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www.mesa42.com.mx Para desayunar

No les ganó el “aparato”: perdieron solos.

Fallaron los pronósticos DIRECTOR GENERAL: FRANCISCO PERALTA BURELO

L

as elecciones locales no las ganó el PRI, sino el PRD. A las cúpulas priistas le fallaron los pronósticos.

¿Por qué le fallaron los pronósticos?. Porque no hubo voto de castigo en contra del gobierno estatal ni los ayuntamientos perredistas, porque no se produjo el esperado abstencionismo que predijeron, porque la escisión interna y la creación de MORENA no afectaron determinantemente al perredismo, porque su partido, el PRI, no consiguió retener el voto duro, porque su estructura y sus

Casilla única subió votación federal De un 40% de participación ciudadana subió a un 57%.

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PRECIO: $10.00

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operadores no operaron eficazmente, porque no presentó candidatos triunfadores a los cargos en disputa y, entre otras causas, porque el PVEM le quitó más de cien mil votantes.

Al PRI le fallaron las cosas y el propio PRI falló. Fuera del gobierno, y sin la tutoría del gobernador, este partido no supo cómo ganar las elecciones, y en consecuencia las perdió.

Para perder esta vez, el PRI no requirió que “el de enfrente” le impusiera elección de estado --como su dirigente estatal y algunos candidatos perdedores arguyen--; bastó con que el partido tricolor no pudiera poner en práctica su vieja elección de estado, que fue la que lo hizo ganar muchas elecciones y evitó que perdiera otras durante las dos últimas décadas.

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Falló el PRI

El PRI no supo cómo enfrentar esta elección sin el respaldo del gobernador y sin el uso de recursos públicos, como durante años anteriores hubiera ocurrido.

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Voto de castigo, ¿para quién?

¿Para el PRD o para el PRI?.

Más para el PRI que para el PRD, según los resultados electorales.

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Chontalpa, con una nueva geopolítica

A partir de 2016 seis municipios estarán en poder del PRD y uno del PAN. Por primera vez ningún municipio será priista.

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En este número escriben

✑Rubén García Moguel

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✑Juan Correa López

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✑Fernando Vázquez Rosas

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✑Miguel Ángel Valdivia

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✑María Inés Muñoz

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✑Miguel Rueda de León

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Apoyando a la juventud y a las personas vulnerables Centla, segundo municipio dos veces gobernado por una mujer Hasta el día de hoy el único municipio tabasqueño que ha sido gobernado por dos mujeres --la primera, Gladys Ethel Cano Conde, por dos años, entre 1989 y 1990, y la segunda, aún en funciones, Elda Llergo Asmitia--, es Teapa.

A partir del año 2016 otro municipio, Centla, estará siendo gobernado por dos mujeres.

La primera, Carmita Paredes, que falleciera en el cargo antes de concluir su segundo año de mandato, y la segunda, Gabriela del Carmen López Sanlúcar, recién electa alcaldesa de ese lugar.

Centro, voto cruzado.

En Centro --que es municipio que comprende seis distritos locales y dos distritos federales uninominales-- se votó “cruzado” el pasado día siete.

El electorado eligió presidente municipal perredista, tres diputados locales y dos federales priistas, dos diputados locales perredistas y un diputado local morenista.

En Centro se cruzó el voto. Cinco elecciones las ganó el PRI, tres el PRD y una MORENA. PRI, PRD y MORENA, dividieron triunfos y posiciones. PRD se quedó con la presidencia municipal y con dos diputaciones locales, el PRI se hizo de las dos diputaciones federales que se disputaron en su territorio y de tres diputaciones locales, en tanto que MORENA se acreditó una de las seis diputaciones comprendidas dentro de su circunscripción electoral.

Y Andrade dónde se metió?

De Manuel Andrade … ¡ni su sombra!.

Perdió el PRI las elecciones … y desapareció (ni por twitter hemos vuelto a saber de él).

Así es esto: ante la derrota mejor poner tierra de por medio.

A ver dónde está Andrade y a ver cuándo se aparece por acá de nuevo.

En Emiliano Zapata y en Teapa el PVEM ganó la alcaldía y la diputación local. El electorado de cada municipio hizo ganar a los compañeros de fórmula; no dividió su voto.

Acusan en Chiapas elección de estado Denuncia oposición injerencia del gobierno de Manuel Velazco.

“Partidos políticos de oposición en Chiapas aseguran que en los comicios locales que arrancaron la semana pasada hay una excesiva intervención del Gobierno del estado.

“Muchos de los candidatos del PVEM y del PRI en las principales ciudades y

Carmen López Sanlúcar es la única juanita del PRI que llegó a la presidencia municipal.

Las otras tres perdieron su elección.

En Nacajuca el PAN ganó alcaldía y diputación local.

En Nacajuca el PRI ganó alcaldía y el Verde diputación local.

En Centla el PRI ganó alcaldía y el PRD diputación local.

Voto por fórmula pevemista

distritos son ex funcionarios del Gabinete del Gobernador Manuel Velazco.

“REFORMA documentó durante el proceso electoral federal que el PRI y el PVEM hicieron uso de programas federales y estatales como Prospera y Canasta Básica, respectivamente, para favorecer a sus candidatos”.

(Tomado de la edición del 23 de junio del diario Reforma).

¿Sed de venganza?

Se anuncia, mejor dicho, tenemos conocimiento, que en próximas semanas presentarán iniciativas de ley delicadas, y ahí estaremos, como siempre, defendiendo el punto de vista de los tabasqueños.

Sería interesante saber cómo van a tapar el hoyo financiero que dejó este proceso lleno de anomalías.

Rosalinda López Hernández.

De candidatos a “anuladores” Primero fueron candidatos; ahora son “anuladores”. Y eso no solamente aquí en Centro sino en varios municipios.

Candidatos a presidentes municipales a quienes no

se les hizo la alcaldía ahora acusan elección de estado y demandan su anulación. ¡Que se anulen!, dicen, ¡y que no vuelva a participar el que me ganó!.

Quieren anulación esos ex candidatos … y además no volverse a ver la cara con quien les ganó. ¡Anúlenla y no me pongan otra vez enfrente a ése!, demandan.

A ver, el candidato que no haya comprado ningún voto que tire la primera piedra … o que jure por Dios que no lo hizo.

O bueno, que al que diga que no compró ningún voto le crezca la nariz, le salgan orejas de burro, o que la lengua se le haga chicharrón, para acabar pronto.

“¡No me voy!”

¿Que dije que si perdía me iba?

No, no lo dije. Lo que dije es que íbamos a ganar todo.

No, usted dijo que si perdía se iba.

No, yo no dije eso, y si lo dije no me acuerdo.

Pues lo que estamos esperando es que cumpla con su palabra y renuncie ya a la dirigencia estatal del PRI. No, no, eso ni pensarlo: yo de aquí no me voy, y no hemos perdido, porque ya van a ver cuántas elecciones vamos a anular para que se vuelvan a hacer y las ganemos. ¿Entonces no se va?.

No, no, no me voy. Yo no me voy y de aquí no me saca nadie.

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Hasta las ocho de la noche del siete de junio sólo había ganadores. Rosalinda López, Evaristo Hernández, Octavio Romero y Gerardo Gaudiano se autoproclamaban triunfadores. Ninguno impugnaba el proceso. Al día siguiente los tres primeros hablaban de elección de estado y culpaban de ella al gobernador Núñez

¿Por qué primero validaron el proceso y luego acusaron al gobernador Núñez de elección de estado?

A

ntes del siete de junio no había partido político o candidato a cargo de elección popular que viera una elección de estado en marcha o que sintiera una intervención directa (o indirecta) del gobernador Núñez en el proceso electoral.

El dirigente estatal del PRI, Erubiel Alonso Qué, declaraba a MESA 42 que “si el gobernador quisiera meter las manos no lo vamos a permitir”; el dirigente de MORENA, Javier May Rodríguez, descartaba “totalmente” una elección de estado; el dirigente del PRD, Candelario Pérez Alvarado, veía al gobernador Núñez “gobernando para todos y no para un partido”; y el dirigente del PVEM, Federico Madrazo Rojas, consideraba “que sería muy lamentable que recurriera (el gobierno del estado) a las prácticas que por años y años criticó”.

Ninguno de ellos hablaba de un escenario de elección de estado no percibían señales en ese sentido ni se mostraban preocupados. Al gobernador Núñez lo calificaban sin ingerencia alguna en el proceso electoral.

A ese tenor --en diversas declaraciones emitidas ante la prensa local-- se manifestarían todos los candidatos a cargos de elección popular de diversos partidos que fueran abordados por dicha prensa. Rosalinda López Hernández y Evaristo Hernández Cruz, entre ellos, respectivamente candidata y candidato del PVEM/PAN y del PRI a la presidencia municipal de Centro, reconocían el “respeto” con el que se conducía el gobernador Núñez --y su gobierno-- en estos comicios.

