Anita Cรกceres Catherine Escalona Karen Osorio
Santiago colonial :
Introducción Las construcciones que conforman nuestra ciudad nos delatan en sus diseños sostenidos por fuertes pilares un pasado, que nos hace recordar un estilo de vida y estética que no volverán. Este es el caso de la hermosa, pero sencilla posa-
da del corregidor Zañartu casona construida a mitad del siglo XVIII, sus paredes guardan historias de un gran pasado y las siguen albergando día tras día, pues actualmente en esta casona se hacen exposiciones . En este trabajo podrás co-
nocer mas detalles de esta construcción y podrás encantarte con detalles que esconde desde siglos esta casona de hermosos balcones… te aseguramos que después de conocer su historia, te sentirás tentado y la visitarás...
Arquitectura colonial : Posada del corregidor Zañartu Hacia 1786 se construye la posada del corregidor Zañartu, declarado monumento nacional en 1970, con características formales y constructivas correspondientes al periodo colonial, tras la influencia arquitectónica del gusto español clásico. La casona se
ubica en la esquina de la calle Esmeralda n° 748, en un atractivo entorno arquitectónico. En la actualidad funciona en la posada del corregidor una galería de arte administrada por la municipalidad de Santiago.
Según los registros de propiedad, desde el año 1832 la casona, de autor desconocido comenzó a tener solamente un uso de divertimento social, constituyó un famoso punto de reunión de la bohemia santiaguina. En
aquella inscripción figura como salón de baile, con el nombre de "La Filarmónica"; traspasándose a varios dueños, hasta que en 1905, se le hace la primera restauración.
No fue del corregidor... Según la leyenda, Zañartu vivió aquí mientras duraron los trabajos del puente y vigilaba a los presos desde el balcón. La historia fue alentada por don Darío Zañartu, quien adquirió la propiedad en 1926, remodelándola para destinarla a "santuario de recuerdos coloniales", dándole
para tales efectos el nombre con que se conoce hasta hoy. Uno de los cambios que hizo el descendiente del Corregidor, fue agregarle el escudo de armas de la familia, lo que afirmó más la fantasía popular. Sin embargo, Zañartu nunca vivió en esta casa.
Santiago colonial :
La Posada y su diseño La Posada es una casa esquina de planta rectangular de dos pisos. En el primer piso de su fachada se aprecia un pilar de piedra rosa, ubicado en el ángulo que separa las dos calles, a modo de soporte del marco, donde se ubican
a sus costados, dos portones de madera con clavos, que sirven de entrada al primer piso.
Su cara más larga mira hacia el este, donde gracias a las gestiones de don Darío, se limitó la plaza y se le puso el nombre del Corregidor, además de incorporar la pileta. Esta fue removida de su lugar original en la década de 1980, cuando también se agregaron bancos de piedra.
En el segundo piso de la construcción se encuentra el hermoso balcón colgante o volado, que recorre las dos fachadas de baja altura. Sus catorce pilares, arco rebajado, baranda calada y adornos, lo hacen uno de sus rasgos más carac-
terísticos. Sus muros son de de adobe de 70 cms de espesor; las rejas de fierro forjado, su techo interior de roble y las tejas del exterior son de arcilla hecha a mano. Si alguna vez tuvo patio, hoy no posee aquel espacio.
Arquitectura colonial :
Conclusión En nuestra ciudad tenemos la posibilidad de visitar muchos monumentos nacionales. En el día del patrimonio cultural hemos visitado muchos, pero la verdad que no conocíamos la posada del corregidor Zañartu, ubicada en la comuna de Santiago; esta es una casona de inconfundible sabor colonial que a pesar del nombre que
lleva nunca perteneció al corregidor Zañartu, artífice del puente Cal y Canto.
remodela y la destina para se “Santuario de recuerdos Coloniales” .
Si bien no se conoce el creador de la casa y tampoco se sabe con claridad el año de creación, se cree que se construyó a mediados del siglo XVIII.
En el pasado la casona formó un punto de encuentro de la bohemia santiaguina y era conocida como la “Filarmónica”. Actualmente aquí funciona una galería de arte administrada por la municipalidad de Santiago.
En 1926 es adquirida por don Darío Zañartu quien la