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WilliamEggleston
Su mirada se centró en el color, forma y luz de las cosas para evidenciar que la belleza está siempre en los ojos del que mira, si está atento
PORTAVOZ/ STAFF
Este famoso e importante fotógrafo estadounidense nació en Memphis, Tennessee, el 27 de julio de 1939. Su importancia se debe a que, gracias a su obra, consiguió que se aceptara y se reconociera a la fotografía en color como un modo de expresión válido y digno de llevarse a cualquier galería de arte.
Cuando tenía quince años, en 1954, entró a continuar sus estudios en la Webb school de Tennessee que solo impartía una enseñanza tradicional sin darle mayor importancia a las actividades artísticas y solo hasta que ingresó a la Universidad de Vanderbilt se decidió por la fotografía y allí se compró su primera cámara y empiezó a tomar fotografías, pero en blanco y negro. Luego siguió sus estudios universitarios en la Universidad de Mississippi en Oxford, Estados Unidos.
Ya por ese entonces realizó sus primeros trabajos muy influidos por el libro de Henri Cartier-Bresson, fotógrafo francés de gran trayectoria y renombre mundial, pero solo haciendo fotografía en blanco y negro, hasta que por 1965 optó por experimentar con la fotografía a color.
Como el trabajo de Eggleston se había desarrollado un poco lejos de los ambientes artísticos, tenía una aproximación a las imágenes y situaciones diferente a lo que ya se conocía, hasta que su trabajo es conocido en 1969 por John Szarkowski, quien quedó tan impresionado que le sugierió al comité fotográfico del Mueso de Are Moderno de Nueva York que adquiera algunas obras.
Su amigo William Christenberry le presentó a Wallter Hopps, director de la Galería Corcoran de Washington en 1970 y nuevamente, este se sientió impactado por lo novedoso el trabajo de Eggleston.

Entre 1973 y 1974 mientras dictaba clases en la Universidad de Harvard, descubrió el proceso conocido como Dye-transfer y a Eggleston le impactó el grado de saturación de los colores y de las tintas, que se consigue en el laboratorio. Una de sus obras más conocida la realizó con esa técnica, The Red Ceiling de 1973, también conocida como Greenwood y que el propio artista la considera una de sus mejores obras.
Ya en 1976 abrió una exposición de 75 fotografías en el MOMA, que generó un gran escándalo. Gracias a ella, conoció a Viva, Janet Susan Mary Hoffmann, una de las estrellas de Andy Wharhol y con quien mantuvo una larga relación. Allí se introdujo en los ambientes del pop-art y difundió su teoría llamada Democratic Camera, según la cual cualquier cosa puede quedar perfectamente representada por la óptica de una cámara.
Precisamente con el nombre de su teoría, Democratic Camera, se tituló la mayor exposición de su obra, que recogió una retrospectiva de casi todo su trabajo fotográfico.



Años más tarde su obra Democratic forest se recogería en un libro comentado en su introducción por Eudora Welty, famosa escritora norteamericana.
Posteriormente publicaría otro libro de fotografías Kiss me Kracow con fotografías realizadas en Berlín, Viena y Salzburgo, durante un viaje que realiza por Europa.
En 1998 se le otorgó el Premio Internacional de la Fundación Hasselbal y en 2004 recibe el Premio PHotoEspaña de Baume et Mercier.
