Solo letras con rostro femenino unca como ahora, la lucha por la Equidad de Género y la Libertad de Expresión, caminan de la mano en una entidad como Sonora, en la que igualdad, respeto y reconocimiento a la capacidad de trabajo de nuestras mujeres, se reflejan en una agenda que día a día cosecha mayores conciencias, por una sociedad más justa e igualitaria. Por ello es que el Semanario de Sonora, “Primera Plana”, motivado por la conmemoración del Día Internacional de la Mujer este 8 de Marzo del año 2018, ha invitado a 35 distinguidas damas sonorenses a escribir y plasmar sus ideas, sus críticas, sus inquietudes, llenando todos los espacios de esta edición especial. Nos congratulamos de haber logrado recopilar un gran tesoro intelectual en un puñado de mujeres de nuestra tierra que muestran al mundo su vida y su gran capacidad para desarrollar un tema en entera libertad, buscando siempre la trascendencia a través de manifestaciones que despierten consciencias y denuncian abusos. Es un gran reconocimiento a la lucha por la reivindicación de los grandes valores que conforman nuestro marco de cohesión social y una motivación para sacar a la luz las voces que buscan el cambio, en la exigencia de mejores condiciones de vida, dentro de la paz, la justicia y la concordia. Con nuestro respeto y admiración para todas ellas.
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Opinan: Petra Santos, Lilly Téllez, Natalia Rivera, Leticia Cuesta, Aurora García de León, Irma Laura Murillo, Soledad Durazo, Ana Guevara, Gabriela Grijalva, Blanca Saldaña, Yolanda Escalante de Mazón, Leticia Varela, Sheila Hernández, Janeth Elena Pérez…
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Editorial Contacto@primeraplanadigital.com.mx
No. 2399 Año XXXIV
“Al poder no le importa quién lo usa” —The Power, una novela de Naomi Alderman
PUBLICADO POR Editorial “El Auténtico” S.A. de C.V.
NUESTRA MISIÓN Ser un medio de comunicación en la permanente búsqueda de la verdad, para ofrecerla como un valor supremo a la única persona a quien privilegiamos: el lector; apoyando siempre las acciones nobles, pero también denunciando las injusticias, irresponsabilidades y abuso del poder PRESIDENTE Y DIRECTOR GENERAL
Francisco Javier Ruiz Quirrín GERENTE GENERAL
Gustavo López Vásquez GERENTE DE ADMINISTRACIÓN
Cecilia Jiménez González DIRECTOR
Gabriel Rigo Gutiérrez E. ÁREA DIGITAL
Francisco Javier Ruiz Terán DISEÑO EDITORIAL
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Omar Mendoza Enríquez Certificado de Licitud de Contenido No. 1590 de fecha 18 de Diciembre de 1984 OFICINAS Y TALLERES Revolución 14 Norte, entre San Luis Potosí y Zacatecas, Colonia Centro, CP 83000, Hermosillo, Sonora, México Tel. (662) 109-27-00 Miembro de la Asociación Mexicana de Editores (AME) Oficinas en México, D.F. Colonia Narvarte, CP 03020, Tel. (55) 56-82-59-81 La opinión de nuestros colaboradores no refleja necesariamente el criterio de esta empresa editorial.
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ara ciertos antropólogos e historiadores, es la capacidad del ser humano de comunicarse entre sí y organizarse a través del lenguaje escrito lo que nos diferencia del resto de las especies y nos pone a la cabeza de la cadena alimenticia. Desde sus orígenes, el uso hábil del lenguaje ha sido un instrumento de poder que, a su vez, se ha concentrado en una élite predominantemente masculina. Silenciar a las mujeres se convierte en el primer paso para excluirlas de la toma de decisiones, tanto en el ámbito público como en el privado. Esta intrínseca relación es explorada con ironía e inteligencia por la historiadora inglesa Mary Beard, en el libro “Mujeres y poder: Un manifiesto” (Crítica, 2018), que recopila dos de sus conferencias, a manera de ensayo. En un rápido recorrido histórico, la autora recuerda como en el sistema grecorromano, el mythos, entendido como el discurso público acreditado, era una distinción reservada para los varones, una virtud que los separaba de la charla ociosa de las mujeres, a quienes solo se les permitía hablar para denunciar una agresión. Pero no todas lograban ser acalladas, el libro también recoge los casos de Afrania, quien se atrevía a iniciar ella misma demandas judiciales y defenderse a sí misma, y Hortensia, quien fue portavoz de las mujeres de Roma en contra de un impuesto especial para financiar la guerra que perjudicaba su patrimonio. Así, a lo largo de la historia a las mujeres se les permitía hablar en público para manifestar su condición de víctimas o para defender sus intereses sectoriales, pero nunca en nombre de los hombres o de la comunidad en general. Pasa todavía en nuestros días y un claro ejemplo de ello es el movimiento Me too, mediante el cual numerosas mujeres están denunciando agresiones sexuales. Su voz, como víctimas, se escucha en todo el mundo. Así como también se sigue considerando que el papel de las mujeres en puestos legislativos y ejecutivos es para impulsar asuntos catalogados de interés femenino, como la violencia de género o la igualdad salarial. Al encasillarlas en estos temas, se les excluye de los asuntos ligados directamente al ejercicio pleno del poder. Ocurre en el Congreso del Estado, donde a pesar de que las diputadas lograron una representación histórica del 39% en la actual Legislatura, las coordinaciones de los grupos parlamentarios, donde realmente se toman las decisiones, se mantienen en manos de di-
putados varones. El ocupar un cargo de elección popular o un puesto directivo en una empresa no necesariamente les garantiza a ellas el acceso al poder, que en su mayoría se sigue percibiendo como un asunto de hombres en el que las mujeres, en el mejor de los casos, son invitadas a estar cerca de él, pero no a tenerlo. En materia político-electoral, el techo de cristal se rompió en Sonora en 2015 con la elección de la primera gobernadora, además de un número inédito de 13 diputadas locales y 63 síndicas municipales. Los avances han continuado y con la aprobación de la paridad horizontal en las candidaturas a presidencias municipales, que se aplicará en la elección de este año, el marco normativo estatal cumple con todas las disposiciones de la Constitución federal y tratados internacionales en cuanto a paridad de género. Asimismo, los órganos electorales y diferentes consejos de participación ciudadana están integrados siguiendo criterios de paridad, hemos visto también un incremento en el número de mujeres dirigiendo cámaras empresariales y organizaciones civiles. El contexto es propicio para aumentar la participación femenina en cargos públicos, pero aún queda mucho por hacer para combatir los estereotipos que impiden ver a las mujeres como usuarias legítimas del poder y no como invasoras de este. Vale la pena reflexionar en el planteamiento que hace Beard: si no se percibe que las mujeres están totalmente dentro de las estructuras de poder, entonces, lo que tienen que hacer es redefinirlo. Un paso esencial para ello es incluirlas en el debate público desde cualquier plataforma. Por eso, en el Semanario “Primera Plana” decidimos abordar el Día Internacional de la Mujer de una manera distinta, publicando una edición especial que lleva a las voces femeninas como protagonistas. En este número usted encontrará artículos escritos por un nutrido grupo de mujeres sonorenses, diversas en edad, ocupación e ideología, que nos ofrecen una reflexión en primera persona sobre temas elegidos por ellas mismas, sin restricciones de ningún tipo. Lo hacemos, no como una graciosa concesión ni un acto políticamente correcto para conmemorar la fecha, sino convencidos de que la discusión pública y el ejercicio del poder, se enriquecen con el conocimiento, la experiencia y la perspectiva que las mujeres aportan. A todas ellas les agradecemos que hayan aceptado nuestra invitación para participar en esta edición especial. A todas y todos ustedes, les reiteramos que, en “Primera Plana”, la voz de las mujeres está y seguirá estando presente con todo su valor.
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Un hoyo negro llamado redes sociales Por Oralia Acosta G. “Temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad; el mundo solo tendrá una generación de idiotas”. Esta lapidaria frase de Albert Einstein ha resultado ser profética. La llegada del internet, que más que una invención, ha sido un descubrimiento, puso al mundo frente al potencial infinito de la verdadera comunicación de masas: el internet mismo y las redes sociales, cuya evolución parece imparable. Antes, se llamó medios de comunicación masiva a la radio y la televisión cuya cualidad de “masivos” realmente palidece frente a lo que hoy son todas las redes conocidas, que no vale la pena enunciar, porque antes de terminar este texto es probable que esté naciendo una nueva. Sin embargo, paradójicamente, la llegada del medio de comunicación que hace posible la real comunicación de masas y la información al instante, está acabando con la comunicación interpersonal y nos está convirtiendo en seres muy informados pero al mismo tiempo, blanco de la desinformación. Y lo peor: estar siempre conectados nos desconecta de los nuestros.
Según los estudios más recientes del uso del internet en México, las horas de mayor actividad son entre las 14 y 16 horas y entre las 21 y 24 horas. Esto significa que la imagen que seguramente usted ve en su hogar a la hora de la comida y de la cena, es que cada uno de los hijos está atendiendo el Whatsapp, el Instagram, el Facebook, Snapchat… cada día se repite en miles de “hogares”. Estas son horas que antes estaban destinadas de manera natural a la charla y la convivencia familiar; horas en las que los hermanos peleaban por el pan de dulce o la porción de gelatina más grande; horas en las que los padres nos decían lo que estaba bien y mal en la vida y lo que pasaría si salíamos con tal o cual persona; horas en las que los hijos pedían permisos, ropa, dinero y los papás negaban… la mamá preguntaba qué había de tarea… y los hijos negaban… y así. Esta semana, una jovencita que pagaba una botella de agua en una tienda de autoservicio, fue sorprendida por un muchacho que casualmente llegó al mismo sitio y le habló casi en su espalda: —¿Qué onda, qué haces tan lejos de tu casa?
La joven ni siquiera volteó. No creía que le hablaban a ella. Pero cuando el muchacho insiste, se acerca y la llama por su nombre, ella le dice: —¡Ay!, no te conocí la voz, sorry. Lo más bizarro vino después, cuando el joven le dice al amigo: —Mira, es mi novia y no me conoce la voz”. La explicación entre ambos fue tan simple y obvia para ellos como impactante para los dos que seguíamos en la fila: llevaban seis días de novios, aunque casi dos meses de tratarse… ¡por Whatsapp! Este es el lado chusco —aunque no por ello menos dramático— del momento que vivimos. ¿Es para asustarse? No, pero sí para lamentarse. Sobra decir todo lo que vino a la mente de los que allí estábamos y que nacimos mucho antes de que ese hoyo negro llamado redes sociales atrapara a la humanidad y empezara a deshumanizarla. La vertiginosa vida moderna ha implantado, pues, otro paradigma de convivencia al que habrá que adaptarse. Sin embargo, lo realmente preocupante es el canibalismo que se gesta y propaga por las redes sociales, con la complacencia y complicidad de todos,
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donde lo más fácil y barato es mentir, manipular, denostar, juzgar, condenar, imponer y hasta delinquir, con solo accionar un teléfono inteligente y usar la red de internet para que se difunda lo que sea. Hace casi dos años se puso de moda afectar la vida personal de dos jóvenes, una por ganar un concurso de baile “sensual” en sus vacaciones y otra que decidió vivir su despedida de soltera como quiso. No contaban ninguna de ellas con ese canibalismo de las redes que lo condenan todo, pero que también lo permiten todo especialmente si se trata de perjudicar a alguien. El ejemplo más reciente del uso perverso que se puede dar a esta herramienta lo vivimos hace unos días en Hermosillo. En pocas horas se viralizó un audio de una mujer que hasta con sollozos relataba un supuesto secuestro de un menor. Era falso. ¿Con qué fin? El que el lector deduzca. La misma tecnología permitió encontrar a la autora que fue presentada ante el Fiscal del Estado, aunque se desconoce bajo qué cargos. La mujer confesó los hechos, accedió a grabar su confesión y que ésta también se viralizara. Ojo por ojo, pues. Pero no descartemos que este mismo hoyo negro en que se han convertido las redes sociales conduzcan al nacimiento de nuevas figuras delictivas o hechos constitutivos de delito. Por supuesto, este asunto de las redes sociales tiene más positivos que negativos. El problema no es el internet ni las redes mismas, es el uso que los seres humanos le damos a los inventos. El mismo Einstein supo de eso. Sus teorías emanadas de su brillante cerebro, terminaron en una bomba atómica. Hoy por hoy, cobra vida la reflexión de un personaje no menos sabio que Einstein, Joaquín Salvador Lavado Tejón, mejor conocido como Quino, que a través de su fabulosa vocera Mafalda dese hace décadas ya se preguntaba: “¿No será acaso que esta vida moderna está teniendo más de moderna que de vida?”. Y cerrar con otra de su misma autoría: “Paren el mundo que me quiero bajar”. *Oralia Acosta, periodista y actualmente titular del área de Comunicación Social en el Ayuntamiento de Hermosillo.
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Ser mujer desde la izquierda Estoy convencida que es la lucha por ampliar el reconocimiento de nuestros derechos como mujeres, lo que ha permitido que las sociedades se desarrollen más rápido que otras Por Petra Santos Ortiz Pertenezco a la generación del 68, me ha tocado vivir momentos maravillosos de la historia mundial pero principalmente de nuestro México. Siendo todavía una niña que transitaba a la adolescencia, junto a mi padre, participé en el movimiento ferrocarrilero. Pero fue sin duda el movimiento estudiantil el que marcó mi vida y el devenir histórico de México. Las libertades y los derechos que
hoy gozan millones de mujeres en nuestro país fueron sembradas, en el verano de 1968, por miles de jóvenes que salimos a la calle para construir una sociedad más justa, libre e igualitaria. Las mujeres de aquellos años debimos enfrentar infinidad de resistencias de todo tipo, incluso por nuestros compañeros de lucha, para tomar el lugar que siempre ha merecido la mujer y que históricamente siempre se le ha regateado o hasta prohibido. Parece increíble pero hace apenas 50 años, estudiar una carrera universitaria era reservado en su gran mayoría para los hombres. A nosotras nos tocó abrir brecha, no fue nada fácil, éramos pocas y nos atacaban principalmente otras mujeres que no se atrevieron a luchar por sus derechos. Después de la brutal matanza del 68, y del “Halconazo” ordenado por Echeverría, muchas desistieron y se quedaron en sus casas o en los trabajos socialmente —en aquellos años—, aceptados para mujeres. Eran los años
70, el régimen priista no estaba dispuesto a perder el poder. Fue una época difícil. Abrirse camino costó mucho esfuerzo de muchas mujeres; batallamos diez veces más para conseguir lo que a los hombres se les concedía sin condiciones. La crisis del 82 hizo necesario que cientos de miles de mujeres dejaran la casa para trabajar, ya no alcanzaba un solo salario, de pronto en el norte del país las maquiladoras que recién habían llegado se llenaron de trabajadoras. La mano de obra femenina que siempre había existido en pequeña escala de pronto se masificó. Si bien los salarios siempre han sido desiguales y sigue existiendo un trato discriminatorio, las mujeres comenzaron su emancipación económica. Fue a mediados de los ochenta cuando las universidades comenzaron a poblarse de jóvenes que querían incursionar en el mundo profesional. A partir de esa década los cambios se han venido acelerando. Por mi parte, en el año del 76 me postulé, desde la oposición, para la
Hace casi 30 años, Petra Santos encabezó una lucha social para eliminar el pago de peaje en el puente que cruza el río Colorado.
presidencia municipal de San Luis Río Colorado y gané, pero el Gobierno inició los fraudes electorales. Era de izquierda, era mujer y había derrotado al partido del sistema. Fueron años de mucha represión y violencia, pero nunca me rendí y aquí sigo; hoy como ayer continúo construyendo una mejor Nación para todas y todos. Sin retroceder en mis convicciones y sin renunciar a mis ideales, encabecé diversos movimientos sociales para dotar de vivienda a miles de familias sanluisinas y otros lugares. Logré la abolición del pago de peaje en el puente que cruza el río Colorado y gestioné escuelas, y universidades como la UES antes Cesues, para los hijos de las madres trabajadoras. Siendo legisladora local logré que se aprobara la Ley de Madres Jefas de Familias que garantiza becas para hijos de madres solteras y otros innumerables beneficios. Aún quedan muchas batallas, pero las nuevas generaciones tienen prisa. Se podría pensar que a mayor desarrollo económico de una sociedad, mayor es el grado de libertad que experimentamos las mujeres, muchos intelectuales sostienen esta idea, yo no. Estoy convencida que es la lucha por ampliar el reconocimiento de nuestros derechos como mujeres lo que ha permitido que las sociedades se desarrollen más rápido que otras. Es la participación activa de la mujer en la toma de decisiones, en todos los ámbitos, lo que crea más riqueza, igualdad y bienestar social. La construcción del México que merecemos pasa por la visión y el trabajo de nosotras las mujeres. La prosperidad que tanto anhelamos todos, sólo es factible si se reconocen plenamente los derechos de la Mujer. Necesitamos que los derechos que están en las leyes sean trasladados a la realidad.
*Petra Santos Ortiz, profesora de educación media superior; activista social; fundadora de escuelas primarias, secundarias; exdiputada local del PRD; ex candidata al gobierno de Sonora por el PRD.
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La parte que nos toca Si queremos construir un proyecto de nación exitoso, sería útil preguntarnos cuál puede ser nuestro impacto individual en esta oportunidad que se nos abrió. Yo sostengo que siempre se suma o se resta, no hay efectos neutros Por Aurora García de León Peñúñuri Hace unos días, en la empresa que dirijo tuvimos la visita de una joven que tiene parálisis cerebral y que ha vencido muchos retos consiguiendo grandes logros en la vida, entre ellos terminar una carrera, la maestría y fundar una empresa. Nos dio una conferencia que hablaba sobre cómo tratar con personas difíciles dentro de una organización. Entre las principales reflexiones, nos
planteaba que es común convertirse en personas tóxicas sin siquiera percatarnos, y estudiamos el efecto negativo que este tipo de conducta colectiva puede tener en los resultados de cualquier proyecto y en nuestra vida personal. Nos dejó muy buenas lecciones. En el ambiente político tan intenso que se vive en la actualidad, se puede percibir este fenómeno con más claridad. Con tanta información irritante generada especialmente por las campañas, se vive una sensación de que no hay opciones y que esta votación será cómo elegir entre dengue, zika o chikungunya (o algo así) y, ante tanto ruido que se hace, pudiera dar la impresión de que en efecto, no las hay. El tema me ocuparía menos si sólo se tratara de políticos, pero a últimas fechas por momentos da la impresión de que la duda se aplica para todos y de que no se puede confiar absolutamente en nadie, nos bombardean con videos, textos, mensajes de voz y cuanta cosa, para darnos, desde alertas de grupos armados hasta clases de judo. Independientemente de opiniones y más allá de esta coyuntura electoral, tenemos un proyecto que se llama “el país donde vivimos” que no se construye
sólo por políticos y donde las acciones de cada uno de nosotros inciden en lo que nos pasa y, aunque resulte más cómodo echarle la bolita a otros, es ahí donde me quiero enfocar. Las redes sociales en particular, abrieron la oportunidad de que ciudadanos de a pie figuren en muchos ámbitos, pero también se han desarrollado conductas muy negativas, por ejemplo: linchamientos públicos, difusión de información falsa y la crítica indiscriminada, por mencionar algunas. El narcisismo cibernético con frecuencia degenera a tóxico: hay que producir material a como dé lugar, no importa si se es injusto, mentiroso o despiadado para mantener seguidores. Se juega a ser protagonista haciendo mucho daño en el proceso, gente buena que sin darse cuenta adopta conductas tóxicas. No se tiene claro el rol y es fácil perderse, complicar la construcción de acuerdos, nos convertimos en individuos desbalagados, dispersos, con poca fe en que las cosas se puedan mejorar. Si queremos construir un proyecto de nación exitoso, sería útil preguntarnos cuál puede ser nuestro impacto individual en esta oportunidad que se nos abrió. Yo sostengo que siempre se suma
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o se resta, no hay efectos neutros, porque el que no hace nada al final resta su fuerza para alcanzar el objetivo, así que tanto la acción como la inacción cuentan. Necesitamos hacer la parte que nos toca. Para entender los efectos de favorecer la cultura tóxica, quizás pueda ayudar preguntarse cómo juega el ánimo mental en el resultado de todos, si nos mentalizamos colectivamente para ganar o para perder, lo que puede originar que se perciba que una conducta mala es la generalidad, lo que puede pasar si nos convencemos de que es la única forma de salir adelante, que se piense, mal de muchos, ya no hay gente buena. No es sano permanecer en esa dinámica. Sin ser muy rebuscados, se trata de empezar por uno, ubicarnos, como dicen: eres parte del problema, eres parte de la solución o eres parte del paisaje. Un buen punto de partida por ejemplo podría ser recuperar cosas muy básicas que hemos ido perdiendo como la cordialidad, practicar la tolerancia, la crítica responsable, cuestionar y validar la información que compartirnos, ser solidarios, difundir también buenas noticias, respetar, ser menos tóxicos, ayudar en lo que se pueda, pequeñas acciones, pasos de bebé, un inicio, y después buscar avanzar, ya que es claro que muchos en el gobierno no adoptarán medidas de transformación relevantes a menos que sean presionados por una sociedad responsable, informada y participativa, pero es importante ganar calidad moral. El proceso también pasa por ponderar dónde y cómo participar: no todo se resuelve criticando en redes, me gustaría ver más gente ejecutando sus ideas, aunque sean acciones sencillas, por lo menos no contaminar. Si no ayuda no estorbe. No se trata de olvidar las fallas sino de abordarlas de manera diferente. No renunciemos a nuestra memoria pero tampoco renunciemos a nuestro sentido de la vida, aunque las cosas se vean muy difíciles, como el ejemplo de nuestra joven conferencista ¿Será? Prefiero apostar por esto a ser profeta del desastre y sumarme a la fatalidad. *Ing. Aurora García de León Peñúñuri, Directora General Derex Desarrollo Residencial. Consejera en NAFIN, COPARMEX, CANADEVI, y Grupo Salinas.
