria y secundaria en el Colegio Católico Santo Tomás, el más celebrado establecimiento privado de la época, graduándose en 1917 o 1918. Los predestinados de Obras Públicas Aunque debe haber ocurrido frecuentemente durante sus años de adolescente, no existen documentos que fechen el retorno de Guillermo González a Santo Domingo, desde los destinos de su temprano periplo diplomático y académico familiar. Se tiene sin embargo la certeza de que, por un tiempo estimado entre 1917 y 1921, formó parte del equipo de dibujantes en el Departamento de Ingeniería y Construcciones del Ministerio de Obras Públicas durante el gobierno de Ocupación Norteamericana, establecido formalmente en el país de 1916 a 19246. En los archivos de Yale University reposa el Consolidation Sheet, Alumni Information de González, quien, de su puño y letra escribió «Department of Public Works, Santo Domingo, RD, 1917 to 1921»7. Varios jóvenes dominicanos, entre los que se han identificado a su hermano menor Alfredo González, a Mario Lluberes, a Alexis Licairac, a Octavio «Trene» Pérez Garrido y a otros que descollarían como autores de enorme relevancia pocos años después, tras la reinstauración del Estado republicano y durante buena parte de la Era de Trujillo.


A la izquierda una de las más antiguas fotografías de los hermanos González Sánchez: Guillermo (1900-1970), Juana (1904-1989) y Mercedes (1902-1988). Arriba, Guillermo y su hermana Luz, antes de sus respectivos matrimonios, según confirma doña Julie Catrain González de Despradel, sobrina de GG e hija de Luz. (AFGC) Abajo, una sugerente toma de GG con atuendo formal en su juventud. (AFGC)

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Arriba, retrato de la joven Mercedes Fernández Canivell, futura esposa de GG (AGFC). Abajo, Guillermo González junto a su hija Blanca y su esposo Gonzalo Montes, en un encuentro celebrado en Málaga. (AGFC). Guillermo González en el que parece haber sido uno de sus escenarios favoritos para ser retratado: el lindero sur del Hotel Jaragua, pocos años después de su inauguración en 1942. La toma parece haber sido realizada durante la misma sesión que la de la página siguiente, dedicada a Raymond Lowey. (AFGC)

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En esta página, González posa frente a su obra cumbre temprana del Hotel Jaragua, con su flamante Studebaker, en una célebre fotografía dedicada a Raymond Lowey. (AOR) A la izquierda, la familia González Fernández-Canivell -Jorge, Blanca, Guillermo y Mercedes- posa junto a su vehículo. La imagen parece haber sido tomada al final de los 40. (AGFC) Arriba, retrato del joven Bernabé Jorge González Fernández-Canivell, y de Luz Sofía González Sánchez, realizados por su padre y hermano GG. (AGFC)

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La agenda de proyectos realizados por este organismo fue trascendental en el paso de una economía rural, inconexa, a una nación articulada por infraestructuras y encaminada hacia un desarrollo moderno, si bien incipiente, si se ha de inventariar la realización de equipamientos de servicios, obras viales, instalaciones y múltiples intervenciones de la más variada naturaleza8. Durante este período de ocho años de administración norteamericana, instalado con el fin de sufragar la deuda nacional con ese país, las autoridades realizaron el trazado y la ejecución de varias carreteras interregionales, entre ellas la carretera central que finalmente unió de manera formal la ciudad capital con el norte del país; cumplieron un programa de edificaciones escolares, aspecto nunca antes atendido por el Estado dominicano, algunas de las cuales aún funcionan con elegante dignidad, conocidas con el apelativo popular de «Escuelas de niños y niñas», debido a la distinción de género con la que eran diseñados y operados estos locales; construyeron cárceles, manicomios, hospitales, edificios militares, puentes, caminos, edificios de gobierno, entre ellos la denominada Mansión Presidencial, sede de la jerarquía de la ocupación en el país, situada en los terrenos extramuros del incipiente sector de Gazcue, donde sería posteriormente localizado el Palacio Nacional del Gobierno dominicano inaugurado en 1947 bajo la responsabilidad del ingeniero Guido D’Alessandro9. Enrique Penson, en su admirable compendio documental en dos volúmenes llamado Arquitectura Dominicana 1906-1950, señala:

Retratos del Arq. Guillermo González Sánchez, ambos en pose muy similar. El de la página siguiente se aprecia algunos años más joven, posiblemente realizado en Málaga, firmado por Flandes en los años 30. (AGFC)

Para datos adicionales sobre la intervención norteamericana, ver: Bruce J. Calder, El impacto de la intervención: la República Dominicana durante la ocupación norteamericana de 1916-1924 (Santo Domingo: Fundación Cultural Dominicana, 1989); Leonardo Mauricio A., La ocupación norteamericana de 1916: testimonios (Santo Domingo: L. Mauricio A., 1997); J. Avelino Guzmán V., Ocupación militar norteamericana, 1916-1924: aspecto jurídico de la Convención Domínico-Americana de 1907 (Santo Domingo: Editora Teófilo, 1999); entre otros. 9 José Chez Checo, Emilio José Brea García, Luis Manuel Bonetti V., Denise Morales, y Julio González, El Palacio Nacional: 50 años de historia y arquitectura (Santo Domingo: Secretariado Administrativo de la Presidencia, 2005). 10 Enrique Penson, Arquitectura dominicana, 1906-1950 (Santo Domingo: Laboratorio de Ingenieria, 2005), 1: 403. 11 David Gebhard, «Architectural Imagery, the Mission and California», en The Harvard Architecture Review I (Spring, 1980): 137-145; Panamá-Pacific International Exposition Company, The Panamá Pacific International Exposition, San Francisco, 1915 (San Francisco: Panamá Pacific International Exposition Co, 1914); Laura A. Ackley, San Francisco’s Jewel City: The Panamá Pacific International Exposition of 1915 (Berkeley, California: Heyday, 2015). 8

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En agosto de 1917 comenzó a trabajar como delineante de la Oficina de Dibujo de la DGOP, que dirigía el Ing. W. E. Brown, con el modesto sueldo de $25 por mes. Prestó servicios en este departamento hasta mayo de 1921, cuando tenía una remuneración de $140/mes (AGN, OP, np). Participó en muchos proyectos, gran parte de los cuales están reproducidos en este libro, y pueden ser identificados por sus letras iniciales (G.G.S.), colocadas en las tarjetas. Entre ellos tenemos escuelas de diferentes número de aulas, casa portátil, colonia de leprosos, edificios de Estación Experimental de Agricultura, penitenciaría de Nigua, hospitales del Seibo y de San Pedro de Macorís, este último no edificado. En octubre de 1920 daba en Obras Públicas, para fines de casos de accidentes, la residencia de sus padres, situada en la Ave. Independencia (AGN, OP, 1920, III). En 1945, ponía bajo su nombre (P 301) con mayor exactitud: Crucero Ahrens 9. Es la misma casa, desaparecida, localizada en la acera norte de la calle, próximo a la Félix Mariano Lluberes10.

Aparenta tarea imposible determinar con exactitud hoy en cuáles proyectos pudo colaborar Guillermo durante su estadía laboral en este organismo. De hecho, si acaso alguna formación valiosa adquirió, adicional a la de sus dibujos de adolescencia hechos en el entorno barrial, fue precisamente la que su experiencia en este taller compuesto por predestinados le pudo brindar, justo antes de asumir sus estudios formales de arte y arquitectura en los EUA. No se ha podido determinar si en alguno de sus viajes tempranos, antes de regresar a Santo Domingo en 1907, Guillermo recibió alguna formación escolar artística, aunque es muy probable que así haya sido. Su permanencia en Santo Domingo coincidió con el ejercicio de los reconocidos maestros de educación artística, Abelardo Rodríguez Urdaneta y Celeste Woss y Gil, de quienes pudo haber recibido algún tipo de orientación, aunque no se tiene constancia de tal hecho. Lo cierto es que la influencia norteamericana del momento fue más que notable, predominante en el espíritu de los proyectos tanto públicos como privados del período, en el que sobresalía —en un primer momento— la influencia del Mission Style popularizado por la Exposición de Panamá Pacific efectuada en San Francisco en 191511. Esta arquitectura de volúmenes simples, ortogonales, de cubiertas inclinadas techadas en tejas de arcilla, acusa su afiliación fundamental en los portales de entrada a los edificios, y en los piñones o gabletes laterales, generalmente rematados con siluetas escalonadas y curvilíneas, inspiradas en motivos barrocos.


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Uno de los aspectos menos estudiados y sin embargo, más importantes del momento en el desarrollo de una arquitectura regional, es producto de la creciente presencia de los EUA en el Caribe. Después de ciertos ensayos originarios en las plantaciones de la Luisiana, cuya industria azucarera en buena medida dibujó los avances para un planeamiento estratégico en el Caribe, el exitoso experimento de ingeniería y planificación del Canal de Panamá permitió y, de hecho, produjo la concreción paulatina de una arquitectura apropiada al duro clima tropical, que fue diseñada, construida y finalmente diseminada por otros países de la región por los intereses estadounidenses, desde el sector privado o a través de las ocupaciones militares en varios países de la zona12. El caso de Puerto Rico, asimilado por los EUA desde 1898, comparte la escena con Panamá, y adelanta innumerables operaciones de infraestructura, asentamientos productivos, pueblos y edificios muy parecidos entre sí. Las particularidades de este inventario quedan aún por ser precisadas en estudios posteriores13.

El primer asomo de una arquitectura transformadora de las tradiciones coloniales en la República Dominicana —y de hecho, también en Puerto Rico— la realiza posteriormente a su llegada al Caribe hacia 1908 el bohemio Antonín Nechodoma, quien introduce obras vinculadas a la Secesión vienesa como el Mercado y el Correo de San Pedro de Macorís, y poco tiempo después, en Santo Domingo, una serie de casas de exquisito detalle muy influenciadas por la temprana arquitectura de Frank Lloyd Wright en Oak Park, Chicago14.

Arriba: El Sr. Gregorio González L., cónsul dominicano en Málaga, acompañado de su distinguida familia paseando en el Jardín María Luisa, en Sevilla; al centro, de la fotografía, la figura esbelta y alta de Guillermo, joven de 26 años entonces. De izquierda a derecha Mercedes, Georgina Sánchez de González, Guillermo, Luz Sofía, Juanita y Gregorio González Lamarche. (AFFGC) Abajo: Retrato de la familia González Sánchez, 10 enero de 1950, celebrando las bodas de oro de Mamá Yoya y Papayito. De pie, de izquierda a derecha: Pedro Manuel Catrain, Luz Sofía González de Catrain, el niño Francisco Catrain González, Josefa (Cofeta) Ricart de González y Alfredo González. Sentados: Oscar Alfredo González Ricart, Juana González, Gregorio González, Georgina Sánchez de González y Guillermo González; en el suelo, la niña Julia (Julie) G. Catrain González.

Samuel A. Gutiérrez, Arquitectura actual de Panamá, 1930-1980 (Panamá: Litho Impresora Panamá, 1980); Eduardo Tejeira-Davis, Panamá: Guía de arquitectura y paisaje / Panamá: An Architectural and Landscape Guide (Sevilla: Junta de Andalucía, Consejería de Obras Públicas y Transportes, 2007). 13 Enrique Vivoni Farage, ed., San Juan siempre nuevo: Arquitectura y modernización en el Siglo XX / Ever New San Juan: Architecture and Modernization in the Twentieth Century (San Juan: Archivo de Arquitectura y Construcción, Universidad de Puerto Rico: 2000); Jorge Rigau, Puerto Rico 1900: Turn-of-the-Century Architecture in the Hispanic Caribbean, 1890-1930 (New York: Rizzoli, 1992). 14 Thomas S. Marvel, Antonin Nechodoma, Architect 1877-1928: The Prairie School in the Caribbean (Gainesville: University Press of Florida, 1994). 15 Donald Walter Curl, Mizner’s Florida: American Resort Architecture (New York: Architectural History Foundation, 1984). 16 Aracy A. Amaral, Arquitectura neocolonial: América Latina, Caribe, Estados Unidos (Sao Paulo, Brasil: Fondo de Cultura Económica de España, 1994). 17 Carmen Ortega, Ana Mitila Lora y Thimo Pimentel, El mosaico hidráulico: Arte en evolución / Cement Tile: Evolution of an Art Form (Santo Domingo: Industrias Aguayo de Construcción, 2008) 18 Page Cooper, Sambumbia, a Discovery of The Dominican Republic, The Modern Hispaniola (New York: The Caribbean Library, 1945), 52.

A mediados de los años 20 se establece, a través de la obra de notables arquitectos como Addison Mizner en la Florida15, y de la amplitud que su influencia tuvo en muchos de los territorios de cultura originaria hispánica, desde California hasta Texas, un estilo primordialmente doméstico conocido como Neohispánico, Neocolonial o Mediterráneo, por la historiografía latinoamericana16. Este esquema estilístico, de abundante presencia, asume con naturalidad el cambio que ya exige el equipamiento moderno en las casas cada vez más ricas, que se desarrollan, principalmente, en terrenos amplios, solares de la periferia suburbana de muchas ciudades del Caribe y de América Latina. Aparecen los jardines frontales, los patios traseros llenos de árboles frutales, los espacios para una vida lúdica y tropical, también se incorporan las marquesinas o garajes en volúmenes anexos, o adosados a las estructuras principales. El lenguaje siempre es fantasioso, se acude a figuraciones volumétricas mucho más ricas, a la articulación de las piezas típicas, esta vez replicadas a otra escala, del vocabulario colonial: arcadas, patios, tejados, superficies pañetadas con rústico y revoques especiales moldurados; rejas, puertas de cuartones y cerrajería en estilo, pisos y zócalos de cerámica policromada, muy pronto sustituida por la losa hidráulica o mosaico «tipo alfombra», de diseños curvilíneos, florales o geométricos y vistosos colores17. La paleta es firme y consistente, y aunque es trabajada con uno u otro manierismo por cada autor, en gran medida, se constituye, en una lectura posterior, en un catálogo de obras de gran consistencia continental.

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Uno de los arquitectos extranjeros que tuvo una presencia protagónica en la ciudad de Santo Domingo, pero también en Santiago de los Caballeros, fue el boricua Pedro de Castro, quien realizó con gran acierto residencias de varias escalas para distinguidas familias capitaleñas —en especial tres casas para la familia Freites y la maravillosa casa Tejera en Gazcue— o el Neomudéjar Centro de Recreo en Santiago. De Castro consolidó el gusto local por esta arquitectura de gran arraigo, recogida por exponentes locales durante la segunda mitad de la década del 20, toda la del 30, y se entronca paralelamente a la aparición de la arquitectura moderna en el país, hacia 1936, precisamente con la obra pionera de Guillermo González. Guillermo González en Nueva York: 1921-1927 El año de 1921 sitúa a Guillermo González en la ciudad de Nueva York. Los motivos de este viaje, que habría de alejarlo por más de diez años del ambiente local, son imprecisos; lo cierto es que según señalara él mismo, se había ido a Nueva York «a luchar»18. Tanto el Alumni Information Sheet


Dos proyectos atribuídos a Guillermo González, el primero a la izquierda, fue publicado en el Yale Bulletin y señala: «Medalla al primer premio (no apto para beca). Clase A, Proyecto de Cuarto año; G. Gonzáles» (sic). Apunta que se trata de un Edificio para Oficinas. Arriba, el pórtico de arcadas para una Orangerie, firmado por G. González y Atelier Hirons, N.Y.C. A éste se le atribuyó una Primera Mención como trabajo estudiantil dentro de la Sociedad de Arquitectos Beaux Arts. (YUR)

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como la aplicación a la Escuela de Bellas Artes de Yale, redactadas durante o posteriormente a 1927, señalan el New York Fraternity Club, 22 East 38th St., como su dirección de residencia, y en el Allerton House —de agosto a septiembre de 1927— aunque es de suponer que haya residido en otros lugares, durante los primeros años de adaptación al duro ambiente metropolitano19. La misma aplicación a Yale, una de las pocas fuentes fidedignas que documentan estos años de autoexilio en los EUA, confirma su asistencia a los cursos de dibujo artístico como estudiante externo por un término en Columbia University, en 1923. Es aquí donde González puede haber consolidado tanto su vocación, como sus extraordinarias dotes artísticas, en ese estilo típico de la época en la que maestros establecidos de la talla de Bertram Goodhue ilustraban sus proyectos y los bocetos de estudio realizados a las obras clásicas de la arquitectura universal, con una precisión por el detalle y exquisito dominio de los medios tales como el lápiz, el carboncillo, la sanguina y los demás instrumentos propios de la tradición escolástica arquitectónica hasta el desarrollo de los medios y tecnologías que habrían de transformar para siempre estas artes del oficio. El estilo más cinematográfico y efectista de Hugh Feriss, cuyo pico ocurre hacia 1920, no parece haberle interesado mucho a González, quien se decantó más por la escuela tradicional del dibujo a mano libre de técnica mixta. De este breve período en Columbia University no existen registros, excepto la noticia de su presencia en dicho curso. Sin embargo, ya desde 1922 y hasta 1924, González se desempeña profesionalmente en la oficina de Dennison & Hirons, Archs. en Nueva York. Su hoja de trabajos también incluye experiencias en el despacho de E. A. Homer Co., Contractors-Bank Specialists, de 1924 a 1927; y detalla haber trabajado horas extras para Eugene Schoen, Arch., y para C. Leavitt & Son, de 1926 a 192720. En el verano de 1928 trabaja para Frederic P. Wiedersum, también en Nueva York. Evidentemente, su tiempo en esta ciudad estuvo bien aprovechado tanto en términos de su experiencia laboral, como lo veremos de inmediato, como en la consolidación de su vocación profesional. Málaga, primer viaje

Dos dibujos de GG publicados en el Yale Bulletin, correspondientes a un «small college». En las páginas siguientes: record de notas, hoja de inscripción y otros documentos del archivo de GG como estudiante de Yale University.

Yale University, «Application for Admission - Guillermo González», 8 de febrero de 1927, Archivos de Yale University, School of the Fine Arts, Department of Architecture; Yale University, «Registration Blank for Graduate and Professional School Students - Guillermo González», 25 de octubre de 1927, Archivos de Yale University. 20 Yale University, «Registration Blank for Graduate and Professional School Students - Guillermo González», 25 de octubre de 1927, Archivos de Yale University; Yale University, «Application for Admission - Guillermo González», 8 de febrero de 1927, Archivos de Yale University, School of the Fine Arts, Department of Architecture. 21 La revista Blanco y Negro, en su edición #277, de mayo de 1925, reproduce en la página 13, una foto de familia mientras vacacionaban en Sevilla, España. 22 Yale University, «Application for Admission - Guillermo González», 8 de febrero de 1927, Archivos de Yale University, School of the Fine Arts, Department of Architecture. 23 Según los recuentos del mismo González fue aceptado «in probation». 24 Yale School of the Fine Arts, «Grade Report - Guillermo González», 1927-1930, Archivos de Yale University, School of the Fine Arts, Department of Architecture. 25 «Comment: From the New York World», Yale Daily News, viernes 20 de abril de 1928. 19

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Muchos de los dibujos artísticos conservados de Guillermo son producto de sus viajes de estudio en Europa. Contrasta el hecho de que esta persona, poco dada a hablar sobre sí misma, o a conservar para la posteridad documentación sobre su trabajo y su vida personal, haya sin embargo atesorado una serie de apuntes de evidente calidad, posteriormente guardados por sus hijos Blanca y Georgie en su residencia en Málaga, hoy reproducidos todos en las páginas de esta obra. Uno de ellos, una bella portada de la Catedral de Burgos, realizada a tinta y acuarela, fue fechado en 1926, según parece, la más temprana visita de González al continente europeo. Es seguro que esta visita haya ocurrido durante la presencia de su padre, don Gregorio, de nuevo como diplomático destacado en España, al menos desde 1925, fecha en la que la revista dominicana Blanco y Negro reproduce una foto de familia donde se destaca la alta y gallarda figura del joven Guillermo21. La transformadora experiencia en Yale El 8 de febrero de 1927 Guillermo González se inscribe en la Facultad de Arquitectura de la mítica escuela de Bellas Artes de la Universidad de Yale, en New Haven22. Según los recuentos del mismo González23, fue aceptado in probation, ya que sus créditos no le aseguraban una inscripción regular de todo derecho, probablemente por no tener un récord académico previo a sus estudios informales tanto en Santo Domingo como en Columbia University, cuatro años antes. González se compromete, confiando en su destreza y carisma, y a pesar de tener una hoja académica de pocas luces en sus calificaciones24, cursa exitosamente la carrera de cuatro años en tan solo tres, de 1927 a 1930. Su nombre aparece en los archivos de Yale en varios documentos: el dibujo de 1928 An office building,


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fue premiado con la medalla al primer lugar, aunque con la nota «Not elegible for scholarship»; también en el Bulletin of Yale University School of the Fine Arts, de 1928-192925, sobresale su nombre como procedente de Málaga, Spain, inscrito como alumno del tercer año residente en 1231 Chapel St. Sin embargo, en la misma publicación, correspondiente al período 1929-1930 es señalado como estudiante de cuarto año, proveniente de Santo Domingo, Dominican Republic, y residente en 279 Crown St. De mayo de 1928 es también un dibujo a crayón de las arcadas góticas en Génova, Italia, publicado en el mismo Bulletin. La tesis de Guillermo González (GG) en Yale ha sido publicada y comentada anteriormente26 por el historiador y crítico de la arquitectura dominicana Arq. Eugenio Pérez Montás. Se trata de un edificio para el Palacio Municipal de Santo Domingo, presentado con excelentes calificaciones. Estudiando la elevación frontal del gran edificio de planta rectangular, elongado en tres de sus ángulos, el proyecto parece localizarse en algún lugar cercano al farallón que desciende al río Ozama, en la ciudad colonial. Daría la impresión incluso de que integra en el conjunto, o se acomoda —si así fuera, lo logra magistralmente— a algunas piezas de arquitectura existentes en su contexto histórico. No habría motivos si no, para resolver la planta con tales articulaciones. Este proyecto plantea al menos dos cuestiones críticas inaplazables, en primer lugar, el estilo. Se trata de un edificio absolutamente consciente del lugar de implantación, resuelto in stile, incorporando las enseñanzas todavía clasicistas recibidas en las cátedras de Yale. GG demuestra aquí su afiliación académica original. Sobre esto, escribe Pérez Montás: «El entrenamiento académico de la Escuela de Bellas Artes de Yale deja su impronta en toda la obra de Guillermo González. Basta ver la planta de su tesis, un edificio para el Palacio Municipal de Santo Domingo (inspirado, según él mismo nos narró, en el Town Hall de Estocolmo...)». Sigue Pérez Montás: «... el uso de los hemiciclos recuerda el entrenamiento de los cursos 12A, 12B, 25 y 33, sobre arquitectura y arte griegas, romana, medieval y renacentista dictadas por los profesores Baun y Stevens. Asimismo, los perfiles ojivales de la capilla y los detalles de la torre del Palacio Municipal. Ni Yale ni ninguna otra escuela universitaria en los Estados Unidos, estaba a la vanguardia del movimiento moderno en la arquitectura en la época que estudió González». Y concluye: «Gropius llega a Harvard en 1937»27. El segundo aspecto poco percibido es el detalle del cuerpo central de la composición, en el que González parece haberse detenido con mayor dedicación. Se trata de un volumen que domina con su posición, altura y su forma todo el conjunto, en el que se configura un cuerpo central enfatizado por 11 pilastras adosadas a través de las que se accede al vestíbulo, enmarcado dentro de cuerpos laterales ciegos provistos de iconografía, y un friso puro que define el volumen en su perfil superior.

Imágenes de GG: la superior, documentada en la Universidad de Yale en 1930; y la segunda de fecha indeterminada probablemente durante sus estudios o posteriormente en Nueva York. (AFDC / AFGFC)

Eugenio Pérez Montás, «Guillermo González y el movimiento Moderno en Santo Domingo», CODIA 23 (noviembre-diciembre, 1970): 29-41. 27 Ibíd., 32. 28 Antonio M. Monteagudo del Río y Antonio Escámez Gutiérrez, Album de oro de la República Dominicana (La Habana: Artes Gráficas, 1936). Ver Capítulo 2, «El Album de 1936: el Archivo General de la Nación». 29 Henry Gazón Bona, La arquitectura dominicana en la Era de Trujillo, Album 1 (Ciudad Trujillo: Impresora Dominicana, 1949). Como referencia recomendamos revisar publicaciones tales como las Memorias de Albert Speer; el enjundioso libro sobre su obra publicado por Leon Krier, Albert Speer: Architecture, 19321942 (United States: The Monacelli Press, 2013); o el proyecto del EUR 42, ampliamente divulgado en diversas obras. 26

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Este esquema aparece aquí por primera vez, no sólo en la escasa o nula obra de González que hemos conocido hasta la fecha, sino, como un esquema de composición volumétrica de inspiración neoclásica, que ha de influenciar enormemente en la arquitectura dominicana de las próximas tres décadas. Ya veremos en menos de cinco años, la propuesta de GG para el edificio del Archivo de la Nación y la Biblioteca Nacional, publicado en el Álbum de Oro de 193628. Es importante señalar que esta arquitectura de alguna manera refleja el espíritu de la época, en la que se transita poco a poco, desde el eclecticismo y el Art Nouveau de fin de siglo, a un modernismo cada vez más austero, que adopta variaciones diversas: el Art Deco, el neoclasicismo, o ese moderno formalista —viene a la mente el EUR 42 en Roma— que habrían de agradar tanto a las dictaduras tan próximas en el tiempo, tanto en Europa, como en América Latina; aunque el verdadero origen del estilo, ese flujo indeterminado que resume el espíritu de los tiempos, existiese antes que éstas, se produce un acercamiento tan inevitable como real; acercamiento del que se apropia también la Era de Trujillo, a través, paradójicamente, del trabajo de grado de uno de sus más modernos arquitectos, y casi inmediatamente, de otros autores que recogen su influencia, particularmente Henri Gazón Bona, el más entregado colaborador del régimen29.


En esta página varios gráficos de la tesis de GG en la Universidad de Yale, en 1930: una lámina del alzado de conjunto del Palacio Municipal para la ciudad de Santo Domingo; una sección transversal para la sala principal comunitaria; la planta del primer nivel, y la reveladora inscripción que acompaña suscintamente los dibujos publicados en el artículo de Eugenio Pérez Montás «Guillermo González y el movimiento Moderno en Santo Domingo», CODIA 23 (noviembre-diciembre 1970). (YUR) Arriba, uno de los dibujos de GG ganadores de Mención de Honor durante su estadía en el taller de Hirons, en NYC. (AFGFC)

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Un breve vistazo a la lista de estudiantes de Yale arroja solo otros tres compañeros latinoamericanos que cursaban la carrera en diversos niveles, al mismo tiempo que González: Carlos Albert Sánchez de Guatemala, Juan Manuel Salvado Fontanillas de Ciudad de México y Francisco José Henares de La Habana, Cuba.

Escena de uno de los actos protocolares realizados durante la misión de GG en la Feria de Nueva York de 1939-40. (NYPL)

Apenas al año siguiente de su ingreso, González recibe el premio Fontainebleau, otorgado por el gobierno francés y que le permitiría cursar un verano en esa prestigiosa escuela, situada en las afueras de París, honor que no pudo asumir, ya que solo estaba destinado a estudiantes de nacionalidad norteamericana. Esta distinción fue sin embargo determinante para su futuro y le mantuvo en el liderazgo de su promoción hasta merecer, al momento de su graduación, ya veremos cómo, una competitiva beca de la Matcham Traveling Fellowship Competition para realizar un viaje de estudios profesionales que le llevó, durante ocho meses de los años 1930-1931 por toda Europa, excepto a Rusia y los Balcanes. Este viaje, en realidad ganado por su compañero de estudios Theodore Lamb, fue hecho por González ya que los demás compañeros de promoción le estimaban como el potencial ganador; Lamb, al saberse recipiente del premio, y no González, convenció a su padre, un rico empresario de Chicago, para que dotara a su amigo de una cantidad similar, lo que así ocurrió. De esta manera ambos jóvenes compartieron gran parte del trayecto, aunque González lo extendió viajando en tercera clase y hospedándose en áticos de mala muerte, más allá del tiempo que permaneció Lamb30. El impacto de este viaje en la formación de González fue definitivo y trascendental. Así confirmaremos cómo la influencia de maestros nórdicos como Bryggman, Aalto, o Asplund, o del ruso que se instalaría en Londres en 1931 Lubetkin, habrán de reorientar la cultura académica fundamentalmente clásica recibida en Yale, hacia este modernismo racionalista puro y militante. González regresa de Europa a Nueva York hecho otro hombre, pero sobre todo, convertido en un arquitecto moderno y vanguardista. Ya aquellos postulados que dieron pauta a su tesis de grado no eran válidos; ya el intelecto había recibido la impronta de esos pioneros justo en el momento en el que sus obras eran reconocidas mundialmente, tanto en exposiciones en Nueva York, como en múltiples publicaciones que revelaban, a toda esta juventud enardecida, el clamor de esta nueva consigna, el calor de la nueva lucha por transformar el mundo dibujo a dibujo, discurso a discurso, cátedra a cátedra, obra a obra. Los dibujos que han sobrevivido hasta hoy, realizados durante el viaje, no advierten todavía esta pasión por la vanguardia, y fueron dedicados principalmente a los países del sur o centro de Europa; al parecer en los países del norte no hubo dibujos, o no se han conservado; los temas siguen siendo los edificios, sitios y ciudades de la arquitectura histórica: Stuttgart, París, Versalles, Roma, Tívoli, Florencia, Siena, Nápoles, Amalfi, Madrid, Segovia, Toledo, Sitges. Las técnicas usadas son varias, algunas a la sanguina, algunas a tinta, la mayoría a lápiz o carboncillo o crayón. Todos apuntes breves, nerviosos, pero con el dominio de la mirada certera y el trazo fiel al modelo original. A su regreso del viaje, González se establece en Nueva York de nuevo, donde retoma, con mucha más propiedad académica, los contactos laborales. Se tiene noticia de que allí estuvo, realizando con frecuencia viajes tanto a Europa, como a Santo Domingo, hasta su mudanza definitiva a esta ciudad, en 1936. Es en este período que trabaja en los despachos de Francis Keally —cuya obra clásica para edificios públicos ofrece más de una clave para la interpretación de la obra de González— y Edward Durrell Stone, con quien habría de crear una amistad duradera e influyente en términos profesionales. Es a este período al que se refiere cuando comenta, años más tarde, ya radicado en Santo Domingo:

Page Cooper, Sambumbia, a Discovery of The Dominican Republic, The Modern Hispaniola (New York: The Caribbean Library, 1945), 51-52. 31 Ibíd., 52. 30

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Entonces regresé a Nueva York a luchar. ¿Ves esos negros allí cortando grama en las escalinatas entre las losas, con sus machetes? Miré hacia donde él me indicaba, y vi, en las escalinatas anchas que bajaban rampeadas hasta la avenida, a los dos hombres señalados, en cuclillas trabajando con sus cuchillos largos. Ellos le llaman a esto coger lucha. En vez de decir vamos a trabajar, ellos dicen vamos a luchar. Bien, cuando regresé a Nueva York, durante esos largos años, muchos de ellos con Francis Keally y Edward Stone, fui a luchar. Después volví a casa a luchar, también...31.


Un accidente de tránsito produjo en 1929 uno de los traumas más duros de la familia González Sánchez, y fue, en buena medida, lo que motivó a la familia a ausentarse por más tiempo del país; en él fallecieron dos hijos, hermanos de Guillermo: Georgia y el joven Oscar. Este hecho, sin dudas trágico, tuvo gran impacto en González, quien se encontraba a la sazón en plenos estudios universitarios de tercer año en Yale. Los «regresos» a Santo Domingo En 1932 ocurren dos viajes: se registra en el diario El Universal, la llegada del «distinguido joven señor Guillermo González» a bordo del vapor americano Coamo desde Nueva York, con el titular «Joven ingeniero regresa al país»32. Otro texto periodístico, publicado en la misma oportunidad con el título «Regresa de Estados Unidos un distinguido joven dominicano», presenta sus credenciales académicas y señala «El ingeniero González alcanzó brillantes y resonantes triunfos tanto durante (sic) cursaba sus estudios, como después de haberse graduado»33. Termina el texto con la nota «Plácenos presentarle al distinguido ingeniero arquitecto dominicano señor González nuestros deferentes saludos de bienvenida, deseándole que sean muy gratos los días que permanezca en este su país, que al recibirle le abre los brazos y su corazón». La nota implica que la visita no se realiza con propósitos de establecerse en el país. Igualmente refleja el largo tiempo que González había permanecido fuera del mismo. No sabemos el motivo real de esta visita a Santo Domingo, efectuada probablemente por motivos familiares o exploratorios de posibilidades laborales. El hecho es que, aún sin tener la certeza de que se hubiera establecido profesionalmente en esta ciudad, algún impacto tuvo, ya que tres años después González es nombrado por un decreto firmado por el Lic. Jacinto B. Peynado de fecha 2 de diciembre de 1935, con el cargo de Miembro del Consejo Administrativo del Distrito Nacional, en sustitución del señor Barón Fajardo34.

En las 12 páginas siguientes, se destacan los dibujos realizados a mano por Guillermo González durante sus viajes de estudio a Europa; se ha comprobado que al menos desde 1926, hasta su largo periplo por el viejo continente junto a Theodrore Lamd, en 1930, GG mantuvo esta práctica, tan frecuente en esos años en los que la educación académica se hallaba dominada por los preceptos del Beaux Arts. Sobre estos maravillosos dibujos, conservados celosamente por sus hijos y familiares, comenta en el Prólogo de este volumen Silvia Arango: «González tiene, (...) en primer lugar, una formación anclada en preceptos clásicos con preeminencia en el sentido de las proporciones, que se manifiesta en la elegancia de sus composiciones tanto en planta como en volumen; en segundo lugar, una gran sensibilidad por la relación entre el arte y la arquitectura, que se manifestó de dos maneras: sus propios dibujos para capturar las emociones de arquitecturas visitadas o sus propias creaciones y la aparición de elementos artísticos —murales o esculturas— concebidas dentro de su producción arquitectónica, dentro de lo que se conoció como la “integración plástica” y, en tercer lugar, una visión de la arquitectura como una búsqueda de la verdad, en una tarea solitaria y difícil en la que se identificaban la ética y la estética. Una lectura de las páginas de este libro muestra cómo GG poseía estas tres características generacionales de manera clara y contundente, añadiendo que pienso que sus dibujos poseen más calidad que los de los colegas generacionales mencionados». (AFGFC)

El otro acontecimiento también ocurrido en 1932, fue un viaje a Málaga, donde entre 1931 y 1944 se localizó el servicio diplomático de su padre don Gregorio, en calidad de cónsul. En esta ocasión, además de compartir con sus padres y hermanos, tuvo la oportunidad de entablar amistad con la señorita Mercedes Fernández Canivell, malagueña de familia distinguida, vinculada a la industria farmacéutica por la producción del reconocido tónico Ceregumil. Guillermo, en Nueva York, y Mercedes, en Málaga, mantienen su compromiso durante cuatro años, desde 1932 hasta el 7 de junio de 1936, fecha en la que contraen matrimonio en la ciudad marina y andaluza, y se produce el traslado de la pareja a Santo Domingo35.

32 El Universal, «Joven ingeniero regresa al país», 1932; reproducido en Arquivox 3-4 (diciembre 1984-mayo 1985): 23. 33 El Universal, «Regresa de Estados Unidos un distinguido joven dominicano», 1932; reproducido en Arquivox 3-4 (diciembre 1984-mayo 1985): 24. 34 «Se designa al Señor G. González Sánchez, Consejero del D.N.». Decreto firmado por el Lic. J. B. Peynado, 31 de diciembre de 1934, Arquivox 3-4 (diciembre 1984-mayo 1985): 25. 35 Enrique Penson, Arquitectura dominicana, 1906-1950 (Santo Domingo: Laboratorio de Ingeniería, 2005), 1: 404.

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Capítulo 2 La honda huella de la opera prima • Los mapas de Santo Domingo • Los tiempos efímeros • El Álbum de 1936: El Archivo General de la Nación • El desdoblamiento: clasicismo reduccionista o modernidad radical • La honda huella de la opera prima • Modernidad en el centro histórico • La Expo de 1939: ciudadano honorario de la ciudad de Nueva York • Las comisiones del Hotel Nacional y la casa Schad

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Capítulo 2 La honda huella de la opera prima Los mapas de Santo Domingo Casimiro de Moya realiza un plano publicado en 19001, que ofrece asombrosos detalles para la contextualización de esta historia. Al sur del flamante sector de Ciudad Nueva, frente al mar, se advierte la leyenda «Alameda y Parque en Proyecto»; parque que habría de ganar por concurso Guillermo 36 años después, localizado en los terrenos del área señalada en el mismo plano como «Terreno de la Junta Nacional Colombina»; al oeste de este espacio, vacío en ese entonces, se localiza un tramo de calle que termina en la Estancia del Sr. Damián Báez, vía llamada Hondovalle, escenario eventual de especial significación en la vida de la familia González Sánchez. En otro plano posterior, de 1924, llamado Plano de la Ciudad y Contornos de Santo Domingo, realizado por Ernesto Paradas2, se advierte sobre la misma calle Hondovalle, una propiedad del señor G. González, lugar en el que habría de construir, Guillermo, a espaldas de la casa de los Lluberes que enfrentaba al norte con la avenida Independencia (propiedad # 34), y a raíz de su regreso en 1936, ya casado, a Santo Domingo, la modesta y coqueta Casita de Madera azul que habitó cerca de 10 años, hoy lamentablemente desaparecida. Como veremos, esta zona de la ciudad de Santo Domingo habría de convertirse, pocos años más tarde, en el campo de ensayo de la más vanguardista arquitectura moderna jamás realizada en el país.

En las páginas anteriores, una rara copia heliográfica azul, inédita, con una propuesta de ampliación para un piso superior al bloque original del Copello. (AAA) Al centro: Escena de gran intimidad en el interior de la casa de madera realizada por Guillermo González para su familia en la propiedad paterna de don Gregorio, sobre la calle Hondovalle, posteriormente renombrada Crucero Ahrens, en Santo Domingo. (AFDC) A la derecha, planos de la ciudad de Santo Domingo realizados por Casimiro de Moya (1900), y Ernesto Paradas (1924), en los que se aprecia el paulatino desarrollo en el que GG habría de construir su casa y muchas otras obras de gran significado cultural en las décadas inmediatas a su redacción. (AGN)

Virgilio Vercelloni, Atlante storico della città di Santo Domingo / Atlas histórico de la ciudad de Santo Domingo (Milano: Cosmopoli per MM Strutture ed Infrastrutture del Territorio, 1991), 48. 2 Ibíd., 52. 3 Julie Catrain González, entrevista por el autor, 2012. 4 Ibíd. 5 El Universal, «Simpática actitud de la Casa Ricart, Ocaña & Co.», 1932; reproducido en Arquivox 3-4 (diciembre 1984-mayo 1985): 23. 6 El Universal, «Sale en importante misión oficial el Arquitecto González», 1932; reproducido en Arquivox 3-4 (diciembre 1984-mayo 1985): 24. 1

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Según datos ofrecidos por la señora Julie Catrain González, hija de la hermana menor de los González Sánchez, Luz Sofía, quien compartió en su infancia muchos años con Guillermo y su familia —su esposa Mercedes Fernández Canivell y sus hijos Blanca Nieves (1-4-1940) y Jorge Guillermo (14-11-43)— en esta casa3, el ambiente familiar era grato; Guillermo era un tío cariñoso, de pocas palabras, pero muy dulce en su trato hacia su pequeña sobrina. Dice doña Julie: «Lo sentía cercano y siempre lo admiré, no solo por sus logros profesionales sino por esa elegancia natural que a mí me parecía (a mis ojos de niña) un actor de cine»4. Los recuentos sobre su personalidad abundan y todos coinciden en señalarle como un personaje de buenos modales, trato personal suave y atento; su talento y su elegancia, le hacían parecer distante, aunque esta impresión se velara a los pocos minutos de entablar relación con él. Sobre estos temas personales habrá mucho que decir... Los tiempos efímeros Existe escasa documentación sobre los primeros encargos profesionales de González en Santo Domingo. Varias notas periodísticas lo vinculan a celebraciones y a trabajos de naturaleza efímera, dedicados a ferias y exposiciones nacionales o regionales, como por ejemplo, la erección de una Columna Conmemorativa al cambio de nombre a la avenida José Trujillo Valdez (avenida Duarte), realizada por el Consejo Administrativo bajo la dirección de don Virgilio Álvarez Pina. La nota detalla que «el plano correspondiente fue trazado por el distinguido ingeniero Guillermo González Sánchez, consejero del Distrito... y presentado a las Casas Tavárez y Ricart, Ocaña y Co...»5. Aparentemente, el proyecto debió hacerse paralelamente, se supone que bajo los designios del mismo González, de una isleta verde central de gran atractivo, penosamente eliminada años más tarde. También recoge la prensa local la noticia del viaje que GG habría de realizar a Puerto Rico «en relación con el Pabellón Dominicano que será levantado en la Feria Exposición InterAntillana de San Juan», con el titular «Sale en importante misión el Arquitecto González»6. Sobre el mismo evento, el día 1 de febrero de 1936 el periódico El Mundo, de San Juan,


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notifica «El Pabellón Dominicano en la Feria de Puerto Rico: Para tratar el asunto visita La Isla un distinguido ingeniero»7. Esta noticia incluye un párrafo curioso, tratado casi de manera marginal en la redacción, pero que hoy ofrece algunas pistas premonitorias. Dice: «Aunque el señor González trabaja independientemente su profesión, el gobierno de la vecina república le ha encomendado dos importantes misiones. La primera, la preparación de los planos para el majestuoso edificio del Archivo de la Nación y Biblioteca Nacional que habrá de edificarse en breve, y esta representación en Puerto Rico, que es una representación personal del presidente de la República». La visita de GG, junto a don Federico Llaverías, a la sazón cónsul dominicano en San Juan, es también reseñada por el diario El Imparcial8. Otra obra efímera, aunque posterior, de González, es acreditada por la prensa con el titular «El Primer Arco de Triunfo en la avenida “Independencia” para la Recepción al Jefe». Se trata del retorno de Trujillo de un viaje de descanso por los EUA y Europa. En el segundo párrafo de la breve nota aclara que «Los trabajos de construcción de esta maravillosa obra artística están bajo la competente dirección del ingeniero-arquitecto Guillermo González, que tan magníficas obras arquitectónicas ha realizado ya en esta capital»9. El Arco estuvo localizado en la avenida Independencia esquina Máximo Gómez. No se conoce imagen del mismo. El Álbum de 1936: el Archivo General de la Nación El ciclón de San Zenón, legendario huracán que destruyó en pocas horas gran parte de las construcciones informales de la ciudad de Santo Domingo, ocasionando muertes y daños espantosos, fue la circunstancia más propicia para dar paso a la energética presencia del presidente Trujillo, que asumió con el vigor y la reciedumbre que ameritó el caso, habiendo ocupado la presidencia apenas días antes del meteoro, ocurrido el 23 de septiembre de 1930.

Han sido muchas las imágenes publicadas del estado de la ciudad de Santo Domingo después del fatídico ciclón de San Zenón el 3 de septiembre de 1930. Arriba se aprecia el deterioro en que quedó el «Paseo Presidente Billini», primer tramo realizado del malecón sobre el que GG habría de tener un protagonismo importante en pocos años. Al centro, el Parque Independencia y su glorieta. Abajo, una panorámica de los barrios situados al norte del centro, en ese entonces en plena construcción. (IDNH)

El Mundo, «El Pabellón Dominicano en la Feria de Puerto Rico: Para tratar el asunto visita la Isla un distinguido ingeniero», San Juan, Puerto Rico; reproducido en Arquivox 3-4 (diciembre 1984-mayo 1985): 24. 8 El Imparcial, «El Ingeniero Guillermo González, representa al Gobierno Dominicano en la organización de la Feria Exposición Interantillana», s.f.; reproducido en Arquivox 3-4 (diciembre 1984-mayo 1985): 25. 9 «El Primer Arco de Triunfo en la Ave. Independencia para la Recepción del Jefe», 1932; reproducido en Arquivox 3-4 (diciembre 1984-mayo 1985): 25. 10 Es un fenómeno ampliamente estudiado por numerosos autores. Recientemente ha sido publicado un libro sobre el tema de Dejan Sudjic, La arquitectura del poder: Cómo los ricos y poderosos dan forma al mundo (Barcelona, España: Editorial Ariel, 2005), de bastante seriedad y amplitud. Ver también, Deyan Sudjic y Helen Jones, Architecture and Democracy (Londres: Laurence King Publishing, 2001). 11 Héctor Tineo, «Muere Mario Fermín Cabral», Efemérides, La Vanguardia del Pueblo, 14 de noviembre de 1961, http://vanguardiadelpueblo.do/1961/11/14/ muere-mario-fermin-cabral/. 12 Ibíd. 7

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A medida que Trujillo se afianzaba en el gobierno —adquirido por medio de unas cuestionadas elecciones en 1930— el repertorio frecuentemente asociado a las estrategias propagandísticas típicas del poder dictatorial tan común en ese momento histórico, tanto en Europa como en América Latina, se hacía más y más evidente. Como es conocido y ha sido estudiado en diversos análisis del tema, la arquitectura ha constituido uno de los principales instrumentos de percepción ciudadana del poder político10. Trujillo, hombre pragmático, de agudo olfato y marcial naturaleza, supo rodearse ante su defecto de la intelectualidad necesaria para construir poco a poco un andamiaje iconográfico de soporte que le mantuvo, paralelamente a un régimen de fuerza inaudito en la convulsa historia regional, durante 31 años en el mando absoluto de la República Dominicana. El año de 1936, precisamente en el que GG retorna y se establece en el país, es determinante en este proceso. Vale solo mencionar dos hechos que lo sostienen: el primero, el cambio de nombre de la ciudad de Santo Domingo al de Ciudad Trujillo. Hecho extraordinario, el que un jerarca haya acumulado tanto poder en seis años, para ser exitoso en esta iniciativa, que simbolizó en lo sucesivo su creciente dominio sobre la cosa pública y, cada vez más, sobre todo el universo nacional. El 9 de enero de 1936, el Congreso Nacional convirtió en ley el proyecto que cambió el nombre de la ciudad de Santo Domingo por el de Ciudad Trujillo, en honor al dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina11. El senador Mario Fermín Cabral, uno de los principales colaboradores del dictador Trujillo Molina, en un mitin celebrado en la ciudad de Santiago de los Caballeros, el 12 de julio de 1935, pidió que se rindiera a Trujillo un homenaje nacional, consistente en el cambio de nombre de Santo Domingo por el de Ciudad Trujillo. Resaltó que la ley fue aprobada como «una demostración de gratitud al gobernante que había transformado, y que conducía victoriosamente al país por la vía de la prosperidad». El legislador tenía el criterio de que «el pueblo de Santo Domingo, primero, y la Nación entera después, deseaban que a la vieja ciudad se le diera el nombre de su reconstructor insigne»12.


En esta página, otras dos imágenes paralelas: el matrimonio González Sánchez/ Fernández Canivell en dos momentos no demasiado alejados en el tiempo, posan con similar gesto de complicidad y afecto, en ambientes aparentemente distintos. La imagen superior pudo haber sido tomada en el apartamento familiar en el Jaragüita. (AGFC)

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El segundo, fue la edición, impresa en Cuba, del llamado Álbum de Oro de 1936, volumen pionero de una serie de libros apologéticos de gran formato que detallaron la situación del país desde la perspectiva del régimen, promoviendo sus ejecutorias en los diversos aspectos de la vida nacional13. El desdoblamiento: clasicismo reduccionista o modernidad radical El Álbum de Oro del 36 recoge dos imágenes que resultan de especial interés para esta historia: un dibujo interior de la sala de lectura y una perspectiva exterior del proyecto —ya anunciado pocos meses antes en la nota periodística señalada14 — para el Archivo General de la Nación y la Biblioteca Nacional. El dibujo tiene algo particular: está firmado por Guillermo González. Recordemos aquí su tesis de grado en Yale, aquel edificio para el Palacio Municipal de Santo Domingo en cuyo cuerpo central se desarrolló un esquema muy similar al aquí planteado con muy sutiles cambios15. Este hecho, aparentemente intrascendente, supone una situación crítica para el desarrollo de la arquitectura dominicana en los próximos 25 años. Aquí se proclama la dualidad entre el espíritu clásico y el moderno, los dos temas fundamentales que ha de seguir la edilicia pública de la dictadura. Lo crítico aquí es que, precisamente esta dualidad pudo estar presente en un mismo autor, de hecho, simultáneamente, en el nacimiento mismo de ambas afiliaciones estilísticas. Tal austeridad, tal síntesis del espíritu neoclásico, reducido a sus más elementales componentes, producto de González, anunciaba a un proyectista de criterio, capaz de asumir la visión de un proyecto político como el que Trujillo construía en esos momentos. Pensarlo exigió un acercamiento inusual en la escena arquitectónica dominicana del momento, aunque estas prefiguraciones del clasicismo modernista eran ya comunes en muchas ciudades del globo; no existía antes en la República Dominicana un edificio similar; su esquema compositivo y volumétrico se convertiría en lo sucesivo, en el prototipo de infinidad de proyectos públicos para los más variados usos, asumiendo la mayor visibilidad de la presencia del régimen en todo el país. Este dibujo de González se constituyó entonces en el primero de la serie, en punta de lanza de un espíritu que dominó la mayor parte de la arquitectura oficial realizada en nuestro país durante el régimen trujillista. Este modelo estético parece haber adquirido consistencia integral en los edificios realizados en París para la exposición de 1925, momento en el que varios autores dominicanos —entre ellos Henri Gazón Bona— se encontraban en esa ciudad. La referencia fundamental debe ser, sin dudas, el Palais de Chaillot, entre otros contemporáneos, en el que se desarrolla una síntesis extraordinaria entre clasicismo, modernismo, arquitectura, paisaje y ciudad. Arriba, la única foto obtenida de la casa paterna original del matrimonio González Sánchez, situada sobre la calle Hondovalle, con mucha posibilidad, la primera obra de GG influenciada por la arquitectura tipo bungalow tan en boga durante los años de la ocupación norteamericana en la RD. (AFCG) Al centro, una de las pocas fotografías conservadas del exterior de la casa de madera azul, realizada por GG para alojar a su familia al establecerse en Santo Domingo a partir de 1936. La toma fue realizada ya en los años 80, cuando la casa mostraba cierto grado de descuido. En este predio originalmente ocupado por ambas casas, ya inexistentes, fue realizado uno de los edificios de apartamentos de GG en los años 50. (GNA / GLM / AAA) Abajo un inédito dibujo preliminar del proyecto para el Archivo General de la Nación y la Biblioteca Nacional, cuya versión final aparece en la página siguiente, tal como fuera publicado en el Album de Oro del 1936. (OR)

Antonio M. Monteagudo del Río y Antonio Escámez Gutiérrez, Album de Oro de la República Dominicana (La Habana: Artes Gráficas, 1936). 14 El Mundo, «El Pabellón Dominicano en la Feria de Puerto Rico: Para tratar el asunto visita la Isla un distinguido ingeniero», San Juan, Puerto Rico; reproducido en Arquivox 3-4 (diciembre 1984-mayo 1985): 24. 15 Ver Capítulo 1, «La transformadora experiencia en Yale». 13

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Paralelamente, en los Estados Unidos de América, la oficina estatal de la GSA (General Service Administration) construyó, entre 1900 y 1941, infinidad de edificios y equipamientos públicos, incorporando las tecnologías de punta —electricidad, mecánica, etc.— y un espíritu notable en urbanismo cívico, evidenciado en el transformador movimiento City Beautiful. Grandes edificios, planeados en torno a espacios públicos de notable calidad, que asumían los principios de las Beaux Arts, se esparcieron por todo el territorio estadounidense; posteriormente, antes y durante la Gran Depresión, el estilo cambia, y se adopta la estética del diseño industrial, combinando proporciones clásicas con el streamlined Art Deco, y sus detalles geométricos e iconográficos. A esta paleta frecuente al New Deal se refiere González, en sus primeros bocetos. Era el espíritu de la época. Uno de los hechos significativos que se desprenden con mucha certeza del anteproyecto para el Archivo, es el diseño del Palacio de Justicia, realizado por Mario Lluberes, que habría de levantarse pocos años más tarde —inaugurado el 29 de febrero de 1944 dentro del Programa de Obras del Centenario de la República— en los terrenos situados al este de la Plaza Colombina, en Ciudad Nueva, que obedece a un mandato de ocupación total de la manzana cuadrada asignada al mismo; no es un edificio particularmente atractivo, más bien es burdo en su composición, simplista en su solución; es un paralelepípedo de 3 niveles, absolutamente austero, cuya única alteración en los planos de fachada son las pilastras de terrazzo seriadas distribuidas al centro de cada


Estos dos dibujos son los primeros documentos registrados del quehacer de GG en Santo Domingo. Corresponden a su anteproyecto para el Archivo General y Biblioteca Nacional, y fueron publicados en el Álbum de Oro de 1936. La nota que les acompaña señala a la obra «en construcción», y a su autor como al Arq. Guillermo González. En realidad este anteproyecto no fue ejecutado, pero como se podrá constatar en este volumen, la concepción estilística del mismo generó un extraordinario impacto en la cultura nacional del diseño, en tiempos en el que el régimen de Rafael Leonidas Trujillo procuraba consolidar una imagen y definir el control eventualmente convertido en absoluto, sobre el territorio. (AGN / OR) Arriba, tarjetas postales de la Colección G. A. Moré G., con dos de los edificios públicos alineados con la propuesta de GG para la Biblioteca y el Archivo General de la Nación: El Palacio de Justicia, de Mario Lluberes (1944), y el Palacio de las Telecomunicaciones, de Gloria Iglesias Molina (1949). (AAA)

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elevación, que permiten, ya sea el acceso por las fachadas este y oeste, o el fenestramiento del riguroso volumen, también trabajado hacia las esquinas como parte del marco general que define la forma. Un zócalo bajo permite el acomodamiento racional de la masa del edificio en el terreno. Esta obra finalmente fue asignada e identificada como de su contratista, el norteamericano Mr. Albert Rogers. Otra obra dentro de este catálogo formal académico fue el Palacio de Telecomunicaciones, realizado por Gloria y Tribito Iglesias en los predios del antiguo mercado de la ciudad, en la calle Arzobispo Meriño de la zona colonial. Pocos años después (1954) fue ejecutado por otro autor un edificio para el Archivo General de la Nación, al oeste del campus de la Universidad de Santo Domingo. Es un edificio también de espíritu clásico, pero desprovisto del filo y la elegancia del proyecto original de Guillermo González. González ha sido comúnmente considerado el padre de la arquitectura moderna dominicana, y no sin cierta injusticia ante otros sobresalientes autores que compartían con él la escena, tales como Leo Pou Ricart y José Antonio Caro Álvarez, para sólo citar a dos influyentes arquitectos destacados desde la primera parte de los años 30. Si asignar tal condición a un solo autor fuera en verdad posible, González poseería los méritos y sin dudas la calidad suficientes para asumirla. Pero su estela es verdaderamente mucho más luminosa que lo que acredita tal distinción. Veremos. La honda huella de la opera prima

Vistas de archivo del bulevar José Trujillo Valdez, hoy avenida Duarte, en el que GG realiza su diseño urbano, posiblemente su primera ejecutoria pública en el país. Tanto la isleta arbolada central, como la columna conmemorativa que señalaba el punto más alto de la avenida al montarse sobre el farallón de Santo Domingo, un detalle muy propio de GG. Fueron demolidos hace décadas.

En el año 1934 se produce un llamado insólito desde el Consejo Administrativo de la Ciudad, institución dirigida por Virgilio Álvarez Pina —como se verá, finalmente mecenas protector de GG— que hacía las veces de la Alcaldía de la Ciudad de Santo Domingo, ya convertida en Ciudad Trujillo. En la oficina de Planificación laboraba como ingeniero municipal el joven José Ramón Báez López Penha, mejor conocido durante su prolífica trayectoria como Moncito Báez. Este entusiasta profesional organiza un concurso de diseño para finalmente concretizar los planes, como hemos señalado, documentados al menos desde el plano de Casimiro de Moya de 1900, para la realización de un parque en la propiedad extramuros de la Comisión Colombina, frente al mar Caribe. No se recuerda un llamado similar anterior a éste para competir en un proyecto público local, a no ser el célebre concurso para el Faro a Colón llevado a cabo en 1928-1930. En 1914 el norteamericano William Ellis Pulliam promovió la construcción de un faro monumental en Santo Domingo, idea que adquirió dimensión universal en 1923 durante la celebración de la Quinta Conferencia Internacional Americana en Chile, cuando se decreta que ese monumento debía construirse en cooperación de todos los gobiernos y pueblos de América16. El 15 de noviembre de 1935 se cierra la recepción de propuestas al concurso. Los finalistas de esta competencia para el rebautizado Parque Ramfis, fueron el Ing. Rudolph Ibarra y los Arqs. Asocs. Pou y Caro, quienes recibieron RD$125.00 cada uno por compartir el segundo premio, y el Arq. Guillermo González Sánchez, quien recibió el primer lugar, con un proyecto valorado en RD$73,000.00 como señala la prensa local17. Dos titulares así lo atestiguan: «El ingeniero González ha ganado el concurso para el Parque Ramfis: La Comisión de Ornato deliberó anoche cuatro horas», y «Se escoge definitivamente el plano para el Parque Ramfis, en importante sesión celebrada anoche por la Comisión de Embellecimiento».

Albert Kelsey, Programa y reglamento del concurso para la selección de un arquitecto para el faro monumental que las naciones del mundo erigirán en la República Dominicana a la memoria de Cristóbal Colón (Unión Panamericana, 1928); Albert Kelsey, Programa y reglas de la segunda etapa del concurso para la selección del arquitecto que construirá el faro monumental que las naciones del mundo erigirán en la República Dominicana a la memoria de Cristóbal Colón: junto con el informe del jurado internacional, los diseños premiados, y otros muchos también sometidos en la primera etapa (Unión Panamericana, 1931). 17 El Universal, «El Ingeniero González ha ganado el concurso para el Parque Ramfis», 1932; reproducido en Arquivox 3-4 (diciembre 1984-mayo 1985): 23; El Universal, «Se escoge definitivamente el plano para el Parque Ramfis, en importante sesión celebrada anoche por la C. de Embellecimiento», 1932; reproducido en Arquivox 3-4 (diciembre 1984-mayo 1985): 23. 16

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La motivación original para la ejecución de este esperado espacio público se vio impulsada por el hecho de que en sus predios se produjo el enterramiento masivo de las víctimas no reconocidas del ciclón de San Zenón. Con toda razón, se quiso resemantizar el lugar convirtiéndolo en un conveniente parque infantil, el primero realizado fuera de la ciudad colonial de Santo Domingo. Este proyecto de González, ejecutado con detallada maestría, acusa una nueva poética ante el contexto y la forma del espacio urbano dominicano, que habría de trascender no solo en la cultura del diseño, sino en la sociedad dominicana misma.


Se tiene la constancia de que el parque se inaugura el 26 de diciembre de 1937. El arquitecto González, que en ese momento reside en Málaga, España, recibe una carta de felicitaciones de la CADSD fechada el 31 de enero de 1938, que él responde agradeciendo la misiva el 28 de marzo de 193818. En 1946, Page Cooper, periodista norteamericana, visita Ciudad Trujillo, entrevista a González y recorre con él las obras realizadas o en proceso, para un texto eventualmente publicado bajo el título Sambumbia19. Un juego de fotos de sorprendente calidad sobrevive a este singular y memorable recorrido. Éste es el único texto que nos ha llegado de la etapa dorada de González, y es extremadamente revelador, como veremos frecuentemente en estas líneas. Del mismo se extrae esta cita relativa al Parque Ramfis: ... Diseño producto de una competencia es el Parque Ramfis, la plaza infantil localizada en el medio de Ciudad Trujillo. Conocí el lugar ya que me había detenido en él varias veces, atraída por los rosales enroscados en las arcadas entre los salones del edificio; uno de ellos, una sala de juegos con estanterías bajas llenas de libros para niños; la otra, una sala amplia para deportes de mesa bajo techo. El patio para patinaje, el estanque, incluso la jaula de aves y el acuario, se estructuran en un simple y seductor diseño. En la prima noche, los adultos parecían disfrutar el parque incluso más que los niños, y se encontraba a los jóvenes jugando ajedrez en las arcadas y a bailarinas de ballet en el salón principal20.

He aquí reflejado el espíritu del lugar. Cooper habla más de la exitosa aceptación de los usuarios de todas las edades, que del proyecto mismo. El Parque Ramfis fue por décadas uno de los lugares turísticos más reconocidos del país, al que frecuentaban ciudadanos capitalinos y visitantes del interior. El Arq. Rafael Tomás Hernández, quien habría de destacarse como uno de los más importantes arquitectos de su generación, durante los años 60 y 70, recuerda venir de su pueblo natal, Altamira, «a visitar el Parque Ramfis y el Hotel Jaragua»21. Hoy, extraordinariamente, es una de las pocas obras del siglo XX en la RD y una de las únicas de GG que han sido restauradas y siguen siendo operadas con el mismo uso original, por las nuevas generaciones. Esta trascendental opera prima de González, si bien hoy Ia juzgamos de estilo más bien clásico, sobrio y equilibrado, posee una severidad y una elegancia poco comunes en aquel entonces. De simétrica planimetría, suavemente rampeada siguiendo la topografía natural del sitio, con su eje dirigido hacia el hasta entonces ignorado mar Caribe, representa tanto un avance en la noción paisajística del espacio público en el trópico, como una excelente obra de construcción edilicia Ilevada a cabo magistralmente por el entonces ingeniero municipal José Ramón Báez López Penha; las frondosas y abundantes áreas verdes, las arcadas, estanques y cuidados detalles en el diseño de pavimentos, rejas y otros accesorios del grandioso conjunto, pueden ser apreciados todavía hoy22. El conjunto parece gravitar en torno a una pilastra vertical situada en el centro del estanque que hace la transición semicircular, escalonada, entre el cuerpo arquitectónico del norte y su atrio a cielo abierto, con el resto del paisaje, podio en el que González coloca una escultura de gran elegancia, muy del gusto de uno de sus escultores favoritos, el sueco Carl Milles (1875-1955). La imagen —no sabemos de qué material fue hecha— representa a un hombre erguido con dos niños jugando, muy apropiada al tema del lugar. Cooper de nuevo señala: «Con el dinero del premio del Parque Ramfis, el Sr. González regresa a la tierra más querida por él, España, donde se reencontró con la cosa más maravillosa que le haya ocurrido, una joven malagueña. A pesar de su nitidez y modernidad, posee un corazón romántico para el que la vida siempre guarda la promesa de glorias». Y en un tono bastante extraño, casi personal, comenta: «Quizás no conocía el consejo de los sociólogos de que tus oportunidades de ser feliz aumentan si te casas con la chica de tu barrio que has conocido toda tu vida, o quizás simplemente lo ignoró, ya que se casó con esta joven después de un compromiso de cuatro años en los que la vio solo cuatro veces...»23.

Vista aérea muy poco divulgada del campamento del ejército de los EUA en Santo Domingo, durante la Ocupación de 1916 al 1924. La imagen fue captada por un vuelo de los US Marines. A la derecha se advierte el volumen del edificio de Obras Públicas, en el sector de Ciudad Nueva. Al sur de la foto, la costa marina de la ciudad antes de ser trasformada en malecón. El espacio ocupado parcialmente por las instalaciones era ya conocido como Plaza Colombina, y sirvió de lugar de enterramiento para las víctimas no identificadas del ciclón de San Zenón, en 1930, y finalmente, para la construcción del Parque Ramfis, ganado por concurso por Guillermo González en 1935, e inaugurado en 1936. (IDNH). El dibujo que incluimos abajo de la foto, parece haber sido uno de los presentados por GG al concurso; se aprecian ya en él los elementos fundamentales que habrán de concretizarse en la obra realizada. Abajo: la primera ampliación del Malecón de Santo Domingo en proceso de obras. (AGN) En la doble página siguiente, una vista sin dudas tomada desde el tope del obelisco, inaugurado un año más tarde para señalar el cambio de nombre de la ciudad de Santo Domingo a Ciudad Trujillo, del entorno del ya ejecutado Parque Ramfis en su contexto urbano. (IDNH / AGN / Luis Mañón)

Enrique Penson, Arquitectura dominicana, 1906-1950 (Santo Domingo: Laboratorio de Ingeniería, 2005) 1: 158. 19 Page Cooper, Sambumbia, a Discovery of The Dominican Republic, The Modern Hispaniola (Nueva York: The Caribbean Library, 1947). 20 Ibíd., 52. 21 Arq. Rafael Tomás Hernández, entrevista por el autor, mayo de 2014, Santo Domingo. 22 Gustavo Luis Moré, «Guillermo González: A los 82 años de su nacimiento», El Nuevo Diario, 1 de noviembre de 1982; reproducido en Arquivox 3-4 (diciembre 1984-mayo 1985): 13-22. 23 Cooper, Sambumbia, 52-53. 18

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En lo que pudo haber sido una serie de tomas itinerantes por varias de sus obras realizadas hasta el momento, a la izquierda se aprecia a GG con su esposa Mercedes y una dama no identificada, en actitud contemplativa hacia el mar, desde el centro mismo de la composición del Parque Ramfis. En igual compañía se conservan fotografías del Edificio Copello y de la Casa Schad, como se verá más adelante en las páginas de este volumen. Se aprovecha en la toma la pilastra vertical situada en el centro del estanque que hace la transición entre el cuerpo arquitectónico del norte y el atrio a cielo abierto, con el resto del paisaje, podio en el que González coloca una escultura de gran elegancia, muy del gusto de uno de sus escultores admirados, el sueco Carl Milles (1875-1955). (IDNH / AGN / Luis Mañón) En esta página y en las dos siguientes, vistas de las multitudinarias congregaciones de la población en general en torno al estanque del Parque, y de algunos detalles del conjunto. Son frecuentes las anécdotas de lo exitoso y concurrido del espacio ciudadano creado por González bajo designios municipales, dando nuevo significado a un ámbito tan cargado de antecedentes calamitosos. (IDNH / AGN / Luis Mañón / Conrado)

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A la izquierda un detalle que demuestra el nivel de recatado virtuosismo del proyecto de GG para el Parque Ramfis: el diseño entreverado de las losas prefabricadas para el pavimento de concreto en las áreas exteriores, todavía hoy existente. (IDNH / AGN / Conrado) A la derecha, una de las imágenes clásicas que resumen el espíritu un tanto metafísico del lugar: la suave rampa que se entrega al malecón y al mar, y el conjunto clásicamente estructurado en un podio de escalinatas horizontalizado, un fondo de rítmicas arcadas, y la pilastra central como eje vertical gravitacional de la composición. La masa arbórea verde enmarca y consolida el sentido lúdico y comtemplativo del paisaje. (IDNH) Arriba, vista general del contexto actual, incluyendo el obelisco, el rompeolas, y la Plaza Juan Barón. Al fondo el parque dentro del difuso paisaje de Ciudad Nueva. (GJM) En la doble página siguiente, una toma actual del Parque Ramfis, hoy denominado Eugenio María de Hostos, que aún conserva bastante su fisonomía original; la toma fue realizada desde el mismo lugar, en el tope del obelisco, que la realizada en la doble página anterior. (GJM)

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Desde Málaga, Guillermo escribe a don Virgilio Álvarez Pina una insólita nota —más propia de la naturaleza diplomática de don Gregorio que del mismo joven e independiente arquitecto— aparecida en el periódico Listín Diario el 28 de marzo de 1938, en la que, en la retórica que habría de primar en la cosa pública por dos décadas más, dice: Le ruego, no vea en el proyecto del Parque Ramfis, más que una prueba efectiva de mi fervoroso entusiasmo por la obra fecunda y magistral de nuestro Ilustre Presidente Trujillo. Aunque lejos de mi patria, me complazco en reiterarle mi inquebrantable voluntad de seguir cooperando con ese Excmo. Consejo Administrativo, que representa y realiza felizmente, día por día, la magnífica obra del Maestro de los Dominicanos24.

El 11 de enero de 1937, a los 16 días de inaugurado el parque, y como un gesto de posesión definitivo, Trujillo también inaugura en el nuevo eje que Moncito Báez perfilaba sobre la costanera Caribe de Santo Domingo, su malecón, definiendo el ángulo suroeste del Parque Ramfis, el obelisco conmemorativo al cambio de nombre a Ciudad Trujillo, monumento de viril connotación desde el que se retrata el parque y su luminoso entorno en innumerables ocasiones 25. Ya el hecho estaba consumado. Modernidad radical en el centro histórico La oportunidad de realizar una pieza de arquitectura propiamente dicha no se hizo esperar mucho tiempo. Las primeras casas, aquella célebre hecha para Porfirio Rubirosa y su esposa Flor de Oro Trujillo, conocida como Rancho Cayuco, y la residencia Bonetti en la avenida Bolívar, fueron ensayos en el estilo ecléctico de la época, probablemente dirigidos por el bien relacionado y encantador Alfredo más que por Guillermo26.

Una postal sellada en 1931, en la que se enfatizan los nuevos edificios construídos en la arteria principal del centro de Santo Domingo, la calle El Conde. A la izquierda en primer plano, el Edificio Baquero, de Benigno Trueba de 1929, y al centro de la foto atrás, el Edificio Cerame. No se advierte a la derecha, la masa del edificio Diez, realizado por el mismo Trueba en 1927. En este eclecticismo neoclásico eran realizadas, utilizando el hormigón armado, las principales obras del momento, antes de la irrupción del Moderno de GG, asumido en el Edificio Copello, siete años después en el mismo contexto. En la página derecha, una instantánea del Copello en obras, hacia 1938. El letrero de la esquina señala a Alfredo González como constructor, sin evidenciar la presencia de Guillermo en el equipo. (AGN / Conrado)

Guillermo González Sánchez, carta a Virgilio Álvarez Pina, 28 de marzo de 1938, Málaga, España. Reproducido en Listín Diario, «Expresiva carta del Ingeniero González S. al Presidente del Consejo», s.f. (c. 1938). 25 Se le atribuye la construcción al Ing. Rafael Bonelly; en el diseño del obelisco «Ciudad Trujillo» trabajaron un grupo de arquitectos, entre ellos, J. M. Álvarez, Alfredo González, Trene Pérez, Antonio Thomén y Mario Penso. Data del 1936. Emilio José Brea, Mauricia Domínguez, Linda María Roca, Risoris Silvestre y José Enrique Delmonte, Santo Domingo: Guía de arquitectura / An architectural guide (Sevilla: Junta de Andalucía, Consejería de Obras Públicas y Transportes, 2006); Mauricia Domínguez, Alex Martínez Suárez, Omar Rancier, y Melisa Vargas Rivera, eds., Arquitectura en el trayecto del sol: entendiendo la modernidad dominicana / Architecture in the Path of the Sun: Understanding Dominican Modernity (Santo Domingo: Laboratorio de Arquitectura Dominicana (LAD), 2014); Marcelle O. Pérez Brown, Trene Pérez: Un mocano vertical (Santo Domingo: Editorial Corripio, 2007). 26 Ver Capítulo 4, «Residencias tradicionales y hábitat moderno». 27 «Edificio Copello», Archivos de Arquitectura Antillana 53, (diciembre, 2014): 58-61. 24

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Don Anselmo Copello, empresario local de grandes luces, reconoce en los González el talento y la entrega suficientes como para comisionarles el nuevo edificio de oficinas de su propiedad, que habría de realizarse sobre el eje principal del Centro Histórico de Santo Domingo, en la calle El Conde esquina Sánchez. Don Anselmo, genovés establecido en La Vega y en Santiago de los Caballeros, era uno de los propietarios de la Compañía Tabacalera en uno de sus períodos más productivos. En esta ocasión Guillermo aborda la solución del proyecto con total libertad de expresión, sin vínculos a los esquemas clásicos previamente explorados en sus contados trabajos locales. El edificio Copello, proyectado y realizado en 1938-39, es en verdad la primera pieza integralmente hecha de la arquitectura moderna dominicana27. El parti localiza un núcleo de circulación y servicios en el extremo oeste de la propiedad, liberando la esquina para su aprovechamiento funcional absoluto; de esta manera el ángulo se convierte en el principal elemento expresivo, resuelto por González en un fórmula lejana pero evocativa ensayada por Mendelsohn y otros autores europeos, muy esparcida por cierto, en otras ciudades latinoamericanas: Montevideo, Río, Bogotá y Santiago de Chile vienen a la memoria. La esquina curva y las ventanas horizontales continuas (o striped windows), el volumen verticalizado con ventanas circulares de inspiración náutica —introducidas ya en el Parque Ramfis— para alojar las escaleras en el vestíbulo hacia la calle principal, son elementos claves de la composición. En el alzado, un primer nivel, sutilmente recedido bajo el vuelo de los tres pisos superiores, acomoda espacios para el comercio directamente relacionado a la principal arteria del momento en la ciudad. La construcción fue dirigida solamente por Alfredo González. Ambos se establecieron en la firma de Ingenieros y Arquitectos González y González, la cual ocupó durante varios años el despacho de la esquina en el segundo nivel del Copello. Juntos han de realizar muchas de las obras de mayor significación en la temprana carrera de Guillermo, hasta su eventual distanciamiento. Se asume que GG se encontraba fuera del país, posiblemente en Málaga con su familia y la de su esposa. La construcción del Edificio Copello se inicia el 1 de marzo de 1938.


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En estas páginas, dos imágenes del edificio Copello en su contexto, realizadas a mediados de los años 80 y en la actualidad; planta de primer nivel y elevación reproducidas por Penson. (OM/ RB/ EPP)

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A la izquierda, varios detalles del edificio Copello, entre ellos, su modernísima escalera iluminada por el muro cortina de bloques de vidrio colindante a la calle El Conde, sobre la fachada principal sur. (LAD) A la izquierda arriba, una vista de la fachada en la esquina de la calle El Conde con Sánchez, en la que se evidencia la similitud con el Edificio de Correos de Valparaíso, Chile, de 1940, del arquitecto Marcelo Deglín Samson (arriba). El estilo, muy frecuente en varios países latinoamericanos, manifestaba una clara adaptación a las corrientes de moda de origen alemán u holandés del período, más o menos aterrizada a los ambientes tradicionales de la región. (LAD / AAA)

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Una nota de prensa, titulada «El edificio Copello será inaugurado hacia el 24 de octubre», detalla: «Ya se están dando los toques finales a esta hermosa obra que tantos elogios ha originado para su propietario el caballero don Anselmo Copello y sus constructores los ingenieros arquitectos hermanos González»28. A su término, en 1939, esta obra debió de haber sido de un marcado contraste en la Zona Colonial, cuando todavía predominaban las casas de tapia, mampostería y piedra, de cubiertas inclinadas, que definieron la silueta urbana por más de cuatro siglos. Ya algunas intervenciones de la década anterior habían iniciado el tránsito hacia la transformación de este perfil, con obras como las del Ing. Benigno Trueba —los edificios Diez y Baquero, por ejemplo, de 1927 y 28, respectivamente— u otras obras de otros autores de menor impacto en la recatada escala del contexto. La huella del Copello abrió surcos. Varias soluciones de esquina fueron realizadas inspiradas en él, estableciendo una suerte de línea estilística, seguida por ejemplo por Caro en El Palacio, o por Humberto Ruiz Castillo en el Cerame, o posteriormente por Reid y Reyes en varias piezas más cercanas, todas realizadas en el eje de la calle El Conde. Este edificio fue además de la primera obra coherentemente moderna del país —ya existía desde 1936 la insólita Casa Vapor de Henri Gazón Bona— la sede del Gobierno Constitucionalista que se radicó en el Centro Histórico durante la Revolución de Abril de 1965. El Copello es, en consecuencia, un lugar de dimensión histórica con vocación de incorporarse, como primera pieza del siglo XX, al Catálogo Nacional de Monumentos. La Expo de 1939: ciudadano honorario de la ciudad de Nueva York Arriba, el admirado Hotel Nacional en Cuba en la colina de Santa Clara del malecón de La Habana, realizado e inaugurado en 1930 por los arquitectos McKim, Mead & White, uno de los establecimientos más célebres de todo el turismo caribeño del período. Abajo, una vista muy temprana de la Casa Vapor, probablemente el primer edificio que reflejara el gusto por lo moderno realizado en Santo Domingo en 1936, por el Arq. Henri Gazón Bona, quien habría de convertirse en uno de los principales autores afectos del régimen hasta su eventual «caída en desgracia», a raíz de la realización de la Casa del Cerro, en San Cristóbal, residencia ordenada por el Partido Dominicano para agradar a Trujillo, mas nunca ocupada por él. (IDNH)

Estando en España, durante el período de crisis en los inicios de la Guerra Civil, González y su esposa fueron sorprendidos por un cable que les solicitaba encargarse del pabellón dominicano en la Feria de 1939 en Nueva York29. Esta instalación, de la que no conocemos imágenes, fue realizada en el sector A-10, en el Pabellón Internacional Panamericano. Ya Guillermo había tenido experiencias —aparentemente no concretizadas— en estos temas efímeros, por lo que pareció ser apropiado comisionarle. Poco se imaginaba las múltiples consecuencias positivas que este encargo ferial le habría de traer. Hay documentación de González en algunas imágenes tomadas durante los eventos de la representación dominicana en la feria30. No sabemos bajo cuál criterio este galardón se tramitó, pero durante las ceremonias, González fue condecorado como ciudadano distinguido de la Ciudad de Nueva York, uno de los galardones que ostentaba con mayor orgullo y que siempre reflejó en sus hojas de vida31. La medalla, hoy cuidada por doña Julie Catrain de Despradel, reza: «For distinguished service to the city of New York». Una nota del «Reporter» del Listín Diario reseña la participación de GG en esta iniciativa con estas líneas:

El Universal, «El edificio Copello será inaugurado hacia el 24 de octubre», 1932; reproducido en Arquivox (diciembre 1984-mayo 1985): 23. 29 Enrique Penson, Arquitectura dominicana, 1906-1950 (Santo Domingo: Laboratorio de Ingeniería, 2005), 1: 405. 30 Fotografías y material gráfico disponible en la sección «New York World’s Fair 1939-1940 records», Manuscripts and Archives Division, New York Public Library Digital Collections, http://digitalcollections.nypl.org/items/5e66b3e8-b856d471-e040-e00a180654d7. 31 Yale University, Office of University Development, «Consolidation Sheet, Alumni Information - Guillermo González», Archivos de Yale University, Office of University Development, s.f.; Yale University, «Information for the 1947 Alumni Directory and Alumni Records - Guillermo González», Archivos de Yale University, 7 de junio de 1947. 32 Listín Diario, «Habla para el Listín Diaro el Ingeniero Arquitecto Guillermo González acerca de la construcción del Hotel Nacional», s.f. (c. 1939). 28

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Este encuentro del Reporter, fue con el Ingeniero Arquitecto don Guillermo González Sánchez, quien acaba de llegar de Europa y de los Estados Unidos donde tuvo, en este último país, oportunidad de dirigir la construcción del Pabellón de la República Dominicana en la Gran Feria Mundial de New York.

Continúa con una oración reveladora: Si realmente el Arquitecto González no hubiera estado ya consagrado por las grandes obras que ha realizado tanto en nuestro país como por ejemplo el Parque Ramfis y Rancho Cayuco, así como en el extranjero, estamos muy seguros, de que el Pabellón de la República Dominicana en la Gran Feria Mundial de New York, habría sido su obra consagradora32.


Fotos en el New York Public Library Digital Collections: «Dominican Republic Participation - Rafael Leonidas Trujillo Molina (President, Dominican Republic) arrives at Summer City Hall»; «Dominican Republic Participation - Group with Grover Whalen»; «Dominican Republic Participation - Women releasing pigeons» Manuscripts and Archives Division, New York Public Library Digital Collections, http://digitalcollections.nypl.org/items/5e66b3e8-b856-d471-e040e00a180654d7

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El éxito de esta experiencia no debe ser solo medido en términos profesionales o económicos; debido a ella, entre otras cosas, 16 años más tarde, González ha de ser escogido para dirigir el proyecto más ambicioso jamás emprendido por el Estado, la Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre, en la que la Feria de Nueva York del 39 habría de ser determinante, como veremos posteriormente. Más detalles de esta aventura y del contenido mismo de la muestra lo establece Penson:

Arriba, histórico momento en el que Mons. Emanuele Clarizio, Nuncio Apostólico en Santo Domingo, el emisario John Bartlow Martin, enviado especial del presidente norteamericano Lyndon B. Johnson, y dos delegados de la OEA, descienden por las escaleras del Edificio Copello, después de negociar la paz con el Coronel Francisco Alberto Caamaño, jefe de las fuerzas constitucionalistas en la Guerra de Abril de 1965. En esos meses, el Copello fue convertido en la sede oficial de gobierno revolucionario. (AGN / IDNH) A la derecha, otra de las tomas de la serie antes citada, en las que se aprecia a GG con su esposa Mercedes y una dama no identificada, visitando el edificio Copello. (IDNH / AGN / Conrado)

Viajó directamente de España a Nueva York, arribando el 26 de enero de 1939. Le esperaba un memorándum de instrucciones, igual que a la Cámara Dominicana de los Estados Unidos y a los ingenieros constructores Sres. Phillips, Raskin y Vollmer (LD, 26-1-1939 y 8-2-1939). Diseñó el pabellón que fue inaugurado el 20 de mayo de 1939. Tenía en la entrada un emblema gigante con la bandera y el escudo nacional. Estaba dividido en tres secciones: Ayer, Hoy y Mañana. Se construyó un mural que reproducía el mapa de la América Central, desde el cual se proyectaba, aumentada, la República, en un esfuerzo gráfico, de fácil lectura, para crear conciencia sobre la posición de la isla de Santo Domingo. Una de las principales atracciones la constituyó un acuario. En la Selección del Pasado se colocaron maquetas de la Puerta del Conde, catedral, antiguo convento de los dominicos, iglesia de Las Mercedes y Alcázar de Colón. Frente a ellas se puso una gran cruz. En la Sección Hoy se exhibieron muestras de las riquezas forestales y mineras de la nación (M CADSD, 1939, y LD,2-5-1939, pp. 1 y 6). En las vidrieras de la Casa Baquero se mostraron artículos artesanales dominicanos para la feria: muebles serranos del maestro Luis Peralta, de San José de las Matas. Bolsos, sombreros para playas, cachuchas, carteras de cabuya, etc. Fabricados en Santiago. Se esperaban una lámpara de caoba labrada en vidrio esmerilado, de luz indirecta, obra del ebanista José Rotellini, de la calle Tomás de la Concha núm 1, S.D.; un juego de muebles del maestro Palacios y otro de comedor del maestro Seco, tallados los dos en madera (LD, 27-4-1939, pp. 1 y 4)33.

Las comisiones del Hotel Nacional y la Casa Schad Durante su estancia en Nueva York en el proceso de diseño e intensa gestión de la instalación dominicana, González recibe dos comisiones profesionales que habrían de cambiarle la vida: del mismo Trujillo, a quien conoció en esta ocasión, la solicitud de diseñar y construir un nuevo y moderno hotel para el Estado dominicano, llamado entonces el Hotel Nacional, en terrenos situados en el nuevo malecón de Santo Domingo, que habría de convertirse en poco tiempo en el Hotel Jaragua; González menciona que recibió carta blanca del jerarca, entonces en su noveno año de haber ascendido al poder, incluso con un presupuesto ilimitado dentro de lo razonable... auspicioso inicio34. Se comenta que el cambio de nombre fue para evitar recibir el mismo que tiene aún, el lindo edificio de McKim, Mead and White realizado en 1930 en la zona de El Vedado en La Habana, el más célebre establecimiento turístico de la hermana isla por muchos años. En segundo lugar, según los recuentos, durante una cena, sentado coincidencialmente al lado del empresario Frederick Schad, naviero suizo establecido desde 1921 en Santo Domingo, por medio de un boceto rápido realizado en una servilleta, GG recibió el encargo de diseñar la hoy desaparecida Casa Schad que sería en menos de un año, la primera casa moderna de vanguardia en el país, situada a menos de 100 metros de distancia de la misma residencia del dictador, en el mero sector de Gazcue.

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Penson, Arquitectura dominicana, 1906-1950, 1: 405. Cooper, Sambumbia, 53.

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Capítulo 3 El período dorado de González y González • La impronta de Alfredo • Paradigma caribeño, modernismo nórdico • Nuevos sistemas, viejas tradiciones • La resonancia del Hotel Jaragua • El Centenario: La arquitectura, hecho político • Pobres y ricos • La insólita «Sambumbia» • Hoteles e industrias

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Capítulo 3 El período dorado de González y González Guillermo González, ya maduro a sus 39 años de edad, ha logrado alcanzar metas profesionales de insospechada magnitud. Los años de lucha en su primer período neoyorquino, aquellos en los que trabajar de mesero y ayudante de cocina era necesario para cubrir su inscripción en Columbia, parecían remotos. Su duro trajinar en las competitivas aulas de Yale en New Haven, comprimiendo cuatro años de carrera en tres, han demostrado con creces la validez del esfuerzo; las colaboraciones en los estudios de Keally y Stone, durante su segundo período en Nueva York constituyen su reserva intelectual más sólida. González, ya asentado personalmente en Ciudad Trujillo, después de ir y venir entre Málaga, Nueva York y Santo Domingo, regresa de la Feria de Nueva York a enfrentar el reto más grande que hasta ahora le ha presentado su práctica: el diseño y la ejecución del más importante edificio que el presidente le ha encargado, como emblema de la renaciente nación caribeña que le vio nacer. Los años desde 1937 a 1945 son, vistos en la distancia, los años dorados de su carrera, años en los que el crecimiento fue constante, y el éxito parece sucederse continuamente; su obra cumbre, el Hotel Jaragua, inaugurado en 1942, es aplaudido y publicado en varios medios de gran prestigio internacional, poniéndole de relieve en el mapa no solo a él como arquitecto, sino a la República Dominicana como un escenario a reconocer en el panorama arquitectónico regional; ha realizado varias residencias para las familias de mayor prestancia de la sociedad capitalina, entre ellas dos de fulgurante racionalidad y pureza; en 1943 entra como catedrático a la Universidad de Santo Domingo, donde convalida su título de la Universidad de Yale en 1944; las frenéticas obras del Centenario de la República, en 1944, le confirman como el eje de los autores más consolidados del país; su relación tanto personal como profesional con su hermano Alfredo es altamente beneficiosa para ambos; sus hijos Blanca y George nacen respectivamente en 1940 y 1943. Richard Neutra, uno de los más reconocidos maestros de la arquitectura moderna internacional, con un ojo precursor en temas de la adaptación de la misma al clima, visita Ciudad Trujillo en 1945, y ofrece comentarios muy elogiosos sobre la obra de GG y sobre otros edificios en curso en la ciudad1. La impronta de Alfredo

En la doble página anterior, vista de la azotea del Hotel Jaragua situada en el contexto urbano de Ciudad Trujillo. (AFGFC) Arriba: Uno de los bocetos realizados por el célebre arquitecto austríaco Richard Neutra, durante su visita a Ciudad Trujillo en 1945. Se trata de la vista de una fila de edificios en la calle Padre Billini en Ciudad Trujillo, República Dominicana. (AGN / IDNH) Abajo, foto de estudio del Ing. Arq. Alfredo González Sánchez, hermano de GG y socio igualitario en la exitosa firma González y González. (AFDC)

Hector Incháustegui Cabral y Carlos Curiel, «Entrevista a Richard Neutra», La Nación, 7 de marzo de 1945; reproducido en 100 Hojas de arquitectura, ed. Grupo Nueva Arquitectura (San Pedro de Macorís: Universidad Central del Este, 1984), 93. 1

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Alfredo es su hermano y socio de confianza; los recuentos sobre su personalidad le definen como a un hombre amistoso, altamente sociable, trabajador y expansivo. Su matrimonio con la señora Josefa «Cofeta» Ricart Vidal, carismática dama de alta sociedad, le sitúa en los grupos de mayor presencia y debe haber aumentado, sin dudas, la posibilidad de obtener buenas comisiones profesionales, sobre todo en el ámbito de la arquitectura doméstica. Excelente contratista, dibujante experto, diseñador de talento, era el cómplice perfecto para Guillermo tanto en las obras, como en el taller. En fotos de este período, sobre todo en las realizadas durante la construcción del Hotel Jaragua, ambos hermanos aparecen a pie de fábrica; Guillermo con pinta de arquitecto, elegante, bien vestido; Alfredo con aspecto de contratista, o de ingeniero civil, evidentemente entregado a los afanes del cantiere. La relación entre ambos se percibe diáfana, de aparente mutua admiración, sobre todo de Alfredo hacia su hermano mayor, el profesional de los honores académicos y las distinciones profesionales. Años después, ante el enfriamiento de comisiones y contratos posteriores a la muerte de Trujillo la relación profesional se distancia, por motivos evidentes. Ambos continúan sus respectivas carreras con la cordialidad y el respecto suficientes, de tal manera que obras de uno pueden ser confundidas con las del otro.


Paradigma caribeño, modernismo nórdico No existe información relativa al proceso de diseño y a la gestión previa al contrato de ejecución del Hotel Jaragua, como sabemos, puesto en marcha desde el encargo directo a GG durante la Feria del 39 en Nueva York. A juzgar por la cantidad de comisiones y obras en proceso en el período del 39 al 42, González debe haberse finalmente establecido en Ciudad Trujillo en su sede compartida con Alfredo del Edificio Copello. Lo cierto es que el Hotel Jaragua produce una verdadera sacudida en la cultura arquitectónica dominicana. Nadie se esperaba algo así de moderno, así de diferente, así de nuevo. Ya desde la construcción, la leyenda nace. Jóvenes estudiosos acudían a la obra a ver lo que estaban haciendo los hermanos González para complacer al Generalísimo, en ese hotel que habrá de representar los avances culturales y políticos de la República Dominicana ante el mundo, en uno de los enclaves costeros más mágicos de Ciudad Trujillo2. El Hotel Jaragua fue inaugurado el día 18 de agosto de 1942; ese mismo día, por si fuera poco, Trujillo inauguró el Matadero Modelo (realizado por Henri Gazón), el Sanatorio para Tuberculosos Dr. Martos (de Marcial y Leo Pou Ricart) y el Mercado Modelo de Ciudad Trujillo (de Henri Gazón con Moncito Báez)3. ¿De dónde surge la imagen de este edificio blanco, ejemplo de pura racionalidad constructiva, acostado acanto al mar, libre, orgulloso, ágil? ¿Cuál fue la visión de su autor? Los precedentes han de buscarse en los más inesperados lugares; no existe, que sepamos, hasta 1942, un hotel moderno similar en toda la región, de hecho en toda la faja tropical en la que se pudo producir semejante pieza. Después del Jaragua, Puerto Rico realiza su Caribe Hilton (Toro y Ferrer, 1949), y Panamá su Panamá Hotel (Edward Durrell Stone & Méndez y Sander, 1947-51). Otras estructuras similares, generalmente de menor escala, calidad e impacto, se suceden en varias islas caribeñas. Si acaso ha de encontrarse un antecedente, si bien en la idea gráfica del edificio más que en su audaz concepción volumétrica, es en la temprana obra de Aalto en Turku. Aunque no tenemos la certeza de la presencia de GG en esta ciudad —antigua capital finlandesa durante su estatus como provincia sueca en la que Aalto inicia su carrera y produce sus primeras obras de trascendencia— no puede haber duda respecto a la afiliación del Hotel Jaragua a obras tales como su Maalaistentalo, la Cooperativa Agrícola de 1927-28 hoy convertida en hotel y en Aaltarium. La principal relación es, evidentemente, el ritmo de huecos de las fachadas. La planta en sí no ofrece ninguna pista, ya que se trata de una pieza urbana, atada al lote, a diferencia del Jaragua, pieza independiente autoreferenciada en sus articulaciones volumétricas. Más allá de esta asociación, hay que procurar leer del mismo Jaragua, su interpretación crítica. Nuevos sistemas, viejas tradiciones

No puede haber duda respecto a la afiliación del hotel Jaragua a obras tales como el edificio Maalaistentalo, de Alvar Aalto, la Cooperativa Agrícola de 192728 hoy convertida en Hotel Omenahotelli en la ciudad de Turku, Finlandia. Si bien la disposición en cuadrícula ortogonal de la fenestración en las fachadas no es del todo única a esta obra, la cita es demasiado evidente para no ser reconocida. La escalera interior del conjunto, hoy espléndidamente restaurado, es también vinculante. (AAA)

La solución obedece a la interacción de cuatro componentes: - Un cuerpo central, de eje orientado norte sur, hacia el mar Caribe, en el que se dispone el acceso principal desde la avenida Independencia, al norte, el vestíbulo a doble altura, los espacios de control y recepción, y un salón de festejos rectangular, abierto a través de un peristilo de pilotis, en tres de sus lados. - En el sentido este-oeste —al este del cuerpo central— una barra de cinco niveles, con tres pisos de habitaciones dispuestas a peine sobre una circulación central, ampliada a los dos años de inaugurado el hotel con un anexo que duplicó la capacidad, que enfrenta a través de balcones cúbicos, al amplio y limpio jardín, al malecón y a la presencia azul del Caribe, hacia el sur; y hacia un patio de generosas proporciones con habitaciones de menor tamaño, al norte.

Arq. Manuel «Memé» Cáceres, entrevista por el autor, abril 2015, Santo Domingo. 3 Archivo General de la Nación (República Dominicana), Obras de Trujillo, Vol. XII (Ciudad Trujillo: Editora Montalvo, 1956), 68. 2

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Esta pieza se monta en el primer nivel, sobre las áreas de servicios, cocina, lavandería, etc. Una terraza de forma libre, con un comedor desayunador, conecta este volumen hacia el sur con un jardín privado en el que se dispuso una piscina muy recordada por la juventud capitalina de estos años. Corona la forma de esta barra, una cubierta baja sobre el Roof Garden, espacio de uso especial abierto al paisaje, que asume ya con propiedad los cinco postulados del racionalismo corbusiano. - Al oeste, una barra de dos niveles, posteriormente ampliada, con otros servicios generales para los huéspedes, sala de escritura, sala de juegos, bar, peluquería, etc. Un lindo salón con lucernarios circulares a lo Aalto, en Viipuri, se abría hacia el jardín norte del predio.

En estas páginas, dos de las más antiguas tomas del bloque original del Hotel Jaragua, tal como fuera inaugurado en 1942, sin el escenario y la concha acústica de su Patio Español, ni las inmediatamente posteriores ampliaciones del anexo hacia el este, los bungalows, y el bloque del norte realizado para hospedar a los visitantes de la Feria de 1955. La presencia de este volumen blanco y abstracto en el bucólico entorno de Gazcue, puede suponer el enorme impacto del proyecto en la cultura del momento. (IDNH / AGN / Conrado)

- Una cuarta pieza es en realidad un vacío, otorgado a un patio que asume el cuadrante suroeste, en el que muy pronto se construyó una concha acústica y un espacio de fiestas al aire libre, célebre por constituirse en el más atractivo de los lugares nocturnos de ocio de la ciudad. Este lugar fue conocido como el Patio Español o Andaluz del Hotel Jaragua. La tensión diagonal, en rotación del empaque volumétrico, ha sido percibida por más de una lectura crítica. Este tema, inducido por la potencia del bloque de habitaciones ante la primacía del volumen bajo de la entrada y espacios sociales, este enfrentamiento ortogonal imaginario, debe ser interpretado como una propuesta consciente de diseño, en una mente aguda como la de GG. Dice Omar Rancier en una interpretación crítica muy acertada: La disposición de estas piezas definía con sus cinco niveles, una suerte de rotación en aspas, una tensión dinámica que se extiende paisajísticamente a su contexto inmediato, insólita en su momento. Pocos edificios modernos del mundo poseían esta condición, mucho menos a esta escala, y menos aún, en el trópico. Quizás sea esta propiedad abstracta la principal propiedad plástica del edificio, más que sus cuerpos bien balanceados, sus diversos huecos que acomodan los requerimientos de iluminación y ventilación de los ambientes, o el modernismo purista que transformó, de un golpe, la visión que la sociedad dominicana tenía de sí misma4.

Ver Capítulo 7, «Anecdotario de un Maestro. Ensayos: Omar Rancier, Interpretando a Guillermo González». 5 «Dictador Trujillo Construye un Hotel de Lujo en la Reconstruida Capital Caribeña que Hoy Ostenta Su Nombre», The Architectural Forum 85, No. 3 (septiembre de 1945): 117-120; reproducido en Arquivox (diciembre 1984-mayo 1985): 6. FICHA TÉCNICA Estructura: Hormigón armado. Panderetas interiores en ladrillos de arcilla de cámara hueca —acero estructural— Truscon Steel Co. Techo: Barber Asphalt Corp., roofing. Trabajo en planchas de metal: «Flashing» de cobre. Aislamiento acústico: Sala de bailes: Cerámica acústica, por David E. Kennedy. Ventanas: Madera en casetones. Vidrio: Pittsburg Plate Glass Co. Bloques de vidrio: INSULUX, Owens – Illinois Glass Co. Elevadores: Otis Elevator Co. Pisos: Lobby principal: Goma, por David E. Kennedy Sala de bailes: Madera, por E.L. Bruce Co. Resto: Mosaicos de cemento. Mobiliario: Heywood – Wakefield Co., Widdicomb Co., Thonet Bros., American Chair Co. Puertas: Entrada principal: «Herculite», Pittsburg Plate Glass Co. Herraje: Sargent & Co. Pinturas: Muraltone, Muralo Co. Instalación eléctrica: Interruptores: Arrow, Hart & Hegeman. Lámparas: LIGHTNING DISTRIBUTORS, Inc. Aparatos sanitarios: American Radiator Standard Sanitary Corp. Equipo de cocina: Nathan – Duparquet Strauss, Inc. Calefacción: Boiler – Cleaver – Brooks Co. 6 Arq. William «Billie» Reid, entrevista por el autor, Santo Domingo, 2007. 4

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Otro de los aspectos significativos de esta obra es el adelanto en materia de construcción e instalaciones especiales que introdujo. La lista de productos y acabados importados es extensa, y demuestra el interés de no escatimar recursos para la obtención de un edificio competitivo de altura mundial5. El Jaragua recibió tres intervenciones más: la del Patio Español y su concha acústica, ya mencionada; la realización de unos bungalows de contrastante diseño y de recordada existencia, debido a los acontecimientos allí ocurridos y a las personalidades alojadas, en los que colaboró por primera vez Billie Reid como asistente de diseño6; paralelamente fue ejecutado el bloque de 60 habitaciones conocido como el primer anexo, al este de la estructura original; por último, años después, y como iniciativa para aumentar la capacidad hotelera ante la celebración de la Feria de la Paz en 1955, GG realiza un sencillo bloque de habitaciones con servicios, un segundo anexo dispuesto en el borde noroeste de la propiedad, vinculado al acceso desde la avenida Independencia, durante un tiempo operado por la cadena Holiday Inn.


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En estas páginas, varias vistas de la obra del Hotel Jaragua, en las que se observan a los hermanos Guillermo y Alfredo González, y a dos funcionarios del Eximbank, institución a cargo del financiamiento de la obra, durante su visita al emplazamiento. Igualmente se aprecian las dos damas que acompañaron a GG durante su recorrido por el Parque Ramfis y el Edificio Copello, en lo que pudo haber sido otra ocasión diferente a la de los funcionarios bancarios. Vale la pena señalar la formalidad tropical del atuendo de Guillermo, ante la cómoda naturalidad de Alfredo, más apropiada a su labor de director contratista de obras. (AGN / Conrado / IDNH)

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Alguna de la parafernalia promocional del Hotel que se ha conservado como recuerdo de su celebridad. En esta página, una vista cercana desde el suroeste y una inusual vista desde el noroeste, describiendo la fachada hacia la ciudad y los espacios de apoyo al servicio del público, localizados en la barra de dos niveles y terminal semicircular del primer plano. En la página siguiente, los planos más conocidos y reproducidos del edificio, de la revista Proyectos y Materiales y del libro de la autoría del Ing. Enrique Penson Paulus con valiosa información histórica y gráfica de la arquitectura moderna dominicana. (AAA / EPP).

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Planta arquitectónica 1er nivel

Planta arquitectónica 2do nivel Planta de localización

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Dos imágenes poco conocidas de la maqueta realizada durante la etapa de proyecto y promoción del Hotel Jaragua. En ésta se aprecia el alto nivel de la definición compositiva del mismo. En la página siguiente, dos vistas del bloque original, prácticamente recién inaugurado. (AGN / IDNH)

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Arriba, uno de los detalles más significativos del Hotel Jaragua fue esta escalera, que vinculaba el balcón del segundo nivel en torno al volumen público principal con el Patio Español. La audacia estructural y la plasticidad del elemento, además de su protagonismo en la composición de su fachada más vistosa, le confirieron una representatividad iconográfica tal que, finalmente, fue asumido como logotipo del Grupo Nueva Arquitectura a partir de los años de batalla por la defensa de la perdida estructura. Esta imagen fue usada como portada de la revista dominicana Archivos de Arquitectura Antillana, AAA053, 2014. (AFGFC) A la derecha algunos planos del edificio, entre ellos el de la escalera y una sección de la secuencia de entrada desde la marquesina hacia el vestíbulo general y el bloque de dos pisos de la Sala de Fiestas. (AGN / EPP)

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Arriba, una foto de gran significado: el célebre arquitecto norteamericano Edward Durrell Stone, conversa con el Sr. General J. Leslie Kincaid 1947, aparentemente sobre la cubierta del area de servicios o de uno de los bungalows del Hotel Jaragua. Al fondo se observa el bloque con la ampliación de las 60 habitaciones realizadas en segunda etapa. (OGM) Varios detalles del conjunto del Hotel Jaragua una vez ampliado. Se destaca el bloque este que aumentó 60 habitaciones más al inventario original, los bungalows de tan exquisito y original diseño. Arriba a la derecha, una vista del roof garden, usado para fiestas y celebraciones privadas. (AGN / IDNH / AFGFC)

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Arriba, dos de las edificaciones hoteleras realizadas en la región del Caribe, posteriores al Hotel Jaragua, cuyos autores reconocieron la influencia del mismo en sus planteamientos. Puerto Rico realiza su Caribe Hilton (Toro y Ferrer, 1949), y Panamá su Panamá Hotel (Edward Durrell Stone & Méndez y Sander, 1947-51). A la derecha, varias vistas de la muy recordada piscina del Hotel, que democratizó el acceso al establecimiento a la población capitalina, y permitió el esparcimiento de más de una generación. (AGN / Luis Mañón) En la doble página siguiente, espléndida foto del conjunto total del Hotel Jaragua, realizada por Max Pou hacia el año 1960. (AGN / IDNH / MP)

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© MP

Muchos de los dibujos artísticos conservados de Guillermo son producto de sus viajes de estudio en Europa. Contrasta el hecho de que esta persona, poco dada a hablar sobre sí misma, o a conservar para la posteridad documentación sobre su trabajo y su vida personal, haya sin embargo atesorado una serie de apuntes de evidente calidad, posteriormente guardados por sus hijos Blanca y Georgie desde su residencia en Málaga, hoy reproducidos todos en las páginas de esta obra.

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Penosa imagen captada el dia que se inició la demolición del Hotel Jaragua. La imagen fue lograda desde la terraza del vecino Hotel Sheraton. La estructura no cedió a la dinamita y se procedió a destruirla por medios percutivos. Abajo, dos fotografías publicadas en el Listín Diario del 16 de agosto de 1984, mientras Oscar Alfredo González Ricart, Georgie González Fernández-Canivell (hijos de Alfredo y de Guillermo González, respectivamente), y el Arq. Juan Castellanos, asumían la defensa del paradigmático edificio del Jaragua. (Juan Pérez Terrero / Listín Diario) A la derecha, apenas dos de los innumerables artículos publicados en todos los medios nacionales que se manifestaron en contra de este acto de barbarie cultural que tanto afectó al legado patrimonial moderno del Caribe. (GLM)

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La resonancia del Hotel Jaragua A diferencia de muchas otras iniciativas ejecutadas en la República Dominicana, ésta no pasó desapercibida en el escenario de la arquitectura mundial. Varias personalidades incluso estuvieron en el país visitando el edificio, entre ellos el antiguo jefe de Guillermo, Edward Durrell Stone. La resonancia del proyecto fue casi inmediata, en medios tan diversos como relevantes. Un vistazo a las publicaciones que han sido identificadas incluye reseñas en: - Revista Municipal. «El Hotel Jaragua». Febrero de 1943, Ciudad Trujillo. Incluye un texto descriptivo extenso y detallado de todas las facilidades del hotel, piso por piso7. - Interiors. «Construido en tiempos de guerra: el Hotel Jaragua de Ciudad Trujillo». Abril de 1944, vol. 103, pp. 38-39. La nota identifica a Edward Tyreell como supervisor de mobiliario y diseño de interiores. Describe las terminaciones de los interiores y señala que varias habitaciones fueron destinadas a funcionarios extranjeros presentes para los festejos del Centenario de la República8. - The Architectural Forum. «Dictador Trujillo construye un hotel de lujo en la reconstruida capital caribeña que hoy ostenta su nombre: Septiembre de 1945». Vol 85 #3, pp. 117-120. Precisa que la piscina es servida por agua de mar filtrada, y consigna una ficha técnica de los materiales y terminaciones del proyecto, entre otros datos conocidos. Es notoria la forma en la que se refieren a Trujillo en este medio profesional tan influyente9. - Proyectos y Materiales. «Perfiles: Guillermo González». Nueva York, julio-agosto de 1949. Varias páginas dedicadas a este autor, reseñando varias de sus obras tanto construidas como en proceso10. A través de éstas y de infinidad de noticias más, aparecidas en la prensa nacional, es posible medir el impacto de este edificio. Pero su verdadera dimensión fue la aceptación y el intenso uso que la estructura permitió durante sus 43 años de existencia. La piscina del hotel fue centro de reunión de jóvenes y adultos, de locales y extranjeros, de ricos y pobres; la dimensión democrática de la facilidad es hoy difícil de percibir, pero muchas anécdotas lo aseguran. Los bailes en el Patio Español fueron escenario de más de un romance, de más de una noche de ensueño, en la que incluso canciones eran dedicadas a sublimizar el romántico lugar. «Luna sobre El Jaragua», hermoso bolero de Luis Alberti, magistralmente cantado por Juan Lockward, es recordado como una de las canciones de rigor en el repertorio de su extraordinaria orquesta. En 1985, una iniciativa de muy dudosa integridad, encauzada impunemente desde los despachos de funcionarios públicos del gobierno de turno, prohijó una negociación para demoler el Hotel Jaragua original, cerrado durante varios años de indiferencia oficial, y dar paso en sus terrenos a un nuevo hotel, diseñado por una firma extranjera de anónima significación local. El edificio siempre fue parte del inventario de los Bienes Nacionales, y como tal, el Estado dominicano estaba en el deber de administrarlo, y además, de darse una solicitud formal, como de hecho ocurrió ante el Congreso Nacional, de protegerlo como bien patrimonial y cultural. A pesar de una oposición feroz que galvanizó las más diversas voces del panorama cultural local e internacional11, el Hotel Jaragua, ese paradigma de la tropicalidad, el más digno exponente de la arquitectura moderna del Caribe, cayó, no sin ofrecer una resistencia providencial, ante la mirada atónita de una sociedad indignada e impotente. El colectivo profesional Grupo Nueva Arquitectura, formado en 1979 y de activa presencia pública en esos años, fue punta de lanza en esta defensa por medio de eventos, publicaciones y visitas a las autoridades competentes involucradas en la suerte del edificio, las que mintieron sobre el hecho ya asumido, o simplemente ignoraron los numerosos reclamos ciudadanos. Finalmente, se procedió a la ilegal demolición del mismo, que se resistió con emotiva dignidad a las cargas de dinamita, y hubo de ser destruido a mandarriazos. Juan Luis Guerra eternizó esta barbarie con uno de sus merengues tempranos, «Requiem sobre El Jaragua»12.

Una de las imágenes generadas para darle promoción a la Celebración del Primer Centenario de la Independencia de la República Dominicana. Ya se advertía el slogan que servía de acrónimo a las iniciales del Jefe: Rectitud, Libertad, Trabajo y Moralidad: Rafael Leonidas Trujillo Molina. (AGN)

Revista Municipal, «El Hotel Jaragua», febrero de 1943, Ciudad Trujillo. «Construido en tiempos de guerra: el Hotel Jaragua de Ciudad Trujillo», Interiors 103 (abril de 1944): 38-39; reproducido en Arquivox 3-4 (diciembre 1984-mayo 1985): 6. 9 «Dictador Trujillo construye un hotel de lujo en la reconstruida capital caribeña que hoy ostenta su nombre», The Architectural Forum 85, No. 3 (septiembre del 1945): 117-120; reproducido en Arquivox 3-4 (diciembre 1984-mayo 1985): 6. 10 Proyectos y Materiales, «Perfiles: Guillermo González», julio- agosto de 1949, New York; reproducido en Arquivox 3-4 (diciembre 1984-mayo 1985): 7. 11 Gustavo Luis Moré, «Sobre arquitectura y nuestros bienes patrimoniales: las ballenas mueren cerca de la orilla coincidencialmente», Hoy, 15 de febrero de 1985; Clara Leyla Alfonso, «Comité de ciudadanos por el Jaragua solicita al Poder Ejecutivo y Cámaras detener destrucción de edificio», Hoy, 14 de febrero de 1985. Ver también Danilo de los Santos, «El Jaragua es un patrimonio cultural: ¡Por favor no lo destruyan!», Hoy, 8 de septiembre de 1984; Carmenchu Brusiloff, «Y Volverá el Jaragua», Listín Diario, 3 de febrero de 1985; Aliro Paulino hijo, «Requiem por el Jaragua», El Nacional, 23 de febrero de 1985; Última Hora, «Demolición del Jaragua ha estado cimentada en la controversia», 26 de marzo de 1985; Tony Raful, «El Jaragua es el corazón de una ciudad que se nos muere», Última Hora, 23 de febrero de 1985; Héctor Herrera, «Núcleo CODIA favorece restauración del Jaragua», Listín Diario, 19 de septiembre de 1984. 12 Juan Luis Guerra 440, «Requiem sobre el Jaragua», Mudanza y Acarreo, 1985. 7 8

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El Centenario: la arquitectura, hecho político Después de la realización de El Jaragua, las condiciones profesionales de los hermanos González mejoran notablemente. En 1942 inician de inmediato la primera etapa de tres niveles del edificio de apartamentos reconocido como El Jaragüita, situado también sobre la avenida George Washington (nombre oficial del malecón capitaleño) a pocos metros al este del Hotel Jaragua, en los predios originales de don Gregorio, donde la familia de GG vivió durante largos años al superar la antigua casita azul de madera que les recibió en 1936. Años después, con su familia residente en Málaga, Guillermo instala su apartamento y su estudio en el último piso de El Jaragüita, construido posteriormente sobre la estructura original. Poco tiempo después de inaugurado El Jaragua y mientras eran realizadas una serie de residencias privadas de gran prestancia en la capital, González estructura un equipo junto al Arq. José Antonio Caro Álvarez y el Ing. Bienvenido «Bebecito» Martínez Brea. Este grupo de reconocidos profesionales es encargado de realizar tres obras de especial significación que habrán de ser inauguradas —junto a un sorprendente grupo de proyectos simultáneos más, encomendados a diversos equipos y autores— el 27 de febrero de 1944, como parte de las celebraciones del Primer Centenario de la República Dominicana. Sobre el acusado modernismo de las obras desarrolladas en este ambicioso programa, Roberto Segre escribe: Ya nos referimos a la existencia en República Dominicana de los dobles códigos extremos aceptados por el régimen de Trujillo; por una parte, el racionalismo canónico de Guillermo González; por la otra el monumentalismo fascistoide de Henri Gazón Bona. Sin embargo, el cúmulo de obras impulsadas por el gobierno en los años 1943-1944 —en conmemoración del Centenario de la República— abre un campo de acción para los arquitectos identificados con el Movimiento Moderno13.

El Álbum del Centenario, segunda publicación producida por el régimen para promover sus ejecutorias, recuenta que en el día 22 de febrero de 1944 fue inaugurado el Aeropuerto Teniente General Andrews; el día 23, el Campo Deportivo e Hipódromo; el 29 de febrero de 9 a 12 de la mañana se inauguraron: el empalme de la avenida George Washington con el Monumento Independencia Financiera, situado en la calle Palo Hincado; el Museo Nacional; el Cuerpo de Bomberos; el Palacio de Justicia; el Barrio Obrero; el Laboratorio Nacional; los Murales del Palacio del Distrito; y se realizaron visitas a la Base Naval. Por último, el día 1 de marzo, se hace el acto de Colocación de la Piedra Fundamental del Faro a Colón.

A la izquierda: Dos tomas del edificio del Cuerpo de Bomberos, situado al final de la perspectiva sobre el promontorio de la calle Palo Hincado, al convertirse en Av. Mella. Es interesante advertir cómo la torre asimétrica del conjunto, aparenta estar, desde la distancia, al centro de la composición volumétrica. (AGN / Luis Mañón). Dos imágenes de la popular playa de Güibia: la primera, anterior a las obras de GG realizadas dentro del programa de obras del Centenario, con las instalaciones originales de los años 20, de Juan Bautista del Toro; la segunda, en una de las frecuentes actividades celebradas en el balneario marino más cercano a la ciudad capital. En las páginas siguientes, vistas del bloque en obras, el cuerpo original y del bloque ampliado del Casino de Güibia, uno de los establecimientos más populares en su género en la capital, escenario de festejos y de intenso uso lúdico en la ciudadanía. (IDNH / AGN)

Como vemos, en esas fechas fueron inauguradas las obras del Casino de Güibia y del Hipódromo Perla Antillana, las que junto al Cuartel de Bomberos, fueron responsabilidad del equipo de González, Caro y Martínez. Hoy es difícil establecer los límites de la participación de cada uno en la concepción de los proyectos, pero, a juzgar por la obra previa, GG debe haber estado al frente del diseño, con una idéntica contraparte en Caro, quien ya había demostrado su afinidad por la arquitectura moderna en varios edificios privados —uno de ellos un bloque de apartamentos sobre el malecón, justo al oeste de El Jaragüita— y habría de demostrar su talento con el magnífico edificio de la Facultad de Medicina de la USD, probablemente en proceso de diseño paralelamente a los tres edificios mencionados. Martínez era fundamentalmente, un gran contratista y un administrador eficientísimo, tarea que habría de especializarse al frente de varias oficinas encargadas de obras públicas durante su largo servicio hasta el año de 1996. El Cuartel de Bomberos es un edificio de fuerte presencia urbana. Localizado en el ángulo noroeste al límite extramuros de la Ciudad Colonial, presenta su modesta escala pero su radical modernidad justo frente a uno de los bastiones del sistema de murallas de la ciudad, y termina

Antonio M. Monteagudo del Río y Antonio Escámez Gutiérrez, Album del centenario de la República Dominicana (La Habana: Artes Gráficas, c. 1944). Ver también Roberto Segre, Arquitectura Antillana del siglo XX (La Habana: Editorial Arte y Literatura, 2003), 190. 13

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la perspectiva desde el malecón por el eje norte sur de la calle Palo Hincado, en su curva hacia el este, asumiendo el inicio de la avenida Mella, segundo eje comercial más importante de la ciudad en esos días. El código plástico es de nuevo blanco, racional, con su torre, su planta libre inferior y sus ventanas continuas horizontales. Un patio trasero acomoda al borde las demás dependencias de esta pieza mínima pero de gran impacto en su contexto. El edificio se mantiene hoy, a pesar de varias intervenciones desafortunadas, tanto en su volumetría como en su actual distorsionada paleta cromática14. Peor suerte han sufrido las otras dos estructuras. El Hipódromo ocupó terrenos que en su concepción estaban situados en las afueras, al norte de la ciudad, pero que 50 años más tarde fueron aprovechados en la localización de la actual Plaza de la Salud, conjunto hospitalario público realizado en el año de 1995, durante la última administración del expresidente Joaquín Balaguer. El Hipódromo consistía fundamentalmente en una pista u óvalo de 1,000 metros, una Casa Club con gradas y una serie de cuadras, servicios e instalaciones menores. El edificio principal, de unos 75 metros de longitud, situado al noroeste del terreno, era una estructura simétrica, de poco atractivo en verdad, aunque los vuelos de 9 metros de las cubiertas sobre las gradas poseían una gracia notable, y fueron diseñados estructuralmente por el Ing. Leonte Bernard, quien habrá de colaborar con los González durante toda su carrera profesional. De nuevo el equipo trabaja con un lenguaje propio del racionalismo moderno, en esta ocasión un tanto formulativo. Una verja con arcadas algo parecidas a las del Parque Ramfis, cerraba el edificio hacia la calle principal de acceso.

Proyecto de González y González es la fuente ornamental en el Parque Ramfis de Santiago de los Caballeros (actual Plaza Valerio), inaugurada el 30 de marzo de 1944 durante el programa de obras del Centenario. Fue confeccionada en granito vaciado (terrazzo) por el Sr. Juan Tomás Tavares Julia. (Fotos cortesía de Edwin Espinal Hernández / Carlos Ventura Reyes). En la página siguiente, dos tomas de archivo de la fachada principal (oeste) del desaparecido Hipódromo Perla Antillana. Se aprecian elementos de la plástica usada por GG en la composición del Parque Ramfis, en la que se confunden arcadas, ventanas oculares y bandas horizontales modernas en un todo. (IDNH / AGN)

El Casino de Güibia se replantea sobre unas antiguas estructuras existentes desde los años 20, transformadas por Alexis Licairac en 1943, situadas en el borde costero de la única playa pública de la ciudad, a más de 1 km al oeste de la misma. González y Caro aumentan y transforman el pabellón existente convirtiéndolo en una linda pieza de un nivel hacia la George Washington y dos enfrentados al mar, con un balcón ancho propicio para encuentros, juegos de mesa y actividades sociales de todo tipo. Una pista de bailes funcionaba con frecuencia frente a la playa. Güibia fue durante décadas el balneario de rigor de la capital, el único dentro de la ciudad. Solo Boca Chica, localizada a 30 kms al este de la ciudad, ofrecía una alternativa confiable. Otras ampliaciones fueron realizadas al Casino de Güibia en 1947, reseñadas por la prensa local15: La obra inaugurada ayer por la mañana en el Casino de Güibia consiste en un amplio salón de recepciones, cubierto, de 258 metros cuadrados de área, y circundado por terrazas descubiertas con un área total de 540 metros cuadrados. En su exterior la nueva edificación sigue el mismo estilo de la original. El conjunto es de casi el triple de capacidad de la edificación primitiva. La nueva edificación fue realizada bajo la dirección del joven y distinguido arquitecto Virgilio Pérez Bernal, y comprende, la primera parte de una serie de notables reformas que se introducirán al hermoso casino de la costa. Posteriormente el balneario será reformado16.

El Casino de Güibia también ha sufrido penosas transformaciones, después de los trabajos de reparación interpretativos posteriores a los daños producidos por el ciclón David, en 1979.

Julia Vicioso, «El color y la conservación de la Arquitectura Moderna», Archivos de Arquitectura Antillana 03 (enero, 1997): 35. 15 El Caribe, «Las nuevas edificaciones del Casino de Güibia fueron inauguradas ayer en lucida ceremonia», 1947. 16 Ibíd. 14

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Otra obra de González y González, cuya autoría ha sido confirmada recientemente gracias a la gestión del Dr. Edwin Espinal, es la de la fuente ornamental en el Parque Ramfis de Santiago de los Caballeros (actual Plaza Valerio), obra diseñada por los hermanos Marcial y Leo Pou, construida por el Ing. Rafael Aguayo Ceara, durante el programa de obras del Centenario. Fue inaugurada el 30 de marzo de 1944. La pieza, de gran elegancia, fue confeccionada en granito vaciado (terrazzo) por el Sr. Juan Tomás Tavares Julia. Las obras del Centenario constituyen un jalón fundamental en el proceso político de la Era. Ya hacía 14 años que el Generalísimo se había constituido en el centro de la vida nacional,


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Uno de los proyectos realizados para la celebración del Centenario, el Hipódromo Perla Antillana, era fundamentalmente —como se aprecia en la sección y la planta anexas— un edificio central de facilidades bajo una gran cubierta de hormigón armado proyectada hacia la pista, diseñada siguiendo las normativas internacionales vigentes entonces para este deporte, tan popular en Santo Domingo. Estéticamente la pieza le debe más al Parque Ramfis que cualquier otra de las obras de GG, heredando las arcadas y el ritmo continuo de huecos circulares tan particular de su arquitectura temprana. Arriba, una vista parcial del conjunto en el todavía despoblado contexto del Ensanche La Fe. (IDNH / AGN)

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en todas las acepciones posibles. Un texto extraído del ensayo «Iconografía Trujillista», de Giovanni di Pietro, lo sintetiza de la forma siguiente: El pasado no tiene importancia. Con el Jefe, aparentemente el país se encamina hacia un espléndido futuro. Y ahí están las fotografías del Barrio Obrero, de la avenida George Washington, del edificio del Cuerpo de Bomberos y de la Base Naval de Ciudad Trujillo. Del alcance de su labor podéis persuadiros, señores, —declama Peña Batlle en el banquete ofrecido en honor de las Misiones Especiales— cuando os diga que toda esa lúcida obra pública que contempláis, a él se debe; que toda esa pujanza y brío que advertís en este pueblo, él se los infundió; que la prosperidad que por todas partes y en todos los órdenes admiráis, él la provocó; que la paz fructífera de que gozamos y la alegría y el contento de que damos palpables muestras, él lo suscitó17.

Pobres y ricos González realiza dos proyectos tipológicamente iguales, pero contextual y socialmente opuestos; la solución en ambos casos se distancia, atendiendo más a sus diferencias que a sus similitudes: el Centro Social Obrero y el Santo Domingo Country Club. El primero, realizado años antes que el otro y hoy desaparecido, estaba situado en el ángulo noreste del Parque Enriquillo, en la zona norte de la ciudad, en lo que entonces comenzaba a convertirse en un barrio de popular desarrollo: Villa Francisca18. El Centro Social Obrero era un edificio de dos plantas, destinado a dar servicio a la creciente comunidad operaria del sector y de otras partes de la ciudad. Era fundamentalmente un centro de recreos, juegos, encuentros y actividades lúdicas. Una de sus características más notables eran los balcones que dominaban las fachadas hacia la esquina, sobre las calles Caracas y José Martí. En éstos se aprecian unas piezas de concreto prefabricadas a manera de trellis o calados, motivo muy frecuente en la arquitectura vernácula local. La presencia de estos detalles en la radicalmente moderna arquitectura de este período de González, representa una primera mirada a la arquitectura informal, que no deja de ser curiosa. En verdad el resto del edificio no evidencia ninguna otra concesión. Incluso uno de los detalles más recordados, fue una escalera en vuelo igual a la desarrollada en la fachada suroeste del Hotel Jaragua19.

A la izquierda: pocas imágenes sobreviven de esta interesante obra, en la que GG intenta por vez primera, darle cabida a un tema de origen abiertamente tropical, como son los paneles calados diagonales de hormigón que se evidencian en los volúmenes cúbicos que definen los extremos del balcón en el segundo nivel de la pieza. Éste se apoya sobre dos muros oblícuos de peculiar presencia. Hacia el norte, el edificio del Centro Social Obrero, situado en una de las esquinas del popular Parque Enriquillo, ostentaba una escalera a cielo abierto vinculada directamente a la ensayada en el Hotel Jaragua. (AGN / Luis Mañón) Arriba, el célebre muralista español José Vela Zanetti, durante la ejecución de una de sus magníficas obras; en esta se aprecian varias de las edificaciones emblemáticas del período, entre ellas el Parque Ramfis, y el Hospital Dr. Martos, posteriormente convertido en el campus 1 de la UNPHU, de Leo y Marcial Pou Ricart.

El edificio, en obras en el año de 1945 —se inaugura como muchas otras obras, durante estos 31 años, el 24 de octubre, natalicio del dictador, fecha de usual festividad— fue lamentablemente demolido para dar paso a un anodino estacionamiento comercial. Sobre él, el citado texto de Page Cooper refiere: «Cuando lo visité hace varios días, me atrajo su salón espacioso y abierto, con su techo soportado por cuatro pilares negros masivos. El diseño es simple y audaz: salas de juegos, una cancha de pelota de mano iluminada, una escalinata ancha que dirige a una sala de bailes y a los balcones del segundo nivel»20. El otro proyecto dedicado al recreo obedece a un programa similar, pero está destinado al espectro socialmente opuesto. Se trata de la Casa Sede del Santo Domingo Country Club, comisionada por esa institución al Ing. Virgilio Pérez Bernal, con quien González colaboró como proyectista durante varios años en múltiples proyectos. El Ing. Pérez Bernal (1918-1992) fue uno de los más importantes ejecutores durante estos años. Graduado en la USD de Ingeniero Civil en 1942, realiza postgrados en Chapel Hill, Carolina del Norte, y en Harvard University, Boston, obteniendo su MS en ingeniería sanitaria en 1944, cuando retorna al país después de una breve experiencia de trabajo en Nueva York, posiblemente en el estudio de SOM. Este edificio se localizaba sobre un promontorio que terminaba la perspectiva de un sinuoso camino entre los árboles del campo de golf más prestigioso de la ciudad. De nuevo se resuelve el esquema en dos niveles, disponiendo en el segundo los salones de baile y una gran terraza afianzada al hermosísimo paisaje suburbano del club. La arquitectura es blanca, moderna, con alguno que otro guiño a su contexto, como superficies recubiertas de piedra caliza, entre

17 Giovanni di Pietro, «Iconografía Trujillista», Boletín del Archivo General de la Nación, Vol. XXXVI, Num. 130 (Año LXXIII): 407-430. 18 Page Cooper, Sambumbia, a Discovery of The Dominican Republic, The Modern Hispaniola (Nueva York: The Caribbean Library, 1945), 55-56. 19 Elemento de notable formalismo que eventualmente se convertiría en el logotipo del Grupo Nueva Arquitectura. 20 Cooper, Sambumbia, 55.

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Dirigido por el Ing. Virgilio Pérez Bernal, para quien Guillermo González trabajó frecuentemente, el edificio sede del Santo Domingo Country Club se lista como de la autoría de GG, hecho fácilmente deducible por los planos aquí consignados, encontrados en el archivo de la institución para este volumen, y por la única fotografía que se ha rescatado del edificio original, arriba en esta columna. Al centro, un dibujo en elevación aparecido en la prensa local con la noticia de asignación del proyecto al Ing. Pérez Bernal. (VPB) Abajo se aprecia la instalación informal de corte tradicional que alojaba al Country Club antes de la participación de González y Pérez Bernal en el nuevo proyecto. (AAA)

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otros detalles. Pocas imágenes pero muchos recuerdos quedan de esta hermosa instalación demolida en los años 80 para dar paso a otras facilidades de mayor escala. De la noticia aparecida en la prensa, relativa al otorgamiento del concurso a Pérez Bernal, se extraen los siguientes comentarios: El diseño arquitectónico de la obra obedece a una interpretación moderna de un estilo clásico, de líneas sencillas, muy atractivas y en adecuada armonía con los fines a que será destinado. El Ing. Pérez Bernal ha tenido además, el gran acierto de escoger para los interiores del edificio, colores hermosísimos y de introducir como nota de decoración muros de piedras vistas. El edificio, que es de dos plantas, está rodeado por elegantes galerías y terrazas de gran lucimiento, y en su distribución interior se han tenido en cuenta, de modo especial, las condiciones favorables a la circulación y ventilación, que han sido resueltas de conformidad con las condiciones climáticas del lugar y la situación del edificio21.

En el año 1944 Penson también documenta la realización del diseño para el Tennis Club, en Santiago, aunque no se tiene constancia de su realización. En este caso trabajó mancomunadamente con José Antonio Caro y Bebecito Martínez, probablemente dentro del mismo programa de obras concebidas para el Centenario. El diseño acusa muy poca relación con las líneas estilísticas de GG en este período22. El Centro Social Obrero es una pieza urbana; el Country Club, otra en el paisaje bucólico de la periferia capitalina. El primero cumple con sus usuarios de modesta procedencia; el segundo, con las élites de la sociedad capitalina. Ambos representan, a través del mismo arquitecto, sus aspiraciones; ambos, con una arquitectura similar, ejemplifican la actitud de una época. La insólita «Sambumbia» En 1945 llega a Ciudad Trujillo la periodista Page Cooper, quien produce un texto relevante, publicado por The Caribbean Library (NYC,1945): Sambumbia, a Discovery of The Dominican Republic, The Modern Hispaniola23. La importancia de este texto radica en que, probablemente, es el único recuento de la obra de GG correspondiente, como ella misma señala, a su período dorado. Durante su visita de unos días, Cooper entrevista a GG en el Hotel Jaragua, y realiza un periplo por las obras más importantes desarrolladas hasta el momento: el Edificio Copello, el Hotel Jaragua, las obras del Centenario, las de la Universidad de Santo Domingo, al igual que el Centro Social Obrero, en proceso de construcción entonces.

Portada del libro Sambumbia, escrito por Page Cooper para The Caribbean Library; en él se incluye probablemente la única entrevista extensa realizada a Guillermo González en 1945, mientras ejecutaba muchas de sus obras más célebres. (AAA)

El texto de Cooper retrata con lujo de detalles al hombre y se adentra en el pensamiento de GG, sus circunstancias y su visión profesional: No fue difícil identificar al Sr. González entre los hombres presentes en el lobby, ya que buscaba a alguien medianamente joven, fresco y compacto, y libre de amaneramientos, tan moderno como el mañana, templado con una gracia desbordante. Era todo eso, moderadamente alto, un hombre fornido de unos cuarenta y seis años, de cara llena, sombra de bigotes, cabello canoso y corto, con la astucia de aquél que ha recibido entrenamiento militar, acogedor y amistoso, ojos marrones. Mientras caminábamos por la parte frontal del hotel, en busca de la fresca brisa marina, nadie como él identificaba la mejor ventilación, me comentaba acerca de la práctica de la arquitectura en la República. Aquí el arquitecto lo hace todo, desde los cimientos, cocina la comida y también la sirve. No vive en una torre de marfil donde los dibujantes le llevan los dibujos; y los contratistas, los planos. En su oficina, González realiza los diseños, los detalles y la supervisión del trabajo, mientras su hermano ejecuta las contrataciones y desarrolla las construcciones. Le agrada esta parte de la profesión: la actividad física, el movimiento de un lugar a otro, tocar los materiales, las losetas, vidrios, herrajes e instalaciones; incluso el sonido de la

Listín Diario, «Santo Domingo Country Club erigirá un nuevo edificio en Engombe Abajo», s.f.. 22 Enrique Penson, Arquitectura dominicana, 1906-1950 (Santo Domingo: Laboratorio de Ingeniería, 2005), 1: 234; 2: 331. 23 Cooper, Sambumbia. 21

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Dos dibujos de autoría no identificada, aparentemente incluidos en el libro Sambumbia, escrito por Page Cooper para The Caribbean Library. (AAA) A la derecha, secciones y elevaciones del proyecto ejecutivo para el Santo Domingo Country Club. (AAA)

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mezcladora de cemento parecería música para él. Esto debido a que en la República Dominicana las construcciones son de bloques y cemento reforzado, fáciles de usar y más frescas; o son totalmente reforzadas en concreto armado. Aquí la mampostería no es práctica ya que esta isla está formada por roca coralina, buena solamente para la decoración. Los españoles la usaron pero sus paredes eran de cuatro a cinco pies de espesor; un método de construcción que resulta hoy en día poco práctico desde el punto de vista económico. Los ladrillos —hay muy pocos— no son usados en fachadas. Incluso, aunque hubiese otras opciones, el Sr. González, preferiría el concreto pues resulta más flexible que la mampostería de ladrillo. Le pregunté si los arquitectos utilizan color sobre el concreto, y si no, cómo estos edificios como el Jaragua se mantenían tan blancos. «Simplemente agua y cal. Esto le da un acabado sutil y es económico», el Sr. González me contestó. «El Jaragua se cubre de una capa unas dos veces al año». «Por supuesto», agregó «no la podríamos utilizar en Nueva York». Los dos nos reímos, pensando en las marcas de los dedos y las manchas de hollín, a manera de murales, en un edificio como éste, un día cualquiera, en la ciudad de Manhattan24.

Es admirable el candor con el que González reconoce aquí algunas de las influencias de su arquitectura: ¿El Jaragua ha sido una inspiración de influencia europea?, pregunté al Sr. González. Me luce parecido a algunos edificios escandinavos que he visto en revistas de arquitectura. El Sr. González me dirigió la sonrisa de quien tiene un ligero cargo de consciencia. Él es un gran admirador de la arquitectura finlandesa y sueca, y afirma haber tomado una o dos ideas, los arquitectos siempre toman lo mejor de lo que ven, no importa su origen, pero en la funcionalidad de su diseño, considera a El Jaragua muy norteamericano. De todas maneras, como fue diseñado para el trópico, tuvo una inusual oportunidad de hacerlo hermoso y práctico a la vez. «Es como vestir a una hermosa mujer. Agregas un toque de lápiz labial, un poco de color en las mejillas y las cejas, nunca demasiado, y un acento de color aquí o allá. Después de todo», concluyó: «Yo soy latino». Me preguntaba si él era auténticamente dominicano, o una mezcla, como somos la mayoría de los norteamericanos; o si los orígenes de su familia se remontaban a los de aquellos caballeros que acompañaron a Colón, al igual que nosotros trazamos los nuestros hasta el Mayflower. Él era puro dominicano, me dijo25.

Se refiere también a los materiales y terminaciones importadas en el proyecto del Hotel Jaragua: En la mayoría de los casos el Sr. González estaba obligado a utilizar lo que él llamó materiales autóctonos. No había terminaciones de lujo con la excepción de algunas piezas que llegaron desde Estados Unidos, tales como los elevadores y las puertas Herculite, esas preciosas puertas de vidrio en la entrada. La mayoría de los materiales fueron traídos desde Estados Unidos con excepción de las baldosas. En la República se elaboran bellísimas baldosas. La Guerra complicó el proceso de tal forma que el Sr. González se vio obligado a resolver de manera diferente, resultando de todos modos un éxito; por ejemplo, el barroco, inusual y masivo candelabro en el salón de baile, el cual diseñó y ordenó a los Estados Unidos. «De todos modos» —me dijo— «en la República hay ebanistas que hubiesen podido hacerlo». «Uno de los mejores es el Sr. Palacios», me dijo. «Debería conocerlo. Cualquier día usted puede presentarse en su taller, frente al cementerio, y encontrarlo tallando un fino altar para algún convento o una intrincada silla renacentista. Él es excelente y puede confeccionarte desde una caja de cigarrillos hasta un juego de comedor». Entramos por las puertas abiertas del salón de baile para observar las audaces y elegantes ramas de la lámpara de arañas. Otro detalle que me pareció particularmente atractivo fueron las cortinas de la entrada en colores azul y rosa, entonces pregunté quién había sido el diseñador de interiores. «Yo», dijo el Sr. González. No tenía la intención de hacerlo, tenía la esperanza de dejarle esa parte a Dorothy Draper cuyo trabajo él admira, pero con los problemas de la Guerra, y por una razón u otra, terminó haciéndolo todo, seleccionando el mobiliario, realizando el paisajismo. Tenía una idea clara desde el primer boceto hasta los hibiscus que

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Cooper, Sambumbia, 48-49. Ibíd., 50.

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adornan la pared del frente y las petunias alrededor de la fuente. Con toda esta experiencia logra ambientes confortables para los usuarios, me preguntaba cómo sería el hogar diseñado por el Sr. González para su esposa española y sus jóvenes hijo e hija. Cuando le pregunté acerca de esta casa ideal, se rió. «Esa es una paradoja», me contestó. «Aún no he construido nuestra propia casa. Para un arquitecto ese es el tema más difícil, tiene tantas ideas que muy probablemente no las puede realizar todas en una misma casa, por eso me mantengo en una que construí temporalmente y ahora no sé cuándo podré construir una más apropiada». «De todos modos», agregó, «prefiero hacer edificios públicos que residencias». Le sugerí que posiblemente le resultaba más fácil lidiar con un Consejo de Directores que con una ama de casa, él me respondió con una sonrisa y sin comentarios26.

Además señala su participación, junto al equipo formado de nuevo por el Arq. Caro y esta vez, por el Ing. Moncito Báez, en las obras de la Universidad de Santo Domingo, y en el proceso de diseño de dos nuevos hoteles, muy probablemente, el Hotel Montaña en Jarabacoa, y el Hotel Hamaca en Boca Chica, realizados pocos años después:

Uno de los inventarios regionales más interesantes es el de las residencias campestres realizadas entre 1939 y 1945 por los exiliados españoles Tomás Auñón y Joaquín Ortiz, en Jarabacoa, poblado vacacional situado en las montañas de la cordillera central de la República Dominicana. Tanto la paleta de materiales, todos propios de la naturaleza y la artesanía rural circundante, como el vocabulario formal, de gran audacia y libertad, produjeron un gran impacto en la cultura nacional de entonces, permitiéndoles a sus autores en poco tiempo efectuar una sorprendente cantidad de obras de gran interés en Ciudad Trujillo y otras ciudades del país. Arriba, las casas Ricart y Nadal. (RB / AAA) A la derecha, dos vistas del Hotel Montaña, ordenado por el Estado para incentivar el turismo en la zona, y redactado por GG en una estilización inusual y de hecho única en toda su obra, sobre todo la de la fachada de entrada al complejo, trabajado en barra longitudinal volcada hacia la extraordinaria vista del valle de La Vega Real. (AGN / IDNH)

Actualmente está diseñando dos nuevos hoteles para resorts —los hoteles son sus predilectos por encima de todas las demás edificaciones y desea seguir diseñando muchos más por mucho tiempo—, además de la Escuela de Ingeniería que será construida el próximo año. Él es uno de los miembros del Consejo de Arquitectos responsables de la creación de la Ciudad Universitaria. Considera que el diseño de la Escuela de Ingeniería es el mejor trabajo que ha realizado hasta el momento, en relación al funcionalismo moderno y su idoneidad en la forma y diseño. De hecho la eficiencia es su principal preocupación; cree que si la planificación es certera, él puede hacerse cargo de la estética, incluso, los mismos están determinados por el diseño en sí. Esta era la oportunidad de preguntarle acerca de las delgadas celosías de concreto a manera de shutters calados en la Facultad de Medicina, ofreciendo sombra sin impedir la ventilación. Ya que varias de estas piezas estaban en una pila a medio terminar al fondo del edificio, supuse que serían parte integral del diseño de los edificios. Eran excesivamente decorativas, y me pregunté si eran nuevas formas para una nueva arquitectura tropical. «No son nuevos», dijo el Arq. González, «pero son buenas; fueron tomadas prestadas del Brasil». Una vez termina en el edificio de Ingeniería, el Sr. González se dirige a las aulas ya que es catedrático de Arquitectura. Tiene una clase muy animada y tres de sus alumnos desean ir a Yale este año27.

Interesantísima aquí la referencia a la arquitectura brasileña, la cual estaba en pleno vuelo, con las obras de Niemeyer en Pampulha, y de otros autores ya expuestos en la Muestra del MoMA «Brazil Builds», de 1942, y el posterior catálogo de 1943, de enorme resonancia internacional. Cooper concluye su artículo con una nota personal y emotiva, que sitúa a nuestro personaje en su medio ambiente: Un botones del hotel salió de entre las palmeras y los rosales, y llamó al Sr. González al teléfono. Éste se excusó y cruzó el porche, con aquella atractiva y pulcra elegancia, muy a lo USA y a lo Yale, pero con un algo especial, una gracia tropical, que como él mismo afirma al hablar de su arquitectura: «Después de todo, soy latinoamericano»28.

Cooper, Sambumbia, 53-55. Ibíd., 56-57. 28 Ibíd., 57. 26 27

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Hoteles e industrias La resonancia del Hotel Jaragua motiva la inmediata programación de una serie de piezas claves para lo que habría de constituirse en el inventario de hoteles del Estado dominicano, catálogo hoy todavía vigente aunque enormemente descuidado, después de 60 años de ignorancia y abusos en su administración. GG es encargado de redactar los proyectos para dos hoteles más: uno de montaña y otro de playa. Para el primero, llamado Hotel Montaña, se inicia su diseño prácticamente al finalizar las obras de ampliación del Jaragua, como ha evidenciado el artículo de Cooper29. Se trata de una instalación montada sobre la Cordillera Central, en la sinuosa carretera recién abierta que conecta la ciudad de La Vega, en el Cibao Central, con uno de los enclaves más paradisíacos del país, Jarabacoa. Esta pequeña ciudad de clima fresco, domina un pródigo y limitado valle de pinos, flores y ríos; es uno de los lugares más seductores y atractivos como asentamiento para casas de segunda residencia o vacacionales. Durante los años 40, con la apertura de la carretera y la explotación maderera tuvo un repunte importante; muchas viviendas de altísima calidad fueron realizadas para familias distinguidas, algunas obra de dos autores españoles exiliados del 39, Tomás Auñón y Joaquín Ortiz, muy admiradas todavía, y que definen una paleta de materiales y terminaciones de gran influencia30.

Dos vistas de archivo del Hotel Montaña, en Jarabacoa. A la derecha, los planos de la instalación reproducidos por Penson. (AGN / EPP)

González trabaja otra barra longitudinal de habitaciones, en esta ocasión casi la totalidad dispuesta hacia el lado del paisaje solamente, con los espacios públicos y de servicios resueltos en uno de los extremos; en el otro, se desarrolla la suite presidencial. Una piscina de gran tamaño hace las veces de transición entre la arquitectura y el hermoso paisaje hacia el valle del Cibao. La fachada hacia la carretera fue tratada con revestimientos en madera y ladrillo, en una combinación un tanto forzada, que alterna escaleras, sanitarios y dependencias de servicio; tal parece que la imagen de los trabajos para casas vacacionales de los dos autores mencionados haya sido impuesta a González, poco dado a trabajar con estos materiales; el Hotel Montaña es, en verdad, el único caso que se conoce en esta línea matérica. Los dos niveles del edificio son articulados del lado de la entrada en una serie de rítmicos volúmenes enfatizados por marquesinas, una en el eje de entrada del volumen público y otra en el extremo, directamente vinculante a la suite presidencial. Los planos, fechados en 1947, señalan al Ing. Bienvenido «Bebecito» Martínez Brea como contratista general de la obra31. El segundo hotel, de playa, diseñado en 1949 y terminado hacia 1951, es posiblemente el proyecto de mayor poesía en toda la obra de González: el Hotel Hamaca, en la costa sur del país, sobre la playa más cercana a Santo Domingo, Boca Chica. En este caso, tres niveles casan íntimamente el volumen al paisaje, dentro del cual el hotel, literalmente se posa. Veintiocho habitaciones se disponen a cada lado de un pasillo central en el piso superior, siendo de nuevo mayores las que enfrentan la playa; el piso intermedio, de llegada desde la calle, al norte, centraliza entre un comedor y el mar, un célebre espacio de bailes, conectado al Caribe a través de una gran galería abalconada corrida, sin límites verticales; desde el acceso y atravesando el vestíbulo y la recepción, se termina la perspectiva con un volumen proyectado solo en el segundo nivel, donde se coloca el bar, apoyado sobre columnas afincadas en la playa; este gesto de gran emotividad, consolidó al Hamaca, gracias a su expresividad arquitectónica, como el hotel de playa más visitado del país por muchos años, y un paradigma de moderna tropicalidad todavía no superada en el imaginario local.