Ni una queja, ni un reproche, ni un cuestionamiento al comportamiento del gobernador Núñez.

Otros actores políticos tampoco veían al titular del ejecutivo estatal metiendo las manos en el proceso (ni siquiera poniendo candidatos a su partido). La consejera presidenta del IEPCT, Maday Merino Damián, refería a MESA 42 que “el estado no ha intervenido

en nada”.

Ni indicios, ni sospechas siquiera, de una elección de estado.

Ni preocupación por ello de parte de nadie. Tampoco acusación alguna que pusiera en entredicho la neutralidad del gobernador Núñez. A éste no se le involucró ni se le pidió que se mantuviera ajeno (porque sin duda alguna no se estimó necesario hacerlo).

La noche del siete de junio, apenas concluida la votación y sin resultados preliminares proporcionados por el IEPCT --por diversos retrasos y deficiencias logísticas--, Evaristo Hernández Cruz, Rosalinda López Hernández, Octavio Romero Oropeza y Gerardo Gaudiano Rovirosa --en ese orden de aparición-- se autoproclamaban vencedores de la elección de presidente municipal de Centro (el primero de ellos, inclusive, convocaría para una celebración del triunfo horas después).

En ese momento estos cuatro contendientes --que fueron los que mayor votación obtuvieron-se declaraban ganadores de la elección. Todos y cada uno se acreditaba el triunfo, sin descalificar ninguno de ellos la elección y menos hablar de que ésta hubiera sido de estado o involucrando al gobernador Núñez.

Para Evaristo Hernández, lo mismo que para Rosalinda López Hernández, Octavio Romero Oropeza y Gerardo Gaudiano Rovirosa, ésta había sido una elección legítima. Nadie, al menos, la objetó en esos momentos de autoproclamaciones, sino que cada uno la validó implícitamente. Ninguno le puso peros a nada.

Un día después Evaristo Hernández Cruz, Rosalinda López Hernández y Octavio Romero Oropeza sentían que los resultados no les serían favorables y por primera vez hablarían de elección de estado y de ingerencia directa del gobernador Núñez y de algunos funcionarios de su gobierno.

No atacaban directamente al órgano encargado del proceso --el IEPCT--, aunque sí al PREPET que contrató éste. Estos tres

Ninguno de ellos hablaba de un escenario de elección de estado no percibían señales en ese sentido ni se mostraban preocupados. Al gobernador Núñez lo calificaban sin ingerencia alguna en el proceso electoral. se referían a un fraude y a una elección de estado, de cuya implementación y operación culpaban al gobernador Núñez, a quien Rosalinda López Hernández calificaba como “el más sucio operador electoral del país”.

Octavio Romero Oropeza denunciaba un fraude descomunal.

Rosalinda López y Evaristo Hernández, proseguían en su propósito de deslegitimar la elección, de requerir --en medios y en tribunales-- la anulación de ésta, de culpar al titular del ejecutivo y a miembros de su gabinete. Ellos y sus abogados, inculpando siempre a éste de las irregularidades del proceso, ofrecían presentar con pruebas.

El PVEM prácticamente dejaba sola a Rosalinda López, que perseveraba en sus alegatos y acusaciones mediáticas (y regresaba al Congreso del estado a ocupar su curul). El blanco suyo era el gobernador Núñez --de cuya cuenta pública se encargaría, según dejaba ver y en un momento dado hasta su propia esposa, a quien señalara de también haber metido las manos en el proceso electoral.

Evaristo Hernández llevaba el caso hasta el diario “Excélsior”,

más en ánimo de difamar al gobernador Núñez que de fijar su posición a nivel nacional sobre las elecciones municipales de Centro.

Hoy todavía Rosalinda López y Evaristo Hernández persisten en su afán de responsabilizar al gobernador Núñez de una elección de estado y de culparlo de su derrota. Tienen las pruebas --dicen-- para inculpar al titular del ejecutivo tabasqueño y para que un tribunal anule esa elección y en una eventual extraordinaria deje al margen a Gerardo Gaudiano Rovirosa, quien ya tiene en poder suyo la respectiva constancia de mayoría.

Antes la elección de estado y la intervención del gobernador Núñez no la veía nadie; no la vio, inclusive, hasta la tarde noche del siete de junio. A partir de ese día, y hasta esta fecha, Evaristo Hernández Cruz y Rosalinda López Hernández, así como los respectivos abogados de una y otro (y de ambos), sólo ven elección de estado e intervención del gobernador en la derrota electoral que sufrieron, ese y justa causa para denostar al mandatario estatal en todas partes y hacerlo destinatario de su frustración y enojo.

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Voto de castigo ¿para quién?

M

ucho se habló de voto de castigo contra el gobierno del estado y los presidentes municipales perredistas. “La gente va a castigar con su voto”, se diría, y aún se promovería por parte del PRI. Y es que uno de los puntos fuertes para el regreso del PRI a presidencias municipales era el voto de castigo. “La gente va a votar en contra (de los que están en el gobierno) porque está molesta”, repetirían una y otra vez.

A eso llegó a jugar el PRI: al voto de castigo; a que la gente castigara al PRD y al gobierno de El Cambio Verdadero con el voto; a que no votara por ellos.

Esa fue la apuesta (o una de las estrategias). Motivar el voto de castigo (amén de que la gente no saliera a votar porque el PRI “tiene una mejor estructura” y ésta “va a ser una votación de estructura y no de ciudadanos”). ¿Pero realmente hubo voto de castigo en estas elecciones en contra del gobierno del Cambio y de los alcaldes perredistas?.

Hagamos un breve ejercicio de análisis.

Por el PRD eran gobernados --son todavía-- los municipios de Cárdenas, Centla, Comalcalco, Cunduacán, Huimanguillo, Jalpa de Méndez, Jonuta, Macuspana, Nacajuca y Tacotalpa. ¿Cuáles de ellos sufrieron el voto de castigo en las urnas?.

Serían Centla, Comalcalco, Nacajuca, Macuspana y Tacotalpa, dado que el electorado no refrendó el gobierno perredista. Cinco de diez; el cincuenta por ciento de éstos. Allí habría habido voto de castigo, aunque un caso que merecería una reflexión serena es el del municipio de Comalcalco, con una buena gestión de por medio.

No habría voto de castigo para el PRD en Cárdenas, en Centro, en Cunduacán, en Huimanguillo y en Jonuta. Allí lo “premiarían” con el refrendo de alcaldes. Todo esto de acuerdo a esa lógica priista traída a cuenta. ¿O no sería así?.

Ahora bien, y siguiendo con esa línea, ¿qué municipios gobierna actualmente el PRI?. Balancán, Emiliano Zapata, Jalapa, Jonuta, Paraíso, Teapa y Tenosique. Siete. ¿En cuáles hubo voto de castigo para él?.

De acuerdo a esa lógica hubo voto de castigo en seis de los siete municipios que aún gobierna: en Balancán, en Emiliano Zapata, en Jalapa, en Jonuta, en Paraíso y en Teapa. No lo habría sólo en uno: Tenosique. ¿Qué demuestra esto? Que proporcionalmente fue “más castigado” por el voto el PRI que el PRD, si es que el elector municipal tomó su voto para castigar partidos gobernantes.

Presidentes municipales del PRD/PANAL Mario Eugenio Bocanegra Cruz.......................... Balancán.

Rafael Acosta León.............................................Cárdenas Gerardo Gaudiano Rovirosa . .................................Centro Tito Campos Piedra.........................................Cunduacán José Sabino Herrera Dagdug........................ Huimanguillo Esperanza Méndez Vázquez.................................... Jalapa Francisco Javier Cabrera Sandoval...........Jalpa de Méndez Ana Lilia Díaz Zubieta............................................. Jonuta Bernardo Barrada Ruiz........................................... Paraíso Tito Campos Piedra y José Sabino Herrera Dagdug son sólo del PRD.

El PRI no ganó ningún municipio de la Chontalpa esta vez (en ocasiones anteriores cuando menos había ganado uno, o dos). PRD solamente perdió dos, Nacajuca, que por primera vez pasó a un partido que no fuera ni PRI ni PRD: PAN, y Comalcalco, que igual que Nacajuca sería gobernado por un tercer partido: MORENA.

¿Llegó el fin del bipartidismo en Tabasco?

H

asta 1987 --año en que no hubo elecciones-- Tabasco fue unipartidista: el PRI era el único partido político en la entidad que postulaba candidatos y que tenía presencia real (el PAN y otros eran meramente testimoniales).

Tabasco era estado de un solo partido. El PRI y nada más.

A partir de 1988 --con la escisión que a nivel nacional sufre el PRI y la creación del Frente Democrático Nacional, que compite en las elecciones locales y federales de ese año-Tabasco se vuelve bipartidista.