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Nutrición en los ciclos vitales de la mujer (Primera parte)
Cada ser humano tiene un camino único, y cuatro alas —como las de una mariposa— para recorrerlo: conciencia, autenticidad, acción y responsabilidad, para tener la libertad que nos conduzca a una vida con sentido Por Marina Brauer y Téllez-Girón Con motivo del día Internacional de la mujer no podemos dejar de mencionar que a través de los siglos han estado aparentemente ausentes en muchos ámbitos a pesar de ser vitales en el desarrollo de la vida humana, gracias a su maravilloso don de la maternidad. Es importante saber que en los anales de la historia casi no se mencionan las mujeres que se han destacado en la ciencia, la historia y la medicina, y las que lo han logrado se han enfrentado a muchos obstáculos para desarrollar sus capacidades, y las que se destacaron no se les ha reconocido y en muchos casos ni siquiera son mencionadas en los libros o las enciclopedias. Por lo que las invito a ser como “Las alas de la mariposa”. Cada ser humano
tiene un camino único, y cuatro alas — como las de una mariposa— para recorrerlo: conciencia, autenticidad, acción y responsabilidad, para tener la libertad que nos conduzca a una vida con sentido y poner al mundo el ser privilegiado que somos las mujeres en el planeta. Primera etapa de la mujer En la mujer la pubertad comienza a tener cambios hormonales como consecuencia de la maduración del sistema hipotálamo: hipófisis ovárico como resultado de la secreción pulsátil a nivel del sistema nervioso central y a nivel del ovario se empiezan a presentar los ciclos femeninos con la consiguiente adquisición de la capacidad reproductora. Aparecen los cambios físicos como los periodos menstruales (primer menarca), el desarrollo mamario (telerca) el vello pubiano (pubarca), la distribución de la grasa y el vello corporal y en forma menos evidente en algunos casos los cambios emocionales. Dentro de los primeros 40 años de la mujer se presentan las siguientes etapas: Etapa fértil. Embarazo y lactancia, donde ocurren los cambios fisiológicos más importantes. Etapa de prevención, aquí se hacen las reservas de calcio en los huesos para prevenir la osteoporosis. Por esto, es importante mantener la masa muscular ya que más adelante se va perdiendo y llevar una buena ali-
mentación y rutina de ejercicios porque esto va a determinar en las condiciones que se va a llegar a la vejez. En la adolescencia es importante cuidar el sistema nervioso y mantener la energía a través de una buena fuente de proteínas de origen animal, consumir huevo, cereales y granos fortificados. Para mantener el crecimiento de los huesos, la salud de los dientes y reservar el calcio para los años de la menopausia se debe consumir cereales, granos, vegetales de hoja verde y lácteos bajos en grasa. Para la absorción del calcio y la prevención del cáncer, fortalecer el sistema nervioso y el sistema inmunológico, es recomendable la luz solar por la mañana, pero solo hasta las 11 de la mañana y después de las tres de la tarde. En nuestra ciudad es importante usar protección solar con un producto de calidad, no olvidar que se debe tomar agua por ser el principal componente del cuerpo humano, que posee un 75% de agua al nacer y cerca del 65% en la edad adulta. Menopausia: La menopausia es una etapa en el ciclo vital de la mujer y se define como la desaparición definitiva de la menstruación (debe pasar más de 12 meses de ausencia menstrual para su confirmación). Sin embargo, el término se usa con frecuencia para referirse al climaterio femenino donde se produce una pérdida gradual y progresiva de la función ovárica y reproductiva, así como cambios endócrinos, somáticos y psicológicos. El cese del sangrado menstrual ocu-
rre generalmente alrededor de los 45 a 51 años. Puesto que la vida media de una mujer ronda los 80 años. Cuando tienen lugar antes de los 40 años se denomina menopausia precoz. Los síntomas suelen ejercer un impacto muy negativo, su intensidad puede variar considerablemente de una mujer a otra. Entre los principales síntomas vegetativos se presentan los sofocos, sudoración, parestesias, migrañas, vértigos, palpitaciones, opresión precordial, hipertensión arterial, zumbidos de oídos, congestión del bajo vientre, hinchazón, digestiones difíciles y estreñimiento. También se presentan los estados de depresión, ansiedad, nerviosismo, irritabilidad, insomnio, cambios de ánimo y humor, pérdida de memoria entre otros. No podemos olvidar los procesos metabólicos como son la atrofia de la piel, sequedad vaginal, disminución de las glándulas mamarias, obesidad, hirsutismo (aumento de vello en cara, y otras partes del cuerpo), alteraciones circulatorias, cardiopatías, arterioesclerosis, piernas pesadas, calambres, várices, hemorroides, alteraciones óseas: osteoporosis, aplastamiento de los discos intervertebrales, disminución de la movilidad de las articulaciones y neuralgias. El 40% de las mujeres en el periodo post-menopáusico presenta síntomas que requieres asistencia médica. Ante una sintomatología tan profusa es natural que las mujeres puedan sentirse abrumadas porque los médicos les indican la terapia hormonal, sin embargo, todas las mujeres tienen mayor desconfianza sobre los efectos secundarios porque puede desarrollar un mayor riesgo de cáncer uterino de mama. Dentro de las plantas medicinales se recomienda la soya por tener un alto contenido de isoflavonas (fitoestrógenos) que contribuye a disminuir los sofocos y sudores nocturnos, la fatiga y los dolores. Cuídense mucho y hasta la próxima. * Marina Brauer; Nutrióloga, naturista; columna “Consejos Saludablkes” en Semanario “Primera Plana”
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Por Mayra Torres Todo lo que tocaba lo convertía en oro y como si ese fuera una arcilla lo convertía en estatuillas doradas, en esas que año con año son tan cotizadas por las estrellas de talla internacional como sinónimo de talento, entrega, sacrificio, dedicación, pasión y logro. En poco tiempo, Harvey Weinstein se convirtió en el productor más cotizado, el amigo a quien todos querían para salir en portada de alguna revista, para presumir una amistad o lograr cualquier papel dentro de su productora independiente que fue construyendo estatuillas llamadas Oscar como cajas de chocolates en tiempos de Forrest Gump. Aunque para muchos era inalcanzable, para cientos de mujeres ese hombre representaba los más bajos instintos, creador de los deseos más inimaginables, que con un poder superior acosaba desde la oscuridad y obtenía sexo en medio del silencio y la represión; secretos que se quedaProductor de cine Harvey ban en las habitaciones de hoteles lleWeinstein, denunciado nos de lujos y extravagancias; o por acosar a decenas de quedaban entre los telones de algún mujeres de Hollywood. teatro o en los camerinos de alguna producción. Weinstein lo sabía, su poder valía más que su dinero y ante el deseo y el anhelo poco se podía hacer. Así de una en una, mujeres indefensas, sumisas y con miedo fueron cediendo a un hombre sin escrúpulos que, sabedor de no poseer la galanura del momento, utilizó su poder y su talento para lograr sus deseos creyéndose más grande que Dios y generando caos entre las estrellas, aquellas mujeres que poseedoras de talento pero carentes de la fuerza para salir y denunciar, aquellas que brillaban en las más grandes pantallas pero se opacaban en los más inimaginables escenarios. En octubre de 2017 el telón se cayó y The New York Times y The New Yorker ofrecieron en tinta y letra una historia compuesta por decenas de mujeres que narraron de una y mil maneras las formas que el productor utilizaba su posición y desde luego su poder para lograr sus anhelos. La noticia fue una explosión de sentimientos, la industria del cine colapsó y poco a poco las voces fueron más fuerte; las decenas se convirtieron en cientos de mujeres que, de una u otra manera cedieron ante el productor; quien desde luego lo negó.
Abajo el telón “La violación es un crimen. Pero la seducción insistente o torpe no es un delito, ni la galantería una agresión machista” Los amigos se quedaron callados, los críticos no lograban entender cómo mujeres talentosas, bellas y con futuros prometedores cedían ante el imperio de un solo hombre; las voces en defensa también salieron y la historia apenas comenzaba. Angelina Jolie, Ashley Judd, Katherine Kendall, Amber Anderson, Lauren O’Connor, Lupita Nyong’o, Alice Evans, Uma Thurman, Sean Young, Salma Hayek, Heter Graham, son tan sólo algunas de las que hoy puedo mencionar unieron su fuerza y sus historias para lograr alzar la voz contra el acoso sexual y lo pusieron sobre la mesa, un tema ca-
llado, secreto y hasta en cierto momento ‘intocable’. El grito en silencio de esas mujeres pasó de la ficción a la realidad y generó algo que muchos desconocemos pero que cada día surge con mayor fuerza Sororidad, ese apoyo que hace la fortaleza imperial de un mismo género; esa alianza que propicia la confianza y el apoyo. Y así, cada día Hollywood producía un capítulo más, estrellas de todos los niveles se unieron y crearon Time’s Up #Metoo, un movimiento, activo, fuerte y ensordecedor que retumbó en todos los niveles de una sociedad que se ha convertido en críticos más que en defensores. Esta situación de acoso y abuso sexual no sólo se da con las estrellas inalcanzables y desde luego no deja fuera a nuestro país, donde día a día las mujeres habremos de enfrentar burlas, hostigamiento y presión de compañeros, amigos, desconocidos y familiares y claro sin hacer muecas ante el chiste misógino, la frase bur-
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lesca, el doble sentido, palabras altisonantes; la intención de subir de puesto a cambio de ‘cariño’ o ‘favor’, el no entender que salir a comer o a cenar entre compañeros es simplemente probar un restaurante de moda o echar la comenta y descifrar que el No es No sin importar las circunstancias. Vaya que son difíciles los tiempos de las mujeres actuales; si eres fuerte y hablas con ovarios eres feminista y surgen términos como “feminazi”, si eres tibia te vuelves frágil y si eres reservada te conviertes en imbécil. Y para muestra de ello basta seguir a Karla Souza, actriz mexicana, primera en romper el silencio en este juego de ‘el que se lleva se aguanta; ella de forma valiente lo asumió fue tajante al señalar que fue violada por un productor sin revelar su nombre. La respuesta fue inmediata, existió Sororidad entre el gremio, actrices como Kate del Castillo y la periodista Lydia Cacho mostró su apoyo y generaron esa confianza en Karla y en las miles de ‘Karlas’ que pasan por ello. Pero muchos otros han criticado y cuestionado los 12 años que la actriz tardó en sacarlo a la luz pública. La reflexión es larga, los juicios pueden quedar a medias o ser premeditados; lo cierto es que afuera, en el día a día y en la rutina diaria la ONU Mujeres en México (2016) señala que cada año hay 15 mil denuncias por violación, es decir 41 casos al día; con ello comprobamos que, allá afuera, vemos a cientos de Salma Hayek, Angelina Jolie o Karla Souza sufriendo y enfrentando a personajes tan poderosos como productores, políticos, compañeros o familiares, sobre todo en el contexto laboral, disfrazados de nobles caballeros… y ¿qué hacemos para evitarlo? ¿Criticamos o apoyamos? ¿Enfrentamos o callamos? ¿Le damos vuelta a la página? ¿Nos unimos como mujeres? ¿Nos apoyamos como género?... sería bueno crear sororidad en lugar de criticar y recordar. “La violación es un crimen. Pero la seducción insistente o torpe no es un delito, ni la galantería una agresión machista”.
*Mayra Torres, periodista y productora de noticias en Larsa Comunicaciones; Twitter: @mayratorresk; email: mkt_78@hotmail.com
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8 de marzo: un día para la reflexión
Falta todavía parte del camino por recorrer para lograr la igualdad entre mujeres y hombres: mayor acceso al mercado laboral y a los puestos de dirección tanto en el sector público como privado Por Irma Laura Murillo Lozoya Este 8 de marzo representa una gran oportunidad para reflexionar sobre los avances que las mujeres
hemos logrado, pero también, para apuntar sobre aquello que falta por hacer, en una agenda que avanza cada día gracias a quienes han dedicado su vida para luchar por nuestros derechos. Por ello, el lema que la ONU dedica este año destaca: “Ahora es el momento: las activistas rurales y urbanas transforman la vida de las mujeres”. Empecemos por destacar que, en el aspecto académico, especialmente en Sonora, las mujeres hemos logrado avanzar en la escolaridad que durante siglos fue un privilegio solo para los varones, y aunque todavía nuestra máxima casa de estudios no ha sido dirigida por una rectora, varias instituciones públicas y privadas, entre ellas el Colegio de Sonora y el Tecno-
lógico de Monterrey cuentan ya con titulares del sexo femenino. Sin embargo, y a pesar de que la matrícula y el desempeño escolar de las mujeres han crecido exponencialmente, en el tema laboral todavía existen grandes rezagos. La participación en el mercado de trabajo mantiene brechas de desigualdad en contra de las mujeres, tanto en el ingreso como en los niveles salariales y las oportunidades de crecimiento. Hoy en día, la discriminación, el acoso, la ausencia de facilidades en los horarios y el bajo acceso a prestaciones como las guarderías, limitan las posibilidades para que las mujeres participemos en las mismas condiciones que los varones. Por otra parte, la participación po-
lítica de las mujeres ha sido impulsada a través de las cuotas y la obligatoriedad, pues recordemos que cuando la paridad se dejaba como opción para los partidos políticos, los avances eran mínimos. Por lo anterior, el poder legislativo cuenta ya con una representación importante de mujeres tanto en el ámbito local como en el nacional y durante el proceso electoral de este año, el poder ejecutivo municipal, a través de la postulación de igual número de mujeres y hombres, tendrá también avances relevantes. El hecho de que nuestra entidad sea por primera vez en la historia gobernado por una mujer es una muestra de los nuevos tiempos. Aunque siempre resultó absurda y discriminatoria la frase de “si estamos preparados para que nos gobierne una mujer” hoy, con una gobernadora y una presidenta municipal en la capital del estado, este tipo de cuestionamientos no tienen cabida. Sin embargo, también debemos señalar que Claudia Pavlovich es apenas la quinta gobernadora electa por el voto popular en nuestro país, después de 65 años que se conquistó este derecho. Falta todavía parte del camino por recorrer para lograr la igualdad entre mujeres y hombres: mayor acceso al mercado laboral y a los puestos de dirección tanto en el sector público como privado, mejores condiciones salariales, una política social que facilite la vida de las mujeres jefas de familia, tema en el que Sonora cuenta con el primer lugar nacional, mayor concientización para eliminar todo tipo de violencia, entre otros aspectos. No obstante lo anterior, es una gran ventaja que en nuestro estado, todos estos asuntos han sido parte de la discusión seria y comprometida desde principios de los años 90, y en ello, el liderazgo de la Profesora Carmelita Calles, quien será reconocida por su labor este 8 de marzo, fue fundamental para aglutinar los esfuerzos plurales de quienes buscamos la igualdad entre mujeres y hombres. Felicidades a la Profesora Calles y a todas las personas que día con día, y no solo el 8 de marzo, dedican su vida para lograr una sociedad más justa. * Irma Murillo, integrante del Consejo Ciudadano para la Vigilancia del Sistema Estatal Anticorrupción.