Cooper, Sambumbia, 56. 30 Mauricia Domínguez, «Arquitectura Moderna Regional en República Dominicana», Archivos de Arquitectura Antillana 54 (marzo 2015): 58-71. 31 Penson, Arquitectura dominicana, 1906-1950, 1: 272; 2: 422-423. 29

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Un cuarto nivel se asoma solo sobre el bloque de llegada, al oeste, para permitir de nuevo, una suite presidencial, que fue identificada con motivos modernos alegóricos a la navegación aérea. Las habitaciones se asoman al mar a través de un ventanal corrido enmarcado en vuelos, con


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Perspectiva del proyecto original para el Hotel en Boca Chica, nombre genérico inicialmente asignado al finalmente reconocido como Hotel Hamaca. Se aprecia, entre otros detalles, la configuración en curva del volumen asomado a la playa en el segundo nivel, en un principio cerrado; este elemento plástico de singular importancia, fue realizado como una terraza abierta rectangular, posada sobre pilotis en las aguas de la mansa playa caribeña. (OR)

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De nuevo González evidencia su espíritu moderno con esta poética arquitectura hotelera literalmente afincada en las aguas del Mar Caribe. El Hotel Hamaca termina con elegancia y altura el período del racionalismo blanco de González, quien se luce de nuevo con una obra que casi flota en la playa cual nave metafísica en el paisaje. (AGN / Luis Mañón) La fachada norte es particularmente austera y racional; puros volúmenes ortogonales articulados, ventanas cuadradas que perforan la piel rítmicamente, y todo blanco... (AFGFC)

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Planos y dibujos varios del Hotel Hamaca, en la playa de Boca Chica. A la derecha dos imágenes memorables: la del Indio, escultura realizada por Antonio Prats Ventós, destruíada por el ciclón David en 1979; y la crujía del pórtico inferior, literalmente posado sobre las aguas del Caribe. (AGN)

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aperturas rítmicamente amarradas a las dimensiones internas de cada espacio. El conjunto es limpio, de espíritu evidentemente náutico; no pocas estructuras son referencia obligada; el Hotel Cap Ducal, en Viñas del Mar, por ejemplo, es la más cercana. Sobre este tema AAA abunda: El Hotel Hamaca se asienta en estas arenas blancas como un gran barco encallado en tierra, cuya proa mira al oriente. González rescata la arquitectura de barco sin la literalidad con que se había hecho anteriormente, esta vez de forma más sutil y conceptual. No constituye un edificio contemplativo del mar, sino que es un actor en juego con él, que se enlaza y lo penetra para que el usuario también sea partícipe de la experiencia. Este esquema no ha sido repetido en ninguna de las obras cercanas al mar en el país. Los planos, los bordes y las escalas manejadas en el conjunto permitían al visitante ir descubriendo paulatinamente las visuales al mar hasta llegar finalmente a la playa. Parte de su estructura se introducía en el agua, creando una especie de piscina techada y terraza-mirador sobre el mar. Este edificio se convirtió en un ícono de la arquitectura hotelera desde su construcción a mediados del siglo XX32.

A la izquierda arriba, una imagen actual del complejo formado en torno al bloque original del Hotel Hamaca, después de sucesivas ampliaciones que han hecho el esfuerzo de conservar la integridad, al menos volumétrica, de la estructura original, apreciable al centro. La ilustración de abajo corresponde a un anteproyecto redactado por el Arq. Polín Espaillat Nanita hacia 1969, comisionado por el expresidente Balaguer, y nunca ejecutado. Esta propuesta demuestra el interés que existía hace años por ampliar esta facilidad turística, la primera realizada en el país en las playas cercanas a la ciudad de Santo Domingo. (AAA)

Muchas son las historias sobre el Hotel Hamaca, muchas las parejas que iniciaron su recorrido matrimonial aquí, playa de blancas arenas donde jugaron varias generaciones de niños y niñas, muchas anécdotas. Hoy, el edificio se ha conservado, integrado a un proyecto que le incorporó como pieza social dentro de un programa de mayor escala, desarrollado en torno al mismo, con un patio trasero que funciona como filtro de articulación. El proyecto fue el resultado de una iniciativa privada bajo la dirección de los arquitectos José Antonio y Danilo Caro Ginebra, hijos del maestro Caro Álvarez, atendiendo a una solicitud de actuación del gobierno central en los años 80, dirigida a rescatar y potenciar la descuidada estructura original. GG habrá de diseñar dos hoteles más, cuatro años más tarde, vinculados a la iniciativa de celebración de la Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre. Dos proyectos atribuidos a González, también originalmente encargos públicos, aunque poco documentados como tales, y pertenecientes a la tipología industrial son: el bloque fundacional de la Cervecería Nacional Dominicana —construida por el Ing. Monchín Bonetti—, productora de la Cerveza Presidente, situada en la prolongación poniente de la avenida Independencia; y el proyecto de confusa paternidad para la Sociedad Industrial Dominicana, mejor conocida como La Manicera, situada sobre la zona industrial desarrollada al norte de la avenida Máximo Goméz. Ambas piezas fueron trabajadas en predios de gran extensión, que hoy todavía ocupan terrenos enormes en el tejido de la ciudad de Santo Domingo, aunque la intervención de González haya sido originalmente de limitada escala. De especial mención es el reconocido Roof Garden de la Cervecería, lugar donde se realizaron infinidad de actividades sociales, festejos y eventos culturales, que continuaron la tradición iniciada por la azotea del Hotel Jaragua, de similar naturaleza espacial y arquitectónica. Otro proyecto recientemente identificado, es un hotel en Saint Thomas, Islas Vírgenes, firmado por Guillermo y Alfredo González, no ejecutado. Se asume su proyección paralela al Hamaca, a finales de los años 40; resulta provocador asociar su configuración con el posterior proyecto para el Hotel Paz, realizado en 1955 para dar soporte logístico a la Feria de la Paz. Un proyecto no ejecutado de especial interés es el Colegio del Sagrado Corazón en Ponce, Puerto Rico, en sociedad con el relevante autor Rafael Carmoega, en 1950. Que se conozca, es la única iniciativa de GG en la hermana isla.

Mauricia Domínguez, «Hotel Hamaca», Archivos de Arquitectura Antillana 53 (diciembre 2014): 124-126. 32

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En estas páginas tres dibujos inéditos de un anteproyecto para hotel en Saint Thomas, Virgin Islands, correspondientes al volumen total, al vestíbulo, y al salón comedor. Esta propuesta, probablemente realizada a finales de los años 40, prefigura de alguna forma la futura definición del Hotel Paz (posteriormente Hispaniola), realizado para la celebración de la Feria de la Paz y la Confraternidad del Mundo Libre, en 1955. Aparece firmada por Guillermo y Alfredo González. arquitectos. (OR)

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En estas páginas, cuatro hojas conservadas en la Colección Carmoega del Archivo de Arquitectura y Construcción de la Universidad de Puerto Rico, acreditan el proyecto del Colegio del Sagrado Corazón en Ponce, PR, a GG junto a Rafael Carmoega (1894-1968). Este autor boricua, graduado en Cornell University, es el padre de la arquitectura moderna en Borinquen, con obras tempranas de exquisita factura. Su cargo al frente de la oficina de diseño del Estado en el Departamento del Interior, le posibilitó dirigir muchas obras públicas de gran relevancia en el paso de la arquitectura de origen hispánico a la modernidad en ese país. La participación de González es evidente, sobre todo en la Elevación Principal apreciable en la hoja 1/4. No se conocen detalles en torno al origen de esta asociación entre Carmoega y González. (AACUPR)

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Capítulo 4 Residencias tradicionales y hábitat moderno • El rompimiento en lo doméstico • Vivienda colectiva y tropicalidad • El caso de Consuelo: batey moderno

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Capítulo 4 Residencias tradicionales y hábitat moderno Uno de los inventarios más extensos y a la vez controversiales de la obra de GG fue la de su arquitectura doméstica. Desde el inicio de su carrera, participó mano a mano con su hermano y asociado Alfredo en la producción de residencias de muy alto nivel para las familias más renombradas de la capital. Fue de hecho Alfredo, según documenta Penson en su archivo de planos publicado en 2006, quien comenzó con las primeras casas ya desde 19341. Alfredo realiza una serie que incluye, por ejemplo, su residencia familiar, situada en la avenida Bolívar esq. Dr. Delgado, una casa fechada en 1934 de bellísima composición, muy influenciada por el Art Deco, aunque de esquema de patio central2. Otra casa importante dibujada tempranamente por Alfredo —aparentemente no realizada— es una de dos niveles cuya leyenda la atribuye al encargo del Hon. Presidente Rafael L. Trujillo, dentro de la estructura de la Oficina del Ing. Asesor de Poder Ejecutivo, esta vez, en estilo neohispánico3. Ahora bien, una obra muy célebre, paradójicamente no incluida en el exhaustivo recuento de Penson y probablemente, una de las primeras en las que participa Guillermo, fue la denominada Rancho Cayuco —localizada en una de las grandes propiedades que se extendían desde la acera sur de la avenida Independencia hasta el malecón, en ese entonces campo de desarrollo inmobiliario de gran energía—, para la célebre pareja formada por el matrimonio entre el playboy dominicano Porfirio Rubirosa y la hija primogénita del presidente Trujillo, Flor de Oro. Esta casa, posteriormente utilizada como Sede de la Secretaría de Estado y después como local del Colegio San Luis Gonzaga —hasta su demolición en los años 70 para dar paso al Hotel Sheraton—, fue realizada en estilo neocolonial, dando inicio a una larga serie de casas hechas en ese lenguaje por los hermanos González. Se intuye que el proyecto fue redactado durante la visita de Guillermo al país durante el año 1935, cuando también consignó su entrada para el concurso del Parque Ramfis. Ya hemos visto cómo a su regreso de la Feria de Nueva York del 39, el Listín Diario la acredita como una de sus mejores obras realizadas a la fecha. Pocas imágenes sobreviven de esta estructura, pero sobresale su acusada composición volumétrica, y aquel patio central de tanta influencia local en su momento.

En las páginas precedentes, bellísimo boceto para una residencia del Sr. Enrique Pimentel, de modernísima concepción. Esta casa no fue realizada, ni se conoce su localización. (OR). Arriba: He aquí las dos primeras casas registradas como obras de los hermanos González. Las dos imágenes superiores se vinculan a Rancho Cayuco, originalmente ocupada por Flor de Oro Trujillo y su célebre esposo Porfirio Rubirosa, quienes parecen haberla disfrutado por muy poco tiempo, antes de ser destinada a dependencias públicas del Estado dominicano. Abajo un dibujo fechado en 1938 por C. Ramírez, de la residencia de José María Bonetti todavía existente en la avenida Bolívar al noroeste de la calle Dr. Delgado. Esta vivienda ha sido admirablemente conservada por sus actuales propietarios, como se apreciará en estas páginas. Enrique Penson, Arquitectura dominicana, 1906-1950 (Santo Domingo: Laboratorio de Ingenieria, 2005), 1: 29. 2 Penson, Arquitectura dominicana, 1: 128. 3 Penson, Arquitectura dominicana, 1: 128; 2: 120. 4 Penson, Arquitectura dominicana, 1: 152; 2: 168. 1

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Otra de las más antiguas, de mayo de 1936, es una que existe aún en excelentes condiciones, para la familia de José María Bonetti, en la avenida Bolívar. Esta casa al igual que Rancho Cayuco, adopta el estilo mediterráneo, con galería, arcadas, patio y los otros elementos típicos de la fórmula. La casa Bonetti ya demuestra un sentido más severo del volumen y está firmada por González y González, primer documento que asegura la existencia de una asociación entre los hermanos, y la participación directa de Guillermo en el diseño. Esta residencia es en verdad una pieza de excepcional calidad y buen gusto. Su patio, originalmente abierto, ha sido cubierto con un lindo lucernario de láminas traslúcidas y ocupado como espacio de estar familiar, refleja una madurez de estilo poco frecuente en autores de tan temprana edad y experiencia4. Una serie de casas todas en estilo tradicional, se suceden a partir de 1939: la remodelación de dos casas de los Cáceres Troncoso, en la calle Pasteur esquina Santiago, en 1939-40; la casa González Schotborgh, en la calle Moisés García; la casa de Ernesto Mathis, en la calle Nicolás de Bari; la casa de Consuelo Vidal Vda. Ricart, en las calles Manuel Rodríguez Objío y Nicolás de Bari, estas tres en el mismo entorno barrial. Algunas de éstas hoy se han perdido o transformado más allá de lo rescatable. La casa Ricart, por ejemplo, fue demolida para permitir la obra de estacionamientos del Banco Central de la República. De esta casa, su entorno barrial y sus renombrados propietarios, abundan las anécdotas. Otra casa, no identificada, fue la diseñada en 1945 para Dima A. Pérez, en las calles Castillo y José Desiderio Valverde.


A la izquierda, residencia del Sr. José María Bonetti, situada en la avenida Bolívar casi esquina Dr. Delgado, todavía en excelentes condiciones de mantenimiento por sus propietarios actuales de la misma familia. (EPP) A la derecha, planos de la residencia de Flor de Oro Trujillo, conocida como Rancho Cayuco, actualmente inexistente. (EPP)

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En esta página y en las cuatro anteriores, varias tomas exteriores e interiores de la Casa de José María Bonetti existente en la avenida Bolívar al noroeste de la calle Dr. Delgado. Se aprecia el cuido de la misma y la dedicación al buen estado del jardín. (RB)

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A la izquierda, dibujos de la casa de Consuelo Vidal Vda. Ricart (demolida), en las calles Manuel Rodríguez Objío y Nicolás de Bari. (EPP) En la columna derecha, dibujos de la casa de Ernesto Mathis (demolida), en la calle Nicolás de Bari. (EPP)

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Una de las más importantes, no sólo por el diseño y la escala del proyecto en sí, sino por la notable familia que la comisiona, es la residencia de la Sra. Amelia Cabral de Vicini, realizada en 1948 en la Av. Máximo Gómez, en un predio extraordinario situado entre la Av. Independencia y la Av. George Washington. Esta casona de gran elegancia, colocada en el centro de un extenso lote y rodeada de elegantísimos prados y jardines, se conserva aún admirablemente bien, incluso amueblada y decorada prácticamente igual que como fue dejada por sus propietarios originales.

A la derecha de la imagen, hacia el este del Auditorio del Banco Central, se aprecia la masa de la antigua Casa de Consuelo Vidal Vda. Ricart, situada en las calles Manuel Rodríguez Objío y Nicolás de Bari. Esta residencia, junto a la de la familia Mathis, ocupaba este vecindario en las entonces alturas del sector de Gazcue. La casa fue demolida para dar paso al actual edificio de estacionamientos del Banco Central. La foto de Onorio Montás fue realizada en 1986. (OM)

Su esquema responde a un aprovechamiento pleno de la espléndida vista hacia el mar Caribe al sur, volcando las áreas más importantes de la residencia al jardín que domina esta vista. De nuevo aquí, se trabaja un desarrollo lineal sobre el eje este-oeste, con las áreas sociales hacia el este, y las de servicio al oeste. González explora otra vez las cubiertas tipo Bermuda hechas en concreto detallado en capas sobre techos inclinados, una de las constantes en sus diseños residenciales de este período. Una espectacular terraza a cielo abierto domina la casa en su acercamiento a la esquina climáticamente más gentil del conjunto, enfrentada al malecón desde el ángulo sureste. En esta obra participó de manera integral el estudiante de término de GG en la USD, el joven William Reid Cabral, sobrino de doña Amelia, quien siempre recordó su colaboración con González en ésta, su opera prima de gran calado, como uno de los hechos más significativos y trascendentes de su exitosa carrera profesional. Una residencia poco reconocida dentro del catálogo de obras de los hermanos González, y hasta donde sepamos jamás publicada, es la de la familia de don Alberto Bonetti Burgos y doña Cristina Brea Battle, localizada en un gran predio con acceso desde la César Nicolás Penson y esquina a la Máximo Gómez, frente a donde operó el Consulado de los Estados Unidos de América por décadas. La confirmación de la autoría de GG en ella ha sido reciente, gracias a los planos suministrados por sus actuales propietarios, don Jaime Bonetti y su esposa Maritza Zeller. La residencia obedece a una composición poco usual de piezas estructuradas a un pequeño patio central, y de configuración más bien cuadrada. Las fachadas y las terminaciones demuestran gran esmero tanto en la composición como en la obra, que fue terminada en 1952 bajo la dirección del Ing. Juan Bernal. También dentro de estos esquemas, aunque un tanto más expresiva dada su exposición al paisaje desde lo alto de un promontorio en el farallón de Ciudad Trujillo, fue la casa de la Sra. Gisela Velázquez de Troncoso Sánchez, realizada en 1948 en la avenida Bolívar, donde hoy se encuentra el templo principal de los Mormones. La terraza —de suave curvatura— predominante ante el paisaje se constituyó en una imagen antológica de esta memorable residencia. No existe comprobación documental, pero varios autores atribuyen a la mano de Guillermo González el diseño, generalmente asignado al entonces joven arquitecto Amable Frómeta, colaborador y eventual socio del Ing. Virgilio Pérez Bernal, responsable de la obra, de la residencia del Lic. Peña Battle, en la zona norte de Ciudad Trujillo5. Esta casa, de notable gravitas y de poderosa afiliación formal a repertorios coloniales e históricos, hoy es ocupada por las oficinas principales de la Universidad Iberoamericana (UNIBE). Si se considera la frecuente asociación de González con Pérez Bernal —ya hemos visto su vinculación en el Casino de Güibia y en la sede del Country Club, entre otras obras—, y se estudia con cierto detenimiento la contrastante obra inmediatamente posterior de Frómeta, esta especulación ofrece en verdad algunos elementos de juicio atendibles críticamente.

5

Eugenio Pérez Montás, conversación con el autor, 1984-1985, Santo Domingo.

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Casa de la Sra. Gisela Velázquez de Troncoso, realizada en el 1948 en la avenida Bolívar, donde hoy se encuentra el templo principal de los Mormones en la RD.

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Residencia de la Sra. Amelia Cabral de Vicini, realizada en 1948 en la avenida Máximo Gómez, en un predio extraordinario situado entre la avenida Independencia y la avenida George Washington. En la doble página anterior y en éstas, varias imágenes de la Casa Vicini en la avenida Máximo Gómez con George Washington. Esta es sin dudas la residencia de mayor dimensión en toda la obra de González, y fue realizada en 1947, con el Arq. Billie Reid aún estudiante, como arquitecto residente de obras. (RB). En la doble página siguiente, algunos de los planos originales de la casa, hechos sobre papel “mantequilla”, incluyendo detalles y particulares de la misma. (OR)

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Los interiores de la Casa Vicini conservan su elegancia y buen gusto a través de los años. En ellos ha intervenido la diseñadora Patricia Reid Baquero. La casa se mantiene en uso y manifiesta atención frecuente al mobiliario y a las obras de arte allí expuestas. (RB)

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En la doble página anterior, una hermosa vista de la esquina noreste de la Casa Bonetti, en la César Nicolás Penson, mostrando la marquesina y fachada principal de la misma. En esta página, imágenes recientes de la Casa Bonetti. (GJM / AAA)

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Planos azules con elevaciones y secciones originales del proyecto de los González y planta levantada del primer nivel y de la residencia Bonetti en Santo Domingo. (AAA)

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Porche de acceso, detalles interiores y vista del acceso desde el noroeste de la Casa Bonetti, en la César Nicolás Penson. (GJM / AAA)

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El rompimiento en lo doméstico Como hemos mencionado, no es sino hasta el casual encuentro de GG con Frederick Schad, en una cena en Nueva York en 1939, que Guillermo decide diseñar su primera residencia en el lenguaje racionalista6. Ya había ensayado exitosamente en el edificio Copello; le tocaba ahora asumir la nueva actitud en el mundo doméstico, tema que abordó, todavía con ciertas soluciones tentativas, en esta singular casa de dos niveles, construida en 1940 en los predios aledaños a la residencia del presidente Trujillo, en Gazcue. La casa Schad plantea su morfología de barra elongada, con terraza abalconada abierta hacia el sureste en el segundo nivel. Sobre la casa, escribe Mauricia Domínguez: Colocada hacia el fondo de la propiedad, la topografía en pendiente protagoniza el acceso a la edificación de dos niveles. Cada nivel se desarrolla como un cuerpo horizontal en desplazamiento inverso. Los vacíos en cada piso se tratan con un balance equilibrado por opuestos; así, al vacío del área de marquesina y acceso, se contrapone el vacío de la terraza superior en dirección este, ambos acompañados por una columna de apoyo circular. Este tímido ensayo encontrará luego su mayor potencial en la terraza del Hotel Jaragua. Un plano perforado por nueve claraboyas marca la entrada al vestíbulo. Las ventanas enfatizan también la horizontalidad con un ritmo irregular. Los detalles son leves disposiciones de planos recesados y un marco grueso en el techo que se desplaza hasta el plano de tierra7. Las dos residencias privadas aquí retratadas han sido consideradas como posibles obras de GG. Una de ellas aparecida en las Memorias del Consejo Administrativo de 1939, dentro de un elenco de casas realizadas en Gazcue, es una villa de dos niveles de exquisita y modernísima estilización. A juzgar por la certeza de la existencia de las demás incluidas en estas páginas, la vivienda debió existir, aunque hoy no tengamos evidencias de la misma. (AAA) La otra, estuvo ubicada en la prolongación de la Av. Independencia, en una propiedad que colindaba con el malecón, y se tiene la certeza de que en ella fue alojado el exdictador argentino Juan Domingo Perón cuando residió en Ciudad Trujillo a fines de los 50. (AGN) A la derecha, una rara toma de la Casa Schad, junto a GG, sus acompañantes y el Sr. Schad. (AGN / Conrado / IDNH)

Se conservan muy pocas fotos de la misma, sobresaliendo unas que fueron realizadas durante la visita a ella del mismo GG con dos damas, se presume, su esposa Mercedes y, posiblemente, la periodista norteamericana autora de Sambumbia8. También puede ser visto en ellas a la pareja del matrimonio Schad, en actitud relajada y contemplativa, paseando en el todavía desnudo jardín frontal. No tenemos ningún recuento del proceso de comisión para la otra casa racionalista importante de GG, la famosísima Casa Telefunken, sobrenombre dado a la casa Pichardo Ricart por su radical estética y modernidad. Paíno Pichardo fue uno de los funcionarios vinculados al régimen, desempeñándose como Secretario de Estado. Su elección de los González como autores de su casa, situada en la avenida Independencia, al oeste de la Máximo Gómez, fue en cierta forma predecible en estos momentos. La renombrada casa fue demolida para dar paso al conjunto inmobiliario Malecón Center, y se entregaba —como las otras casas localizadas en esta franja y realizadas antes de la extensión de la avenida George Washington—, al mar Caribe; una pequeña cala servía como playa privada en la misma propiedad de la familia. La casa Pichardo demostró un dominio más relajado del diseño. También realizada en dos niveles y en esquema de barra orientada en el sentido este-oeste, al igual que la Schad y posteriormente la Vicini, acusa una mejor relación entre los dos niveles, y una admirable sencillez en el acomodamiento de huecos y llenos. La fachada hacia la avenida Independencia resumía la composición a dos huecos: uno enmarcando la terraza del segundo nivel, a gran escala sobre la marquesina; y otro, en resonancia con el primero, asomando la ventana de una de las habitaciones hacia el jardín frontal, a menor escala. Posteriormente la casa sufrió la ampliación de una terraza cubierta extendida hacia el gran patio sur, aunque nunca perdió su configuración y su elegancia original.

Anécdota confirmada por la Dis. Sarah Olimpia Frómeta de Schad y su hijo, Mikael Schad, y frecuentemente recordada por el abuelo, propietario original de la casa. 7 Mauricia Domínguez, «Residencia Schad», Archivos de Arquitectura Antillana 53 (diciembre 2014): 62-63. 8 Page Cooper, Sambumbia, a Discovery of The Dominican Republic, The Modern Hispaniola (New York: The Caribbean Library, 1945). 6

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Recientemente han sido objeto de estudio dos residencias privadas, atribuibles a GG. Una de ellas aparecida en las Memorias del Consejo Administrativo de 1939, dentro de un elenco de casas realizadas en Gazcue, es una villa de dos niveles de exquisita y modernísima estilización. A juzgar por la certeza de la existencia de las demás incluidas en estas páginas, la vivienda debió existir, aunque no tengamos evidencias de la misma: ni fotos, ni planos, ni anécdotas. Una casa así, de tal pureza, no pudo pasar desapercibida. O fue tempranamente demolida,


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En esta página, varios planos de la Casa Schad, primera residencia moderna en el catálogo doméstico de González. Se incluye la planta original en copia azul, del archivo familiar, y otros dibujos del libro de Penson, así como una fotografía de González con dos damas acompañantes, junto a miembros de la familia Schad, en el profundo jardín frontal de la casa. . (AGN / Conrado / IDNH) En la página siguiente, una foto de la estupenda Casa Pichardo, segunda obra residencial moderna de los hermanos González, también demolida. (AFGFC / EPP / AAA)

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Arriba dos imágenes desde el noreste de la residencia Pichardo; la segunda aparece publicada en la revista CODIA 36, a raíz de la muerte de GG en 1970. Abajo, una rarísima toma de la casa, en Boca Chica, del Sr. Juan Velázquez Báez, atribuída a los González y de factura anterior al 1939, probablemente dentro del mismo proceso que produjera poco después las casas Schad y Pichardo. (GNA / CODIA / AFCG)

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o no fue construída realmente en Santo Domingo. La otra, estuvo ubicada en la prolongación de la Av. Independencia, en una propiedad que colindaba con el malecón, en ella fue alojado el exdictador argentino Juan Domingo Perón cuando residió en Ciudad Trujillo a fines de los 50. Ambas residencias indocumentadas quedan pendientes de afiliar, pero demuestran la impronta del movimiento moderno en la República Dominicana, y la influencia de González en su desarrollo. Dos casas de espíritu vanguardista no han sido documentalmente confirmadas, pero son atribuidas a los González por varias fuentes. Una es la casa de Boca Chica de Juan Velázquez, de factura confirmada anterior a 1939. La otra fue realizada posteriormente, hacia 1950, para la familia del Dr. Jaime Jorge, en la calle César Nicolás Penson. Ambas fueron concebidas con los mismos elementos que las casas modernas anteriores: piezas ortogonales de dos niveles, retiradas del lindero frontal, orientadas en el sentido este-oeste, con ventanales apaisados y pilotis. La casa Jorge —hoy Perelló— se conserva en buenas condiciones, aunque se contempla su demolición en el futuro próximo para dar paso a un desarrollo inmobiliario. Vivienda colectiva y tropicalidad Uno de los fenómenos que adquiere relevancia en estos años fue la realización de edificios de los entonces llamados departamentos, piezas en condominio para el hábitat colectivo multipisos que fueron transformando, poco a poco, el perfil unifamiliar de muchas de las construcciones de Gazcue y los demás sectores de la ciudad en plena expansión. Los González, una vez terminado exitosamente el proceso de obras del Hotel Jaragua, emprenden dos iniciativas inmobiliarias dirigidas por la misma firma: la primera es el edificio conocido como El Jaragüita, localizado en la Av. George Washington esq. Félix Mariano Lluberes, a menos de 200 metros del hotel; y la segunda, el Edificio González, situado en la calle Pasteur esquina Casimiro de Moya, en Gazcue. La primera fue demolida para dar paso a un infame estacionamiento a cielo abierto del Hotel V Centenario. La segunda permanece un tanto descuidada, aunque con pocas alteraciones críticas a la estructura original. El Jaragüita ha sido uno de los edificios más celebrados de la modernidad dominicana. Su recatado esquema original de tres niveles con extremo circular hacia el ángulo de la esquina sureste, la escala de sus entrepisos —aquí reducidos por GG a la inédita altura de 2.40 metros—, la blancura de sus fachadas y la simplicidad del volumen, significó sin dudas, en aquel momento en el que los González recién gozaban del enorme prestigio producido por la inauguración del Hotel Jaragua, un impacto extraordinario en sus carreras. El Jaragüita dispone dos apartamentos, de diferente distribución, uno a cada lado de un bloque central de escaleras. La planta ostenta dimensiones muy reducidas pero altamente eficientes. Sobre este edificio advierte Mauricia Domínguez en AAA053: El primer nivel funcionaba como basamento, tratado de forma diversa a los pisos superiores, con dos pequeños apartamentos a ambos lados de la caja de escaleras. Sobre ellos se desarrollan los dos apartamentos superiores, cuya extensión longitudinal corre paralela al malecón para aprovechar las vistas al mar de las estancias sociales. Se mantiene la fórmula utilizada anteriormente de terrazas abiertas hacia el este, en este caso incorporando el cuerpo curvo en vuelo de los maestros holandeses. Claraboyas en el extremo opuesto iluminan el baño de servicio, seguido de un balcón rectangular y proyectado, y ventanas apaisajadas enmarcadas por un pequeño alero, completan cada nivel. . Durante unos años Guillermo habitó en este edificio. En los años 80 un cuarto nivel fue agregado repitiendo el esquema de los pisos inferiores; posteriormente también se adiciona un quinto piso, techado parcialmente, que enriquece aún más el equilibrio del volumen total. Los planos originales fueron confeccionados en abril de 19429.

Dos fotos realizadas por la historiadora colombiana Silvia Arango, durante su visita a Santo Domingo en 1994. En esa ocasión visitó junto a Omar Rancier las obras más emblemáticas del modernismo dominicano, entre ellas la Casa Pichardo. Aquí incluidos por su valor documental, estas insólitas imágenes del interior de esta maravillosa residencia, cuyo predio original ocupa hoy el complejo del Malecón Center. (SA) Abajo, estado actual de la Casa Jorge, ubicada en la calle César Nicolás Penson. (GJM)

Mauricia Domínguez, «Edificio El Jaragüita», Archivos de Arquitectura Antillana 53 (diciembre 2014): 78-79. 9

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Varias tomas del edificio de apartamentos conocido como El Jaragüita, en su primera fase, de tres niveles, y luego de ser ampliado a cinco. En esta página, a la izquierda, evidencia del estado en que se encontraba intervenida la edificación poco antes de su innecesaria demolición. Arriba, en esta columna, una dramática foto del edificio siendo combatido por las ráfagas del Ciclón Georges, en 1998. (AFGFC / CODIA / AAA) Abajo: plano de obras completas del edificio para el Sr. Leo Ricart, aparentemente no ejecutado. Interesante ver como en una sola hoja de dibujo se concentra toda la información necesaria para construir este edificio de cuatro niveles. (GNA)

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Edificio de apartamentos González, situado en la calle Pasteur del sector de Gazcue. En su momento fue uno de los edificios más modernos y audaces en la ciudad. Hoy se mantiene en precarias pero buenas condiciones. La marquesina siempre ha sido una objeto curioso en la obra de GG, aunque aparece en otros proyectos. (RB / EPP) En la página de la izquierda, detalle de los entornos urbanos de mayor valor en la ciudad hacia el año 50. Solo de Guillermo González se aprecian las obras del Jaragüita, el “Jaraguitita” y al fondo, el Hotel Jaragua. A la derecha, el bloque neoclasicista de Henri Gazón, ejecutado hacia 1945, para el Palacio del Partido Dominicano. (AGN/ IDNH)

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Dos de los edificios multifamiliares diseñados por GG. A la derecha el edificio González de su propiedad, situado en el frente del lote familiar donde existió la casita de madera azul, sobre la calle Hondovalle, más tarde Crucero Ahrens. Abajo, planos originales del mismo edificio de la foto, identificado como propiedad de la Sra. Georgia Sánchez Vda. González. Lo firman González y González arquitectos, y lo sitúan en la calle Crucero Arend. (OR)

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Muchos amigos, colaboradores, y finalmente estudiantes de término de la UNPHU, visitaron y disfrutaron del afecto de Guillermo en su apartamento en el último nivel de El Jaragüita. El arquitecto José Horacio «Sancocho» Marranzini recuerda con cariño las horas transcurridas en el taller de diseño de aquel apartamento, donde trabajaban de cinco de la mañana a cinco de la tarde, respetando según dispuso GG, «las horas tranquilas y frescas después de la última llamada de teléfono del día, y la primera del otro»10. Un pequeño estanque servía como piscina en la terraza superior de este apartamento, lugar del que se guardan memorias muy íntimas y especiales. El bloque de seis pisos de los Apartamentos González, situado más al norte que El Jaragüita, en una esquina de la calle Pasteur del sector de Gazcue, posee otras características, si bien ostenta igual modernidad. El parti refleja una simetría en verdad inexistente, ya que se ha dispuesto el bloque de circulación vertical un tanto más hacia el sur respecto al eje central, permitiendo así la solución de un apartamento de dos dormitorios hacia el norte y uno de un dormitorio, hacia el sur. El último piso muestra un retranqueo hacia adentro, definiendo la terminación del bloque. Amplios balcones dominan la estética en las esquinas hacia la fachada este, frontal. Un acceso desde el descanso de la escalera a algunos salones posteriores, actúa como contrapunto de interés en el diagrama de distribución. Una marquesina de delgados e insólitos soportes jerarquiza el acceso central, en la calle Pasteur. GG realiza varios apartamentos en la zona de la propiedad familiar, tanto en la calle Félix Mariano Lluberes como en la perpendicular, Crucero Ahrens. Sobre esta última vía, en el lindero sur de la propiedad en la que aún permanecía en esos años la casita azul de madera hecha para alojar al matrimonio González Fernández-Canivell en sus inicios, GG construye en los años 50 un sencillo edificio de cuatro niveles, con dos unidades por piso de muy bajo puntal. Ya entonces González había logrado, a base de prestigio y confirmación factual, bajar el nivel de entrepisos de los 3.30 reglamentados en la Ley 351, a los 2.40 metros usados como su standard para unidades habitacionales en condominio. En la composición predomina una larga y esbelta marquesina sobre columnas tubulares de acero, muy distante de la diseñada para el edificio González en la Pasteur pocos años antes, desde el edificio hasta el borde frontal de la propiedad. Esta ha sido trabajada con una serie de elementos colgantes de hormigón armado, también presentes en los anchos balcones, a manera de toldos. Este es un recurso original, poco usado, propio de varias obras del período en González y en otros autores que ya practican bajo su influencia, como es el caso de Billie Reid y Nani Reyes, Gai Vega, Manolito Baquero, entre otros. Sobre este edificio AAA054 señala: Destacan los planos sólidos de las vigas de soporte del techo y la transparencia de las barandas de planchuelas horizontales de metal. La línea horizontal de los hierros de las barandas se contrapone al plano de los antepechos de las ventanas laterales horizontales, en un interesante juego de llenos y vacíos. Estos detalles formales imprimen a la obra un fuerte dominio de la estética horizontal, tan característica de Guillermo González11.

Otro bloque no identificado en la ciudad, fue publicado en la revista Arquivox 3-4. Se trata del proyecto para el Sr. Leo Ricart realizado en 1950 por Guillermo y Alfredo González, un sencillo edificio de cuatro niveles, con un apartamento por piso. El plano demuestra no solo la capacidad de articular de manera audazmente sencilla el proyecto, sino la destreza al resumir, en lo que parece haber sido una sola hoja de dibujo, el proyecto completo del edificio, incluyendo hasta los cálculos estructurales12.

Una rara y emotiva imagen de Guillermo González en la intimidad de su apartamento en el edificio El Jaragüita, a fines de los años 60. Abajo, la planta dibujada por GG del mismo espacio. (AFGFC)

Gustavo Luis Moré y Melissa Vargas. «Entrevista a José Horacio y Alejandro Marranzini», AAAPro_File 03 (septiembre 2012): 5. 11 Mauricia Domínguez, «Edificio González», Archivos de Arquitectura Antillana 54 (marzo, 2015): 123. 12 «Documento de construcción preparado por los ingenieros-arquitectos Guillermo y Alfredo González para una residencia de apartamentos en la calle Santiago, Ciudad Trujillo, 1950», Arquivox 3-4 (diciembre, 1984-mayo, 1985): 20. 10

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El caso de Consuelo: batey moderno Como un caso inusual en su obra, GG realizó en 1951-53 la casa de Mr. Edwin Kilbourne, administrador general del Ingenio Consuelo, y seis residencias para ejecutivos. Fueron dirigidas desde las oficinas del Central llamadas Casablanca. El Ingenio Consuelo, fundado en 1881-82 por las West Indies Sugar Corporation y situado a 12 kms al norte de San Pedro de Macorís, pertenecía en los años 50 a una compañía de origen cubano propietaria tanto de éste como de los Ingenios Quisqueya, Las Pajas, Boca Chica y Barahona. Mr. Kilbourne estaba casado con una señora dominicana de apellido Santoni. El Sr. Luis Arambilet, español, fungió como asistente de campo y agrimensor en la construcción de estas viviendas. Ya González poseía un aura de autor renombrado, algunos jóvenes del período recuerdan ir a verle los días que ocurrían sus visitas de supervisión de obras, y observarle con detenimiento y admiración13. Estas casas poseían un extraordinario encanto; todavía hoy, a pesar del abandono en el que se encuentran, preservan su atractivo, mezcla de su ubicación literalmente rural y de su amable modernidad, en aquel entorno idílico que solían disfrutar en los bateyes los ejecutivos de los centrales azucareros del país. Estas viviendas del Ingenio Consuelo estaban distribuidas en grandes extensiones de terreno particulares, donde no existían aparentes límites y la relación entre las mismas no era un elemento de diseño demasiado relevante, a diferencia de las casas diseñadas para los Ingenios Barahona o Boca Chica, en los cuales cada unidad estaba dispuesta a lo largo de una calle o vía longitudinal, compartiendo patios y áreas verdes entre vecinos. En estas páginas, imágenes de archivo de algunas de las siete casas realizadas por GG para los ejecutivos del Ingenio Consuelo, en San Pedro de Macorís, 1952-53. Estas viviendas se han perdido o desnaturalizado recientemente. A la derecha abajo, la casa de Mr. Kilbourne, legendario administrador de varios centrales azucareros en el país. (AAA)

GG concentra en estas casas de Consuelo su interés en las unidades en sí, en las que ostenta un sentido de la escala exquisito: los huecos bajan casi hasta el piso, aprovechando la apertura del lugar al máximo. De nuevo se producen los techos Bermuda frecuentes en la obra de GG de estos años, y se trabaja con la paleta ensayada en proyectos de carácter suburbano, como el Santo Domingo Country Club, en el que se aúnan terminaciones lisas blancas con superficies recubiertas en opus incertum, con la piedra caliza tan típica del sur de la isla, con calados, revoques y alguno que otro detalle siempre inteligente, ingenioso. Poco fue el tiempo que aprovecharon estas casas sus propietarios originales, ya que en 1956 el Ingenio Consuelo sufrió la misma suerte de muchos otros centrales dominicanos, al ser nacionalizados e ingresar al inventario de los bienes controlados por Trujillo.

13

Sr. Amilcare Guaschino, entrevista por el autor, abril de 2015, Santo Domingo.

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Capítulo 5 Urbanismo, arquitectura y academia • El plano urbano de la USD

• Otros edificios

• Turku, la tesis de Yale y las

• El arte y la estética del poder

escalinatas de Moncito

• Los años de la madurez total

• La Feria: Capo lavoro

• Academia: la generación divina

• Nacimiento y desarrollo de la idea

• González eje cultural:

• Simultaneidad del proyecto y la obra: el Directorio Técnico • El trazado urbano • Estado y arquitectura: equilibrio inestable

Las asociaciones • El mundo personal y familiar: La casita por el cementerio • Los ensayos originarios de NACO: Amable Frómeta, Marcial Pou, Juan Bernal

• Los edificios públicos

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Capítulo 5 Urbanismo, arquitectura y academia Guillermo González desarrolló en varios momentos de su carrera una relación muy íntima y productiva con el mundo académico. La convalidación de su título de Yale University ocurre hacia 1943, momento en el que parece haberse integrado a las aulas de proyección arquitectónica de la Universidad de Santo Domingo1. En ese momento el campus estaba siendo diseñado y construido en su nueva localización, en la entonces periferia oeste de Ciudad Trujillo, en un esfuerzo que reunió a muchos de los más reconocidos autores en la escena local. El plano urbano de la USD

Vista desde el oeste del núcleo de edificaciones originario de la Universidad de Santo Domingo, anterior al año de 1953. A la derecha, una vista desde el noreste del mismo núcleo, un par de años más tarde, ya con la presencia del edificio del Alma Mater, culminando el eje de la perspectiva este-oeste. (AGN / IDNH) En la portadilla anterior, una vista del elegantísimo portal de acceso norte, perdido durante el huracán David en 1979, donde podemos observar el letrero de «Viva Trujillo» sobre el dintel inferior. (MP)

La Ciudad Trujillo se extendía. También otros proyectos se desarrollan durante este año: el Barrio Obrero, uno de los intentos de la dictadura por desarrollar una política habitacional integral para la clase obrera capitaleña; el edificio de la Normal Presidente Trujillo, proyecto de Leo Pou Ricart, culminaba el trayecto a lo largo del Boulevard Trujillo Valdez. La política urbana y habitacional del régimen merece un detallado estudio en sí mismo. En el año 1944 se inicia la construcción del Palacio de Gobierno, bajo contrato con la oficina del Sr. Guido D’Alessandro, terminado en 1947. Confirmamos así cómo, dentro del marco de una arquitectura racionalista de notable impacto, la dictadura emprende la construcción de lo que fue la gran panacea edilicia de la misma, donde se volcó un presupuesto impresionante, similar al de la construcción de toda la Ciudad Universitaria. No se conoce en la obra de González una producción urbanística particularmente extensa ni planteamientos vanguardistas sobre el tema. González era un autor de piezas de arquitectura por vocación y entrenamiento. Su acercamiento a la disciplina urbana parte de una visión tradicional, axial, académica, en la que el trazado basado en grandes ejes, figuraciones de geometría euclidiana pura, espacios públicos claros, equilibrio de partes y estructuración formal, responde a principios decimonónicos en su espíritu proyectual. El primer trabajo de urbanismo a gran escala conocido en el que participa GG es el plan maestro para el campus de la Universidad de Santo Domingo, ciudad que, al igual que otras de América Latina, se ocupaba de ampliar y modernizar su infraestructura escolar superior, así: Bogotá (1936), San Juan (1936), Santo Domingo (1943), Caracas (1944), Panamá (1946), Quito (1947) México (1949), Río de Janeiro (1949), entre otras, quienes desarrollaron nuevos ejemplos de campus universitarios modernos de gran calidad urbana, algunos de ellos anteriores y otros inmediatamente posteriores al de Ciudad Trujillo (inaugurada en 1947)2. Se cita la influencia directa del trazado de la Universidad Nacional de Colombia, dirigido por Leopoldo Rother, como precedente de proyecto urbano, aunque su análisis comparado no arroja muchas similitudes formales.

La Ley No. 111, sobre exequátur de profesionales, del 3 de noviembre de 1942, exigió el exequátur para el ejercicio en el país de todas las profesiones que requirieran título universitario nacional o extranjero debidamente revalidado. La Universidad de Santo Domingo (USD) es la entidad mediante la cual el Estado ejerce su prerrogativa de revalidación de estos títulos académicos extranjeros, mientras que el exequátur es otorgado por el Poder Ejecutivo. 2 Silvia Arango, Ciudad y arquitectura: seis generaciones que construyeron la América Latina moderna (México: Fondo de Cultura Económica, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2012). 1

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La Ciudad Universitaria, construida en 340,000 metros cuadrados de terreno, a un costo de cinco millones de pesos, fue en aquel entonces una enorme inversión estatal. Refleja en su trazado urbanístico, obra del equipo configurado para la empresa por José Antonio Caro, Guillermo González y José Ramón Báez López-Penha, esencialmente un esquema clásicamente afiliado: una avenida central —la Juan Sánchez Ramírez, de 650 metros de longitud— orientada este-oeste, flanqueada por las diversas facultades, que termina en el volumen de gran fuerza simbólica del edificio del Aula Magna —posteriormente conocido como Alma Mater—, que sería diseñado por Humberto Ruiz Castillo en 1955, durante el mismo período que las obras de la Feria de la Paz.


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En la página siguiente, el trazado asumido para el nuevo campus de la Universidad de Santo Domingo (1943-47), en el que se ha documentado como autor principal a Guillermo González junto a José Antonio Caro y a José Ramón Báez López-Penha como asociados. Igualmente, una curiosa fotografía de un grupo de jóvenes admirando la maqueta del campus, cuyo paradero hoy se desconoce. Resulta de gran interés apreciar varios edificios todavía no realizados al momento de la confección de la maqueta, y que fueron eventualmente ejecutados bajo otros criterios y a otras escalas. (UASD)

La Ley 487 que da sustancia legal al proyecto de la USD, fue promulgada el 22 de enero de 1944. El terreno destinado al proyecto ocupa unas 36 hectáreas, y el mismo cubrirá una demanda de 5,000 estudiantes, según recuentan las Memorias de la USD de 1947-483. Igualmente señala: «El diseño, planos y ejecución de las obras estuvo a cargo de los siguientes arquitectos, todos profesores de la facultad de Ciencias Exactas: José Antonio Caro Álvarez, Guillermo González Sánchez, Humberto Ruiz Castillo, Leo Pou Ricart y Marcial Pou Ricart»4. Ruiz Castillo —uno de los arquitectos formalmente educados en Europa a inicios de los 30, profesor dedicado, y célebre autor de innumerables obras de carácter religioso y doméstico— realiza en 1944 el admirado Instituto de Anatomía Patológica, de monumentalidad academicista clásica. Igualmente temprano es el hermoso edificio de Odontología, atribuido a Marcial Pou Ricart, de cuerpo central adelantado y recedidas entradas laterales, uno de los más interesantes y refinados de la zona universitaria, en el que funcionó durante varios años, el taller para las aulas de dibujo en la Escuela de Ingeniería y Arquitectura. No se tiene constancia de proyectos de González para las edificaciones del campus, aunque su presencia es detectable en una de las mejores obras de arquitectura moderna del país: el extraordinario Paraninfo de la Escuela de Medicina, obra maestra del, a su vez, maestro graduado en París, José Antonio Caro Álvarez. Caro, profesor de Urbanismo en la Facultad de Ingeniería y Arquitectura, y finalmente rector de la USD, debe de haber tenido una participación protagónica en estas iniciativas. Los años que compartieron asociados Caro y González (c. 1942-1945), tanto en las obras del Centenario como en las de la Universidad, definieron la producción epigónica del mejor racionalismo dominicano. Cabe destacar a su vez la valiosa producción de los hermanos Pou Ricart y Humberto Ruiz Castillo. Fue un período verdaderamente excepcional, en el que se ejecutaron excelsas piezas de enorme representatividad cultural. En un artículo extraído de su tesis de grado junto a Gricelys Rosario, Alex Martínez publica en AAA046: Desde sus inicios se planteó como una ciudad en sí misma, desarrollando la idea de una ciudad satélite colocada sobre una retícula de ejes ortogonales. Según testimonio del Ing. José Ramón Báez López-Penha, el equipo del Arq. Guillermo González Sánchez planteó que se desarrollara una trama racionalista, con calles principales y secundarias colocadas ortogonalmente, mientras que Báez abogó por hacer un esquema organicista de trazado irregular. Finalmente se tomó en cuenta el planteamiento de González, provocando la salida del equipo de Báez del comité encargado del desarrollo urbano del campus5.

Con el tiempo, y como suele suceder en estos casos, el plan original fue adaptándose a cambios. El edificio de la Biblioteca fue realizado en el lote más cercano al Aula Magna; nunca fueron ejecutadas las previstas residencias estudiantiles. El esquema original —salvo alguna alteración menor, por ejemplo la no realización de algunas de las vías en forma de exedra en el terminal oeste del campus— fue respetado en gran medida. Hoy en día el campus ha perdido su capacidad de integración urbana con el resto de la ciudad, aspecto de vital importancia en el plan original. En algún momento la gestión de algún rector estimó conveniente cercar la enorme propiedad y controlar sus accesos, tema que si bien pudo ser conveniente en términos de seguridad ciudadana, le ha hecho un grave daño a la presencia articulada del campus dentro de la ciudad de Santo Domingo. Universidad Autónoma de Santo Domingo, «Cronología histórica de la facultad de Ingeniería y Arquitectura dentro de la Historia de la UASD» (c. 1990-1999), 4. 4 Ibíd, 5. 5 Alex Martínez Suárez, «Universidad de Santo Domingo: Conjunto urbano moderno 1944-1961», Archivos de Arquitectura Antillana 46 (marzo, 2013): 62-63. 3

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Varias vistas generales del conjunto formado por las edificaciones del núcleo primario de la Universidad de Santo Domingo. La más temprana parece ser la de esta página abajo. Arriba en esta columna, una vista panorámica del Alma Mater, en la que se distingue al fondo el edificio del Archivo General de la Nación. (AGN / Luis Mañón / UASD / IDNH)

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Una de las intervenciones menos reconocidas de González fue su proyecto para las Escalinatas del Conde. Esta obra, cuya fecha de ejecución no ha sido aún precisada documentalmente, resolvió de manera definitiva la interconexión entre la vía central del centro histórico y el borde oeste del puerto de la ciudad. La creciente presencia de turismo masivo en la Zona Colonial (2015) no ha hecho sino confirmar la previsión de esta infraestructura, que ha sido además utilizada para la realización exitosa de eventos artísticos y ciudadanos de agradable ocurrencia. Se ha especulado que la idea inicial de esta obra pudo originarse en la misma tesis de González en Yale, en el conjunto del Palacio Municipal en lo que pudo ser este preciso entorno. (RB / GJM)

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Turku, la tesis de Yale y las escalinatas de Moncito Una de las intervenciones más discretas de González fue su proyecto para el espacio público de las Escalinatas de El Conde. Esta obra, encargada a Moncito Báez, cuya fecha de ejecución no ha sido aún precisada documentalmente, resolvió de manera definitiva la interconexión entre la vía central del centro histórico y el borde oeste del puerto de la ciudad. La creciente presencia de turismo masivo en la Zona Colonial no ha hecho sino confirmar la previsión de esta infraestructura, que ha sido además utilizada para la realización exitosa de eventos artísticos y ciudadanos de agradable ocurrencia. La idea inicial de esta obra podría tener su origen en la misma tesis de González en Yale, aquella que planteaba el Palacio Municipal en lo que pudo ser este preciso entorno. A pesar de que no es posible distinguir estas escalinatas en aquellos dibujos de 1930, no resultarían ajenas al esquema presentado allí, en el que se percibe el derrame del edificio contra los antiguos acantilados. Otra referencia valiosa a considerar es la de las escalinatas realizadas por el finlandés Erik Bryggman (1891-1955), en la calle Ylopistonkatu, al centro de la ciudad de Turku. Bryggman, miembro de la corriente del Romanticismo Moderno Nórdico, era ya famoso por sus proyectos de mobiliario público, y por su participación pionera en las exposiciones de Turku y Estocolmo. Como hemos visto, González debe de haber admirado esta solución en el mismo viaje en el que entró en contacto con las obras de Aalto en esa ciudad. No deja de ser una curiosa especulación vincular ambos hechos, funcional y estéticamente parecidos, el nórdico y el local. El lugar se conserva asombrosamente bien, de haber sido construido a inicios de los 50, posee ya 65 años desde su ejecución y no evidencia signo alguno de deterioro, a pesar del escaso o nulo mantenimiento recibido. Todo el proyecto se basa en rampas de cómodas escaleras. GG afirmaba trabajar siempre con una relación de 0.15 x 0.40 en sus escaleras, a diferencia del normativo 0.17 x 0.30, trabajadas en piedra caliza local, que ocupan casi el ancho total de la calle El Conde. Un descanso a mitad de recorrido, tan grande como para permitir orquestas y grupos de baile, opera como platea que se amplía, definiendo una planta en forma de T dotada de árboles y estancias al aire libre. Más que una escalera, se trata de una plaza escalonada, un salón urbano a cielo abierto, espacio público de admirable y cuidadoso diseño, un proyecto moderno ejemplarmente integrado a su entorno histórico.

Visita de varios de los miembros del DoCoMoMo International a las célebres escalinatas realizadas por Erik Bryggman (1891-1955), en la calle Ylopistonkatu al centro de la ciudad de Turku, Finlandia. Bryggman, miembro de la corriente del Romanticismo Moderno Nórdico, fue famoso por sus proyectos de mobiliario público, y por su participación pionera en las exposiciones de Turku y Estocolmo. Como hemos visto, González debe de haber admirado esta solución en el mismo viaje en el que entró en contacto con la obra de Alvar Aalto, quien mantuvo su primera oficina en esta ciudad, antigua capital de Finlandia. (GLM)

Otro proyecto urbano de envergadura, estructurado en 1953, fue la planificación de la llamada Ciudad Deportiva, a ser realizada en el entorno del ensanche La Fe, donde ya habían sido ejecutadas las obras del Hipódromo Perla Antillana y del Estadio de Béisbol. Varias secretarías de estado y otras edificaciones públicas serían localizadas sobre el borde norte del gran predio, en la avenida San Cristóbal, a partir de 1956, aunque los planes para la conformación de un proyecto urbano coherente nunca pudieran materializarse. Que sepamos, Guillermo González no participa de estas iniciativas, manejadas con gran discreción por uno de sus responsables, el ingeniero Bienvenido «Bebecito» Martínez. Durante los 31 años de la Era de Trujillo el país completo fue intervenido. Hoy la huella de la dictadura se advierte en barrios obreros, de mejoramiento social, en hospitales, escuelas, hoteles, dispensarios médicos, bibliotecas, entre otros. El programa iconográfico se transmitió por medio de la arquitectura, y sobre todo, a través de los edificios del Partido Dominicano, realizados en todo el país en una fórmula establecida por Henri Gazón, y que asumían la escala de la población donde eran realizados. La frontera con Haití fue especialmente colonizada con proyectos urbanos bien equipados, asentamientos diseñados para repoblar el territorio y detener la eterna invasión de nuestros vecinos, proceso que fue asumido como política de Estado desde finales de los años 30. Tristes son las historias de estas iniciativas.

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La Feria: capo lavoro Es hoy tarea imposible transmitir el impacto que la Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre produjo en la imaginación de la sociedad dominicana. Su realización, hercúlea labor encargada a un equipo de hombres invencibles, intimidados por la impronta del sumo dictador y sus adláteres, motivados por hacer real lo irreal, definió un antes y un después en la cultura del espacio en la República Dominicana. Para quien esto escribe, niño de 4 años junto a su hermana menor, ser llevado un domingo cualquiera del año de 1959 a pasear por la Feria, de manos de mi padre, constituyó una experiencia vital inolvidable; una experiencia vinculada, insólitamente, al lugar mismo, a su sentido de escala, a la ocupación y relación entre los volúmenes de los edificios, a la articulación de la potente carga simbólica de los signos allí presentes, tanto los expresivos de la dictadura misma, como los significantes de la iconografía arquitectónica per se. Era la lectura temprana, todavía ambigua, inexplicable, de un todo multidimensional, entre geografía, ciudad, paisaje, arquitectura, escultura. Era una experiencia total, abrumadora, inevitable. El coloso, inolvidable, intimidante; el portal de entrada con aquella pieza en forma de arpa cargada de motivos alegóricos al régimen; la fuente central y su maravilloso espectáculo de agua, su rumor, y la frescura de su rocío; los edificios que se abrían a plazas, particularmente el del Ayuntamiento, con aquella maravillosa planta libre inferior y sus pilastras recubiertas de mármol rojo de Samaná, que permitían el juego al escondido y las caminatas distraídas bajo la sombra de aquella masa cúbica y poderosa; el reloj con su piel de ladrillos cuadrados, sus campanadas y su sombra; aquel monumento triangular, agudo, montado sobre la esfera planetaria, frente a un estanque bajo, y al fin, la omnipresencia del mar Caribe, ese todo azul de olas bravías y horizonte infinito; el conjunto era monumental, pero era, a su vez, mucho más que eso. A los ojos de un niño eran la «bola, funfa, Colón»6: el mundo, la fuente y la gigante escultura. Era la puerta de entrada al futuro, era la idea de otro país, de otro lugar, de otro tiempo. Nacimiento y desarrollo de la idea La idea de realizar encuentros nacionales con el fin de celebrar los logros alcanzados en el desarrollo del país era una práctica frecuente en la región. Ya hemos visto como GG se traslada a Puerto Rico para la ejecución del Pabellón Dominicano ante la Feria Interantillana de 1936. En tiempos de Horacio Vásquez se celebró la llamada Exposición Nacional de Santiago de 1927, uno de los más memorables eventos de la primera mitad del siglo XX en el país, producido en parte por Mario Fermín Cabral, el mismo responsable de la iniciativa de cambio de nombre de Santo Domingo a Ciudad Trujillo en 1936. Con respecto a estos encuentros, Delmonte y Martínez, quienes han desarrollado una investigación histórica portentosa, la más relevante producida hasta la fecha sobre este tema, señalan en un revelador artículo aparecido en AAA054:

Sobrenombres infantiles otorgados por el autor a varios de los íconos principales del conjunto ferial. 6

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El 30 de marzo de 1954 se inauguró en Santiago la Feria la Paz de Trujillo, de corte agropecuario e industrial, organizada por un comité conformado por importantes personalidades ligadas al régimen tanto del gobierno regional como del Partido Dominicano. Realizada en los terrenos que ocupaba el campo de béisbol Enriquillo, frente al Barrio Obrero de la Tabacalera, en La Joya, mostró todos los avances obtenidos desde la instauración de la dictadura en 1930 y en ella participaron dependencias gubernamentales, instituciones privadas, firmas comerciales y hombres de negocios de la provincia. La «Feria de Santiago» fue una exposición en estructuras no permanentes colocadas en cinco manzanas y sus calles principales pavimentadas hasta el punto que le llamaron «la metrópolis de la Feria». El propio Trujillo le dio un carácter de primera importancia hasta el punto de que trasladó su gobierno a Santiago desde el 28 de marzo al 4 de abril de 1954.


La Feria de la Paz y la Confraternidad del Mundo Libre no fue solo urbanismo y arquitectura; como ya había comprendido González en su estadía en la Feria de Nueva York del 39, y comprobado en su evidente estudio del plano del EUR 42, estos espacios celebrativos deben estar acompañados por un programa iconográfico de potente presencia. El régimen de Trujillo se valió de la destreza de González y de todo un equipo de artistas e ideólogos, quienes dieron expresión a los adelantos que el mandatario quiso expresar, de manera cauta pero contundente. En estas páginas algunas de las imágenes más representativas de todo el catálogo de formas, plasmado en torno al evento: logos, sellos, esculturas, elementos decorativos, piezas arquitectónicas emblemáticas, murales, etc. (AGN)

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Vista diagonal desde el sureste del conjunto del Palacio del Consejo Administrativo del Distrito Nacional, hoy Ayuntamiento. Se aprecia el pabellón sur, la torre del reloj y el volumen del cuerpo principal central, entonces con la logia en planta libre abierta. La obra, cuya idea fue asumida por GG desde su proyecto de tesis en 1930, fue diseñada dentro del nuevo espíritu estético de clásica dualidad modernista; la obra fue dirigida por los arquitectos Edgardo Vega Malagón y Manuel Baquero Ricart, quienes a su vez se convirtieron en asociados a GG y a Felipe Goico en los temas relativos al diseño de interiores en ésta y otras obras del período. (AAA)

La euforia provocada por el éxito de la Feria de Santiago de 1954 y la satisfacción del dictador por los logros obtenidos sirvieron de motivación a Mario Fermín Cabral para intentar repetirla en 1955 con una mayor inversión y mejores resultados. A sabiendas de que en el próximo año se conmemoraría el 25to aniversario del régimen, le propuso al reincorporado colaborador del dictador, Virgilio Álvarez Pina, alias Cucho, la realización al año siguiente de una nueva versión de la Feria de Santiago. Don Cucho intuyó en la propuesta de Cabral la gran oportunidad que significaba la realización de este evento para su afianzamiento en su relación con el dictador la cual había recuperado recientemente y de inmediato comenzó a darle forma a la idea, pero con sede en la capital de la República. De acuerdo a esta información, Álvarez y Cabral unieron esfuerzos para delinear una gran exposición en Ciudad Trujillo donde se exaltaría la figura de Trujillo y su obra, en un evento temporal a realizarse muy cerca de mayo de 1955. El 24 de octubre de 1954 el periódico El Caribe publicó unas declaraciones de Virgilio Álvarez Pina donde mostraba el primer plano de la Feria que según él era de la autoría de José Antonio Caro Álvarez. Sin embargo, en la investigación se reconoce el indudable liderazgo y prestigio de Guillermo González Sánchez en el equipo, quien asumió el proyecto arquitectónico en su conjunto y fue el armador conceptual del mismo, dada su experiencia en la Feria Internacional de Nueva York de 1939, donde había tenido a su cargo el diseño del pabellón dominicano. Sin dudas sólo González tenía la capacidad de enfrentar un reto de esa naturaleza como diseñador. Se establecen conexiones directas entre la feria dominicana y las ferias de Barcelona y Sevilla de 1929, la de Nueva York (1939), Roma (1942), Milán (1947), así como la de Puerto Príncipe de 19497.

Otras vinculaciones estilísticas son señaladas por Tejeira Davis en su tesis doctoral, donde precisa: El más espectacular de todos los proyectos modernos de Trujillo fue ciertamente la Feria de la Paz y la Confraternidad del Mundo Libre, de 1955. Dedicada a celebrar los 25 años en el poder de Trujillo, consumió una tercera parte del presupuesto nacional de ese año. Los edificios son genéricamente modernos, pero cuidadosamente diseñados y utilizan materiales costosos; de alguna manera, recuerdan el Racionalismo de la Italia de Mussolini, o quizás incluso la política arquitectónica del régimen de Franco después del 19508.

Aseguran Delmonte y Martínez en su investigación: «A principios de septiembre ya se había elegido el lugar, una franja de terreno de 50 hectáreas a 4 kilómetros hacia el oeste de la ciudad, en unas parcelas que colindaban con la Estancia Ramfis y la avenida Fabré Geffrard (hoy avenida Abraham Lincoln)»9. El 22 de octubre de 1954, el Decreto No. 279 declara que la Feria estaría bajo los auspicios del Gobierno Dominicano, y fija la fecha de inauguración para el 20 de diciembre de 1955. Igualmente se anuncia que los terrenos serían quinientos mil metros cuadrados, aproximadamente limitados por la carretera Sánchez al norte, la avenida George Washington al sur, el Hospital Infantil Angelita al este y la Cervecería Nacional Dominicana al oeste10. Simultaneidad del proyecto y la obra: el Directorio Técnico

César Al Martínez y José Enrique Delmonte Soñé, «Metamensaje visual en la arquitectura del Caribe: La Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre. Apuntes para su valoración», Archivos de Arquitectura Antillana 54 (marzo, 2015): 103. 8 Eduardo Tejeira Davis, Roots of Modern Latin American Architecture: The Hispano-Caribbean Region from the Late 19th Century to the Recent Past (Heidelberg: Deutscher Akademischer Austauschdienst, 1987), 369. Traducción del autor. Ver también Stanley Appelbaum, ed., The New World’s Fair 1939/1940 in 155 photographs by Richard Wurts and others (2.a ed.; Nueva York: Dover Publications, 2014). 9 Martínez y Delmonte, «Metamensaje visual en la arquitectura del Caribe», 103. 10 Ibíd., 103. 7

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Una vez asignado el predio y asumida la iniciativa por la estructura de financiamiento y apoyo institucional, se produce la consolidación del equipo profesional que habría de llevarla a buen término, en menos de un año. Se comprende desde su inicio lo titánico del esfuerzo por venir, y se articula, en torno a la figura prestante y serena de don Cucho Álvarez, y al aplomo profesional de Guillermo González, un grupo de colaboradores de gestión, proyecto y obra, que resume lo mejor de la capacidad profesional del país en esos momentos, en torno al denominado Directorio Técnico, adjunto a la Junta Pro Celebración, organismo asentado en una casa de la Benito Monción, donde hoy funcionan las oficinas del INAVI, en Gazcue. Allí se monta un taller de diseño y unas oficinas, a las que acudían, día a día, los representantes, suplidores, proyectistas, contratistas y funcionarios destacados en el proceso.


En esta página dos vistas del Pabellón de las Naciones, con su simbólica pieza inspirada en el Pilón y el Triglifo de la Feria de Nueva York 1939, en la que GG realizó el Pabellón de la República Dominicana. (MP) Abajo, una panorámica del eje central desde el pórtico de acceso norte con el mar Caribe al fondo, en el horizonte. (AGN / IDNH)

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Según las anécdotas de los colaboradores, Guillermo se sentaba en una mesa de dibujo, rodeado de otras mesas, como en el centro de un escenario. Al comenzar la jornada, con lápices, reglas, cartabones y una resma de papel de dibujo, iba bocetando las ideas de cada sistema, de cada edificio, y las iba asignando a los profesionales del equipo, quienes tenían que terminar las sesiones del día con planos técnicos que eran tramitados al cerrar la tarde a los contratistas, quienes al otro día, los implementaban a pie de obra.

Esta maqueta es uno de los misterios mejor guardados de la arquitectura dominicana. Aunque su espíritu, configuración, la escala y los detalles arquitectónicos encajan perfectamente con la obra de GG, no ha sido comprobada documentalmente su autoría, ni el origen del proyecto. Se ha estudiado la topografía del modelo, que no coincide con la del predio ferial; una de las especulaciones más plausibles es que se trata de un proyecto para darle culminación al extremo oeste del trazado urbano de la Universidad de Santo Domingo. Tanto la naturaleza del terreno como la exedra terminal coinciden con cierta precisión con el plan puesto en marcha allí. Es muy revelador estudiar el sistema de volúmenes articulados del proyecto, y la secuencia de espacios públicos generados por la misma arquitectura, gesto muy presente en el urbanismo de GG. La fotografía original era parte de un dossier de documentos todos atribuidos a GG, recibidos en préstamo por el Grupo Nueva Arquitectura de manos de la periodista Clara Leyla Alfonso, a raíz de la edición de Arquivox 3-4, dedicado a González en 1984. (AAA)

El proceso no admitía titubeos, hacía falta una mente ágil, experta, capaz de producir al instante los detalles requeridos, y de dirigir la producción de las instrucciones ejecutivas sin pérdida de tiempo y sin lugar a dudas. Tal era la capacidad de GG, quien contó con profesionales tales como Manuel «Manolito» Baquero Ricart y Edgardo «Gai» Vega Malagón, tanto en el equipo de diseño como en el contrato de ejecución del Palacio Municipal; de Leo y Marcial Pou Ricart, igualmente, pero en el Edificio del Congreso Nacional, ambos proyectos situados en el centro del Plan Maestro; de José Antonio Caro, quien, con bastante independencia ganada por su calado profesional y una carrera admirable paralela a la de GG, produjo el previamente diseñado Hospital Angelita, convertido en hotel del evento, y la obra del Hotel Paz, último hotel diseñado de la mano de González para cumplir con las expectativas de ocupación de los eventuales visitantes que acudirían masivamente, al relevante evento internacional. En el equipo de colaboradores estaban además jóvenes figuras que habrían de desempeñarse notablemente en los años siguientes: Amable Frómeta, según se asegura, encargado del diseño del Pabellón de las Naciones, en el borde sur del conjunto, en contacto con el malecón y el mar Caribe, cuya referencia al Trylon y el Perisphere de la Feria del 39 es más que evidente; Rafael Tomás Hernández, al igual, autor del Pórtico Norte; Manuel «Memé» Cáceres Troncoso, José Horacio Marranzini, Margarita Taulé, Johnny Pujadas, Erwin Cott; actuando como socios en ese momento, Billie Reid y Nani Reyes fueron encargados de varios de los pabellones internacionales, algunos de ellos de gran atractivo arquitectónico; como encargado de supervisión y control de obras se responsabilizó a Leonte Bernard Vázquez, ingeniero de altísima calificación y sobrada experiencia, colaborador asiduo y amigo entrañable de Guillermo, quien reportaba directamente con éste y con don Cucho sus diarias e interminables pesquisas sobre el terreno. Parte ejecutiva fundamental del Directorio y contratista responsable de varios de los más importantes edificios —el Congreso Nacional y el Pabellón de Venezuela, entre ellos—, el veterano Ing. Virgilio Pérez Bernal aparece también como uno de los protagonistas principales de la iniciativa. Otros notables vinculados oficialmente fueron el arquitecto Humberto Ruiz Castillo y el ingeniero Pedro Pablo Bonilla. La lista de participantes —tanto diseñadores, consultores, contratistas como suplidores y proveedores de servicios varios— es larga y luminosa, habiéndosele dado cabida a muchos de los profesionales que ejercían con prestigio sus carreras en el momento. El trazado urbano La propuesta urbanística de la Feria tiene al menos tres precedentes dignos de traer a colación en este discurso. El primero es un plano redactado por Guido D’Alessandro y José Antonio Caro en 1937, en el que se aprecian varios elementos que habrían de perdurar en el tiempo, hasta encontrar cabida y eventual concretización en la Feria de 1955. Este plano es el primer documento que sugiere la necesidad de articular, en Ciudad Trujillo, un conjunto de edificaciones públicas con un carácter simbólicamente relevante, idea planteada a lo largo del eje de la avenida Máximo Gómez. Aquí se concentran las principales edificaciones del tren gubernamental, incluyendo el todavía no iniciado Palacio Nacional. La idea pionera de estos dos profesionales, debe de haber gravitado muy pesadamente sobre los planes del Estado dominicano hasta encontrar su realidad en el proyecto de la Feria. En algún momento, alguien, muy probablemente Guillermo González, habrá propuesto reutilizar los equipamientos principales de la Feria como sede de ministerios y edificios públicos, cumpliendo así con esta necesidad pendiente por casi dos décadas.

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De los pocos planos conocidos desarrollados para dirigir el crecimiento paulatino de la ciudad de Santo Domingo (entonces Ciudad Trujillo), sobreviven estos dos. Arriba, un plan redactado y firmado por el Ing. Moncito Báez, a la sazón, ingeniero municipal del Consejo Administrativo del Distrito, en el que plantea una ordenación radial de gran potencia, acompañada por un sistema de manzanas cuadriculadas. (LOC) El otro corresponde al detalle de una propuesta de Centro Cívico —en lo que habría de convertirse la Feria de la Paz años más tarde—, diseñada por Guido D’Alessandro y José Antonio Caro en 1937. En ésta se evidencia la idea de concentrar en un punto de la ciudad, en este caso sobre la avenida Máximo Gómez, las piezas principales del equipamiento institucional creciente en la administración pública. (AAA)

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Desde su temprana concepción el proyecto urbano de la Feria resolvió la centralidad del esquema —dualmente axial— por medio de una fuente monumental circular, en torno a la que se habrían de disponer la circulación, los edificios principales y todo el poder del espacio simbólico público. Tanto la Expo de Nueva York del 39 como el EUR 42 habían manejado exitosamente el mismo recurso paisajístico, a mayor escala pero con las mismas intenciones. (MP) En los dibujos conservados hasta nuestros días, los dos aquí mostrados son los únicos documentos gráficos conservados. El planteamiento urbano parece definido: un ritmo de bloques ortogonales ordenados con aparente simetría, duplicados y acomodados al entorno inmediato de la fuente, para permitir arquitectura de mayor dimensión en el sentido norte-sur. Es sutil pero significativo el cambio de los dos portales similares, uno al norte y otro al sur, en el esquema primario (arriba), y la presencia del lote trapezoidal en el que se emplazaría el Pabellón de las Naciones, al sur, en el segundo esquema. La exedra semicircular oeste y el volumen diagonal del hotel —posteriormente Hospital Angelita— se distinguen desde el inicio, al igual que una edificación con un espacio circular localizada en el cuadrante sureste. Los edificios suponen una mayor definición en el segundo esquema, que además incluye la huella circular de lo que se convertiría en el Teatro de Agua y Luz. (AGN)

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Si bien no contempló la inclusión de edificios públicos, el plano para la ampliación de Ciudad Trujillo redactado por Moncito Báez propone una urbanización radial conectada a la trama existente, de un ideal casi renacentista; no es difícil suponer la poca aceptación de esta radical pero estimulante idea11. El tercer precedente representa un misterio pendiente de solución; se trata de una maqueta, cuya foto fue encontrada en los archivos de GG12, de lo que parece haber sido un anteproyecto para la Feria misma; tal es su arrojo en la disposición de los volúmenes, en la articulación continua de los mismos, tal es la modernidad del planteamiento, que resulta violentamente contrastante con la solución final adoptada para el Plan Maestro. Aquí se proponen algunas ideas mantenidas en el plan, aunque tanto la condición topográfica como la forma del predio del proyecto distan de la real; no se tiene documentación de este esquema, no sabemos cuándo fue hecho, ni si pudo haber sido considerado para su ejecución. Lo cierto es que no hay constancia de ningún otro proyecto en la obra de González, ni en la República Dominicana, para el que un esquema así haya sido encomendado. Aunque distante, es conveniente referir aquí la fuerte impresión y la gran influencia que debió tener en la imaginación de González el plan para la Feria de Nueva York de 1939. En ésta se observa, realizados a una escala y con unos medios inusitados, el planteamiento geométrico axial, y la presencia de una rotonda en la secuencia del recorrido, de cierta semejanza a la concebida en 1955 por GG. Para la Feria existen cuatro planos en posesión del Archivo General de la Nación, ninguno de ellos con calidad de proyecto ejecutivo final; el primero, de octubre del año 54, fue erróneamente atribuido a Caro por don Cucho Álvarez en una nota de prensa; éste presenta las ideas básicas que han de ser desarrolladas con detalle en los planos posteriores, y aparenta haber sido trazado por la misma mano. Llama la atención la inexistencia del lote trapezoidal que eventualmente ocuparía el Pabellón de las Naciones, en cuyo lugar se duplicaba una figura similar a la del pórtico de la entrada norte; también observamos la localización del Pabellón de las Fuerzas Armadas —concebido como una «C» abierta— en el lugar que habría de ocupar el Congreso Nacional. El trazado ya posee en esta versión inicial, las proporciones y el parti urbanístico fundamental; varias exedras semicirculares se advierten como tema geométrico, a varias escalas, tema que fuera minimizado sustancialmente en las versiones posteriores. Igualmente fuerte fue la tensión diagonal de varios volúmenes, entre ellos el del Hospital Angelita, previamente diseñado por J. A. Caro para el Dr. Miranda, y utilizado como hotel durante el evento.

El plano urbanístico del EUR 42, redactado por Marcelo Piacentini y los arquitectos Calza Bini, Pagano, Piccinato, Vietti e Rossi. El primer proyecto fue presentado en el 1938, extendiéndose 400 hectáreas en las afueras de Roma, y fue ideado originalmente para celebrar la Exposición Universal de Roma en 1942, de ahí sus siglas. La irrupción de la Segunda Guerra Mundial impidió su terminación total. El trazado del EUR anticipa muchos de los temas que manejó González en sus proyectos urbanos. Obsérvense aquí la axialidad contrastada por medio de piezas intermedias que tienden a pausar el ritmo del esquema y crear una sucesión de «salones» urbanos concatenados y permitir ejes trasversales que definen el territorio. En los inicios están las aperturas diagonales que articulan las avenidas paralelas; al centro, el vacio; el ritmo simple o duplicado de manzanas; en uno de los extremos, la exedra semicircular...

El Plan Maestro de la Feria presenta, en su conceptualización, algunos temas previamente ensayados por González en el Plan Maestro para la USD: - La ortogonalidad: la retícula rítmica, modular, duplicada en los cuadrantes centrales ocupados por el Palacio Municipal, al oeste, y el Congreso Nacional, al este, enfrentados a la fuente central como mediador paisajístico y simbólico. Tres hechos accidentan la retícula: la fuente, que produce el necesario perfil circular resultante del círculo de la misma en el contacto con los bordes de las manzanas centrales; una exedra de gran dimensión que define el límite del trazado en su extremo oeste; y el malecón, que recorta diagonalmente el borde sur del conjunto, negociado por una apertura vial trapezoidal en la forma del lote del Pabellón de la Naciones. Este plano, ignorado por muchos años, fue develado a raíz de su rescate durante una investigación en la Library of Congress, Washington DC, realizada por Virgilio Vercelloni, para su libro Atlante storico della città di Santo Domingo / Atlas histórico de la ciudad de Santo Domingo (Milano: Cosmopoli per MM Strutture ed Infrastrutture del Territorio, 1991). 12 La periodista e investigadora Clara Leyla Alfonso, proveyó en el año de 1985 al autor, a la sazón editor de la revista Arquivox, del Grupo Nueva Arquitectura, de casi todas las fotos publicadas en el Arquivox 3-4 (diciembre 1984-mayo 1985), entre ellas, esta enigmática imagen de la maqueta referida, que, en realidad, no ha sido documentalmente comprobada como parte de los antecedentes del proyecto urbano de GG para la Feria de la Paz de 1955; sus similitudes son, sin embargo, casi concluyentes. 11

- La axialidad: clásico argumento de diseño, se desarrolla sobre el eje norte-sur, siguiendo la gradiente natural de la topografía y volcando la Feria hacia el mar. La prolongación hacia el norte de este eje hoy describe una longitud de más de cinco kilómetros, convertida en la avenida Winston Churchill, una de las más dignas arterias de la ciudad contemporánea de Santo Domingo. - La monumentalidad: expresada en la escala del conjunto, en su severidad y en los terminales de las perspectivas, dos piezas de elegantísima factura que definen el territorio de la Feria en sí: al norte,

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próximo a la Av. Independencia, el portal de ingreso, perdido después del ciclón David en agosto de 1979 —queda pendiente de una reconstrucción reclamada por varios grupos ciudadanos, como el DoCoMoMo Dominicano, y además contemplada en el proyecto ganador del Concurso para la Revitalización del Centro de los Héroes, otorgado en 2004 y aún por ser contratado13—; y al sur, actuando como articulador de la circulación hacia la Av. George Washington, el Pabellón de las Naciones, espléndida plaza de límites en la que predomina el símbolo vertical del cono triangular sobre la esfera planetaria, evidentemente inspirada en sus homólogos de la Feria del 39 en Nueva York. - El equilibrio de masas edilicias: no solo el promenade axial comienza y termina en espacios de carácter monumental; las edificaciones son colocadas con un criterio de escala y de masas equilibradas de enorme sutileza y elegancia. Los dos volúmenes más grandes y altos se encuentran al centro de la composición, afincándola; los edificios, dispuestos en cuadrantes vinculados cardinalmente, obedecen a proporciones y masas similares, si bien sus programas y su estética tienen identidad propia. - Los elementos contrastantes: elementos sólidos, cerrados, se contrastan con piezas de textura fina, abiertas, transparentes; esto ocurre tanto a nivel urbano, como arquitectónico; las fachadas orientadas al oeste, presentan protección solar con quiebrasoles y celosías; las volcadas al este son más diáfanas, transparentes. - El espacio público: los espacios entre edificios y las vías de circulación son cualificados, dimensionados con criterio, dotados de vegetación y mobiliario urbano; las aceras son anchas, las plazas generosas, pero nunca sobredimensionadas. Sobre la evolución paulatina del trazado, Martínez y Delmonte agregan: Un dato interesante es el hecho de que el gran monumento al Generalísimo —diseño de José Antonio Caro Álvarez y del escultor español Juan Cristóbal— que sería construido mucho más al norte del emplazamiento y que había sido iniciado con anterioridad a la idea de realizar la Feria de la Paz, marcó el eje norte-sur del diseño de la Feria. Es evidente que la principal avenida que la atraviesa es una línea conectada con ese monumento que habría primado en la decisión de diseño14.

Sobre este monumento tenemos noticia de que incluso fue encargado al escultor, quien inició su ejecución en un taller madrileño, produciendo un modelo en bronce aún en poder de sus descendientes. La idea de la escultura monumental fue finalmente pospuesta para ser realizada después de la Feria; y abandonada ante la muerte de Trujillo y del mismo escultor, ambos fallecidos en 196115. Estado y arquitectura: equilibrio inestable Dentro de esta espléndida mise en scene urbanística, se desarrolló un programa arquitectónico regio, nunca visto en el país. Los edificios del conjunto fueron proyectados en dos grupos, atendiendo a su destino final: aquellos que permanecerían, actuando posteriormente a la Feria como piezas públicas de equipamiento edilicio —en un principio solo el Palacio Municipal y el Palacio del Congreso fueron considerados dentro de este grupo—; y aquellos, generalmente destinados a pabellones de delegaciones internacionales o a funciones menores, que podrían desaparecer o ser transformados radicalmente. Finalmente, más de 70 estructuras fueron levantadas con carácter permanente16. El primer impulso fue tomado con el inicio de las obras viales y de las infraestructuras, a finales de noviembre del 54. Ya se había adoptado el plan maestro de González, con la distribución que conocemos. Un mes más tarde se comienzan las obras de cinco de los edificios principales, después de su asignación por licitación. Existía incluso una maqueta, hoy desaparecida. Solo queda suponer el esfuerzo desarrollado por el equipo de diseño dirigido por GG en estos escasos meses.

Planta de conjunto y render artístico de la propuesta ganadora para el desarrollo de la zona central del Centro de los Héroes de Constanza, Maimón y Estero Hondo, realizada por Gustavo Luis Moré y Emilio Martínez, ganadora de un concurso de diseño urbano organizado por el ADN en 2002. La misma resolvía orgánicamente la recuperación y potencialización de los espacios públicos, la dotación de estacionamientos (soterrados y en superficie); y contemplaba nuevas edificaciones y ampliaciones respetuosas a las existentes. En la doble página siguiente, un detalle del espacio central dominado por la Fuente Monumental, en el que se aprecia la calidad del espacio y del mobiliario urbano empleado por GG.

Queda pendiente de atención el reclamo por varios grupos ciudadanos, como el DoCoMoMo Dominicano, contemplado en el proyecto ganador del Concurso para la Revitalización del Centro de los Héroes, otorgado en 2004 y aún por ser contratado. Ver Gustavo Moré y Emilio Martínez, «El Espacio de la Dominicanidad: la Representatividad Constitucional», Archivos de Arquitectura Antillana 20 (enero 2005): 95-102; y Arístides Ramírez et al., «Otra pieza de ciudad», Archivos de Arquitectura Antillana 20 (enero 2005): 103-106. 14 Martínez y Delmonte, «Metamensaje visual en la arquitectura del Caribe», 103. 15 Danilo y José Antonio Caro Ginebra, entrevista por el autor, junio de 2015, Santo Domingo. 16 Barry Bergdoll, Carlos Eduardo Comas, Jorge Francisco Liernur y Patricio Del Real, Latin America in Construction: Architecture 1955-1980 (Nueva York: The Museum of Modern Art, 2015), 154. 13

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Por si fuera poco, el proyecto, concebido con un propósito de carácter fundamentalmente político, hubo de contener, en su expresión plástica, una serie de recursos artísticos, iconográficos y de comunicación que así lo permitieran. GG se lució aquí poniendo en práctica su destreza como dibujante y su experiencia en el manejo de los detalles más complejos que solo una mano entrenada en las bellas artes podía transmitir en el tiempo de proyecto. Todo el gran complejo estuvo aviado de una gran carga simbólica, lo cual enriquecía el contexto y pluralizaba los significados. Estatuas, grandes monumentos, pórticos, fuentes, edificios majestuosos que albergaban las principales secretarías y otras dependencias del orden público de nuestra administración estatal, producían un efecto plástico admirable, organizado y de gran equilibrio. El emblema oficial de la Feria de la Paz, por ejemplo, fue de la autoría de José Vela Zanetti. Con mucho tacto esta conjunción fue trabajada por los organizadores de la Feria para no evidenciar un discurso directo a los objetivos de la dictadura y se apeló a la interpretación sutil que el lenguaje neutral de la arquitectura moderna podía aportar. Es notorio el hecho que dentro de la Feria no se erigiera un monumento a la figura de Trujillo como era la costumbre local —salvo una estatua de Trujillo de mediana escala en la entrada del edificio del Consejo Administrativo—, sino que se usaron los símbolos relacionados con su figura como eran las estrellas y el laurel, o los símbolos patrios como el escudo y la bandera nacionales. Se trataba de una semiótica del Estado a través de la arquitectura que ha superado, incluso, a su relación directa con el dictador para permanecer como un conjunto urbano arquitectónico con identidad propia17.

Toda la construcción fue realizada aprovechando uno de los insumos más abundantes en el país, después de la puesta en funcionamiento de la Fábrica Dominicana de Cemento en 1947: el hormigón armado. Una temprana determinación de GG fue el uso de un sistema de estructuras modulares de viguetas de acero Trusscon, ofertadas por la empresa Mateco. Este sistema, dimensionado en longitudes de 6.00 —trabajadas en algunos de los edificios en cuadrados de 6.00 x 6.00 metros— como unidad genérica para todos los edificios del conjunto, permitió una ejecución asombrosamente rápida de los forjados y entrepisos, aspecto fundamental en el cumplimiento del apretado calendario de obras al que fue sometida la iniciativa. El sistema ha funcionado admirablemente bien con el paso de los años. Igualmente se promovió el uso intensivo del inventario nacional de mármoles y piedras naturales, sobre todo del travertino local, abundante y digno, con el que fueron recubiertos los edificios centrales para el Congreso Nacional y el Consejo Administrativo. Los edificios públicos El espacio más destacado y poderoso del conjunto es, sin dudas, el definido por el boulevard central en las 10 manzanas que definen su recorrido desde la avenida Independencia y el portal norte, circundando la fuente, y terminando en el Pabellón de las Naciones y el malecón al sur. En torno a este espacio González dispuso los seis edificios públicos de mayor representatividad: los dos centrales (el Congreso, al este y el Consejo Administrativo, hoy Ayuntamiento del Distrito Nacional, al oeste), retranqueados unos 20 metros respecto a la alineación de los cuatro repartidos en los sendos cuadrantes (NE, NO, SE, SO), ocupados por Secretarías de Estado después de su uso como pabellones expositivos durante la Feria. Este esquema refuerza la potencia del círculo central, haciendo casi equidistantes las masas de estas seis piezas respecto al centro de gravedad de conjunto, y crea un sistema de interconexión visual desde cualquier punto del recorrido. • Palacio del Consejo Administrativo El Palacio del Consejo Administrativo es una interpretación actualizada del proyecto de tesis en Yale; ya la experiencia del EUR, y aquella arquitectura clásico moderna tan afecta al gusto de la época en Europa, había reorientado la plasticidad de la solución realizada aquí. Este edificio se destaca entre otros edificios a su vez sobresalientes, como un caso único de la

A la izquierda, tomas frontales de los dos edificios jerarquizados en el centro del esquema urbano. Arriba el Palacio del Consejo Administrativo del Distrito —Ayuntamiento—; y abajo la fachada oeste del Congreso Nacional, en una foto de 1985 desde el balcón frontal del segundo nivel del Ayuntamiento. (AGN / Luis Mañón / OM) Arriba, fotos de archivo del interior de la Sala de Fiestas del Ayuntamiento, donde fue realizada la inauguración de la Feria el 20 de diciembre de 1955; y una vista de época de la Sala Principal del Congreso Nacional en funciones. (AGN) En la próxima doble página, una espectacular imagen de la fuente con el Ayuntamiento al fondo, ornamentados para la celebración de los actos patrios de un 27 de Febrero, hace pocos años. (RB)

Martínez y Delmonte, «Metamensaje visual en la arquitectura del Caribe», 104, 106. 17

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monumentalidad racionalista de González. Orgulloso de su obra, nos brinda una planta libre, una serie de espacios internos muy ricos en movimiento y una proporción y escalas de gran imponencia urbana. Varios detalles son dignos de mención: el parti de bloque macizo perforado cuidadosamente, reposando sobre un plinto aporticado en planta libre, cuyo ritmo se duplica en la tradicional balconada que asoma desde el salón de actos principal a la plaza central del conjunto; los dos volúmenes simétricos bajos al norte y al sur, interconectados por una galería articulada al volumen central, en primer nivel; el equilibrio entre extensas superficies sólidas recubiertas en travertino local con el fenestramiento horizontal, moderno; el esquema de pilastras verticales de la fachada oeste, remanente de aquel dibujo del cuerpo central en la tesis de Yale; la disposición de los cuerpos superiores en un guiño a la estética corbusiana; la distribución de las funciones en los cinco niveles operativos, mantenida aún, con pocas variaciones después de 60 años de uso continuo y escaso mantenimiento. Se trata de uno de los edificios más destacados de la obra de GG, para el que estuvo preparándose por 25 años, una de las piezas claves de la arquitectura moderna del Caribe, a nuestro juicio. Tanto arquitectura como ciudad, tanto edificio como símbolo, el Consejo Administrativo constituyó la pieza clave del conjunto, orientada hacia el este, como emblema volcado en la distancia hacia la ciudad de Santo Domingo, todavía identificada en 1955, como Ciudad Trujillo.

La bailarina dominicana Blanca Russo flota, admirada por dos guardamarinos, en el Pabellón de las Naciones de la Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre. Esta imagen fue usada en la portada de una revista norteamericana en 1956. (MP)

• Congreso Nacional El Congreso Nacional reproduce también el formato de un cuerpo central y dos laterales, donde se disponen una de las dos salas públicas principales, para los senadores (al sur) y de diputados (al norte). La Sala principal de Sesiones se coloca al este, el centro de la composición, a espaldas de la plaza. Este espacio fue concebido, como se aprecia en algunos dibujos preliminares, como volumen ortogonal de techo plano, con una marquesina para vehículos en su primer piso. Los tres salones de actos oficiales poseen una dignidad sobrecogedora, moderna pero grave; su altura, su distribución y la carga simbólica son todavía de gran actualidad, a pesar de los reclamos funcionales y de equipamiento contemporáneo a los que se han sometido. El esquema tripartito recuerda vagamente al célebre Finsbury Health Centre de Berthold Lubetkin en Londres, 193818, aunque en nuestro caso, se trata de un edificio de una escala y una representatividad mucho mayores. Las áreas centrales del Congreso se dedican a la circulación entre las partes. En la fachada, de fuerte exposición al poniente, se trabaja el vano central con un cuerpo de quiebrasoles de hormigón armado de trama rectangular, perfecta modulación a tres niveles, cierre y control ambiental hacia el interior. Las salas de actos son absolutamente ciegas. De nuevo GG hace gala de su equilibrio de llenos y vacíos, de su maestría en las proporciones, al montar este diafragma sobre un balcón y una pieza horizontal sólida a todo lo largo de la elevación, donde predomina la elegancia de los emblemas nacionales en altorrelieve. En el edificio fue acreditado como colaborador el Arq. Leo Pou Ricart, uno de los veteranos pioneros de la temprana modernidad, al igual que GG. La obra fue dirigida por Virgilio Pérez Bernal. Una intervención de gran magnitud pero bastante respetuosa fue realizada en el período 2000-2004, bajo el proyecto del Arq. Federico Freites, para dotar de oficinas y espacios requeridos por esta función estatal, que ha crecido notablemente desde 1955. Las Secretarías y otras instituciones del Estado

El esquema tripartito, aunque a otra escala, recuerda vagamente al célebre Finsbury Health Centre de Berthold Lubetkin en Londres, 1938. Ver John Allan, Berthold Lubetkin: Architecture and the Tradition of Progress (London: Artifice books on architecture, 2012). 18

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Muchas de las instituciones que serían alojadas en los edificios destinados a estos fines, sufrieron un periplo un tanto aleatorio hasta ocupar su localización final. En el único plano que sobrevive del Plan Maestro, varias de ellas compartían un mismo edificio; con el tiempo, el carácter genérico de las facilidades ha permitido un continuo cambio de sede, siendo muy frecuente que un mismo edificio haya alojado hasta cuatro o cinco instituciones diferentes, desde 1955 hasta la fecha. Las cuatro edificaciones ocuparon los cuatro cuadrantes en torno al espacio central del conjunto:


Varios de los edificios de la Feria fueron parcialmente modelados de esta manera, haciendo maquetas de sus fachadas principales hacia la fuente. A la izquierda, el Ayuntamiento del Distrito Nacional imaginado en su totalidad por GG. Al centro un diagrama descriptivo de las edificaciones de la Feria (ver leyenda a pie de página). Abajo, una foto aérea del archivo de Stopelman. (AGN / OR). Arriba una imagen de uso público del Palazzo dei Congressi del EUR 42, en el que se advierte el espíritu de la arquitectura y su vinculación a algunas de las obras de la Feria, en particular, en las logias del Ayuntamiento.

Leyenda de la foto en el medio, con la especificación de cada edificio y su función original, cortesía de Cristóbal Pérez Siragusa para Imágenes de Nuestra Historia. 1. Teatro de Agua y Luz. 2. Pabellón de Exposiciones Internacionales (luego sede del CEA) 3. Pabellón del libro María Martínez de Trujillo. Años después fue Consulado de EUA y luego sede de la OES. 4. Pabellón de la Industria Azucarera. 5. Pabellón de las Fuerzas Armadas. 6. Palacio del Ayuntamiento/Consejo Administrativo del Distrito de S. D. 7. Pabellón de Salud Pública, Bienestar Social y Artes Culturales (hoy Ministerio de Trabajo). 8. Pabellón de Administración de la Feria (hoy dependencia de la CDEEE). 9. Entrada principal con el símbolo de la Feria, el globo terráqueo y las dos alas. 10. Pabellón de Seguridad Nacional y Comunicaciones. Luego, sede de la Secretaría de Estado de Agricultura, hasta ser destruida por un incendio años después, según el rumor público, para deshacer evidencias de hechos dolosos. Por este acto ignominioso perdimos un bello edificio que tuvo que ser demolido. Hoy en ese sitio está la Sede de la Suprema Corte de Justicia. 11. Fuente del Millón de Dólares de Música y Luces. Era un bellísimo espectáculo ver esa fuente de noche con los chorros de agua cambiando de altura y de colores, y la música de carrillón que los acompañaban. 12. Pabellón de Industrias Nacionales (hoy sede del Congreso Nacional). 13. Pabellón de Agricultura, Economía y Finanzas. Allí también funcionaban las oficinas ejecutivas de la azucarera Haina, y la oficina particular de Trujillo. Después de la Era de Trujillo, allí estuvo la Secretaría de Estado de Interior y la Dirección General de Migración. 14. Entrada norte en la carretera Sánchez (hoy Av. Independencia). 15. Pabellón de vehículos de motor. 16. Templo de la Paz, Pabellón de la Santa Sede, Iglesia de San Rafael y San Eugenio, hoy iglesia Nuestra Señora de la Paz. 17. Restaurante típico con motivos indígenas y de nuestro folklore. 18. Al fondo, de norte a sur, en la esquina suroeste de la Feria, estaba la avenida de los Pabellones de las Naciones Participantes de la Feria. Allí se encontraba el Coney Island y más arriba el Autocinema Iris. 19. Lugar donde se celebró una competencia internacional de ganadería del 5 al 15 de enero de 1956. 20. Parque de Diversiones, teatros y Coney Island, traídos directamente desde los Estados Unidos de Norteamérica para amenizar al público asistente.

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Dibujos arquitectónicos producidos durante un levantamiento hecho al Palacio del Ayuntamiento del Distrito Nacional, originalmente conocido como Consejo Administrativo. En ese momento el edificio conservaba la logia en planta libre que le extendía bajo sombra hacia el espacio público de la plaza central del conjunto, dominada por la fuente y bajo la presencia de la torre del reloj. Este espacio de gran calidad ambiental fue mutilado para ganar superficie a ser destinada a oficinas de poca importancia. Se advierte, en la planta, la estructura de bloque central jerarquizado y pabellones laterales, articulados por pasillos a través de la logia. Los alzados son un ejercicio maestro en síntesis entre el espíritu moderno y el clasicismo tan en boga en esos años. (AAA) En la doble página siguiente, dos vistas del Centro de los Héroes tomadas en el 2002, en la que se evidencia la relación entre el enclave urbano, el mar Caribe y la expansión de la ciudad de Santo Domingo hacia el norte, a lo largo del eje de la avenida Winston Churchill. Se advierte en estas tomas el edificio en obras de la nueva Suprema Corte de Justicia y Procuraduría General de la República, ejecutado en el lote anteriormente ocupado por la Secretaría de Estado de Agricultura. (EM / AAA)

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• Cuadrante sureste: Secretaría de Estado de Interior, Policía y Comunicaciones Este lote fue asignado al edificio que ocuparía la Secretaría de Estado de Interior, Policía y Comunicaciones, según se define en el plano del proyecto urbanístico. El edificio fue planeado con una estructura de modulación rígida, sometida a la cuadrícula de 6 x 6 metros ya descrita; dos aspectos le distinguían: su fachada expuesta al oeste, dotada de quiebrasoles de concreto de gran elegancia, y un volumen posterior exento, cubierto por una cúpula rebajada de extraña presencia en el conjunto, al parecer remanente del imaginario de aquella maqueta del posible anteproyecto original, nunca desarrollado, ya mencionada19. Poco después esta estructura fue destinada a alojar la Secretaría de Estado de Agricultura, que funcionó allí por muchos años, hasta que un incendio, en 1994, producido con alevosa intención, hecho nunca confirmado formalmente, lo arruinó produciendo la eventual demolición de sus ruinas. Este lote, en 1996, fue afortunadamente dedicado al nuevo edificio que el Estado Central concursó, a través de la OISOE, para la Suprema Corte de Justicia y la Procuraduría General de la República, edificio inaugurado finalmente en 2005, diseñado con gran respeto hacia la escala y el espíritu de su emblemático entorno moderno20.

Imagen del día en el que se procedía a la demolición del edificio ocupado por la Secretaría de Estado de Agricultura, posteriormente al incendio que la hizo inservible en 1994. Se aprecia aquí el remanente de la estructura original, modulada en cuadrícula de 6 x 6 metros. Este mismo lote, situado en el cuadrante sureste del conjunto ferial, fue destinado por el Estado dominicano para la localización del proyecto para la nueva edificación de la Suprema Corte de Justicia y la Procuraduría General de la República, por medio de un concurso nacional de diseño llamado en 1997. El nuevo edificio fue inaugurado en enero de 2005. (AAA)

• Cuadrante noreste: Edificio de Obras Públicas / Agricultura / Economía y Tesoro Este edificio, al igual que su correspondiente situado en el cuadrante noroeste, fue trabajado como un bloque ortogonal simple, de cuatro niveles, con un volumen articulado modularmente hacia el sur de dos niveles, responsable de la transición de escala hacia el conjunto ferial. La fachada oeste ostenta un ingenioso sistema de quiebrasoles de concreto horizontalizados, bastante cerrado, que se ha mantenido muy bien en el tiempo. Un elegante mural hace contrapunto a la cerrada fachada, en la esquina norte del segundo nivel. Una marquesina a dos niveles ligeramente desplazada de la ortogonalidad domina el alzado frontal. Las elevaciones norte y sur se componen con una retícula de ventanales regulares a intercolumnio total, apaisados, de exquisita proporción. La fachada este presenta una inquietante proyección vertical en sus extremos norte y sur, casi exigiendo considerar esa elevación como un plano independiente, aislado por este dispositivo de la masa total del edificio. La localización de la Secretaría de Obras Públicas en esta sede fue prácticamente fugaz, no mayor a la representación en la misma Feria. Dicho ministerio fue dotado al año siguiente de un nuevo edificio de mucha mayor superficie, diseñado por el Arq. Leopoldo Espaillat Nanita como su tesis de grado en la USD, situado sobre la avenida San Cristóbal, en el entorno del ensanche La Fe y del Estadio de Béisbol, al norte de la ciudad, al igual que otras instituciones que fueron asentadas en estos predios, en los que se estuvo gestando otro desarrollo urbano de gran envergadura, nunca ejecutado cabalmente. • Cuadrante noroeste: Educación / Relaciones Exteriores / Universidad / Salud Pública Previsión Social De cinco niveles, con un bloque de dos anexos hacia el sur, este bloque acusa una fachada este vidriada, evidenciando así su esquema estructural. De nuevo González contrasta la retícula con un plano ciego vertical al sur de la fachada frontal, recurso de llenos y vacíos muy frecuente en toda la edilicia del conjunto. Algo del Terragni de la Casa del Fascio en Cuomo, Italia, se asoma en la composición. Una escalera de idéntica plasticidad que aquella original del Hotel Jaragua, también explorada en el Centro Social Obrero, se dispone en el extremo oeste de este bloque de dos pisos.

Desde los primeros esquemas urbanos desarrollados por GG, sorprende la insistencia en formalizar un volumen anexo a uno de los edificios principales del conjunto, cubierto por una cúpula rebajada hecha en hormigón armado, que finalmente, fue ejecutada en el edificio original de la Secretaría de Estado de Interior, Policía y Comunicaciones, posteriormente convertido en la Secretaría de Agricultura, perdida en un incendio en 1994. El tema de los espacios cubiertos por domos fue muy favorecido en esos años, convirtiéndose de hecho, en uno de los recursos formales adoptados por Oscar Niemeyer, meses más tarde, en su visualización arquitectónica de Brasilia. 20 Gustavo Luis Moré y Juan Cristóbal Caro, «Suprema Corte de Justicia & Procuraduría General de la República», Archivos de Arquitectura Antillana 20 (enero 2005): 84-94. 19

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• Cuadrante suroeste: Sede de las Fuerzas Armadas Una de las pocas instituciones para las que fue previamente destinado un edificio singular, fue la de las Fuerzas Armadas, que ocupó el predio del cuadrante suroeste completo. En el esquema original de 1954, esta institución había ocupado el lugar posteriormente asignado al Congreso Nacional, tal era la importancia que revestía para el Estado en ese entonces. De nuevo otro bloque ortogonal, modulado, que define su fachada este con aperturas vidriadas a altura y ancho total, expresando así honestamente la retícula estructural. Una marquesina


A la izquierda, dos de las edificiaciones principales del conjunto: arriba, el Pabellón de las Fuerzas Armadas y abajo el originalmente asignado al Pabellón de Agricultura, Economía y Finanzas. Allí también funcionaban las oficinas ejecutivas del Ingenio Río Haina y la oficina particular de Trujillo. Después de la Era de Trujillo, allí estuvo la Secretaría de Estado de Interior y la Dirección General de Migración, y finalmente el INDRHI. (AGN / Luis Mañón) Arriba, vista del Pabellón de España, convertido después de la Feria en el Colegio San Ignacio de Loyola. Su proyecto fue coredactado por el arquitecto español Javier Barroso, quien también se encargaría de la reconstrucción del Alcázar de Colón, entre otras obras significativas del período. (AGN / Luis Mañón)

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horizontal reduce la escala del acceso en el primer nivel, a cuyos laterales norte y sur, se dota de áreas en planta libre sobre columnas rectangulares, muy a la manera del primer nivel del Consejo Administrativo.

Imagen de archivo del edificio que fungió como Museo Nacional en los predios de la Feria de La Paz. En esta instalación se dispuso la colección arqueológica y muchos objetos de valor histórico, hasta la realización del Museo del Hombre Dominicano en 1973, y de otras facilidades museográficas dentro del entorno de la Plaza de la Cultura.

Este edificio no posee ni la carga simbólica ni el sistema decorativo de otros, es una estructura moderna, de carácter casi utilitario, con ecos distantes de Terragni. Dos murales en altorrelieve definen los penúltimos módulos en las fachadas del segundo nivel hacia el este. Al centro de la composición, un vuelo corto insinúa un balconcete en los tres módulos centrales, actuando en conjunto con la sutil elevación del alféizar en los cinco módulos centrales del quinto nivel. Los cierres del edificio ha sido sustituidos después de sufrir daños sustanciales luego del paso de algunos de los huracanes tan frecuentes en el país. Durante la Feria, el primer nivel del Pabellón fue destinado a una exposición de equipamiento militar de fabricación nacional, uno de los orgullos del dictador. Igualmente fueron mostradas maquetas para varios proyectos, entre ellos las instalaciones de la Marina de Guerra y la Base Naval José Trujillo Valdez. Otros edificios • Templo de San Rafael Fuera del itinerario de la avenida central y enfrentado al malecón, fue situado, dedicado a San Rafael, el Pabellón de la Santa Sede, única iglesia presente en la Feria. Su primer diseño fue de Humberto Ruiz Castillo, aunque parece no haber prosperado ni tener relación con el finalmente ejecutado por GG. Este edificio posee un encanto singular. Compuesto por una simple estructura ortogonal, enmarcada con mucho énfasis en la simple fachada, sin ninguna concesión a formas tradicionales. Una estructura exenta lateral en la plaza de entrada, de menor tamaño, aloja el campanario y la cruz. La fachada posee dos imágenes de santos a ambos lados y un emblema circular central adosado a una parrilla de iluminación desde el sur. Internamente es un espacio único de una sola nave, cuyos vitrales, escala e iluminación —aportada por láminas delgadas de quiebrasoles diagonales laterales— constituyen su principal riqueza ambiental. Un pequeño coro alto reduce la altura desde el acceso sur. El mural del fondo del ábside, un Cristo Pantocrator en mosaicos, fue escogido por González, según ha comentado «Sancocho» Marranzini21 muy parecidos a los de la Iglesia de San Roberto Belarminio, en la Piazza Ungheria, Parioli, Roma, para así reducir los tiempos de ejecución. Otro detalle decorativo, vincula unos dibujos de Eugenio Pérez Montás con los escogidos por González para realizar el diseño de los vitrales. • Edificio del Consejo Estatal del Azúcar El Consejo Estatal del Azúcar (CEA) ha utilizado como sede uno de los edificios originales, situado en el extremo oeste del conjunto ferial, en el lote definido por la exedra semicircular que culmina el eje transversal del trazado. Su fachada vidriada oriental ha sido trabajada con quiebrasoles verticales, al igual que el edifico de la Compañía Dominicana de Electricidad (CDE), a diferencia de los demás del conjunto, horizontalizados todos. Un cuerpo bajo de servicios y depósitos completa la figura trazada por la exedra y define un patio de apoyo oportuno a la operación de la institución.

Arq. José Horacio Marranzini, entrevista por el autor, abril de 2015, Santo Domingo. 21

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• Corporación de Electricidad El edificio sede de la Corporación de Electricidad, asignado a Virgilio Pérez Bernal, fue ejecutado poco después de inaugurada la Feria, con dispositivos plásticos muy similares a los utilizados en las edificaciones originales. No sabemos a ciencia cierta si el proyecto fue redactado por GG. El predio estaba previamente ocupado por el Edificio de la Administración, que dobló como el Pabellón de Libros, pequeña y elegante edificación que aún sobrevive, asimilada funcionalmente a la empresa hoy llamada Empresa Distribuidora de Energía Sur (EDESUR).


Dos tomas desde el mismo ángulo del hermoso Pabellón de la Santa Sede, la Iglesia de San Rafael. A la izquierda una toma de 1956; arriba, de 1984. (AGN / Luis Mañón / OM) Abajo una toma desde el suroeste del Pabellón de las Naciones, en la que se aprecia al fondo a la derecha, el edificio de la Suprema Corte de Justicia que allí operó desde el 1956 al 2005. (AGN)

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Dos de las edificiaciones más notables emplazadas en el cuadrante suroeste del conjunto ferial: arriba, dos imágenes del audaz proyecto del arquitecto venezolano Alejandro Pietri para el pabellón de su país, resuelto por medio de una sinuosa geometría en torno a un cono calado de quiebrasoles prefabricados de concreto. La instalación sirvió de sede del Patronato del Faro a Colón hasta la inauguración del mismo en 1992, y más recientemente, como sede de la Sociedad de Arquitectos de la Repúbica Dominicana, la que hace esfuerzos todavia insuficientes para procurar su rehabilitación. (AGN) A la derecha dos vistas del Teatro de Agua y Luz, previsto como espacio inaugural para la Feria, pero incompleto para la fecha. Fue diseñado por el catalán Carles Buïgas, y sirvió de escenario a celebraciones de gran elegancia en los años restantes del régimen; actualmente se encuentra intervenido y abandonado, esperando por una recuperación que le devuelva su protagonismo como una de las salas de espectáculos más especiales del mundo. Con su planta oval y su gran platea a cielo abierto, definió una tipología de sala de espectáculo que apareció principalmente en el Caribe y México y que trató de aprovechar el clima tropical como parte del espectáculo y la arquitectura. (AGN)

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• Suprema Corte de Justicia Esta estructura de gran dimensión, ocupa la manzana sur completa, a espaldas del Congreso Nacional. Fue realizada por el Ing. Alejandro Martínez hacia 1958. El diseño fue encargado al Arq. Francisco «Cuqui» Batista, en ese entonces uno de los más hábiles dibujantes y diseñadores en la escena capitalina. Cuqui fue muy diestro en acoplar su pieza al genius loci predominante, de tal manera que se percibiera casi como parte del catálogo de obras de la etapa inicial. Fue estructurada a partir de a un sistema de muros aporticados en sus cuatro fachadas, a distancia regular, confinados en cuatro bloques ciegos de esquina. El espíritu de Piacentini y su EUR aparece de nuevo en esta estructura severa y marmórea. • Museo Nacional Bloque articulado de dos niveles, situado al este del Congreso Nacional, diseñado para alojar la creciente y relevante colección arqueológica e histórica dominicana. Se distribuye simétricamente en torno al eje de la entrada desde el sur. Dos altos relieves situados en los cuerpos laterales al ingreso, anuncian con su temática iconográfica basada en motivos indigenistas, el contenido del edificio, cuyo autor no debió ser GG y aún no ha sido identificado. • Los Pabellones Varios de los pabellones construidos para la Feria tuvieron un diseño distinguido. Nani Reyes y Billie Reid realizan los de la Esso Standard Oil, el INAZUCAR y la ALCOA. Algunos asumen formas exóticas, como uno del ron nacional de características asirias; otros fueron simples contenedores utilitarios, con escasa decoración. El pabellón de los Estados Unidos de América parece haber sido diseñado en ese país. El pabellón de España fue diseño de Mariano Garríguez y Javier Barroso, este último arquitecto también destacado en el país durante esos años como autor de la reconstrucción del Alcázar de Colón, y de los cines Olimpia y Lido, entre otras obras. El de España fue verdaderamente un proyecto de gran envergadura, tanto en su calidad espacial y tectónica como en sus dimensiones. La articulación al terreno fue admirable y su carácter ambiguo entre el espíritu tradicional y el moderno, le dota de un atractivo muy a gusto con los tiempos posmodernos de hace unos años. En él ha funcionado por décadas, con relativa buena adaptación al edificio original, la sede del Colegio Loyola en Santo Domingo. El pabellón de Venezuela fue uno de los proyectos más admirados, originales y audaces del conjunto, diseñado por el venezolano Alejandro Pietri, fue situado en el borde sur del lote trasero al Consejo Administrativo del Distrito. Una pieza curva ondula en torno a un cono de quiebrasoles horizontales de concreto armado, prefabricado, articulando oficinas, espacios expositivos y servicios con enorme soltura y destreza compositiva. Interesante contrapunto para el resto de la austera arquitectura del recinto ferial. Hoy es sede de la Sociedad Dominicana de Arquitectos, después de haber sido sede de las oficinas del Faro a Colón. La pieza requiere de atención urgente.

Dos de los pabellones de empresas internacionales que acudieron al llamado del Comité Organizador: la Esso Standard Oil y la Alcoa. Ambos fueron ejecutados por la sociedad formada por los arquitectos William «Billie» Reid Cabral y José Manuel «Nani» Reyes. (MP)

• El Agua y Luz y el Coney Island Más bien marginales, estos dos proyectos dedicados a complementar lúdicamente la Feria, se desarrollan en los predios del suroeste del conjunto. El Agua y Luz fue sin dudas uno de los espectáculos más vistosos jamás admirados en el país, escenario de eventos de suprema elegancia durante y posterior a la celebración de la Feria. Su proyecto resuelve en una elipse abierta al suroeste, defendida de los vientos predominantes por un bloque de bares, instalaciones y servicios hacia el noreste. El fondo de la escena era ocupado por un sistema de fuentes de espectacular atractivo, que jugaban programadas, por medio de su dimensión, potencia y colorido, con los eventos allí realizados. Más información sobre el proceso de evolución del proyecto y de la presencia de uno de los personajes involucrados —el catalán Carles Büigas, especialista en fuentes, cuya participación parece haber sido un tanto polémica— se ofrece en esta cita de la investigación de Delmonte y Martínez: Cuando finaliza 1954, los principales edificios estaban asignados a distintos ingenieros incluyendo GUILLERMO GONZÁLEZ | 207


el del Consejo Administrativo y se había anunciado la contratación de Carles Büigas para el diseño y ejecución de la llamada fuente luminosa, el mismo que había diseñado la famosa Fuente Mágica de Montjuic en Barcelona. La inclusión de Büigas al proyecto fue tratada por el Comité Técnico limitando su responsabilidad a la fuente luminosa y al alumbrado especial a todo lo largo de la avenida central, sin que éste incidiera en las decisiones ya asumidas por el equipo de trabajo. Sin embargo, Büigas, desde su llegada al país el 11 de marzo de 1955, estuvo haciendo presentaciones a la Junta y al público en general para motivar cuatro propuestas de su autoría, las cuales no fueron consideradas por la Junta Pro Celebración hasta que finalmente, después de un mes de cabildeos y gestiones, a mediados de abril del mismo año, en audiencia con el mismo Trujillo, sí logró cambiar la propuesta original de Guillermo González para la manzana destinada a recreaciones, con casino, restaurantes, cafés, lago de agua salada y jardines. Finalmente se anunció la construcción del proyecto que terminó en el denominado Teatro Agua y Luz, sede de los espectáculos de mayor colorido una vez se inauguró la Feria22.

El Coney Island fue en realidad un espacio de carácter lúdico, que alojó durante unos años una serie de instalaciones menores para juegos y espacios infantiles de diversión. Recordado con nostalgia, no significó mucho en términos de propuesta de diseño. • El equipamiento hotelero La realización del evento requirió un extraordinario esfuerzo logístico, paralelo a la obra de construcción. Se debió acometer la ejecución de dos hoteles en las cercanías de la Feria, como ya vimos, el Hotel Paz y el Hospital Angelita, convertido en alojamiento durante la duración del evento. Este último fue construido por el Ing. Ramón Trueba, asociado a Caro en la obra. Otros hoteles fueron El Embajador, iniciado a mediados de 1955 y diseñado por el estadounidense Roy France. La construcción, mobiliario y decorado estuvo a cargo de Marrit Champman & Scott Corporation. También diseño de GG fue la ampliación de dos niveles del Hotel Jaragua; además se determinó involucrar al Hotel Comercial, en la calle El Conde. El arte y la estética del poder Imágenes aéreas del entorno sureste del conjunto de la Feria de la Paz. La superior y la de la página derecha, muestran al fondo, la masa del originalmente llamado Hotel Paz, nombre cambiado por el de Hotel Santo Domingo Norte, para vincularle al Hotel Santo Domingo, realizado en torno a una serie de patios diagonales, por el Arq. William Cox, apreciable al pie de la foto. Ambos hoteles fueron operados por la empresa Gulf + Western en la República Dominicana. (AGN / OM) Abajo una vista orientada hacia el oeste, en la que se aprecia el volumen ortogonal originalmente dedicado a hospital, diseñado por José Antonio Caro Álvarez, y operado como hotel durante la celebración de la Feria. La facilidad asumió su función original bajo el nombre de Hospital Angelita, y posteriormente al derrocamiento del régimen, como Hospital Infantil Robert Reid Cabral. (AGN / IDNH) Abajo en esta columna, una propuesta remitida a Trujillo desde Florencia, Italia, en 1956, por el escultor Angiolo Vanetti. Ya hacía estos años era muy frecuente celebrar la gestión del dictador con esculturas, pinturas, himnos y todo tipo de manifestación laudatoria capaz de emocionar el ego de Trujillo. La pieza no fue realizada. (AAA)

Martínez y Delmonte, «Metamensaje visual en la arquitectura del Caribe», 104. En la edición de la revista AAA028, dedicada a la arquitectura contemporánea brasileña, el entonces embajador de Brasil en la República Dominicana, Ronaldo Edgar Dunlop, introduce el itinerario de obras con una presentación en la que señala: «En la urbanística, el caso de Brasilia, conjunto enteramente diseñado por un notable grupo de arquitectos, entre los que destaca la mano prodigiosa de Oscar Niemeyer, fue un gesto visionario del Presidente Kubistchek, que ha tenido repercusiones mundiales. La visita de Kubistchek a la República Dominicana, a raíz de la inauguración de la Feria de la Paz en el 1955, parace anunciar su interés en la realización de su proyecto de Capital con pocos años de antelación», Archivos de Arquitectura Antillana 28 (septiembre 2007): 55.

Es importante destacar la preparación de todo el engranaje artístico de la Feria y la participación de artistas de primera categoría en la inauguración, como durante todo el tiempo en el que se desarrolló. Este punto tuvo consecuencias importantes en el arte y la cultura dominicanos, incluso, en la promoción a través de la radio, la televisión y otros medios de comunicación. Solo el despliegue de delegaciones de todas las provincias del país merece un análisis aparte. La Feria de la Paz estaba programada para finalizar el 27 de febrero de 1956. Sin embargo, fue extendida hasta junio por «petición popular». Un aspecto interesante en la historia de este fausto proyecto fue el de la presencia de Juscelino Kubitschek (1902-1976), a la sazón gobernador de Minas Gerais y un año más tarde presidente de Brasil, quien manifestó gran admiración por el proyecto realizado por González y su equipo. ¿Quién sabe hoy el impacto que pudo tener en la imaginación y la determinación de Kubitschek, hombre sensible a la buena arquitectura, —como demostró en sus proyectos comisionados a Oscar Niemeyer en Pampulha y confirmaría en la iniciativa monumental que asumió y concretizó en la nueva capital de su país, Brasilia— la visión de la Feria de la Paz, apenas meses antes de asumir la dirección del Estado brasileño?23

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Un tema marginal al de Guillermo González, pero importante de asumir debido a las circunstancias que permitieron su práctica en la República Dominicana durante la Era de Trujillo, recae en la relación entre la forma arquitectónica y la expresión de poder político del Estado. La relación entre el poder y la forma arquitectónica ha sido un elemento crítico rodeado de gran especulación, que debe ser cuestionado aquí. De existir tal predeterminación, ¿fue establecida expresamente por la alta jerarquía oficial, por el dictador, o fue producto de la interpretación de cada proyectista? La respuesta al parecer es


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tan amplia como especulativa, aunque hemos detectado una serie de elementos que soportan objetivamente nuestras hipótesis. No todos los arquitectos poseen un estilo común, ni siquiera durante su carrera son estables. La semántica del lenguaje estilístico arquitectónico depende ciertamente del carácter de la obra en cuestión, al igual que al reiterado «espíritu de la época», en este caso, la temprana racionalidad del Movimiento Moderno o la versión local del Estilo Internacional. Así vemos cómo las diversas tipologías desarrollan lenguajes particularmente propios: las escuelas, hospitales, secretarías y otros «palacios» —sustantivos utilizados para engrandecer el significado de la obra arquitectónica— poseen rasgos variables o constantes, de acuerdo al autor, a la tipología y al período cultural en que se realizaban. Ahora bien, podemos afirmar la existencia de una intención consciente que perseguía, por medio de la utilización de particulares elementos arquitectónicos, la exaltación y la demostración elocuente de un vigoroso y estable poder político, siendo el caso más evidente el de los diseños para los palacios del Partido Dominicano, los cuales nos brindan el más clásico sello de la arquitectura trujillista, esparcida por toda la República Dominicana en modelo definido, flexible y preciso a la vez. Estas obras, debidas al talento y al ingenio de un joven músico llegado de París en los primeros años del gobierno trujillista (1934), Henri Gazón Bona, demuestran la admiración por la arquitectura ejecutada en Europa en aquellos años en los que grandes poderes políticos dictatoriales comenzaban a establecerse y a sentar las bases del conflicto bélico de 1939-1945. Gazón, en Ciudad Trujillo, ya ostentando el título de arquitecto práctico otorgado por la Universidad de Santo Domingo y apoyado por el mecenazgo de la dictadura trujillista, escribió, en un raro volumen titulado La arquitectura de la Era de Trujillo, de 1949, los principales rasgos de su estilo, y apoyaba, en razones para él contundentes, la elección de su lenguaje estilístico. Citamos: Boceto reciente para mural previsto en el vestíbulo de un edificio para el Tribunal Constitucional —no realizado—, a ser emplazado en el solar triangular al sur de la Suprema Corte de Justicia, en los predios del Centro de los Héroes. La artista Arq. Iris De Mondesert, representa aquí al equipo del Directorio Técnico del proyecto de La Feria de la Paz, en lo que sería una de las sesiones de trabajo colectivo multidisciplinario dirigidas por GG a partir de octubre de 1954, hasta su terminación en enero de 1956. (AAA) En la doble página anterior, una vista desde la esquina suroeste del Hotel Paz, en la que se aprecian claramente las partes de la composición. Frente a la esquina que aloja las circulaciones y servicios, un cuerpo bajo dominado por un salón cubierto con cúpula rebajada, como en la Feria, donde funcionó durante años una de las discotecas más célebres de la ciudad. El volumen se completa con el bloque simplemente secuenciado de las habitaciones, de nuevo orientado en el sentido este-oeste. (AGN)

Es lógico que si existe alguna nación desprovista de un pasado arquitectónico y de unas orientaciones arquitectónicas determinadas pueda copiar estilos ajenos o introducir de lleno las concepciones modernistas. Y así, sin recurrir a exotismos desdicentes de nuestro medio, ni buscar en el África francesa por razones de similitud climática su inspiración, se ha decidido por lo más apropiado: por un neoclásico propio, de sencilla inspiración, que ofrece esta doble ventaja: a) La persistencia de las líneas por encima de los caprichos y vaivenes de la moda y corrientes de uso; b) La flexibilidad que lo neoclásico ofrece para expresar filosóficamente la raíz de nuestra cultura que, como nuestra raza, proviene de la imposición de una, de aditamentos ajenos y de la extinción de otra 24.

Asimismo nos habla del carácter volátil del movimiento moderno y de la marcada simbología expresada en los palacios del Partido Dominicano: «Quizá algún lector estime que la fantasía del arquitecto ha pecado de corta al trazar bajo un mismo patrón, todos los edificios del Partido Dominicano... Aunque los tipos varíen, el ambiente queda igual. Porque, lector amigo, una sola es la bandera del Partido Dominicano, uno sólo su mentor y una sola su ideología... ¿Acaso el tamaño de una bandera influye o disminuye el valor simbólico de lo que significa?»25. No poseemos muchos documentos similares a éste que nos puedan sustentar la hipótesis de la relación forma-símbolo-poder político, pero es más que suficiente observar críticamente muchas de las obras producidas no tan sólo por Gazón, sino por otros autores, incluso ya muy adelantada la tiranía, y muy distantes de las influencias neoclásicas, Art Decó y academicismos similares, lo cual nos reafirma el criterio de que sí existió una intención filosófica-ideológica presente en el diseño de algunas obras, quizás las más representativas del régimen, en el lenguaje estilístico de la arquitectura realizada durante la época de nuestro estudio26.

Henry Gazón Bona, La arquitectura dominicana en la Era de Trujillo, Album 1 (Ciudad Trujillo: Impresora dominicana, 1949), 80. 25 Gazón Bona, La arquitectura dominicana en la Era de Trujillo, 82-83. 24

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Si acaso hubo un proyecto de GG en el que la iconografía del poder se hizo manifiesta, fue precisamente en la Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre. De otra forma, no


pudo haber sido. Un hecho singular es el de que este espacio cívico, que constituyó la más contundente muestra del poder del régimen y uno de los proyectos urbanos de mayor aliento en toda América Latina, se haya convertido, una vez derrocado el sistema en mayo del 1961, en el lugar representativo de los valores de la resistencia ante la dictadura; de Feria de la Paz y la Confraternidad del Mundo Libre, «La Feria» fue rebautizada como Centro de los Héroes de Constanza, Maimón y Estero Hondo, escenarios de la más bravía lucha por la liberación del pueblo dominicano para terminar con los 31 años de oprobio y dominación de Trujillo y su cruel proceder. Años más tarde, en 2002, producto de un concurso público, el proyecto escogido para la revalorización del Centro de los Héroes, plantea la consolidación de una Plaza de la República precisamente en este predio de tan alta significación representativa nacional. Los años de la madurez total Los años 50 consolidan la estela de GG como uno de los arquitectos de mayor prestigio en la República Dominicana, y sin dudas, el de mayor proyección internacional. Su obra abarca temas de arquitectura públicos, institucionales, recreativos, domésticos, turísticos, entre otros. Ha trabajado directamente para el presidente Trujillo, para varios de sus funcionarios principales, y para muchas de las familias de mayor prestancia en la sociedad dominicana. Su matrimonio con doña Mercedes le ha dado dos hijos saludables y queridos, y su relación de trabajo tanto con su hermano y asociado Alfredo, como con sus cada vez más numerosos colegas y exalumnos, es respetuosa, provechosa y estimulante. Sobre todo, Guillermo ha logrado definir una práctica eminentemente basada en la calidad y la independencia de sus servicios profesionales. La relación con las esferas de poder no le han transformado en un títere más al servicio del sistema; su rigor como diseñador es su única mercancía de cambio, y así lo seguirá siendo hasta el final de su vida, aun en los difíciles y ambiguos años de la posdictadura. En 1952 González toma un descanso de la compleja escena política local y se distancia de las aulas y del despacho, por primera vez desde su ausencia en 1939, en aquel ya remoto viaje a la Feria de Nueva York. Las rivalidades entre los principales ejecutivos del dictador estaban cada vez más agudas, en especial, entre algunos de los protectores o clientes de González, que a inicios de los 50 se veían alejados en su cercanía con Trujillo27. Doña Mercedes y sus hijos, Blanca y Georgie, se encuentran en Málaga con la familia materna, en lo que parece haber sido una estancia inusualmente larga. Hacía ya 16 años de la llegada de la malagueña a Ciudad Trujillo. Guillermo, siempre creativo, decide visitarles y realizar un gesto de afirmación de su estatus y de su gallardía: viaja a España acompañado de su automóvil Studebaker, el mismo con el que posa frente al Hotel Jaragua, diseñado por su amigo, conocido durante su período en Nueva York, quien lo visitara en Ciudad Trujillo para celebrar su triunfo en el proyecto de El Jaragua: Raymond Lowey (1893-1986), considerado como el padre del diseño industrial moderno. Guillermo se pasea por las avenidas malagueñas en lo que debe de haber sido considerado, en la España recatada y franquista, un exceso tropical, imborrable ante los ojos de los amigos de la familia Fernández Canivell. Sus hijos recuerdan con alegría el inolvidable viaje a Madrid en el mismo vehículo. No tenemos datos exactos de la duración de esta visita de González, pero posiblemente permaneció en Málaga al menos algunos meses, suficientes para que a su retorno a las aulas de la USD, sus nuevos estudiantes advirtieran su prolongada ausencia y celebraran jubilosos el regreso y prestigio de su profesor28. Academia: la generación divina Una foto de Guillermo González junto a un grupo de sus estudiantes documenta esta nueva etapa de su carrera docente, retomada en 1953, a su regreso de España. Este grupo presente

Citado por Gustavo Luis Moré en el artículo «Notas sobre forma e identidad en la Arquitectura de la Era de Trujillo», Arquivox 1 (junio-agosto 1984): 3-11. 27 Tema muy bien desarrollado en el revelador libro de Virgilio Álvarez Pina, La Era de Trujillo: Narraciones de don Cucho (Santo Domingo: Editora Corripio, 2008). 28 Arq. Memé Cáceres e Ing. Pilo Cáceres, entrevista por el autor, abril de 2015, Santo Domingo. 26

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en la fotografía es verdaderamente excepcional, si se ha de ponderar el impacto de muchos de ellos en el desarrollo de la arquitectura dominicana, en las décadas siguientes.

Extraordinaria imagen de Guillermo González al centro de sus alumnos en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Santo Domingo. La foto fue realizada en 1953, cuando GG regresó después de una larga estancia en Málaga junto a la familia de su esposa. Desde la izquierda hacia la derecha Pedro Haché, Guillermo León, Víctor Bisonó, Memé Cáceres, Guillermo González, Rafael Tomás Hernández, Socorro Isa, Juan Reyes Bancalari, un joven de apellido Bermejo y Dulce Tejeda, hermana de Huáscar Tejeda. No hay seguridad absoluta en la identificación de algunos de los integrantes del grupo. (Foto cortesía Memé Cáceres)

La imagen fue tomada en los jardines frontales del taller de dibujo de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura, que en ese entonces todavía operaba, antes de la inauguración de su nuevo edificio, realizado por Caro en 1955, en el entorno de la Facultad de Odontología. En la foto se identifica a los siguientes estudiantes: Víctor Bisonó, Rafael Tomás Hernández, Pedro Haché, Dulce Macarrulla, Manuel «Memé» Cáceres, entre otros. Al centro, Guillermo, de saco y corbata, aparenta mayor de los 53 años que contaba entonces. La imagen ha sido guardada con celo por Memé Cáceres, quien recuerda con gran cariño estos años de intenso aprendizaje directamente guiados por Guillermo. Relata don Memé que de este grupo se seleccionaron algunos de sus estudiantes, para colaborar en los proyectos que habría de iniciar al año siguiente GG, como responsable de Urbanismo y Arquitectura en el Directorio Técnico de la Feria de la Paz. Durante esos meses finales del año 54 y todo el 55, GG se ausenta de las aulas, dejando un gigantesco vacío entre sus estudiantes quienes aguardaban sus esperadas instrucciones29. González volvería a asumir la docencia en la USD una vez concluidos los arduos trabajos de la Feria. Su recorrido como profesor de diseño abarca varias promociones tanto de ingenieros civiles como de arquitectos. Nombres ilustres se asocian a su quehacer: Orlando Haza, Luis Rafael Pellerano, Johnny Pujadas, Ernesto Armenteros, Rafael Bisonó e infinidad de individuos que habrían de dominar la escena nacional en las décadas siguientes. Posteriormente a su fundación en 1966 y hasta su muerte en 1970, fungió como docente en las aulas de la Escuela de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU). Su impronta ejemplar fue determinante en la formación tanto ética como académica de esta nueva generación de profesionales; todos aquellos que tuvieron la suerte de contar con su experiencia docente se refieren a GG como un individuo gentil, de pocas palabras, de trato muy amable y de poner manos a la obra. Su sistema de enseñanza se valía más de sus propias ideas representadas a mano sobre el proyecto de cada estudiante, más que en explicaciones académicas o abstractas. No se recuerda a don Guillermo dar verbalmente una sola cátedra, un solo discurso. Transmitía su conocimiento por medio del dibujo mismo, y con comentarios casuales y generalmente cómicos, de espíritu muy latino, hechos durante su contacto con el alumno, sentado en su taburete, usando sus utensilios30. En uno de los rarísimos textos dejados por el excelente arquitecto dominicano Teófilo Carbonell, autor de innumerables obras de gran envergadura, entre ellas el rediseño y la obra del Faro al Colón, el Teatro Nacional y el Ayuntamiento de Santiago, leído durante la IV Bienal de Arquitectura de Santo Domingo, señala sobre el GG a quien conoció temprano en las aulas y valora su legado:

Arq. Memé Cáceres e Ing. Pilo Cáceres, entrevista por el autor, abril de 2015, Santo Domingo. 30 Manuel S. Gautier, «La enseñanza de la arquitectura en la República Dominicana», Arquivox 2 (septiembre-noviembre 1984): 3-7. Ver también el ensayo de Dr. Arq. Manuel Salvador Gautier, en el Capítulo 7: Anecdotario de un maestro, «La cátedra de dibujo de Guillermo González: La diferencia». 29

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... En el año 46, cuando se procedió a la separación de los cursos de arquitectos e ingenieros, había regresado al país casualmente y para nuestra buena suerte, el Arq. don Guillermo González, cargado de honores obtenidos como estudiante brillante y profesional exitoso. Ingresó posteriormente como profesor en la universidad de la ciudad colonial y se hizo cargo de nuestra enseñanza en los menesteres de la arquitectura, en un curso que apenas contaba con seis alumnos, que recuerde: William Reid Cabral, Chichi Romano Pou, José Manuel «Nani» Reyes Valdez, Guillermo Alfau y quien les habla. Cuando procedimos a realizar el tercer proyecto del año 1946, una estación de pago de peaje en la cabecera de un puente, se produjo una especial protesta secreta entre algunos de los antiguos profesores, que se resistían a aceptar el violento cambio introducido por don Guillermo en la enseñanza de esa nueva especialidad. De esta manera surgió un criterio de combatir, en lugar de apoyar, el nuevo sistema. González, cansado de resistir presiones, comunicó al curso la situación y nos informó que había decidido abandonar la universidad, y que continuaría tan sólo como profesor de nuestra promoción, abandonando los cursos inferiores, hasta que nos graduáramos de arquitectos, en cuyo momento él abandonaba su cargo de profesor universitario. Así lo hizo, acompañándonos hasta el final, para suerte nuestra y quizás del país. Así, todo lo bueno, lo eficiente, lo diferente que pudo producirse a partir de esos años, es el mérito de don Guillermo, aquel hombre extraordinario que nació, vivió y murió como arquitecto. Sus


obras son el gran legado que dejó a sus familiares, al país y especialmente a quienes fuimos sus alumnos y veneramos su memoria. Su obra cumbre, el siempre recordado Hotel Jaragua, indolentemente desaparecido, tuvo el gran mérito de haber invertido por completo las soluciones arquitectónicas para los hoteles del trópico. Este hecho sin precedente y quizás poco conocido, marcó la oportunidad única, en que la arquitectura dominicana fue materia de exportación. En mi opinión, la mayor preocupación del arquitecto González, aunque nunca lo dijo con precisión, fue enseñarnos a entender lo que debía ser el Padre Nuestro de la profesión de arquitecto: eliminar el afán del invento creativo que siempre acompaña a los jóvenes arquitectos. Lo oí decir a un brillante estudiante de un curso superior al nuestro: «Si deseas convertirte en un innovador te recomiendo desnudarte y recorrer la calle El Conde, desde el Reloj Público hasta el Baluarte, con los brazos y cabeza hacia abajo, y los pies hacia arriba; sería novedoso y por eso te recordarán por mucho tiempo»31.

Francisco «Cuqui» Batista, arquitecto santiaguero, maestro de varias generaciones y autor de muchos de los mejores edificios de su ciudad natal, recuerda un simpático episodio con Guillermo, a quien sus compañeros de estudios en la USD llamaban «La Cuaba», por su andar erguido y duro, y por sus comentarios chispeantes. Cuando Cuqui trabajaba con Pepe Bonilla, hacia 1954, fueron realizados una serie de planos preliminares para los edificios de la Feria, anteriores a la contratación de Guillermo como arquitecto director del proyecto. Recuerda Cuqui su diseño para la Lotería Nacional, situada en el lote noreste más próximo a la avenida Independencia. Como sabemos, muy pronto Guillermo fue encargado de todos los edificios del conjunto, por lo que el proyecto de Cuqui no pasó a la etapa de planos ejecutivos. Sin embargo Guillermo González tuvo acceso a estos bocetos, y tuvo muy buena impresión de lo redactado por Cuqui, en particular. Comenta Batista que días después coincidió con don Guillermo en La Casa del Ingeniero, comprando papel y utensilios de dibujo en aquel célebre comercio situado en la calle Arzobispo Nouel, y decide acercársele y presentársele. Le dice Batista: «Soy Cuqui Batista, el arquitecto que hizo el plano de la Lotería para don Pepe Bonilla». Y con sorpresa escucha el comentario de Guillermo: «¡Oye, qué buen plano, te felicito, se parece a las cosas mías!». Cuqui le agradece y con orgullo recuerda la despedida de González: «¡Donde yo estoy, tú cabes!»32. Dichos como: «A mí no me pagan para eso», expresado cuando se le solicitaba sobredecorar alguna fachada, o «si quieres ser original sal a caminar desnudo por la calle El Conde», son frecuentemente recordados con simpatía. González eje cultural: las asociaciones Durante su carrera profesional GG tuvo la oportunidad de establecer relaciones con varios colegas con los que llegó a desarrollar lazos de verdadera amistad. Como sabemos, su primer y más longevo socio fue su hermano Alfredo, con el que desarrolló sus primeras y más destacadas obras, manteniendo la firma de González y González hasta el fin de la dictadura en 1961, prácticamente. Con José Antonio Caro tuvo una relación fundamentalmente profesional establecida a raíz de las obras del Centenario. Estas dos personalidades, fuertes, de principios profesionales sólidos y complementarios, deben de haber constituido una poderosa dupla. Moncito Báez y Bebecito Martínez les acompañan como ingenieros en sus iniciativas. No se tiene noticia de otras obras realizadas conjuntamente, hasta las intervenciones de Caro, en el Hotel Paz y el Hospital Angelita, para la Feria. Suponemos que algún tipo de rivalidad pudo crearse ante la sustitución del plan original de Caro para este evento, por el de González, aunque no se tiene ninguna noticia de enfrentamientos o celos entre ambos.

Teófilo Carbonell, «Una vida para la Arquitectura, una arquitectura para la Vida», Archivos de Arquitectura Antillana 03 (enero, 1997): 32. 32 Ver el ensayo de Francisco «Cuqui» Batista, «Nuestro Guillermo», en el Capítulo 7: Anecdotario de un maestro. 31

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Moncito le encarga el diseño y le construye a González su primera obra pública, aquella del Parque Ramfis en 1936. Aquí se establece además una relación personal de gran admiración mutua. Otro proyecto en el que participa González gracias a Moncito, actuando desde el Consejo Administrativo de la ciudad, fue el de las Escalinatas de la calle El Conde, también ejecutadas por Báez. Virgilio Pérez Bernal asoma en la escena desde 1944, cuando regresa de sus estudios en los EUA, y de inmediato asume un lugar preeminente como contratista de obras de gran relevancia. Algo extraña es su disposición a ser acreditado como autor de sus proyectos en lugar de los diseñadores involucrados; tal hecho consta por ejemplo, en los planos para el Country Club, realizados por GG; o en los del Hospital Dr. Martos y el Congreso Nacional, diseñados por Marcial y Leo Pou; su participación fue relevante en muchas de las principales obras del Estado desde 1944 hasta 1961, teniendo como diseñador frecuente a Guillermo. El Ing. Leonte Bernard Brea debió de ser una de las constantes más estables en la práctica de los González, amigo personal de Guillermo hasta su fallecimiento. El profesor Bernard, como es recordado, era un profesional creativo, muy capacitado, ingenioso, pero sobre todo, de un temperamento antológico. Sus anécdotas son interminables. De GG hablaba con una reverencia y un cariño emocionantes, como si hablara de un padre más que de un colega. Leonte fue diseñador estructural, contratista, consultor y asesor de múltiples proyectos. Como vimos, su presencia en la Feria fue pivotal en el cumplimiento cabal durante la ejecución de los proyectos, y en su gestión administrativa. Además, fue el calculista estructural principal de todos los edificios del conjunto33. Con Manolito Baquero y Gai Vega, la relación fue verdaderamente especial. Baquero, graduado por la Universidad de Chicago; y Vega, por la Universidad de Madrid, ambos tenían portentosos talentos y habían realizado obras juntos, sobre todo de carácter doméstico, en un lenguaje orgánico más cercano a Auñón y Ortiz que al racionalismo de González. De alguna manera establecen un vínculo profesional y crean una firma dedicada a interiores arquitectónicos de gran éxito, muchas veces aprovechada por González. De aquí surge una relación personal en la que llegan incluso a compartir espacio de taller, localizado en el sótano de la casa de Alfredo González, donde Gai Vega tuvo su estudio hasta su muerte en 2008. Las anécdotas de tardes y noches de bohemia son abundantes y de grata recordación. Arriba, el Ing. José Ramón «Moncito» Báez López-Penha, uno de los profesionales más influyentes en el temprano desarrollo de la obra de GG, a partir de su colaboración en la gestión y la obra del Parque Ramfis. Abajo, el Ing. Arq. Leonte Bernard Vázquez, amigo íntimo, calculista de estructuras y asociado de los González durante toda su carrera. Mantuvieron una estrecha y fructífera relación profesional y personal. (AAA)

El vínculo con Billie Reid nace en las aulas de la USD, que se transfiere al proyecto y a la obra de la residencia Vicini, de 1947. Billie y Nani Reyes —también compañeros de aula— crean una sociedad de enorme calado en la ciudad, que dura desde 1950 hasta 1955 aproximadamente, realizando infinidad de obras y pautando un cambio en la visión del diseño, esta vez más afincada en los temas de la adaptación al clima y a la expresión plástica de materiales locales, muy inspirados en la obra de Neutra y en la experiencia formativa de Reyes en Texas34. Reid será, con los años, socio de González en el recorrido final posdictadura de su carrera, y jugará un papel fundamental en la vida personal del maestro en sus últimos años. El mundo personal y familiar: la casita por el cementerio

Pedro Delgado Malagón, «Una plática imaginaria con Leonte Bernard», Archivos de Arquitectura Antillana 10 (junio 2000): 43-44; y Leonte Bernard, «Autobiografía de Leonte Bernard Vásquez», Archivos de Arquitectura Antillana 10 (junio 2000): 45-47. 34 Gustavo Luis Moré y José Manuel Reyes Malla, «José Manuel “Nani” Reyes Valdez: el hombre, la obra, la huella», Archivos de Arquitectura Antillana 8 (septiembre 1998): 86-99. 33

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Es ya sabido que por circunstancias de salud doña Mercedes decide mudarse, primero con su hija Blanca, a su Málaga natal, antes o durante el año 1960. Doña Mercedes parece no haber tenido una adaptación cómoda al clima y a las costumbres locales. El temperamento reservado pero apasionado y romántico de Guillermo no debe de haber sido tampoco un elemento de fácil manejo en la relación. Los comentarios de los amigos en las juntas de Guillermo para degustar los tragos del día producían tensión en la pareja, hecho recordado por varios de sus tercios en estos menesteres. Pucha fue un personaje mitológico en la vida de don Guillermo. Se convirtió en la mujer que le daría apoyo durante sus últimos años; no tenemos certeza, como suele ser en estos casos, de quién fue en verdad esta persona ni sobre el momento en el que se inicia esta relación tan personal, pero varios de sus colegas y colaboradores fueron testigos de la misma, ya que era frecuente el traslado


A la izquierda cinco miembros del equipo de proyecto del Directorio Técnico de la Feria de la Paz: desde la izquierda, Johnny Pujadas, Manolito Baquero, Gai Vega, Virgilio Pérez Bernal y Guillermo González, hacia 1955. (VPB) Abajo a la izquierda, el Arq. José Antonio Caro Álvarez, en la oficina que ocupó en el patio de su residencia de la Félix Mariano Lluberes; a la derecha, el Ing. Pérez Bernal en su despacho. (VPB) Arriba, una imagen del Arq. Gai Vega hecha por Onorio Montás hacia 1985, en el descanso de la escalera de una de sus casas en el sector de Piantini, hoy demolida. (OM) Abajo, William «Billie» Reid Cabral y Margarita Baquero de Reid, en El Cairo, 1978. (AAA)

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a la sencilla pero coqueta casita de Pucha, situada en los alrededores del Cementerio Nacional de la avenida Máximo Gómez, para celebrar festejos, armar «cocinaos» improvisados, o sencillamente, para compartir con Guillermo en el ambiente que ya le resultaba cómodo y familiar. La localización exacta de la casa no es hoy precisable. Hemos, sin embargo, detectado hace poco tiempo, una casita azul, de concreto, de un encanto y sencillez extraordinarias, situada en un predio cercano al que se recuerda como entorno original. Esta humilde casita fue realizada hacia el año de 1950, y originalmente fue ocupada por los cuidadores de la propiedad donde todavía permanecen. Contradictoriamente, un plano de Henri Gazón, para unas casas modelo de gran parecido en una urbanización de Santiago Rodríguez, puede dar una referencia del momento en que estas casas deben haber sido concebidas. Esta miniatura de exquisita sencillez refleja un buen gusto sorprendente. La casa expresa el mismo espíritu de las casas vernáculas dominicanas hechas con materiales ligeros y naturales, aun siendo construida de concreto. Ese carácter está presente ahí. No tenemos prueba documental, pero ilusiona pensar que este bello lugar pueda haber sido el frecuentado por nuestro personaje. Recuerda Rafael Tomás Hernández, en el cierre del texto que aparece en este volumen, estas emotivas líneas: «La última vez que vi al profesor quería que le dibujara una planta de una casa que no se realizó y me había pedido que fuera a su segunda casa que compartía con Pucha. Allí fue cordial, estaba contento y me enseñó con orgullo un retrato elaborado a lápices de colores que había hecho de su amiga»35. Los ensayos originarios de NACO: Amable Frómeta, Marcial Pou, Juan Bernal Una vez concluidos los agotadores trabajos de la Feria, se produce un vacío en el que tanto GG como otros profesionales intentan resumir sus prácticas en medio de la resaca política del momento. El régimen había desplegado todos su recursos en este golpe de imagen internacional, de ambiguos resultados. A lo interno, el desgaste de la dictadura se hacía cada vez más cotidiano, los actos de represión cada vez más audaces y el rechazo de la población cada vez más evidente. González se vuelca en la empresa privada. Se agrupa en un equipo de autores que bajo la visión y con las relaciones del Sr. Pancho Saviñón, familia del tirano, y el Ing. Juan Bernal, promueven el desarrollo inmobiliario de los terrenos ocupados por el Aeropuerto Internacional General Andrews, en el ensanche Miraflores.