Entre este año y los años de 1991, 1994, 1997, 2000, 2003, 2006, 2009 y 2012 Tabasco vive una etapa de bipartidismo --inclusive hasta 2014, que no hay elecciones-- PRIPRD, encabezando coaliciones de las que forman parte los partidos PVEM y PANAL, por un lado, y CD (luego MC) y PT, por otro.

PRI y PRD, con fuerzas niveladas a partir del 2000, y alternándose presidencias municipales y mayoría congresional, y hasta la gubernatura, durante doce años, representan ese bipartidismo que vive la entidad en cada proceso electoral. PAN, por su parte, único que no hace alianza con ningún bloque, no pasa de ser lo que había sido siempre: un partido testimonial que apenas gana dos presidencias municipales “pequeñas” en todo ese tiempo.

En las elecciones locales (y federales) de 2015, merced al número de votos alcanzado por el PVEM --antigüo aliado del PRI, poco votado

siempre-- y de MORENA --escisión del PRD y conjunción del lópezobradorismo y de un sector social-- Tabasco vive un momento de cuatripartidismo, o de multipartidismo (al margen de seis partidos más, que no pasan del marginalismo electoral).

MORENA y PVEM irrumpen en el escenario partidista de Tabasco como tercera y cuarta fuerzas estatales (PRD conserva el primer lugar que obtuvo en 2012 y PRI ubicado detrás de él), los dos primeros con votación arriba de los cien mil votos y los dos siguientes de los doscientos mil votos.

En 2015 el bipartidismo se convierte en cuatri (o cuadri) partidismo.

Ya no son dos, sino cuatro, los partidos políticos que entran a la escena electoral. El voto popular, desde 1988 concentrado en dos partidos (PRD y PRI), se distribuye en cuatro (aunque no de manera proporcional y en mayor medida más en unos que en otros).

Hoy, se podría decir, Tabasco es cuatripartidista. ¿Lo será de ahora en adelante o en 2018 habrá una nueva realineación de partidos que reduzca el juego electoral a tres o a dos, en vez de extenderlo a cuatro, como ocurrió ahora?.

O, la pregunta clave, ¿acabamos de presenciar el fin del bipartidismo en Tabasco y la llegada --para quedarse por largo tiempo-- del multipartidismo competitivo, o este cuadripartidismo es meramente coyuntural y por lo tanto efímero?

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Distritos federales

I Macuspana II Cárdenas III Comalcalco IV Centro V Paraíso VI Centro El primer distrito federal lo ganó el PRD al PRI por 598 votos.

El segundo y el tercero los ganó el PRD al PRI por 10,655 y 22,236, respectivamente.

El cuarto y el sexto los ganó el PRI al PRD, ambos con cabecera en Centro, por 6,427 y 11,311, respectivamente.

En el pareo PRI ganó al PRD el quinto por 2,161 pero el resultado

PRI.......................................PRD 36,494..................... 37,092 48,657..................... 59,312 38,486..................... 60,893 29,740..................... 23,043 42,605..................... 40,444 45,438..................... 34,147 se revirtió por los 5,893 votos que la alianza con el PT le aportó, que subió su cifra de votantes a 46,337.

PRI ganó las dos diputaciones federales con cabecera distrital en Centro y PRD las tres con cabecera en los municipios de la Chontalpa, más Macuspana.

En el mano a mano la diferencia de votos entre el PRI y el PRD --favorable a este último partido-- fue de 7,511.

Cárdenas, Paraíso, Huimanguillo y Jalpa, voto en “línea” El electorado de Cárdenas dio al PRD la presidencia municipal, las dos diputaciones locales y la diputación federal de mayoría que se dirimieron en su terreno.

Igual ocurrió en Cárdenas y Jalpa de Méndez. En ambos lugares el PRD ganó diputaciones locales (dos en el primero y una en el segundo) y su respectiva

Director General Francisco Peralta Burelo

Coordinadora Administrativa Bertha Lilia Merodio Gaspar Asesor Editorial Joel Hernández Santiago Coordinador del Grupo de Enfoque Jorge Colorado Lanestosa

diputación federal.

En estos municipios el electorado votó en línea por el mismo partido, esto, claro, de manera mayoritaria (que no unánime, por supuesto).

Igual ocurrió en Paraíso, donde el partido que ganó la alcaldía, ganó la diputación local.

Director de Relaciones Públicas César Funoy Rabanales Director de de Enlace y Vículación Social Mario Gómez González Diseño Editorial Sandra Carballo Cruz Capturista María Cruz Magaña León Beatriz León Cervantes

Casilla única subió votación federal

E

n las intermedias federales de 1997 --sólo, como es de rigor, para elegir diputados al Congreso de la Unión-- el abstencionismo fue de un 43% y el nivel de participación ciudadana de un 57%.

En las intermedias de 2003 el abstencionismo se disparó hasta un 60% (la participación ciudadana fue sólo de un 40%). Un 17%, de aquel 57% registrado en 1997, dejó votar en Tabasco en esas elecciones federales.

Seis años después --en 2009- se repitió ese patrón: de cada diez ciudadanos tabasqueños con credencial de elector sólo cuatro acudieron a las urnas a elegir diputados federales (los otros seis simple y llanamente se abstuvieron de hacerlo).

Si bien, en 1997 eligió diputados federales una buena cantidad de ciudadanos tabasqueños, en las elecciones de 2003 y 2009 el electorado se mantuvo ausente de las urnas en una alta proporción, tanto así que las intermedias cobraron fama de ser las menos votadas en la entidad (y en

general en el país).

En las elecciones de este año (2015), no obstante, un 57% del electorado tabasqueño acudió a las urnas a elegir a los diputados federales, rompiendo así con la tendencia observada en las dos más recientes intermedias. Un 43%, igual que en 1997, fue el porcentual de abstencionistas. ¿Qué fue lo que hizo factible que ese ya tradicional abstencionismo --establecido en un 60%-- se abatiera de repente en Tabasco?. Podrían haber varias explicaciones, aunque una sin duda irrefutable habría de ser la de la instalación de una casilla única, aunada al hecho de que tanto la elección de diputados federales como las de diputados locales y presidentes municipales se celebren en una misma fecha.

De no ser así seguramente la asistencia a las urnas para elegir sólo a diputados federales habría seguido provocando alto abstencionismo en Tabasco, lo que ahora no ocurrió

mosa, C.P. 86179 Villahermosa, Tabasco. Tel.: Mesa 42, Año 15, No. 264, 30 de Junio de 9931393752. Impresa por Imagen Gráfica, 2015, es una Publicación Quincenal. Editor domicilio en José María Morelos, No. 212, Col. Responsable: Lic. Francisco Peralta Burelo.

Miguel Hidalgo, Mesa 42 es Distribuido por su Número de Certificado de Reserva: 04-2009propio Personal. Página Web: HYPERLINK 012712404900-101. Otorgado por el Instituto http://www.mesa42.com.mx Nacional de Derecho de Autor. Número de E-mail:HYPERLINK “mail: fcoperalta42@ Certificado de Licitud de Título y Contenido: hotmail.com 1520, otorgado por la Comisión Calificadora Los textos que se publican en Mesa 42, son de de Revistas Ilustradas de La Secretaría de Goexclusiva responsabilidad de su autor y los no bernación. Domicilio de la Publicación: Huifirmados del Director General. manguillo No. 205, Residencial Plaza VillaherCertificado de circulación, cobertura y perfil del lector folio 00224-RHY emitido por y registrado en el Padrón Nacional de Medios Impresos de la SEGOB.

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Si el PRI perdió estas elecciones es por una razón muy sencilla: no saber ganar sin tener detrás la mano del gobernador del estado.

Sin ella --lo vimos ahora-- el PRI está per-

dido. Sólo gana el 19% de sus candidatos a diputados locales de mayoría relativa y el 23.5% de sus candidatos a presidentes municipales.

Cuatro de veintiuno, en un caso y cuatro de die-

Falló el PRI

• Su voto duro se le “ablandó”.

• Su estructura no funcionó.

• Sus operadores no operaron.

• A alcaldías y diputaciones no presentó candidatos triunfadores.

• El PVEM le quitó votantes.

E

l PRI por primera vez fue en Tabasco a unas elecciones sin ser gobierno estatal, sin tener en poder suyo las alcaldías más importantes --entre ellas Centro--, sin contar con la mayoría congresional, sin consenso social a favor suyo, y falló.

Falló política y electoralmente: no le salieron las cosas, no se le dieron los resultados, y perdió más de lo que en cualquiera otra elección --incluida la de 2012-- hubiera perdido (salvo la gubernatura, que no estuvo en juego).

En estas elecciones el PRI ganó cuatro presidencias municipales y cuatro diputaciones locales, en ambos casos tres menos que hace apenas tres años, cuando sufrió su peor derrota (a nivel federal dos diputaciones, aunque una de ellas sea más del STPRM que de él).