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Por un activismo incluyente que influya ¿Queremos equidad? vamos a empoderarnos juntos, generemos información e incluyamos a todos en la ecuación, educando en el respeto y cimentando una sociedad en la que ser machista o feminista no sea necesario Por Alda Lucía Burruel Martínez Como cada año, desde hace más de un siglo, este 8 de marzo se conmemora El Día Internacional de La Mujer. Hoy en día se considera una fecha para establecer que cada sociedad debe buscar alcanzar el reconocimiento del derecho a la educación, a la salud, al trabajo digno y al trato igualitario, libre de violencia, de sus mujeres y niñas. ONU Mujeres es la entidad de la ONU en busca el reconocimiento global de la igualdad de género y el
empoderamiento de la mujer, y cada año establece un lema como “grito de guerra” que encause la lucha mundial hacia propósitos específicos y acciones en pro de la igualdad entre hombres y mujeres. Este 2018 el lema es: “Ahora es el momento: las activistas rurales y urbanas transforman la vida de las mujeres” Aplaudo la inclusión de la mujer que habita en área rural pues según datos de Naciones Unidas estas constituyen más de una cuarta parte de la población mundial y el 43% de fuerza laboral agrícola a nivel global. Sin embargo, a mi parecer el lema de este año podría ser aún más incluyente, compartiendo la estafeta con todos aquellos hombres que comprenden lo importante que es difundir la visión de un mundo más equitativo. ¿No es acaso la solicitud de igualdad y alto a la violencia hacia ellos? Haríamos mejor en sumarlos en este movimiento de transformación, desde pequeños fomentar en nuestros niños, como madres, tutoras, maestras o familiares, la semilla del respeto hacia la mujer, dejar de lado las comparaciones machistas e inculcar que no se tratan de sexos opuestos sino complementarios. Si introduzco aquí un “La Unión hace la fuerza”, seguro la fe-
minista extrema o “Feminazi” me dejará de leer, pero reconozcamos que las mujeres del mundo no estamos desamparadas en la lucha por la igualdad y la no violencia, así que tampoco debemos tomar acciones que nos dejen solas. ¿Queremos equidad? vamos a empoderarnos juntos, generemos información e incluyamos a todos en la ecuación, educando en el respeto y cimentando una sociedad en la que ser machista o feminista no sea necesario. Hay que actualizar la lucha sin olvidar el principio de la misma. Considero un gran atino que en este año se utilice la palabra “activistas” en el lema, ya que es la mejor forma de darle modernidad y dinamismo a esta celebración. Los activistas ya no sólo son aquellos líderes que organizan marchas, bloqueos, disturbios, amotinamientos o huelgas, como la convocada para este 2018 en más de 150 países llamada Huelga Internacional Feminista 8M que consiste en que toda mujer suspenda sus labores, sean remuneradas o no, por lo menos 30 minutos al medio día, y de ser posible toda la jornada, con la finalidad de que el resto del mundo (compuesto por hombres) visibilice la importancia de su trabajo, aunque se precisa que podría tener repercusiones sobre el salario de ese día… suerte con eso. Actualmente para las nueva Generación Millennial y las generaciones renovadas (ahí nos colamos todos), el activismo es el pan nuestro de cada día, y predomina, aunque alguno se ofenda, un Activismo de Escritorio, pasivo en organizar acciones colectivas, pero muy activo en propagar opiniones sobre temas en tendencia. Este activismo del que todos los usuarios de redes sociales hemos sido parte en mayor o menor grado, lo considero un gran paso en la perfectible práctica de la denuncia ciudadana, la cual debe de estar respaldada de información veraz y contribuir real y positivamente al cambio. Toda sociedad, con acceso a internet (estamos hablando del 53% de la población mundial), tiene ahora la posibilidad de publicar observaciones, críticas, necesidades, así como retroalimentarse de las opiniones de otros in-
dividuos; el afán de todo usuario en redes sociales es influir en los receptores y coincidir en posturas hacia problemas comunes. La sociedad está demostrando tener poder de sacudir a instituciones y sectores de la sociedad que hasta ayer se consideraban intocables e impolutos, ya sean gobierno, iglesia, partido político, prensa, o el mismo y antes hermético Hollywood. El mundo ha sido testigo de cómo la situación de una sola persona puede hacerse viral si lo habla en público, toca la sensibilidad de un “influencer”, altera la paz de una minoría (que en las redes dejan de serlo), o “vende” en medios digitales y tradicionales de información. Este 2018 el movimiento #MeToo en EE.UU., #YoTambién en México, España y América Latina, con la colaboración de cada usuario que compartió, dio “Retuit” o “Like” a los citados “Hashtags” o etiquetas, buscó incentivar a toda mujer que haya sido víctima de acoso o violación a que denunciara la agresión sin importar su antigüedad o el estatus propio ni del presunto agresor. Así, el mundo aplaudió su valentía, señaló a los famosos ahora infames, criticó a las víctimas, juzgó, condenó, y pasado el tiempo pareció que todo fue un show más y que no cambio nada, pero resulta que en algún momento te detuviste a reflexionar sobre tu propio comportamiento y actuaste en consecuencia, porque ya te influyó positivamente y esa fue siempre la meta. Es posible para todos ser un activista que apoye este tipo de causas e ideales; en casa, en la escuela, en el trabajo, en las redes sociales… proponte un primer reto: desecha todo chiste, comentario u opinión que degraden a una mujer, no lo compartas y siéntete orgulloso de romper su propagación. Este 8 de marzo es sólo una fecha fija en el calendario, es el resto del año, día a día, que debemos procurar la igualdad laboral, el alto a la violencia y el respeto a los derechos humanos de mujeres y niñas. * Ana Lucía Burruel, opinión ciudadana.
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Cambios de fondo para la defensa de los derechos Hoy existen más mujeres en la industria y los medios, pero no podemos negar que se siguen reproduciendo escalas de diferencias en ingreso, estructura jerárquica y condiciones laborales Por Sylvia Duarte Resulta inevitable retrotraer de mi propia experiencia, la larga ruta que hemos tenido que recorrer las mujeres sonorenses, para que los espacios se abrieran y las oportunidades de participación se concretaran e hicieran posible que representantes de nuestro género ocupáramos puestos y posiciones que hace cuatro décadas eran predominantemente para los hombres. Por ejemplo, la llegada de una mujer a la gubernatura de Sonora, Claudia Pavlovich, cuyo empoderamiento, no es un relevo más en el devenir de la historia, sino un cambio cultural y político de fondo, que viene acompañado de otros insumos como la equidad, la inclusión social, la libertad de expresión, el reconocimiento a una ciudadanía madura, crítica y bien informada. En 1978, cuando inicié mi formación universitaria y confirmaba mi interés por la rama de la ciencias sociales, humanidades y comunicación, en Sonora y en México ni por asomo se podría pensar en que los valores, la cultura, el marco de leyes, normas y reglas vinculadas a los derechos de las mujeres, estuvieran tan extendidos formalmente, como ahora lo están. Afortunadamente, esto ha cambiado aunque no tanto como sería deseable y como debemos hacer que ocurra, primordialmente en cumplimiento de leyes federales que son el andamiaje jurídico trabajosamente construido en favor de los derechos hu-
manos, laborales y políticos de las mujeres y la equidad. Queda larga y ardua tarea para lograr la armonización de legislaciones estatales, paridad en la organización interna de partidos políticos, empresas e instituciones incluyendo las sindicales. Agregaría como pendiente la tipificación y establecimiento de sanciones por violencia política y laboral en razón de género. No existe la menor duda, de que en los resolutivos de la Conferencia de Beijing celebrada en 1995, se tiene el referente del más alto nivel conceptual, programático y vinculatorio que pueda haber existido, para reivindicar y colocar en la agenda de gobiernos, instituciones y organizaciones de toda índole, la premisa por la equidad de género que enarbolaron los movimientos de varias generaciones de mujeres en la lucha por sus derechos, a lo largo de la historia y en especial durante el siglo pasado. No obstante, la agenda planteada por la Conferencia de Beijing, más que un mandato riguroso que pueda ser
impuesto por decreto, tiene mucho de ideario. Yo tengo muy claro de que aún en mi circunstancia —como compañera del Secretario General del Sindicato de Radio Televisión y Telecomunicaciones del país— formo parte de la compleja realidad que se vive. Una realidad donde todavía prevalecen estructuras muy duras y conservadoras para conciliar y hacer coherente al máximo, la ruta de reivindicación de justicia social que subyace en la lucha de los trabajadores y las exigencias legítimas de integración al mundo del trabajo de las mujeres, bajo condiciones de equidad de género. Me explico, mi relación con el dirigente nacional del STIRTT no cambia el hecho de que sigo enfrentando —en escala y equivalencia— coordenadas que muchas veces compiten dentro de mí y que tengo que valorar cada vez que incursiono en el ámbito público, con posturas y decisiones que implican mi forma de pensar y mis convicciones más profundas. En su complejidad, debo decirlo, no
alcanzan a convertirse en decretos prohibitivos, para vulnerar mis definiciones ideológicas y militancia razonada en la causa de las mujeres, pero sí me obligan a valorar cuándo y cómo poner sobre la mesa opiniones y propuestas que, más allá de la estridencia, efectivamente ganen en viabilidad y consenso. Tal ha sido el caso de mi participación en el proyecto de capacitación del sindicato de trabajadores de radio y televisión, en sugerir protocolos o criterios mínimos de expresión para locutores y comunicadores sobre lenguaje incluyente, no sexista y libre de violencia, como en otras iniciativas en proceso. Mi trabajo como locutora, reportera, como conductora de radio y televisión, me dio nutrientes básicos y relaciones profesionales, empresariales y políticas sólidas que se despliegan en apoyo al proyecto de reforma integral del STIRTT que emprendió hace 13 años el secretario general Ricardo Acedo Samaniego. Celebro con gran emoción y conciencia el empoderamiento femenino en cualquier espacio. Mucho más en el campo de la política y la competencia electoral. En ese ámbito, pienso que la tarea es exigir que la mujer en campaña como candidata a cualquier posición o cargo, tenga la claridad suficiente para que su plataforma y oferta programática contemplen los temas de fondo que presionan la realidad, que nos remiten a temas duros. Lo fundamental es que todas las mujeres y los partidos que las propusieron, sedimenten y asuman un compromiso con temas como la igualdad de oportunidades para el empleo; el pago igual para igual trabajo; la garantía de integridad física, la dignidad de las mujeres en el mundo laboral; el freno estricto a prácticas de acoso sexual, entre muchos otros lastres que sabemos gozan de impunidad y tolerancia en el mundo real. *Sylvia Duarte, conductora de radio y televisión.
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¿Realmente podemos controlarnos a nosotros mismos? El Autocontrol nos permite frenar, acelerar, quitar y transformar nuestro mundo interior hasta el punto de poder disolver o transformar nuestras reacciones de enojo, de tristeza, de pereza, de agotamiento Por Vilma Mondragón García Cuando me ofrecieron la oportunidad de escribir a título personal, algo especial alusivo al Día de la Mujer, realmente cruzaron por mi mente mil situaciones que sucedieron en el transcurso de mis casi 61 años de vida, hablar de los padecimientos emocionales que la mujer vive, del papel crucial de la mujer en las familias, como pareja, como madre; del relevante papel de la mujer en los ambientes académicos, profesionales, laborales, económicos, y la lista realmente me resultaba interminable... hasta que logré concluir que la necesidad del AUTOCONTROL está en cada una de las situaciones de nuestra vida. También llegué a considerar que las palabras que pudiera escribir, llegarían más fácilmente a las todas las mujeres, si las redactaba con el lenguaje del corazón, con la autenticidad que da la humildad de saber que todos, somos seres humanos de paso en esta maravillosa vida. Por lo cual trataré de escribir en un lenguaje sencillo y alejado de tecnicismos.
El Autocontrol es la capacidad que desarrollamos tanto mujeres como hombres para regular nuestros propios pensamientos, sentimientos y conductas impulsivas y automatizadas. Es decir, que el Autocontrol nos permite frenar, acelerar, quitar y transformar nuestro mundo interior hasta el punto de poder disolver o transformar nuestras reacciones de enojo, de tristeza, de pereza, de agotamiento; podemos controlar el impulso cuando ya existe una adicción a substancias, o detener el impulso de conductas adictivas sin substancias (juego compulsivo, adicción a la comida), se pueden transformar los pensamientos negativos, los eventos traumáticos, la conducta posponedora, los miedos, etc. Y la lista es infinita. Un aspecto relevante del autocontrol es que como todo en la vida, debe ser moderado su uso, debe estar equilibrado, porque trae consecuencias negativas en quienes lo utilicen de manera extrema, como lo sería el controlar excesivamente el dolor y cansancio en los entrenamientos deportivos hasta llegar a producirse una lesión con consecuencias irreversibles. Contrario a lo que mucha gente maneja, la mujer cuenta con grandes recursos y repertorios de conductas de autocontrol. Les compartiré una anécdota personal de cómo podemos llegar a controlar a nuestro cuerpo sin saberlo. En mi adolescencia mi madre no se explicaba cómo lograba bailar en alguna fiesta hasta la última pieza sin dolor alguno, con aquellas altísimas zapatillas de aquel entonces, que aunque
hermosas lograban forzar los huesos de los pies, a un nivel de dolor que solo las mujeres conocíamos. Pero eso sí, al llegar a casa, y quitarnos aquellas zapatillas, el dolor aparecía, ¿realmente aparecía hasta ese momento? por supuesto que no, el dolor había estado presente durante todo el tiempo; sin embargo, la alegría de ver y convivir con los amigos en un ambiente sano y sin alcohol, dopada quizá por la ilusión de estar cerca de quien nos producía mariposas en nuestro estómago como en cualquier adolescente, me producía quizá substancias cerebrales que anestesiaban ese dolor, eso era nada menos que un autocontrol fisiológico del cual yo no sabía que existía y menos que yo misma podría algún día producir a voluntad, como muchas mujeres no han podido darse cuenta que lo hacen a diario, y que pueden llegar a aprender a autocontrolarse cuando lo necesiten. Años después, una gran maestra de la Universidad, mi querida Martha Montiel, me enseñó la técnica de la relajación, marcando uno de los más grandes aprendizajes de mi vida. Fue tan profundo el nivel de relajación que alcancé que mi cuerpo que podía sentir clara la conexión Mentecuerpo, en un estado completamente relajado, a partir de ahí la práctica de la relajación la desarrollé diaria y permanentemente. En alguna ocasión un paciente adicto hospitalizado por su adicción a la heroína comentó que en una sesión de relajación que trabajé con él y sus compañeros de internamiento en el hospital, había logrado sentir un gran viaje sin necesidad de la droga.
Sin embargo el autocontrol, NO es sólo el dominio de las sensaciones del cuerpo, va hasta la detección de los pensamientos que nos producen sentimientos y reacciones que no queremos tener y poder llegar a controlarlas a través de órdenes que nos demos a nosotras mismas, llamadas auto-instrucciones. El punto más relevante de intentar el autocontrol hasta poder llegar a automatizarlo, es la confianza, la seguridad de que podrá lograrlo, sin embargo, ¿de dónde vamos a sacar esa seguridad? La fuente inagotable de la autoconfianza para el autocontrol es la espiritualidad, como cada quién la conciba, debido a que cuando el cerebro cree en algo más grande, algo sublime, produce capacidades cerebrales impresionantes que posibilitan el autocontrol físico y mental. Durante mucho tiempo los profesionales científicos tenían miedo de hablar de los aspectos espirituales y hoy en la actualidad el impacto espiritual de los seres humanos es fundamental en todo trabajo clínico, emocional y social. Será siempre importante mantenernos en la realidad de nuestra esencia, y como decía mi grandiosa maestra, “aprender a soñar y realizar los anhelos con los pies bien puestos en la tierra”. * Vilma Mondragón, Psicóloga con maestría en Terapia Familiar; directora de Prevención y Promoción de la Salud Mental del Gobierno de Estado.
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El paradigma de la educación de las mujeres Educar a mujeres, sí. Pero también educar a hombres que comprendan que los talentos de cada persona, sin distinguir sexos, es abonar al mejoramiento de la sociedad Por Ave María Muñoz Si bien es cierto que año tras año el “empoderamiento” de las mujeres se encuentra cada vez más presente en nuestras vidas,
también es cierto que los cambios sociales nos muestran una alarmante pérdida de valores. Por una parte se dice que la, cada vez más frecuente, ausencia de la figura de madre de familia en los hogares, redunda en un vacío en los infantes: ahora la mamá es la televisión, la tableta, el celular. Por otra, los grandes logros de mujeres científicas, médicas, historiadoras, antropólogas, educadoras, políticas y tantas profesiones más, muestran que el talento no distingue sexo. La compaginación entre ambos ámbitos, familia y profesión, ha significado para miles de mujeres mexicanas un reto enorme, del cual han salido airosas; son exitosas tanto como madres de familia, como profesionistas. Pero para otras, el ser el pilar fundamental de la familia, por sí mismo,
implica uno de los más grandes sacrificios, hoy por hoy. No hace ni treinta años que la irrupción femenina en los ámbitos profesionales no era tan marcada o tan común: hoy la historia es diferente. “En política, si quieres que algo se diga pídeselo a un hombre; si quieres que algo se haga, pídeselo a una mujer”, es una frase atribuida a Margaret Thatcher, Primer Ministra Británica de 1979 a 1990, y que aplicada a otros ámbito de la vida, es tan real como la vida misma. Llegar al siglo XXI, del cual llevamos ya casi dos décadas, redefiniendo el rol de las mujeres en la sociedad ha implicado esfuerzos tremendos, desde los ámbitos sociológicos, económicos, ni se diga los políticos. La gran fórmula, que nunca ha de fallar siendo bien sustentada, es la educación. La herramienta máxima
que permite construir el conocimiento, compartirlo, modificar estilos de vida, formar personas y vocaciones. En un mundo en el cual las ideologías son tan variadas como los colores en una escala cromática, coexisten distintas formas de educar a y por las mujeres. En la medida en el que el relativismo social y moral permita adjetivar las acciones y pensamientos, habrá tantas construcciones y paradigmas en los cuales educar a las nuevas generaciones que tendrán ante sí mismos, el destino no sólo de un país, sino de una civilización. Educar a mujeres, sí. Pero también educar a hombres que comprendan que los talentos de cada persona, sin distinguir sexos, es abonar al mejoramiento de la sociedad. Educar a mujeres, sí. Pero no sólo a verse como “propiedad”, no sólo a verse con “autosuficiencia”, no sólo a ser profesionistas “y/o” madres de familia. Educar a mujeres en la integridad es el principal éxito de nuestra generación: tan valiosa la citada Thatcher, como tan valiosa la mujer yaqui defendiendo su territorio; tan valiosa Malala, como la estudiante de bachillerato que está por definir su vida profesional; tan valiosa mi vecina que está sumida en el alcoholismo, como aquella mujer que tiene dos trabajos para llevar el sustento a casa. La frase común es que “no hay fórmulas mágicas” que permitan el empoderamiento de las mujeres, ya que se asume que somos tan distintas y diversas como sea posible. Pero siempre he dicho “regresemos a lo básico”: mujer como ser humano, mujer atendiendo a su vocación, mujer como un todo. * Ave María Muñoz, Lic. en Administración Pública con Maestría en Ciencias Sociales y Desarrollo de Organizaciones del Conocimiento.
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Mujeres valientes, resistentes y resilientes En mi experiencia, las mujeres me han impulsado, me han enseñado que podemos crecer por nosotras mismas, porque antes que mujeres somos personas y porque el éxito no está en la derrota de otros, sino en las victorias de tod@s Por Soledad Durazo Barcelo No son pocas las ocasiones en que se cuestiona el apoyo entre las mujeres para su desenvolvimiento en diversas áreas de la vida. Que somos nuestras peores enemigas y las que con mayor facilidad nos metemos zancadillas porque hay un celo natural, casi casi inherente a nuestra condición de género. No dudo que en algunos casos los celos profesionales por ejemplo, se dejen sentir. No es privativo de las féminas, también habría que precisarlo. Podemos tejer muchas historias, basadas en la especulación o en la repetición de dichos. Para hablar con certeza, yo quiero centrarme en esta ocasión en mi his-
toria personal. Lo hago como reconocimiento y eterno agradecimiento. Adelanto que la mía, no considero una trayectoria —conformada ya por medio siglo de vida—, plagada de sufrimientos sino todo lo contrario. Adelanto entonces, que podrá parecer aburrida para much@s. He estado rodeada de mujeres valientes, resistentes y resilientes; mujeres suaves y de sutil carácter. En mi primera infancia, viví pegada a las faldas de mi nana; en realidad era mi tía; nunca casó. Me dormía en sus brazos viendo el cielo, pretendiendo contar las estrellas y escuchando la plática entre las mujeres vecinas que se juntaban por las noches a contar historias y a fumar cigarrillos. De mi nana Mariana aprendí que la vida podía gozarse en la sencillez más absoluta y en la entrega del amor incondicional a la familia. Crecí escuchando a mi madre decir que yo tenía que salir del pueblo, que tenía que estudiar, que tenía que “ser alguien”. Se encargó de tatuar en mi ser, la asociación de la educación con la posibilidad de una mayor realización personal… amiga de la profesora Rosita, creo que hicieron deliberada o no, una alianza para fijarme la idea de estudiar una carrera y salir del pueblo a la universidad. Esthela fue mi primera jefa. Ella contrató mis servicios para que todos los días antes de irme a la escuela, “hiciera los mandados”… me pagaba
cada sábado 5 pesos que el lunes yo daba a la maestra Carmela para que los pusiera en la cooperativa escolar y que ganaran intereses para al final del año escolar, recibir los beneficios. Salí del pueblo a la universidad. De forma muy generosa siempre, me recibieron mis primas… viví con ellas cinco años. Una época hermosa. Durante mis primeros años de universidad, mis hermanas que trabajaban, me ayudaban para el sostenimiento aquí. Mi primer trabajo en Hermosillo, fue gestionado por una de mis primas, Celia; yo tenía miedo de trabajar de secretaria porque no sabía manejar las máquinas de escribir eléctricas. Ella me aventó al ruedo. La primera oportunidad para trabajar en medios de comunicación, me la brindó la Lic. Jossie Robles, entonces directora de Radio Sonora. Yo apenas estudiaba el tercer semestre de la carrera de comunicación en la Unison. La Dra. Marcela Martínez, que dirigió mi tesis en la universidad, me impulsó a empezar en el apasionante mundo de la docencia, allá por 1995; sigo dando clases y me fascina. La primera oportunidad para un programa de TV, me la brindó Armida Bernal, como directora de producción de Telemax. Cuando viví en el extranjero, Maricarmen y Ana me demostraron que la familia no precisa código genético y la amistad no está sujeta al continente en que una nace.