Retratos de dos figuras fundamentales en el desarrollo de la arquitectura y el urbanismo dominicanos en los años 50 y 60: arriba el Ing. Juan Bernal y abajo, el Arq. Amable Frómeta. Ambos fueron instrumentales en innumerables proyectos y obras, pero sobre todo deben ser admirados como protagonistas de la concepción y la gestión, del proyecto y de la ejecución del sector de NACO, hoy parte integral del Polígono Central de Santo Domingo. (OGM / GLM)

Ver el ensayo de Rafael Tomás Hernández, «Guillermo González Sánchez: Genial arquitecto dominicano», en el Capítulo 7 de este volumen: Anecdotario de un maestro. 36 Don Marcial Martínez, entrevista por el autor, sobre su participación en el desarrollo del sector Naco en Santo Domingo, diciembre de 2013, Santo Domingo. 35

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Este extenso predio, ya en 1957 arropado por los nuevos ensanches de la capital (La Fe, Villa Juana, Piantini, Morales, y otros), permitía una explotación especulativa de gran potencial, al haberse planificado el traslado de las facilidades aeroportuarias hacia Punta Caucedo, 28 kilómetros al este de la ciudad. El proyecto fue bautizado con el nombre de Nacional de Construcciones, convertido en NACO, apelativo que pronto asumió genéricamente todo el sector del desarrollo y sus áreas aledañas, que fueron el principal campo de inversión inmobiliaria de la capital por más de tres décadas, hasta su eventual reconocimiento municipal como el sector originario del actual Polígono Central de la ciudad de Santo Domingo. El equipo inicial, reclutado hacia 1957, incluyó, según recuentos de don Marcial Martínez, a los arquitectos Guillermo González, Marcial Pou y Amable Frómeta, y a un selecto grupo de contratistas —como el mismo Martínez quien ejecutó un número notable de unidades— e ingenieros civiles, con Juan Bernal a la cabeza36. Las primeras iniciativas fueron un grupo de casas individuales situadas en las cercanías del Seminario Santo Tomás de Aquino; otras más al sur de la avenida San Martín, entre ésta y la actual John F. Kennedy; y otro grupo en Miraflores, en las cercanías del edificio del Listín Diario. Estos conjuntos, aunque modificados, aún pueden ser detectados en la ciudad actual.


Uno de los aportes principales de NACO fue la tipología individual de vivienda implementada, que ha sido valorada en un ensayo, en el que se vincula su estructura planimétrica con los tipos de la vivienda tradicional dominicana37. La sencillez y flexibilidad del esquema adoptado como invariante en las etapas del desarrollo fue pivotal en un cambio de proceder en la arquitectura habitacional dominicana de los años 60 en adelante. El epicentro del sector fue establecido por medio de dos edificaciones comerciales en barra de dos niveles cada una —las exitosas y aún vigentes piezas de Plaza NACO, la oeste primero, y la este después, donde Frómeta hizo gala con su deslumbrante Cine Plaza— localizadas sobre el eje norte-sur de la avenida Tiradentes. Todo un sistema de equipamientos fue puesto en marcha, distribuidos en el territorio del ensanche, en la medida en que éste iba expandiéndose y siendo económicamente rentable: autocinema, policlínico, club social, iglesia, escuela, estación de policía, hotel, y la torre de oficinas conocida como La Cumbre, realizada al mismo tiempo que Plaza NACO oeste, hacia 196838. No sabemos en qué calidad y en qué medida ocurrió la participación de GG en estos proyectos. A juzgar por su eventual alejamiento del equipo, no parece haber sido significativa. Muy probablemente debe haber sido más un asesor o conceptualizador del proyecto en sus inicios, aunque no haya calzado con su firma ninguno de los proyectos que habrían de construirse en los años siguientes. La idea de las barras de Plaza NACO tienen, a decir verdad, un espíritu urbanístico, por su articulación a la trama existente, muy propio de GG. No era frecuente ya en los 60 concebir centros comerciales de esta manera integral con la ciudad, sino más bien en lotes individualizados, con estacionamientos circundantes, como se habría de hacer pocos años después en Plaza Central, por ejemplo.

Casita de guardianes aún existente en el sector del ensanche La Fe, de Santo Domingo, típica obra de exquisito minimalismo moderno propia de los años 50. La influencia de GG es evidente en la formalización geométrica y la maestría en las proporciones del modelo. (GJM)

Sin embargo, hasta la fecha no se han encontrado documentos que le acrediten como autor destacado, papel que cada vez más frecuentemente fuera asumido por Amable Frómeta en los más relevantes proyectos de desarrollo. Años más tarde, hacia 1978, Manolito Baquero llegó a participar en varias iniciativas de la entonces ya exitosa empresa, como por ejemplo en una torre no realizada de las seis unidades colocadas a espaldas de las barras comerciales de Plaza NACO, o en el proyecto turístico conocido como Villas Dorado NACO, en Playa Dorada. El lapso transcurrido entre la clausura de la Feria, en 1956, y el ajusticiamiento de Trujillo, el 30 de mayo de 1961, es una incógnita en la vida de GG. Solo se tiene noticia de su participación en el equipo de NACO; no hay registro de otros proyectos, de otras obras. Guillermo González Sánchez, el arquitecto más renombrado de la República Dominicana, aquél que tenía 20 años a la vanguardia del diseño más moderno, apasionado, total, que dio servicio tanto a la más distinguida sociedad, como a los más altos estratos del estamento político; aquél que transformó la academia, la ciudad de Santo Domingo, su centro histórico, su frente de mar, las calles de sus nuevos barrios, su manera de construir, ha de encontrarse en soledad, y vivir bajo el estigma de crear, para uno de los regímenes más sangrientos y corruptos de América Latina, su más excelsa expresión, dura suerte la del destino, cruel paradoja.

Gustavo Luis Moré, «Casa, jardín y ciudad: la arquitectura doméstica en el Polígono Central Santo Domingo», Archivos de Arquitectura Antillana 47 (junio, 2013): 74-85. 38 «El Polígono Central de Santo Domingo: 50 años de desarrollo urbano», Archivos de Arquitectura Antillana 47 (junio, 2013): 48-101. 37

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Capítulo 6 Último acto • La escena posdictadura: el taller en El Jaragüita • Nueva generación en escena • Vida académica en la UNPHU: anecdotario de un maestro • Últimas obras: la transición • Ante la muerte de un pionero • La memoria de Guillermo González Sánchez en la cultura dominicana

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Capítulo 6 Último acto La escena posdictadura: el taller en El Jaragüita En menos de cinco años, la República Dominicana sufrió la transición de una dictadura de 31 años de duración, a un nuevo sistema democrático cimentado sobre elecciones libres, ganadas ese mismo año por el Dr. Joaquín Balaguer (1906-2002). No es propicio describir aquí este traumático proceso, pero en el interés de crear un marco de referencias, recordemos que el mismo Balaguer aún como presidente del país, después de mayo del 61, aleja a los familiares y principales colaboradores del antiguo régimen, y establece las condiciones, antes de su partida en enero de 1962, para la instauración del Consejo de Estado, un gobierno de transición a las elecciones, ganadas por el Dr. Juan Bosch (1909-2001), en diciembre de 1962.

Dibujo a mano del artista Georgie González Fernández-Canivell, hijo de GG, realizado en 1952 tras la demolición de El Jaragüita, según las medidas memorizadas en conversaciones con su padre durante los largos años en los que allí vivió hasta su mudanza a Málaga, en 1985. El boceto resume las tres etapas de crecimiento a las que obedeció el edificio, uno de los más vanguardistas conjuntos de apartamentos modernos del país, perdido para para permitir un proyecto inmobiliario nunca desarrollado. Hoy opera como lote de estacionamiento anexo al Hotel Crowne Plaza Santo Domingo. Atrás, a la derecha, el volumen de un pequeño edificio con más unidades apodado El Jaragüitita. (AFGFC) En las páginas anteriores, vista frontal desde el oeste de la residencia Barletta en Arroyo Hondo. (RB)

Bosch, hombre de grandes luces pero deslumbrado a su vez por determinados avances puestos en marcha por la flamante utopía cubana, resultó ser inapropiado para los intereses locales y ni hablar para los norteamericanos en la región. Un golpe de Estado fatal para la estabilidad del país se produce en septiembre del 63, tras el que se instala inconstitucionalmente el gobierno de facto del Triunvirato. A mediados de diciembre del 64 fue escogido el Dr. Donald Reid Cabral como presidente del Triunvirato. Un período de gran inestabilidad finalmente produjo la irrupción de una revuelta en 1965, dirigida por sectores progresistas de las Fuerzas Armadas —pero en verdad apoyadas por gran parte de la población civil—, en lo que se ha conocido como la Revolución de Abril. Este violento acontecimiento, finalmente resuelto con la rendición de los constitucionalistas, cercados por las fuerzas de ocupación militar de la OEA, en el Centro Histórico de la rebautizada ciudad de Santo Domingo, tuvo como epicentro político el ya venerable Edificio Copello, sede del Gobierno durante los nueve meses que duró la contienda civil. Se crea un Estado de transición que organiza las elecciones del 66, ganadas, como hemos señalado, por el Dr. Joaquín Balaguer, quien había fungido como presidente durante la dictadura trujillista y se encontraba en el exilio desde hacía cuatro años. Nueva generación en escena A fines de los años 50, varios jóvenes dominicanos deciden cursar carrera y maestrías de arquitectura en universidades extranjeras. Es el momento en el que un nutrido grupo de alumnos se encuentra en Roma, bajo la influencia de Nervi: Erwin Cott, Manuel Salvador Gautier, Víctor Bisonó, Rafael Calventi, Leopoldo Franco, Vital García, José Horacio Marranzini, entre otros, hoy reconocidos como parte del Eje Italia1, casi todos exalumnos de González. Durante los primeros años de la década del 60 se integran a la escena profesional éstos y otros recién graduados —Fred Goyco, José Antonio y Danilo Caro Ginebra, Eduardo Selman, Luis Eduardo Delgado, entre otros—, quienes amplían las opciones de servicio del diseño en el país. La sociedad dominicana se prepara para asumir su independencia, creando las instituciones y consolidando los capitales y recursos humanos que han de sustentar su desarrollo hasta el día de hoy.

Etiqueta atribuida al Arq. Plácido Piña, durante un comentario al Arq. Omar Rancier del Grupo Nueva Arquitectura. Gautier también se refiere en su artículo, a este apelativo, aparecido en Arquivox 2 (septiembre-noviembre 1984): 5. 1

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A su llegada al país desde sus estudios en Roma y sus estancias laborales en París y Nueva York, el Arq. Rafael Calventi, quien se convertiría en poco tiempo en uno de los protagonistas más destacados de la tardomodernidad posdictadura, junto a otros colegas, recuerda haberle mostrado a González una de sus primeras obras, la de la residencia del embajador francés en Santo Domingo. Calventi no había tenido nunca contacto personal con don Guillermo, con 64 años a la sazón, y estaba muy interesado en conocerle y con este gesto, demostrar su respeto a la figura del maestro. Cuenta Calventi que se sorprendió gratamente ante el inolvidable


comentario de González: «Arquitecto, su proyecto me parece tan admirable, que le confieso me hubiera encantado diseñarlo yo»2. Algún contacto posterior debió de existir entre ambos, ya que Calventi dirigió la oficina de Planificación de la Ciudad Universitaria, de la que GG formó parte. Esta Comisión de Arquitectura y Urbanización para la Remodelación y Ampliación de la Ciudad Universitaria, motivó la visita de un grupo de profesores universitarios a varios recintos académicos estadounidenses. El 30 de julio de 1964, después de 34 años de ausencia, GG volvió a la Universidad de Yale, y conoció entonces el nuevo edificio de arquitectura diseñado por el arquitecto Paul Rudolph en 1963. Es muy factible que varias notas hechas a mano en su record de vida de esa universidad hayan sido hechas en esta ocasión. Vida académica en la UNPHU, anecdotario de un maestro La creación de la UNPHU, el 21 de abril de 1966, obedece a un cambio radical de actitud política en la República Dominicana. En 1966, Guillermo acude al llamado de sus colegas y compañeros de academia en la antigua USD —ahora transformada en Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), y dominada por una visión políticamente antagónica—, y retoma las cátedras de diseño en la Facultad de Arquitectura y Artes de la UNPHU. Caro, su colega y socio, es nombrado rector y organiza admirablemente un grupo excelso de hombres, que asumen la misión de crear y levantar una de las mejores universidades de América Latina. Sus años aquí son recordados de manera muy similar a los anteriores en la USD: el mismo método, la misma sonrisa, los mismos dibujos a mano alzada hechos con soltura, maestría y precisión. Otros profesores más jóvenes, integrados a la docencia, y una serie de alumnos hoy renombrados por su estela profesional, le recuerdan con cariño, respeto y admiración: Cristóbal Valdez, Nelson Toca, Atilio León, Raúl de Moya, Giovanni Pérez Linval, César Desangles, Adolfo Cambiaso, Elías Cornelio, y muchos más formaron parte de su última promoción de estudiantes en la UNPHU. Aparte de su desempeño en la carrera académica, González, con limitados recursos económicos, pocas obras, y aislado de su esposa y sus hijos, se oculta en la historia. Pocas son sus huellas en estos años de enorme incertidumbre. Su hermano Alfredo había fallecido en 1963. Su despacho había quedado reducido a su apartamento en El Jaragüita. A sus 66 años poco queda del hombre de sus años dorados, aquella figura prometeica. Últimas obras: la transición El itinerario de obras de GG durante los años 60 no sigue una ruta diáfana. Paradójicamente, sus primeros trabajos, los tempranos proyectos de los años 30, han sido documentados mucho mejor que sus últimos. Su mayor desempeño profesional ocurre después de la contienda civil del 65, cuando recurre al taller de Billie Reid como socio y colaborador hasta su deceso en 1970. De su sola autoría se reconoce la primera casa realizada en Arroyo Hondo para la familia Barletta: un bloque sencillo con cubierta tipo Bermuda y espléndida terraza posterior, muy cónsona con sus ensayos anteriores para casas de igual nivel, aunque esta vez un tanto más recatado en los detalles. La casa se conserva muy bien. Trabajos menores de ampliación no ha menoscabado su integridad formal.

Tres obras de la mano del artista Georgie González Fernández-Canivell, hijo de GG, realizadas durante sus años de práctica profesional en Málaga, España. Georgie posee un catálogo de dibujos y acuarelas de exquisita factura, comisionadas por arquitectos y promotores malagueños. (AFGFC)

La casa vecina, también para la misma familia, muestra la mano de Reid, además de la de Guillermo, dominada por un estilo más afincado en la tradición norteamericana, tan frecuente en los trabajos de Reid y Reyes. Ambas casas comparten una misma propiedad de gran dimensión, con un espléndido jardín. No está clara la autoría de GG en otros proyectos, en este caso institucionales. Se asegura su participación en el esquema inicial para lo que sería el edificio sede de la Compañía Nacional de

«Diálogo: Arq. Rafael Calventi Gaviño», Arquivox 2 (septiembre-noviembre 1984): 8-12. Comentario confirmado por el Arq. Calventi al autor, durante entrevista realizada en febrero de 2015, Santo Domingo. 2

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En las cuatro páginas anteriores, y en ésta, varias tomas de las dos casas realizadas por GG para la familia Barletta en el barrio de Arroyo Hondo. Se describen también los planos de la casa mayor, que ocupa un hermoso promontorio del que González se aprovecha, para disponer una galería acristalada, no muy lejana conceptualmente y dimensionalmente de la realizada por Mies van der Rohe en la Casa Tugendhat, en la ciudad de Brno. (RB)

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Seguros, en la avenida Máximo Gómez, un bloque recubierto de calados blancos sobre un podio de ladrillos de barro, de elegante proporción; igualmente se asegura su firma en el proyecto para una de las sedes actuales del Scotia Bank, la situada en la avenida San Martín, hoy muy distorsionada. Por la fecha en la que fueron producidos los anteproyectos, también es probable la participación de GG en el hermosísimo proyecto de Billie Reid para el Chase Manhattan Bank, hoy Banco BHD León, situado en la avenida John F. Kennedy esquina Tiradentes, una de las piezas de arquitectura institucional más cálidas y elegantes del período. Un proyecto de gran envergadura en el que colaboró con Reid fue el conjunto para la Santo Domingo Motors, localizado en una intensa esquina urbana sobre la avenida John F. Kennedy, compuesto por un bloque de dos pisos en barra horizontal para el showroom, las oficinas y los talleres, y una torre de ocho pisos que domina la composición hacia su extremo este, frente a la avenida Abraham Lincoln. Hoy esta esquina presenta un desarrollo extraordinario, al frente está uno de los centros comerciales de mayor uso del país, Ágora Mall; una estación del Metro de Santo Domingo sirve los flujos de la intensa intersección. A pesar de que el proyecto no pudo ser completado por el maestro dado su repentino fallecimiento, se advierte su sentido compositivo, su concepción espacial y su severa limpieza. La obra se ha mantenido con dignidad, habiendo sido alterada en un par de ocasiones sin mayor perjuicio a la idea original. GG muere sin ver terminada su obra última, un pequeño edificio de dos niveles situado frente a la Catedral de Santo Domingo, en el entorno del Parque Colón, para el Bank of America. La comisión fue recibida por Billie Reid, quien involucra y da carta blanca a Guillermo en el diseño de la fachada principal, trabajada con detalles historicistas de gran elegancia y fidelidad a los modelos originales del vetusto centro de la ciudad colonial. Recordaba don Billie el placer de Guillermo al recuperar el trazo de formas y líneas con las que se había formado en sus viajes de estudio en Europa, desde 1926 a 1930, y con las que se educó en las universidades de Columbia y Yale3.

Arriba: boceto para proyecto de una sucursal del Bank of Nova Scotia en Santo Domingo. (OR) Abajo: Estado actual de una de las obras atribuidas a la última etapa de GG. La sucursal del Scotia Bank en la avenida San Martín, Santo Domingo. (GLM)

Tanto la estructura como la fachada se han mantenido. El edificio fue ocupado por el Hard Rock Café Santo Domingo por más de 10 años, adecuadamente intervenido por un proyecto contemporáneo respetuoso a la integridad originaria de GG4. Uno de sus útimos proyectos fue la residencia de la familia Despradel Catrain —su sobrina Julie y su esposo—, realizada póstumamente hacia 1971-72, en la avenida México, Santo Domingo. La casa hoy luce alterada, no se percibe trazo identificable como una obra de GG. Ante la muerte de un pionero En 1961, don Guillermo vive con Georgie en su apartamento de El Jaragüita, que había sido su hogar junto a doña Mercedes y sus hijos. Allí había compartido entrañables momentos junto a ellos hasta que doña Mercedes y Blanca emigran en 1955; más tarde, en 1965, Georgie también abandona el país. Tras la Revolución de Abril del 65, don Guillermo viaja a España a encontrarse con su familia. Sería la última vez que vería a doña Mercedes, quien fallece el 5 de enero de 1968. Cita de don Billie Reid en una entrevista del autor a raíz de la publicación del artículo «Diálogo: William J. Reid Cabral, Ing. Arq.», publicado en Arquivox 1, (junio-agosto 1984): 12-15. 4 Clara Matilde Moré y Mariluz Wiese, «Hard Rock Café en Santo Domingo», Archivos de Arquitectura Antillana 26 (enero, 2007): 165-173. 5 El Arq. José Horacio «Sancocho» Marranzini recuerda vívidamente esta etapa en la que colaboró por varios años en el estudio del Jaragüita. 6 Entrevista del autor realizada el 16 de agosto de 2012 en Málaga, España, a los hijos de Guillermo González, Blanca y Georgie. 3

A su regreso de España en el 65 y vendido El Jaragüita —Sancocho Marranzini recuerda que ayudó a don Guillermo en estos afanes—, GG fue a vivir a la última planta del pequeño bloque de tres pisos que había al lado, donde permaneció hasta su muerte5. Georgie llamaba a este edificito El Jaragüitita. Recuerda hoy su hijo Georgie: «Poco antes había avisado a papá de ir a verle, pero él prefería venir a Málaga, lo que desgraciadamente no pudo ocurrir. Ya tenía el billete de avión cuando le sobrevino el infarto y murió el 13 de noviembre de 1970»6.

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Sus hijos Blanca y Georgie acuden a los funerales y se ocupan de los asuntos familiares. En este difícil proceso, la activa presencia y apoyo del fiel amigo y colega Arq. Billie Reid y su esposa doña Margarita Baquero de Reid fue fundamental, ellos fueron el gran apoyo de don Guillermo en sus últimos años, y con incondicional entrega tomaron las riendas de la situación, ante la inmediatez del triste hecho. González reposa en el panteón familiar del Cementerio de la Máximo Gómez, por él mismo diseñado, junto a su padre don Gregorio, su madre Mamayoya, sus hermanos Georgie, Luz Sofía, Juana y Alfredo; y su sobrino, hijo de Alfredo y Cofeta, Oscar González Ricart (1938-2006). La muerte inesperada de don Guillermo no pasó desapercibida. Muchos de sus coetáneos, clientes y colegas, manifestaron su pesar de diversas formas. La UNPHU celebró funerales muy solemnes de cuerpo presente, en los mismos talleres de la Facultad de Arquitectura. Pocos meses después, la revista CODIA, en su edición No. 23, reconoce su trabajo, siendo ésta la primera vez que una publicación especializada dominicana reconociera su labor. En la misma el Arq. Pérez Montás describe a GG: Su gramática estilística de superficies sencillas, volúmenes puros, formas fundamentales, calidad espacial, uso de plafones y techos bajos que él introdujo en el país desde muy temprano, así como una estética de líneas precisas, persevera hasta el final de su vida. La claridad de planteamiento, la simplicidad y pureza de formas y el confort, eran para Guillermo González el sinónimo de la buena arquitectura7.

Una de las más significativas muestras de afecto son las líneas trazadas en honor al maestro del Arq. Rafael Calventi, con el título de «Ante la muerte de un pionero»: Breves líneas, en una página interior, anunciaron su muerte. Decían muy poco. Sin embargo, había desaparecido un gran arquitecto, un pionero. Más aún, había muerto el padre de la arquitectura moderna en la República Dominicana. Para comprender el alcance de la obra arquitectónica de Guillermo González es preciso conocer el medio y el momento histórico en que la concibió y la llevó a cabo. Si hablar de arquitectura en la República Dominicana resulta difícil hoy en día, mil veces más difícil lo era hace treinta años. Enormes barreras de incultura, de atraso económico, social y tecnológico se interponían entre su fértil imaginación creadora y los hombres para los cuales diseñaba volúmenes y espacios funcionales. También fuera de aquí, en Europa y en los Estados Unidos, con siglos de cultura y sensibilidad la primera, y con riqueza y liberalidad los segundos, los grandes arquitectos de su generación luchaban, a veces inútilmente, por imponer los principios filosóficos y formales que servían de base a una arquitectura revolucionaria. Le Corbusier, Gropius, Mies Van der Rohe, F. L. Wright, Neutra, Marcel Breuer, hoy todos en el pabellón de los inmortales, se debatían en la búsqueda de nuevos valores estético-arquitectónicos capaces, por su profundo contenido humano, de transformar la estructura, el material de las ciudades para condicionar así la estructura moral de sus habitantes. Y aquí, mientras tanto, en este pequeño y aislado país, un gran arquitecto, dominicano, de formación universal, sostenía los mismos principios y trataba de adaptarlos a nuestra realidad. Y aquí se levantan sus mejores obras, aún vivas, hermosas, ejemplares a pesar de los años. Aquí se levantan, amenazantes contra los impostores de la profesión, señalando un camino a seguir aunque no sea necesariamente el de sus mismos criterios formales, que en fin de cuentas son eternamente cambiantes. Hoy yo pido que se rinda homenaje al gran arquitecto desaparecido. Lo pido formalmente al Colegio Dominicano de Ingenieros y Arquitectos, a todos mis colegas arquitectos y muy especialmente a las dos escuelas de arquitectura del país que se honraron con su cátedra imperecedera8.

Arriba, estado actual de la sucursal original del Bank of America situada frente a la catedral de Santo Domingo, en el Centro Histórico. Este proyecto fue concebido junto al Arq. Billie Reid Cabral, con quien Guillermo González colaboró en sus últimos años. (RB) De igual factura es el proyecto para Motorambar, hoy Santo Domingo Motors, que se encontraba en proceso al momento de su fallecimiento el 13 de noviembre de 1970. La imagen de la próxima doble página muestra la situación actual de esta instalación, que ha venido a compartir una de las esquinas más activas del Polígono Central en la ciudad de Santo Domingo. (GJM)

Eugenio Pérez Montás, «Guillermo González y el movimiento Moderno en Santo Domingo», CODIA 23 (noviembre-diciembre 1970): 39; reproducido en Arquivox (diciembre 1984-mayo 1985): 10. 8 Rafael Calventi, «Ante la muerte de un pionero», Listín Diario, s.f. 7

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La memoria de Guillermo González Sánchez Un legado permanece en el tiempo tras la vida misma del hombre: su obra. La obra de Guillermo González ha pasado increíbles vicisitudes. La lista de edificios demolidos es extensa: El Jaragua, los bungalows y su primer anexo; El Jaragüita, las casas Rancho Cayuco, Schad, Pichardo, Ricart, Mathis, Cáceres, Velázquez Troncoso, el Centro Social Obrero, el Country Club, Agricultura; muchos de los edificios que permanecen han sido modificados o intervenidos sin un criterio valorativo apropiado, coherente a su naturaleza estilística y cultural. Hoy, a los 45 años de la desaparición física de González, se debe haber perdido mas del 40% de su obra. Varios reconocimientos de envergadura han sido otorgados a su legado: El 23 de noviembre de 1982, el Consejo Académico de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña otorgó un Diploma que invistió como Profesor Emérito Póstumo al Arq. Guillermo González. El 3 de mayo de 1985, el Grupo Nueva Arquitectura reconoce en un certificado a don Guillermo González Sánchez, «por sus méritos y sus aportes al desarrollo de la Arquitectura, la Ingeniería y la Construcción en la República Dominicana». Un homenaje verdaderamente significativo es el de haber logrado el Decreto 503-88, en el que se establece el 3 de noviembre, día del nacimiento de GG, como la fecha conmemorativa del Día de la Arquitectura Dominicana. La solicitud fue elevada por el Grupo Nueva Arquitectura, en vísperas de la 2da. Bienal de Arquitectura de Santo Domingo. De hecho, es ya una costumbre llevar a cabo las BASD, o cualquier otro evento colectivo de importancia, entre el día 3 y el 13 de noviembre, fecha del fallecimiento de González. Sus fechas más trascendentes han sido asumidas como hitos en el calendario de la arquitectura dominicana. Además de las ediciones ya citadas de la Revista CODIA No. 23, de 1970, y del Arquivox / GNA No. 3-4, de 1985, infinidad de artículos periodísticos, trabajos académicos, tesis de grado — una de ellas la de la Arq. Lidia León realizada antes y durante la demolición de El Jaragua—, seminarios, conferencias, tertulias y reuniones han sido efectuadas desde 19709. Eugenio Pérez Montás publicó tan temprano como el 21 de agosto de 1971, «Guillermo González y el Movimiento Moderno en RD», en las páginas de El Caribe10. Uno de los momentos más críticos lo fue sin dudas el que coincidió con la defensa del Hotel Jaragua, en los años 1984-85. Carmenchu Brusiloff publicó un largo artículo en el Listín Diario, el 16 de agosto de 1984, titulado «Guillermo González con el Jaragua revolucionó arquitectura criolla»11, en el que incluso entrevista a Georgie González Fernández-Canivell, hijo de Guillermo, y a Oscar Alfredo González Ricart, hijo de Alfredo, junto a Juan J. Castellanos, quienes argumentaron infructuosamente, al igual que todo un enorme segmento de la población dominicana, en contra de permitir este corrupto acto de barbarie cultural. Pergaminos otorgados póstumamente a GG por la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña y por el Grupo Nueva Arquitectura.

CODIA 23 (noviembre-diciembre 1970); Arquivox (diciembre 1984-mayo 1985); Tesis de grado de arquitectura de Lidia León sobre el Arq. Guillermo González en la Facultad de Arquitectura y Artes de la UNPHU, 1985. 10 Eugenio Pérez Montás, «Guillermo González y el Movimiento Moderno en RD», El Caribe, 21 de agosto de 1971. 11 Carmenchu Brusiloff, «Guillermo González con el Jaragua revolucionó arquitectura criolla», Listín Diario, 16 de agosto de 1984. 12 Gustavo Luis Moré, «DoCoMoMo Dominicano: Grupo de trabajo para la documentación y la conservación de la arquitectura del Movimiento Moderno», Archivos de Arquitectura Antillana 2 (septiembre 1996): 34-35. 9

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La lista de reseñas periodísticas, artículos y entrevistas es extensísima, y retrata la situación política y cultural del país en ese fatal momento. La pérdida de El Jaragua no sólo consolidó un movimiento de reclamo profesional y ciudadano, sino que promovió la creación del Capítulo Dominicano del DoCoMoMo Internacional, años más tarde12. A raíz del acontecimiento, la Galería de Arte Boinayel editó un bellísimo afiche del artista Arq. Rafael Álvarez, calzado con un texto del poeta dominicano Pedro Vergés que dice: «Somos en el planeta, la huella de los hombres en la luna». Guillermo González muere consciente de su huella como autor, del espacio creado por su obra en la cultura dominicana. No era hombre de muchas palabras y probablemente no infiriera


Dibujo del Arq. Rafael Álvarez, realizado durante la campaña ciudadana de defensa para evitar la demolición del Hotel Jaragua. El afiche, editado por la Galería de Arte Boinayel, incluyó un verso del escritor dominicano Pedro Vergés que reza: «Somos en el planeta la huella de los hombres en la luna...» (AAA)

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abiertamente con su actitud tal autocomplacencia. Era común que comentase con angustia a los amigos de sus últimos tiempos: «¿Por qué será que ya no me buscan? ¿Será que creen que soy inaccesible? ¿O que les cobraré más caro que los demás?»13. Por otro lado, la imagen del arquitecto como símbolo de la mejor arquitectura moderna hecha en la República Dominicana no ha hecho sino agigantarse; a pesar de la ignorancia de las nuevas generaciones sobre el personaje; a pesar de la barbarie de los funcionarios públicos, y de los intereses pecuniarios de los propietarios de sus obras, la figura de González ha sido valorizada —no necesariamente en su justa dimensión— crecientemente. Este volumen no tiene un objetivo más relevante que colocarle aún más alto en el parnaso del arte nacional, y a la vez, situarlo en el escenario internacional del que tan frecuentemente la arquitectura dominicana es marginada. A decir de Eugenio Pérez Montás, en el ensayo escrito para esta obra que presentamos en las páginas siguientes, aquel Guillermo una vez joven: Seguramente percibió el poder del mar Caribe. Para un adolescente es la época de hacer promesas al viento y construir ilusiones. Desde una ventana desaparecida, percibía su entorno: la ciudad de treinta mil habitantes, instalada sobre un camino real que llegaba hasta una playa-balneario recorriendo aquella vieja ruta en un tranvía tirado por caballos. También percibía la gran plaza de la Junta Nacional Colombina, delimitada por la calle Sabana Larga y los arrecifes del mar de las Antillas.

Tal fue su itinerario de vida en esta ciudad que hoy cuenta con más de tres millones de habitantes. Tal fue su obra, dibujada con trazos en el mar. Pequeños detalles, humanos e íntimos, dibujan la esencia del hombre ante su espejo. Durante las sesiones de diseño con sus alumnos en la UNPHU, solía, como en toda su carrera, sentarse en el taburete del estudiante, tomar sus utensilios y realizar él mismo el dibujo que el alumno pretendía hacer. Al terminar, miraba al alumno, hacía un punto con el lápiz en el papel —dando a entender que ya el trabajo estaba hecho— y le decía al pupilo: «Toma, éste es tu proyecto. Puedes decir que lo hizo Guillermo González, y punto»14.

Estado actual del mausoleo de la familia González Sánchez, en el Cementerio Municipal de la avenida Máximo Gómez en Santo Domingo. Se destacan los nichos de los hermanos Guillermo y Alfredo González Sánchez. (GLM) Abajo, el último documento oficial de cédula de identidad de GG, en el que establece su voto en las elecciones de 1970, meses antes de fallecer. (GNA)

Manuel «Memé» Cáceres, entrevista por el autor, abril 2015, Santo Domingo. 14 Arq. Rafael Tomás Hernández, entrevista por el autor, enero de 2015, Santo Domingo. 13

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En esta página, una de las últimas fotos realizadas a Guillermo González, portada de la revista Arquivox #4, del GNA. Cortesía de Max Pou. Arriba, el afiche usado en la promoción de un evento de alcance nacional, celebrado en el Centro León en Santiago de los Caballeros, el 23 de abril de 2015, a propósito de los 30 años de la demolición del Hotel Jaragua. La memoria colectiva existe, el respeto a la figura de González se acrecienta.

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Capítulo 7 Ensayos Anecdotario de un maestro • La cátedra de dibujo de Guillermo González Manuel Salvador Gautier • Guillermo González y su tiempo: Reflexiones de arquitectura escritas en el siglo XXI Eugenio Pérez Montás • Guillermo González Sánchez: Genial arquitecto dominicano Rafael Tomás Hernández • Nuestro Guillermo Francisco «Cuqui» Batista • Interpretando a Guillermo González Omar Rancier

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Capítulo 7 Anecdotario de un Maestro La cátedra de dibujo de Guillermo González: la diferencia Manuel Salvador Gautier

Manuel Salvador Gautier Nació el 1ro de agosto de 1930. Es Ingeniero Arquitecto por la Universidad de Santo Domingo, en 1955; y Doctor en Arquitectura por la Universidad de Roma, Italia, en 1960. Es autor de numerosas obras de arquitectura, siendo las principales: Conalco (1965), Capilla de los Salesianos en el Km. 9 1/2 de la autopista Sánchez (1965), la restauración del conjunto de Las Mercedes (1972hoy), y la remodelación del Club de Arroyo Hondo (1987). El arquitecto Gautier dirigió Planificación Urbana, OPU, en el Ayuntamiento del Distrito Nacional (1962), y el Plan Regulador de la Ciudad Colonial de Santo Domingo (1989-90). Asimismo, fue subdirector del INVI y profesor de Diseño Arquitectónico en la UASD y en la UNPHU. Por su labor profesional, ha sido reconocido en varias ocasiones por el CODIA y otras instituciones. En 2011, el Banco Central de la República Dominicana publicó su libro de ensayos El encanto de la arquitectura. En el renglón literario, el Arq. Gautier cuenta con numerosas publicaciones. En 1993, publicó Tiempo para héroes, ganador del Premio de Novela «Manuel de Jesús Galván». En 1995, el libro Toda la vida mereció el mismo premio. En 1999 publicó Serenata. En 2001 recibió el Premio de Novela de la UCE por su obra Balance de tres. En 2002 ganó el Premio Víctor Hugo en la Historia, con el ensayo La fatalidad no está en un campanario de París. En 2005 presentó Historias para un buen día. En 2005 su cuento Urías ganó un Premio en Italia. En 2006, publicó Jaime al descubierto, y la novela El asesino de las lluvias. En 2009, publica Un árbol para esconder mariposas; en 2010, Gautier visto por Gautier, y las novelas Dimensionando a Dios, y La fascinación de la rosa; en 2011, Tres cosas te ofrezco; y en 2012, El misterio de la corbata verde. Ha publicado ensayos y ha sido panelista y conferencista en varias ocasiones. Desde 2005 coordina el Grupo Mester de la Academia Dominicana de la Lengua, y en 2007 fue nombrado Miembro Correspondiente de esa Academia. En mayo de 2011 ganó el Premio Nacional Feria del Libro Eduardo León Jimenes con su novela Dimensionando a Dios, que trata sobre la juventud de Juan Pablo Duarte.

La promoción de ingenieros arquitectos de 1955 de la Universidad de Santo Domingo, a la que pertenezco, tenía por encima de veinte estudiantes, una de las más grandes hasta ese momento. Terminamos la carrera Leda Agramonte, Manuel Cáceres Troncoso «Memé», Jacoba Canto Rosario, Teresa Fiorentino, Sebastián García, Pedro Haché, Dulce Macarrulla, Carlos Mejía, Pablo Mella, Eugenio Pérez Montás, Eliana Puig, Johnny Pujadas y unos pocos más cuyos nombres, lamentablemente, no recuerdo. De promociones anteriores, se agregaron Carlos Marranzini y Rafael Tomás Hernández. Estuvieron también Víctor Bisonó (hasta el cuarto año) y Rafael Calventi (solo el primer año), a quienes siempre consideramos de nuestra promoción (se graduaron en la universidad de Roma, Italia). Es notorio que, en su trayectoria profesional, los miembros de esta promoción ejecutaron una serie de primicias que la hace una de las más distinguidas de las que han salido de la Universidad de Santo Domingo. Por mencionar algunas: Johnny Pujadas diseñó y construyó la primera torre de apartamentos del país (creo que de once pisos), en la avenida Bolívar esquina calle Socorro Sánchez de Santo Domingo; Pablo Mella diseñó y comenzó la construcción de la primera urbanización planificada con servicios, llamada Unidad Vecinal, en lo que se conoce hoy como el Barrio de Los Mina (antes estas urbanizaciones se diseñaban sin espacios previstos para escuelas, hospitales, mercados, parques y demás); Eugenio Pérez Montás, desde la Liga Municipal, diseñó varios planes reguladores de ciudades de Provincia como Higüey; mi socio Erwin Cott y yo abaratamos los costos de construcción de los paraboloides hiperbólicos y los pusimos de moda con varias obras notables, entre las cuales está la Capilla de los Salesianos en la avenida Independencia, kilómetro ocho y medio; Rafael Calventi diseñó el edificio más emblemático del país, el Banco Central. Cuando entré a hacer la carrera, en diciembre de 1950, no sabía que en ese momento ya en el mundo se había impuesto el diseño racionalista, promovido por el arquitecto suizo Le Corbusier, que propiciaba un diseño basado en formas geométricas simples, poca decoración con predominio del color, estudio dinámico del espacio y la imposición del hormigón armado como material de construcción en menoscabo del acero y el vidrio; ni que en Alemania se había dado el movimiento de la Bauhaus, liderado por Walter Gropius, que estableció una nueva estética basada en una relación directa entre la función y la forma y que, en la arquitectura, propiciaba justamente el uso del acero y el vidrio. Tampoco que en los Estados Unidos primaba la obra de un genio llamado Frank Lloyd Wright, cuya arquitectura se llamó orgánica porque sus estructuras seguían los flujos naturales de la carga. Creo que mis compañeros tampoco estaban al tanto de esto. Éramos un grupo de estudiantes ingenuos, que confiábamos en que, al inscribirnos en la Universidad, entrábamos a un ámbito donde la cultura arquitectónica nos llegaría quizás por ósmosis. Lo que sí puedo asegurar es que a la mayoría de nosotros nos interesaba mucho nuestra profesión y que, desde el inicio, nos juntábamos para discutir las maneras en que podíamos asimilarla para superarnos. La carrera era anual, comenzaba en septiembre del año que fuera y terminaba en junio del siguiente; luego venían las vacaciones. La materia básica de esta carrera era el diseño o composición, que en el Plan de Estudios de entonces se llamaba Dibujo. Se tomaba durante los cinco años de la carrera; comenzaba con el dibujo lineal, y seguía, en el segundo año, con la composición o diseño de edificaciones. Los primeros tres años fueron decepcionantes. Los profesores que tuvimos no nos infundían confianza en lo que hacíamos; pero, además, entendíamos que no nos guiaban como debían. De hecho, habían sido formados en Europa, a finales del siglo XIX y principios del XX, dentro de la tendencia del Art Nouveau y el Art Decó. Para la época en que los conocimos, en su práctica profesional incursionaban en una arquitectura contemporánea de poca trascendencia. Habían entrado a este movimiento sin haberse preparado para ello ni estar convencidos de su validez y tenían limitaciones para enseñarlo. Sin embargo, esto, nosotros no lo sabíamos, solo lo intuíamos. Para compensar, comenzamos a adquirir la cultura de la revista de arquitectura. Yo recibía la norteamericana Architectural Record; otro, la francesa L’architecture d’aujourd’hui; y así. Nos las intercambiábamos para conocer lo último en arquitectura. Nos inspirábamos en éstas para hacer nuestros diseños. Nos sentíamos sobrecogidos por estas obras construidas en países avanzados; pero no entendíamos la esencia de su diseño, puesto que nadie con conocimientos nos la explicaba. Hacían un despliegue de lo que en ese momento se consideraba lo más importante o interesante en el diseño; describían los materiales con los cuales fueron construidas; los distintos usos de las habitaciones; quizás algún aspecto constructivo; eran prolijas en presentarlas con fotografías tomadas desde distintos ángulos; pero no daban detalles de su definición conceptual dentro de las tendencias contemporáneas, o sea, si era racional, funcional u orgánica, ni tampoco presentaban sus soluciones estructurales. Con estas informaciones, quizás nos hubieran estimulado a crear nuevas formas y espacios. Lo que hacíamos era copiarlos, lo cual no era deseable. Para septiembre de 1953, cuando Guillermo González entró a darnos cátedra en el cuarto año de la carrera, éramos un grupo de estudiantes frustrados. Para colmo, ni siquiera sabíamos bien quién era González. Sucedía lo de siempre en nuestro país: nos interesábamos muchísimo por los diseños y las construcciones extranjeras, pero no discutíamos las nativas ni nos interesaban. Sin embargo, sin estar consciente de eso, yo había disfrutado enormemente de algunas de las edificaciones y espacios creados por González. De pequeño, nos llevaban a mi hermano José y a mí al Parque Ramfis (actual Eugenio María de Hostos) a jugar en las áreas infantiles y, ya más grandecitos, a patinar sobre ruedas en el patio al aire libre, de donde yo salía siempre con una rodilla pelada (eran usuales los manotazos y los empujones). Más tarde, ya un jovencito, disfruté el área

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de la piscina del Hotel Jaragua (el que destruyeron) y bailé merengues y boleros en el Patio Español con la orquesta de Luis Alberti, al compás de «Sancocho prieto» o de «Luna sobre el Jaragua». Cuando iba a la calle El Conde, entraba a uno de los negocios que había en la primera planta del edificio Copello o subía a alguna diligencia al local que había en la azotea, donde estaba ubicado el ADIA (Asociación de Ingenieros y Agrimensores) que, en varias ocasiones, presidió mi papá, el Ing. Manuel Salvador Gautier González (Flon). Nadie nunca me dijo que esos espacios los había diseñado Guillermo González. González se nos presentó sin ninguna algarabía, como otro cualquiera de los profesores que teníamos. Comenzamos a averiguar sobre él. Lo primero fue constatar que era el diseñador y constructor del Hotel Jaragua, que, aunque familiar para todos, ahora lo veíamos con distintos ojos. También que tenía varios edificios de apartamentos, como el que está en la calle Leopoldo Navarro esquina calle César Nicolás Penson, y algunas casas en distintas urbanizaciones de la ciudad. Curiosos, fuimos a verlos (desde fuera; sin embargo recuerdo que entré a uno de los apartamentos en la Leopoldo Navarro, donde vivía alguien o había algo que pude visitar). Supimos además que no era la primera vez que González daba cátedra de Dibujo y que algunos de sus discípulos eran Edgardo Vega «Gai», William Reid Cabral «Billie», Teófilo Carbonell «Teofilito» y Leopoldo Espaillat Nanita «Polín». Dos de ellos, Gai y Teofilito, habían sido nuestros monitores en Dibujo 1 y no nos habían impresionado mucho; pero sabíamos que todos tenían sus propias oficinas de diseño y construcción con buenos logros y que algunos de ellos se habían asociado con arquitectos graduados de universidades norteamericanas (Gai con Manuel Baquero «Manolito», y Billie con José Manuel Reyes Valdez «Nani»), para producir diseños que comenzaban a ser comentados y admirados. No supimos de ningún otro arquitecto joven de éxito que no hubiera sido discípulo de González. Eso nos alentó. El taller era un salón inmenso lleno de mesas de dibujo con sus taburetes, donde venían a recibir lecciones simultáneas estudiantes de varias facultades. Era ruidoso y causaba desasosiego. Nosotros ocupábamos un espacio asignado más o menos a mitad de salón. Comenzaron las clases y González se apareció en manga de camisa (en esa época, estaba prohibido hacerlo; los profesores tenían que vestirse con saco y corbata). De cuerpo, era alto, fornido, con algunas canas y un bigote picaresco. De temperamento, era pausado, ameno (era un hombre de una gran personalidad). Vino, se sentó en un taburete, puso las manos en la mesa y lo rodeamos. Comenzó a hablar. A partir de ese momento, quedamos hechizados; nos dimos cuenta inmediatamente que nos encontrábamos ante alguien que estaba en condiciones de guiarnos en nuestro empeño por ser arquitectos; que enfrentábamos a un profesional de la arquitectura que sabía lo que estaba manejando. ¿Qué dijo? No lo recuerdo; pero el resultado de todas sus exposiciones fue ponernos al día en lo que sucedía en arquitectura en el mundo. Fue cuando supimos que existían Le Corbusier, Gropius y Frank Lloyd Wright. Fue cuando entendimos que el diseño requiere conceptualización y elaboración. Es decir, que hacer arquitectura no es simplemente sentarse con un programa de necesidades a que llegue la inspiración para definir las formas y los espacios de un organismo dado (que, hasta ese momento, era lo que creíamos que debíamos hacer, por eso buscábamos las revistas, para «inspirarnos»), sino que debe trabajarse una idea que puede surgir tanto de elementos conceptuales, como sería la adopción de una tendencia arquitectónica, como de elementos concretos, como son los requerimientos para un uso dado. A mí, particularmente, me impactó conocer a los maestros de la Bauhaus. Mondrián fue una revelación. Su planteamiento de que un punto en un campo bidimensional (un plano) crea tensión hacia sus lados y, por lo tanto, impacta de distinta manera según se coloca en distintos lugares del campo, a mi me fascinó. A partir de ese momento entendí la relación entre las partes de un todo y lo que significa variarlas hasta encontrar la combinación que se considere mejor, es decir, la elaboración y reelaboración de un proyecto buscando variantes hasta encontrar la perfecta. La contraparte a las exposiciones de González eran los ejercicios de diseño. No se trabajaban en el taller, sino en la mesa de dibujo que cada uno tenía en su casa. El taller era para que cada cual presentara su diseño, mientras el profesor lo veía y comentaba. Recuerdo que uno de estos fue el estudio para un escultor, una obra relativamente simple con un espacio interior único donde el escultor elaboraba sus obras, y con anexos para depósitos de materiales, baño y otras necesidades secundarias. Para diseñarlo, hablamos con el profesor de Dibujo Artístico, que era escultor, y trabajamos en nuestras casas. Fuimos al taller con nuestras soluciones y, frente a González, abrimos las hojas donde teníamos dibujadas las fachadas y las plantas. González tomaba hojas limpias, transparentes; las ponía sobre nuestras hojas y reelaboraba nuestros diseños, la mayoría de las veces, cambiando totalmente la solución. Mientras lo hacía, nos explicaba las razones técnicas, plásticas y/o funcionales por las cuales hacía las modificaciones. Al final, nos ordenaba: «¡Tráiganmelo dibujado al próximo taller sin cambiar una sola línea!», y nosotros volvíamos a nuestras casas a reelaborar lo que ya no eran nuestros diseños sino los del profesor. Era un método pedagógico que le quitaba al estudiante el impulso de la creatividad. Me imagino que González lo hacía pensando que si nosotros captábamos bien lo que él explicaba y emulábamos sus soluciones y la manera en que las ejecutaba, llegaríamos a ser buenos arquitectos. Para él, debía ser un ejercicio agotador tener que reelaborar varios proyectos en una sola mañana. Para nosotros, era un deleite verlo trabajar y, de alguna manera, asimilamos el proceso de diseño que él proponía de elaborar el proyecto y reelaborarlo conscientemente. A esto se agregaban visitas a su casa en la esquina de la avenida George Washington con Félix Mariano Lluberes, en el pent-house de un edificio de apartamentos diseñado por él (hoy destruido; lo llamaban El Jaragüita, porque, según la gente, lo hizo con lo que ganó de El Jaragua), donde nos mostraba los planos originales de varias de sus obras. Allí, las apreciábamos en la etapa de proyecto, lo cual constituía un verdadero aprendizaje, pues eran planos arquitectónicos y constructivos completos, con secciones y detalles. Nosotros nunca habíamos visto nada parecido. La práctica profesional de entonces era elaborar planos de plantas y fachadas dimensionadas; calcular y hacer los planos estructurales (sin planos eléctricos ni sanitarios), e improvisar lo que faltaba mientras se construía la obra. En esas visitas, también entrábamos al ambiente de un apartamento diseñado y decorado por un arquitecto de gusto exquisito, con pinturas, esculturas y bric a brac de mucho valor artístico. Era una gran experiencia y nosotros estábamos encantados.

En las páginas anteriores, uno de los entornos urbanos de mayor valor en la ciudad hacia el año 45. Solo de Guillermo González se aprecian cuatro obras: el Parque Ramfis, El Jaragüita, el Edificio González de la Pasteur y la casa de madera azul, escondida en la imagen. Además se cuentan obras de José Antonio Caro Álvarez, Henri Gazón Bona, Mario Lluberes, Tomás Auñón, y muchos autores relevantes más del momento. Al fondo de la imagen, el aeropuerto General Andrews. (AGN / Luis Mañón) Vista actual del Parque Infantil Eugenio María de Hostos —originalmente Parque Ramfis— en la avenida George Washington, Ciudad Nueva, Santo Domigo (1936-1937). En el medio, vista de la piscina del Hotel Jaragua (1939-1942); y debajo, Edificio Copello, en la calle El Conde, Ciudad Colonial (1938).

El cuarto año terminó y, sabiendo que González sería nuestro profesor de diseño al año siguiente, nos preparamos para su comienzo en septiembre (1954). Estábamos motivados. Nos presentamos ante el Decano de la Facultad de Ingeniería para exigirle que nos asignara un salón exclusivamente para uso del taller de diseño de los estudiantes de quinto año. Queríamos imponer el concepto de que la elaboración de proyectos de arquitectura era una tarea que se merecía respeto y exclusividad (ya sabíamos que los ingenieros arquitectos estábamos en competencia con los ingenieros civiles, quienes, sin estar preparados para

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ello, se abrogaban el derecho de diseñar edificaciones igual que nosotros). Además, habíamos decidido participar en un concurso internacional de diseño para estudiantes de arquitectura de un capus universitario, promovido por una universidad en Brasil. Nos habíamos juntado y discutido el proyecto y formamos grupos que debían elaborar sus partes (conjunto arquitectónico y urbano, aulas, dormitorios, biblioteca, administración, etc.). Todo esto se lo propondríamos a González cuando iniciáramos las cátedras. El Decano cedió a nuestras presiones, conseguimos el aula, trajimos las mesas y los taburetes, pusimos candado con copia para el Decanato y cada estudiante. Solo nosotros podíamos entrar ahí. Sería un recinto sagrado, estrictamente para la elaboración de proyectos de arquitectura. Fue el comienzo del proceso para lograr la separación de la carrera de arquitectura de la de ingeniería civil por lo cual luchamos muchos de los miembros de nuestra promoción. Llegó el día anhelado del inicio de clases. González vino con su usual amabilidad; le expusimos nuestra idea de participar en el concurso y lo que habíamos pensado sobre la manera de realizarlo; le pareció excelente. Se fue… y no volvió más al taller. Se había hecho cargo del diseño del conjunto urbano y de los edificios públicos de la Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre (hoy Centro de los Héroes de Constanza, Maimón y Estero Hondo), con una fecha fija para comenzar su construcción, y no se podía dedicar a la cátedra. Por alguna razón, el Decano consideró que González no debía sustituirse, quizás porque pensó que, de alguna manera, éste sacaría tiempo de vez en cuando para nosotros. Lo pensamos nosotros también y decidimos que era mejor tener a González ocasionalmente, que a otro profesor cualquiera permanentemente; sin embargo, esto no ocurrió, y nosotros quedamos en banda, con nuestro salón a cuesta y sin un profesor que nos guiara en la elaboración de un proyecto complejo, con el que, además, competiríamos con estudiantes de otros países. Pero nosotros éramos tozudos y seguimos adelante con nuestro proyecto de concurso; lo trabajamos en el salón que nos asignaron, para demostrar que no lo habíamos solicitado en vano. Según avanzábamos, discutíamos nuestras soluciones entre nosotros. Todo fue inútil. Necesitábamos la confianza de un guía que nos asegurara que lo que hacíamos podía competir a nivel internacional. Finalmente, en una ocasión, González nos recibió en la caseta de construcción del Hotel Paz (hoy Hispaniola) que diseñó y construía como parte del conjunto de la Feria. Vio nuestros proyectos muy a la ligera, los aprobó, y ahí se acabó todo. Cuando debíamos enviar el proyecto al concurso en Brasil, no lo hicimos. Llegó el momento de elaborar el trabajo de tesis y ni siquiera nos ocupamos de consultar el tema con González. Cada uno lo elaboró por su lado. Yo escogí un conjunto vacacional para obreros en Boca Chica. Mi papá era ingeniero civil y, cada vez que tenía oportunidad, me conseguía libros y documentos que me ayudaran en mi carrera (él fue quien me inscribió en Architectural Record). Había estado en Brasil con el grupo de los Rotarios y me trajo un libro de arquitectura brasileña que incluía obras de Lucio Costa y Oscar Niemayer. Allí vi el tema elaborado en unas montañas de Brasil, que me pareció muy interesante. Lo trasladé a la playa. Trabajé la tesis por mi cuenta, igual que los otros compañeros. Cuando las terminamos, nos presentamos al Decanato para que nos explicaran de qué manera seríamos evaluados. Entregamos los proyectos, nos dijeron luego que habíamos pasado la materia, y, de ahí, el próximo paso fue la ceremonia de graduación.

Vista del portal sur de la Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre (1955) —hoy Centro de los Héroes—; en el medio, vista aérea desde el mar, de todo el conjunto de la Feria; debajo, Hotel Paz —hoy Hotel Hispaniola—, en la avenida Independencia esquina Abraham Lincoln (1955-1956).

A pesar del chasco enorme que sufrimos por no recibir las enseñanzas de González en el quinto año de nuestra carrera y todas las expectativas que nos forjamos, éste siguió siendo un héroe para nosotros. La hazaña que realizó diseñando en muy poco tiempo los edificios principales de la Feria y luego supervisar su construcción fue inaudita. No importa los años que han pasado a esos edificios (son sesenta) y todos los malos anexos que les han hecho, sigue siendo un conjunto moderno paradigmático. Ya por experiencia (a pesar de no tener a González de profesor, nos fajamos con nuestros proyectos de acuerdo a lo que asumimos que éste nos exigiría) sabíamos perfectamente lo que significaba realizar ese trabajo, es decir, entendimos la dedicación y concentración que González necesitó para poder hacerlo. Más aún cuando nos enteramos que, inicialmente, había diseñado unos pabellones de Feria de una planta y, a última hora, se le dijo que tenía que diseñar edificios de varias plantas que luego sirvieran para ubicar oficinas del sector público, uno de los cuales serviría al Ayuntamiento y otro, al Congreso Nacional (que quizás fue lo que le impidió dedicarnos tiempo). Para nosotros, la cátedra de Guillermo González hizo la diferencia entre ser arquitectos sin entender lo que ocurría en la arquitectura a nivel mundial, lo cual nos llevaría a una práctica mediatizada, o entrar a ese mundo con ciertos conocimientos que luego reafirmaríamos para convertirnos en arquitectos que produjeran obras de gran importancia, como hicimos. Lo cierto es que González nos estimuló a ser verdaderos arquitectos. Siempre lo consideramos el mejor profesor de arquitectura que tuvimos, y siempre vimos en él a un arquitecto con una obra universal. Al terminar nuestros estudios de Arquitectura en la USD, los estudiantes de la promoción del 55 no éramos expertos racionalistas ni funcionalistas, ni orgánicos, pero, gracias a González, habíamos adquirido la sensibilidad para entender que existía todo un mundo nuevo que se nos abría por delante, dependiendo de cómo abordáramos nuestros diseños. La gran mayoría de nosotros viajó y estudió fuera, para pulir y adquirir mayores conocimientos sobre la carrera. Cuando volvimos, pudimos apreciar en todo su valor los diseños del mismo González, tanto en el Hotel Jaragua, su obra magna, a lo Alvar Aalto, el arquitecto finlandés, considerado de la segunda generación de maestros de la arquitectura moderna (los de la primera son Le Corbusier, Mies van der Rohe y Gropius); el edificio Copello, en la calle El Conde, con su esquina redondeada a lo Eric Mendelson, arquitecto alemán, el mayor representante del expresionismo arquitectónico; los edificios de la Feria, especialmente, el edificio del Ayuntamiento, con su cuerpo sobrealzado sobre «pilotis», para crear un espacio transparente en primera planta, a lo Le Corbusier, en la Unidad de Habitación en Marsella (Unité d’Habitation, en francés, hoy este espacio está cerrado y allí operan distintas oficinas); como en sus apartamentos y sus casas. Al analizarlos, apreciamos la genialidad y maestría de González. Cuando comparamos su obra con la que hacían los otros profesionales para la misma época, nos dimos cuenta de lo cuantiosa que era, donde González, siguiendo los parámetros impuestos por los maestros del movimiento moderno, con diseños manieristas, muy creativos, siempre logra un equilibrio absoluto entre volumen, forma, planos de fachadas y detalles arquitectónicos, mientras adopta la planta libre para las grandes edificaciones y un sentido funcionalista para la distribución al interior. Los arquitectos que nos graduamos en la promoción del 55, como buenos alumnos, seguimos sus pasos.

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Guillermo González y su tiempo: reflexiones sobre arquitectura escritas en el siglo XXI Eugenio Pérez Montás Síntesis de un ensayo Ya era una leyenda cuando lo vi por primera vez. Fue en la «década del cuarenta». Enclaustrado en la memoria, caminaba desplazándose en la bruma de un sitio que prefiero no identificar y en un tiempo que pudo ser cualquiera. Anónimo e indefinido, aquel artífice de su protagonismo entró a cierto edificio en construcción creado por él para figurar en el inventario de la historia. Visité la obra días después, y allí recibí mi primera lección de arquitectura. Diez años más tarde, en la «década del cincuenta», me enfrenté con su figura en las aulas universitarias cuando se detuvo frente a una mesa de dibujo del taller de arquitectura. Parecía uno de esos personajes rígidos creado por aquel primitivo flamenco, pintor de la ciudad de Bruselas, año de 1436: Rogero Bruxellensi, admirados por Guillermo González. En estos días las crónicas culturales se han hecho eco de la «maestría técnica, la matemática geométrica y la pasión religiosa» de las obras de Van der Weyden o Roger de la Pasture (denominación francesa). Este reencuentro de obras maestras registra El Descendimiento, del Museo del Prado (1435); el Tríptico de los Siete Sacramentos (1440-45) del Museo Koninklijk, en Amberes; y el Políptico del Juicio Final (1445-50) del Museo l’Hotel-Dieu, en Beaune. El destino dispuso que trabajáramos juntos en la «década del sesenta» en la Escuela de Arquitectura de la UNPHU, y que ahora, cincuenta años después, «segunda década del año dos mil» nos encontráramos de nuevo mientras redactamos esta breve aproximación biográfica, cargada de matices heroicos, semblanza que he adornado con referencias históricas. Parece como si lo hubiera conocido cuatro veces en solo ocho décadas. En cada ocasión las circunstancias fueron distintas, también la escenografía y el elenco, el cast, los testigos y los testimonios. En estos días se celebra otra exposición titulada «El Gusto Moderno: Art Deco en París 1990-1935». Deco es un apócope (figura retórica) del término francés «décoratif». Fue la época en la que Guillermo González inició y terminó sus estudios profesionales de arquitectura en la década del veinte. La historia del arte ha catalogado tradicionalmente al art-deco como un episodio ornamental-kitsch. Recientemente, una exposición denominada «El Gusto Moderno: Art-Deco en París 1910-1935» propone otra lectura donde se defiende la inclusión del mismo en la genealogía del arte moderno1. El texto que continúa asume la memoria de Guillermo González, y de alguna manera fue escrito por primera vez a raíz de su deceso en el año de 1970 cuando publicamos un ensayo en la revista CODIA2. Aquel ensayo estuvo ilustrado con los documentos de su tesis para un palacio municipal en la ciudad de Santo Domingo, concebido en un lugar de la Ciudad Colonial junto a la calle Mayor, probablemente (de acuerdo con D. R.) cercano a la escalinata donde termina la calle El Conde. Uno de sus párrafos relata una visita que hicimos al arquitecto Richard Neutra en su estudio en California en 1958. Cumplía así una recomendación de Guillermo González. El párrafo dice lo siguiente: «Cuando terminó sus estudios en el Departamento de Arquitectura de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Yale en 1930, aún Walter Gropius no había llegado a América. El único maestro del movimiento moderno que trabajaba con éxito era R. Neutra, quien se había establecido primero en Chicago (1923) donde tuvo la oportunidad de conocer a Sullivan; después en Taliesin con Wright; y luego en 1925 en Los Ángeles, donde desarrolló la mayor parte de su obra. Allí lo conocimos en 1958, por sugerencia de Guillermo González, quien siempre se refirió a él con palabras de admiración, cosa que no pasaba cuando se refería a Wright. Es de estimar que Neutra, quien era ya un maestro al llegar a América (estudia en Viena y se gradúa en 1912) después de haber trabajado en el estudio de Loos, y de haber colaborado con Mendelsohn en Berlín, haya ejercido otro grado de influencia indirecta en Guillermo González. El racionalismo mural y la integridad interior-exterior de Neutra están presentes en muchas de las obras de Guillermo González»3. Al analizar su obra decíamos que «cuarenta años de ejercicio profesional intenso avalan a Guillermo González y su quehacer nacional. En toda su producción prevalece el esquema funcionalista a que nos hemos referido anteriormente. Pero es notorio como enlaza continuamente su arquitectura a una poética innata a su personalidad y cultura. Su virtud de buen gusto transformaba en arquitectura todas las formas que surgían de su hábil diestra. Para él es válida la fórmula arquitecto-edificiopoética. Virtuoso del dibujo, fabricaba sus planos como el impresor los libros más didácticos. Cada plano de Guillermo González es un documento preciso y gramaticalmente correcto»4. He meditado las siguientes reflexiones aferrado a determinadas encrucijadas argumentales, con el propósito de transmitir, a través de la lectura, el legado humanista de su tiempo desde 1920 en adelante. Les pido que al asumir estas reflexiones sean benévolos, ya que el acto de leer, como el de mirar y el de escribir, demanda paciencia y soledad; confrontación entre la realidad y el mito; y una firme articulación entre la memoria y el recuerdo.

Eugenio Pérez Montás El arquitecto Eugenio Pérez Montás es profesor universitario desde 1959. Recibió el título Doctorado Honoris Causa en Arquitectura por la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña, de la cual es profesor fundador. Asimismo, es miembro fundador de la Fundación Universitaria Dominicana, y miembro de la Academia Dominicana de la Historia, desde 2000. Ha sido el autor de importantes obras de arquitectura y urbanismo, como el Conjunto Ecológico Mirador del Sur; Parque Zoológico Nacional; Parque Mirador del Este, entre otros. Por otro lado, ha sido el arquitecto restaurador de importantes monumentos de la Ciudad Colonial, entre ellos, las Casas Reales, la Catedral Metropolitana de Nuestra Señora de la Encarnación, Primada de América, la calle Las Damas y la calle de los Nichos. Entre sus publicaciones se destacan: Monumentos y sitios del Gran Caribe (CARIMOS, 1995); Restauración de antiguos monumentos dominicanos: planos e imágenes (UNPHU, 1986); República Dominicana: Monumentos históricos y arqueológicos (México: Instituto Panamericano de Geografía e Historia, 1984); Biografía de un Monumento (Comité Dominicano de ICOMOS, 1979); y La ciudad del Ozama: 500 años de historia urbana (Patronato de la Ciudad Colonial de Santo Domingo, 1998), del cual se han realizado cuatro ediciones. La Ciudad del Ozama ha recibido cuatro premios: «Premio Nacional de la Crítica de Arte, Categoría Libro» (1998), «Premio Nacional de Historia Juan Pablo Duarte» (1999), «Gran Premio Bienal, Excelencia en todas las categorías» (2000), y «Premio 5ta. Bienal de Arquitectura», de la Fédération Caribéenne des Associations Architectes, Concurso General Internacional (2002). El arquitecto Pérez Montás, ha sido coeditor de los siguientes tomos: Historias para la construcción de la arquitectura dominicana: 14922008 (Grupo León Jimenes, 2008); Basílica Catedral de Santo Domingo (Arzobispado de Santo Domingo, 2011); e Historia general del pueblo dominicano (Academia Dominicana de la Historia, 2013). Entre los reconocimientos recibidos, son dignos de mención: «Comendador de la Orden de Isabel la Católica», otorgada por el Rey Juan Carlos I, en 1976; «Comendador de la Orden de San Gregorio Magno», otorgado por el Pontificado de Paulo VI, en 1977; «Patrimonio Viviente de La Arquitectura», por la Sociedad de Arquitectos de la R. D., en 2004; y «Premio Fundación Corripio 2007» como el arquitecto más destacado en la nación, versión Artes. Es miembro fundador de la Organización del Gran Caribe para los Monumentos y los Sitios (CARIMOS); y del ICOM, siendo también su primer presidente y socio de honor. Asimismo, es miembro honorífico internacional del ICOMOS, desde 2015.

En uno de los planos de su tesis en Yale, GG escribe un párrafo revelador: «La ciudad de Santo Domingo está en los trópicos, el patio está protegido de las altas temperaturas por una enorme sombrilla como un toldo. Grandes franjas de tela verde cuelgan de la armadura y un claristorio abierto a la izquierda en tres lados para asegurar una buena circulación. El sofocante calor en estas latitudes hace que sea necesaria la construcción de las paredes exteriores de gran espesor. El patio se utiliza para conciertos y recepciones. El ayuntamiento está situado a la entrada de la ciudad para los arribos por tierra, por mar o aire. Será especialmente importante para las recepciones oficiales a visitantes distinguidos». La planta general del proyecto para la sede del Palacio Municipal de la ciudad de Santo Domingo se desarrolló alrededor de un eje longitudinal que atraviesa un patio descubierto y un salón cuya descripción aparece en la cartela reproducida, donde

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se explica que la Sala del Pueblo está cubierta por una estructura (umbrella), y rodeada de galerías abiertas y un claristorio (clerestorio) para asegurar una ventilación e iluminación adecuadas. En el fondo aparece un detalle ornamental, una especie de retablo (neoclásico-barroco) que manifiesta el carácter académico de los programas de la escuela de arquitectura en que estudió Guillermo González. No está hasta 1925 cuando comienzan a utilizarse equipos de climatización (enfriadora centrífuga de Carrier). Una ciudad en la memoria: la urbe en el recuerdo La ciudad de Guillermo González, la que él construyó, la que él conquistó, fue expuesta en un ensayo5 donde se describe el desarrollo de la avenida costanera que genéricamente se denomina «el Malecón» y que originalmente se llamó la avenida Colombina. Esta obra, prevista para tener mayor envergadura (por lo menos 20 metros más de perfil) reorienta el trazado urbano, configura la morfología de la ciudad y prevé la base geométrica para un esquema racional de su estructura vial. El inicio de la misma coincide con un concurso para construir un parque en los terrenos de la Plaza Colombina (Junta Nacional Colombina). El resultado final fue la creación de un ambiente lúdico, paisaje y horizonte que hoy demanda una recreación.

La ciudad de Santo Domingo está en los trópicos, el patio está protegido de las altas temperaturas por una enorme sombrilla como un toldo. Grandes franjas de tela verde cuelgan de la armadura y un claristorio abierto a la izquierda en tres lados para asegurar una buena circulación. El sofocante calor en estas latitudes hace que sea necesaria la construcción de las paredes exteriores de gran espesor. El patio se utiliza para conciertos y recepciones. El ayuntamiento está situado a la entrada de la ciudad para los arribos por tierra, por mar o aire. Será especialmente importante para las recepciones oficiales a visitantes distinguidos.

Cuando se construyó la Feria de la Paz, en 1955, instalada sobre la prolongación de aquel eje este-oeste, el espacio se organizó conforme a una línea norte-sur, el mayor bulevar de la ciudad, creando así un importante circuito de administración corporativa que delimita el Polígono Central. Programado y ejecutado en pocos meses, el recinto de la Feria (Centro de los Héroes) tenía un portal de ingreso, una estructura fenomenal ya desaparecida. Era una línea horizontal desafiante. En su borde oeste, una altiva forma trapezoidal simulando un arpa retozaba con los vientos; en el borde hacia el este, un gigantesco Apolo, «un coloso», con los brazos levantados: en una palma de una de sus manos sostenía una paloma, en la otra el universo. En aquella urbe, en ella nació y vivió GG, moviéndose entre las imágenes de una historia centenaria; fantasmas pesimistas y patriotas alfabetizados, que la literatura ha novelado en Navarijo6, aquel barrio que se extendía desde la puerta de San Genaro, el fuerte de la Concepción y el camino a San Carlos, hasta la Puerta de la Misericordia y sus vecindarios, su contraparte en el urbanismo capitalino, que el Sr. Veloz describió detalladamente en La Misericordia y sus contornos 1894-19167, o en Cartas a Evelina8 de Moscoso. En el mismo lugar en que vivió González, miembros de la misma generación como José Ramón Báez López-Penha, fueron testigos de aquellos acontecimientos urbanos que sufrió la ciudad en las primeras décadas del siglo XX. En su libro Por qué Santo Domingo es así 9, relata cómo se llevó a cabo la construcción de la avenida Independencia, que era usualmente llamada Camino de Güibia o Camino de San Jerónimo. Entre 1909 y 1911 se llevaron a cabo importantes obras, y cuenta las dificultadas que debieron vencerse debido a que el perfil del terreno era prácticamente horizontal de este a oeste. Debido a esto los desagües fueron resueltos con zanjas a cielo abierto y las alcantarillas se construyeron posteriormente. Báez, gran profesor, también relata las soluciones urbanísticas en el entorno de la Plaza Colombina hasta la avenida Bolívar; el trazado de la calle Dr. Delgado; la calle Danae y la Osvaldo Báez, así como el trazado de la avenida George Washington atravesando la Plaza Colombina en su empalme con el bulevar que se llamó Sabana Larga, y los terrenos del Sr. M. J. Galván y la sucesión Thorman.

La planta general del proyecto para la sede del palacio municipal de la ciudad de Santo Domingo (Tesis-Yale 1930) se desarrolló alrededor de un eje longitudinal que atraviesa un patio descubierto y un salón cuya descripción aparece en la cartela reproducida, donde se explica que la Sala del Pueblo está cubierta por una estructura (umbrella), y rodeada de galerías abiertas y un claristorio (clerestorio) para asegurar una ventilación e iluminación adecuadas. En el fondo aparece un detalle ornamental, una especie de retablo (neoclásico-barroco) que manifiesta el carácter académico de los programas de la escuela de arquitectura en que estudió Guillermo González. No es hasta 1925 cuando comienzan a utilizarse equipos de climatización (enfriadora centrífuga de Carrier).

GG, con dedicación exclusiva a la arquitectura, perdió la oportunidad de haber creado una escuela y un estilo. Escogió la soledad y no se dio cuenta que se aislaba, sin autonomía, sin soberanía. Reprimido, fue poco a poco perdiendo su autoestima, dando la impresión de los que sufrían la nostalgia de no estar en el lugar adecuado, en el momento apropiado…aquél donde se toman las grandes decisiones y se discuten los argumentos importantes; donde se proclaman las vanguardias; donde se reconocen los verdaderos talentos; y donde se construye la dinámica de los tiempos. No percibió, en medio de la dictadura, la contradicción que se da en la dinámica lucha entre iguales, donde tienden a ganar aquellos que cuentan con más recursos que los que solo ofrecen la vocación y la academia. En nuestro medio limitado, él fue el mejor. Desde su regreso deslumbró y ganó el reconocimiento inmediato. Cometió el error de insertarse en una minoría donde tenía una oposición limitada, y donde solo contaba con su talento. Eso no era suficiente, eso no bastaba. En aquella época era necesario además poner en juego otras habilidades con las que él no contaba. Cuando todo terminó, el tiempo no alcanzaba y el espacio tampoco. Diez años después, su pequeño universo dejó de existir porque no entendía los cambios, ni la polarización política, ni el diálogo, ni la guerra fría, ni las ideologías. Mitología e ilusión de un adolescente Seguramente percibió el poder del mar Caribe. Para un adolescente es la época de hacer promesas al viento y construir ilusiones. Desde una ventana desaparecida, percibía su entorno: la ciudad de treinta mil habitantes, instalada sobre un camino real que llegaba hasta una playa-balneario recorriendo aquella vieja ruta en un tranvía tirado por caballos. También percibía la gran plaza de la Junta Nacional Colombina, delimitada por la calle Sabana Larga y los arrecifes del mar de las Antillas. Vivía en la calle Hondovalle, frontera con la casa de los Báez, construida en una parcela estrecha y larga. Con ellos seguramente discutía y jugaba, siguiendo costumbres que evocan la ciudad histórica, que la cartografía registra en tres mapas trazados en 1900, 1923 y 1927. Un cuarto es de 1938, y está firmado por Báez López-Penha, con el trazado de la avenida Independencia ya construida y arbolada hasta tropezar con el castillo de San Gerónimo donde empalma con la proyectada avenida George Washington: el Malecón. Recuerdo claramente cuando su prolongación provocó la destrucción de las ruinas de aquella fortificación que poco antes había estallado, una explosión que se escuchó en toda la ciudad, un acontecimiento que también reposa en mi memoria. Frente a un paisaje cambiante, multiplicado, hemos notado que las tradiciones, las costumbres y el clima también han variado. Son versiones nuevas de un mismo discurso, complementos culturales, identidad transformada, cohibida y procesada. También

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ha cambiado el régimen de lluvias que antes era regular y ahora no. Sin embargo, los almendros siguen teniendo su otoño en febrero, cuando sus hojas se vuelven rojas y amarillas, despojándose de un hermoso traje multicolor para vestirse de nuevo, un calendario para el color en la Ciudad Primada, que no responde el equinoccio solar del 21 de marzo o 23 de septiembre. Tampoco va con los solsticios, que la astronomía define como los puntos de la eclíptica más alejados del ecuador celeste y la época del año en la cual el sol alcanza este punto…10 Estas tradiciones evocan la ciudad histórica, epicentro de actividades mientras duró un armónico balance entre población y territorio. Cuando esta armonía se rompió, las costumbres cambiaron, se impusieron nuevos modelos y en los patios de ayer dominados por frutales, se construyen ahora estacionamientos. La ciudad se desbordó y ocupó lomas y cañadas. Donde antes crecía la cana, se levantaron grandes residenciales y grandes arrabales. Las residencias tienen jardines mágicos; los arrabales, una filosofía aleatoria11. Para 1932 el Ing. Juan Manuel Pellerano, quien fuera decano de la Facultad de Ingeniería cuando ingresamos a la universidad, publicaba una columna en el Listín Diario que titulaba «Observaciones Técnicas». Varias de ellas estuvieron dedicadas a la modernización del litoral marítimo. Octavio Acevedo12, ingeniero civil, destacado profesional de la ingeniería y la agrimensura oriundo de San Pedro de Macorís, las comentó en el mismo diario señalando lo siguiente: «El tramo costanero en referencia se extiende en una distancia aproximada de 350 metros entre las extremidades sures de las calles Isabel la Católica y 19 de Marzo y forma parte de la calle José G. García, cuyas casas, en todo ese trayecto, tienen sus patios casi sobre el peñón o acantilado de la costa del Placer de los Estudios. La ubicación de esas propiedades es la causa originadora del lamentable panorama que se presenta a la vista del viajero o turista cuando arriba a nuestras playas. Patios de pobrísimo aspecto, casuchas miserables, cocinas desmanteladas, trapos al sol, todo este triste conjunto con mucho zoco marroquí, es lo que le da la bienvenida al extranjero cuando todavía está a bordo de pies sobre el puente del vapor». ¿Cuál es la impresión que reciben los que llegan a la Ciudad Primada?, contestando de la siguiente manera: «Antes del ciclón de 1930, era ya bien desolador el cuadro de los patios enclavados sobre el peñón del Caribe; pero después del furioso meteoro la situación empeoró y en la actualidad sería casi imposible pretender describir cómo agonizan allí la estética, la salubridad y el urbanismo, y cómo campean y prosperan la desolación, la fealdad, la tristeza y la ruina. Ya no hace recordar un zoco marroquí; ahora parece la costa lugareña de una isla polinésica». Escolarizado, Guillermo González asumió la ruta que el destino le tenía reservada. El azar, las oportunidades y la ilusión convertida en voluntad, trazaron una ruta imprevista. Fue un destierro al revés, un desapego deseado que terminó con la expulsión del talentoso joven adolescente de aquella ciudad sin agua corriente ni drenajes, la urbe ácrata, desordenada, caótica y descosida. Mientras tanto, ¿qué ocurría en otras partes? ¿Qué pasaba allí donde se mueven los hilos del azar…donde se escriben los sustantivos del universo…donde se orienta el rumbo de la historia…donde se maquina la revolución industrial… donde se inventan los cambios tecnológicos y las verdaderas fuerzas de la civilización? Las respuestas a estas interrogantes pueden buscarse en los libros, muchos de ellos dedicados al arte, al urbanismo y a la arquitectura, algunos de los cuales fueron estudiados por Guillermo González o William González, como American Vitrubius: An Architects’ Handbook of Civic Art; o Plan of Chicago, publicados originalmente en 1908 y reimpresos recientemente por Princeton Architectural Press. En marzo de 1924 se publicó la segunda edición de The Architecture of Humanism, de G. Scott, cuyo prefacio está fechado en 1914. Sin embargo, estimo de importancia capital y de gran impacto didáctico en Norteamérica, los enfoques y el ideario de los fundadores de la Bauhaus y los CIAM (1928-1953). El ideólogo fundamental fue W. Gropius, quien emigró a Estados Unidos de América, al igual que Mies van der Rohe, y quienes junto a F. Lloyd Wright y Le Corbusier, dominaban, en su origen, el proceso que recorrió la arquitectura contemporánea. «Puede afirmarse con absoluta certidumbre que ningún arquitecto contemporáneo ha llevado a cabo una obra comparable con la de Gropius. Su magisterio cubre todo el campo de la arquitectura y penetra largamente en el terreno del diseño industrial. Nuestra vida diaria está rodeada por objetos que fueron creados por él y sus alumnos: utensilios domésticos, artefactos de luz, armarios, sillas y toda clase de muebles hoy llamados funcionales tuvieron su origen en la escuela del Bauhaus, creada por Gropius. De allí penetraron rápidamente en la industria cuando ésta comprendió sus méritos y posibilidades comerciales»13. La elocuencia de estos grandes arquitectos, particularmente la de Gropius, impactaba al maestro González. El gran arquitecto alemán era ya conocido desde 1911 por aquellos postulados que nunca han envejecido hasta el presente. La cita anterior aparece en la solapa de una edición en castellano de su obra titulada Alcances de la Arquitectura Integral14, cuyo contenido se remonta a entrevistas, artículos, conferencias y contribuciones al CIAM15, publicadas a partir de la tercera década del siglo XX. Reiterando la arquitectura contemporánea: las retaguardias El texto escrito por Manfredo Tafuri y Francesco Dal Co para el volumen sobre Arquitectura Contemporánea16, de la Colección Aguilar, se inicia manejando un capítulo denominado «La formación de la cultura urbanística» en la América del siglo XIX. Otros capítulos están dedicados al análisis de la urbanística moderna y se apoyan en la cultura norteamericana de finales del siglo XIX: el Park Movement, cuyos criterios orientan el Central Park de Nueva York, y desde luego la modificación y sistematización de la ciudad de Washington y la Feria Internacional de Chicago (la Feria Colombina de Chicago 1893). Los autores señalan a Ebenezer Howard (1850-1928), quien publicó en 1980 un tratado de urbanismo: Ciudades Jardín del mañana. «Este modelo fue propuesto como reacción a la falta de vivienda obrera y a la necesidad de establecer un nuevo concepto de ciudad con un sistema organizativo diferente… una comunidad establecida en un entorno natural y por lo tanto separada de la gran urbe, pero bien comunicada con ella por medio del ferrocarril, en la que los habitantes disponen de una cierta autonomía con respecto a la urbe… Howard fundó en 1899 la Garden Cities Asociation que desarrolló en 1903 la primera ciudad-jardín: Letchworth. Esta ciudad fue construida por los arquitectos Barry Parker y Raymond Unwin en el norte de la ciudad de Londres. Más tarde, estableció relaciones con arquitectos alemanes como Hermann Muthesius

En la parte superior, dos vistas del portal de ingreso a la Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre —hoy Centro de los Héroes—, con el coloso y el «arpa trapezoidal»; seguido de una vista del Palacio del Ayuntamiento, con su torre adyacente. Debajo, vista actual del litoral costero de Santo Domingo, con el malecón —avenida George Washington—, y el Parque Infantil Ramfis, hoy Eugenio María de Hostos.

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y Bruno Taut permitió desarrollar los principios de salubridad y habitabilidad en numerosos proyectos de viviendas en Weimar»17. Howard quedó impresionado por la novela de Edward Bellamy, Looking Backward. En ella se describe una sociedad sin conflictos de clases, organizadas colectivamente en una especie de capitalismo de Estado. Todavía en el año de 1957 el libro de Edward Bellamy era lectura obligada en los cursos de historia del urbanismo y en los seminarios correspondientes al desarrollo urbano en distintas universidades internacionales. Poseo un ejemplar editado en el año 1951 del libro de Edward Bellamy18 que debí estudiar para preparar un ensayo (paper) en la Universidad de Oregón, y que solo después de muchos años he logrado integrar a la cultura arquitectónico-urbanística europea. Está claramente definida en mi memoria la influencia académica en los trazados que Guillermo González manejó en sus primeras obras. Todavía en la Feria de 1955 estos criterios persistían sujetos a un sistema clásico de ejes ortogonales interrumpidos por círculos y semicírculos. Los autores abordan a partir del capítulo quinto (Índice General de la Primera Parte) del libro, el romanticismo nórdico y el modernismo catalán. Para GG el palacio municipal de la capital sueca fue su modelo. El ayuntamiento de Estocolmo, obra clave para Guillermo González, fue construido entre los años 1905-1923. Se trata de un «filón romántico», en busca de raíces autóctonas. En Cataluña, el movimiento Modernista y su dialéctica registran protagonistas de la talla de Gaudí y Doménech i Montaner. El capítulo seis se enfrenta con la iniciativa de un centro para reorganizar las relaciones artesanado-industria: el Werkbund. El capítulo séptimo fue denominado «El Clasicismo Moderno: Arquitectura sin Vanguardia». El octavo, «La Aportación de la Vanguardia Histórica: Del Cubismo a la Fundación de la Bauhaus (1906-1923)». Más adelante (noveno) aparecen los «grandes maestros», que lo fueron también de Guillermo González. Así se titula el capítulo que se inicia con un texto encabezado por el siguiente título: «Le Corbusier y el Poema de la Forma». La obra que comentamos fue estructurada, al margen de los fenómenos cronológicos, con el propósito de relatar la historia de la arquitectura sobre términos arbitrarios, entre ellos las dos guerras mundiales que propiciaron una globalización de las pequeñas vanguardias y las grandes iniciativas tanto en la arquitectura como en el arte. El libro registra a Gropius y su enorme esfuerzo en la Bauhaus. El arquitecto escribió que «la industria y el artesanado se están acercando continuamente». Veamos cómo lo contradicen en el siguiente párrafo crítico, justamente señalando lo que Gropius había siempre negado: «La obra de Gropius cierra definitivamente la época del Werkbund; el edificio de la Bauhaus debe su propio carácter heroico a la tradición que vive en ella y en ella se afirma. La nueva Künstlerkolonie es expresión perfecta de una forma que pacifica todo el equilibrio “comunitario” que el Werkbund había preconizado. En ese sentido el proyecto de mediación que Gropius auspicia, como director de la Bauhaus, encuentra plena aclaración en su arquitectura; las tensiones de la vanguardia se resuelven definitivamente en un “estilo”. De lo que se desprende que Gropius es el primer prisionero, a pesar de todas sus declaraciones en contrario»19. Más adelante le toca el turno ahora a dos columnas del movimiento Moderno: Frank Lloyd Wright y Mies van der Rohe. El primero contiene su propia esencia ideológica, aguda en sus tonos proféticos y alimentando el mito de su propio aislamiento. El libro de TafuriDal Co lo beatifica en párrafos como el siguiente: «En los años 1930-1940, Wright agudiza sus propios tonos proféticos. Marginado de los preparativos que llevarían a la realización de la Feria Mundial de Chicago, de 1933, alimenta el mito de su propio aislamiento, al que da forma definitiva con la creación de la Taliesin Fellowship. Su residencia, con una operación no desprovista de intentos especulativos, se transforma en una comunidad de discípulos que giran, siguiendo reglas rígidas inspiradas por Olgivanna, en torno al maestro. El dominio de Wright sobre el trabajo de la comunidad es absoluto. Después de haber aceptado el “desafío” de la exposición del Museum of Modern Art, de 1932, con la House on the Mesa (1931), Wright compromete la Taliesin Fellowship en su definitiva respuesta al International Style: el proyecto de Broadacre City. Broadacre es un acto de recapacitación sobre todas las propuestas de los años anteriores y el punto de partida para las obras maestras de los años 1930-1940»20. El segundo, Mies van der Rohe, fue adicto a determinados aforismos, líneas de pensamiento que fueron claves para el International Style: «No conocemos problemas formales sino solo constructivos» decía; «Lo menos es lo más», señalaba en un ensayo de 1923. Tafuri y Dal Co describen esta actitud de la siguiente manera: «La forma no es la finalidad de nuestro trabajo. Una completa realización formal depende del tipo de empeño que nos hayamos propuesto. Es la expresión elemental de su correcta solución. Tampoco estamos a la búsqueda de un estilo. También querer a toda costa un estilo es formalismo. Nosotros tenemos otros pensamientos. Queremos liberar a la construcción de las especulaciones estéticas; queremos que construir signifique solo y auténticamente construir»21. Los autores señalados condenan esta actitud ideológica señalando que: «Mies edifica el silencio. Quedan aclarados la trivialidad y el aislamiento de los signos: la edificación se presenta en el absoluto esquematismo de su propia naturaleza técnica»22. Guillermo González asumió esta ideología utilizando otros términos vulgarizando el lenguaje. El propósito era señalar que la arquitectura moderna, el funcionalismo, debía aferrarse al criterio de lo simple…la nitidez de las líneas; la capacidad de asumir el espacio, la proporción. Todo lo anterior ocurrió mientras Guillermo González estudiaba, y aunque no lo quisiera la influencia aparece y reaparece en sus primeras obras mientras colonizaba la ciudad que Trujillo quiso patrocinar, y que nadie proyectó formalmente. A ella está íntimamente ligado al igual que otros arquitectos de su misma generación.

Segmento de un proyecto para una iglesia, y estudio de vitrales, 1954.

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Otro libro con el mismo título Arquitectura Contemporánea, del profesor Corrado Gavinelli23, aborda el mismo período histórico, articulando un análisis preciso, evitando el planteamiento cronológico, y manejando un análisis crítico espléndido. La edición en castellano de LIBSA, es de 1998-99 y desarrolla el fenómeno posmoderno en los siguientes términos: «Al tomar como base la admisión de los grandes cambios de los últimos cincuenta años del novecientos, esta obra considera el desarrollo de la arquitectura contemporánea desde sus premisas de transformación y de oposición frente a la tradición del Movimiento Moderno, para llegar a una estudiada y sistemática interpretación de los aspectos específicos de la posmodernidad


actual, según los tipos generales y recurrentes, que distinguen claramente las tendencias vigentes hoy en día (el Manierismo, el Doble Código, la Ambigüedad, la Ironía, la Heterogeneidad, la Complejidad, la Mescolanza, el Historicismo, el Popularismo, la Participación, el Semanticismo»24. El Semanticismo incorpora el recurso de la hendidura, que Corrado Gavinelli interpreta de la siguiente manera: «…herida, desgarrón, laceración, grieta o fisura, o sea, el aspecto sintomático de una crisis de logro formal, de interrupción de la definición concluida, lo que deforma y destruye la aparente compacidad en su aspecto estable…». Podría interpretarse también como «imágenes dramáticas» o «inseguridad endémica», catástrofe entre la realidad física y el futuro ignorado, de aquí surge el tema de la ruina y la laceración. Arrogante presencia de un arquitecto Guillermo murió a inicios de la década del setenta después de saborear brevemente las mieles del postmodernismo. Estuvo muy orgulloso de la fachada con un portal neoclásico que diseñó para un edificio frente al Parque Colón (Plaza Mayor), que podría conceptuarse de un tímido acercamiento del posmodernismo historicista. Algunos de sus elementos fueron interpretados de modelos que aparecen en un libro que me obsequió cuando desmanteló su biblioteca. En esa ocasión me dijo que no le molestaba deshacerse de su colección de revistas de arquitectura porque lo que le interesaba de ellas estaba archivado, debidamente organizado, en carpetas que elaboraba y cuidaba celosamente. Es posible que sus descendientes las tengan, en cuyo caso podrían, alguna vez, pasar a los archivos de la biblioteca de la Escuela de Arquitectura de la UNPHU, que él fundó junto con otros colegas. Fue mi maestro en la década del cincuenta cuando aún yo no sabía casi nada de lo que ahora escribo. No era precisamente un catedrático, sino el maestro de un taller de aprendices. Allí enseñaba, corregía, transmitía conocimientos e inyectaba experiencia. Su erudición me enseñó que hubo un pintor que había creado un movimiento de vanguardia denominado «neoplasticismo», una aproximación inequívoca al arte de la arquitectura, a la geometría, a la línea recta y al color. Entonces conocí para siempre a Piet Mondrian, que un ensayo titulado «Mondrian o la alquimia del neoplasticismo»25 señala ser uno de los pioneros y fundadores de la pintura abstracta. Las influencias de la escuela de pintura de La Haya, del Fauvismo y del impresionismo de Van Gogh se perciben en sus primeras realizaciones. En 1911 participó en la exposición del Salón de Primavera de los Independientes, en París; allí conoció las obras cubistas de Braque y de Picasso. En una ocasión se detuvo junto a mi mesa de dibujo (1954). La imaginación, la mía, se entretenía con tres íconos bizantinos que el maestro conservaba en una repisa de su casa (regalo, si mal no recuerdo, de un cuñado de Málaga, la ciudad del Cristo de la Buena Muerte). Después de comentar mis bocetos, superpuso una lámina de papel sobre las elevaciones. De allí surgió una composición deslumbrante. Me atreví a incorporar una procesión de santos y vírgenes, una serie de vitrales que interpretaban los pequeños santos policromos pintados en pequeñas tablas, miniaturas de treinta centímetros de lado y lado. Sorprendido me dijo: «¡¿Son tuyos?!»... luego preguntó incrédulo: «¿Dónde aprendiste a dibujar?» La respuesta fue simple: «¡En la escuela de Bellas Artes con Manolo Pascual!». Aquella entrañable escuela de la calle Mercedes, inició su andadura en la década del cuarenta con un grupo reducido de alumnos en el que se encontraban Domingo Liz y Paul Giudicelli. Pero esa es otra historia pendiente de ser escrita. Como puede verse, la historia del arte se reescribe continuamente; se estructura con nombres propios al igual que con ideales. Una versión de aquella composición que él había creado sobre mis bocetos torpes, reapareció en el conjunto ferial convertida en el pabellón de la Santa Sede. Habían desaparecido mis vitrales y sus tres íconos (que el diccionario registra como una palabra grave: icono), pero en la memoria permanecen las imágenes bizantinas que vinieron de Málaga, y que seguramente habrán vuelto a su lugar de origen. En cambio, conservo algunas acuarelas de aquellos vitrales. Ahora forman parte de este memorial que se inició en una callejuela llamada Hondovalle, donde GG vivió, y que la cartografía de Casimiro de Moya, año de 1900, ya registraba. Hoy se denomina Crucero Ahrens en honor a aquel buque que llegó en 1930, junto al Danae procedentes de Inglaterra con alimentos luego del devastador huracán San Zenón. En aquel entorno construyó sus primeras obras sometidas a los planteamientos teóricos del racionalismo funcionalista. Apartamentosvivienda con techos bajos; escaleras breves; cabinas náuticas; simplicidad trivial; expresión elemental; que me llevaron a escribir un artículo que titulé «Cuando los techos eran altos». En uno de ellos vivió con su familia. Era un penthouse modélico, que olía a Mies van der Rohe.

Vista reciente del edificio originalmente destinado al Bank of America (1970), frente al Parque Colón, en la Ciudad Colonial de Santo Domingo; debajo, vista posterior del Casino de Güibia, en la avenida George Washington (1943-44).

Después de colonizar el paseo marítimo con sus obras emblemáticas, en la década del cuarenta, y de crear el recinto ferial en la década del cincuenta, una tarde en 1959, sentado en la espaciosa galería-balcón del Casino de Güibia, que había diseñado junto al balneario emblemático que sirvió de recreo a muchas generaciones, me reuní con GG para dialogar sobre arquitectura. Quise relatarle lo que había hecho durante el tiempo que estuve fuera del país entre 1956-58. El diálogo de esa tarde fue especialmente fluido. Yo regresaba de un viaje de estudios que me llevó primero a España, Italia, y EUA: Nueva York, Chicago, Austin; Texas, California y finalmente Oregón, donde ingresé a la Universidad para disfrutar estudios de posgrado. Luego México, por tierra, a partir de San Francisco, visitando residencias novedosas en Carmel. Conversamos sobre la supervivencia del clasicismo en el «arte público» norteamericano y el poder y la presencia de la mitología antigua grecorromana. Como por arte de magia, la figura de GG se llenó de energía y abordó una vibrante apología de un escultor a quien conoció. Había nacido en los agrestes bosques escandinavos: Carl Milles26. Con insistencia me recomendó estudiar su obra. Años después visité la obra de Milles en el Museo Metropolitano de Nueva York y su museo-jardín en Estocolmo, especialmente la Fuente de las Musas que estuvo situada en el Lamont Wing, en la primera planta del gigantesco templo de las artes de Nueva York. El espejo de agua en que fueron instaladas las esculturas de bronce fue desmantelado en 1985, y trasladadas a un parque de Carolina del Sur: Brookgreen Garden: «This fountain group consists of eight major figures and seven secondary figures, modeled in a studio at the American Academy at Rome. The work was commissioned by the trustees of the Metropolitan Museum of Art in 1949 and the casting of the final figures were completed and delivered just six months before the sculptor’s death in 1955. The group was cast by Bearzi Foundry in Florence, Italy»27.

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Actualmente el conjunto Aganippe se encuentra en el Milles Garden (museo-jardín) que visité con Angélica en 1963 cuando nos desplazamos desde Lund hasta Estocolmo después de asistir a un Seminario de Científicos Regionales. Resulta fascinante ahora relatar la misteriosa relación entre el Monte Helion, y aquel proyecto de un zoológico que me fue asignado como ejercicio durante mi estadía en la Universidad de Oregón. El sitio era una colina junto a la ciudad universitaria (Skinners Beauty?). Manejé el proyecto asumiendo la antigua mitología griega, el Parnaso, la cumbre más elevada, morada de Apolo y de las Musas. Fuentes de agua surgían de las gargantas de aquella montaña y el jardín-zoo, idealizado, era un parque ocupado por semidioses, monstruos y animales prehistóricos. En la cumbre proyecté un zodíaco28, en cuyo centro se levantaría una torre como un alfiler, cuya cabeza-mirador fuese el sol y que serviría para que los ángeles pudieran descansar. ¿Cuántos ángeles caben en la cabeza de un alfiler? Cuenta la tradición que los monjes bizantinos se entretenían reflexionando sobre este secreto teológico mientras los soldados otomanos ocupaban Constantinopla. Al conceptualizarlo quise convertirlo en un museo de figuras mitológicas donde estuvieran los símbolos de los cuatro evangelistas: el león de San Marcos; el águila de San Juan; el toro de San Lucas; y el ángel (hombre con alas) de San Mateo. También centauros, pegasos, delfines, sátiros. Años después, magia o destino, durante el gobierno del Dr. Balaguer, se nos encargó, vía R. T. Hernández, y acompañado por Manuel Valverde, para diseñar el Parque Zoológico Nacional. Fue una empresa compleja y de gran carácter por la multiplicidad de especialidades que necesariamente intervienen y demanda un proyecto como éste. El sitio seleccionado fue un lugar rico en biodiversidad, una reserva natural donde confluyen ecosistemas diversos con manantiales de agua dulce en un sitio conocido como Arroyo Salado junto al río Isabela en su confluencia con el Arroyo Hondo. Una colina domina el conjunto geográfico rico en fauna y flora. Todo esto ocurría en la ciudad de González, que se comportaba como una anciana prudente que tuvo un solo rostro hasta que él llegó. A partir de entonces, asumió el poder que le brindó el destino. Dotado de la energía de un corso, el vigor de un adelantado, y la fuerza de un colonizador, pudo crear un archipiélago cósmico, desde la Plaza Colombina, hasta alcanzar el Hotel Jaragua, donde una periodista le preguntó una mañana de 1945: «“¿Quién diseñó este hotel?” Tony Vaughn, el gerente de El Jaragua, contestó, “Guillermo González. Él es un arquitecto dominicano que ha ganado premios por todo el mundo. Está por aquí todo los días. Estamos construyendo sesenta nuevas habitaciones y algunos bungalows detrás de la piscina”.... No era difícil distinguir al Sr. González entre los hombres que frecuentaban el vestíbulo, estaba buscando a alguien medianamente joven, fresco y fornido y sin afectación, tan moderno como el mañana, moderado, afable. Él era todo esto, un hombre medianamente alto, de complexión física bien definida, de unos cuarenta y seis años, con una cara bien esculpida, con bigotes, pelo cortado al rape, canoso, una elegancia que sugería entrenamiento militar; hombre cálido, amable, de ojos marrones...»29 Escultura de Carl Milles, inicialmente colocada en el Museo Metropolitano de Nueva York; posteriormente vendida a Brookgreen Gardens, Carolina del Sur.

«Le pregunté si los arquitectos utilizan el color en concreto, o si no, ¿cómo estos edificios como El Jaragua pueden mantener su blancura? “Agua de cal simplemente, pintura de cal, lo llaman. Esto le da un acabado suave y es de bajo costo”, me dijo el Sr. González. “Lo pintamos dos veces al año”. Por supuesto, añadió, “no podríamos usarlo en Nueva York”...»30. La hoja de vida de Guillermo González, elaborada por Gustavo L. Moré, señala que estudió en el Colegio Santo Tomás que estaba en algún lugar de la Ciudad Colonial donde yo también fui colegial. El local que me correspondió formaba parte de la plazuela del Regina Angelorum, dominada por la iglesia del convento de las monjas dominicanas, cuyo claustro fue destruido en la época de Trujillo para levantar la Escuela Normal de Señoritas que dirigió con disciplina férrea la profesora Urania Montás. En su patio se instaló un recinto experimental: La Anexa. La hoja de vida también registra su viaje a Filadelfia. Luego Málaga en 1926. Poco después ingresó a la Universidad de Yale y disfrutó de una beca de estudios en 1930, así como una estadía en las oficinas de Edward Durell Stone, hasta que volvió a Santo Domingo para iniciar su brillante carrera profesional. Años después, para 1964, trabajamos juntos en la Comisión de Reforma Universitaria de la USD, integrado a un grupo de trabajo con Manuel Baquero Ricart y nosotros. Teníamos el encargo de elaborar un plan maestro del recinto universitario, programa que se interrumpió por los acontecimientos que se desarrollaron en 1965. Muchas veces lo observé dibujar: regla T y cartabones sobre una amplia mesa, donde nunca faltó una escala triangular alemana fabricada por la casa Staedler. Erguido y solitario, casi ausente, la diestra flexible y dúctil. Ejercía con estricta pericia el don del pensamiento creativo hasta concluir. Entonces aparecía su figura atlética, subida de tono, y su mirada franca y arrogante. Poner en práctica el uso de la palabra fue un acto que siempre acompañó de una ligera sonrisa. Simultáneamente derramaba su buen humor alimentado por la elegante malicia de un buen burgués o de un bohemio. Su primera lección fue siempre colocar una figura humana, dibujada con pericia, para marcar la escala vertical y horizontal. Fue un hábito que asumí para siempre y que practico inconscientemente hasta cuando escribo.

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Notas La muestra incluye piezas de Picasso, Léger, Delauney, Coco Chanel, Eileen Grey o Jean Dunand. Están representados 122 creadores, entre pintores, escultores, decoradores, diseñadores, interioristas, arquitectos o modistos. Ferran Bono, «Art deco, mucho más que belleza», El País (25 de marzo de 2015), 30. 2 Eugenio Pérez Montás, «Guillermo González y el movimiento moderno en Santo Domingo», CODIA 23 (1970): 29-41. 3 Ibíd., 31-32. 4 Ibíd., 37. 5 Eugenio Pérez Montás, La Ciudad del Ozama: 500 Años de Historia Urbana (Madrid: Lunwerg Editores, 1999), 269. 6 Francisco E. Moscoso Puello, Navarijo (República Dominicana: Sociedad Dominicana de Bibliófilos, 2001), 392. 7 Francisco Veloz M., La Misericordia y sus contornos 1894-1916 (República Dominicana: Editora Cosmos, 1974). 8 Francisco E. Moscoso Puello, Cartas a Evelina (República Dominicana: Editora Montalvo, 1941), 224. 9 José Ramón Báez López-Penha, Por qué Santo Domingo es así (Santo Domingo: Banco Nacional de la Vivienda, 1992), 269. 10 Eugenio Pérez Montás, Op. Cit., Epílogo. 11 Ibíd. 12 Realizó sus estudios profesionales en el North Carolina State College, adscrito a la Universidad de Carolina del Norte. Allí se graduó en 1904, y recibió el título de Ingenio Civil y de Caminos. 13 Walter Gropius, Alcances de la Arquitectura Integral (Buenos Aires: Ediciones La Isla, 1957). 14 Ibíd. 15 1928, CIAM I, La Sarraz, Suiza. Fundación del CIAM; 1929, CIAM II, Fráncfort del Meno, Alemania. Enfocada en el trabajo de vivienda de Ernst May y la vivienda mínima (existenzminimum); 1930, CIAM III, Bruselas, Bélgica. Sobre el desarrollo racional del espacio; 1933, CIAM IV, Atenas, Grecia. Publicación de la Carta de Atenas; 1937, CIAM V, París, Francia. Sobre la vivienda y el ocio; 1947, CIAM i, Bridgwater, Inglaterra. Sobre la reconstrucción de las ciudades devastadas por la II Guerra Mundial;1949, CIAM VII, Bérgamo, Italia. Sobre la arquitectura como arte; 1951, CIAM VIII, Hoddesdon, Inglaterra. Sobre el corazón de la ciudad; 1953, CIAM IX, Aix-en-Provence, Francia. Publicación de la Carta de habitación; 1956, CIAM X, Dubrovnik, Yugoslavia. Sobre el hábitat. Primera presencia de los Team X; 1959, CIAM XI, Otterlo, Holanda. Disolución del CIAM. http:// es.wikipedia.org/wiki/Congreso_Internacional_de_Arquitectura_Moderna. Revisado 6 de mayo de 2015. 16 Manfredo Tafuri y Francesco Dal Co, Arquitectura Contemporánea (Madrid: Aguilar Ediciones, 1978), 462. 17 http://es.wikipedia.org/wiki/Ebenezer_Howard. Revisado 1 de mayo de 2015. 18 Edward Bellamy, Looking Backward (United States of America: The Modern Library, 1951). 19 Ibíd., 150. 20 Tafuri y Dal Co, 161. 21 Ibíd., 153. 22 Ibíd., 153-154. 23 Corrado Gavinelli, Arquitectura Contemporánea de 1943 a los años 90 (España: Editorial LIBSA, 1999). 24 Ibíd., Contraportada. 25 Alicia Suárez y Vidal Mercé, «Mondrian o la alquimia del neoplasticismo», en Historia Universal del Arte: El siglo XX, tomo IX (Barcelona: Editorial Planeta, 1994). 26 Wilhem Carl Emil Andersson, born june 23, 1875, Lagga near Uppsala Sweden died september 19, 1955 Lidingö. http://www.britannica.com/ EBchecked/topic/382861/Carl-Milles. Revisado 6 de marzo de 2015. 27 http://www.spiritguidedhealer.com/southernpride/1998/april/sculpture/milles.htm. Revisado 6 de marzo de 2015. 28 Zona circular de la esfera terrestre por cuyo centro pasa la Eclíptica, y que contiene las doce constelaciones que parece recorrer el Sol en el espacio de un año. Está dividido en doce regiones de 30º de longitud llamadas signos del Zodíaco, que reciben su nombre de las doce constelaciones que allí se encontraban en tiempo de Hiparco (siglo II a. de J. C.): Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpio, Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis. El Pequeño Larousse Ilustrado, 10ª ed. (México: Ediciones Larousse, S. A., 1994). 29 Page Cooper, S No Ivory Tower Sambumbia, a Discovery of the Dominican Republic the Modern Hispaniola (The Caribbean Library, NYC, 1945). 30 Ibíd. 1

Tres vistas del Hotel Jaragua (1939-1942); la de arriba, vista aérea que permite apreciar la relación del ente arquitectónico con el litoral costero, la avenida George Washington, y el resto de la ciudad; en la inferior, fotografía posterior, donde se puede apreciar la inclusión de los bungalows construidos como parte de la ampliación del hotel en 1945-1947.

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Guillermo González Sánchez: genial arquitecto dominicano Rafael Tomás Hernández Me siento honrado y agradecido por la invitación del arquitecto Gustavo L. Moré, para que exponga mis recuerdos de don Guillermo González Sánchez, el gran arquitecto dominicano que realizó obras destacadas, propuestas novedosas de concepción moderna, que aportaron nuevas ideas a los diseños en nuestro país, ideas de gran influencia en la construcción de la arquitectura dominicana. Uso el término construcción de la arquitectura dominicana, para recordar la obra monumental coordinada, gestionada y escrita principalmente por el arquitecto Moré —Historias para la construcción de la arquitectura dominicana, 1492-2008 (Colección E. León Jimenes, 2008)— patrimonio de inestimable valor, aporte que nos permite conocer el origen y el desarrollo histórico de nuestro quehacer constructivo.

Rafael Tomás Hernández Nació en Santiago, el 19 de octubre de 1932, realizando estudios primarios en la escuela Sergio A. Hernández, de Tamboril, y estudios secundarios en el Liceo Ulises Francisco Espaillat. A los 16 años se traslada a Santo Domingo para estudiar Ingeniería y Arquitectura en la Universidad de Santo Domingo. En 1949 empezó a trabajar como dibujante en el taller del Arq. Eduardo Rodríguez Schack, y para 1954 trabaja como asistente en el Directorio Técnico de la Feria de la Paz, junto a Guillermo González, José A. Caro, Amable Frómeta, y Virgilio Pérez Bernal. Estuvo a cargo de algunas obras menores, como los pabellones de la Sociedad Industrial Dominicana (Manisera), la Industrial Lechera, la Compañía Anónima Tabacalera y la entrada del Parque de Diversiones; confeccionando los planos del edificio de las Fuerzas Armadas. Obtuvo el título de Ingeniero Arquitecto en 1956, y fue designado profesor de Dibujo y Composición en la USD. Al mismo tiempo desempeñó algunos cargos públicos relacionados con su profesión, entre ellos, asistente del ingeniero asesor del Poder Ejecutivo, Humberto Ruiz Castillo, y encargado de la sección de diseños en la SEOPC, Subdirector de Edificaciones en la SEOPC. En 1959 fue designado Subdirector de Obras Públicas Urbanas, y encargado de la Oficina de Planificación del Ayuntamiento del Distrito Nacional. En el lapso 1966-1978, el Arq. Hernández es designado «Ingeniero al servicio del Presidente de la República», planificando y construyendo proyectos urbanos de gran envergadura, entre ellos la Urbanización Jiménez Moya, la Urbanización Honduras, la Urbanización Mata Hambre, la Plaza Trinitaria, los edificios Multifamiliares en la Plaza Trinitaria, el empalme de la Av. 27 de Febrero con la autopista Las Américas, entre otros. Posteriormente, entre 1986–1996 desarrolla el Puerto Isabela (Hoyo de Chulín), (600 apartamentos); la Av. Paseo de los Reyes Católicos; el Complejo Los Mameyes (1500 apartamentos); y el Parque Nacional Mirador del Norte. Actualmente el Arq. Rafael Tomás Hernández es gerente de AXISA, S.A., compañía de construcción y bienes raíces. Durante los 58 años que trabaja en el ámbito constructivo, ha sido distinguido con numerosos reconocimientos, entre ellos, «Gran Premio B.N.V. de Investigación sobre la vivienda» (1983); premiación «Empresa del año en el Sector Vivienda», por la Cámara Dominicana de la Construcción (1986-1987); «Reconocimiento y honor al deber Cumplido», CODIA (1988); «Placa de Reconocimiento», Fundación Dominicana de Desarrollo (1989); «Medalla al mérito Urbano», CONAU (2001); entre otros.

Esta vez acomete la empresa de rescatar la figura de Guillermo González, el genial arquitecto dominicano que entre 1935 y 1960 realizó obras que pusieron de relieve nuestro patrimonio arquitectónico, el cual desafortunadamente perece, se esfuma, como es el caso del demolido Hotel Jaragua y del Hotel Hamaca absorbido por las reformas que hicieron desaparecer la magistral originalidad del arquitecto González. Sus obras como el Parque Ramfis, hoy Eugenio María de Hostos, han sido agredidas, modificadas y renovadas, perdiendo muchos detalles originales. Guillermo González diseñó hoteles, parques, centros urbanos, residencias. El antiguo Hipódromo Perla Antillana, el Cuartel de los Bomberos, el Centro Social Obrero fueron obras que se le encomendaron para la celebración del Centenario de la República, las mismas constituyen prototipos originales que tuvieron influencia notable en la arquitectura hotelera en todo el Caribe. En 1940, los hoteles que servían de referencia en nuestro país eran el Hotel Mercedes en Santiago, el Hotel Presidente, el Fausto y La Fama en Santo Domingo. En Puerto Rico el referente hotelero más importante era el Hotel Normandie de San Juan. En Miami recordamos el Hotel Columbus o el Everglades. Los hoteles de don Guillermo, como el emblemático Hotel Jaragua, irrumpieron avasalladoramente en la arquitectura hotelera del Caribe. González diseñó, además, el Hotel Paz luego Hispaniola, junto a los arquitectos José Antonio Caro y Atilio León Sturla. Siendo niño conocí con ojos de niño el hermoso Parque Ramfis. Hoy a mis 82 años miro atrás aquellos tiempos donde tuve la dicha de compartir con don Guillermo, mi maestro, genio de la arquitectura dominicana. Conocí personalmente al arquitecto González en 1952. Le gustaba decir: «Yo voy con el siglo, porque nací en 1900». Así que él tendría 52 años y yo 20. Sabía quién era y lo reconocí cuando salió de su automóvil para inspeccionar un edificio de apartamentos en la calle Crucero Ahrens. Me acerque tímidamente. El notó mi presencia y dijo: «¿Y qué? ¿A ti te gusta esto? — ­ sí señor, le contesté con timidez». «¡Ah… pues bienvenido! —me dijo». Entonces se perdió entre las pasarelas de hormigón que destacaba la entrada del edificio, con porte de caballero distinguido se integraba al entorno como apreciando los ambientes en relación a las proporciones humanas. Este encuentro no pasó de ahí. Al inscribirme en la Universidad de Santo Domingo, todavía indeciso respecto a cuál carrera cursar dentro de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura, me encontré con el arquitecto González. Me preguntó si estudiaba Ingeniería o Arquitectura, le dije que aún no había hecho una elección. Le contesté que no sabía si escoger Ingeniería Civil o Arquitectura. Él me respondió: «Eso está bien», y siguió atendiendo el personal que lo seguía. Tuve una impresión grata del personaje: erguido, vistiendo deportivamente. Miraba con atención y su mirada resultaba abierta y comprensiva a través de unos espejuelos que destacaban sus ojos claros, quizás con algo de picardía, proclive a decir cosas sorprendentes. «Olía a buen jabón», le dijo don Leonte Bernard a Pedro Delgado Malagón en una entrevista, en la que además, le confió que Guillermo González había sido uno de los personajes más importantes de su vida. El edificio de la Crucero Ahrens actualmente está modificado y deteriorado. Originalmente era un prototipo que se destacaba porque introducía una altura de ocho pies (2.40 metros) entre el nivel de piso y los techos. Es decir que violentaba una norma establecida en la Ley 6-75 de Ornato Público y Construcciones, vigente por muchos años y que establecía un requisito fijado para la aprobación de los planos y de la obra terminada. El arquitecto González argumentaba que la disminución de la altura quedaba compensada por la ventilación cruzada que estaba garantizada en el diseño de la planta. Otra novedad que presentaba el edificio era la introducción de toldos de hormigón en la fachada de gran sencillez, y líneas modernas y elegantes. Estas construcciones, tanto la situada en la Crucero Ahrens, como las de la intersección de las calles Santomé y José Gabriel García, en la Ciudad Colonial, resaltan el impacto en la diferencia entre las alturas de entrepisos en los edificios tradicionales bajo la norma establecida, y la altura propuesta por González. Esta diferencia tendrá repercusiones económicas importantes cuando se trata de edificaciones multifamiliares de carácter social. Durante los dos primeros años de facultad cursé materias comunes con otras carreras. Ya en mi tercer año, en 1954, se establecía la diferencia entre estudiantes de Ingeniería Civil y Arquitectura. Un día estando en el taller de dibujo sentí que el profesor estaba detrás de mí siguiendo mi trabajo… me miró sonriente como si me hubiera reconocido, y me dijo: «Oye… eso está bien, ¡parece que tú no eres un pendejito!» Y como hacía, cuando algo lo motivaba, agarró los lápices y la goma blanda de borrar, y empezó a dibujar y enmendar lo que yo había hecho, poniendo de su parte nuevos detalles: figuras humanas a escala, en las plantas, en las secciones. Repetía continuamente que las buenas proporciones eran esenciales. Ese día pude ver la destreza de un maestro sacando luces a un dibujo técnico. Las fachadas con sombras cobraban relieves, y en vanos y volúmenes se aumentaban o disminuían cobrando nuevas impresiones. Cuando esto sucedía se acercaban otros compañeros sin que esto lo molestase, por el contrario, paseaba con sus lápices, dibujaba figuras y plantas, un verdadero maestro que podía impregnarle vida a un dibujo técnico lineal. Pasaron algunos meses. Cuando se creó el Directorio Técnico de la Feria de la Paz, el profesor me dijo que necesitaban dibujantes, que si me interesaba él podía recomendarme. «Claro que sí», le contesté. «Pero debo cuidar algunos detalles para evitar que se malinterprete mi decisión. Eso puede arreglarse… hablaré con Virgilio». Virgilio Pérez Bernal era el coordinador; y don Guillermo, el director, de un grupo de excelentes arquitectos dominicanos constituido por don José Antonio Caro, don Marcial y Leo Pou Ricart, vinculados con don Virgilio Álvarez Pina, a la sazón gobernador civil del Distrito Nacional. Se había dispuesto un gran

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salón de la Gobernación, en la calle Benito Monción para que funcionaran los talleres de dibujo y se realizara la coordinación necesaria para la realización de esa gran obra. Hace relativamente corto tiempo que se conocieron las memorias póstumas de don Virgilio Álvarez Pina. Me asombró que sólo dedicara cuatro o cinco páginas a la Feria que él coordinó y dirigió. El Directorio Técnico era un equipo excepcional. Pero al mismo tiempo era numeroso y con personalidades distintas. Sin embargo, allí imperó la coordinación y el respeto. Hubo algunas decisiones que fueron cruciales para el buen éxito de las obras. Recuerdo cuando don Guillermo propuso y fue aceptado, que todas las obras, mantuvieran un módulo básico de seis metros por seis metros. Esta decisión facilitaría que todas las vigueras de acero (Truscon) pudieran ser pedidas con anticipación y no hubiera escasez. Además, se logró la participación de un equipo de «falleros valencianos» que realizaron un trabajo impresionante, confeccionando aparadores, exhibidores de todo tipo que dieron carácter ferial a todo el conjunto. Sobresaliente por lo poco aparatosa, aunque luminosa participación del arquitecto González que no faltó nunca con las soluciones arquitectónicas de las edificaciones. Desde la entrada norte del conjunto, los edificios del Ayuntamiento, el Congreso Nacional, la Secretaría de Interior y Policía, la Secretaría de Agricultura (incendiada años más tarde), el Consejo Estatal del Azúcar, el Templo de la Paz, en todos estaba la mano del arquitecto González que hizo funcionar con fluidez y a tiempo todo el trabajo de diseño y supervisión. Cuando pareció que el tiempo sería insuficiente y se planteó una prórroga, la respuesta fue… adelantar la fecha de inauguración. Siempre voy a recordar la actitud de don Guillermo frente a las contingencias. Se ponía por encima y por lo menos en apariencia nunca perdió la calma. Un día nos encontramos en la terraza o porche del edificio de la Gobernación en la plaza INAVI. Tenía su automóvil detenido en la entrada y coincidiendo con él le dije: «Me gusta su carro, profesor». «¡Ah!, es que está diseñado por Raymond Lowey, un genio francés que vive y trabaja en los Estados Unidos, ha diseñado desde etiquetas y envases de muchos productos hasta las máquinas de envasar los productos, desde vagones pullman de trenes, hasta locomotoras. Es un verdadero genio». No sé por qué, pero repentinamente se refirió a su economía diciendo: «Hay clientes que no se acercan… pensando que algo mío les costará más caro… no es así, ¡yo estoy dispuesto a trabajar y hacer lo que sea!». Ese día también abundó sobre don Leonte y me dijo: «A Leonte le debo yo mucho más de lo que nadie puede imaginar». No olvido esa tarde, tenía muchos deseos de hablar. En 1958, cuando don Guillermo regresa a la Universidad de Santo Domingo, le recuerdo atendiendo las inquietudes estudiantiles y preguntas como: «Profesor, ¿qué opina usted de copiar? Esta escalera pretende ser una réplica que recuerda la escalera de acceso a los baños de la terraza playera del Hotel Hamaca en Boca Chica». Y con la sabiduría y humor que le caracterizaban nos respondó: «Bueno, copiar en sí no es malo… pero hay que saber copiar». Estaba al día en la lectura de revistas y documentos. Nos hablaba de lugares, de proporciones. Para él la mejor escalera debía estar configurada con una contrahuella de 16 cms. y una huella de 32 cms. Y lo fundamental en el diseño eran las proporciones relacionadas a la figura humana. En una ocasión le preguntamos: «Profesor, ¿y qué opina usted sobre las pérgolas, calados, recubrimientos decorativos y demás detalles?». Proliferaban calados escultóricos decorativos que dejaban pasar el aire pero no la visual. Nos dijo: «Bueno... yo no sé cómo consiguen que se los paguen…. Porque a mí no». En 1950 finalizaba una década que había incluido las obras del Centenario de la República. Algunas firmas y sociedades de ingenieros y arquitectos competían en un mercado limitado en la construcción, Juan Isidro Bernal y Alberto Bonnet estaban diluyéndose, y surgía Reid & Reyes, jóvenes creativos, innovadores, que introdujeron pérgolas, recubrimientos y otros detalles arquitectónicos que fascinaban a los estudiantes. Era novedoso y agradable, pero estaba fuera del rigor de los planteamientos sobrios, equilibrados, funcionales acostumbrados por el maestro. Entre tanto el maestro seguía iluminando dibujos, con sombras o lápices de colores con magistral seguridad. Una tarde, en 1964, estábamos en el taller de dibujo, eramos muy pocos estudiantes en la facultad. A través del ventanal orientado hacia el este llegaba el bramido de una multitud que estaba reunida en el Parque Independencia en una manifestación. Don Guillermo oía y con un gesto que reflejaba profunda pena comentó: «¡Cuánto entusiasmo, cuántas esperanzas… los matan y después les hacen monumentos!» La última vez que vi al profesor quería que le dibujara la planta de una casa que no se realizó y me había pedido que fuera a su segunda casa que compartía con Pucha. Allí fue cordial, estaba contento, y me enseñó con orgullo un retrato dibujado con lápices de colores que había hecho de su amiga. Arriba, vista reciente del Edificio González, en la calle Crucero Ahrens, Gazcue (1950); en el medio, vista aérea del eje norte-sur de la Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre (1955); y debajo, Guillermo González con su automóvil, diseñado por Raymond Lowey, posando en frente del Hotel Jaragua.

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Nuestro Guillermo Francisco «Cuqui» Batista El tiempo de vida de Guillermo González Sánchez estuvo definido por el ideal del «arte como lugar de la verdad». Bajo este enfoque podremos enjuiciar adecuadamente a nuestro Guillermo apodado «La Cuaba», cuando aún no sabíamos compararlo con el «Le Corbusier», otro apodo para nuestro Guillermo, emulando así a nuestra poetisa Salomé Ureña de Henríquez cuando se refería a su hijo Pedro Henríquez Ureña, como nuestro Pedro, haciendo colectivo el orgullo que de ella se desprendía al mencionar a su hijo. Algo similar ocurre cuando, los que entendemos el oficio urbano arquitectónico, evocamos o mencionamos o enjuiciamos con orgullo a nuestra «Cuaba», Guillermo González Sánchez. A la par recordamos a su hermano Alfredo, no menos querido, y a su asistente Papeyo Catrain, hermano de César y Pucho, cuñado de nuestro amigo y compañero de universidad Pedro Pablo Bonilla Portalatín, primo de Aída Cartagena Portalatín con quien teníamos asiento en una peña artística los domingos en la mañana, donde el arte era entronado como lugar de la verdad.

Francisco Manuel «Cuqui» Batista Bisonó Francisco Manuel «Cuqui» Batista Bisonó nace en 1925 en Santiago de los Caballeros, R.D., y estudia Ingeniería y Arquitectura en la Universidad Santo Tomas de Aquino en 1945. Es llamado a colaborar en la oficina de Henri Gazón Bona en 1947, donde se relaciona con Bonelly, Caro, Piña, Castillo, Manzano, Molina, Farías De los Santos, Frómeta, Alejandro Martínez, D’ Alesandro, Álvarez Pina. Con Bernal y Bonet, Pérez Ramírez, Pepe Bonilla, Hatton Curiel, Alfredo Manzano, Ernesto Musa, Borras Logroño, Martínez Brea en el Palacio Bellas Artes, Mario Penzo en los puentes de la Duarte, Luis Bonet, Truebas, Anselmo Paulino. En 1959-60 pasa el invierno en Montreal. Entre 1960-2000 reside en la ciudad de Santiago de los Caballeros, junto a Mera Muñoz Fondeur. Luego, entre 20002015, investiga y escribe sobre el proceso de diseño urbano arquitectónico asísmico a conformar las ciudades futuras. Da respuesta a la carta de Atenas de Le Corbusier, apostilla la carta de Beijing, y redacta el proceso de diseño en función del Tao. Cuqui Batista viajó con el obispo Polanco Brito observando universidades y firmas de diseño norteamericanas, donde conoció a Gropius en Harvard Yard. Asimismo viaja a Portugal, España, Francia, Inglaterra y Alemania visitando fábricas para la industria cigarrillera; y visita las intalaciones deportivas de Múnich en 1972. Cuqui Batista ha recibido importantes reconocimientos, entre ellos: la Sociedad de Arquitectos lo declara «Patrimonio Viviente de la Arquitectura Dominicana»; la Escuela de Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra lo nombra «Gran Maestro de la Arquitectura Dominicana»; y la fundación Jóvenes en Desarrollo lo consagran «Ícono de la Arquitectura Dominicana». También recibe el reconocimiento William Reid Cabral y el del logo del CODIA en sus 50 años. Su mayor satisfacción en el oficio fue ser aceptado por Guillermo González Sánchez. Es miembro fundador de la Organización del Gran Caribe para los Monumentos y los Sitios (CARIMOS), y ha sido distinguido como jurado de la Bienal de Arquitectura Dominicana.

Seguimos preguntándonos cómo podremos hablar adecuadamente sobre este hombre cuya presencia era pura expresión de arquitectura moderna; cómo la creíamos en ese tiempo; y cómo la hacía excelente Guillermo González Sánchez. «La Cuaba» al decir de los que a él tenían que reportar con eficiencia, o evidencia de trucos y conceptos expuestos como croquis de solución en la loggia, o veranda taller de dibujo de la Universidad Santo Tomás de Aquino de la entonces Ciudad Trujillo, hoy vuelta a bautizar como Santo Domingo; y en el quinquenio 1945-1950 donde nos tocó verlo actuar como ídolo o ejemplo significante de la profesión arquitectónica dominicana. Guillermo buscaba la perfección y la funcionalidad en el enfoque, corregía a cada alumno en particular, tratando de entender la solución propuesta por el estudiante y dibujando él mismo, sobre el croquis, otras alternativas. De ahí el mote de «La Cuaba», astilla de madera para antorcha. En aquellos días los alumnos llegaban a conocer bien a los profesores compartiendo con ellos fuera de clases. Así lográbamos seguir a Guillermo en sus apreciaciones de lo que era óptimo en proporciones o disposiciones. Diferente al profesor don Humberto Ruiz Castillo, buen maestro, quien nos neutralizaba trayéndonos problemas de diseño suyos. Humberto solicitaba y aceptaba soluciones, rápidas, muchas para su labor privada. Guillermo buscaba proporción compositiva global desde la proporción anímica de la forma de las plantas y las elevaciones y sus horadaciones. Así Guillermo era un esteta en ejercicio de imagen pulcra. Desde sus zapatos blancos y sus modales y opiniones. La existencia y presencia de Guillermo González Sánchez era siempre novedad, un activo y compuesto artefacto perfeccionista sin jactancias ni pretensiones, que podríamos sintetizar como el arquitecto universal ideal. Guillermo siempre nos dio la impresión de estar abierto al futuro, verlo actuar en su discreto discurrir como maestro, sin distancia para sus alumnos a quienes dibuja sobre sus trabajos y los reproducía, ya corregidos. Desde la misma piscina de El Jaragua, generaba seguidores y admiradores. Nosotros íbamos a diario entre 11 y 12 del mediodía a la piscina a tomar una ginebra con limón, más que todo por el ambiente, acompañados por el compañero de universidad Andrés Gómez Du Breil, identificados con el criterio de búsqueda plástica pautado por Guillermo. Guillermo tenía en ese tiempo su oficina en el Edificio Copello; luego la vendió o cedió a Frank Hatton Curiel, donde íbamos los sábados a oír jazz, un pequeño grupo. En el Copello asistíamos a la oficina de Pepe Bonilla, allí compartíamos también con Pérez Ramírez, ingeniero que fue a Francia a estudiar arquitectura; allí conocimos a Alfredo, hermano y socio de Guillermo, y a su asistente Papeyo Catrain. Ahí conversábamos los sábados. Todos entendían que Guillermo se esforzaba en la búsqueda del dominio del oficio de arquitectura. En esa oficina de Guillermo en el Copello había una gran colección de revistas entre las que predominaba la americana Architectural Record y la Pencil Point. En esa colección estaba plasmada la evolución de la modernidad, que surge como existencia de la densidad poblacional y no solamente como un estilo basado en el despojo de aderezos, como quiso ser visto lo moderno. En verdad y con amplitud de miras decimos que aún no ha llegado científicamente a lo que originalmente quiso ser, tema que exige ser conceptualizado y resuelto. El mundo de Guillermo se desarrolló en el tiempo de apogeo de lo moderno y así discurrió su vida de manera satisfactoria de hombre realizado y admirado, dentro de un mundo de arte visible, arquitectónico, como refugio de todo el arte complementario, como es aún considerado por muchos en el mundo. Hoy el ambiente en toda la superficie de la tierra reclama que la solución urbana arquitectónica sea llevada a un plano científico, y así también su aspecto económico, en todo el universo. El caos imperante reclama al hombre intelectual aplicar a fondo todo el conocimiento adquirido, pues manteniendo el modo tradicional, nos destruiremos. Guillermo violentaba esa rutina compositiva con sus aportaciones, que podemos definir como producto de una selección de signos, o de asociaciones funcionales y estéticas. Un ejemplo lo constituye la escalera en la esquina oeste del cuerpo de sala en el Hotel Jaragua original, luego consagrado como símbolo del Grupo Nueva Arquitectura, inicialmente signo funcional en el pabellón de la Ford en la Feria Mundial de Nueva York en 1939. Este dato es solo un punto en el largo trazo ejemplar que sentimos provenir de nuestro Guillermo dentro del ámbito ético-estético para el análisis o la crítica urbano-arquitectónica dominicana. Guillermo González Sánchez deviene símbolo inicial de búsqueda urbana arquitectónica en República Dominicana. Así podemos identificar a Guillermo como nuestra esencia técnica moderna. Buscaba la verdad orientadora. En una ocasión en la que lo saludé en la papelería de Vela Germán, comentó que uno de mis proyectos parecía hecho por él, a lo que agregó: «Donde yo estoy, tú cabes». Luego de este comentario me creí bien orientado en mi búsqueda en el campo arquitectónico. Para la Feria de la Paz, Pepe Bonilla, asimilado a la familia Trujillo Martínez como amigo de Ramfis y asistente de doña María, tenía terrenos y proyectos, había esbozado unos seis edificios para ese evento, pero como era común y aceptado en ese tiempo, fue dejado a un lado.

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Guillermo nos encuentra un día en La Casa del Ingeniero, de Vela Germán, y nos pregunta la razón por la cual el edificio del Ayuntamiento diseñado para Pepecito Bonilla tenía el lado corto más largo que el lado largo del suyo. Le respondí que las dimensiones obedecían al número de los invitados que nos había suministrado Marco Gómez, presidente del Ayuntamiento. Dice Guillermo: «Correcto, hiciste un programa bien hecho, pero aun así». De nuevo respondo que el exceso provino del ambiente protocolar que exigía la diplomacia. Acepta y asevera diciendo: «También introduces el protocolo». Así Guillermo nos confirma el criterio elegido para generar las áreas para el equipamiento y el protocolo de uso, demostrando estar al tanto de la esencia del oficio. En ese momento, me invita a ir a dibujar con él a su taller, a lo que respondí que mi estimación y compromiso con Pepe Bonilla lo impedía. Mucho tiempo después Guillermo hace para Juan Bernal unos apartamentos. Juan encarga a Alfredo Manzano la estructura; Alfredo Manzano, Pepe y Dionis habíamos coincidido en la universidad. En ese tiempo teníamos una oficina con Alfredo, la M+B. Dionis, era hermano de Juan y me había solicitado que le dibujase durante el horario de trabajo de Bernal y Bonet. Alfredo me dice que al aplicar la teoría de sismo el edificio sería inestable y que debía modificar la solución. Le ofrezco ir donde Guillermo y solicitarle el cambio, a lo que me responde que a Juan le urge el proyecto y el dueño era caprichoso y podía abandonarlo. Lo cambiamos, organizando la continuidad de los muros y al entregarlo a Guillermo, Juan mira el proyecto y dice que habíamos dibujado la estructura sin cambios de formato, letras, tarjeta, ni leyendas, que parecía todo hecho por Guillermo; yo apunté que no faltaba ni un punto. Guillermo dibujaba la «o» con dos trazos y un punto central, (.); y cortaba los trazos de sus características mochetas, y punteaba las paredes exteriores y «n» detalles más. Guillermo calla, otorga, pero al despedirnos, me llama, me acerco y me dice, discretamente y solo a mí: «Cuqui, yo creía que sabías contar». Me quedé con la interrogante de saber por qué lo decía, y luego en la oficina M+B, cuando comparé nuestra solución con la de Guillermo, me percaté que habíamos puesto un apartamento más. Este dato confirmó nuestro criterio de que la ética y la estética anidaban en Guillermo. Otra lección suya fue en ocasión de la encomienda que me hiciera el obispo Polanco Brito al pedirme llevar al arquitecto norteamericano Harry Ramson de la Universidad de Rice, en Houston, a la Universidad de Santo Domingo, donde Guillermo y un grupo planificaban entonces el campus. Reaccioné indignado ante el obispo explicándole que era ilógico que un arquitecto quisiese explicar a un extraño sus proyectos. El obispo me respondió que pensaba lo mismo pero que había que hacerlo y solo contaba conmigo para esa labor. Fuimos el amigo norteamericano y yo, él hablaba bien el español, nos habíamos conocido en Rice. Por los rigores de la dictadura, un militar cuidaba la puerta donde se encontraba en reunión de trabajo Guillermo y su grupo de ayudantes. Le enseño mi cédula de identidad al militar y le pido me deje pasar a la reunión. Y para mi mayor aprieto, a toda voz, le anuncia el militar a Guillermo: «Por encargo del obispo Polanco, Cuqui Batista trae a un norteamericano que desea “enterarse” de la planificación de este campus». Guillermo responde al militar: «Hágalo pasar». Le explica al norteamericano el croquis sobre la mesa, termina y levantando la mano en señal de saludo me dice: «Cuqui, donde yo estoy, tú cabes». Para Guillermo el oficio era primero, era singular, esencia fundamental, él tenía esa visión y la aceptaba en otros, tenía el criterio de que la demanda orientaba la exigencia, y hoy Guillermo habría dado los pasos que venimos intentando e insistiendo sin ser oídos en el mundo arquitectónico. Lamentamos no tener un Guillermo en este tiempo, así como no haberle hecho caso cuando nos invitó a ir con él a dibujar para el proyecto de la Feria. El poder creador de Guillermo da auge al Santo Domingo destruido por el ciclón San Zenón en 1930 y, sobre el lugar de la zona común de los muertos, proyectó el Parque Ramfis, un hito o nodo citadino en Ciudad Trujillo donde disfruté mis vacaciones de 1937. Quizás oímos el nombre de Guillermo por primera vez hace ahora 77 años vinculado a ese nodo estético. La ética profesional en tiempo de Guillermo impedía anunciarse y el modernismo adoptado por él como lógica compositiva le quitaba clientes que optaban por irse con otros arquitectos, especializados en composiciones neohispánicas. Un haitiano diplomático llegado y desaparecido de Ciudad Trujillo nos contactó para contratarnos; expuso una zapata en Cabo Haitiano y dijo habernos preferido luego de ver los proyectos de Caro y de Guillermo. Le dije lo equivocado que estaba al decidir marginarlos, que yo conocía bien la calidad de Guillermo y había trabajado para José Antonio; que Guillermo era un esteta y José Antonio más culto en cuanto al mundo global del arte general y la historia, y que yo estaba en tercer lugar. Aun así el señor de Cabo Haitiano me dijo que era el elegido, que tenía tres opciones para cobrarle: «Unos cuchillos para tirar, un par de colmillos grabados, y una caja de vino chateaux». Acepté la caja de vinos. Podríamos resumir que Guillermo buscaba la proporción y la armonía aunadas en planos y elevaciones, y que lo que hacía o dibujaba no tenía partes o etapas de solución, sino que generaba un todo coherente, unísono o unitario, y de ahí provenía la síntesis funcional, al observar la imagen resultante en planta y elevación, y captar su efecto de logro o falta de unidad. Por esa razón, punteaba la superficie resultante de esos límites para que así resaltara en el papel, concentrara su efecto de imagen dinámica o ente comunicador de solución, disposición o arreglo, en búsqueda de unidad ética-estética, contentiva de todo el desprendimiento que exigía el espíritu moderno de la época, y que sin embargo arrastraba como en todo conocimiento, un alma o aval subyacente, que nos cuestionábamos. Así debemos extendernos hasta el ejemplo de nuestro Guillermo González Sánchez, al celebrar sus noviembres de vida cada nuevo año: nació un noviembre 3 de 1900, y nos dejó un noviembre 13 de 1970, a sus 70 años y 10 días de haber sido un hombre de acción y vivencias, de búsqueda fundamental del quehacer creativo. Guillermo ha dejado su estela, ha dejado su trabajo y ejemplo imperecedero; triunfando en el mundo elegido, satisfecho dentro del campo de acción preferido; consciente del valor de su trabajo. Así la muerte no afecta al Guillermo ya consagrado, sino a la profesión urbano arquitectónica que venía cultivando, con el esfuerzo que mostraba a sus seguidores. Su muerte física nos privó del vivo ejemplo en que logró constituirse, su muerte no fue el final de su pensar innovador, sino el inicio definible para que otros continuaran su actuación.

Arriba, vista del Edificio Copello, en la calle El Conde, Ciudad Colonial (1938); en el medio, vista de la escalinata del Hotel Jaragua —símbolo del Grupo Nueva Arquitectura—; y debajo, vista original del Parque Infantil Ramfis (1936-1937).

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Interpretando a Guillermo González Omar Rancier La obra de GG la conocí en mis años de estudio probablemente en la cátedra de composición I con el profesor Doy Gautier. Sin embargo lo redescubrí a plenitud durante los años 80 cuando desde el Grupo Nueva Arquitectura desarrollábamos, Emilio Brea, Gustavo «Cuquito» Moré y yo, aquella memorable campaña para salvar el Hotel Jaragua demolido innecesariamente en 1982 producto de una decisión más política que de otra índole. Posteriormente, Moré edita la tercera revista de Arquivox del GNA dedicada a González, lo que permitió que se iniciara un ciclo de redescubrimiento del arquitecto de El Jaragua y de la Feria.

Luis Omar Rancier Valdez Luis Omar Rancier Valdez es arquitecto egresado en 1979 de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, con una maestría en Desarrollo Territorial y Urbano Sostenible, en la IGlobal / Universidad de Salamanca, en 2010-2011. Entre 2007 y 2011 Omar Rancier fue presidente del Comité Dominicano del ICOMOS; y en 2012, fue profesor tanto de la Maestría de Desarrollo Urbano y Territorial Sostenible de la Universidad de Salamanca y el Instituto Global de Altos Estudios y Ciencias Sociales, como de la Maestría en Planificación Urbana y Gestión Municipal de la PUCMM, Recinto Santo Domingo. Actualmente el Arquitecto Rancier es decano de la Facultad de Arquitectura y Artes de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU), y encargado del Departamento de Formulación de Políticas, Planes y Proyectos de Ordenamiento y Desarrollo Territorial de la Dirección General de Ordenamiento y Desarrollo Territorial de Santo Domingo. Además es presidente del Grupo Nueva Arquitectura, miembro fundador de la Sociedad de Arquitectos de la República Dominicana, y editor del blog PeNéLopE (www.rancier-penelope.blogspot.com). Ha sido conferencista en Santo Domingo, Santiago, Puerto Plata, San Pedro de Macorís, La Romana y La Vega; así como en Quito, Ecuador; Fort de France, Martinica; Pointe-a-Pitre, Guadalupe; San Juan Puerto Rico; Santiago de Cuba y San José de Costa Rica. Entre sus publicaciones, fue ensayista invitado del libro Arquitectos Latinoamericanos Siglo XXI (BANAMEX, 2006); coautor del libro 60 años de Arquitectura y Artes (Banco Central de la República Dominicana, 2007); autor del capítulo sobre la Arquitectura de la Era de Trujillo, en el proyecto de Historia Social del Pueblo Dominicano del Archivo General de la Nación y la Academia Dominicana de la Historia; y editor y ensayista del libro Arquitectura en el Trayecto del Sol (Laboratorio de Arquitectura Dominicana, 2014). El arquitecto Rancier recibió en 1995 la Medalla Armando Mestre, otorgada por el gobierno de Cuba a través de la UNAICC; y en 2003, el Premio Internacional Henry Klumb otorgado por el Colegio de Arquitectos y Arquitectos Paisajistas de Puerto Rico.