Desde luego que falló el PRI en estas elecciones, en donde, según pronósticos de sus dirigencias, tenía “todo para ganar” (y aún para “arrasar”, con “carro completo”), y falló por varias causas, las más de ellas, si no es que todas, imputables a él y a quienes lo dirigen a nivel estatal y nacional.

Lo que el PRI demostró ahora es

que no se preparó --porque no sabe cómo hacerlo, ya que nunca lo había hecho en toda su historia local-- para unas elecciones en las que no fuera brazo político y electoral del gobernador en turno y en las que tuviera que ir solo (ni siquiera con el apoyo del Presidente de la República, que no se dio pese a tanto esperarlo) a una contienda entre partidos y ciudadanos.

No supo cómo competir en igualdad o en inferioridad de condiciones con otro u otros partidos.

Sin la ancestral supremacía política, electoral, financiera, gubernamental, con la que tantas veces compitió, sacando aquí en Tabasco la mejor parte (salvo en 2012), no supo cómo competir, y menos aún ganar.

El PRI dio por hecho que contaba con su voto duro, y éste se le ablandó; no se sostuvo por sí mismo ni él supo sostenerlo, porque le hizo falta algo que en elecciones anteriores le sobró: dinero --programas, becas, y todo eso-- para mantenerlo. Tampoco tuvo de su parte el poder de un gobernador que lo preservara y que lo hiciera manifestarse en las urnas.

cisiete, en otro.

No obstante de su derrota le echan la culpa al gobernador Núñez y no a sus propias fallas y a su falta de preparación para la competencia electoral.

El voto duro, ese que siempre votaba por el PRI, en una buena parte por convicción pero en otra por dádivas que le hacía llegar el gobierno y por compromisos que éste hacía con él, no salió a las urnas en estas elecciones como en otras habría salido.

La estructura electoral --que antes tantos triunfos le diera al PRI y que de tantas derrotas lo salvara-- no le funcionó esta vez, ni al propio partido ni a muchos de sus candidatos.

Y ello porque esta es una estructura que siempre fue pagada --“aceitada”, se diría-- con dinero público, que nada costaba ni al partido ni a los candidatos (salvo la que cada uno de éstos tuviera, bien por simpatía o por futurismo, o desde luego por paga privada) y que ahora no fue financiada por el aparato gubernamental.

A falta de paga --se dijo-- “no operó” el día de las elecciones. No movilizó gente (o no de manera suficiente) y tampoco cuidó urnas y casillas.

La estructura no funcionó porque los operadores --a falta de paga-- no operaron el siete de junio (cuántos no reclamaron públicamente su pago y amenazaron a los candidatos priistas y a la dirigencia del PRI con no intervenir si no les entregaban el dinero que les habían ofrecido). Al partido lo dejaron solo, se diría.

Las dirigencias estatal y nacional del PRI ofrecieron presentar solamente “candidatos triunfadores”. Nada de amigos, de compadres, de recomendados, de gente sin popularidad y arraigo, garantizarían a los aspirantes a una candidatura, para que a la hora de la hora se hicieran malas selecciones

de candidatos, con la consiguiente inconformidad de cuadros ganadores que o bien pasaron a otros partidos (el PVEM o el PAN) o desde el mismo tricolor --sin salirse de él- apoyaron a adversarios (y hasta contribuyeron a su triunfo).

La mala selección de candidatos creó inconformidad interna e hizo que perdieran elecciones. La propia sustitución de siete de ellos (por efecto de paridad de género) por esposas en vez de por mujeres con verdadera carrera política y de partido fue otro “balazo en el pie” que se dio a sí misma al priismo tabasqueño la cúpula priista, a resultas de lo cual sólo ganó cuatro presidencias municipales, la menor cantidad en toda su historia (al igual que cuatro de veintiún diputaciones de mayoría relativa).

Por si todo esto no fuera suficiente el PRI cometió otra falla que tiempo después le salió cara: deshizo su vieja alianza con el PVEM, quien al irse por su cuenta le quitó más de cien mil votos en todo el estado y dos presidencias municipales y dos diputaciones locales.

El PVEM --su histórico e incondicional aliado le asestó un duro golpe al PRI en estas elecciones, por un fallo más de sus dirigencias. ¿Cómo no iba a perder el PRI las elecciones en Tabasco tras cometer tantas fallas, a causa éstas de no saber competir en condiciones diversas a las que históricamente había tenido, en donde tras de sí tuvo una recurrente elección de estado, que le permitió ganar hasta lo que perdía en las urnas y en la aceptación social.

Falló el PRI y caro pagó sus errores (que ahora, falto de autocritica, quiere endilgarles a otros, alegando elección de estado).

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concedieron dos con su voto).

El pronóstico del voto de castigo para el gobierno estatal y para los ayuntamientos perredistas, y en todo caso las representaciones federal y local, no se cumplió a favor del PRI. La pérdida por parte del PRD de la mayoría absoluta en el Congreso estatal por pocos votos, aún siendo sensible, no tendría por qué tomarse como tal, al menos no de manera inmediata porque de todas maneras le deja el control camaral durante el primer año de la próxima legislatura y un voto ponderado importante en la toma de decisiones en la Junta de Coordinación Política.

Fallaron los pronósticos • No hubo voto de castigo para el gobierno estatal ni para los ayuntamientos perredistas.

• No se produjo un elevado abstencionismo.

L

os pronósticos fallaron. No hubo voto de castigo para el gobierno estatal ni para la mayoría de los ayuntamientos perredistas (y menos para todos); el abstencionismo registrado en las elecciones locales y federales no fue elevado; y la escisión interna --que trajo por consecuencia la creación de MORENA como partido alternativo-no afectó determinantemente al perredismo tabasqueño.

El PRI no ganó estas elecciones en Tabasco a nivel estatal o federal. El PRD si bien tuvo un triunfo moderado no perdió.

A las dirigencias estatal y nacional, a los adversarios naturales de El Gobierno del Cambio Verdadero, a quienes apostaban al retorno del PRI y de los cabezas de grupo al interior de este partido, a los que veían la oportunidad de “poner contra la pared” al gobernador Núñez y de dirimir desde ahora la próxima gubernatura del estado, les fallaron los pronósticos.

No hubo voto de castigo.

En estas elecciones de junio

• La escisión interna --y la creación de MORENA-- no afectó determinantemente al perredismo.

siete no hubo voto de castigo para el gobierno del estado ni para los ayuntamientos perredistas.

El electorado no castigó al gobierno de El Cambio Verdadero ni a la mayoría de los ayuntamientos perredistas: no votó a favor del PRI para castigarlos, como las dirigencias priistas darían por hecho desde que empezó el proceso electoral y lo sostuvieron mediáticamente en una estrategia que resultó fallida.

Por voto de castigo el PRI no recuperó Centro, ni tampoco Cárdenas, Huimanguillo, Comalcalco --que pasó a manos de MORENA--, Cunduacán o Jalpa de Méndez, que retuvo el PRD. A estos ayuntamientos no los castigó el electorado de cada uno de esos municipios (que también les revalidó diputaciones locales). Sus únicas restauraciones fueron las de Macuspana --el municipio más importante con el que a partir de 2016 contará--, Centla y Tacotalpa.

El PRI, por su parte, sí recibió un voto de castigo que no espera-

ba, que lo hizo perder seis de los siete municipios que hoy aún están en su poder, reteniendo sólo uno, Tenosique.

Municipalmente, como queda visto, más castigado resultó el PRI que el PRD en estas elecciones.

Ese factor, sustento de sus pronósticos, más fue lo que lo perjudicó que lo que lo benefició.

El voto de castigo no operó a favor del PRI --como estimaran sus dirigencias-- sino en perjuicio propio en presidencias municipales.

En cuanto a diputaciones locales el voto de castigo tampoco descarrilló al PRD, porque si bien no ganó las diecisiete de 2012 sí logró catorce, doce de ellas de mayoría relativa y dos de representación proporcional, contra sólo ocho del PRI (que obtuvo una menos que en las elecciones anteriores).

Ganar cuatro de seis diputaciones federales no acredita un voto de castigo en contra del PRD (en todo caso lo sería para el PRI, al que los electores solamente

El abstencionismo no fue elevado.

En las elecciones locales intermedias de 1997 hubo una participación ciudadana de un 61%, en las de 2003 de un 57% y en las de 2009 de un 59%. Ese es el porcentual de ciudadanos que en los tres comicios anteriores votó, cinco o diez puntos menor --por supuesto-- que en las presidenciales-gubernamentales, más votadas históricamente.

Una votación de un 57% --como la que se registró ahora-más refiere alta participación ciudadana que alto abstencionismo: está dentro de los parámetros históricos de las elecciones locales. El ciudadano --dígase lo que se diga-- salió a votar y votó, y lo hizo casi en razón de seis por cada diez inscritos en el listado nominal.