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Mis principales colaboradoras han sido mujeres. No quiero correr el riesgo de omitir a ninguna, solo quiero mencionar a la inolvidable Mamey Olea, que representa la entrega, la lealtad y la buena vibra que en general han caracterizado los ambientes en los que la vida me ha colocado. En todo este recorrido de ya casi 30 años de actividad profesional, insisto, las mujeres han tendido puentes, han asfaltado caminos, han sumado brazos, han provocado superación. Y lo más importante, han tejido lazos solidarios; de lo profesional hemos transcendido a lo personal; mis hermanas de sangre son tres; mis hermanas de vida por fortuna, puedo contarlas en decenas… es la familia extendida que ahora me ha llenado de sobrinos, de cuñados, de ahijados… que me llena de vida. L@s hij@s de mis herman@s son seis; un hombre y ¡cinco mujeres! Me enseñan constantemente, me ayudan a crecer; Carlos y Scarlet son nobles, generosos y muy trabajadores; aprendo del valor con que Karla enfrenta su circunstancia y que no se da por vencida; de la defensa que Danely hace de sus creencias y de su capacidad para alcanzar objetivos, de la disciplina de Ivana y su búsqueda constante de la excelencia y de la alegre madurez que exhibe Rebeca a su corta edad. En mi experiencia, las mujeres no han jalado mis pies para que no me supere. En mi experiencia, las mujeres me han impulsado, me han dado ejemplo, me han tendido la mano, han creído en mí. No, no me han metido zancadillas, me han enseñado que podemos crecer por nosotras mismas, porque antes que mujeres somos personas y porque el éxito no está en la derrota de otros, sino en las victorias de tod@s. Dice un buen amigo mío: No hay nada que iguale más a las mujeres que la igualdad entre ellas mismas. Cuando lo logran son inmensamente superiores a cualquier otra expresión social o política… son tan importantes como la invención de la rueda. * Soledad Durazo; maestra universitaria, periodista; conductora de noticias en radio y televisión; directora de www.soledaddurazo.com
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Nuestras metas son muchas y el camino no termina Debemos tener valor para salir a las calles a participar, a luchar por la equidad plena en el ejercicio de los derechos y con ello lograr que nuestra sociedad, en conjunto, alcance mejores niveles de vida Por Leticia Cuesta Las olas del mar se asemejan a lo convulsionado que se encuentra nuestra sociedad, a veces el impacto en la roca se escucha a la distancia y es en ese estado de continuo movimiento que surgen acciones organizadas, dirigidas a defender una causa o ideales. Es así como la defensa por la igualdad de género ha cobrado fuerza año con año y aquello que inició con una lucha que pretendieron apagar con la muerte hoy se conmemora y se honra. Desde la oportunidad de ser escuchada en casa hasta la incursión a la vida política, la mujer ha dejado huella. En el transitar hay dolor, sangre, violencia y aún hoy, en muchas regiones del mundo, un panorama incierto para alcanzar la verdadera equidad, no obstante, se sigue de pie, porque no es la lucha de una, sino de millones de mujeres en México y el mundo que aún no logran gozar de sus derechos en igualdad y a las que no se les reconoce su verdadero valor como ciudadanas. Hoy, al recibir la invitación de escribir estas líneas y expresar mis ideas, me queda claro que es una oportunidad que no todas las mujeres en nuestro país pueden ejercer y es en ese punto preciso donde radica la gran posibilidad que debo aprovechar como mujer sonorense, porque he logrado masificar mensajes debido al acceso a un espacio editorial, he podido hacer uso de un mi-
crófono, es decir, soy afortunada y me queda claro que de esta gran posibilidad no debe ser para mí el beneficio. Cómo creer que escribir hoy estas líneas no deben servir para recordar que en Sonora la desigualdad salarial es del 21.6% y que en México esta brecha se ha incrementado en más del 17% según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico. Tengo claro que este espacio, y los que estén por venir, debo utilizarlos como un vehículo para que sean expuestas las condiciones de vida de más mujeres. Qué tan lejos estamos de una de las primeras ideas que impulsó Simone de Beauvoir respecto a la igualdad laboral cuando dijo “Mediante el trabajo ha
sido como la mujer ha podido franquear la distancia que la separa del hombre. El trabajo es lo único que puede garantizarle una libertad completa”. Hoy nuestra aparente libertad nos deja en desventaja. Aún hoy, a las mujeres que deseamos participar en la vida pública-política se nos intimida con frases como “¿qué dirán?, te vas a marcar, se dañará tu imagen, ¿para qué te metes?”, sin embargo, al revisar esos riesgos y comparar lo que hoy podemos “perder” respecto de 146 mujeres que murieron víctimas de un incendio en una fábrica de textiles en 1911, me queda claro que no tengo absolutamente nada que perder. A partir de ahí los logros han sido
paulatinos, hemos tenido que exigir el acceso a la educación, debimos salir a pelear por nuestro derecho a votar, aún hoy debemos pelear por la igualdad salarial y necesitamos demostrar que el trabajo en el hogar es una labor que se merece el respeto de toda la sociedad y estas nuevas luchas no significan, en lo más mínimo, que las anteriores estén resueltas para todas las mujeres. Debemos tener valor para salir a las calles a participar, a luchar por la equidad plena en el ejercicio de los derechos y con ello lograr que nuestra sociedad, en conjunto, alcance mejores niveles de vida, porque eso es lo mejor de la lucha de las mujeres, los beneficios son para todos. Las posiciones son diversas, todas igual de válidas y legítimas, porque son figuras de participación ciudadana que fortalecen todo el ecosistema para evitar retrocesos y conseguir reducir la brecha de desigualdad. En la lucha por la igualdad aún hay mucho por hacer, el reto radica en no detenernos, en mantenernos y ayudarnos a seguir adelante y aunque no compartamos el total de ideales, defender el derecho de todas a exigir lo que consideramos justo para nuestro crecimiento. Hoy, como hace más de 100 años, la lucha por la igualdad de derechos y obligaciones es imperante para darle a la juventud mexicana la oportunidad de vivir mejor y quizá dentro de unos años, cuando una mujer escriba en este semanario, opine en cualquier medio de comunicación o se exprese en sus redes sociales, pueda decir como yo que aún hay mucho por hacer, no porque no se avance, sino porque tiene el derecho a pensarlo, expresarlo y buscar las soluciones participando activamente en la vida pública, desde cualquier trinchera. *Leticia Cuesta Madrigal, licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Sonora. Se ha desempeñado laboralmente en los sectores privado, público y social.
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Inquebrantable: una sonorense en pie de lucha Un grupo de 53 maestros sonorenses, entre ellos Marcela Zazueta, fueron cesados desde abril de 2016 por no aceptar la Reforma Educativa.
Por Lilly Téllez Humilde de cuna pero de espíritu y vocación enormes, la maestra Marcela Zazueta debería estar en el aula, en cambio es rechazada y agredida por las autoridades del Estado de Sonora. Algo salió mal con la Reforma Educativa, Marcela es un ejemplo de que en algún punto se pervirtió parte del espíritu de los cambios al sistema. A los maestros se les ha tratado como “los malos” en el proceso de fortalecimiento de la educación. En Sonora hay mujeres prominentes que luchan por mejorar la vida de la sociedad desde sus discretas trincheras, sin pretensiones de reconocimientos y protagonismo. En el “En el Día Internacional de la Mujer” celebro a la maestra Marcela, profesora y activista inquebrantable. Está casada y es madre de tres hijos. Creció en el seno de una familia ganadera y campesina de escasos recursos en el ejido Mayojusalit en el municipio de Etchojoa. Su padre nunca terminó la primaria pero desde muy pequeña le decía que la única herencia que les dejaría sería la educación: “El sueño de mi papá era que fuéramos profesionistas y en nuestra localidad solamente se imparte educación primaria, por lo que estudiar sería una meta difícil de lograr pero no imposible”, dice orgullosa. La primera vez que sintió el llamado de la vocación de la docencia fue gracias a una maestra de matemáticas en la Secundaria Técnica #46 de Benito Juárez,
plantel al que llegaba caminando cuatro kilómetros de ida y vuelta todos los días. Con grandes esfuerzos logró ingresar al Centro de Estudios Pedagógicos de Ciudad Obregón. Su determinación era sólida, sus oportunidades mínimas: ¿cómo lograr vencer todos los obstáculos de haber nacido en una situación de pobreza y en un lugar donde no hay ni escuela secundaria? Dejó el hogar familiar como pudo y persistió en sus estudios para lograr su sueño de llegar a ser docente. En el 2002 lo logró como maestra en la Escuela Primaria Juan Bourjac del Ejido Las Placitas, en Hermosillo, donde sus alumnos llegaban a caballo a recibir clases. Marcela Zazueta explica que aunque pasaban meses en que trabajaba sin paga, el hecho de ser profesora representaba “una profesión de mucha vocación… te involucra en los acontecimientos de la comunidad, se tiene un gran compromiso con los alumnos y padres de familia: si se alimentan (correctamente) y cómo se encuentran en lo emocional”. A la par de su trayectoria de más de 15 años en el aula, Marcela es una destacada activista magisterial. Ella admite que no eligió ser activista pero la vida la puso en ese lugar. Lamenta que su propio sindicato, el SNTE, les vendió a sus compañeros la idea de los supuestos beneficios que les traería la reforma a la ley del ISSSTE y que derivó en el deterioro de la seguri-
dad social de los trabajadores federales. Con motivo de la aprobación de la Reforma Educativa, Zazueta se involucró activa y decididamente en la oposición magisterial, en un ambiente de linchamiento mediático contra los maestros que protestaban contra la medida. “No ha sido fácil, en noviembre de 2015 cuando encadenaron mi casa por dos ocasiones, sentí miedo por mi familia. Mi único delito era informar lo que estaba en la Ley de Servicio Profesional Docente. No podía dejar que el miedo me ganara… hemos llorado pero nos hemos recuperado de los golpes físicos, emocionales y económicos que nos han dado”, asegura. Marcela forma parte de un grupo de 53 maestros cesados en Sonora, desde el 15 de abril de 2016, por no aceptar la Reforma Educativa. La maestra ganó un amparo para su hija que fue expulsada del CENDI 1 de Hermosillo, como represalia por su protesta. Dice que se estaba violentando el derecho a la educación de su niña en el ánimo de presionarla aún más. El juez ya dio la orden para que su hija sea reinstalada en la guardería. La profesora Zazueta sostiene que la alienta la solidaridad y el apoyo entre las mujeres: “Lloré con la maestra Patricia Duarte cuando me platicaba sobre la tragedia de la Guardería ABC en la que perdió a uno de sus hijos. Vi llorar a la doctora Reyna Longoria cuando daba a conocer como están enfermando los habitantes del Rio Sonora”. Zazueta reprocha que nada ha cambiado en Sonora el hecho de tener una mujer gobernadora, ya que el 8 de marzo del año pasado, en el evento del Día Internacional de la Mujer que enca-
bezaba Claudia Pavlovich, a escasos metros de la mandataria fue agredida por las lideresas del PRI cuando protestaba junto a un grupo de profesoras cesadas. La profesora y activista reclama una mayor atención a las necesidades de la mujer mexicana: “Las mujeres desempeñamos un rol muy importante. Nos encargamos de sacar adelante nuestra familia y la sociedad. Valoro mucho a las mujeres que han triunfado en la vida y nunca pierden sensibilidad para tratar a los demás. Yo pienso que el respeto se gana, no se exige”. Maestros como Marcela, con esa vocación de entrega a sus alumnos, con preparación académica incuestionable y reconocidos por los padres de sus alumnos son los que necesitamos en Sonora. Ellos, que son los héroes anónimos, los que han dedicado sus vidas a la enseñanza a pesar de tantas carencias, tienen mucho que decir en legítima defensa de los atropellos que llegan desde la comodidad de los escritorios de funcionarios en Sonora y en la Ciudad de México. Es obligación del gobierno escucharlos con un verdadero ánimo de apoyarlos. A la maestra Zazueta la han doblado pero no la han quebrado. Esperemos que pronto esté dando clases otra vez. Los gobernantes están para perseguir criminales, no para cerrar las puertas del aula a maestros como Marcela Zazueta. *Lilly Téllez, periodista, conductora de televisión, y videocolumnista en SDP Noticias.
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Mujeres y el poder En un contexto como el que vivimos, no son las mujeres las que necesitan el poder, es el poder el que necesita a las mujeres. No son las mujeres las que necesitan gobernar, son los gobiernos los que necesitan la visión de las mujeres Por Natalia Rivera Cuando me disponía a preparar este texto, la primera pregunta que me hice fue ¿Cómo es el poder, en este momento que las mujeres arriban a su ejercicio? ¿Cómo es el poder, justo ahora que las acciones afirmativas nos han permitido duplicar nuestra presencia en el poder legislativo (por lo menos aquí en Sonora)?
¿Cómo es el poder ahora que en el 50 por ciento de las candidaturas a las presidencias municipales serán ocupadas por mujeres? Moisés Naím en su libro “El Fin del Poder”, señala que el concepto tradicional de ejercer el poder ha cambiado. El “poder puede menos cada vez”; el poder se está volviendo más frágil y vulnerable; el poder se ha atomizado, y los nuevos jugadores compiten con las instituciones tradicionales, con un éxito respetable, sugiere Naím. Los números respaldan esta afirmación. Según Freedom House, en 1989 sólo 69 de 167 países observados eran democracias; en el 2011 esta cifra había crecido a 117; lo que significa que el número de democracias en el mundo aumentó un 70% en sólo 22 años. Esto ha traído consigo una mayor competencia política. Basta con ver las cifras de crecimiento de las alternancias políticas en el mundo, para darnos cuenta cómo los ciudadanos están cambiando sus preferencias electorales con una gran facilidad y frecuencia.
Así es el contexto en el cual las mujeres arriban al poder y estoy convencida de que es precisamente por este contexto, por lo que las mujeres están arribando al poder. Pues sólo en un contexto donde los poderes autoritarios son cada vez más inaceptables; sólo en un contexto donde se aceptan nuevas y nuevos jugadores, sólo en este contexto hay condiciones fértiles para las acciones afirmativas, para las candidatas mujeres, para nuevos discursos y para nuevas formas de ver y hacer política. La democratización del poder tiene que ver, indudablemente, con la lucha de las mujeres por el reconocimiento de sus derechos. La democratización del poder ha sido causa y efecto a la misma vez, de esta lucha, larga y difícil, pero también fructífera y fértil. La mujer no necesita el poder… A partir de la década de los noventa empezamos con los debates de los porcentajes, el 30% fue la primera discusión.
El 2015 trajo consigo un 50%, sin candados, que dio como resultado que en el Congreso del Estado duplicáramos el número de diputadas locales. El 2018, con el impulso irrestricto de la Gobernadora del Estado, nos permitirá observar a decenas de candidatas mujeres, que competirán por las diversas alcaldías de Sonora, en una maravillosa condición: El 50% de candidaturas para ellas. No tengo duda que eso nos permitirá pasar de las nueve presidencias municipales de hoy, a decenas de municipios siendo gobernados por mujeres. ¿Y por qué nos entusiasma? Porque en un contexto como el que vivimos, no son las mujeres las que necesitan el poder, es el poder el que necesita a las mujeres. No son las mujeres las que necesitan gobernar, son los gobiernos los que necesitan la visión de las mujeres. Creo que esta manera de ver y ejercer el poder, inherente a las mujeres, es exactamente lo que Ryane Eisler describe en su libro “El cáliz y la espada”: A diferencia de la espada, el cáliz dialoga y escucha. A diferencia de la espada, el cáliz genera condiciones de colaboración y no de dominación. A diferencia de la espada, el cáliz construye redes para el trabajo colaborativo y la autoridad se percibe más participativa, cercana, sensible, horizontal y democrática. Ese es el cáliz. Ese es el ejercicio del poder que tiene más posibilidades de éxito en un contexto mundial como el que estamos viviendo. En un contexto donde el autoritarismo fracasa, donde las instituciones tradicionales si no han colapsado, cuando menos son fuertemente cuestionadas. En un contexto donde hay nuevos jugadores retando al poder tradicional y obteniendo éxitos respetables. Es este contexto donde viene muy bien el estilo de ejercer el poder de las mujeres. Por eso el augurio es bueno: Más mujeres para ser más democráticos; más mujeres para ser más escuchados; más mujeres para construir mejores sociedades.
*Natalia Rivera, Jefa de la Oficina del Ejecutivo Estatal.
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El reto de practicar la igualdad de género Es necesario establecer mecanismos multidisciplinarios para realizar una continua evaluación de leyes, programas y prácticas implementadas para dejar de justificar las desigualdades Por Ana Gabriela Guevara Espinoza Los fenómenos sociales, la inmensidad de la manifestación de las conductas individuales, de grupo y del lenguaje están entrando en una etapa de ebullición y de intensidad que realmente mantiene preocupados y sorprendidos a quienes se dedican a tratar de explicar la diversidad y riqueza de los acontecimientos humanos. Lo difícil de mantener la mirada sobre estas expresiones son su inaudito nivel de violencia. Todo ha cobrado una intensidad trágica, desde las maneras verbales hasta la misma fenomenología de los delitos. Hay una cruda exaltación de la violencia en todos los niveles, como si la humanidad saliera de una tendencia y entrara a otra que libera los instintos a un nivel de terror. Por supuesto, México ocupa los primeros lugares de cualquier lista negra. Estamos siendo testigos en carne viva de una de las crisis sociales más profundas que se pueda imaginar y que está suelta a los albedríos del mercado, de una libertad de expresión mal entendida o ideológicamente comprendida. Todo se está cimbrando, de arriba abajo, de los rasgos estructurales a los detalles que parecen sin importancia. Desde un atavismo social duro como las diferencias culturales entre ciudad y campo, hasta una forma de vestir. En toda esa porosidad social se encuentran, esclerotizados, núcleos de di-
ferenciación que en la mayoría de los casos se integran a un código de discriminación para generar su propia identidad. Si las identidades no se reforzaran negando a otras el universo de identificación no estaría sustentado en la agresión al otro. Todas las observaciones de analistas y organismos no gubernamentales coinciden en lo mismo. Hay un escenario marcado por altos niveles de violencia, impunidad y el menoscabo de los esfuerzos oficiales de protección y promoción de los derechos humanos. Obviamente el sujeto social que recibe los mayores impactos en materia de violación de sus derechos humanos es la mujer. La violencia contra la mujer es la tendencia cultural…la violencia contra la mujer es más aguda, más atroz, más patológica que nunca, lo que propicia que se dejen pasar los detalles que cimientan una desigualdad de género. Por ejemplo, los usos y costumbres, los arraigos verbales, las formaciones en los nichos parentales, incluso por conformar la visión del mundo donde en la formación temprana que introduce los roles sexuales, es decir lo que es adecuado para un hombre y lo que es adecuado para una mujer. Enseñado que uno es contrario al otro. La mayoría de las sociedades considera que mujeres y hombres son dife-
rentes y deben ocupar roles distintos, por lo que los socializan de forma distinta. Y la masculinidad y la feminidad se refieren a las diferencias en rasgos, conductas e intereses que la sociedad ha asignado a cada uno de los géneros. Pero es algo que apenas se está estudiando científicamente. En el caso de México, sin duda estamos en momentos cruciales en cuales hablar sobre la equidad y la igualdad de género implican cambios no solo de paradigmas, sino también forma de modificar día a día nuestra forma de pensar, accionar y trazar el futuro partiendo de una visión en la que impere la concepción de otro como un ser único e irrepetible, digno de gozar de los mismos derechos y obligaciones. Es por ello que cada día se hace necesario pensar en la reingeniería de las políticas públicas relacionadas con la igualdad de género, pues basta observar como en pequeños detalles de las mismas continúan imperando las concepciones de lo que es ser una mujer o un hombre en acción. Por ejemplo el color rosa, el uso o no uso de ciertos códigos de vestimenta, las actividades propios de cada persona o las expresiones verbales normalizando actitudes o reacciones que dan pauta a justificar la violencia, la intolerancia o el poder ejercido irracionalmente.