El estudio de la obra de González me permitió reconocer el valor de sus diseños, que trasciende la obra de los precursores, en su escala y en sus exploraciones estéticas y espaciales, y que, definitivamente introdujeron la modernidad del «racionalismo mural», como lo describiera Eugenio Pérez Montás, en su artículo en la revista del CODIA publicada a raíz de su muerte. Sin embargo una visión más minuciosa de la obra de González nos muestra un proceso de consolidación en su formación como arquitecto moderno que inclusive fue capaz de explorar, al final de su vida, la posmodernidad en uno de sus diseños, eso hay que reconocerlo, más pobres y cuestionables. Asímismo, nos percatamos de lo que he llamado «versatilidad estilística», producto tanto de su formación tradicional en la Universidad de Yale, como en el manejo de las formas modernas. Este ensayo tratará de mostrar ese desarrollo in crescendo de un arquitecto que ha devenido un referente incomprendido. Un arquitecto clásico La Yale School of Fine Arts, como todas las escuelas de arquitectura de la época exceptuando a la Bauhaus de Gropius, estaba adscrita a la metodología de las Beaux Arts. Se aprendía arquitectura estudiando los modelos clásicos y bajo la tutoría de un maestro que manejaba su propio taller. No es raro entonces entender que el método de enseñanza de Guillermo fuera algo similar a aquel aprendizaje Beaux Arts que tuvo, como lo han expresado algunos arquitectos que lo tuvieron como profesor en las aulas de la Universidad de Santo Domingo primero, y en la Escuela de Arquitectura y Urbanismo de la recién formada —hablamos de 1966— Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña, al final de su vida. De sus trabajos universitarios solamente conocemos los dibujos de su proyecto de grado, un Ayuntamiento para la ciudad de Santo Domingo, donde se destaca el lenguaje que localmente hemos llamado neohispánico, y la torre del Ayuntamiento, que posteriormente rescata en su Palacio del Ayuntamiento del Distrito Nacional emplazado en diálogo con el Palacio del Congreso en el escenario central de la Feria de La Paz y Confraternidad del Mundo Libre, con los que Trujillo celebrara sus veinticinco años de dictadura. Aquel proyecto de grado muestra, como evidencian sus magníficos dibujos a mano alzada de su viaje a través de Europa, a un González seguro del manejo de los códigos tradicionales aprendidos con sus maestros en Yale. Seguridad que se encuentra en algunos de sus proyectos habitacionales que le construyera a la conservadora burguesía de la época, domesticada por el control férreo de Trujillo. En algún momento declaró que para las viviendas consideraba el lenguaje tradicional como el más adecuado, aunque alguna de sus mejores piezas modernas son viviendas. Ese clasicismo lo expresa González en sus primeras obras realizadas a su retorno al país, primero en la llamada «casita de madera», primera obra que construye el flamante arquitecto en el país. Aquella era una especie de cottage muy simple y muy armoniosamente articulada en sus volúmenes. Y sobre todo en la axialidad clásica de su Parque Ramfis, actual Parque Eugenio María de Hostos, de 1937, cuando ganara el concurso para diseñar una plaza en los terrenos de la llamada Plaza Colombina, situada en el área de la Sabana del Estado, donde se dispusieran en fosas colectivas los cadáveres de las víctimas del ciclón de San Zenón que azotara la ciudad a pocas semanas de la toma del poder por parte de Rafael Leonidas Trujillo Molina, en septiembre de 1930. El parque, de una estructura totalmente simétrica a partir de los ejes clásicos, se despliega escalonadamente abriendo un panorama inusitado en aquellos años hacia el temido mar Caribe. Este espacio da a la ciudad un sentido a la vez cívico y monumental y se constituye, al articularse con otros símbolos del trujillato, en el inicio de una secuencia urbana memorable y que ha sido explotada por todos los gobiernos desde Trujillo a Fernández, como el escenario del despliegue del poder y de lo lúdico, de lo militar y de lo cívico, el ágora por excelencia de la ciudad de Santo Domingo: el malecón, o paseo costanero, como lo llamaron Arístides García Mella, ideólogo del proyecto por los años de 1924, y Ramón Báez López-Penha, su constructor a partir de 1930. Este entorno que se inicia con el conjunto el parque, el obelisco con que se conmemora el infame cambio de nombre de la ciudad de Santo Domingo a Ciudad Trujillo, el Palacio del Partido Dominicano y el monumento a la independencia financia o monumento Trujillo-Hull (conocido por el imaginario popular como el «obelisco hembra»). El malecón, curiosamente, se constituyó en el escenario de las principales obras de González, en sentido este-oeste: el Parque Ramfis, al inicio; el Hotel Jaragua, El Jaragüita y el Casino de Güibia en el medio; y la Feria al final, desarrollada con un definido partido urbano clásico y una arquitectura decididamente moderna. El arquitecto moderno Se ha dicho que Guillermo González conoce las propuestas modernas en su viaje a Europa que se ganara como premio de la famosa beca Fontainebleu, que compartiera con otros tres estudiantes norteamericanos, siendo él el único latinoamericano. En 1930 aún faltaban dos años para que Philip Johnson y Henry-Rusell Hitchcock publicaran El Estilo Internacional, catálogo de la exposición que

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con el mismo título montaran en el MoMA y que diera a conocer el moderno en Norteamérica, mientras que en Europa desde 1911 Gropius definía la modernidad con su fábrica Fagus, diseñada conjuntamente con Adolf Meyer y el mismo Gropius funda la Bauhaus en 1919; en los alegres 20, Le Corbusier, esa extraña figura de traje oscuro que pasaba montado en bicicleta frente al bar donde Gris llevaba a sus amigos para que vieran aquel espectáculo, diseña sus villas, la Saboye y famosa villa Stein en Garches, que tan certeramente Colín Rowe analizara, y donde quedan implícitos sus famosos cinco puntos para una arquitectura moderna (estructura sobre pilotos, planta libre, fachada libre, fenêtres au longeur y techo jardín). En los Estados Unidos reinaba Wright y su arquitectura orgánica, «el mejor arquitecto norteamericano del siglo XIX» como decía irónicamente Phillip Johnson, un arquitecto del cual González hablaba poco. En los años veinte la arquitectura moderna la hacía en los Estados Unidos Richard Neutra, muy estimado por González, quien desde 1927 había emigrado de Europa y quien visitará en 1945 nuestro país y declarara que El Jaragua y los edificios de la Ciudad Universitaria eran «tan buenos como los mejores de Europa». Como fuera que fuese, Guillermo desarrolló una destreza y una comprensión del moderno que se manifestó en sus obras, sobre todo en las obras institucionales y en algunas privadas. El 16 de agosto de 1939 se inaugura en la calle El Conde esquina Sánchez de la Ciudad Colonial de Santo Domingo —llamada Ciudad Trujillo desde 1936— el Edificio Copello. El Conde era la calle más cosmopolita de la ciudad y alojaba una serie de edificaciones que marcaban el desarrollo de una ingente burguesía comercial que se expresaba en los primeros edificios de varios niveles que utilizaban el nuevo material del hormigón armado. El Copello venía a competir con los edificios Baquero y Diez del boricua Benigno Trueba y a su bello discurso ecléctico le opone el racionalismo mural... y los cinco puntos de Le Corbusier para una arquitectura moderna. El volumen cúbico con la horizontalidad acentuada por las tiras de ventanas, blanco, funcionalmente articulado y flexible en su concepción espacial, marcó el punto de partida oficial de la modernidad en la controlada Santo Domingo-Ciudad Trujillo, entrando primero en el imaginario popular por la leyenda urbana de las morocotas de oro que aparecieron entre las paredes de la vivienda colonial que ocupaba la esquina de El Conde con Sánchez. La belleza de sus proporciones, su vestíbulo iluminado por el pavés de vidrio de la fachada y su sencilla pero escultórica escalera se convirtieron en referencia obligada de lo moderno en el país. El único ausente de los puntos de Le Corbusier fue el techo jardín. Sin embargo una foto que muestra a González con su esposa y una amiga en el techo del edifico nos indican que estaba consciente de esta posibilidad. Este final de la década del treinta y el inicio de la década del cuarenta, marca el origen de la época moderna y más fecunda de Guillermo González, con el proyecto del Edificio Copello pero, sobre todo, con el diseño y construcción del mítico Hotel Jaragua, el de verdad, el de González. Inaugurado en 1942 en pleno auge de la Segunda Guerra Mundial, el Hotel Jaragua representa lo mejor de la modernidad no solo en la República Dominicana, gobernada por una dictadura sangrienta, sino en el área del Caribe, donde se constituyó en una referencia para otros hoteles. La exploración que emprende González en el Hotel Jaragua cubre otros aspectos que, quizás por su implantación urbana, no aparecen en el Copello. Desarrollado alrededor de un eje vertical definido por el volumen de circulación al cual se articulan, como aspas, tres cuerpos funcionalmente definidos y de diferentes alturas y lecturas formales. Es como una concreción tropicalizada del aforismo tomado por Sullivan a Horatio Greenough, «la forma sigue la función», y ejemplifica en su desarrollo volumétrico, muy semejante al desarrollo de la Bauhaus de Gropius, la sintaxis de la descomposición cuatridimensional que Bruno Zevi, en su código anticlásico, señala como una de las siete invariables del lenguaje de la arquitectura moderna y que introduce el tiempo como dimensión en la experiencia arquitectónica. He señalado en otra oportunidad cómo en los interiores de El Jaragua se expresa una especie de «contradicción adaptada» a lo Venturi en la superposición de elementos de una abigarrada tradicionalidad, como la gran lámpara del vestíbulo en un espacio nítidamente moderno. En la escala institucional otras dos obras de González se enmarcan en esa modernidad tropicalizada que de alguna manera desarrolla el Hotel Hamaca, en la playa de Boca Chica, y el Palacio del Ayuntamiento en la Feria. El Hamaca es una interpretación casi literal de la máquina referencial de la modernidad: el trasatlántico. Articulado funcionalmente en dos cuerpos que se interceptan perpendicularmente, el cuerpo principal paralelo al mar y el otro, más pequeño pero integrado al cuerpo principal por la tira de ventanas, se adentra en la playa y flota sobre el agua clara de Boca Chica, de nuevo el racionalismo mural y las ventanas alargadas acentúan la modernidad de la edificación. El Palacio del Ayuntamiento responde más a la concepción, también corbusiana, del cubo horadado. De un esquema simétrico que se acentúa con los dos volúmenes bajos que flanquean el volumen principal, sin embargo, la Torre del Reloj, rescatada de su proyecto de grado, rompe sutilmente la simetría y juega a la contraposición de lo vertical frente a lo volumétrico. Las bandas horizontales en los frentes y los volúmenes de formas libres en el techo —de nuevo Le Corbusier— completan el compromiso moderno en una edificación de implantación clásica. De unos interiores exquisitamente modernos, que lamentablemente se han ido perdiendo como se perdió el primer piso transparente y se pierde la plaza frontal convertida en estacionamientos para unos concejales que no llegan a comprender el valor de ese espacio cívico que propuso González articulado a la fuente monumental y en eco, también corbusiano, con el Palacio del Congreso Nacional. El salón que fuera originalmente del Consejo, con su doble altura monumental, es uno de los interiores institucionales más impresionantes de la modernidad dominicana. En la escala doméstica, aunque diseñara una serie de viviendas en un lenguaje tradicional, produjo algunas de las viviendas modernas más representativas, casi todas desaparecidas. Entre las cuales cabe destacar las Casa Pichardo, o casa Telefunken, en la avenida Independencia, demolida para dar lugar al Malecón Center; y la Casa Schad, que ocupaba el lote donde se construyó el Museo de Historia Natural en la Plaza de la Cultura, ambas con el mismo esquema del volumen horizontal que vuela sobre la marquesina y el elemento continuo que enmarca el conjunto, en una sintaxis totalmente moderna.

Arriba, proyecto de tesis de Guillermo González en Yale de un Palacio Municipal para Santo Domingo (1930); nótese las similitudes entre la torre-campanario de su tesis y la posteriormente construida en el edificio del Palacio del Ayuntamiento en la Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre (1955). Nótese asimismo la axialidad clásica del Parque Infantil Ramfis (1936-1937) y la monumentalidad del edifico del Congreso Nacional (1955) en la Feria, hoy Centro de los Héroes.

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Algunas de sus viviendas constituyen una síntesis magistral de los dos lenguajes asumidos por González, la volumétrica moderna y los detalles tradicionales, como sucedía con la desaparecida casa de Gisela Velázquez de Troncoso en la avenida Bolívar, en el solar que ocupa actualmente el Templo Mormón. Las influencias en GG Obviamente que las primeras influencias que recibe González son las propias del sistema de enseñanza clásico. Previo a estudiar Arquitectura, Guillermo estudia artes y dibujo, siempre dentro de la metodología de la Beaux Arts. Su encuentro con la modernidad se asume que lo hace en su viaje a Europa; sin embargo, ninguno de los dibujos de su libreta de viaje es de arquitectura moderna. Guillermo González trabajó en oficinas profesionales, tanto en España, «donde dejara algunas maravillas de arquitectura andaluza» y donde pudo haber perfeccionado su destreza con la arquitectura tradicional, como en los Estados Unidos, donde trabaja con Edward Durell Stone, calificado como moderno historicista. Con Durell parece que le unió, además, una buena amistad y se han publicado fotos donde aparece Durell Stone visitando alguna de las obras de González en el país. Hasta ese momento se desconocía que Durell Stone visitara Santo Domingo. De Durell identificamos en la obra de González el tema de la terraza techada con una losa perforada con agujeros circulares que crean un patrón de luz y sombra hasta cierto punto muy tropical. Es evidente la deuda de GG con Le Corbusier y con Gropius, como hemos señalado. Sin embargo González nunca fue muy dado a la arquitectura orgánica de Wright. Su apuesta fue siempre con el racionalismo mural. Un tema que debe ser estudiado en la arquitectura de González tiene que ver con la utilización de los brise soleil corbusianos y su preocupación por el clima, que se expresa en la forma en que fueron tratadas las fachadas de los edificios que se encuentran sobre la avenida central de la Feria. Los edificios con frente al este, con excepción del Ayuntamiento, fueron tratados con la técnica del curtain wall; los edificios con frente al oeste, desde el desaparecido edifico de Agricultura hasta el edificio del INDRHI, incluyendo el Congreso, se trataron sin excepción con un fuerte sistema de brise soleils. Versatilidad estilística Por su formación Guillermo González dominó con mucha maestría el lenguaje clásico y por elección dominó igualmente el lenguaje moderno y usó ambos a discreción de una manera muy acertada. A esta elección de lenguajes he llamado «versatilidad estilística», término que he considerado más adecuado que el del «doble código» que supondría la formulación de un discurso, y que lo he reservado para designar una de las estrategias propias de las dictaduras, y que Trujillo la usó a profusión para tratar de expresar lo moderno y democrático de su gobierno cuando fuera necesario, y al mismo tiempo la rigidez casi fascista cuando se imponía la razón de Estado. Una lectura comparativa al Jaragua de González, y al Palacio del Partido Dominicano, actual Ministerio de Cultura, de Gazón Bona, explica por sí solo este punto.

Tres bocetos, en papel de carta, de un anteproyecto para un hotel, «El Calamar». Cada esquema maneja un lenguaje diferente pero todos con patio central y volumetría similar: uno mezcla lo moderno y lo tradicional; otro es decididamente tradicional, neohispánico; y el tercero, de marcado carácter moderno en el mismo lenguaje del Hotel Hamaca. (AOR)

Guillermo, que decía sentirse más cómodo diseñando edificios institucionales que viviendas, manejó con sobrada destreza el lenguaje tradicional y el moderno en las viviendas que diseñó, como se explicara anteriormente. Sin embargo, un análisis de una serie de bocetos realizados sobre un papel de carta, demuestra esa contradicción aparente en el lenguaje arquitectónico de Guillermo y la elegancia y facilidad con que se manejaba en los diferentes esquemas. Se trata de un anteproyecto de un hotel, «El Calamar», y en la hoja se desarrollan tres esquemas del mismo, cada uno en un lenguaje diferente y siempre con la misma composición volumétrica y tipológica: volumen con patio central. Uno de los esquemas es decididamente tradicional, neohispánico, otro es moderno en el mismo lenguaje del Hotel Hamaca, y un tercero es una elegante mezcla de lo moderno y lo tradicional, como hizo en la residencia Peynado. Los dibujos, parecen unos esquemas explicativos, muy sencillos y nada comparable con los dibujos artísticos de González. No obstante, y es algo que me parece mucho más interesante que la versatilidad tradicional-moderna, si comparamos las dos obras mayores de González, el Hotel Jaragua de 1942 y el Palacio del Ayuntamiento de 1955, encontraremos otro tipo de versatilidad. En un análisis que realizara sobre este tema, escribí lo siguiente: «Por otro lado la versatilidad de nuestro arquitecto no se limita a contraponer el neohispánico frente al moderno, sino que dentro del estilo moderno manejó códigos diferentes. Eso lo observamos, precisamente, en sus dos obras más representativas: El Hotel Jaragua y el Palacio del Ayuntamiento. El Jaragua es una obra compuesta por volúmenes que se integran libremente, generando un ligero movimiento de rotación. O sea que se utilizó en su diseño la “sintaxis de la descomposición cuatridimensional”, que Zevi considera entre sus siete invariables de la arquitectura moderna en su libro El Lenguaje Moderno de la Arquitectura. Y ciertamente, El Jaragua, con sus volúmenes articulados, debía contemplarse desde diferentes puntos de vista para poder apreciarse totalmente. Por su parte el Palacio del Ayuntamiento expone una frontalidad total en su diseño. Es un prisma puro horadado y que presenta una centralidad tal que nos parece que el mejor punto de vista para apreciarlo es el frontal. Incluso los pabellones que se disponen simétricamente son tratados con una horizontalidad que refuerza la frontalidad del magnífico cuerpo central». Frontalidad versus rotación, clásico (tradicional) versus moderno, éstos son los escenarios que asume Guillermo González para desarrollar su obra, que es el escenario en que se desenvuelven las edificaciones en Santo Domingo en los treinta años de la dictadura y donde sí podemos identificar el doble código como una de las estrategias de control social trujillista, que fueron acompañadas por otras medidas más radicales como el cambio de nombre de la ciudad en 1936; la apropiación de

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la toponimia geográfica y urbana por parte del dictador y sus familiares, y la implantación de un nuevo centro urbano, la Feria de La Paz y Confraternidad del Mundo Libre, en 1955, estrategias que Ramón Martínez llamara muy apropiadamente «la construcción de un tubo semántico». Sobre el tema de GG y la modernidad, siempre me ha parecido relevante la foto de Guillermo en su Studebaker descapotable, dedicada al diseñador del auto, Raymond Lowey, uno de los grandes diseñadores industriales norteamericanos, en la cual testimonia su amistad y admiración. La imagen expresa, además, su compromiso con la modernidad. Al final de su vida Guillermo diseña una propuesta que en un momento califiqué como «despunte contextualista» y que Moré por su parte plantea que aquella obra, originalmente para el Bank of América en la calle El Conde, frente a la Catedral, «marca un cambio radical en su gusto y nos afirma una vez más la evolución sufrida en los últimos años de su carrera». La lectura es que GG hace con esta última obra un acercamiento al posmoderno, que en ese momento, 1966-1970, empezaba a consolidarse. En 1966 Venturi escribe su Complejidad y Contradicción en la Arquitectura; y Aldo Rossi, La Arquitectura de la Ciudad; en el CIAM X, el llamado Team X hace su crítica a la modernidad en 1956; y anteriormente los italianos habían comenzado su exploración sobre el historicismo con la Casa Zattere de Ignazio Gardella de 1954-58. Con esta obra GG demuestra que estaba al tanto de las discusiones sobre el cuestionamiento al moderno y hace lo que podría ser la primera obra posmoderna dominicana.

La importancia de Guillermo González en la panorámica de la arquitectura moderna dominicana Guillermo González es un referente obligado para estudiar la modernidad en la República Dominicana. Forma parte de la primera generación de arquitectos modernos dominicanos conjuntamente con José Antonio Caro, diplomado en Francia, Marcial y Leo Pou Ricart y Humberto Ruiz Castillo, diplomados en Bélgica junto a Miguel Hernández, y habría que mencionar a Henry Gazón Bona, formado en París, autor del matadero industrial, una de las mejores muestras de la arquitectura moderna en la dictadura de Trujillo, pero también el ideólogo de una especie de «arquitectura oficial trujillista». Los aportes de González, además de sus obras, se encuentran en las aulas universitarias donde se constituye en un modelo para el grupo que conformaría lo que he llamado la generación intermedia de arquitectos modernos dominicanos, entre los que se encuentran: Gai Vega, Billie Reid, Polin Espaillat, entre otros. Sin embargo, no fue lo que podríamos decir un catedrático propiamente dicho. Parco en el hablar, como dice Roberto Bergés en su artículo publicado en la revista CODIA 23 a raíz de la muerte de González: «...unos cuantos trazos de su privilegiada mano sobre el bosquejo de un ansioso estudiante valía más que mil palabras». GG fue el maestro que enseña a través de su obra. Muy rígido con sus estudiantes al punto de que era llamado «La Cuaba», comparándolo con la dura madera de pino resinoso muy usada en las cocinas de los años 40 y 50, según contara Cuqui Batista en una entrevista que se le realizara en la inauguración de la «Primera Bienal de Arquitectura de Santo Domingo, Guillermo González Sánchez», que organizara el Grupo Nueva Arquitectura en noviembre de 1986. La ingeniero doña Mercedes Sabater de Macarrulla, siempre contaba de un ejercicio de diseño que había asignado Guillermo y que cuando se sentó a corregirle insistía en incorporar al mismo una escalera monumental. Doña Mercedes terminaba diciendo que cuando el profesor terminó de corregirle, ella le pinto unas manchas rojas a la escalera que había dibujado González, y al preguntarle él qué era eso, ella le contestó: «¡La sangre de las personas que suban esa escalera!» Al final tuvo que incorporar la escalera. Su ejemplo era lo que contaba frente a sus alumnos y su obra permitió que en un país aislado se conociera la modernidad y sus arquitectos. Cuenta Bergés iniciando la docencia con Guillermo: «Uno de los primeros días escribió don Guillermo en la pizarra una larga serie de nombres y frases, y nos dice: “¿Conocen ustedes esos nombres?”. Insistió... “Si no los conocen, ¡no nos vamos a poder entender bien!”... Fue nuestro primer enfrentamiento —continua Bergés diciendo— con cosas que después se tornarían tan familiares como nuestros vecinos o compañeros de estudio. Así fuimos, suavemente compelidos, para no pasar vergüenza frente a nuestro profesor, a familiarizarnos con cosas y personas como art noveau, neo-plasticismo, Piet Mondrian,Theo Van Doesburg, Bauhaus, arquitectura racional y orgánica, Walter Gropius, CIAM, Mies van der Rohe, etc.». Me pregunto si no sería de esa experiencia que Bergés desarrollaría la cátedra de Asignación de Lecturas en la UNPHU que tanto han alabado sus alumnos.

Tres obras de Guillermo González, de marcado carácter moderno: de arriba a abajo, Hotel Jaragua (1939-1942); Hotel Hamaca, en Boca Chica (1949-1951); y Residencia Shad (1939).

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Apéndices • Traducción al inglés • Traducción al francés • Catálogo de obras y proyectos • Localización de obras y proyectos en Santo Domingo • Cronología 1900-1970 • Bibliografía • Índice onomástico • Índice de contenido

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Contents Presentation Preface: Notes from the distance Acknowledgments Introduction Chapter 1. First Act Chapter 2. The deep imprint of the Opera Prima Chapter 3. González & González Golden Age Chapter 4. Traditional Residences and Modern Habitat Chapter 5. Urbanism, Architecture & Academy Chapter 6. Last Act Chapter 7. Essays: Anecdotes of a Master

Sketches on the Sea: Guillermo González, Architect of Dominican Modernism Gustavo Luis Moré Presentation Our institution has been recognized since the earliest years of its conception and birth in the early 60s as an entity that democratizes financial services and an agent of change for the great transformations experienced by the country in its journey towards the twenty-first century. For more than five decades, Banco Popular Dominicano has materialized, through financial and human contributions, hundreds of thousands of success stories that have built the foundations of a modern society and helped to develop it in many ways, and that look to future opportunities for improvement with enthusiasm and plenitude of ideas. This path of action has also been reflected with pride in projecting our national identity through different initiatives that enrich our cultural heritage, such as the publication of books like this one. In particular, this new contribution to the country’s culture rescues the symbolic value of architecture as a symbol of transformation of cities, focusing, in our case, on the figure of Guillermo González, illustrious architect and father of modern Dominican architecture who settled in the Dominican Republic in the mid-30s. Early twentieth century architecture gave form and expression to a feeling of modernity shared by societies of the time. This was no different for the Dominican reality. Thanks to the vision and international experience of González, and to his prolific work carried out between the 1930s and 1960s, our country, particularly the capital city, enjoys paradigmatic works that have influenced later generations of our architects. This explains the profile of today’s architectural scene in the Dominican Republic. Therefore, this book has as its main theses that modern Santo Domingo’s identity is rooted in those beautiful architectural constructions: more than fifty works that were innovative and

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radical for their time, designed and implemented by Guillermo González. Simple, pure, harmonious buildings that emphasize their geometric personality and innovative functionalist positions, in contrast to the lush Caribbean urban spaces of the time. The Eugenio María de Hostos Park, the Copello Building, the Jaragua and the Hamaca Hotels, the Güibia Casino, the buildings that make up the original Centro de los Héroes, as well as notable examples of private residences, are a legacy that we should rescue from oblivion, preserve and make lustrous to reveal their grandeur to younger architects and society at large. In this regard, to be consistent with the passage of time, to amplify the message and to facilitate the enjoyment of the most characteristic works of Guillermo González, we also included in this publication digital access to an audiovisual application through a QR code that readers can scan and use from their mobile device. In a fun and interactive way, the works of the father of modern architecture are located on a map, giving interested users directions to visit them in their exact location and compare what remains of them to photographs and drawings illustrated in the book, and sound narration of what each of these buildings meant at the time. We are pleased to honor the hard work performed over several years by Gustavo Luis Moré, prominent architect and author of this volume, and his partners in researching, compiling and analyzing the presented documents, with the aim of presenting to readers, in the deserved magnitude, the work and legacy of Guillermo González, professor of generations and, therefore, of the architectural art in our country. We hope that the content of this book, along with the digital experience of this mobile application will be received with satisfaction by the public, and will awake readers’ interest in González’s work. Further, that it expresses the need to preserve an iconic architectural heritage that helps us to understand and grasp the concept of structure that characterizes the fundamentals of today’s Dominican city. Manuel A. Grullón Chairman, Banco Popular Dominicano Chairman, Grupo Popular Santo Domingo. August 2015 Preface: Notes from a distance My first visits to Santo Domingo were in October 1993, as part of my research on Latin American architecture, and in the following year, 1994, as a jury of the Santo Domingo’s Architecture Biennale. On these occasions, guided by Omar Rancier, Emilio Brea and Cuquito Moré, I encountered Guillermo González’s work for the first time. My friends were still painfully mourning the demolition of the Jaragua Hotel, and I barely had the chance to visit and photograph the Pichardo House and the Jaragüita, which were fully operational. During my short stays, I did the obligatory architectural tour of the historic center, the University campus and the Peace Fair. I am one of the privileged few who own the Arquivox issues, so difficult to find today. I also photographed some of its beautiful drawings and was charmed hearing anecdotes about Don Guillermo’s unrecognized skills. Since then, I strongly believe that GG was a great architect. As such, I gladly accepted the invitation to write the preface for this book, as essential as it is to Latin American architectural culture. My views and reflections are made from a distance. A geographical distance, which is not much, but above all, is a conceptual distance. I did not know GG personally, nor his everyday environment, nor the city in which he lived and

which he helped build, nor those who accompanied him, but I have the intimate complicity provided by the fact that I am Colombian and feel the Caribbean as part of my environment, allowing me to recognize the Dominican conditions and situations with much familiarity. The conceptual distance refers to the attempt—which is explained below—to place GG and his work within a broader context: the adventure of Latin American architecture in its task of building modernity. The first thing that jumps out is the fact that GG clearly belongs to the generation of the most outstanding and talented architects Latin American architecture has had.1 GG was born in 1900, the same year as Venezuelan Carlos Raul Villanueva; he was six years younger than Uruguayan Julio Vilamajó and German-Colombian Leopold Rother (born in 1894); two years older than Brazilian Lucio Costa and Mexican Luis Barragán (born in 1902); five older than German-Puerto Rican Henry Klumb and Mexican Juan O’Gorman (born in 1905); and seven older than Brazilian Oscar Niemeyer (born in 1907)… to name only some of the more outstanding ones. GG shared numerous features with this list of brilliant peers. Firstly, an education rooted in classical precepts with prominence in the sense of proportion, manifested in the elegance of his compositions, both plans and volumes. Secondly, a great sensitivity to the relationship between art and architecture, which manifested itself in two ways: his own drawings to capture the emotions of known architectures or his own creations, and the emergence of artistic elements, murals or sculpture, designed within his architectural production, in what became known as «plastic integration». Thirdly a vision of architecture as a quest for truth, in a lonely and difficult task in which ethics and aesthetics were identified. A reading of this book shows how GG possessed all three of these generational characteristics in a clear and forceful manner, in such a way that I think his drawings are of higher quality than the aforementioned generational colleagues. At the same time, GM had other characteristics particular to his temper and to the conditions that led him to practice his profession in an unprecedented way in the circumstances he had to live in and face. For his time and generation, GG has an exceptional element in his training, because it synthesizes three different modern architectural experiences: that of the U.S. (with emphasis on the eastern United States), the European (with emphasis on Scandinavia) and the Latin American (with emphasis on Brazil). In this sense, he is a Caribbean architect, as it is in the Caribbean where these three cultural aspects clearly meet. In Omar Rancier’s essay, included among the final anecdotes here, there is a separate chapter about other influences on GG. Let me add some notes to his reflections. From a conceptual distance, I see that GG takes from Eastern American architecture a practical sense of construction efficiency; from the Scandinavian side, he takes a proclivity for asceticism in composition of volumes and a tendency to large flat enclosure in the facades; and from Brazilian architecture, he adapts a climate sense and some plastics reasons (such as feathered with window façades and columns in V). This is, however, a simplified way of putting it, since the subject of GG’s influences is much more complex. The influences have three vehicles to be produced: his training (in this case, the U.S.), the thrill received in the direct experience of architecture (in this case, Scandinavia) and magazines and exhibitions (in this case, Brazil). Regarding the latter, thanks to Eugenio Pérez Montás’s essay, we know that GG had an extensive library and a collection of magazines, organized in folders, from which he drew whatever interested him. This practice, a habit German Leopoldo Rother, who worked in Bogotá, also had, reveals not only a person who is hungry for


constant updates, but a person who systematically analyzed and studied before digesting any news, or, as you can say more colloquially: he did not «swallow it whole». In fact, GM shows great personality in his preferences in architecture (such as the Stockholm City Hall, Ragnar Östberg) and sculpture (Carl Milles), instead of automatically following the «big names» or figures of style. The obvious skill he had to develop and refine his influences was mediated by his strong understanding of the place where he acted and his accused practicality, but also by the way he understood and practiced his profession. GG had the happy circumstance of having to design buildings that would be constructed immediately in a total expansion process of one or two years, with full control over all aspects of the process: initial planning, design, construction of the structure, enclosures, details and finishing, landscaping, furniture… I remember very well that Rogelio Salmona, the best architect Colombia has had, said that the only way to truly be an architect was making decisions in all phases of a project, and therefore he was never content with just doing the design, he was obsessively devoted to monitoring the construction process. In GG, this practice reaches its culmination in the massive effort against the clock that marked the Peace Fair and Free World Fellowship. It looks like the race against time undertaken around the same dates by Carlos Raul Villanueva to design and build the covered plaza and the auditorium of the Central University of Venezuela, and like the urgency Oscar Niemeyer had ten years before for the Pampulha. The three cases are examples of the political needs that were common in Latin America, but also, how they counted on professionals for rapid implementation, three cases of urban-architectural excellence. The moral would be, perhaps, that urgency, pressure and hasty construction are, in good hands, a spur to quality, because every moment of the architectural process overlaps without numbing terms that weaken the decisions. The Peace Fair differs from the core of the Central University of Venezuela and the Pampulha’s because it is a much more ambitious project. International fairs all over the world usually build huge buildings that, despite the investment in them and their magnificence, have ephemeral lives. The International Fair of New York 1939-40 (in which GG participated with the Dominican flag) had left in the borough of Queens a huge useless space with dilapidated buildings.3 On the other hand, the idea of civic centers spread by mid-twentieth century in Latin America, but, although many were planned, very few were built, or they were just partially built. In the happy decision to plan the Fair so that it was not only a temporary event but also a lasting urban intervention, GG may have played an important role. The mixture of the idea of spectacle (transient symbolism) and the idea of a civic center (enduring symbolism) produced, as a result, the most notable reference place of Santo Domingo. It is a new place in Latin America and perhaps in the world. It expresses a sense of time that greatly defines Latin American culture as it intermingles contingent and temporary situations with transcendent and perennial conditions. The book emphasizes GG’s modern endorsement, and this is true in a broad sense. The stylistic division between neocolonial homes (rustic plastering) and modern public buildings is characteristic of this generation: Luis Barragán did it in Mexico, Lucio Costa in Brazil, Alejandro Bustillo in Argentina, Hector Velarde in Peru, and Casanovas and Manheimm in Colombia. If the «colonial style» of the finishing was comfortable for the customers (although some customers had not requested it), the architect reserved his modern spirit to the physical layout and volumetric composition where orthogonal elements blend with curved accents.

Regarding lifestyles, GG presents a sign of modernity much more eloquently in his apartment buildings. Against the habit of living in houses —and all it means in terms of habits— to live in an apartment in the early 1940s represented a lifestyle linked to new family behaviors (fewer children, more active roles for women, smaller and functional spaces, etc.) practiced by young modern intellectuals. It is very telling that GG, after his blue wooden shelter, does not design his home —which is the most evident demonstration of an architect— but in an act that shows his most intimate modern convictions and ethical integrity, decides to live in an apartment at the Jaragüita, overlooking the Caribbean Sea. One aspect of GG’s architecture also makes him very exceptional in his generational context: the permanent presence of the urban dimension. Clearly, GG was very aware of the urban condition of his most important works, concentrated in the fringe of expansion between Independence Avenue and the sea. His architecture is a transition between the introverted, public life of the city and the dreamy immensity of the sea. The Jaragua Hotel, for instance: the frontal part, preceded by a tree-lined boulevard that extends to one of the streets of Gazcue, faces axially to prepare the entrance with its round of reception; towards the back, the pool, the terrace and the hotel windows look out onto the ocean horizon. The two façades of the hotel face urban conditions: one, the daily formal work life; the other, a life of leisure. The same transitional urban condition in smaller projects as the Güibia Casino and the Fire Station is also assumed. His first project and one of his last ones, which are properly urban, deserve special attention. These are the Ramfis Park and the Peace Fair. Between the two of them, there are many common elements: double edge, water sources halfway, visual reference of a sober vertical element, important sculptures, gradual escalation with sea views... the two projects, like the university, avoid autonomy and seek integration with the urban layout. All of GG’s architecture summarizes a strong awareness of its urban integration: there is always great care to soften the corners, a delicate control of far and near vision, an effort to make accesses friendly, a special treatment of step proportions to facilitate ascending... in short, a whole series of gestures of «civility» that are rare in modern architects. The concern of building a city with architecture, I think, is one of GG’s essential features and really deserves a whole more detailed investigation into this exceptional quality. Therefore, I endorse the very precise definitions given by Francisco —Cuqui— Batista in his testimony, saying that GG achieves an aesthetic-ethical unity in the exercise of urban architectural profession. Modern architecture in Latin America has had the unfortunate fate of not being understood and of disappearing in the interests of real estate voracity. In the case of GG —I learned from the book— about 40% of his work has been demolished, among them some of his most important buildings. The only way to raise awareness in new generations of his important architectural works is through this second ghostly life that the books offers. Sketches On the Sea not only gives account of this essential piece of the historiographical puzzle, it puts Guillermo González in the place he belongs: next to the great Latin American architects who built the modernity of our continent. Silvia Arango Bogotá, July 2015 Acknowledgements The seed of this book was planted over many conversations held with people who, in one way or another were involved in Guillermo Gonzaález’s life. The first one took place on an unforgettable

Saturday morning in May 1981 at the house of Moncito Báez house in Arroyo Hondo, Santo Domingo. At that time, I was planning my first paper about the official architecture of Trujillo City, later presented in one of the Dominican ICOMOS seminars and published in two runs in Grupo Nueva Arquitectura’s weekly «Hojas»: on El Nuevo Diario. That interview made me travel in time but, most of all, it brought me such enlightment that it could be compared only to a lucky break. Moncito told me about the whole period. He mentioned names, dates, facts, judgments and moments so the idea that has remained in my mind —across time and through endless subsequent investigations— has been based to remember and confirm what I heard from him. Since then, the enchantment remains. Thanks to Moncito Báez, professor, mentor and an example over these years. A lot of people have been interviewed and I’ve listened to their experiences since that morning in 1981. From their viewpoint, experience and vision they’ve reaffirmed the veracity of this work and enriched its content considerably. In the academic world, my History of Architecture professors in the classrooms at UNPHU, Eugenio Pérez Montás and César Iván Feris Iglesias, both of them architects, are also responsible for the initial enchantment. Both are greatly admired. Eugenio is still a light to follow; I deeply appreciate his essay for this book. Ramón Martínez’s early text paved the way opportunely; Manuel Salvador Gautier, talented and expert designer and writer gave us his memories and suggestions in countless moments; Rafael Tomás Hernández and Cuqui Batista with their exciting essays drive and light up the path of this book; Omar Rancier has shared with me such long hours of work, meditation and friendship that I don’t have the slightest idea of how to thank his true friendship and brilliant thought. In life, colleagues Margot Taulé, Milton Ginebra, Gai Vega, Manolito Baquero, Billie Reid, Leonte Bernard, Ramón Vargas Mera, Erwin Cott, Ramón Trueba, and lately Emilio Brea, shared their experiences, criteria and approaches, I hope everything is included in this text in one way or another. Some of them were interviewed several times, giving us the chance to go much more deeper in their knowledge. Guillermo’s family has been very helpful and generous; honestly this project was started with a telephone call made by architect Arturo Despradel, GG’s grandnephew and our former student, who offered us the photo album kept by the family; his mother Julie Catrain González de Despradel granted us some interviews, went with us to the Máximo Gómez avenue cemetery to identify the family vault and read part of the manuscript; her son, architect Adolfo Despradel, Arturo’s brother, let us get into the Barletta houses in Arroyo Hondo and gave us very valuable information. As a MoMA curator, Barry Bergdoll, architect, was pivotal in tracking our request for support to Yale University that by means of the Architecture Library and its Alumni Records Office facilitated GG’s complete record. Those documents were paramount to understanding GG’s early stage before going back for good to Trujillo City in 1939. In the same way, the New York Public Library opened its records about Dominican participation in New York Fair in 1939-1941. The National Archives provided a long and neat collection of documents. The Architecture and Construction Records of Puerto Rico University has backed up over years regarding Dominican- Puerto Rican authors links. The greatest happiness of the project has been to rely on the kindness and affection of Blanca and Georgie González Fernández-Canivell, Guillermo and Mercedes’s daughter and son, who welcomed us into their house and gave us a tour in Málaga, Spain; in addition, they visited Santo Domingo and

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showed us all the documents they still keep from their father; we had an interesting interview and later, read the manuscript very carefully twice, correcting it and adjusting it to their reality. My endless gratitude and respect for them. I hope this effort honors the memory of their parents. I’m really thankful to a great amount of people who have selflessly contributed to the fulfillment of this goal: to Miguel D. Mena for offering without hesitation Page Cooper’s book Sambumbia, which has played a very important role in the documentation and discourse of this story; to Andrés Mignucci, for his determination in the potential importance of this book; to Juio González for providing the research about GG descendants; to Lourdes Saleme for her kindness in supporting this work by providing the services of her celebrated graphic arts company; to Bienvenido Pantaleón for sharing valuable materials of his record Images of Our History, same as Rubén Hernández and the good friends of Laboratorio de Arquitectura Dominicana (LAD), for sharing images produced upon archival material with their editorial; to José Ramón Fiallo who addressed every one of our questions on academic issues and about the confusing period of the 1960s; to César Al Martínez and José Enrique Delmonte for illustrating, from the historical perspective, the development of GG’s main urban project, the Peace Fair, with the upcoming publishing of their substantial work about this topic; to Alex Martínez and Gricelys Rosario for the information about the University of Santo Domingo campus due to their thesis at UNIBE; to Mauricia Domínguez for her always wise comments and suggestions. To Dr. Rafael Hernández Bonnelly, who procured for us the original plans of the Santo Domingo Country Club; to Edwin Espinal Hernández for his valuable information on Ramfis Park —today Plaza Valerio— in Santiago. Two Dominican historians whose intellect have guided me on infinite occasions both in factual and interpretative themes, Bernardo Vega and Frank Moya Pons, are greatly admired. Regarding GG’s family and professional environment, I also want to thank many people: Tony and Danilo Caro Ginebra who, from their experiences as sons of José Antonio Caro Álvarez, architect, one of the main protagonists of this story, greatly complemented the writing of this material; María Jesús Pérez de Mansfield, provided us with all her records and memories about her father Virgilio Pérez Bernal; Vilma Báez provided valuable information about her father Moncito; Gladys de Pou, gave facts on her husband Marcial Pou Ricart; doña Margarita Baquero, Patricia, Carlos, and Georgia Reid Baquero backed us up with information about their husband and father Billie and about Guillermo, who lived very close to them; Memé and Pilo Cáceres, for memorable interviews and very valuable graphic materials about GG’s life, as well as about their own careers; Luis Rafael Pellerano, and his daughters Sandra and Raquel, for getting me in touch after so many years, with this experienced professional, who along with Orlando Haza describe an arc of light in the scene of the Dominican professional practice; Victor Bisonó and Ing. Víctor Pizano, architects, who gave me a warm welcome with relevant data one lovely afternoon; Roberto Baquero, architect, who was always open to discuss and confirm information on his father’s life and work, my admired teacher and mentor, Manolito Baquero; Marcial Martínez, who allowed access to interview his father, Marcial Martínez, one of the silent protagonists of the development of NACO in the 1960s; Margarita Copello de Rodríguez for her detailed comments on Anselmo and his role in the commission of the Copello building; María Isabel Lebrón, Luis Guzmán and my brotherin-law Guillermo Ricart, who confirmed data on the Ricart and Mathis families; thanks to Guillermito particularly, for sharing the amazing video made by his father in the opening events of the Fair of Peace in 1955; to Antonio Segundo Imbert, for allowing access to the Bonetti family and letting us take photographs of their wonderful and well preserved

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house, built in 1935 on Bolívar Avenue; to Juan Mubarak, for leading our path to the Bonetti house of 1952, located on César Nicolás Penson and Máximo Gómez streets; her proud owner, Ms. Maritza Zeller de Bonetti opened its door for us and also gave us the original blueprints for the edition; to José Horacio -Sancocho- Marranzini, who was in the Jaragüita, in the long, cool mornings overlooking the Caribbean, backing up the master’s drawings and dreams in his last years; to Rafael Calventi, who shared few but significant moments with Guillermo; to Atilio León, Cristóbal Valdéz, Fred Goico, Pedro José Borrell, Pedro José Vega, Lidia León and Germán Pérez, who in one way or another have outlined more precisely the historical route of our character. To Banco Popular Dominican’s liaison team, my eternal gratitude for being so friendly, for their interest in the subject and their great support in this process; working meetings with you, and your aperture to our creative process were always stimulating and suggestive; to Ainelid Taveras, who read in detail and made valuable suggestions to improve the text; to Juan Esteban Martínez-Murga Merino who was always inquisitive and accurate in his suggestions; to José Mármol, primary accomplice in this adventure from the institution, he deserves not only my enormous admiration and respect, but also my gratitude for his trust and accessibility at any time we asked him for help; to Manuel A. Grullón, BPD president, who was open to the project from the very beginning, he never missed the meaning of the process and was always attentive to all our requests. Thank you very much from the bottom of my heart. In many international meetings during the period of this work, I learned from great masters like Ramón Gutiérrez, Silvia Arango, Ruth Verde, Jorge Ramos, Louise Noelle, and Enrique Vivoni; great historian and close friend Roberto Segre would have been very happy to see this volume ready. He provided a great deal of his knowledge and encouragement. The Dominican historian José del Castillo gave us some wonderful Saturday cafés, during which we talked in depth about many aspects of GG and his golden age. From the well-known friend, Venezuelan architect and writer Federico Vegas, I was fortunate to get some tips on the work of the writer, job that he wanted me to assume perhaps without the expected outcomes, but there we go; Friday lunches were his. I owe so much to Dr. Silvia Arango, that, actually, I don’t know how to start thanking her: Her transcendental texts on architecture in Latin America; her research and writing on architecture and the city, especially focused on the reality of her wonderful country, Colombia; her passion for the academy, her brilliant thinking and her dedication to Latin American Architecture Seminars (SAL); but above all, I owe her for accepting to write the preface of this work, motive for my sincere pride and honor. My production team in the editorial office of Archivos de Arquitectura Antillana (AAA) have shown great patience and formidable performance: Lorena Tezanos successfully and elegantly took the hard work of co-editing the text, specifying citations and notes, compiling the bibliography and indexes, and acted as always, as a kind of intellectual support in the difficult search for perfection in these matters; Chinel Lantigua was careful in the design of the book, assuming both her own graphic identity and affiliation to the Pro_files series previously published by AAA, with great accuracy and quality; María Cristina Rodríguez, my wife, has endured with determination and patience the tiresome process of synthesizing in months what has taken years to be conceived, an arduous and patience task that I thank with all my heart, as well as for her performance correcting the style and being a critical spirit behind the project; photographers have illustrated the pages of this project, starting with Max Pou, who always provided

his images totally free, since we met in the 1980s; Onorio Montás, Eddy Guzmán, Luis Nova, Jochy Marichal and more recently Ricardo Briones and Gustavo José Moré, have been effective in taking the necessary pictures to properly document what is stated here in words; all other team members, Nathalie Castillo, Patricia Reynoso, Luis Checo, Madeline Espinal, Manuel Flores, César Leroux, John Noyola, Nelson Velázquez and María del Mar Moré, who have endured my “channel changes” between the studio and the publishing house, which was not always comfortable for them during the process of fulfilling the responsibilities of the project in the office: thanks! Finally, I want to thank three men, whose human qualities and examples gave me the ability to understand, evaluate and reconstruct this story: my father in law, Arístides Rodríguez Derrien; my uncle and godfather Amilcare Guaschino, and my father Gustavo Alberto Moré González, engineer-architect. Thanks to them, I could travel through space and time and project them into the future with hope and respect for the memory of the Master. Introduction Guillermo González Sánchez (1900-1970) is recognized nationally and internationally as the father of rationalist architecture in the Dominican Republic, and as one of the most important authors of Latin American modernity. Born in Santo Domingo, from a Dominican father and a Cuban mother, he, together with his large family of seven siblings, assumed at early age a rare international perspective based on his father’s diplomatic activities in the U.S. and in several European countries, particularly in the Andalusian port of Málaga. Oriented towards arts and design, for several years he served as technical draftsman with his brother Alfredo in the office of Public Works during the American occupation government in the Dominican Republic (1916-1924). This experience eventually drove him to enroll for a year as an art student at Columbia University in NYC, to work freelance in several professional studios in NY and to register at Yale University, where he graduated with honors in a fast race, right into the hard Depression years, and received awards that allowed him educational trips to Europe, before returning home around 1932. His exemplary work, mainly Dominican, showed enormous brilliance in the field of the public building industry, with works like the Eugenio María de Hostos Park —then Ramfis Park— won by competition in one of the few competitions held in the country in those years, the Jaragua Hotel (his most relevant work, which placed him on the international scene), the Hamaca, Montaña, and Paz Hotels; his works for the celebration of the First Centenary of the Republic, in 1944, the Firefighters Headquarter, the Güibia Casino and Perla Antillana Racetrack; the urban design of the USD campus, and the ensemble of buildings for the Peace Fair. Also, in the private realm, he became the single most commissioned architect for wealthy families, working on numerous residences and apartment buildings of enormous influence among his contemporaries (like El Jaragüita, the González buildings, the Pichardo, Schad, Bonetti, Vicini, Ricart, Mathis, Troncoso, Jorge, Barletta, and other houses). His work as a design professor shaped two generations of Dominicans architects, first at USD, and at the end of his career, at UNPHU. Due to the absence of a comprehensive catalog of his work, these and many other works have been progressively identified after many years of research, and after his death in 1970. Despite several frustrated attempts, there is so far (2015) no work documenting his extraordinary cultural contribution, a phenomenon common to many of his contemporaries such as José Antonio Caro, Leo and Marcial Pou, among others whose impact will be collected later. The existing information


was rather fragmented and confusing. An issue of CODIA magazine #23 was published just after his death, and many academic projects, partial studies of his work and several articles have come to light over the past fifty years. The author of this book published an out of print edition of magazine Arquivox (1985) of Grupo Nueva Arquitectura, dedicated to González, the only work of certain magnitude that contains partial texts on his work written by many Dominicans and foreign essayists. This book is therefore not only a huge debt, it is a great responsibility. The publishing of this project is just one more in a long list of initiatives of various kinds which have come up at different times. One of them, outlined by Dominican architects Risoris Silvestre, Erwin Cott, Teódulo Blanchard, Emilio Brea, Omar Rancier and myself, was a comprehensive proposal that did not get institutional support a few years ago. Following several contacts with them, his two children Blanca and Jorge González Fernández-Canivell, who reside in Málaga, Spain, have put their memories and personal archives at our service, and thanks to the patient support and solidarity of his local family, along with substantial recent discoveries, we had the opportunity to do rigorous work that will cover this historiographical gap. The basic material of this work is carefully preserved in various national and international archives: it includes objects, records, academic records, personal items, travel pictures of extraordinary value, newspaper articles and dozens of unpublished photographs of excellent quality. Today we put this book in the hands of the international community, thanks to the support of Banco Popular Dominicano. We hope that its content has the merit of being representative of the memory of such an eminent author in the culture of the great Caribbean and Latin America, and allows his name to be projected worldwide, and thus be fully appreciated by new generations. Chapter 1: First Act The González Sánchez in 1900 Billie Reid Cabral —brilliant student and later González’s colleague—, used to point out when passing by the northeastern corner of Padre Billini and Hostos Streets: «Billie, I was born there, Duarte Park was my backyard». González was born and raised in the old, distinguished surroundings of the historic district of Santo Domingo. From his house, he could see the robust volume of the Dominican Convent, and the austere houses on Hostos Street, one of the most unique North-South routes on the original Ovandino plans dating back to 1502, in the form of a 3 by 3 checkerboard of streets. González related that, while his neighborhood friends had fun playing in Duarte Park, he tirelessly drew many of the details of his surroundings, which was undoubtedly the first sign of a vocation that would determine the rest of his life. His father, Gregorio González Lamarche, Dominican (18731950), was the grandson of ex-president Ignacio María González, and descendant of one of the original personalities of the colony in the sixteenth century, Pedro Morell de Santa Cruz. He graduated as a dentist in 1907 from Penn College of Dental Sciences 3 but worked his profession for a short period of time, because, like other men of prestige of the time, he stood out as a consul in the diplomatic service of the Dominican State, a job that allowed his children frequent trips abroad; in consequence, it brought changes in Guillermo’s personal and academic development. He married Georgina «Mamayoya» Sánchez Campos (1871-1962) in Havana on January 10th, 19004. She a Cuban lady born in Holguín and they had seven children: Guillermo (1900-1970), Mercedes

(1902-1988), Juana (Philadelphia 1904-1989), Alfredo (NY 1906-1963), Oscar (1908 to 1929), Georgia (Havana 19101929), and Luz Sofía (1911-2004). Actually, there is little information about Guillermo’s childhood and his family. There is information that González traveled with his parents during his first six years in Havana, Philadelphia and New York, and returned to Santo Domingo in 1907. Once in the colonial environment of Santo Domingo, which was unknown to him at the moment, he attended elementary and secondary school in St. Thomas Catholic College, the most relevant private school of the time, and he graduated in 1917 or 1918. The predestination of Public Works Although Guillermo must have traveled very often during his adolescence, there are no documents that confirm the exact date he returned to Santo Domingo from the destinations where diplomatic and academic affairs took his family. However, it’s certain that, sometime between 1917 and 1921, he was part of the team of designers of the Department of Engineering and Construction of the Ministry of Public Works during the government of the American occupation of the country, which was established from 1916 to 1924. In the records of Yale University is González’ Consolidation Sheet, Alumni Information, wrote with his own hand «Department of Public Works, Santo Domingo, Dominican Republic, 1917 to 1921». Several young Dominicans, among them Mario Lluberes, Alexis Licairac, Octavio «Trene» Pérez Garrido, his youngest brother Alfredo González, and others, emerged as noted authors a few years later, once the Republic was reinstated and during a good portion of Trujillo’s era. The project portfolio carried out by this organization was crucial for the transition of the country from an isolated, disconnected rural economy, to a nation articulated by infrastructure oriented towards modern development; although incipient, if an inventory of equipment service, roads work, installations and a lot of interventions of different kinds is done. During this period of eight years of the US administration, which was established in order to defray the national debt to the United States, authorities outlined and made several inter-regional roads, including the main highway that formally connected the capital with the northern region of the country; they completed a program of school buildings, something that the Dominican government had never taken into account before, some of which still work properly and with dignity and which are known as «Escuelas de niños y niñas» (Boys and Girls School) due to gender differentiation that was considered into the design of the buildings; they built prisons, asylums, hospitals, military buildings, bridges, roads, government buildings, including the so-called Presidential Mansion, house of the occupation government in the country, located in the outskirts of the emerging sector of Gazcue, where the National Palace of the Dominican Government would be inaugurated in 1947 under the responsibility of engineer Guido D’Alessandro. Enrique Penson, in his admirable two-volume documentary compendium titled Dominican Architecture 1906-1950, says: «In August 1917, he began working as a Drawing Office of DGOP (General Direction directed by W. E. Brown, with the modest month. He worked in this department until he earned $140 per month (AGN, OP, np)».

draftsman in the of Public Works), salary of $25 per May 1921, when

«He participated in many projects, most of which are reproduced in this book, and can be identified by his initials (GGS) placed on the title blocks. Among them, there are schools of different amounts of classrooms, a mobile home, a leper colony, buildings of the Experimental Station of Agriculture, the Niguar penitentiary,

the hospitals located in Seibo and San Pedro de Macorís, of which the latter was not built». «In October 1920 he included the residence of his parents, located on Independencia Ave., as reference in case of emergency for Public Works (AGN, OP, 1920, III). In 1945, he wrote under his name (p.301) more accurately: “Crucero Ahrens 9”. It is the same house, now missing, located on the north side of the street, near Félix Mariano Lluberes St.». It seems impossible today to determine exactly which projects Guillermo collaborated on during the time he worked at this organization. In fact, if he ever acquired any valuable training, in addition to the drawings made in the neighborhood during his adolescence, it was precisely through his experience in this predestined workshop, just before beginning the formal studies of art and architecture in the US. It has not been possible to determine if, in any of his early trips before returning to Santo Domingo in 1907, Guillermo received some artistic schooling, although it is likely. His stay in Santo Domingo coincided with the exercise of known masters of artistic education, Abelardo Rodriguez Urdaneta and Celeste Woss y Gil, from whom he may have received some guidance, although there is no evidence of such fact. Certainly, American influence was highly remarkable at the moment, dominant in the spirit of both public and private projects of the time, where the influence of Mission Style initially stood out, style popularized by the Panama Pacific Exposition held in San Francisco in 1915. This architecture of simple, orthogonal volumes, roofed in clay tiles, is mainly observed in vestibule of buildings, pinions and side gables, usually topped with curvilinear and stepped silhouettes, inspired by baroque motives. One of the least studied yet most important aspects moments in the development of a regional architecture, is the result of the growing presence of the USA in the Caribbean. After certain tests in the plantations of Louisiana, whose sugar industry largely led advances for strategic planning in the Caribbean, the successful engineering and planning experiment of the Panama Canal allowed and caused the gradual materialization of an appropriate architecture for the harsh tropical climate; such architecture was designed, built and eventually spread to other countries in the region, obeying the interests of the United States, either from the private sector or through military occupations in several countries. The case of Puerto Rico, colonized by the USA since 1898 is similar to Panama, and advances several infrastructure operations, productive settlements, towns and buildings very similar to one another. The particularities of this inventory are yet to be specified in further studies. The first hint of an architecture that would transform colonial tradition in the Dominican Republic and Puerto Rico is carried out by Antonín Nechodoma in about 1908, after arriving in the Caribbean. He introduced works similar to the Viennese Secession like the market and post office in San Pedro de Macorís, and, shortly after, a number of exquisitely designed houses in Santo Domingo, influenced by the early architecture of Frank Lloyd Wright in Oak Park, Chicago. In the mid-20s is set, via the work of noted architects like Addison Mizner in Florida, and due to his influence in many Hispanic native culture territories, from California to Texas, a national style primarily known as Neohispánico, Neocolonial or Mediterranean, due to the Latin American historiography. This widespread stylistic scheme easily assumes the changes required by modern equipment in bigger and ever more luxurious houses built in large lands in the suburbs of many cities in the Caribbean and Latin America. Front gardens, backyards full of fruit trees, spaces for recreational and

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tropical life, shelters or garages are also attached to the main structures. Language is always imaginative, richer volumetric configurations are used, typical pieces are assembled, this time replicated on another scale of the colonial vocabulary: arcs, courtyards, rooftops, surfaces with rustic coating and molded special plasters; railings, dressed timber doors and locks, ceramic floors and polychrome ceramic sockets, soon replaced by hydraulic tile or «carpet type mosaicos», of curvilinear, floral or geometric designs and bright colors. The palette is firm and consistent, and although it is worked with different degrees of mannerism by each author, it results in a catalog of works of great continental consistency. One of the foreign architects who had a leading role not only in the city of Santo Domingo but also in Santiago de los Caballeros was the Puerto Rican Pedro de Castro, who designed different sort of residences for relevant families in the capital among them three houses for the Freites’ family and the beautiful Tejera house in Gazcue. He also designed the Neo-mudéjar Recreational Center in Santiago. De Castro consolidated the local interest for this deep- rooted architecture, and many local architects put it into practice during the second half of 1920s and in the 1930s connecting it to the starting of modern architecture in the country in1936, specifically with the first work of Guillermo González. Guillermo González in NYC: 1921-1927 Towards 1921, Guillermo González was in New York City. The reasons behind this trip that kept him away from the local environment for more than ten years are unknown; what is certain is that, as he himself pointed out, he had gone to New York «to fight». Both the Alumni Information Sheet and the application to Yale School of Fine Arts, written during or after 1927, list the New York Fraternity Club, 22 East 38th St., as his address, also, the Allerton House —from August to September in 1927— though presumably he had lived in other places during the first years of adaptation to the harsh metropolitan environment. The same Application to Yale, one of the few reliable sources documenting these years of self-imposed exile in the United States, confirmed his attendance to courses of artistic drawing as an external student by a term at Columbia University in 1923. It is here where González may have strengthened his vocation and his extraordinary artistic skills, in the typical style of the period in which established teachers such as Bertram Goodhue, illustrated their projects and did sketches to classical works of universal architecture, with precise detail and complete mastery of tools such as pencil, charcoal, sanguine and other instruments of the architectural scholastic tradition, before the development of new means and technologies would transform these arts forever. Hugh Feriss’s, cinematic and sensatinalist style, whose bloom occurs in 1920, didn’t attract González attention, who was more interested in traditional hand-free drawing and mixed technics. There is no evidence, only speculation, of his attendance to that course at Columbia University in this short time. However, from 1922 to 1924, González worked at the office of Dennison & Hirons, Archs. in NY. His work record also includes experiences at the office of E. A. Homer Co., ContractorsBank Specialists, from 1924 to 1927; it stated he worked overtime at Eugene Schoen, Arch., and C. Leavitt & Son, from 1926 to 1927. In summer 1928, he worked for Frederic P. Wiedersum, also in New York. Obviously, he took advantage of the time in the city in terms of work experience as well as polishing up his professional vocation.

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Málaga, first trip Many of the artistic drawings by Guillermo that are conserved are the product of his trips to Europe. It is curious that a person who didn’t like to talk about himself or keep information about his work and personal life, stored valuable quality notes that his children Blanca and Georgie kept in their house in Málaga. Today they and are reproduced in the pages of this work. One of them is the beautiful façade of Cathedral of Burgos, made in ink and watercolor; it dates backs to 1926, when, apparently, Guillermo first visited Europe. Maybe this visit happened while his father Gregorio worked for the second time as diplomat in Spain —he began in 1925— considering that the Dominican magazine Blanco y Negro posted a family photo in which Guillermo’s tall and gallant figure is highlighted. The transforming experience at Yale On February 8th, 1927, Guillermo González registered in the Faculty of Architecture of Yale University School of Fine Arts, in New Haven. According to González, he was accepted «in probation», since his credits were not enough for regular enrollment, probably because he didn’t have prior academic records of his informal studies in Santo Domingo and Columbia University. González made an effort, with his skills and charisma, and in spite of his average grades, he successfully covered in 3 years (1927 to 1930) a curriculum designed for 4 years. His name appears in various documents in Yale: the drawing An office building in 1928 was awarded a medal for the first place, although there is a note «Not eligible for scholarship»; also in the Bulletin at Yale University School of Fine Arts, from 1928-1929, his name stands out as as a newcomer from Málaga, Spain, enrolled as a sophomore living on 1231 Chapel St. However, in the same publication, from the period 1929 - 1930 is presented as a senior coming from Santo Domingo, Dominican Republic, living on 279 Crown St. A drawing in crayon of the Gothic arches in Genoa, Italy was also published in the same bulletin in May 1928. Guillermo González’s (GG) thesis at Yale has been published and commented by Eugenio Pérez Montás, who is a historian and Dominican architecture critic. It presented the project of a building for the City Hall of Santo Domingo, for which he got excellent grades. By analyzing the front elevation of the large rectangular building that elongates in three of its corners, it is apparent that the project is located somewhere near the cliff that descends by the Ozama River in the colonial city. Furthermore, it gives the impression that it is integrated, or is accommodated —if that was his goal, he successfully achieved it— into the ensemble formed by existing works of architecture in their historical context. There could not be other reasons for such structuring of the floor plan. This project states at least two immediate critical issues; first of all, style. A building absolutely aware of its setting, developed in stile, incorporating classicist knowledge received at Yale University. GG demonstrates his original academic affiliation. On this aspect, Pérez Montás says: «Academic training at Yale University School of Fine Arts made an imprint on Guillermo González’s work. Only by looking at the plans of his thesis, a building for City Hall of Santo Domingo (inspired, according to his own narration to us, in Stockholm City Hall...)». Pérez Montás continues: «... the use of hemicycles reminds of training courses 12A, 12B, 25 and 33, on Greek, Roman, medieval and Renaissance art and architecture taught by professors Baun and Stevens. Also, ogival profiles of the chapel and details of the City Hall tower. Neither Yale nor any other college in the United States, was at the vanguard of the modern movement in architecture at the time González studied there». And he concludes: «Gropius arrives at Harvard in 1937».

The second and mostly unnoticed aspect, is the detail of the central body of the composition, in which González seems to have worked with greatest dedication. It’s a volume that dominates the ensemble with its position, height and shapes, featuring a central body accentuated by 11 adjoined pilasters giving access to the lobby, framed by blind lateral bodies provided with iconography, and a pure frieze that defines the volume at its upper profile. This scheme appears here for the first time, as a scheme of volumetric composition of neoclassical inspiration, which would greatly influence Dominican architecture the three following decades. In less than 5 years, GG’s proposal for the National Archives and the National Library would be published in the Golden Album of 1936. It is important to note that this architecture somehow reflects the spirit of the time, which gradually moves from eclecticism and Art Nouveau of the end of the century, to a ever more austere modernism that adopts different variations: Art Deco, neo-classicism, or the formalist modern —the EUR 42 in Rome comes to mind— that would please dictatorships in both Europe and Latin America; though the real origin of the style, an undetermined flow that sums up the spirit of the times, existed before them, producing an inevitable, real approach to Trujillo’s era, paradoxically by means of the thesis of one its most modern architects and, almost immediately, by the works of other authors influenced by him, like Henri Gazón Bona, the main collaborator one of the regime. A brief look at the list of students at Yale shows only three other Latin American colleagues of different years at the same time as González: Carlos Albert Sánchez from Guatemala, Juan Manuel Salvado Fontanillas from Mexico City and Francisco José Henares from Habana, Cuba. Just a year after registering, González received the Fontainebleau Prize, awarded by the French Government, which would allow him to take summer classes in that prestigious school located in the outskirts of Paris, but he couldn’t make it, since only students of American citizenship were eligible. This distinction, however, was decisive for his future and kept him a leader of his generation, so that at the moment of graduating he deserved, we will see exactly how- a competitive scholarship by the Matcham Traveling Fellowship Competition for a professional trip around Europe, except Russia and the Balkans, for 8 months in 1930 - 1931. This trip was actually won by his classmate Theodore Lamb, but González went because he was considered the real winner by his prom friends; when Lamb learned he got the prize instead of González, he convinced his father, a wealthy businessman from Chicago, to give his friend a similar amount of money. This way, both of them shared much of the journey, although González extended it by traveling in third class and staying in low price rooms. The impact of this trip was transcendent in González’s formation. We will see later how the influence of Nordic masters such as Bryggman, Aalto, Asplund, or Russian Lubetkin, who settled down in London in 1931, would convert the classical academic culture González received at Yale, into pure and militant rationalist modernism. González returned from Europe to New York another man, but above all, he turned into a modern and avant-garde architect. The postulates in his thesis were not valid anymore; his intellect had already been stamped by those pioneers just at the moment when their works were recognized worldwide, either in exhibits in New York or in multiple publications that revealed to the excited youth the cry of a new slogan, the heat of the new struggle to transform the world drawing by drawing, speech by speech, lecture by lecture, work by work.


The drawings made during the trip that have survived until today, don’t reveal anything about his passion for the Modern Movement yet, and were dedicated mainly to South or Central Europe countries; apparently he made no drawings in the Northern countries, or they didn’t weren’t preserved; the themes continue to be about buildings, sites and cities of historical architecture: Stuttgart, Paris, Versailles, Rome, Tivoli, Florence, Siena, Naples, Amalfi, Madrid, Segovia, Toledo, Sitges. Several techniques were used; some with the sanguine, others with ink, most of them with pencil or crayon. All brief, nervous notes, but with accurate view and faithfulness to the original model.

GG had a the chance to have a romantic relationship Miss Mercedes Fernández Canivell, malagueña from a distinguished family, linked to the pharmaceutical industry by the production of the renowned tonic Ceregumil. Guillermo, in New York, and Mercedes, in Málaga, kept their relationship for 4 years, from 1932 to June 7th, 1936, when they got married in the coastal Andalucian city of Málaga and later moved to Santo Domingo.

When González returned from the trip, he settled down in New York again, where he takes up, with more academic property, his business contacts. There is information that he stayed there and went on some trips to Europe and Santo Domingo, until he finally moved to this city in 1936. During this period, he works in the offices of Francis Keally —whose classic work for public buildings offers more than one key for the interpretation of González’s work— and of Edward Durrell Stone, with whom he made a long-lasting, professionally influencing friendship. He referred to this period when he said, years later, after returning to Santo Domingo:

Casimiro de Moya published a plan in 19001, which offers amazing details for the contextualization of this story. To the South of the splendid sector Ciudad Nueva, by the sea, a sign reads «Alameda and Park in project»; the project of park would be won by Guillermo in tender 36 years later; it is located on the area marked on the plan as «Land of the Columbian National Board»; to the West of this area, empty at that time, lies a street that ends at the estate of Damian Báez’s, called Hondovalle, eventual scenery of special significance for the González Sánchez family. Another plan from 1924, titled Plan of the City and Outskirts of Santo Domingo, made by Ernesto Paradas, shows the same Hondovalle St., a property of G. González’s, place where Guillermo would build, behind Lluberes’ house —which faced Independence Avenue (property 34) to the north— after getting married and returning to Santo Domingo, the modest, charming little wooden blue house where he lived for 10 years. Unfortunately, this house doesn’t exist anymore. As we will see, this area of Santo Domingo would eventually become the field of the most avant-garde modern architecture ever done in the country.

«Then I went back to New York to struggle. You see those black guys there cutting grass on the stairs between the slabs, with their machetes? I looked the way he pointed, and I saw on the long stairs ramping down to the Avenue, two men squatting, working with their long knives. They call this to struggle. Instead of saying we are going to work, they say we are going to struggle. Well, when I returned to New York, during those long years, many of them with Francis Keally and Edward Stone, I went to struggle. Then I went back home to struggle, too...» A car accident in 1929 caused one of the most traumatic moments for the González Sánchez, which made the family be absent from the country for longer. Two of GG’s siblings died: Georgia and young Oscar. This event, undoubtedly tragic, had great impact on González, who was then in his third year at Yale. «Returns» to Santo Domingo In 1932 two trips occurred: El Universal newspaper announced the arrival of the «distinguished young man Guillermo González» on board of the American steam Coamo from New York, with the headline «young engineer returns to the country». Another article is titled «A distinguished young Dominican returns from United States», introduces his academic credentials, and notes “engineer González reached bright and resonant triumphs during his studies and after graduating». It ended saying “It’s a pleasure to present to the distinguished Dominican engineerarchitect Mr. González our warm welcome greetings, wishing him very pleasant days during his stay in this country that opens its heart and arms to receive him». The note implies that the visit didn’t have the purpose of settling down in the country. It also reflects the long time González had been out of it. We don’t know the real reason for this visit to Santo Domingo, which was possibly family motives or exploration of work opportunities. The fact is that, even without the certainty of GG’s professional settlement in this city, it made an impact, since 3 years later, González was appointed by decree —signed by Jacinto B. Peynado on December 2nd, 1935— Member of the Administrative Board of the National District, substituting Mr. Barón Fajardo. The other event that occurred in 1932, was a trip to Málaga, where, between 1931 and 1944, the diplomatic service of his father Gregorio, who worked there as a Consul, was located. This time, in addition to sharing with his parents and siblings,

Chapter 2 The deep imprint of the opera prima Maps of Santo Domingo

According to data provided by July Catrain González, daughter of González Sánchez’s younger sister, Luz Sofía, who shared much of her childhood with Guillermo and his family —his wife Mercedes Fernández Canivell, his son Jorge Guillermo (1114-43) and his daughter Blanca Nieves (04-01-1940)— there was a pleasant atmosphere in that house; Guillermo was a loving uncle, laconic, but very sweet to his niece. July said: «I felt he was always close to me and I always admired him, not only because of his professional achievements, but because of his natural elegance that made him look like a movie actor (to my little girl’s eyes)». There are abundant comments about his personality, and everyone coincides in that he was a well-mannered, gentle and attentive person; his talent and elegance made him seem distant, but once you interacted with him, such impression would quickly vanish away. There will be much to say about those personal aspects... The ephemeral times There is little information on González’s first professional works in Santo Domingo. Several journalistic notes link him to small celebrations and brief works, dedicated to national or regional fairs and exhibitions. For example, the erection of a Memorial Column when the name of José Trujillo Valdéz Avenue (Duarte Avenue) was changed by the Administrative Council under the direction of Virgilio Álvarez Piña. The note said that «the corresponding plan was made by distinguished engineer Guillermo González Sánchez, Advisor of the District... and presented to Casas Távarez and Ricart, Ocaña and Co...». Apparently, the project of an attractive central green traffic island was done at the same time under González’s supervision, although, sadly, it was destroyed years later. Local news also tells about GG’s trip to Puerto Rico «related to the Dominican Pavilion which would stand at the Inter-Antillean exhibition Fair of San Juan», with the headline «Architect

González is out on an important mission». About the same event, on February 1st, 1936, the newspaper El Mundo of San Juan, reported «The Dominican Pavilion at Puerto Rico Fair: to deal with the issue, a distinguished engineer visits the island». This article includes a curious paragraph, written practically in a marginal way, which now provides some valuable clues. It says: «Although Mr. González works independently, the Government of the neighbor Republic has given him two important missions. First, the preparation of the plans for the majestic building of the National Archives and the National Library that will be built soon, and this representation in Puerto Rico, which is a personal representation of the President of the Republic». GG’s visit, along with Federico Llaverías, then Dominican consul in San Juan, is also highlighted by newspaper El Imparcial. Later, another of González’s ephemeral work is highlighted by the press with the headline «First Arch of Triumph on Independence Avenue for the reception of El Jefe». It referred to the return of Trujillo from a relaxing trip in United States and Europe. In the second paragraph of the brief note it is cleared out that «the construction of this wonderful artistic work is under the competent supervision of engineer-architect Guillermo González, who has already made many magnificent architectural works in this capital». The arch was located on the corner of Independence Avenue and Máximo Gómez Avenue. There are no images of it. The 1936 album: The National General Archives San Zenón, the legendary hurricane that destroyed most of the informal constructions in Santo Domingo, and caused an awful number of deaths and great damage in few hours was the most favorable moment for the energetic presence of president Trujillo, who assumed the situation with the required courage and vigour. He had taken over the presidency of the country just days before the Meteor on September 23rd, 1930. As Trujillo secured himself in the Government —acquired through controversial elections in 1930— the dictatorial propagandistic strategies, very common at that historic time in Europe and Latin America, became more and more evident. As it is known and has been studied in various analyses of the issue, architecture has been one of the main instruments of public perception for political power. Trujillo, a pragmatic man, with acute sense of smell and martial nature, surrounded himself by the intellectuality he needed but lacked, and gradually built an iconographic framework of support that kept him, parallel to regime of unprecedented strength in the turbulent regional history, in absolute control of the Dominican Republic for 31 years. 1936, precisely the year when GG returned and settled down in the country, is crucial in this process. It is worth mentioning two facts that support it: first, the renaming of the city of Santo Domingo to Trujillo City. It is extraordinary that a president could gain so much power in six years to accomplish this goal, which symbolized his growing dominance over public life and, increasingly, over the whole nation. On January 9th, 1936, Congress passed a law that changed the name of the city of Santo Domingo to Trujillo City, in honor to dictator Rafael Leónidas Trujillo Molina. Senator Mario Fermín Cabral, one of the main collaborators of dictator Trujillo Molina, asked on July 12th, 1935, in a rally in Santiago de los Caballeros to pay a national tribute to the president by changing the name of Santo Domingo City to Trujillo City. He pointed out that the law was passed as «a demonstration of gratitude to the ruler that transformed the country and was victoriously driving it towards prosperity». The legislator had the idea that «the people of Santo Domingo, in the first place, as well as the entire nation, after, wanted to give the name of the illustrious rebuilder to the old city».

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The second fact was the edition of the so-called Golden Album of 1936, printed in Cuba, which was the first volume of a series of large-format apologetic books that detailed the situation of the country from the perspective of the regime, promoting his actions in various aspects of national life. The splitting: reductionist classicism or radical modernity The Album of 1936 picks up two images of special interest to this story: a drawing of the interior of the reading room and an outside perspective of the project —already announced a few months before in the aforementioned journalistic note— for the National General Archives and the National Library. The drawing has something in particular: it is signed by Guillermo González. We are reminded of the building for the City Hall of Santo Domingo in his thesis at Yale, whose central body developed a scheme very similar to the one presented here, showing only very slight changes. This apparently irrelevant fact turns out to be critical for the development of the Dominican architecture in the next 25 years. Here, the duality between the modern and the classic spirit is proclaimed, the two fundamental issues pursued in the program of public buildings of the dictatorship. The main problem is that this duality could only be present in one author, in fact, simultaneously, at the birth of both stylistic affiliations. Such austerity, and the synthesis of the neoclassical spirit, reduced to its most basic components due to González, announced the potential of a designer capable to carry out Trujillo’s political project. This demanded an unusual approach to the Dominican architectural scene of the time: although these characteristics of modern classicism were already common in many cities of the world; in Dominican Republic there was not a building of that kind. Its compositional and volumetric scheme became, from that moment on, the prototype of many public projects, which announced the presence of the regime throughout the country. This drawing by González became the first of many others, and the spearhead of a spirit that dominated most of the official architecture made in the Dominican Republic under Trujillo’s regime. Such aesthetic model apparently had acquired integral consistency in the buildings made in Paris for the exhibition of 1925, at a moment when Dominican authors —including Henri Gazón Bona— were in that city. The main reference must be, doubtlessly, the Palais de Chaillot, among others, where an extraordinary synthesis of classicism, modernism, architecture, landscape and city is performed. At the same time, in the United States of America, the General Service Administration (GSA) built, from 1900 to 1941, many buildings and public facilities, incorporating top technologies —electrical, mechanical, etc.— and a remarkable spirit of civic urbanism, evidenced in the transformative City Beautiful movement. Huge buildings, planned around remarkable public areas, followed the principles of the Beaux Arts, were spread throughout the United States. Subsequently, before and during the Great Depression, the style changed and adopted the aesthetic of industrial design, combining classic proportions with the streamlined Art Deco and its geometric and iconographic details. González referred to this New Deal in his first projects. It was the spirit of the times. One of the significant facts that emerged from the preliminary design of the records, is the design of the building for the Palace of Justice, made by Mario Lluberes, which would be built a few years later —it opened on February 29th, 1944 within the Works for the Centenary of the Republic Program— in an area located to the east of the Columbian Square in Ciudad Nueva. It took up the square block assigned to it. It is not a particularly attractive building, it is rather rough in its composition and simplistic in its

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solution; it is an absolutely austere parallelepiped of 3 levels; its only feature in the façades are serial terrazzo pilasters distributed to the center of each elevation, which allow access from the east and west entrances, and the display of rigorous volume, also worked towards the corners as part of the general framework that defines the form. A high base allows the rational arrangement of the mass of the building in the land. This work was eventually assigned and the American Albert Rogers was identified as its contractor. Another work within this formal academic catalog was the Telecommunications Palace, made by Gloria and Tribito Iglesias on the lands of the old market of the city, on Arzobispo Meriño Street in the colonial city. Few years later (1954) a building for the National General Archives was erected to the west of University of Santo Domingo by another author. It was also a building of classic spirit, but lacking the elegance of Guillermo González’s original project. González has commonly been considered the Father of the Dominican Modern Architecture; which is not completely fair considering other outstanding authors who shared the scenario with him, such as Leo Pou Ricart and José Antonio Caro Álvarez, who were only two of the influential architects of the beginning of the 1930s. However, if assigning such a title to a single author were indeed possible, González would certainly have the merits and qualities to assume it. His style, work and legacy are beyond enough to be credited with such distinction. We will see. The deep footprint of the opera prima In 1934, an unusual call from the Administrative Council of the Trujillo City, institution ran by Virgilio Álvarez Pina —eventually, GG’s protective patron— happened. José Ramón Báez López Penha, best known during his prolific career as Moncito Báez, worked as a municipal engineer in the Planning Office. An enthusiastic professional, he organized a design competition to finally carry out the plan made by Casimiro de Moya in 1900, of the construction of a park in the property beyond the walls of the Columbian Commission, facing the Caribbean Sea. No one remembers an earlier call of this kind, with the objective to compete in a local public project, except for the famous contest for the Columbus Lighthouse carried out in 19281930. In 1914, the American William Ellis Pulliam promoted the construction of a monumental lighthouse in Santo Domingo. The idea acquired universal scope in 1923 during the celebration of the Fifth International American Conference in Chile, with the agreement that all American Governments should cooperate in the building of this monument. The reception of proposals for the competition closed on November 15th, 1935. The finalists for the the Ramfis Park project (it was renamed), were Rudolph Ibarra, engineer, and the Associated Architects Pou and Caro, who shared the second prize and received RD$125.00 each. Guillermo González Sánchez got the first place, with a project valued in RD$73,000.00. The local press headlines read: «Engineer González has won tender for the Ramfis Park: the Beautification Commission deliberated after four hours last night» and «The project for Ramfis Park is definitely chosen in an important meeting held last night by the Beautification Committee». The original motivation for the setting of this public work was the land used for the mass burial of unidentified victims of hurricane San Zenon. Undoubtedly, they wanted to turn the place into a convenient Child Park, the first one outside the colonial district of Santo Domingo. This project by González, masterfully executed, posed the challenge of a new poetic context and the form of the Dominican urban space that would transcend not only its culture of design, but Dominican society as well.

The Park was inaugurated on December 26th, 1937. González lived at the time in Málaga, Spain. He received a letter of congratulations from CADSD dated on January 31st, 1938, which he replied to on March 28th, 1938 thanking the missive. In 1946, Page Cooper, American journalist, visited Trujillo City, had an interview with González, and visited with him around the works, in order to publish an article in a book with the title Sambumbia. A set of high quality photos survives this singular and memorable journey. This is the only text that remained about González’s golden period, and it is revealing in extremis, as we will see immediately. This information concerning Ramfis Park is extracted from it: «... Ramfis Park is the product of a design competition; a child park located in the middle of Trujillo City. I knew the place, since I had stopped by it several times, attracted by the rose bushes in the arcades between the building halls; one of them was a game room with low shelves full of books for children, the other one wasa wide room with tables for indoor sports. The skating ring, the pond, the bird cage and the Aquarium, are structured in a simple and seductive design. The first night, adults seemed to enjoy the Park even more than children, there were lots of young people playing chess in the arcades and ballet dancers performing in the main salon». Here is reflected the spirit of the place. Cooper speaks more of the successful acceptance by people of all ages, than about the project itself. Ramfis Park was for decades one of the most recognized touristic sites in the country, it was visited very frequently by local citizens and visitors from other provinces. Rafael Tomás Hernández, architect, who would stand out as one of the most prominent architects of his generation, during the 60s and 70s, remembered when he came from his hometown, Altamira «to visit the Ramfis Park and the Jaragua Hotel». Today, amazingly, it is one of the few works from the 20th century still existing in DR, and one of GG’s works that have been restored and successfully used by new generations. While today we judge the style of González’s work as classic, sober and balanced, it shows rigor and great elegance uncommon back then. Symmetrically planned, gently ramped following the natural topography of the site, with its axis directed towards the then ignored Caribbean Sea, it represents both a breakthrough on the notion of the landscape of public space in the tropics, as well as an excellent work of construction carried out skillfully by José Ramón Báez López Penha. The abundant green areas, arcades, careful details in the pavement design, ponds, railings and other accessories of this great project can still be seen nowadays. Everything seems to gravitate around a vertical pillar located in the center of the pond that made a stepped semicircular transition between the architectural body in the north and its outdoor atrium, where González placed a sculpture of great elegance, paying homage to one of his favorite sculptors, the Swedish Carl Milles (1875-1955). The image —we don’t know what material it was made of— represented a man standing with two children playing, which was very appropriate for the place. Cooper pointed out again that «with the money awarded in the Ramfis Park prize, González returned to his beloved country, Spain, where he reunited with the most wonderful thing that had ever happened to him, a Malagan young lady. Despite his sharpness and modernity, he had the kind of romantic heart for which life always keeps the promise of glories». And in a very weird, almost personal tone, she says: «perhaps he was not aware of the advice made by sociologists that your happiness increases if you marry a girl from your neighborhood, meaning someone that you’ve known all your life; or perhaps he just ignored it, since he married this young lady after a four-year engagement in which he saw her only 4 times...».


From Málaga, Guillermo wrote an unusual note to Virgilio Álvarez Pina, —it appeared to be more appropriate from the diplomatic nature of don Gregorio than from the very young and independent architect— that was published in Listin Diario on March 28th, 1938, which, using the rhetoric that will prevail in the public domain for two more decades, says: «Please, take the Ramfis Park project as an effective proof of my fervent enthusiasm for the prolific and masterful work of our illustrious President Trujillo. Although far from my homeland, I am pleased to reiterate my desire to continue cooperating with the Administrative Council, which happily represents and carries out, day by day, the magnificent work of the Dominicans’ Master». On January 11th, 1937, 16 days after the inauguration of the park, and as a final gesture of possession, Trujillo also inaugurated a Memorial Obelisk to commemorate the change of name of the city to Trujillo City. It was located in the coastal area of Santo Domingo by the Caribbean Sea where Moncito Báez would project his Malecón, overlooking Ramfis Park. This monument had a great connotation at that moment: Trujillo had accomplished his political goal and casted it in stone. Radical Modernity in the historic district The opportunity to make a piece of architecture as such did not wait long. The first famous houses, built for Porfirio Rubirosa and his wife Flor de Oro Trujillo, known as Rancho Cayuco, and the Bonetti residence on Bolívar Avenue were the first steps in the eclectic style of the time, probably led by the well-known and charming Alfredo rather than Guillermo. Don Anselmo Copello, prominent local businessman, recognized the talent of the González brothers and decided to assign them a new office building for his company, which would be built on the main axis of the historic district of Santo Domingo, on the corner of El Conde Street and Sánchez Street. Don Anselmo, who was Genoese, settled in La Vega and Santiago de los Caballeros, was one of the owners of the Compañía Tabacalera during one of its most productive periods. This time, Guillermo approached the project solution with total freedom of expression, without links to classical schemes previously explored in his local works. The Copello Building, designed and built in 1938-39, is the first work integrally made of Dominican Modern Architecture. The building locates a core of circulation and services at the West end of the property, leaving the corner for absolute functional use; this way, the angle becomes the main expressive element, resolved by González using a formula tested by Mendelsohn and other European authors, and spread out in other Latin American cities: Montevideo, Rio, Bogotá and Santiago de Chile. The intersection curve and the continuous horizontal windows (or striped windows), the vertical volume with nautical-inspired circular windows — previously introduced in Ramfis Park— the orientation of the stairs in the lobby towards the main street, are key elements of the composition. The elevation, a ground level under 3 upper floors, gives spaces for direct trade related to the main economic artery of the time. The construction was directed only by Alfredo González. They joined and set up the firm González & González Engineers and Architects, which took up the corner office in the second level of the Copello Building for several years. Together, they carried out many of the most significant works in Guillermo’s early career, until their eventual breaking up. It is assumed that GG was out of the country, possibly in Málaga with his family. The construction of the Copello building began on March 1st, 1938. A press release entitled «Copello Building will be opened on

October 24th» states: «Final touches are made to this beautiful work that has been the pride of his owner Anselmo Copello and engineer-architects González brothers, in charge of the construction». When this work was done in 1939, it was supposed to be remarkably contrasting in the Colonial District, where the houses sloping roofs made of cement and stone were prevalent for more than 4 centuries. Some other works of the previous decade had started the transit towards the transformation of this profile; for example, those of engineer Benigno Trueba —buildings Diez and Baquero, in 1927 and 1928— or other authors’ works, which had less impact. Copello’s mark paved the way. Various corner solutions were made inspired by his work, establishing a sort of stylistic line. Caro in the Palace, Humberto Ruiz Castillo in the Cerame, subsequently Reid and Reyes in nearer works, all built along the axis of El Conde street. This building was not only the first consistently modern work in the country, but the headquarters of the Constitutionalist Government that settled in the historic district during the Revolution in April 1965. It is therefore a place of historical dimension aimed at joining the National Catalogue of Monuments as the first piece in the 20th century. The 1939 Expo: NY Honored Citizen Living in Spain, during the crisis period at the beginning of the Civil War, González and his wife were surprised by a mail requesting them to be in charge of the Dominican Pavilion at the Fair of New York in 1939. This installation, of which we don’t have graphic evidence of, was built in the A-10 sector, at the Pan-American International Pavilion. Guillermo had already had experiences —apparently not executed— in these ephemeral topics, so it seemed to be appropriate to give him the mission. He didn’t imagine the positive consequences that this Ferial job would bring him. There are graphic evidences of González during the events of Dominican representation in the Fair. We don’t know under which circumstances this happened, but during the ceremonies, González was honored as a New York City distinguished citizen, one of the awards that he kept with greatest pride and that was always shown in his record. The medal, now kept by Julie Catrain de Despradel, reads: «For distinguished service to the city of New York». A «Reporter» note of the Listin Diario highlights GG’s participation in this event with these lines: «This meeting of the Reporter was with Engineer-Architect Guillermo González Sánchez, who has just arrived from Europe and the United States. In this country, he had the opportunity to lead the construction of the Dominican Republic Pavilion at the Great World Fair in New York». It continues with the following statement: «If González had not been already consecrated by the great works he had done in our country such as Ramfis Park and Rancho Cayuco, as well as abroad, we are sure that the Pavilion of the Dominican Republic in the Great World Fair in New York would have been his masterpiece». The success of this experience should not be only measured in professional or economic terms; because of it, among other things, 16 years later González was chosen to conduct the most ambitious project ever undertaken by the State, The Peace Fair and Fellowship of the Free World, for which the New York Fair in 1939 was decisive, as we will see later.

More details on this adventure and the very content of the exhibition, are described by Penson: «He traveled directly from Spain to New York, arriving on January 26, 1939. A memorandum of instructions awaited him, as awaited the Dominican Chamber in the United States and construction engineers Phillips, Raskin and Vollmer (LD, 26- 1-1939 and 02-08-1939)». «He designed the pavilion that was inaugurated on May 20th, 1939. At the entrance, there was a giant emblem with the flag and the national emblem. It was divided into three sections: Yesterday, Today and Tomorrow. A mural was built, which reproduced the map of Central America, from which the Republic was projected, enlarged, on an easy-to-read graphic effort made in order to raise awareness of the position of the island of Santo Domingo. One of the main attractions was an aquarium. On the “Selección del Pasado” (Selection of the Past), there were models of the Puerta del Conde, the Cathedral, the former Dominican convent, Church of Las Mercedes and Alcazar de Colón. In front of them stood a large cross. In the Today section, there were samples of forest and mineral riches of the nation (M CADSD, 1939, LD, 05-021939, pp. 1 and 6)». «At the shop windows of Casa Baquero, Dominican handicrafts were displayed for the fair: Luis Serrano Peralta’s hill furniture, from San José de las Matas. Bags, beach hats, caps, agave wallets, and other items made in Santiago. A lamp in carved mahogany and frosted glass, of indirect light, designed by the cabinetmaker José Rotellini, Calle Tomás de la Concha núm 1, S.D., was expected to be shown; a set of furniture by teacher Palacios and another by teacher Seco, both in carved wood (LD, 27.04.1939, pp. 1 and 4)». National Hotel and Schad House proposals. During his stay in New York, in the process of design and management of the Dominican installation, González received two professional proposals that would change his life: Trujillo, whom he met for the first time on this occasion, requested the design and building of a new and modern hotel for the Dominican state, to be called the National Hotel located near the new Malecón of Santo Domingo, which would become the Jaragua Hotel shortly after. González mentioned that he had received complete authorization from the head of state, then in his ninth year in power, and an unlimited budget — reasonably, of course. It is said that the name of the hotel was changed to avoid that it had the same name of the beautiful building of McKim, Mead and White built in the area of El Vedado, Havana, in 1930; said building was the most famous tourist facility of the sister island for many years. Secondly, during a dinner, coincidentally sitting next to businessman Frederick Schad, Swiss ship-owner settled in Santo Domingo since 1921, and by means of a quick sketch done on a napkin, GG was assigned to design the now nonexistent Schad House, which would be, in less than a year, the first modern vanguard house in the country, and was located less than 100 meters away from the dictator residence, in Gazcue. Chapter 3 González & González´s Golden Age Guillermo González, a mature person at 39, had accomplished many professional goals of unsuspected magnitude. The years of hard work in New York, those when his jobs as a waiter or chef assistant were needed to cover his enrollment at Columbia, seemed long past. His interest and focus in the competitive classrooms at Yale in New Haven, turning a 4 year career into 3, demonstrated the validity of the effort;

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collaborations in the studios of Keally and Stone, during his second period in NY, were his most solid intellectual experiences. González, settled in Trujillo City, after going back and forth between Málaga, New York and Santo Domingo, returned from the NY Fair and faced the biggest challenge he had ever had: the design and construction of the most important building that the President entrusted him as a symbol of the resurgent Caribbean nation.

Dominican Republic before the eyes of the world, in one of the most magical coastal areas of Trujillo City.

Years 1937 to 1945 were considered the golden years of his career, years in which growth was continuous, and success seemed to happen steadily. His masterpiece, the Jaragua Hotel, opened in 1942, and was published and cherished in several media of international prestige, standing out not only due to his skills as an architect but in recognition of the Dominican Republic as a an important place in the regional architectural scene. He built several residences for families of great influence in the capital society, including two of amazing rationality and purity. In 1943, he started his career as a professor at the University of Santo Domingo, where he validated his degree from Yale University in 1944. The frantic works for the Centenary of the Republic in 1944, confirmed him as the most important of the authors in the country. His children Blanca and George were born respectively in 1940 and 1943. Richard Neutra, one of the most notorious figures of international modern architecture, visited Trujillo City in 1945, and made very nice comments about GG’s work and some other buildings in the city. The personal and professional relationship with his brother Alfredo was highly beneficial for both.

Where does the image of this white building, example of pure constructive rationality, lying free and proud by the sea, come from? What was the vision of its author? Precedents have to be sought in the most unexpected places; as far as we know, it is not until 1942, that a similar modern hotel was built in the entire tropical region. After the Jaragua Hotel, Puerto Rico built its Caribe Hilton (Toro and Ferrer, 1949) and Panama, the Panama Hotel (Edward Durrell Stone & Méndez and Sander, 1947-51). Other similar structures, usually of smaller-scale quality and impact, were built in several Caribbean Islands.

Alfredo’s imprint Alfredo was his brother and confident partner; comments about his personality defined him as a friendly, highly sociable and hardworking man. His marriage with Josefa «Cofeta» Ricart Vidal, a charismatic lady of the high society, linked him with groups of great influence and increased, doubtlessly, the possibility of obtaining good professional commissions, especially in the field of domestic architecture. Excellent contractor, expert sketcher, designer of talent, he was the perfect partner for Guillermo. Photos from this period, mainly those taken during the construction of the Jaragua Hotel, showed the brothers in the work scene; Guillermo resembling an architect, elegant, welldressed; Alfredo looking like a contractor or a civil engineer, evidently focused on the task of the cantiere. The relationship between them was apparently good, with mutual admiration, especially from Alfredo to his older brother, the one with academic honors and professional distinctions. Years later, the professional relationship broke up due to the cutting off of commissions and contracts after Trujillo’s death. Both continued their separate careers with cordiality and respect, in such a way that works from one can be confused with those of the other. Caribbean paradigm, Nordic modernism There is no further information on the design process and management prior to the execution of the contract of the Jaragua Hotel, which was running since its direct assignment to GG during the NY Fair in 1939. Judging by the amount of commissions and works in progress from 1939 to 1942, González must have finally settled in Trujillo City, sharing his office with Alfredo in the Copello building. The truth is that this building is a real masterpiece in Dominican architectural culture. Nobody expected something so modern, so different, and so new. With its construction, the legend was born. Young scholars went to see the work the González brothers were doing to please the Generalísimo in that hotel that would represent the cultural and political advances of the

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The Jaragua Hotel was inaugurated on August 18th, 1942. That same day, coincidentally, Trujillo opened the Matadero Modelo (made by Henri Gazón), the Sanatorium for TB patients Dr. Martos (by Marcial and Leo Pou Ricart) and the Mercado Modelo of Trujillo City (by Henri Gazón and Moncito Báez).

If we go back in history, it is in the early work of Aalto in Turku where we see a graphic idea of the building rather than its volumetric conception. Although we are not certain of the GG’s in this city —former Finnish capital during its status as a Swedish province in which Aalto began his career and produced his first transcendental works— there is no doubt regarding the affiliation of the Jaragua Hotel to works such as his Maalaistentalo, the Agricultural Cooperative in 192728, which was later turned into Hotel and Aaltarium. The main relationship is obvious, the square rhythmic openings in the façades. The plan itself does not present any evidence. Beyond this comparison, we must see its critical interpretation in the Jaragua Hotel. New systems, old traditions The solution arises from the interaction of 4 components: - A central body, whose axis is oriented from north to south, towards the Caribbean Sea, which provides the main access from Independence Avenue. To the north, it has a doubleheight lobby, control and reception spaces, and a rectangular ballroom among a peristyle of pilotis on three of its sides. - In the east-west direction —to the east of the central body— there is a 5 level bar, with 3 floors over a central circulation, expanded after two years of opening the hotel with an annex for doubled capacity, facing the spacious and clean garden through cubic balconies, and the Malecón and the presence of the blue of the Caribbean Sea, to the south; and a smaller sized courtyard, to the north. This piece is mounted on the first level, on service areas like kitchen, laundry, etc. An outdoor terrace with a breakfast room connects this volume to the south with a private garden in which a swimming pool was available. A low horizontal slab on the Roof Garden gives the final shape to this bar, a special area open to the landscape, which already assumes the 5 principles of the canonical rationalism credo. - To the West, a two-level bar, later expanded, with other general services for guests, writing room, game room, bar, beauty salon, etc. A beautiful lounge with circular skylights resembling Aalto in Viipuri, was opened to the north lawn of the property. - The fourth piece is actually an empty space, occupied by a yard that assumes the southwest quadrant, where an acoustic shell and an outdoor party space were built. It became very famous for being located in the most attractive night spot of the city. This place was known as the Spanish or Andalusian courtyard of the Jaragua Hotel.

Diagonal tension, in rotating volumetric packaging, has been observed by more than one critic. This theme, induced by the power of the block of rooms to the prevalence of the low volume of the entrance and social spaces, the imaginary orthogonal confrontation, should be interpreted as a conscious design, in a smart mind as GG’s. Omar Rancier stated in a very accurate critical interpretation: «The arrangement of these parts defined with its 5 levels, a kind of spiral rotation, and a dynamic tension which scenically extends to its immediate context, unusual at the time. Few modern buildings in the world had this condition, not even on this scale, and even less in the tropics. Perhaps was this abstract property, the main plastic feature of the building, more than its well-balanced bodies, its various open areas that accommodate the requirements of lighting and ventilation of the rooms, or purist modernism which has transformed, at once, the vision that the Dominican society had of itself». Another significant aspect of this work is the advancement introduced in the field of construction and special facilities. The list of imported products and materials is extensive, and demonstrates the interest of spare no resources to obtain a competitive building according to the world highest level. The Jaragua Hotel underwent three other major modifications: the Spanish courtyard and its band shell; the building of some bungalows of diagonal and simple design, memorable due to some events occurred there and some hosted personalities. Billie Reid worked there for the first time as an assistant designer. At the same time, a 60-room block known as the first annex was built to the east of the original structure. Finally, years later, and as an initiative to increase the capacity of the hotel before the celebration of the Peace Fair in 1955, GG built a simple block of rooms and services, a second annex towards the northwest of property, that allowed access from Independence Avenue, at the time it was operated by the Holiday Inn Corporation. The Impact of the Jaragua Hotel Unlike many other initiatives implemented in the Dominican Republic, this one attracted the attention of the architectural world. Several personalities even came to the country to visit the building, among them Guillermo’s former boss, Edward Durrell Stone. The Impact of the project was almost immediate in different and relevant levels. Let’s check some publications on this topic: - Municipal magazine: «The Jaragua Hotel». February 1943, Trujillo City. It includes a long and detailed descriptive text of all the facilities of the hotel, floor by floor. - Interiors: «Built in war times: Trujillo City Jaragua Hotel». April 1944, vol. 103, pp. 38-39. The note identifies Edward Tyreell as supervisor of furniture and interior design. It describes the finishes of the interiors, and points out that several rooms were assigned to foreign officials that came to celebrate the Centenary of the Republic. - The Architectural Forum. «Dictator Trujillo built a luxurious hotel in the reconstructed Caribbean capital which today bears his name». September 1945. Vol 85 #3, pp. 117-120. It states that the pool is provided with filtered sea water, and provides data on the materials used in the project. It’s notable the way in which this well-known media refers to Trujillo. - Projects and materials. «Profiles: Guillermo González». New York, July-August 1949. Several pages dedicated to this author, highlighting several of his works either already built or in process.


Through these and other news published in the national press, it is possible to measure the impact of this building. But its real scale was the acceptance and intense use of the structure for its 43 years of existence. The swimming pool of the hotel was a meeting spot for young and adult, local and foreign, rich and poor. Actually, it is now difficult to measure the democratic dimension of the facility, but there are many anecdotes that confirm it. The parties in the Spanish courtyard were the appropriate moment for romance and night dreams, in which many songs were dedicated in the romantic place. «Moon over the Jaragua», a beautiful bolero by Luis Alberti, brilliantly sung by Juan Lockward, is remembered as one of the best songs in the extraordinary repertoire of the Orchestra. In 1985, a weird initiative, coming from public officials of the current government, attempted negotiations to pull down the original Jaragua Hotel, which had been closed for some years due to official indifference and to build a new hotel, designed by an anonymous foreign firm. The building was always part of the National Heritage, and as such, the Dominican State had the right to administer it, and formally requested in the Congress its protection as a cultural heritage. Despite a fierce opposition from local and international voices, the Jaragua Hotel, that tropical paradigm, the most valuable exponent of modern architecture in the Caribbean, fell down, before the astonishment of an angry and impotent society, and showing providential resistance. The Grupo Nueva Arquitectura, formed in 1979, had an active public presence in those years; they were spearheads in this struggle by means of different events, publications and visits to the competent authorities involved in the fate of the building, who lied, or simply ignored people’s claims. Finally, the illegal demolition proceeded, the building resisted with dignity the dynamite explosions, and had to be destroyed striking it with sledgehammers. Juan Luis Guerra immortalized this barbarity in one of his merengues, «Requiem for Jaragua». The Centenary: architecture as political fact After the construction of the Jaragua Hotel, the González brothers greatly improved their professional conditions. In 1942, they started the first part of a three level apartment building known as The Jaragüita, also located on George Washington Avenue (official name of the capital’s Malecón), just a few meters to the east of the Jaragua Hotel, on Gregorio’s original land, where GG’s family lived for many years after moving out from the blue wooden house. Years later, his family moved to Málaga, and Guillermo set up his apartment and his studio on the top floor of the Jaragüita. After the Jaragua opening, and during the construction of a series of private residences in the capital, González, architect José Antonio Caro Álvarez, and engineer Bienvenido «Bebecito» Martínez Brea formed a team. This group of competent professionals was responsible for carrying out three works of special significance that would open —along with other groups of simultaneous projects, assigned to various teams and authors— on February 27th, 1944, as part of the celebrations of the first Centenary of the Dominican Republic. On the accused modernism of the works developed in this ambitious program, Roberto Segre writes: «We have already referred to the existence of extreme double standards accepted in the Dominican Republic by Trujillo’s regime; on the one hand, the canonical rationalism of Guillermo González; on the other, the fascistoid monumentalism of Henri Gazón Bona. However, the group of works promoted by the government from 1943 to 1944 —in commemoration

of the Centenary of the Republic— opened fields of action for architects who identified with the Modern Movement». The Centennial Album, second publication produced by the regime to promote its achievements, describes the inauguration of the Lieutenant General Andrews Airport on February 22nd, 1944; the 23rd, the Sports Field and Racetrack; on February 29th from 9 to 12 am were opened: the junction of George Washington Avenue and the Financial Independence Monument, located on Palo Hincado Street; the National Museum; the Firefighters Headquarter; the Palace of Justice; the Barrio Obrero; the National Laboratory; the Murals of the District Palace; and they visited the Naval Base. Finally, on March 1st, there was a meeting to place the Building Block for the Columbus Lighthouse. As we see, at that time the works of Casino Güibia and Perla Antillana Racetrack were inaugurated, which, along with the Firefighters Headquarter, were the responsibility of González, Martínez and Caro’s team. Today, it is difficult to determine the participation of each of them in the project design, but by analyzing previous work, GG must have led the works, with an identical counterpart in Caro, who had already demonstrated his interest for modern architecture in several private buildings —one of them an apartment building near the Malecón, to the west of El Jaragüita— and would show his talent with the magnificent building for the Faculty of Medicine in the USD, which he probably designed in parallel with these three buildings. Martínez was essentially a great contractor and an extremely efficient administrator; he specialized in this field and was at the head of many offices related to public works during his long service until 1996. The Firefighters Headquarter is a noticeable building in the urban area. Located in the northwest corner of the extramural limit of the Colonial District, it is of modest scale, but of radical modernity right in front of one of the bastions of the wall system of the city. Its perspective ends with the Malecón, towards the North-South axis of Palo Hincado Street on its east curve, by the beginning of Mella Avenue, the second most important commercial center of the city in those days. The plastic code is white, rational, with its tower, its lower open floor and horizontal continuous windows. A backyard is accommodated among the other dependencies of this minimal work, but with great impact in its surroundings. The building remains today, despite several unfortunate interventions either in its volume or in its current distorted chromatic palette. The luck of the two other buildings was even worse. The Racetrack was located in the Northern outskirts of the city, but 50 years later, that place was turned into the current Plaza de la Salud, a public hospital complex built in 1995, during the last administration of ex-president Joaquin Balaguer. The Racetrack was basically a track of 1,000 meters, a clubhouse with stands and a series of stables, services and facilities. The main building was about 75 meters long, located on the northwest to the construction. It was a symmetrical structure, not attractive at all, although the 9 meter overhang covering the stands was remarkably nice. It was structurally designed by engineer Leonte Bernard, who would work with González throughout his professional career. The team worked with features of modern rationalism again, in a somewhat formative way. A gate with arches that led the building to the main street somewhat resembled those of Ramfis Park. Casino Güibia was built over some old existing structures dating back to 1920s. Transformed by Alexis Licairac in 1943,

it was located on the waterfront of the only public beach in the city, more than 1 km to the west. González and Caro increased and transformed the existing pavilion, turned it into a one-story nice piece leading to George Washington Avenue, overlooking the sea with wide balcony suitable for meetings, board games and social activities. A dance floor in the beachfront usually gathered a lot of people. Güibia was for decades the resort of the capital, the only one within the city. Only Boca Chica, located 30 km to the east of the city offered an alternative. This building has also suffered painful transformations after repairing it, due to the damage caused by Hurricane David in 1979. Other expansion works were carried out in the building in 1947. The local press stated: «The work inaugurated in Güibia Casino yesterday morning consists of a large, covered reception room, in an area of 258 square meters, and surrounded by open terraces with a total area of 540 square meters. In its exterior, the new building follows the original style. The set almost triples the capacity of the original building. The new facility was built under the direction of young, distinguished architect Virgilio Pérez Bernal, and comprises the first part of a series of significant reforms to be introduced to the beautiful seaside casino. The beach will be reformed later». Another work of González y González, whose authorship has recently been confirmed thanks to the inquiries made by Dr. Edwin Espinal, is the ornamental fountain in Ramfis Park in Santiago de los Caballeros (currently Plaza Valerio), which was a work designed by brothers Marcial and Leo Pou, and built by engineer Rafael Aguayo Ceara during the program of works of the Centenary. It was inaugurated on March 30th, 1944. The piece, of great elegance, was drawn up in terrazzo by Juan Tomás Tavares Julia. The works of the Centenary constitute a fundamental milestone in the political process of the time. After 14 years, the Generalísimo had become the center of national life in all possible ways. A text drawn from the essay «Iconografía Trujillista» written by Giovanni di Pietro, summarizes it: «The past doesn’t matter. Apparently, the country is heading towards a bright future by the hand with Trujillo. And there are pictures of Barrio Obrero, George Washington Avenue, the Firefighters Headquarter and the Naval Base of Trujillo City. The magnitude of his work can persuade you, gentlemen». Peña Batlle claims, in the banquet given in honor of the Special Missions, «when I say that all these public works are because of him; that all that strength and determination that is observed in these people, is encouraged by him; that the growth and prosperity we all admire, was led by him; that this peace and happiness we have today was raised by him». Rich and Poor González made two projects typologically similar, but contextually and socially opposed. The solutions in the two cases are differentiated taking into account their differences more than their similarities: the Social Worker Center and the Santo Domingo Country Club. The first one, constructed years before the second one, which no longer exists, was located on the northeast corner of Enriquillo Park in the north of the city, in what was becoming a popular and developing neighborhood: Villa Francisca. The Social Worker Center was a two-story building, designed to serve the growing working community of the sector and other parts of the city. It was primarily a center for entertainment, games, meetings and recreational activities. One of its most notable features was the balconies dominating the view towards the corner of Caracas Street and José Martí Streets. They had a piece of pre-cast concrete in the form of trellis

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or fretwork, something very common in the local vernacular architecture. The presence of these details in González’s radical modern architecture represents a first look at the informal architecture. Indeed, the rest of the building doesn’t evidence any other feature. Even one of the most memorable details, was a flying stair very similar to the one made in the southwestern side of the Jaragua Hotel. The building, under construction in 1945, was inaugurated as many other works during these 31 years, on October 24th, in the usual celebrations for the dictator’s birthday. Then, it was unfortunately torn down and turned into a commercial parking lot. About this, Cooper Page quoted: «When I visited it a few days ago, I got captivated by the spacious and open living room with its roof supported by four massive black pillars. The design is simple and daring: playrooms, an illuminated handball court, a wide staircase that leads to a ballroom and balconies on the second level». The other project dedicated to recreation, follows a similar structure, but is aimed at the opposite of the social spectrum. It is the Headquarters of Santo Domingo Country Club, assigned by that institution to Virgilio Pérez Bernal, who was González’s designer partner in multiple projects for several years. Pérez Bernal (1918-1992) was one of the most important designers of the years. He graduated as a civil engineer from USD, in 1942, took postgraduate courses in Chapel Hill, North Carolina, and Harvard University, Boston, getting his MD in Sanitary Engineering in 1944, when he returned to the country after a brief work experience in NY. This building was located on a promontory, at the end of a sinuous road through the trees of the most prestigious golf course in the city. The two level scheme is developed here again, providing the second level with ballrooms, and a large terrace overviewing the most beautiful suburban landscape. The architecture is white, modern, with some unpredictable pieces in its context, such as coated limestone surfaces, among other details. We have few images of it, but we have many memories of this beautiful place that was torn down in the 1980s to start other large-scale facilities. Regarding the news published in the press concerning the granting of the contest to Pérez Bernal, it is said: «The architectural design of the work reflects a modern interpretation of classic style, with very attractive simple lines matching the intended purposes of its construction. Pérez Bernal also had the great vision to choose beautiful colors for the interiors, and introduced a decorative notes such as the stone walls». «This two-story building is surrounded by elegant galleries and a beautiful terrace, for its interior distribution was taken into special account, there are favorable conditions for ventilation and circulation that were in accordance with the climatic conditions and the location of the building». In 1944, Penson also documents the design of the Santiago Tennis Club, although there is no evidence of its construction. GG joined José Antonio Caro and Bebecito Martínez, probably within the same program of works designed for the Centenary. The design didn’t match at all with GG’s stylistic lines in this period. The Social Worker Center is an urban work; another in the bucolic scenery of the capital’s periphery. The first one meets the needs of modest citizens; the second, the life of high society. Both represent, with similar architecture and same architect, their aspirations based on the characteristics of the moment.

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The unbelievable Sambumbia Journalist Page Cooper arrives in Trujillo City in 1945. She wrote an important text, published by The Caribbean Library (NYC, 1945): Sambumbia, A Discovery of The Dominican Republic, The Modern Hispaniola. The importance of this text is that it is probably the only account of GG’s relevant work in his golden period, as he points out. During her visit for a few days, Cooper interviewed GG at the Jaragua Hotel, and took a tour through the most important works so far: The Copello Building, Jaragua Hotel, Centennial works, the University of Santo Domingo, as well as the Worker’s Center, still in construction. Cooper’s text explains in detail GG’s thoughts and personality, his circumstances and his professional perspective: «It was not difficult to identify Mr. González among the men in the lobby; I was looking for someone fairly young, fresh and compact, free of mannerism, as modern as tomorrow, tempered, and full of grace. He met all these qualities, a strong forty-six year old man, rather tall, full face, a little mustache, short gray hair, brown eyes, and friendly with the cunning of someone who has received military training». «While we were walking by the front of the hotel seeking the sea fresh air —no one but he could talk about the best ventilation— he told me about the practice of architecture in the Republic. Here the architect does it all, works the foundations, cooks food and serves it. He doesn’t live in an ivory tower where artists bring him drawings; and contractors bring models. In his office, González designs, analyzes and supervises the work, while his brother runs contracting and construction». «He likes this part of the profession: physical activity, movement from one place to another, to touch the materials, tiles, glass, fittings and installations; even the sound of the mixer would seem like music to him. This is because in the Dominican Republic, buildings are made of block and reinforced concrete; or completely reinforced in concrete. Here, masonry is not practical since this island is formed by coral rock, good only for decoration. The Spaniards used them for their walls, but they were four or five feet thick; a construction method that is not practical today from the economic perspective. There are very few bricks and they are not used in façades. Even with other choices, Mr. González would prefer concrete, since it is more flexible than the brickwork». «I asked him whether architects used color on concrete, and if not, how these buildings as the Jaragua remained so white. “Just water and lime. This gives a subtle finish and is economic” said Mr. González. “The Jaragua is covered with a layer about twice a year, of course,” he added, “we could not use this in New York”. We both laughed, thinking of fingerprints and smudges of soot, resembling billboards, in a building like this, in Manhattan».

«“It’s like dressing a beautiful woman. Add a touch of lipstick, a little color on the cheeks and eyebrows, never too much, and an accent of color here and there. After all,” he concluded, “I am Latino.” I wondered if he was authentically Dominican, or a mixture, as are the majority of Americans; or if his family origins date back to those gentlemen who accompanied Columbus, like we track up ours to the Mayflower. He told me he was a pure Dominican». He also tells about the materials and finishing elements imported for the Jaragua Hotel project: «In most cases, Mr. González was forced to use what he called indigenous materials. There were no luxury finishes, with the exception of some pieces that came from United States, such as elevators and Herculite doors, those beautiful glass doors at the entrance. Most of the materials were brought from the United States, except for the beautiful tiles made beautiful in the Republic. War complicated the process, so Mr. González was forced to sort things out differently, and he succeeded anyway; for example, the baroque, unusual and massive chandelier in the ballroom, which he designed and ordered in the United States. “Anyway,” he said, “In the Republic, there are carpenters that would have done it”». «“One of the best ones is Mr. Palacios”, he said. “You should meet him. You can go to his workshop any day. It is opposite the cemetery, and you will find him carving a fine altar for a convent or an intricate Renaissance chair. He is excellent and can make whatever, from a box of cigarettes to a dining set”». «We entered through the open doors of the ballroom to watch the elegant branches of the spider lamps. Another detail that I found particularly attractive was the entry curtains in blue and pink, and then I asked who the interior designer was. “I was,” said Mr. González. He had no intention of doing so, he hoped to leave that part to Dorothy Draper, whose work he admires, but because of war and other problems, he ended up doing everything, selecting furniture, doing landscaping. He had a clear idea of everything, from the first sketch to the hibiscus that adorns the front wall and the petunias around the fountain. With all this experience, he created comfortable environments for guests; I wondered what Mr. González’s design for his intimate family place would be like. When I asked him about his dream house, he laughed». «“That’s a paradox,” he replied. “I haven’t built my own house. For an architect, that’s the most difficult issue, you have so many ideas that, probably, you will never put them into practice in one house, so I stay in the one I built temporarily, and I don’t know when I can build a better one”. “Anyway,” he added, “I prefer to build public buildings instead of residences”. I suggested that perhaps it was easier to deal with a Board of Directors than a housewife, he replied with a smile and no comments».

It’s amazing how González recognized here, some of the influences of his architecture:

He also talked about his participation with the team now formed by Caro and Moncito Báez in the works of the University of Santo Domingo, and about the process of designing two new hotels, probably, the Mountain Hotel in Jarabacoa, and the Hamaca Hotel in Boca Chica, constructed a few years later:

«Has Jaragua been an inspiration by European influence?, I asked Mr. González. It looks like some Scandinavian buildings I’ve seen in architectural magazines. Mr. González smiled like someone who has a slightly guilty conscience. He is a great admirer of the Finnish and Swedish architecture, and surely he took one or two ideas —architects always take the best of what they see, no matter where it comes from—; but taking into account the functionality of the Jaragua design, he considered it very American. However, as it was designed for a tropical country, he had the opportunity to do something beautiful and practical at the same time».

«He is currently designing two new resort hotels —resort hotels are his favorite above all other buildings, and he wants to continue designing many more for a long time— in addition to the Engineering School, which will be built next year. He is a member of the Board of Architects responsible for the creation of the University City. He considers that the design of the Engineering School is the best work he has done so far in relation to modern functionalism and suitability in form and design. In fact, efficiency is his main concern; he believes that if the planning is accurate, he can be careful of the aesthetics, even though the latter is determined by the design itself».


«This was the chance to ask him about the thin concrete latticework resembling shutters in the Faculty of Medicine, providing shade without blocking ventilation. Since several of these pieces were stacked up at the bottom of the half-finished building, I figured it would be an integral part of building design. They were redundantly decorative, and I wondered if they were new ways for a new tropical architecture». «“They are not new,” said González, “but they are good; they were borrowed from Brazil”. Once we are done with the Engineering building, Mr. González goes to the classrooms because he is a Professor of Architecture. He has a very motivated class, and three of his students want to go to Yale this year». The reference to Brazilian architecture is really interesting here, due to the fact that it was in its bloom with the works of Niemeyer in Pampulha, and with other architects projected in the MoMA Show «Brazil Builds» in 1942, the subsequent catalog of 1943, all of huge international impact. Cooper concludes her article with a personal and emotional note, which places our character in his environment: «A hotel bellhop came out the palm trees and rose bushes, and called Mr. González’s phone. He excused himself and crossed the porch, with that attractive and sleek elegance, in an American and Yale way but with something special, a tropical grace, as he says when talking about his architecture: “After all, I’m Latin American”». Hotels and industries The impact of the Jaragua Hotel motivates the immediate scheduling of a series of key works that would become the inventory of the Dominican State Hotels, a catalog that still exists but is greatly neglected after 60 years of ignorance and abuse by its administration. GG was in charge of drawing up projects for two hotels, one in the mountain and the other in the beach. For the first one, called Montaña Hotel, the design starts just after finishing the expansion works of the Jaragua Hotel, as Cooper stated in her article. It is a building on the Cordillera Central, in the recently opened sinuous road that connects La Vega city, in Central Cibao, with one of the most idyllic spots in the country, Jarabacoa. This small town with cool weather, located in a valley surrounded by pine trees, flowers and rivers, is one of the most seductive and attractive settlements for second or vacation homes. Its most significant moment was the opening of the road and logging during the 1940s. Many homes of the highest quality were built by distinguished families. They are still admired, as they show a palette of materials and finishes of high influence. They were designed by two Spanish exile architects in 1939, Tomas Auñón and Joaquín Ortiz. González works another longitudinal block of rooms, this time almost everything was arranged viewing the landscape, with services and public spaces towards one end; on the other end, the presidential suite. A large pool serves as a transition between architecture and the beautiful scenery of the Cibao Valley. The façade towards the road was treated with wood paneling and bricks, in a somewhat forced combination, alternating stairs, restrooms and service units. It seems like the image of the works for vacation homes designed by the two architects previously mentioned was imposed to González, who didn’t like to work with these materials. Hotel Montaña is indeed the only known case of the kind.

The two levels of the building are structured toward the entry through a series of rhythmic volumes emphasized by canopies, one on the entry shaft of the public volume and the other on the opposite end, directly by the presidential suite. The models, dated 1947, pointed Bienvenido «Bebecito» Martínez Brea as the general contractor of the work. The second hotel building, designed in 1949 and completed in 1951, is probably the most poetic project of all of González’s works: the Hamaca Hotel, on the southern coast of the DR, on the closest beach to Santo Domingo, Boca Chica. In this case, 3 levels meet the landscape in which the hotel literally lies. 28 rooms are arranged on each side of a central corridor on the top floor, where again, the greater number face the beach; the intermediate floor leads to the street, to the north it is centralized between a dining room and the sea, a famous dancing space overlooks the Caribbean Sea through a balconied gallery without vertical supports. From the entrance, and through the lobby and the reception desk, the prospect ends with a volume projected in the second level, where the bar rests on firm columns on the beach; this gesture of great emotion consolidated the Hamaca, thanks to its architectural expression, as the most visited beach hotel in the country for many years, and a paradigm of modern tropical life. A fourth level is shown just by the arrival block to the west, to allow access to a presidential suite, that shows motives that are allegorical to air navigation. The rooms overlook the sea through a window framed with openings rhythmically tied to the internal dimensions of each space. The set is neat, obviously of nautical spirit; not few structures are a mandatory reference of it; Cap Ducal Hotel in Viñas del Mar is an example. About this topic, AAA adds: «The Hamaca Hotel sits on these white sands as a ship wrecked on land with its head facing east. González rescues the boat architecture without the literalness it had before, this time more subtly and conceptually. It’s not a contemplative sea building, but it looks like an actor performing on stage, as if they bind and penetrate each other, making the guest part of the experience. This scheme has not been repeated in any other seaside building in the country. The plans, edges and scales as a whole allowed the visitor to gradually discover the sea to finally visualize the beach. Part of its structure was introduced into the water, resembling an indoor sea pool with a panoramic terrace in the sea. This building became an icon of hotel architecture since its construction in the mid twentieth century». There are many stories and anecdotes about the Hamaca Hotel; many couples started their married lives here in this white sand beach where several generations of children played. Today, the building has been preserved, evolving into a project as a social piece in a larger-scale program, developed around a backyard that acts as a filter. The project was the result of a private initiative led by architects José Antonio and Danilo Caro Ginebra, (Caro Álvarez’s sons), following a request from the central government in the 1980s, aimed at restoring and enhancing the neglected original structure. Four years later, GG would design two other hotels, linked to the logistics for the Peace Fair and Fellowship of the Free World in the country. Two projects attributed to González, also originally public commissions, but poorly documented and belonging to the industrial sphere are: the Dominican National Brewery, which produces Presidente beer —built by engineer Monchín Bonetti—, located in the western extension of Independence Avenue; and a confusing paternity project for the Dominican Industrial Society, better known as The Manicera, located in

the industrial area to the north of Máximo Gómez Avenue. Both were constructed on big extensions of land still, and are still operating in Santo Domingo. González’s role here has not been well documented. The Roof Garden of the Brewery Particularly is renowned, as several social activities, festivals and cultural events took place there. They continued the tradition that started on the roof of the Jaragua Hotel, which was similar in its architectural nature. An unimplemented project of special interest is the Colegio del Sagrado Corazón in Ponce, Puerto Rico, in partnership with important local modern author Rafael Carmoega in 1950. Chapter 4 Traditional residences and modern habitat One of the most extensive and controversial elements in GG’s work was related to his domestic architecture. Since the beginning of his career, he participated side by side with his brother and partner Alfredo in the construction of high level residences for renowned families in the capital. It was indeed Alfredo who started the first houses in 1934, according to Penson’s files published in 2006. Alfredo carried out a series of constructions including, for example, his family house, located on the corner of Bolívar Avenue and Dr. Delgado, a house dated on 1934 with beautiful composition, very influenced by Art Deco, although it had a central courtyard scheme. Another important house designed by Alfredo- apparently never builtis one of two levels which urban legend attributes to an order by President Rafael L. Trujillo, as a structure for the Office of the Executive Advisor. A very famous work, paradoxically not included in the exhaustive account of Penson, and probably one of the first ones in which Guillermo participates, was called Rancho Cayuco —located in one of the large properties from the southern side of Independence Avenue by the Malecón, back then an area of strong real estate development—, built for the famous couple formed by Dominican playboy Porfirio Rubirosa and the eldest of President Trujillo’s daughter, Flor de Oro. This house, later used as Headquarters of State Secretary and then as San Luis Gonzaga School —until its demolition in the 1970s to turn it into Sheraton Hotel— was built with neocolonial style, and it began a long series of houses constructed with the same style by the González brothers. We infer that the project was designed during Guillermo’s visit to the country in 1935, when he also registered to participate in the Ramfis Park contest. We have seen how on his return from the NY Fair in 1939, the Listin Diario newspaper credited it as one of his best works carried out so far. Few images of this structure survive, where its volumetric composition and the central courtyard of great local influence at the time stand out. José Miguel Bonetti’s family house on Bolívar Avenue is still in excellent conditions, being one of the oldest, constructed in May 1936. This house, like Rancho Cayuco, adopts the Mediterranean style with gallery, arches, yard and other typical elements of the formula. The Bonetti house shows a more severe sense of volume and is signed by González & González; this is the first document that ensures the existence of an association between the brothers, and Guillermo’s direct participation in the design. This residence is actually a piece of exceptional quality. Its courtyard, originally open to the sky, has been covered with an elegant translucent skylight and used as a family room. This work reflects a maturity of style and experience, something rare in such young authors.

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From 1939 on, other houses, all of traditional style, followed up: the remodeling of two of Cáceres Troncoso’s houses, located on the corner of Pasteur and Santiago Streets, in 1939-40; González Schotborgh’s house, on Moisés García Street; Ernesto Mathis’ house, on Nicolás de Bari Street; Consuelo Vidal’s house, Ricart’s widow, on Manuel Rodriguez Objío and Nicolás de Bari Streets, these three in the same neighborhood. Some of these houses are nonexistent, or in such precarious conditions that cannot be recognized. Ricart’s house, for example, was torn down and turned into the parking lot of the Central Bank. There are many stories regarding this house, the neighborhood and its famous owners. Another unidentified house was designed for Dima A. Pérez in 1945, on Castillo and José Desiderio Valverde Streets. Amelia Vicini Cabral’s residence, built on Máximo Gómez Avenue in 1948, in an amazing property located between Independence Avenue and George Washington Avenue, is among the most important ones, not only because of the design and scale of the project, but because of the notable family. This house of great elegance, located in the center of a large lot surrounded by very elegant lawns and gardens, is still remarkably preserved, even furnished and decorated as originally conceived. Its scheme is aimed at a complete use of the splendid view to the south of the Caribbean Sea, turning the most important areas of the residence toward the garden where it overlooks. A linear block on the east-to-west axis is developed here again, with the social areas to the east and the services to the west. González explores again the Bermuda type roofs made in detailed layered concrete on sloping roofs, one of the constants in his residential designs in this period. A spectacular open-air terrace is a key point of the house in its approach to the most climatically pleasant corner of the complex, facing the Malecón from the southeast angle. Young William Reid Cabral, GG’s senior student at USD and Amelia’s nephew, actively participated in this work; he always remembered his collaboration with González in this, his first work of great significance, as one of the most remarkable and important events of his successful career.

Considering the frequent association between Pérez Bernal and González —we have already seen their relation in Casino Güibia and the Country Club headquarters, among other works—, and making a detailed analysis of the contrasting work made by Frómeta immediately after, this speculation has indeed some worthy elements of critical consideration. Domestic Breakthrough As we have mentioned, it was not until an unexpected encounter with Frederick Schad during dinner in New York in 1939, that Guillermo decided to design his first residence in a rationalist language. He had already tested it successfully in the Copello Building; now he had to assume a new attitude in the domestic sphere, subject that he put into practice with certain tentative solutions in this peculiar two-story house, built near President Trujillo’s residence in Gazcue in 1940. The Schad house states the morphology of an elongated bar with a balconied terrace open to the Southeast on the second level. Regarding this house, Mauricia Domínguez writes: «Located at the back of the property, its sloping topography is appropriate for two level buildings. Each level is worked as a horizontal body in reverse shift. Open areas in each floor are treated with equal balance by opposition; so, the open area of the marquee and access is opposed to the opening of the upper terrace in the east direction, both accompanied by a circular support column. This shy attempt would find its greatest potential in the Jaragua Hotel terrace. A plane of nine skylights marks the entrance to the lobby. The windows also emphasize the horizontality with an irregular rhythm. The details are slight landing planes and a thick frame in the ceiling that moves to the ground plane». Very few photos of it are preserved; some that were taken during GG’s visit to it stand out; he was accompanied by two ladies, presumably his wife Mercedes and possibly the American journalist author of Sambumbia. The Schad couple can also be seen in them, in a relaxed and contemplative attitude, walking around the still empty front garden.

An under-recognized residence in the catalog of works of the González brothers, which, as far as we know, was never published, is that of the family of Don Alberto Bonetti Burgos and Cristina Brea Battle, located in a large property with access to the corner of César Nicolas Penson Ave. and Máximo Gómez Ave., across from which the Consulate of the United States operated for decades. Confirmation of GG’s authorship came recently, thanks to the drawings provided by its current owners, Jaime Bonetti and his wife Maritza Zeller. The residence features an unusual composition of structured pieces around a small central courtyard, and a rather square configuration. The facades and finishing touches show great care in both composition and work, which was completed in 1952 under the direction of engineer Juan Bernal.

We have no account of the commissioning process for the other major rationalist house built by GG, the famous House Telefunken, a nickname given to the Pichardo Ricart’s home because of its radical aesthetics and modernity. Paíno Pichardo was one of the officials linked to the regime, serving as Secretary of State. The choice of the González brothers as authors of his house, located on Independence Avenue, to the west of Máximo Gómez Avenue, was somewhat predictable at the moment. The renowned house was torn down to turn it into the Malecón Center building complex, overlooking —like the other houses located along this stretch, built prior to the extension of George Washington Avenue— the Caribbean Sea; a small cove served as private beach in the family property.

Also within these schemes, but more expressive due to its exposure to the landscape from the top of a promontory in Trujillo City, was Ms. Gisela Velázquez de Troncoso’s house, built on Bolívar Avenue in 1947, where today is located the main temple of the Mormons in the DR. The terrace —with a light curve— stands out in the scenery, as it stood for an anthological image of this memorable residence.

Pichardo’s house showed a more relaxed design control. It was also planned on two levels and in a bar scheme oriented east-to-west, like the Schad and Vicini houses, which had a better relationship between the two levels, and an admirable simplicity in the accommodation of the open and full spaces. The façade towards Independence Avenue summarized the composition of two empty volumes, a large scale one over the marquee, framing the second-floor terrace; and the other one, in accordance with the first, poking the window of a room to the front garden, on a smaller scale. Later, the house was expanded with the construction of a covered terrace extended towards great courtyard in the south, but it never lost its configuration and its original elegance.

There is no documentary evidence on it, but several authors attribute the design to Guillermo González, although it is usually atrributed to young architect Amable Frómeta, collaborator and eventual partner of Virgilio Pérez Bernal, head in the construction of Peña Battle’s residence in the north of Trujillo City. This house of notable gravitas, formally linked to colonial and historical repertoires, is occupied by the headquarters of the Universidad Iberoamericana (UNIBE).

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Recently, two private residences attributed to GG have been studied. One of them appears on the Memories of the

Administrative Council in 1939, in a cast of houses built in Gazcue. It is a two-story villa of exquisite and ultramodern style. Judging by the certainty of the existence of the others included in these pages, the house must have been constructed, although we don’t have any evidence: no photos, no plans, and no anecdotes. A house like this, so pure, could not go unnoticed. Either it was torn down early, or it was not built in Santo Domingo. The other one was located on the extension of Independence Avenue, on a property bordering the Malecón. Argentine dictator Juan Perón was hosted here when he lived in Trujillo City in late 1950. Both undocumented residences are pending for affiliation, but they show the imprint of the Modern Movement in the Dominican Republic, and the influence of González in its development. Two houses of vanguardist spirit have not been documentarily confirmed, but are attributed to González by various sources. One is Juan Velazquez’s house in Boca Chica, whose receipt dates prior to 1939. The other one was built later, by 1950, for Dr. Jaime Jorge’s family, on César Nicolás Penson St. Both were designed with the same elements as the previous modern houses: two-story orthogonal pieces, away from the front boundary, oriented along the east-west, with oblong windows and piles. Jorge’s House —today Perelló’s— is kept in good condition, although its demolition in the near future is being considered for real estate development. Collective housing and tropical sense A relevant issue over these years was the construction of the so called apartment buildings, multilevel housing condominiums that began transforming the profile of the single-family construction in Gazcue and other sectors of the expanding city. Once the works of the Jaragua Hotel successfully finished, the González brothers started two other real estate initiatives undertaken by the same company: the first one is the building known as El Jaragüita, located on the corner of George Washington Avenue and Félix Mariano Lluberes Street, less than 200 meters away from the hotel; and the second one, the González building, located on the corner of Pasteur Street and Casimiro de Moya Street in Gazcue. The first one was demolished to turn it into an infamous outdoor parking lot for V Centenario Hotel. The second one remains somewhat neglected, however with few alterations to its original structure. El Jaragüita was one of the most celebrated buildings in DR. Its original scheme of three levels with circular balconies towards the angle of the southeast corner, the scale of its mezzanine —reduced by GG to the unprecedented height of 2.40 meters— the whiteness of its facade and the simplicity of the volume meant, at the time, an extraordinary impact on their careers, when the prestige of González grew due to the opening of the Jaragua Hotel. El Jaragüita includes two apartments with different distributions, one on each side of a central block of stairs. The plant is very small but highly efficient. About this building, Mauricia Domínguez in AAA053 states: «The first level functioned as a basement; the upper floors were arranged differently, with two small apartments on each side of the stairs. Above them, the top two apartments, of longitudinal extension that runs parallel to el Malecón to take advantage of the sea view. The previous formula of terraces open to the East is kept, in this case, incorporating the curved body in flight of the Dutch masters. Skylights in the opposite end illuminate the bathroom, followed by a projected rectangular balcony, and colorful windows framed by small eaves, complete each level».


«Guillermo lived in this building for some years. A fourth level was added in the 1980s, repeating the pattern of the lower floors; then a partially covered fifth floor was also added, which enriched much more the balance of the total volume. The original plans were designed in April 1942». Many friends, colleagues, and senior students from UNPHU visited and enjoyed Guillermo’s affection in his top level apartment in El Jaragüita. Architect José Horacio «Sancocho» Marranzini remembers the long hours spent in the design workshop of that apartment, where they worked from 5:00 pm to 5:00 am, respecting, as GG said, «the calm and cool hours after the last phone call of the day, and the first of the next one». A small pond on the top terrace of this apartment served as a pool. We keep in our minds very intimate and special memories of this place. The 6-story block of González’s Apartments, located further north from El Jaragüita, on a corner of Pasteur Street in Gazcue has other characteristics, although it keeps the same modernity. The aspect reflects a nonexistent symmetry due to the fact that the vertical circulation block has been was placed towards the south in reference to the central axis, allowing a two-bedroom apartment to the North and a one-bedroom apartment to the South. The top floor shows an inward offset, defining the finishing of the block. Large balconies dominate the aesthetics in the corners toward the east front facade. The access from the landing of the stairs to some back spaces acts as a counterpoint of interest in the distribution diagram. A rare thin canopy with unusual supports leads central access from Pasteur Street. GG built several apartments in the family property area, either on Félix Mariano Lluberes Street or on the perpendicular Crucero Ahrens Street. On the latter street, in the southern boundary of the property, the blue wooden house built to give shelter to the González Fernández-Canivell marriage still existed. GG built a simple building of 4 levels with two units per floor and low strut in the 1950s. At that moment, González had achieved, based on prestige and factual confirmation, to lower the standard ceiling level from 3.30 meters, as regulated by Law 351, to 2.40 meters, used from then on as the standard for residential condominium units. The composition is dominated by a long and slender canopy over tubular steel columns, from the building to the front edge of the property, far from the one designed for the González building on Pasteur Avenue a few years earlier. This has been worked with a number of hanging elements made of concrete, also present in the wide balconies, as awning. This is an original and underused resource, typical in some buildings of the period, developed by González and other authors under his influence, such as Billie Reid and Nani Reyes, Gai Vega, Manolito Baquero, among others. Regarding this building, AAA054 says: «The support beams of the solid planes of the roof and the transparency of the rails of horizontal metal sheets stand out. The horizontal line of the railing bars is opposed to the plane of the horizontal side windowsills, forming an interesting game of full and voids. These formal details give the work a strong control of the horizontal aesthetic, a characteristic of Guillermo González». Another unidentified block in the city was published in Arquivox 3-4. It is a project for Leo Ricart made in 1950 by Guillermo and Alfredo González, a simple 4-level building, with one apartment per floor. The plan demonstrates not only his ability to easily articulate the project, but the skill to summarize, in what appeared to be a single sheet of drawing, the entire project of the building, including the structure calculations.

The case of Consuelo: Modern batey GG had an unusual case with the building of Edwin Kilbourne house, general manager of Consuelo Sugar Mill, and six residences for executives in 1951-1953. They were directed from the offices of the Sugar Milll called Casablanca. Consuelo Sugar Mill was founded in 1881-1882 by the West Indies Sugar Corporation and was located 12 kilometers to the north of San Pedro de Macoris. It belonged to a Cuban company in 1950 that owned the Quisqueya Sugar Mills too, las Pajas, Boca Chica and Barahona. Mr. Kilbourne was married to a Dominican lady whose family name was Santoni. Luis Arambilet, Spanish, served as a field assistant and surveyor in the construction of these houses. González already had an aura of renowned author; some young people of the period recall going and observing him carefully with admiration in the construction area when he went to supervise the work. These houses had extraordinary charm; today, despite the neglect, they preserve their attraction, a mixture of their literally rural location and their gentle modernity, in that idyllic environment of the bateyes that Sugar Mills executives used to enjoy. These houses of Consuelo Sugar Mill were distributed in large tracts of private land, where there were no apparent limits, and the relationship between them was not a relevant design element, unlike the houses designed for Barahona or Boca Chica Sugar Mills, which were arranged along a longitudinal street or road, sharing backyards and green areas between neighbors. GG focused his interest in these Consuelo houses in the units as such, where he has an exquisite sense of scale, the gaps go all the way down almost to the floor, taking advantage of the complete opening of the site. He uses the Bermuda roof finish again, something very frequent in GG’s work during those years, and he used the tested palette in suburban projects like Santo Domingo Country Club, in which plain white endings come together, with surfaces coated in opus incertum with limestone so typical of the South of the island; with drafts, plaster and other smart and witty details. The original owners didn’t live long in their houses because in 1956, Consuelo Sugar Mill suffered the same fate of many other Sugar Mills in DR when Trujillo nationalized them and registered the inventory of properties under his control. Chapter 5 Urbanism, architecture and academy Guillermo González had, in different moments of his career, a very close and productive relationship with the academic world. His title at Yale University was homologated in 1943, moment when he seems to get involved in the classrooms of architectural design at the University of Santo Domingo. At that time, the campus was being designed and built in its new location, in the western outskirts of Trujillo City, in an effort that brought together many of the most renowned authors in the local scene. The urban plan of the USD Trujillo City was expanding. Other projects were also developed during this year: Barrio Obrero, one of the dictatorship’s attempts to develop a comprehensive housing policy for the capital working class; the building of the Normal President Trujillo, Leo Pou Ricart’s project, finishing the journey along the Boulevard Trujillo Valdez. Urban and housing policies of the regime deserve a detailed study. The construction of the Governmental Palace began in 1944, under contract with Guido D’Alessandro’s office, and finished

in 1947. We confirmed that within the spectrum of a rationalist architecture of remarkable impact, the dictatorship began the construction of what was the great building panacea of it, for which an impressive budget was assigned, similar to the construction of the University City. It is still unknown in the work of González an extensive urban production planning, or avant-garde approaches to the subject. González was an author of works of architecture by vocation and training. His approach to urban discipline starts with traditional, axial, academic, vision, in which the layout based on big axes, figurations of pure Euclidean geometry, clear public spaces, balancing parts and formal structure, responds to the nineteenthcentury principles in his designing spirit. The first large-scale urban project in which GG got involved is the master plan for the campus of the University of Santo Domingo, a city that, like others in Latin America, was taken up to expand and modernize its higher education infrastructure, thus: Bogotá (1934), San Juan (1936), Caracas (1940), Panamá (1947), Río de Janeiro (1950), México (1950), among others, developed new examples of modern urban university campus of high quality, some of them before and some others after this one in Trujillo City (1947). There are opinions on the direct influence of the design of the National University of Colombia, directed by Leopoldo Rother, as a precedent for the urban projects cited, although in a comparative analysis they don’t have many formal similarities. The University City, built on 340,000 square meters, had a cost of five million pesos, which was a huge state investment at the time. It was designed by the team formed by José Antonio Caro, Guillermo González and José Ramón Báez López-Penha, and it reflected in its urban layout an essentially classical scheme: a central avenue —Juan Sánchez Ramírez Street, with 650 linear meters— oriented east-to-west, flanked by the faculties, ending in the volume of a great symbolic building, the Aula Magna —later known as Alma Mater—, designed by Humberto Ruiz Castillo in 1955, during the works for the Peace Fair. Law 487, giving legal substance to the USD project was issued on January 22nd, 1944. The land of the project takes up about 36 hectares, and it would cover a demand for 5,000 students, according to the memories of USD 1947-48. It also adds: «The design, plan and execution of the works were directed by the following architects, all professors of the Faculty of Science: José Antonio Caro Álvarez, Guillermo González Sánchez, Humberto Ruiz Castillo, Leo Pou Ricart and Marcial Pou Ricart». Ruiz Castillo —one of the architects formally educated in Europe at the beginning of the 1930s, dedicated teacher and author of countless famous religious and domestic works— built the admired Institute of Anatomical Pathology in 1944, a classical academic monument. The beautiful building of Dentistry was built pretty soon too, attributed to Marcial Pou Ricart, with a central forward body and side entrances, one of the most interesting and refined features in the university area, where drawing workshop classes of the School of Engineering and Architecture were imparted for several years. There is no evidence of González’s projects for buildings in the campus, although his presence is noticeable in one of the best works of modern architecture in the country: the extraordinary Auditorium of the School of Medicine, masterpiece of José Antonio Caro Álvarez, with whom he worked. Caro graduated in Paris, and was a professor of Urban Planning at the Faculty of Engineering and Architecture, and eventually became president of the USD, so he must have had a leading role in these initiatives. The years that Caro and González worked together (1942-1945), either in the works for the Centennial or

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the University, defined the production of the best Dominican rationalism. The works of the Ricart Pou brothers and Humberto Ruiz Castillo were remarkably valuable. It was a truly exceptional period in which sublime works of enormous cultural representation were executed. As an article extracted from his thesis with Gricelys Rosario, Alex Martínez published in AAA046: «From the beginning, it was planned as a city, developing the idea of a satellite city placed on a grid of orthogonal axes. According to the testimony of José Ramón Báez LópezPenha, Guillermo González Sánchez’s team brought up the idea of developing a rationalist plan, with main and secondary streets arranged orthogonally, while Báez advocated for an organized scheme of irregular layout. Finally, González’s proposal was taken, causing Báez’s team to get out of the committee in charge of the urban development of the campus». Over time, the original plan suffered some changes. The Library building was constructed in the closest lot to the Aula Magna; students’ dormitories plan was never carried out. The original scheme was largely respected, except for some minor alterations, such as not making some of the roads shaped as exedra in the west end of the campus. The campus has lost its capacity for urban integration with the rest of the city, which was a paramount aspect in its original plan. At a certain point, some important authorities found convenient to construct a wall around this huge property to control access, something that could be good in terms of security, but has damaged the merging presence of the campus with the city of Santo Domingo.

that it allows orchestras and dance groups to play; a T-shaped plant equipped with trees, it is an outdoor pleasant place that allows expanding the audience. More than a stairway, it is a stepped plaza; an urban living-room in the open air, a space of admirable and careful design, and a modern project integrated to its historic environment. Another major urban project organized in 1953 was the planning of the so-called Sports City, to be built in the surroundings of La Fe, where other works had already been carried out, such as the Perla Antillana Racetrack and the Baseball Stadium. Several ministries and other public buildings would be located on the northern edge of the large property on San Cristóbal Avenue, from 1956 on, although the plan for the creation of a coherent urban project was never materialized. As far as we know, Guillermo González didn’t participate in these initiatives; they were directed with great discretion by Bienvenido «Bebecito» Martínez. During the 31 years of Trujillo’s era, the entire country was intervened. The Chief’s prints can be seen today in workingclass neighborhoods, social improvement projects, hospitals, schools, hotels, medical clinics, libraries, among others. The iconographic program was transmitted through architecture, and above all, through the buildings of the Dominican Party, constructed around the country in a formula established by Henri Gazón, and they assumed the scale of the population where they were built. The border with Haiti was especially colonized with well-equipped urban projects, settlements designed to repopulate that region and stop the eternal invasion of our neighbors, a process that was assumed as a state policy since the late 1930s. There are really sad stories regarding this issue. The Fair: capo lavoro

Turku, the thesis at Yale and the stairway of Moncito One of the most discrete interventions of González was his project for the public space of the stairway on El Conde. This work, whose date of execution has not been confirmed, was commissioned to Moncito Báez. It definitely resolved the interconnection between the central line of the historical district and the Western edge of the city harbor. The increasing tourism in the historical district has confirmed the forecast of this infrastructure, which has also been used for the successful taping of artistic events and visits of pleasant local citizens. The initial idea of this work could have originated in González’s thesis at Yale, the one developed for the City Hall. Although it is not possible to distinguish these stairways in those drawings of 1930, they would not be completely outside of the scheme, where the construction of the building against the ancient cliffs is perceived. Another valuable reference to consider is the stairway made by Finnish Erik Bryggman (1891-1955) in Ylopistonkatu, the center of the city of Turku. Bryggman, member of the Nordic Modern Romanticism, was famous for his real estate projects, and for his early participation in the exhibitions of Turku and Stockholm. As we have seen, González must have admired this design on the same trip where he got in touch with the works of Aalto in that city. Anyway, it is a curious speculation to link both Nordic and local works due to their functional and aesthetic similarities. The place is amazingly well preserved, having been built in the early 1950s. 65 years have already passed since its construction, and it does not show signs of deterioration despite little or no maintenance. The whole project is based on ramps of comfortable steps. GG made sure to always work with a 0.15 x 0.40 ratio in his steps, unlike the normative 0.17 x 0.30; it was built in local limestone, taking up almost the entire width of El Conde. It has such a big landing halfway

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Today it is impossible to transmit the impact that the Peace Fair and Fellowship of the Free World had in the imagination of the Dominican society. Its realization was due to the herculean task assigned to a team of invincible men, intimidated by the imprint of the dictator and his minions, motivated by making real the unreal; it defined a before and an after in the culture of space in Dominican Republic. Memories of the writer: I was a 4 year old boy; my younger sister and I we were taken on a Sunday of 1959 to walk around the Fair, holding my father’s hands. It was a memorable life experience; an experience linked, incredibly, to the place itself, its sense of scale, to the occupation and relationship between the volume of buildings, to the conjunction of the powerful symbolism of the signs, either those that represented the dictatorship or those that had to do with the architectural iconography per se. It was still a vague, inexplicable, early reading of a multidimensional whole, regarding geography, city, landscape, architecture, sculpture. It was a totally overwhelming experience. The unforgettable, intimidating colossus; the gateway with that harp-shaped piece full of allegories to the regime; the central fountain and its wonderful water movements, its sound, and the freshness of its splash. The buildings that opened up to plazas, particularly the City Hall, with that wonderful lower open floor and its pilasters coated in red marble from Samaná, perfect for playing hide and seek and for joyful walks under the shadow of that powerful mass. The clock with its skin of square bricks, its bells and its shadow. That sharp triangular monument, mounted on a planetary sphere in front of a low pond, and finally, the omnipresence of the Caribbean Sea, all in blue, its wild waves and endless horizon; the whole composition was monumental, but it was, honestly, much more than that. To the eyes of a child, it was the «ball, funfa, Columbus»: the world, the fountain and the giant sculpture.