Escisión interna y MORENA no afectó tanto al PRD. El PRD sostuvo una votación cercana a los doscientos cincuenta mil votos --mayor que la del PRI, del PVEM y de MORENA, y ya no se diga que la de los demás partidos.

La escisión de las izquierdas y la creación de MORENA no afectó considerablemente, y menos determinantemente, al PRD, al gobierno de El Cambio Verdadero y a los candidatos de este partido. No lo “vació”, no lo dejó “en el cascarón”, como se pensaría, no lo sacó de la competencia con el PRI ni lo derrotó de antemano.

Tanto como el PRI conservó una muy buena parte de su voto duro, que le fue suficiente para obtener un resultado no sólo decoroso sino favorable.

Al no haber voto de castigo contra el gobierno estatal y los ayuntamientos perredistas, no producirse un alto abstencionismo y no ser afectado determinantemente el PRD por la escisión de las izquierdas y la creación MORENA, los pronósticos sobre el resultado electoral se vinieron abajo; fallaron para el PRI y sus candidatos.

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Vale la pena ser honestos Fernando Vázquez Rosas

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Fernandovazquezr@gmail.com

l que no transa no avanza. Que vivan los moches. Ahí está el alcalde que roba poquito.

Total, qué tanto es tantito. El diezmo no es un mandamiento, pero se cumple a cabalidad. Ya se sabe, el gobierno de hoy bien puede ser la iniciativa privada de mañana. O si quieres no me des, pero ponme donde hay. Y friega al de adelante, porque el de atrás te viene fregando. Cuánto tienes, cuánto vales. Al fin y al cabo, dicen que en política todo lo que se resuelve con dinero siempre sale barato. Lo importante no es llegar, sino abastecerse.

La lista de frases y ocurrencias alusivas al abuso del presupuesto y el poder parece interminable. El hecho es que estamos tan acostumbrados a los escándalos de corrupción, que hablar de honestidad ya hasta resulta altisonante. Estamos tan habituados a ver todo utilitario, que pareciera que la honradez no sirve para nada. Estamos ya en la inercia de que todo tiene un precio, que se cree que con la rectitud en el trabajo no se gana nada.

De veras, actualmente ya nadie cree o cuesta trabajo creer cuando alguien dice que no roba, especialmente hablando del sector público.

Es más, hay quienes hasta se burlan si sale alguien con eso de que no hay que robar. La honestidad, pues, es vista como algo ridículo o, por lo menos, como un sueño.

La pregunta es: ¿vale la pena ser honestos? Si todo pareciera estar hecho para la corrupción, ¿vale la pena ser honrados? Si la mayoría de las veces nadie se da cuenta, e incluso, si se dan cuenta hay una alta posibilidad de que haya impunidad, entonces ¿vale la pena no robar? Y más aún, ¿para qué valdría la pena ser honestos?

Lo insólito en estos tiempos es que ahora hasta hay que justificar por qué se debe ser honrado, cuando esa forma de actuar tendría que ser lo normal.

Yo digo que sí vale la pena ser honestos. Si la corrupción le cuesta al país 347 mil millones de pesos cada año, nada más por razones financieras vale la pena apostar por la honestidad.

Esos 347 mil millones de pesos, por ejemplo, equivalen al 80 por ciento de la recaudación de impuestos federal, según estimaciones del Banco Mundial. La honestidad, pues, podría fortalecer las finanzas públicas y quitarle presión a los contribuyentes.

Nada más por esta razón valdría mucho la pena, sobre todo en estos tiempos en que las finanzas públicas están tan apretadas. Pero también vale la pena la honestidad por razones de desarrollo, asumiendo que la rectitud

en el servicio público puede generar menos impunidad y más productividad.

Hay buenos ejemplos de gobernantes honestos. Pienso en José Mújica, quien como presidente de Uruguay vivió con modestia y ahora nadie lo señala de corrupto. O también está el caso en México de Lázaro Cárdenas, que sigue siendo un emblema de buen gobierno en México.

Y aquí en Tabasco está Francisco José Múgica Velázquez, gobernador del estado entre 1915 y 1916, quien recibió la administración estatal con déficit y las dejó con superávit cuando se retiró del cargo.

O Noé de la Flor Casanova, gobernador de Tabasco en la década de los cuarenta y quien decía que “un pueblo vale por la calidad moral de los individuos que lo integran”.

Si hay quienes han ejercido la honestidad, entonces es posible que siga habiendo servidores públicos honestos. No todo está perdido.

En sus últimas reflexiones, Jorge Carpizo alertaba que en México la moral pública estaba destrozada como consecuencia del poder, el dinero, la corrupción, la impunidad y las mentiras. Pero insistía mucho en que todo esto también era consecuencia del ambiente dentro del cual crecen los niños y jóvenes.

Decía Carpizo que, generación tras generación, lo que se ha heredado a

los niños y jóvenes es el deseo de alcanzar poder y dinero a como dé lugar, con la enseñanza adicional de que si se es hábil, inteligente y bien relacionado, entonces se gozará de impunidad.

Por eso es muy importante romper la inercia de que todo es corrupción y que ya no hay nada que se pueda hacer. Por eso es fundamental hacer ver que vale mucho la pena ser honestos.

Hay que empezar por mostrar otro camino a las nuevas generaciones.

Desde luego, no basta con la buena voluntad, porque el gobierno no se ejerce con simples deseos, sino con entramados legales y procesos administrativos concretos.

Desde que Miguel de la Madrid habló de la renovación moral se han hecho intentos en México para combatir la corrupción. Primero fue la creación de la Secretaría de la Contraloría General de la Federación, luego se llamó Secretaría de la Contraloría y Desarrollo Administrativo y después, hasta ahora, Secretaría de la Función Pública.

Adicionalmente existe la Auditoría Superior de la Federación y mucho ayuda el instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información, con todas sus variantes en los estados.

Ahora, además, se han echado a andar el Sistema Nacional Anticorrupción y el Sistema Nacional de Transparencia.

Con todo, además de la parte institucional, está la conciencia y la actuación de cada ciudadano. ¿Vale la pena ser honestos? Yo digo que sí. ¿Y usted?

Texto leído el martes 23 de este mes en el programa Noticias en Flash, que conduce Hugo Triano.

Internet, Redes Sociales y Campañas María Inés Muñoz *

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mainesmg@gmail.com

l entorno de la comunicación política se ha modificado inevitablemente con el uso de la tecnología en niveles no imaginados hace sólo dos décadas.

Las elecciones de junio 2015 en México, pasó de ser un escenario de preponderancia televisiva a un ambiente web, donde las reglas operan de manera singular.

Debemos aceptar que cada tres años, estaremos convocados a conocer novedosos instrumentos de interrelación entre candidatos y ciudadanos provocados por el incremento en el uso de tecnología, nuevas técnicas de comunicación, creación de plataformas y modas.

Candidato sin entorno multimedia, es sin duda, perdedor desde el inicio.

Partimos de que el 51% de los mexicanos tiene acceso a internet –cifra en ascenso cada año- y la Asociación Mexicana del ramo

(AMIPCI) apunta que son los sectores de población de ingreso promedio los que tienen mayor uso de este servicio, con una frecuenta intensiva en el uso de redes sociales (93%) utilizando mayoritariamente los medios móviles como tabletas y teléfonos celulares. (Estudio AMIPCI 2015) Pero el ambiente web tienen lenguajes que no están del todo concatenados con el discurso político tradicional. Acostumbrados a los discursos que ponderan el uso de la retórica, los candidatos poco o nada sorprendieron por usar adecuadamente las plataformas electrónicas a su alcance; pero se advierte claramente que el uso de internet no resuelve las carencias de discurso o de ideas en una campaña, no puede suplir el trabajo territorial y la falta de estructuras. Lo que sí puede hacer, es forjar nuevos vínculos, fortalecer las propuestas e incrementar la presencia en el mercado electoral.

En Tabasco, la pasada jornada electiva, mezcla del entorno rural y urbano tuvo en el internet un área

de resonancia e influencia enfocada en la capital, donde llegaban textos de enfrentamientos en municipios fronterizos, fotografías sin autor verificado y señalamientos que únicamente incrementaban los debates que en redes sociales o en mensajerías instantáneas serán casi imposibles corroborar como ciertas para las quejas ante los Tribunales Electorales.