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Si bien, México ha implementado diversas medidas con el objetivo de alcanzar la igualdad tanto de jure como de facto respecto del hombre, éstas no se someten a una evaluación periódica para saber si estamos alcanzando o no la meta. La clave es implementar medidas de igualdad como una estrategia, es determinando objetivamente los elementos a evaluar periódicamente, con la finalidad de corroborar el resultado funcional que tienen, no estableciendo un plazo determinado para alcanzarlo. Esta evaluación debe estar orientada a ver si reflejan prejuicios de género. Entonces nuestras políticas públicas y sus programas guardan un vacío significativo, pues a la fecha se ha trabajado por visibilizar un enfoque jurídico y programático puramente formal, en el cual, no da apertura para realizar una evaluación constante sobre los adelantos y retrocesos que se hacen presentes en la implementación de una cultura basada en la igualdad. Por lo tanto es necesario iniciar un movimiento, mediante el cual se establezcan mecanismos multidisciplinarios para realizar una continua evaluación de leyes, programas y prácticas implementadas para dejar de justificar las desigualdades sociales y sustantivas entre hombres y mujeres. Sin duda un reto urgente en la materia tiene que ver con el trabajo a realizarse para construir una cultura de paz, no solo para las víctimas, sino también para las personas que todos los días trabajan en la atención y prevención de la violencia. El llamado a mirar y a profesionalizar los servicios y el trato es una tarea pendiente, pues actualmente no contamos con protocolos estandarizados, cada actor trabaja de acuerdo a las necesidades que van surgiendo, haciéndose necesaria una mirada externa que permita modificar y perfeccionar los protocolos de atención y prevención de la violencia. Un tema sumamente urgente para nuestro país. La mejor forma de conmemorar el día internacional de la mujer es reflexionando sobre la sororidad que debe imperar en la implementación de acciones a favor de una cultura de paz basada en la igualdad de género. * Ana Gabriela Guevara, Senadora por Sonora; medallista olímpica en Atenas 2004.
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Las más valientes Se convierten en activistas, investigadoras y casi abogadas para enfrentar a un sistema judicial consumido por la ineficiencia, la indolencia y la corrupción Por Lourdes Encinas Moreno En la película Tres Anuncios por un Crimen, Frances McDormand hace una soberbia interpretación de una madre exigiendo justicia, que le valió ganar todos los premios a mejor actriz de la temporada, incluido el Oscar. Su personaje es Mildred, una mujer cuya hija adolescente fue asesinada, violada y quemada —en ese orden— en un pequeño pueblo, que es fiel retrato del Estados Unidos rural, blanco, pobre, conservador y racista que votó por Donald Trump.
Mildred no puede procesar el duelo porque el crimen sigue impune. Frustrada, contrata tres carteleras en las que coloca mensajes reclamando a la mediocre policía local su falta de resultados. Mildred estudia el expediente del caso, con todos sus horrores, realiza su propia investigación, presenta pruebas e identifica posibles implicados, en pocas palabras, le hace el trabajo a las autoridades. La intensidad con la que Mildred lucha por hacerle justicia a su hija, molesta a muchos en el pueblo, el tema les cansa, quieren olvidarlo, hasta en su propia familia le piden que acepte las cosas como son y que mejor se dedique a rezar y llevar flores a la tumba. Pero ella persiste. Es una historia demasiado familiar ¿verdad? Sí, porque en México tenemos muchas Mildred. Por la similitud de los hechos, la primera que se viene a la mente es Isabel Miranda de Wallace, quien también
terminó haciendo trabajo policial y colocó carteleras exigiendo justicia por el secuestro y asesinato de su hijo. Ella también persistió. Como también persistieron Marisela Escobedo y Miriam Rodríguez, quienes con el mayor arrojo enfrentaron a las autoridades, incluso al crimen organizado, para que se castigara a los feminicidas de sus hijas. Nunca se rindieron y eso les costó su propia vida. Qué mayor ejemplo de persistencia que el del grupo de mujeres conocido como “Las Buscadoras”, quienes recorren el país escarbando entre sus entrañas hasta encontrar los restos de sus hijos, esposos o familiares desaparecidos, a los que ya nadie busca porque a nadie, más a que ellas, les interesa encontrar. O las mamás de la Guardería ABC, quienes en casi nueve años han hecho todo lo posible porque la muerte de sus pequeños hijos no quede impune y porque una tragedia similar nunca se repita.
Todas ellas, como tantas más en México, han tenido que convertirse en activistas, investigadoras y casi abogadas para enfrentar a un sistema judicial consumido por la ineficiencia, la indolencia y la corrupción. Su lucha también incomoda, también se topa con el rechazo de una sociedad, que sabe acompañar en el dolor, pero no en la búsqueda de justicia, porque esta se vuelve muy larga y cansa y desespera y parece no terminar nunca, los casos se acumulan día con día, la atención se dispersa y se puede llegar a sentir que la indignación no nos alcanza para tantos. También enfrentan el desinterés de los medios de comunicación, el agotamiento, la frustración y hasta el reclamo del resto de su familia, que puede sentirse desplazada o temerosos de que ellas mismas dejan la vida en el camino. Pero ellas, como Mildred, persisten y siguen adelante pese a todo, porque no hay nadie más valiente en este mundo que una madre defendiendo a su hijo, vivo o muerto. *Lourdes Encinas, periodista y autora del libro “49 razones para no olvidar”. Twitter: @lojesa
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Igualdad, tarea pendiente de nuestra época En México, el valor del trabajo no remunerado es materia pendiente; las mujeres dedican el 77% del total del tiempo que destinan los hogares a actividades como el cuidado de los hijos y tareas del hogar las cuales no generan remuneración Por Yesúa Molina Este año el tema del Día Internacional de la Mujer es “Ahora es el momento: Las activistas rurales y urbanas transforman la vida de las mujeres”, la Organización de las Naciones Unidas se suma al tema que ha acaparado titulares y discursos el último año. El Día Internacional de la Mujer llega luego de iniciarse un movimiento global por la justicia de las mujeres que muestra un cambio en la forma de hacer visibles temas como el acoso sexual, violencia y discriminación contra las mujeres. Las campañas #MeToo y #TimesUp en Estados Unidos y otros países, abordaron temas que van desde el acoso sexual y el feminicidio hasta la igualdad de salarios y la representación política de las mujeres. En su mensaje el Secretario General de las Naciones Unidas el año pasado destacó: Conseguir la igualdad de género y empoderar a las mujeres y las niñas son tareas pendientes de nuestra época y constituyen el mayor desafío en materia de derechos humanos del mundo. En México, el valor del trabajo no remunerado es materia pendiente como factor que desfavorece tanto a mujeres en áreas rurales como urbanas, y es que las mujeres dedican el 77% del total del tiempo que destinan los hogares a actividades como el cuidado de los
hijos y tareas del hogar las cuales no generan remuneración o derecho a una pensión. Las cifras que arroja el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en cuanto al trabajo y la contribución de la mujer mexicana a la economía nacional, muestran que la actividad a la que las mujeres le destinan la mayor cantidad de horas es la de servicios de “alimentación”, con el 32.2% de su tiempo; sin embargo, la actividad con la que generaron el mayor valor económico corresponde a los servicios de “cuidados y apoyo” a los miembros del hogar. La realización de labores domésticas equivale a una contribución de 51,962 pesos anuales, trabajo que es absorbido mayormente por mujeres en distintas condiciones sociales.
La aportación a los cuidados de salud mediante un trabajo no remunerado, desplaza la ocupación en el mercado hacia la esfera del hogar, de no ser así, se tendría que pagar a una persona para que realizara tales actividades. Las tareas domésticas y de atención a las personas que habitan un hogar no son actividades reconocidas en México, ni valoradas, sin embargo, el valor económico de tales actividades superó los 4.6 billones de pesos, lo que equivale al 23.2% del PIB nacional, lo que da cuenta de su importancia en la economía del país. De acuerdo con la Cuenta satélite de instituciones sin fines de lucro (CSISFLM), en el caso de los trabajadores voluntarios, de cada 100 personas que participan en este tipo de organizaciones, 48 son mujeres.
La participación de la mujer también es mayor a la de los hombres en instituciones sin fines de lucro que prestan servicios educativos y en la labor de las instituciones religiosas, donde las mujeres representaron más del 58% del voluntariado en ambos casos. Tomando en cuenta la importancia económica que representa el trabajo de las mujeres es indispensable señalar las desventajas de género en el caso de los esquemas de pensiones, para garantizar una vida plena a las mujeres mexicanas. *Yesúa Molina, periodista y editora de www.primeraplanadigital.com.mx. Twitter: @yesuamolina
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Empoderamiento de las mujeres en Sonora Las mujeres sonorenses merecen respeto y para ello trabajaremos unidas para lograr más y mejores espacios en todos los ámbitos: social, económico, político y cultural Por Blanca Luz Saldaña López El Gobierno del Estado de Sonora, en febrero de 2017, firmó un Convenio de colaboración con el Instituto Nacional de las Mujeres, a fin de establecer compromisos encaminados a garantizar la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres en el Estado de Sonora y la prevención, atención, sanción y erradicación de la violencia contra las mujeres y las niñas; dicho convenio viene a fortalecer los instrumentos jurídicos nacionales y estatales en materia de igualdad entre mujeres y hombres y las estrategias para impulsar el respeto a todos los derechos de las mujeres en el Estado. La estructura de Gobierno del Estado desplegó sus programas y acciones para trabajar en la construcción de una política pública que vaya dejando establecido lo necesario para reducir las brechas de género, fortalecer el desarrollo personal y humano de las mujeres, niñas y adolescentes, lo cual es posible al trabajarse desde una transversalidad con perspectiva de género. La señora Gobernadora Claudia Pavlovich lo dice y lo afirma que las mujeres sonorenses merecen respeto y para ello trabajaremos unidas para lograr más y mejores espacios en todos los ámbitos: social, económico, político y cultural. Creando un entorno en el que las mujeres de todas las edades puedan desarrollarse con oportunidades y puedan disfrutar de una vida que les permita acceder a los recursos necesarios para lograr una vida digna libre de violencia y
sean participativas en su entorno familiar y comunitario, en un marco de respeto, tolerancia y libertad para desarrollar sus capacidades y ejercer sus derechos, Parte importante de que se hayan obtenidos los logros que se presentan lo es el Secretario de Gobierno Lic. Miguel Pompa Corella, que opera la transversalidad en los tres niveles de gobierno lo cual permite ir avanzando en las políticas públicas que con perspectiva de género desarrolla el ISM. Dentro de las acciones que van estableciendo una política pública para la igualdad sustantiva lo son: -La ley del Instituto Sonorense de las Mujeres y su Reglamento. -El contar con mujeres de la sociedad civil en su Junta de Gobierno como integrantes del Consejo Social y el Consultivo. -La elaboración del Programa Transversal de Igualdad de Género, que perfila estrategias y acciones con perspectiva de género en la administración pública estatal y dirigidas al sector público, privado y social. -La integración del presupuesto con perspectiva de género, que fue elaborado con las dependencias del estado
para la integración del “Anexo Transversal para la Igualdad de Género”. -Se creó el Subcomité de Planeación para la Igualdad de Género Las dependencias del estado han elaborado de manera colegiada una serie de protocolos como: -Protocolo Especializado en la Investigación de Delitos Contra la Libertad y Seguridad Sexual de las Personas. -Protocolo de Actuación en la Investigación de Delito de Feminicidio con Perspectiva de Género en el Estado de Sonora. -Protocolo Especializado en la Investigación de Casos en Desaparición de Niñas, Niños y Adolescentes y Mujeres. -Protocolo de Atención a las llamadas de Emergencia de Violencia Intrafamiliar y de género (ALVI). -La creación de la Vicefiscalía de Feminicidios y Delitos por Razones de Género -La creación de la Banco Estatal de casos de Violencia contra las Mujeres (BAESVIM) que es alimentado por 13 dependencias. En cuanto a impulsar la participación política de las mujeres y que accedan a espacios de toma de decisiones, la Sra. Gobernadora envió al Congreso del Es-
tado la Iniciativa de Ley de Paridad de Género en Sonora, que fue aprobada en donde las mujeres de Sonora tendrán, el 50% de las candidaturas. Se firma el convenio con el INMUJERES, el Tribunal Estatal Electoral, el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana, el ISM y la Red de Mujeres en Plural, A.C., para crear y operar el Observatorio de participación política de las Mujeres, difundiendo el Protocolo para atender la violencia política contra las mujeres en Sonora. Instalamos la Comisión Interinstitucional para la Prevención y Combate para la Trata de Personas. Los trabajos del ISM han sido ampliamente respaldados por el INMUJERES y el INDESOL quienes a través del Programa de Fortalecimiento a la Transversalidad de la Perspectiva de Género (PFTPG) y el Programa de Apoyo a las Instancias de las Mujeres en las Entidades Federativas (PAIMEF), respectivamente aportan sus recursos federales para fortalecer la igualdad sustantiva. El Instituto Sonorense de las Mujeres y las dependencias del estado trabajan permanentemente en la capacitación y formación para el empoderamiento de las mujeres en Sonora en todos los niveles y sectores.
*Blanca Luz Saldaña Coordinadora Ejecutiva del Instituto Sonorense de las Mujeres; Socióloga con maestría en Ciencias, Profesora Investigadora de la Universidad Estatal de Sonora.
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Humanizar desde la solidaridad Las mujeres sonorenses debemos ir en busca de lograr una sociedad más equilibrada, donde mujeres y hombres seamos capaces de convivir y complementarnos Por Margarita Ibarra de Torres Las mujeres debemos desarrollar todo nuestro potencial, estimular aquellas inquietudes e inclinaciones que son parte de nuestra individualidad, y que nos impulsan a ser mejores personas y mejores ciudadanas. El 8 de Marzo Día Internacional de la Mujer, es una fecha que nos recuerda que es indispensable comprometernos con nuestra sociedad y participar activamente en elevar el nivel y la calidad de vida de quienes se encuentran en
condiciones menos favorecidas. Hace más de veinte años tuve la oportunidad de conocer de cerca la situación en que viven un gran número de familias en la periferia de la ciudad, lo que despertó en mí la inclinación para contribuir a resolver parte de esa realidad, es así como nace la Posada del Buen Samaritano. Al principio fue para apoyar a familias que quedaban sin hogar debido a frecuentes incendios que se producían en la colonia Solidaridad etapa IV, posteriormente observamos nuevas necesidades en la comunidad que nos llevó a ir transformando junto con sus habitantes los propósitos del lugar, hoy convertido en el Centro San Bernardo. Ahí se apoya a poco más de 850 niñas y niños anualmente, asimismo más de 400 madres de familia reciben capacitación de distinta índole en sus instalaciones, lo que les permite mejorar el nivel de bienestar de sus familias. Realmente conmueve observar cómo la vida de las personas se modifica con
solo apoyarlas y ofrecerles la oportunidad de tomar las riendas de su entorno. Esta nueva etapa en mi vida, la de presidir DIF Sonora me representa un compromiso muy importante, donde me propuse enfocar la misión de la institución desde otra óptica, la de humanizar a la persona desde la solidaridad y la ética. Por lo anterior nace el programa “DIF Sonora Te Escucha”, que consiste en acercarnos a escuchar las necesidades de la población más vulnerable, con mayor marginalidad del estado, la cual se encuentra en 21 municipios del territorio sonorense; al escucharlos y ellos escucharse surgen internamente las posibles soluciones, mismas que han sido apoyadas por la gobernadora Claudia Pavlovich. Así en este tiempo, hemos logrado avances que son relevantes para estas comunidades como la instalación de los centros “Creciendo Sano” que apoyan a niños y jóvenes con programas psicoeducativos donde se incluye deporte,
arte, educación tecnológica dentro de áreas de formación y esparcimiento permitiéndoles crecer, como su nombre lo indica, de manera sana. Son varias y diversas las actividades que como mujeres podemos accionar dentro de nuestra sociedad para contribuir a mejorar nuestra forma de vida. Las mujeres sonorenses debemos ir en busca de lograr una sociedad más equilibrada, donde mujeres y hombres seamos capaces de convivir y complementarnos, reconocer nuestras diferencias, no como carencias, sino como cualidades que conjugadas lleven a Sonora a otras etapas de bienestar. *Margarita Ibarra, presidenta de Sistema DIF Sonora; egresada de la Licenciatura en Trabajo Social en la Unsion; fundadora de Casa Hogar “María Goretti”; fundadora y presidenta de “La Posada del Buen Samaritano”
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8 de marzo: un día para reivindicar la equidad de género Prácticamente 3 de cada 4 mujeres de 25 a 44 años de edad en Sonora desempeñan alguna actividad laboral. En contraparte, en los hogares las mujeres continúan teniendo bajo su responsabilidad la mayor parte de los trabajos de cuidados Por Gabriela Grijalva Monteverde Si nos preguntamos qué es lo que necesitan los seres humanos para vivir, seguramente se nos vienen a la mente inmediatamente cosas materiales como por ejemplo agua, alimentos, vestido, vivienda, medios de transporte, etcétera. Es menos común que reparemos en que hay cosas no materiales que son igualmente indispensables para el sostenimiento de la vida como son la seguridad, la comunicación, el afecto y los cuidados (en todas las etapas de la vida, pero particularmente en la infancia, en la enfermedad o la discapacidad, y en la vejez). Y si nos preguntamos cómo conseguimos las personas aquello que necesitamos para vivir, también es usual pensar inmediatamente en el dinero que se requiere para comprar las cosas en el mercado, y en que para conseguirlo hay que desempeñar alguna actividad laboral remunerada, o en el funcionamiento de una provisión pública, como sería la seguridad. Pero pocas veces se repara en que, por ejemplo, aun cuando se compren con dinero, los alimentos que todos consumimos no se preparan solos, y ni la ropa que ves-
timos ni la vivienda que habitamos se mantienen limpias y listas para usarse por arte de magia, sino porque alguien se encarga de hacerlo. Igualmente ocurre que los cuidados requeridos en la infancia, la enfermedad y la vejez no se dan en el vacío, sino que alguien los tiene que proveer y buena parte de ellos tiene lugar en el hogar. Así es que si se piensa bien, nos daremos cuenta que para sostener la vida y el funcionamiento de la sociedad se requiere el trabajo en la esfera pública (el mercado, las empresas y el gobierno) y en la esfera privada (los cuidados en los hogares). Y como ninguno de los dos ámbitos puede existir sin el otro, debemos concluir que el trabajo para el mercado, el gobierno y el de los hogares es
igualmente relevante para la vida. Sin embargo, esta idea es todavía poco común, concediéndose generalmente mayor importancia a las actividades para el mercado y en el sector público, e ignorando el valor de las actividades que se realizan en los hogares al grado de ni siquiera llamarlas trabajo. En las últimas décadas ha habido importantes cambios con la incursión cada vez mayor de las mujeres en el trabajo extradoméstico, tanto en empresas como en los gobiernos. Por citar solo un dato: este año prácticamente 3 de cada 4 mujeres de 25 a 44 años de edad (esto es, en plena edad reproductiva) en Sonora desempeñan alguna actividad laboral en el sector privado o gubernamental. En contraparte, en los hogares se obser-
van cambios menores, pues en ellos son las mujeres quienes continúan teniendo bajo su responsabilidad la mayor parte de los trabajos de cuidados. Esta desigual distribución de la responsabilidad en los trabajos necesarios para el desarrollo de la sociedad representa una gran desventaja para las mujeres, quienes no sólo tienen sobre sus hombros una carga de trabajo mayor (sumando el trabajo que hacen para el mercado y para los hogares), sino que con frecuencia deben enfrentar condiciones de desvalorización de su actividad tanto en el hogar como fuera de él. Es por ello que hoy en día continúa siendo necesario reivindicar que hombres y mujeres compartan equitativamente los espacios en que interactúan, tanto en el ámbito público como en el de los hogares en que conviven: participando por igual de las condiciones de trabajo, responsabilidad y toma de decisiones en todos los espacios. De eso se trata la equidad de género: ni más, ni menos. *Gabriela Grijalva, rectora del Colegio de Sonora; Doctorado en Ciencias Económicas; Licenciada en Física y Matemáticas; investigadora en áreas de desarrollo, sustentabilidad, y género.