It was the gateway to the future; it was the idea of another country, another place, another time. Birth and development of the idea The idea of holding national meetings in order to celebrate the achievements of the country’s development was a common practice in the region. We have already seen how GG went to Puerto Rico for the implementation of the Dominican Pavilion at the Inter-Antillana Fair in 1936. Horacio Vásquez held the so called National Exhibition of Santiago in 1927, one of the most memorable events of the first half of the XXth century in the country, partially produced by Mario Fermín Cabral, who was also responsible for the initiative of renaming Santo Domingo to Trujillo City in 1936. Regarding these meetings, Delmonte and Martínez, who have developed a marvelous historical research, the most important produced on this topic so far, said in a revealing article in AAA054: «On March 30th, 1954, Trujillo’s Peace Fair was inaugurated in Santiago, with agricultural and industrial themes, organized by a committee of important personalities linked to the regime, either from the regional government or the Dominican Party. It was held in the area occupied by the Enriquillo baseball field across Barrio Obrero of the Tabacalera in La Joya. It displayed all the progress since the establishment of the dictatorship in 1930, and governmental agencies, private institutions, commercial firms and businessmen in the province took part in this event. The f Santiago Fair was an exhibition of nonpermanent structures placed in five blocks whose main streets were paved; it was even called “the metropolis of the Fair”. Trujillo turned all his attention to it and considered it of primary importance, to the point that he moved his government to Santiago from March 28th to April 4th, 1954». «The excitement caused by the success of the Santiago Fair in 1954, and the dictator’s satisfaction of all the achievements, motivated Mario Fermín Cabral to repeat it again in 1955, of course with greater investment and with expectations of better outcomes. With the celebration of the 25th anniversary of the regime, he proposed to Virgilio Álvarez Pina, alias Cucho, contributor to the dictator, to perform a new version of the Santiago Fair. Cucho sensed in Cabral’s proposal the great opportunity of holding this event to strengthen his relationship with the dictator (which he had recently recovered) and began to shape the idea, this time having the capital of the Republic as the host. According to this information, Álvarez and Cabral joined efforts to project a major exhibition in Trujillo City where the figure of Trujillo and his work would be highlighted. The event would be held around May, 1955». «On October 24th, 1954, El Caribe newspaper published a statement by Virgilio Álvarez Pina where he showed the foreground of the fair, which, according to his opinion was made by José Antonio Caro Álvarez. However, during the investigation came out the undoubted leadership and prestige of Guillermo González Sánchez in the team. He assumed the architectural project as a whole and was its conceptual organizer, because of his experience at the International Fair of New York in 1939, where he had been responsible for the design of the Dominican Pavilion. Undoubtedly, González was the only one with the ability as a designer to face a challenge of this nature. Direct connections were set up between the Dominican Fair and the Fairs in Barcelona and Seville (1929), in New York (1939), Rome (1942), Milan (1947) and in Port au Prince (1949)». Other stylistic links are identified; in his doctoral thesis, Tejeira Davis states:


«The most spectacular of all modern projects of Trujillo was certainly the Peace Fair and Free World Fellowship in 1955. Dedicated to celebrate Trujillo’s 25 years in power, it consumed a third of the national budget that year. The buildings are generally modern, carefully designed and made with expensive materials; somehow reminiscent of the rationalism of Mussolini’s Italy, or perhaps even the architectural politics of the Franco regime after 1950». Delmonte and Martínez state in their research: «In early September, they had already chosen the place, a strip of land of 50 hectares, 4 kilometers west to the city, in a plot that bordered the Estancia Ramfis and Fabre Geffrard Avenue (currently Abraham Lincoln Avenue)». On October 22nd, 1954, through Decree No. 279, it is stated that the Fair would be under the auspice of the Dominican Government, and that the opening date would ber December 20th, 1955. It was also announced that it would cover five hundred thousand square meters, limited by Sánchez road to the north, George Washington to the south, the Angelita Children’s Hospital to the east and the Dominican National Brewery to the west. Simultaneity of the project and the works: The Technical Board Once the area was assigned, and financial and institutional support was assumed, the team that would carry out the project in less than a year was formed. They were aware from the beginning of the amount of work they had ahead, so a group of collaborators with management, project and work joined the quiet figure of Chucho and Guillermo González, in which could be summarized as the best of the professional capacity of the country at the time. They formed the so-called Technical Board, attached to the Pro-Celebration Board. This organism had its office in a house on Benito Monción Street, Gazcue, where INAVI offices are located today. This place was arranged in offices and a design workshop where representatives, suppliers, designers, contractors and prominent officials in the process dropped by every day. According to the stories of collaborators, Guillermo sat on a drawing table, surrounded by other tables, as in the center of a stage. He started the labor day with pencils, rulers, squares and a ream of drawing paper, sketching ideas of each system, each building, and then they were assigned to the professionals of the team who had to finish the session with technical plans and pass them over to the contractors, who, the next day, would start implementing them on the site. The process did not admit hesitation; it needed a quick mind, an expert, able to instantly produce the required details, and direct the production of executive instructions without delay and no questions. GG had such a great ability that he worked with professionals like Manuel «Manolito» Baquero Ricart and Edgardo «Gai» Vega Malagón, either in the design team or in the execution contract of the City Hall; with Leo and Marcial Pou Ricart, too, in the building of the National Congress, both projects in the center of the Master Plan. Along with José Antonio Caro, who had an admirable professional career parallel to his, he designed the Angelita Hospital, which was turned into the hotel of the event, and worked on the construction of Paz Hotel. It was the last hotel designed by González to meet the expectations about eventual massive visitors to the relevant international event. The team of collaborators also had young figures that would play an important role in the following years: Amable Frómeta, responsible for designing the Pavilion of Nations, on the southern edge of the set, in contact with the Malecón and the Caribbean Sea (whose reference to the Trylon and Perisphere

in the 1939 fair is more than evident); Rafael Tomás Hernández, author of the Portico Norte; Manuel «Meme» Cáceres Troncoso, José Horacio Marranzini, Margarita Taulé, Johnny Pujadas, Erwin Cott; all of them partners at the time. Billie Reid and Nani Kings were responsible for several international pavilions, some of them of great architectural attraction; Bernard Vázquez Leonte assumed the supervision and control of works. He was a highly qualified engineer with great experience, who turned into Guillermo’s frequent collaborator and close friend. He reported his daily activities on the ground directly to GG and don Cucho. Virgilio Pérez Bernal was an important executive in the Board and responsible contractor of several important buildings, the National Congress and the Pavilion of Venezuela, among others; he also appears as one of the main protagonists of the initiative. Other notable collaborators officially linked to the work were architect Humberto Ruiz Castillo and the engineer Pedro Pablo Bonilla. The list of participants was very long, as it included designers, consultants, contractors, suppliers and providers of services; in fact, it involved a great amount of prestigious professionals. The urban layout The urban proposal of the fair has at least three worthy precedents to bring up in this research. The first one is an article written by Guido D’Alessandro and José Antonio Caro in 1937 in which, several elements would last over time, until they find a place and eventual completion in the fair. This plane is the first document suggesting the need to integrate, in Trujillo City, several public buildings with a symbolically important character, an idea raised along the axis of the Máximo Gómez Avenue. Here the main governmental buildings are concentrated, including the National Palace. The idea of these two professionals must have gravitated very heavily on the plans of the Dominican State until it became real with the Fair project. At some point, someone, probably Guillermo González, proposed to turn the main facilities of the Fair into offices for ministries and public buildings, thus making real a need that was pending for almost two decades. Although it did not consider the inclusion of public buildings, the plan for the expansion of Trujillo City written by Moncito Báez, proposes a radial urbanization connected to the existing one, almost in Renaissance style. It is not difficult to imagine the little acceptance of this radical but stimulating idea. The third precedent is an unresolved mystery. It is a picture of a model found in the files of GG that appears to be a blueprint for the Fair. He had such determination in the arrangement of the volumes and in the continuous articulation of them, that this modern project is greatly contrasting with the final solution adopted for the Master Plan. It has some ideas included in the plan, although the topographic conditions and the site of the project are far from real; there is no documentation of this scheme, we don’t know when it was drawn, or whether it was considered for implementation. The truth is that there is no evidence of any other project in the work of González, or in Dominican Republic, for which this scheme has been assigned. Although a little bit distant, we should refer to the strong impression and great influence of the 1939 NY Fair on González’s imagination of the plan. We can see the axial geometry conducted at a scale and with some unusual means; also, the presence of a roundabout in the sequence of the tour, a certain resemblance to the one conceived by GG in 1955. There are 4 sketches for the fair in the National General Archives, none of them with the requisites for the final project; the first one was wrongly attributed to Caro by Cucho Álvarez in a press release from October, 1954. It shows the basic ideas to be developed in subsequent drawings and, apparently, it was drawn by one person only. The absence of the trapezoidal

lot that eventually would occupy the Pavilion of Nations is particularly shocking; at this place, there was a similar figure to the portico of the north entrance. Same for the location of the Pavilion of the Armed Forces —conceived as a «C»— in a place that would then occupy the National Congress. The scheme already has in this initial version the proportions and basic urban part; several semicircular exedras are noted as geometric theme, at some scales. This issue was substantially minimized in later versions. Equally strong was the diagonal tension of several volumes, including the Angelita Hospital, previously designed by JA Caro for Dr. Miranda, and used as a hotel during the event. The Master Plan of the Fair presents, in its conceptualization, some subjects previously tested by González in the Master Plan of the USD: - Orthogonal: The rhythmic, modular grid, is doubled in the central quadrant occupied by the City Hall to the west, and the National Congress, to the east, facing the central fountain as landscape and symbolic mediator. Three aspects characterize the grid: the fountain, which produces the required circular profile resulting from the circle in contact with the edges of the central blocks; an exedra of great dimension that defines the boundary on its western end; and the Malecón, which diagonally cuts the southern edge of the composition, all that in accordance to a trapezoidal opening in the form of the batch of the Pavilion of Nations. - Axial: It’s a classic design argument, it is developed on the north-south axis, following the natural gradient of the topography, and turning the fair towards the sea. The northern extension of this axis has a length of over 5 kilometers, and turns into the Winston Churchill Avenue, one of the main arteries of the contemporary city of Santo Domingo. - Monumentality: It’s expressed in the scale of the ensemble, in its severity and its perspective; two elegant pieces define the territory of the fair: to the north, near the Independence Avenue, is the entrance portal, destroyed after Hurricane David in August 1979 —still pending for reconstruction, claimed by various citizen groups, such as the Dominican DoCoMoMo, and also referred to in the winning project for the Revitalization of Centro de los Héroes in 2004, which is still waiting for contract— and to the south, acting as coordinator of motion towards George Washington Avenue, the Pavilion of Nations, a splendid square which is dominated by the vertical symbol of the triangular cone on the planetary sphere, obviously inspired by their counterparts in the NY Fair of 1939. - Balance of buildings: Not only the axial promenade begins and ends in monumental spaces. The buildings are placed based on criteria of scale and balanced mass of enormous subtlety and elegance. The two largest and highest volumes are at the center of the composition, supporting it; the buildings are arranged in quadrants that are linked cardinally, obeying proportions and similar masses, although their programs and aesthetics have their own identity. - Contrasting elements: Solid and closed elements are contrasted with thin, open and transparent pieces; this occurs both at the urban and the architectural level. Façades facing the west are protected from the sun with shades and blinds; the east is more diaphanous and transparent. - Public Space: The spaces between buildings and roads are qualified, judiciously sized, endowed with vegetation and urban furniture; the sidewalks are wide, spaces are generous, but never over dimensioned. On the gradual evolution of the track, the aforementioned authors added:

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«An interesting fact is that the great monument to the Generalísimo —designed by José Antonio Caro Álvarez and Spanish sculptor Juan Cristóbal— would be built much further to the north of the site; it was initiated before the idea of Peace Fair, and marked the north-to-south axis of the fair design. Obviously, the main avenue that crosses it is a line connected to that monument that prevailed in design decisions». As far as we know, this monument was commissioned to the sculptor, who started it in a workshop in Madrid, and he made a bronze model which is still kept by his descendants. The idea of the monumental sculpture was eventually postponed to be done after the Fair, and eventually abandoned due to the death of Trujillo and the sculptor. They both died in 1961. State and architecture: unstable equilibrium Within this splendid urban mise en scene, an architectural program never seen in the country was developed. The buildings of the complex were divided into two groups, depending on their final destination: those who would remain, acting during the Fair as public parts of the building structure —at the beginning, only the Municipal Palace and the Palace of Congress were considered in this group— and those generally intended as pavilions for international delegations or other minor functions that could disappear or be radically transformed. Finally, more than 70 structures were built with permanent character. The first push was the start of road works and infrastructure in late November, 1954. They had already got the plan made by González, with the distribution we know. A month later, the works for five of the main buildings had started after their allocation by bid. There was even a model, which is now missing. Let’s figure out the effort developed by the design team led by GG in these few months. To make matters worse, the project, mainly of political purpose, had to include in its artistic expression a series of iconographic and communication resources that could allow it. GG shows off there, putting into practice his skill as a draftsman and his experience in handling the most complex details that only a trained hand in fine arts could do. The complex had a great symbolic meaning, which enriched and pluralized the context. Statues, great monuments, porticoes, fountains, majestic buildings that contained major departments and other law enforcement agencies of our state administration, produced an admirable, organized and plastic effect of great balance. The official emblem of the Peace Fair, for example, was designed by José Vela Zanetti. «This conjunction was handled carefully by the organizers of the fair, avoiding showing direct evidence of the objectives of the dictatorship, and they appealed to the subtle interpretation of neutral language of modern architecture. It is noteworthy the fact that within the fair there was not a monument to the figure of Trujillo —which was a local custom— except for a medium scale statue of Trujillo at the entrance of the building of the Administrative Council. Mostly, they used symbols related to his figure like stars and laurel, or national symbols as the national emblem and flag. It was a semiotic of the state through architecture that exceeded even its direct relationship with the dictator, in order to remain as an architectural urban complex with its own identity». The complete construction was done taking advantage of one of the most abundant supplies in the country, after the commissioning of the Dominican Cement Factory in 1947: reinforced concrete. An early initiative GG had was the use of a system of modular structures made of Trusscon steel joists, sold by Mateco Company. This system was dimensioned in

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lengths of 6.00 —some of the buildings had squares sized 6.00 x 6.00 meter— as generic unit for all buildings in the complex; it allowed an astonishingly rapid implementation of the floors and mezzanines, which was a fundamental aspect of compliance with the tight schedule of works for the initiative. The system has worked remarkably well over the years. Also, the intensive use of the national inventory of marbles and natural stones was promoted, mostly the locally abundant and worthy travertine, which was used to coat the central buildings for the National Congress and the Administrative Council. Public buildings The most prominent and powerful space is undoubtedly the one along the central boulevard; it covers 10 blocks that define its journey from Independence Avenue and the north portal, circling the fountain, and ending in the Pavilion of Nations and the Malecón in the south. Around this space, González ordered the construction of the six most representative public buildings: the two central ones (Congress, to the east, and the Administrative Council, today City Hall of the national district to the west), recessed about 20 meters from the alignment of the four quadrants (NE, NW, SE, SW), occupied by Secretaries of State after they were used as exhibition pavilions during the Fair. This scheme reinforces the power of the central circle, making the masses of these 6 pieces nearly equidistant from the center of gravity of the whole, and creating a system of visual networking from any point of the journey. - Administrative Council The Palace of the Administrative Council is an updated interpretation of the thesis at Yale; the experience of the EUR, and that modern classical architecture so nice to the taste of the time in Europe, had refocused the plasticity of the solution performed there. This building stands out among other outstanding buildings as a unique case of González’s monumental rationalism. Proud of his work, he gives us an open floor plan, a series of internal spaces that are rich in movement and proportions and scales of large urban grandeur. It’s worth mentioning several details: the aspect of solid block carefully drilled, resting on a breached plinth in open plant, whose rhythm is duplicated in the traditional balcony that sticks out from the main hall to the central square of the set; the two low symmetrical volumes to the north and south, interconnected by an integrated gallery to the central volume, in thefirst level; the balance between large solid areas covered in local travertine; the scheme of vertical pilasters of the west façade, remnants of that drawing of the central body in the thesis at Yale; the layout of the upper bodies evoking everyday life aesthetics; the distribution of functions in the five operating levels, are still kept with little variations after 60 years of continuous use and low maintenance. It’s one of the most outstanding buildings of the work of GG. He was preparing for 25 years, from our viewpoint, one of the key pieces of modern architecture in the Caribbean. Either architecture or city, building or symbol, the Administrative Council constituted the cornerstone of the ensemble, oriented towards the East, as emblem on the distance of the city of Santo Domingo, still identified in 1955 as Trujillo City. - Congress The building for Congress also reproduces the format of a central body and two other lateral bodies, each holding one of the two main public rooms, a room for senators (to the south) and a room for deputies (to the north). The main chamber for sessions is located to the east; it is the center of the composition, behind the square. Taking into account some preliminary drawings, this space was designed as an orthogonal volume of flat roof with a marquee for vehicles on

the first floor. The three rooms for official acts show remarkable dignity, they are modern but serious; their height, distribution and symbolism are still relevant, despite the functional claims and contemporary equipment that they have been subject to. The tripartite scheme vaguely remembers the famous Finsbury Health Centre of Berthold Lubetkin in London, 1938, although in our case, it is a building of larger scale and representation. The central areas of Congress are dedicated to circulation between the parties. In the façade, which is strongly exposed to the west, the central space features sun protectors made of reinforced concrete in a rectangular form, perfect modulation at three levels, with closed, environmental control inward. The function rooms are absolutely blind. GG again shows his balance of full and empty, his mastery at proportions, as he mounts this diaphragm over a balcony and a solid horizontal piece along the elevation, where the elegance of national emblems predominate in high relief. Leo Pou Ricart, one of the pioneers-veterans of early modernity, like GG, was credited as collaborator in this building. The work was directed by Virgilio Pérez Bernal. A respectful and largescale intervention was conducted in 2000-2004 in a project led by architect Federico Freites, to provide more offices and spaces required by congress, which has grown significantly since 1955. The ministries and other state institutions Many of the institutions that would eventually be located in the buildings constructed for these purposes suffered a delay until they took their final location. In the only plan of the Master Plan that survives, many of them shared the same building; over time, the generic nature of the facilities has enabled a continuous change of venue, so it has been very common that one building has included 4 to 5 different institutions since 1955. The four buildings occupied the four quadrants around the central space of the complex: -Southeast quadrant: Ministry of Interior, Police and Communications This lot was assigned to the building that would occupy the Ministry of Interior, Police and Communications, as defined in the urban project. The building was planned with a structure of rigid modulation subjected to the 6 x 6 meters grid. Two aspects were distinguished: its exposed west façade, with concrete brise-soleil of great elegance, and a subsequent free volume covered by a recessed dome of strange presence in the set, apparently remnants of the imaginary model of the possible original draft that was never developed. Shortly after, this structure was assigned to the Ministry of Agriculture, which ran there for many years, until a fire produced apparently with deliberate intention in 1994 ruined it, leading to the eventual demolition of the ruins. The purpose was never formally confirmed. Fortunately, in 1996, this lot was taken for the new building assigned by contest by the Central State through the OISOE, the Supreme Court of Justice and the Attorney General of the Republic. It was designed with great respect for the scale and the spirit of its emblematic modern environment; and it finally opened in 2005. - Northeast Quadrant: Public Works Building / Agriculture / Economy and Treasury This building, as well as the rest located in the worthwest quadrant, was a simple orthogonal block of four levels, with a volume modularly integrated to the south, responsible for the transition of scale towards the Fair ensemble. The west façade has an ingenious system of horizontal concrete brise-soleil that are quite closed, which have been kept very well over time. An elegant mural makes counterpoint to the closed façade, at the north corner of the second level. A two-level marquee


slightly displaced from the orthogonal design dominates the front elevation. South and north elevations are composed of a grid of regular windows in total intercolumniation, of exquisite proportion. The east façade presents a disturbing vertical projection on its northern and southern ends, almost demanding for consideration of that elevation as an independent plane, isolated by this device from the total mass of the building. The location of the Secretary of Public Works at this venue was virtually fleeting. A larger building was constructed the following year for this Ministry, designed by the architect Leopoldo Espaillat Nanita in his thesis at USD. It is located on San Cristobal Avenue, near La Fe and the Baseball Stadium to the north of the city. Other institutions were constructed in this area, starting another large-scale urban development, but that was never fully executed. - Northwest Quadrant: Education / Foreign Affairs / University / Public Health / Social Welfare This is a five level block with two annexes to the south. This block has an east glazed façade, demonstrating its structural scheme. González again contrasts the reticle with a vertical blind plane to the south of the front façade; this resource of full and empty is very frequent throughout the whole building. Some of the Terragni in Fascio’s house in Como, Italy, looks like this composition. A stair of identical design to the original one in the Jaragua Hotel, and also one developed in the Social Workers Center, is available in the far West of this two-story block. - Southwest Quadrant: Headquarters of the Armed Forces One of the few institutions that were previously intended for a singular building was the Armed Forces, which occupied the grounds of the entire southwest quadrant. In the original scheme in 1954, this institution had occupied the place later on assigned to Congress, showing its importance for the State at the time. Once again, another orthogonal modulated block that defines its east facade with glazed openings along its height and width, and honestly expressing the structural reticula. A horizontal marquee reduces the scale of access in the first level, whose northern and southern sides have areas in free plant on rectangular columns, similar to the first level of the Administrative Council. This building has neither the symbolic significance nor the decorative system of others; it is a modern structure, almost utilitarian, with distant echoes of Terragni. Two murals in high relief define the penultimate modules on the facades of the second level towards the east. At the core of the composition, a short flight suggests a balcony in the three central modules, acting in conjunction with the subtle lifting of the sill in the 5 central modules of the fifth level. The locks of the building have been replaced after suffering substantial damage due to frequent hurricanes in the country.

of a simple orthogonal structure, emphatically framed by a simple façade, with no concession made to traditional forms. A lateral, exempt structure of smaller size on the entrance plaza houses the bell tower and the cross. The façade has two images of saints on both sides, and a central, circular emblem attached to a lighting grid from the south. Internally, it is a unique space of a single nave, whose stained glass, scale and lighting —provided by fine layers of diagonal, lateral brise soleil— constitute its main ambient richness. A small choir loft reduces the height from the south entrance. The wall of the apse, a Christ Pantocrator mosaic, was chosen by González —as noted by Sancocho Marranzini, it is very similar to those of the Church of San Roberto Belarminio in Piazza Ungheria, Parioli, Rome— so as to reduce time of completion of the project. Another decorative detail links plans drawn by Eugenio Pérez Montás with those eventually chosen by González for the design of the stained glass. - Building of the State Sugar Council The State Sugar Council (CEA) is headquartered in one of the original buildings, located on the western side of the Fair complex, in the lot defined by a semicircular exedra that terminates the transverse axis of the plot. Its eastern glazed façade features vertical brise soleil, same as the building of the Dominican Electricity Company (CDE), but different from the rest of buildings, all of which feature horizontal ones. A low body of services and warehouses completes the figure drawn by the exedra and defines a support courtyard for the institution’s operations. - The Electricity Corporation The headquarters building of the Electricity Corporation, assigned to Virgilio Pérez Bernal, was completed shortly after the Fair opened, with plastic appliances similar to those used in the original buildings. We do not know with certainty if the project was designed by GG. The site was previously occupied by the Administration Building, which doubled as the Pavilion of Books, a small, elegant building that still exists, functionally assimilated by the South Energy Distributor Enterprise (EDESUR). - Supreme Court of Justice This large-scale structure occupies the complete south block behind Congress. It was built by Alejandro Martínez, engineer, around 1958. The design was commissioned to the architect Francisco «Cuqui» Batista, then one of the most skilled drafters and designers in the capital. Cuqui was very skillful in unifying his work with the prevailing genius loci, such that it was almost perceived as part of the catalog of works made at the beginning of the project. It was structured around a system of rigidly framed walls in its four façades, at a moderate distance, confined to four blind corner blocks. The spirit of Piacentini and his EUR appear again in this severe marble structure.

Other buildings

- National Museum It was an articulated block of two floors, located to the east of the National Congress, designed to house the growing and important archaeological and historical Dominican collection. It is distributed symmetrically around the axis of the south entrance. Two high relief works on the sides of the entrance announce with their iconography based on indigenous motifs the contents of the building, whose author was certainly not GG and has not yet been identified.

- Temple of San Rafael Off the route of the Central Avenue, facing the Malecón, the Pavilion of the Holy See was placed. In honor to San Rafael, it was the only church at the Fair. Its first design was made by Humberto Ruiz Castillo, although it seems not to have succeeded nor to be related to the one finally made by GG. This building possesses a particular charm. It is composed

- The Pavilions Several of the pavilions built for the Fair had a distinguished design. Nani Reyes and Billie Reid worked on those of the Esso Standard Oil, the INAZUCAR and the ALCOA. Some of them assume exotic forms, as one of the national rum that presents Assyrian characteristics; others are simple utilitarian buildings, without any decoration.

During the Fair, the first level of the Pavilion was intended for an exhibition of military equipment that was manufactured locally; this was one of the prides of Trujillo. New models were shown for various projects, including the Navy and the Naval Base José Trujillo Valdez.

The Pavilion of the United States seems to have been designed in that country. The Pavilion of Spain was designed by Mariano Garriguez and Javier Barroso, the latter being a noted architect in the country during his years as the author of the reconstruction of the Alcázar de Colón, and the Olympia and Lido cinemas, among other works. The Pavilion of Spain was truly a major project, as much for its spatial and tectonic qualities as for its dimensions. Coupling of the building and the field was admirable. Its ambiguous character between the traditional and the modern spirit makes it attractive, in accordance with the postmodern times years ago. The Colegio Loyola in Santo Domingo has quartered in said building for decades, with a relatively good adaptation to the original building. The Pavilion of Venezuela was one of the most admired, original and daring projects of the complex, designed by the Venezuelan Alejandro Pietri; it was located on the southern edge of the rear lot of the Administrative Council of District lot. A curved piece undulates around a cone of prefabricated horizontal brise soleil made in reinforced concrete, which arranges offices, exhibit rooms and utility rooms with great ease and compositional skill. It constitutes an interesting counterpoint to the rest of the fairground’s austere architecture. Today it is home to the Dominican Society of Architects, after having been home to the offices of the monument Faro a Colon. The piece demands urgent attention. - The Water and Light Theater, and the Coney Island Rather marginal, these two projects, meant to complement the Fair in terms of entertainment, were developed in the southwest of the complex. The Water and Light was, without doubt, one of the most spectacular shows ever praised in the country, and the scene of supremely elegant events during and after the Fair. It develops in the shape of an ellipse towards the southwest, defended from the predominant winds by a block of bars, facilities and utility rooms to the Northeast. The back of the stage was occupied by a spectacular system of fountains that danced according to a program, beautiful in its dimensions, power and color. More information about the evolution of the project and about the presence of one of the most involved characters —the Catalan Carles Buïgas, specialist in fountains, whose participation appears to have been somewhat controversial— is offered in this quotation from the research performed by Delmonte y Martínez: «At the end of 1954, the main buildings were assigned to different engineers, including the building for the Administrative Council, and the hiring of Carles Buïgas had been announced for the design and execution of the so-called light fountain; he was the same who designed the famous Magic Fountain of Montjuic in Barcelona. The inclusion of Buïgas in the project was handled by the Technical Committee, limiting his liability for the light fountain and for special lighting throughout the Central Avenue, without him being able to affect the decisions already made by the team. However, since his arrival in the country on March 11th, 1955, Buïgas began making presentations to the Committee and to the general public to motivate acceptance of four of his own proposals, which were not considered by the Pro-Celebration Committee until, finally, after a month of lobbying and negotiations in mid-April of that year, in an audience including Trujillo himself, he managed to change the original proposal made by Guillermo González for the block programmed for recreation, casino, restaurants, cafes, a saltwater lake and gardens. The construction project finally ended in the so-called Water and Light Theater, home of the most colorful spectacles once the Fair started». The Coney Island building was actually a space of a ludic character that housed for a few years a number of small

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facilities for games and the entertainment of children. Remembered with nostalgia, it did not mean much in terms of architectural approach. - The hotel equipment The realization of the event required an extraordinary logistical effort, parallel to the construction work. The construction of two hotels near the Fair was undertaken; as we saw, the Paz Hotel and the Angelita Hospital were turned into lodging for the duration of the event. The latter was built by the engineer Ramón Trueba, associated with Caro for the work. Other hotels were the Embajador Hotel, begun in mid-1955 and designed by the American Roy France. Marrit Chapman & Scott Corporation were in charge of construction, furnishing and decoration. GG also designed the expansion of two levels of the Jaragua Hotel; also, the Commercial Hotel on El Conde Street was included as part of the ensemble. The art and aesthetics of power It is important to highlight the preparation of the whole artistic gearing, and the participation of world-class artists during the opening and the development of the Fair. This had important consequences for art and culture in the Dominican Republic, including being promoted on the radio, television, and other media. The deployment of delegations from all provinces of the country deserves a separate analysis. The Peace Fair (Feria de la Paz) was scheduled to end on February 27th, 1956. However, it was extended until June due to «popular demand». An interesting aspect in the history of this auspicious project was the presence of Juscelino Kubitschek (1902-1976), then governor of Minas Gerais and a year later President of Brazil, who expressed great admiration for the project designed by González and his team. Who knows today the impact the Peace Fair might have had on the imagination and determination of Kubitschek, a man sensitive to good architecture —as demonstrated in his projects commissioned to Oscar Niemeyer in Pampulha, and as he would confirm in the monumental initiative he undertook in the new capital of his country, Brasilia— just months before assuming the leadership of the Brazilian State? A marginal theme to Guillermo González, but important because of the circumstances that allowed him to practice his profession in the Dominican Republic during the Trujillo Era, lies in the relationship between architectural form and the expression of state political power. The relationship between power and architectural form has been a critical element surrounded by such speculation, it must be questioned here. If there was such predetermination, was it expressly established by the high official hierarchy, by the dictator, or was it the result of each designer’s interpretation? The answer, apparently, is as wide as it is speculative, although we have identified a series of elements that objectively support our hypothesis. Not all architects have a common style, nor are all stable throughout their careers. The semantics of the architectural stylistic language certainly depends on the character of the work in question, as on the reiterated «zeitgeist», which is, in this case, the early rationality of the Modern Movement or possibly the local version of the International Style. Thus we see how the various typologies develop their own particular languages: schools, hospitals, ministries and other «palaces» —nouns used to magnify the significance of the architectural work— present variable or constant features according to the author, the typology and the cultural period in which they were made. Now, we can affirm the existence of a conscious intention pursued through the use of particular architectural elements, the exaltation and the eloquent demonstration of a vigorous

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and stable political power; the most obvious case being the designs for the headquarters of the Dominican Party, which provide us the classic hallmark of the Trujillo architecture, scattered throughout the Dominican Republic in a defined, precise, yet flexible model. These works, due to the talent and ingenuity of a young musician, Henri Gazón Bona, who arrived from Paris in the early years of the Trujillo government (1934), show admiration for the architecture implemented in Europe in those years in which large dictatorial political powers were being established, and when the foundations for war in 1939-1945 were laid. Gazón, in Ciudad Trujillo, bearing the title of practicing architect he got at the University of Santo Domingo and supported by the patronage of the Trujillo dictatorship, wrote in a rare volume titled La arquitectura de la Era de Trujillo, in 1949, the main features of his style, and he supported his choice of stylistic language with reasons he found compelling. We quote: «It is logical that any nation devoid of an architectural past and certain architectural guidelines can copy exotic styles or can fully introduce modernist ideas. And so, without recurring to exoticism unrelated to our environment, or searching for inspiration in French Africa because of climatic similarity, what is most appropriate has been decided: a proper neoclassical, of simple inspiration, that poses double advantages: a) The persistence of the lines above the whims and vagaries of fashion and trends of use; b) The flexibility that the neoclassical provides for philosophically expressing the root of our culture that, as does our race, comes from the imposition of another culture, of foreign additions, and from the extinction of another culture». It also speaks of the volatile nature of the Modern Movement and the strong symbolism expressed in the headquarters of the Dominican Party: «Perhaps some reader considers that the fantasy of the architect ran short as he sketched, under the same pattern, all buildings of the Dominican Party... Although the types vary, the atmosphere remains the same. Because, dear reader, one is the flag of the Dominican Party, one his mentor, and one and only its ideology... Does the size of a flag influence or decrease the symbolic value of what it means?» We do not possess many documents similar to this one to support the hypothesis of the relation between form-symbol and political power, but it is more than enough to critically observe many of the works produced not only by Gazón, but by others, even during the late years of the tyranny, which are very far from the neo-classical influences, Art Deco and similar academicism. That reaffirms the criteria that there was a philosophical-ideological intention present in the design of some works, perhaps the most representative ones of the regime, in the stylistic language of the architecture made during the object period of our study. If there ever was a project by GG in which the iconography of power became apparent, it was precisely in the Peace and Free World Fellowship Fair. It could not have been otherwise. A singular fact is that this civic space, which was the most striking example of the power of the regime and one of the urban projects of greatest magnitude in Latin America, became, once the system was toppled in May 1961, a location representative of the values of resistance to dictatorship; Initially named the Feria de la Paz and Confraternidad del Mundo Libre (Peace Fair and Fellowship of the Free World), «The Fair» was renamed «Centro de los Héroes of Constanza, Maimón y Estero Hondo», after one of the bravest scenes where a fight for the freedom of the Dominican people ended 31 years of opprobrium and oppression of Trujillo, and his cruel behavior. Years later, in 2002, as a result of public tender, the project chosen to increase the value of Centro de los Héroes conceived the consolidation of a «Republic Square», precisely in this area of high national significance. The years of full maturity

The 50s consolidate the wake of GG as one of the most prestigious architects in the Dominican Republic, and undoubtedly, the one of greatest international fame. His work spans institutional, recreational, residential, and touristic topics, among others. He has worked directly for President Trujillo, for several of his senior officers, and for many of the families of great distinction in Dominican society. His marriage to Mercedes gave him two healthy and beloved sons, and his working relationship with his brother Alfredo, as well as with his increasingly numerous colleagues and alumni, is friendly, rewarding and encouraging. Above all, Guillermo has managed to define a practice eminently based on the quality and independence of his professional services. His relationship with those in spheres of power has not transformed him into another puppet at the service of the system; his rigor as a designer was his only commodity for exchange, and so it would remain until the end of his life, even during the difficult and ambiguous post-dictatorship years. In 1952, González takes a break from the complex local political scene, and leaves the academic world and the office for the first time since his leave in 1939, when he made a trip to the New York World’s Fair. Rivalries among the chief executives of El Jefe (Trujillo) were sharpening, especially among some of the protectors or customers of González, who in the early 50s found themselves slightly distanced from the dictator. Mercedes and her children, Blanca and Georgie, are in Malaga with the maternal family for what appears to have been an unusually long stay. It had already been sixteen years since her arrival to Ciudad Trujillo. Guillermo, always creative, decides to visit them and make a gesture of affirmation of his status and gallantry: he travels to Spain with his Studebaker, the same car with which he poses in front of the Jaragua Hotel, designed by a friend he made during his period in NY, and who would visit him in Ciudad Trujillo to celebrate his victory at the Jaragua project: Raymond Lowey (1893-1986), considered the father of modern industrial design. Guillermo takes a walk down the streets in Malaga, during what must have been considered the demure Francoist Spain, a tropical excess, indelible in the eyes of the friends of the Fernandez Canivell family. His children remember with joy the unforgettable trip to Madrid in the same vehicle. We do not have accurate data on the duration of this visit, but González must have been in Malaga for at least several months, enough so that on his return to the classrooms of the USD, his new students noted his prolonged absence and joyfully celebrated the return and prestige of their professor. Academy: The divine generation A photo of Guillermo González with a group of his students documents this new stage of his teaching career, which he took up in 1953 upon his return from Spain. The group in the picture is truly exceptional, if the impact of many of them in the development of Dominican architecture in the following decades is weighed. The image was taken in the front gardens of the drawing workshop of the Faculty of Engineering and Architecture, which was still operating at the time, before the opening of its new building, made by Caro in 1955, in the vicinity of the Faculty of Dentistry. In the picture, the following students are identified: Victor Bisonó, Rafael Tomás Hernández, Pedro Haché, Dulce Macarrulla, Meme Cáceres, among others. In the center, Guillermo, suited up, looks older than 53, as he was at the time. The image has been guarded with jealousy by Memé Cáceres, who remembers with great affection the years of intense learning directly led by Guillermo. Memé tells that some of the students in the picture were selected to collaborate


on projects that GG would start the following year as head of Planning and Architecture in the Technical Committee of the Peace Fair. During those final months of 1954, and throughout 1955, GG is absent from the classrooms, leaving a huge void inside students who were waiting for their expected instruction. González would resume teaching at USD upon completion of his arduous work at the Fair. His journey as a design professor spans several generations of both civil engineers and architects. Illustrious names are associated with his work: Orlando Haza, Luis Rafael Pellerano, Johnny Pujadas, Ernesto Armenteros, Rafael Bisonó, and countless individuals who would dominate the national scene in the following decades. From its founding in 1966 until his death in 1970, he served as a professor at the School of Architecture and Urbanism of the Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU). His exemplary mark was decisive in both the ethical and the academic training of a new generation of professionals; all those who were lucky enough to have had GG as his or her educator describe him as a gentle, very friendly person, a man of few words and a hands-on attitude. His educational technique relied on representing his own ideas by freely drawing over the project of each student, rather than on academic or abstract explanations. Nobody remembers Guillermo verbally lecturing, or a single speech. He transmitted his knowledge through drawing itself, and with casual and usually comical comments, of very Latin spirit, made during his interaction with the student, seated on his stool, using his tools. In one of the rare texts left by the great Dominican architect Teofilo Carbonell, author of many major works, including the redesign and construction of the monument Faro a Colón, the National Theatre and the City Hall of Santiago, read during the Fourth Architecture Biennale of Santo Domingo, it is said about GG, whom he met early in classrooms and whose legacy he values: «... In 1946, when the separation of the courses of architects and engineers was begun, the architect Guillermo González, to our good fortune, had casually returned to the country, loaded with honors obtained for being a bright student and successful professional. He subsequently became a professor at the University in the Colonial City, and took over our education in the fundamentals of architecture, in a class of barely six students, who were, according to my memory: William Reid Cabral, Chichi Romano Pou, José Manuel Valdez (Nani), Guillermo Alfau and he who speaks to you». «When we proceeded to run the third project in 1946, a toll station at the base of a bridge, there was a special secret protest among some of the older teachers who were reluctant to accept the violent change introduced by Guillermo in teaching this new specialty. Thus a criterion of combat, rather than one of support for the new system, emerged. González, tired of enduring the pressure, informed the class of the ongoing situation and of his decision to leave the university, and that he would continue only as a teacher of our generation, abandoning the younger year students until we graduated from architecture, at which time he would leave his position as a university professor. So he did, staying by our side until the end, to our good fortune and perhaps to the good fortune of the country». «So, all the good, the efficient, the different that could be produced from these years on, is the merit of Guillermo, that extraordinary man who was born, who lived and who died as an architect. His works are the great legacy to his family, to the country and especially to those who were his students and who revere his memory». «His masterpiece, the indolently disappeared but alwaysremembered Jaragua Hotel, had the great merit of having completely inverted the architectural solutions for tropical

hotels. This unprecedented and perhaps little known fact marked the only occasion in which Dominican architecture was a material of exportation». «In my opinion, the main concern of the architect González, although he never stated it in a precise way, was to teach us to understand what should be the Golden Rule in the architectural profession: eliminate the desire for creative invention that always accompanies young architects. I heard him tell a brilliant student from a more advanced course: “If you want to become an innovator, I recommend you undress yourself and walk down the El Conde Street, from the Public Clock to the Bulwark, arms and head down and feet in the air; that would be novel and people would remember you for that for a long time”». Francisco «Cuqui» Batista, architect from Santiago, professor of several generations, and author of many of the best buildings in his hometown, recalls a charming episode with Guillermo, whom his fellow students at the USD called «La Cuaba» for his upright and stiff way of walking, and for his sharp-witted comments. When Cuqui worked with Pepe Bonilla, sometime around 1954, a series of preliminary plans for buildings for the Fair were carried out, before hiring Guillermo as the architecture project director. Cuqui recalls his design for what would eventually be the National Lottery, located in the northeast lot close to Independence Avenue. As we know, very soon, Guillermo was responsible for all the buildings in the complex, so Cuqui’s project did not proceed to the stage of executive sketching. However, Guillermo González had access to these sketches, from which he gathered a very good impression, especially of those made by Cuqui. Batista says that days later he ran into Guillermo at La Casa del Ingeniero, buying paper and drawing utensils in the famous shop on Arzopisbo Nouel Street, and decides to approach him and introduce himself. Batista says: «I am the architect Cuqui Batista, who drew the sketch of the Lottery Building for Pepe Bonilla». Surprised, he listened to Guillermo’s comments: «Hey, what a nice sketch, I congratulate you, it looks like my stuff!» Cuqui thanks him and proudly remembers the farewell: «Wherever I am, there’s room for you!» Sayings like: «I don’t get paid for that», expressed when requested to over-decorate a façade, or «if you want to be original, go walk down El Conde Street naked», are often remembered with affection. The González cultural hub: associations During his professional career, GG had the opportunity to network with colleagues with whom he came to develop bonds of true friendship. As we know, his first and longest running partner was his brother Alfredo, with whom he developed his first and most important works through the firm González and González until practically the end of the dictatorship in 1961. He had a professional relationship with José Antonio Caro, established as a result of the Works of the Centenary (Obras del Centenario). These two strong, solid public figures, who also had complementary professional principles, must have been a powerful duo. Moncito Báez y Bebecito Martínez joined them as engineers in their initiatives. There are no reports of other works made by them together until the interventions of Caro in the Paz Hotel and the Angelita Hospital for the Fair. We assume that some kind of rivalry could have existed, since Caro’s original plan for this event was replaced by González’s, although there is no indication of fights or jealousy between them.

Moncito entrusted González to build his first public work, the Ramfis Park, in 1936. There, a relationship of great mutual admiration is built. Another project in which González participates thanks to Moncito, who was an administrative councilor for the city, was the Stairways of El Conde, also built by Báez. Virgilio Pérez Bernal appears on the scene in 1944, when he returns from his studies in the US, and immediately assumes a prominent place as a contractor of important works. His willingness to be credited as the author of the projects, instead of the designers involved, is somewhat strange; this shows, for example, in the drawings of the Country Club, made by GG; or those of the Dr. Martos Hospital and the National Congress, designed by Marcial and Leo Pou; their participation was important in many of the major works of the State from 1944-1961, whose designer was Guillermo. Engineer Leonte Bernard Vázquez was constant along González’s practice, as he was an intimate friend of Guillermo’s until his death. Professor Bernard, as everyone remembers him, was a creative, skillful and ingenious professional, but above all, a person of memorable temperament. His anecdotes are endless. He talked about GG with reverence and moving affection, as if speaking of his father rather than of a colleague. Leonte was the structural designer, contractor, consultant and adviser to many projects. As said earlier, his presence at the Fair was pivotal for the full compliance and implementation of projects, and for the administration thereof. He was also in charge of the main structural calculations of all buildings of the complex. His relationship with Manolito Baquero and Gai Vega was truly special. Baquero, who graduated from the University of Chicago; and Vega, from the University of Madrid, had prodigious talent and had completed works together, mainly ones of domestic nature, featuring an organic language that resembled Auñón and Ortiz more than they did González’s rationalism. Somehow they establish a professional relationship, and created a firm dedicated to architectural interiors, which becomes very successful and from which González often profited. From thence emerges a personal relationship, to the extent that they share workshop space, located in the basement of Alfredo González’s place, where Gai Vega had his studio until his death in 2008. The stories of bohemian afternoons and evenings are plenty and pleasant. His link with Billie Reid was born in the classrooms of the USD, and translates to the project and work of the Vicini residence in 1947. Billie and Nani Reyes —also classmates— co-created a society of enormous impact in the city, that lasts approximately from 1950 to 1955, realizing a great number of works and outlining changes in the vision of design, this time with more emphasis on the issues of climate adaptation and the visual expression of local materials, highly inspired by the work of Neutra and Reyes’s formative experience in Texas. Reid would become, over the years, a partner of González during the final run of his career after the dictatorship, and would play a key role in the personal life of the professor in his later years. The personal and family world: The house by the cemetery It is already known that because of health problems, Mercedes decides to move, initially with his daughter Blanca, to her natal Malaga, before or during 1960. Mercedes seems not to have had a comfortable adaptation to climate and local customs. Guillermo’s reserved but passionate and romantic temperament was probably a difficult element to handle in the relationship. Comments made by friends of Guillermo, when they would meet to enjoy daily drinks, strained the couple, as remembered by several of the parties in the affairs.

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Pucha was a mythological character in Guillermo’s life. She became the woman who would support him during his last years. We are uncertain, as it often happens in these cases, who was indeed this person or which exactly was the moment when this very intimate relationship begins, but several of his colleagues and collaborators witnessed it, as it was frequent to go to her simple yet charming little house, located near the National Cemetery on Máximo Gómez Avenue, to celebrate festivities, do the so-called improvised cooking «cocinaos», or simply share with Guillermo in the environment that already was comfortable and familiar to him. It is not possible to tell the exact location of the house. We have recently detected, however, a little blue house made of concrete, of extraordinary charm and simplicity, located in a nearby property that is identified as the original setting. This modest house was built around 1950, and was originally occupied by the caretakers of the property, where they still remain. A plan by Henri Gazón, for very similar model houses in a neighborhood of Santiago Rodríguez, can give an idea of the time these houses were designed. This miniature of exquisite simplicity reflects a surprisingly good taste. The house expresses the spirit of the Dominican vernacular houses made of light, natural materials, while built in concrete. Such character is present there. We do not have documentary evidence, but it is exciting to think that this beautiful place may have been frequented by our character. Rafael Tomás Hernández recalls, at the close of the text included in this volume, these emotional lines: «The last time I saw the professor, he wanted me to draw a plan of a house that in the end was not built, and had asked me to come to his second home, which he shared with Pucha. There, he was cordial, he was content, and he proudly showed to me crayon portraits his friend had made». The foundational NACO project: Amable Frómeta, Marcial Pou, Juan Bernal Once the tiresome works of the Fair concluded, a void is produced, in which GG and other professionals try to resume their practices in the middle of the political vacuum of the moment. The regime had deployed all its resources in an attempt to boost its international standing, with ambiguous results. Internally, the wear of the dictatorship constantly increased, the acts of repression were ever more audacious, and the rejection felt by the people was increasingly evident. González turns to the private sector. He joins a team of authors who, according to the vision and relationship of Mr. Pancho Saviñón, relative of the tyrant, promotes the development of real estate in the lands occupied by the General Andrews International Airport in the Miraflores neighbourhood. This extensive property, already covered in 1957 by the new neighbourhoods of the capital (La Fe, Villa Juana, Piantini, Morales, and others), allowed a speculative exploitation of strong potential, since the relocation of the airport facilities to Punta Caucedo, 28 kilometers to the east of the city, had been planned. This project was baptized with the name of Nacional de Construcciones (National of Constructions, NACO), an appellation soon generally adopted by the development sector, and by the entire surrounding areas, which were the main focus of real estate investment in the capital for over three decades, until it was eventually recognized by the local government as the foundational sector of the current Central Polygon of the City of Santo Domingo. The initial team, recruited in 1957, included, according to the Marcial Martínez’s count, the architects Guillermo González, Marcial Pou, Amable Frómeta and a select group of contractors —such as Martínez himself, who worked on

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a notable number of units— and civil engineers led by Juan Bernal. The first initiatives were a set of individual houses located in the surroundings of the Seminary Santo Tomás de Aquino; some others further to the south of the San Martín Avenue, between the latter and the current John F. Kennedy Ave; and another group in Miraflores, near the building of the Listín Diario newspaper. These initiatives, although modified, can still be detected in the city today. One of the main contributions of NACO was the implementation of an individual typology of housing, which has been praised in an essay, where its planimetric structure is linked to the types of houses in the Dominican Tradition. The simplicity and flexibility of the scheme, adopted as invariable in the stages of its development, was pivotal to a transformation in the procedures of Dominican room architecture in the 60s and onward. The epicenter of the sector was established through two bar-shaped commercial buildings, each of two levels — the successful and still existent pieces of Plaza NACO, first the west piece, and then the east one, where Frómeta shows off with its stunning cinema named Cine Plaza— located over the north-to-south axis of Tiradentes Avenue. A complete system of equipment was set to work, distributed over the terrain of the neighbourhood; as it expanded, it became profitable: drive-in cinema, hospital, social club, church, school, police station, hotel, and the office tower known as La Cumbre, built at the same time as the west Plaza NACO, around 1968. We do not know the exact function and the extent of GG’s participation in these projects. Judging by his eventual disengagement from the team, it seems not to have been significant. Very likely, he must have been a consultant for the conceptualization of the project during its beginning, even though his signature does not show in any of the projects implemented in the following years. The idea of the bars of Plaza NACO truly contains an urban spirit because of how it is articulated into the existing plot, which is very characteristic of GG. In the 60s, it was no longer common to conceive malls that were integrated with the city, but rather malls in individual lots, with surrounding parking lots, just how it would be done years later with the Plaza Central project, for example. To date, however, documents accrediting him as a relevant author have not been found, as this role was ever more frequently assumed by Amable Frómeta in the most relevant projects. Years later, around 1978, Manolito Baquero came to participate in various initiatives of the successful company, for example, a tower six units to the back of the commercial bars of Plaza NACO, which was not built, and the touristic project known as Villas Dorado NACO, by the beach of Playa Dorada. The time elapsed from the closure of the Fair, in 1956, and the execution of Trujillo, on May 31st, 1961, is an unknown variable in GG’s life. There is only news of his participation in the NACO team, and there is no record of other projects or works. Guillermo González Sánchez, the most renowned architect of the Dominican Republic, he who spent twenty years at the vanguard of the most modern, passionate and complete design; he who served both the most distinguished society, and the highest layers of the political strata; he who transformed the academy, the city of Santo Domingo, its historic center, its seafront, the streets of its new neighborhood, the way of building, is to be found in solitude; he is to live under the stigma of creating for one of the most corrupted and sanguinary regimes of Latin America its most perfect expression. Harsh fortune in his destiny, cruel paradox.

Chapter 6 Final Act The post-dictatorship scene: Workshop at El Jaragüita In less than five years, the Dominican Republic underwent a transition from a dictatorship that lasted 31 years, to a new democratic system based on free elections, the first of which was won by Joaquín Balaguer (1906-2002). It is not appropriate to describe here this traumatic process, but in order to create a reference framework, let us remember that Balaguer himself, still a president of the country, after May 1961, alienates the relatives and main collaborators of the former regime, and establishes conditions, prior to his departure in January 1962, for the installation of the State Council, a transitional government, up to the elections, won by Juan Bosch (1909-2001) in December 1962. Bosch was a bright light, but was at the time dazzled by certain advancements set in place by the flaming Cuban utopia, and he turned out to be inappropriate for local interests, not to mention North American interests in the region. A coup d’état, fatal to the stability of the country, strikes in September 1963, followed by the unconstitutional installation of a de facto government of the Triumvirate. Toward the middle of December 1964, Donald Reid Cabral was elected president of the Triumvirate. A period of great instability eventually produced the emergence of a revolt led by progressive sectors of the armed forces —but indeed supported by much of the civilian population— in what has become known as the April Revolution. This violent event, finally resolved when the Constitutionalists surrendered, surrounded by the forces of military occupation of the OAS, in the Historic Center of the renamed city of Santo Domingo, had as its political epicenter the venerable building Copello, seat of the government for the nine months of the civil war. A state of transition was created, which organized the 1966 elections, won, as stated before, by Joaquín Balaguer, who had acted as president during the Trujillo dictatorship and had been in exile for four years. New generation on stage In the late 50s, many young Dominicans decided to pursue bachelor’s and master’s degrees in architecture at universities abroad. At this time, a large group of students is located in Rome, under the influence of Nervi: Erwin Cott, Manuel Salvador Gautier, Victor Bisonó, Rafael Calventi, Leopoldo Franco, Vital García, José Horacio Marranzini, among others, today recognized as part of the Eje Italia (Italy Hub), most of whom had been González’s students. During the first years of the 60s, these recent graduates, along with others, join the professional scene —Fred Goyco, José Antonio Caro, Danilo Caro Ginebra, Eduardo Selman, Luis Eduardo Delgado, among others— who widened the options of design services in the country. The Dominican society is prepared to take its independence, creating institutions and consolidating capital and human resources to sustain its development until today. Upon his arrival to the country from his studies in Rome and his work travels in Paris and New York, architect Rafael Calventi, who soon became one of the leading protagonists of the postdictatorship Late Modernity, along with other colleagues, remembers having shown González one of his first works, the residence of the French ambassador in Santo Domingo. Calventi had never had personal contact with Guillermo, and at 64 years of age, he was very interested in meeting him, and demonstrating his respect for the professor. Calventi tells that he was pleasantly surprised by the unforgettable comment made by González: «Architect, your project seems so marvelous to me, I confess I would have loved to be the designer».


There probably was subsequent contact between the two of them, since Calventi directed the Planning Office of the Ciudad Universitaria (University City), where GG took part. The Commission for Architecture and Urbanization for the Remodeling and Expansion of the University City prompted a visit by a group of university professors to several US academic campuses. On July 30th, 1964, after 34 years of absence, GG returned to Yale University, and there encountered the new architecture building designed by architect Paul Rudolph in 1963. It is very likely that several handwritten notes on the university were written on his life record on this occasion. Academic life at UNPHU University, anecdotes of a master UNPHU was created on April 21st, 1966, due to a radical change in political attitude in the Dominican Republic. In 1966, Guillermo attends to the calling of his colleagues and academy fellows at the ancient USD —now transformed into Universidad Autónoma de Santo Domingo (Autonomous University of Santo Domingo, UASD), and dominated by an antagonist political vision— and takes up the design lectures in the Faculty of Architecture and Arts at UNPHU. Caro, his colleague and partner, is appointed dean, and admirably organizes an excellent group of men, who assume the task of creating and rising one of the best universities in Latin America. His years at UNPHU are remembered similarly to the way he is remembered at USD: the same teaching method, the same smile, the same freehand drawings made with ease, skill and precision. Other younger teachers, integrated to the teaching scene, and a number of students renowned for his professional achievements, remember him with affection, respect and admiration: Cristóbal Valdez, Nelson Toca, Atilio León, Raul de Moya, Giovanni Pérez Linval, César Desangles, Adolfo Cambiaso, Elías Cornelio, and many more were part of his last class at UNPHU. Apart from his performance in the academy, González, with limited financial resources, few works, and isolated from his wife and children, hides in history, and few are his footprints during these years of great uncertainty. His office had been reduced to his apartment in the Jaragüita, his brother Alfredo died in 1963. At 66 years of age, little remained of the man of his golden years, little of that Promethean figure. Latest works: the transition GG’s itinerary of work during the 60s does not follow a transparent route. Paradoxically, his early work, the early projects of the 30s, has been much better documented than his final ones. His greatest professional performance occurs after the civil war in 1965, when he resorts to Billie Reid’s workshop to keep him as partner and collaborator until his death in 1970. The first house in the Arroyo Hondo neighbourhood, for the Barletta family, is recognized as a work of his sole authorship: a simple Bermuda roof-covered block with a splendid back terrace, very consistent with his previous designs of houses of the same nature, although somewhat more modest in the details. The house is very well preserved. Minor expansions have not undermined its formal integrity. The neighbouring house, also designed for the same family, shows Reid’s hand, as well as Guillermo’s, dominated by a style dominated by American tradition, something prevalent in the works of Reid and Reyes. Both houses share a large-sized property with a beautiful garden. GG’s authorship of other projects, in these cases, institutional ones, is unclear. It is certain that his participation in the initial outline for what would be the headquarters of the National

Insurance Company on Máximo Gómez Avenue, a block coated with white fretwork, on a podium of mud bricks, of elegant proportions; his signature is also witnessed in the project for one of the headquarters of the Scotia Bank, located on San Martín Avenue, which is today very disfigured. Around the date on which the drafts were produced, it is likely that GG participated in the beautiful project Billie Reid undertook for the Chase Manhattan Bank, nowadays Banco BHD Leon, located on the corner of John F. Kennedy Avenue and Tiradentes Avenue, one of the warmest and most elegant pieces of institutional architecture of the period. A major project on which he collaborated with Reid was the complex for Santo Domingo Motors, located at an intense urban corner on John F. Kennedy Avenue, composed of a two-story block in the horizontal bar for a showroom, offices, workshops and an eight-story tower that dominates the composition at its eastern end, facing Abraham Lincoln Avenue. Today, this corner presents an extraordinary development: opposite to it stands one of the most frequented malls in the country, Ágora Mall, and a Metro of Santo Domingo station contributes to the intense flows at the intersection. Although the project could not be completed by the master due to his sudden death, his compositional sense can be noticed, his spatial conception and his austere neatness. The work remains with dignity, having been altered on a couple of occasions without significantly affecting the original concept. GG died without finishing his last work, a small two-story building located opposite the Cathedral of Santo Domingo, in the vicinity near Columbus Park, for the Bank of America. Billie Reid is commissioned to it, and he involves and gives carte blanche to Guillermo to design the main façade, which features historicist details of great elegance and fidelity to the original models of the ancient center of the Colonial City. Billie recalls Guillermo’s pleasure at again tracing shapes and lines that were part of his education in Europe from 1926-1930, and those he learned at Columbia and Yale Universities. Both the structure and the façade remain. The building was occupied by the Hard Rock Cafe Santo Domingo for more than ten years, properly intervened by a contemporary project that was respectful to GG’s original integrity. One of his last projects was the house of the Despradel Catrain family —his niece Julie and her husband— made posthumously in about 1972 on México Ave., Santo Domingo. The house looks altered nowadays; there is no trace identifiable as GG’s work. On the death of a pioneer In 1961, Guillermo lives with Georgie in his apartment in Jaragüita, which had been his home with Mercedes and their children. There, they shared intimate moments until Mercedes and Blanca emigrated in 1955; later, in 1965, Georgie too leaves the country. After the Revolution of April 1965, Guillermo travels to Spain to meet his family. It would be the last time he saw Mercedes, who died on January 5th, 1968. Upon his return from Spain in 1965, and after selling Jaragüita —Sancocho Marranzini remembers helping Guillermo with the errands— GG moved to the top floor of a small three-story building next door, where he remained until his death. Georgie called this little building «the Jaragüitita». Today his son Georgie recalls, «Soon before, I informed dad that I would visit him, but he preferred to come to Malaga, which unfortunately could not happen. He already had the ticket when he had a heart attack, and he died on November 13th, 1970».

His daughter Blanca and his son Georgie attend his funerals and deal with family matters. In this difficult process, the active participation and support of the faithful friend and colleague architect Billie Reid and his wife Margarita Reid Baquero was fundamental: they were very supportive of Guillermo in his last years, and unconditionally took charge of the situation, given the suddenness of the sad event. González rests in the family vault in the Máximo Gomez Cemetery, designed by himself, along with his father Gregorio, his mother Mamayoya, his brothers and sisters Georgie, Luz Sofía, Juana and Alfredo; and his nephew, Alfred and Cofeta’s son, Oscar González Ricart (1938-2006). Guillermo’s unexpected death did not go unnoticed. Many of his peers, customers and colleagues expressed regret in various ways. UNPHU held very solemn open casket funerals in the workshops at the Faculty of Architecture. A few months later, the CODIA magazine, in its issue No. 23, recognizes his work, marking the first time a specialized Dominican publication acknowledges his work. In this magazine, architect Pérez Montás describes GG: «His stylistic grammar of simple surfaces, pure volumes, basic shapes, spatial quality, use of plafonds and low ceilings that he introduced to the country very early, as well as an aesthetic of precise lines, perseveres until the end of his life. The clarity of approach, the simplicity and purity of forms and comfort, Guillermo González was a synonym of good architecture». One of the most significant displays of affection are the lines drawn in honour of the teacher by the architect Rafael Calventi, a work titled «On the death of a pioneer»: «Short lines, on an inside page, announced his death. They said very little. A great architect was gone, a pioneer. Furthermore, the father of modern architecture in the Dominican Republic had died». «In order to understand the scope of the architectural work of Guillermo González, it is necessary to know the environment and the historical moment in which he conceived it and carried it out. If talking about architecture in the Dominican Republic is difficult nowadays, it was a thousand times more difficult thirty years ago. Huge barriers of ignorance, of economic, social and technological regress stood between his fertile creative imagination and men for whom he designed volumes and functional spaces. Abroad, both in Europe —with centuries of culture and sensitivity— and in the United States —with wealth and liberality— the great architects of his generation fought, sometimes in vain, to impose the philosophical and formal principles that served as the foundation of a revolutionary architecture. Le Corbusier, Gropius, Mies Van der Rohe, F.L. Wright, Neutra, Marcel Breuer, nowadays in the hall of immortals, struggled to find new aesthetic and architectural values that were capable, because of their deep human content, of transforming the structure and material of the cities in order to condition the moral structure of its inhabitants». «And here, meanwhile, in this small, isolated country, a great architect, Dominican, of universal education, held the same principles and tried to adapt them to our reality. And here his best works, still alive, beautiful, and exemplary despite the years. Here they rise, fierce against the impostors of the profession, pointing a way forward although not necessarily the way of their own formal criteria, which are in the end forever changing». «Today I ask you to honour the great architect that is departed. I formally ask the Dominican College of Engineers and Architects, all my architect colleagues and especially the two schools of architecture in the country that were honoured with his eternal courses».

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The memory of Guillermo González Sánchez A legacy remains in time after the life of the man: his work. The work of Guillermo González has passed through incredible odds. The list of demolished buildings is extensive: Jaragua, the bungalows and their first annex; The Jaragüita; Rancho Cayuco houses, Schad, Pichardo, Ricart, Mathis, Cáceres, Velázquez Troncoso, the Social Worker Center, the Country Club, Agriculture; many of the buildings that remain have been modified or operated on without consistency with their stylistic and cultural nature nor with an appropriate valuation criterion. Today, 45 years after the physical disappearance of González, more than forty percent of his work has been lost. Several major awards have been granted to his legacy: On November 23, 1982, the Academic Council of the Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU) awarded the honour of Posthumus Emeritus Professor to architect Guillermo González. On May 3, 1985, the Grupo Nueva Arquitectura recognizes Guillermo González Sánchez on a certificate, «for his merits and contributions to the development of Architecture, Engineering and Construction in the Dominican Republic». In addition to the issues already mentioned, CODIA Magazine No. 23, 1970, and Arquivox / GNA No. 3-4, 1985, countless newspaper articles, academic papers, degree theses —one of them written by architect Lidia León before and during demolition of Jaragua— seminars, conferences, gatherings and meetings have been carried out since 1970.10 Eugenio Pérez Montás published, as early as August 21st, 1971, the article «Guillermo González and the Modern Movement in the DR» in the pages of El Caribe newspaper. One of the most critical moments, doubtlessly, coincided with the defense of the Jaragua Hotel, in the years 1984-1985. Carmenchu Brusiloff published a long article in the Listín Diario, on August 16th, 1984 entitled «Guillermo González revolutionized Creole architecture with the Jaragua», in which he even interviews Georgie González FernandezCanivell, Guillermo’s son, and Oscar Alfredo González Ricart, Alfredo’s son, along with Juan J. Castellanos, who argued unsuccessfully, as a whole huge segment of the Dominican population also argued, against allowing this corrupt act of cultural barbarism. The list of press reviews, articles and interviews is very extensive, and portrays the political and cultural situation in the country at that fatal moment. The loss of the Jaragua not only consolidated a movement of professional and citizen protest, but also promoted the creation of the Dominican Chapter of the International DoCoMoMo years later. Following the event, the Boinayel Art Gallery edited a beautiful poster by artist and architect Rafael Álvarez, which includes a phrase of Dominican poet Pedro Vergés saying: «We are, on the planet, the footprint of the man on the moon». Guillermo González dies conscious of his footprint as an author, the space created by his work in Dominican culture. He was not a man of many words, and probably such selfcomplacency did not openly affect his attitude. It was common that he commented, feeling anguish, to his late friends: «Why is nobody looking for me? Could it be they think I’m unapproachable? Or is it that my work is more expensive than others?» On the other hand, the image of the architect as a symbol of the best modern architecture made in the Dominican Republic has only grown larger; despite the ignorance of new generations about the character; despite the barbarism of civil servants, and the pecuniary interests of the owners

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of his works, the figure of González is increasingly valued — though not necessarily to its just degree. This volume has no more important goal than to place him even more highly in the Parnassus of national art, and to place him on the international scene, where Dominican architecture is so often marginalized. According to Eugenio Pérez Montás, in an essay written for this work, and that we present in the following pages, the once-young Guillermo: «Surely he sensed the power of the Caribbean Sea. For a teenager, it is the time to make promises to the wind and to build illusions. From a missing window, he perceived his surroundings: the city of thirty thousand inhabitants, installed on a highway that reached a beach resort traveling the old route on a tram pulled by horses. He also perceived the great plaza of the Columbian National Board, bounded by the Sabana Larga Street, and the reefs of the Sea of the Antilles». Such was the path of his life in this city that today has more than three million inhabitants. Such was his work, drawn with strokes onto the sea. Small details, human and intimate, draw the essence of the man before his mirror. During design sessions with his students at UNPHU, he used to, as he did throughout his whole career, sit on the student’s stool, take his utensils and do himself the drawing the student was trying to do. Upon completion, he looked at the student, made a point with the pencil on paper, implying that the work was done, and told the pupil: «Here, this is your project. You can say Guillermo González did it, period». Chapter 7 Essays The drawing lecture of Guillermo González: The difference Manuel Salvador Gautier The generation of engineer architects of 1955 at the University of Santo Domingo, to which I belong, had over twenty students, one of the biggest up to that time. Some who completed the degree were Leda Agramonte, Manuel Cáceres Troncoso (Meme), Jacqueline Canto Rosario, Teresa Fiorentino, Sebastián García, Pedro Haché, Dulce Macarrulla, Carlos Mejía, Pablo Mella, Eugenio Pérez Montás, Eliana Puig, Johnny Pujadas, and a few others whose names, unfortunately, I do not remember. From previous generations, Carlos Marranzini and Rafael Tomás Hernández joined us. There was also Victor Bisonó (until the fourth year) and Rafael Calventi (only the first year), whom we always considered of our generation (they graduated at the University of Rome, Italy). It is noteworthy that in their careers, the members of this generation created a number of firsts that makes it one of the most distinguished to graduate from the University of Santo Domingo. To mention some: Johnny Pujadas designed and built the first apartment tower of the country (eleven floors, I think), on the corner of Bolívar Avenue and Socorro Sánchez Avenue in Santo Domingo; Pablo Mella designed and began the construction of the first residential area planned with services included, called Unidad Vecinal (Neighborhood Unit), known today as Barrio de Los Mina (before these developments, these areas were designed without predetermined spaces for schools, hospitals, markets, parks and others); Eugenio Pérez Montás, from the Municipal League, designed several regulatory plans of cities in provinces, like Higuey; my partner Erwin Cott and I lessened the cost of construction of hyperbolic paraboloids and made them fashionable with several remarkable works, among which is the Chapel of Salesians on Independence Avenue, kilometer eight and a half; Rafael Calventi designed the country’s most emblematic building, the Central Bank.

When I went to get a degree, in December 1950, I did not know that, at the time, rational design had taken over the world, promoted by the Swiss architect Le Corbusier, who favored a design system based on simple geometric shapes, scant decoration with predominance of color, dynamic study of space and the imposition of concrete as a building material, to the detriment of steel and glass; and that in Germany, the Bauhaus movement had emerged, led by Walter Gropius, who set a new aesthetic based on a direct relationship between function and form and which, in architecture, favored the use of steel and glass. Nor that in the United States the work of a genius named Frank Lloyd Wright was ascendant, whose architecture is called organic because his structures followed the natural flows of load. I think my colleagues were not aware of this, either. We were a group of naïve students who were confident that, by enrolling in college, we were entering an area where we would perhaps get architectural culture through osmosis. What I can be certain of is that most of us were truly interested in our profession and that, from the beginning, we got together to discuss ways in which we could assimilate it so we could improve ourselves. The major was annual, it began every September, and ended the June after; then came vacations. The basic course of this major is design or composition, which was called Drawing on the curriculum of the time. You studied it over the five years of the major; starting with linear drawing, and following, on the second year, composition or design of buildings. The first three years were disappointing. The professors we had did not instill confidence into us that we were doing well; but also we thought they did not guide us as they should have. In fact, they had been trained in Europe in the late nineteenth and early twentieth centuries, within the trend of Art Nouveau and Art Deco. By the time we met, in their practice, they were venturing into contemporary architecture of little transcendence. They had entered the movement without being prepared for it and without being convinced of its validity, and they had limitations in teaching it. However, this we did not know for sure, we only intuited it. To compensate, we began to acquire the culture of architecture magazines. I received the American Architectural Record; another, the French L’architecture d’aujourd’hui; and so on. We exchanged them to know the latest in architecture. We got inspiration from them to make our designs. We were impressed by these works built in advanced countries, but did not understand the essence of their design, since no one with proper knowledge explained them to us. They displayed what at that time was considered the most important or most interesting in design; they described the materials with which the works were built; the different uses of the rooms; maybe some constructive aspect; they neatly presented pictures taken from different angles; but they did not give details of their conceptual definition within contemporary trends, that is, if they were rational, functional or organic, nor which their structural solutions were. With this information, perhaps we had been encouraged to create new forms and spaces. What we did was copy them, which was not desirable. By September 1953, when Guillermo González came to lecture us in the fourth year of the major, we were a group of frustrated students. Moreover, we did not even know well who González was. It always happened the same in our country: we were really interested in foreign designs and constructions, but we neither discussed nor were interested in local ones. However, without being aware of it, I had greatly enjoyed some of the buildings and spaces created by González. When young, my brother Joseph and I were often taken to Ramfis Park (currently named Eugenio María de Hostos Park) to enjoy the playgrounds and, when we were older, to roller skate in the outdoor courtyard, which I always left with a skinned knee (it was usual to get slapped or pushed by other kids). Later, as a young man, I enjoyed the pool area of the Jaragua Hotel (the one that was destroyed) and danced merengue and boleros


in the Spanish Patio as the orchestra of Luis Alberti played «sancocho prieto» or «Moon over Jaragua». When I went to El Conde, I entered one of the businesses that were in the first floor of Copello or went up to run errands to an office on the roof, where ADIA (Association of Engineers and Surveyors) was located, an association over which, on several occasions, my father, engineer Manuel González Salvador Gautier (Flon), presided. Nobody ever told me that these spaces had been designed by Guillermo González. González introduced himself to us without any clamour, like any other professor we had. We started to figure things out about him. The first was to confirm that he was the designer and builder of the Jaragua Hotel, which, though familiar to everyone, we then saw with different eyes. Also, that he had several apartment buildings, like the one on the corner of Leopoldo Navarro and César Nicolás Penson Streets, and some houses in different neighbourhoods of the city. Curious, we went to see them (from the outside, but I remember I entered one of the apartments on Leopoldo Navarro Street, where someone or something allowed me to visit). We also knew it was not the first time that González lectured Drawing and that some of his disciples were Edgardo Vega (Gai), William Reid Cabral (Billie), Teofilo Carbonell (Teofilito) and Leopoldo Espaillat Nanita (Polin). Two of them, Gai and Teofilito had been our teaching assistants in Drawing I, and they had not impressed us much; but we knew that all of them had their own design and construction offices with good achievements, and that some of them were associated with architects who graduated from American universities with Manuel «Manolito» Baquero, Billie Reid José Manuel Reyes Valdez «Nani», and had made designs that were beginning to be talked about and admired. We did not know of any other young successful architect who had not been a disciple of González. That encouraged us. The workshop was a huge room full of drafting tables with stools where students from various faculties went to take simultaneous lessons. It was noisy and it caused unrest. We had an assigned space of roughly half the room. Classes started, and González showed up wearing a shirt (at the time, it was forbidden to do so, professors had to wear suit and tie). He was tall, stocky, with some gray hair and a picaresque moustache. Of firm character, he was unhurried, entertaining (he was a man of great personality). He came, sat on a stool, put his hands on the table and we stood around it. He began to speak. From that moment, we were spellbound; immediately we realized that we were dealing with someone who was able to guide us in our efforts to become architects; we faced a professional architect who knew what he was doing. What did he say? I do not remember; but the result of all his expositions was to bring us up to date on what was happening in architecture in the world. That’s when we knew Le Corbusier, Gropius and Frank Lloyd Wright existed. It was then we realized that design requires conceptualization and development. That is, doing architecture is not simply sitting with a list of needs until you get the inspiration to define the forms and spaces of a given body (which, until then, was what we thought we had to do, so we looked for magazines, for «inspiration»), in order to do architecture, an idea must be worked on, and said idea can arise either from conceptual elements, such as the adoption of an architectural trend, or from specific elements, such as requirements for a given application. Personally, it struck me to discover the masters of the Bauhaus. Mondrian was a revelation. His idea that a point in a two-dimensional field (a plane) creates tension toward its sides and, therefore, impacts differently depending where it is placed in the different parts of the field, fascinated me. From that moment I understood the relationship between the parts of a whole and what it means to vary them until you find the combination that is deemed best, namely, developing and redeveloping a project seeking to find the perfect variant.

The counterpart to González’s expositions was the design exercises. They were not worked in the workshop, but rather on the drawing board each student had at home. The workshop was for each to present his design, while the teacher watched and commented. I remember one of them was a studio for a sculptor, a relatively simple construction with a unique interior space where the sculptor produced his works, with annexes for material deposits, bathroom and other secondary needs. To design it, we talked to the Artistic Drawing professor, who was a sculptor, and we worked at homes. We went to the workshop with our solutions and in front of González unfolded the papers where we had drawn the façades and floor plans. González would take clean, transparent sheets, place them on our sheets and rework our designs, most of the time, completely changing the solution. As he did, he would tell us the technical, visual and/or functional reasons for the modifications. In the end, he would order us, «Bring it to me next time drawn without changing a single line!» And we went back home to rework what were no longer our designs, but the Professor’s. It was a pedagogical method that erased the impulse for creativity from the student. I imagine that González did it thinking that if we understood well what he explained and emulated his solutions and the manner in which he produced them, we would become good architects. For him, it must have been strenuous exercise to rework several projects in a single morning. For us, it was a delight to watch him work and to somehow assimilate the design process he proposed to consciously develop and redevelop a project. To all this were added the visits to his house on the corner of George Washington Avenue and Felix Mariano Lluberes Street, in a penthouse of an apartment building designed by him (now destroyed; it was called The Jaragüita, because, according to locals, he made it with his earnings from the Jaragua Hotel project), where he showed us the original drawings of several of his works. There, we appreciated the design stages, which was real learning, as they were full architectural and construction drawings, including sections and details. We had never seen anything like it. Career practice then was developing floor plans and dimensioned façades; calculating structural plans (without electrical or plumbing drawings), and improvising what was missing while the work was being built. During these visits, we also entered the room of an apartment designed and decorated by an architect of exquisite taste, with paintings, sculptures and bric-a-brac of great artistic value. It was a great experience, and we were delighted.

The long awaited first day of classes arrived. González showed up with his usual kindness; we brought up our idea of participating in the contest and what we thought about how to do it; it seemed excellent to him. He left... and never returned to the workshop. He had gotten in charge of the design of the urban complex and public buildings of the Fair of Peace and Fellowship of the Free World (nowadays Centro de los Héroes de Constanza, Maimón and Estero Hondo), with a specific date to begin construction, and he could not invest himself to lecture. For some reason, the Dean decided that González not be replaced; perhaps because he thought that, somehow, he would make time for us occasionally. We thought the same, and decided it was better to have González occasionally than any other professor permanently; however, this did not happen, and we were left on our own, with a room on our backs, without a professor to guide us in the development of a complex project which would compete with the work of students from other countries. But we were stubborn and went ahead with our project for the competition; we worked on it in the room we were assigned, to demonstrate that we had not requested it in vain. As we progressed, we discussed our solutions among ourselves. It was all useless. We needed the guidance and confidence of a mentor to be assured that our work could compete at an international level. Finally, on one occasion, González met us at the construction booth of the Paz Hotel (now Hispaniola), which he designed and built as part of the Fair complex. He saw our projects quickly, approved them, and that was it. When it came time to send the project to the contest in Brazil, we didn’t do it. The deadline to develop our thesis arrived, and we did not even take the time to consult with González. Each of us worked on his own.

The fourth year ended, and, knowing that González would be our design professor the year after, we prepared to begin in September of 1954. We were motivated. We met the Dean of the Faculty of Engineering and demanded that a room be assigned for the exclusive use of the workshop for fifthyear design students. We wanted to impose the idea that the development of architectural projects was a task that deserved respect and exclusivity (we engineer architects knew that we competed with civil engineers, who, without being trained for it, took the right to design buildings like us). Also, we had decided to participate in an international design competition for architecture students consisting of designing a university campus, sponsored by a university in Brazil. We had met and discussed the project and formed groups that would develop different parts (the architectural and urban features, classrooms, dorm rooms, library, administrative building, etc.). All this we would propose to González when lectures started. The Dean gave in to our pressures: we got the room, we brought the tables and stools, we installed padlocks and made copies of the keys for the Dean and for every student. Only we could go in there. It would be a sacred place, strictly for the development of architectural projects. It was the beginning of a process to achieve the separation of the architecture major from the civil engineering major, a separation for which many members of our generation fought.

Despite the huge disappointment we felt about not receiving the teachings of González in the fifth year of our academic careers, and all the expectations we had forged, he remained a hero to us. His performance in designing the main buildings in so little time, and then supervising their construction, was unprecedented. No matter how old those buildings are (they are sixty) and all the bad additions that have been made to them, they still form a paradigmatic modern complex. From experience (despite not having González as a professor, we worked hard on our projects according to what we assumed he would require of us) we knew exactly what it meant to do such work, we understood the dedication and concentration González needed to do what he did. Especially when we learned that, initially, he was required to design single-story pavilions for the Fair, and that at the last minute, he was told he had to design multi-story buildings for public sector offices, one of which would house the City Council, and another one, the National Congress (which perhaps was what prevented him from dedicating time to us). For us, Guillermo González’s lecture made the difference between being architects without understanding what was happening in architecture worldwide, which would lead us to a mediocre practice, or entering that world with some knowledge that we would then solidify to become architects that would produce works of great importance, as we did. The truth is that González encouraged us to become true architects. We always considered him the

I chose a vacation complex for workers in Boca Chica. My father was a civil engineer and, every time he had a chance, he would get me books and documents that helped my career (he was the one who signed me up for Architectural Record). He had been in Brazil with the Rotarians and brought me a book of Brazilian architecture that included works by Lucio Costa and Oscar Niemeyer. There, I saw a design developed in some mountains of Brazil which I found very interesting. I moved to the beach. I developed my thesis on my own, like all of my partners did. When we finished, we turned to the dean so he could explain to us how we would be evaluated. We handed out the projects, and we were told that we passed the course, and, hence, the next step was the graduation ceremony.

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best professor of architecture we had, and always saw him an architect of universal works. Upon completion of our studies in architecture at the USD, students of generation 1955 were not rationalists nor functionalist nor organic experts, but thanks to González, we had acquired the sensitivity to understand that there was a whole new world open in front of us, depending on how we approached our designs. The vast majority of us traveled and studied abroad, polishing and acquiring more knowledge on our major. When we returned, we could appreciate the real value of the designs made by González in the Jaragua Hotel, his magnum opus, influenced by Alvar Aalto, Finnish architect of the second generation of masters of modern architecture (those of the first generation are Le Corbusier, Mies van der Rohe and Gropius); the Copello Building on El Conde Street, with its rounded corner similar to the style of Eric Mendelsohn, German architect and the greatest representative of architectural expressionism; the buildings of the Fair, especially the Town Hall, whose body erected on «stilts», creating a clear space on the first floor, similar to Le Corbusier’s design in the Housing Unit in Marseille (Unité d’Habitation in French), (today this space is closed and various offices operate there); as in his apartments and houses. When we analyze them, we appreciate the genius and master of González. When we compare his work with that of other professionals of the same time, we realize how substantial it was, and how González, following the parameters set by the masters of the modern movement, with mannerist designs, very creative, always achieves an absolute balance between volume, shape, façade plan and architectural details, while adopting open plans for large buildings and a functionalist sense for the distribution of the interior. We architects of the class of ‘55, like good students, follow in his footsteps. Guillermo González and his era: Reflections on architecture, written in the 21st century Eugenio Pérez Montás He was already a legend when I saw him for the first time. It was in the forties. Cloistered in memory, he walked in the mist of a place I’d rather not identify and in a time that could be any time. Anonymous and undefined, this artificer of his own story walked into some building of his own construction to enter the records of history. I visited the work some days after, and there I received my first lesson in architecture. Ten years later, in the fifties, I ran into him in a university classroom when he stopped in front of a drafting table in the architecture workshop. Like one of those rigid characters created by the primitive Flemish painter of the city of Brussels, in year 1436: Rogero Bruxellensi, admired by Guillermo González. These days the cultural chronicles have echoed the «technical expertise, the geometric mathematics and the religious passion» of the works of Roger Van der Weyden or Roger de la Pasture (French name). Counted among this reunion of masterpieces were Descent from the Cross, at the Museo del Prado (1435); Seven Sacraments Altarpiece (1440-1445) at the Koninklijk Museum in Antwerp; and The Last Judgment Polyptych (1445-1450) at the L’Hotel-Dieu Museum in Beaune. Fate decided that we worked together in the sixties in the School of Architecture at UNPHU, and now, fifty years later, second decade of the year two thousand, we meet again as this brief biographical approximation is written, full of heroic nuances, and which I have decorated with historical references. It seems as if I had met him only four times in eight decades. On each occasion, the circumstances were different, also the sets and cast, the witnesses and the testimonies.

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These days another exhibition titled «Modern Taste: Art Deco in Paris 1890-1935» is celebrated. Deco is an apocope (figure of speech) from the French term «décoratif». It was the time when Guillermo González began and ended his professional studies in architecture in the twenties. Art history has traditionally classified the art deco as an ornamental-kitsch episode. Recently, an exhibition called «The Modern Taste: Art Deco in Paris 1910-1935» proposes another interpretation which defends its inclusion in the genealogy of modern art. The following text contains the memory of Guillermo González, and it was somehow written for the first time following his death in 1970 when we published an essay in the CODIA magazine. That essay was illustrated with documents of his thesis for a town hall in the city of Santo Domingo, conceived somewhere in the Colonial City close to Mayor Street, probably (according to D.R.) near the stairways at the end of El Conde. One paragraph describes our visit to the architect Richard Neutra in his studio in California in 1958, a visit made upon recommendation of Guillermo González. The paragraph reads: «When he finished his studies at the Department of Architecture at the School of Fine Arts at the Yale University in 1930, Walter Gropius still had not come to America. The only master of the modern movement that was successful was R. Neutra, who was first established in Chicago (1923), where he had the opportunity to meet Sullivan; then in Taliesin with Wright; and then in 1925 in Los Angeles, where he developed most of his work. There we met him in 1958, as suggested by Guillermo González, who always referred to him with words of admiration, which did not happen when he referred to Wright. It is to be considered that Neutra, who was already a master by the time he arrived in America (he studied in Vienna and graduated in 1912), having worked on the study of Loos, and having collaborated with Mendelssohn in Berlin, exercising another degree of indirect influence on Guillermo González. The mural rationalism and interior-exterior integrity of Neutra is present in many of the works of Guillermo González». When analyzing his work we said, «Forty years of intense practice endorse Guillermo González and his national work. The functionalist scheme we previously referred to prevails throughout his work. But it is notorious how he continuously links architecture to his innate poetry, to his personality and to his culture. His virtue of fine taste transformed into architecture all the forms that emerged from his skilful hand. In him, the architect-building-poetry formula is found. A drawing virtuoso, he produced his plans as a printer would the most didactic textbook. Each plan by Guillermo González is an accurate and grammatically correct document». I have pondered the following thoughts clinging to certain argumentative crossroads, with the purpose of transmitting, through writing, the humanist legacy of his time from 1920 onwards. I ask you to be benevolent when receiving these reflections, because the act of reading, as of looking and writing, demands patience and solitude; confrontation between reality and myth; and a strong link between memory and recall. In one of the plans of his thesis at Yale, GG writes a revealing paragraph: «The city of Santo Domingo is in the tropics, the courtyard is protected from high temperatures by an umbrella big as an awning. Large swaths of green fabric hang from the frame, with a clerestory open on the left on three sides to ensure good circulation. The sweltering heat in these latitudes makes necessary the construction of outer walls of great thickness. The courtyard is used for concerts and receptions. The town hall is located at the entrance to the city for arrivals by land, sea or air. It will be particularly important for official receptions for distinguished visitors».

The general plan of the project for the headquarters of the City Hall of Santo Domingo was developed around a longitudinal axis that goes through an open patio and a lounge whose description appears in the reproduced console, which explains that the Hall of the People is covered by a structure (umbrella), and surrounded by open galleries and a clerestory to ensure adequate ventilation and lighting. An ornamental detail appears in the background, a kind of altarpiece (neoclassical-baroque) that manifests the academic character of the curriculum of the architecture school where Guillermo González studied. It is not until 1925 when air conditioning equipment began to be used (the centrifugal Carrier chiller). A city in memory The city of Guillermo González’s, the one he built, the one he won, was described in an essay where the development of the coastal avenue is generically referred to as «the Malecón» and which was originally named Colombina Avenue. This work, scheduled to be of larger magnitude (at least twenty meters wider) reorients the urban layout, sets the morphology of the city and provides the geometric basis for a rational scheme of its road structure. Its beginning coincides with a competition to build a park in the grounds of the Colombina Plaza (Colombina National Board). The end result was the creation of a playful environment, a landscape and horizon demanding recreation. When the Peace Fair was built, in 1955, installed on the extension of that east-west axis, the space was organized according to a north-south line, the major boulevard in the city, thus creating an important corporate administration circuit delimiting the Central Polygon. Planned and executed in a few months, the site of the Fair (Centro de los Héroes) had an port of entry, a great structure now disappeared. It was a defying horizontal line. On its western border, a haughty trapezoidal form simulating a harp frolicked with the winds; on the eastern border, a huge Apollo, «a colossus», with arms raised: in a palm of one of his hands holding a dove; in the other, the universe. In that city, GG was born and GG lived, moving between the images of centuries-old history; pessimistic ghosts and literate patriots, that literature has fictionalized in Navarijo, that neighborhood which stretched from the door of San Genaro, the Concepción Fort and the road to San Carlos neighborhood, and up to the gate Puerta de la Misericordia and its neighborhoods, its counterpart in the capital’s urban planning, which Mr. Véloz described in detail in La Misericordia y sus contornos 1894-1916, and in Cartas a Evelina de Moscoso. In the same place where González lived, members of the same generation, like José Ramón Báez López-Penha, witnessed those urban events experienced by the city in the early twentieth century. In his book Por qué Santo Domingo es así, he narrates how the construction of Independence Avenue was carried out, the avenue which was usually called Camino de Güibia or Camino de San Jerónimo. Between 1909 and 1911, important works were carried out, and he tells of the difficulties that had to be overcome because the profile of the terrain was practically flat from east to west. Because of this, the drains were met with open ditches and sewers were built later. Báez, great professor, also relates the urban solutions in the vicinity of the Colombina Avenue all the way to Bolivar Avenue; the layout of Dr. Delgado Street; Danae and Báez Osvaldo Streets; as well as the tracing of George Washington Avenue through the Colombina Plaza at its junction with the boulevard he named Sabana Larga, and the land of Mr. M.J. Galvan and Thorman estate. GG, with exclusive dedication to architecture, missed the chance to create a school and a style. He chose solitude and


did not realize he was isolated, without autonomy, without sovereignty. Repressed, he gradually lost his self-esteem, giving the impression of suffering nostalgia for not being in the right place at the right time... there where the big decisions are made and important arguments are discussed; where the vanguards are proclaimed; where true talents are recognized; and where the dynamics of time are built. He did not notice, amid the dictatorship, the contradiction that occurs in the dynamic struggle between equals, where those who have more resources tend to win over those who offer only vocation and academia. In our limited medium, he was the best. Since his return, he dazzled and earned immediate recognition. He made the mistake of inserting himself into a restricted minority which only counted on talent. That was not enough. At the time, it was also necessary to play the game with other skills he did not have. When it was all over, time and space were not enough. Ten years later, his little universe ceased to exist because he did not understand the changes, nor political polarization, nor dialogue, nor the cold war, nor ideologies. Mythology and enthusiasm of a teenager Surely he sensed the power of the Caribbean Sea. For a teenager, it is the time to make promises to the wind and to build illusions. From a missing window, he perceived his surroundings: the city of thirty thousand inhabitants, installed on a highway that reached a beach resort traveling the old route on a tram pulled by horses. He also perceived the great plaza of the Columbian National Board, bounded by the Sabana Larga Street, and the reefs of the Sea of the Antilles. He lived on Hondovalle Street, bordering the house of the Báez family, built on a long narrow plot. Surely he conversed and played with them, following customs that evoke the historic city. Several maps of the area were drawn in 1900, 1923 and 1927. A fourth map is from 1938, and is signed by Báez LópezPenha, which included the layout of Independence Avenue with trees planted along it until it tripped over the Castle of San Gerónimo, where it connected with the projected George Washington Avenue: the Malecón. I distinctly remember when its extension caused the destruction of the ruins of this fort which had exploded shortly before, an explosion that was heard throughout the city, an event that rests in my memory. Facing a changing, multiplied landscape, we have noticed that traditions, customs and climate have also changed. They are new versions of the same speech, cultural complements, and a transformed, self-conscious and processed identity. The rainfall regime, which was once regular but now is not, has also changed. However, the almond trees still have their autumn in February, when their leaves turn red and yellow, shedding a beautiful multicolored costume to dress again, a calendar for color in the Ciudad Primada, unresponsive to the solar equinox on March 21st or September 23rd. Nor do they go with the solstices, which astronomers define as the points of the ecliptic farthest from the celestial Equator and the season in which the sun reaches this point. These traditions evoke the historic city, epicenter of activities for the duration of harmonious balance between population and territory. When this harmony was broken, customs changed, new models were imposed and the courtyards once predominated by fruit trees are today parking lots. The city overflowed and occupied hills and glens. Where once cane grew, large residential and large suburbs rose. The residences have magical gardens; the suburbs, random philosophy. Around year 1932, engineer Juan Manuel Pellerano, who was Dean of the Faculty of Engineering at the time we entered the university, published a column on the Listín Diario newspaper

headlined «Observaciones Técnicas» (Technical Observations). Several of them were dedicated to the modernization of the coastline. Octavio Acevedo, civil engineer, outstanding surveying and engineering professional, native to San Pedro de Macorís, commented on them in the same newspaper, stating the following: «The coastal stretch referred to extends a distance of 350 meters between the south ends of Isabel la Católica Street and 19 de Marzo Street, and is part of the José G. García, whose houses, along the way, have their yards almost on the rock or cliff of the coast Placer de los Estudios. The location of these properties is the originating cause of the deplorable picture presented to the traveler or tourist’s eye as he or she arrives at our beaches. Courtyards of very poor appearance, miserable shacks, dismantled kitchens, hanging linen, all this sad set of a Moroccan souk, is what welcomes the stranger from overseas as he stands on board a bridge of steam». «What is the impression gotten by those who arrive to Ciudad Primada? He answers this way: “Before the hurricane of 1930, the picture of the courtyards tucked into the rock of the Caribbean was already very bleak; but after the furious storm the situation worsened, and today it would be almost impossible to try to describe how aesthetics, health and urban planning agonize, and how desolation, ugliness, sadness and debris thrive. It no longer reminds us of Moroccan souk; now it seems the villager’s coast of a Polynesian island”». Well educated, Guillermo González took the path that fate had reserved for him. Chance, opportunity and illusion converged to trace an unexpected route. It was an exile in reverse, a desired detachment that resulted in the expulsion of the talented young teenager from that city without running water or drains; the anarchist, messy, chaotic and disjointed city. Meanwhile, what was happening elsewhere? Where the threads of fate were moved... where the substantives of the universe are written... where the course of history is oriented... where the industrial revolution is driven... where technological changes and the real forces of civilization are invented? The answers to these questions can be found in the books, many of them dedicated to art, urbanism and architecture, some of which were studied by Guillermo González or William González, as American Vitrubius: An Architects’ Handbook of Civic Art; or Plan of Chicago, originally published in 1908 and Princeton Architectural Press recently reprinted. In March 1924, the second edition of The Architecture of Humanism, by G. Scott, whose preface is dated 1914, was published. However, I consider of paramount importance and of great educational impact in America, the approaches and ideas of the founders of Bauhaus and the CIAM (1928-1953). The main ideologue was W. Gropius, who immigrated to the United States, like Mies van der Rohe, and who along with F. Lloyd Wright and Le Corbusier, dominated, at its source, the process ran by contemporary architecture. It can be stated with absolute certainty that no contemporary architect has carried out a work comparable to that of Gropius. His mastery covers the entire field of architecture and largely enters the field of industrial design. Our daily life is surrounded by objects that were created by him and his students: housewares, light fixtures, cabinets, chairs and all kinds of furniture today called functional originated in the Bauhaus school, founded by Gropius. From there they quickly penetrated industry, when the latter realized its merits and commercial potential. The eloquence of these great architects, particularly that of Gropius, impacted González. The great German architect was known since 1911 for his postulates that have never aged to the present day. The above quote appears on the lapel of a

Castilian edition of his book titled Alcances de la Arquitectura Integral, whose contents date back to interviews, articles, lectures and contributions to the CIAM, published from the third decade of the twentieth century. Reiterating contemporary architecture: the rear-guard The text written by Manfredo Tafuri and Francesco Dal Co for the volume on Arquitectura Contemporánea, of the Colección Aguilar, starts with a chapter called «The formation of urban culture» in nineteenth century America. Other chapters develop an analysis of modern urban planning, and are based on American culture in the late nineteenth century: the Park Movement, whose criteria guide the Central Park of NY, and certainly the modification and systematization of Washington and the Chicago World’s Columbian Exposition in 1893. Authors point to Ebenezer Howard (1850-1928), who published a treatise on urbanism in 1890: Garden Cities of Tomorrow. «This model was proposed in response to the lack of housing for workers and the need to establish a new concept of city with a different organizational system... an established community in a natural environment and therefore separated from the big city, but well connected to it by rail, in which inhabitants enjoy a certain autonomy from the city... Howard founded, in 1899, the Garden Cities Association that developed in 1903 the first city-garden: Letchworth. This city was built by the architects Barry Parker and Raymond Unwin in the north of London. Later, he established relationships with German architects, such as Hermann Muthesius and Bruno Taut, which allowed him to develop the principles of health and habitability in numerous housing projects in Weimar». Howard was impressed by Edward Bellamy’s novel, Looking Backward. It describes a society without class conflicts, organized collectively in a kind of state capitalism. As late as 1957, Edward Bellamy’s book was required reading in courses on the history of urbanism and in seminars related to urban development at various international universities. I own a copy edited in 1951 that I had to study to write a paper at the University of Oregon, and which only after many years I have managed to integrate with European architectural and urban culture. It is clearly defined in my memory the academic influence in the drawings that Guillermo González made in his early works. Still in the Feria of 1955, these criteria remained subject to a classical system of orthogonal axes interrupted by circles and semicircles. The authors address, from the fifth chapter (General Index of the First Part) of the book, the Nordic Romanticism and the Catalan Modernism. For GG, the town hall of the Swedish capital was his model. The Stockholm City Hall, a key work for Guillermo González, was built between the years 1905-1923. This is a «romantic reef» in search of native roots. In Catalonia, the Modernist movement and its dialectic recorded protagonists of the magnitude of Gaudi and Domènech i Montaner. Chapter Six confronts the initiative of a center to reorganize craftsman-industry relations: the Werkbund. The seventh chapter was called «The Modern Classicism: Architecture Without Vanguard». The eighth, «Contribution of the Historical Vanguard: From Cubism to the founding of the Bauhaus (1906-1923)». Later (ninth) appear the «great masters», who were also masters to Guillermo González. So is the title of the chapter that begins with a text with the following heading: «Le Corbusier and the Poem of Form». The work discussed was structured, regardless of chronological events, in order to tell the story of architecture on arbitrary terms, among others, the two World Wars that led to a globalization of small vanguard, and great initiatives in architecture and art. The book records Gropius and his huge effort in the Bauhaus. The architect wrote that «craft

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and industry are continually approaching one another». Let’s see how he is contradicted in the following critics, pointing out exactly what Gropius had always denied: «The work of Gropius definitely closes the era of the Werkbund; the Bauhaus building owes its own heroic character to the tradition that lives within it and on which it stands. The new Künstlerkolonie is the perfect expression of a form that satisfies all the “community” balance the Werkbund had advocated. In that sense, the mediation project sponsored by Gropius, as director of the Bauhaus, finds full clarification in its architecture; tensions in the vanguard definitively resolve in a “style.” It follows that Gropius is the first prisoner, despite all his declarations of the opposite».

«By taking as a basis the admission of the major changes in the last fifty years of the twentieth century, this work considers the development of contemporary architecture from its premises of transformation and opposition to the tradition of the Modern Movement, to reach a considered and systematic interpretation of specific aspects of the current postmodernity, according to general and recurring types, that clearly distinguish the current trends today (Mannerism, Double coding, Ambiguity, Irony, Heterogeneity, Complexity, Eclecticism, Historicism, Populism, Participation, Semantics)».

Later it is the turn of two pillars of the modern movement: Frank Lloyd Wright and Mies van der Rohe. The first contains his own ideological essence, acute in his prophetic tones and feeding the myth of his own isolation. The book of Tafuri-Dal Co beatifies it in paragraphs like the following:

The Semantics incorporates the use of the slit, which Corrado Gavinelli interpreted as follows: «... wound, tearing, laceration, crack or fissure, that is, the symptomatic aspect of a crisis of formal achievement, of interruption of the concluded definition, which deforms and destroys the apparent compactness in its stable appearance...» It could also be interpreted as «dramatic images» or «endemic insecurity», catastrophe between physical reality and the unknown future; hence the theme of ruin and laceration emerges.

«In the years 1930-1940, Wright sharpens his own prophetic tones. Marginalized in the preparations that would lead him to the realization of the Chicago World’s Fair of 1933, feeding the myth of his own isolation, to which he gives definitive form with the creation of the Taliesin Fellowship. His residence, whose operations did not lack speculative intent, becomes a community of disciples who revolve, following rigid rules inspired by Olgivanna, around the master. Wright’s dominance over the work of the community is absolute. After accepting the “challenge” of the exhibit at the Museum of Modern Art in 1932, with the House on the Table (1931), Wright’s Taliesin Fellowship committed in its final response to International Style: the Broadacre City project. Broadacre is an act of retraining on all proposals from previous years and the starting point for the masterpieces of the years 1930-1940».

Arrogant presence of an architect Guillermo died at the beginning of the seventies after briefly savoring the sweetness of Postmodernism. He was very proud of the façade with neoclassical portal designed for a building facing the Parque Colón, which could be conceptualized from a timid approach to historicist postmodernism. Some of its elements were interpreted from models in a book he gave me when he dismantled his library. On that occasion, he said it did not bother him to get rid of his collection of architectural magazines because what interested him was already filed, properly organized in folders he prepared and jealously cared for. It is possible that descendants have them, in which case they could be transferred to the archives of the library of the School of Architecture at UNPHU, which he founded with other colleagues.

The second, Mies van der Rohe, was addicted to certain aphorisms, lines of thought that were key to the International Style: «We do not know formal problems, only constructive ones», he said; «Less is more», he noted in an essay in 1923. Tafuri and Dal Co describe this attitude as follows: «The form is not the purpose of our work. A complete formal realization depends on the type of effort we proposed ourselves. It is the elementary expression of its correct solution. Nor are we in search of a style. Wanting a style at all costs is also formalism. We have other thoughts. We want to free construction of aesthetic speculation; we want that constructing means only and authentically constructing». The authors identified earlier condemn this ideological attitude, stating, «Mies built the silence. Triviality and isolation of the signs are clarified: the building is presented in the absolutely essential schematics of its own technical nature». Guillermo González assumed this ideology in different terms, vulgarizing language. The purpose was to point out that modern architecture, functionalism, should cling to the criterion of the simple... the sharpness of the lines; the ability to fill space, proportion.

He was my teacher in the fifties when I still knew almost nothing about what I write now. He was not exactly a professor, but the teacher at a trainee workshop. There he taught, he corrected, transmitted knowledge and injected experience. His erudition taught me that there was a painter who had created an avantgarde movement called Neoplasticism, an unambiguous approach to the art of architecture, geometry, the straight line and color. Then I met Piet Mondrian, whom an essay titled «Mondrian o la alquimia del neoplasticismo» identifies as one of the pioneers and founders of abstract painting. The influences of the school of painting at The Hague, of Fauvism and of Van Gogh’s Impressionism are perceived in his early achievements. In 1911, he participated in the exhibition in the spring Société des Artistes Indépendants in Paris; there he met the Cubist works by Braque and Picasso.

All this happened while Guillermo González studied, and even if he didn’t want it, its influence appears and reappears in his early works as he colonized the city that Trujillo wanted to sponsor, and that nobody formally projected. He is intimately bound to it like other architects of his generation. Another book with the same title, Arquitectura Contemporánea, by professor Corrado Gavinelli, addresses the same historical period, articulating a precise analysis, avoiding chronological approaches, and managing a splendid critical analysis. The Castilian edition of LIBSA is from 1998-99, and develops the postmodern phenomenon in the following terms:

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He once stopped by my drawing board (1954). My imagination was entertained with three Byzantine icons the teacher kept on a shelf at home (a gift, if I remember correctly, from a brother-in-law in Málaga, El Cristo de la Buena Muerte (the Christ of the Good Death). After discussing my sketches, he superimposed a sheet of paper on the elevations. From there came a dazzling composition. I dared to include a procession of saints and virgins, a number of stained glass windows displaying small polychrome saints painted on small panels, miniatures of almost twenty centimeters on both sides. Surprised, he asked, «Are they yours?» Then he asked incredulously, «Where did you learn how to draw?» The answer was simple: «At the School of Fine Arts, from Manolo Pascual». That beloved school on Mercedes Street started in the forties with a small group of students that included Domingo Liz and Paul Giudicelli. But that’s another story waiting to be written. As can be seen, the history of art is continuously rewritten; it is structured with both names and ideals.

A version of that composition he had created over my clumsy sketches reappeared in the fairgrounds converted into the Pavilion of the Holy See. Gone were my stained glass windows and its three icons (which the Spanish dictionary records as a paroxytone word: icono), but in memory, the Byzantine images that came from Málaga, and that surely have returned to their place of origin, remain. However, I keep some watercolors of those windows. They are now part of this memorial that began in an alley called Hondovalle, where GG lived, and which the mapping made by Casimiro de Moya, in 1900, recorded. Now it is called Crucero Ahrens, honoring the vessel that arrived in 1930, near Danae, coming from England with provisions after the devastating hurricane San Zenón. In that environment he built his first works under the theoretical approaches of functionalist rationalism. Apartment-houses with low ceilings; short stairs; nautical windows; trivial simplicity; elemental expression; they took me to writing an article that I titled, «Cuando los techos eran altos» (When the ceilings were high). In one of them he lived with his family. It was a model penthouse, smelling like Mies van der Rohe. After colonizing the sea promenade with his emblematic works (in the forties), and creating the fairgrounds (in the fifties), one afternoon in 1959, sitting in the spacious balcony-gallery of the Casino Güibia, designed near the famous spa that served for the recreation of many generations, I met GG to converse about architecture. I wanted to tell him what I had done during the time I was abroad between 1956-1958. Our dialogue that afternoon was especially fluid. I returned from a study trip that took me first to Spain, Italy and the USA: New York; Chicago; Austin, Texas; California, and finally Oregon, where I enrolled in university to enjoy postgraduate studies. Then México by land from San Francisco, visiting novel homes in Carmel. We talked about the survival of Classicism in the United States “public art” and the power and presence of ancient Greek and Roman mythology. As if by magic, the figure of GG was energized and embarked on making a vibrant case for a sculptor he knew. He was born in the wild Scandinavian forests: Carl Milles. He strongly recommended me to study his work. Years later, I visited Milles’s work at the Metropolitan Museum of NY and his museum-garden in Stockholm, especially the Fountain of the Muses which was located at the Lamont Wing, on the first floor of the gigantic temple of the arts in New York. The body of water in which the bronze sculptures were installed was dismantled in 1985, and was moved to a park in South Carolina, Brookgreen Garden. This fountain group consists of eight major figures and seven secondary figures, modeled in a studio at the American Academy at Rome. The work was commissioned by the trustees of the Metropolitan Museum of Art in 1949 and the casting of the final figures was completed and delivered just six months before the sculptor’s death in 1955. The group was cast by Bearzi Foundry in Florence, Italy. Currently, the Aganippe group is in Milles Garden (museumgarden), which I visited with Angelica in 1963 when we moved from Lund to Stockholm, after attending a Seminar of Regional Scientists. It is fascinating now to recount the mysterious relationship between Mount Heliona, and the plan for a zoo that I was assigned as an exercise during my stay at the University of Oregon. The site was a hill next to the university (Skinners Beauty?). I managed the project, taking ancient Greek mythology as a reference: Mount Parnassus, the highest summit, home of Apollo and the Muses. Water fountains emerged from the throats of that mountain and garden-zoo; idealized, it was a park occupied by demigods, monsters and prehistoric animals. At the summit, I projected a zodiac in whose center tower arose a sort of pin, whose head-lookout was the sun and which would serve as a place for the angels to rest. How many angels fit on the head of


a pin? Tradition has it that the Byzantine monks entertained themselves reflecting on this theological secret while the Ottoman troops occupied Constantinople. As I conceptualized it, I wanted to turn it into a museum of mythological figures which had the symbols of the four evangelists: the lion of Saint Marcos; the eagle of Saint John; the bull of Saint Luke; and the angel (winged man) of Saint Matthew. Also centaurs, Pegasus, dolphins, satyrs. Years later, by magic or destiny, during the government of Joaquín Balaguer, we were commissioned, via Rafael Tomás Hernández, accompanied by Manuel Valverde, to design the National Zoo Park. It was a complex enterprise of great magnitude due to the multiplicity of specialties that necessarily arise and are demanded by a project like this. The selected site was a place rich in biodiversity, a nature reserve where diverse ecosystems and water springs converge at a site known as Arroyo Salado by the Isabela River at its confluence with the Arroyo Hondo. A hill dominates the geographical ensemble, rich in fauna and flora. All this happened in the city of González, which had behaved like a wise old woman whose face never moved or changed until he arrived. Thereafter, he assumed the power that fate gave him. Equipped with the energy of a Corsican, the vigor of an adelantado, and the strength of a colonizer, he could create a cosmic archipelago, from Plaza Colombina, reaching the Jaragua Hotel, where a reporter asked him one morning in 1945: «“Who designed this hotel?” I asked Tony Vaughn, manager of the Jaragua Hotel, when we met one morning at seven a.m. for breakfast. “Guillermo González,” he said. “He is a Dominican architect who has won awards worldwide. He’s here every day. We are building sixty new rooms and some bungalows behind the pool”... It was not hard to tell Mr. González among men who frequented the lobby, I was looking for someone fairly young, fresh, chunky and unaffected, as modern as tomorrow, moderate, affable. He was all this, a fairly tall man with well-defined physique, about forty-six, with a well-sculpted face, with mustaches, cropped graying hair, showing elegance that suggested military training; warm, friendly man with brown eyes...» «I asked if architects used color on concrete, or if not, how could these buildings like the Jaragua maintain their whiteness? “Limewater, simply lime paint, they call it. It gives a smooth finish and is low cost,” said Mr. González. “We paint it twice a year.” Of course, he added, “we could not use it in New York”...» Guillermo González’s resume, written by Gustavo L. Moré, says he studied at Colegio Santo Tomás, which was somewhere in the Colonial City where I too was a schoolboy. The place I was assigned to was part of the plaza of the Regina Angelorum, dominated by the church of the convent of Dominican Nuns, whose cloister was destroyed during Trujillo’s regime to build the Escuela Normal de Señoritas that was ruled with iron discipline by professor Urania Montás. In its patio, an experimental enclosure was installed: La Anexa. The resume also records his trip to Philadelphia and to Málaga in 1926. Shortly after, he was accepted at Yale University and was awarded a scholarship in 1930, along with a stay at the offices of Edward Durell Stone, before he returned again to Santo Domingo to start his brilliant career. Years later, around 1964, we worked together in the Committee for University Reform at USD, in a group which included Manuel Baquero Ricart and us. We were commissioned to develop a master plan of the campus, which was interrupted by the events that unfolded in 1965.

Many times I watched him draw: T-square and setsquares on a large table, where he never lacked a German triangular scale manufactured by Staedler. Stiff and solitary, almost absent, his right hand flexible and ductile. He thoroughly and strictly exercised the gift of creative thinking. Then he showed his athletic figure, his intensified attitude, and his frank and arrogant look. To put into practice the use of the word was an act that he always accompanied with a slight smile. Simultaneously, he shed his good humor fed by the elegant malice of a good bourgeois or a bohemian. His first lesson was to always place a human figure, drawn with expertise, to mark the vertical and horizontal scales. It was a habit I adopted permanently and unconsciously practice even when I write. Guillermo González Sánchez: Great Dominican architect Rafael Tomás Hernández I am honoured and grateful for the invitation from architect Gustavo L. Moré to expound my memories of Guillermo González Sánchez, the great Dominican architect who created outstanding works, innovative proposals of modern design, which brought new ideas to the designs in our country, ideas of great influence in the construction of Dominican architecture. I use the term «construction of Dominican architecture», to reference the monumental work that was coordinated, managed and written primarily by architect Moré —Historias para la construcción de la arquitectura dominicana, 14922008, Colección E. León Jiménes, 2008— a heritage of invaluable contributions that allows us to understand the origin and historical development of our constructive work. It is time to undertake the rescue of the figure of Guillermo González. This great Dominican architect carried out works, between 1935 and 1960, that highlighted our architectural heritage; he unfortunately dies, disappears, as do the demolished Jaragua Hotel and Hamaca Hotel, eroded by reforms that obliterated the masterful originality of architect González. His works, such as Ramfis Park, named Eugenio María de Hostos nowadays, have been attacked, modified and renovated, losing many of their original features. Guillermo González designed hotels, parks, city centers, and residences. The ancient Hippodrome Perla Antillana, the Fire Station, the Social Worker Center were works entrusted to him for the celebration of the Centenary of the Republic, original prototypes that had notable influence on hotel architecture in the Caribbean. In 1940, the hotels that served as reference in our country were the Mercedes Hotel in Santiago, the Presidente Hotel, The Fausto Hotel and the Fame Hotel in Santo Domingo. In Puerto Rico the most important hotel in terms of architectural reference was the Normandie Hotel in San Juan. In Miami, we remember the Columbus Hotel or the Everglades Hotel. Guillermo’s hotels, including the iconic Jaragua Hotel, burst overwhelmingly into Caribbean hotel architecture. González, teaming with José Antonio Caro and Atilio León Sturla, also designed the Paz Hotel, which was later called Hispaniola. As a child, I met Ramfis Park with eyes full of innocence. Today, at 82 years old, I look back to those days when I had the joy of sharing with Guillermo, my professor, genius of Dominican architecture. I personally met architect González in 1952. He liked to say, «I flow with the century, because I was born in 1900». So he would have been 52 and I 20. I knew who he was and recognized him when he left his car to inspect an apartment building on Crucero Ahrens Street. I approached

him timidly. He noticed my presence and said, «So what? Do you like this?» «Yes sir», I replied shyly. «Ah...! Then you are welcome», he told me. Then he disappeared into the concrete walkways that highlighted the building’s entrance; with the demeanor of a distinguished gentleman he integrated into the environment, appreciating its relation to human proportions. This meeting went no further. When I went to register at the University of Santo Domingo, still unsure about which major to pursue within the Faculty of Engineering and Architecture, I met architect González. He asked me if I studied engineering or architecture, I said I had not yet made a decision. I told him I did not know whether to choose Civil Engineering or Architecture. He replied: «That’s fine», and continued attending to those people who followed him. I had a good impression of the fellow: upright, wearing sport clothes. He looked closely, and his gaze was open, understanding, perhaps a little mischievous, through some glasses that highlighted his light-coloured eyes, and he was prone to say astonishing things. «He smelled like good soap», said Leonte Bernard to Pedro Delgado Malagón in an interview, during which he also confided that Guillermo González had been one of the most important people in his life. The building on Crucero Ahrens Street is modified and deteriorated. Originally, it was a prototype that stood out because it introduced the height of eight feet (2.40 meters) from floor to ceiling. That is, it violated a rule established in Law 6-75 on Public Beautification and Constructions that had been effective for many years, establishing a fixed requirement for the approval of plans and finished works. González argued that the decrease in height was compensated by the cross ventilation that was guaranteed in the plant design. Another novelty in the building was the introduction of very simple concrete awnings on the façade, and modern and elegant lines. These buildings, both the one located on the Crucero Ahrens Street and the one on the intersection of Santomé and José Gabriel García Streets in the Colonial City, highlight the impact of the difference between the floor-to-ceiling height in traditional buildings under the established norm, and the height proposed by González. This difference has important economic implications when it comes to social multifamily buildings. During the first two years of college I studied core courses common to other majors. In my third year, in 1954, the difference between students of Civil Engineering and Architecture was established. One day, at the drawing workshop, I felt the professor was behind me, following my work... he looked at me, smiling as if he had recognized me, and said, «Hey... that’s good, it looks like you’re not a pendejito!» meaning I was not a fool, and as he would when something motivated him, he grabbed the pencils and erasers and began to draw and amend what I had done, adding details to it: scaled human figures in floor plans and sections. He kept repeating that good proportions were essential. That day I could see the skill of a master strengthening a technical drawing. The façades gained relief with the shadow, and openings and volumes were increased or decreased, acquiring new impressions. When this happened, peers approached and surrounded him, which did not bother him; on the contrary, he wandered with his pencils, drawing figures and plants: he was a true master who could breathe life into the lines of a technical drawing. Some months passed. When the Technical Committee of the Peace Fair was created, the professor told me that drafters were needed, and that if I were interested, he could recommend me. «Of course yes», I replied. «But I need to take care of some details to avoid a misunderstanding of my decision. That can be arranged... I’ll talk to Virgilio». Virgilio Pérez Bernal was the coordinator; and Guillermo, the director

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of a group of excellent Dominican architects consisting of José Antonio Caro, Marcial Pou Ricart, and Leo Pou Ricart, along with Virgilio Álvarez Pina, who was Civil Governor of the National District at the time. A large room in the governmental building on Benito Monción Street was prepared for the drawing workshops and for all necessary coordination of the great work to be executed. Not so long ago, the posthumous memoirs of Virgilio Álvarez Pina were published. I was shocked that he spent only four or five pages to the Fair that he himself coordinated and directed. The Technical Committee was an exceptional team. But at the same time, there were many members and different personalities. However, coordination and respect prevailed. There were some decisions that were crucial for the success of the work. I remember when Guillermo proposed that all works have a basic six-meter by six-meter space, which was approved. This decision would facilitate that all steel beams (Truscon) were ordered in advance such that there would never be any shortage. There was also the participation of a team of «Valencian Fallers», who did impressive work, making store windows, display cases of all kinds that provided the complex with a festive character. All outstanding on account of the unostentatious yet luminous participation of architect González, who never missed a point in his architectural solutions for the buildings. From the north entrance of the complex, the buildings of the City Hall, the National Congress, the Ministry of the Interior and Police, the Ministry of Agriculture (burned years later), the State Sugar Council, the Temple of Peace, all of them were in the hands of architect González, who made all the design and operations flow smoothly and according to schedule. When it seemed like there was not enough time and an extension was requested, the response was... an advancement of the inauguration date. I will always remember Guillermo’s attitude when dealing with contingencies. He assuredly stepped forward, an at least by appearances never lost his composure. One day we met on the terrace or porch of the governmental building in the INAVI Plaza. His car stopped at the entrance and when I ran into him, I said, «I like your car, professor». «Ah, that is because it is designed by Raymond Lowey, a French genius who lives and works in the United States. He has designed everything from labels and packaging of many products, to the packaging machines, from Pullman train cars, to locomotives. He is a true genius». I do not know why, but suddenly he spoke about his finances, saying, «There are customers who do not approach me... thinking that it will cost them more... it is not so, I am willing to work and do whatever!» That day, he also elaborated on Mr. Leonte, saying, «I owe Leonte more than anyone could imagine». I never forget that afternoon, he was so eager to talk. In 1958, when Guillermo returned to the University of Santo Domingo, I remember him replying to students’ concerns and questions, such as: «Professor, what do you think about copying? This stair is intended to replicate the one that accesses the bathrooms of the beach terrace of the Hamaca Hotel in Boca Chica». And with his characteristic wisdom and humour he answered, «Well, copying itself is not bad... but you have to know how to copy». He stayed current with magazines and documents. He spoke to us about spaces and proportions. For him, the best stairs were configured with a riser of 16 cm and a tread of 32 cm. Fundamental in the design were its proportions relative to the human figure. We once asked: «Professor, what do you think about pergolas, openwork, decorative coatings and other details?» There was at the time a proliferation of decorative sculptural openwork that allowed airflow, but not vision. He said, «Well... I do not know how they get people to pay for that… because they wouldn’t get me to». In 1950, a decade ended that had included the works of the Centenary of the Republic. Some

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firms and companies of engineers and architects competed in a limited market for construction, Juan Isidro Bernal and Alberto Bonnet were losing relevance while Reid & Reyes were rising; they were young, creative, and innovative, introducing pergolas, coatings and other architectural details that fascinated students. It was new and agreeable, but far from the rigor of the sober, balanced, functional approaches favored by the professor. Meanwhile, the professor kept illuminating drawings with shadows or colored pencils with masterful ease. One afternoon in 1964, we were in the drawing workshop; there were very few of us students at the university. Through the east window came the roar of a crowd that was gathered in Independence Park to protest. Guillermo listened, and with a gesture of deep grief said: «So much enthusiasm, so many hopes... they are killed and then they make monuments to them!». The last time I saw the professor, he wanted me to draw a plan of a house that in the end was not built, and had asked me to come to his second home, which he shared with Pucha. There, he was cordial, he was content, and he proudly showed to me crayon portraits his friend had made. Our Guillermo Francisco «Cuqui» Batista The life of Guillermo González Sánchez was defined by the ideal of «art as a place of truth». Under this approach, we can properly examine our Guillermo, nicknamed «La Cuaba». That is how we called him when we weren’t comparing him to «Le Corbusier», which was another nickname for our Guillermo, thus emulating our poet Salome Ureña de Henríquez when referring to her son Pedro Henríquez Ureña as «our Pedro», rendering collective the pride she emanated whenever she mentioned her son. Something similar happens when we who understand the profession of urban architecture proudly evoke, mention, or examine our «Cuaba» Guillermo González Sánchez. At the same time, we remember his brother Alfredo, equally loved, and his assistant Papeyo Catrain, brother to César and Pucho, brotherin-law to our friend and college classmate Pedro Pablo Bonilla Portalatín, cousin to Aida Cartagena Portalatín, who were part of an art club that met every Sunday morning, where art was enthroned as a place of truth. We keep asking ourselves how we might properly speak of this man whose presence was the pure expression of modern architecture; how we considered such architecture at the time; and how Guillermo González Sánchez made it excellent. All of us. Those who reported to «La Cuaba» had to do it efficiently, showing evidence of tricks and concepts presented as sketches of solution in the loggia; or those from the veranda drawing workshop of the University Santo Tomás de Aquino in the then-called Ciudad Trujillo, rechristened as Santo Domingo; or those in the period 1945-1950 when we watched him perform like an idol, like the very epitome of the Dominican architectural profession. Guillermo sought perfection and functionality in his approach and corrected students individually, trying to understand the solution proposed by each student and drawing for himself alternatives on the sketch. Hence the nickname «La Cuaba», tinder for torches. In those days, students came to know professors well, as they shared time with them outside the classrooms. That is how we managed to follow Guillermo in his ideas concerning what was optimal for proportions or dispositions. Different was Professor Humberto Ruiz Castillo, a good professor, who neutralized us by bringing us his own design problems. Humberto solicited and accepted quick solutions, many of them for his private work. Guillermo sought comprehensive, unified compositional ratios from the proportion

of floors, elevations and openings. Guillermo was an aesthete who exercised neat imaging, from his white shoes to his manners and opinions. The existence and presence of Guillermo González Sánchez was always a novelty, a dynamic, composed and perfectionist artifact void of arrogance or pretension, who could be described as the ideal universal architect. Guillermo always gave us the impression of being open to the future; watching him perform in his discreet discourse as a professor, mingling with and amongst his students, whose work he reproduced and corrected. From the pool of the Jaragua Hotel he generated followers and admirers. We went to the pool every day between eleven and twelve o’clock to drink gin and lemon, mostly for the atmosphere, accompanied by my classmate Andrés Gómez Du Breil, as the two of us identified with Guillermo’s artistic criteria. Guillermo’s office was, at the time, in the Copello building; then he sold or gave it to Frank Hatton Curiel, where our little group went to listen to jazz on Saturdays. At the Copello, we visited Pepe Bonilla’s office, were we would also meet Pérez Ramírez, an engineer who studied architecture in France; there we met Alfredo, brother and partner of Guillermo, and his assistant Papeyo Catrain. There we conversed on Saturdays. Everyone knew that Guillermo struggled in his pursuit of total mastery of architecture. In his office at the Copello, there was a large collection of magazines, predominantly the American magazines Architectural Record and Pencil Point. This collection captured the evolution of modernity, which emerged as a consequence of population density, instead of being a style based on deprivation of decoration, as many considered modernism to be. In truth and open-mindedness, it has not been scientifically stated what the movement originally intended to be, which is an issue that needs to be conceptualized and resolved. Guillermo’s world developed during the apogee of the modern, and so ran his life of success: he was a fulfilled and admired man in a world of visible, architectural art, a sort of refuge for all complementary art, as he is still considered by many people in the world. Today, the environment across the entire surface of the earth demands that urban architectural solutions and their economic aspects be carried to a scientific level. The prevailing chaos demands that the intellectual man thoroughly apply his acquired knowledge, because if we maintain our traditional methods, we will destroy ourselves. Guillermo violated compositional routines with his contributions, which can be described as the product of a selection of symbols, or of functional and aesthetic associations. One example is the stairway in the west corner of the lounge in the original Jaragua Hotel, which was at the time consecrated as a symbol of the Grupo Nueva Arquitectura, and which was initially a functional sign on the Ford Pavilion at the New York World’s Fair in 1939. This fact is only one point in a long exemplary stroke from our Guillermo within the ethical-aesthetic field of analysis and critique of Dominican urban architecture. Guillermo González Sánchez becomes the symbol of a search for urban architecture in the Dominican Republic. This way, we can identify Guillermo as our modern technical essence. He sought truth for guidance. One time I greeted him at the Vela Germán stationary shop, and he commented that one of my projects seemed to be of his own making, and then added «Wherever I am, there is room for you». After this comment, I thought I was well oriented in my search in the architectural field. For the Peace Fair, Pepe Bonilla, assimilated to the Trujillo Martínez family as a friend of Ramfis and assistant to doña María, had land and projects, and he had planned six or so buildings for that event, but as was common and accepted practice at the time, he was put aside.


Guillermo finds us one day at La Casa del Ingeniero, owned by Vela Germán, and questions us as to why the City Hall designed for Pepecito Bonilla had a short side that was longer than the longest side of his (Guillermo’s) design. I reply that the dimensions followed from the number of guests that Marco Gómez, Governor of the City, gave us. Guillermo says, «Right, you planned it well, but still». I reply again, saying that excess also obeyed diplomatic protocols. He accepts and asserts saying, «You too introduce protocol». And so, Guillermo confirms the selected criteria to generate different areas and the existing protocol that was taken into account, demonstrating that he is aware of the essence of the work. At that moment, he invites me to go with him to draw in his workshop, to which I reply that my esteem for and commitment to Pepe Bonilla prevented it. Long after, Guillermo made some apartments for Juan Bernal. Juan made Alfredo Manzano responsible for the structure; Alfredo Manzano, Pepe and Dionis had met in college. At the time, we had an office with Alfredo, called M+B. Dionis was Juan’s brother and had asked me to draw for him during Bernal and Bonet’s working hours. Alfredo told me that applying earthquake theory to the building would make it unstable and that I should modify the solution. I offered to meet Guillermo and request approval for the change, to which Juan replied that the project was urgent, and that the owner was whimsical and could abandon it. So we changed it, arranging the continuity of the walls; upon delivering it to Guillermo, Juan looked at the project and said that we had drawn the structure without changes to format, letter, card, or legend, and that it all seemed done by Guillermo; I pointed out that not a dot was missing. Guillermo drew the «o» with two lines and a central point (.), and cut short the lines of his characteristic jamb decorations, and dotted the exterior walls, alongside n other details. Guillermo remained silent, assenting, but as we said goodbye to him and Juan, he called me out, saying, «Cuqui, I thought you knew how to count». I wondered why he could have said it, and then later, in the M+B office, when I compared our solution with Guillermo’s, I realized that we had added an apartment. This fact confirmed our belief that ethics and aesthetics were deeply nested in Guillermo. Another of his lessons happened on the occasion when Bishop Polanco Brito asked me to bring the American architect Harry Ramson, from Rice University in Houston, to the University of Santo Domingo, where Guillermo and a group were planning a campus. Feeling indignant, I told the bishop that it was illogical to expect that an architect would want to explain his projects to a stranger. The bishop replied that he thought the same, but he had to do it and he could only count on me to do the work. The American friend and I went. He spoke Spanish well — we had met before at Rice. A military guard kept the door where Guillermo and his group of assistants were working. I presented my identity card to the guard, and asked him to allow me to join the meeting. He tells Guillermo: «On behalf of Bishop Polanco, Cuqui Batista brings an American who wants to learn about the planning of this campus». Guillermo replied, «Bring him in». He explained the sketch on the table, finished, and raising his hand in salute he said, «Cuqui, wherever I am, there is room for you». For Guillermo, profession was first; it was singular, a fundamental essence; he had that vision and accepted it in others, he had the criterion that demand guided exigency. If Guillermo were still alive, I am sure he would have taken the steps that we have attempted to take, and that he would persevere even if nobody in the architectural world were listening. We regret not having a Guillermo at this time,

and we regret not having listened to him when he invited us to go with him to draw for the Fair project. Guillermo’s creative power gave rise to the Santo Domingo that had been destroyed by hurricane San Zenón in 1930, and he designed the Ramfis Park over the common grave area, which became a landmark in Ciudad Trujillo where I enjoyed my vacations in 1937. We heard Guillermo’s name for the first time perhaps 77 years ago, in connection with that aesthetic node. Professional ethics of the time prevented Guillermo from advertising his work, and the principle that he adopted of modernism as compositional logic led to customers being taken away from him by other architects who specialized in neo-Hispanic compositions. A Haitian diplomat who had arrived in and disappeared from Ciudad Trujillo contacted us for a contract; he showed us a foundation in Cap-Haïtien and said that he preferred me, after looking at Caro and Guillermo’s projects. I told him how wrong he was to put them aside, because I knew the quality of Guillermo’s work, and because I had worked for José Antonio; Guillermo was an aesthete and José Antonio was more educated in terms of the global world of art and history. I was in third place. Yet, Mr. CapHaïtien said I was his choice, and that I had three options to get paid: «Some throwing knives, a pair of carved fangs, or a case of chateaux wine». I took the box of wine. In summary, Guillermo sought that proportion and harmony be coupled in plans and elevations, and that what he made or drew have no parts or stages of solution. Instead, he generated a coherent whole, unisonous or unitary, and thence came functional synthesis, from observation of the resulting images in plants and elevation, and from capturing the effects of the achievement of, or lack of, unity. For that reason, he dotted the surface resulting from these limits, so it would be highlighted on paper, and its dynamic image or communicating agent of solution concentrated; he did it in search of an ethicalaesthetic unit that presented all the detachment demanded by the modern spirit of the time, yet requiring, as everything, knowledge, soul or an underlying substance. Finally, we must extend ourselves to the example of Guillermo González Sánchez, when we celebrate every November of his life, as he was born on November 3rd, 1900, and he left the earth on November 13th, 1970, at his 70 years and 10 days of being a man of actions and experiences, always in search of the fundamentals of creative work. Guillermo left a wake behind him, he left his imperishable work and example; triumphing in the chosen world, satisfied within the field of action he preferred; aware of the value of his work. So death does not affect the already consecrated Guillermo, but it does affect the urban architectural profession he had cultivated with the great effort that he modeled to his followers. His physical death deprived us from the living example he managed to become, yet his death was not the end of his innovative thinking, but the defining beginning for others to carry on his work. Interpreting Guillermo González Omar Rancier I first encountered GG’s work during my years of study, probably in the Composition 1 lectures taught by Professor Doy Gautier. However, I fully rediscovered him during the 80s when, through the Grupo Nuev Arquitectura (GNA), Emilio Brea, Gustavo «Cuquito» Moré and I developed a memorable campaign to save the Jaragua Hotel from being pointlessly demolished in 1982, an idea that was more of a political action than anything else. Later, Moré edited the third edition of the magazine Arquivox of the GNA, dedicated to González, giving birth to a cycle of rediscovery of the architect of the Jaragua and the Fair.

Studying González’s work allowed me to recognize the value of his designs, which transcends the work of his precursors in both scale and in aesthetic and spatial exploration, and which finally introduced the modernity of «mural rationalism», as Eugenio Pérez Montás described it in his article in CODIA magazine that was published after his death. However, a more detailed view of González’s work shows a process of consolidation in his formation as a modern architect; he was even able to explore, at the end of his life, postmodernism in one of his designs, which was, we have to recognize, poorer and more questionable. We also realize what I have called «stylistic versatility», which was a product of both traditional training at the University of Yale, and management of modern forms. This essay will try to show the in crescendo development of an architect who has become a misunderstood figure. A classical architect The Yale School of Fine Arts, like all schools of architecture of the time except for the Bauhaus of Gropius, was attached to the methodology of the Beaux Arts. Architecture was learned by studying classical models under the guidance of a professor who ran his own workshop. It is not hard to understand that Guillermo’s teaching method was somewhat similar to that Beaux Arts education he had, as expressed by some architects who first had him as a professor in the classrooms of the University of Santo Domingo, and also by those from the School of Architecture and Urbanism of Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña, founded in 1966, near the end of his life. About his university projects, we only know the drawings of his graduation project, a City Hall for Santo Domingo, where neo-Hispanic language (a local denomination) stands out, and a tower, which he later rescued when he designed the City Hall of the National District, along with the house for the congressional palace in the center stage of the Peace and Free World Fellowship Fair that Trujillo held on the 25th anniversary of his dictatorship. That sample-sized project, along with the magnificent freehand drawings from his journey through Europe, together form a picture of a man assured in his mastery of traditional codes learned from his teachers at Yale. This surety is found in some of the housing projects he built for the conservative bourgeoisie of the time, domesticated by the iron grip of Trujillo. At some point, he declared that, for housing, traditional language was the most appropriate, although some of his best modern pieces are houses. This classicism is expressed in his early works when he returned to the country, first in the so-called «little wooden house», the first work he built in the country. That was a kind of very simple cottage, whose volumes were very harmoniously coupled. The classicism is especially expressed in the classical axial character of his Ramfis Park, currently Eugenio María de Hostos Park, designed in 1937 after he won the competition to design a plaza on the grounds of the Colombina Plaza, located on the grounds of the Sabana del Estado (terrains belonging to the state) where common graves held the bodies of the victims of the San Zenón hurricane, which struck the city a few weeks after Rafael Leonidas Trujillo Molina began his presidency in September 1930. The park, of a totally symmetric structure following the classical axes, unfolds in steps, opening up an unusual panorama toward the (in those years) dreaded Caribbean Sea. This space lends the city a sensibility at once civic and monumental, and constitutes, in combination with other symbols of the Trujillo regime, the beginning of a memorable urban sequence that has been exploited by every government

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from Trujillo to Fernández. It serves as a stage of deployment of power and playfulness, of the military and the civilian, the agora par excellence of the city of Santo Domingo: the Malecón, or seafront promenade, as Arístides García Mella, ideologist of the project around 1924, and Ramón Báez LópezPenha, its builder starting in 1930, called it. This environment is created by several works, including the park, the obelisk built to celebrate the infamous renaming of Santo Domingo to Ciudad Trujillo, the headquarters of the Dominican Party and the Trujillo-Hull monument (known in the collective imaginary as «the female Obelisk»). The Malecón, curiously, became the scene of major works by González, which are, from east to west: the Ramfis Park, at the beginning; Jaragua Hotel, the Jaragüita and Casino Güibia in the middle; and the Fair at the end, developed according to a classic urban division and a decidedly modern architecture.

blocks on the façade, and its simple yet sculptural staircase became a reference of the modern in the country. The only absent point of Le Corbusier was the garden roof, but a photo showing González with his wife and a friend on the roof of the building shows that he was aware of the possibility.

The modern architect It has been said that Guillermo González learned about modern proposals during his trip to Europe, which he won as a prize from the famous Fontainebleu scholarship, which he shared with three other American students, he being the only Latin American one.

The exploration undertaken by González in the Jaragua Hotel covers other aspects that, perhaps due to its urban setting, do not show in the Copello. It was developed around a vertical axis defined by the volume of circulation to which three bodies were coupled like blades, each of which were functionally defined, haddifferent heights and formal interpretations. It is like a tropicalized realization of the aphorism taken by Sullivan Horatio Greenough, «Form follows function», and it exemplifies in its volumetric development, similar to the development of Gropius’s Bauhaus, the syntax of the four-dimensional decomposition that Bruno Zevi, in his anticlassical code, says is one of the seven invariables of modern architectural language, which introduces time as a dimension in architectural experience.

In 1930, there were still two years left until Philip Johnson and Henry-Russell Hitchcock would publish The International Style exhibition, a catalog which was titled the same as their exhibition at MoMA, and unveiled the Modern in North America, while in Europe, Gropius defined modernity since 1911 with his Fagus Factory. The latter had been designed with Adolf Meyer, and the same Gropius founded the Bauhaus in 1919. In happy 1920, Le Corbusier, that strange figure riding a bicycle in a dark suit, passing in front of the bar where Gris would take his friends so they could see such a spectacle, designs his villas. His famous villas Saboye and Stein in Garches, which are so accurately analyzed by Colin Rowe, contain his famous five points for modern architecture (piloti, free plan, free façade, fenêtres au longeur and roof gardens). In the United States, Wright and his organic architecture reigned. «The best American architect of the nineteenth century», as Philip Johnson, an architect whom González rarely spoke of, ironically put it. In the twenties, modern architecture developed in the United States; Richard Neutra, highly esteemed by González, who emigrated from Europe in 1927 and who visited our country in 1945, declared that the Jaragua Hotel and buildings of the University City were «as good as the best in Europe». However it was, Guillermo developed such skill and understanding of the Modern that it manifested in his works, especially in institutional and a few private works. On August 16th, 1939, the Copello building was inaugurated at the intersection of El Conde Street and Sánchez Street in Colonial City of Santo Domingo, named Ciudad Trujillo in 1936. El Conde was the most cosmopolitan street of the city, and it housed a series of buildings that marked the development of a huge commercial bourgeoisie expressed in the first multi-level buildings to use the new reinforced concrete. The Copello came to compete with the Baquero and Diez buildings designed by the Puerto Rican Benigno Trueba and to impose its mural rationalism, and Le Corbusier’s five points of modern architecture, against their eclectic discourse. The white cubic space, horizontality accentuated by strips of windows and functionally articulated and flexible in its spatial conception, marked the official inception of modernity in regulated Santo Domingo/Ciudad Trujillo, arriving first in the public imagination through an urban legend telling that gold coins could be found within the walls of the colonial house that occupied the corner of El Conde and Sánchez Street. The beauty of its proportions, its lobby sunlit through glass

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This end of the thirties and the beginning of the forties marked the origin of the modern and the more fruitful era of Guillermo González, which featured the Copello project. Above all, however, was the design and construction of the legendary Jaragua Hotel, the real one, the one designed by González. Opened in 1942 at the height of World War II, the Jaragua Hotel represents the best of modernity not only in the Dominican Republic, which was ruled by a bloody dictatorship, but in the whole Caribbean, where it became a benchmark for other hotels.