De la rumorología alimentada por internautas a sueldo, otra de las características que esta elección ofreció, fue la falta de una estrategia clara y planificada para el entorno tecnológico. Como ejemplo, el mismo comercial de la televisión estaba en internet y el contenido de las mantas y folletos se vieron convertidos en texto para envíos masivos. A lo anterior, errores en duplicidad de cuentas, tardanza en la emisión de mensajes, pésima redacción y peor fotografía sólo dejaron en evidencia que se dejó de escuchar, lo que en las redes se dice, se platica y se critica. El mensaje planificado, directo,

claro e interactivo es la clave de las actividades en el entorno web. ¿Algún candidato manejó un día su propia cuenta para contestar el mensaje a sus seguidores, utilizando el nombre y apellido de un usuario de su red de contactos? ¿Se debatieron propuestas o se efectuaron sondeos entre seguidores? Usar las redes sociales para una campaña no es mandar buenos días o buenas tardes, dar las gracias por las “porras”, dar “retuit” o tomarse fotos tipo “selfie”.

Antes de concluir este acercamiento, tómese un tiempo para recordar lo que vió en internet durante el periodo electoral. Efectivamente, en #Tabasco ningún candidato aprovechó el potencial que la tecnología ofrece; para generar impacto y notoriedad, alejándose con ello de la conexión más directa que podría tener con la sociedad. * Periodista / Analista de Información / Community Manager miembro de Tres EnSocial*

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La Sociedad ha tomado el Control Rubén García Moguel garciamoguel@prodigymedia.com

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as elecciones intermedias locales como hecho, han concluido y ahora se está en espera de que concluyan los procesos jurisdiccionales que confirmarán o modificarán los triunfos de los partidos.

Seguramente todos los resultados serán confirmados, pues en esta ocasión es más explícito que las controversias iniciadas por las organizaciones políticas perdedoras, responden más a una táctica de poner entredicho los resultados y que penda sobre los ganadores una duda social si realmente vencieron o hicieron trampa y que el ejercicio del mandato ciudadano que van a ejercer, esté falto de legitimación.

No se pretende, y es una mala práctica política, defender un supuesto triunfo, sino deslegitimar el del oponente.

A todo esto ha abonado el órgano electoral con su imprecisa administración del proceso comicial.

En esta ocasión, como quizás ninguna otra elección en Tabasco, el voto ciudadano tiene un significante, que va más allá del mero ejercicio de un derecho/ obligación. Expliquemos.

Debemos hacer mención de la Alternancia, porque es a partir de ella que la sociedad comienza a transformar su percepción sobre este tipo de eventos y lo que ellos deben significar en sus vidas. A partir de julio del 2012, la sociedad tabasqueña decidió un cambio y perfectamente bien entiende que éste hay que irlo construyendo.

La Alternancia, libera a la sociedad de muchos controles políticos y de poder; esto aún no es muy claro para muchos observadores, pero la sociedad en Tabasco, se puede decir, ya empieza a ser otro tipo de colectividad política.

El resultado de los comicios recién pasados, confirma que la sociedad optó por una transformación en todos los órdenes del quehacer público y que quiere que se avance en ello, y que es este gobierno el que ha de ejecutarlos y no otro; es un acto pleno de confianza que no entendía el PRI hasta antes del 7 de junio.

Y precisamente por ello es que el PRI no logra regresar a la hegemonía de antaño y la sociedad lo mantiene como segunda fuerza.

Varios mensajes pueden leerse a través de la dirección aplicada a las boletas por el ciudadano: 1. Al PRD le da mayoría, pero le indica la necesidad de que debe negociar permanentemente para sacar adelante sus iniciativas y las del gobierno.

2. Al PRD se le asigna la responsabilidad de empujar la construcción del nuevo régimen, y estar al lado del gobierno que encabeza Arturo Núñez.

La sociedad contempla que la pieza principal, al diluirse la alianza partidista que hace posible el Gobierno del Cambio Verdadero, es el PRD y no otro partido. De haber estado decidiendo otra cosa, la sociedad hubiera dado mayor representación a otras conformaciones políticas.

3. La comunidad política, ha optado por un sistema bipartidista, cuyas principales piezas son el PRD y el PRI. Al dejar al Revolucionario Institucional como segunda fuerza, le está indicando que antes de aspirar al poder como primera fuerza, debe sujetarse a una transformación y una autocrítica severa.

4. El Verde Ecologista y Morena, colocados en tercera y cuarta fuerza con escaza diferencia de votos entre uno y otro lugar, están recibiendo el mandato de ser el contrapeso responsable, negocia-

dor, no sectario, en esta primera etapa de la Alternancia.

Este esquema que la sociedad está disponiendo, coyuntural solamente, implica que el rol de juego político que se les asigna es eminentemente local e implica que quienes dirigen esas conformaciones políticas deben enfocarse a ello.

5. La sociedad está votando por ejercicios administrativos eficientes, lo que significará que está indicando que si hay desviación de este propósito, no concederá la relección al presidente municipal o al diputado local.

La sociedad sancionará a la persona, no al partido político si éste postula a un candidato para un nuevo período. Pero esto implica, que la sociedad le está pidiendo a los partidos vigilar el actuar de alcaldes y legisladores.

6. En esta nueva configuración política, existe el riesgo que el resto de los partidos políticos, al privilegiar sus propios intereses, intenten sabotear el desempeño del gobierno, calculando que obtendrán beneficios políticos y legitimación en la sociedad.

La sacudida que la sociedad le propinó al PRI en estos comicios del 7 de junio recién pasado, es en el sentido de que se debe construir un nuevo régimen auténticamente democrático y va a sancionar a

las conformaciones políticas que traten de frenar o sabotear ese proceso.

7. la construcción de un nuevo régimen político, tiene el total respaldo de la sociedad. Los actores políticos tienen ahora nuevas obligaciones que la sociedad política les impone; el pensar que el voto que los lleva a las alcaldías o al Congreso local es la única responsabilidad del ciudadano y que una vez depositado el voto, se retira a su casa, sería un error.

La Alternancia precisamente, abre canales de comunicación diversos, novedosos e inéditos aun en Tabasco. Va a ser difícil que la sociedad ya no esté pendiente de los asuntos públicos.

El papel que comenzarán a jugar las agrupaciones de la sociedad civil serán más importantes y la sociedad va a aprender a organizarse a través de ellas para impulsar en esta primera etapa de la Alternancia, en tanto los partidos políticos transforman sus prácticas y usos y costumbres.

Sociedad activa y bipartidismo, es lo que se mirará en los próximos años, en tanto se va construyendo el nuevo régimen, que ya nadie podrá detener. Tabasco ha comenzado a ser otro, el estado de Naturaleza que Hobbes describió, ha comenzado a alejarse.

Eso, significan en el fondo las elecciones recién pasadas.

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Miguel Antonio Rueda de León

Gobierno dialogante

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Querido Pancho:

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ues ya se acabaron las elecciones, Pancho, pero nosotros no podemos ir a otra cosa mariposa, y todo, Pancho, porque muchos de los perdedores a fuerza quieren que se anulen las elecciones y que a fuerza hayan extraordinarias, a ver si en ellas, Pancho, sí se les hace ganar.

Algunos, Pancho, no se explican cómo perdieron, si, dicen, Pancho, iban arriba en sus encuestas, la gente los quería mucho, todo los favorecía y la elección suya era casi de puro trámite. Para mí, Pancho, que lo que deberían de hacer es un buen ejercicio de autocrítica en lugar de andar buscando a quién echarle la culpa. Total, Pancho, en esto se gana y se pierde. ¿Y a los diputados cómo los ves, Pancho?.

Veinticinco se fueron a campaña durante varias semanas, o meses, Pancho, y casi veinte de ellos regresaron a su curul con la cara marchita y el corazón roto. A unos, Pancho, no se les hizo la candidatura y a otros no se les dio el triunfo. Cuatro se fueron de presidentes municipales y tres de diputados federales pero los demás, Pancho, tendrán que esperar tiempos mejores. Esto, como se dice, Pancho, es de picar piedra y volver a picar.

Hombre, Pancho, que ingratitud de los priistas con Erubiel Alonso. ¡Cuánto le dicen, Pancho!. Y eso que él les levantó el espíritu y a muchos de sus candidatos les hizo creer que con la sola candidatura tendrían un pasaporte a el puesto que querían y supo confundir a un sector de la población tabasqueña, que hasta llegó a creer que al partido del balancanense los demás partidos no le verían ni el polvo y que votar por el PRD o por MORENA no tendría ningún caso pues de antemano estaban derrotados. Tan bien que les doró la píldora para que ahora le salgan con que lo quieren fuera. No, eso no se vale, Pancho. ¿De Funoy quieres que te diga algo?. Pues la neta, Pancho, es que no lo he visto últimamente, y oí decir que andaba por México, visitando a las importantes amistades que por esos lugares tiene, pero de ahí en fuera no sé más de él.

Disculpa la brevedad de esta carta, Pancho, pero es que en MESA 42 me dejaron sólo un cachito de espacio esta vez, pero la próxima ocasión te pondré al día de un montón de cosas de las que no te he dicho nada.