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La brecha en el poder Existen brechas de género que se traducen en desigualdad social en todo ámbito de acción: en los recursos, acceso tecnologías, en el mercado laboral, en el trabajo sin pago en el hogar, en los salarios, en los puestos públicos y de dirección Por Z. Margarita Bejarano Celaya A nivel global existe un amplio reconocimiento de la participación de las mujeres en diferentes ámbitos, sin embargo, en el contexto local se escucha con asombro, sorpresa y —tal vez— preocupación que: “¡Las mujeres ya están metidas en todo!”. Para sectores conservadores y poco informados es lamentable que las mujeres ejerzan poder y tomen decisiones de peso en el desarrollo económico y social de nuestro país. Según INEGI, en 2015 la distribución por sexo de la población económi-
camente activa en México fue de 34.6% de mujeres y 65.4% de hombres. Esto significa que en el mercado laboral los varones siguen duplicando a las mujeres; comparado con unas décadas atrás, en efecto las mujeres estamos más y en más espacios, pero muy lejos de estar en la misma proporción que los hombres y mucho menos en las mismas circunstancias. De acuerdo con información publicada por INMUJERES, el 43.9% de las mujeres en México tiene trabajo remunerado; es decir están insertas en el mercado laboral. La gran mayoría de estas mujeres son también las responsables del cuidado de sus familias y del trabajo del hogar, esto se traduce en limitantes para su disposición de tiempo propio, cuidado, ocio, descanso y capacitación, lo que consecuentemente limita su ascenso o mejor inserción laboral. En comparación, los varones empleados normalmente tienen resuelta la parte doméstica y si se involucran en labores de cuidado y del hogar es en menor proporción y con tiempos muy acotados que son en promedio apenas el 30% del tiempo que las mujeres dedican a las mismas tareas. Existen brechas de género que se traducen en desigualdad social en todo ámbito de acción: en los recursos, acceso tecnologías, en el mercado laboral, en el trabajo sin pago en el hogar, en los
salarios, en los puestos públicos y de dirección y también en el ejercicio del poder. Por eso cuando escuchamos: “que se cuiden los hombres porque las mujeres nos están desplazando”, lo que priva es miedo a cambiar el estatus quo, en realidad lo que debemos entender es que se están dando condiciones para que los espacios laborales y de participación se abran a la posibilidad de nutrirse en la diversidad y se hagan más eficientes incorporando trabajo femenino. Es importante señalar que el proceso de inserción femenina ha sido caracterizado por la injusticia, pues las mujeres históricamente han enfrentado espacios laborares segregados y discriminatorios, con una brecha salarial actual de 17% en contra y en muchos espacios están constantemente acompañadas de violencia y acoso sexual. De seguir al lento y accidentado ritmo que vamos, la ONU estima que tardaremos 217 años en cerrar la brecha de género en el mercado laboral y más aún en los puestos de decisión: de acuerdo con datos de INMUJERES, en México 20% de las gerencias son destinadas a mujeres y tan sólo un 10% de las direcciones generales. El costo de la inequidad lo pagamos todos como sociedad, pues se ha demostrado que las empresas e instituciones incurren en pérdidas
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económicas asociadas a los techos de cristal (barreras al ascenso laboral de las mujeres). De acuerdo con el Instituto Peterson de Economía Internacional, las empresas pueden tomar ventaja de incluir liderazgos femeninos: Contar con al menos 30% de mujeres en la alta dirección redunda en 15% más beneficios al negocio; Incluir por lo menos una mujer en la junta/consejo directivo eleva 38% el margen de liquidez para responder a gastos. Lo anterior es sólo un botón de los que perdemos discriminando. Si bien se dice que es el momento de las mujeres y que es justo que tomemos la decisión de asumir el poder, quiero ser enfática en el hecho indiscutible de que no depende sólo de nuestro deseo de inclusión. Se requiere una acción colectiva por parte de quienes actualmente ejercen el poder: concretamente de los hombres. Las mujeres podemos y queremos contribuir a la construcción de una sociedad más fuerte, democrática y justa, ejerciendo liderazgos que escuchan y atienden las inquietudes de todos, es hora de que los varones se decidan a transitar a modelos más incluyentes y eficientes. *Margarita Bejarano Celaya, directora general de Clúster Minero de Sonora AC; Doctora en Ciencias Sociales, investigadora en temas de Desarrollo Económico y Exclusión Social
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Las mujeres y su participación social Se han constituido las Organizaciones de la Sociedad Civil como una oportunidad muy viable de servicio, compromiso y trascendencia que desde ya fortalecen nuestro proyecto de vida como mujer, madre, profesional, y/o ciudadana Por Yolanda Escalante de Mazón En el mundo cada país define en su in-
terior el manejo del tema de género de forma diferente, así como el rol activo o pasivo que la mujer desempeña en el desarrollo de la sociedad donde se desenvuelve. Por tanto, su realidad social y su proyecto de vida se condiciona e impacta de acuerdo al nivel cultural, tradiciones, religión, régimen político etc. En México y en especial en nuestro estado de Sonora se ha caracterizado en la libertad y es en el aspecto social que tenemos historia pues ha sido por décadas reconocidas las mujeres por su alto grado de participación en el tema específico del altruismo y compromiso comunitario. Hoy más que nunca estamos conscientes que una sociedad moderna se obliga a construirse día a día con la participación activa de todos, por tanto el
rol de la mujer no puede ni debe circunscribirse exclusivamente al familiar. Indiscutiblemente es cimiento indispensable en esta. Pero la dinámica de este tiempo exige sumar esfuerzos y compartir responsabilidades para incrementar voluntades a favor de mejores y mayores causas. Por lo anterior se han constituido las Organizaciones de la Sociedad Civil una oportunidad muy viable de servicio, compromiso y trascendencia que desde ya fortalecen nuestro proyecto de vida como mujer, madre, profesional, y/o ciudadana. Mi opinión la sustento en una muestra de 230 organizaciones donde 117 es decir el 50.8% de ellas tienen de representante legal a una mujer. Significativo el dato porque se traduce en que desde
ya, el sector social canaliza esfuerzos, iniciativas, organiza voluntades, genera proyectos que se traducen en un beneficio que localmente tiene un impacto favorable en su espacio de vida en un tema que les es común atender directamente sin burocracias como lo son mayormente: salud (adicciones, prevención de cáncer y fisioterapias) asistencia social, alimentación, vestido y cuidado de adultos mayores y/ o de menores, apoyos psicológicos en contra de la violencia y sobre desarrollo comunitario. En este sentido es que consideramos que las OSC son opción para la mujer que incrementa su rol de compromiso y servicio social. Este dato nos alienta a concretar programas que estimulen incrementar su participación formal pues en la medida que fomentemos el involucramiento de la mujer sumamos ciudadanía dentro de Organizaciones de la Sociedad legalmente constituidas. Ventajas: Aportan un rol activo dentro del proceso para una mejor toma de decisiones sobre una problemática en particular. Facilitan establecer mecanismos de participación en forma transparente al sumar personas comprometidas con tu misma causa, delimitas responsabilidades en la coparticipación con ciudadanos íntegros y reducen espacio a la corrupción. Define las reglas de regulación al interior para una mejor fiscalización y control de los recursos. Diversifican las plataformas para generar iniciativas de participación que den cabida a las experiencias como una alternativa viable de aprendizaje Generan espacios para fomentar el diálogo porque sumas voluntades a una causa común que como sociedad nos beneficia a todos atender. Estas son algunas de las opciones que el sector social a través de las organizaciones de la sociedad civil legalmente constituidas generan y son una ventana de participación comprometida para la mujer caracterizada por la sensibilidad ante la vulnerabilidad de grupos de población, empatía a sumar voluntades al trabajo con un sentido humano que facilita el éxito en la atención de tan nobles causas. *Yolanda Escalante, presidenta de Fundación Dar Más para Sonora; presidenta del Voluntariado CIMA IAP.
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Promoción de las OSC, una tarea pendiente En México existen 27.7 OSC por cada 100 mil habitantes, un número reducido de instituciones, lo cual es preocupante si se considera que son las acciones de las OSC las que contribuyen a generar una mejor gobernabilidad democrática Por Cynthia Lucía Carpio Valencia En un accidente vial está tendida en el piso una señora, la persona que la atropelló se baja del auto rápida-
mente y acercándose a ésta le suplica que le permita llevarla al hospital más cercano. Quien yace en el suelo, afectada por el accidente, no logra responder de manera coherente, así que sin pérdida de tiempo es levantada y transportada a un lugar donde puedan atenderla. Al llegar al hospital, luego de una explicación agitada sobre lo sucedido, la enfermera que recibe a la víctima reprende a la señora responsable del accidente porque al moverla del suelo provocó daños severos en la paciente, cuando lo que debió haber hecho era llamar a una ambulancia y esperar a que ésta llegara e hiciera su trabajo. La historia que acaba de leer es un relato ficticio que sólo tienen el propósito de ejemplificar una idea: En ocasiones brindar auxilio o apoyo a una persona que lo necesita, como un
impulso de generosidad del momento quizá no sea tan efectivo y pueda no tener el mismo impacto que cuando se hace a través de alguna OSC (Organización de la Sociedad Civil). Éstas, tienen la experiencia, los medios, el conocimiento y la voluntad para trascender a un impulso y sostenerse en el tiempo. No se trata de soslayar los pequeños o grandes actos benéficos que una persona hace a otra en un momento determinado, puesto que en la mayoría de las veces, las organizaciones de la sociedad civil surgen gracias a este tipo de actos. Aun así, la propia naturaleza de una OSC permite mejorar la eficiencia de los recursos y programas y que éstos generen un mayor impacto en la sociedad. Según datos de INDESOL, en México existen 27.7 OSC por cada 100
mil habitantes, mientras que en Chile, para la misma proporción de habitantes, son 650 OSC y en Estados Unidos, 670. Es decir, se trata de un número reducido de instituciones. Es más preocupante si se considera que son las acciones de las OSC las que contribuyen a generar una mejor gobernabilidad democrática. Por lo anterior, es importante generar estrategias efectivas para promover la loable labor que realizan este tipo de organizaciones, que sin tener fines de lucro y/o de tipo partidista, contribuyen al desarrollo social de nuestro país.
*Cynthia Lucía Carpio, presidenta del Colectivo Conciencia Saludable; Twitter: @CSaludableHMO
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Viajar con el cuento sin perder el norte Por Rosa Vilà Font Siempre que cuento la historia de Celeste, la estrella marina, de Carmen Gil, la cual he narrado en más de doscientas ocasiones, es como si contara parte de la historia de mi vida y mis sueños. No es que me crea estrella, aunque suelo andar en las nubes; más bien es que, como Celeste, yo también tenía el firme propósito de viajar y conocer lugares lejanos. Las dos solemos ignorar algunos comentarios poco alentadores para poder alcanzar nuestras metas y así, dejar nuestro cielo natal y llegar al mar, en su caso, y a México, en el mío. El objetivo de Celeste: brillar entre las olas, iluminar desde la profundidad marina. Mi deseo, seguir contando historias para que la que cuente y nos haga crecer y caminar a buen paso sea la imaginación.
Historias y mujeres como guías Desde que mi abuela me contaba cuentos como parte del tratamiento de alguna enfermedad de la infancia, los cuentos han formado parte de mi universo y ella, mi abuela, mujer de campo y trabajo, que vivió una guerra y apenas pudo ir a la escuela, fue mi mentora, mi primera maestra en el arte de soñar mundos imposibles y en el ancestral, noble y necesario arte de contar historias de viva voz. Aunque Mercè, mi abuela paterna, como tantas mujeres de su época y circunstancias, poco pensaba en cumplir sueños. No tenía deseos para su vida profesional, social y mucho menos familiar e íntima, éstos los dejaba para sus narraciones inventadas. Las protagonistas casi siempre eran niñas y mujeres con destinos trágicos. Nada sabía ella de
los Grimm o de Andersen, sin embargo, sus heroínas sufrían las desventuras de amores tortuosos y trabajos forzados, mutilaciones, secuestros en nombre del amor o encantamientos frustrantes, como las protagonistas de las historias sin edulcorar de la tradición nórdica; aunque casi siempre, los personajes femeninos imaginados por mi abuela encontraban la manera de tocar la felicidad, gracias a su fuerza, inteligencia y talento. En la niñez encontré otras guías para este arte de la vida y el cuento. Aurora, la maestra de primaria, que en la escuela rural donde aprendíamos a sacar cuentas, robaba tiempo a la geografía o a las ciencias para la lectura de aventuras fantásticas. Merendábamos pan con chocolate junto con Mark Twain, Oscar Wilde o Mary Shelley. También estaba mi tía, lectora por intuición, amante de Agatha Christie,
que siempre supo que sumergirse en el universo de la literatura puede hacer más llevadera una gris cotidianidad. O la maestra de secundaria, de carácter fuerte y formas rotundas, con la que descubrí la buhardilla de la casa de Ámsterdam de Anna Frank. También con esta profesora viajé a cumbres borrascosas, al universo de las emociones de Jane Austen o sufrí con Emma, esposa de ese médico mediocre, que soñaba con una vida diferente. Tuve una infancia rica en amor, aire puro y contacto con la naturaleza, con enseñanzas prácticas, propias de una familia catalana tradicional. Familia de trabajo, de valores como la honestidad, la responsabilidad, la bondad, que tan bien me siguen haciendo, pero... ¿y los sueños, la aventura, los viajes, lo desconocido, romper las normas? Mi casa era totalmente terrenal, no había espacio para espíritus ni realidades mágicas. Tal vez por este motivo me la pasaba inventando personajes, leyendo a la Allende, al Gabo y a la Fallaci; a escondidas, empecé a coquetear con el teatro y a desobedecer a mi madre. Mi madre, la mare, una mujer que siempre me ayudó a no perder el norte, aunque en el suyo no estaba tener una hija que viajara, que estudiara teatro y que no tuviera en su horizonte formar una familia convencional. Y con el tiempo, muchas ganas y experiencias variadas en la maleta, del norte familiar y geográfico vine a parar al norte de este inmenso, complejo y fascinante país. Historias y mujeres que inspiran El cuento fue el que me trajo a Sonora, además de la invitación de buenos amigos y el amor, todas razones de mucho peso. En Sonora he conocido maestras dedicadas, que luchan contra viento y reformas educativas; mujeres ecologistas, activistas por los derechos de las personas y de los animales, mujeres empresarias, doctoras que trabajan con el corazón, actrices, cocineras, buenas, libres, pero también mujeres oprimidas que inconscientemente siguen perpetuando la cultura machista. Todas ellas mujeres en el plano de la realidad que me inspiran y a las que admiro. *Rosa Vilà, actriz y cuentacuentos; Twitter: @vilafontr; www.rosavilafont.com.mx
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Nada que festejar “SI NO SUPIERA QUE TENGO ALGO MUY IMPORTANTE QUE DARLE A LA HUMANIDAD YA HUBIERA ACABADO CON MI VIDA”.
—LUDWIG BEETHOVEN Por Dora Sánchez Lucero Esta semana festejamos otra vez a las mujeres con motivo de que el 8 de marzo, se celebró el Día Internacional de la Mujer. Aunque, la neta, no hay nada que festejar ni que celebrar al respecto, puesto que en este país, las mujeres desgraciadamente casi todas,
somos un cero a la izquierda y nadie hace nada. Da grima, da coraje, da vergüenza ante el mundo, que esto del maltrato a la mujer se empiece con las niñas. Las compran, las venden, las violan, las explotan, las matan y nadie hace nada mucho menos ahorita van a hacer nada, puesto que toda atención del país, está puesta en el circo de los políticos de todos los partidos que luchan a todo lo que da por estar en “la polla”. Donde está el dinero de un pueblo, que cada día hace más ricos a los ricos y a los políticos.
Y para su mayor desgracia, también se olvida de las niñas que a diario perecen por maltrato de los adultos hombres y mujeres. No hace nada por las mujeres niñas. Por eso nos pasa lo que nos pasa. Se ha dicho por ahí que todo tiempo pasado fue mejor y no es mentira. Y como nuestra edad es de adulta mayor, a la mejor les cause risa y crean que es mentira, pero era la época en que la Gustavo Adolfo Bécquer era el mejor poeta cuando yo era una niña de doce años, a quien le habían obsequiado rimas y leyen-
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das de GAB. Las niñas eran cuidadas, muy bien cuidadas por sus padres y hermanos mayores, a veces otros familiares estaban también al pendiente de los niños, incluso vecinos cuando veían a un niño o niña en peligro, se hacían cargo de que nada le pasara. Eso ya no se estila. Es cursilería para los de hoy. Me gustaría tanto que uno, uno sólo de los que hoy andan despezuñándose por lograr un hueso “en la fiesta del voto”, ofreciera la mayor protección a las niñas mexicanas y también a los niños varones. Duele tanto enterarse que otra vez han vendido, han violado y le han arrancado su vida a una niña. En el Día Internacional de la Mujer: nada que festejar.
¡Mujer, sé que lo lograrás! Nunca olvides de disfrutar tanto las experiencias buenas y malas, ya que esas la harán cada vez más valiente Por Cinthia Lorena Germán Miranda Hoy que se celebra el Día Internacional de la Mujer te invito a que reflexiones en lo siguiente: ¿Dónde estoy?, ¿Qué he logrado?, ¿Qué quiero lograr? Si tuvieras la oportunidad de redactar una carta a tu “yo” del pasado ¿qué le dirías?… Llegarás a ser ingeniera industrial, ocuparás puestos donde te desenvolverás profesionalmente y te realizarás en distintas áreas de la industria, lograrás seguir estudiando y preparándote con esfuerzo y gusto por hacerlo, tendrás oportunidades para apoyar e influir positivamente en los que te rodean, para lograrlo yo le diría, arriésgate a ponerte grandes retos de esa manera te aseguro que en donde estarás será satisfactorio y no te crees barreras a ti misma, ya que una vida sin
retos es una vida sin propósito y los propósitos son los que nos ayudan a crecer. Así resolveré la pregunta ¿Qué he logrado?, con una sonrisa, claro está que ese propósito vaya de la mano de metas claras y con un objetivo específico. También aprovecharía para recordarle que nunca olvides de disfrutar tanto las experiencias buenas y malas,
ya que esas la harán cada vez más valiente, a su vez esa valentía le permitirá levantarse después de un tropiezo. Le haría saber que de la mano de Dios se sobrellevan los desafíos de la vida con más facilidad ya que él nunca te brindará más de lo que puedas cargar y siempre te pondrá en tu camino las herramientas necesarias para poder llevar la carga con amor y
esperanza. Y al final de esta carta le diría siempre pregúntate ¿qué quieres lograr? Pero sobre todo le diría: ¡Disfruta el ser mujer! *Ing. Cinthia Lorena Germán, presidenta de Cultivando Valores AC.