I have stated on another occasion how the interiors of the Jaragua Hotel express a kind of «tailored contradiction», similar to Venturi in the overlapping of elements of motley traditionalism, like the great lobby chandelier in a distinctly modern space. At the institutional level, two other works of González are framed in that tropicalized modernity that he somehow develops, the Hamaca Hotel on Boca Chica beach, and the City Hall at the Fair. The Hamaca is an almost literal interpretation of the referential machine of modernity: the ocean liner. Functionally integrated by two bodies that intersect perpendicularly, the main body is parallel to the sea; and the other one, smaller but integrated into the main body by strips of windows, enters the beach and floats on the clear waters of Boca Chica. There, once again, the mural rationalism and the long windows emphasize the modernity of the building. The City Hall responds to the conceptualization, again Corbusier-like, of the pierced cube. It shows a symmetrical pattern accented with two low volumes flanking the main volume; however, the clock tower, rescued from his graduation project, subtly breaks the symmetry and introduces a contrast of the vertical versus the volumetric. Horizontal stripes in the front and free form volumes on the roof —again Le Corbusier— complete the modern commitment in a classical building implementation. Exquisitely modern interiors have unfortunately been lost, as were the first transparent floor and front plaza, which were turned into parking lots for some councilors who failed to understand the value of that civic space proposed by González, connected to the monumental fountain and to the house of the National Congress. The hall that was originally the council, with its monumental double height, is one of the most impressive institutional interiors in Dominican modernity. On the domestic scale, although he designed a series of houses in traditional language, he also produced some of the most representative modern houses, most of which have disappeared. Remarkable among them were the Pichardo house,

the Telefunken house on Independence Avenue, demolished to build Malecon Center, and the Schad house, which occupied the lot where the Museum of Natural History was built in the Plaza de la Cultura. Two of them shared the same pattern of horizontal volumes over the garage, and a continuous element framing the set in a completely modern syntax. Some of his houses constitute a masterly synthesis of the two languages undertaken by González, the modern volumetric and the traditional details, as happened with the Peynado House on Bolívar Avenue, a site currently occupied by the Mormon temple. Influences on GG Obviously, the early influences on González are those of the classical education system. Prior to his study of architecture, Guillermo studied arts and drawing, always within the methodology of the Beaux Arts. It is assumed that his encounter with modernity happened on his trip to Europe, however, none of the drawings in his tour notebook show modern architecture. Guillermo González worked in professional offices, both in Spain, «where he left some Andalusian architectural wonders» and where he could have honed his skills on traditional architecture, as in the United States, where he worked with Edward Durell Stone, who was qualified as a modern historicist. With Durell, he seems to have developed a good friendship, and photos have been published of him visiting some of González’s works in the country. Until then, it was unknown that Durell Stone visited Santo Domingo. An influence of Durell identified in the work of González is the covered terrace with circular perforations that creates a pattern of light and shadow, which is, to some extent, very tropical. Clearly, GG owes much to Le Corbusier and Gropius, as we have noted; however, González was not really into Wright’s organic architecture. His bet was always on mural rationalism. A theme that must be studied in González’s architecture has to do with the use of Corbusian brise soleil and his concern for climate, which is expressed in the way he treated the façades of the buildings on the Central Avenue of the Fair. The buildings facing east, except for the City Hall, were treated with the curtain wall technique; the buildings facing the west, from the now extinct building of Agriculture to the building of the INDRHI Institute, including Congress, with a strong system of brise soleil, without exception. Stylistic versatility Because of his training, Guillermo González mastered the classical language, and by choice also mastered modern language, successfully using both at his discretion. I have called this choice of languages «stylistic versatility», a term which I considered more appropriate than «double code», which would imply the formulation of a discourse, and which I have reserved to denote one of the strategies exclusive to dictatorships. Trujillo used that strategy when necessary to try to express the modern and democratic aspects of his government, and at the same time, the almost fascist stiffness when the decision of the state prevailed. A comparative reading of the Jaragua, by González, and the headquarters of the Dominican Party (nowadays the Ministry of Culture), by Gazón Bona, explains this idea. Guillermo, who said he felt more comfortable designing institutional buildings than houses, skillfully handled the traditional and modern language in the houses he designed, as explained above. However, an analysis of a series of sketches on letter paper shows the apparent contradiction in Guillermo’s architectural language, and the elegance and ease with which he handled different schemes. It is a draft of


a hotel, «El Calamar», and three schemas are developed on the same sheet, each in a different language and always with the same volumetric and typological composition: a volume with a central courtyard. One schema is decidedly traditional, neo-Hispanic; another is modern, in the same language as Hamaca Hotel; and a third is an elegant blend of modern and traditional, as he designed the Peynado residence. The drawings look like very simple explanatory sketches, in no way comparable to González’s artistic drawings. However, and this is something that I find much more interesting than the traditional-modern versatility, comparing the two greatest works of González, the Jaragua Hotel from 1942 and the City Hall from 1955, we find another kind of versatility. In an analysis performed on this subject, I wrote the following: On the other hand, the versatility of our architect is not limited to contrast the neo-Hispanic against the modern, as he handled different codes within the modern language. We observe this in his two most representative works, the Jaragua Hotel and the City Hall. The Jaragua Hotel is composed of volumes that freely integrate, suggesting a slight rotational motion. That means he used the «syntax of the four-dimensional decomposition», which Zevi considered among his seven invariants of modern architecture in his book The Modern Language of Architecture. Certainly, the Jaragua Hotel, with integrated volumes, should be seen from different points of view to be fully appreciated. On the other hand, the City Hall presents full frontality in its design. It is a pierced pure prism of such centrality that it would seem the best vantage from which to appreciate it is the front. Even the pavilions that are arranged symmetrically are treated with a certain horizontality that reinforces the frontality of the grand central body. Frontality versus rotation, classical (traditional) versus modern, these are the stages on which Guillermo González realized his work, the place in Santo Domingo where buildings developed through the thirty years of dictatorship, and where we can identify a double code of social control strategies used by Trujillo. These strategies were accompanied by more radical measures, such as changing the name of the city in 1936, the appropriation of geographic and urban toponymy by the dictator and his family, and the implementation of a new urban center, the Peace Fair and Fellowship of the Free World in 1955, which Ramon Martínez appropriately called «the construction of a semantic tube». On the subject of GG and modernity, it has always seemed relevant to me the photo of Guillermo in his convertible Studebaker, dedicated to auto designer Raymond Lowey, one of the great American industrial designers, with which he testifies his friendship and admiration. The image also expresses his commitment to modernity. Toward the end of his life, Guillermo designed a proposal that, at some point, I qualified as «contextualist emergence», and about which Moré suggests that this work, originally for Bank of America on El Conde Street, opposite to the cathedral, «marks a radical change in his taste, affirming again the evolution undergone in the last years of his career».

The importance of Guillermo González in the panorama of Dominican modern architecture Guillermo González is a necessary reference for the study of modernity in the Dominican Republic. He is part of the first generation of Dominican modern architects, along with José Antonio Caro, who graduated in France, Marcial and Leo Pou Ricart, and Humberto Ruiz Castillo, who received their diplomas in Belgium with Miguel Hernández. And I should also mention Henry Gazón Bona, trained in Paris, author of an industrial slaughterhouse, which is one of the best examples of modern architecture in the Trujillo dictatorship, but also the ideologue of a sort of «official Trujillo architecture». González’s contributions, besides his works, are in university classrooms, where he becomes a model for the group that would form what I have called the intermediate generation of Dominican modern architects, among which we can mention: Gai Vega, Billie Reid, Polin Espaillat, among others. However, he was not a proper professor himself. Of few words, as Roberto Bergés says in his article published in the CODIA magazine No. 23 following González’s death: «...a few strokes of his privileged hand over the draft of an eager student was worth a thousand words». GG was the teacher who taught through his work. He was rigid with his students, to the point that he was called «La Cuaba», comparing him to the hard wood of a resinous pine widely used in kitchens in the 40s and 50s, and as Cuqui Batista would narrate in an interview that took place at the opening of the «First Architecture Biennial of Santo Domingo, Guillermo González Sánchez», organized by the Grupo Nueva Arquitectura in November 1986. Engineer Mercedes Sabater de Macarrulla, always talked about a design exercise that Guillermo had assigned, and how when he sat down to correct it, he insisted that she incorporate a monumental staircase inside. When the professor finished correcting her, Mercedes painted red spots on the stairs González had drawn, and when he asked what it was, she replied, «The blood of the people who step on that stair!» She eventually had to incorporate the stairs. His example was what counted for his students, and his work allowed an isolated country to know modernity and its architects. Bergés tells that, when classes with Guillermo started, «One of the first days, Guillermo wrote on the blackboard a long series of names and phrases, and said, “Do you know those names?” He insisted... “If you do not know them, we will not be able to communicate well!” “It was our first meeting,” continues Bergés, “with things that would later become as familiar as our neighbors or our fellow students. So we proceeded, gently compelled by a desire to avoid embarrassment in front of our teacher, to become familiar with things and people such as art nouveau, neo-plasticism, Piet Mondrian, Theo van Doesburg, Bauhaus, rational and organic architecture, Walter Gropius, CIAM, Mies van der Rohe, etc.”». I wonder if it was not from that experience that Bergés developed the Reading Assignment lectures at UNPHU, which have been praised so highly by students.

The interpretation is that GG, with his late work, approaches postmodernism, which, at that time, 1966-1970, began to coalesce and consolidate. In 1966, Venturi writes his Complexity and Contradiction in Architecture; and Aldo Rossi, The Architecture of the City; at CIAM X, the so-called Team X makes its critique of modernity in 1956; and Italians had begun their exploration of historicism with Ignazio Gardella’s Casa Zattere in 1954-58. GG shows in this work that he was aware of the discussions questioning modernism, and creates what could be the first Dominican postmodern work.

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Contenus Présentation Preface: Notes à distance Remerciements Introduction Chapitre 1 Premiere Acte Chapitre 2 L’empreinte profonde de l’opéra prime Chapitre 3 La période d´or de González y González Chapitre 4 Résidences traditionnelles et habitat moderne Chapitre 5 L´urbanisme, l´architecture et l´académie Chapitre 6 Dernier acte Chapitre 7 Essais: Anecdotes du maître

Traces sur la Mer: Guillermo González Architecte du modernisme dominicain Gustavo Luis Moré Présentation Notre institution est reconnue, durant les premières années de sa gestation et la naissance au début des années 60, comme une démocratisation des services financiers et un agent catalyseur des transformations majeures que le pays a rencontré dans sa marche vers le siècle XXI. Depuis plus de cinq décennies la banque populaire dominicaine est devenue une réalité, grâce aux contributions financières et humaines, des centaines de milliers d’histoires de réussites qui ont cimenté les fondements d’une société moderne, développée dans de nombreux aspects, et qui, en termes de possibilités d’amélioration, un regard vers l’avenir avec espoir et des idées pour l’avenir. Ce pouvoir s’est traduit aussi fièrement dans la projection de notre identité nationale, qui, entre autres initiatives, nous avons incarné par le biais de la publication des livres comme celui-ci, qui enrichissent notre patrimoine culturel. En particulier, ce nouvel épisode à la culture du pays sauve la valeur symbolique de l’architecture comme un emblème de la transformation des villes, centrées, dans notre cas, la figure de l’illustre architecte Guillermo González, père du modernisme architectural qui a été installé en République Dominicaine au milieu des années 1930. L’architecture des premières décennies du siècle XX a donné la forme et l’expression d’un sentiment de modernité, partagé aux sociétés de l’époque et ce n’était pas étrange à cause de la réalité dominicaine. Grâce à la vision et l’expérience internationale de l’architecte González et son travail prolifique, réalisé entre les décennies 1930 et 1960, notre pays et en particulier dans la capitale, sont des œuvres paradigmatiques qui ont influencées les générations suivantes de nos architectes et d’expliquer le profil actuel d´une vision architecture de la République Dominicaine de nos jours.

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Par conséquent, cet ouvrage réclame comme principal fait que l’identité moderne de Santo Domingo enfonce ses racines dans ces beaux édifices architecturaux, plus de 50, tous dans son novateur et radical, ont projetés et réalisés par Guillermo González. Ce sont des bâtiments simples, pures, harmoniques, qui soulignent son caractère géométrique et sa position fonctionnaliste et rafraîchissante, en revanche avec l’espace urbaine des Caraïbes du moment. Le Parque Eugenio María de Hostos, bâtiment Copello, l´hôtel Jaragua, l´hôtel hamaca, Casino de Güibia, les bâtiments qui composent le Centre des Héros, aussi bien que des exemples notables de résidences privées sont un héritage que nous devons sauver de l’oubli, préserver et donner l´importance nécessaire pour redorer le blason des jeunes architectes et la société. À cet égard l’évolution du temps, multiplie le message et facilite la jouissance des œuvres les plus caractérisées de Guillermo González, également inclus dans les pages de cette publication numérique, grâce à un code d’accès QR, que le lecteur peut scanner avec son appareil mobile et qui lui emmènera à une application audiovisuelle. C´est une façon amusante et interactive, les œuvres du père de l’architecture moderne de la République Dominicaine ont géo-localisés sur une carte, offrant aux parties intéressées la route pour lui rendre visite à son emplacement exact et de comparer aujourd’hui les photos et dessins qui illustrent le livre, et l’histoire sonore de ce que chacun de ces bâtiments signifient son moment. Nous sommes heureux de reconnaître l’intense travail de recherche, de compilation et d’analyse de documents affichés, durant plusieurs années, par l’architecte Luis Gustavo Moré, auteur de ce volume et par ses partenaires, dans le but de présenter aux lecteurs, dans une dimension juste, le travail et l’héritage de l’architecte Guillermo González, professeur de générations et d´école d’art architectural dans notre pays. Nous espérons que le contenu de ce livre, ainsi que le numérique de cette expérience de l’application mobile, seront reçus avec plaisir par le public et éveilleront l’intérêt pour les travaux de González et la nécessité de préserver un patrimoine architectural emblématique, qui nous aide à comprendre le concept de la structure qui caractérise les fondements de l´actuelle ville dominicaine. Manuel A. Grullón Président, Banco Popular Dominicano Président, Grupo Popular Santo Domingo, Août 2015 Preface: Notes à distance Les premières visites à Santo Domingo c´était en octobre 1993, dans le cadre de mes recherches sur l’architecture de l’Amérique Latine et l’année suivante, en novembre 1994, comme juré de la Biennale d’architecture de la République Dominicaine. En telles occasions, entre les mains d´Omar Rancier, Emilio Brea et Cuquito, j’ai vu pour la première fois les œuvres de Guillermo González. Mes amis, la démolition de l’hôtel Jaragua a été encore une douleur vive et aussi je suis arrivé à visiter et photographier, en pleine exploitation, la maison Pichardo et le Jaragüita. Dans mon court séjour, j’ai fait un voyage architectural forcé par la vieille ville, le campus universitaire et le Foire de la Paix, je suis l’un des rares privilégiés qui a eu les numéros d’Arquivox déjà difficile à obtenir. J’ai également photographié certains de ses beaux dessins, pour moi c’était ravisant d´entendre des anecdotes sur les compétences non reconnus de don Guillermo. Dès lors je me suis convaincu que GG a été un grand architecte. Pour cette raison, j’ai accepté volontiers l´invitation pour prolonger cet ouvrage si nécessaire de la culture architecturale d’Amérique Latine.

Mes opinions et pensées sont faites à distance. Une distance géographique, qui n’est pas beaucoup, mais surtout une distance conceptuelle. Je n´ai pas connu personnellement GG ni dans son environnement quotidien, ou dans la ville il a vécu et a aidé à construire, ni les personnes qui l’accompagnaient, mais j’ai l’intime complicité qui fournit le fait d’être colombienne et je sens les Caraïbes dans mon environnement naturel, ce qui me permet de reconnaître beaucoup les conditions et situations familières dominicaines. La distance conceptuelle se réfère à la tentative —qui développe ensuite— GG et son travail dans un contexte plus large : l’aventure de l’architecture de l’Amérique Latine dans sa mission de bâtir la modernité. Le premier thème qui saute aux yeux c’est le fait que GG appartient clairement à la génération des architectes plus douée et talentueuse qui a eu l’architecture de l’Amérique Latine. GG est né en 1900, le même année que le vénézuélien Carlos Raúl Villanueva; Il a eu six ans de moins que l’uruguayen Julio Vilamajó et aleman-colombiano Leopoldo Rother (né en 1894); deux ans de plus que le brésilien Lucio Costa et le mexicain Luis Barragán (né en 1902); cinq de plus que le Henry Klumb aleman-boricua et le mexicain Juan O’Gorman (né en 1905) et sept plus que le brésilien Oscar Niemeyer (né en 1907), pour ne citer que quelques-uns des plus remarquables. Avec cette brillante liste de nominations, GG a partagé un certain nombre de traits communs: premièrement, une formation enracinée dans les préceptes classiques avec la prééminence du sens des proportions, qui se manifeste l’élégance de ses compositions tant sur le terrain qu’en volume; deuxièmement, il y a une grande sensibilité à la relation entre art et architecture, qui se manifeste de deux façons: ses propres dessins pour capturer les émotions des architectures visités ou ses propres créations et l’apparence des éléments artistiques, et de sculptures, conçu au sein de sa production architecturale, comme «l’intégration en plastique»; et, en troisième lieu, une vision de l’architecture comme une recherche de la vérité, dans une solitaire et difficile tâche qui identifie l´éthique et l´esthétique. Une lecture des pages de ce livre montre comment GG a possédé à ces trois caractéristiques générationnelles de manière claire et énergique, ajoutant que je pense que ses dessins sont d’une qualité plus que les générations mentionnées par ses collègues. Mais en même temps, GG avait d´autres caractéristiques propres à lui et les conditions qui l’ont amené à exercer sa profession d’une manière nouvelle dans les circonstances qu’il avait à vivre et à faire face. Pour son temps et sa génération, GG a un élément unique dans sa formation car il synthétise trois différents types d´expériences architecturales modernes: l’américain (l’influence des États-Unis), européen (l’influence scandinave) et l’Amérique Latine (l’influence du Brésil). En ce sens, c´est un architecte très connu comme dans les Caraïbes là où se réunit, toute l’évidence de ces trois aspects culturels. Dans l´essais d’Omar Rancier, inclus au sein de l’Anecdote finale, il y a sur les influences de GG. Je voudrais ajouter quelques notes à ses réflexions. De la distance conceptuelle, il me semble voir que GG prend l’architecture de l´est des EtatsUnis un sens pratique de l’efficacité d’une construction; le côté scandinave prend une inclination pour l’ascétisme dans la composition des volumes et une tendance aux grands niveaux d’enveloppe sur les façades, et l´architecture brésilienne s’adapte à un sens climatique et quelques motifs en plastique tels que (la fenêtre ajourée dans la façade et les colonnes en V). Cependant, c’est un moyen simple de le dire, car le thème de l’influence sur GG est plus complexe. Les Influences ont trois véhicules pour se produire: par la formation (dans ce cas, EEUU) l´émotion reçue dans l’expérience directe de l’architecture (dans ce cas, Scandinave) et par les magazines et les expositions (dans ce cas, Brésil). Concernant ce dernier aspect, grâce au procès de Eugenio Pérez Montás


nous savons que GG possédait une vaste bibliothèque et une collection de revues dont il a trouvé, ce qui l’intéressait et organisés en dossiers. Cette pratique, qui avait aussi l´allemand Rother Leopoldo qui travaillait à Bogotá, révèle non seulement une personne passionnée par une mise à jour permanente, mais une personne systématique qui a analysé et étudié avant la cuisson toute une nouveauté ou tel qu’il est de manière plus familière, de ne pas «avaler en entier». En fait, GG montre une grande personnalité dans ses préférences en architecture (par exemple, l’hôtel de ville de Stockholm, Ragnar Östberg) et sculpture (Carl Milles) au lieu de suivre automatiquement les «grands nombres» ou figures de mode. L’évidence des compétences à développer et préciser les influences sur GG, ont été véhiculées par sa bonne connaissance du lieu où il a agi en son sens pratique accusé, mais aussi sur le chemin comme compris et exercé sa profession. GG a la circonstance heureuse de devoir concevoir des bâtiments qui se construiraient immédiatement dans un processus total d’un ou deux ans, avec une domination totale sur tous les aspects du processus de planification initiales, la conception et la construction de la structure, de clôtures, de détails et, d´aménagement du paysage immobilier... N’oubliez pas que Rogelio Salmona, le meilleur architecte qu’a eu la Colombie, il a dit que la seule façon d´être un vrai architecte est la prise de décisions dans toutes les phases d’un projet et par conséquent jamais d´être satisfaits avec le dessin ou modèle mais c´est de consacrer obsessionnelle pour surveiller le processus de construction. GG, de sa part, cette pratique professionnelle atteint son point culminant dans l’énorme effort contre la montre, ce qui signifiait la Foire de la Paix et la bourse de recherche du monde libre et ressemble à la course contre la montre qui a pris Carlos Raúl Villanueva vers la même époque pour concevoir et construire la place couverte et la salle Magna de l’Université Centrale du Venezuela et l’urgence qui a pris dix ans avant d’Oscar Niemeyer pour l’ensemble de Pampulha. Les trois cas sont dus aux urgences politiques qui sont communs en Amérique Latine, mais en même temps avec l´idéologie des architectes la réalisation rapide, des trois cas d’excellence architectonique. La morale serait, peut-être, que l’urgence, la pression et la construction hâtive sont, dans de bonnes mains, un encouragement pour la qualité, car chaque instant du processus architectural sans verre de délais qui minent les décisions. Le Foire de la Paix diffère du cœur de l’Université Centrale du Venezuela et l’ensemble de Pampulha car il s’agit d’un projet beaucoup plus ambitieux. Les foires, dans toutes les régions du monde, ont tendance à construire des bâtiments énormes, qui, malgré son investissement et sa magnificence, vie éphémère. La Foire internationale de New York en 193940 (auquel ont participé GG avec le drapeau dominicain) avait laissé un espace inutile dans le quartier du Queens avec bâtiments délabrés. En revanche, l’idée de faire civique centre de propagation dans le milieu du XXe siècle en Amérique Latine mais, bien que bon nombre aient été prévues, très peu ont été construits ou sont partiellement. Dans l’heureuse décision de la planification de la Foire alors qu’il non seulement serait un événement de passage, mais une intervention urbaine durable, GG a probablement eu une participation importante. Le mélange de l’idée de la foire (dans le symbolisme transitoire) avec un sens Civic (du symbolisme durable), a abouti à la plus célèbre place de référence de Santo Domingo. C’est un nouveau lieu en Amérique Latine et, peut-être, du monde. Il exprime une notion du temps qui définit très bien la culture latino-américaine, car il entremêle les contingentes situations transitoires avec les conditions importantes et vivaces. Le livre insiste le rattachement moderne de GG et cela est vrai dans un sens très large. La division stylistique entre des maisons néocoloniales et des bâtiments publics modernes, sont les caractéristiques de cette génération: ce qu´a fait Luis Barragán au Mexique, Lucio Costa au Brésil, Alejandro Bustillo en Argentine, Héctor Velarde au Perú ou Casanovas

et Manheimm en Colombie. Si le «style colonial» de la terminaison était pour satisfaire le client (même s’il y a des clients qui ne demandent pas), l’architecte réservera son esprit moderne dans la distribution de l’usine et la composition volumétrique, combinant des éléments orthogonales avec accents en courbe. En ce qui concerne les modes d’habiter, GG présente un signe de modernité bien plus éloquent dans ses immeubles. Contrairement à la coutume de vivre dans des maisons —et tout ce qui signifie en termes d’habitudes— vivre dans un appartement au début des années 1940 représenté un mode de vie lié aux nouveaux comportements familiaux (quelques enfants, un rôle plus actif pour les femmes, et des petites espaces fonctionnelles, etc...), pratiqués par les jeunes intellectuels modernes. C´est vrai que GG, après son abri de couleur bleu construit en bois, ne pas concevoir sa propre maison —qui est le manifeste plus démonstratif d’un architecte— mais dans un acte qui montre ses plus intimes convictions modernes et son intégrité éthique, décident d´aller vivre dans un appartement du Jaragüita, situé en face de la mer des Caraïbes.

Remerciements Suite à de nombreuses discussions avec des gens qui, d’une manière ou d’une autre, ont été personnellement impliqués avec Guillermo González. Tout a eu lieu dans la matinée inoubliable d´un samedi du mois de mai 1981, dans la maison de Moncito Báez, en Arroyo Hondo, Santo Domingo, quand je préparais ma première œuvre sur l´architecture officielle de la ville Trujillo, présentée, Par la suite, d´une Séminaire des ICOMOS Dominicains et publié en deux tours sur le nouveau groupe d’architecture dans les journaux hebdomadaires Nuevo Diario. Cette entrevue a été capable de me faire voyager dans le temps, mais avant tout, m’a donné cette éblouissante, qui pourrait être comparé à une chance contagieuse. Moncito m’a parlé de l’ensemble de la période, des noms, des faits, des arrêts et avis, qu´au fil du temps, l’idée qu’il a prédominé en moi au cours des enquêtes interminables, Il a été dans le bon sens, la vérification ou en les rappelant. Depuis lors et jusqu´à présent moment l’enchantement reste et demeure la même. Merci à Moncito Báez, enseignant, conseiller et exemple pendant toutes ces années.

Un aspect de l’architecture de GG, ce qui le rend également très exceptionnels dans son contexte générationnel est la présence permanente de la dimension urbaine. Il est clair que GG était très au courant de la condition urbaine de ses œuvres les plus importantes, concentrées dans la bande de dilatation entre l’avenir indépendance et la mer. Ses architectures ont une transition entre la vie introvertie et publique de la ville et l’immensité rêveuse de la mer. L’hôtel Jaragua, par exemple: la partie de l’avant, précédée d’un boulevard bordé d’arbres qui s’étend sur l’une des rues de Gazcue, s´envisagent de façon axiale pour préparer l’entrée de la réception; en arrière, la piscine, la terrasse et les fenêtres de l’hôtel vers l’horizon sur la mer. Les deux façades de l’hôtel face à la condition urbaine: vie formelle un travail quotidien et amusant. Il at également eu cette condition urbaine en mineur comme le Casino de Güibia et les projets de l’administration centrale des sapeurspompiers. Une attention particulière mérite son premier projet et l’un de ses derniers, qui sont réellement urbain, le Parc Ramfis et le Foire de Paix par exemple. Il existe de nombreux éléments communs entre les deux: l´approvisionnement d´eau à mi-chemin, référence visuelle des sculptures progressives avec vue sur la mer... Les deux projets, tels que l’Université, évitent l’autonomie et la cherchent l´intégration du trait urbain.

Pendant tout ce temps depuis ce matin de l´année 81 jusqu’à maintenant, ils ont été interrogés et j’ai reçu la grâce de l’expérience d’une énorme quantité de personnes qui ont donné la vérité de son champ d’application, l’expérience ou la vision, ils ont été considérablement enrichi le contenu. Dans le monde académique mes professeurs d´histoire d’architecture de la UNPHU, les architèques. Eugenio Pérez Montás et César Iván Feris Iglesias, sont également responsables de l’enchantement initial. Les deux sont très admirés. Eugenio reste un phare, je le remercie vivement pour son essai, pour ce grand livre. Au début, Ramón Martínez a ouvert la voie rapidement, Manuel Salvador Gautier, est un grand écrivain talentueux et expérimenté il nous a donné à maintes reprises ses souvenirs et ses orientations; Rafael Tomás Hernández et Cuqui Batista du cote de Santiago, avec leurs essais émotionnelles illuminent le voyage du livre; Omar Rancier a partagé avec moi tant de jours de réflexion, de travail et d´aides, je ne trouve pas de mot ni comment lui remercier pour son amitié et ses brillante pensées.

L’architecture entière de GG résume une forte prise de conscience de son insertion urbaine: il y a toujours un grand soin pour adoucir les coins, un contrôle visuel délicat de près et de loin, un effort convivial pour retourner à un aimable accès, un traitement spécial de l’échelle pour faciliter la montée... en bref, toute une série de très rare gestes des architectes modernes. Le souci de la ville avec l’architecture, je pense que c´est l’une des caractéristiques essentielles de GG et méritent vraiment tous une investigation plus détaillée de cette qualité exceptionnelle. Pour eux s’abonner à des définitions très précises que donne Francisco Batista «Cuqui» dans son témoignage, disant que GG atteint une unité esthétique et étique dans l’exercice d’une profession architecturale urbaine. L’architecture moderne en Amérique Latine a eu le sort malheureux de n’être pas compris et en voie de disparition pour des raisons de la cupidité de l’immobilier. Comme dans le cas de GG —je le savais par le biais du livre— il a été démoli près de 40% de son travail, entre certains, de ses plus importants bâtiments, la seule façon de promouvoir son architecture important aux nouvelles générations est à travers cette seconde vie fantastique en lui donnant les livres. Trace sur la mer non seulement rend compte de cette pièce essentielle historiographique, mais il met Guillermo González à l’endroit qui lui convient: à côté des grands architectes latinoaméricains qui ont construit la modernité dans notre continent. Silvia Arango Bogotá, juillet 2015

Dans la vie, les collègues Margot Taulé, Milton Ginebra, Gai Vega, Manolito Baquero, Billie Reid, Leonte Bernard, Ramón Vargas Mera, Erwin Cott, Ramón Trueba et récemment Emilio Brea, ont partagé leurs expériences, leurs critères et approches, ils ont parfaitement intégrés le texte d’une manière ou d’une autre. Certains ont été interrogés plusieurs fois. Ils nous donnent l’occasion de se plonger toujours plus profondément dans leur point de vue. La famille de don Guillermo, a été très généreuse; en vérité, ce projet a commencé grâce à un appel téléphonique de l’architecte Arturo Despradel, neveu de GG et notre ancien élève, qui nous a donné le fichier de photos tenues par la famille; sa mère, Julie Catrain González de Despradel, nous a donné plusieurs interviews, elle nous a accompagné au cimetière de Máximo Gámez pour identifier le caveau familial et lire une partie du manuscrit; son fils, Adolfo Despradel, frère d’Arturo, nous a permis d´entrer dans la maison de Barletta située à Arroyo Hondo et il nous a fait des commentaires précieux sur le projet. L’Architecte conservateur Barry Bergdoll, MOMA, a canalisé notre demande de soutien à l’Université Yale, qui, à travers l’architecture de la bibliothèque et le bureau des anciens documents, a facilité l’archive complète de GG déposé à l’Académie. Ces documents sont importants pour détailler l’ensemble de la période initiale de GG avant de retourner à Ciudad Trujillo en 1939. La bibliothèque publique de New York a également ouvert ses dossiers sur la participation dominicaine à la Foire de New York 1939-1941. Les Archives Générales de la Nation à Santo Domingo nous ont permis d’accéder à ses vastes et admirablement collection documentaire; les Archives d’architecture et de construction de l’Université de Puerto Rico nous ont permis d´avoir une relation entre les auteurs dominicains et ceux du Puerto Rico. GUILLERMO GONZÁLEZ | 293


Le plus important de ce projet a été la gentillesse et l’affection de Blanca et Georgie González Fernández-Canivell, fils de don Guillermo et doña Mercedes, qui nous ont reçu à la maison et on nous emmenait à Málaga en Espagne, en plus nous rendaient une visite à Santo Domingo, ils ont mis à notre disposition tout un ensemble de matériel. Ils nous accordaient deux interviews très importantes et lisaient en détail au moins deux reprises le manuscrit, corrigé, ajusté à la réalité de leur famille. À eux, je dois ma gratitude éternelle et mon respect. J’espère que cet effort est digne de mémoire de protéger si tendrement de leur père et leur mère. Je remercie également les nombreuses personnes qui ont contribué à la collaboration de cet effort: à Miguel D. Mena pour le partage de l’ouvrage par Page Cooper Sambumbia, avec une spéculation et un discours décisif sur cette histoire Andrés Mignucci, a insisté sur l’importance potentielle de ce volume; Juio González nous a facilité des recherches sur les ancêtres des GG; à Lourdes Saleme, par sa générosité à travers de son entreprise reconnue nous a aidé avec le graphisme; Bienvenido Pantaleón nous a facilité beaucoup d’images de notre histoire; José Ramón Fiallo, nous a orienté sur les sujets académiques et les scènes confus durant les années 1960; César Martínez et José Enrique Delmonte ont illustré le développement du projet urbain de GG, la Foire de la Paix, Alex Martínez et Gricelys Rosario ont donné des informations sur le campus de l’Université de Santo Domingo, produit de leur thèse de l´université UNIBE et finalement Mauricia Domínguez par ses commentaires et ses recommandations fructueuses. Sur les événements dans le milieu familial et professionnel de GG, je tiens également à remercier les nombreuses personnes: Tony et Danilo Caro Ginebra, qui, à partir de leurs expériences en tant que fils de l’Architecte José Antonio Caro Álvarez, l’un des principaux acteurs associés à cette histoire, a été grandement opposé la mise en scène du matériel; doña María Jesús Pérez de Mansfield, qui nous a donné tous les fichiers et les souvenirs concernant le père M. Virgilio Pérez Bernal; doña Vilma Báez, qui nous a donné les dossiers concernant le père Moncito; Mme Gladys de Pou, sur son mari, Marcial Pou Ricart; Patricia, Carlos et Georgia Reid Baquero sur le père Billie et le même don Guillermo, qui a vécu si étroitement avec eux; Memé et Pilo Cáceres, pour une interview et beaucoup de matériels de grandes valeurs . Tant sur la vie de GG comme sur sa propre carrière Luis Rafael Pellerano et ses filles Sandra et Raquel m´ont contacté après plusieurs années, Ce professionnel expérimenté qui, ainsi que don Orlando a décrit un arc de lumière dans le panorama de la pratique professionnelle dominicain; l’architecte Víctor Bisonó et M. Víctor Pizano, qui m’ont donné une merveilleuse soirée remplit avec les données pertinentes; à Roberto Baquero, pour être toujours ouvert à commenter et à confirmer les détails de la vie et le travail de son père, mon professeur que j´admirais beaucoup. Manolito Baquero, Marcial Martínez, me permettant accéder à l’interview de son père, M. Marcial Martínez, un des protagonistes silencieux du développement de NACO dans les années 1960; doña Margarita Copello de Rodríguez par ses détails sur don Anselmo et sa performance dans la Commission construction de l´édifice Copello; María Isabel Lebrón, Luis Guzmán et mon beau-frère Guillermo Ricart, pour les données sur les familles de Ricart et Mathis; en particulier Willie, pour partager l´étonnante vidéo faite par son père durant les événements de l’inauguration de la Foire de la paix, en 1955; à Antonio Segundo Imbert, qui a donné la permission à la famille Bonetti à photographier son Super accueil en 1935 sur l´avenue Bolivar; José Horacio «Sancocho» Marranzini qui était là aussi, Dans l´hôtel Jaragüita, on a assisté durant des longues et fraiches nuits des Caraïbes à Rafael Calventi qui dessinait des rêves pour ses dernières années; il a partagé des moments importants avec don Guillermo; Atilio León, Cristóbal Valdez, Fred Goyco, Pedro José Borrell, Pedro José Vega, Lidia León et Germán Pérez, qui d’une manière ou d’une autre ont profilé avec plus de précision la silhouette historique de notre personnage. A l’équipe de la Banque Populaire Dominicaine, mon éternelle 294 | GUILLERMO GONZÁLEZ

gratitude pour votre aimable traitement, votre intérêt pour le sujet et votre grand soutien dans le processus de travailler avec vous et votre ouverture d’esprit à nos réunions étaient toujours suggestives et stimulantes; Lic. Ainelid Taveras lit en détail et fait des indications précieuses pour améliorer le texte; Lic. Juan E. Martínez-Murga Meriño, a toujours été curieux et aussi opportun dans ses suggestions; don José Mármol, principal complice dans la création de l’institution, mérite non seulement mon immense admiration et mon respect, mais tous mes remerciements pour sa confiance et son accessibilité à tout moment quand nous avions besoin de lui. Don Manuel Grullón, Président de la BPD, était très ouvert au projet il était toujours prêt à converser avec nous et toujours dans l’attente de toutes nos demandes. Je vous remercie beaucoup de tout mon cœur. Au cours des nombreuses réunions internationales qui ont eu lieu dans le temps de la gestation de ce travail, J’ai connu de véritables maîtres tels que Silvia Arango, Ruth Verde, Jorge Ramos, Louise Noëlle, Ramón Gutiérrez, Enrique Vivoni; le grand historien et ami proche Roberto Segre avaient été très heureux de voir ce volume de prêt, beaucoup d´entre eux étaient ses enseignements. L’historien dominicain José Del Castillo nous a donné des petits déjeuners merveilleux du samedi, au cours de laquelle nous avons parlé des aspects multiples de GG et de son âge d’or. Notre ami architecte et écrivain vénézuélien Federico Vegas, j’ai eu la chance de recevoir quelques conseils pratiques sur son travail, le commerce qui a essayé de me faire prendre peut-être sans les résultats comptés, mais là nous allons sur la bonne marche; ce vendredi on a déjeuné tous ensemble. J’ai dû tellement de choses à la Dr. Silvia Arango, je ne savais pas comment la remercier: ses textes transcendantales sur l’architecture de l’Amérique Latine; ses recherches et ses écrits sur l’architecture et de la ville, en particulier l’accent sur la réalité de merveilleux pays, comme la Colombie; sa passion pour l’Académie, sa luminosité de la pensée, son dévouement pour les Séminaires de l’Architecture de l’Amérique Latine (SAL); mais surtout, je lui dois pour la grâce d’avoir accepté d’écrire la préface à cet ouvrage, sincère fierté et l’honneur. Mon équipe interne du Archivos de Arquitectura Antillana, a eu des performances et une patience énorme: Lorena Tezanos a réussi et élégamment le dur travail de modifier le texte, elle a établi les dates de réunions, elle préparait la bibliographie et l’index et comme toujours, elle était comme une sorte d’échafaudage intellectuelle dans la quête de la perfection dans ces buts; Chinel Lantigua travaillait dans la création de l’ouvrage, en supposant que dans le même temps sa propre identité graphique et une affiliation ambigüe aux profils précédemment publié par AAA, avec beaucoup de certitude et qualité; María Cristina Rodríguez, ma femme, a enduré avec ténacité et patience le processus épuisant de synthétiser dans un mois ce qui peut prendre des années pour être conçu, la tâche était dure je vous remercie de tout cœur, comparable à celles de son travail comme un critique de styles et d’esprit critique du projet; aux photographes qui ont illustré les pages du projet, avec l´art de don Max Pou, qui nous a donné toujours des fichiers d´images gratuites, dès ma première approche dans les années 1980; Onorio Montás, Eddy Guzmán, Luis Nova, Jochy Marichal plus précisément Ricardo Briones et Gustavo José Moré, ont été complaisants et efficaces dans la prise des images nécessaires pour obtenir une documentation de qualité ils ont exposé ici en mots; tous les autres membres de l’équipe, Nathalie Castillo, Patricia Reynoso, Luis Checo, Madeline Espinal, Manuel Flores, César Leroux, John Loyola, Nelson Velázquez et María del Mar Moré, qui ont eu à endurer un «changements de chaîne» entre l’étude et l’éditorial, n’ont pas été toujours à l’aise pour eux au cours du processus d’exercice des fonctions de ce projet au bureau. Merci. Enfin, je remercie les trois hommes, qui, avec leur qualité humaine et leur exemple, m’ont donné la capacité de comprendre, valoriser et reconstruire cette histoire: mon beau-

père, Ing. Arístides Rodríguez Derrien; mon oncle et parrain Com. Amilcare Guaschino, et mon père Ing. Arq. Gustavo Alberto Moré González, Grâce à son sillage, j’ai voyagé le long de la route du souvenir et projeter dans l’avenir avec l’espoir et le respect à la mémoire du maître. Introduction Guillermo González Sánchez (1900-1970) est reconnu nationalement et internationalement comme le père de l’architecture rationaliste en République Dominicaine, et comme l’un des auteurs plus importants du modernisme de l’Amérique Latine. Né à Santo Domingo de mère cubaine et de père dominicain, dès son jeune âge avec sa nombreuse famille de 7 frères, une vision internationale peu fréquente à l’époque, basée sur les activités diplomatiques du père aussi bien aux États-Unis et dans diverses destinations européennes. Touché par la vocation vers les arts plastiques et le dessin, pendant plusieurs années, qu’il sert comme dessinateur technique à côté de son frère Alfredo, au Bureau des travaux publics pendant l’occupation américaine en République Dominicaine (1916-1924), par son expérience le gouvernement le pousse finalement à s’inscrire pendant un an d’études d’art à l’Université de Columbia à New York, travaillant comme pigiste dans plusieurs studios à New York et à l’Université Yale, où il obtient son diplôme avec honneur, des récompenses qui lui permettent de voyager en Europe pour ses d’études, avant de retourner dans son pays, en 1932. Il a fait travail exemplaire, pour la plupart des Dominicains, Il avait des épisodes lumineux dans le domaine de la construction publique de œuvres comme le parc Eugenio María de Hostos —le Parc Ramfis— qu’il a gagné par concours dans l’une des rares compétitions tenues dans le pays durant ces années, les hôtels (l´œuvres la plus célèbre et qui l’a mis sur la carte international) l´hotel Hamaca, la Montaña et la Paix. Les travaux pour la célébration du premier centenaire de la République, en 1944, le quartier général des services de pompier, le Casino de Güibia et de l’hippodrome la Perla Antillana; la création urbaine du campus de l’UASD et les édifices de la Feria de la Paz et ses bâtiments, comme dans l’univers privé, avec une série de résidences et d’immeubles d’habitation d’énorme influence parmi ses contemporains (tels que le Jaragüita, la construction de González, maisons de Pichardo, Schad, Vicini, Ricart, Mathis, Troncoso, Jorge, Barletta, etc). Comme professeur, il a formé deux générations d’architectes dominicains, initialement à l’université UASD et l’universite Nacional Pedro Henriquez Ureña. Ces œuvres et beaucoup plus, ont été identifiées progressivement malgré l’absence d’un catalogue complet de son travail, au cours de nombreuses années de recherche, à la suite de sa mort en 1970. Malgré plusieurs initiatives ayant échouées, jusqu’en 2015 Il y a aucun travail qui peut documenter son extraordinaire contribution culturelle, un phénomène qui est commun à beaucoup de ses contemporains, tels que José Antonio Caro, Leo et Marcial Pou, parmi les autres auteurs dont l’empreinte doit être recueilli plus tard. Les informations existantes a été plutôt confuse et fragmentée. Une édition de la revue CODIA, #23, lancée à la suite de son décès, innombrables projets académiques, les études partielles de ses travaux et articles divers, sont à jour au cours des 50 dernières années. Il a écrit une édition, il y a longtemps cette édition épuisée de la revue Arquivox (1985) du nouveau groupe d´architecture, dédié à González, seulement le véritable travail qui rassemblait partiellement les textes sur son œuvre créée par plusieurs essayistes dominicains et étrangers ce livre est donc une dette énorme et une grande responsabilité. La publication de ce projet n’est qu’une des plus longue de la liste d’initiatives des éditoriales de différents genres, qui ont manifesté dans des différents moments. L’un d’eux, bocetada par les architectes dominicains Risoris Silvestre, Erwin Cott, Teódulo Blanchard, Emilio Brea, Omar Rancier


et qui ont la même structure d´une proposition qui n’a pas obtenu leur financement et appui institutionnel, il y a quelques années de cela. Suite aux différents contacts pris avec ses deux fils, Blanca y Jorge González Fernández-Canivell, résidents à Malaga, Espagne, qui ont mis leurs souvenirs et leurs fichiers personnels dont ils disposent, des aides pour la famille locale. Les récentes découvertes ont donné l´opportunité de réaliser un rigoureux travail qui nous permet de couvrir efficacement cette historiographique lacune. La base matérielle de ce travail, jalousement gardé dans différents fichiers nationaux et internationaux inclut des objets, des registres, des documents académiques, personnels, des dessins de voyage, des factures exceptionnelles, des journaux et des dizaines de photographies d’excellente qualité. Aujourd’hui, cet ouvrage, est entre les mains de la communauté internationale, grâce au soutien de la Banque Populaire Dominicaine. Nous espérons que son contenu a le mérite d’être représentatif de la mémoire d´un tel auteur pertinente dans la culture de la Grande Caraïbe et de toute l’Amérique Latine et permet de projeter une figure dans de nouveaux domaines et doit être évalués à la juste dimension de nouvelles générations. Chapitre I Premier acte Les González Sánchez en 1900 Selon concerné don Billie Reid Cabral, étudiant avantageux, collègue et partenaire socio de González, à l’angle du nordest de la rue Padre Billini et Hostos, «Billie, là j’étais né, le parc Duarte était mon terrain de jeu...». Dans cet environnement distingué du centre historique de Santo Domingo est né et a grandi González Sánchez. Dans sa maison il fallait diviser le volume du couvent des Dominicains, et les sombres maison de la rue Hostos, l’une des routes qui conduit du nord au sud et la plus remarquable chemin en 1502, quand tous ses collègues jouaient dans le parc Duarte, il dessinait sans relâche beaucoup de choses concernant son environnement sans doute ça a été, le premier signe d’une vocation qui déterminerait le reste de sa vie. Son père est dominicain, Gregorio González Lamarche (18731950), était le petit-fils de l’ancien président de la République Ignacio María González, et un descendant de l’un des personnages originaires de la colonie, au XVIe siècle Pedro Santa Cruz Morell a pratiqué peu sa profession de dentiste, acquis en 1907 dans le Collège Penn Collège of Dental Sciences, depuis lors, que les autres prestigieux hommes du temps, se détachaient comme consul au service diplomatique de l’État dominicain, une besogne permettant aux enfants l’accès de voyager fréquemment à l’étranger, et comme nous le verrons, il a touché en particulier à Guillermo, dans son développement personnel et académique. Avec sa femme, marié à la Havane le 10 janvier, 1900, une Dame cubaine née Holguin, Georgina «Mamayoya» Sánchez Campos (18711962), elle a eu 7 enfants: Guillermo (1900-1970), Mercedes (1902-1988), Juana (Filadelfia 1904-1989), Alfredo (NY 19061963), Oscar (1908-1929), Georgia (La Havane 1910-1929), y Luz Sofía (1911-2004). En réalité c´est très peu la documentation sur l’enfance de Guillermo et de sa famille. Il ya des nouvelles qui disent que González voyageait avec ses parents au cours des 6 premières années à la Havane, Philadelphie et New York, il retournait à Santo Domingo en 1907, après la graduation universitaire de don Gregorio. Dans l´environnent colonial de Santo Domingo, inconnu jusqu´à présent moment il faisait ses études primaires et secondaires au collège Catholique Santo Tomás, l´établissement scolaire privé le plus célèbre du temps, il a eu son diplôme en 1917 ou 1918. Les prédestinés du Ministère des Travaux Publics

Bien qu’il a dû se produire fréquemment au cours de ses années d’adolescence, Il n’y a pas de document qui date le retour de Guillermo González à Santo Domingo, depuis ses premières destinations voyages familials, diplomatique et universitaire, il a eu la certitude pendant un certain temps, pour un temps entre 1917 et 1921, de faire partie de l’équipe de dessinateurs du département de génie et de la construction du ministère des travaux publics pendant l’occupation américaine, il habitait formellement dans le pays au cours des années 1916 à 1924. Dans les archives de l’Université Yale repose la Feuille de Consolidation, Information de González, qui, dans sa propre écriture a écrit «Ministère des Travaux Publics, Santo Domingo, RD, 1917 à 1921». Plusieurs jeunes dominicains, parmi lesquels ont été identifiés à son frère cadet Alfredo González, à Mario Lluberes, Alexis Licairac, Octavio «Trene» Pérez Garrido et autres ont surpassé les auteurs qui avaient d’énorme intérêt, après la restauration de l’État républicain et pendant une bonne partie de l’ère de Trujillo. L’ordre du jour des projets réalisés par cet organe était transcendant dans la transition d’une économie rurale, une nation articulée en infrastructure et orientée vers un développement moderne, si bien naissante de la réalisation d’inventaire matériel de services, travaux routiers, les installations et les multiples variétés d´interventions. Au cours de cette période de huit années d’administration américaine, installée dans l’ordre de payer la dette nationale avec ce pays, autorités complotaient et l’exécution de plusieurs routes interrégionales, parmi eux la route centrale qui finit par rejoindre officiellement la capitale avec le nord du pays; ils ont rencontré un programme des bâtiments scolaires, aspect jamais servi auparavant par l’État dominicain, certains d’entre eux travaillent encore avec dignité élégante, connu avec le surnom populaire des «Écoles des enfants», en raison de la distinction de sexe, avec laquelle ont été conçus et exploités de ces installations ils ont construit des prisons, asiles, hôpitaux, bâtiments militaires, ponts, routes, édifices gouvernementaux, y compris le soi-disant manoir présidentiel, siège de la hiérarchie de l’occupation du pays, situé sur les terrains en dehors des murs du secteur naissant de Gazcue, où il serait par la suite situé le Palais Nationale du gouvernement dominicain a ouvert en 1947 sous la responsabilité de l’ingénieur Guido D’Alessandro. Enrique Penson, dans son admirable recueil en deux volumes documentaire intitulé Architecture Dominicaine 1906-1950, stipule: «En Août 1917 il a commencé à travailler comme dessinateur au bureau de dessin de la DGOP, dirigé par Ing. W. E. Brown, avec le modeste salaire de $25 par mois. Il a servi dans ce département jusqu’en mai 1921, quand il avait une rémunération de $140 / mois (AGN, OP, np)». «Il a participé à de nombreux projets, dont la plupart sont reproduites dans ce livre, et peuvent être identifiés par leurs initiales (G.G.S), placés sur les cartes. Ces écoles ont un nombre différent de salles de classe, la maison portable, léproserie, bâtiments Agricultural Experiment Station, pénitentiaire de Nigua, hôpitaux Seibo et San Pedro de Macorís, ce dernier ne construit pas». «En octobre 1920 il a été dans les travaux publics, à des fins d’accidents, de la résidence de ses parents, située à l’avenue Indépendance (AGN, OP, 1920, III). En 1945, il a mis à son nom (P 301) avec plus de précision. Crucero Ahrens 9 c‘est la même maison, manquante, située sur le côté nord de la rue, à côté de Mariano Felix Lluberes». Aujourd’hui il semble impossible de déterminer les projets que Guillermo pourrait collaborer pendant son temps de travail dans cette organisation. En fait, si une formation précieuse acquise, complémentaire à celle de ses dessins adolescents faits dans l’environnement du quartier c’était précisément son expérience dans cet atelier composé predestiné qui pourrait lui donner juste avant d’assumer ses études formelles de l’art et de l’architecture aux États-Unis. Impossible de déterminer si l’un de ses premiers voyages, avant de revenir à Santo

Domingo en 1907, Guillermo a reçu une certaine formation artistique, mais il est probable que cela a été. Son séjour à Santo Domingo a coïncidé avec l’exercice des maîtres reconnus de l’éducation artistique, Abelardo Rodríguez Urdaneta et Celeste Woss y Gil qui pourraient avoir reçu quelques indications, mais il n’y a aucune preuve de ce fait. A la vérité c´est que l’influence américaine du moment était plus que remarquable, surtout dans l’esprit des projets publics et privés de l’époque, qui se détachaient dans un premier temps l´influence du Mission Style populaire exposée par le Panamá Pacific qui a tenu à San Francisco en 1915. Cette architecture de volumes simples, orthogonales, aux toits en tuile, en terre cuite, en pente des toits ont marqué l’adhésion indispensable dans les portails d’entrée des bâtiments et pignons généralement garnie de silhouettes en escalier et curvilignes, inspirés par des baroques. Après quelques essais originaires dans les plantations de Louisiane, dont la production du sucre en grande partie a attiré des avances stratégiques à la planification des Caraïbes et a permis l’expérimentation réussite des usines et de planification au Canal du Panamá, en fait, c´est le produit de la réalisation d´une architecture adaptée au climat tropical. Cette architecture a construit éventuellement et diffusée par les autres pays de la région au profit des américains, du secteur privé ou par l’intermédiaire des groupes professionnels militaires dans plusieurs pays de la zone. Dans le cas de Puerto Rico, assimilé par les États-Unis depuis 1898, partage la scène avec le Panamá et devant les innombrables opérations infrastructure, les établissements productifs, les villages et les bâtiments très similaires. Les particularités de cet inventaire sont encore à être stipulées à des études antérieures. Le premier indice d’une architecture transformatrice des traditions coloniales en République Dominicaine —et en effet, aussi à Puerto Rico— plus tard a effectué à son arrivée dans les Caraïbes en 1908 la Bohème Antonín Nechodoma, qui présente des œuvres liées au marché viennois et la sécession de courrier de San Pedro de Macorís et peu de temps après, à Santo Domingo, une série de maisons en exquis détaillées beaucoup d´entre eux ont influencé par le début de l’architecture de Frank Lloyd Wright à Oak Park, Chicago. Au milieu des années 1920, grâce au travail des architectes notables comme Addison Mizner dans la Floride et l’amplitude de son influence avait beaucoup de territoires de cultures hispaniques originales, de la Californie, au Texas, un style principalement domestique appelé Néo-hispanique, historiographie latinoaméricaine et dirigé par les néo-colonialistes ou méditerranéen, ce régime stylistique, de présence abondante, permet naturellement la modification nécessaire des équipements modernes. Les maisons les plus riches se construisent dans les grandes zones principalement dans la périphérie urbaine de nombreuses villes des Caraïbes et d’Amérique Latine. Dans les jardins il y a beaucoup d´arbre fruitiers, c´est tout le plaisir de vivre dans un espace tropical, aussi on peut voir beaucoup de garages attachés à la structure principale. La Langue est toujours fantaisiste, elle a des figurations volumétriques beaucoup plus riches, l’articulation des pièces typiques, cette fois-ci répliquée à un autre niveau, le vocabulaire colonial: arcades, cours, toits, avec surfaces rustiques et plâtre moulé spécial; grilles, échantillonnage porte et serrure dans le style, les planchers et les plaintes de céramique polychrome, bientôt remplacé par des dalles hydrauliques ou tuile tapis de type, curviligne, ou géométriques et colorées. La palette est ferme et cohérente et même si elle a travaillé avec l’un ou l’autre de maniérisme par chaque auteur, en grande partie constitue une lecture ultérieure, dans un catalogue d’œuvres de grande cohérence continentale. l’un des architectes étrangers qui avait un rôle de premier plan dans la ville de Santo Domingo, mais aussi à Santiago de los Caballeros, c’était le Portoricain Pedro de Castro, qui a effectué avec résidences de grand succès de différentes échelles pour les familles de capitalistes distinguées —surtout GUILLERMO GONZÁLEZ | 295


trois maisons à famille Freites, la maison merveilleuse Tejera à Gazcue— ou Centre de loisirs à Santiago Néo-mudéjar. Castro a consolidé le goût local pour cette architecture profondément enracinée, recueillie par les exposants au cours de la seconde moitié du vingtième siècle et en même temps se connecte à l’émergence de l’architecture moderne dans le pays jusqu´à 1936, plus précisément avec le pionnier de l’œuvre de Guillermo González. Guillermo González à NYC: 1921-1927 En 1921 Guillermo González a vécu beaucoup de temps à New York. Les raisons de ce voyage sont imprécises, qu´il aurait été passé plus de dix ans loin de l’environnement local, la vérité c’est que, comme lui- même a souligné, il est allé à New York pour «lutter». Tant sur ce qui concerne la Fiche d’Information des anciens et le recours de l’école des beaux-arts de Yale, ce dernier a été écrit pendant ou après 1927, désigné par le Club de la fraternité de New York, 22 East 38th St, il habitait à Allerton House —d’août à septembre 1927— bien que vraisemblablement il résidait ailleurs, pendant les premières années d’adaptation à ce dur environnement métropolitain. La même demande à Yale, l’une des rares sources fiables documentant ces années d’exil aux États-Unis, a confirmé sa participation à des cours de dessin artistique comme étudiant externe à l’Université de Columbia, en 1923. C’est ici où González peut être a renforcé tant sur le plan vocationnel, comme ses talents artistiques, extraordinaires à la même époque où les professeurs ont préféré les goûts de Bertram Goodhue. Ils ont illustré leurs projets et les croquis d’études faites pour les classiques de l’architecture universelle avec une précision détaillée et une maitrise de différents moyens comme le stylo. Le charbon de bois, la sanguine et les autres instruments propres de la tradition scolaire de l’architecture jusqu´a le développement des médias et des technologies qui transformerait pour toujours ces arts. Le style le plus cinématographique de Hugh Feriss, dont le sommet se produit en 1920, il semble s’intéresser beaucoup à González, qui a été le plus désenchanté de l´école dessin libre traditionnelle et mélangée. Il n’y a aucune trace de cette brève période à l’Université Columbia, sauf la nouvelle de sa présence dans ce cours. Cependant, depuis 1922 et jusqu’en 1924, González exerce sa profession au bureau de Dennison & Hirons, Archs. à New York. Il a eu des expériences de travail aussi au bureau de E. A. Homer Co., spécialistes et entrepreneurs banquiers, de 1924 à 1927; et il a aussi travailler des heures supplémentaires aux bureaux de Eugene Schoen, Arch., et C. Leavitt & Son, de 1926 à 1927. En été de 1928 il travaillait pour Frederic P. Wiedersum, aussi à NY. De tout façon il a bien profité son passage dans cette ville, son expérience de travail on peut voir immédiatement comment il a pu consolider dans sa vocation professionnelle. Málaga, premier voyage Bon nombre des dessins artistiques conservés de Guillermo sont les produits de ses voyages en Europe, du fait que cette personne, qui dispose de peu pour parler d’elle-même ou à préserver la documentation de postérité ci-dessus. Son travail et sa vie personnelle, a précieusement marqué par un certain nombre de notes de qualité évidente et qui ont été sauvées plus tard par ses enfants Blanca et Géorgie de sa résidence à Malaga, maintenant elles sont reproduites dans les pages de ce travail. L’un des d’eux, une belle porte de la cathédrale de Burgos, est décorée par l’encre et aquarelle en 1926 apparemment durant les premier voyage de González sur le continent européen. Il est certain que cette visite a eu lieu au cours de la présence de son père, don Gregorio, encore une fois en tant que diplomate en Espagne au moins depuis 1925, la date à laquelle le magazine dominicain Noir et Blanc reproduit une photo de famille qui met en vedette le personnage du jeune Guillermo.

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L’expérience transformatrice à Yale Le 8 février 1927 Guillermo González est inscrit à la faculté d’architecture, école des beaux-arts de l´université de Yale, en New Haven. Selon les mêmes chefs de González, il a été accepté en probation étant donné que ses crédits ne lui permettent pas d’inscrire de manière régulière. Sans doute il n´a pas eu un record académique formel provenant de la République Dominicaine et aussi à l´Université Columbia pendant les quatre premières années. González a relevé ce défi, en s’appuyant sur ses compétences et son charisme et malgré quelques mauvaises notes dans son record académique. Il a réussi avec succès la carrière seulement en trois ans de 1927 à 1930. Son nom apparaît dans les archives de Yale dans divers documents: le dessein de 1928 An office building, il a reçu la médaille de la première catégorie mais avec la note «Non admissible à la bourse»; aussi le Bulletin de l’Université de Yale et l’École des Beaux-Arts, de 19281929, Tirer son nom comme venant de Malaga, en Espagne, inscrit comme étudiant de troisième année de résidence en 1231 Chapel St. Toutefois, dans la même publication, pour la période 1929-1930 il est désigné en tant qu’étudiant de quatrième année, venant de Santo Domingo, et il a habité au numéro 279 rue Crown.en Mai 1928 il a également realisé un dessin au crayon de voûtes gothiques à Gênes, Italie, publiés dans le même Bulletin. La thèse de Guillermo González (GG) à Yale a été publiée et commentée par l’historien critique de l’architecture dominicaine Eugenio Pérez Montás, il s’agit du palais municipal de Santo Domingo présenté avec d’excellentes notes, l’étude de l’élévation frontale du grand bâtiment rectangulaire allongée dans trois de ses angles. Le projet semble être situé quelque part de la falaise qui descend dans la rivière Ozama, dans la ville coloniale. Cela donnerait l’impression même, qu’elle est intégrée dans l’ensemble, certaines parties de l’architecture dans son contexte historique. Il n’y n’aurait aucune raison mais pour résoudre le problème avec une telle articulation. Ce projet soulève au moins deux questions critiques non reportables; le style, C’est un bâtiment tout à fait conscient de la mise en œuvre incorporant les enseignements reçus dans le classique encore enseigné à Yale. GG montre ici l’affiliation académique originale. Sur ce, écrit Pérez Montas: «Une formation académique à l’école des beaux-arts de Yale laisse une mention légales sur le travail de Guillermo González. Il suffit de voir la forme et le fond de sa thèse, un bâtiment pour le Palais Municipal de Santo Domingo (selon ce qu’il a raconté dans le Town Hall de Estocolmo)». Ensuite Pérez Montás: «l’utilisation des hémicycles rappelle l’entrainement sur la formation de s 12A, 12B, 25 y 33 sur l’art grec et l’architecture romaine, médiévale et Renaissance, dictée par les enseignants Baun et Stevens. Ainsi que les profils de la chapelle et les détails de la tour du palais municipal. Ni l’Université de Yale ou de toute autre école aux États-Unis, a été à la pointe du mouvement moderne en architecture à l’époque que González a étudié». Il a conclu: «Gropius vient à Harvard en 1937». Le deuxième aspect peu perçu, est le détail de l’organe central de la composition, dans laquelle González semble s’être arrêté avec plus de dévouement. Ceci est un volume qui domine avec sa position, la hauteur et à façonner l’ensemble, dans lequel il met en place un organisme central souligné par 11 pilastres à travers laquelle vous accédez à la salle, encadrée au sein des organes latéraux borgnes iconographie, et une frise pure qui définit le volume dans le profil supérieur. Ce schéma apparaît ici pour la première fois, non seulement le travail ou l´œuvre nulle de González que nous avons connu jusqu´aujourd´hui mais, comme un schéma de composition volumétrique d’inspiration néoclassique, qui a grandement influencé l’architecture dominicaine des trois prochaines décennies. Nous verrons dans moins de 5 ans, la proposition de GG pour le bâtiment des Archives Nationales et la Bibliothèque Nationale, publiée dans l’Album d’Or de 1936.

Il est important de noter que cela en quelque sorte l´architecture reflète l’esprit de l’âge, dans lequel se déplace lentement, d’éclectisme et l´Art Nouveau à la fin du siècle, un modernisme plus austère, qui adopte des variantes différentes: Art Déco, le néo-classicisme ou que formaliste moderne —qui viennent à l’esprit des 42 EUR à Rome— qui seraient plut les deux dictatures si proche dans le temps, tant en Europe qu’en Amérique Latine; même si l’origine véritable du style, que le flux indéfini qui résume l’esprit de l’époque, existait avant eux, il y a une approche comme une fatalité véritable, approche qui s’approprie l’ère de Trujillo, également Paradoxalement par le biais des thèses écrites par les architectes modernes et presque, les autres auteurs qui reflètent leur influence, en particulier Henri Gazon Bona, qui a donné plus de contributeur du régime. Un bref regard sur la liste des étudiants de Yale jette seulement autres trois collègues latino-américains qui étudiaient à différents niveaux, en même temps que González: Carlos Albert Sánchez de Guatemala, Juan Manuel Fontanillas de la ville de México et Francisco José Henares de La Havane, Cuba. Juste l’année après l’admission, González reçoit le prix de Fontainebleau, décerné par le gouvernement Français et qui lui permettrait d’assister à un cours d´été dans cette prestigieuse école, située à la périphérie de Paris, honneur qui ne pouvait pas assumer, étant uniquement destiné aux étudiants de nationalité américaine. Cette distinction toutefois a été décisive pour son avenir et gardée dans la leadership de sa promotion et au mérite, au moment de l’obtention de son diplôme, nous allons voir, comme un concours de bourses de voyage au Matcham Traveling Fellowship Competition pour un déplacement professionnel de terrain qui l’a amené, pendant 8 mois, durant des années de 1930-1931 par toute l’Europe, sauf la Russie et les Balkans. Ce voyage, effectivement remporté par son condisciple Theodore Lamb, a été effectué par González et les autres promotions de collaborateurs lui ont considéré comme un gagnant potentiel. Lamb, en apprenant récipiendaire du prix, pas González, convaincu son père, un riche homme d’affaires de Chicago, de doter son ami dans un montant similaire, ce qui a été fait. De cette façon, les deux jeunes gens ont partagé beaucoup de chemin l’impact de ce voyage dans la formation de González était définitif et transcendant. Nous verrons que l’influence des enseignants nordiques comme Bryggman, Aalto, Asplund ou le russe qui serait installé à Londres en 1931 Lubetkin devront réorienter fondamentalement la culture académique classique obtenue à Yale vers cette modernité rationaliste pure et militante. Le retour de González de l’Europe à New York fait de lui un autre homme, mais pardessus tout, plutôt un architecte moderne. Ces postulats qui ont donné des directives pour sa thèse n’étaient déjà pas valides; l’intellect avait déjà reçu l’empreinte de ces pionniers au moment même où ses œuvres ont été reconnus dans le monde entier. Il y avait tant d´exposition à New York, comme des multiple publications qui révèlent, toute cette foule de jeunes, tout en criant ce nouveau slogan, la chaleur de la nouvelle lutte pour transformer le monde dessin à dessin, de discours en discours, des professeurs en professeurs, des œuvres en œuvres. Les dessins qui ont survécu jusqu’à nos jours, durant le voyage, ne gardent pas toujours cette passion pour l’avant-garde et ont été consacrées principalement aux pays du Sud ou de l’Europe centrale. Apparemment dans les pays du Nord il y a des dessins ou ils n’ont pas survécu; les questions continuent d’être questionner sur les sites et les villes historiques: Stuttgart, Paris, Versailles, Rome, Tivoli, Florence, Sienne, Naples, Amalfi, Madrid, Ségovie, Tolède, Sitge. Les techniques utilisées Les techniques utilisées sont très variés; de la craie rouge, encre, la plupart au crayon ou de charbon. Toutes les brèves notes, nerveuses, mais avec le domaine de l’apparence exacte et au fidèle trait du modèle original. À son retour de voyage, González est situé à New York, où il reprend, avec beaucoup plus de propriété académique,


des contacts d’affaires. Il est rapporté qu’il avait fait quelques voyages en Europe, aussi bien à Santo Domingo, jusqu’à son déménagement définitif à cette ville, en 1936 à cette époque li travaillait au bureau de Francis Keally —dont l’œuvre classique des bâtiments publics offre plusieurs clés à l’interprétation de González— et Edward Durrell Stone qui doit créer une amitié durable sur le plan professionnel. Cette période qui signifie lorsqu’il dit, des années plus tard, déjà revenir à Santo Domingo: «Puis je suis retourné à New York pour se battre. Tu vois ces noirs là qui sont en train de couper les herbes entre les dalles avec les machettes? J’ai regardé où il m’a indiqué, et j’ai vu, longues marches qu’ils tombèrent jusqu´á l´avenue, les deux hommes, accroupis travail avec leurs longs couteaux a marqué. Au lieu de dire que nous allons travailler, ils disent que nous allons combattre. Eh bien, quand je suis retourné à New York, au cours de des longues années». Un accident de la circulation survenu en 1929, l’un des plus difficiles moments qu’a connu González Sánchez et fut, en grande partie, ce qui a motivé la famille de laisser le pays pendant plusieurs années ses deux fils, Georgia et Oscar, et les frères de González ont été morts dans cet accident. Ce fait tragique, avait eu grand impact sur González, qui était alors en pleine de sa troisième année à université de Yale. «Retours» à Santo Domingo En 1932, deux voyages se produisent et se registrent dans le journal El Universal de Guillermo González à bord du paquebot américain Coamo de New York, avec le titre «Le retour des jeunes ingénieurs au pays» d’autre texte journalistique publié dans la même date avait le titre «Le retour des jeunes ingénieurs dominicains des États-Unis» en le présentant ses diplômes, on l´a dit «l´ingénieur González atteint l´honneur et mérite dans les deux carrières qu´il a étudié après avoir gradué». Le texte se termine par la mention: «plaisir est pour nous l’éminent ingénieur architecte dominicain M. González, nos salutations et bienvenues, qu’ils soient pour vous de très agréables journées de rester dans ce pays, qui ouvre son cœur et ses bras pour vous recevoir». Cette note explique que sa visite n´avait pas l´objectif de rester dans le pays. reflète aussi longtemps que González avait été hors de du pays. On ne sait pas la vraie raison de cette visite à Santo Domingo, probablement réalisée par des raisons familiales ou de possibilités de travaux d’explorations. Le fait c’est que, même sans avoir la certitude qu’il est établi professionnellement dans cette ville, un impact s’est produit, depuis 3 ans après qu’il a été nommé par un décret, signé par Lic. Jacinto B. Peynado daté du 2 décembre 1935, avec la fonction de membre du Conseil d’administration du District National, en remplacement de M. Baron Fajardo. D´Autre événement s’est également produit en 1932, il a eu un voyage à Malaga, entre 1931 et 1944 où il a trouvé au servie diplomatique de son père en qualité de consul à cette époque. À cette occasion ainsi que de partager avec ses parents et frères et sœurs a eu l’occasion de s’engager dans une relation avec la mademoiselle Mercedes Fernández Canivell de famille Malaga. Cette dernière est liée à l’industrie pharmaceutique de Ceregumil. Guillermo, à New York et Mercedes à Malaga, a maintenu un engagement pour 4 ans, de 1932 jusqu’au 7 juin 1936, date qu´ ils se marient dans la ville marina et Andaluza après ils sont allés à Santo Domingo. Chapitre 2. L’empreinte profonde de l’opéra prime Les cartes de Santo Domingo Casimiro de Moya a réalisé un plan en 1900, ce dernier offre des détails incroyable pour la mise en contexte de cette histoire. Au sud du secteur flambant neuf de la nouvelle ville, face à la mer, il prévient la légende en projet «Centre commercial et place»; place que plus tard Guillermo allait gagner par un concours, situé dans zone désignée sur le

même plan que la «Terre du Conseil national de Colombie»; à l’ouest de cette zone vide ensuite, se trouve un tronçon de la rue qui termine à la suspension de M. Damián Báez une rue appelée Hondovalle, une éventuelle scène d’une importance particulière dans la vie de la famille de González Sánchez. En outre apparait un nouvel plan, en 1924 qui s´appelle plan de la ville de Santo Domingo réalisé par Ernesto Paradas, il a mis en garde sur la même rue de Hondovalle une propriété qu’a construit monsieur González derrière la maison de Lluberes orientée vers le nord et l’avenue de l’Indépendance (propriété no 34) après son retour à Santo Domingo, il était déjà marié et vivait dans une petite maison modeste où Il a vécu pendant une dizaine d´année, malheureusement disparu aujourd´hui. Comme nous le verrons, cette zone de la ville de Santo Domingo serait devenir, quelques années plus tard, dans le domaine des essais de l’architecture moderne qui auparavant n’a jamais existé dans le pays. Selon les données fournies par madame Julie Catrain González, la fille de la sœur cadette de González Sánchez, Luz Sofía, qui ont partagé son enfance pendant de nombreuses années avec Guillermo et sa famille —son épouse Mercedes Fernández Canivell et ses enfants Blanca Nieves (1-4-1940) et Jorge Guillermo (14-11-43)—- dans cette maison, l´ambiance familiale était agréable; Guillermo était un oncle affectueux en quelque mot mais un peu doux de la façon qu´il traite sa petite nièce. Madame Julie a dit: «Je me sentais tellement proche et toujours admirée, non seulement pour ses réalisations professionnelles, mais aussi par l’élégance naturelle qui me semblait (à mes yeux de jeune fille) un acteur de cinéma» . Compte sur sa personnalité abonde et tout le monde coïncide en pointant sur lui comme un personnage de bonnes manières, doux et attentif des services personnels son talent et l’élégance, semblait lointains, même si cette impression est assurée quelques minutes en entrant en relation avec lui. Ces questions personnelles aura beaucoup à dire… Les temps éphémères Il y a peu de documentation sur les premiers postes professionnels de González à Santo Domingo. Plusieurs notes journalistiques lui portent sur les célébrations et les œuvres de nature éphémère, dédié aux foires et expositions nationales ou régionales, comme par exemple, l’érection d’une colonne commémorative au changement de nom de l’avenu José Trujillo Valdez (Avenida Duarte), réalisé par le Conseil d’administration sous la direction de don Virgilio Álvarez Pina. Les détails de la note que correspond «le plan ont été cartographiés par l’éminent ingénieur Guillermo González Sánchez, directeur du district et soumis aux maisons Tavárez et Ricart Ocaña y Co...». Apparemment, le projet devrait être fait en parallèle, il est supposé que, dans les conceptions de González un îlot de verdure centrale très attrayant, enlevé douloureusement dans les prochaines années plus tard. Il comprend également les journaux locaux, les nouvelles du voyage qui GG rendrait à Porto Rico, «en ce qui concerne le pavillon dominicain qui se présente à la Foire d’exposition Inter-Antillana de San Juan», avec le titre «Vente des importantes missions de l´architecte González». Sur le même événement, le 1er février 1936 le journal El Mundo, de San Juan informe, «Le pavillon dominicain à la Foire de Porto Rico pour traiter cette affaire un ingénieur très distingué visite l’île». Cette nouvelle est un paragraphe curieux, qui parait de façon presque marginale dans la rédaction, mais qui prévoit maintenant d’autres titres prémonitoires. Il a dit: «Bien que M. González exerce indépendamment sa profession, le gouvernement de la République voisine lui a confié deux missions importantes. La première, l’élaboration d’un plan pour le bâtiment majestueux des archives nationales et la Bibliothèque nationale qui seront construite bientôt. Cette représentation à Puerto Rico, est une représentation personnelle du Président de la République». La visite de GG, ainsi que don Federico Llaverías, consul dominicain à San Juan, est également examiné par le journal El Imparcial.

Un autre éphémère, bien que plus tard, González, est accrédité par la presse avec le titre «Premier arc de triomphe sur l’Avenue “Indépendance” pour recevoir le chef». Il s´agit du retour de Trujillo après un long voyage de repos des États-Unis et d’Europe. Dans le second paragraphe la note précise que «les travaux de constructions sont des merveilles œuvres artistique qui sont sous la compétente direction de l’ingénieur-architecte Guillermo González, des magnifiques œuvres architecturales dans cette capitale». L’Arche a été située à l´Avenue de l’indépendence angle Máximo Gómez. Les archives générales de la nation de 1936 L’ouragan San Zénon, l’ouragan légendaire qui, en quelques heures a détruit une grande partie des constructions officieuses de la ville de Santo Domingo, causant des morts et des dommages terribles était la circonstance la plus propice pour la présence du président Trujillo qui a eu la vigueur et la force d´âme de justifier la situation, il a occupé la présidence, quelques jours avant le passage de l’ouragan le 23 septembre 1930. Pendant que Trujillo est au sein du gouvernement —acquis par une élection controversée en 1930— le répertoire fréquemment associé à des stratégies de propagande typique du pouvoir dictatorial si commun dans ce moment historique, tant en Europe qu’en Amérique Latine, il est devenu plus évident. Comme il est connu et il a étudié différent sujet, l’architecture est constituée l’un des principaux instrument du pouvoir politique de la perception du public. Trujillo, homme pragmatique, sens aigu de l’odorat et de la nature martiale, a su s’entourer, à défaut, de l’intelligence nécessaire pour construire progressivement un cadre iconographique de soutien qui l´empêchait, en parallèle à un régime de force du jamais vu dans l’histoire régionale mouvementée, pendant 31 ans dans la maîtrise absolue de la République Dominicaine. Dans l’année 1936, précisément pendant laquelle GG est resté dans le pays, c’était un processus crucial. Il est seulement utile de mentionner deux faits qui le soutiennent: le premier, c’est le changement de nom de la ville de Santo Domingo à Ciudad Trujillo. Un fait extraordinaire, qu’un Hiérarque a accumulé tant de pouvoir en six ans, pour réussir dans cette initiative, qui symbolise sa domination croissante au cours de la vie publique par la suite et, de plus en plus, surtout dans l’univers national. Le 9 janvier 1936, le Congrès est devenu une loi le projet qui a changé le nom de la ville de Santo Domingo de Ciudad Trujillo, en l’honneur du dictateur Rafael Leonidas Trujillo Molina. Le sénateur Mario Fermín Cabral, l’un des principaux collaborateurs du dictateur Trujillo Molina, lors d’un rassemblement organisé dans la ville de Santiago de los Caballero, le 12 juillet 1935, a demandé de donner à Trujillo un hommage cohérent pour le changement du nom de Santo Domingo par la Ciudad Trujillo. Il a souligné que la loi a été adoptée comme «une manifestation de gratitude à l’arrêt qui avait transformé et victorieusement conduite dans le pays par voie de la prospérité». Le législateur a estimé que «les gens de Santo Domingo, d’abord, et ensuite la nation toute entière il a souhaité la vieille ville a été donné le nom de son célèbre reconstructeur». La seconde était l’édition, imprimée à Cuba, appelé Album de 1936, pionnier du volume d’une série d’apologétique des livres de grand format qui détaillent la situation du pays dans la perspective du régime, favorisant son exécutoire dans divers aspects de la vie nationale. La réduction du classicisme ou modernité radicale L’Album de 36 ramasse deux images qui sont d’intérêt particulier à cette histoire: un dessin de l’intérieur de la salle de lecture et une perspective qui est en dehors du projet — déjà annoncé quelques mois plus tôt à la note journalistique désigné— pour les Archives Générales de la Nation et la Bibliothèque Nationale. Le dessin a quelque chose de GUILLERMO GONZÁLEZ | 297


particulier: il est signé par Guillermo González. Ici on peut rappeler sa thèse à Yale, le bâtiment du Palais Municipal de SD dont le corps central mis au point d´un régime très semblable au relief ici avec des changements très subtils. Ce fait, apparemment sans conséquence est une situation critique pour le développement de l’architecture dominicaine dans les 25 prochaines années. La dualité entre le moderne et l’esprit classique est proclamée par les deux questions fondamentales qui ont suivi les bâtiments publics de la dictature. Ce qui est essentiel ici c’est que précisément cette dualité pourrait être présent dans le même auteur, en effet, simultanément, à la naissance de deux mêmes affiliations stylistiques. Une telle austérité, une telle synthèse de l’esprit néoclassique, réduite à ses composantes plus élémentaires, un produit de González, a annoncé aux critères, capable de prendre la vision d’un projet politique comme Trujillo construisait à l’époque. il a exigé une scène architecturale dominicaine et inhabituelle démarche de l’époque, bien que les annonces du classicisme moderne étaient déjà courantes dans de nombreuses villes de la planète; il n’existait pas auparavant en République Dominicaine un bâtiment semblable; son schéma compositionnel et volumétrique deviennent désormais dans le prototype de nombreux projets publics pour les applications les plus variées, en supposant que dans la plus grande visibilité de la présence du régime dans tout le pays. Ce dessin de González, puis est devenu le premier de la série, dans un esprit qui a dominé la majeure partie de l’architecture officielle faite en République Dominicaine par le régime de Trujillo. Ce modèle esthétique semble avoir acquis une cohérence intégrale dans les bâtiments réalisés à Paris pour l’exposition de 1925, moment où plusieurs auteurs dominicains —y compris Henri Gazon Bona— étaient dans cette ville. La référence fondamentale doit être, sans aucun doute, le Palais de Chaillot, parmi d’autres contemporains, où il développe une extraordinaire synthèse du classicisme, modernité, architecture, paysage et ville. En même temps, aux États-Unis d’Amérique, l’Office d’Etat de la GSA (General Services Administration) construite de 1900 à 1941, de nombreux bâtiments et équipements publics, intégrant la technologie —l´électricité, la mécanique, etc.— et un esprit remarquable d´une urbanisation civique, le transformateur du mouvement City Beautiful. Des constructions prévues autour des bâtiments publics, d’une qualité remarquable, ils ont assumé les principes des Beaux-arts, et se propagent aux États-Unis; par la suite, avant et Pendant la grande dépression, les changements de style est adopté à l’esthétique du décor industriel, combinant avec les proportions classiques simplifiée Art déco et ses détails géométriques et iconographiques. Cette palette fréquente pour le New Deal, González, dénommé dans ses premières esquisses. C’était l’esprit de l’époque. L’un des faits les plus importants qui ressorte avec beaucoup de certitude de l’avant-projet pour l’Archive, c’est le plan du Palais de Justice, réalisé par Mario Lluberes, qui aurait à se lever quelques années plus tard —il a ouvert le 29 février 1944 au sein du programme des travaux du centenaire de la République— sur un terrain situé à l’est de la Place Colombina dans la nouvelle ville, qui suit à une occupation totale de l’ilot cadre; Il n’est pas un bâtiment particulièrement attractif, il est plutôt grossier dans sa composition, simpliste dans sa solution; c’est un parallélépipède de 3 niveaux, absolument austère, dont altération au niveau de la façade sont les pilastres en terrasse série distribuée au centre de chaque ascenseur, qui permettent, que ce soit l’accès par les façades à l´est et à l´ouest, ont également travaillé vers les coins dans le cadre général qui définit la forme. Une prise base permet un hébergement rationnelle de la masse du bâtiment sur le terrain. Ce travail a été finalement assigné et identifié par l´entrepreneur, l’américain M. Albert Rogers. Un autre travail au sein de ce catalogue académique officiel fut le Palais des Télécommunications, fait par Gloria et Tribito 298 | GUILLERMO GONZÁLEZ

Iglesias dans la rue Arzobispo Meriño de la zone coloniale. Quelques années plus tard (1954) il a été exécuté par un autre auteur le bâtiment des Archives générales de la Nation, à l’ouest du campus de l’Université de Santo Domingo. C’est aussi un bâtiment classique de l’esprit, mais dépourvu de bordure et l’élégance du projet original par Guillermo González. González communément a été considéré comme le père de l’architecture moderne de République Dominicaine, et non sans quelque injustice à d’autres auteurs remarquables qui ont partagé avec lui la scène, tels que Leo Pou Ricart et José Antonio Caro Álvarez, juste pour citer les deux influents architectes mettent en évidence la première partie des années 1930. Si l’affectation d’une telle condition à un seul auteur était en effet possible, González posséderait les mérites et certainement assez de qualité pour le prendre. Mais son sillage est vraiment beaucoup plus lumineux à celui qui atteste telle distinction. Nous allons voir. L’empreinte profonde de l´opéra prime En 1934, il y avait un appel inhabituel de Conseil d’administration de la ville, l’institution dirigée par Virgilio Álvarez Pina —finalement le patron protecteur de GG— fabrication du temps du maire de la ville de Santo Domingo, transformé aujourd’hui en Ciudad Trujillo. Dans le Bureau de la planification il a travaillé comme ingénieur du règlement municipal. José Ramón Báez López Penha, surtout a connu pour sa carrière prolifique comme Moncito Báez. Ce professionnel enthousiaste a organisé un concours de dessin afin de concrétiser des plans, comme nous avons indiqué, documentés au moins de l’axe de Casimiro de Moya de 1900, pour la réalisation d’un parc sur la propriété en dehors des murs du Colombina, face à la mer des Caraïbes. En 1914, l’américain William Ellis Pulliam a favorisé la construction d’un phare monumental à Santo Domingo, cette idée est acquis une dimension universelle en 1923 lors de la célébration de la Cinquième Conférence Internationale Américaine au Chilie, quand on a décrété que ce monument a été construit en coopération de tous les gouvernements et les peuples d’Amérique. Le 15 novembre 1935 la réception de propositions pour le concours a pris fin. Les finalistes de cette compétition au Parc Ramfis etaient, M. Rudolph Ibarra et les archs. Asocs. Pou et Caro, ont reçu RD$125.00 chacun, ils partagent le deuxième prix et l’arche Guillermo González Sánchez, qui a reçu la première place, d´un projet qui a évalué à RD$ 73,000.00 précise la presse locale. Deux titres témoignent ainsi: «L´ingénieur González a remporté le concours pour le Parc Ramfis: la Commission Ornato vers les quatre heures» et «A certainement choisi le plan du Parc Ramfis, pendant une importante réunion qui s’est tenue hier soir par le Comité d’embellissement». La motivation originale pour la mise en œuvre de cet espace public prévu, s’explique par le fait que leurs terres ont eu lieu à l’enterrement de masse des victimes non reconnues de l’ouragan San Zénon. À juste titre, l’endroit devient un terrain de jeu idéal, le premier en dehors de la ville coloniale de Santo Domingo. Ce projet de González, exécuté magistralement et détaillé, a eu un nouveau contexte poétique et une forme dans l’espace urbain dominicain, qui transcenderait non seulement la culture du dessin, mais dans la société dominicaine elle-même. Il s’avère que le parc a été inauguré le 26 décembre 1937. L’architecte González, demeurant à ce moment-là à Málaga, Espagne, reçoit une lettre de félicitations provenant de la CADSD datée du 31 janvier 1938, qu’il répond à la lettre de remerciement le 28 mars 1938. En 1946, Page Cooper, la journaliste américaine a interviewé González et exécuta les travaux réalisés ou en processus, par un texte publié faiblement sous le titre Sambumbia. Un jeu de photos étonnantes de qualité que survivait ce voyage singulier et mémorable. C’est le seul texte qui nous est

parvenu de la phase d’or de González et est extrêmement révélateur, comme on le voit souvent dans ces lignes. C´est un extrait de la citation du Parc Ramfis. «Le produit de la concurrence est le Parc Ramfis, une place située au cœur de la Ciudad Trujillo. Je savais l’endroit puisque je n’avais cessé à plusieurs reprises, attiré par les roses enfilé aux arcades des salles du bâtiment; l’une des salles de jeux avec des étagères pleines de livres pour des enfants, l’autre une grande salle contient des jeux de tennis une cour pour le patinage, sports de glisse l’étang, y compris la cage d’oiseau et de l’Aquarium, décoré par des dessins simple et séduisant. Nuit de la première classe, les adultes semblent profiter du parc aussi que les enfants, il y avait beaucoup de jeunes jouant aux échecs sous les arcades et les danseuses de ballet dans le salon principal». Ici reflétait l’esprit du lieu. Cooper parle plus de l’acceptation réussite des utilisateurs de tous les âges et celui du projet. Le Parc Ramfis a été pendant des décennies l’un des sites touristiques le plus reconnu du pays, parce qu’il était fréquenté par des citoyens de la capital et des visiteurs venus de l’intérieur. L’Architecte Rafael Tomás Hernández, qui est considéré comme l’un des architectes le plus important de sa génération, au cours des années 60 et 70, se souvient de sa ville natale d’Altamira, est venu «pour visiter le Parc Ramfis et l’hôtel de Jaragua». En fait aujourd’hui, c´est l’une des rares œuvres remarquable du XXe siècle en République Dominicaine et l’unique œuvre a été restaurée par Guillermo González et exploitée avec la même utilisation originale par les générations futures. Ce premier mémorable de González, alors qu’aujourd’hui nous jugeons d´un style classique et équilibré à une gravité et une élégance rare à l’époque. Les espaces verts luxuriants et abondantes cascades, des étangs et autres accessoires de la scénographie grandiose, qui peuvent être vu encore aujourd’hui. Il semble être graviter autour d’un pilastre vertical situé dans le centre de l’étang qui fait la transition semi-circulaire, une étape entre le corps architectural du Nord et son Atrium ouvert vers le reste du paysage, podium où González a placé une sculpture d’une grande élégance, le goût de certains de ses sculpteurs favoris, de Carl Milles (1875-1955). Cooper a encore fait remarquer que avec «l’argent du prix du Parc Ramfis, González revient sur terre la plus aimée par lui, en Espagne, où il a retrouvé des choses les plus merveilleuses qui lui plaît une jeune fille de Málaga. Malgré sa netteté et sa modernité, il a un cœur romantique que sa vie garde toujours la promesse de gloire». Et sur un ton assez étrange, presque personnels, il dit: «peut-être ne savait pas l’avis des sociologues que tes chances d’être heureux si tu épouses la jeune fille de ton quartier que tu as connu de toute ta vie, ou peut-être tout simplement ignoré, depuis qu´il a épousé cette jeune après un engagement de quatre ans dans lequel il l´a vu seulement quatre fois...». Depuis Málaga, Guillermo a écrit à don Virgilio Álvarez Pina, une note insolite —de nature diplomatique de Don Gregorio très jeune architecte et indépendant— a paru dans le journal Listin Diario le 28 mars 1938, dans lequel, la rhétorique qui prévaudrait aux choses publiques depuis deux décennies, il a dit: «Je vous en prie, ne regardez pas le projet du Parc Ramfis, plutôt voyez qu’un test efficace de mon enthousiasme pour le prolifique et magistrale œuvre de nos illustres Président Trujillo. Mais loin de ma patrie, je tiens à réitérer que mon inébranlable continuera à coopérer avec l’honorable Conseil Administratif, qui représente et effectue avec bonheur, jour après jour, le magnifique travail du maître des professeurs dominicains». Le 11 janvier 1937, après 16 jours d’ouverture du parc, et comme un dernier geste de possession, Trujillo inaugurait


également le nouvel axe Moncito Báez profilait sur les côtes de Santo Domingo, le bord de mer, définisse l’angle du sud-ouest du Parc Ramfis, l’obélisque commémoratif au changement du nom de la ville à Ciudad Trujillo. Monument de la connotation virile qui représente le parc et son environnement lumineux sur d’innombrables reprises. Fait qui a été déjà accompli.

L’empreinte de la Copello ouvre rainure. Diverses solutions pour la modernisation des angles ont été inspirées par elle, en établissant une sorte de ligne stylistique, suivie par Caro au Palais, par exemple, ou par Humberto Ruiz Castillo Cérame, ou par la suite Reid et Reyes en plusieurs morceaux à proximité, tous ont été fabriqués dans l’axe de la rue El Conde.

Modernité radicale du centre historique

Cet édifice a été en plus la première œuvre moderne dans le pays, le siège du gouvernement constitutionnaliste qui s’est installé dans le centre historique au cours de la révolution d’avril 1965. C’est donc un lieu de dimension historique dans le but de rejoindre, la première partie du XXe siècle, le catalogue national des monuments.

La possibilité de réaliser une pièce d’architecture en tant que telle n’a pas attendu pour longtemps. Les premières maisons, qui ont été rendues célèbres par Porfirio Rubirosa et son épouse Flor de Oro Trujillo, connues comme le Rancho Cayuco et la résidence de Bonetti l’avenue Bolívar, dans le style éclectique de l’époque, des essais ont été probablement causés par la charmant Alfredo plutôt que par Guillermo. Don Anselmo Copello, homme d’affaires local de grandes lumières, reconnaît le talent de González et de la livraison à sa mise en service avec le nouveau bâtiment de sa propriété, ce qui serait fait sur l’axe principal du centre historique de Santo Domingo, dans la rue El Conde angle Sánchez. Don Anselmo, génois a établi à La Vega et à Santiago de los Caballero, fut l’un des propriétaires de la compagnie de tabac l’une des périodes les plus productives. Cette fois-ci Guillermo aborde la solution du projet en totale liberté d’expression, sans des liens vers des schémas classiques déjà explorés dans ses emplois locaux. De 193839, la construction de l´édifice Copello est en effet la première pièce qui a été intégralement faite de l’architecture moderne dominicaine. Le parti localise un noyau de circulation et des services à l’extrémité de l´ouest de la propriété, libérant du coin pour avoir une utilisation fonctionnelle absolue; de cette façon l’angle devient le principal élément expressif, résolu par González dans une formule lointaine mais suggestive testée par Mendelsohn et autres auteurs européens, très, dispersés dans d’autres villes d’Amérique Latine tels sont: Montevideo, Rio, Bogotá et Santiago de Chile viennent à l’esprit. La courbe d’intersection et les fenêtres horizontales continues (striped windows), et verticalement avec des fenêtres circulaires d´inspiration nautique —introduit déjà dans le Parc Ramfis— pouvant accueillir l’escalier d’entrée vers la rue principale, sont des éléments clés de la composition. L’élévation d´un premier niveau subtilement sous le vol des 3 étages supérieurs, s’adapte à des espaces commerciaux, directement reliée à l’artère principale de la ville. La construction a été dirigée par Alfredo González. Tous deux ont été établis dans les firmes du cabinet d’ingénieurs et d’architectes González , qui a travaillé pendant plusieurs années au bureau qui est au second étage de l´édifice Copello. Ils ont réalisé ensemble des œuvres de grandes significations au début de la carrière de Guillermo, jusqu’à son éventuelle rupture. On pensait que GG était hors du pays, éventuellement il était à Málaga avec sa famille et celle de sa femme. La construction du bâtiment Copello commence le 1er mars 1938. Un communiqué de presse intitulé «L´édifice Copello sera inauguré le 24 octobre», «on est déjà arrivé à la phase finale à ce beau travail qui a eu tant d’éloges par son propriétaire el caballero don Anselmo Copello et ses constructeurs les frères d’architectes de l´ingénieurs González». En 1939, ce travail devrait avoir nettement terminé dans la Zone Coloniale, Certaines interventions de la décennie précédente avaient commencé le transit vers la transformation de ce profil, avec des œuvres telles que Benigno Trueba —les dix bâtiments et Baquero, par exemple, ceux de 1927 et 1928, respectivement— ou autres œuvres d’autres auteurs ont des répercussions à l’échelle modeste du contexte.

L’Expo de 1939: citoyen d’honneur de la ville de New York Alors qu’en Espagne, au cours de la période de crise au début de la guerre civile, González et sa femme ont été surpris par un câble pour leur demander de s’occuper du pavillon dominicain à la Foire de 1939 à New York, 29. Cette installation, dont nous ne savons pas les images, a été réalisée dans le secteur de l’A-10, au pavillon International panaméricain. Guillermo avait déjà des expériences —apparemment non définis— dans ces rubriques éphémères, il semblait approprié de la mise en service de lui. Sans imaginer cette demande juste pourrait apporter plusieurs conséquences positives. Les documentations de González en quelques photos prises pendant les événements de la représentation dominicaine à la Foire. Nous ne savons pas en vertu de quels critères que cette récompense lui est accordée, mais lors des cérémonies, González a été honoré comme citoyen distingué de New York City, c´est l’une des récompenses qui est une plus grande fierté et qui toujours reflétait dans son curriculum vitae. La médaille, aujourd’hui a pris en charge par Mme. Julie Catrain de Despradel, reza: «Pour services éminents à la ville de New York». Une note du journal Listin Diario «Reporteur» avis de participation de GG à cette initiative en ces lignes: «Cette rencontre du Reporteur, c´était avec l´ingénieur architecte Guillermo González Sánchez, qui vient d’arriver de l’Europe et des Etats-Unis, où il a vécu, dans ce dernier pays, c’était l´occasion de diriger à la construction du drapeau de la République Dominicaine à la grande foire mondial qui s’est tenue à New York». On se poursuit par une prière révélatrice : «Si vraiment l’architecte González n’avait pas déjà consacré à grandes œuvres qu’il a fait tellement de choses dans notre pays comme le Parc Ramfis et Rancho Cayuco, aussi à l’étranger». Le succès de cette expérience ne devrait pas être seulement mesurée sur le plan professionnel ou économique entre autres, 16 ans plus tard, González devrait être choisi pour mener le projet le plus ambitieux jamais réalisé par l’Etat, une foire paix et la fraternité du monde libre, à laquelle New York Foire de 39 serait décisive, comme nous le verrons plus tard. Plus de détails de cette aventure et le contenu même de l’échantillon, Penson fournit. «Il a voyagé directement de l’Espagne à New York, arrivant le 26 Janvier 1939. Nous nous attendons à un mémorandum d’instructions comme la Chambre Dominicaine des ÉtatsUnis et aux ingénieurs constructeurs MM. Phillips, Raskin et Vollmer (LD, 26- 1-1939 et 02/08/1939)». «Il a conçu le pavillon qui a été inauguré le 20 mai 1939. Il y avait à l’entrée un emblème géant avec le drapeau et l’emblème national. Il a été divisé en trois sections: Hier, aujourd’hui et demain. Il a construit un mural qui reproduit la carte de l’Amérique Centrale, à partir de laquelle il a projeté, agrandi, la République, sur un effort graphique, facile à lire, à faire prendre conscience de la position de l’île de Santo Domingo. L’une des principales attractions il a construit c’est

un aquarium. Dans le choix du passé des modèles ont été placés à la Puerta del Conde, la cathédrale, l’église Mercedes et Alcázar de Colón. En face d’eux se trouvait une grande croix. Dans la Section Aujourd’hui des échantillons de forêt et la richesse minérale de la nation ont été exposées. (M CADSD 1939, LD, 02.05.1939, p. 1 et 6)». «Dans les vidrés de la casa Baquero les artisanats dominicain étaient affichés pour la foire: Meubles par Luis Peralta, San José de las Matas. Sacs, chapeaux de plage, casquettes, portefeuilles, sisal, etc. Faits à Santiago. Une Lampe en acajou sculpté en verre dépoli lumière indirecte, conçu par l’ébéniste Joseph Rotellini, à la rue Thomas n° 1 SD était attendu; un jeu de meubles du maître Palacios et une salle à manger du maître Seco, les deux en bois sculpté (LD, 27.04.1939)». Les commissions de l’hôtel National et la maison Schad Au cours de son séjour à New York dans le processus de conception et de gestion intense d’installation dominicaine, González reçoit deux comités professionnels qui auraient changer sa vie: Trujillo même, qu’il avait rencontré à cette occasion, l’application de conception est de construire un hôtel récent et moderne pour l’État dominicain, alors ce dernier s´appelait hôtel National sur un terrain situé sur le nouveau malecon de Santo Domingo qui allait devenir en peu de temps l’hôtel de Jaragua; González, a reçu la carte blanche du gouvernent pour exécuter ces travaux, alors qu´il dans sa neuvième année d´accession au pouvoir, avec un budget illimité très raisonnable. Il a dit que le changement de nom était d’éviter le même qui a le joli bâtiment de McKim, Mead et White construit en 1930 dans le Vedado de la Havane, l´établissement touristique le plus célèbre de l´ile pendant de nombreuses années. Deuxièmement, selon les chefs d’accusation, au cours d’un dîner, comme par hasard assis à côté de l’homme d’affaires Frederick Schad, armateur Suisse établi depuis 1921 à Santo Domingo, au moyen d’un croquis rapide fait sur une serviette, GG a été chargé de concevoir la maison Schad maintenant elle était disparu et qui serait reconstruite au moins dans un an, la première maison moderne dans le pays située à moins de 100 mètres de la résidence du dictateur, dans le secteur de Gazcue. Chapitre 3 La période d’or de González A l’âge de 39 ans, Guillermo González a réussi à atteindre les objectifs de sa carrière d´une ampleur inespérée. Les années de lutte dès son premier jour à New York, où il travaillait en tant que serveur et aide de cuisine était nécessaire pour répondre à l´exigence au moment de l’inscription à l´université de Columbia. Il a connu des moments difficiles dans les classes compétitives de Yale à New Haven, il a efforcé de faire la carrière de 4 ans en 3 ans et il a démontré la validité de l´effort. Les collaborations dans les études de Keally et Pierre, pendant sa deuxième période à New York constituent sa réserve intellectuelle solide. González, personnellement s’installe déjà dans la Ciudad Trujillo, ensuite il fait le va et vient dans les deux sens entre Málaga, New York et Santo Domingo. A son retour de la grande foire à New York le défi le plus grand que, jusqu’à présent, c´était de présenter sa pratique: la conception et la mise en œuvre de l’édifice le plus important que le Président lui-même lui a confié, comme un symbole de la renaissance des Caraïbes. Dans les années de 1937 à 1945, comme on le voit lointain, les années d´or de sa carrière, années où la croissance a été significative et il a connu beaucoup de succès dans son travail, l´hôtel Jaragua, a été inauguré en 1942, puis publié dans plusieurs médias de grand prestige international, mettant les faits saillants sur le plan non seulement à lui en tant qu’architecte, mais la République Dominicaine comme une étape de reconnaître sur la scène de l’architecture régionale; Il a construit plusieurs résidences pour les familles de grande prestance de la capitale; en 1943, il entra comme professeur GUILLERMO GONZÁLEZ | 299


à l’Université de Santo Domingo, où on a validé son diplôme de l’Université Yale en 1944; les œuvres frénétiques du Centenaire de la République, en 1944, lui confirment que l’axe des auteurs les mieux établis du pays; ses enfants Blanca et George sont nés respectivement en 1940 et 1943; Richard Neutra, l’un des maîtres le plus renommé de l’architecture moderne, dans la perspective de précurseur sur les questions d’adaptation au climat, il a visité la Ciudad Trujillo en 1945 et offert de commentaires très élogieux sur le travail de GG et autres bâtiments en cours dans la ville; la relation personnelle et professionnelle avec son frère Alfredo était hautement bénéfique pour les deux. L’empreinte d’Alfredo Alfredo est son frère et partenaire de confiance. Sa personnalité lui définit comme un homme sympathique, très sociable, travailleur et expansif. Son mariage avec Mademoiselle Josefa «Cofeta» Ricart Vidal, une Dame charismatique de la haute société, lui place dans les groupes de plus grande présence et aurait accru, sans aucun doute, la possibilité d’obtenir de bonnes commissions professionnelles, notamment dans le domaine de l’architecture domestique. Excellent entrepreneur, expert de l’illustrateur, dessinateur de talent, tels ont été les caractéristiques de Guillermo González Dans les photos de cette période, en particulier, notamment celles qu´on a réalisé lors de la construction de l’hôtel de Jaragua, les deux frères sont à pied d’usine, élégants, bien vêtus; Alfredo avec son apparition d’entrepreneur ou ingénieur civil, manifestement envoyé pour les soucis de la canetière. La relation entre perception admiration mutuelle diaphane, apparente, surtout Alfredo à son frère aîné, les honneurs académiques professionnels et les distinctions professionnelles. quelques Années plus tard, la relation professionnelle et les commissions de contrats se refroidissent suite à la mort de Trujillo, pour des raisons évidentes. Tous deux poursuivrent leurs respectives carrière avec la cordialité et le respect suffisant, de telle sorte que les œuvres d’un peuvent être confondus avec ceux de l´autre. Paradigme des Caraïbes, modernisme nordique Il n’y a aucune information sur le processus de conception et de la gestion avant l’exécution du contrat de l’hôtel de Jaragua, comme nous le savons, depuis l’ordre direct à GG pendant la Foire de New York de 1939. En jugeant le montant des commissions et travaux en cours de la période allant de 39 à 42, González doit avoir été finalement établi à Ciudad Trujillo au siège partagé avec Alfredo dans l´édifice Copello. Il est certain que ce bâtiment est un patrimoine réel dans la culture architecturale dominicaine. Personne n’espérait quelque chose si moderne, si différent, si nouveau. Depuis la construction, la légende est née. Jeunes chercheurs sont venus pour voir ce que faisaient les frères González. Cet hôtel qui représentera les avancées culturelles et politiques de la République Dominicaine aux yeux du monde, c´est l’un des plus magiques enclaves côtières de Ciudad Trujillo. L´Hôtel Jaragua a été inauguré le 18 août 1942, le même jour, dans quelques villes, Trujillo a ouvert le modèle d’abattage (réalisé par Henri Gazón), le Sanatorium pour la Tuberculose Dr Martos (de Marcial et Leo Pou Ricart) et le Marché Modèle de la Ville (réalisé par Henri Gazón avec Moncito Báez). D’où vient l’image de ce bâtiment blanc, exemple pure rationalité constructive, une fierté au bord de la mer agile? Quelle était la vision de son auteur? Les précédents ont cherché dans des endroits plus inattendus; nous savons qu’il n´existait, jusqu’en 1942, un hôtel moderne similaire dans la région, un fait qu’on peut avoir sur toute la bande tropicale où on avoir de telle pièce semblable. Après le Jaragua, Puerto Rico a fait son Hilton Caraïbes (Toro et Ferrer, 1949) et Panamá 300 | GUILLERMO GONZÁLEZ

le Panamá Hôtel (Edward Durrell Stone & Méndez et Sander, 1947-51). Autres structures similaires, généralement de plus petites tailles et de qualité se produisent dans plusieurs îles des Caraïbes.

équilibrés, ses divers cavités qui s’adaptent aux exigences de l’éclairage et la ventilation des chambres ou modernisme puriste qui a transformé, d´un coup, la vision que la société dominicaine avait d´elle -même».

Si en cas on a rencontré un antécédent, c’est si bien l’idée graphique de l’immeuble plutôt que sa conception volumétrique aux premiers travaux d’Aalto à Turku. Bien que nous n’avons pas la certitude de la présence de GG dans cette ancienne ville —la capitale finlandaise au cours de son statut de province suédoise dans laquelle Aalto a commencé sa carrière et a produit ses premières œuvres de la transcendance— peutêtre ne pas correspondre un doute concernant l’affiliation les œuvres de l´hôtel Jaragua, la coopérative agricole de 1927-28 a transformé aujourd’hui en hôtel et Atrium. La relation principale est évidemment le rythme des ouvertures des façades. Le plan lui-même n’offre qu’aucune idée, puisque c’est un cadre urbain, lié au lot et à la différence de la Jaragua, partie indépendante auto référence sur ses articulations volumétriques. Au-delà de ce partenariat, nous devons essayer de lire le même Jaragua, interprétation critique.

Un autre aspect important de ce travail est l’avancement dans le domaine de la construction et des aménagements spéciaux introduits. La liste des produits et qu´on venait d´importés est vaste et démontre l’intérêt des pièces détachées d´aucune ressource pour obtenir un immeuble compétitif mondial.

Nouveau système, les vieilles traditions La solution est due à l’interaction de 4 composants: - Un corps central, axe orienté nord-sud, vers la mer des Caraïbes, qui fournit l’accès principal sur l´Avenue de l’Indépendance, vers le Nord, une Halle de double hauteur, les espaces contrôle et de réception, la salle des fêtes en forme rectangulaire par un péristyle de pieux, de ses trois côtés. - Dans le sens de l´est à l´ouest —à l’est de l’organe central— un bar de 5 niveaux, avec 3 étages de chambres à peine sur une circulation centrale, élargie à deux ans d’inauguré de l’hôtel avec une annexe qui a une double capacité, à travers des balcons cubiques, spacieux et avec ses propres jardins, le malécon, la présence de la mer bleu des Caraïbes vers le sud et dans une cour intérieure, des chambres généreusement proportionnées de petite taille, au nord, cette pièce est située sur le premier niveau, les services, cuisine, blanchisserie etc. Une terrasse libre, avec un coin de repas, salle à manger relie ce volume au sud avec des jardins privés dans lequel il y a, une piscine bien connu pour les jeunes de la capital de ces années, zone spéciale ouverte au paysage et qui assume déjà les 5 principes de la propriété rationalisme corbuséen. - A l´Ouest, un bar à deux étages, développé plus tard, avec les autres services généraux pour les invités, salle d´écriture, chambre, salon de jeu, bar, salon de coiffure, etc. Un joli salon avec puits de lumière circulaires à l’Aalto dans Viipuri, a été ouvert à la pelouse nord de la propriété. - En réalité la quatrième pièce est vide, c’est une petite cour située au sud-ouest, où on a construit bientôt un kiosque à musique et un espace de fête nocturne en plein air, célèbre pour devenir les boîtes de nuit les plus attrayantes de la ville. Ce lieu était connu comme la Cour Espagnol ou Andaluz de l’hôtel Jaragua. Tension diagonale, tournantes volumétrique emballage, ont été vues par plus d’une lecture critique. Ce thème, est induit et alimenter par un ensemble de chambres à la primauté de faible volume et espaces sociaux, cette confrontation orthogonale imaginaire, doit être interprétée comme une conception consciente, dans un esprit vif comme le GG. Dans une interprétation critique très réussie, a déclaré Omar Rancier: «L’arrangement de ces pièces est défini en 5 niveaux, une sorte de rotation en lame, une tension dynamique qui s’étend au contexte immédiat et inhabituel à l’époque. Quelques bâtiments modernes dans le monde avaient cette condition, beaucoup moins sur cette échelle et encore moins sous les tropiques. Peut-être cette propriété abstraite de la propriété plastique du bâtiment principale, plus que ses corps sont bien

Le Jaragua a reçu trois interventions en plus: la Cour Espagnole et son acoustique de coquille, mentionné précédemment, la réalisation de quelques bungalows contrastées conception et existence qu’on se souvient, en raison de l’évolution de la situation et aux personnalités hébergées, sur lequel Billie Reid a collaboré pour la première fois comme Assistant de Dessin; en même temps il a exécuté 60 chambres connus comme la première annexe, à l’est de la structure originale; enfin, des années plus tard il a eu une initiative visant à accroître la capacité de l’hôtel à la célébration de la Foire de la Paix en 1955, GG effectue un simple bloc de chambres avec services, une deuxième annexe établie sur le bord du Nord-Ouest de la propriété liée avec accès sur l´Avenue de l’indépendance, pendant ce temps les services de l´hôtel ont été opérés par la chaîne Holiday Inn. La résonance de l’hôtel Jaragua A la différence de beaucoup d’autres initiatives mises en œuvre en République Dominicaine, ce n’est pas inaperçu sur la scène de l’architecture mondiale. Plusieurs personnalités étaient encore dans le pays en visitant le bâtiment, parmi eux l’ancien chef de Guillermo, Edward Durrell Stone. La résonance du projet a été presque immédiate, dans des milieux aussi divers et pertinents. Un regard sur les publications qui ont été identifiés comprend les commentaires dans: - Le Magazine Municipal. «L´Hôtel Jaragua». Février 1943, Ville Trujillo. Comprend un texte descriptif complet et détaillé de toutes les installations de l’hôtel, étage par étage. - Interiors. «Ils ont construit à l’époque de la guerre: Hôtel Jaragua de la Ville Trujillo». Avril 1944, vol. 103, pp. 38-39. Note non identifié de Edward Tyreell comme superviseur mobilier et de dessinateur d’intérieur, décrit les finitions de l’intérieur et fait remarquer que plusieurs salles visant à des fonctionnaires étrangers présents pour les célébrations du centenaire de la République. - Architectural Forum: «Le Dictateur Trujillo construit un hôtel de luxe dans la capitale caribéenne et qui porte aujourd’hui son nom: septembre 1945» (Vol 85 n ° 3, pp. 117-120). Précise que la piscine est desservie par l’eau de mer filtrée et fournit une feuille de matériaux et finitions du projet, entre autres données connues. Notons que la façon dont on réfère à Trujillo dans ce milieu professionnel si influent. - Projets et Matériaux: «Profils: Guillermo González». New York, juillet-août 1949. Plusieurs pages consacrées à cet auteur, présentant plusieurs de ses œuvres tant construit comme en processus. Par ces moyens et d’innombrables nouvelles parues dans la presse nationale, il est possible de mesurer l’impact de ce bâtiment. Mais sa véritable dimension a été l’acceptation et l’intense utilisation de cette structure autorisée pour ses 43 années d’existence. La piscine de l’hôtel était le centre de rencontre des jeunes et des adultes et les étrangers, riches et pauvres; Aujourd’hui, la dimension démocratique de l’installation est difficile à percevoir, mais beaucoup d’anecdotes. Les danses dans la Cour Espagnole, ont été en plus d’une romance, plus d’un rêve d’une nuit, dans lequel les mêmes chansons ont été consacrées au endroit romantique. «Lune sur le Jaragua», magnifique boléro de Luis Alberti, brillamment interprété par Juan Lockward, dans les mémoires


comme l’une des chansons de rigueur au répertoire de son orchestre extraordinaire. En 1985, une initiative d’intégrité douteuse, entra en toute impunité dans les bureaux des fonctionnaires du gouvernement de l’époque, sous une négociation pour démolir l’hôtel original de Jaragua, fermé pendant plusieurs années d’indifférence officielle et a fait un pas vers la construction d´un nouveau bâtiment, conçu par une firme étrangère anonyme d’importance locale. Le bâtiment a toujours fait partie de l’inventaire des biens nationaux, et à ce titre, l’État dominicain avait le devoir de le gérer et aussi envisager une demande formelle, comme en effet a eu lieu devant le Congrès National, pour le protéger comme un bien patrimonial et culturel. Malgré une opposition féroce qui a galvanisé les voix plus diversifiées de la scène culturelle locale et internationale, l’hôtel Jaragua, ce paradigme tropicale, est le représentant le plus digne de l’architecture moderne de la Caraïbe, ce dernier n’est pas tombé, sans offrir une résistance providentielle, sous le regard étonné d’une société indignée et impuissante. Le collectif professionnel du nouveau groupe d’architecture, a été formé en 1979 et la présence publique active durant ces années, a été le fer de lance de ce moyen de défense à travers les événements, les publications et les visites aux autorités compétentes impliquées dans le sort de l’immeuble, qui a menti sur le fait déjà pris, ou tout simplement ignoré les nombreuse réclamations de citoyens. En fin, il a procédé à la démolition illégale de ce dernier, qui résistait à la dignité touchante des charges et ont dû être abattues à mandarriazos. Juan Luis Guerra a immortalisé cette barbarie avec l’une de ses premières meringues, «Requiem sobre El Jaragua». Le centenaire: l´architecture, fait politique Après l’achèvement du Jaragua, les conditions professionnelles des frères González ont été notamment améliorées. En 1942, ils commençaient immédiatement la première phase de trois niveaux de l’immeuble connue comme le Jaragüita, situé sur l’Avenue George Washington (nom officiel du Malecon de la capitale) à quelques mètres à l’est de l’hôtel Jaragua, les locaux originaux de don Gregorio, où la famille GG a vécu pendant de nombreuses années surmonter la vieille maison bleue de bois qui les a accueillis en 1936. Années plus tard, avec sa famille vivant à Malaga, Guillermo a installé son Studio et son appartement au dernier étage d’El Jaragüita et a ensuite été incorporé à la structure d’origine. Peu après l’ouverture de la Jaragua, et alors qu’ils ont effectué une série de résidences privées de grande aisance dans la capitale, González a structuré un équipe à côté de l’Arc. José Antonio Caro Álvarez et Bienvenido «Bebecito» Martínez Brea. Ce groupe de professionnels est responsable de mener trois œuvres ayant une signification spéciale qui seront ouvertes —avec un groupe de projets étonnant et simultanés.Ils ont confiés aux différents équipes et auteurs— le 27 février 1944, dans le cadre de la célébration du premier centenaire de la République Dominicaine. Sur le modernisme accusé des travaux développés dans ce programme ambitieux, Roberto Segre écrit: «Nous avons déjà évoqué l’existence en République Dominicaine des doubles codes extrémités acceptés par le régime de Trujillo; d’une part, le rationalisme canonique de Guillermo González; d’autre part, la monumentalité fasciste de Henri Gazon Bona. Cependant, l’accumulation des œuvres promues par le gouvernement dans les années 1943-1944 —commémoration du centenaire de la République— ouvre un champ d’action pour les architectes identifiés avec le mouvement moderne». L’Album du centenaire, deuxième publication produite par le régime pour promouvoir ses exécutions, raconte que l´aéroport a été inauguré le 22 février 1944, par le Lieutenant

général Andrews; le 23, terrains de sport et l’hippodrome; le 29 février 9h à 12h dans la matinée ont été inaugurés: la jonction de l’Avenue George Washington avec le monument de l’indépendance financière situé dans la calle Palo Hincado; le Musée National; les Pompiers; le Palais de Justice; Barrio Obrero; le Laboratoire National; les peintures murales au Palais du District; et visites ont été effectuées à la Base Navale. Enfin, le 1er Mars, la pose de la pierre angulaire du Phare de Colomb. Comme on le voit, les œuvres de Casino de Güibia et de l’hippodrome de Perla Antillana, qui, à côté de la Caserne des Pompiers, étaient sous la responsabilité de l’équipe de González, Caro et Martínez. Aujourd’hui, il est difficile d’établir les limites de la participation de chacun dans la conception de projets, mais, à en juger par les travaux antérieurs, GG doit avoir été à l’avant-garde de la conception, avec un homologue identique de Caro, qui avait déjà fait preuve de son affinité pour l’architecture moderne dans plusieurs immeubles privés —l’un d’eux, un bloc d’appartements au bord de la mer juste à l’ouest de la Jaragüita— et il a prouvé son talent avec le magnifique bâtiment de la Faculté de Médecine de l’USD, probablement dans le processus de conception en parallèle des trois bâtiments mentionnés. Martinez était fondamentalement un grand entrepreneur et excellent administrateur, la tâche qu´il se spécialiserait aux bureaux de travaux publics au cours de sa longue durée jusqu’en 1996. Le siège de sapeurs-pompiers est un bâtiment de forte présence urbaine. Situé dans le coin du Nord-Ouest de l’enceinte de la ville coloniale, présente son échelle modeste mais sa modernité radicale juste en face de l’un des bastions du régime des murs de la ville et se termine à la perspective de la levée par l’axe nord sud de la rue de Palo Hincado, sur sa courbe vers l’est, en supposant que le début de l’avenue Mella est le deuxième centre commercial le plus important de la ville à cette époque. Le code en plastique, rationnel, avec sa tour, et ses fenêtres horizontales. Le bâtiment est encore aujourd’hui, malgré beaucoup d´interventions de malheureuses, tant sur le plan volumineux que dans sa palette de couleurs déformées actuelle. Pire des malchances a subi deux autres structures. Le terrain de l’Hippodrome qui s’est tenu dans sa conception était situé à la périphérie, au nord de la ville, mais 50 ans plus tard il a été exploitédans l’emplacement de l’actuelle Plaza de la Salud, un ensemble d’hôpital public construit en 1995, au cours de la dernière administration de l’ancien Président Joaquín Balaguer. L’Hippodrome se composait principalement d’une piste en ovale de 1,000 mètres, un Casa Club avec les gradins et une série de blocs, des installations plus petites. Le bâtiment principal est d’environ 75 mètres de long, situé au nordouest du terrain, était une structure symétrique, en effet, sans aucune attraction même si les vols de 9 mètres de couvertures sur les marches avaient une grâce remarquable et ont été structurellement conçu par Ing. Leonte Bernard, qui doit travailler avec González au cours de sa carrière professionnelle. De nouveau l´équipe de travaille avec son propre langage du rationalisme moderne, cette fois un peu plus formel. Une clôture avec quelque chose ressemblant à des arcades du Parc Ramfis, fermé le bâtiment jusqu´à la principale route d’accès. Le Casino Güibia repense sur quelques vieilles structures existantes depuis les années 1920, transformé par Alexis Licairac en 1943, situé en bordure côtière de la plage publique uniquement dans la ville, plus de 1 km à l’ouest de celui-ci. González et Caro augmentent et transforment le pavillon existant en transformant un joli morceau de terre au niveau de la George Washington et deux faces sur mer, avec un grand balcon pour réunion, jeux de société

et toutes sortes d’activités sociales. Une piste de danse a fonctionnait fréquemment sur la plage. Güibia a été pendant des décennies un Spa de rigueur de la capitale, le seul dans la ville elle-même. Seulement à Boca Chica, située à 30 km à l’est de la ville, offrait une alternative fiable. Cet édifice a subi également des transformations, après les travaux de réparation d’interprétation après les dégâts causés par le Cyclone David, en 1979. Autres travaux d’expansion ont été réalisés dans le bâtiment en 1947, a mentionné dans la presse locale: «L’oeuvre ouverte hier matin au Casino de Güibia se compose d’une grande salle de réception couverte, de 258 mètres carrés de superficie et entourée de terrasses découvertes d’une superficie totale de 540 mètres carrés. À l’extérieur du nouveau bâtiment suit le même style que l’original. L’ensemble est presque trois fois la capacité de l’édifice original. La nouvelle construction a été réalisée sous la direction du jeune et brillant architecte Virgilio Pérez Bernal et la première partie d’une série de réformes notables visant à installer le beau casino de la côte. Puis la Spa va être reformé à nouveau». Un autre travail de González dont la paternité a été récemment confirmée par le Dr Edwin Espinal, est la fontaine ornementale dans le Parc Ramfis Santiago de los Caballeros (actuelle Place Valerio), le travail réalisé par les frères Marcial et Leo Pou, construit par Ing. Rafael Aguayo Ceara, pendant les travaux du programme du centenaire. Il a été inauguré le 30 Mars, 1944. La pièce, d’une grande élégance, a été établie dans le granit vidange (terrazzo) par Mr Juan Tomas Tavares Julia. Les œuvres du centenaire constituent une étape fondamentale dans le processus politique de l’époque. Il y a déjà 14 ans que le généralissime avait été au Centre de la vie nationale, dans tous les sens possibles. Un texte tiré de l’essai «Iconografía Trujillista», Giovanni di Pietro, résume comme suit: «Le passé n’est pas important, avec le chef, apparemment le pays se dirige vers un avenir splendide. Et il existe des photographies du Barrio Obrero, de l´Avenue George Washington, dans le bâtiment du corps pompier et de la Base Navale de Ciudad Trujillo. La portée de ses travaux peut vous convaincre, Messieurs, —déclame Peña Batlle lors du banquet donné en l’honneur des missions spéciales— quand je vous dis que tous ces ouvrages publics qui vous contemplaient, ils ont due; de cette force que je vous dis dans cette ville, qu´ils portent la paix fructueuse que nous aimons, la joie et le bonheur que nous donnons des exemples concrets, déclare –t-il». Riches et pauvres González effectue deux projets typiquement égaux, mais contextuellement et socialement opposés, la solution des deux cas existe dans leur différence et leur ressemblance: le Centro Social Obrero et le Santo Domingo Country Club. Le premier a été réalisé dans les premières années avant et l´autre aujourd’hui a disparu, il était situé à l’angle du nord-est du Parc Enriquillo, dans le nord de la ville, a commencé à devenir un quartier populaire en développement: Villa Francisca. Le Centre des travailleurs était un bâtiment de deux étages destiné à desservir le secteur en expansion de la communauté de l’autre partie de la ville. C’était principalement un centre de loisirs, des jeux, des réunions et des activités récréatives. Une de ses caractéristiques les plus notables c’était les balcons dominant les façades jusqu’au coin, dans les rues de Caracas et José Martí. Voici les morceaux appréciés de béton préfabriqués comme un treillis, motif très souvent dans l’architecture vernaculaire local. La présence de ces détails dans l’architecture radicalement moderne de cette période de González, constitue un premier coup d’œil sur l’architecture informelle, qui ne cesse d’être curieux. En effet, le reste de l’immeuble n´aucune preuve des autres concessions. Un seul des détails les plus mémorables était un escalier en rond qui ressemblait à la façade sud-ouest de l’hôtel de Jaragua. GUILLERMO GONZÁLEZ | 301


Le bâtiment, en construction 1945 —ouvre comme de nombreux autres travaux pendant 31 ans, le 24 octobre, anniversaire de naissance du dictateur, date de fête habituelle— fut malheureusement démoli pour faire place au stationnement commercial. Au-dessus, le texte cité Page Cooper: «Quand j’ai visité il y a plusieurs jours, j’ai dessiné la salle de séjour spacieuse et ouverte, avec son toit soutenu par quatre piliers massifs de noirs. Le designe est simple et audacieux: salles de jeux, un terrain de baseball illuminé, un large escalier qui mène à une salle de danse avec les balcons au second niveau». L’autre projet est dédié aux loisirs, est due à un programme similaire, mais est censé de spectre socialement opposé. Il est le siège de la maison de Country Club de Santo Domingo, commandée par cette institution à M. Virgilio Pérez Bernal, avec qui González a travaillé comme dessinateur depuis plusieurs années dans plusieurs projets. M. Pérez Bernal (1918-1992) fut l’un des artistes le plus important au cours de ces années. Diplômé Ingénieur Civil USD en 1942, il a réalisé le troisième cycle à Chapel Hill, en Caroline du Nord et à l’Université Harvard, Boston, gagnant son Master en génie sanitaire en 1944, quand il revint au pays après une brève expérience de travail à NY, éventuellement à l’étude de SOM. Ce bâtiment était situé sur un promontoire qui s’est terminé la perspective d’un chemin sinueux entre les arbres du terrain prestigieux de golf de la ville. Encore une fois le schéma est résolu en deux niveaux disposent des salles de danse et une grande terrasse ancré au beau paysage suburbain du club au seconde étage. L’architecture est blanche, moderne, avec quelques références à son contexte, comme les surfaces recouvertes de calcaire, entre autres détails. Quelques images de souvenirs restent de cette belle installation démolie dans les années 1980 pour faire place à des installations de plus grande envergure. La nouvelle est apparue dans la presse, relative à l’octroi du concours de Pérez Bernal, extrait les observations suivantes: «La conception architecturale de l’ouvrage reflète une interprétation moderne du style classique, des lignes simples et attrayants et en bonne harmonie avec l’application à laquelle il sera utilisé. M. Perez Bernal a eu également le choix judicieux à l’intérieur des bâtiments, belles couleurs et introduire sur murs de pierres vues comme note de décoration». «Le bâtiment, qui a deux étages, entouré de galeries élégantes et les terrasses du grand éclat et dans sa disposition intérieure ont été prise en considération, en particulier, les conditions favorables à la circulation et la ventilation, qui ont été réglées conformément aux conditions du lieu et de l’emplacement du bâtiment». Au cours de l’année 1944, Penson documente aussi l’achèvement de la conception du Club de Tennis, à Santiago, bien qu’il n’y ait aucune preuve de sa réalisation. Dans ce cas il a travaillé avec José Antonio Caro et Bebecito Martínez, probablement dans le même programme d’œuvres conçues pour le centenaire. Conception montre très peu de rapport avec les lignes stylistiques de GG dans cette période. Le Centre des Travailleur (el Centro Obrero) est une pièce urbaine; le Country, dans le paysage bucolique de la périphérie de la capitale. La première rencontre des utilisateurs d’origine modeste; la seconde, avec les élites de la société de la ville. Les deux représentent, par le même architecte,ses aspirations; à la fois avec une architecture similaire illustre bien l’attitude d’une époque. L’insolite Sambumbia En 1945 arrive à Ciudad Trujillo la journaliste Page Cooper, qui produit le texte en question, publié The Caribbean Library (NYC,1945): Sambumbia, a Discovery of The Dominican Republic, The Modern Hispaniola. L’importance de ce texte qui est probablement, seulement compte l’œuvre de GG correspondante, comme elle le souligne, sa période d’or. Lors 302 | GUILLERMO GONZÁLEZ

de sa visite de quelques jours, l´interview de Cooper à GG à l’hôtel de Jaragua et entreprit un voyage par les œuvres les plus importantes menées jusqu’à présent: le bâtiment Copello, l’hôtel Jaragua, les œuvres du centenaire, la de l’Université de Santo Domingo USD, ainsi que le travailleur de Casino, au cours de la construction.

là. Après tout”, a conclu, “Je suis latine”. Il me demandais s’il était vraiment dominicain, ou un mélange, comme nous sommes la majorité des américains; ou si les origines de sa famille remontaient à ces chevaliers qui ont accompagné Christophe Colomb, comme nous, nous tirons notre propre May Flower. Il était pur dominicain».

Le texte de Cooper raconte l’histoire en détail l’homme va dans la pensée de GG, ses circonstances et sa vision professionnelle :

Il se réfère également aux matériaux et aux terminaisons eimportés dans le projet de l’hôtel de Jaragua:

«Il n’était pas difficile d’identifier à González parmi les hommes présents dans la salle d’entrée, car je cherchais quelqu’un assez jeune, frais et compact et libre de manies, aussi moderne que demain, trempé avec une grâce infinie. C’était tout ce que, moyennement haute, un homme trapu d’environ quarantesix ans, le visage plein, moustaches, cheveux grisonnant et court, avec la ruse de celui qui a reçu une formation militaire, confortable et convivial, yeux brun». «Alors que nous marchions par devant de l’hôtel, à la recherche de brise fraîche, nul tel qu’il a identifié la meilleure ventilation il m’a parlé de la profession d’architecte dans la République. Ici l’architecte fait tout à partir de zéro, il peut cuire des aliments et il s´en sert aussi. Il n’habite pas dans une tour d’Ivoire où les dessinateurs prennent les dessins. Dans son bureau, González effectue les dessins, les détails et la supervision des travaux, tandis que son frère exécute les recrutements et les développe bâtiments». «Il a beaucoup aimé cette partie de la profession: l’activité physique, le mouvement d’un endroit à l’autre, des matériaux, des carrelages, verre, raccords et installations»; même le son de la bétonnière semblerait musique pour lui. Cela parce qu’en République Dominicaine les constructions de blocs et de ciment renforcé, facile à utiliser et la glacière; ou ils sont entièrement renforcés en béton armé. Ici, la maçonnerie n’est pas pratique car cette île est formée de roche de corail, bon seulement pour la décoration. Les Espagnols la utilisaient, mais ses murs étaient quatre à cinq pieds d’épaisseur ; une méthode de construction qui est désormais impossible d’un point de vue économique. Les briques —il y a très peu— ne sont pas utilisés sur les façades. Même s´il a eu d´autres options, González, préférerait le béton parce qu’il est plus souple que la maçonnerie de brique». «Je lui ai demandé si les architectes utilisent la couleur sur le béton, et si non, comment ces bâtiments comme les toits de chaume d’herbe est resté de couleur blanche. “Juste de l’eau et de chaux. Cela vous donne une finition subtile et économique”, M. González m’a dit. “Le Jaragua est recouvert d’une couche environ deux fois par an”. “Bien sûr”, a-til ajouté “nous ne pouvions pas l´utiliser à New York”. Nous avons ri tous deux, pensant que des empreintes digitales et des bavures de suie, comme un mur, dans un bâtiment comme ça, un jour, dans la ville de Manhattan». La candeur avec laquelle González reconnu ici, certaines influences de son architecture est admirable: «Le Jaragua est une inspiration de l’influence européenne? J’ai demandé à M. González. Il ressemble à certains bâtiments scandinaves que j’ai vus dans les magazines architecturaux. M. González m’a dirigé et m´a donné un sourire qui a une charge de lumière de la conscience. Il est un grand admirateur de l’architecture finlandaise et suédoise, et prétend avoir pris une ou deux idées les architectes toujours prendre le meilleur de ce qu’arrivé, quel que soit leur origine mais avec la fonctionnalité de sa conception, estime le Jaragua est très américain. De toute façon, comme il a été conçu pour les tropiques, il avait une occasion exceptionnelle pour le rendre beau et pratique en même temps». «“C´est comme une belle femme qui s’habille. elle ajoute une touche de rouge à lèvres, un peu de couleur sur les joues et les sourcils, jamais trop et qu’un accent de couleur, ici et

«Dans la majorité des cas, González a été contraint d’utiliser ce qu’il appelle des matériaux locaux. Il n’y a aucune interruption de luxe à l’exception de quelques pièces qui sont venues des États-Unis, comme les ascenseurs et portes Herculite, ces beaux verres à la porte d’entrée. La plupart des matériaux ont été amenés aux Etats-Unis, à l’exception des tuiles. Fabriqué en République sont beau carrelage. La guerre a compliqué le processus de telle sorte que M. González a été obligé de résoudre différemment, ce qui entraîne en tout cas un succès; par exemple, le lustre Baroque, insolite et massif dans la salle de bal, qui a conçu et a ordonné aux États-Unis. “De toutes les façons”, il m’a dit, “il existe en République les ébénistes qui avaient été en mesure de le faire”». «Nous sommes entrés par les portes de la salle de bal pour voir les audacieux,les branches élégantes de lampe d’araignée. Une autre chose qui m’est semblée particulièrement attractive a été l’entrée en couleurs bleu et les rideaux roses, puis il j’ai demandé qui était le Dessinateur d’intérieur. “Moi”, a dit M. González, “il avaitl’intention de le faire, il s’attendais à quitter la partie à Dorothy Draper” dont il admire le travail, mais avec les problèmes de la guerre et pour une raison ou une autre, il a fini par le faire ensemble, en sélectionnant les meubles, tout en réalisant l’aménagement paysager. C’était une idée claire de la première esquisse à l’hibiscus qui orne la façade autour de la face de l´édifice. Avec toute cette expérience, il réalise un environnement confortable pour les utilisateurs, je me demandais comment serait la maison conçue par M. González pour son épouse espagnole et ses enfants. Je l´ai interrogé sur cette maison de rêve, il se mit à rire». «“C’est un paradoxe”, il m’a répondu, “Même que, je n’ai pas construit notre propre maison. Pour un architecte c’est le problème le plus difficile, il a autant d’idées que très probablement pas eux peuvent exécuter tous sous un même toit, donc je me maintiens dans l’une que j’ai construit temporairement et maintenant je ne sais pas quand je peux construire une maison plus appropriée”. “Dans tous les cas”, il a dit, “Je préfère faire des bâtiments publics que des résidences”. Je l’ai suggéré qu’il était peut-être plus facile de traiter avec un Conseil d’administration qu’une femme au foyer, il a répondu avec un sourire et pas de commentaire». En outre, il souligne sa participation, en collaboration avec l’équipe remodelé à nouveau par l’arch. Caro et cette fois, par ing. Moncito Báez, dans les travaux de l’Université de Santo Domingo, et dans le processus de conception de deux nouveaux hôtels, très probables, l’Hotel Montaña à Jarabacoa et l’hôtel Hamaca à Boca Chica, réalisés quelques années plus tard: «Actuellement Il est conçu deux nouveaux hôtels ressorts — les Hôtels sont ses préférés avant tous les autres bâtiments et souhaite continuer de concevoir beaucoup plus longtemps—, en plus de l’école d’ingénierie, qui sera construite l’an prochain. Il est l’un des membres du Conseil d’architectes responsables de la création de la cité universitaire. Il considère que la conception de l’école d’ingénieurie est le meilleur travail, qu’il a realisé jusqu’à maintenant, en ce qui concerne le fonctionnalisme moderne et sa pertinence dans la forme et le designe. En effet, l’efficacité est sa principale préoccupation; Il estime que si la planification est exacte, il peut s’occuper de l’esthétique, de même, ils sont déterminés par la conception en- soi». «C’était l’occasion de lui poser des questions sur le treillage mince de façon concrète des battants mis en étendard


à la faculté de médecine, offrant l’ombre sans bloquer la ventilation. Plusieurs de ces pièces étaient dans une pile à moitié terminée au bas de l’immeuble, je supposai qu’ils seraient une partie intégrante de la conception des bâtiments. Ils étaient trop décoratifs, et je me demandais s’il s’agissait de nouvelles formes pour une nouvelle architecture tropicale». «“Ils ne sont pas nouveaux”, a dit l’architecte González, “mais sont bonnes; elles ont été prises empruntés depuis le Brésil”. Une fois que ça se termine dans l’ingénierie bâtiment, M. González se dirige aux salles de clase depuis qu’il est un professeur d’architecture. Il a une classe animée et trois de ses élèves veulent aller à Yale cette année». Très intéressant ici la référence à l’architecture brésilienne, laquelle était en plein vol, avec les œuvres de Niemeyer Pampulha et d’autres auteurs déjà exposés dans l’échantillon de «Brésil construit, Brasil builds» MOMA, en 1942, et le catalogue posterieur de 1943, de résonance internationale considérable. Cooper conclut son article par une note personnelle et émotionnelle, qui place notre personnage dans son environnement: «Un bouton de l’hôtel est venu parmi les palmiers et rosiers et appelé González au téléphone. Il s’est excusé et franchi le porche, avec cette attraction sexy et élégante, beaucoup de l’USA et l’Yale, mais avec quelque chose de spécial, une tropicale grâce, que, comme il affirme lui-même en parlant de son architecture: “après tout, je suis un latino-américain”». Hôtels et industries La résonance de l’hôtel de Jaragua motive la programmation immédiate d’une série d’éléments clés de ce qui allait devenir l’inventaire des établissements de l’État dominicain, catalogue encore aujourd’hui en vigueur bien que grandement négligé après 60 ans d’ignorance et d’abus dans son administration. GG est chargé d’élaborer des projets pour plus de deux hôtels: l’un de montagne et l’autre de plage. Le premier, appelé Hôtel Montaña, il commence sa conception pratiquement à la fin de l’œuvre de l’extension de la Jaragua, comme en témoigne l’article de Cooper. Il s’agit d’une installation montée sur la cordillère centrale, dans la nouvellement route ouverte courbe qui relie la ville de La Vega, du Cibao Central, avec l’une des enclaves plus paradisiaques du pays, Jarabacoa. Cette petite ville de climat frais, domine la vallée d’une prodigue et limitée de pins, de fleurs et de cours d’eau; c’est l’un des lieux le plus séduisant et attrayant comme une colonie pour les maisons de seconde résidence des maisons de vacances; dans les années 1940, avec l’ouverture de la route et l’exploitation forestière avait un rétablissement significatif; beaucoup de maisons de grande qualité ont été réalisées pour les familles distinguées, un travail de deux auteurs espagnols exilés en 1939, Tomás Auñón et Joaquín Ortiz, très admirés, et qui définit une palette de matériaux et finitions de grande influence. González travaille autres chambres longitudinales, cette fois presque tout disposés sur la côté du paysage uniquement, avec des espaces publics et des services résolus aux extrémités; dans l’autre, se développe la Suite présidentielle. Une grande piscine sert de transition entre l’architecture et le paysage magnifique de la vallée de Cibao. La façade vers la route a été traitée avec des finitions en bois et en briques, dans une combinaison quelque peu forcée, alternant escaliers, toilettes et unités de service; il semble que l’image du travail pour les résidences des deux auteurs mentionnés ci-dessus, a été imposée a González, peu donné de travailler avec ces matériaux; Hôtel Montaña est en effet le seul cas connu dans cette ligne de matérica. Les deux niveaux du bâtiment sont articulés sur la côté de l’entrée d’une série de volumes rythmiques soulignés par les

abris, l’un dans l’arbre d’entrée du volume public et l’autre à la fin, liant directement à la Suite présidentielle. Les dessins, datés de 1947, signalent a l’ing. Bienvenido «Bebecito» Martinez Brea comme entrepreneur général des travaux. Le second hôtel, de la plage, conçu en 1949 et terminé vers 1951, il est peut-être le projet de poésie plus élevé dans tous les travaux de González: de l’hôtel Hamaca, sur la côte sud du de la RD, sur la plus proche plage de Santo Domingo, de Boca Chica. Dans ce cas, 3 niveaux ajustent intimement le volume du paysage dans lequel l’hôtel est littéralement posé. 28 chambres sont disposés de chaque côté d’un couloir central à l’étage, étant nouveau, plus grand que de faire face à la plage centralise la soupente, arrivée à partir de la rue, vers le Nord, entre la salle à manger et de la mer, un espace de danse célèbre, dans les Caraïbes grâce à un grand balcon, sans limites verticales; de l’accès et de traverser le Hall et la réception, la perspective est complétée par un volume seulement projeté sur le deuxième niveau, où il est placé à la barre, prise en charge sur les colonnes dans la même plage. Ce geste de grande émotion, elle a renforcé le Hamaca, grâce à son expression architecturale, hôtel de plage le plus visité dans le pays depuis de nombreuses années, et un paradigme tropical moderne encore inégalé dans l’imaginaire local. Un quatrième niveau donne seulement à l’arrivée, à l’Ouest, afin de permettre de nouveau, une Suite présidentielle, qui a été identifiée avec des motifs allégoriques modernes à la navigation aérienne. Les chambres donnent sur la mer à travers une fenêtre exécution encadrée dans les vols, avec des ouvertures rythmiquement liées aux dimensions intérieures de chaque espace. L’ensemble est propre et bien d’esprit sûrement nautique; Tout à fait quelques structures sont référence; Hôtel Cap Ducal, dans les vignobles de la mer, par exemple, est le plus proche. Sur le sujet AAA abonde: «L’Hôtel Hamaca repose sur ces plages de sable blancs comme un grand navire échoué sur terre, dont la partie antérieure regarde vers l’orient. González Sauve l’architecture du navire sans la littéralité avec laquelle avait été faite précédemment, cette fois de manière plus subtile et conceptuel. Il n’est pas un contemplatif bâtiment de la mer, mais c’est un acteur qui est en train de jouer avec lui, qui se lie et il pénètre pour l’utilisateur d’être aussi un participant à l’expérience. Ce régime n’a pas été répété dans aucun des travaux à proximité de la mer dans le pays. Les plans, les bords et gérée tout au long de l’échelle ont permis aux visiteurs de découvrir progressivement le visuel à la mer, jusqu’à ce qu’ils atteignent enfin la plage. Une partie de sa structure a été introduite dans l’eau, créant une sorte de piscine et terrasse panoramique sur la mer. Ce bâtiment est devenu une icône de l’architecture de l’hôtel depuis sa construction au milieu du XXème siècle». Il y a beaucoup d’histoires sur l’hôtel Hamaca, beaucoup de couples qui ont commencé leur tournée de mariage ici, plage de sable blanc où ils ont joué plusieurs générations d’enfants, beaucoup d’anecdotes. Aujourd’hui, le bâtiment a été conservé, intégré à un projet qui s’est joint à lui dans le cadre social au sein d’un programme de vaste échelle, développé, avec sa partie arrière qui fonctionne comme un filtre d’articulation. Le projet a été le résultat d’une initiative privée sous la direction des architectes José Antonio et Danilo Caro Ginebra, enfants du maître Caro Álvarez, participant à une demande d’exécution du gouvernement central dans les années 1980, visant à sauver et renforcer la structure initiale bâclée. GG devra concevoir deux hôtels de plus, quatre ans plus tard, liés à l’initiative d’organiser la Foire de la Paix et la Confraternité du Monde Libre. Deux projets attribués à González, commissions aussi initialement publiques, bien que peu documenté comme tel, et appartenant à la typologie industrielle sont: le bloc de fondateur

de la Cervecería Nacional Dominicana —construit par Ing. Monchín Bonetti—, producteur de la bière Presidente, situé à l’ouest de l’extension de l’Avenue de l’indépendance; et le projet du lien de filiation confus pour la Sociedad Industrial Dominicana, mieux connu sous le nom de La Manicera, situé sur la zone industrielle développée au nord de l’Avenida Máximo Gómez. Les deux pièces ont été travaillées dans beaucoup de grandes extensions, qui aujourd’hui encore occupée les terres immenses dans le tissu de la ville de Santo Domingo, même que l’intervention González était initialement de petite échelle. Une mention spéciale est reconnue jardin sur le toit de la brasserie roof garden de la Cerveceria, lieu où se réalisèrent beaucoup d’activités sociales, des célébrations et des manifestations culturelles, qui a continué la tradition commencée par l’établissement de Jaragua, d’un toit de spatiale et architecturale nature similaires ont été faites. Un projet non exécuté d’un intérêt particulier est le Collège du Sacré-Cœur à Ponce, PR, en partenariat avec l’auteur exceptionnel Rafael Carmoega en 1950. Chapitre IV Résidences traditionnelles et logement moderne L’un des inventaires les plus amples et à la fois controversables de l’œuvre de GG fut celle de son architecture domestique. Depuis le commencement de sa carrière, il a participé aux côtés de son frère et partenaire Alfredo, dans la construction de résidences de très haut niveau pour les familles les plus célèbres de la capital. C’était du fait que Alfredo, selon la preuve de peson dans son archive de plans publié dans l’année 2006, ce dernier commençait avec les premières maisons depuis 1934. Alfredo fait un enchaînement qui inclut, par exemple, la résidence familiale, qui se situe à l’avenue Bolivar angle Dr. Delgado, un immeuble daté en 1934 de très belle structure, très influencée par l’art Déco. cependant la représentation de la cour centrale, d’autre maison dessinée de très tôt par Alfredo —apparemment non réalisée— Président Raphael L. Trujillo, dans la structure du bureau de l’ING. Assesseur de Pouvoir Exécutif, cette fois, en style néo-Hispanique. Maintenant, un travail très célèbre, paradoxalement pas inclus dans le compte rendu exhaustif de Penson et probablement l’un des premiers dans lequel participe Guillermo a été appelé Rancho Cayuco —situé dans l’une des grandes propriétés allant du côté sud de l’avenue de l’Indépendance jusqu’au puis dans le domaine du développement immobilier de haute énergie—, pour le célèbre couple formé par le mariage entre le playboy dominicain Porfilio Rubirosa et la fille aînée du président Trujillo, Flor de Oro. Cette maison postérieurement utilisée comme bureau du secrétariat de l’Etat et après local du collège saint Louis de Gonzague —jusqu’à sa démolition dans les années 70 pour donner le passage à l’hôtel Sheraton—, réalisé en style néocolonial, donnant naissance à une série de maison faite pour les frères González. On découvre que le projet a été rédigé durant la visite de Guillermo dans le pays en 1935, quand il a signalé son entrée pour les compétitions de Parc Ramfis. Que nous avons vu comment à son retour de la foire de NY du 39, le journal listin diario l’a certifiait comme l’une des meilleures œuvres produites à cette époque. Peu d’images survivent de cette structure, mais son accusé composition volumétrique, et que la cour centrale de sorte que grande influence locale à l’époque. Une autre de la plus ancienne, en Mai 1936, c’est encore une maison qui existe en bon état, pour la famille de José Miguel Bonetti, sur l’Avenida Bolivar. Cette maison se ressemble à Rancho Cayuco ,elle adopte le style méditerranéen avec galerie, des arcs, cour et d’autres éléments typiques de la formule. La maison Bonetti démontre un sentiment très rigoureux de volume et elle est signée par González, le GUILLERMO GONZÁLEZ | 303


premier document qui assure l’existence d’une association entre les frères et la participation directe de l’architecture de Guillermo. Cette résidence est vraiment une pièce de qualité et un goût exceptionnel. Sa cour originalement ouvert, elle a été recouverte d’une feuille de surface habitable lucarne translucide mignon et occupée comme une espace de vie familiale. Un certain nombre de maisons de tout style, se produisent à partir de 1939: la rénovation de deux maisons des Caceres Troncoso, à la rue Pasteur et angle de la rue Santiago, en 1939-40; la maison de González Schotborgh, sur la rue Moises Garcia; la maison de Ernesto Mathis, sur la rue Nicolas de Bari; la maison de Consuelo Vidal Vda. Ricard, dans les rues Manuel Rodriguez Objío et Nicolas de Bari, ces trois se trouvent dans le même environnement du quartier. Certains d’entre eux sont aujourd’hui perdues ou transformées au-delà des récupérable. La maison de Ricart, par exemple, a été démolie pour permettre la construction d’un parking pour la Banque Centrale de la République. Dans cette maison, son environnement de quartier et de ses illustres propriétaires, abondent anecdotes. Une autre maison, non identifiée, a été conçue en 1945 pour Dima A. Perez, dans les rues Castillo et José Desiderio Valverde. L’une des plus importantes, non seulement pour la structure et la progression du projet en soi, mais aussi pour la famille notable qui la commissionne, c’est la résidence de Mme. Amelia Cabral de Vincini, fut réalisée en 1948 à l’avenue Máximo Gómez, dans une possession extraordinaire située entre l’avenue de l’Indépendance et celle George Washington. Cette maison de grande élégance, située au centre d’une ample portion et entourée d’élégants murs et des jardins, se conserve admirablement bien, meublée et décorée pratiquement inchangée comme elle a été abandonnée par les propriétaires originaux. Son architecture répond au plein bénéfice expansible vue de la mer caraïbe au sud, illuminée les espaces les plus importantes de la résidence au jardin qui domine cette vue. Ici de nouveau, on travaille un développement linéaire sur l’axe de l’Est et de l’Ouest. Avec les espaces sociales vers l’Est, et ceux de service l’Ouest. González explore une fois de plus la couverture type Bermudes faites en particulier détaillé en tunique sur le toit incliné, l’une des constantes de ses architectures résidentielles de cette période. Une terrasse spectaculaire au ciel ouvert domine la maison de près à l’angle climatique plus gentil de l’ensemble, en face du malecon depuis l’angle sud-est. Dans cet œuvre l’étudiant de GG à la USD a participé de manière intégrale, le jeune William Reid Cabral, le neveu d’Amelia, en quoi se souvenait sa collaboration avec González, sa présentation prime de grande coup, comme l’un des plus grands faits significatifs et transcendents de sa fameuse carrière professionnelle. Une résidence peu connue dans le catalogue par les oeuvres des frères González, aussi loin que nous le savons, jamais publiée, c’est la résidence de la famille de don Alberto Bonetti Burgos et Cristina Brea Batlle, située dans une grande propriété avec accès depuis la rue Cesar Nicolas Penson et au coin Máximo Gómez, où opérait le consulat des États-Unis depuis des décennies. La confirmation de la paternité de GG en elle a été récemment rendue possible, grâce aux dessins fournis par ses propriétaires actuels, don Jaime Bonetti et son épouse Maritza Zeller. La résidence en raison d’une pièces inhabituellement structuré à une petite composition de la cour centrale, et de la configuration plutôt carrée. Les façades et les finitions montrent le plus grand soin à la fois dans la composition et l’oeuvre qui a été achevée en 1952 par l’ing. Juan Bernal. Aussi au sein de ces schémas, quoique un peu plus expressif en raison de son exposition au paysage du haut d’un promontoire sur la falaise de Ciudad Trujillo, c’était la maison de Mme Gisela Velazquez de Troncoso Sánchez, tenue en 1948 à l’avenue Bolivar, aujourd’hui c’est le temple principal des Mormons en RD. La terrasse —de douce courbe— 304 | GUILLERMO GONZÁLEZ

prédominante devant le paysage a été formée dans une image rétrospective de cette résidence mémorable. Il n’existe aucun approbation documentaire, mais plusieurs auteurs attribuent à la main de Guillermo González l’architecture, généralement assigné au jeune Architect Amable Frometa, collaborateur et éventuel associé del’ Ing.Virgilio Pérez Bernal, responsable de l’œuvre, de la résidence du Lic. Peña Batlle, dans la zone Nord de la ville de Trujillo. Cette maison de notable gravites et de forte affiliation formelle aux répertoires coloniales et historiques, aujourd’hui occupée par le bureau principales de l’Université Iberoamericaine (UNIBE). Si on considère la fréquente association de González avec Perez Bernal —dont nous avons vu sa relation dans le casino de Güibia au local de Country club, entre les autres œuvres— et on étudie avec précaution la divergente œuvre immédiatement postérieur de Frometa, cette spéculation offre en vérité quelques éléments de discrétion attingibles critiquées. La rupture domestique Comme nous avons mentionné, une rencontre fortuite de GG avec Frederick schad lors d’un dîner à NY en 1939, Guillermo décide de faire le plan de sa première résidence au langage rationaliste. Dont il avait répété triomphalement dans l’édifice de Copello; maintenant il doit assumer la nouvelle attitude dans le monde domestique, un terme aborde, cependant avec certaines tentatives de solutions, dans cette solitaire maison de deux niveaux, construite en 1940 aux héritiers voisins à la résidence du président Trujillo, à Gazcue. La maison de schad soulève sa morphologie de barre allongée, avec le balcon ouvert ver le sud-est au deuxième étage, sur la maison on a écrit Mauricia Dominguez: «Situe au fond de la propriété, la photographie en tombant protagoniste l’accès au édifice de deux niveaux. Chaque niveau se démontre le corps horizontal avec déplacement inverse, les vides de chaque niveau se traitent avec une balance équilibrée opposée, ainsi le vide du milieu de dépôt et accès, s’oppose le vide de l’espace supérieur en direction Est, chaque accompagnants pour une colonne d’appuis circulaire. Cette timide terrasse de l’hôtel Jaragua. Un plan transperce pour de nouvelles fenêtres marque le vestibule. Les fenêtres posées aussi horizontalement un rythme irrégulier. Les détails sont des fortes dispositions de plans récréatifs et d’une grosse marque au toit qui se déplace jusqu’à terre». On a conservé très peu de photos d’elle-même, remarquant des photos qui furent réalisées durant la visite de GG accompagné de deux femme, pobablement, sa femme Mercedes et possiblement, la journaliste nord-américaine auteur de Sambumbia. Il peut aussi être vu en eux un partenaire de mariage Schad, dans une attitude détendue et contemplative, toujours à pied nu dans le jardin de devant. Nous avons pas tenu compte de la mise en service pour l’autre majeure maison rationaliste GG la fameuse Maison Telefunken, un surnom donné à la maison Pichardo Ricart pour son esthétique radicale et la modernité célèbre. Paino Pichardo a été l’un des responsables liés au régime, servant de secrétaire d’État. Le choix des González comme les auteurs de leur maison, située sur l’avenue de l’Indépendance, à l’ouest de l’avenue Máximo Gómez, était quelque peu prévisible la mode en ce moment. Grande maison a été démolie pour faire place à la construction complexe Malecon Center, et se livrait — comme les autres maisons situées le long de ce tronçon et effectués avant l’extension de l’avenue George Washington—, la mer des Caraïbes; servi comme une petite crique de la plage privée de la même propriété familiale. La maison Pichardo a montré un domaine de conception plus détendu. Elle a également mené sur deux niveaux et dans le schéma orienté à l’est-ouest , comme la maison de Schad et par la suite celle de Vicini, perçoit une meilleure relation entre les deux niveaux, et une admirable simplicité dans le logement

creux et plein. La façade vers la composition Avenue de l’Indépendance résumée deux creux, un encadrant la terrasse du deuxième étage, une grande échelle sur le chapiteau; et un autre, en résonance avec la première, les fenêtres de la chambre sur le jardin de devant, sur une plus petite échelle. Plus tard, la maison était l’expansion d’une terrasse couverte étendue à la grande cour, mais il n’a jamais perdu sa configuration et son élégance d’origine. Elles ont été récemment étudiées comme deux résidences privées, attribuables à GG. L’une d’entre eux est apparue dans les Actes du Conseil d’administration de 1939, dans un casting de maisons construite à Gazcue, c’est une villa sur deux niveaux style exquis et ultramoderne. A juger par la certitude de l’existence des autres inclus dans ces pages, la maison devrait être exister, même si nous avons aucune preuve de cela: pas de photos, pas de plan, pas anecdotes. Une maison comme ça, si pure, ne pouvait pas passer inaperçu. Ou a été démolie au début, ou n’a pas été vraiment construite à Santo Domingo. L’autre était située dans le prolongement de l’Ave. Independence, sur une propriété en bordure du trottoir. Là où l’ancien dictateur argentin Juan Peron a été logé quand il vivait à Ciudad Trujillo à la fin des années 50. Les deux résidences sans papiers, restent à s’inscrire, mais ils montrent l’empreinte du mouvement moderne en République Dominicaine, et l’influence de González dans le développement. Deux maisons d’esprit avant-gardes n’ont pas été confirmées documentalment, mais elles sont attribuées à González par diverses sources. L’une est la maison de Boca Chica de Juan Velázquez, a confirmé la facture avant 1939. L’autre a été faite plus tard, vers 1950, pour la famille du Dr Jaime Jorge, à la rue Cesar Nicolas Penson. Les Deux ont été conçues avec les mêmes éléments que les maisons modernes précédentes: pièces ortogonales de deux niveaux, retirées du bord avant, orientées dans le sens est-ouest, avec des fenêtres oblongues et piles. La maison de Jorge —aujourd’hui Perelló— est en bon état, bien qu’il soit envisagé de démolition dans un proche avenir pour faire place à un développement domiciliaire. Logements collectifs et tropicalisés L’un des phénomènes qui est pertinent dans ces années a été la réalisation de bâtiments des ministères appelés alors, pièces pour le logement à plusieurs étages de groupe de copropriété qui ont été lentement en train de transformer le profil d’un grand nombre de construction des maisons unifamiliales et d’autres secteurs Gazcue Ville en pleine expansion. Les González, une fois ont complété avec succès le processus d’œuvres de l’Hôtel Jaragua, deux initiatives immobilières menées par la même entreprise: la première est le bâtiment connu sous le nom Jaragüita, situé sur l’Ave. George Washington angle. Felix Mariano Lluberes, à moins de 200 mètres; et la seconde, le bâtiment González, situé à l’angle de la rue Pasteur Casimiro de Moya, à Gazcue. Le premier a été démoli pour faire place à un parking infâme ajouré Hôtel V Centenaire. Le second reste un peu négligé, mais avec quelques modifications critique de la structure d’origine. Le Jaragüita a été l’un des plus célèbres bâtiments de la modernité dominicaine. Son système d’origine modeste de trois niveaux avec extrémité circulaire vers l’angle du sud-est, l’ampleur de son niveau —réduite par GG à la hauteur sans précédent de 2,40 mètres—, la blancheur de ses façades et la simplicité de la capacité, signifiait sans doute, à ce moment où la nouvelle González appréciée le prestige énorme causé par l’ouverture de l’Hôtel Jaragua, un impact extraordinaire sur leur carrière. Le Jaragüita dispose deux appartements de différente distribution, un de chaque côté a un bloc d’escalier central. La base manifeste une petite dimension réduite mais très efficace. Sur la construction a ecrit Mauricia Dominguez en AAA053:


«Le premier fonctionnement du niveau de sous-sol, diversement traité pour les étages supérieurs, avec deux petits appartements de chaque côté de l’escalier. Au-dessus d’eux les deux meilleurs appartements sont développés, dont l’extension longitudinale est parallèle au malecon pour profiter de vues sur la mer de séjours sociaux. on Se maintient la formule utilisée précédemment de terrasses ouvertes vers l’est, dans ce cas, incorporant le corps incurvé en vol des maîtres hollandais. A l’extrémité opposant illumine la chambre de bain, suivi d’un balcon rectangulaire, et des fenêtres encadrées par un petit pas en avant, complète chaque niveau». «Pendant des années Guillermo vivait dans ce bâtiment dans les années 80. Le quatrième niveau était additionné en répétant les étages inférieurs; puis on a ajouté un cinquième étage partiellement couvert, qui enrichit encore l’équilibre du volume total. Les plans originaux ont été faits en Avril 1942». Beaucoup d’amis, des collègues, des étudiants de l’UNPHU qui sont en train de terminer leurs études, ont visité et apprécié l’affection de Guillermo dans son appartement sur le haut niveau Jaragüita. L’architecte José Horacio «Sancocho» Marranzini se souvient avec émotion les heure passées dans l’atelier de conception de l’appartement, où ils ont travaillé cinq heures du matin à cinq heures dans l’après-midi, en respectant la disposition de GG, «les heures calmes et fraîches après le dernier appel téléphonique dans la journée». Un petit récipient servi comme piscine sur la terrasse au-dessus de cet appartement, l’endroit où l’on cache des souvenirs très spéciaux et intimes. Le bloc de 6 étages d’appartements González, situé plus au nord que la Jaragüita, dans un coin de la rue Pasteur du secteur Gazcue a d’autres caractéristiques, bien que détient la même modernité. La cour reflète une symétrie inexistante bel et bien, et que est devenu un bloc de circulation verticale un peu plus au sud de l’axe central, permettant à la solution d’un appartement de deux chambres et d’une chambre au nord, et un appartement d’un chambre vers le sud. Le dernier étage montre un décalage vers l’intérieur, définissant la fin du bloc. Grands balcons dominent l’esthétique dans les coins vers la façade Est, avant. Accès depuis le reste de l’escalier à certains salons ultérieurs, agit comme un contrepoint d’intérêt dans le diagramme de distribution. Un auvent de la hiérarchie mince et inhabituelle soutient l’accès central sur la rue Pasteur. GG a construit plusieurs appartements dans le domaine de la propriété de la famille, à la fois à Felix Mariano Lluberes et la perpendiculaire, Crucero Ahrens. Sur cette dernière voie, dans la limite sud de la propriété qui était encore dans ces années, la maison en bois bleu construit pour abriter le mariage González Fernández-Canivell au commencement, GG construit dans les années 50 d’un simple bâtiment de 4 niveaux avec deux unités par étage très bas. Et puis González avait atteint, basé sur le prestige et la confirmation factuelle, mezzanine inférieure de 3.30 réglementé par la Loi 351, les 2.40 mètres utilisés comme la norme pour les logements en copropriété. Dans la composition prédomine un long, mince couvert sur des colonnes en acier tubulaire, loin du bâtiment conçu pour l’édifice de González dans quelques années à la rue pasteur au bord avant de la propriété. Cela a été travaillé avec un certain nombre d’unités de mur en béton, est également présent dans les grands balcons, comme un auvent. Ceci est un peu utilisé, typique de plusieurs œuvres de la période de González et d’autres pratiquent déjà sous leur ressource d’origine de l’influence, tels que Billie Reid et Nani Reyes, Gai Vega, Manolito Baquero, entre autres. Sur ce bâtiment AAA054 dit: «Ils soulignent les plans solides des poutres de soutien de toit et la transparence Planchuelo rails horizontaux de métal. La ligne horizontale des barreaux de la balustrade est opposée au plan des fenêtres horizontales de bas de caisse latéraux dans un jeu intéressant de plein et vide. Ces détails formels imprimés le travail d’une bonne maîtrise de l’esthétique horizontale si caractéristique de Guillermo González».