Por cierto, Pancho, que ya sé que estuvo por mesa cuarenta y dos el gobernador Núñez, quien convivió cordialmente contigo y con todos los habituales comensales de ella.

Qué gusto me dio saber eso, Pancho.

Chao, Pancho.

l gobernador del estado Arturo Núñez Jiménez ha manifestado que el Gobierno del Cambio Verdadero es dialogante y que las recomendaciones que le han hecho en diversas reuniones los empresarios y productores sobre la seguridad ciudadana, son aportes valiosos que contribuirán a la política de seguridad y justicia del gobierno. De estas afirmaciones se desprenden dos premisas muy importantes: la palabra y el dialogo verdadero.

Para Núñez el diálogo es una expresión democrática de amplitud, de discusión, crítica y autocrítica, revolucionaria, que debe constituirse en indispensable para el fortalecimiento de la unidad, la paz social y la seguridad en Tabasco, como una tarea permanente de todos.

El diálogo como mecanismo político de carácter democrático es esencial en la búsqueda de la unidad, la paz y la justicia en las sociedades contemporáneas.

Analizando el significado de la palabra, podemos decir que es el mismo instrumento, no importa sea hablado, escrito o electrónico. Es la palabra que da vida a la vida.

Que da vida a los hechos. En ella se contienen todos los pensamientos y todas las cosas. La palabra nos envuelve de un lado a otro lado del tiempo, en el giro cotidiano de las cosas, hasta la necesidad del silencio. Es el acontecer de la vida, mensaje del habla en todas sus extensiones y formas. Por eso, acaso, tenga validez la reflexión de Marguerite Yourcenar: “Todo silencio está hecho de palabras que no se han pronunciado”. La palabra es tanto edificadora entre una sociedad, como instrumento de su crítica. Puede ser un grito de rebeldía o muestra de servicio a los demás. Hay palabras que expresan ideas y palabras que las ocultan. Las palabras construyen el destino del mundo. Si la palabra representa el eje de la frase, la frase es el eje del lenguaje.

La comunicación se construye y desarrolla en función del lenguaje, como un requisito natural de éste, como una realidad interactiva de cada comunidad y de su tiempo.

Desde el fundamento del lenguaje, la comunicación contribuye a uno de los requerimientos más constantes y acelerados del tiempo que vivimos: el sentido humano de la identidad. La comunicación se da cuando corresponde con la realidad del sujeto y el intercambio de ideas. Cuando se entiende que éstas no son partes exclusivas, sino bienes compartidos.

La comunicación es el diálogo directo del hombre con el hombre. Es la base de todas nuestras relaciones, el verdadero punto de apoyo de toda nuestra existencia pensante. La comunicación, como expresión de la inteligencia humana, permea, por tanto, todas las actividades en lo social, en lo político, en lo económico, en lo cultural, en lo científico, entre el pasado y el futuro, de lo individual a lo colectivo. Entendida así “la palabra” es la que da vida al diálogo. Un diálogo describe a una conversación entre dos o más individuos, que exponen sus ideas o afectos de modo alternativo para intercambiar posturas. En ese sentido, un diálogo es también una discusión o contacto que surge con el propósito de lograr un acuerdo, un compromiso.

Un ejemplo de este significado que tiene la palabra que nos ocupa, podría ser: “El Gobierno de Tabasco, los empresarios y los productores de la entidad, que establecieron un intenso diálogo para procurar encontrar una solución y determinar así un acuerdo con el objetivo de mejorar la situación de la seguridad ciudadana”.

En este momento que se abren tantos diálogos en diferentes “mesas”, es oportuno recordar que el diálogo se puede describir en el marco de una obra literaria, en la cual se arma una conversación o surgen controversias entre dos o más personajes.

En su uso más habitual, el diálogo es una forma presente tanto en el discurso oral como en el escrito, en la cual se comunican entre sí dos o más personas. Se trata de un recurso válido y adecuado para intercambiar ideas por cualquier medio, ya sea directo o indirecto. El diálogo puede ser tanto una conversación amable como una apasionada confrontación. Suele hablarse del diálogo como una exposición e intercambio de pensamientos donde se aceptan las posturas del interlocutor y los participantes están dispuestos a modificar sus propios puntos de vista. Por eso existe un consenso sobre la necesidad de diálogo en campos como la política, por ejemplo.

Se dice que la voluntad de poder y el autoritarismo tienden a excluir al diálogo, ya que pretenden que su verdad sea la única válida y desacreditan las opiniones de los oponentes, en un intento por fortalecer su dominio. El diálogo positivo procura buscar la verdad y fomentar el conocimiento sin prejuicios, a diferencia de la retórica demagógica que busca persuadir y convencer a través de una manipulación de la opinión.

Así definido el “diálogo”, podemos afirmar que hoy en día tenemos en Tabasco un Gobierno dialogante.

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Partidos políticos ante el reto de una nueva era Miguel Ángel Valdivia de Dios

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diovalma@gmail.com

na ola de grandes proporciones cimbró la política partidaria en este 2015 en Tabasco, creando las condiciones para que la política local se convierta en una gran probeta de ensayos en el futuro inmediato provocada por el desdén y el cuestionamiento de la sociedad al desempeño de los partidos políticos, por lo que deben y pueden ensayar fórmulas distintas para transformarse, en lugar de dejar en manos del tiempo o el olvido este rechazo con costos cada vez más altos para la democracia electoral y en tiempos de gobierno, para empezar a reconfigurar en lo inmediato el rostro del partido que se quiere ser en el futuro, que les permita dejar atrás el recetario político de sobra conocido en el que los cambios en el modelo y organización de los partidos no eran una prioridad, porque si bien en el pasado el tiempo no era relevante en un mundo que cambiaba poco y con lentitud, hoy es el más importante ante la dinámica de los cambios. Hoy empezar a tiempo sí tiene un valor político.

Esta gran ola que adquirió proporciones de tsunami casi desfondó a partidos que han dejado gobiernos estatales y municipales en penosas circunstancias, desarticuló otros y revigorizó a expresiones que habían navegado en la marginalidad, fue la expresión más cruda de una sociedad que ha padecido por años una crisis política paralizante. La falta de credibilidad mostró que sí tiene un valor político.

El protagonista de este fenómeno político es el ciudadano decepcionado con los partidos políticos tradicionales por sus excesos, abusos, tráfico de influencias, trampas y burla de la voluntad ciudadana, indignado y movilizado en protesta por la falta de resultados ante la inseguridad, la injusticia, la corrupción, la impunidad, la falta de oportunidades, el estancamiento económico, la desigualdad, la pobreza y por la frustración ante la falta de esperanzas. El hartazgo por la política partidaria también tiene un valor político.

Esta realidad nos obliga a cerrar un largo ciclo de malas prácticas políticas con muy pobres resultados, para entrar a una “nueva era”, que para lograrlo es necesario que haya un cambio profundo y permanente en los partidos políticos; en la que: tomen decisiones de fondo para que estas sean trascendentales y rom-

pan el statu quo, replanteen las formas de hacer las cosas, cambien la forma de pensar y dejen atrás los viejos argumentos, mitos y tabúes partidarios, porque cambiando le harán un bien a la sociedad. Romper el Status Quo tiene un gran valor político.

Este corte de una era a otra, será para renacer con un nuevo espíritu en la lucha política, cambiar la forma de ver el espacio de lo público, de hacer política, de apreciar la cultura política y los valores de la democracia de participación, inclusión, tolerancia, diversidad y pluralidad, por lo que habría que ir tirando lastres, romper ataduras con el pasado, quitar frenos y tumbar diques que lo impiden, para ganar eficacia y den cauce a una vida política nueva para ser organizaciones eficaces socialmente y poderosas políticamente; generen más oportunidades de participación a los ciudadanos, cuenten con una auténtica representación política por parte de estos, más que de grupos, y los ciudadanos puedan acceder al poder público, que son las razones de ser de los partidos. El ciudadano es el mayor valor político.

Entrar a una “nueva era” es transitar de un pasado anclado en el canibalismo político, el atropello de los derechos de los militantes, la inequidad, la exclusión, el abuso y el engaño, a un período de transformación profunda que conduzca a grandes cambios que influyan de manera determinante en el modelo de gestión política, para recuperar la confianza de la militancia en sus partidos y den certidumbre en la participación política con transparencia y rindiendo cuentas a la sociedad. La transparencia y rendición de cuentas son el valor político de nuestros tiempos.