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Mujer, formadora y educadora Vemos claramente con la inteligencia y con el corazón, que la tarea más importante en nuestra vida, no es nuestro rimbombante trabajo público, ni nuestro brillo social, sino la entrega que supimos dar a nuestros hijos para su felicidad Por María Emma Terán y Arminda Valenzuela En Inglaterra, surgió el llamado movimiento de “Liberación Femenina” formado por un grupo de mujeres que tuvieron la audacia de protestar en contra de la discriminación de la mujer en cuanto al sufragio, exigían el voto femenino para elegir a sus gobernantes. Este movimiento pasó rápidamente a Esta-
dos Unidos. A partir de 1920, la mentalidad femenina empezó a cambiar. Sin embargo, ha sido largo el camino que han recorrido las mujeres para que se les reconozcan sus derechos a través de la historia. En México, en la década de los 70, se plantea la integración de las mujeres al desarrollo, e inicia el movimiento feminista mexicano y en el año de 1975, del 19 de junio al 2 de julio, se promueve el Año Internacional de la Mujer. En los 70, también se reformaron los artículos 4, 30 y 123 de nuestra Constitución Política, para el reconocimiento de la igualdad plena de hombres y mujeres ante la Ley. Durante el gobierno de Luis Echeverría (1970-1976) se reconoce a las mujeres campesinas como sujetos agrarios y se les dotó de tierras. Otro punto fundamental fue el componente demográfico con la Ley General de Población de 1974. El control de la natalidad se colocó como una valiosa vía para la emancipación y la plena realización de la mujer. La promoción de la mujer aparece por primera vez en Mé-
xico entre los objetivos prioritarios del Plan Nacional de Desarrollo de 1989, durante el sexenio del presidente Carlos Salinas de Gortari. El programa Progresa-Oportunidades creado en 1997 por Ernesto Zedillo. En el año 2001, el presidente Vicente Fox crea el Instituto Nacional de las Mujeres. Para el año 2000 en México, la perspectiva de género ya tenía más de tres décadas promovida por feministas. En 2007 se promulga la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, con el presidente Felipe Calderón. A pesar de haber obtenido ese reconocimiento, esa lucha continúa actualmente, buscando conquistar otros espacios, hasta llegar a la equidad de género, rompiendo barreras que impiden igualdad de oportunidades, con iguales salarios y prestaciones en los innumerables terrenos de la actividad humana. Como puede apreciarse de lo anterior, en sus inicios, el feminismo aportó muchas iniciativas útiles de reforma en el campo político, educativo y econó-
mico, logrando que la mujer fuera valorada y se le tomara en cuenta en nuestra sociedad; sin duda, un gran avance. Sin embargo, más tarde este movimiento fue cambiando. La segunda oleada feminista aparece muy ligada al marxismo y al existencialismo, insistiendo especialmente en la liberación sexual de la mujer, entre otros aspectos, ¿Qué es lo que esta revolución ha creado? ¿Progreso? Habría que replantearnos el concepto de progreso, con el objeto de encontrar la fórmula de que se compagine tanto los derechos de las mujeres en general, sin consecuencias tan negativas en nuestra sociedad. Pero la realidad nos presenta un panorama diferente donde se ha perdido la función primordial de la mujer que es la de educadora y formadora de la familia, ya que se advierten problemáticas como niños en situación de calle, entregados a los vicios, violaciones, hijos desobedientes, esposos desobligados, estrés excesivo en la mujer que la conduce a enfermedades, infidelidades, hogares disfuncionales, divorcios, abortos, etc. Este movimiento, a pesar de haber logrado muchos beneficios en pro de la mujer, aún continúa en su lucha que al parecer es una guerra de sexos. Si antes existía la misoginia, hoy en día se ha convertido en misandria (odio a los hombres). Es indiscutible que el hombre y la mujer estén en constante búsqueda de la felicidad, pero en ese afán, la mujer ha olvidado su dignidad al influenciarse por estas corrientes feministas que manifiestan ausencia de respeto a la vida del ser humano, que es lo que se concibe en el seno materno. Y como la mujer es educadora y formadora por naturaleza, le corresponde esa tarea de formar a los hijos e integrar a la familia, en complemento con el padre. Después de reflexionar en todo esto, vemos claramente con la inteligencia y con el corazón, que la tarea más importante en nuestra vida, no es nuestro rimbombante trabajo público, ni nuestro brillo social, sino la entrega que supimos dar a nuestros hijos para su felicidad terrena y eterna. *María Emma Terán, Licenciada en Filosofía. *Arminda Valenzuela, Licenciada en Filosofía.
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Estilismo: vocación y éxito Activa y vigente durante más de 50 años porque nunca he dejado de aprender y de compartir. Cuatro generaciones de clientas satisfechas Por Luz María Córdova Encinas Desde una perspectiva muy simplista y modestia aparte, me considero una mujer triunfadora. Una mujer exitosa. Alcanzar el éxito para mí, va más allá de alcanzar una alta posición social, económica o política, lo cual tiene sus méritos y no tiene nada de reprobable, aunque muchas veces lograrlo implica fuertes dosis de sufrimiento, sacrificios personales y familiares que demeritan el valor de lo alcanzado. Para mí el éxito consiste en poder hacer a lo largo de toda nuestra existencia, aquello que a uno le apasiona y para lo que la vida nos concedió habilidades. Eso es lo que yo he hecho casi desde que tengo uso de razón. Antes de cumplir ocho años descubrí mi pasión por el estilismo, aunque en aquella época a la actividad no se le conocía con ese nombre. Mis muñecas y el pobre gato de la familia fueron mis primeros clientes. Después convencí a mi mejor amiga de cortarle el cabello. Tenía una larga y abundante cabellera que convertí en melena y aunque a ambas nos encantó, nuestras madres no fueron de la misma opinión y nos aplicaron severos castigos. Precio del aprendizaje, digo en la actualidad. Soy orgullosamente originaria de San Pedro de la Cueva, en donde estudié mi primaria e hice mis pininos en corte de cabello y peinado. Tenía como guía revistas francesas que recibía mi abuelo y a mí me fascinaban. Al terminar la primaria me enviaron a Hermosillo a estudiar secundaria. Me hospedaron unos familiares a los que les correspondía peinando y de vez en cuando haciéndoles algún corte a las mujeres. Al terminar la secundaria me las arreglé para no regresarme al pueblo de inmediato. Fui con una conocida que tenía
una sala de belleza y le pedí trabajo. Confió en mí y me aceptó. Empecé como ayudante al tiempo que iba aprendiendo, de tal manera que a los pocos meses ya dominaba los principales servicios y empecé a tener mi propia clientela. Principié a ahorrar también, pues desde el principio me propuse tener mi propio Salón y como mis clientes iban en aumento, pronto reuní lo suficiente para independizarme. A los 17 años tuve mi primer Salón de Belleza. Como todo mi aprendizaje había sido empírico, sentía la necesidad de capacitación profesional. Por ello, al poco tiempo de establecida me fui durante varios meses a la Cd. de México a capacitarme en L’Oreal, la más importante línea de belleza de aquel tiempo.
Desde entonces no he dejado de capacitarme para lo cual he viajado no sólo por todo el país, sino también por todo el planeta. Desde 1974, año en el que asistí al Hair World Championship, el evento de estilismo más importante del mundo que se realiza cada dos años y en esa ocasión fue en París, Francia, no ha habido un año en el que no haya asistido a algún evento importante de belleza en los más apartados lugares del planeta. Prácticamente en todos los continentes. Tuve una academia de belleza durante varios años y fui presidenta fundadora de la única asociación de belleza que ha perdurado por más de diez años en nuestro país. Fueron más de 20 años en los que a través de la asociación de estilistas que inicié a principios de los 90s,
ofrecimos capacitación y actualización a miles de estilistas sonorenses. Para ello trajimos a Sonora a los más grandes exponentes del estilismo nacional y una buena cantidad de figuras de corte internacional. Con el apoyo de un entusiasta y generoso grupo de colegas, en el que destaca mi gran amigo Gilberto Rivas, logramos posicionar al estilismo sonorense en un lugar preponderante en el contexto nacional. Ese es todo mi secreto. Me he podido mantener activa y vigente durante más de 50 años porque nunca he dejado de aprender y de compartir con mis colegas parte de lo que he podido aprender. El éxito de mis negocios y mis propias inquietudes me abrieron la puerta para participar en organizaciones empresariales. He sido representante de los estilistas en Canacintra, en dos ocasiones miembro del Consejo Directivo de Canaco, presidenta de la Comisión de Mujeres Empresarias de Coparmex durante seis años, además de Pro Secretaria primero y Secretaria después, del Consejo Directivo. Mirando en retrospectiva mi vida, considero que mi mayor éxito en la vida ha sido dejarme guiar por el llamado de mi vocación, a la cual me entregué. El estilismo me ha dado todo y yo le he dado todo al estilismo. Una de mis mayores satisfacciones ha sido encargarme del arreglo de novias a cuyas madres y abuelas también arreglé en sus respectivas nupcias. Incluso, algunas de ellas me han llevado después a sus hijitas para cortarles sus cabellitos. Cuatro generaciones de clientas satisfechas es algo de lo que una se puede enorgullecer. Por todo esto, a una edad en la que la mayoría de las personas se están retirando o ya se retiraron, con orgullo puedo afirmar que sigo activa y vigente. Amo lo que hago y seguiré haciendo mientras el Señor me lo permita, y por supuesto, mientras siga habiendo gente linda que me siga confiando su arreglo personal. *Luz María Córdova, propietaria de “Luz María Salón”; cinco décadas de trayectoria; representante del gremio en Canacintra y Coparmex
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El gran reto actual de la educación Para desarrollar las inteligencias y aprovechar las bondades de la tecnología tenemos que cultivar un cerebro sano Por Leticia T. Varela Con gran consternación observamos que los niños y jóvenes de la generación actual enfrentan serios problemas y condiciones ambientales adversas para un sano desarrollo de sus habilidades físicas, intelectuales, emocionales y sociales, tanto en el hogar como en la escuela y en todo su entorno. Los padres de familia, los maestros, autoridades educativas, neurólogos, psiquiatras y psicólogos enfrentamos la dolorosa presencia del bullying, del TDA, la hiperactividad, los problemas de lenguaje, comunicación, aprendizaje y socialización, de la violencia, la drogadicción, la depresión infantil y juvenil, en fin, un gran espectro de obstáculos para el desarrollo sano y floreciente de las nuevas generaciones. Y nos preguntamos por qué y cómo desembocamos en esto, pero no acertamos a darnos las respuestas precisas. En este sentido me atrevo a mencionar como una de sus causas primarias el abandono de prácticas educativas y actividades lúdicas y artísticas de antaño en favor del manejo abusivo de ciertas tecnologías que, si bien pueden ser muy útiles, el abuso indiscriminado de las mismas nos está pasando ya, como sociedad, una factura demasiado alta. Pero tampoco nos conviene eliminarlas, sino encontrar la manera de aprovecharlas. Para desarrollar las inteligencias y aprovechar las bondades de la tecnología tenemos que cultivar un cerebro sano, receptivo y reactivo a todos los estímulos motrices y sensoriales, rico y equilibrado en energía eléctrica en todas sus áreas y en constante crecimiento. ¿Cómo logramos este maravilloso
estado? Aunque es una información aún poco difundida y se recibe a veces con escepticismo, me siento obligada a compartirla: el oído, aparte de ser el responsable inmediato de la motricidad gruesa y fina, es el receptor directo de todos los estímulos sensoriales, que después organiza, integra y remite al cerebro para su registro y aprovechamiento. De tal manera que viene a ser el integrador sensorial, el conmutador central entre el sistema nervioso y los demás sistemas de nuestro cuerpo y el proveedor del 90% de la energía eléctrica que requiere nuestro cerebro para funcionar en todas sus áreas; en breve, el oído es el principal colaborador del cerebro en todo nuestro quehacer y desarrollo humano (Teoría Tomatis). De tal manera que el impulso a la motricidad para el dominio del cuerpo,
la percepción consciente multisensorial, el estímulo a la creatividad y a la expresión personal por todos los medios potencian la eficiencia del oído en el cumplimiento cabal de sus responsabilidades para propiciar el pleno y correcto funcionamiento del cerebro. Todas estas tareas se pueden realizar perfecta y suficientemente a través del juego y de la actividad artística. Pero no del juego frente a una pantalla que mantiene el cuerpo inmóvil, sino del juego dinámico que exige una imagen corporal bien definida y una coordinación precisa de sus movimientos, como los que se requieren para los deportes y para los antiguos juegos del escondite, los columpios, el tobogán, el sube-ybaja, las carreras, los saltos de obstáculos, la gallina ciega. Todos estos juegos y más puntual-
mente la danza y el teatro son actividades que demandan un correcto funcionamiento del oído con todas sus ventajas y la salud física y psicológica. Las artes visuales y manuales y las artesanías demandan observación atenta y analítica de las imágenes y un desarrollo permanente de la motricidad fina, la estructuración mental, la creatividad, el gusto estético, la expresión personal. La literatura y el teatro le abren al educando la puerta de la imaginación, la fantasía y la creatividad y desarrollan su memoria con infinidad de recursos asociativos. La música por su parte tiene una oferta aún más amplia e integradora. Desde la vida intrauterina, en el parto y en los primeros años de existencia, escuchar música es una excelente manera de aprender a percibir sonidos organizados, es decir, aprender a escuchar para instalar un lenguaje de alta eficiencia para la comunicación. También sienta las bases para leer y escribir o entender el orden de las matemáticas y de las ciencias. El canto agrega a este proceso el desarrollo del control audiovocal o capacidad de autoescucharse y conocerse, propiciando un equilibrio psicológico. El canto coral es altamente recomendable desde la mínima edad posible ya que sus beneficios son múltiples y se dan también con el canto coral en la adultez. La ejecución instrumental, por su parte, exige el desarrollo de habilidades altamente refinadas tanto motrices como de escucha, memoria, estructuración lógica y sensibilidad estética, entre otras. Considero, pues, un gran desatino haber excluido o minimizado en los programas escolares y en el hogar la práctica de la lectura en voz alta, el juego activo, la comunicación interpersonal directa, el canto y demás actividades artísticas. La receta sería entonces: hasta los 2 años de edad cero pantallas y mucho contacto físico y afectivo; en adelante un máximo de una hora diaria de pantallas y, en definitiva, el uso de recursos cibernéticos en equilibrio con prácticas lúdicas, deportivas, artísticas y sociales. Creo que la respuesta a la pregunta inicial de este escrito va por estos derroteros. *Leticia T. Varela Ruiz, Dra. en Musicología y Consultora Tomatis Certificada.