Un autre non identifiée dans le bloc de la ville a été publié dans la revue Arquivox 3-4. Il s’agit d’un projet de M. Leo Ricart réalisé en 1950 par Guillermo et Alfredo González, un simple bâtiment de 4 niveaux, avec un appartement par étage. Le plan démontre non seulement la capacité d’articuler facilement hardiment le projet, mais l’habilité de résumer, dans ce qui semble avoir été une seule feuille de dessin, l’ensemble du projet de l’immeuble y compris les calculs structurales. Le cas de Consuelo: batey moderne Un cas inhabituel dans son travail, GG a réalisé en 1951-1953. La maison de M. Edwin Kilbourne, administrateur général d’Ingenio Consuelo, et six résidences pour les cadres. elles ont été dirigeés depuis les bureaux de la centrale appelés Casablanca. L’Ingenio Consuelo, fondé en 1881-1882 par le West Indies Sugar Corporation est situé à 12 kms au nord de San Pedro de Macoris, dans les années 50 appartenait à une compagnie cubaine qui possède à la fois le Quisqueya Mills, les pailles, Boca Chica et Barahona. M. Kilbourne a été marié à une dame dominicaine nommé Santoni. M. Luis Arambilet, espagnol, servi comme assistant de terrain et arpenteur dans la construction de ces maisons. Et González avait une atmosphère de la célèbre auteur, certains jeunes de la période se rappellent lui rendent visites quotidiennes survenant supervision de la construction et d’observer attentivement et admirablement. Ces maisons ont un charme extraordinaire; encore, en dépit de l’abandon dans lequel elles se trouvent, elles préservent leur attrait, littéralement mélangée leur zone rurale et sa modernité conviviale, les dirigeants des usines de sucre dans le pays ont profité de cet environnement idyllique. Ces maisons de Ingenio Consuelo ont été distribuées dans les grandes étendues de terres privées, où il n’y avait pas de limites apparentes et la relation entre eux ce n’était pas un élément de design trop pertinente, contrairement aux maisons conçues pour Barahona ou Boca Chica, dans lequel chaque unité a été disposé le long d’une rue ou d’un chemin longitudinal, partage des cours et des espaces verts entre voisins. GG concentre les intérêts dans ces maisons Consuelo dans les unités elles-mêmes, dans lequel bénéficie d’un sens exquis de l’échelle , les lacunes sont en baisse presque au sol, profitant de l’ouverture du site au maximum. Encore une fois fréquents plafonds Bermudes se produisent dans le travail de GG ces années, et on travaille avec les projets de la palette de test banlieue de caractères, tels que Santo Domingo Country Club, dans lequel les terminaisons blanches simples viennent ensemble, avec des surfaces revêtues opus inerte avec du calcaire typique du sud de l’île, avec des tirants, plâtre et tout autre détail toujours intelligent et plein d’esprit. Bientôt, il était temps que ces maisons ont pris leurs propriétaires d’origine, car en 1956, l’Ingenio Consuelo subi le même sort que beaucoup d’autres Dominicains centraux, d’être nationalisés et en entrant à l’inventaire des biens contrôlés par Trujillo. Chapitre 5 Zone Urbaine, architecture et académie Guillermo González développait à divers moments de sa carrière, une relation très intime et productive avec le monde académique la Covalidation de ses titres de Yale University survenu vers les années 1943, au moment dont il parait avoir intégré aux salles de projection architectes de l’université de Santo Domingo au moment la faculté vient d’être crée et construite dans sa nouvelle position, dans cette périphérie de l’ouest de la ville de Trujillo, avec un effort qui réunit a beaucoup auteurs les plus reconnus de la zone. Le plan Urbain de l‘USD La ville de Trujillo s’augmentait. Aussi autres projets se développent durant cette année: le quartier de la classe

ouvrière, l’un des tentatives de la dictature pour le développement de la politique résidentielle intégrale pour la classe ouvrière capitaliste, l’édifice du président Trujillo, projet de Leo Pou Ricart, culminant la trajectoire au long du boulevard Trujillo Valdez. La politique urbaine résidentielle du régime mérite une étude détaillée en elle-même. Dans l’année 1944 la construction a commencé du palais du gouvernement, sous contrat avec le bureau de Mr. Guido D’Alessandro, termine en 1947, nous confirmons ainsi comme, dans le marque de l’architecture rationaliste de notable impact, la dictature commence la construction de ce qui était la grande panacée de la même industrie de la, là où il se renverse une hypothèse impressionnante, similaire à celle de la construction de toute la ville universitaire. On ne connait dans l’œuvre de González une production urbaine particulièrement ample ni de plan audacieux sur le thème. C’était González un auteur de pièces architecturés par vocation et entrainement. Son rapprochement a la description urbaine part de sa vision traditionnelle, axial académique, en quoi la trace basée de grands axes. Des figures géométriques euclidiennes pures, des espace publiques claires, départies équilibrées et structuration formelle, répondent aux principes de son esprit projecture. Le premier travail d’urbanisation à grande échelle connu en ce que participe GG c’est le plan des professeurs pour la faculté de l’Université de Santo Domingo, ville, comme d’autres de l’Amérique Latine, elle s’occupait d’agrandir et moderniser l’infrastructure scolaire supérieure, ainsi: Bogotá (1943), San Juan (1936), Caracas (1940), Panamá (1947), Río de Janeiro (1950), México (1950), etc., lesquels développèrent les campus des universités modernes de grande qualité urbaine, quelqu’un d’eux antérieurs et d’autres immédiatement postérieures à la cité de Trujillo (1947). On estime l’influence directe de la trace de l’Université nationale de Columbia, dirigé par Leopoldo Rother, comme précédent du projet urbain, malgré son analyse comparé ne lance pas beaucoup de similitudes formelles. La ville Universitaire, construite sur 340,000 mètres carrés de terre, d’un montant de cinq millions de pesos, c’était en ce temps une énorme inversion de l’état. Se reflète le plan urbain, œuvre de l’équipe configurée par l’entreprise par José Antonio Caro, Guillermo González et José Ramón Báez López-Penha, un projet essentiellement affilié: une avenue centrale —la Juan Sánchez Ramírez, de 650 mètres de long— orientée à l’ Est- Ouest entourée des différentes facultés qui terminent la capacité de grande force symbolique de l’édifice de la salle magna postérieurement connue comme Alma Mater-, qui sera dessinée par Humberto Ruiz Castillo en 1955, durant la même période que l’œuvre de la foire de paix. La loi 487 qui donne objet légale au projet de la USD, a été promulguée le 22 janvier 1944. Le terrain destiné au projet occupe les 36 hectares, et recouvrait une demande de 5000 étudiants, selon la capacité de l’USD d’accès de l’USD de 1947-48. Également, la description, «les Plans et exécution de l’œuvre étaient en chargé par des architectes suivants, tous les professeurs de la faculté de sciences exactes José António Caro Álvarez, Guillermo González, Humberto Ruiz Castillo, Leo Pou Ricart et Marcial Pou Ricart». Ruiz Castillo —l’un des architectes formellement éduqués en Europe a commencé dès 1930, professeur éduqué, et célèbre auteur de non énumérable œuvres de caractère religieuse et domestique— il réalisait en 1944 l’admirable institut de anatomie pathologique de monumentalité académiste classique. Egalement très tôt le beau édifice d’odontologie, attribue a Marcial Pou Ricart, du corps central devance et les rentrées latérales, l’un des plus intéressants et élégants de la zone universitaire, dans lequel il fonctionnait durant plusieurs années, classe de l’atelier pour les salles de dessin à l’École d’ingénierie et d’architecture.

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Il n’y a pas de pertinence de González pour les édifications de la faculté, même sa présence est détectable de l’une des meilleurs œuvres d’architectures modernes du pays: l’Auditorium extraordinaire de l’École de médecine, chef d’oeuvre, à son tour, professeur d’études supérieures à Paris, José Antonio Caro Álvarez. Caro, professeur d’urbanisme à la Faculté de génie et d’architecture, et finalement président de l’USD, doit avoir eu un rôle de premier plan dans ces initiatives Les années associée partagées Caro et González (c. 19421945), aussi dans les œuvres du centenaire comme ceux de l’université, ont définit la production du meilleurs rationaliste dominicain. On se voit à la fois la vaillante production des freres Pou Ricart et Humberto Ruiz Castillo. C’était une periode vraiment exceptionnelle, dans laquelle on a exécuté les excellentes pièces de représentations culturelles. Dans un article extrait de la thèse de grade ensemble avec Gricelys Rosario, Alex Martínez publiait en AAA046: «depuis le commencement se projetait une ville d’elle-même, en développant l’idée d’une ville satellite place sur la ligne des axes orthogonales. Selon le témoignage de l’ingénieur José Ramón Báez López-Penha, l’équipe de l’architecte Guillermo González Sánchez que se développera une conspiration rationaliste, avec la rue principale que Báez discutait pour faire le schéma de la trace irrégulière finalement on se remarquait que le plan de González, provoquant la sortie de l’équipe de Báez du comité en charge du développement urbain du campus». Au fil du temps, le plan initial était d’adapter aux changements. Le bâtiment de la bibliothèque a été réalisé dans le lot le plus proche de l’auditorium; ne furent jamais exécutés les dortoirs prévus. Le plan original, sauf quelques modifications mineures, comme ne pas effectuer certaines routes sous la forme d’exèdre dans l’ouest du campus-terminal a été largement respecté. Aujourd’hui le campus a perdu sa capacité d’intégration urbaine avec le reste de la ville aspect de grande importance dans le plan original. À un certain moment une certaine gestion administration juge nécessaires pour encercler l’immense propriété et de contrôler leur accès de quelque recteur thème que bien qu’il pourrait être souhaitable en termes de sécurité publique, a fait de graves dommages à la présence articulée du campus dans la ville de Santo Domingo. Turku, la thèse de Yale et les degrés de Moncito L’Une des interventions la plus discrète de González fut son projet pour l’espace publique des escaliers du Conde. Cette œuvre, était chargée a Moncito, dont la date d’exécution n’a pas été encore précisée documentairement, résolue de manière définitive l’intervention entre la voie centrale du centre historique et le bord d’Ouest du côté de la ville, n’a pas été fait o soit sans confirmer la prévision de cette infrastructure, qui a été aussi pour la réalisation exciteuse de l’évènement artistique et la citoyenneté de fait agréable. L’idée de départ de cette œuvre pourrait avoir son origine dans la même thèse de González dans Yale, laquelle fut programmée par le palais municipal en quoi pouvait voir ce précieux entourage. En revanche que ce n’est pas possible de distinguer cette catégorie dans l’autre image de 1930, ne résultaient exotiques les schémas présentés ici, dans celle qu’on observe la diffusion de l’édifice contre les anciens indigents. D’autre vaillante référence à considérer c’est celle des rangs réalisés pour le finlandais Erik Bryggman 1891-1955, dans la rue ylopistonkatu au centre de la ville de Turku. Bryggman membre du courant de romantisme moderne du nord, il était fameux pour ses projets de mobilière publique, et pour sa participation pionnière dans les expositions de Turku et Estocolmo. Comme nous avons vu, González doit avoir admiré cette solution dans le même voyage qu’il a entré en contact avec les œuvres de Aalto dans cette ville. Ne laisse pas d’être une curieuse spéculation entre les faits, fonctionnels et esthétiquement semblables, le Nordique et le local. Le lieu se conserve assombrissement bien, d’avoir être construit au commencement des années 50, culmine ses 65 ans depuis 306 | GUILLERMO GONZÁLEZ

son exécution et non évident signe de détérioration, malgré l’insuffisante et nulle maintenance reçu. Tous les projets se basent de grande disposition. GG affirmait de travailler toujours avec une relation de 0.15 x 0.40 dans ses escaliers avec la différence normative 0.17 x 0.30, travaillés en pierre calcaire locale, qui occupe près la largeur totale de la rue El Conde. Un repos au milieu de parcours très grande comme pour permettre orchestre et groupe de danse, opéra comme espace ample, en définissant un plan de forme T dotée d’arbre et stances à l’aire libre. Plus qu’un escalier, il s’agit d’une place escalier, un salon urbain au ciel ouvert espace ´publique de admirable et de soigneux dessin, un projet moderne exemplairement intégré à son milieu historique. Autre projet urbain de amplitude structurée en 1953, fut la planification de celle nomme ville sportive, d’avoir être réalisée au niveau de l’ensanche la Fe, là où ils ont exécuté les œuvres de Hypodromo Perla Antilla et du stade de baseball. Plusieurs secrétariats de l’état et d’autres édifications publiques seraient localisés sur le bord Nord de la grande propriété, dans l’avenue saint Christophe, à partir de 1956, convenablement les plans pour la conformation d’un projet urbain cohérent ne pourrait jamais se matérialiser. Sachons que, Guillermo González ne participe pas de ces initiatives, manœuvrées avec de grande discrétion par l’un des responsables, l’ingénieur Bienvenido «Bebecito» Martinez. Pendant les 31 ans de l’ère de Trujillo le pays complet a été impliqué. Aujourd’hui, l’empreinte du chef met en garde dans les quartiers populaires, progrès social, dans les écoles, Hôtels, cliniques, hôpitaux, bibliothèques, entre autres. Le programme iconographique a été transmis à travers l’architecture et surtout, à travers les bâtiments du parti dominicain, réalisé à travers le pays dans une formule établie par Henri Gazón, et qui a pris de l’ampleur de la population où ils ont été faits. La frontière avec Haïti a été colonisée en particulier avec les projets urbains bien équipés, les établissements conçus pour repeupler le territoire et arrêter l’invasion éternelle de nos voisins, qui a servi à la politique de l’Etat depuis la fin des années 1930. Tristes sont les histoires de ces initiatives. La Foire: Capo lavoro Aujourd’hui, c’est impossible de transmettre l’impact que produit le salon de la paix et la fraternité du monde libre dans l’imaginaire de la société dominicaine. Sa réalisation, tâche herculéenne confié à une équipe d’hommes invincibles, intimidé par l’empreinte du dictateur et ses sbires, motivés par le fait réel de l’irréel, défini un avant et un après dans la culture de l’espace en République Dominicaine. A qui c’est écrit, un enfant âgé de 4 ans avec sa sœur cadette, être apporté n’importe quel dimanche de l’année 1959 de déambuler dans la foire, des mains de mon père, constitue une inoubliable expérience de vie, une expérience connexe, exceptionnellement, au même endroit, son sens de l’échelle, l’occupation et la relation entre les volumes des bâtiments, l’articulation de la puissante symbolique des signes présents, l’expression de la dictature de même, les deux signifiants de l’iconographie architectural per est. C’était au début, mais hésitant, inexplicable, lecture d’un ensemble multidimensionnel, géographie, architecture, ville, paysage, sculpture. Cela a été une expérience totale, écrasante, inévitable. Le colosse, inoubliable, intimidant; le portail d’entrée avec ce morceau en forme de harpe plein de motifs allégoriques au régime; la fontaine centrale et son merveilleux spectacle de l’eau, son rumeur et la fraîcheur de la rosée; les bâtiments qui ont été ouverts aux espaces, en particulier de la mairie, de l’hôtel de ville, avec cette merveilleuse en gratuit bas et ses pilastres, couvert de marbre rouge de Samana, qui a permis au jeu pour ce qui est caché et promenades distrait à l’ombre du cube et puissante masse; l’horloge avec sa peau de briques carrées et ses carillons et son ombre; ce monument triangulaire, forte, monté sur la sphère planétaire, face à un

étang sous et enfin, l’omniprésence de la mer des Caraïbes, tous ce que des vagues sauvages bleues et l’infini; l’ensemble monumental, n’était, en même temps, beaucoup plus que cela. Aux yeux d’un enfant, ont a été «ball, funfa, Colon»: le monde, de la source et de la géante sculpture. C’était la porte d’entrée vers l’avenir, c’était l’idée d’un autre pays, un autre endroit, d’autre temps. Naissance et développement de l’idée L’idée de réunions nationales afin de célébrer les réalisations dans le développement du pays, était une pratique courante dans la région. Nous avons déjà vu que GG se déplace à Porto Rico pour l’exécution du pavillon dominicain à la Foire d’Inter antillaise en 1936. L’appel a eu lieu à l’époque de l’exposition nationale de Horacio Vásquez de Santiago de 1927, l’un des événements les plus mémorables de la première moitié du XXe siècle dans le pays, produit en partie par Mario Fermín Cabral, lui-même responsable de l’initiative pour le changement du nom de Santo Domingo à Ciudad Trujillo en 1936. En ce qui concerne ces réunions, Delmonte et Martinez, qui ont développé une recherche historique prodigieuse, produits les plus pertinents à ce jour sur ce sujet, listé dans un article révélateur dans AAA054: «Le 30 mars, 1954 il ouvert à Santiago, la paix de Trujillo, foire agricoles et industrielles, organisée par un comité formé de personnalités importantes liées à tant du régime de gouvernement régional comme le parti dominicain. Réalisée sur la terre qui, occupées champ baseball Enriquillo, contre le Obrero Barrio de Tabacalera, à La Joya, a montré toutes les avancées réalisées depuis l’instauration de la dictature en 1930 et il s’agissait du gouvernement organismes, des institutions privées, des entreprises commerciales et des hommes d’affaires dans la province. La “Foire de Santiago” a été une exposition dans les structures non permanentes placées dans cinq pommes et principales rues pavées jusqu’à ce qu’elle s’appelait “la métropole de la Foire”. Le Trujillo lui a donné un caractère de première importance au point que s’installe son gouvernement à Santiago du 28 mars au 4 avril 1954». «L’euphorie provoquée par le succès de la Foire de Santiago en 1954 et la satisfaction du dictateur par ses réalisations, a servi comme motivation pour Mario Fermín Cabral essayer de le répéter en 1955 avec plus de placement et de meilleurs résultats. Sachant que l’année prochaine marquera le 25e anniversaire du régime, a proposé du collaborateur rétabli de dictateur, Virgilio Álvarez Pina, alias Cucho, tenue l’année prochaine d’une nouvelle version de la Foire à Santiago. Don Cucho découvrît dans la proposition de Cabral la grande opportunité qui signifiait la réalisation de cet événement pour sa consolidation dans ses relations avec le dictateur qui a récemment récupéré et a immédiatement commencé à donner forme à l’idée, mais dont le siège est dans la capitale de la République. Conformément à cette information, Álvarez et Cabral joignirent leurs forces pour délimiter une importante exposition à la ville Trujillo sincèrement où ils exalteraient la figure de Trujillo et son travail, temporaire qui se tiendra près de mai 1955 événement». «Le 24 octobre 1954 le journal des Caraïbes a publié des déclarations de Virgilio Álvarez Pina a montré où le premier plan de la Foire qui, selon lui, a été écrit par José Antonio Caro Álvarez. Cependant, la recherche reconnaît le leadership incontestable et le prestige de Guillermo González Sánchez dans l’équipe, qui a repris le projet architectural dans son ensemble et a été le propriétaire conceptuel, étant donné son expérience à la Foire internationale de New York en 1939 où il avait eu en charge la conception du pavillon dominicain. Sans aucun doute seulement González avait la capacité de faire face à un défi de cette nature en tant que designer. Établir des connexions directes entre la Foire dominicaine et la Foire de Barcelone et de Séville en 1929, celle de New York (1939), Rome (1942), Milan (1947) ainsi que le de Port-au-Prince de 1949».


Autres liens stylistiques sont identifiés; dans sa thèse de doctorat, Tejeira Davis déclare: «Le plus spectaculaire de tous les projets modernes de Trujillo était certainement la Foire de la Paix et la Fraternité Mondiale du livre,de 1955. Dédiée à célébrer les 25 ans au pouvoir de Trujillo, consommé un tiers du budget national pour cette année. Les bâtiments sont généralement modernes mais soigneusement conçus et utilisés des matériaux coûteux; en quelque sorte rappellent le rationalisme de l’Italie de Mussolini, ou peut-être même la politique architecturale du régime de Franco après 1950». Delmonte et Martinez s’assurent dans sa recherche: «Au début de septembre on avait déjà choisi une bande de terrain de 50 hectares à 4 kilomètres à l’ouest de la ville, dans certaines parcelles communicante avec le séjour Ramfis et l’Avenue Fabre Geffrard (aujourd’hui Avenue Abraham Lincoln)». Le 22 octobre 1954, le décret no 279 déclare que la Foire soit sous les auspices du gouvernement dominicain et fixé la date d’ouverture pour le 20 décembre 1955. Annonce aussi que la terre serait de cinq cent mille mètres carrés, environ limités par Sánchez à la route du Nord, Avenue George Washington au sud, Hôpital Angelita à l’est et la Cervecería Nacional Dominicano à l’ouest. La simultanéité du projet et le travail: le répertoire technique Une fois assigné les motifs et pris l’initiative par la structure d’appui financier et institutionnel, produit la consolidation de l’équipe professionnelle qui pourrait mener à bien, en moins d’un an. Il est compréhensible, depuis sa création, l’effort titanesque à venir et s’articule autour de la figure marquante et sereine don Cucho Álvarez, et à l’aplomb professionnel de Guillermo González, un groupe de collaborateurs de gestion, de projet et d’œuvre, qui résume le mieux de la capacité professionnelle du pays à cette époque, autour du répertoire technique dite attachés du Conseil Pro-célébration, corps assis dans une maison de la Benito Monción, aujourd’hui là où fonctionnent plusieurs bureaux de l’INAVI, a Gazcue. Il a monté un atelier de conception et de bureaux, qui sont venus de tous les jours, les représentants, les fournisseurs, les concepteurs, les entrepreneurs et fonctionnaires célèbres dans le processus. Selon les anecdotes des collaborateurs, Guillermo était assis sur une table de dessin, entouré d’autres tables, comme dans le centre d’une scène. Au début de la journée, avec des crayons, des règles, des ciseaux et une rame de papier pour le dessin, il fut esquissant les idées de chaque système, chaque bâtiment et était en assignant à l’équipe professionnel, qui a dû fermer la session de la journée avec des dessins techniques qui ont été traitées pour fermer l’après-midi aux entrepreneurs, qui le jour suivant, mis en place leur site. Le processus n’a pas appuyé le tramage; nous avions besoin d’un esprit agile, expert, capable de produire instantanément les détails nécessaires et d’orienter la production d’instructions exécutoires sans perte de temps et sans aucun doute. Telle était la capacité de GG, qui était avec des professionnels tels que Manuel «Manolito» Baquero Ricart et Edgardo «Gai» Vega Malagon, l’équipe de conception et le contrat pour l’exécution du Palais Municipal; Leo et Marcial Pou Ricart, également, mais au Congrès National de construction, les deux projets situés dans le centre du Plan directeur; José Antonio Caro, qui, avec suffisamment l’indépendance gagné par son projet professionnel et une admirable carrière parallèle à la GG, il construit l’Hôpital Angelita précédemment conçu, transformé en un hôtel pour l’événement et les travaux de l’hôtel la paix. En outre, l’équipe de collaborateurs étaient des jeunes figures qui fonctionneront pour l’essentiel dans les années subséquentes: Amable Frómeta, il est revendiqué, responsable de la conception du Pavillon des Nations, à la lisière sud, en contact du malecon et de la mer des Caraïbes, dont la référence à la

Trylon et la Perisphere de la Foire de 39 est plus qu’évidente; Rafael Tomás Hernández, de même, l’auteur du portique Nord; Manuel «Mémé» Cáceres Troncoso, José Horacio Marranzini, Margarita Taulé, Johnny Pujadas, Erwin Cott; agissant comme partenaires à ce moment-là, Billie Reid et Nani rois étaient responsables de plusieurs pavillons internationaux, certains d’entre eux de grand attrait architectural; comme responsable de la surveillance et de contrôle des travaux était responsable devant Leonte Bernard Vázquez, ingénieur de haute qualification et une grande expérience, collaborateur régulier et ami proche de Guillermo , qui relevait directement cela et avec don Cucho ses recherches quotidiennes et sans fin sur le terrain. Parti exécutive Fondamental directoire et entrepreneur responsable de plusieurs bâtiments plus importants —le Congrès National et le drapeau du Venezuela, parmi eux— le vétéran de la partie M. Virgilio Perez Bernal, apparaît également comme l’un des principaux protagonistes de l’initiative. Autres notables officiellement liés ont été l’architecte Humberto Ruiz Castillo et l’ingénieur Pedro Pablo Bonilla. La liste des participants —designers, consultants, entrepreneurs et fournisseurs et divers prestataires de services— est long et brillant, ayant donné lieu à de nombreux professionnels exerçant leur carrière avec prestige à l’époque. Le schéma urbain La proposition de développement urbain de la Foire digne au moins trois précédent de thématiser dans ce discours. Le premier est un plan élaboré par les Guido de D’Alessandro et José Antonio Caro en 1937, dans lequel plusieurs éléments qui auraient duré dans le temps, pour accueillir et réaliser l’éventuelle concrétisation dans la foire en 1955. Ce plan est le premier document qui suggère la nécessité d’articuler, dans la cité de Trujillo, un ensemble de bâtiments publics au caractère symboliquement perceptible, l’idée a soulevé le long de l’axe de l’avenue Máximo Gómez. Ici sont concentrées les principales constructions du train du gouvernement, dont le Palais National n’était pas encore initié. L’idée de ces deux professionnels pionniers, doit avoir gravité très lourdement sur les plans de l’État dominicain jusqu’à sa réalité éventuelle dans le projet de la Foire. À un moment donné, quelqu’un, vraisemblablement Guillermo González, il y aura proposé de réutiliser l’équipement principal de la Foire comme un lieu de rendez-vous pour les ministères et bâtiments publics, accomplissant cette nécessité pendante pour près de deux cycles. Même ne pas regarder l’inclusion des édifices publics, le plan d’action pour l’élargissement de ville Trujillo rédigé par Moncito Báez, propose une urbanisation radiale reliée à la parcelle existante, presque idéal de la Renaissance; il n’est pas difficile à assumer la faible acceptation de cette idée radicale mais stimulante. La troisième précédente représente un mystère en attente de solution; c’est un modèle, dont la photo a été retrouvée dans les archives de GG, ce qui semble avoir été un projet pour la même chose, telle est son intrépidité dans l’arrangement des volumes dans la même articulation continue, telle est la modernité de l’approche, qui est follement contrastant avec la solution finale retenue pour le Plan d’urbanisme. Nous proposons ici quelques idées qui se sont tenus dans le plan, bien que les conditions topographiques et la forme de l’idée du projet est loin d’être réelle; Il n’y a aucune documentation de ce régime, nous ne savons pas quand elle a été faite ou si elle peut avoir été pensé à effectuer. La vérité est qu’il n’y a aucune preuve de tout autre projet dans le travail de González, ni en République Dominicaine, pour lequel un régime a ainsi reçu. Bien qu’éloignés, il convient de mentionner ici l’impression forte et la grande influence qu’a due sur l’imagination du plan González pour l’exposition de 1939 à New York. C’est observé, sur une échelle et avec quelques médias inutilisés, l’approche géométrique axiale et la présence d’un rond-point dans la séquence de voyage, une certaine ressemblance conçu en 1955 par GG.

Pour le même salon, il y a 4 plans en possession du dossier public de la nation, aucun d’entre eux avec une qualité d’exécutif final du projet ; le premier octobre de l’année 54, a été erronément attribué à Caro par don Cucho Álvarez dans une note de presse; cela représente les idées de base qui doivent être développées en détail dans les plans postérieurs, et il semble qu’ont été tirées par la même main. Attire l’attention sur l’absence du lot trapézoïdal qui finalement allait occuper le Hall des Nations, dont le lieu a été doublé d’un résultat similaire à celui du porche d’entrée du Nord; également l’emplacement du drapeau des forces armées — conçu comme un «C» ouvert— dans la place ou il aurait occupé dans le Congrès National. Le chemin a déjà dans cette version initiale, les proportions et le parti urbain fondamental ; plusieurs exèdres semi-circulaires sont notés comme thème géométrique, à différentes échelles,question qui a été considérablement réduite au minimum dans les versions ultérieures. C’etait tout aussi forte la tension diagonale de plusieurs volumes, parmi lesquels l’Hôpital Angelita, préalablement dessiné par J.A. Caro pour Dr Miranda, et utilisé comme un hôtel au cours de l’événement. Le Plan Directeur de la Foire présente sa conceptualisation, certains sujets déjà testés par González dans le Plan Directeur pour l’USD: - L’orthogonalité: le réticule rythmique, modulaire, dupliqué dans les quadrants Central occupé le Palais Municipal, à l’Ouest et le Congrès National, à l’est, à la face centrale comme un paysage de médiateur et de la source symbolique. Trois événements blessé le réticule: la source, qui produit le profil circulaire nécessaire du cercle de la même en contact avec les bords des pommes centrale; une Exèdre de grandes dimensions qui définit la limite de la voie à son extrémité Ouest; et le malecon, qui coupe en diagonale de la lisière sud de l’ensemble, un chemin d’ouverture trapézoïdale du lot du pavillon de négocié par les Nations. - L’axialité: classique argument au stylisme, est développé sur l’axe Nord-Sud, en suivant le gradient naturel de la topographie et se tournant vers la mer. L’extension au nord de cet axe, aujourd’hui décrit plus de 5 km, transformé l’Avenue Winston Churchill, l’un des plus dignes de confiance de la ville contemporaine de Santo Domingo. - La Monumentalité: exprimée dans l’échelle de l’ensemble, sa gravité et les bornes des perspectives, deux pièces de facture élégante qui définissent le territoire de l’exposition elle-même: au nord, près de l’Avenue de l’indépendance, le portail d’entrée, perdu après l’ouragan David en août 1979 —demeure une reconstruction revendiquée par divers groupes de citoyens, comme le DoCoMoMo dominicain, également mentionnée dans le projet gagnant du concours de la revitalisation du Centre des Héros, décernée en 2004 et encore à être embauché— au sud, servant à la circulation vers l’avenue George Washington, le pavillon des Nations, splendide place des limites qui sont dominés par le côte verticale triangulaire sur la sphère planétaire cône articulateur manifestement inspiré par leurs homologues à la Foire de 39 dans NY. - L’équilibre des masses de construction: non seulement la promenade axiale commence et se termine dans les espaces de caractère monumental; les bâtiments sont placés sur une base de l’échelle de masses équilibrées et énorme subtilité et élégance. Deux volumes grands et haut sont au centre de la composition, la mise à la terre, bâtiments, disposés en quadrants liés radicalement, obéissent à des proportions et des masses similaires, ses programmes et son esthétique ont leur propre identité. - L’élément de contraste: des éléments solides, fermés, en contraste avec des morceaux de texture fine, ouverts et transparents; Cela produit tous les deux au niveau urbain, comme architectural; les façades orientées à l’Ouest, présentent une protection solaire avec confère solaire et treillis; le renversement à l’est est plus ouverts et transparents.

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- L’espace public: les espaces entre les bâtiments et les voies de circulation sont qualifiés, dimensionnés avec critère, avec la végétation et du mobilier urbain; les trottoirs sont carrés larges, les places généreuses, mais jamais au-dessus de dimensionné. Sur l’évolution graduelle du chemin, les auteurs précités ajoutent: «Une date intéressante est le fait que le grand monument à généralissime —conception de José Antonio Caro Álvarez et sculpteur espagnol Juan Cristobal— que serait construit beaucoup plus au nord du site et qui avait été engagé avant l’idée d’une paix juste, a marqué l’axe Nord-Sud, de la conception de la Foire. C’est clair que l’avenue principale qui la traverse est une ligne connectée au monument qui aurait prévalu dans la décision de conception». Sur ce monument, nous avons des nouvelles qui reçurent même le sculpteur, qui a commencé son exécution dans un atelier de Madrid, à produire un modèle en bronze encore en possession de leurs descendants. L’idée de la sculpture monumentale a été finalement reportée pour être exécutées après la Foire; et finalement, tous deux abandonnés avant la mort de Trujillo et le même sculpteur, décédé en 1961.

comme les armoiries et le drapeau. C’était une sémiotique de l’État par le biais de l’architecture qui s’est écoulé, même sa relation directe avec le dictateur de rester comme un ensemble urbain et architectural avec sa propre identité».

comme symbole, le Conseil d’administration, constitue la pierre angulaire de l’ensemble, orientée vers l’est, comme emblème sur la distance à la ville de Santo Domingo, toujours identifiés en 1955, comme Ville Trujillo.

Toute la construction a été faite en profitant de l’un des plus abondants dans les entrées du pays, après la mise en service de l’usine de ciment dominicain de 1947: béton armé. Un début de GG était l’utilisation d’un système de structures modulaires de poutrelle en acier Trusscon, offert par la société Mateco. Ce système, mesuré en longueurs de 6.00 —travaillé dans certains des bâtiments en carrés de 6.00 x 6.00 m— comme unité générique pour tous les bâtiments dans le complexe, a permis une surprenante rapidité d’exécution des planchers et mezzanines, aspect fondamental du respect de l’échéancier serré de œuvres à laquelle l’initiative a été présentée. Le système a fonctionné admirablement bien avec le passage des années.

- Le Congrès national Le Congrès national reproduit également le format d’un corps central et deux latéraux, là où l’une des deux salles publiques principales, des sénateurs (au sud) et des membres (au nord). La chambre principale est placée à l’est, le centre de la composition, la place derrière. Cet espace a été conçu, comme vous pouvez voir dans certains dessins préliminaires, tels que volume orthogonal de toit plat, avec un chapiteau à louer son premier étage. Les 3 salles des actes officiels ont une dignité qui est à couper le souffle, moderne mais grave; sa hauteur, sa répartition et lac charge symbolique sont toujours de grande actualité, malgré les réclamations des installations fonctionnelles et équipements contemporains qui ont été soumis.

Également promu l’utilisation intensive de l’inventaire national des marbres et pierres naturelles, principalement locales, généreuses et digne de travertin, qui ont recouvert les bâtiments centraux pour le Congrès National et le Conseil d’administration.

État et architecture: équilibre instable

Les Bâtiments publics

Dans ce splendide Mise en scène urbaine, mis au point un programme architectural de région, jamais vu dans le pays. Les bâtiments du complexe ont été projetés en deux groupes, selon leur destination finale: ceux qui restent, par intérim puis la Foire comme un édifice public —seulement initialement considérée comme équipement du Palais Municipal et du Palais des Congrès au sein de ce groupe—; et ceux, généralement destinés aux drapeaux des délégations internationales ou des rôles mineurs, ce qui pourraient disparaître ou se transformés radicalement. Enfin, plus de 70 structures ont été construits avec un caractère permanent.

Les plus éminents et les plus puissants de tout l’espace est, sans aucun doute, défini par la Boulevard central aux 10 manzanas qui définissent son voyage depuis Avenue de l’indépendance et le portail nord, encerclant la fontaine et se terminant dans le Hall des Nations et le front de mer au sud. Autour de cet espace, González a ordonné les 6 bâtiments publics d’une plus grande représentativité: les deux centrales (du Congrès, à l’Est le Conseil d’administration, aujourd’hui mairie du district national à l’Ouest), encastrées de 20 mètres sur l’alignement des quatre divisé en deux quadrants (NE, non, OS), occupées par secrétaires d’État après utilisation sous des pavillons de l’exposition durant la Foire. Ce système renforce le pouvoir du cercle central près équidistant de masses de ces 6 pièces vers le Centre de gravité de l’ensemble et crée un système d’interconnexion visuelle de tout point sur le parcours.

La première poussée a été donnée avec le début des travaux de voirie et infrastructures, à la fin de novembre 54. Avait déjà adopté le plan directeur de González, avec la distribution, que nous savons. Un mois plus tard ont commencé les travaux de 5 des principaux bâtiments, après son attribution par adjudication. Il y avait même un modèle, aujourd’hui disparu. Il reste seulement à assumer l’effort développé par l’équipe de conception dirigé par GG dans ces quelques mois. Serait peu, le projet, conçu dans un but de caractère fondamentalement politique, devait contenir, dans son expression agréable, une série de ressources artistiques, iconographiques et de la communication ainsi le permettraient. GG excelle ici en mettant en pratique ses compétences comme dessinateur et son expérience dans la gestion des détails plus complexes que la seule formation beaux-arts pouvait être transmise au moment du projet. Toute la grande complexe fut terminée en une lourde charge symbolique, ce qui a enrichi le contexte et pluralisait les signifiés. Les statuts, Grands monuments, portiques, fontaines, bâtiments majestueux qui abritaient les principaux ministaires les secrétaires et les autres agences de l’ordre public de l’administration d’État, produisant un effet plastique admirable, et organisé de grand équilibre. L’emblème officiel de la foire de la Paix, par exemple, a été écrit par José Vela Zanetti. «Avec beaucoup de tact cette conjonction a été travaillée par les organisateurs de la foire pour ne pas révéler un discours direct aux objectifs de la dictature et a fait appel à l’interprétation subtile que la langue neutre de l’architecture moderne peut offrir. Il est à noter le fait que, dans la Foire un monument à la figure de Trujillo est pas érigée selon la coutume locale —sauf une statue moyennes de Trujillo à l’entrée du bâtiment du Conseil de l’administration—, mais utilisé les symboles associés à votre apparence car ils étaient des stars nationales et Laurel ou des symboles patriotiques 308 | GUILLERMO GONZÁLEZ

- Palais du Conseil d’administration Le Palais du Conseil d’administration, est une interprétation actualisée de la thèse au projet de Yale; et l’expérience de l’EUR, et cette architecture moderne classique qui touche le goût du temps en Europe, a recentré la plasticité de la solution pratiquée ici. Ce bâtiment se distingue parmi les autres bâtiments remarquables dans le même temps, comme un cas unique de la monumentalité rationaliste de González. Fier de son travail, il nous donne un plan libre, une série d’espaces intérieurs très riches en mouvement, une proportion et des échelles de grandeur urbaine importante. Plusieurs détails sont dignes de mention: le parti soigneusement foré bloc solide reposant sur une plinthe digue en végétal libre, dont le rythme est dupliqué dans le balcon traditionnel qui donne salon principal acte de la place centrale de l’ensemble; les deux volumes symétriques faibles au nord et au sud, reliés entre eux par une galerie articulée au volume central, dans le premier niveau; l’équilibre entre les grandes surfaces solides couverts en travertin local avec fenestrages l’horizontales, moderne; le schéma de pilastres verticaux de la façade ouest, restes de ce dessin de l’organe central de la thèse de Yale; la disposition de la partie supérieure en un clin d’œil aux organes corbuséen esthétique. La répartition des fonctions dans les 5 niveaux d’exploitation, toujours, soutenu avec peu de variation après 60 ans d’utilisation continue et faible entretien. Ceci est l’un des bâtiments les plus remarquables dans le travail du GG, pour laquelle il se préparait depuis 25 ans, un des éléments clés de l’architecture moderne de la Caraïbe, à notre avis. Tant qu’Architecture comme ville, des bâtiments

Le schéma tripartite rappelant vaguement le célèbre Finsbury santé Centre de Berthold Lubetkin à Londres, 1938, mais dans notre cas, il s’agit d’un édifice d’une grande échelle et une représentativité majeur de construction. Les régions centrales du Congrès sont dédiées à la circulation entre les parties. Dans la façade, forte exposition à l’Ouest, la travée centrale est un organisme de quiebrasoles de terrain rectangulaire en béton armé, une modulation parfaite à trois niveaux, étroite et environnement de contrôle vers l’intérieur. Les salles sont tout à fait aveugles. De nouveau GG fait gala de sa plénitude et son équilibre, de sa maîtrise dans les proportions, pour monter ce diaphragme sur un balcon et d’une pièce horizontale solide tout au long de l’élévation, là ou prédominé par l’élégance des emblèmes nationaux en haut-relief. Le bâtiment a été crédité comme un architecte collaborateur. Leo Pou Ricart, un vétéran pionnier de la modernité au début, comme GG. Le travail a été réalisé par Virgilio Pérez Bernal. Une intervention d’envergure mais plutôt respectueuse a été réalisée pendant la période 2000-2004, sous le projet de l’architecte Federico Freites, pour fournir des bureaux et des espaces requis par cette fonction de l’État, qui a remarquablement cultivé depuis 1955. Les ministères et autres institutions de l’Etat Beaucoup d’institutions qui seraient finalement installées dans les bâtiments utilisés pour ces fins, ont subi un voyage quelque peu aléatoire à son emplacement définitif. La seule plan qui survit celui du directeur, plusieurs d’entre eux partagent le même bâtiment; au fil du temps, le caractère générique des installations a permis un changement continu de lieu, étant très fréquemment que le même bâtiment a abrité jusqu’à 4 ou 5 différentes institutions, depuis 1955 à ce jour. Les 4 bâtiments occupent les 4 quadrants autour de l’espace central de l’ensemble: - Quadrant sud-est: Ministère de l’intérieur, des policiers et des communications Ce lot a été attribué au bâtiment qui occuperait le ministère de l’intérieur, police et Communications, tel que défini au niveau du projet urbain. La construction a été projetée avec une structure de modulation rigide, soumise à la grille de 6 x 6 mètres comme décrit; vous distinguer deux aspects: sa façade exposée à l’Ouest, avec du béton quiebrasoles d’une grande élégance et un volume arrière libre, couvert d’une coupole abaissé complètement étrange présence, apparemment les restes de l’imagerie du modèle de l’éventuel projet original, jamais mis au point, déjà mentionné. Peu de temps après que cette structure a été attribuée au ministère de l’agriculture, qui s’est déroulée là pendant de nombreuses années, jusqu’à ce qu’un incendie en 1994, produit avec l’intention délibérée, jamais confirmé officiellement fait ruiné produisant l’éventuelle démolition des ruines. Ce lot, en 1996, a été heureusement consacré le nouveau bâtiment


qui l’État Central a participé par le biais de la OISOE à la Cour suprême et le procureur général de la République, immeuble enfin ouvert en 2005, conçu avec beaucoup de respect pour l’échelle et l’esprit de son environnement moderne emblématique.

Pendant la foire, le premier niveau du pavillon ont été affecté à une exposition de matériel militaire, une des fiertés du chef. Aussi on a montré des maquettes pour divers projets, y compris les installations de la marine et le Base Naval José Trujillo Valdez.

- Nord-est: bâtiment des travaux publics / agriculture / économie et la trésorerie Ce bâtiment, ainsi que leur correspondant situé dans le quadrant nord-ouest, a travaillé comme un simple bloc orthogonal, quatre niveaux, avec un volume articulé modulaire sud de deux niveaux, responsables de la transition d’échelle vers le jeu équitable. La façade ouest dispose d’un ingénieux système de quiebrasoles béton horizontal, assez fermé, qui est resté très bien dans le temps. Un mur élégant fait contrepoint à la façade fermée, à l’angle nord du second niveau. Un chapiteau à deux niveaux légèrement déplacés de l’orthogonalité domine la façade. Élévations Nord et Sud sont composées d’une grille de fenêtres régulières à intercolumniation totale, apaisés, proportion exquise. La façade orientale présente une projection verticale inquiétante sur extrémité nord et Sud, presque demandant d’envisager cette élévation comme un appartement indépendant, de cet appareil de la masse totale de l’immeuble.

Autres bâtiments

L’emplacement du Secrétariat des travaux publics à Ce siège était pratiquement éphémère, n’a pas une plus grande representation dans le même salon. Le ministère a reçu l’année suivante un nouveau bâtiment de surface beaucoup plus grand, conçu par l’architecte Leopoldo Espaillat Nanita comme sa thèse dans l’USD, situé sur l’avenue San Cristobal, dans les environs de la cité La Foi, et le stade de baseball au nord de la ville, ainsi que d’autres institutions qui se sont établies dans ces terres, où il se préparait un autre développement urbain à grande échelle, jamais complètement exécuté. - Quadrant nord-ouest : éducation / affaires étrangères / Université / santé publique / protection sociale De cinq niveaux avec un bloc de deux annexes au sud, ce bloc accuse la façade vitrée, démontrant ainsi son schéma structurel. Encore une fois González contraste le réticule avec un store vertical plat au sud de la façade, de plein et vide recours très fréquent dans tout le bâtiment de l’ensemble. Certains de la maison de Fascio de la Terragni comme dans Italie, se penche dans la composition. Il existe un escalier de plasticité identique qu’original de l’hôtel de Jaragua, également explorés dans le Centre de travail Social, à l’extrême ouest de ce bloc de deux étages. - Sud-Ouest : quartier général des forces armées l’une des rares institutions qui était auparavant destinée à un bâtiment singulier, était les forces armées, qui occupaient les motifs du quadrant sud-ouest complet. Dans le schéma original de 1954, cette institution avait occupé la place par la suite reçue au Congrès National, telle était l’importance qu’a été pour l’État à l’époque. Encore un autre bloc orthogonal, modulé, qui définit sa façade est avec ouvertures vitrage à la largeur totale et la hauteur, exprimer honnêtement la grille structurale. Une verrière horizontale réduit l’ampleur de l’accès de premier niveau, dont le côté nord et Sud, est doté de zones en végétal libre sur des barres rectangulaires, beaucoup à la manière du premier niveau du Conseil d’administration. Ce bâtiment n’a ni le système décoratif symbolique des autres, c’est une structure moderne, presque utilitaire, avec des échos lointains de Terragni. Deux peintures murales en hautrelief définies des modules sur les façades du second niveau à l’est. Au centre de la composition, un court vol suggère un balcon en trois modules, agissant conjointement avec la levée subtile du filon-couche en 5 modules du cinquième niveau. Les fermetures du bâtiment a été remplacées après avoir subi d’importants dégâts après le passage des ouragans si répandues dans le pays.

- Temple de San Rafael En dehors de la route de l’Avenue centrale, en face la de mer, se trouvait le pavillon du Saint-Siège, dédié à San Rafael, l’église uniquement présent à la Foire. Son premier fut Humberto Ruiz Castillo, bien qu’il semble avoir de relation finalement exécuté par les GG . Ce bâtiment possède un charme unique. Composé d’une simple structure orthogonale, encadrée avec beaucoup d’emphase sur la façade simple, sans aucune concession aux formes traditionnelles. Une structure exemptée de côte d’entrée, de petite grosseur, là se trouve la cloche et la Croix. La façade possède deux images de Saints, des deux côtés et une unité d’emblème circulaire attachée à une grille d’éclairage venant du Sud. En interne, c’est un espace unique d’une seule nef, dont les vitraux, l’évolutivité et éclairage —fournie par des couches minces de quiebrasoles côté diagonale— constituent sa principale richesse environnementale. Un petit orphéon élevé diminue la hauteur de l’entrée sud. Le mur de l’abside, le Christ Pantocrator en mosaïque, a été choisi par González, comme a mentionné Sancocho Marranzini très similaire à ceux de l’église de San Roberto Belarminio, à Piazza Ungheria, Parioli, Rome, afin de réduire les temps d’exécution. Un autre détail décoratif, relie quelques dessins de Eugenio Pérez Montás avec le finalement choisi par González pour la conception de vitraux. - Le bâtiment du Conseil d’état de Sucre Le Conseil État de sucre (CEA) a utilisé pour accueillir l’un des bâtiments originaux, situé à l’extrémité ouest du complexe équitable, dans le lot défini par l’exèdre semi-circulaire qui culmine l’axe transversal de l’intrigue. La façade vitrée a été travaillée avec vertical quiebrasoles, semblable à l’édifice de la compagnie dominicaine d’électricité (CDE), contrairement au reste de l’ensemble, toutes les horizontalités. Un corps de services et dépôts complètent la figure tracée par l’exèdre et définit une Cour de soutien opportun au fonctionnement de l’institution. - Électricité société Le bâtiment de la Corporation d’électricité, assigné à Virgilio Bernal Pérez, a été exécuté peu après avoir inauguré la foire, avec des dispositifs en plastique semblables à ceux utilisés dans les bâtiments d’origine. Nous ne savons pas pour certains, si le projet a été écrit par GG. Le site était auparavant occupé par le bâtiment de l’administration qui servait de livres du pavillon, petit et élégant édifice qui subsiste encore, assimilé fonctionnellement à la compagnie appelée aujourd’hui Empresa Distribuidora de Energía Sur (EDESUR). - La Cour suprême de Justice Cette structure de grande dimension, occupe le plein bloque sud derrière les dos du Congrès. Elle a été conçue par l’ingénieur Alejandro Martinez en 1958. Le design a été confié à l’Arch. Francisco «Cuqui» Batista, dans ce tempslà l’un des plus habiles illustrateurs et designers dans la scène de la capitale. Cuqui était très adroit en attachant son morçeau à la genie principalement, de telle sorte qu’il est perçu presque comme une partie du catalogue des œuvres dans la phase initiale. Il a été structuré selon un système de murs encadrés dans ses quatre façades, à distance régulière, limités à quatre blocs d’angle aveugle. L’esprit de Piacentini et son EUR apparaît de nouveau dans cette structure sévère et marmoréenne. - Musée national Bloc Articulé de deux niveaux, situé à l’est du Congrès

National, conçu pour satisfaire la croissante et pertinente collection archéologique et historique dominicaine. Elle est répartie symétriquement autour de l’axe de l’entrée du Sud. Deux hauts reliefs situés sur le revenu des organes latéraux, a annoncé son thème iconographique issu des autochtones, le contenu de l’immeuble, dont l’auteur ne doit pas être GG et n’a pas encore été identifié. - Les pavillons Plusieurs des pavillons construits pour la Foire avaient un design distinctif. Nani Reyes et Billie Reid realisent l’Esso Standard Oil, le INAZUCAR et ALCOA. Certains supposent des formes exotiques, comme un rhum national de caractéristiques assyrien; d’autres sont des navires simples utilitaires, sans aucune décoration. Le drapeau des États-Unis d’Amérique semble avoir été fait dans ce pays. Le pavillon de l’Espagne a été fait par Mariano Garriguez et Javier Barroso, l’architecte de la conception de ce dernier a également souligné dans le pays au cours de ces années comme étant l’auteur de la reconstruction de l’Alcázar de Colón et le cinéma Olimpia et le Lido, parmi d’autres œuvres. Celui de l’Espagne fut vraiment un projet de grande envergure, tant spatiale et tectonique comme dans ses dimensions. L’articulation sur le terrain a été admirable, et son caractère ambigu entre l’esprit traditionnel et moderne, vous offre beaucoup au gout du temps avec la postmodernité il y a quelques années. Là on a travaillé pendant des décennies, avec une relative et bonne adaptation à l’édifice, le siège du Collège Loyola original de Santo Domingo. Le drapeau du Venezuela a été l’un des plus admirés, original et audacieux de l’ensemble, conçu par le vénézuélien Alejandro Pietri; Il était situé sur la rive sud du lot arrière au Conseil d’administration du district. Une pièce incurvée ondule autour d’un cône de quiebrasoles horizontales en béton armé, préfabriqué, coordination des bureaux, des espaces d’exposition et des services avec beaucoup d’aisance et habileté compositionnelle. Contrepoint intéressant pour le reste de l’architecture austère de la Foire. Aujourd’hui, que c’est le siège de la société dominicaine des architectes, après avoir accueilli les bureaux du phare de Colomb. La pièce exige une attention urgente. - De l’eau et de lumière et l’île de Coney Plutôt marginal, ces deux projets consacrés à compléter l’exposition, se déroulent tout en s’amusant dans les locaux de l’ensemble sud-ouest. L’eau et l’électricité a été sans aucun doute l’un des spectacles jamais admirés plus colorés du pays, théâtre d’événements de l’élégance suprême pendant et après la Foire. Votre projet a résolu une ellipse ouverte de sud-ouest, défendu des vents prédominants, projetés par un blocage des bars, des installations et des services vers le nord-est. Le fond de la scène est occupé par un ensemble de sources d’attraction spectaculaire, jouer régulier, grâce à sa taille, puissance et coloré, avec les événements là. Plus d’informations sur le processus de l’évolution du projet et de la présence de l’un des personnages impliqués —le catalan Carles Büigas, spécialiste en sources, dont la participation semble avoir été un très controversé— on offre cette citation de la recherche de Delmonte et Martinez: «Lorsque vous avez terminé le 1954, les bâtiments principaux ont été assignés aux différents ingénieurs, y compris le Conseil d’administration et avaient annoncé l’embauche de Carles Büigas pour la conception et la mise en œuvre de la dite source lumineuse, qui avait conçu les célèbres fontaines magiques de Montjuic à Barcelone. L’inclusion de Buïgas du projet a été traitée par le Comité technique en limitant sa responsabilité envers la source lumineuse et l’éclairage spécial pour tout au long de l’Avenue centrale, à moins qu’il respecte les décisions déjà prises par l’équipe. Toutefois, Buïgas, depuis son arrivée dans le pays le 11 mars 1955 a été fait des présentations au Conseil et au public en général pour encourager les quatre propositions de la sienne, qui n’ont pas jugées par le Conseil Pro célébration jusqu’à ce qu’enfin, GUILLERMO GONZÁLEZ | 309


après un mois de consultation et de négociations, à la mi-avril de la même année, avecTrujillo dans la même audience si a réussi à modifier la proposition initiale de Guillermo González pour les prétendes récréations, casino, restaurants, cafés, lac d’eau salée et les jardins. Enfin, a annoncé la construction du projet qui a pris fin dans ce que l’on appelle théâtre, eau et lumière, quartier général de la montre d’une fois plus colorée a inauguré la Foire». Le Coney Island a été en fait une espace d’enjouement, qui est resté pendant quelques années une série d’installations mineurs pour jeux et amusant des espaces pour enfants. Rappelé avec nostalgie, ne signifie pas beaucoup en termes de proposition de conception. - L’équipement hôteliere L’événement requis une logistique de l’effort extraordinaire, parallèlement aux travaux de construction. L’exécution de deux hôtels situés à proximité de la foire, avait entrepris, comme l’a vu, l’hôtel de la paix et Hôpital Angelita, convertit en lieu de logement pour la durée de l’événement. Ce dernier a été construit par l’ingénieur Ramón Trueba, associé à Caro dans le travail. Autres hôtels étaient l’Ambassadeur, a débuté en mi-1955 et conçu par l’américain Roy France. La construction, mobilier décoré coordonnait par Marrit Champman & Scott Corporation. Aussi Design par GG a été également l’expansion de deux niveaux de l’hôtel de Jaragua; on a également déterminé à faire participer l’hôtel commercial à la calle El Conde. Art et l’esthétique du pouvoir Il est important de souligner la préparation de tout le matériel artistique de la foire et la participation des artistes de première catégorie à l’inauguration et Pendant tout le temps dans lequel il a été développé. Ce point a eu des conséquences importantes dans l’art et la culture dominicaine, notamment, la promotion par le biais de radio, télévision et autres médias. Seulement le déploiement des délégations de toutes les régions du pays mérite une analyse distincte. La Foire de la Paix devait prendre fin le 27 février 1956. Toutefois, elle a été prolongée jusqu’en juin à la «demande». Un aspect intéressant de l’histoire de ce prospère projet, était la présence de Juscelino Kubitschek (1902-1976), avec assaisonnement du gouverneur Minas Gerais et un an plus tard président du Brésil, qui a exprimé beaucoup d’admiration pour le projet par González et son équipe. Qui sait aujourd’hui l’impact que pourrait avoir sur l’imagination et la détermination de Kubitschek, l’homme sensible à la bonne architecture, —comme démontré dans ses projets commandés à Oscar Niemeyer a Pampulha et confirmerait dans l’initiative monumental qu’il a assumé et concrétisé dans la nouvelle capitale de son pays, Brasilia— la vision de la Foire de la Paix, quelques mois avant assumer le leadership de l’Etat brésilien. Un thème marginal de Guillermo González, mais important d’assumer en raison de circonstances qui a permis sa pratique en République Dominicaine pendant l’ère Trujillo, demeure dans la relation entre la forme architecturale et l’expression du pouvoir politique de l’État. La relation entre le pouvoir et forme architectonique a été un élément essentiel, entouré par la grande spéculation, qui devrait être remis en question ici. Un tel défaut, a-t-il été expressément établi par la haute hiérarchie officielle, par le dictateur, ou a été le résultat de l’interprétation de chaque designer? La réponse est apparemment aussi large que spéculative, même si nous avons détecté un certain nombre d’éléments qui objectivement confirment notre hypothèse. Tous les architectes n’ont pas un style commun, même si leurs carrières sont stables. La sémantique du langage stylistique architectural dépend certainement de la nature de l’ouvrage 310 | GUILLERMO GONZÁLEZ

en question, aussi bien quant à répétées «esprit du temps», en raison de cette affaire, au début du mouvement moderne ou, éventuellement, la version locale du style international. Ainsi, nous voyons comment les différentes typologies élaborées en particulier leurs propres langues: écoles, les hôpitaux, les secrétaires et les autres «Palais» —noms communs utilisés pour élargir le sens de l’œuvre architecturale— ont des caractéristiques variables ou constants, d’accord à l’auteur, à la typologie et la période culturelle qui a eu lieu. Maintenant, nous pouvons affirmer l’existence d’une intention consciente qui a cherché, par l’utilisation des éléments architectes particuliers, l’exaltation et le spectacle en disant d’un pouvoir politique vigoureux et stable, étant l’exemple le plus flagrant de conceptions pour les palais du parti dominicain, qui nous donnent la marque classique de l’architecture de Trujillo propagation par toute la République Dominicaine au modèle défini, souple et précise en même temps. Ces travaux, en raison du talent et l’ingéniosité d’un jeune musicien d’arriver à Paris dans les premières années du gouvernement de Trujillo (1934), Henri Gazón Bona, spectacle admiration pour l’architecture mis en place en Europe dans ces années-là, dans laquelle les grandes puissances politiques dictatoriaux a commencé à régler et pour jeter les bases pour la guerre de 1939-1945. Gazon à la Ville Trujillo, bénéficiant déjà d’une architecte pratique décerné par l’Université de Santo Domingo et pris en charge par le patronage de la dictature de Trujillo, a écrit, dans un rare ouvrage intitulé architecture de l’ère Trujillo, de 1949, les principales caractéristiques de son style et la prise en charge des motifs impérieux pour elle, le choix de sa citation de langage stylistique: «Il est logique que si une nation dépourvue d’un passé architectural et une certaine directives architecturales peut copier des styles exotiques ou totalement introduire idées modernistes». «Et donc, sans recourir à l’exotisme déplaçant de notre environnement, ou coup d’œil en Afrique Français pour des raisons d’inspiration similitude climatique, il a été décidé au plus approprié: pour le néoclassique propre, une inspiration simple, offrant ce double avantage: (a) la persistance des lignes au-dessus des caprices et des caprices de la mode et l’utilisation des courants; (b) la souplesse de la néoclassique philosophiquement exprimer les racines de notre culture qui, comme notre race, provient de l’imposition d’un, le nonattachement et l’extinction d’une autre». Aussi parle le caractère volatil du mouvement moderne et les symboles marqués exprimés dans les palais du parti dominicain: «Peut-être que certains lecteur jugera que le fantasme de l’architecte a péché bref redessiné sous un même modèle, tous les bâtiments du parti dominicain... Bien que les types varient, l’atmosphère reste le même. Parce que cher lecteur, l’un est le drapeau du parti dominicain, son mentor et une idéologie unique... La taille d’un drapeau affecte t-elle ou diminue la valeur symbolique de ce que cela signifie?». Nous ne possédons pas beaucoup de documents similaires à ce qui peut nous soutenir l’hypothèse de la relation de formesymbole de la puissance politique, mais il est plus que suffisant pour l’observation critique de nombreuses œuvres produites non seulement par le Gazon, mais par d’autres auteurs, voire comme tyrannie très avancée et très éloignée des influences néo-classiques, Art déco et académisme semblable, qui nous réaffirme les critères qui, s’il existait une intention philosophique- idéologique présente dans la conception de certaines œuvres, peut-être le plus représentatif du régime, dans le langage stylistique de l’architecture réalisée pendant le temps de notre étude. Juste au cas où il y avait un projet de GG dans lequel l’iconographie du pouvoir est rendu manifeste, il a été justement dans le salon de la paix et la fraternité du monde libre. Dans le cas contraire, il ne pourrait pas être. Un fait singulier c’est que cet espace civique, qui était l’exemple le plus frappant montre la puissance du régime et l’un des projets urbains le plus encourageux de toute l’Amérique Latine, est devenu, une fois renversé le système en mai 1961, représentant des

valeurs de la résistance devant la dictature; la Foire de la Paix y la Confraternité du Mondre Libre, «La Feria» été rebaptisée Centro de los Héroes de Constanza, Maimón y Estero Hondo, scénario le plus courageux lutte pour la libération du peuple dominicain pour mettre fin à 31 ans de honte et de dominicación de Trujillo et son comportement cruel. Des années plus tard, en 2002, le résultat d’un appel d’offres public, le projet choisi pour la présentation de Centro de los Heroes soulève la consolidation de la place de la République précisément cette propriété de telle grande importance. Les années de la maturité totale Durant les années 1950 le sillage de GG a renforcé comme l’un des architectes du plus grand prestige en République Dominicaine, et sans doute, celle de la plupart à l’échelle internationale. Son travail englobe les thèmes d’architectures publics, institutionnelles, récréatives, domestiques, touristiques, entre autres. Il a travaillé directement pour le Président Trujillo, pour plusieurs de ses hauts responsables et pour beaucoup de familles d’une plus grande aisance dans la société dominicaine. Son mariage avec doña Mercedes lui donna deux enfants, sains et leurs proches et leurs relations de travail avec son frère et son partenaire Alfredo, et de plus en plus avec ses nombreux collègues et anciens élèves, sont respectueux, utiles et stimulants. Avant toute chose, Guillermo a réussi à définir une pratique éminemment fondée sur la qualité et l’indépendance de ses services professionnels. La relation avec les sphères du pouvoir ne lui a pas transformé en une marionnette au service du système; sa rigueur comme un concepteur est sa marchandise unique du changement, et ainsi il le restera jusqu’à la fin de sa vie, même dans les années difficiles et ambiguës de sa dictature. En 1952, González a pris une pause de la scène politique locale complexe et la distance des salles de classe et le bureau, pour la première fois depuis son absence en 1939, ce voyage déjà distant à la Foire de New York. Rivalités entre les principaux chefs d’entreprise étaient de plus en plus aiguës, surtout chez certains des gardes de González, qui, au début de 1950, étaient partis sur sa proximité avec le dictateur. Doña Mercedes et ses enfants, Blanca et Georgie, sont à Malaga avec la famille maternelle ce qui semble avoir été un long séjour exceptionnellement . C’était déjà 16 ans de l’arrivée de la Malaga à la ville de Trujillo. Guillermo, toujours créatif, décide de leur rendre visite et faire un geste d’affirmation de son statut et sa galanterie :li voyage en Espagne, accompagné de son automobile Studebaker, la même voiture avec laquelle pose devant l’hôtel de Jaragua, conçu par son ami connu pour sa période NY qui il lui rendra visite à ville Trujillo pour célébrer son triomphe dans le projet de la Jaragua: Lowey Raymond (1893-1986), considéré comme le père du design industriel moderne. Guillermo se promène à travers les avenues de Málaga dans ce qui aurait dû être examiné dans le sage et Franco en Espagne un excès tropical, indélébile aux yeux des amis de la famille Fernandez Canivell. Ses fils me rappellent avec joie le voyage inoubliable à Madrid dans le même véhicule. Nous n’avons pas de données exactes sur la durée de cette visite par González, mais il aurait dû rester au moins quelques mois, assez ainsi qu’à son retour à la salle de classe à Málaga de la USD, nouveaux étudiants a averti son absence prolongée et retour jubilant et le prestige de son professeur. Académie: La génération divine Une photo de Guillermo González avec un groupe de ses élèves, documente cette nouvelle étape de sa carrière d’enseignant, repris en 1953, quand il revint de l’Espagne. Ce groupe présent sur l’image est vraiment exceptionnel, si réfléchi à l’impact d’un grand nombre d’entre eux dans le développement de l’architecture dominicaine dans les décennies suivantes.


L’image a été prise dans les jardins devant de l’atelier de dessin de la faculté de génie et d’architecture, qui a ensuite fonctionné encore, avant l’inauguration de son nouveau bâtiment, conçu par Caro en 1955, dans les environs de l’école de médecine dentaire. La photo identifie les étudiants suivants: Victor Bisonó, Pierre Haché, Rafael Tomás Hernández, Dulce Macarrulla, Mémé Cáceres, entre autres. Au centre, Guillermo, veste et cravate, semble plus vieux que les 53 ans qu’il avait. L’image a été enregistrée avec zèle par Mémé Caceres, qui se souvient avec des années de beaucoup de tendresse d’apprentissage intense directement guidés par Guillermo. Dit don Memé que ce groupe a été sélectionné parmi ses élèves, de collaborer sur des projets qui commenceraient l’année qui suit le GG, comme chef de l’urbanisme et l’architecture dans le répertoire technique de la Foire de la Paix. Au cours de ces derniers mois de l’année 1954 et tous les 55, GG est absent des salles de classe, laissant un vide immense parmi ses étudiants qui attendaient ses instructions. González retournerait à l’enseignement à l’USD une fois terminé le travail ardu de la Foire. Son voyage comme professeur de conception comprend plusieurs promotions d’ingénieurs et d’architectes. Des noms illustres liés à leur travail: Orlando Haza, Luis Rafael Pellerano, Johnny Pujadas y Ernesto Armenteros, Rafael Bisonó et innombrables personnes qui vont dominer la scène nationale en des décennies suivantes. À la suite de sa fondation en 1966 et jusqu’à sa mort en 1970, a servi comme enseignant dans les classes de l’école d’architecture et d’urbanisme de l’Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU). Leur marque exemplaire a été déterminant tant éthique qu’académique à la formation de cette nouvelle génération de professionnels; tous ceux qui ont eu la chance d’avoir une expérience de l’enseignement se rapportent à GG comme une personne douce, de quelques mots, très agréable et mettre la main pour travailler. Son système éducatif valait plus que ses propres explications d’idées représentés à la main sur le projet de chaque élève, plus que dans l’abstrait ou académique. On ne se rappelle don Guillermo donner verbalement une chaise unique, un seul discours. Il transmet son savoir au moyen du même dessin et commentaire avec casuel et généralement comique, esprit très latino, faites au cours de ses contacts avec l’étudiant, assis sur son tabouret, en utilisant leurs ustensiles. Dans l’un des très rares textes laissés par le grand architecte dominicain Teófilo Carbonell, auteur d’innombrables œuvres d’une grande importance, notamment la refonte et les travaux du Faro a Côlon, le théâtre national et la mairie de Santiago, lu au cours de la IV Biennale d’Architecture de Santo Domingo, des points sur le GG, qui a rencontré tôt dans la salle de classe et valorise son héritage: «... En l’an 1946, quand il est venu à la séparation des cours d’architectes et d’ingénieurs s’est rentré dans le pays par hasard et pour notre chance, Arc. don Guillermo González, chargé avec honneurs obtenus comme étudiant professionnel brillant réussi. «Il est ensuite devenu professeur à l’Université de la ville coloniale et a repris notre éducation dans les nécessités de l’architecture, dans un cours qui avait à peine six étudiants, rappelez-vous: William Reid Cabral, Chichi Romano Pou, José Manuel Valdez (Nani), Guillermo Alfau et qui parle d’eux». «Lorsque nous avons procédé à la réalisation du troisième projet de l’année 1946, une borne de péage en haut d’un pont, il y avait une manifestation spéciale secret parmi les enseignants plus âgés, qui étaient réticents à accepter le changement violent présenté par don Guillermo dans l’enseignement de cette nouvelle spécialité. Ainsi émerge un critère de combat, plutôt que de prendre en charge, le nouveau système. González, fatigué d’avoir résisté à la pression, a signalé la situation au cours et nous a informés qu’il avait décidé de quitter l’Université, et qu’il continuerait uniquement en tant qu’enseignant de notre promotion, laissant les cours inférieures, jusqu’à notre graduation en architecture, date à laquelle il a quitté son poste en tant que

professeur d’université. Alors qu’il la fait, nous accompagne jusqu’à la fin, pour le bien-être de notre pays». «Très bon et efficace, ce qui est différent qui pourrait survenir de ces années, est le mérite de don Guillermo, cet homme extraordinaire qui naquit, vécut et mourut en tant qu’architecte. Ses œuvres sont le grand héritage de sa famille, le pays et en particulier ceux qui étaient ses élèves et vénèrent sa mémoire». «Son travail sommet, a toujours rappelé de l’hôtel Jaragua, indolemment disparu, il eut le grand mérite d’avoir investi des solutions architecturales complet d’hôtels dans les tropiques. Ce fait sans précédent et peut-être peu connue, a marqué l’occasion unique, dans lequel l’architecture dominicain a été matière d’exportation». «À mon avis, la plus grande préoccupation de l’architecte González, bien qu’il n’a jamais dit avec précision, il nous a appris à comprendre ce que devrait être le notre père de la profession d’architecte: éliminer le désir d’invention créative qui accompagne toujours les jeunes architectes. Je l’ai entendu dire un brillant élève d’une supérieure à notre cours: “si vous voulez devenir un innovateur, je vous recommande de se déshabillez et de marcher dans la rue El Conde, à partir de l’horloge publique à la Barricade, les bras et la tête en bas et pieds vers le haut; Il serait de nouveau et dont vous vous souviendrez pendant longtemps”». Francisco «Cuqui» Batista, Santiago, maître architecte de plusieurs générations et auteur d’un grand nombre des plus beaux bâtiments de sa ville. Quand Cuqui a travaillé avec Pepe Bonilla, en 1954, ils ont effectué une série de plans préliminaires pour les bâtiments de La Foire, avant l’embauche de Guillermo comme architecte en chef du projet. Cuqui rappelle sa conception de ce qui serait finalement la loterie nationale, située dans le lot de nord-est plus proche de l’Avenue de l’indépendance. Comme nous le savons, bientôt Guillermo était responsable de tous les bâtiments de l’ensemble, ce projet Cuqui ne passe pas au stade des cadres plans exécutifs. Cependant Guillermo González eu accès à ces croquis, et a eu une très bonne impression de lui écrite par Cuqui en particulier. Batista dit que les jours plus tard a coïncidé avec don Guillermo dans la maison de l’ingénieur, en achetant papier et ustensiles du dessin dans cette célèbre commerce situé dans la rue Arzobispo Nouel et décide de s’approcher et se présenter. Batista lui dit: «je suis Cuqui Batista l’architecte qui a fait le dessin de la loterie pour don Pepe Bonilla». Et avec surprise a entendu le commentaire de Guillermo: «Hey, bon niveau, je tiens à te féliciter, on dirait de mes choses!». Cuqui le remercie avec fierté rappelle l’adieu de González: «là où je suis, tu peux y être!». Tels que: «on ne me paie pas pour ça», il a exprimé lorsqu’on lui demande de décorer une façade, ou «si tu veux être le sel original à marcher nue dans la rue El Conde», est souvent dans les mémoires avec sympathie. González l’Axe culturel: associations Au cours de sa carrière professionnelle, GG a eu l’occasion d’établir des relations avec plusieurs de ses collègues qui sont venus à développer des liens d’amitié véritable. Comme nous le savons, le premier et le plus ancien partenaire fut son frère Alfredo, avec qui il a développé ses premiers et plus remarquables œuvres, en gardant la signature de González jusqu’à la fin de la dictature en 1961, pratiquement. Avec José Antonio Caro il avait une relation essentiellement professionnelle établie à la suite des travaux du centenaire. Ces deux personnalités fortes, principes professionnels solides et complémentaires, doivent avoir été un duo puissant. Moncito Báez et Bebecito Martinez les accompagnent en tant qu’ingénieurs dans ses initiatives. Il n’y a aucun nouvelles des autres œuvres réalisées conjointement, ainsi jusqu’aux interventions Caro, dans l’hôtel la paix et Hôpital Angelita, pour

la Foire. Nous supposons qu’une sorte de rivalité pourrait être créée avant le remplacement du plan initial de Caro pour cet événement, par ce González, bien qu’il n’y ait aucune nouvelle d’affrontements ou de jalousie entre les deux. Moncito lui a en chargé et construit à González son première œuvre public, celui du Parc Ramfis en 1936. Ici repose également une relation personnelle de grande admiration mutuelle. Un autre projet impliquant González grâce à Moncito, sur les marches en qualité de Conseil d’administration de la ville, c’était celle de l’escalier El Conde, également interprété par Báez. Virgilio Pérez Bernal apparaît dans la scène depuis 1944, quand il revint de ses études à l’EUA. Et immédiatement pris une place prépondérante en tant qu’entrepreneur des œuvres d’une grande importance. Quelque chose d’étrange est sa volonté d’être admis comme l’auteur de ses projets, plutôt que les designers impliqués; ce fait se compose par exemple, dans les plans pour le Country Club, faits par GG; ou à l’hôpital Dr Martos et le Congrès National, conçu par Marcial et Leo Pou; sa participation a été pertinente dans plusieurs œuvres majeures de l’Etat de 1944 à 1961, résultant dans le concepteur de Guillermo fréquemment. L’Ing. Leonte Bernard Brea devait être un des constants les plus stables dans la pratique de la González, ami personnel de Guillermo jusqu’à sa mort. Le Professeur Bernard, que l’on se souvient, était un professionnel, très habile, ingénieux, créatif, mais par-dessus tout, un tempérament exceptionnel. Ses histoires sont infinies. GG a parlé avec vénération et amour excitant, comme s’il parlera d’un père plutôt qu’à un collègue. Leonte était Designer structurel, entrepreneur, consultant et conseiller de plusieurs projets. Comme nous avons vu, sa présence à la Foire a été déterminante dans la pleine conformité au cours de l’exécution des projets et la gestion administrative de la même. En outre, il a été l’ingénieur principal de tous les bâtiments de l’ensemble. Avec Manolito Baquero et Gai Vega, la relation était vraiment spéciale. Baquero, diplômé de l’Université de Chicago; et Vega, de l’Université de Madrid, avaient tous deux prodigieux talents et ils ont interprété des œuvres ensemble, par-dessus des caractères domestiques, dans un langage biologique le plus proche Auñon et Ortiz pour le rationalisme de González. En quelque sorte, établir un lien professionnel et créer une entreprise dédiée à l’architecture d’intérieur de grande réussite, souvent exploitée par González. Ici est une relation personnelle qui arrive même pour partager l’espace d’atelier, située dans le sous-sol de la maison d’Alfredo González, où Gai Vega avait son atelier jusqu’à sa mort en 2008. Les anecdotes de l’après-midi et le soir de la Bohême sont abondantes et du plaisant souvenir. Le lien avec Billie Reid est né dans les classes de la USD, qui a été transféré au projet et aux travaux de la résidence voisine de 1947. Billie et Nani Reyes —aussi les compagnons de classe— créent une société d’énormes imprégnée la ville, qui dure de 1950 à 1955, interprétant des œuvres nombreuses et un changement dans la vision du dessin ou modèle, cette fois plus basé sur les questions d’adaptation au climat et de l’expression plastique des matériaux très inspirés par les travaux de Neutra et la formation de Reyes dans l’expérience formative de Texas, local de publicité. Reid sera, au cours des années, partenaire de González dans la post-dictature de fin de tournée de sa carrière et jouera un rôle clé dans la vie personnelle du maître dans ses dernières années. Le monde personnel et familial: la maison du cimetière On sait déjà que pour des raisons de santé, doña Mercedes décide de déplacer, d’abord avec sa fille Blanca, à son origine Malaga, avant ou pendant l’année 1960. Doña Mercedes semble n’avoir pas eu une adaptation confortable pour le climat et les coutumes locales. Tempérament réservé mais passionné et romantique de Guillermo ne doit pas avoir été soit GUILLERMO GONZÁLEZ | 311


facile à utiliser dans l’élément de relation. Les commentaires des amis sur les conseils de Guillermo d’apprécier les coups de la journée, la tension produite dans le couple, fait rappeler par plusieurs de ses tiers à ces buts. Pucha a été un personnage mythologique dans la vie de don Guillermo. Elle est devenue la femme qui lui donnerait un soutien au cours de ses dernières années; nous n’avons pas de certitude, comme c’est souvent dans ces cas, il fut en effet cette personne ou sur le moment où commence cette relation très personnelle, mais plusieurs de ses collègues et collaborateurs ont été témoins de la même, comme ce fut le transfert fréquent à la simple maisonnette mais charmante de Pucha, située à la périphérie du cimetière national de l’avenue Máximo Gómez pour célébrer les festivités, assembler «cuisson» improvisé, ou tout simplement pour partager avec Guillermo dans l’environnement qui a déjà été confortable et familier. L’emplacement exact de la maison n’est pas précis aujourd’hui. Nous avons, cependant, détecté il y a peu de temps, une maison bleue, en béton, de charme extraordinaire et simplicité, située dans une zone à proximité qui est dans les mémoires comme l’environnement d’origine. Cet humble cottage a été réalisé dans l’année 1950 et était occupé par les gardiens de la propriété où ils subsistent. Contradictoire, un plan de Henri Gazón, pour certaines maisons grande ressemblance de modèle dans un quartier résidentiel de Santiago Rodriguez, peuvent donner une référence du moment où ces maisons doivent avoir été conçues. Cette miniature de la simplicité exquise reflète un étonnamment bon goût. La maison exprime l’esprit de maisons vernaculaires dominicaines fabriquées avec des matériaux légers, naturels, encore en construction en béton. Ce caractère est présent là. Nous n’avons qu’une preuve documentaire, mais nous sommes très heureux de penser que ce bel endroit peut avoir été fréquenté par notre caractère. N’oubliez pas de Rafael Tomas Hernández à la fin du texte qui apparaît dans ce volume, ces lignes émotionnelles: «La dernière fois que je voyais le professeur il m’a voulu dessiner un étage d’une maison qui n’a pas été fait et qui m’a demandé de venir à son deuxième maison qu’il partageait avec Pucha. Il était cordial, heureux et il m’a appris avec fierté un portrait fait aux crayons de son ami». D’essais originaires de NACO: Amable Frómeta, Marcial Pou, Juan Bernal Une fois terminé le travail harassant de la Foire, il y a un vide où GG et les autres professionnels tentent de résumer leurs pratiques dans le milieu de la suite politique du moment. Le régime avait déployé tous ses moyens sur ce succès de l’image internationale des résultats ambigus. En interne, l’usure de la dictature a été de plus en plus tous les jours, des actes de répression de plus en plus audacieux et le rejet de la population de plus en plus évidente. González se tourne vers des entreprises privées. Il réunit une équipe d’auteurs qui, en vertu de la vision et les relations de M. Pancho Saviñón, famille du tyran et l’ingénieur Juan Bernal, promouvoir le développement de l’immobilier du terrain occupé par l’aéroport international Général Andrews, l’élargissement de Miraflores. Cette vaste propriété, et en 1957, adoptée par les nouvelles extensions de la capitale (La Fé, Villa Juana, Piantini, Morales et autres), a permis une exploitation potentielle spéculative, ayant prévu le transfert des installations aéroportuaires vers Punta Caucedo, 28 kilomètres à l’est de la ville. Le projet a été baptisé avec le nom de Nacional de Construcción, convertit en NACO, un surnom qui a assumé dès généralement tout le secteur du développement et les régions avoisinantes, qui était la principale zone d’investissement dans la capitale pendant plus de 3 décennies, jusqu’à sa reconnaissance éventuelle municipaux originaires du Central Polygone ville actuelle de Santo Domingo. 312 | GUILLERMO GONZÁLEZ

L’équipe initiale recruté en 1957, inclus, selon les chiffres par don Marcial Martínez, les architectes Guillermo González, Marcial Pou et Amable Frometa et un groupe d’entrepreneurs —comme Martinez qui exécutent un nombre d’unités remarquable— et ingénieurs civiles, Juan Bernal à la tête. Les premières initiatives ont été un groupe de maisons individuelles à proximité du séminaire Saint-Thomas d’Aquin; plus au sud de l’Avenue San Martin, entre ceci et le courant Kennedy; et un autre groupe à Miraflores, à proximité de l’édifice de la Listin Diario. Ces ensembles, bien que modifié, encore peuvent être détectés dans la ville actuelle. L’une des principales contributions de NACO a été le seul type de logement mis en place, qui a été évalué à un essai, en qui garantit sa structure planimétrique avec les types d’habitations traditionnelles dominicaine. La simplicité et la flexibilité du régime adopté comme invariantes dans les stades de développement a été déterminante dans une modification de l’architecture dominicaine logement depuis les années 1960. L’épicentre du secteur a été créé par deux bâtiments commerciaux en duplex de deux étages chacune —subsistants et encore moderne pièces réussies de plaza naco ou, le premier de l’Ouest et l’est ensuite, où Frometa avait fait avec son éblouissante Plaza cinéma— situé sur l’axe nord sud de l’avenue Tiradentes. Équipement de tout un système a été mis en place, réparti sur le territoire de l’arrondissement, dans la mesure où cela élargirait et étant économiquement rentable: auto cinéma, policlinique, club social, église, école, poste de police, hôtel et tour de bureaux appelé le sommet, en même temps comme la place NACO Ouest, vers 1968. Nous ne savons pas quelle est la qualité et dans quelle mesure, s’est produite la participation GG dans ces projets. A en juger par son éventuel départ de l’équipe, il ne semble pas avoir été significatif. Très probablement, il doit avoir été plus un consultant ou concepteur du projet à ses débuts, même si vous n’avez pas commencé avec sa signature aucun des projets qui seraient construites dans les années suivantes. L’idée des barres carrées NACO ont, de dire la vérité, un esprit urbain, de son articulation au tracé existant, très typique de GG. Il était déjà courante dans les années 1960 conception centre commerciaux de cette manière complète avec la ville, mais plutôt sur les lots individuels, avec des parkings environnants, comme on aurait faire quelques années plus tard sur la place centrale, par exemple. Cependant, à ce jour-là on n’a pas trouvé des documents qui lui certifient comme un auteur éminent, rôle que de plus en plus a été assumé par Amable Frómeta dans les projets de développement les plus pertinents. Des années plus tard, vers 1978, Manolito Baquero est arrivé à participer à plusieurs initiatives de la compagnie alors déjà couronné de succès, comme par exemple dans une tour non réalisée de 6 unités placées derrière les barreaux commerciale de Plaza NACO, ou dans le projet touristique, connu comme la brillante Village NACO, dans la plage Dorada. La période écoulée entre la fermeture de la foire, en 1956, et l’exécution de Trujillo, le 31 mai 1961, est un mystère dans la vie de GG. On obtient seulement des nouvelles de sa participation dans l’équipe de NACO, il n’y a aucune trace d’autres projets, d’autres œuvres. Guillermo González Sánchez, le plus célèbre architecte de la République Dominicaine, qui avait 20 ans à l’avant–garde du design plus moderne, passionné, au total, lui qui a donné de service plus distingué à la société les plus hautes strates de l’établissement politique; Celui qui a transformé l’Académie, la ville de Santo Domingo, son centre historique, son front de mer, dans les rues de ses nouveaux quartiers, son mode de construction, se trouve dans la solitude et de vivre sous le stigmate de créer, pour l’un des régimes plus sanglants et corrompus en Amérique Latine, son expression plus sublime, la malchance du destin, cruel et paradoxe.

Chapitre 6 Dernier acte La scène post-dictature: l’atelier de Jaragüita En moins de cinq ans, la République Dominicaine a subi le passage d’une dictature de 31 ans à un nouveau système démocratique fondé sur des élections libres, a remporté cette année par le Dr. Joaquin Balaguer (1906-2002). Il ne convient pas décrire ce processus traumatique ici, mais dans l’intérêt de la création d’un cadre de référence, on se rappelle qu’il reste Balaguer en tant que président, après mai 1961, aliène la famille et proches collaborateurs de l’ancien régime, et établit conditions, avant son départ en Janvier 1962, pour la mise en place du Conseil d’Etat, un gouvernement de transition vers des élections, remportées par le Dr. Juan Bosch (1909-2001), en Décembre 1962. Bosch, un homme de grandes lumières, mais ébloui par certains développements lancés par l’utopie cubaine flamboyant, avéré être inapproprié pour les intérêts locaux et même de parler aux Américains dans la région. Un coup d’état fatal para la stabilité du pays se produit en Septembre 63, après quoi le gouvernement de facto du Triumvirat est inconstitutionnellement installé. A la mi-Décembre 64, il a été choisi le Dr. Donald Reid Cabral en tant que président du Triumvirat. Une période de grande instabilité finalement produit l’émergence d’une révolte menée par les secteurs progressistes des forces armées, mais bien soutenu par une grande partie de la population civile dans ce qui est devenu connu sous le nom Révolution d’Avril. Cet événement violent, finalement résolu avec la reddition des constitutionnalistes, entourés par les forces de l’occupation militaire de l’OEA, dans le centre historique de la ville renommée de Santo Domingo, a eu l’épicentre politique Copello et vénérable bâtiment, siège du gouvernement 9 mois de guerre civile. On a créé un état de transition de 66 élections, a gagné, comme l’a noté le Dr Joaquin Balaguer, qui avait servi en tant que président au cours de la dictature de Trujillo et il était en exil depuis quatre ans. Stade de nouvelle génération A la fin des années 50, beaucoup de jeunes Dominicains ont décidé de poursuivre la carrière de l’architecture dans des universités à l’étranger. Il est le moment où un grand groupe d’étudiants se trouve à Rome, sous l’influence de Nervi: Erwin Cott, Manuel Salvador Gautier, Victor Bisonó, Rafael Calventi, Leopoldo Franco, Vital García, José Horacio Marranzini, entre autres, reconnus aujourd’hui dans le cadre de l’Axe Italie1, presque tous les anciens élèves González. Pendant les premières années 60 sont intégrés dans la scène professionnelle et ces autres diplômés récents — Fred Goyco, José Antonio et Danilo Caro Ginebra, Eduardo Selman, Luis Eduardo Delgado, entre autres—, qui ont étendu les options de service de conception dans le pays. La société dominicaine est prête à prendre son indépendance, la création d’institutions et de consolider le capital et les ressources humaines qu’ils ont à soutenir son développement jusqu’à aujourd’hui. A son arrivée dans le pays depuis ses études à Rome et ses séjours de travail à Paris et à New York, Arch. Rafael Calventi, qui est rapidement devenu l’un des principaux protagonistes de la post-dictature modernité tardive, avec d’autres collègues, souvenir González lui a montré une de ses premières œuvres, la résidence de l’ambassadeur français à Santo Domingo. Calventi n’avait jamais eu de contact personnel avec don Guillermo, avec 64 ans à l’époque, il était très intéressé à lui connaître et par ce geste, fait preuve de respect pour la figure de l’enseignant. Calventi qui a agréablement surpris par le commentaire inoubliable González: «Architecte, le projet me semble si merveilleux, je vous avoue que je l’aurais aimé concevoir».


Il doit y avoir eu un certain contact ultérieur entre les deux, puisque Calventi dirigé le Bureau de planification de la City University, qui faisait partie GG. La Commission pour l’Architecture et de la Construction pour la rénovation et l’expansion de la cité universitaire, a incité une visite par un groupe de professeurs d’université à plusieurs campus universitaires américains. 30 Juillet 1964, après 34 ans d’absence, à nouveau GG Université de Yale et a ensuite rencontré la nouvelle architecture conçue par l’architecte Paul Rudolph en 1963. Il est très probable que plusieurs notes dans sa main témoignage de la vie à l’université, ont été faites à cette occasion. Vie universitaire à UNPHU, anecdote d’un enseignant UNPHU créant le 21 Avril 1966, en raison d’un changement radical dans l’attitude politique en République Dominicaine. En 1966, Guillermo va appeler ses collègues et compatriotes dans l’ancienne académie USD —maintenant transformée en l’Université Autonome de Santo Domingo (UASD), et dominée par une vision politiquement opposée—, et prend les professorats de la Faculté de Design Architecture et des Arts UNPHU. Caro, son collègue et partenaire, il a été nommé recteur et admirablement organisé un groupe exalté des hommes, qui assument la tâche de créer et soulever l’une des meilleures universités d’Amérique Latine. Ses années ici sont mémorisées dans une grande partie de la même manière l’USD précédente: la même méthode, le même sourire, les mêmes dessins à main levée faites avec facilité, compétence et précision. Autres jeunes enseignants, l’enseignement intégré, et un certain nombre d’étudiants aujourd’hui reconnus pour son sillage professionnelle, se souviendront avec affection, le respect et l’admiration: Cristóbal Valdez, Nelson Toca, Atilio Leon, Raul de Moya, Giovanni Perez Linval, Cesar Desangles, Adolfo Cambiaso, Elias Cornelio, et beaucoup d’autres faisaient partie de sa dernière promotion d’étudiants dans la UNPHU. En dehors de ses performances dans la carrière académique, González, avec quelques œuvres, économiques limitées, et isolées de ses ressources femme et ses enfants, sont caché dans l’histoire, quelques-uns sont ses empreintes dans ces années de grande incertitude. Son bureau jusqu’à son appartement dans le Jaragüita, son frère Alfredo est mort en 1963. A 66 ans petit homme est son âge d’or, cette Promettante figure. Dernières oeuvres: la transition L’itinéraire d’œuvres d’GG au cours des années 60 ne suit pas une voie transparente. Paradoxalement, ses premiers travaux, les premiers projets des années 30, ont été documentés beaucoup mieux que sa dernière. Sa plus grande performance professionnelle se produit après la guerre civile de la 65, quand il recourt à la boutique Billie Reid en tant que partenaire et collaborateur jusqu’à sa mort en 1970. De sa seule paternité fait la première maison à Arroyo Hondo pour la famille Barletta est reconnue, un bloc Bermuda-dessus simple et magnifique, cette fois un peu plus modeste dans les détails terrasse arrière, très en accord avec les essais précédents pour les maisons de même niveau. La maison est très bien conservée. Travailler sous l’élargissement n’a pas sapé son intégrité formelle. La maison voisine, également pour la même famille, montre la main de Reid, en plus de Guillermo, dominé par un style plus installé dans la traduction nord Americain si répandue dans le travail de Reid et Reyes. Les deux maisons partagent une grande taille propriété avec un beau jardin. Ce n’est pas clair la paternité sur d’autres projets dans ce cas institutionnel. sa participation à la première ébauche de ce qui allait être le siège de la Compagnie d’Assurances Nationale à l’Avenue Máximo Gómez, un ébauche blanc enrobés sur

un podium de briques de boue, élégant ratio de bloc de construction est assurée; sa signature est également fixée sur le projet pour l’un des sièges actuels de Scotia Banque, située à l’Avenida San Martin, aujourd’hui très déformée. La date à laquelle les projets ont été produites, est également la participation probable de GG beau projet de Billie Reid pour la Chase Manhattan Bank, maintenant Banco BHD León, situé sur l’avenue John F. Kennedy coin Tiradentes, l’une des régions les plus chaudes et une élégante architecture institutionnelle de la période. Un projet majeur dans lequel il a collaboré avec Reid a été fixé à Santo Domingo Motors, situé dans une rue urbaine intense sur l’avenue John F. Kennedy, composé d’un bloc de deux étages dans la barre horizontale pour les salons, les bureaux et des ateliers et une tour de 8 étages qui domine la composition de son extrémité orientale, en face de l’avenue Abraham Lincoln. Aujourd’hui ce coin présente un développement extraordinaire, l’avant est l’un des centres les plus largement utilisés commerciales du pays, Agora Mall; La station de métro de Santo Domingo sert intenses flux d’intersection. Bien que le projet ne pourrait être rempli par l’enseignant depuis sa mort soudaine, son sens de la composition, de sa conception spatiale et le nettoyage sévère avertit. Le travail a continué avec dignité, après avoir été modifié sur un couple de reprises sans autre blessure à l’idée originale. GG est mort sans voir terminé son dernier ouvrage, un petit bâtiment de deux étages situé en face de la cathédrale de Santo Domingo, à proximité de Columbus Park à la Bank of America. La commission a été reçue par Billie Reid, qui implique et donne libre cours à Guillermo dans la conception de la façade principale, a travaillé avec des détails d’une grande élégance historicistes et la fidélité aux modèles originaux de l’ancien centre de la ville coloniale. Billie a rappelé le plaisir don Guillermo de retrouver la course de formes et de lignes qui avaient formé lors de ses voyages en Europe à partir de 1926-1930, et ceux qui ont étudié à la Columbia et Yale Universities. La structure occupé par plus de 10 respectueux

et la façade a été maintenue. Le bâtiment a été le Hard Rock Café de Saint Domingue pour ans, bien exploité par un projet contemporain à l’intégrité d’origine de GG.

L’un de ses derniers projets était la résidence de la famille Despradel Catrain, sa nièce Julie et son mari, faite à titre posthume 1971-1972 à l’avenue México, Santo Domingo. La maison est aujourd’hui altérée; aucune trace identifiable est perçu comme un travail de GG. A la mort d’un pionnier En 1961, Guillermo vit avec Georgie Jaragüita dans son appartement, qui avait été sa maison avec doña Mercedes et ses enfants. Il avait partagé des moments intimes avec eux jusqu’à ce qu’ils émigrent doña Mercedes et blanc en 1955; Plus tard, en 1965, Georgie laissant aussi le pays. Après la Révolution d’Avril 65, Guillermo se déplace en Espagne pour rencontrer sa famille. Ce serait la dernière fois qu’il verrait doña Mercedes, qui est décédé le 5 Janvier 1968. A son retour de l’Espagne en 65 et il a vendu Jaragüita — Sancocho Marranzini se souvient Guillermo d’avoir l’Aidé dans ces efforts—, GG a déménagé à l’étage supérieur du petit bloc de trois histoires qui étaient à côté, où il est resté jusqu’à sa mort. Georgie a appelé cette petite edifice Jaragüitita. Aujourd’hui, son fils Georgie se souvient: «Il venait averti à son père d’ aller lui voir, mais il a préféré venir à Malaga, qui n’a malheureusement pas pu se produire. Déjà, il avait le billet d’avion quand il est tombé dans l’attaque et est décédé le 13 Novembre, 1970». Ses fils Georgie et Blanca assistent aux funérailles et traiter des questions de la famille. Dans ce processus difficile, la

participation active et le soutien de l’ami fidèle et collègue Arq. Billie Reid et son épouse doña Margarita Reid Baquero était fondamentale, ils étaient très favorables à Guillermo dans ses dernières années, et la reddition inconditionnelle a repris de la situation, compte tenu de l’urgence de la triste réalité. González repose dans le caveau familial au cimetière de Máximo Gómez, conçu par lui-même, avec son père Gregorio, Mamaoya sa mère, ses frères Georgie, Luz Sofia, Juana et Alfredo; et son neveu, le fils d’Alfred et Cofeta, Oscar González Ricart (1938-2006). La mort inattendue de Guillermo ne passe pas inaperçue. Beaucoup de ses contemporains, les clients et les collègues, expriment leur regret de diverses manières. UNPHU a célébré physiqement funérailles très solennel dans les mêmes ateliers à la Faculté d’Architecture. Quelques mois plus tard, le magazine CODIA, dans son numéro 23, reconnaît son travail, marquant la première fois une publication commerciale dominicaine reconnaissant son travail. A l’instant même Architecte Pérez Montás décrit GG: “Sa grammaire stylistique de surfaces simples, volumes purs, des formes de base, la qualité spatiale, panneaux d’utilisation et plafonds bas qu’il est entré dans le pays dès le début, ainsi que d’une esthétique de lignes précises, persévérer jusqu’à la fin de sa vie. La clarté de l’approche, de la simplicité et de la pureté de la forme et de confort, Guillermo González était synonyme d’une bonne architecture». l’une des expositions les plus importantes de l’affection sont les lignes tracées en l’honneur de l’enseignant, l’Architecte Rafael Calventi avec le titre «A la mort de l’un des pionniers»: «Courtes lignes sur une page intérieure, a annoncé sa mort. Ils ont dit très peu. Cependant, il est parti un grand architecte, un pionnier. En plus, le père de l’architecture moderne en République Dominicaine est mort». «Pour comprendre la portée de l’œuvre architecturale de Guillermo González il est nécessaire de connaître l’environnement et le moment historique dans lequel il vient d’être conçu et réalisé. Si vous parlez de l’architecture dans la République Dominicaine il est difficile aujourd’hui, mille fois plus difficile qu’il ya trente ans. Obstacles énormes de l’ignorance, le retard économique, social et technologique se tenaient entre son imagination fertile et créatrice des hommes pour qu’il a conçu les volumes et les espaces fonctionnels. Aussi sortir d’ici en Europe et aux Etats-Unis, avec des siècles de culture et de sensibilité premier, et le second la richesse et la libéralité, les grands architectes de sa génération se sont battus, parfois vain, d’imposer les principes philosophiques et formelle Ils ont formé la base d’une architecture révolutionnaire. Le Corbusier, Gropius, Mies Van der Rohe, F. L. Wright, Neutra, Marcel Breuer, maintenant tout le monde dans la salle des immortels, a lutté pour trouver de nouvelles valeurs esthétiques et architecturales capables, par son contenu profondément humain, de transformer la structure Le matériau des villes afin de conditionner la structure morale de ses habitants». “Et voici, quant à lui, dans ce petit pays isolé, un grand architecte, dominicain, de formation universelle, a tenu les mêmes principes et a essayé de les adapter à notre réalité. Et ici son meilleur travail, encore en vie, beau, malgré la hausse des années exemplaires. Ici, ils augmentent, menaçant contre les imposteurs de la profession, pointant une voie à suivre mais pas nécessairement ses propres critères formels, qui à la fin sont toujours en train de changer». «Aujourd’hui, je vous demande de se rendre hommage au grand architecte disparu. Je demande formellement le Collège des ingénieurs et architectes dominicains, à tous mes collègues Architectes et en particulier les deux écoles d’architecture dans le pays qui est à l’honneur avec sa chaire impérissable».

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La mémoire de Guillermo González Sánchez Un héritage reste dans le temps après la vie de l’homme: son travail. Le travail de Guillermo González a passé des difficultés incroyables. La liste des bâtiments démolis est vaste: Jaragua, les bungalows et la première annexe; Le Jaragüita; Maisons Rancho Cayuco, Schad, Pichardo, Ricart, Mathis, Caceres, Velázquez Troncoso, le Centre Social Worker, Country Club, L’agriculture; beaucoup de bâtiments qui restent ont été modifiés ou exploités sans cohérente avec son approche d’évaluation approprié nature stylistique et culturelle. Aujourd’hui, après 45 ans de la disparition physique de González, on devrait avoir perdu plus de 40% de son travail. Plusieurs grands prix ont été accordés à son héritage: 23 Novembre 1982, le Conseil académique de l’Université Nationale Pedro Henriquez Urena a décerné un diplôme de Professeur émérite Posthumus, à l’Architecte Guillermo González. Le 3 mai 1985, le Groupe Nouvelle Architecture reconnaît un certificat à Guillermo González Sánchez, «pour ses mérites et contributions au développement de l’architecture, de l’ingénerie et de la construction dans la République Dominicaine». En plus des problèmes déjà mentionnés CODIA Magazine No.23, 1970, et Arquivox / GNA n° 3-4, 1985, d’innombrables articles de journaux, des documents universitaires, thèses-un diplôme d’entre eux d’Architecte Lidia Leon a effectué avant et pendant la démolition de Jaragua, des séminaires, des conférences, des rencontres et des réunions ont été menées depuis 1970. Eugenio Pérez Montas a publié dès le 21 Août 1971, «Guillermo González et le Mouvement moderne en RD» dans les pages de La Caribe. L’un des moments les plus critiques, il est sans aucun doute, qui a coïncidé avec la défense de l’Hôtel Jaragua, dans les années 1984-1985. Carmenchu Broussilov a publié un long article dans le Listin Diario, 16 Août, 1984 intitulé «Guillermo González avec le Jaragua a révolutionné l’architecture creole», dans lequel même interviewer Georgie González Fernandez-Canivell, fils de Guillermo, et Oscar Alfredo González Ricart, fils d’Alfredo, avec Juan J. Castellanos, qui ont fait valoir sans succès que tout un segment considérable de la population dominicaine, permettant contre cet acte de corruption de la barbarie culturelle. La liste des revues de presse, des articles et des interviews sont très vastes, et dépeint la situation politique et culturelle dans le pays à ce moment fatal. Jaragua perte non seulement consolidé un mouvement de la demande professionnelle et citoyenne, mais a favorisé la création de la section dominicaine du DoCoMoMo International de l’années plus tard. Après l’événement, la Galerie d’Art Boinayel édité une belle affiche artiste architecte Rafael Álvarez, chaussures avec un texte de poète dominicain Pedro Verges dit: «Nous sommes sur la planète, l’empreinte de l’homme sur la lune». Guillermo González meurt conscient de sa marque comme un auteur, l’espace créé par son travail dans la culture dominicaine. Il ne fut pas un homme de beaucoup de mots et probablement pas déduire ouvertement son attitude, telle complaisance. Il était commun pourrait commenter l’angoisse de ses amis récemment: «Pourquoi ne cherche pas pour moi? Vont-ils penser que je suis inaccessible? Ou que je suis payé plus cher que les autres?». D’autre part, l’image de l’architecte comme un symbole de la meilleure architecture moderne faite dans la République Dominicaine a seulement de plus en plus grandes; malgré l’ignorance des nouvelles générations sur le personnage; malgré la barbarie des fonctionnaires, et les intérêts pécuniaires des propriétaires de ses œuvres, la figure de González n’a pas nécessairement été évaluée à sa véritable dimension. Ce volume ne dispose pas d’un objectif plus important que de mettre sur encore plus élevé dans les Parnassus d’art national, encore, placez-le sur la scène internationale de la façon dont souvent l’architecture dominicaine est marginalisée. 314 | GUILLERMO GONZÁLEZ

Pour dire Eugenio Pérez Montas, dans l’essai écrit pour ce travail que nous présentons dans les pages suivantes, cette fois un jeune Guillermo: «Certes, il a senti la puissance de la mer des Caraïbes. Pour un adolescent, il est le temps de faire des promesses au vent et de construire des illusions. Depuis une fenêtre manquant, il percevait les environs: la ville de trente mille habitants, installés sur une route qui mène à une station balnéaire en une ligne de tramway tiré par des chevaux. Aussi, il aperçut la grande place de la Commission nationale colombienne, délimitée par la rue Sabana Larga et les récifs de la mer des Caraïbes». Telle était son itinéraire de la vie dans cette ville qui compte aujourd’hui plus de trois millions d’habitants. Telle était son travail, élaboré avec des lignes en mer. Les petits détails, humaines et intimes, attirent l’essence de l’homme devant son miroir. Au cours de séances de conception avec des étudiants dans UNPHU, tout au long de sa carrière, assis sur le tabouret des étudiant il avait l’habitude de prendre ses ustensiles et faire le dessin lui-même quel’étudiant etait destiné à faire. À la fin, les élèves ont regardé, fait un point avec le crayon sur le papier-ce —qui implique que puisque le travail a été fait— et dit à l’élève: «Voici, ceci est ton projet. Tu peux dire c’est Guillermo González qui l’a fait , et point». Chapitre 7 Essais: Anecdotes du maître Le président du dessin Guillermo González: La différence Manuel Salvador Gautier La promotion des ingénieurs architectes de 1955 à l’Université de Santo Domingo, dont je fais partie, a eu plus de vingt étudiants, l’un des plus grandes jusqu’à ce moment. Nous avons terminé la carrière Leda Agramonte, Manuel Caceres Troncoso (Memé), Jacqueline Canto Rosario, Teresa Fiorentino, Sebastian Garcia, Pedro Haché, Dulce Macarrulla, Carlos Mejia, Pablo Mella, Eugenio Pérez Montas, Eliana Puig, Johnny Pujadas et quelques autres dont je ne me souviens pas leurs noms malheureusement. Promotions précédentes, Carlos Marranzini et Rafael Tomas Hernandez, ajouté, Victor Bisonó étaient également (jusqu’à la quatrième année) et Rafael Calventi (seulement la première année) qui considèrent toujours notre promotion (diplômé de l’Université de Rome, Italie). Il est à noter que, dans sa carrière, les membres de cette promotion ont exécuté un certain nombre d’innovations en fait l’un des plus distingués de ce qui est sorti de l’Université de Santo Domingo. Pour citer quelques: Johnny Pujadas conçu et construit le premier tour de l’appartement du pays (je pense onze étages), le coin de la rue Bolivar et Socorro Sánchez de Santo Domingo; Pablo Mella conçu et a commencé la construction des premiers services d’urbanisation planifiée, appelée Unité Quartier, dans ce qui est aujourd’hui connu comme le quartier de Los Mina (avant ces développements ont été conçus sans espaces prévus pour les écoles, les hôpitaux, les marchés, les parcs et autres); Eugenio Pérez Montas, de la Ligue municipale, conçu plusieurs plans réglementaires des villes comme Province Higuey; mon partenaire Erwin Cott et moi avons baissé le coût de construction de paraboloïde hyperbolique et les mis à la mode avec plusieurs œuvres remarquables, parmi lesquels se trouve la chapelle des salesiens à L’Avenue de l’Independence, huit kilomètres et demi; Rafael Calventi conçu édifice le plus emblématique du pays, la Banque Centrale. Quand je venais d’obtenir un diplôme, en Décembre 1950, je ne savais pas si à l’époque et dans le monde on avait imposé la conception rationnelle, promue par l’architecte suisse Le Corbusier, qui était favorable à un système basé sur une conception simple des formes géométriques, pauvre décor prédominance de la couleur, étude dynamique de l’espace et l’imposition du béton comme matériau de construction au détriment de l’acier et le verre; et que l’Allemagne avait donné

le mouvement Bauhaus, dirigé par Walter Gropius, qui a fixé une nouvelle esthétique basée sur une relation directe entre la fonction et la forme et, dans l’architecture, juste favorisée l’utilisation de l’acier et le verre. Soit aux États-Unis, elle a la priorité à l’œuvre d’un génie du nom de Frank Lloyd Wright, dont l’architecture est appelée organique parce que ses structures étaient les flux naturels de la charge. Je pense que mes collègues ne sont pas conscients de cela. Nous étions un groupe d’étudiants naïfs qui étions convaincus que, s’inscrire au collège, nous sommes entrés dans une zone où nous aurions peut-être la culture architecturale par osmose. Qu’estce que je peux dire: c’est que la plupart d’entre nous vraiment on s’intéressait à notre profession et, dès le début, nous nous sommes réunis pour discuter des façons dont nous pourrions aspirer à nous améliorer. La carrière a duré une année, à partir de Septembre et s’achèverait en Juin prochain; puis les vacances sont arriveés. La matière de base de cette carrière est la conception ou de la composition, appelée appuyant sur le curriculum de temps. On a pris au cours des cinq années de la course; on a commencé avec le dessin de la ligne, et, dans la deuxième année, avec la composition ou de la conception de bâtiment. Les trois premières années ont été décevantes. Les enseignants qui avaient pas donné confiance en ce que nous faisions mais aussi nous avons compris qu ils nous ont guidés pas comme ils le devraient. En fait, ils avaient été formés en Europe à la fin du XIXe et début du XXe siècles, dans la tendance de l’Art Nouveau et Art Déco. Pour le moment, lorsque nous avons rencontré dans la pratique, ils ont attaqué l’architecture contemporaine de peu de conséquence. Ils étaient venus à ce mouvement sans y être préparé et être convaincu de leur validité et les limites dû enseigner. Toutefois, cela, nous ne savions pas, seul le sentait. Pour compenser, nous avons commencé à acquérir la culture de la revue d’architecture. Je reçus L’Architectural Record américain; l’autre, L’Architecture d’Aujourd’hui français; et alors. Nous avons échangé de connaître la dernière dans l’architecture. Nous nous inspirons dans ces travaux pour rendre nos conceptions. Nous avons été submergés par ces ouvrages construits dans les pays avancés; mais nous n’avons pas pu comprendre l’essence de sa conception, puisque personne ne nous a expliqué la connaissance. Ils ont fait une démonstration de ce qui était à l’époque considéré comme le plus important ou intéressant dans la conception; Ils décrivent les matériaux avec lesquels ils ont été construits; les différentes utilisations des chambres; peut-être un aspect constructif; Ils étaient propres à les présenter avec des photos prises sous des angles différents; mais ils ne donnent pas les détails de sa définition conceptuelle dans les tendances contemporaines, qui est, si elle était rationnelle, fonctionnelle ou organique, ni eu ses solutions structurelles. Avec cette information, peut-être que nous avions été encouragés à créer de nouvelles formes et des espaces. Qu’est-ce que nous avons fait était exemplaire, qui était pas souhaitable. En Septembre 1953, quand Guillermo González est venu pour donner lecture de la quatrième année de la carrière, nous étions un groupe d’étudiants frustrés. En outre, nous ne savions même pas bien qui était González. Cela arrivait toujours dans notre pays: nous avons apprécié beaucoup des conceptions et constructions étrangères, mais on n’a pas discuté les natives. Cependant, sans en avoir conscience, je l’avais beaucoup apprécié certains bâtiments et des espaces créés par González. Quand on etait Petit, on nous emmené chez mon frère Jose et du Parc Ramfis (actuelle Eugenio Maria de Hostos) pour jouer dans les terrains de jeux etcomme les plus âgés, faire du skate sur la cour extérieure, où je suis toujours avec un genou nu (d’habitude c’était les gifles et bousculades). Plus tard, en tant que jeune garçon, je apprécié la piscine de l’Hôtel Jaragua et dansé merengue et boléros sur la cour espagnol avec l’orchestre de Luis Alberti, à hauteur de «Sancocho Prieto» ou «Luna sobre el Jaragua». Quand je suis allé à El Conde, il est entré dans l’une des entreprises qui était dans le premier étage Copello ou jusqu’à une certaine diligence en place qui était sur le toit, qui était situé ADIA


(Association des ingénieurs et géomètres) qui, à plusieurs reprises, a présidé à mon père, Ing. Manuel Salvador Gautier González (Flon). Personne ne m’a jamais dit que ces espaces avaient conçu Guillermo González. González nous a été présenté sans clameur, comme tous les autres enseignants que nous avons eu. Nous commençons à savoir à ce sujet. La première était de savoir qu’il était le concepteur et le constructeur de l’Hôtel Jaragua, qui, bien que tout le monde connaît, maintenant nous l’avons vu avec des yeux différents. Il a eu plusieurs immeubles apartements, qui se trouvent sur le coin de la rue Leopoldo Navarro et Cesar Nicolas Penson, et quelques maisons dans différents quartiers de la ville. Curieux, nous sommes allés les voir (de l’extérieur, mais rappelez-vous je suis entré dans l’un des appartements dans la Leopoldo Navarro, où quelqu’un a vécu ou était-ce quelque chose que je pourrais visiter). Aussi, nous savions qu’il était pas la première fois que González était professeur de dessin et que certains de ses disciples étaient Edgardo Vega «Gai», William Reid Cabral «Billie», Teofilo Carbonell «Teofilito» et Leopoldo Espaillat Nanita «Polin». Deux d’entre eux, Gai et Teofilito avaient été nos moniteurs dans le dessin 1 et ne nous avaient pas beaucoup impressionné; mais nous savions que tous avaient leurs propres bureaux d’études et la construction avec de bons résultats et certains d’entre eux ont été associés à des diplômés des universités américaines (avec les architectes Gai et Manuel Baquero «Manolito», et Billie avec José Manuel Reyes Valdez «Nani» à conceptions de produits qui commençaient à être parlé et admirés. Nous ne savions pas du tout autre jeune architecte succès qui n’a pas été un disciple de González. Cela nous encourage. L’atelier a été une immense salle pleine de rédaction tables avec tabourets où les leçons simultanées sont venus pour recevoir des étudiants de diverses facultés. Il était bruyant et provoqué des troubles. Nous avons occupé un espace affecté près de la moitié de la vie. González a commencé des classes et est apparu en bras de chemise (à cette époque, était interdit de le faire, les enseignants devaient porter une veste et une cravate). Corps, grand, trapu, avec une certaine moustache grise et un picaresque. Tempérament, était tranquillement, se divertir (il était un homme de grande personnalité). Vint, assis sur un tabouret, a mis ses mains sur la table et l’entourent. Il a commencé à parler. A partir de ce moment, nous étions en haleine; immédiatement nous avons réalisé que nous avions affaire à quelqu’un qui était capable de nous guider dans nos efforts pour devenir les architectes; nous avons été confrontés une architecture professionnelle qui savait ce qu’il était au volant. Qu’a t’il dit? Je ne me souviens pas; mais le résultat de toutes ses expositions rattrapait sur ce qui se passait dans l’architecture dans le monde. Voilà où nous savions que nous étions de Le Corbusier, Gropius et Frank Lloyd Wright. C’était quand nous avons réalisé que la conception nécessite conceptualisation et le développement. Autrement dit, à faire de l’architecture ne soit pas simplement s’asseoir avec un programme a besoin d’obtenir l’inspiration pour définir les formes et les espaces d’un organe donné (qui, jusque-là, était ce que nous pensions que nous avions à faire, donc nous voulions que les magazines, pour «l’inspiration»), mais il faut travailler une idée qui peut surgir deux éléments conceptuels, comme ce serait l’adoption d’une tendance architecturale, comme des éléments spécifiques, tels que les exigences pour une application donnée. Pour moi en particulier, il m’a frappé à connaitre les enseignants du Bauhaus. Mondrian a été une révélation. Son approche à un point dans un champ à deux dimensions (plat) crée des tensions sur leurs côtés et, par conséquent, les impacts différemment selon placés dans différentes parties du champ, je fus me fascinait. A partir de ce moment, je compris la relation entre les parties d’un tout et ce que cela signifie pour eux varier jusqu’à trouver la combinaison qui est jugé le meilleur, à savoir, le traitement et le retraitement d’un projet visant à trouver les variantes parfaites. La contrepartie les expositions González étaient les exercices de conception. on ne travaillent dans l’atelier, mais chacun avait la planche à dessin à la maison. L’atelier a été pour chacun de présenter son design, tandis que l’enseignant a vu

et commenté. Je me souviens de l’un d’entre eux était le studio pour un sculpteur, une construction relativement simple avec un espace intérieur unique où le sculpteur a élaboré ses œuvres, et avec des pièces jointes à des dépôts importants, salle de bains et d’autres besoins secondaires. Pour le concevoir, parler avec le dessin des enseignants artistique, qui était un sculpteur, et le travail dans nos maisons. Nous sommes allés à l’atelier avec nos solutions et où nous avions tiré les façades et les plantes. González a eu des draps propres, transparentes;il les mis sur nos feuilles et retravaillé nos conceptions, la plupart du temps, changeant complètement la solution. Comme il l’a fait, il nous a dit les raisons techniques, visuelles et / ou fonctionnelles pourquoi les modifications apportées. En fin de compte, nous avons commandé: «Amenez-le prochain atelier élaboré sans changer une seule ligne!», et nous sommes retournés à nos maisons de retravailler ce qu’ils étaient déjà pas à nos conceptions, mais le professeur. C’était une méthode pédagogique qui a enlevé l’étudiant stimuler la créativité. Je suppose que González ne pense que si nous avons capté bien ce qui’l a expliqué et nous avons imitons leurs solutions, nous serions devenus de bons architectes. Pour lui, l’exercice intense doit être d’avoir à retravailler plusieurs projets en une seule matinée. Pour nous, ce fut un plaisir de le regarder en quelque sorte le travail et assimiler le processus de conception, il a proposé de développer le projet et consciemment refaite. Pour cette maison visites ont été ajoutés à l’angle de l’avenue George Washington et Felix Mariano Lluberes dans le penthouse d’un immeuble conçu par lui (aujourd’hui détruit; ils ont appelé l’Jaragüita, parce que, selon les habitants, Il a fait ce remporté le Jaragua), où nous avons montré les plans originaux de plusieurs de ses œuvres. Là, nous avons apprécié dans la phase de conception, ce qui était un véritable apprentissage, car ils étaient pleins d’architecture et de construction plans, coupes et détails. Nous avions jamais vu quelque chose comme ça. La pratique était alors de développer des plans d’étage et des façades dimensionnés; calculer et plans structurels (pas de plans électriques ou de santé), et d’improviser ce qui manquait alors que le travail a été construit. Lors de ces visites, aussi nous sommes entrés dans la chambre d’un appartement conçu et décoré par un architecte d’un goût exquis, avec des peintures, des sculptures et bric-à-brac de grande valeur artistique. Ce fut une grande expérience et nous avons été ravis. La quatrième année a terminé et sachant que González allait concevoir notre professeur année prochaine, nous nous préparons pour commencer en Septembre (1954). Nous étions motivés. Nous avons comparu devant le doyen de la Faculté de génie et on lui a exigé de nous attribuer une chambre exclusivement pour une utilisation par les élèves de l’atelier de conception de la cinquième année. Nous voulions imposer l’idée que le développement de projets d’architecture était une tâche qui mérite le respect et exclusivité (architectes et ingénieurs savait que nous étions en concurrence avec les ingénieurs civils, qui, sans être préparé pour elle, le droit de concevoir est abrogé bâtiments comme nous). Aussi, nous avons décidé de participer à un concours international de design pour étudiants en architecture du campus universitaire, promus par une université au Brésil. Nous étions réunis et ont a discuté du projet et de former des groups qui devrions développer leurs parties (ensemble architectural et urbain, les salles de classe, des dortoirs, bibliothèque, administration, etc.). Tout cela, je proposerait González quand iniciáramos chaires. Le doyen a donné à nos pressions, nous avons eu la chambre, nous avons apporté les tables et tabourets, nous mettons cadenas avec une copie au doyen et chaque élève. Seulement, nous pourrions y arriver. Ce serait un lieu sacré, strictement pour le développement de projets architecturaux. Ce fut le début du processus pour obtenir la séparation de la carrière de l’architecture génie civil qui a combattu de nombreux membres de notre promotion. Il a atteint le jour souhaité de la rentrée scolaire. González est venu avec sa gentillesse habituelle; allons-nous exposés notre idée du concours et ce que nous avons pensé à la façon de le faire; Il semblait excellente. Il est allé ... et ne revint jamais

à l’atelier. Il avait pris en charge la conception de bâtiments urbains et publics de la Foire de la paix et de la bourse du monde libre (maintenant Centro de los Heroes de Constanza, Maimon et Estero Hondo), avec un ensemble de commencer sa date de construction, et Je ne pouvais pas consacrer à la présidence. Pour une raison quelconque, Dean a constaté que González n’a pas été remplacé, peut-être parce qu’il pensait que, d’une certaine manière, cela prendra du temps pour nous de temps en temps. Que pensons-nous et avons décidé qu’il était préférable d’avoir González occasionnellement à une autre de façon permanente tout enseignant; toutefois, cela ne se produise, et nous étions dans la bande, avec notre chambre pour les coûts sans un enseignant pour nous guider dans l’élaboration d’un projet complexe, qui serait également en concurrence avec des étudiants d’autres pays. Mais nous étions tenaces et nous sommes allés de l’avant avec notre concours de projets; nous l’avons travaillé dans le salón qu’on nous a donné, pour montrer que nous avions pas demandé en vain. Comme nous avancions, nous avons discuté de nos solutions parmi nous. En vain. La confiance avait besoin d’un guide pour nous assurer que ce que nous faisions, nous pourrions soutenir la concurrence internationale. Enfin, à une occasion, González nous a accueilli à la construction de la cabine de la Paix Hôtel (aujourd’hui Hispaniola) qui a conçu et construit dans le cadre de l’ensemble équitable. Il a vu nos projets trop à la légère, les a approuvés et qui était il. Lorsque nous avons dû envoyer le projet au concours au Brésil, nous l’avons pas fait. Il était temps de développer la thèse et on n’a même pas pris soin de consulter la question avec González. Chacun l’a développé à ses côtés. Je choisis un ensemble des vacances aux travailleurs à Boca Chica. Mon père était un ingénieur civil et, chaque fois qu’il avait une chance, il me donnait des livres et des documents pour m’aider dans ma carrière (il était celui qui m’a inscrit à Architectural Record). Il avait été au Brésil avec le groupe de Rotariens et m’a apporté un livre de l’architecture brésilienne qui comprenait des œuvres de Lucio Costa et Oscar Niemeyer. Là, je vis le thème développé dans certaines montagnes du Brésil, que je trouve très intéressant. Je suis passé à la plage. je travaillais sur mon propre Thèse, comme les autres partenaires. Quand nous avons fini, nous avons tourné au doyen de nous expliquer comment nous devrions être évalué. Nous livrons des projets, puis on nous a dit que nous avions passé la question, et, par conséquent, l’étape suivante a été la cérémonie de remise des diplômes. Malgré l’immense déception que nous souffrons de ne pas recevoir les enseignements de González dans la cinquième année de notre carrière et à toutes les attentes que nous forgeons, cela reste un héros pour nous. L’exploit réalisé en un rien de temps à concevoir les principaux bâtiments de la Foire et puis superviser sa construction qui était sans précédent. Peu importe les années qui ont passé ces bâtiments (ils sont soixante) et toutes les mauvaises pièces jointes qui les ont fait, reste un ensemble moderne paradigmatique. Et de l’expérience (malgré ne pas avoir enseignant González, nous forgeons avec nos projets en fonction de ce que nous avons supposé que cela nous obligerait) nous savions exactement ce que cela signifiait pour faire ce travail, à savoir, nous avons compris le dévouement et la concentration González a besoin pour pouvoir le faire . Surtout quand nous avons appris que, il a avait conçus des pavillons de Foire histoire et une usine et à la dernière minute il a dit qu’il avait de concevoir des bâtiments multi-étages qui servent alors de localiser les bureaux du secteur public, dont l’un serait le conseil municipal et l’autre au Congrès (qui était peut-être ce qui l’a empêché de temps dédie). Pour nous, Guillermo González a fait la différence entre les architectes étant sans comprendre ce qui se passait dans l’architecture dans le monde entier, ce qui conduirait à une pratique médiation, ou entrer dans ce monde avec une certaine connaissance puis reafirmaríamos pour devenir architectes qui a produit des œuvres d’une grande importance, comme nous l’avons fait. La vérité est que González nous a encouragé à devenir de véritables architectes. Toujours nous considérons le meilleur professeur GUILLERMO GONZÁLEZ | 315


d’architecture que nous avions, et le voyait toujours comme un architecte avec une œuvre universelle. À la fin de nos études en architecture à l’USD, les étudiants ne sont pas 55 promotion rationalistes ou fonctionnaliste ou experts organiques, mais grâce à González, il avait acquis la sensibilité de comprendre qu’il y avait un tout nouveau monde nous a ouvert en avance selon la façon dont embarqué nos conceptions. La grande majorité d’entre nous a voyagé et étudié à l’extérieur, de polissage et d’acquérir plus de connaissances sur la carrière. Quand nous sommes revenus, nous avons vu la pleine valeur conçoit González lui-même, à l’Hôtel Jaragua, son magnum opus, à Alvar Aalto, architecte finlandais, considéré comme le deuxième génération de maîtres de l’architecture moderne (ceux de la première sont Le Corbusier, Mies van der Rohe et Gropius); l’édifice Copello à El Conde Street, avec son coin arrondi à Eric Mendelson, architecte allemand, le plus grand représentant de l’expressionnisme architectural; Bâtiments équitables, en particulier la mairie, pour créer un espace libre sur le premier étage, à laquelle Le Corbusier à l’unité d’habitation de Marseille (Unité d’Habitation en français) (aujourd’hui cet espace est fermé et là fonctionne divers bureaux); que dans leurs appartements et maisons. Pour analyser, nous apprécions le génie et le maître González. Lorsque l’on compare son travail avec celui effectué par les autres, nous nous rendons compte combien il était sensible, où González, suivant les paramètres fixés par les maîtres du mouvement moderne, avec des dessins maniéristes, très créatif, frappe toujours un équilibre tous entre le volume, la forme, les façades plates et les détails architecturaux, tout en adoptant ouverte pour les grands bâtiments et un sens fonctionnaliste de la distribution à l’intérieur. Les architectes qui nous a diplômé dans la promotion de 55, comme de bons élèves, suivons leurs traces. Guillermo González et son temps: réflexions l’architecture écrites dans le XXI e siècle Eugenio Pérez Montas

sur

Il était déjà une légende quand je voyais pour la première fois. Il était dans «les années quarante». Cloîtré dans la mémoire, en marchant dans la brume en se déplaçant d’un endroit que je préfère ne pas identifier et dans un temps qui pourrait être n’importe qui. Anonyme et indéfini, cet architecte de son rôle sont entrés dans un bâtiment en construction créé par lui pour être l’histoire inventoriés. Je visitais les jours de travail, et il reçu ma première leçon d’architecture. Dix ans plus tard, dans les années «50», je suis confronté à la figure dans les salles de classe de l’université en face d’un atelier d’architecture de planche à dessin arrêté. Comme un de ces personnages rigides créés par le peintre primitif flamand de la ville de Bruxelles, l’année 1436: Rogero Bruxellensi, admiré par Guillermo González. Ces jours les chroniques culturelles ont fait écho à ‘«l’expertise technique, la passion mathématique et religieuse géométrique» des œuvres de Roger Van der Weyden ou le pâturage (nom français). Cette réunion des chefs-d’œuvre enregistré Descent, le Prado (1435); Retable Sept Sacrements (1440-1445) du Musée Koninklijk à Anvers; et Beaune Retable (1445-1450) Musée l’Hôtel-Dieu de Beaune.

raccourcie (figure de la parole) du terme «décoratif» français. Ce fut le moment où Guillermo González a commencé et terminé ses études professionnelles en architecture dans les années vingt. Histoire de l’art est traditionnellement classé l’art-déco kitsch comme un épisode d’ornement. Récemment, une exposition intitulée «Goût Moderne: Art-Déco à Paris 1910-1935” propose une autre lecture où l’inclusion de se défendre dans la généalogie de l’art moderne. Le texte suppose que la mémoire continue Guillermo González, et en quelque sorte il a été écrit pour la première fois après sa mort en 1970, lorsque nous avons publié un essai dans la revue CODIA. Ce procès a été illustré par des documents de sa thèse pour un hôtel de ville dans la ville de Santo Domingo, conçu dans un endroit de la ville coloniale près de la rue, probablement (selon DR) près de l’escalier où les extrémités de la rue Conde. Un paragraphe décrit une visite qu’il a faite à l’architecte Richard Neutra dans son studio en Californie en 1958. En application d’une recommandation de Guillermo González. Le paragraphe se lit: «Quand il a terminé ses études à la Faculté d’architecture de l’Ecole des BeauxArts à l’Université de Yale en 1930, Walter Gropius n’avait toujours pas venu en Amérique. Le seul maître du mouvement moderne qui a été travaillé avec succès R. Neutra, qui avait d’abord établi à Chicago (1923) où il a eu l’occasion de rencontrer Sullivan; puis avec Wright à Taliesin; puis en 1925 à Los Angeles, où il a développé la plupart de son travail. Nous y avons rencontré en 1958, à la suggestion de Guillermo González, qui a toujours fait référence à lui avec des mots d’admiration, qui ne se produisent quand il est venu à Wright. On estime que Neutra, qui était déjà un maître à atteindre l’Amérique (études à Vienne et est diplômé en 1912) après avoir travaillé sur l’étude de Loos, et après avoir travaillé avec Mendelsohn à Berlin, il a poursuivi un autre degré d’influence Guillermo González soupçon. Le rationalisme murale et l’intégrité intérieur-extérieur Neutra sont présents dans la plupart des œuvres de Guillermo González». Lors de l’analyse de son travail nous avons dit que «Quarante ans de pratique intense approuvent Guillermo González et sa vie nationale. Production règne dans tout le système fonctionnaliste à laquelle nous avons fait allusion ci-dessus. Mais il est notoire que relier en permanence son architecture poétique innée de sa personnalité et de la culture. Sa vertu architecture de bon goût transformé en toutes les formes émergentes de sa main habile droite. Il est valable pour la construction architecte formule poétique. Dessin virtuose, fabriqué ses plans comme l’impression des manuels. Chaque avion Guillermo González est un document précis et grammaticalement correcte». Je l’ai médité les pensées suivantes accrochées à certains carrefours de l’intrigue, dans le but de transmettre, à travers la lecture, l’héritage humaniste de son temps à partir de 1920. Je vous demande de prendre ces réflexions sont bienveillants, parce que l’acte de lecture, telles que la recherche et l’écriture, exigent de la patience et de la solitude; confrontation entre la réalité et le mythe; et un lien fort entre la mémoire et le rappel.