Dar este salto significa estar dispuestos a enfrentar los desafíos de aceptar nuevas formas de pensar, de re contextualizar el funcionamiento de sus organizaciones políticas jerárquicas y verticales que son excluyentes, rituales, monolíticas y opiáceas dominadas por los intereses de grupos a una horizontal sustentada por la ciudadanía y las bases partidarias, para adaptarlas a las nuevas realidades políticas, sociales y tecnológicas, para entonces poder decir: esta organización no es solo nuestra, sino de ustedes también; de reinventarse para encontrar nuevas causas, nuevas luchas y nuevos objetivos que las hay y muchas en las organizaciones ciudadanas, los movimientos sociales, vecinales, comunitarios y las redes sociales (aún sin él Internet); abiertos para moverse al centro del debate político para incluir a ciudadanos marginados o sin incentivos por las prácticas políticas de siempre, para que aporten iniciativas, propuestas e inteligencia a la vida democrática. La participación ciudadana representa un

valor político esencial para la vida en democracia.

La innovación también es un ingrediente vital en esta “nueva era”, lo que hace imprescindible aportar un nuevo paradigma de participación política, frente a un nuevo paradigma social, el de las nuevas tecnologías, para abrir espacios en la deliberación de la agenda política y se establezcan mecanismos de interlocución para enriquecer la toma de decisiones; y operen nuevos modelos (online) que faciliten la forma en que los ciudadanos, cibernautas o ciberactivistas quieran participar, organizarse, definir sus propios canales de participación, contactarse, intercambiar información, generar iniciativas y asignarse tareas de acuerdo a los objetivos y estrategias de cada partido, para potenciar la participación política, independientemente de sus esquemas (off line) sectoriales o territoriales. Ahora existe una nueva generación de votantes con un nuevo perfil demográfico, más despierta y dispuesta a experimentar con nuevas herramientas y formas de comunicación, que piensa, interactúa y se comunica de manera distinta; es la generación del Internet, las redes sociales y las comunidades horizontales del mundo virtual; es una nueva forma en que la ciudadanía se involucra, debate y participa.Las nuevas tecnologías de la información y el Internet tienen un valor político.

Esta es la era de la sociedad mundial, una sociedad heterogénea, compleja e interdependiente, que la globalización le ha cambiado la visión de su participación en la vida pública, que por lo mismo rompe barreras y esquemas partidarios, lo que le permite un intercambio más fluido y casi al instante con otras corrientes de pensamiento político o esferas sociales, con actitudes y cicatrices producto de un pasado crecientemente desequilibrado y desigual, que en el presente la sociedad política no ha sido capaz no sólo de resolver sus problemas y rezagos, sino que le tiene secuestrado su futuro y oportunidades, que como prueba de ello nos muestra el desorden y la confrontación social, el desprecio por las instituciones del Estado y el desapego a la ley. La globalización tiene su valor político.

Debemos entrar a una era de reinvención partidaria, para innovar en la forma de hacer política y en la manera en que se gobierna, ante una nueva realidad en donde una gran ola de inconformidad social y de desprecio por la política ha sacudido el orden establecido y hacerlo ahora cuando el tiempo ya es finito para una sociedad con expectativas crecientes y la política lo es todo.

Es a ese reto al que los partidos tienen que responder.

Esta realidad nos obliga a cerrar un largo ciclo de malas prácticas políticas con muy pobres resultados, para entrar a una “nueva era”, que para lograrlo es necesario que haya un cambio profundo y permanente en los partidos políticos;

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Sin causa legal para anular e l e c c i o n e s e n Ta b a s c o Juan Correa López

C Los tiempos para bien del país y de Tabasco han cambiado y en lo electoral se registran particularmente avances importantes, si bien todavía hay déficit.

Jclmexico@yahoo.com.mx

uando menos cuatro asuntos llaman la atención en el litigio mediático de los partidos y actores políticos y en las impugnaciones que estos realizan de las recién pasadas elecciones, ante los tribunales electorales: la nula o escasa mención de escritos de protesta sobre irregularidades que hayan advertido en las casillas durante la jornada electoral los representantes de los partidos políticos ante las mismas; el énfasis puesto en la integración final de las casillas; el fracaso del Programa de Resultados Preliminares; la cantidad de impugnaciones y la insistencia de haber sido una elección de Estado.

Hasta hace relativamente poco tiempo la casilla fue el ámbito electoral que mayor discusión generaba, porque ocurrían anomalías constantes de diversas especies que alteraban la voluntad de los votantes y los votos no se contaban bien. Después, simultáneamente se puso también el acento en la inequidad de la competencia electoral, en varias de sus manifestaciones.

Ahora, el acento está colocado en esta última, porque por lo general la casilla ya no representa los problemas de antaño, salvo excepciones, como por ejemplo, las nueve casillas zapato detectadas por el INE en Chiapas, que obliga al recuento de votos de la casilla.

Muy probablemente por eso, quienes impugnaron las elecciones no hicieron ni hacen referencia a la existencia deliberada de problemas en ellas, pues no mencionan la prevalencia de una avalancha o por lo menos un número considerable de escritos de protesta, que los representantes de sus partidos en las casillas hayan hecho como consecuencia de actos que hubiesen alterado los resultados de las votaciones en las casillas. De lo contrario, los hubiesen exhibido como primera prueba del supuesto fraude.

Entonces, por lo menos la jornada electoral en términos generales transcurrió con normalidad en las casillas y los votos se contaron correctamente; lo que implica que el retraso en la apertura

de las casillas, debido entre otras cosas a la inasistencia de los ciudadanos insaculados y capacitados exprofeso por el INE para integrar las mesas directivas, no afectó en lo sustancial la votación, al ser sustituidos por ciudadanos de la fila que concurrieron a votar; lo cual es absolutamente legal. Problema hay cuando la casilla se integra con un número menor a tres, pues eso es causal de nulidad de la elección en la casilla correspondiente.

El fracaso del Programa de Resultados Preliminares local, fue la chispa que inició el fuego en la pradera y que conjuntamente con otros componentes llevó a los actores políticos a desenterrar en el litigio mediático, el calificativo de “cochinero” para las elecciones, sin reparar que el programa tiene carácter meramente informativo y carece de efectos legales sobre el resultado de las elecciones, amén de que hicieron mutis del número de escritos de protesta presentados sobre el escrutinio y cómputo en las casillas y al de las objeciones en el cómputo en los Consejos Distritales y Municipales; lo que a primera vista dejaría en el aire y sin sustento sus dichos, salvo que hayan guardado algo para pretender hacerlo valer en los tribunales.

Lo manifestado hasta hora no alcanza para anular ninguna elección y muchos menos todas las elecciones como corrió insistentemente una versión desde semanas previas a la jornada electoral.

No hay que olvidar, que salvo la no instalación de cuando menos el 20% de las casillas en un distrito o municipio y la inelegibilidad de los diputados y regidores electos, las demás causales para anular una elección, requieren indefectiblemente además, que la diferencia de votos entre el primer y segundo lugar sea menor al 5%. Si este requisito falta, puede haber sanción económica e incluso hasta sanción penal, pero no anulación de la elección.

Lo anterior lleva a considerar que la abultada cantidad de impugnaciones, tiene el interés de justificar no haber conquistado el triunfo y/o descalificar la elecciones que no registran desaseo, independientemente de los incidentes negativos e ilegales que existieron durante el proceso electoral, pero que no afecta-

ron sustancialmente el resultado de las mismas; tal es el caso del coordinador de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Forestal y Pesca del gobierno estatal, separado del cargo inmediatamente después de ser conocido un video que lo incriminaría en caso de no haber sido editado por quien o quienes lo filtraron.

Sin embargo, eso no da la pauta para pensar o adjetivar las elecciones como una elección de Estado; máxime que el titular del Poder Ejecutivo actuó ipso facto, ordenando fuera separado del cargo el funcionario implicado para que las autoridades competentes realicen las investigaciones pertinentes y deslinden en su oportunidad responsabilidades, que en caso de ser encontrado culpable, serían fuertes.

Sin minimizar los incidentes negativos y sin descartar algún movimiento que los tribunales puedan hacer en cuanto a la asignación de diputados plurinominales o tal vez en algún municipio con excepción del Centro donde la ventaja de Gaudiano rebasa con más del 5% los votos obtenidos por su más cercano competidor; en realidad las elecciones ocurrieron con normalidad y sin el vendaval que algunos querían o suponían haría acto de presencia para conducirla al extremo de la anulación.

Las desafortunadas deficiencias imputables al órgano electoral local no afectaron en lo esencial el resultado de las elecciones, pues impactan desfavorablemente en otros órdenes de la vida institucional. Por eso en abono de la civilidad y de la cultura política, sería muy saludable que los actores y partidos políticos que sintieron vulnerados sus derechos, hagan una defensa férrea de los mismos, para probar ante los tribunales sus dichos y si estos llegaran a otorgarles la razón, la dimensionen ampliamente para mostrar con creces al electorado y a la sociedad sus triunfos, pero no antes porque eso ancla al pasado y demerita a la democracia.

Eso evitaría la descalificación a priori y permitiría ver las elecciones con óptica realista y legal.

Los tiempos para bien del país y de Tabasco han cambiado y en lo electoral se registran particularmente avances importantes, si bien todavía hay déficit.