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Hablemos sobre feminicidios No olvidemos ni dejemos de decir las cosas como fueron: feminicidios, porque lo que no se nombra se invisibiliza Por Sheila Hernández Alcaraz Los feminicidios son crímenes de odio promovidos por prejuicios sociales y culturales alrededor de la vida de las mujeres y niñas. Los crímenes de odio se caracterizan por ser delitos donde el móvil principal del victimario es la aversión a determinado grupo social que ha sido vulnerado sistemáticamente a largo de la historia, como ha ocurrido con las mujeres y niñas. Es importante recordar que las mujeres y niñas no teníamos derechos humanos, civiles ni políticos (hasta hace algún tiempo), antes de la organización de muchos grupos feministas alrededor del mundo que lucharon por la reivindicación de los derechos de la mujer en igualdad a los del hombre; esto no quiere decir que la lucha por nuestros
derechos ya haya concluido, aún hay mucho por hacer y parte de la lucha por nuestros derechos, sigue siendo el derecho a la vida y a vivirla libre de violencia. Muchas personas tratan de negar esta realidad, muchas personas tratan de justificar estos crímenes y la respuesta del porqué lo hacen es más que sencilla. Lo hacen, porque quien niega o justifica que las mujeres y niñas son asesinadas por razón de género, son feminicidas en potencia. Personas que siguen afirmando que las mujeres son responsables de ser violadas y asesinadas y no el agresor. Personas que siguen creyendo que los cuerpos de las mujeres y niñas pueden ser tomados y tirados como objetos, personas que minimizan la vida de las mujeres y niñas solo por ser mujeres y niñas. La verdad incomoda y es por eso que el feminismo ha incomodado a tantos, pues este ha develado lo que muchas personas no quieren que salga a la luz y entre esos hechos ocultos, está el feminicidio y las terribles cifras que aumentan año con año (22 mil 482 asesinatos de mujeres en la última década, en promedio uno cada cuatro horas revela
el Secretariado Nacional Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública) y aunque muchos quieran taparse los oídos y ponerse una venda en los ojos, la realidad es que México sigue siendo un país donde las mujeres siguen siendo vistas como objetos y no como personas además que se sigue perpetrando la cultura de la violación a través del lenguaje, de las “bromas o chistes”, sobre feminicidios, violaciones, acoso sexual, entre otros delitos ejercidos contra mujeres y niñas. Pero ¿Qué es la cultura de la violación? “La cultura de la violación es un medio en el que la violencia de género es frecuente y en la que la violencia sexual contra la mujer se normaliza y se excusa en los medios de comunicación y en la cultura popular. La cultura de violación subsiste a través del uso del lenguaje misógino, la objetificación de los cuerpos de las mujeres y la glamorización de la violencia sexual, creando así una sociedad que ignora los derechos y la seguridad de las mujeres. La cultura de la violación afecta a todas las mujeres y la mayoría de las mujeres y niñas pues limita sus com-
portamientos debido a la existencia de la violación. La mayoría de las mujeres y las niñas viven con miedo a la violación. Los hombres, en general, no. Así es como la violencia de género funciona como un poderoso medio en el cual toda la población femenina se mantiene en una posición subordinada. Este ciclo de miedo es el legado de la cultura de la violación”. (Marshall University Women’s Center). Es por eso que pedimos justicia para Diana Domínguez (Ciudad Obregón, Sonora), quien fue asesinada y enterrada clandestinamente en 2016 por Carlos G., la impunidad se hizo presente en el caso y el feminicida sigue libre. Su familia sigue buscando fervientemente justicia para Diana, más la revictimización y la falta de perspectiva de género de parte de las autoridades correspondientes han sido lastres en el proceso. No olvidemos nunca los nombres de Diana Domínguez, Mara Fernanda Castilla Miranda (Puebla), Lupita (La niña de las calcetitas rojas en Estado de México, caso al que le dio total seguimiento la activista y comunicadora, Frida Guerrera), Priscilla Hernández (Sonora), Mariana Búrquez (Sonora), Aurora Delgado (Sonora), Mayra Jacobo (Sonora), Jessica Rosario (Sonora), Dora Félix (Sonora), María Luisa Tapia (Sonora), Linda Jocellyn (Guaymas, Sonora), Lizeth Aracely (Ciudad Obregón, Sonora), Aida R., Martha Elena R., Rosa María (Guaymas, Sonora), Lluvia Dolores (Sonora), Nallely Guadalupe (Sonora), Xóchitl Rodríguez (Sonora) y todos aquellos feminicidios que han quedado omisos, aquí y en otros estados del país. No olvidemos ni dejemos de decir las cosas como fueron: FEMINICIDIOS porque lo que no se nombra se invisibiliza. No permitamos esto porque como Desmond Tutu alguna vez dijo: “Si eres neutral en situaciones de injusticia, haz elegido el lado del opresor”. Queremos vivir, libres y seguras, queremos vivir. *Sheila Hernández, Vicepresidenta del Consejo Estudiantil de Sociedades de Alumnos de la Universidad de Sonora; Twitter:@AlcarazSheila
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Mi abuelo, el macho mexicano feminista Él soñaba con que sus hijos tuvieran una profesión, que desarrollaran su potencial, que tuvieran metas a corto, mediano y largo plazo. Que nada los detuviera y que fueran felices y realizados Por Lourdes Robles Tengo que dar una pequeña reseña de este hombre que es muy importante
en nuestra vida familiar. Se llamaba Ricardo López Díaz, nació un 3 de abril de 1923 en San Francisco del Rincón, Guanajuato. Radicó en Obregón, Sonora desde los años 40s, con la intención de hacer una empresa familiar de distribución, casado con una extraordinaria mujer llamada María de Lourdes Arriaga López y teniendo ocho hijos (cuatro hombres y cuatro mujeres) a los cuales forjaron, sí así como lo leen forjaron con valores muy fuertes y determinantes. ¿Por qué digo que mi abuelo era un macho mexicano? Pues porque como marido era todo un macho controlador, dominante y prejuicioso, que pensaba que a la mujer había que
tenerla como los rifles, cargadas y detrás de la puerta; pero mi abuela era más astuta, inteligente, sagaz y excelente administradora, y supo hacer un equipo con este extraordinario hombre de negocios. ¿Cuáles fueron los métodos para forjar a la familia? Sencillos y prácticos: disciplina, pasión, trabajo en equipo, obediencia, amor, respeto e igualdad. Mi abuelo soñaba con tener un equipo de futbol soccer con su familia, cosa que no se concretó ya que se necesitan 11 elementos y solo tuvieron ocho hijos. Los cuales tenían que levantarse a las cinco de la mañana para ir a correr a la Laguna del Náinari todos los días —incluidos los do-
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mingos—, ya que no hay mejor manera de tener buena actitud, más que sacando los malos pensamientos y el cansancio con ejercicio (eso decía mi abuelo, yo no le creo tanto). Asistir a sus clases y trabajar en el negocio. Estudiar era su prioridad, que sus hijos tuvieran una profesión que desarrollaran su potencial, que tuvieran metas a corto, mediano y largo plazo. Que nada los detuviera y que fueran felices y realizados. ¿Qué sucede cuando crecen sus hijas? Algo muy sencillo, él tenía muy claro que jamás trabajarían para nadie; que serían dueñas y señoras de todo lo que hicieran, que fueran responsables y buenas mujeres. ¿Cuáles fueron las sugerencias para sus hijas? -La palabra de una mujer no vale (años 70s), así que para callar bocas empeña la palabra al doble; si en algún momento tuvieras una necesidad me llamas y yo te lo resuelvo, pero procura no llamarme. -El negocio, la casa, el carro y sus hijos estarán siempre a su nombre, al hombre solo le darán cariño. -Nosotros los hombres nos enfermamos, nos vamos con la flaca de la esquina o nos morimos, y ustedes son las formadoras de la sociedad al quedarse con su familia y darles techo, comida y sustento, enseñando el oficio de ser valientes. No les quepa la menor duda de que pueden con eso y más. -Levantarse temprano, hacer ejercicio, generar ideas, eso es lo importante ya que los hombres y las mujeres somos iguales y tenemos los mismos derechos y obligaciones. -Las quiero independientes, autosuficientes, inteligentes y ricas. -Sean fuertes y determinadas, nadie les puede negar ese derecho. Siento que mi abuelo se adelantó a su época y formó unas mujeres como él quiso a su manera. Mi madre a sus casi 70 años sigue recordando su legado y lo hace a pie juntillas, haciendo de su vida una experiencia extraordinaria de salud, trabajo y amor. ¡Feliz día de la mujer, pero todos los días son nuestros que no se les olvide nunca! Lourdes Robles, encargada de Mercadotecnia de “El Mezquite Sombreros”
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Vamos ganando terreno Es en base a los resultados de mi trabajo como es que he ido escalando poco a poco, estoy segura que trabajando en conjunto todos, sociedad y autoridades es que lograremos sentirnos seguros al momento de transitar por las calles Por Janeth Elena Pérez Satisfecha y agradecida por la oportunidad de dirigir el Departamento de Tránsito, dentro de la Policía Municipal del Hermosillo, un gran reto que como mujer se me presentó y lo tomé sin pensar. Recordando mis primeros días como Jefa del Departamento, desde el pasado 8 de diciembre del 2016, era inevitable sentir temor, principalmente por el hecho de dirigir a mis compañeros, quienes me han ayudado a sacar adelante mi labor, pero poco a poco me fui adaptando y hasta el día de hoy me siento muy bien. Asumir la responsabilidad del puesto requiere mucho tiempo, entender que los días de descanso probablemente no existen, porque siempre hay que estar al pendiente de los que sucede, informando, y en caso de ser necesario estar presente. No puedo evitar sentirme orgullosa de mis logros, haber llegado hasta dónde estoy no me ha frenado para seguir preparándome, en el 2015 terminé mi licenciatura en Criminalística, y sigo preparándome a diario, con el fin de lograr mejores resultados. Las metas que me fijo las hago pensando no sólo en mí, ya que tengo una gran responsabilidad también fuera de mi trabajo, con mi hijo Sebastián, de 16 años de edad, un adolescente que me apoya y siempre vamos de la mano para salir adelante. Somos 7 hijos en total, 5 mujeres y 1 hombre, que al igual que mis padres me reclaman presencia en las reuniones familiares, pero el estar al frente
La Policía Municipal diseñó una estrategia para promover la educación vial en escuelas primarias.
de esta responsabilidad consume la mayor parte del día, aunque siempre me doy tiempo para estar con ellos. Yo ingresé a la corporación el 1 de marzo del 2000, tengo el grado de Policía Primero, inicié como agente y ya llevo 18 años de servicio, antes de esto estuve preparándome intensamente un año en el Instituto Superior de Seguridad Pública del Estado (ISSPE), en el año de 1998. A lo largo de mi servicio he trabajado tanto en lo operativo como en el área administrativa, del Departamento de Tránsito y de la Policía Preventiva también. Personalmente no he sentido ninguna dificultad al estar dirigiendo a un grupo que en su mayoría son hombres, aunque poco a poco los espacios se han llenado de mujeres también, vamos ganando terreno y eso es muy bueno. Para mi ser la primer Directora es un gran orgullo, con esto abrimos la
puerta para que las mujeres logremos llegar a los puestos que en su mayoría han sido ocupados siempre por mujeres, y esto lo agradezco primeramente al hoy alcalde con licencia Manuel Ignacio “Maloro” Acosta, y al Comisario Jorge Suilo Orozco por permitirme seguir demostrando mi capacidad. Queda mucho trabajo por delante, especialmente el seguir con la prevención de los hechos de tránsito, yo convoco a los ciudadanos a colaborar con nosotros, como es respetando las leyes de tránsito, los límites de velocidad, no conducir con distractores, no hacerlo tampoco bajo los influjos del alcohol. Hemos visto como han aumentado las multas por el uso del celular, por manejar sin el cinturón de seguridad, así como manejar alcoholizados, valoremos nuestra vida y la de los demás, esto es lo que siempre me ha
interesado sembrar en los ciudadanos, la conciencia de la gran responsabilidad que tenemos al estar frente al volante. Es en base a los resultados de mi trabajo como es que he ido escalando poco a poco, estoy segura que trabajando en conjunto todos, sociedad y autoridades es que lograremos sentirnos seguros al momento de transitar por las calles. Por último aprovecho para felicitar a todas las mujeres que desde cualquier trinchera luchan día a día por salir adelante, quiero decirles que aún con todos los esfuerzos vale la pena y sí se puede. *Janeth Elena Pérez, Jefa del Departamento de Tránsito de la Policía de Hermosillo, con 18 años de servicio en la corporación.
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Sin límites para ayudar No fue nada fácil el cumplir un sueño, que se convirtió en reto y al final mi meta: ser mujer bombero voluntaria; me llena de orgullo tener la oportunidad de servir y apoyar Por Niria Patricia García Muñoz ¿Cómo explicar que el dato “Sexo Femenino”, no determina para uno las limitantes como mujer? Las limitantes son las que uno mismo se pone, o bien, las que nos quieran imponer y lo permitimos. El sexo femenino que por muchos años fue catalogado como “sexo débil”, a estas alturas de la vida, existen seres humanos que NO aceptan que igual que ellos, hay mujeres competitivas y que también pueden hacer ene número de cosas que al hacerlas, no hay una voz que dice: ¿perdón eres mujer? Como cuando vamos a un servicio de bomberos, nadie se da cuenta de que adentro de ese equipo es una MUJER quien está atendiendo el incidente junto con su grupo de compañeros Hombres. Les contaré un poco de la historia de cumplir un sueño de mi niñez: ser “Mujer Bombero”. En aquellos tiempos
jugaba con mi hermana mayor y una prima, nos subimos al camión repartidor del agua y me sentía que era una bombero (como ser la mujer maravilla), ello en mi tierra natal de Guadalajara, Jalisco. Por azares del destino vine a vivir con mi abuela a Hermosillo, estudié en el Cobach Villa de Seris, luego ingresé a la Unison y tuve mi primer hijo; posteriormente terminé la licenciatura en Derecho y los caminos de la vida me llevaron a caminar sola con mi hijo, por lo que cuando él estaba con su papá, yo tenía tiempos libres, que necesita aprovecharlos por lo que: Un día llegue a la estación 2 (Norte) de Bomberos para preguntar qué se necesitaba para ser Bombero Voluntaria, me atendió el Oficial Aguilar y me dijo llegas en el momento justo, iniciará una academia para Voluntarios. Yo estaba como niña con juguete nuevo, recabe toda la información y la presente al Of. Dávila, dando inicio la Academia el 4 de Junio de 2005. En mi segundo día de Academia, nos informaron que haríamos una “prueba de resistencia”. Yo muy bella me dije adelante si es correr, brincar, saltar, pero no; era hacer un circuito. Era colocarse el equipo de bombero completo, con tanque de aire y mascarilla. Debía cargar en el hombro una manguera de 2 1/2 en estilo California (doblada) y subir al segundo piso; caminar todo el pasillo de la estación, subir una escalera de caracol que da al techo,
bajar la manguera y subir con una soga una manguera en dona (enrollada). Después tomar la manguera de 2 1/2 en California y regresar a donde empecé... fiusss... se dice fácil, pero cuando nunca lo has hecho ¡Wow! Como su nombre lo dice “Prueba de resistencia”. Tuve mi primera mala experiencia ese día. En la escalera de caracol me detuve a quitarme la mascarilla de aire y sólo escuchaba una voz con grito (un oficial X voluntario, ya no está) “Sé te está muriendo, apúrate ¿o ya no quieres seguir?”. Mis ojos estaban a punto de brotar lágrimas de tristeza, cuando en eso dice el Of. Grijalva: “tranquila toma un respiro y termina” (palabras mágicas) ¡Gracias! Y terminé el circuito. Seguía otra práctica y cuando me dirigí para incorporarme al grupo, escuché al oficial X decirle al oficial Grijalva que no tenía madera, que no servía, al escuchar eso de lejos me sentí muy mal, quería soltar el llanto. Pero esas palabras me llenaron de orgullo y dije: si hay alguien que me pone trabas, el orgullo me lo da para avanzar. No quedó satisfecho dicho oficial voluntario, me marcó a los días a la oficina donde yo trabajaba y le dejó recado a la secretaria, regrese la llamada al oficial X, y palabras textuales: “por qué no te vas a Cruz Roja, me jacto de ser un buen bombero y no tenemos tiempo de enseñar” (la gran mayoría de los que hicieron la Academia ya tenían varios años de experiencia, más no tenían el Certificado de
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Bomberos de Línea, es decir, yo estaba en ceros). En ese momento mi sueño se convirtió en reto a mí misma, me presenté en la estación y pedí hablar con el Cmte. Lugo, a quién expuse la situación, haciéndole hincapié que yo no venía a jugar. Le pedí de favor me dejara terminar mi Academia y en caso de no cumplir con los requerimientos le daba las gracias y me retiraba. Me topé con poca gente que no quería que ingresara al departamento de Bomberos, por ser mujer y de pilón ser Talla Petite. Pero lo grandioso es que tuve un gran apoyo de muchos compañeros. Pasé mis exámenes satisfactoriamente y recibí mi Certificado de Bombero de Línea el día del Bombero. ¡Misión Cumplida! No fue nada fácil el cumplir un sueño que se convirtió en reto y que al final mi meta era ser MUJER BOMBERO VOLUNTARIA, me llenaba de orgullo el sólo hecho de pensar que iba a tener la oportunidad de ayudar, servir, apoyar, de poner un granito de mi a mi entorno, a la ciudadanía. Hoy en día sigo haciendo lo que me gusta, ser Bombero Voluntaria, muy satisfactorio serlo y hacer el bien sin saber a quién. ¡Ayudar por el gusto de hacerlo! Me es más satisfactorio DAR que RECIBIR. Combino mi vida diaria, mi profesión de Abogada en un banco, mi labor de Bombero Voluntaria y apoyo en el grupo UPIH; pongo un granito de ayuda en otro voluntariado “Unidos en un Solo Corazón”, y la profesión primordial es ser Madre de mis tres hijos (Eduardo, Andrea, Esteban) por quienes todos los días doy lo mejor para ellos. Quisiera me sobrara tiempo y hacer más, pero el maratón diario, en ocasiones no permite más (parezco pulpo). Todo lo que soy se lo agradezco a mi madre quien construyó los cimientos de quien ahora soy, así como agradezco a mi familia, amig@s, compañer@s, por formar parte de mi tren de vida, siempre apoyándome en todo momento. Toda mujer es capaz de sobresalir en todos los rubros… los limites lo ponemos nosotras mismas. En este mundo Triunfa, Vence y Gana. Quien piensa, se esfuerza y quiere. *Niria Patricia García, abogada, bombero voluntaria, integrante del voluntariado “Unidos en un Solo Corazón”, y madre de tres hijos.
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La participación de la mujer en la empresa Para vencer el miedo al fracaso, es indispensable que tú mujer te decidas a formar en ti las habilidades que te hacen falta desarrollar, a adquirir la capacitación financiera necesaria y a elaborar tu plan de negocio formal Por María Antonieta Noriega Uribe Lejos estamos de la época en que la educación y la participación en la empresa, los negocios y la política era un asunto prohibido para las mujeres. A nuestra generación “baby boomers”, las nacidas en los años posteriores a la segunda guerra mundial, nos tocó ya acceder a los estudios universitarios y aunque muchos señores todavía opinaban “para qué estudias una carrera si te vas a casar”… hicimos caso omiso de esos comentarios y perseguimos el sueño de tener una preparación superior. Muchas de nosotras trabajamos en ambientes destinados anteriormente solo para los hombres demostrando con nuestra capacidad que sí merecíamos estar en puestos de dirección, en muchas ocasiones con solo hombres bajo nuestra responsabilidad. Con el tiempo y la experiencia adquirida nuestra visión se amplió y surgió la necesidad, el deseo y la visión de tener nuestra empresa propia, no solo para ganar más dinero, sino para lograr concretar un proyecto que solucionaba algún problema o satisfacía una necesidad que identificábamos en nuestra comunidad. Es así como surgieron muchas emprendedoras que hoy son grandes empresarias y como para muestra un botón, podemos mencionar a nivel nacional a María Arámburuzabala Larregui quien junto a su hermana y su madre fundó la compañía de bienes raí-
ces Tresalia y que es la única latinoamericana que ha ocupado un lugar en la revista Forbes de Estados Unidos como una de las 100 mujeres más poderosas del mundo. En nuestro entorno local también tenemos ejemplos de mujeres muy exitosas que iniciaron como emprendedoras su negocio a nivel familiar y lo han desarrollado hasta llegar a ser grandes empresas con varias sucursales o han creado franquicias y contribuido así a la generación de más empleos y a la satisfacción de los requerimientos del mercado de manera muy competitiva y han creado riqueza no solo para ellas sino para muchos. Para las subsecuentes generaciones de mujeres ha sido cada vez más sencillo acceder tanto a la educación como a las oportunidades de emprender sus negocios y para la generación ‘millennial’ será casi imperativo desarrollar negocios nuevos debido a que por la alta automatización que se ha logrado en muchas empresas por el abundante uso de la tec-
nología, han desaparecido y seguirán desapareciendo muchos empleos tradicionales. Afortunadamente las políticas públicas en México y en Sonora han propiciado el emprendimiento femenino. Ahí están los programas en la Secretaría de Economía a nivel estatal y federal y también en el ámbito municipal. Sin embargo no es suficiente, falta más difusión de la diversidad de opciones de apoyo que tienen las emprendedoras para iniciar o para hacer crecer sus negocios y sobre todo dar más capacitación a las mujeres jefas de hogar que todavía viven en situación de pobreza para que puedan salir adelante con sus familias. Según el Atlas de Género editado por Inegi en 2013-2014, la propiedad de las unidades económicas con menos de 100 empleados en 2013 en el estado de Sonora era del 27% Mujeres y 45% hombres en el sector manufactura y del 40.38% para mujeres y el 27.24% para hombres en el sector comercio. Es decir que las mujeres propietarias de negocios
son un 32.38% del total de la economía del estado contra un 37.69% de propietarios hombres. Algunos obstáculos que todavía enfrentamos las mujeres para poder desarrollar nuestro negocio son: 1) La cultura machista que aún se presenta en muchas familias, 2) La falta de tiempo por ser la mujer la que ocupa 58.17 Hrs a la semana al trabajo no remunerado de la casa, el cuidado de los hijos, enfermos y ancianos contra un 22.95% que ocupan los hombres en las mismas tareas, 3) La carencia de financiamientos accesibles y 4) El miedo al fracaso. Para vencer estas dificultades sería muy recomendable que las mujeres que tengan vocación de empresarias conozcan las historias de éxito de algunas mujeres para que sean sus referentes. Encontrar alternativas de lograr el equilibrio en la distribución de las tareas del hogar y del cuidado de los niños, los enfermos y los ancianos, para que las mujeres que tienen el deseo de emprender un negocio, lo puedan hacer. Sería también muy deseable que las instituciones financieras sean más flexibles para el otorgamiento de los créditos y que no abusen con los intereses. Normalmente las tasas de interés para la microempresa son más altas que para las pequeñas y grandes empresas cuando debería ser al contrario para propiciar el desarrollo de nuevas empresas que son las que en un 97.6% mantienen la economía del país según la Encuesta Nacional sobre Productividad y Competitividad de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (ENAPROCE) 2015. Para vencer el miedo al fracaso, es indispensable que tú mujer te decidas a formar en ti las habilidades que te hacen falta desarrollar, a adquirir la capacitación financiera necesaria y a elaborar tu plan de negocio formal. Esto te dará en gran medida la seguridad de que estás haciendo lo correcto y no solo dejándote llevar por la intuición. Para ello están INADEM, INMUJERES, MICROMENTOR, las universidades y también algunas cámaras empresariales y asociaciones civiles que ofrecen servicios de capacitación tanto a través de sus plataformas virtuales como de manera presencial. Te invito a aprovecharlas. *María Antonieta Noriega, presidenta y fundadora de Mujeres Productivas de Sonora, AC
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