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ASESINATOS Se registraron decenas de tiroteos masivos en EE. UU.

PORTAVOZ / AGENCIAS

Para inicios de la cuarta semana de enero, el conteo había aumentado para incluir al menos 39 tiroteos distintos en los que cuatro o más personas resultaron heridas o murieron, según el Gun Violence Archive, lo que describe una sorprendente explosión de violencia en una variedad de ubicaciones en casi todos los rincones de Estados Unidos y que ha resultado en al menos 69 personas fallecidas.

a siete personas e hirió gravemente a al menos otra más en Half Moon Bay, al sur de San Francisco.

“En la reunión del hospital con las víctimas de un tiroteo masivo cuando me llaman para informarme de otro tiroteo”, tuiteó el lunes el gobernador de California, Gavin Newsom. “Tragedia tras tragedia”.

como por un efecto de imitación.

El suceso más mortífero hasta el momento, ocurrió el fin de semana en Monterey Park, una ciudad con una vibrante comunidad asiaticoestadounidense

El tiroteo más mortífero hasta el momento ocurrió el fin de semana en Monterey Park, California, una ciudad con una vibrante comunidad asiaticoestadounidense, en la que un hombre armado mató a 11 personas e hirió a otras nueve en un popular salón de baile. Las autoridades indicaron que el atacante, que habría elegido a sus víctimas y luego se quitó la vida, era un hombre de 72 años.

Luego, el lunes ocurrió otro tiroteo masivo en California. Un atacante, que las autoridades describieron como un hombre de 67 años, mató

La frecuencia de tiroteos masivos y la diversidad de lugares en las que ahora ocurren —oficinas, escuelas, salones de manicura y centros de culto, supermercados y restaurantes— contribuye a la sensación que prevalece en todo Estados Unidos de que este tipo de violencia puede ocurrir en cualquier momento y en cualquier lugar. También aviva los llamados al control de armas del mismo modo en que casi con certeza incentiva la compra de más y más armas. Los tiroteos públicos captan la atención del país, pero también pueden tener el efecto de normalizar la violencia.

Los criminólogos indican que la prevalencia de tiroteos masivos ocurre en parte debido al fácil acceso a tantas armas —algo que caracteriza a Estados Unidos— así

“¿Alguien así habría cometido un tiroteo masivo en un salón de baile en el pasado?”, preguntó Adam Lankford, criminólogo de la Universidad de Alabama, en referencia al adulto mayor que se cree que fue el atacante de Monterey Park. “Tal vez no. Puedes imaginarlo como algo parecido a un efecto bola de nieve. Entre más incidentes se den, más prominente será esta opción en la mente de la gente enojada”.

Y al mismo tiempo, la recurrencia de esta violencia armada representa el riesgo de hacer que el país pierda sensibilidad ante la tragedia, tanto así que una parte conocida de la respuesta es emitir advertencias de que no hay que acostumbrarse a los tiroteos masivos de alto perfil.

“No podemos quedar anestesiados ante estos horrorosos actos de violencia”, dijo la fiscala de distrito San Francisco, Brooke Jenkins, después del tiroteo de Monterey Park, que sucedió durante las celebraciones por el Año Nuevo Lunar el fin de semana. “El año del conejo representa la esperanza”.

Existe poco consenso oficial en lo que constituye un tiroteo masivo: distintas organizaciones emplean mediciones diferentes. Pero hasta este momento, la gran mayoría de los 39 tiroteos de este año en los que al menos cuatro personas fueron alcanzadas por balas —la medición empleada por el grupo de investigación Gun Violence Archive— no atrajeron atención más allá de las zonas donde ocurrieron.

Fuera de Houston, quién sabría que dos de esos tiroteos ocurrieron ahí este año: un tiroteo desde un vehículo en el que resultaron heridas cuatro personas y otro que mató a una persona afuera de un club de Houston e involucró un rifle de asalto estilo AK-47.

“Parece que ahí se dispararon 50 tiros, lo cual es una situación muy alarmante”, dijo a la prensa el alguacil de la localidad, Ed Gonzalez.

A menudo, tiroteos como esos aparecen en los noticieros nocturnos, pero no logran penetrar de manera general la conciencia de las ciudades donde ocurren, incluso si dejan tras de sí víctimas y transeúntes con heridas perdurables y cicatrices emocionales.

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