Il semble comme si je l’avais connu que quatre fois en huit décennies. A chaque fois, les circonstances étaient différentes, aussi les décors et les acteurs, le casting, les témoins et le témoignage.

Dans l’un des avions de sa thèse à Yale, GG écrit un paragraphe révélateur: «La ville de Santo Domingo est dans les tropiques, la cour est protégée contre les températures élevées par un énorme parapluie et un auvent. De larges pans de tissu vert suspendus du cadre et laissés ouverts sur trois côtés pour assurer une bonne claire-voie de circulation. La chaleur étouffante dans ces latitudes rend la construction des murs extérieurs de grande épaisseur est nécessaire. La cour est utilisée pour des concerts et des réceptions. L’hôtel de ville est située à l’entrée de la ville pour les arrivées par voie terrestre, maritime ou aérienne. Il sera particulièrement important pour les réceptions officielles pour les visiteurs distingués».

Ces jours-ci une autre exposition intitulée «Goût Moderne: Art Déco à Paris, 1990-1935» est célébré. Deco est une forme

Le plan général du projet pour le siège de la mairie de la ville de Santo Domingo a été développé autour d’un axe longitudinal

Le destin a décidé que nous avons travaillé ensemble dans «les années soixante» à l’Ecole d’Architecture UNPHU, et maintenant, cinquante ans plus tard, «deuxième décennie de l’an deux mille» il m’a rencontré à nouveau comme nous l’écrivions cette approche biographique, plein de nuances représentation héroïque que je l’ai décoré avec des références historiques.

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par un cour à ciel ouvert et un salon dont le descriptif figure dans le support reproduit, ce qui explique le Palais du Peuple est couvert par une structure (parapluie), et entouré par des galeries ouvertes et une claire-voie (claire-voie) pour assurer une ventilation et un éclairage adéquat. Un détail ornemental, une sorte de retable (néoclassique baroque) qui se manifeste dans les programmes scolaires l’école d’architecture qui a étudié Guillermo González apparaît en arrière-plan. Une ville dans la mémoire: la ville en mémoire La ville que Guillermo González,a construit et remporté, a été décrite dans un essai où le développement de l’avenue côtière est génériquement appelé «le Malecon» et à l’origine appelé Avenue Columbina. Ce travail, qui doit être plus grand (au moins 20 mètres profil) réoriente le tracé urbain, réglez la morphologie de la ville et fournit la base géométrique pour un système rationnel de sa structure de route. Le début de coïncide avec un concours pour construire un parc dans le parc de la Plaza de Columbine (Office National Colombina). Le résultat final était de créer un environnement amusant, le paysage et l’horizon est maintenant une demande de loisirs. Lorsque la Foire de la paix a été construite, en 1955, installé sur l’extension de cet axe est-ouest, l’espace est organisé selon une ligne nord-sud, le grand boulevard de la ville, créant ainsi un circuit importante de la gestion d’entreprise délimitant le polygone central. Programmé et exécuté dans quelques mois, le site de la Foire (Centro de los Heroes) avait une porte d’entrée, une grande structure éteinte. Il était une ligne horizontale difficile. Lors de sa bordure ouest, une forme colosse» avec les bras levés: dans une paume d’une main tenant une colombe dans l’autre univers. Dans cette ville, GG est né et vivait , en se déplaçant entre les images d’une histoire vieille de plusieurs siècles; les fantômes et les patriotes pessimistes alphabétisées, que la littérature a romancé dans Navarijo, ce quartier qui étendait de la porte de San Gennaro, le Fort Concepcion et la route de San Carlos, jusqu’à la Puerta de la Misericordia et ses quartiers, son homologue dans la planification des immobilisations, M. Veloz décrit en détail dans La Miséricorde et ses environs 18941916, ou Lettres à Evelina de Moscoso. Dans le même lieu où vivait González, les membres de la même génération comme José Ramón Báez López-Penha , étaient témoins de ces événements urbains subies par la ville au début du XXe siècle. Dans son livre Pourquoi Santo Domingo ainsi, il raconte comment il a procédé à la construction de l’avenue de l’Indépendance, qui a été généralement appelé Güibia route ou Camino de San Jeronimo. Entre 1909 et 1911, ils ont réalisé des travaux importants, et ont eu à surmonter les difficultés parce que le profil du terrain était pratiquement à l’horizontale de l’est à l’ouest. En raison de cela, les drains ont été accueillies avec fossés ouverts et les égouts ont été construits plus tard. Báez, grand maître, raconte également les solutions urbaines à proximité de la Plaza Bolivar Avenue Colombina jusqu’à; l’agencement de la rue Dr. Delgado; Danae Street et Báez Osvaldo et de traçage à travers le George Washington Parkway Plaza Colombina à sa jonction avec le boulevard Sabana Larga a été appelé, et la terre de M. J. Galvan et la succession Thorman. GG, avec dévouement exclusif de l’architecture, il a raté la chance d’avoir créé une école et un style. Il a choisi la solitude et ne se rend pas compte qu’il a été isolé, sans autonomie, sans souveraineté. Réprimé, perdait peu à peu leur estime de soi, donnant l’impression de souffrir de la nostalgie pour ne pas être au bon endroit au bon moment ... celui où les grandes décisions sont prises et des arguments importants sont discutés; où ils ont proclamé avant-gardes; où de vrais talents sont reconnus; et où la dynamique du temps, il est construit. Il n’a pas remarqué, au milieu de la dictature, la contradiction se produit dans la lutte dynamique entre égaux, où ils ont tendance à gagner ceux qui ont plus de ressources que de simplement offrir la vocation et le milieu universitaire. Dans


nos moyens limités, il était le meilleur. Depuis son retour ébloui et a gagné une reconnaissance immédiate. Il a fait l’erreur d’entrer dans une minorité qui avait une opposition limitée, qui n avait du talent. Cela ne suffit pas, cela ne suffisait pas. A cette époque, il y avait aussi de mettre en péril d’autres compétences dont il n’a pas besoin.

L’emplacement de ces propriétés est la cause d’origine de l’image désolée présenté à l’œil du voyageur ou le touriste lors jusqu’à nos plages. Cours très pauvre apparence, cabanes misérables, cuisines démantelés, linge sale, tout ce triste jeu souk très marocain, est ce qui se félicite de l’étranger tout en restant sur pieds-planche sur le pont de la vapeur».

Quand tout est terminé, le temps et l’espace ne suffisait pas non plus. Dix ans plus tard, son petit univers a cessé d’exister parce qu’ils ne comprennent pas les changements, ou la polarisation politique, ni le dialogue, ni la guerre froide, ou des idéologies.

Quelle est l’impression que ceux qui viennent de recevoir la première ville?, réponde comme suit: «Avant l’ouragan de 1930, l image de la cour était déjà niche bien sombre dans les roches de la Caraïbe; mais après météore furieuse la situation a empiré et aujourd’hui serait presque impossible d’essayer de décrire comment y mourir l’esthétique, de la santé et de la planification urbaine, et comment abondent et prospérer la désolation, la laideur, la tristesse et les débris. Pas plus se souvenir d’un souk marocain; il semble maintenant la côte de villageois de l’île polynésienne».

Mythologie et l’enthousiasme d’un adolescent Assurément, il sentait la puissance de la mer des Caraïbes. Pour un adolescent, il est le temps de faire des promesses au vent et de construire des illusions. Depuis une fenêtre manquant, il percevait les environs: la ville de trente mille habitants, installés sur une route qui a atteint un itinéraire beach-resort ce vieux itinérante sur un tramway tiré par des chevaux. Aussi, il aperçut la grande place de la Commission nationale colombienne, délimitée par Calle Larga Sabana et les récifs de la mer des Caraïbes. Il vivait à la rue Hondovalle, en bordure de la maison Báez, construit sur une longue parcelle étroite. Sûrement il a discuté avec eux et a joué, à respecter les coutumes qui évoquent la ville historique. Les registres de cartographie en trois cartes établies en 1900, 1923 et 1927. Un quatrième est 1938, et est signé par Báez López-Penha, avec la mise en page de l’avenue de l’Indépendance et construits et alignés trébucher sur le château où il se connecte San Gerónimo avec l’avenue projetée George Washington: le Malecón. Je me souviens distinctement que si cette extension a causé la destruction des ruines de cette fortification qui avait récemment rafale, une explosion a été entendue dans toute la ville, un événement qui fonctionne également dans ma mémoire. Face à un paysage changeant, multiplié, nous avons remarqué que les traditions, les coutumes et le climat ont également changé. Ils sont de nouvelles versions du même discours, suppléments culturels, l’identité transformé, conscient de soi et traitées. Il a également changé précipitations était une fois régulièrement et pas maintenant. Cependant, les amandiers ont encore leur chute en Février, lorsque ses feuilles deviennent rouge et jaune, verser une beau costume multicolore à rhabiller, un calendrier pour la couleur dans la première ville, équinoxe solaire insensible 21 ou le 23 mars Septembre. Pas plus que l’solstices, l’astronomie défini comme les points de la plus éloignée de l’écliptique Equateur céleste et la saison où le soleil atteint ce point ... Ces traditions évoquent la ville historique, l’épicentre de l’activité pour la durée d’un équilibre harmonieux entre la population et le territoire. Lorsque cette harmonie a été brisée, les coutumes ont changé, de nouveaux modèles ont été imposés et les cours dominés par les fruits d hier, des parkings sont maintenant construits. La ville a débordé et a occupé les collines et les vallées. Là où a grandi canne, grandes banlieues résidentielles et les grandes villes ont augmenté. Les résidences ont des jardins magiques; les banlieues, une philosophie aléatoire. 1932 Eng. Juan Manuel Pellerano, qui a été le doyen de la Faculté de génie quand nous sommes entrés à l’université, a publié une colonne dans le Listin Diario intitulé «Remarques Techniques». Plusieurs d’entre eux ont été consacrés à la modernisation de la côte. Octavio Acevedo, l’encours de génie civil et d’arpentage professionnel natif de l’ingénieur San Pedro de Macoris, a déclaré dans le même journal indiquant ce qui suit: «La bande côtière référant étend sur une distance de 350 mètres entre les extrémités des rues Isabella et 19 marzo et fait partie de la rue José G. García, dont les maisons, dans toute la voie, ont leur cours presque sur le rocher ou une falaise.

Scolarisés, Guillermo González a pris le chemin que le destin avait réservé. Chance, l’opportunité et l’illusion seront convertis, a attirer une voie inattendue. Il était un exil à l’inverse, un détachement souhaité que finalement envoyé le jeune adolescent de talent que de la ville, sans eau ni égouts course, la ville anarchiste, désordonné, chaotique et décousue. Entretemps, ce qui se passait ailleurs? Qu’en est-il lorsque les fils du destin déménagent ... où les noms sont écrits univers ... où le cours de l’histoire est orienté ... où la machine de révolution industrielle ... où les changements technologiques et les forces réelles de la civilisation ont inventé? Les réponses à ces questions peuvent être trouvées dans les livres, beaucoup d’entre eux dédié à l’art, de l’urbanisme et de l’architecture, dont certains ont été étudiés par Guillermo González et William González, aussi Américain Vitrubius: Manuel à l’usage des architectes du Civic Art; ou du Plan de Chicago, publié à l’origine en 1908 et récemment réédité par Princeton Architectural Press.

York, et certainement la modification et la systématisation de Washington et Foire internationale de Chicago (Chicago Columbian Exposition de 1893). Les auteurs soulignent Ebenezer Howard (1850-1928), qui a publié en 1890 un traité sur l’urbanisme: Garden Cities of Tomorrow. «Ce modèle a été proposé en réponse à l’absence de logements pour les travailleurs et la nécessité d’établir un nouveau concept de la ville avec un système d’organisation différente ... une communauté établie dans un environnement naturel et donc séparé de la grande ville, mais bien relié par chemin de fer, dans laquelle les gens ont une certaine autonomie de la ville ... Howard fondée en 1899, le Jardin Villes Asociation qui a développé en 1903 la première ville-jardin: Letchworth. Cette ville a été construite par les architectes Barry Parker et Raymond Unwin dans le nord de la ville de Londres. Plus tard, il a établi des relations avec des architectes allemands Hermann Muthesius et Bruno Taut a permis de développer les principes de salubrité et d’habitabilité dans de nombreux projets de logements à Weimar». Howard a été impressionné par le roman de Edward Bellamy, Looking Backward. Il décrit une société sans conflits de classe, organisée collectivement dans une sorte de capitalisme d’Etat. Pas plus tard que le livre de 1957 Edward Bellamy a été une lecture obligatoire dans les cours sur l’histoire de l’urbanisme et de séminaires liés au développement urbain dans différentes universités internationales. Je possède un exemplaire publié en 1951 le livre d’Edward Bellamy je devrais étudier pour préparer un essai à l’Université de l’Oregon, et seulement après de nombreuses années, je suis parvenu à intégrer à la culture architecturale et urbaine européenne. Il est clairement défini dans ma mémoire l’influence académique sur des chemins que Guillermo González a conduits dans ses premières œuvres. Toujours en 1955, ces critères Foire persisté soumis à un système classique d’axes orthogonaux interrompues par des cercles et demi-cercles.

En Mars 1924, la deuxième édition de L’Architecture de l’Humanisme, G. Scott, dont la préface est datée 1914. Cependant, je considère qu’il est d’une importance primordiale et de grand impact éducatif en Amérique, les approches et les idées des fondateurs ont été publiées Bauhaus et CIAM (1928-1953). Le principal idéologue était W. Gropius, qui a émigré aux États-Unis, comme Mies van der Rohe, et qui, avec F. Lloyd Wright et Le Corbusier, dominé, à sa source, le processus a couru l’architecture contemporaine.

Les auteurs abordent à partir de la cinquième chapitre (Indice général de la première partie) du livre, le romantisme nordique et Art Nouveau catalan. GG à l’hôtel de ville de la capitale suédoise était son modèle. Stockholm clé de travail à Guillermo González City Hall, a été construit entre les années 1905-1923. Ceci est un «récif romantique» à la recherche de racines indigènes. En Catalogne, le mouvement moderniste et ses protagonistes dialectique enregistrées les goûts de Gaudi et Domenech Montaner.

«On peut affirmer avec une certitude absolue que tout architecte contemporaine a mené un travail comparable à celui de Gropius. Son enseignement couvre l’ensemble du domaine de l’architecture et pénètre largement dans le domaine du design industriel. Notre vie quotidienne est entourée par des objets qui ont été créés par lui et ses étudiants: articles ménagers, luminaires, armoires, chaises et toutes sortes de meubles aujourd’hui appelé fonctionnelle elles étaient originaires de l’école du Bauhaus, fondé par Gropius. De là, ils ont pénétré rapidement dans l’industrie quand il a réalisé ses mérites et le potentiel commercial».

Le chapitre six est confronté à l’initiative d’un centre de relations réorganisent l’artisanat à l’industrie: la Werkbund. Le septième chapitre a été appelé «Le classicisme moderne: Architecture sans Vanguardia». Le huitième, «La contribution historique Vanguard: Du cubisme à la fondation du Bauhaus (1906-1923)». Plus tard (neuvième) les «grands maîtres» qui étaient également membres de Guillermo González apparaissent. Le titre du chapitre est commencé par un texte par le titre suivant: «Le Corbusier et le Poème du formulaire».

L’éloquence de ces grands architectes, en particulier celle de Gropius, impacté le professeur González. Le grand architecte allemand était connu depuis 1911 pour ceux qui ont jamais âgée de postulats à la présente. La citation ci-dessus apparaît sur le revers d’une édition castillane de son livre intitulé Portée de l’Architecture Intégrée, dont le contenu remonte à des interviews, des articles, des conférences et des contributions au CIAM, publiées à partir de la troisième décennie du XXe siècle.

Le travail a été discuté structuré, indépendamment de la chronologie des événements, afin de raconter l’histoire de l’architecture à des conditions arbitraires, y compris les deux guerres mondiales qui ont conduit à une mondialisation de la petite avant-garde et les grandes initiatives en architecture et dans l’art. Le livre enregistre à Gropius l’énorme effort de Bauhaus. L’architecte a écrit que «le commerce et l’industrie sont continuellement rapprochés». Voyons comment ils contredisent le paragraphe suivant critique, tout en soulignant ce que Gropius avait toujours nié:

Réitérant l’architecture contemporaine: l’arrière-garde Le texte écrit par Manfredo Tafuri et Francesco Dal Co pour le volume sur l’Architecture Contemporaine, Aguilar Collection, commence la conduite d’un chapitre intitulé «La formation de la culture urbaine» en Amérique du XIXe siècle. D’autres chapitres sont consacrés à l’analyse des urbaines modernes et comptent sur la culture américaine à la fin du XIXe siècle: les critères qui guident le Central Park de New

«Le travail de Gropius ferme définitivement le temps de la Werkbund; le bâtiment Bauhaus doit son propre caractère héroïque à la tradition qui vit là-bas et elle dit. Le nouveau Künstlerkolonie est parfaite expression d’une manière qui équilibre tout “communauté” pacifique Werkbund avait préconisé. En ce sens, les sponsors de projet de médiation Gropius, en tant que directeur du Bauhaus, trouve sa pleine clarification dans son architecture; tensions à la veille GUILLERMO GONZÁLEZ | 317


définitivement résolues dans un “style”. Ce qui suit que Gropius est le premier prisonnier, malgré toutes leurs protestations du contraire». Plus tard, il est le tour maintenant de deux piliers du mouvement moderne: Frank Lloyd Wright et Mies van der Rohe. Le premier contient sa propre essence idéologique dans ses tons aigus prophétiques et nourrir le mythe de sa propre isolement. Livre Tafuri-Dal Co que béatifié en paragraphes comme ceci: «Dans les années 1930-1940, Wright aiguise ses propres tons prophétiques. Marginalisés dans les préparatifs qui conduisent à la réalisation de l’Exposition universelle de Chicago de 1933, alimentant le mythe de sa propre isolement, donnant forme définitive avec la création de l’Taliesin Fellowship. Sa résidence, sans tentatives dépourvues d’opération spéculative, devient une communauté de disciples qui gravitent, suivant des règles rigides inspirés par Olgivanna, autour de l’enseignant. Le domaine de Wright sur le travail de la communauté est tout. Il est d’avoir accepté l’exposition “défi” du Musée d’Art Moderne, 1932, avec la Maison de la Table (1931), Taliesin Fellowship de Wright commis dans sa réponse finale au style international: projet Broadacre City. Broadacre est un acte de recyclage sur toutes les propositions des années précédentes et le point de départ pour les chefs-d’œuvre des années 1930-1940». La deuxième, Mies van der Rohe, a été accro à certains des aphorismes, des lignes de pensée qui ont été la clé du style international, «Nous ne connaissons pas les problèmes formels mais seulement constructifs», a déclaré; «Le moins est plus», at-il noté dans un 1923 essai Tafuri et Dal Co décrit cette attitude comme suit: «La voie n’est pas le but de notre travail. Pleine réalisation formelle dépend du type d’effort que nous nous sommes fixé. Il est l’expression élémentaire de la solution correcte. Nor nous sommes à la recherche d’un style. Veulent aussi à tout prix un style est le formalisme. Nous avons d’autres pensées. Nous voulons libérer la construction de la spéculation esthétique; nous voulons construire et véritablement build signifie seulement.» Les auteurs ont identifié, condamnent cette attitude idéologique affirmant que «Mies construit le silence. Trivialité et l’isolement des signes sont clarifiées: le bâtiment est présenté dans le schéma qui lui est propre nature technique». Guillermo González a pris cette idéologie en utilisant la langue d’autres termes. Le but était de souligner que l’architecture moderne, le fonctionnalisme, se cramponnait au critère d’une simple... la netteté des lignes; la capacité de prendre l’espace, de la proportion. Tout cela est arrivé alors que Guillermo González a étudié, et même si il peut influencer apparaît et réapparaît dans ses premières œuvres tout en colonisant la ville que Trujillo voulait parrainer, et qu’aucun projet formel. il est intimement liée comme les autres architectes de sa génération. Un autre livre portant le même titre Architecture Contemporaine professeur Corrado Gavinelli traite de la même période historique, en articulant une analyse précise, en évitant une approche chronologique, et la gestion d’une analyse critique splendide. Édition castillane de LIBSA est de 1998 à 1999 et se développe le phénomène postmoderne dans les termes suivants:

déchirement, fissure, ou l apparition de crises symptomatiques de réalisation formelle, de la définition de l achèvement d’interruption, qui se déforme et détruit la compacité apparente dans son apparence stable ....». Il pourrait aussi être interprété comme «images dramatiques» ou catastrophe “de l’insécurité endémique» entre la réalité physique et l’avenir inconnu, d’où le thème de la ruine et la lacération émerge. Arrogant présence d’un architecte Guillermo est mort au début des années soixante-dix après avoir brièvement savourer la douceur du postmodernisme. Il était très fier de la façade néoclassique avec un portail conçu pour un bâtiment en face del Parque Colón, ce qui pourrait être envisagé dans une approche postmodernisme historiciste timide. Certains de ses éléments ont été interprétés les modèles apparaissant dans un livre qu’il m’a donné quand il a démantelé sa bibliothèque. A cette occasion, je l’ai dit, qui n’a pas pris la peine de se débarrasser de sa collection de revues d’architecture, car ce qui les intéressait a été déposé, bien organisé dans des dossiers et examiné de près élaboré. Leurs descendants peuvent les avoir, dans ce cas, ils pourraient, jamais, aller dans les archives de la bibliothèque de l’École d’architecture UNPHU, qu’il a fondée avec d’autres collègues. Il était mon professeur dans les années cinquante, quand je savais encore presque rien de ce que je vous écris aujourd’hui. Ce ne fut pas exactement un professeur, mais l’atelier enseignant stagiaire. Il ya enseigné, corrigé, la transmission des connaissances et de l’expérience injecté. Son érudition m’a appris qu’il y avait un peintre qui avait créé un mouvement d’avant-garde appelé «Neo» approche sans ambiguïté à l’art de l’architecture, la géométrie, la droite et la couleur. Puis je rencontrai jamais Piet Mondrian, un essai intitulé «Mondrian ou l’alchimie Neo», explique l’un des pionniers et fondateurs de la peinture abstraite. Les influences de l’école de peinture à La Haye, le fauvisme et l’impressionnisme Van Gogh perçus dans ses premières réalisations. En 1911, il participe à l’exposition du printemps Salon des Indépendants à Paris; là, il a rencontré les œuvres cubistes de Braque et Picasso. Une fois, je me suis arrêté à ma planche à dessin (1954). Imagination, la mienne, était occupé par trois icônes byzantines enseignant conservé sur une étagère à la maison (cadeau, si je me souviens bien, un frère de Malaga, le Christ de la Bonne Mort). Après avoir discuté de mes croquis, je superpose une feuille de papier sur les élévations. De là est venu une composition éblouissante. J’ai osé entrer dans une procession de saints et de vierges, un certain nombre de fenêtres ils ont joué de petits saints polychromes peints sur de petits panneaux, miniatures près de vingt centimètres sur les deux côtés. Surpris dit, «Sont-ils le vôtre?!» ... Puis il a demandé, incrédule: «Où avez-vous appris à dessiner?» La réponse était simple: «Dans l’École des Beaux-Arts avec Manolo Pascual». Ce bien-aimé Street School Mercedes, a commencé dans les années quarante avec un petit groupe d’étudiants dans étaient Domingo Liz et Paul Giudicelli. Mais ceci est une autre histoire pendante qui sera écrite. Comme on peut le voir, l’histoire de l’art sont constamment réécrite; Il est structuré avec des noms comme avec idéal.

«En prenant comme base l’admission des changements majeurs de ces cinquante dernières années du XXe siècle, ce travail considère que le développement de l’architecture contemporaine à partir de ses locaux pour le traitement et l’opposition à la tradition du mouvement moderne, pour atteindre une examiné et interprétation systématique des aspects spécifiques de la postmoderne actuelle, selon les types généraux et récurrents, qui distinguent clairement la tendance actuelle aujourd’hui (Maniérisme, Double Code, l’ambiguïté, l’ironie, l’hétérogénéité, la complexité, eclecticisme, historicisme, le populisme, la participation, semanticisme».

Une version de cette composition qu’il avait créée sur mes croquis maladroits, réapparu dans la salle d’exposition converti en ensemble du Saint-Siège. Finie mes fenêtres et trois icônes (le dictionnaire enregistrée comme un mot grave: icône), mais restent en mémoire byzantine images qui venaient de Malaga, et que sûrement ont regagné leur lieu d’origine. Cependant, je retiens quelques aquarelles de ces fenêtres. Faisant maintenant partie de ce mémorial qui a commencé dans une ruelle appelée Hondovalle où GG vécu, et la cartographie Casimiro de Moya, 1900, et enregistré. Maintenant, il a appelé Crucero Ahrens en l’honneur de ce navire qui est arrivé en 1930, à côté de la nourriture Danae de l’Angleterre après l’ouragan dévastateur San Zenon.

Le Semanticisme intègre l’utilisation de la fente, que Corrado Gavinelli interpréte comme suit: «... blessure, lacération,

Dans cet environnement, il construit ses premières œuvres dans les approches théoriques du rationalisme fonctionnaliste.

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Appartement-maison avec des plafonds bas; un petit escalier; cabines marins; simplicité trivial; expression élémentaire; il m’a fallu pour écrire un article que j intitulé «Quand les plafonds sont élevés». Dans l’un d’eux, il vivait avec sa famille. Il était un penthouse de modèle, sentant Mies van der Rohe. Après avoir colonisé la promenade avec ses œuvres emblématiques (dans les années quarante), et de créer le parc des expositions (dans la cinquantaine), un après-midi en 1959, assis sur le balcon couvert Casino Güibia, je l’avais conçu près de la célèbre station thermale de loisirs qui a servi a de nombreuses générations, j ai rencontré GG pour discuter de l’architecture. Je voulais lui dire ce qu’il avait fait pendant le temps que je suis sorti du pays entre 1956-1958. Le dialogue de l’après-midi était particulièrement fluide. Je reviens d’un voyage d’étude qui m’a pris d’abord en Espagne, Italie et Etats-Unis: New York, Chicago, Austin; Texas, la Californie et enfin l’Oregon, où il entra à l’Université pour profiter des études de troisième cycle. Puis Mexique par terre de San Francisco, visitant les maisons à Carmel roman. Nous avons parlé de la survie du classicisme aux Etats-Unis «art public» et la puissance et la présence de la mythologie grecque et romaine. Comme par magie, la figure du GG a été mis sous tension et a adressé une vibrante défense d’un sculpteur qui il a rencontré. Il est né dans les forêts scandinaves sauvages: Carl Milles. Il m’a fortement recommandé d’étudier son travail. Des années plus tard je me suis rendu le travail des Milles au Metropolitan Museum de New York et son jardin du musée à Stockholm, en particulier la Fontaine des Muses qui était situé à l’escadre Lamont sur le premier étage de la gigantesque temple des arts à New York. Le corps de l’eau dans laquelle ils ont été installés sculptures en bronze a été démantelé en 1985 et a déménagé à un parc en Caroline du Sud: Brookgreen Garden: «Ce groupe de fontaine se compose de huit grandes figures et sept figures secondaires, modélisés dans un studio à l’American Academy à Rome. Le travail a été commandé par les fiduciaires du Metropolitan Museum of Art en 1949 et la coulée de la fin étaient des personnages juste achevé et livré six mois avant la mort du sculpteur en 1955. Le groupe a été jeté par Bearzi Foundry à Florence, en Italie». Actuellement, le groupe est en Aganippe Milles Garden (jardin du musée) je me suis rendu avec Angelica en 1963, lorsque nous avons déménagé de Lund à Stockholm après avoir assisté à un séminaire sur les scientifiques régionaux. Il est fascinant maintenant de dire la relation mystérieuse entre le mont heliona, et le plan pour un zoo auquel je suis affecté comme un exercice pendant mon séjour à l’Université de l’Oregon. Le site était colline à côté de l’Université (Skinners beauté?). Je réussis le projet, en supposant que la mythologie grecque, le mont Parnasse, le plus haut sommet, la maison d’Apollon et les Muses. Les sources d’eau sortant des gorges de la montagne et le jardin-zoo, idéalisée, a été occupé par des demi-dieux, monstres et préhistorique parc animalier. Au sommet, je projetais un zodiac dans le centre d’une tour comme une épingle, dont la tête était affût du soleil et qui aiderait les anges a pouvoir se reposer, augmenterait. Combien d’anges tenir sur la tête d’une épingle? La tradition veut que les moines byzantins se divertissent de réflexion sur ce secret théologique tandis que les troupes ottomanes sont occupées par Constantinople. Je conceptualise ma volonté de transformer en un musée des figures mythologiques qui étaient les symboles des quatre évangélistes: le lion de San Marcos; l’aigle de San Juan; le taureau de Saint-Luc; et l’ange (homme avec des ailes) de San Mateo. Aussi centaures, Pegasus, les dauphins, les satyres. Des années plus tard, la magie ou le destin, pendant le gouvernement de M. Balaguer nous demande, par l’intermédiaire Rafael Tomás Hernandez, accompagné par Manuel Valverde, de concevoir le Zoo National. Il était un personnage complexe et les grandes entreprises pour les


multiples spécialités interviennent nécessairement et exigent un tel projet. Le site choisi était un lieu riche en biodiversité, une réserve naturelle où divers écosystèmes avec des ressorts d’eau douce sur un site connu comme Arroyo Salado long de la rivière d Isabela à sa confluence avec la Arroyo Hondo. Une colline surplombant l’unité géographique riche en faune et flore.

et horizontale. Il était une habitude que je prenais toujours et inconsciemment à pratiquer quand je vous écris.

Tout cela est arrivé dans la ville de González, qui se comportait comme un vieux sage femme qui avait un visage jusqu’à ce qu’il est arrivé. Par la suite, il a assumé le pouvoir que le destin lui a donné. Equipé de l’énergie d’un corse, une force de premier plan, et la force d’un colonisateur, pourrait créer un archipel cosmique, de la Plaza Colombina, arriver à l’Hôtel Jaragua, où un journaliste a demandé un matin en 1945:

Je suis honoré et reconnaissant pour l’invitation de l’architecte Gustavo L. Moré, pour exposer mes souvenirs de Guillermo González Sánchez, le grand architecte dominicain qui a effectué les travaux en cours, des propositions novatrices de design moderne, qui ont apporté de nouvelles idées pour les dessins de notre pays, idées qui ont grandement influencé la construction de l’architecture dominicaine. J’utilise le terme construction de l’architecture dominicaine, pour se rappeler l’œuvre monumentale coordonnée, gérée et décrite principalement par l’architecte-Moré —Histoires pour la construction de l’architecture dominicaine, 1492-2008 (Collection E. Leon Jimenes 2008)— patrimoine inestimable contribution qui nous permet de comprendre l’origine et le développement historique de notre travail constructif.

«Qui l’a conçu?» Demandai-je Tony Vaughn, le gestionnaire de Jaragua, lorsque nous avons rencontré un matin à sept heures pour le petit déjeuner. «Guillermo González» at-il dit. «Il est un architecte dominicain qui a remporté des prix dans le monde entier. Il est ici chaque jour. Nous construisons soixante nouvelles chambres et quelques bungalows derrière la piscine .... Il était difficile de dire à M. González que les hommes qui fréquentaient le hall, ont été a la recherche de quelqu’un assez jeune, frais et épais et insensible, aussi moderne que demain, modéré, affable. Il était tout, un assez grand, physique bien défini, environ quarante-six ans, avec un visage bien sculpté, avec des moustaches, cheveux courts, grisonnants, une élégance qui a suggéré la formation militaire; chaud, homme amical avec des yeux bruns ...» «Je lui demandai si les architectes ont utilisé la couleur en particulier, ou si non, comment ces bâtiments comme le Jaragua peuvent maintenir leur blancheur? “Eau de chaux lime simplement la peinture, ils l’appellent. Cela donne une finition lisse et est à faible coût”, a déclaré M. González. “Nous avons peint deux fois par an”. Bien sûr, at-il ajouté, “nous ne pouvions pas l’utiliser à New York”...». Le curriculum vitae de Guillermo González, produit par Gustavo L. Moré dit qu’il a étudié au Collège St. Thomas était quelque part dans la ville coloniale où je me trouvais aussi écolier. L’endroit qui me correspondait faisait partie de la place de la Regina Angelorum, dominée par l’église du couvent de dominicaines, dont le cloître a été détruit au moment de Trujillo pour soulever l’École Normale de dames qui sont allées avec le professeur de la discipline de fer Urania Montas. Append: sur votre patio une enceinte expérimentale a été installée. Le CV enregistre également votre voyage à Philadelphie. Puis Málaga en 1926. Peu de temps après, il entra à l’Université de Yale et jouissait d’une bourse d’études en 1930, et un séjour dans les bureaux de Edward Durell Stone, jusqu’à son retour à Santo Domingo pour commencer sa brillante carrière. Des années plus tard, 1964, nous avons travaillé ensemble dans le Comité sur la réforme de l’Université de USD, a fait un groupe de travail avec Manuel Baquero Ricart et nous. Nous avons été chargés d’élaborer un programme de master sur le campus qui a été interrompu par les événements qui se sont déroulés en 1965 plan. Plusieurs fois, je l’ai vu tirer: la règle T et les supports sur une grande table, où il n’a jamais manqué une échelle triangulaire allemand fabriqué par la maison Staedler. Ériger et la main solitaire, presque absente, souple et ductile droite. Il a exercé une expertise stricte le don de la pensée créatrice de conclure. Puis il a montré sa silhouette athlétique, de débauche, et son regard franc et arrogant. Mettre en œuvre l’utilisation du mot est un acte qui a toujours accompagné par un léger sourire. Simultanément, elle met sa bonne humeur alimentée par malice élégante d’un bon bourgeois ou bohème. Sa première leçon était de toujours placer une figure humaine, dessinée avec compétence, à l’occasion de l’échelle verticale

Guillermo González Sánchez: Grand Architecte dominicain Rafael Tomás Hernández

Cette fois, il a entrepris la figure de sauvetage de Guillermo González, le grand architecte dominicain entre 1935 et 1960, a effectué des travaux qui mettent en lumière notre patrimoine architectural, qui meurt malheureusement, il disparaît, comme dans le cas de l’Hôtel Jaragua démoli et Hôtel Hamaca absorbé par les réformes qui oblitèrent l’architecte maître d’origine González. Ses œuvres que Parc Ramfis, Eugenio Maria de Hostos aujourd’hui, ont attaqué, modifié et rénové, perdant de nombreuses caractéristiques originales. Guillermo González hôtels conçus, les parcs, les centresvilles, les résidences. L’ancien hippodrome Perla Antilles, la caserne des pompiers, les œuvres de travailleur centre social a été confiée à lui pour la célébration du centenaire de la République, ils sont des prototypes originaux qui ont une influence significative sur l’architecture de l’hôtel dans les Caraïbes. En 1940, les hôtels qui ont servi de référence dans notre pays étaient l’Hôtel Mercedes à Santiago, l’Hôtel Président, Fausto et la gloire à Santo Domingo. A Puerto Rico le plus important hôtel de référence était la Normandie Hôtel San Juan. A Miami, nous nous souvenons l’Hôtel Columbus ou les Everglades. Guillermo hôtels incluent l’emblématique Hôtel Jaragua, a éclaté massivement dans l’architecture de l’hôtel des Caraïbes. González a également conçu l’Hôtel de la Paix puis Hispaniola, en collaboration avec les architectes José Antonio Caro et Atilio Leon Sturla. Je connaissais un garçon avec de beaux yeux Parc Ramfis. Aujourd’hui, mes 82 années à regarder en arrière ces jours où j’ai eu la joie de partager avec Guillermo, mon professeur, génie de l’architecture dominicaine. J ai personnellement rencontré l’architecte González en 1952. Il aimait à dire: «Je vais avec le siècle, parce que je suis né en 1900». Donc, il aurait 52 et 20. Il savait qui je suis et je l ai reconnu quand il a quitté sa voiture pour inspecter un immeuble d’habitation à Crucero Ahrens. Je me suis approché timidement. Il a remarqué ma présence et dit: «Alors quoi? Comment vous aimez ça? —Oui, monsieur, répondis-je timidement». «Ah ...! donc bienvenu, —m’a t-il dit». Puis il a disparu dans les allées en béton soulignant la porte d entrée de l’immeuble de monsieur, distingué a été intégré dans l’environnement et en appréciant l’environnement par rapport à des proportions humaines. Cette réunion était pas là. En rejoignant l’Université de Santo Domingo, encore indécis sur quelle carrière à poursuivre au sein de la Faculté de génie et d’architecture, je rencontrai l’architecte González. Il m’a demandé si j ai étudié l’ingénierie ou l architecture, je disais que je n’avais pas encore fait un choix. Je lui ai dit que je ne sais pas si je dois choisir génie civil ou en architecture. Il répondit: «Ça va», et a continué de servir le personnel a suivi. J ai eu une bonne impression du caractère: debout, vêtu sport. Elle regarda attentivement et son regard était ouvert et la compréhension à travers des lunettes soulignant ses

yeux clairs, peut-être avec quelque malice, sujettes à dire des choses étonnantes. «Soap sentait bon,» il a dit don Pedro Delgado Leonte Bernard Malagon dans une interview, dans laquelle il a aussi confié que Guillermo González avait été l’une des personnes les plus importantes dans sa vie. Le bâtiment est actuellement Crucero Ahrens modifié et détérioré. A l’origine un prototype qui se distingue parce qu’il introduit une hauteur de huit pieds (2.40 mètres) entre le niveau de plancher et le plafond. Voilà qui a violé une règle établie par la loi 6-75 du Ornato publique et de construction en vigueur depuis de nombreuses années et a établi une exigence fixée pour l’approbation des plans et le travail fini. González architecte a fait valoir que la diminution de la hauteur a été compensée par la ventilation transversale qui a été fixé dans la conception de l’usine. Un autre développement qu a eu le bâtiment a été l’introduction d’auvents en béton sur la façade d’une grande simplicité, et les lignes modernes et élégantes. Ces bâtiments, tous deux situés au Crucero Ahrens, comme l’intersection des rues Santomè et José Gabriel García dans la ville coloniale, soulignant l’impact de la différence entre les hauteurs de mezzanines dans des bâtiments traditionnels sur la norme établie, et la hauteur proposée par González. Cette différence a des implications économiques importantes quand il vient aux bâtiments sociaux collectifs. Pendant les deux premières années au collège, j ai étudié les questions communes avec d’autres races. Et dans ma troisième année, en 1954, l’écart entre les étudiants de génie civil et d’architecture a été créé. Un jour, lors de l’atelier de dessin l’enseignant derrière moi qui me suit a estimé mon travail ... il me regarda en souriant comme si je l’avais su, et a dit, «Hé ... c’est ok, on dirait que vous n’êtes pas un pendejito!» Et comme il le faisait quand quelque chose a été motivé, il a saisi les crayons et gommes tendres, et a commencé à dessiner et modifier ce que j avais fait, ajoute de nouveaux détails: des figures humaines à grande échelle, des plantes, des sections. Il ne cessait de répéter que les bonnes proportions étaient essentielles. Ce jour-là, je pouvais voir l’habileté d’un maître en prenant des lumières pour un dessin technique. Les façades accusées d’ombres reliefs, et en vain, et les volumes augmentent ou diminuent pour acquérir de nouvelles impressions. Lorsque cela se produisait par pairs sans que cela dérangeait, cependant, se promenait avec ses crayons, dessiner des figures et des plantes, un vrai maître qui pourrait imprégner la vie à un dessin technique linéaire plus proche. Il était quelques mois. Lorsque la Commission technique de la Foire de la Paix a été créé, le professeur m’a dit que les artistes avaient besoin, que si je suis intéressé, il pourrait recommander. «Bien sûr», répondit-il. «Mais je me soucie des détails pour éviter mal ma décision. Qui peut être arrangé ... Je vais en parler à Virgil». Virgilio Pérez Bernal était le coordinateur; et don Guillermo, le gestionnaire d’un groupe d’excellents architectes consistant dominicaine José Antonio Caro, et Leo Pou Ricart, don Marcial Pou Ricart, à égalité avec don Virgilio Álvarez Pina, gouverneur civil de l’assaisonnement district national. Il avait préparé une grande salle de l’Intérieur, sur la rue qui a travaillé Benito Monción pour les ateliers de dessin et de coordination nécessaires pour la réalisation de ce grand travail a été effectué. Relativement peu de temps que les mémoires posthumes de don Virgilio Álvarez Pina remplies. Je fus étonné que seulement quatre ou cinq pages consacrées à la juste qu’il a coordonné et dirigé. Le conseil technique est une équipe exceptionnelle. Mais alors qu’ils étaient nombreuses et différentes personnalités. Cependant, il régnait la coordination et le respect. Il ya eu quelques décisions qui ont été déterminantes pour le succès des travaux. Je me souviens quand don Guillermo a proposé et accepté que tous les travaux, gardent un module de base de six mètres par six mètres. Cette décision faciliterait tout Vigueras acier (Truscon) ils peuvent être commandés à l’avance et n’a eu aucune pénurie. Outre la participation d’une équipe

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de «Fallas de Valence», qui a fait un travail impressionnant, faisant buffets, écrans de toutes sortes qui ont donné des raisons à tout le caractère a été atteint. En circulation à peu lourd, mais la participation de l’architecte González lumière qui ne manquait jamais avec les solutions d’architecture des bâtiments. De l’entrée nord du complexe, les bâtiments de la ville, le Congrès National, le Ministère de l’Intérieur et de la Police, le Ministère de l’Agriculture (brûlés ans plus tard), le Conseil d’État du Sucre, le Temple de la Paix, était d’autant l’architecte González qui a opéré en douceur et à temps tout le travail de conception et de supervision. Quand il semblait que le temps serait insuffisant et une extension a été soulevée, la réponse était ... de transmettre la date d’ouverture. Je me souviendrai toujours de l’attitude de Guillermo traitant des éventualités. Il a obtenu au-dessus et au moins apparemment, n’a jamais perdu son sang-froid. Un jour, nous étions sur la terrasse ou porche de l’immeuble de l’Intérieur dans le carré INAVI. Il avait arrêté sa voiture à l’entrée et nous etions tous d’accord pour dire: «J aime la voiture de mon professeur». «Ah!, il est ce qu’il est conçu par Raymond Lowey, un génie français qui vit et travaille aux Etats-Unis, conçu à partir des étiquettes et des emballages de nombreux produits pour l’emballage de produits de machines, des voitures Pullman trains, aux locomotives. Il est un vrai génie». Je ne sais pas pourquoi, mais tout à coup parlé de l’économie en disant: «Il ya des clients qui ne m approchent pas ... de penser que quelque chose va coûter plus cher ... pas, je suis prêt à travailler et faire tout!». Ce jour-là également élaboré sur M. Leonte et dit: «Un Leonte je lui dois plus que quiconque peut l’imaginer». Ne pas oublier que l’après-midi, il était désireux de parler. En 1958, quand don Guillermo retourne à l’Université de Santo Domingo, vous souvenez-vous de prendre les préoccupations et les questions que les étudiants: «Professeur, que pensezvous de cette copie? Cette échelle est conçue comme une réponse qui rappelle les escaliers vers les salles de bains de la terrasse de la plage de l’Hôtel Hamaca à Boca Chica». Et avec la sagesse et l’humour qui le caractérisait nous répondre: «Eh bien, copier lui-même est pas mal ... mais vous devez copier». Il était le jour à lire des magazines et des documents. Nous avons parlé à des lieux de proportions. Pour lui, la meilleure échelle doit être configurée avec une colonne montante de 16 cm. et une empreinte de 32 cms. Et ce qui a contribué à la conception des proportions liées à la figure humaine. Une fois que nous avons demandé: «Professeur, et ce que vous pensez des pergolas, ajouré, revêtements décoratifs et d’autres détails?». Sculpturale décoratif proliféré projets qui permettent à l’air mais pas les visuelles. Nous avons dit: «Eh bien... Je ne sais pas comment ils obtiennent la rémunération qui.... Parce que je ne le fais pas». En 1950, clos une décennie qui a inclus les travaux du Centenaire de la République. Certaines entreprises et les sociétés d’ingénieurs et d’architectes en compétition dans un marché limité dans la construction, Juan Isidro Bernal et Alberto Bonnet ont été dilués, et ont surgi Reid & Reyes, jeune créatif, innovant, introduisant des pergolas, des revêtements et d’autres détails architecturaux qui la fascinaient étudiants. Il était nouveau et agréable, mais était hors de la rigueur des approches fonctionnelles, sobre et équilibré utilisés par l’enseignant. Pendant ce temps l’enseignant a été éclairee de dessins avec des ombres ou des crayons de couleur avec la facilité magistrale. Un après-midi en 1964, étaient sur l’atelier de dessin, nous étions très peu d’étudiants de la faculté. Par la fenêtre orientée est venu le grondement d’une foule qui ont été recueillies dans le Parc de l’Indépendance dans une manifestation. Don Guillermo a entendu et traduit par un geste douloureux et dit: «Comment beaucoup d’enthousiasme, combien d espoirs ... et puis ils font tuer les monuments!». La dernière fois que je voyais le professeur voulant m’attirer vers l’étage d’une maison qui n’a pas été faite et qui m’a demandé de venir à son deuxième maison qu’il partageait avec moi. Décidément, il était cordial, était heureux et fier de 320 | GUILLERMO GONZÁLEZ

me montrer un portrait dessiné avec des crayons qu avait fait son ami. Notre Guillermo Francisco «Cuqui» Batista La durée de vie de Guillermo González Sánchez a été définie par l’idéal de «l’art comme un lieu de vérité». En vertu de cette approche, nous pouvons poursuivre notre bien Guillermo surnommé «La Cuaba» quand nous savions même pas le comparer à «Le Corbusier», un autre surnom pour notre Guillermo, rivalisant ainsi avec notre poète Salomé Urena de Henriquez quand son fils Pedro Henríquez Ureña était préoccupé, comme notre Peter, faisant la fierté collective qu il était clair pour parler de son fils. Quelque chose de semblable se produit lorsque nous comprenons le bureau d’architecture urbaine, ou d’évoquer fièrement mentionné ou de poursuivre notre «Cuaba», Guillermo González Sánchez. Avec son frère Alfredo rappelez-vous, pas moins aimé, et son assistant Papeyo Catrain, frère de César et Pucho, frère de notre ami et camarade de classe collège Pedro Pablo Bonilla Portalatín, cousine Aida Cartagena Portalatín qui avait un siège sur un rocher Artistique dimanche matin, où l’art était intronisé comme lieu de vérité. Nous avons continué à se demander comment nous pouvons parler correctement de cet homme dont la présence était pure expression de l’architecture moderne; comment nous nous sentions à ce moment; et comment Guillermo González Sánchez était excellent. «Le Cuaba» à-dire qu’il devait se présenter efficacement, ou la preuve d’astuces et de concepts présentés comme des esquisses de solution dans une véranda atelier de dessin à l’Université Saint-Thomas d’Aquin dans la ville alors Trujillo, a baptisé aujourd’hui comme Santo Domingo; et dans la période 1945-1950 où nous avons eu à le voir jouer comme une idole ou un exemple significatif de profession dominicaine d’architecte. Guillermo cherchait la perfection et la fonctionnalité mise au point, contraint chaque élève, a essayé de comprendre la solution proposée par l’étudiant lui-même et le dessin sur le croquis, des solutions de rechange. D’où le surnom de «La Cuaba» de la torche en bois dissident. Dans ces jours, les étudiants sont venus à connaître ainsi les enseignants partageant avec eux en dehors de la classe. Donc, nous avons réussi à garder Guillermo dans ses vues de ce qui était optimale dans des proportions ou dispositions. Contrairement professeur don Humberto Ruiz Castillo, bon professeur, qui neutralise en nous apportant sa conception des problèmes. Humberto a demandé et accepté les solutions, rapide, beaucoup pour son travail privé. Guillermo cherchait le ratio global de composition de la proportion psychique de la forme des plantes et des élévations et des piercings. Guillermo était un esthète. De ses chaussures blanches et les mœurs et les opinions. L’existence et la présence de Guillermo González Sánchez était toujours un nouveauté, un composé actif et un appareil perfectionniste sans me vanter ou prétentions, nous pourrions synthétiser comme l’architecte universel idéal. Guillermo a toujours donné l’impression d’être ouvert à l’avenir, je le vois effectuer dans son discours discret comme un enseignant, sans distance pour ses élèves de dessiner sur notre travail et reproduits tel que corrigé. Du même bassin de Jaragua, générant disciples et admirateurs. Nous sommes allés tous les jours onze heures-midi à la piscine, surtout pour l’atmosphère, accompagné par un collège camarade Andrés Gómez Du Breil, identifié avec de la recherche des critères artistiques prévus par Guillermo. Guillermo avait à l’époque son bureau dans le bâtiment Copello; puis il a vendu ou donné à Frank Hatton Curiel, où nous allions entendre le jazz samedi, un petit groupe. Dans le Copello, nous avons assisté le bureau Pepe Bonilla, il a également partagé avec Pérez Ramírez, un ingénieur qui est allé en France pour étudier l’architecture; nous y avons rencontré Alfredo, frère et associé de Guillermo et son assistant Papeyo Catrain a qui nous avons parlé le samedi.

Tout le monde comprend que Guillermo a lutté dans la poursuite de la maîtrise de l’art de l’architecture. Dans le bureau de Guillermo, Copello il y avait une grande collection de magazines avec Architectural Record majoritairement américaine et Pencil Point. Dans cette collection l’évolution de la modernité a été réalisée, émerge comme l’existence de la densité de la population et non pas seulement fondée sur la dépossession de style vestimentaire, elle voulait être considérée comme moderne. À la vérité et avec un esprit ouvert, nous disons que n’a pas encore atteint scientifiquement ce que nous voulions à l’origine pour être, une question qui demande à être conceptualisé et déterminé. Le monde de Guillermo a été développé à l’époque de l’apogée de la modernité et donc courait sa vie réussie de l’homme fait et admiré, dans un monde de l’art architectural visible, comme un refuge pour tout l’art complémentaire, car il est encore considéré par beaucoup dans le monde. Aujourd’hui, l’atmosphère sur toute la surface de la terre affirme que la solution architecturale urbaine est amenée à un niveau scientifique, et donc aussi de l’aspect économique, dans tout l’univers. Le chaos qui règne homme intellectuel prétendant mettre pleinement en œuvre toutes les connaissances acquises, comme le maintien de la manière traditionnelle, nous nous détruirons. Guillermo violence à la routine de la composition de leurs contributions, qui peut être défini comme le produit d’une sélection de signes ou des associations fonctionnelles et esthétiques. Un exemple est l’escalier à l’angle ouest de l’organisme vivant dans le Jaragua Hôtel original, puis consacré comme un symbole de Grupo Nueva Arquitectura, signe d’abord fonctionnelle sur le Pavillon Ford au Salon de New York mondiale en 1939. Ce chiffre est seulement un point où nous nous sentons à long exemplaire de course vient de notre Guillermo dans le éthico-esthétique pour l’analyse ou la critique architecturale urbaine-zone dominicaine. Guillermo González Sánchez devient symbole architectural initial de la recherche urbaine de la République Dominicaine. Donc, nous pouvons identifier Guillermo comme notre essence technique moderne. Il cherchait la vérité de guidage. Dans un temps où je l’ai salué à la papeterie Vela Germán, il a dit que l’un de mes projets semblaient faits pour lui, à laquelle il ajoute: «Là où je suis, vous vous situez». Après ce commentaire, je pensais bien orienter dans ma recherche dans le domaine de l’architecture. Pour la Foire de la Paix Pepe Bonilla, assimilé à la famille Trujillo Martínez comme un ami de Ramfis et assistant doña María, eu terres et des projets, avaient prévu environ 6 blocs pour cet événement, mais comme était commun et accepté à l’époque, Il a été laissé de côté. Guillermo nous a rencontré un jour à la maison de l’ingénieur, Germán Vela et nous nous interrogeons sur la raison pour laquelle le bâtiment de la municipalité a été conçu par Pepecito Bonilla eu le côté court plus long que son côté court. Je lui ai répondu que les dimensions obéirent au nombre d’invités que nous a fournit Marco Gómez, président de la mairie. Guillermo dit, «Bon, vous avez un programme bien fait, mais quand même». Encore une fois, je réponds que trop est venu de l’environnement de protocole exigeant la diplomatie. Il accepte et affirme en disant: «Nous introduisons également le protocole». Et Guillermo confirme les critères sélectionnés pour générer des zones pour les équipements et les protocoles d’utilisation, démontrant d’être conscient de l’essence du commerce. A cette époque, il m’a invité à aller avec lui pour attirer son atelier, à laquelle je répondis que mon estime et mon engagement à Pepe Bonilla m ont empêché. Cela fait longtemps après Guillermo a construit certains apartement pour juan Bernal. Juan Alfredo Manzano charge la structure; Alfredo Manzano, Pepe et Dionis avaient été accepté au collège. A cette époque, nous avions un bureau avec Alfredo, le M+ B. Dionis, était le frère de Juan et avait envoyé ne l’attire pendant les heures ouvrables Bernal et Bonet. Alfredo me dit appliquer la théorie du tremblement de


terre du bâtiment serait instable et devrait modifier la solution. Je vous propose d’aller là où Guillermo et demander le changement, à laquelle John répond qu exhorte le projet et le propriétaire était capricieux et pouvait partir. Nous changeons, l’organisation de la continuité des murs et le donner à Guillermo, Juan regard sur le projet et dit que nous avions tiré la structure sans formatage des changements, des lettres, des cartes, ou des légendes, il semblait tout fait par Guillermo; Je soulignais qu il ne manquait ni d’un point. Guillermo a attiré le «o» avec deux lignes et un point central (.); et couper les lignes de son nez pinces caractéristiques, et plumés les murs extérieurs et «n» plus de détails. Guillermo silence vaut consentement, mais lui dire au revoir et John, appelez-moi, je viens et dis-moi juste moi «Cuqui, je croyais que vous saviez count». Je suis resté avec la question de savoir pourquoi il a dit cela, et ensuite dans le bureau M+B, quand je comparais notre solution avec Guillermo, je me rendis compte que nous avions mis un appartement. Ces données nous confirment que l’éthique et l’esthétique imbriqués dans Guillermo. C’était une autre leçon à l’occasion de la charge pour me faire évêque Polanco Brito pour me demander de sortir à l’architecte américain, Harry Ramson, de l’Université Rice à Houston, l’Université de Santo Domingo, le campus où Guillermo et un groupe avaient planifié. Je réagis avec indignation à l’évêque expliquais qu’il était illogique pour un architecte a vouloir expliquer un des projets les plus étranges. L’évêque a répondu qu’il pensait la même mais j’a dû le faire et il comptait sur moi pour ce travail. L’ami américain et il parlait bien l’espagnol, nous avions rencontré à Rice. Un militaire a laissé la porte où il était en réunion de travail Guillermo et son groupe d’assistants. Je montre ma carte d’identité à l’armée, et me demande de manquer la réunion. Il raconte l’armée à Guillermo: «Au nom de l’évêque Polanco, Cuqui Batista apporte un Américain qui veut savoir sur la planification de ce campus». Guillermo répond au militaire: «Laissez lui rentrer». Explique l’esquisse américaine sur la table, et se termine en levant la main en guise de salut, dit-il, «Cuqui où je suis, vos carreau de pavé». Pour Guillermo le bureau a été le premier, il a été unique essence fondamentale, il a eu cette vision et accepté dans d’autres, avait estimé que les demandes axées sur la demande, et aujourd’hui Guillermo avait pris les mesures que nous avons essayé et insistant sans être entendu dans le monde de l’architecture. Nous regrettons de ne pas avoir Guillermo en ce moment, et ne pas avoir écouté quand il nous a invités à aller avec lui à tirer pour le projet équitable. Guillermo, puissance créatrice donne lieu à Santo Domingo détruite par le cyclone San Zenón en 1930 et sur la place de l’espace commun de la mort, il a conçu le Parc Ramfis, un noeud de point d’intérêt ou à Ciudad Trujillo citadino où je apprécié mes vacances 1937. Peut-être que nous entendons le nom de Guillermo pour la première fois il ya 77 années maintenant relié au nœud esthétique. L’éthique professionnelle de temps Guillermo empêché la publicité et le modernisme adoptée par lui logique que la composition a emporté clients qui ont choisi d’aller avec d’autres architectes, spécialisés dans des compositions néo hispanique. Un diplomate haïtien est arrivé et a disparu de la ville de Trujillo il nous a contacté pour un contrat de travail; exposé une chaussure au Cap-Haïtien et dit alors préféré voir les projets Caro et Guillermo. Je lui ai dit combien il avait tort de décider marginaliser, je savais bien la qualité de Guillermo et il avait travaillé pour José Antonio; Guillermo était un esthète et José Antonio plus instruit que pour le monde global d’ensemble de l’art et de l’histoire, et j étais troisième. Pourtant, M. Cap-Haïtien a dit que je suis l’élu, qui avait trois options pour collecter, «Certains couteaux de lancer, une paire de crocs enregistrées, et un cas de châteaux viticoles». Je pris la boîte de vin. Nous pourrions résumer ce que Guillermo a recherché la proportion et l’harmonie couplé dans les plans et les élévations, et ce qu’l dessinait n’a pas eu des pièces ou des étapes de

la solution, mais il génére un unisson ou unité tout cohérent, et puis vint la synthèse fonctionnelle, en observant l’image résultant en plan et en élévation, et de capturer l’effet de la réussite ou de l’absence d’unité. Pour cette raison, parsèment la surface résultant de ces limites de sorte que mettra en évidence sur le papier, concentrera son effet dynamique ou entité de l’image de la solution, disposition ou aménagement Communicateur à la recherche de l’éthique-esthétique lecteur autour du détachement nécessaire l’esprit moderne de l’époque, et encore exploré et des connaissances, une âme ou de la garantie sous-jacente, que nous interrogaient. Donc, nous devons tendre la main à l’exemple de notre Guillermo González Sánchez, célébrant ses Novembres de vie chaque nouvelle année, il est né le 3 Novembre 1900, et il nous a laissé un 13 Novembre 1970, à l’âge 70 ans et 10 jours c’était un homme d’action et d’expériences, la recherche fondamentale du travail créatif. Guillermo a laissé dans son sillage, il a quitté son emploi et l’exemple impérissable; triomphant dans le monde élu dans le domaine de l’action pratique; conscient de la valeur de son travail. Ainsi la mort ne modifie pas à Guillermo mais à la profession d’architecte urbaine il a été cultivé , avec l’effort qu’il a montré ses disciples. Sa mort physique nous a privés de l’exemple vivant qui a réussi à devenir, sa mort ne fut pas la fin de sa pensée novatrice, mut définissable pour les autres à poursuivre sa performance. Dans le rôle de Guillermo González Omar Rancier Le travail de GG a rencontré dans mes années d’études sans doute dans la chaire de composition avec le professeur Doy Gautier. Mais je redécouvre pleinement dans les années 80 quand, nous avons développé un nouveau groupe d’architecture, Emilio Brea, Gustavo «Cuquito» Moré et moi, cette mémorable campagne pour sauver l’Hôtel Jaragua démoli inutilement en 1982 produit d’ une décision politique autrement. Par la suite, Moré a publié la troisième revue de Arquivox du GNA dédié à González permettant un cycle de redécouverte de l’architecte de Jaragua et de la Foire. L’étude de l’œuvre de González m’a permis de reconnaître la valeur de ses dessins qui transcende le travail des précurseurs dans son échelle et dans son esthétique et l’exploration spatiale, et, finalement ils ont introduit la modernité du «rationalisme murale», comme Eugenio Pérez Montas le décrirait dans son article publié dans la revue CODIA après sa mort. Cependant une vision plus détaillée du travail de Gonzalez nous montre un processus de consolidation dans sa formation d’architecte moderne, qui était encore en mesure d’explorer, à la fin de sa vie, le postmodernisme dans l’une de ses dessins,cela nous devons le reconnaître , plus pauvres et discutable. Aussi nous nous rendons compte de que ’j’ ai appelé «polyvalence stylistique» produit à la fois sa formation traditionnelle à l’Université de Yale, et la gestion des formes modernes. Cet article va essayer de montrer que le développement crescendo d’un architecte qui est devenu une référence incompris. Un architecte classique L’ école de Yale et Beaux Arts, comme toutes les écoles d’architecture de l’époque à l’exception du Bauhaus de Gropius, était attachée à la méthodologie des Beaux-Arts. Il a appris l’Architecture en étudiant les modèles classiques sous la direction d’un enseignant qui a dirigé son propre atelier. Il n’est pas rare alors de comprendre que la méthode d’enseignement de Guillermo était quelque chose de semblable à ce que l’apprentissage des Beaux-Arts avait, comme ont exprimé certains architectes qui l’avaient comme enseignant dans les salles de classe de l’Université de Santo Domingo, et à l’école d’Architecture et Urbanisme nouvellement formée —nous avons parlé de 1966— Universidad Nacional Pedro Henriquez Urena, à la fin de sa vie.

De ses projets universitaires nous avons seulement connu les dessins de son projet de fin d’études, une municipalité de la ville de Santo Domingo, où on se distingue la langue nous avons appelé localement neohispánico, et tour du mairie, qui sauve plus tard dans son palais de municipalité du District National situé dans le dialogue avec le Palais des Congrès dans le centre de la scène de la Foire de La Paix et la Confraternité du Monde Libre que Trujillo a tenu ses vingt-cinq ans de dictature. Ce projet de fin d’études, montre comme en témoignent ses magnifiques dessins à main levée de son voyage à travers l’Europe, avec un González sûre de la gestion des codes traditionnels il a appris à Yale avec ses professeurs. La sécurité qui se trouve dans certains de ses projets de logement que la bourgeoisie conservatrice de l’époque a construit, domestiquée par la poigne de fer de Trujillo. À un certain moment, il a déclaré que pour le logement du langage traditionnel considéré comme le plus approprié, bien que certains de ses meilleurs pièces sont des maisons modernes. González exprime ce classicisme dans ses premières œuvres à son retour dans le pays, d’abord dans la soi-disant «maison en bois» première œuvre de l’architecte brillant construit dans le pays. Ce fut une sorte de chalet très simple et très harmonieusement articulée dans ses volumes. Et surtout dans l’axialité classique de son Parc Ramfis, actuellement Eugenio Maria de Hostos Pac, 1937, quand il a gagné le concours pour la conception d’une place sur les terrains appelés Plaza Colombina, située sur les terrains de l’État Savannah, où des fosses communes étaient disponibles sur les corps des victimes du cyclone san Zenon qui a frappé la ville à quelques semaines de la prise du pouvoir par Rafael Leonidas Trujillo Molina, en Septembre 1930. Le parc, d’une structure totalement symétrique par rapport aux axes classiques, l’ouverture progressive affiche une scène inhabituelle dans ces années à la mer des Caraïbes redoutée. Cet espace donne à la ville un sens à la fois civique et monumentale et il est constitué à articuler avec d’autres symboles de Trujillo, au début d’une séquence mémorable urbaine qui a été exploitée par tous les gouvernements depuis Trujillo jusqu à Fernández comme la scène du déploiement du pouvoir et de l’espièglerie, de l’armée et la population civile, l’agora par excellence de la ville de Santo Domingo: le Malecón, ou bord de mer, comme ils l’appelaient Arístides García Mella, idéologue du projet pour les années de 1924, et José Ramón Báez López-Penha, son constructeur à partir de 1930. Cet environnement qui commence avec l’ensemble du parc, l’obélisque qui commémore le changement infâme de nom de la ville de Santo Domingo à Ciudad, Le Palais du Parti Dominicain et le Monument de l’Indépendance ou un Monument Trujillo Hull (connu par l’imagination populaire comme «l’Obélisque femme»). Le Malecón, curieusement, est devenue la scène des œuvres majeures de González, dans le sens d’est en ouest: le Parc Ramfis, au début; Hôtel Jaragua, la Jaragüita et Casino Güibia dans le milieu; la Foire et finalement développé avec une partie urbaine définitivement classique et une architecture résolument moderne. L’architecte moderne Il a été dit que Guillermo González sait les propositions modernes au cours de son voyage en Europe qui a remporté un prix de la célèbre bourse Fontainebleau, à partager avec trois autres étudiants américains, comme il était le seul Américain latine. En 1930, il y avait encore deux ans à Philipe Johnson et Henry-Russell Hitchcock pour publier The Style International, le catalogue de l’exposition avec le même titre qu’on a monté sur le MOMA qui a dévoilé le moderne en Amérique du Nord, tandis que en Europe depuis 1911 Gropius défini la modernité avec son Usine Fagus, conçue avec Adolf Meyer et même Gropius a fondé le Bauhaus en 1919; dans ces heureuses années 20, Le Corbusier, cet étrange personnage dans un costume sombre sur une bicyclette en passant devant le bar où Gris a pris ses amis pour qu’ils puissent voir ce spectacle, conçoit ses villas, la célèbre villa Saboye et Stein à Garches, qui avec autant de précision Colin Rowe analysera, et où ses GUILLERMO GONZÁLEZ | 321


cinq célèbres points restent implicites pour une architecture moderne (structure sur les pilotes, étage et façade libre, fenêtres longeur et le toit sur le jardin). Aux États-Unis a régné Wright et son architecture organique, «le meilleur architecte américain du XIXe siècle», comme a declaré ironiquement Philiipe Johnson, un architecte, qui González parlait peu. Dans les années vingt l’architecture moderne aux EtatsUnis, Richard Neutra, très estimé par González, qui depuis 1927 avait émigré de l’Europe et qui va visiter notre pays en 1945 et il a déclaré le Jaragua et les bâtiments de la ville universitaire étaient «meilleursqu’ en Europe». Guillermo a développé une compétence et une compréhension de la modernité qui se manifestent dans ses œuvres, en particulier dans le travail institutionnel et certains privés. Le 16 Août 1939, sur la rue el conde au coin Sánchez la ville coloniale de Santo Domingo —appelée Ciudad Trujillo de 1936— elle a été inaugurée L’édifice Copello. El Conde était la rue de la ville la plus cosmopolite et logée une série de bâtiments qui ont marqué le développement d’une bourgeoisie commerciale énorme qui a été exprimée dans les premiers bâtiments à plusieurs niveaux qui ont utilisé le nouveau matériel de béton armé. Le Copello est venu pour rivaliser avec les portoricaine Benigno Trueba Baquero et Diez bâtiments et sa belle rationalisme discours éclectique contré par le mur... et les cinq points du Corbusier pour une architecture moderne. Le volume cubique avec l’horizontale forte par des bandes fenêtres, blanc, fonctionnellement articulé et flexible dans sa conception spatiale, a marqué le point de départ officiel de la modernité contrôlée à Santo Domingo–Ciudad Trujillo, venant en premier dans l’imagination populaire par la légende urbaine, des morocotas d’or qui sont apparues entre les murs de la maison coloniale qui occupaient le coin de Conde Sánchez. La beauté de ses proportions, son hall lumineux, de briques de verre et son escalier simple mais sculpturale sont devenus la référence obligée de la modernité dans le pays. Le seul absent des points du Corbusier était le jardin sur le toit, mais une photo montrant González avec sa femme et une amie sur le toit de l’immeuble nous indiquent qu’il était au courant de cette possibilité. Cette fin des années trente et le début des années quarante, marque l’origine des temps modernes et plus fructueux de Guillermo González, avec le projet de construction Copello, surtout, avec la conception et la construction du légendaire Hôtel Jaragua. Inauguré en 1942, à la hauteur de la Seconde Guerre mondiale, l’Hôtel Jaragua représente le meilleur de la modernité, non seulement dans la République Dominicaine, gouvernée par une dictature sanglante, mais dans les Caraïbes, où il a établi un point de référence pour d’autres hôtels. La exploration que entreprend González dans l’Hôtel Jaragua couvre d’autres aspects, peut-être en raison de son cadre urbain, ils ne figurent pas dans le Copello. Développé autour d’un axe vertical défini par le débit volumique auquel s’articulent comme des lames trois corps fonctionnellement définis et différents hauteurs et des lectures formelles. Il est comme une réalisation tropicalisée d’aphorisme prise par Sullivan à Horatio Greenough «la forme suit la fonction» et illustrée par son développement volumétrique, très semblable à l’élaboration du développement Bauhaus de Gropius, la syntaxe de la décomposition à quatre dimensions que Bruno Zevi, dans son code anticlassique indique comme l’un des sept langue invariable de l’architecture moderne et introduit la dimension du temps comme expérience architecturale. Il a dit à une autre occasion, comment dans les intérieurs de Jaragua on exprime une sorte de «contradiction adaptée» comme dans des éléments qui se chevuachent d’une traditionalité bigarrée, comme la grande lampe de la salle sur un espace résolument moderne. Au niveau institutionnel deux autres œuvres de González font partie de cette modernité tropicalisée en quelque sorte développe, l’Hôtel Hamaca à Boca Chica et l’Hôtel de Ville 322 | GUILLERMO GONZÁLEZ

à la Foire. La Hamaca est une interprétation quasi littérale de la machine de référence de la modernité: le paquebot. Fonctionnellement articulé en deux corps qui se croisent perpendiculairement, le corps principal parallèle à la mer et l’autre, plus petit, mais intégré dans le corps principal par des fenêtres de bande, entre dans la plage et flottant sur les eaux claires de Boca Chica, à nouveau le rationalisme murale et les longues fenêtres accentuent la modernité du bâtiment.

préoccupation pour le climat, qui est exprimée dans la façon dont ils ont été traités les façades des bâtiments qui se trouvent à l’avenue centrale de la Foire. Les bâtiments faisant face à l’est, à l’exception du Mairie, ont été traités avec la technique du mur-rideau; les bâtiments faisant face à l’ouest, depuis la disparution de l’immeuble de l’Agriculture jusqu’au bâtiment de l’INDRHI, y compris le Congrès, traités sans exception avec un solide système de brise-soleil.

Le Palais de Municipalité répond à la conception, aussi Le Corbusier, du cube évidé. Un motif symétrique qui est accentué avec deux faibles volumes flanquant le volume principal, cependant, la tour de l’horloge, sauvé de son projet de fin d’études, rompt subtilement la symétrie et joue le contraste de la verticale par rapport au volume. Des rayures horizontales sur le front et les volumes de formes libres dans le toit —de nouveau Le Corbusier— complètent l’engagement moderne dans un bâtiment classique de mise en œuvre.

Polyvalence stylistique Pour sa formation Guillermo González a dominé avec beaucoup de maîtrise la langue classique et par choix il a également dominé la langue moderne et il utilisait les deux à la discrétion d’une manière très réussie. Dans ce choix de langues que je l’ai appelé «polyvalence stylistique», un terme que je considérais plus approprié que «double code» qui serait la formulation d’un discours, et je l’ai réservé pour désigner l’un des stratégies propres de dictatures, et Trujillo l’a utilisé à profusion pour essayer d’exprimer le moderne et démocratique de son gouvernement lorsque cela est nécessaire, tandis que la rigidité presque fasciste lorsqu’elle est imposée par des raisons d’Etat. Une lecture comparative du Jaragua González, et le Palais du Parti Dominicain, actuel Ministère de la Culture, Gazón explique à lui seul ce point.

Des intérieurs exquis modernes, qui ont malheureusement été perdus comme il a raté le premier étage transparent et le siège avant transformé en terrains de stationnement pour certains conseillers qui ne parviennent pas à comprendre la valeur de cet espace civique que González a proposé articulé à la source monumentale et en écho et aussi Le Corbusier, avec le Palais des Congrès. La salle était à l’origine du conseil, avec sa double hauteur monumentale, est l’un des intérieurs institutionnels plus impressionnants de la modernité dominicaine. À l’échelle domestique, bien qu’on va concevoir une série de maisons dans une langue traditionnelle, a certaines maisons modernes les plus représentatives, ont presque toutes disparu. Parmi lesquelles la Maison Pichardo, ou maison Telefunken à l’Avenue Independance, démolie pour faire place à Malecon Center et Maison Schad, qui occupaient le terrain où la Musée d’Histoire Naturelle a été construite à la Plaza de la Cultura, à la fois avec le même motif du volume horizontale survolant la verrière et l’élément continu qui encadre le tout dans une syntaxe tout à fait moderne. Certaines de ces maisons constituent une synthèse magistrale des deux langues faites par González, la volumétrique moderne et les détails traditionnels, comme cela est arrivé avec la disparution de la Maison Peynado à l’avenue Bolívar sur le site actuellement occupé par le temple mormon. Influences sur GG De toute évidence, les premières influences que González reçoit sont ceux du système éducatif classique. Avant d’étudier l’architecture, Guillermo a étudié le dessin et les arts, toujours dans la méthodologie des Beaux-Arts. Sa rencontre avec la modernité il est supposé qu’il la fait dans son voyage à l’Europe, cependant aucun des dessins de son livre tourné architecture moderne. Guillermo González a travaillé dans les services professionnels, à la fois dans les bureaux d’Espagne «qui a laissé quelques merveilles architecturales andalouses» et qui pourraient avoir perfectionné ses compétences à l’architecture traditionnelle, comme aux États-Unis, où il a travaillé avec Edward Durell Stone, il décrit comme l’historicisme moderne. Avec Durell semble également uni une bonne amitié et publié des photos où Durell Pierre apparaît visitant certaines œuvres de González dans le pays. Jusqu’a ce moment on ignorait que Durell a visité Saint-Domingue. Durell a identifié dans l’œuvre de González la question de la terrasse couverte avec une percée de trous circulaires qui créent un motif de lumière et d’ombre dans une certaine mesure de la dalle très tropicale. C’est évident la dette de GG avec Le Corbusier et Gropius, comme nous l’avons noté, cependant González n’a jamais été beaucoup donné à l’architecture organique de Wright. Son pari était toujours avec le rationalisme murale. Une question qui doit être étudiée dans l’architecture de González a à voir avec l’utilisation de brise-soleil et sa

Guillermo, qui a dit se sentir plus confortable de dessiner des bâtiments institutionnels que des logements, il a réussi à envahir la traditionnelle compétence linguistique et moderne dans les maisons, il a conçu, comme expliqué ci-dessus. Cependant, l’analyse d’une série de croquis sur un tableau de papier montre la contradiction apparente dans le langage architectural de Guillermo et l’élégance et la facilité avec laquelle il a géré dans les différents shémas. Ceci est un avantprojet d’un hôtel, «El Calamar» et dans les trois schémas de la même feuille, chacune dans une langue différente et toujours avec la même composition volumétrique et typologique: volume avec cour centrale. l’ un des schémas est décidément traditionnel, neohispanique, l’autre est moderne dans la même langue de l’Hôtel Hamaca, et un troisième est un élégant mélange de moderne et traditionnel, comme il l’a fait dans la résidence de Peynado. Les dessins, semblent des schémas explicatifs très simple et rien de comparable avec des dessins artistiques de González. Cependant, et c’est quelque chose que je trouve beaucoup plus intéressant que la polyvalence traditionnelle moderne, en comparant les deux plus grandes œuvres de González, l’Hôtel Jaragua, 1942 et le Palais de la Municipalité de 1955, nous allons trouver un autre genre de polyvalence. Dans une analyse réalisée sur ce sujet, je l’ai écrit ce qui suit: «D’autre part, la polyvalence de notre architecte ne se limite pas à opposer le neohispanique contre le moderne, mais dans le style moderne manipulé des codes différents. Nous observons cela précisément dans ses deux œuvres les plus représentatives: Le Jaragua Hôtel et le Palais de Municipalité. Jaragua est une œuvre composée par des volumes qui intègrent ibremente, générant une légère mouvement de rotation. Telle est la “syntaxe de la décomposition à quatre dimensions” a été utilisée dans sa conception, que Zevi a considéré parmi ses sept invariables de l’architecture moderne dans son livre Le langage de l’architecture moderne. Et certainement, le Jaragua, avec des volumes articulés, devrait être vu à partir de différents points de vue pour être apprécié pleinement». «Pour sa part, le Palais de la Mairie présente une frontale dans sa conception. Il est un prisme pur percé et il a une centralité que nous pensons qui est le meilleur point de vue pour apprécier est l’avant. Même les pavillons qui sont disposés symétriquement sont traités avec le renforcement d’une horizontale du corps frontal du Grand Central». Frontalité et la rotation, classique (traditionnelle) versus moderne, ce sont les scénarios qui supposent Guillermo González pour développer son travail, qui est le scénario dans


lequel les bâtiments sont développés à Santo Domingo dans les trente années de dictature et où nous pouvons identifier le double code des stratégies de contrôle social Trujillo, qui étaient accompagnés par des mesures plus radicales telles que la modification du nom de la ville en 1936; l’appropriation de la toponymie géographique et urbaine par le dictateur et sa famille, et de la mise en œuvre d’un nouveau centre urbain, la Foire de La Paix et la Confraternité du Monde Libre en 1955, des stratégies Ramón Martínez a appelé de manière appropriée «construction d’un tube sémantique». Au sujet de GG et la modernité, je trouvais toujours pertinent la photo de Guillermo dans sa Studebaker convertible, dédiée au designer de l’automobile Raymond Loewy, l’un des grands designers industriels américains, ce qui témoigne de son amitié et de l’admiration. L’image exprime également son engagement à la modernité. A la fin de sa vie Guillermo a conçu une proposition qui à un moment qualifié de «basculement contextualiste» et Moré à son tour suggère que ce travail, à l’origine pour la Bank of America à la rue Conde , en face de la cathédrale, «marque un changement radical dans son goût et nous affirme une fois de plus l’évolution subi dans les dernières années de sa carrière».

je lui ai demandé ce qui était, elle a répondu: «Le sang des personnes qui grimpent cette échelle!» À la fin elle devait intégrer les escaliers. Son exemple était ce qui comptait devant des étudiants et son travail a permis dans un pays isolé a connu la modernité et ses architectes. Berges a initié l’enseignement avec Guillermo: «L’un des premiers jours Guillermo a écrit sur le tableau noir une série de noms et expressions, et dit: “Savez-vous ces noms?”. Il a insisté ... “Si vous ne savez pas nous ne serons pas en mesure de bien comprendre!” ...C’était nos premiers épreuves —Berges continue en disant— choses familières qui deviendront plus tard comme nos voisins ou camarades de classe. Donc nous sommes obligé aller doucement pour éviter l’embarras en face de notre professeur, de se familiariser avec les choses et les gens que l’art nouveau, le néo-plasticisme, Piet Mondrian, Theo Van Doesburg, Bauhaus, architecture rationnelle et organique, Walter Gropius, CIAM, Mies van der Rohe, etc.». Je me demande si ce serait à partir de cette expérience que Berges développerait la chaire de l’asignation de lecture à UNPHU de répartition à la fois l’éloge de ses élèves?

La lecture c’est que GG fait avec ce dernier ouvrage une approche postmoderne, à cette époque, 1966 à 1970, il a commencé à consolider. En 1966, Venturi écrit son Complexité et Contradiction dans l’architecture; et Aldo Rossi, L’architecture de la Ville; au CIAM X, appelé Team X fait sa critique à la modernité en 1956; et auparavant les Italiens avaient commencé son exploration de l’historicisme avec la maison Ignazio Gardella Zattere de 1954-1958. Ce travail démontre que GG était au courant des discussions sur la remise en cause de la modernité et fait ce qui pourrait être la première œuvre postmoderne dominicaine. L’importance de Guillermo Gonzalez dans le panorama de l’architecture moderne dominicaine Guillermo González est un concernant obligatoire pour l’étude de la modernité dans la République Dominicaine. Il fait partie de la première génération des architectes modernes Dominicains en présence de José Antonio Caro, diplômé en France, Marcial et Leo Pou Ricart et Humberto Ruiz Castillo, diplômés en Belgique avec Miguel Hernández architectes modernes, et il faut mentionner Henry Gazón Bona, formé à Paris, auteur de l’abattoir industriel l’un des meilleurs exemples de l’architecture moderne de la dictature de Trujillo, mais aussi l’idéologue d’une sorte de «l’architecture officielle Trujillo». Les contributions de González, en plus de ses œuvres sont dans les salles de classe de l’université où il devient un modèle pour le groupe de se contenter de ce que nous avons appelé la génération intermédiaire Dominicains des architectes modernes, parmi lesquels: Gai Vega, Billie Reid, Polín Espaillat, entre autres. Cependant, il n’a pas été ce que nous dirions un conférencier lui-même. en peu de mots, comme le dit Roberto Berges dans son article publié dans la revue CODIA 23 après le décès de Gonzalez: «... quelques coups de sa main privilégiée sur le projet d’un étudiant désireux vaut mille mots». GG était le professeur qui enseigne à travers son travail. Très rigide avec ses élèves, au point qu’il a été appelé «La Cuaba», la comparant à la pin résineux en bois dur largement utilisé dans les cuisines des années 40 et 50, selon le dire Cuqui Batista dans un entretien qui aura lieu à l’ouverture la «Première Biennale d’Architecture de Santo Domingo, Guillermo González Sánchez», qui a organisé Grupo Nueva Arquitectura (le groupe de la nouvelle architecture) en Novembre 1986. L’ingénieure Mercedes Sabater de Macarrulla a toujours eu un exercice de conception que Guillermo avait assigné et quand il se mit à corriger il insistait à incorporer en son sein un escalier monumental, Doña Mercedes a terminé en disant que lorsque l’enseignant a terminé de corriger, elle l’a peinte des taches rouges sur l’échelle que González avait dessiné, Et quand GUILLERMO GONZÁLEZ | 323


Catálogo de obras y proyectos

1. Proyecto para el Palacio Municipal de Santo Domingo Tesis de Guillermo González para optar por el título de arquitecto, Yale University 1930 No construido 2. Boulevard José Trujillo Valdez y columna conmemorativa Actualmente Av. Duarte, S.D. 1934-1935 3. Rancho Cayuco / Residencia de Porfirio Rubirosa y Flor de Oro Trujillo 1935 Junto a Alfredo González Av. Independencia esquina calle Presidente Peynado (hoy Cervantes), S.D. Fue utilizada como Secretaría de Estado de la Presidencia; y luego incorporada al Hotel Sheraton, hoy Meliá. 4. Residencia José María Bonetti 1936 Junto a Alfredo González Av. Bolívar, S.D. 5. Parque Infantil Ramfis Actualmente: Parque Eugenio María de Hostos 1936-1937 Av. George Washington entre la Av. Presidente Vicini Burgos y las calles Arzobispo Portes y Fabio Fiallo, Ciudad Nueva, S.D. 6. Proyecto Archivo General de la Nación 1936 No construido 7. Casita de madera azul / Residencia propia 1936 Calle Hondovalle, Ciudad Nueva, S.D. Demolida 8. Edificio Copello 1938 Calle El Conde esq. Sánchez, Ciudad Colonial, S.D. 9. Casa Sr. Juan Velázquez 1939 Boca Chica

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10. Pabellón Dominicano en la Feria de Nueva York 1939 Nueva York, Estados Unidos de América 11. Residencia Schad 1939 Calle César Nicolás Penson casi esquina Av. Máximo Gómez, S.D. Demolida 12. Residencia Pichardo Ricart 1940 Av. Independencia al oeste de la Máximo Gómez, S.D. Demolida en 1998 13. Residencia Cáceres Troncoso 1939-1940 Calle Pasteur esq. Santiago, S.D. 14. Hotel Jaragua 1939-1942 Junto a Alfredo González Av. George Washington, Gazcue, S.D. Demolido 15. El Jaragüita 1942 Junto a Alfredo González Av. George Washington esq. Félix Mariano Lluberes, S.D. Demolido 16. Residencia González Schotborgh 1942 Calle Moisés García, S.D. 17. Residencia de Ernesto Mathis 1942 Calle Nicolás de Bari (hoy Federico Henríquez y Carvajal), S.D. Parte demolida en 1994 18. Plan maestro para el campus de la Universidad de Santo Domingo (USD) 1942 Junto a José Antonio Caro y José Ramón Báez López-Penha

19. Residencia de Consuelo V. Vda. Ricart 1942 Calle Manuel Rodríguez Objío esq. Nicolás de Bari (hoy Federico Henríquez y Carvajal), S.D. Demolida en 1996 20. Hipódromo Perla Antillana 1943-44 Junto a José Antonio Caro, B.A. Martínez Brea y Alfredo González Av. Ortega y Gasset, Av. San Martín y calle Pepillo Salcedo, S.D. Demolido (en sus terrenos se construyó la Plaza de la Salud) 21. Cuartel de Bomberos 1943-44 Junto a José Antonio Caro, B.A. Martínez Brea y Alfredo González Ave. Mella esq. Emilio Prud’Homme, S.D. 22. Casino de Güibia 1943-44 Junto a José Antonio Caro, B.A. Martínez Brea y Alfredo González Av. George Washington, S.D. 23. Santiago Tennis Club 1944 Carretera Luperón, Santiago Demolida 24. Fuente ornamental, Parque Ramfis de Santiago de los Caballeros ­ Actualmente: Plaza Valerio­ 1944 Santiago 25. Casa sede del Santo Domingo Country Club 1945 Junto al Ing. Virgilo Pérez Bernal 26. Centro Social Obrero 1944-1945 Calle Caracas esq. José Martí, Villa Francisca, S.D. Demolido en 2000


27. Edificio de apartamentos Alfredo González 1945 Junto a Alfredo González Av. Pasteur esq. Casimiro N. de Moya, S.D. 28. Residencia de Dima A. Pérez 1945 Calle Castillo (hoy Arístides Fiallo Cabral) y José Desiderio Valverde, S.D. 29. Ampliación del Hotel Jaragua 1945-1947 Demolido 30. Hotel Montaña 1947-1949 El Puerto, Jarabacoa, La Vega 31. Residencia Gisela Velázquez de Troncoso 1948 Av. Bolívar, S.D. Demolida en 1993 (en sus terrenos se construyó la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días) 32. Residencia Amelia Cabral Vda. Vicini 1948 Máximo Gómez esq. George Washington y Av. Independencia, S.D. 33. Residencia Pimentel c. 1948-1949 Santo Domingo 34. Hotel en las Islas Vírgenes c. 1950 Islas Vírgenes 35. Hotel Hamaca 1949-1951 Boca Chica 36. Escalinatas del Conde c. 1950 Junto a Moncito Báez Calle El Conde, Ciudad Colonial, S.D. 37. Anteproyecto para el Colegio del Sagrado Corazón 1950 Junto a Rafael Carmoega Ponce, Puerto Rico

38. Edificio González Década de 1950 Calle Crucero Ahrens, Gazcue, S.D. 39. Residencia del Dr. Jaime Jorge Década de 1950 Calle César Nicolás Penson, S.D. 40. Casa Don Alberto Bonetti 1952 Av. Máximo Gómez esq. César Nicolás Penson, S.D. 41. Siete casas para el directivo del Ingenio Consuelo 1952 San Pedro de Macorís Presumiblemente demolidas 42. Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre, plan maestro Actualmente: Centro de los Héroes de Constanza, Maimón y Estero Hondo 1955 Av. Jiménez Moya, La Feria, S.D. 43. Iglesia Nuestra Señora de la Paz 1955 Calle Juan de Dios Ventura esq. Dr. Vicioso, S.D. 44. Palacio del Consejo Administrativo Actualmente: Ayuntamiento del Distrito Nacional 1955 Av. Jiménez Moya, Centro de los Héroes, S.D. 45. Palacio del Congreso Nacional 1955 Av. Jiménez Moya, Centro de los Héroes, S.D. 46. Pabellón de la Secretaría de Interior, Policía y Comunicaciones 1955 Av. Winston Churchill, Centro de los Héroes, S.D. Demolido (en sus terrenos se construyó la Suprema Corte de Justicia y Procuraduría General de la República)

47. Pabellón de las Fuerzas Armadas 1955 Junto a Const. Luis Abreu, Heriberto de Castro y Andrés Gómez Du Breil Av. Winston Churchill, Centro de los Héroes, S.D. 48. Hotel Paz Actualmente: Hotel Hispaniola 1955-1956 Junto a José A. Caro Av. Independencia esq. Abraham Lincoln, S.D. 49. Conjunto urbanístico NACO 1957-1968 Junto a Amable Frómeta y Marcial Pou Ensanche Naco, S.D. 50. Residencias Barletta (2) 1967 Junto a William Reid Cabral Arroyo Hondo, S.D. 51. Bank of America 1970 Junto al Arq. William Reid Cabral Parque Colón, Ciudad Colonial, S.D. 52. Scotia Bank c. 1970 Junto a William Reid Cabral Av. San Martín, S.D. 53. Edificio Santo Domingo Motors 1970 Junto a William Reid Cabral Av. John F. Kennedy esq. Abraham Lincoln, S.D. 54. Residencia Despradel Catrain Construida en 1972 Av. México, S.D.

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Mapa proyectos en SD

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Ciudad Trujillo y cercanías. 1956. Escala 1: 12,500 Impreso por el Army Map Service, Corps of Engineers, U.S. Army

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Proyecto para el Palacio Municipal de Santo Domingo, Tesis para optar por el título de arquitecto, Yale University (1930) Boulevard José Trujillo Valdez —hoy Av. Duarte— (1934-1935) Rancho Cayuco, Av. Independencia esq. calle Cervantes, (1935) Residencia José María Bonetti, Av. Bolívar, Santo Domingo (1936) Parque Infantil Ramfis ­­—Eugenio María de Hostos— Av. George Washington entre Av. Presidente Vicini Burgos y calles Arzobispo Portes y Fabio Fiallo, Ciudad Nueva (1936-1937) Proyecto Archivo General de la Nación, no construido (1936) Residencia propia, calle Hondovalle, Ciudad Nueva (1936) Edificio Copello, calle El Conde esq. Sánchez, Ciudad Colonial (1938) Casa Sr. Juan Velázquez en Boca Chica (1939) Pabellón Dominicano en la Feria de Nueva York, EU (1939) Residencia Schad, calle César Nicolás Penson, (1939) Residencia Pichardo Ricart, Av. Independencia, (1940) Residencia Cáceres Troncoso, calle Pasteur esq. Santiago (1939-40) Hotel Jaragua, Av. George Washington, Gazcue (1939-1942) El Jaragüita, Av. G. Washington esq. Félix Mariano Lluberes (1942) Residencia González Scholtborgh, calle Moisés García (1942) Residencia de Ernesto Mathis, calle Nicolás de Bari —hoy Federico Henríquez y Carvajal— (1942) Plan maestro para la Universidad de Santo Domingo, USD (1942) Residencia de Consuelo V. Vda. Ricart, calle Manuel Rodríguez Objío esq. Nicolás de Bari —hoy Federico Henríquez y Carvajal— (1942) Hipódromo Perla Antillana, Av. Ortega y Gasset, Av. San Martín y calle Pepillo Salcedo (1943-44) Cuartel de Bomberos, Av. Mella esq. Emilio Prud’homme (1943-44) Casino de Güibia, Av. George Washington, Güibia (1943-44) Santiago Tennis Club, carretera Luperón, Santiago (1944) Fuente ornamental, Parque Ramfis de Santiago de los Caballeros —hoy Plaza Valerio— (1944) Casa sede del Santo Domingo Country Club, Herrera, (c. 1945) Centro Social Obrero, calle Caracas esq. José Martí, (1944-1945) Edificio de apartamentos Alfredo González, Av. Pasteur esquina Casimiro N. de Moya (1945) Residencia de Dima A. Pérez, calle Arístides Fiallo Cabral (1945) Ampliación del Hotel Jaragua (1945-1947) Hotel Montaña, El Puerto, Jarabacoa, La Vega (1947-1949) Residencia Gisela Velázquez de Troncoso, Av. Bolívar (1948) Residencia Amelia Cabral Vda. Vicini, Av. Máximo Gómez esq. Av. Independencia (1948) Residencia Pimentel, Santo Domingo (c. 1948-1949) Hotel en las Islas Vírgenes, Islas Vírgenes (c. 1950) Hotel Hamaca, Boca Chica (1949-1951) Escalinatas del Conde, Calle El Conde, Ciudad Colonial (c. 1950) Anteproyecto para el Colegio del Sagrado Corazón, Ponce, Puerto Rico, junto a Rafael Carmoega (1950) Edificio González, calle Crucero Ahrens, Gazcue (1950s) Residencia del Dr. Jaime Jorge, calle César Nicolás Penson (1950) Residencia Alberto Bonetti, Av. Máximo Gómez esq. Bolívar (1952) Siete casas directivos Ingenio Consuelo, San Pedro de Macorís (1952) Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre —hoy Centro de los Héroes de Constanza, Maimón y Estero Hondo—(1955) Iglesia Nuestra Señora de la Paz, calle Juan de Dios Ventura (1955) Palacio del Consejo Administrativo —hoy Ayuntamiento del Distrito Nacional—, Av. Jiménez Moya, Centro de los Héroes (1955) Palacio del Congreso Nacional, Av. Jiménez Moya, Centro de los Héroes (1955) Pabellón de la Secretaría de Interior, Policía y Comunicaciones —luego Secretaría de Agricultura—, Av. Jiménez Moya (1955) Pabellón de las Fuerzas Armadas, Av. Jiménez Moya (1955) Hotel Paz, Av. Independencia esquina Abraham Lincoln (1955-1956) Conjunto urbanístico NACO, ensanche Naco (1957-1968) Dos residencias familia Barletta, Arroyo Hondo (1967) Bank of America, frente el parque Colón, Ciudad Colonial (1970) Scotia Bank, Av. San Martín (c. 1970) Edificio Santo Domingo Motors, Av. JFK esq. Abraham Lincoln (1970) Residencia Despradel Catrain, Av. México (1972)

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Cronología 1900-1970

3 de noviembre de 1900. Nace en Santo Domingo, Guillermo González Sánchez, hijo del Dr. Gregorio González Lamarche (dominicano) y Georgina Sánchez Campos (cubana). 1902. Sus padres viajan a Cuba. Nace Mercedes González Sánchez. 1904. Establecida la familia en Philadelphia, nace Juana González Sánchez. 1906. Nace Alfredo González Sánchez mientras la familia reside en Nueva York. 1907. Don Gregorio González Lamarche se gradúa de Odontólogo de Penn University. La familia regresa a Santo Domingo. 1907-1918. Guillermo González estudia en el Colegio Católico Santo Tomás. 1908. Nace Oscar González Sánchez. 1910. Nace Georgia González Sánchez. 1911. Nace Luz Sofía González Sánchez. 1917-1921. Guillermo González trabaja como dibujante en el departamento de Ingeniería y Construcciones del Ministerio de Obras Públicas, durante el gobierno de la Ocupación Norteamericana (1916-1924). 1921. Se traslada a la ciudad de Nueva York, en los Estados Unidos de América. 1923. Asiste a cursos de dibujo artístico en la Universidad de Columbia. 1922-1924. Trabaja en la oficina de Dennison & Hirons, Architects, en Nueva York. 1924-1927. Trabaja con los contratistas especialistas en construcciones de bancos E. A. Ohmer Co., Contractors-Bank Specialists. 1926. Viaja por Europa. Dibujo de Burgos fechado en 1926. 8 de febrero de 1927. GG se inscribe en la Facultad de Arquitectura de la escuela de Bellas Artes de la Universidad de Yale, en New Haven. Cursará la carrera en tres años (hasta 1930). 1926-1927. Trabaja para Eugene Schoen Arch. y para C. Leavitt & Son, al mismo tiempo que estudia arquitectura en la Universidad de Yale. Verano 1928. Trabaja para Frederic P. Wiedersum, N.Y. Architect. 1928. GG gana la Beca Fontainebleau, otorgada y publicada por la Universidad de Yale, para estudiar un verano en el Beaux Arts Institute del Fontainebleau School of Fine Arts, en Francia. Sin embargo no pudo disfrutar de dicho premio pues estaba limitado a estudiantes norteamericanos. Abril, agosto y septiembre de 1929. Trabaja para Eugene A. Ohmer Co. N.Y.C. 1929. Mueren sus hermanos Oscar y Georgia en un accidente automovilístico en Puerto Plata. 12 de junio de 1930. Recibe mención honorífica en el Matcham Traveling Fellowship Competition para realizar un viaje de estudios profesionales por Europa. 18 de junio de 1930. Guillermo González obtiene el título de arquitecto por la Universidad de Yale. Diseña, como proyecto de tesis, un palacio municipal para la ciudad de Santo Domingo. 1930-1931. GG realiza un recorrido de 8 meses por Europa, gracias a una beca de viaje. Conoce toda Europa, excepto Rusia y los Balcanes. 1932. Visita Santo Domingo. 1931-1936. Vuelve a Nueva York a trabajar durante varios años con Francis Keally y Edward Durrell Stone.

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1931-1944. Período en que su padre es adscrito en España como cónsul de la República Dominicana, en Málaga, España. En una de las visitas a su padre GG conoce a su futura esposa, la malagueña Mercedes Fernández Canivell. Estuvo comprometido por cuatro años. 31 de marzo de 1934. El Ayuntamiento acuerda la construcción de un parque infantil en la Plaza Colombina, y el 31 de marzo se coloca la primera piedra simbólica. El Consejo Administrativo llama a concurso. 1934-1935. GG diseña y construye el Boulevard José Trujillo Valdez y la columna conmemorativa. 15 de noviembre de 1935. Se cierra la aceptación de propuestas para el concurso del Parque Infantil Ramfis. GG debió diseñar dicho parque en este año de 1935. 2 de diciembre de 1935. GG es nombrado «Miembro del Consejo Administrativo del Distrito Nacional». 1935. Diseña y construye, junto a su hermano Alfredo González, Rancho Cayuco, en la Av. Independencia con la calle Presidente Peynado (hoy Cervantes), para el capitán Porfirio Rubirosa y Flor de Oro Trujillo (hija del presidente Rafael L. Trujillo Molina). Esta casa luego fue utilizada como Secretaría de Estado de la Presidencia. 7 de junio de 1936. Contrae matrimonio, en Málaga, España, con la joven Mercedes Fernández Canivell. 1936. GG se establece con su esposa en Santo Domingo y construye su primera casa, en madera y techos a varias aguas en la calle Hondovalle, en Ciudad Nueva. Diseña también la Casa de José María Bonetti, en la Av. Bolívar. 1937-1938. En mayo de 1937 inician los trabajos del Parque Ramfis bajo la supervisión del Ing. Báez López-Penha. El parque se inaugura el 26 de diciembre de 1937. El arquitecto González, que en ese momento reside en Málaga, España, recibe una carta de felicitaciones de la CADSD fechada el 31 de enero de 1938, que él responde agradeciendo el 28 de marzo de 1938. 1937-1939. Período de estadía de Guillermo González en Málaga, España. 1938. Diseña el edificio Copello. La construcción fue dirigida solamente por el Ing. Alfredo González, porque su hermano se encontraba fuera del país. La construcción se inicia el 1 de marzo de 1938. Guillermo González y su hermano Alfredo González forman una sociedad de diseño y construcción «González y González, Ingenieros Arquitectos» (fecha exacta incierta). 1939. Estando en España en plena guerra civil, el Gobierno Dominicano le solicita supervisar el Pabellón Dominicano en la Feria Mundial de Nueva York de 1939. Realiza, en Boca Chica, una casa de playa para el Sr. Juan Velázquez. 26 de enero de 1939. Llega a Nueva York, viajando directamente desde España. Diseña el Pabellón Dominicano en la Feria de Nueva York, que es inaugurado el 20 de mayo de 1939. Es distinguido con el título de «Ciudadano Honorario de la ciudad de Nueva York» (Honorary Citizen of New York City). Septiembre de 1939. GG regresa a Santo Domingo luego de cuatro años. 1939. Diseña, junto a Alfredo González, la residencia Schad, en la calle César Nicolás Penson esquina Av. Máximo Gómez; el Hotel Jaragua, en la Av. George Washington; y la residencia Cáceres Troncoso, en la calle Pasteur esquina Santiago.


1 de abril de 1940. Nace su primera hija, Blanca Nieves González Fernández. 1940. Inicia la construcción del Hotel Jaragua, inaugurado en 1942. Diseña y construye la residencia Pichardo Ricart. 1942. Diseña la casa González Scholtborgh, en la calle Moisés García. Diseña y construye el edificio El Jaragüita (donde GG establece su residencia); la residencia de Ernesto Mathis, en la calle Nicolás de Bari; y la residencia de Consuelo V. Vda. Ricart, en las calles Manuel Rodríguez Objío y Nicolás de Bari. Trabaja en el plan maestro para el campus de la Universidad de Santo Domingo (USD), junto a José Antonio Caro y José Ramón Báez López-Penha. 1943. Convalida su título de la Universidad de Yale. 9 de octubre de 1943. GG es nombrado catedrático numerario de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Santo Domingo. Se desempeña como profesor de Diseño Avanzado. 14 de noviembre de 1943. Nace su segundo hijo Jorge «Georgie» Guillermo González Fernández. 1943-1944. Trabaja junto a José Antonio Caro, B.A. Martínez Brea y Alfredo González en el diseño del Hipódromo Perla Antillana, el Cuartel de Bomberos de Santo Domingo, y el Casino de Güibia. 1944. Se celebra el primer centenario de la fundación de la República Dominicana. GG diseña el Santiago Tennis Club, en Santiago. Diseña y construye el Centro Social Obrero, en las calles Caracas y José Martí, en Villa Francisca, en Santo Domingo (inaugurado el 24 de octubre de 1945); y la fuente ornamental del Parque Ramfis, en Santiago de los Caballeros. 1945. GG diseña la residencia de Dima A. Pérez, en las calles Castillo y José Desiderio Valverde; la casa sede del Santo Domingo Country Club (junto al Ing. Virgilio Pérez Bernal) y el edificio de Apartamentos González, en la Av. Pasteur esquina Casimiro N. de Moya, junto a su hermano Alfredo. 1945-1946. Los hermanos González son contratados para proyectar la ampliación del Hotel Jaragua. 1947. Se construye la ampliación del Hotel Jaragua. Diseña y construye el Hotel Montaña, en La Vega. 1948. Diseña y construye la residencia Troncoso (Gisela Velázquez de Troncoso), en la Av. Bolívar; y la residencia Vicini (Amelia Cabral Vda. Vicini), en la Máximo Gómez esquina George Washington. 1949-1951. Diseña y construye el Hotel Hamaca, en Boca Chica. Por estas fechas GG realiza los anteproyectos de la Residencia Pimentel (en Santo Domingo, localización desconocida) y de un Hotel en las Islas Vírgenes. 1950. GG prepara el anteproyecto para el Colegio del Sagrado Corazón en Ponce, Puerto Rico, junto a Rafael Carmoega. 12 de junio de 1950. Muere el padre de GG, don Gregorio González Lamarche. 1950. Diseña y construye la residencia del Dr. Jaime Jorge, en la calle César Nicolás Penson; el Edificio González en la calle Crucero Ahrens; y las escalinatas del Conde, en la Ciudad Colonial (junto a Moncito Báez). 1952. GG estuvo en Málaga y Madrid visitando a su esposa y sus hijos. Viaja con

su automóvil, el Studebacker. 1952. Realiza una serie de siete casas para el personal directivo del Ingenio Consuelo, en San Pedro de Macorís; y diseña y construye la casa de don Alberto Bonetti en Santo Domingo. 24 de octubre de 1954. El periódico El Caribe publica el primer plano de la Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre, probablemete de la autoría de Guillermo González. 1955. Se celebra la Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre en la ciudad Trujillo. GG fue nombrado coordinador y capitán del grupo de arquitectos que laboraron en la Feria. GG diseña el plan maestro y la mayor parte de los edificios, entre ellos el Congreso Nacional, el Ayuntamiento del Distrito, el Templo San Rafael, el edificio de las Fuerzas Armadas, entre otros. 1955-1956. Diseña el Hotel Paz (hoy Hotel Hispaniola). 1957-1968. Trabaja junto a Amable Frómeta y Marcial Pou en el conjunto urbanístico de NACO. c. 1960. Su esposa Mercedes Fernández Canivell se marcha de manera definitiva a España con su hija Blanca Nieves. 1964. GG forma parte de la Comisión de arquitectura y urbanización de la remodelación y ampliación de la Ciudad Universitaria. Con tal motivo un grupo de profesores de la Universidad visitan varias universidades estadounidenses. 30 de julio de 1964. GG volvió a la Universidad de Yale, después de 34 años, para visitar el nuevo edificio de arquitectura diseñado por el Arq. Paul Rudolph en 1963. 1962. Muere la madre de GG, doña Georgina Sánchez Vda. González. 1963. Muere su hermano y socio Alfredo González Sánchez. 1965. Su hijo Georgie se marcha a España también de manera definitiva. 1965-1970. GG se integra al taller de William Reid como socio y colaborador. 1966-1970. Guillermo González funge como docente en las aulas de la Escuela de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU). 1967. Diseña y construye dos Casas para la familia Barletta en Arroyo Hondo, junto al Arq. William Reid Cabral. 5 de enero de 1968. Muere su esposa, doña Mercedes, en España. 1970. Diseña el Bank of America, en la Plaza Colón, Ciudad Colonial; el Royal Bank of America en la Ave. San Martín y el Edificio de Santo Domingo Motors en la Ave. John F. Kennedy esquina Abraham Lincoln. Todos estos proyectos fueron realizados junto al arquitecto William Reid Cabral. Diseña también la residencia Despradel Catrain que será construida, en 1972, luego de su muerte. 13 de noviembre de 1970. Muere Guillermo González Sánchez de un infarto en la ciudad de Santo Domingo.

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Índice Onomástico Aalto, Alvar: 36, 83, 84, 179, 242 Abreu, Luis: 325 Acevedo, Octavio: 245 Aeropuerto General Andrews: 82, 101, 218 Agramonte, Leda: 240 Aguayo Ceara, Rafael: 104 Alberti, Luis: 99, 241 Album de Oro de 1936: 34, 56, 57 Alfau, Guillermo: 214 Álvarez, Rafael: 234, 235 Álvarez Pina, Virgilio –don Cucho–: 52, 58, 70, 182, 184, 187, 250, 251, 252 Arambilet, Luis: 168 Arango, Silvia: 9, 13, 16, 17, 37, 161 Archivo General de la Nación: 15, 34, 51, 54, 56, 57, 58, 177, 187, 254, 324, 326 Archivos de Arquitectura Antillana (AAA): 17, 92, 125, 161, 167, 174, 180 Architectural Record: 240, 242, 252 Armenteros, Ernesto: 214 Arquivox: 10, 18, 167, 234, 254 Arroyo Hondo: 14, 223, 228, 240, 248, 325, 326, 329, Art Deco: 34, 56, 132, 212, 240, 243 Art Nouveau: 34, 240 Asociación de Ingenieros y Agrimensores (ADIA): 241 Asplund, Erik Gunnar: 36 Auñón, Tomás: 82, 114, 116, 118, 216 Avenida Abraham Lincoln: 182, 229, 242, 325, 326, 329 Avenida Bolívar: 16, 70, 132, 133, 138, 140, 141, 240, 244, 256, 324, 325, 326, 328, 329 Avenida Duarte: 52, 58, 324, 326 Avenida George Washington –el Malecón–: 54, 59, 67, 70, 76, 78, 83, 101, 104, 104, 109, 111, 132, 140, 145, 156, 161, 182, 184, 187, 189, 193, 204, 241, 244, 254, 255, 324, 326, 328, 329 Avenida Independencia: 12, 26, 52, 54, 83, 84, 125, 130, 138, 143, 152, 156, 157, 185, 189, 193, 211, 236, 238, 240, 245, 252, 322, 323, 325, 326 Avenida Jiménez Moya: 325, 326 Avenida John F. Kennedy: 218, 229, 325, 329 Avenida Máximo Gómez: 14, 16, 54, 140, 145, 156, 184, 185, 218, 229, 231, 236, 324, 325, 326, 328, 329 Avenida Mella: 101, 104, 324, 326 Avenida México: 229, 325, 326 Avenida Ortega y Gasset: 324, 326 Avenida San Cristóbal: 179, 202 Avenida San Martín: 218, 229, 324, 325, 326, 329 Avenida Vicini Burgos: 324, 326 Avenida Winston Churchill: 187, 199, 325 Ayuntamiento del Distrito Nacional (Palacio Municipal): 172, 180, 182, 187, 189, 193, 197, 199, 240, 242, 245, 251, 253, 255, 256, 325, 326, 328, 329, Báez López-Penha, José Ramón –Moncito–: 14, 15, 58, 59, 70, 83, 116, 172, 174, 216, 244, 254, 324, 328, 329 Banco Central: 132, 140, 240 Bank of America: 229, 231, 247, 325, 326, 329 Baquero de Reid, Margarita: 217, 231 Baquero Ricart, Manuel –Manolito–: 14, 16, 167, 182, 184, 216, 217, 219, 241, 248 334 | GUILLERMO GONZÁLEZ

Balaguer, Joaquín: 104, 125, 222, 248 Barragán, Luis: 10, 12 Barroso, Javier: 203, 207 Barrio Obrero: 101, 109, 111, 172, 180 Batista, Francisco –Cuqui–: 13, 14, 207, 215, 239, 252, 253, 257 Bauhaus: 240, 241, 245, 246, 254, 255, 257 Beaux Arts: 29, 37, 56, 254, 256, 328 Bellamy, Edward: 246 Bergdoll, Barry: 14 Bernal, Juan: 140, 171, 218, 252, 253 Bernard Vázquez, Leonte: 14, 104, 184, 216, 250, 251 Biblioteca Nacional: 34, 54, 56, 57 Bisonó, Rafael: 214 Bisonó, Víctor: 16, 214, 222, 240 Blanchard, Teódulo: 19 Blanco y Negro (revista): 30 Boca Chica: 104, 114, 116, 118, 119, 122, 160, 161, 168, 242, 251, 255, 257, 324, 325, 326, 328, 329 Bonnet, Alberto: 251 Bonetti, Monchín: 125 Bonetti, Jaime: 140 Bonetti, José María: 132, 133, 138, 324, 326, 328 Bonetti Burgos, Alberto: 140, 325, 326, 329 Bonilla Portalatín, Pedro Pablo –Pepe–: 184, 215, 252, 253 Borrell, Pedro José: 16 Bosch, Juan: 222 Boulevard José Trujillo Valdez: 58, 172, 324, 326, 328, Brasil: 11, 12, 114, 116, 208, 242 Brasilia: 208 Brea, Emilio: 10, 14, 19, 254 Brea Battle, Cristina: 140 Briones, Ricardo: 17 Brito, Polanco: 252, 253 Brusiloff, Carmenchu: 234 Bruxellensi, Rogero: 243 Bryggman, Erik: 36, 179 Buïgas, Carles: 206, 207, 208, Cabral de Vicini, Amelia: 140, 145, 325, 326, 329 Cáceres, Manuel –Memé–: 16, 184, 214, 240 Cáceres, Marino –Pilo–: 16 Canal de Panamá: 28 Calle Arzobispo Portes: 324, 326 Calle Arzobispo Nouel: 215 Calle Benito Monción: 182, 251 Calle Cervantes: 324, 326, 328 Calle César Nicolás Penson: 16, 140, 152, 154, 161, 241, 324, 325, 326, 328, 329 Calle Casimiro de Moya: 52, 58, 161 Calle Castillo: 132, 325, 329 Calle Caracas: 111, 324, 326, 329 Calle Crucero Ahrens: 26, 52, 56, 166, 167, 247, 250, 251, 325, 326, 329 Calle Danae: 244, 247 Calle Doctor Delgado: 132, 138, 244 Calle Doctor Vicioso: 325 Calle El Conde: 70, 75, 76, 78, 178, 179, 208, 215, 216, 241, 242, 243, 253, 255, 257, 324, 325, 326, 329 Calle Fabio Fiallo: 324, 326

Calle Federico Henríquez y Carvajal: 324, 326 Calle Félix Mariano Lluberes: 26, 161, 167, 217, 241, 324, 326 Calle Hondovalle: 52, 56, 166, 244, 247, 324, 326, 328 Calle Hostos: 22 Calle Juan de Dios: 325, 326 Calle José Desiderio Valverde: 132, 325, 329 Calle José Gabriel García: 250 Calle José Martí: 109, 324, 326, 329 Calle Manuel Rodríguez Objío: 132, 139, 140, 324, 326, 329 Calle Moisés García: 132, 324, 326, 329 Calle Nicolás de Bari: 132, 139, 140, 324, 326, 329 Calle Osvaldo Báez: 244 Calle Padre Billini: 22 Calle Palo Hincado: 101, 104 Calle Pasteur: 82, 132, 161, 165, 167, 324, 325, 326, 328, 329 Calle Presidente Peynado: 324, 328 Calle Sabana Larga: 236, 244 Calle Sánchez: 70, 75, 255, 324, 326 Calle Santiago: 132, 324, 326, 328 Calle Santomé: 250 Calventi, Rafael: 16, 222, 223, 231, 240 Cambiaso, Adolfo: 223 Canto Rosario, Jacoba: 240 Carbonell, Teófilo: 214, 241 Carmoega, Rafael: 125, 128, 325, 326, 329 Caro Álvarez, José Antonio: 18, 58, 76, 82, 101, 104, 111, 113, 114, 116, 125, 172, 174, 182, 184, 185, 187, 189, 208, 214, 215, 217, 223, 250, 252, 253, 257, 324, 325, 329 Caro Ginebra, Danilo: 15, 125, 222 Caro Ginebra, José Antonio: 15, 125, 222 Casa Alberto Bonetti: 140, 152, 153, 154, 325, 326, 329 Casa Barletta: 14, 18, 220, 221, 222, 223, 228, 325, 326, 329 Casa Cáceres Troncoso: 132, 324, 326, 328 Casa Despradel Catrain: 229, 325, 326, 329 Casa Dima Pérez: 132, 325, 326, 329 Casa del Fascio: 202 Casa González Schotborgh: 132, 324, 326, 329 Casa Jaime Jorge: 18, 161, 325, 326, 329 Casa Jesús Troncoso: 18, 156, 157 Casa José María Bonetti: 18, 70, 132, 133, 138, 324, 326, 328 Casa Mathis: 18, 132, 139, 140, 234, 324, 326, 329 Casa Nadal: 116 Casa Peña Battle: 140 Casa Peynado: 256 Casa Pichardo Ricart: 10, 18, 156, 324, 326, 329 Casa Pimentel: 132, 325, 326, 329 Casa Ricart, Santo Domingo: 18, 52, 139, 140, 234, 324, 326, 329 Casa Ricart, Jarabacoa: 114 Casa Schad: 18, 51, 63, 78, 156, 158, 160, 234, 255, 324, 326, 328 Casa Velázquez de Troncoso: 18, 140, 141, 234, 256, 325, 326, 329 Casa Vicini (Amelia Cabral Vda. Vicini): 18, 140, 145, 148, 156, 216, 325, 326, 329


Casino de Güibia: 6, 13, 18, 104, 101, 104, 140, 247, 254, 324, 326, 329 Castellanos, Juan J.: 98 Castillo, José del: 16 Castillo, Nathalie: 17 Castro, Pedro de: 28 Castro, Heriberto de: 325 Catedral de Santo Domingo: 78, 229, 231, 243, 257 Catrain, Papeyo: 30, 252 Catrain González de Despradel, Julia –Julie–: 14, 19, 23, 30, 52 Centenario de la República: 18, 56, 82, 99, 101, 104, 107, 109, 111, 113, 174, 215, 250, 251, 329 Centro de los Héroes: 6, 189, 199, 212, 213, 242, 244, 245, 255, 325, 326 Centro Social Obrero: 109, 111, 113, 202, 250, 324, 326, 329 Cervecería Nacional Dominicana: 125, 182 Chase Manhattan Bank: 229 Checo, Luis: 17 CIAM: 245, 249, 257 Ciudad Colonial: 22, 34, 58, 76, 101, 178, 179, 214, 229, 240, 241, 243, 247, 248, 250, 253, 255, 324, 325, 326, 329 Ciudad Deportiva: 179 Ciudad Nueva: 52, 56, 59, 67, 241, 324, 326, 328 Ciudad Trujillo: 14, 15, 54, 58, 59, 70, 82, 83, 99, 109, 111, 113, 114, 116, 140, 156, 161, 172, 180, 182, 184, 185, 187, 196, 212, 213, 241, 252, 253, 254, 255, 326, 329 Ciudad Universitaria: 114, 172, 223, 255, 329 CODIA 23: 18, 35, 231, 234, 243, 254, 257 Colegio del Sagrado Corazón: 125, 128, 326, 329 Colegio Loyola: 203, 207 Columbia University: 18, 30, 82, 229 Compañía Dominicana de Electricidad: 204 Compañía Nacional de Seguros: 223, 224 Coney Island: 197, 207, 208 Congreso Nacional: 54, 99, 184, 187, 189, 193, 196, 197, 202, 207, 216, 242, 251, 254, 255, 325, 326, 329 Consejo Administrativo del Distrito: 37, 52, 58, 70, 182, 185, 193, 196, 197, 199, 204, 207, 208, 216, 325, 326, 328 Consejo Estatal del Azúcar (CEA): 204, 251 Cooper, Page: 15, 59, 111, 113, 114, 118 Copello, Anselmo: 16, 70, 76 Copello de Rodríguez, Margarita: 16 Cornelio, Elías: 223 Costa, Lucio: 10, 12, 242 Cott, Erwin: 14, 19, 184, 222, 240 Cox, William –Bill–: 208 Cristóbal, Juan: 189 Cuartel de Bomberos: 13, 18, 101, 111, 324, 326, 329 Dal Co, Francesco: 245, 246 D’Alessandro, Guido: 26, 172, 184, 185 Deglin Samson, Marcelo: 75 Delgado, Luis Eduardo: 222 Delgado Malagón, Pedro: 250 Delmonte, José Enrique: 15, 180, 182, 189, 207 Dennison & Hirons: 29, 30, 35, 328 Desangles, César: 223 Despradel, Arturo: 14

Directorio Técnico: 171, 182, 184, 188, 212, 214, 217, 250, 251 Domínguez, Mauricia: 15, 156, 161 Draper, Dorothy: 113 Durrell Stone, Edward: 36, 83, 93, 94, 99, 328 Edificio Baquero: 70, 76, 255 Edificio Copello: 16, 52, 63, 70, 72, 75, 76, 78, 83, 87, 111, 113, 156, 222, 241, 242, 252, 253, 255, 324, 326, 328 Edificio Diez: 70, 76, 255 Edificio González, Calle Crucero Ahrens: 18, 166, 241, 250, 251, 325, 326, 329 Edificio González, Calle Pasteur: 18, 82, 161, 165, 167, 326 El Caribe: 182, 234, 329 El Imparcial: 54 El Universal: 37 El Nuevo Diario: 14 Ellis Pulliam, William: 58 Empresa Distribuidora de Energía Sur (EDESUR): 204 Escalinatas calle El Conde: 171, 178, 179, 216, 325, 326, 329 Espaillat Nanita, Leopoldo: 125, 202, 241, 257 Espinal, Madeline: 17 Espinal Hernández, Edwin: 15, 104 Estilo Internacional: 212, 254 Estocolmo: 11, 34, 179, 246, 247, 248 EUR 42: 34, 186, 187, 197, 207 Fábrica Dominicana de Cemento: 193 Faro a Colón: 58, 101, 206, 207, 214 Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre (La Feria): 10, 11, 12, 13, 15, 16, 18, 78, 84, 125, 126, 171, 172, 180, 181, 182, 184, 185, 186, 187, 189, 193, 197, 202, 203, 204, 206, 207, 208, 212, 213, 214, 215, 216, 217, 218, 219, 242, 244, 245, 246, 250, 251, 252, 253, 254, 255, 256, 257, 325, 326, 329 Feria de Nueva York 1939 (New York 1939-40 Fair): 12, 15, 36, 76, 78, 82, 83, 132, 181, 183, 184, 187, 189, 213, 252, 324, 326, 328 Feris Iglesias, César Iván: 14 Fermín Cabral, Mario: 54, 180, 182 Fernández Canivell de González, Mercedes: 15, 24, 25, 37, 52, 63, 78, 156, 213, 216, 229, 328 Fiallo, José Ramón: 15 Finsbury Health Centre: 196 Fiorentino, Teresa: 240 Flores, Manuel: 17 France, Roy: 208 Franco, Leopoldo: 222 Freites, Federico: 196 Frómeta, Amable: 140, 171, 184, 188, 218, 219, 250, 325, 329 Fuente Monumental, La Feria: 180, 186, 187, 189, 193, 197, 199, 255 García, Sebastián: 240 García, Vital: 222 Garriguez, Mariano: 207 Gautier, Manuel Salvador –Doy–: 14, 222, 240, 254 Gautier González, Manuel Salvador –Flon–: 241 Gavinelli, Corrado: 246, 247 Gazcue: 13, 26, 28, 78, 84, 140, 156, 161, 165, 167,

182, 222, 251, 324, 325, 326 Gazón Bona, Henri: 34, 56, 76, 82, 83, 101, 212, 241, 252, 256, 257 Ginebra, Milton: 14 Goico, Fred: 16 Gómez, Marco: 253 Gómez Du Breil, Andrés: 252, 325 González Lamarche, Gregorio: 22, 28, 30, 37, 52, 70, 101, 231, 328, 329 González Ricart, Oscar Alfredo: 28, 98, 234 González Fernández-Canivell, Georgie (Bernabé Jorge Guillermo): 15, 19, 25, 28, 30, 82, 98, 213, 222, 223, 229, 231, 234, 329 González Fernández-Canivell, Blanca: 15, 19, 24, 25, 28, 30, 52, 82, 213, 216, 229, 231, 329 González Sánchez, Alfredo: 18, 22, 28, 70, 81, 82, 83, 87, 98, 125, 126, 132, 167, 213, 215, 216, 223, 231, 234, 236, 252, 324, 325, 326, 328, 329 González Sánchez, Georgia: 22, 37, 328 González Sánchez, Juana: 22, 23, 28, 231, 328 González Sánchez, Luz Sofía: 22, 25, 28, 52, 231, 328 González Sánchez, Mercedes: 22, 23, 28, 328 González Sánchez, Oscar: 22, 28, 37, 328 Goodhue, Bertram: 30 Gropius, Walter: 34, 231, 240, 241, 242, 243, 245, 246, 252, 254, 255, 256, 257 Grupo Nueva Arquitectura: 14, 19, 92, 99, 184, 234, 252, 253, 254, 257 Grullón, Manuel: 7, 16 Guaschino, Amilcare: 17 Guerra, Juan Luis: 99 Gutiérrez, Ramón: 16 Guzmán, Eduardo –Eddy–: 17 Guzmán, Luis: 16 Haché, Pedro: 214, 240 Hatton Curiel, Frank: 252 Haza, Orlando: 16, 214 Henares, Francisco José: 36 Hernández, Miguel: 257 Hernández, Rafael Tomás: 14, 59, 184, 214, 218, 239, 240, 248, 250 Hernández, Rubén: 15 Hernández Bonelly, Rafael: 15, 70, 252 Hipódromo Perla Antillana: 18, 101, 104, 107, 109, 179, 250, 324, 326, 329 Homer, E.A.: 30 Hospital Dr. Martos: 83, 111, 216 Hospital Infantil Angelita: 182, 184, 186, 187, 208, 215 Hotel Cap Ducal: 125 Hotel Comercial: 208 Hotel El Calamar: 256 Hotel El Embajador: 188, 208 Hotel El Panamá: 83, 94 Hotel en Islas Vírgenes (anteproyecto): 125, 325, 326, 329 Hotel Hamaca: 6, 18, 114, 116, 119, 121, 122, 125, 250, 251, 255, 256, 257, 325, 326, 329 Hotel Holiday Inn: 84 Hotel Jaragua (originalmente Hotel Nacional): 6, 10, 12, 18, 24, 25, 52, 59, 78, 81, 82, 83, 84, 87, 90, 92, 93, 94, 98, 99, 101, 109, 111, 113, 115, 116, 118, 125, 156, 161, 165, 202, 208, 213, 215, 222, 234, GUILLERMO GONZÁLEZ | 335


235, 237, 241, 242, 248, 249, 250, 251, 252, 253, 254, 255, 256, 257, 324, 325, 326, 328, 329 Hotel Meliá: 324 Hotel Montaña: 18, 114, 116, 325, 326, 329 Hotel Nacional, Cuba: 76 Hotel Paz (Hipaniola): 18, 125, 126, 184, 208, 212, 215, 242, 250, 325, 326, 329 Hotel V Centenario: 161 Howard, Ebenezer: 245 Ibarra, Rudolph: 58 Iglesias, Gloria: 57 Iglesias, Tribito: 58 Imbert, Antonio Segundo: 16 Ingenio Consuelo: 168, 325, 326, 329 Interiors: 99 Jarabacoa: 114, 116, 325, 326 Jaragüita (Edificio El Jaragüita): 8, 9, 10, 12, 16, 18, 55, 82, 101, 161, 163, 165, 167, 221, 222, 223, 229, 234, 241, 254, 324, 326, 329 Jaragüitita: 222, 229 Johnson, Philip: 254, 255 Jorge, Jaime: 161, 325, 326, 329 Keally, Francis: 36, 82, 328 Kilbourne, Edwin: 168 Klumb, Henry: 10, 254 Kubitschek, Juscelino: 208 La Habana: 22, 36, 76, 78 La Manicera: 125 Lantigua, Chinel: 17 L’architecture d’aujourd’hui: 240 Le Corbusier: 231, 240, 241, 242, 245, 246, 252, 255, 256 Leavitt & Son: 30, 328 Lebrón, María Isabel –Pilita–: 16 León, Atilio: 16, 223, 250 León, Lidia: 16, 234 Leroux, César: 17 Licairac, Alexis: 22, 104 Liga Municipal: 240 Listín Diario: 70, 76, 98, 132, 218, 234, 245 Llaverías, Federico: 54 Lluberes, Mario: 22, 56, 57, 241 Lowey, Raymond: 24, 25, 213, 251, 257 Lubetkin, Berthold: 36, 196 Macarrulla, Dulce: 214, 240 Madrid: 36, 213, 216, 329 Málaga: 15, 18, 19, 21, 24, 25, 26, 28, 30, 34, 37, 59, 70, 82, 101, 213, 214, 216, 222, 223, 229, 247, 248, 328, 329 Manzano, Alfredo: 252, 253 Marichal, Jochy: 17 Mármol, José: 16 Marranzini, Carlos: 240 Marranzini, José Horacio –Sancocho–: 16, 167, 184, 204, 222, 229 Martin, John Bartlow: 78 Martínez, Alejandro: 207, 252 Martínez, Alex: 15, 174 Martínez, César Al: 15, 180, 182, 189, 207 Martínez, Emilio: 189 Martínez, Marcial: 16, 218 Martínez, Ramón: 14, 257 336 | GUILLERMO GONZÁLEZ

Martínez Brea, Bienvenido –Bebecito–: 101, 111, 113, 116, 118, 179, 215, 252, 324, 329 Martínez-Murga Meriño, Luis Esteban: 16 Mathis, Ernesto: 16, 18, 132, 139, 140, 234, 324, 326, 329 McKim, Mead & White: 76, 78 Mejía, Carlos: 240 Mella, Pablo: 240 Mena, Miguel D.: 15 Mendelsohn, Eric: 70, 243 Meyer, Adolf: 255 Mignucci, Andrés: 15 Milles, Carl: 11, 59, 63, 247, 248 Mizner, Addison: 28 Mondrian, Piet: 247, 257 Montás, Onorio: 17, 140, 217 Monumento Independencia Financiera o Trujillo-Hull: 70, 101, 254 Moré González, Gustavo Alberto: 17 Moré Rodríguez, Gustavo José: 17 Moré Rodríguez, María del Mar: 17 Movimiento Moderno: 34, 35, 101, 161, 212, 234, 242, 243, 246 Moya, Casimiro de: 52, 58, 247 Moya Pons, Frank: 15 Moya, Raúl de: 223 Mubarak, Juan: 16 Museo de Historia Natural: 255 Museo Nacional: 101, 204, 207 Muthesius, Hermann: 245 NACO: 16, 171, 218, 219, 326, 329 Nechodoma, Antonín: 28 Neohispánico: 28, 132, 254, 256 Neutra, Richard: 82, 216, 231, 243, 255 New York (Nueva York): 12, 15, 21, 22, 28, 30, 34, 36, 37, 51, 76, 78, 82, 83, 99, 109, 113, 115, 132, 156, 181, 182, 183, 186, 187, 189, 213, 222, 245, 247, 248, 252, 324, 326, 328 New York Public Library: 15, 77 Niemeyer, Oscar: 10, 11, 114, 208 Noelle, Louise: 16 Nova, Luis: 17 Noyola, John: 17 Ortiz, Joaquín: 114, 116, 216 Pabellón de España: 203, 207 Pabellón de la República Dominicana en la Feria Interantillana de Puerto Rico, 1936: 52, 54, 180 Pabellón de la República Dominicana en la Feria de Nueva York, 1939: 12, 76, 78, 324, 326, 328 Pabellón de la Santa Sede: 197, 204, 205, 247 Pabellón de la Secretaría de Interior, Policía y Comunicaciones: 197, 202, 251, 325, 326 Pabellón de las Fuerzas Armadas: 187, 197, 202, 203, 250, 325, 326, 329 Pabellón de las Naciones: 183, 184, 186, 187, 188, 189, 193, 196, 205 Pabellón de Libros: 204 Pabellón de los Estados Unidos: 207 Pabellón de Venezuela: 184, 207 Palacio de Justicia: 56, 57, 101 Palacio de Telecomunicaciones: 57, 58 Palacio Municipal de Santo Domingo (tesis): 34, 35,

56, 178, 179, 243, 244, 246, 324, 326, 328 Palacio Nacional: 26, 184 Palacios, Pascual: 78, 113 Palais de Chaillot: 56 Pampulha: 11, 12, 114, 208 Pantaleón, Bienvenido: 15 Paradas, Ernesto: 52 Parque Colón (Plaza Mayor): 229, 247, 325, 326 Parque Duarte: 22 Parque Enriquillo: 109 Parque Independencia: 54, 251 Parque Infantil Ramfis, Ciudad Trujillo (Eugenio María de Hostos): 6, 13, 15, 18, 52, 58, 59, 63, 67, 70, 76, 82, 87, 104, 107, 109, 132, 216, 240, 241, 245, 250, 252, 253, 254, 255, 324, 326, 328 Parque Ramfis, Santiago: 15, 104, 324, 326, 329 Parque Zoológico Nacional: 243, 248 Partido Dominicano: 76, 165, 179, 180, 212, 254, 256 Pellerano, Luis Rafael: 16, 214 Pellerano, Juan Manuel: 245 Pellerano, Raquel: 16 Pellerano, Sandra: 16 Penson, Enrique: 26, 70, 72, 78, 88, 111, 116, 132, 158 Pérez, Dima A.: 132, 325, 326, 329 Pérez, Germán: 16 Pérez de Mansfield, María Jesús: 15 Pérez Bernal, Virgilio: 15, 104, 109, 111, 113, 140, 184, 196, 204, 216, 217, 250, 324, 329 Pérez Garrido, Octavio –Trene–: 22 Pérez Linval, Giovanni: 223 Pérez Montás, Eugenio: 11, 14, 34, 35, 204, 231, 234, 236, 239, 240, 243, 254 Pérez Siragusa, Cristóbal: 197 Perón, Juan Domingo: 156, 161 Peynado, Jacinto B.: 37 Piacentini, Marcelo: 187, 207 Pichardo, Paíno: 156 Pietri, Alejandro: 206, 207 Pietro, Giovanni di: 109 Piña, Plácido: 252 Pizano, Víctor: 16 Plaza Colombina: 56, 59, 244, 248, 254, 328 Plaza de la Cultura: 204, 255 Plaza de la Salud: 104, 324 Plaza Juan Barón: 67 Plaza Naco: 219 Plaza Valerio: 15, 104, 324, 326 Polígono Central: 218, 231, 244 Ponce: 125, 128, 325, 326, 329 Pou, Gladys: 15 Pou, Max: 17, 94, 237 Pou Ricart, Leo: 58, 83, 109, 172, 174, 184, 196, 250, 257 Pou Ricart, Marcial: 15, 83, 109, 174, 184, 250, 257 Prats Ventós, Antonio: 122 Procuraduría General de la República: 199, 202, 325 Proyectos y Materiales: 88, 99 Puerto Rico: 15, 28, 52, 54, 83, 94, 125, 128, 180, 250, 254, 325, 326, 329 Puig, Eliana: 240 Pujadas, Juan –Johnny–: 184, 214, 217, 240


Ramos, Jorge: 16 Ramson, Harry: 253 Rancho Cayuco: 70, 76, 132, 133, 234, 324, 326, 328 Rancier, Omar: 10, 11, 14, 19, 84, 161, 239, 254 Reid Baquero, Carlos: 15 Reid Baquero, Georgia: 15 Reid Baquero, Patricia: 15, 148 Reid Cabral, Donald: 222 Reid Cabral, William –Billie–: 14, 16, 22, 84, 140, 145, 167, 184, 207, 214, 216, 217, 223, 229, 231, 241, 252, 257, 325, 329 Revista Municipal: 99 Reyes Valdez, José Manuel –Nani–: 167, 184, 207, 214, 216, 241 Reynoso, Patricia: 17 Ricart, Guillermo: 16 Ricart, Leo: 163, 167 Ricart Vidal, Josefa –Cofeta–: 30, 82 Rodríguez Marchena de Moré, María Cristina: 17 Rodríguez Derrien, Arístides: 17 Rogers, Albert: 58 Rohe, Mies van der: 228, 231, 242, 245, 246, 247, 257 Romano Pou, Chichi: 214 Rosario, Gricelys: 15, 174 Rossi, Aldo: 257 Rother, Leopoldo: 10, 11 Rubirosa, Porfirio: 70, 132, 324, 328 Rudolph, Paul: 223, 329 Ruiz Castillo, Humberto: 76, 172, 174, 184, 204, 250, 252, 257 Sabater de Macarrulla, Mercedes: 257 Saleme, Lourdes: 15 Salmona, Rogelio: 11 Salvado Fontanillas, Juan Manuel: 36 Sambumbia: 15, 59, 81, 82, 111, 112, 156 San Juan de Puerto Rico: 52, 54, 172, 250, 254 San Pedro de Macorís: 26, 28, 168, 245, 254, 325, 326, 329 San Zenón, ciclón: 54, 58, 59, 247, 253, 254 Sánchez, Carlos Albert: 36 Sánchez de González, Georgina –Mamayoya–: 22, 28, 231, 328, 329 Santiago de los Caballeros: 15, 28, 54, 70, 78, 104, 111, 180, 182, 214, 237, 250, 252, 254, 324, 326, 329 Santiago Tennis Club: 111, 324, 326, 329 Santo Domingo Country Club: 15, 109, 110, 111, 112, 140, 168, 216, 234, 324, 326, 329 Santo Domingo Motors: 229, 231, 325, 326, 329 Saviñón, Pancho: 218 Schad, Frederick: 78, 156 Schoen, Eugene: 30, 328 Scotia Bank: 229, 325, 326 Secretaría de Estado de Agricultura: 197, 199, 202, 203, 234, 251, 256, 326 Secretaría de Estado de Interior, Policía y Comunicaciones: 197, 202, 203, 251, 325, 326 Secretaría de Obras Públicas: 18, 21, 22, 26, 59, 202, 250, 328 Selman, Eduardo: 222 Segre, Roberto: 16, 101 Silvestre, Risoris: 19 Sociedad Industrial Dominicana: 125, 250

Suprema Corte de Justicia: 197, 199, 202, 205, 207, 212, 325 Tafuri, Manfredo: 245, 246, 248 Taulé, Margot: 14, 184 Taut, Bruno: 246 Tavares Julia, Juan Tomás: 104 Taveras, Ainelid: 16 Teatro Agua y Luz: 186, 197, 206, 207, 208 Tejeira Davis, Eduardo: 182 Templo de San Rafael: 197, 204, 205, 247, 329 Terragni, Giuseppe: 202, 204 Tezanos, Lorena: 17 The Architectural Forum: 99 Toca, Nelson: 223 Toro y Ferrer: 83, 94 Trueba, Benigno: 70, 76, 255 Trueba, Ramón: 14, 208 Trujillo, Flor de Oro: 70, 132, 133, 324, 328 Trujillo Molina, Rafael Leonidas: 22, 34, 54, 56, 57, 58, 70, 76, 77, 78, 82, 83, 99, 101, 132, 156, 168, 172, 179, 180, 181, 182, 188, 189, 193, 197, 203, 208, 213, 219, 248, 254, 256, 257, 328 Turku: 83, 171, 179 Universidad Central de Venezuela: 11, 12 Universidad de Santo Domingo (USD, UASD): 15, 18, 58, 82, 101, 109, 111, 114, 140, 171, 172, 174, 177, 184, 187, 202, 212, 213, 214, 215, 216, 223, 240, 242, 248, 250, 251, 253, 254, 324, 326, 329 Universidad Nacional de Colombia: 172 Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU): 14, 18, 109, 111, 167, 214, 221, 223, 231, 234, 236, 240, 243, 247, 254, 257, 329 Universidad Iberoamericana (UNIBE): 15, 140 Valdez, Cristóbal: 16, 223 Van Doesburg, Theo: 257 Vargas Mera, Ramón: 14 Vaughn, Tony: 248 Vega, Bernardo: 15 Vega Malagón, Edgardo –Gai–: 14, 167, 182, 184, 216, 217, 241, 257 Vega, Pedro José: 16 Vegas, Federico: 16 Vela Zanetti, José: 109, 193 Velázquez, Nelson: 17 Velázquez Báez, Juan: 160, 161, 324, 326, 328 Velázquez de Troncoso Sánchez, Gisela: 140, 141, 256, 325, 326, 329 Venturi, Robert: 255, 257 Verde, Ruth: 16 Vergés, Pedro: 234, 235 Vidal Vda. Ricart, Consuelo: 132, 139, 140, 324, 326, 329 Villanueva, Carlos Raúl: 10, 11 Vivoni, Enrique: 16 Yale Bulletin: 29, 30 Yale University: 14, 18, 21, 22, 28, 30, 34, 35, 36, 37, 56, 82, 114, 172, 179, 193, 196, 223, 229, 243, 244, 248, 254, 255, 324, 326, 328, 329 Wiedersum, Frederic P.: 30, 328 Wright, Frank Lloyd: 28, 231, 240, 241, 243, 245, 246, 255, 256 Zeller de Bonetti, Maritza: 16, 140

Zevi, Bruno: 255, 256

GUILLERMO GONZÁLEZ | 337


Contenido

Trazos en el mar: Guillermo González Arquitecto de la modernidad dominicana • Presentación Manuel A. Grullón • Prólogo: Apuntes desde la distancia Silvia Arango Agradecimientos Gustavo Luis Moré • Introducción Gustavo Luis Moré Capítulo 1 Primer acto • Los González Sánchez en 1900 • Los predestinados de Obras Públicas • Guillermo González en Nueva York: 1921-1927 • Málaga, primer viaje • La transformadora experiencia en Yale • Los «regresos» a Santo Domingo Capítulo 2 La honda huella de la opera prima • Los mapas de Santo Domingo • Los tiempos efímeros • El Álbum de 1936: El Archivo General de la Nación • El desdoblamiento: clasicismo reduccionista o modernidad radical • La honda huella de la opera prima • Modernidad radical en el centro histórico • La Expo de 1939: • Ciudadano Honorario de la ciudad • de Nueva York • Las comisiones del Hotel Nacional y la Casa Schad

Capítulo 3 El período dorado de González y González

Capítulo 6 Último acto

• • • • •

La impronta de Alfredo Paradigma caribeño, modernismo nórdico Nuevos sistemas, viejas tradiciones La resonancia del Jaragua El Centenario: La arquitectura, hecho político • Pobres y ricos • La insólita «Sambumbia» • Hoteles e industrias

• La escena posdictadura: el taller en El Jaragüita • Nueva generación en escena • Vida académica en la UNPHU: anecdotario de un maestro • Últimas obras: la transición • Ante la muerte de un pionero • La memoria de Guillermo González Sánchez en la cultura dominicana

Capítulo 4 Residencias tradicionales y hábitat moderno

Capítulo 7 Anecdotario de un maestro Ensayos

• El rompimiento doméstico • Vivienda colectiva y tropicalidad • El caso de Consuelo: batey moderno

• «La cátedra de dibujo de Guillermo González» Manuel Salvador Gautier • «Guillermo González y su tiempo: reflexiones de arquitectura escritas en el siglo XXI» Eugenio Pérez Montás • «Guillermo González Sánchez: genial arquitecto dominicano» Rafael Tomás Hernández • «Nuestro Guillermo» Francisco «Cuqui» Batista • «Interpretando a Guillermo González» Omar Rancier

Capítulo 5 Urbanismo, arquitectura y academia • El plano urbano de la USD • Turku, la tesis de Yale y las escalinatas de Moncito • La Feria: Capo lavoro • Nacimiento y desarrollo de la idea • Simultaneidad del proyecto y la obra: el Directorio Técnico • El trazado urbano • Estado y arquitectura: equilibrio inestable • Los edificios públicos • Otros edificios • El arte y la estética del poder • Los años de la madurez total • Academia: la generación divina • González eje cultural: las asociaciones • El mundo personal y familiar: la casita por el cementerio • Los ensayos originarios de NACO: Amable Frómeta, Marcial Pou, Juan Bernal

Apéndice • • • • • • • •

Traducción al inglés Traducción al francés Catálogo de obras y proyectos Mapa proyectos en Santo Domingo Cronología 1900-1970 Bibliografía Índice onomástico Índice de contenido



340 | GUILLERMO GONZÁLEZ



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